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Escuela de Liderazgo Nivel II

La Santificación
OBJETIVO
Después de esta Lección usted sabrá:
 Precisar en que consiste la santificación del creyente.
 Identificar, en una lista dada, los conceptos de separación, dedicación y
purificación.
 Explicar, con sus propias palabras separación, dedicación y purificación.
 Ubicar, los conceptos de separación, dedicación y purificación en la santificación.
 Analizar, en el material de estudio, los medios de la santificación.
 Integrar, mediante el trabajo en equipo, lo relativo a Santificación y medios de
Santificación.

INTRODUCCIÓN
La santificación es el acto de separarse de lo que es malo para dedicarse a Dios. Las Sagradas
Escrituras nos enseñan que hay una vida de santidad sin la cual nadie verá a Dios
( Tesalonicenses 5:23. 1 Pedro 1:14-16).

I. NATURALEZA DE LA SANTIFICACIÓN
Para entender mejor el significado de la santificación es menester analizarla a la luz
de las palabras que se relacionan directamente con ella.

1. Separación
La palabra Santo se aplica en primer lugar a Dios y significa “lo totalmente otro”,
indicando que Dios es absolutamente distinto a sus criaturas. Con respecto al creyente
la santificación consiste en una separación de este mundo pecaminoso, por eso, ya no
es del mundo, sino que actúa y se comporta de una manera distinta a como establece
el sistema anti-Dios.

2. Dedicación
La santificación no es solo separación del pecado, sino también una dedicación a
Dios. Al recibir la salvación el hombre es apartado para vivir una vida de relación con
el Señor, pasa a ser propiedad de Dios y por tanto debe servirle y adorarle.
Dios ha llamado a cada cristiano con un propósito, el cual está incluido en el
proceso de la santificación, que puede ser resumido como servicio cristiano.
Cuando se analiza el capítulo 12 de Romanos nos damos cuenta que luego del
llamado hecho por el apóstol para una completa santificación le sigue un llamado

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a poner en práctica los dones espirituales. Por otro lado, cuando el apóstol Pedro
afirma que somos una nación santa, lo somos con el propósito de anunciar las
virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a la luz admirable.

3. Purificación
El acto de la santificación incluye también pureza moral; el hecho de ser dedicados a
Dios amerita estar limpios, un ejemplo de esto, lo encontramos en el culto levítico, en
el cual los objetos y las personas participantes en él debían pasar por un proceso de
santificación (Éxodo 40:9-11. Levítico 8:6).

“Sin Santidad nadie verá al Señor”

II. LOS MEDIOS DE LA SANTIFICACIÓN

1. La sangre de Cristo
La sangre de Cristo es el medio absoluto de la santificación, por medio de ella somos
declarados santos para siempre (Hebreos 10:14). Ella es la representación del
sacrificio completo realizado por el Señor Jesucristo en la cruz, de allí que la sangre
provee la virtud para la santificación instantánea, limpiando por completo de pecado a
los que se acercan a Él, arrepentidos (Hebreos 10:10; 13:12).
La sangre de Cristo sirve para la santificación progresiva, así lo indica Juan cuando
dice en 1 Juan 1:7 “la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado”, indicando esto
continuidad en su acción santificadora; tal beneficio es extraordinario debido a la
incapacidad del hombre para mantenerse libre de pecado en un período prolongado de
su vida y de no ser por la acción continua de la sangre de Cristo se perdería la
comunión con Dios.

Por medio de la Sangre de Cristo somos declarados Santos

2. El Espíritu Santo
El Espíritu Santo es el santificador, él es quien produce en el pecador el deseo de
entregar su vida a Jesús, ya que convence de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8). El
guía nuestras vidas hacia la perfecta santidad de las acciones cotidianas de la vida. El
hecho de que el Espíritu Santo more dentro de nosotros provee una gran oportunidad
para comunicarnos su voluntad perfecta (1 Corintios 6:11; 2 Tesalonicenses 2:13;
1 Pedro 1:1-2; Romanos 15:16).
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3. La Palabra de Dios
La Palabra de Dios es el medio externo de la santificación, ella establece el conjunto
de normas y principios por los cuales debe vivir el creyente; a medida que el creyente
viva los postulados bíblicos con más intensidad, mayor será la santidad, por esto el
Señor Jesucristo oramos a su Padre por todos nosotros: “santifícalos en tu verdad”
(Juan 17:17; Efesios 5:26; Juan 15:3; Salmo 119:9).

Tiempos en que se verifica la santificación


a) Inmediato, es decir, al momento de la conversión. Al aceptar al Señor Jesucristo, la
persona es declarada santa. Esto se reconoce como santidad inmediata o posicional
(1 Corintios 6:9-11; Hebreos 10:10).
b) Progresivo, es decir, por el crecimiento del creyente en el conocimiento de Dios a través
de la Palabra y de su relación con el Espíritu Santo (Romanos 12:1-2; 2 Corintios 7:1;
Colosenses 3:1-10: 1 Pedro 1:14-23).

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