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ANTECEDENTES
I. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA IMPUGNACIÓN
CONSIDERANDO
-I-
A tenor de lo preceptuado en el artículo 267 de la Constitución Política de la República y el
artículo 133 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, dentro del
sistema de garantías constitucionales que se encuentra previsto en el ordenamiento
jurídico guatemalteco, figura la Inconstitucionalidad de Leyes, Reglamentos y
disposiciones de Carácter General como el instrumento que viabiliza un control directo,
abstracto y reparador de constitucionalidad, sobre las normas infra constitucionales que
conforman el ordenamiento jurídico guatemalteco, cuyo conocimiento se ha encomendado
con exclusividad a este Tribunal, como intérprete máximo y definitivo del contenido de la
ley fundamental. Es por ello que corresponde a esta Corte conocer de las impugnaciones
contra leyes y reglamentos objetados parcial o totalmente de inconstitucionalidad, en aras
de tutelar el principio de supremacía constitucional.
-II-
La entidad Corporación Malfa, Sociedad Anónima, afirma que el Acuerdo Número treinta y
tres - dos mil cuatro (33-2004) del Concejo Municipal de Amatitlán, departamento de
Guatemala, asentado en el Acta Numero doce - dieciséis - cero tres - dos mil cuatro (12-
16-03-2004), de dieciséis de marzo de dos mil cuatro, del libro veinte de Actas de Sesiones
de la Corporación Municipal, que contiene el Proyecto de Recaudación por Servidumbre
de Paso de Servicios, vulnera los artículos 5, 39, 43, 175, 239, 243 y 255 de la
Constitución Política de la República de Guatemala, por las razones reseñadas en el
apartado correspondiente del presente fallo.
-III-
Como cuestión previa, resulta pertinente hacer la acotación que esta Corte en sentencia
de seis de abril de dos mil cinco, dictada dentro del expediente dos mil trescientos setenta
y cinco - dos mil cuatro, formado con ocasión de una acción de inconstitucionalidad contra
el mismo Acuerdo ahora impugnado, la declaró con lugar y como consecuencia expulsó
del ordenamiento jurídico del numeral romano I de la norma atacada, los vocablos "energía
eléctrica" y en el numeral romano II, literal a) "por cada poste de madera y concreto Q.
1.50", en el numeral romano II literal c) "por la conducción de cable espacio aéreo o
terrestre, por cada metro lineal Q.1.00", en el numeral romano II, literal d) "por cada ancla
de aterrizaje Q.0.50". En virtud de lo anterior, el texto vigente de la normativa impugnada,
sobre el cual este Tribunal podrá pronunciarse, específicamente al numeral romano dos,
es el siguiente: "II) Que por la modalidad de servidumbre de paso, los interesados deberán
cancelar en forma mensual los montos siguientes: b) Por cada poste de metal Q. 1.00; e)
Por cada cabina para teléfonos tarjeteros o monederos Q.100.00; f) Por cada Armario de
distribución Q. 50.00; y g) Por cada torre de telefonía celular Q. 1,000.00". Si bien es
cierto, dicho fallo fue enfocado desde el punto de vista de la normativa del sector eléctrico,
también lo es que los motivos por los cuales este Tribunal resolvió declarar con lugar la
inconstitucionalidad, también le son aplicables al presente caso, por lo que resulta
pertinente reiterarlos aquí, tomando en consideración, lo siguiente: a) respecto a la
instalación de cabinas telefónicas, debe tenerse presente que dicha actividad está
regulada en la Ley General de Telecomunicaciones, la que en su artículo 25, prescribe: "La
instalación de redes lleva implícita la facultad de usar los bienes nacionales de uso común
mediante la constitución de servidumbres o cualquier otro derecho pertinente para fines de
instalación de redes de telecomunicaciones, sin perjuicio del cumplimiento de las normas
técnicas regulatorias, así como de las ordenanzas municipales y urbanísticas que
corresponda. Las servidumbres o cualquier otro derecho que pudiera afectar bienes
nacionales de uso no común o propiedades privadas deberán ser convenidas por las
partes y se regirán por las normas generales que sean aplicables". De esta manera,
siendo que la instalación de cabinas de teléfonos, armarios de distribución o torres de
telefonía celular, son actividades que pueden incluirse dentro de los servicios de
telecomunicaciones, y que deben ajustarse a lo prescrito en dicha Ley, la que no otorga
facultades como las que dispone el Concejo Municipal en el Acuerdo impugnado, como lo
es el establecimiento unilateral de servidumbres así como el cobro de una cantidad
determinada por instalación de infraestructura, cuestiones que, por una lado, en el caso de
las servidumbres, es una facultad que dicha ley claramente otorga a los operadores o
comercializadores de los servicios de telecomunicaciones, con la única salvedad que
deben cumplir con las ordenanzas municipales y urbanísticas, es decir, normas o
reglamentos que se refieran al manejo prudente, ordenado y logren el mantenimiento de
los bienes nacionales de uso común, así como al ornato del municipio y, además, deberán
ser convenidas por las partes conforme las normas generales que sean aplicables y por el
otro, para el caso del cobro por instalar infraestructura en la vía pública. Esta Corte en
sentencia de veinte de septiembre de dos mil diez, dictada dentro del expediente tres mil
setenta y seis - dos mil nueve, consideró: "...El artículo 153 Constitucional, que consagra el
principio de legalidad, enuncia que el imperio de la ley se extiende a todas las personas
que se encuentren en el territorio de la República; por su parte, el artículo 154 del Texto
Supremo determina que los funcionarios como depositarios de la autoridad, se encuentran
sujetos a la ley y jamás serán considerados superiores a ella. De tal cuenta que las
Municipalidades no estén excluidas del acatamiento y cumplimiento de las leyes que
conforman el ordenamiento jurídico. No obstante lo anterior, el artículo 5 del Reglamento
para Regularizar los Servicios que Prestan Empresas Privadas de Teléfonos Públicos
Monederos o Tarjeteros, en el Municipio de Villa Canales, del departamento de Guatemala,
impugnado mediante la presente acción, una vez cumplidos los requisitos para que se
extienda licencia para el funcionamiento de empresas dedicadas a la instalación y
prestación del servicio de teléfonos públicos monederos o tarjeteros dispone que "la cual
tendrá el costo establecido de Q100.00 por derecho de instalación y Q 150.00 mensuales
por cabina telefónica en funcionamiento", por lo que aparenta el Concejo Municipal de Villa
Canales del departamento de Guatemala, creó, en concepto de tasa municipal, la
contraprestación que deben pagar las personas que obtengan licencia para instalar
teléfonos públicos monederos o tarjeteros en dicho Municipio. Lo anterior lleva a que el
análisis que se impone en este caso, es si la contraprestación por licencia de instalación
de teléfonos públicos en el municipio de Villa Canales, reúne o no las condiciones para ser
calificada como tasa. Referente al tema, esta Corte ha dicho que la tasa es una creación
que compete a las corporaciones municipales y que consiste en la prestación en dinero por
la contraprestación de una actividad de interés público o un servicio público. Es una
relación de cambio, y en la que se dan los elementos de pago voluntario de una prestación
en dinero, fijada de antemano y una contraprestación de un servicio público. Por lo que el
hecho generador es una actividad estatal o municipal determinada, relacionada
concretamente con el ciudadano. Y siendo que en el presente caso dicho servicio no se
presta por requerimiento del administrado, sino por imposición del propio ente municipal,
que obliga al particular a cancelar a la Municipalidad el tributo previo a obtener licencia de
instalación de teléfonos públicos en el municipio, tal actividad no conlleva una
contraprestación a favor del administrado, sino que constituye una imposición respecto de
una actividad, como es la obtención de la licencia para la instalación de los teléfonos
públicos lo cual constituye un tributo; y por no ser un servicio, no es dable la imposición de
tasas sobre el mismo y con ello extraer dinero del particular, ya que la tramitación de la
licencia para instalar teléfonos públicos tarjeteros o monederos es una actividad que se
impuso unilateralmente la mencionada Municipalidad; y, además de todo lo anterior, no se
da el supuesto previsto en la ley para la realización del cobro. Si lo pretendido es extraer
dinero del particular, por actividades que no constituyen servicios municipales, la exacción
pretendida en la norma, debe hacerse por medio de la creación de los tributos, pero por el
ente facultado para ello, como lo es el Congreso de la República. Es por estas razones
que se estima que la exacción dineraria prevista en la norma atacada, no tiene sustento
constitucional y, por el contrario, vulnera la ley fundamental en el artículo 239 de la
Constitución Política de la República, por lo que deviene inconstitucional y así deberá
declararse.", y, b) respecto a la instalación de infraestructura para el servicio de televisión
por cable, dicha actividad está regulada en la Ley Reguladora del Uso y Captación de
Señales Vía Satélite y su Distribución por Cable, la que en su artículo 7, prescribe: los
usuarios comerciales no podrán utilizar las vías públicas para la instalación de cables o
equipos de retransmisión, sin contar previamente con la autorización de la municipalidad
respectiva, la cual puede cobrar un arbitrio de dos quetzales (Q.2.00) mensuales por
suscriptor, en la capital y cabeceras departamentales. En el resto de municipios se cobrará
un quetzal (Q.1.00) al mes." Como se puede observar, de la misma manera a las
actividades indicadas, la de uso y operación de estaciones terrenas que sean capaces de
captar señales que provengan de satélites y su distribución por medio de cable, o cualquier
otro medio conocido, y su utilización u operación por parte de personas individuales o
Jurídicas, también tiene una disposición legal que la regula y dentro de la cual claramente
establece un arbitrio que las personas ahí descritas (usuarios) deben pagar a favor de las
municipalidades; por lo que, al haber sido decretado por el Congreso de la República,
conforme las facultades conferidas por el artículo 239 de la Constitución Política de la
República de Guatemala, las municipalidades en manera alguna pueden aumentar dicho
monto, ni mucho menos, adicionar otro por el mismo concepto identificándolo con otra
denominación.
-IV-
De todo lo anteriormente analizado, se advierte que la normativa impugnada efectivamente
confronta abiertamente las garantías consagradas en los artículos 239, 243 y 255 de la
Constitución Política de la República, porque la creación del tributo que en ella se regula
compete en forma exclusiva al Congreso de la República y no a las municipalidades,
conforme el principio de legalidad y capacidad de pago. Siendo este medio, la
inconstitucionalidad abstracta, garante del orden constitucional y consecuentemente de la
supremacía de la Constitución Política de la República, es del caso declararla
inconstitucional, deviniendo procedente expulsarla del ordenamiento jurídico.
LEYES APLICABLES
POR TANTO