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La terapia junguiana: restablecer el equilibrio emocional a partir de

lo inconsciente
10 noviembre, 2017
Valeria Sabater

La terapia junguiana o análisis de Jung busca iluminar esas áreas oscuras de nuestra psique
para favorecer la autorrealización. Es el arte de una psicología profunda, donde gracias a una
relación dialéctica y cercana entre el analista y el paciente, se logra unir las partes conscientes con
las inconscientes para dar forma a un Yo más genuino y a un auténtico equilibrio emocional.
Si hay algo que la mayoría sabemos es que la figura de Carl Jung y su legado atrae, inspira y
apasiona. El padre de la psicología analítica era mucho más que ese psiquiatra y analista suizo que
llevó a otro nivel muchos de esos conceptos heredados de Sigmund Freud. Jung fue un alquimista
de la ciencia, de la antropología, la astrología, el arte, la religión y el mundo de los sueños…
Lejos de ver cada una de estas áreas del conocimiento de forma aislada, las puso al servicio de la
psicología para dotarla de un significado más profundo, unitario y más dinámico. De este modo, la
explicación del inconsciente mejoraba y también lo hacía la de todo ese universo, a veces
convulso, donde subyacen nuestros conflictos, nuestras necesidades, pulsiones y esos
aspectos que dificultan que disfrutemos de una buena salud mental.
Cabe decir, no obstante, que no abundan los terapeutas junguianos. Este tipo de terapia no es tan
habitual como muchas otras que se basan en enfoques más frecuentes y con un mayor respaldo
empírico documentado, como el cognitivo-conductual o incluso el humanista. En este sentido, la obra
de Jung, así como la terapia junguiana, a pesar de la originalidad de sus aportaciones se la ha
considerado un tanto asistemática y compleja.
«EI psicoterapeuta debe ver a cada paciente y a cada caso como algo inédito, como algo único,
maravilloso y excepcional. Solo así se estará mas cerca de la verdad»
-Carl Jung-
Sin embargo, universidades como la de Berkeley enseña psicología junguiana desde los años 70.
Asimismo, en la última década se está viendo un resurgir de este tipo de terapia, sobre todo en
Sur América así como en algunos países de Europa. En España, por ejemplo, existe la «Sociedad
Española de Psicología Analítica», encargada de difundir el legado de Jung y de formar a los futuros
psicoterapeutas junguianos.
Estamos, por tanto, ante un tipo de terapia que empieza a asentarse con más fuerza en el campo de
la atención psicológica y que sin duda merece la pena conocer en profundidad.
¿Cuál es la finalidad de la terapia junguiana?
La terapia junguiana es una forma especializada de psicoterapia que tiene como objetivo
facilitar la integridad psíquica de la persona llegando a un acuerdo con el inconsciente. Así,
algo que debemos entender en primer lugar, es que dentro de este encuadre psicoterapéutico se
entiende que todos disponemos de un «sustrato psíquico» con unas dinámicas inconscientes a
veces muy complejas que impactan en nuestras actitudes, forma de pensar y de relacionarnos…
El objetivo del terapeuta junguiano es conseguir que tomemos conciencia de esos factores
inconscientes para favorecer una reconciliación con lo inconsciente. De este modo, podemos
propiciar lo que Jung denominó en su momento como proceso de individualización. Es decir, con
este tipo de psicoanálisis lograríamos una armonía entre necesidades y logros, entre pasado y
presente alcanzando una madurez genuina donde nuestro yo, puede definirse de forma auténtica
sintiéndose libre, y capacitado para seguir creciendo.

¿En qué momento o en qué situaciones nos sería útil la terapia junguiana?
En la terapia de Jung nos puede ayudar a entender y a afrontar procesos tan complejos como
la depresión, la ansiedad o incluso posibles adicciones.
Este enfoque psicoterapéutico se basa en un proceso por el cual el paciente deberá pasar con
ayuda de su terapeuta por tres fases muy concretas: la auto-conciencia, la transformación y
actualización. De este modo, lograremos ver aquello que subyace en lo más oscuro e inaccesible
de nuestra psique para trasformarlo y proceder al cambio.
De este modo, podemos considerar que este enfoque nos será útil en los siguientes momentos y
situaciones de nuestra vida:
Épocas en que arrastramos cierto desánimo, apatía, sensación de incertidumbre.
Momentos en que nos sentimos enfadados, frustrados con algo sin saber muy bien la razón.
Etapas en las que atravesamos problemas con nuestra relación afectiva.
Fases en las que iniciamos nuevas etapas en nuestras vidas y donde de algún modo, tememos
cometer los mismos errores del pasado.
Cuando nos sentimos «perdidos», sin saber qué dirección seguir o qué decisiones tomar.
Cuando percibimos que estamos «atascados» en las mismas formas de comportamiento, esas que
nos producen infelicidad.
La terapia junguiana es útil para artistas o profesionales que basan su trabajo en la
creatividad y que sienten que ya no tienen ideas.
Personas que necesitan entender determinados sueños.
Objetivos terapéuticos del análisis junguiano
Tal y como hemos señalado con anterioridad, el el análisis junguiano es una forma especial de
psicoterapia donde se intenta llevar al paciente hacia una «reconciliación» personal con el
inconsciente. ¿Qué supone esto? Significa básicamente que la estrategia terapéutica consistirá en
convertirnos en exploradores de nuestra psique en compañía de un profesional experto en
este campo, donde entender por qué ciertas dinámicas y «presencias» inconscientes afectan
nuestro comportamiento.
Para lograrlo la terapia junguiana tendrá como objetivo el analizar una serie de dimensiones muy
concretas. Son las siguientes
1. Trabajar nuestro «material» inconsciente
Mientras para el psicoanálisis freudiano lo inconsciente no es más que un espacio donde se
contienen gran parte de nuestras pulsiones y deseos sexuales reprimidos, Carl Jung quita el foco a
todas esas explicaciones deterministas para descubrirnos que en las profundidades de
nuestra mente hay toda una arquitectura de contenidos, símbolos, arquetipos y significados que
debemos sacar a la luz.
De este modo, y para abordar todo ese material inconsciente, la terapia junguiana se vale de dos
etapas bien definidas.
Comprender nuestra arquitectura inconsciente. A través de una serie de estrategias muy concretas
como puede ser el análisis de los sueños, el arte, el diálogo o la imaginación, el terapeuta debería
identificar y entender cada símbolo y arquetipo que hay en nuestro inconsciente. Sin embargo, el
paciente tomará parte activa en ello, porque una buena parte de esos símbolos pueden tener un
significado muy concreto para esa persona en cuestión. Son como fuerzas energéticas disfrazando
un problema.
Entender cómo impacta nuestro material inconsciente en nuestra vida consciente. El segundo
objetivo terapéutico será comprender cómo todo aquello que reside en nuestro interior de forma no
consciente, altera nuestra capacidad para sentirnos bien, para sentirnos realizados.
2. Interpretación de los sueños
Los jungianos tienen una visión muy concreta sobre lo que son en realidad nuestros sueños, y ese
velo donde se contiene todo el material inconsciente. El mundo onírico tiene una relación directa
con el ego, es como un teatro donde pueden revelarse aspectos importantes para su
autorealización, sus necesidades, sus miedos, sus limitaciones…
Así, mientras Freud nos decía que los sueños no son más que ese campo donde satisfacer ciertos
reprimidos, los junguianos piensan que los sueños actúan a veces como voces críticas, como
caminos que se nos abren para que tracemos nuevas alternativas en nuestro mundo consciente
para tener una vida más rica.
Por lo tanto, lejos de ver el mundo consciente e inconsciente como dos entidades separadas como
pueden hacer los freudianos, la terapia junguiana lo ve como un todo. Solo cuando integremos
estas dos partes de nuestra psique en un todo, nos sentiremos libres.
3. Identificar nuestros complejos
Todos tenemos complejos, pero cuidado, lo que no es saludable es que los complejos «nos
tengan» a nosotros. Es entonces cuando la vida pierde espontaneidad, oportunidades, potencial de
desarrollo y crecimiento….
Jung nos explicó en su legado que los complejos se relacionan con los arquetipos heredados
y con nuestras vivencias personales. De este modo, y según el este enfoque de la psicología
analítica, podríamos diferenciar los siguientes tipos:
Complejo de Creso: necesidad de tener dinero y poder para sentirnos superiores.
Complejo de Caín: relacionado con los celos.
Complejo de Aquiles: necesidad por esconder nuestra fragilidad.
Complejo de Brunilda: ver a nuestras parejas como héroes.
Complejo de Eróstrato: búsqueda de atención constante.
Complejo de Antígona: necesidad de cuidar y proteger
4. Estilo de personalidad
Una de las herramientas de evaluación más utilizadas en la terapia junguiana es sin duda el
indicador Myers-Briggs desarrollado por Isabel Briggs Myers y Katharine Cook Briggs. Esta
escala fue creada en base al libro de Jung los «Tipos psicológicos» y tiene como objetivo las
siguientes dimensiones:
Entender en qué punto nos encontramos entre el continuo comprendido entre la introversión y la
extroversión.
Saber cómo procesamos nuestros entornos y la información que en ellos se contienen.
Saber cómo tomamos nuestras decisiones, si lo hacemos en base a nuestras emociones, juicios,
etc.
Descubrir cuáles son nuestras preferencias, nuestras necesidades emocionales y preferencias
laborales.
¿Qué técnicas utiliza la terapia junguiana?
Hay un dato que es interesante considerar sobre la psicología analítica, y es que Jung siempre se
negó a sistematizar sus teorías y a definir con claridad la práctica clínica y su metodología. Por
ello, los herederos de la terapia junguiana se vieron obligados a recurrir a sus artículos, libros y
ensayos; a través de ellos encontraron ese «hálito» psicoterapéutico sobre el que trazar una línea de
consenso que a día de hoy se sigue manteniendo.
Por tanto, lo que tenemos en realidad es un conjunto de técnicas desarrolladas a través de una
relación dialéctica entre el especialista y el paciente donde debe existir cercanía, confianza y una
alianza terapéutica significativa. Asimismo, Jung dejó muy claro en sus escritos que debía
conseguirse lo siguiente:
«Es esencial que en el procedimiento dialéctico el terapeuta respete en todo momento la
personalidad del paciente. Se le debe tratar con dignidad, despojándonos además de ideas
preconcebidas para acompañar a la persona en esa andadura a veces compleja de descubrimientos
y desarrollos donde favorecer el cambio psicoterapéutico. No debe quedar ningún «alérgeno
psíquico» del médico o terapeuta en la mente del paciente en su proceso de «individuacion».
El respeto por el paciente y conseguir y mantener su confianza es esencial para la terapia
junguiana. Solo así se crea una buena alianza para llevar a cabo estas técnicas:
Terapia de conversación
La terapia de Jung se basa por encima de todo en la conversación. Solo cuando el paciente se
siente seguro y cómodo, se puede conseguir una buena colaboración a la hora de llevar a cabo otras
técnicas como el análisis de los sueños u otras estrategias creativas donde ambos, paciente y
terapeuta, podrán navegar y comprender el mundo inconsciente y proceder a la transformación.
Análisis de los sueños
Algo que podríamos pensar antes de nada, es que a la hora de interpretar y entender un sueño
basta con comprarnos alguno de los libros de Jung orientados a este propósito. No es así. Un
aspecto que saben bien los terapeutas junguianos es que el conjunto de símbolos y arquetipos
que surgen en el tejido onírico de un paciente, se relacionan con la personalidad y
circunstancias personales de esa persona.
Es un proceso por tanto muy delicado, meticuloso a la vez que profundo y revelador.
Asociación de palabras
La prueba de asociaciones libres es una estrategia habitual en la terapia junguiana. La metodología
es la siguiente: se le pide al paciente que evoque la primera palabra que viene a su mente tras
que el terapeuta diga algo. La rapidez o la demora en la respuesta puede revelar
ciertas resistencias o complejos inconscientes.
Actividades creativas
Cada terapeuta junguiano confiará o verá más válidas un determinado tipo de actividades
creativas frente a otras dependiendo también de la personalidad del paciente. No obstante,
actividades tan sencillas como pintar mandalas, dibujar, bailar o llevar un diario de sueño son
estrategias fabulosas. Actuaciones que favorecen la expresión, la imaginación y la reflexión para
traer al mundo consciente aspectos de esa arquitectura inconsciente.

La terapia junguiana ¿es efectiva?


Llegados a este punto, es muy probable que muchos nos veamos atraídos por este tipo de enfoque
psicoterapéutico. Sin embargo, tras ese interés es común que nos hagamos la siguiente
pregunta ¿es realmente efectiva? Somos conscientes que muchos de nosotros estamos
acostumbrados a escuchar loas sobre la eficacia de la psicoterapia cognitivo-conductual para
diferentes trastornos.
La respuesta a la pregunta formulada es «sí», la terapia junguiana es útil para los siguientes
propósitos: atenuar la angustia psicológica, conseguir una mayor satisfacción en nuestra vida,
para mejorar nuestra desempeño laboral y las relaciones familiares y de pareja, para favorecer el
auto-conocimiento y para superar las crisis existenciales.
Así, al menos, lo avala un estudio publicado en el 2013. En él se explica además que con 90
sesiones podemos alcanzar el éxito terapéutico. Por tanto, si de verdad percibimos que este tipo
de encuadre psicológico se ajusta a nuestras necesidades, si pensamos que podemos sentirnos
cómodos trabajando con un terapeuta junguiano, no tengamos miedo a dar el paso.
Será un viaje de descubrimientos que valdrá la pena.

Referencias bibliográficas
Hall H, Norby L. (1968). Fundamentos de la psicología de Jung. Buenos Aires: Psique
Hocheimer W (2004). La psicoterapia de Jung Barcelona: Herder
Fordham, M (1999). Technique in Jungian Analysis (The Library of Analytical Psychology) Boston:
Karnac
Jung, C. G. (1981). Arquetipos e inconsciente colectivo. Barcelona, Paidos.
Jung, C.G (1993). Estructura y dinámica de la psique. Editorial Paidós, Buenos Aires.

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