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Ingenierı́a del Agua, Vol.

16, No 4, Diciembre 2009

HIDROELECTRICIDAD, EMBALSES Y
CAMBIO CLIMÁTICO
Antoni Palau
Dirección de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Endesa
Crta. Tarragona, Km 89,300, 25191 Magraners (Lleida)
Antonio.palau@endesa.es

Clemente Prieto
Departamento de Medio Ambiente y Patrimonio Concesional
Iberdrola Generación
Av. San Adrián, 48, 48008 Bilbao

Resumen: La energı́a hidroeléctrica, los embalses y el cambio climático, mantienen unas relaciones con distintos sentidos.
La hidroelectricidad requiere embalses y estos producen gases con efecto invernadero. Para frenar el cambio climático, se
promueven energı́as renovables y la hidroelectricidad lo es. Si las previsiones del cambio climático se cumplen, en el área
mediterránea, disminuirá la disponibilidad de agua con implicaciones para los embalses. Por otro lado esas previsiones
supondrán cambios que, en el caso de los embalses, afectaran a la calidad de sus aguas y a las comunidades naturales.
En este artı́culo se analizan estas relaciones, partiendo de una descripción de las funciones y posibilidades de la hidro-
electricidad en el sistema energético español. Se concretan también los posibles efectos del cambio climático sobre los
embalses y se analiza su presunta contribución al cambio climático. La conclusión es que no se puede generalizar sobre
una contribución neta de los embalses al cambio climático, ni tampoco se puede afirmar que los embalses emiten más
CO2 que los lagos naturales equivalentes o los sistemas terrestres a los que sustituyen. Lo que sı́ es cierto es que la
energı́a hidroeléctrica está entre las de menor emisión de gases invernadero, cuando se compara con otras fuentes.

INTRODUCCIÓN si bien va a centrarse en la que, posiblemente,


es la visión más controvertida: el presunto efec-
En el tı́tulo de este artı́culo se manejan 3 com- to de los embalses sobre el cambio climático, a
ponentes que, según se ordenen y relacionen en- través de la emisión de gases con efecto inver-
tre sı́, admiten distintas acepciones. Puede plan- nadero. Buena parte del artı́culo se basa en los
tearse, en primera instancia, si la hidroelectri- trabajos de Palau y Alonso (2008) y posteriores
cidad tiene algo que ver, en si misma y como publicaciones Palau et al., (2009).
proceso industrial de producción de energı́a, con Los embalses son, como decı́a Margalef (1983)
el cambio climático. Dado que el agua es uno de las pocas obras de la Humanidad que se ven
de los recursos naturales más vulnerable a cual- desde el espacio. Desde hace ya unos años, exis-
quier cambio climático, está claro que pueden ten corrientes de opinión dedicadas a difundir
encontrarse relaciones. En sentido inverso, la re- los impactos ambientales negativos de este ti-
ducción de gases con efecto invernadero, pasa po de obras, que incluso finalizan en propuestas
por el uso creciente de energı́a producida con de demolición de presas. Sin embargo, hay una
recursos renovables, y la hidroelectricidad lo es. realidad incuestionable: el control del agua (y
Los términos “hidroelectricidad” y “embal- por extensión, la producción de energı́a y alimen-
ses” mantienen una interrelación consustancial to asociados) es la base del estado de bienestar
y directa, que puede también ponerse frente al alcanzado por las sociedades “desarrolladas” y
“cambio climático” y analizar si éste va a afectar deseado por las que aspiran a alcanzarlo. Tam-
a aquellos y viceversa. bién es cierto que, las opciones de adecuación
Este artı́culo pretende abordar, con mayor o ambiental de embalses, deja aún mucho margen
menor intensidad todas las interacciones posibles para explorar, antes de demoler las presas.
entre los tres términos que conforman su tı́tulo, Sin entrar en la consistencia cientı́fica de los

© Fundación para el Fomento de la Ingenierı́a del Agua ISSN: 1134–2196


Los artı́culos de este número monográfico son en gran medida fruto de las reuniones mantenidas por el Grupo de Cáceres
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efectos que se asocian al cambio climático y A continuación se expondrá un breve apun-


las notables incertidumbres que aún albergan los te de los efectos que el cambio climático puede
modelos utilizados, las previsiones para el Esta- imprimir en los ecosistemas acuáticos continen-
do Español -según los trabajos del CEDEX (Ruı́z, tales, para dedicar después el resto del artı́culo a
2009) y salvando diferencias regionales- apuntan tratar la relación inversa; esto es, el papel de los
para un horizonte del 2100, un aumento de 1◦ C embalses sobre el cambio climático. Una buena
en la temperatura media y una disminución de revisión de este último enfoque, puede encon-
un 5 % en la precipitación media anual, lo que trase en Tremblay et al., 2005 aunque quizás
dará una reducción entre un 5 y un 25 % en la demasiado centrada en los intercambios gaseo-
disponibilidad de agua. Por otro lado, la deman- sos y con apenas referencias a otras formas de
da de agua va a aumentar, en unos sectores más procesado de carbono por parte de los embalses.
que en otros; entre un 2 y 9 % la urbana y has-
ta un 23 % en la agricultura según los tipos de LA HIDROELECTRICIDAD COMO ENERGÍA
cultivo. La distribución estacional de las lluvias RENOVABLE
también va a cambiar, aumentando su torren-
cialidad. Si esto es ası́, quizás la existencia de Se entiende por “energı́as renovables” aquéllas
embalses, no venga tan mal y hasta puede que que proceden de recursos que son continuamen-
haya que plantearse construir alguno más. te renovados de forma natural. En la actualidad,
En cuanto a la hidroelectricidad, por su asocia- las energı́as renovables utilizadas a nivel mundial
ción a grandes presas o derivaciones de agua de son la eólica, la hidráulica, la solar, la procedente
los rı́os, queda al lado de los embalses en lo que de biomasa, la mareomotriz, la procedente de las
a crı́ticas se refiere. Es una curiosa constante a olas, la procedente de residuos y la geotérmica.
lo largo de la historia reciente de las sociedades Con diversos matices, casi todas ellas han sido
humanas “desarrolladas”, el bendecir cualquier utilizadas por el ser humano desde tiempo inme-
nueva fuente de energı́a, para denostarla al ca- morial, si bien su aprovechamiento más o menos
bo de un tiempo a favor de otra más novedosa, masivo y ordenado se viene desarrollando desde
supuestamente mejor. Le pasó al carbón, le ha hace poco más de 100 años.
pasado a la energı́a nuclear, le está pasando a la Entre las distintas tecnologı́as energéticas re-
hidroelectricidad y ya hay claros indicios de que novables pueden apreciarse diversas caracterı́sti-
le va a ocurrir lo mismo a la eólica, a favor de la cas diferenciales, como puede ser la capacidad
fotovoltaica y la termosolar. Este planteamiento de regulación, que va desde un mı́nimo práctica-
del cambio continuo, es sin duda un motor del mente nulo en el caso de las energı́as de origen
progreso, del desarrollo tecnológico y económi- eólico, solar y de las olas, hasta el máximo casi
co, pero no cabe duda que se ha apoyado en un total de la de origen hidráulico, o la predictibili-
uso de la naturaleza con unos niveles de presión dad -relacionada en cierta forma con la capaci-
insostenibles. Hasta que esas sociedades “desa- dad de regulación- o el impacto de cada una de
rrolladas” en base al cambio continuo, no como ellas sobre el medio natural.
individuos sino como colectivo, no comprendan
los principios de la termodinámica y asuman que Aspectos destacables de la energı́a
tienen una responsabilidad causal directa en la hidroeléctrica
explotación de los recursos naturales -que nunca Respecto al total de energı́a eléctrica, la de
es ni gratuita ni inocua- lo de la sostenibilidad origen hidroeléctrico llegó a suponer en España,
real y verdadera, no podrá ser más que un pro- en la primera mitad del siglo XX, porcentajes
ducto de mercado. próximos al 100 %, tanto en potencia instalada,
El papel de la hidroelectricidad es clave en el como en energı́a producida.
abastecimiento de la demanda de energı́a actual, Posteriormente, con la progresiva implanta-
y por ello, antes de analizar las relaciones entre ción de otras tecnologı́as, como las térmicas
embalses y cambio climático, parece convenien- de carbón y fuel, la energı́a nuclear y, más re-
te exponer con algún detalle las caracterı́sticas cientemente, los ciclos combinados y las nue-
más destacables de esa tecnologı́a de producción vas energı́as renovables, la aportación anual de
eléctrica, el papel que desempeña actualmente, la hidroelectricidad oscila entre el 7 y el 20 %
su evolución histórica y sus posibilidades a fu- del total producido, dependiendo de la hidrauli-
turo. Esto servirá para valorar mejor las conclu- cidad de cada año según los boletines estadı́sti-
siones que se obtienen en el artı́culo, y las que cos anuales de UNESA (Asociación Española de
cada lector pueda deducir del mismo. la Industria Eléctrica) (Figura 1).
Hidroelectricidad, embalses y cambio climático 313

Figura 1. Potencia hidroeléctrica instalada en España durante la segunda mitad del siglo XX,
según UNESA. En los últimos 10 años apenas ha variado, manteniéndose estable
alrededor de los 16.700 Mw

Con relación a las energı́as renovables, la referido a las fases de obtención, tratamiento y
energı́a hidroeléctrica representa, en España, el transporte del combustible, y construcción y ex-
42 % de la potencia instalada (a 2008) y, en me- plotación de la central.
dia, el 36 % de la producción renovable anual. A Analizando la aportación de las distintas fases
nivel mundial, la energı́a hidroeléctrica represen- de la vida de cada tecnologı́a eléctrica a cada uno
ta del orden del 15 % de la potencia renovable de los 12 impactos considerados, se van asigna-
instalada. do los denominados “ecopuntos”, de forma que
Un aspecto interesante es el basado en la es- cuanto menor sea el impacto en cuestión, me-
timación numérica del impacto ambiental de di- nos serán los ecopuntos asignados. Los ecopun-
versos tipos de energı́a. Esta estimación se basa tos obtenidos en el estudio del IDAE fueron los
en una metodologı́a de cálculo, conocida como que se muestran en la Tabla 1.
“Análisis del Ciclo de Vida” (ACV). Se trata de La energı́a hidroeléctrica está entre las de me-
un método reconocido internacionalmente, re- nor emisión de gases invernadero, cuando se
gulado por la Norma ISO 14.040, mediante el compara con otras fuentes y se analiza a nivel
cual se identifican los impactos ambientales de de ciclo de vida. Las tecnologı́as renovables (ter-
un producto o proceso a lo largo de todas sus mosolar, geotérmica, biomasa, residuos, oleaje y
fases. En el caso de las tecnologı́as de produc- mareomotriz) no evaluadas en el citado estudio
ción de energı́a, el producto a analizar mediante pueden asimilarse, a falta de cálculos precisos, a
el ACV serı́a el Kwh. alguna de las citadas, en función de las similitu-
Esta labor fue llevada a cabo por el Institu- des existentes en cada caso.
to para la Diversificación y Ahorro de la Energı́a Como ya se ha dicho, el peso relativo de la
(IDAE) en 1999, analizando 12 impactos am- hidroelectricidad en España, respecto al conjun-
bientales diferentes: calentamiento global, capa to de medios de producción de energı́a eléctrica,
de ozono, lluvia ácida, contaminación de aguas, ha ido decreciendo a lo largo del tiempo, en la
metales pesados, sustancias cancerı́genas, nie- medida en que se han desarrollado nuevas tecno-
blas de invierno, nieblas de verano, residuos in- logı́as, más o menos masivas (casos de la nuclear
dustriales, radioactividad, residuos radioactivos y las térmicas) o de interés medioambiental (ca-
y consumo de recursos energéticos. Todo ello, so de otras renovables).
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Tecnologı́a de producción Ecopuntos Rango Valor medio


(g CO2 eq/kWh)
Lignito 1.735 n.d. –
Petróleo (diésel) 1.398 555-880 717
Carbón (planta moderna) 1.356 959-1.042 1.000
Nuclear 672 n.d. –
Fotovoltaica 461 12,5-104 58
Gas (ciclo combinado) 267 469-622 545
Eólica 65 7-22 14
Hidráulica (embalses zona templada) 5 8-60 36

Tabla 1. Puntuación de ecopuntos en el análisis del ciclo de vida (ACV) de distintas


tecnologı́as de producción de energı́a eléctrica, según el IDAE y comparación
de las emisiones de CO2 asociadas también al ciclo de vida de distintas
formas de generación de energı́a eléctrica (extraı́do de varios autores; puede
consultarse Tremblay et al., (2005). “n.d.” no disponible

No obstante, esta disminución progresiva es paliativas o compensatorias contempladas en los


exclusivamente cuantitativa, ya que desde el nuevos proyectos y que para los proyectos exis-
punto de vista cualitativo la energı́a de origen tentes, hay margen -como ya se ha dicho- para
hidráulico ha ido incrementando su importancia, explorar sus posibilidades de adecuación ambien-
tanto en el aspecto medioambiental como en los tal. En definitiva, el cuadro final de afecciones
económicos y técnicos, en relación con el cos- debe ser contrastado con las ventajas aportadas
te, garantı́a y estabilidad del Sistema Eléctrico por las instalaciones proyectadas, con el enfoque
Nacional. más pluridisciplinar posible, y, en el caso de las
En cuanto a los aspectos medioambientales, centrales hidroeléctricas, sin olvidar -cosa que
se ha visto anteriormente que la energı́a hidro- ocurre con excesiva frecuencia- que la cobertu-
eléctrica es, con mucha diferencia, la de menor ra de la demanda de energı́a eléctrica está en la
impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida base misma de nuestro modelo de sociedad, y
total, evitando, durante su fase productiva, emi- que los quizá deseables cambios de ese modelo
siones de gases de efecto invernadero en cuantı́as deben abordarse desde otros aspectos, tales co-
anuales del orden de 22.400 Ktm de CO2 , 86 mo, por ejemplo, la educación, y no eliminando
Ktm de SO2 y 74 Ktm de NOx . sus cimientos sin tener otros que los sustituyan
En su balance ambiental, hay que incorporar con solvencia, ya que eso serı́a como pretender
sin duda los aspectos negativos que presenta la enseñar a nadar arrojando al aprendiz al océano.
implantación de presas y embalses, no necesa- Esta es la cuestión sin duda clave: ¿quién causa
riamente hidroeléctricos, en el territorio y en el todos los impactos negativos de un embalse hi-
entorno en general, siendo los más destacables droeléctrico, la empresa promotora o la sociedad
y contrastados, la afectación a núcleos de po- que demanda energı́a? La empresa es responsa-
blación por inundación de terrenos urbanos, la ble de realizar la obra hidráulica con la menor
transformación de hábitats y escenarios natura- afectación ambiental posible y de explotarla con
les por inundación del territorio, la constitución la mayor eficiencia alcanzable, pero la necesidad
de barreras para la circulación de la fauna, la re- de la obra y la presión de uso del recurso hı́drico
ducción del transporte de sedimentos aguas aba- es la sociedad quien los imprime. Es la respon-
jo y la alteración del régimen de caudales. sabilidad causal directa antes citada en relación
con la verdadera sostenibilidad ambiental que se
No obstante, junto con estos efectos negati- predica en las sociedades “desarrolladas”.
vos habrı́a que contemplar los de carácter posi-
tivo, tanto los asociados a sus propios objetivos Desde el punto de vista económico, la
(producción de energı́a, reserva de agua) como energı́a hidroeléctrica permite reducir la factura
los derivados (regulación de avenidas, depura- energética anual del Estado Español entre 700 y
ción de aguas, usos lúdicos,...). Por otro lado, 1.700 Me, dado su carácter autóctono y renova-
es preciso tener en cuenta que todos los efectos ble de forma natural, y el alto grado de disponibi-
indeseables deben ser, en la medida de lo posi- lidad de nuestros cursos de agua naturales que,
ble, anulados, minimizados o compensados me- en su práctica totalidad, nacen en y discurren
diante las correspondientes medidas correctoras, por territorio nacional, sin más condicionantes
Hidroelectricidad, embalses y cambio climático 315

que los derivados de convenios internacionales, Optimización hidrológica, detrayendo de


en todo caso asumidos voluntariamente por el un curso inferior recursos excedentes en
Estado Español. Es pertinente recordar que Es- épocas de abundancia o avenidas, alma-
paña es un paı́s pobre en términos de energı́a. cenándolos en un embalse superior, y tras-
Se importa más del 80 % de lo que se consume. ladando su uso a épocas de escasez hi-
Desde el punto de vista técnico, la energı́a hi- drológica.
droeléctrica es la responsable del mantenimiento
de la frecuencia y la tensión en la red, ası́ co- Uso eficiente del parque nuclear.
mo del seguimiento de la curva de carga de for-
ma instantánea, en caso de variaciones rápidas, Más recientemente se han unido al parque ge-
tanto de la demanda como de la producción de nerador las centrales de ciclo combinado, de gas
energı́a. En este sentido, y en una visión históri- y vapor, que admiten una cierta flexibilidad de
ca rápida, se aprecia que la energı́a hidroeléctrica funcionamiento, con lo que cooperan en cierta
ha desempeñado siempre funciones esenciales, e medida en el seguimiento fino de la demanda.
insustituibles, en el Sistema Eléctrico Español. No obstante, el papel principal de estas centra-
Inicialmente, hasta más o menos la mitad del les es el suministro masivo de energı́a, por lo que
siglo XX, con la hidroelectricidad como práctica- nuevamente se reafirma el papel de la hidroelec-
mente la única fuente masiva de energı́a eléctrica tricidad, especialmente en la reposición rápida
disponible en España, resultaba evidente el pa- de fallos instantáneos de grandes grupos nuclea-
pel esencial desempeñado en el mantenimiento res o térmicos, incluidos los de ciclo combinado.
de la frecuencia y potencia de la red, siguiendo Finalmente, a raı́z de la incorporación masiva
de forma instantánea las variaciones de la de- al Sistema de las energı́as renovables no garan-
manda. tizadas (la solar con el 11,2 % y la eólica con
A continuación se incorporaron al Sistema el 55,5 %, respectivamente, de la potencia reno-
grandes grupos térmicos de carbón y fuel, que vable instalada en España a 31/12/08), además
pasaron a suplir la parte masiva de la deman- del posible cero de dichas energı́as, debido a la
da, con pequeñas variaciones de producción a lo falta de viento o de sol, han aparecido nuevas
largo del dı́a, y manteniendo la energı́a hidro- situaciones de desajuste de la producción, con-
eléctrica las mismas funciones de la etapa an- sistentes en que ésta supera a la demanda.
terior. Se añadió una nueva y esencial función Esta circunstancia se dio, por ejemplo, el 2 de
a la hidroelectricidad: la de suministrar de for- Noviembre de 2008 a primera hora de la mañana,
ma rápida la energı́a detraı́da del Sistema por un dı́a y momento en los que la demanda eléctrica
fallo instantáneo de un gran grupo térmico. era baja por tratarse de un domingo con tempe-
Posteriormente, con la incorporación de las raturas relativamente templadas. A lo largo de
centrales nucleares, las nuevas centrales hidro- ese dı́a la producción de origen eólico fue aumen-
eléctricas de bombeo permitieron el funciona- tando progresivamente hasta unos 7.500 MWh
miento continuo de las nucleares -su forma ópti- -del orden de 3.200 MWh más que lo previsto pa-
ma de funcionamiento- absorbiendo los exceden- ra esa hora (7:30 AM)- a medida que la demanda
tes de energı́a producida en horas de valle, me- bajaba, lo que obligó al Operador del Sistema a
diante el bombeo de agua a un depósito superior, ir desconectando potencia térmica, hasta un to-
empleando esos recursos para la producción de tal de 2.000 MW, y a activar una potencia neta
energı́a de puntas en horas de mayor demanda de bombeo de 2.432 MW, para absorber el ex-
y precio. Esta función, unida en determinados cedente que se seguı́a produciendo. Además, se
casos al bombeo de excedentes de agua produ- procedió a reducir la producción eólica en 2.800
cidos por crecidas de origen natural, dio lugar a MWh (Artaiz, 2008). Una situación similar, de
cuatro tipos de beneficios aportados por las cen- exceso de producción de energı́a eólica, se ha da-
trales de bombeo en el uso del agua, además de do recientemente, el 9 de Abril de 2009. En este
la reposición rápida del servicio en caso de fallo último caso, la hidráulica contribuyó de forma
instantáneo de un grupo nuclear: menos destacada a absorber el exceso de pro-
ducción, ya que las circunstancias permitieron
Optimización energética, trasladando la incrementar debidamente el saldo exportador de
turbinación a las horas de mayor demanda. intercambios internacionales.

Optimización económica, bombeando en Perspectivas de futuro


horas de precios bajos de la energı́a, y tur- En el ámbito europeo, el objetivo plantea-
binando en las de precios altos. do por la Unión Europea es conseguir que el
316 A. Palau y C. Prieto

año 2020 el 20 % de la energı́a total consumi- inclinación de su eje o los que ha experimenta-
da proceda de fuentes renovables, incluida la do su trayectoria de rotación y traslación (Ci-
gran hidráulica. Coloquialmente, esta propues- clos de Milankovitch) generando ciclos de cam-
ta se conoce como “objetivo 20-20-20”; en este bios climáticos a diferentes escalas temporales
objetivo se incluye también la reducción de emi- (100.000 años, 41.000 años, 23.000 años) a los
siones de gases de efecto invernadero en un 20 % que habrı́a que sumar ciclos de cambios menores
respecto a los niveles de 1990. propiciados por la actividad solar.
En España, la administración está elaboran- El agua en la Tierra es la que es, unos
do una nueva Ley sobre eficiencia energética y 52×106 Km3 , y si se produce algún cambio en
energı́as renovables, aún en fase de borradores las condiciones que rigen su distribución entre
iniciales. Se supone que a últimos de 2009 es- los distintos compartimentos existentes (mares y
tará finalizada esa Ley, para hacer coincidir su océanos, polos, continentes, acuı́feros, atmósfe-
publicación con la Presidencia Española de la ra), el sistema se reajusta en favor de unos y
Unión Europea, que tendrá lugar en el primer se- en perjuicio de otros de esos compartimentos.
mestre de 2010. De hecho, el primer “gran eje” Hace unos 20.000 años, el nivel de los océanos
inspirador de la Presidencia Española se orien- era unos 120 m más bajo que el actual pero en
tará, entre otras cosas, a afianzar “el liderazgo los últimos 10.000 años, apenas ha sufrido va-
europeo en la respuesta global al cambio climáti- riaciones (Camerlenghi, 2009), lo que pone de
co y al desafı́o energético”, según el informe pre- manifiesto, de entrada, las extraordinarias incer-
sentado en su momento por el Ministro de Asun- tidumbres que debe suponer proyectar previsio-
tos Exteriores al Consejo de Ministros. nes de cambio climático a futuro a una escala
Por su parte, UNESA (2008) ha estimado el de 10 o incluso 100 años.
potencial desarrollo de la energı́a hidroeléctrica A partir de testigos extraı́dos de sedimentos la-
en España, cuantificando su lı́mite técnico en custres, se pueden identificar cambios en el clima
69.600 GWh/año. Evidentemente, esta cifra re- que se remontan hacia el pasado, sobre más o
sulta espectacular, ya que supondrı́a multiplicar menos decenios, centenares o milenios de años,
por más de 2 los valores de energı́a hidroeléctri- en función de la profundidad de sedimento ex-
ca producible actualmente, y es preciso tener en plorado y mediante análisis paleolimnológicos se
cuenta que su puesta en práctica pasarı́a por pueden extraer conclusiones acerca de como era
su sometimiento a importantes consideraciones el clima en la zona, que vegetación existı́a o que
de carácter social y económico que la reducirı́an estado trófico tenı́a la masa de agua. En los em-
drásticamente, con toda probabilidad. balses, con un periodo de vida mucho más corto
En cualquier caso, la viabilidad económica que los lagos y totalmente centrado en las últi-
de esas proyecciones presenta una incertidum- mas décadas, también es posible analizar los se-
bre muy elevada, en el complicado escenario dimentos e identificar acontecimientos pasados,
económico internacional de hoy en dı́a y las cifras pero con perfiles un tanto más desorganizados
indicadas sirven para poner de manifiesto que, que en el caso de los lagos, debido a la explota-
desde un punto de vista estrictamente técnico, ción del volumen de agua embalsado, y funda-
existe un gran potencial de incremento de la mentalmente asociados a episodios de crecidas
energı́a hidroeléctrica en España. y estiajes, que son los que determinan cambios
en las tasas de sedimentación.
CAMBIO CLIMÁTICO Y EMBALSES Lo que se dice que va a suponer el presun-
to cambio climático anunciado en la actualidad,
Teniendo en cuenta que el clima está en una en paı́ses del área mediterránea como España,
dinámica de cambios continuos, bien identifica- es la ya citada reducción de la precipitación me-
bles a escala geológica y poco o nada a escala dia anual y el aumento de la torrencialidad en la
humana, es obvio que su evolución ha tenido distribución temporal de las lluvias. La cantidad
efectos sobre los ecosistemas acuáticos, y por y la distribución temporal del agua, son facto-
ello nada impide que los presuntos cambios que res clave en la organización de los ecosistemas
ahora se vaticinan, afecten a los embalses. acuáticos continentales (rı́os, lagos, embalses y
Desde hace 50 millones de años hacia aquı́, acuı́feros), de manera que las posibilidades de
la temperatura media de la Tierra se ha ido en- que impriman cambios sobre dichos sistemas son
friando como consecuencia de los efectos que a evidentes y sus efectos bien conocidos (Marcé et
escala astronómica han tenido los cambios de al., 2009).
Hidroelectricidad, embalses y cambio climático 317

Figura 2. Con las previsiones de cambio climático, los embalses van a tender hacia con-
diciones crecientes de eutrofización, con menos volumen de agua, menor reserva
hipolimnética de oxı́geno disuelto y más disponibilidad interna de nutrientes

Una menor precipitación media se traducirá en EMBALSES Y CAMBIO CLIMÁTICO


una menor capacidad de dilución y en tiempos
de residencia del agua mayores en los embal-
ses. Por otro lado, el volumen medio embalsado Las vı́as de participación de los embales en
podrá ser más bajo. Por su parte el aumento de el cambio climático
la torrencialidad favorecerá un incremento de la Todos los seres vivos respiran y los ecosiste-
erosión y por tanto del transporte de sedimen- mas, al estar formados en parte por seres vivos
tos que llegarán a los cursos de agua y quedarán también lo hacen. Por tanto, es obvio que parti-
retenidos en los embalses. Dentro de estos, con cipan del intercambio de gases con la atmósfera
niveles medios más bajos, los sedimentos podrán y entre estos, de los que tienen efecto inverna-
llegar con más facilidad y en mayor cantidad, dero. En condiciones naturales, la actividad fo-
hasta las inmediaciones de la presa, lo que de- tosintética y la respiración mantienen el equili-
terminará una pérdida de volumen hipolimnético brio de carbono en el medio terrestre, mientras
(Figura 2). que en los ecosistemas acuáticos hay que contar
además con los procesos de precipitación quı́mi-
En definitiva, menos capacidad de dilución, ca y decantación, de compuestos carbonatados.
mayor disponibilidad de nutrientes, tiempos de Los embalses producen, sin duda, gases con
residencia del agua mayores, mayor calentamien- efecto invernadero, pero también los captan, los
to del agua embalsada, estratificación térmica acumulan y pueden enlentecer mucho, o inclu-
más intensa y persistente, menores profundi- so evitar, el retorno de una parte de los ele-
dades medias, más colmatación, más reciclado mentos que forman esos gases a la atmósfera.
interno de nutrientes y menor volumen hipo- Es una cuestión de balances, y como en todos
limnético, son todos los ingredientes adecuados los balances, el resultado depende absolutamen-
para fomentar la tendencia hacia la eutrofización te de qué términos se hacen intervenir. Para los
de los embalses; es decir, aumentar su producti- que persiguen denigrar a los embalses, la parte
vidad algal por encima de lo deseable, con cam- del balance que interesa es la del intercambio
bios en negativo tanto en la calidad del agua agua-atmósfera, y mejor si se trata de embal-
como en las comunidades naturales (aguas sin ses eutróficos -que lo son porque la sociedad del
oxı́geno disuelto en profundidad, malos olores bienestar les hace serlo- ya que estos son más
por formación de compuestos gaseosos reduci- proclives a emitir más gases con efecto inverna-
dos, limitación de los usos del agua, situaciones dero.
de insalubridad, pérdidas de biodiversidad, etc.).
318 A. Palau y C. Prieto

Figura 3. En los ecosistemas acuáticos, las formas quı́micas más importantes para el ciclo del
carbono son el dióxido de carbono (CO2 ), el metano (CH4 ) y el sistema carbónico-
carbonatos (HCO− −2
3 + CO3 ). Además de la fotosı́ntesis y la respiración, en los
ecosistemas acuáticos hay que tener en cuenta la precipitación o solubilización de
carbonatos, y su mayor capacidad potencial de producción de metano a partir de
la oxidación anaerobia de materia orgánica (Palau y Alonso, 2008)

Afortunadamente, y sin negar la incidencia que a otro sistema natural por inundación, una vez
los embalses tienen sobre los ecosistemas acuáti- conocido el resultado del balance, lo adecuado
cos, hay autores fuera de toda sospecha (Mar- es compararlo con el de ese ecosistema natural
galef, 1983) que destacan con lógica aplastante original, para concretar si su sustitución por el
la condición de los embalses como sistemas que embalse representa o no, una contribución neta
regulan y retardan flujos de agua, favoreciendo al cambio climático.
una disminución de las tasas de renovación en Hay un consenso en que los ecosistemas te-
el ecosistema, lo cual va en el mismo sentido en rrestres fijan carbono atmosférico. Lo que ocu-
el que se manifiesta la Sucesión Ecológica y la rre es que lo hacen con un balance muy al lı́mi-
evolución natural de los ecosistemas. Esta menor te. En el caso de los bosques mediterráneos se
tasa de renovación, hace de los embalses siste- habla de una capacidad de captación de 50 tn
mas propensos a favorecer acumulaciones, fun- CO2 ha−1 año−1 pero a menudo se omite que
damentalmente de sedimentos y materia orgáni- ese mismo bosque emite del orden de 45 tn CO2
ca, que quedan retenidos y con el tiempo pueden ha−1 año−1 con lo que su balance neto es la fija-
quedar, al menos en parte, definitivamente fuera ción de unas 5 tn CO2 ha−1 año−1 (≈ 1.400 mg
del alcance de los ciclos biogeoquı́micos anuales. CO2 m−2 dı́a−1 ). Tampoco se tiene en cuenta en
La participación de los embalses en el cambio ese balance, por la complejidad metodológica, lo
climático es a través del ciclo biogeoquı́mico del que respira toda la vida heterótrofa que alber-
carbono (Figura 3), con cuatro compartimentos ga el bosque y tampoco la respiración bacteriana
y dos interfases implicadas: asociada a la materia orgánica que el bosque ex-
porta. Además, parece ser que las emisiones de
Compartimentos: Atmósfera, agua, sedi- metano en suelos forestales, consideradas habi-
mentos y seres vivos. tualmente bajas o despreciables, pueden no serlo
Interfases: Agua-atmósfera y agua- tanto bajo determinadas condiciones (Megonigal
sedimento. y Guenther, 2008).
Cuando se hacen bien los números se puede
El balance completo de la participación neta llegar a situaciones aparentemente extrañas para
de un embalse en el cambio climático hay que ex- quienes se han habituado a vivir entre los dog-
tenderlo a esos cuatro compartimentos y sus dos mas. Ası́, un campo agrı́cola abandonado pro-
interfases. Pero además, en la medida en que los duce más oxigeno y fija más CO2 por unidad de
embalses son sistemas artificiales que sustituyen superficie, que la selva tropical (Margalef, 1992),
Hidroelectricidad, embalses y cambio climático 319

donde la respiración de los organismos heterótro- las caracterı́sticas fı́sico-quı́micas de ésta, deter-
fos es enorme. minan la vocación trófica que tendrá el embalse
Queda aún un aspecto a considerar en el ba- sobre el eje oligotrofia-eutrofia.
lance de carbono de los embalses y que ya se ha Con el fin de sintetizar el funcionamiento de
insinuado en un apartado anterior. Los embalses los embalses en relación al cambio climático,
interfieren en el flujo de carbono que transpor- puede decirse que existen dos tipologı́as extre-
tan los rı́os, procedente del lavado de los ecosis- mas de embalse y dos momentos diferenciables
temas terrestres. De esta forma, la parte de car- dentro del ciclo de vida de ellas. Como tipologı́as
bono (tanto orgánico como inorgánico) que los están los embalses tropicales y los embalses bo-
ecosistemas terrestres expulsan y que por tan- reales, estos últimos bastante asimilables a bue-
to no terminan de procesar, acaba llegando a na parte de los embalses templados; y como mo-
algún embalse donde con tiempos de residencia mentos del ciclo de vida del embalse, están los
del agua mayores que en los rı́os, si puede proce- primeros años tras la primera inundación -lo que
sarse todo ese carbono, contribuyendo al balance se conoce como el periodo de maduración- y los
y las eventuales emisiones de gases con efecto in- años posteriores.
vernadero del embalse. Es decir, una parte y no La Figura 4 muestra el intercambio agua-aire,
poco importante, del carbono que procesa un de gases con efecto invernadero para embalses
embalse, no ha sido generada por él. Le viene boreales y templados, durante los primeros años
de su cuenca tributaria, la cual disfruta, a través de inundación y en los años siguientes. Por su
de este proceso, de unos balances de carbono parte la Figura 5 hace lo propio pero para los
más favorables al quitarse de encima una parte embalses tropicales.
de materia orgánica carbonatada cuya emisión Además de las entradas procedentes de los tri-
de gases invernadero no se produce dentro del butarios (escorrentı́a), un embalse tiene como
balance de las masas forestales sino de los em- fuentes de carbono, la movilización por lavado
balses. (erosión) de la franja árida de oscilación del ni-
De la ecologı́a trófica general se sabe que vel de agua y el que se descompone en el fon-
los ecosistemas terrestres son fundamentalmen- do y sobre los sedimentos (hipolimnion) a partir
te exportadores de producción, mientras que los de la materia orgánica que estos contienen y de
acuáticos -a gran escala en el caso de mares y la materia orgánica particulada producida en las
océanos, y a una escala muy modesta en los eco- capas de agua superficiales (plancton) que va
sistemas acuáticos epicontinentales- tienen to- sedimentando.
dos los mecanismos para actuar como sumideros Durante los primeros años de llenado, en cual-
de carbono, tanto del que captan de la atmósfe- quier embalse, se debe descomponer toda la car-
ra como del que reciben de los continentes. Esa ga de materia orgánica que queda cubierta por
es una de sus principales funciones dentro de la el agua, a expensas de una actividad quı́mica y
biosfera. bacteriana que utiliza el oxı́geno disuelto en el
agua. A mayor carga de materia orgánica pa-
Los gases con efecto invernadero en los ra descomponer, mayor consumo de oxı́geno di-
embalses suelto y mayor reducción de su concentración en
el agua. En tanto la descomposición de materia
No todos los embalses procesan del mismo orgánica sea por vı́a aerobia, el producto resul-
modo el carbono, ni tampoco en todos los mo- tante será el CO2 .
mentos de su vida esos embalses mantienen los Si el agua del embalse no se encuentra térmi-
mismos procesos activados con relación al car- camente estratificada; es decir, se mantiene a
bono. lo largo de toda la columna con muy poca di-
Básicamente el procesado del carbono en un ferencia de temperatura entre la superficie y el
embalse depende del estado de conservación, los fondo, existe una gran reserva de oxı́geno disuel-
usos y las actividades de su cuenca tributaria y to que, además se puede ir restituyendo desde la
la localización del embalse dentro de la cuenca atmósfera o redistribuyendo a partir de la pro-
(tramos de cabecera, tramos bajos,...) que de- ducción fotosintética algal del propio embalse.
terminarán la cantidad y forma de las entradas Esta situación de columna de agua mezclada se
de carbono y de nutrientes. También depende produce, en la zona templada, en primavera y
de la morfologı́a del vaso de embalse, que junto otoño, y también en invierno, si no se forma hie-
con el tipo de explotación del volumen de agua y lo en la superficie del embalse.
320 A. Palau y C. Prieto

Figura 4. Emisiones de gases con efecto invernadero, en embalses boreales y templados


durante el periodo de maduración (primeros años tras el primer llenado) y
después de éste (>10 años). Modificado de (Palau y Alonso, 2008)

Figura 5. Emisiones de gases con efecto invernadero, en embalses tropicales durante el


periodo de maduración (primeros años tras el primer llenado) y después de éste
(>10 años). Modificado de (Palau y Alonso, 2008)
Hidroelectricidad, embalses y cambio climático 321

Por el contrario si la masa de agua embalsada de CH+ 4 . Al acabar su proceso de maduración,


está estratificada térmicamente (verano en los las emisiones revierten, pero se mantienen com-
embalses boreales y templados, y todo el año en parativamente altas con relación a los embalses
los tropicales) se establece un gradiente de tem- boreales y templados.
peratura que es a su vez un gradiente de den- A modo de referencia, una vez finalizado el
sidad para el agua, de forma que las aguas de periodo de maduración, los embalses tropicales
fondo, más frı́as y por tanto más densas y pesa- emiten en promedio (Rosa et al., 1997; 1999)
das, no pueden mezclarse con las superficiales. unos 3.630 mg CO2 m−2 dı́a−1 mientras que los
Se forma lo que se conoce como un metalim- boreales y templados emiten de forma parecida a
nion o termoclina, que separa verticalmente dos los lagos geográficamente correspondientes, al-
compartimentos en el embalse: el epilimnion (en rededor de 1.130 mg CO2 m−2 dı́a−1 (Duchemin
superficie) y el hipolimnion (en fondo). et al., 1999; Tremblay et al., 2005).
Inicialmente ambos compartimentos tienen De acuerdo con todo lo expuesto, el balance
disponibilidad de oxı́geno disuelto, pero mientras de carbono de un embalse depende, en gran me-
el epilimnion tiene medios para reponer cualquier dida, de su estado trófico; es decir de la cantidad
consumo de oxı́geno (a partir de la atmósfera y de materia orgánica que debe procesar. En ge-
de la actividad fotosintética), el hipolimnion no. neral un sistema oligotrófico, es un sistema poco
Con el primer llenado de un embalse, en tan- productivo y que funciona con un ciclo de car-
to el embalse no esté estratificado, se puede ir bono muy cerrado, sin apenas intercambios del
descomponiendo la materia orgánica inundada agua con la atmósfera y los sedimentos, mien-
(vegetación, humus,...) sin demasiados proble- tras que en sistemas eutróficos, muy producti-
mas; en el momento en que el embalse se estra- vos, el sistema tiende a externalizar los exceden-
tifique, el agua del hipolimnion empieza a per- tes de carbono que le toca procesar, tanto hacia
der oxigeno disuelto y si la cantidad de materia la atmósfera (gases) como hacia los sedimentos
orgánica es suficientemente importante, puede (materia orgánica e inorgánica carbonatada).
llegar a quedarse sin, entrando en una situación Tanto los lagos como los embalses, cuanto
de anoxia que pone en marcha procesos anaero- más elevado sea su estado trófico, mayor can-
bios de descomposición de la materia orgánica, tidad de CO2 atmosférico fijan. Sin embargo, el
cuyo producto final es el metano (CH+ 4 ), un gas balance final neto depende de otras caracterı́sti-
unas 21 veces más activo que el CO2 en términos cas que determinan la potencialidad de retornar
de efecto invernadero. el carbono fijado a la atmósfera. Entre ellas, las
Los embalses boreales y templados (Figura más importantes serı́an el grado de oxidación de
4) tienen unos periodos de maduración mucho los sedimentos y la reserva alcalina. Si los se-
más rápidos (5-8 años) que los tropicales, pe- dimentos que se van enriqueciendo en carbono
ro sobre todo, al no estar permanentemente es- permanecen anóxicos, éste quedarı́a inmoviliza-
tratificados como estos últimos, y no recibir - do o pasarı́a a CH+ 4 , aunque esta última ruta
habitualmente- tanta carga de materia orgáni- sólo se produce de forma eficiente cuando no hay
ca una vez transcurrida su maduración, acaban SH2 , el cual inhibe la actividad metanogénica.
emitiendo unas cantidades de CO2 comparables Por otro lado, si hay suficiente calcio en el agua,
a lagos de similares caracterı́sticas y estado trófi- los incrementos de pH ligados a la fotosı́ntesis
co, con muy poco CH+ 4 que, además, se oxida favorecen la precipitación de CaCO3 , el cual es
con facilidad en su difusión desde el sedimento muy poco soluble. Consecuentemente el modelo
a la superficie, de manera que la emisión de es- de embalse con mayor capacidad para secuestrar
te gas no suele ir más allá del 1 % de lo que se carbono serı́a aquel con aguas eutróficas, pro-
produce (Margalef, 1983). fundas, y de elevada mineralización, tanto por
Por el contrario, los embalses tropicales siem- calcio como por sulfatos; estos últimos por ser
pre o casi siempre estratificados, disponen de precursores del SH2 . Por otro lado, los eutrófi-
menos capacidad de oxigenación de sus aguas, cos y poco profundos, particularmente si son de
tienen el agua a más temperatura -lo que redu- aguas débilmente mineralizadas, devolverı́an el
ce la solubilidad del oxı́geno disuelto y propicia carbono fijado a la atmósfera en forma de CO2
una mayor actividad bacteriana- y reciben ma- y/o CH4 , y el balance neto relacionado con la
yor carga de materia orgánica a lo largo de su producción-respiración-descomposición tenderı́a
vida (toda la que exporta su cuenca tributaria), a ser nulo.
de manera que acaban con anoxia persistente y Los sedimentos -su composición y su
con una producción notable de CO2 y también estructura- juegan, por tanto, un papel impor-
322 A. Palau y C. Prieto

tante en el balance de carbono de los embalses, la máxima eficiencia y la mı́nima afectación am-
tanto durante el proceso de maduración como en biental, en los medios que utilicen para extraer
el resto de su ciclo de vida. Ocurre además que energı́a de la naturaleza, del mismo modo que a
los embalses, nacen condenados a irse rellenan- la sociedad se le debe exigir que no despilfarre ni
do de sedimentos de forma más rápida que los un KWh de energı́a y que sea consciente que es
lagos al no encontrarse en equilibrio hidrogeo- ella y no la empresa de energı́a la única respon-
morfológico con su cuenca tributaria. Los arras- sable de la presión de explotación que el uso de
tres que les llegan desde el rı́o tributario van la energı́a imprime a los ecosistemas naturales.
depositándose en el fondo del vaso de embal- Los embalses, van a experimentar efectos de-
se y van enterrando la materia orgánica, y por rivados del cambio climático, como lo han hecho
lo tanto el carbono, tanto la de origen alóctono todos los ecosistemas a lo largo de la historia de
como la sintetizada en el propio embalse. Una la Tierra. Con las actuales previsiones, lo más
parte importante de estos materiales, tanto ma- probable es que los embalses tiendan a niveles
yor cuanto más alta sea la tasa de aterramiento de eutrofia crecientes.
del embalse, va quedando enterrada en el sedi- En cuanto a la contribución de los embalses al
mento, sin posibilidad de retornar al agua, bien cambio climático, ésta se vehicula a través del ci-
sea adsorbida a carbonatos precipitados o acu- clo biogeoquı́mico del carbono. En este ciclo hay
mulada en distintos estadios de descomposición inevitablemente emisiones de compuestos gaseo-
(lı́pidos, carbohidratos, proteı́nas, aminoácidos, sos de carbono, que tienen efecto invernadero
ácidos grasos, pigmentos...). (CO2 y CH+ 4 ). Sin embargo esas emisiones no
son más que una parte, y a menudo cuantitati-
CONCLUSIONES vamente pequeña, del carbono que procesan los
embalses.
La hidroelectricidad es una energı́a renovable
La mayor parte del flujo de carbono que pasa
clave en el abastecimiento de la demanda, por
por un embalse proviene de su cuenca tributaria,
su, hoy por hoy insustituible capacidad operati-
incorporándose al ecosistema acuático en forma
va a la hora de permitir ajustar la producción
de carbono orgánico particulado (arrastres de
de energı́a a la demanda a una escala tempo-
hojarasca, pequeños organismos,) o como car-
ral prácticamente inmediata (minutos), ası́ co-
mo por las garantı́as de estabilidad que ofrece bono inorgánico disuelto (HCO− −2
3 , CO3 ,...). En
en el mantenimiento de la calidad de la energı́a la medida en que los embalses aumentan el tiem-
suministrada y su papel de apoyo a los sistemas po de residencia del agua con respecto al tramo
de producción de energı́a poco o nada regula- de rı́o que sustituyen, se convierten en obligados
bles, bien sea por el propio proceso productivo procesadores de todo el carbono alóctono que
(centrales térmicas, nucleares,) o por la depen- reciben, además del propio que producen.
dencia de factores imprevisibles (aerogenerado- En los embalses se producen flujos de carbono
res, paneles solares,). Mediante las centrales hi- en las dos interfases aire-agua y agua-sedimento,
droeléctricas de bombeo, se posibilita además la y el balance global de estos intercambios depen-
acumulación de energı́a en forma de volumen y de en gran medida del estado trófico del embalse
salto de agua, durante las horas con exceden- y de otros factores (caracterı́sticas fı́sico-quı́mi-
tes de producción de cualquier origen, para su cas del agua y los sedimentos, gestión del em-
aprovechamiento eficiente en horas de máxima balse,...).
demanda. Lo habitual es que los embalses de la zona
La hidroelectricidad, a gran escala, se produce templada, emitan cantidades reducidas de CO2
a partir de embalses, cuya construcción y explo- a la atmósfera y poco o nada de metano, y lo
tación comportan afectaciones a los ecosistemas habitual también es que retengan bastante más
naturales, exactamente igual que lo hace cual- carbono del que emiten, en los sedimentos, con
quier otra gran obra o intervención humana (cul- lo que su contribución neta al cambio climático
tivos agrı́colas, ganaderı́a, vı́as de comunicación, es negativa.
pesquerı́as, ). Se trata de decidir si esas afecta- Teniendo en cuenta que los balances siempre
ciones son todas responsabilidad de la empresa hay que hacerlos en sistemas o procesos lo más
que tiene como negocio producir energı́a a partir cerrados posible, para evitar incertidumbres, en
del agua, o si existe una responsabilidad social el caso de los embalses quizás lo adecuado serı́a
en quien genera la demanda de esa energı́a. El hacer balances de carbono incorporando todo el
sentido común conduce a pensar que a las em- ciclo de este elemento en su cuenca tributaria,
presas productoras de energı́a se les debe exigir dado que, como ya se ha dicho, una parte muy
Hidroelectricidad, embalses y cambio climático 323

importante del carbono que procesan los embal- et de lacs naturels (Volet 2). Université du
ses, les viene de su cuenca. Québec a Montreal, 47 pp.
Con los años, los embalses de la zona boreal y Marcé, R., J. Armengol y J. Dolz, (2009).
templada, tienden a presentar emisiones netas de Els efectes als embassaments i la seva re-
gases con efecto invernadero, muy equiparables llevància en la quantitat i la qualitat de
a las de lagos de similares caracterı́sticas y si se l’aigua per la garantia del recurs. En Ai-
comparan los balances del embalse con el ecosis- gua i Canvi Climàtic, Agència Catalana
tema terrestre al que reemplazaron, no siempre de l’Aigua, Generalitat de Catalunya, 221–
el balance es peor (Palau y Alonso, 2008). 238.
La conclusión es que no se puede generalizar
Margalef, R., (1983). Limnologı́a. Ed. Omega,
sobre una contribución neta de los embalses al
Barcelona, 1010 pp.
cambio climático, ni tampoco se puede afirmar
que los embalses emiten más CO2 que los la- Margalef, R., (1992). Planeta azul, planeta
gos naturales equivalentes. Lo que si es cierto verde. Ed. Biblioteca Scientific American,
es que la energı́a hidroeléctrica está entre las de Barcelona, 265 pp.
menor emisión de gases invernadero, cuando se Megonigal, J.P. y A.B. Guenther, (2008). Met-
compara con otras fuentes. hane emissions from upland forest soils
En el análisis de la presunta contribución de and vegetation. Tree Physiology, 28, 491–
los embalses al cambio climático hay, finalmen- 498.
te, un aspecto que no se puede obviar: todo el Palau, A. y M. Alonso, (2008). Embalses y
carbono que interviene en el balance de un em- cambio climático. Monografı́as de Endesa,
balse, es carbono actual; es decir, es un carbono Dirección de Medio Ambiente y Desarrollo
que ha sido recientemente fijado en su cuenca Sostenible, Endesa, Lleida, 47 pp.
o en su propia masa de agua y por tanto no
puede suponer un incremento neto de los gases Palau, A., M. Alonso, A. Meseguer, E. Rosico
invernadero en la atmósfera. Es un retorno, no y D. Corregidor, (2009). Análisis del ciclo
un incremento. Sólo al caso de los embalses que del carbono en embalses y sus efectos en el
transforman una parte del dióxido de carbono cambio climático. Aplicación al embalse de
fijado en metano, y que lo emiten en cantida- Susqueda (rı́o Ter, NE España). Ponencia
des importantes, se le puede atribuir una contri- presentada a las Jornadas Técnicas sobre
bución al efecto invernadero, al ser el CH+ el Agua, Centro de Estudios Hidrográficos,
4 un
compuesto mucho más activo que el CO2 en la Ingenierı́a del agua (en prensa).
interferencia de la irradiación de calor terrestre. Rosa, L.P., B.M. Sikar, E.M. Sikar y M.A. San-
Todo ello siempre que el ecosistema terrestre al tos, (1997). A model for CH4 and CO2
que hubieran sustituido tales embalses, no pro- emission mean life in reservoir base on da-
dujera emisiones similares reales de gases con ta from Amazonian hydroplan. En Hydro-
efecto invernadero.. power plants and greenhouse gas emis-
sions, L.P. Rosa y M.A. Santos (Eds.),
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Rosa, L.P., B Matvienko, M.A. Santos
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de Barcelona, Ponencia presentada al Experimentación. Ponencia presentada al
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Duchemin, E., R. Canuel, P. Ferland y M. Lu- Tremblay, A., L. Varfalvy, C. Roehm y M. Gar-
cotte, (1999). Étude sur la productión et neau, (2005). Greenhouse Gas Emissions:
l’émission de gaz à effet de serre par les Fluxes and Processes, Hydroelectric Re-
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324 A. Palau y C. Prieto

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York, 732 pp. droeléctrica. Documento inédito, Unesa y
Universidad de Zaragoza, Madrid.

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