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Las Cartas Anuas del siglo XVIII, inéditas, fueron los documentos básicos que
hemos utilizado para seguir la evolución del Colegio, donde se reflejarán los efectos de
diferentes situaciones que dificultaron el desarrollo de sus labores propias, como lo fueron la
Revolución de los Comuneros que recogen las Cartas Anuas y las derivadas del tratado de
Madrid.
Concretada la expulsión, el trabajo sigue con el destino de los bienes hasta el fin de
la época colonial.
The steps taken in order to set up a college of the Compañía de Jesús in the city of
Corrientes, Argentina, began in 1595 according to the request made by “Teniente de
Gobernador Alonso de Vera”, but it took place in 1691. The negotiations lacked continuity
and were began again by the Cabildo – Town Council – on June 16, 1658, but request for its
setting up was put forward on November 4, 1685. The official fundation took place on March
1, 1690. It was a hard task. The order was given, finally, by Padre Tirso González trough a
Charter Act of march 13, 1690.
Towards the end of the seventeenth century, once the Jesuits had already founded
missionary settlements, the College of the Compañía de Jesús, underwent the effects of
opposite interests. Colonizers and Jesuits, needed cattle, land and labors; consequently, a
resentful relationship between them arose.
The unedited “Cartas Anuas” of the eighteenth Century constitute the groundwork of
this study about the development of the College. Great difficulties took place such us the
Revolution of the “Comuneros” and those derived from the Treaty of Madrid. All this facts
had a great repercussion on the normal life of College of Corrientes, trouble theirs activities.
The last “Anua” written between 1756 and 1762, reflects the way to the expulsion of
the Jesuits. The destination of the properties of the College are also deals trough others
documents and bibliography.
Anchietano de Pesquisas, São Leopoldo, Río Grande del Sur, Brasil, como lo son las Cartas
Anuas de la Provincia Jesuítica del Paraguay correspondientes al siglo XVIII, apareció como
Maestría en Historia de Ibero - América en la Universidade do Vale do Rio dos Sinos, con
sede en esa ciudad brasileña, pero que, a la vez fuera de utilidad para aportar nuevos
elementos a la historia de la provincia de Corrientes, Argentina. Por ser esta provincia el lugar
podrían aportar más datos en una época particularmente difícil para la Compañía directamente
afectada por sucesos como la Revolución de los Comuneros y las cuestiones derivadas de la
Compañía de Jesús, pareciera haberse centrado más en las misiones o en los Colegios
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territorio argentino, con mucha menor consideración hacia los “pequeños” como el de
Corrientes que, sin embargo, le tocó actuar en épocas muy tumultuosas. En este sentido, el
trabajo que realizara Beatriz Vasconcellos Franzen (2000: 134 -148) sobre el segundo Colegio
de Buenos Aires, el Colegio del Alto de San Pedro, basado en las Cartas Anuas de 1735 a
ciudad y en la población aledaña, sus influencias políticas, si las hubiera y su labor específica
hacia la Compañía, añadió un impulso más para la búsqueda de motivaciones que explicaran
específicas sobre historia de Corrientes de Manuel Florencio Mantilla (1972), Hernán Félix
Gómez (1996) y Manuel Figuerero (1929), autores correntinos que constituyeron nuestro
Nos enfrentamos entonces, con dos tipos de obras y posturas, las antijesuíticas
sostenidas por los autores mencionados, con expresiones extremas y las jesuíticas, como las
de Antonio Astrain (1925), Pablo Hernández (1913) o bien religiosas como las de Cayetano
Tanto la utilización de las Cartas Anuas, como de las obras de los historiadores
correntinos, nos colocó frente a la difícil tarea de intentar un tratamiento hermenéutico de las
primeras que arrojara alguna luz nueva sobre la cuestión que despertó tantos enconos en dos
(1978), fuertemente localistas las tres primeras, enfervorizadas contra de los jesuitas,
proporcionan no obstante, datos útiles y son reflejo de un pensamiento liberal que siguió a la
historiadores modernos. Más objetiva pero también crítica, la de Labougle (1978), brindó una
Por su parte, las Cartas Anuas del siglo XVIII respondían como todas ellas, a un
propósito determinado de servicio a la Compañía y a sus objetivos, siendo sus autores, los
del Padre Pedro Lozano o la guerra guaranítica desatada como consecuencia de la firma del
presentación de las Cartas Anuas del siglo XVIII, que están inéditas, de la bibliografía donde
Corrientes, sus ideologías y las obras específicas sobre esta institución y sus propiedades.
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También merecieron consideración los organismos que contienen, tanto sea las fuentes
lo son el Instituto Anchietano de Pesquisas (IAP), Río Grande del Sur, Brasil y el Instituto de
en este trabajo.
relación con el movimiento comunero y las cuestiones derivadas de la política española con
relativas a la labor específica del mismo, de los referidos a los mencionados problemas que
misiones y a los servicios requeridos a sus indios por los gobernadores de Buenos Aires, sus
consecuencias y efectos son importantes para evaluar las relaciones entre jesuitas y
correntinos.
Nos parece oportuno mencionar aquí, algunas pautas que tomamos en cuenta
Corrientes. Consideramos:
El “discurso subterráneo”, para utilizar una expresión de Le Goff, que subyace en todo
inconsciente. “O documento não é inócuo” dice el autor (Le Goff, 1990, p.547) y
corroborando esta idea, Cardozo y Vainfas (1997, p.337) expresan que: “um documento é
sempre portador de um discurso que, assim considerado, não pode ser visto como algo
trasparente.” Al tratar la falta de inocencia en los documentos, Le Goff, analiza que éstos,
son el producto de la sociedad que los fabricó, pero también de épocas sucesivas en que fue
sociedad que lo produjo. Analizar las condiciones en las cuales tal documento fue producido y
de que ambiente surgió es, en consecuencia, fundamental para luego reagrupar, relacionar y
La cuestión de la interpretación. Adam Scaff (1983) dice que el estudio de las fuentes
de comprender los motivos y los procedimientos finalizados de los hombres. Respecto las
cuestiones relacionadas con las características de las fuentes históricas, en especial las
social, de su grado de formación. Pero esto no debe conducirlo a un relato arbitrario y sin
justificación. Henri-Irénée Marrou, (1991, p.211) dice que siempre el historiador introducirá
algún elemento personal en sus escritos, pero que no es un prisionero de su subjetividad, pues
para la consideración en este trabajo es a la vez, paralela a otro tipo de expresiones que tienen
que ver concretamente con el contexto del siglo y la política de la misma Compañía y que
mencionaremos a continuación:
con Felipe V en 1700, inició un período de cambios ya que los reyes de esta dinastía contaron
con la colaboración de eficaces funcionarios, identificados con las nuevas corrientes políticas
sus posesiones coloniales. Portugal había dado el primer paso en 1758, siendo imitado por
Francia donde los estatutos de la orden fueron examinados y declarados contrarios al orden de
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siglo XVII la Reforma había quebrado a la Iglesia, el siglo XVIII marca una nueva ruptura
1999, p.223) Los jesuitas se dedicaron con gran celo a la propaganda religiosa y a la docencia,
destacando sucesivas misiones destinadas a llevar la verdad evangélica a todos los rincones de
sus provincias, en correspondencia con el espíritu con que la orden había sido creada.
interpretar la misión salvadora que ésta se proponía. Había una verdad implícita en las
creencias de los misioneros que encaraban sus tareas apostólicas a la luz de sus propias
Ernesto Maeder en la Introducción de las Cartas Anuas de la Provincia del Paraguay (1637 –
1639) explica que respondían a la necesidad de, por una parte, “...el utilizar las noticias de los
trabajos y dificultades de otros jesuitas como instrumento para despertar el entusiasmo de los
jóvenes y atraerlos a la orden religiosa que presentaba tales ejemplos.” (MAEDER, 1984:
vida espiritual y para confirmarlos en su benevolencia con ella. Por ello, ya desde la primitiva
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solamente las cosas edificativas o que daban buen ejemplo. Esto último también tendrá como
utilizado primordialmente como fuente las Cartas Anuas, pero al carecer de ellas en ciertos
especial el tomo IV (1923) y Pastells y Mateos (1946, 1948,1949), donde están los relativos a
contenido de las Anuas a partir de 1714, incorporando algunas referencias que hicieran otros
Entre las obras de suma utilidad para determinar las propiedades del Colegio, que no
tienen referencias en las Anuas, figuran los trabajos de Ernesto Maeder sobre la Estancia de
urbanas y rurales, como así también a trabajos específicos como los de Vicente Fidel López
(1931) y del mismo Maeder (1981) que contienen referencias documentales del Archivo
la del mismo Padre Lozano (1905), que escribió las Anuas de 1720-1730, 1730-1735 y 1735-
1743, hacemos referencias casi exclusivamente al contenido de éstas, ya que nuestro objetivo
Cartas Anuas, porque son hechos que, por su complejidad, requerirían un especial
tratamiento. Sí, seguimos el destino de las propiedades rurales y urbanas del Colegio, que
fuera tratado por Ernesto Maeder en sus trabajos sobre la historia económica de Corrientes
(1981) y el específico sobre el destino de las Temporalidades (1997) y del arquitecto Ramón
Gutiérrez (1967) sobre las iglesias y conventos de la ciudad, donde figura un estudio sobre la
sufrieran según sus destinos. Este último aspecto, figura además en el AGPC, “Antecedentes
hasta el fin del período colonial con la Revolución de Mayo de 18101 en Buenos Aires, a la
Para la mejor comprensión del tema, aclararemos qué era un Colegio para la
Compañía de Jesús.
1
El 25 de mayo de 1810, se constituyó en Buenos Aires, la Primera Junta de Gobierno Patrio.
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práctica de los ejercicios, la asistencia a los españoles, indios y negros y las misiones
campestres.
Para poder ejercer las múltiple tareas a las que estaban destinados, los Colegios,
debían contar con los bienes suficientes a juicio de las autoridades eclesiásticas y civiles, al
lugar para la escuela, ranchería para esclavos, depósitos, patios, talleres diversos. Para su
suficiente, solares para chacras y huertas, que hicieran posible la continuidad de la obra
y referencias biográficas sobre sus autores; las instituciones y centros de documentación sobre
el tema que hemos visitado; principales trabajos sobre la Historia de Corrientes, tendencias,
ideologías.
provincia, escenario donde se desarrollaron las dos experiencias jesuíticas: las misiones y el
colegio.
propias de los Colegios en general, se trata la fundación del de Corrientes, iniciándose con los
primeros contactos entre los pobladores de la ciudad y la Compañía. Las gestiones para el
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establecimiento del Colegio, el arribo e instalación de los Padres, las primeras propiedades y
4 – EVOLUCIÓN DEL COLEGIO SEGÚN LAS CARTAS ANUAS DEL SIGLO XVIII: la
problemática general de la Provincia jesuítica del Paraguay a fines del siglo XVII y las nuevas
cuestiones que se avecinan. Evolución edilicia del colegio y sus propiedades, la estancia
Colegio según las Cartas Anuas de: 1714 - 1720; 1720 – 1730, 1735 – 1743, 1750 – 1756 y
1756 – 1762.
Comuneros desde las Cartas Anuas de 1720 a 1730, 1730 a 1735 y 1735 a 1743 con la
en las misiones de los ríos Paraná y Uruguay, que afectaron las relaciones entre los
Anuas de 1735 a 1743 y 1750 a 1756 y de 1756 a 1762 y su repercusión sobre el conjunto de
los Padres del Colegio, el destino de sus propiedades y el estado de la educación en Corrientes
CONCLUSIÓN: con la evaluación final del tema y de las opiniones de los autores.
agosto de 1739, donde relata la misión que realizara en Corrientes, el Padre Oyarzábal. Por su
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contenido de interés para comprender los hechos relatados aquí, se incluye también la carta
sucesos relacionados con el Tratado de Madrid. Ambos documentos son parte de las Cartas
Por ser éstas las principales fuentes de nuestro trabajo, haremos primero referencia a
Guillermo Furlong define y caracteriza el sentido de las Cartas Anuas, al decir que, los
jesuitas, hombres de formación “recia y seria, de gran cultura ya sea espontáneamente o por
oficio” (FURLONG, 1969, El trasplante Cultural, p.2) se dedicaron, desde cada casa o
reducción, a relatar todas las actividades de la Orden, incorporando también los fenómenos de
la naturaleza, las características geográficas de las regiones, la índole de los indígenas, sus
costumbres y el proceder de cada uno de los actores que operaron en el escenario en el que los
Uno de ellos, elegido por el Provincial, reducía todas estas Cartas locales a una Carta
Anua provincial y ésta era controlada por tres personas idóneas para luego ser firmada por el
Provincial y enviadas a Roma. De acuerdo al sistema de gobierno que San Ignacio estableció
en la Compañía, éste fue el instrumento que le permitía al general conocer lo que los
miembros de la Orden estaban haciendo en el lugar del mundo donde se encontrasen, para
poder dirigir todas sus actividades de acuerdo al espíritu de la misma. Para ello surgieron
estas Cartas Anuas, detallado y extenso informe de periodicidad variable, sobre las labores
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apostólicas que los jesuitas realizaban. Se trataba de escritos con una finalidad
concreta de servicio a la Compañía, brindando ejemplos edificantes que atrajeran tanto sea a
nuevos aspirantes a entrar en ella, como para estimular las donaciones que permitirían el
de la Facultad de Filosofía y Letras2, inició en 1927, la publicación de las Cartas Anuas por
dirección de Carlos Leonhardt, pero solo aparecieron dos volúmenes que abarcan desde 1609
a 1631. En 1984 se editaron las correspondientes a los años 1637-16393; en 1990 las de los
Argentina, publicó, con Introducción del Dr. Ernesto Maeder, las de 1641 a 1643 y, en 2000,
las de 1644.4
para este trabajo, se basa en copias digitalizadas que, desde la traducción hecha por Carlos
Instituto Anchietano de Pesquisas (IAP) de São Leopoldo, Río Grande del Sur, Brasil, bajo la
dirección del Padre Pedro Ignacio Schmitz, S.J. También existen copias de las mismas en el
1
Referencias a publicaciones de Cartas Anuas, contenido y características, se encuentran en las Introducciones y notas de
los diferentes volúmenes publicados. También en el trabajo de Beatriz Vasconcelos Franzen, “A fundação do segundo
Colégio de Buenos Aires, vista a través das Cartas Anuas de la provincia del Paraguay. Año 1735-1743. Portugal, 1998,
cuya Introducción es inédita.
2
Cartas Anuas de la Provincia del Paraguay, Chile y Tucumán de la Compañía de Jesús (vol I, 1609-1614; vol. II, 1615-
1637). Colección de documentos para la historia argentina, tomos XIX y XX. Iglesia. Buenos Aires, Instituto de
Investigaciones Históricas/Facultad de Filosofía y Letras, Jacobo Peuser, 1927-1929.
3
Cartas Anuas de la provincia del Paraguay, 1637-1639, con advertencia de Ernesto Maeder. Buenos Aires, FECIC, 1984.
4
En dos volúmenes, forman parte de la Colección Documentos de Geohistoria Regional, Nº 11 y 13.
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Estas Cartas Anuas inéditas corresponden a los años: 1645-1646, 1647-1649, 1663-
1756-1762. Los informes respecto del colegio de Corrientes se inician en este trabajo, en las
Las Cartas siguen el esquema general característico de las mismas, o sea, las
ocuparse de las misiones y de los religiosos que fallecieron. Pero acaparan la atención los
Corrientes y la larga guerra por la Colonia del Sacramento, sucesos que irán complicando
La Carta Anua de 1714 a 1720, fue escrita por el Padre Manuel Querini, dirigida al
Padre Miguel Tamburini, Prepósito General de la Compañía de Jesús. Según Furlong,7 (1967,
p.89) la compuso en latín, pero “la letra es del Padre Luis de los Santos”. Hacia 1720 los
5
Las copias existentes en el IIGHI, son fotocopias de las manuscritas por el P. Carlos Leonhardt que están en el Colegio
del Salvador, Buenos Aires y que nos fueran facilitadas por el Dr. Ernesto Maeder.
6
En el trabajo de Vicente Fidel López, Los jesuitas en Corrientes. El Colegio Fluentino, Corrientes, Imprenta del Estado,
1931, hay una referencia a las “Letras Anuas – Del 1689-92- Archivo del Salvador. Buenos Aires”, 31, Nota 38.
7
En la Colección Escritores Coloniales Rioplatenses, Guillermo Furlong S.J. publica documentos emanados de jesuitas
precedidos por referencias biográficas y una detallada información sobre los demás escritos de los mismos y su ubicación.
En este caso, la cita corresponde a Manuel Querini y sus “Informes al Rey” (1747-1750). Buenos Aires, Teoría, 1967.
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ardua, pues debió extractar de las noticias más importantes, ordenar el material y pasarlo al
Corrientes,9 tal vez porque aún no se había consolidado lo suficiente a veinticuatro años de su
fundación.
Respecto a las Cartas Anuas de 1720 a 1730 y de 1730 a 1735, Guillermo Furlong
S.J.(1959, p.121-122) dice que son de autoría del Padre Pedro Lozano ya que por el estilo y
estilo difícil.” Aclara que, por más que se refieran inicialmente a sucesos ocurridos “a los tres
años de su arribo al país cuando él era aún estudiante”,[...] “no cabe duda que fueron de
él”. Furlong señala este hecho como importante porque, de ser cierto, demostraría, “por una
parte, que aún estudiante, había dado muestras de su vocación por la historia y, por otra,
señalaría a esas Anuas como la obra primeriza compuesta por nuestro gran historiador”
contra los jesuitas en Asunción, explica los motivos del odio contra estos, remitiéndose a sus
8
Manuel Querini, griego de origen, llegó a Buenos Aires en 1717, fue Provincial del Paraguay entre 1747 y 1751, por lo
que le tocó actuar en la época de la firma del Tratado de Madrid. Para sus datos biográficos, ver Furlong, Manuel Querini
S.J. y sus “Informes al Rey” (1747-1750) Buenos Aires, Teoría, 1967, con citas de sus diversos escritos.
9
Las referencias al Colegio de Corrientes, se encuentran en las páginas 22 y 23 en la versión digitalizada por el IAP.
30
Antequera. Relata todas las peripecias de los Padres cuando fueron expulsados del Colegio de
Asunción y trascribe cartas de defensores de la Compañía como la del Virrey del Perú, Don
Diego Morcillo, fechada en Lima el 26 de mayo de 1723, (CA 1720-30, p.85)10 la del Obispo
Fajardo y del gobernador del Río de la Plata, Bruno Mauricio de Zavala, ambas al Rey en
1724. (CA 1720 – 1730, p.91-92) Se ocupa del Colegio de Corrientes, defendiendo la labor de
los Padres incorporando para ello el testimonio del teniente gobernador de la ciudad al Padre
provincial Lorenzo Rillo en carta del 7 de julio de 1728 (CA 1720 – 1730, p.127)
La Carta correspondiente a los años 1730 – 1735 contiene, en el capítulo del Colegio
manifestó en un intento de expulsarlos también de allí. Son interesantes las referencias que
incorpora respecto a las actividades que se desarrollan en general en todos los Colegios (CA
1730-35, p.2-7).
Con respecto a las Cartas Anuas de 1735 a 1743, Furlong dice lo siguiente:
llamada de San Juan de Vera” (CA 1735 – 1743, p. 151-166), siendo la mayor parte la
10
Este número de páginas corresponde a la versión existente en el IIGHI.
11
El texto corresponde a la Introducción que Furlong hizo a la publicación Pedro Lozano S.J. y sus “Observaciones a
Vargas” 1750. En Escritores coloniales rioplatenses, IX, Buenos aires, Librería del Plata, 1959.
31
trascripción de una carta del rector del Colegio, Padre Ignacio Pérez (152-166), con
de Corrientes. (CA 1735-43, p. 354-358) Retoma el tema de los Comuneros al que se agrega
el asedio de la Colonia de Sacramento, para crear nuevas fuentes de penurias a los indios
Quién escribiera estas Cartas, el Padre Pedro Lozano, es objeto de una breve pero
interesante biografía en la Carta Anua, también inédita, de los años 1750-1756,12 con motivo
La Carta Anua de 1750 a 1756 destinada al Padre General Luis Centurión, comienza
con la mención por parte del Provincial Barreda de los seis años que pasaron desde que su
antecesor mandó las últimas Anuas, lo que indicaría que entre 1744 al 50 no hubo otro envío,
ya que también menciona que hace más de cinco desde que él fuera llamado de la Provincia
del Perú por el Padre Francisco Retz para gobernar la Provincia del Paraguay y que, en todo
ese tiempo, escribió frecuentemente a Roma sobre lo que ocurría en ella. Comienza reflejando
12
También consultada en la versión digitalizada existente en el IAP, traducción del Carlos Leonhardt, S.J., São Leopoldo,
1994. Furlong se refiere a esa misma biografía en Pedro Lozano y sus observaciones a Vargas (1750), Buenos Aires,
Librería del Plata, 1959.
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un gran pesimismo acerca del destino de los pueblos de las misiones por las injurias que se
especificar la situación de cada uno (CA 1750-1756, p. 3-10) Son muy abundantes, en
cambio, las crónicas de los sucesos ocurridos en las misiones (11-169), que él dice escribir
con lágrimas, ya que se trata de la puesta en vigencia del Tratado de Madrid. Todos los
cláusulas, buscando algún tipo de postergación que les permitiera fundar y asegurar a la
población indígena en otras tierras, son descriptas hasta en los diálogos y argumentaciones
por parte de los afectados. En este sentido, es de destacar la carta que Barreda trascribe
gobernador de Buenos Aires, Don José Andonaegui, donde expresa sus dudas acerca de la
realidad de las órdenes de abandonar las tierras y los pueblos. (CA 1750-56, p.59) Contiene
también esta Carta, un relato de la guerra de 1754 causada por la firma del Tratado de Madrid
de 1750, el movimiento de indios durante la misma, los temores de los Padres, con un estilo
Son extensas también las notas biográficas sobre los difuntos a las que antecede una
lista de los mismos13, al estilo del Catálogo de los jesuitas de la Provincia del Paraguay de
13
Nombre, Apellido. Patria. Edad. Entrada en la S.J. Grado. Lugar y fecha de la muerte.
33
La Carta Anua de 1756 a 1762 fue escrita por el Provincial, Padre Pedro José Andréa,
al Padre general Lorenzo Ricci y fechada en Córdoba del Tucumán, el 20 de agosto de 1763.
Como su mismo autor lo manifiesta se vio obligado a escribir con brevedad porque no le
llegaron todas las noticias sobre los frutos obtenidos, “parte por las actuales calamidades”
(CA 1756-62, p. 2) Primero se refiere a los Colegios, luego a los difuntos y por último a las
los diez Colegios existentes. Las actividades que menciona eran las propias de los mismos en
evangélicas. (CA 1756-62, p. 2-10) A continuación pasa a mencionar los difuntos, de los que
de la trasmigración aún en los primeros años del período que abarca la Carta. Más adelante, el
destacando la actuación de Pedro de Cevallos. La Carta culmina con un Censo de los pueblos
del Uruguay, Paraguay, Chiquitos, Chaco correspondientes al año 1762. (CA 1756-62, p.32-
40).
En esta etapa inicia su labor como historiador Manuel Florencio Mantilla (1853 -
1896) Perteneciente a una familia con fuerte raigambre en la provincia a la que se sintió
profundamente ligado, compartió la idea de que Corrientes “liberada de sí misma, desde los
lo dice Ángel Acuña en una extensa nota biográfica sobre el autor, que antecede al desarrollo
Mantilla. Olvidada por el poder central, continúa diciendo Acuña, sus mandatarios fueron
por la misma Compañía que, según el mencionado autor de las notas biográficas sobre
Mantilla, dominaba a las autoridades correntinas, pero, en este caso, merece sus elogios al
decir que “por su régimen, organización y esmero, era uno de los grandes institutos de
cultura, donde acudían de distintos rumbms los que debían formar después la clase dirigente
del país”. (MANTILLA, 1972, p. XIII) Continuó sus estudios en el Colegio Nacional de
Buenos Aires, que reflejó en sus aulas el espíritu liberal de la época, ingresando luego a la
época del despertar del nacionalismo y el culto de la historia en una Argentina que aún no
profundas huellas que acentuaban el localismo, ya que las fuerzas correntinas opositoras a la
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política de Juan Manuel de Rosas14 habían sido derrotadas definitivamente en 1847, por quien
luego se volvería contra Rosas, derrotándolo a su vez en la batalla de Caseros en 1852: Justo
Desde 1855, las fuerzas opositoras habían dado lugar a la formación del Partido
Liberal correntino al que Mantilla se incorporó a su llegada, aún cuando éste carecía de
cohesión, para trabajar por su unión. Sufrió persecuciones y la cárcel, ocupó el Ministerio de
Gobierno en tiempos nada tranquilos y, en 1878, ocupó una banca en el Congreso Nacional.
originariamente un manual para uso en las escuelas, que luego ampliara pero sin alcanzar a
completarlo.
Según Ángel Acuña, el Dr. Mantilla “tiene el mérito innegable de ser el primer
su estudio el “criterio científico y positivo”, en una época difícil para manejar y organizar
datos.
por voluntad de su autor, fue reeditada en 1972 por el Banco de la Provincia de Corrientes en
dos tomos. El primero de ellos, con 365 páginas, comienza en 1528; el segundo a partir de
1839, llega hasta 1896, con 519 páginas, incluyendo apéndices documentales. El primero de
ellos, incluye publicaciones del autor en el periódico Las Cadenas,15 (MANTILLA, 1972, p.
313-323) con el Acta de fundación de la ciudad y otra nota referida a La Cruz del Milagro16 y
14
Juan Manuel de Rosas fue gobernador de la provincia de Buenos Aires de 1829 al 32 y de 1835 al 52.
15
Año V, nº 537, del 3 de abril de 1888 con motivo del tercer centenario de la fundación de la ciudad.
16
Año V, nº 544, del 1º de Mayo de 1888.
36
niega la existencia del mismo pues dice no encontrar referencias documentales de la época,
por lo tanto lo considera como “un tejido de invenciones caprichosas” (MANTILLA, 1972, p.
330 Apéndice).
trata de la fundación de la reducción de Itaty por Luis Bolaños de la orden franciscana. Dice
apoyada en la fe, la blandura y paternal esmero de los Padres para con los indios, dice que son
que todas maniobras para instalar un gobierno teocrático y una disimulada servidumbre.
Reducciones y siempre las consideró como una usurpación, pero que el gran influjo que los
Padres tenían sobre el gobierno, tanto sea en el ámbito local como peninsular, fue superior al
derecho y, por ello, conservaron los territorios entre el Iberá y el río Miriñay.
Respecto a los bienes que los jesuitas llegaron a poseer para mantener el Colegio de
Corrientes, Mantilla opina que todo se consiguió a costa de los vecinos porque lograron una
17
Referencias a este suceso en el Capítulo II.
37
(MANTILLA, 1972, p. 81) el hecho de que obligaran a los correntinos a continuar armados y
en situación de guerras constantes. Ejemplo de ello fue la orden de defensa de las misiones
que recibiera el lugarteniente Gabriel de Toledo, lo que lo obligó a luchar por una causa ajena
Los indios misioneros son considerados por Mantilla como enemigos de Corrientes ya
que los jesuitas “consentían u ordenaban, además, que sus catecúmenos se introdujesen a
‘vaquear’ donde no tenían derecho a trabajar” (MANTILLA, 1972, p. 83-84). Dice que estas
1972, p. 84) obligando al Cabildo a implementar medidas de seguridad contra los misioneros.
Considera que el Colegio era el centro de las tramas urdidas en la ciudad en tiempos
del movimiento comunero de Asunción, como así también que se cubrían los puestos públicos
Con este criterio, Mantilla juzga los hechos que tuvieron lugar durante la revolución
consecuencia, “llenó de júbilo a Corrientes” considerando que “al fin hubo justicia para los
Al radicarse en Buenos Aires desde 1909, inició una labor de búsqueda documental que sirvió
pre y post historia colonial correntina en los archivos de Buenos Aires. Basándose en este
justificadas por tratarse de trabajos publicados luego de su muerte, por el autor de las notas
misma, considerándola también como “usurpación”, aunque tiene algunas palabras elogiosas
que éste afirma que el desembarco de la expedición del Adelantado Juan Torres de Vera y
“usurpación de los jesuitas.” (FIGUERERO, 1929, p. 121) Apoya la idea del Imperio
Jesuítico que, a partir del éxodo de 1631, ocupó el territorio de la ciudad de Vera, que le
pertenecía por el título de fundación, atraídos por las bondades del clima y de los guaraníes.
Hay algún reconocimiento a la labor de éstos cuando dice que “extendieron su obra
catequística con eficacia y un éxito que hasta el día de hoy despierta admiración y respeto”
(FIGUERERO, 1929, p. 222) y, más adelante, opina a que “como toda obra humana, la de los
Al tratar la merced que hiciera, en 1633, Juan Alonso de Vera y Zárate, hijo del
39
Compañía de Jesús, dice que esto dio lugar a incidentes y pleitos, sin tomar partido ante la
evidencia.
En esta obra, la creación del Colegio es analizada juntamente con la expulsión, donde
reconoce que los jesuitas gozaban de “gran prestigio como eximios educadores”
(FIGUERERO, 1929, p. 357) y que, por ello se solicitó a la Compañía la instalación de dos
escuelas, primeras letras y latinidad, en Corrientes. Allí recalca el problema del ofrecimiento
de una “cuantiosa retribución” por parte del Cabildo en tierras y ganado mientras que los
jesuitas no aportaban nada de valor. Por “medios tenebrosos” comenzaron a acumular bienes
Al tratar el tema del movimiento comunero, la postura de Figuerero es que había una
estrecha vinculación entre Asunción y Corrientes, coincidiendo ambas ciudades en que los
jesuitas con sus influencias en el gobierno, fueron los causantes de los sucesos ocurridos en
ellas. Añade también otra causa del odio de los correntinos a los jesuitas relacionada con los
constantes viajes exploratorios hacia el Chaco que los primeros debían realizar, en provecho
de los segundos a cuyos intereses servían, ya que aspiraban a una comunicación por los ríos
provocaban el abandono de sus casas y familias y no les ocasionaba ningún beneficio. Todo
ello, unida a la fundación de las reducciones en tierras que los correntinos decían que les
pertenecían, fueron las causas justificadas de que los correntinos se adhirieran al grito de
40
“¡Viva el común!”.
Figuerero considera como nuevos vejámenes los castigos impuestos por el gobernador
de Buenos Aires, Pedro de Cevallos a quien define como “al servicio de la secta de Loyola”.
(FIGUERERO, 1929, p. 351) Comparte y menciona la opinión de Mantilla respecto a que los
servicios requeridos a los habitantes para distintas campañas ya sean contra los indios del
Chaco o por la Colonia de Sacramento constituyen nuevas opresiones garantidas “por Don
Pedro de Caballos, más jesuita que los mismos curas”. (FIGUERERO, 1929, p.350).
Además considera que fue una venganza de los jesuitas lo que se evidenció en la
muerte y al destierro con confiscación de bienes, a más de cincuenta. Este juicio estuvo
“inspirado en la maldad jesuítica”. (FIGUERERO, 1929, p. 355) El capítulo termina con una
frase lapidaria del autor para con la Compañía: “Así se salvó providencialmente el vecindario
El júbilo que produjo la expulsión “rayó en delirio” (362) y Figuerero termina este
nuevo capítulo con otra frase elocuente: “El 22 de julio de 1767 señala la fecha de la
González como lo es Mantilla. Lo considera como el “primer mártir de la región del Tapé” y
transcribe en su obra una nota biográfica que le hiciera Trelles18 como “homenaje al mártir
18
Americanista, autor de un “Diccionario de Apuntamientos”.
41
Mantilla en cambio, relata con ironía un episodio relacionado con una imagen de la
Virgen María, que acostumbraba a llevar el Padre Roque González “la que no impidió, sin
embargo, que los indios del Alto Uruguay matasen a su devoto.” (MANTILLA, 1972: 51)
agrupada en 77 “Lecciones” que abarcan desde las razas humanas y las hipótesis sobre las que
poblaron América, hasta las invasiones inglesas en 1806 y 1807, con la actuación de los
fundación de la ciudad hasta 1810. Dirigida especialmente a los maestros, cada lección
incluye lecturas documentales o testimoniales y una síntesis cronológica del contenido de las
mismas.
Coincidente con el impulso que reciben los estudios históricos, se pone de manifiesto
los principales historiadores del NEA19 y el más importante en la primera mitad del siglo XX.
Así lo califica María Silvia Leoni en un trabajo sobre este autor que fuera publicado en la
Folia Histórica del Nordeste (IIGH, 1996, n.12, p.5-99) titulado “El aporte de Hernán Félix
19
NEA: Región del Noreste de Argentina.
20
Publicación del IIGH-FHUNNE con sede en Resistencia, provincia de Chaco, Argentina.
42
fue reeditada en 1996, consta de seis tomos, integrados por fascículos. Incluye listas
de su época. Educado en un hogar cristiano, sus ideas liberales lo alejan de ese sentimiento y
lo tornan más escéptico, hasta afirmar que su pensamiento y acción están guiados únicamente
territorio y protagonismo, según Gómez, por la renuncia del Adelantado Juan Torres de Vera
real y la de Hernandarias para establecer las reducciones a las que los indios se plegaron por
su trato “paternal y cariñoso” frente al hecho de ser tratados como “esclavos y bestias” por
los portugueses, pero los habitantes de Corrientes encontraron que la Compañía de Jesús, “a
acallar las protestas del Cabildo de Corrientes” (GÓMEZ, 1996, p.104). Coincide con
sujeta al régimen civil y dirigida por sus varones y el de los pueblos de Misiones con
usurpación de tierras, sino los indígenas que las poblaban estaban encomendados a los
vecinos de la ciudad. Este historiador considera que cada reducción establecida, fue un nuevo
despojo para la población, dejándola “encajonada” cuando llegaron hasta el río Corrientes.
Comparte la opinión de los otros dos autores ya tratados en cuando a la influencia de los
jesuitas sobre jueces y gobernantes, logrando que los habitantes integraran las campañas de
El movimiento comunero correntino es considerado por Gómez como “el primer grito
de soberanía popular en la noche de la vieja colonia que hoy forma la Patria Argentina.”
(GÓMEZ, 1996, p. 123) Sostiene que mucho antes de la Revolución de Mayo de 1810, ya
había en Corrientes, hombres que sustentaban las ideas de soberanía popular frente al poder
opresor.
pueblos de las misiones jesuíticas. Los diferencia de los fundados por los franciscanos, Itatí y
Santa Lucía, en que éstos permitían el acceso de los españoles, obedeciendo al poder civil y
preparando al indígena para la vida libre. No así los jesuitas que los aislaban, impidiendo
hasta “la fusión providencialmente regeneradora de su sangre con otra” (GÓMEZ, 1996,
Respecto a los bienes de los jesuitas, Gómez menciona la denuncia de Félix de Azara21
sobre la forma de actuar de los jesuitas, señalando que las imágenes de los templos eran
toscas, groseras y mal pintadas, mientras que la indumentaria del sacerdote “revelaba
esplendor y riqueza” (GÓMEZ, 1996, p. 140). La miseria del indígena contrastaba con los
bienes que la Compañía obtenía del comercio de la yerba, ganados y pieles. El indio recibía ni
comida suficiente, sólo lo que sobraba de las “cuereadas” de las estancias. El autor se adhiere
al júbilo de la expulsión: “fue entre nosotros una obra popular”. (GÓMEZ, 1996, p. 124)
fundadora de la Junta de Estudios Históricos de Corrientes, creada por decreto del gobernador
escrita por el Dr. Raúl de Labougle (1978) nos parece seguir una línea más moderado en sus
expresiones y juicios que los autores antes mencionados. Precisamente, al ser incorporado
Profesor Ricardo Piccirilli dice que hay en sus trabajos de investigación documental una
21
Félix de Azara formó parte de la expedición demarcadora de límites entre las posesiones españolas y portuguesas con
motivo del Tratado de san Ildefonso. Aprovechó para trazar mapas y escribir descripciones sobre los lugares que recorrió.
22
Discurso de recepción por el Vicepresidente Primero de la Academia, Profesor Ricardo Piccirilli, en Boletín de la
Academia Nacional de la Historia, XLII, Buenos Aires, 1969, pp. 161-163.
45
pronunció en la oportunidad, opinó acerca de la forma en que deben encararse los trabajos
históricos que deben ser apasionados en un sentimiento: “La Historia debe ser escrita con
objetividad, sin prejuicios; pero, como dice Alexis de Tocqueville, poniendo en su estudio
pasión de Patria”23 (LABOUGLE, 1969, p.165), para agregar más adelante: “Hay que
terminar con la Leyenda Negra que abomina de los siglos monárquicos de nuestra
Argentina”.
ciudad y la provincia.
lucharon y soñaron… pero no murieron, porque nunca mueren quienes alcanzan por sus
punto que antes de cumplir un siglo, la Compañía “se había apoderado de extensas tierras”
(LABOUGLE, 1978, p. 91), tantas cuanto los portugueses y hasta Santa Fe pretendía la región
situada al sur del río Corriente. Labougle es implacable en sus consideraciones acerca de los
23
La disertación del Dr. Raúl de Labougle trata sobre “El último conquistador del Río de la Plata”, publicado en el Boletín
citado, pp. 164-185- se refiere a la vida del Maestre de Campo Manuel Cabral de Alpoin, Accionero Mayor de Ganado
Vacuno en Corrientes.
46
indios guaraníes que “notoriamente cobardes, no eran capaces de contener a los mamelucos.
(LABOUGLE, 1978, p. 92). Esta opinión que Labougle considera como “generalizada”, la
extrae de la obra del Padre Pedro Francisco Xavier de Charlevoix, “Historia del Paraguay” y
del Legajo Corrientes del Archivo General de la Nación24. En cuanto al valor de los guaraníes,
Gómez dice que, en la lucha contra los paulistas, actuaron éstos con ardor y que su valor fue
clásico poniéndose de manifiesto en la ayuda que prestaron al gobernador del Paraguay contra
los guaycurúes en 1641-1642 (GÓMEZ, 1996, p. 106) Figuerero los describe como “valientes
superiores en linaje al resto de los habitantes…” (LABOUGLE, 1978, p. 92). Dice que
vivían del beneficio de sus estancias y del comercio, pero no trabajaban por sus propias
dice que de los orígenes azarosos de la ciudad “nació un pueblo de instintos marciales,
liberta.” (FIGUERERO, 1929, p. 144). Gómez también revela ese sentimiento en las
24
LABOUGLE, 1978: Nota 12, cap. VIII, pág. 317. También figura en “San Juan de Vera de las Siete Corrientes” del
mismo autor.
47
complejas relaciones entre jesuitas y correntinos, refiere las gestiones realizadas por los
primeros para burlar la prohibición que hizo el Cabildo, de que se concedieran licencias para
vaquear a quien no fuese vecino de Corrientes. Esta medida pretendía anular los permisos
concedidos por el Capitán Cristóbal Cabral de Melo a los indios de las misiones, en 1683.
refiere todas las gestiones realizadas para el establecimiento del Colegio y los trámites para
Ya instalado el mismo, dice que los reclamos de los jesuitas por conseguir las
propiedades provocaron la hostilidad de los correntinos hacia ellos. Hace algunos comentarios
Diferencia los intereses de los correntinos que eran localistas, apegados al solar nativo,
de los jesuíticos, ligados al Imperio Hispánico, pero considera que la Compañía de Jesús dejó,
jóvenes. La “vasta y sólida cultura de sus sacerdotes hizo que éstos asistieran como médicos
–ya que no los había en la ciudad– a los vecinos y naturales” (LABOUGLE, 1978, p. 172) Y
agrega una apreciación que no se encuentra en otros autores por sus posturas antijesuitas
definidas, que no todos los correntinos estarían en total desacuerdo con la Compañía. Dice
Labougle (1978, p. 172) que de esa asistencia por parte de los Padres hacia los habitantes
“derivó, poco a poco, que cambiase la actitud de los correntinos a su respecto, creándose en
En cuanto a la Revolución Comunera, opina que sus causas están ligadas, en Paraguay,
encontró el cauce propicio, según Labougle, por su localismo, por pretender encerrarse en sus
Labougle analiza todas las intrigas y bandos que se formaron alrededor de los jesuitas
Patrón y Centellas que participó en los disturbios de 1753, 1764 y 1768 y el “bando
antijesuítico” al que pertenecía la familia Casajús que poseían estancias en la zona de Saladas.
Pero reitera Labougle, su referencia a que, entre estos bandos, había más intereses personales,
rivalidades y localismos, que el odio a la Compañía por las virtudes demostradas por los
Padres.
Pero, en ocasión del asesinato de Bernardo de Casajús, Encomendero de Itatí, por los
indios misioneros de Yapeyú, en 1754, Labougle se muestra contrario a la actuación del cura
doctrinero del pueblo ante un crimen que considera alevoso y cobarde. También critica que
49
y le achaca a la Compañía el hecho de que ésta haya tomado “la parte de los asesinos,
p. 197-198)
autores ya tratados anteriormente. Detalla los sucesos que rodearon a este hecho en el Colegio
de Corrientes y él mismo hace las diferencias con respecto a los otros historiadores. Dice
Labougle:
Agrega Labougle que la consternación del vecindario fue tal “que en los días
siguientes al 21 de julio [de 1767] ejecutores materiales del atropello manifestaron que ‘la
noticia de lo sucedido ha hecho que la gente se esconda. Nadie anda en las calles’”
(LABOUGLE, 1978, p. 276) Todas estas referencias, están debidamente citadas en las
“Notas” que, por capítulos, constan al final de la obra (LABOUGLE, 1978, p. 308-341).
25
Se refiere a Juan Manuel de Labardén, sumariante enviado por don Pedro de Cevallos para estudiar las sublevaciones de
abril de 1763 y octubre, en Corrientes, promovidas por los comuneros. Su Sumaria Información fue tildada de parcial, lo
que motivó una nueva. Labardén se retractó y se desdijo de su primer dictamen, pero continuó en el cargo de Auditor de
Guerra.
26
Francisco de Paula Bucarelli y Ursúa: reemplazó a Cevallos en el Gobierno de la Provincia, de notoria antipatía hacia la
Compañía de Jesús.
50
Buenos Aires. Su obra es una crónica actualizada pues incorpora hechos de la historia más
Definido por el Dr. Horacio Cuccorese como “un intelectual ecléctico muy
inteligente”, con un espíritu crítico que “no se entusiasma, a primera vista, de las escuelas
escuela histórica argentina” representada por Ricardo Levene, Emilio Ravignani, Rómulo
Carbia y Diego Luis Molinari (CUCCORESE, 1987, p. 126) Su visión parte desde la región
hacia la capital o sea, del nordeste argentino a Buenos Aires, siguiendo el camino inverso de
del Nordeste, siendo designado en 2000 como Director de la carrera del Doctorado en Historia
27
El Dr. Horacio Cuccorese pronunció estos conceptos, en el discurso de recepción del Dr. Maeder como Académico de
Número a la Academia Nacional de la Historia, el 11/08/87. En Boletín, 1987: 119-129.
51
Geohistóricas (IIGHI), con sede en aquella ciudad. Como investigador Superior, rango al que
(1981, p. 13) el resultado de una investigación que emprendiera entre 1971 y 1976.
levantamiento de indios que conmovió las Provincias del Río de la Plata y del Paraguay.
Prosigue con el proceso de ocupación del suelo por los correntinos en la segunda
mitad del siglo XVIII y los choques ocurridos entre esa expansión y la búsqueda de tierras por
los pueblos guaraníes de las misiones jesuíticas, en un capítulo que Maeder define como
regiones delimitadas por ríos, caracterizadas por la presencia de los esteros del Iberá y por la
28
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
29
La edición es de 1981, con 458 páginas, con advertencia e Enrique M. Barba.
52
correspondientes a cada uno de los capítulos y que sirven para fijar conceptos y apreciar el
papel de Corrientes, en el contexto del resto de las ciudades del área rioplatense.
Utiliza muchas fuentes inéditas, materiales editados con claras referencias al pie de
página que facilitan su identificación. Contiene mapas, planos, cuadros estadísticos, muchos
Archivo General de la Nación, entre otros. Las fuentes y la bibliografía están prolijamente
Guerra y comandantes de Armas. De igual forma, figuran todos los integrantes del Cabildo,
“Apéndice II” proporciona una nómina de ganaderos con datos diversos sobre expedientes con
Aclara las siglas utilizadas y culmina la obra con dos índices: de mapas, planos y
gráficos y el de capítulos.
en el que se relacionan circunstancias, sin por ello excluir los conflictos. Por ejemplo,
considera los problemas jurisdiccionales del siglo XVIII, como resultantes no tanto de las
circunstancia que se agravó con el traslado de los guaraníes del Tapé a la costa oriental del
a este movimiento de pueblos que provocó el avance gradual hacia los ríos Aguapey y
Miriñay dando origen a los conflictos posteriores, como así también las referentes a la
interpretación de este proceso por parte de los historiadores correntinos. Dice Maeder que
Un análisis objetivo le hace afirmar que, si bien había choques por el ganado, no se
XVIII, ya que, en esos momentos, 1656, la ciudad solicitaba una misión y luego un Colegio a
la Compañía.
desde la época colonial, citados por los autores que hemos tratado. Maeder que efectuó para
sus investigaciones un prolijo relevamiento del mismo, dice que su riqueza documental
“excede a cuanto se le pueda comparar en el litoral argentino para esta época” (MAEDER,
1981, p. 15) Los documentos, algunos muy deteriorados, otros íntegros, son legibles en
forma ordenada en una casa antigua donada especialmente para alojarlos. La Sección jesuitas
abarca desde 1595 a 1778, en 6 tomos; la de Temporalidades, con otros seis, de 1639 a 1857.
La sección de actas Capitulares comprende 52 tomos desde 1588 a 1824; siendo otras
1637 fue designada una comisión integrada por miembros del Cabildo para elaborar un
intentos con poco éxito hasta que, en el gobernador Ferré, encargó la tarea a Francisco Rojas
organización, destacándose la actuación de Ismael Grosso quien estuvo al frente del mismo
Desde 1914, se comenzó con la edición de las Actas Capitulares del Extinguido Cabildo
volvió a editar en 1923 con la inclusión del acta fundacional. Se editaron luego por entregas,
hasta 1937, pero por inconvenientes y demoras en la publicación, el trabajo fue encargado, en
55
funcionamiento de esa institución colonial desde 1588 hasta 1824 en que por decreto de
Rivadavia, se suprimen. El Dr. Gómez fue el director de esta publicación que no se completó,
Esta publicación es de gran interés porque demuestra la gran movilidad del Cabildo en
los tiempos iniciales de Corrientes y los inconvenientes causados por los indios belicosos de
sus alrededores30; la situación que la define como “frontera de guerra”31; las quejas por las
sacas de los indios de las reducciones32; los litigios por los permisos de vaquear33. También
establecimiento de la misma34.
Resistencia, provincia de Chaco desde 1983, está abocado al estudio de los procesos de
30
ANH, 1941, I, p. 61-63, 72-73, 100-101, 133-134, 140, 207-208.
31
ANH, 1946, IV, p. 11, 391, 558.
32
ANH, 1942, II, p. 415, 421.
33
ANH, 1941, I, p. 399-401.
34
ANH, 1942, II, p. 401, 495.
56
actualmente iniciando una nueva línea de investigación relacionada con las etnias aborígenes
con obras de carácter general, nacional y regional, a la vez que sus publicaciones contienen
investigación.
Grande del Sul, Brasil, fue fundado el 22 de abril de 1956 y está dedicado a las áreas de
la realización de proyectos en las mismas. Cuenta, además de sus acervos específicos en esas
áreas, una biblioteca donde es posible acceder a las obras clásicas de Pablo Hernández, Pablo
Pastells, Hugo Storni, Antonio Astrain, Jaime Cortesão, entre otras, o sea, a aquellas
indispensables relacionada con las misiones jesuíticas. Este Instituto, dirigido por el Padre
inédita, efectuadas por el Padre Bruxel. Posee las versiones digitalizadas de las Cartas Anuas
que hemos consultado, siendo por consiguiente, fundamental para la realización del mismo.
35
En 1995, el IIGH, en publicación conjunta con el CONICET, FUNDANORD y UNNE, edita el Atlas Histórico del
Nordeste arentino, de Ernesto Maeder y Ramón Gutiérrez, visión cartográfica desde 1500 hasta 1990 de las provincias del
Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones.
57
Arqueología.
el estudio de todo lo referente a la ubicación del Colegio, de sus propiedades y del destino de
Estancia de Rincón de Luna (Primera Parte, 1960-1810) (En Res Gesta, Facultad
pág. 115-136)
mencionados trabajos.
1. Vicente Fidel López, Vicerrector del Colegio Nacional General San Martín de
58
jesuitas en Corrientes. El Colegio Fluentino36, publicada en 1931, que resultaría premiada por
del Colegio Nacional de Corrientes, ayudado por el Padre Guillermo Furlong. Son
interesantes sus citas acerca de la fecha de fundación del Colegio especialmente porque tuvo
acceso a las Carta Anuas de 1689 a 1693, que, según sus referencias, se encuentran en el
Archivo del Salvador, Buenos Aires. Explica el carácter jurídico de aquel, como así también
Al analizar las relaciones de la ciudad con la Compañía, López está en desacuerdo con
Mantilla y lo manifiesta en algunos párrafos de su trabajo, con expresiones como que este
que “a ratos vapulea con saña y destajo a los Jesuitas” (LÓPEZ, 1931, p. 50) Hace también
36
Fluentino (Collegium Fluentinum) é a tradução latina de Corrientes.
Collegium Fluentinum= o colégio de Corrientes.
59
los Comuneros, solamente menciona que se ocupará de ello por separado y “con mejor
noticia” (LÓPEZ, 1931, p. 43) El capítulo final está dedicado a los Padres de destacada
actuación que pasaron por el Colegio de Corrientes, haciendo de ellos una semblanza.
arquitectónica de las Iglesias y Conventos de Corrientes entre 1588 y 1900. Según él mismo
arquitectura argentina. Trata, entre todos los edificios de carácter religioso, la ermita de San
Sebastián que fuera utilizada por la Compañía de Jesús hasta 1728, para ocuparse luego del
Corrientes, e incorporó, fuera de texto, imágenes sobre el Colegio y el plano que figura en la
donde relata las gestiones que se habían hecho para el establecimiento del Colegio jesuítico ya
en 1595, con la entrega de tierras que, para el autor resulta imposible su ubicación. Federico
Palma, nacido en 1912 en Bella Vista - Corrientes - será el fundador del Instituto Histórico y
Corrientes, la adopción de la estancia como unidad productiva, para pasar luego al origen de
la misma. Se ocupa de los trámites que precedieron a su adjudicación que se iniciaron en 1696
y culminaron en 1722 en que pasó a la administración de los jesuitas del Colegio. Contiene
administración en manos de las Temporalidades abarca hasta 1810, incluyendo cuadros con
5. Continuando con Maeder, esta vez con el trabajo “Administración y destino de las
Temporalidades de los jesuitas en Corrientes” (En Folia Histórica del Nordeste,1997, n. 13,
Provincia de Corrientes. Incluye una nota de pie de página con los acontecimientos
relacionados con la asunción del gobierno por los comuneros, haciendo referencia al clima
delicado que se vivía en la ciudad en el tiempo cercano a la expulsión citando también las
posiciones contrarias de los historiadores posteriores, Mantilla y López. Detalla los bienes que
poseía el colegio, sus propiedades y una valuación total de los mismos con el destino posterior
hasta 1806.