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LÍNEA DE PROFUNDIZACIÓN I

PRESENTADO POR:
KENYHY MANUELA AVENDAÑO PULGARÍN.

DIANA CRISTINA PENAGOS TEJADA.

MARIANA JARAMILLO ÁLVAREZ.

DANIELA JARAMILLO ZAPATA.

DOCENTE:

LUZ DARY BOTERO.

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL

MEDELLÍN

2019-01
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Tema​: Contribución de la Educación popular a la construcción de paz desde la defensa


del territorio en la corporación CORVIDECO ubicada en el Barrio Popular 1 en la ciudad de
Medellín.

Introducción

Nos ubicamos en el territorio latinoamericano entendiendo este como un espacio colmado


de diversidad cultural y natural, en el cual se presentan múltiples disputas relacionadas a la
dominación ejercida por la instauración del pensamiento eurocéntrico y sus lógicas
capitalistas y neoliberales. Este poder colonial legitima una sola forma de pensar, ser y
hacer como la correcta y la cual todos los sujetos en cualquier lugar del mundo deben
aspirar a alcanzar: “​se ha basado exclusivamente en un sistema de conocimiento, es decir, el
correspondiente al Occidente moderno. “La predominancia de este sistema de conocimiento
ha dictaminado el marginamiento y descalificación de los sistemas de conocimiento no
occidentales” (Escobar, A. 2007), de este modo, establece su hegemonía bajo ​la excusa de

Este marginamiento y descalificación como también la dominación han sido foco de


conflicto, pues afectan a las y los sujetos y sus condiciones de existencia en relación a la
clase, el género, la etnia, la distribución de la tierra, la religión, la ideología política, la
identidad sexual, entre otras, generando, además de un impacto en sus modos de vida,
situaciones adversas para estos, poniéndolos en circunstancias injustas y desiguales.

Las Naciones Unidas (2018) afirman que América Latina es la región más desigual, a pesar
de no ser la más pobre.

Aunque la décima parte más rica de la población de la región percibe el 48% del ingreso
total, la décima parte más pobre sólo recibe el 1,6%. […] Los coeficientes de Gini indican
algo similar: aunque en América Latina promediaron 0,522 en los años noventa, durante el
mismo período el promedio de la OCDE, Europa oriental y Asia fue mucho más bajo:
0,342, 0,328 y 0,412, respectivamente (Ferranti et al., 2006).
Para entender el coeficiente Gini, cabe explicar que es una medida de desigualdad expresada
de 0 a 1, donde 0 es la total igualdad y 1 es la total desigualdad.

Desarrollo del planteamiento

Frente a estas condiciones, en las décadas del setenta y ochenta en América Latina surgió
por parte de algunos actores, poblaciones y comunidades la necesidad y motivación de
defender desde la organización y la resistencia no sólo sus modos de ser y su cosmovisión
del mundo, sino también su derecho a una vida digna y en paz, a partir de procesos y
acciones colectivas. Es por esto que:

[estas décadas] se caracterizaron por el auge de movimientos sindicales, campesinos,


eclesiales, culturales, poblacionales, de mujeres y jóvenes, así como de partidos y
movimientos de izquierda política. […] Estos “nuevos movimientos sociales” ponían en
evidencia que la producción no era la única fuente de conflictos; que además de los
obreros y campesinos existían otras identidades populares; que además de la fábrica,
también eran espacios de conflicto el barrio, la salud, la familia, el consumo y hasta el
uso del tiempo. (Torres, 2009, pp. 43-46)

Las corrientes críticas de pensamiento se encuentran fuertemente vinculadas a los


movimientos sociales de Latinoamérica y aparecen con una labor de cuestionar la
hegemonía de lo occidental frente a todas las otras expresiones del conocimiento, pero sobre
todo, poseen como rasgo fundamental el objetivo de contribuir a la construcción de
sociedades más justas desde los intereses de los sectores populares, partiendo de una crítica
ética y política al orden social vigente (Torres, 2009). Su interés se dirige, entonces, a
potenciar a las y los sujetos para la emancipación y la transformación de la realidad.

Es importante explicitar que todos estos procesos y acciones emancipadoras, conflictivas, de


resistencias y construcción de paz, se gestan en determinados territorios donde confluyen
diversas dinámicas sociales y políticas. Son en estos espacios, en los sujetos que les habitan
y en las relaciones diversas que se establecen allí, en los que las manifestaciones de la
cuestión social se presentan permanentemente.

Enmarcadas en estos contexto de múltiples tensiones y desde el pensamiento crítico y su


interés, surgen corrientes, teorías, pedagogías, metodologías, etc., como el pensamiento
decolonial, la filosofía de la liberación, la investigación acción participativa, la teoría de le
dependencia, el marxismo crítico latinoamericano, la epistemología del sur, la educación
propia, la educación popular, entre muchas otras.

En esta investigación pondremos especial atención a la Educación Popular y su apuesta.


Esta puede ser entendida como una corriente pedagógica con amplio compromiso
ético-político para la transformación de realidades que generan condiciones de
discriminación, exclusión u opresión. ​Juega un papel importante en la defensa del territorio
pues es a través de esta en que se puede dar un análisis interseccional de las experiencias,
significados, identidades y necesidades de los grupos sociales diversos y de los aportes que
estos pueden brindar desde su perspectiva para la acción activa y participativa.

De allí la importancia de hacer una lectura en América Latina, analizando diversas


experiencias que se han preocupado por defender el territorio y emanciparse de las
circunstancias problemáticas que aparecen situadas en los contextos históricos particulares,
tomando acción a partir de propuestas políticas que buscan una vida digna; para ello,
algunas han tomado como herramienta lo pedagógico.

Se han desarrollado algunas propuestas en la realidad latinoamericana que tienen


pretensiones emancipadoras retomando el elemento territorial como posibilitador, por
ejemplo, desde el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) de Argentina, movimiento social y
político multisectorial con apuestas antiimperialistas, anticapitalistas y por construir poder
popular, se propuso en 2009 una cartilla de Formación de Formadores y Formadoras para el
Trabajo de Base, teniendo como referentes la Educación Popular y la IAP. Plantean una
propuesta metodológica y participativa para la formación en los movimientos barriales,
basada en la práctica-teoría-práctica, con la finalidad de

Formarnos en función de la necesidad de cambiar nuestra injusta realidad, de raíz y desde


abajo […] Esta cartilla contiene una serie de herramientas teóricas y metodológicas para la
formación de base, orientadas centralmente a los movimientos territoriales (barriales,
culturales, de género, campesinos, etc.), aunque esas herramientas también pueden ser
adaptadas para desarrollarse en todo ámbito donde se organicen desde abajo l@s
trabajador@s asalariados, l@s estudiantes, o cualquier otra forma de participación popular.
[…]. Para ello hemos pensado esta experiencia de formación de formadores y formadoras,
para multiplicar los brazos y que en los próximos meses seamos más cumpas que encaremos
estas tareas. (FPDS, 2009, pp. 1-2)

Claudia Korol, periodista, feminista y educadora popular, militante del Colectivo de


Educación Popular Pañuelos en Rebeldía, en su libro “Somos tierra, semilla, rebeldía.
Mujeres, tierra y territorio en América Latina” (2016) nos expone varias experiencias de
luchas de mujeres de Latinoamérica, que desde la organización en sus comunidades pugnan
por una vida digna, en relación al territorio, el acceso a la tierra y a diferentes problemáticas
económicas, políticas y culturales que las afectan en su condición de mujeres, indígenas y
campesinas; estos procesos los analiza bajo varias visiones, una de ellas es la del feminismo
comunitario, que le confiere especial relevancia a la idea de territorio como cuerpo-tierra:

Interactuamos [...], especialmente, con los puntos de vista de las organizaciones campesinas,
y de las mujeres de los movimientos que integran La Vía Campesina Internacional (LVCI),
y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), que han venido
pensando los fundamentos de un feminismo campesino y popular. Trabajamos sobre las
experiencias de Reforma Agraria, y sobre la necesidad de analizar en el contexto de las
mismas el lugar de las mujeres en la distribución de tierras, en el acceso a la propiedad, y en
el cambio de los roles sociales establecidos por la cultura patriarcal para la vida social en el
campo. (Korol, 2016, p. 18)

Otra experiencia latinoamericana que opta por la educación popular se ubica en Brasil y
surge en el Sector Nacional de Formación del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin
Tierra (MST). Estos publican un libro titulado Método de Trabajo y Organización Popular
(2009), en el que presentan una serie de herramientas metodológicas útiles para buscar la
superación de la dicotomía del trabajo intelectual y el de base y para la potenciación de los
ejercicios de organización, bajo la premisa “hacer-haciendo”. Se apropian del conocimiento
científico como también de sus experiencias históricas y de lucha, de organización y de
formación política con la finalidad de transformar a los individuos para que sean sujetos
políticos que puedan reflexionar, proponer y hacer.

De esta experiencia se observa que la mayoría de los líderes llegan a ser militantes. Éstos
adquieren un nivel de entendimiento, de experiencia personal que, a través del conocimiento
de la realidad de un espacio determinado (territorio), despierta y contagia a los demás para
comprender esa realidad. Organiza y acompaña a esas personas en la lucha cotidiana por
resolver sus problemas, articulando esa lucha específica con las luchas más generales contra
las injusticias cometidas contra toda la clase trabajadora. (MST, 2009, p.12).

Siguiendo esta línea, en la que se resaltan propuestas movilizadoras que permiten la


comprensión del accionar en las luchas sociales, explicitamos un elemento común en el que
se abren paso las resistencias, mediante un trabajo organizado, es el Territorio. Es visto
como un eje estructural, un escenario de disputa, en términos económicos, políticos, sociales
y culturales, pero también un espacio en el cual los movimientos pueden establecerse y
encontrar las posibilidades para fortalecer y reivindicar sus luchas, asimismo, sus apuestas
de cambio y transformación.

Ubicándonos en el contexto nacional, se reconoce que Colombia ha sido un país en el que


convergen diferentes conflictos como también diversas experiencias de movilización por la
paz y la vida digna, que parten de las iniciativas de actores con intereses y necesidades
múltiples, asociadas a las condiciones particulares de cada realidad.

Un elemento que emerge de las tensiones vividas en la realidad colombiana y que ha tenido
gran impacto en el país y en las condiciones de vida de sus pobladores es la violencia
política, esta ha sido un fenómeno cotidiano, pues como explica Juan Bernardo Álvarez
(2007) el país se ha caracterizado por los constantes conflictos armados que se han
desarrollado en el trayecto de su historia en dimensiones de evolución tanto política como
social. Durante el siglo XIX y después del proceso de la independencia, cuyo periodo se
extendió a 14 años, sucedieron diversos conflictos que marcaron la historia del país, pues se
presentaron ocho guerras civiles generales; catorce guerras locales; tres golpes de cuartel y
dos guerras internacionales con Ecuador.

En el siglo XX específicamente en los años 40 se da la denominada “época de la violencia”,


en la cual se desataron enfrentamientos constantes entre el partido liberal y conservador
derivados de diferencias tanto socio-políticas como económicas y que tuvo como una de las
tantas manifestaciones de intolerancia el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Posterior a esto se dieron otras manifestaciones de la violencia derivadas del surgimiento de
grupos armados tales como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC),
el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL), el
Movimiento 19 de Abril (M19), entre otros, cuya manifestación se justificaba en la
resistencia, la revolución y la lucha de clases en oposición con la institucionalidad del estado.
(​Álvarez, J. B., García, H., & Muñoz, C. 2007).

En las últimas décadas aparece la violencia tanto del paramilitarismo como del narcotráfico,
esta última respondiendo a las acciones de la guerrilla y con el fín de crear un estado
totalitario. El establecimiento de los grupos guerrilleros, con sus diversas estrategias para
conquistar el poder político, y el surgimiento del paramilitarismo con los nexos establecidos
con el narcotráfico, inciden en que se geste un panorama complejo pues también se
comparten intereses con las grandes capitales. Lo que ha generado que se conformen
estrategias de guerra que se han gestado en torno a la economía, y que han implicado tanto la
vida de la población civil, como la expulsión de sus tierras; esto impulsado por el deseo de
concentración del poder. (​Álvarez, J. B., García, H., & Muñoz, C. 2007).

El control del territorio es fundamental cuando este se aborda desde su papel en las lógicas de
la guerra y el desplazamiento forzado, debido a que como se mencionó, históricamente han
existido zonas en disputa y zonas de posibles incursiones y dominio por actores del conflicto
armado. El establecimiento, apropiación e influencia de estos en algunos lugares de Colombia
se ha dado por la importancia estratégica de su riqueza, pues las condiciones económicas
sociales, políticas y económicas son viables para el desarrollo de actividades como lo son la
minería, la exportación, la proyección de megaproyectos, infraestructura vial, actividades
agroindustriales, explotación de los recursos naturales, entre otros. (Pardo, 2011)

Juan Bernardo Álvarez, Héctor García y Claudia Muñoz (2007) afirman que:

Los Señores de la Guerra se apropiarán de las mejores tierras de cultivo, creando una
infraestructura de control en las comunidades mediante el terror que sus bandas de
asesinos impondrán en los territorios dominados y en los que aún se disputan entre
sus propias organizaciones o con los movimientos
armados “revolucionarios”. [...] ​(p. 91​)

Asimismo, consideran pertinente resaltar que las expresiones constantes de violencia por
parte de los actores de la guerra por acciones basadas en sus intereses, afectan
irreparablemente las dinámicas sociales que se han gestado en un territorio, pues como
consecuencias crean rupturas en el tejido social que afectan el campo de lo político,
educativo, cultural, psicológico y simbólico de las comunidades. (​Álvarez, J. B., García, H.,
& Muñoz, 2007)​.

Estas rupturas en el tejido social son un punto coyuntural en donde las personas que le han
dado valor al territorio en cuanto a lo histórico, económico, político, cultural y emocional,
sienten la necesidad de defenderlo y de resistir ante diferentes esferas de dominación, a
través de la lucha por el territorio, la cual se da principalmente desde una visión cultural por
la autodeterminación y autonomía. Es por esto que es pertinente tener presentes diversos
componentes como lo son: la transformación y el fortalecimiento de sistemas tradicionales de
producción y economías locales, el trabajo colectivo para confortar las organizaciones locales
y el desarrollo de diversas formas de gobernabilidad territorial. (Escobar, 1999).
Así, en el contexto colombiano se han presentado iniciativas en donde actores se han
organizado con el fin de promover procesos de construcción de paz abordando las
problemáticas de sus territorios y empleando estrategias pedagógicas populares, en las que
prima la dignidad y el respeto por el otro.

Es ​imprescindible crear redes de apoyo para las luchas colectivas de los pueblos por una vida
digna, pues la articulación y la organización de estos pueden transformar positivamente la
realidad de desigualdad e injusticia de la que han sido permeados constantemente. Por
ejemplo, en ​Colombia surge el “Congreso de los Pueblos” con el fin de convocar los diversos
procesos de los sujetos que hacen parte de comunidades de un territorio, y así generar
apuestas de una acción colectiva y legislativa partiendo desde la realidad y las condiciones
donde se hallan, y así mandatar el futuro de Colombia desde la perspectiva Latinoamericana y
mundial​. (​Insuasty, 2011). Dentro de los ejes temáticos del Congreso de los Pueblos, donde
se articulan​ el pensamiento y la acción, se encuentra la tierra, el territorio y la soberanía que
dan cuenta de cómo las comunidades buscan la autonomía por medio de la acción colectiva​ y
la resistencia ante el acometimiento constante por parte de actores externos al territorio. Es
por esta razón que el Congreso propone la solidaridad, la construcción de propuestas y
proyectos políticos de carácter popular. ​(​Insuasty, 2011, p, 5)

Existen otras apuestas políticas que se han creado en ​Colombia, una de ellas ha sido el
proyecto educativo y pedagógico alternativo (PEPA), el cual es un proyecto de estrategia para
la defensa de lo público ​que la Fecode, el CEID nacional y los CEID regionales apoya. ​Este
tiene una mirada político-pedagógica que se impulsa desde el magisterio para lograr cambios
estructurales en las políticas educativas con un enfoque emancipatorio que orientan la
formación de sujetos autónomos, capaces de reflexionar y ver su realidad críticamente,
buscando y luchando por una vida más digna. (Fecode, 2012)

Fecode (2012) El PEPA recoge y cultiva la semilla de la educación liberadora sembrada por
tantos educadores a través de la historia de América Latina y del mundo; semillas
diseminadas, entre otros, por Paulo Freire, Peter McLaren, Henry Giroux, Michael Apple,
Piedad Ortega, la educación popular, el equipo del CEIDFECODE, los CEID regionales, los
Círculos Pedagógicos y demás adalides de las pedagogías críticas y del pensamiento
democrático en educación; estas semillas germinan todos los días en cada escuela y en cada
docente que se resiste a creer en los ídolos del capital humano; maestros que se rebelan contra
el dios-mercado puesto que levanta el progreso de unos pocos sobre la generalización de la
pobreza en la sociedad, por ser depredador de un Estado social de derecho y destructor de la
ética, la moral y de la estética humanizante. (p,26).

Por otro lado, como propuesta tanto para la educación popular y para la construcción de paz,
está el proceso Nacional de identidad estudiantil en Colombia que apuestan por una nueva
educación cuyo fundamento se basa en la democracia, la crítica y la libertad. Pues utilizan la
educación popular como práctica de emancipación para el pueblo; pues a través de esta se
construyen diversas relaciones que buscan el orden social y la vida digna. (Proceso nacional
de identidad estudiantil. s.f)

El proceso nacional de identidad estudiantil. (s.f) afirma:

Consideramos de suma importancia la construcción de autonomía y el ejercicio del poder por


los pueblos, así como la lucha por la autodeterminación nacional y el pleno ejercicio de la
independencia. Trabajamos por una conciencia de lucha y resistencia frente al neoliberalismo
y el capitalismo en la defensa de la soberanía y la protección de la biodiversidad. (p.7)

En cuanto al territorio, este se es visto no meramente como una dimensión geográfica o una
expresión del vínculo de la naturaleza y la humanidad, sino como la construcción tanto social
e histórica de un pueblo. En el que se recrea cotidianamente la cultura, la vida y la
libertad.(Proceso nacional de identidad estudiantil. s.f)

Concretamente en la ciudad de Medellín, se pueden ubicar experiencias en las que son


evidentes acciones específicas de defensa del territorio, como lo es la formación de varios
de sus barrios, entre ellos Santo Domingo perteneciente a la comuna 1 de Medellín, el cual
se formó a través de una ocupación ilegal por parte de personas que vienen desplazadas de
sus tierras y esta situación está marcada por olas de violencia y pobreza. Así como Santo
Domingo, en nuestra ciudad se han formado otros espacios invadidos por una lucha
territorial que va marcado por un conflicto ligado al poder, el narcotráfico, las barreras
invisibles y demás situaciones que conllevan el disputar un territorio. (Ballesteros,
Velásquez, Sierra, Torres y Vélez, 2010).

Los barrios populares en Medellín y su surgimiento han sido tocados por situaciones
problemáticas en las que el territorio se encuentra como un factor de disputa; en algunos de
estos barrios se vive una lucha por la tierra y se delimitan a través de Barreras invisibles
trazadas por actores armados. En el barrio Belén, perteneciente a la comuna 16, se realizó una
investigación por Deisy González Quiros, Juliana López Rendón y Natalia Rivera Castañeda
llamada “Fronteras invisibles en “Belén, Medellín, Colombia”. División imaginaria, marcas
reales: lógicas de poder, territorio y resistencia” en la que señalan que entre los años 2008 y
2013 el incremento de violencia se agudizó debido a la confrontación armada entre quienes se
disputan el poder y el territorio, también se dice que las fronteras invisibles no solo dividen
espacios territoriales, sino que se transforman las dinámicas de los habitantes del mismo.
(González, López y Rivera, 2015).

Una de esas situaciones problemáticas muy nombradas en la ciudad es la del barrio Moravia,
que se vuelve foco de investigación y desde el estudio: Análisis de los cambios socio
ambientales en el Morro de Moravia en Medellín, se evidenció que muchas personas que se
encontraban en condiciones de extrema pobreza fueron conducidas por el desplazamiento al
barrio Moravia, estando sin techo ni alimento, se veían obligadas a invadir zonas que
inicialmente no fueron destinadas para vivienda, en el caso de esta investigación se centra en
el sector del Morro del mismo barrio y que adicionalmente el lugar estaba construído sobre
un lugar que fue considerado como el “botadero de basura” de la ciudad, esto implica que es
asentamiento poblacional de alto riesgo para vivir por la gran acumulación de desechos
sólidos en el suelo sobre el que fueron construidas las viviendas. ( Daza, Y., Rodriguez, S. &
Florez, G., 2016, p.326)

En las investigaciones citadas se evidencia que las luchas por el territorio y el poblamiento de
lugares urbanos a causa del desplazamiento, son problemáticas que no solo se dan en
contextos rurales. Del informe de paz territorial en Medellín “ ¿Medellín, territorio para la
paz o terreno para reproducir y agravar el conflicto social? Conflicto por el suelo Vs
construcción de paz territorial” elaborado por Juan Fernando Zapata, se retoma el recorrido
que hace frente a lo que significa el territorio en términos de paz y cómo esta se construye
desde las comunidades, haciendo hincapié en cómo el tema de la desigualdad en términos
económicos también ha permeado de manera negativa el proceso de paz y democracia por
parte de la comunidad que va más allá del factor electoral. (Zapata, 2015).

De allí que la paz es entonces un asunto que el territorio desde su análisis y desarrollo
permite o impide que se construya, junto con los actores que estén involucrados, “(...)uno de
los fundamentos de la paz debe ser el reconocimiento de las lógicas y la autonomía
organizativa de quienes habitan los territorios, donde serían transversales asuntos como una
economía para la equidad, el desarrollo participativo comunitario y la comprensión del
Estado como sujeto de obligación de derechos”. (Zapata, 2015, p. 2).

En relación a lo anterior, frente a la habitancia de los territorios, se logra entender la ciudad


como esa concentración de conflicto, por ser los mayores receptores de víctimas, tanto en
desplazamiento rural, como intraurbano. Esto, entendido desde distintas lógicas como la
inequidad económica, la desintegración comunitaria a causa de esos conflictos territoriales
generados por las disputas en pro de sostener el poder; resaltando de este, que para la defensa
del territorio, son importantes los procesos que la comunidades han llevado a cabo como
entes activos y cómo ese vínculo que ha sido construido por los sujetos entre sí. (Zapata,
2015)

Otra de las iniciativas visibles en la ciudad de Medellín y que es pertinente nombrar, es el


caso de AgroArte, que según el estudio investigativo elaborado por María del Mar Gaviria
Cataño y Andrea Velásquez Gaviria, en el año (2016), mencionan que el proyecto de
resistencia y memoria tiene su nacimiento en el año 2008, este tiene unas apuestas claras
frente al tema de la “memoria colectiva de la comunidad”, aunque el foco principal desde el
cual se hace necesario prestar especial atención en relación con la intención investigativa, es
el tema del empoderamiento por parte de la comunidad a través de procesos colectivos,
políticos y reivindicativos en función de la defensa del territorio, mediante diversos
conocimientos, en este caso la siembra y lo que de ella se deriva. (p.8)
JUSTIFICACIÓN

Esta investigación ​permite reconocer un proceso de educación popular que se leerá desde su
potencialidad de generar paz a partir la defensa un territorio ubicado en Medellín, ciudad con
diferentes conflictos asociados al espacio.
La defensa del territorio y la construcción de paz se encuentran dentro de las problemáticas
sociales a las que el Trabajo Social, desde una perspectiva crítica, está llamado a responder,
por sus apuestas éticas y políticas. Dado que en sus intencionalidades se halla el empoderar a
los sujetos para ser protagonistas de cambio de sus propios procesos, se encuentra pertinente
tomar la educación popular como herramienta política y pedagógica para nuestra labor, ya
que no solo impulsa el accionar social sino que también permite liberar y transformar las
relaciones de poder que generan opresión y desigualdad en las comunidades.

Desde esta profesión interesa investigar los procesos de base en los que se construyen las
transformaciones sociales, pues documentarlas permite visibilizar las luchas que se están
gestando en los territorios y es útil para establecer relaciones con otros actores que estén
generando acciones colectivas similares en otros contextos y para encontrar puntos en común.
Esto con la finalidad de generar redes de apoyo que fortalezcan las luchas.

Poblacionalmente esta investigación es pertinente pues sirve de​ insumo para que
los sujetos que participan en este proceso pedagógico, puedan observar y
reflexionar sus acciones a partir de la mirada de la Educación Popular y utilizar
este conocimiento generado sobre sus prácticas de la manera en que lo
consideren necesario, pues esta investigación permitirá reconocer las
potencialidades de la Educación Popular para la construcción de procesos
horizontales, éticos y políticos, en torno a la defensa del territorio específico en
el que habitan.​ De igual manera, es aportante para la comunidad debido a que
ésta merece el ​reconocimiento de su interculturalidad y sus luchas sociales en
torno al territorio, pues estas están constantemente encaminadas a un diálogo de
saberes y a una articulación de acciones en contra de las esferas que generan
desigualdad y dominación.
vincularnos a la comunidad para comprender su construcción intersubjetiva del concepto de
defensa del territorio y de sus procesos de resistencia y la manera en que se han dado.

Es importante entender el papel que juega la Educación popular en la construcción de paz,


pues nos interesa saber cómo se generan los procesos identitarios de los grupos, debido a que
en la interacción con el otro no solo se construyen vínculos, y/o experiencias sino también
conocimiento. Es por esto, que se hace pertinente conocer las problemáticas que se han
generado en torno a la convivencia, pues se sabe que el conflicto y los desacuerdos en un
grupo social hacen parte inherente de la vida humana.

Para entender el territorio es necesario conocer la perspectiva de los actores sociales que
participan en él, saber cómo se relacionan tanto con el espacio geográfico donde se hallan
inmersos como entre sí mismos, esto es con el objetivo de comprender los significados que
le han adjudicado al lugar partiendo de sus relaciones, experiencias e intereses tanto
personales como colectivos. Es por esto, que es pertinente conocer las problemáticas que se
han generado en torno a la convivencia, pues se sabe que el conflicto y los desacuerdos en un
grupo social hacen parte inherente de la vida humana.

Cuando se observa la realidad latinoamericana, en donde gran parte de las personas están en
profundas condiciones de exclusión, pobreza, segregación por múltiples condiciones que ya
han sido expuestas anteriormente, se plantea también algunas luces como la posibilidad de
una Educación popular que permite procesos de movilización y emancipación para la acción,
pero sin perder de vista que dicho territorio está en constantes conflictos y que en últimas
permite analizar transversalmente las lógicas desde una perspectiva de construcción de paz
mediada por la autonomía con la que construyen las comunidades su realidad y organización
alrededor de sus problemáticas e intereses y es muy curioso que lo que más notamos con esta
pretensión investigativa es que a pesar de que es necesario que todo este tema esté
estrechamente ligado, sus categorías centrales son estudiadas de forma separada con poca
conversación entre estos temas que en la práctica se puede evidenciar que están
estrechamente ligados.

Los actores de los barrios y de las organizaciones de la ciudad de Medellín se pueden ver
beneficiados con esta pretensión investigativa, puesto que puede mostrar la posibilidad de
análisis de su realidad inmediata desde los aportes de la Educación popular a estos contextos
de la realidad urbana, permitiendo la emergencia de propuestas a través de enfoques más
críticos, situados y con ideas de reivindicación de derechos que conducen al reconocimiento
de las dinámicas territoriales que están permeadas por conflictos, pero también la posibilidad
de la defensa de estos espacios para la vida digna y esto en últimas requiere del accionar de la
población para que se garanticen todos los aspectos mencionados.

A partir de lo rastreado anteriormente se vislumbra la necesidad de integrar tres categorías de


análisis centrales, que al ponerlas a conversar emergen como interés investigativo y orientan
a plantearnos la siguiente pregunta:

¿Cómo contribuye la educación popular a la construcción de paz desde la defensa del


territorio, en la Corporación CORVIDECO ubicada en la ciudad de Medellín-
Antioquia, en el periodo 2009-2019?
Objetivo general:

Analizar la contribución de la educación popular a la construcción de paz desde la defensa del


territorio en la corporación CORVIDECO de la ciudad de Medellín, en el periodo 2009-2019.

Analizar la contribución de la educación popular a los procesos de construcción de paz desde


la defensa del territorio en la corporación CORVIDECO de la ciudad de Medellín, en el
periodo 2009-2019.

Objetivo especìfico:

- Describir las metodologías de la educación popular, que ha desarrollado la


corporación Corvideco en el barrio Popular 1 de Medellín, Antioquia.
- Reconocer los procesos comunitarios para la defensa del territorio en la corporaciòn
Corvideco en el barrio Popular 1 de Medellìn, Antioquia.
- Comprender la relación de la educación popular con la defensa del territorio en clave
de la construcción de paz,a partir de los procesos de ….

- Comprender las metodologías que se desarrollan dentro de los procesos comunitarios


para la defensa del territorio en la corporaciòn Corvideco en el barrio Popular 1 de
Medellìn, Antioquia.
Referente conceptual.

Para tener mejor comprensión de los conceptos centrales a los que le apostamos en esta
investigación, se hace necesario enfatizar en las diversas definiciones y concepciones que se
tienen de ellas, teniendo en cuenta que las categorías son: educación popular, defensa del
territorio y construcción de paz.

En este sentido, ​la educación popular d​ esde algunos autores como Marco Raúl Mejía,
Piedad Ortega y Alfonso Torres, confluyen en que los planteamientos del brasileño Paulo
Freire tuvieron una importante y marcada influencia para la configuración de estas
pedagogías. Mejía menciona que:

[​ …] En la tradición freireana de la educación popular se constituye desde el diálogo de


saberes, en el cual el educando enuncia su mundo y sale del silencio. Allí hace visible la
existencia de saberes que tienen fundamentos culturales, epistémicos y conceptuales basados
en la diferencia, pero que en las particularidades del conocimiento, la epistemología y la
cultura de la modernidad eurocéntricos hace que al hablar de saberes y el diálogo respectivo
estemos frente a una diversidad en desigualdad y subalternidad, un intercambio político entre
poderes epistémicos diferentes. (Mejía, 2015, pp. 41-45)

Piedad Ortega (2009) también expone que la pedagogía, para Freire, es un ejercicio de
reflexión sobre la práctica y el contexto, para permitir que los sujetos se apropien de esta y de
su historia y para que ellos mismos se construyan como los protagonistas de su
emancipación.
El anterior planteamiento aparece con fuerza en lo que es la Educación Popular, aunado a
ello, Alfonso Torres explicita como rasgo principal de esta “la fusión entre política y
educación en el horizonte de la emancipación de las clases subalternas de la sociedad. […]
los contenidos y metodologías de la EP, se orientan a la concientización y movilización
política”. (2010, p. 43)

Frente al tema de la construcción de paz, necesitamos comprender qué se entiende por paz y
que se ha dicho de ella, es por eso que autores como Leonardo Salcedo, le apuestan a su
construcción conceptual paz, mencionando de la transformación de la guerra hacia la paz,
algo significativo:

Un país que lleva más de cinco décadas en guerra necesariamente debe transformarse a sí
mismo para salir de ella, debe desacostumbrarse a ella. Ese proceso llevará décadas y
requerirá acuerdos, propuestas innovadoras, creativas, que logren configurar nuevas
relaciones sociales, que hagan posible un país donde para saldar debates o diferencias
políticas no sea necesaria la violencia, donde el disenso se tramite dialogando y no
con las armas. (Salcedo, 2015, p. 9).

Así mismo, para comprender la paz, es necesario mencionar que se da a partir del fin de una
guerra como lo mencionaba Salcedo.

Otro concepto de paz es el que nos da Fisas, diciendo que:

(...)” la paz es algo más que la ausencia de guerra, y tiene que ver con la superación,
reducción o evitación de todo tipo de violencias, físicas, culturales y estructurales, y con
nuestra capacidad y habilidad para transformar los conflictos, para que en vez de tener una
expresión violenta y destructiva, las situaciones de conflicto, siempre que sea posible, puedan
ser oportunidades creativas, de encuentro, comunicación, cambio, adaptación e intercambio”
(Fisas, 2011, p.4).

Luego de definir paz, es necesario saber cómo se da la construcción de paz, para eso
retomamos a Irantzu Mendia Azkue (2007), en su texto “​Género, rehabilitación posbélica y
construcción de la paz” ​dónde nos menciona que :

“La construcción de la paz no es un evento sino que se refiere a un proceso que ocurre
antes, durante y después del conflicto violento. La construcción de la paz no es una
actividad específica sino la consecuencia de una actividad. Se define por su resultado
y proceso. Se basa en la premisa de que en las sociedades afectadas por el conflicto
existen individuos, grupos, actitudes y procesos que promueven la paz” (Mendia,
2007. pp. 27)
El concepto de Territorio no sólo se plantea como un espacio geográfico definido, sino que
también se presenta como un lugar de constante construcción colectiva de significados que se
enmarcan en diversas dinámicas sociales, culturales, económicas, históricas y políticas. La
estructuración del de éste es el resultado del empoderamiento por parte de diversos grupos
que durante el transcurso histórico han establecido continuamente transformaciones y
relaciones de poder. Esto se debe a que el ser humano tiene la capacidad de intervenir,
establecer y modificar la relación sociedad-naturaleza dependiendo a los distintos factores en
que se encuentren ya sean por la distribución espacial,condiciones ambientales, necesidades e
intereses sociales. (Sosa, 2012)
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