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Ministerio de educación y Ciencias

Colegio Nacional San Agustín

Economía
Y
Gestión

Tema: Empleo y desempleo


Curso: Tercer Año
Prof.: Hugo Candia
Año:
2019
Capiatá-Paraguay
Fundamentación

Tanto a nivel nacional como internacional cada vez se torna más alarmante los
casos de desempleo lo que afecta a la economía de las familias o hasta de un
determinado país.

La investigación será realizada a través de fuentes digitales con el fin de


aumentar nuestro conocimiento hacia dicho tema, lo cual nos ayudará a tener
una visión más amplia de la situación en la realidad sobre el empleo y
desempleo. Consideramos este proyecto de gran importancia ya que puede
aportar información acerca del empleo y desempleo a los alumnos del tercer
curso quienes llevan a cabo dicho trabajo
Indicadores

 Portada 1p
 Fundamentación 1p
 Introducción 1p
 Objetivo general y específicos 2p
 Marco teórico 6p
 Conclusión 1p
 Anexo 1p
 Bibliografía 1p
Introducción

En el siguiente trabajo de investigación hablaremos del empleo y


desempleo, el empleo es una ocupación u oficio que realiza una persona y el
desempleo es la pausa forzosa de un individuo en edad de trabajar que se da
por varios factores los cuales mencionaremos en las siguientes paginas como
también las características de cada uno, categorías, tipos de empleo y
desempleo según el tiempo u otros factores, mencionaremos también algunos
consejos para poder conservar un empleo.

En las siguientes paginas exhibiremos los objetivos de la investigación, la


fundamentación, el marco teórico, conclusión y al final las fuentes consultadas
para que el lector si así lo desea pueda indagar más sobre la información
presentada.
Objetivo general

 Obtener una visión mas amplia del empleo y desempleo en la


realidad actual
Objetivos específicos
 Identificar las causas más populares de desempleo
 Conocer las consecuencias del desempleo
 Clasificar los diferentes tipos de empleo y desempleo
 Describir los efectos del desempleo en la economía
¿Qué es Empleo?

La palabra empleo se refiere tanto a un trabajo, como a una ocupación


o un oficio. Sin embargo, el uso más extendido de empleo es el que
indica toda aquella actividad donde una persona es contratada para
ejecutar una serie de tareas específicas, por lo cual percibe una
remuneración económica.

La palabra empleo deriva del verbo “emplear”, que a su vez proviene


del francés employer, y significa ‘acción y efecto de emplear’. De allí
que también pueda referirse al uso que se hace de algo, por ejemplo,
“El empleo de recursos renovables en la construcción de casas atenúa
el impacto ambiental”.

Por otra parte, lo opuesto al empleo es el desempleo, es decir,


personas en edad de trabajar que se encuentran en paro forzoso, al
margen de cualquier actividad productiva y, en consecuencia, sin
posibilidad de generar ingresos propios.

Ahora bien, un empleo puede ejercerse amparado en la celebración


de un contrato formal o de hecho con una entidad empleadora, la cual
se compromete a pagar, a cambio de los servicios del trabajador, un
salario o contraprestación en dinero y a cumplir con los requisitos
exigidos por la ley.

No obstante, existen otros tipos de empleos como los autónomos,


independientes o por honorarios, en los cuales las personas pueden
ser empleadas por una empresa a fin de desarrollar un proyecto en
específico o, incluso, trabajar para su propia compañía.

En estos casos, se cobra por los servicios cumplidos a otras empresas


o personas, y si la compañía es propia, no se rinden cuentas a un
supervisor o jefe.
Por esta razón existen diferentes tipos de análisis que se realizan a fin
de evaluar y analizar cuál es el comportamiento económico de un país
o región partiendo de los datos relacionados con el empleo.

Por ello, según los medidores económicos los individuos que posee un
empleo conforman lo que se denomina población ocupada o activa, ya
que están desempeñando un trabajo y recibiendo beneficios
económicos.

Mientras que, la tasa de empleo, por su parte, determina cuál es la


cantidad de personas que se encuentran en el rango de edad laboral
y el número total de los que realmente están empleados.

Empleo temporal y empleo fijo

Los empleos se pueden clasificar por el tiempo por cual es formulado


el contrato de trabajo, el cual puede ser temporal o fijo.

Se denomina como empleo temporal aquel puesto de trabajo para el


cual se contratan los servicios de una persona durante un período
determinado, que puede ser, por ejemplo, por tres meses, seis meses
o un año.

En algunos países, de hecho, existen empresas dedicadas


exclusivamente a contratar trabajadores para empleos temporales, en
dicho caso, el trabajo temporal supone la celebración de un contrato
entre las tres partes: trabajador, agencia de trabajo temporal y
empleador.

El empleo fijo, por su parte, es aquel para el cual se contrata a una


persona de manera indeterminada a fin de ejercer un conjunto de
funciones específicas dentro de una empresa.

Empleo de medio tiempo y de tiempo completo

Generalmente los empleos tienen una jornada laboral de ocho horas


por día. Sin embargo, las personas pueden optar por trabajar turnos
completos o medios según su conveniencia o posibilidades.
El empleo de medio tiempo es aquel en que se contrata a una persona
para que ejecute una serie de funciones únicamente durante la mitad
de la jornada usual de trabajo.

Este tipo de empleos son muy procurados por los aprendices,


pasantes o estudiantes, que compatibilizan su actividad laboral con
sus estudios para ganar un poco de experiencia y algunos ingresos
económicos extra.

Por su parte, en el empleo de tiempo completo la persona es


contratada para que realice un conjunto de labores durante la totalidad
de la jornada laboral.

Empleo formal e informal

Los empleos se pueden categorizar de dos maneras, en formales e


informales.

Se denomina como empleo formal aquel que se encuentra formalizado


mediante la celebración de un contrato de trabajo entre el trabajador y
el empleador, y que se ajusta a los requerimientos de ley como el pago
de impuestos, seguridad social, prestaciones, entre otros.

El empleo formal puede ejercerse tanto en el sector público como en


el privado, y forma parte de las estadísticas oficiales sobre el empleo
en general de un país.

El empleo informal, por otro lado, es un sector de la economía que se


encuentra al margen del control tributario y que se caracteriza por
comprender la actividad laboral de trabajadores independientes que
incumplen la normativa legal, por ejemplo, vendedores ambulantes,
trabajadoras del servicio doméstico, limpia vidrios, entre otros.

Un empleo informal no cuenta con la protección que estipula la ley


para las relaciones laborales, de modo que no poseen protección
social por parte del Estado y, tampoco son estables económicamente
para quienes lo realizan.
Ahora bien, dependiendo de la legislación de cada país un trabajo
informal puede ser considerado ilegal aun cuando no realice
actividades directamente ilícitas.

No obstante, entre los trabajos informales considerados ilícitos están


la venta de piratería, el tráfico de drogas o de armas, entre otros.

Consejos para conservar tu empleo

Ser proactivo

En muchas ofertas de trabajo solicitan a personas proactivas. ¿Qué


es exactamente la proactividad laboral? Te lo desvelamos.

En términos generales, las personas proactivas previenen


consecuencias, riesgos y vislumbran oportunidades. ¡Y no solo eso!
Se adelantan y cambian el curso de los acontecimientos.

El trabajador proactivo asume su control de modo activo desarrollando


acciones creativas para mejorar la situación de la empresa.

Muchas personas, equivocadamente, creen que la proactividad es


sinónimo de la hiperactividad… y no es así. Las personas proactivas
asumen la responsabilidad de hacer que la empresa consiga logros.
¿Y cómo consigo ser proactivo?

Debes mostrar una actitud positiva y comprometerte con el proyecto


desde su inicio hasta su desarrollo. Además de colaborar con las
distintas áreas de la empresa.

Formación continua

las empresas están en entornos cambiantes y uno de tus principales


valores para tu jefe o jefa es tu formación, tanto si trabajas en un taller
mecánico como si lo haces en el área de traumatología de un hospital.
Tus conocimientos son uno de los valores principales para la empresa.
Solo depende de ti quedarte estancado o seguir mejorando como
profesional.
Si te quedas estancado, seguramente te sustituya alguien mejor
preparado que tú para tu puesto. El mercado laboral se está
convirtiendo en un auténtico campo de batalla donde se disputa
cualquier tipo de puesto de trabajo. ¿Quieres que otra persona ocupe
tu lugar? Seguro que no. Entonces, te aconsejamos una formación
continua, además de continuar leyendo estos consejos. Ten por
seguro que, si los cumples ofreciendo lo mejor de ti, mantendrás tu
valioso puesto en la empresa.

Puntualidad y responsabilidad

Cuando hablamos de puntualidad laboral, además de llegar puntual a


la hora de inicio de tu jornada laboral, nos referimos a la entrega de
trabajos o tareas asignadas en tiempo y forma. Ten en cuenta que, en
tu empresa, puede haber distintas áreas de trabajo, y un retraso en la
entrega puede retrasar al resto de personal —con lo que la empresa
pierde tiempo y dinero —. Tienes que pensar en todo momento en el
bien de la compañía que te contrató. Si la empresa progresa, tú
progresarás.

Debes optimizar tu tiempo en el puesto de trabajo para aumentar la


productividad. Si a la empresa no le sales rentable, encontrará pronto
un sustituto más adecuado. Las empresas no son —ni serán—
caritativas. La empresa desea ser mejor que su competencia y tú, en
tus ocho horas diarias, tienes que ayudar a lograr este objetivo.

¿A qué hora debo salir del trabajo?

¿Y qué pasa con la hora de salida laboral?, ¿me quedo más tiempo?,
¿me voy a la hora? Esto puede ser un debate. En este aspecto, existen
dos modos de ver las cosas: puede ser mal visto salir a la hora en
punto tanto como quedarse más tiempo del que tienes asignado.

Está claro que, si sale una labor urgente a última hora, lo aconsejable
es terminar la tarea, aunque salgas más tarde.
Si siempre sales más tarde de la hora, existe, al menos, uno de estos
tres problemas:

 No optimizas tu tiempo correctamente.


 La empresa necesita más personal.
 No estás suficientemente preparado para realizar las funciones
asignadas.

Otro motivo, el que menos, es que, estando preparado para el trabajo


y optimizando el tiempo, la empresa te esté explotando. En este único
caso, te recomendamos cambiar de empleo.

Sin embargo, en términos generales, para muchas empresas es


aconsejable que los trabajadores compatibilicen su vida laboral con su
vida personal, viendo mal la acción de quedarse más tiempo en la
oficina, sobre todo, si es por hacer tiempo sin rendir para aparentar
que se trabaja más.

Flexibilidad

La flexibilidad del trabajador es una característica muy valorada por


los empresarios y un término muy usado por los reclutadores. Un
trabajador que se adapte a las nuevas líneas de las empresas y que
convierta los posibles conflictos en oportunidades, mantendrá su
trabajo.

Debes adaptarte a todo lo que ocurra y, para ello, debes estar al tanto
de los cambios que suceden en la realidad laboral del país. Y, en
muchos casos, prevenirlos.

¿Qué es desempleo?

Desempleo o paro significa falta de empleo. Se trata de un desajuste


en el mercado laboral, donde la oferta de trabajo (por parte de los
trabajadores) es superior a la demanda de trabajo (por parte de las
empresas).

Cuando existen más personas dispuestas a ofrecer su trabajo a las


empresas que puestos de trabajo disponibles se produce una situación
de desempleo. Cuando existe gente que no tiene empleo se conoce
como desempleo o paro.

Para calcular la tasa de desempleo de un lugar se toman aquellas


personas que estando en edad de trabajar (entre 16 y 65 años) y
buscando activamente no encuentran empleo, es decir, lo que se
conoce como población activa.

Tener una tasa de desempleo alta supone un grave problema para un


país pues afecta directamente al crecimiento económico, además del
problema para las personas que se encuentran en situación de
desempleo. Así, los efectos del desempleo, por un lado, pueden ser
económicos como disminución de la producción real, disminución de
la demanda y aumento del déficit público. Pero también puede causar
efectos sociales como efectos psicológicos o efectos discriminatorios.

Según el Banco Mundial, la tasa de desempleo es la proporción de la


población activa que no tiene trabajo pero que busca trabajo y está
disponible para realizarlo. Las definiciones para calcular la población
activa y la tasa de desempleo pueden variar ligeramente según el país.

Tipos de desempleo

Podemos diferenciar diferentes tipos de desempleo que vienen a


explicar también las causas.

Desempleo estacional: Es el originado por cambios en la demanda


de trabajo por parte de las empresas debido a la estación del año, a la
temporalidad o a otros factores estacionales. Como ocurre, por
ejemplo, en el sector turístico en España, que en temporada alta
(verano, semana santa y navidades) absorbe nuevos trabajadores y
una vez la actividad del negocio vuelve a su ritmo habitual van de
nuevo al paro.

Desempleo friccional: Es voluntario. Personas que pudiendo trabajar


deciden tomarse un tiempo para formarse, descansar o buscar el
empleo que mejor se ajusta a sus cualificaciones y gustos. Es
independiente al propio funcionamiento del mercado de trabajo.

Desempleo estructural: Se debe a desajustes entre la cualificación o


la localización de la fuerza de trabajo y la cualificación requerida por el
empleador. Programas de formación y reciclaje o de adaptación a las
nuevas tecnologías, son algunas de las medidas que se llevan a cabo
para reducir este tipo de desempleo.

Desempleo cíclico: Tiene lugar cuando los trabajadores, y en general


los restantes factores productivos, quedan ociosos debido al momento
del ciclo que se está atravesando, en el que la actividad económica no
es suficiente para emplear los factores productivos.

Desempleo encubierto: Ocurre cuando existen personas que tienen


un puesto de trabajo, pero su capacidad productiva está siendo
infrautilizada.

Medición

El método más utilizado para medir el desempleo se desarrolló en


Estados Unidos en la década de 1930; muchos países utilizan este
sistema bajo la recomendación de la Organización Internacional del
Trabajo. Con un seguimiento mensual de una muestra de familias
representativas de toda la población civil se obtiene información sobre
la actividad de cada persona en edad activa. Para asegurar la
precisión de los datos y facilitar su recopilación, los encuestadores
preguntan qué es lo que hizo la gente en una semana determinada.
Una persona que realizó cualquier tipo de trabajo durante esa semana
para recibir una paga o un beneficio, trabajó quince o más horas como
un trabajador sin paga en una empresa familiar o tuvo un trabajo del
que estuvo temporalmente ausente, es considerado como empleado.
Una persona que no estuvo trabajando pero que buscaba trabajo o
estaba despedido y disponible para trabajar se considera como
desempleado. A continuación, el número de desempleados se divide
por el número de personas de la fuerza laboral civil (es decir, la suma
de empleados y desempleados) con el fin de calcular la tasa de
desempleo. En algunos países, en vez de elaborar una encuesta
especial, la estimación del desempleo se realiza a partir de los datos
de la cantidad de personas que buscan empleo a través de las oficinas
públicas de empleo o de la cantidad de personas que reciben
compensaciones por desempleo. En España se utilizan los dos
sistemas simultáneamente. Por un lado, todas las semanas se realiza
la Encuesta de Población Activa (EPA) entre 60.000 familias y se
publica la media trimestral cada tres meses. Por otro lado, todos los
meses se publica el número de parados o desempleados apuntados
al Instituto Nacional de Empleo (INEM). Entre uno y otro dato se
producen grandes discrepancias.

Causas

Los economistas han descrito las causas del desempleo como


friccionales, temporales, estructurales y cíclicas.

El desempleo friccional se produce porque los trabajadores que están


buscando un empleo no lo encuentran de inmediato; mientras que
están buscando trabajo son contabilizados como desempleados. La
cuantía del desempleo friccional depende de la frecuencia con que los
trabajadores cambian de empleo y del tiempo que tardan en encontrar
uno nuevo. El cambio de empleo se produce a menudo y un importante
porcentaje del desempleo es friccional y sólo dura un corto espacio de
tiempo. Esta clase de desempleo se podría reducir de alguna manera
con servicios de colocación más eficientes. Sin embargo, siempre que
los trabajadores puedan abandonar libremente su trabajo se producirá
un desempleo cíclico.

El desempleo temporal se produce cuando las industrias tienen una


temporada de baja, como durante el invierno en la industria de la
construcción o en otros sectores de producción cuyas tareas se
realizan a la intemperie. También se produce al finalizar el año escolar,
cuando muchos estudiantes y licenciados se ponen a buscar trabajo.
El desempleo estructural se debe a un desequilibrio entre el tipo de
trabajadores que requieren los empresarios y el tipo de trabajadores
que buscan trabajo. Estos desequilibrios pueden deberse a que la
capacitación, la localización o las características personales no sean
las adecuadas. Por ejemplo, los desarrollos tecnológicos necesitan
nuevas cualificaciones en muchas industrias, y dejan sin empleo a
aquellos trabajadores cuya capacitación no está puesta al día. Una
fábrica de una industria en declive puede cerrar o desplazarse a otro
lugar, despidiendo a aquellos trabajadores que no pueden o no
quieren desplazarse. Los trabajadores con una educación inadecuada,
o los trabajadores jóvenes y los aprendices con poca o ninguna
experiencia, pueden no encontrar trabajo porque los empresarios
creen que no producirán lo suficiente como para que merezca la pena
pagarles el salario mínimo legal o el salario pactado en el convenio
colectivo con los sindicatos. Por otro lado, incluso los trabajadores muy
cualificados pueden estar desempleados si no existe una demanda
suficiente de sus cualificaciones. Si los empresarios discriminan a
algún grupo en razón de su sexo, raza, religión, edad o nacionalidad
de origen, se puede dar una alta tasa de desempleo entre estas
personas, aunque haya muchos puestos de trabajo por cubrir. El
desempleo estructural es especialmente relevante en algunas
ciudades, profesiones o industrias, para aquellas personas con un
nivel educativo inferior a la media y para otros grupos de la fuerza
laboral.

El desempleo cíclico es el resultado de una falta de demanda general


de trabajo. Cuando el ciclo económico cae, la demanda de bienes y
servicios cae también y, por lo tanto, se despide a los trabajadores.

Un aspecto político muy relevante se refiere a la relación entre el


desempleo y la inflación. En teoría, cuando la demanda de trabajo se
eleva hasta el punto de que el desempleo es muy bajo y los
empresarios tienen dificultades a la hora de contratar a trabajadores
muy cualificados, los salarios aumentan, y se elevan los costes de
producción y los precios, con lo que se contribuye al aumento de la
inflación; cuando la demanda se reduce y aumenta el desempleo, se
disipan las presiones inflacionistas sobre los salarios y los costes de
producción.

Modelo neoclásico del mercado de trabajo y el


desempleo

Los economistas neoclásicos consideraron el mercado del factor


trabajo en la misma forma que al resto de los mercados de factores
bienes, y servicios. Los salarios son el precio que hay que pagar por
los servicios prestados por el factor trabajo. Cuanto mayor sean los
salarios, menor será la cantidad demandada y mayor la cantidad
ofrecida.

El análisis neoclásico se basa en el supuesto de la flexibilidad de los


salarios. Los desplazamientos que se puedan producir en las
funciones de demanda y oferta de trabajo provocarán reajustes
salariales que en cualquier caso quedarán determinados en el punto
en que se igualen la oferta y la demanda. Hay dos clases de paro,
voluntario e involuntario, que pueden producirse dentro de este
esquema. En el punto de equilibrio todos los trabajadores que lo
deseen encuentran un empleo, pero habrá una cierta cantidad de
personas que no estarán dispuestas a trabajar por encontrar
excesivamente bajos los salarios, eso será desempleo voluntario. Si
algún factor externo -sindicatos, gobierno- impide el reajuste de los
salarios, aparecerá el paro involuntario.

La persistencia de un cierto nivel de paro involuntario permanente es


explicada en el modelo neoclásico mediante dos tipos de razones: el
desempleo friccional y el estructural. Incluso en la coyuntura
económica más favorable, en las situaciones de pleno empleo,
permanecerá siempre un cierto número de trabajadores en paro por
razones friccionales o estructurales. Es la llamada tasa "normal" o
inevitable de paro.
Modelo keynesiano del mercado de trabajo y el
desempleo

En el modelo keynesiano, la causa principal del paro hay que buscarla


en la insuficiencia de la demanda agregada. Un simple cambio
negativo en las expectativas de los empresarios puede provocar una
disminución de su demanda de bienes de inversión lo que originará
una serie de reacciones en cadena en la que se irá perdiendo empleo
sucesivamente en diferentes ramas industriales. La consiguiente
disminución en la capacidad adquisitiva de los trabajadores puede
agravar el círculo vicioso prolongando indefinidamente la situación de
desempleo.

Los keynesianos rechazan la capacidad del mercado laboral de


ajustarse a la nueva situación modificando los salarios. Y si el equilibrio
en el mercado de un factor o un bien no puede alcanzarse por la vía
de los precios, se conseguirá por la vía de las cantidades, apareciendo
una disparidad entre las cantidades ofrecidas y demandadas. Es la
rigidez a la baja de los salarios la que impide que la disminución de la
demanda se traduzca en descensos salariales por lo que se producirá
una situación de desempleo involuntario. El supuesto de la rigidez de
los salarios puede suavizarse si se considera que los trabajadores
tienen ilusión monetaria, es decir, que lo que negocian en sus
convenios son salarios nominales, no reales, por lo que, si se dan
simultáneamente situaciones de desempleo e inflación, puede
producirse un cierto reajuste de los salarios reales. Esta posibilidad
quedaba excluida por las modernas propuestas del modelo de las
expectativas racionales: No hay ilusión monetaria, por lo que la política
monetaria expansiva se traduce inmediatamente en subidas de
precios y salarios sin que tenga ningún efecto sobre la producción real.
Los keynesianos, en respuesta, dieron la vuelta al argumento.
Aceptando el supuesto de las expectativas racionales conjuntamente
con el de la rigidez de los salarios nominales, dedujeron que las
políticas expansivas sí pueden tener efecto sobre la producción real.
Por ejemplo, el anuncio de un aumento en la cantidad de dinero en
circulación provocará subidas en los precios, pero no en los salarios
nominales, por lo que los salarios reales bajarán; esto permitirá el
aumento del empleo y de la producción real

Pero si los trabajadores tienen expectativas racionales ¿Por qué


serían rígidos los salarios nominales? Actualmente, cuando se firman
convenios colectivos suele incluirse una cláusula de revisión
condicionada al comportamiento del IPC por lo que los aumentos
salariales acordados son reales. Además, si los salarios nominales
fueran rígidos, los salarios reales actuarían anticíclica mente, bajando
en los procesos inflacionistas y subiendo en los deflacionistas, lo que
no sólo no es lógico sino contrario a la experiencia empírica.

El modelo del mercado interno de las empresas trata de explicar por


qué la existencia de trabajadores en paro, teóricamente dispuestos a
aceptar un empleo a cualquier precio, no provoca la caída de los
salarios. En cada empresa hay un gran número de puestos de trabajo
que requieren cierto grado de confianza en la persona que los ocupa.
Para esos empleos se buscarán trabajadores conocidos, que ya lleven
un tiempo en la empresa. Muchos otros puestos exigen una formación
muy especializada que sólo se consigue permaneciendo mucho
tiempo en el mismo empleo. Por tanto, los trabajadores en paro no
sirven para ocupar esos empleos y, aunque estuvieran dispuestos a
aceptar salarios más bajos, no representan una competencia real para
los que ya están empleados desde hace tiempo en la empresa.

El modelo del pago de la lealtad se fija en ciertos comportamientos


que, aunque no sean fácilmente explicables racionalmente, todo el que
haya trabajado en una empresa sabe que son muy comunes. Hay un
amplio grupo de trabajadores que se esfuerza más de lo que les exige
la empresa. Es comprensible por tanto que la empresa les pague más
de lo estrictamente necesario para que permanezcan en sus puestos.
Se produce una especie de lealtad mutua entre empleados y
empleadores.
El modelo de los salarios anti-escaqueo (shirking) considera que la
empresa no puede estar detrás de cada trabajador controlándole
minuto a minuto para que cada uno rinda al máximo posible. La mejor
forma de incentivar el trabajo es ofrecer buenos sueldos. Si los salarios
fueran bajos no se tendría miedo al despido y los trabajadores
adoptarían comportamientos indolentes. Es interesante constatar que,
en los países comunistas del este de Europa, la falta de temor al
despido y los bajos salarios provocaban que el rendimiento de los
trabajadores fuese mucho más bajo que en los países occidentales;
ésa está considerada una de las razones principales de la caída de
aquel sistema.

El modelo de la selección inversa subraya el temor de los empleadores


a que, en el caso de que bajasen los salarios cada vez que la empresa
atravesara una coyuntura difícil, los primeros trabajadores en
abandonarles serían los mejores, los que se sintieran confiados en
encontrar fuera otro puesto mejor pagado. Se produciría así un
fenómeno de selección darwinista de los menos eficaces que
redundaría en perjuicio de la empresa. Es preferible por tanto no bajar
los salarios y adaptarse a las crisis mediante reajustes de personal en
los que se despidan sólo a los peores.

Es fácil detectar algunas características comunes a todos estos


modelos. Consisten principalmente en análisis de tipo psico-
sociológico sobre el razonamiento seguido en la adopción de
decisiones por los empleadores y sobre los mecanismos de
funcionamiento interno de las empresas. Ciertamente consiguen
complementarse mutuamente para explicar por qué los salarios
permanecen altos en coexistencia con altas tasas de desempleo en el
mercado laboral. Comparten un cierto "espíritu" keynesiano ya que, al
mostrar la incapacidad del mercado de trabajo para alcanzar
automáticamente el equilibrio, están justificando la necesidad de
intervención del Estado: la única solución para el desempleo consiste
en hacer crecer la demanda agregada.
Las políticas de empleo

La intervención del Estado para fomentar el empleo topa con grandes


dificultades. Las políticas expansivas pueden producir desagradables
efectos secundarios, provocando inestabilidad monetaria y otros
desequilibrios. Si lo que se busca es una oferta de empleo bien
remunerado, sostenida a largo plazo, habrá que actuar de forma muy
cuidadosa para que no sea peor el remedio que la enfermedad.

El aumento de la demanda de trabajadores puede conseguirse con


medidas fiscales que reduzcan los costes salariales para las
empresas, bien reduciendo las contribuciones obligatorias a la
Seguridad Social (que tendrían que ser substituidas por otros ingresos
del Estado), bien subvencionando la contratación de trabajadores que
por alguna circunstancia sean menos eficientes, minusválidos, jóvenes
en su primer empleo, etc. La flexibilización de los empleos,
autorizando contratos temporales y facilitando los despidos, supone
de hecho abaratar los costes laborales de las empresas, aunque a
costa de la precarización del empleo.

Finalmente siguen siendo muchos los partidarios de las tradicionales


medidas keynesianas de aumentar la demanda agregada mediante el
aumento del gasto público, bien mediante contratación directa por el
Estado-patrón, bien mediante la realización de obras o inversiones
públicas. A pesar de las argumentaciones de Friedman, los programas
y gobiernos socialdemócratas siguen siendo partidarios de políticas
activas de creación de empleo especialmente en países con tasas
altas de paro.

Consecuencias del desempleo

El desempleo conlleva una disminución de los ingresos y, por tanto,


produce cambios en el estilo de vida. Se producen cambios radicales
en la forma de vivir, pues se vive con la incertidumbre de no saber
cuánto tiempo durará esa situación. En tales circunstancias, se tiende
a ser precavidos y reducir drásticamente los gastos.
Tiene una gran repercusión en el ámbito familiar, intensificando las
relaciones existentes con anterioridad. Puede producir gran tensión y
desestabilizar las relaciones familiares perjudicándolas o, por el
contrario, la familia puede ser el gran apoyo y encontrar en ella el
empuje y ayuda necesaria para buscar otro empleo, transmitiéndole
confianza y seguridad.

La pérdida de empleo también produce una reducción de las


relaciones sociales. Inevitablemente se pierde el contacto con aquellas
personas que son imprescindibles para poder desarrollar nuestro
trabajo. Además, es un medio para relacionarnos y hacer grandes
amistades. Por otro lado, las dificultades económicas disminuyen los
contactos sociales, no hay tanta disponibilidad para salir a cenar, ir de
copas o realizar actividades que supongan un gasto.

El desempleo puede traer consecuencias psicológicas negativas como


disminución de la autoestima, depresión, ansiedad, etc. Produce un
empobrecimiento del concepto que se tiene de uno mismo.

Cómo afecta al desempleado

La forma de reaccionar ante el desempleo dependerá entre otros


factores de la personalidad de cada uno. Hay quienes con inmediatez
empiezan a movilizarse para salir de esa situación, actuando de forma
positiva y esperanzada, confiando en sus posibilidades, y otros, por el
contrario, se sienten hundidos y sin fuerzas para iniciar la búsqueda
de empleo, pierden la confianza en sí mismo y en sus capacidades.

No obstante, hay una serie de sentimientos comunes que sufren


quienes han perdido su trabajo. Entre ellos destacamos los siguientes:

 Sentimiento de vergüenza. La persona desempleada suele


sentirse avergonzada por esa situación, responder a la simple
pegunta "¿en qué trabajas?", les produce malestar. Este
sentimiento surge tanto por el hecho de estar desempleado
como por tener que buscar un empleo. La intensidad en que se
sufre dependerá de diversos factores como la edad o el tiempo
que lleve desempleado.
 Sensación de fracaso. Es frecuente encontrar personas
desempleadas con sensación de fracaso, por no haber logrado
permanecer en ese puesto de trabajo, con la sensación de
haber fallado.
 El sentimiento de culpa también es frecuente ante estas
situaciones. Muchas veces la propia persona llega a culparse
por esa situación, pensando que no ha sido lo suficientemente
válido en el desarrollo de sus funciones y no ha sabido
mantener su puesto de trabajo, sin tener en cuenta los factores
externos que han podido generar esa situación como la
necesidad de reducir plantilla o el cierre de la empresa.

El desempleo no afecta por igual a todas las personas, su efecto no


es comparable en una persona joven e independiente que ha perdido
su empleo con un padre de familia que tiene que hacer frente a los
gastos familiares.

El padre de familia no solo deja de ingresar dinero en su casa, sino


que además considera que su rol de cabeza de familia queda
desvalorizado, se siente impotente y frustrado. Hay que reaccionar y
salir de esa situación, dejar de autocompadecerse y buscar
soluciones.

Efecto del desempleo en la economía

El desempleo afecta a la economía en más de una forma. Esto se debe


a varias facetas de la economía que se encuentran interconectadas y
ejercen un efecto que al final tendrá un impacto en espiral sobre los
otros. Ningún país quiere tener altas tasas de desempleo ya que este
escenario sólo conduce a más casos de desempleo. Como resultado
de esto, el número de individuos que compiten por una oportunidad de
empleo es mayor, y esto hace que las posibilidades de conseguir un
trabajo sea algo muy remoto para todos los candidatos interesados.
El desempleo afecta a la economía de modo que se asocia con el flujo
de dinero. Un flujo de caja constante es esencial para cualquier
economía que quiere prosperar, tanto hacia adentro y hacia fuera. Si
no se consigue esto, se conduce a un lento crecimiento económico,
que a su vez hace que sea más difícil hacer un cambio de tendencia
en el futuro. Una vez más, el desempleo afecta a la economía cuando
la utilización de las materias primas y la maquinaria necesaria para la
salida no está optimizada. Como resultado de esto, se disminuye el
gasto de los consumidores que a su vez conduce a la deflación
provocada por la demanda mínima y la oferta de productos y servicios.

Si un país se enfrenta a altas tasas de desempleo, entonces se


deduce que la mayoría de las personas acumulan más deuda de la
necesaria para que sean capaces de cumplir con sus obligaciones
financieras, tales como hipotecas, préstamos para automóviles y otras
cuentas. El pago de las deudas, por supuesto, complica la economía
familiar. En este caso, el gobierno se verá obligado a aumentar los
impuestos con el fin de funcionar correctamente sin mencionar que
atienden a necesidades tales como la protección social y otras
obligaciones vitales. De esta manera, el paro afecta enormemente a la
economía. Un país que tiene una alta tasa de desempleo también
significa que otros sectores de la economía están en peligro ya que los
fondos destinados al desarrollo están dirigidos a apoyar a las masas
desempleadas. La desaceleración económica se experimentará como
resultado de esto.

Situación de desempleo

La tasa de desempleo global se estabilizó durante 2017 y se mantuvo


en un 5,6%, cifra que comporta un número de personas sin trabajo
superior a los 192 millones, según destaca un informe publicado por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El estudio Perspectivas sociales y del empleo en el mundo indica que,


gracias a la recuperación económica y al aumento de la población
activa, el desempleo mundial tendría que mantenerse en el año 2017
un nivel similar que el pasado.

La positiva evolución del mercado laboral en los países desarrollados,


provocará que la tasa de desempleo descienda al 5,5% durante 2018,
pero espera un aumento de la desocupación en los países emergentes
y en desarrollo, pese a las mejoras de estos.

Según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo


(OIT), el principal problema de los mercados de trabajo en el mundo
es el empleo de mala calidad. Millones de personas se ven obligadas
a aceptar condiciones de trabajo deficientes.

Los datos recientes recabados para elaborar el informe Perspectivas


sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2019 (WESO) indican
que, en 2018, la mayoría de los 3300 millones de personas empleadas
en el mundo no gozaba de un nivel suficiente de seguridad económica,
bienestar material e igualdad de oportunidades. Es más, el avance de
la reducción del desempleo a nivel mundial no se ve reflejado en una
mejora de la calidad del trabajo.

Este informe publicado por la OIT alude a la persistencia de diversos


déficits de trabajo decente, y advierte de que, al ritmo actual, la
consecución del objetivo de trabajo decente para todos establecido
entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODES), concretamente
en el ODS 8, es inalcanzable para muchos países.

“El ODS 8 no solo se refiere al empleo pleno sino a la calidad del


mismo”, afirmó Deborah Greenfield, Directora General Adjunta de
Políticas de la OIT. “La igualdad y el trabajo decente son dos de los
pilares del desarrollo sostenible.”

El informe advierte de que los responsables de formular las políticas


deben afrontar esta cuestión, pues de lo contrario se corre el riesgo de
que algunos de los nuevos modelos empresariales, en particular los
propiciados por nuevas tecnologías, socaven los logros conseguidos
es el mercado laboral, por ejemplo, los relativos a formalidad laboral y
seguridad en el empleo, protección social y normas del trabajo.

“Tener empleo no siempre garantiza condiciones de vida dignas”,


señaló Damián Grimshaw, director del Departamento de
Investigaciones de la OIT. “Por ejemplo, un total de 700 millones de
personas viven en situación de pobreza extrema o moderada pese a
tener empleo.”

Damián Grimshaw, director del Departamento de Investigaciones de


la OIT

Posible solución al desempleo

Entre las cuestiones destacadas en la informe figura la falta de


progreso en cuanto a la brecha entre mujeres y hombres en la
participación laboral. La tasa de participación laboral femenina fue de
solo el 48 por ciento en 2018, muy inferior al 75 por ciento de la tasa
masculina. Asimismo, las mujeres predominan en la fuerza de trabajo
potencial y subutilizada. Otro problema es la persistencia del empleo
informal: en esta categoría hay nada menos que 2 mil millones de
trabajadores – el 61 por ciento de la población activa mundial. Otro
aspecto preocupante es que más de una de cada cinco personas
jóvenes (menores de 25 años) no trabaja, ni estudia, ni recibe
formación, por lo que sus perspectivas de trabajo se ven
comprometidas.

El informe anual también pone de relieve algunos aspectos positivos.


En caso de que la economía mundial lograra evitar una desaceleración
importante, se prevé que el desempleo siga disminuyendo en muchos
países. En los últimos 30 años ha habido una gran reducción de la
pobreza laboral, en especial en los países de ingreso medio, y un
aumento de la cantidad de personas que estudian o reciben formación.

Para mejorar la situación de las economías y, como consecuencia, el


empleo, los gobiernos no deben intervenir en la parte empresarial de
las economías. Es decir, no deben montar empresas o tomarlas del
sector privado y mucho menos rescatar a una que está fracasando.

Tampoco deben montar fondos para que, con nuestro dinero, los
funcionarios elijan campeones del futuro, como hemos visto en la
nueva ronda de anuncios, con la creación de un fondo para invertir en
nuevos negocios medio ambientales.

Todas estas medidas siguen el camino del despilfarro del dinero


público y, no sólo eso, esta competencia desleal pone en peligro a las
empresas que lo están haciendo bien, y a sus trabajadores también.

La creciente presencia del gobierno en la economía privada, como


hablé ayer en estas páginas, es el camino a la pobreza

El papel del gobierno en el sector privado es menos eficiente ya que


los políticos tienen muchos objetivos que quieren cumplir y sólo uno
de ellos es la de ser rentables con sus inversiones. Por otra parte, sólo
cuando es tu dinero el que vas a perder serás muy cuidadoso y muy
eficiente en no perder tu dinero y en maximizar la rentabilidad obtenida
por el riesgo empresarial asumido.

Y sólo los empleos que vienen de empresas eficientes y rentables son


duraderos y permiten a los trabajadores crecer.

Por lo tanto, cada euro invertido por el gobierno creará menos empleo
que el mismo euro invertido por el sector privado y, como los euros
invertidos por el gobierno provienen de quitarlos del sector privado, se
perderán más empleos en el sector privado que los que se crean en el
sector público.

Conclusión: el primer paso para reducir el desempleo es dejar que el


sector privado prime sobre el sector público en términos
empresariales.

El papel de los gobiernos en el mundo empresarial debería limitarse a


la regulación de las actividades para proteger a los consumidores y a
los trabajadores en contra de la explotación y para establecer bases
de competencia igualitaria. Invertir en los servicios básicos,
especialmente en educación, muy importante, y poco más.

La creación de empleo viene de las empresas que invierten y crean.


Los gobiernos sólo entorpecen cuando toman recursos privados y
crean artificialmente puestos de trabajo que, a la larga, y no tan a larga,
empobrece a la economía.

Hay muchas cosas que hay que hacer para reducir el desempleo, pero
el primero es la filosofía. La labor de los gobiernos debe ser,
manteniendo las regulaciones necesarias, sólo las necesarias,
quitarse delante y entorpecer el mínimo posible
Conclusión

Culminado nuestro trabajo de investigación hemos llegado a la


siguiente conclusión

La palabra empleo se refiere tanto a un trabajo como también a una


ocupación u oficio que ejerce u individuo, la palabra empleo deriva del
verbo “empelar”, a su vez proviene del francés emplayer lo cual
significa “acción y efecto de empresa”. Los empleos pueden ser
clasificados por el tiempo o por otras características, por ejemplo, los
empleos formales e informales los cuales se diferencian por el nivel de
educación de los que llevan a cabo el trabajo, el lugar en donde lo
realizan y los bienes y servicios que brindan

El desempleo por otra parte son personas en edad de trabajar que se


encuentran en un paro forzoso al margen de cualquier actividad
productiva, esto se da ya que existen cada vez mas personas que
ejercen una misma profesión siendo menos los pestos de trabajo
vacantes.
Anexo
Webgrafía

 https://www.monografias.com/trabajos10/dese/dese.shtml
 https://www.significados.com/empleo/
 https://economipedia.com/definiciones/desempleo-paro.html
 https://www.lechepuleva.es/nutricion-y-bienestar/los-efectos-del-
desempleo-en-las-personas
 https://www.ilo.org/global/about-
theilo/newsroom/news/WCMS_670577/lang--es/index.htm
 https://www.bolsamania.com/buscartrabajo/el-desempleo-y-su-efecto-en-
la-economia/
 https://www.campustraining.es/noticias/como-mantener-puesto-trabajo/
Integrantes

 Jazmín González
 Ronald Godoy
 Leila Molas

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