Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
3 / No 3 / AÑO 2018
Correspondencia
Amparo Belloch
Departamento de Psicología de la Personalidad
Facultad de Psicología, Universitat de València
Avda. Blasco Ibáñez, 21. Valencia 46010, España
Tel.: 963 983 439. Fax: 963 864 669
E-mail: amparo.belloch@uv.es
Resumen
Uno de los tópicos de la investigación sobre asma es su elevada coocurrencia con algunas modalidades de trastornos mentales y del
comportamiento. Este tópico lo vienen confirmando los estudios epidemiológicos, que muestran una prevalencia mayor de trastornos
mentales en la población de personas con asma que la que se encuentra en la población general, tanto adulta como infantil y adoles-
cente. Los trastornos más prevalentes son los de ansiedad, en especial los de pánico y ansiedad generalizada, y los depresivos, con tasas
hasta cuatro veces superiores a las de la población general sana. Pero también se han constatado cifras anormalmente elevadas de los
trastornos de estrés, especialmente estrés postraumático, y los relacionados con abuso de sustancias, entre otros. En suma, una amplia
gama de psicopatologías cuya importancia en relación con el asma es variable, pero cuya identificación es parte ineludible del trata-
miento de esta enfermedad. Además, algunos estudios constatan que en unos casos el asma precede a las patologías mentales, mientras
que en otros sucede a la inversa. El objetivo de esta revisión es ofrecer información actualizada sobre la comorbilidad entre asma y los
trastornos mentales mencionados, las razones que se aducen para explicarla y las consecuencias que tiene para el tratamiento del asma.
Tomados en conjunto, los datos procedentes de los estudios revisados indican la posibilidad de una asociación bidireccional entre
asma y trastornos mentales, con algunos mecanismos causales comunes que, de confirmarse, requerirán cambios en los planteamientos
terapéuticos cuando sea evidente que existe concurrencia clínicamente significativa entre asma y trastorno mental.
Pero en otras ocasiones sucede a la inversa: en los mismos es- agravamiento, y tenderá a evitar situaciones que puedan poner
tudios mencionados se detecta un porcentaje de casos en los en riesgo su estado (ejercicio, actividades sociales) o adoptará es-
que el TP precedió al asma (OR = 6,3; IC 95% = 2,8-14,0)6, trategias de prevención de riesgos (p. ej., tomar más medicación
mientras que el 52% de los pacientes asmáticos había recibido “por si acaso”).
un diagnóstico de trastorno de ansiedad con anterioridad al de
Por otro lado, hay que recordar que cualquier trastorno o enfer-
asma22. Otro estudio retrospectivo3 revela datos parecidos (OR
medad de la naturaleza que sea es, en sí mismo, una fuente de
= 1,5-2,2), no solo con respecto al TP sino también en relación
estrés que afecta a los mecanismos de regulación del SNA24,25.
con otros trastornos ansiosos (TAG, agorafobia, ansiedad social
En el caso del asma, algunos estudios indican que la exposi-
y fobias simples).
ción a situaciones estresantes de la vida cotidiana, aunque sean
Los trastornos de ansiedad, en especial el TAG, se asocian a positivas26, se asocia con cambios en la respuesta inmune que
una disregulación del SNA y del eje hipotalámico-pituitario- aumentan la sensibilidad de las vías aéreas, empeoran la función
adrenocortical (HPAC), que puede afectar al control del asma pulmonar e incrementan la percepción de disnea.
mediante un aumento de la actividad parasimpática y de la se-
En suma, la coocurrencia de asma y TAG se traduce en peor
creción de las citoquinas proinflamatorias que intervienen en
control del asma, disminución significativa de la calidad de
las exacerbaciones asmáticas23. A ello hay que añadir los riesgos
vida, mayor deterioro funcional, mayor uso de recursos sani-
asociados a la ansiedad que afectan a las personas con asma y
tarios, más disnea y mayor uso de broncodilatadores (hasta 10
agravan su situación respiratoria: obesidad, consumo de taba-
veces más que en ausencia de TAG comórbido)23. Los asmáticos
co, efectos secundarios de la medicación ansiolítica (como las
con TP informan de más síntomas o los experimentan con más
benzodiazepinas), evitación de actividades por temor a una cri-
intensidad, porque al estar más pendientes de la posibilidad de
sis de pánico, hipervigilancia ante posibles amenazas asociada a
su aparición son más proclives a percibir cualquier modificación
hiperventilación y/o interpretaciones catastrofistas ante indicios
que se produzca en su estado físico, tenga o no que ver con el
de una crisis de pánico. Las consecuencias en el caso del asma
asma. No toman más medicación de la que necesitan porque se
se traducen en que el paciente estará especialmente atento y vi-
sientan peor, sino porque interpretan cualquier señal corporal
gilante a cualquier señal de su propio cuerpo (síntoma) o su
como un posible síntoma de asma y prefieren “estar prevenidos”
ambiente (polvo, humedad, contaminación...); se mostrará ex-
ante una posible crisis. Su calidad de vida empeora por los com-
cesivamente preocupado por el estado de su asma, lo que facili-
portamientos de evitación que desarrollan por temor a padecer
tará que interprete cualquier síntoma como signo inequívoco de
una crisis o a empeorar su estado. Y, como sucede con el TAG,