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Colección de Artículos:
“Estado del Arte: Posverdad y Fake News”1.
Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Definiciones.
Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
addressed in the two thematic core of the State of the Art document included in the research
work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
of the author in the knowledge’s construction about Post-Truth and Fake News. This article
corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "Definitions" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.
1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterComEdred-Malvarez/Alvarez_Rufs_Manuel_TFM.pdf
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Las dos primeras entradas, en inglés, (post-truth), son adjetivos. Como indica
Rodríguez Ferrándiz (2018)5, en el caso de la definición en lengua española se trata de un
sustantivo que, por su propia naturaleza, resulta mucho menos neutral y más cargado de
valor. Los propios reyes de España acudieron y prestaron mucha atención a un pleno que
protagonizó el término posverdad antes de ser incluido en el diccionario RAE a finales de
20176. No debe extrañar puesto que, el Instituto Español de Estudios Estratégicos del
Ministerio de Defensa de España, publicó en junio de 2018 un Cuaderno de Estrategia sobre
“La posverdad. Seguridad y defensa”7, dadas sus implicaciones en relación a lo que se conoce
como guerra híbrida o guerra asimétrica, lo cual supone una “amenaza para la seguridad de
los Estados y de la propia comunidad internacional”.
Si atendemos, por tanto, al grado de neutralidad que ofrecen las tres definiciones
analizadas, podemos establecer tres formas diferentes de enfocar el fenómeno de la
posverdad a fin de comprenderlo y abordarlo:
1. Posverdad entendida como cualidad de una situación en la que “las personas son más
propensas a aceptar argumentos basados en emociones y creencias que aquellos que
están basados en hechos”. (Cambridge Dictionary).
En este caso prima la importancia de la propia narrativa ante los múltiples contextos en los
que interacciona una persona, entre los cuales podemos encontrar tanto hechos objetivos
como hechos alternativos y pseudohechos. La propia narrativa está directamente
relacionada con la propensión a aceptar argumentos basados en creencias y emociones. En
este caso, existe algo dentro de nosotros, llámese sesgos cognitivos y patrones de
funcionamiento psicológico, bajo los cuales opera la posverdad según las características del
contexto. Destaca, en este caso, la importancia del pseudoentorno, es decir, de nuestra
propia forma de representar la realidad mediante ficciones.
2 https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/post-truth
3 https://en.oxforddictionaries.com/definition/post-truth
4 http://dle.rae.es/?id=TqpLe0m
5 Rodríguez Ferrándiz, R. (2018). Máscaras de la mentira. El nuevo desorden de la posverdad. Ajuntament de
El autor aclara que las ficciones son “representaciones del entorno que en mayor o
menor grado son obra de los individuos”.
Según Lippmann, “el entorno real resulta en conjunto excesivamente grande, complejo y
fugaz para que podamos conocerlo de forma directa”, de manera que resulta necesario
“garantizar la existencia de mapas en los que ni nuestra propia necesidad ni la necesidad de
terceros haya dado lugar a la representación de lugares ficticios”.
Por tanto, podemos decir que el escenario es el contexto real; que las imágenes mentales
configuran el pseudoentorno por medio de ficciones basadas en dicho escenario; y que las
reacciones que provoca el pseudoentorno constituyen las diferentes narrativas que
podemos asociar a contextos reales. Llegados aquí, resulta interesante elaborar una
propuesta propia de definición para la posverdad que tenga en cuenta todo lo expuesto en
el presente artículo. Así, para finalizar, se propone la siguiente definición:
“La posverdad es un estado mental de la persona que depende del contexto y opera en
el pseudoentorno configurando ficciones basadas en las propias creencias y emociones, a fin
de provocar una reacción en el escenario de la acción que desdeña la verdad y no tiene en
cuenta los argumentos basados en hechos objetivos”.
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Colección de Artículos:
“Estado del Arte: Posverdad y Fake News”1.
Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Definiciones.
Algunas aclaraciones”.
Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
addressed in the two thematic core of the State of the Art document included in the research
work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
of the author in the knowledge’s construction about Post-Truth and Fake News. This article
corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "Definitions" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.
1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterComEdred-Malvarez/Alvarez_Rufs_Manuel_TFM.pdf
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Algunas aclaraciones.
En el primer caso, posverdad como cualidad de la persona, prima lo individual en el
ámbito de lo privado. En el segundo caso, posverdad como cualidad del contexto, prima lo
social en el ámbito de la opinión pública. Y, en el tercer caso, posverdad como distorsión del
contexto y/o de la persona, prima la manipulación a favor del ámbito de un determinado
interés, económico y/o ideológico. Por tanto, el fenómeno de la posverdad opera a nivel
individual provocando determinadas reacciones de las personas en el contexto, pero
también depende del contexto para operar mediante la configuración de ficciones que den
curso a la acción. Es en este sentido en el que las definiciones del diccionario Cambridge y
Oxford se complementan y necesitan de manera mutua. La posverdad opera a nivel
individual, pero necesita del contexto social al mismo tiempo para poder operar.
Igualmente, un contexto sin personas que reaccionen ante él no es social, y la posverdad, en
este caso, no puede operar. Además, el resultado de las operaciones posverdad llevadas a
cabo por las personas según los diferentes contextos puede influir en la formación de la
opinión pública. Esto nos lleva a pensar en la posibilidad de modificar el contexto para
provocar, de manera deliberada, un determinado tipo de reacción en las personas basado
en la forma de operar de la posverdad y que resulte influyente en la formación de la opinión
pública en un sentido determinado por algún tipo de interés económico y/o ideológico. En
este caso nos situamos en la perspectiva que ofrece la definición del diccionario RAE.
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i
https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/post-truth
ii
https://en.oxforddictionaries.com/definition/post-truth
iii
http://dle.rae.es/?id=TqpLe0m
iv
McIntyre, L. (2018). Post-Truth. (The MIT Press Essential Knowledge series). MIT Press 2018.
Cambridge, MA.
v
https://concienciacritica.org/wp/wp-
content/uploads/2019/02/Colecci%C3%B3nEA_Posverdad_Fake-News_01.pdf
https://concienciacritica.org/wp/wp-content/uploads/2019/03/EA_Posverdad_Fake-News_02.pdf
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Colección de Artículos:
“Estado del Arte: Posverdad y Fake News”1.
Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Historia.
Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
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work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
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corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "History" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.
1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterComEdred-Malvarez/Alvarez_Rufs_Manuel_TFM.pdf
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Tal y como se ha indicado en el documento Estado del Arte al que se refiere la presente
colección de artículos, los filósofos no se ponen de acuerdo sobre la verdad, aunque en la
tradición oral la noción de verdad representa casi 3.000 años de uso. Hans Vaihinger1 se
refiere al hecho de pensar o actuar “como si”, (als ob), ciertas cosas fuesen verdaderas,
aunque quizá nunca puedan llegar a ser demostradas o resulten ser completamente falsas.
Esto nos conduce a una visión del mundo que Vaihinger denominó ficcionalismo, según la
cual la realidad se mueve entre el polo de la ficción, (donde no sabes que habitas en un
mundo falso), y el de la hipótesis, (donde sabes que no habitas en un mundo falso), sin llegar
en ningún caso a alcanzar ningún sentido robusto de la verdad. Para Steve Fuller2, Vaihinger
“personifica la sensibilidad posverdad”.
Por otra parte, la capacidad de mentir permite representar lo que no es, es decir, la ficción.
Según Keyes3, el hecho de mentir se debe a una cuestión de contexto en el que todas las
personas compiten por engañar y por ser sinceras. Se asocia la mentira con la aparición del
lenguaje y con la necesidad de crear nuevas representaciones, por lo que también se
relaciona directamente con la creatividad humana. Asimismo, la mentira está relacionada
con la capacidad de supervivencia, y pudo haber dado origen a los primeros impulsos éticos
de la humanidad. La mentira resulta ser un instrumento que puede utilizarse tanto para
hacer el bien como para hacer el mal. De ahí su estrecha relación, como hecho social, con la
política, en la cual pueden darse diferentes niveles de veracidad, honestidad y fidelidad.
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informaciones precisas en las que basar sus propias opiniones, y, cada vez más, buscan
aquellas opiniones que mejor les sirvan para respaldar su propia red de creencias y
emociones. Ibáñez Fanés4 denomina a esta circunstancia hedonismo cognitivo, y afirma que
es la clave que permite considerar que la posverdad es otra cosa diferente a la propaganda,
la mentira, la ocultación y el secreto. En este sentido, D’Ancona5 considera la posverdad
como un fenómeno emocional, ya que “se trata de nuestra actitud hacia la verdad, en lugar
de la verdad misma”, y refiere que lo nuevo de la posverdad es la respuesta del público ante
la mendacidad de los políticos. Para McIntyre6, la posverdad se trata de la forma en que las
personas reaccionan a la realidad, no de la realidad misma, por lo que, según el autor, la
cuestión “no es si tenemos la teoría correcta sobre la verdad, sino cómo dar sentido a las
diferentes formas en que las personas subvierten la verdad”. La actitud hacia la verdad ha
cambiado, y fruto de ello, la respuesta del público, por lo que, siguiendo a Rider 7, el mundo
parece haber quedado dividido entre los “expertos” que comparten opiniones afines a las
propias creencias y emociones, por un lado, y el mundo de lo falso, por el otro.
Según Alterman8, hasta los años sesenta del siglo pasado, y en el contexto de Estados Unidos,
las consecuencias de las mentiras proferidas desde la clase política tenían como
consecuencia la pérdida de la presidencia y de la reputación, y una derrota en las siguientes
elecciones. Sin embargo, ante la abrumadora cantidad de mentiras vertidas desde la clase
política, y difundidas y expuestas por los medios de comunicación, sobre todo a partir de
1940, se socava el vínculo de confianza entre el gobierno y la ciudadanía, el cual, como indica
Alterman, es fundamental para el funcionamiento de una democracia. El autor identifica, a
partir de 1960, un importante cambio en las audiencias caracterizado por la influencia del
aumento de la mendacidad de la clase política y de los medios de comunicación. Este cambio
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Keyes también distingue cambios en las sociedades a la hora de recibir y fabricar mentiras,
sobre todo a partir de los años sesenta, y un aumento generalizado de la deshonestidad en
todas las sociedades, imbricado a los avances tecnológicos. También constata, y justifica
históricamente en Estados Unidos, la tendencia a “engordar” conversaciones y credenciales
en actos cotidianos, y la aceptación de dichas mentiras sin reparos dentro de lo que el autor
denomina el “credo posverdad”. Según Keyes, los avances de las tecnologías de la
comunicación propician que las oportunidades para engañar a otros hayan aumentado
exponencialmente y que el engaño se haya convertido en un lugar común en las sociedades
contemporáneas. Según el autor vivimos una era posverdad.
- Al son de la tecnología.
Por tanto, durante el periodo comprendido entre 1940 y 1980 se producen cambios
decisivos en la forma de reaccionar de la sociedad ante las nuevas realidades, fabricadas
tanto por la clase política como por los medios de comunicación, gracias, en buena parte, a
los avances en las tecnologías de información y de comunicación, los cuales han propiciado
una profunda transformación de los diferentes contextos y narrativas hasta nuestros días.
Debemos recordar que las primeras emisiones televisivas con programación comenzaron
alrededor de 1940 en diferentes países, al tiempo que iban apareciendo las primeras
computadoras modernas. En el año 1947 se inventó oficialmente el transistor, en 1952 se
patentó el código de barras, y en 1958 se desarrolló el primer circuito integrado, conocido
también como chip o microchip. En 1962 aparece la primera banda magnética, y, ya en 1981,
IBM lanza su primer ordenador personal (PC). Un año más tarde, en 1982, Microsoft lanza
el sistema operativo MS-DOS.
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Según Alterman, a principios de los años noventa del siglo pasado la presidencia de los
Estados Unidos de América ya operaba en un ambiente político posverdad. Precisamente el
origen académico del término posverdad (post-truth), entendido en el sentido de una
pérdida de relevancia de la verdad, se atribuye al artículo de Steve Tesich10 “The Watergate
Syndrome. A Government of Lies” publicado en The Nation en el año 1992, tan sólo un año
después del lanzamiento al mundo de la World Wide Web. Tesich argumenta en su artículo
que la ciudadanía ha comenzado a buscar refugio en las mentiras de sus gobiernos para
protegerse de la verdad, la cual equiparan con malas noticias. Seis años más tarde, en 1998,
Larry Page y Sergey Brin fundan Google. La primera aparición del término posverdad en
castellano se produce en la obra de Luis Verdú “El prisionero de las 21:30” publicada en el
año 2003. La red social Facebook se funda en febrero de 2004, el mismo año de publicación
de las obras de Keyes, Alterman y Crouch. Un año más tarde, en 2005, se crea la red social
YouTube, y es en el año 2006 cuando aparece Twitter.
En este punto, podemos destacar el año 2009 no sólo por la aparición de la aplicación de
mensajería WhatsApp, la cual también ha tenido una enorme influencia en la
transformación de los diferentes contextos y narrativas al hilo de los cambios producidos
por los avances tecnológicos mencionados anteriormente, sino principalmente por la
modificación sustancial del algoritmo de Google a finales de ese año, en cuanto a la
personalización del contenido ofrecido a fin de mejorar la experiencia de la persona usuaria,
y los conocidos efectos secundarios que se han producido, relacionados con el filtro burbuja,
las cámaras de eco, y la polarización social. Como es bien sabido, el tratamiento algorítmico
de ingentes cantidades de datos que la propia ciudadanía proporciona a cambio de
diferentes servicios “gratuitos”, se ha extendido a prácticamente a todas las empresas e
instituciones que tienen oportunidad de hacerlo, propiciando asimismo el surgimiento de
nuevas empresas especializadas en este tipo de operaciones.
David Roberts11 plantea en el año 2010 el hecho de estar viviendo una política posverdad,
“una cultura política en la que la actividad política (la opinión pública y las narrativas de los
medios) se han desconectado casi por completo de la política (la sustancia de la
legislación)”. En ese mismo año se lanza la red social Instagram. Cinco años más tarde, (seis
desde el cambio en el algoritmo de Google), es posible dar cuenta de los efectos asociados
al empleo del tratamiento algorítmico de cantidades masivas de datos. De esta manera,
Harsin12 observa en el año 2015 un cambio de regímenes de verdad, propios de una sociedad
disciplinaria, a regímenes de posverdad, caracterizados por la proliferación de mercados de
verdad, propios de las sociedades de control. Esto supone, según el autor, una serie de
cambios convergentes en la producción cultural, el periodismo, la comunicación política, la
velocidad, el afecto y la cognición, destacando asimismo “la importancia del marketing, los
algoritmos, los bucles epistémicos y el impulso para participar digitalmente, a través del
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contenido generado por los usuarios, el agrado y el intercambio, este último especialmente
asociado con las sociedades de control”. A finales de 2016, post-truth, (posverdad), es
declarada palabra del año por el diccionario Oxford, dado el gran aumento de la frecuencia
de uso del término. Ese mismo año se producen los resultados electorales ya conocidos de
las votaciones sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (Brexit) y del
acuerdo de paz con las FARC en Colombia, además de la elección de Donald Trump como
presidente de los Estados Unidos. A finales de 2017, el término posverdad es incluido en el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
- La historia no ha terminado…
Lo novedoso de la posverdad es su relación de influencia con la formación de la opinión
pública y de las actitudes sociales, y con las enormes posibilidades tecnológicas que existen
en la actualidad para fabricar contextos y narrativas que propicien una determinada forma
de reaccionar en el conjunto de la ciudadanía. El fenómeno de la posverdad, entendida como
cualidad de la persona, se remonta a los albores de la humanidad, pero su potencialidad a la
hora de operar depende no sólo de la propia red personal de creencias y emociones, y de los
posibles cambios que se producen en ella, sino también de las características propias del
contexto en el que se desenvuelve una persona, el cual influye, asimismo, tanto en la forma
de operar de la posverdad como en la configuración de la propia red personal de creencias
y emociones. Como ya dijo Max Black13 al referirse a los distintos tipos de mentiras y engaño:
“la diferencia está en la sofisticación de los medios utilizados para conseguir el propósito”,
lo cual resulta clave para entender el nivel de desarrollo actual del fenómeno de la
posverdad.
En este sentido, habida cuenta de la estrecha relación que existe entre el propio fenómeno
de la posverdad y los avances que se han producido en las tecnologías de la información y
de la comunicación, y dado que dichos avances no han dejado de producirse, ni resulta
previsible que ello vaya a ocurrir, (inteligencia artificial, deep learning, realidad virtual,
realidad aumentada, deep fakes, nanotecnología, internet de las cosas, impresión 3D,
computación cuántica, etc.), cabe afirmar que la historia de la posverdad no ha terminado y,
es más, quizá no resulte demasiado aventurado pensar que la historia de la posverdad no
haya hecho más que empezar.
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1 Vaihinger, H. (1925) (2009). The Philosophy of ‘As if’. A System of the Theoretical, Practical and
Religious Fictions of Mankind. Martino Publishing. Mansfield Centre, CT.
2 Fuller, S. (2018). What Can Philosophy Teach Us About the Post-truth Condition. En: Peters, M.A.,
Rider, S., Hyvönen, M., Besley, T. (2018): Post-Truth, Fake News. Viral Modernity & Higher
Education. Springer. Singapur. Versión ebook.
3 Keyes, R. (2004). The Post-Truth Era. Dishonesty and Deception in Contemporary Life. Nueva York:
St. Martin’s Press.
4 Ibáñez Fanés, J. (ed.) (2017). En la era de la posverdad. 14 ensayos. Calambur. Barcelona.
5 D’Ancona, M. (2017). Post-Truth. The new war on truth and how to fight back. Ebury Press. London.
6 McIntyre, L. (2018). Post-Truth. (The MIT Press Essential Knowledge series). MIT Press 2018.
Cambridge, MA.
7 Rider, S. (2018). On Knowing How to Tell the Truth. En: Peters, M.A., Rider, S., Hyvönen, M., Besley,
T. (2018): Post-Truth, Fake News. Viral Modernity & Higher Education. Springer. Singapur.
Versión ebook.
8 Alterman, E. (2004). When Presidents Lie. A History of Official deception and its consequences.
Penguin.
9 Crouch, C. (2004). Post-Democracy. Polity Press. United Kingdom.
10 Tesich, S. (1992). The Watergate Syndrome. A government of lies. The Nation.
11Roberts, D. (2010). Post-Truth politics. Grist. Recuperado 02/09/18 de:
https://grist.org/article/2010-03-30-post-truth-politics/
12 Harsin, J. (2015). Regimes of Post-truth, Postpolitics, and Attention Economies. Communication,
Culture & Critique, 8(2), 327-333.
13Black, M. (1982). The Prevalence of Humbug. Philosophic Exchange: Vol. 13 : No. 1 , Article 4.
Disponible en: http://digitalcommons.brockport.edu/phil_ex/vol13/iss1/4
https://concienciacritica.org/wp/wp-content/uploads/2019/03/EA_Posverdad_Fake-News_04.pdf
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Núcleo Temático: Posverdad. Factor de Investigación: Características.
Abstract. The present articles’ collection analyzes each of the research factors
addressed in the two thematic core of the State of the Art document included in the research
work "State of the Art: Post-Truth and Fake News", and also takes into account the document
of First Conclusions of the mentioned work to offer, in a synthetic way, a personal contribution
of the author in the knowledge’s construction about Post-Truth and Fake News. This article
corresponds to the thematic core "Post-Truth" and the research factor "Characteristics" of the
document "State of the Art" and "First Conclusions" of the aforementioned research work.
1Álvarez Rufs, M. (2018). Estado del Arte: Posverdad y Fake News. Master Thesis, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (España). Facultad de Educación. Disponible en: http://e-
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Características de la Posverdad.
Una cuestión de contexto y narrativa.
La posverdad es dependiente del contexto en un doble sentido: por una parte, la posverdad
influye en el contexto, y, por otra parte, la posverdad es influida por el contexto.
Tanto entre los diferentes contextos y estados mentales de las personas implicadas en las
operaciones posverdad, como entre las diferentes narrativas que pueden asociarse a dichos
contextos y estados mentales, se produce un conjunto de relaciones complejas las cuales
comparten una particularidad específica que resulta clave para poder comprender el
fenómeno de la posverdad: Y es que dichas relaciones establecidas entre los diferentes
contextos y narrativas provocan reacciones en el escenario de la acción que desdeñan la
verdad y que no tienen en cuenta los argumentos basados en hechos objetivos.
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1. Multiplicación de la verdad.
2. Multiplicación de la mentira.
3. Retórica posverdad.
4. Instrumentalización de la verdad.
5. Erosión de la noción de verdad.
6. Pérdida de confianza de la ciudadanía.
7. Conspiración y negacionismo científico.
8. Fragmentación de medios, acción política, conocimiento y ciudadanía.
▪ Multiplicación de la Verdad.
Julian Baggini3 identifica diez tipos diferentes de verdades: eternas, autoritarias, esotéricas,
razonadas, empíricas, creativas, relativas, poderosas, morales y holísticas. Estas verdades
pueden corresponder a diferentes versiones de la realidad y están interrelacionadas.
Baggini destaca la importancia que tiene la relación entre las verdades de tipo holístico y las
redes personales de creencias y emociones, dada la dificultad que encontramos a la hora de
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salirnos de dos redes de creencias y evaluar su credibilidad desde una tercera perspectiva
neutral; y dado también que, en la propia red de creencias no todo tiene la misma
importancia y, por eso, dentro de la misma red, se consideran algunas verdades como más
fundamentales que otras dependiendo de los diferentes contextos y narrativas a los que se
expone una persona, es decir, dependiendo de las diferentes versiones de la realidad.
En realidad, cada una de nuestras redes de creencias individuales es en sí misma parte de una
red social más amplia similar a la World Wide Web colaborativa. Confiamos en el conocimiento
de los demás para construir nuestra mejor comprensión de la verdad (Baggini, p.102).
▪ Multiplicación de la Mentira.
▪ Retórica posverdad.
La retórica está directamente relacionada con las diferentes narrativas que se producen en
los diversos contextos en los que interaccionan y reaccionan las personas, es decir, con su
forma de expresarse. Coincidiendo con el establecimiento de un ambiente político
posverdad, y con la transición hacia un estado posdemocrático en la mayoría de las
democracias occidentales, Black6 y Frankfurt7 dan cuenta en los años ochenta del siglo
pasado de los cambios que se han estado produciendo en las retóricas, relacionados con las
diversas formas de engaño y con la sofisticación de los medios utilizados para ello, en el caso
de Black; y con una clara desconexión del continuum epistemológico, sin referencias con la
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realidad, ni responsabilidad o preocupación alguna con y por la verdad, es decir, con una
total indiferencia hacia la verdad, en el caso de Frankfurt.
Por tanto, ante esta nueva situación que nos trae la era posverdad, en la que la verdad y la
mentira se han multiplicado e instalado en los diferentes contextos y narrativas, Bruce
McComiskey8 nos habla de la aparición de una nueva forma retórica que el autor denomina
retórica posverdad. Según el autor, las retóricas clásicas basadas en un continuum
epistemológico que incluye hechos ciertos, realidades fundacionales y verdades
universales, se han visto desplazadas por retóricas posverdad que implican un estado en el
que el lenguaje no hace referencia a hechos, realidades o verdades. Según el autor, en un
mundo posverdad, sin verdades o mentiras, el lenguaje se vuelve puramente estratégico, sin
referencia a nada más que a sí mismo. McComiskey argumenta que, cuando desaparecen los
estándares de referencia o verdades universales, también desaparecen sus opuestos, es
decir, las mentiras, las falacias y el doble sentido; ya que los retóricos deben conocer los
hechos para poder engañar a través de sus mentiras, deben reconocer la verdad para
engañar utilizando falacias, y deben comprender la realidad para poder manipular a través
del doble discurso.
▪ Instrumentalización de la verdad.
A la hora de construir la verdad puede darse el caso de que, tal y como indica Keyes, la
manipulación creativa y la invención de los hechos pueda llevarnos más allá de la mera
precisión hacia el reino de la verdad narrativa, haciendo gala de lo que el autor considera
como el credo posverdad. En este caso, “la información embellecida puede ser verdadera en
espíritu, más verdadera que la verdad”. Según Rodríguez Ferrándiz9, “la posverdad se nutre
de la oscilación indecidible entre versiones de la realidad que parecen no poder someterse
a prueba de falsación” (p. 211). En este sentido, tal y como afirma Ródenas de Moya10, la
verdad de la posverdad no aparece como objeto, sino como instrumento, quedando
“relegada a una condición subsidiaria y medial”, ya que “se trata de aquello que ha de
conducir a otro fin o de proveernos de otra ganancia más allá de la propia verdad, con lo
que la solidez y fiabilidad de esta queda muy mermada” (p. 164). Es sabido que la mentira
puede utilizarse como un instrumento para hacer el mal o para hacer el bien. También
ocurre lo mismo con la verdad en este caso, puede ser utilizada tanto para hacer el bien,
como para hacer el mal. McIntyre expone que, dependiendo de lo que uno quiera que sea
verdad, se da más importancia a unos hechos que a otros, aceptando aquellos hechos que
sirven para justificar la propia ideología. Así, siguiendo al autor, las personas disputarán
aquellos hechos obvios que amenacen su propia red de creencias y emociones en razón de
su propio beneficio, buscando la afirmación de algo que resulta ser más importante para
ellas que la verdad misma.
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Ante la gran cantidad de diferentes verdades, mentiras y engaños, y, por tanto, de diferentes
versiones de la realidad, y dado que, como se ha comentado anteriormente, la verdad de la
posverdad no aparece como objeto, sino como instrumento, la propia noción de verdad
resulta erosionada, menoscabada y debilitada. Ante esta situación en la que la verdad y la
mentira se han multiplicado, el problema, tal y como indica Baggini, no está en lo que
significa la verdad, sino en cómo y por quién se establece lo que es verdad. Según el autor,
“la simplicidad asociada a la idea de verdad se ha visto erosionada por una variedad de
fuerzas diferentes”, tales como la ciencia, la globalización, la apertura de las sociedades
democráticas, y el desarrollo de la psicología. La erosión de la propia noción de la verdad
influye directamente en la propia red personal de creencias y emociones, facilitando el
despliegue de operaciones posverdad. Según D’Ancona, el colapso de la verdad es la base de
la era posverdad, en la que “todo lo demás fluye de esta fuente única y venenosa”.
- Desinformación.
- Propaganda falsa.
- Ciencia falsa.
El autor destaca el auge de esta industria traidora, el cual ha coincidido con la metamorfosis
total que se ha producido en el panorama de los medios y la revolución digital (p. 46). Para
Rabin-Havt11, esta industria especializada en fabricar desinformación, propaganda falsa, y
ciencia falsa, provoca una distorsión en el proceso de políticas públicas debido a la poderosa
influencia que supone la suma de:
- Mentiras.
- Dinero.
- Cabildeo.
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alineación entre los intereses comerciales, es decir, del dinero, y los intereses ideológicos,
lo cual supone un tremendo poder a la hora de desconectar a la ciudadanía de la formulación
de políticas públicas y sociales, como pueden ser, a modo de ejemplo, aquellas relacionadas
con el consumo de tabaco, el cambio climático, la violencia de género, las armas, las vacunas,
la inmigración, el fraude electoral, el aborto, la diversidad sexual… Tal y como indica Rabin-
Havt, se trata de mantener el status quo mediante la confusión. El autor expone el ejemplo
del cambio climático para aclarar que la industria de la desinformación opera de manera
sofisticada en múltiples niveles que incluyen:
Según D’Ancona, el entramado de redes conectadas por el poder viral de las redes sociales
resulta ser un “vector ideal para las teorías de conspiración”, el cual desafía el sistema
tradicional de instituciones basado en reglas, conocimiento, autoridad y ciertos protocolos
probados (p. 64). El autor refiere que, el negacionismo científico, al que considera una de
las prioridades de la posverdad, se basa en la convicción de que el gobierno y las
corporaciones farmacéuticas están en contra del mejor interés para la humanidad. Y esto
tiene mucho que ver con las teorías conspiratorias, contribuyendo a afianzar algunas de
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ellas, y a generar otras nuevas. Según Puig, tras un siglo XX dominado por la novela
distópica, hemos regresado a la ficción utópica protagonizada por la robótica, la inteligencia
artificial y un futuro post-humano. El autor considera la dualidad utopía/contra-utopía
como una de las tramas nutritivas de la posverdad.
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En este punto, la noción de verdad como instrumento, y no como objeto, se hace obvia, lo
cual se relaciona principalmente con la idea de transformación del contexto en base a una
narrativa posverdad. Pero lo realmente importante es que la noción de la verdad resulta
gravemente erosionada en la propia red de creencias y emociones, y esto supone una
característica forma de reaccionar de la ciudadanía ante la realidad que está basada en una
consecuente pérdida de confianza ante los diferentes contextos y narrativas a los que se ve
expuesta.
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