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Colección de Artículos:
“Estado del Arte: Posverdad y Fake News”1.
Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Definiciones.

Título: “Conceptualización del término Posverdad.

Una propuesta de definición”.

Manuel Álvarez Rufs


Diplomado en Educación Social, UNED.
Máster Universitario en Comunicación y Educación en la Red, UNED.
educomunicante@gmail.com
01/02/2019

Resumen. La presente colección de artículos analiza cada uno de los factores de


investigación abordados en los dos núcleos temáticos del documento Estado del Arte incluido
dentro del trabajo de investigación “Estado del Arte: Posverdad y Fake News”, y tiene en
cuenta, además, el documento de Primeras Conclusiones del citado trabajo para ofrecer, de
manera sintética, una aportación personal del autor en la construcción del conocimiento sobre
la Posverdad y las Fake News. El presente artículo corresponde al núcleo temático
“Posverdad” y al factor de investigación “Definiciones” de los documentos “Estado del Arte” y
“Primeras Conclusiones” del mencionado trabajo de investigación.

Palabras Clave: Posverdad, Fake News, Opinión Pública, Pseudoentorno.

Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
addressed in the two thematic core of the State of the Art document included in the research
work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
of the author in the knowledge’s construction about Post-Truth and Fake News. This article
corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "Definitions" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.

Keywords: Post-Truth, Fake News, Public Opinion, Pseudo-Environment.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-No


Comercial-Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterComEdred-Malvarez/Alvarez_Rufs_Manuel_TFM.pdf
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Conceptualización del término Posverdad.


El primer factor de investigación “Definiciones” del núcleo temático “Posverdad” del
trabajo de investigación “Estado del Arte: Posverdad y Fake News” propone conceptualizar
el término posverdad a partir de tres definiciones, que corresponden a las entradas ofrecidas
en los diccionarios Cambridge2, Oxford3 y de la Real Academia de la Lengua Española4.

Las dos primeras entradas, en inglés, (post-truth), son adjetivos. Como indica
Rodríguez Ferrándiz (2018)5, en el caso de la definición en lengua española se trata de un
sustantivo que, por su propia naturaleza, resulta mucho menos neutral y más cargado de
valor. Los propios reyes de España acudieron y prestaron mucha atención a un pleno que
protagonizó el término posverdad antes de ser incluido en el diccionario RAE a finales de
20176. No debe extrañar puesto que, el Instituto Español de Estudios Estratégicos del
Ministerio de Defensa de España, publicó en junio de 2018 un Cuaderno de Estrategia sobre
“La posverdad. Seguridad y defensa”7, dadas sus implicaciones en relación a lo que se conoce
como guerra híbrida o guerra asimétrica, lo cual supone una “amenaza para la seguridad de
los Estados y de la propia comunidad internacional”.

Si atendemos, por tanto, al grado de neutralidad que ofrecen las tres definiciones
analizadas, podemos establecer tres formas diferentes de enfocar el fenómeno de la
posverdad a fin de comprenderlo y abordarlo:

1. Posverdad entendida como cualidad de una situación en la que “las personas son más
propensas a aceptar argumentos basados en emociones y creencias que aquellos que
están basados en hechos”. (Cambridge Dictionary).

En este caso prima la importancia de la propia narrativa ante los múltiples contextos en los
que interacciona una persona, entre los cuales podemos encontrar tanto hechos objetivos
como hechos alternativos y pseudohechos. La propia narrativa está directamente
relacionada con la propensión a aceptar argumentos basados en creencias y emociones. En
este caso, existe algo dentro de nosotros, llámese sesgos cognitivos y patrones de
funcionamiento psicológico, bajo los cuales opera la posverdad según las características del
contexto. Destaca, en este caso, la importancia del pseudoentorno, es decir, de nuestra
propia forma de representar la realidad mediante ficciones.

2 https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/post-truth
3 https://en.oxforddictionaries.com/definition/post-truth
4 http://dle.rae.es/?id=TqpLe0m
5 Rodríguez Ferrándiz, R. (2018). Máscaras de la mentira. El nuevo desorden de la posverdad. Ajuntament de

València, Pre-textos. 2018.


6https://elpais.com/cultura/2017/12/23/actualidad/1514033983_218764.html?id_externo_rsoc=TW_CC
7 Ministerio de Defensa. (2018). Cuadernos de Estrategia 197. La posverdad. Seguridad y defensa. Instituto

Español de Estudios Estratégicos. Disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_197.pdf


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2. Posverdad entendida como cualidad de una circunstancia en la que “los hechos


objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que las
apelaciones a las emociones y a las creencias personales”. (Oxford Dictionary).

En este caso prima la importancia del contexto en la formación de la opinión pública en


cuanto a su relación con los hechos objetivos, las creencias y las emociones, es decir, su
relación con las diferentes narrativas. La posverdad supone una inclinación hacia el lado de
las apelaciones a creencias y emociones antes que, hacia el lado de los hechos objetivos, es
decir, una inclinación hacia hechos alternativos o pseudohechos. La narrativa predominante
no es la propia, sino la compartida en el imaginario colectivo de la opinión pública a través
del propio pseudoentorno, y en ambos casos puede tratarse de una narrativa posverdad.
Destaca, en este caso, la importancia del contexto real en la configuración del propio
pseudoentorno y, por ende, en la configuración de la opinión pública.

3. Posverdad entendida como acción, es decir, como “distorsión deliberada de una


realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública
y en actitudes sociales”. (Diccionario RAE).

En este último caso, la posverdad se presenta como una realidad deliberadamente


distorsionada, manipulada y manipuladora, cuyo fin concreto es influir en la opinión pública
y en actitudes sociales, aunque no queda claro cuál es el sentido de dicha influencia. Se trata
de contextos fabricados con ficciones basadas únicamente en hechos alternativos y
pseudohechos que apelan a creencias y emociones con el fin de generar una reacción
determinada en las personas ante dichas realidades. Destaca, en este caso, la importancia
de la forma en que las personas reaccionan a la realidad, y sus resultados.

Una propuesta de definición.


Si atendemos a Walter Lippmann (1922)8, en relación con la opinión pública, el
pseudoentorno es un factor común intercalado entre el entorno y los individuos, que
estimula sus comportamientos en el contexto real en el cual transcurre la acción. Los
estímulos pueden ser generados por pseudohechos. La posverdad opera en el
pseudoentorno, ya que, tal y como indica McIntyre (2018)9, la posverdad no se trata de la
realidad, ya que la verdad ha sido eclipsada y resulta irrelevante, sino de la forma en que las
personas reaccionan a la realidad. Según Lippmann, en el ámbito de la vida social, la
adaptación de los individuos al entorno tiene lugar por medio de ficciones.

8Lippmann, W. (1922) (2003). La opinión pública. Madrid. Langre.


9McIntyre, L. (2018). Post-Truth. (The MIT Press Essential Knowledge series). MIT Press 2018. Cambridge,
MA.
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El autor aclara que las ficciones son “representaciones del entorno que en mayor o
menor grado son obra de los individuos”.

Está sobradamente demostrado que, en determinadas circunstancias, los individuos


reaccionamos con la misma intensidad ante ficciones que ante realidades, y en muchos casos
nosotros mismos ayudamos a crear las ficciones ante las que reaccionamos. Que tire la primera
piedra quien, en suma, nunca haya relatado, como si se tratara de una noticia de primera mano,
lo que oyó decir a alguien que sabía tan poco como él (Lippmann, 1922).

Según Lippmann, “el entorno real resulta en conjunto excesivamente grande, complejo y
fugaz para que podamos conocerlo de forma directa”, de manera que resulta necesario
“garantizar la existencia de mapas en los que ni nuestra propia necesidad ni la necesidad de
terceros haya dado lugar a la representación de lugares ficticios”.

A la hora de analizar a la opinión pública, Lippmann nos pide admitir la relación


triangular que se produce entre:

• El escenario en que se desarrolla la acción.


• Las imágenes mentales de dicho escenario.
• Las reacciones provocadas por nuestras imágenes mentales que transcurren en el
escenario de la acción.

Por tanto, podemos decir que el escenario es el contexto real; que las imágenes mentales
configuran el pseudoentorno por medio de ficciones basadas en dicho escenario; y que las
reacciones que provoca el pseudoentorno constituyen las diferentes narrativas que
podemos asociar a contextos reales. Llegados aquí, resulta interesante elaborar una
propuesta propia de definición para la posverdad que tenga en cuenta todo lo expuesto en
el presente artículo. Así, para finalizar, se propone la siguiente definición:

“La posverdad es un estado mental de la persona que depende del contexto y opera en
el pseudoentorno configurando ficciones basadas en las propias creencias y emociones, a fin
de provocar una reacción en el escenario de la acción que desdeña la verdad y no tiene en
cuenta los argumentos basados en hechos objetivos”.

Documento disponible en: https://concienciacritica.org/wp/120-2/

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Colección de Artículos:
“Estado del Arte: Posverdad y Fake News”1.
Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Definiciones.

Título: “Pero… ¿Qué es la posverdad?

Algunas aclaraciones”.

Manuel Álvarez Rufs


Diplomado en Educación Social, UNED.
Máster Universitario en Comunicación y Educación en la Red, UNED.
educomunicante@gmail.com
05/03/2019

Resumen. La presente colección de artículos analiza cada uno de los factores de


investigación abordados en los dos núcleos temáticos del documento Estado del Arte incluido
dentro del trabajo de investigación “Estado del Arte: Posverdad y Fake News”, y tiene en
cuenta, además, el documento de Primeras Conclusiones del citado trabajo para ofrecer, de
manera sintética, una aportación personal del autor en la construcción del conocimiento sobre
la Posverdad y las Fake News. El presente artículo corresponde al núcleo temático
“Posverdad” y al factor de investigación “Definiciones” de los documentos “Estado del Arte” y
“Primeras Conclusiones” del mencionado trabajo de investigación.

Palabras Clave: Posverdad, Fake News, Opinión Pública, Pseudoentorno.

Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
addressed in the two thematic core of the State of the Art document included in the research
work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
of the author in the knowledge’s construction about Post-Truth and Fake News. This article
corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "Definitions" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.

Keywords: Post-Truth, Fake News, Public Opinion, Pseudo-Environment.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-No


Comercial-Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterComEdred-Malvarez/Alvarez_Rufs_Manuel_TFM.pdf
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Pero… ¿Qué es la posverdad?


En primer lugar, resulta posible entender la posverdad según la definición que
ofrece el diccionario Cambridgei, es decir, como aquellas situaciones en las que las personas
son más propensas a aceptar un argumento basado en emociones y creencias personales
que un argumento basado en hechos objetivos. En segundo lugar, se puede entender la
posverdad según la definición del diccionario Oxfordii, es decir, como aquellas
circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la
opinión pública que las apelaciones a emociones y creencias personales. Lo que resulta
interesante de la posverdad, es precisamente su relación con la formación de la opinión
pública. De esta manera, en tercer lugar, el DRAEiii define posverdad como una distorsión
deliberada de una realidad que manipula creencias y emociones, precisamente con la
finalidad de influir en la opinión pública y en las actitudes sociales. Las tres definiciones, por
tanto, sugieren tres formas diferentes de abordar y comprender el fenómeno de la
posverdad, tal y como se indicó en el artículo anterior de esta colección. Si tenemos en
cuenta que la posverdad no se trata de la realidad, sino que se trata de la forma en que las
personas reaccionan a la realidad (McIntyre, 2018)iv, es posible abordar el fenómeno de la
posverdad de tres maneras diferentes que corresponden a diferentes niveles de operación
e intervención:

• Posverdad como cualidad de la persona.


La primera definición del diccionario Cambridge, destaca la propensión de la persona a
dejarse llevar, en ciertas situaciones, por argumentos basados en sus propias creencias y
emociones. En este caso, destaca la cualidad de la persona en cuanto a su propensión a
reaccionar ante la realidad de una manera determinada. La reacción de las personas ante la
realidad, en este caso, puede estar o no relacionada con la formación de la opinión pública.

• Posverdad como cualidad del contexto.


La segunda definición del diccionario Oxford, destaca la cualidad de los hechos objetivos y
de las apelaciones a creencias y emociones personales. En este caso destaca la cualidad del
contexto entendido como la cualidad de los hechos objetivos presentados y de las creencias
y emociones apeladas, en relación con su influencia en la formación de la opinión pública,
es decir, de cómo las personas reaccionan ante esa realidad concreta.

• Posverdad como distorsión de la cualidad del contexto y/o de la persona.


La tercera definición del diccionario RAE hace referencia a una distorsión deliberada de una
realidad que trata de aprovecharse de la propensión de las personas a dejarse llevar por sus
propias creencias y emociones. En este caso no se trata de una cualidad, sino de una acción
deliberada sobre el contexto que tiene la finalidad de provocar una reacción determinada
en las personas, es decir, influir en la opinión pública y en las actitudes sociales.

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Algunas aclaraciones.
En el primer caso, posverdad como cualidad de la persona, prima lo individual en el
ámbito de lo privado. En el segundo caso, posverdad como cualidad del contexto, prima lo
social en el ámbito de la opinión pública. Y, en el tercer caso, posverdad como distorsión del
contexto y/o de la persona, prima la manipulación a favor del ámbito de un determinado
interés, económico y/o ideológico. Por tanto, el fenómeno de la posverdad opera a nivel
individual provocando determinadas reacciones de las personas en el contexto, pero
también depende del contexto para operar mediante la configuración de ficciones que den
curso a la acción. Es en este sentido en el que las definiciones del diccionario Cambridge y
Oxford se complementan y necesitan de manera mutua. La posverdad opera a nivel
individual, pero necesita del contexto social al mismo tiempo para poder operar.
Igualmente, un contexto sin personas que reaccionen ante él no es social, y la posverdad, en
este caso, no puede operar. Además, el resultado de las operaciones posverdad llevadas a
cabo por las personas según los diferentes contextos puede influir en la formación de la
opinión pública. Esto nos lleva a pensar en la posibilidad de modificar el contexto para
provocar, de manera deliberada, un determinado tipo de reacción en las personas basado
en la forma de operar de la posverdad y que resulte influyente en la formación de la opinión
pública en un sentido determinado por algún tipo de interés económico y/o ideológico. En
este caso nos situamos en la perspectiva que ofrece la definición del diccionario RAE.

Resumiendo: La posverdad opera de forma personal según la propia red de


creencias y emociones, mientras que, al mismo tiempo, el contexto influye en las
operaciones posverdad. Así, resulta posible “fabricar” contextos que influyan en la forma de
operar de la posverdad y con el objetivo de influir en la opinión pública.

La definición de posverdad propuesta en el anterior artículo de esta colecciónv no hace


referencia explícita a la opinión pública, ya que podemos considerar que ésta se encuentra
integrada dentro del pseudoentorno como uno de los posibles marcos de interpretación de
la realidad que las personas disponen y utilizan. De esta manera, el pseudoentorno también
comprende aquellas situaciones y circunstancias que no están relacionadas con la
formación de la opinión pública pero que sí pueden depender de la posverdad y su forma
de operar en los diferentes contextos. En otras palabras, el pseudoentorno comprende
diversos marcos simbólicos y de representación en los que puede operar la posverdad,
dentro de los cuales podemos distinguir a la opinión pública y, como veremos en el siguiente
artículo, al clima de opinión.

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i
https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/post-truth

ii
https://en.oxforddictionaries.com/definition/post-truth

iii
http://dle.rae.es/?id=TqpLe0m

iv
McIntyre, L. (2018). Post-Truth. (The MIT Press Essential Knowledge series). MIT Press 2018.
Cambridge, MA.

v
https://concienciacritica.org/wp/wp-
content/uploads/2019/02/Colecci%C3%B3nEA_Posverdad_Fake-News_01.pdf

Documento disponible en:

https://concienciacritica.org/wp/wp-content/uploads/2019/03/EA_Posverdad_Fake-News_02.pdf

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Colección de Artículos:
“Estado del Arte: Posverdad y Fake News”1.
Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Historia.

Título: “Historia de la Posverdad. Origen y evolución”.

Manuel Álvarez Rufs


Diplomado en Educación Social, UNED.
Máster Universitario en Comunicación y Educación en la Red, UNED.
educomunicante@gmail.com
11/03/2019

Resumen. La presente colección de artículos analiza cada uno de los factores de


investigación abordados en los dos núcleos temáticos del documento Estado del Arte incluido
dentro del trabajo de investigación “Estado del Arte: Posverdad y Fake News”, y tiene en
cuenta, además, el documento de Primeras Conclusiones del citado trabajo para ofrecer, de
manera sintética, una aportación personal del autor en la construcción del conocimiento sobre
la Posverdad y las Fake News. El presente artículo corresponde al núcleo temático
“Posverdad” y al factor de investigación “Historia” de los documentos “Estado del Arte” y
“Primeras Conclusiones” del mencionado trabajo de investigación.

Palabras Clave: Posverdad, Era Posverdad, Política Posverdad, Régimen Posverdad,


Posdemocracia.

Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
addressed in the two thematic core of the State of the Art document included in the research
work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
of the author in the knowledge’s construction about Post-Truth and Fake News. This article
corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "History" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.

Keywords: Post-Truth, Post-Truth Era, Post-Truth Politics, Regime of Post-Truth, Post-


Democracy.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-No


Comercial-Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterComEdred-Malvarez/Alvarez_Rufs_Manuel_TFM.pdf

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Historia de la Posverdad. Origen y evolución.


- Ni verdad, ni mentira: Posverdad.
Aunque el origen de la posverdad radica en el funcionamiento de la psique humana y, por
tanto, para referirnos a ella podemos remontarnos miles de años atrás hasta la aparición
del lenguaje y de las diversas formas de representación y de comunicación, su nota de
actualidad viene dada por la forma característica de operar que, dependiente del contexto,
se ha visto enormemente influenciada por los avances de las tecnologías de la información
y de la comunicación, los cuales han transformado por completo las narrativas y los
contextos en los que se desenvuelven y reaccionan las personas en los tiempos que corren.

Tal y como se ha indicado en el documento Estado del Arte al que se refiere la presente
colección de artículos, los filósofos no se ponen de acuerdo sobre la verdad, aunque en la
tradición oral la noción de verdad representa casi 3.000 años de uso. Hans Vaihinger1 se
refiere al hecho de pensar o actuar “como si”, (als ob), ciertas cosas fuesen verdaderas,
aunque quizá nunca puedan llegar a ser demostradas o resulten ser completamente falsas.
Esto nos conduce a una visión del mundo que Vaihinger denominó ficcionalismo, según la
cual la realidad se mueve entre el polo de la ficción, (donde no sabes que habitas en un
mundo falso), y el de la hipótesis, (donde sabes que no habitas en un mundo falso), sin llegar
en ningún caso a alcanzar ningún sentido robusto de la verdad. Para Steve Fuller2, Vaihinger
“personifica la sensibilidad posverdad”.

Por otra parte, la capacidad de mentir permite representar lo que no es, es decir, la ficción.
Según Keyes3, el hecho de mentir se debe a una cuestión de contexto en el que todas las
personas compiten por engañar y por ser sinceras. Se asocia la mentira con la aparición del
lenguaje y con la necesidad de crear nuevas representaciones, por lo que también se
relaciona directamente con la creatividad humana. Asimismo, la mentira está relacionada
con la capacidad de supervivencia, y pudo haber dado origen a los primeros impulsos éticos
de la humanidad. La mentira resulta ser un instrumento que puede utilizarse tanto para
hacer el bien como para hacer el mal. De ahí su estrecha relación, como hecho social, con la
política, en la cual pueden darse diferentes niveles de veracidad, honestidad y fidelidad.

Pero la posverdad se trata de algo diferente a la verdad y a la mentira. Los profundos


avances tecnológicos que se han producido, sobre todo, a partir de la segunda mitad del
siglo XX, han tenido una gran influencia tanto en la política como en los medios de
comunicación, y han contribuido a la cada vez mayor fragmentación que se produce no solo
en los propios medios, sino también en la acción política, en el conocimiento, y en el
conjunto de la ciudadanía. En este contexto, las personas han dejado de buscar las

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informaciones precisas en las que basar sus propias opiniones, y, cada vez más, buscan
aquellas opiniones que mejor les sirvan para respaldar su propia red de creencias y
emociones. Ibáñez Fanés4 denomina a esta circunstancia hedonismo cognitivo, y afirma que
es la clave que permite considerar que la posverdad es otra cosa diferente a la propaganda,
la mentira, la ocultación y el secreto. En este sentido, D’Ancona5 considera la posverdad
como un fenómeno emocional, ya que “se trata de nuestra actitud hacia la verdad, en lugar
de la verdad misma”, y refiere que lo nuevo de la posverdad es la respuesta del público ante
la mendacidad de los políticos. Para McIntyre6, la posverdad se trata de la forma en que las
personas reaccionan a la realidad, no de la realidad misma, por lo que, según el autor, la
cuestión “no es si tenemos la teoría correcta sobre la verdad, sino cómo dar sentido a las
diferentes formas en que las personas subvierten la verdad”. La actitud hacia la verdad ha
cambiado, y fruto de ello, la respuesta del público, por lo que, siguiendo a Rider 7, el mundo
parece haber quedado dividido entre los “expertos” que comparten opiniones afines a las
propias creencias y emociones, por un lado, y el mundo de lo falso, por el otro.

- Pero ¿cómo ha ocurrido esto?


Si tenemos en cuenta que la posverdad, para poder operar, en primera instancia, depende
de la propia red personal de creencias profundamente arraigadas y de sus correspondientes
emociones asociadas, podemos argumentar que, para provocar cambios en la forma de
operar de la posverdad, se deben producir, asimismo, cambios en la propia estructura de la
red personal de creencias y de las correspondientes emociones asociadas a ellas. Esto
conduce a las personas a nuevas formas de reaccionar ante una realidad concreta en función
de las operaciones posverdad que hayan podido tener lugar en base a las posibles
modificaciones producidas en la red personal de creencias y emociones desplegadas.
Asimismo, la realidad del contexto inmediato influye tanto en las operaciones posverdad
que pueden ser llevadas a cabo, como en la propia red personal de creencias y emociones,
provocando cambios en ambos casos.

Según Alterman8, hasta los años sesenta del siglo pasado, y en el contexto de Estados Unidos,
las consecuencias de las mentiras proferidas desde la clase política tenían como
consecuencia la pérdida de la presidencia y de la reputación, y una derrota en las siguientes
elecciones. Sin embargo, ante la abrumadora cantidad de mentiras vertidas desde la clase
política, y difundidas y expuestas por los medios de comunicación, sobre todo a partir de
1940, se socava el vínculo de confianza entre el gobierno y la ciudadanía, el cual, como indica
Alterman, es fundamental para el funcionamiento de una democracia. El autor identifica, a
partir de 1960, un importante cambio en las audiencias caracterizado por la influencia del
aumento de la mendacidad de la clase política y de los medios de comunicación. Este cambio

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se traduce en un alejamiento de la verdad, de la realidad, por parte de la ciudadanía, y se


modifica tanto la forma en que las audiencias reciben la mendacidad de la clase política y,
lo más importante, marca una diferencia en el tratamiento que reciben los mendaces una
vez que son expuestas sus mentiras, es decir, una diferencia en la forma de reaccionar del
público ante la realidad de las mentiras.

Keyes también distingue cambios en las sociedades a la hora de recibir y fabricar mentiras,
sobre todo a partir de los años sesenta, y un aumento generalizado de la deshonestidad en
todas las sociedades, imbricado a los avances tecnológicos. También constata, y justifica
históricamente en Estados Unidos, la tendencia a “engordar” conversaciones y credenciales
en actos cotidianos, y la aceptación de dichas mentiras sin reparos dentro de lo que el autor
denomina el “credo posverdad”. Según Keyes, los avances de las tecnologías de la
comunicación propician que las oportunidades para engañar a otros hayan aumentado
exponencialmente y que el engaño se haya convertido en un lugar común en las sociedades
contemporáneas. Según el autor vivimos una era posverdad.

Colin Crouch9 propone la idea de posdemocracia, entendida como un modelo político en el


que el debate electoral público es un espectáculo estrechamente controlado por equipos
rivales de profesionales expertos en técnicas de persuasión, y en el que la ciudadanía juega
un papel pasivo, incluso apático, respondiendo sólo a las señales que le son dadas. Crouch
señala el fin de la Segunda Guerra Mundial como un momento democrático en el que se
desarrollan derechos deseables para la ciudadanía y que se mantiene hasta mediados de los
años ochenta. Es a partir de aquí cuando, según Crouch, comienza el recorrido
posdemocrático para un gran número de estados y naciones.

- Al son de la tecnología.
Por tanto, durante el periodo comprendido entre 1940 y 1980 se producen cambios
decisivos en la forma de reaccionar de la sociedad ante las nuevas realidades, fabricadas
tanto por la clase política como por los medios de comunicación, gracias, en buena parte, a
los avances en las tecnologías de información y de comunicación, los cuales han propiciado
una profunda transformación de los diferentes contextos y narrativas hasta nuestros días.
Debemos recordar que las primeras emisiones televisivas con programación comenzaron
alrededor de 1940 en diferentes países, al tiempo que iban apareciendo las primeras
computadoras modernas. En el año 1947 se inventó oficialmente el transistor, en 1952 se
patentó el código de barras, y en 1958 se desarrolló el primer circuito integrado, conocido
también como chip o microchip. En 1962 aparece la primera banda magnética, y, ya en 1981,
IBM lanza su primer ordenador personal (PC). Un año más tarde, en 1982, Microsoft lanza
el sistema operativo MS-DOS.

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Según Alterman, a principios de los años noventa del siglo pasado la presidencia de los
Estados Unidos de América ya operaba en un ambiente político posverdad. Precisamente el
origen académico del término posverdad (post-truth), entendido en el sentido de una
pérdida de relevancia de la verdad, se atribuye al artículo de Steve Tesich10 “The Watergate
Syndrome. A Government of Lies” publicado en The Nation en el año 1992, tan sólo un año
después del lanzamiento al mundo de la World Wide Web. Tesich argumenta en su artículo
que la ciudadanía ha comenzado a buscar refugio en las mentiras de sus gobiernos para
protegerse de la verdad, la cual equiparan con malas noticias. Seis años más tarde, en 1998,
Larry Page y Sergey Brin fundan Google. La primera aparición del término posverdad en
castellano se produce en la obra de Luis Verdú “El prisionero de las 21:30” publicada en el
año 2003. La red social Facebook se funda en febrero de 2004, el mismo año de publicación
de las obras de Keyes, Alterman y Crouch. Un año más tarde, en 2005, se crea la red social
YouTube, y es en el año 2006 cuando aparece Twitter.

En este punto, podemos destacar el año 2009 no sólo por la aparición de la aplicación de
mensajería WhatsApp, la cual también ha tenido una enorme influencia en la
transformación de los diferentes contextos y narrativas al hilo de los cambios producidos
por los avances tecnológicos mencionados anteriormente, sino principalmente por la
modificación sustancial del algoritmo de Google a finales de ese año, en cuanto a la
personalización del contenido ofrecido a fin de mejorar la experiencia de la persona usuaria,
y los conocidos efectos secundarios que se han producido, relacionados con el filtro burbuja,
las cámaras de eco, y la polarización social. Como es bien sabido, el tratamiento algorítmico
de ingentes cantidades de datos que la propia ciudadanía proporciona a cambio de
diferentes servicios “gratuitos”, se ha extendido a prácticamente a todas las empresas e
instituciones que tienen oportunidad de hacerlo, propiciando asimismo el surgimiento de
nuevas empresas especializadas en este tipo de operaciones.

David Roberts11 plantea en el año 2010 el hecho de estar viviendo una política posverdad,
“una cultura política en la que la actividad política (la opinión pública y las narrativas de los
medios) se han desconectado casi por completo de la política (la sustancia de la
legislación)”. En ese mismo año se lanza la red social Instagram. Cinco años más tarde, (seis
desde el cambio en el algoritmo de Google), es posible dar cuenta de los efectos asociados
al empleo del tratamiento algorítmico de cantidades masivas de datos. De esta manera,
Harsin12 observa en el año 2015 un cambio de regímenes de verdad, propios de una sociedad
disciplinaria, a regímenes de posverdad, caracterizados por la proliferación de mercados de
verdad, propios de las sociedades de control. Esto supone, según el autor, una serie de
cambios convergentes en la producción cultural, el periodismo, la comunicación política, la
velocidad, el afecto y la cognición, destacando asimismo “la importancia del marketing, los
algoritmos, los bucles epistémicos y el impulso para participar digitalmente, a través del

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contenido generado por los usuarios, el agrado y el intercambio, este último especialmente
asociado con las sociedades de control”. A finales de 2016, post-truth, (posverdad), es
declarada palabra del año por el diccionario Oxford, dado el gran aumento de la frecuencia
de uso del término. Ese mismo año se producen los resultados electorales ya conocidos de
las votaciones sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (Brexit) y del
acuerdo de paz con las FARC en Colombia, además de la elección de Donald Trump como
presidente de los Estados Unidos. A finales de 2017, el término posverdad es incluido en el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

- La historia no ha terminado…
Lo novedoso de la posverdad es su relación de influencia con la formación de la opinión
pública y de las actitudes sociales, y con las enormes posibilidades tecnológicas que existen
en la actualidad para fabricar contextos y narrativas que propicien una determinada forma
de reaccionar en el conjunto de la ciudadanía. El fenómeno de la posverdad, entendida como
cualidad de la persona, se remonta a los albores de la humanidad, pero su potencialidad a la
hora de operar depende no sólo de la propia red personal de creencias y emociones, y de los
posibles cambios que se producen en ella, sino también de las características propias del
contexto en el que se desenvuelve una persona, el cual influye, asimismo, tanto en la forma
de operar de la posverdad como en la configuración de la propia red personal de creencias
y emociones. Como ya dijo Max Black13 al referirse a los distintos tipos de mentiras y engaño:
“la diferencia está en la sofisticación de los medios utilizados para conseguir el propósito”,
lo cual resulta clave para entender el nivel de desarrollo actual del fenómeno de la
posverdad.

En este sentido, habida cuenta de la estrecha relación que existe entre el propio fenómeno
de la posverdad y los avances que se han producido en las tecnologías de la información y
de la comunicación, y dado que dichos avances no han dejado de producirse, ni resulta
previsible que ello vaya a ocurrir, (inteligencia artificial, deep learning, realidad virtual,
realidad aumentada, deep fakes, nanotecnología, internet de las cosas, impresión 3D,
computación cuántica, etc.), cabe afirmar que la historia de la posverdad no ha terminado y,
es más, quizá no resulte demasiado aventurado pensar que la historia de la posverdad no
haya hecho más que empezar.

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1 Vaihinger, H. (1925) (2009). The Philosophy of ‘As if’. A System of the Theoretical, Practical and
Religious Fictions of Mankind. Martino Publishing. Mansfield Centre, CT.
2 Fuller, S. (2018). What Can Philosophy Teach Us About the Post-truth Condition. En: Peters, M.A.,
Rider, S., Hyvönen, M., Besley, T. (2018): Post-Truth, Fake News. Viral Modernity & Higher
Education. Springer. Singapur. Versión ebook.
3 Keyes, R. (2004). The Post-Truth Era. Dishonesty and Deception in Contemporary Life. Nueva York:
St. Martin’s Press.
4 Ibáñez Fanés, J. (ed.) (2017). En la era de la posverdad. 14 ensayos. Calambur. Barcelona.
5 D’Ancona, M. (2017). Post-Truth. The new war on truth and how to fight back. Ebury Press. London.
6 McIntyre, L. (2018). Post-Truth. (The MIT Press Essential Knowledge series). MIT Press 2018.
Cambridge, MA.
7 Rider, S. (2018). On Knowing How to Tell the Truth. En: Peters, M.A., Rider, S., Hyvönen, M., Besley,
T. (2018): Post-Truth, Fake News. Viral Modernity & Higher Education. Springer. Singapur.
Versión ebook.
8 Alterman, E. (2004). When Presidents Lie. A History of Official deception and its consequences.
Penguin.
9 Crouch, C. (2004). Post-Democracy. Polity Press. United Kingdom.
10 Tesich, S. (1992). The Watergate Syndrome. A government of lies. The Nation.
11Roberts, D. (2010). Post-Truth politics. Grist. Recuperado 02/09/18 de:
https://grist.org/article/2010-03-30-post-truth-politics/
12 Harsin, J. (2015). Regimes of Post-truth, Postpolitics, and Attention Economies. Communication,
Culture & Critique, 8(2), 327-333.
13Black, M. (1982). The Prevalence of Humbug. Philosophic Exchange: Vol. 13 : No. 1 , Article 4.
Disponible en: http://digitalcommons.brockport.edu/phil_ex/vol13/iss1/4

Documento disponible en:

https://concienciacritica.org/wp/wp-content/uploads/2019/03/EA_Posverdad_Fake-News_04.pdf

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Colección de Artículos:
“Estado del Arte: Posverdad y Fake News”1.
Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Características.

Título: “Características de la Posverdad. Una cuestión de


contexto y narrativa”.

Manuel Álvarez Rufs


Diplomado en Educación Social, UNED.
Máster Universitario en Comunicación y Educación en la Red, UNED.
educomunicante@gmail.com
31/03/2019

Resumen. La presente colección de artículos analiza cada uno de los factores de


investigación abordados en los dos núcleos temáticos del documento Estado del Arte incluido
dentro del trabajo de investigación “Estado del Arte: Posverdad y Fake News”, y tiene en
cuenta, además, el documento de Primeras Conclusiones del citado trabajo para ofrecer, de
manera sintética, una aportación personal del autor en la construcción del conocimiento sobre
la Posverdad y las Fake News. El presente artículo corresponde al núcleo temático
“Posverdad” y al factor de investigación “Características” de los documentos “Estado del Arte”
y “Primeras Conclusiones” del mencionado trabajo de investigación.

Palabras Clave: Posverdad, Retórica Posverdad, Conspiración, Negacionismo Científico,


Mercados de Verdad, Régimen Posverdad.

Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
addressed in the two thematic core of the State of the Art document included in the research
work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
of the author in the knowledge’s construction about Post-Truth and Fake News. This article
corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "Characteristics" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.

Keywords: Post-Truth, Post-Truth Rhetoric, Conspiracy, Scientific Denialism, Truth Markets,


Regime of Post-Truth.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-No


Comercial-Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterComEdred-Malvarez/Alvarez_Rufs_Manuel_TFM.pdf

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Características de la Posverdad.
Una cuestión de contexto y narrativa.

Esta es la característica definitoria del mundo Posverdad. El punto no es determinar


la verdad mediante un proceso de evaluación racional, valoración y conclusión. Tú
eliges tu propia realidad, como si fuera un buffet. También seleccionas tu propia
falsedad, de manera no menos arbitraria (D’Ancona1, p. 56).

- Características inherentes de la posverdad.


Atendiendo a lo expuesto en los anteriores artículos de esta colección acerca de la
conceptualización del término posverdad, y de su historia; y considerando a la posverdad
como un estado mental de la persona que depende del contexto y opera en el pseudoentorno
configurando ficciones basadas en las propias creencias y emociones, a fin de provocar una
reacción en el escenario de la acción que desdeña la verdad y no tiene en cuenta los
argumentos basados en hechos objetivos, es posible distinguir ciertas características
propias e inherentes del fenómeno de la posverdad, las cuales son expuestas a continuación:

• Dependencia del contexto:

La posverdad es dependiente del contexto en un doble sentido: por una parte, la posverdad
influye en el contexto, y, por otra parte, la posverdad es influida por el contexto.

• Asociación con múltiples narrativas:

La posverdad no es propia de un determinado tipo de narrativa, sino que opera a través de


múltiples narrativas asociadas tanto a los diferentes contextos en los que transcurre la
acción, como a los diferentes estados mentales de las personas implicadas en cada
escenario.

• Relación específica entre contextos y narrativas:

Tanto entre los diferentes contextos y estados mentales de las personas implicadas en las
operaciones posverdad, como entre las diferentes narrativas que pueden asociarse a dichos
contextos y estados mentales, se produce un conjunto de relaciones complejas las cuales
comparten una particularidad específica que resulta clave para poder comprender el
fenómeno de la posverdad: Y es que dichas relaciones establecidas entre los diferentes
contextos y narrativas provocan reacciones en el escenario de la acción que desdeñan la
verdad y que no tienen en cuenta los argumentos basados en hechos objetivos.

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- Una cuestión de contexto y narrativa.


Por tanto, es posible considerar que, básicamente, la posverdad es una cuestión de contexto
y narrativa, con un determinado tipo de relación específica basada en una clara indiferencia
hacia la realidad. Dada la multiplicidad de diferentes contextos y narrativas, también existe
una multiplicidad de este tipo de relaciones específicas, las cuales, a su vez, están
interrelacionadas. Así pues, es posible distinguir ciertas características comunes asociadas
a los diferentes contextos y narrativas a los que se enfrentan las personas en su cotidianidad,
y que propician el establecimiento de ese tipo de relaciones específicas, propias de la
posverdad. A continuación, y de manera no taxativa, se enumeran y exponen algunas de
estas características:

1. Multiplicación de la verdad.
2. Multiplicación de la mentira.
3. Retórica posverdad.
4. Instrumentalización de la verdad.
5. Erosión de la noción de verdad.
6. Pérdida de confianza de la ciudadanía.
7. Conspiración y negacionismo científico.
8. Fragmentación de medios, acción política, conocimiento y ciudadanía.

▪ Multiplicación de la Verdad.

Vivimos en un mundo en el que la verdad se ha atomizado. La multiplicación de la verdad


que impregna las diversas narrativas y contextos permite disponer de diferentes versiones
de la realidad que corresponden a verdades distintas que encajan de forma diversa en la
propia red personal de creencias y emociones. Tal y como indica Diego Rubio2, la verdad se
ha multiplicado y no compite contra la mentira, sino contra otras verdades. El autor
distingue algunas de las causas que nos han llevado a esta situación, tales como:

- Consolidación de la filosofía postmoderna a mediados del siglo XX.


- Proliferación de datos y verdades científicas contradictorias.
- Aumento del número de periódicos y de canales de televisión.
- Efecto distorsionador de los nuevos medios de comunicación y de las redes sociales.

Julian Baggini3 identifica diez tipos diferentes de verdades: eternas, autoritarias, esotéricas,
razonadas, empíricas, creativas, relativas, poderosas, morales y holísticas. Estas verdades
pueden corresponder a diferentes versiones de la realidad y están interrelacionadas.
Baggini destaca la importancia que tiene la relación entre las verdades de tipo holístico y las
redes personales de creencias y emociones, dada la dificultad que encontramos a la hora de

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salirnos de dos redes de creencias y evaluar su credibilidad desde una tercera perspectiva
neutral; y dado también que, en la propia red de creencias no todo tiene la misma
importancia y, por eso, dentro de la misma red, se consideran algunas verdades como más
fundamentales que otras dependiendo de los diferentes contextos y narrativas a los que se
expone una persona, es decir, dependiendo de las diferentes versiones de la realidad.

En realidad, cada una de nuestras redes de creencias individuales es en sí misma parte de una
red social más amplia similar a la World Wide Web colaborativa. Confiamos en el conocimiento
de los demás para construir nuestra mejor comprensión de la verdad (Baggini, p.102).

▪ Multiplicación de la Mentira.

La posverdad también se relaciona con la mentira, la falsedad, el engaño, y el autoengaño.


Los diferentes contextos y narrativas también se han visto tremendamente afectados por el
aumento cada vez mayor de la mendacidad que se viene produciendo desde mediados del
siglo pasado de la mano de los profundos avances tecnológicos, los cuales han propiciado, y
siguen propiciando, nuevas posibilidades y formas de mentira y engaño. Según Rubio, “la
mendacidad política creció en frecuencia y complejidad impulsada por la difusión del
sufragio universal, la opinión pública y los medios de comunicación”.

Para D’Ancona, la posverdad en su “estado más puro” representa el triunfo de lo visceral


sobre lo racional, de lo engañosamente simple sobre lo honestamente complejo. Pero
debemos tener en cuenta también que, las complejidades del engaño y de la mentira han
aumentado exponencialmente al son de la sofisticación de los medios utilizados para ello.
De esta manera, como indica McIntyre4, la era posverdad representa un desafío no sólo a la
idea de conocer la realidad, sino a la existencia misma de la realidad, ya que la posverdad
supone que la reacción de la multitud realmente llega a cambiar los hechos sobre una
mentira. Y es que, tal y como afirma Keyes5, en la era posverdad no sólo disponemos de
mentiras o de verdades, sino de una tercera categoría que corresponde a afirmaciones
ambiguas que no llegan a ser exactamente la verdad, pero que tampoco son una mentira.

▪ Retórica posverdad.

La retórica está directamente relacionada con las diferentes narrativas que se producen en
los diversos contextos en los que interaccionan y reaccionan las personas, es decir, con su
forma de expresarse. Coincidiendo con el establecimiento de un ambiente político
posverdad, y con la transición hacia un estado posdemocrático en la mayoría de las
democracias occidentales, Black6 y Frankfurt7 dan cuenta en los años ochenta del siglo
pasado de los cambios que se han estado produciendo en las retóricas, relacionados con las
diversas formas de engaño y con la sofisticación de los medios utilizados para ello, en el caso
de Black; y con una clara desconexión del continuum epistemológico, sin referencias con la

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realidad, ni responsabilidad o preocupación alguna con y por la verdad, es decir, con una
total indiferencia hacia la verdad, en el caso de Frankfurt.

Por tanto, ante esta nueva situación que nos trae la era posverdad, en la que la verdad y la
mentira se han multiplicado e instalado en los diferentes contextos y narrativas, Bruce
McComiskey8 nos habla de la aparición de una nueva forma retórica que el autor denomina
retórica posverdad. Según el autor, las retóricas clásicas basadas en un continuum
epistemológico que incluye hechos ciertos, realidades fundacionales y verdades
universales, se han visto desplazadas por retóricas posverdad que implican un estado en el
que el lenguaje no hace referencia a hechos, realidades o verdades. Según el autor, en un
mundo posverdad, sin verdades o mentiras, el lenguaje se vuelve puramente estratégico, sin
referencia a nada más que a sí mismo. McComiskey argumenta que, cuando desaparecen los
estándares de referencia o verdades universales, también desaparecen sus opuestos, es
decir, las mentiras, las falacias y el doble sentido; ya que los retóricos deben conocer los
hechos para poder engañar a través de sus mentiras, deben reconocer la verdad para
engañar utilizando falacias, y deben comprender la realidad para poder manipular a través
del doble discurso.

▪ Instrumentalización de la verdad.

A la hora de construir la verdad puede darse el caso de que, tal y como indica Keyes, la
manipulación creativa y la invención de los hechos pueda llevarnos más allá de la mera
precisión hacia el reino de la verdad narrativa, haciendo gala de lo que el autor considera
como el credo posverdad. En este caso, “la información embellecida puede ser verdadera en
espíritu, más verdadera que la verdad”. Según Rodríguez Ferrándiz9, “la posverdad se nutre
de la oscilación indecidible entre versiones de la realidad que parecen no poder someterse
a prueba de falsación” (p. 211). En este sentido, tal y como afirma Ródenas de Moya10, la
verdad de la posverdad no aparece como objeto, sino como instrumento, quedando
“relegada a una condición subsidiaria y medial”, ya que “se trata de aquello que ha de
conducir a otro fin o de proveernos de otra ganancia más allá de la propia verdad, con lo
que la solidez y fiabilidad de esta queda muy mermada” (p. 164). Es sabido que la mentira
puede utilizarse como un instrumento para hacer el mal o para hacer el bien. También
ocurre lo mismo con la verdad en este caso, puede ser utilizada tanto para hacer el bien,
como para hacer el mal. McIntyre expone que, dependiendo de lo que uno quiera que sea
verdad, se da más importancia a unos hechos que a otros, aceptando aquellos hechos que
sirven para justificar la propia ideología. Así, siguiendo al autor, las personas disputarán
aquellos hechos obvios que amenacen su propia red de creencias y emociones en razón de
su propio beneficio, buscando la afirmación de algo que resulta ser más importante para
ellas que la verdad misma.

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▪ Erosión de la noción de verdad.

Ante la gran cantidad de diferentes verdades, mentiras y engaños, y, por tanto, de diferentes
versiones de la realidad, y dado que, como se ha comentado anteriormente, la verdad de la
posverdad no aparece como objeto, sino como instrumento, la propia noción de verdad
resulta erosionada, menoscabada y debilitada. Ante esta situación en la que la verdad y la
mentira se han multiplicado, el problema, tal y como indica Baggini, no está en lo que
significa la verdad, sino en cómo y por quién se establece lo que es verdad. Según el autor,
“la simplicidad asociada a la idea de verdad se ha visto erosionada por una variedad de
fuerzas diferentes”, tales como la ciencia, la globalización, la apertura de las sociedades
democráticas, y el desarrollo de la psicología. La erosión de la propia noción de la verdad
influye directamente en la propia red personal de creencias y emociones, facilitando el
despliegue de operaciones posverdad. Según D’Ancona, el colapso de la verdad es la base de
la era posverdad, en la que “todo lo demás fluye de esta fuente única y venenosa”.

▪ Pérdida de confianza de la ciudadanía.

D’Ancona expone una creciente pérdida de confianza de la ciudadanía en las fuentes


tradicionales de autoridad e información, sobre las que pesa la sospecha del interés y del
fraude. La pérdida de confianza es una característica relacionada con el fenómeno de la
posverdad, ya que está directamente relacionada con la forma de reaccionar de la sociedad
ante las diversas realidades configuradas por la interacción que se produce entre los
diferentes contextos y narrativas. Según D’Ancona, existe una industria millonaria cuyo
propósito es sembrar la duda y cuestionar la verdad, mediante:

- Desinformación.
- Propaganda falsa.
- Ciencia falsa.

El autor destaca el auge de esta industria traidora, el cual ha coincidido con la metamorfosis
total que se ha producido en el panorama de los medios y la revolución digital (p. 46). Para
Rabin-Havt11, esta industria especializada en fabricar desinformación, propaganda falsa, y
ciencia falsa, provoca una distorsión en el proceso de políticas públicas debido a la poderosa
influencia que supone la suma de:

- Mentiras.
- Dinero.
- Cabildeo.

Las mentiras destruyen la confianza. Según Rabin-Havt, los intereses corporativos e


ideológicos se encargan de “enturbiar los hechos para crear un clima político donde la
verdad ya no existe, o donde hay dos verdades opuestas” (p. 4). Así, se produce una

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alineación entre los intereses comerciales, es decir, del dinero, y los intereses ideológicos,
lo cual supone un tremendo poder a la hora de desconectar a la ciudadanía de la formulación
de políticas públicas y sociales, como pueden ser, a modo de ejemplo, aquellas relacionadas
con el consumo de tabaco, el cambio climático, la violencia de género, las armas, las vacunas,
la inmigración, el fraude electoral, el aborto, la diversidad sexual… Tal y como indica Rabin-
Havt, se trata de mantener el status quo mediante la confusión. El autor expone el ejemplo
del cambio climático para aclarar que la industria de la desinformación opera de manera
sofisticada en múltiples niveles que incluyen:

- Difusores de ciencia falsa.


- Medios de comunicación.
- Organizaciones que difunden.

▪ Conspiración y negacionismo científico.

Las teorías conspiratorias, y el denominado negacionismo científico, se pueden considerar,


en su conjunto, como una característica propia de la posverdad. Esta característica está
relacionada, principalmente, con las diferentes narrativas, y, por ende, influye en el contexto
en el que se desarrolla la acción. En este sentido, Valentí Puig12 afirma que, “una constante
de la posverdad es refugiarse en el conspiracionismo”. Según el autor, la conspiración crece
exponencialmente gracias al flujo de un sinfín de datos carentes de credibilidad dentro de
los nuevos circuitos digitales y mediáticos. Este sinfín de datos tiene como principal
desempeño “suministrar posverdad” (p. 130). Para D’Ancona, la mentalidad de conspiración
trata de responder a un mundo en el que se producen una gran cantidad de cambios que
resultan, a veces, desconcertantes para la ciudadanía. Según el autor, estos cambios son
debidos a:

- La globalización y sus descontentos.


- La movilización geográfica sin precedentes.
- La revolución digital.
- Las formas de extremismo y terrorismo en rápida mutación.
- Las asombrosas posibilidades de la biotecnología.

Según D’Ancona, el entramado de redes conectadas por el poder viral de las redes sociales
resulta ser un “vector ideal para las teorías de conspiración”, el cual desafía el sistema
tradicional de instituciones basado en reglas, conocimiento, autoridad y ciertos protocolos
probados (p. 64). El autor refiere que, el negacionismo científico, al que considera una de
las prioridades de la posverdad, se basa en la convicción de que el gobierno y las
corporaciones farmacéuticas están en contra del mejor interés para la humanidad. Y esto
tiene mucho que ver con las teorías conspiratorias, contribuyendo a afianzar algunas de

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ellas, y a generar otras nuevas. Según Puig, tras un siglo XX dominado por la novela
distópica, hemos regresado a la ficción utópica protagonizada por la robótica, la inteligencia
artificial y un futuro post-humano. El autor considera la dualidad utopía/contra-utopía
como una de las tramas nutritivas de la posverdad.

▪ Fragmentación de medios, acción política, conocimiento y ciudadanía.

La cada vez mayor fragmentación y segmentación que se produce en los medios de


comunicación, la acción política, el conocimiento y la ciudadanía, supone un hábitat perfecto
para el desarrollo del fenómeno de la posverdad, ya que afecta enormemente a los
diferentes contextos y narrativas en los que se origina la acción. Tal y como indica Harsin13,
la geografía de las noticias y de la verdad ha cambiado, al igual que la temporalidad de su
consumo. Esto supone, según el autor, unos nuevos tiempos y espacios para la producción,
circulación y consumo de una verdad “instrumentalizada”; nuevos tiempos y espacios que
están relacionados tanto con los discursos e investigaciones científicas, como con la
comunicación política popular (p. 3). Ante tal fragmentación, segmentación y contenido
específico, el autor propone hablar de mercados de verdad producidos de manera deliberada
dentro de un régimen de posverdad. Para Harsin, “el declive de los recintos institucionales
corresponde a una hipersegmentación de la sociedad y una creciente dependencia del poder
algorítmico y del análisis predictivo de los datos” (p. 4).

- Una puesta en relación.


La red personal de creencias profundamente arraigadas y de sus correspondientes
emociones asociadas, sobre la cual opera la posverdad, se ve afectada por los cambios que
se producen en los diferentes contextos y narrativas ante los que se desenvuelve y reacciona
cada persona. Los cambios del contexto influyen en las diferentes narrativas, y, asimismo,
los cambios en las narrativas influyen en los diferentes contextos. Así, podemos decir que la
multiplicación de la verdad, principalmente relacionada con las diversas narrativas, influye
también, de manera directa, en el propio contexto. Igualmente, aunque el contexto se puede
asociar principalmente a la multiplicación de la mentira, esto influirá también en la
configuración de otras nuevas narrativas. De esta manera, podemos identificar nuevas
formas retóricas asociadas a determinados tipos de narrativas, las cuales se producen, e
influyen, en los diferentes contextos, y que no atienden a la verdad, ni tampoco a la mentira,
es decir, muestran una clara indiferencia hacia la realidad, y pueden enmarcarse como una
propia forma retórica posverdad.

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En este punto, la noción de verdad como instrumento, y no como objeto, se hace obvia, lo
cual se relaciona principalmente con la idea de transformación del contexto en base a una
narrativa posverdad. Pero lo realmente importante es que la noción de la verdad resulta
gravemente erosionada en la propia red de creencias y emociones, y esto supone una
característica forma de reaccionar de la ciudadanía ante la realidad que está basada en una
consecuente pérdida de confianza ante los diferentes contextos y narrativas a los que se ve
expuesta.

Las teorías conspiratorias y el negacionismo científico proliferan en un entorno


fragmentado, en el que la propia idea de verdad está erosionada, abunda la mentira y se ha
perdido la confianza. La retórica posverdad juega a favor de las teorías conspiratorias y
negacionistas, contribuyendo a la instrumentalización de la verdad a favor de determinados
intereses. Así, pueden surgir nuevas verdades correspondientes a nuevas realidades que
favorecen los intereses de determinados grupos, lo cual supone que aparezcan nuevas
mentiras en aquellas narrativas ajenas y contrarias a esas nuevas verdades. Este proceso se
ve favorecido por la cada vez mayor fragmentación de los medios, la acción política, el
conocimiento, y la ciudadanía.

La fragmentación, segmentación y proliferación de contenido específico está


principalmente relacionada con cambios en el contexto, los cuales han producido, asimismo,
cambios en las diferentes narrativas, favoreciendo así:

- La multiplicación tanto de la verdad como de la mentira.


- La aparición de nuevas formas de expresión de la retórica posverdad.
- La instrumentalización de la verdad.
- La proliferación de las teorías conspiratorias y negacionistas.
- La erosión de la verdad.
- La pérdida de confianza de la ciudadanía.

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1
D’Ancona, M. (2017). Post-Truth. The new war on truth and how to fight back. Ebury Press. London.
2
Rubio, D. (2017). La política de la posverdad. Estudios de política exterior 176. pp.
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3
Baggini, J. (2017). A Short History of Truth. Consolations for a Post-Truth World.
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4
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5
Keyes, R. (2004). The Post-Truth Era. Dishonesty and Deception in Contemporary Life. Nueva York:
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6
Black, M. (1982). The Prevalence of Humbug. Philosophic Exchange: Vol. 13: No.
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McComiskey, B. (2017). Post-Truth Rhetoric and Composition. Utah State University Press. Edición
de Kindle.
9
Rodríguez Ferrándiz, R. (2018). Máscaras de la mentira. El nuevo desorden de la posverdad.
Ajuntament de València, Pre-textos. 2018.
10
Ródenas de Moya, D. (2017). La verdad en la estacada. En: Ibáñez Fanés, J. (ed.) (2017): En la era
de la posverdad. 14 ensayos. Calambur. Barcelona.
11
Rabin-Havt, A. y Media Matters. (2016). Lies Incorporated. The World of Post-Truth Politics.
Anchor Books. New York.
12
Puig, V. (2017). Posverdades de siempre y más. En: Ibáñez Fanés, J. (ed.) (2017): En la era de la
posverdad. 14 ensayos. Calambur. Barcelona.
13
Harsin, J. (2015). Regimes of posttruth, postpolitics, and attention economies. Communication,
Culture & Critique, 8(2), 327-333.

Documento disponible en:

https://concienciacritica.org/wp/wp-content/uploads/2019/03/EA_Posverdad_Fake-News_05.pdf

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