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EXPEDIENTE 206-2011

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, INTEGRADA POR LOS MAGISTRADOS


ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE, QUIEN LA PRESIDE, MAURO RODERICO
CHACÓN CORADO, HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA, ROBERTO MOLINA
BARRETO Y GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR: Guatemala, dieciséis de junio de
dos mil once.

Se tiene a la vista para dictar sentencia, el planteamiento de inconstitucionalidad general


total promovido por la entidad Corporación Malfa, Sociedad Anónima, por medio de su
Gerente General y Representante Legal, Juan José Tebalán Calderón, contra el Acuerdo
Número treinta y tres — dos mil cuatro (33-2004) del Concejo Municipal de Amatitlán,
departamento de Guatemala, asentado en el Acta Numero doce - dieciséis -cero tres - dos
mil cuatro (12-16-03-2004), de dieciséis de marzo de dos mil cuatro, del libro veinte de
Actas de Sesiones de la Corporación Municipal, que contiene el Proyecto de Recaudación
por Servidumbre de Paso de Servicios. La solicitante actúo con el auxilio de los Abogados
Oscar Raúl Pineda Pérez, María Eugenia Rivera Lacayo y Gerardo De La Peña. Es
ponente en este caso la Magistrada Vocal IV, Gloria Patricia Porras Escobar, quien expresa
el parecer de este Tribunal.

ANTECEDENTES
I. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA IMPUGNACIÓN

La solicitante de la inconstitucionalidad afirma que la normativa impugnada, especialmente


el numeral romano dos, que ella le atribuye el contenido siguiente: "II) Que por la
modalidad de servidumbre de paso, los interesados deberán cancelar en forma mensual
los montos siguientes: a) Por cada poste de madera y concreto Q.1.50; b) Por cada poste
de metal Q.1.00; c) Por la conducción de cable espacio aéreo o terrestre, por cada metro
lineal Q.1.00; d) Por cada ancla de aterrizaje Q.0.50; e) Por cada cabina para teléfonos
tarjeteros o monederos Q. 100.00; f) Por cada Armario de distribución Q.50.00; y g) Por
cada torre de telefonía celular Q.1,000.00.", contraviene los artículos 5, 39, 43, 175, 239,
243 y 255 de la Constitución Política de la República de Guatemala, arguyendo las
razones siguientes: a) respecto a la violación del artículo 5 constitucional, porque impone
una obligación que va en detrimento de lo establecido en el mismo, por cuanto grava bajo
la figura de servidumbre de paso, la infraestructura colocada por las empresas dedicadas a
prestar servicios de televisión por cable, telecomunicaciones, energía eléctrica, conducción
de cable por espacios aéreos o terrestres; además, al Acuerdo de marras se le atribuye el
carácter imperativo de una ley con el oscuro fin de obtener, de forma improcedente y
contraria a la Carta Magna, un ingreso a favor del municipio, ya que a través de una
servidumbre de paso no es posible establecer un pago mensual, debido a que dicha figura
es un gravamen impuesto a un bien inmueble con el objeto de garantizar el acceso a otro
de la forma menos perjudicial posible para el bien que soporta el mencionado gravamen y
que, para el presente caso, se encuentra regulado en el artículo 796 del Código Civil y, de
forma más específica, en el artículo 25 de la Ley General de Telecomunicaciones, que
establece: "La instalación de redes lleva implícita la facultad de usar los bienes nacionales
de uso común mediante la constitución de servidumbres o cualquier otro derecho
pertinente para fines de instalación de redes de telecomunicaciones, sin perjuicio del
cumplimiento de las normas técnicas regulatorias, así como de las ordenanzas
municipales y urbanísticas que corresponda. Las servidumbres o cualquier otro derecho
que pudiera afectar bienes nacionales da uso no común o propiedades privadas deberán
ser convenidas por las partes y se regirán por las normas generales que sean aplicables".
De lo anterior, se colige que la figura de servidumbre-de paso es procedente con la
infraestructura instalada en la vía pública por personas o entidades que prestan servicios
de energía eléctrica, televisión por cable o comunicaciones en general, cuando la misma
constituya una necesidad por llevar dichos servicios a más gente y no con el fin de obtener
un ingreso en beneficio del municipio, b) respecto a la violación al artículo 39
constitucional, porque conforme el artículo 464 del Código Civil, la propiedad es el derecho
de gozar y disponer de los bienes dentro de los límites y con la observancia de las
obligaciones establecidas en las leyes; sin embargo, la normativa impugnada grava de
forma totalmente ilegal y confiscatoria la propiedad privada de las personas individuales
y/o jurídicas que tengan instalada dentro de la vía pública, consistente en postes de
madera, metal o concreto, cabinas telefónicas, la conducción por metro lineal de cable ya
sea de forma aérea o bien subterránea; además se le está imponiendo un gravamen a la
actividad generadora de renta, es decir, a la prestación de los servicios que ya se
encuentran gravados a través del impuesto Sobre la Renta, lo que constituye una doble
tributación, c) respecto a la violación al artículo 43 constitucional, porque a la actividad de
prestación de energía eléctrica, televisión por cable, telefonía y transmisión de datos, le da
el carácter de un servicio público cuando estas actividades son propias del quehacer de la
iniciativa privada y no pueden bajo ningún punto de vista constituir una actividad estatal y,
por lo tanto, llamárseles servicios públicos; de esa cuenta, en la normativa impugnada, se
puede evidenciar que a través de la imposición de obligaciones pecuniarias sumamente
altas, por tener infraestructura en la vía pública del municipio bajo la figura de la
servidumbre de paso, se está vedando el derecho de la personas individuales o jurídicas a
que puedan desarrollar su actividad comercial, de industria y trabajo, de conformidad con
la ley, Además, dicha violación se manifiesta cuando en el considerando cinco del Acuerdo
impugnado, la Corporación Municipal tuvo la osadía de calificar de ilegal la colocación de
infraestructura de red en dicho municipio, sin que en ninguna norma legal prescriba tal
ilegalidad; d) respecto a la violación al artículo 175 constitucional, debido a que el Acuerdo
atacado es resultado de una serie de consideraciones totalmente arbitrarias e ilegales, ya
que a través del mismo se trata de arrogarle al órgano municipal facultades omnímodas,
como prohibir actividades lícitas y necesarias, como la energía eléctrica, televisión por
cable, telefonía y transmisión de datos a través de la instalación en la vía pública de
infraestructura; restringir la libertad de comercio, industria y trabajo; coartar la libertad de
acción y el derecho de propiedad; violar el principio de legalidad tributaria, facultades que
corresponden única y exclusivamente al Congreso de la República; e) respecto a la
violación al artículo 239 constitucional, porque el Concejo Municipal dicta un Acuerdo que
contiene bases de recaudación con el objeto de obtener un ingreso para el municipio, toda
vez que en su contenido, enuncia que con base al principio de justicia tributaria y a la
equidad, promulga un tributo (específicamente un arbitrio), obviando el principio de
legalidad que en materia tributaria dispone que le corresponde únicamente al Congreso de
la República, obligando a las personas individuales y/o jurídicas dedicadas a la prestación
de servicios de energía eléctrica, televisión por cable, telefonía y transmisión de datos que
tengan instalada infraestructura en la vía pública, a pagar las cantidades ahí especificadas,
sin que se produzca una contraprestación de un servicio público; f) respecto a la violación
al artículo 243 constitucional, porque pretende gravar dos veces cada uno de los
elementos que en su conjunto sirven para la prestación del servicio (postes, conducción de
cables, anclas de aterrizaje, cabinas de teléfonos y armarios de distribución), toda vez que,
para el caso de instalación de cables o equipos de retransmisión de señales captadas vía
satélite, en el artículo 7 de la Ley Reguladora de Uso y Captación de Señales Vía Satélite
y su Distribución por Cable, se establece el monto que en concepto de arbitrio, pueden
cobrar las municipalidades; aunado a ello, se está en presencia de un impuesto
confiscatorio; g) respecto a la violación al artículo 255 constitucional, específicamente en el
segundo párrafo, toda vez que el mismo estipula que la captación de recursos ha de
ajustarse a lo preceptuado en la ley y el Código Municipal, en su artículo 35, literal n),
establece que el cobro por el uso de la vía pública para la instalación de infraestructura
debe hacerse a través de rentas, mientras que el Acuerdo de marras contiene la
imposición de pago a través de servidumbre de paso. Solicitó que se declare con lugar la
inconstitucionalidad planteada.

II. TRÁMITE DE LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD

No se decretó la suspensión provisional. Se dio audiencia por quince días al Concejo


Municipal de Amatitlán, departamento de Guatemala, y al Ministerio Público.
Oportunamente se señaló día y hora para la vista.

III. RESUMEN DE LAS ALEGACIONES

A) El Concejo Municipal de Amatitlán, departamento de Guatemala, expuso: a) que el


Concejo Municipal al aprobar el Acuerdo impugnado, lo hizo con fundamento en el
principio de legalidad, sujeción a la ley de la función pública y autonomía municipal,
establecidos en los artículos 153, 154 y 253 de la Constitución Política de la República de
Guatemala, respectivamente; de esta manera, en referencia a lo relativo a las funciones
que puede ejercer bajo la autonomía municipal, se encuentran la obtención y disposición
de sus recursos patrimoniales, su fortalecimiento económico, la emisión de ordenanzas y
reglamentos y el ordenamiento territorial; siendo que el espacio público es de todos, su
uso o explotación permanente, arbitraria y con fines de lucro por parte de algunos o
algunos, constituye una usurpación del bien común, porque conlleva un subsidio que raya
en la ilegalidad y habilita la función y atribución municipal de regular su uso
adecuado; b) que el Código Municipal, en el artículo 3 refiere que en el ejercicio de la
autonomía, el municipio elige a sus autoridades y ejerce por medio de ellas el gobierno y
administración de sus intereses; y en el artículo 35, literales b) y n), norma como
atribuciones del Concejo Municipal, entre otras, el ordenamiento y control urbanístico de la
circunscripción municipal, así como la fijación de rentas de los bienes municipales; es
decir, se trata de facultades discrecionales y unilaterales de las municipalidades, en su
carácter de máxima autoridad en la administración de los bienes municipales;
naturalmente esa facultad debe ser ejercida de manera razonable, traducida en una renta,
beneficio, derecho de uso, usufructo o servidumbre o cualquier denominación que se de al
ingreso que rinde periódicamente algo, como en este caso, el aprovechamiento de los
bienes públicos municipales de uso común o no, ya que privar al Concejo Municipal de esa
facultad no sólo menoscabaría la autonomía municipal, sino que además se toleraría la
usurpación de los bienes comunes, para aprovechamiento y satisfacer el ánimo de lucro
de uno o algunos vecinos en detrimento de los demás; dicho de otra manera, la palabra
renta de bienes municipales a que hace referencia la ley, no es excluyente de otras que en
el fondo aparejen lo mismo, es decir, un ingreso que rinde periódicamente algo que puede
tener varios orígenes, por lo que resulta obvio que no son de carácter tributario, como
afanosamente pero sin fundamento pretende hacer ver la accionante, sin que sea
necesaria la aprobación por parte del Congreso de la República; por lo que cualquier
persona individual o jurídica, que con fines comerciales requiera la utilización del espacio
público municipal, además de cumplir con las ordenanzas municipales en ese sentido,
debe sujetarse a lo que para el efecto establece el artículo 25 primer párrafo de la Ley
General de Telecomunicaciones, de tal suerte que no existe violación al artículo 39 de la
Constitución Política de la República de Guatemala, ya que en lo absoluto afecta, perturba
o limita la propiedad; c) en cuanto a que el Concejo Municipal se extralimita en sus
atribuciones, porque disfraza un cobro que constituye un arbitrio, cuyo establecimiento
corresponde al Congreso de la República, tal aseveración carece de sustento porque el
cobro establecido en el Acuerdo municipal constituye una tasa, ya que es un ingreso no
tributario que se obliga a pagar a las personas que deseen realizar las actividades
comerciales o industriales a que se refiere el mismo y que voluntariamente se genera a
favor de la Municipalidad, teniendo como contraprestación el uso de bienes municipales de
uso común o no, tal como lo ha asentado la jurisprudencia de la Corte de
Constitucionalidad; por lo que en absoluto se transgreden los artículos 239 y 243
constitucionales; d) en cuanto a la doble tributación, porque el artículo 7 de la Ley
Reguladora del Uso y Captación de Señales Vía Satélite y su Distribución por Cable,
establece el pago de un arbitrio de un quetzal mensual por suscriptor, es de aclarar, por un
lado, que se trata de hechos generadores totalmente distintos, ya que dicho pago es por
suscriptor o usuario, es decir, que el hecho generador -por llamarlo así- es la obtención de
nuevos usuarios, más no la actividad en sí ni la infraestructura que se instale en bienes
municipales de uso común o no, y por el otro, que se trata en todo caso de un arbitrio
legalmente establecido y decretado por el Congreso de la República, en congruencia a lo
establecido en el artículo 171 inciso a) y c) de la Constitución Política de la República de
Guatemala. B) El Ministerio Público expuso: a) que el contenido de la disposición
impugnada no conlleva violación a los artículos 5 (derecho de libertad de acción) y 43
constitucionales, toda vez que no contiene órdenes que no estén basadas en ley, sino que
dispone que para instalar infraestructura de comunicaciones y televisión por cable en la vía
pública o predios de uso común, debe presentarse solicitud a la Alcaldía Municipal o
Jefaturas de Obras y Drenajes de la Municipalidad y que debe pagarse en forma mensual
determinados montos por la modalidad de servidumbre de paso, lo cual no constituye una
orden en sí misma, sino una regulación en cuanto al uso de la vía pública y predios de uso
común administrados por dicha municipalidad, lo cual se encuentra comprendida en las
facultades establecidas en los artículos 253, 255 y 260 de la Constitución Política de la
República de Guatemala; b) que no existe violación al artículo 39 constitucional, toda vez
que las vías públicas y predios de uso común son bienes propiedad del Estado,
administrados por las Municipalidades en sus respectivas jurisdicciones, respecto de las
cuales pueden emitir disposiciones de orden territorial y urbanísticos, así como fijar rentas
por el uso de los mismos, por lo que establecer un pago por dicho concepto, no constituye
violación al derecho de propiedad; c) en lo que respecta a la supuesta transgresión del
artículo 172 constitucional, indica que dicha disposición únicamente señala los efectos que
conlleva el que normas de menor jerarquía violen, tergiversen o contrarien la Constitución
Política de la República de Guatemala, circunstancia que no acaece en la normativa
impugnada, por lo que no puede realizarse esa declaración; d) que no existe vulneración al
artículo 239 constitucional, ya que el Acuerdo impugnado dispone una renta por la
utilización de las vías públicas y predios de uso común, en la modalidad de servidumbre de
paso, con base en el Código Municipal y atendiendo a las necesidades del municipio y en
ejercicio de la facultad de ordenamiento territorial y control urbanístico; e) que no existe
violación al artículo 243 constitucional, dado que lo establecido por la disposición
impugnada es una renta o el pago de una cantidad de dinero como contraprestación a la
utilización de las vías públicas y predios de uso común de la jurisdicción de Amatitlán, lo
cual, conforme la jurisprudencia emitida por la Corte de Constitucionalidad, no constituye
un tributo; por ello se advierte que no existe una doble tributación, tal como señala la
accionante. Solicitó se declare sin lugar la acción de inconstitucionalidad general de
mérito, haciendo las demás declaraciones que en derecho correspondan.

IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA

A) La accionante ratificó los argumentos vertidos en su planteamiento de


inconstitucionalidad y agregó que no comparte los argumentos presentados por el
Ministerio Público ni por el Concejo Municipal de Amatitlán. Solicitó se declare con lugar la
inconstitucionalidad planteada. B) El Concejo Municipal de Amatitlán, departamento de
Guatemala, reiteró las argumentaciones vertidas al evacuar la audiencia conferida. Solicitó
que se declare sin lugar la inconstitucionalidad planteada. C) El Ministerio Público reiteró
las argumentaciones vertidas al evacuar la audiencia que le fuera conferida. Solicitó se
declare sin lugar la acción de inconstitucionalidad general total del Acuerdo impugnado.

CONSIDERANDO

-I-
A tenor de lo preceptuado en el artículo 267 de la Constitución Política de la República y el
artículo 133 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, dentro del
sistema de garantías constitucionales que se encuentra previsto en el ordenamiento
jurídico guatemalteco, figura la Inconstitucionalidad de Leyes, Reglamentos y
disposiciones de Carácter General como el instrumento que viabiliza un control directo,
abstracto y reparador de constitucionalidad, sobre las normas infra constitucionales que
conforman el ordenamiento jurídico guatemalteco, cuyo conocimiento se ha encomendado
con exclusividad a este Tribunal, como intérprete máximo y definitivo del contenido de la
ley fundamental. Es por ello que corresponde a esta Corte conocer de las impugnaciones
contra leyes y reglamentos objetados parcial o totalmente de inconstitucionalidad, en aras
de tutelar el principio de supremacía constitucional.

-II-
La entidad Corporación Malfa, Sociedad Anónima, afirma que el Acuerdo Número treinta y
tres - dos mil cuatro (33-2004) del Concejo Municipal de Amatitlán, departamento de
Guatemala, asentado en el Acta Numero doce - dieciséis - cero tres - dos mil cuatro (12-
16-03-2004), de dieciséis de marzo de dos mil cuatro, del libro veinte de Actas de Sesiones
de la Corporación Municipal, que contiene el Proyecto de Recaudación por Servidumbre
de Paso de Servicios, vulnera los artículos 5, 39, 43, 175, 239, 243 y 255 de la
Constitución Política de la República de Guatemala, por las razones reseñadas en el
apartado correspondiente del presente fallo.

-III-
Como cuestión previa, resulta pertinente hacer la acotación que esta Corte en sentencia
de seis de abril de dos mil cinco, dictada dentro del expediente dos mil trescientos setenta
y cinco - dos mil cuatro, formado con ocasión de una acción de inconstitucionalidad contra
el mismo Acuerdo ahora impugnado, la declaró con lugar y como consecuencia expulsó
del ordenamiento jurídico del numeral romano I de la norma atacada, los vocablos "energía
eléctrica" y en el numeral romano II, literal a) "por cada poste de madera y concreto Q.
1.50", en el numeral romano II literal c) "por la conducción de cable espacio aéreo o
terrestre, por cada metro lineal Q.1.00", en el numeral romano II, literal d) "por cada ancla
de aterrizaje Q.0.50". En virtud de lo anterior, el texto vigente de la normativa impugnada,
sobre el cual este Tribunal podrá pronunciarse, específicamente al numeral romano dos,
es el siguiente: "II) Que por la modalidad de servidumbre de paso, los interesados deberán
cancelar en forma mensual los montos siguientes: b) Por cada poste de metal Q. 1.00; e)
Por cada cabina para teléfonos tarjeteros o monederos Q.100.00; f) Por cada Armario de
distribución Q. 50.00; y g) Por cada torre de telefonía celular Q. 1,000.00". Si bien es
cierto, dicho fallo fue enfocado desde el punto de vista de la normativa del sector eléctrico,
también lo es que los motivos por los cuales este Tribunal resolvió declarar con lugar la
inconstitucionalidad, también le son aplicables al presente caso, por lo que resulta
pertinente reiterarlos aquí, tomando en consideración, lo siguiente: a) respecto a la
instalación de cabinas telefónicas, debe tenerse presente que dicha actividad está
regulada en la Ley General de Telecomunicaciones, la que en su artículo 25, prescribe: "La
instalación de redes lleva implícita la facultad de usar los bienes nacionales de uso común
mediante la constitución de servidumbres o cualquier otro derecho pertinente para fines de
instalación de redes de telecomunicaciones, sin perjuicio del cumplimiento de las normas
técnicas regulatorias, así como de las ordenanzas municipales y urbanísticas que
corresponda. Las servidumbres o cualquier otro derecho que pudiera afectar bienes
nacionales de uso no común o propiedades privadas deberán ser convenidas por las
partes y se regirán por las normas generales que sean aplicables". De esta manera,
siendo que la instalación de cabinas de teléfonos, armarios de distribución o torres de
telefonía celular, son actividades que pueden incluirse dentro de los servicios de
telecomunicaciones, y que deben ajustarse a lo prescrito en dicha Ley, la que no otorga
facultades como las que dispone el Concejo Municipal en el Acuerdo impugnado, como lo
es el establecimiento unilateral de servidumbres así como el cobro de una cantidad
determinada por instalación de infraestructura, cuestiones que, por una lado, en el caso de
las servidumbres, es una facultad que dicha ley claramente otorga a los operadores o
comercializadores de los servicios de telecomunicaciones, con la única salvedad que
deben cumplir con las ordenanzas municipales y urbanísticas, es decir, normas o
reglamentos que se refieran al manejo prudente, ordenado y logren el mantenimiento de
los bienes nacionales de uso común, así como al ornato del municipio y, además, deberán
ser convenidas por las partes conforme las normas generales que sean aplicables y por el
otro, para el caso del cobro por instalar infraestructura en la vía pública. Esta Corte en
sentencia de veinte de septiembre de dos mil diez, dictada dentro del expediente tres mil
setenta y seis - dos mil nueve, consideró: "...El artículo 153 Constitucional, que consagra el
principio de legalidad, enuncia que el imperio de la ley se extiende a todas las personas
que se encuentren en el territorio de la República; por su parte, el artículo 154 del Texto
Supremo determina que los funcionarios como depositarios de la autoridad, se encuentran
sujetos a la ley y jamás serán considerados superiores a ella. De tal cuenta que las
Municipalidades no estén excluidas del acatamiento y cumplimiento de las leyes que
conforman el ordenamiento jurídico. No obstante lo anterior, el artículo 5 del Reglamento
para Regularizar los Servicios que Prestan Empresas Privadas de Teléfonos Públicos
Monederos o Tarjeteros, en el Municipio de Villa Canales, del departamento de Guatemala,
impugnado mediante la presente acción, una vez cumplidos los requisitos para que se
extienda licencia para el funcionamiento de empresas dedicadas a la instalación y
prestación del servicio de teléfonos públicos monederos o tarjeteros dispone que "la cual
tendrá el costo establecido de Q100.00 por derecho de instalación y Q 150.00 mensuales
por cabina telefónica en funcionamiento", por lo que aparenta el Concejo Municipal de Villa
Canales del departamento de Guatemala, creó, en concepto de tasa municipal, la
contraprestación que deben pagar las personas que obtengan licencia para instalar
teléfonos públicos monederos o tarjeteros en dicho Municipio. Lo anterior lleva a que el
análisis que se impone en este caso, es si la contraprestación por licencia de instalación
de teléfonos públicos en el municipio de Villa Canales, reúne o no las condiciones para ser
calificada como tasa. Referente al tema, esta Corte ha dicho que la tasa es una creación
que compete a las corporaciones municipales y que consiste en la prestación en dinero por
la contraprestación de una actividad de interés público o un servicio público. Es una
relación de cambio, y en la que se dan los elementos de pago voluntario de una prestación
en dinero, fijada de antemano y una contraprestación de un servicio público. Por lo que el
hecho generador es una actividad estatal o municipal determinada, relacionada
concretamente con el ciudadano. Y siendo que en el presente caso dicho servicio no se
presta por requerimiento del administrado, sino por imposición del propio ente municipal,
que obliga al particular a cancelar a la Municipalidad el tributo previo a obtener licencia de
instalación de teléfonos públicos en el municipio, tal actividad no conlleva una
contraprestación a favor del administrado, sino que constituye una imposición respecto de
una actividad, como es la obtención de la licencia para la instalación de los teléfonos
públicos lo cual constituye un tributo; y por no ser un servicio, no es dable la imposición de
tasas sobre el mismo y con ello extraer dinero del particular, ya que la tramitación de la
licencia para instalar teléfonos públicos tarjeteros o monederos es una actividad que se
impuso unilateralmente la mencionada Municipalidad; y, además de todo lo anterior, no se
da el supuesto previsto en la ley para la realización del cobro. Si lo pretendido es extraer
dinero del particular, por actividades que no constituyen servicios municipales, la exacción
pretendida en la norma, debe hacerse por medio de la creación de los tributos, pero por el
ente facultado para ello, como lo es el Congreso de la República. Es por estas razones
que se estima que la exacción dineraria prevista en la norma atacada, no tiene sustento
constitucional y, por el contrario, vulnera la ley fundamental en el artículo 239 de la
Constitución Política de la República, por lo que deviene inconstitucional y así deberá
declararse.", y, b) respecto a la instalación de infraestructura para el servicio de televisión
por cable, dicha actividad está regulada en la Ley Reguladora del Uso y Captación de
Señales Vía Satélite y su Distribución por Cable, la que en su artículo 7, prescribe: los
usuarios comerciales no podrán utilizar las vías públicas para la instalación de cables o
equipos de retransmisión, sin contar previamente con la autorización de la municipalidad
respectiva, la cual puede cobrar un arbitrio de dos quetzales (Q.2.00) mensuales por
suscriptor, en la capital y cabeceras departamentales. En el resto de municipios se cobrará
un quetzal (Q.1.00) al mes." Como se puede observar, de la misma manera a las
actividades indicadas, la de uso y operación de estaciones terrenas que sean capaces de
captar señales que provengan de satélites y su distribución por medio de cable, o cualquier
otro medio conocido, y su utilización u operación por parte de personas individuales o
Jurídicas, también tiene una disposición legal que la regula y dentro de la cual claramente
establece un arbitrio que las personas ahí descritas (usuarios) deben pagar a favor de las
municipalidades; por lo que, al haber sido decretado por el Congreso de la República,
conforme las facultades conferidas por el artículo 239 de la Constitución Política de la
República de Guatemala, las municipalidades en manera alguna pueden aumentar dicho
monto, ni mucho menos, adicionar otro por el mismo concepto identificándolo con otra
denominación.

-IV-
De todo lo anteriormente analizado, se advierte que la normativa impugnada efectivamente
confronta abiertamente las garantías consagradas en los artículos 239, 243 y 255 de la
Constitución Política de la República, porque la creación del tributo que en ella se regula
compete en forma exclusiva al Congreso de la República y no a las municipalidades,
conforme el principio de legalidad y capacidad de pago. Siendo este medio, la
inconstitucionalidad abstracta, garante del orden constitucional y consecuentemente de la
supremacía de la Constitución Política de la República, es del caso declararla
inconstitucional, deviniendo procedente expulsarla del ordenamiento jurídico.

LEYES APLICABLES

Artículos citados y 267 y 272, inciso a), de la Constitución Política de la República de


Guatemala; 7º., 114, 115, 133, 140, 143, 146, 148, 163, inciso a), 183 y 185 de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, 31 y 34 bis del Acuerdo 4-89 de la
Corte de Constitucionalidad.

POR TANTO

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