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DTRTOHO ROMANO

TOMO II

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LIBRO IV
DERECHO DE OBLIGACIONES

CAPITTILO I
NOCIONES GENERALES

1. Introducción
2. Etimología
3. Concepto de obligación
4, Nociones históricas
5. Obligación y acción procesal
6. Responsabilidad del deudor
7. Contenido de la obligación
8. Fuentes de la obligación

CAPITULO il
CONTRATOS

1. Introducción
2. Estipulación
3. Otros tipos de estipula'ción
3.1 Novación
3.2 Plures rei stipulandi vel promittendi
3.3 Adstipulatio
3.4 Adpromissio
3.4. 1 Sponsio
3.4.2 FidePromissio
3.4.3 Fideiussio
4. Contrato litteris
5. Contra,tos reales
5.1 Introducción
5.2 Mutuo
5.3 Comodato
5.4 Depósito y Prenda
6. Contratos,consensuales
6.1 Compraventa
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6.2 Arrendamiento
6.3 Sociedad
6.4 Mandato
7. Pactos pretorios
7.L Juramento
7.2 Constitutum
7.3 Receptum argentarii
7.4 Receptum nautarum
7 .5 Receptum arbitrii
8. Donación
L Intercesión

CAPITULO M
CUASI CONTRATOS
1. Enriquecimiento sin causa
2. Gestión de negocios

CAPITULO ru
DELITOS

1. Introducción
2. Furtum
3. Damnum iniuria datum
4. fniuria
5. Violencia
6. Dolo

CAPITULO V
DXTINCION DE LAS OBLIGACIONES
1. Introducción
2. Pago
3. Solutio per aes et libram
4. Acceptilatio
5. Novación
6. Confusión
7. Pactum de non peterdo
8. Compensación
9. Prescripción

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DERECHO ROMANO

CAPITULO I

NOCIONES GENENALES

1. INTRODUCCION

El derecho romano de obligaciones ha despertado siempre


singular admiración y ha influído más en el derecho moderno
quá cualquiera otra parte del derecho romano. El jurista alemán,
Otto Gierke, se expresaba así:
"La victoria dei derecho romano fue más completa en
elámbito del derecho de obligaciones que en cualquiera otra.
Indudablemente, este derecho constituye la más perfecta
creación del geirio jurídico de Roma, aplicable al comereio
mundial y desarrollado lógicamente hasta sus más sutiles
consecuencias, meta ésta que en derecho germánico difícil-
mente hubiera sido alcanzada. Ofrece este derecho, aparte
lo dieho, un carácter universal, no se pliega servilmente a
las condiciones especiales de la vida económica y social de
Roma, como se pliegan otras partes del derecho romano.
Así, pues, el derecho de obligaciones ocupa eI trono de la
jurisprudencia y ha mantenido su poder hasta el presente".

Examinemos con más precisión la verdad de este elogio en-


tusiasta:

Es cierto que los romanos fueron los primeros en estudiar


a fondo las obligaciones, cuyos problemas son admirablemente
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LUCRECIO JARAMILLO VELEZ
planteados y discutidos. En cuanto a los detalles, debemos llamar
la atención sobre indudables aciertos, tales como los contratos
consensuaies, las acciones para repetir el enriquecimiento injus-
to, la actio injuriarum y la actio de dolo, tendientes a reprimir
toda clase de violencias y de fraudes. El principilo "pacta sunt
servanda", fue inflexiblemente mantenido y la "bona fides" de-
sempeñó un papel preponderante. Pero, aI lado de esos aciertos,
hay también sombras: la stipulatio, que es el centro del régi-
men contractual romano, adolece de indudable arcaismo y los
juristas no aeertaron a remplazarla por un contrato eseritó. La
compraventa tiene un régimen inútilmente complicado, sobre
todo en lo que se refiere a Ia garantía del vendedor por los vi-
e_ios de la cosa. Ni la sociedad ni los arrendamientos de obra y
de servicios tuvieron el desenvolvimiento deseable. La repugnan-
cia del derecho romano hacia la cesión de créditos hizo-qul los
juristas adoptaran métodos sustitutivos artificiosos e inútiles. Y
la lista podría continuarse.
2. ETIMOLOGIA

La palabra obligare significa atar. En el lenguaje jurídico


tien-e dos acepciones: obligare rerjl = atar una éosá, iignifica
darla en garantía, prenda o hipoteca. Obligare personam quiere
decir-imponer un deber a una persona. EI-subJtantivo obligatio
es más moderno que el verbo obligare. En la époea clásica óbli-
gatio se usa también con relación a cosas y a personas. En ade-
larlte nos ocuparemos solamente de la obligatio personae y de
obligare personam.

3. CONCEPTO DE OBLIGACION

La _obligación es una relación jurídica entre dos personas


que implicl para una de ellas (=el deudor) eI deber de-cumplir
determinada prestación en favor de otra persona (=eI acreedór),
para 1o cual el deudor responde con su cuerpo o con su patri-
monio.
Los elementos de la obligación son, por lo tanto, dos: el
débito y la responsabilidad. Débito o sea aquéllo que el deudor
debe cumplir en favor del acreedor. Respónsabilidad o sea la

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DERECHO ROMANO

sujeción a las consecuencias que se le sigan -al.-deudor, si no


cumple. Según el derecho arcáico, 1a responsabilidad es perso-
rrá1, el deridor insolvente es adjudicado- al acreedor V - nle1de
^

zu libertad. con la evolución del derecho, Ia responsabilidad lle-


g" ,", patrimonial: el patrimonio del deudor, llegado el caso,
"
es vendido en pública subasta.
En derecho moderno y también en derecho romano clásico,
Ios dos elementos de la o6[gación, o sea el débito y,la respon-
,"bilid"d, forman, por ministerio de la ley, una unidad tan in-
disoluble'que ni aún los mismos juristas piensan que haya po-
dido ser dá otra manera. Pero no siempre ha sido así'
Concepto clástco de obligación

Los juristas clásicos nunca definieron la obligación. Las de-


finiciones que encontramos en las fuentes (D. 44,7, 3, y Inst'
just.
' 3, 13) son de origen postclásico.
El concepto clásiáo di obligación es un eoncepto limitado
d ius livile. 3i una persona está vinculada por el derecho pre-
toriano a hacer algo en favor de otra, esa relación no se expre-
;.;; las palabral ob[gatio ni obligare, sino con los términos
debere o actione teneri, etc.
-- Solamente los deberes jurídicos susceptibles de- una aetio
in pe"sorram pueden denominarse obligationes. Los deberes ju-
qr.r" r" hacen efectivos mediante otras acciones (extraor-
dinaria óognitio, actio in rem), nunca se llamaron obligaciones ni
"ldi.or
de ellos se dice obligare.
Conceplo y def inlciones postclásicas

En el campo de las obügaciones,_ como- en tantos otros,jus el


d".".há postclásico inicia urri lrbor de unificación entre el
.i"il"-*""uraá"r"cho pretorio y de simplificación de- conceptos. De
" "i sellaman también obligátiones aquellos deberes ju'
".t"
,idi.or que tienen su fuente en el derecho -pretoriano. Por otray
ñ1t dur"p""""ida hubola dualidad del p_rocedimiento ordinario
á*t"alrdinJrio, no ya dificultJd en llamar obligación a
-vincula
ñ;;;ñ j*iai"o que se a una persona para hacer algo
en favor de otra.
De esta época son las famosas definiciones:
59
LUCRECIO JARAMILLO VELEZ
I. obligatio est juris vinculum, quo necessitate adstringimur
alicujus solvendae rei secundum nostrae civitatis jura. (Just.
Institutiones 3, 13).
La obligación es un vínculo de derecho por el cual somos
constreñidos a pagar algo, según el derecho de nuestra
ciudad.
II' obligationum substantia non in eo consistit, ut aliquod cor-
pus nostrum, vel sérvitutem nostram faciat, sed ut alium
nobis adstringat ad dandum aliquid ver facieídum vel prrár-
tandum. (D. 44, 7, 3).
La substancia de las obligaciones no consiste en hacer nués-
tro algún cuerpo o alguna servidumbre, sino en poder eons-
treñir a otro a^ que dé, haga o preste algo.
La primera definición insisle en el elem"-rrto
la segunda en el elemento débito. ""rponsabilidad,
4. NOCIONES HISTONICAS

. El coneepto- clásico- de obligación, fue una creación progre-


siva, precedida de una larga evolueión.
a. Obligatio ex delic{o.
Las raíces históricas de esta evolución se encuentran en Ia
responsabilidad personal, 9 sea, en la sujeción de una persona
al po.der de aprehensión de otra, poder óoncedido pa.a ciertos
propósitos. (1) El caso más primtivo de aprehensión, estaba co-
(1) La-a,prehensión de la persona del deudor, estaba generalmente li-
gada a fo.nas rituales. La manus injectiá, ;"';;;; formal
poner Ia mano soble el deudor, g".to qrr" "r;i¡.-."árpañado de de
una fórmula oral. Muv pronto esté acto iue r;p";;i;;á" pá" r."
tribun¿rles: debia verificárse ante un magistr.á;';;;;
ría su confirmación, la cuar soramente -.e d"Éu ;;"d; yerreque_ dere-
cho del acreedor f,era indiscutible, lo cuai ."."ár, siguien-
tes casos: a) cuando el derecho a la aprehensión "i-Ioshabía sido re:
conocido en una sente¡rcia después de ui juicio-lljai; -b)
el deudor confesaba el derecho del acreedár, "rrurrdo
oi
cuando l.a situación en la cual el dere,cho ,á ""t"-?i-i"iuorrrt;
¡".áu. áia notoria,
corno en el caso del fur manifestus. (ladrón cogido i;_ihá;;ii
y también en el caso-de responsabiud;d -
u"io" p"" ,",
"""ia.-ñ*
et libram. En este último caso, Ia notoriedad re aua""i.'de los
testigos y no se necesitaba ni citación ante er tribunal ni sentencia.
60
DERECHO ROMANO
nectado con el castigo de un deiito, o sea, de un acto dañino, come-
tido por una persona en perjuicio de otra. Entonces existía la
regla de que una persona que hubiera causado a otra un daño,
estaba sometida a la venganza de la víetima del daño. La vícti-
ma tenía el derecho de aprehensión del cuerpo del autor del
daño. Era un derecho absoluto originado e, él acto dañino, y
su contenido era el poder tomar venganza. La meta de la ven-
ganza era probablemente la muerte del autor del daño.
Sin embargo, estas duras consecuencias no podían durar
siempre.
En primer lugar, el derecho de la víctima para dar muer-
te al autor del daño, fue mitigado, y, en ciertos casos, como
eI de graves lesiones corporales, el castigo debía consistir en
eausar un daño igual al que había sido causado (es la ley
del talión, que se expresa por los siguientes ejemplos: ojo por
ojo y diente por diente, etc).
En segundo lugar, eI derecho a la venganza se hizo redi-
mible. La víctima podía abandonar su derecho a la venganza,
aceptando una composición ,en dinero, ofrecida por el autor
del daño o sus familiares. Al principio, esta composición se de.
jaba al arbitrio de la víctima, pero más tarde, eI Estado, miran-
do al bien de la comunidad, hizo estos arreglos obligatorios. Tal
es el derecho que se refleja en las Doce Tablas, en las cuales se
fijan tarifas precisas para varios tipos de daños. La institución
de la composición legal, significa que el deudor no puede ser
sometido inmediatamente a la ejecución personal por parte del
acreedor. Por causa del delito, el autor del daño debe una suma
de dinero, y solamente en caso de incumplimiento, se llegaba a
la ejecución personal. En este punto nace la obligación por causa
de un delito. La obligación es a la vez deuda y responsabilidad.
Ahora bien, aquí tenemos la deuda, que tiene como fuente el
delito cometido, y por objeto, una suma de dinero. Y tenemos
también la responsabilidad, esto es la sujeción a la acción ejecu-
tiva, en caso de falta de pago. Antes de la composieión legal, no
podía haber obligación por causa de un delito. En efecto, en el
tiempo de la venganza privada, había simplemente una situa-
ción de responsabilidad, pero no de obligación, porque faltaba
el elemento del débito. En tiempo de la composición voluntaria,
puesto que ésta era facultativa, tampoco había obligación, sino

61
LUCRECTO JARAMILLO VBLE'Z

simplemente un régimen de venganza privada, mitigado por ini-


eiativa privada.
b. Obli¡¡atio ex coatraclu.

Ahora bien, la posibilidad de redención que acabamos de


ver a propósito de los delitos, también podía ser creada artifi-
cialmente por medio de negocios que dieran lugar a la respon-
sabilidad. hsto sucedía cuando alguien estaba obligado a una
cierta prestación. Entonces el deudor se sujetaba él mismo al
poder de aprehensión de la persona que debía recibir la-presta-
óió.r. En cónsecuencia, si la prestación se verificaba, el poder
de aprehensión desaparecía, era redimido. Por el contrario, - si
Ia prlstación no se verificaba, la rmponsabilidad personal qodía
sei propuesta ante el tribunal, como en el easo de los delitos.
El cóncepto de obligatio, en el eual se expresa un vínculo (ligare,
quiere decir encadenar), se deriva probablemente de casos de
responsabilidad constituídos por convenios. En el derecho ro-
mano primitivo, sólo conocemos unos pocos de estos convenios:
la sponsio-stipulatio, como una promesa unilateral de prestación;
el nexum, para verificar un préstamo de dinero; el legado per
damnationem, etc.
5. OBLIGACION Y ACCION PROCESAL

El acreedor podía reclamar la efeetividad de su derecho de


obligaiión ejercitando una aceión procesal contra el deudor.
Ahora bien, obligación y aceión procesal eran para los romanos
términos de igual significado y eI contenido posible de una obli-
gaeión se resolvía, para ellos, en el problema del contenido po-
sible de la Iórmula procesal, es decir, de lo que podía ser mate-
ria de proceso.
Defe¡¡a ¡»ivada.

Sólo exeepcionalmente podía el acreedor actuar privadamen-


te para obtener satisfacción de su crédito. Por ejemplo, el arren-
daáor podía recuperar por sí'mismo Ia cosa arrendada, ya que
el arrendatario no era poseedor. Aparte de éste y de otros poeos
62
DENECHO ROMANO

casos,la defensa privada fue prohibida por el emperador Marco


Aurelio y el usar de ella irnplicaba la pérdida del derecho del
acreedor. Este solamente podía ejercitar la acción legal corres-
pondiente y, si el deudor era condenado, ejecutarlo en su per-
sona y en su patrimonio.

Juicios de derecho estriclo y iuicios de buena fe

Con respecto al contenido de cada derecho de obligación,


tenía gran importancia el mayor o menor grado de arbitrio que
tenía el juez para determinar la prestación que debía realizar
el demandado. Desde este punto de vista, dentro de las aeciones
civiles, hay que distinguir dos grandes grupos, cuya interna opo-
sición tuvo una extraordinaria importancia en la evolución del
derecho de obligaciones romano. Estos grupos son el de los ju-
dicia stricta y el de los judicia bonae fidei.
a. En los judicia stricta el juez no tenía otra función que
la de decidir si la obligación existía jurídicamente, tal como era
descrita en la fórmula, o no.
b. En los judicia bonae fidei, el libre arbitrio del juez era
ampliado por un aditamento puesto en la fórmula. En este adi-
tamento se ordenaba al juez que determinara la prestación que
el demandado debía realizar, según las exigencias de la buena
fe. Por lo tanto, el juez no debía concretarse a examinar escue-
tamente la cuestión a la luz del derecho estricto, sino que debía
investigar las características del easo. Entre otras cosas debía
examinar lo que los usos y la buena fe exigían en el caso
concreto; debía apreciar de ofieio los heehos que podían in-
fluír sobre el nacimiento o existencia de la obligación, como
por ejemplo, el dolo de una de las partes en perjuicio de la otra
o Ia coacción ejercida sobre el deudor, o la compensación de
créditos, etc.
Al principio el juez sólo contaba con su sentido de la equi-
dad para resolver todas estas cuestiones. Pero, en la época clá-
sica, Ios juristas, en sus escritos y en sus respuestas, fueron dando
expresión cada vez más viva y definida, a 1o que en eada caso
era exigible según la buena fe.

63
LUCRECIO JARAMILLO VELE,7,
6. EXTENSION DE LA RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR

Según el derecho antiguo, el deudor respondía del cumpli-


miento de sus obligaciones, en primer lugar, con su persona. Si
no podía satisfacer al acreedor la cantidad debida y a la cual
había sido condenado, su suerte era la de ser vendido como
esclavo, y quizá la muerte. Desde Ia lex Petelia Papiria (año
326 antes de Cristo), eüB suavizó algo este rigor, le aguardaba
la esclavitud.
Hacia fines de la república, la ejeeución personal comen-
zó a ceder ante Ia ejecución patrimonial, la cual tenía un carác-
ter general, que alcanzaba a todo el patrimonio. La ejecución
personal, sin embargo, siguió practicándose y sóIo en algunos
casos, determinados taxativamente en el edicto del pretor, la le-
gislación imperial limitaba la responsabilidad del deudor sola-
mente a sr¡s bienes.
tos más importantes de estos casos son los siguientes:
ls Ei hijo sometido a la patria potestad podía ser deudor y
podía ser demandado, pero, a eausa de la patria potestad, no se
le podía ejecutar en su persona.
29 En aigunos casos, la ejecución en la persona pareció ex-
cesivamente dura y la responsabilidad del deudor se limitaba
a la cuantía de su patrimonio; el juez, entonces, solamente po-
día condenar al deudor hasta eI mcnto de esa cuantía, o, como
decían los juristas, "in id quod debitor facere potest". Mencio-
nemos los siguientes casos:
a. Un socio, en el tipo de sociedad llamada de todos los
bienes, solamente podía ser condenado en tra cuantía de su pa-
trimonio, a tenor de una cláusula del edicto.
b. Un hijo sometido a patria potestad y que debía algo
por causa de un contrato, y más tarde llegaba a ser sui juris
(por emancipación o por muerle del padre), solamente podía
ser condenado en la cuantía de su patrimonio.
c. La persona que había prometido una donación, solamen-
te era responsable en la cuantía de su patrimonio.

64
DERECHO ROMANO

En derecho justinianeo, eI deudor, en estos mismos casos


y en algunos otros, podía además, retener una parte de su patri-
monio para atender con ella a su subsistencia. Los juristas del
siglo XVI, llamaron este beneficio "beneficio de competencia".
(en latín medieval, competencia significaba suficiencia de me-
dios para vivir).

Obligaclones nalurales.

Como vimos, en el derecho clásico romano existía una ínti-


ma conexión entre la obligaeión y la posibilidad de su efectivi-
dad judicial: obligaeión y acción procesal eran conceptos equi-
valentes. Sin embargo, los mismos juristas clásicos reconocier,on
la existencia de algunos casos de obligaciones, cuya efectividad
no se podía pedir judicialmente: son las llamadas obligacipnes
naturales, cuya característica precisamente es Ia de faltarles la
tutela jurídica o acción.
Parece que los juristas clásicos solamente aplicaron el con-
cepto de la obligación natural a los vínculos obligacionales con-
traídos por esclavos o por personas sujetas a la potestad del pa-
ter familias. Veamos el primer caso: un esclavo era incapaz
de ser deudor no solamente frente a su amo, sino también con
ielación a una tercera persona. Si un esclavo prometía algo a
alguien, el pretor concedía al acreedor una acción de peculio
contra el dueño del esclavo. Esa acción estaba corporificada en
una fórmula ficticia, en la cual el pretor autorizaba al juez para
investigar si el esclavo, en el supuesto de ser libre, hubiera
quedado obligado. En caso afirmativo, el juez debía condenar
al amo por el importe del peculio del esclavo. La obligación
del esclavo es el caso más importante de las obligaciones natu-
rales, aunque no es eI único; casos similares se presentaban con
relación a los hijos de familia.
En derecho post clásico, ya bajo distintas circunstancias pro-
cesales, se aplica el concepto de la obligación natural a todos
los casos en que, aún no existiendo la acción procesal, uña vez
realizada la obligación, ésta no podía revocarse. Con esta últi-
ma significación es como pasa el concepto de obligación natural
al derecho moderno.
65
LUCRECIO JARAMILLO VELF'Z
7. CONTENIDO DE LA OBLIGACION
Contenido de la obligación es Ia prestación que el deudor
debe cumpür en favor del acreedor, bajo el presupuesto que el
deudor resporide con su persona (en derecho más antiguo), o
con sus bienes (en el derecho más reciente), en caso de incum-
plimiento.

La prestación.

Prestación es el acto que el deudor debe efectuar en favor


del aereedor para cumplir la obligación. Este acto puede ser urt
acto positivo o un acto negativo u omisión. Cuando el acto es
positivo, puede consistir en un dar o en un hacer. Dar es la
transmisión de un derecho real. Haeer es cualquier otra presta-
ción positiva, como llevar a cabo cualquier trabajo. Las fuentes
romanas, además del dar y del hacer, hablan de praestare, cuyo
significado es bastante obscuro. Praestare es una expresión ge-
neral que comprende toda prestación, pero más particular-
mente la constitución de una caución o la responsabilidad por
daños. Todas las omisiones eran comprendidas dentro del tér-
mino general de no haeer, por ejemplo: no revelar un secreto
industrial, no construír en determinados predios, no levantar
la pared medianera más allá de cierta altura.
Para que la obligación sea válida, la prestación debe llenar
los requisitos siguientes: posibilidad física y jurídica, ljc-itud,
determinación o al menos determinabilidad y ser susceptible de
una evaluación pecuniaria.
a) La imposibilidad física se presenta cuando la prestación
consiste en una cosa que nunca ha tenido existeneia o ha cesado
de tenerla, o no puede tenerla, o cuando la actividad requerida
es tal que ningún hombre podría cumplirla. La imposibilidad
jurídica se presenta cuando se debería entregar una eosa que no
puede. estar en eI dominio de nadie, o está ya bajo el dominio
del acreedor.
b) La ilicitud se presenta cuando el acto que eI deudor
debería cumplir está prohibido por el derecho o es contrario a

66
DERECHO ROMANO

las reglas de la moral social. La consecuencia en este caso es


la nulidad de la obligación.
c) La determinación significa que el objeto de la obli-
gación debe ser, desde el momento de la constitución de la obli-
gación, individualizado en su identidad (si se trata de cuerpo
cierto) o en su cantidad y calidad (si se trata de una cosa fun-
gible). Determinabilidad, significa que en el acto constitutivo
de la relación jurídica, se dicten criterios para una ulterior de-
terminación. La falta absoluta de determinación con base en cri-
terios ciertos es también causa de nulidad.
d) Evaluación en dinero significa que Ia prestación debe
tener un valor que puede reducirse a dinero, lo cual permite,
en los casos de incumplimiento, substituír a la prestación in-
cumplida su equivalente pecuniario.

ObligacioneE ahernativas.

Obligación alternativa es aquélla en la cual el deudor debe


curnplir una entre varias prestaciones previstas en ei título
consiitutivo como igualmente posibles, pero concebidas en rela-
ción de recíproca exclusión, de tal manera que el cumplimiento
de una de ellas tiene efecto liberatorio. Por consiguiente, la obli-
gación alternativa está destinada a concentrarse en un objeto
único para ser cumplida.
La obligación alternativa puede derivarse de un contrato,
(ejemplo: ¿prometes dar el esclavo A o el esclavo B?); de un
testamlnto (ejemplo: que mi heredero entregue a Ticio el fun-
do Corneliano o diez mil sestercios). También puede derivarse
del derecho objetivo, como por ejemplo, en el caso de rescisión
de la venta por causa de lesión, Justiniano decide que el com-
prador puede escoger entre restituír la cosa o pagar el suple-
mento del precio.
La concentración de la obligación alternativa depende:
a. De la escogencia, hecha por una de las partes o por un
tercero. segírn estó estipulado en el título constitutivo de la obli-
67
LUCRECIO JARAMILLO VELEZ

gación. si nada se ha estipulado, la escogencia corresponde al


deudor.
b. De un eonvenio entre las partes por medio del cual
se hace remisión al deudor de todas las prestaciones menos una.
c. De la imposibilidad de una de las prestaciones, si la es-
cogencia pertenece al deudor. Por el contrario, si la escogencia
puit"rr".u aI acreedor, v el deudor es responsable de la imposi-
bihd"d, el acreedor puede escoger entre 1a cosa'existente y el
valor de la cosa que ha perecido.
La concentración por efecto de la imposibilidad precluye
en dos hipótesis: a) si una de las dos cosas pergce sin culpa
del deudoi, eü€ tiene el derecho de escoger, el deudor puede
liberarse tam-bién pagando el valor de la cosa que ha perecido;
b) si una cosa perece por culpa del deudor y otra perece sin
su culpa, el deudor, aún teniendo el derecho de escogencia, no
queda liberado, sino que debe pagar el valor de la segunda.
Obligación f asultativa.

De la obligación alternativa se distingue la obligación sim-


ple, pero con fácultad alternativa de pago_ (obligación facultati-
ia):- la cosa debida es una, pero el deudor puede librarse pa-
gando una cosa distinta.
Obligaclones genéricas.

Obligación genérica es aquélla que tiene por objeto una cosa


determináda, no individualmente, sino en su cantidad y en su
pertenencia a determinada categoría económico-social. El ob-
jeto de ella puede ser determinado según varios criterios que
comportan una clasificación siempre más restrictiva: de la mera
indióación del género y de la cantidad puede pasarse a la indi-
cación de |a y aún a agregar indicaciones restringidísi-
mas. (ejemplo:"alidad,
i,prometes dar cien modios de trigo?,¿prometes
dar cienmoáios de trigo de Campania de óptima calidad? ¿prome-
tes dar cien modios de trigo provenientes del fundo Corneliano?).
El deudor de cosa genérica difícilmente puede librarse in-
vocando la imposibilidad de la prestación acaecida por caso for-
tttito. Genus .ron perit (los géneros no pereeen). afirma un co-
68
1)¡illECII0 R(ri14AN()

Docrdt; aforismo, el cual debe en[enclerse con cliscreción: cuando


el. género está delimitado restrictivamente, puede suceder que
perezcan todos los individuos que lo componen.

B. FUENTES DE LAS OBLIGACIONES "

Fuente o, como dicen los romanos, causa de la obligación,


es el hecho que la hace surgir.
Los textos romanos eontienen varias clasificaciones de las
fuentes de'las obligaciones.
a. Las Institirciones de Gayo, traen una clasificación bipar'
tita aparentemente exhaustiva. Dice Gayo:
"Toda obligación nace o de un contrato o de un delitd".
La distinción (que parece remontarse a la jurisprudencia
republicana), clasifica las obligaciones en dos grandes clases.
Sin embargo, la clasificación es deficiente. Basta, por ejemplo,
pensar en ciertas obligaciones nacidas de un testamento que
esun acto jurídico, pero no un contrato.
b. Las Res cottidianae (obrita atribuída a Gayo), traen
una clasificación tripartita:
"Las obligaciones nacen, o de un contrato, o de un delito,
o de diversas figuras". (diversis causarum figuris) '
De las "div-ersas figuras", se traen los siguientes ejemplos:
la gestión de negocios, la tutela, el legado per damnationem, eI
paso de lo no debido, la comunidad, etc.
' La tripartición conlleva el reconocimiento de que la biparti-
ción es inzuficiente; pero ella misma no eS exhaustiva: reconoce
á"", "4"*ás del conirato y _del delito, hay otras fuentes de las
obligaciones, pero no trata de sistematizarlas.
-.. Las'institueiones de Justiniano, traen una clasificación
- - ,ilas
cuatripartita.
obligaciones nacen, o bien del contrato, o del cuasi-
contrato, o bien del delito o del cuasidelito".
La clasificación en cuatro, no es más que un desarrollo de
la clasificación en tres: cuasicontratos son las figuras que se ase-
mejan a los contratos; cu,asidelitos_ son las figuras que se acercan
u iár ¿"Utos. Pero esia clasificación no llegá a ningún resultado
69
LUCRECIO JARAMILLO VELEZ

apreciable: cuasicontrato y cuasidelito son meras apariencias


conceptuales, que esconden, bajo un nombre nuevo, la misma au-
sencia de ideas constructivas, relievada a propósito de Ia "varias
figuras" de Ia clasificación tripartita.
d. No obstante la definición de las Instituciones, el dere-
recho justinianeo habla, en algún texto, de una nueva fuente de
las obligaciones, la ley. La enumeración de cinco fuentes de las
obligaciones llega a ser, después de la codificaeión de Justiniano
y por la autoridad de ella, tradicional en los estudios jurídicos,
hasta nuestro tiempo.

Coucepto de cada una de las fuenles.

Contrato es, según el concepto clásico, un acuerdo de vo-


voluntades, que produce obligaciones y está garantizado por una
acción.
Delito es el acto ilícito, del cual surge la obligaeión de pagar
una suma de ünero, a título de pena privada.
Cuasicontratos son ciertas instituciones que, aunque veci-
nas a ciertas figuras contractuales, no tienen naturaleza contrac-
tual, porque no presuponen un acuerdo entre las partes. Ejemplo
típico es la gestión de negocios, que se presenta cuando alguien
gestiona negocios ajenos, sin haber recibido mandato, es decir, sin
previo acuerdo con el dueño del negocio. La gestión de negocios
está cerca del mandato, pero difiere de é1, porque en el mandato
es neiesario un acuerdo entre mandante y mandatario.
Cuasidelitos son figuras eercanas a los delitos, porque con-
llevan el pago de una suma de dinero, a título de pena privada;
pero se diferencian de los delitos, porque no presuponen nece-
sariamente un conteñido reprobable del que está obligado a
pagar la pena. Esto quiere decir que puede haber responsabili-
dad sin culpa, lo que es imposible en el caso de Ios delitos.
Los cuasicontratos y los cuasidelitos, tienen un significado his-
tórico notable: muchos elementos de sus respectivas estructuras
han sido sacados, por analogía, del régimen de las instituciones co-
rrespondientes, contratos o delitos, pero ésto no significa que
ningún jurista romano les haya atribuído nunca la naturaleza
de un contrato o de un delito.

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