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Los líderes de las superpotencias, principalmente, de la Unión Soviética y de los

Estados Unidos de América, principales percusores de la guerra fría (1947-1989),


reflejaron un gran impacto en el desarrollo o desenvolvimiento de esta. Por un lado
(occidental-capitalista) está el Gral. Dwight D. Eisenhower, nacido en el estado de
Texas un 14 de octubre de 1890, estadounidense que sirvió en el ejército
norteamericano durante la segunda guerra mundial como comandante supremo aliado en
el frente de Europa occidental, en adición, en 1951, se convirtió en comandante
supremo aliado en Europa de la OTAN, no obstante, su carrera política tuvo un punto
álgido al ser elegido como el 34o presidente de EE.UU. como representante del partido
republicano de esa nación, su mandato presidencial se mantuvo desde el 20 de enero de
1953, tras la salida de Harry. S. Truman, hasta el 20 de enero de 1961, tras culminar su
segundo mandato presidencial. Mientras que por otro lado (oriental-comunista) se
encuentra el Ab. Nikita S. Khrushchev, quien nació el 15 de abril de 1894 en la aldea
minera de Kalínovka, al sur oeste de Moscú en la Rusia Imperial. Fue dirigente y líder
de la U.R.S.S. entre el 3 de septiembre de 1953, posterior a la muerte de Iósif Stalin,
hasta el 14 de octubre de 1964, al ser destituido por voto mayoritario en el Presídium y
el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética. Ambos líderes se
enfrentaron en la guerra fría en un periodo de tiempo asimilado, Eisenhower entre 1953
y 1961, y Khrushchev entre 1953 y 1964. Por lo consiguiente se evaluará tanto la
importancia como el impacto que repercutió en el desarrollo de la guerra fría a nivel de
política interna y externa.

Al asumir como presidente el Gral. Dwight D. Eisenhower, a la salida de Harry


Truman, presidente que habría declarado la guerra fría al imperio soviético, tanto con la
declaración de la doctrina que llevaba su nombre como con el plan Marshall, (plan de
contingencia económico e ideológico que frenaría el avance del colchón defensivo o
países satélites aliados de la U.R.S.S. por la Europa central y occidental) Eisenhower se
centró en una política más radical al mantener una presión álgida ante la Unión
Soviética mediante la doctrina Eisenhower o también conocida como la doctrina de la
represalia masiva, la cual fue emitida el 12 de enero de 1954, doctrina que suscribía el
uso de las armas nucleares como un esfuerzo de disuadir las intervenciones soviéticas
en cualquier parte del mundo, esta doctrina fue de gran impacto y un punto fuerte
durante los primeros años de la guerra fría, puesto que así la Unión Soviética frenaría su
avance extensionista por Asia y otros lugares del bloque del este y occidente, con este
hecho, estaría en su punto más álgido su lema “iré a Corea” usada durante su campaña,
donde prometía usar bombas nucleares, en un intento de terminar la guerra de Corea que
se había desencadenado 4 años antes de asumir como presidente de EE.UU. en
evaluación de la importancia y el impacto de esta política de la “Represalia Masiva” se
tiene que Eisenhower utilizaría esto como un punto decisivo y radical en política
exterior, tanto para la de la Unión Soviética como la de los Estados Unidos de América,
teniendo como preámbulo el miedo y la inminente aniquilación total influenciado por la
destrucción mutua asegurada.
En 1957, al final de su primer período presidencial, la Unión Soviética, al verse
acorralada por la doctrina Eisenhower en territorio mundial, decidió ir a por la conquista
del espacio, lo que llevó al imperio soviético a enviar al espacio exterior el primer
satélite artificial de registro ruso llamado Sputnik I el 4 de octubre de ese año al igual
que el Sputnik II con el primer animal en la órbita terrestre en noviembre, por
consiguiente, Eisenhower ordenó la creación de la NASA cuyas siglas llevan como
significado: National Aeronautics and Space Administration; o en español: Aeronáutica
Nacional y Administración Espacial. Con este hecho se inicia la carrera espacial y una
competencia trepidante entre ambas superpotencias para lograr el control del espacio
exterior. Mientras que la U.R.S.S de Nikita Khrushchev seguía invirtiendo en arsenal
nuclear y aumentando estrepitosamente su economía y poder espacial, Estados Unidos
inmiscuía cada vez más en su política exterior anticomunista en la segunda guerra de
Indochina conocida tiempo después como la guerra de Vietnam, no obstante, EE.UU.
no se quedaría atrás en la carrera espacial, ya que en enero de 1958 se pondría en órbita
el Explorer I, después de varios intentos fallidos por alcanzar el monopolio espacial
soviético. Así comenzarían una serie de proyectos espaciales llevados a cabo por la
U.R.S.S. y por EE.UU. como el Project SCORE, el satélite artificial solar soviético
Luna I, el satélite meteorológico Vanguard II, etc. Evaluando la importancia de este
líder y de la carrera espacial llevada por los estadounidenses, este fue más bien un punto
débil en la propaganda y la política exterior norteamericana en la que se había centrado
su presidencia 4 años atrás, en 1953. Puesto que el poder occidental se había visto
debilitado ante los avances soviéticos espaciales, y el apresuramiento de Eisenhower
hizo que EE.UU. fallara en gran medida al alcanzar a la Unión Soviética, como lo fue el
fracaso conocido como “Dudnik”, al que también se le atribuyen otros nombres como
“Flopnik” y “Kaputnik”, representando la mofa y la burla ante el fracaso inminente de
la propaganda y la política norteamericana, un punto débil de EE.UU. en la guerra fría.

En pleno auge de la doctrina Eisenhower y del Imperialismo norteamericano, surge la


segunda guerra de indochina, conocida tiempo después como la guerra de Vietnam, sin
embargo, Eisenhower y los Estados Unidos de América se vieron retraídos ante la
creación tanto del pacto de Varsovia como de la Doctrina Jdanov (por la Unión
Soviética), a los que consiguió suprimir la intención de utilizar armas nucleares en
cualquier parte del mundo ante la presencia del comunismo o influencia soviética, no
obstante, tras el ascenso de Fidel Castro y del triunfo de la revolución cubana el 1 de
enero de 1959, el gobierno republicano anticomunista de Dwight D. Eisenhower optó
por imponer políticas económicas duras a la Cuba castrista como la eliminación de la
cuota azucarera en un 90%, lo que hizo que la isla caribeña formara ciertas alianzas y
amistades con la U.R.S.S. proclamándose como un país comunista en el lado occidental
del mundo. La herencia presidencial que dejó Eisenhower a John F. Kennedy fue una
tensión abrumadora entre las dos superpotencias con la invasión de bahía de cochinos,
que desembocaría en la crisis de los misiles en octubre de 1962. A modo de evaluación,
estas políticas económicas, como la suspensión de la cuota azucarera a la isla cubana,
mostró un punto declinante ante la política norteamericana exterior e interior, puesto
que, aunque el comunismo en occidente había entrado en contención, Fidel Castro optó
por recibir ayuda económica y militar de parte de la U.R.S.S. aumentando la influencia
comunista de este lado del mundo, por lo tanto se evalúa a la acción norteamericana
como un punto débil para el desarrollo de la guerra fría.

Después de la muerte de Iósif Stalin, asumiría como presidente del consejo de ministros
el Ab. Nikita S. Khrushchev, en septiembre de 1953, este líder soviético centraría sus
bases políticas en la desestalinización y el surgimiento de una nueva potencia industrial,
económica, ideológica y sobre todo, militar. Puesto que una de las principales políticas
exteriores de la Unión Soviética era el de mostrar a los países occidentales la fuerza
militar, debido a esto se creó en mayo de 1955, las fuerzas militares conjuntas del Pacto
de Varsovia, una agrupación de las fuerzas militares de la U.R.S.S. y de sus aliados
anticapitalistas en el bloque del este, la cual en un principio seria un método bélico para
hacer frente a las fuerzas de la OTAN lideradas por Estados Unidos. De este modo, se
frenaría de una manera tenue la influencia de occidente en la Europa del este, y se
reforzaría el telón de acero por parte de las dos superpotencias inmiscuidas como
protagonistas de la guerra fría. Evaluando la importancia de este líder (Khrushchev) se
hace mención a que la creación del Pacto de Varsovia en 1955 fue determinante y un
punto a favor de la U.R.S.S. no solo porque le haría frente a la OTAN, sino que también
le pondría una barrera al imperialismo y la ideología norteamericana, por lo tanto se lo
considera un punto fuerte en cuanto a política exterior soviética se refiere.

Ya en 1956, 3 años después de asumir como presidente del politburó del partido
comunista de la unión soviética la espontaneidad de la revolución húngara, en pro de la
libertad política y de expresión, de octubre de 1956 hizo que Khrushchev apostara por el
aplastamiento de las fuerzas revolucionaras conducidas por civiles y ciertos miembros
del ejército húngaro, lo que terminaría con una Hungría devastada por los tanques de
guerra soviéticos y su líder principal, Imre Nagy sentenciado a pena de muerte por
desacato a las políticas ordenadas desde el Kremlin y el impulso al desorden y la
desunión del pueblo húngaro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, dando
como resultado un fortalecimiento álgido en las relaciones comunistas del bloque del
este, al igual que el descontento de los marxistas-leninistas de occidente. En lo que
respecta a la evaluación de este hecho, se tiene que Khrushchev demostraría una
posición autoritaria y muy poco expresionista ante sus aliados del bloque del este, el
aplastamiento de la revolución húngara significó una especie de imperialismo y
colonialismo soviético, tal y como lo expresaba su acérrima aliada, la República Popular
China de Mao Tse-Tung, al igual que el revisionismo que se implementó con el inicio
de la desestalinización, el aplastamiento de la revolución húngara sería un punto
disconforme en la importancia de Nikita Khrushchev dentro del marco de la guerra fría,
una política fuerte pero de débil alcance exterior.

En 1957 la U.R.S.S. se encargaría de ser el primero de todos los países del mundo en
conquistar el espacio exterior, ya que en octubre de ese año, enviaron a la órbita
terrestre el Sputnik I, el primer satélite artificial en el espacio exterior, así los estados
unidos, en una apresurada forma de acabar con el monopolio soviético y la conquista
roja del espacio, creó la NASA, sin embargo, la URSS estaba muy por delante del
imperio capitalista norteamericano, puesto que lanzaría, en noviembre del mismo año, el
Sputnik II, esta vez estaría tripulado por un ser vivo, en este caso, se trataría de la perrita
Laica, no obstante, EEUU, se propuso a lanzar también un satélite artificial, lo que lo
llevó a enviar, después de varios intentos fallidos, el Explorer I, el primer satélite
artificial norteamericano en el espacio. Al evaluar este hecho tan trepidante de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se tiene, sin más que fue un punto fuerte y en pro
de las políticas soviéticas de supremacía que había predicho Khrushchev al asumir
como líder del imperio rojo, ya que este país se pondría delante no solamente en la
recién surgida carrera espacial sino también ideológica y propagandísticamente,
reforzando así la política exterior del imperio de los trabajadores.

En 1958, la migración descomunal que se había presentado de Berlín este, a Berlín


oeste, se debió principalmente a que la ideología que se mantenía en el Berlín este era el
comunismo soviético, por lo tanto, la población del este de la ciudad no estaba contenta
con las políticas económicas y sociales emitidas desde el Kremlin al Reichstag Berlinés
de la Alemania oriental. Estas migraciones preocuparon enormemente a Walter Ulrich,
líder de la Alemania del este y de Berlín oriental, por consiguiente, pidió ayuda al
mismo Nikita Khrushchev en la construcción de un muro que atraviese toda la ciudad
dejando partida a la capital de la república democrática alemana en 2, así frenaron en
gran medida las migraciones del este al oeste y las políticas soviéticas en el Reichstag
alemán se vieron más radicalizadas hasta que en 1961 finalmente se construiría el muro
de Berlín. En evaluación, se menciona que estas políticas aislacionistas adoptadas por la
República Democrática Alemana fueron vistas por la opinión pública de la RFA y de
Berlín occidental como una muestra del autoritarismo y la represión social de la Unión
Soviética, debilitando así la imagen exterior del imperio rojo, representando esto un
punto débil ante al comunismo europeo de la Unión Soviética.

El derribo de un avión U-2 en territorio soviético marcaría una de las más álgidas
tenciones entre el imperio comunista de la U.R.S.S. y el capitalismo estadounidense. Al
reciente triunfo de la revolución cubana guiada por Fidel Castro y las continuas
represalias económicas y militares a la nación caribeña hizo que el comandante Castro,
en un intento de rescatar la economía de su país que había sido paralizada debido la
eliminación de la cuota azucarera por el gobierno de Eisenhower, buscó ayuda en
Khrushchev y el pueblo soviético, lo que recibió a cambió fue ayuda económica al igual
que ayuda militar y, aunque clandestinamente, misiles balísticos de largo y medio
alcance. Esto izo que el reciente gobierno de John F. Kennedy se viera acorralado ante
la presencia de misiles nucleares a tan solo 90 millas del territorio estadounidense, sin
embargo, las tensiones máximas llegarían a su fin con una serie de acciones
diplomáticas por parte de John y Robert Kennedy directamente con el Kremlin de
Moscú y el acuerdo terminaría en retirar los misiles balísticos de cuba por parte de la
Unión Soviética a cambio de que estados unidos retire sus misiles de igual alcance de
Turquía, la crisis de los misiles en cuba había terminado y el mundo volvería a la
normalidad y la etapa de la guerra fría conocida como la Distención, había comenzado.
A modo de evaluación tanto el inicio como el final de la crisis de los misiles
representaron un punto fuerte en la política de amedrentamiento y terror psicológico que
propiciaba el imperio comunista de Nikita Khrushchev, izo que EE.UU. se sintiera
amenazado y acorralado ante esta fuerza destructiva lo que hizo que cediera ante las
peticiones del Kremlin, por lo tanto y por consiguiente, se le atribuye a la URSS, en
gran medida, el triunfo ante la crisis de los misiles en

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