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Descripciones de las embarcaciones chinas

Hay tres clases de embarcaciones chinas: barcos grandes


denominados «juncos», de tamaño medio denominados
«zaws» y pequeños, denominados «kakams». Los barcos
grandes tienen entre doce y tres velas hechas de varas de
bambú trenzadas como en una esterilla. Nunca las arrían, sino
que las giran según la dirección del viento; cuando están
anclados, las dejan a merced del viento. El barco lleva una
dotación de mil hombres, seiscientos de los cuales son marinos
y cuatrocientos, hombres armados, entre ellos arqueros,
hombres con escudos y ballesteros, es decir, hombres que
lanzan nafta. Cada barco grande va acompañado por tres más
pequeños, el medio, el tercero y el cuarto. Estas embarcaciones
se construyen solo en la ciudad de Zaitun, en China, o en Sin
Kalan, que es Sin al-Sin [Cantón]… Al lado de estas vigas están
los remos, que son largos como mástiles y necesitan diez o
quince hombres juntos para moverlos, que reman de pie. En la
embarcación hay cuatro cubiertas [con] camarotes, suites y
salones para mercaderes. Cada conjunto de habitaciones tiene
varias de ellas y una letrina; puede cerrarse con llave desde
dentro y el que la usa puede entrar con esclavas y esposas…
Algunos chinos poseen gran número de barcos en los que sus
agentes son enviados a tierras extranjeras. No hay pueblo en
el mundo más rico que el chino. [45]
Ibn Batuta también describió el intercambio de esclavos entre
los potentados: «El rey de China ha enviado al sultán [de la
India] cien mamelucos y esclavas, quinientas piezas de
terciopelo… [El sultán] correspondió el presente con uno
todavía más espléndido… cien esclavos, cien bailarinas y
cantantes indias». [46]
Las delegaciones comerciales entre Egipto y China habían sido
frecuentes no solo siglos antes de los viajes de Zheng He, sino
siglos antes de Ibn Batuta. Estaban dirigidas por el Karim, una
organización de mercaderes judíos egipcios que se
especializaron en el comercio entre El Cairo, la India y
China.[47] Un tal Bazaldeen Kulami Karimi,[48] nacido en 1149,
viajó a China cinco veces, y amasó una gran fortuna con el
comercio de cerámicas y sedas de aquel país. Zhao Ruqua,
cronista del siglo XII, cita a un acaudalado mercader tazi que
financió un cementerio árabe en el barrio sudoriental del puerto
chino de Quanzhou, para que los mercaderes árabes pudiesen
ser enterrados de cara a La Meca. [49]
Los mercaderes chinos importaron enormes cantidades de
incienso árabe. Documentos históricos de la dinastía Song
indican que Chen Xin Lang, un mercader, importó incienso por
un valor de 300.000 guan. En China los mercaderes del Karim
vivían en casas lujosas y gastaban mucho, y eran la envidia de
todo el puerto comercial. En consecuencia, el emperador
ordenó a los funcionarios locales que vigilaran «las conductas
impropias y alteradas».
El comercio entre Calicut y los mamelucos egipcios floreció
entre 1420 y 1430. El historiador Stanley Lane Poole cuenta
que en 1425 un capitán escoltó catorce embarcaciones con
valiosos cargamentos hasta Yidda. Al año siguiente, por lo
menos cuarenta barcos zarparon de la India rumbo a El Cairo
y Persia y pagaron derechos por valor de setenta mil
dinares.[50]
El intercambio de visitas no estaba restringido a los
mercaderes. El reino de La Meca envió una delegación para
corresponder al emperador chino después de la visita de Zheng
He en 1414; el sultán apareció en persona con un león y
un quilín («jirafa») como presentes para Zhu Di. En 1433 el
sultán envió una delegación al frente de Shu Xian para
acompañar a los delegados chinos que regresaban a su
país. [51]
Liu Gang, propietario actual del mapa de 1418, señala un
modelo muy interesante que se repite en diversos documentos
históricos chinos, entre ellos Tomando vistas del litoral
oceánico, Notas sobre los bárbaros de los mares occidentales,
Registro de los tributos de los mares occidentales y el
propio Shi-lu Ming. [52] Cada uno de estos cuatro libros ofrece
una descripción de Ormuz que no puede referirse al Ormuz que
conocemos hoy en día. Explica que la vegetación florece en
primavera, las hojas caen en otoño, hiela en invierno, llueve
poco y hay mucho rocío. Los libros afirman también que Ormuz
es uno de los reinos más grandes de los mares occidentales y
que los hombres de negocios de las tierras bárbaras llegan allí
por mar o por tierra. Añaden que Ormuz está cerca de la costa
al final del mar Occidental. Sus gentes son blancas y de alta
estatura. En aquella sociedad están muy desarrollados la
literatura, los conocimientos médicos, la astronomía, el arte y
la técnica, muy superiores a los de otros pueblos bárbaros. En
efecto, comparan su nivel de civilización con el de Zonghua
(China).
Nada de esto puede referirse al Ormuz que conocemos gracias
a los relatos de muchos mercaderes del siglo XV, que es una
isla pequeña en el estrecho de Ormuz, con poca vegetación y
sin heladas, un lugar diminuto, inaccesible y tan
espantosamente caluroso que solo estaba habitado tres meses
al año. Apenas puede decirse que hubiera civilización, ni
siquiera en materia de astronomía o de técnicas médicas.
En mi opinión, el «Ormuz» que describen los libros chinos del
siglo XV solo puede referirse a El Cairo. Esto queda corroborado
por el Shi Waigua Zhuan Míng («Perfil de los países extranjeros
durante la historia Ming»), recopilado por You Ton, de la
dinastía Qing.[53] Afirma que los enviados chinos, incluido
Zheng He, pasaron por Mosili (El Cairo), pero que no les
devolvieron la visita. Son innumerables las descripciones del
comercio chino con El Cairo. En Feiizhou Hualiko
Huarem («Historia de los viajes chinos a África») el erudito
chino Li Anshan identifica el reino de Mosili con Egipto y el reino
Jiegentou con el puerto de Alejandría. En el trabajo pionero de
Zhang Xing Gang y de Han Zhenghua, también identifican
Mosili con Egipto y Jiegentou con Alejandría, en una
transliteración china del nombre árabe de Zuilkarnain, que
empleaban los árabes para referirse a Alejandro Magno.
En Religiones chinas y minorías nacionales, el historiador chino
Bai Shouyi escribe: «Mi Xi en [Egipto] ya había enviado con
regularidad sus mercaderes y delegados a China y esta a veces
enviaba los suyos a aquellos países».
El Shi-lu Ming reza: «En el año 6 [1408], Zheng He fue a
Ormuz y a otros países de los que regresó en el año 8 [1410]».
Los mapas atestiguan también que las flotas de Zheng He
visitaron El Cairo. El mapa de 1418 contiene la siguiente
descripción: «Hay una ciudad inmensa cuyas piedras tienen
dimensiones comparables a las de las tumbas del emperador
de la dinastía Qin». El volumen de la pirámide del emperador
Qin y el de la pirámide de Giza, del faraón Keops, son
aproximadamente iguales, si bien la base de la de Qin es más
amplia y la pirámide de Keops es más alta. El Mapa de los
países marítimos del sudoeste, de la época de Zheng He,
también describe las pirámides egipcias.
Así pues, Egipto no supuso una frontera nueva para Zheng He:
sus antepasados habían viajado a aquel destino durante siglos.
Habían llegado a El Cairo a través de canal mar Rojo-Nilo, de
escasa profundidad, al que habrían accedido también los juncos
más pequeños de Zheng He. Una vez en El Cairo, el
Mediterráneo y la Europa meridional estaban a un paso.

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