ATENCIÓN M ÉDICA

Los testigos de Jehová ven la vida como un valioso
regalo que se debe cuidar y proteger. Por eso ha-
cen todo lo que está a su alcance por mejorar y
conservar su salud. No fuman, ni consumen dro-
gas, ni beben en exceso; tampoco practican abor-
tos, ni deportes o actividades de alto riesgo (Salmo
36:9). Claro, como todo el mundo, no son inmu-
nes a las enfermedades ni a los accidentes, así
que, cuando es necesario, buscan la mejor aten-
ción médica posible para ellos mismos y sus hi-
jos, y agradecen la colaboración de los médicos y
del personal sanitario (Marcos 2:17). No enseñan
a sus miembros que deben rechazar tratamientos
médicos. De hecho, un estudio realizado en Francia
reveló que el 97 % de los testigos de Jehová de di-
cho país tienen médico de cabecera y no vacilan en
ir al hospital cuando surgen problemas graves de
salud.1
De la inmensa variedad de tratamientos que ofre-
ce la ciencia médica moderna, los Testigos solo
rechazan las transfusiones de sangre alogénica,
y lo hacen por motivos religiosos. Su postura se
fundamenta en el libro bíblico de Hechos, donde
a los cristianos del siglo primero se les mandó: “Si-
gan absteniéndose [...] de sangre” (Hechos 15:29;
21:25). En realidad, Dios ya había dado este man-
dato a todos los seres humanos después del Diluvio
de Noé, y se lo repitió a la nación de Israel en el pac-
to de la Ley (Génesis 9:4; Levítico 17:14). Como re-
conoció el Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra,
“abstenerse de sangre constituye uno de los valo-
res centrales de los testigos de Jehová”.2
Aunque rechazan las transfusiones, los Testigos
no rechazan la asistencia médica; al contrario, to-
man la iniciativa en buscar tratamientos sin sangre
para sus problemas de salud. En los últimos años,
las alternativas no sanguíneas empleadas en testi-
gos de Jehová se han calificado de vanguardistas.
El profesor Bernard Hœrni, quien fue presidente del
Conseil national de l’Ordre des médecins (Consejo
Nacional de la Orden de Médicos de Francia), afir-
mó que la postura de los testigos de Jehová “había
impulsado a los médicos [...] a modificar los protoco-
los de tratamiento para tener en cuenta estos facto-
res personales, al igual que se tienen en cuenta
otros factores personales, orgánicos o psicológicos
de cada paciente”. Añadió: “La decisión de aceptar
o rechazar determinado tratamiento le correspon-
de al paciente, siempre y cuando esté consciente
y lúcido y no exista ningún tipo de coacción exter-
na. [...] He conocido personas con convicciones fir-
mes y respetables que también entienden y respe-
tan la postura y actuaciones de los médicos, que a
veces se encuentran en situaciones de emergencia.
Jamás he sabido de ninguna circunstancia en la que
tales personas hayan supuesto una amenaza para
el orden público”.3
En las últimas décadas, la comunidad médica ha
adquirido una experiencia sobresaliente en el cam-
po de la medicina sin sangre, y los Testigos han
propiciado la redacción de documentos de carácter
científico, ético y legal sobre el tema. En los cen-
tros hospitalarios más prestigiosos de Europa se
les ofrece toda clase de tratamientos médicos y
quirúrgicos, eficaces y económicos, sin tener que
usar sangre. Los beneficios y el ahorro que supo-
nen los tratamientos sin sangre, así como los ries-
gos y las complicaciones que se evitan, son facto-
res que reconocen cada vez más médicos. Como
resultado, tales tratamientos se ofrecen también
a pacientes que no son Testigos como la norma
óptima. Eso ha llevado a que en la actualidad se
disponga de alternativas sin sangre para práctica-
mente cualquier enfermedad o intervención quirúr-
gica.
El Artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Hu-
manos otorga a toda persona el “derecho al respe-
to de su vida privada”. En la causa Testigos de Jeho-
vá de Moscú contra Rusia, el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos declaró que “imponer un trata-
miento médico a un paciente adulto que esté en
pleno uso de sus facultades mentales vulnera su
derecho a la integridad física y los derechos garan-
tizados por el Artículo 8”.4

Respaldo jurídico
Convenio Europeo de Derechos Humanos, Artículo 8: “Toda persona
tiene derecho al respeto de su vida privada”.
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Testigos de Jehová de
Moscú contra Rusia, núm. 302/02 § 136, 10 de junio de 2010:
“Un paciente adulto competente es libre de decidir si se someterá o
no a una operación o tratamiento y, por la misma razón, si aceptará
o no una transfusión de sangre”.
En ese mismo caso, el Tribunal pasó a explicar: “La
libertad de aceptar o rechazar un determinado tra-
tamiento médico, o de escoger uno alternativo, es
indispensable para la defensa de los principios de
autodeterminación y autonomía personal. Un pa-
ciente adulto competente es libre de decidir, por
ejemplo, si se someterá o no a un tratamiento o in-
tervención quirúrgica y, por la misma razón, si acep-
tará o no una transfusión de sangre. Sin embargo,
para que dicha libertad tenga sentido, el paciente
debe tener derecho a tomar decisiones basadas en
sus propios valores y criterios”.4
Y en la causa Hoffmann contra Austria, el Tribunal
declaró que la decisión de una madre testigo de
Jehová de optar por un tratamiento médico sin san-
gre no debió menoscabar en modo alguno su dere-
cho a recibir la custodia de sus hijos.5
Asimismo, el Tribunal de Menores de Lieja (Bél-
gica) afirmó que los testigos de Jehová “conocen
bien las técnicas médicas alternativas a las transfu-
siones de sangre y parecen saber cómo dirigirse
a los servicios médicos competentes en casos de
necesidad”.9
Y el Consejo de Estado de Italia declaró que “el
derecho a la libre elección de tratamiento médico,
no habiendo disposiciones legales que obliguen a
un determinado tratamiento, está garantizado en
los planos constitucional [...] y legislativo. Por lo
tanto, toda negativa a aceptar una transfusión de
sangre es legítima”.10

Muchos tribunales de toda Europa no solo han reco-

nocido que los pacientes tienen derecho al control
de lo que se haga a su cuerpo, sino también que los
tratamientos sin sangre son asequibles y eficaces.
En 2002, en el caso de un paciente que rechazó
una transfusión, el Consejo de Estado de Francia
declaró: “El derecho a dar su consentimiento a un
tratamiento médico es una libertad fundamental de
todo paciente adulto que pueda expresarse por sí
mismo”.6

Asimismo, en un caso sobre un Testigo al que se

le transfundió sangre a la fuerza, el Tribunal Cons-
titucional de España dictaminó que “una asisten-
cia médica coactiva” contra la expresa voluntad del
paciente “constituiría una limitación vulneradora
del derecho fundamental” a la libertad religiosa.7

El Tribunal de Apelaciones de Inglaterra y Gales de-

claró que un paciente “tiene derecho absoluto a
aceptar un tratamiento médico, a rechazarlo o a op- Los beneficios y ventajas
tar por uno diferente”. Y añadió: “El derecho a elegir económicas de los
no se circunscribe a lo que otros puedan considerar tratamientos sin sangre,
juicioso. Dicho derecho existe sin importar que los así como los riesgos
motivos de la decisión sean racionales, irracionales, y las complicaciones que
desconocidos o hasta inexistentes”.8 se evitan, son factores
que reconocen cada vez
más médicos.
Hechos y citas sobre los testigos de Jehová y la asistencia médica
El profesor Anatoly P. Zilber, presidente del Departa-
mento de Cuidados Intensivos y Anestesiología de la
Universidad de Petrozavodsk y del Hospital Republi-
cano de Carelia (Rusia), hizo este elogio de los tes-
tigos de Jehová: “No abusan del alcohol ni fuman
ni actúan con codicia ni incumplen sus promesas
ni dan falso testimonio [...]. En vez de formar una sec-
ta misteriosa, son buenos ciudadanos”. Luego aña-
dió: “Son gente respetable y feliz, que se interesa en
la historia, la literatura, el arte y la vida en todos sus
aspectos”. Después de enumerar los avances que
han impulsado en la cirugía sin sangre, el profesor
dice: “Modificando las palabras de Voltaire, podría-
mos decir que si los testigos de Jehová no existieran,
habría que inventarlos”.11
El doctor J. M. Revuelta, jefe de la Sección de Cirugía
Cardiovascular del Hospital Universitario Marqués de
Valdecilla de Santander (España), afirma: “El éxito
de este programa de cirugía ha sido posible gracias
a [los testigos de Jehová], quienes con mucho esfuer-
zo y empeño han logrado convencernos de que trans-
fundir sangre no siempre es la mejor opción. Les
damos las gracias en nuestro nombre y en el de to-
dos los pacientes que, de manera indirecta, se han
beneficiado”.12
“Debido a los peligros que encierran las transfusio-
nes de sangre, conviene buscar medidas alternati-
vas siempre que sea posible.” (Real Colegio de Ciru-
janos de Inglaterra.)2
“La cirugía sin sangre se ha convertido en un símbolo
de buena práctica médica, y es muy posible que en el
futuro sea el modelo de asistencia aceptado.” (Ame-
rican Journal of Otolaryngology—Head and Neck Me-
dicine and Surgery.)13
A la vista de los resultados de un estudio sociológico,
el profesor y doctor honoris causa Karel Dobbelaere,
miembro de la Academia Real de Bélgica, declaró lo
siguiente en un documento firmado ante notario el
12 de noviembre de 1996 y apostillado por el Minis-
tro de Asuntos Exteriores de Bégica: “Los testigos
de Jehová colaboran estrechamente con el personal
médico y [...] aman a sus hijos. Si se prescribe una
transfusión de sangre, solicitan un tratamiento al-
ternativo por respeto a sus creencias. En muchos
hospitales grandes se han desarrollado técnicas efi-
caces para atenderlos”.14 En Europa ya hay 50 hospi-
tales que han implantado programas especializados
en tratamientos y cirugía sin sangre.
“Una serie de estudios indica [que las transfusiones
de sangre] pueden aumentar el riesgo de muerte en
casi todos los casos de anemia y pérdida masiva de
sangre. Parece ser que el daño no está provocado
por agentes infecciosos presentes en la sangre trans-
fundida, sino por la propia sangre.” (New Scientist.)15
En un estudio a gran escala de 145 unidades de cui-
dados intensivos de toda Europa se confirmó que,
en comparación con los pacientes que optaron por
tratamientos no sanguíneos, la estancia hospitala-
ria de aquellos que recibieron transfusiones era más
larga, y la incidencia de disfunción orgánica y mor-
talidad, significativamente más alta. El estudio, que
también reveló que las transfusiones están asocia-
das a problemas inmunodepresivos, reacciones alér-
gicas y transmisiones infecciosas, recomendó el uso
de técnicas médicas y quirúrgicas sin sangre.16
Referencias
1. SOFRES. Sociological Survey of Jehovah’s Witnesses in
France (Estudio Sociológico de los testigos de Jehová de
Francia), octubre de 1998.
2. Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra. Code of Prac-
tice for the Surgical Management of Jehovah’s Witnes-
ses (Procedimiento para intervenciones quirúrgicas en
testigos de Jehová), 2002, párr. 2.
3. Profesor Bernard Hœrni, ex presidente del Consejo Na-
cional de la Orden de Médicos de Francia. Declaración
del 31 de enero de 2007.
4. Testigos de Jehová de Mosc ú contra Rusia, núm.
302/02, párrs. 135, 136, 10 de junio de 2010.
5. Hoffmann contra Austria, 23 de junio de 1993, Serie A
núm. 255-C.
6. Recurso de las Sras. Valérie e Isabelle Feuillatey ante el
Consejo de Estado de Francia. Núm. 249552 (2002 CE
del 16 de agosto), pág. 1.
7. Sentencia del TCE núm. 166/96 (28 de octubre
de 1996), sec. 2, párr. 2, sobre recurso de amparo de
Miguel Ángel Molina Amezquita ante el Tribunal Cons-
titucional de España, núm. 3164/94 (4 de noviembre
de 1996), pág. 6.
8. In re T (Rechazo de tratamiento por parte de un adulto)
(1992) 3 WLR 782 at 786 (Tribunal de Apelaciones de
Inglaterra y Gales, 6 de noviembre de 1992).
9. Tribunal de Menores de Lieja, A.J N°265,
RRQJN°66/93 58219 FAM, pág. 3.
10. Congregación Cristiana de los Testigos de Jehová. Reco-
nocimiento como persona jurídica y autorización para
aceptar donaciones. Consejo de Estado de Italia, Pri-
mer Departamento, sección núm. 1390/86 (30 de julio
de 1986) págs. 14, 15.
11. Anatoly P. Zilber. Bleeding and Haemotransfusion, Prin-
ciples and Methods of Bloodless Surgery, Petrozavodsk,
1999, págs. 71, 74, 75.
12. Doctor J. M. Revuelta, jefe de la Sección de Cirugía Car-
diovascular del Hospital Universitario Marqués de Val-
decilla (Santander, España). Carta del 23 de noviembre
de 2007.
13. O. A. Adelola, I. Ahmed, J. E. Fenton. Operaciones de
otorrinolaringología, cabeza y cuello en testigos de Jeho-
vá. American Journal of Otolaryngology—Head and Neck
Medicine and Surgery 2008; 29: 270-278 at 275.
14. Profesor y doctor honoris causa Karel Dobbelaere. Carta
notarizada del 12 de noviembre de 1996.
15. Editorial. An Act of Faith in the Operating Room. New
Scientist 2008; abril 26: 5.
16. J. L. Vincent et al. Anemia and Blood Transfusion in Criti-
cally Ill Patients. JAMA 2002; 288(12): 1499-1507.
pik-S Eu (Núm. 7) 4/15