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'CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO

CFLAM-

Colección V C E N T E N A R I O

testigos
e ía
meva
\vangeüzación
ANTONIO GONZÁLEZ DORADO S.J.
P. ANTONIO GONZÁLEZ DORADO S.J.

Testigos
de la nueva
Evangelizarían

— Profesor del Instituto de Teología


de la Universidad Católica de Asunción (Paraguay)

— Consultor del Equipo de Reflexión


Teológico- Pastoral del CELAM.

Bogotá - Colombia
Enero 1988
NOTA PRELIMINAR

En el anterior período de actividades del CELAM se


dio comienzo a la Colección Quinto Centenario que
pretende motivar y preparar la celebración de los 500
años del inicio de la evangelización en América. Con
esta Colección el CELAM se hacía eco del mensaje
del Santo Padre Juan Pablo II el 12 de octubre de
1984 cuando al inaugurar solemnemente el Novena-
rio de años previo a la celebración del Quinto Cente-
nario pedía que siguiéramos tras las huellas de los
evangelizadores y descubriéramos el carácter provi-
dencial de la llegada de la cruz salvadora a este Conti-
nente de la Esperanza.

La Colección alcanzó en el período anterior a prepa-


rar sus primeros 15 libros, algunos de los cuales que-
daron en prensa y ya han sido debidamente publica-
dos. Ahora el Secretariado General continúa la labor
emprendida y espera intensificar y enriquecer la te-
© Consejo Episcopal Latinoamericano — CELAM mática que está abierta a los más importantes asun-
Calle 78 No. 10-71 - A.A. 51086 - TEL. 235 7044 tos relacionados con el fenómeno pastoral de la
ISBN 958-625-020-2 Edición completa evangelización, y de la nueva evangelización de Amé-
ISBN 958-625-091-1 Volumen 16 rica Latina, de acuerdo con la Recomendación 4
Primera edición — 2.000 ejemplares de la XX Asamblea Ordinaria del CELAM reunida en
Bogotá, 1988
Impreso en Colombia - Printed in Colombia San José de Costa Rica del 11 al 15 de marzo de
1985, y que dice así:
"Que el CELAM apoye y propicie estudios sobre el problemática actual de la ministerialidad de los
aporte de la Iglesia en el proceso de evangelización laicos de cara al tercer milenio del cristianismo en la
y promoción integral de los pueblos de América; óptica del próximo Sínodo Ordinario, con un espe-
con el visto bueno de la respectiva Conferencia y cial acento en el liderazgo ministerial de los evangeli-
privilegiando aquellos estudios que se refieren a la zadores populares, y como un lógico colofón, el as-
Conquista y a la Colonia; así como a la época post- pecto de los que se están formando para servir a la
conciliar".
Iglesia dentro de la dinámica de una pastoral vocacio-
nal adecuada a la civilización urbano-industrial y a la
La Colección Quinto Centenario necesita el apoyo "adveniente" cultura de América Latina.
de las Conferencias Episcopales y de los hermanos
Obispos para poder crecer en calidad y cantidad. El CELAM agradece al Padre González Dorado S.J.
El Secretariado General del CELAM espera que de el haber cedido a la Colección Quinto Centenario sus
todas las Iglesias particulares de América Latina, los interesantes trabajos, los cuales ciertamente ayudarán
pastores envíen trabajos propios o de sus historiado- para una reflexión más profunda sobre los principales
res, teólogos, pastoralistas, catequetas, etc. que ayu- testigos de nuestra evangelización.
den a profundizar con una visión eclesial, los orí-
genes de nuestro acercamiento a la fc y los caminos Que la Virgen Madre, Nuestra Señora de América, la
de la nueva evangelización; trabajos que deben tener Estrella de la Evangelización bendiga este deseo de
el sello de fidelidad al Evangelio y espíritu de valo- la Iglesia de América Latina y del CELAM, de com-
ración de nuestra experiencia religiosa que está en la
partir "desde su pobreza", el don de la fe.
base de la cultura latinoamericana (DP 412).

El presente volumen escrito por el Reverendo Padre Mons. ÓSCAR ANDRÉS RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
Antonio González Dorado S.J., Consultor del Equipo Obispo Auxiliar de Tegucigalpa, Honduras
de Reflexión Teológico-Pastoral del CELAM recoge Secretario General del CELAM
una temática vital para el concepto de nueva evange-
lización y es la de los principales agentes pastorales.
En las páginas del Padre González Dorado se
encontrará la espiritualidad de los presbíteros lati-
noamericanos desde la perspectiva de la Carta a los
Hebreos; el compromiso evangelizador de los religio-
sos en nuestros cinco siglos de historia de la fe; la
PRESENTACIÓN

Dos fechas se abren simbólicamente en los próximos


años para América Latina: 1992 y 2000. La primera
nos recuerda el comienzo de la Evangelización en el
continente hace quinientos años. La segunda inaugura
el tercer milenio del Cristianismo en el mundo.

En realidad, en nuestra época, hemos superado el sen-


tido mágico con el que el hombre medieval marcaba el
calendario. Pero las.fechas siguen manteniendo un
sentido de acontecimiento en orden a evaluar el pasa-
do, a concientizar los problemas del presente y a pro-
fundizar un compromiso salvífico de cara al futuro.

Ambas fechas nos estimulan a enfrentar una vez más


la grave situación en la que se encuentra el continente
latinoamericano caracterizada por tres hechos repeti-
damente denunciados por nuestra Iglesia: la plurisecu-
lar y colonial dependencia de nuestras naciones: la
"pobreza absoluta" de amplios sectores de la pobla-
ción, conectada con todo género de agresiones contra
la dignidad de la persona humana; y la debilidad de la
fe de las grandes mayorías que afirman, principal-
mente por el bautismo y por las expresiones de la
religiosidad popular, su pertenencia a la Iglesia.
9
Los problemas no se encuentran desconectados. Man- integral que, con la fuerza del Espíritu de Cristo,
tienen entre sí una profunda y estrecha relación como afronte simultáneamente todas las dolencias que pa-
ha evidenciado el Documento de Puebla, aunque cada dece el continente sellado con la fe, más aún, con la
uno de ellos tiene su propio desafío. La dependencia cruz de Jesús. En el sepulcro oscuro de la pasión
neocolonial del continente exige con urgencia la afir- latinoamericana ya se está gestando el día de su resu-
mación coherente de su propia cultura pluriétnica, rrección.
capaz de garantizar su autonomía y la originalidad de
su autodeterminación en la comunidad de las nacio- La nueva evangelización exige prioritariamente la
nes. La situación de pobreza absoluta y de agresión evangelización y renovación de los agentes de pastoral
de la dignidad de la persona humana, en la que se que Dios suscita en su Iglesia. El tema está siendo tra-
encuentran amplios sectores de nuestra sociedad, pos- tado continuamente en nuestros encuentros. Pero la
tula profundas transformaciones económicas, sociales reflexión viene precedida ya por una nube de testigos:
y políticas que han de realizarse en armonía con el Obispos y sacerdotes mártires por defender y evange-
modo de ser latinoamericano. La fe de fortalecerse lizar a su pueblo, religiosos insertos en los sectores
transformando la masa cristiana en Pueblo de Dios, más abandonados, laicos integrados en originales co-
consciente de su misión evangelizadora y liberadora munidades eclesiales de base que desarrollan nuevos
tanto con relación a todo el continente como muy ministerios en la Iglesia y en la sociedad, una juven-
especialmente a los sectores más oprimidos para que tud que busca su vocación cristiana adaptada a las
se cumpla la palabra del Señor; "Los pobres son actuales circunstancias y a las exigencias de un mundo
evangelizados". nuevo. Ellos son los que posibilitan, impulsan y exi-
gen que se profundice evangélicamente la reflexión
La concientización de estos graves problemas le exi- sobre los agentes pastorales de la nueva evangelización.
gen a la Iglesia una renovación en su estilo y en su
modo de actuar, en su compromiso y en sus proyec- En este libro reúno algunas de las reflexiones que he
tos. Juan Pablo II, con palabra profética, nos impulsa hecho durante estos años sobre estos temas. No abor-
a una nueva evangelización, "evangelización nueva en do la problemática orgánicamente y soy consciente de
su ardor, en sus métodos, en su expresión". Se trata que cuestiones de gran importancia no aparecen en
de abrir juvenil y maduramente, con plenitud de res- estos textos. Se trata sólo de colaboraciones que he
ponsabilidad y de esperanza, un nuevo capítulo de la tenido en reuniones o encuentros en los que cada uno
evangelización en América Latina, una evangelización de los participantes hacía su propia aportación especí-
10 11
fica, de tal manera que lo que considero verdadera-
algunas reflexiones sobre los olvidados Agentes y
mente importante son las conclusiones a las que llega-
Evangelizadores de la Religiosidad Popular.
ba el grupo constituido en comunidad de compromi-
so, oración y reflexión. Por ello cada una de las po-
En 1982 se celebró el II Congreso Latinoamericano
nencias recopilada en este libro adquiere su verdadero
de Pastoral Vocacional, que se realizó en Bogotá. Ela-
sentido y su limitación teniendo en cuenta el contex-
boré una sencilla ponencia teniendo en cuenta el nue-
to en el que con una función complementaria se desa-
vo contexto de la civilización urbano-industrial en la
rrolló. Para marcar claramente esta limitación he pre-
que camina el continente.
ferido volverlas a publicar en su primitiva originali-
dad, manteniendo las introducciones que clarifican
Todos los temas quedan ligados alrededor de un eje
simultáneamente el contexto amplio del encuentro y
común: agentes de pastoral en el horizonte de una
lo restringido de la aportación.
nueva evangelización. Pero todos los temas son sólo
reflexiones y aportaciones en este amplio diálogo que
El primer tema, sobre la función del sacerdote en busca un nuevo caminar de la Iglesia en América
América Latina, lo desarrollé en 1984, en un Congre- Latina con la esperanza de inaugurar una evangeliza-
so tenido en Quito para celebrar el 25o. aniversario de ción nueva, siempre en marcha hacia los albores de la
la fundación de la OSLAM. resurrección.

La reflexión sobre los religiosos la elaboré con oca-


sión del primer, encuentro tenido entre el DEVICON
y la CLAR en Bogotá en 1986.

En 1985, el Instituto de Teología de la Universidad


Católica de Asunción celebró una Semana de Teolo-
gía sobre la Vocación de los Laicos en América Lati-
na. En esa ocasión me correspondió hacer una aporta-
ción sobre los Ministerios Laicales.

El Departamento delDEVYM.en 1981, tuvo un semi-


nario en Asunción sobre Ministerios Laicales. Hice
12 13
I
SACERDOTES PARA AMERICA LATINA
DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA CARTA A LOS HEBREOS

Revista "Medellín", Vol. X Nos. 39-40


Sept.-Dic. 1984, pp. 329-403

El Primer Congreso de la OSLAM, que estamos


realizando con ocasión de la celebración de las Bodas
de Plata de nuestra Institución, se ha venido gestando
cuando "América Latina vive un momento privilegia-
do de gracia al comprobar por doquier un hecho nue-
vo: el creciente número de vocaciones sacerdotales" 1 .

Esta constatación es estimulante para un Conti-


nente mayoritariamente católico que recientemente,
en la Tercera Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano, celebrada en Puebla, ha reconocido
como alarmante la actual escasez de sacerdotes (DP
116), y que ha subrayado que la Iglesia se siente des-
bordada en sus posibilidades actuales para llevar a
todos la Buena Nueva (DP 78).

1. OSLAM, Boletín Informativo No. 2, p. 1, (febrero 1984).


15
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelizaeión

Pero este incremento vocacional y la afluencia de


mación de la Iglesia lógicamente incide en la temáti-
tantas vocaciones a nuestros seminarios, agudiza la
ca, en la experiencia y en la imagen del sacerdocio
responsabilidad de los que trabajamos en la formación ministerial vivido en América Latina, porque, como
de los futuros sacerdotes. Nos encontramos ante un ha afirmado Galot, "el sacerdocio ministerial sola-
desafio y ante un cuestíonamiento de la mayor trascen- mente se comprende en el cuadro de la Iglesia; perte-
dencia, y que simplificadamente podemos formular nece a la realidad estructural de la comunidad cristia-
con esta pregunta: ¿Cuál es el sacerdote que se nos na, tanto que toda búsqueda relativa a la naturaleza
exige formar teniendo en cuenta el presente y el futu- del ministerio es de naturaleza eclesiológica"3.
ro de América Latina?
Por este motivo, el tema central de nuestro Con-
La pregunta es obvia, dado que en todo proceso
greso "la formación para la vida y el ministerio pres-
formativo y pedagógico es indispensable para forma-
biteral en América Latina" implica la respuesta a esta
dores y formandos —en la nueva concepción de for-
cuestión previa, que no puede darse por supuesta en
mandos que establece la actual pedagogía—, la fija-
nuestro cambiante contexto continental y eclesial:
ción del fin y de los objetivos que se pretenden. Sólo
¿Cuál es el modelo de sacerdote que nuestra Iglesia
a la luz de este horizonte se pueden establecer con ga-
nos exige formar teniendo en cuenta el presente y el
rantía, criticar y evaluar los sistemas, métodos y me-
futuro de América Latina?
dios que han de articularse armónicamente para con-
seguir el objetivo de la formación.
Es evidente la importancia y la urgencia de este
cuestionamiento, pero también tenemos que recono-
La Iglesia en América Latina, consciente de los cer la complejidad del tema y la dificultad de darle
graves problemas del Continente y de los urgentes una respuesta adecuada, como claramente lo ha ex-
desafíos pastorales que plantea, ha asumido oficial-
presado el P. Rahner, al abordar un tema similar ante
mente en sus Documentos de Medellín y Puebla el
la Academia Católica de Baviera4. La cuestión ha de
compromiso de una renovación y adaptación global,
ser tratada desde múltiples perspectivas, en todas sus
desencadenando una radical eclesiogénesis, en el
sentido apuntado por Leonardo Boff2. La transfor- 3. GALOT, Jean, Teología del sacerdozio, (Firenze 1981)
p. 15.
4. RAHNER, Karl, "Riflessioni teologiche sulla figura del
2. Eclesiogénesis. Las comunidades de base reinventan la Igle- sacerdote di oggi e di domani", en Aspetti della teología
sia, (Santander 1980) pp. 77-95. del sacerdozio dopo il Concilio, (Roma 1974) pp. 9-24.
16 17
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

dimensiones y teniendo en cuenta una multiplicidad decir, según el pensamiento del Concilio Vaticano II,
de datos simultáneamente dispersos y convergentes, en la formación sacerdotal hay que tener como obje-
para llegar probablemente a resultados modestos y tivo principal que en el futuro sacerdote emerja con
provisionales, a ciertas aproximaciones que pueden toda su fuerza la realidad del Cristo Sacerdote, y esto
ayudarnos para orientar mejor nuestra colaboración por una exigencia teológico-ontológica de la misma
en la formación de los futuros sacerdotes. ordenación sacerdotal cuya dinámica tiende a confi-
gurar al ordenado con Cristo Sacerdote, de tal manera
A mí seme ha pedido abordar el tema desde su pers- que llegue a ser Cristo el que viva y actúe en él, mani-
pectiva y desde su dimensión cristológicas. Definir la festándose a la comunidad eclesial y al mundo a tra-
relación entre Cristo y el sacerdote ministerial es de la vés de la vida y del ministerio del sacerdote.
mayor trascendencia para la elaboración de cualquier
modelo sacerdotal, e incluso, desde el punto de vista Nos encontramos así ante el tema más clave para
teológico, es el último punto de referencia para valo- entender el ser del sacerdote —la relación entre el sa-
rar las diferentes imágenes con las que se ha presenta- cerdote y el Cristo Sumo Sacerdote—, y ante el obje-
do el sacerdocio cristiano a través de la historia. tivo más importante de la formación sacerdotal:
formar pastores a imagen de Cristo Pastor. Cualquier
Cristo no es sólo el modelo del sacerdocio común modelo de vida sacerdotal, en las diversas culturas y
de los fieles, sino también la fuente y el modelo del momentos históricos, será válido en la medida en que
sacerdocio ministerial5. Y de tal manera queda este permita presencializar la imagen básica —el icono—
principio teológico recogido por el Vaticano II que, del Cristo Pastor; y será tanto más ortopráctica, cuan-
en el Decreto sobre la Formación Sacerdotal, hablan- to más favorezca el encuentro de los hombres con el
do de los Seminarios Mayores, afirma que "toda la Cristo Salvador y Sacerdote.
educación de los alumnos debe tender a que se for-
men verdaderos pastores de las almas a ejemplo de Pero la dificultad y el problema teológicos co-
Nuestro Señor Jesucristo, Maestro, Sacerdote y Pas- mienzan a surgir cuando tratamos de expresar com-
tor" (OT 4), "puesto que han de configurarse por la prensivamente la realidad del Cristo-Sacerdote y, a
sagrada ordenación a Cristo Sacerdote" (OT 8). Es partir de ella, su relación con el sacerdocio ministe-
rial. De otra manera, es en el necesario paso de Cristo
a la Cristología, y en la determinación de la perspecti-
5. GALOT, Jean, o.c. pp. 9-16. va cultural e histórica —desde la que se elabora o
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

relee dicha Cristología-, donde se origina una com-


pleja problemática tanto para los Teólogos como para trata de una cristología con la garantía de pertenecer
los Pastores y, especialmente en nuestro caso, para los al conjunto de los libros inspirados y canónicos, y que
formadores de futuros sacerdotes. La Cristología —es en nuestras celebraciones litúrgicas, al ser actualizada
decir, las Cristologías— marca de alguna manera el por el lector, es afirmada como Palabra de Dios.
nacimiento de Cristo en el interior de una cultura y
de una historia, haciéndose Cristo "todo para todos Pero he escogido concretamente la cristología
para salvarlos a todos" (1 Cor. 9, 22). Pero es también neotestamentaria de la Epístola a los Hebreos, porque,
en las diversas opciones cristológicas donde suelen como dice Vanhoye, es el único escrito del Nuevo
surgir las tensiones y las discusiones, por la trascen* Testamento que habla explícitamente del sacerdocio
dencia que tienen tanto en el campo de la ortodoxia de Cristo 6 ; porque dicha cristología sacerdotal no
como en el de la ortopraxis. sólo fundamenta el sacerdocio común de los fieles,
sino también el ministerial 7 ; y, por último, porque
Sin duda que en todos nosotros, Obispos y forma- me parece extraordinariamente iluminadora para los
dores en los Seminarios de América Latina, existe el problemas y las exigencias del sacerdocio en las actua-
deseo y la preocupación de que el Cristo Sacerdote les circunstancias de América Latina.
vaya creciendo en nuestros seminaristas al ritmo del
Proceso formativo. Pero, ¿qué Cristo es el que desea- Desearía hacer una relectura de dicha cristología-
mos que se forme en ellos? De otra manera, ¿cuál es sacerdotal desde la peculiaridad de nuestras Iglesias en
la cristología que preside el objetivo de nuestra for- América Latina, como se ha expresado en los Docu-
mación? ¿Es una cristología, que respondiendo a las mentos de Medellín y de Puebla. Son unas iglesias que
exigencias radicales del verdadero Cristo, sirve para viven una nueva experiencia de Dios, muy similar a la
presencializar el Cristo Sacerdote que necesita Améri- de Moisés ante la hierofanía de la zarza que ardía sin
ca Latina en su presente y en su futuro? consumirse en el Monte Horeb (Ex. 3): simultaneidad

Suscitar el diálogo constructivo sobre esta pregun- 6. MARTINI-VANHOYE, Biblia e vocazione (Brescia 1982)
ta es el fin de esta ponencia, en la que desearía dar pg. 152;GALOT, Jean o.c. pp. 17-44; SCHILLEBEECKX,
Edward, Jesús, la historia de un viviente (Madrid pp 511-
algunas pistas orientadoras. Para ello he hecho la op- 538).
ción por una Cristología concreta sobre Cristo Sacer- 7. MARTINI-VANHOYE, o.c. pp. 282-287; VANHOYE, A.,
dote: la desarrollada en la Carta a los Hebreos. Se Prétres anciens, prétre nouveau selon le Nouveau Testa-
20 ment (Paris 1980) pp. 256-259.
21
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

de fe y de injusticia clamorosa en el mismo Continen- 1. El sacerdocio y el Jesús de la historia


te, decidida opción preferencial por los pobres, y
esperanza activa en el Dios que es promesa de salva- Lo tardío de este descubrimiento y de esta afir-
ción y de liberación. mación sobre la sacerdotalidad de Jesucristo no resul-
ta extraña si se tiene en cuenta que, durante la vida
Establecidos los objetivos y las bases de nuestras histórica de Jesús de Nazareth, no se percibió socioló-
reflexiones, dividiré la exposición en cuatro partes. gicamente ninguna relación entre el modo de vivir de
En la primera intentaré una comprensión del sacerdo- Jesús y la institución sacerdotal típica de la época y
cio de Cristo; después fijaremos la relación entre el del pueblo de Israel.
sacerdocio de Cristo y el ministerial; en tercer lugar,
proyectaremos esta comprensión teológico-existencial En efecto, como esquemáticamente ha escrito
del sacerdocio sobre nuestro ministerio sacerdotal en Vanhoye, histórica y socialmente "la persona de Jesús
el contexto de América Latina; por último, apuntare- no se presentaba como sacerdotal; el ministerio de
mos algunas conclusiones que puedan ser orientadoras Jesús no había tenido el carácter de un ministerio sa-
para la formación de los futuros sacerdotes, que han cerdotal; y la misma muerte de Jesús no aparecía
de realizar su vida y su ministerio simultáneamente a como un sacrificio ritual" 9 .
ejemplo de Jesucristo Pastor y enfrentando los desa-
fíos pastorales de nuestro Continente. Según las exigencias de la ley de Moisés funda-
mentalmente vigentes en la época de Jesús, él no po-
I. EL SACERDOCIO DE CRISTO día ser considerado sacerdote, dado que pertenecien-
EN LA EPÍSTOLA A LOS HEBREOS do a la tribu de Judá, no era hijo de una familia sacer-
dotal 10 . Jesús en ningún momento participa ni exige
La explícita afirmación teológica del sacerdocio o participar en los clásicos servicios del templo ni en
del sumo sacerdocio de Cristo es el resultado de una las funciones sacrificiales11. Más aún, en el caso de la
reflexión y de un descubrimiento relativamente tar- purificación ritual de un leproso curado, remite al
díos de la primitiva comunidad y que se expresa sólo
en la Carta a los Hebreos 8 . 9. MARTINl-VANHOYE, Bibbia e vocazione (Brescia 1982)
p. 154.
10. DE VAUX, R., Instituciones del Antiguo Testamento
8. VANHOYE, Albert, Espistulae ad Hebraeos textus de (Barcelona 1964) pp. 450-452, 465-466, 505-508.
sacerdotio Christi (Roma 1969) pg. 9. 11. DE VAUX, o.c. pp. 453-54, 460-462.
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Antonio González Dorado. S.J.
Testigos de la nueva evangelización

enfermo al sacerdote de oficio 12 . Incluso el estilo


de vida de Jesús y las normas por las que se rige son los tribunales legítimamente constituidos en Jerusa-
bien diferentes de las usuales entre los sacerdotes de lén. Como ha escrito Vanhoye, "el acontecimiento
la época, diferencias que en determinados momentos del Calvario no tuvo nada de un sacrificio ritual. Más
quedan explícitamente subrayadas por Jesús 13 . bien se presentó como lo contrario, lo opuesto a un
sacrificio, porque fue una pena legal, la ejecución de
Sin embargo, si Jesús no perteneció a la clase una sentencia de muerte. Ahora bien, una pena legal
sacerdotal de su ambiente, ciertamente apareció con es lo contrario a un sacrificio. Un sacrificio, en la con-
una recia personalidad religiosa14 que, por diferentes cepción antigua, es un acto ritual, glorificante, que
causas, hizo que se orientara, durante los años de su une a Dios. La víctima se ofrece entre ceremonias san-
vida pública, a un tipo específico de actividades que tas, y así entra simbólicamente en Dios. Una pena
hicieron que sus seguidores inmediatos lo designaran legal, por lo contrario, es un acto jurídico, no ritual;
como Maestro o Rabino 15 , y que el pueblo sencillo no es glorificante, sino infamante; separa del pueblo
lo intuyera como Profeta 16 . de Dios y del mismo Dios. Así, pues, visto desde afue-
ra, el acontecimiento del Calvario no tenía nada de
El dinamismo profético de Jesús de Nazareth que, ritual ni de sacerdotal. Aumentaba la distancia entre
optando por Dios en favor del hombre, entra en con- Jesús y el sacerdocio antiguo" 17 . Oficial y pública-
flicto con el sistema religioso vigente de su tiempo, mente la crucifixión y muerte de Jesús era el cumpli-
desembocó .en una sentencia de muerte emitida por miento de una sentencia legal emitida por la autori-
dad judicial contra un malhechor, como había califi-
cado el Sanedrín a Jesús de Nazareth al entregarlo al
Procurador Pilato (Jn. 18, 30). Oficial y públicamente
12. Mat. 8, 1-4; DE VAUX, o.c. pp. 584-586. ante el pueblo sobre Jesús pesaba la maldición del
13. Compárese DE VAUX, o.c. p. 452, con los textos en los Deuteronomio: "Si uno sentenciado a pena capital es
que habla de Jesús que bebía, se acercaba a los leprosos y
difuntos, convivía con los pecadores, etc. ajusticiado y colgado de un árbol, su cadáver no que-
14. SCHILEBEECKX, Edward, Jesús, la historia de un viviente dará en el árbol de noche; lo enterrarás aquel mismo
(Madrid 1981) pp. 232-244; GALOT, Jean, ¡Cristo! ¿Tú día, porque Dios maldice al que cuelga de un árbol, y
quién eres? (Madrid 1982) pp. 104 ss,
15. SCHILLEBE ECKX, Edward, o.c. pp. 198-208.
16. MONLOUBOU, Louis, Profetismo y profetas (Madrid)
1971 pp. 243-250. 17. MARTINI-VANHOYE, Bibbia e vocazione (Brescia 1982)
pp. 156-157.
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25
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

no debes contaminar la tierra que el Señor, tu Dios, los" que, según Schillebeeckx, "tienen ante todo un
va a darte en heredad" (Deut. 21, 22-23; Gal. 3, 13).
carácter salvü'ico o funcional"19.
De esta manera, el fin histórico de la vida de Jesús
Así ya, después de los acontecimientos de Pente-
no sólo lo alejaba aparentemente de cualquier posible
costés, la comunidad cristiana de Jerusalén lo procla-
comprensión sacerdotal de su existencia, sino que in-
cluso lo excluía del sacerdotal pueblo de Israel mar- ma públicamente con el arriesgado nombre del Justo.
cado por la grave excomunión del "herem" 18 . En efecto, prescindiendo de todas las resonancias
veterostestamentarias, afirmar Pedro en el Pórtico de
2. La Resurrección: Un cambio de perspectiva Salomón ante la multitud que Jesús era "el justo"
(Act. 3, 11-16), era comprometerse públicamente con
El acontecimiento de la resurrección del Señor su inocencia, calificando como injusta la sentencia
promueve lo que ha designado la Teología como el dada por el Sanedrín, aunque pretende excusarlo aña-
paso del Jesús de la historia al Jesucristo de la fe, dindo que "sé que lo hicisteis por ignorancia, y vues-
ofreciendo a la comunidad creyente una nueva pers- tros jefes lo mismo" (Act. 3, 18), lo que no evitará el
pectiva que le permitía nuevas interpretaciones y primer encarcelamiento y juicio sobre cristianos en las
comprensiones de la globalidad de la persona e histo- personas de los Apóstoles Pedro y Juan (Act. 4, 1-22).
ria del Jesús de Nazareth, al mismo tiempo que afir-
maba que "Dios resucitó a este Jesús (... y), exaltado Simultáneamente ante el desconcertado pueblo
así por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el que, hacía sólo pocas semanas, había visto condenada
Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derra- la vida de Jesús como la de un malhechor, siendo
mado" (Act. 2, 32-33). expulsado de la comunidad y ajusticiado en la humi-
llante cruz, el mismo Jesús es afirmado como el Me-
Desde esta nueva perspectiva las comunidades sías prometido (Act. 2, 31-32; 3, 18; 4, 10 etc.) y
cristianas fueron realizando una serie de descubri- como el único Salvador, porque "la salvación no está
mientos sobre la persona y el ser de Jesús, que se en ningún otro, es decir, que bajo el cielo no tenemos
despliegan en los denominados "nombres" o "títu- los hombres otro diferente de él al que debamos invo-
car para salvarnos" (Act. 4, 12). A partir de estas in-
tuiciones y afirmaciones —profesiones de fe— fundá-
18. ADNES, Pierre, La penitencia (Madrid 1981) pp. 20-23.
26 is). Jesús, la historia de un viviente (Madrid 1981) p. 511.
27
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de ¡a nueva evangelizadón
mentales, las comunidades cristianas fueron descu-
briendo nuevos títulos de Jesús y un original estilo de 3. El contexto de la profesión de fe en el sacerdocio
vida inspirado en los recuerdos de sus hechos y pala- de Cristo
bras, con la conciencia de que el Cristo vivo les comu-
nicaba la fuerza de su Espíritu 20 . ¿En qué contexto y en qué circunstancias surge el
descubrimiento y la afirmación explícita de Cristo
como Sumo Sacerdote?
Dentro de este apasionante dinamismo en el que
las comunidades cristianas iban haciendo nuevos des-
Los estudiosos de esta carta han encontrado gran-
cubrimientos de la realidad de Cristo, es el autor de la
des dificultades para determinar el autor, la fecha
Epístola a los Hebreos el que hará la desconcertante
exacta y la comunidad a la que está dirigida21. Pero lo
profesión de fe —desconcertante si atendemos sólo a
que sí conocemos por el mismo texto son las circuns-
la exterioridad de la historia del Nazareno encuadrada
tancias en las que vivía la comunidad.
en el marco social de su época—, en Cristo como Su-
mo Sacerdote extraordinario (Hbr. 4, 14), exclusivo
(Hbr. 7, 24), siempre vivo para interceder por noso- Se trata de una comunidad que necesita constan-
tros (Hbr. 7. 25). Lo más interesante es que no se cia en su fe "para cumpür la voluntad de Dios y alcan-
trata de una afirmación desnuda, sino desarrollada y zar así la promesa" (Hbr. 10, 36-37). En la carta se
advierte el peligro de la apostasía en sus miembros,
explicada, de tal manera que nos permite una com-
atemorizados en parte por persecuciones externas, que
prensión nueva de la globalidad unitaria del Jesús
si aún no habían llegado a provocar muertes (Hbr.
histórico y del Cristo glorioso, estableciendo al mismo
12, 4), sin embargo ya habían originado apresamien-
tiempo unas sólidas bases para determinar el ideal y el
tos y torturas (Hbr. 13, 3). Simultáneamente la comu-
modelo del sacerdocio ministerial en la comunidad
nidad se veía rodeada de "doctrinas complicadas y
cristiana.
extrañas" (Hbr. 13, 9) que invitan a volver a viejas
fórmulas de religiosidad más exteriores y menos com-
prometidas, ofreciendo una tranquilidad, una falsa
tranquilidad que el autor de la carta compara con la

20. DUQUOC, Christian, Cristología. Ensayo dogmático sobre 21. BOURKE, Miles M., "Epístola a los Hebreos", en Comen-
Jesús de Nazaret, el Mesías (Salamanca 1978). tario bíblico San Jerónimo, T. IV (Madrid 1972) pp.
321-322.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

tentación de Esaú, advirtiendo que "nadie se prosti- 4. Mediación y sacerdocio


tuya y profane como Esaú, que por un solo plato
vendió sus derechos de primogénito" (Hbr. 12, 16). Las primitivas profesiones de fe en Jesús como
Las consecuencias de esta situación arriesgada y dura Profeta, Salvador y Mesías invitaban a reconocer en
originaba una peligrosa descomposición interna de la Jesús un Mediador. En la Primera Carta a Timoteo
comunidad con pérdida del amor fraterno (Hbr. 13, la formulación es totalmente explícita: "Hay un solo
1), faltas de asistencia a las reuniones (Hbr. 10, 24), Dios y también un solo Mediador entre Dios y los
faltas de atención a los presos y maltratados de la co- hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entre-
munidad (Hbr. 13, 3), resistencia a la hospitalidad en- gó a sí mismo como rescate por todos" (1 Tim. 2, 5).
tre los hermanos (Hbr. 13, 2), rechazo e insubordina-
ción contra los propios dirigentes (Hbr. 13, 17). El autor de la Epístola a los Hebreos, teniendo en
cuenta la originalidad y la novedad de Jesús el Mesías,
Es en estas circunstancias, cuando el autor de la ensaya en la vida de Cristo el esquema de la media-
carta, deseando fortalecer y animar a la comunidad, ción sacerdotal —"todo sumo sacerdote se escoge
exclama: "Tenemos un gran sacerdote al frente de la siempre entre los hombres y se le establece para que
familia de Dios" (Hbr. 10,21), "Jesús, pionero y con- los represente ante Dios y ofrezca dones y sacrificios
sumador de la fe, que por la dicha que le esperaba, por los pecados" (Hbr. 15, 1), prescindiendo de las
sobrellevó la cruz, despreciando la ignominia, y está exigencias legales mosaicas para la constitución de
sentado a la derecha del trono de Dios. Meditad, pues, sacerdotes, exigencias caducas y superadas por un le-
en el que soportó tanta oposición de parte de los gislador superior a Moisés, que es el mismo Cristo,
pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo" (Hbr. porque "es cosa sabida que nuestro Señor nació de
12, 2-3). Surge, de esta manera, en el Nuevo Testa- Judá, y de esa tribu nunca habló Moisés tratando del
sacerdocio" (Hbr. 7, 14).
mento el Jesucristo Sumo Sacerdote en el contexto
histórico de una comunidad sometida a duras dificul-
tades y con el peligro de abandonar su fe primera. Es en este ensayo en el que el autor de la Epístola
descubre a Jesús como el Sumo Sacerdote de la Nueva
Alianza, pero al mismo tiempo releyendo el sacerdo-
Ahora nos preguntamos: ¿En qué consiste y có-
cio desde la experiencia de Jesús, llega a descubrir una
mo se realiza el Sumo Sacerdocio de Cristo, según la nueva forma de realización sacerdotal, que la podría-
comprensión del autor de la Epístola a los Hebreos? mos definir como el modelo del sacerdocio cristiano.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
¿Cuál es este modelo de mediación sacerdotal
cristiana y cómo se ha realizado y realiza existencial- Pero en un mundo como el nuestro, en el que se
mente en Cristo, según laEpístola a los Hebreos? Para pierde progresivamente la conciencia del pecado, es
responder a esta pregunta vamos a considerar los necesario preguntarnos ¿qué entendemos por pecado
siguientes aspectos: Primero, finalidad del sacerdocio y qué entendía por pecado el autor de la Epístola a
y de la mediación sacerdotal; segundo, su objetivo los Hebreos? ¿Qué es expiación del pecado y cómo ha
inmediato; tercero, las condiciones básicas para que de realizarse la expiación sacerdotal del pecado? Son
pueda existir mediación y mediador; cuarto, cualida- preguntas demasiado amplias, a las que pretendo res-
des personales del mediador, para poder llevar a cabo ponder con una cierta brevedad.
su mediación; quinto, funciones mediante las cuales
realiza su mediación; y, sexto, ejemplaridad y eficacia En general en la Biblia, el pecado es descubierto
del Sumo Mediador, del Sumo Sacerdote, Jesucristo. por una conciencia crítica y comprometida, ilumina-
da por la fe, como decimos actualmente, que enfrenta
5. Finalidad de la mediación sacerdotal: y analiza los males principalmente humanos, es decir,
la expiación del pecado originados en la libertad del hombre, que se sufren en
la historia y en la sociedad. Es decir, el hombre bíbli-
co en el contacto con el mal —como en el caso de la
La naturaleza del ser sacerdotal es radicalmente
experiencia de su esclavitud en Egipto—, no se con-
religiosa y teológica, y su finalidad —según el autor de
tenta con afirmar el hecho, sino que sabiamente busca
la carta a los Hebreos—, es restablecer las relaciones i< las causas del hecho para encontrar el oportuno reme-
entre Dios y el hombre mediante la expiación de los dio. Pero, sin ignorar las causas inmediatas que lo pro-
pecados (Hbr. 1, 3; 2, 18; 5, 1; 9, 28 etc.) y la libera- vocan —causas políticas, sociales, económicas, religio-
ción del hombre (2, 15; 9, 12 etc.). La imagen que sas, etc.—, desde su fe las trasciende descubriendo una
preside en la Epístola, para la determinación de esta causa más radical, que posteriormente se especifica y
finalidad es la del Sumo Sacerdote en la liturgia del tecnifica en los diferentes tipos de causas inmediatas.
Día de la Expiación, yom hakkipuñm, o simplemen- Esta causa radical y última es el pecado.
te kippur22.
La palabra más expresiva del Antiguo Testamento
22. VANHOYE, A., Epistolae ad Hebraeos textus de sacerdo-
tio Christi (Roma 1969) pag. 130; ADNES, Pierre La
para expresar el pecado y la más cercana al pensa-
penitencia (Madrid 1981) pp. 17-18, La Misná (Madrid miento neotestamentario y especialmente paulino es
1981) pp. 327-344. peshá. En el lenguaje profano peshá significa la rebe-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

lión política y la religiosa, y en lenguaje religioso es la La rebelión contra Dios tiene como consecuencia
rebelión y la desobediencia humanas contra la volun- la destrucción interna del hombre, de cada hombre, y
tad de Dios que establece comunión con el hombre 23 . de la comunidad humana, porque los hombres "rom-
pen toda regla de conducta, llenos como están de
toda clase de injusticia, perversidad, codicia y maldad;
El pecado, que tiene características de universali- plagados de envidia, homicidios, discordias, fraudes,
dad "porque —afirma S. Pablo al final de su discurso- depravación; son difamadores, calumniadores, hostiles
acabamos de probar que todos, judíos y paganos, es- a Dios, insolentes, arrogantes, fanfarrones, con inven-
tán bajo el dominio del pecado" (Rom. 3, 9), no es tiva para lo malo, rebeldes a sus padres, sin concien-
una realidad estática sino peligrosamente dinámica. cia, sin palabra, sin entrañas, sin compasión (...) y no
La rebelión contra el plan de Dios y el endiosamiento sólo hacen estas cosas, sino además aplauden a los
del hombre, hace que el pecado se constituya en que las hacen" (Rom. 1, 28-32) 24 .
"aguijón de la muerte" (1 Cor. 15, 56), o de otra
manera, el pecado hace que la muerte se transforme Esta realidad dinámica y social del pecado no era
en homicidio. San Juan, en su Primera Carta, ha resu- desconocida para la comunidad a quien se dirigía la
mido perfectamente toda esta visión bíblica del peca- Epístola a los Hebreos. El que les dirige la carta les
do. "Todo el que comete pecado, comete también escribe: "Recordad aquellos días primeros, cuando re-
rebeldía, porque el pecado se identifica con la rebel- cién iluminados sostuvisteis recios y penosos comba-
día" (3, 4); "no amar -conforme al mandamiento del tes; unas veces os exponían públicamente a escarnio y
Señor— es quedarse en la muerte, odiar al propio her- vejaciones, otras os hacían solidarios de los que así
mano es ser un asesino" (3, 15), lo que clarifica con el eran tratados. De hecho compartisteis el sufrimiento
caso de Caín "que estaba de la parte del malo y asesi- de los encarcelados y aceptasteis con alegría que os
nó a su hermano. Y ¿por qué lo asesinó? Porque sus confiscaran los bienes, sabiendo que teníais un patri-
propias acciones eran malas y las de su hermano
justas" (3, 12).
24. El pecado históricamente visibilizado no supone anarquía.
Existe una solidaridad social del pecado que se estructura
imponiendo sus propias leyes, por las que juzga a los que
se oponen al sistema, de tal manera que los justos llegan a
23. LYONNET, S., De peccato et redemptione, T.I. "De no- ser legalmente condenados como malechores, como suce -
tione peccati" (Roma 1957) pp. 29-37, 39, 54, 87. dio en el caso de Jesús.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

monio mejor y estable" (Hbr. 10, 32-34). En el mo- Sin duda que para nosotros, como para los hom-
mento de escribírsela parece que las persecuciones bres del Antiguo Testamento, la expresión "expiación
habían arreciado, dado que los invita a la constancia, de los pecados" tiene una pesada carga ritualista que
sin renunciar a la valentía primera (Hbr. 10, 35-36), nos puede ocultar el significado profundo que encie-
encontrándose los miembros de la comunidad some- rra y que, sin embargo, era claro para la comunidad a
tidos a encarcelamientos y torturas (Hbr. 13, 3), y a la que se dirigía la Epístola que estamos releyendo.
la tentación de doctrinas complicadas y extrañas Expiar el pecado es "abolir el pecado" (Hbr. 9, 26) y,
(Hbr. 13, 9), que probablemente les ofrecían un cami- más en concreto, "quitar los pecados de tantos" (Hbr.
no fácil para salir de sus problemas. 9, 28). Es decir, con otras palabras, la expiación del
pecado es la eliminación del pecado no por el ajusti-
¿Cuál ha sido la respuesta de Dios frente a esta
ciamiento homicida de los pecadores sino por su con-
situación de pecado, es decir, de rebelión y de homi-
versión, porque "por mi vida —oráculo del Señor—,
cidio? En el Evangelio de Juan se afirma que "tanto
juro que no quiero la muerte del malvado, sino que
amó Dios al mundo que dio a su Hijo Único, para que
tenga vida eterna y no perezca ninguno de los que cambie de conductay viva"(Ez. 33, 11).
creen en él. Porque Dios no mandó a su Hijo al mun-
do para juzgar al mundo, sino para que el mundo por Ahora bien, la conversión fundamentalmente con-
El se salve" (Jn. 3, 16-17) 25 . Pero, ¿cómo hace Jesús siste en el reconocimiento del estado de rebelión fren-
frente a esta situación y a la misión dada por su Pa- te a Dios, con la consiguiente aceptación obediente de
dre? El autor de la Epístola a los Hebreos, recordan- la Soberanía de Dios —malak Yahweh—21, que impli-
do la función litúrgica del Sumo Sacerdote en el Día ca el paso de "la inadmisible mentalidad de romper
del Perdón (yom ha-kippurim), descubre a Jesús, toda regla de conducta" (Rom. 1, 28) a dejarse regir
analizando su persona y su vida, como el nuevo y por el "amarás a tu prójimo como a tí mismo", el
Sumo Sacerdote cuya misión es la purificación y la mandamiento, según S. Pablo por el que queda cum-
expiación de los pecados 26 . plida toda la Ley (Gal. 5, 14); mandamiento que
modélicamente ha quedado expresado por el mismo
25. Sobre la exégesis de este texto véase MATEO-BARRETO,
Jesús en S. Juan diciendo: "Amaos unos a otros, lo
El Evangelio de Juan (Madrid 1979) pp. 197-199. mismo que yo os he amado" (Jn. 13, 34). Las carac-
26. Sobre el vocabulario de "expiación" véase LYONNET, S.,
Depecatto et redemptione, T. II "De vocabulario redemp-
tionis", (Roma 1960) pp. 67-117. 27. HOFFMANN, P., "Reino de Dios", en Conceptos funda-
mentales de Teología T. IV (Madrid 1966) pp. 53-69.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

terísticas de esta nueva norma de conducta, según el del universo entero —de lo terrestre y de lo celeste—
plan de Dios, las características de este amor han sido en Cristo, en el amor y en la justicia de Dios (Col.
expresadas por S. Pablo en su I Carta a los Corintios 1,18-20).
(13, 18), en abierto contraste con su descripción exís-
tencial e histórica de la conducta del pecado, desarro- Pero para conseguir o acercarse a esta utopía que-
llada en la Carta a los Romanos (Rom. 1, 24-32). da abierto un duro y difícil camino —porque el Reino
de Dios y el Evangelio también son un método—, el
S. Pablo, con las primitivas comunidades cristia- dfcl sacerdote que celebra la liturgia de la expiación
nas, no ignora que a los que'proceden en rebelión del pecado. Pero no es la expiación de un pecado mí-
contra el plan de Dios, rompiendo toda norma de tico, intelectualizado, domesticado, sino de un peca-
conducta y fortalecidos con el homicidio en sus do histórico y activo, terrorista —diríamos con el
manos son reos de muerte (Rom. 1, 32). Pero, cuando lenguaje de hoy—, que amenaza con la violencia, in-
la comunidad de los hebreos se siente acosada en su cluso homicida, al sacerdote Jesús lo mismo que a la
carne por el ímpetu del pecado socialmente organiza- comunidad de los Hebreos. Al sistema de la violencia
do contra ella, no se le propone ni la solución de la activa, instaurada por el pecado, Dios responde con
guerra santa de los Macabeos ni la cobarde apostasía, Jesús-Sacerdote en el sistema de la expiación activa.
sino la expiación de los pecados sacerdotalmente ini- Así rompe heroica y salvíficamente la espiral de la
ciada y realizda por el Sumo Sacerdote Jesucristo. De violencia.
esa manera aparece la finalidad del sacerdocio de
Jesús, la liberación de los injustamente oprimidos por La actitud sacerdotal de Jesús, al comprobar la
la conversión también liberadora de los pecadores, distancia entre la utopía y la realidad, no es pasiva
proclamando el año de gracia del Señor (Le. 4, 19; Is. sino activa, con una actividad sacerdotal y expiatoria
61, 2). Es la proclamación y la venida del Reino de constante, esperanzada y arriesgada, pero cuyos pri-
Dios. meros resultados positivos Pablo constataba en el mis-
terio de su propia vida: el perseguidor homicida se
Resumiendo: la finalidad, el horizonte, la utopía había integrado fraternalmente en la comunidad de
—diríamos hoy— del ser y de la actividad sacerdotal los perseguidos; milagro que después ve repetirse en
de Cristo, que se le recuerda a la comunidad cristiana la comunidad de los Colosenses, porque "también
de la Carta a los Hebreos, es la misma de la propuesta vosotros estabais antes distanciados y erais enemigos
por Pablo a los colosenses: la reconciliación fecunda jurados por causa de vuestras malas acciones; ahora,
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

en cambio, por la muerte que Cristo sufrió en su En efecto, la alianza, como instrumento religioso-
cuerpo mortal, Dios os ha reconciliado para haceros jurídico establecido por Dios para originar un nuevo
gente consagrada, sin mancha y sin reproche a sus Pueblo de Dios, garantiza que la misión y el sacerdo-
ojos" (Col. 1,21-22). cio de Jesús sobre el mundo se realice en comunión
con otros hombres que, llamados por la fe, creen y
Esto nos conduce al análisis de la actitud y de la tienen esperanza en la misión y en el camino —méto-
actividad de Jesús como Sumo Sacerdote. do— trazados y vividos por Jesús. Y al mismo tiempo,
permite y exige que la actividad salvifica de Jesús se
6. Objetivo de la mediación sacerdotal: prolongue históricamente y se realice mediante las
la Nueva Alianza acciones históricas de otras personas. De esta manera,
al desafío histórico del pecado se responde con una
El objetivo inmediato del sacerdocio de Jesús, en contestación histórica, humana y comunitaria. Es
el contexto de una estrategia para viabilizar la utopía, decir, la instauración de la alianza muestra que el
es el establecimiento de una nueva alianza entre Dios sacerdocio de Cristo, en obediencia al plan de Dios,
y los hombres. Así se nos dice en la Epístola a los no se puede entender en el viejo esquema religioso de
Hebreos que es "mediador de una alianza nueva" la lucha entre los poderes míticos del bien y del mal,
(Hbr. 9, 15), "de una alianza más valiosa, legalmente sino solamente como una realidad que, teniendo en
establecida en base a promesas de más valor" (Hbr. cuenta la perspectiva de la fe, nace históricamente y
8, 6), y que deja "anticuada la primera", teniendo en sigue actuando históricamente, a través de un Pueblo
cuenta que "todo lo que se vuelve antiguo y envejece comprometido con Jesús, para cambiar o convertir el
está próximo a desaparecer" (Hbr. 8, 13). dinamismo y el sentido de la historia dominados por
el pecado, hasta que superadas las divisiones injustas y
La instauración y proclamación de la Nueva violentas entre los hombres, toda la humanidad rinda
Alianza, teniendo en cuenta el esquema típico e histó- el verdadero culto a Dios que ha comenzado a reali-
rico de la alianza bíblica 28 , como objetivo inmediato zarse ya históricamente en la persona de Jesucristo, el
de Jesús es de la mayor trascendencia para la com- Sumo Sacerdote.
prensión de su sacerdocio.
Abierta la misión de Cristo a la salvación y libera-
28. HASPECKER, J., "Alianza" en Conceptos fundamentales ción de todos los hombres y de todo el hombre, la
de Teología T.I. (Madrid 1966) pp. 63-72. nueva alianza la establece también con la posibilidad
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

de integrar a todos los hombres sin discriminación de Dios, dado que el sacerdocio es en sí mismo ininteli-
ninguna clase, dado que "ya no hay más judío ni grie- gible sin relación a Dios.
go, siervo ni libre, varón ni mujer, dado que hacéis
todos uno con Cristo Jesús" (Gal. 3, 28). De esta ma-
nera, es la original y nueva alianza instaurada por En el caso de Cristo aparece una relación única,
Cristo la que fundamenta la exigencia de derribar las íntima y singular con Dios: la filiación divina, que de
barreras divisorias entre los pueblos y poner fin a las tal manera lo identifica con el Padre que, en el exor-
hostilidades entre los hombres y la que ofrece la dio de la Carta se afirma que "El es reflejo de su glo-
amnistía universal de Dios a todos los hombres (Rom. ria, impronta de ser, él sostiene el universo con la
3,21-25). palabra potente de Dios" (Hbr. 1, 3).

7. Primera condición: la solidaridad con el Padre Pero la relación entre la filiación divina y el sacerdo-
cio no es inmediata ni simple, como se desprende del
Establecidos el fin y el objetivo inmediato del proceso que sugiere el autor de la Carta del paso de
sacerdocio de Cristo, corresponde preguntarnos por Hijo a Pontífice: "Hijo y todo como era, sufriendo
las condiciones básicas de su mediación sacerdotal. aprendió a obedecer y, así consumado, se convirtió en
Del estudio de la Epístola a los Hebreos se desprende causa de salvación eterna para todos los que le obede-
que son tres: la solidaridad con Dios, la solidaridad cen a El, pues Dios lo proclamó Sumo Sacerdote en la
con los hombres, y su insolidaridad activa con el línea de Melquisedec" (Hbr. 5, 8-10).
pecado, "porque todo sumo sacerdote se escoge siem-
pre entre los hombres para que los represente ante En el caso del sacerdocio, éste exige un llama-
Dios y ofrezca dones y sacrificios por los pecados" miento y una designación de origen divino, "porque
(Hbr. 5, l) 2 9 . nadie puede arrogarse esa dignidad, tiene que desig-
narlo Dios, como en el caso de Aarón" (Hbr. 5, 4).
La primera condición para poder quedar consti-
tuido como mediador sacerdotal es la solidaridad con Al llamamiento vocación de Dios tiene que seguir
la respuesta obediente del elegido, respuesta que el
autor de la Epístola a los Hebreos descubre en Jesús
29. Una minuciosa exégesis de este texto véase en VANHOYE, en el mismo instante de entrar en el mundo: "Aquí
Épistolae ad Hebraeos ... pp 92-97. estoy yo para hacer tu voluntad" (Hbr. 10, 5-6).
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Históricamente, este misterio de la solidaridad de hombre "porque todo sumo sacerdote se escoge siem-
Jesús con Dios, aparece para el autor de la Epístola a pre entre los hombres" (Hbr. 5, 1).
los Hebreos, en lo preclaro de la fe de Jesús -"pio-
nero y consumador de la fe" (Hbr. 12, 2 ) - , totalmen- La realidad histórica de Jesús hoy no tiene dudas
te sometido a la voluntad del Padre, "porque yo no para nadie, como tampoco la tenía para las primitivas
puedo hacer nada de por mí (...), porque no busco comunidades cristianas. Pero nos podemos preguntar
hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió" en qué consistió la solidaridad de Jesús con el hombre
(Jn. 5, 30). Más aún, descubre una fe plenamente y cuáles son los niveles que alcanza. En este punto, la
confiada en el momento de la prueba, cuando Jesús Epístola a los Hebreos nos descubre profundidades in-
tenía la sensación de que su oración no era escucha- sospechadas, al mismo tiempo que pretende aclararlas.
da: "El, en los días de su vida mortal, ofreció oracio-
nes y súplicas, a gritos y con lágrinas, al que podía sal- La solidaridad de Jesús con el hombre se constru-
varlo de la muerte; y Dios lo escuchó, pero después de ye progresivamente a partir de dos polos que se rela-
aquella angustia" (Hbr. 5, 7). cionan mutuamente y se hacen madurar por su in-
fluencia a través de la vida histórica de Jesús: el amor
Jesús es, por tanto, el Hijo llamado por el Padre y la experiencia.
para realizar una difícil misión; misión que acepta con
plena obediencia y que realiza en la oscuridad de la fe La universalidad del amor de Jesús hacia el hom-
con una constancia y una fidelidad que le conducen bre, fiel reflejo del amor salvífico de Dios, ha sido
hasta la muerte, "y no hay amor más grande que dar afirmada y reflexionada por Juan con ocasión de la
la vida por los amigos" (Jn. 15, 13), y paralelamente conversación nocturna mantenida con Nicodemo (Jn.
no hay mayor amor y solidaridad con Dios que el dar 2, 16-21). Y no podemos olvidar que el amor es siem-
la vida para cumplir la misión que El ha encomendado pre principio de solidaridad.
a una persona.
Pero la solidaridad del amor, principalmente en
8. Segunda condición: una situación trágica, se puede vivir a dos niveles dife-
La solidaridad con el hombre rentes: desde la exterioridad de la tragedia, contem-
plando lo que está sucediendo al otro; o participando
La mediación sacerdotal exige también la perte- como paciente de la misma tragedia, comprendiendo,
nencia a la comunidad humana y la solidaridad con el más aún viviendo el horror del que vive la tragedia.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Cuando el amor participa de esta experiencia trágica ciencia de ser justo e inocente sin miedo a poder decir
es cuando busca las soluciones heroicas. delante de la multitud: "' ¡A ver, uno que pruebe que
estoy en pecado!" (Jn. 8, 46). De ahí su extraordina-
La vida de Jesús, unida a la misión recibida del ria compasión por todos los pobres de este mundo y
Padre, le condujo a experimentar la debilidad del su opción preferencial por los pobres, como decimos
hombre en todos sus aspectos, menos en el pecado, actualmente, porque él mismo ha padecido el horror
como se escribe en la Epístola a los Hebreos: "No de la pobreza originada por la injusticia de los hom-
tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse bres.
de nuestras debilidades, sino uno probado en todo
igual que nosotros, excluido del pecado" (Hbr. 4, 15). Pero en la Epístola a los Hebreos la experiencia
Pero profundicemos en el tema. de Jesús fue todavía más radical. Según el texto, el
sacerdote "es capaz de ser indulgente con los ignoran-
La primera gran experiencia de Jesús es la extraor- tes y extraviados, porque a él también la debilidad lo
dinaria fuerza del mundo del pecado y del aniquila- cerca" (Hbr. 5, 2). Es cierto que Jesús no cometió
miento al que él mismo es sometido por ser fiel a la pecado, pero los testigos de su vida atestiguan en re-
misión salvífica y liberadora que Dios le ha encomen- petidas ocasiones que Jesús fue sometido a la tenta-
dado. Así en el proceso de su vida va a experimentar ción y sintió en sí mismo la debilidad del hombre ten-
en propia carne la tragedia del pobre y del oprimido tado, como en la noche de Getsemaní, que con el
hasta sus últimas consecuencias, es decir, la tragedia realismo del Evangelio primitivo de Marcos, manifies-
del hombre que carece de poder para solucionar sus ta delante de sus discípulos: "Me muero de tristeza",
propios problemas, y que progresivamente es despoja- porque comenzaba "a sentir horror y angustia", según
do de dicho poder, hasta quedar injustamente situado el testimonio del Evangelista (Me. 14, 33-34). Y cuan-
entre los oficialmente malhechores y sometido a un do sale de su pimera hora de oración y encuentra a
ajusticiamiento propio de esclavos. Y además, su ex- sus discípulos adormilados, les transmite el consejo
periencia de esta pobreza es tanto más radical, porque partiendo de la experiencia de su propia debilidad:
su fe en la justicia de Dios y sus oraciones clamorosas "Estad en vela y pedid no caer en la tentación: el
y con lágrimas aparentemente no han sido escuchadas espíritu es animoso, pero la carne es débil" (Me.
(Hbr 5,7-10), ya que queda en su angustia sometido 14,38).
a la más trágica e impotente soledad, abandonado de
Dios y de los hombres. Y, sin embargo, tenía la con- Esta experiencia de la debilidad del hombre frente
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

a la tentación le permite comprender compasivamente En efecto, el sacerdocio está establecido principal-


"a los ignorantes y a los extraviados" (Hbr. 5, 2), es mente para la expiación, es decir, para abolir el peca-
decir a, los pecadores: es decir, incluso a los injustos do (Hbr. 9, 26), y de esa manera para quitar los peca-
enemigos del justo, haciéndole establecer el inaudito dos de tantos (Hbr. 9, 28). Es el método eminente
precepto: "Amad a vuestros enemigos y rezad por los establecido por Dios en Cristo para vencer la rebelión
que os persiguen" (Mt. 5, 44). El mandato se hace del hombre frente a Dios, con todas sus consecuencias
realidad histórica en la vida de Jesús, cuando exclama históricas y sociales, y para instaurar el Reino de Dios
repetidas veces en la cruz: "Padre, perdónalos, que no entre los hombres.
saben lo que hacen" (Le, 23, 34). Pablo reflexiona
con admiración: "Cristo murió por los culpables. Desde este punto de vista, la insolidarídad con el
Cierto, con dificultad se dejaría uno matar por un pecado es una condición básica para constituir a un
hombre íntegro; con todo, por una buena persona hombre como Sumo Sacerdote. En Cristo esto se va
quizás afrontaría uno la muerte. Pero Cristo murió a vivir radicalmente, a diferencia de los Sumos Sacer-
por nosotros cuando aún éramos pecadores: así de- dotes del Antiguo Testamento que se veían obliga-
muestra Dios el amor que nos tiene" (Rom. 5, 6-8). Y dos "a ofrecer sacrificios por sus propios pecados
no conviene olvidar que cuando Pablo hacía estas como por los del pueblo" (Hbr. 5, 3). En el caso de
reflexiones recordaba que él mismo había sido cola- Cristo se afirma en repetidas ocasiones su inocencia y
borador del grupo que había dictado la sentencia con- expresamente el que no había cometido pecado (Hbr.
tra Jesús y contra Esteban, y que le habla entregado 4, 15: 2 Cor. 5,21).
las facultades necesarias para encarcelar a los cristia-
nos de Damasco.
Pero esta insolidarídad frente al pecado no es sólo
pasiva —es decir, no cometió pecado— sino activa y
conflictiva frente a la dinámica del pecado que histó-
9. Tercera condición: La insolidarídad con el pecado ricamente se despliega a través de la agresión de los
pecadores.
Si la mediación sacerdotal de Jesús exige como
condiciones previas la solidaridad con Dios y con los Por ese motivo, históricamente el pecado golpea
hombres, anteriormente apuntadas, exige simultánea- violentamente a Jesús de tal manera que "al que no
mente la insolidarídad absoluta con el mundo del conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro,
pecado. para que nosotros llegásemos a ser justicia de Dios
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

en él" (2 Cor. 5, 21). Es conocida por todos la com- Pero el texto mismo permite una profundización
plejidad de este texto, pero me parece crucial el acla- ulterior. No podemos olvidar que. la palabra hamartía,
rarlo para profundizar en el tema sobre el que esta- corresponde al hebreo hatta\ Ahora bien, la palabra
mos reflexionando. Jiatta'' admite dos significados: significa pecado y
sacrificio por el pecado. Esto nos permite también
hacer la lectura de que "al que no había conocido el
El texto subraya todo el poder del pecado. En
pecado, Dios lo hizo sacrificio del pecado por noso-
efecto, la palabra utilizada por Pablo es hamartía, que
tros". Es decir, la injusta sentencia y muerte emitida
tiene una significación concreta. Hamartía es un esta-
y cumplida por el pecado constituyendo a Jesús como
do permanente para toda la humanidad, una victoria
malhechor, fueron asumidas libremente por Jesús
con su correspondiente dominio despótico sobre todo
el hombre, incluso sobre la misma Ley judaica, hasta como sacrificio por el pecado, de tal manera que des-
el punto de haberla hecho su aliado con el tremendo pués de su Resurrección, cuando venga el Espíritu
apoyo de la muerte transformada en capacidad de Santo, con este complejo hecho "probará al mundo
homicidio. que hay culpa, inocencia y sentencia: primero culpa,
porque no creen en mí; luego inocencia, y la prueba
es que voy con el Padre (...); por último, sentencia,
Según el texto, al que no conocía pecado, Dios porque el jefe del orden presente ha sido condenado"
lo hizo pecado. Según mi opinión, se trata de una (Jn. 16,8-11).
acción permisiva prevista por Dios: en ese caso el
sujeto implícito sería el mundo del pecado que tuvo
tanta fuerza que hizo a Cristo pecado, es decir, des- Paradójicamente, el triunfo del pecado sobre
de sus tribunales establecidos en el mismo Pueblo de Jesús ha sido el mismo instrumento que Jesús, pade-
Dios pudo declarar en nombre de la ley, al que real- ciéndolo en su carne, ha utilizado para demostrar la
mente era inocente, como pecador público, de tal maldad del sistema y ofrecer a los pecadores un cami-
manera que su muerte apareciera ante los ojos del no de conversión y de liberación. No cabe duda que
mundo como el cumplimiento de una justicia en la "la locura de Dios es más sabia que los hombres, y la
que se llevaba a término una sentencia legal y jurídi- debilidad de Dios más potente que los hombres" (1
camente establecida contra un malhechor. Quedó así Cor. 1,25).
marcado por el herem, excomulgado del pueblo de
Dios.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

10. Hacia una nueva comprensión de la segregación


acostumbra, como sucedió con el sacerdocio de Israel
sacerdotal
que suscitó ambiciones y envidias (Num. 16-17; Sir
45, 18; 2 Mac 4, 7-8, 24 etc.). El camino de Jesús
El análisis de las condiciones sobre las que se
para llegar a ser Sumo Sacerdote es totalmente con-
monta la mediación y, más en concreto, la mediación
trario: nunca su sacerdocio le ofreció privilegios, ya
sacerdotal de Jesús nos permite una nueva compren-
que vivió en las mismas condiciones de cualquier
sión de las características de la discutida segregación
hombre del pueblo de Israel de su tiempo, e incluso
sacerdotal 30 .
fue gravemente lesionado en sus derechos humanos 31 .
La segregación en el caso de Cristo, en ningún mo-
Su segregación se limitó a la recepción de una mi-
mento aparece en la Epístola de los Hebreos que se
sión arriesgada que le condujo a la muerte, y que le
haya hecho por separación de los hombres, sino todo
permite afirmar: "El Hijo del Hombre no ha venido
lo contrario, radicalizando la solidaridad con el hom-
a que le sirvan, sino a servir y a dar su vida en rescate
bre y con su destino histórico, de tal manera que el
por todos" (Mt. 20, 28).
autor nos afirmará que "por haber sufrido la muerte,
está coronado de gloria y de dignidad; así, pues, por
11. Las dos cualidades del Sumo Sacerdote
la gracia de Dios, la muerte que El experimentó re-
dunda en favor de todos" (Hbr. 2, 9). Es una situa-
¿Cuáles son las cualidades fundamentales de Cris-
ción totalmente distinta a la de los sacerdotes del
to para que pueda ejercitar eficaz e históricamente su
Antiguo Testamento, que para poderse poner en con-
sacerdocio en el mundo? El autor de la Epístola afir-
tacto con la realidad sagrada, tenían que separarse de
ma que "ser sumo sacerdote compasivo (eleémon) y
toda aquella realidad humana que pudiera contami-
digno de fe (pistos) en lo que toca a Dios y expiar así
narlos.
los pecados del pueblo" (Hbr. 2, 17-18).
Pero, además, se trata de una solidaridad que no De nuevo aparece en el texto la finalidad del sa-
le ofrece un puesto de preeminencia en la comuni- cerdocio de Jesús: la expiación de los pecados, lo que
dad, con el esplendor y los privilegios que la sociedad implica históricamente, como ya hemos apuntado, la

30. CASTILLO, José M., El sacerdote ministerial (Madrid 31. URS VON BALTHASAR, Ensayos teológicos Vol. II
1971) pp. 62-75.
(Madrid 1964) pp. 475-476.
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Antonio González Dorado, S.J, Testigos de la nueva evangelización

conversión de los pecadores, con la aceptación salvífi- El segundo término hebreo (hesed), traducido
ca del plan de Dios y el consiguiente cambio en sus ordinariamente en griego por una palabra que tam-
reglas de conducta. Para que esta conversión pueda bién significa misericordia (éleos), designa de suyo la
realizarse es necesario, escribe el autor de la Epístola piedad, relación que une a dos seres e implica fideli-
a los Hebreos, que el sacerdote, es decir, Jesús haya dad. Con esto recibe la misericordia una base sólida:
sido misericordioso y digno de fe en las cosas referen- no es ya únicamente el eco de un instinto de bondad,
tes a Dios. que puede equivocarse acerca de su objeto o su natu-
raleza, sino una bondad consciente, voluntaria. Es
La primera cualidad es la misericordia. En el mun- incluso respuesta a un deber interior, fidelidad con
do cultural hebreo la misericordia tiene unos matices uno mismo" 33-
profundos y una riqueza que quedan ocultos a nues-
tra cultura greco-romana 32 . A la luz de estas aclaraciones, la misericordia sa-
cerdotal cristiana es la expresión más profunda de la
"Para el israelita —ha escrito León-Dufur—, la mi- solidaridad de Cristo con la humanidad: se trata de
sericordia se halla en la confluencia de dos corrientes una solidaridad vital y amorosa —como la de la madre
de pensamiento, la compasión y la fidelidad". con la criatura que tiene en sus entrañas—, y que
supone, por ese motivo, una capacidad exquisita para
"El primer término hebreo (rahamim) expresa el "compadecerse de nuestra debilidad, (porque ha) sido
apego instintivo de un ser a otro. Según los semitas, probado en todo igual que nosotros" (Hbr. 4, 15).
este sentimiento tiene su asiento en el seno materno Pero al mismo tiempo es una misericordia que corres-
(rehem: 1 Re 3, 26), en las entrañas (rahamim) de un ponde al misterio de su vocación libremente aceptada.
padre (Jer. 31, 20; Sal. 103, 13), o de un hermano Es fidelidad a sí mismo, es obediencia al Dios Salva-
(Gen. 43, 30). Es el cariño o la ternura. Inmediata- dor, y es fidelidad al hermano incluso cuando fratri-
mente se traduce por actos: en compasión con oca- cidamente lo ha condenado a muerte 34 .
sión de una situación trágica (Sal. 106-45), o en el
perdón de las ofensas (Dan. 9, 9). 33. LEÓN DUFOUR, X., Vocabulario de Teología Bíblica
(Madrid 1965) pp. 475-476.
34. Es interesante observar la diferencia entre el rigor del anti-
guo sacerdocio y la misericordia del nuevo en MARTINI-
VANHOYE, Bibbia e vocazione, pp. 200-204; VANHOYE,
32. MARTINI-VANHOYE, Bibbia e vocazione, pp 163-168. Epistolae ad Hebraeos... pp. 86-88.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

La segunda cualidad del sacerdote es que sea vida la metodología propuesta por Dios para la libera-
pistos, es decir, digno de fe. Vanhoye ha examinado
ción del hombre y del mundo, tiene autoridad para
con todo respeto las distintas posiciones exegéticas
que los hombres acepten los desconcertantes caminos
sobre el significado de la palabra en este texto. Su
de Dios, radicalmente opuestos a los caminos del
conclusión, tras finos y acertados análisis, es que se
trata de una cualidad para que su sacerdocio pueda triunfo propuesto por el régimen del pecado. Así
tener efectividad entre los hombres. El la traduce Jesús vivió su sacerdocio: con misericordia y con la
como "digno de fe" 3 5 . En expresión más castellana se autoridad que nace del testimonio de la propia vida.
puede interpretar como "digno de crédito". Digno de
crédito es la autoridad necesaria del testigo y del
maestro para que su palabra pueda ser aceptada razo-
nablemente. Los contemporáneos de Jesús recorda- 12. El ministerio de la palabra Divina
ban que cuando El terminaba de hablar "la gente esta-
ba asombrada de su enseñanza, porque les enseñaba Hasta ahora hemos analizado las condiciones y las
con autoridad, no como sus letrados" (Mt. 7, 28-29). cualidades sobre las que se establece la mediación
Esta autoridad es tanto más importante, dado que sacerdotal de Cristo. Pero nos preguntamos sobre los
Jesús afirmaba que "mi doctrina no es mía, sino medios con los que Jesús desplegó e hizo efectiva su
del que me ha enviado" (Jn. 7, 17). Y el mismo mediación entre los hombres. La Epístola a los He-
Jesús acreditaba sus palabras afirmando: "Mis cre- breos nos responde que con el ministerio de la pala-
denciales son las obras que hago en nombre de mi Pa- bra, con la fundación de una nueva casa y con el sacri-
dre" (Jn. 10,25). ficio.

Sólo un sacerdocio misericordioso y digno de cré- La Epístola a los Hebreos nos define al cristiano
dito puede hacer efectiva la expiación de los pecados, como el hombre que ha hecho profesión de fe en
la conversión de los hombres al llamamiento salvífico Jesús como enviado (apóstol) y sumo sacerdote:
de Dios. Sólo un sacerdocio, que ha aceptado en su "Considerad al enviado y sumo sacerdote de nuestra
profesión de fe: a Jesús" (Hbr. 3, 1). El texto ofrece
una serie de novedades que ha atraído la atención de
los exégetas. En efecto, es el único lugar del Nuevo
35. MARTINI-VANHOYE, o.c. pp. 179-184; VANHOYE, Testamento en el que se le da a Jesús el nombre de
Epistolae..., pp. 31-32. Apóstol, y se habla de una desconocida fórmula de
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

profesión de fe en Jesús como Apóstol y Sumo La función profética de Jesús es clave para reali-
Sacerdote 36 . zar su mediación sacerdotal, y es la que desencadena
el proceso histórico que le conduce simultáneamente
Prescindiendo de estas curiosidades exegéticas, lo al ajusticiamiento y al sacrificio.
que sí aparece claro es Cristo como Apóstol y Sumo
Sacerdote siendo objeto de la fe del cristiano. El pro- En efecto, la mediación sacerdotal de Cristo tiene
blema es cómo se ha suscitado esta fe. San Pablo en la como finalidad la conversión del hombre al Reino de
carta a los Romanos nos da directamente la clave: Dios, y es mediante el anuncio de la última palabra de
"La fe viene por el oído, y la audición por medio de Dios cómo el hombre puede adherirse a la fe (Mt. 28,
la palabra de Cristo" (Rom. 10, 17). Es el mismo te- 19-20). Jesús se definió a sí mismo en la sinagoga de
ma que desarrolla la Epístola a los Hebreos: Tenemos Nazareth como el ungido para anunciar el mensaje de
una salvación excepcional "que fue anunciada al prin- Dios: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque El
cipio por el Señor" (Hbr. 2, 3). me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los hom-
brs" (Le. 4, 18). Su intensa dedicación al ministerio
Se trata de una palabra que es simultáneamente de la palabra justifica que sus contemporáneos lo clasi-
palabra de Dios y palabra de Jesús: "En múltiples ficaran como Maestro y como Profeta.
ocasiones y de muchas maneras habló Dios antigua-
mente a nuestros padr.es por los profetas. Ahora, en Pero fue su misma palabra la que explica el proce-
esta etapa final, nos ha hablado por un Hijo" (Hbr. so trágico de la vida de Jesús que desemboca en medio
1, 1-2). Es decir, se afirma que la última palabra de de tribunales que lo condenan a muerte. La palabra
Dios nos ha llegado a través de su hijo enviado (após- de Señor era simultáneamente anuncio y denuncia,
tol) y constituido sacerdote. Por tanto, podemos con- proclamación de año de gracia pero con graves acusa-
cluir que la palabra del Jesús Profeta es simultánea y ciones que exigían un cambio de vida. La fatídica
radicalmente palabra sacerdotal 37 . consulta en el Sandedrín se basaba en este hecho:
"¿Qué hacemos? Ese hombre realiza muchas señales;
36. STRATHMANN, H., La Epístola a los Hebreos. Texto y si.dejamos que siga, todos van a creer en él" (Jn. 11,
comentario (Madrid 1971) p. 54. 48). De esa manera, la palabra que da vida a los hom-
37. También en el Antiguo Testamento el sacerdocio tenía mi-
nisterio de la palabra, aunque de características especiales, bres, fue palabra de muerte para el propio Jesús. Fue
véase DE VAUX, "Instituciones del Antiguo Testamento" palabra que sirvió para fundamentar los dos polos en
(Barcelona, 1964) pp. 454-460. los que queda tensado vigorosamente su sacerdocio:
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

la salvación de los hombres y el sacrificio de su vida. (Hbr. 1, 2). Es también el Hijo, pero como Cristo y
Sumo Sacerdote el origen, fundador y fundamento
13. Fundar casa y estar al frente de la familia de Dios de la nueva creación y, consiguientemente, de la nue-
va familia de Dios, y por eso tiene mayor dignidad que
El dinamismo de la palabra del Señor condujo la familia misma (Hbr. 3, 4).
desde el principio a congregar personas a su alrededor.
En su vida mortal surgió un grupo de discípulos y se- Queda claro, por tanto, el ministerio del sacerdo-
guidores que le llamaban Señor y Maestro, nombres que cio de Jesús de crear y fundar la familia de Dios. Pero,
Jesús aceptaba consciente de su misión (Jn. 13, 13). ¿qué relaciones establece el sacerdocio entre Cristo y
Después de la resurrección, pronto se forma la prime- su familia?
ra comunidad de hermanos bautizados en el nombre
de Jesús el Mesías (Act. 2, 37-47). Por una parte, las relaciones son fraternales con
los otros miembros, "pues el consagrante y el consa-
La reflexión teológica de la Epístola a los Hebreos grado son todos del mismo linaje. Por esta razón no
nombra a las comunidades pascuales con el nombre de tiene El reparo en llamarlos hermanos, cuando dice:
casa o familia de Dios, afirmando explícitamente que Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la
"esa familia somos nosotros, con tal que mantenga- asamblea te alabaré" (Hbr. 2, 12). Se trata de una fra-
mos esa seguridad y esa honra que es la esperanza" ternidad que no se reduce a una comunidad en la car-
(Hbr. 4, 6). ne y en la sangre, sino también en las dificultades, en
la esclavitud y en la muerte, de tal manera que se pa-
El autor deja claramente establecido que toda fa- rece en todo a sus hermanos (Hbr. 2, 14-18).
milia de Dios tiene como fundador último a Dios.
Pero simultáneamente, desde el punto de vista histó- Pero, por otra parte, es el hijo que está al frente
rico no hay familia sin patriarca. Desde esta perspecti- de la familia (epi ton oikon autou). Esta presidencia
va establece una diferencia entre Moisés y Jesús. Por- la realiza Jesús con la palabra que dirige a la comuni-
que Moisés sólo fue un miembro de la familia dad (Hbr. 3, 7-11); con las entrañas de misericordia
abrahámica a quien Dios le dio la misión de transmi- con las que vive sus problemas y dificultades (Hbr.
tir lo que El dijera (Hbr. 3, 5-6). Pero Cristo es el fun- 4, 15-16); arriesgando y perdiendo su vida, como
dador histórico de la nueva familia, lo mismo que go'el de su pueblo en favor de sus hermanos; con el
como Hijo "había creado los mundos y las edades" ejemplo de su constancia en la fe, en medio de tantas
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

dificultades (Hbr. 12, 2-3); intercediendo siempre por Pero la Epístola distingue dos clases de sacrificios.
sus hermanos con la oración (Hbr. 7, 25); liberando Unos exteriores o que sólo pueden conferir una pure-
"a todos los que por miedo a la muerte pasaban la za externa (Hbr. 9, 14). Son dones y sacrificios que se
vida entera como esclavos" (Hbr. 2, 16).
ofrecen pero que "no pueden transformar en su con-
ciencia al que practica el culto, pues se relacionan
Esta presidencia de Jesús sobre su familia, para
solamente con alimentos, bebidas y abluciones diver-
que tenga resultados eficaces, exige por parte de los
sas, observancias exteriores impuestas hasta que llega-
hermanos fe en Jesús (Hbr. 3, 1); obediencia -"se
ra el momento de poner las cosas en su punto" (Hbr.
convirtió en causa de salvación eterna para todos los
9,9-10).
que le obedecen a él" (Hbr. 5, 9 ) - ; fidelidad y cons-
tancia hasta el final (Hbr. 2, 1-4); y mantener la típica
Frente a este tipo de sacrificios exteriores expone
conducta cristiana establecida por él (Hbr. 13, 1-19). otro tipo de sacrificio, el sacrificio de Jesús —el de la
entrega obediente de su vida al Padre por la salvación
de sus hermanos hasta la muerte ignominiosa en la
14. La misión sacrificial del sacerdocio de Jesús cruz—, que eleva y muestra a Jesús como Sacerdote,
al mismo tiempo que tiene fuerza para purificar "nues-
Siguiendo el desarrollo del autor de la Epístola tra conciencia de las obras de muerte, para que demos
llegamos al punto capital de la exposición (Hbr. 8, 1), culto al Dios vivo" (Hbr. 9, 14).
que es el ministerio sacrificial del sacerdocio de Jesús,
con el que realiza el culto pleno a Dios, en el que co-
Pero, ¿en qué consiste el sacrificio de Cristo? La
bran toda su fuerza y sentido los ministerios de la
respuesta no es fácil y, sin embargo, su aclaración me
palabra y de la presidencia de su casa, el que funda-
parece fundamental para la comprensión del sacerdo-
mentará un sacerdocio sumo, exclusivo y vivo, de una
cio y del sumo sacerdocio de Cristo.
manera permanente entre Dios y los hombres.
De hecho, la muerte de Cristo puede verse desde
En la Epístola es principio aceptado que "a todo
dos perspectivas diferentes: desde una perspectiva
sumo sacerdote se le nombra para que ofrezca dones
puramente histórica o desde una perspectiva teoló-
y sacrificios" (Hbr. 8, 3). Queda establecida de esta
gica.
manera una relación esencial entre el sacerdocio y el
culto sacrificial.
Analizada históricamente la muerte de Cristo se
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63
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

trata de una "passio", como todavía se dice en la La historia, sin duda, la hacemos los hombres y la
narración de los acontecimientos del ajusticiamiento modificamos con nuestra libertad. Pero el hombre
de Jesús. Se trata de una sentencia injusta que ha su- puede construir y dirigir la historia bajo dos signos:
frido un inocente, y que se ha ejecutado, como en bajo el signo del Reino de Dios, o bajo el signo de su
tantos otros casos, en un contexto profano que nada propio endiosamiento. Al final, impíos y justos
tiene que ver con lo religioso. Éticamente examinado —como indica el libro de la Sabiduría— son sometidos
el caso se trata de una injusticia pública, que ni ha po- al juicio de Dios, que es el Señor y el Juez de la his-
dido ser querida ni aprobada por la víctima inocente, toria.
sino solamente soportada. Consiguientemente falta
una nota fundamental del sacrificio: la voluntad y el En el caso de Jesús el tema es apasionante. El
deseo de ofrenda por parte del oferente. aparece en su tiempo inserto en un complejo mundo
de sistemas y estructuras que se encuentran, siguien-
Vista desde el ángulo teológico y ético el proble- do la tradición de la humanidad, dominadas por el
ma es más grave. Si Dios para la expiación de los peca- régimen del pecado. El recibe y acepta, obediente a
dos exige y quiere la muerte de un hombre inocente, Dios, una misión: la expiación del pecado mediante la
parece que nos encontramos ante una de las antiguas conversión de los hombres y de la humanidad.
divinidades sanguinarias, agudizado el problema por-
que en este caso no es un sacerdote ofuscado sino Esta misión es aceptada por Jesús con todas sus
un tribunal positivamente injusto —y consiguiente- consecuencias, lo que se expresa en la Epístola po-
mente alejado de Dios—, el que ejecuta la voluntad niendo en los labios de Jesús, ya en su entrada en el
del Dios sanguinario. Si es el propio Jesús el que desea mundo, las siguientes palabras: "Sacrificios y ofren-
su muerte, poniendo los medios oportunos para con- das no los quisiste, en vez de esto me has dado un
seguirla, nos encontramos muy cerca de la figura del cuerpo a mí (...); entonces dije: Aquí estoy yo para
suicida. hacertu voluntad,Dios mío" (Hbr. 10, 5-7).

La solución a este problema creo que hay que Lógicamente Dios conoce el riesgo de esta misión
encontrarla en una conjunción de los planos histórico frente a un sistema de pecado activo. Y Jesús, en la
y teológico, sin olvidar que simultáneamente Dios es entrega histórica a su misión, después de los primeros
el Señor de la historia, pero que los hombres son los triunfos, comprende también el riesgo que está co-
únicos protagonistas de la historia. rriendo, ya que se encuentra comprometido en un
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización
camino que inevitablemente le conduce a la muerte.
En el contexto de un rito, Jesús expresa su decisión y
Su marcha hacia la muerte no es suicida. En repe- el sentido de su muerte: "Esto es mi cuerpo que se
tidas ocasiones procura evitarla como en Nazareth entrega por vosotros" (Le. 22, 19). "Esta es mi san-
(Le. 4, 28-29), o en Jerusalén en las fiestas de la Dedi- gre, la sangre de la alianza que se derrama por todos
cación (Jn. 10, 39-49), ocasión en la que incluso se para el perdón de los pecados" (Mt. 26, 28).
refugia huyendo al otro lado del Jordán, saliendo de
la jurisdicción de la policía del Templo.
Cuando el momento se acerca. Jesús siente el ho-
rror y la angustia ante la muerte (Me. 14, 33-34). Se
Pero el riesgo de la muerte no le hace ceder en su encuentra ante el hecho inevitable. Pero no acepta
misión, porque "había que liberar a todos los que por defender su vida con la clásica violencia del pecado
miedo a la muerte pasaban la vida entera como escla- (Mt. 26, 51-54). Pero se defiende con la fuerza de la
vos" (Hbr. 2, 15). verdad tanto ante el Sanedrín como ante el Procura-
dor Romano. Pero la sentencia ya se había dictado
Esta conciencia de Jesús, del riesgo que está co- días antes en el conciliábulo organizado por Caifas
rriendo, le origina una certeza de cómo va a terminar (Jn. 11,47-54).
su vida. Por eso, en repetidas ocasiones, habla de su
hora y predice su fin. Con ocasión de la parábola del
La sentencia de muerte no le priva a Jesús de ver
buen pastor, lo dirá explícitamente: "Nadie me qui
con claridad la vigencia del pecado en la historia.
ta la vida, la doy yo voluntariamente" (Jn. 10, 18).
Ante Pilato responde con serenidad. "No tendrías
No cabe duda que si Jesús hubiera renunciado a su mi-
ninguna autoridad sobre mí si Dios no te la diese. Por
sión, nadie hubiera atentado contra su vida. Pero esto
eso, el que me ha entregado a tí tiene más culpa que
no se lo permitía su fidelidad al Padre y su amor a los
tu" (Jn. 19, 11). Pero tampoco le hace renunciar a su
hombres. Por eso es Jesús el que entrega voluntaria-
misión y a su compromiso, el tener que padecer en
mente su vida, porque no está dispuesto a renunciar al
propia carne inocente los efectos de una sentencia
compromiso de su misión.
injusta, como lo demuestra en la cruz al decir: "Pa-
dre, perdónalos porque no saben lo que hacen" (Jn.
La plenitud de esta conciencia y del compromiso 23, 34). Ni en la cruz se constituye en juez de sus jue-
de Jesús con su misión se expresa en la institución de ces, sino en abogado de los mismos que injustamente
la Eucaristía, pocas horas antes de iniciarse su pasión. lo han condenado y en esa tarde cantan su victoria.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
La garantía de haber sido fiel a su misión hasta
sus últimas consecuencias, le hace entregarse en el mundo por El se salve" (Jn. 3, 16-18). Este es el mis-
último momento con confianza al Padre: "Padre, en terio de Dios con relación a la humanidad, escondido
tus manos encomiendo mi espíritu" (Le. 23, 46). en la oscuridad de los siglos y manifestado en Jesús.

Para los poderes de este mundo había muerto un Pero, en Jesús muerto ignominiosa e injustamen-
malhechor. Para la comunidad cristiana, moría el te, y aceptado por Dios como sacrificio de expiación,
mártir fiel a su misión. Para el autor de la Epístola Dios revela la grandeza de la vocación del hombre y
a los Hebreos se había consumado el gran sacrificio, los insospechables horizontes de su humanización.
el que es capaz de cambiar el rumbo del mundo, y Hombre es el que, sumgergido en la dinámica del
con él un Sumo Sacerdote había sido consagrado para amor salvífico de Dios, se solidariza existencialmente
interceder por nosotros. con el horror de sus hermanos oprimidos, haciendo de
su vida un proyecto de liberación que le conduce
Los hombres como protagonistas de la historia hasta el martirio, pero a un martirio realizado de tal
han jugado libremente sus distintos papeles, supuestas manera, que siendo testimonio supremo de su amor a
sus diversas opciones. Pero es Dios, el Señor de la his- los débiles, es al mismo tiempo misterio de expiación
toria, el que como Juez revela la verdad de la historia. de los opresores, llamada amorosa de conversión de
los inicuos y de los pecadores, "porque Cristo murió
Pero la revelación de Dios, que no es de condena- por nosotros cuando aún éramos pecadores ^enemi-
ción sino de salvación, no la realiza con un dato ex- gos suyos históricamente que le condenaron a muer-
trínseco a la persona y vida de Jesús. Lo justifica resu- te—: así demuestra Dios el amor que nos tiene" (Rom.
citándolo, y desde su resurrección ilumina la muerte 5, 10).
de Jesús en la que se manifiesta la palabra escatológi-
ca de Dios. En realidad, la revelación de Dios y la revelación
del hombre que se realizan en la muerte de Cristo son
Esta palabra tiene dos dimensiones. Una de cara a las dos caras coherentes de una misma moneda. El
Dios: "Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo dinamismo liberador de Dios genera a través de Cristo
Único, para que tenga vida eterna y no perezca ningu- el proyecto de un hombre nuevo para la construcción
no de los que creen en El. Porque Dios no mandó su de un mundo nuevo en el que "ya no habrá muerte ni
Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el luto, ni llanto, ni dolor, pues lo de antes ha pasado"
68 (Ap. 21,4).
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Pero es interesante advertir que este sacrificio de Dios, pero graciosamente van siendo rehabilitados por
Jesús, que nos revela al verdadero Jesús, es un sacrifi- la generosidad de Dios, mediante el rescate presente
cio con fuerza transformante para originar nuevos en Cristo Jesús; Dios nos lo ha puesto delante como
hombres-nuevos como Jesús. El autor de la Epístola lugar donde, por medio de la fe, se expían los pecados
hace una contraposición. Refiriéndose a los sacrificios con su propia sangre" (Rom. 3, 21-26). Y la fe supo-
exteriores del Antiguo Testamento afirma que "los ne no sólo una confianza en un perdón extrínseco de
sacerdotes están todos de pie cada día celebrando el nuestros pecados, en una purificación exterior que no
culto, ofreciendo una y otra vez los mismos sacrifi- puede transformar la conciencia, como dirá la Epísto-
cios, incapaces de quitar los pecados" (Hbr. 10, 11), la (Hbr. 9, 9), sino que implica además una conversión
porque "se ofrecen dones y sacrificios que no pueden interna a la que va unida el compromiso del seguimien-
transformar en su conciencia al que practica el culto" to de Cristo con una identificación en su misión, en
(Hbr. 9, 9). Sin embargo Jesucristo "con una ofrenda su estilo de vida y en su método de acción.
única dejó transformados para siempre a los que va
consagrando" (Hbr. 10, 14).
Por ese motivo, cuando la comunidad a quien se
dirigía la Epístola, por razón de las dificultades entra
¿Cómo se despliega esta fuerza transformadora en situación de crisis, el autor de la carta les hace re-
sobre la humanidad a partir del sacrificio de Cristo? cordar "aquellos primeros días, cuando recién ilumi-
El entusiasmo por el valor y la novedad del sacrificio nados sostuvisteis recios y penosos combates" (Hbr.
de Cristo nos podría conducir a interpretar su efecti- 10,32), y les invita a la constancia poniendo "fijos los
vidad con una mentalidad ingenua y mítica. Tanto ojos en el pionero y consumador de la fe, Jesús"
San Pablo como el autor de la Epístola nos saca, de (Hbr. 12,2).
ese sueño fácil, tentación permanente de la humanidad.

El punto de enlace entre el hombre pecador y el


sacrificio de Cristo se realiza a través del engarce de la 15. El Sumo Sacerdote
fe. "Ahora en cambio, independientemente de toda
Ley, está proclamada una amnistía que Dios concede La muerte sacrificial de Cristo es respondida por
(...), amnistía que Dios otorga por la fe en Jesucristo el Padre justificando a su Hijo en la Resurrección, sen-
a todos los que tienen fe. A todos sin distinción, por- tándolo a la derecha del poder Dios y proclamándolo
que todos pecaron y están privados de la presencia de Sumo Sacerdote vivo, perpetuo y exclusivo.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

Estas afirmaciones que nos parecen recoger el crificios, era indispensable que él también tuviera algo
pensamiento de la Epístola, incluyen implícitamente que ofrecer. Ahora que, si estuviera en la tierra, no
diversos planteamientos y cuestiones, que pueden sería ni siquiera sacerdote, pues ya están los que ofre-
ayudar a comprender más profundamente el sumo sa-
cen los dones prescritos por la Ley. Pero el servicio de
cerdocio de Cristo.
éstos es un esbozo y sombra de lo celeste (...). De
La primera de estas cuestiones es cuando Cristo hecho a él le ha tocado una liturgia muy diferente,
quedó constituido como Sumo Sacerdote. Vanhoye pues él es mediador de una alianza más valiosa" (Hbr.
ha planteado teóricamente cuatro posiciones posibles 8, 3-6).
sobre el tema 38 . Prescindiendo de las inevitables dis-
cusiones sobre esta cuestión, propongo mi propia La afirmación de la Epístola es de la mayor tras-
opinión con las consecuencias que implica para la cendencia: no admite en Jesús un mero sacerdocio
comprensión del Sumo Sacerdocio de Cristo. competitivo dentro de un mismo tipo de sistema.
Para prestar el servicio de la purificación externa ante
El autor de la Epístola afirma que Jesús, "sufrien- la comunidad no era necesario el sacerdocio de Cristo,
do aprendió a obedecer y, así consumado, se convir- para esto ya estaba legal y sociológicamente estableci-
tió en causa de salvación eterna para todos los que le do en Israel y en los otros pueblos su propio sacerdo-
obedecen a él, pues Dios lo proclamó como Sumo Sa- cio. Por eso, sigue afirmando, si estuviera en la tierra
cerdote en la línea de Melquisedec" (Hbr. 5, 9-10). ni siquiera sería sacerdote.
En este contexto parece que tenemos que afirmar
que, en un desarrollo lineal, el Sumo Sacerdocio de Se trata, por tanto, de un sacerdocio original y
Cristo se realiza y manifiesta con la resurrección y nuevo, cuya mediación tiene como objetivo cambiar a
consiguientemente no existió tal sacerdocio durante la los hombres por dentro, convirtiéndolos en su con-
vida terrestre de Jesús. ciencia. ¿Cuándo surge este sacerdocio en Cristo?
Nuestra opinión es que surge con su muerte, lo que
En esta misma postura parece definirse la Epísto- explicará la afirmación del Sumo Sacerdocio de Cristo
la afirmando explícitamente: "Como a todo Sumo no terreno sino celeste, no transitorio sino eterno.
Sacerdote se le nombra para que ofrezca dones y sa-
En efecto, según la mentalidad del autor de la
Epístola, supuesta la postura inicial de Jesús de obe-
38. VANHOYE, Epistolae... o . c , pp. 29-31.
diencia al Padre, obediencia que atraviesa toda la
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

vida histórica de Cristo, en el mismo Jesús se fue dan-


nifiesta y se constituye en plenitud en el misterio de
do una transformación interna, un proceso de conver-
su resurrección 39 .
sión, no del pecado a la amistad con Dios, pero sí de
la obediencia optada a la obediencia experimentada
a través de las dificultades y tentaciones (Hbr. 2,18: Esto nos conduce a una profunda concepción del
4, 15; 5, 7 etc.), de tal manera que la Epístola no tiene sacerdocio revelada por Cristo su Hijo: Sacerdote es el
reparo en afirmar que "sufriendo aprendió a obede- hombre que, identificado y fiel al proyecto salvífico
cer" (Hbr. 5, 9). Es en la experiencia de su muerte, de Dios, hace de su vida una muerte sacrificial y ex-
donde Jesús tiene simultáneamente la experiencia piatoria en favor de sus hermanos pecadores, para que
suprema de su obediencia al Padre y de su amor a los en el viejo mundo del pecado pueda instaurarse la
hombres, y es con su muerte donde queda fijada en una paz y la alegría del Reino de Dios.
forma irrevocable, y consiguientemente eterna, la
postura de Cristo ante Dios y ante los hombres. Fija-
Jesús ha sido el pionero y el consumador, en su
da definitivamente esta opción fundamental de Jesús,
propia vida, de esta aventura divina. Se encuentra a la
que coincide con la opción salvífica de Dios mismo, derecha de Dios siempre intercediendo por nosotros,
es cuando el Padre lo identifica consigo, y a su Hijo- y permanece como el modelo ejemplar del hombre
Hombre lo exalta y lo eleva, constituyéndolo en el nuevo comprometido en la instauración de un mundo
Sumo, Eterno y Exclusivo Sacerdote de la humanidad. nuevo, conforme al proyecto de Dios. Así habla el
autor de la Epístola, escribiendo a una comunidad
que se sentía cansada en medio de tantas dificultades
y que padecía la tentación de inaugurar un camino
Pero, desde el punto de vista teológico, ¿se le pue- propio, olvidando el camino abierto por Cristo, el
de considerar sacerdote en el período de su vida histó- gran Sacerdote que está al frente de la familia de
rica? Creo que podemos afirmar con Vanhoye, que Dios, que somos nosotros.
hay un primer estadio del sacerdocio de Cristo: es un
sacerdocio "in fieri", un sacerdocio en marcha y que
se va construyendo progresivamente, que alcanza su
madurez en los acontecimientos de la muerte de Je-
sús, que se fija definitivamente en el mismo aconteci-
miento de su muerte sacrificial, y que se revela, se ma- 39. VANHOYE, Epistolae... o.c. p. 31.
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Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.

. II. SUMO SACERDOCIO DE CRISTO 1. Origen de la problemática


Y SACERDOCIO MINISTERIAL
Como nos ha afirmado con agudeza José María
Castillo, "la actual problemática sacerdotal no se ha
Las conclusiones de la Epístola a los Hebreos son suscitado fundamentalmente como el resultado de
claras y terminantes, después de haber desarrollado la una reflexión sobre los datos teológicos del sacerdo-
originalidad y novedad del sacerdocio de Jesús: Cristo cio o como una duda planteada a partir de las fuentes,
es el Sumo Sacerdote 40 , exclusivo y único para los sino como consecuencia de la vida en sí misma, como
tiempos de la Ultima y Nueva Alianza, y que está vivo de la vida problematizada de los sacerdotes". Y aña-
sentado a la derecha del Padre. de: "Lo cual nos lleva a pensar que lo que fundamen-
talmente está en juego no es el problema de unas
En la fe universal de la Iglesia es evidente que este ideas que interpelan mi vida, sino el problema de una
sacerdocio de Cristo continúa manifestando histórica- vida que busca justificación o explicación en unas
mente su funcionalidad con relación al mundo a tra- ideas. Lo que cuestiona a tantos sacerdotes y lo que
vés de su cuerpo visible que es la Iglesia, a la que provoca la crisis de tantos sacerdotes, es antes que
Pedro ha definido como "linaje elegido, sacerdocio nada, un conjunto de cuestiones vitales que inevita-
real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios, blemente revierten como interrogantes sobre los prin-
para publicar las proezas del que os llamó de las tinie- cipios mismos de la teología del sacerdocio" 41 .
blas a su maravillosa luz" (1 Pt. 2, 9-10).
Honestamente pienso que el proceso actual sobre
Pero, supuestas las bases de la fe sobre el Sumo Sa- la problemática sacerdotal es el mismo proceso que
cerdocio de Cristo, a través de la historia de la Iglesia y' siempre se ha repetido: de la problemática de la vida a
en nuestros mismos días se han ido planteando una serie la problemática de la teología, y que en nuestro caso
de problemas sobre el sacerdocio ministerial, con con- termina en la pregunta, ¿en qué está lo específico y lo
secuencias serias para la comunidad cristiana, como original del sacerdocio cristiano?
sucedió en la época de la Reforma Protestante.
Nos encontramos en situaciones muy similares a
la de la comunidad de la Epístola a los Hebreos, situa-

40. DE VAUX, Instituciones..., pp. 508-514. 4 1 . CASTILLO, José M., o . c , pp. 7-14.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

ciones en las que se replantea por necesidad la globa- El lenguaje no es nuevo en teología, ya que cuan-
lidad de la vida tal como se ha vivido hasta un mo- do los teólogos estudian el sacrificio de la cruz y el
mento determinado. El cuestionamiento vital puede sacrificio eucarlstico, afirmando que el único sacrifi-
desembocar en una apostasía o en una radicalización cio absoluto de la nueva alianza es el sacrificio cruen-
del misterio en el que se enraiza la vida. El autor de la to de Jesús en la cruz, tal como se manifiesta en la
Epístola renuncia a soluciones fáciles o coyunturales, Epístola, concluyen que el sacrificio eucarístico es *
y encuentra en la reflexión de la fe en Cristo la verdad relativo y múltiple, afirmación de la que se derivarán
del camino que ha de seguir con constancia la comu- posteriormente una gran variedad de teorías 42 .
nidad desconcertada y atribulada. La respuesta se
encuentra siempre al final de la Palabra Revelada de En realidad al establecer la sacerdotalidad relativa
Dios, que es Jesús, "fijos los ojos en el pionero y con- del sacerdocio ministerial lo que estamos afirmando
sumador de la fe, Jesús" (Hbr. 12, 2). es su sacramentalidad, y más en concreto que el sacer-
dote es en la comunidad cristiana y para el mundo el
Este es el método que pretendo seguir en esta sacramento de Cristo como Sumo Sacerdote.
ponencia: reflexionar sobre el sacerdocio ministerial
y su problemática desde la reflexión de! Sumo Sacer- En las reflexiones que siguen pretendo desarrollar
docio de Cristo. las implicancias que supone esta afirmación, al mismo
tiempo que espero que dicho desarrollo sirva como
fundamento para justificar la afirmación.
2. Sacerdocio ministerial: Sacerdocio relativo
3. Sacerdocio ministerial y mediación
Teniendo en cuenta las afirmaciones sobre el
Sacerdocio de Cristo, propuestas por la Epístola —sa- Esencia del sacerdocio, según la Epístola, es la
cerdocio sumo, vivo y exclusivo—, tendremos que función mediadora entre Dios y los hombres. ¿Hasta
afirmar que el sacerdocio ministerial es sólo un sacer- qué punto esta función se puede aplicar al sacerdocio
docio relativo o, de otra manera, que no tiene consis- ministerial?
tencia en sí mismo —como lo tenia el sacerdocio del
Antiguo Testamento—, sino sólo en relación con Cris-
to, y, más en concreto, con el Sumo Sacerdocio de 42. AUER, J., Sacramentos. Eucaristía (Barcelona 1975) pp
Cristo. 273-282.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Dentro de una comprensión teológica de los sacra-


persona. Y consiguientemente es por la Iglesia y su
mentos podemos afirmar que la sacramentalidad es un sistema sacramental por si que se manifiesta, actuali-
sistema de mediación histórica mediante el cual el za y se hace efectiva la mediación del Cristo glorioso,
Cristo vivo, que habita en medio de nosotros, pero que es el centro vital, aunque invisible de la Iglesia.
invisible y sólo captable desde la fe, manifiesta la con- En este sentido podemos afirmar que siendo Cristo
tinuidad de su misión y de su acción salvíficas en el el único mediador, sin embargo, la Iglesia participa
devenir de la historia. vitalmente de la mediación de Cristo, de tal manera
que con toda verdad, aunque con una dimensión rela-
Desde este punto de vista, y en un primer estadio, tiva y participativa, se la puede llamar pueblo sacer-
< ;se puede afirmar que la Iglesia como sacramento, y dotal.
todo sus sistema interno sacramental, es primariamen-
te mediación histórica entre el hombre histórico y el
Cristo glorioso y resucitado, transhistórico, que con-
Cierto que esta reflexión teológica nos puede ayu-
tinúa siendo el único y exclusivo mediador entre el
dar para una comprensión de la sacerdotalidad de la
Padre y los hijos rebeldes, y entre los hermanos fratri-
Iglesia, es decir, del sacerdocio común de los fieles.
cidas.
Pero el problema se plantea a una instancia posterior,
cuando pretendemos profundizar en el misterio de la
Pero tampoco podemos olvidar que la conexión
mediación específica del sacerdocio ministerial 43 .
entre Cristo y la mediación histórico-sacramental no
es de yuxtaposición mecánica, sino de integración
Para proseguir nuestra reflexión, quiero dejar
vital, casi biológica, como la ha expresado San Juan
como presupuesto establecido por el magisterio y
en la alegoría de la vid y los sarmientos (Jn. 15,
afirmado por nuestra fe, la sacramentalidad específica
1-10), y San Pablo en el tema del Cuerpo de Cristo
del sacerdocio ministerial. Pero, en este supuesto, nos
(1 Cor. 12), que le permite afirmar que la globalidad
preguntamos en qué consiste la específica mediación
cabeza-cuerpo se denomina Cristo (1 Cor. 12, 12), de
sacramentalizada del sacerdocio ministerial.
tal manera que el fornicario quita un miembro a Cris-
to para hacerlo miembro de una prostituta (1 Cor. 6,
15-18). Ahora bien, es en el despliegue histórico de 43. GALOT, J., Teología del sacerdozio (Firenze 1981) pp.
una persona donde se manifiesta, actualiza y efectivi- 104-129; GIBAUD. M., "Sacerdocio común y sacerdocio
za el ser, la vocación, la misión y la función de dicha ministerial en Yves Congar y en el Vaticano I I " (Roma
1983), con amplia bibliografía sobre el tema.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

En la Epístola aparecen dos claras formalidades te que hoy sigue fundando y presidiendo su familia.
de Cristo complementarias entre sí, pero al mismo La sacramentalización histórica de esta dimensión del
tiempo perfectamente diferenciadas. sacerdocio de Jesús, es a mi juicio, la que corresponde
a la sacramentalidad específica del sacerdocio minis-
Por una parte, es evidente que Jesús aparece como terial.
hermano de todos los hombres, y más específicamen-
te, de la comunidad cristiana, a la que se denomina
familia de Dios. (Hbr. 2, 11-13). Pero, simultánea-
4. La sacramentalización del Sumo Sacerdocio
mente, proponiendo la diferencia con Moisés presenta
de Cristo: el carácter
a Jesús como fundador de la nueva familia, al mismo
tiempo que "como hijo que es, está al frente de la
familia de Dios" (Hbr. 3, 3-6), lo que traducido en Pero, ¿cómo sacramentaliza Cristo en la comuni-
lenguaje sacerdotal queda afirmado diciendo que "te- dad su dimensión de Sumo Sacerdote, en él sentido
nemos un sumo sacerdote al frente de la familia de específico que acabamos de apuntar?
Dios" (Hbr. 10,21).
Dentro del sistema sacramental de la Iglesia, toda
Me parece claro que esta dimensión del Sumo sacramentalización en sentido estricto se realiza me-
Sacerdocio de Cristo —fundador y "estar-al-frente- diante un acto ritual y cultual de la comunidad don-
de" —no se manifestaría históricamente en la familia de nace la nueva persona-sacramentalizada.
de Cristo, si en el interior de la misma familia no
hubiese un sacramento específico que hiciera presente El rito realizado por la comunidad tiene a Cristo
al Cristo Sumo Sacerdote bajo estos aspectos. En como fundador, y la comunidad reconoce que, cele-
efecto, sin este sacramento específico la comunidad brándola ella fenomenológica e históricamente, es
haría sólo una referencia a un pasado histórico en el Cristo vivo el agente principal, de tal manera que di-
que se descubriría a Jesús como Fundador, de una chas acciones rituales son entendidas como acciones
forma similar a como las antiguas tribus y pueblos re- de Cristo.
cordaban a su patriarca. Pero el acto fundacional de
Jesús y el "estar-al-frente-de", no es sólo un recuerdo En el caso del sacramento del Orden la celebra-
histórico sino una realidad siempre actual y efectiva, ción ritual se realiza sobre un varón elegido del Pue-
porque "Jesucristo es el mismo hoy que ayer y será blo de Dios, que queda sacramentalizado como
el mismo siempre" (Hbr. 13, 8), es el Sumo Sacerdo- sacerdote ministerial, mediante la impresión del "ca-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

rácter, que no puede ni borrarse ni quitarse", según por la dignidad divina del Logos" 46 . Expresado de
fue definido por el Concilio de Trento 44 . otra manera, podemos afirmar con Scheeben, que el
carácter afecta a la persona misma del consagrado,
Pero, ¿qué es el carácter sacramental y, más espe- originándose una elevación hipostática.
cíficamente el carácter que se imprime en el sacerdote
ministerial? Estamos, llegando a un punto crucial para Pero tras la intuición de Scheeben, tenemos que
la comprensión del sacerdocio ministerial, punto en el seguir preguntándonos en qué consiste la elevación
que radican las exigencias y las posibilidades de la hipostática desencadenada por la celebración sacra-
vida y del ministerio sacerdotal 45 . mental sin sustitución de nuestra persona humana. La
respuesta creemos encontrarla cuando advertimos la
El hecho del carácter, afirmado por el Magisterio, diferencia entre la responsabilidad y la libertad, te-
es en general un tema oscuro y de difícil tratamiento niendo en cuenta que la responsabilidad se realiza a
entre los teólogos. A mi juicio, la intuición más valio- nivel del núcleo mismo personal, ya que es la persona
sa sobre el tema la ha presentado Scheeben al escribir: la responsable de sus actos, como sujeto último de
"Podríamos decir que la gracia es el ennoblecimiento atribución.
y la elevación de nuestra naturaleza y de nuestra acti-
vidad mediante la sublimación y transformación de Desde esta perspectiva, el carácter significa la ele-
las mismas, y que el carácter es el ennoblecimiento y vación que se origina en la persona al ser llamada
la sublimación de nuestra hipostasis, por cuanto la por Cristo a participar de su propia responsabilidad,
levanta a cierta unidad con la de Cristo y la hace par- de la responsabilidad del Mesías y del Cristo glorioso;
ticipar de la consagración que esta última adquiere responsabilidad que al mismo tiempo es conocida y
reconocida por la fe de la Iglesia en las personas en
cuyo favor celebró el correspondiente sacramento
44. Conc. Trento, Sess. XXIII cap. 4 (Dz 960).
consecretorio en el nombre y con la fuerza del Señor,
45. SCHEEBEN, M.J., Los Misterios del Cristianismo (Barce- aceptándola o como miembro de la Iglesia —caso del
lona 1964) pp. 615-627; RUFFINI, "El carácter como visi- bautismo—, o como miembro cualificado de la Iglesia
bilidad concreta del sacramento en relación con la Iglesia" —caso del sacramento de la Confirmación y del
en Concilium No. 31 pp. 11-124; MARRANZINI, A.,
"Problemática del carattere sacerdotale dopo il Concilio Orden—.
Vaticano II, en Aspetti della teología del sacerdozio dopo
il Concilio (Roma 1974) pp. 25-64. 46. SCHEEBEN, o.c.p. 617.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Aplicando esta teoría teológica al caso del sacer- y la aceptación de una responsabilidad de este tipo
docio ministerial, las consecuencias son lógicas y de tiene que surgir en un contexto de absoluta libertad,
fácil comprensión. en el que la entrega del don es la respuesta de Cristo a
la oración y a la petición del que desea ser consagrado
Primero, el sacerdote, mediante el carácter, es el y de la comunidad que le acompaña 47 .
hombre que ha sido llamado por Cristo para partici-
par sacramentalmente en su responsabilidad de fundar El nuevo sacerdote ministerial, por tanto, se cons-
y estar al frente de su familia, de tal manera que la tituye como tal por el denominado carácter sacerdo-
comunidad reconoce tal responsabilidad con la consi- tal, es decir, por una elevación hipostática que le hace
guiente autoridad. participar sacramentalmente de la responsabilidad
de Cristo como Sumo Sacerdote, responsabilidad
Segundo, dicha responsabilidad no la puede con- que es acogida y reconocida públicamente por la co-
ferir democráticamente el pueblo de Dios, porque munidad cristiana como consecuencia de la legítima
nadie puede dar lo que no tiene, y dicha responsabi- celebración sacramental realizada en favor del orde-
lidad es radicalmente exclusiva del Sumo Sacerdote, nado.
Cristo, que ha fundado la familia, y que continúa vivo
en medio de la comunidad. El acceso a un nuevo plano de responsabilidades,
y especialmente en nuestro caso, implica al mismo
Tercero, si la responsabilidad de Cristo en este tiempo la determinación de la misión correspondien-
punto es perpetua, la sacramentalización de dicha te a dicha responsabilidad; ios instrumentos necesa-
responsabilidad también tiene que serla, lo que jus- rios para poderla realizar; un estilo de vida acorde con
tifica la afirmación de Trento de "un carácter que las exigencias específicas de dicha responsabilidad; y
no puede ni borrarse ni quitarse". Se trata por tan- el vigor o las fuerzas necesarias para mantener la fide-
to de una responsabilidad, que una vez que ha sido lidad y la constancia inherentes a la misma respon-
libremente aceptada por el sujeto y entregada por sabilidad.
Cristo la celebración ritual de la comunidad cristiana,
ni el ordenado sacerdote puede posteriormente re-
nunciar a ella ni la comunidad puede privarlo, incluso
en el caso límite de que fuese expulsado de la propia 47. La palabra de Dios se puede considerar como don-llamada,
comunidad cristiana. Se comprende que el nacimiento mientras que los sacramentos son don-respuesta.
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5. Sacerdocio ministerial y renovación cua, que simbólicamente coincidía con el comienzo


de la Nueva Alianza del año religioso israelítico 48 .

La finalidad del sacerdocio ministerial no puede En el caso de la nueva alianza el fenómeno, histó-
ser distinta de la finalidad de la Iglesia y de la finali- ricamente, es similar, siendo en este caso el Mediador
dad de Cristo: la celebración del verdadero culto a Jesús, pero con características superiores a las de Moi-
Dios mediante la expiación del pecado del mundo, es sés, como claramente manifiesta la Epístola a los
decir, mediante la conversión personal y comunitaria Hebreos (Hbr. 3,3).
de la humanidad que acepta y vive con alegría el Rei-
no de Dios: en el horizonte escatológico celeste apa- Es Jesús el que congrega a una multitud y le trans-
rece la nueva Jerusalén, descrita en el libro del Apoca- mite con autoridad el mensaje de Dios, y es el que
lipsis (Ap. 21). establece la alianza firmada en su propia sangre —que
es obediencia al Padre y amor liberador a los hom-
Pero, como vimos anteriormente, el objetivo in- bres—, fundando el nuevo Pueblo de Dios a cuyo fren-
mediato del Sacerdote de Cristo es la instauración y te queda como Sumo Sacerdote.
proclamación de una nueva y última alianza, en la que
se funda y de donde nace un nuevo pueblo, realidad Si Moisés murió, Jesús permanece vivo gloriosa-
histórica, que se denomina como familia de Dios. mente. Pero el pueblo cambia generacionalmente,
puede admitir nuevos miembros, y en muchos mo-
En el esquema bíblico la alianza se realiza entre mentos puede sentir la tentación de abandonar la
un grupo humano que recibe la misión, la ley y las alianza, como en el caso de la comunidad de la Epís-
promesas de Dios, y Dios mismo, pero la relación en- tola. Esto exige una actualización permanente de la
tre ambas partes se establece mediante un Mediador alianza, dado que si la fidelidad de Dios no falla nun-
—en el Antiguo Testamento es Moisés— que transmite ca, puede fallar la fidelidad del hombre.
el mensaje de Dios (Hbr. 3, 6), y que sella el compro-
miso con los correspondientes sacrificios. Esto origina una concepción histórica de la alian-
za. No es un documento sino una relación vital entre
Dado que la alianza no se establecía sólo con la Dios y los hombres —su pueblo, su familia—, que
generación primera sino también con sus descendien-
tes, se renovaba todos los años en la fiesta de la Pas- 48. La Misná (Madrid 1981) pp. 373-382. .
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelizadón

tiene siempre como único mediador fundante al mis- 6. Los instrumentos del ministerio sacerdotal
mo Jesús, que se sacramentaliza en esta función his-
tóricamente a través del sacerdocio ministerial, que ¿Cuáles son los instrumentos que el Sumo Sacer-
tiene como responsabilidad participada en Cristo dote entrega a sus sacerdotes para hacer frente a su
mantener viva la alianza, con todas sus características responsabilidad específica y a su misión, y para poder
originales y con todas sus exigencias, misión y pro- actualizar continuamente en la historia la Nueva
mesas. Alianza?

Manteniendo el paralelismo con el esquema de la


La afirmación que hacemos no es nueva. En efec-
Epístola a los Hebreos son tres: la Palabra, la Eucaris-
to, la Iglesia ha descubierto y afirmado el origen del
tía y el estar al frente de la familia de Dios.
sacerdocio ministerial especialmente en la disposición
del Señor en la última Cena: "Haced esto en memoria
El primer instrumento es la Palabra o el servicio
mía" (Le. 22, 19). Generalmente la atención de los
profético. Pero, en repetidas ocasiones se viene pre-
estudiosos se ha orientado a la dimensión del rito
guntando actualmente en qué se encuentra la origi-
eucarístico. Pero no podemos olvidar que se trata del
nalidad de la palabra sacerdotal y en qué se diferen-
momento históricamente fundante de la nueva alian-
cia de la palabra laical. Creo que la solución hay que
za, como expresamente aparece en el mismo texto:
encontrarla en la originalidad específica de la misión
"Esta copa es la nueva alianza sellada con mi san- sacerdotal: sacramentalizar a Cristo, Sumo Sacerdo-
gre, que se derrama por vosotros" (Le. 22, 20). El te que funda casa y familia (Hbr. 3, 3-4).
mandato, por tanto, implica la renovación de la
Nueva Alianza que de hecho se fundamenta y se sella Al sacerdote le corresponde volver a actualizar
con la muerte del Señor, sacrificio de la Nueva Alian- con su palabra la salvación que "fue anunciada al
za, que ritualmente se actualiza en la Eucaristía. principio por el Señor" (Hbr. 2, 3), que suscita la
fe en la que se apoya el primer discipulado, imagen
Esta es, por tanto, la específica misión del sacer- muy cercana del discipulado postpascual que se ori-
docio ministerial: la actualización permanente e histó- gina por la palabra de los Once, palabra vigorizada por
rica de la Nueva Alianza establecida entre Dios y la el mandato expreso de Jesús Resucitado: "Se me ha
humanidad en el sacramento de la Iglesia a través dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. Id y
haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos
de la mediación fundante de Jesús.
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en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu San- que "su reinado tiene que durar hasta que ponga a to-
to, y enseñándoles a guardar todo lo que os he man- dos sus enemigos bajo sus pies (...) Y cuando el uni-
dado; mirad que Yo estoy con vosotros cada día hasta verso le quede sometido, entonces también el Hijo
el fin del mundo" (Mt. 28, 16-20).
se someterá al que se lo sometió, y Dios lo será todo
para todos" (1 Cor. 15,25-28).
Consiguientemente se trata de una palabra con
fuerza para congregar en la fe, pero al mismo tiempo La originalidad de la palabra sacerdotal se encuen-
con la garantía de una fe que se abre al verdadero tra, en este sentido, permeabilizada por lo que, en el
Jesús,.único punto en el que puede surgir el verda- decorrer de la historia de la Teología, se ha denomina-
dero cristiano. Por eso se puede llamar palabra fun- do el Magisterio Jerárquico. Es la palabra evangeliza-
dante, pero al mismo tiempo confirmante, porque dora pero con la garantía de la autenticidad, es decir,
garantiza la verdad de la nueva fe profesada. Es la con la garantía de que es palabra de Dios, palabra de
palabra "que fue anunciada al principio por el Señor Jesús, la única palabra capaz de generar y desarrollar
y que nos han confirmado los que la oyeron, mientras hasta su plenitud la fe que nos salva.
Dios añadía su testimonio con portentosas señales,
con variados milagros y distribuyendo dones del Espí-
El segundo instrumento del ministerio sacerdotal
ritu Santo según su voluntad" (Hbr. 2, 3-4).
es la Eucaristía. La celebración eucarística ha sido la
dimensión privilegiada por Trento para la afirmación
Pero el Sumo Sacerdocio no sólo nos muestra a del sacerdocio ministerial: "El sacrificio y el sacerdo-
Jesús como el pionero de la fe sino también como su cio están tan unidos por ordenación de Dios que en
consumador. En este sentido, la palabra de Jesús es la toda ley han existido ambos. Habiendo, pues, en el
palabra que garantiza el cumplimiento de la promesa, Nuevo Testamento, recibido la Iglesia Católica por ins-
ilumina y confirma el camino para llegar hasta ella, y titución del Señor el santo sacrificio visible de la
fortalece a la comunidad en el momento de sus tenta- Eucaristía, hay también que confesar que hay en ella
ciones y dificultades. Es la fuerza circular de la pala- nuevo sacerdocio, visible y externo, en el que fue
bra de Jesús que no sólo funda sino que consuma trasladado el antiguo" 49 .
o lleva hasta la plenitud su fundación, interpretan-
do la fundación en un sentido global: fundar no es só-
lo poner la primera piedra, sino llevar la edificación
hasta su plenitud, conforme a la palabra de Pablo de 49. Conc. Trento, Sess. XXIII cap. 1 (Dz. 957).
92 93
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Desde nuestra perspectiva, no podemos olvidar


funda y actualiza la fundación del nuevo Pueblo de
que la nueva alianza la inaugura el Señor y la funda-
Dios. Esa es la responsabilidad del sacerdote y este es
menta con el sacrificio de su vida, sacrificio que él
su instrumento sacerdotal: reactualizar en la comuni-
mismo ritualizó prolépticamente con la institución de
dad el único sacrificio de Cristo, por el que ha entra-
la Eucaristía. En esta celebración ritual Cristo mani-
do como Gran Sacerdote en la gloria del Padre.
fiesta el último sentido de su muerte, y el significado
y el compromiso de toda su existencia. Tiene el sabor
En la Epístola a los Hebreos aparece también uni-
de un juramento en favor de la nueva comunidad cris-
da la fundación de la casa con el estar al frente de la
tiana y de toda la humanidad, el juramento de estar
familia de Dios, por eso Cristo es el Gran Sacerdote
dispuesto a morir, incluso ignominiosamente, por la
que está al frente de dicha familia. Es un tema com-
expiación de los pecados: "Esta es la sangre que será plejo que pretendo sintetizar, manteniendo una fide-
derramada por vosotros y por todos los hombres para lidad al conjunto de lo expresado en la Epístola. Estar
el perdón de los pecados". al frente de la familia de Dios es la responsabilidad del
Sumo Sacerdote no sólo de congregar al Pueblo de
"De hecho —dice San Pablo—, cada vez que co- Dios, sino de continuar salvando y liberando a los
méis de este pan bebéis de esta copa, proclamáis la congregados y a la comunidad.
muerte del Señor, hasta que vuelva" (1 Cor. 11, 26).
Pero se proclama con todo su significado, ilumina La instrumentalización de esta responsabilidad, la
da por la palabra de compromiso de Jesús ante la nue-
concreta el autor de la Epístola casi exclusivamente
va familia de Dios, y ante toda la humanidad en el
mediante el ejercicio de la palabra que el Sumo Sacer-
momento de establecer la nueva alianza.
dote dirige a su comunidad. Por eso el escritor advier-
te a la comunidad con la expresión del Espíritu San-
Por ese motivo, no es extraño que el sacerdote to: "Si hoy oís su voz, no endurezcáis el corazón co-
ministerial, que unido a la responsabilidad de Jesús, mo en el tiempo de la rebelión, como el día de la
sacramentaliza al Sumo Sacerdote ante la comunidad, prueba en el desierto, y me tentaron, aunque habían
le corresponde en exclusividad y como ministerio visto mis obras durante cuarenta años" (Hbr. 3, 7-9)-
actualizar en la celebración eucarística la muerte y el Y se trata de una palabra a la que se debe obediencia
compromiso de Jesús, mediante el cual se funda la por parte de la comunidad, porque Jesús "se convir-
Nueva Alianza. Es en la Eucaristía y con la Euca- tió en causa de salvación eterna para todos los que le
ristía, fuente y cumbre de la vida cristiana, donde se obedecen a él, pues Dios lo proclamó Sumo Sacerdo-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

te en la línea de Melquisedec" (Hbr. 5, 9-10). autoridad verdadera exige la ejemplaridad, y es la


ejemplaridad la que impone ante el pueblo una auto-
En el resto del Nuevo Testamento, con las poste- ridad moral que permite que ésta se constituya en
riores aclaraciones auténticas del Magisterio de la eficazmente salvífica y liberadora. Por ese motivo,
Iglesia, aparece que la responsabilidad de estar al fren- el Sumo Sacerdote aparece como el modelo de la co-
te de la familia de Dios la despliega mediante otras munidad, de tal manera que el escritor de la Epístola
acciones tales como las denominadas Sacramentos de alienta a la atribulada comunidad diciendo: "Corramos
la Reconciliación, de la santa Unción, de la Confirma- con constancia en la competición que se nos presenta,
ción y del Orden. Son funciones específicas del sacer- fijos los ojos en el pionero y consumador de la fe,
docio ministerial, un sacerdocio que, al presencializar Jesús; que, por la dicha que le esperaba, sobrellevó la
sacramentalmente en la comunidad al Sumo Sacerdo- cruz, despreciando la ignominia, y está sentado a la
te de Cristo, ha de presencializar simultáneamente su derecha del trono de Dios. Meditad, pues, en el que
gran misericordia, pero también su actitud seria fren- soportó tanta oposición de parte de los pecadores, y
te a los rebeldes, "porque somos compañeros de Cris- no os canséis ni perdáis el ánimo. Aún no habéis resis-
to siempre que mantengamos firmes hasta el final la tido hasta la sangre en vuestra lucha con el pecado"
actitud del principio" (Hbr. 3, 14), y la tierra que "da (Hbr. 12, 1-4).
espinas y cardos, es tierra de desecho a un paso de la
maldición, y acabará quemada" (Hbr. 6, 8). En resumen: el ministerio de "estar-al-frente-de"
es equivalente a un "estar-delante-de" como proto-
Pero el autor de la Epístola es un hombre de un tipo, como modelo, como adelantado en el cumpli-
profundo realismo humano e histórico. Sin duda que miento de la vocación y de la misión, al mismo tiem-
reconoce que la autoridad para estar al frente de la po que sirve a su pueblo y se arriesga por su pueblo,
familia de Dios, la ha recibido Cristo por la consagra- que participa de la misma vocación y misión. La auto-
ción del Padre que lo ha hecho su Sumo Sacerdote en ridad se hace digna de crédito cuando se fundamenta
el pueblo. Pero dicha autoridad ha de ser creíble o, en el servicio y en la ejemplaridad. Entonces la obe-
de otra manera, el Sumo Sacerdote ha de ser digno de diencia del pueblo se gana más fácilmente. Esta es la
crédito, "pistos" (Hbr. 2, 17). Esto le conduce a autoridad de nuestro Sumo Sacerdote, y es la que,
construir una fenomenología de la autoridad, sólo participando en su responsabilidad, se exige al sacer-
comprensible en la profundidad del pensamiento que dote ministerial para que presida a la comunidad lo
elabora en su reflexión de creyente sobre Cristo. La mismo que Cristo.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

7. La exigencia de un estilo de vida cuenta la finalidad y el objetivo de la misión. En el


caso del sacerdocio cristiano no nos encontramos ante
Esta concepción de la responsabilidad y autoridad un sacerdocio meramente legal, externo y ritualista.
sacerdotales, del "estar-al-frente-de" como servicio y Es de su esencia "ofrecer dones y sacrificios que
ejemplaridad eminente, es decir, ejemplaridad que transforme en su conciencia al que practica el culto ,?
sirve de modelo de vida cristiana con capacidad de (Hbr. 9, 9), como en el caso de Cristo que "presentán-
promover la fidelidad y la constancia de la fe en la dose como sumo sacerdote de los bienes definitivos,
familia de Dios, nos conduce a considerar otro aspec- (...) mediante sangre no de cabras y becerros, sino
to de nuestro tema: la participación del sacerdote suya propia, entró de una vez para siempre en el san-
ministerial en la responsabilidad específica y radical tuario, consiguiendo una liberación irrevocable" (Hbr.
del Hijo-Sumo Sacerdote, le exige un estilo de vida 9, 11-12).
capaz de hacer visible históricamente en el mundo y
en la comunidad a Cristo como Buen Pastor. Pero, podemos preguntarnos, cuál es el Cristo que
tiene que manifestar el sacerdote ministerial en su es-
La ausencia de dicho estilo de vida supondría en tilo de vida: ¿al Cristo Glorioso o al Jesús histórico?
cualquier caso, como ha indicado Schillebeeckx, "una La pregunta puede parecer ociosa, pero históricamen-
anomalía desde el punto de vista de la Iglesia"50. La te ha tenido graves consecuencias.
vida y el testimonio del sacerdote no es una cuestión En efecto, la imagen de un Sumo Sacerdote ya
ajena a su ministerio. Según la Epístola es la que en triunfante, revestido con las categorías del poder
realidad permite que el sacerdocio se realice con las humano —categorías expresamente rechazadas por el
notas esenciales de ser misericordioso, digno de crédi- mismo Jesús (Le. 22, 24-30)—, ha originado en mu-
to y cualificado con la autoridad moral de la ejempla- chos casos la imagen de un sacerdocio ministerial
ridad. rodeado de poder y de privilegios, ocupando puesto
de honor en la sociedad.
La responsabilidad del Sumo Sacerdote exige una
coherencia entre el ministerio y la vida, teniendo en Esta brillante imagen bizantina del Cristo glorio-
so, con frecuencia nos ha hecho olvidar que el sacer-
docio glorioso es sólo el resultado de un sacerdocio
50. SCHILLEBEECKX, E., Cristo sacramento del encuentro in fien: porque primero pasó por el ignominioso ajus-
con Dios (San Sebastián 1965), p. 117. ticiamiento en la cruz en fidelidad a su misión, hoy se
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

encuentra a la derecha del Padre para interceder por La imposición de las manos le exige al sacerdote ser
nosotros. Más aún, a veces nos olvidamos que en la "un modelo para los fieles, en el hablar y en la con-
experiencia del Cristo Glorioso está asimilada la expe- ducta, en el amor, la fe y la decencia" (1 Tim. 6,
riencia de Jesús histórico, como simbólicamente lo ha 11-12).
representado en pleno cuadro de gloria el autor del
Apocalipsis: "Entre el trono con los cuatro vivientes Dentro de este cuadro general, es la misma Epís-
y el círculo de los ancianos vi un Cordero: estaba de tola la que subraya las características del estilo de
pie, aunque parecía degollado" (Ap. 5, 6). Utilizando vida sacerdotal, del nuevo sacerdocio vivido primera-
otra comparación, podemos decir que en el Cristo Glo- mente por Jesús mismo.
rioso permanecen las cicatrices de su historia, cicatri-
ces que continúan haciéndolo sacerdote misericordio- La primera característica es la profunda solidari-
so y digno de crédito. dad con el Dios Salvador. Solidaridad que supone co-
El sacerdocio ministerial es el sacramento, el signo municación con Dios, amor eminente y obediencia al
del Sumo Sacerdote glorioso, pero la tensión y la dife- cumplimiento de la misión que le ha encomendado y
rencia entre el signo y lo signado se manifiestan en al camino o método establecido por el mismo Dios en
este caso en una reactualización de Jesús histórico Cristo, consciente de que Jesús "sufriendo aprendió
a obedecer y, así consumado, se convirtió en causa de
revivido en este sacerdote ministerial concreto, que
salvación eterna para todos los que le obedecen a él".
caminando con la comunidad se dirige con esperanza
cierta hacia la casa del Padre.
La obediencia sacerdotal a Dios condujo al Hijo
8. Características del estilo de vida sacerdotal al proceso de la encarnación, encarnación que es si-
multáneamente solidaridad con el hombre, ingresando
La condición previa para poder ser sacerdote es como hermano en la comunidad humana. Pero solida-
ser miembro de la comunidad, es decir, un hombre ridad histórica concreta, que en el caso de Cristo San
que cree en Cristo, que ha experimentado en su vida Juan la expresa diciendo que la "Palabra se hizo carne
la salvación y la liberación de Dios —como Pablo en el (sarx)" (Jn. 1, 14), y San Pablo afirmando que "tomó
camino de Damasco—, y que ha cambiado en su con- la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos"
ciencia de tal manera que es reconocido por su hones- (Fil. 2, 7). Se trata de una solidaridad "compasiva"
tidad (1 Tim. 3, 1-13) y por su integración en la co- - e n el sentido griego de la palabra—, habiendo pasado
munidad. con los hombres "la prueba del dolor, puede auxiliar
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

a los que ahora la están pasando" (Hbr. 2, 17-18). mido odio o servilismo, homicidio o desesperanza. En
cualquiera de las hipótesis es el llamamiento del mun-
Así pues, la vocación sacerdotal en Cristo supone do del pecado para que se incorporen a su sistema
un llamamiento, no de separación del dolor humano, activo incluso las víctimas de dicho sistema, con la
introduciéndose en una misteriosa "a-patheia", sino falaz promesa de que así serán como dioses, aunque
todo lo contrario. Es el llamamiento de bajar incluso ocultándoles que serán dioses homicidas y condena-
a lo más profundo del horror de la tragedia humana, dos a muerte. El sistema activo del pecado no sólo
compartiendo experimental y solidariamente la engendra oprimidos sino que además intenta corrom-
misma tragedia de los hermanos. No es una subida al per al oprimido.
mundo de los privilegios, sino una bajada al infierno
de los hombres que padecen la agresión a su dignidad Son las mismas tentaciones que, en los casos lími-
humana e incluso la privación activa de los derechos tes, sentirá el sacerdote unido a los sufrimientos de su
fundamentales del hombre. Es la vocación a la condi- pueblo. Y es en esa "compasión", en esa experiencia
ción de esclavo, haciéndose (gesto activo, que indica radical de la tentación y de la debilidad humana, don-
una opción) uno de tantos ante el poderoso y agresivo de el sacerdote llega a la comprensión misericordiosa
mundo del pecado. Es la incoporación al grupo de los de todo hombre, y es cuando se sumerge en la profun
desheredados del mundo, y a la familia de Dios que da experiencia de un Dios que "no quiere la muerte
sufre injustamente la persecución. del pecador, sino que se convierta y viva", y que "no
mandó a su Hijo al mundo para juzgarlo, sino para
Pero, el llamamiento de descenso solidario del sa- que el mundo se salve por él" (Jn. 3, 17-18).
cerdote es todavía más profundo: es el descenso a la
experiencia de la tentación y de la debilidad del hom- Es en este contexto, cuando el sacerdote tiene po-
bre, lo que le permitirá la comprensión de la radical sibilidad de identificarse con el profundo misterio de
pobreza de la persona humana bajo el régimen del su vocación, que es participar en la misma vocación
pecado. de Cristo. Entre el odio y la desesperanza se abre un
tercer camino, que tiene que recorrer él mismo de
En efecto, el sistema del pecado organizado en tal manera que con su ejemplo impulse a su pueblo
fuerza opresiva no sólo engendra opresión y destruc- oprimido y tentado a seguirlo con esperanza, tenien-
ción de la dignidad humana en los oprimidos, sino do "fijos los ojos en el pionero y consumador de la fe,
que simultáneamente intenta generar en el grupo opri- Jesús" (Hbr. 12, 2).
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Su vocación es del sacrificio, la del martirio inclu- malos tratos: el mundo no se los merecía. Andaban
so, en favor de su pueblo oprimido y en favor de los por despoblado, por montes, por cuevas y oquedades
pecadores opresores. Es la vocación de la absoluta del suelo" (Hbr. 11,32-40).
insolidaridad con el pecado, que simultáneamente
intenta liberar a su pueblo de la tentación de la
corrupción y liberar a los pecadores del pecado. Es la
aceptación en fe del misterioso camino trazado por Pero, con resultados positivos o negativos histó-
Dios para la salvación de la humanidad: el de la ex- ricamente, la vocación sacerdotal como la del Cristo
piación de los pecados. Es un camino que, desde el Sumo Sacerdote es la del sacrificio de su propia vida.
amor a todo hombre, evita el homicidio y la desespe-
ranza, pero acepta el sacrificio y el martirio como me-
dio privilegiado para la liberación de su pueblo opri-
El sacrificio sacerdotal tiene muchas dimensiones.
mido y para la salvación de los pecadores opresores.
Es el sacrificio en su modo de comportarse con la
comunidad, tal como lo propone San Pedro: "Me diri-
Es cierto que la andadura sacerdotal por este ca- jo a los responsables de vuestras comunidades, yo,
mino puede conducir a resultados históricos inmedia- responsable como ellos, que fui testigo de la pasión de
tos bien diferentes, como también aparece en la Cristo y experimenté la gloria que va a revelarse: cui-
Epístola. Unos hombres con su fe "subyugaron rei- dad del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo,
nos, administraron justicia, consiguieron promesas, mirad por él, no por obligación, sino de buena gana
taparon bocas de leones, apagaron la violencia del como Dios quiere; tampoco por sacar dinero, sino con
fuego, escaparon del filo de la espada, fueron entusiasmo; no tiranizando a los que os han confiado,
valientes en la guerra y pusieron en fuga ejércitos ex- sino haciéndoos modelos del rebaño" (1 Pe 5, 1-3). Es
tranjeros. Hubo mujeres que recobraron resucitados a el sacrificio del "pastor bueno que se desprende de su
sus difuntos. A otros, en cambio, los mataron a gol- vida por las ovejas", no como el asalariado que,
pes, pues no aceptaron el rescate, queriendo obtener "cuando ve venir al lobo, deja las ovejas y echa a
un resurrección más valiosa. Otros tuvieron que sufrir correr, y el lobo las arrebata y dispersa" (Jn 10,
el ultraje de los azotes e incluso de cadenas y cárceles. 11-18). Es el sacrificio del sacerdote que reza por sus
Fueron apedreados, aserrados, quemados, murieron a enemigos, y que cuando muere a manos de ellos,
filo de espada. Andaban errantes, cubiertos de pieles ofrenda su vida como oración y testimonio por la
de ovejas o de cabras, pasando necesidad, apuros y salvación de los pecadores.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

¿Se trata esta dimensión sacrificial de un horizon- tos y las palabras de Cristo, y los sentimientos y las
te ideal, o de una exigencia que nace del carácter palabras del sacerdote que lo sacramentaliza, de tal
sacerdotal? manera que ante ^la comunidad no sólo Cristo sino
también el sacerdote aparece como "sacerdote mise-
En muchas ocasiones he reflexionado sobre el tex- ricordioso y digno de crédito". Cuando se llega a esta
to de la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio. seriedad y profundidad religiosa en la vida, es cuando
Jesús determina: "Haced esto en mi memoria". La el sacerdote, que ha de ser el modelo de la comuni-
pregunta que podemos hacernos es la siguiente: cierto dad, puede honestamente repetir con San Pablo: "Sed
que las palabras establecen la repetición del rito euca- imitadores míos como yo lo soy de Cristo" (Fil. 3, 17).
rístico, pero ¿sólo incluyen esta exigencia? No pode-
mos olvidarnos que Jesús está estableciendo una litur- 9. Con la fuerza del espíritu
gia muy diferente a la antigua (Hbr. 8, 6), capaz de
transformar la conciencia del que practica el culto Al llegar a este punto de mis reflexiones, me pare-
(Hbr. 9, 9). Desde este punto de vista y a mi juicio, ce escuchar la palabra de Jesús a los hijos de Zebedeo:
Jesús no manda sólo que sus sacerdotes vuelvan a re- "¿Sois capaces de beber la copa que voy a beber yo?"
petir el rito haciendo presente al Señor decidido a (Mt. 20, 22). Y detrás de esta pregunta oigo otra pala-
morir por la comunidad y por todos los hombres para bra de Jesús que dice: " ¡Abba! ¡Padre!: tú lo puedes
el perdón de los pecados. Lo que les impone también todo, aparta de mí esta copa, pero no se haga lo que
es que en el rito, simultáneamente con Cristo, desde yo quiero, sino lo que quieres tu" (Me. 14, 36).
su conciencia cristificada, adopten la misma actitud
de Jesús y expresen de corazón el mismo compromi- Sacramentalizar en la historia el Sumo Sacerdocio
so. Yo pienso que celebrar eucaristía es también, de de Cristo no es una vocación fácil. La Iglesia siempre
parte del sacerdote presidente, mirando a su propia ha tenido conciencia que en la ordenación sacerdotal
comunidad y a todos los hombres, juramentarse pú- hay una comunicación específica al ordenado del
blicamente a entregar su vida, incluso martirial y Espíritu Santo, que es el Espíritu de Cristo. Es la
cruentamente como Jesús, "por vosotros y por todos fuerza que Dios sigue enviando, como en un nuevo
los hombres para el perdón de los pecados". Sólo de Pentecostés a los que El ha elegido para sacramen-
esta manera se produce un encaje y una coherencia talizar en el mundo y en la comunidad el Sumo Sacer-
perfectas entre el Sumo Sacerdote que invisiblemente docio de Jesús. Es "el Espíritu que acude en auxilio
preside y el sacerdote ministerial, entre los sentimien- de nuestra debilidad" (Rom. 8, 26).
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelizarían

III. SACERDOCIO MINISTERIAL marcadamente misionera. El sacerdote fue un con-


EN Y PARA AMERICA LATINA quistador a lo divino, con la preocupación de evange-
lizar y bautizar a las comunidades indígenas existen-
El sacerdocio ministerial tiene una misión perma- tes en el Continente y, posteriormente, a los negros
nente en la Iglesia y en el mundo: ser el sacramento procedentes de África. En esta línea se recuerdan
vivo de Cristo Sumo Sacerdote. Pero siendo el sacer- hombres tan eminentes como S. Pedro Clavef y el
docio siempre el mismo, sin embargo las situaciones, Beato Roque González de Santa Cruz, entre otros.
los desafíos y los problemas concretos de la historia
son cambiantes. Esto origina la diversidad de imáge- Pero la dura política de los colonizadores hizo tam-
nes sacerdotales, que corresponden a la diversidad de bién de los sacerdotes, en nombre del Evangelio, emi-
situaciones en las que el sacerdote tiene que desarro- nentes promotores de la dignidad de la persona huma-
llar su función. Lo que nos conduce a preguntarnos na y defensores de los derechos de los indígenas.
sobre la figura del sacerdote en nuestra América Lati- Toda una línea en esta dirección quedó marcada en el
na, teniendo en cuenta su pasada historia, la situación célebre sermón de fray Antonio de Montesinos pro-
actual del Continente y las opciones realizadas por la nunciado el cuarto domingo de Adviento del año
Iglesia, tanto en Medellín como en Puebla. 1511: "¿Es que acaso no son éstos personas? ¿Es
que, frente a ellos, no tenemos que cumplir los man-
damientos del amor y de la justicia? ¿No tenían estos
sus propias haciendas? ¿Nos han hecho algo acaso?
1. Caracterización histórica del sacerdocio
¿Es que no tenemos que predicarles el evangelio y
en América Latina
esforzarnos cuidadosamente en su conversión?" 51 .
Será la misma línea que seguirá fray Bartolomé de las
No es fácil presentar una caracterización del sacer-
Casas, que se honrará con el título de protector y
docio en América Latina. Sólo propongo una hipó-
defensor de los indios.
tesis de trabajo atendiendo a algunas de sus figuras
más destacadas y que son más sobresalientes en la his- Las exigencias de la misión hizo que también se
toria de nuestra Iglesia. caracterizaran los mejores exponentes de nuestro sa-
cerdocio como enérgicos reformadores de la Iglesia.
Las circunstancias en las que llegó el sacerdocio
cristiano a América, con ocasión del denominado 51. STEHLE, E., Testigos de la fe en América Latina (Estella
"descubrimiento", lo configuró con una dimensión 1982) p. 17.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Entre ellos sobresalen Santo Toribio Alfonso de Mo- 2. La Iglesia hoy en América Latina
grovejo, San Luis Beltrán y San Francisco Solano.
Es un sacerdocio original. Con frecuencia, mien- Si fue origjnal la situación de los primeros siglos
tras evangelizan misioneramente a los indios, incluso de la colonia en el Continente Latinoamericano, des-
no siendo todavía cristianos, los defienden en sus de- de un punto de vista pastoral, en la que se configuró
rechos humanos frente a los cristianos que pretenden un novedoso sacerdocio ministerial —al menos en figu-
ras representativas y eminentes—, no menos original es
abusar de su categoría de conquistadores.
el momento actual, que nos abre a nuevos modelos de
vida y ministerio sacerdotal.
Se trataba de una situación diferente a la de la co-
munidad de la Epístola a los Hebreos: la comunidad
cristiana en la recién descubierta América era la que Es difícil presentar un cuadro completo y ajusta-
atacaba al mundo indígena todavía en proceso de mi- do de la actual situación del Continente. Por eso, sólo
sión. El sacerdote defendía a la comunidad indígena, pretendo ofrecer con Puebla su intuición fundamen-
a la que misionaba, y procuraba la reforma y la con- tal de nuestra realidad, intuición que ha de ser poste-
versión de la comunidad cristiana venida al Nuevo riormente matizada desde muchos puntos de vista, y
Mundo. ajustada al momento y a la realidad variada de los
diversos pueblos y naciones.
La ejemplaridad sacerdotal fue víctima en muchos
casos de la persecución de los propios cristianos por Tras la evangelización de los años de la colonia,
considerarlos traidores a su raza y en otras ocasiones hoy surge ante nuestros ojos un Continente en el que
murieron mártires a manos de los indígenas al verlos la inmensa mayoría de su población es cristiana, más
como peligrosos adelantados de los espadas52. aún, católica.

Este modelo de sacerdocio conformado en Améri- No se trata sólo de un continente numéricamente


católico. Los Obispos reunidos en Puebla afirman algo
ca Latina durante varios siglos ha marcado profunda-
más importante. "Con deficiencias y a pesar del peca-
mente nuestro presente y, creo, que también influirá
do siempre presente, la fe de la Iglesia ha sellado el
en nuestro futuro.
alma de América Latina, marcando su identidad histó-
rica esencial y constituyéndose en la matriz cultural
52. GONZÁLEZ DORADO, A., "26 mártires de las antiguas
reducciones del Paraguay", en Acción 49 (1981) 17-29.
del Continente, de la cual nacieron los nuevos pue-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

blos. El Evangelio encarnado en nuestros pueblos los Los Obispos detectan "la situación de inhumana
congrega en una originalidad histórica cultural que lla- pobreza en que viven millones de latinoamericanos"
mamos América Latina" (DP 445-446). (DP 29), con el desarrollo de una "creciente brecha
entre ricos y pobres" (DP 28), descbriendo "que esta
Sin embargo, tanto Medellín como Puebla, de- pobreza no es una etapa casual, sino un producto de
nuncian la inadecuación entre la fe, que prácticamen- situación y estructuras económicas, sociales y políti-
te profesa la mayoría de los habitantes del Continen- cas, aunque también haya otras causas de la miseria"
te, y la vida. Esta inadecuación tiene su manifesta- (DP 30).
ción exponencial en la dimensión social con graves
consecuencias. Medellín denunció la separación entre Pero junto a esta situación de la pobreza, siguen
la fe y la responsabilidad social53. Puebla ha desarro- diciendo los Obispos, "compartimos con nuestro pue-
llado el tema afirmando: "Se ha señalado la incohe- blo otras angustias que brotan de la falta de respeto a
rencia entre la cultura de nuestros pueblos, cuyos su dignidad como ser humano, imagen y semejanza
valores están impregnados de fe cristiana, y la condi- del Creador y a sus derechos inalienables como hijos
ción de pobreza en que a menudo permanecen reteni- de Dios. Países como los nuestros en donde con fre-
dos injustamente. Sin duda las situaciones de injusti- cuencia no se respetan derechos humanos fundamen-
cia y de pobreza aguda son un índice acusador de que tales—vida, salud, educación, vivienda, trabajo...—,
la fe no ha tenido la fuerza necesaria para penetrar los están en situación de. permanente violación de la dig-
criterios y las decisiones de los sectores responsables nidad de la persona. A esto se suman las angustias
del liderazgo ideológico y de la organización de la surgidas por los abusos de poder, típicos de los regí-
convivencia social y económica de nuestros pueblos. menes de fuerza. Angustia por la represión sistemática
En pueblos de arraigada fe cristiana se han impuesto o selectiva, acompañada de delación, violación de la
estructuras generadoras de injusticia" (DP 436-437). privacidad, apremios desproporcionados, torturas,
exilios. Angustias en tantas familias por la desapari-
Esta situación queda aún más definida en los do- ción de sus seres queridos, de quienes no pueden te-
cumentos, provocando un escándalo y una contradic- ner noticia alguna. Inseguridad total por detenciones
ción desde el punto de vista de la fe (DP 28). sin órdenes judiciales. Angustias ante un ejercicio de
la justicia sometida o atada (...) Angustias por la vio-
lencia de la guerrilla, del terrorismo y de los secues-
53. MEDELLÍN, DOC. VII: "Pastoral de élites" nn. 9-12. tros realizados por extremismos de distintos signos,
112 113
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

que igualmente comprometen la convivencia social" religiones laicas. Se presentan como una explicación
( D P 4 1 , 4 2 y 43 ss.). última y suficiente de todo y se construyen así un
nuevo ídolo, del cual se acepta a veces, sin darse cuen-
Esta situación hace que "desde el seno de los di- ta, el carácter totalitario y obligatorio. En esta pers-
versos países del Continente está subiendo hasta el pectiva no debe extrañar que las ideologías intenten
cielo un clamor cada vez más tumultuoso e impresio- instrumentar personas e instituciones al servicio de la
nante. Es el grito de un pueblo que sufre y que de- eficaz consecución de sus fines. Ahí está el lado ambi-
manda justicia, libertad, respeto a los derechos funda- guo y negativo de las ideologías" (DP 537). "Todo
mentales del hombre y de los pueblos. La Conferencia esto se aplica tanto a las ideologías que legitiman la
de Medellín apuntaba ya, hace poco más de diez años, situación actual, como a aquellas que pretenden
la comprobación de este hecho: 'Un sordo clamor cambiarla" (DP 537).
brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores
una liberación que no les llega de ninguna parte'. El Entre las primeras, Puebla denuncia el liberalismo
clamor pudo haber parecido sordo en ese entonces. capitalista (DP 542) y la doctrina de la Seguridad Na-
Ahora es claro, creciente y, en ocasiones, amenazan- cional (DP 546). Entre las segundas, hace expresa
te" (DP 87-89). referencia al colectivismo marxista (DP 543-545).

Trágico resultado de esta situación es "la deplora- Dado el peso de la fe en el Continente, estas ideo-
ble realidad de violencia en América Latina" (DP logías someten a la Iglesia a la tentación de las relec-
531). Violencia desencadenada incluso "por la auto- tuas del Evangelio, expresadas de la siguiente manera
ridad encargada de tutelar el bien común" (DP 531), por los Obispos: "La tentación (es...) considerar una
y "violencia terrorista y guerrillera, cruel e incontro- política determinada como la primera urgencia, como
lable cuando se desata" (DP 532) originándose la una condición previa para que la Iglesia pueda cum-
denominada espiral de la violencia. plir su misión. Es identificar el mensaje cristiano con
una ideología y someterlo a ella, invitando a una relec-
Estos grupos enfrentados tienden a legitimarse tura del Evangelio a partir de una opción política.
mediante ideologías. Ideologías que llevan "en sí mis- Ahora bien, es preciso leer lo político a partir del
mas la tendencia a absolutizar los intereses que de- Evangelio y no al contrario" (DP 559 ss.).
fienden, la visión que proponen y la estrategia que
promueven. En tal caso se transforman en verdaderas En el fondo de todos estos planteamientos y aná-
114 115
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

lisis realizados por Puebla, hay un reconocimiento im- de la Iglesia toda —pastores, ministros consagrados,
plícito de la mayor trascendencia: que los problemas religiosos, laicos, cada cual en su misión propia. Unos
sociales —en el más amplio sentido de la palabra— son y otros unidos a Cristo en la oración y en la abnega-
simultáneamente problemas intraeclesiales, es decir, ción, se comprometerán, sin odios ni violencias, hasta
planteados entre hermanos que tienen la misma fe. Se las últimas consecuencias, en el logro de una sociedad
trata de cristianos que someten injustamente a otros más justa, libre y pacífica, anhelo de los pueblos de
cristianos a la pobreza y a la injusticia. Son unos y América Latina y fruto indispensable de una avengeli-
otros, cristianos, los que se sienten tentados y arras- zación liberadora" (DP 562).
trad^, por "doctrinas complicadas y extrañas", como
diría la Epístola a los Hebreos (13, 9), para justificar La realización de dicha misión implica una opción
sus posturas, violentando el mensaje del Evangelio preferencial y solidaria con los pobres (DP 1134-1165),
con acomodaticias relecturas del Evangelio. Son cris- dado que ellos son las principales víctimas inmediatas
tianos, los que desde dichas relecturas, se enfrentan de la situación de injusticia del Continente; y una op-
homicidamente generando en el seno de la comuni- ción preferencial por los jóvenes, porque la Iglesia ve
dad cristiana la espiral de la violencia. en la juventud una enorme fuerza renovadora, símbo-
lo de la misma Iglesia (DP 1166-1205).
Es una situación más compleja que la que padecía
la comunidad a quien se dirige la Epístola, y es una La meta y el camino trazados por Puebla son los
situación también diferente a la que se dio origen en siguientes: "La acción evangelizadora de nuestra
América Latina con la llegada de los colonizadores. Iglesia latinoamericana ha de tener como meta general
la constante renovación y transformación evangélica
Ante este cuadro, la Iglesia en Amérida Latina de nuestra cultura. Es decir, la penetración por el
toma conciencia de su responsabilidad: "la misión de Evangelio, de los valores y criterios que la inspiran, la
la Iglesia en medio de los conflictos que amenazan al conversión de los hombres que viven según estos
género humano y al Continente Latinoamericano, valores y el cambio que, para ser más plenamente
frente a los atropellos contra la justicia y la libertad, humanas, requieren las estructuras en que aquellos
frente a la injusticia institucionalizada de regímenes viven y se expresan" (DP 395).
que se inspiran en ideologías opuestas y frente a la
violencia terrorista, es inmensa y más que nunca nece- No es el momento de desarrollar la densidad de
saria. Para cumplir esta misión, se requiere la acción estas orientaciones. Bástenos poner dos subrayados:
116 117
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

la opción preferencial por los pobres, con todas sus Primero, "se va tomando conciencia más profun-
consecuencias, no es coincidente con opción por una da del carácter evangelizador y misionero de la tarea
política determinada e ideologizada —en el sentido pastoral" (DP 665).
propuesto por Puebla (536)—, que se impone como
una condición previa para que la Iglesia pueda cum- Segundo, "la forma de muchos pastores ha creci-
plir su misión (DP 559); segundo, la Iglesia, con toda do en sencillez y pobreza, en mutuo afecto y com-
su complejidad, propone con claridad el método que prensión, en acercamiento al pueblo, en apertura de
la especifica para el cumplimiento de su misión, que diálogo y en corresponsabilidad" (DP 666).
es la conversión, o, como diría la Epístola, la expia-
ción de los pecados. Tercero, "es admirable y alentador comprobar el
espíritu de sacrificio y abnegación con que muchos
La trascendencia del sacerdocio ministerial en pastores ejercen su ministerio en servicio del Evange-
estas circunstancias es evidente. Pero nos pregunta- lio, sea en la predicación, sea en la celebración de los
mos: ¿Cuál es el modelo de sacerdote propuesto por sacramentos, o en la defensa de la dignidad humana,
Puebla en estas circunstancias? Y seguimos preguntán- afrontando la soledad, el aislamiento, la incompren-
donos: ¿Hasta qué punto este modelo sacerdotal es sión y, a veces, la persecución y la muerte" (DP
fundamentalmente coincidente con el propuesto en la Ó68)54.
Epístola, y es válido para sacramentalizar en la actual
América Latina el Sumo Sacerdocio de Cristo Jesús? Cuarto, "se advierte una mayor clarificación con
respecto a la identidad sacerdotal que ha conducido
a una nueva afirmación de la vida espiritual del minis-
3. Una comprobación de Puebla
terio jerárquico y a un servicio preferencial a los po-
bres" (DP 670).
Los Obispos reconocen en Puebla que "de acuerdo
con las necesidades de los tiempos, se advierte un cam- ¿Desde qué prisma, desde qué norma luminosa
bio en la mentalidad y actitud de los ministros jerár- subrayan estos aspectos los Obispos como positivos
quicos y, consiguientemente, en su imagen" (DP 664).

Recogiendo y seleccionando algunos de los aspec- 54. MARINO, L., "Mártires de hoy en Latinoamérica" en
Acción 49 (1981) 9-16; Autores varios, Praxis del marti-
tos positivos en este cambio de imagen, subrayamos rio ayer y hoy (Quito 1981); STEHLE, o.c.
los siguientes: 119
118
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelizarían

en la configuración de la nueva imagen sacerdotal propuesto en la Epístola a los Hebreos. Es el mismo


latinoamericana? Fundamentalmente desde la pers- Cristo comprendido desde dos nombres equivalentes:
pectiva cristológica de Cristo como Buen Pastor. El Buen Pastor y Sumo Sacerdote. Pero descendamos a
texto dice explícitamente: un análisis más preciso y detallado.
"Quienes reciben el ministerio jerárquico quedan
constituidos, según sus funciones, pastores en la Igle- 4. Finalidad y responsabilidad del sacerdocio
sia. Como Buen Pastor, van delante de las ovejas; dan ministerial en América Latina
la vida por ellas para que tengan su vida y la tengan en
abundancia; las conocen y son conocidos por ellas. En el transfondo del documento de Puebla está
la luminosa enseñanza de Pablo VI expresada en su
"Ir delante de las ovejas significa estar atentos a Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi. En ella
los caminos por los que los fieles transitan, a fin de se define a la Iglesia como una comunidad evangeliza-
que, unidos por el Espíritu, den testimonio de la vida, da y evangelizadora (EN 13, 15). Pero, el mismo Pon-
los sufrimientos, la muerte y la resurrección de Jesu- tífice una vez que ha expresado el contenido de la
cristo, quien, pobre entre los pobres, anunció que Evangelización, añade que el "problema del cómo
todos somos hijos de un mismo Padre y consiguiente- evangelizar es siempre actual, porque las maneras de
mente hermanos. evangelizar cambian según las diversas circunstancias
de tiempo, lugar, cultura; por eso plantean casi un
"Dar la vida señala la medida del ministerio jerár- desafío a nuestra capacidad de descubrir y adaptar"
quico y es la prueba de mayor amor; así lo vive Pablo (EN 40).
que muere todos los días en el cumplimiento de su
ministerio. Y este era el desafío de Puebla: discernir y definir
la evangelización en el hoy y en el futuro de América
"Conocer las ovejas y ser conocido por ellas no se Latina.
limita a saber las necesidades de los fieles. Conocer es
involucrar el propio ser, amar como quien vino no a Su análisis pastoral de la realidad le conduce al
ser servido sino a servir" (DP 681-684). descubrimiento de un Continente mayoritariamente
católico, pero con una debilidad de fe en la comuni-
Es fácil advertir en estos textos de Puebla la cer- dad que se manifiesta en la falta de responsabilidad
canía a la concepción del Sumo Sacerdocio de Cristo social, en la existencia de estructuras generadoras de
120 121
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

pobreza, de injusticia, de lesiones contra la dignidad En esta misión se requiere la acción de toda la
de la persona humana, y consiguientemente en el en- Iglesia: "pastores, ministros consagrados, religiosos,
frentamiento, incluso violento y homicida entre las laicos, cada cual en su misión propia".
personas que con frecuencia afirman que tienen una
misma fe y que pertenecen a una misma Iglesia.
En el caso del sacerdocio ministerial la misión
propia viene dada, como anteriormente dejamos ex-
Frente a esta situación, la Iglesia configura su
puesto, por la participación en la responsabilidad
propio proyecto de evangelización en un proceso
de Cristo como Sumo Sacerdote. En el Documento
fundamental de evangelización interna, en el que
de Puebla esta responsabilidad la expresa de una for-
simultáneamente se promueva "constantemente una
ma existencial, afirmando en concreto del presbítero
reconversión y una educación de nuestro pueblo en la
que es la persona que "por el servicio de ese Reino,
fe a niveles cada vez más profundos y maduros, si-
abandona todo para seguir a su Señor. Signo de esa
guiendo el criterio de una pastoral dinámica, que en
entrega radical es el celibato ministerial, don de Cristo
consonancia con la naturaleza de la fe, impulse al
mismo y garantía de una dedicación generosa y libre
pueblo creyente hacia la doble dimensión personali-
al servicio de los hombres" (DP 692). La entrega
zante y comunitaria" 55 , y que le haga "mantener una
radical hay que unirla, en este caso, a la responsabili-
fe en la vida" 56 .
dad radical del Cristo Sumo Sacerdote, que ejemplar
y modélicamente ha de vivir para el Reino, en el Rei-
Pero en la dramática situación latinoamericana, no y con todas las exigencias del Reino, teniendo en
la evangelización ha de asumir el "mensaje, especial- cuenta que el Reino no es sólo un proyecto de futuro
mente vigoroso en nuestros días, sobre la liberación", sino una metodología concreta marcada por Dios y a
tal como también lo expresaba en el mismo docu- la que el sacerdote se somete en obediencia y en espe-
mento Pablo VI (EN 30-35), y que concretamente ha ranza: la metodología de la expiación de los pecados,
sido definido por Puebla para nuestro caso particular en la que se busca simultáneamente la conversión de
(DP 562), con el objeto del logro de una sociedad más los pecadores y la liberación integral de la comuni-
justa, libre y pacífica. dad oprimida.

55. MEDELLIN, Doc. VI: "Pastoral popular" No. 6.


56. MEDELLIN, Doc. V: "La Juventud" No. 11.
122 123
Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.
contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos.
5. Solidaridad con Dios y solidaridad con los pobres Y he bajado para librarlos de los egipcios" (Ex. 3,
6-10). Es el mismo Dios vivo que al mismo tiempo in-
Teniendo como telón de fondo la imagen de Jesu-
terpela quiero yo la muerte del malvado y no que se
cristo Buen Pastor, Puebla viene a marcarnos las dos
convierta de su conducta y viva?" (Ez. 18,23). Pero es
condiciones que proponía la Epístola para la realiza-
un Dios vivo que al mismo tiempo interpela a su en-
ción del Sumo Sacerdocio: la solidaridad con Dios y
viado diciéndoles: "Si yo digo al malvado que es reo
la solidaridad con la comunidad oprimida.
de muerte y tú no le das la alarma —es decir, no ha-
blas poniendo en guardia al malvado para que cambie
"El presbítero —escribe Puebla—, es un hombre
su mala conducta y conserve la vida—, entonces el
de Dios. Sólo puede ser profeta en la medida en que
malvado morirá por su culpa y a tí te pediré cuenta
haya hecho la experiencia del Dios vivo. Sólo esta
de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, y
experiencia lo hará portador de una Palabra podero-
no se convierte de su maldad y de su mala conducta,
sa para transformar la vida personal y social de los
entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salva-
hombres de acuerdo con el designio del Padre.
do la vida. Y si el justo se aparta de su justicia y co-
mete maldades, pondré un tropiezo delante de él y
La oración en todas sus formas —y especialmente
morirá; por no haberlo puesto en guardia, él morirá
la liturgia de las horas que le confía la Iglesia— ayuda-
por su pecado y no se tendrán en cuenta las obras
rá a mantener esa experiencia de Dios que deberá
justas que hizo; pero a tí pediré cuenta de su san-
compartir con sus hermanos" (DP 693-694).
gre. Si tú, por el contrario, pones en guardia al
justo para que no peque, y en efecto no peca,
Los textos son extraordinariamente sugerentes
ciertamente habrá salvado la vida por haber estado
para una interpretación de la solidaridad con Dios
alerta, y tú habrás salvado la vida" (Ez. 3, 16-27).
propuesta por Puebla a los sacerdotes en América
Latina. Es la experiencia de Dios global de un hombre que es
elegido como sacerdote para América Latina.
Se trata de una solidaridad con el Padre que, en el
Documento, se configura como experiencia del Dios Pero no basta tener la experiencia de Dios, hace
vivo. Son claras referencias al Antiguo Testamento, en falta mantenerla. Y para mantenerla Puebla habla al
la que Dios Vivo es el Dios que dice: "He visto la sacerdote de la necesidad de la oración bajo todas
opresión de mi pueblo en Egipto, he-oído sus quejas sus formas. Pero para que la oración pueda mantener
124 125
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

fundamental la inserción en el lugar desde donde se Puebla no ignora las consecuencias a las que
pronuncia la oración: el Continente flagelado por conduce esta solidaridad: "soledad, aislamiento, in-
la división mortal entre los cristianos, y donde una comprensión y, a veces, persecución y muerte"
masa de millones de hombres clama por su libera- (DP 668). Es la actualización latinoamericana del
ción. principio paulino: "tomó la condición de esclavo ha-
ciéndose uno de tantos".
Esto conduce a la segunda condición propuesta
por Puebla para la realización del sacerdocio ministe-
rial en América Latina: la solidaridad con el mundo 6. Las tentaciones del sacerdote
de los pobres. Nos encontramos como en la Epístola
a los Hebreos del sacerdocio que "baja", ya que La inserción histórica del sacerdote en el cruce de
propone como modelo a Jesucristo "quien, pobre los profundos problemas humanos que hoy agitan al
entre los pobres, anunció que todos somos hijos de Continente le va a hacer experimentar su propia debili-
un mismo Padre y por consiguiente hermanos" (DP dad, y en su debilidad va a comprender la debilidad
682). Por ese motivo, expresamente dice que el sacer- de los cristianos de América Latina, lo que le permi-
dote no se puede limitar "a saber de las necesidades tirá llegar a ser el sacerdote misericordioso y compasi-
de los fieles". Lógicamente con este principio Puebla vo caracterizado por la Epístola.
reconoce con satisfacción que "la forma de vida de
muchos pastores ha crecido en sencillez y pobreza La debilidad la va a advertir en la tentación de la
(...) en acercamiento al pueblo" (666). corrupción, tema que ha sido especialmente desarro-
llado por Puebla.
Posteriormente marca con toda claridad de qué
pueblo se trata: "Den los presbíteros prioridad en su La primera tentación surge del orden establecido,
ministerio al anuncio del Evangelio a todos, pero muy del "status quo". Se trata de una instrumentalización
especialmente a los más necesitados (obreros, campe- "que es siempre un riesgo en la vida política, (que)
sinos, indígenas, marginados, grupos afro-americanos), puede provenir de los propios cristianos y aun de los
integrando la promoción y defensa de su dignidad sacerdotes y religiosos, cuando anuncian un Evangelio
humana" (DP 711), "como Pastor que se empeñe en sin incidencias económicas, sociales, culturales y polí-
la liberación integral de los pobres y de los oprimi- ticas (DP 558). Se trata de la tentación del llamado
dos" (DP 696). espiritualismo, o del conformismo, o de la desesperan-
126
127
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

za, o de la falsa apreciación de que las cosas no pue- nisterial de la Iglesia, por carencia de comunión
den cambiar, o que sólo pueden cambiar a un precio participativa —una de las vértebras del Documento—,
demasiado alto. Es el olvido de que el precio del cam- y que tipifica como "falta de unidad en los criterios
bio o de la conversión del mundo es la cruz. En oca- básicos de la pastoral, con las consiguientes tensiones
siones esta tentación es "el integrismo tradicional de la obediencia y serias repercusiones en pastoral de
(que) espera el Reino, ante todo, del retroceso de la conjunto" (DP 673).
historia hacia la reconstrucción de una cristiandad en
el sentido medieval: alianza entre el poder civil y el Pero sentir la tentación en la propia carne, cuando
poder eclesiástico" (DP 560). se sienten simultáneamente los dolores y los sufri-
mientos del pueblo oprimido, es camino de madura-
Cuando la solidaridad y el compromiso del sacer- ción sacerdotal según el texto de la Epístola.
dote con el pueblo que sufre son profundos, la tenta-
Es cuando se comprende la debilidad del pueblo y
ción tiene otras características. Está la tentación del
la malicia del sistema activo del pecado que intenta o
odio y de la violencia, como vía de solución inmedia-
ta (DP 562). Está la tentación de la relectura del sumergirlo en la desesperanza total, en el inactivismo
Evangelio a partir de una opción política ideologiza- inoperante, o contagiarlo con el odio homicida como
da (DP 559, 536), abandonando el método estableci- camino de liberación.
do por el Sumo Sacerdote. Existe incluso la tenta-
Pero al mismo tiempo, son la tentación y la pro-
ción "de hacerse líder político, dirigente social o fun-
pia debilidad los caminos para comprender a los cris-
cionario de un poder temporal" (DP 696). Puebla ha
tianos que por ignorancia o por debilidad cedieron a
concretado esta tentación diciendo que "la radicali-
la tentación, y se constituyeron en los opresores de
zación de grupos opuestos cae en la misma trampa,
esperando el Reino de una alianza estratégica de la sus hermanos.
Iglesia con el marxismo, excluyendo cualquiera otra
Sólo en la experiencia profunda de la tentación es
alternativa. No se trata para ellos solamente de ser
cuando el sacerdote se puede decidir por la liberación
marxista, sino de ser marxista en nombre de la fe" de su pueblo, pero atento a las tentaciones a las que
(DP561). se encuentra sometido en su deseo de liberación. Y
sólo es en esta experiencia profunda cuando llega
En diferentes sitios no deja Puebla de apuntar la también a comprender a los pecadores, a los opreso-
tentación contra la unidad del cuerpo sacerdotal-mi- res, sintiendo la urgencia de liberarlos de su pecado.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

7. Los instrumentos privilegiados del sacerdote pone. En una palabra, adhesión al Reino, es decir, al
en América Latina mundo nuevo, al nuevo estado de cosas, a la nueva
manera de ser, de vivir juntos, que inaugura el Evan-
Tres son los instrumentos privilegiados para que el gelio" (EN 23).
sacerdote pueda realizar su misión en América Latina:
la Palabra, la Eucaristía y el Testimonio de su vida. Pero la Palabra de Dios debe iluminar simultánea-
Son los tres instrumentos no para fundar casa —que mente "las situaciones humanas y los acontecimientos
ya está fundada—, sino para reconstruir y salvar la de la vida para hacer descubrir en ellos la presencia o
casa, y de esa manera reconciliar la familia de Dios en la ausencia de Dios" (DP 997). Al presbítero en con-
el Continente. creto se le dice, que en su ministerio de anunciar el
Evangelio ha de integrar "la promoción y la defensa
El primero es la Palabra, claramente unida a la fun- de la dignidad humana" (DP 711). Como afirmaba
ción profética del sacerdocio, pero de amplia comple- Pablo VI, "¿Cómo proclamar el mandamiento nuevo
jidad en el momento actual. sin promover mediante la justicia y la paz, el verda-
dero, el auténtico crecimiento del hombre? Nos
La primera dimensión de la Palabra es la misione- mismo lo indicamos, al recordar que no es posible
ra. "No hay evangelización verdadera —dice la Evan- aceptar que la obra de la evangelización pueda o deba
gelii Nuntiandi—, mientras no se anuncie el nombre, olvidar las cuestiones extremadamente graves, tan
la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio agitadas hoy día, que atañen a la justicia, a la libera-
de Jesús de Nazareth Hijo de Dios" (EN 22). Es la ción, al desarrollo y a la paz del mundo. Si esto
proclamación que permite el nacimiento de la fe en ocurriera, sería ignorar la doctrina del evangelio acer-
Jesucristo, ya que "el anuncio no adquiere toda su ca del amor hacia el prójimo que sufre o padece ne-
dimensión más que cuando es escuchado, aceptado, cesidad (EN 31).
asimilado y cuando hace nacer en quien lo ha recibido
una adhesión de corazón". (EN 23). Esto implica la palabra-denuncia ante los respon-
sables de la situación de pecado que genera activa-
Se trata, y especialmente en nuestro Continente, mente la pobreza, la injusticia y la opresión de la dig-
de una palabra misionera para conseguir una adhesión nidad humana en millones de hombres. Es palabra-
no sólo a las verdades, sino "adhesión al programa de denuncia para la conversión, ya que los Pastores des-
vida —vida en realidad ya transformada— que él pro- cubren en lo más profundo del sistema, sin determi-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

nar el carácter técnico de las raíces, un misterio de la palabra, se centre el sacerdocio ministerial en la
pecado (DP 70). Eucaristía.
Pero ha de ser al mismo tiempo una palabra con-
En efecto, la situación no es desconocida. Los
cientizadora para el pueblo 57 , capaz de crear organis-
Obispos afirman que los "problemas se ven agrava-
mos de solidaridad con los que sufren, de denuncia
dos por la ignorancia religiosa a todos los niveles des-
de los atropellos y de defensa de los derechos huma-
de los intelectuales hasta los analfabetas. La ignoran-
nos" (DP 92), y de promover entre los obreros y cam-
cia y el indiferentismo llevan a muchos a prescindir de
pesinos, que quieren ser tratados como hombres libres
los principios morales, sean personales o sociales, y a
y responsables, el derecho fundamental a crear libre-
encerrarse en un ritualismo, en la mera práctica social
mente organizaciones para defender y promover sus
de ciertos sacramentos o en las exequias, como señal
intereses y para contribuir responsablemente al bien
de su pertenencia a la Iglesia" (DP 81-82). Dada esta
común" (DP 1162-1163). Al mismo tiempo, hay que
situación, ¿no nos estamos encontrando ante una
promover en el pueblo la pobreza evangélica (DP
incoherencia? Además, ¿cómo podemos celebrar
1148-1152) que lo abre al sistema liberador de la
Eucaristía, signo de la unidad y expresión de la cari-
expiación de los pecados, sin dejarse corromper inter-
dad en unas comunidades enfrentadas en muchos
namente por las tentaciones a que lo somete el siste-
casos incluso con el odio y la violencia? El tema es de
ma opresivo del pecado.
la mayor trascendencia y merecería un tratamiento
mucho más largo, del que aquí nos es posible. Sólo
8. Sacerdocio y Eucaristía apunto algunas sugerencias en relación con nuestro
"El ser y el obrar del sacerdote, en la identidad de tema.
su servicio, está referida a la Eucaristía, raíz y quicio
de toda la comunidad, centro de la vida sacramental, No podemos olvidar que, desde el punto de vista
hacia la cual lleva la Palabra. Por eso se puede decir de los Obispos, nos encontramos en un Continente
que donde hay Eucaristía hay Iglesia" (DP 662). cristiano, aunque con una fe débil, es decir, que no
ha tenido la fuerza necesaria para unir fraternalmente
Es interesante el advertir que en un Documento, a los creyentes entre sí. Es en estas circunstancias,
en el que se insiste en la evangelización por medio de cuando el Documento nos ofrece una perspectiva cla-
ve de la Eucaristía: la Eucaristía es también la raíz y
57. MEDELLIN, Doc. I "Justicia" Nos. 17-23. el quicio de toda la comunidad, es fuente de la vida
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelizado

cristiana, y es interesante no olvidar las condiciones En la gran predicación que hace el mismo Jesús
históricas en las que se celebró la primera Eucaristía por boca de su ministro, en el momento de la consa-
—un traidor, hombres que pensaban en espadas, per- gración manifiesta su insolidaridad absoluta con el
sonas que se peleaban por el primer puesto, fan- pecado, su identificación con el mundo de los opri-
farrones que iban a negar o a abandonar al Señor midos, su postura de liberación de los pecadores, y su
pocas horas después al comenzar las dificultades—, compromiso de salvar simultáneamente a los oprimi-
de tal manera que puede uno fácilmente descubrir la dos y a los pecadores no con el homicidio y con la
dura soledad en la que se encontraba el Sacerdote violencia, sino con la entrega martirial de su propia
Jesucristo. vida. Es la gran predicación que Jesús hace en el
concreto cuadro histórico de hoy, en la actual comu-
Quizá, desde la perspectiva de la fe, la gran misión nidad latinoamericana, como ayer lo hizo no en un
del sacerdote en América Latina sea celebrar Eucaris- contexto mítico, sino en una real situación histórica
tía en un pueblo y con un pueblo que tiene que reco- en la que después de pronunciar su juramento ante la
rrer un largo camino hasta que su vida sea coherente incipiente comunidad, fue violentamente condenado
con su fe. a muerte por sus enemigos y cobardemente abandona-
Sin duda, que tiene que ser una Eucaristía, en la do y negado por su propia comunidad, como si se
que superados los puros ritualismos casi mágicos, y su tratara de un vulgar malhechor.
instrumentalización para ciertos acontecimientos
sociales, iluminada por una correcta catequesis y con- Es cierto que "el que come del pan o bebe de la
formada a las adaptaciones necesarias, haga presente a copa del Señor sin darles su valor tendrá que respon-
Cristo Sumo Sacerdote en medio de la comunidad der del cuerpo y de la sangre del Señor" (1 Cor.
con toda la fuerza de su predicación más vigorosa, 11-27). Pero también la Eucaristía pone ante nuestros
invitando a la propia comunidad a su conversión, da- ojos al pionero y consumador de la fe, Jesús, exigien-
do que, como afirma el Concilio de Trento en el len- do un cambio interno de la conciencia y de la con-
guaje teológico de la época, "aplacado el Señor por la ducta, como en repetidas ocasiones se dice en la Epís-
obligación de este sacrificio, concediendo la gracia y tola a los Hebreos. En el mismo sacerdote, como ya
el don de la penitencia, perdona los crímenes y peca- indicamos, en él primero, tiene que darse dicho cami-
dos por grandes que sean" 58 . no de conducta, de tal manera que la ejemplaridad del
sacerdote histórico de hoy unida a la ejemplaridad
58. Conc. Trento, Sess. XXII cap. 2 (Dz. 940). de Cristo promueva progresivamente el cambio de la
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

comunidad, para que de una fe incipiente y cargada soportar en sus miembros la persecución y, a veces, la
de ignorancia evolucione hacia una fe madura que muerte, en testimonio de su misión profética" (DP
promueva la conversión personal, la purificación de 92), lo que posteriormente confirma más en concreto
la cultura, y el paso de unas estructuras generadoras de los sacerdotes, dado que "es admirable y alentador
de injusticia y de muerte a otras estructuras generado- comprobar el espíritu de sacrificio y abnegación con
ras de fraternidad, de justicia y consiguientemente de que muchos pastores ejercen su ministerio en servicio
paz, por los caminos marcados y seguidos por el del Evangelio, sea en la predicación, sea en la celebra-
Señor. ción de los sacramentos o en la defensa de la dignidad
humana, afrontando la soledad, el aislamiento, la in-
9. El testimonio martirial del sacerdote comprensión y, a veces, la persecución y la muerte"
(DP668).
La autoridad ontológica del sacerdote en la co-
munidad ha de quedar garantizada con la autoridad El sacerdote que pretende reconstruir la Iglesia en
moral del pastor, que esquemáticamente propone el América Latina, obediente a los caminos trazados por
Documento de Puebla afirmando que "como el Buen el Padre, después de padecer la dureza de la solidari-
Pastor, van delante de las ovejas; dan la vida por ellas dad con un pueblo oprimido y tentado, corre el riesgo
para que tengan vida y la tengan más abundante; las en muchos momentos de ser asesinado ignominiosa-
conocen y son conocidos de ellas" (DP 681). de tal mente por los poderes de este mundo —porque su
manera que "apoyado en su propio testimonio pro- muerte sonará como ajusticiamiento ante dichos po-
mueve la santidad de todos los fieles como primer deres, desconcertando al pueblo—, y de ser abando-
medio de evangelización" (DP 689). Sólo así el pas- nado por su mismo pueblo, como lo fue Jesús, por
tor, siguiendo la terminología de la Epístola, llegará a desconfiar de la eficacia de los extraños caminos y
ser un sacerdote digno de crédito. métodos propuestos por el Evangelio para la cons-
trucción del Reino. Pero a los ojos de Dios y, con fre-
Las circunstancias de América Latina ofrecen a cuencia, también de los hombres sus sacrificios y su
estas palabras un sentido de realismo, muy lejano a muerte brillan como un martirio, como un sacrificio
fáciles interpretaciones espiritualistas. En Puebla se —dirá la Epístola—, en favor del pueblo y de los peca-
escribe: "La conciencia de la misión evangelizadora dores, en favor de la liberación de los pecados de todo
de la Iglesia la ha llevado (...) a alentar la opción de el pueblo, para que se produzca una reconciliación
sacerdotes y religiosos por los pobres y marginados; a universal, depuesto el odio, la violencia, la injusticia,
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

y surja una fraternidad nacida de la conversión perso- Al terminar estas reflexiones es fácil afirmar que
nal y colectiva de los hombres a Dios, que se define el modelo de sacerdote propuesto para América Lati-
como el Amor. na es fundamentalmente coincidente con el Sumo
Sacerdote del que nos habíala Epístola a los Hebreos,
En este contexto la vocación del sacerdote en pero adaptado a las complejas circunstancias de una
América Latina si es vocación de evangelización, es América Latina, en la que ha penetrado la muerte en
también vocación al martirio, que aparece como una medio de la comunidad cristiana, pero que mira con
posibilidad constante en el horizonte de su vida y de esperanza su futuro en la medida que no olvide "que
su ministerio. tenemos un gran sacerdote al frente de la familia de
Dios"(Hbr. 10,21).
Esta vocación martirial del sacerdote en América
Latina,a la que se compromete en el momento de su
ordenación sacerdotal y compromiso que repite ante
IV. SEMINARIOS PARA LA FORMACIÓN
la comunidad siempre que celebra Eucaristía, le exige
DE SACERDOTES EN AMERICA LATINA
también el promover una profunda comunión con el
Episcopado y con los presbíteros.
Desde el punto de vista del sacerdocio ministerial
No podemos olvidar que el horizonte de su minis- América Latina tiene planteados, entre otros, dos
terio es unir en Cristo a la comunidad cristiana dividi- problemas fundamentales: la carencia de sacerdotes
da y enfrentada en América Latina. La posibilidad de (DP 78), y la formación de los candidatos al sacerdo-
esa unión tan difícil ha de testimoniarla en la sacra- cio (DP 869-891).
mentalización, también difícil, de la comunidad que
sacramentaliza al Sumo Sacerdote Cristo. Es una con- El primer problema fue abordado en el II Congre-
dición propuesta por el Señor para el resultado de la so Latinoamericano de Vocaciones, celebrado en
Evangelización: "En esto conocerán que sois discípu- Bogotá del 1 o. al 5 de noviembre de 1982 60 .
los míos, en que os amáis uñosa otros" (Jn. 13, 3S) 59 ,
y es la petición de Jesús en su oración sacerdotal El segundo problema implica dos cuestiones fun-
(Jn. 17). damentales: ¿cuál es el modelo de sacerdote que he-

59. Sobre el sentido de Conocer, véase "Conocer" en LEÓN 60. Resultado de dicho Congreso es el libro Vocaciones para
DUFOUR, Vocabulario... pp. 154-157. el siglo XXI en América Latina (Bogotá 1983).
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Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.

1. Del discipulado al apostolado


mos de formar?, y ¿cómo podemos colaborar para
que se forme dicho tipo de sacerdote en los candida-
tos que llegan a nuestros seminarios? Recién inaugurada la vida pública de Jesús, forma
una comunidad de discípulos que lo reconocen como
Maestro (Me. 3, 13-19; Mt. 10, 1-4; Le. 6, 12-16; Jn.
Para el primer cuestionamiento en las páginas 13, 13-14). Este grupo de los Doce, tras la Resurrec-
anteriores, he intentado ofrecer algunas reflexiones y
ción de Jesús y la venida del Espíritu Santo, quedan
respuestas teniendo en cuenta la teología sobre el
constituidos como Apóstoles con características bien
Sumo Sacerdocio de Cristo elaborada en la Epístola
definidas: son los testigos de Jesús, fundan las prime-
a los' Hebreos, y en su descenso a nuestras circunstan-
ras comunidades cristianas, denuncian el pecado del
cias de América Latina, teniendo en cuenta las apor-
taciones de Puebla, que hemos contrastado con el mundo que se ha manifestado en el asesinato de
proyecto de la misma Epístola. Jesús, lo presentan como el único Salvador invitando
a todos a la conversión, orientan con autoridad a las
nuevas comunidades en las que se celebra la Fracción
Pero si es importante delinear la imagen sacerdo-
del pan, y en su mayoría, según lo atestigua la tradi-
tal desde su trascendental dimensión cristológica sa-
ción apoyada en algunos datos de la Escritura, pade-
cramentalizada al hoy y al futuro de América Latina,
cen persecuciones, encarcelamientos, torturas, juicios
no es menos importante reflexionar sobre el cómo
conseguirla. El tema es extraordinariamente amplio y y hasta la misma muerte. La Iglesia reconoce a los
se puede abordar desde muchos puntos de vista. Fiel Obispos, y en su tanto a los presbíteros, como suceso-
al tema que se me ha encomendado, yo pienso abor- res de estos Apóstoles 61 .
darlo desde la perspectiva también cristológica, te-
niendo en cuenta que Jesús no sólo es el Sumo Sacer- Desde este punto de vista, y prescindiendo de
dote, sino que también fue históricamente y sigue ciertos problemas cristológicos62, podemos afirmar
siendo el formador de sus sacerdotes ministeriales, que el discipulado de Jesús tenía como horizonte el
que lo perpetúan visiblemente a través de la historia.
Por tanto, es también en Cristo, como generador y 61. VATICANO II, Lumen Gentium Nos. 18-20; véase GON-
formador de sacerdotes, donde debemos encontrar las ZÁLEZ DORADO, A., "Pastoral vocacional en la civiliza-
orientaciones básicas para el modo de proceder de ción urbano-industrial latinoamericana", en Vocaciones
nuestros seminarios. para el siglo XXI, pp. 154-162.
62. "La ciencia de Jesús", en GALOT, J., ¡Cristo! ¿Tú quién
eres? (Madrid 1982) pp. 347-378.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

modelo apostólico, la sacramentalización del Sumo ñámente le prometen fidelidad hasta la muerte (Jn.
Sacerdocio de Cristo en los momentos históricamente 13,36-38).
fundacionales de la Iglesia dentro de un complejo cua-
dro social, muy similar al vivido por el mismo Jesús. Este mundo de esquemas diferentes les dificulta
el entender el magisterio de Jesús hasta el final de su
vida (Jn. 14, 8-14 y 25-26), les hace discrepar positi-
2. Contrastes y coincidencias entre Jesús vamente de Jesús (Mt. 16, 22-28), sienten la tentación
de abandonarlo (Jn. 6, 66-71), uno termina traicio-
y sus discípulos
nándolo, todos huyeron en el arresto de Getsemaní
(Mt. 26, 56), y el más audaz en ese momento lo negó
Entre Jesús y sus discípulos se advierten durante
delante de una criada de Caifas (Mt. 26, 69-75).
todos los años de convivencia discrepancias bien sub-
rayadas. En estas condiciones no se le presentaba fácil a
Jesús la formación de sus discípulos en la perspectiva
Jesús es bien consciente de su vocación, de su mi-
de hacerlos sus Apóstoles.
sión, de su camino y del destino que le espera, sin
dudar en afirmar que "Yo soy el camino porque soy Pero en medio de tantas diferencias había un pun-
la verdad y la vida" (Jn. 14, 6). to vital en el que conectaban Jesús y sus discípulos,
originando una comunidad de formación: llamados
Los discípulos aparecen bien marcados por esque- por Jesús, ellos habían respondido dejándolo todo, y
mas muy diferentes a los del Maestro Jesús. Creen que así entre ambas partes había surgido un auténtico
se han encontrado con el Mesías esperado, no obstan- compromiso: Jesús era reconocido como Maestro y
te lo humilde de su condición social. Pero suponen Jesús los aceptaba como sus discípulos, como sus ami-
con la mentalidad popular que el objetivo es la restau- gos y como sus inmediatos colaboradores en un pro-
ración de Israel en medio de las naciones (Act. 1, 6), yecto común, que era el proyecto de Jesús mismo.
objetivo, que una vez conseguido les garantizará a
ellos, en la nueva situación, puestos importantes, que Las bases de la nueva comunidad estaban forma-
ya se los disputan en vida de Jesús (Mt. 20, 20-28; das por la fe en Jesús y el compromiso entre ambas
Le. 22, 24-30; Jn. 13, 1-17). Por eso lo imaginan co- partes de cara a un proyecto común, claro en la con-
mo un rey luchador y triunfador, preparan espadas ciencia del Maestro y oscuramente —incluso deforma-
para la lucha (Le. 22, 38; Mt. 26, 51-54), y fanfarro- damente—, intuido en los discípulos.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

3. El sistema de Jesús Maestro hace su amo; os llamo amigos porque os he comunica-


do todo lo que le he oído a mi Padre" (Jn. 15, 15).
El sistema seguido por Jesús para la formación de Así los Apóstoles se considerarán posteriormente tes-
los futuros apóstoles nos resulta sumamente original y tigos privilegiados, compañeros "mientras vivía con
sigue siendo aleccionador para nuestros días. Expon- nosotros el Señor Jesús desde los tiempos en que Juan
go algunos rasgos más sobresalientes. bautizaba hasta el día en que se lo llevaron al cielo"
(Act. 1,21-22).
La función de Jesús como Maestro no anula en
ningún momento su dimensión de Profeta, tal como Jesús los sometió a sus mismas condiciones de
lo reconocía el pueblo. Jesús integra simultáneamente vida, teniendo que compartir con él sus posibilidades,
las dos dimensiones de tal manera que, aunque dedi- sus riesgos y sus alegrías. Por eso Jesús al final de su
ca tiempos específicos a la formación de sus discípu- vida podrá decirles con toda verdad: "Si a mí me han
los, su misma actividad profética adquiere caracte- perseguido lo mismo harán con vosotros, y el caso
rísticas de magisterio para ellos, ya que normalmente que han hecho de mis palabras harán de las vuestras"
se encuentran presentes en las diversas actividades que (Jn. 15,20).
Jesús despliega durante su vida.
Los integra en un tipo de comunidad especial. El
El discipulado tiene como primer efecto hacer de mantiene toda la autoridad, "porque vosotros me lla-
los discípulos testigos próximos de la vida del Maes- máis Maestro y Señor y con razón, porque lo soy"
tro, tanto en sus apariciones públicas como en su (Jn. 13, 13), pero simultáneamente se hace un servi-
intimidad. Así son testigos de la oración de Jesús, de dor, les lava los pies, y los defiende hasta la muerte en
sus preocupaciones y alegrías más íntimas y profun- el momento del peligro —"Os he dicho que soy yo. Si
das, de su forma de relacionamiento con su familia, me buscáis a mí, dejad que estos se marchen" (Jn. 18,
con sus compueblanos y con sus amistades. Podemos 8)—, porque "no hay amoi más grande que dar la vida
decir que la vida de Jesús, bajo todos sus aspectos, por los amigos" (Jn. 1^, 13).
se hace transparente ante los discípulos, lo que le per-
mite a Jesús constituirse no sólo como Maestro-Ins- Los instruye especialmente, de tal manera que
tructor, sino como modelo de un nuevo tipo de vida. Jesús afirma que "a vosotros se os ha comunicado el
Como el mismo Jesús dirá, "Ya no os llamo más sier- secreto del reinado de Dios" (Me. 4, 11), y expresa-
vos, porque un siervo no está al corriente de lo que mente dirá en la oración sacerdotal que "las palabras
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

que Tú me transmitiste se las he transmitido yo a los momentos más difíciles (Jn. 6, 67), pero se les
ellos" (Jn. 17, 8 y 14). exige la coherencia con las exigencias de la escuela a
la que se han incorporado.
La corrección es una parte integrante del sistema
formativo de Jesús. A veces incluso puede parecer Sobresale especialmente la calidad del amor de
excesivamente dura, como en el caso de Pedro " ¡Quí- Jesús a sus discípulos, que se establece en norma del
tate de mi vida, Satanás! Eres un peligro para mí, amor que los compañeros de discipulado tienen que
porque tu no piensas en lo de Dios, sino en lo huma- desarrollar entre sí: "Igual que yo os he amado,
no" (Mt. 16, 23). Pero con frecuencia es con ocasión amaos también entre vosotros. En esto conocerán que
de los errores y fallos de los discípulos, cuando Jesús sois discípulos míos, en que os amáis unos a otros"
suele proponer sus mejores lecciones (Mt. 16, 24-28; (Jn. 13, 34-35).
Me. 9, 33-37; 10, 35-45;Lc. 9, 51-56; 22, 24-30; Jn.
21, 15-19, etc.). Sobre todo, sobresale la paciencia de
Jesús, que acepta el lento ritmo que supone el pasar 4. Resultados del sistema formativo de Jesús
de una concepción de la vida y del proyecto, a otros
totalmente diferentes, como en repetidas ocasiones se Desde un punto de vista teológico y en la dinámi-
manifiesta en la última Cena. ca de la Epístola a los Hebreos, no podemos dudar
que este sistema formativo de Jesús es una dimensión
En la escuela de Jesús no se encuentra un lugar en de su Sumo Sacerdocio. Es lógico que, siendo Sumo
el que la curiosidad encuentra experiencias nuevas y Sacerdote y Maestro, no sólo consagra a los que elige
originales. La escuela de Jesús no es la escuela de las sino que los forma previamente como sacerdotes.
experiencias, sino la del compromiso, de la misión y
de la colaboración con todos los riesgos consiguientes. Pero tenemos que preguntarnos con honestidad
Así aparecen durante toda la vida de Jesús, pero muy cuáles fueron los resultados del sistema formativo
especialmente en la que los exégetas han llamado la establecido por Jesús. Como en toda evaluación, los
misión de los Doce (Mt. 10, 5-25; Me. 2, 7-13; Le.
resultados pueden medirse a corta distancia —es
9, 1-6).
decir, los conseguidos a la muerte de Jesús, el Maes-
tro—, y a larga distancia, observando la globalidad de
La libertad radical sobre la opción que se ha he- la vida de los discípulos transformados en Apóstoles.
cho se la devuelve a los discípulos, especialmente en
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Estableciendo la evaluación a corta distancia, y valentía, pero no amor ni confianza en Jesús, a quien
con un criterio de efectividad inmediata, los resulta- sienten como amigo, de otra manera no se explica que
dos pueden aparecer como negativos. En efecto, des- tras su negación Pedro llorara amargamente (Mt.
pués de varios años de discipulado con Jesús no pare- 26,75).
ce que hayan entendido demasiado el mensaje de
Jesús ni al mismo Jesús: "Con tanto tiempo como lle- El compromiso con Jesús y la convivencia en su
vo con vosotros ¿todavía no me conoces, Felipe?" escuela, les ha dado otros resultados. Una nueva expe-
(Jn. 14, 9); ni que hayan percibido por dónde mar- riencia de Dios y de solidaridad con Dios: un Dios
chan los caminos del Maestro, cuando en la última que llama al seguimiento de Cristo, y una nueva di-
Cena todavía retienen escondidos dos machetes (Le. mensión de la vida religiosa como obediencia al segui-
22, 38). Más aún, de un pequeño grupo de doce, miento de Cristo, de un Jesús al que no lograban
cuando llega el momento del peligro uno lo traiciona, entender demasiado, porque rompía continuamente
otro lo niega cobardemente y los demás lo abando-
sus esquemas.
nan, de tal modo que Jesús se queja diciendo: "Se
acerca la hora (ya ha llegado), en que os disperséis
La obediencia a Dios y el seguimiento de Cristo
cada uno por su lado dejándome solo. Aunque yo no
no lo experimentaron como un sistema que les sacaba
estoy solo, está conmigo el Padre" (Jn. 16, 32).
de la situación ordinaria de los hombres y que los pro-
movía a un lugar de privilegio social. Por el contrario,
Pero si la evaluación la hacemos a la luz de los experimentaron que continuaban siendo los mismos
criterios de la Epístola a los Hebreos los resultados no hombres del pueblo que eran antes. Más aún, comen-
son tan precarios, como pueden aparecer a primera zaron a sentirse acorralados ante los poderosos, vien-
vista. do que eran inocentes, y sin otras posibilidades de
defenderse que la huida (Jn 10, 39-40; 11, 8 y 16).
En efecto, no cabe duda del desconcierto que se
produce entre los discípulos con ocasión de la conde- Ni siquiera el seguimiento de Cristo, los libró de
na de muerte de Jesús. Pero una cosa queda clara: su la tentación, porque los años de convivencia con Jesús
adhesión profunda a Jesús y la conciencia de su ino- aparecen cargados de tentaciones. Y no sólo sintieron
cencia, de tal manera que hasta Judas el traidor se la tentación y la debilidad, sino que incluso cedieron
ahorca porque "He pecado, entregando a la muerte a a ella, porque tuvieron demasiado miedo. Pero, todo
un inocente" (Mt. 27, 4). A los demás, les ha faltado queda aceptado y comprendido por Jesús: "¡Simón!
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Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.
Apóstoles, por los datos que han llegado hasta noso-
¡Simón! Mira que Satanás os ha reclamado para cri- tros, los resultados no pueden ser más positivos. En
baros como trigo. Pero yo he pedido por tí para que efecto, se observa en ellos una identificación esencial
no pierdas la fe. Y tú, cuando te arrepientas, afianza con el Sumo Sacerdocio de Cristo, tal como queda
a tus hermanos" (Le. 22, 31-32). Se estaban moldean- planteado en la Epístola a los Hebreos, llegando hasta
do los futuros sacerdotes misericordiosos, porque han el martirio, en circunstancias muy similares a las de
sido probados en todo igual que nosotros (Hbr. 4, 15). Jesús, y con todas las características necesarias para
poder ser considerados por la comunidad como sa-
Por otra parte, la experiencia de su propia debili-
cerdotes misericordiosos y dignos de crédito.
dad y de sus caídas contrastada con el modo de com-
portarse Jesús con ellos en la última Cena e incluso
en el Huerto en el momento del prendimiento, les Son, sin duda, consideraciones complejas, pero
hacía prepararse desde la propia experiencia, a descu- que nos descubren el difícil proceso de la formación
brir y aceptar otro camino nuevo, inaugurado por de un sacerdote. Pero al mismo tiempo, son conside-
Jesús para la instauración de Israel y para la salvación raciones cristológicas, es decir de Cristo como Maes-
del mundo. tro y Formador de sacerdotes con el objetivo de con-
formarlos a su imagen y semejanza para que lo
Desde este punto de vista, los resultados del ma- sacramentalicen en el proceso histórico del devenir
gisterio de Jesús no se pueden considerar tan negati- de la Iglesia en el mundo. Así encontramos unos prin-
vos. Estaba preparada una vida, a través de gozosas y cipios normativos para evaluar nuestros seminarios
dolorosas experiencias, capaz de asumir sacramental- que tienden "a que se cultive más clara y plenamente
mente sin desviaciones fundamentales el Sumo la vocación de los candidatos y a que se formen ver-
Sacerdocio de Jesús, una vez que fueran iluminadas daderos pastores de almas a ejemplo de Nuestro Señor
por el misterio de la Resurrección y fortalecidas por Jesucristo, Maestro, Sacerdote y Pastor, y se preparen
la venida del Espíritu Santo. Si Jesús aprendió a obe- para el ministerio de enseñar, santificar y regir el Pue-
decer sufriendo (Hbr. 5, 9), los discípulos de Jesús blo de Dios" 63 , "teniendo en cuenta la concepción
aprendieron a ser sacerdotes en la experiencia de la es- del sacerdocio católico, tal como procede de la revela-
cuela de Jesús.

Si planteamos ahora la evaluación a larga distan- 63. "Normas básicas de la formación sacerdotal" (Roma
cia, es decir, analizando la globalidad de la vida de los 1970) No. 20.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

ción divina explicada por la tradición constante de la Esto hace que a la persona llamada se le va a exi-
Iglesia y por su magisterio" 64 . gir una entrega total y absoluta a su propia vocación,
entrega que desde distintas dimensiones se le llamará
5. Responsabilidad y conciencia de la pastoral celibato, pobreza, renuncias a privilegios sociales,
promotora de vocaciones opción preferencial por los pobres, etc.

La formación de los seminaristas estaría desorien- Más aún, hay que tener conciencia que por su
tada y correría graves riesgos si a través de todo el ordenación sacerdotal al sacerdote se le va a situar en
proceso —desde el nacimiento de una vocación sacer- una situación extraordinariamente compleja y difícil,
dotal hasta su ordenación—, los promotores vocacio- donde muchos querrán instrumentalizarlo e incluso
nales y los formadores no tienen una clara conciencia corromperlo, unas veces rodeándolo de honores y
no sólo de la trascendencia del ministerio sacerdotal, beneficios, otras veces pretendiéndolo tentar con el
sino también de la dificultad y de los riesgos que hoy poder del líder político, como a Jesús (Jn. 6, 15), y
supone ser sacerdote en América Latina a ejemplo de no faltarán los que quieran amordazarlo con el miedo.
Nuestro Señor Jesucristo.
Ser sacerdote en el hoy y en el futuro inmediato
El sacerdote hoy en nuestro Continente tiene co- de América Latina no es fácil. Cuando miro a nues-
mo misión la reconciliación en Cristo de la gran co- tros jóvenes seminaristas no dudo que algunos de ellos
munidad cristiana dividida y enfrentada, procurando en el núcleo de su vocación llevan ya sembrada la
que la fe madure en los distintos grupos, defendiendo semilla del martirio, que generalmente va precedida
y promoviendo solidariamente a los sectores injusta- de pesadas situaciones conflictivas en el medio am-
mente oprimidos, y procurando liberar a todos de la biente e incluso en el mismo seno de la comunidad
corrupción de los binomios "odio-violencia", "miedo- eclesial.
servilismo" a través del original camino propuesto por
el Señor —método evangélico que ha de inspirar y ani- Seguir la vocación sacerdotal supone tener que
mar cualquier otro tipo de métodos técnicos y con- desembocar en una vida pública muy similar a la que
cretos—, que en la Epístola se designa como expiación
tuvo Jesús y a la que tuvieron los Apóstoles, pero
de los pecados.
dentro de nuestro característico contexto religioso y
social. Por eso, es de una responsabilidad extraordina-
64. Ibid., Introducción, No. 3.
ria la promoción de las vocaciones. No se trata de
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
acobardarnos, porque Jesús sabía y sabe para qué
llamaba a sus discípulos y los llamó. Pero era cons- tivos y menos clarificados de nuestro tiempo y que es
ciente de que no los llamaba para un camino fácil, importante iluminar desde el principio a los candida-
como no fue fácil su propio camino, pero aseguraba tos al sacerdocio.
que estaría siempre con ellos (Mt. 28, 20), y su for-
mación se adecuó al futuro previsible de la vocación En efecto, una de las aspiraciones mayores de las
de los llamados. jóvenes generaciones es la de la libertad, aspiración
que coincide con una de las grandes afirmaciones de
Pero este llamamiento consciente por parte del S. Pablo: "Para que seamos libres nos liberó Cristo"
Obispo, y de los promotores vocacionales no implica, (1 Cor. 5,1). Pero existe una notable confusión entre
desde el principio, que dicho proyecto y futuro sean la mera libertad sicológica y la libertad existencial, te-
tan claros en la mente de los candidatos al sacerdocio. ma de la mayor trascendencia para los candidatos al
Ellos también proceden del mundo del conflicto, co- sacerdocio. La libertad sicológica es el instrumento
mo le sucedía a los discípulos, donde han asimilado que posee la persona para poder hacer una cosa u
esquemas y proyectos que no son coincidentes con otra, al menos teóricamente. Libertad existencial su-
los de Jesús. Por eso, es previsible que en el proceso pone una opción fundamental en función de un pro-
de formación surjan tensiones y dificultades, que de- yecto o de una vocación, el disponer de los medios
nuncian la coexistencia de los dos proyectos. Pero lo necesarios para poder realizar dicho proyecto, y el
importante es que haya una decisión de seguir a Jesús sometimiento a las exigencias del camino que condu-
abandonándolo todo. cen a la realización de la vocación. El olvido de que
la posibilidad de la llegada a un horizonte está en
función de la existencia de un camino (medios) y
El abandono de todo implica renuncias básicas de
del sometimiento o ascesis a las exigencias de dicho
entrada. Tales son ciertas renuncias afectivas, renun-
camino, origina la alienación o la veleidad que, en
cias de determinados proyectos humanos. Sin renun- nuestro caso, imposibilitan el seguimiento sacerdotal
cias nunca se puede dar el seguimiento al discipulado de Cristo. Abandonarlo todo, es abandonar otras po-
de Jesús. sibles opciones, con las posibilidades que internamen-
te ellas me ofrecerían, decidiéndome exclusivamente
Pero el abandono de todo exige también una por esta opción concreta con todas sus consecuencias.
orientación de la libertad desde una opción funda- Es la palabra del Señor: "Nadie puede estar al servicio
mental. Llegamos a uno de los problemas más conflic- de dos amos, porque aborrecerá a uno y querrá al
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. integrarse en una específica comunidad sacerdotal y
No podéis servir a Dios y al dinero" (Mt. 6, 24). Eucarística en comunión y en compromiso con la
Será la tentación permanente en todo seminario Iglesia Particular a la que pertenece.
bajo el pretexto de la libertad. La admisión de esta
esquizofrenia tiene como resultado la imagen de Ju-
Se trata de una comunidad con todas las exigen-
das, que quiso simultáneamente apostar por Cristo
cias y compromisos que tiene cualquier otra comuni-
—ya que era su discípulo—, y por el dinero - porque
dad con relación a Cristo y a su Iglesia Particular. Por
según S. Juan, era ladrón. eso no puede aislarse de ella ni marginarse de sus
orientaciones, de sus problemas, de sus dificultades,
de sus emprendimientos.
6. Seminario: Comunidad de fe y de compromiso

La opción sacerdotal desemboca normalmente en Pero simultáneamente es una comunidad específi-


el Seminario, supuestos los exámenes y discernimien- ca, con una misión especial recibida del Obispo: la
tos previos sobre los candidatos y con los candidatos. formación de sacerdotes capaces de sacramentalizar
al Sumo Sacerdote de Cristo, en nuestro caso, en el
Pero me parece importante el aclarar que el ingre- hoy y en el futuro de América Latina, de tal manera,
so en el Seminario es el ingreso en una comunidad ecle- que supuesto uno de los objetivos del sacerdocio —ser
sial específica, que incluso canónicamente tiene las modelos y ejemplos ante el pueblo—, sea ya también
características de una parroquia personal (C.I.C. en. dicha comunidad modelo y ejemplo entre las otras
262). comunidades cristianas de la Iglesia Particular.

El Seminario es sin duda un centro de formación Esto ha de originar una unidad de aspiraciones en-
eclesiástica. Pero incorporarse a un Seminario no es lo tre formadores y formandos, donde unos deben
mismo que matricularse en una universidad, aunque actuar como el Cristo Maestro y los otros como los
ésta se denomine católica, y aunque la matriculación Discípulos del Señor, todos unidos en la fe y en el
se realice en una de sus facultades de filosofía o de compromiso de la misión recibida, sabiendo que el
teología. Incorporarse en un Seminario es fundamen- Cristo Maestro y Sacerdote habita activamente en me-
talmente un acto de fe, la respuesta a un presumible dio de la comunidad.
llamamiento de Jesús al sacerdocio ministerial. Es
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

7. Cristo y la Eucaristía, centro de la comunidad ha de incorporar sacramentalmente en su vida el futu-


ro sacerdote. Por ese motivo, si la Eucaristía es la
El punto focal de toda la vida de la comunidad de clave de toda comunidad cristiana, en los seminarios
un Seminario no puede ser otro que Cristo, el Sumo
ha de tener una trascendencia especial, porque es
Sacerdote y Maestro. El desarrollo vital de un semina-
donde se revela y manifiesta de una forma eminente
rio y de cada uno de sus miembros se ha de medir
por el crecimiento de la fe en Cristo, mediante la la dimensión del Sumo Sacerdocio de Cristo. Penetrar
cual se ha de incrementar su conocimiento, la adhe- el misterio de la Eucaristía, como ya hemos visto, es
sión y el compromiso de los discípulos, la experiencia penetrar el misterio radical de la vida de Cristo y el
vital hecha amor, la transformación progresiva de la misterio de la vida del sacerdocio ministerial. Pero es
persona con el horizonte paulino: "Estoy crucifica- al mismo tiempo la fuente y la fuerza, la luz y la
do con Cristo, pero vivo. . . no yo, Cristo vive en orientación segura para una vida orientada a la expia-
mí. Mi vivir humano de ahora es un vivir de la fe del ción de los pecados y a conducir a la comunidad cris-
Hijo de Dios, que me amó y se entregó por m í " tiana por el mismo camino. En este contexto resulta
(Gal. 2, 20-21). normal el escuchar en las Normas Básicas de la For-
mación Sacerdotal que "la celebración diaria de la
Sacerdocio, sin la vivencia profunda de Cristo, sin Eucaristía que culmina con la comunión sacramental,
la identificación con Cristo mediante la fe, es un sa- recibida dignamente y con plena libertad, constituya
cerdocio muerto, es un sacerdocio condenado a la el centro de toda la vida del Seminario y asistan a ella
desviación personal con graves consecuencias para con devoción todos los alumnos" 65 .
toda la Iglesia y para la evangelización del mundo.
Este contacto focal con Cristo y con la Eucaristía
Por eso, el Seminario ha de ser un centro de espi-
ha de originar progresivamente personalidades bien
ritualidad cristológica, donde cada uno de los miem-
definidas en su fe y bien orientadas en sus metas y
bros, tanto a través de la oración personal como co-
caminos. Misión de los formadores es preguntarse
munitaria, se deja progresivamente penetrar por Jesús,
continuamente: ¿Hacia qué Cristo orientamos a nues-
con la esperanza de que el Misterio de Cristo se haga
tra comunidad?
revelación personal.

Pero en el Seminario hay una búsqueda especial


del Cristo Sumo Sacerdote, cuya misión específica 65. Ibid. No. 52.
158
159
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

8. Testigos privilegiados nitud del Evangelio, en las condiciones de nuestra


América Latina, será la garantía mejor de formación
La focalización del Seminario en Cristo y en la para nuestros actuales seminaristas. Junto a esta ejem-
Eucaristía no puede ser un pretexto para hacer de la plaridad vivida e inmediata, tienen un gran valor los
comunidad del Seminario una comunidad aislada o modelos sacerdotales que se comunican a los semina-
separada. El sistema de Cristo para formar a sus discí- ristas. De ahí la importancia de la hagiografía —en su
pulos fue el hacerlos testigos privilegiados de su vida, sentido más amplio—, que se maneja en los semina-
de tal manera que al término de su existencia les rios. Los sacerdotes modélicos de América Latina
podía decir con verdad que para ellos no había tenido deberían ser recordados continuamente en los semi-
ningún secreto, había sido totalmente transparente. narios. Figuras como las del Beato Roque González,
Montesinos, fray Bartolomé de las Casas y Mons.
El Seminario debe estar como comunidad especí- Osear Romero, etc. deben ser estudiadas, recordadas
fica en una profunda conexión con toda la Iglesia Par- y veneradas en la comunidad. Ellas son los modelos
ticular a la que pertenece, y muy especialmente con reales que han de estar ante los ojos de los que aspiran
el Obispo y con todo el colegio presbiteral. Ha de ser al sacerdocio, porque de una forma similar a la de
la comunión directa e inmediata con la Iglesia Profé- Cristo son los "pioneros y consumadores de la fe", en
tica y Pastoral uno de los principales instrumentos de América Latina.
configuración del seminarista. Por eso, en cierto sen-
tido, se puede afirmar que el Seminario tiende a ser lo Esta cercanía del Seminario con su Iglesia ha de
que sea la Iglesia en la que se encuentra inscrito y el desembocar también en una cercanía y solidaridad
seminarista tiene fácilmente como ideales los modelos con la amplia comunidad de los fieles en la que se
sacerdotales que conoce. concreta la Iglesia Particular. Se trata de un tipo de
acercamiento en el que se puedan percibir los proble-
Una Iglesia decadente, acomodaticia, aburguesa- mas reales en los que vive sumergida la Iglesia y las di-
da, desorientada es el gran peligro para un Seminario. ficultades vitales en las que se debaten los sectores
más populares.
Por eso, también por este motivo, un Obispo con
su presbiterio ha de revisar el plan de pastoral de la Esto ha de desencadenar en los Seminarios la con-
diócesis y adaptarlo a las profundas exigencias evan- ciencia de que no pueden ser comunidades socialmen-
gélicas. La presencia de sacerdotes que viven la ple- te privilegiadas. Las exigencias que impone una for-
160 161
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

mación seria —locales, bibliotecas, profesores, tiempo,


9. Seminario como lugar de la tentación
tranquilidad, etc.—, no pueden ser causa de desviacio-
nes en la comunidad renunciando a un estilo de vida
Conforme el seminario viva en esta cercanía a su
pobre, que se ha de manifestar en la alimentación y
Iglesia y a su compleja realidad social, en una dinámi-
en el vestido, en la modestia y sencillez de los instru-
ca de promoción formativa, no es extraño que para-
mentos orientados al descanso necesario, en la no
dójicamente se haga el lugar de la tentación, arriesga-
participación en aquel tipo de actividades incluso cul-
da situación que también hay que aceptarla como un
turales a las que sólo tienen acceso por motivo de sus
medio de formación de los futuros sacerdotes.
medios las clases más adineradas, en la responsabili-
dad frente al trabajo y el estudio, en la adaptación a
una disciplina por el Reino de los Cielos a los que los Las tentaciones son múltiples, pero creo que po-
pobres han de someterse por la exigencia de poder demos tipificarlas en dos grupos principales. Son las
conservar su trabajo, en el acceso a las posibilidades tentaciones de nuestros seminarios y de nuestros
médicas relacionadas con la salud, e incluso en la seminaristas.
alegría cuando, por diferentes motivos, no se puede
La primera es la tentación de la insolidaridad con
disponer de los medios ideales para la formación. Esta
el pueblo, con el pretexto del servicio al pueblo. Son
caracterización en pobreza, trabajo y disciplina de la
las conocidas tentaciones del dinero, del prestigio y
vida del Seminario, ha de concientizar a los seminaris-
del poder a los que se quiere tener acceso con el títu-
tas que su formación no está orientada a conseguir
lo de la vocación. Es la aspiración a gozar ya en el
una vida privilegiada en el futuro —aunque sea religio-
sa—, sino a dotar al Continente de un servicio, la evan- mismo seminario de todo tipo de privilegios, como
gelización, que por su misma naturaleza exige en el ensayo de los que se espera disfrutar una vez ordena-
sacerdote que lo presta la renuncia a todo privilegio, dos sacerdotes. Es la tentación de la promoción so-
la solidaridad con el mundo de los pobres y con la cial, pensando como los discípulos en los puestos que
misma pobreza, y la sacramentalización de Jesús po- iban a ocupar cuando Jesús triunfara como Mesías.
bre que vivió entre los pobres evangelizando a todos. En estas circunstancias el seminarista tiende a la exi-
gencia de todo tipo de ventajas y libertades, sin adver-
tir que se está separando de su pueblo, y que esos son
los caminos que Satanás propuso a Jesús en el desier-
to para la realización de su misión salvífica en el
mundo.
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163
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
La segunda tentación es la del mesianismo inmedia-
tista y eficiente. Se manifiesta en desprecio a los pro- Formación pastoral quiere decir orientada a la
cesos de formación, e incluso en un falso escándalo formación del pastor, del sacerdote para que pueda
ante los medios de formación de los que se dispone. realizar su misión en la comunidad, en la Iglesia y en
Surge el ideal de un falso héroe improvisado dispuesto el mundo.
a morir ya con el pueblo, olvidándose que el pueblo
necesita no un héroe, sino un sacerdote que haya Conocimiento científico quiere decir superación
cambiado en la interioridad de su conciencia, que en de una conciencia ingenua ante los fenómenos inme-
un largo proceso de soledad con Cristo haya generado diatos, que conduce a la persona al descubrimiento
en su interior la audacia y la sabiduría del Evangelio. progresivo de sus causas, hasta llegar a conocer, en la
medida de lo posible la relación interestructural de
Las tentaciones no dejan de ser un medio de for- los propios fenómenos y las causas últimas que los
mación sacerdotal, si los formadores están paciente- originan. Así el conocimiento científico se desarrolla
mente atentos a ellas. Traen conflictos graves en la en la experiencia, en la observación y en la reflexión,
vida interna de los seminarios, pero son necesarias en el ejercicio del análisis y de la síntesis, en la crítica
para que el futuro sacerdote tenga conciencia de su de las teorías preestablecidas, etc.
propia debilidad ante la tentación, y compartiendo
la debilidad de todos pueda ser misericordioso con el Pero el conocimiento científico, si no quiere caer
pueblo tentado y con los pecadores que cayeron en la en "cientifismo" o en vanalidad de sofistas, está mar-
tentación. Las tentaciones del seminario son el prólo- cado por un compromiso serio y responsable: la acti-
go experimental de las grandes tentaciones a las que vidad científica, en su búsqueda de la verdad, ha de
va a ser sometido el sacerdote en su vida ministerial. estar orientada al servicio del hombre, con la concien-
cia de que la verdad nos hará libres.

10. Formación intelectual Por ese motivo no hay contradicción entre forma-
ción pastoral y conocimiento científico.
La formación intelectual de los seminarios ha de
ser exclusivamente pastoral, lo que no se opone a la Más aún, si por pastoral entendemos la misma fe
seriedad científica con la que dicha formación ha en cuanto que se abre dinámicamente en un proceso
de ser impartida. de evangelización de la comunidad cristiana y del
164 mundo, el encuentro entre la fe y la ciencia es lo que
165
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

llamamos teología, en su sentido más amplio, y el 11. Colaboración pastoral


encuentro entre la fe evangelizadora y la ciencia sería
la teología pastoral. Desde esta perspectiva la forma-
Toda comunidad cristiana tiene que ser evangeli-
ción global en el seminario es teología pastoral orde-
zadora. No puede replegarse sobre si misma. Jesús
nada a la formación de los pastores y sacerdotes.
envía a sus discípulos, como a sus colaboradores más
próximos para evangelizar las aldeas de Israel, llevan-
Ahora bien, ¿qué es lo que necesita conocer un do la Buena Noticia, curando a los enfermos, expul-
pastor y un pastor en América Latina? Necesita cono- sando a los demonios y anunciando la paz y los en-
cer crítica y profundamente la realidad en la que se viaba sin plata, sin alforjas y hasta sin bastón (Mt. 9,
encuentra y a la que es enviado, asimilando todos los 5-15). No se trataba por tanto de una actividad pasto-
elementos necesarios para poder seguir interpretando ral cobijada, llena de seguridades. Les hacía correr
en un futuro la realidad cambiante. Esto le exige una todos los riesgos a sus discípulos. Era una actividad
aproximación a la realidad desde las ciencias fenome- varonil y seria, que al volver era evaluada en un rico
nológicas hasta las filosóficas, hasta llegar a una inter- contexto de oración.
pretación crítica y analítica pastoral, es decir, desde
la perspectiva de la fe evangelizadora, desde la pers- El Seminario, a mi juicio, tiene que ser un centro
pectiva de Cristo. Junto a esta dimensión ha de surgir de pastoral. No se trata de meras experiencias pastora-
otra dimensión complementaria: la dimensión de la les, o de experiencias como se ha repetido en los últi-
respuesta salvífica a las necesidades y problemas de la mos años. Se trata de vivir la misión, el compromiso,
realidad. Es la profundización en Cristo y en su miste- siendo enviados en el nombre del Señor, con los ries-
rio, lo que con un sentido más restringido se llama gos naturales, colaborando con la actividad de la Igle-
teología propiamente dicha. sia particular. El sacerdote no puede desorientarse
durante los años de su formación en el entretenimien-
to curioso de tener experiencias, transformándose en
Resumiendo, la formación intelectual tiene que un turista irresponsable frente al complejo museo de
conducir a un conocimiento profundo de Cristo y de la vida. Jesús sencillamente aceptó y vivió su vida
la Iglesia, de su misión, situándose en el marco de la con toda responsabilidad, e incorporando a los discí-
realidad que ha de ser evangelizada. pulos a su misión, los formó.

166 167
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
He aquí, mirando al colegio de los discípulos de
Jesús, el modelo del centro de pastoral que ha de ternidad y amor, con la alegría, que es don del Espí-
constituir el Seminario teniendo como sectores pre- ritu Santo, y con la esperanza, que es el ancla de
renciales "los más necesitados, obreros, campesinos, nuestra salvación. De una comunidad donde "los cre-
indígenas, marginados, grupos afroamericanos" (DP yentes vivían todos unidos y tenían todo en común;
711), y la juventud en la que se debería desarrollar vendían posesiones y bienes y lo repartían entre
con los seminaristas una intensa pastoral vocacíonal. todos según las necesidades de cada uno; (...) frecuen-
taban el templo en grupos; partían el pan en las casas
12. Formación de la personalidad martirial y comían juntos alabando a Dios con alegría y de
todo corazón" (Act. 2, 42-47) salieron hombres como
Toda la actividad del Seminario debería estar el diácono Esteban fieles a la palabra de Dios, dispues-
orientada de tal manera, que en los alumnos se vaya tos al martirio y capaces de agonizar bajo las piedras
desarrollando una fuerte personalidad martirial, ya exclamando: "Señor, no les tomes en cuenta este
que "el dar la vida —escribe Puebla—, señala la medi- pecado" (Act. 7, 60).
da del ministerio eclesiástico" (DP 683), y es previsi-
ble que en el hoy y en el futuro de nuestro Continen- Largo y difícil es el camino, pero con la confianza
te los sacerdotes tengan que seguir "afrontando la puesta en Dios y con la presencia del Cristo vivo, Su-
soledad, el aislamiento, la incomprensión y, a veces, la mo Sacerdote y Maestro es posible colaborar en la
persecución y la muerte" (DP 668). formación de sacerdotes para América Latina que
integren en sus vidas el Sumo Sacerdocio que Dios
Por eso, la formación tiene que ser exigente y no nos ha manifestado en su Hijo Jesucristo a través de
blanda, austera y no cómoda, intensa en la oración y la Epístola a los Hebreos.
que acostumbre a la renuncia y al sacrificio, llena de
ideales, y que concientice en los difíciles caminos del Asunción, 22 de abril, 1984
Evangelio, constante en la corrección necesaria y pa- Pascua de Resurrección
ciente en el proceso de asimilación, profundamente
eucarística.

En un tipo de formación de esta clase debe


predominar la experiencia de una comunidad de fra-
168
169
II
LOS RELIGIOSOS EN LA HISTORIA
DE LA EVANGELIZACION DE AMERICA LATINA

Revista "Medellín", Vol. XIII, No. 49


Mar. 1987, 18-47

En este encuentro de Obispos y Religiosos, pro-


movido por el CELAM y la CLAR, se me ha invitado
a reflexionar con Uds. sobre el sugestivo tema: "Los
religiosos en la historia de la evangelización de Améri-
ca Latina".

Es evidente que el pedido no espera que lo desa-


rrolle con toda su amplitud histórica ni con una fina-
lidad estrictamente erudita. Nuestra reflexión ha de
tener un objetivo eminentemente pastoral, teniendo
en cuenta el hoy y el futuro de nuestro Continente.

En efecto, nos encontramos aquí reunidos para


clarificar teológicamente y fortalecer pastoralmente
las relaciones eclesiales entre Obispos y Religiosos en
un nuevo y trascendental momento del proceso de
evangelización de América Latina. Todos nos senti-
mos solidarios con la situación y angustias de nuestro
171
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

pueblo, con la ejemplaridad de nuestros santos, y con comprender mejor nuestros carisma y misión en co-
la ofrenda de la sangre de nuestros mártires. Todos munión con nuestra Iglesia comprometida en la nue-
estamos comprometidos con el audaz proyecto de va evangelización de América Latina.
evangelización liberadora elaborado por nuestros
Obispos en los Documentos de Medellín y Puebla, Para desarrollar las reflexiones con un cierto or-
que han merecido la aprobación de Pablo VI y de den, dividiré el tema en cuatro partes. En la primera
Juan Pablo II respectivamente. analizaré el proyecto misional de la primera evangeli-
zación del Continente. En la segunda destacaré algu-
En nuestro empeño por trabajar testimonialmente nos de los aspectos más importantes que configuran
unidos al servicio del Evangelio y del pueblo latino- la aportación de los religiosos a dicha evangelización.
americano, surgen muchas preguntas y cuestiones: En la tercera, recordaré algunas de sus limitaciones.
¿Cuáles son el carisma y la misión de los religiosos en Por último, intentaré iluminar nuestro presente con
esta empresa evangelizadora? ¿Cuál ha de ser su par- las luces del pasado.
ticipación específica en esta nueva etapa de la Iglesia?
¿Cómo podemos conjugar las exigencias de nuestro
propio carisma con la de vivir en comunión de fe y de I. EL PRIMER MODELO DE EVANGELIZACIÓN
misión con nuestros Pastores? EN AMERICA LATINA

Las cuestiones pueden enfrentarse desde muchos La primera evangelización de América Latina se
ángulos de vista, y uno de ellos es el histórico. Los realiza en el contexto de un proyecto que fue defini-
religiosos no comenzamos hoy nuestra historia en do por los Reyes Españoles como Conquista de las
América Latina. Nuestros antepasados fueron cola- Indias Occidentales, y al que, por su origen titular,
boradores de la primera evangelización del Continen- podemos denominar "alejandrino".
te, como lo ha dejado reseñado Juan Pablo II, al re-
cordar a "aquellos religiosos que vinieron a anunciar 1. Objetivos de la conquista evangelizadora
a Cristo Salvador, a defender la dignidad de los indí-
genas, a enseñar la hermandad como hombres y como La Conquista tenía dos claros objetivos: la ane-
xión de las nuevas tierras descubiertas a los Reinos de
hijos del mismo Señor y Padre Dios" (DP 8). El re-
España y la incorporación de los indígenas a la Iglesia
cuerdo de su historia, de sus aportaciones, de sus
Católica. Así lo afirmaban los monarcas españoles en
limitaciones y de sus errores, puede ayudarnos a
173
172
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

una de las cédulas reales dadas a Colón en 1497: y misionero, cuya responsabilidad religiosa y política
"Que como seáis en dichas islas, Dios queriendo, pro- quedaba depositada en manos de los Reyes.
curéis con toda diligencia de animar y atraer a los
naturales de dichas Indias a toda paz o quietud, e que
Pero, ¿cuál era el título que la Corona podía adu-
nos hayan de servir e estar so nuestro señorío e sujec-
cir para justificar esta doble autoridad? Desde los
ción benignamente, e principalmente que se convier-
Reyes Católicos se ofreció como argumento preferen-
tan a nuestra santa fe católica, y que a ellos y a los
te la denominada donación papal, contenida en las
santos sacramentos por los religiosos y clérigos que
bulas ínter Caetera dadas por Alejandro VI a los
allá están e fueren; por manera que Dios Nuestro
Reyes de Castilla en 1493.
Señor sea servido, y sus conciencias se aseguren".

Nos encontramos de esta manera ante un modelo En ellas expresamente se confería a Castilla "po-
de evangelización, como agudamente ha advertido testad, autoridad y jurisdicción plena, libre y omní-
Enrique Dussel, típico de un período de cristiandad: moda" sobre las nuevas tierras descubiertas.
evangelización por expansión de un Reino Cristiano,
similar a la realizada por los Reinos Hispanos durante En las mismas bulas se enfatizaba el motivo reli-
el largo período de la Reconquista, y en la conquista gioso de dicha donación política: "Deseando... que el
de las Islas Canarias. Nombre de Nuestro Salvador sea introducido en aque-
llas regiones". Y se ordenaba a los Reyes que enviaran
Se trata de un modelo simbiótico de evangeliza- "varones probos y temerosos de Dios, doctos, intrui-
ción: expansión político-geográfica de un Reino dos y experimentados para adoctrinar a los indígenas
hispano-cristiano para promover la cristianización y habitantes dichos en la fe católica e imponerles en
de la Amerindia; desarrollo de la actividad misionera las buenas costumbres". El interés, con el que la
y religiosa como medio para facilitar también la Reina Isabel acogió esta encomienda misionera, que le
expansión y consolidación política del Reino Cris- era dada por el mismo Papa, quedó anotado en su
tiano. testamento: "Nuestra principal intención fue... de
procurar inducir y traer a los pueblos de ellas (las
2. La instauración de un Estado Misionero Indias), y los convertir a nuestra santa fe católica, y
enviar a las dichas islas prelados y religiosos y clérigos
Así se configuró un original Estado colonizador y otras personas doctas y temerosas de Dios, para
174 175
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelizadon

instruir los vecinos y moradores de ellas a la fe católi- El Patronato Regio fue concedido por Julio II con
ca, y los adoctrinar y enseñar buenas costumbres". la bula Universalis Ecclesiae (1508). Otorgaba a la
Corona de Castilla el derecho de patronato universal,
Quedaban así establecidas las bases de un nuevo quedando en manos de los Reyes la correspondiente
Estado colonizador y misionero. En 1526, en una real "suma de privilegios, con algunas cargas", que le per-
provisión dada en Granada, se recuerda que los Reyes, mitían el control de la evangelización misionera y de
desde el descubrimiento de las nuevas tierras, estable- la vida de la Iglesia en América. Entre los privilegios
cieron que se indicase a los indios que los españoles sobresalían la presentación de Obispos y la adminis-
eran enviados para "instruirlos en nuestra santa fe tración de los bienes religiosos. Era obligación del
católica, y predicársela para su salvación, y atraerlos a Estado el financiar toda la organización eclesial y
nustro señorío, porque fuesen tratados, favorecidos y misionera.
defendidos como los otros nuestros subditos y va-
sallos". Adriano VI, en el breve llamado Omnímoda
(1522), concedió posteriormente al Rey el envío de
misioneros, el derecho sobre su selección, el examen
3. Centralización estatal: Patronato Regio y posible veto a los elegidos para la misión.
y Consejo de Indias
En 1532, Clemente VII concedía al Emperador
La globalidad del proyecto político-religioso que- facultades sobre ciertos envíos de misioneros, aun sin
daba de esta manera centralizado en la autoridad con- licencia de los superiores respectivos.
cedida al Rey pqr el Papa. Pero, para hacer viable el
ejercicio de dicha autoridad era necesario resolver dos Las concesiones y privilegios se fueron multipli-
problemas: primero, determinar las prerrogativas ne- cando de tal manera que, como ha afirmado Lopete-
cesarias para que los Reyes pudiesen cumplir con su gui, "no se podrá menos de advertir en seguida que
nueva responsabilidad evangelizadora; segundo, la ese conjunto desborda y rebasa por todas partes la
creación de organismos necesarios para desarrollar el noción común de patronato",ya que "prácticamente,
ejercicio de esta función. Respuestas a estas necesida- toda la administración eclesiástica de Indias estaba
des fueron la concesión del Patronato Regio y la ins- controlada por el Rey y sus ministros o consejos".
tauración del Consejo de Indias. Así se explica que comenzara a desarrollarse la teoría
del vicariato regio, como si el Rey fuese un vicario o
176 177
Antonio González Dorado, SJ. Testigos de la nueva evangelización

delegado del Papa para el gobierno de la Iglesia en 4. La imagen del misionero: evangelizador
las Indias, con una confusa participación del Estado y funcionario real
en la jurisdicción eclesiástica propiamente dicha.
La posibilidad de llevar adelante tan ingente pro-
El Consejo Real y Supremo de las Indias quedó yecto se encontraba condicionada al reclutamiento de
formalizado en 1524. Estaba encargado de gobernar misioneros, soldados y colonizadores.
o entender en todo lo pertinente a las colonias ultra-
marinas, incluso en el plano misional y eclesiástico. Supuesta la unidad del proyecto religioso-político
del Estado, las distinciones entre estos grupos no eran
tan claras como nosotros podríamos imaginar.
Mediante este organismo la Corona y el Estado
desarrollaron la misión religiosa que los Pontífices
les habían encomendado, y el ejercicio de los dere- Los militares también se sentían misioneros. Mo-
chos y deberes que les confería el Patronato Regio, tolinía, hablando de Hernán Cortés, asegura que
mediatizando la libre comunicación entre los Obispos "aunque como hombre fuese pecador, tenia fe y
y misioneros y la Santa Sede. Sobre todo, a partir de obras de buen cristiano, y muy grande deseo de am-
Felipe II, se incrementó el control, de tal manera que pliar la fe de Jesucristo y morir por la conversión de
no se permitió que nada fuera a Roma sin pasar por los gentiles". Y Zamora, refiriéndose a Quesada, ates-
este organismo, y todo documento pontificio o roma- tiguaba que "era hombre discreto, de suavidad en las
no quedaba sometido a las limitaciones del "placet palabras e inclinado a todo lo que sea culto divino y
regio". exaltación de la cristiandad entre los indios".

Con toda claridad D. Juan de Mendoza y Luna, A los colonos y encomenderos se les confiaba
en un curioso documento que enviaba al Príncipe de también la educación cristiana de los indígenas. Según
Esquilache en 1615, afirmaba que "quisieron también Herrera, "en cumplimiento de esta orden (8 de enero
los Reyes que las religiones de las Indias les hiciesen 1504) Nicolás Ovando dio a cada castellano de los
reconocimiento de patrones, que, a la verdad, si esto (indígenas) que le pareció (...), y esto llamaron repar-
faltase, muy corto se quedaría su derecho". Era la timiento, con una cédula que decía: a vos fulano, se
consecuencia lógica de todo el sistema establecido. os encomiendan tantos indios, en tal cacique, y en-
señadles las cosas de nuestra santa fe".
178 179
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

El papel del misionero era complejo: evangeliza-


dor y funcionario real. Acompañaba como capellán a 5. Ambigüedad del modelo hispano de evangelización
las tropas de ocupación; quedaba constituido como
pastor de las nuevas iglesias locales integradas por una El modelo hispano de evangelización que se esta-
estratificada feligresía social integrada por españoles, bleció en América durante los años de la colonia era
criollos, mestizos, aborígenes y morenos; conquistaba congruente y equilibrado dentro de la lógica medieval
para Su Majestad, mediante la evangelización, nuevas europea de un Reino Cristiano expansivo y misionero.
tierras y nuevas comunidades indígenas de frontera, a Se modelaba en el interior de un esquema de cris-
las que llegaban después militares y colonos; predica- tiandad.
ba el Evangelio a los amerindios para convertirlos a
la fe e incorporarlos a la Iglesia. Un eminente misio- Pero la libertad y el dinamismo original de la
nero, el P. Antonio Ruiz de Montoya, en su libro La evangelización misionera quedaban mediatizados por
Conquista Espiritual (1639), aseguraba a Felipe IV las exigencias de un proyecto global político-religioso,
que había realizado su difícil labor misionera entre que postulaba simultáneamente', desde su dimensión
los guaraníes "para agregarlos al aprisco de la Santa política, apoyar a la misión y ser apoyado por ella.
Iglesia y al servicio de Su Majestad".
Es evidente el interés que siempre demostró el
Estado-Misionero en la propagación de la fe y en la
La ambigüedad del misionero era claramente per- implantación de la Iglesia en los territorios de ultra-
cibida por el aborigen. Tenemos un testimonio precla- mar. Pero también son claros los intereses económi-
ro entre otros. La víspera del martirio del Beato cos, sociales y políticos pretendidos por el mismo
Roque González de Santa Cruz, Potirava, un indígena Estado en su conquista.
guaraní, le dice directamente: "Estoy harto y cansado
de oir estas cosas que dices, porque soy cristiano de Nos encontramos, de esta manera, en el núcleo
los de fray Alonso de Buenaventura. Yo era el que lle- mismo del modelo un conjunto de contradicciones,
vaba su habla a los indios y predicaba las cosas de los especialmente para la evangelización, que se iba a
cristianos. (...) Ya conozco a vosotros y a los españo- transformar en fuente de problemas, tensiones y
les (...): los españoles envían a éstos a explorar nues- dificultades, que rápidamente aparecieron en los pri-
tras tierras con títulos de religiosos y luego tras ellos meros años del descubrimiento.
a echarnos de ellas y llevar nuestros hijos y mujeres".
No es este el momento de analizar las posibilida-
180 des y limitaciones históricas que tuvo la evangeliza-
181
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

ción en América Latina, al tener que desplegarse en han conservado sus nombres: Fray Bernardo Boyl,
tan ambiguo modelo. Nuestro interés se centra en benedictino; fray Román Pane, Jerónimo; el merceda-
otro punto. Nos preguntamos cuál fue el papel que rio Juan Infante y tres franciscanos: fray Rodrigo
jugaron los religiosos misioneros en el interior de este Pérez, sacerdote, y los legos franceses fray Juan
sistema de evangelización, y cuál fue su aportación Deledeule y fray Tisim o Cosin.
específica al Continente, a la Iglesia e incluso al mun-
do. No podemos olvidarnos que nos encontramos Durante el siglo XVI, según los cálculos de Schae-
ante uno de los capítulos más importantes de la histo- fer y Aspurz, fueron unos 5.000 religiosos los que
ria misionera de la vida religiosa. pasaron como misioneros a las Indias Occidentales:
2.000 franciscanos; 900 dominicos; 1.200 agustinos;
550 jesuítas; 250 mercedarios; 150 carmelitas. Con
II. RELIGIOSOS EN LA PRIMERA razón, Fernández de Oviedo, historiador de la época,
EVANGELIZACIÓN DE AMERICA LATINA afirma gráficamente que "llovieron" frailes.

Hoy es indiscutible entre los historiadores la im- Según las investigaciones de Demetrio Ramos, en
portancia que tuvieron las Ordenes Religiosas en la el siglo XVI llegaron unos noventa religiosos por año;
primera evangelización de América Latina. en el XVII unos cien; y ciento treinta en el XVIII.

Ya en 1551, el Consejo de Indias testificaba al 1. La opción de la evangelización misionera


Emperador que "en aquellas tierras (de las Indias) los
religiosos son la principal parte para la conversión y El descubrimiento de América coincide providen-
doctrina y buen tratamiento de los indios". Y el P. cialmente con el gran movimiento de reforma de las
José de Acosta, en 1576, escribía: "Nadie habrá tal Ordenes Religiosas y de toda la Iglesia, que fue impul-
falto de razón ni tan adverso a los regulares, que no sado por el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros.
confiese llanamente que al trabajo y esfuerzo de los
religiosos se deben principalmente los principios de Los religiosos que comenzaron a pasar a las Indias
esta Iglesia de las Indias". quedan caracterizados por su profunda identificación
con la evangelización misionera de los indígenas,
Los primeros religiosos misioneros marcharon a encomendada por Alejandro VI a los Reyes Españoles
las Antillas con la expedición colombina de 1493. Se en sus bulas ínter Caetera. Para recordar sólo algunos
182 183
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

modelos preclaros, baste con anotar los primeros do- incluso la erección de un seminario para indígenas, la
minicos que se establecen en la Española, y las auda- implementación de una pastoral vocacional religiosa,
ces comunidades franciscanas que hicieron la evangeli- y la edificación de monasterios para monjas amerin-
zación de la Nueva España. dias.

La decidida vocación misionera de estos religiosos Es cierto que las primeras iniciativas en esta línea
hizo que se extendiera su labor apostólica práctica- desgraciadamente fracasaron con rapidez. Se cerraron
mente a todo el territorio de dominio hispano. Inclu- los monasterios de monjas promovidos por Sahagún.
so se adelantaron en muchas ocasiones a la ocupación Salieron de la Orden los primeros indígenas que reci-
efectiva por la autoridad militar y civil, como sucedió bieron el hábito de San Francisco. Del seminario de
en el Norte de Nueva España, en las cuencas interiores Tialtelolco, inaugurado en 1536, cuatro años después
del Orinoco y del Amazonas, y, al sur, por el Plata y escribía el Obispo Zumárraga a Carlos V con marcado
los Andes araucanos. Fueron los religiosos casi los pesimismo: "El colegio de Santiago, que no sabemos
únicos misioneros de frontera. lo que durará, porque los estudiantes gramáticos
propenden más al matrimonio que al celibato".
Su objetivo no se reducía a una multiplicación in-
discriminada de bautismos, como una literatura fácil Son complejas las razones de estos fracasos y no
ha hecho suponer. Simbólicamente se denominaron es el momento de reflexionar sobre ellas. Pero el es-
Los doce o los Doce Apóstoles los primeros francisca- fuerzo realizado por las comunidades franciscanas en
nos que fueron enviados por Adriano VI a México en esta línea marca claramente su objetivo misionero: la
1524. El nombre encerraba un proyecto: a imitación edificación de iglesias indígenas, y no sólo la erección
de los Apóstoles, edificar una Iglesia nueva y santa de puestos de misión. Era el proyecto de pasar n poco
con los indígenas en las nuevas tierras descubiertas, a tiempo de una pastoral indigenista a una pastoral in-
las que anteriormente nunca había llegado la fe en dígena.
Cristo Salvador.
2. El gran conflicto: evangelización y política
Esto explica el esfuerzo y el trabajo que desarro-
llaron: aprendizaje de lenguas nativas, elaboración de Los primeros religiosos dominicos que llegan a la
catecismos adaptados, serias investigaciones etnográfi- Española en 1510 tenían una clara opción y carisma,
cas —principalmente las realizadas por Sahagún—, e que compartirá la mayor parte de los religiosos duran-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

te la época de la colonia: la prioridad absoluta de la bien a los colonizadores. En caso de resistencia queda-
evangelización misionera de los indígenas sobre cual- ba justificada la guerra de pacificación. La expansión
quier otro tipo de compromisos y de intereses. Pero del Reino Cristiano en las Indias comenzaba a mani-
dicha opción quedaba enmarcada en el modelo de festar la profunda violencia que inevitablemente
evangelización establecido por los Reyes de Castilla y, llevaba escondida en su seno.
radicalmente, por las bulas pontificias de Alejandro
VI. Inmediatamente va a surgir el conflicto entre la Inmediatamente Ovando implemento las órdenes
opción de los religiosos y el modelo evangelizador, reales. Los indígenas fueron profusamente repartidos
entre las exigencias de la evangelización misionera y a los españoles en encomienda. Se persiguió y castigó
la praxis política. severamente a los que, por reacción legitima y natu-
ral, desertaban del trabajo y se escondían por los
En efecto, la conducta de los conquistadores espa- montes. En dichas circunstancias la evangelización
ñoles con relación a los indígenas ya, para fines de misionera entró en una profunda crisis, que años más
1496, había originado un ambiente de animosidad y tarde relatará fray Bartolomé de las Casas.
rebelión de los nativos contra la obra de colonización
y evangelización que se pretendía realizar. Los tres nuevos dominicos, que abren su convento
en Santo Domingo en 1510, pronto adviertieron la
En 1502 llega a Santo Domingo, como nuevo dificultad de la conversión de los indígenas a la fe,
gobernador, Nicolás de Ovando con órdenes precisas dado el modo de proceder de los conquistadores y la
de la Corona. Realiza una represión sangrienta entre violencia injusta que se desencadenaba de la conquista
las tribus indígenas sublevadas y procede a la primera colonizadora. De esta manera concientizaron la con-
repartición de indios con carácter legal. La misma tradicción entre la conquista espiritual y la conquista
Reina Isabel, en diciembre de 1503, extiende una cé- política.
dula real en la que ordena a Ovando que "en adelante
compeléis y apremiéis a los dichos indios que traten y El 21 de diciembre de 1511, cuarto domingo de
conversen con los cristianos de la dicha isla, e trabajen Adviento, fray Antonio de Montesinos —que poste-
en sus edificios, e coger e sacar oro y otros metales". riormente morirá como mártir en Venezuela en
Era la imposición del trabajo forzoso y de la reparti- 1530—, tiene su célebre sermón ante las autoridades
ción de los indígenas. Era la subordinación del mun- y personalidades de la isla. Es un documento escrito,
do indígena no sólo a los Reyes de Castilla sino tam- como una proclama, y firmado por toda la comuni-
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Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.

La conclusión del documento es una toma de


dad de los frailes. El texto evangélico, que lo encabe-
posición decidida y clara por parte de los evangeliza-
za, tiene un valor de símbolo: "Soy la voz del que
dores misioneros: "Todos estáis en pecado mortal y
clama en el desierto".
en él vivís y morís por la crueldad y tiranía que usáis
con estas inocentes gentes (...). Tened por cierto, que
El argumento medular del documento, teniendo en en el estado en que estáis no os podéis más salvar que
cuenta no sólo el texto sino también el contexto histó- los moros o turcos que carecen y no quieren la fe
rico y carismático de los dominicos que lo suscriben, en Jesucristo". Es importante recordar que, en esa
es la afirmación de la evangelización como valor priori- época, tanto los moros como los turcos eran conside-
tario y supremo sobre cualquier otro tipo de proyectos rados no sólo como infieles contumaces, sino también
e intereses, y la denuncia del escándalo de una conquis- como piratas e injustos invasores contra los que se
ta cristiano-política que no respeta la dignidad humana desencadenaban las guerras calificadas como cruzadas
de los indígenas, y que injustamente los oprime y
por los cristianos.
esclaviza, impidiendo el proceso de una evangeliza-
ción auténtica y, consiguientemente, testimonial y En este documento, surgido del fervor de una co-
pacífica. munidad religiosa y misionera, se encuentra ya semi-
nalmente la aportación específica que las Ordenes
Por eso el sermón no se reduce a una denuncia de Religiosas van a hacer a la historia y desde la historia
abusos circunstanciales cometidos por los soldados y de la evangelización de América Latina. Supone dos
colonos de la isla contra los indígenas. Cuestiona la opciones de base: la opción prioritaria por la evange-
implantación de trabajo forzoso, el proceso de la re- lización misionera, y la opción preferencial por los
partición y la instauración de las encomiendas. Procla- indígenas oprimidos y violentados, a los que los
ma como injustas las guerras levantadas contra "gen- misioneros reconocen como hombres racionales y
tes que estaban en sus tierras mansas y pacificas", con libres, a los que estamos obligados a amar como a
el motivo de someterlas al vasallaje castellano. Y, nosotros mismos, según la expresión de Montesinos.
consiguientemente, de una manera implícita pero
clara, los dominicos dejaban cuestionados los funda- 3. Proclamación de la libertad de los pueblos
mentos mismos en los que se apoyaba el proyecto y evangelización de la autoridad pontificia
político: la justicia y la validez de los títulos de la
conquista, de la ocupación de naciones no agresivas, y La reacción política fue rápida. En 1512, Fernan-
de la imposición de un vasallaje a pueblos libres. do el Católico, en carta a Colón, califica el documen-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

to de los dominicos de escandaloso y subraya que Religiosos misioneros y religiosos teólogos de las
"debía el almirante haber procedido con rigor, pues el Universidades españolas se sintieron unánimemente
error fue muy grande". Y el provincial dominico de comprometidos en la aclaración de estos temas por
España, fray Alonso de Loaysa, que pensó sacar a los motivos de su compromiso evangelizador. Entre
religiosos de la isla, justifica la postura política del ellos sobresalen fray Antonio de Montesinos, fray
Rey, "pues tantos prelados de letras y conciencia y Bartolomé de Las Casas, fray Antonio de Córdoba,
también el Santo Padre lo permitían". Y añadía que fray Francisco de Vitoria, y posteriormente Soto,
"estas islas las ha adquirido su alteza iure belli, y su Báñez y Suárez.
Santidad ha hecho al Rey Nuestro Señor, donación de
ellas". Francisco de Vitoria emerge entre todos. En sus
Relecciones distingue claramente entre la postestad
Pero comprometidos los religiosos, con una evan- civil y la potestad eclesiástica. La primera tiene su
gelización misionera libre, testimonial y pacífica, eran origen natural en los pueblos, que la transfieren a los
precisamente los dos títulos justificativos de la con- gobernantes para un fin natural. La potestad eclesiás-
quista política, los que cuestionaban y sometían a tica no da potestad civil: viene de Cristo y teniendo
revisión crítica: el primero por el Derecho de Gentes; su origen sobrenatural, su fin es es también estricta-
el segundo por las limitaciones del poder pontificio. mente sobrenatural.

Hacían falta una audacia y libertad evangélicas Partiendo de estas premisas deduce dos conclusio-
extraordinarias par poder enfrentar estas cuestiones nes principales. Primera conclusión: el Papa no tiene
de los títulos de la conquista. En plena disputa sobre poder temporal sobre el mundo, con lo qué quedaba
el tema, fray Francisco de Vitoria, también dominico, invalidado el título de donación pontificia, en el que
le decía al P. Arcos en 1534, que si atacaba el derecho preferencialmente se apoyaban los Reyes Hispanos
de conquista, unos le decían que iba contra el poder para justificar la conquista con todas sus consecuen-
del Papa, y otros que contra el del Emperador. Y aña- cias. Segunda conclusión: todos los pueblos tienen sus
día: "Itaque fateor infirmitatem meam y que huyo propios derechos de independencia y libertad, que no
cuanto puedo de no romper con esta gente. Pero si quedan anulados ni por su incultura ni por su infideli-
omnino cogor a responder categóricamente, al cabo dad, con lo que se negaba la autoridad indiscriminada
digo lo que siento". del Emperador sobre toda la tierra.

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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Simultáneamente, se reconocían los deberes de También fue resultado de la acción de los misio-
los pueblos entre sí, como era el deber a una humana neros religiosos la evangelización de la politología vi-
intercomunicación, que cuando era injustamente gente en Europa, llegando a establecer, mediante fray
negada podía exigirse incluso por las armas, una vez Francisco de Vitoria, las bases del nuevo Derecho
agotados los medios pacíficos. Internacional, en el que se reconoce el origen demo-
crático de la autoridad civil, y el derecho a la libertad
Desde un punto de vista estrictamente teológico, de todos los pueblos y naciones, aunque limitada
el fenómeno resulta aleccionador e interesante. La cuando éstos no respetan los legítimos derechos de las
profunda identificación de los religiosos con el pro- otras naciones o cuando tiránicamente la autoridad
viola sistemáticamente la dignidad y los derechos hu-
yecto de evangelización misionera de la Amerindia
manos de los propios ciudadanos.
promovió una revisión de la eclesiología y una evan-
gelización trascendental de la actividad política inter-
nacional, al mismo tiempo que quedaba cuestionada Consecuencia de esta doble evangelización realiza-
éticamente la nueva situación que se había producido da por los religiosos misioneros en el campo de la
en las Indias. eclesiología y de la politología, fue el cuestionamien-
to de la justicia de la conquista política realizada por
España y por las otras naciones europeas tanto en
La base de la doctrina de la autoridad secular del
América como en el Lejano Oriente.
Papa sobre el mundo, ampliamente generalizada en
la época, arrancaba de una antigua opinión sostenida
por Enrique de Susa. Afirmaba que los Papas tenían Los resultados prácticos en las Indias de este tipo
la máxima autoridad temporal y espiritual como suce- de evangelización eclesial y política y de estas denun-
sores de Cristo, que también la habla tenido. La he- cias fueron limitados. De hecho, con ocasión de la
roica identificación de los misioneros.religiosos con el discusión de las Leyes Nuevas (1542), parece que
Evangelio colaboró eficazmente a una purificación y Carlos V, por preocupaciones de conciencia, quiso
evangelización de la teología del papado. La función abandonar la conquista del Perú y, como afirma un
de Papa quedaba limitada a la edificación de la Iglesia autor anónimo de la época, "quiso Su Majestad dejar
y a la evangelización del mundo, consecuente con el estos reinos a los ingas tiranos". Pero los años habían
principio proclamado por el mismo Jesús: "Mi Reino pasado en discusiones, los intereses se habían multi-
no es de este mundo" (Jn. 18, 36). plicado y la situación general debía de ser tan comple-

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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

ja que parece que el mismo Vitoria aconsejó al Empe- 4. La defensa de la libertad de los aborígenes
rador continuar la conquista.
Con los años fue desapareciendo la preocupación Establecido el nuevo sistema político-religioso en
y se siguió invocando la concesión de Alejandro VI las Indias, no debía al menos olvidarse que su finali-
para resolver los litigios entre los países europeos dad era con relación a los aborígenes para "traerlos a
interesados en participar en la conquista. En la Junta nuestro señorío, porque fuesen tratados, favorecidos
de Valladolid de 1550 se proponía esta significativa y defendidos como los otros nuestros subditos y
cuestión: "Qué forma puede haber cómo quedasen vasallos", según se decía en la real provisión dada en
aquellas gentes sujetas a la majestad del Emperador Granada en 1526. Así rezaba la letra de los documen-
Nuestro Señor, sin lesión de su conciencia, conforme tos. Pero la Conquista no sólo arrasó la libertad políti-
a la bula de Alejandro". Sin embargo, quedó un im- ca de las comunidades indígenas —transformando a
portante escrúpulo en la conciencia metropolitana, los amerindios en vasallos de Castilla— sino que de
que iba a ser aprovechado por los misioneros dentro hecho, con la lógica de la conquista y de las necesi-
de una situación irreversible. Los estadistas españoles dades de la metrópoli, atentó violentamente contra
insistieron en suprimir la palabra "conquista" por las los derechos más elementales de las personas.
de "pacificación" y "población", alegando esta razón
en el libro IV de la Recopilación: "Pues habiéndose Este hecho era evidente para los misioneros reli-
de hacer con toda paz y caridad, es nuestra voluntad giosos, que se constituyeron en defensores y protec-
que aun este nombre, interpretado contra nuestra tores de los indios. Como defensores de la libertad de
intención, no ocasione ni dé color a lo capitulado los aborígenes sobresalen entre otros fray Antonio
para que se pueda hacer fuerza ni agravio a los indios". de Montesinos, fray Bartolomé de Las Casas y fray
Bernardino de Minaya, todos ellos de la Orden de
Aceptada por la Iglesia y los religiosos la irrever- Predicadores.
sibilidad de la situación política, su espíritu misionero
los impulsó a luchar contra los atropellos más impor-
tantes del sistema. a) Las causas de la opresión
Sólo nos vamos a fijar en dos aspectos: la defensa Dos factores históricos explican especialmente la
de la libertad de los aborígenes y la institución de las situación de opresión a la que quedaron sujetos los
reducciones. indígenas, teóricos vasallos libres de la Corona: la
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

ideología de la Conquista, y los intereses económico- pansión del Reino Cristiano en América respondiera
políticos que tenía la metrópoli en Europa. a una estructura típicamente colonial.

El fenómeno de la "conquista" está siempre mar- Despojadas las comunidades indígenas de su auto-
cado de una ideología característica, y así sucedió nomía y de la propiedad política de sus territorios, la
también con la conquista hispana de América. Los con- colonia quedó marcada por dos orientaciones funda-
quistadores nunca dudaron de su superioridad, tanto mentales: implantación sistemática de la cultura de
religiosa como cultural, e incluso se sentían obligados los conquistadores, y subordinación de toda la organi-
en su conciencia a integrar a los aborígenes en su pro- zación colonial a los intereses económico-políticos de
pio mundo, lo que suponía un largo proceso pedagó- la metrópoli.
gico antes de alcanzar las metas integracionistas
propuestas. Esta ideología conquistadora, etnocéntri- Lógicamente los indígenas quedaban subordina-
dos a la metrópoli a través de los representantes colo-
ca e integracionista, situaba axiológicamente al ame-
nizadores de la Corona, y valorativamente considera-
rindio en un plano de inferioridad, que aparece
dos como niños con relación a la nueva estructura
visiblemente marcado durante toda la época colonial,
cultural. Así los colonizadores se constituyeron en
incluso en los mismos sectores estrictamente evange-
señores y maestros, y los indígenas en vasallos y alum-
lizadores.
nos de los españoles enviados por la Corona.
Por otra parte, el momento del descubrimiento y De este modo se originó la formalización de una
de la conquista acaeció en unas circunstancias en las ideologizada ética de conquista, que, dados los esque-
que la metrópoli se orientaba políticamente hacia mas de la época, pretendía justificar y legalizar la
Europa, donde violentamente se disputaban la hege- esclavitud, los repartimientos y las encomiendas. Con-
monía los diferentes países. La participación en di- tra esta ética y sus concreciones históricas se van a en-
chas luchas suponía el disponer de fuertes recursos frentar con energía los religiosos en nombre de la
económicos. Por ese motivo, el mismo Cristóbal evangelización.
Colón recordará sagazmente a los Reyes, que gracias a
su descubrimiento había transformado una España b) La lucha contra la esclavitud
pobre en una España rica.
La mentalidad esclavista de la época aparece en
La unión de estos dos factores motivó que la ex- el mismo Cristóbal Colón en párrafos de su Diario y
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

en una carta a Santángel. Ya en 1500 enviaba los pri- limitaciones del Real Patronato, se dirigió directamen-
meros 300 esclavos al puerto de Sevilla, que hizo te a la Santa Sede, consiguiendo de Pablo III la bula
exclamar a la Reina Isabel: "¿Qué poder mío tiene el Sublimis Deus (1537), en la que se sostenía la racio-
Almirante para dar a nadie mis vasallos?". nalidad de los indígenas, precedida de una carta apos-
tólica al Cardenal Juan de Tavera, Arzobispo de Tole-
Durante el período isabelino, se expide una cédu- do, ordenándole prohibir bajo pena de excomunión,
la real (1503) prohibiendo someter a esclavitud a los ipso facto incurrenda, el reducir a los indios a la
indígenas. Se indicaba una excepción marcada por la esclavitud de cualquier forma y por cualquiera.
ética conquistadora: caníbales aprisionados en sus
agresiones. Los tiempos eran difíciles y puntillosos. Carlos V
ordenó recoger las bulas y consiguió del Papa la dero-
Sin embargo, el sistema debió de tender a genera- gación del breve enviado al Cardenal Tavera, por ser
lizarse, ya que el tema fue llevado a la Junta de Bur- lesivo de los derechos patronales del Emperador y
gos (1512), donde el Licenciado Gregorio defenderá perturbar la paz de las Indias. Hoy nos resulta extra-
la esclavitud como pena por pecados de idolatría y
ña e inhumana esta manera de reaccionar ante las
contra la naturaleza, y fray Bernardino de Mesa la
lesiones que se producían ante dos derechos tan des-
aceptará cuando los señores de tales esclavos sean
iguales: los privilegios de un emperador, y el derecho
personas cualificadas.
natural de los indígenas a la libertad.
Todavía en 1680, la Recopilación recoge una ley
c) Repartimientos y encomiendas
prohibiendo la esclavitud en paz o en guerra, aunque
siempre con la excepción de los indios permanente-
Problema que tuvo mucha más trascendencia, por
mente belicosos, como eran los caribes y araucanos.
su extensión y generalización, fue la instauración de
las encomiendas, tema estrechamente ligado con la
Siempre hubo una denuncia activa por parte de
imposición del trabajo forzoso y de las reparticiones.
los religiosos contra esta práctica. Especial trascen-
Fue un sistema colonizador que prácticamente lleva-
dencia tuvo la iniciativa de fray Bernardino de Mina-
ba incluida una velada esclavitud de hecho, aunque
ya. Según él mismo cuenta, en 1534 fue firmada una
no de derecho, y que propiciaba el desarrollo encu-
cédula real, que derogaba otra anterior de 1530, en la
que se prohibía la esclavitud. Prescindiendo de las bierto de toda clase de abusos y arbitrariedades por
198 parte de los encomenderos. Fue una larga y difícil
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

lucha la que mantuvieron todos los religiosos contra trabajo forzoso. De esta manera los indios quedaban
esta institución, desde los dominicos de la Española distribuidos y bajo control inmediato de los coloniza-
hasta los jesuítas del Paraguay. Siempre prevalecieron dores, dentro de una rígida estructura piramidal de la
en estas luchas como razones contrarias a la enco- sociedad.
mienda las dificultades que creaba a la evangelización
misionera, la lesión a los derechos humanos y jurídi- Los primeros repartimientos y encomiendas se
cos del indígena-vasallo de Su Majestad, y las inhu- iniciaron inmediatamente en las Antillas, quedando
manidades y abusos que con frecuencia se cometían legalizados por provisiones reales del año 1503. Fue-
por los encomenderos. ron famosas las reparticiones de Nicolás Ovando en
1504, y la llevada a cabo por Alburquerque en 1514,
La encomienda fue una variante americana del en la que se repartieron unos 32.000 indios. En la
feudalismo español de la Edad Media. En el siglo óptica de los conquistadores el indígena quedaba
XVIII, Solórzano la definía como "un derecho con- reducido a la imagen de lo que posteriormente se
cedido por merced real a los beneméritos de las Indias denominará, con expresión quechua, "mitayo", es
para recibir y cobrar por sí los tributos de los indios decir, hombre-brazo, hombre para trabajar al servicio
que se le encomendaren por su vida y la de un herede- y para los intereses de otro.
ro, con cargo de cuidar de los indios en lo espiritual y
defender las provincias donde fueren encomendados". El célebre sermón de Montesinos fue la gran
denuncia contra las reparticiones, las encomiendas y
El esquema de la encomienda era relativamente los abusos que se derivaban de ellas.
sencillo: encomendero y encomendados. El encomen-
dero pertenecía al grupo de los conquistadores y que- Posteriormente será fray Bartolomé de Las Casas
daba constituido como señor feudal. Los encomen- su gran impugnador que mantendrá viva la conciencia
dados eran los indígenas. El encomendero, con rela- crítica de los religiosos durante los siglos de la Co-
ción al Estado, tenía obligaciones tributarias y milita- lonia.
res; con respecto a los indígenas debía procurar la
atención espiritual y cristiana. Como contrapartida, Resultado del primer esfuerzo de los dominicos
los indígenas tenían la obligación de prestación del españoles fueron las Ordenanzas o Leyes de Burgos de
trabajo personal. La encomienda suponía la reparti- 1512. La denuncia constante de fray Bartolomé de
ción de tierras y de indios, y la prestación de un las Casas es la que fuerza la convocación de las Juntas
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

de 1516 y 1518, llegando hasta las de Valladolid y política; la evangelización tenía que realizarse con
Barcelona, en las que se elaboraron las Leyes Nuevas instrumentos de paz, y respetando y defendiendo la
de 1542, aunque siempre dejando insatisfechas las libertad de los indígenas. Cierto que las soluciones
reclamaciones y aspiraciones del dominico. Por otra que él proponía fueron y son muy discutibles. Pero
parte, el fraile nunca tuvo demasiada confianza en los la intuición correspondía a un hombre religioso que
arreglos legales que se hacían en España para humani- se había adentrado en el interior del Evangelio y,
zar el sistema. En 1555, en carta al confesor de Felipe consiguientemente, en las exigencias del respeto a la
II escribía: "Desengáñese del todo V.P. y los que a dignidad de la persona humana.
V.P. engañan y al Rey, con decir, que no dándole (a
los encomenderos) jurisdicción civil ni criminal sobre Postura similar es la adoptada en el siglo XVII por
los indios, estarán éstos remediados, que fue la caute- el P. Diego de Torres Bollo y por el Beato Roque
la y maldad con que ciertos que vinieron de Nueva González de Santa Cruz en el Paraguay. La alternativa
España engañaron al confesor y al Emperador, ha- que propondrán esos años frente a las encomiendas
biendo tres veces pedídoles que no hablasen de los será la de las reducciones. Esto nos conduce a otra
repartimientos, y habiendo venido de las Indias, sala- aportación evangelizadora de los religiosos misione-
riados de los tiranos de México contra los indios (al ros: el esfuerzo por la humanización del sistema.
menos dándoles un ducado para comer cada día), y
los desdichados de los indios desamparados sin que
nadie viniese a defenderlos (...). Y así alcanzaron una 5. Las reducciones: un sistema de humanización
cédula ycédulas quebrantando las leyes cuya tinta aun en el sistema
no enjuta no estaba, y que expirasen las encomiendas
Nos acercamos a uno de los temas que hicieron
en la primera vida, como disponía las leyes, y otras
más famosos a los religiosos durante la época de la
cosas inicuas, que el día que ambos murieren verán la
Colonia: las reducciones.
candela que para atinar el camino del cielo entonces
adquirieron".
Las limitaciones, dificultades y problemas del sis-
tema reduccional han sido honesta y enérgicamente
A fray Bartolomé se le podrá acusar de oscuridad
subrayadas por Branislava Susnik. Pero también
y de exageraciones en sus documentos. Pero su intui- Voltaire llegó a afirmar en su Essai sur les Moeurs que
ción fundamental era bien clara: guerras y encomien- las reducciones "a solas aparecen como el triunfo de
das demostraban la injusticia radical de la conquista la humanidad; parecen expiar la crueldad de los pri-
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Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.

ban ningún español ni mestizo" (161 Jf); promoción


meros conquistadores y han dado al mundo un
cristiana y cultural de los indígenas Con un sistema
nuevo espectáculo". Y Montesquieu las presentaba
económico de autoabastecimiento; instauración de un
como "la curación de una de las más terribles heridas vasallaje de los indígenas directo al Rey, con la co-
infligidas por el hombre contra otros hombres". His- rrespondiente tributación y compromiso de colabo-
tóricamente las reducciones más famosas han sido las ración militar defensiva en los casos de necesidad.
del Paraguay, aunque tienen sus antecedentes colonia-
les y sus réplicas en otros puntos del Continente.
Tres eran los objetivos de las reducciones. El pri-
Las reducciones fueron una realidad compleja. Si- mero era la formación de comunidades cristianas
multáneamente fueron un modelo específico de evan- aborígenes, sin que sufrieran el escándalo de la vida
gelización misionera y un logro de humanización del "cristiana" de los españoles, criollos y mestizos, como
vasallaje colonial impuesto por los conquistadores a indicaba el P. Ruiz de Montoya. Segundo, el adiestra-
los aborígenes. Son el resultado feliz de una opción miento y capacitación de los indígenas en la nueva
de los misioneros. El Beato Roque González de Santa cultura importada, evitando los abusos que se come-
Cruz, escribiendo a su hermano Francisco, Teniente tían en dicho proceso. Tercero, como afirmaba el
General de Asunción, afirmaba que era necesario mismo Ruiz de Montoya, "poner paz entre españoles
optar "por la justicia que tenían (los indios) y tienen e indios, cosa tan difícil, que en cien años que se des-
de ser libres de la dura esclavitud y servidumbre del cubrieron las Indias Occidentales hasta ahora no se
servicio personal en que estaban, siendo por ley natu- ha podido alcanzar".
ral y divina y humana, exentos" (1614). Las reduc-
ciones fueron la alternativa y la contestación viable a En 150 años de experiencia, los objetivos funda-
las encomiendas dentro del sistema de "pacificación" mentales se consiguieron. Pero se alcanzó algo más:
y "poblamiento". devolverle al indígena la voz de la que secularmente
había sido privado. En el año 1750, cuando España y
Cuatro grandes principios modelaron el esquema Portugal firmaron el célebre Tratado de Límites, sin
reduccional, principios que ya se encontraban en el tener en cuenta los derechos de siete reducciones
pensamiento lascasiano: la concentración de los indí- situadas al Este del río Uruguay, los guaraníes reduci-
genas en poblados, no por violencia militar, sino por dos levantaron enérgicamente su voz ante el Rey
pacífica atracción evangélica; segregación absoluta de proclamando sus derechos y denunciando la injusticia
los españoles, como fue ordenado por las Ordenanzas que se cometía con ellos. Siendo denegadas sus justas
de Alfaro: "Conforme a las Cédulas Reales, ordeno y peticiones, se sintieron traicionados por el Rey. Se
mando que en pueblos de indios no estén ni se reci- sublevaron, iniciando la denominada guerra guaraní-
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
tica, bajo las órdenes del cacique Sepe. En la batalla
de Caibaté, frente a un gran ejército luso-hispano, lización de América Latina. Entre ellas sobresalen las
sufrieron la derrota total, pero dejaron el símbolo siguientes:
del sacrificio de la raza indígena por su libertad.
Primera: Laevangelización de la eclesiología vigen-
De modo similar procedieron aquellas comunida- te en la época, especialmente renovando el sentido
des con ocasión de la expulsión de los jesuítas, como original de la autoridad pontificia, purificándola de
consta por las cartas que enviaron al Rey. erróneas jurisdicciones seculares, y subrayando su
evangélica función exclusivamente orientada a la edi-
El sistema de las reducciones entró en decadencia ficación de la Iglesia y a la evangelización del mundo.
con dicha expulsión. La política del gobernador Buca-
relli de poner españoles al frente de las reducciones,
"fue —según John Hemming—, poner lobos en lugar Segunda: La evangelización de la politología, im-
de pastores". Cursó en 1777 el Provincial de los Fran- pulsando la creación del Nuevo Derecho Internacio-
ciscanos una visita, y tiene que lamentar en su informe nal, al mismo tiempo que se mostraba la libertad del
que hubo una ruina "que deberá atribuirse a los mis- Evangelio y su independencia original sobre cualquier
mos que, con ciencia y justicia, han sido autoridades sistema político.
por orden del Rey y de los ministros para sostener-
los".
Tercera: El esfuerzo, las aspiraciones —incluso las
Pero un testimonio importante dejaba la vida reli- fracasadas—, y la misma actividad desarrollada por los
giosa con el desarrollo de las reducciones: el esfuerzo religiosos misioneros impulsaron a una comprensión
de humanización del sistema que se desarrollaba en el menos reductiva y más plena de la evangelización. En
interior del ineludible esquema de vasallaje impuesto ellos parece que es propio de los evangelizadores no
a los indígenas por la Conquista. sólo la predicación explícita del nombre de Jesús,
sino también el proyecto de Iglesias autóctonas, la
crítica de los mismos modelos evangelizadores, la
6. Las aportaciones más importantes de la vida denuncia sistemática de las injusticias, la promoción y
religiosa en la evangelizadón de América Latina proclamación de la libertad de los pueblos y de los
hombres —incluso de los no cristianos-, y el esfuerzo
Quiero brevemente resumir las aportaciones más por humanizar las situaciones injustas irreversibles en
importantes que hicieron los religiosos en la evange- las que se vive.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Cuarta: Los misioneros mostraron la importancia Comprendo que no es fácil el subrayar los erro-
de situarse junto a los oprimidos y violentados para res principales que cometieron, y mucho más difícil
poder comprender las profundidades de las exigencias el determinar la causa histórica que los originó. Con la
del Evangelio. provisionalidad de una hipótesis, me atrevo a sugerir
que sus dos grandes limitaciones fueron egocentris-
Quinta: Pienso, mirando a la historia del pasado, mo europeo y su falta de sensibilidad ante el proble-
que gran parte de la fe existente en América Latina ma de los negros esclavos. La causa la encuentro en su
y de la confianza del pueblo en la Iglesia se debe en incapacidad en superar y criticar la ideología de con-
no pequeña parte a la actividad misionera realizada quista que subyacía en el modelo alejandrino e hispa-
por los religiosos en la Colonia. En efecto, no sólo no de evangelización.
fueron misioneros incansables llevando a todas partes,
incluso con el riesgo de sus vidas, el mensaje del Evan- 1. El etnocentrismo misionero
gelio, sino que al mismo tiempo pusieron su autoridad
moral al servicio de los pobres y de los oprimidos. Los mismos misioneros religiosos, que supieron
descubrir la dignidad fundamental de los indígenas
Sexta: También colaboraron los religiosos en la y proclamar activamente su libertad, no lograron cap-
formación de la identidad de la cultura propia de tarlo como persona-culta, y mucho menos con una
América Latina y de la identidad de la Iglesia latino- valoración positiva de su propia cultura.
americana, iniciando una nueva perspectiva bien di-
ferente a la estrictamente metropolitana y europea. El gran etnólogo de la época fue, sin duda, fray
Bernardino Ribeira de Sahagún. Escribe la monumen-
tal Historia general de las cosas de la Nueva España,
III. LIMITACIONES Y ERRORES en la que intentó sintetizar todos sus amplios conoci-
DE LOS RELIGIOSOS EVANGELIZADORES mientos sobre las culturas indígenas de México, tras
una minuciosa y científica investigación. Sin embar-
La importante aportación de los religiosos en la go, en el mismo prólogo de su obra, manifiesta sus
primera evangelización de América Latina no estuvo prevenciones contra dichas culturas, y nos declara las
exenta de ciertas limitaciones y errores que también intenciones de su trabajo: facilitar a los predicadores
afectaron negativamente los resultados de dicha em- y confesores, verdaderos médicos, para sus ministerios
presa apostólica. con los indios, el conocimiento de su "idolatría y ri-
208 209
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

tos idolátricos y supersticiones idolátricas y agüeros y Esta visión etnocéntrica y devalorativa de la cul-
abusiones y ceremonias idolátricas" existentes toda- tura indígena condujo a los religiosos a tres errores
vía entre los naturales, y, por desconocerlos —conti- fundamentales. Primer error: valoraron al indígena
núa el cronista— algunos operarios calificaban bobe- como hombre, pero lo calificaron como inculto, in-
rías o niñerías acciones de raíz idolátrica profunda. cluso como salvaje, lo que los condujo a un etnocido
"Pues, porque los ministros del Evangelio que sucede- y al proyecto de un integracionismo cultural. Segun-
rán a los que primero vinieron en la cultura de esta do error: ignoran la adultez de los aborígenes y los
nueva viña del Señor, no tengan ocasión de quejarse suponen en un estado de minoría de edad, "personas
de que los primeros, por haber dejado a oscuras las miserables y de tan débil natural que fácilmente se
cosas de estos naturales de esta Nueva España, yo fray hallan molestados y oprimidos", promoviendo un sis-
Bernardino de Sahagún (...) escribí doce libros de las tema de paternalismo y tutoría indefinido. Tercer
cosas divinas, o, por mejor decir, idolátricas y huma- error: como consecuencia de estas apreciaciones pri-
nas y naturales de esta Nueva España". varon al indígena de su palabra en los problemas
gravísimos que le concernían directamente. Después
Mas claramente, el P. José de Acosta, en su obra De de enmudecerlos se constituyeron en sus defensores y
procurando indorum salute, publicada en 1577, esta- protectores, haciéndose la voz de los que no tienen
blecía tres clases de culturas: la primera correspondía voz. Por ese motivo y con la mayor naturalidad, todos
a la originalmente europea; en la última categoría los asuntos que se discutían y trataban sobre los indí-
situaba la de los bárbaros, que viviendo tribalmente y genas, se resolvían sólo entre españoles, aunque una
en las selvas eran semejantes a las fieras y, afirmaba parte de ellos fueran religiosos dispuestos a defender
que en el Nuevo Mundo hay infinitas manadas de al amerindio de los propios españoles. Y no es que los
ellos, diferenciándose muy poco de los animales. aborígenes no tuvieran capacidad para defender tam-
bién con la palabra su propia causa. Baste rcordar en
Y el P. Diego de Torres Bollo, promotor de las las relaciones de Bernal Díaz del Castillo, las conversa-
reducciones en el Paraguay, refiriéndose a los guara- ciones que mantuvieron los aztecas derrotados con
níes, decía que "como todos sus antepasados, poco los franciscanos enviados por Adriano VI a la Nueva
antes andaban como fieras en estos montes con las España.
armas en la mano matando y destrozando sin conoci-
miento de Dios Nuestro Señor, más que si fueran
bestias".
210 211
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

2. La esclavitud de los negros do se contaban en decenas los catecismos en lengua


tupí, guaraní, tapajós, manaos y cuantas naciones
Una segunda limitación de los religiosos en la indígenas se habían contado por los misioneros".
evangelización del Continente fue su fría posición
ante la realidad de los numerosos esclavos negros, Más adelante anota: "Esta premisa de libertad,
aunque no podamos olvidar la excepcional figura de como condición previa para la evangelización, va a
San Pedro Claver. faltar a la Iglesia del Brasil y del resto de América
Latina en su contacto con el esclavo negro. Con rela-
El tráfico de los esclavos negros se inicia desde los ción al indio se luchará con todas las fuerzas para
primeros años de la Conquista. Ya en 1502, Ovando apartarlo de la convivencia con el colono, para evitar
llevó algunos esclavos residentes en Sevilla. En 1505, que sea esclavizado o encomendado en el caso de
el Rey aprobó el envío de 100 esclavos por petición Hispanoamérica. En el caso del negro hará plena alian-
del propio Ovando. Las autorizaciones fueron cons- za con los que le opriman, confiando al Señor de los
tantes a través de los años normalizándose unos de los esclavos la tarea de 'evangelizarles'. La misma Iglesia
comercios más tristes de la historia de la humanidad. se comprometerá con el sistema vigente, usando in-
tensamente el brazo esclavo en las propiedades de las
Según el Dr. José Osear Beozzo, "a Brasil habrían Ordenes Religiosas, en los ingenios de jesuítas y car-
venido unos 3.5 millones". Sólo quiero recoger tex- melitas, en las haciendas y monasterios de los bene-
tualmente algunas apreciaciones del mismo autor, que dictinos, en los palacios episcopales y en las casas
lo mismo pueden aplicarse a Brasil que al resto de la parroquiales".
América Hispana.
"Aun hombres de la estatura moral de Antonio
"Podemos afirmar después de largo y cuidadoso Vieira, que se comprometieron totalmente con la li-
bertad de los indios, no sólo serán omisos sino que
estudio de esta cuestión —escribe Beozzo—, que no
tratarán de 'justificar' la esclavitud negra, como una
hubo en Brasil un proyecto de evangelización de los necesidad de toda la empresa colonial. Vieira llegó a
esclavos y nada que se pareciera al esfuerzo de los decir: 'Sin Angola no hay Brasil', esto es, sin escla-
jesuítas en la catequesis del indio. Ciento cincuenta vos negros, el Brasil colonial no es viable".
años después que los esclavos primeros hubieran lle-
gado a Brasil, todavía no existía ningún catecismo de "Esta cuestión queda como el gran escándalo y el
las diferentes naciones aquí traídas a la fuerza, cuan- gran impasse de la evengelización de América Latina:
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
que haya visto florecer todas las religiones africanas La Conquista, como ya indicamos anteriormente,
en el Continente (...)• Después de cuatrocientos años lleva siempre una carga axiológica de etnocentrismo
de represión, la religión africana está ahí, viva, rena- que, consiguientemente invade incluso al mismo sec-
ciente, en un inmenso interrogante a la conciencia tor religioso característico de toda cultura. Los reli-
cristiana. No existió el anuncio fraterno del Evangelio giosos misioneros nunca cuestionaron la superioridad
a los negros esclavos, pero sí la negación de su cultu- religiosa y cultural del mundo del que procedían, lo
ra, de su religión, de su derecho de seres humanos en que incluía, lógicamente, la apreciación de inferiori-
el campo del trabajo y, con él, en todos los otros dad de la religiosidad y de las culturas de los amerin-
campos". dios. Evangélicamente lograron reconocer al indígena
como hombre, como hijo de Dios y como hermano.
Ideológicamente quedaron cegados e incluso llenos de
3. La ideologización de la conquista prejuicios frente a las culturas amerindias, sus expre-
siones y sus instituciones. Incluso esta actitud queda-
Resulta difícil poderse explicar estas limitaciones ba confirmada por la percepción de ciertos antivalores
y errores de los religiosos misioneros durante la Colo- que descubrían, y que, de diferentes maneras, son
nia en problemas de tanta trascendencia y gravedad. inherentes al desarrollo histórico de toda cultura.
Sólo encuentro una hipótesis que pueda explicar esta Fue, a mi juicio, esta ideología "conquistadora", lo
limitación e incluso deformación de la evangelización que los condujo al arrasamiento de las culturas indíge-
realizada por ellos: los religiosos, habiendo sido capa- nas, al desarrollo de una política integracionista e,
ces desde el Evangelio no sólo de criticar los sistemas incluso, a la "justificación" de la esclavitud de los
impuestos por la Conquista, sino incluso de cuestio- negros, dentro del esquema de la época, que de alguna
nar la misma Conquista, sin embargo no tuvieron manera facilitaba la libertad de los indígenas, consti-
vigor para superar la ideología de la Conquista, que- tuidos legalmente "vasallos de Su Majestad", lo que
dando inconsciente pero eficazmente ideologizados. implicaba derechos diferentes a los de los no vasallos
De otra manera, ellos mismos se sintieron conquista- de la Corona, como eran los esclavos.
dores "a lo divino", como lo proyectaron denominan-
do a la Virgen María "la Conquistadora" y calificando 4. Consecuencias de la ideologización
su actividad como "conquista espiritual", sin percibir de los misioneros
la ideología negativa que se incluía detrás de dichas La ideologización "conquistadora" de los religio-
expresiones.
sos ha tenido serias consecuencias en América Latina,
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215
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

además de las indicadas anteriormente. Apuntamos del Evangelio y de la misión de la Iglesia en un molde
algunas. de conquista, y no tanto de "sacramento de la íntima
unión con Dios y de la unidad de todo el género hu-
Primera. Los misioneros religiosos, por su identifi-
mano" (LG 1). Esto también bloqueó a los religiosos
cación con el Evangelio, tomaron como causa propia
para una captación y comprensión más positivas de
el constituirse en protectores y defensores de los indí-
las religiones no cristianas existentes en el Continente,
genas. Pero, mediatizados por la ideologización con-
y dificultó la edificación de Iglesias autóctonas como
quistadora desconocieron o no asumieron las "cau-
tenían en su proyecto los franciscanos misioneros de
sas" propias de los aborígenes.
la Nueva España.
Segunda. La ideologización contribuyó a una es-
tratificación social, axiológica e incluso jurídica, en el
IV. LOS RELIGIOSOS EN EL HOY DE LA
Continente, claramente antievangélica, que ha tendi- EVANGELIZACIÓN DE AMERICA LATINA
do a marginar a los amerindios y negros, y dificulta,
incluso en nuestros días, la organización pluriétnica y Al iniciar mi exposición dejaba abiertas varias pre-
plurinacional de los Estados. guntas: ¿Cuáles son el carisma y la misión de los reli-
giosos en esta nueva etapa de la evangelización de
Tercera. La ideologización de los misioneros cola- América Latina? ¿Cuál ha de ser su participación
boró al tradicional sistema latinoamericano de hetero- específica en el quehacer de nuestra Iglesia? ¿Cómo
geneidad entre la cultura y las estructuras. Las cultu- podemos conjugar las exigencias de nuestro propio
ras autóctonas quedaron despojadas de sus propias carisma con las exigencias de vivir en comunión de fe
instituciones y estructuras, quedando sometidas a y de misión con nuestros pastores?
otras instituciones y estructuras foráneas y coloniza-
doras. Son las estructuras tradicionales que Puebla Sólo quiere recoger, para responder a estas pre-
juzga como injustas y generadoras de injusticia, que guntas, algunas de las luces y las sombras de la histo-
oprimen al pueblo y difcuitan la expresión de la iden- ria de los que nos precedieron en América Latina, lu-
tidad del Continente latinoamericano. ces y sombras que nos ayuden para comprender lo
que la Iglesia tiene derecho a esperar de las actuales
Cuarta. La ideologización conquistadora de los comunidades religiosas, teniendo en cuenta el actual
mineros religiosos contribuyó a conformar la fuerza proyecto evangelizador del Continente presentado
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
por nuestros Obispos en los Documentos de Medellín
y de Puebla. religiosos a las Indias. No buscaban una vida más
fácil. Recuérdese lo que anotaba fray Bartolomé de
1. Dos opciones fundamentales de los religiosos Las Casas de la primera comunidad dominicana de la
Española: "Acordaron añadir ciertas ordenaciones y
Nuestros mayores, los que nos precedieron en la reglas a las viejas constituciones de la Orden (...)para
vida religiosa en América Latina, quedaron caracteri- vivir con más rigor". A fray Toribio de Benavente los
zados por dos rasgos evangélicos que exigen una con- indígenas comenzaron a llamarlo "Motolinia", que
tinuidad en nosotros: la opción prioritaria y absoluta significa pobreza en la lengua azteca. Y fray Antonio
por el Evangelio y la evangelización, y la opción pre- de Remesal afirma el agrado con que los indios reci-
ferencial por los pobres. bían a los religiosos porque sabían "que a distinción
de los españoles, los misioneros no iba en busca de
a) La opción prioritaria y absolu ta por el Evangelio sus haberes". Y son muchos los documentos en los
que se manifiesta el deseo del martirio que afloraba
en los religiosos de la época.
Sin duda de ninguna clase, la nota que más carac-
terizó a los religiosos misioneros de la primera etapa
fue su opción prioritaria y absoluta por el Evangelio y La profunda experiencia de Jesucristo desencade-
la evangelización, y fue de dicho foco del que proce- naba en los religiosos la fe en la fe, como don supre-
dieron sus intuiciones y aportaciones más importantes. mo de la salvación de Dios que puede recibir cual-
quier hombre sean cuales sean las circunstancias
Su experiencia de Dios, su experiencia de Jesucris- históricas en las que tenga que vivir. Por eso los reli-
to, como diríamos hoy recordando el lenguaje de Pue- giosos se constituyeron fundamentalmente en misio-
bla (DP 726), los orientó en dos direcciones funda- neros y misioneros de frontera, sin arredrarse ante
mentales: seguimiento personal y radical de Cristo en dificultades y peligros. El gran horizonte de toda su
el espíritu de las bienaventuranzas (DP 742), y evan- actividad era el transmitir la fe viva en el Evangelio
gelización misionera testimoniando y predicando la de Nuestro Señor Jesucristo.
fe en todas las comunidades indígenas del Continente.
Es precisamente en esta fidelidad radical y en este
La radicalidad evangélica en el seguimiento de entusiasmo por el Evangelio donde se encuentra la
Cristo es la que explica la venida voluntaria de tantos raíz de la libertad evangélica con la que se expresaron
218 y vivieron en todos los ambientes —eclesiales y políti-
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

eos—; de la capacidad de discernimiento que mani-


festaron, y del espíritu de creatividad que desarrolla- Hoy la perspectiva es diferente. Desde una visión
ron, como en el caso de la catequesis y de las reduc- antropológica y evangélica sabemos que la pobreza no
es sólo carencia y opresión, sino también valor huma-
ciones.
no y evangélico, fuente y energía evangelizadora y
constructora de un mundo más humano. De ahí nace
Esta gran opción radical de los religiosos de ayer
la necesidad del misionero religioso, inserto en el
es el gran desafío a la nuestra vida religiosa de hoy.
mundo y en la cultura de los pobres, de ser evange-
garantía de nuestro servicio especifico a la Iglesia y al
lizador y evangelizado al mismo tiempo, compañero
mundo en América Latina.
en la misma empresa de evangelización y de liberación
que se origina en la pobreza latinoamericana.
b) Opción preferencial de los pobres
y promoción de la justicia
La opción preferencial por los pobres, del com-
Esta actitud evangélica condujo a los misioneros promiso misionero, incluye el compromiso por la jus-
de la Colonia preferentemente a los amerindios derro- ticia, como exigencia intrínseca de la misma fe y
tados, violentados y oprimidos por la nueva situación como testimonio para hacer creíble la palabra predi-
política. Desde la solidaridad y experiencia de los po- cada. Fue la intuición de nuestros predecesores reli-
bres se constituyeron en incansables promotores de la giosos, y es también el desafío abierto por Puebla a
justicia, incluso enfrentándose con sus hermanos los los religiosos de hoy.
españoles. Es otra característica que pide Puebla a los
religiosos de hoy (DP 733).
2. Tres aportaciones de la vida religiosa
La opción por los pobres fue la que constituyó a
los misioneros de la Colonia en misioneros de frontera Las dos opciones fundamentales, si son vividas
y de periferia. Convivieron con ellos en una pobreza por nuestra vida religiosa hoy, pueden capacitar a ésta
"activa", es decir, entregándoles generosamente todo . para prestar con el testimonio de su vida tres impor-
lo que tenían y sabían. Pero tuvieron una limitación: tantes servicios: la evangelización de la eclesiología,
no lograron descubrir la cultura y el dinamismo inter- de la política y de las ideologías políticas, y de la
no de los pobres. Por eso se redujeron a ser sus de- cultura.
fensores y protectores.
220 221
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
a) Evangelización de la eclesiología
Nosotros nos preguntamos: si los religiosos de
No es lo mismo eclesiología que Iglesia. Iglesia es hoy vivimos con las mismas opciones y con la misma
la comunidad de fe fundada por Jesucristo. Eclesiolo- radicalidad evangélica que los de ayer, ¿cuál puede ser
gía es la conciencia que la Iglesia tiene de sí misma en nuestra aportación evangelizadora a una Iglesia que,
una determinada etapa de la historia. La Iglesia tiene con expresión de Pablo VI, debe ser continuamente
la presencia plena del Espíritu Santo. La eclesiología evangelizada y evangelizadora?
siempre está sujeta a las limitaciones de los cristianos.
Por eso la Iglesia siempre es la misma, mientras que la Pienso que la nueva evangelización del Continente
eclesiología se purifica, se adapta y cambia a través de exige que emerja con toda su fuerza y con todas sus
la historia. Los cuestionamientos más grandes a la posibilidades, sobre la antigua eclesiología, la del
eclesiología de cada período no los hacen los teólogos Vaticano II con su configuración latinoamericana, tal
sino los santos, que se constituyen en la fuente de ins- como ya ha sido apuntada e intuida por Medellín y
piración de los verdaderos teólogos. Los verdaderos Puebla. Esto supone una conversión de nuestra con-
cuestionamientos a las eelesiologías vigentes son siem- ciencia y de nuestros viejos modelos eclesiales. Pa-
pre llamadas a la conversión, en orden a que la comu- ra ello es necesario, unido a un profundo amor a los
nidad viva más radical y originalmente las exigencias del hermanos, y preferencialmente a los más pobres,
Evangelio. Cuestionar la eclesiología por fidelidad volver a escuchar con plena apertura las palabras del
al Evangelio es amar a la Iglesia para que pueda cum- Señor: "Vende todo lo que tienes, dalo a los pobres,
plir con mayor pureza su misión evangelizadora en el ven y sigúeme".
mundo.
Fue la aportación de los religiosos y misioneros de En esta transformación eclesiológica tienen una
ayer. Fueron los dominicos de la Española, los que especial responsabilidad los institutos religiosos que,
desde su profundo compromiso con el Evangelio, con por la radicalidad de la pobreza a la que han sido lla-
la misión y con los indígenas, abrieron nuevas cuestio- mados, no han de vivir esclavizados á los esquemas e
nes a los teólogos europeos que permitieron en la instituciones del pasado sino abiertos a las exigencias
Iglesia una comprensión pastoral y teológica más ajus- de la nueva evangelización impulsados por la fuerza
tada de la autoridad y del ejercicio del Papado, que ha liberadora de sus propios carismas.
redundado en beneficio de toda la Iglesia y de su mi-
sión evangelizadora.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
b) Evangelización de la política y de las ideofogfa
Hoy nos encontramos también ante rudos siste-
En el proyecto de evangelización liberadora traza- mas políticos, que continúan violentando y oprimien-
do por Puebla, uno de los aspectos que adquiere esn e . do a nuestros pueblos y, especialmente, a los sectores
cial relevancia es la evangelización de la política y ¿g más amplios y necesitados. Es la denuncia emitida por
las ideologías políticas que hoy circulan por el Conti- Puebla de estructuras generadoras de injusticia, que
nente (DP 507-562). han de enfrentar el enérgico juicio de la Palabra de
Dios y una evangelización que les permita transfor-
Importante fue la aportación evangelizadora de marse en estructuras generadoras de justicia y de paz.
los religiosos en el campo de la política y en el recha-
zo de la violencia durante la época de la Colonia, aun- Sin embargo, los antiguos misioneros nos mues-
que, como hemos visto anteriormente, sutilmente tran con sus limitaciones, la dificultad de evangelizar
quedaron condicionados por la ideología conquista- la política, si no se logra distanciar de las ideologías
dora. La historia nos brinda lecciones para nuestro políticas, que son las que deben ser primordialmente
quehacer de hoy. evangelizadas. El problema es de plena actualidad en
América Latina.
Su profundo compromiso con el Evangelio y con
la evangelización misionera, y su acercamiento desin- La ideología política es una cosmovisión e inter-
teresado a las comunidades amerindias invadidas, fue- pretación de la realidad desde la perspectiva de los
ron los que les permitieron intuir y denunciar la intereses particulares de un grupo de la sociedad, que,
radical injusticia de la política de la Conquista que se para alcanzarlos, aspira al control del poder político.
estaba desarrollando, y la violencia de los mecanismos Los intereses pueden ser legítimos. Pero, el particula-
de dominio desplegados en la organización de la rismo de los propios intereses del grupo, su interesada
Colonia. Resultados de su arriesgada evangelización interpretación de la realidad, y su definida decisión
en este campo fue el nacimiento del nuevo Derecho por alcanzar y controlar el poder son siempre el ries-
Internacional, la constante revisión del sistema legal y go de toda ideología que amenaza la repetición inde-
jurídico impuesto a los indígenas, y la búsqueda crea- finida de los esquemas de opresión y de injusticia.
tiva de alternativas más humanas y justas, y al mismo
tiempo viables, como fue la de las reducciones frente La radicalidad evangélica de la vida religiosa
al inicuo sistema de las encomiendas. ofrece unas posibilidades originales para la crítica y
224 evangelización de las ideologías. En efecto, su opción
225
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
por la pobreza y su opción preferencial por los pobres
tiende a alejarla y distanciarla de las ideologías de los estas mismas actitudes las que tienen fuerza para libe-
poderosos y aproximarla a la de los pobres y empo- rar al evangelizador del despotismo al que tiende la
brecidos. lógica interna de toda ideología.

Pero también la vida religiosa tiene la exigencia


c) Evangelización de la cultura
de una ulterior distancia evangélica de las mismas
ideologías de la pobreza. Estas ideologías, legítimas
en sus aspiraciones de justicia, corren el riesgo de ex- Dos afirmaciones complementarias encontramos
clusivizar los intereses del grupo y de subordinar la en Puebla. El Documento nos asegura que "con defi-
conquista del poder a los privilegios del propio sector. ciencias y a pesar del pecado siempre presente, la fe
La vida religiosa, por su radicalidad evangélica, ha de de la Iglesia ha sellado el alma de América Latina,
mantener la tensión entre la opción preferencial por marcando su identidad histórica esencial y constitu-
los pobres y la salvación de todos los hombres, resis- yéndose en la matriz cultural del Continente, de la
tiendo todo posible egoísmo grupal. Por otra parte, la cual nacieron los nuevos pueblos" (DP 445). Ante-
renuncia sistemática del religioso al poder, por el riormente anotaba: "La obra evangelizadora de la
valor de un servicio realizado siempre desde la base, Iglesia en América Laina es el resultado del unánime
permite a la vida religiosa una actitud crítica frente a esfuerzo misionero de todo el Pueblo de Dios. Ahí
todo poder "ideologizado", es decir, monopolizado están las incontables iniciativas de caridad, asistencia,
por los intereses particulares y no abierto al desarrollo educación, y de modo ejemplar las originales síntesis
armónico de toda la comunidad. de evangelización y promoción humana de las misio-
nes franciscanas, agustinas, dominicas, jesuítas, mer-
cedarias y otras" (DP 9).
Opción preferencial por los pobres, opción por la
pobreza y el servicio, apertura universal a la salvación
de todos los hombres en una fraternidad que tiene su Queda de esta manera subrayada por Puebla la
origen en la paternidad de Dios, son las actitudes sal- específica participación de los religiosos de la Colonia
víficas que colocan al Evangelio más allá de todas las en el proceso de generación, identificación y evangeli-
ideologías, y que, interiorizadas por la vida religiosa zación de la nueva cultura latinoamericana.
en su radicalidad evangélica, le permiten a ésta la fun-
ción de criticarlas y evangelizarlas. Y son también La actual vida religiosa, siguiendo la huella de los
226 primeros misioneros, tiene también una contribución
227
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
que dar a la nueva evangelización de la cultura y de
las culturas en nuestro Continente. grandes líneas, es de una actualidad extraordinaria.
Tengo la impresión de encontrarme ante un mismo
Son dos los desafíos principales. El primero, es la camino que se inicia con el mártir fray Antonio de
promoción evangélica de la fraternidad pluriétnica Montesinos el 21 de diciembre de 1511 y que se pro-
que ha de vivirse en todas las naciones y en la totali- longa hacia el futuro para los religiosos de hoy como
dad del Continente. Para ello es necesario que la Igle- un desafío a su carisma. El ejemplo de nuestros santos
sia ejemplarmente promueva en su seno el nacimiento y de nuestros mártires nos impulsa a la fidelidad. Los
de Iglesias particulares étnicamente diferenciadas, errores del pasado nos iluminan para evitarlos en el
mediante la encarnación de la fe en las diferentes presente. La trayectoria de una historia nos aclara en
culturas. la Iglesia lo que América Latina tiene derecho a espe-
rar de los religiosos.
El segundo desafío queda abierto por la urgencia
de la evangelización de la "adveniente cultura" (DP Pero la evangelización de América Latina no es
425). Es una cultura que se extiende universalmente función exclusiva de los religiosos, sino de todo el
con auténticos valores —como es el valor de la racio- Pueblo de Dios, y de una manera especial es respon-
nalidad— pero también marcada por un rudo mercan- sabilidad de nuestros Pastores. Es una evangelización
tilismo que ataca los valores cristianos y culturales del en la que los religiosos hemos de hacer nuestra especí-
Continente, y que tiende a reforzar la tradicional fica aportación, pero en estrecha relación con nues-
dependencia colonizadora que han sufrido nuestros tros obispos y con el fervor de los santos.
pueblos. Frente a esta nueva civilización corresponde
a la vida religiosa el contestarla con la evangelización a) Diálogo y comunión con los obispos
de la pobreza, del servicio y de la fraternidad.
Como nos dice el documento Mutuae Relationes,
"los obispos, en unión con el Romano Pontífice,
3. Relaciones obispos y religiosos reciben de Cristo-Cabeza la misión de discernir los
dones y las atribuciones, de coordinar las múltiples
energías y de guiar todo el pueblo a vivir en el mundo
Son ingentes la tradición y la responsabilidad que
como signo e instrumento de salvación. Por lo tanto
nos legaron los religiosos de ayer a los religiosos de
también a ellos ha confiado el cuidado de los carismas
hoy en América Latina. Es una tradición que, en sus
religiosos (...). Y por lo mismo al promover la vida re-
228
229
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

ligiosa y protegerla según sus propias notas caracterís- dos, y que siempre es más grande, más exigente, más
ticas, los obispos cumplen su propia misión pastoral". rica que la verdad que construimos a través de nues-
tras modestas vidas humanas. Por eso la fidelidad a las
A los religiosos nos corresponde reconocer en exigencias de nuestra fe común, en espíritu de cari-
nuestros obispos a nuestros pastores y proclamar ante dad, es la garantía de que el diálogo entre el ministe-
ellos nuestros propios carismas, que el Espíritu Santo rio episcopal y los carismas de la vida religiosa, que
ha suscitado para el bien de toda la Iglesia y de su mi- ambos tienen sus raíces en el mismo Jesús a través del
sión evangelizadora en el mundo. Espíritu Santo, nos ayudará a construir la verdad de
nuestra acción evangelizadora en la historia. Los pro-
Esto exige un diálogo permanente y confiado fetas proclaman la verdad. Los pastores, previo discer-
entre Obispos y Religiosos, en los que todos hemos de nimiento, la confirman. Y todos unidos, formando un
buscar la fidelidad a la acción del Espíritu en su Igle- solo cuerpo, han de constituirse en el sacramento de
sia y a la realización de la misión evangelizadora a la la evangelización en el hoy y en el futuro de América
que El nos impulsa en comunión de caridad, para de- Latina.
mostrar al mundo que somos los discípulos fieles del
Señor Jesús.
b) Con el fervor de los santos
Es un diálogo que en determinados momentos
Para que las relaciones mutuas entre Obispos y
puede ser sencillo y fácil, y en otras ocasiones conflic-
Religiosos sean auténticamente evangélicas, y no meras
tivo y difícil, como ya aparece con estas característi-
fórmulas para una convivencia irénica, es necesario lo
cas en las primitivas comunidades cristianas de los
que Pablo VI ha llamado el fervor de los santos, que
Hechos de los Apóstoles, con ocasión del primer Con-
nos persuade que, por misteriosos caminos, es el
cilio de Jerusalén. No sólo el error divide a los hom-
bres, sino también la verdad, dada la limitación que Señor el que al final realiza la obra de salvación. Por
tenemos para percibirla, sobre todo cuando se trata eso quiero terminar mis reflexiones con las palabras
de la verdad de la acción y de la caridad operante, de de Pablo VI: "Conservemos, pues, el fervor espiritual.
la verdad que se construye a través de la historia. Pero Conservemos la dulce y confortadora alegría de evan-
sabemos que la verdad de la historia, la que se cons- gelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágri-
truye y manifiesta a través del tiempo tiene su pleni- mas. Hagámoslo —como Juan el Bautista, como Pedro
tid en la verdad de la fe en la que hemos sido bautiza- y Pablo, como los otros Apóstoles, como esa multitud
de admirables evangelizadores que han sucedido a lo
230
231
Antonio González Dorado, S.J.

largo de la historia de la Iglesia- con un ímpetu inte-


rior que nadie ni nada sea capaz de extinguir. Sea esta III
la mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá MINISTERIALIDAD ECLESIAL Y MINISTERIOS
que el mundo actual —que busca a veces con angustia, LAICALES EN EL HOY Y EN EL FUTURO
a veces con esperanza—, pueda recibir la Buena Nue- DE LA IGLESIA *
va, no a través de evangelizadores tristes y desalenta-
dos, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros
del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes
han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Revista "Medellín", Vol. XI, No. 44
Cristo y aceptan consagrar su vida a la tarea de anun- Dic. 1985,433-466
ciar el Reino de Dios y de implantar la Iglesia en el
mundo".
En unas jornadas sobre la Teología del Laicado no
Asunción, 25 de agosto de 1986 puede faltar el tema de los Ministerios Laicales.

Es un tema relativamente nuevo que, a nivel de


Magisterio, se inicia en el Concilio Vaticano II, y que
Pablo comenzó a articular operativamente el 15 de
agosto de 1972 con la Carta Apostólica Ministeria
Quaedam. A este documento han seguido otros pu-
blicados por la Santa Sede y por diferentes Conferen-
cias Episcopales66, originando simultáneamente una
amplia bibliografía de teólogos y pastoralistas.

•Conferencia tenida en la III Semana de Teología del Ins-


tituto de Teología de la Universidad Católica Nuestra Señora
de la Asunción del Paraguay, del 16 al 19 de abril de 1985, con
el temario El laico en la Iglesia y en el mundo.
66. El Vaticano II sobresale entre sus documentos sobre mi-
nisterios con Lumen Gentium, Apostolicam Actuositatem
y Ad Gentes.
232 233
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Si el tema es nuevo, la realidad de los Nuevos Mi- participar corresponsablemente en la vida y en la mar-
nisterios en la Iglesia es todavía muy precaria, lo que cha de una Iglesia organizada jerárquicamente.
explica que se trate de una cuestión muy poco cono-
cida en la mayoría de nuestro medio ambiente. Esto La primera pregunta ha sido ampliamente respon-
puede hacer suponer que nos encontramos ante un
dida en diferentes documentos conciliares, en la Evan-
tema menor, secundario, sin mayor trascendencia
gelii Nuntiandi (No. 70), y en el documento de Pue-
para la vida de los laicos y de la Iglesia. Y sin embar-
go, a mi juicio, nos hallamos ante un punto de ex- bla donde se ha definido al laico como "hombre de
traordinaria importancia para la renovación de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombre del mundo
Iglesia y para el ejercicio efectivo de su misión en el en el corazón de la Iglesia" (No. 786).
mundo.
Pero es la segunda pregunta la que abre mayores
En efecto, el laicado maduro, el que ha llegado a expectativas y dificultades. No podemos olvidar que
su mayoría de edad en nuestra Iglesia de hoy, se hace todavía nos estamos desprendiendo de una eclesiolo-
dos preguntas fundamentales. La primera es su misión gía clericalista regulada casi exclusivamente por el
específica en la evangelización del mundo. La segunda binomio "sacerdocio-laicado", en cuyo contexto
es su nivel de responsabilidad con relación a la institu- Dom Gueranger podía escribir en 1873 que "el pue-
ción y comunidad eclesial, y quiere conocer cómo blo fiel no tiene sino deberes de sumisión a cumplir
puede canalizar dicha responsabilidad, y cómo puede con relación a sus diversos jefes jerárquicos. La masa
del pueblo fiel es esencialmente gobernada y radical-
En 1972, Pablo VI publica motu proprio Ministerio quae- mente incapaz de ejercer una autoridad espiritual, ni
dam y Ád pqscendum. En 1973 aparece la instrucción
Immensae caritatis. Véase también Catechesi tradendae directamente, ni por delegación" 67 .
de Juan Pablo II, y Familiaris consortio, en el que se indi-
ca que la educación en la fe y la catequesis de los padres a
los hijos es "un verdadero y propio ministerio de la Igle- Hoy nos encontramos en otro contexto totalmen-
sia". Es inolvidable la Evangelii nuntiandi. Por último es de te diferente, una vez que el Concilio Vaticano II ha
extraordinaria importancia para el tema del nuevo Dere-
cho Canónico. determinado que "los sagrados pastores reconozcan y
Para América Latina reviste particular importancia el do- promuevan la dignidad y la responsabilidad de los lai-
cumento de Puebla.
Véase también en Concilium, nn. 43, 74 y 80; en Theolo- cos en la Iglesia. Hagan uso gustosamente de sus pru-
gica Xaveriana 1 (1975); 3 (1976) y 4 (1977); y en Pro dentes consejos, encárguenles, con confinaza, tareas
Mundo Vita, No. 50.
234
67. Citado en AA.VV. Os ministerios, Sao Paulo. 1981, 13.
235
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

de servicio de la Iglesia, y déjenles libertad y espacio


para actuar, e incluso denles ánimo para que ellos Es decir, la Ministerialidad Eclesial y los Ministe-
espontáneamente asuman tareas propias" 68 . rios Laicales vienen a configurar la entidad del laico
en la Iglesia, posibilitan y operativizan un nuevo siste-
ma de relaciones en el interior de la Iglesia, e incluso
Los Ministerios Laicales, comprendidos y asumi-
condicionan la realización de la misión de la Iglesia en
dos en profundidad, vienen a definir la nueva figura
el mundo.
del laico en la Iglesia, y se constituyen en uno de los
determinantes operativos para la elaboración del nue-
vo tejido eclesial, que fue intuido y proyectado en el Nos encontramos, de esta manera, ante un tema
Vaticano II. crucial para la vida de la Iglesia y casi desconocido en
nuestro medio ambiente. Por eso, no podía faltar en
unas jornadas sobre la Teología del Laicado.
Más aún, como ha escrito Dionisio Borobio, "la
renovación de los ministerios es una de las cuestiones
más urgentes y decisivas que hoy se plantean en la El objetivo de mi ponencia es sólo sensibilizar a
Iglesia, ya que de estos ministerios depende, en alguna nuestra Iglesia, desde un punto de vista teológico y
medida, el cumplimiento de la misión que procede de pastoral, ante un tema de tanta trascendencia, y
Cristo, la pervivencia de la comunidad cristiana, la apuntar algunos caminos para que, lo que hoy es
revitalización de su fe y la atención a sus necesidades sólo perspectiva sobre los Ministerios Laicales, pueda
internas y externas dentro del mundo concreto en llegar a ser realidad en un futuro no muy lejano.
que vive e intenta crecer. Los ministerios son una
condición de posibilidad de asistencia y persistencia de Desarrollaré el tema con las siguientes partes o
la Iglesia en el espacio y el tiempo, y la adecuada capítulos:
estructuración ministerial de la Iglesia es una condi-
ción de posibilidad del cumplimiento de su misión en I. El origen de los Ministerios Laicales en un nuevo
el mundo" 6 9 . contexto eclesiológico.

H. Los Ministerios Laicales en la problemática ecle-


68. LG 37.
69. BOROBIO, D., "Sobre el ministerio del catequista de con- sial de América Latina.
firmación y sus funciones dentro del proceso de la inicia-
ción cristiana", Seminarios, 1(1979) 11.
III. Conceptualización y diversificación de la Ministe-
236
rialidad Eclesial y de los Ministerios Laicales.
237
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
IV. Fundamentos bíblico-teológicos.
Establecido el binomio Iglesia-Mundo, el Concilio
V. Perspectivas pastorales. afirma que la Iglesia "sólo desea una cosa: continuar,
bajo la guía del Espíritu Santo, la obra misma de Cris-
to, quien vino al mundo para dar testimonio de la ver-
dad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para
I. El origen de los Ministerios Laicales en un nuevo
ser servido" 70 , de tal manera que los Padres Concilia-
contexto eclesiológico.
res en su Mensaje a todos los hombres, del 21 de octu-
bre de 1962, afirmarán explícitamente que "la Iglesia
¿Cómo se origina el descubrimiento de los Minis-
no fue instituida para dominar, sino para servir".
terios Laicales, su primera instauración en la Iglesia y Aparece de esta manera la imagen de la Iglesia como
la percepción de su importancia? Brevemente pode- servidora del mundo, imagen bien diferente a la pro-
mos responder diciendo que aparecen como uno de yectada por la Eclesiología de las Dos Espadas.
los nuevos elementos constitutivos e integrantes de la
nueva Eclesiología que nace en el Concilio Vaticano II.
2. Pero, ¿cuál es el servicio que la Iglesia puede y
debe prestar al mundo? Pablo VI recogiendo sintética-
Para proceder con mayor sencillez, voy a seguir mente el pensamiento del Concilio confirma que
un elemental proceso deductivo, prescindiendo de los "evangelizar constituye la dicha y vocación propia de
complejos pasos históricos que han intervenido en el la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para
descubrimiento y elaboración de este tema. evangelizar"71, reconociendo que "ninguna definición
parcial y fragmentaria refleja la realidad rica, comple-
1. La Eclesiología del Concilio Vaticano II su- ja y dinámica que comporta la evangelización, si no es
pone, como punto de partida, la toma de conciencia con el riesgo de empobrecerla e incluso mutilarla" 72 .
del nuevo lugar que le corresponde a la Iglesia en el
mundo moderno y la comprensión y aceptación, Sin embargo, los diferentes documentos del Vati-
incluso teológica, de una humanidad que proclama cano II nos abren, dentro de la nueva eclesiología y
la libertad, se expresa en el pluralismo, se compro- en las nuevas relaciones establecidas entre la Iglesia y
mete y pone su esperanza en el progreso, pero que
simultáneamente se encuentra marcada por eí sufri-
70. GS 3 y L G 5.
miento y por el pecado. 71. EN 14.
238 72. EN 17.
239
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

el Mundo Moderno, la complejidad de tareas de la


Evangelización, muchas de ellas novedosas e inéditas. histórica de todas las realidades temporales, desde la
familiar y cultural hasta la política con el proyecto
Recordemos brevemente los seis objetivos o de alcanzar la comunidad internacional de los pueblos
aspectos fundamentales de la Evangelización, que se y la instauración de la paz (Constitución Gaudium et
derivan de los documentos conciliares. Spes).

El primero es la proclamación de la fe entre los no Este amplio y estimulante panorama, en el que


creyentes y la implantación de la Iglesia en aquellos tienen que participar todos los creyentes —laicos,
pueblos y culturas en las que todavía no ha nacido religiosos y sacerdotes—, aunque de diferentes mane-
(.Decreto Ad Gentes). ras, es el despliegue concreto para nuestro tiempo de
la definición que la Iglesia ha dado de si misma: "Sa-
Segundo, la promoción de la libertad y, de una cramento, o señal e instrumento, de la íntima unión
manera más específica, de la libertad religiosa en con Dios y de la unidad de todo el género huma-
todos los ambientes y sociedades (Declaración Digni- no" 7 3 .
tatis Humanae).

Tercero, la promoción de la fraternidad y del ecu- 3. Pero, si analizamos críticamente este amplio
menismo entre las diversas comunidades cristianas proyecto, observaremos que si por una parte es esti-
separadas (Decreto Unitatis Redintegratio) mulante, por otra parte es arriesgado, puede ser utópi-
co, en el peor de los sentidos, y consiguientemente
Cuarto, la promoción de la fraternidad entre las llegar a ser alienador o frustrante, con todas las conse-
religiones del mundo, cristianas y no cristianas (De- cuencias que a la larga tiene la alienación y la frustra-
claración Nostra Aetate). ción.

Es estimulante porque sacando a los cristianos de


Quinto, la promoción de la fraternidad entre to-
su ghetto e introversión eclesial los devuelve al mun-
dos los hombres de buena voluntad (Gaudium et
do, en una situación similar a la que se encontraban
Spes,2\).
73. LG 1. Entre los diferentes aspectos de la Evangelización
Sexto, la colaboración activa, comprometida, hay aspectos esenciales y otros que sólo son integrantes,
evangélica y cristiana en la humanización progresiva e como lo ha indicado Pablo VI. Prescindimos de este com-
plejo problema.
240
241
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

los cristianos en la época de la Carta ad Diognetum, y


haciéndose utópico. Es decir, el peligro está en que la
renueva la originalidad de nuestra vocación evangéli-
misión evangelizadora, expresada con sus característi-
ca: ser fermento (Mt. 13, 33), ser sal y ser luz en
cas actuales, se transforme en palabrería académica y
medio del mundo (Mt. 5, 13-16).
piadosa, refugiada morbosamente en el ámbito de los
Es también un proyecto arriesgado, porque supone piadosos, pero sin trascendencia real en el ámbito
la salida de los cristianos de los cálidos y seguros conflictivo del mundo, en donde tiene que realizarse.
templos en los que se predica la Palabra de Dios, se
celebra el culto, y se convive con "familias buenas y Este riesgo de la utopía llegaría a concretarse, ori-
cristianas", sumergiéndolos en la vorágine de la vida, ginando cómodas alienaciones y amargas frustracio-
en la convivencia con toda clase de personas, nes, si el proyecto evangelizador no cuenta con el
situándolos en el cruce de los conflictos, donde si se apoyo logístico necesario, con las estructuras comuni-
encuentran ya "posibilidades cristianas y evangélicas, tarias y operativas adecuadas, con el celo por la iden-
escondidas pero a su vez ya presentes y activas" 74, tidad cristiana fundamentado en la fe en Cristo. En
también se encuentra la dinámica del pecado, del error
otras palabras, la misión evangelizadora necesita el
y de la tentación. Es una situación ya prevista por el
Señor y acompañada de su consejo: "Mirad que respaldo de una Iglesia viva, simultáneamente evange-
yo os mando como ovejas entre lobos. Por tanto, lizada y evangelizadora, soporte y apoyo de los nue-
sed cautos como serpientes e ingenuos como palo- vos misioneros. Por eso, el mismo Jesús que se define
mas" (Mt. 10, 16). Nosotros somos testigos, durante como el enviado para dar la Buena Noticia (Le. 4,
estos años postconciliares, de las nefastas 18-19), y que transforma a sus discípulos en apóstoles
consecuencias de la apertura en muchos cristia- para predicar el Evangelio (Mt. 28, 16-20), es el que
nos y comunidades cristianas a quienes les faltó con un sentido realista se compromete a edificar la
vigor en su fe para superar las tentaciones del riesgo Iglesia (Mt. 16, 18). La misión sin la Iglesia es una
de la nueva misión, "y si la sal se pone sosa (...), ya utopía.
no sirve más que para tirarla a la calle y que la pise la
gente" (Mt. 5, 13).
4. Pero, la Iglesia no es sólo Iglesia, sino que es
también Eclesiología. Entiendo aquí por Eclesiología
Pero el riesgo mayor de todos es el peligro de que
la conciencia determinada y concreta que la Iglesia
el proyecto evangelizador de nuestra Iglesia termine tiene de sí misma, suscitada por la inspiración del
Espíritu Santo y por las indicaciones de los signos de
74. EN 70.
los tiempos, en cada etapa de la historia.
242
243
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

Esta conciencia no es meramente contemplativa, doxia a través del Magisterio, y protectores de las ovejas
sino principalmente operativa, y actúa —siguiendo el que les habían sido encomendadas y a las que veían
pensamiento del Concilio Vaticano I I - , renovándola amenazadas por todos los flancos. Fue una Eclesiología
y adaptándola a las nuevas circunstancias, en un pro- que originó muchos Pastores santos, pero demasiado
ceso de rejuvenecimiento perpetuo que le permite res- parcialmente identificados con la imagen del Buen Pas-
ponder a las nuevas exigencias de su misión. Desde tor que, en el aprisco, defiende a sus ovejas contra los
esta perspectiva, renovación de la Eclesiología y Ecle- ataques del lobo (Jn. 10, 11-13), y que desenmascara
siogénesis, son la misma realidad del rejuvenecimiento a los lobos rapaces que se acercan al redil con piel
permanente de la Iglesia a partir de su fidelidad a de oveja (Mt. 7, 15-16).
• Cristo y a la misión que El le ha encomendado.
Hoy cambia la actitud de la Iglesia que, incluso
con la audacia de Jesús, vuelve a repetir la palabra
5. Es claro que las Eclesiologías elaboradas por el evangélica: "Os mando como ovejas entre lobos" (Mt.
Concilio de Trento —en un momento de agudo con- 10, 16). Pero es evidente que no puede enviarlas al
flicto con el protestantismo naciente—, y por el Vati- matadero. Los enviados necesitan apoyo logístico
cano I —bajo nubarrones de fuertes ataques al Pontifi- para poder cumplir su misión, salvando los riesgos
cado Romano y de agresividades de la nueva cultura inherentes a ella.
frente a la Iglesia "oscurantista"—, son insuficientes
para la comprensión de una Iglesia, que ha buscado su Esto origina en el Concilio un nuevo modo de
nueva ubicación en el mundo actual, y con el que pre- entender la Iglesia, una nueva Eclesiología estructura-
tende realizar su función evangelizadora en un ámbito da a partir del binomio "comunidad-ministerios" 75 .
de libertad y diálogo.
6. En efecto, al preguntarse la Iglesia por el suje-
to activo de la Evangelización, nos afirmará que "la
En las anteriores eclesiologías predominaba el
Iglesia entera es misionera" 76 , y de una manera espe-
tema de Jerarquismo en la Iglesia, quedando estructu-
cífica se nos dirá que "los seglares (...) deben ejercer
radas en el binomio tensional "sacerdocio laicado",
esquema que prevalecía en la mayoría de los manua- por lo mismo una forma singular de evangeliza-
les de Eclesiología hasta el Concilio Vaticano II. Es ción" 77 .
una Eclesiología que, operativamente, tendía a con-
75. Véase al respecto CONGAR, Y., Ministerios y comunión
centrar la responsabilidad y el poder de la Iglesia insti- eclesial, Madrid, 1973.
tución en los Pastores, mantenedores natos de la orto- 76. AG 35.
244 77. EN 70.
245
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Por eso, en la Eclesiología del Concilio Vaticano pero al que no se le ha dado tanta importancia: la
II, significativamente se iniciará la comprensión ministerialidad de la comunidad eclesial y la diversi-
de dicho sujeto como Pueblo de Dios 78 ise insistirá dad de los ministerios.
en su dimensión de comunidad —con una inflexión
natural sobre la importancia de las Iglesias Particu- En efecto, en el Decreto del Apostolado de los
lares 79 —, y pastoralmente se enseñará, durante estos Seglares se lee: "En la Iglesia hay variedad de minis-
años, que es dicha comunidad la que se denomina terios, pero unidad de misión. A los apóstoles y a sus
Iglesia, y consiguientemente que todos los miebros sucesores les confirió Cristo el encargo de enseñar, de
de dicha comunidad se llaman y son Ilgesia, para
santificar y de regir en su mismo nombre y autoridad.
contrarrestar la tendencia popular de restringir el
sentido de Iglesia al sector de los Sacerdotes y Obis- Pero los seglares, hechos partícipes del ministerio sa-
pos, es decir, al grupo jerárquico. cerdotal, profético y real de Cristo, cumplen su come-
tido en la misión de todo el Pueblo de Dios en la
7. No es el momento de detenernos en la refle- Iglesia y en el mundo" 8 0 .
xión de la Iglesia como comunidad y pueblo. Es un
El texto resulta extraordinariamente nuevo y
tema que ha sido ampliamente trabajado y elaborado
sugerente. En efecto, en una tradición remotamente
desde los años del Concilio. Pero, la pregunta que se
cercana, siempre se ha reconocido a la Iglesia como a
nos plantea es, ¿qué tipo de comunidad específica
una comunidad ministerial, pero con una compren-
es la Iglesia? O de otra manera, ¿cómo ha de estruc-
turarse la comunidad eclesial? La pregunta es de vital sión distinta. Por eso, se distinguía entre fieles y mi-
importancia, dado que se tiene el peligro de repetir nistros, entre pueblo y jerarquía, reservándose para la
con otras palabras el antiguo modelo eclesial, domina- jerarquía, o para los que se orientaban decididamente
do por el binomio "sacerdotes-laicos", sin responder hacia ella, los denominados ministerios. Ministerio, en
a las nuevas expectativas y exigencias de nuestra Igle- el lenguaje eclesial, equivalía prácticamente a funcio-
sia de hoy. nes o servicios específicos de sacerdotes y obispos, y
los constituidos como ministros se denominaban
La clave de la solución del problema se encuentra, clérigos.
a mi juicio, en otro polo no olvidado por el Concilio,
Esto explica la resistencia de algunos teólogos, en-
78. LG9. te ellos de Karl Rahner, cuando se comenzó a hablar
79. LG 23.
246 80. AA 2.
247
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
de ministerios laicales. Para ellos el ministerio suponí
una segregación del pueblo laico para servir a la corrm forma que, en lo posible, sea capaz de satisfacer sus
nidad, lo que les hacía concluir que se reducía a trans propias necesidades" 83 .
formar a los laicos en un nuevo género de clérigos.
Para conseguir este objetivo indica que "los misio-
Pero el texto es de una claridad meridiana. Tod neros (...) susciten tales comunidades de fieles que,
cristiano, por el hecho de ser cristiano participa de j a viviendo conforme a la vocación con que han sido lla-
ministerialidad de Cristo, en su triple dimensión sacer. mados, ejerciten las funciones que Dios les ha confia-
dotal, profética y real. Dicha participación ministerial do, sacerdotal, profética y real" 84 .
no es sólo en función del mundo —misión evangeliza
dora ad extra—, sino también en función de la propi a Y más adelante concretará que "para la planta-
Iglesia —edificación de la Iglesia81. Más aún añade el ción de la Iglesia y el desarrollo de la comunidad cris-
documento, que "de la recepción de estos carismas tiana son necesarios varios ministerios, que todos
incluso de los más sencillos, procede a cada uno de los deben favorecer y cultivar diligentemente, con la
creyentes el derecho y la obligación de ejercitarlos en vocación divina suscitada de entre la misma congrega-
la Iglesia, en la libertad del Espíritu Santo, que sopla ción de los fieles, entre los que se cuentan las funcio-
donde quiere y, al mismo tiempo, en unión con los nes de los sacerdotes, de los diáconos y de los cate-
hermanos en Cristo" 82 . quistas y de la Acción Católica" 85 .

9. Descendiendo más en detalle, y siguiendo el


Consecuentemente, nos encontramos ante una
dinamismo de los textos, podemos advertir que hay
comunidad constitutivamente ministerial, en la que
un ministerio básico y fundamental del que todos los
todos los miembros, por participar del ministerio de
miembros de la comunidad participan: el ministerio
Cristo, han de ser reconocidos como ministros.
profético, sacerdotal y real de Cristo. En virtud de
este ministerio común, todos los fieles asumen una
8. Dentro de este contexto, resulta natural que en responsabilidad, un servicio y una función tanto con
el Decreto Ad Gentes se afirme que "la comunidad cris- respecto a la misión de la Iglesia en el mundo, como
tiana ha de establecerse desde el principio, de tal con relación a la edificación de la propia Iglesia.

81. AA 3. 83. AG 15.


82. Ibid. 84. Ibid.
248 85. Ibid.
249
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
Junto a este ministerio básico y fundamental, al
que no puede renunciar ningún cristiano, el Espíritu de la Iglesia, los ministerios, tanto de los ministros or-
Santo suscita dentro de la comunidad una diversidad denados como de los ministros laicos, pueden clasifi-
de ministerios, entre los que sobresalen los ministerios carse, siguiendo la terminología de Pablo VI, en mi-
ordenados y los ministerios laicales, los ministerios nisterios evangelizad ores y ministerios eclesiales.
misionales y los ministerios eclesiales. Es el novedoso
tema de los ministerios diversificados desarrollado por Los primeros abarcan todo el cuadro de las dife-
Pablo VI 8 6 . rentes tareas evangelizadoras. "Esta diversidad de ser-
vicios en la unidad de la misma misión constituye la
Los ministerios ordenados y los ministerios laica- riqueza y la belleza de la evangelización" 88 .
les se diferencian esencialmente entre sí, pero se
orientan los unos para los otros y ambos se completan Los ministerios eclesiales son aquellas funciones y
para la edificación de la Iglesia y para la dinamización servicios que se orientan directamente a la edifica-
de su misión. Así queda apuntado en la Lumen Gen- ción de la Iglesia, y que son "capaces de rejuvenecer y
tium al afirmar que "el sacerdocio común de los fíeles de reforzar su propio dinamismo evangelizador" 89 .
y el sacerdocio ministerial o jerárquico se ordenan el
uno para el otro, aunque cada cual participa de forma 10. Las consecuencias prácticas que ofrece esta
peculiar del único sacerdocio de Cristo. Su diferencia nueva Eclesiología estructurada sobre >el binomio
es esencial, no sólo gradual" 87 . Pero tanto sacerdotes Comunidad-Ministerios, son insospechadas y de la
como laicos participan del ministerio de Cristo, sien- mayor trascendencia para la realización de la Iglesia y
do unos llamados a ejercitar dicho ministerio con las para determinar el ser y la misión de los laicos en la
funciones específicas de los ministros ordenados, y Iglesia. Apunto sólo algunas de dichas consecuencias.
otros con los servicios correspondientes a los minis-
terios laicales. Los cristianos que asumen ministerios evangeliza-
dores, en diferentes cruces de conflicto, según la mi-
Atendiendo a la doble y complementaria minis- sión y el servicio que hayan recibido, asumiendo las
terialidad de Cristo, misión en el mundo y edificación exigencias de su propia responsabilidad, no pueden
olvidarse que son ministros de la Evangelización, es
86. EN 66 y 73.
87. LG 10. 88. EN 66.
250 89. EN 73.
251
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
decir, enviados por la Iglesia en nombre de Cristo
para actuar evangelizadoramente como cristianos en dores y ministerios eclesiales, en la profundidad exis-
el lugar que les corresponde. La comunidad, a su vez, tencial de cada cristiano —sea ordenado sea laico, sea
ha de tomar conciencia, de que es ella la que los ha varón sea mujer—, existe la participación en la minis-
enviado, que están trabajando en su nombre y en el terialidad de Cristo, que simultáneamente se orienta
nombre de Cristo, y, consiguientemente, que tiene el al servicio evangelizador del mundo y a la edificación
deber de apoyarlos, de ayudarles en sus dificultades y de la Iglesia.
de mantenerlos en la fidelidad a su vocación cristiana.
Entre el ministro evangelizador y la comunidad ha de Por ese motivo, el que ha recibido alguno de los
mantenerse, en el sentido más amplio y profundo, un ministerios de la evangelización no puede considerar-
diálogo constante que, al mismo tiempo que desarro- se fermento activo en medio del mundo, pero sujeto
lle el fervor y la audacia de los misioneros, termine pasivo en el interior de la comunidad y con relación
con el individualismo y el aventurismo apostólico, de a la edificación interna de la Iglesia.
tan graves consecuencias, en muchos casos, tanto para
el evangelizador como para la realización de la misma
misión de la Iglesia. La Constitución Lumen Gentium, hablando espe-
cíficamente de los laicos, afirma que "en la medida de
Los sujetos de ministerios eclesiales, suscitados los conocimientos, de la competencia y del prestigio
por el Espíritu Santo y reconocidos de diferentes ma- que poseen, tienen el derecho y, en algún caso, la
neras por la comunidad, han de tomar conciencia de obligación de manifestar su parecer sobre aquellas
que son ministros, es decir, de que han sido designa- cosas que dicen relacio'n al bien de la Iglesia". Y más
dos como servidores para el bien común de la comuni- adelante añade: "De este trato familiar entre laicos y
dad, y que su objetivo a través de su función, es el pastores son de esperar muchos bienes para la Iglesia;
crecimiento de la propia comunidad en la fe de Cristo porque así se robustece en los laicos el sentido de su
y en la caridad. Es una responsabilidad personal e propia responsabilidad, se fomenta el entusiasmo y se
intransferible que se ha de vivir en el contexto de una asocian con mayor facilidad la fuerza de los fieles a la
corresponsabilidad eclesial. obra de los pastores. Pues estos últimos, ayudados
por la experiencia de los laicos, pueden juzgar con
mayor precisión y aptitud lo mismo los asuntos espi-
Pero, la realidad es más compleja y más rica. Aun-
rituales que los temporales, de suerte que la Iglesia
que podemos distinguir entre ministerios evangeliza-
entera, fortalecida por todos sus miembros, pueda
252
253
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

cumplir con mayor eficacia su misión en favor de la


vida del mundo" 9 0 . sia se expresa y realiza en unas estructuras y realiza-
ciones de ministerios, o se desvirtúa el propio ser ecle-
sial y se cae en una interna contradicción. La Iglesia
11. La ministerialidad así concebida, como parti-
antes de tener ministerios, es ministerial en y por sus
cipación de todos los cristianos en el ministerio de
ministerios. Por ello sólo descubriendo y aceptando
Cristo, y desplegada en multitud de ministerios, exter-
su ser ministerial, puede emprender la tarea de reno-
nos e internos a la Iglesia, laicales y ordenados, estre-
var y renovarse desde los ministerios" 92 .
chamente relacionados entre sí y orientados al bien
«
común de la comunidad y de su misión, constituye
Y José María Castillo, planteándose la misma pro-
teológica y prácticamente el instrumento puesto por
blemática de los ministerios laicales, afirma que "lo
el Espíritu para elaborar el tejido sico-social, que la
que, en el fondo, nos estamos aquí planteando es
comunidad eclesial necesita, para que en ella pueda
todo nuestro modo de entender a la Iglesia" 93 .
vivirse en plenitud la participación, la responsabilidad,
la cooperación, la interacción, la comunicación y la
12. Llegados a este punto de nuestra reflexión, es
influencia91.
evidente la trascendencia del tema de la Ministeriali-
dad de la Iglesia y de los Ministerios Laicales para una
Son los ministerios, tomados en toda la amplitud, generación comprometida en la renovación y adapta-
con la que aquí los estamos tratando, los que posibili- ción de la Iglesia, abierta a una compleja misión con
tan que nuestra comunidad de fe, de caridad y de desafíos nuevos e inéditos, y necesitada de clarificar
bautismo, se constituya simultáneamente en una el lugar del laico cristiano en la Iglesia y en el mundo.
comunidad orgánica, promoviendo el nuevo proyecto
comunitario que hoy necesita nuestra Iglesia. "Pues
Varias preguntas se abren delante de nosotros:
—como ha escrito Dionisio Borobio—, si los ministe-
¿Qué se debe entender por ministerios? ¿Qué funda-
rios dependen de la concepción de la Iglesia, la ima-
mentos encontramos en la revelación que justifiquen
gen de la Iglesia depende de su realización ministe-
en la Iglesia el ser ministerial de su comunidad? ¿En
rial". Y añade: "O la ontología ministerial de la Igle-
92. BOROBIO, D., Ministerio sacerdotal, ministerios laicales,
90. LG 37. Bilbao, 1982, 99.
91. SUAREZ, Manuel, La participación en la Iglesia Madrid, 93. CASTILLO, José María, "Los ministerios en la Iglesia: de
1972, 211 y 86-107. una valoración clerical a una instancia comunitaria", en
AA.VV., Al servicio delpueblo de Dios, Madrid 1974, 250.
254
255
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

qué momento operativo nos encontramos en la res-


tauración de los ministerios laicales? ¿Cuál es el cami- No es el momento de trazar una visión global de
no pastoral a seguir para que las actuales perspectivas la compleja realidad de América Latina. Es amplia-
lleguen a hacerse realidad en nuestra Iglesia? mente conocida y ha sido abordada de mil maneras
diferentes. Sólo me interesa en este momento, trazar
Pero antes de abordar estas cuestiones, dado el unas cuantas pinceladas que nos ayuden a focalizar
compromiso con ^el que nosotros nos encontramos nuestro tema.
con nuestra Iglesia Latinoamericana, creo que es
oportuno releer, al menos sintéticamente, la proble- 1. Los análisis pastorales de la realidad de Améri-
mática eclesiológica general, que nos plantea el Con- ca Latina condujeron rápidamente a una doble cons-
cilio Vaticano II, desde la perspectiva original y tatación.
propia de América Latina.
En primer lugar, era fácil de advertir fenomenoló-
gicamente la práctica coextensividad entre el cristia-
nismo —el catolicismo—, y la población latinoameri-
II. Los Ministerios Laicales en la problemática cana. Casi el 90°/o de la población se profesa católica
eclesial de América Latina y cristiana.

El Concilio Vaticano II fue rápidamente asumido Consiguientemente, nos encontramos ante un


por la reflexión de la Iglesia en América Latina. Pero Continente católico, del que se ha hablado como la
no sólo fue estudiado, sino que ha sido asimilado de esperanza del futuro para la Iglesia, y del que se ha
tal manera que, desde sus propias circunstancias parti- llegado a afirmar "que la fe de la Iglesia ha sellado el
culares, la Iglesia ha tenido capacidad para expresar su alma de América Latina, marcando su identidad his-
palabra original y propia, y trazar las características tórica esencial y constituyéndose en la matriz cultural
de su propio proyecto, tal como aparece en los cono- del Continente, de la cual nacieron los nuevos pue-
cidos documentos de Medellín y Puebla. blos" 9 4 .

¿Qué importancia, qué lugar ocupan la ministeria- Pero simultáneamente se constata que se trata de
lidad de la Iglesia y los ministerios laicales en la ecle- un Continente dominado por la injusticia social, in-
siología de factura latinoamericana?
94. DP 445.
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257
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

cluso estructural e institucionalmente establecida, rior de la propia Iglesia se denominará sencillamente


cuyas víctimas son enormes masas de hombres em- evangelización para conseguir una Iglesia más evange-
pobrecidos y lesionados en sus más legítimos dere- lizada.
chos humanos.
Sus opciones preferenciales han sido los pobres y
2. La contradicción y el escándalo son evidentes: la juventud. Los pobres por ser las víctimas de la opre-
Continente de la fe, Continente de la injusticia. sión y los sujetos privilegiados de la liberación. Los
jóvenes por ser la posibilidad de la Iglesia y de la
Lógicamente, ante esta contradicción, se impone Sociedad del futuro.
la pregunta: ¿Cuáles son las causas de esta contradic-
ción? La Iglesia, adoptando una actitud autocrítica, 3. Optar por la liberación suponía ubicar a los
aunque sin ignorar otras concausas que denuncia en cristianos, principalmente laicos, en la zona más con-
sus documentos, afirma que la contradicción se debe flictiva, en la que su ser cristiano iba a encontrarse
al divorcio entre la fe y la vida, a una fe débil, dado amenazado por las diferentes corrientes ideológicas
que "sin duda las situaciones de injusticia y de po- de inspiración no cristiana 96 , y por la denominada
breza aguda son un índice acusador de que la fe no espiral de la violencia97.
ha tenido fuerza necesaria para penetrar los criterios
y las decisiones de los sectores responsables del lide- El compromiso asumido por la Iglesia es suma-
razgo ideológico y de la organización de la conviven- mente arriesgado, dado que los participantes más
cia social y económica de nuestros pueblos. En pue- inmediatos de dicho proyecto serían personas de los
blos de arraigada fe cristiana se han impuesto estruc- ambientes populares, débiles en su fe —conforme a la
turas generadoras de injusticia" 95 . constatación general—, y fáciles de ser manipulados
en su misma fe, conforme al cuadro clarividente que
La constatación de ambos problemas, conectados ya ofrecía el documento de Medellín 98 .
entre sí, hizo determinar los objetivos fundamentales
de la Iglesia: de cara al mundo, su proyecto evangeli- La improvisación y la falta de preparación para
zador se denomina liberación, teniendo en cuenta los colaborar en proyecto tan necesario y urgente se ha
factores determinantes de la injusticia; de cara al inte-
96. DP 535-551.
97. DP 531-534 y Medellín, Paz, 15-19.
95. DP 437. 98. Medellín, Pastoral de élites, 9-12.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
advertido en algunas ocasiones en la falta de origina-
lidad y liderazgo cristiano, en la insistencia por el las actuales circunstancias y ante los graves desafíos
principio del "mal menor", y por el abandono de la del momento.
fe de algunos de los comprometidos.
Puebla, consciente de esta realidad, se constituye
en el documento promotor de Iglesias conformadas
4. Pero quedaba abierta la segunda opción de la
bajo el signo de la comunión y de la participación.
Iglesia: la evangelización interna de la propia Iglesia
Toda la Tercera Parte del Documento 103 , ha quedado
en orden a fortalecer una fe que se abra en obras de
dedicada a desarrollar esta importante temática, que
justicia.
consideramos vital para el futuro de la Iglesia en el
continente.
El análisis de la realidad eclesial resulta significa-
tivo. Una amplia cantidad de cristianos dispersos en
5. El documento distingue entre los centros de
una extensa geografía, con alarmante escasez de sa-
comunión y participación, es decir, los distintos nive-
cerdotes sobrecargados, en general, de trabajo pas-
les y clases de comunidades eclesiales, y los agentes
toral", y prácticamente sólo conectados entre sí por
activos que han de integrarlos.
la válida y al mismo tiempo ambigua retícula de la re-
ligiosidad popular 100 , que si, por una parte, ha man- Entre los centros de comunión y participación
tenido un vigor evangelizador 101 , por otra "no se ha subraya la familia, las Iglesias particulares, las parro-
expresado suficientemente en la organización de quias y las originales comunidades eclesiales de base,
nuestras sociedades y estados. Por ello deja un espacio novedad que tanta trascendencia comienza a adquirir
para lo que su S.S. Juan Pablo II ha vuelto a denomi- en América Latina.
nar estructuras de pecado" 1 0 2 .
Como agentes de comunión y participación ilu-
En el fondo, se estaba reconociendo la insuficien- mina el amplio cuadro constituido por el Ministerio
cia de la estructura e imagen de la Iglesia existentes en Jerárquico, la Vida Consagrada y los Laicos.
orden a una vigorización de la fe de la comunidad en
6. Lo interesante, en nuestro caso, es que el nue-
99. DP116. vo proyecto se ubica doctrinalmente en la perspecti-
100. DP 444-469.
101. DP450. va de la ministerialidad.
102. DP 452.
260 103. DP 563-1127.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Así se afirma que "para el cumplimiento de su en la fase de ejecución de la pastoral de conjunto,


misión, la Iglesia cuenta con diversidad de ministe- sino también en la planificación y en los mismos
rios. Al lado de los ministerios jerárquicos, la Iglesia organismos de decisión" 107 .
reconoce un puesto a ministerios sin orden sagrado.
Por tanto, también los laicos pueden sentirse llamados Y con una visión prospectiva de futuro se deter-
o ser llamados a colaborar con sus pastores en el servi- mina que se "fomente bajo la responsabilidad de la
cio a la comunidad eclesial, para el crecimiento y vida
Jerarquía también una especial creatividad en el esta-
de ésta, ejerciendo ministerios diversos según la gracia
blecimiento de ministerios o servicios que pueden ser
y los cansinas que el Señor quiere concederles" 104 .
ejercidos por laicos, de acuerdo con las necesidades de
la evangelización" 108 , indicando expresamente que
Afirmará que "situarse ministerial y evangelizado- "la posibilidad de confiar a las mujeres ministerios no
ramente en la Iglesia no es algo que dependa única- ordenados les abrirá nuevos caminos de participación
mente de la iniciativa personal. Es primordialmente en la vida y misión de la Iglesia" 109 .
llamada gratuita de Dios, vocación divina, que debe
percibirse a través de un discernimiento, escuchando
7. Puebla nos sitúa no sólo frente a un proyecto,
al Espíritu Santo y situándose ante el Paadre por
sino frente a una realidad que ya se encuentra en mar-
Cristo y frente a la comunidad concreta e histórica a
cha, ya que "en la línea de una mayor participación,
la que hay que servir. Es también fruto y expresión
surgen ministerios ordenados, como el diaconado per-
de la vitalidad de la Comunidad Eclesial" 105 .
manente, no ordenados y otros servicios como cele-
bradores de la Palabra, animadores de comunida-
Se expone en el documento la variedad que puede
des" 1 1 0 , y manifiesta como un fallo la sobrecarga
darse de ministerios, ya que "los ministerios que pue-
pastoral de los sacerdotes, "especialmente donde no
den conferirse a los laicos son aquellos servicios refe-
rentes a aspectos realmente importantes de la vida ha habido suficiente apertura a los ministerios que se
eclesial (v.gr. en el plano de la Palabra, de la Liturgia confían a los laicos y a la cooperación en sumisión" 111
o de la conducción de la comunidad)" 1 0 6 , sin olvidar dado que "la efectiva promoción del laicado se ve im-
que "se requiere la participación del laicado no sólo
107. DP 808.
108. DP 833.
104. DP804. 109. DP 845.
105. DP 860.
106. DP805. 110. DP 625.
111. DP116.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
pedida muchas veces por la persistencia de cierta men-
talidad clerical en numerosos agentes pastorales, fe a los problemas concretos de cada nación y región,
clérigos e incluso laicos" 112 . y reflejar la unidad y variedad de funciones y servicios
de ese cuerpo diversificado cuya cabeza es Cristo" 115 .
Sin embargo, la realidad sigue siendo que "gran- Más aún, desde uno de los .textos más densos y
des sectores del laicado latinoamericano no han toma- valiosos de Puebla, se muestra el condicionamiento y
do conciencia plena de su pertenencia a la Iglesia y la conexión que ha de establecerse entre la colabora-
viven afectados por la incoherencia entre la fe que ción cristiana en el proceso de liberación del Conti-
dicen profesar y practicar, y el compromiso real que nente —evangelización específica del "mundo" latino-
asumen en la sociedad. Divorcio entre fe y vida agu- americano—, y la estructuración de una Iglesia minis-
dizado por el secularismo y por un sistema que ante- terial de comunión y participación —evangelización
pone el tener más al ser más" 1 1 3 . intraeclesial—, para que la misión externa de la Iglesia
y de los cristianos, que han de realizarla, quede apo-
8. De esta manera, la nueva eclesiología latino- yada con el máximo de garantías eclesiales y evangé-
americana, en su dinámica de renovación de la Iglesia, licas: "América Latina —dice el texto , empeñada
ha iniciado un proceso de comunión y participación hoy en superar su situación de subdesarrollo e injusti-
asumiendo la ministerialidad diversificada, y con una cia, tentada de ideologías anticristianas y codiciada
expresión clarificadora y original, especialmente en por guías extremistas y centros de poder, necesita de
las Comunidades Eclesiales de Base 114 . personas conscientes de su dignidad y responsabilidad
histórica y de cristianos celosos de su identidad que, de
Operativamente la ministerialidad y la diversidica- acuerdo con su compromiso, sean constructores de un
ción de ministerios quedan incorporadas en la Pasto- mundo más justo, humano y habitable, que no se
ral Vocacional, dado que ella "debe responder desde la cierra a sí mismo, sino que se abre a Dios. Cada uno
debe hacer esto desde su puesto y función, y todos en
112. DP 784. comunión y participación. Es el gran reto y servicio
113. DP 783.
114. Véase MARÍN, Iván, "Proceso de comunión y participa-
de la evangelización presente y futura de nuestro
ción, visualizado en comunidades eclesiales de base y Continente, y es la gran responsabilidad de nuestra
ministerialidad diversificada", en Medellín, 25 (1981) pastoral vocacional" 116 .
72-109. También "Documento final de peritos partici-
pantes en el encuentro sobre nuevos ministerios", en
Medellín 25 (1981) 110-129. 115. DP 863.
264 116. DP 864.
265
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

III. Conceptualización y diversifícación acentúan sobre todo la dignidad y el poder del minis-
de la ministerialidad y de los ministerios laicales
terio 119 .
Hasta este momento hemos visto, desde la pers- Son palabras que nos sitúan en el más puro hori-
pectiva del Vaticano II y de Medellín y Puebla, la zonte cristológico, ya que el mismo Jesús nos afirma
trascendencia y la importancia de la ministerialidad
que no vino para ser servido —ministran, diakonethe-
para la realización de la misión y de la edificación de
nai—, sino para servir —ministrare, diakonesai— (Mt.
la Iglesia. Pero, ¿qué entendemos por ministerio y por
20, 28), quedando especificada dicha palabra en el
ministro? ¿Cómo se puede clasificar la diversidad de
contexto con la significativa expresión de doulos,
los ministerios en la Iglesia?
esclavo.

1. Conceptualización teológica del ministerio El servicio-ministerial cristiano se configura por


cinco notas fundamentales.
Ministro y ministerio son dos palabras de marcado
carácter eclesial, que corresponden al griego diákonos En primer lugar, el ministerio es un servicio a
y diákonía'117, equivalentes al área castellana de ser- Dios, a Cristo y al Evangelio. Así S. Pablo afirma que
vir, servicio, servidor o criado, etc. 1 1 8 . "continuamente damos prueba de que somos servido-
res de Dios con tanto como aguantamos" (2 Co. 6, 3).
Es interesante el advertir que prodigándose en el A Timoteo le escribe que "si tú enseñas estas cosas a
Nuevo Testamento las palabras diákonos y diákonía los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús
—ministro y ministerio—, se evitan sin embargo cui- (1 Ti 4, 6), y califica a Epafras como "fiel ministro
dadosamente para designar las mismas funciones las de Cristo" (Col. 1, 7). Y de sí mismo afirma Pablo
palabras timé y arfé, que se utilizan en griego para de- que ha llegado a ser ministro del Evangelio (Ef. 3, 7).
signar el "ministerio" y la "autoridad", pero que
Simultáneamente el ministerio constituye al mi-
nistro en servidor de la Iglesia, de los cristianos e in-
117. LEON-DUFOUR, X., ed., Vocabulario de teología bíbli- cluso de los mismos gentiles. Pablo afirma que ha
ca, Barcelona, 1965, 473.
118. AA.VV., Concordancias de la Biblia. Nuevo Testamento,
Bilbao, 1975, 559-560. 119. GEWIESS, J., "Ministerio", en Conceptos fundamentales
266 de teología, t. 3, Madrid, 1967, 50.
267
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
llegado a ser ministro de la Iglesia (Col. 1, 25). Y
definiéndose ante la comunidad de Corinto dirá que comunidad, sin embargo, nace en la comunidad y se
"a otras Iglesias despojé, recibiendo de ellas con qué configura desde las necesidades de la comunidad, y la
vivir para servicio vuestro" (2 Co. 11, 8). Y en otro competencia ministerial siempre va unida a un dife-
lugar afirmará que "la familia de Estéfanas se ha rente grado de reconocimiento por parte de la Iglesia
puesto al servicio de los santos" (1 Co. 16, 15). Y que, en determinados casos, se realiza mediante una
también indicará que "por ser yo verdaderamente colación específica por parte de la misma comunidad
apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio" o de sus responsables cualificados.
(Ro. 11, 13).
Sintetizando ambos aspectos, Delorme dirá que "el Cuarta nota: Pero el ministerio en la Iglesia si es
ministerio hace cooperadores a unos hombres en la institucional, es también carismático, es decir, otorga-
acción humano-divina de Dios en favor de los hom- do por el Espíritu Santo en una vocación Ubre e invi-
bres" 120 , y que "no consisten (los ministerios) en sible. Así aparecen en el Nuevo Testamento, sobre
afirmar un poder para reclamarlo en espíritu de ser- todo en las primeras cartas paulinas, que "el Espíritu
vicio; sino que se incriben en la relación que define al Santo, que gobierna la Iglesia y llena a cada miembro,
ministerio como servicio: la dependencia con respecto actúa en cada uno por medio de dones particulares.
a Cristo para la utilidad de los hombres" 121 . Por este Aquí tienen su origen las más diversas gracias y revela-
motivo, el ministro cristiano será simultáneamente ciones del Espíritu, los múltiples servicios, fruto del
servidor de Dios y de Cristo, servidor de sus hermanos mismo Espíritu, ordenados a la promoción del con-
y de la Iglesia, y servidor del mundo, desarrollando de junto" 1 2 2 .
esta manera el prigjnal principio evangélico: "El que
quiera subir, sea servidor vuestro, y el que quiera ser Por eso afirmará San Pablo que "cada uno hemos
primero sea esclavo vuestro" (Mt. 20,26-27). recibido el don (Járis) en la medida en que Cristo nos
lo dio (...). Fue El quien dio a unos como apóstoles,
Tercera nota: el ministerio en la Iglesia es siempre a otros como profetas, a otros como evangelistas, a
institucional, es decir, aunque no depende sólo de la otros como pastores y maestros, con el fin de equipar
a los consagrados para la tarea del ministerio (diako-
120. DELORME, Jean, "Unidad y diversidad de los ministe- nías) y edificar el cuerpo de Cristo" (Ef. 4, 7. 11-12).
rios según el NT", en AA.VV. El ministerio y los minis-
terios según el NT, Madrid, 1975, 299.
121. Ibid. 298.
122. GEWIESS.o.c. 55.
268
269
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
Por último, quinta nota, el ministerio comporta
ra y radical ministerialidad en el cristiano que se
una cierta estabilidad y permanencia, aunque no im-
define por su participación en el ministerio común
plique necesariamente en todos los casos un compro-
de Cristo —profético, sacerdotal y real—, ministerio
miso definitivo en un determinado servicio 123 .
que está impulsado y movido por lo que S. Pablo ha
denominado como "los carismas más valiosos" (1
2. Configuración del ministro Co 12, 31), y especialmente por el carisma de la cari-
dad, que se constituye en el más valioso de todos los
Ministro es la persona cristiana —clérigo o laico, carismas (1 Co. 13, 13). Este nivel de ministerialidad
varón o mujer—, que ejerce en la comunidad un deter- es irrenunciable para el cristiano, y por él se constitu-
minado servicio o ministerio con las características ye en ministro de Cristo, participando de lo que se ha
anteriormente apuntadas. El ministro ha de tener una denominado el sarcedocio común de todos los fieles.
serie de notas que lo configuran como ministro de la Al mismo tiempo dicha ministerialidad exige que con-
comunidad cristiana y de la Iglesia. figure su vida a la de Cristo, para ser testigo de la
salvación en medio de los hermanos. El ministro ha
El punto de referencia fundamental para com- de ser siempre y primariamente un testigo: "Vosotros
prender al ministro es el mismo Jesucristo que se seréis mis testigos" (Le. 24, 48).
constituye simultáneamente en modelo de todo mi-
nistro y en realidad viva protoministerial de la que
El segundo nivel de ministerialidad del cristiano
participan todos los cristianos por la fe y el bautismo,
queda determinado por el serivicio y ministerio espe-
y que promueve, por la fuerza carismática del Espíri-
cífico que le es conferido simultáneamente por el Es-
tu Santo, la diversidad y complementariedad de los
píritu de Cristo y por la comunidad.
ministerios para la edificación de la Iglesia y para la
realización de su misión en el mundo.
Esto hace que el ministro quede incorporado si-
Por ese motivo, en todo cristiano podemos consi- multáneamente al mundo de los carismas diversifica-
derar dos niveles de ministerialidad. Hay una prime- dos, y al mundo social y público de la comunidad
eclesial, reconocido como tal ministro, dimensión a la
123. AA.VV. Os ministerios, Sao Paulo, 1981, 31-33. Véase que tanta importancia daba S. Pablo, como aparece
también POUILLY, Alfredo, "Los ministerios en la repetidamente en sus cartas con relación a su propio
Iglesia", en Medellín 25 (1981) 65-67. Y DP 811-814. ministerio.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

Pero, sobre todo, el ministro es el que asume una


responsabilidad determinada y concreta en orden a parte de la Iglesia de ayudarlo, acompañarlo, recono-
prestar un servicio en la Iglesia, lo que le conduce no cer el ámbito propio de su ministerio y de su respon-
sólo a recibir el don o el carisma correspondiente, sabilidad, y de establecer los instrumentos necesarios
sino también a capacitarse, en la medida de lo posi- en los que pueda ejercitarse un2 real corresponsabili-
ble, para su ejercicio, y a ejecutarlo en comunión, dad entre todos los miembros y ministros, tal como
con constancia y paciencia, e incluso con la audacia es exigida por la naturaleza misma de la Iglesia funda-
necesaria conforme lo requieran las necesidades de la da por Jesucristo.
comunidad y del mundo.
En este último aspecto, Puebla ha trazado suge-
Es necesario tener en cuenta que en el cristiano- rencias de la mayor importancia al proponer las líneas
ministro han de integrarse armónicamente diversas pastorales que han de seguir en el futuro las Iglesias
responsabilidades. Así por ejemplo, en el documento Particulares de América Latina 126 .
de Puebla, donde se reconoce que "los laicos pueden
sentirse llamados o ser llamados a colaborar con sus 3. Diversificación de los ministerios
pastores en el servicio a la comunidad eclesial, para el
crecimiento y vida de ésta, ejerciendo ministerios di- La Iglesia reconoce la existencia en ella de la uni-
versos según la gracia y los carismas que el Señor dad y diversidad de dones, carismas del Espíritu, fun-
quiere concederles" 124 , se afirma simultáneamente ciones y ministerios que, repartidos entre los miem-
que han de evitar el peligro de clericalizarse, es decir, bros del Pueblo de Dios, dan un "múltiple testimonio
de dejar de lado "la misión fundamental del laico, que de admirable unidad en el Cuerpo de Cristo, ya que la
es su inserción én las realidades temporales y en sus misma diversidad de gracias, servicios y funciones
responsabilidades familiares" 125 . congrega en la unidad a los hijos de Dios" 127-

Teniendo en cuenta los documentos más impor-


Por último, la responsabilidad asumida por el mi- tantes emanados de la Santa Sede desde el Concilio
nistro implica la garantía de ser acompañado por la Vaticano II 1 2 8 , se puede presentar la siguiente clasifi-
gracia de Dios en su ejercicio, y el compromiso por
cación.

124. D P 8 0 4 . 126. DP 648-657, especialmente 654-655.


125. DP 815 y 811. 127. LG 32.
128. Véase nota 1.
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

En primer lugar, se puede distinguir entre el Pro-


toministerio, el Ministerio Común y los Ministerios Fundamentalmente los Ministerios Diversificados
Diversificados. se dividen en Ordenados y No-Ordenados, que a su
vez se subdividen en Clericales y Laicales.
El Protoministerio es el mismo Ministerio que
El Ministerio Ordenado es el encomendado a
Cristo ejercita y realiza en su Iglesia y a través de su
aquellos que han recibido el orden sagrado por la im-
Iglesia, y que teológicamente se le suele considerar posición de manos del Obispo (obispos, presbíteros y
bajo la triple dimensión de la profecía, el sacerdocio diáconos), y supone la encomienda oficial y pública
y la realeza o caridad. de un servicio comunitario y permanente, en orden a
presidir, enseñar y santificar 129 .
El Ministerio Común es la participación que co-
rresponde a todos los fieles por razón de su bautismo De hecho, este tipo de ministerialidad ordenada,
en el Protoministerio de Cristo. Es la base y el funda- como servicio que es, se ordena para tos otros minis-
mento de la corresponsabilidad de todos los miem- terios, y por razón de la unidad radical, se integra con
bros tanto en la edificación de la Iglesia como en su ellos orgánicamente en el ser de la Iglesia, pero su
misión evangelizadora con relación al mundo. diferencia con los ministerios no-ordenados "es esen-
cial, no sólo gradual", como define el Concilio Vati-
Los Ministerios Diversificados quedan constitui- cano II 1 3 0 .
dos por la diversidad de ministerios que el Espíritu
Santo a través de los carismas suscita en los fieles, Los Ministerios No-Ordenados Clericales son
originando una Iglesia Orgánica desde todos los pun- aquellos que se confieren a personas que seriamente
tos de vista. se orientan a los Ministerios Ordenados. Actualmente
son el Lectorado y el Acolitado, conforme a lo esta-
Para presentar los Ministerios Diversificados opto blecido en el Motu Proprio Ad Pascendam del 15 de
por un cuadro simplificado, consciente de sus limita- agosto de 1972, firmado por Pablo VI. Se trata de
ciones, limitaciones que, en una ulterior reflexión ministerios recibidos por personas orientadas al mi-
teológica, habría que tener en cuenta para evitar cier- nisterio ordenado, y que en virtud de dicha orienta-
tas confusiones o provocar un ilegítimo encasillan! ien- ción les son conferidos tales ministerios.
to de la acción del Espíritu Santo en su acción susci-
tadora de carismas. 129. LG 20.
274 130. L G 1 0 .
275
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
Los Ministerios No-Ordenados Laicales son los
característicos de los laicos, es decir, que constituyen na manera el encargo por parte de la jerarquía, den-
a los laicos como ministros en la Iglesia, pero sin tro de una pastoral organizada" 132 . De hecho, las
clericalizarlos, sin afectar a su específica misión de condiciones necesarias para que un ministerio pueda
laicos, y por eso advierte Puebla que en el ejercicio de considerarse como instituido han sido determinadas
los ministerios laicales se ha de evitar el peligro de en el Motu Proprio Ministerio, Quaedam^33.
"la tendencia a la clericalización de los laicos o la de
reducir el compromiso laical a aquellos que reciben Dichos ministerios instituidos pueden ser genera-
ministerios, dejando de lado la misión fundamental les, es decir, instituidos para toda la Iglesia, o parti-
del laico, que es su inserción en las realidades tempora- culares, o reconocidos como tales dentro de una
les y en sus responsabilidades familiares" 131 . Iglesia Particular.

De hecho, como Ministerios Instituidos Generales


Los Ministerios Laicales, desde una perspectiva sólo pueden considerarse tres en la Iglesia actualmen-
jurídica, pueden ser Instituidos o No-Instituidos. te: el Lectorado y Acolitado, establecidos en el Motu
Proprio Ministeria Quaedam, y el Ministro Extraordi-
El Ministerio Instituido es el establecido oficial- nario de la Comunión, configurado en la Instrucción
mente en la Iglesia o públicamente reconocido, y Inmensae Caritatis del 27 de abril de 1973.
que comporta un determinado gesto o rito de inves-
tidura social. Como afirma Jubany, para que unos Algunas Iglesias Particulares han iniciado el crear
determinados servicios "puedan ser reconocidos sus propios Ministerios Laicales Instituidos conforme
públicamente como ministerios dentro de la comu- a las necesidades y urgencias por las que se sienten
nidad eclesial, deben gozar de una cierta estabilidad, desafiadas, como se manifestó en la Octava Semana
mediante el compromiso personal de la persona inte- Tológica de Kinshasa 134 .
resada por un tiempo determinado, y recibir de algu-
Los Ministerios Laicales No-Instituidos tienen dos
131. DP 815. Puede suscitar en algunos dificultades el que modalidades. Los que tienen otro tipo de reconoci-
clasifique el ministerio de acolitado y del lectorado,
cuando se confieren en la perspectiva de la ordenación
sacerdotal, como ministerio clerical. Creo que viene a 132. JUBANY, N. Los ministerios en la acción pastoral de la
avalar esta posición el C.I.C. 1034 en que se determina la Iglesia, Madrid, 1978, 18.
inscripción a las órdenes y que se realiza antes de los 133. Ministeria quaedam 8-9.
ministerios. 134. "Huitiéme semaine théologique á Kinshasa", en Spiritus
54(1973)444.
276
277
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

miento oficial, distinto al que caracteriza a los Insti-


dades previsibles, han intentado perfilar e incluso
tuidos, como se reconoce en el Decreto Ad Gentes
agrupar alrededor de los tres núcleos fundamentales
refiriéndose a los catequistas y a la Acción Católica 135 ,
de la ministerialidad de la Iglesia: la palabra, el culto
o en la enumeración propuesta por Pablo VI en la
y el servicio de la caridad 137 .
Evangelii Nuntiandi: "Los catequistas, animadores de
la oración y el canto, cristianos consagrados al Servi-
No es el momento de detenernos en la considera-
cio de la Palabra de Dios o de la asistencia a los her-
ción de cada una de estas posibilidades, pero sí me
manos necesitados, jefes de pequeñas comunidades,
parece interesante el recordar y subrayar que los
responsables de movimientos apostólicos u otros
ministerios laicales pueden tener o bien una orienta-
responsables" 136 . En esta línea se encontrarían mu-
ción interna para la edificación y crecimiento de la
chas de las funciones y de los servicios que hoy -se
propia Iglesia, o una orientación externa en la dimen-
desarrollan por los laicos en las Comunidades Eclesia-
sión de la evangelización del mundo que ha de ser
les de Base de América Latina.
realizada por la misma Iglesia, y que ambos tipos de
ministerios han de relacionarse entre sí orgánicamen-
Pero junto a ellos, habría que agrupar los ministe- te, ofreciendo un apoyo a los ministros que han de
rios puramente carismaticos, es decir, aquellos servi- ejercerlos.
cios que sin ninguna clase de oficialidad son ejercita-
dos espontáneamente y de una manera estable por
algunos fieles y que en la práctica son aceptados por
IV. Fundamentos bíblico-teológicos
la comunidad.
Cabe preguntarse, ante este nuevo panorama de la
4. Variedad de los ministerios laicales ministerialidad y de la diversificación de los ministe-
rios en la Iglesia, si nos encontramos ante un paisaje
Como puede observarse, las posibilidades de los totalmente inédito y desconocido, al que hemos
ministerios laicales se abren creativamente a una llegado urgidos por las necesidades actuales de la hu-
extensa gama, que algunos autores, atendiendo a las manidad y de la Iglesia.
experiencias del presente y abriéndose a las necesi-

135. AG 15. 137. BOROBIO, o.c. 50-82, 398-405, 434-447, y POUILLY,


136. EN 73. A., "Ministerialidad de los laicos en las tres vertientes de
la ministerialidad", en Medellín 25 (1981) 46-62.
278
279
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
Pablo VI no ha ignorado la trascendencia que han
tenido los actuales problemas en orden a despertar deformado a nuestro gusto. Como escribe Delorme,
a esta nueva realidad, pero sin embargo subraya que "hemos heredado una situación histórica en que la
"una mirada sobre los orígenes de la Iglesia es muy oalabra ministerio se usaba sobre todo en singular y
esclarecedora y aporta el beneficio de una experiencia se refería primeramente a la figura del sacerdote in-
en materia de ministerios, experiencia tanto más vestido de su cargo y consagrado por su ordenación.
valiosa en cuanto que ha permitido a la Iglesia conso- (...) Se va dibujando una evolución semántica a partir
lidarse, crecer y extenderse" 138 . de la especialización impuesta a los sacerdotes por la
vida o la misión, y de la participación de los laicos en
En efecto, la Iglesia a través de la historia siempre auténticas responsabilidades misioneras y pastorales.
ha sido ministerial, aunque ha tenido el peligro de ir En este contexto el plural los ministerios adquiere un
centralizándose temática y casi prácticamente en los sentido nuevo (...). Una lectura del Nuevo Testamen-
denominados ministerios jerárquicos, como puede to condicionada por esta manera de hablar conduciría
observarse en manuales y diccionarios todavía de re- a grandes contrasentidos y sólo aportaría malas res-
ciente factura 139 . Pero cuando nos volvemos al estu- puestas a malas preguntas. Hay que advertir que el
dio de las fuentes neotestamentarias y al descubri- hecho ministerial se expresa en el Nuevo Testamento
miento de la Iglesia de los primeros siglos 140 , nos sin el dualismo posterior sacerdote y laicos, y sin rela-
encontramos con un panorama bien distinto al que ción con una doctrina elaborada del sacerdocio"'141.
estamos acostumbrados a vivir en una comunidad
eclesial marcada por las orientaciones de Trento y Teniendo en cuenta la dificultad de plantear bien
del Concilio Vaticano I. la pregunta desde nuestro contexto a las fuentes neo-
testamentarias, e incluso las dificultades internas del
Es cierto que no es fácil acercarse desde nuestro propio Nuevo Testamento para poder encontrar un
contexto eclesial a una comprensión original del punto de referencia teológico con el cual poder dia-
Nuevo Testamento, e incluso, corremos el peligro de logar 142 , sin embargo, como nos indica Sesboüé, en la
actualidad se ha hecho el esfuerzo de "abstraer un
138. EN 73.
esquema o tipo eclesial que subyace siempre en las
139. A manera de ejemplo, véase el tema en Conceptos funda- realizaciones concretas y manifestar su significado, es
mentales de teología y en el diccionario Sacramentum
mundi.
140. Véase BOROBIO, o.c. 362-384. 141. DELORME, o.c. 289.
280 142. Ibid. 263-266.
281
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
decir, mostrar cómo expresa el don de Dios a los
hombres. Esta comparación sistemática ayudará a su- toda la comunidad cristiana está, por su vocación a la
primir las ambigüedades que podrían resultar de la fe y por su apostolicidad, en situación de servicio
lectura de un documento aislado del Nuevo Testa- (diakonía) y de misión, servicio fraternal del evange-
mento. En efecto, sirviéndose de este modelo mani- lio para el mundo" 1 4 4 .
festado por unas constantes, puede invocarse el testi-
monio del Nuevo Testamento como una referencia A partir de esta afirmación, recogemos algunas de
normativa"™3. las conclusiones y reflexiones más importantes seña-
ladas por Sesboüé, en su confrontación sintética de
No es este el momento, ni tenemos posibilidad, de los diferentes documentos del Nuevo Testamento.
presentar el recorrido exegético y la reflexión teoló-
gica seguida actualmente por diferentes autores, hasta a) Distingue en primer lugar entre el ministerio de
llegar con bastante garantía a lo que se ha denomina- la Iglesia y los ministerios.
do la referencia normativa sobre la ministeríalidad en
el Nuevo Testamento. Nos bastará con recoger algu- El ministerio de la Iglesia interesa a todo cristia-
nas de las conclusiones más importantes, en orden a no, siendo ley de esta ministerialidad que todos estén
establecer una comparación con la nueva situación al servicio de todos, según la peculiaridad de los dones
que se abre en la Iglesia. recibidos por cada uno de ellos.

Esta exigencia de la ministerialidad funda cierto


1. La referencia normativa número de ministerios diferenciados en función de los
Tras el análisis de los diversos documentos del dones multiformes del Espíritu (carismas). El conjun-
Nuevo Testamento, se llega a la conclusión de que la to de los documentos del Nuevo Testamento (no sólo
"ministerialidad es propia de toda la Iglesia. Porque
144. SESBOUE, o.c. 372-373: Buscando una imagen genéti-
ca, se puede afirmar que la comunidad neotestamentaria
143. SESBOUE, Bernard, "Ministerios y estructura de la Igle- es poliédrica, de tal manera que cada cara del poliedro
sia", en AA.VV. El ministerio y los ministerios según el (grupo de un carisma o ministerio) aparece en función de
NT, Madrid, 1967,326. Véase también PARRA, Alberto, todos los demás. Posteriormente, en el devenir de la his-
"Notas esenciales de los ministerios en el NT", en Confe- toria, la comunidad eclesial tendió a configurarse esféri-
rencia Episcopal de Colombia, Renovación pastoral y camente, constituyéndose el ministerio ordenado centro
nuevos ministerios, Bogotá, 1975. de la esfera, absorbiendo la diversidad de ministerios,
quedando situados homogéneamente los "fieles" en la
282 superficie.
283
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
las epístolas paulinas) prueba que estos ministerio
dan ocasión para desarrollar una iniciativa necesarj-" do de Dios que está siempre presente a través de los
en la vida de la Iglesia. carismas y ministerios en los demás 145 .
Aparece de esta manera un interesante sistema de
b) La determinación y estabilización de estos relacionamiento entre comunidad y grupos funciona-
diversos servicios o ministerios son muy variables, v les-carismáticos, de tal manera, que todo grupo caris-
están condicionados a las necesidades de las diversas mático-ministerial se distingue de la comunidad en
comunidades y a las áreas diversas culturales de su una relación de servicio, pero simultáneamente queda
implantación. integrado en la comunidad en relación a otro grupo
caracterizado por otra función ministerial diferente.
Pero siempre surge en todas las comunidades neo-
c) En el centro de estas relaciones múltiples entre
testamentarias una red de servicios recíprocos, con
algunos y todos, entre ministerios-carismáticos y
diversidad de especializaciones, correspondientes a
comunidad, hay una relación que se repite con fre-
funciones bien precisas.
cuencia en el Nuevo Testamento con un número de
rasgos suficientemente constantes como para consti-
Se estructura de esta manera una imagen comuni- tuir una pareja fundamental y estructurante de la
taria bien concreta, en la que, dentro de una especiali- Iglesia.
zación funcional de servicio, algunos están al servicio
de todos dentro de la comunión en la unidad. Esta En uno de sus extremos hay un grupo de minis-
diferencia multilateral se inscribe dentro de una tros que ejercen colegialmente un ministerio princi-
corriente circulatoria de las relaciones de la comuni- pal, que tienen a su cargo la solicitud de toda la Igle-
dad, de tal manera que los algunos, que en una deter- sia. Es el ministerio que hace la unidad de todos los
minada función específica se encuentran al servicio otros, y permite a todos los otros ejercerse en la uni-
de todos, ellos mismos quedan del lado de los todos, dad. Nunca los acapara, pero siempre los discierne y
con relación a otros servicios que funcionalmente son coordina armónicamente.
prestados por otros algunos. De esta manera en las
comunidades neotestamentarias aparece una red de En el otro extremo se encuentra la asamblea con-
intercambios mutuos, intercambios fraternos, en los siderada en la totalidad.
que se significa que la vida cristiana es un don recibi-
284 145. Ibid. 373.
285
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelizarían
Pero esta polarización de la comunidad eclesial
encierra una paradoja, ya que el grupo de ministros En un momento en el que la comunidad se siente
del ministerio principal, aun constituyendo uno de amenazada por la apostasía, como consecuencia de la
los esenciales polos estructurantes de la vida de la persecución y por la tentación de optar por doctrinas
comunidad, sigue perteneciendo simultáneamente complicadas y extrañas (He. 13, 9), el autor de la
al polo-asamblea de la que procede. Más aun, a títu- carta promueve el ejercicio de la ministerialidad,
lo de miembro de la asamblea —y no por el título tanto común como específica, y el reconocimiento
de su ministerio—, continúa siendo beneficiario del por parte de la comunidad de dichos ministerios.
ministerio ejercido por los otros miembros.
Así se aconseja a todos que se consideren unos a
otros "para acicate del amor mutuo y del bien obrar,
d) La coherencia global de la enseñanza del Nuevo
sin faltar a nuestra reunión, como algunos suelen"
Testamento prueba que los ministros y la asamblea
(He. 10, 24), y exhorta a "velar para que nadie quede
tienen juntos su fundamento en las mismas referen-
excluido del favor de Dios, para que no retoñe ningu-
cias al acontecimiento de Jesús de Nazaret y al don
na raíz venenosa y dañe contagiando a la multitud, y
siempre actual del Espíritu.
para que nadie se prostituya y profane como Esaú"
(He. 12, 15-16).
Cristo resucitado vive en su Iglesia por el don
siempre actual de su Espíritu, y éste es quien suscita Más en concreto, insiste en que se continúe prac-
en ella los ministerios que necesita. Por eso sería un ticando el ministerio de la hospitalidad y de la visita
error enfrentar en la Iglesia el ministerio y el carisma, de los presos (He. 13, 1-13).
aunque los dos,no se identifiquen 146 .
Especialmente se recomienda el reconocimiento
e) Es sintomático el advertir en la Epístola a los de los ministros de la palabra y de la dirección. Así
Hebreos cómo el peligro de corrupción de la comuni- escribe: "Cuidado con rechazar al que habla, pues si
dad se encuentra unido con el rechazo y desconoci- aquellos no escaparon por haber rechazado al que
miento de la ministerialidad y de los ministerios de transmitía los oráculos en la tierra, cuánto menos
dicha comunidad. nosotros, si volvemos la espalda al que habla desde
el cielo" (He. 12, 25). Y con relación a los dirigentes
146. Ibid. 373-377.
se indica: "Haced caso a vuestros dirigentes y sed
dóciles, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sa-
286
287
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
biéndose responsables. Que puedan cumplir su tarea
con alegría y no suspirando, pues lo contrario no os Iglesia partimos de una problemática, de una termino-
traería cuenta" (He. 13, 17). logía y de unas elaboraciones teológicas extrañas al
Nuevo Testamento.
Encontramos, por tanto, en la Carta a los Hebreos
un interesante paralelismo entre la crisis de la comuni- Así la terminología sacerdotes y laicos, y consi-
dad —cercana a la apostasía—, y la crisis ministerial guientemente ministerios ordenados y ministerios lai-
que se estaba padeciendo en ella por las causas indica- cales, no existe en el Nuevo Testamento, en el que
das. Y al mismo tiempo, el autor de la Carta incita a predomina y prima la comunidad cristiana y el ser
una fuerte renovación de la vida y de las relaciones cristiano con diversidad de ministerios, algunos de
ministeriales como camino para la revitalización de'la ellos prácticamente desconocidos para nosotros.
comunidad.
Igualmente es extraña en el Nuevo Testamento la
centralización de la palabra "ministerios" en el minis-
2. El presente ministerial terio principal, al que hoy denominamos el ministerio
ante la norma neotestamentaria sacerdotal. Sin embargo nosotros nos encontramos en
un proceso de desbloqueamiento imprimiendo a los
Tras la reflexión sobre la manera de realizarse las ministerios una diversificación desconocida si se tie-
primitivas comunidades cristianas según los documen- nen en cuenta sólo unos pocos años.
tos del Nuevo Testamento, podemos afirmar que en
ellas se encuentra una profunda estructura ministerial Aunque en el Nuevo Testamento es clara la cola-
normativa de toda comunidad cristiana. ción ritual y pública de ciertos ministerios, sin embar-
go no cuadra en él una formalización de los ministe-
Esto nos hace preguntarnos si el nuevo despliegue rios con características de corte jurídico como utiliza-
ministerial que actualmente observamos en la Iglesia do en los actuales documentos eclesiásticos. En una
principalmente en el campo de los denominados mi- Iglesia naciente prevalece un lenguaje pneumático y
nisterios laicales, empalma y se adecúa a la estructura carismático en su expresión.
normativa neotestamentaria.
Tampoco es claro en el Nuevo Testamento el
Antes de llegar a una conclusión es necesario re- uniformismo fundamental que hoy se advierte en las
cordar que en el actual desarrollo ministerial de la diversas Iglesias Particulares. Incluso el mismo minis-
288 289
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

terio principal se advierte con configuraciones muy


desde los fundamentos bíblico-teológicos sobre los
variables en el Nuevo Testamento según se trate de
comunidades palestinenses o helénicas, de cominida- que se apoyan los movimientos de expansión y diver-
des del primer impulso apostólico o de los últimos sificación de los ministerios.
años de los Apóstoles.
Pero nos encontramos en un momento, en el que
Sin embargo, si comparamos la nueva configura- reducirse a un campo puramente teórico es engañar-
ción ministerial de la Iglesia con la estructura norma- nos a nosotros mismos. La teoría está suficientemente
tiva neotestamentaria, es fácil el advertir una coinci- elaborada y la urgencia es la praxis, es decir, la de
dencia fundamental. Más aún, en el actual proceso llevar a la existencia desde la promoción de los minis-
evolutivo de la Iglesia se percibe incluso un mayor terios diversificados, y de una manera especial, de los
acercamiento, tanto de imagen como de expresión, al ministerios de los laicos, una Iglesia de factura plena-
modo de configurarse de las comunidades neotesta- mente ministerial en todos sus miembros.
mentarias, aunque lógicamente dentro de un contexto
diferente y tras un largo proceso histórico que marca 1. Urgencia en América Latina
nuestros comportamientos actuales. Pero me parece
necesaria, en la actual renovación ministerial, una Si en toda la Iglesia es urgente dicha transforma-
mayor atención a la estructura normativa del Nuevo ción, si quiere enfrentar los objetivos propuestos por
Testamento, que ayudará a evitar cualquier involu- el Concilio Vaticano II, en América Latina hay razo-
ción clericalista de los ministerios laicales. nes especiales en orden a introducirse por este cami-
no, al que en gran parte se encuentran condicionados
V. Perspectivas pastorales la misma pervivencia de nuestras Iglesias Particulares,
la evangelización interna de la Iglesia y la evangélica
Hasta este momento hemos propuesto la impor- liberación del Continente y de los pobres del Conti-
tancia, la necesidad y la urgencia de renovar nuestra nente.
Iglesia en el marco de una comunidad ministerial y de
ministerios, e incluso con organismos en los que pue- Como ya indicamos anteriormente, la debilidad
da desarrollarse la corresponsabilidad; y elemental- de la fe latinoamericana se manifiesta, entre otros
mente hemos propuesto la teoría sobre la ministeria- aspectos, en la endémica carencia de sacerdotes y en
lidad. tanto desde las posibilidades actuales como la debilidad del tejido eclesial que mantiene congre-
290 gados a los cristianos en la Iglesia, tejido que casi
291
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
tiene como único apoyo sico-social la religiosidad
El camino ya se ha iniciado en algunas Iglesias
popular, con todas sus posibilidades pero también con
Particulares, como lo demuestra en muchos sitios la
todas sus limitaciones.
floración de las Comunidades Eclesiales de Base. Pero
en muchas otras Iglesias se advierte todavía timidez
Esta es la Iglesia que ha asumido la difícil y arries-
frente al proyecto, o incluso indiferencia e inercia,
gada misión de la evangelización liberadora, de la libe-
quizá por no haber caído en la cuenta de su trascen-
ración, que mal enfrentada y sin los necesarios apo-
dencia o del momento crucial que de cara al futuro, y
tos logísticos, puede originar frustraciones de conse-
un futuro inmediato, está viviendo nuestra Iglesia.
cuencias imprevisibles, y deserciones o apostasías, si
las personas que han de realizarla no son "cristianos En orden a impulsar este camino, propongo algu-
celosos de su identidad" 147 . nas sugerencias y perspectivas pastorales que puedan
ayudarnos a iniciar o acelerar su recorrido.
La situación es tanto más delicada si se tienen en
cuenta los tres frentes de presión que golpean a los 2. Condiciones previas
cristianos y a la Iglesia: la invasión de las sectas, las
corrientes ideológicas de cuño no cristiano, y el adve- Juzgo que dos son las condiciones previas para
nimiento de la indiscriminada y homogeneizante cul- tomar con seriedad el compromiso de configurar mi-
tura urbano industrial cargada de secularismo o indi- nisterialmente a nuestras Iglesias.
ferencia religiosa.
La primera es la desclericalización de la mentali-
La respuesta más válida, a mi juicio, ante esta dad tanto de los sacerdotes como de los seglares, fac-
problemática, es la promoción de comunidades minis- tor negativo que imposibilita la creación de comuni-
teriales, mediante las cuales el tradicional tejido ecle- dades de comunión y participación, tal como han sido
sial quede implementado con otro nuevo tejido, cuya proyectadas por Puebla.
imagen y estructuras originen y permitan el nacimien-
to de cristianos más identificados, más responsables, La desclericalización ideológica implica en primer
más personalizados y más comprometidos. lugar la conciencia de que los ministerios no han de
quedar absorbidos y centralizados totalmente en el
sector jerárquico o sacerdotal de la Iglesia, dado que
147. DP 864. es el mismo Espíritu Santo el que, a través de los
292 293
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
carismas, los suscita en todos los sectores de la comu-
nidad eclesial y, consiguientemente no sólo no pue- de ser ministros o servidores de Cristo, fieles al impul-
den ser ignorados o ahogados por la jerarquía, sino so del Espíritu Santo.
que han de ser reconocidos y positivamente fomen-
tados. Por ese mismo motivo, la desclericalización exige
el descubrimiento de ministerios propios de laicos o
La desclericalización comporta el reconocimiento religiosos, que no se ordenan primariamente a la ayu-
de la vocación ministerial de los laicos y religiosos, da de los ordenados o a suplir sus deficiencias, como
tanto a nivel de la ministerialidad general como a ni- se advierte en los únicos ministerios generales que hoy
vel de la ministerialidad específica, bien sea de carac- se consideran como instituidos, el lectorado, el acoli-
terísticas más evangelizadoras o bien más eclesiales. tado y el ministerio extraordinario de la Eucaristía.
Esto supone descubrir todo el campo de responsabi- Hay, sin duda, ministerios de laicos que se instituyen
lidades y posibilidades propias de los no ordenados. o puedan instituirse directamente orientados a parti-
cipar y ayudar a los ministerios jerárquicos. Pero no
se pueden olvidar otros ministerios o carismas, como
La desclericalización supone la concientización
aparece en el Nuevo Testamento, que no tienen esa
de la complementación y corresponsabilidad de todos
finalidad ni estructura, aunque lógicamente también
los miembros para la edificación de la Iglesia y para
ayudan y sirven a los que se encuentran con minis-
la evangelización del mundo.
terios ordenados, pero no por tener dichos ministe-
rios, sino en cuanto que como cristianos pertenecen
La desclericalización origina un reconocimiento
también al todo-asambleario de la comunidad.
manteniendo un lenguaje jurídico, de la jurisdicción
ordinaria o legítima autonomía que corresponde a
cada uno de los ministros, sean ordenados sean laicos Esta desclericalización no supone nunca una nega-
sean varones sean mujeres. De otra manera, la minis- ción o disminución de la importancia en la Iglesia de
terialidad propia de los no ordenados correría el ries- lo que anteriormente denominábamos el ministerio
go nefasto de confundir a los posibles ministros con principal o ministerio sacerdotal, que es esencial y no
meros sacristanes o servidores del clero, cuando en sólo cuantitativamente se distingue de los otros mi-
realidad todos los ministerios, ordenados y no ordena- nisterios.
dos, se deben encontrar al servicio de la Iglesia y de su
misión, dado que todos, primaria y originalmente han Si una desclericalización correcta es la primera
294 condición de posibilidad en orden a construir una
295
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
Iglesia ministerial, la segunda condición es la valora-
ción de la vida de comunidad en la Iglesia, que no sino de relaciones múltiples, en las que intervengan el
se reduzca con un minimalismo casi a un mero agru- dinamismo de la ministerialidad común y de los mi-
pamiento por motivos de fe, sino que, en la medida nisterios diversificados.
de lo posible, tome realidad en el dinamismo sico-
social exigido por la misma fe y que corresponde a las Como lugar privilegiado para asumir la experien-
más profundas aspiraciones de un hombre que tiene cia de comunidad se encuentra la familia, pero bajo la
como mandamiento el "amaos los unos a los otros nueva imagen aportada por el Vaticano II y recogida
como Yo os he amado". por Medellín, de la familia como Iglesia Doméstica,
en la que la fraternidad y la amistad prevalecen sobre
En efecto, nos encontramos ante la necesidad de otras funciones y ministerios, y por las que quedan
salir de un esquema de Iglesia, en la que en la prácti- cualificadas dichas funciones.
ca, se ha vivido con mucha intensidad el individualis-
mo religioso y el pasivismo eclesial, fenómenos deri- La familia, como Iglesia Doméstica, se ha de abrir
vados en parte de la exaltación del individualismo y a un segundo nivel comunitario: la Comunidad Ecle-
de la privaticidad, sobre todo en el campo religioso, sial de Base. Aunque la Comunidad Eclesial de Base,
promovidos por el liberalismo ideológico, y en parte en su sentido original, tiene una configuración bastan-
por la mentalidad clericalista que ha prevalecido en te uniforme, sin embargo aquí quiero entenderla con
muchos ambientes eclesiásticos. un sentido mucho más amplio, como comunidad inter-
media entre la familia y la parroquia, que permite
Frente a esta actitud, Puebla ha marcado incluso relaciones secundarias entre sus miembros y en la que
la dinámica de construir la comunidad eclesial: fami- todos participan activa y responsablemente conforme
lia, Comunidades Eclesiales de Base, parroquia e igle- a las necesidades tanto de la comunidad, como de
sia particular, que a su vez se abre a las otras iglesias cada uno de sus miembros o familias, como también
particulares y a la Iglesia universal. de la parroquia.

Lo importante es mentalizarse con el nuevo con- Las Comunidades Eclesiales de Base, en su sentido
tenido que se encierra en palabras de vieja y tradicio- amplio, se han de integrar en la Parroquia que cualifi-
nal factura. En el fondo, se están pretendiendo comu- caría como orgánica. La parroquia ha de estar dotada
nidades no centralizadas alrededor de algunas figuras, del ministerio sacerdotal y jerárquico, garantizando la
posibilidad de la asamblea eucarística. Pero ha de ser
296
297
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
simultáneamente orgánica, es decir, vitalizada por la
integración de las diferentes comunidades de base, unos treinta años. Hoy día, Pastoral Orgánica, puede
dotada de todos los ministerios laicales necesarios, y tener dos significados. Puede entenderse como la Pas-
equipada con organismos para vivir la corresponsabí- toral característica de una Iglesia configurada ya
lidad fraternal y cristiana en todas sus dimensiones. orgánica y ministerialmente. O con un sentido más
Hoy el concepto de Parroquia desborda su configura- modesto, como el proyecto de una Iglesia que preten-
ción tradicional de tipo geográfico y espacial, para de configurarse conforme a las exigencias de la organi-
abrirse a las nuevas posibilidades de la parroquia fun- cidad y de la ministerialidad.
cional y personal. Pero, en cualquier hipótesis ha
de ser orgánica y diversificada en sus ministerios e in- Estas son las dos condiciones de posibilidad para
tegrada en corresponsabilidad. la configuración nueva de la Iglesia que necesitamos;
desclericalización ideológica y descubrimiento de la
La Iglesia Particular es la que integra las parro- trascendencia de la expresión comunitaria de la Iglesia
quias, en su sentido amplio, y se encuentra dotada del bajo los signos de la ministerialidad y de la organi-
ministerio de la plenitud sacerdotal, asumido por el cidad.
obispo. Pero también la Iglesia Particular ha de cons-
tituirse como Iglesia Orgánica, y dentro de dicha 3. Caminos a seguir
organicidad, es interesante reinterpretar la imagen del
obispo atendiendo a su denominación más caracterís- El desafío está delante de nosotros, pero lo inte-
tica, como sucesor de los Apóstoles, lo que lo consti- resante es el encontrar los caminos para llevar adelan-
tuye no tanto en el administrador sino en el Apóstol te el proyecto. Y expresamente digo "los caminos",
de todas las comunidades a las que ha de servir con dado que podemos encontrarnos con muchas expe-
su ministerio específico, y en el Apóstol de todos los rincias ya en marcha, y posibilidades inéditas que nos
no cristianos o creyentes dentro del territorio que le puede ofrecer el Espíritu de Cristo. Pero podemos
ha sido encomendado. marcar algunas etapas dentro de la modesta lógica
de un proyecto.
Sólo una Iglesia constituida orgánica y ministerial-
mente tiene la posibilidad de expresarse en una pasto- El primer paso es la creación de ambientes, en los
ral orgánica, concepto mucho más teológico y actual, que determinados grupos se concienticen y sensibili-
que la propugnada pastoral de conjunto de hace cen sobre la necesidad del cambio. Es de suma impor-
298 tancia que entre los primeros sensibilizados se encuen-
299
Antonio González Dorado, S.J.

Testigos de la nueva evangelización


tren los propios sacerdotes y obispos, dada la trascen-
dencia del lugar que ocupan en la Iglesia, y mucho
más cuando ellos han recibido una tradición de cen- ritual, de conversión a la nueva mentalidad, y de capa-
tralización y absorción de los ministerios. Pero igual- citación suficiente para el correspondiente ministerio.
mente necesaria es la concientización de laicos y
religiosos, lo que ayudará a una mutua evangelización Entre los nuevos ministerios, quizá con una opor-
en esta línea entre ambos sectores. Para esto se necesi- tuna adaptación de los ya existentes por institución,
tan o pueden ser de utilidad jornadas, cursillos, en- debería prevalecer en un primer momento el de
cuentros centrados en dicha temática, y de las que promotores de las diversas comunidades anteriormen-
inmediatamente surjan pequeñas experiencias pilotos, te apuntadas, pero orientadas por la dinámica de la
con todas sus limitaciones inicíales, pero al mismo servicialidad mutua y del ministerio tanto intraeclésial
tiempo que garanticen que la teoría desemboca en la como extraeclesial.
vida y ayude la vida al reajuste acomodado de la teo-
ría a las posibilidades reales de un primer momento. Realizada la formación de algunos ministros y la
promoción inicial de algunas comunidades ministeria-
Posteriormente urge la puesta en marcha de una les, sería el momento de proceder a la colación oficial
pastora] vocacional abierta a todos los ministerios, y de los primeros ministros con una jurisdicción propia
que ha de desarrollarse no sólo entre los jóvenes sino previamente establecida.
muy especialmente entre los adultos, familias consti-
tuidas y conocidos colaboradores de la Iglesia, que Esto permitiría crear una primera colegialidad de
han trabajado ya dentro de otro esquema y con otras ministros, auténtico Consejo de Pastoral, que abriera
posibilidades. los primeros cauces a una corresponsabilidad eclesial
en todos los asuntos importantes de la comunidad y
El despertar de las vocaciones ministeriales debe- de la Iglesia.
ría ir seguido de los procesos de formación y capacita-
ción correspondientes, y de la formación de un cole- Este proceso sólo constituiría las primeras etapas,
gio de aspirantes de ministros, en el que pudiera que cumplirían una función de presentar una nueva
discernirse sobre las necesidades ministeriales más imagen de la Iglesia, y que actuarían como fermento
urgentes e importantes, con un sentido de creatividad para un ulterior desarrollo, imprevisible desde muchos
y adaptación. La formación ha de ser ante todo espi- puntos de vista.
300
301
Antonio González Dorado, S.J.

4. Presente y futuro
IV
La impresión que puede quedar al leer las modes-
tas líneas proyectivas que acabo de proponer, es que AGENTES RELIGIOSOS Y EVANGELIZ ADORES
nos encontramos en el kilómetro cero de cara a un POPULARES EN AMERICA LATINA
futuro. La realidad no es esa. Existen ya ricas expe-
riencias en muchas Diócesis de América Latina, e
incluso en casi todas las Diócesis se encuentran reali-
dades que pueden ser consideradas ya como verdade- LIDERAZGO MINISTERIAL
ros ministerios, pero que han de ser reasumidas en un EN LA RELIGIOSIDAD POPULAR
proyecto global de ministerialidad y organicidad.
Estas realidades pueden ser la base de apoyo en el Revista "Medellin", Vol. VII, No. 25
nuevo caminar, pero al mismo tiempo son bases que Marzo 1984. 5-22
sufrirán profundos y beneficiosos cambios para la
Iglesia de América Latina y del Continente conforme
se vayan adentrando en el nuevo horizonte y en la Puebla ha reconocido la importancia de la religio-
nueva dinámica de la servicialidad, del ministerio y de sidad popular latinoamericana como factor de evan-
la organicidad de una Iglesia que tiene como proyecto gelización de nuestro Continente: "La religiosidad
vivir en comunión y participación para poder realizar popular (...), en cuanto contiene encarnada la Palabra
evangélicamente su misión liberadora en nuestro com- de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se
plicado y difícil contexto 148 . evangeliza continuamente a sí mismo" (DP 450).

Pero, dadas las limitaciones e incluso desviaciones


de nuestro catolicismo popular, indica que "como
toda la Iglesia, la religión del pueblo debe ser evangeli-
zada siempre de nuevo" (DP 457).

148. Véase PARRA, Alberto, "Ministerios desde la Iglesia de


Para realizar esta obra de evangelización invita a
AL", en AA.VV. Future Prospects and Preparation for los agentes de pastoral que superen su falta de aten-
Ministries in Catholic Institutions ofTheology, Bogotá, ción a este aspecto popular de la Iglesia (DP 453),
1981, 149-191.
exigiéndoles "antes que todo, amor y cercanía al
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303
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelizacion

pueblo, ser prudentes y firmes, constantes y audaces giosidad popular. Si la religiosidad popular, en su con-
para educar esa preciosa fe, algunas veces tan debili- junto, es una forma activa de evangelizacion, pienso
tada" (DP 458). que, en general, estos líderes, animadores y servidores
populares, deben ser considerados como importantes
evangelizadores del pueblo, como auténticos agentes
1. ¿Un olvido? de pastoral. Ellos siempre le han prestado atención al
pueblo, y han estado tan cercanos al pueblo que son
Sin embargo, es interesante advertir que las expre- del pueblo.
siones del documento permiten deducir que sus redac-
tores, al referirse a los agentes de pastoral que han de Es curioso, sin embargo, advertir, que en el largo
colaborar en la evangelizacion de la religiosidad popu- capítulo que Puebla dedica a los principales agentes
lar, hablan exclusivamente de personas que han de de evangelizacion (Nos. 658-891), estos evangeliza-
procurar la cercanía al pueblo (DP. 458), prestándole dores populares han sido olvidados y es exclusivamen-
la atención que se merece (DP 453). te a otros agentes de pastoral a los que se invita a
recuperar los valores evangelizadores de la piedad
Cabe una pregunta que sugiere un significativo popular (Nos. 959-963).
olvido de Puebla: Si la religiosidad popular —con tan-
ta frecuencia olvidada, desconocida e incluso despre- Felizmente, a pesar de este olvido, la dinámica
ciada por muchos de los tradicionales agentes de pas- de Puebla hacia una recuperación global de la religio-
toral— ha sido y es una forma activa de evangeliza- sidad popular, nos proyecta también hacia una recu-
cion, ¿Quién ha sido y es el agente activo evangeliza- peración de estos evangelizadores populares que
dor que ha asumido, mantenido y promovido esta constituyen uno de los elementos más importantes
forma de evangelizacion en América Latina? del catolicismo popular latinoamericano.

Sin duda que ha sido el pueblo mismo, como


explícitamente reconoce Puebla. Pero, en medio de 2. Motivos de una recuperación
este pueblo han existido sus propios líderes, animado-
res y servidores, simultáneamente religiosos y popula- Hay que aceptar que con frecuencia es difícil
res, que han sido como los grandes motores para man- reconocer a estos evangelizadores populares debido,
tener en su vitalidad y vigencia el fenómeno de la reli- unas veces, a los -,164!es de desgaste y deformación
304 305
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

que la religión del pueblo muestra en ciertos casos res del catolicismo popular. Es necesario que se sien-
(DP 453), y otras por la distancia y divorcio existente tan incorporados a una Iglesia que ha optado prefe-
entre la cultura de las élites y la cultura del pueblo rencialmente por la evangelización de los pobres.
(DP455).
Puebla se encuentra ante el desafío de la explosión
Pero esta dificultad no ha de paralizar el esfuerzo demográfica de nuestro Continente durante los próxi-
mos veinte años: ¿cómo la Iglesia puede hacer frente
de valorar y recuperar a estos evangeüzadores latino-
a la evangelización de esta población que ya comienza
americanos. Para ello hay tres motivos íntimamente a surgir como un inmenso bosque? Son varios los ca-
conectados con las orientaciones fundamentales de minos apuntados por los Obispos. Pero la experiencia
Puebla: su opción preferencial por los pobres, el histórica nos indica que los evangeüzadores populares
desafío de la explosión demográfica del Continente y se han desarrollado paralela y casi proporcionalmente
el compromiso de la evangelización de la cultura. a la expansión del pueblo, cosa que no ha solido suce-
der con otros tipos de agentes pastorales mas acadé-
Uno de los puntos más destacados en Puebla es su micamente preparados. Este es un dato que nos abre
opción preferencial por la evangelización de los po- a la esperanza, pero simultáneamente a la responsabi-
bres. Pero simultáneamente el documento reconoce lidad: hay que valorar y recuperar a los líderes religio-
que la Iglesia ha descubierto "el potencial evangeliza- sos del pueblo.
dor de los pobres" (DP 1147), y que "esta religión
del pueblo —forma activa de evangelización—, es vivi- Por último, "la acción evangelizad ora de nuestra
da preferentemente por los pobres y sencillos" (DP Iglesia latinoamericana ha de tener como meta gene-
450). En estas expresiones parecen estar resonando ral la constante renovación y transformación evangé-
las palabras del Señor: "Bendito seas, Padre, Señor de lica de nuestra cultura" (DP 395). No es un compro-
cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a miso fácil de cumplir.
los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente
sencilla; sí, Padre, Bendito seas, por haberte parecido Pero, a nivel de cultura popular, podemos decir que
eso bien" (Mt. 11,25-26). la religiosidad popular con sus propios evangeüzadores
constituye un lugar privilegiado donde existe ya, al
Esta gente sencilla, de la que habla el Evangelio, y menos germinalmente, una síntesis vitalmente vivida
que ha recibido la revelación, en América Latina se de la fe y de la cultura popular (DP 452). Ellos viven
concreta en los que hemos denominado evangelizado- la experiencia directamente y con entusiasmo, aunque
res populares, es decir, líderes, animadores y servido- sin aparatos científicos. De hecho estos evangeüzado-
306 307
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

res son auténticos centros neurálgicos del proceso


4. Cuestiones abiertas
evangelizador de la cultura, en el que se encuentra
empeñada nuestra Iglesia. Desde estas perspectivas propongo dos preguntas:
¿Quiénes son estos evangelizadores populares? ¿Có-
3. Ante dos tipos de religiosidad popular mo puede integrarlos la Iglesia latinoamericana en
el proceso de evangelización en el que se encuentra
Antes de pasar adelante en nuestras reflexiones, comprometida?
quiero recordar que la cultura no es estática y que en
los próximos años Puebla prevé importantes transfor- Para responder a estas preguntas propongo los
maciones cualitativas en la cultura popular latino- siguientes apartados:
americana. De hecho el fenómeno ya está en marcha.
I. Bases teológicas para una evangelización orgá-
Los cambios culturales implican siempre un cam- nica.
bio de la religiosidad inherente. Esto exige a los Pas- II. Discernimiento teológico de los evangelizado-
tores una atención simultánea a la religiosidad popu- res populares.
lar propia de la cultura tradicional, y a la nueva reli- III. Los evangelizadores populares de la cultu-
giosidad que comienza a originarse con una cultura ra tradicional.
nueva. IV. Los evangelizadores populares de la nueva
cultura.
A nivel de los evangelizadores populares también V. Orientaciones pastorales.
nos vamos a encontrar con dos tipos muy distintos:
los tradicionales de una cultura fundamentalmente
I. Bases Teológicas
campesina, y los nuevos de un contexto urbano-in-
para una Evangelización Orgánica
dustrial.
Es cierto que estos dos tipos de religiosidad po- El tratamiento del tema de los evangelizadores
populares creo que es importante abordarlo desde
pular normalmente, y durante algunos años, coexisti-
la perspectiva de una Evangelización Orgánica.
rán y se influenciarán mutuamente, dada la compleji-
dad de las familias sometidas a los procesos de acul-
1.Originalidad de la Iglesia y del Mundo desde la Fe
turación y transculturación. Pero, en cualquier
hipótesis, ambos tipos de evangelizadores populares
Desde la experiencia profunda de la fe cristiana la
han de ser atendidos y recuperados.
Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios directamente regi-
308
309
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

do por el Cristo vivo y resucitado, que es su Cabeza, Podemos distinguir tres tipos de carismas:
mediante la acción del Espíritu Santo, que se hace
presente en todas sus comunidades y miembros, para Los carismas estrictamente eclesiales, que se pro-
que el pueblo cumpla su misión de "pregonar la ducen en el interior de la Iglesia y para la edificación
buena noticia a toda la humanidad" (Me. 16, 15). de una Iglesia Evangelizadora.

La Iglesia, que es la parte de la humanidad que cree Los carismas cristianos surgidos en el seno de la
explícitamente en Cristo Salvador, en su misión se autonomía de las realidades temporales. Se trata de
dirige a un mundo misterioso. Porque la totalidad del carismas suscitados en determinados cristianos, orien-
mundo y de la humanidad, después de la resurrección tados a desarrollar la realidad autonómica temporal
de Jesús, está bajo el Señorío de Cristo (Ef. 1, 10), en las exigencias del Reino de Dios.
Señorío que ejerce por misteriosos movimientos y ac-
ciones del mismo Espíritu Santo, orientando todas Carismas cósmicos: son carismas suscitados por
las cosas salvadoramente a su incorporación en el Rei- el Espíritu en personas o movimientos no cristianos
no de Dios, que ya comienza a realizarse sacramental- para que, bien realidades del campo estrictamente
mente en la historia. religioso, bien otras realidades correspondientes a la
autonomía temporal, se edifiquen y orienten hacia
Desde este horizonte de fe totalizante del mundo, el Reino de Dios.
la Iglesia es el sacramento de la evangelización y tiene
la responsabilidad de dejarse estructurar como sacra- Entre los carismas eclesiales hay que distinguir, en-
mento privilegiado del Reino ante toda la humanidad. tre otros, dos tipos fundamentales: los instituciona-
les-jerárquicos y los espontáneos o libres.

2. La acción del Espíritu Santo y los carismas Los primeros pertenecen a la esencia institucional
de la Iglesia, de tal manera que son permanentes a tra-
La Iglesia, a través de su experiencia histórica de vés de la historia, aunque su imagen y formas concre-
fe y en su reflexionar teológico, siempre ha tas de reaüzarse pueden modificarse y variar.
reconocido como uno de los efectos típicos de la ac-
ción del Espíritu Santo en ella y en toda la
Los carismas espontáneos o libres son también
humanidad la aparición de los diversos carismas,
que se ordenan primariamente a la edificación de la esenciales en la Iglesia, pero son variables en la histo-
Iglesia y del Reino de Dios. ria, y el Espíritu los suscita y promueve según circuns-
tancias, tiempos y culturas. A veces son estrictamente
310
311
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

personales, y otras veces invaden un grupo o comuni-


reconocimiento y aceptación de los verdaderos ca-
dad. rismas y movimientos provocados por el Espíritu
en la historia.
3. Origen y organicidad de los carismas
El tiene que ayudar, promover y colaborar, en la
Todos los carismas tienen un único origen: el Espí- medida de sus posibilidades, con los carismas que
ritu Santo (1 Cor 12, 4 y 11). Pero la diversidad y dis- descubre, respetando siempre sus auténticas carac-
tribución de los carismas no es anárquica, porque "la terísticas y finalidad directamente originadas por el
manifestación particular del Espíritu se la da a cada Espíritu.
uno para el bien común" (1 Cor 12, 7). Es decir, to-
dos los carismas quedan orientados para la edificación Tiene que aunar y orientar, incluso autoritativa-
del Cuerpo, que es la Iglesia y del Reino de Dios. mente, los diferentes carismas libres que surgen en el
seno de la Iglesia.
En este sentido podemos decir, apoyados en la ima-
gen del cuerpo, que los carismas son suscitados Pero, para que este carisma-institucional pueda
orgánicamente para que mediante ellos Cristo, Señor prestar estos servicios a los otros carismas e incluso
del Universo y Cabeza de la Iglesia, edifique su Cuer- realizar con plenitud las tres clásicas funciones de su
po y los hombres se incorporen en su Reino (I Cor ministerio, no sólo ha de aceptar la originalidad de
15,25-26). cada uno de los carismas discernidos, sino también
respetar y promover la organicidad del mundo caris-
Entre los diferentes carismas existe uno institucio- mático, abriéndose él mismo y articulándose orgáni-
nal con funciones especialmente privilegiadas en la lí- camente con los otros carismas, manteniendo cada
nea de la capitalidad; el del Colegio Episcopal. Su ser- uno el puesto que le corresponde.
vicio se extiende específicamente a todos los otros
carismas —incluso a los que hemos llamado cósmi- Esta anotación tiene una especial importancia
cos—, aunque de diferentes maneras según el lugar cuando este carisma institucional se encuentra con
donde el Espíritu los haya suscitado. otros carismas grupales o comunitarios que llevan in-
ternamente incorporado —por acción del Espíritu
A este carisma le corresponde, en primer lugar, y reconocimiento del grupo—, un liderazgo o capitali-
el discernimiento sobre todos los movimientos que dad interna que se puede manifestar en los tres
se producen —principalmente cuando aparecen co- clásicos servicios de dirección, magisterio y santifica-
mo conflictivos frente al mensaje del Señor-, y el ción. El caso no es imaginario: se encuentra en los ins-
312 313
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

titutos religiosos, en determinados movimientos


laicales y, a nuestro juicio, en la religiosidad popular. Esta visión de la pastoral nos permite hablar de
unos servicios o carismas orgánicos de caridad, di-
rección, magisterio, santificación, etc., que originan
4. Hacia una evangelización orgánica una evangelización orgánica —evangelización de co-
munión y participación promovida por el Espíritu
Esta diversidad de liderazgos institucionales y li- y vivida en la Iglesia—, en la que orgánicamente se
bres —liderazgos en el sentido apuntado de servicios integran todos los evangeüzadores.
de dirección, magisterio y santificación—, aunque
originalmente proceden del mismo Espíritu, lógica- Desde esta perspectiva, los evangeüzadores popu-
mente provocan distintos centros de gravedad en la lares deben ser integrados en el contexto de la
Iglesia, dando posibilidades a situaciones anómalas, evangelización orgánica de América Latina, dadas
como ya advertía S. Pablo en la comunidad de Co- sus características carismáticas como veremos pos-
rinto (1 Cor 14). Fundamentalmente estas anorma- teriormente. El olvido de ellos puede crear serios
lidades pueden reducirse a tres: mutuo descono- desvíos y alejamiento del Mensaje, e incluso blo-
cimiento, divergencias cancerígenas o paralelismos; quear la evangelización del pueblo.
eliminación o absorción patógena de ciertos carismas.
En cualquiera de las hipótesis, el resultado siempre
II. Discernimiento Teológico
es negativo para el cumplimiento de la misión evan-
de los Evangeüzadores Populares
gelizadora de la Iglesia.

El camino de solución parece que hay que encon- 1. Interpretación teológica


trarlo en la organicidad del universo carismatico de la religiosidad popular latinoamericana
promovido por el Espíritu, que orienta hacia una
Puebla nos ofrece una interpretación y descrip-
praxis evangélica de liderazgo orgánico dentro de la
ción autorizadas de la religiosidad popular latinoame-
Iglesia. Dicho liderazgo es una dimensión especí-
ricana: "Por religión del pueblo, religiosidad popular
fica de la pastoral orgánica, nueva concepción de o piedad popular, entendemos el conjunto de hondas
la pastoral que supera y engloba las denominadas creencias selladas por Dios, de las actitudes básicas
pastoral de conjunto y pastoral organizada, en la que que de estas convicciones derivan, y las expresiones
se reconoce la prioridad de la acción del Espíritu San- que las manifiestan. Se trata de la forma o de la exis-
to sobre las actividades meramente organizativas y tencia cultural que la religión adopta en un pueblo
proyectivas de la Iglesia. determinado. La religión del pueblo latinoamerica-
314
315
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

no, en su forma cultural más característica, es expre- para avanzar en su liberación tan ansiada" (DP 453).
sión de fe católica. Es un catolicismo popular" Más adelante señalan algunos elementos positivos de
(DP 444). la piedad popular: "(. . .) la conciencia de dignidad
personal y de fraternidad solidaria; la conciencia de
Según la visión de los Objspos la religiosidad po- pecado y de necesidad de expiación; la capacidad
pular latinoamericana implica tres radicales fun- de expresar la fe en un lenguaje total que supera los
damentales: la fe de la Iglesia; la cultura popular racionalismos (cantos, imágenes, gesto, color, dan-
en la que se ha encarnado la fe; y el pueblo como za); (. . .) el respeto filial a los Pastores como repre-
creador original y actor de dicha síntesis. sentantes de Dios; la capacidad de celebrar la fe en
forma expresiva y comunitaria; la integración honda
Como ya hemos recordado anteriormente, esta de los sacramentos y sacramentales en la vida personal
religiosidad ha sido interpretada por Puebla como y social; el afecto cálido por la persona del Santo Pa-
"una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza dre; la capacidad de sufrimiento y heroísmo para so-
continuamente a sí mismo" (DP 450, 396, 935). brellevar las pruebas y confesar la fe; el valor de la
oración; la aceptación de los demás" (DP 454).
En efecto, los mismos Obispos reconocen que
"la piedad popular conduce al amor de Dios y de los Este conjunto de afirmaciones nos permiten in-
hombres, y ayuda a las personas y a los pueblos a to- terpretar teológicamente la religiosidad popular lati-
mar conciencia de su responsabilidad en la realiza- noamericana como una manifestación particular
ción de su propio destino. La auténtica piedad popu- del Espíritu Santo en un grupo específicamente
lar, basada en la Palabra de Dios, contiene valores popular y fundamentalmente laical de su Iglesia. De
evangelizadores que ayudan a profundizar la fe del otra manera, teológicamente la religiosidad popular
pueblo" (DP 935). E indican en otra parte: "La pertenece al universo de los carismas, y mas concre-
religiosidad del pueblo latinoamericano se convierte tamente al de los carismas eclesiales libres y grupales
muchas veces en un clamor por una verdadera libera- o comunitarios.
ción. Esta es una exigencia aún no satisfecha. Por
su parte, el pueblo movido por esta religiosidad, crea 2. Interpretación teológica
o utiliza dentro de sí, en su convivencia más estre- de los evangelizadores populares
cha, algunos espacios para ejercer la fraternidad,
por ejemplo: el barrio, la aldea, el sindicato, el Los evangelizadores populares —en el sentido amplio
deporte. Y entre tanto, no desespera, aguarda que hemos dado a esta formulación: líderes, animado-
confiadamente y con astucia los momentos oportunos res y servidores endógenos de la religiosidad popular—,
316 317
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
constituyen una de las más importantes expresiones
que manifiestan las hondas creencias del pueblo sella- dades" (DP 109); que "muestra en ciertos casos
das por Dios, siguiendo la terminología de Puebla signos de desgaste y deformación; aparecen susti-
(DP 444). tutos aberrantes y sincretismos regresivos. Además,
se ciernen en algunas partes sobre ella serias y extra-
Desde este punto de vista, se les puede denominar ñas amenazas que se presentan exacerbando la fan-
como elementos internos del carisma de la tasía con tonos apocalípticos" (DP 453).
religiosidad popular, que según los casos se les podrá
interpretar o como carismáticos específicos o como Descendiendo más al detalle, leemos en el docu-
servidores asimilados por el carisma de la piedad po- mento: 'Los aspectos negativos son de diverso
pular. origen. De tipo ancestral: superstición, magia, fata-
lismo, idolatría del poder, fetichismo y ritualismo.
Pero, frecuentemente dentro de la globalidad de Por deformación de la catequesis: arcaísmo estáti-
la religiosidad popular, muchos de estos promotores co, falta de información e ignorancia, reinterpretación
y animadores del fenómeno son los más desconocidos sincretista, reduccionismo de la fe a un mero contra-
y sobre los que se suelen mantener mayores preven- to en la relación con Dios. ( . . . ) Podemos afirmar que
ciones. Las "élites divorciadas" del pueblo (DP 456) muchos de estos fenómenos son verdaderos obstácu-
los suelen calificar como ignorantes, supersticiosos, los para la Evangelización" (DP 456).
oscuros testigos de viejas creencias ancestrales, etc.,
etc. Incluso, muchas veces, se les procura desacredi- Lógicamente muchos de estos aspectos negativos
tar y se intenta el alejamiento del pueblo de estas fi- aparecen especialmente relevantes y personalizados
guras. ¿Nos encontramos en el camino correcto y en algunos de los agentes populares de la religión del
querido por el Espíritu? del pueblo, constituyéndose en verdaderos obstácu-
los para la Evangelización. Deben ser tenidos en cuen-
ta en un discernimiento para poder diferenciar los
3. Principios epistemológicos
meros agentes de la religiosidad popular de sus autén-
de la religiosidad popular
ticos evangelizadores populares.
"Como toda la Iglesia, la religión del pueblo de-
Pero también es importante tener algunos puntos
be ser evangelizada siempre de nuevo" (DP 457).
básicos de interpretación de la religiosidad popular,
que nos permitan evitar una mera interpretación, pro-
Puebla reconoce expresamente que la religiosi-
bablemente falsa, desde nuestras propias categorías
dad popular tiene "sus desviaciones y ambigüe-
culturales y refinados gustos religiosos, dos aspectos
318 319
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

que no tienen por qué interferir en las diferenciadas valora la nueva cultura con la que se enfrenta, juz-
manifestaciones del espíritu. gando que se trata de la cultura de un pueblo re-
trasado e ignorante.
Para superar este peligro en un proceso de discer-
nimiento de los distintos fenómenos y aspectos de La segunda norma es que la religiosidad popu-
la religiosidad popular, propondría una condición lar ha de ser interpretada teniendo en cuenta sus
previa y tres normas. antecedentes históricos, dado que, según la formu-
lación de Puebla, es "la memoria cristiana de nues-
tros pueblos" (DP 457).
La condición previa es acercarse sin prejuicios,
con abertura, dispuestos a leer la realidad tal como De hecho, algunas formas de la religiosidad popu-
es interpretada en la conciencia del otro, y al mismo lar, que a nosotros nos pueden extrañar, profundi-
tiempo con todas sus posibilidades y limitaciones ob- zando históricamente muchas veces se descubre que
jetivas. son permanencias de una correcta, aunque antigua
catequesis, o expresiones teológicas, que respetando
La primera norma para un discernimiento es que el núcleo del mensaje han recogido una primitiva
los fenómenos de la religiosidad popular han de ser imaginería ancestral para su formulación.
interpretados con las exigencias de la fe cristiana,
pero desde el interior de la misma cultura popular. Tercera norma: los fenómenos de la religiosidad
Siguiendo el pensamiento de Pablo, la cultura judía popular deben interpretarse desde el fervor primiti-
no tiene fuerza para juzgar ni interpretar la cultura vo del pueblo y, en cuanto sea posible, participando
griega —y consiguientemente la religiosidad cristiana de él.
de los griegos—, desde sus propias categorías. Toda
cultura ha de ser leída e interpretada desde su origi- El fervor, del que nos habla Pablo VI en la Evan-
nalidad, y sólo desde ese punto se pueden determi- gelii Nuntiandi (n. 80) es un potencial creador, y
nar su sistema de valores, valoraciones y contravalo- una categoría original del conocimiento y expre-
res. Es la perspectiva que permite discernir si sus fe- sión. Sabemos que los místicos se suelen expresar
nómenos religiosos canalizan la fuerza del Evangelio con desconcertantes imágenes y con paradojas. Hay
o le hacen resistencia. profundas experiencias religiosas que no permiten
otras formas más racionalizadas y medidas de ex-
Esta norma es especialmente difícil de aplicar presión, lo mismo que sucede con el lenguaje del
cuando el que tiene que discernir procede de una amor. Borrachos parecían los Apóstoles la mañana
cultura muy diferente, y mucho más' cuando infra- de Pentecostés (Hch. 1, 13-21).
320 321
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Son tres importantes perspectivas que, siendo vá- Esta religiosidad católica latinoamericana, como
lidas para el discernimiento de cualquier fenómeno de cualquier otra religiosidad, se estructura fundamental-
religiosidad popular, revisten un especial interés para mente por tres elementos complejos, mutuamente in-
el discernimiento de los agentes religiosos del pue- terrelacionados entre sí: las creencias, las mediaciones
blo. y un estilo de vida religiosa característico. Categorial-
mente, ubicamos en las mediaciones a los agentes po-
La posible tosquedad, las interpretaciones elemen- pulares más dinámicos de esta religiosidad, entre los
tales sobre la naturaleza y el mundo, la estructura que podemos reconocer, según casos, líderes, anima-
mítica de su pensamiento, etc., etc., no han de ser dores, servidores religiosos de la comunidad.
barreras para poder descubrir en muchos de ellos
auténticos creyentes y evangelizadores del pueblo.
Quizá sólo "falta educación, catequesis y dinamismo,
debido a la carencia de una adecuada pastoral" 1. Importancia de los agentes populares religiosos
(DP 455). en la religiosidad popular

Para mejor comprender a estos agentes religiosos


III. Evangelizadores Populares
y su importancia, conviene advertir que el sujeto in-
de la Cultura Tradicional
mediato de la religiosidad popular suele ser la comu-
nidad natural del poblado con sus lógicas ampliacio-
El catolicismo popular latinoamericano correspon- nes que pueden incluso abarcar la comunidad nacio-
de en general, a una religiosidad propia de una cul- nal, como se advierte en los grandes centros de pe-
tura de asentamiento rural. Según las diversas regio- regrinación.
nes, con mayor o menor profundidad, en él perviven
antiguas formas religiosas autóctonas precolombinas. Este concepto de comunidad queremos oponerlo
Está fuertemente caracterizado por la presencia del al concepto de organización. La religiosidad popu-
catolicismo barroco popular de origen hispano-lu- lar presupone un sujeto solidario en una fe, unas
sitano. En ciertos países queda muy marcado por las tradiciones y una venerada memoria, elementos de los
importadas cultura y religiosidad africanas. Sin em- que se derivan ciertas normas y modos de proceder. A
bargo, como dice Puebla, aparece una indudable iden- veces en el seno de esta comuniad aparecen ciertas
tidad que "se simboliza muy luminosamente en el organizaciones de origen popular o institucional —pe-
rostro mestizo de María de Guadalupe que se yergue ro con reconocimiento popular—, que logran influir
al inicio de la Evangelización". (DP 447.). notablemente en el mismo pueblo.
322
323
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

En estas comunidades religioso-populares casi siem- el Espíritu, pero no directamente por la jerarquía
pre aparecen sus propios agentes religiosos, distintos eclesiástica.
de los institucionales, dinamizadores y servidores del
fenómeno. Los títulos para este reconocimiento son varios.
Apuntamos algunos.
Estos agentes revisten una especial importancia,
Unas veces se les reconoce por la aparición de un
ya que en mayor o menor grado, según los casos,
carisma extraordinario en la persona, como sucedía
personalizan la religiosidad popular: ellos son espe-
ciales testigos de las creencias populares; mantienen, en Israel con relación a los jueces y a los profetas.
promueven y dan sentido a las mediaciones; se les
exige que expresen las grandes categorías del estilo Otras veces se les reconoce por ser depositarios de
de vida, como suele ser la fe, la piedad y el servicio. una tradición especial, incluso ligada por línea de he-
rencia familiar.
Entre estos agentes religiosos, en nuestras comu- Existe el reconocimiento por la constatación de
nidades populares latinoamericanas, suelen darse di- ciertos poderes en una persona. No es infrecuente
versas especializaciones, originando una estructura la conexión mítica de ciertas profesiones culturales
espontánea de servicios a la comunidad religiosa; con una interpretación religiosa de la realidad.
estructura perfectamente reconocible, que se man-
tiene cohesionada por la fuerza de toda la comu- Los que ocupan determinados centros neurálgi-
nidad popular y generalmente sin una organiza- cos de la comunidad no es infrecuente el que sean
ción refleja mantenida por los especialistas. Suelen reconocidos con un cierto liderazgo religioso, co-
ser las tradiciones que norman cuándo y cómo tiene mo suelen ser bisabuelos, abuelos, padres, etc., re-
cada uno que proceder. cordando el patriarcado veterotestamentario.

2. Nota fundamental de los agentes religiosos 3. Distintos tipos de servicios religiosos


populares
Como indicaba anteriormente, estos agentes reli-
Es característico de estos agentes el ser reconoci- giosos normalmente se les encuentra especializados en
dos y aceptados como tales por el pueblo. Este sabe diversos servicios. Subrayamos algunos de ellos.
que se han originado en su propio seno, aunque con
una conciencia de que la autoridad —en el sentido Existen servicios religiosos para cada familia o
más amplio—, les viene dada de alguna manera por para el conjunto de la comunidad.
324 225
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

La familia suele considerarse patriarcalmente, esta- Hay servicios especializados en el culto: mayor-
bleciéndose una especie de organización jerárquica domos, responsables de la conservación de iglesias
en el liderazgo religioso interno. Los primogenitores y oratorios; encargados de determinadas imágenes
tienen una especial importancia, quedando en mu- y procesiones; rezadores para momentos especial-
chos sitios asimilados a ellos los compadres. mente importantes, como para los novenarios de
difuntos, etc.; cantores, estacionarios, según los ci-
clos litúrgicos y ciertas festividades; actores a los
Los servicios a la totalidad de la comunidad son que les corresponde representar en determinados
mucho más complejos, y no es infrecuente el que al- momentos a personajes bíblicos o mitológicos
gunos de sus agentes cobren tanta fama que sean bus- dentro de la teología popular, etc.
cados desde otras comunidades incluso bastante le-
janas. Podemos clasificarlos, mateniendo siempre una
cierta flexibilidad sobre la complejidad de la reali- Principalmente en comunidades populares con
dad, de la siguiente manera. influencia de religiosidad africana no suelen faltar
presidentes de ciertas celebraciones rituales o de
ciertas consagraciones.
Servicios de dirección sobre la totalidad de la co-
munidad, similar a un gran diaconado popular. Caso En este grupo no es infrecuente el reconocimien-
típico lo tenemos en el cacique Antonio, del que nos to popular de algunos servicios de origen jerárquico,
habla el P. Ruiz de Montoya en su Conquista Espiri- como son los catequistas, sacristanes, "facultados"
tual: "El promotor de todo esto fue un muy honrado para bautismos de urgencia, etc.
cacique, dotado de inclinación a lo bueno, que en el
bautismo (. . .) se llamó Antonio. La penuria de sacer- Otro tipo de servicios religiosos son aquellos que
dote no dio lugar a que en mucho tiempo se les se orientan a ayudar a la comunidad en los proble-
acudiese; pero la solicitud de Antonio y otros mu- mas más graves de su vida. Aunque en este campo hay
chos que le imitaban formó aquí un jardín, si bien una gran variedad, según regiones, sobresalen dos fi-
aún no regado con las aguas de las fuentes del Salva- guras bastante generalizadas.
dor; preparábase bien a que con facilidad corriesen,
desterrando magos (. . .), rezando en sus casas voz en La primera es la del curandero, en la que fácilmen-
cuello todas las oraciones (. . .) Este Antonio aunque te se transparenta la pervivencia shamánica. Es de
ya de edad, se hizo tan docto en la doctrina, que la los casos más difíciles de someter a discernimiento.
enseñaba él, y promovía con grande aumento" (DP En los curanderos se aunan un antiguo profesionalis-
258). mo médico unido a una concepción religiosa de la
326 327
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

enfermedad, de difícil comprensión para personas Por último, hay un fenómeno curioso en muchas
de otra cultura habituadas a los modernos sistemas regiones: los agentes religiosos negativos, reconoci-
médicos y a las sectorizaciones autónomas de la dos por el pueblo casi como encarnaciones del
sociedad. Suele ser muy difícil distinguir entre el
charlatán y el auténtico curandero; entre el curande- mal y del diablo. Suelen ser personas a las que se les
ro de creencias mágicas, y el curandero ritual que ora reconoce fuerzas ocultas para hacer el mal directa-
y suplica a Dios que le ayude a devolver la salud; en- mente, o que ayudan a canalizar eficazmente el mal
tre la necesaria fe del enfermo en el profesional mé- que existe en el interior de todo hombre. De hecho
dico con esperanza simultáneamente puesta en Dios el dato corresponde a una teología personalizada
de una forma casi sacramental, y la fe mágica en de- de la existencia y de la operatividad del mal en el
terminadas mediaciones rituales, etc. mundo. Es éste el caso más claro en el que no hace
falta discernimiento, una vez que haya sido consta-
tado el hecho.
Hay otra figura que engloba un grupo muy comple-
jo de agentes a los que denominaría como orientado- 4. La mujer entre los agentes de la religiosidad popular
res populares ante problemas importantes de la vida.
El pueblo, como todas las personas, se encuentra con
frecuencia ante situaciones difíciles ignorando cuál Dato característico de la religiosiad popular es la
pueda ser su solución: problemas de enamoramiento presencia frecuente de la mujer en la estructura de los
sin respuesta, problemas familiares, situaciones angus- agentes religiosos populares, incluso en el contexto
tiosas frente al futuro, complejos de culpabilidad, te- de sociedades patriarcales y machistas. Mirando el am-
mores y miedos provocados por maldiciones o por fal- plio mapa del Continente es fácil encontrarlas en
ta de cumplimiento a promesas o palabras dadas, sue- todas las clasificaciones anteriormente propuestas,
ños e imaginaciones inquietantes, incapacidad para su- con el respeto y aceptación del pueblo. Pero, según
perar el mal, esperanzas que se esfuman, etc. regiones, sus funciones y servicios posibles suelen
estar frecuentemente determinados según viejas tra-
En el sistema de la religiosidad popular suelen apa- diciones y normas.
recer ciertos orientadores y colaboradores en la solu-
ción de este tipo de problemas. Lo mismo que en el 5. Meros agentes y auténticos evangelizadores
caso de los curanderos el discernimiento es muy di-
fícil, pero obligado. Hay casos de personas honestas Dentro de este complejo universo pueden encon-
y profundamente cristianas que, desde la dinámica trarse simultáneamente auténticos evangelizadores
de otros esquemas culturales, cumplen funciones si- del pueblo y agentes que pueden considerarse como
milares a las de nuestros directores espirituales y si- "verdaderos obstáculos para la Evangelización"
cólogos o siquiatras.
(DP 456). No es esto extraño para el cristiano desde
328 329
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

que Jesús propuso la parábola del trigo y de la cizaña


creciendo en el mismo campo (Mt. 13, 24-30). giones orientales y agnósticas; manipulaciones ideo-
lógicas, económicas, sociales y políticas; mesianismos
políticos secularizados; desarraigo y proletarización
VI. Evangelizadores Populares de la Nueva Cultura urbana a consecuencia del cambio cultural" (DP
456).

La atención exclusiva de los Pastores a la Es un nuevo catolicismo popular con tan poca his-
religiosidad popular tradicional de América Latina toria que prácticamente no ha sido sometido a estu-
puede convertirse en una peligrosa tentación de dio. Sin embargo urge estar atentos al nuevo fenó-
anclaje en un pasado que comienza a evolucionar y meno tanto para saberlo acompañar correctamen-
que puede desaparecer con relativa celeridad. te desde el principio, como para reconocer a los nue-
vos evangelizadores populares de un pueblo que se
Desde la naturaleza de la religiosidad popular, un instala en un nuevo contexto cutlural. La Biblia nos
cambio de cultura necesariamente implica un cam- ofrece casos similares; el tránsito de Israel de la cul-
bio de sistema religioso —lo que no es coincidente con tura nomádica a la de asentamiento en la nueva tierra
un cambio de fe— y consiguientemente evoluciona prometida; o la propagación del cristianismo de una
y cambia el sistema de creencias, de mediaciones, de cultura judía a otra greco-romana.
estilo religioso de vida y también de los agentes Sólo me atrevo a ofrecer algunas pistas para el estu-
populares de religiosidad. dio del nuevo fenómeno.
Es un hecho que en América Latina se ha iniciado 1. Los factores del cambio cultural
ya este proceso de cambio cultural no restringido sólo
para las élites —fenómeno fácilmente advertible des- Tres son los factores que, a mi juicio, determinan
de hace muchos años— sino extenisvo para toda la el cambio cultural en América Latina: la acelerada
masa popular. Si la fe cristiana sigue sellando el ser concentración urbana, la industrialización, y el incre-
de pueblo latinoamericano, quiere decir que estamos mento de las comunicaciones tanto por el transporte
en el amanecer de un nuevo catolicismo popular. como por los medios masivos de comunicación social
(televisión, radio, periódicos, cine, etc.). Estos fenó-
Se trata de un catolicismo seriamente amenazado menos quedan además profundamente afectados y
en su nacimiento. Puebla ha catalogado algunas de orientados por desarrollarse en un contexto de
estas amenazas: "Secularismo difundido por los me- intensivo crecimiento demográfico y de agudas tensio-
dios de comunicación social; consumismo; sectas, reli- nes sociales y económicas. »
330 331
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

La interrelación de estos factores hace que la nue- El primer cambio es con respecto a la relación
va cultura no se repliegue, como antiguamente, a las hombre-naturaleza. El hombre sale definitivamente
ciudades y centros industriales, sino que penetre en de la "selva" cargada de misterios y amenazante. El
las tradicionales áreas rurales, haciendo desaparecer paisaje se racionaliza y el hombre se siente capaz de
la tradicional dicotomía entre el mundo urbano y el construirlo dominando todos los secretos de sus
mundo rural. Surge una cultura nueva homogeneizada piezas. El hombre se siente creador, dominador, pro-
por lo urbano y lo industrial. tagonista de su presente y de su futuro.
La penetración en una nueva cultura supone el El mismo dominio de la naturaleza incrementa
cambio del sistema de relaciones del hombre con la su potencial "artificialmente" tanto emisor como re-
naturaleza y con los otros hombres y, consiguiente- ceptor, y se inicia una conciencia de poder casi ilimi-
mente, en su interpretación de las relaciones con tado.
Dios. Surgen nuevas concepciones de la vida, nuevas
valoraciones y consiguientemente una profunda trans- Con relación a los otros hombres se inicia la frac-
formación del sistema religioso. Si además, se tiene tura de la vieja comunidad "patriarcal", lo que lleva
una conciencia —verdadera o falsa, para el caso es implícitamente el olvido de las tradiciones y normas
lo mismo— de que se accede a una cultura superior, ancestrales. El hombre abandona dicho claustro fami-
surgen valoraciones negativas sobre el pasado e inten- liar, en el que ha vivido sumergido durante siglos,
tos de acelerar una ruptura. para encontrar su seguridad y porvenir siempre en
lo nuevo, de tal manera que cada familia tiende a ser
Lo que, en cualquier hipótesis es evidente es que una creación casi monocelular de ciclo muy limi-
la religiosidad tradicional se hace inadaptada e insu- tado; casi inferior al ciclo de una vida humana.
ficiente pra la nueva situación cultural. La transporta-
ble arca de la alianza comienza a necesitar un templo Igualmente se produce la ruptura con las pequeñas
en el que quede depositada. comunidades naturales. El hombre, perdiendo su ros-
tro individualizado, se integra en una comunidad mu-
2. La nueva sociedad y la nueva cultura cho más amplia en la que tienden a presidir la libertad
Es difícil prever la imagen de la nueva sociedad y y el pluralismo. Aparece la sustitución de las organiza-
de la nueva cultura que comienza ya a gestarse en ciones, agrupaciones humanas fundamentadas en pac-
América Latina bajo el influjo de los nuevos tos e intereses.
factores. Podemos insistir en algunos tópicos que ya La relativización de las relaciones humanas, incide
se arAintan. en la relativización de las concepciones y de los va-
332
333
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

lores, y comienza a surgir un hombre y una humani- casi en progresión geométrica, de la comunicación
dad nuevos, con tendencia a olvidar el pretérito, fun- tiende a socavar la identidad de la persona.
damentalmente abierto al futuro y esperanzado siem-
pre a nuevas posibilidades. Este hombre comienza a Estos problemas y amenazas se hacen mucho más
exigir también una sociedad moldeable y abierta al agudos en un Continente donde los grandes porcen-
futuro, con exigencias de cambio a un mejoramien- tajes se acumulan en el sector de los pobres, un sec-
to indefinido, en cuyo proceso quiere participar ac- tor que tiende a acrecentarse desproporcionada-
tivamente con un respeto a todas las posibilidades mente por el dinamismo acelerado del crecimiento
de su libertad creativa. demográfico.

Pero no todo el horizonte de la nueva sociedad Luces y amenazas son los factores que, en toda so-
emergente es luminoso y esperanzador. ciedad, vuelven a hacer conscientes a los hombres de
la presencia de la limitación, de la contingencia, del
De la amenaza de la selva —es decir, de una na- pecado existentes siempre en la totalidad y en la indi-
turaleza misteriosa e incontrolable—, se pasa a un vidualidad. Son los elementos que hacen levantar
nuevo mundo creado por el hombre que se hace los ojos del hombre hacia el cielo en la esperanza de
igualmente amenazador, originando profundos de- una salvación total en el concreto de su situación
sequilibrios ecológicos, y donde el ilimitado poder al especifica. Es el comienzo de toda religiosidad, que
conjugarse con una ilimitada libertad amenaza no sólo cuando recibe el don de la fe de Cristo se despliega,
la supervivencia humana sino la misma supervivencia en el pueblo, en un catolicismo popular.
del hombre.

De la sujeción a la pequeña comunidad natural y 3. Fórmulas de religiosidad popular en evolución


patriarcal se pasa al riesgo de la radicalización de las
organizaciones que intentan maniobrar a las personas, Dentro de este cuadro de una nueva cultura en ges-
cuando no imponerse dictatorialmente más o menos tación nos encontramos con dos fórmulas típicas de
ocultamente, según los casos. religiosidad popular: la primera en proceso de cambio,
en estadios más o menos avanzados; y la segunda, la
La objetivación de las relaciones humanas llega al que se podría llamar propiamente nueva y coheren-
te con la nueva cultura.
desprecio de la intimidad y tiende a sumergir a los
hombres en el anonimato, normando a los hombres
exclusivamente por su eficacia. El creciente influjo, Las fórmulas de transición se encuentran ya en las
334 grandes ciudades latinoamericanas y con caracterís-
335
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
ticas muy marcadas especialmente en los barrios po-
pulares. des centros de devoción ciudadana, a donde se mar-
cha en peregrinación y de donde se parte en proce-
Generalmente se muestra con un marcado mime- sión.
tismo con relación a la religiosidad popular tradi-
cional. Y creo que es correcto usar la palabra "mi- En esta religiosidad popular de transición, princi-
metismo" porque exteriormente se advierten pocas palmente en los barrios populares, los objetos y prác-
diferencias con la religiosidad tradicional, pero ticas religiosas suelen ser los mismos que los de la
analizada en profundidad se detecta un desgaste religiosidad anterior, aunque normalmente se ad-
de su consistencia al mismo tiempo que una fuerte vierte una cierta reducción y contracción, en parte
inercia sigue mateniendo las mismas formas aunque atribuible a la falta de estimulantes en un ambiente
con diferencias bastante claras. más secularizado, propio de la ciudad, y en parte
El dato más importante es que comienza a fallar la debido a la evolución de las nuevas generaciones.
comunidad patriarcal y la natural-tradicional sobre
la que se apoyaba la antigua religiosidad. Se suele se- Continúa una variedad de agentes o evangelizadores
guir alimentando de la familia, una familia que populares. Pero no suelen ya apoyarse en títulos here-
en su núcleo suele mantener y transmitir las mismas ditarios sino en capacidad de liderazgo personal, en
creencias tradicionales, pero a la que comienza a fal- reconocimiento de ciertos valores o poderes en una
persona, o en la capacidad de entrega y servicio
tarle la profundidad de un pasado y la autoridad para
que se advierte en algunos. Con frecuencia estos agen-
marcar un futuro. Cuando la crisis no aparece dentro
tes extienden su fama a otros sectores de la ciudad,
del mismo matrimonio desenraizado de su tradicional
siendo buscados de sitios muy diferentes.
contexto, casi siempre se encuentra con un debilita-
miento en el liderazgo religioso con relación a las si- En algunos países se advierte que la religiosidad
guientes generaciones. de transición tiene el peligro de transformarse en
Sin embargo tres fenómenos pueden apuntalar des- sectas.
de fuera a la religiosidad popular tradicional duran-
te mucho tiempo; la convivencia en barrios popu- 4. El futuro de la religiosidad popular
lares, donde la mayoría de las familias son de pro-
Las fórmulas de una religiosidad popular futura son
cedencia similar; la parroquia, el dato más impor-
de difícil previsión dada la naturaleza carismática de
tante que suele aparecer del antiguo sistema religioso,
esta religiosidad, el incremento de una pluralidad
sobre todo cuando está a través de sus pastores sabe
donde convivirán personas de tendencias "arqueo-
abrir cauces a la piedad popular tradicional; las gran-
logizantes" con otras tendencias "futuristas". Ade-
336
337
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

más, la misma fe introduciéndose en una misma Por los hechos que ya comienzan a advertirse en algu-
cultura puede abrirse en imágenes religiosas muy dis- nos países, dichos agentes y, en muchas ocasiones,
tintas. Pero podemos apuntar algunas pistas. auténticos evangelizadores populares cubrirán dis-
tintas dimensiones, no siempre claramente separa-
Probablemente se tratará de una religiosidad más das: servicios de liderazgo religioso popular con un
dinamizada por las expectativas del futuro que por las marcado acento profético, en el sentido más amplio
cargas del pasado. En este sentido se puede espe- de la palabra; servicios de promoción cultual, quizá
rar una teología en la que puede prevalecer la imagen con marcado carácter pentecostal —de diferentes
de un Cristo Salvador que vuelve, a quien se espera clases— de tal manera que las personas puedan dar
en su segunda venida. cauce a la expresión de su intimidad religiosa, tengan
posibilidad de acercarse vivencialmente a la dimensión
Las creencias y mediaciones podrán ser de una factu- misteriosa que siempre subyace en la vida, y donde
ra externa muy similar a las de la religiosidad tradicio- puedan encontrar signos en los que se concrete su
nal, pero sus significados pueden variar sensiblemen- esperanza ante las amenazas y las expectativas; ser-
te. Probablemente las mayores modificaciones se ob- vicios de apoyo religioso para los problemas y deso-
servarán en los nuevos estilos de vida religiosa, ela- rientaciones que tienden a incrementarse en una so-
borándose progresivamente una nueva sabiduría po- ciedad sometida continuamente al cambio.
pular. El acertado acompañamiento en estos procesos,
de los Obispos y sacerdotes, puede ser de extraordina- No dudo en afirmar que para la Iglesia institucional
ria trascendencia en los momentos de su gestación. será difícil el discernimiento de los nuevos agentes
de la religiosidad popular.
El soporte de la vieja comunidad patriarcal y na-
tural tenderá a ser sustituido por la complejidad
de la comunidad católica de una ciudad y por sinto- V. Pastoral con los Agentes
nías capaces de agrupar a las personas, con un gran de la Religiosidad Popular
respeto a la libertad. La fuerza gravitatoria del espa-
cio, de gran importancia en la religiosidad tradicional,
cede su importancia en la nueva cultura a la de la Como indicaba al principio, la situación actual e in-
sintonía. mediatamente futura de América Latina, impone a la
Iglesia el aprovechamiento de todos los carismas y de
Esto hace prever un incremento en la importancia todos los agentes evangelizadores suscitados por el
de los agentes religiosos populares, como factores Espíritu, especialmente de los que aparecen inserta-
polarizadores de dichas sintonías. dos en los puntos neurálgicos de la cultura y de la
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

cultura popular. Entre estos carismas y evangelizado- ción, conocimientos catequísticos y dinamismo
res sobresalen el carisma de la religiosidad popular ac- (DP 455), aunque sin desgajarlos del contexto de
tual y futura, y los agentes religiosos populares que su propia cultura popular.
surgen dentro de dicho carisma.
Es necesario coordinarlos orgánicamente —no
Esta responsabilidad de la iglesia exige una clarifi- organizadamente— a Ja labor pastoral y evangeliza-
cación de criterios pastorales y una reflexión sobre dora de toda la Iglesia sin limitar su legítima autono-
actitudes que se deben de tomar. Propongo algunas mía.
orientaciones generales consecuentes con el desa-
rrollo del tema. En algunos casos será oportuno el coordinarlos
con el ministerio institucional e incluso integrarlos
1. Criterios y actitudes positivas en el sector de los ministerios laicales.

En principio es necesario convertirse al pueblo, 2. Criterios y actitudes negativas


aceptando que el catolicismo popular —no obstan-
te sus limitaciones reales—, es un carisma suscitado Es necesario evitar dos extremos, igualmente peli-
por el Espíritu en su Iglesia, al que pertenecen de grosos.
una manera muy especial los que hemos denomina-
do evangelizadores populares. El primero es la tentación de condenar o, al menos,
ignorar a estos evangelizadores populares. Es muy fá-
Los agentes del catolicismo popular han de ser so- cil el marginarlos, con un sentimiento de vergüen-
metidos a discernimiento, como todos los carismas, za, por el mero hecho de pertenecer a otra cultura
que existen en la Iglesia. El discernimiento ha de que se considera retrasada o inferior.
tener como objeto el separar aquellos agentes religio-
sos que pueden calificarse de "verdaderos obstáculos En otras ocasiones, por las normales tensiones que
para la Evangelización" (DP 456), de los auténticos se producen en la vida, dichos evangelizadores pueden
evangelizadores populares, aunque en éstos puedan aparecer como competitivos, paralelos o divergen-
advertirse ciertas limitaciones y deficiencias. tes. Es el momento de la serenidad y, con la debida
prudencia, hay que saber adoptar la actitud paulina:
Conviene valorar oportunamente ante el pueblo "Al fin y al cabo, de la manera que sea, con segundas
a estos evangelizadores populares,y acompañarlos intenciones o con sinceridad, se anuncia a Cristo y
con una adecuada pastoral que favorezca su educa- yo me alegro; y me seguiré alegrando, porque sé que
340 341
Antonio González Dorado, S.J.

todo será para bien, gracias a vuestras oraciones y


al espíritu de Jesucristo que me socorre" (Fil 1, 18- V
19). PASTORAL VOCACIONAL EN LA CIVILIZACIÓN
La otra tentación puede ser el esfuerzo por asimi- URBANO-INDUSTRIAL LATINOAMERICANA
larlos sistemáticamente al ministerio institucional
en su nueva dimensión de los llamados ministerios lai-
cales. Hay casos en los que convendrá hacerlo, pero
no debe ser lo normal. Los evangelizadores popula- Revista "Medellin, Vol IX, No. 35,
res tienen una originalidad carismática que se ha de Sept. 1983. 398-419
procurar el mantener, mientras que la evangeliza-
ción de radical institucional posee formas propias
para su desarrollo interno respetando los otros ca- Juan Pablo II, en su discurso inaugural del Congre-
rismas. so Internacional de responsables de vocaciones ecle-
siásticas, afirmaba: "El problema de las vocaciones sa-
Estas actitudes y criterios sobre los evangelizado- cedotales —lo mismo que de las religiosas, tanto mas-
res populares nos abren a una nueva posibilidad de culinas como femeninas— es, y lo diré abiertamente,
una Iglesia latinoamericana con más capacidad el problema fundamental de la Iglesia".
evangelizadora para el mundo de los pobres y desde
los pobres, a los que Juan Pablo II ha calificado co-
Dentro de la misma perspectiva, los Obispos reuni-
mo "los predilectos de Dios" (AAS LXXI, p. 220).
dos en Puebla habían afirmado que "hay que dar a
En un momento de tanta responsabilidad evangeli- la pastoral vocacional el puesto prioritario que tiene
zadora hay que incentivar la norma de S. Pablo: "Si en la pastoral de conjunto, y más en concreto en la
hay un estímulo en Cristo y un aliento en el amor pastoral juvenil y familiar" (DP 885).
mutuo, si existe una solidaridad de espíritu y un cari-
ño entrañable, hacedme feliz del todo y andad de El problema reviste especial dramatícidad en
acuerdo, teniendo un amor recíproco y un interés América Latina dado que "el crecimiento demográfi-
unánime por la unidad. En vez de obrar por egoísmo co ha desbordado las posibilidades actuales de la Igle-
o presunción, cada cual considere humildemente que sia para llevar a todos la Buena Nueva. También por
los otros son superiores y nadie mire únicamente por falta de sacerdotes, por escasez de vocaciones sacer-
lo suyo, sino también cada uno por lo de los demás" dotales y religiosas, por las deserciones producidas,
(Fil. 2, 1-4). por no haber contado con laicos comprometidos más
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342
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

directamente en funciones eclesiales, por la crisis


de los movimientos apostólicos tradicionales. Los mi- ligioso, de los fieles y de la comunidad cristiana"
nistros de la Palabra, las parroquias y otras estructu- (DP431).
ras eclesiásticas resultan insuficientes para satisfacer Este cambio provoca en muchos un pesimismo
el hambre del Evangelio del pueblo latinoamericano. ante el futuro vocacional en América Latina, dado
Los vacíos han sido llenados por otros, lo que ha lle- que "el paso a la civilización urbano-industrial, consi-
vado en no pocos casos al indiferentismo y a la igno- derado no en abstracto sino en su real proceso
rancia religiosa" (DP 78). histórico occidental, viene inspirado por la ideología
que llamamos secularismo" (DP 434), cuyos efectos
La situación se hace especialmente aguda cuando, son ya constatables principalmente en el continente
trascendiendo el momento actual descrito por Puebla, europeo.
miramos hacia el año 2000 en el que, según las
prospecciones menos optimistas la población latino- Sin embargo, no es momento para el pesimismo,
americana alcanzará los 500 millones de personas sino para incrementar nuestra responsabilidad y nues-
frente a los 360 millones calculados en la actualidad. tra esperanza en el campo vocacional. El Señor nos
Sólo desde esta perspectiva es evidente la urgencia de muestra con evidencia que "nuestro pueblo es joven"
establecer una válida pastoral vocacional especialmen- (DP 20), dado que "tenemos una población mayorita-
te en el campo específicamente sacerdotal. riamente joven" (DP 70), y "con deficiencias y a
pesar del pecado siempre presente, la fe de la Iglesia
Pero América Latina no sólo se encuentra abocada ha sellado el alma de América Latina, marcando la
a una acelerada expansión demográfica, sino que si- identidad histórica esencial y constituyéndose en la
multáneamente se siente afectada en un profundo matriz cultural del continente" (DP 445). Como en
cambio cultural por el advenimiento de una "cultura otros muchos momentos de la historia, lo que suce-
urbano-industrial, inspirada por la mentalidad cien- de es que "la Iglesia se encuentra (. . .) ante el desafío
tífico-técnica, impulsada por las grandes potencias de renovar su evangelización (. . .) en el cuadro de los
nuevos condicionamientos que la sociedad urbano-in-
y marcada por las ideologías mencionadas" y con pre-
dustrial crea para la vida de santidad" (DP. 433). Y
tensiones de universal (DP 421). Esta nueva cultura
renovar su evangelización implica, consiguientemente,
pone "al descubierto problemas hasta ahora no cono-
renovar también su pastoral vocacional en el contexto
cidos. En su seno se trastornan los modos de vida y
de una nueva civilización urbano-industrial con las
las estructuras habituales de la existencia: la familia, características típicas con las que emerge en América
la vecindad, la organización del trabajo. Se trastornan, Latina.
por lo mismo, las condiciones de vida del hombre re-
344
345
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

De esta manera Puebla, consciente del cambio cul- países de América Latina. 149
-
tural que se está produciendo en nuestro continen-
te y de las dificultades que crea para la promoción de En el desarrollo del tema comenzaré por una refle-
vocaciones sacerdotales tan necesarias en el presente xión teológico-pastoral, que nos sitúe en una perspec-
y futuro inmediatos, no incide en un desesperanzado tiva neo-testamentaria. A continuación intentaré ofre-
pesimismo, sino que nos invita a una reflexión respon- cer una caracterización sencilla de la civilización ur-
sable y práctica sobre el tema, con la confianza de bano-industrial, y más en concreto de la civilización
que el Señor suscitará los sacerdotes que el pueblo urbano-industrial latinoamericana, y de la Iglesia ur-
necesita. bana. Por último, abordaré los puntos de reflexión
sobre la pastoral vocacional "en el cuadro de los nue-
Pero, pastoral vocacíonal, y específicamente para vos condicionamientos que la sociedad urbano-indus-
el sacerdocio, implica dos vertientes fundamentales, trial crea para la vida de santidad" (DP 433).
complementarias entre sí. La primera atiende la pro-
moción de nuevas vocaciones, actualizando en nues-
tro tiempo y en nuestras circunstancias el llamado de I. Reflexión Teológica
Jesús que se repite constantemente a través de la para una Pastoral Vocacional Adaptada
historia: "Venios conmigo y os haré pescadores de
hombres" (Mt 4, 19), y que culmina con la fundación Los testimonios de las primitivas comunidades
del grupo de los doce discípulos (Mt 10, 1-4; Me 3, cristianas, conservados en los escritos del Nuevo Tes-
13-19). La segunda dimensión se abre a la forma- tamento, nos ofrecen pistas interesantes para encarar
ción de las vocaciones congregadas que, teniendo en desde una perspectiva original de revelación la pro-
cuenta las circunstancias culturales actuales, ha de blemática de la pastoral vocacional que enfrentamos
tener como objetivo el conseguir sacerdotes válidos en este momento.
para el año 2000, año en el que, en el seno de una do-
minante cultura urbano-industrial, la Iglesia alentada Las características de la vocación de S. Pablo nos
por sus pastores ha de promover la civilización del ayudarán a comprender las exigencias de adapta-
amor, según la formulación de Juan Pablo II. ción de una pastoral promocional de vocaciones en
un momento de cambio cultural muy similar al nues-
tro. La pedagogía de Jesús con el colegio de sus dis-
Sobre ambos aspectos deseo reflexionar con Uds.,
ya que nos encontramos reunidos responsables de la 149. Esta conferencia fue dictada en el II Congreso Latinoame-
promoción vocacional y de la formación de sacer- ricano de Pastoral Vocacional, celebrado en Bogotá en noviem-
dotes en los Seminarios Mayores de los diferentes bre de 1982.
346 347
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
cípulos nos puede servir de pauta para la formación
de llegaban mercaderes extranjeros de las ciudades
de vocaciones sacerdotales que han de ejercer su
más importantes.
ministerio en un contexto cultural bien diferente al
de su procedencia original. Saulo habla griego y arameo (Act 21, 37. 40; 26,
14). Se reconoce como fariseo (Act 23, 6; 26, 5;
Pablo, Hombre de una Cultura Urbana Cosmopolita Gal 1, 13; Fl 3, 6), formado por Gamaliel en Jeru-
salén y educado "en todo el rigor de la Ley de
Pablo es el caso típico de una vocación apostólica nuestros padres" (Act. 22, 3). Pero con la misma en-
y sacerdotal de un hombre encuadrado en la carac- tereza se presenta como romano y con ciudadanía
terística cultura urbano-comercial-imperial de su romana por nacimiento ante el oficial que le interro-
época, en la que sobresale la corrupción ambiental ga (Act. 22, 25-29; 16, 37; 23, 27).
y la inhumanidad del sistema dominante, como en
repetidas ocasiones aparece en sus escritos. Esta cul- Como ha escrito J. Holzner, "el mundo exterior
tura define perfectamente el modo de ser de Pablo. del joven Saulo era el de la cultura griega, de la len-
En ese hombre se fijan los ojos de Jesús y lo cons- gua universal griega y del municipio griego. En todas
tituye su Apóstol. Más aún, una vez que Pablo se sien- partes pululaban maestros y artistas del decir y predi-
ta iluminado y liberado por su fe, su mismo esque- cadores de sabiduría, los cuales (. . .) iban de lugar en
ma cultural va a permitir una acelerada comprensión lugar y daban lecciones en poblaciones extranjeras.
de la riqueza del mensaje cristiano, y una asimilación Este mundo intelectual, moral y artístico existía en
de métodos que facilitan la rápida expansión del cris- todas partes y en todas partes era de actualidad.
tianismo en su primera etapa. Pablo será el impulsor Nadie podía sustraerse a su influencia. Y el hombre
del cristianismo urbano en el Imperio Romano y que escribió más tarde: "Examinadlo todo y quedaos
el promotor de vocaciones sacerdotales dentro de con lo bueno (1 Tes. 5, 21), se acomodó ciertamente
dicho contexto. Analicemos el caso. a él muy pronto" (San Pablo heraldo de Cristo, Bue-
nos Aires 1945, pp. 4 y 5).
Saulo o Saúl era un israelita de la diáspora, benja-
minita (Fl 3, 5; Rom 11, 1), natural de Tarso, ciudad Su época estaba dominada por el horizonte de la
portuaria de la Cilicia, en la costa sur del Asia Menor paz octaviana y por el ideal de la integración imperial
(Act 22, 3). El ambiente en el que nace era muy de toda la ecumene mediterránea.
diferente al que se vivía en Galilea e incluso en Jerusa-
lén. Tarso era una típica ciudad comercial y naviera Dadas las condiciones de los judíos en Tarso, pode-
del Imperio, abierta al comercio internacional, a don- mos afirmar que Saulo no vivía en el clásico ghetto,
348 pues no se mantenía allí una seperación rigurosa en-
349
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización
tre gentiles y judíos. Pero desde el punto de vista reli-
gioso, en medio de una ciudad pluralista y tolerante, La sorprendente aparición de Jesús a Pablo (Act
él pertenece a la comunidad judía, donde es educado 9, 13) llevaba ya el germen de su específica vocación
en el rigor de la sinagoga, y donde "conoció la po- apostólica, como él mismo lo manifestó en su decla-
sición excepcional de su pueblo entre las naciones" ración ante el rey Agripa (Act 26, 1-23; 9, 15).
(Holzner, o.c, p. 8). Sin duda que los ideales de la
Pero es interesante el advertir cómo el llamamiento
paz octaviana y de la integración imperial de todos los
de Jesús en Pablo, si por una parte le conduce a una
pueblos debían ser vistas por él bajo una nueva luz con
dura crítica del mundo cultural del que procede, por
la lectura de los textos de Isaías (Is 60 ss).
otra parte se encarna y adapta a ese mismo sistema
cultural en todos sus valores positivos, y con la capa-
El ambiente de corrupción se extendía por toda la cidad de asimilar para el servicio del mensaje y de su
ciudad y penetraba en la propia comunidad judía, compleja sociedad sistemas propios de su cultura ur-
como él mismo reconocerá. Era fervoroso en su reli- bana y comercial.
giosidad (Act 22, 3) y fiel en el cumplimiento de las
leyes romanas y judías, quedando situado de esta ma- El modo de proceder de Cristo con él, no por ajus-
nera en el sector de los ciudadanos honestos. Pero, ticiamiento sino por llamamiento amoroso a la
la inhumanidad y la dureza del sistema también lo conversión, le permite descubrir los errores
dominaban como se demostrará con su presencia en el fundamentales de su mundo externo e interno. Se le
apedreamiento de Esteban (Act 7, 59), y en su rigor desarrolla una conciencia crítica indiscriminada tanto
en la persecución contra los cristianos (Act 8, 3; para las desviaciones de la cultura grecorromana
9, 1-2). (Rom 1,18-32) como para la judía (Rom 2, 17-29),
de tal manera que no tiene reparo en afirmar que "to-
dos, judíos y paganos, están bajo el dominio del pe-
Saulo aparece de esta manera como un joven situa- cado" (Rom 3, 9), en el tenebroso régimen de la ley
do en la avanzada cultural de su época. Orgulloso de y-de la muerte (Rom 5, 12-21).
su ciudad (Act 21,39). Educado en un ambiente cos-
mopolita, urbano y comercial, en su interior es simul- La muerte de Jesucristo como camino para salvar
táneamente judío, griego y romano. Sueña con una y convertir a los culpables, le descubre el significado
paz integradora universal, pero su confianza la apoya del amor (1 Cor 13) y del mandamiento del amor al
en el cumplimiento riguroso de las leyes y en la fuerza prójimo en el que se resume toda la Ley (Gal 5, 14).
de las armas. Pedagogía y milicia eran probablemente
los grandes caminos que se abrían ante el idealista y Pero hecho este descubrimiento, en ningún mo-
honesto joven Saulo. mento por su nueva vocación se siente alejado de su
350 propia cultura y de su propia época. Por el contrario
351
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

encuentra una misión que realizar en ella y desde Pero, la realización concreta de esta vocación la
ella. encarna en los sistemas culturales de Tarso: viajero
incansable, se dirige a las grandes ciudades del Impe-
El proyecto romano, en sintonía fundamental con rio, repitiendo —aun con otro contenido—, la imagen
el isaiano, de la paz e integración universal, Pablo de los maestros que establecían su cátedra de ciudad
lo percibe afirmado y transcendido en Cristo, porque en ciudad. Funda pequeñas comunidades cristianas en
Dios nos ha revelado "su designio secreto, conforme medio de ciudades donde se pluralizan las comuni-
al querer y proyecto que El tenía para llevar la histo- dades religiosas en un ambiente de libertad. Pero, a
ria a su plenitud: hacer la unidad del universo por diferencia de las comunidades judías de Tarso, y con-
medio del Mesías, de lo terrestre y de lo celeste" forme a los nuevos ideales, en ellas se integran las per-
(Ef 1, 9-10). Más aún, superando las diferencias sonas más diferentes dentro de un régimen de gran li-
políticas de la época, descubre que Cristo "de los bertad para celebrar la esperanza de Cristo y la
dos pueblos hizo uno, aboliendo en su carne la Ley presencia del Espíritu. Pero se establece una organi-
de les minuciosos preceptos; para con los dos, crear zación y un orden, que ha de ser mantenido por cier-
en sí mismo una humanidad nueva, estableciendo la tos dirigentes, que serán los primeros presbíteros y
paz, y a ambos, hechos un solo cuerpo, reconciliarlos obispos, imitando los sistemas reinantes y conoci-
con Dios por medio de la cruz, matando en sí mismo dos.
la hostilidad" (Ef 2, 14-16). De tal manera que "ya
no hay más judío ni griego, siervo ni libre, varón ni Su descubrimiento de Cristo unido a su experiencia
mujer, dado que vosotros hacéis uno con Cristo" (Gal urbano-cosmopolita le permite diseñar un tipo de
3, 28). Sin embargo, este ideal no le hace olvidar la hombre nuevo con características muy especiales.
complementariedad que tiene que darse en la socie- Supuesta la fe en Cristo, es un hombre que descubre
dad y que se evidencia en la necesidad de la diversi- a un Dios sin acepción de personas (Rom 2, 11),
dad de funciones características de una vida urbana y que exige indiscriminadamente el amor a todos
(Col 3, 1 8 ^ , 1). los hombres (1 Cor 13, 4-8), hasta vencer el mal a
fuerza de bien (Rom 12, 21). Ha de ser intachable
Para Pablo se hace estimulante este nuevo proyecto en su conducta y en el cumplimiento de sus obliga-
de Dios en su mundo —proyecto simultáneamente de ciones (Col 3, 5-4, 6); Ha de ser buen ciudadano por
renovación profunda y de fidelidad a su cultura y motivos de conciencia (Rom 13, 1-10); trabajador
a su época—, de tal manera que acepta con alegría —de tal manera que "el que no quiera trabajar que
la vocación al apostolado recibida de Dios (Rom no coma" (2 Tes 3, 14)—; dedicándose cada uno
1,1). plenamente a su misión y actividad específicos (Rom
352 353
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

12,4-8); abierto a todo hombre, sin atender a las di- preguntamos con esperanza, ¿cómo promover las vo-
ferencias (Col 3, 11); liberal en lo opinable (Rom caciones en los nuevos condicionamientos de nuestra
14, 5-12) y en las prácticas puramente exteriores histórica civilización urbano-industrial?
(Rom 2, 25-29). "En resumen: esmerémonos en
lo que favorece la paz y construye la vida común" Jesús Formador de Apóstoles
(Rom 14, 19). para una Cultura Nueva
Si detrás de todo este pensamiento paulino está sin
duda la revelación de Dios y su palabra, se encuentran Otra problemática bien diferente era la que se le
también los esquemas y la sabiduría urbanas de una planteaba a Jesús con el grupo de vocaciones que reú-
típica ciudad de la época imperial romana. En ellos ne en su colegio de discípulos, de donde tenían que
hizo Jesús su presencia vocacional a través de Pablo, salir los Apóstoles: el problema de su formación.
con una incalculable trascendencia para la primera ex-
pansión del cristianismo y con un vigor en la promo- Pablo y los Doce son todos hebreos de sangre y de
ción de vocaciones sacerdotales y urbanas, religión, pero los contextos y experiencias culturales
que se constituyeron en los primeros dirigentes de las en las que han nacido y se han desarrollado son bien
comunidades cristianas establecidas en las ciudades diferentes. Sin embargo, su vocación y su misión iban
del imperio. a ser idénticas, y fundamentalmente era el mismo el
mundo al que tenían que evangelizar.
Sin duda que para los cristianos establecidos en
Israel debía haber una gran desconfianza en la El problema es fácil de exponer: los discípulos pri-
promoción de vocaciones directivas cristianas prove- meros, hombres arrancados de un contexto tradicio-
nientes de las corrompidas ciudades del Imperio. Más nal judío, con el que se sentían profundamente iden-
aún, pronto descubrieron la mentalidad liberal de tificados, como aparece en muchos pasajes, tenían
estas nuevas vocaciones y temieron la falta de fideli- que ser sistemáticamente preparados por Jesús para
dad a las tradiciones y a las exigencias de la misma introducirse en un mundo complejo, en el que, supe-
revelación. Pero, en el proyecto de Jesús, fue Pablo, rados sus prejuicios raciales, religiosos y nacionalistas,
el urbanita de Tarso, el que tenía que evangelizar en integrasen en una nueva fe y en unas nuevas comuni-
el evangelio de la liertad y el amor a la misma comu- dades, por la fuerza de la palabra y del testimonio,
nidad matriz de Jerusalén. a judíos y a gentiles con evidentes posibilidades de ser
rechazados y perseguidos por todos. Fidelidad a Cris-
Un desafío similar es el que nos encontramos en la to, audacia evangelizadora y martirio son las notas
actualidad. Y a la luz del acontecimiento paulino nos que caracterizan la historia de los hombres formados
354 355
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

por Jesús, y que tuvieron que afrontar su ministerio no se extrañan de sus exigencias, pero simultánea-
en un paisaje muy diferente al del lago de Genesaret, mente buscan y esperan los puestos imporrtantes de
donde transcurría su vida cuando se encontraron por la futura situación (Mt 20, 21), y no se olvidan de
por vez primera con el Maestro. preparar algunas espadas (Le 22, 38). Se advierte su
desilusión conforme se desvanece su proyecto sobre
El contexto económico, social, político y religioso Jesús (Jn 6, 67; Le 24, 21). E incluso en el día de la
de la Palestina de Jesús y de los Doce, ha sido recien- ascensión, todavía preguntan obstinadamente:
temente bien presentado por Gerd Theissen en su "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino para
obra "Sociología del movimiento de Jesús" (Santan- Israel?" (Act 1,6).
der, 1979). Era una situación bien diferente de la de
la ciudad de Tarso. País religiosamente uniforme —a Incluso después de la venida del Espíritu Santo se
excepción de los extranjeros invasores—, de marcado advierten las dificultades en superar el conservaduris-
carácter teocrático, y en difícil situación econó- mo judaizante (Act 11, 1-18) y que culmina en el de-
mica y política, se replegaba peligrosamente sobre un nominado Concilio de Jerusalén (Act 15).
pasado restauracíonista, poniendo su esperanza en la
venida de un Mesías-Rey con capacidad política y No debió ser fácil el proceso pedagógico para con-
militar, apoyada en la fe en Yahvé, que salvaría a seguir en los nuevos Apóstoles el paso de una fe
su pueblo. mediatizada por determinadas imágenes culturales
localistas a una fe renovada por la palabra de Jesús; de
La mayoría de los Doce —quizá con la excepción una cultura tradicional y restauracíonista a una
de Mateo y de Judas Iscariote—, son vocaciones de cultura abierta, integradora y liberadora. Sin embargo
campesinos y pescadores fuertemente identifi- el resultado fue positivo, de tal manera que escribirá
cados con las ideas corrientes, y padeciendo en sus vi- S. Pablo: "Fuisteis edificados sobre el cimiento de
das la situación generalizada. Se les advierte reciamen- los apóstoles y profetas, con Cristo Jesús como pie-
te religiosos, aunque no poco despreocupados ante los dra angular." (Ef 2, 20).
pequeños legalismos (Mt 12, 1-2; 15, 1-2 etc.).

Su encuentro con Jesús les hace sospechar que se Conclusiones


han encontrado con el Mesías, tal como está imagina-
do por la mayoría del pueblo. Natanael afirma ya en < Estos dos bloques de hechos, que encontramos en
el primer encuentro: "Rabí, tú eres el hijo de Dios, el Nuevo Testamento, nos ponen en pista para enfren-
tú eres el Rey de Israel" (Jn 1, 49). Por ese motivo tar nuestro trabajo.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Nos preguntamos sobre la promoción de vocacio- ponente más característico en las ciudades, no se re-
nes sacerdotales en los condicionamientos de una fugia exclusivamente en ellas —originando la falaz di-
nueva cultura urbano-industrial con carácter de uni- cotomía entre cultura rural y urbana—, sino que es
versal. La vocación de Pablo nos abre horizontes so- una forma de vida y de convivencia humana que en-
bre su posibilidad, sobre la metodología a seguir, e globa simultáneamente la ciudad y la zona o región
incluso sobre su importancia para una mejor com- que la ciudad centraliza mediante las denominadas
prensión del mensaje y para facilitar el desarrollo de funciones o servicios urbanos. Por ese motivo, toda
su dinamismo evangelizados la región en conexión vital con la ciudad, y lógica-
mente la misma urbe, vive bajo el signo de lo urbano,
» y consiguientemente toda esa amplia población hu-
Otro problema que se nos plantea es el de las vo- mana relacionada entre sí ha de ser denominada ur-
caciones rurales y campesinas que acceden a nuestros bana, aunque se mantiene una distinción entre la po-
Seminarios, y que en el año 2000 tendrán que actuar blación rural y la urbanita.
como sacerdotes en un contexto marcadamente ur-
bano-industrial. El caso de Jesús con los Doce nos
indica la exigencia de establecer una pedagogía ade- Dicha conexión en la actualidad es mucho más evi-
cuada que los prepare para esa nueva situación. dente por el incremento de la comunicación —tan-
to vial como informativa— entre la ciudad y su re-
gión, y por la progresiva industrialización de las ciu-
Pero de los grandes principios teológicos tenemos
dades que les permiten ofrecer no sólo los clásicos
que descender a nuestra realidad y descubrir una
servicios del sector terciario, sino también abundan-
implementación adecuada.
cia de productos manufacturados propios del sector
secundario. Desde este punto de vista, Puebla acerta-
damente ha afirmado que es en las ciudades donde
II. Caracterización de la Civilización se están gestando los nuevos modos de cultura (DP
Urbano-Industrial 441), y desde donde se transmiten al resto de la
población, siendo también las nuevas ciudades indus-
Ante todo es necesario una comprensión, al menos trializadas el motor de la nueva civilización (DP 429).
aproximativa, de qué es la civilización urbano-indus-
trial tanto desde sus perspectivas positivas como ne-
Características Generales
gativas.
Si en los límites de una simplificación pretende-
A manera de preámbulo, es necesario recordar que
mos caracterizar la civilización urbano-industrial, tres
la civilización urbano-industrial, aunque tiene su ex-
359
358
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

son los rasgos, a mi juicio, más significativos: la


timo, es necesario establecer un sistema regulado y
conciencia globalizadora de la comunidad humana, el
coherente de relaciones que determina el grado de
incremento de la capacidad creadora del hombre,
organización de una ciudad.
y la exigencia de defender e incrementar los márge-
nes de libertad y personalización. Pero, el hombre urbanita no sólo es consciente de
ser miembro de la amplia comunidad ciudadana. La
La primera característica es la conciencia globaliza- ciudad, por su misma naturaleza lo relaciona con
dora de la comunidad humana. la más amplia comunidad regional, de la que ésta se
abastece y a la que tiene que prestar sus servicios.
En efecto, partiendo del fenómeno urbe, ésta se Toynbee, en su obra "Ciudades en Marcha" (Madrid
constituye por una importante concentración humana 1973), afirma cómo la mayoría de las primitivas ciu-
en un determinado punto del espacio. La propia dades se establecieron con el compromiso de la de-
población urbanita —es decir, la que vive en fensa militar —fortalezas—, y facilitando las relaciones
la ciudad—, tiene que organizar y elaborar su propio comerciales en la región —mercados—.
medio ecológico humano —la urbe—, que simultánea-
mente tiene que responder a dos exigencias: la de ser El actual sistema mundial, concientiza al hombre
"habitat" e instrumento de trabajo para sus ciudada- que tanto su comunidad urbanita como la regional,
nos. Esto origina una conciencia colectiva, que identi- se encuentran en estrecha dependencia con otros cen-
fica a cada ciudad, por la que los habitantes afirman tros y ciudades, como especialmente lo significó
que pertenecen a tal ciudad —es decir, a tal Christaller, dándole conciencia al hombre urbano de
comunidad urbanita—, considerando sus logros y sus lo que hoy se denomina ciudadanía del mundo.
fracasos colectivos como propios. Esta conciencia,
cuando es plenamente positiva implica el reconoci- La segunda característica viene dada por el incre-
miento de responsabilidades comunes, y la exigencia mento de conciencia de la capacidad creadora del
de una participación y comunión en las decisiones hombre, especialmente cuando trabaja organizada-
que afectan a la colectividad. mente. En este punto ha tenido una importancia de-
cisiva la industrialización de las ciudades.
Más aún, lo típico de dicha comunidad es la con-
ciencia de las especializaciones complementarias de Mediante la industria, los hombres organizados en
sus habitantes. Todos se necesitan mutuamente, y se- un proyecto común, se sienten con una capacidad
gún los servicios que cada uno presta, se exige res- creadora inédita, que se manifiesta principalmente en
ponsabilidad, competencia y disponibilidad. Por úl- la novedad y abundancia de los productos manufac-
turados.
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Esta conciencia, principalmente generada en las urbe, o las tendencias de algunos de sus sectores o
ciudades, conduce al hombre urbano de su capaci- funciones más importantes —dada la estrecha in-
dad de producción y transformación de bienes al terrelación entre todos los componentes factoria-
protagonismo histórico, proceso secularizador en el les de la ciudad—, exigen una gran libertad para la
que el hombre se siente responsable de la marcha y expresión y la información que simplificativamente se
modelación de la historia, sintiéndose herido en suele denominar como libertad de prensa y de ex-
su dignidad humana cuando es reducido a la función presión.
de mero instrumento o pieza. Por ese motivo, la tra-
dicional democracia de las ciudades griegas, toma hoy La coexistencia de perspectivas e intereses contra-
una fuerza inaudita en todos los medios urbanos, con puestos exige la libertad para la creación de asocia-
la exigencia del paso de las democracias formales a ciones específicas e intermedias etc., que equilibren
las reales.
los intereses y los derechos de todos.
La tercera característica de la civilización urbano- De esta manera, la ciudad queda caracterizada por
industrial es la exigencia de la libertad humana. Es-
la exigencia de la libertad y de su consecuente plura-
te valor viene postulado por fenómenos diferentes.
lismo.
El mismo volumen demográfico de las ciudades
exige una cierta tolerancia y un respeto a la privati- Detrás de estas tres características ciudadanas se
cidad, para que sea posible una convivencia. Por eso encuentra, lo que he llamado en otras ocasiones, el
la ciudad, de suyo, tiende a ser permisiva para la ethos y el humanismo de la civilización urbano-indus-
expresión libre de cada persona. trial, que si estuviera regido por el principio normati-
vo del bien del hombre y del amor al prójimo nos en-
La rígida organización objetiva que impone el sis- contraríamos en los umbrales de una hierofanía urba-
tema urbano para su buena marcha, ha de ser na.
compensado con otro sistema en el que se favorezca
la originalidad, la libertad y la intimidad de los ciu- Desviaciones de la Civilización Urbano-Industrial
dadanos. Así en la ciudad se tienden a multiplicar
las asociaciones libres, en las que los ciudadanos se De hecho, la civilización urbano-industrial nace en
encuentran por sintonías libres y personales. el seno de la cultura occidental y, desde un principio,
queda marcada por una serie de factores negativos,
Igualmente, la trascendencia que implica para
que en el lenguaje paulino se designarían como el pe-
todos los ciudadanos las decisiones globales sobre la cado de la nueva civilización.
362
363
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

Dos factores negativos han influido especialmente nentaliza con fuerza a partir de 1945, y aparece bajo
en la configuración de la civilización urbano-industrial: el signo de múltiples tipos de dependencia.
el individualismo - q u e en su formulación grupal se
transforma en clasismo-, y el economicismo, que ins- Antecedentes Culturales Autóctonos
trumentaliza al hombre en función del complejo fenó-
meno económico. Ambos factores unidos han provo- La cultura latinoamericana —en su significación
cado una inversión de valores que fundamentalmente más estricta— se genera en ámbito colonial, en convi-
entran en conflicto con el humanismo y el ethos urba- vencia pluricultural y en proceso progresivo de cristia-
no-industrial. Se manifiesta en la aguda problemática nización.
y en los conflictos sociales, que tienden a radicalizarse
en los denominados ideologismos. Y desde el punto El sistema colonial favoreció especialmente el desa-
de vista religioso, dan origen a la aparición del secula- rrollo de la minería y del sector agropecuario, origi-
rismo (DP 434-436). nando ciudades principalmente administrativas y por-
tuarias que aseguraban la conexión con las metrópolis
Esta situación origina una constelación de fenóme- y la organización interna del continente.
nos concomitantes bien conocidos de todos, como el
consumismo, el erotismo, la ambición por el poder y
Desde un principio el régimen colonial se estableció
la riqueza, y la violencia en sus manifestaciones más
sobre la pluriculturalidad -aceptación de culturas
variadas.
aborígenes y africanas— que favoreció el mestizaje,
De hecho, estos elementos entran también a formar pero con sometimiento de las culturas colonizadas a
parte del modo de ser y de las actitudes de la civiliza- la cultura metropolitana, mediante los sistemas esta-
ción urbano-industrial histórica, situándola en una blecidos de encomienda para los amerindios y de es-
violenta contradicción interna que hace que se sienta clavitud para los negros traídos del África.
amenazada mortalmente desde muchos aspectos. De
nuevo nos encontramos con el binomio paulino "pe- La expansión rápida del cristianismo, desde un
cado-muerte" en el seno de nuestra civilización. punto de vista estrictamente sociológico, promovió
ciertos niveles de integración continental dentro de la
III. La Civilización Urbano-Industrial pluriculturalidad, fácil de advertir actualmente en
en América Latina América Latina, pero sin conseguir la igualdad necesa-
ria, dando validez para el pasado la afirmación hecha
El fenómeno urbano-industrial es relativamente tar- en nuestros días por Puebla: "en pueblos de arraigada
dío en América Latina. Se puede afirmar que se conti- fe cristiana se han impuesto estructuras generadoras
364 365
Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelización

de injusticia", de tal manera que esta constatación pacidades de autodeterminación y de autogestión de


aparece a los Obispos como "un índice acusador de
la propia comunidad urbana.
que la fe no ha tenido fuerza para penetrar los crite-
rios y las decisiones de los sectores responsables del li-
derazgo ideológico y de la organización de la convi- Este hecho, por diferentes razones, genera un con-
vencia social y económica de nuestros pueblos" (DP junto de fenómenos enlazados entre sí que entran en
437). abierta contradicción con el ethos urbano. Surge el
parasitismo de las ciudades sobre sus regiones funcio-
La independencia política del continente no cam- nales, imponiéndoles simultáneamente los modelos
bió fundamentalmente el esquema. En general, se economicistas, lo que provoca una huida del campo
mantuvo una dependencia exterior económica, aun- cada vez más inhumana y con menos posibilidades,
que cambiando los centros metropolitanos, y se intro- produciéndose una inmigración masiva y descontrola-
dujeron las ideas del liberalismo religioso principal- da a las ciudades. Las ciudades a su vez se sienten in-
mente en las élites, mientras el pueblo mantenía su re- vadidas y, bien por su propia limitación interna, bien
ligiosidad principalmente a través de la compleja cate- por las rígidas normas del economicismo por las que
quesis de la religiosidad popular. se rigen, en ellas se origina una desproporción entre
población y trabajo, surgiendo una inmensa masa de-
socupada. Esta desocupación a veces queda encubier-
Advenimiento de la Nueva Civilización ta por el comercio-hormiga, por los pequeños servi-
cios de sobrevivencia, incluso por el incremento de
Sobre esta cultura viene a instalarse tardía y exte- una burocracia inútil. Son secuelas de esta situación,
riormente la nueva civilización urbano-industrial, fe- el desarrollo de la prostitución, de la criminalidad, de
nómeno que unido a una ya crónica crisis rural, ace- la mendicidad, etc.
leran un rápido crecimiento urbano, que adquiere las
características de caótico.
Urbanísticamente se originan los enormes cinturo-
nes de los denominados barrios marginados, con fre-
Muchas ciudades se configuran externamente a
cuencia con establecimiento de mera ocupación por
otras similares en zonas de subdesarrollo o en vías de parte de sus habitantes, y caracterizados por la inhu-
desarrollo. Su industria, su sistema de comunicación manidad de la vivienda, por la ausencia o precariedad
y de información —desde aspectos muy variados—, su de los servicios e, incluso, por su inseguridad interna.
economía y su sistema financiero están condicionados Frente a ellos suele surgir uno o varios grandes cen-
por centros poderosos del exterior, que Puebla ha de- tros, en los que se concentran los grandes bancos, los
nominado como grandes potencias, limitando las ca- lujosos comercios y centros de diversión. Y en estraté-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

gicos lugares se construyen los "barrios residenciales", ofrecer los servicios básicos de vivienda, hospitales,
que en parte por las exigencias de los nuevos sistemas escuelas, etc., agrandándose así la marginación social,
varios ciudadanos, en parte buscando su aislamiento y cultural y económica" (DP 71 y 121). Subrayan en
seguridad, comienzan a estructurarse en los denomi- su contemplación "la creciente brecha entre ricos y
nados polígonos. pobres", de tal manera que "el lujo de unos pocos se
convierte en insulto contra la miseria de las grandes
Todos estos fenómenos conducen a la población masas" (DP 28). Insisten en repetidas ocasiones que
urbana a un punto crítico de contradicciones y caos, "la situación de inhumana pobreza en que viven mi-
que se traduce en conflictos sociales, cuya dinámica llones de latinoamericanos ( . . . ) no es una etapa ca-
se procura aminorar con soluciones precarias y co- sual, sino el producto de situaciones y estructuras
yunturales insuficientes desde el punto de vista del económicas,sociales y políticas, aunque haya tam-
ethos urbano—, con campañas antinatalistas —que con bién otras causas de miseria" (DP 29-30), y las va-
el tiempo pueden complementarse con la propagación loran ética y dinámicamente como "estructuras ge-
del eutanasismo—, y con la violencia, bien represiva, neradoras de injusticia" (DP 437), lo que hace que
bien revolucionaría según las diversas situaciones y ,'desde el seno de los diversos países está subiendo
posibilidades. hasta el cielo un clamor cada vez más tumultuoso e
impresionante. Es el grito de un pueblo que sufre y
que demanda justicia, libertad, respeto a los dere-
Juicio y Desafíos para la Iglesia
chos fundamentales del hombre y de los pueblos"
(DP 87). Estos fenómenos, dinamizados con las co-
Y todo esto sucede en un ambiente que caracteriza rrientes ideológicas de marcada raíz materialista y
típicamente a nuestras ciudades y a nuestro continen- economicista que imperan o se propagan por nues-
te: convivencia pluricultural con una predominancia tras ciudades (DP 542-550), amenazan con una
lingüística del español o del portugués; altos pocenta- violencia globalizada y fratricida (DP 531) con con-
jes de juventud; y pertenencia ampliamente mayorita- secuencias inimaginables.
ria al catolicismo con generalizadas expresiones de
religiosidad popular.
Desde el punto de vista religioso, las ciudades apa-
Los Obispos con intuición pastoral, han presentado recen llenas de cristianos y de juventud cristiana, sur-
el cuadro de estas ciudades latinoamericanas en su giendo la necesidad "de evangelizar y catequizar ade-
Documento de Puebla. Afirman que "crecen desorga- cuadamente a las grandes mayorías que han sido bau-
nizadamente con peligro de transformarse en megápo- tizadas y que viven un catolicismo popular debilitado"
lis incontrolables en las que cada día" es más difícil (DP 461); pero constatando simultáneamente que
368 369
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

"el crecimiento demográfico ha desbordado las po- pastoral vocacional para los ministerios ordenados y
sibilidades actuales de la Iglesia para llevar a todos la para la vida consagrada: el concepto, el modelo y la
Buena Nueva" (DP 78). realización de Iglesia con la que nos encontramos
comprometidos, y para la que se convocan las voca-
Simultáneamente los Obispos han subrayado la zo- ciones, y para las que se las forma y prepara.
na de escándalo: En un pueblo cristiano la fe no ha
tenido virgor para penetrar las estructuras sociales y el El tema es extraordinariamente complejo y amplio
liderazgo ideológico (DP 437), mientras amenaza la para poder ser abordado en esta ocasión en toda su
propagación del secularismo (DP 434). amplitud. Para los que tengan más interés, me remito
a un artículo que recientemente he publicado con el
La nueva civilización industrial-urbana en América título: "Una Iglesia más evangelizadora en las gran-
Latina enfrenta a la comunidad humana con dos gra- des ciudades de América Latina 150 . Sólo recojo al-
ves amenazas: la violencia fratricida y la crisis de la fe. gunas notas que me parecen fundamentales, y que de
Estos son también los grandes desafíos de nuestra Igle- una forma eminente se han de vivir en los ordenados
sia. Y en ese duro contexto se centra nuestra proble- y consagrados en la Iglesia.
mática, considerada como fundamental por Juan Pa-
blo II, y como prioritaria para Puebla: la pastoral vo- La primera nota es la perfecta identificación de la
cacional en los nuevos condicionamientos de la nueva Iglesia con su propio ser y misión en la interioridad de
civilización urbano-industrial latinoamericana. la civilización urbano-industrial, para que procure ser
lo que debe ser, y al mismo tiempo sea fácilmente
identificable por los que se encuentran fuera de ella
IV. La Iglesia Urbana en América Latina
Su identificación le ha de venir dada, en primer lu-
gar, por su conciencia de ser una comunidad congre-
Hasta este momento hemos presentado esquemáti-
gada por la fe en el nombre del Señor, de tal manera
camente, dentro de su complejidad, el contexto urba-
que sea consciente de que en el fervor, la obediencia
no-industrial en el que se ha de desarrollar la pastoral
y la fidelidad a Jesucristo, es donde se encuentra el
vocacional, tanto en su vertiente promocional como
fundamento de su fuerza y de su esperanza.
en la formativa de los actuales seminaristas y futuros
i
sacerdotes.
Otro rasgo muy importante de su identidad ha de
ser su libertad para recibir a todo tipo de personas
Pero, hay otro factor que condiciona una correcta
pastoral vocacional, especialmente cuando se trata de 150. Medellín 33 (1983) 89-116.
370 371
Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

que, invitadas por el Señor Jesús, solicitan su incorpo- Como asociación religiosa sabe que su influjo en la
ración a la Iglesia, sean considerados como justos o ciudad ha de ejercerlo primordialmente por la vía
como pecadores por la sociedad envolvente e incluso evangelizadora de la conversión, proceso que se desen-
dominante, con tal que quieran vivir conforme a las cadena fundamentalmente a través de la fuerza de la
exigencias del Evangelio. Como en las comunidades palabra y del testimonio.
paulinas, la Iglesia ha de ser un lugar privilegiado don-
de se inicia la reconciliación entre los hombres. Cuarta nota ha de ser su inserción preferencial en la
pobreza y en los pobres, ya que, como han afirmado
La segunda nota de una Iglesia urbana ha de ser su los Obispos del Brasil, "resulta útil situarse en el lugar
clara visibilización como cuerpo de salvación integral social que permita contemplar mejor la condición es-
y comunitaria de la agrupación urbana, a partir del tructural de la injusticia: el lugar de las poblaciones
doble principio teológico: la Iglesia es el Cuerpo de que más las padezcan".
Cristo, y Cristo es el que ha venido no para ser servi-
do sino para servir, buscando la salvación integral y
comunitaria de todos. Quinta nota de una Iglesia Urbana ha de ser su or-
ganicidad y corresponsabilidad estructurada, en la que
Esta postura abierta salvará a la Iglesia del riesgo de quede perfectamente definida la función del colegio
un ensimismamiento egoísta, y demostrará su clara presbiterial, y la pluralidad en las formas del ejercicio
vocación comunitaria misionera. del ministerio sacerdotal.

Tercera nota es la aceptación de su modesto puesto Sexta nota sería la aceptación y promoción interna
sociológico en el tejido de la civilización urbano-indus- a la Iglesia de las que, desde un punto de vista socioló-
trial, como asociación libre específicamente religiosa gico, llamaríamos asociaciones o estructuras interme-
dias, y que en lenguaje teológico denominaríamos co-
Como asociación libre ha de reconocer y aceptar munidades carismáticas, en el sentido paulino. Estas
con alegría que su lugar no se encuentra en los vérti- permiten una Iglesia siempre viva, con capacidad de
ces de la autoridad secular ciudadana, sino en la base renovación constante e impostando prácticamente
de la comunidad humana, sin pretender situaciones la libertad ganada por Cristo. Dichas comunidades
privilegiadas que no le corresponden. Pero defendien- pueden facilitar especialmente la presencia de la Igle-
do el derecho a ser reconocida como tal asociación y sia en la pobreza y en los pobres.
respetada en la autonomía característica de toda aso-
ciación libre, que en este caso viene dada y definida Séptima nota es la de una Iglesia que sepa conjugar
por el mismo Jesucristo. la gran comunidad —o cuerpo de salvación—, con las
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

pequeñas comunidades, estableciendo una amplia red Una Nueva Imagen Sacerdotal
de microiglesias domésticas, en las que de hecho pue-
da vivir en fraternidad entre los cristianos en relacio- El cambio de sociedad con el consiguiente cambio
nes amicales y cercanas. de Iglesia, conduce simultáneamente a un cambio de
la imagen del sacerdote, fenómeno que repetidas ve-
ces se ha producido a través de la historia. Quiero pre-
Octava nota es la atención personal a cada uno de sentar tentativamente algunos rasgos del muevo
los cristianos, promovida de diferentes maneras, de modelo sacerdotal en sus aspectos más genéricos de
tal modo que si la Iglesia vive valientemente su mi- cambio, aspectos que están presididos por las exigen-
sión hacia fuera, atiende simultáneamente a cada uno
de sus miembros en todos sus problemas y necesida- cias de un sacerdocio evangelizador más urbano y
des. más misionero.

De hecho nos encontramos ante la exigencia del


Por último, frente al pesimismo, en tantas ocasio-
nes reinante, la Iglesia, sin perder una clara concien- paso de un sacerdote ruralizado a un sacerdote urba-
cia crítica-pastoral de la realidad, ha de mostrarse no dentro de una dinámica industrial.
como una comunidad siempre abierta a la esperanza,
viviendo la alegría de la resurrección, por difíciles y No se trata de un cambio de ubicación geográfica.
complicadas que sean las situaciones bien externas Es algo mucho más profundo: se trata de inserción en
bien internas en las que se encuentre. un nuevo ambiente cultural, que denominamos como
urbano-industrial.
Con estas nueve notas sólo pretendo describir muy
someramente la nueva Iglesia Urbana que, bajo el im- 1. El sacerdote rural, en el sentido que aquí le doy,
pulso del Vaticano II, de Puebla y de las exigencias es principalmente un tipo de sacerdote de quien exi-
ambientales, comienza ya a perfilarse y a estructurar- ge el pueblo que sea la memoria viva de sus tradicio-
se en América Latina, y cuya imagen será cada vez nes religiosas, y el promotor constante de las viejas
más diferente de la tradicional Iglesia latinoamerica- y seculares costumbres. Representa religiosamente un
na configurada desde su origen por una orientación antiguo y tradicional orden, en nombre del cual corri-
misionero-colonial y establecida bajo un régimen de ge autoritariamente cualquier clase de desviaciones.
cristiandad, y en un contexto en el que predominaba La cultura rural tradicional es mítica, más apoyada en
la cultura rural. las experiencias del pasado que en las incertidumbres
del futuro. Del sacerdote se espera que tenga la sabi-
duría del pueblo, la experiencia sensata de los anti-
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Antonio González Dorado, SJ. Testigos de la nueva evangelización

guos, la seguridad de las tradiciones, el conocimiento apoyado en su vocación por el mismo ambiente
de todas las generaciones de su comunidad. homogéneamente cristiano que le rodeaba. Como to-
davía percibimos en nuestro mundo campesino, el
En contraste, la nueva cultura urbano-industrial
pueblo necesita y defiende a su sacerdote, admira sus
es una cultura fundamentalmente orientada hacia
virtudes y perdona sus pecados, pero lo quiere y, en
el futuro y la novedad, hacia las continuas reformas e
este sentido, le ayuda a ser siempre sacerdote.
innovaciones, como acertadamente ha apuntado Al-
vin Toffler (El shock del futuro, Barcelona 1976).
De esta manera, el sacerdote se ha de encontrar siem- La civilización urbano-industrial es una cultura plu-
pre frente a lo desconocido, sin fórmulas ni recetas ral y abierta, donde todo es posible, en la que se acep-
tradicionales, con una capacidad de adaptación y de ta que todo siempre puede volver a empezar, donde se
creatividad constantes. Los continuos movimientos exalta la libertad de cada persona. Por eso el
migratorios del hombre de nuestra cultura urbana le sacerdote de la nueva cultura se encontrará sin am-
obligan a conducir comunidades que siempie se en- biente protector de su propia vocación. La fuerza y el
cuentran en proceso de renovación, prácticamente ca- sentido de su sacerdocio tiene que encontrarlo en su
rentes de memoria y de recuerdos. La memoria ur- interior, y él mismo ha de tener capacidad de crear
bana es muy distinta de la memoria campesina. Del sus propios ambientes en los que pueda hallar el apo-
sacerdote urbano se exige su capacidad de adaptación yo que todo hombre necesita para ser fiel a su com-
a situaciones siempre nuevas, y la capacidad de en- promiso inicial. Más aún, con frecuencia se sentirá
contrar nuevos caminos evangélicos para planteamien- tentado por otros ambientes, no sólo en dimensio-
tos inéditos, con esperanza abierta sobre el futuro, sin nes que podemos considerar como accidentales de
dejarse anclar en las añoranzas del pasado. su vida, sino también en la misma radicalidad de su
sacerdocio y de su fe. Para él es necesaria la energía
De otra manera: mientras al sacerdote tradicional interna propia de los misioneros de todos los tiempos.
rural se le pide una traducción del Evangelio princi- Su sacerdocio ya no tiene una armadura externa
palmente en un contexto de experiencia y tradición, que le sostiene en su debilidad. Tiene que encontrar
el sacerdote urbano de la nueva civilización, ha de ser su vigor en su fe y convicción profundas.
creativo y adaptable, en una lectura evangélica rea-
lizada siempre en clima y talante de discernimiento 3. Otro cambio en la imagen sacerdotal, que pro-
ante lo nunca anteriormente planteado.
mueve el paso de una cultura rural a otra urbano-in-
dustrial, es el de situar al sacerdote —no obstante las
2. El sacerdote tradicional, en su contexto simul- nuevas y diferentes formas posibles de ejercer su
táneamente rural y de "cristiandad", se mantenía ministerio— en su función estrictamente evangeliza-
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

dora y sacerdotal, incluso con la tendencia a margi- ce a ser el ministro de una de estas comunidades, casi
narlo socialmente. un marginado social frente a las grandes instituciones
seculares y socializadas de la ciudad.
En efecto, en la cultura rural tradicional, bastan-
te indiferenciada y, con frecuencia carente de resor- En realidad, el sacerdote de la civilización urbano-
tes internos de promoción social, el sacerdote ha sido industrial ha de aceptar el ser un humilde servidor
y es una importante figura social. El sacerdote junto a del Evangelio, y desde su modesto relieve social —ca-
su ministerio más específico, ha sido el que construye rencia de status institucional secular— ha de tener la
iglesias, levanta escuelas, promueve centros de salud, audacia para denunciar los pecados y problemas hu-
abre guarderías infantiles, proyecta caminos nuevos y manos de la sociedad, y para anunciar un Evangelio
hace edificar puentes, y es la persona en la que siem- de paz y de esperanza.
pre se reconoce una capacidad de influencia para la
solución de problemas que no la tienen por vía ordi- 4. Por último, el sacerdote de una civilización ur-
naria y administrativa. bano-industrial ha de ser de una gran flexibilidad y li-
beralidad para poderse adaptar a todo tipo de situa-
La cultura urbano-industrial es mucho más comple- ciones, tendencias, ideologías, modos de vida. Ha de
ja y socializada. Ella tiende a autoabastecerse de toda saber vivir en la pluralidad y para la pluralidad. Pero,
clase de servicios necesarios, al mismo tiempo que és- esta flexibilidad ha de quedar unificada por la entere-
tos tienden a socializarse, perdiendo relieve el za de su fe y por el fervor de los santos, que simultá-
sacerdote en la denominada ciudad secular. El fenó- neamente se abre en fidelidad a Cristo y a la Iglesia,
meno ya comenzamos a advertirlo especialmente en en recia expresión de libertad evangélica, y en radical
el sector de las religiosas hospitalarias, que hoy co- postura de servicialidad al hombre y a la sociedad en
mienzan a transformarse en funcionarías dentro de la que vive.
las grandes instituciones sanitarias.
El sacerdote rural permitía una imagen bien dife-
rente. Una cierta inflexibilidad le es exigida por la
Más aún, la cultura urbana distingue entre los ser- pervivencia de una tradición que se mantiene y repite
vicios comunes y necesarios para todos los ciudadanos en el avance de las generaciones. Su función es la del
—como son las escuelas, los tribunales, los hospitales presbítero, el más viejo, característica de las culturas
etc.— y las instituciones o asociaciones libres, entre tradicionalistas. El fervor de su vida puede quedar
las que se encuentran las agrupaciones religiosas den- paliado en muchas circunstancias por su prestigio ins-
tro de un amplio ambiente de libertad y pluralidad titucional en la comunidad, en la que hay una preva-
religiosas. Desde esta perspectiva el sacerdote se redu- len cia estimativa de la santidad objetiva sobre la
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

subjetiva. Su servicio puede quedar perfectamente V. Exigencias para una Pastoral de Promoción
conectado con una rígida autoridad vertical sacrali- Vocacional
zada.
No pretendo en este momento trazar un plan de
La sociedad urbano industrial exige otro tipo de
pastoral vocacional que promocione vocaciones para
sacerdote, dado que en el campo religioso valora más
el sacerdocio y la vida consagrada. Sólo intento expo-
la autoridad moral —la de la santidad subjetiva y el testi-
ner algunos grandes principios para cualquiera que sea
monio— que la objetiva que pueda tener al interior
el plan o el sistema concreto, en la medida en que se
de su comunidad. Desconfía de los hombres conserva-
oriente a la juventud que ya se encuentra marcada
dores que miran con prejuicio al cambio y al futuro.
por la caracterización de la cultura urbano-industrial,
Se subleva contra los que vienen a imponer nuevas
como en el caso de Pablo que era un miembro típi-
y complicadas leyes, mientras acepta con alegría a
co de su civilización urbano-comercial-imperial.
los que impulsan un movimiento de renovación
dentro de un proceso de humanización progresiva e
indefinida. Pone su confianza en la difícil síntesis 1. Como punto de partida, pienso que una pastoral
del binomio "presbítero-neótero". de este tipo ha de dirigirse a todos los ambientes
donde se encuentra la juventud urbana sin timide-
5. Estos cambios radicales de la imagen sacerdo- ces de ninguna clase. Lo mismo ha de realizarse en la
tal —y similarmente de los consagrados— no son universidad que en las fábricas, en los suburbios de la
meramente externos y ambientales, sino que afec- pobreza que en los polígonos de la riqueza. El Señor
tan internamente a muchas de las vocaciones que llama donde quiere, y es importante que la contesta-
comienzan hoy, y del mismo modo afectarán a todos ción al pecado de la sociedad urbano-industrial junto
los sacerdotes que han de cumplir su función en el al seguimiento a Jesús y a su proyecto quede
representado por todos los sectores, iniciándose de
contexto de la nueva civilización. El sacerdote del
esta manera la reconciliación en Cristo y en el colegio
año 2000, recordando la imagen sacerdotal o religio-
presbiteral de los ambientes que se enfrentan social-
sa en la que nació su vocación, podrá sentir la duda
mente entre sí.
sobre su propia identidad; se preguntará por su pa-
pel y su sentido en el nuevo contexto. Su descon-
cierto puede llegar a ser de tal grado, que no sería 2. El llamamiento vocacional ha de iniciarse, como
extraño que el Señor tuviera que volver a repetir su en el caso de Pablo, con un fuerte encuentro con Je-
pregunta ante la nueva generación sacerdotal que ha sús que, en nuestro caso, normalmente ha de coinci-
tenido que sufrir el cambio: "¿Queréis iros también dir con un enérgico encuentro con una Iglesia per-
vosotros?" (Jn 6, 67). fectamente identificada con su ser y con su misión,
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Antonio González Dorado, S.J.
Testigos de la nueva evangelizadon
al menos en sus personas más caracterizadas, y con
una clara sensibilidad urbano-industrial. escéptica que invita a una retirada de la sociedad.
"De tal manera amó Dios al mundo", es el comien-
Por ese motivo, en la promoción de las vocaciones, zo dinámico de toda vocación.
es de extraordinaria importancia la renovación de la
imagen episcopal, en la que ha de sobresalir su dimen- Pero el amor ha de conducir a la nueva vocación
sión de pastor de la comunidad y cabecera misionera a una crítica que le ayude a discernir los valores de
de la Iglesia, lleno de un fervor en su fe que se mani- los antivalores, el ethos y el humanismo de una civi-
fieste en la promoción de la vida de oración y en la lización urbano-industrial, lo mismo que las contra-
defensa cristiana de su comunidad y del pueblo. Es el dicciones profundas en las que se encuentra de he-
pastor dispuesto a morir por sus ovejas. cho sumergida. El llamamiento es hacia grandes idea-
les por los que vale la pena de entregar la vida con la
conciencia objetiva, desde el Evangelio, de la realidad
Similar importancia tiene la imagen de los sacerdo- en la que se vive inmerso.
tes, especialmente de los directamente comprometi-
dos con este apostolado. Siguiendo las indicaciones
paulinas, han de sobresalir por su honestidad de vida 4. El primer encuentro con la vocación ha de con-
y responsabilidad social, por el testimonio evangélico ducir a las exigencias y renuncias que implica, con
de su vida en medio de la ciudad corrompida, y por la una acentuada mística de la heterogeneidad.
compenetración con una fe en Jesucristo y en su sis- Durante un tiempo ha existido una tendencia a
tema evangelizador para la transformación integral y la homogeneidad del "llamado" y del "consagrado"
comunitaria de la sociedad. con los demás, de tal manera que había un deseo de
que no se advirtieran las diferencias. Esta tendencia,
En general no podemos olvidar que el núcleo que en ciertos aspectos es perfectamente justificable,
dinámico del llamamiento no se expresa tanto por en muchos casos se exageró de tal manera que condu-
ideas como por imágenes y, más en concreto, por imá- jo a la disolución de las vocaciones, dado que se en-
genes de forma de vida, reflejadas en personas concre- cuentra en franca contradicción con la metodología
tas. vocacional expuesta por el Señor desde el principio.
La heterogeneidad hay que marcarla principalmen-
3. La orientación del llamamiento ha de estar do- te en los siguientes puntos, que responden a la proble-
minada por el amor salvífico y liberador de la socie- mática de nuestra civilización urbano-industrial: Ho-
dad a la que profundamente se ama. En ningún mo-
nestidad frente a la inhonestidad reinante; pureza
mento puede quedar marcado por una amargura
radicalizada (celibato) frente al erotismo; austeridad
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

y pobreza frente al consumismo; integración comuni- Discernimiento sobre los Candidatos


taria y fidelidad a la comunidad, frente al individualis-
mo; reconciliación evangélica, frente a la violencia; Hoy, en muchas de nuestras naciones son numero-
trascendencia y espiritualidad, frente al materialismo. sos los candidatos para la vida sacerdotal y consagra-
da. Pero nuestra preocupación por llenar numérica-
Se trata de la mística de un hombre nuevo y distin- mente unos cuadros pastorales necesarios ya y para el
to en una sociedad de pecado como camino para la futuro, hay que conjugarla con una política de selec-
promoción de una sociedad nueva. Sólo el fermento tividad evangélica. Es luminosa para nosotros la pos-
puede transformar una masa. Cuando el fermento se tura de Dios con Gedeón, cuando éste marchaba ha-
hace masa no sirve para nada. cia el campamento de los madianitas : "Mucha gente
llevas contigo, Gedeón" (Jue. 7). Lo importante no
5. Típico de la sociedad urbano-industrial son las es tanto el número como la calidad evangélica de los
asociaciones o clubes juveniles con finalidades especí- agentes pastorales. Esto es especialmente válido para
ficas, que se muestran en las formas concretas de es- períodos de acelerado cambio cultural, en los que
tructurarse. Es en estos clubes donde la juventud logra el propio sacerdote o religioso va a ser sujeto de cri-
expresarse en libertad, donde se establecen las amista- sis profunda y sometido a fuertes tentaciones ambien-
des por sintonía. Su réplica en el plano de las agrupa- tales.
ciones vocacionales nos parece fundamental, en con-
tacto con maestros "juveniles" que puedan orien- La selectividad y el discernimiento sobre los can-
tarlos y sintonizar con ellos. En la mayoría de las didatos han de quedar orientados prioritariamen-
agrupaciones vocacionales sería interesante disponer te por la clarificación de las motivaciones que di-
de un sencillo local donde los jóvenes pudieran ex- namizan vocacionalmente a los jóvenes, y por la
presarse en su nueva opción. constatación de un cuadro elemental de cualidades
básicas.
6. Dichas agrupaciones no pueden aislarse, sino
que desarrollando internamente una iniciación a la Las motivaciones han de ser especialmente ana-
vida de oración, han de mantener frecuentes cone- lizadas cuando los candidatos descubren su "voca-
xiones con diferentes tipos de comunidades eclesia- ción" en momentos de frustración, en ambientes
les, que sean eminentes por su vida evangélica; y familiares o sociales de los que desean huir, en situa-
con el ambiente, aunque estas últimas conexiones han ciones de rechazo de la imagen del varón o de la
de estar imbuidas de una característica dimensión mujer, en momentos sicológicos de ansiedad, en el
apostólica. deseo de una rápida salida humana o de una promo-
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Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.
para constituir el primer grupo del que saldrían los
ción social etc. En muchas ocasiones, estas motiva- futuros Apóstoles. Pero, en el proceso de formación
ciones profundas quedan enmascaradas, incluso para hay que tomar conciencia de que si su vocación de
el propio candidato. En esos casos es necesario ayu- hecho ha surgido en un determinado medio cultural,
darle a concientizarlas, al mismo tiempo que se le que podemos simplificativamente calificar como
descubren diferentes posibilidades de realización rural-tradicional, su sacerdocio lo van a realizar en
humana y cristiana, independientemente de la sacer- otro urbano-industrial, aunque sean destinados por
dotal y religiosa. sus Obispos a los mismos ámbitos geográficos de los
que proceden. Además hay que tener en cuenta que
Como cualidades básicas considero las siguien- la cultura urbana, en general, tiene una mayor capaci-
tes. Ante todo, la sinceridad consigo mismo y dad de adaptación a las culturas rurales, que no la
con los demás, de tal manera que quede garantiza- inversa.
da una capacidad de transparencia indispensable
que no permita al candidato teatralizar su vida.
Cierta capacidad de entrega y sacrificio en función de En este tipo de situación cultural cambiante es
los ideales. La garantía de poder vivir con integridad necesario seguir las perspectivas de la pedagogía prac-
una vida celibataria, además de una valoración ticada por el Señor con sus discípulos, como ya an-
proporcionada de esta forma de vida. Constancia y teriormente indicamos.
energía para mantener la fideüdad a sus compromisos.
Conciencia de la propia capacidad para poder reali- A continuación apuntamos algunos rasgos más
zar la vida por otros caminos diferentes. Suficien- importantes para este tipo de formación, que sin ne-
te capacidad intelectual para una preparación ade- gar las raíces de donde se procede, conduce al for-
cuada al tipo de servicio pastoral que tendrá que mando a capacitarse para ser sacerdote en el ambiente
realizar. Y especialmente, la constancia de una sóli- de una cultura más universal.
da fe y de una estima por su fe.
Insistencia en la Formación

VI. Pastoral de la Formación de Sacerdotes 1. En primer lugar, la formación ha de atender al


para el Año 2.000 desarrollo de una fe profunda y personalizada, y a la
iniciación de una seria y ágil vida de oración, espe-
Muchas de las vocaciones de nuestros seminarios cialmente personal. En la medida en que el ambiente
proceden de ambientes rurales y campesinos, como pueda ser más hostil o indiferente a la vocación de
los futuros sacerdotes y religiosos, más necesidad exis-
la mayoría de los discípulos que seleccionó Jesús
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Testigos de la nueva evangelización
Antonio González Dorado, S.J.

ya en el mismo marco de la formación. La fortale-


te de que éstos sepan encontrar en su propia interiori- za ante las dificultades múltiples del futuro ha de ser
dad el contaco con Dios, la fuente de energía que pedagógicamente desarrollada durante los mismos
mantenga y desarrolle la fidelidad y el entusiasmo años de la formación. De suyo, toda formación
por su propia vocación y misión. auténticamente sacerdotal ha de tener en su hori-
zonte el proyecto de un sacerdote entusiasmado
2. Al formando se le ha de ayudar a un crecimiento por su misión evangelizadora, y con la disponibilidad
en la valoración del Evangelio y de la comunidad ecle- martirial de "una sangre derramada por vosotros y
sial, como lugar privilegiado para vivir la presencia de por todos los hombres". Hoy vivimos en una América
Jesús, el encuentro con los hermanos que tienen la Latina bajo el signo del martirio. Nuestros sacerdotes
misma fe, y el entusiasmo de un cuerpo dinamizado se han de preparar para la abolición del homicidio
para la evangelización de la nueva cultura. Esto exige —sea cual sea su forma— y para la vida del martirio,
que se le desarrolle su necesidad y capacidad para vi- a ejemplo de Jesucristo y de los Apóstoles.
vir en comunidad eclesial; que descubra con gozo
la dimensión profunda y comunitaria de la vida sa-
cramental; que se le capacite para el discernimiento 5. En períodos de transición, es necesario
en el diálogo, y se le oriente sobre el misterio de preparar al agente de pastoral con un sentido de
la caridad vivida también en relaciones de amistad realismo evangélico que le permita poder conjugar
en el Señor. la tradición y la novedad, el pasado y el futuro. En
situaciones de cambio conviven simultáneamente va-
3. Dimensión especialmente difícil es prepararlo rias generaciones: generaciones de la antigua tradi-
simultáneamente para integrar equilibradamente la ción y generaciones proyectadas al futuro, cuando no
conducción y el servicio; el saber impulsar siempre al futurismo. Y desde el punto de vista pastoral, los
hacia nuevos horizontes mientras se respeta el proce- hombres no han de ser evangelizados por su perte-
so de maduración propio de toda pesona y comuni- nencia a una generación, sino sencillamente porque
dad humanas; el conjugar la fortaleza en las exigen- son hombres, respetando las correctas característi-
cias del Evangelio, y el comprender y compadecer- cas de cada uno de ellos. Cuando falta este respeto
se de la debilidad de los hombres. inicial se bloquea la evangelización de las genera-
ciones plurales, e incluso se suscita la violencia
4. La formación tiene que ser humana, pero no entre ellas.
blanda, dado el mundo en el que han de vivir. El entu-
siasmo por el celibato, por la austeridad y la pobre-
za de los futuros sacerdotes, en medio de un mun- 6. También es necesaria una formación intelec-
do muelle y ero tizado, tiene que tener su expresión tual y pastoral que genere en el sacerdote el hábito
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Antonio González Dorado, S.J. Testigos de la nueva evangelización

de la formación permanente. La cultura urbano-in- Termino aquí mi exposición. Las reflexiones que
dustrial es una cultura dinámica y abierta, en la que he compartido en esta ponencia unidas a las inquie-
envejecen continuamente no sólo las respuestas sino tudes de este Congreso, me hacen ver a Jesús cami-
los mismos cuestionamientos, y que exige en sus con- nando por el nuevo paisaje urbano-industrial de
ductores una agilidad mental para incorporarse a nuestro continente queriendo suscitar vocaciones
cada nueva situación, y una creatividad para encon- en medio de una juventud que se llama Saulo y que
trar la palabra nueva que pueda iluminar ia marcha pueden ser los Pablos del año 2000. Lo veo agru-
hacia un futuro siempre abierto. De otra manera el pando a jóvenes campesinos latinoamericanos, de
sacerdote se sentirá pronto envejecido y desplazado, las diferentes culturas, en el contexto de nuestros
lo que se constuiría en una nueva fuente de tentación seminarios, con la esperanza de que con ellos se im-
e inseguridad interna con relación a su vocación y plemente una pedagogía que transforme a estos dis-
misión. cípulos galileos en los apóstoles de una América nue-
va urbano-industrial.

Pedagogía Evangelizadora

Los objetivos de la formación en el seminario han


de ser claros y mantenidos con fortaleza durante to-
do el largo proceso, pero han de ser acompañados con
un coherente sistema pedagógico que denomino
como pedagogía evangelizadora latinoamericana es-
pecífica para sacerdotes o personas consagradas.

El tema es excesivamente amplio y desborda


las posibilidades y las exigencias de este trabajo. Su
desarrollo lo he iniciado en un artículo que he titula-
do "Una pedagogía evangelizadora para América
Latina" (Veáse en Acción n. 50 pp. 3-11, Asunción
1981). Pero sería necesario estudiar conjuntamente
el tema y su aplicación a la pedagogía específica
de nuestros seminarios y centros de formación de
personas consagradas.
390 391
ÍNDICE

Nota preliminar 5

Presentación 9

I. Sacerdotes para América Latina desde la


perspectiva de los Hebreos 15
(Revista "Medellin", Volumen X, No. 39-40,
Sep.-Dic. 1984,329^03)

II. Los religiosos en la historia de la evange-


lización de América Latina 171
(Revista "Medellin", Volumen XIII, No. 49,
Marzo 1987, 18-47)

III. Ministerialidad eclesial y ministerios laicales


en el hoy y en el futuro de la Iglesia 233
(Revista "Medellm", Volumen XI, No. 44,
Diciembre 1985, 433-466)

IV. Agentes religiosos y evangelizadores


populares en América Latina. Lideraz -
go Ministerial en la Religiosidad Popular 303
(Revista "Medellín", Volumen VII, No. 25,
Marzo 1981, 5-22)
Antonio González Dorado, S.J.

V. Pastoral Vocacional en la Civilización


Urbano-Industrial Latinoamericana 343
(Revista "Medelltn", Volumen IX, No. 35,
Septiembre 1983, 398-419).

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