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From: Marcos Bompart <marcosbompart@ gmail.com>
Sender: noticias-universita rias@yahoogroups .com
Date: Mon, 8 Nov 2010 17:52:33
To: noticias-universita rias<noticias-universita rias@yahoogroups .com>
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Subject: [Noticias Universitarias] ¿QUE PUEDE APRENDER LA
REVOLUCIÓN BOLIVARIANA DEL
TESTAMENTO DE LENIN? (FINAL
los miembros del CC, así como a *“(…) revisar y mejorar nuestro aparato, que
no sirve para nada. Para este objeto debemos valernos de los servicios de
especialistas muy calificados, y la tarea de proporcionar estos
especialistas debe recaer sobre la IOC (Inspección Obrera y Campesina) (…)
En resumen: hasta 100 miembros del CC y todo lo más de 400 a 500 auxiliares
suyos, miembros de la IOC (Inspección Obrero-Campesina) , que revisen según
las indicaciones de los primeros.”*
Por otra parte, en medio del conflicto de Georgia, Lenin hace una clara
referencia de los problemas de transición de un Estado de cierto carácter a
otro que implica una ruptura histórica: *“(…) nosotros llamamos nuestro a un
aparato que en realidad nos es aún ajeno por completo y constituye una
mezcla burguesa y zarista que no ha habido posibilidad alguna de superar en
cinco años, sin ayuda de otros países y en unos momentos en que predominaban
las "ocupaciones" militares y la lucha contra el hambre.”*
Y en el tema de las nacionalidades de la URSS, Lenin cuestiona cualquier
legado “chovinista”: *“(…) en el fondo un hombre miserable y dado a la
violencia como es el típico burócrata ruso. No cabe duda que el
insignificante porcentaje de obreros soviéticos y sovietizados se hundiría
en este mar de inmundicia chovinista rusa como la mosca en la leche.”*
Lenin siente temor ante la medida de segregación de los Comisariados del
Pueblo que se relacionan directamente *“(…) con la psicología de las
nacionalidades, con la instrucción en las nacionalidades.” , lamentando que
el tratamiento de las nacionalidades vaya “por mal camino”: “(…) nos surge
una pregunta, la de si es posible segregar estos Comisariados por completo,
y una segunda pregunta, la de si hemos tomado medidas con la suficiente
solicitud para proteger de veras a los no rusos del esbirro genuinamente
ruso. Yo creo que no las hemos tomado, aunque pudimos y debimos hacerlo.”*
Lenin es tajante en identificar responsabilidades: *“Yo creo que en este
asunto han ejercido una influencia fatal las prisas y los afanes
administrativos de Stalin, así como su saña contra el decantado
"social-nacionalism o". De ordinario, la saña siempre ejerce en política el
peor papel.”*
Igualmente dice: *“Temo igualmente que el camarada Dzerzhinski, que ha ido
al Cáucaso a investigar el asunto de los "delitos" de esos "social-
nacionales", se haya distinguido en este caso también sólo por sus
tendencias puramente rusas (se sabe que los no rusos rusificados siempre
exageran en cuanto a sus tendencias puramente rusas), y que la imparcialidad
de toda su comisión la caracterice suficientemente el "guantazo" de
Ordzhonikidze.” *
Las medidas autoritarias, al parecer, eran parte del “paquete ruso”,
administradas paradójicamente por el Gorgiano Stalin. A este respecto,
finaliza Lenin, *“(…) se plantea ya un importante problema de principio:
cómo comprender el internacionalismo.” *
Allí Lenin se dedica a reflexionar sobre las diferencias entre *“(…) el
nacionalismo de la nación opresora y el nacionalismo de la nación oprimida,
entre el nacionalismo de la nación grande y el nacionalismo de la nación
pequeña (…) Con relación al segundo nacionalismo, nosotros, los integrantes
de una nación grande, casi siempre somos culpables en el terreno práctico
histórico de infinitos actos de violencia; e incluso más todavía: sin darnos
cuenta, cometemos infinito número de actos de violencia y ofensas. No tengo
más que evocar mis recuerdos de cómo en las regiones del Volga tratan
despectivamente a los no rusos, de cómo la única manera de llamar a los
polacos es "poliáchishka" , de que para burlarse de los tártaros siempre los
llaman "príncipes", al ucraniano lo llaman "jojol", y al georgiano y a los
demás naturales del Cáucaso los llaman "hombres del Cápcaso". Por eso, el
internacionalismo por parte de la nación opresora, o de la llamada nación
"grande" (aunque sólo sea grande por sus violencias, sólo sea grande como lo
es un esbirro) no debe reducirse a observar la igualdad formal de las
naciones, sino también a observar una desigualdad que de parte de la nación
opresora, de la nación grande, compense la desigualdad que prácticamente se
produce en la vida. Quien no haya comprendido esto, no ha comprendido la
posición verdaderamente proletaria frente al problema nacional; en el fondo
sigue manteniendo el punto de vista pequeñoburgués, y por ello no puede por
menos de deslizarse a cada instante al punto de vista burgués.”*
Lenin plantea la necesidad de articular una adecuada política de clase con
una política de nacionalidades (las opresiones de clases y de las
nacionalidades se articulan). Para el proletario es esencial, gozar, del
máximo de confianza por parte de nacionalidades oprimidas. La actitud
verdaderamente proletaria exige extremada cautela, delicadeza y
transigencia: *“Es preferible exagerar en cuanto a las concesiones y a la
suavidad para con las minorías nacionales, que pecar por defecto. Por eso,
en este caso, el interés vital de la solidaridad proletaria, y por
consiguiente de la lucha proletaria de clase, requiere que jamás miremos
formalmente el problema nacional, sino que siempre tomemos en consideración
la diferencia obligatoria en la actitud del proletario de la nación oprimida
(o pequeña) hacia la nación opresora (o grande).”*
Pero más allá del tema de las nacionalidades resalta un reconocimiento de
los errores del propio aparato comunista en esta situación: *“(…) en cuanto
al aparato diplomático, que, dicho sea de paso, es una excepción en el
conjunto de nuestro aparato estatal. No hemos dejado entrar en él ni a una
sola persona de cierta influencia procedente del viejo aparato zarista. Todo
él, considerando los cargos de alguna importancia, se compone de comunistas.
Por eso, este aparato se ha ganado ya (podemos decirlo rotundamente) el
título de aparato comunista probado, limpio, en grado incomparablemente
mayor, de los elementos del viejo aparato zarista, burgués y pequeñoburgués,
a que nos vemos obligados a recurrir en los otros Comisariados del Pueblo.”*
Incluso Lenin, da muestra de claro distanciamiento con el “amiguismo” y la
“complicidad” a la hora de ejecutar castigos ejemplares ante errores
cometidos en la política: *“(…) al camarada Ordzhonikidze (digo esto con
gran sentimiento, porque somos amigos y trabajé con él en el extranjero, en
la emigración), y también terminar de revisar o revisar nuevamente todos los
materiales de la comisión de Dzerzhinski, con objeto de corregir el cúmulo
de errores y de juicios parciales que indudablemente hay allí. La
responsabilidad política de toda esta campaña de verdadero nacionalismo ruso
debe hacerse recaer, claro, sobre Stalin y Dzerzhinski.” *
De nuevo, Stalin aparece comprometido en una política incorrecta: *“Una cosa
es la necesidad de agruparse contra los imperialistas de Occidente, que
defienden el mundo capitalista. En este caso no puede haber dudas, y huelga
decir que apruebo incondicionalmente estas medidas. Otra cosa es cuando
nosotros mismos caemos, aunque sea en pequeñeces, en actitudes imperialistas
hacia nacionalidades oprimidas, quebrantando con ello por completo toda
nuestra sinceridad de principios, toda la defensa que, con arreglo a los
principios, hacemos de la lucha contra el imperialismo. Y el mañana de la
historia universal será el día en que se despierten definitivamente los
pueblos oprimidos por el imperialismo, que ya han abierto los ojos, y en que
empiece la larga y dura batalla final por su emancipación.” *
No era casual que Stalin considerara contra-revolucionar io este
“Testamento”, y fuera Nikita quien lo trajera a colación en 1956, siempre
haciendo las omisiones interesadas. Lenin sencillamente no sugería que fuese
el personaje indicado para ocupar la dirección de un proceso, cuyas
contradicciones exigían cualidades de las que sencillamente carecía.
El relato del propio Trotsky es obviamente más concluyente que las
recomendaciones que hacia un Lenin convaleciente. Las opiniones de Trotsky
ayudan a pintar el delicado cuadro político del momento, mas allá de la
ilusión biográfica y las posibles proyecciones interesadas del asunto:
*“(Lenin) estaba meditando constantemente cómo marcharían las cosas sin él,
cuando él faltase. Fue entonces cuando concibió aquel documento que había de
adquirir más tarde tanta fama bajo el nombre de “Testamento de Lenin”.
Durante aquel período-unas semanas antes de sobrevenir el segundo ataque-,
tuvo una larga conversación conmigo acerca del curso ulterior de mis
trabajos. Esta conversación la hube de comunicar, a raíz de celebrarse y en
vista de la gran importancia política que tenía, a una serie de personas
(Rakovsky, J. L. Smirnof, Sosnovsky, Preobrachensky, y algunas otras). Así
se explicará que se me haya quedado grabada fielmente en la memoria.”*
Si la memoria de Trotsky no es tampoco un archivo transparente, es relevante
abordar el tema del burocratismo. Al parecer Trotsky se quejaba de las
dificultades con que tropezaba la labor de Instrucción pública. Para éste el
asunto procedía del aparato administrativo. Lenin reconocía que la
burocracia estaba tomando unas proporciones espantosas. Señala Trotsky que
Lenin le encomendó la tarea de dar al traste con el aparato burocrático, y
que le advirtió que el asunto no solo era de la burocracia del Estado: *“Le
contesté que no me refería solamente a la burocracia del Estado, sino
también a la del partido, y que el nudo de todas las dificultades estaba en
la fusión de los dos aparatos y en la ayuda mutua que se prestaban los
grupos influyentes, compenetrados en torno a la jerarquía de los secretarios
del partido.”*
Lenin le pregunta directamente a Trotsky: *“¿De modo que lo que usted
propone es dar la batalla, no sólo a la burocracia del Estado, sino también
a la del Comité central? Me eché a reír, de puro asombro. El organismo
burocrático del Comité era precisamente el centro de todo el aparato
estaliniano. -Puede que tenga usted razón. -Pues bien-prosiguió Lenin,
visiblemente satisfecho de que llamáramos a las cosas por su nombre,
entrando de lleno en el meollo del asunto-le propongo a usted que formemos
un bloque contra la burocracia en general y contra la del Comité en
particular.”*
Continúa Trotsky: *“Lenin me propuso que meditase acerca del aspecto de
organización del asunto. Su intención era crear una especie de comisión para
la represión del burocratismo, que se incorporaría al Comité central, y a la
cual perteneceríamos los dos. En realidad, esta comisión tendría por
cometido servir de palanca para descoyuntar la fracción de Stalin, que era
la verdadera espina dorsal de aquel régimen burocrático a la par que creaba
dentro del partido las condiciones necesarias para que yo pudiera ocupar el
puesto de sustituto de Lenin y, según su propósito, el de sucesor suyo en la
presidencia del Consejo de Comisarios del pueblo.”*
Para Trotsky, en el “Testamento” Lenin menciona nominalmente a seis
personas, cuya fisonomía respectiva traza, sopesando muy cuidadosamente las
palabras. Interpreta Trotsky que: *“La finalidad indiscutible que el
"testamento" se proponía era facilitarme a mí la tarea de dirección. Lenin
pretende, naturalmente, conseguir su propósito evitando en lo posible los
rozamientos personales. Habla de todo el mundo con la mayor prudencia. A los
juicios que encierran un fondo condenatorio procura rodearlos de una cierta
sombra de suavidad. Completando esta táctica, corrige también con algunas
salvedades la designación resuelta que hace de quien ha de ocupar el primer
lugar. Pero al llegar a la silueta que traza de Stalin, el documento cambia
de tono, y el tono cobra carácter manifiestamente hostil en la apostilla
puesta más tarde por su autor al "testamento" .”*
¿Cuántas especulaciones se puede hacer de todo este asunto? Casi infinitas.
Trotsky tiene argumentos válidos en algún aspecto: la silueta que traza de
Stalin, no es positiva, sino negativa. Pero como en todo campo de fuerzas,
Trotsky va más allá del mínimum de literalidad del “Testamento”:
*“De Bujarin dice que, si bien no es un marxista, sino un escolástico, es un
hombre muy agradable. De Piatakof, que era muy capaz en el terreno
administrativo, pero como político una nulidad; que acaso estos dos últimos,
Bujarin y Piatakof, pudiesen aprender todavía algo; que el más capaz de
todos era Trotsky, si bien tenía un defecto: exceso de confianza en sí
mismo. Que Stalin era hombre zafio, desleal, que propendía al abuso de los
poderes confiados a él por el partido. Y que era necesario removerle, para
evitar una escisión. Tal es el sentido que inspira todo el "testamento" ,
viniendo a completar y explicar la propuesta que Lenin me hiciera la última
vez que conversamos.” *
Ciertamente, Lenin conocía el extremo auto-concepto de Trotsky que rayaba en
la “arrogancia”. Tampoco parecía indicado en aquellas circunstancias. Sin
embargo, el propio Trotsky reconocía una cualidad de Stalin que a finalmente
logró liquidarlo: *“(…) dureza de carácter y su sentido práctico, hecho en
tres cuartas partes de astucia.”*
A pesar de la “gran ignorancia” de Stalin, *“con su increíble estrechez de
horizonte político y con una tosquedad moral y una falta de escrúpulos
verdaderamente extraordinarias” *, fue Stalin el que escaló el puesto de
Secretario general *“(…) contra la voluntad de Lenin, que sólo le toleré
allí mientras él pudo dirigir personalmente el partido”.*
Los hechos históricos son demoledores. Aquí no caben mayores
interpretaciones. Lenin no vivió lo suficiente para lograr ni la destitución
de Stalin del cargo de Secretario General, ni para que fuese descalificado
por el partido. Mientras Trotsky, afirma que Lenin *“(…) depositaba su
preocupación, sistemática y tenazmente manifestada, para encauzar las cosas
de tal modo que se lograra asestar la muerte al burocratismo, al régimen de
pandillaje, al funcionarismo, al despotismo, a la arbitrariedad y a la
grosería, en la persona de Stalin.”*, fue éste quien se apodera del
partido-maquinaria.
Trotsky relata que en el año de 1927, N. K. Krupskaia dijo que de vivir
Lenin, Stalin le tendría recluido en una cárcel. No se trata exclusivamente
de la persona de Stalin, sino de las fuerzas y circunstancias de que Stalin,
aun sin saberlo, era expresión. Trotsky fue derrotado batalla tras batalla
en las intrigas del poder: *“El obstáculo principal que se alzaba ante esta
batalla era el estado de Lenin. Confiábamos en que volvería a salir del
ataque, como había salido del primero, y que tomaría parte personal en las
tareas del 12º congreso, como él mismo daba por supuesto al celebrarse el
anterior. Los médicos nos daban esperanzas, aunque cada vez con menor
firmeza. La idea de un "bloque" entre él y yo para dar la batida al aparato
y a la burocracia, era sólo conocida, por aquel entonces, de Lenin y de mí,
aunque los demás vocales del Buró político sospechaban algo. Las cartas de
Lenin a propósito de la cuestión nacional y el "testamento" permanecían en
el mayor secreto. Mi campaña se hubiera interpretado, o a lo menos hubiera
podido interpretarse, como una batalla personal reñida por mí para
conquistar el puesto de Lenin al frente del partido y del Estado. Y yo no
era capaz de pensar en esto sin sentir espanto. Parecíame que ello había de
producir una desmoralizació n tal en nuestras filas, que, aun dado caso de
que triunfase, pagaría el triunfo demasiado caro. En todo los planes y
cálculos que pudieran hacerse, se deslizaba siempre un factor decisivo, que
era una incógnita: el propio Lenin y su estado de salud. ¿Estaría él, para
entonces, en condiciones de exponer personalmente su opinión? ¿Llegaría a
tiempo de hacerlo? ¿Sería el partido capaz de comprender que, al dar esta
batalla, Lenin y Trotsky luchaban por el porvenir de la revolución, y que no
era Trotsky personalmente el que se debatía por ocupar la vacante de Lenin?”
*
Y reconoce Trotsky que la demora laboraba a favor de Stalin, como Secretario
general que era, *“se veía convertido, de hecho, durante el "interregno" , en
el verdadero jefe”.*
Para completar este patético cuadro, Trotsky afirma que en una conversación
con Bujarin este le dijo: *“Si no nos gobernamos democráticamente, es porque
le tenemos a usted.” Trotsky responde: “-Procuren ustedes sobreponerse a ese
miedo- le aconsejé, y vamos a ver si conseguimos trabajar de acuerdo
provechosamente- . Pero aquel consejo no sirvió de nada.”*
A primeros de 1923, los principales dirigentes conocedores de la situación
política se habían dado ya cuenta de que Stalin estaba saturando el
inmediato XII Congreso, la máxima autoridad del Partido, de delegados que le
eran incondicionalmente fieles. Lenin se alarmó tanto al ver el sesgo de los
asuntos, que llamó a Trotsky al Kremlin, y habló del terrible auge del
burocratismo en el aparato soviético y de la necesidad de encontrar una
solución al problema. Sugirió la conveniencia de nombrar una Comisión
especial del Comité Central y pidió a Trotsky que interviniese activamente
en ello: *"Vladimiro Ilich, estoy convencido de que en la presente lucha
contra el burocratismo en el aparato soviético no debemos perder de vista lo
que está ocurriendo: se está formando una selección muy especial de
funcionarios y especialistas, miembros del Partido y no miembros, a base de
su lealtad a ciertas personalidades dominantes y grupos rectores del Partido
dentro del Comité Central mismo. Cada vez que se ataca a un funcionario
subalterno, se tropieza con un dirigente destacado del Partido... No puedo
encargarme de eso en las actuales circunstancias. "*
Lenin no logró contraponerse a estas tendencias. El resto de la historia es
el patético ascenso de Stalin al control del poder en la URSS. El XII
Congreso, que comprendió la semana del 17 al 25 de abril de 1923, elevó a
Stalin del último al primer puesto dentro del triunvirato. Había terminado
la mayoría de Zinoviev en el Comité Central y en el Politburó. Stalin
comenzaba a imponerse.
La XIII Conferencia del Partido, reunida del 16 al 18 de enero de 1924, para
planear el inmediato XIII Congreso del Partido que había de celebrarse en
mayo, adoptó una resolución, a base del informe de Stalin, que condenaba la
discusión pro democracia y la intervención de Trotsky con las siguientes
palabras:
*"La oposición acaudillada por Trotsky exhibió la consigna de destruir el
aparato del Partido e intentó transferir el centro de gravedad de la lucha
contra la burocracia en el aparato del Estado a la lucha contra la
"burocracia" en el aparato del Partido. Una crítica tan infundada, y el
claro propósito de desacreditar el aparato del Partido, hablando en términos
objetivos, no tiene otra finalidad que la de emancipar el aparato del Estado
de la influencia del Partido..."* .
Aquello era, naturalmente, una "desviación pequeñoburguesa" .
Podríamos culminar diciendo que de las acusaciones de “desviaciones
ideológicas” a la sentencia de los “enemigos del pueblo”, esta empedrado el
“camino del infierno”. Un infierno histórico llamado Despotismo Burocrático.
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