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La sección más intensamente comentada de 2666 es, sin duda, La parte de los
Ciudad Juárez en sí mismos, y como parte de los 150,000 muertos causados por la
violencia generada en torno al control del tráfico de drogas,1 la indiferencia con las
víctimas y sus familias del Estado a nivel local y federal, ha generado que esta
sección del libro canibalice a las demás: que éste sea el libro de 2666. Esto cual
norteamericana (y norteamericanizada).2
histórico de lo que narra Bolaño y su enorme importancia, lo cual sería obsceno, sino
de proponer una lectura más rica de las series que no sólo sustentan La parte de los
crímenes en sí mismo sino que además lo conectan con el resto de 2666. La primera
(580)
1
Entre el verdadero mar de textos al respecto, el artículo de Oswaldo Zavala "Imagining..." resulta
fundamental para comprender la verdadera índole de esta violencia.
2
Desde luego hay excepciones. La más brillante es el artículo de David Kurnick, al que regreso en la
sección final de este libro, donde subraya el trabajo de Bolaño para horizontalizar las diferentes partes
de su libro para que ninguna aparezca como la clave maestra de una lectura alegórica.
Cada una de estos fragmentos, leídos por separado parecería estar escrito
No parece extraño que tanta crítica se haya ocupado únicamente de esta serie,
ya que mayor parte del espacio textual de La parte de los crímenes está abarcado por
los prontuarios, las descripciones, los retratos de las víctimas de los asesinatos de
mujeres en Santa Teresa. Sin embargo, como nos lo recuerda Gilles Deleuze en su
heterogéneas, constituida cada serie por términos del mismo tipo o grado, pero
que difieren por naturaleza de los de la otra serie (por supuesto, también
(57)
En efecto, la serie de las mujeres asesinadas, tan espectacular, debe ser leída de
manera simultánea con la serie de detectives: todos los personajes que de una manera
u otra, con mayor o menor compromiso se interesan en los crímenes. Esta serie, casi
no es necesario recordarlo, es también muy robusta, muy variada e incluye desde los
una de las partes, desde los críticos mismos al inicio del libro, hasta al misterioso
Archimboldi al final.
Deleuze afirma que en la relación entre series hay una articulación crucial
relación entre estos términos" (60), sino a una "instancia paradójica [q]ue no cesa de
circular en las dos series" (61). Este elemento crea al mismo tiempo la convergencia y
este lugar absoluto se encuentra siempre determinado por su distancia con este
la instancia paradójica hay que decir que nunca está donde se la busca, y que,
Poder tanto con el machismo estructural como con grupos armados? ¿Y si una vez
gobierno federal, sino de algo más? Por plantearlo de manera más apegada a los
escribir literatura sobre la shoa, Žižek señala que una novela épica al gran estilo
3
He leído Pedro Páramo de acuerdo a este modelo del elemento que "está en exceso por un lado" y
"en defecto en otro lado" en el último capítulo de Historias que regresan.
4
Para Meister Eckhart, existe un término preciso para señalar este viraje: Ichts que es, como explica
Žižek, la versión positiva de Nichts: esto es, la dimensión generadora de la nada. (Less than Nothing
58n)
decimonónico daría una nota falsa ya que toda su lógica pertenece a un corte epocal
thruthfulness: what makes a report of a raped woman (or any other narrative of
victim were able to report on her painful and humiliating experience in a clear
way, with all the data arranged into a consistent order of exposition, this very
quality would make us suspicious. The same holds for verbal reports given by
Holocaust survivors: a witness who was able to offer a clear narrative of his
problem is here part of the solution: the very deficiencies of the traumatized
subject's report on the facts bear witness to the truthfulness of his report, since
they signal that the reported content was contaminated by the very form in
No sólo es notable que los ejemplos de Žižek sean los que narra Bolaño: las mujeres
violadas antes de ser asesinadas en este capítulo y las víctimas del exterminio nazi en
el capítulo final de la novela sino que, precisamente gracias a la lógica que propone
poco más a ese elemento necesario que oscila entre las dos series principales de La
precisamente la vacilación de las pistas, los testigos. ¿Pero, una vez más, qué pasa
y por esto se vuelve necesario el rodeo que propongo en este capítulo— sobrevive la
5
De hecho lo que permite que se correcto llamarlas "misterios". Pascal Quignard nos recuerda que
"misterioso quiere decir místico y místico quiere decir silencioso" (203).
Aunque la exploración de las series y de su mediador en La lógica del sentido
Deleuze, al menos en La lógica del sentido, presta poca atención al género más
excelente por otra parte, encuentro un trabajo sostenido con la negatividad que
permite precisar la índole del objeto que pertenece a las series sin pertenecer de
ausencias.
Felipe Fabre: tres poetas a los que Bolaño casi de seguro no leyó nunca, pero que
De noche,
el parque,
el alumbrado,
que se oscurezca
con el parque
y lo atraviese
como un ciego
o el que se arrugue
no concluye claramente,
6
Sobre Morábito ver el importante volumen crítico editado por Tamara R. Williams y Sarah Pollack.
Los primeros versos del poema, aunque nocturnas, parecen ofrecer una vista
mediante un uso muy delicado del corte de verso, algo cambia para mal: "ahora que se
que el poema opta por la primera de las definiciones y lo demás es apenas el producto
aprovecha las asociaciones anteriores y, más abajo, las acentúa: "es homogéneo como
un agujero, / como una fosa negra". La posible visión de un parque que pierde de
"que traga a las personas." Quiero pensar cuidadosamente los siguientes versos:
"Oigo los pasos / pero no veo a nadie.", en ellos lo que aparecía al inicio del poema,
se ha desvanecido por completo. Sin embargo, desaparece con nitidez. ¿Qué ocupa el
lugar de aquello que inicialmente era difícil de ver y más adelante se volvió invisible?
¿De qué manera se moviliza el espacio recién vaciado del parque? Hay sinestesia pero
cuando pasa del mandato moral a la precisión singular de la imaginación ética: "Tal
vez aquel que sepa / reducirse a poca cosa, / que se oscurezca / hasta perder contacto
/ con el parque / y lo atraviese / como un ciego / que no desea volver a ver,". Estos
versos notables están construidos mediante una deriva que trabaja una imagen, pero
no la que brilla con plenos poderes: una imagen, insisto, que se desvanece.
¿Quién puede atravesar la obscuridad? Sólo quien logra ser más obscuro que
imagen. Sólo quien sabe devenir no-visual. En la misma franja poética se retira la
Pero el momento más radical aún no ha llegado: "o el que se arrugue / como
una corteza, / como una piedra, / y vea que el parque / no concluye claramente,".
la obscuridad no se limita al parque: "que no hay fronteras / como nos enseñan, / que
encontrado aún." Quiero detenerme un poco aquí. No sólo porque estos versos me
parque. Imagina con tal intensidad el tránsito por el parque que poco a poco quien lo
atraviesa ya no es otro que él mismo. Al mismo tiempo, esta travesía implica una
entre las dos series y las separa y al mismo tiempo las reúne. Es en una negatividad a
minucia para / con nosotros. La mirada de los detectives, que habita la red de
ausencias que tejen unas pocas pistas, es la mirada de quien sabe leer poesía.
tercera, son efectivamente "el secreto del mundo" porque su marginalidad, conforme
se multiplica, conforme rebasa todas sus causas aparentes, todas sus "explicaciones"
7
El trabajo con la retirada de la imagen puede pensarse también como una fuerza capaz de contribuir a
cierta des-saturación del sensorium, como una manera de contrarrestar el exceso de estímulos que
conlleva el avance del capitalismo, sobre todo en la medida que la imagen pasa de un estímulo para
alentar el consumo a ser la mercancía. La imagen que se desvanece permite una recepción diferente,
más pausada, más exigente, que implica trabajo en lugar de acceso directo, disponibilidad.
8
Alberto Moreiras señala que el fragmento 122 de Heráclito que se limita a la palabra ankhibasie y que
podría traducirse como "entrar en lo cercano". Creo que es una posibilidad conceptual para trabajar esta
relación con lo que está más próximo de lo que pensábamos.
9
Sobre este entroncamiento ver el capítulo dedicado a 2666 en el libro de Oswaldo Zavala, La
modernidad insufrible, y el siguiente capítulo de este volumen.
Pero la serie de los crímenes, incluso en su complejidad histórica de varios siglos,
no puede existir sin la serie de quien contempla los crímenes: el detective lírico a
pesar de que lo confronta una obscuridad casi compacta, no deja de mirar. Acaso
cabo una operación resistente que se puede dividir en dos partes: la primera es la que
un sujeto que en un primer momento se asume externo y distinto del objeto que
contenido empírico sin añadirle nada (Žižek Tarrying 136-138). Esto es precisamente
lo que sucede en el poema cuando el tropo que lo rige es el símil: "el parque, / ahora
cuando: "En el fenómeno mismo que debe explicarse, se debe aislar un momento y
pensarlo como la base de todos los demás momentos, que aparecen entonces como
real cuya relación, que sustenta al resto del contenido, ¿en qué se basa? En él mismo,
esto es, en la totalidad de sus relaciones con aquello a lo que sustenta" (139).
sostiene. A partir de la pregunta: “¿Quién logrará salir sin daño?” el discurso poético
Al final del capítulo dedicado al Grund, Žižek añade una nota crucial,
poema que tan sutilmente ha cambiado la textura de un suelo que miraba desde la
encontrado aún” dice el último verso, creando la posibilidad desde la cual resulta
posible ir más allá de esta lectura de Hegel10: este nadie que desterritorializa al yo
10
Y volver a la positivización de Nadie que he propuesto en el capítulo III.
poético inicial, convirtiéndolo en Nadie al posicionarlo en el corazón del espacio
el espacio de la amistad más tenue, una amistad que aún no ha encontrado el tiempo
de su encuentro, amistad por venir pero cierta: ésta es la otra serie, la de quienes nos
aliamos en la obscuridad común que atravesamos. Si ninguno tiene casa, todos somos
"El parque" nos muestra con notable delicadeza cómo leer el tránsito entre
de México. Todos somos cómplices. La mediación entre series no es una pista clave
El hecho de que todas éstas sean respuestas parciales e insuficientes nos coloca
nuestros pies: en el momento en que nos damos cuenta que el Grund, el fundamento
relaciones. Y allí, acaso sólo allí, al saber nuestra culpa, porque hemos sido a-migos,
misma, es al mismo tiempo el reflejo del salto hacia nosotros, hacia los lectores.
se niega a explicar esa manera, en que implica una aventura que no es posible
subjetiva que garantiza todo el sistema deíctico que, al final, es el mundo. Debo
tiene casa” y sólo me puedo postular de manera retrospectiva, como aquel que existía
antes de disolverse en el poema y que sólo reaparece como parte de una red
parte de los crímenes que se ilumina al entrar en contacto con la poesía. Pensemos en
que derivamos al leer este tipo de ficciones es el placer gestaltiano derivado del cierre.
mujeres en Santa Teresa (y en Juárez, desde luego) es que son casos cuya condición
sentido que produce placer sino archivados sin solución. Al cerrarse, quedan abiertos.
Hay un nombre que resume la felicidad con el trabajo sobre la interrupción,
donde el trabajo más intenso se produce en el corte de verso,11 que actúa en contra de
los usos sintácticos y coloquiales, y llega en ocasiones a partir una palabra. En "El
calera polvo un
despedazamiento en versos de arte menor donde no hay nada para sostenerse: ni rima
sintaxis. Pero al mismo tiempo que el corte de verso obliga a una constante
interrupción, la oración que recorre la estrofa insiste en re-unirse tras cada corte,
11
Aunque en este trabajo renuncio estratégicamente a la reterritorialización de los poetas en torno a
escuelas o grupos, suspendo momentáneamente mi decisión, para mostrar simultáneamente que es fácil
y engañosamente productivo hacerlo.
La primera vez que presenté este trabajo en el XVII Congreso de Literatura Mexicana, un grupo de
jóvenes, conocedores del trabajo de Alcántara y además antiguos alumnos suyos, cuestionaron que no
partiera de las poéticas compartidas por el grupo cuyo corazón han sido las revistas de Hugo Gola
Poesía y poética y El poeta y su trabajo: el trabajo con la voz, centralmente aliterativo, uno de cuyos
núcleos es En la masmédula de Oliverio Girondo; el trabajo imaginista que es la insistencia
latinoamericana en volver al primer Pound como fuente teórica. El problema de estos saberes es que
anulan la radicalidad que se produce con su cruce: el corte de verso que privilegia una cierta
respiración, produce efectos de sentido sobre la imagen insospechados para Pound que respetaba los
cortes sintácticos de verso.
constituyendo la tensión fundacional de este campo poético. Continúo la cita donde la
cientos y ése el
río de fierro a un
La estrofa acaba allí, pero más que terminar se desbarranca: se niega a hacer coincidir
versos. Por supuesto, sabemos, debemos saber que la oración, de terminar, diría "todo
aparición es des-aparición.
poema VIII de Spring and All de William Carlos Williams —poeta a quien
verso nos obliga a correr hacia delante, con ansias de predicación" (13), predicación a
más adelante:
12
Hay que decir, inmediatamente que la gran debilidad del libro de Longenbach es que al parecer su
único idioma de lectura es el inglés y esto limita, a diferencia de otros pensadores sobre la poesía como
Stewart y Marjorie Perloff, su potencia. Dicho lo cual, también debe señalarse que, hasta donde sé, no
existe ningún libro que explore, como The Resistance to Poetry el arsenal de los poetas, de manera más
o menos sistemática.
sintaxis de un modo en lugar de otro. Así, si el verso determina el modo en
que una frase se vuelve significativa para nosotros dentro del poema, también
nos vuelve conscientes de los modos sutiles en que puede resistirse a esto,
más allá del encabalgamiento y la métrica— para señalar (y gozar) estas resistencias,
en 2666 hay más: no sólo se pospone, sino renuncia a que la frase culmine su propia
predicación, del mismo modo que la investigación queda suspendida, el caso se cierra,
interpretación [consiste en] añadir lo que el poema parecería omitir, y [de hecho]
nuestros esfuerzos" (85), al final su libro no logra proponer una teoría satisfactoria
lejos de ser hermenéutico. "La ansiedad que causa lo que un texto omite es, al final
una ansiedad sobre el lenguaje figurativo: ¿acaso la metáfora reprime aquello a lo que
elisa y
rosita
si no es por ellas
narrativo, lo que se conserva es una poética cuyo corazón está muy lejos de la
apego a los ejes clásicos propuestos por Jakobson, en un momento en que mucho de
proliferación metonímica. En cambio me parece que hay que seguir estas lógicas
ahí deja de ser objeto de inquisición y comienza a inquirir. Para ir más allá es
necesario acudir a otra fuente, una con un trato más cercano con la negatividad, con el
quehacer mallarmeano. Para pensar la tensión de estas estrofas que comienzan con
minúsculas, muchas con el guión largo mediante el que admiten o mejor señalan la
elisión, el quiebre del arqué y la renuncia al telos (ya que el poema no acaba con un
13
Encuentros con mujeres es un poemario, mucho más alegre, donde el ingenio, sobre todo en forma
de wit predomina sobre la experimentación formal. Sin embargo, vale la pena insistir que la mayor
parte de estos "encuentros" son, en realidad, des-encuentros.
punto final) no encuentro mejor camino que el asedio de lo que Phillipe Lacoue-
a no querer pronunciar.
Entonces puede haber frase: siempre la misma, jamás ella misma; volviendo
fundamentales del resto del pasaje y que, desde luego, son los mismos de la poesía de
venir, pero también, en los mismos lugares, el "no querer más", aceptar que la frase
(otra bifurcación) su profecía. Pero nunca su presencia. Leo la estrofa final de "El
14
Me parece que no sobra señalar que más allá de su faceta teórica, en cuanto poema, Phrase comparte
características formales con El amor en el mundo. Por ejemplo, cada uno de los nueve poemas,
numerados en arábigos y claramente separados, que componen la Frase IV, se rehúsa a terminar: su
último verso es frase, que no termina con punto final y se continúa —si el lector escoge leerlo así— en
el inicio del poema siguiente.
pobre una
continua confusión el
mira arriba al
piso es
silbato está
camión sin
clutch ya
no camina es el lugar
ya no hay ya no hay
lugar aquí
ahora aparece como basura: el neón que ya no brilla, el camión que no avanza. Sin
La pérdida, cuando llega a este estado, como nos recuerda Mabel Moraña, leyendo a
15
La hegemonía de la poética de las correspondencias, y como inevitable paisaje la ciudad, tiene en
México su hora más alta en la poesía de Octavio Paz. La economía central de este tipo de quehacer
poético es la de un intercambio metafórico que, simultáneamente lleva a un avance "lógico" en el eje
metonímico. La forma circular de "Piedra de sol" es el ejemplo de los alcances posibles de este
entramado. Pero incluso poemas tardíos como el "Nocturno de San Ildefonso" y "Don't Cross Central
Park at Night" obedecen a la misma práctica.
En este sentido debe leerse a la figura de Paz en las ficción de Bolaño.
Benjamin: "no es pura negatividad sino también producción (en el sentido económico,
pero también teatral). Un encuentro del ser con lo que yace oculto y espera
"Ya no hay lugar aquí / ninguna aparición" dice Alcántara, pero la frase no
imagen en otro tipo de poema, y aquí ya no está. Desparece la imagen pero el poema
permanece. ¿No es esta la ética mediante la que hay que leer la proliferación de
produce, pero que produce no obstante cierto gozo residual, una felicidad distinta a la
haber punto final: la promesa, la profecía, el esfuerzo de mirar lo que estaba por venir,
la memoria. ¿Cómo decir elipsis pero privilegiando el hecho que lo que se elide no es
lo sabido sino aquello que nunca o que acaso habrá de llegar, pero no podemos inferir
sueños descubrimos mecanismos fundamentales para esta re-flexión sobre los tropos
que después hará explícita Lacan. Este borde donde cierta mirada sabe regresar de
que obligan las rutas del psicoanálisis. Allí surgen nombres posibles. Los nombres
que se desplazan de lo que han significado o del silencio en el que han aguardado que
la deriva (que en la mayor parte de las traducciones se llama pulsión, aunque aparece
ocasionalmente como instinto).16 Una lectura cuidadosa de Más allá del principio del
estilo mismo es convertir en texto sus rutas elípticas. La contribución decisiva para la
16
Es necesario señalar aquí, que difícilmente se podría considerar la poesía de Alcántara el único lugar
donde aparece dibujada la ruta de la pulsión. Justo es lo contrario: me parece que la pulsión, como ha
señalado Peter Brooks en su trabajo pionero sobre narrativa, es el motor fundamental del texto de
ficción. Yo mismo he trabajado la pulsión y sobre todo su figura para explorar otros textos, tan
diferentes de esta poesía como Memorias de mis tiempos de Guillermo Prieto.
Mi contribución al modelo de Brooks se puede leer de dos modos: primero en añadir a su
formulación, las adecuaciones de Lacan y sobre todo de la escuela eslovena. Segunda, el explorar sus
posibilidades no sólo en la novela, sino en otros géneros literarios.
17
En el Seminario VII Lacan propone el término “deriva” para traducir Trieb (132). ¿Y no es
precisamente una deriva, más que un paseo o una flânerie lo que lleva a cabo el yo poético en "El lugar
de las apariciones"? La diferencia radica, por supuesto, en que el paseo y la flânerie están
sobredeterminados por el azar pero sobre todo por los placeres generados en su enorme mayoría por las
máquinas del capitalismo: los aparadores, los pasajes comerciales, la mercancía.
lectura lacaniana que me interesa de la deriva es la que aparece en Joan Copjec, quien
lo que Freud llama Ziel. El Ziel sólo es una meta falsa que le permite a la pulsión
avance hacia una meta que en realidad bordea, es a lo que me referiré en adelante
como deriva.
Me he permitido este rodeo, porque creo que esta ruta perversa describe de
manera muy precisa el procedimiento que Alcántara lleva a cabo. ¿No es acaso la
frase que no acaba de producirse una ruta que llegaría al Ziel, pero que el corte de
ríspido que "evitamiento del Ziel": en la definición del DRAE de metalepsis, por la
que no parecen haber pasado las influyentes lecturas narratológicas de Genette,19 una
18
Quiero señalar que contra la rectitud cartesiana de los ejes que propone Jakobson, la línea de la
deriva es curva, por eso escapa a las posibilidades descriptivas ortogonales de la metáfora y la
metonimia: la curva las envenena porque participa simultáneamente de los dos. Esta continuidad
diagonal es la que pensó Laclau en su trabajo, sobre todo en su libro final.
19
Se puede recordar rápidamente que con el auge de lo que Linda Hutcheon llamó "metaficción
historiográfica", la metalepsis cobró importancia en tanto contaminación extradiegética del ámbito de
la diégesis, y por lo tanto interrupción o cortocircuito del "suspension of disbelief" que obligó a
reflexionar sobre su naturaleza convencional. No hay que olvidar, claro, que se trata de un
cuestionamiento más de los "grandes relatos" en la cresta del "debate sobre la posmodernidad".
Metalepsis: Tropo, especie de metonimia, que consiste en tomar el
veces el sentido, no de una sola palabra, como por la metonimia, sino de toda
vinculan, intercambian sus lugares por medio de una elisión; por medio de la curva
que evita el tránsito recto a través del presente. Y entonces, por supuesto, lo evitado
poemas de Alcántara. Cito de "Hay una sola", uno de los poemas más hermosos de El
amor en el mundo:20
[...]––y qué
perseguir cazar
no habrá de ser o
será cuando
Hay que subrayar la deriva y en la deriva, como su tropo, la metalepsis que domina la
enunciación del poema. No sólo el corte de verso, comentado desde el inicio de este
20
Si en "El lugar de las apariciones" Alcántara transforma mediante su máquina poética el tópico de la
ciudad como campo de posibilidades para las equivalencias baudelairianas, en este poema al igual que
en los de Encuentros con mujeres desmadra a la mujer y el encuentro erótico como lugar de llegada
para la plenitud poética. En "Hay una sola" la mujer amada no es una, sino el derrumbe de su existencia
en visiones parciales.
trabajo, sino la elección de verbos como "llorar" o "ir recogiendo" que apuntan hacia
no se sabe cuándo será, acaso nunca, o acaso en cuanto es entrevisto como porvenir.21
2666 que debe ser pensada no como el momento en que algo que parecía que iba a
positividad. La interrupción puede y debe ser leída y de hecho es leída pues de esa
lo que me ofreciste deviene acuérdate de lo que me ofreció alguien más. Pero además
21
La naturaleza de este futuro es la de la figura, en el que tiene en la pequeña obra maestra de Erich
Auerbach pero radicalizada desde el planteamiento de Žižek de la reconciliación.
22
Así, adherirse o refutar las hipótesis que el periodista, ensayista y narrador en el que se basa el
personaje propone en Huesos en el desierto o El hombre sin cabeza me parece menos importante que
entender cómo funciona en la economía que propone La parte de los crímenes. Lo único que no es
aceptable es asumir que Bolaño incorpora acríticamente las hipótesis de González Rodríguez:
sencillamente forman parte de la serie de explicaciones parciales, más o menos improbables, que
cimientan la no resolución de los asesinatos, su investigación interrumpida y retomada una y otra vez.
La naturaleza de cada una de las explicaciones a los crímenes es la de la equivocación necesaria,
Suplemento entonces el esfuerzo del DRAE definiendo metalepsis como el
la plenitud del presente, sino es precisamente lo que eliden. "La que se fue/ y no habrá
de tiempo, Severo Sarduy utilizó el término en francés retombée: aquello que vuelve a
caer pero, en su apropiación, sin haber sido aún lanzado.23 En la prosa, especialmente
lanzó; en la poesía del Neobarroco, cae algo que habrá de lanzarse más tarde; en la
El último caso del año 1997 fue bastante similar al penúltimo, sólo que en
según los forenses, llevaba mucho tiempo muerta. De edad aproximada a los
¿necesaria para qué? No solamente para seguir pensando, sino como condición de posibilidad de la
amistad. O de eso terrible que es su posibilidad en Santa Teresa: la a-mistad.
23
Tomo de Moraña este valioso resumen:
En un acápite en forma de poema al comienzo de Barroco (1974), la palabra retombée aparece
"definida" de la siguiente manera: causalidad acrónica, isomorfa o no contigua o,
consecuencia de algo que aún no se ha producido, parecido con algo que aún no existe"
(Sarduy 1999: II, 1196). Sarduy indica luego, en 1987: "Llamé retombée, a falta de un término
mejor en castellano, a toda causalidad acrónica: la causa y la consecuencia de un fenómeno
dado pueden no sucederse en el tiempo, sino coexistir; la "consecuencia" incluso
puede preceder a la "causa"; ambas pueden barajarse como en un juego de naipes. Retombée
es también una similaridad o un parecido en lo discontinuo: dos objetos distantes y sin
comunicación o interferencia pueden revelarse análogos; uno puede funcionar como el doble –
la palabra también tomada en el sentido teatral del término– del otro: no hay ninguna jerarquía
de valores entre el modelo y la copia" (ibid.: 1370). (63-64 n)
dieciocho años, medía entre metro cincuentaiocho y metro sesenta. El cuerpo
de tacón alto, de cuero, de buena calidad, por lo que se pensó que podía
tratarse de una puta. También se encontraron unas bragas blancas, tipo tanga.
Tanto este caso como el anterior fueron cerrados al cabo de tres días de
bebió tequila y cerveza. Hasta en las calles más humildes se oía a la gente
negros, y las risas que salían de no se sabe dónde eran la única señal, la única
información que tenían los vecinos y los extraños para no perderse. (790-791)
Ya este gesto bastaría para colocarlo entre los practicantes de lo que Antoine
la práctica poética del siglo XXI, que se puede caracterizar privilegiando: “el uso del
luego, en la economía del trasponer, hay que pensar no solamente el "paste" sino
también el "cut". Los textos completos no son tan fácilmente transportables como sus
ruinas. Por lo tanto, nos encontramos ante un trabajo del y con el fragmento.
parece que pocos como él han explorado la consecuencia central del la era del
Los dos versos que la componen, desde una aparente llaneza declarativa, al releerse,
24
Éste no es el único lugar donde Fabre anota sus fuentes. Su reciente libro La sodomía en la Nueva
España (2011) se cierra precisamente con una breve bibliografía. El trabajo de Tamara Williams deja
ver el uso que Fabre hace de los procesos judiciales del siglo XVII así como de los ensayos académicos
escritos al respecto, usando el marco genérico del auto sacramental.
varias maneras, sabiamente. El poema comienza ofreciendo una imagen tecnológica,
una reproducción fiel que por su banalidad parece renunciar a la posibilidad de una
imagen poética. “Arqueólogo sonriente” está lejos de ser un producto imposible fuera
capturado por una fotografía: descripción de la reproducción mecánica. Pero hay más:
¿Por qué la abolición del artículo? ¿Por qué no escribir el o un arqueólogo? Porque la
que la presencia del objeto lo vuelve innecesario. Esto crea lo que se podría llamar
pasado. Esta primera torsión prepara la del segundo verso. El verso se pliega en torno
al nexo “que”. El fragmento parece actuar mediante una lógica gobernada por el
la poesía.
La estrofa finaliza con dos puntos.25 Una apertura hacia la siguiente estrofa,
pero también una apertura al silencio, al espacio no ocupado, a la línea que separa las
dos estrofas. Hacia la totalidad perdida, que así queda indicada tipográficamente. En
25
El primer texto que subrayó la importancia de los dos puntos en el plan de la poesía de Fabre en
Cabaret Provenza fue el de Luis Paniagua.
la obra de Fabre los dos puntos marcan entonces una continuidad lógica posible, pero
transparencia del umbral de un tránsito lógico que nos hemos habituado a traducir
como plenamente equivalencial. Así como no siempre puede traducirse como “por
ejemplo” o “esto es” o cualquier otro nexo de continuidad lógica que propulsa hacia
Alcántara, los dos puntos invitan a seguir avanzando sí, pero a que, simultáneamente
al avance, se produzca un repliegue, una curva de relectura. Los dos puntos orillados
al abismo del segundo verso, me invitan a sospechar de la inocencia de los dos puntos
citacional.
nexos:
"porque" nos permite marchar hacia adelante sin vacilaciones, si la palabra "y"
nos permite el desvío, la palabra "o" nos obliga a vacilar, a arquearnos hacia
atrás, a tropezar. "O" es nuestro medio para resistir nuestra propia fuerza. (83)
¿No es acaso precisamente lo que sucede con ciertos usos de los dos puntos en Fabre?
los pasajes aparentemente helados, forenses, sobre cada una de las mujeres
asesinadas? ¿No debemos agregar precisamente agregar "que ya no existe" a los
restos de las mujeres pero, junto a esta brutalidad, agregar este tipo de continuidad
regresiva, esos dos puntos que hacen avanzar y volver, que se abren a lo que está no
parciales, fracasados, con un poder mesiánico muy débil pero cuyos intentos no dejan
de sumarse? ¿No hay una manera de saber leer en ese pliegue que va de la pobreza de
Tras de los dos puntos aparece la siguiente estrofa que del mismo modo que la
bellísimo fragmento.
Antes de considerar lo citado hay que pensar que, como señala acertadamente Tamara
siempre hay una atracción hacia la posibilidad de una lectura que traicione la
enunciar desde esta distancia mínima para resignificar las unidades textuales citadas
de los modos que exploro más abajo y que el tránsito desde el uso peculiar que hace
nahua del horizonte postclásico en el Valle de México. Pero el hecho de que este
totalidad resulta irrecuperable, permite que surja un segundo marco: la cita misma late
con su urgencia inmanente, ayudada por el corte de verso que resiste la sintaxis. La
del XXI), y que estamos leyendo algo que originalmente se dijo en náhuatl, y sólo
años después las manos de los nahuatlatos trilingües del colegio de Santiago
Tlatelolco transcribieron, y mucho más tarde tradujo el padre Garibay o Miguel León-
Portilla.27 Fabre corta el primer verso con "aunque", el adversativo que da paso al
mismo nexo, y agrega el verbo: "aunque sea". Esto a su vez le permite terminar el
tercer verso, más allá de la cita en "pero qué": gracias a la renuncia al esclarecimiento
tipográfico puede activarse como una exclamación o como una pregunta. Se puede
qué?", como el extrañamiento inicial ante lo leído: pero qué significas, pero qué sigue,
tensión entre los dos marcos puede ser leída desde la perspectiva de lo que podríamos
26
El poema completo es el siguiente:
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se parte,
aunque sea de oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí. (León Portilla 33)
27
Para una breve historia de esta literatura, León Portilla (17-20).
llamar aporía museográfica: aunque el museo arqueológico se esfuerza por re-crear
una totalidad cultural, las piezas que exhibe sólo tienen un valor en tanto las nimba su
el fragmento está definido por su agon que por un lado lo impulsa en dirección de la
Ahora bien, creo que justamente este agon en que el fragmento se tensa entre
magnetiza cada una de las descripciones forenses de La parte de los crímenes. Pero
agonista de esta tensión es el detective quien se puede definir como aquel que se deja
fascinar por el agon del fragmento, quien lo hace suyo y, a la manera que nos enseña
en Fabre, el yo poético, un yo que no actúa solamente desde la poiesis sino que, sobre
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He desarrollado más a fondo este tema, pensando en el Museo Nacional de Antropología en "The
Cacique in Chapultepec".
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En su hermoso texto Los poderes de la filología Hans Ulrich Gumbrecht llama "cicatriz" a las
marcas físicas que nos muestran que un texto ha sido fragmentado. Me parece que la elección es feliz
en tanto que hay una relación entre la violencia macrohistórica y el destino de los artefactos de la
cultura que la sufren.
hacer otra cosa. Pero simultáneamente en su trabajo con el fragmento, al concentrar
sus cortes de verso y su comentario subrayando lo incompleto, señala cómo los versos
Dicho de otro modo: las operaciones del poema, que parecían crear un agon
el interior del fragmento para activar el pliegue que Georges Didi-Huberman llama
anacronismo: la convivencia de tiempos que habita una obra y que aguarda a que una
mirada por venir la vuelva a explorar (Ante el tiempo 31-78). El tipo de anacronismo
fragmentos, las descripciones de cada uno de los cuerpos de las mujeres asesinadas en
Santa Teresa, no sólo evoca la red de violencia creada por el capitalismo y tolerada
por la política a nivel local, sino que crea un mónada donde cada vez recristaliza toda
hace eco con otros horrores tematizados en el libro: el racismo europeo del siglo XX y
XXI contra los migrantes de los países que su colonización empobreció (La parte de
esclavismo del siglo XIX (La parte de Fate), la shoa (La parte de Archimboldi).
Este transposición —que realiza más que una construcción, una lectura en
abismo— exige una topología del fragmento más sutil, para cuya descripción hay que
permita privilegiar la negatividad que aquí resulta crucial. El propio Fabre ha escrito
poema es la marca de su ausencia. En este sentido, los textos que aquí abordo
intrínseca, tiene el mérito de volver explícita la rica red de afinidades que enmarcan el
trabajo que Fabre ha desarrollado para cimentar su propia poesía, en tanto trabajo con
la desaparición, escritura de/en los huecos. Aunque los ensayos de Fabre son menos
brillantes que sus poemas, revelan la intensa reflexión que activa no sólo textos
obviamente cercanos a los suyos como los de Nicanor Parra o Ulises Carrión, sino
otros mucho menos evidentes, como los de López Velarde —al inicio del espectro
Badiou cita el siguiente pasaje de la Lógica: “el no-ser-ahí no es nada pura, ya que es
existencia del no ser ahí.” (Logiques 157). Esta torturada sutileza me permite pensar
mejor qué es un fragmento: la cosa que, debido a que nos incomoda nos fuerza a una
velocidad distinta, suficientemente lenta para notar “la nada del ser ahí”. Entiendo por
esto, el enrarecimiento producido por el ser ahí que ha cesado y al mismo tiempo
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Fabre fue también parte del equipo que intentó (y fracasó) un guión para adaptar al cine Los
detectives salvajes. Así mismo, es el antologador de Arte & basura, que colecciona algunos de los
poemas de Mario Santiago Papasquiaro, el mejor amigo de Bolaño, transfigurado por su ficción en
Ulises Lima.
existe como ser del no ser ahí. Esta nada no es una condición preexistente sino el
producto de un trabajo que el fragmento preserva como tránsito, como tensión; como
agon.
mundo sino en tanto mundo único. ¿Pero qué significa esto en y para el fragmento?.
potencia del no ser ahí, no sólo en dirección de lo perdido en el pasado (de la totalidad
respecto a la cual es una parte y a su vez preserva como no ser ahí), sino
inicio de otro mundo inexistente (el del futuro, o mejor, el del porvenir). La
Netzahualcóyotl que conservamos es, como mostré más arriba, un poco más largo) y
al renunciar a una forma definitiva, nos obliga a una fidelidad distinta. Una fidelidad
mundo no sólo es el del pasado sino, a su vez, forma el sujeto fiel a un mundo otro.
En esta estrofa, mediado por una fotografía otro fragmento arqueológico se clasifica
con la más fría de las maneras de hacer historia: la que se limita a lo poco que se
que circula en torno a un fragmento. Sin embargo, en medio del positivismo anodino,
catacresis y vuelve a ser pie: se asoma como cuerpo de barro, fotografiado, que evoca
urgente también para entrar a la zona en apariencia más indiferente, más "objetiva" de
todas las que escribió Roberto Bolaño. Esto me lleva a preguntar primero ¿qué es un
tipo de relación?
apto para servir de soporte al formalismo subjetivo, y por ende para constituir,
en un mundo, el agente de una verdad posible. Por lo cual obtenemos la física
(Badiou 497)
bien, el cuerpo, en cuanto sostén parcial del sujeto fiel a una Verdad-acontecimiento,
privilegia otra faceta del fragmento —no el de los objetos parciales, ni el órgano sin
La estrofa final del poema parecería escrita casi ex-profeso para subrayar el
planteamiento de Badiou:
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Creo que este aspecto se ha explorado poco aún en tanto defensa que no admite negociaciones y que
impide una apropiación liberal de Badiou.
Por supuesto, el final del poema se refiere a la recuperación de la oralidad perdida por
estrofa: sosteniendo lo que queda y lo que nos ofrece la existencia del no ser ahí. El
venir.
pedagogía para la lectura de las series en La parte de los crímenes— como obra que
abre a un mundo futuro desde el mismo fragmento salvado. Para ello parto desde la
La pregunta evidente es: ¿qué sucede cuando la cita, el fragmento, nos deja
"sosteniendo el asa de una olla que ya no existe"? Esto es, cuando el fragmento que
tendría que jugar el papel de pars pro totto es, al mismo tiempo, parte y todo. Es todo
lo que queda y no obstante sigue siendo un fragmento. Lo que quiero decir es que este
tipo de sinécdoque evoca, junto con el fragmento citado, evocado, presentado "la
inexistente y lo existente.
me coloca en el lugar donde más me impresiona el trabajo de Luis Felipe Fabre, y que
imagen que lleva a cabo en sus poemas. Esto podría resultar sorprendente para
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El DRAE, que suele ser notablemente sensato al definir los tropos dice de sinécdoque lo siguiente:
Tropo que consiste en extender, restringir o alterar de algún modo la significación de las
palabras, para designar un todo con el nombre de una de sus partes, o viceversa; un género
con el de una especie, o al contrario; una cosa con el de la materia de que está formada, etc.
inexistente late por debajo, pero también corre en las fibras de los datos, de los
—sus poemario reciente sobre vampiresas (que son evidentemente trasunto de las
mujeres asesinadas en Ciudad Juárez), o sobre una canción de Juan Gabriel cantada
Ginsberg en una escenografía del mago de Oz— no corre por un cauce diferente a su
mismos con sus exposiciones masivas. La razón rebasa la mera espectacularidad del
imagen.
desaparecido.
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Coleccionado éste por Antonio Calera Grobet en Querido; aquéllos son parte central de Poemas de
terror y de misterio.
silencio que le es inherente, en un marco de mediación tecnológica, de exhibición (y
prediseñada por los sistemas de consumo cultural del capitalismo avanzado pero al
sería la peor razón para hacerlo el hecho de que su trabajo con el fragmento nos
fragmenta en el sentido de que nos hace comprender que en cuanto cuerpos somos
sólo parte del sujeto fiel a una Verdad-acontecimiento. Pero al mismo tiempo, desde
se quiebre, aunque el oro se rompa, aunque se desgarre el plumaje del quetzal, hay re-
uniones posibles, reconciliaciones como la que produce, la lectura del poema; y hay
alianzas posibles como la que produce la lectura de La parte de los crímenes desde las
CONCLUSIONES
En enero 1993 aparece una mujer asesinada. "A partir de esta muerta
mundo se agrieta; a su vez esta grieta, esta interrupción, deviene nuevo fundamento
del mundo. Los tres aprendizajes de Alcántara, Fabre y Morábito son necesarios. El
repetición.
estadística. Al detallar cuanto es posible sobre ellas, las arranca del número y las
cotidiano.
El trabajo con los asesinatos que no se termina, que se suspende pero que no
los diferentes esfuerzos detectivescos —en el amplísimo sentido que tiene el término
de construir una narrativa que contrarreste el silencio horrible que rodea a los actos
verdad.
del sujeto en su redefinición como sujeto de una verdad y una negatividad que, me
parece, rara vez queda en manifiesto de manera nítida en los escritos de Badiou, la
fiel es, en Bolaño, detective o poeta. El término, además de ser infinitamente más
literario, y por lo tanto más feliz, muestra que la fidelidad no se produce solamente
que está por venir, aquello que habrá de suceder. Esto crea la inconfundible atmósfera
mucho, la mejor manera que puedo pensar la manera en que la inminencia es producto
textura narrativa de 2666: sin la alianza comparativa de los textos, sin su puesta en
común en el espacio fiel de los lectores en tanto metadetectives, capaces de ver más
allá del horizonte de los personajes, de cada una de las cinco novelas, del libro
crímenes, ya que nada como el asesinato no resuelto invita a la cooperación del lector
número de los detectives, la necesidad de ser detective atraviesa a casi cada uno; el
lugar del lector está planteado. Planteado como en Pedro Páramo, como una
Bolaño narra esta relación entre un misterio urgente y la fidelidad como una
crímenes, los detectives devienen muy pronto una colectividad. Hay que insistir en el
hallazgo que supone el hecho de usar el plural del sustantivo, no sólo en el título de su
novela sería el sujeto. En lo personal prefiero el nombre más clásico de amistad. Una
implica una ceguera topológica y sólo muestra su dibujo desde un afuera cartográfico.
Sólo nosotros, los lectores, podríamos conocer el número de amigos o, por decirlo con
Borges, de justos. Con esto aparecen al mismo tiempo la figura del narrador que, más
que obedientemente seguir llamando extradiegético, propongo pensar, al mismo
otro modo, sólo el narrador es capaz de tramar la figura total del sujeto, o sea, de la
amistad supraindividual, del sujeto amistad pero al mismo tiempo hace una labor