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Guía de planeacíón para maestros

® Comprensión del campo educativo

® Causas y procesos de la iniciación


del cambio

• El éxito de un proceso de cambio

• Futuro del cambio educativo

Míchael G. Pulían
Suzanne Stiegelbauer
f

Planeación, realización y
manejo del cambio
í.'.

Cuando recuerdo cuántos de mis esquemas privados han fracasado... la forma


en que las cosas contra las que luché desesperadamente como un infortunio,
me produjeron en realidad un bien inmenso —mientras que los objetivos que
?: perseguí ardientemente me causaron muy poca felicidad cuando los alcancé—
...me impresiona la incompetencia de mi intelecto para prescribirá la sociedad.

En nuestro comportamiento político existe una gran carencia de esa
humildad práctica.

H erbert S pencer,
“Over Legislation”, The Westminter Review Qulio, 1853)

'''- I
Para el creciente número de personas que posible”, “Planeación y m anejo” y “El alcance
han intentado producir un cambio educativo, la del cam bio”.
“ingobernabilidad” se está convirtiendo en un
término muy conocido. Sin embargo, la falta de
gobernabilidad no es igual a la insensibilidad a
¿POR QUÉ FRACASA
la influencia. Y la incapacidad para cambiar to­
das las situaciones que idealmente nos gustaría
LA PLANEACIÓN?
reformar, no conduce, necesariamente, a la con­
clusión de que no puede o no debe cambiarse El entendimiento de las razones por las cua­
ninguna situación. Para complicar aún más el les fracasan la mayoría de los intentos de refor­
asunto, si se llega a la conclusión de que una ma educativa, va más allá de la identificación
situación se. puede cambiar en ciertas formas, de problemas técnicos específicos, como la fal­
eso no significa que deba hacerse. ta de buenos materiales, una capacitación en
El panorama del cambio que se ha venido funciones deficiente, o un mínimo apoyo admi­
desarrollando en los capítulos anteriores, n ece­ nistrativo. En términos más fundamentales, el
sita considerarse desde el punto de vista de qué cambio educativo fracasa, en parte, debido a
se puede hacer al respecto. Con esta finalidad, las suposiciones de los planificadores y, en par­
trato aquí cuatro aspectos principales del pro­ te, porque algunos problemas son inherente­
blema de la planeación del cambio educativo; mente insolubles. En las dos subsecciones si­
“Por qué fracasa la planeación”, “El éxito es guientes, se analizan estos dos problemas.

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Suposiciones imperfectas y formas en formas que excluyen las realidades de otros,
de pensar acerca del cambio está destinado al fracaso.
Lighthall describe el primer discurso del jefe
En pocas palabras, las suposiciones de las de zona Spanman ante la facultad de la escuela
personas que dictan las normas son, con fre­ Kensington;
cuencia, hiperradonales (W ise, 1977, 1979,
La visita de Spanman a la escuela Kensington,
1988). Una de las fuentes iniciales del problema
tenía el propósito de hacer una “presentación” a
es el compromiso que adquieren los reforma­
los 21 miembros de la facultad. No tenía la finali­
dores de percatarse de que se implemente un dad de analizar con ellos los problemas comunes
cambio particular deseado. El compromiso con de crear un tipo totalmente nuevo de educación.
lo que debe cambiarse, suele variar en forma Su objetivo era expresar a la facultad algunas par­
inversamente proporcional al conocimiento acer­ tes de su realidad; no se trataba de intercambiar
ca de cóm o trabajar a través de un proceso de la suya con la de ellos. En la medida en que, se­
cambio. gún él, era la facultad quien pondría en acción los
De hecho, com o lo reafirmaré posteriormen­ objetivos e imágenes educativos de su realidad,
te, un fuerte compromiso con un cambio en es decir, incorporaba su realidad a las realidades
particular puede ser una barrera para establecer de los demás, y puesto que ninguna persona res­
ponde a otra realidad que no sea la suya, la selec­
un proceso de cambio eficiente y, en cualquier
ción de Spanman de una forma de comunicación
caso, hay dos aspectos completamente diferen­
unilateral era autoderrotante. Con el fin de que su
tes del cambio social. El proverbio: “el que realidad se convirtiera en parte de la de ellos, ten­
quiere, puede”, no siempre es apto para la pla- dría que haber hecho suya parte de la realidad de
neación del cambio educativo. Los deseos son ellos.
abundantes, pero rhuchas veces se interponen,
en lugar de señalar el camino. Como hemos vis­ Los innovadores que carecen de la aptitud
to, para promover cambios específicos se para alterar sus realidades acerca del cambio
requiere de una cierta cantidad de visión que por medio del intercambio con los futuros en­
proporcione la claridad y energía necesarias, cargados de la implementación, pueden ser tan
pero la visión en sí misma puede interponerse autoritarios com o los defensores más firmes
en el camino si es que resulta en impaciencia, del statu quo. Esto no quiere decir que los inno­
incapacidad para escuchar, etc. Expuesto en vadores no deban tener profundas conviccio­
una forma más equilibrada, los promotores del nes acerca de la necesidad de reforma o deban
cambio necesitan estar comprometidos y capa­ estar preparados para abandonar sus ideas a la
citados en el proceso del cambio, así com o en primera señal de oposición. Lo que quiere decir
el cambio mismo. es que, por razones que debieron haber queda­
La crítica incisiva de Lighthall (1973), acerca do en claro en los capítulos 2 a 5, los innovado­
del famoso estudio de caso de Smith y Keith res necesitan estar abiertos a las realidades de
(1971) sobre el fracaso de un nuevo concepto otros; algunas veces porque sus ideas conduci­
abierto para la escuela primaria, proporciona rán a alteraciones en beneficio de la dirección
un fuerte apoyo para la hipótesis de que el com ­ del cambio, y en ocasiones porque las realida­
promiso del liderazgo con una versión particu­ des de otros expondrán los problemas de imple-
lar de un cambio, se relaciona negativamente mentación que deben abordarse y, al menos,
con la aptitud para implementarlo. Lighthall ma­ indicarán por dónde se debe empezar.
nifiesta, como yo lo hago a lo largo de todo este Lighthall documenta claramente la forma en
libro, que el cambio educativo es un proceso de que el jefe de zona y el director en Kensington
enfrentarse a las múltiples realidades de las imponían continuamente sus realidades, y cómo
personas, quienes son los principales participan­ su postura condujo en un corto plazo a resulta­
tes en la implementación del cambio. El líder dos desastrosos. Lighthall (1 9 73 ) observó:
que presupone cómo debe ser el cambio y actúa

90 PRIMERA PARTE. COMPRENSIÓN DEL CAMBIO EDUCATIVO


f
Entre las personas a cuyo cargo está la solución caso en que los resultados educativos se pres­
de problemas, es notoria la tendencia a tratar de criben minuciosamente (por ejemplo, en la edu­
saltar de sus planes privados a la implementación cación basada en la competencia), sin ningún
pública de los mismos, sin revisar el número de
í realidades necesarias para configurarlos de acuer­
plan factible acerca de cómo lograrlos. Wise
do con los problemas que perciben los adultos
caracteriza com o ilusorio el comportamiento
humanos cuya energía e inteligencia se necesitan de algunos creadores de políticas, integrantes
para implementar los planes (pág. 282). de los órganos directivos: “Cuando [éstos] re­
quieren por ley que las escuelas alcancen una
Sarason (1971), lo expone de otra forma; meta que no se logró en el pasado, podrían es­
“Una forma de pensar, comprensible pero desa­ tarse comprometiendo con un planteamiento
fortunada, confunde el poder (en un sentido ilusorio. En este caso, estos creadores de polí­
legal o de gráfica de organización), para efec­ ticas y directivos se comportan com o si sus
tuar el cambio con el proceso del mismo” (pág. deseos con respecto a lo que debe lograr un sis­
29). En pocas palabras, una de las razones bási­ tema escolar, se obtendrá, de hecho, con un
cas por las que fracasan los planes consiste en simple decreto” (pág. 45). Wise prosigue, adu­
que los planificadores o las personas que toman ciendo que incluso si las teorías lógicas de edu­
la decisión del cambio no se dan cuenta de las cación estuviesen mejor elaboradas -c o n obje­
situaciones que enfrentan las personas que, tivos claramente definidos, medios ordenados
potencialmente, lo pondrán en práctica. Intro­ de implementación, procedimientos de evalua­
ducen los cambios sin proporcionar un medio ción establecid os- no causarían un mayor im­
para identificar y confrontar las restricciones pacto, debido a que las escuelas, al igual que
situacionales y sin el intento de comprender los cualquier organización social, no operan en un
valores, ideas y experiencias de aquellos que son espacio meramente racional. Algunos podrían
esenciales para implementar algún cambio. decir que deberían hacerlo, pero Wise sostiene
Sin embargo, ¿dónde radica el error de tener que no es así, y el desearlo demuestra una
una firme convicción de que debe cambiarse incomprensión de la cultura escolar existente
un cierto aspecto de la enseñanza? ¿No es una (véanse Sarason, 1982; Lortie, 1975).
base lógica el saber que es necesario un cambio De hecho, podría ser más útil aceptar la cali­
determinado, y convertirlo en norma, si se está dad irracional de los sistemas sociales y tomarla
en posición de hacerlo? Aparte del hecho de com o punto de partida. Patterson, Purkey y Par­
que muchos programas nuevos no surgen de ker (1986), sugieren que las organizaciones en
consideraciones sólidas (caps. 2 y 4), hay otros la sociedad actual no siguen una lógica ordena­
problemas más serios. El primer problema es da, sino una compleja, la cual, con frecuencia,
que muchas versiones compiten entre sí, con su es paradójica y contradictoria, pero aún así, com­
gmpo de proponentes igualmente convencidos prensible y flexible a la influencia. Los autores
de que su versión es la correcta. Un argumento comparan las suposiciones de un concepto ra­
poderoso, e incluso el poder para tomar las cional con las de uno irracional en cinco di­
decisiones, no abordan en absoluto los puntos mensiones. Primera, objetivos, los sistemas es­
relacionados con el proceso de implementa­ colares se guían necesariamente por objeti­
ción. La falacia del racionalismo es la supo­ vos múltiples y algunas veces en competencia,
sición de que el trabajo social se puede alterar com o lo hemos dicho en los capítulos 2 a 4.
con argumentos aparentemente lógicos. El pro­ Segunda, poder, en los sistemas escolares el
blema, com o señaló George Bernard Shaw, es poder se distribuye por toda la organización.
que los “reformadores tienen la idea de que el Tercera, toma de decisiones; inevitablemente,
cambio se puede lograr por medio de la cordu­ éste es un proceso de negociación para llegar a
ra bruta”. soluciones que satisfagan a un cierto número de
Wise (1977) describe, asimismo, varios ejem ­ distritos electorales. Cuarta, ambiente externo,
plos de excesiva racionalización, com o en el el público influye en los sistemas escolares en

CAP. 6. PLANEACIÓN, REALIZACIÓN Y MANEJO 91


formas importantes que son impredecibles. todo lo posible por lograr la mejora” (pág. 406);
Quinta, el proceso de enseñanza, existe una y la “asistencia de la oficina central debe propor­
variedad de formas para enseñar, situacional- cionarse principalmente por medio de apoyo
mente adecuadas, que son efectivas. técnico de personas, no de formas para llenarse
Para Patterson y sus colegas, la diferencia y fechas límite para cumplir en el papel” (pág.
central entre los modelos racionales y los “irra­ 407). En este capítulo examinaré las directrices
cionales” radica en su interpretación de la reali­ necesarias para una mejor planeación para la
dad, los proponentes del modelo racional creen implementación.
que un cambio en “procedimientos” conducirá En resumen, la planificación de la implemen­
a la mejora. Cuando sus procedimientos “si en­ tación es en sí misma un proceso de innovación.
tonces” no funcionan, se convierten en proce­ Los planificadores, ya sea un maestro en un pro­
dimientos “si sólo”, ajustando más los regla­ yecto de instrucción o el líder de un esfuerzo de
mentos para influir en lo que se ve com o una reforma a gran escala, deben combinar la pericia
deficiencia en la respuesta. Los proponentes de y el conocimiento acerca de la dirección y de la
modelos irracionales reconocen que las organi­ naturaleza del cambio que buscan, con un enten­
zaciones no se comportan de una manera lógi­ dimiento y la capacidad para lidiar con los ele­
ca, predecible, y tratan de que esto funcione en mentos y las estrategias inherentes al proceso
su beneficio. El hecho de que se desee, se espe­ del cambio.
re y se apremie al sistema para que se vuelva
más racional, es irracional en sí mismo -n o su­
cederá. Problemas insolubles
Otra suposición imperfecta, irónicamente,
es el problema de cómo poner en práctica el Más perturbadora es la conclusión a la que
plan de implementación. Muchas personas han llegaron varias personas que han intentado
respondido a la investigación de la década comprender o combinar la teoría y la práctica
de 1970, la cual documentaba los problemas de en su trabajo cotidiano; esta conclusión nos
implementación, elaborando planes detallados muestra que algunos problemas son tan com ­
dirigidos a tomar en cuenta los elementos que plejos que, en el último análisis y acción final,
se conoce que afectan el éxito. Los planes com ­ sencillamente no son susceptibles de solución
plejos de implementación, aun cuando están (Lindblomy Cohén, 1979; Sarason, 1978, 1983,
diseñados para ayudar, en realidad, para com ­ 1990; Schón, 1971; Sieber, 1979). Esto no quie­
plicar todavía más las cosas, se convierten en re decir que no se puedan mejorar nuestros es­
otra fuente de confusión en una carga para los fuerzos para solucionarlos, pero debemos ad­
.responsables de realizar el cambio. Levine y mitir la posibilidad hipotética de que algunos
Leibert (1987), identifican este mismo proble­ problemas sociales en una sociedad compleja y
ma en su análisis de cómo perfeccionar los pla­ diversa contienen innumerables “causas’J inte­
nes de progreso o mejora en el nivel de las ractivas que no se pueden entender plenamen­
escuelas y los distritos. Observan que; “los re­ te. Tampoco podemos cambiar necesariamente
querimientos de planeación amplia, comprensi­ los elementos que entendemos como causas.
va o semicomprensiva, con frecuencia conlle­ Más aún, la sobrecarga de problemas es tan
van el efecto involuntario de sobrecargar a los Inmensa que no es posible resolver muchos de
maestros y administradores” (pág. 398), y pro­ ellos con el tiempo, energía y recursos de que
porcionan excusas, en el nivel escolar, canali­ disponemos.
zando la culpa hacia el plan. Entre otras direc­ Wise (1 9 7 7 ) se refiere a las formas en las cua­
trices, Levine y Leibert sugieren “No sobrecargar les es frecuente que las exposiciones de metas
a las escuelas o permitirles que se sobrecarguen ignoren la cuestión más básica de la factibilidad
a sí mismas como parte de un inútil intento bu­ del alcance: “La creación de metas para la edu­
rocrático para ‘demostrar’ que están haciendo cación es el deseo de que ocurra algo. Pero las

92 PRIMERA PARTE. COMPRENSIÓN DEL CAMBIO EDUCATIVO


metas, en ausencia de la teoría sobre cóm o al­ En los anteriores comentarios, aparecen dos
canzarlas, son totalmente ilusorias. Si no hay puntos relevantes. El primero es que en los pro­
razón para creer que un objetivo es realizable blemas sociales complejos, el número total de
-tal vez con la evidencia del hecho de que nun­ variables (y su naturaleza interactiva y cambian­
ca se ha logrado-, es posible que un modelo de te), es tan elevado que, logísticamente, no es
planeación lógica no resulte en el alcance de viable obtener toda la información necesaria, y
metas” (pág. 48). cognoscitivamente es imposible que los indivi­
En la solución de problemas educativos, no duos comprendan toda la imagen, aun cuando
sólo debe entenderse el número de elementos, se dispusiera de la información (véase Schón,
sino la realidad de que éstos cambian algunas 1971, pág. 215). El segundo es que, incluso si
veces durante el proceso; por ejemplo, las acti­ algunos expertos pudiesen aprehender toda la
tudes de las personas. Sarason (1978), hace perspectiva, nuestras teorías y experiencias con
una revisión de las expectativas para la ciencia el significado y la implementación sugieren que
social. sería terriblemente difícil lograr que otros ac­
tuaran con ese conocimiento -p o r un lado,
Así como las ciencias naturales han elaborado porque los demás no entenderán fácilmente el
leyes acerca del mundo no humano, las ciencias complejo conocimiento y, por el otro, porque
sociales buscarían las leyes de la sociedad huma­ el proceso de implementación comprende tan­
na, no sólo con el propósito de explicar el funcio­ tas barreras que no tienen nada que ver con la
namiento de la misma, sino para controlarla. Se­ calidad del conocimiento disponible.
rían la encarnación de los reyes filósofos de Pla­
En pocas palabras, la planeación fracasa, en
tón. Aparentemente, no se impresionaron con el
hecho de que Platón observó que era tan difícil parte, debido a las suposiciones de los planifi­
entender y lidiar con los problemas de la vida cadores y, en parte, porque es posible que los
social, y que se requería de los reyes filósofos una problemas no tengan solución. El desmesurado
profundidad tan fantástica de aprendizaje y sabi­ orgullo del agente del cambio se convierte en la
duría que no se podía delegar en ellos la respon­ némesis de los implementadores y otras perso­
sabilidad social hasta que estuviesen bien entra­ nas afectadas con el nuevo programa. La prime­
dos en años (pág. 375). ra forma de orgullo desmesurado ocurre cuan­
do los directivos y creadores de políticas edu­
Desde luego, la solución de Platón era una cativas suponen que las soluciones que han
“teoría de cam bio” que afirmaba que el mundo adoptado son incuestionablemente las correc­
sería mejor si pudiésemos formar e instalar tas; y ya hemos visto que estas soluciones están
gobernantes filósofos con ciertas característi­ destinadas a ser cuestionadas en cuanto a los
cas. La teoría no especificaba cóm o llegar a ese valores en competencia y la solidez técnica.
estado y conservarlo. La segunda forma de orgullo desmesurado y
Lindblom (1959), afirma también, que es im­ también relacionada, la cual complica el pro­
posible manejar la acción social analizando blema, ocurre cuando los planificadores del cam­
todas las opciones posibles y sus consecuencias. bio introducen nuevos programas en formas que
ignoran los elementos asociados con el proceso
Aun cuando es posible describir un plantea­ de implementación -elem entos que son sólo
miento como ése, no puede ser práctico, excepto parcialmente controlables, pero que es induda­
para problemas relativamente sencillos, e incluso ble que, si se les ignora, quedarán fuera de con­
sólo en una forma un tanto modificada. Supone
trol-. Cuanto más se comprometan los planifica­
aptitudes intelectuales y fuentes de información
dores con un cambio particular, tanto menos
que los hombres sencillamente no poseen, y es
aún más absurdo que un planteamiento de políti­ eficaces serán para conseguir que otros lo imple-
ca cuando están limitados el tiempo y el dinero menten, si su compromiso representa una postu­
que se pueden asignar a un problema de normas, ra inflexible o impaciente frente a los problemas
como es siempre el caso (pág. 156). ineludibles de la implementación. El compromi-

CAP. 6. PLANEACIÓN, REALIZACIÓN Y MANEJO 93


so con un programa particular vuelve menos rios años. Los elementos clave fueron la con­
probable que los planificadores establezcan los tratación de nuevo inspector, jefe de zona, la
procedimientos necesarios, consumidores de creación de un nuevo rol para el personal del
tiempo, para la implementación, y menos proba­ distrito central, la transferencia de los directo­
ble que estén abiertos a la transformación de su res de las escuelas y el establecimiento de nue­
apreciado programa y sean tolerantes con los vas expectativas y capacitación para el rol de
retrasos que ocurrirán inevitablemente cuando los directores, la creación de incentivos y opor­
otras personas empiecen a trabajar con él. Si tunidades para que los maestros obtuvieran re­
reaccionamos a los retrasos y a las transformacio­ cursos para los cambios que proponían, el esta­
nes suponiendo que surgen de la incompetencia blecimiento de un centro para maestros y otras
o la obstinación de aquellos que implementan el actividades para fomentar la interacción de los
programa, agregaremos una importante barrera maestros y el avance profesional, y la obtención
más al ya considerable número que está operan­ de recursos adicionales por medio de progra­
do. La solución no consiste en comprometerse mas federales innovadores.
menos en lo que percibimos como reformas ne­ Wilson y Corcoran (1 9 8 8 ) examinan el espi­
cesarias, sino en ser más sensibles a la posibilidad noso campo de la reforma en secundarias. Su
de que nuestra versión del cambio no sea total­ síntesis de resultados se derivó de la documen­
mente correcta, y reconocer que el tener buenas tación de 571 secundarias que se reconocieron
ideas significa bastante menos que ganar la mitad com o extraordinariamente exitosas junto con
de la batalla, en comparación con el estableci­ estudios de caso de un subgrupo de escuelas;
miento de un proceso que nos permitirá usar las dicha síntesis nos cuenta una espectacular his­
ideas y descubrir otras a lo largo del camino. toria acerca de la forma en que estas escuelas
produjeron giros completos sustanciales en el
desempeño. Wilson y Corcoran encontraron te­
El éxito es posible mas familiares en el trabajo, liderazgo activo,
ambientes profesionales de trabajo, oportuni­
El hecho de reconocer las limitaciones de la dades de aprendizaje positivo, amplia participa­
planeación no significa concluir que el cambio ción de la comunidad, mejoras continuas, y ser­
efectivo sea inalcanzable. No obstante, para lle­ vicio a todos los estudiantes.
gar a la conclusión de que es posible el cambio Varios otros estudios de investigación descri­
educativo planeado, no será suficiente con lo­ ben historias de éxito que comprenden a múl­
calizar las situaciones donde parece que funcio­ tiples escuelas y distritos (Anderson y cois.,
na el cambio. Necesitaríamos encontrar ejem ­ 1987; David, 1989b; Louis y Miles, 1990;Odden
plos de condiciones en las cuales se ha trans­ y Marsh, 1988, por nombrar sólo unos cuantos).
formado deliberadamente un escenario de un La investigación directa sobre lo que hace a las
estado previo a uno nuevo que representa una escuelas eficientes o ineficientes es aún más
clara mejoría. Necesitamos conocer las causas convincente al demostrar que algunas escuelas
y dinámicas que influyen en el cambio. son mucho más exitosas que otras, incluso
Durante la década de 1980 se presentó un cuando enfrentan problemas similares. Rosen-
número de ejemplos cada vez más claros de holtz (1989), ofrece un panorama muy claro de
cómo los distritos escolares y las escuelas trans­ la diferencia entre las escuelas con “aprendiza­
formaron y mejoraron la calidad de la educa­ je enriquecido” y “aprendizaje empobrecido”
ción por medio de un proceso de cambio deli­ en su estudio de 78 escuelas primarias.
berado. La descripción de Berman, McLaughlin Aún más convincente es la investigación lon­
y colaboradores Q 979), del distrito de Lakevi- gitudinal de 50 escuelas “júnior” (edades 7-11)
lle (un seudónimo), es un relato conciso pero en el centro de la ciudad de Londres. Se equipa­
comprensivo de la forma en que ocurrieron los raron 50 escuelas con base en las característi­
cambios importantes durante un periodo de va­ cas de su historial, y se siguió su desempeño

94 PRIMERA PARTE. COMPRENSIÓN DEL CAMBIO EDUCATIVO


durante un periodo de cuatro años. Mortimore La cuestión central práctica es cómo planear
y sus colaboradores encontraron que ios estu­ y enfrentar mejor el cambio en escenarios que
diantes se desempeñaron mejor durante el pe­ no están disfrutando del éxito. Esto nos lleva a
riodo de cuatro años en las escuelas eficientes las vicisitudes de las teorías de cambio en las
en comparación con las menos eficientes, en cuales el punto básico es la mejora en lugar de
una variedad de resultados cognoscitivos y no la resolución.
cognoscitivos, incluyendo lectura, matemáti­
cas, escritura, exámenes orales, autoconcepto,
conducta, asistencia y actitud ante la escuela. PLANEACION Y MANEJO
Además de descubrir que las escuelas tienden a
ser eficientes o ineficientes para todos los gru­ Muchos han soñado repúblicas y principados
pos de niños, encontraron que “un niño cuyos que nunca se ha sabido que hayan existido en
padres tiene un empleo de tipo manual y que realidad; el abismo entre cómo se debe vivir y
asisten a una escuela eficiente es más probable cómo se vive es tan grande, que el hombre que
que obtengan una calificación alta en lectura descuida lo que se hace realmente p o r lo que se
y matemáticas, que un niño que tiene la venta­ debe hacer pavim enta el camino a la autodes-
ja de antecedentes no manuales, pero que, por trucción en vez de la autoconservación.
el contrario, asiste a una escuela ineficiente”
(pág. 215). Las características distintivas de las M a q u ia v e lo ,
escuelas más eficientes incluían varios “deter­ El Príncipe (1514)
minantes” (com o los llaman Mortimore y sus
colaboradores), como el tamaño de la escuela Hemos llegado al problema más difícil de to­
y la posición y estabilidad del personal docen­ dos. Una vez que se ha dicho todo, ¿qué pode­
te; pero también descubrieron 12 “elementos mos realmente hacer para planear y manejar el
de política” clave; es decir, elementos flexibles cambio educativo? Esta sección contiene una
a la alteración por medio de acción estratégica. visión de conjunto de las suposiciones, elemen­
(Comenté estos elementos en el capítulo 5; tos y directrices para la acción. Las implicacio­
comprenden, entre otras cosas, un firme lide­ nes específicas adicionales para los roles y las
razgo por parte del director, enseñanza intelec­ agencias particulares (maestro, director, inspec­
tualmente desafiante, registros, participación tor, jefe de zona, agencias federales o estatales/
paterna, etc.) provinciales, etc.), se dejan para los capítulos
Lo importante de todo esto es que en el mun­ adecuados en las Segunda y Tercera partes. Pri­
do real es posible un cambio exitoso, incluso en mero, presento el tema indicando alguno de los
condiciones difíciles; además, se pueden con­ puntos básicos y señalando que el consejo ten­
cretar muchas de las razones de los logros. En drá que variar de acuerdo con las diferentes
general, esas razones se relacionan con los ele­ situaciones en que nos encontremos. Segundo,
mentos y temas que se analizan en el capítulo 5. proporciono algunos consejos para aquellos que
De ningún modo estoy implicando que estos se dan cuenta de que están obligados a respon­
elementos se pueden insertar como piezas en der y manejar un cambio introducido por otros.
un rompecabezas. Sin embargo, hay salones de Tercero, la mayor parte de esta sección está diri­
clases, escuelas, comunidades, distritos y esta­ gida a la problemática de cómo planear e imple-
dos que han alterado las condiciones para el mentar el cambio con más eficiencia.
cambio en direcciones más favorables y funcio­ El cambio está lleno de paradojas. Una dedi­
nales. No todas las situaciones son alterables, cación intensa a un cambio, en sí misma, no
sobre todo en ciertos periodos; pero es casi proporciona las directrices para lograrlo, y nos
seguro que se pueden lograr mejoras importan­ puede cegar a las realidades de otros que serían
tes en muchos más escenarios que en los que necesarios para transformar e implementar el
está sucediendo actualmente. cambio eficazmente. La absoluta carencia de

CAP. ó. PLANEACION, REALIZACIÓN Y MANEJO 95


visión es lo que produce las tendencias educati­ den delinear aquí, pero normalmente las perso­
vas. En último análisis, o tenemos que rendirnos nas se encuentran en alguna de las cuatro situa­
y admitir que es imposible un cambio educati­ ciones, dependiendo de si están iniciando/pro-
vo eficiente, o tenemos que recurrir a nuestro moviendo un cambio, o están en el extremo re­
mejor conocimiento e intentar un perfecciona­ ceptor, y su posición sea o no de autoridad.
miento de nuestros esfuerzos. Poseemos mucho Empiezo con el manejo, o la posición en el extre­
conocimiento que podría posibilitar la mejora; la mo receptor del cambio (células III y IV), debido
utilización de ese conocimiento es en sí un pro­ a que es la situación más predominante.
blema del cambio, parte de la infinita regresión
que, una vez que hemos obtenido un cierto
conocimiento del proceso del cambio, nos con­ Manejo del cambio
duce a preguntar cómo usamos o implementa-
mos ese conocimiento. Aquellas personas que se encuentran en si­
Desde el inicio hasta el final de este libro, ha tuaciones de tener que responder a un cambio
estado implícita una estructura para planear y/o particular, no deben suponer que es benéfico o
manejar el cambio educativo. No creo que un que es inútil; eso queda claro en el análisis pre­
detallado tratamiento técnico sobre cóm o pla­ vio. La postura inicial debe entrañar una eva­
near el cambio sea la ruta más lucrativa, si bien luación crítica acerca de si el cambio es desea­
ese tratamiento podría redituar algún beneficio. ble en relación con ciertos objetivos y si es
El plantamiento más conveniente consiste en “implementable” -e n pocas palabras, si vale la
que tengamos la capacidad para comprender el pena el esfuerzo, porque será un esfuerzo, si es
proceso del cambio, localizar nuestro lugar en que vale la p en a-. Aquí se pueden aplicar varios
él, y actuar influyendo en los factores que son criterios, ¿se dirige el cambio a una necesidad
cambiables y reducir el poder de los que no lo que no se haya atendido? ¿Tiene prioridad so­
son. Todo esto requiere de una forma de pensar bre otras necesidades desatendidas? ¿Está in­
acerca del cambio educativo que no ha sido ca­ formado por algún sentido deseable de visión?
racterística de los planificadores o víctimas de ¿Los recursos adecuados (por no decir ópti­
los esfuerzos pasados por el cambio. m os) están canalizados al apoyo de la imple-
En general, tenemos cuatro tipos lógicos de mentación (asistencia técnica, apoyo del lide­
situaciones de cambio que podríamos enfrentar razgo, etc.)? Si las condiciones son razona­
com o individuos. Estos tipos se representan en blemente favorables, el conocimiento del pro­
la figura 6.1. Incluso en una sola célula, hay mu­ ceso del cambio delineado en los capítulos
chos roles específicos diferentes que no se pue­ anteriores podría usarse con provecho; por

Posición de la autoridad

Sí No

Iniciador o I II
Relación con promotor Planificador (por ejemplo, Planificador (por ejemplo,
el esfuerzo elaborador de la política) diseñador)
de cambio
III IV
Recipiente
Coordinador (por ejemplo, Coordinador (por ejemplo,
0 receptor
el director) el maestro)

Figura 6.1.
posición de ia autoridady ia reiación con ei
esfuerzo de cambio.

96
ejemplo, presionar por asistencia técnica, opor­ implementar todos los cambios que se esperan,
tunidades para la interacción entre maestros, puesto que sabemos del tiempo y la energía que
etc. Si las condiciones no son favorables o no se se requieren para una implementación eficaz.
puede lograr que sean favorables, la mejor Debemos sentir pena, especialmente por aque­
estrategia de manejo consistiría en saber lo sufi­ llos que ocupan posiciones de autoridad (admi­
ciente acerca del proceso del cambio para que nistración media en oficinas de distrito, directo­
pudiésemos entender por qué no funciona, y, res, personal gubernamental intermedio en ofici­
por tanto no culparnos a nosotros mismos; nas regionales de provincias y estados), que son
podemos también obtener un cierto consuelo responsables de conducir o atender la implemen­
al darnos cuenta de que la mayoría de otras per­ tación pero no quieren o no entienden el cambio
sonas están en la misma situación de imposibili­ -y a sea porque no se ha elaborado lo suficiente­
dad de la implementación. Además, podemos mente (o literalmente no es entendible), o por­
comprender que, en cualquier caso, no se pue­ que ellos mismos no participaron en la decisión
de supervisar fácilmente la implementación; en del cambio o no han recibido la orientación o
un gran número de cambios educativos es sufi­ entrenamiento adecuados-. El psiquiatra Ronald
'A; ciente que parezca que se está implementando Laing, representa esta situación cuando hace
el cambio, así como sucede con el uso de algu­ referencia a un “nudo”.
nos de los materiales. En resumen, el problema
radica en elaborar lo suficiente el significado en Hay algo que no sé
relación con el cambio con el fin de situarnos que se supone que sé.
en posición de implementarlo eficazmente o N o sé qué es lo que no sé,
rechazarlo, según sea el caso. y sin embargo, se supone que sé.
Las personas que se enfrentan a un cambio Y siento que me veo como tonto
no deseado y están en puestos de autoridad tanto si parece que no sé
(célula III), tendrán que elaborar mecanismos como cuando no sé qué es lo que no sé.
diferentes de manejo que los de las que ocupan P or tanto, finjo que sé.
posiciones sin autoridad (célula IV). Para el lec­ Esto es espantoso puesto que no sé
tor que piensa que resistirse al cambio repre­ qué es lo que debo fingir que sé.
senta una obstinación irresponsable, vale la pena P or tanto, finjo que sé todo.
repetir que los programas y las reformas que no
son susceptibles de implementación, es proba­ R. D. L a i n g , K nots, (1970)
ble que causen más daños que beneficio cuan­
do se intentan. La acción más responsable po­ Una postura ridicula con toda seguridad, tan
dría ser la de rechazar las innovaciones que dolorosa com o infructuosa. Desde luego, pue­
están destinadas al fracaso y trabajar seriamen­ de ser exitosa en el sentido de conservar el es­
te en las que tienen una oportunidad de alcan­ tado actual de las cosas. Asimismo, dependien­
zar el éxito. Además, en algunas situaciones, la do de la propia capacidad para el autoengaño,
resistencia puede ser la única forma de conser­ podría ser más o menos dolorosa. En cualquier
var la cordura y evitar el cinismo total. En la bús­ caso, los maestros saben cuando alguien intro­
queda de significado en una situación particular duce un cambio o lo apoya, a pesar de que no
de cambio impuesto, podemos concluir que no cree en él ni lo entiende. No obstante, ésa es la
hay significado, o que el problema no es más posición en que se encuentran, o se permiten a sí
que uno (y no necesariamente el más importan­ mismos, muchos administradores intermedios.
te o estratégico) de los muchos problemas que Quienes ejercen la autoridad también tienen la
deben enfrentarse. La directriz básica sería tra­ necesidad de un significado, pero si no es por
bajar con menos innovaciones, pero hacerlas otra razón más allá del cambio mismo, no cdcan-
mejor -d eb id o a que probablemente no es de­ zarán el éxito si no pueden trasmitir su significa­
seable, y sin duda humanamente imposible. do a los demás.

CAP. 6. PLANEACIÓN, REALIZACIÓN Y MANEJO 97


Planeación e implementación dad de ambigüedad, ambivalencia e incertidum­
del cambio bre para el individuo acerca del significado del
cambio. Por tanto, una implementación eficien­
Son muy importantes las implicaciones para te es un proceso de aclaración. En las primeras
aquellos que están interesados en la planeación etapas es importante, asimismo, no dedicar de­
e implementación del cambio educativo (célu­ masiado tiempo a la evaluación de necesida­
las I y 11), pues todos estaríamos mejor si los des, desarrollo del programa y actividades de
cambios se introdujeran con más eficacia. Es definición del problema - e l personal de las
útil considerar estas implicaciones de acuerdo escuelas tiene un tiempo limitado-. Es probable
con dos conjuntos de temas interrelacionados: que la aclaración se presente, en gran parte, por
¿qué supuestos acerca del cambio debemos ad­ medio de la práctica (véanse Cohén, 1987,
vertir? y ¿cómo podemos planear e implementar Loucks-Horsley y Hergert, 1985).
el cambio con más eficiencia? 3. Dé por sentado que el conflicto y el desa­
cuerdo no sólo son inevitables sino fundamen­
Supuestos acerca del cambio. Los supues­ tales para el cambio exitoso. Puesto que cual­
tos que asumimos con respecto al cambio son, quier grupo de personas posee múltiples reali­
con frecuencia, poderosas fuentes subconscien­ dades, cualquier intento de cambio colectivo
tes de acciones. Cuando empezamos a entender implicará conflicto necesariamente. Las suposi­
que el cambio presenta los rasgos que le adjudi­ ciones 2 y 3 se combinan para sugerir que todos
can las personas que lo experimentan, comenza­ los esfuerzos de trascendencia exitosos, sin im­
mos a ver claramente que los supuestos de los portar qué tan bien planeados estén, experimen­
planificadores del cambio son determinantes tarán un declive en las primeras etapas. Una
extremadamente importantes de si se enfrentan implementación sin incidentes es, con frecuen­
o ignoran las realidades de la implementación. cia, señal de que no es mucho lo que está cam­
El análisis del cambio realizado hasta ahora, me biando realmente (Huberman y Miles, 1984).
conduce a identificar 10 supuestos de “sí” y “no” 4. Dé por sentado que las personas necesitan
que son básicos para un acercamiento exitoso al presión para cambiar (incluso en las direccio­
cambio educativo. nes que desean), pero sólo será eficaz bajo con­
1. No dé por sentado que su versión de lo que diciones que les permitan reaccionar, configu­
debe ser el cambio es la que debe o podría im- rar su propia posición, interactuar con otras
plementarse. Al contrario, asuma que uno de los personas a cargo de la implementación, obte­
principales propósitos de la implementación es ner asistencia técnica, etc. A menos que las per­
intercambiar su realidad de lo que debe ser por sonas se vayan a remplazar con otras que ten­
medio de la interacción con las personas encar­ gan diferentes características deseadas, el rea­
gadas de la puesta en práctica y otros interesa­ prendizaje está en el núcleo del cambio.
dos. Expuesto en otra forma, asuma que la im­ 5. Dé por sentado que el cambio efectivo se
plementación exitosa consiste en alguna trans­ lleva tiempo. Es un proceso de “evolución en
formación o elaboración continua de las ideas curso”. Las fechas límite irrealistas o indefinidas
iniciales. (Análisis particularmente eficientes de no reconocen que la implementación acontece
la necesidad de este supuesto y la torpeza de ig­ gradualmente. Se puede esperar que un cambio
norarlo se encuentran en Lighthall, 1973; Marris, significativo que implique la implementación de
1975; cap. XVIII; Schón, 1971, cap. 5; Louis y innovaciones específicas requiera un mínimo
Miles, 1990.) de dos o tres años; la producción de reformas
2. Dé por sentado que cualquier innovación institucionales puede llevar cinco o más años.
importante, si es que va a resultar en un cambio, La persistencia es un atributo importante para el
precisa que las personas encargadas de su cambio exitoso.
implementación elaboren su propio significado. 6. No dé por sentado que la falta de imple-
Un cambio importante implica una cierta canti­ mentación se debe a un rechazo definitivo de los

98 PRIMERA PARTE. COMPRENSIÓN DEL CAMBIO EDUCATIVO


m

valores implícitos en el cambio, o una resistencia Planeación efectiva. Las suposiciones sos­
empedernida a todos los cambios. Asuma la tenidas, ya sea conscientes o inconscientes,
existencia de una serie de razones posibles, constituyen nuestra filosofía del cambio. El pro­
rechazo de valores, fuentes inadecuadas para pósito de esta sección es que esta filosofía se
apoyar la implementación, insuficiente tiempo vuelva más explícita en cuanto a los conceptos
transcurrido. y aptitudes que apuntalan una planeación exito­
7. No espere que cambien todas o incluso la sa, es decir, una planeación que resulta en me­
mayoría de las personas o grupos. La compleji­ joras en la práctica.
I
dad del cambio es tal que es imposible que se Con el fin de comprometernos en un cambio
produzca una reforma amplia en cualquier sis­ exitoso, necesitamos desarrollar una forma de
tema social extenso; el progreso aparece cuan­ pensar en el cambio basada en un entendimien­
do tomamos medidas (p or ejemplo, siguiendo to completo de los procesos que se analizan en
i i.
las suposiciones que se enumeran aquí) que los capítulos 4 y 5. Tal conocimiento, una vez
aumenten el número de personas afectadas. obtenido, es un recurso mucho más poderoso
Nuestro alcance debe exceder nuestra concep­ que una lista memorizada de los pasos específi­
ción, pero no con un margen tan holgado que cos que debemos seguir. El objetivo fundamen­
nos caigamos de bruces. En lugar de desalen­ tal para los planificadores consiste en alcanzar
tarnos por todo lo que resta por hacerse, debe­ una sensibilidad hacia el proceso del cambio y
mos sentirnos estimulados por lo que se ha a las personas que intervienen en él lo cual im­
logrado, en relación con mejoras resultantes de plica una combinación de investigación y cono­
nuestras acciones. cimiento experimental. Como lo expone Cohén
8. Dé por sentado que necesitará un plan que (1987, pág. 485), debemos “usar los resultados
esté basado en las anteriores suposiciones y de la investigación para com plem entar.. . la
que aborden los elementos que se conocen experiencia y la sabiduría profesionales, no
afectan la implementación (véase la sección para suplantarlas”. Lindblom y Cohén (1979),
que sigue a las directrices para acción). Son de manifiestan un argumento más completo sobre
suma importancia los modelos de cambio evo­ la necesidad de combinar el conocimiento de
lutivo y de manejo de problemas basados en el “indagación profesional” con lo que ellos lla­
conocimiento del proceso del cambio (Louis y man “conocimiento común y corriente”. Am­
Miles, 1990). bos tipos de conocimiento son necesarios para
9. Dé por sentado que ninguna cantidad de resolver los problemas.
conocimiento pondrá totalmente en claro la En otras palabras, el cambio no es un proceso
acción que debe tomarse. Las decisiones sobre plenamente predecible. La respuesta no sólo se
las acciones que deben implementarse son una encuentra buscando directrices ya hechas, sino
combinación de conocimiento válido, conside­ luchando por comprender y modificar sucesos y
raciones políticas, decisiones improvisadas e procesos que son intrínsecamente complicados,
intuición. Un mejor y más profundo conoci­ difíciles de precisar, y siempre cambiantes. Sa-
miento del proceso del cambio mejorará el sur­ rason (1971) explica que los agentes del cam­
tido de recursos a los que podemos recurrir, bio no confrontan sus propios conceptos sobre
pero nunca representará, ni debe representar, cómo realizar el cambio y, por tanto, no apren­
la única base para la decisión. den a mejorar sus planteamientos: “Admito que
10. Dé por sentado que el cambio de cultura me parece un tanto divertido el observar cuánta
en las instituciones es la agenda real, y no la consideración se presta a la creación de vehícu­
implementación de innovaciones independien­ los para cambiar grupos objetivos y qué poca se
tes. En otras palabras, cuando se implementan presta a los vehículos que protegen al agente de
innovaciones particulares, siempre debemos cambio para que no cambie en su entendimiento
prestar atención a si la institución está progre­ y planteamiento de ese ejemplo particular de
sando o no. cambio” (pág. 217).

CAP. 6. PLANEACIÓN, REALIZACIÓN Y MANEJO 99


La concentración en una forma de pensar mutuamente. El tema de la planeación es el que
acerca de la planeación, está muy lejos de ser un nos interesa aquí.
ejercicio abstracto de práctica teórica. Nos ayu­
da a identificar los elementos que necesitan La perspectiva evolutiva se apoya en el supues­
abordarse. Nos ayuda a reconocer que la con­ to de que el ambiente, dentro y fuera de la organi­
centración en uno o dos conjuntos de elemen­ zación, suele ser caótico. Ningún plan específico
tos, mientras se descuidan otros, es autoderro- puede durar mucho tiempo debido a que, o se
tante. Proporciona ideas para formular un “plan” volverá obsoleto por las presiones externas cam­
diseñado para abordar y revisar la forma en que biantes, o porque dentro de la organización surge
una discrepancia respecto a las prioridades. Sin
operan esos elementos en un caso determinado.
embargo, no hay razón para suponer que la mejor
He manifestado frecuentemente que las buenas respuesta sea una planeación pasiva que depen­
ideas, si bien necesarias, no son suficientes para de de decisiones que van incrementándose. En
influir en otros a que cambien. En el grado en cambio, la organización puede seguir un ciclo de
que las buenas ideas o visiones del cambio no se retroceso y avance entre los esfuerzos por obte­
combinen con conceptualizaciones igualmente ner un consenso normativo acerca de lo que pue­
afectivas del proceso de cambio, esas ideas se­ de llegar a ser, planear estrategias para alcanzar
rán un desperdicio. Así como es necesario el sig­ ese punto, y efectuar una creciente experimen­
nificado de la sustancia del cambio. También lo tación descentralizada que utilice la creatividad
es la elaboración de un sentido de significado y de todos los miembros en el esfuerzo de cambio.
competencia acerca de su mejor planteamiento. Este planteamiento es evolutivo en el sentido de
que, aun cuando la misión e imagen del futuro
Como hemos visto, los modelos de planea­
ideal de la organización puedan estar basadas en
ción racional no funcionan. Patterson, Purkey y
el análisis a nivel superior del entorno y sus de­
Parker (1986), se inclinan por una planeación mandas, las estrategias para cumplir con la mi­
estratégica adecuada para el mundo “no racio­ sión se revisan y refinan frecuentemente a partir
nal” de los sistemas escolares -u n a planeación de la exploración interna de oportunidades y éxi­
que toma en cuenta elementos externos siempre tos. La estrategia se considera com o una herra­
cambiantes, los integra con condiciones inter­ mienta flexible, en lugar de com o una expansión
nas de organización, que es de medio o corto semipermanente de la misión (Louis y Miles,
alcance en vez de largo alcance, y usa datos cua­ 1990, pág. 193).
litativos y cuantitativos-. En sus palabras:
Louis y Miles extraen varias conclusiones cla­
El objetivo de la planeación estratégica es el ve de los casos.
producir un flujo de sabias decisiones, diseñado
para cumplir con la misión de la organización. El
1. La planeación evolutiva eficiente debe
énfasis se traslada del producto al proceso. Así
como el proceso de planeación se hace flexible
construirse con la participación directa del di­
para adaptarse a las condiciones cambiantes rector o algún otro líder clave en la escuela
dentro y fuera de la organización, también acepta (pág. 199).
la posibilidad de que el producto final no se ase­ 2. La acción precede a la planeación tanto
meje al que se propuso inicialmente. como la sigue: “En las ‘escuelas deprimidas’
una de las pocas formas de fomentar el com ­
Louis y Miles (1990), en su estudio de secun­ promiso con un programa de reforma consiste
darias urbanas, proporcionan un análisis claro en que ocurra una acción exitosa que represen­
de este proceso de planeación evolutivo en a c­ te de manera realista la esperanza de un cambio
ción. Primero subrayan que están interrelacio­ genuino. La acción eficiente. . . con frecuencia
nados un pequeño número de temas, construc­ estimula el interés en la planeación en vez de lo
ción de visión, planeación evolutiva, asistencia contrario” (pág. 204).
de recursos y manejo de problemas. En las 3. Una multiplicidad de temas suele preceder
escuelas eficientes, estos temas se alimentan a las exposiciones sobre la misión: “Las más

100 PRIMERA PARTE. COMPRENSIÓN DEL CAMBIO EDUCATIVO


exitosas de nuestras escuelas no tuvieron expo­ EL ALCANCE DEL CAMBIO
siciones a priori. En cambio, múltiples esfuer­
zos de mejora se fusionaron alrededor de un Existen muchos dilemas y ninguna respuesta
tema o conjunto de temas cuando ya había em­ clara a la cuestión de dónde empezar. El lector
pezado la actividad” (pág. 206). En una escue­ que, para ahora, ha concluido que la teoría del
la, por ejemplo, los temas iniciales se centraron cambio educativo es una teoría de preguntas
en mejoras de las instalaciones y el entorno; sin respuesta, no se aleja mucho de la verdad.
pasaron a atender las necesidades del estudian­ Harry Truman (y Pierre Trudeau más tarde) di­
tado, incorporando agencias de servicio social; jeron: “Necesitamos más economistas unilate­
y se desplazaron gradualmente a una visión rales”, porque se sentían frustrados con los con­
general. sejos que se les daban “por un lado. . . y por el
4. Es mejor empezar en pequeño, experi-, otro”. Lo mismo se puede decir acerca del al­
mentar y expandir lo exitoso, mientras se con­ cance de los esfuerzos por un cambio educati­
trae lo menos exitoso; “El objetivo de la planea- vo. Nadie sabe con seguridad qué es lo mejor.
ción evolutiva es el sacar provecho de la ca­ Estamos inmersos en una teoría de indagacio­
lidad de ‘bajo riesgo’ de la innovación a menor nes y comprensión del significado de los múlti­
escala para aumentar la certeza. Esto, a su vez, ples dilemas que se presentan cuando se intenta
incrementa la motivación y la posibilidad de decidir qué hacer.
acción más concertada, más ‘estrechamente aso­ Sarason (1971), como de costumbre, identi­
ciada’ en toda la escuela” (pág. 211). Este plan­ fica muchos de los problemas subyacentes;
teamiento también “perrriite que las escuelas
obtengan el beneficio de las oportunidades no Se intenta que un gran porcentaje de propues­
anticipadas” (págs. 210-211). tas de cambio, afecten a todas o a la mayoría de
5. La planeación temprana, dominada por el las escuelas en un sistema. Aparentemente, se
liderazgo, debe modificarse mediante un con­ parte del supuesto de que, dado que el cambio se
considera com o una mejora sobre lo que existe,
trol compartido con los maestros y otros. La
se debe extender lo más posible, tan pronto
base de control se extiende al desplegarse la
com o sea posible. La introducción de un currícu-
planeación evolutiva (pág. 214). lo nuevo, desde luego, es un ejemplo claro de
esto. Lo extraño en este caso es que aquellos que
Si bien el centro de atención de Louis y Miles inician este grado de cambio están conscientes
está a nivel escolar, los principios de la planea­ de dos cosas, se puede confiar en que las distin­
ción eficientes se están encontrando y de­ tas escuelas en el sistema responderán a o imple-
fendiendo en un extenso rango de organizacio­ mentarán el cambio propuesto de modo diferen­
nes en los negocios (Morgan, 1989; Peters, te, y que ellos, las fuentes. . . no cuentan con el
1987) y en sistemas escolares (Crandall y cois., tiempo adecuado para supervisar este grado de
1986; Pattersony cois., 1986). Un cambio com ­ cambio. Lo extraño es que la percepción de estos
dos elementos parece estar desconectado o no
plejo equivale a enfrentarse a una paradoja. Por
tener ningún efecto en los juicios acerca del al­
una parte, cuanto mayor sea la complejidad,
cance del cambio (págs. 213-214).
tanto mayor será la necesidad de abordar la pla­
neación de la implementación; por la otra, En un trabajo más reciente, Sarason (1990),
cuanto mayor sea la meticulosidad de la pla­ sostiene que aún no hemos aprendido a centrar
neación, tanto más complejo se vuelve el pro­ nuestros esfuerzos en la comprensión y en el
ceso de cambio. Las personas obtienen más trabajo con la cultura de los sistemas locales:
aptitudes para el proceso del cambio actuando
y reflexionando continuamente sobre los prin­ Las ideas cuyo tiempo ha llegado no son garan­
cipios de una planeación eficiente para la im­ tía de que sabemos aprovechar las oportunidades,
plementación. ya que el proceso de implementación requiere de
que se entiendan bien los escenarios donde estas

CAP. 6. PLANEACIÓN, REALIZACIÓN Y MANEJO 101


ideas tienen que enraizarse. Y ese entendimiento energías en el establecimiento de una legislación
es, con frecuencia, imperfecto e incompleto. Las nueva, esperando que, a la larga, se generarán
buenas intenciones aunadas a buenas ideas no son resultados con la presión de la ley, la promoción
necesariamente suficientes para una acción con­ de la implementación por medio de incentivos y
sistente con ellas (pág. 6.1). desincentivos, y la aparición de nuevas personas
encargadas de la implementación.
Sobre todo, la planeación debe considerar Segundo, como hemos visto, un cambio sig­
los puntos previos a la implementación, relati­ nificativo se puede lograr adoptando un plan­
vos a si debe empezarse y cómo, y las condicio­ teamiento progresivo, persiguiendo simultá­
nes de disponibilidad que podrían ser esencia­ neamente múltiples líneas. Puesto que no pue­
les antes del comienzo. La planeación de la de tener éxito una reforma universal (y podría
implementación no es mera cuestión de esta­ resultar más nociva que benéfica), Sarason
blecer una secuencia lógica de los pasos que se (1971), se pregunta: “¿Por qué no elegir las pro­
derivan de la innovación o reforma a la mano. pias marcas o lugares, aprender de la experien­
Varios elementos adicionales colocan en pers­ cia y después adoptar la táctica de la extensión?
pectiva el problema del alcance. Primero, en ¿Qué sucedería si las escuelas que no van a reci­
algunas situaciones podría ser más oportuno o bir el servicio formaran parte de un grupo que
compatible con nuestras prioridades el con cen ­ examina y evalúa lo que está pasando en las
trarse en obtener una norma importante “sobre escuelas que reciben el servicio?” (pág. 214).
los libros”, dejando para más tarde la cuestión Incluso los cambios que son explícitos y claros
de la implementación. En otras palabras, la pri­ enfrentan el problema de la cobertura del
mera prioridad es la iniciación, y no la imple- alcance cuando se intenta con números mayo­
mentación. Las nuevas legislaciones o políticas res de los que puede manejar el sistema de apo­
dirigidas a reformas sociales importantes se yo (com o la capacitación del personal y otras
ajustan con frecuencia a esta modalidad -p o r formas de asistencia).
ejemplo, la nueva legislación para la supresión Una tercera posibilidad, no siempre conve­
de la segregación racial, la educación especial y niente, es el concentrar los esfuerzos para tra­
la reestm cturación-. No hay respuesta para la bajar intensivamente con las escuelas o distritos
pregunta de si esto es más efectivo que un acer­ escolares que están interesados en el esfuerzo
camiento más gradual a la legislación, pero particular de cambio. El hecho de que incluso
debe reconocerse que la implementación es un los programas en los que aparentemente parti­
problema inmediato. Sarason y Doris (1979), al cipan grupos voluntarios fracasen con frecuen­
comentar acerca de las leyes para la educación cia, es un testimonio de las complejidades de la
especial, nos advierten: “La interpretación de implementación. En cuanto a aquéllos en los
una decisión. . . com o una ‘victoria’ es com ­ que los participantes no son voluntarios, Sara­
prensible, pero nunca se debe subestimar el son señala: “Uno podría decidir empezar en
tiempo que se requiere para que el espíritu de la ninguna parte, es decir, no están presentes las
victoria se manifieste adecuadamente en la condiciones mínimas que se requieren para
práctica” (pág. 358). Gran parte de la legisla­ poner en práctica ese cambio particular” (pág.
ción sobre políticas sociales es vaga en cuanto a 218, subrayado en el original). Lejos de ser una
la implementación; con el fin de que se acepte la evasión, dice Sarason, esa decisión lo obliga a
legislación podría ser esencial cierta vaguedad, uno a considerar “cuáles son las otras clases de
pero no obstante, eso significa que se puede eva­ cambio que deben tener lugar antes de que se
dir fácilmente la implementación (véanse Weat- pueda decir que existen las condiciones míni­
herley y Lipsky, 1977; Sarason y Doris, 1979, mas” (pág. 218). Es importante reconocer que
cap. 19). De frente a una importante resistencia a si se ignoran los obstáculos para el cambio en
los valores o al poder, es probable que, a corto situaciones particulares, la experiencia con la
plazo, sea más efectivo concentrar nuestras implementación puede ser nociva para los adul-

102 PRIMERA PARTE. COMPRENSIÓN DEL CAMBIO EDUCATIVO


tos y los niños que intervienen en ella -m á s que combinan ideas eficaces con una buen deci­
nociva que si no se hubiese hecho nada. sión de implementación y sistemas de apoyo.
La comprensión de la importancia central Es necesario ahondar en las sutilezas del ma­
del “significado” para aquellos que están imple- nejo del cambio debido a que ni siquiera es sufi­
mentando el cambio, nos da indicaciones acer­ ciente la distinción entre el contenido y el pro­
ca de los procesos que se pueden requerir y le ceso del mismo. El concentrarse o enfocarse en
da un sentido a los supuestos y a las directrices el proceso del cambio puede convertirse tan
para la acción, contenidos en este capítulo. sólo en una teoría de lo que debe cambiar. A
Revela también por qué fracasan los acostum­ tono con el tema de este libro, una teoría del cam­
brados planteamientos para el cambio. Muchas bio sólo debe juzgarse en términos de si se imple-
personas que se ocupan de la reforma educati­ menta con éxito -y a sea que en realidad altere
va han estado preocupadas con la elaboración elementos para establecer el cam bio- no por lo
de, y el apoyo a los objetivos del cambio, como que afirma que es. De otra forma, no hay una dife­
si sólo se necesitaran buenas intenciones y el rencia real entre quienes pretenden que los pro­
poder para legislar. blemas educativos se solucionarían si las escuelas
A corto plazo, es más fácil, más tangible, cla­ adoptaran éste o aquél programa del cambio, y
ro y satisfactorio concentrarse en elaborar un los que aducen que se resolverían los problemas
nuevo programa, que ingresar al mundo lleno si las escuelas siguieran éste o aquél proceso de
de conflictos, ambiguo y ansioso de la indaga­ cambio. Ambos están inmersos en deseos iluso­
ción sobre qué piensan otros de la idea. Sin rios -lo s primeros acerca de la sustancia del cam­
embargo, lo que es comprensible no necesaria­ bio y los últimos acerca de la forma.
mente es lo correcto. Las sutilezas del cambio Lo que se requiere en realidad es una aten­
salen a relucir de nuevo cuando señalamos que ción constante tanto al contenido y proceso de
han fracasado los esfuerzos por producir un reforma com o a su compleja interrelación. Esto
cambio, independientemente de que los gesto­ sólo se puede hacer con eficacia cuando se fun­
res sean profesores universitarios, departamen­ damenta en roles particulares en situaciones
tos de educación federales o estatales/provin- particulares. El éxito depende de las personas.
ciales, o comités locales de maestros. La princi­ El entendimiento de las orientaciones y condi­
pal razón para el fracaso es simple -lo s “arqui­ ciones de trabajo de los actores principales en
tectos” del cambio o quienes toman las decisio­ las escuelas y sistemas escolares es un prerre-
nes, atravesaron por un proceso de adquisición quisito para planear y manejar eficazmente el
de su significado del nuevo currículo. Pero cuan­ cambio educativo. En la Segunda parte se des­
do se les presentó a los maestros, no había una criben las realidades sociales de aquellos que
disposición que les permitiera descifrar por ellos intervienen más directamente en el intento por
mismos el significado del cambio. Las innova­ equilibrar en su vida cotidiana de trabajo, la
ciones que han tenido éxito, lo han logrado por­ estabilidad y el cambio en la educación.

CAP. 6. PLANEACIÓN, REALIZACIÓN Y MANEJO 103


«i
El maestro
-Í-.

I'

.¿í'
Si funciona un programa nuevo, a los maestros se les da muy poco
crédito, si fracasa, ellos son los principales culpables.

Anónimo

i^ B

El cambio educativo depende de lo que los tivo -la s condiciones en que prospera la ense­
maestros hacen y piensan; tan simple y tan com ­ ñanza.
plejo como eso. Todo sería más fácil si pudiése­ A lo largo de las últimas dos décadas, parece
mos legislar cambios en el pensamiento (Sara- ser que se han deteriorado las condiciones de
son, 1971, pág. 193). Es dudosa la posibilidad de la enseñanza; lo contrario a esta tendencia,
un cambio educativo importante; fácil no lo es, com o lo analizaré en este capítulo, debe estar
indudablemente. en el núcleo de cualquier esfuerzo serio de re­
Los salones de clases y las escuelas se vuel­ forma. Dejando a un lado la cuestión de la cul­
ven eficientes cuando: d) se recluta para la pa, es un hecho que los maestros han sido deva­
enseñanza a personas de calidad (véase cap. luados por la comunidad y el público. El estrés y
' 14), b) el lugar de trabajo está organizado para la enajenación del maestro ante su profesión,
estimular y recompensar los logros (Conley, com o se examina posteriormente en este capí­
Bacharach y Bauer, 1989). Los dos elementos tulo, se presentan hoy día con una mayor fre­
están estrechamente relacionados. Las condi­ cuencia, a juzgar por la creciente demanda de
ciones del lugar de trabajo que gratifican profe­ talleres para manejar el estrés y el número de
sionalmente, atraen y conservan a personas maestros que abandonan o desean abandonar la
valiosas. Con la mejora sostenida como criterio, profesión. El rango de objetivos y expectativas
este capítulo avanza de lo negativo - l a situa­ educativas para las escuelas y la transferencia de
ción para la mayoría de los m aestros- a lo posi­ problemas familiares y sociales al ámbito esco-

107
lar, aunados a la ambivalencia de la juventud maestros las demandas cotidianas impiden la
acerca del valor de la educación, presentan con­ persistencia en el mejoramiento.
diciones intolerables para un avance educativo Es claramente imposible describir en unas
sostenido y experiencias laborales satisfactorias. cuantas páginas las vidas de dos y medio millo­
La revisión de las condiciones de la enseñanza nes de maestros en diversos escenarios a lo lar­
que establecen los grupos Carnegie y Holmes go y ancho de Norteamérica; ni siquiera un so­
(ambos 1986), refuerza la necesidad de fortale­ ciólogo podría hacerlo. Lo siguiente, escrito
cer a los maestros y a la enseñanza como una por un maestro, proporciona un panorama com­
“profesión”. Tanto para la estabilidad como para puesto que, a pesar de lo florido del lenguaje,
el cambio, la salud mental y las actitudes de los capta la experiencia de muchos maestros de
maestros son absolutamente decisivas; en espe­ secundaria.
cial para el cambio.
Si ha de suceder un cambio educativo, se re­ Los maestros, mtinariamente, tienen que ense­
querirá ante todo, que los maestros se entien­ ñar a 140 alumnos por día. Encima de eso, tene­
dan a sí mismos y que los entiendan los demás. mos que atender el almuerzo, atender la llegada y
Como lo ha establecido Nisbet (1969), con el salida del autobús escolar, el salón de clases don­
fin de considerar el cambio, primero debemos de los alumnos se reportan al inicio del d ía...
entender la estabilidad y el orden. Por esta Vamos a las juntas de los padres, a las juntas de
razón, empiezo con un bosquejo de la situación maestros, a juntas en funciones, a juntas de
de los maestros en la actualidad. De ahí, pasaré currículo, juntas del departamento, juntas de
al fenómeno de la introducción del cambio maestros a nivel condado, juntas del consejo
escolar, y conferencias de maestros a nivel estatal.
-d entro del cual, en nueve de cada 10 casos se
Atendemos las taquillas de entradas y los puestos
presenta una discordancia, en cuanto a lo que
de concesión en los juegos de fútbol y baloncesto.
se refiere al mundo del m aestro-. En tercer Supervisamos la producción de obras teatrales en
lugar, me centro en lo que hace que funcione la escuela, los anuarios, los periódicos, bailes,
un cambio, sobre todo en las condiciones del encuentros deportivos, debates, torneos de aje­
salón de clases y el lugar de trabajo que son drez, ceremonias de graduación. Vamos a los via­
necesarias para el éxito. En la cuarta sección jes de graduación para estudiantes de enseñanza
-directrices para los m aestros- hago recom en­ m edia... Vamos a visitas de campo a los edificios
daciones sobre cóm o pueden los maestros eva­ de la capital, prisiones, centros para el estudio de
luar y manejar el cambio deseado y el no desea­ la naturaleza, zoológicos, juicios en tribunales. En
do. Por último, abordo el tema del profe­ el almuerzo, engullimos macarrones con queso y
mantequilla de cacahuate del Departamento de
sionalismo en la encrucijada, ya que la ense­
Agricultura de Estados Unidos (y tenemos que
ñanza es una coyuntura crítica en su evolución
pagar por ello). Revisamos casilleros durante ame­
como una profesión. nazas de bombas. Supervisamos simulacros de
incendio y alertas por tornados. Escribimos pases
para el salón de actos, notas para el director, para
SITUACION ACTUAL el asistente del director, para los padres y para
DE LOS MAESTROS nosotros mismos. Damos asesoría. Nos desperta­
mos cada mañana dándonos cuenta de que nues­
Iniciar ubicando la situación actual de los tros estudiantes preferirían estar en otro lugar.
maestros significa tomar com o punto de partida Además, todo el mundo nos grita -lo s legisladores
estatales, los padres y la puntuación de las pruebas
la rutina, la sobrecarga y los límites para la re­
de aptitudes e sco la re s-.. . Y, por si fuera poco, los
forma, ya que ésta es la situación para la mayo­
institutos de estudios superiores y las universida­
ría de los maestros. Como veremos más adelan­ des se enojan, gruñen y se indignan por la prepara­
te, existen excepciones notables para este pa­ ción crecientemente deficiente de los estudiantes
trón modal, las cuales representan vislumbres que les enviamos. Pues bien, ¿quién piensa que
de lo que podría ser, pero para la mayoría de los nos enseñó a enseñar? ¿Cuánto apoyo y prestigio

108 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


otorgan a sus propias escuelas de educación? 1. La capacitación de los maestros (véase
(Wigginton, 1986, pág. 191). también cap. 14), no los prepara para las reali­
dades del salón de clases. Tampoco podría
La situación de los maestros de escuelas pri­ esperarse que lo hicieran a la luz de la brusque­
marias es diferente, pero no más atractiva. La dad de la transición. En septiembre, el joven
mayoría de los maestros urbanos en Estados maestro (quien típicamente era estudiante en
Unidos de América, por ejemplo, enfrentan junio) asume la misma responsabilidad que el
cada vez más la diversidad étnica, necesidades maestro veterano con 25 años de práctica. Para
especiales de los niños, familias de un solo ambos (el maestro principiante y el experimen­
padre, y una desconcertante colección de ex­ tado), los problemas acerca del control y la dis­
pectativas sociales y académicas del salón de ciplina en el salón de clases son una de las ma­
clases. Después de revisar los objetivos de la yores preocupaciones. Lortie afirma que, para
educación -dominio de las aptitudes básicas, la mayoría de los maestros, siempre existe una
desarrollo intelectual, orientación vocacional, tensión entre el aspecto controlador orientado
entendimientos interpersonales, participación a la tarea del papel de un maestro y el aspecto
ciudadana, aculturación, formación de carácter relacionado con el efecto en el estudiante.
moral y ético, bienestar emocional y físico, crea­ 2. La organización celular de las escuelas sig­
tividad y autoexpresión estética, y autorrealiza- nifica que los maestros luchan en privado con
ción- Goodlad (1984, cap. 2), concluye que lo sus problemas y ansiedades, pasando la mayor
queremos todo. parte del tiempo físicamente alejado de sus
Las circunstancias de la enseñanza, por tan­ colegas.
to, piden mucho a los maestros en términos de 3. Debido, en parte, al aislamiento físico y, en
mantenimiento diario y responsabilidad por los parte, a las normas por las cuales no compar­
estudiantes, y corresponden con muy poco en ten, ni observan ni examinan mutuamente su
cuanto al tiempo necesario para la planeación, trabajo, los maestros no elaboran una cultura
análisis constructivo, reflexión e incluso sim­ técnica común. El panorama no es uno en el
ples recompensas y tiempo para recuperarse. que “los colegas se ven a sí mismos compartien­
La tendencia central de estas condiciones, do un conjunto viable y generalizado de con o­
como lo describiré en esta sección, es definiti­ cimiento y práctica” (pág. 79). En muchas for­
vamente negativa en sus consecuencias, y sólo mas, el aprendizaje del estudiante se considera
reconociendo estas condiciones negativas po­ como determinado por factores ajenos al con ­
demos tener la esperanza de transformarlas trol de los maestros (antecedentes familiares) o
(véase más adelante la sección “¿Qué hace para por influencias impredecibles y misteriosas.
que el cambio funcione para los maestros?”). Según Lortie, la falta de una cultura técnica, una
Pero, primero, examinemos más sistemática­ orientación analítica y una seria participación y
mente los temas predominantes. reflexión entre maestros, crea ambigüedad y,
Uno de los estudios más respetados y fre­ por tanto, una mayor necesidad de adecuación:
cuentemente citados acerca de lo que los maes­ “El oficio del maestro. . . está marcado por la
tros hacen y piensan, fue dirigido por Lortie ausencia de modelos concretos dignos de emu­
(1975). Este investigador basó su estudio en 94 lación, líneas confusas de influencia, criterios
entrevistas con una muestra estratificada de múltiples y controvertidos, ambigüedad acerca
maestros de escuelas primarias y secundarias del registro de las valoraciones, e inestabilidad
en el área más amplia de Boston (llamada la en el producto” (pág. 136). Un maestro es bue­
muestra de Five Town), en cuestionarios para no o malo; el maestro tiene un día bueno o
casi 6000 maestros realizados en Dade County, malo. Todo depende.
Florida, y varios otros estudios de investigación 4. Cuando los maestros obtienen ayuda, la
nacional y local. Sus resultados se pueden resu­ fuente más efectiva suelen ser los compañeros
mir mejor en forma de puntos temáticos; maestros y, en segundo lugar, los administrado-

CAP. 7. EL MAESTRO 109


res y especialistas. Esa ayuda no es frecuente y duación, cuando un ex estudiante regresó a
se usa en una base altamente selectiva. Por darle las gracias al maestro. Al comparar los
ejemplo, los maestros normalmente no relacio­ éxitos individuales con los resultados de grupo,
nan los objetivos con los principios de instruc­ es revelador que 64 % de los maestros de Five
ción y resultados de aprendizaje de los alum­ Town mencionaron la primera categoría, y sólo
nos. En cambio, “describen los ‘gajes del oficio’ 29 % mencionó la última, como una fuente im­
que adquieren - y no los conceptos más am­ portante de satisfacción.
plios que fundamentan la práctica en el salón 8. Uno de los sentimientos predominantes
de c la s e s -” (pág. 77). En cuanto a la frecuen­ que caracterizan el estado psicológico de los
cia del contacto, 45 % de los maestros de Five maestros y la enseñanza, es la incertidumbre-.
Town informaron “ningún contacto” con otros los maestros no están seguros de si acaso han
maestros en la realización de su trabajo, 32 % logrado una diferencia.' La intangibilidad, com ­
informaron “algún contacto” y 25 % informaron plejidad y distancia de los resultados del apren­
“mucho contacto” (pág. 193). Sin embargo, dizaje, junto con otras influencias (familia, com­
existen indicios de que los maestros desean pañeros y sociedad) sobre los estudiantes,
más contacto con sus compañeros - 5 4 % dijo hacen endémicamente incierta la evaluación
que un buen colega es alguien que está dispues­ del maestro sobre su impacto en los estudiantes
to a com partir- (pág. 194). De nuevo, esto se (cap. 6): 64 % de los maestros de Five Town
refiere más a los “gajes del oficio” que a los dijeron que ellos encontraron problemas para
principios fundamentales de la enseñanza y la evaluar su trabajo; dos terceras partes dijeron
relación de la enseñanza con el aprendizaje. que el problema era serio (pág. 142).
5. La eficiencia de la enseñanza se mide por 9. De particular relevancia para la innova­
la observación informal, general, de los estu­ ción, cuando Lortie preguntó a los maestros
diantes - 5 0 % de los maestros de Dade County cóm o elegirían pasar un tiempo de trabajo adi­
respondieron de esta suerte-; la siguiente elec­ cional si recibieran un regalo de 10 horas por
ción más frecuente, fue la relacionada con el semana, 91 % de los casi 6000 maestros en
resultado de pruebas (un muy distante 13.5 %) Dade County eligieron actividades relacionadas
En pocas palabras, los maestros dependen pro­ con el salón de clases (más preparación, más
fundamente de sus propias observaciones in­ enseñanza con grupos de estudiantes, más ase­
formales. soría). “Es interesante también”, escribe Lortie,
6. Las mayores recompensas que menciona­ “que 91 % de las primeras elecciones son indi­
ron los maestros fueron lo que Lortie etiqueta vidualistas-, todas son tareas que los maestros
com o “recompensas psíquicas”: “las veces que normalmente desempeñan solos” (pág. 164,
pude llegar a un estudiante o grupo de estudian­ subrayado mío). Segundo, la falta de tiempo y
tes y éstos aprendieron” (pág. 104). Más de la sensación de no haber terminado el trabajo,
5000 (86 %) de los 5900 maestros en Dade es un problema perenne que experimentan los
County, mencionaron esta fuente de gratifica­ maestros. Las interrupciones indeseadas o im­
ción. La siguiente respuesta más frecuente -r e s ­ productivas, observa Lortie, “deben ser particu­
peto por los dem ás- la seleccionaron 2100 larmente mortificantes” (pág. 177). Entre los
maestros, o sea, 37 % de la muestra. maestros de Five Town, Lortie encontró que 62
7. Lortie descubrió también que “el lograr el
éxito con un estudiante” aquí y otro allá, era la
fuente predominante de orgullo (en compara­ ‘ Philip Jackson (1 9 8 0 ) cita a Henry Adams con estas pala­
bras; “Un maestro afecta la eternidad, nunca puede saber dónde
ción con puntuaciones más elevadas en las termina su influencia.” Como lo indica el título del documento de
pruebas de todo el grupo) (pág. 121). Para los Jackson (The Uncertainties of Teaching), y com o lo han demos­
trado tan claramente Lortie y otros, lo contrario también es cierto.
maestros de escuelas secundarias, las historias
Los maestros nunca saben cuándo, o incluso si empieza su
de éxito, con frecuencia, no se volvieron visi­ influencia, o si se volverá evidente después de que el alumno los
bles hasta uno o más años después de la gra­ deje.

lio SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


de las 98 razones para quejas que exponían los estudiantes, la falta de reflexión sobre una base
maestros era “lidiar con la erosión del tiempo o individual o colectiva, la frustración perenne de
la interrupción del flujo de trabajo” (pág. 178). falta de tiempo e interrupciones no deseadas, la
De inmediato es evidente que las innovaciones complejidad del acto de la enseñanza en un
no deseadas pueden ser otra fuente de irrita­ salón de clases atestado con problemas admi­
ción. nistrativos, la interacción con uno o más estu­
Hay muchos otros detalles que se podrían diantes mientras los demás esperan, y la impre-
añadir con respecto a las actividades del maes­ dictibilidad acerca de que una lección bien
tro, sobre todo si pudiésemos examinar las dife­ planeada resulte aburrida, la conexión con una
rencias entre los niveles de grados, tipos de sesión no planeada y así sucesivamente.
comunidades, etc.; pero, com o caracterización Durante los últimos cinco años, la investiga­
básica de los problemas comunes que enfren­ ción ulterior (gran parte de ella refinada y siste­
tan la mayoría de los maestros, la descripción mática) ha confirmado y elaborado muchos de
de Lortie parece sorprendentemente exacta y los resultados de Lortie. Goodlad (1 9 8 4 ) y sus
completa a la luz de la confirmación de sus colaboladores, estudiaron una muestra nacio­
principales conclusiones en numerosos estu­ nal de 38 escuelas, incluyendo a más de 8000
dios. House y Lapan (1978), Clark y Yinger padres, 17 000 estudiantes y 1350 maestros y
(1977), Jackson (1968, 1980) y Huberman sus salones de clases. Las conclusiones de

: (1978, 1983), corroboran todos ellos el análisis


de Lortie. Por ejemplo, la descripción de House
Goodlad acerca de los patrones modales de la
vida en el salón de clases, no son inspiradoras:
acerca de su primer año de enseñanza es remi-
niscente de los resultados de Lortie: 1. El patrón dominante de la organización
í'f del salón de clases, es un grupo con el cual el
La otra característica notable de mi primer año maestro se relaciona frecuentemente com o si
I>
?■ de enseñanza, aparte de los fuertes sentimientos fuera un todo.
'i> .
, ;■ , de mi propio fracaso y desesperación, era que 2. Esencialmente, cada estudiante trabaja y
í.' ■ estaba completamente solo. No había un directi­ progresa solo, dentro de un escenario de grupo.
vo superior en la firma a quien pudiese pedir con­ 3. El maestro es prácticamente autónomo
sejo sobre mi primer c a s o .. . Profesionalmente, con respecto a las decisiones del salón de cla­
estaba solo. Era hundirme o nadar por mí mismo. ses -selecció n de materiales, determinación de
Había algunas personas que me pudieron haber la organización de la clase, elección de proce­
ajmdado. Estaba dando clases en una escuela que dimientos docentes.
combinaba la enseñanza media y superior por lo
4. La mayor parte del tiempo, el maestro está
que ambos directores eran, técnicamente, super­
visores de instm cción.. . Desde luego, esto está
dedicado a la enseñanza frontal, supervisando
muy lejos de la verdad. La ayuda de fuentes don­ el trabajo de los estudiantes en sus asientos, o
de uno podría esperarla - d e la cultura común de dirigiendo exámenes. Rara vez los estudiantes
los maestros, de conversaciones en el salón de se involucran activamente en la enseñanza en­
maestros, de charlas con algunos colegas- esta­ tre ellos directamente, o inician un proceso de
ba casi totalmente ausente.. . La información interacción con los maestros.
[que se] transfería tendía a ser más personal que 5. Hay una escasez de alabanza y corrección
profesional (House y Lapan, 1978, págs. 16-17). del desempeño de los estudiantes, así como una
guía que permita al maestro tener una mejor
No es necesario repetir los detalles de otras actuación la siguiente vez.
observaciones de House y Lapan; representan 6. Los estudiantes se ocupan, generalmente,
una letanía de los problemas planteados por en un rango más bien estrecho de actividades
Lortie, incertidumbre y sentimientos de culpa del salón de clases -escu ch ar al maestro, escri­
acerca del valor de lo que están haciendo, la bir o expresar respuestas a preguntas y someter­
alegría aislada de obtener éxito con algunos se a pruebas y cuestionarlos.

CAP. 7. EL MAESTRO 111


7. Grandes porcentajes de los estudiantes en- la escuela en general, aislamiento entre maes­
cuestados parecían estar pasivamente satisfe­ tros, un aprendizaje limitado del maestro en el
chos con la vida del salón de clases. trabajo, incertidumbre del maestro acerca de
8. Incluso en los primeros años de enseñanza qué y cóm o enseñar, y un bajo compromiso
primaria se presenta una fuerte evidencia de es­ con el empleo y con la escuela. Esta constela­
tudiantes que no tienen tiempo para terminar ción de elementos funcionaba en esas escuelas
sus lecciones o que no entienden lo que el maes­ com o un círculo vicioso negativo para reprimir
tro quiere que hagan. los deseos y logros del maestro y los alumnos.
9. El maestro tiene muy poca influencia o Rosenholtz dice que las “escuelas atascadas” se
participación en la escuela en general y otros caracterizan por;
asuntos fuera del salón de clases (Goodlad,
1984, págs. 123-124, 186). Poco apego a algo o a alguien. Los maestros
parecían más preocupados por su propia identi­
Goodlad prosigue para analizar las condicio­ dad que por un sentido de comunidad comparti­
nes en que trabajan los maestros; entre ellas da. Los maestros aprendían al azar acerca de la
naturaleza de su trabajo, no deliberadamente, y
resalta el tema del aislamiento autónomo. Aun
tendían a seguir sus instintos individuales. Sin un
cuando los maestros funcionaban independien­
principio rector compartido, sobre todo en el ma­
temente, “parecería que el contexto en el cual nejo de la conducta de los estudiantes, el número
ejercían su autonomía era más de aislamiento absoluto de alumnos que exigían la atención del
que de un rico diálogo profesional” (pág. 186). maestro parecía más alto... los maestros hablaban
Dentro de las escuelas, eran débiles o inexisten­ de frustración, fracaso, tedio y se las arreglaban
tes “los vínculos de maestro a maestro para asis­ para transferir esos atributos a los estudiantes de
tencia mutua o colaboración en la mejora de la quienes ellos se quejaban (pág. 208).
escuela” (pág. 186). Una gran mayoría dijo que
nunca habían observado la enseñanza de otro Sería erróneo concluir que a la mayoría de
maestro, aunque 75 % en todos los niveles ma­ los maestros les desagradaba activamente ser
nifestaron que les gustaría observar a otros maestros. Para muchos de ellos, es una combi­
maestros en funciones (en este capítulo, poste­ nación interminable de experiencias satisfacto­
riormente, volveremos a abordar el potencial rias y tensionantes. El estudio de King, Warren y
de este último descubrimiento). Los maestros Peart (1 9 8 8 ) de casi 6000 escuelas secundarias
informaron también que no participaban en la en Ontario, recopila los 10 aspectos más satis­
solución de problemas concernientes a toda la factorios y los 10 más tensionantes en la profe­
escuela. Fuera de la escuela, aparte de contac­ sión de maestro (véase fig. 7.1) -asp ectos simi­
tos ocasionales en talleres o juntas, Goodlad lares a los que encontró Goodlad (1984).
descubrió que “había muy p o c o .. . que sugirie­ Un componente adicional de la posición y
ra intercambios activos de ideas y prácticas condiciones de trabajo de los maestros, se rela­
relativas a las escuelas, entre grupos de maes­ ciona con los salarios. En Estados Unidos de
tros, o incluso entre individuos en las mismas América, durante la década de 1970 los salarios
escuelas” (pág. 187). de los maestros declinaron en comparación
El estudio de Rosenholtz de 78 escuelas en con muchas otras ocupaciones y en cuanto al
Tennessee (1989), corroboró muchas de las ob­ poder de compra. Como acompañamiento de
servaciones de Goodlad. La mayoría de las es­ los esfuerzos de reforma, en la década de 1980
cuelas (65 de las 78) fueron clasificadas por se ha dado un extenso estímulo a los salarios de
Rosenholtz como relativamente “atascadas” o los maestros. Desde 1981 hasta 1986, los sala­
de “aprendizaje em pobrecido”, tanto para los rios promedio aumentaron 31 % de aproxima­
maestros como para los estudiantes. Rosen­ damente 19 200 a 25 200 dólares, un incremen­
holtz describe que estas escuelas, mostraban to considerablemente más alto que la inflación,
muy poca atención o ninguna a los objetivos de aunque “estos aumentos sólo restablecieron a

112 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


Satisfactorios Tensionantes

1. Trabajar con jóvenes, 1. Demandas de tiempo, demasiadas


compenetración/relación calificaciones, preparación de lecciones,
2. Ocasiones en que “se prende el foco” “burocráticas”, fechas límite
y, de pronto, el estudiante entiende, 2. Problemas de disciplina/asistencia,
disfruta, la retroalimentación inmediata confrontaciones con los estudiantes
3. Éxito del estudiante, logro 3. Falta de motivación en el estudiante,
4 . Interacción con/apoyo de colegas apatía, actitudes negativas
5. Influencia en el desarrollo, carácter y 4 . Falta de apoyo administrativo,
actitudes de los estudiantes administración deficiente
6 . Participación en actividades 5. Actitudes negativas de los colegas,
extracurriculares, entrenamiento, teatro maestros incompetentes /deficientes
7. Materias enseñadas, desarrollo del 6 . Condiciones laborales, falta de
currículo equipo/textos, presupuesto bajo
8. La enseñanza, una lección bien dada 7. Falta de seguridad, redundancia,
9. Ayudar a los estudiantes individualmente inscripciones en declive
con los problemas académicos personales 8. Grupos numerosos
10. Retroalimentación de los estudiantes al 9 . Directivas del ministerio, cambio del
final del año y después de la graduación contenido del currículo/curso
10. Falta de apoyo público/familiar actitud
negativa hacia la educación

Adaptación de King y cois., 1988.

Figura 7.1. Aspectos tensionantesy satisfactorios de ser


maestro (clasificados en orden de la men­
ción más frecuente).

los maestros el valor real de los salarios prome­ ción sobre el ciclo de carrera de los maestros es
dio en 1971-1972” (Darling Hammond y Berry, sorprendentemente escasa y la mayoría es re­
1988, pág. 39). Es creciente el reconocimiento ciente (véanse Bacharach y cois., 1987; Burke y
p de que debe mejorarse la compensación para cois., 1987; Huberman, 1988, 1991). Huber-
los maestros; en muchos casos, los aumentos man, en un estudio exhaustivo de 160 maestros
económicos se vinculan explícitamente con en Suiza, encontró varios subpatrones, pero en
nuevas expectativas para mejoras en la escuela general sus descubrimientos muestran que los
(Darling-Hammond y Berry, 1988). maestros atraviesan varias fases, que van de la
En Canadá, los maestros están mejor pagados sobrevivencia y el descubrimiento (lo s prime­
comparativamente, se refleja una posición más ros tres años), a la estabilización (años 4 a 6), a
alta y un mayor incentivo para quienes ingresan a la experimentación y diversidad (años 7 a 18), y
la profesión de la enseñanza. Por ejemplo, el sala­ a una disminución en la concentración (19 o
rio promedio para los maestros en Ontario en más años). Huberman (1988) encontró tres sub­
1988-1989 era de más de 42 000 dólares, y el patrones en el último grupo, al cual etiquetó
salario inicial era de más de 26 000 dólares, lo com o “enfoque positivo” (me ocupo de mis
t cual coloca a los maestros en su primer año cerca propios asuntos), “enfoque defensivo” (retraído
- del salario promedio de todos los maestros en y crítico), y desencanto (retraimiento y amargu­
Estados Unidos de América, aunque sea en dóla- ra). Como lo establece Huberman, hay excep­
.= res canadienses. ciones individuales en el patrón, y las líneas
¿ Otro aspecto revelador de las condiciones divisorias son aproximadas, pero se pregunta
. del maestro es la consideración de cóm o evolu­ qué nos dicen los resultados acerca de cóm o se
ciona la carrera de la enseñanza. La investiga­ está manejando el cambio, cuando estamos

CAP. 7. EL MAESTRO 113


produciendo una enorme cantidad de maestros época en que llegan al séptimo año de enseñan­
de más edad amargados o desgastados. Cabe za (Metropolitan Life, 1985). Tenemos un com ­
señalar también que el estudio de Huberman plicado conjunto de variables en operación. En
comprendió a quienes habían permanecido en el grado en que algunas personas inadecuadas
la carrera de la enseñanza. No nos dice nada están ingresando en la profesión (véase cap.
acerca de los que dejan la docencia o se con­ 14), podríamos sentirnos satisfechos de que
vierten en administradores. sean tantos los que la abandonan (si bien es una
Anticipando un tema que abordaremos pos­ forma de selección muy costosa). En la medida
teriormente en este capítulo, cito a Huberman en que las condiciones de trabajo están obli­
(1991) quien señala que: “hay escuelas en las gando a las personas competentes a abandonar
cuales los miembros del personal no se desli­ la enseñanza, o desgastando a las que se que­
gan más tarde de sus carreras, no terminan cui­ dan, estamos atestiguando el deterioro funda­
dando sus propios jardines, no sienten el alien­ mental de las escuelas.
to vicioso de la rutina después de sólo 8 o 10 El estrés y el agotamiento se han convertido
años en la profesión” (pág. 16). en términos comunes en tos medios académi­
Otros estudios van más allá de las etapas de cos, profesionales y públicos. La caracteriza­
la carrera para observar el ciclo-vida (edad y ción de Cherniss (1 9 8 0 ) del agotamiento entre
carrera) y diferencias de género. Krupp (1 9 8 9 ) los profesionales (incluyendo a los maestros)
y Levine Q 989), establecen claramente que exis­ reproduce el omnipresente malestar que se aso­
ten diferencias importantes entre hombres y cia con este fenómeno:
mujeres, y durante las etapas o ciclos de edad
(por ejemplo, entre los 20 y 40 años), los cuales El agotamiento implica un cambio en actitud y
deben tomarse en cuenta. Dan razones para la conducta en respuesta a una experiencia de tra­
necesidad de apreciar a la persona entera y bajo demandante, frustrante y sin recompensas.
reconocer las diferencias de acuerdo con las El diccionario define el “agotamiento” com o “fa­
situaciones de vida. llar, desgastarse o quedarse exhausto por deman­
Un indicador final de la seriedad del proble­ das excesivas en energía, fortaleza o recursos”.
ma es si los maestros consideran la enseñanza Este término describe acertadamente la expe­
como su carrera de elección. Las encuestas riencia de muchos profesionales en el servicio
nacionales indican que la enseñanza no fue la humano. Sin embargo, el término “agotamiento”
ha llegado a tener un significado adicional en la
primera elección de una tercera parte de la
investigación y los estudios recientes sobre el
fuerza docente (más aún a nivel secundaria). Es
tema; se refiere a los cambios negativos en las
significativo el porcentaje de maestros que con­ actitudes y conducta relacionadas con trabajo en
templan su carrera con ambivalencia, tanto respuesta al estrés en el empleo. ¿Cuáles son esos
antes de ingresar, como mientras permanecen cambios negativos? Uno muy importante es la fal­
en el empleo. En una muestra de maestros de ta de interés en el cliente y una tendencia a tratar
Ontario, Rees y colaboradores (1 9 8 9 ) encon­ a los clientes en una forma indiferente, mecánica.
traron que la enseñanza fue la primera elección Otros cambios incluyen un creciente desánimo,
de ocupación para 71 % de las maestras de pri­ pesimismo y fatalismo acerca del propio trabajo;
maria, 64 % de los maestros de primaria, 56 % reducción en la motivación, esfuerzo y dedica­
de las maestras de secundaria y sólo 37 % de los ción al trabajo; apatía, negativismo; irritabilidad y
enojo frecuentes con los clientes y colegas; preo­
maestros de secundaria. En tres de los cuatro
cupación por la propia comodidad y bienestar en
grupos, uno de cada cinco maestros en funcio­
el trabajo; una tendencia a racionalizar el fracaso
nes ha pensado en abandonar la enseñanza, y culpando a los clientes o al “sistema”, y la resis­
casi dos de cada cinco profesores de secunda­ tencia al cambio, una creciente rigidez y una pér­
ria han considerado renunciar a la profesión. dida de creatividad...
Además, entre una tercera parte y la mitad de Además de estos cambios negativos en pensa­
los nuevos maestros dejan la profesión para la miento y conducta relacionados con el empleo.

114 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


también se presentan señales físicas y conductua- bio” y “el proceso del cam bio”. En lo que res­
les. Éstas incluyen fatiga crónica, resfriados fre­ pecta a una gran parte de los maestros, cuando
cuentes, gripe, dolores de cabeza, alteraciones el cambio era producido por colegas maestros,
gastrointestinales e insomnio, uso excesivo de se experimentaba externamente, igual que si
medicamentos, disminución de la autoestima, y
hubiese provenido de la universidad o del go­
conflictos matrimoniales y familiares. Desde lue­
bierno. De hecho, podría ser aún más molesto, si
go, no es necesario que estén presentes todos
estos síntomas para decir que una persona se está se asume que los maestros que habían formula­
agotando. En un caso particular, algunos pueden do el cambio obtendrían gratificaciones especia­
estar presentes y otros no. Sin embargo, cuando les y reconocimiento, o si los maestros creado­
se presentan varias de estas señales y cambios en res del cambio se consideraban a sí mismos
un profesional es muy probable que la fuente de como innovadores y veían a sus colegas como
ese agotamiento sea la situación laboral (citado un tanto renuentes o lentos para comprender las
en Sarason, 1982, págs. 6-7). nuevas y grandes ideas que habían producido.
El cambio es una experiencia sumamente
Teniendo en cuenta las condiciones descri­ personal -to d o s y cada uno de los maestros
tas en las últimas páginas, la innovación puede que se verán afectados con el cambio, deben
ser una espada de dos filos, puede agravar los tener la oportunidad de manejar esta experien­
problemas del maestro o proporcionar un vis­ cia en tal forma que las recompensas igualen
lumbre de esperanza; puede empeorar las con­ por lo menos al co sto -. El hecho de que aque­
diciones de la enseñanza, aunque sea involun­ llos que favorecen y elaboran los cambios
tariamente, o puede proporcionar apoyo, es­ obtienen más gratificaciones que costos, y que
tímulo y presión para mejorar. aquellos de quienes se espera que los imple-
menten experimentan muchos más costos que
recompensas, nos proporciona una explicación
INICIA EL CAMBIO de la razón por la cual, cuanto más cosas cam­
bien, tanto más permanecen iguales. Si el cam­
Si bien el cambio educativo está alrededor bio funciona, el maestro individual obtiene un
del maestro en cualquier época determinada, crédito mínimo; si no funciona, el maestro reci­
psicológicamente hablando, cada nueva políti­ be la mayor parte de la culpa.
ca o currículo inicia cuando se propone o se Por tanto, las innovaciones y reformas pue­
presenta por primera vez en la escena. Esto es den empeorar o mejorar la situación. Por ejem ­
cierto incluso cuando las innovaciones se em­ plo, la apreciación y los esquemas de supervi­
prenden voluntariamente o las elaboran otros sión clínica del maestro (véase cap. 15), puede
maestros. alterar el trabajo de los maestros hacia formas
Durante los últimos 30 años, uno de los gran­ estrechas y superficiales (Gitlin y Smyth, 1898),
des errores ha sido la ingenua suposición de o pueden resultar en mejoras importantes (Mc-
que la inclusión de algunos maestros en los Laughlin y Pfeiffer, 1988^ Si lo pensamos bien,
comités de currículo o en la elaboración de un la evidencia sugiere que los intentos de cambio
programa facilitaría la implementación, ya que fracasan con mucha frecuencia debido al des­
aumentaría la aceptación de los oíros maestros. cuido de los elementos que hemos estado exa­
Desde luego fue una suposición tan automáti­ minando.
ca que no se usaron las palabras “algunos” y El problema del significado del cambio para
“otros”; sólo se suponía que los “maestros” par­ los maestros se puede entender más directa­
ticipaban porque había “maestros” en los prin­ mente si examinamos los criterios que utilizan
cipales comités o equipos de proyecto. Bien, los propios maestros para evaluar un cambio
ellos no participaron, com o lo sabe la inmensa determinado. Éstos pertenecen al equilibrio de
mayoría de los maestros de salón de clases. beneficios y costos, o en palabras más sencillas:
Una vez más se erró en distinguir entre “el cam ­ “¿Por qué debo dedicar mis esfuerzos a este

CAP. 7. EL MAESTRO 115


cambio particular?” La investigación que anali­ esta ética comprende tres grandes aspectos, los
zamos en la sección anterior, así como parte de cuales se designan como congruencia, instm-
la que se presentará en breve, muestra que los mentalidad y costo. Estos tres criterios son para­
maestros utilizan cuatro criterios principales; lelos a los primeros tres que se sugirieron antes,
necesidad/evidencia, claridad en el procedimien­
1. ¿El cambio aborda, potencialmente, una to y costos y beneficios personales.
necesidad? ¿Estarán interesados los estudian­ La congruencia se refiere a la mejor estima­
tes? ¿Aprenderán? ¿Hay evidencia de que el ción de los maestros (basados en la evidencia
cambio funcione, es decir, que produzca los presentada) de la forma en que reaccionarán
resultados esperados? los estudiantes al cambio (interés, aprendizaje,
2. ¿Qué tan claro fes el cambio en términos etc.), y qué tan bien parece ajustarse la innova­
•de lo que tendrá que hacer el maestro? ción a la situación de los maestros. La instru-
3. ¿Cómo afectará personalmente al maestro mentalidad se relaciona con el contenido y la
en cuanto a tiempo, energía, nuevas técnicas, claridad del procedimiento de la propuesta (es
sensación de entusiasmo y competencia, e decir, los “cóm os” de la implementación). Las
interferencia con las prioridades existentes? exposiciones de teoría, filosofía, principios ge­
4. ¿Qué tan gratificante será la experiencia nerales, o incluso resultados de los estudiantes
en términos de interacción con los colegas y los claramente especificados, “no son prácticos por­
demás? que carecen de las referencias de procedimien­
to necesarias” (Doyle y Ponder, 1977-1978,
Los maestros han tenido pocas oportunida­ pág. 7). Como punto primordial para el tema de
des para creer que obtendrán esas recompen­ este libro se requiere que los maestros tengan
sas. Un quinto criterio -oportunidad de promo­ una cierta comprensión acerca del significado
c ió n - se ha citado algunas veces com o un operacional del cambio, antes de que puedan
importante incentivo; pero yo lo excluyo debi­ emitir un juicio al respecto. Para repetir un pun­
do a que, por definición, no se puede aplicar a to anterior, la especificación clara de una inno­
muchos maestros. Mi interés radica en la moti­ vación al principio, no parece resolver el pro­
vación para implementar por parte de todos los blema. La aclaración es un proceso. El pleno en­
maestros, no sólo por parte de unos cuantos tendimiento sólo se puede obtener después de
que lo ven como un escalón para el beneficio alguna experiencia con el cambio.
propio. Por último, la cuestión del costo se puede
La mayoría de los maestros, de acuerdo con definir com o la relación de la inversión con el
Doyle y Ponder (1977-1978), se rigen por la rendimiento en cuanto atañe al individuo. El
“ética de lo práctico”: dinero es una parte muy pequeña; los costos
personales en tiempo, energía, y la amenaza al
Los rasgos esenciales de esta ética se pueden sentido de suficiencia, sin evidencia de benefi­
resumir como sigue. En el curso normal de los cio en el rendimiento, parecen haber constitui­
sucesos, los maestros reciben una variedad de do los principales costos de los cambios en la
mensajes que tienen el propósito de modificar o educación durante los últimos 30 años. Por otra
mejorar su desempeño. Si se escucha atentamen­ parte, cuando los cambios implican un sentido
te a la forma en que los maestros hablan de estos de dominio, entusiasmo y logro, se vuelven muy
mensajes, se vuelve evidente que el término
poderosos los incentivos para intentar prácticas
“práctico” se usa frecuente y consistentemente
para calificar las exposiciones acerca de las prác­ nuevas (Huberman y Miles, 1984).
ticas en el salón de clases. En resumen, el equilibrio entre incentivos y
desincentivos desde la perspectiva de los maes­
El calificativo de “práctico”, en los términos tros individuales, ayuda a explicar el resultado
de Doyle y Ponder, es una expresión “del mundo de los esfuerzos de cambio. La necesidad, la
dado por sentado del practicante”. Sugieren que claridad y la relación personal costo/beneficio

116 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


deben ser favorables en el balance en algún dos y los que se reciben es, por lo general, muy
punto relativamente temprano de la implemen- grande, incluso en situaciones donde las inten­
tación. La ambivalencia acerca de si el cambio ciones son buenas. Se subestiman intensamen­
será favorable, casi siempre se experimenta te las dificultades de aprender las nuevas técni­
antes de que se intente. Sólo intentando algo cas y conductas y desaprender las anteriores.
podemos saber si realmente funciona. El pro­ Como lo vimos en el capítulo 3, los cambios en
blema se complica debido a que los primeros creencias educativas, en los estilos de enseñan­
intentos, con frecuencia, son difíciles, y no pro­ za y otras prácticas, representan cambios pro­
porcionan una prueba justa de la idea. Durante fundos que afectan la autodefinición profesio­
las pruebas iniciales, es decisivo el apoyo para nal del maestro. Más aún, la innovación sobre­
completar las primeras etapas, ya que es una vendida, con frecuencia se puede promover so­
señal de avance. bre la base de una sobresimplificación de lo que
Los conceptos anteriores han sido confirma­ implica la implementación y los recursos de apo­
dos por medio del extenso trabajo de Hall y sus yo proporcionados en una escala adecuada para
colegas en la Universidad de Texas sobre la la sobresimplificación -co m o si para el maestro
reacción de los maestros a las innovaciones el cambio no consistiera más que en una altera­
(Hall y Hord, 1987). Partiendo del trabajo pre­ ción superficial de las actividades rutinarias.
vio de Francés Fuller, Hall y sus colaboradores En cualquier caso, los cambios se suelen pre­
encontraron que los diferentes maestros tienen sentar a los maestros enfatizando los maravillo­
“inquietudes” diferentes en relación con las in­ sos beneficios de la innovación en general,
novaciones, así como en cuanto al impacto o o los objetivos a largo plazo. No obstante, inclu­
beneficio de la innovación para los estudiantes. so si la innovación se “explica” minuciosamen­
Estas inquietudes disminuyen o se acentúan de­ te al principio, no puede absorberse, puesto
pendiendo del modo en que se introduzca la in­ que los maestros, como cualquier otra persona,
novación. no aprenden todas las nuevas ideas a la vez. El
Veamos ahora si la historia de los intentos cambio es un proceso, no un suceso. Además
innovadores está a la altura de esta ética de lo de todo esto, los cambios potencialmente bue­
práctico. Parece que no es así. En el capítulo 2 nos no corren una mejor suerte debido a que,
sugerí que las innovaciones educativas no son en ocasiones, son excesivos los que se les pre­
confiables, por lo menos no con la misma fre­ sentan a los maestros. Sin importar las razones,
cuencia con que sí lo son - e s decir, no funcio­ son más los cambios que se proponen que los
nan o porque fueron mal concebidas (son ina­ que son humanamente posibles de implemen-
decuadas o la formulación es insuficiente), o tar -s i por implementación queremos decir
porque faltan los recursos para el apoyo, o, en cambios en conducta y pensamiento-. Tampo­
las más de las veces, por ambas razones-. Hou- co funciona dar a los maestros la oportunidad
se (1974, pág. 73), resume la situación de los de elaborar sus propias innovaciones, a menos
maestros que consideran la mayor parte de las que se les dé apoyo y asistencia externa (Char-
innovaciones, los costos personales son altos y tersy Pellegrin, 1973; Huberman y Miles, 1984).
los beneficios son impredecibles. En resumen, es frecuente que no funcionen
En otras palabras, los maestros reciben lo las estrategias que usan comúnmente los pro­
peor de todos los mundos - e l beneficio para el motores de los cambios, ya sean legisladores,
estudiante y la claridad en el procedimiento son administradores u otros maestros, debido a que
bajos, y los costos personales son altos-. Más se derivan de un mundo o de premisas diferen­
aún, House afirma que existe una fuerte tenden­ tes a las de los maestros. Las innovaciones se
cia a “sobrevender” las innovaciones para obte­ favorecen “racionalmente” desde el punto de
ner financiamiento o para que las adopten los vista de lo que es racional para el promotor, no
encargados de dictar las normas, los maestros y para los maestros. Algunas veces, las innovacio­
otros. La brecha entre los beneficios prometi­ nes se venden racionalmente sobre la base de

CAP. 7. EL MAESTRO 117


una teoría y principios básicos, pero resulta que el cambio porque muchos maestros están fms-
éstos no son traducibles a la práctica con los trados, aburridos y agotados. Los progresos
recursos de los que dispone el maestro. Otras efectivos de cambio que promueven un progre­
veces las innovaciones pueden contener bue­ so profesional sostenido durante la carrera y
nas ideas y recursos, pero suponen condiciones producen beneficios para los estudiantes, pue­
diferentes a las que enfrentan los maestros. En den ser una de las pocas fuentes de revitaliza-
muchas ocasiones se favorecen firmemente in­ ción y satisfacción que les queda a los maes­
novaciones por los supuestos beneficios para tros. Y como señala Sarason (1971, págs. 166-
los estudiantes, sin una evidencia clara de que 167), “si la enseñanza no se vuelve ni profunda­
esos beneficios los compartirán los alumnos de mente interesante ni emocionante para muchos
un maestro en particular. No es razonable asu­ maestros, ¿cómo se puede esperar que ellos
mir sin más la credibilidad de la afirmación hagan del aprendizaje algo interesante y emo­
sobre los beneficios para los estudiantes. En el cionante para los alumnos?”.
estudio DESSl se observó que si otro maestro o ¿Qué se puede hacer para aumentar el núme­
alguna persona en quien se confía responde por ro de éxitos y disminuir el número de fracasos?
los beneficios de la innovación, los maestros En efecto, ¿qué se puede hacer para aumentar
están dispuestos a intentarla. Pero, incluso en­ la capacidad del maestro y de la escuela para
tonces, es necesario que se experimente un éxi­ manejar el cambio y producir mejoras en una
to o progreso temprano (Crandall y cois., 1982). base continua? Los principios generales y los
Algunas propuestas no son claras acerca del elementos relacionados con el éxito que se
contenido del procedimiento (el cómo imple- describen en los capítulos 5 y 6, representan las
mentarlas); otras no reconocen los costos per­ directrices fundamentales para realizar y mane­
sonales, el significado del cambio para los jar el cambio, y el lector debe referirse a esas
maestros y las condiciones y tiempo que se sugerencias com o una base. En esta Segunda
requerirán para adoptar y desarrollar prácticas parte se pretende extender y especificar direc­
nuevas. Expuesto en otra forma, las razones de trices para el cambio para aquellos que ocupan
los maestros para rechazar muchas innovacio­ los puestos que se analizan; es decir, las direc­
nes son tan racionales como las de quienes las trices se plantean desde el punto de vista de las
promueven. Wise (1977), ha llamado a los pro­ personas en el rol. Por tanto, en esta sección
motores del cambio “hiperracionales” en sus examinamos las directrices para maestros que
supuestos, una idea que capta con más exacti­ trabajan con otros maestros, y en el capítulo 8
tud cómo se consideran los cambios desde la se abordan los lineamientos para los directores
posición ventajosa del maestro (aunque estoy que trabajan con maestros. En una perspectiva
seguro de que algunos otros adjetivos les llegan más amplia, el entendimiento de los maestros
de inmediato a las mentes de los maestros). generará, sin duda, ideas para aquéllos, en cual­
quier rol, que traten con maestros. El mensaje
para todos los que son ajenos al rol que se revi­
¿QUE HACE QUE EL CAMBIQ sa es propiciar la comprensión del mundo sub­
FUNCIQNE PARA LQS MAESTRQS? jetivo - l a fenom enología- de los poseedores
del rol com o una condición previa necesaria
El cambio es necesario porque una propor­ para involucrarse en algún esfuerzo de cam­
ción muy alta de estudiantes están enajenados, bio con ellos.
se desempeñan pobremente o por abajo de lo En el resto de este capítulo, analizo lo que
normal o abandonan la escuela. Su vida en las contribuye a que el cambio funcione con o en­
escuelas y después de terminar los estudios es tre maestros, y expongo recomendaciones para
de un nivel muy inferior, bastante más bajo de ayudar a los maestros a que se enfrenten y ma­
lo que debería ser (véase cap. 9). Pero aquí nejen el cambio con más eficiencia. En la sec­
estamos hablando de los maestros. Se necesita ción final, reflexiono sobre el interés o la falta

118 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


de interés de los maestros en el cambio educa­ No tiene caso darle vueltas al elemento de la
tivo, en el contexto del profesionalismo docente. prim acía del contacto personal. Los maestros
El aislamiento de los maestros y lo opuesto necesitan participar en talleres para capacita­
-su relación con los co leg as- proporcionan el ción, pero también necesitan oportunidades de
mejor punto de partida para considerar que fun­ uno a uno y de grupo para recibir y dar ayuda, y
ciona para el maestro. Primero examinaré el más simplemente para conversar acerca del sig­
aspecto positivo de la colaboración del maes­ nificado del cambio. En estas condiciones, los
tro, ya que es ahí donde radica el poder para el maestros aprenden cómo usar una innovación,
cambio. Al igual que en la mayoría de las solu­ así com o a juzgar su deseabilidad con base en
ciones, debemos también identificar el “lado una mayor información; así están en una mejor
oscuro” y el posible mal uso de este poderoso posición para saber si deben aceptar, modificar
resultado de la investigación. o rechazar el cambio. Algunas veces los maes­
El capítulo 5 se dedicó a una explicación de tros no pueden responder a esta pregunta hasta
los elementos que ocasionan que el cambio sea que han tenido la oportunidad de probar el nue­
funcional o no. Se recordará que, a nivel del vo programa y comentarlo; por ejemplo, como
&>■ maestro, el grado del cambio se relaciona estre­ lo describiré en el capítulo 15, la educación en
chamente con la extensión en que los maestros funciones relacionada con una innovación debe
interactúan mutuamente y con otros que pro­ tomar esto en cuenta, pasando de lo concreto a
porcionan ayuda técnica. Dentro de la escuela, lo abstracto, de los procedimientos y activida­
las relaciones entre los maestros, medidas por des prácticos a un examen de los principios
la frecuencia de comunicación, apoyo mutuo, fundamentales, más que desenvolverse en la
ayuda, etc., es un indicador importante del éxi­ dirección opuesta com o es el orden más fre­
to de la implementación. Prácticamente, todos cuente.
los estudios de investigación sobre el tema han Es de suma importancia reconocer que no
encontrado que éste es el caso. Y tiene un senti­ me estoy refiriendo únicamente a las innovacio­
do sobresaliente en términos de la teoría del nes que se elaboran fuera de la escuela. Las
cambio que se expone en este libro. Un cambio innovaciones que deciden adoptar los maestros
educativo significativo consiste en cambios en o las elaboradas por ellos mismos dentro de
convicciones, estilo de enseñanza y materiales, una escuela, si han de llegar a alguna parte, tam­
lo cual sólo se produce mediante un proceso bién requieren de la interacción de maestro a
lí de evolución personal en un contexto social; maestro. Ya sea que las innovaciones sean ex­
como lo señalara Werner (1980), al explicar el ternas o internas, cuanto más puedan interac­
fracaso del currículo de estudios sociales en tuar los maestros con respecto a sus propias
Alberta; prácticas, tanto más podrán producir las m ejo­
ras que ellos mismos identifican com o necesa­
Idealmente, la implementación incluye, como rias. Se recordará del capítulo 3 que incluso los
mínimo, una comprensión compartida entre los cambios deseados tienen costos y crean ambi­
participantes con respecto a las presuposiciones valencia. El apoyo social es necesario para re­
implícitas, los valores y supuestos que fundamen­ ducir costos y resolver la ambivalencia en tér­
tan un programa, ya que si los participantes los minos de cuánto cambio se necesita y qué se
comprenden, tendrán una base para rechazar,
puede lograr factiblemente. Por consiguiente,
aceptar o modificar un programa en función de
tanto si el origen del cambio es externo a la es­
su propia escuela, comunidad y situaciones del
salón de clases. Para exponer el objetivo en otra
cuela, o procede del interior (y ya sea bueno o
forma, la implementación es una constmcción en malo, factible o no), son los maestros en tanto
curso, de una realidad compartida entre miem­ profesionales interactuantes quienes deben es­
bros del grupo por medio de su interacción mu­ tar en posición de decidir finalmente, si aprue­
tua dentro del programa (págs. 62-63). ban o no dicho cambio.
Esto no implica que los maestros tengan tiem-

CAP. 7. EL MAESTRO 119


po para analizar todos los cambios potenciales. ción de Rosenholtz. Hay otros elementos que in­
En muchas circunstancias, los maestros pueden fluyen en los seis temas que se representan en la
concluir acertadamente, desde el principio, figura 7.2, y las interacciones entre los temas son
que no hay necesidad o tiempo para la interac­ multifacéticas, pero el cuadro compuesto es cla­
ción, y que el cambio no se necesita o no es ro y convincente en cuanto a lo exitoso que es el
posible. Este resultado ocurrirá en situaciones trabajo en colaboración en las escuelas.
en las cuales los maestros están satisfechos con Como lo señala Rosenholtz, la incertidumbre
su actual programa y/o cuando perciben que es del maestro (o un sentido bajo de eficacia) y las
escaso el apoyo administrativo para el cambio. amenazas de ello para la autoestima son temas
Hemos visto que el cambio no equivale necesa­ recurrentes en la enseñanza (Ashton y Webb,
riamente a progreso. En algunas situaciones, el 1986). En las escuelas de aprendizaje enrique­
no intentar el cambio puede ser la respuesta cido, en comparación con las de aprendizaje
más adecuada, si hay un desacuerdo acerca de empobrecido, Rosenholtz encontró que los do­
la innovación o si no existen las condiciones centes y directores colaboraban en actividades
mínimas para el cambio; por ejemplo, es posi­ de establecimiento de sentido (o construcción
ble que no se cuente con recursos para apoyar de visión) que “acentuaban esos objetivos de
la implementación, o puede existir un conflicto instrucción hacia los cuales deben dirigir los
importante dentro de la escuela o entre la maestros sus esfuerzos de mejoras” (pág. 6), y
escuela y la comunidad, que debe resolverse que los objetivos compartidos servían para cen­
primero. trar los esfuerzos y movilizar recursos en las
Hasta este punto, hemos estado examinando direcciones acordadas. Los directores y los lí­
la relación entre las innovaciones únicas y los deres de maestros, promueven activamente la
maestros, pero cuando trasladamos nuestra pers­ participación de sus colegas; “El compromiso
pectiva al manejo de innovaciones múltiples, colectivo con el aprendizaje de los estudiantes
de inmediato nos enfrentamos a la cultura de en escenarios cooperativos dirige la definición
la escuela. La escuela debe ser considerada el del liderazgo hacia aquellos colegas que instm-
centro de cambio debido a que sus normas, va­ yen e inspiran la percepción, en otros, de toda
lores y estmctura como una organización signi­ clase de posibilidades de enseñanza” (pág. 68).
fican una enorme diferencia acumulativa para En las escuelas efectivas, la colaboración se
los maestros individuales. En su estudio, Rosen- vincula con normas y oportunidades para la me­
holtz (1989) proporciona una detallada descrip­ jora continua y un aprendizaje a todo lo largo
ción de la cultura del trabajo en colaboración de la carrera: “Se supone que la mejora en la
acerca de los 13 ambientes de trabajo “en mar­ enseñanza es una empresa más colectiva que
cha” o de “aprendizaje enriquecido”. La figura individual, y que el análisis, evaluación y experi­
7.2 contiene un resumen adaptado de los princi­ mentación en concierto con los colegas, son
pales elementos con base en la escuela y que se condiciones que propician la mejora de los
asocian con las escuelas exitosas en la investiga­ maestros” (pág. 73). Como resultado, es más

Figura 7.2. Aprendizaje en escuelas “enriquecidas”.

120
probable que los docentes confíen, valoren y los temas de Rosenholtz no son lineales y ocul­
den legitimidad a los conocimientos técnicos, tan una colección de subvariables en funciona­
compartiendo y buscando asesoría, y propor­ miento, mismas que es necesario entender con
cionando ayuda tanto dentro como fuera de la el fin de evitar que se deriven lecciones superfi­
escuela. Es más factible que cada vez se vuelvan ciales de la investigación del citado autor. Y
mejores educadores en la tarea; “Todo esto sig­ para anunciar un punto que abordaremos más
nifica que en algunas escuelas es mucho más adelante, la relación entre la colaboración y la
fácil aprender que enseñar, y aprender a ense­ autonomía no carece de problemas. No obstan­
ñar mejor, que en otras” (pág. 104). te, la esencia de los principales resultados de
El convertirse en mejores maestros significa Rosenholtz está respaldada con una investiga­
una mayor confianza y certidumbre en las deci­ ción abundante. La mayoría de los 12 elemen­
siones acerca de temas de instrucción y en el tos clave de Mortimore y colaboradores (1988),
.

' manejo de problemas. Rosenholtz descubrió que: se relacionan con los temas de Rosenholtz - in ­
cluyendo la participación de los maestros, la
Cuando los maestros solicitan y se ofrecen consistencia entre ellos, la enseñanza intelec­
mutuamente asistencia técnica, y cuando el per­ tualmente desafiante, un entorno centrado en
sonal de la escuela impone estándares consisten­ el trabajo, un liderazgo determinado, un am­
: tes para el comportamiento de los alumnos, los biente positivo, etc. El compromiso del maestro
maestros tienden a quejarse menos de los estu­ y del estudiante se ve fuertemente influido por
diantes y de tos padres. Más aún, cuando los
esas características escolares. En estudios re­
maestros colaboran, cuando mantienen la parti­
cientes de mejoras en escuelas secundarias (Fi-
cipación de los padres y les informan acerca del
progreso de sus hijos, cuando los maestros y el restoney Rosenblum, 1988; Louis y Miles, 1990;
director trabajan juntos para imponer consisten­ Wilson y Corcoran, 1988), se encuentran temas
temente las normas para la conducta de los estu­ similares, así como en otros estudios importan­
diantes, y cuando los maestros celebran sus lo­ tes sobre la colaboración a nivel escolar (Good-
gros por medio de la retroalimentación positiva lad, 1984; Little, 1982). Como concluye Nias
de los estudiantes, los padres, el director, sus co ­ (1 9 8 9 ) en su estudio de las culturas escolares
legas, y su propio sentido, tienden a creer colecti­ en Inglaterra:
vamente en una cultura técnica y su práctica
docente (pág. 137). [Los maestros] se encuentran más a gusto en
un ambiente social que se caracterice por la
La certidumbre y el compromiso de los maes­ dependencia mutua en donde la “participación”
tros se alimentan mutuamente, como lo descu­ sea la norma y los individuos no se avergüencen
brió Rosenholtz, aumentando la motivación ha­ de admitir un error o una sensación de incapaci­
cia el maestro, para un mejor desempeño. Todos dad. . . las relaciones entre el personal que puede
estos elementos sirvieron para canalizar la ener­ ayudarse y se ayuda mutuamente, proporcionan
un oasis de calma en un día largo y frenético,
gía hacia el progreso del alumno. En las escuelas
establecen otros estándares, altos, pero alcanza-
de aprendizaje enriquecido, era menos probable bles para el desempeño profesional y suministran
que los maestros estuviesen de acuerdo con nue­ un entorno social de apoyo mutuo, se caracteri­
vas políticas estatales o distritales que considera­ zan por la accesibilidad personal, abudancia de
ban mal concebidas, y era más probable que oportunidades para intercambiar opiniones; risa;
evaluaran las innovaciones en términos de su alabanza y reconocimiento (págs. 152-153).
impacto real en los estudiantes.
Debo advertir al lector que, hasta este punto, Antes de derivar implicaciones para los maes­
la historia transcurre sin mayores escollos. tros, debemos tener cuidado de no suponer
Otros elementos median en la ecuación, como que una creciente interacción entre ellos es
la calidad de aquellos que ingresan a la ense­ automáticamente algo bueno. Little (1990a), ad­
ñanza (cap. 14). Más aún, las relaciones entre vierte que hay muchos ejemplos superficiales

CAP. 7. EL MAESTRO 121


de colaboración. La autora sugiere que varias colegas, enseñanza con mentores, planeación
formas de intercambio entre colegas, en el que conjunta en salones especiales para el caso, la
intervengan la ayuda, la participación, el relato programación formal de juntas y descripciones de
de historias, etc., representan “vínculos débi­ trabajo y programas de entrenamiento claros para
los que asumen cargos de asesoría (pág. 19).
les” y es probable que sean inconsecuentes y
tengan muy poco impacto en la cultura escolar.
El compañerismo superficial puede conducir
El “trabajo conjunto” implica formas más pro­
a la proliferación de contactos indeseados en­
fundas de interacción, com o la planeación, ob­
tre maestros, los cuales consumen el tiempo ya
servación y experimentación conjuntas, y de­
de por sí escaso. Las verdaderas culturas de
pende de la “organización estmctural de la tarea,
colaboración, según Hargreaves, son “profun­
el tiempo y otros recursos en formas que no son
das, personales y duraderas”. No se “organizan
características de otras formas de compañeris­
para proyectos o actividades específicas única­
mo” (págs. 14-15).
mente. No son una serie de elementos para un
Little no supone que el trabajo conjunto sea,
solo convenio. Las culturas de colaboración
automáticamente, el más adecuado.
son constitutivas y de gran importancia en el
trabajo cotidiano de los maestros” (pág. 14).
En el estudio o la búsqueda de normas de in­
En la misma dirección, Huberman (1990)
teracción e interpretación, no puede darse por
sentado el contenido de los valores y conviccio­ observa:
nes entre los maestros. En algunas circunstan­
cias, es de esperarse que un mayor contacto en­ La colaboración entre colegas no es un fin
tre los maestros aumente la perspectiva de éxito completamente legítimo en sí mismo, a menos
de los estudiantes; en otras, el fomento de un que se pueda demostrar que afecta, directa o
mayor contacto de maestro a maestro puede in­ indirectamente, la naturaleza o grado del progre­
tensificar normas desfavorables para los niños so del alum no.. . del mismo modo, la colabora­
(1990a, pág. 523). ción intensiva -planeación, intercambio de ma­
teriales, regularización del desempeño del alum­
y n o - no se traduce automáticamente en cambios
observables en la práctica del salón de clases y
Expuesto lisa y llanamente, ¿en el trabajo en puede, si se empuja demasiado, consumir el tiem­
colaboración por parte de los maestros tenemos po para el actual trabajo de instrucción en la clase
la elaboración creativa de elecciones bien infor­ (pág. 2).
madas, o el refuerzo mutuo de hábitos pobre­
mente informados? ¿En el tiempo que pasan jun­ Más aún, no podemos dar por sentado que la
tos los maestros, promueven el entendimiento y autonomía es mala y la colaboración es buena.
la imaginación que alientan a su trabajo, o sólo se El aislamiento de una persona es la autonomía
confirman mutuamente en la práctica presente? de otra; la colaboración de una persona es la
¿Cuál materia de filosofía y de pedagogía reflejan
conspiración de otra. No debemos perder de
los maestros cuando trabajan juntos, cuán explí­
vista la importancia de la soledad. Flinders
cito y accesible es su conocimiento mutuo? ¿Hay
colaboraciones que de hecho perjudican los (1988), afirma que para muchos maestros el ais­
compromisos morales y el mérito intelectual de lamiento es una estrategia para realizar su traba­
los maestros? (pág. 525). jo, debido a que “protege el tiempo y la energía
que se requieren para cumplir con las deman­
Hargreaves (1991), va más lejos. Distingue das de instrucción inmediatas” (pág. 25). Flin-
entre “compañerismo superficial” y “culturas de der observa que la mayoría de nosotros busca­
colaboración”. El compañerismo superficial; mos periodos de trabajo independiente, para
poder cumplir con las obligaciones.
se caracteriza por un conjunto de procedimientos
burocráticos formales y específicos.. . Se puede No es poco común que se responda a las cre­
ver en iniciativas tales como supervisión entre cientes demandas en el empleo cerrando la puer-

122 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


■ f

ta, cancelando citas para el almuerzo, y “escon­ mejorar) que las redes en colaboración, con
diéndonos” en todas las formas que podamos. No múltiples enfoques, que se vuelven “profundas,
atribuimos nuestros motivos para esa conducta a personales y duraderas” en el servicio de la
rasgos de personalidad de naturaleza conserva­ mejoría (véase Hargreaves, 1989).
dora o a una consideración malévola o poco pro­
fesional hacia nuestros colegas. Por el contrario,
las normas profesionales son las que nos disua­
den de sacrificar nuestros compromisos a las res­ DIRECTRICES PARA MAESTROS
ponsabilidades del empleo, incluso cuando ese
sacrificio se puede hacer en el nombre del com ­ Los maestros, tanto individualmente como en
pañerismo (pág. 25). grupos pequeños, necesitan considerar varios
puntos antes de tomar la decisión de dedicar
Nada de esto pretende negar que el aislamien­ todas sus energías a un esfuerzo de cambio (o
to puede ser una protección contra el escmtinio y antes de decidir rechazarlo).
una barrera contra la mejora, pero sí nos dice que Primero, y de ninguna forma evidente, cuan­
debemos colocar la cuestión de autonomía y do el cambio se propone desde el exterior, ¿se
colaboración en una perspectiva que nos conduz­ dirige a una necesidad importante? ¿Hay evi­
ca a evaluar las condiciones en que podría ser dencia de que tal práctica haya funcionado en
conveniente cada una. otras partes y haya logrado resultados positi­
Este debate tiene implicaciones prácticas. El vos? Con el fin de evitar el problema de la falsa
fomento del consenso en todos los niveles de la claridad, se requiere ser autocrítico (analítico)
escuela y la conformidad éntre maestros no es cuando un maestro supone superficialmente que

el punto de partida ni la meta final. La búsqueda se está abordando el objetivo, pero en realidad
de consenso puede inhibir la creatividad y pue­ no está empleando los recursos y conductas de
de resultar en la solución equivocada. En vez de enseñanza que potenciarían su consecución.
v‘ buscar una extensa participación en el uso de Con este punto está relacionada la tendencia
una innovación particular, sería más convenien­ actual en muchos maestros a rechazar todos los
;r . i
te, sobre todo en las escuelas más grandes, es­ cambios externos (en particular si provienen de
timular múltiples ejemplos de colaboración entre ciertas fuentes, como las gubernamentales). El
gmpos pequeños de maestros dentro y fuera de rechazo sin más ni más, a todos los cambios
la escuela. Huberman (1990, 1991), deduce propuestos, puede ser tan regresivo como la
fi esta conclusión de su estudio del ciclo de carre­ aceptación de todos. Sin embargo, incluso si el
ra de los maestros. De esta misma manera, se­ cambio se desea y se necesita, también será
gún Huberman, necesitamos aumentar el núme­ necesario determinar su prioridad. Puesto que
ro y la calidad de colegas o expertos a quienes los maestros se enfrentan a demasiados cam­
: podrían recurrir los maestros individuales en el bios a la vez, ya sea individual o conjuntamente,
curso de la experimentación en sus salones de deben elegir hacia dónde dirigir sus esfuerzos.
clases; el objetivo consiste en expandir la red Si todo se intenta (o se rechaza), nada alcanza­
de personas que trabajan en problemas simila­ rá el éxito. En un sentido, lo mejor que puede
res. La observación de Louis y Miles (1990), de hacer un maestro es trabajar intensamente en
que los subtemas pueden incorporarse con el una o dos de las prioridades más importantes a
tiempo, probablemente sea una imagen más la vez y lidiar con las otras lo mejor posible. Es
idónea que el concepto de que los objetivos de útil que el maestro sea parte de un grupo o
toda la escuela son los que guían las acciones escuela que tenga un sentido de dirección o
de todos los participantes. Paradójicamente, visión que sirva como guía para la elección de la
.í(; los esfuerzos de toda la escuela por implemen- prioridad.
tar las innovaciones únicas pueden causar Segundo, se debe hacer un intento por deter­
menos impacto en la cultura profesional de las minar si la administración está respaldando el
c- escuelas (y de ahí, en la capacidad básica para cambio y por qué, puesto que, para que tenga

CAP. 7. EL MAESTRO 123


éxito la innovación, se necesitará alguna forma número reducido de colegas son muy conve­
de compromiso activo por parte de los adminis­ nientes el intercambio y la experimentación
tradores para liberar los recursos indispensa­ enfocados a pequeña escala.
bles (o la reducción del costo). Si el maestro Quinto, los maestros líderes, es decir, los que
valora en alto grado el cambio específico, es están interesados en desempeñar un papel más
posible que éste proceda sin problemas, pero importante de liderazgo, enfrentan dilemas y
será difícil a menos que tenga el apoyo de la mayores oportunidades en la forma de prepara­
administración. Asimismo, es importante que ción, asesoría, y renglones semejantes (caps.
los maestros no acepten automáticamente la 14 y 15). Muchos roles de maestro líder termi­
aparente falta de interés por parte de un admi­ nan distanciándose de los roles de otros docen­
nistrador en sentido literal. Los administradores tes. En un estudio de esos roles de maestro
tienen sus propios mundos de presión, los cua­ líder, Smylie y Denny (1989), encontraron que
les mantienen a nivel privado. Aún están apren­ los maestros líderes identificaban consistente­
diendo a encarar su papel com o administrado­ mente sus roles en términos de ayuda y apoyo
res del cambio (véanse caps. 8 y 10). Es posi­ para los compañeros maestros en el trabajo con
ble que la iniciativa y la negociación individua­ los alumnos y en la mejora de la práctica, pero
les o de grupo con la administración pudiera en realidad pasaban la mayor parte de su tiem­
conducir, en algunos casos, a cam bios impor­ po asistiendo a juntas y “participando en varias
tantes en el apoyo. Las suposiciones no proba­ actividades de planeación y toma de decisiones
das son terreno fértil para la atribución falsa de a niveles distrital y de construcción relaciona­
motivos e intenciones. La aparente falta de dos con los programas curriculares, instructivos
atención del administrador no siempre indica y de capacitación del personal” (pág. 8).
un desinterés. De modo similar, los maestros dedicados a la
Tercero, el maestro debe evaluar si es proba­ elaboración del currículo o que participaban en
ble que sus colegas muestren interés en el cam ­ otras formas en innovaciones del contenido,
bio. Por lo general, si el compañerismo entre deben colocar en perspectiva su respaldo. Si
los maestros es firme, el grado de interés se estos maestros tratan de vender un producto sin
puede detectar rápidamente. Como dije antes, reconocer que es posible que no sea lo más
no se debe suponer la falta de interés. Debido al importante en la mente de otros maestros, y sin
aislamiento entre tos maestros, podría existir ser sensibles a la necesidad de otros maestros
una “ignorancia pluralista” - e s decir, cada per­ de comprender el sentido de la innovación,
sona supone que nadie más está interesado; harán exactamente lo mismo que los promoto­
todos parten de la misma suposición, pero na­ res o patrocinadores del cambio, confundir el
die se molesta en com probarla-. En cualquier cambio con el proceso de cambio. Esta tenden­
caso, si existe el interés de los compañeros, o cia es la que me condujo a formar la propuesta
puede estimularse, ello podría representar uno de que cuanto más se comprometa un promo­
de los aspectos más satisfactorios (y necesa­ tor con una innovación particular, menos pro­
rios) del proceso del cambio. bable será que consiga que se ponga en prácti­
Cuarto, independientemente de las presio­ ca. Lo contrario no es verdad, se necesita del
nes externas u oportunidades, los maestros, en compromiso, pero debe equilibrarse con el co­
lo individual, tienen la responsabilidad de con ­ nocimiento de que las personas pueden estar
tribuir en alguna forma al desarrollo de culturas situadas en diferentes puntos de partida, con
de trabajo en colaboración -n o obstante las diferentes prioridades legítimas, y que es facti­
advertencias anteriores (Pulían, 1 9 9 0 )-. La ble que el proceso de cambio resulte en trans­
contribución de ideas para otros y la búsqueda formaciones o variaciones en el cambio. Si el
de mejores ideas, es la piedra angular de las cul­ maestro, en tanto patrocinador, se vuelve efi­
turas en colaboración. No es necesario que sea ciente en la integración del cambio y el proce­
una base distrital o escolar; incluso entre un so del mismo, puede convertirse en una de las

124 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


fuerzas más poderosas del cambio. Una condi­ ción y evalúe los resultados. La idea general es
ción necesaria para mejorar la práctica es que que los maestros formalmente (por medio de la
los maestros trabajen con otros maestros en los negociación colectiva) o menos formalmente
niveles tanto de la escuela com o del salón de (en asociaciones locales de maestros o asocia­
clases. En las situaciones mencionadas, cuando ciones de materias), negocien las condiciones
se ha desarrollado un compañerismo, éste ha para la innovación y la mejora. Hace más de
llegado a ser un beneficio “práctico” significati­ una década que House y Lapan (1978), antici­
vo de la participación en una innovación o paron este acontecimiento.
reforma. Según las palabras de House y Lapan
(1978); “La satisfacción derivada de mejorar En la innovación negociada, aquellos que resul­
cooperativamente las aptitudes propias en opi­ tarán afectados deberían negociar con los inno­
nión de los maestros colegas, ofrece gratifica­ vadores los términos de la implementación. ¿Qué
ciones profesionales que hasta ahora no se han tan lejos llegará la innovación? ¿Qué beneficio su­
pondrá para los maestros? ¿Cuáles serán las re­
explotado” (pág. 179). Por lo menos, ese ade­
compensas para los innovadores? ¿De qué recur­
lanto ofrece cierto potencial, no sólo para me­ sos se dispone para la implementación? En este
jorar la práctica en el salón de clases, sino tam­ esquema, tanto los costos como las gratificacio­
bién para remediar parte del agotamiento, ena­ nes se distribuyen con un proceso de negocia­
jenación y rutina que nublan el día laboral de ción deliberado entre las partes interesadas (pág.
muchos maestros. 186).
ÍJ Muchos de los llamados roles de maestro
líder, com o hemos manifestado, no se prestan McDonnell y Pascal (1988), rastrean el des­
m [ fácilmente a la clase de trabajo en colaboración arrollo de la relación entre sindicatos de maes­
que es necesario para la mejora en el salón de tros y distritos en Estados Unidos de América
clases y la escuela. Incluso cuando el rol está con respecto a la reforma educativa durante los
diseñado para propiciar una interacción diaria últimos 20 años. Citan ejemplos del “liderazgo
•Kí con otros maestros, la tarea del maestro líder de reforma activa” a nivel nacional y local. La
no será fácil, ya que los maestros no están acos­ American Federation o f Teachers (Federación
tumbrados a examinarse y ayudarse mutuamen­ Americana de Maestros) ha instalado una plata­
te en el trabajo (Little, 1987; Smylie y Denny, forma para la reforma y ha sido un instrumento
1989). La implicación es que los maestros líde­ para establecer experimentos radicales por me­
res deben trabajar para la mejora de la cultura dio de la negociación colectiva en Dade County,
profesional de la escuela -contribuyendo para Florida y Rochester, Nueva York (Shanker,
que la enseñanza sea más pública, con el es­ 1988, 1990). El contrato de Rochester, por
tímulo de normas de mejora, con la ayuda a los ejemplo, logró un aumento de 40 % en los sala­
maestros para examinar las consecuencias de rios promedio durante tres años a cambio de
prácticas de instrucción para los estudiantes, eliminar la antigüedad com o el criterio más
etc.-. Se requerirá la confrontación con las nor­ importante para las transferencias, así com o la
mas de aislamiento, mientras se evita al mismo constitución de comités de la escuela para la
tiempo la imposición de soluciones, el fraguado toma de decisiones (McDonnell y Pascal, 1988).
prematuro de consensos y el fracaso para Albert Shanker, presidente de la Federación, ha
tomar en cuenta las situaciones personales de escrito y hablado extensamente sobre la nece­
aquéllos con quienes desean trabajar los maes­ sidad de “rediseñar nuestras escuelas y repen­
tros líderes (Pulían y Hargreaves, 1991). sar la forma en que enfocam os la enseñanza y el
Sexto, los sindicatos de maestros y las aso­ aprendizaje” (1988, pág. 14). El otro sindicato
ciaciones profesionales deben tomar y están nacional, la National Education Association-
tomando un papel de liderazgo más activo para NEA (Asociación Nacional de Educación), ha
ayudar a establecer las condiciones para la me­ elaborado su propia estrategia por medio de
jora y un seguimiento que apoye la implementa- declaraciones de política, com o The Learning

CAP. 7. EL MAESTRO 125


Workplace (NEA, 1986), y patrocinando pro­ mente. La mayoría de los maestros, no todos,
yectos innovadores, com o Mastery in Learning se dan cuenta de la necesidad de mejoras y
Project Schools (NEA, 1988). desean realizarlas. En una encuesta de maes­
McDonnell y Pascal (1988), concluyeron que tros (NEA, 1979) a nivel nacional en Estados
aun cuando los sindicatos de maestros no eran Unidos de América, 65 % de los encuestados
con frecuencia una fuente de innovación, “a pe­ dijeron que se necesitaba “intentar más innova­
sar de los cargos en contra, los sindicatos no ciones” en las escuelas donde enseñaban; 85 %
han sido un obstáculo importante para la refor­ dijeron que debía ser un requisito el que los
ma educativa” (pág. 51). Los autores advierten maestros y administradores se actualizaran
que los resultados particulares dependen de periódicamente por medio de capacitación.
varios elementos locales, como el grado de in­ Tres cuartas partes de la muestra de Goodlad
terés mutuo percibido, la naturaleza de la rela­ (1 9 8 4 ) manifestaron que les gustaría observar a
ción entre los líderes distritales y sindicales, las otros maestros en funciones (pág. 188). La
preferencias de los maestros sindicalizados y mayoría de los maestros en el estudio de Nias
las relaciones locales internas entre el sindicato (1989), querían más trabajo en colaboración
y los líderes a niveles local y estatal o nacional. con otros maestros.
No debemos subestimar la responsabilidad Los maestros no intervienen más en las me­
personal que tienen los maestros para que las joras por una variedad de razones, las cuales
escuelas sean mejores, no por otra razón, por­ hemos identificado, no están bien elaboradas
que esto representa una de las pocas rutas para las normas o expectativas para la colaboración;
mejorar sus propias condiciones de trabajo. Es las estructuras organizativas inhiben el compro­
más lo que está en juego que el salón de clases miso; a los ojos de los maestros, el tipo, diseño
individual (Pulían y Hargreaves, 1991). Barth lo y escala de las innovaciones particulares crean
expone mejor: más costos que beneficios; y, en efecto, el “es­
tado psicológico” de algunos maestros los hace
Con el fin de sostener el propio liderazgo resistirse al cambio. Ashton y Webb (1986),
com o maestro, con frecuencia contra fuerzas de Hopkins (1990), Huberman (1991), McKibbiny
resistencia administrativa, se necesita un com ­
Joyce (1980), Rosenholtz (1989) y otros, to­
promiso con un ideal educativo. Asimismo, se
requiere de energía para combatir la propia iner­
dos han descubierto que el sentido de eficacia,
cia causada por la costumbre y la sobrecarga de autoactualización, control, motivación y deseo
trabajo. Y requiere una cierta clase de valor para del cambio varía espectacularmente entre los
salir del pequeño círculo prescrito de “tareas de maestros. Sin duda, parte de estos descubri­
maestro” tradicionales para declarar, por medio mientos se pueden adjudicar a la calidad de las
de nuestras acciones, que estamos interesados y personas que ingresan a la profesión (cap. 14).
asumimos la responsabilidad por más de lo míni­ Más allá de esto, los estados psicológicos se
mo, más de lo que sucede dentro de las cuatro configuran en formas de las cuales se habla y no
paredes de nuestros salones de clases (1990, pág. se habla durante el curso de la carrera, de­
131). pendiendo de las escuelas particulares don­
de uno ha enseñado y la imagen que de los
Las acciones individuales y en unión con los
maestros tiene la sociedad.
colegas no son mutuamente excluyentes.
El concepto de la profesión docente está en
una encrucijada. En este sentido, son evidentes
EL PROFESIONALISMO, dos imágenes contradictorias dominantes. Cu­
LA ENCRUCIJADA ban (1988c), las describe en función del maes­
tro com o actor técnico versus actor moral. La
¿Están los maestros interesados en el cam­ imagen tecnócrata o burocrática concibe a los
bio? Desde luego, algunos lo están y otros no, maestros com o que dan conocimiento y siguen
pero examinemos la pregunta más cuidadosa­ y aplican normas. El actor moral, como artífice

126 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


y artesano, ve la enseñanza,como una transfor­ el concepto que surge del análisis en este capí­
mación de los estudiantes. Estos son tipos idea­ tulo. Veo a los maestros y a otros trabajando en
les, desde luego, y es probable, com o indica­ pequeños grupos que interactúan frecuente­
mos más adelante, que se requiera de una com ­ mente en el curso de la planeación, en la prue­
binación de los dos. Sin embargo, no podemos ba de ideas nuevas, en eí intento de resolver
negar que en la búsqueda de soluciones, la pro­ diferentes problemas, en la evaluación de la
fesión de la enseñanza se puede encontrar en efectividad, etc. Es interactivo en el sentido de
un punto en el cual es posible dirigir o recorrer que el dar y recibir consejo y ayuda sería el
un camino u otro. orden natural de las cosas. Los maestros serían
Vemos, asimismo, cóm o se está librando la aprendices continuos en una comunidad de pro­
lucha por el compañerismo. Hargreaves y Dawe fesionales interactivos (véanse caps. 14 y 15, y
(1989), identifican dos diferentes formas con­ Barth, 1990).
tradictorias de colaboración: Por tanto, el significado del cambio para el
futuro, no sólo implica la implementación efi­
caz de innovaciones únicas. Significa un cam­
Una es un instrumento para que el maestro
bio radical en la cultura de las escuelas y en el
adquiera autorización oficial y distinción profe­
sional, uniendo a sus colegas y sus conocimien­ concepto de la enseñanza como una profesión.
tos para generar una reflexión crítica y a la vez Hemos visto vislumbres de ese futuro en las
con una base práctica sobre lo que hacen como escuelas de “aprendizaje enriquecido” de Ro-
un fundamento para una acción más inteligente, y senholtz, pero tenemos razones para creer que
más competente. La otra, el análisis del aisla­ estos tipos de escuelas con una colaboración
miento del maestro es un mecanismo diseñado sumamente activa no duren más allá de la per­
para facilitar la adopción uniforme, acrítica de manencia de individuos clave (Little, 1989). En
formas preferidas de acción (nuevo estilo de en­ un alto grado, el principal problema de la ense­
señanza) introducidas e impuestas por exper­ ñanza no consiste en deshacerse de la madera
tos de otra parte, en las cuales los maestros se
muerta, sino más bien en encontrar la forma
convierten en técnicos, en vez de profesionales
para motivar a los buenos maestros a lo largo de
que ejercen un juicio discrecional (pág. 7).
su carrera. Se requieren cambios tanto en la cul­
tura de la enseñanza com o en la cultura de las
Esta tensión la vemos en las reformas basa­ escuelas.
das en la “intensificación”, que prescriben y El cambio cultural demanda esfuerzos firmes
k? evalúan la com petencia del maestro frente a los y persistentes, debido a que una gran parte de la
esfuerzos de “reestmcturación” para alterar el práctica actual está enclavada en estructuras y
lugar de trabajo (véase cap. 1). Mi propia idea rutinas e internalizada en los individuos, inclu­
es que se pueden combinar las habilidades téc­ yendo a los maestros (véase el examen de “re­
nicas y el juicio basado en la indagación (Pulían, gularidades programadas” en Sarason, 1982).
Bennett y Rolheiser-Bennett, 1990). Sin embargo, el cambio cultural está a la “o r­
Las implicaciones para nuestro análisis son den del día Parece que son muchas las perso­
que, com o en cualquier profesión compleja, la nas dispuestas a trabajar en ello, pero deben
ciencia y la tecnología de la enseñanza están en darse cuenta de la profundidad del cambio en
constante desarrollo, y la tarea de enseñar es un el que intervienen.
arte y una ciencia que los maestros estudian, La conclusión final, que debe ser muy clara a
reflexionan y refinan durante el transcurso de partir de las descripciones de este capítulo, es
sus carreras (Pulían y Connelly, 1990). Yo re­ que la mejora de la escuela no sólo está relacio­
chazo la noción de fondo del profesional pasi­ nada con lo que hacen y piensan los maestros.
vo en muchos esquemas de intensificación, pero Igualmente importante es lo que hacen quienes
descarto también la del profesional aislado y los rodean en los niveles escolares, distritales,
autónomo. Un profesionalismo interactivo es provinciales/estatales y federales. Con dema-

CAP. 7. EL MAESTRO 127


siada frecuencia, sólo pensamos en la necesi­ derosa de ayuda o de obstáculo para el maestro,
dad del cambio en términos del maestro. Si se debido a la cercanía en la situación del salón de
va a realizar algún cambio, todos están implica- clases y a la oportunidad para alterar el lugar de
í/os y deben enfrentarlo en relación con su pro­ trabajo, probablemente sea el director.
pio rol. En esta red, la fuente potencial más po­

128 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


El director

Madre: (llamando hacia el piso alto, en la mañana): Es hora de


levantarse para ir a la escuela.
Chris: ¡No voy a ir a la escuela!
Madre: ¿Fbr qué no?
Chris: Pbrque todos me odian en la escuela —los maestros,
los chicos, el conserje— ¡todos me odian!
Madre: Tienes que ir. Tú eres el director

Olvidémonos por un momento del director La comprensión de lo que es la realidad des­


como cabeza de la escuela, y pensemos en él de la perspectiva de las personas inmersas en
como alguien tan golpeado como el maestro un rol, es un punto de partida esencial para
por los cambios deseados y no deseados y, con construir una teoría práctica del significado y
frecuencia, incomprensibles -y , lo que es más, los resultados que intenta el cambio. Esta feno­
se espera que dirija estos cam bios-. El cambio menología es la contribución de las ciencias so­
sólo es una pequeña parte de las fuerzas que ciales para abordar el tan repetido lamento de
compiten por la atención del director y, por “nadie me comprende”. En el campo del cam ­
lo general, no es el más apremiante; sin embar­ bio educativo, todo mundo se siente incom­
go, algunos directores intervienen directamen­ prendido. Uno de tos indicadores más revela­
te como iniciadores o facilitadores de mejoras dores y frustrantes de las dificultades en el
continuas en sus escuelas. El director está en cambio educativo es la constante experiencia
el medio de las relaciones entre maestros, las de los participantes de que no sólo se malen-
ideas externas y las personas. Como en la ma­ tienden sus intenciones sino que se interpretan
yoría de los triángulos humanos, los conflictos y con un significado totalmente opuesto al pro­
los dilemas son constantes; y la forma en que el puesto. Los directores no deberían enfrentar
director soluciona (o evita) estos problemas ningún problema cuando reclaman su justa par­
determina en alto grado si estas relaciones te de frustración, puesto que el papel del direc­
constituyen un “triángulo de las Bermudas” de tor durante la última década, de hecho se ha
innovaciones. vuelto notoriamente más complejo, sobrecar-

129
gado y confuso; por el lado optimista, en los considero posibles diferencias entre los direc­
directores que manejan el cambio con eficien­ tores de escuelas primarias y secundarias y
cia, la investigación más reciente ha identifi­ entre las mujeres comparadas con ellos.
cado algunas conductas específicas relaciona­
das con el cambio. Es hora de ir más allá de la
frase vacía de que “el director es el guardián del SITUACION DE LOS DIRECTORES
cambio”.
Si bien la investigación sobre las mejoras en Si el cambio está en el aire en todas partes,
las escuelas está ahora en su segunda década, pensaríamos que la mayor presión que siente
la sistematización sobre lo que hace realmente el director es la conducente a producir alguna
el director y su relación con la estabilidad y el transformación importante en la escuela. Pero
cambio, es muy reciente. Alguna investigación el aire no es la tierra, y en la tierra muchos direc­
anterior sobre la implementación, identificaba tores experimentan (algunas personas dirían
el papel del director como decisivo para pro­ que aceptan muy fácilmente) precisamente lo
mover o inhibir el cambio, pero no examina­ opuesto, presiones para conservar la estabili­
ba ese papel con profundidad o en perspectiva dad. Como veremos en la siguiente sección,
(por ejemplo, Berman y McLaughlin, 1978a). esto no quiere decir que todos los directores
Durante la década de 1980 aumentó la investi­ trabajen para conservar la estabilidad, pero con
gación y la práctica, centrándose en el papel de frecuencia, hay una gran presión para que lo
los directores, subdirectores y otros líderes es­ hagan. El manejo de esta presión depende del
colares, lo que dio como resultado una mayor concepto que tenga el director de su papel y de
claridad y, asimismo, una apreciación más las expectativas de los administradores distrita­
extensa de las complejidades y los diferentes les de la escuela - e s decir, lo que realmente
caminos hacia el éxito. Durante la última déca­ quieren que hagan los directores-. Casi todas
da, la investigación programática directa, de las descripciones acerca del rol, que hace el
primera mano, ha descubierto un creciente distrito escolar (y los cursos en teoría de admi­
número de puntos conflictivos relacionados nistración educativa, que toman casi todos los
con la dirección (Barth, 1990; Bossert y cois., directores) subrayan las responsabilidades del
1982; Pulían, 1988; Hall y Hord, 1987; Hord, liderazgo instructivo del director -facilitar el
Stiegelbauer y Hall, 1984; Leithwood y Jantzi, cambio, ayudar a que los maestros trabajen jun­
1990; Leithwood y Montgomery, 1982, 1986; tos, evaluar y proseguir la mejora escolar, e tc .-.
Leithwood y Steinbach, 1989a, b; Manasse, 1985; Sin embargo, la forma en que los directores pa­
Smith y Andrews, 1989). El papel o rol, no es san su tiempo en realidad, es obviamente un
tan sencillo como se nos hace creer en las mejor indicador de su impacto en la escuela. Si
declaraciones que se refieren constantemente siguiésemos a los directores en un día típico,
a los directores como la clave del cambio. Aún ¿qué encontraríamos? El antropólogo Harry
así, el director es de fundamental importancia, Wolcott (1973), hizo exactamente eso durante
especialmente para los cambios en la cultura todo un curso escolar con el director de una
escolar. escuela primaria. Descubrió que, prácticamen­
En el presente capítulo, empiezo con una te, el director ocupaba todo su tiempo en en­
descripción de la situación actual de los direc­ cuentros personales de uno a uno, juntas y lla­
tores; después me dirijo a la parte de su papel madas telefónicas.
que nos interesa más - lo que hacen y no hacen Martin y Willower (1981), y Peterson (1981),
los directores en relación con el cam b io-. En la encontraron también que los días laborales de
última sección del capítulo, analizo los dilemas los directores eran discontinuos, caracteriza­
del cambio que enfrentan los directores y trazo dos simultáneamente por brevedad, variedad y
algunas directrices sobre cóm o podrían mane­ fragmentación. Por ejemplo, Martin y Willower
jarlo con más eficacia. A lo largo del capítulo. informan que los directores de escuelas secun-

130 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


t
darías desempeñan un promedio de 149 tareas Ministerio de Educación, etc. Las demandas de
al día, con interrupciones constantes - s e in­ tiempo se enumeraron como que habían aumen­
terrumpían más de 59 % de las actividades ob­ tado en lo referente al trato con padres y grupos
servadas-. La mayor parte (84 % ) de las activi­ de la comunidad (92 % dijeron que hubo un
dades eran breves (de uno a cuatro minutos). aumento), solicitudes de los administradores
Los directores “demostraban una tendencia a (91 % informaron de un aumento), actividades
atender la situación más inmediata y presionan­ administrativas (88 %) participación con el per­
te. Invertían poco tiempo en una planeación re­ sonal y servicios a los estudiantes (81 %), servi­
flexionada” (pág. 80). Las actividades relacio­ cios sociales (81 %) e iniciativas de la junta
nadas con la instrucción ocupaban 17 % de su (69 %).
tiempo. Asimismo, se les preguntó a los directores y
. Sarason (1982, cap. 9), observa que el tiem­ subdirectores acerca de su percepción de la efi­
po de la mayoría de los directores se dedica a ciencia, 61 % informó una disminución en la
asuntos administrativos domésticos y a mante­ eficiencia de los directores, sólo 13 % dijo que
ner el orden. Muchos directores suponen o sien­ permanecía más o menos igual, y 26 % informó
ten que se espera de ellos que mantengan felices sobre un aumento. El mismo porcentaje, 61 %,
a todos encabezando una escuela ordenada, y informó disminuciones en “la eficiencia de la
esto se convierte en el principal criterio de la asistencia. . . de los superiores inmediatos y de
capacidad del director para administrar - e l que la administración”. Más aún, 84 % informó una
no haya noticias es una buena noticia, siempre y reducción en la autoridad del director, 72 %
cuando todo esté relativamente tranquilo-, Hou- manifestó una disminución en la confianza en
se y Lapan (1978), resumen el problema; el liderazgo del director, y 76 % una disminu­
ción en la participación del director en la toma
Otra manera de tratar de complacer a todo el de decisiones al nivel del sistema; 91 % respon­
mundo y evitar cualquier problema que pueda lle­ dió “no” a la pregunta; “¿Piensa que el director
gar a la oficina central es la de enfrentarlo y nego­ puede cumplir con eficacia todas las responsa­
ciarlo en cuanto surja. El director no tiene un con­ bilidades que se le asignan?”.
junto de prioridades, excepto el procurar que los Esto no quiere decir que los directores no lo
problemas menores no lleguen a ser importantes. intenten. El estudio Edu-con indicó que los di­
'- iil V
La suya es una tarea continua de manejo de crisis. rectores no ponían objeción a muchas de tas
Responde diariamente a las emergencias. Siem­
nuevas responsabilidades per se, sino más bien
pre está al alcance. Todos los problemas se con­
que estaban más preocupados con la compleji­
sideran importantes. Esta respuesta global a cual­
quiera y a todas las dificultades significa que nunca dad y las demandas de tiempo que intervienen
tiene tiempo, energía o disposición para elaborar en la imptementación de los nuevos programas
o realizar una serie de planes propios premedita­ que con los programas mismos. La cantidad y
dos. Su tema es la contención de todos los proble­ número de áreas de conocimiento que se espe­
mas. Bajo estas condiciones, el director no puede ran del director -ley es escolares, planeación
ser agente o líder del cambio (pág. 145). de currículo, supervisión de instrucción, rela­
ciones con la comunidad, capacitación y des­
Un estudio de 137 directores y subdirectores arrollo de recursos humanos, relaciones con
en Toronto, describe la sobrecarga que sienten los estudiantes, asuntos administrativos- siem­
los directores (Edu-con, 1984): 90 % informa­ pre están en aumento.
ron que durante los cinco años anteriores al El desaliento que sienten los directores cuan­
estudio, tuvieron un aumento en las demandas do intentan cubrir todas los aspectos requeri­
que se hacen a su tiempo y en sus responsabi­ dos, se describe acertadamente en las tres res­
lidades, incluyendo las demandas de nuevos puestas siguientes a entrevistas realizadas por
programas, el número de prioridades y directi­ Duke (1988), con directores que estaban consi­
vos de la junta, el número de directivos del derando abandonar la profesión:

CAP. 8. EL DIRECTOR 131


Para mí, el conflicto surge de irme a casa cada con la fatiga, la percepción de las limitaciones
noche con una aguda percepción de lo que no se personales y la percepción de la limitación de
hizo y sintiendo que, después de seis años, debe­ opciones dentro de la carrera. Los cuatro direc­
ría tener un mejor promedio de bateo que el que tores experimentaban la conmoción de la reali­
tengo. dad: “reacciones parecidas a la conm oción de
Si dejas la dirección, piensas en todo el “traba­
los nuevos trabajadores cuando se encuentran
jo de corazón” que vas a echar de menos. Me
en situaciones de trabajo para el cual se han
temo que soy adicto a éste y al ritmo de la direc­
ción -e sa s 2000 interacciones diarias-. En las
pasado varios años preparándose y para el cual
juntas, me pongo inquieto porque son demasiado pensaban que se les iba a preparar, y que, de
lentas, y ahí no hay interacción con la gente. pronto, descubren que no es así”. Duke (1988),
La dirección es la clase de trabajo en el que se concluye:
espera que seas todo para toda la gente. Al princi­
pio, si eres exitoso, has recibido la retroalimenta- Un buen número de las frustraciones que ex­
ción de que eres capaz de ser todo para toda la presaron estos directores, se derivaba del con­
gente. Y después, sientes la obligación de conti­ texto en el que trabajaban. Sus comentarios en­
nuar haciéndolo, aun cuando sabes que no tienes viaban un mensaje claro para aquellos que los
la capacidad. Y eso ocasiona cierto sentimiento supervisaban: los directores necesitan autonomía
de culpa (pág. 309). y apoyo. La necesidad de autonomía requiere de
que los supervisores traten a cada director de ma­
nera diferente; la necesidad de apoyo requeriría
Duke estaba intrigado con la “tasa de deser­ que los supervisores fueran sensibles al concepto
ción” de los directores después de encontrar un del director acerca de lo que él considera signifi­
artículo que establecía que 22 % de los adminis­ cativo o trivial acerca del trabajo (pág. 312).
tradores de Vermont empleados en el otoño de
1984 habían abandonado los sistemas escola­ Otros estudios confirman las condiciones de
res estatales para el otoño de 1985. Al entrevis­ sobrecarga y fragmentación en el papel del di­
tar a los directores sobre el motivo por el cual rector. Crowson y Porter-Gehrie (1980), reali­
consideraron abandonar el empleo, Duke encon­ zaron durante un tiempo un estudio de observa­
tró que las fuentes de insatisfacción incluían los ción detallada de 26 directores de escuelas
reglamentos y la administración, la falta de lo­ urbanas en el área de Chicago. El abmmador
gros, sacrificios en la vida personal, la falta de énfasis en su trabajo diario estaba orientado al
oportunidades de progreso, la falta de recono­ mantenimiento, específicamente: d) control
cimiento y demasiado poca responsabilidad, disciplinario de los alumnos; 6) mantener las
las relaciones con subordinados, y la falta de influencias externas (oficina central, padres,
apoyo de los superiores. Expresaron una serie etc.) bajo control y satisfechas; c) mantener a
de inquietudes acerca del empleo mismo, el de­ raya los conflictos del personal; y ri) vigilar que
safío de hacer todas las cosas que se espera de la escuela cuente con los materiales adecua­
los directores, la naturaleza trivial o tediosa de dos, personal, etc. Vale la pena destacar que
gran parte del trabajo, la debilitante serie de esta descripción “natural” de lo que hacen los
interacciones personales, los criterios para tra­ directores, rara vez menciona la atención a
tar con varias circunscripciones o distritos, y la cambios en el programa.
tendencia a que los asuntos administrativos Sarason (1 9 8 2 ) y Lortie (1 987) afirman que
suplanten a las funciones de liderazgo (Duke, las tendencias conservadoras de los directores
1988, pág. 130). tienen raíces históricas. Sarason empieza con la
Aunque los descubrimientos de Duke son de observación de que la experiencia de un profe­
una muestra pequeña (cuatro directores), no sor de salón de clases, por sí misma no es una
son atípicos de ningún modo. Duke sugirió que buena preparación para ser un director eficien­
las razones por las cuales los directores pensa­ te. En su interacción con los directores, dice
ban abandonar su empleo estaban relacionadas Sarason, los maestros (en tanto futuros directo-

132 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


res), obtienen sólo una idea muy restringida del que Lortie identifica, es “la restricción en las
panorama de lo que significa ser un director. funciones y gratificaciones psíquicas”. Lortie
■ Esta situación se acentúa cuando la experiencia elabora sobre el punto de Sarason, y manifiesta
del maestro se limita a una o dos escuelas. El que los directores consideran la relación con
subdirector o director recién nombrado se en­ los maestros como la más sobresaliente en su
frenta con frecuencia a maestros que subra­ papel, y cuando se trata de un cambio, la rela­
;; yan el mantenimiento y la estabilidad. No obs­ ción se vuelve problemática.
i; tante el hecho de que el director considera que
su papel implica liderazgo, cuando se encuen­ Si el cambio puede ser costoso para aquéllos a
V.
tran con una cierta resistencia a las recomenda­ quienes se les pide que lo realicen, se desprende
ciones o ideas para el cambio, los directores que los subordinados estarán más dispuestos al
suelen responder en una de dos formas; según cambio cuando el superior en rango puede argu­
mentar, con cierto grado de factibilidad, que ha­
Sarason (1982): “hacen valer su autoridad o se
brá ganancias que superarán cualquier pérdida.
retiran de la batalla” (pág. 160). Esto, sin duda,
Eso es particularmente difícil de demostrar en la
’r es una sobresimplificación, pero la conclusión educación, ya que el conocimiento técnico en el
general de Sarason es que la estrechez de pre­ área está insuficientemente desarrollado como
i: paración y las demandas para mantener o res­ para proporcionar una firme base lógica para la
taurar la estabilidad alientan a los directores a innovación, que convenza a los maestros de que
no correr riesgos. el cambio producirá el aumento en aprendizaje
Lortie parte específicamente de su estudio que podría servir como una fuente de satisfacción
de directores de escuelas primarias suburbanas adicional en el trabajo (pág. 7).
en Chicago, y, más generalmente, de sus obser­
vaciones de la educación norteamericana Este En tercer lugar, Lortie habla acerca de la
investigador afirma que hay cuatro poderosas estandarización del sistema. Observa que, nor­
“tendencias integradas hacia la estabilización malmente, son tres los elementos que restrin­
del papel del director”, relacionadas con: d) re­ gen el surgimiento de la individualidad escolar.
clutamiento e iniciación; b) restricciones en las La razón fundamental de la integración curricu-
funciones y gratificaciones psíquicas; c) la lar, los arreglos de autoridad formal y las presio­
restricción de la estandarización del sistema; y nes hacia una equidad que abarque todo el sis­
d') contingencias de la carrera. tema, todo “inhibe el impulso para innovar en
En cuanto al reclutamiento e iniciación, Lor­ las escuelas primarias individuales” (pág. 11).
tie comenta sobre la estrechez de la experien­ Las contingencias de las carreras y el contex­
cia y la limitada exposición a nuevas ideas: “las to del sistema, es el último tema que aborda
personas que han estado expuestas a un amplio Lortie. Cuando se les preguntó cuáles eran los
rango de ideas y prácticas educativas y las han criterios con más probabilidades de ser usados
visto en aplicación, es más probable que favo­ por los superiores al evaluar su desempeño,
rezcan y, si tienen influencia, presionen por el muchos directores dieron énfasis a las opinio­
cambio”. Sin embargo, Lortie advierte que los nes de los padres y maestros. Lortie pregunta:
directores que estudió no eran cosmopolitas
que hayan presenciado una considerable varie­ ¿Cuál es la relación entre la introducción del
dad en sus vidas laborales: “Contamos con muy cambio y la evocación de descontento? ¿No es
más probable que los directores que desafían el
poco para animarnos a clasificarlos, por lo me­
statu quo sean quienes agiten a los padres con­
nos sobre la base de la experiencia de trabajo y
servadores y/o maestros resistentes? ¿Es proba­
de estudio típicos que encontramos en nuestra ble que las personas que están satisfechas con un
muestra; la gran mayoría ha trabajado en un cambio particular, o son indiferentes a él, mani­
número pequeño de escenarios diferentes” fiesten sus opiniones en la oficina central? ¿Cuán­
(pág. 4). do puede un director tener confianza en que sus
La segunda tendencia conservadora mayor superiores harán una distinción clara entre las

CAP. 8. EL DIRECTOR 133


quejas justificadas y el ruido que hacen los que sistema permite y tolera la pasividad y la activi­
están simplemente irritados con lo nuevo? (págs. dad, la conformidad y el atrevimiento, la insipi­
12-13). dez y el entusiasmo, la incompetencia y la com ­
petencia” (pág. 171).
Lortie concluye que la innovación exitosa, en Entonces, algunos directores actúan de for­
las circunstancias que describe, requiere de ma diferente a la norma. En una submuestra de
“una conducta administrativa sumamente refi­ los 60 directores más “eficientes”, identificados
nada”, tanto al nivel del sistema (je fe de zona o por medio de criterios de reputación, Gorton y
inspector) como de la escuela (director); y que Mcintyre (1978), descubrieron que estos direc­
“esos talentos son escasos en cualquier escena­ tores se centraban más en el desarrollo del pro­
rio de organización” (pág. 15). grama que la muestra en su conjunto. Clasifica­
Antes de que lleguemos a la conclusión de ban el desarrollo del programa en primer lugar,
que el “gran sistema deficiente” causa todos los de entre nueve tareas en términos del tiempo
males, volvamos a Sarason. Él aborda el tema dedicado durante las dos semanas previas; sal­
adicional sobre el concepto de la gente: “el sis­ ta esta diferencia, en comparación con el quin­
tema” gobierna lo que hacen, independiente­ to lugar que éste ocupó de las nueve entre la
mente de si es un concepto correcto o erróneo. muestra más grande.
Expone el problema en términos concretos: En un estudio que comprendía más de 2500
maestros y 1200 directores, Smith y Andrews
Si bien no cuestiono en ninguna forma que las (1 9 8 9 ) encontraron que los directores eficien­
características del sistema pueden y tienen efec­ tes se centraban en cuatro áreas de interacción
tos que interfieren en el desempeño individual... estratégica con los maestros: d) como “provee­
el individuo concibe frecuentemente al “sistema” dor de recursos”; ó) como “recurso de instruc­
en una forma que oscurece, muchas veces in­ ción”; c) com o “comunicador”; y r/) como
voluntariamente, el rango de posibilidades que
“presencia visible”. Identificaron a 21 directo­
están disponibles para él. Con demasiada fre­
cuencia, la concepción de los individuos acerca res, a quienes un grupo de inspectores y direc­
del sistema sirve como base para la pasividad y la tores que eran sus colegas nombraban como
rigidez, o como un blanco conveniente al cual no fuertes líderes de instrucción. Si bien, tanto los
puede culpar por casi cualquier cosa. El director directores “fuertes” como los “promedio” en el
ilustra este punto tan bien o mejor que cualquier estudio de Smith y Andrews (1 9 8 9 ) calificaron
otra persona en el sistema escolar (Sarason, igualmente alto en “mejora del programa”, un
1982, pág. 164). porcentaje mucho más alto de directores “fuer­
tes” pasaban realmente más tiempo trabajando
Sarason da varios ejemplos de directores que con otros en la mejora del programa.
usaron procedimientos atípicos (por ejemplo, Más aún, con base en las percepciones de los
utilizar a estudiantes de más edad para que tra­ maestros acerca de la conducta de los directo­
bajaran con los más pequeños) en un sistema res, Smith y Andrews descubrieron que los líde­
escolar, y que otros directores en el mismo sis­ res de instrucción “fuertes”, en comparación
tema afirmaban que no podrían funcionar exito­ con los líderes de instmcción “promedio” o
samente porque el sistema no lo permitiría, era “débiles”, una y otra vez obtenían una califica­
contrario a la política, se metería uno en proble­ ción sustancialmente superior en las cuatro
mas, etc. Este autor sugiere que la tendencia de dimensiones mencionadas antes. Por ejemplo,
los directores a anticipar dificultades con el sis­ un ítem típico para medir la “provisión de recur­
tema, es uno de los obstáculos más frecuentes y sos”, se exponía como sigue: “Mi director movi­
más fuertes en el intentar nuevos procedimien­ liza recursos y apoyo del distrito para ayudar al
tos. Sarason dice: “El rango de prácticas entre logro de objetivos académ icos.” El porcentaje
directores dentro del mismo sistema, es lo sufi­ de calificación positiva, por parte de ios maes­
cientemente grande com o para sugerir que el tros en funciones, fue de 90 % para líderes fuer-

134 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


i'i
tes, 52 % para líderes promedio y 33 % para en realidad dedican. El lector escéptico puede
líderes débiles (pág. 32). Los resultados fueron cuestionar la sinceridad de algunos de los di­
similares para casi todas las 18 preguntas que se rectores que afirman lo anterior, pero no cabe
emplearon para medir las cuatro dimensiones duda de que, a menos de que se tomen algunas
del liderazgo. Esencialmente, Leithwoody Mont- medidas especiales (por el director y otros), el
gomery (1 9 8 2 ) encontraron los mismos tipos director dispondrá de muy poco tiempo para el
de diferencias en una revisión de la investiga­ cambio.
ción, en la cual compararon la conducta de los Como veremos, lo que es interesante es que
directores “eficientes” y de los “típicos”. los directores eficientes no descuidan la estabi­
ii"'
Los líderes efectivos de instrucción están no­ lidad en favor del cambio. Puesto que el cam­
toriamente en la minoría. En estudios de caso bio no siempre es progreso, el director eficiente
de cuatro distritos escolares en Ontario, cono­ ayuda a proteger a la escuela de un cambio mal
cidos por su enfoque en el currículo, el distrito concebido o indeseado. La importancia del
con el mejor historial estimaba que sólo alrede­ director se destaca cuando nos clamos cuenta
dor de 10 % de los directores funcionaban como de lo mucho que se debe hacer cuando él, y la
líderes altamente eficaces para el currículo. En mayoría de los maestros, están a favor de un
un trabajo más extenso, Leithwood y Montgo- cambio particular. La escuela es el centro del
mery (1 9 8 6 ) estiman también que menos de cambio. Además, la escuela es una organiza­
10 % de los directores analizados, podrían cla­ ción, y las organizaciones cambian con mayor
sificarse com o que “solucionaban sistemática­ eficacia cuando quienes las encabezan repre­
mente los problemas” (el nivel más alto de un sentan un papel activo para ayudar a dirigir la
perfil de eficiencia de cuatro niveles). Cuban mejora.
(1 9 8 8 c) dirigió una revisión histórica del papel
del director, localizando los primeros estudios
empíricos alrededor de 1910, aproximadamen­ EL DIRECTOR Y EL CAMBIO
te. Al examinar los estudios de investigación
durante un periodo de más de 70 años, conclu­ Los directores son gerentes medios. Como
yó que “aun cuando el estilo difiere, el papel tales, enfrentan un dilema que es clásico en las
administrativo del liderazgo que no proporcio­ organizaciones. La compenetración con los
na instrucción, ha dominado la conducta de los maestros es tan importante como el mantener
directores” (pág. 84). felices a los superiores. La interminable oferta
Posteriormente sostendré que algunos distri­ de políticas, programas y procedimientos nue­
|íi;: tos tienen proporciones más altas de líderes efi­ vos, asegura que el dilema permanezca activo.
cientes en instrucción, y el número absoluto de Especialmente problemática es la expectativa
directores que participan en la vía del cambio de que los directores deben ser líderes en la
parece estar en aumento pero, como grupo, no implementación de cambios en cuya elabora­
hay duda de que la mayoría de los directores no ción no participaron y tal vez no comprenden.
han podido superar los obstáculos integrales En medio de demandas conflictivas y proble­
que describen Lortie, Sarason y otros. mas descritos por directores e investigadores,
El entendimiento de las fuerzas que detienen la adopción del papel de agente del cambio
las mejoras, sólo es la mitad de la batalla. Debe­ parece aún más difícil, en especial cuando no
mos, asimismo, conocer lo eficaces que han está claro qué significa exactamente. Las gene­
sido los directores para trascender los proble­ ralidades com o “el director es el guardián del
mas de sobrecarga. ¿Qué hacen y con qué con­ cam bio” o “el director y la escuela son la unidad
secuencias? La respuesta a esta pregunta es del cam bio”, no proporcionan una claridad
especialmente importante puesto que la mayo­ práctica acerca de lo que podría o debería
ría de los directores dicen que les gustaría apor­ hacer el director. En vista de las demás deman­
tar más tiempo a la mejora de la escuela del que das que se acumulan sobre el rol, no es de sor-

CAP. 8. EL DIRECTOR 135


prender que la mayoría de los directores no rio hace algunos años, sobre lo que estaban
vean con entusiasmo sus responsabilidades en haciendo los directores con las directrices (p o ­
el cambio. En el mejor de los casos, somos muy lítica) del currículo provincial, uno de los direc­
pocos los que nos desviamos de nuestro cami­ tores de escuelas secundarias me proporcionó
no para hacer algo que sea complejo y confuso una buena descripción de lo que significaba
a la vez. Dicho en otras palabras, a los directo­ para él la participación activa:
res se les está pidiendo que cambien su papely
se vuelvan activos en el liderazgo del currículo El director tiene que participar directamente.
en la escuela (y muchos de ellos lo han intenta­ Es posible que no sepa matemáticas per se o
do sin éxito notable). El cambio de rol es una ciencia o historia; pero puede [ser] y los maestros
innovación mucho más importante para el di­ lo pueden ver, como un experto en planeación
del currículo. Tiene que cultivar y adquirir cono­
rector que cualquier innovación en el progra­
cimientos en esa área. Creo que tiene que trabajar
ma. Los cambios de rol, com o lo hemos visto con los departamentos para ayudarlos a planear
con el maestro, tienen costos y presuntos bene­ lo que van a hacer con esa directriz. Tiene que
ficios, lo cual crea una ambivalencia, incluso reunirse con ellos, sentarse con ellos; debe fami­
entre los que están dispuestos a intentarlos. Al liarizarse lo suficiente con el documento como
respecto, el director ha tenido muy poca prepa­ para poder analizarlo. Tiene que estar preparado
ración para manejar estos dilemas, y menos para dar parte de su tiempo a ese grupo particu­
tiempo aún para reflexionar en este aspecto lar de maestros, digamos del departamento de
mientras está en el trabajo (véase el capítulo 15 inglés, y participar, si no en todas sus reuniones,
para un examen de la preparación y evolución sí en algunas, manteniéndose informado, y con
conocimiento de lo que están haciendo. Creo
profesional continua de los directores).
que debe ayudarles a planear lo que van a hacer y
A pesar de estas restricciones, el papel del
después ayudarles a medir si lo están haciendo o
director como agente del cambio se ha vuelto no. Pero si el director se desvincula, y dice: “Ade­
frontal y central. Durante la última década, la lante colegas ”, y eso es lo que sucede con mucha
investigación ha progresado desde el examen frecuencia, no creo que sucederá eficientemente.
del papel del director en la implementación de (Entrevista, junio de 1980, subrayado mío.)
innovaciones específicas hasta su papel en el
cambio de la cultura de la escuela. Empecemos El Principal-Teacher Interaction-VX\ (Estu­
con el primero. dio de Interacción Director-Maestro) que reali­
En el primer estudio mayor de la innovación, zaron Hall y colaboradores en tres distritos
el cual comprendió casi 300 distritos escolares, escolares en tres estados (California, Colorado
Berman y McLaughlin encontraron que los “pro­ y Florida), proporciona datos de observación
yectos que contaban con el apoyo activo del di­ detallada sobre el número y la naturaleza de las
rector tenían más probabilidades de alcanzar el interacciones que emprenden los directores en
éxito” (1977, pág. 124, subrayado suyo). Afir­ relación con innovaciones específicas (Hall y
man que las acciones del director (no lo que él Hord, 1987). El estudio PTI comprendió la ob­
dice) llevan el mensaje de si el cambio se está o servación y entrevistas con nueve directores
no tomando en serio y sirve para apoyar a los de los tres distritos durante un año, con el fin de
maestros. Hall y sus colaboradores (1980), lo analizar lo que hacían en relación con la puesta
exponen contundentemente: “El grado de im­ en práctica de innovaciones en el currículo de
plementación de la innovación es diferente en sus escuelas. El equipo de investigación registró
las distintas escuelas debido a las acciones e 1855 “episodios de intervenciones”, o acciones
inquietudes del director” (pág. 26). tomadas, en estas escuelas. Los episodios de
En la década de 1980, la investigación ha intervención incluían cosas tales como hablar
identificado formas específicas en las cuales los con los miembros individuales del personal,
directores apoyan activamente la innovación. consultar con el personal de recursos, llamadas
En una serie de entrevistas que realicé en Onta­ telefónicas, elaboración de presupuestos, talle-

136 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


res, juntas breves -to d a la serie de actividades esfuerzos de los maestros por cambiar, leyendo
que conforman la dirección normal de la escue­ sus planes de lecciones semanales y convocan­
la-. El número total está limitado a lo que los do a una conferencia cuando es necesario. Los
directores mismos describen com o aplicable a maestros informan que James es útil, responsiva y
comprensiva en cuanto no les impone demasiado
un programa particular, y sucesos específicos,
a la vez.
como ellos los recuerdan. Como tal, sólo repre­
senta “la punta del iceberg” para el programa
Iniciador
total de la escuela.
El estudio PTI identificó tres estilos diferen­ Los maestros de Aramintha Smith la califican
tes de liderazgo entre los nueve directores; res­ de “diligente”. Elaboran el calificativo diciendo
ponsivo, administrador e iniciador. Hall y Hord que Smith les conseguirá cualquier cosa que
(1987) definen ilustrativamente los estilos como necesiten en términos de recursos, progreso del
sigue: personal o cambio de política que mejoren el
nuevo programa de estudios sociales para, los
Responsivo alumnos. Los maestros dicen también que Smith
“perseguirá” ella misma a los maestros si piensa
Herbert Johnson es un director que es muy que no están trasmitiendo el currículo de estudios
agradable. Les habla a los estudiantes por su sociales de forma que aumenten el aprendizaje
nombre y pregunta acerca de los miembros de las de los estudiantes. Smith quiere que los alumnos
familias de varios maestros. Él asistió a los prime­ estén motivados y que los maestros hagan todo lo
ros estudios sociales en servicio con los maes­ posible para imbuir las actividades y las lecciones
tros, pero desde esa ocasión no ha participado en de estudios sociales con entusiasmo y estímulo.
i
el programa. Les dice a sus maestros que él no Visita los salones de clases para ver si eso está
sabe tanto com o ellos y que confía en su juicio, sucediendo y para prestar su propia energía y
s. pero que si necesitan algo que acudan a él y lo entusiasmo a una lección, si le parece que carece
ordenará. Se interesa en atender sus solicitudes y de esos elementos (págs. 215-216).
-í en mantenerlos satisfechos. El coordinador de es­
tudios sociales del distrito lleva la “dirección” de De los nueve directores, dos se clasificaron
la escuela y trabaja intensamente con los maes­ como iniciadores, tres como administrativos y
tros para implementar el currículo de estudios cuatro como responsivos. El estilo del director
sociales. com o facilitador del cambio estaba correlacio­
nado .76 con el éxito general de la implementa­
Administrativo
ción, siendo las más exitosas las escuelas con
Helen James mantiene los sistemas adminis­ directores con estilo iniciador; en segundo lu­
trativos y programas de instrucción en magníficas gar, las escuelas dirigidas con estilo adminis­
condiciones de funcionamiento. Llega temprano trativo y las escuelas dirigidas con estilo respon­
a la escuela y permanece hasta tarde vigilando sivo fueron las menos exitosas (Hall y Hord,
que estén en su lugar todos los aspectos del 1987, págs. 252-253).
currículo de estudios sociales recién adoptado. Las 1855 intervenciones en el estudio PTI, se
Ha puesto al maestro de recursos a cargo del clasificaron de acuerdo con las principales fun­
inventario y manejo de los materiales y provisio­ ciones:
nes de los estudios sociales para los maestros.
James telefoneó al coordinador del distrito e hizo 1. Elaboración de arreglos de apoyo en la
arreglos para la capacitación de los maestros en
organización (36 %).
el nuevo currículo. En reuniones semanales con
los administradores de la escuela. James veri­
2. Apoyo para la capacitación y la informa­
fica el proceso del esfuerzo de implementación, ción en curso (7 %).
resuelve problemas con los otros dos administra­ 3. Consultas y refuerzos (24 %).
I' dores y planea cóm o satisfacer las necesidades 4. Supervisión y evaluación (22 %).
de los maestros. Permanece en contacto con los 5. Otros (11 %).

K :
CAP. 8. EL DIRECTOR 137
Los directores con estilo iniciador trabajan también un número importante de intervencio­
más con el personal para aclarar y apoyar el uso nes. En anteriores estudios, se descubrió que la
de la innovación (consulta y refuerzo), con clave no consiste únicamente en contar con otros
40 % de sus intervenciones en esta categoría, facilitadores de cambio activos en la escuela; la
diferencia importante parece estar relacionada
comparadas con 20 % de los estilos responsivos
con lo bien que trabajen juntos el director y estos
y administrativos. Era notoria la forma en que otros facilitadores del cambio como un equipo
los directores trabajaban con otros facilitadores de facilitación del cambio. Es este equipo de
del cambio (un subdirector, un líder de maes­ facilitadores, bajo la guía del director, lo que hace
tros). Hall y sus colegas examinaron también que ocurra un cambio exitoso en las escuelas
las conductas de intervención de estos “segun­ (pág. 49).
dos facilitadores del cam bio” (FC). El director
administrativo en realidad hacía más interven­ La investigación en las escuelas eficientes
ciones en números absolutos que el director ini­ corrobora los descubrimientos de Hall y sus
ciador, pero el número total promedio de inter­ colegas, y ha demostrado ser bastante contun­
venciones era más alto en las escuelas dirigidas dente en cuanto a que el director es decisivo
por el iniciador; es decir, el número combinado para el éxito. En un cuidadoso estudio de la
de intervenciones de directores y segundos FC eficiencia escolar, Teddlie, Kirby y Stringfield
era mayor. En particular, los directores respon­ (1989), armonizaron ocho escuelas en Louisia-
sivos efectuaban 50 % menos intervenciones na en términos de un consistente desempeño
que lo segundos FC; Los directores administra­ académico, superior o inferior, durante un pe­
tivos realizaban dos veces más intervenciones riodo de dos años, equiparando a las escue­
que los segundos facilitadores del cambio; la las de acuerdo con las condiciones socioeco­
distribución entre los directores iniciadores y nómicas de la comunidad. Descubrieron que
los segundos facilitadores del cambio era casi las escuelas comparadas diferían significativa­
igual (Hall y Hord, 1987; Hall, 1988). mente en nueve de 10 medidas de eficiencia
Los directores de estilo iniciador trabajaban docente extraídas de la literatura de investiga­
en colaboración con otros facilitadores del cam­ ción (tiempo en la tarea, presentación de mate­
bio. Estas escuelas, dirigidas en colaboración, rial nuevo, expectativas altas, refuerzos positi­
experimentaban más intervenciones (notas al vos, disciplina, etc.). Los autores ilustran las
personal, reuniones pequeñas, conversaciones diferencias en el papel del director en uno de
acerca del progreso) y más intervenciones con los pares que eran idénticas (ambas tenían 50 %
múltiples objetivos (acciones tomadas con un de estudiantes blancos y 50 % de estudiantes
grupo o más de una persona), más acciones en­ negros y estaban a unas cuantas manzanas de
caminadas a la consulta con maestros, más di­ distancia una de la otra).
rección por parte del director, más acción por
parte de los maestros y más enfoque en los estu­ Un observador describió a la directora de la
diantes y el aprendizaje. Las funciones desem­ escuela 1 (la escuela eficiente) com o que “tenía
peñadas por directores eficientes -elaboración el dedo puesto en el pulso de la escuela”. Se le
de arreglos de apoyo en la organización, la con­ veía frecuentemente en los pasillos y los salones
de clases. Parecía conocedora con respecto a
sulta, el refuerzo, la supervisión, e t c .- se en­
todas las innovaciones importantes en cada salón
cuentran en los estudios más amplios de la re­
de clases y cuidaba que los maestros estuviesen
forma (véanse Marsh, 1988; Louisy Miles, 1990). expuestos a ideas nuevas y creativas (Teddlie y
Hall (1988), concluye que: cois. 1989, pág. 231).

Los directores no dirigen los esfuerzos de cam­ En contraste:


bio sin ayuda de nadie. Más bien, los directores
trabajan con otros facilitadores del cambio, quie­ La directora de la escuela 2 (la escuela inefi­
nes, en la mayoría de los casos, están realizando ciente) ha tenido una carrera docente marcada

138 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


con honores. Esta directora. . . manifestó que expedientes del trabajo de sus alumnos al siguien­
tenía excelentes maestros dedicados. Aun cuan­ te maestro; otras hacían ambas cosas-, pero era
■3 do nunca se la observó en el salón de clases, esta­ importante la norma de llevar sistemáticamente
ba visible en los pasillos. Daba la bienvenida a los un historial. Con respecto a la capacitación en
visitantes, trasmitiendo una actitud de “no hay funciones, esos directores que exhibían un lide­
nada que ocultar”. . . alababa su escuela y al per­ razgo decidido no permitían libertad total a los
sonal, diciendo que todo era “simplemente fabu­ maestros para asistir a cualquier curso; la asisten­
loso”. “Todo era simplemente fabuloso”, señaló cia se alentaba siempre por una buena razón.
un observador, “hasta que pasamos a los salones (Mortimore y cois., 1988, págs. 250-251)
L de clases” (pág. 232).
Mortimore y sus colegas descubrieron, asi­
, mismo, que la participación activa del subdirec­
Los autores concluyen: “Si la cantidad de
tiempo dedicado a actividades académicas era tor y de los maestros en la planeación del pro­
la característica más impresionante de la escue­ grama y otras decisiones de políticas era un
la 1, la falta de esto mismo era el rasgo unifica- rasgo de las escuelas más eficientes, reflejando
"I

dor de la escuela 2 ” (pág. 232). ambas un buen grado de colaboración con el


Regresando al estudio de Smith y Andrews director y, a la vez, la delegación de responsabi­
(1989) de 1200 directores: “las escuelas opera­ lidad por parte del director.
das por directores a quienes los maestros perci­
bían como fuertes líderes de instrucción, exhi­
bían una ganancia significativamente mayor en NUEVAS DIMENSIONES
las calificaciones de los logros en lectura y DEL LIDERAZGO
matemáticas que las escuelas operadas por lí­
deres de instrucción promedio y débiles” (pág. Hemos empezado a hacer la transición del
9). De forma similar, el impresionante estudio papel del director influyendo en la puesta en
longitudinal de Mortimore y colaboradores práctica de innovaciones específicas, al papel
(1988) de 50 escuelas, detectó que “el lideraz­ en el que dirige los cambios en la escuela com o
:■ go decidido del director ante el personal” era una organización. Hagamos esta transición más
clave en las escuelas en las que se encontró que explícita. Como lo han descubierto Hall y otros,
eran eficientes en una variedad de criterios aca­ los directores pueden provocar un impacto
démicos y no académicos. Los autores nos des­ importante en el grado de realización de inno­
criben algunas de las sutilezas de la labor de vaciones particulares. Sin embargo, como otros
estos directores eficientes: han señalado correctamente, cuando los maes­
tros implementan innovaciones exitosas, esto
El liderazgo decidido ocurría cuando el direc­ ocurre con frecuencia sin la participación de
tor entendía las necesidades de la escuela y parti­ los directores (Crandall y cois., 1982). Más aún,
cipaba activamente en el trabajo de la escuela, Trider y Leithwood (1988), encontraron que
sin ejercer un control total sobre el resto del per­ muchos directores favorecían las innovaciones
sonal. En las escuelas eficientes, los directores relacionadas con sus intereses personales, y no
intervenían en las discusiones acerca del currícu- apoyaban las innovaciones que no les benefi­
lo e influían en el contenido de las directrices tra­ ciaban. En otras palabras, era erróneo generali­
zadas dentro de la escuela, sin apoderarse del zar a partir de la forma en que los directores
control completo. Influían también en las estrate­ reaccionaban ante una innovación determina­
gias de enseñanza de los maestros, pero sólo se­
da. Y, com o he dicho en capítulos anteriores, la
h lectivamente, cuando juzgaban que era necesa­
puesta en práctica de una sola innovación, no
rio. Este liderazgo se demostraba enfatizando la
supervisión del progreso de los alumnos por me­ es una medida muy exacta de la mejora de la
dio de un registro individual que llevaban los escuela a largo plazo.
maestros. Los sistemas diferían -algunas escue­ La consecuencia es que tenemos que anali­
las llevaban registros escritos; otras pasaban zar con más profundidad y más holísticamente

CAP. 8. EL DIRECTOR 139


al director y a la escuela com o una organiza­ (1 9 8 9 ) corroboran los resultados de Louis y
ción. Louis y Miles (1990), hacen la distinción Miles. Al comparar a los “directores promedio”
entre liderazgo y administración y subrayan con los “líderes de instmcción fuertes”, Smith y
que ambos son esenciales. El liderazgo se rela­ Andrews encontraron que los líderes de ins­
ciona con misión, guía e inspiración. La admi­ trucción pasaban más tiempo que los directores
nistración implica el diseño y la realización de promedio en la “mejora del programa” (41 %
planes, el desempeño y el trabajo efectivo con contra 27 %) y un tiempo igual en “construc­
los demás. ción administrativa, operaciones y relaciones
Esta distinción ya se ha hecho antes; Leavitt distritales” (34 % contra 39 %). Los autores ob­
(1986), los clasifica com o el “explorador” y servan; “Estos datos. . . sugieren que es una
“aquel que implementa”, pero con frecuencia, dicotomía falsa el trazar una distinción entre ser
las dos funciones se comparan injustamente un fuerte administrador constructivo y ser un
(los líderes hacen lo que está correcto; los líder de instrucción fuerte. Estos 21 directores
administradores actúan correctam ente) o en son administradores constmctivos y a la vez,
una relación lineal (los líderes fijan el curso a fuertes líderes de instrucción.
seguir; los administradores lo siguen). En esta La actuación com o un administrador cons­
imagen hay dos problemas. Primero, proyecta tructivo fuerte se relaciona tanto con el cambio,
la función administrativa com o tediosa y menos en el caso de la movilización de recursos, como
importante. Segundo, implica que las funciones con la estabilidad, en los casos de la disciplina,
son secuenciales y las realizan diferentes per­ personal, facilidades y administración del pre­
sonas. Los directores exitosos, y otras cabezas supuesto (Smith y Andrews, 1989, pág. 10). A
de la organización, realizan ambas funciones si­ modo de explicación, es interesante extraer la
multánea y repetitivamente. Asimismo, es im­ analogía entre la disciplina al nivel de toda la
portante señalar que cuando nos referimos a escuela y la administración del salón de clases,
administración, no sólo estamos hablando de la disciplina de toda la escuela es, para la mejo­
la administración para la estabilidad, sino tam­ ra de la escuela, lo que la administración del
bién de la administración para el cambio. salón de clases es para la eficacia de la ense­
Louis y Miles enumeran los principales “moti­ ñanza.
vos de acción” para el “liderazgo” y la “adminis­ La reflexión sobre la importancia y la com-
tración” para el cambio. Los aspectos de lide­ plementariedad de las funciones de liderazgo y
razgo comprenden; d) la expresión clara de administración, nos ayuda a interpretar los des­
una visión; ó) la consecución de propiedad cubrimientos más recientes acerca de que los
compartida; y c) la planeación evolutiva. La fun­ directores con personalidades muy diferentes
ción administrativa se ocupa de: d) la negocia­ pueden ser igualmente efectivos. El estudio de
ción de demandas y asuntos de recursos con el Wilson y Corcoran (1989) de un gran número
entorno; y b~) el manejo coordinado y persisten­ de escuelas secundarias efectivas es muy ilus­
te de problemas (Louis y Miles, 1990, cap. 2). trativo;
Estos autores afirman que se ha subestimado la
administración para el cambio, pues ésta debe Lo más notable acerca de esta colección de
concebirse con mayor amplitud y requiere apti­ escuelas es la diversidad de estilos de liderazgo.
Ningún estilo particular parece ser el dominante.
tudes y habilidades tan refinadas com o las del
Lo que evidentemente es importante es el ajuste
liderazgo. El punto principal es que ambos con­
entre el estilo del director y las diversas subcultu­
juntos de características son decisivos, y la per­ ras en la comunidad de la escuela. En algunos
sona misma o equipo, deben combinarlos o casos, hay poderosos directores dinámicos que
atenderlos de otra forma. - parecen estar en todas partes y orquestar to d o ...
Estamos empezando a obtener mayor clari­ En otros casos, los directores se comportan
dad y mayor precisión acerca del complejo rol com o colegasyson moderados, dependiendo de
de liderazgo qn la escuela. Smith y Andrews la persuasión, delegación y su capacidad para

140 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


seleccionar y preparar miembros aptos para la y amistoso”, el “innovador” y el “administrador”.
facultad (págs. 80-81). Con la esperanza de descubrir que la tenden­
cia a la innovación se relaciona con la eficien­
Son evidentes los diferentes estilos, pero los cia, los autores informan:
directores eficientes, en la investigación de Wil-
son y Corcoran, todos se centraban en el lide­ Los resultados, que estuvieron apoyados con
razgo activo, la motivación del personal, la mo­ datos tanto del maestro com o de los estudiantes,
tivación de los estudiantes, el contacto con la no corresponden a lo esperado. . . Los datos indi­
comunidad y la mejora constante de la escuela. caron que no había una correspondencia simple
entre la conducta innovadora de los directores o
Si comparamos estos descubrimientos con
las conductas filiales/humanistas, y la eficiencia
los de Hall y Hord (1987), se pueden hacer dos percibida de los directores. El director 1 (rebelde
observaciones. Primera, si bien los estilos per­ comprometido) y el 4 (el administrador) se perci­
sonales diferían en los diversos estudios, todos bían como los más eficaces; los directores 2
los directores eficientes participaban activa­ (decidido y amistoso) y 3 (el innovador) lo eran
mente en la producción del cambio. Segunda, menos (Moorehead y Nediger, 1989, pág. 7).
el examinar la puesta en práctica de innovacio­
nes específicas (com o lo hicieron Hall y Hord), Congruentes con los resultados que se revi­
una acción más abierta de los directores afecta saron antes en esta sección, se manifestaban las
la implementación de esos cambios, pero cuan­ orientaciones y conductas fundamentales que
do se trata de reformas más holísticas, una mi­ marcaban la diferencia, el estímulo para metas
ríada de acciones crean patrones que afectan el de alto desempeño, el suministro de un alto ni­
éxito en una variedad de formas directas e indi­ vel de apoyo, tanto emocionalmente com o en
rectas. términos de la tarea, una comunicación abierta
La descripción de Smith y Andrews (1 9 8 9 ) y sincera entre el personal y el director, y valo­
de siete líderes de instrucción eficaces, propor­ res firmemente sostenidos que se representa­
ciona percepciones similares. Algunos eran fuer­ ban conductualmente (com o no sólo subrayar
tes, enérgicos, osados; otros, tranquilos, partici- la visibilidad, sino la elaboración de técnicas y
pativos, protectores; sin embargo, todos presta­ acciones para demostrarla).
ban atención a las cuatro principales áreas de El entendimiento de la dirección ha avanza­
tarea que examinaron Smith y Andrews (p ro­ do aún más con el trabajo programático de
veedor de recursos, recurso de instrucción, co- Leithwood y sus colegas. Ya en trabajos ante­
municador, presencia visible), aun cuando lo riores elaboraron el “perfil del director”, el cual
hacían con métodos y estilos diferentes depen­ contenía cuatro niveles de eficiencia (Leith­
diendo de sus personalidades y del escenario. wood y Montgomery, 1986); el nivel más alto
Esta investigación nos advierte, también, que era el “apto para resolver problemas”. Ahora,
no debemos juzgar a un director superficialmen­ en su trabajo más reciente, Leithwood y otros
te o por un solo estereotipo (por ejemplo, el han estado intentando desenmarañar el signifi­
visionario llamativo) la investigación que agrupa cado de “solución de problemas” examinando
a todos los directores que participan en innova­ cómo actúan los directores “expertos” frente a
ciones puede producir resultados erróneos o in­ los “típicos” en la solución de problemas reales.
consistentes. Moorehead y Nediger (1989), por Leithwood y Steinbach (1 989a) encontraron
ejemplo, están realizando un estudio multifacéti- que los expertos diferían: d) en la extensión en
co del comportamiento de cuatro directores de que tomaban en cuenta, explícitamente, la inter­
escuelas secundarias en Ontario, todos con una pretación que otros (los maestros, por ejemplo)
reconocida reputación como líderes eficientes. tenían del problema; 6) la consideración del
Basados en datos de observación, estos inves­ problema en el contexto de una misión y pro­
tigadores etiquetaron a los cuatro directores blemas mayores en la escuela; y c) en el grado
como el “rebelde comprometido”, el “decidido de claridad que tenían acerca del problema y

CAP. 8. EL DIRECTOR 141


su capacidad para describir tanto su interpre­ organización. El marco usado por Rosenholtz
tación como las razones para dicha interpreta­ (1989), el cual se describe en el capítulo 7 (fig.
ción. Encontraron, asimismo, diferencias en la 7.2), refleja la extensa agenda para el liderazgo
forma en que los “expertos” consideraban sus en la escuela. Señala com o aspecto principal el
objetivos (llegar a un acuerdo con el personal), trabajo del director con los maestros para con­
valores (ser más conocedor y explícito acerca figurar la escuela com o un lugar de trabajo
de los valores), restricciones (anticipar e identi­ común en relación con objetivos compartidos,
ficar problemas más profundos), procesos de colaboración de los maestros, oportunidades
solución (uso de la colaboración en la solución de aprendizaje para los maestros, certidumbre
de problemas) y efecto (no permitir que los para los maestros, compromiso del maestro y
afecte la frustración). Leithwood y Steinbach aprendizaje para los estudiantes. Para mencio­
sugieren que el impacto de los “directores se nar un solo ejemplo, Rosenholtz encontró que,
puede sentir mediante sus acciones: a) al gene­ en escenarios de colaboración, 87 % de los
rar mejores soluciones a los problemas de la maestros respondió “sí” a la pregunta de si su
escuela; 5) al fomentar el compromiso de los director era apto para resolver problemas, en
maestros para implementar esas soluciones; y comparación con 30 % en escuelas con colabo­
c) al promover la capacitación del personal a ración moderada o baja (pág. 55). Rosenholtz
largo plazo” (pág. 27). concluye:
En un trabajo ulterior, Leithwood y Jantzi
(1990), compararon a directores que eran par­ Los directores eficientes no sacan del aire su
ticularmente eficientes en la transformación de perspicacia e ingenio. En nuestros datos, las es­
la cultura escolar hacia una orientación más fir­ cuelas exitosas no eran dirigidas por reyes filó­
sofos con un carácter supremo y un método infali­
me de mejora, con ios directores que eran
ble, sino con una acumulación constante de sabi­
menos eficaces en la mejora de la escuela.
duría común y esperanza destilada de experiencia
Encontraron que los directores exitosos usaban vibrante y compartida, tanto con los maestros líde­
seis estrategias amplias. Tomaban acciones que: res en las escuelas como con los colegas a! nivel
del distrito (pág. 219).
1. Reforzaban la cultura (m ejora) de la es­
cuela. El papel del director no se revela tan sólo en
2. Utilizaban una variedad de mecanismos la implementación de innovaciones o incluso
burocráticos para estimular y reforzar el en el liderazgo de instrucción para salones de
cambio cultural. clase específicos. Hay un límite en el tiempo
3. Promovían el desarrollo del personal. que los directores pueden dedicar a los salones
4. Se involucraban en una comunicación di­ de clase individuales. El objetivo más importan­
recta y frecuente acerca de normas, valo­ te radica en transformar la cultura de la escuela.
res y creencias culturales. Si tienen éxito, es probable que algunos mode­
5. Compartían el poder y la responsabilidad los avanzados del futuro mostrarán grupos coo­
con otros. perativos de maestros en la organización y con­
6. Usaban símbolos para expresar valores ducción del aprendizaje, tal vez sin la presencia
culturales (pág. 22). de un director como ahora conocem os el papel.
El director como líder de la colaboración repre­
Para resumir, los estilos personales de direc­ sentado antes es la clave para este futuro.
tores eficientes son diferentes. Son más o me­ Antes de abordar algunas directrices genera­
nos directivos, más o menos llamativos o visto­ les de acción, es necesario comentar las posi­
sos. Estamos empezando a obtener una apre­ bles diferencias entre directores. Ya he señala­
ciación más compleja, pero más clara, del di­ do que varían la personalidad y el estilo entre
rector eficiente com o un líder cooperativo de los directores eficientes, pero, ¿qué hay acerca
las mejoras continuas en la escuela com o una de otras diferencias estructurales, sobre todo

142 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


entre los directores de escuelas primarias y 1988), muestran a un líder activo que trabaja
secundarias, y la situación de las mujeres direc­ continuamente en el programa y los aspectos
toras en comparación con la de los hombres? de la instrucción, culturas de trabajo de colabo­
(para diferencias en relación con el tipo de ración y profesional, adquisición de recursos,
comunidad, véase el capítulo 12). ambientes de trabajo estables, participación del
Antes que otra cosa, debemos resaltar que personal y los estudiantes y la supervisión de
los ejemplos y la investigación que se m encio­ resultados. Como grupo, los directores de es­
nan en este capítulo provienen igualmente de cuelas secundarias, históricamente han presta­
escuelas primarias y secundarias. La clase de do menos atención a estos aspectos. Sin embar­
elementos a los que prestan atención los direc­ go, ahora que algunos directores de escuelas
tores eficientes, son similares en todos los nive­ secundarias participan más como líderes de la
les de escolaridad y tamaños de escuelas. Leith- mejora de la escuela, podría ser que se estén
wood (1987) realizó una revisión sistemática de enfocando más que los directores de escuelas
la investigación, comparando las característi­ primarias en los aspectos organizativos más
cas de las escuelas primarias y secundarias efi­ amplios. Expuesto en otra forma, la evolución
cientes. De las 34 características que examinó, institucional a largo plazo de las escuelas,
23 eran comunes a ambos niveles. Había algu­ requiere que los directores a)oiden a configurar
nas diferencias importantes, a saber, que las el clima de instrucción y trabajo de la escuela
escuelas secundarias, perseguían un rango más com o una organización, no que dediquen gran­
complejo y amplio de objetivos; requerían que des cantidades de tiempo a observaciones di­
los directores consideraran más elementos con rectas del salón de clases con maestros indivi­
el fin de ejercer influencia; tenían menos n ece­ duales.
II sidad de una participación cercana de los pa­ Dwyer (1984), Hallinger, Bickman y Davis
.
^ .
dres, pero más necesidad de trabajar con nego­ (1989), Hallinger y Richardson (1988), y mu­
cios e instituciones sociales en la comunidad; y chos otros citados en este capítulo, todos ellos
Si-
estaban más interesadas en promover un senti­ encontraron que los directores ejercían el lide­
do de comunidad y afiliación entre el personal razgo educativo por medio de la configuración
y los estudiantes. de la organización, clima y recursos de las es­
Smith y Andrews (1989) encontraron dife­ cuelas en vez de hacerlo con intervenciones
rencias similares. Si bien los directores “fuertes” directas en la instrucción (véase también Duke,
de secundaria dedicaban más tiempo a las me­ 1986, en “la estética del liderazgo”). Esto no
'■ joras del programa educativo que los directores quiere decir que los directores deban evitar la
“promedio” de secundaria, dedicaban menos observación directa en el salón de clases, sino
tiempo a la mejora que los directores de escue­ nada más que no es el principal camino para las
las superiores y primarias. Los directores fuer­ mejoras en términos de organización.
tes de secundaria también dedicaban más tiem­ Ahora bien, cuando consideramos a los hom­
po a la “administración constructiva, operacio­ bres en comparación con las mujeres directoras,
nes y relaciones distritales” que sus colegas en resaltan dos observaciones:
niveles de grados más bajos. Los directores en
escuelas primarias tienen más oportunidad para Primera observación. En términos de es­
influir en la instrucción directamente por medio tadísticas, la dirección está dominada por los
de la observación del salón de clases y el traba­ hombres, aun cuando las mujeres han logrado
jo con maestros. considerables avances recientemente. En gene­
Si se toma en cuenta la evidencia com o un ral, las mujeres constituyen cerca de 69 % de la
conjunto, creo que la diferencia es cuestión de fuerza docente y alrededor de 25 % en direccio­
grado, no de clase. Las minuciosas descripcio­ nes y subdirecciones. Los subpatrones varían
nes de los directores de secundaria eficientes de acuerdo con la jurisdicción y el nivel (prima­
(véanse Louis y Miles, 1990; Wilson y Corcoran, ria frente a secundaria). A nivel primaria, el por-

CAP. 8. EL DIRECTOR 143


centaje de mujeres directoras en la mayoría de Smith y Andrews (1989, pág. 30), registraron
los distritos está en el rango de 20 a 50 %; para que las directoras pasan más tiempo que los
las escuelas secundarias, es de 5 a 20 % - lo que hombres en actividades de mejoras al progra­
subrepresenta notoriamente su número en la ma educativo. Marshall y Mitchell (1 9 8 9 ) infor­
enseñanza (Marshall y Mitchell, 1989; Mertz, man sobre estudios que muestran que las muje­
McNeely y Venditti, 1989; Schneider, 1988). res están más sintonizadas con los aspectos del
En un estudio de 44 distritos escolares gran­ currículo, del liderazgo de instrucción, las in­
des en Estados Unidos de América que compa­ quietudes de los maestros, la participación de
ró los años 1972, 1982 y 1986, Mertz y colabo­ los padres, la promoción del personal, la pla-
radores, encontraron que el porcentaje de neación de estrategias de colaboración, el con­
mujeres en este cargo aumentó en todas las tacto con la comunidad, etc. En pocas palabras,
categorías; para secundaria, 47 % los tres perio­ es más probable que las mujeres posean carac­
dos fueron de 5, 14 y 23 %; para primaria, 36, 42 terísticas asociadas con un liderazgo eficaz y
y 47 %. La tasa de aumento fue mayor en el pe­ una escolaridad eficiente (Shakeshaft, 1987).
riodo de 1982 a 1986, fue aún más notorio entre Sin embargo, estos resultados se refieren a las
las nombradas como asistentes de directores. mujeres “como un grupo” o en promedio. En
Mertz y colaboradores observan que el aumen­ las investigaciones citadas en este capítulo, hay
to en el porcentaje de mujeres en la administra­ abundantes ejemplos de directores hombres
ción es un fenómeno que continúa, y que se que se desempeñan como líderes escolares al­
está ampliando la base de oportunidades para tamente eficaces (y hay ejemplos de directoras
mujeres en puestos que tradicionalmente se cuyo desempeño es pobre). La principal conse­
asociaban con hombres. (La desaparición de cuencia de todo este análisis es que las caracte­
hombres a nivel primaría, tanto en la enseñan­ rísticas asociadas con un liderazgo eficiente en
za, com o en la dirección, representa un serio las escuelas, deben promoverse constantemen­
problema para el futuro, pero ése es otro asunto.) te tanto en hombres com o en mujeres en pape­
Aun cuando la tendencia está bastante exten­ les de maestros(as) y directores(as).
dida, las cifras en el estudio de Mertz y sus cole­
gas son de distritos escolares grandes (donde el
número de oportunidades es mayor y donde se ¿QUE HACER?
designa a más mujeres). Si examinamos el ran­
go más amplio de distritos, los porcentajes son Cuando los reformadores tratan de endere­
bastante menores. Schneider (1988), por ejem ­ zar el sistema educativo, continuamente se pre­
plo, informa que para el curso escolar 1986- sentan al director cambios educativos de diver­
1987 en Wisconsin, las mujeres sólo ocupaban sas clases. El hecho de que un cambio particu­
19 % de direcciones en escuelas primarias y 4 % lar se vea como un retroceso o un avance, de­
en secundarias. Marshall y Mitchell (1 9 8 9 ) citan pende de nuestro punto de vista, pero todas las
cifras nacionales de 25 y 8, respectivamente. reformas son propuestas para el cambio. Al di­
En Ontario, los porcentajes son de 18% para rector se le aconseja constantemente que ase­
primaria y 11 % para secundaria en el curso gure o apoye la implementación de tal o cual
1988-1989 (Ministerio de Educación de Onta­ política o proyecto nuevo. En Canadá, los linea-
rio, 1990; véase también el capítulo 15 donde mientos revisados del currículo provincial siem­
analizo los puntos relacionados con motiva­ pre están en el umbral de un proceso de revi­
ción, procedimientos de selección y prepara­ sión cíclica que continúa ad infinitum. Una
ción de las mujeres en relación con los puestos cierta legislación para educación especial, pro­
administrativos). gramas basados en la comunidad u opciones
Segunda observación. Como grupo, es más para el trabajo en la escuela, se agregan a la lis­
probable que las mujeres muestren un compor­ ta junto con cualquier otro programa que los
tamiento asociado con un liderazgo efectivo. administradores de la escuela o del distrito cen-

144 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


tral consideran importante. En Estados Unidos talleres para supervisar el transcurso del cam ­
de América, todo esto es más caótico debido a bio. Si el proyecto no es sólido, o si el director,
que intervienen más niveles. Además de las por cualquier razón, no tiene confianza en el
demandas locales y estatales, el gobierno fede­ cambio o en su papel en él, estas juntas (incluso
ral, a diferencia del de Canadá, ha tenido una si el director no tiene que participar), serán un
fuerte presencia indirecta en las innovaciones recordatorio doloroso y visible de un aspecto
locales. En el sistema educativo inciden cons­ del trabajo indeseable y causante de ansiedad.
tantemente los subsidios por categorías, la Muchos directores estarán sujetos a sentimien­
legislación federal, las decisiones de la Supre­ tos de culpa y a cuestionamientos acerca de su
ma Corte y los proyectos voluntarios en cada propia capacidad y competencia. Sabrán que
tema concebible. No sería raro que un distrito muchas políticas nuevas están intentando abor­
escolar estuviese participando en 50 o más pro­ dar objetivos educativos importantes que ac­
gramas con patrocinio estatal o federal a la vez, tualmente no se cumplen, y que algunos estu­
todos los cuales tienen implicaciones para el diantes y sus padres no están recibiendo un tra­
director. to justo. Cuando realicen un esfuerzo sincero
¿Qué piensan los directores de escuela, en para llamar la atención de los maestros hacia
verdad, de toda esta ebullición? Si pudiésemos ciertos puntos, surgirán innumerables pregun­
penetrar en sus mentes, es probable que el si­ tas acerca de cóm o abordar el problema. Cada
guiente guión se acercara mucho a la verdad. solución propuesta parece producir más pro­
blemas de los que remedia. El director veterano
Aquí está otro cambio rñotivado política y no debe aprender a tomar todo esto con cierta
educativamente y al cual, de cualquier modo, reserva.
es probable que se le dé marcha atrás en dos En las descripciones anteriores está implícita
años. Los maestros no están interesados en él, una variedad de cosas.
o no tienen tiempo para manejarlo. Gruñirán
y se quejarán acerca de este cambio. Incluso Primera, por lo general, los administradores
L'
me molesta el sólo presentárselos. En realidad, centrales no ayudan a los directores en las for­
no entiendo el programa. Parece tan abstracto mas que se precisan para manejar el cambio.
y lleno de generalidades agradables. La orien­ Por el contrario, a ellos se les da una breve des­
tación de hora y media que recibimos en la cripción en una junta donde es difícil decir fren­
Í3
última junta de directores me confundió más te a los colegas o superiores: “No lo entiendo”,
í'íj
aún. A juzgar p or sus comentarios, dudo que el o “Tengo serias inquietudes acerca de si debe­
inspector o los miembros del consejo sepan qué mos hacer esto”, sin sentirse tontos o ser vistos
significa. El inspector lo quiere para quedar com o reaccionarios.
bien. Lo pondré en la agenda de la próxim a Segunda, el director experimentará todos
junta del personal y terminaré con eso. Me estos sentimientos e inquietudes en privado.
preocupan las futuras reuniones que podamos Los directores no tienen o no pueden crear
tener a este respecto. Espero que nadie insista muchas oportunidades para interactuar profe­
en ese tema. En el informe anual describiré sionalmente con otros directores, aun cuando
que se ha introducido el nuevo programa. existe cierto deseo de hacerlo (véase Blumberg
y Greenfield, 1980, pág. 168). Como lo observa
Desde luego, un solo fragmento no puede Sarason (1971), el director “escapó de una
captar la variedad de proyectos de cambio y las especie de soledad en su papel [como maestro]
r reacciones que provocan. Algunos proyectos a otra” (pág. 117).
tienen nuevos puestos para el personal, directo­ Tercera, el director tampoco comparte su
res distritales del proyecto y recursos específi­ preocupación con los maestros. La tradición
i cos, lo cual requerirá que el director tome cier­ entre maestros (la cual aprendió el director
■iíi tas decisiones y convoque a juntas y organice cuando era maestro) y la historia de las relacio-

CAP. 8. EL DIRECTOR 145


nes entre directores y maestros están basadas jamos la implementación de un cambio; d) que
en mantener una distancia y respetar mutua­ no entendemos, ó) en el cual no están interesa­
mente la autonomía profesional. El papel super- dos los subordinados, o c) en el cual están inte­
visor/evaluador del director crea otra barrera resados, pero no está en claro cómo se obten­
para confrontar abiertamente los problemas del drán los recursos y asistencias necesarios.
cambio. Quinta, el director está en el centro de un
proceso de cambio personal y organizativo
Aprende rápidamente que decirle a un maes­ sumamente complicado. En el proceso del cam­
tro lo que está mal o insistir en un cambio es un bio es esencial contar con conocimientos, com ­
medio nada eficaz para cambiar actitudes y prác­ prensión y aptitudes para separar los cambios
ticas. El poder para legislar el cambio no es potencialmente buenos de los malos, así como
garantía de que éste ocurrirá -u n principio que el para implementar los buenos. Nunca podremos
director aprendió cuando, com o maestro, se en­
saber categóricamente cuáles son los cambios
frentaba al cambio de conducta de los niños-.
buenos, pero sí sabemos bastante acerca de
Desde el punto de vista del director, siente que es
poco lo que puede hacer acerca de lo que sucede cómo establecer un proceso de cambio que po­
en el salón de clases, sobre todo si el maestro tie­ sibilite una mejor toma de decisiones y que
ne plaza definitiva o ha sido maestro durante un ocurran menos experiencias negativas. Hay dos
buen número de años (Sarason, 1971, pág. 120). formas en las que cambia un sistema social, ya
sea que los que están en el sistema cambien su
En situaciones donde la interacción es difícil conducta por cualesquiera razones, o que los
o dolorosa para una o ambas partes (o se presu­ miembros de un nuevo sistema con caracterís­
me que lo sea), la mayoría de las personas ticas diferentes se añadan y remplacen a los
optan por lo obvio, si tienen la elección: redu­ miembros existentes; en la mayoría de los siste­
cen a! mínimo el contacto. Sin contacto perso­ mas sociales, ambos tipos de cambio suceden
nal, no hay cambios importantes. simultáneamente en diferentes grados. Lo mis­
Estamos hablando acerca de la existencia de mo es aplicable a la dirección. Muchos directo­
normas históricas en las escuelas, de acuerdo res, particularmente en distritos escolares que
con las cuales se supone que las personas quie­ subrayan el liderazgo del director y le propor­
ren que se les deje en paz para realizar sus res­ cionan capacitación y apoyo profesionales, es­
ponsabilidades profesionales. Para muchos, esto tán participando cada vez más en la mejora de
es verdad, sin duda alguna, pero muchos otros la instrucción y de la escuela. Al mismo tiem­
maestros y directores desean más contacto so­ po, algunos directores se están retirando, y se
cial con respecto a asuntos profesionales, si está nombrando a nuevos, con (en muchos
se puede hacer en un clima de apoyo. A menos casos) actitudes y competencia explícitas relati­
que todos los maestros y directores estén aisla­ vas al cambio entre los criterios para su selec­
dos, difícilmente podría ser de otro modo. El ción. No es un ataque al envejecimiento per se,
problema con las normas es que las personas, el reconocer que miles de directores fueron
algunas veces, suponen erróneamente que los promovidos en la década de 1960, con muy
demás se apegan a ellas. Por ejemplo, cuando poca consideración a sus papeles com o ejecu­
el director rara vez habla con los maestros acer­ tores del cambio. Tampoco podría ser de otra
ca de cambios recientes, porque él ve a los forma, con la necesidad de proporcionar rápi­
maestros como “profesionales”, algunos maes­ damente el personal para cientos de escuelas
tros pueden percibirlo como que no está intere­ nuevas y con la carencia de conocimiento, en
sado en el cambio o en ellos -u n a percepción esa época, de lo que significa implementar
que podría estar muy lejos de la verdad. cambios. En cualquier caso, incluso hoy en día
Cuarta, pocas cosas pueden ser tan incómo­ no está en claro cóm o se seleccionan los direc­
das o más minantes de nuestra confianza que el tores (Baltzell y Dentler, 1983). El proceso de
sentir que nuestros superiores esperan que diri­ selección varía extensamente de distrito a dis-

146 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


t
trito, emplea criterios poco ciaros y aplica irre­ adopción de toda clase de precauciones. En
gularmente los que se usan. El conocimiento y una publicación previa, ofrecí 10 directrices
la aptitud com o administradores o facilitadores para el director individual, las cuales están
del cambio organizativo, deben ser los princi­ formuladas para contribuir con acciones, y no
pales criterios para la selección. con palabras, y para superar la inercia del siste­
ma, asignando al individuo la responsabilidad
Mientras tanto, cada director tiene un con­ de iniciar la acción:
cepto de su papel; y estos conceptos varían,
como hemos visto, en cuanto a que algunos di­ 1. Evite las declaraciones “si hubiera. .
rectores intervienen directamente para dirigir o las cuales implican volver externa la cul­
facilitar el cambio, mientras que otros no lo pa y otras formas de pensamiento iluso­
hacen. Es indudable que los diferentes sistemas rio.
(distritos escolares, estados, provincias) limitan 2. Empiece en pequeño, piense en grande.
o facilitan el cambio en formas diferentes, pero No se exceda en la planeación o admi­
el punto de partida desde la perspectiva indivi­ nistración.
dual del director(a) debe ser una reflexión so­ 3. Concéntrese en algo concreto e impor­
bre si su propio concepto del papel de director tante, como el currículo o la instmcción.
conlleva limitaciones con respecto al cambio. 4. Concéntrese en algo fundamental, como
Los directores dentro del mismo sistema que la cultura profesional de la escuela.
opera en circunstancias casi idénticas, trabaja­ 5. Practique la temeridad y otras formas de
rán o evitarán el cambio,-dependiendo de su riesgo.
. > concepto del papel. Así como el sentido de efi­ 6. Dé autoridad (poder) a los que estén
ciencia del maestro es importante para produ­ debajo de usted.
cir mejoras en la escuela, también lo es el de los 7. Construya una visión relacionada con
directores; tal vez más significativo, debido a los objetivos y el proceso del cambio.
que afecta a toda la organización. Podríamos 8. Decida qué es lo que usted nova a hacer.
también especular que muchos directores care­ 9. Congregue aliados.
cen de confianza hacia su papel del liderazgo 10. Conozca cuándo debe ser cauteloso (Pu­
en el cambio porque no se sienten preparados lían, 1988, pág. 25).
n
í- f. o no tienen la suficiente claridad acerca de
cómo realizarlo. Los directores, como cual­ Estas directrices no suponen que el direc­
quier otra persona, necesitan elaborar un signi­ tor debe implementar pasivamente las políticas
ficado del cambio y el proceso del mismo. Se del sistema. Conocemos lo suficiente acerca de
necesitan en alto grado las oportunidades para cóm o se generan los cambios (cap. 2) como
la interacción y la evolución profesional con para saber que el sistema está sobrecargado, y
respecto al papel del director en el cambio, y no todo es coherente o está coordinado (véase
sólo recientemente se están estableciendo (véa­ Patterson, Purkey y Parker, 1986). La escuela es
se cap. 15). el centro del cambio, y ahí es donde deben for­
El punto de partida para la mejora no es un jarse el enfoque, la coherencia y la consisten­
cambio del sistema, ni un cambio en aquellos cia. Y es por eso que el director es tan decisivo
que nos rodean, sino el cambio en nosotros en la reforma.
mismos. Existe la tendencia a volver externo el El mensaje para los directores es que deben
problema y buscar bloqueos o soluciones en reflexionar con espíritu crítico si sus propios
otros niveles del sistema. Independientemente conceptos del rol están anteponiendo límites
de la veracidad de esta afirmación, en una situa­ innecesarios a lo que se puede hacer. Es difícil
ción determinada, es irrelevante para el punto realizar esta clase de reflexión, por lo que se
principal, la esperanza de que otros actúen de necesita la colaboración y retroalimentación de
modo diferente, resulta en la falta de acción y la los maestros y de otros directores. En la evalua-

CAP. 8. EL DIRECTOR 147


ción de la necesidad del cambio, los directores das, distantes, de confrontación, ásperas o críti­
deben hablar con los maestros acerca de sus cas [negativamente], es probable que veamos
opiniones. Si muchos maestros reconocen dicha que estos rasgos prevalecen en la escuela. La
necesidad, o si el director observa que hay un relación entre maestro y director parecen tener
un extraordinario efecto amplificador. Modela lo
problema serio, él debe establecer un proceso
que serán todas las relaciones (pág. 19, subraya­
de cambio construido sobre las suposiciones do suyo).
que se mencionan en el capítulo 6, las inquietu­
des de los maestros que se describen en el capí­ No hace tanto tiempo que aquellos interesa­
tulo 7, y el conocimiento presentado en este dos en la reforma acostumbraban imaginar for­
capítulo de lo que hacen los directores eficien­ mas de prescindir del director en un intento por
tes. El conocimiento y los conceptos acerca del implementar los cambios directamente en el
proceso del cambio y la planeación correspon­ salón de clases. Se partía de la suposición de
diente, son un fundamento necesario, al cual que el director era más un obstáculo que una
debe añadirse cierto conocimiento o familiari­ ayuda, y que cualquier cosa que neutralizara su
dad con el contenido del cambio y las aptitudes papel sería positiva. Muchos descubrieron muy
interpersonales y de comunicación. pronto que el director terminaba siendo una
Sería repetitivo revisar todas las cosas que se fuerza poderosa si el cambio se ponía en mar­
encontró que hacen los directores eficientes, cha - y más poderosa aún si se ignoraba su reac­
pero hay dos que resaltan: d) mostraron un inte­ ción en el p roceso-. Si estos innovadores con­
rés activo dedicando tiempo a hablar con maes­ cluyeron (com o muchos lo hicieron) que los
tros, planear, ayudar a que se reúnan los maes­ directores eran bloqueadores incorregibles del
tros y tener conocimiento de lo que está suce­ progreso, o que las innovaciones se podían
diendo, 5) todos buscaban formas de reducir el implementar sin los directores, no aprendieron
tiempo gastado en asuntos administrativos ruti­ la lección. Es indudable que hay directores que
narios; se aseguraban de que el cambio tuviese no deberían estar en esos puestos o que no pue­
una prioridad igual. Es posible que se lleve den manejar o tolerar el cambio; pero la lec­
algún tiempo el superar las experiencias históri­ ción más importante es que la mejora de la es­
cas de los maestros con los directores, pero la cuela, com o hemos visto en los capítulos ante­
evidencia demuestra que muchos maestros quie­ riores, es un proceso organizativo, con todo lo
ren interactuar con sus colegas en las mejoras y que implica tanto en la escuela como en rela­
quieren el apoyo directo de los directores. En ción con el exterior.
otras palabras, el director es la clave para crear Una reforma seria, como hemos visto, no
las condiciones necesarias para el constante consiste en implementar innovaciones; en reali­
progreso profesional de los maestros (véanse dad es un cambio de la cultura y la estructura de
cap. 7 y Leithwood, 1990). la escuela. Una vez dicho esto, debe ser eviden­
La carga en el director es considerable, se­ te que el director, en tanto cabeza de la organi­
gún lo señala Barth (1990): zación, juega un papel decisivo. Mientras tenga­
mos escuelas y directores, si el director no di­
Si la relación maestro-director se puede carac­
rige ios cambios en la cultura de la escuela, o si
terizar como útil, de apoyo, de confianza, revela­
él lo deja en manos de otros, lo más seguro es
dora de conocimiento del oficio, lo mismo suce­
derá con otras. En la medida en que las interac­ que no se haga nada. Es decir, no ocurrirá la
ciones maestro-director son recelosas, reserva­ mejora.

148 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


El estudiante

■S'
>i .
&T ¿Pür qué en una sociedad democrática, el primer contacto real
de un individuo con una institución formal tiene que ser tan
profundamente antidemocrático?
} ;V i S
B owles y G intis
(1976),págs. 250-251
fx

En el campo de la innovación educativa es tes com o miembros de la escuela vista como


sorprendente la cantidad de veces que el maes­ una organización.
tro llega al momento en que grita desesperado; En este capítulo, continuamos abordando el
¿pero qué pasa con los alumnos? Las innovacio­ tema principal del libro. El cambio educativo
nes y sus conflictos inherentes se convierten, es, ante todo, un fenómeno que se relaciona
con frecuencia, en fines en sí mismos, y los con todos y cada uno de los individuos, y los
estudiantes se ven completamente perdidos en alumnos, incluso los más pequeños, son per­
ese torbellino. Cuando los adultos piensan en sonas también. A menos de que tengan algún
los estudiantes, los consideran como los bene­ papel significativo (para ellos) en esta empresa,
ficiarios potenciales del cambio. Piensen en re­ la mayoría de los cambios educativos, al igual
sultados exitosos, habilidades, actitudes y em­ que la generalidad de la educación, está desti­
pleos. Rara vez piensan en los estudiantes nada al fracaso. No le pido al lector que piense
como partícipes en un progreso de cambio y que los estudiantes dirigen la escuela, sino que
vida organizativa. Si bien en la década de 1980 medite en la siguiente pregunta: ¿Qué sucede­
la investigación ha empezado a enfocar a los ría si tratáramos a los estudiantes com o a per­
estudiantes como partícipes activos en su pro­ sonas cuya opinión es importante para la in­
pia educación, y ahora es más claro lo que debe troducción e implementación de reformas en
hacerse, es muy poco lo que se ha efectuado las escuelas?
realmente para resaltar el papel de los estudian­ Empiezo con un examen de la situación ac-

149
tual de los estudiantes, seguido por una conside­ 2. Menos de una quinta parte de los estu­
ración de los alumnos y el cambio, y las implica­ diantes informó que los maestros pedían sus
ciones en el manejo del cambio. opiniones e ideas para decidir qué o cómo
enseñar (19, 16, 13 %), un resultado que dupli­
camos consistentemente en trabajos subse­
SITUACIÓN DE LOS ESTUDIANTES
cuentes en un gran número de salones de cla­
ses en otras escuelas.
El enorme número y la diversidad de estu­
3. No se consideraba que los directores y
diantes, combinado con la mínima investiga­
subdirectores escucharan a los estudiantes o
ción desde el punto de vista de los alumnos,
que estos últimos influyeran en los primeros.
vuelve imposible hacerle justicia a la pregunta
4. Un significativo porcentaje de estudian­
de cuál es la situación de los estudiantes. En
tes, incluyendo uno de cada dos estudiantes de
cambio, presentaré un resumen de algunos de
preparatoria, informó que “la mayoría de mis
los principales aspectos que parece que con­
clases o lecciones son tediosas” (29, 26, 50 %).
ciernen a los educandos. Esto se utilizará com o
un contexto para abordar a los estudiantes y al
Los comentarios escritos a las preguntas
cambio.
abiertas elaboraban el significado de las respues­
De 1970 a 1977, participé en un proyecto de
tas a los formatos fijos. Alrededor de 1000 estu­
investigación intensiva a gran y pequeña escala
diantes (del total de casi 3600) escribió comen­
sobre el papel de los estudiantes en las escuelas
tarios sobre la escuela. De éstos, cerca de 30 %
de Ontario (véanse Fullan y Eastabrook, 1973;
reflejaban actitudes positivas, tales como;
Fullan, Eastabrook y Biss, 1977). Mis colabora­
dores y yo empezamos con una encuesta a los
d) Los maestros son amistosos. (Primaria.)
estudiantes de 46 escuelas de Ontario que re­
b') La escuela es fabulosa. (Enseñanza me­
presentaban un rango de ciudades de tamaño
dia.)
grande mediano, escenarios suburbanos y rura­
c) Creo que la escuela a la que voy es buena
les. Se reunió información de una muestra alea­
tal y com o está ahora. No necesita nin­
toria de estudiantes de 5o. a 13o. grados (las
gún cambio. (Enseñanza media.)
escuelas preparatorias de Ontario llegaban has­
£/) Me gusta mi escuela porque tiene técni­
ta el grado 13 en esa época). Recopilamos la
cas, métodos de enseñanza e instalacio­
información directamente en los salones de
nes modernos. Es una escuela limpia y
clases usando un cuestionario. La muestra origi­
actualizada. Pienso que deben conservar
nal fue de 3972, de los cuales obtuvimos 3593
la escuela como está. (Preparatoria.)
respuestas, lo que representa un índice de 90 %.
Las preguntas incluían formatos de elección fija
El otro 70 % de los comentarios son indicati­
y preguntas abiertas que pedían comentarios.
vos de lo que calificamos generalmente como
Clasificamos las respuestas de acuerdo con tres
“el tema de la enajenación”:
niveles; escuela primaria (grados 5o. a 6o., o 5o.
a 8o. en algunas escuelas), enseñanza media
d) Creo que las escuelas deberían hacer que
(grados 7o. a 9o.), y media superior (grados 9o.
los estudiantes se sintieran cómodos y no ten­
a 13o., o 10o. a 13o. en algunas escuelas). Lo
sos. (Preparatoria.)
siguiente resume nuestros principales descubri­
d) Siento que a los maestros, mientras se les
mientos:
pague su sueldo, no les importa realmente lo
1. Una minoría de estudiantes piensa que losque pasa con los estudiantes. (Primaria.)
maestros comprenden su punto de vista, y la c) Sé que la escuela es importante para mí, y
proporción disminuye con el nivel educativo que la necesito para llegar a alguna parte en la
(41, 33 y 25 % desde primaria, enseñanza media vida. Pero me estoy empezando a dar cuenta de
y media superior, respectivamente). que esta razón no es suficiente. En este punto,

150 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


no disfruto la escuela. Es el último lugar en don­ los estudiantes pensamos acerca de la escuela.
de quiero estar. Si no fuera tan tímido, me ima­ (Enseñanza media.)
gino que le podría expresar estos sentimientos cí) Sin comentarios. A menos que esto
al maestro, pero nunca he hablado con ningu­ pudiera ayudar a los maestros o a la junta de
no, ni siquiera acerca de ayuda extra. (Prepara­ planeación a darse cuenta de las horribles cla­
toria.) ses y materias que estamos tomando. (Secun­
rí) Sólo estoy en la escuela porque así podré daria.)
ir a la universidad y ganar más dinero que si me é) Creo que es un proyecto excelente. Le da
salgo ahora. La escuela no me gusta particular­ al hombre al pie de la escalera la oportunidad
I. ¿í'
V
mente; de hecho, la odio algunas veces, pero de expresar sus sentimientos y decir algo sobre
■■ ■■ no quiero ser pobre. (Preparatoria.) esta maldita escuela. (Secundaria.)

Nuestras preguntas sobre los directores y sub­ Seguimos esta investigación con un trabajo
directores estimularon muchos comentarios de intensivo en dos secundarias, en las que traba­
i estudiantes de enseñanza media y media supe­ jamos en más de 40 salones de clases durante un
rior, como los que observamos en las siguientes período de tres años (Eastabrook y Pulían, 1978;
líneas: Pulían y cois., 1977). Tomando el salón de cla­
ses como una unidad, nos reunimos con alum­
d) Nunca he hablado con el director, y ni nos y maestros, elaboramos un nuevo cuestiona­
siquiera sé quién es el subdirector. rio basados en su información, les pedimos que
¿») Es difícil decir algo sobre el director. llenaran los cuestionarios e informamos y discu­
Siempre se está escondiendo. timos los resultados con los estudiantes y con
c) Nunca lo vemos y creo que sólo conoce a maestros y alumnos juntos. Además de la corro­
los chicos que son los representantes de boración de los anteriores resultados, surgió un
las clases. Parece un hombre agradable, número de temas más específicos:
( pero quién lo sabe realmente, cuando
siempre está metido en su oficina. 1. Aun cuando encontramos que los estu­
diantes no piensan que los maestros los entien­
Por último, les formulamos a los estudiantes den, la brecha de comunicación entre estudian­
una pregunta abierta acerca de lo que pensaban tes también era extensa (excepto en los casos
sobre el cuestionario y el proyecto. Esto abrió la en que eran amigos cercanos o parte del mismo
compuerta de una represa. Más de una tercera grupo). Si bien 41 % de los estudiantes sentía
parte de los estudiantes escribió respuestas, de que los maestros no entendían su punto de vis­
las cuales casi todas indicaban que los estudian- ta, 63 % indicaba que sus compañeros no cono­
t tes estaban interesados en tos temas y tenían cían o no entendían su punto de vista. La ma­
algo que decir. De estas 1200 respuestas, las si­ yoría de los alumnos tenía dos o tres amigos
guientes fueron las típicas: cercanos en una clase; algunos eran solitarios.
Prácticamente, no había comunicación dentro
d) Creo que este proyecto es muy interesan­ o fuera de las clases con la inmensa mayoría
te en muchas formas. Plantea muchas pregun­ de otros estudiantes (es decir, fuera del peque­
tas que nunca me habían formulado. (Prima­ ño grupo de los amigos de cada uno).
ria.) 2. Sólo un pequeño número de estudiantes
d) Creo que es estupendo que los adultos participaba regularmente en las discusiones en
quieran nuestra opinión. Siento que nos tratan el salón de clases (típicamente, de cinco a ocho
como bebés. (Primaria.) estudiantes en una clase de 25-30). En respues­
c) Me provocó que pensara en cosas en las ta a una pregunta de elección fija, 85 % de los
que nunca había pensado antes, y en la institu- alumnos dijo que la mayor parte de sus compa­
j ción se está dando el conocimiento de lo que ñeros no participaba en las discusiones o for-

CAP. 9. EL ESTUDIANTE 151


mulaba preguntas en clase. La falta de familiari­ estudiantes con procedencia de nivel general
dad con otros estudiantes, combinada con una (sin destino a la universidad). Casi una tercera
sensibilidad extrema y timidez ante la presencia parte de tos estudiantes manifestó que: “algu­
de los compañeros, inhibía fuertemente la parti­ nos maestros me hacen sentir que no soy im­
cipación en el salón de clases. portante”; una cuarta parte coincidió en que
3. Los estudiantes que no estaban interesa­ “los maestros me hacen sentir como un tonto
dos en proseguir estudios superiores o ingresar enfrente de toda la clase”, y menos de 40 % sen­
a la universidad, esperaban impacientemente el tía que: “mis maestros tratan equitativamente
día en que dejarían la escuela y saldrían al mun­ a todos los estudiantes” (King, 1986, pág. 99).
do a ganar dinero. El currículo les tenía total­ Basado en su estudio a nivel nacional, Good-
mente sin cuidado. La interacción con los ami­ lad (1984) señala: “parece que el aprendizaje se
gos cercanos era la única satisfacción en la estimula cuando los estudiantes entienden qué
escuela. se espera de ellos, obtienen reconocimiento
4. Los estudiantes que deseaban seguir estu­ por su trabajo, aprenden rápidamente-acerca
dios superiores o ir a la universidad, se intere­ de sus errores, y reciben una orientación para
saban por participar en la discusión sobre el mejorar su desempeño” (pág. 111). Sin embar­
currículo y tenían muchas ideas que sugerir. Sin go, descubrió que “más de la mitad de los estu­
embargo, su orientación predominante era “cu­ diantes de primaria superior informaban que
brir las materias del curso” y “obtener buenas muchos alumnos no sabían qué se suponía que
calificaciones”. Estos estudiantes valoraban a debían hacer en la clase” (pág. 112). Por lo
los maestros que eran justos en sus prácticas de menos 20 % de los estudiantes de secundaria
calificación, conocedores en sus áreas de mate­ no entendía las instrucciones y comentarios de
rias y amistosos y serviciales. los maestros.
En relación con la esencia del tema de este
La investigación y la práctica con respecto a libro, Goodlad observa;
los estudiantes en la década de 1980, contenía
buenas y malas noticias. La mala noticia es que, Sospecho que en alguna parte del curso de la
si acaso, en comparación con 10 años antes, la escuela primaria, probablemente en los grados
situación ha empeorado para los estudiantes. quinto y sexto, ocurre un cambio sutil. El curricu-
La buena noticia es que ahora tenemos explica­ lo -materias, temas, libros de texto, cuadernos
ciones más completas del problema, y se están de trabajo, y el resto- se interponen entre el
maestro y el estudiante. A los jóvenes humanos
intentando más soluciones eficaces.
se les ve únicamente como estudiantes, se les va­
El tema clave en esta investigación recien­ lora principalmente por su aptitud y aplicación
te es el compromiso del estudiante (o la falta académicas en vez de como personas individua­
de compromiso). El diccionario Webster define les preocupadas por las necesidades físicas,
el compromiso diversamente como, “atraer y sociales y personales que son únicas en sus cir­
conservar por medio del interés”, “provocar la cunstancias y etapa de la vida (pág. 80).
participación”, “conectarse o entrelazarse con”.
En pocas palabras, ¿son las escuelas lugares Conforme los estudiantes avanzan por los gra­
interesantes para comprometerse con ellas? La dos, Goodlad (1984) y sus colaboradores, des­
mala noticia es que, en general, no lo son. cubrieron que “en la resolución de la conduc­
La investigación más reciente continúa con­ ción diaria de su educación, se daba un uso cada
firmando muchos de los resultados de los que vez menor de la alabanza y al apoyo del maestro
se informó antes. El estudio de King (1 9 8 6 ) de para el aprendizaje, menos guía correctiva, un
más de 44 000 estudiantes en 60 escuelas de rango limitante y una variedad de técnicas peda­
Ontario, encontró que 50 % de los alumnos sen­ gógicas, y una reducida participación de los es­
tía “que los maestros no entendían su punto de tudiantes” (pág. 125). Vemos, dice Goodlad, “un
vista”. Esta cifra fue más alta (62 %), para los descenso en las orientaciones, desde el nivel

152 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


más bajo al superior, para el apoyo del maestro a mas de estudio-trabajo, y programas orientados
los estudiantes como personas y como alumnos” a la carrera y asesoría.
(pág. 126). El segundo elemento, la afiliación, es el sen­
En otra investigación más explícita, estamos tido de conexión que tienen los estudiantes y
empezando a ver un claro panorama causal que los maestros con su entorno. Su opuesto - e l
opera en el nivel de educación media. Firestone aislam iento- es la norma predominante en las
y Rosenblum (1988), presentan una estructura preparatorias grandes. Firestone y Rosenblum
en su investigación (véase fig. 9.1). Estos auto­ encontraron que los estudiantes se preocupa­
res identifican, en el contexto de la escuela, ban por la forma en que los adultos los trataban
cinco elementos principales que afectan el en la escuela:
compromiso del maestro y del estudiante; rele­
vancia, respeto y afiliación, apoyo, expectativas Los maestros que culpan a los estudiantes por
e influencia. las situaciones difíciles en el salón de clases, son
El primero, la relevancia o sentido de propó­ los que muestran más probabilidades de exhibir
sito, afirman Firestone y Rosenblum, es espe­ una “actitud” hacia los estudiantes, ser ásperos
cialmente difícil de lograr en las preparatorias con ellos, y no explicar las cosas en detalle. Los
urbanas. Algunos maestros y estudiantes ven la estudiantes que reciben ese tratamiento recono­
relevancia en relación con el propósito acadé­ cen que no se les respeta, lo que a su vez, reduce
su compromiso con la escuela (pág. 18).
mico, pero no son la mayoría. Los autores su­
gieren que las escuelas que son eficientes reali­
zan un mejor trabajo en la elaboración de pro­ Es muy probable que los estudiantes vulnera­
gramas relevantes (significativos) para los estu­ bles se encuentren en esas situaciones.
diantes de desempeño bajo, incluyendo progra­ El tercer elemento, el apoyo, se relaciona

Figura 9.1. Dinámica del compromiso del maestro y el


estudiante.

153
con la equidad de las prácticas tanto para los en la escuela y a nivel distrital-. Este ciclo, en
maestros como para los estudiantes. Firestone ausencia de alguna intervención, se autoperpe-
y Rosenblum subrayan que la clave es la consis­ túa y profundiza.
tencia-. “Un entorno consistente es aquél donde
se mantiene el orden, los roles son claros y se Los estudiantes que no entienden el trabajo
aplican las reglas justa y rigurosamente, pero no del curso se aíslan de la clase y con frecuencia,
con dureza” (pág. 21). tienden a romper la unidad. Cuando obtienen
Las expectativas - e l cuarto elem ento- tam­ poca respuesta positiva y una gran cantidad de
bién es un tema familiar en la literatura. Una negativa, los maestros transfieren la responsabili­
cierta cantidad de estrés en la forma de expec­ dad a otros, tanto a estudiantes como a adminis­
tradores. Se vuelven aletargados e impacientes,
tativas altas (combinado con los otros elemen­
dejan de explicar las cosas a los alumnos y, en
tos) sirve para mejorar el desempeño. Firestone
casos extremos, llegan al maltrato verbal. Estas
y Rosenblum encontraron tres grupos de escue­ conductas, a su vez, deprimen aún más el com­
las relativamente distintos. Primero, “en la ma­ promiso de los estudiantes. . . Una vez que un
yoría de las escuelas hay poca presión para la estudiante que ha estado en la escuela ocho o
buena enseñanza y los logros del estudiante” más años se encuentra con un maestro con expe­
(pág. 23). En un segundo grupo más pequeño, riencias similares, ambos están muy bien prepara­
los maestros reciben cierto apoyo para la ins­ dos para representar su parte en el ciclo (Firesto­
trucción, pero “no hay capacitación especial o ne y Rosenblum, 1988, pág. 14).
presión para que enseñen mejor” (pág. 23). El
tercer grupo (el cual parece que sólo compren­ El análisis de Wilson y Corcoran (1988), de
de una escuela) “combina una firme administra­ 571 escuelas secundarias efectivas, contiene
ción e incentivos para los estudiantes con un conclusiones casi idénticas, pero estos autores
programa extensivo de capacitación del maes­ muestran también la forma en que algunas es­
tro en funciones” (pág. 23). cuelas han intervenido para revertir el ciclo de
El quinto elemento descrito es la influencia. impulso negativo a positivo. Ciertos elementos
Los autores descubrieron que los maestros te­ (com o el sentido de propósito y un liderazgo
nían un interés limitado en las decisiones im­ activo) crean “condiciones de enseñanza” que
portantes acerca de políticas educativas. Esta­ son más o menos motivadoras para el personal,
ban ocupados con asuntos cotidianos relacio­ lo cual a su vez influye en “ambientes de aprendi­
nados con materiales, libertad de acción en la zaje” que son más o menos motivadores para los
instrucción, etc. La influencia del estudiante no estudiantes. Estos autores descubrieron que “las
se examinó directamente, pero, por otros datos, expectativas, estándares y recompensas” sólidos
se puede inferir que es baja. y centrados motivaban a los estudiantes a parti­
Firestone y Rosenblum muestran la manera cipar más en el aprendizaje en las escuelas efec­
en que el compromiso del maestro y el estu­ tivas en comparación con otras escuelas. Esta­
diante se retroalimentan mutuamente en for­ blecen claramente que las escuelas efectivas son
mas positivas y negativas. Los estudiantes res­ especialmente útiles para “la juventud en ries­
ponden al “respeto” que les demuestre el maes­ go”. Describen escuela tras escuela en las cuales
tro, la cantidad de trabajo interesante y la pa­ los nuevos programas correctivos y académicos,
ciencia y el afecto del profesor cuando expli­ las nuevas políticas de asistencia y disciplina, la
ca y vuelve a explicar (Firestone y Rosenblum, capacitación del personal, expectativas altas,
1988, pág. 11). De modo similar, la respuesta alabanza y reconocimiento y la colaboración
que obtienen de los estudiantes influye notoria­ general entre administradores, maestros, estu­
mente en el compromiso del maestro. Los maes­ diantes y miembros de la comunidad resultaron
tros frustrados empiezan a ubicar la culpa en en mejoras espectaculares en el desempeño
otras partes -e n los antecedentes familiares de académico, menores índices de ausentismo y
los estudiantes, en la falta de un liderazgo firme deserción, y un mayor compromiso y moral más

154 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


alta entre los estudiantes y el personal (Wilson y expectativas armonizaban más estrechamente
Corcoran, 1988, cap. 9). con las de los maestros y las de éstos para con sus
En un estudio longitudinal que duró cuatro estudiantes eran pronósticos poderosos del de­
años, con 2000 estudiantes de escuelas prima­ sempeño del estudiante (pág. 302).
rias, Mortimore y colaboradores (1988), encon­
traron también que las escuelas eran diferen­ Los efectos de esta sutil interacción entre el
cialmente eficientes en la motivación y en el maestro y el estudiante, es un tema importante
compromiso de los estudiantes. Los elementos para comprender el comportamiento del estu­
que influían en la participación y en el progre­ diante. Galton, Simón y Croll (1980), dirigieron
so incluían, énfasis en el refuerzo positivo y re­ uno de los pocos proyectos que examinaban
compensas; trabajo desafiante e interesante; directamente el comportamiento del estudian­
exámenes de orden más alto; entorno centrado te. Los autores identificaron cuatro tipos, a los
en el trabajo; currículo enfocado; y comunica­ cuales etiquetaron como buscadores de aten­
ción máxima entre maestros y estudiantes, así ción (19.5 % del total), trabajadores intermiten­
como una interacción relacionada con el traba­ tes (35.7 %), trabajadores solitarios (32.5 %) y
jo entre los estudiantes. colaboradores silenciosos (12.3% ). Los dos
Es bien sabido que las expectativas del maes­ grupos de enmedio tenían muy poco contacto
tro influyen en el comportamiento del estudian­ con el maestro.
te y que las expectativas varían para tipos dife­ El comportamiento del estudiante difería mar­
rentes de estudiantes (Ashton y Webb, 1986; Ro- cadamente con el estilo de enseñanza. Galton y
senholtz, 1989, etc.). La clase social de los colaboradores identificaron seis estilos princi­
maestros y la de los estudiantes y su conduc­ pales de enseñanza (con variaciones infrecuen­
ta, también influye en el comportamiento del tes, indagación en clase, instructores de grupo,
maestro (Metz, 1990). Según observan Rutter, supervisores individuales, con variaciones habi­
Maugham, Mortimore, Ouston y Smith (1979): tuales y con variaciones rotantes). Las diferen­
“La tarea inicial de enseñanza se moldea con cias entre tipos de alumnos, son notables en
las actitudes, comportamientos, intereses y algunos casos. Por ejemplo, el porcentaje de
aptitudes de los niños en la clase.” Esto puede trabajadores intermitentes variaba de 9.2 % (en
conducir, dependiendo del manejo del maes­ salones de clases con maestros con un estilo de
tro, de acuerdo con Rutter y colaboradores, al búsqueda en clase) hasta 47.6 % (con maestros
“ascenso o descenso de las espirales de expec­ que tenían un estilo de mentor individual). Los
tativas”. Los estudiantes, como lo establece otros tres patrones estudiante-a-maestro mos­
1'.-3 traron rangos similares. Galton, Simón y Croll
Weinstein (1983), están conscientes de estas
i h' (1980), también observaron el comportamien­
indicaciones.
to del maestro y el del estudiante de un año a
La investigación hasta la fecha, ha señalado otro. Cada maestro observado en el segundo
que los estudiantes son sumamente sensibles a año, exhibió el mismo estilo básico de enseñan­
los diferentes comportamientos que los maestros za que en el año anterior. Sin embargo, 70 % de
pueden exhibir hacia grupos diversos de estu­ los estudiantes, al pasar con otro maestro, cam­
f
V ' J t* ’ diantes, como los de alto y bajo desempeño, chi­ biaron sus patrones de comportamiento en for­
cos y chicas. Los estudiantes perciben diferencias mas que eran compatibles con el estilo del nue­
sumamente sutiles en los patrones de interacción
vo maestro. Por tanto, los estudiantes indivi­
'•1■* y responden asimismo a los mensajes no verbales
duales se comportan de modo diferente, y lo
que se trasmiten. Por medio de los tratamientos
diferenciados, los alumnos pueden inferir las hacen en respuesta a los diferentes estilos de
expectativas de los maestros hacia su desempeño enseñanza.
académico. En los salones de clases donde los Sarason (1971, 1982) afirma que los estudian­
alumnos están conscientes del tratamiento dife­ tes a nivel primaria no intervienen en el. proceso
rencial de expectativas altas y bajas, sus propias para establecer los patrones del salón de clases.

CAP. 9. EL ESTUDIANTE 155


Sarason realizó un estudio de observación infor­ Sarason establece claramente su propia posi­
mal para ver cómo se formaban las reglas del sa­ ción:
lón de clases (lo que él llama la constitución
del salón de clases) y cuáles eran las suposicio­ Si mi experiencia con escolares -d e hecho,
nes implícitas de los estudiantes en el proceso. con todos los niveles de estudiantes, desde pri­
En palabras de Sarason, “los resultados fueron maria hasta estudios superiores- sirve de guía,
muy claros”. Invariablemente el maestro era esa gran parte del “pensamiento acerca del pen­
quien determinaba las reglas; los maestros nun­ samiento” del maestro, el cual nunca se hace pú­
blico, es precisamente en lo que se interesan los
ca solicitaban las opiniones y los sentimientos de
niños y es motivo de entusiasmo en esas raras
los estudiantes al elaborar las reglas. Este autor
ocasiones en que se hace público (pág. 187).
sugiere varias suposiciones que fundamentan el
comportamiento observado: Estos mismos aspectos podrían establecerse
de una manera curricular más directa. Cuando
1. El maestro sabe más. los maestros planean una lección o unidad,
2. Los niños no pueden participar constructi­ ¿comentan sus ideas e inquietudes con los estu­
vamente en la elaboración de las reglas. diantes? ¿Sería útil que lo hicieran (con respec­
3. Los niños no se interesan en la discusión to a la modificación del currículo, logro de
de ese tema. objetivos, etc.)? Nuestra propia investigación y
4. Las reglas son para los niños y no para el la de otros, ha respondido a la primera pregun­
maestro (las reglas establecen lo que los ta. Los maestros no comentan estos temas con
niños pueden y nó pueden hacer, pero no los estudiantes. La revisión de Clark y Yinger
lo que un maestro podría o no podría (1980), “del mundo oculto de la planeación del
hacer, etcétera (págs. 175-176). maestro”, confirma este resultado y sugiere una
respuesta a la segunda pregunta de si podría ser
Sarason observó también que los maestros benéfico;
rara vez, si acaso, hablaban acerca de sus pro­
pios pensamientos sobre la planeación y la Sin importar lo elaborado y completo que pue­
enseñanza. Nunca se abordaban los temas per­ da ser un plan, no se podrá realizar exitosamente
tenecientes a las suposiciones y teorías de los a menos que se trasmita a los estudiantes el cono­
maestros en cuanto al aprendizaje y el pensa­ cimiento de qué hacer y cómo hacerlo, y se les
miento, ni si los niños estaban interesados en lleve a un compromiso de cooperación en el pro­
estos temas o si podían hablar al respecto. Más ceso. .. pero casi nunca se plantea la comunica­
bien, la tarea del estudiante era obtener la res­ ción de planes a los estudiantes (págs. 21-22).
puesta correcta y conocer los hechos. Sarason
comenta que los maestros “involuntariamente A nivel preparatoria, los patrones son más
[crearon] estas condiciones que personalmen­ complejos. Cusick (1973) realizó un estudio de
te considerarían como tediosas” (pág. 182). observación de la participación de los estudian­
Sin embargo, la cuestión fundamental está tes en una preparatoria. Descubrió, también
contenida en el siguiente pasaje; que a los estudiantes se les relegaba al papel de
escuchas pasivos en la clase y que, durante el
El aspecto que deseo subrayar es que parece día escolar, era predominante la vida de grupo
que los niños saben relativamente poco sobre lo de los estudiantes en lugar de los intereses del
que piensa el maestro acerca del salón de clases, salón de clases.
es decir, lo que toma en cuenta, las opciones en
las que piensa, lo que lo intriga acerca de los Para cualquier estudiante, el tiempo que dedi­
niños y el aprendizaje, lo que hace cuando no ca activamente a la interacción con algún profe­
está seguro de qué debe hacer o cómo se siente sor por un asunto de importancia cognoscitiva,
cuando hace algo equivocado (Sarason, 1971, es posible que no exceda de 20 minutos durante
pág. 185). cinco periodos diarios. Éste es un estimado alto.

156 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


Yo diría que si un estudiante promedio pasa de relacionadas con la escuela por las que los
una hora a hora y media al día involucrado en alumnos la abandonan (véase también Wehla-
una materia, ya fue un buen día (Cusick, 1973, ge, Rutter, Smith Lesko y Fernández, 1990). Por
pág. 56). su parte, Lawton, Leithwood, Batcher, Donald-
'i'^5 son y Stewart (1 988) analizaron 20 estudios
Durante el resto del tiempo, el estudiante no empíricos de preparatorias con el fin de elabo­
está prestando atención (bosteza, mira a su rar un modelo causal de elementos relaciona­
alrededor, hace garabatos, mira ilustraciones, dos con la escuela que influyen en las desercio­
conversa, etc.). Al comentar sobre las discusio- nes. Probaron el modelo en 58 secundarias en
i'.- nes en clase, Cusick (pág. 180), observa que en Ontario. Los autores observan;
m ^ una lección típica que observó, sólo participa-
ron cinco de 22 alumnos en la clase (práctica- La investigación sobre los elementos relacio­
' mente idéntico a nuestro descubrimiento). Con nados con la escuela, se ha enfocado mayormen­
; respecto a qué interesa más a los estudiantes, te en los comportamientos de los estudiantes en
Vil ÍL Cusick escribe: la escuela bajo la suposición implícita de que es el
estudiante quien debe cambiar para adaptarse a
Cada vez más, mientras continuaba en la es­ la escuela. Por consiguiente, las intervenciones
cuela, veía que los momentos más activos y entu­ para reducir los índices de deserción adoptan
siastas, y, de hecho, la mayor parte de su tiempo con frecuencia la forma de asesoría y similares.
en la escuela, no lo pasaban con los maestros o [Pero, las intervenciones futuras] deben presupo­
en asuntos relacionados con las materias, sino en ner que es la escuela en vez de, o además, del es­
sus propias interacciones de grupo pequeño, las tudiante la que necesita cambiar (pág. 27).
cuales realizaban simultáneamente con el trabajo
de la clase (pág. 58). La revisión de Lawton y sus colegas generó
34 características relacionadas con la escuela,
El tema recurrente en las observaciones de con respecto a la retención/deserción, las cua­
, Cusick es que sólo una minoría de estudiantes les agruparon en siete categorías:
'■participan realmente en los procesos educati­
vos básicos, y el resto observa y espera pasiva­ 1. Objetivos compartidos (claridad y com ­
mente, prestando una cantidad mínima de aten­ promiso acerca del propósito).
ción al trabajo formal de la clase, canalizando 2. Maestros (dedicación, expectativas, cola­
fsu energía y entusiasmo a los grupos de amigos boración, etc.).
pcercanos (pág. 222). 3. Administradores de la escuela (liderazgo
Una serie de investigadores ha demostrado y apoyo activos).
í.' que los estudiantes de preparatoria influyen 4. Organización y políticas de la escuela (lo ­
)'para negociar una relación de “vive y deja vivir” gros académicos, recursos, tamaño, dis­
i- con los maestros (Cusick, 1983; Powell, Cohén creción, apoyo distrital).
;■y Parrar, 1985; Willis, 1977). Estos convenios 5. Programa e instrucción (currículo riguro­
iyimplícitos permiten que se deje en paz a algu- so y enfocado, tiempo de instmcción, etc.).
J nos estudiantes, siempre y cuando no alteren la 6. Cultura escolar (positiva, ordenada, com ­
vida del salón de clases. Observemos que esta partida, etc.).
f forma de negociación protege el statu quo, 7. Relación escuela-comunidad (uso de los
(usando el poder para establecer un pacto ne- recursos de la comunidad, apoyo comu­
rgativo que reduce la presión para la reforma. nitario buscado, etc.).
En ninguna parte es tan obvio el problema
del compromiso como en los estudios de reten­ Al aplicar el modelo a las 58 preparatorias
ción y deserción. La revisión de la investigación Lawton y sus colegas encontraron que las siete
de Rumberger (1987), resume la evidencia que categorías explicaban 55 % de la variación en el
identifica las razones personales, económ icas y índice de deserción. Lo que es más digno de

CAP. 9. EL ESTUDIANTE 157


resaltar en esta investigación es que el conjunto tar (en escuelas pequeñas) o inhibir (en escue­
de elementos que influyen en el problema espe­ las más grandes) el desarrollo y mantenimiento
cífico de la deserción escolar es el mismo con­ de un ambiente social conducente al compro­
junto que se ha descubierto que se relaciona miso del estudiante y el maestro con la escuela”
con la mejora y la eficiencia de la escuela. Por (pág. 26).
tanto, la tendencia de los estudiantes a abando­ La revisión en esta sección de la situación
nar la escuela no es un asunto separado, sino actual de los estudiantes, de ningún modo abar­
una parte integral de la mejora básica de las ca todos los aspectos de los pensamientos y
escuelas; es decir, que las escuelas sean más experiencias de los estudiantes. Para muchos
atractivas para todos los estudiantes y todos los estudiantes, sobre todo en áreas urbanas, la
maestros. seguridad personal en la escuela, el hambre, la
Esta conclusión la confirma el análisis de discriminación, las peleas raciales y la vida infe­
Bryk y Thum (1989) de una muestra de 160 es­ liz en el hogar, son temas mucho más prepon­
cuelas (4450 estudiantes) de la base de datos derantes en su mente. Asimismo, es necesario
de “High School and Beyond”. Con un lenguaje examinar las diferencias subculturales acerca
un tanto diferente al de Lawton y sus colegas, de cóm o experimentan la escolaridad los dife­
pero con los mismos tipos de medidas esencial­ rentes grupos étnicos, y cómo difieren la expe­
mente, Bryk y Thum examinaron cinco grupos riencia y la orientación de hombres y mujeres.
de elementos: No obstante que es necesario analizar con
más detalle las diferencias que se acaban de
1. La calidad percibida del maestro y el inte­ mencionar, podemos tener una confianza ra­
rés en los estudiantes. zonable en nuestras principales conclusiones
2. La presión académ ica en el ámbito de la acerca de la situación actual de los estudiantes.
escuela (por ejemplo, enfoque en temas El porcentaje de estudiantes que abandona la
académicos, las actitudes de los estudian­ escuela antes de terminar la preparatoria varía
tes hacia la obtención de buenas califica­ de 20 a 50 % en algunas jurisdicciones. En la
ciones, etc.). provincia de Ontario, el porcentaje de deser­
3. El clima de disciplina de la escuela. ción es de 34 %. La deserción, com o lo estable­
4. Diferenciación y generalidad curricular. cen Bryk y Thum (1989, pág. 3), es “el punto
5. Historial de la composición social y aca­ final de un proceso de una creciente distancia
démica de la escuela. académ ica y social de la corriente principal de
la vida escolar”. Además, hemos visto que mu­
Bryk y Thum encontraron que tanto el ausen­ chos estudiantes que permanecen en la escuela
tismo com o la deserción son menos frecuentes apenas participan en el aprendizaje activo. Si
cuando los maestros están interesados en parti­ tomamos una cohorte hipotética de estudiantes
cipar con los estudiantes, cuando se enfatizan que ingresan al noveno grado y usamos un esti­
las actividades académicas, y cuando hay más mado conservador, parece probable que, en
generalidad en el programa (es decir, menos promedio, una tercera parte de los alumnos
diferenciación del currículo para grupos dife­ abandonará la escuela antes de graduarse y,
rentes). Los autores subrayan que los efectos de por lo menos, otra tercera parte del grupo res­
estos elementos “persisten aún después de con­ tante llevará una vida escolar de aprendizaje
trolar las diferencias de nivel del estudiante en pasivo, sin inspiración. Lo que es más, confor­
clase social, sexo, antecedentes académicos me los estudiantes avanzan a través de los gra­
y raza/etnicidad” (Bryk y Thum, 1989, pág. v). dos, desde primaria hasta secundaria, cada vez
Bryk y Thum descubrieron también que los están más aburridos y enajenados con la es­
efectos del tamaño de la escuela en el ausen­ cuela.
tismo y la deserción eran sustanciales, “pero ¿Tiene y podría tener la innovación educati­
mayormente indirectos, y actuaban para facili­ va alguna relevancia para los dos de cada tres

158 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


estudiantes que actualmente encuentran muy de los administradores y maestros, estarían es­
poco significado intrínseco en la escuela? trechamente relacionados con la confusión en
los estudiantes. Aunque un tanto anticuado, el
estudio detallado de Smith y Keith (1971), de
h EL ESTUDIANTE Y EL CAMBIO una nueva escuela primaria de educación abierta
demuestra este aspecto:
Como lo he indicado, es mínimo el conoci­
miento de lo que piensan los estudiantes acerca La posibilidad de que los estudiantes no estu­
del cambio educativo porque nadie se lo pre- viesen capacitados para trabajar en un programa
^ gunta. Si intentáramos inferir lo que significa que subraya una considerable responsabilidad
para el alumno, no se había tomado totalmente
' ¡>ara los estudiantes algunas de las experiencias
en cuenta. Cuando el personal hablaba de cam­
con el cambio, varias imágenes nos vendrían a biar los roles de los alumnos, rara vez considera­
' la mente. Cuatro de esas imágenes que parecen ban el proveer a los estudiantes con técnicas que
y-tener cierta base de hecho, se refieren a; d) aseguraran una cierta facilidad para desempeñar
indiferencia, b) confusión, c) un escape tempo- los nuevos roles.
i’ ral del tedio, y d') aumento en el interés y com-
V promiso con el aprendizaje y la escuela. A los estudiantes se les describió como “dan-,
^ L a indiferencia está estrechamente vincula- do vueltas de un lado a otro” (pág. 141), “deam­
r: da a la afirmación de que, mientras más cosas bulando y corriendo” (pág. 156), “inquietos”
^■'cambian en la educación, tantas más permane- (pág. 156), y sin ningún conocimiento de cómo
f:cen iguales. Se cuenta con una gran cantidad de trabajar en grupos pequeños (pág. 141). Al igual
■evidencia que indica que son muchos los cam- que con otra investigación, nadie (incluyendo a
íljb io s en los materiales del currículo que no han Smith y Keith) les preguntó a los estudiantes
resultado en ninguna modificación real en la sobre sus experiencias, pero la descripción indi­
".forma en que opera el salón de clases. En la ca claramente una confusión masiva.
I medida en que esto sea verdad, los estudiantes Cierta evidencia de un proyecto en Gran Bre­
I no notarán ningún cambio significativo. En su taña que examina directamente las percepcio­
g avance de un grado a otro, su experiencia en el nes de los alumnos, indica que las expectativas
vsalón de clases será muy semejante (un buen del estudiante son un aspecto descuidado y, sin
i maestro aquí, un mal maestro allá, etc.). De embargo, fundamental para el éxito de algunas
I cualquier modo, para muchos estudiantes el innovaciones. Hull y Rudduck (1 980) informan
-ysalón de clases no es el aspecto más interesante sobre entrevistas con estudiantes que partici­
de la escolaridad. Para ellos, el principal benefi- paron en un nuevo proyecto del currículo de
.. do de la escuela es la oportunidad que propor­ humanidades. Los autores afirman que las inter­
ciona para interactuar con amigos cercanos de pretaciones de los alumnos sobre sus roles tra­
manera diaria. En pocas palabras, los estudian­ dicionales en el salón de clases “pueden muy
tes reaccionan con indiferencia a un cierto por- bien constituir una barrera para el cambio [lo
fí 'centaje de innovaciones, debido simplemente a cual] podría ser decisivo” (pág. 1). Como lo
i;..que de hecho, los cambios no significan ningu- expresó un estudiante; “De pronto te dejan caer
fMa diferencia para ellos. en el vacío. Nos dicen que nos van a enseñar
La ausencia de cambio es una forma de im- com o adultos después de enseñarnos como
lylementación fracasada. Pero el cambio mal di- bebés durante años” (pág. 2).
ungido que resulta en confusión es otra cosa, por- Las innovaciones del currículo varían de acuer­
l!que “algo” cambia. Si consideramos los cambios do con el cambio que implican en los roles y
^|a que se han sometido los estudiantes durante actividades de tos alumnos, pero por defini­
los últimos veinte años, no sería disparatado el ción, todas las innovaciones implican algo nue­
l' sügerir que, en la medida en que las nuevas polí­ vo para los estudiantes. El principal argumento
ticas y programas no fueran claras en la mente es muy sencillo, cualquier innovación que re-

CAP. 9. EL ESTUDIANTE 159


quiera de nuevas actividades por parte de los dizaje y la vida de la escuela. Es más probable
estudiantes, tendrá éxito o fracasará de acuer­ que los estudiantes encuentren significado en
do con la participación real de los estudiantes esas escuelas. Si bien la dinámica es compleja,
en esas actividades. Los alumnos participarán la red causal parece bastante clara.
en la medida en que entiendan y estén motiva­ Asimismo, podemos hacer más explícita la
dos para intentar lo que se espera. Tenemos dirección de la solución para estudiantes, al
muchas razones para creer que, independiente­ menos por medio de la demostración. Los cam­
mente de las causas, las experiencias de los bios deben hacerse en concierto, en dos nive­
estudiantes con innovaciones no conducen a les. Se requieren mejoras a nivel de instrucción
aumentar su entendimiento y motivación. Tam­ y salón de clases, y a nivel de la escuela como
poco podríamos esperar que fuese de otra ma­ organización (Pulían, Bennett y Rolheiser-Ben-
nera si los maestros, directores y otros admi­ nett, 1990). En relación con la primera, la cues­
nistradores están teniendo problemas similares. tión radica en qué tipo de cambios pedagógicos
El patrón de respuesta de escape temporal o instructivos harán intrínsecamente más atrac­
se relaciona con la posibilidad de que algunas tivo el aprendizaje para los estudiantes.
Innovaciones proporcionen un cambio de rit­ Las mejoras instructivas recientes en el uso
mo, bienvenido en la rutina y el tedio de la es­ de “aprendizaje cooperativo” y “psicología cog­
colaridad. Esta respuesta se ve más claramen­ noscitiva” proporcionan excelentes ejemplos
te en la investigación de Parrar y colaboradores del poder del cambio en prácticas pedagógi­
del programa a gran escala Experience Based cas. Existen varias técnicas de aprendizaje coo­
Career Education (EBC E) (Carrera en educa­ perativo, pero todas comparten el interés por
ción basada en la experiencia), a nivel de pre­ desarrollar sistemas de enseñanza que promue­
paratorias en Estados Unidos de América. Los ven el aprendizaje individual y en pequeño gru­
autores manifiestan: po com o opciones al “aprendizaje frontal” (ins­
trucción a toda la clase) y trabajo individual y
Los estudiantes tienden a ver el programa de pupitre. Johnson y Johnson (19 8 9 ) manifies­
EBCE como una alternativa para el programa de tan que: se necesitan cinco condiciones para
preparatoria normal y, por tanto, muchos lo que los esfuerzos de grupo sean más producti­
usan como una forma de salirse de la escuela nor­ vos, interdependencia positiva, interacción cara-
mal. Un gran porcentaje de estudiantes de EBCE a-cara, responsabilidad personal (obligación
parecen descontentos o aburridos con la escuela, personal), aptitudes sólidas (aptitudes interper­
o quieren experimentar algo más antes de gra­
sonales y de grupo pequeño) y procesamiento
duarse. Por consiguiente, se inscriben en EBCE
como una forma de eludir las clases normales. Si de grupo. Se han formulado cinco principales
bien sus motivos varían extensamente, muchos técnicas de aprendizaje cooperativo con las si­
estudiantes interpretan la EBCE como un escape guientes etiquetas:
de la escuela (Parrar y cois., 1979, pág. 50).
1. Rompecabezas.
El resultado final posible para los estudiantes 2. Torneo de equipos y juegos.
-au m ento en interés y com prom iso- obvia­ 3. Divisiones de logros de equipos de estu­
mente es fundamental para cualquier solución, diantes.
y como tal, es importante que se analice cuida­ 4. Aprendizaje juntos.
dosamente. En un nivel general, hemos citado 5. Investigación de grupo.
una gran cantidad de evidencia consistente,
especialmente de la década de 1980, que mues­ A diferencia de la educación abierta, como
tra que algunas escuelas, independientemen­ hemos visto en Smith y Keith (1971), el aprendi­
te de los antecedentes del alumno, tratan de zaje cooperativo ayuda a los estudiantes a des­
intensificar la motivación, el desempeño y el arrollar aptitudes para trabajar en grupo. El
compromiso global del estudiante con el apren­ aprendizaje cooperativo es una notable inno-

160 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


vación en cuanto a que se ha investigado exten­ salones de clases que usaban el método Investi­
samente en términos de sus efectos, aborda gación de Grupo, en comparación con el grupo
objetivos de fomento académico y personal, y control, estaban sustancialmente más motiva­
obtiene resultados impresionantes. Más aún, es dos para aprender en las tres medidas y alcan­
una de las pocas innovaciones que son eficaces zaban calificaciones más altas en las tres mate­
y facilitan realmente el trabajo de la enseñanza rias. Por ejemplo, en las clases control la pro­
una vez que se dominan las aptitudes. No revi­ porción de logros altos, medios y bajos no cam­
saré la investigación en detalle. Johnson y John­ biaron del periodo de preprueba (pretest) al de
son (1989, 1990), dirigieron una revisión de los posprueba (postest), pero en las clases de IG la
resultados de la investigación, la cual mostró proporción de logros altos aumentó espectacu­
que el aprendizaje cooperativo causa logros larmente (35 a 50 % en la Biblia; 22 a 50 % en
1 más altos, aumento en la retención, mayor uso lectura; y 18 a 28 % en matemáticas). Sharon y
de razonamiento de nivel más alto, mayor apti­ Shaulov (1 9 8 9 ) proporcionan una clara eviden­
tud para adoptar perspectivas, mayor motiva­ cia de que el aprendizaje cooperativo (IG ) “pro­
/■ *' ción intrínseca, más relaciones heterogéneas movía el interés intrínseco de los estudiantes en
8 positivas, mejores actitudes hacia los maestros, las tareas de aprendizaje en comparación con
í-:L autoestima más alta, mayor apoyo social, ajuste los estudiantes en salones de clases a quienes
psicológico más positivo, mejor conducta en fun­ se les enseñaba con el método de clase com ­
ciones y mayores aptitudes para la colaboración. pleta” (pág. 27). Si tomamos una sola medida
En una revisión centrada en los grados 7o. a -participación en discusión de c la se - la partici­
12o. (donde se ha usado menos el aprendizaje pación del estudiante en la clase control cam­
cooperativo); Newmann y Thompson (1987) bió muy poco del periodo pretest al de postest,
examinaron 27 informes de estudios de investi­ mientras que en la clase de Investigación de
gación de alta calidad que comprendían 37 Grupo pasó de 20 % en el pretest en la categoría
comparaciones de gmpos cooperativos con gru­ más alta a casi 60 % en el postest.
pos de control. Encontraron que 68 % de las El aprendizaje cooperativo no es una pana­
comparaciones favorecían un método de apren­ cea. Incluso sus proponentes advierten contra
dizaje cooperativo en términos de logros del el uso excesivo del mismo. En el estudio de
estudiante, aun cuando algunos métodos alcan­ Sharon y Shaulov, los maestros de IG aún daban
t 'i
zaron más éxito que otros, y el índice de uso y clases 28 % del tiempo observado (comparado
éxito era más bajo en los grados 10o. a 12o. en con 48 % para el grupo control; los autores
'j comparación con los grados 7o. a 9o. señalan que esta disminución de 20 % en el
Sharan y Shaulov (1989) realizaron un estu­ tiempo de clase es un cambio muy sustancial en
dio experimental detallado del método Investi­ cuanto al uso del tiempo en el salón de clases).
gación de Grupo (IG ), en el cual examinaron el Sharon y Shaulov subrayan, asimismo, que debe
efecto del IG en la motivación para aprender tomarse en cuenta la preferencia del estudiante
del estudiante y los logros académicos. Los por el trabajo individual y en grupo. Sin embar­
autores compararon 10 clases a las cuales se les go, la norma es que rara vez se trata a los estu­
enseñaba con el método de Investigación de diantes com o si su opinión fuera importante.
Gmpo con siete clases control. La motivación No obstante, com o un conjunto de métodos
para aprender se midió conductualmente como de enseñanza, el aprendizaje cooperativo pro­
una combinación de: d) perseverancia en la porciona un ejemplo claro y convincente de los
tarea, b) participación en el aprendizaje en el cambios que están bajo el control de maestros
salón de clases, y c) inversión de esfuerzo de la individuales y que atraen y facultan a los estu­
tarea en casa. Los logros se midieron en rela­ diantes. Johnson y Johnson (1989) resumen:
ción con el progreso en tres materias; matemá­
ticas, Biblia, y lectura de comprensión. Con frecuencia los estudiantes se sienten inde­
Este estudio encontró que los estudiantes en fensos y desanimados. Cuando se les propKjrcio-

CAP. 9. EL ESTUDIANTE fó l
nan compañeros de aprendizaje cooperativo, re­ la tesis de que se dispone de estrategias de
ciben esperanza y oportunidad. Los grupos de enseñanza (comprendiendo laverbalización, el
aprendizaje cooperativo permiten actuar a sus escribir acerca del contenido, el diálogo en el
miembros haciendo que se sientan fuertes, aptos salón de clases, etc.), que ayudan a los estu­
y comprometidos. Es el apoyo social y la respon­ diantes a desarrollar, organizar, enterarse y, en
sabilidad ante los compañeros apreciados lo que pocas palabras, les brinda acceso a su propio
motiva esfuerzos comprometidos para alcanzar
conocimiento y al de otros. El acceso implica
objetivos y triunfar (pág. 4:1).
ayudar a que los estudiantes elaboren redes de
conocimiento y percepción reflexiva de esas
redes; “En resumen, significa pensar en el niño
Los estudiantes que están “en riesgo” de aban­ como un ser cognoscitivo total, alguien que,
donar y/o fracasar en la escuela, necesitan típica­ cuando se le habilita, tiene acceso a un rango
mente las relaciones de afecto y compromiso de completo de recursos intelectuales y, por tanto,
sus compañeros, apoyo social y autoimagen posi­ puede responder proactivamente en oposición
tiva, así como un desempeño más eficiente. Todo a reactivamente en diversos contextos dentro y
esto se obtiene en las experiencias de aprendiza­ fuera de la escuela” (Prawat, 1989, pág. 34).
je cooperativo. Con el fin de trabajar de forma En esta área, se necesita mucha más elabora­
cooperativa, los estudiantes en riesgo necesitan ción para generar sistemas y prácticas específi­
las aptitudes sociales que se requieren para traba­ cos de enseñanza que sean prácticamente usa­
jar eficientemente con otros. Sin embargo, en la
bles. En el trabajo de Bereiter y Scardamalia
mayoría de los salones de clases, el statu quo es
sobre “aprendizaje intencional”, tenemos un
competivo o de instrucción individualista y se
espera que los estudiantes escuchen las clases, ejemplo particularmente poderoso (Bereiter y
que participen en discusiones de la clase comple­ Scardamalia, 1987; Scardamalia y Bereiter, 1989).
ta, que llenen individualmente hojas de trabajo Con la elaboración de sistemas basados en
sin interactuar con los compañeros, que estudien computadoras en los salones de clases norma­
por sí mismos y respondan el examen (cap. 4, les, Bereiter y Scardamalia han podido diseñar
pág. 25). ciertos procedimientos por medio de los cuales
los estudiantes pueden tener acceso al conoci­
Otras innovaciones pedagógicas recientes miento y usar ciertas técnicas de aprendizaje,
en psicología cognoscitiva, si bien son más como la escritura, ganando así un mayor “con­
complejas, proporcionan estrategias potencial­ trol ejecutivo” sobre su propio aprendizaje.
mente poderosas para un mayor control de los En conversaciones con estudiantes jóvenes
alumnos. Prawat (1989) considera que la habili­ (9 a 12 años de edad) acerca de cóm o llegan a
tación del alumno se puede ver mejor desde aprender y a entender, Scardamalia y Bereiter
una perspectiva de resultados que subraye el (1 9 8 9 ) encontraron deficiente la situación pro­
“acceso”, o en la medida en que los estudiantes medio del salón de clases:
tienen la capacidad para utilizar sus recursos
intelectuales. Los maestros pueden habilitar a En estas conversaciones, nos impresionó lo
los estudiantes proporcionándoles estrategias alejada que está la dirección normal de la activi­
cognoscitivas que les permitan regular su pro­ dad educativa para atraer a los niños a la identi­
pio aprendizaje. El modelo de Prawat presenta ficación y discusión de avances en el enten­
tres niveles interactivos, disposiciones motiva- dimiento. Las tareas educativas tienen, como
objetivo fundamental, el progreso del entendi­
cionales, estrategias de aprendizaje y conoci­
miento. Pero su estructura, como se comunica
miento táctico y conceptual. Cada nivel está explícitamente, destaca la estructura superficial
mediado por la organización (de conocimiento de las actividades escolares. El objetivo explíci­
o estrategias) y la reflexión (la capacidad de los to es completar una tarea -terminar una lectura
estudiantes para reflexionar en lo que saben y o una tarea de redacción, dedicarse a alguna
usarlo en una forma diferente). Prawat sostiene actividad, entregar un informe, responder pre-

162 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


guntas, etc. La teoría de aprendizaje que se tras­ de la tarea” (pág. 13), incrementando las aptitu­
mite vía esta estructura más superficial es que la des de los estudiantes en lectura, redacción,
participación es una actividad o ejercicio de preguntas y un orden más alto de pensamiento,
aptitud es suficiente para avanzar en el entendi­ vía una variedad de áreas de temas. Actualmen­
miento [y, como hemos visto, muchos estudian­
te, Scardamalia y Bereiter están extendiendo el
tes ni siquiera participan en este nivel]. . . El tra­
CSILE hacia “un sistema educativo de opera­
tar de ponerse de acuerdo con preguntas como:
“¿Pero cómo promovió eso tu entendimiento?, ción común, capaz de operar en todas las eda­
¿qué entiendes ahora que no entendías antes?”, des y en todos los currículos” (pág. 16). El obje­
requiere de un nivel adicional de participación tivo consiste en convertir a los estudiantes en
con el material educativo (págs. 2-3). aprendices críticos, que colaboren y se dedi­
quen a la investigación enfocada usando una
Con el fin de fomentar este nivel adicional de colección de información y conocimientos
participación, en dos salones normales de gra­ (véase Scardamalia, Bereiter, McLean, Swallow
dos 5 y 6 Scardamalia y Bereiter han estado ela­ y Woodruff, 1989).
borando un modelo que ellos llaman Computer- Estos dos ejemplos -d e aprendizaje coope­
Supported Intentional Learning Environments- rativo y de ciencia cognoscitiva- no son mutua­
CSILE (Ambientes de aprendizaje intencional mente excluyentes, un sistema se puede usar en
con apoyo de computadoras). CSILE está dise­ beneficio del otro; y no tienen el propósito de
ñado para apoyar a los estudiantes en activida­ acaparar todos los sistemas de enseñanza dis­
des colaborativas de construcción de conoci­ ponibles que podrían activar igualmente el apren­
miento. dizaje de todos los estudiantes. Son ejemplos de
los sólidos avances que se están haciendo en las
CSILE es fundamental para las actividades del prácticas de la enseñanza que prometen pro­
salón de clases en todas las materias. Está diseña­ porcionar a los estudiantes las condiciones y
do con una'base de datos comunal en su núcleo. aptitudes que necesitan para lograr su propio
Los estudiantes contribuyen con información, control y significado en los salones de clases.
buscan conceptos erróneos y publican sus descu­ Los cambios a nivel escuela como una organi­
brimientos. Se les valora por sus contribuciones.
zación, están íntimamente relacionados con las
CSILE es, en esencia, una exploración del cono­
cimiento. .. más que un sistema. .. de trasmi­ mejoras en la instmcción. Muchos de estos cam­
sión de conocimientos. Los ambientes estructu­ bios, como se describió en los capítulos 7 y 8,
rantes del conocimiento permiten que los alum­ mejorarán indirectamente a un buen grupo de
nos se enorgullezcan con la cada vez más amplia estudiantes. Algunos de estos cambios combi­
y compleja colección de conocimiento a la cual nan nuevos arreglos organizativos y experiencias
han contribuido (Scardamalia y Bereiter, 1989, de aprendizaje en sociedades de estudio-trabajo
pág. 11). con negocios (MacDowell, 1989). Otras refor­
mas fomentan las culturas de trabajo en colabo­
En los salones de clases de CSILE los estu­ ración, liderazgo activo, mejora continua, mayor
diantes interactúan con bases extendibles de capacitación y compromiso del maestro, y así
datos para buscar y formular preguntas, cons- sucesivamente, lo que hace de la escuela un
tmir planes para reunir información, elaborar lo mejor lugar para aprender, tanto para los adultos
que saben y se preguntan, y cosas semejantes. como para los niños. Una pmeba directa adicio­
Los estudiantes identifican ciertas notas como nal de esta afirmación se ofreció en los estudios
“candidatas para publicación” (compartirlas) o citados anteriormente en este capítulo, que iden­
como “candidatas para presentarlas a nuestro tificaban las características organizativas de es­
experto en biología” (ya sea el maestro o al­ cuelas efectivas en cuanto a que afectan el com ­
guien a quien se designe, por fuera del salón de promiso del estudiante.
clases). Por tanto, “el aprendizaje recibe el
impulso de la exploración en vez del impulso

CAP. 9. EL ESTUDIANTE 163


IMPLICACIONES los resultados de aprendizaje requeridos. Si
estas suposiciones son correctas, debemos de­
Para los argumentos de este capítulo, es fun­ jar de pensar en los estudiantes en términos de
damental el concepto de que el tratar a los estu­ resultados del aprendizaje y empezar a pensar
diantes com o personas se acerca mucho a “vi­ en ellos com o personas a quienes se les está
vir” los objetivos educativos académicos, per­ pidiendo también que participen en las nuevas
sonales y sociales que se establecen en los actividades.
documentos y programas de políticas oficiales Otro problema es que es muy escasa la infor­
en la mayoría de las jurisdicciones (véase tam­ mación con respecto a lo que piensan los estu­
bién Barth, 1990). Puesto que el estudiante está diantes de las innovaciones específicas que los
al pie de la montaña, él sólo tiene un poder limi­ afectan. Cuando se dice que los estudiantes no
tado para producir cambios positivos (los estu­ tienen opiniones y sentimientos acerca de estos
diantes pueden, como hemos visto, ejercer un asuntos, se está afirmando que son objetos, no
gran poder negativo para rechazar lo que se les seres humanos. Sería muy conveniente que los
impone). responsables de las innovaciones (ya sean
El cambio efectivo en las escuelas implica maestros, directores u otros) consideren explí­
tanto cambio cognoscitivo y conductual por citamente cóm o se introducirán las innovacio­
parte de los estudiantes, como para todos los nes a los estudiantes y cómo se obtendrá la
demás. Mencioné antes que la implementación reacción del estudiante en ese punto y periódi­
requiere frecuentemente de un cambio de rol camente en el transcurso de la implementa­
del maestro en el salón de clases. Una exposi­ ción. Hull y Rudduck (1980) dirigieron un pro­
ción más sociológicamente exacta sería que la yecto en cuatro escuelas en Inglaterra, para
implementación comprende realmente un cam ­ experimentar y elaborar formas en las cuales se
bio en la relación de rol entre maestros y estu­ podría introducir la innovación;
diantes. Podríamos tomar cualquier número de
innovaciones (un nuevo currículo de estudios En cada caso, nuestro objetivo será el de asis­
sociales, integración, aprendizaje cooperativo, tir en la organización de cursos de iniciación para
aprendizaje intencional, microcomputadoras, los alumnos que participarán en el cambio pla­
participación de los padres, programas de estu­ neado. Los cursos se centrarán en una represen­
dio-trabajo, etc.), e identificar los tipos de acti­ tación audiovisual de la nueva forma de trabajar,
vidades del estudiante y del maestro que com ­ lo cual proporcionará el punto de partida para la
ponen el cambio. Con el fin de entender el discusión en grupo (pág. 6).
cambio educativo, es fundamental el reconoci­
miento de que estos cambios en estudiantes y Cuanto más complejo sea el cambio, tanto
maestros tienen que ir juntos - e s decir, a los más se requerirá la participación del estudiante.
estudiantes mismos se les está pidiendo tam­ El estudio Project Excellence (Proyecto Exce­
bién que cambien su pensamiento y conducta lencia), un programa alternativo para prepara­
en la cla se -. La mayoría de los estudiantes no toria en Ontario, viene muy bien al caso (Ander-
cambiarán o no podrán cambiar sólo porque se son, Stiegelbauer, Gerin-LaJoie, Partlow y Cum­
les dé una conferencia al respecto o porque mins, 1990). El Project Excellence es un pro­
se les ordene, al igual que sucedería con el res­ grama de aprendizaje individualizado, centrado
to de nosotros. La razón de que este aspecto en el estudiante, que incluye a los maestros
sea decisivo, consiste en que la motivación y el como asesores y apoyos de recursos del centro
entendimiento del estudiante con respecto a un de aprendizaje, en vez de com o instructores del
cambio, se relacionan directamente con su par­ salón de clases. Durante la implementación, se
ticipación y con la forma que adopta ésta en lo consultó frecuentemente a los estudiantes acer­
que podríamos llamar actividades de imple- ca de su respuesta a lo que estaba sucediendo y
mentación, las cuales son el medio para lograr se hicieron ajustes basados en su aportación. La

164 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


f
administración continúa recurriendo a los estu­ nuevas formas de aprendizaje cotidiano, abor­
diantes para evaluar los refinamientos del pro­ da directamente el conocimiento, aptitudes y
grama, viéndolos como parte de un equipo de conductas que son necesarias para que todos
la escuela junto con los maestros y la adminis­ los estudiantes se comprometan con su propia
tración. La reestructuración de reformas puede educación.
interesar a los estudiantes en formas reducidas Los maestros que combinan la educación y
(cada salón de clases o maestro) o grandes (de el cambio, discuten periódicamente con los
toda la escuela), pero la acumulación de una alumnos sobre el significado de las actividades,
multitud de formas pequeñas será lo que cuente trabajan en las aptitudes que necesitan los estu­
para el estudiante individual, no la participación diantes para participar en las nuevas reformas
de unos cuantos estudiantes líderes. educativas, y consideran la relación entre lo vie­
Este capítulo se puede resumir fundamental­ jo y lo nuevo, habrán recorrido un largo camino
mente en otras palabras; El cambio educativo hacia el logro de algunos de los objetivos cog­
eficiente y la educación eficiente se sobrepo­ noscitivos y sociales más complejos contenidos
nen en formas significativas. El involucrar a los en las exposiciones de políticas y los currículos
I estudiantes en la consideración del significado
y propósito de los cambios específicos y en
de la mayoría de los distritos escolares.

Si';!

-V'

CAP. 9. EL ESTUDIANTE 165


1

Los padres de familia


12 y la comunidad

Después de todo, ¿de quién es la escuela?

Gold Miles (1981)

Si los maestros y los administradores, que cerca esté el padre de la educación del niño,
pasan de 40 a 60 horas a la semana inmersos tanto mayor será el impacto en la evolución y
en el mundo educativo, tienen problemas para logros educativos del niño. Desde luego, no es
comprender el significado del cambio educati­ tan sencillo, ya que esa relación abarca una
.1-
i- vo, imaginémonos cóm o será para un padre de multitud de variables que hacen más o menos
familia. Los padres con una educación supe­ probable que ocurra esa cercanía. Y ciertamen­
rior se sienten desconcertados; más aún, ¿qué te, podemos imaginarnos situaciones en las
sucede con los menos educados, que siempre cuales la cercanía per se podría ser perjudicial
se han sentido incómodos al tratar con la es­ para el crecimiento del niño. Más todavía, las
Ú- cuela? decisiones acerca de la naturaleza precisa de la
La cuestión de la participación paterna y de participación del padre deben tener en cuenta
la comunidad en las escuelas ha sido el tema las diferencias culturales, étnicas y de clase, así
de cientos de libros y artículos durante los últi­ com o las variaciones relacionadas con la edad
mos 30 años. A primera vista, esta literatura y el género de los estudiantes. Gran parte de la
parece ser una masa de contradicciones, confu­ investigación al respecto, se ha realizado en
sión e impotencia para comprender -y a no escuelas primarias, aun cuando muchos de los
digamos lidiar c o n - la relación entre las comu­ principios que identificaré también son aplica­
nidades y las escuelas. No obstante, de esta bles al nivel secundaria.
investigación está surgiendo un mensaje que es En la identificación de las condiciones en
extraordinario en su consistencia: cuanto más las que es más benéfica la participación de los

195
padres y de la comunidad, tenemos que com ­ más privilegiadas (en términos de condiciones
prender las diferentes formas de participación en el hogar que apoyan el aprendizaje), se de­
paterna y sus consecuencias para los estudian­ sempeñan mejor en la escuela. La interrogante
tes y otros integrantes del personal de la es­ en cuanto al cambio educativo es, si ciertas
cuela. Dicho en otra forma, ¿por qué ciertas prácticas en el salón de clases y en la escuela,
formas de participación producen resultados relacionadas con los padres, significan sustan­
positivos mientras que otras parecen inútiles o ciales diferencias adicionales en el desempe­
contraproducentes? ño de los estudiantes, sobre todo si se trata de
Empiezo con el papel de los padres y el salón ayudar a los niños en riesgo.
de clases y la escuela local porque es ahí donde Epstein (1986, 1988), quien ha dirigido cierta
reside el instrumento más poderoso para la me­ investigación sistemática durante la última dé­
jora. Segundo, considero el papel de las juntas cada sobre la interacción paterna y la escuela,
escolares y de las comunidades en cuanto a su no deja dudas al responder la pregunta antes
influencia en la iniciación o rechazo de políticas planteada.
y reformas nuevas. En la sección final, como en
los capítulos anteriores, formulo algunas direc­ Existe una evidencia consistente acerca de
trices generales con respecto a la forma en que que el estímulo de los padres, actividades, interés
los padres y el personal de la escuela, juntos, en el hogar y su participación en la escuela afec­
podrían lidiar mejor con el cambio educativo. tan los logros de su hijo, aun después de tomarse
en cuenta la capacidad de los estudiantes y la po­
sición socioeconómica de la familia. Los estu­
diantes ganan en evolución personal y académica
PARTICIPACION DE LOS PADRES si sus familias enfatizan la escolaridad, dejan que
EN LAS ESCUELAS sus hijos sepan que lo hacen, y continúan sin
cesar con esta conducta durante el transcurso de
Los estudios realizados en Estados Unidos los años (Epstein, 1988, cap. 1).
de América, el Reino Unido y Canadá durante la
última década, apuntan crecientemente hacia Las principales formas de participación pa­
la necesidad de la participación de los padres y terna incluyen:
de la comunidad para la mejora del salón de
clases y la escuela (por ejemplo, Dauber y Eps- 1. La participación paterna en la escuela (por
tein, 1989; Epstein, 1988; Epstein y Dauber, ejemplo, como voluntarios, asistentes).
1988; Fantini, 1980; Mortimore y cois., 1988; 2. La participación paterna en las activida­
Rosenholtz, 1989; Wilson y Corcoran, 1988; des de aprendizaje en casa (por ejemplo,
Ziegler, 1987). La evidencia qué presentan ayudar a los niños en el hogar, clases par­
éstos y otros autores es tan convincente y tan ticulares en casa).
impresionante como cualquiera otra en el cam­ 3. Relaciones hogar-comunidad-escuela (es
po del cambio educativo. decir, comunicación).
Una de las razones por la cual es tan confuso 4. Gobierno (por ejemplo, en consejos con­
el papel de los padres es la de que, con fre­ sultores) (Epstein y Dauber, 1988).'
cuencia, no se define específicam ente lo que
se entiende por participación, ni se vincula Las dos primeras formas de participación ejer­
ésta con resultados particulares. Al igual que cen un impacto más directo en la instrucción
sucede con la investigación sobre la mejora de
la escuela, cada vez está mejor enfocada la ‘ Epstein y sus colaboradores identifican un quinto tipo de par­
investigación relacionada con los padres y las ticipación paterna, la cual se enfoca en ayudar a las familias a
establecer condiciones domésticas positivas para el aprendizaje.
escuelas. Es indudable que los antecedentes
No analizo esto en detalle, pero es especialmente importante
familiares y la situación en el hogar implican para los padres de niños en etapas preescolcires y en los primeros
una diferencia. Los estudiantes de las familias grados.

196 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


que las otras y, como tales, tienen una mayor in­ De modo similar, Fantini (1980), cita otros
fluencia en el aprendizaje del alumno. Por esta varios estudios que extraen las mismas conclu­
razón, dividiré el análisis en formas instructivas y siones. Entre muchos ejemplos;
no instructivas de la participación paterna. En
general, en comparación con los grados de Masoner informa que los educadores en St.
secundaria, las formas de participación paterna Paul, Minnesota, han diseñado un programa con­
relacionadas con la instrucción se han presenta­ tinuo, con base en el hogar, en el que participan
do más en los grados de primaria y educación los padres como profesores particulares de sus
media, mientras que las formas que no son ins­ propios hijos. Las madres, padres y abuelos de
más de 50 % de los estudiantes en las escuelas
tructivas se presentan en todos los niveles. Pos­ participantes, han sido capacitados para ayudar a
teriormente en este capítulo, compararé las es­ sus pequeños en matemáticas, como un comple­
cuelas primarias y secundarias en relación con la mento al currículo normal de la escuela. Como
cuestión de la participación paterna y de la resultado, los logros de los estudiantes han
comunidad. aumentado significativamente (pág, 14).

Berlín y Berlín encontraron que los progra­


Participación relacionada mas de refuerzo Head Start no mostraban un
efecto perdurable “excepto en los niños cuyas
con la instrucción
madres participaban directamente en el proce­
so del salón de clases” (Fantini, 1980, pág, 14),
Clark, Lotto y MacCarthy (1980), realizaron Armour y sus colaboradores (1 976) investiga­
:c una investigación en la literatura relativa al ron el impacto de un programa de lectura en los
tema, con la finalidad de identificar los estudios rendimientos en esa materia de 10 escuelas de
que presentan evidencias sobre “desempeño minorías (negros y mexicano-estadounidenses)
excepcional en las escuelas primarias urbanas”. en Los Ángeles; encontraron que “un mayor nú­
Su propósito era descubrir los principales ele­ mero de visitas de los padres al salón de cla­
mentos relacionados con la escuela que pare­ ses. . . se asociaba con niveles más altos de pro­
lI cían ser la causa del éxito educativo. Después greso en lá lectura” (pág. 25). Encontraron tam­
de una minuciosa búsqueda, se retuvieron 40 in­ bién que en las comunidades negras, los niveles
formes para su análisis. De los 40 estudios, 13 generales de participación de los padres en la
abordaban la relación entre la participación escuela (por ejemplo, estar en la escuela en un
paterna y los logros, y 11 de los 13 informaban espacio destinado a los padres) se relaciona­
sobre una relación positiva. Clark y sus colabo­ ban con un mejor desempeño en la lectura
radores (1980, págs. 468-469), incluyen extrac­ (pero en las comunidades mexicano-estadou­
tos de algunos de los estudios: nidenses no se encontró esa relación).
Barth (1979), realizó una revisión de progra­
Entre las características comunes de los pro­ mas que empleaban el “refuerzo en casa de la
gramas más exitosos en las aptitudes básicas, se conducta escolar”. En el análisis de 24 estudios
encuentra la participación activa de los padres en que usaban el planteamiento (es decir, los pa­
la instrucción. dres y maestros se centran juntos en aptitudes
Las escuelas exitosas informaban acerca de académicas específicas y programan prácticas
una mayor presencia de los padres en el salón de específicas de refuerzo para el hogar y el salón
clases, ya fuese como asistentes, visitantes o de clases), Barth encontró un importante pro­
como voluntarios... la participación en el salón
greso, incluso en los problemas de aprendizaje
de clases, en vez de en la escuela en general, se
relacionaba con el éxito académico. . . la partici­ más difíciles.
; í' Muchos programas compensatorios en Esta­
pación paterna específicamente, y no el uso de
asistentes en la instrucción en general, se asocia dos Unidos de América hacen obligatoria la
con el éxito de la escuela. participación de los padres en las decisiones, si

CAP. 12. LOS PADRES DE FAMILIA Y LA COMUNIDAD 197


bien muy pocos solicitan la participación pater­ dades formales de clases paternas en casa, en
na en la instrucción. El programa System Deve- comparación con sólo un total de cinco de 41
lopment Corporation-SDC (Corporación para escuelas con los otros tres programas. Kees­
Desarrollo del Sistema), dirigió una extensa ling (19 8 0 ), sugiere que la razón para ese alto
evaluación de los programas de participación grado de participación en el programa Follow
paterna para la Oficina de Evaluación de Pro­ Through se relaciona con dos factores: regla­
gramas del Departamento de Educación de Es­ mentos federales que requieren de la contrata­
tados Unidos de América (véanse Keesling, ción de los padres donde es posible y que con­
1980; Melaragno, Lyons y Sparks, 1981). Se dicionan el rembolso de los honorarios con
evaluaron cuatro programas federales: Título I, una prueba de la implementación; y la filosofía
Título Vil bilingüe, Follow Through (Segui­ más comprensiva de la participación paterna
miento-continuación), y Emergency School Aid en dicho programa (véanse también Rhine,
Ací-ESAA (Acción de Emergencia para Ayuda 1981; Hodges y cois., 1980). En los casos en
Escolar). El estudio comprendió dos partes: que había participación paterna, se encontra­
una encuesta en 369 distritos y 869 escuelas ron resultados positivos con respecto al apren­
que participaban en los cuatro programas; y una dizaje y las actitudes de los estudiantes, y las
investigación detallada in situ, de 57 proyectos actitudes de los padres. Smith y Nerenberg
(seleccionados de modo aproximadamente observan también que, de acuerdo con su
igual entre los cuatro programas). Se investiga­ estudio, cuando se practicaban los programas
ron cinco formas de participación paterna: tutoriales en casa, participaban muchos más
gobierno, instrucción, educación de los padres, padres en una forma más activa y continua que
apoyo de la escuela y relaciones hogar-escuela. en cualquier otra modalidad de actividad
En esta sección retomo la cuestión de la partici­ paterna. Los programas más exitosos del
pación paterna en las actividades de instruc­ “padre com o profesor” tenían cuatro rasgos
ción -c o m o asistentes pagados y com o profe­ comunes: “Eran coordinados por el personal
sores particulares en c a sa -. En el cuadro 12.1 del proyecto; incluían procedimientos para
se muestra los patrones que encontraron los elaborar planes instructivos para los niños;
investigadores en los cuatro programas. proporcionaban capacitación personalizada a
La mayoría de las escuelas que seguían los los padres en esos planes; e incluían mecanis­
programas Título I y Follow Through tenían mos para el seguimiento y evaluación del pro­
asistentes paternos (mientras que no era el greso de los padres y los niños en la instruc­
caso de las que habían adoptado los otros dos ción casera” (Smith y Nerenberg, 1981, págs.
programas). La mayor parte de las escuelas 9-11). No es accidental que estos factores
con el programa Follow Through tenían activi­ correspondan a los principios para la imple-

Tabla 1 2 .1 . Patrones en cuatro programas federales con participación familiar.

Follow
Título I ESAA Título VII Through Total

Sitios con padres como asistentes


pagados 12 5 3 14 34
Sitios con padres como profesores
en casa 2 0 3 12 17

Número de sitios ló 12 13 ló 57

Fuente: Los cuatro informes de los tipos de escenario son, respectivamente, de Melaragno y cois. (1981);
Robbins y Dingler (1981); Cadena-Muñoz y Keesling (1981); Smith y Nerenberg (1981).

198
í-’ :
mentación efectiva que se describen en el escuela en actividades relacionadas con la ins­
capítulo 5. trucción.
El empleo de padres como asistentes paga­ Sin embargo, el hecho es que no todos los
dos, también estaba relacionado con resultados padres muestran un interés en el trabajo de
positivos. Los padres que servían como asisten­ sus hijos en la escuela, y que no todos los maes­
tes informan acerca de muchos beneficios per­ tros y escuelas buscan la participación activa de
sonales (com o lo han descubierto otros estu­ los padres. En el gran estudio de Mortimore y
dios). Melaragno y colaboradores (acerca del colaboradores (1988), acerca de la eficiencia
programa Título I), subrayan: “Indudablemente, de la escuela, las prácticas de participación
el resultado más notable de una naturaleza insti­ paterna representaban uno de los 12 factores
tucional fue que los estudiantes desarrollaran clave que diferenciaban a las escuelas eficien­
mejores actitudes hacia su trabajo cuando sus tes de las menos eficaces.
padres participaban en el programa de instruc­
ción de la escuela” (pág. 7). Nuestros resultados muestran que la participa­
: Este efecto complementario en los estudian­ ción de los padres en la vida de la escuela es una
.'■1 i influencia positiva en el progreso y desarrollo de
tes, ocurrió com o resultado de la familiaridad

de los padres con la escuela y el programa de los alumnos. Esto incluía la ayuda en los salones
V i
instrucción, y no se limitaba a la situación en de clases y en visitas educativas, y la asistencia a
' ' reuniones para examinar el progreso de los ni­
que los padres estaban trabajando en el salón
ños. La accesibilidad del director para con los
de clases de sus hijos. En los estudios in situ, los padres también era importante; las escuelas que
investigadores de SCD también encontraron al­ operaban con una política informal, de puertas
gunos resultados negativos de naturaleza logísti­ abiertas, eran las más eficaces. La participación
ca; los maestros necesitaban tiempo extra para paterna en la evolución educativa de los alumnos
coordinar el trabajo de los asistentes; se presen­ en la casa, también era claramente benéfica. Los
taban dudas en algunos casos acerca de la apti­ estudiantes cuyos padres les leían, los escucha­
tud y el compromiso de los padres asistentes; y ban leer y les proporcionaban acceso a libros en
están los informes de algunos padres en el senti­ casa, tenían un efecto positivo en su aprendizaje
=11 do de que algunos maestros los intimidaban. (pág. 255).
Estos casos negativos, según los investigadores,
eran “extremadamente raros”. En tres de los En su estudio, con el cual ya nos hemos fami­
cuatro programas, los investigadores concluye­ liarizado, Rosenholtz (1989), encontró impor­
:s ; ron, sin dejar lugar a dudas, que los programas tantes diferencias en la forma en que los maes­
-.'3 ■

afectaban positivamente la calidad de la educa­ tros de las escuelas “progresistas”, en compara­


ción en los diversos sitios en los cuales los pa­ ción con las “estancadas”, se relacionaban con
dres eran activos. El programa ESAA fue la ex­ los padres. Los maestros de escuelas estanca­
cepción; los investigadores consideraron que no das “no consideraban objetivos para la partici­
podían pronunciarse por una declaración gene­ pación de los padres” (pág. 152), mientras que
ral semejante. La magnitud del subsidio financie­ los maestros de escuelas progresistas “enfoca­
ro no se relacionaba con la proporción de pa­ ban sus esfuerzos en involucrar a los padres en
dres que participaban en cualquiera de los cua­ el contenido académico, cubriendo así el vacío
tro programas. de aprendizaje entre el hogar y la escuela” (pág.
Ziegler (1987), realizó una revisión de la 152). En las escuelas estancadas era más proba­

investigación sobre los efectos de la participa­ ble que los maestros supusieran que no se po­
ción paterna, apoyándose en estudios tanto día hacer nada con los padres, en tanto que los
;
canadienses como estadounidenses. Las con­ maestros de las escuelas progresistas veían a
clusiones de la autora confirman el hallazgo cen­ los padres com o parte de la solución.
tral de esta sección, de que es benéfica para los Sólo una minoría de los maestros intenta que
niños la participación paterna en la casa y/o los padres participen sistemáticamente. Becker

CAP. 12. LOS PADRES DE FAMILIA Y LA COMUNIDAD 199


(1981) entrevistó a 3700 maestros de primariay En la encuesta a nivel estatal, Epstein encon­
a 600 directores. El autor preguntó acerca del tró, que 58 % de los padres, informaba que rara
uso de 14 técnicas específicas para lograr la vez o nunca habían recibido solicitudes del
participación de los padres y encontró que, a maestro para participar en actividades docen­
pesar de que los maestros favorecían en general tes en casa, mientras que más de 80 % dijeron
la participación de los padres en casa, “muy que podrían dedicar más tiempo a ayudar a sus
pocos parecen dedicar un esfuerzo sistemático hijos en casa, si se les mostraba cóm o realizar
para asegurarse de que la participación paterna actividades específicas de aprendizaje (Eps­
en casa logre objetivos particulares de aprendi­ tein, 1986, pág. 280).
zaje en una forma particular” (pág. 22). Sólo Se encontraron importantes diferencias en­
9 % de la muestra “requería” la cooperación tre los maestros líderes en la participación y
paterna; el resto hacía varias “sugerencias”. Los los maestros para comparación, aun cuando se
maestros que más empleaban las técnicas para igualaron ambos grupos por características y
la participación paterna en casa, presentaban tipo de comunidad. Por ejemplo, los maestros
más probabilidades de conseguir que ios pa­ líderes lograban la participación de padres con
dres participaran en el salón de clases como diversos antecedentes educativos, en compara­
voluntarios, asistentes u observadores. Aparen­ ción con los grupos control, los cuales informa­
temente, los otros maestros, a pesar de que ron que los padres con poca educación “no po­
aprobaban en general la participación paterna, dían o no ayudarían en casa”. Los padres de los
no sabían cómo actuar al respecto, percibían niños en las clases de maestros líderes informa­
que los padres no se interesaban en participar, ron una frecuencia de uso significativamente
o no se tomaban el tiempo para elaborar un mayor en nueve de las 12 prácticas para la parti­
programa de participación. O tal vez, muchos cipación de los padres. El efecto en los padres
maestros pensaban que los padres no podrían fue positivo y multifacético. Los padres aumen­
hacer una contribución útil a la educación de taban sus conocimientos acerca de la escuela
sus hijos. cuando el maestro usaba frecuentemente las
Algunos maestros “creen que sólo pueden ser prácticas para la participación de los padres.
eficaces si obtienen la asistencia paterna en las Epstein (1 9 8 6 ) manifiesta;
actividades de aprendizaje en casa” (Epstein,
1986, pág. 277); otros maestros consideran que Lo importante en nuestros resultados es, que
su responsabilidad está en peligro si intervienen el uso frecuente de las prácticas de participación
los padres. Epstein (1986), dirigió una encuesta paterna por parte del maestro, mejoró el conoci­
estatal en Maryland, la cual comprendió 82 salo­ miento de los padres acerca del programa de ins­
nes de clases de tercero y quinto grados, y 1269 trucción de su hijo, después de que se tomó en
cuenta el nivel de grado, la composición racial y
padres. La muestra se seleccionó expresamente
la composición de educación paterna del salón
para incluir a “36 maestros ‘caso’, a quienes se
de clases (págs. 288-289).
identificó en una encuesta anterior como firmes
partidarios y usuarios de la participación paterna
Epstein concluye:
en las actividades de aprendizaje en casa, y 46
maestros ‘control’ quienes, por su propio infor­
me, no favorecían la participación paterna” Los padres estaban conscientes de y respon­
dían positivamente a los esfuerzos de los maestros
(pág. 278). La participación paterna se midió en
para que participaran en las actividades docentes
términos de su frecuencia en 12 tipos de activi­
en casa. Los padres con hijos en los salones de cla­
dades de aprendizaje, en las cuales, los maestros ses de maestros que inducían a la participación
les piden a los padres que participen, ya sea en el paterna en su práctica regular de enseñanza, perci­
hogar o en la escuela (por ejemplo, leer al niño, bían con más claridad los esfuerzos de los maes­
o ponerle ejercicios de ortografía o matemáti­ tros, recibían más ideas de los mismos, conocían
cas, visitar el salón de clases, etc.). más acerca del programa de instrucción de su hijo

200 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


y concedían una calificación más alta a los profe­ eran más firmes en las escuelas donde los maes­
sores en cuanto a aptitudes interpersonales y la tros, sus colegas y los padres reconocían la
calidad general de enseñanza. Las prácticas de los importancia de la participación paterna.
maestros, consistentemente tenían efectos sólidos
4. Sin la asistencia de las escuelas, el cono­
y positivos en las reacciones paternas al programa
cimiento y las acciones de los padres para ayu­
de la escuela y en las evaluaciones de los padres
sobre los méritos de los maestros en todos los dar a sus hijos dependen en un alto grado de la
niveles educativos.. . Las prácticas de los maes­ clase social o de la educación de los padres.
tros para la participación paterna tenían vínculos Pero las escuelas -incluso las escuelas en zonas
más espectacularmente positivos con las reaccio­ céntricas de la ciudad- pueden elaborar pro­
nes de los padres que la comunicación general gramas muy positivos de participación paterna
escuela-casa o la asistencia paterna a la escuela para ayudar a que más familias se conviertan en
(pág. 291). socios conocedores de la educación de sus hi­
jos (págs. 11-12).
Y la mayoría de los padres dijeron que po­
drían hacer más si los maestros les indicaban Epstein y Dauber informan también, que los
qué hacer. maestros con actitudes más positivas hacia la
En un trabajo ulterior, Epstein y Dauber se participación paterna, tienen más éxito en com ­
concentraron, respectivamente, en las actitu­ prometer a “padres difíciles de alcanzar, inclu­
des y prácticas del maestro acerca de la parti­ yendo a los padres que trabajan, los menos edu­
cipación paterna (Epstein y Dauber, 1988), y cados, los solteros, los que tienen hijos de
las actitudes y prácticas dé los padres (Dauber mayor edad, los padres jóvenes, los que son
y Epstein, 1989), en ocho escuelas de la zona nuevos en la escuela y otros adultos con quie­
céntrica de Baltimore (cinco escuelas primarias nes viven los niños” (pág. 5).
y tres de enseñanza media). Al examinar las En un estudio comparativo, enfocado en las
actitudes y prácticas de los 171 maestros, Eps­ actitudes y actividades de los padres, Dauber y
tein y Dauber (1988) encontraron; Epstein (1 9 8 9 ) encontraron que;

1. Casi todos los maestros expresan actitu­ 1. Los padres informan poca participación
des firmes y positivas acerca de la participación en la escuela misma. Muchos padres trabajan
paterna en general. Pero la fortaleza de los pro­ medio tiempo o tiempo completo, y no pueden
gramas escolares y la práctica real de los maes­ ir al edificio de la escuela durante el horario
tros varían considerablemente, siendo los pro­ escolar.
gramas de primaria más sólidos, más positivos, 2. Los padres en todas las escuelas de esta
y más comprensivos que los de los grados de muestra son enfáticos acerca de querer que las
enseñanza media. escuelas y los maestros les aconsejen cómo
2. Las prácticas individuales de cada maes­ ayudar a sus propios hijos en casa en cada
tro en los distintos niveles de grado particulares nivel o grado.
y en áreas de materias particulares, son la pie­ 3. Los padres creen que las escuelas necesi­
dra angular de los programas óptimos de parti­ tan reforzar prácticas tales como el proporcio­
cipación paterna. ‘ narle información específica sobre las principa­
3. Sin embargo, el maestro individual no es el les materias académicas de sus hijos y lo que se
único factor en la elaboración de programas espera que aprendan cada año.
. sólidos. Los análisis de “calificaciones discre- 4. Los padres de niños pequeños y los pa­
pantes” mostraron que las diferencias entre él y dres con mayor escolaridad realizan más acti­
el director, él y sus colegas, y entre él y los vidades en casa en apoyo de la escolaridad de
padres, se asociaban significativamente con la sus hijos.
g solidez de los programas de participación pater- 5. Los padres que recibían la guía de los
&*', na en las escuelas. Los programas y las prácticas maestros acerca de cómo ayudar en casa, pasa-

CAP. 12. LOS PADRES DE EAMILIA Y LA COMUNIDAD 201


ban más tiempo que otros padres ayudando a tativas de los padres en cuanto a sus hijos,
sus hijos con las tareas. tenían poco impacto en la sensación de impo­
6. Lo más importante para la política y la tencia de los estudiantes” (pág. 14); mientras
práctica educativas es, que el nivel de partici­ que “en la muestra predominantemente negra,
pación de los padres se vincula directamente las percepciones del personal de las escuelas
con las prácticas específicas de la escuela que acerca del interés y de las expectativas de los
estimulan la participación en la escuela y guían padres con respecto a sus hijos, explicaban la
a los padres para que ayuden en la casa. Los mayor parte de la variación” en el sentido de
datos son claros en cuanto a que las prácticas inutilidad de los estudiantes (pág. 15). En
de las escuelas para informar e involucrar a otras palabras, para los estudiantes a nivel
los padres son más importantes que su escolari­ estatal y los blancos, la percepción de los hijos
dad, el tamaño de la familia, la situación mari­ acerca de las expectativas de los padres era la
tal, e incluso el nivel del grado, para determinar influencia clave pero, para los estudiantes
si los padres de zonas céntricas permanecen negros, las expectativas de la escuela eran el
comprometidos con la educación de sus hijos factor determinante. Johnson y colaboradores
hasta la enseñanza media (págs. 15-16, subra­ manifiestan: “Los estudiantes en escuelas con
yado suyo). población predominantemente negra creían
que el sistema social funcionaba de una mane­
Es especialmente importante señalar que las ra tal que limitaba su oportunidad para triunfar
prácticas de participación de los padres tuvie­ ahí” (pág. 15).
ron éxito con padres de menor escolaridad y Así, un sentido de inutilidad explicaba 69 %
estudiantes en condiciones desventajosas, ca­ de la variación en logros académicos en estu­
sos en los cuales es fundamental que la escue­ diantes negros. Johnson y sus colaboradores
la haga una diferencia. Johnson, Brookover y concluyen; Un “alto sentido de inutilidad difi­
Farrell (1989), investigaron el vínculo entre la cultaba la motivación de logro de los niños, lo
percepción de los directores, maestros y estu­ cual, a la larga, afectaba el promedio de logros
diantes acerca de las expectativas y la partici­ académicos de los estudiantes en la escuela”
pación paternas, y el “sentido académ ico de (pág. 16). Como hemos visto, el punto principal
inutilidad” de los estudiantes, el cual se definió es que los maestros varían en su conducta para
como “la sensación de los estudiantes de que inducir la participación de los padres incluso
carecen de la capacidad para triunfar en el sis­ cuando tratan con las mismas comunidades. Un
tema social de la escuela, o una sensación de ejemplo más, esta vez de comunidades blancas
desesperanza” (pág. 2). Estos autores examina­ de clase media en los distritos suburbanos pú­
ron tres grupos -u n a muestra en el nivel estatal, blicos de primaria; Hulsebosch (1989), entre­
una muestra de mayoría blanca, y una muestra vistó a los maestros de seis escuelas, tres de
de mayoría negra- de estudiantes de cuarto y cada distrito, acerca de las prácticas de partici­
quinto grados, en Michigan. pación paterna. De la encuesta, Hulsebosch se­
Johnson y sus colaboradores encontraron, leccionó a nueve maestros para entrevistas ex­
com o era de esperarse, que las bajas expecta­ haustivas -c in c o maestros con alta participa­
tivas de los padres con respecto a sus hijos se ción paterna (llamados maestros “caso”) y cua­
correlacionaban firmemente con el sentido tro con baja participación (maestros “contras­
académ ico de inutilidad de los estudiantes (ya te”) - . Sus resultados son muy reveladores. Los
fuesen de cuarto o quinto grados). Sin embar­ maestros con alta participación diferían en la ,
go, también descubrieron una importante dife­ frecuencia y variedad de contactos con los pa­
rencia entre los grupos. Para las muestras en el dres. Más importante, los maestros caso “con-
nivel estatal y de mayoría blanca, “las percep­ ceptualizaban” su relación con los padres en
ciones del personal de las escuelas [directores formas radicalmente diferentes; estos maestros
y maestros] acerca de los intereses y las exp ec­ tenían una pluralidad más extensa de objetivos:

202 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


i
i r
infundir confianza en los niños, desarrollar su nomía en formas que mantienen la separación y
personalidad y hacerlos sentir que se preocu­ la distancia (Hulsebosch, 1989, pág. 45).
pan por ellos. Los maestros contraste definían No hay necesidad de entrar en detalles de
su papel más estrechamente, ajmdar a los niños otra investigación, excepto para señalar la
a ser buenos ciudadanos, ayudarlos a desarro­ imagen tan irónica y frustrante que surge. Por
llarse académicamente. una parte, los maestros dicen que quieren más
Igualmente, los maestros de alta participa­ contacto con los padres, pero parece que
ción se formaban un concepto de la solución piensan que muchos padres no están disponi­
en términos de colaboración más holística; bles o interesados. Por la otra, la mayoría de
“En vez de verse a sí mismos com o los únicos los padres dicen que quieren averiguar más
conductores de estos objetivos com plejos, acerca de lo que se supone que deben apren­
parecen considerarse com o una entre varias der sus hijos y qué pueden hacer para ayudar­
influencias importantes en la vida del niño” los en casa, aun cuando necesitan dirección y
(pág. 10). Hulsebosch encontró varios temas apoyo específicos para desempeñar ese papel.
que se derivaban de este concepto de la ense­ En lo que respecta a la mayoría de las escuelas,
ñanza. Los maestros que se inclinaban por una estos intereses se expresan, si acaso, en for­
participación alta describían a los padres mas negativas y esporádicas - “los padres in­
como “ventajas”, mientras que los que tendían terfieren”, o “lo maestros culpan a los padres
a la participación baja percibían a los padres de no interesarse o de proporcionarles a los
como problemas o responsabilidades. Compa­ hijos un ambiente hogareño deficiente”. Sin
rados con los maestros de baja participación, embargo, com o lo muestra la evidencia, una
los de participación alta consideraban que los vez que los maestros y los padres interactúan
padres eran una fuente importante de informa­ en forma regular en actividades específicas, las
ción (us. una conducta invasora), com o bási­ reservas y el temor mutuos se transforman,
cos para la enseñanza (us. agregados), com o con resultados positivos para la evolución per­
intrínsecos (¿;s. una fuente de distracción) sonal y académ ica de los estudiantes y para las
para el aprendizaje. Hulsebosch describe las actitudes del padre y el maestro. No se nos
formas multifacéticas en que piensan y actúan debe escapar otro hecho: algunos maestros y
los maestros de alta participación para incor­ escuelas incorporan a los padres en la educa­
porar a los padres en el trabajo básico de la ción de sus hijos en modalidades fundamenta­
enseñanza; les y multifacéticas, en comparación con otros
maestros y escuelas que tratan en formas
Por tanto, tenemos a los maestros de alta par­ idénticas con padres y comunidades. La evi­
ticipación que consideran a los padres como dencia nos dice que los maestros individuales
una influencia significativa, continua y, en su
pueden establecer prácticas efectivas de parti­
mayor parte, positiva en la vida educativa del
cipación paterna sin un fuerte apoyo de la
■), m
niño. En contraste, tenemos al maestro de baja
participación que considera la influencia de los escuela, pero el impacto es mayor si trabajan
padres como tangencial y neutral en el mejor de juntos los maestros y directores.
los casos, o, con más frecuencia, como proble­ Los lectores que están familiarizados con la
mática (pág. 28). teoría del cambio que estamos elaborando en
este libro, a partir de los resultados anteriores
El concepto de maestro se define de modo se habrán formado, por lo menos, una impre­
diferente en los dos grupos. Los maestros de sión fundamental que es consistente con esa
alta participación valoran la autonomía profe­ teoría: por intuición, si no teóricamente, es
sional, pero lo hacen en una forma que fomenta obvio que la participación directa en la instruc­
la reciprocidad, la apertura, la cercanía y la co ­ ción relacionada con la educación del propio
laboración con los estudiantes y los padres. Los hijo, es la ruta más segura para que los padres
maestros de baja participación definen su auto­ encuentren un sentido de significado específi-

CAP. 12. LOS PADRES DE EAMILIA Y LA COMUNIDAD 203


co frente a los nuevos programas diseñados dio de la participación de los padres en funcio­
para mejorar el aprendizaje. Los empleos como nes de toma de decisiones en las juntas directi­
asistentes pagados proporcionan esta oportuni­ vas, descubrió que los directores de la escuela
dad para algunos padres. La experiencia como dominaban la información y las decisiones; el
tutores en casa o profesores particulares y otras título del ensayo lo dice todo: “El mito de la par­
formas de participación con los maestros pro­ ticipación paterna a través de las juntas consul­
porcionan la oportunidad para cada padre en tivas” (Paddock, 1979).
los niveles de primaria. En el mismo sentido, Lucas, Lusthaus y Gibbs
(1978-1979), examinaron juntas directivas de
padres en Quebec, las cuales legislan esas jun­
Formas no instructivas de tas en las escuelas. Lucas y sus colaboradores
participación paterna investigaron qué estaba sucediendo en 10 es­
cuelas primarias y cinco secundarias con un
Son dos las principales formas de participa­ análisis del contenido de las minutas del comité
ción paterna y comunitaria que no son instructi­ durante el año escolar. Estos investigadores
vas. Una se relaciona con la participación en encontraron que;
juntas directivas y de asesoría, y en asociacio­
nes. La otra implica formas más extensas de 1. Rara vez se trataban asuntos pedagógicos.
relaciones y colaboración con la comunidad y 2. Los temas eran principalmente de natura­
la escuela. leza informativa (a diferencia de un papel
Como se demuestra en las siguientes pági­ de recomendaciones, lo cual ocurría me­
nas, es poca la evidencia que sugiere que la par­ nos de 4 % del tiempo).
ticipación paterna en las juntas directivas afecta 3. Los temas que se abordaban casi siempre
al aprendizaje en la escuela, si bien produce eran iniciados por los administradores o
otros beneficios y efectos indirectos. El Grupo maestros (67.2 % en el nivel primaria y
de Relaciones Escuela-Comunidad de la Uni­ 78 % en el nivel secundaria) en vez de los
versidad de Wisconsin-Madison, realizó una pa.dres (27.6 % en el nivel primaria y
serie de estudios de caso en cinco escenarios 17.9 % en el nivel secundaria).
muy diferentes (rural, urbano, primaria, secun­
daria y de diversas clases sociales). En todos los La investigación SCO contiene la informa­
casos, no se encontró prácticamente ninguna ción más amplia sobre la participación paterna
relación entre la cantidad de la participación de en asuntos directivos, en razón de que cubre
los padres en las juntas directivas y el desempe­ cuatro programas importantes. Los cuatro pro­
ño de los eatudiantes (Bowles, 1980). Mortimo- gramas ordenan la organización de comités
re y sus colaboradores (1988, pág. 255), en su directivos paternos de distrito y/o escuela. Los
estudio longitudinal de 50 escuelas encontra­ estudios in sita tienden a confirmar otra investi­
ron que la existencia de las Asociaciones de gación sobre la participación paterna en el ren­
Padres y Maestros formales no se relacionaba glón directivo; a saber, cuando los comités
con una escolaridad efectiva. directivos son obligatorios, éstos trabajan en
En su revisión, Fantini (1980), sugiere que la una proporción muy pequeña de los casos. Por
investigación sobre las formas de participación ejemplo, de los 16 sitios del Título I, sólo se
en las normas directivas apoya claramente la encontraron tres comités directivos distritales
generalización de que con respecto a “los pa­ que participaban activamente. De los otros 13,
dres en papeles de toma de decisiones, no se uno no tenía comité, siete tenían comités, pero
encontró evidencia que confirmara o rechazara no participaban, y cinco tenían una “participa­
la hipótesis básica acerca del impacto en los ción simbólica” (Melaragno y cois., 1981, págs.
niños, aunque hay evidencia de beneficios para 5-38). De modo similar, en los comités directi­
los adultos participantes” (pág. 10). Otro estu­ vos a nivel escuela, Melaragno y sus colabora-

204 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


dores encontraron que sólo tres de 31 comités blema consista en que muchas juntas directivas
escolares desempeñaban un papel activo en la y otras formas de participación paterna en la
, V dirección de proyectos. De los otros, la mayoría toma de decisiones, no tengan un enfoque cla­
representaba un papel simbólico; de hecho, en ro y no estén bien organizadas - e s decir, que
12 de las 31 escuelas nunca se habían formado no aborden las necesidades de los padres, y
los comités, sólo existían en papel, o se reunían sean ineficientes, improductivas y otros aspec­
tan rara vez, que no había oportunidad para la tos similares-. Por ejemplo, Joyce (1978) en
participación. un estudio de las juntas en California, presenta
Los estudios in situ proporcionan también evidencia convincente de que un gran número
información sobre factores asociados con los de juntas directivas padres-escuelas pueden ser
comités eficientes. La mayor efectividad se pre- muy eficaces cuando tienen una tarea clara y
.senta: están cuidadosamente organizadas. De modo
’! i' similar, en Chicago, la organización Diseños
1. Donde la legislación federal o estatal era para el Cambio, ha demostrado que los grupos
precisa y con vigilancia respecto a formas de padres pueden ser muy eficaces en cuanto a
específicas de participación. su influencia en las decisiones y la mejora de las
2. Donde los departamentos estatales esta­ escuelas, siempre y cuando se les asista en el
ban comprometidos con la participación fomento de tres áreas importantes de aptitudes:
de tos padres y perseguían activamente
ese objetivo al brindar asistencia, visitas 1. La capacidad para reunir información pre­
frecuentes a los distritos, etcétera. cisa acerca del sistema que están tratando
3. Donde los distritos locales especificaban de cambiar.
los roles de los padres, les proporciona­ 2. El dominio de una variedad de técnicas
ban capacitación y contaban con padres para intervenir hábilmente.
que eran coordinadores activos que facili­ 3. La capacidad para asegurar que su propio
4- taban la participación de otros padres. grupo funciona eficientemente como tal
(véase Moore, Weitzman, Steinberg y Ma­
En cuanto a resultados, los padres y el perso­ nar, 1981).
nal del distrito informan sobre beneficios tanto
personales (por ejemplo, evolución y conoci­ Además, la participación de los padres en la
miento personal), com o para el proyecto (por escuela puede dar com o resultado un apoyo
ejemplo, mejor trasmisión de instrucción), en para la obtención de recursos adicionales y
los casos en que las juntas eran activas. Sin em­ para lidiar con problemas en las relaciones con
bargo, el principal descubrimiento sigue siendo la oficina del distrito y otras agencias fuera de la
el siguiente; fueron muy pocas juntas, ya fuese a comunidad local.
nivel distrito o escuela, las que se organizaron En un estudio posterior, Moore, Soltman,
de tal forma que resultara en más que una parti­ Steinberg, Manar y Fogel (1983), subrayan la
cipación simbólica. importancia de los grupos de padres y ciuda­
Aparentemente, la mayoría de los padres no danos para presionar, por medio de reformas,
(juerían participar en comités o juntas directi­ la “calidad del servicio” en la escuela (1983,
vos. En 1979, una encuesta a nivel nacional en pág. 46); es decir, en la evaluación y manteni­
Canadá, de más de 2000 padres, formuló esa miento de las estructuras necesarias para ase­
pregunta precisamente. En conjunto, 63.4 % de gurar la calidad de la educación para todos los
los entrevistados indicaron que no les gustaría estudiantes. Moore y colaboradores advierten,
actuar como integrantes de un comité directivo no obstante, que es necesario que los grupos
casa-escuela (Canadian Education Association, sean proactivos en vez de reactivos en su análi­
1979). sis y solución de los problemas. Su estudio
En otro sentido, es posible que parte del pro­ sugiere que la mayor parte de los grupos comu-

CAP. 12. LOS PADRES DE FAMILIA Y LA COMUNIDAD 205


nitarios carecen de esta postura proactiva. En con sus comunidades. La participación de la
concordancia con los resultados del estudio comunidad fue uno de los seis temas principales
de 1981 que se mencionó antes, los grupos de que caracterizaban a las escuelas eficaces en el
apoyo constituidos por padres necesitan capa­ análisis de Wilson y Corcoran (1988) de 571
citación para organizar sus esfuerzos de acuer­ escuelas secundarias. Pero la forma de participa­
do con el modelo que proporcionan los gru­ ción es diferente y más compleja que en las
pos activos sin base en la escuela. escuelas primarias. Wilson y Corcoran titularon
Es importante aclarar lo que se dice y lo que su tema, participación pública: estableciendo
no se dice en esta sección. Primero, el enfoque contacto con la comunidad. Encontraron cinco
está centrado en la participación paterna en componentes interrelacionados de un alcance
asuntos educativos. Por tanto, no me he extra­ exitoso:
viado en la extensa literatura enfocada sólo a la
educación de los adultos, al uso de la escuela 1. Recursos humanos (reclutamiento de
por la comunidad, y a las “escuelas comunita­ miembros de la comunidad en la escuela).
rias”. Segundo, como he indicado, el descubri­ 2. Relaciones públicas (comercialización vi­
miento de que no existe relación entre la parti­ gorosa).
cipación paterna en la dirección y los logros del 3. Recursos fiscales (fondos adicionales).
estudiante deja sin respuesta a un buen número 4. Servicios comunitarios (participación de
de preguntas. ¿La falta de relación se debe a los estudiantes en la comunidad).
una pobre organización de las juntas directivas? 5. Construcción de identidad (sentido simbó­
Es decir, ¿si esas juntas funcionaran como se lico de identidad con la comunidad) (Wil­
supone, habría un impacto positivo? (Los Dise­ son y Corcoran, 1988, cap. 7).
ños para el Cambio funcionan y la investigación
de Joyce indicó que ése podría ser el caso). Ter­ Wilson y Corcoran concluyen que:
cero, los resultados no conducen a la conclu­
sión de que deba abandonarse el papel de ase­ El establecimiento de vínculos de mayor co­
sor o cualesquiera otra forma de participación laboración con la comunidad, produce benefi­
paterna en la dirección. La conclusión más pre­ cios concretos para las escuelas y su personal.
cisa es que las juntas o asociaciones, por sí mis­ Primero, los vínculos de colaboración con la
mas, no significan gran diferencia. Epstein y comunidad fortalecen los aspectos técnicos de la
escuela. Los miembros de la comunidad repre­
Dauber (1988), encontraron que era más pro­
sentan una enorme fuente de pericia a la cual
bable que las escuelas que promovían las activi­ pueden recurrir las personas creativas. . . Segun­
dades de participación de los padres en casa, se do, una fuerte participación de la comunidad
dedicaran también a otros tipos de fomento de convierte a las escuelas en lugares más accesibles
la participación. Las múltiples formas de partici­ y atractivos y fomentan un apoyo político entre
pación tienen un impacto positivo sinergético las circunscripciones. Conforme las personas
mutuamente reforzante. conocen las escuelas y sienten que pueden con­
En efecto, la buena noticia es que se están tribuir a su éxito, disminuye la crítica ignorante...
elaborando formas más amplias de colabora­ Tercero, la participación de adultos, que no sean
ción padres/comunidad-salón de clases/escue- parte del personal, en las actividades de la escue­
la y están empezando a rendir beneficios para la, comunica un importante mensaje a los estu­
diantes. Si los adultos están dispuestos a sustraer
tas escuelas primarias y secundarias (Davies,
un tiempo de sus horarios para ayudar a las
1989; Jackson y Cooper, 1989; Wilson y Corco­ escuelas, debe ser una actividad de cierto signifi­
ran, 1988; edición especial de Educational Lea- cado. . . Por último, las actividades en colabora­
dership, octubre de 1989). Con estos progre­ ción configuran la cultura escuela-comunidad
sos, estamos empezando a ver que para que las que alienta un sentido de interés por la calidad de
escuelas de enseñanza media superior sean efec­ vida que con tanta frecuencia falta hoy día en este
tivas, deben formar relaciones de base amplia mundo ruidoso y hostil. .. El fomento de toda

206 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


1
clase de participación de los integrantes del per­ todos los demás que participan; y participa­
sonal de la escuela en la comunidad y de los ción de grupos externos para auxiliar y ayudar
miembros de la comunidad en la escuela, trasmi­ a que la escuela se presente ante el resto de la
te un mensaje a los vecinos de la escuela. Este comunidad.
-: mensaje dice: “nos interesamos en ti, queremos A nivel primaria existe un ejemplo similar en
conocerte, y queremos que tú nos conozcas”
“The Schools Reaching Out Project”, coordina­
(págs. 116-117).
do por el Instituto de Educación Responsiva
(Davies, 1989). En el proyecto participan dos
Con base en los resultados de esta investiga­
escuelas primarias -la David A. Ellis School en
ción, se están elaborando proyectos más deli­
Roxbuty, Boston, y P. S. 111, en Nueva York-.
berados para capacitar y apoyar tanto a los pa­
Las escuelas están probando una extensa varie­
dres com o al personal de las escuelas. Jackson
dad de tácticas “para motivar la participación
y Cooper (1989), informan sobre un importante
de las familias y la comunidad con el fin de
proyecto en la ciudad de Nueva York que com ­
mejorar la eficiencia de la escuela” (Davies,
prende grupos de padres en tres secundarias en
1989, pág. 4). El proyecto está respaldado por
:í el Bronx y cinco en Staten Island.
una comisión nacional formada por 19 investi­
El enfoque inicial se centraba en las necesida­ gadores y educadores, y proporciona informa­
des e inquietudes de los padres como personas, ción, recursos y asistencia para realizar investi­
no en aprender acerca de los programas de la es­ gación y difundir los resultados, con el fin de
cuela, ni en destacar cualquier falta por parte de centrar la atención nacional en la necesidad de
1
sus hijos. . . El Support Group (Grupo de Apoyo) vínculos más fuertes entre escuelas, familias y
proporcionaba un foro para que los padres apren­ comunidades. Davies lo expone de modo con­
r í\ dieran sobre los errores y los éxitos de los padres;
4 vincente; f
■i f para enseñar a los padres cómo enfrentar proble­
mas personales; y, lo que es más importante, ayu­ Las conexiones entre familias, escuelas y
darlos a que se den cuenta de que muchos otros comunidades no se ven todavía como relaciona­
padres tienen las mismas fallas, éxitos y proble­ das vitalmente con la principal tarea social de
mas (págs. 4-5). romper el vínculo entre pobreza y fracaso social y
académico para tantos niños pobres (pág. 13).
En una segunda fase, el interés se desplazó a
j: la interacción entre el hogar y las escuelas, exa­ El poder de la asociación padre-escuela se
minando temas como las expectativas de las es­ puede ver en el esfuerzo estatal de Tennessee,
1 % cuelas, las expectativas de los padres, las rela­ en el cual se financiaron 11 modelos de partici­
ciones hogar-escuela, y aspectos semejantes. pación paterna en escuelas primarias en 17 lo­
El proyecto todavía está en las primeras eta­ calidades (Lueder, 1989a, 1989b). Los modelos
pas, pero la evaluación del primer año indica se centraron en temas tales como “paternidad
cierto éxito y proporciona lecciones para la activa” (sesiones de capacitación para los pa­
extensión del proyecto. De acuerdo con Jack­ dres), “padres jóvenes como maestros” (un pro­
son y Cooper, los factores importantes relacio­ grama para padres adolescentes), “operación a
nados con el éxito incluyen; participación visi­ prueba de errores” (conferencias padre-estu­
ble y activa de los directores; líneas abiertas de diante-maestro para elevar el desempeño del
comunicación entre el director y el personal alumno), y “matemáticas familiares” (un pro­
del proyecto; tiempo suficiente para planear, grama para que los padres y los estudiantes tra­
reclutar y darle seguimiento; entendimiento y bajen juntos en matemáticas). Más de 95 % de
apreciación por parte del personal del proyec­ los padres informaron que estaban más involu­
to de la cultura de los padres y las escuelas; crados en la educación de su hijo; más de 90 %
participación de los maestros para que puedan informó que habían mejorado las aptitudes y las
ver a los padres bajo una luz diferente; recono­ actitudes en general de su hijo, y 81 % percibió
cimiento en una forma visible de los padres y una mejoría en la conducta de su hijo (Lueder,

CAP. 12. LOS PADRES DE FAMILIA Y LA COMUNIDAD 207


1989a, pág. 17). En un proyecto, por ejemplo, carse en problemas y soluciones específicos
la participación de los padres fue considerable (MacDowell, 1989).
y resultó en aumentos significativos en las califi­ Una vez que hemos analizado minuciosa­
caciones en la atención, lectura y matemáticas mente el papel de la participación paterna y la
de los niños en comparación con dos grupos mejora, queda por considerar brevemente un
control (Lueder, 1989b). elemento final antes de dirigirnos a las directri­
La Iniciativa para Nuevos Futuros, de la Fun­ ces para la acción - e l papel de las juntas esco­
dación Annie E. Casey para jóvenes en riesgo, lares y las comunidades frente a la innovación y
proporciona un excelente ejemplo de integra­ la reforma.
ción escuela-comunidad en el nivel de prepara­
toria (W ehlage y Lipman, 1989). Los proyectos
se financian en cinco ciudades -Dayton, Ohio; CONSEJOS ESCOLARES,
Lawrence, Mass.; Little Rock, Ark.; Pittsburgh, COMUNIDADES Y CAMBIO
Pa.; y Savannah, G eorgia- las cuales se están
“embarcando en un compromiso de cinco años Las comunidades pueden: o) ejercer presión
para abordar comprensivamente las causas de en los administradores de distrito “para que ha­
la deserción, bajo desempeño escolar, embara­ gan algo” con respecto a un problema; ti) opo­
zos de adolescentes y desempleo de los jóve­ nerse a innovaciones específicas que se han
nes” (W ehlage y Lipman, 1989, pág. 1). Entre adoptado; o c) no hacer nada (apoyo pasivo o
los objetivos del esfuerzo de cinco años, el cual apatía). Aun cuando contamos con varios ejem­
se inició en 1989, se encuentran los siguientes: plos individuales notorios de las dos primeras
proporcionarle oportunidades a la juventud en situaciones, el caso más frecuente es que las
riesgo dándole acceso a actividades, experien­ juntas directivas y las comunidades no inicien o
cias y conocimiento que rebasan los límites tra­ no desempeñen un papel importante en la deci­
dicionales de la escuela, incluir a los padres y sión acerca de programas innovadores; es de­
miembros de la comunidad en el proceso de cir, sólo los administradores y maestros elabo­
toma de decisiones, fortalecer a las familias ran o hacen recomendaciones acerca de la ma­
y comunidades, interesar a los miembros de la yoría de los programas nuevos, o las nuevas po­
comunidad para que desempeñen un rango de líticas que dictan los gobiernos. Ese es el caso
valiosas actividades de aprendizaje dentro y que podemos ver en el estudio nacional DESSI
fuera de la escuela y, más ampliamente, esta­ a gran escala en Estados Unidos de América, en
blecer juntas para coordinar la intervención de el cual se investigó un importante número de
agencias, com o el alcalde y municipio de la ciu­ categorías de innovaciones adoptadas por los
dad, cámara de comercio, empresas e indus­ distritos escolares (Crandall y cois., 1982). El
trias, servicios sociales, sindicatos de trabaja­ estudio fue muy amplio en su cobertura. Mien­
dores, educación superior, escuelas, padres y tras que el diseño inicial de muestreo requería
jóvenes, y sus vecindarios. La Iniciativa para de entrevistas con los presidentes de las juntas
Nuevos Futuros comprende estructuras de res­ directivas acerca de innovaciones adoptadas
ponsabilidad y el compromiso de examinar re­ en sus distritos, esta parte del diseño se tuvo
sultados verificables. En cada una de las cinco que abandonar cuando se descubrió en las en­
ciudades los proyectos no sólo pretenden inte­ trevistas que los presidentes no sabían práctica­
grar las escuelas y las comunidades, sino tam­ mente nada acerca de las innovaciones.
bién elaborar las reformas “en el contexto de Las juntas y las comunidades pueden ser ra­
una obligatoriedad que abarque la ciudad, para dicalmente poderosas en el reducido número
reconfigurar las instituciones y condiciones que de casos en que se les estimula, por cualquier
afecta a la juventud” (Wehlage y Lipman, 1989, razón. Una de las presiones más típicas para el
pág. 20). Con el fin de que esas sociedades de cambio, ocurre com o resultado de cambio en
múltiples agencias tengan éxito, deben enfo­ la población. El estudio de Berman, McLaughlin

208 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


y colaboradores (1979) de cinco distritos esco ­ en 62 % de las principales decisiones acerca del
lares que están experimentando cambios, ejem ­ currículo, no hubo participación legal (comuni­
plifica que las variaciones demográficas mayores dad) (citado en Boyd, 1978, pág. 613). Sin em­
(crecimiento rápido o disminución en la pobla­ bargo, en los casos que implicaron conflicto y
ción, cambios en la composición étnica o de cla­ negociación, casi siempre prevalecieron los gm-
se), conducen a un auge en el activismo de la pos de la comunidad. De modo similar, los dos
comunidad en un sistema escolar que antes esta­ estudios de caso que se realizaron a finales de la
ba estancado, elección de nuevos miembros de década de 1960 e introdujeron el enfoque de
la junta, contratación de un jefe de zona innova­ “implementación fracasada”, son ejemplos clási­
dor, reestructuración total de los papeles y acti­ cos de la falta de atención a la comunidad, la
vidades del personal central, facilitación de la adopción de innovaciones progresistas indefini­
participación en el cambio al nivel de la escuela das y el costo de lo anterior -fracaso de la inno­
por parte de los directores y maestros, etc. Los vación y su abandono a la larga, baja moral, y
distritos se transformaron en breve plazo, y se agotamiento de los administradores y maestros
pusieron en práctica muchos de los nuevos pro­ (Gross y cois., 1971; Smith y Keith, 1971).
gramas. Sería fácil localizar otros estudios de Por el lado positivo, lo que nos dicen estas
caso que muestran patrones similares de presión experiencias, en efecto, es que las comunida­
acumulativa de la comunidad que conduce al des se pueden poner a la altura de las circuns­
cambio exitoso o a interminables conflictos en­ tancias para rechazar las innovaciones mal con­
tre la comunidad y la administración central. Mi cebidas - l o que algunos observadores descor­
■V punto de vista es doble. Primero, estos casos teses califican com o la capacidad para “detec­
ocurren, son espectaculares, y pueden condu­ tar la basura” de aquellos que se encuentran en
-
cir a cambios positivos (se ponen en práctica el extremo receptor del cam bio-. Desafortuna­
buenos programas nuevos), o negativos (co n ­ damente (y esto nos lleva al lado negativo), la
flicto continuo). Segundo, estos casos en que la confianza, la percepción (insighi) y la capaci­
i
presión de la comunidad conduce al cambio, se dad para detectar la basura no están distribui­
V ' Í ::
encuentran en una franca minoría. das uniformemente. Las comunidades en las
Las juntas y las comunidades, si se les ignora, cuales los padres tienen menos educación, no
también pueden poner fin a las innovaciones son capaces de traducir sus dudas en esfuerzos
í’.'- adoptadas sin su consentimiento informado. concertados para combatir el cambio por el
Gold y Miles (1981), describen la dolorosa his­ bien del mismo. En otras palabras, las comuni­
J¡ toria de lo que sucede cuando a las comunida­ dades de clases media y alta tienen una mayor
des de clase media no les agradan las innova­ capacidad para mantener honestos a los distri­
ciones que ven en sus escuelas. En este estudio tos escolares. Como dice Bridge (1976):
de caso, la escuela intentó implementar la edu­
cación abierta (una innovación notoriamente El hecho desafortunado es que las familias
indefinida y ambigua), sin la participación de la “marginadas”, por lo general, son las menos in­
formadas acerca de los asuntos de la escolaridad
comunidad. Los padres de familia se preocupa­
y el resultado es que las clientelas en ventaja ten­
ban cada vez más de si la innovación era ade­ drán el mayor impacto en las innovaciones esco­
cuada, ya que parecía que los maestros no eran lares, a menos que se hagan esfuerzos extraordi­
capaces de explicar el motivo por el cual se po­ narios para atraer la participación de otras per­
nía en práctica dicha innovación. La preocupa­ sonas (pág. 378).
ción creció y, en poco tiempo, los padres pusie­
ron fin a la innovación. Más aún, en las iniciativas de reformas, es
El estudio de Schaffarzick, de 34 distritos del frecuente que se pase por alto a las juntas
área de la bahía de San Francisco, proporciona escolares locales. Danzberger, Carol, Cun-
una evidencia adicional para el patrón que he­ ningham, Kirst, McCloud y Usdan (1987), lla­
mos estado examinando. El autor encontró que man a las juntas “los jugadores olvidados en el

CAP. 12. LOS PADRES DE FAMILIA Y LA COMUNIDAD 209


equipo de educación”. Estos autores realiza­ Las juntas exitosas también trabajan más ac­
ron un estudio nacional de las juntas escolares tiva e interactivamente con los jefes de zona y
locales en Estados Unidos de América, en el la administración distrital. Comparadas con las
cual integraron a 450 presidentes de las juntas menos exitosas, no había diferencias en el tipo
de distritos de la ciudad y 50 en distritos rura­ de comunidades o características de los admi­
les, y entrevistaron a una variedad de líderes nistrativos. Pero, como he dicho, aún no se ha
locales. estudiado el problema sobre cómo incrementar
Danzberger y sus colaboradores encontra­ la efectividad de las juntas escolares.
ron que los gobiernos estatales estaban asu­ Dado que las juntas y la comunidad, ya sean
miendo una creciente actitud directiva, que no de clases baja o media, no tienen con frecuen­
era claro el papel de las juntas locales, que los cia un papel influyente para determinar el cam­
integrantes de la junta recibían poca prepara­ bio, se puede uno preguntar: “¿Cuántas innova­
ción y capacitación para sus funciones, y que ciones inadecuadas se han perpetrado en el
sólo una tercera parte de las juntas investigadas público durante las tres décadas pasadas?” La
tenían algún proceso para evaluar o vigilar las respuesta es “demasiadas”, lo cual es otra for­
funciones de la junta. Observaron que las juntas ma de afirmar la importancia del papel de los
son agentes decisivos para la mejora de la es­ padres en la reforma educativa, mismo que tris­
cuela, y recomiendan que las reformas estatales temente se ha descuidado y subestimado. En
se ocupen de fortalecer la capacidad de las jun­ términos más amplios, los que están interesa­
tas locales para producir y vigilar el cambio, y dos en una reforma educativa más efectiva, ten­
que las juntas mismas deben dedicarse a la drán que lidiar con las juntas escolares y con los
automejora por medio de su actuación en fun­ miembros de la comunidad en una forma tal
ciones y con el establecimiento de sistemas que afronte el hecho de que estos grupos son
para evaluar su propia efectividad. decisivos para la puesta en práctica definitiva
Las juntas escolares, dependiendo de sus a c­ de muchas reformas: con la junta escolar para
tividades, pueden significar una gran diferencia. su aprobación, provisión de los recursos nece­
LaRocque y Coleman (1989b), investigaron el sarios para apoyar la puesta en práctica, y la
papel de las juntas escolares en distritos relati­ capacidad para plantear las preguntas correctas
vamente exitosos, comparados con los menos acerca de los resultados; con los padres, para
exitosos (medidos por desempeño de los estu­ contar con su apoyo, refuerzo e influencia a
diantes) en 10 distritos de la Columbia Británi­ niveles familia y salón de clases.
ca. En la superficie, muchas de las políticas e
iniciativas eran similares en todas las juntas. Por
medio de entrevistas y del examen de activida­ DIRECTRICES PARA EL MANEJO
des específicas, LaRocque y Coleman encon­
traron que en las juntas más exitosas, los direc­ ¿Cómo se sentiría si fuese pobre, se hubiese
tivos: salido de la escuela, fuera padre soltero, tuvie­
se dos o más hijos, ganara 160 dólares al
1. Eran considerablemente más con oced o­ mes. . . tuviese problemas para leer las notas
res de los programas y prácticas del dis­ que sus hijos traen a la casa de la escuela, no
trito. pudiese responder a esas notas, y viviera en
2. Tenían un sentido más claro de lo que que­ una comunidad peligrosa rodeada por la vio­
rían alcanzar, basados en un conjunto de lencia y las drogas?
valores y convicciones firmemente soste­
nidos. B rown y L u e d e r ( 1989 )
3. Se dedicaban a actividades que les pro­
porcionaban oportunidades para expre­ En este libro no se dan consejos sobre cómo
sar esos valores y convicciones (pág. 15). enfrentarse a los males de la comunidad. Otras

210 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


I personas han escrito sobre los derechos de los crear mejoras en las escuelas locales. La organi­
ciudadanos y cómo usar estrategias basadas en zación Diseños para el Cambio intenta apoyar a
el poder (por ejemplo, Huguenin y cois., 1979; los grupos de padres por medio de asesoría,
Moore y cois., 1983). Los padres necesitan apti­ capacitación y otras formas de asistencia técni­
tudes y oportunidades para participar en el ho­ ca, ayudándoles a definir sus intereses, reunir
gar y/o en la escuela para la mejora de la educa­ información precisa para documentar proble­
ción de sus hijos. Por tanto, se necesitan directri­ mas y realizar una variedad de actividades de
ces tanto para el personal de la escuela acerca intervención diseñadas para generar acciones
de los padres como para los padres acerca de las conducentes a la mejora. Davies (1989), enfati­
escuelas. Como hemos visto, se cuenta con una za que las presiones y demandas externas son
sustancial evidencia de que los padres marcan fundamentales:
una importante diferencia en el desarrollo y edu­
cación de sus hijos, y que los padres pueden ser Sin la presión del exterior -en la forma de le­
involucrados y apoyados en un número de for­ yes, reglamentos y organizaciones cívicas que de­
manden el cambio, y las protestas de padres y ciu­
mas específicas de bajo costo para que repre­
dadanos contra los resultados inadecuados de la
senten un mejor papel. Debido a que los padres
escuela-, no es probable que las organizaciones
son una fuerza tan crítica, y debido a que sólo como las escuelas puedan superar la inercia es-
una minoría participa actualmente con éxito tmctural que derrota al cambio. Sin una insatis­
(Epstein, en Brandt, 1989, estima 20 % cuando facción pública organizada, los políticos no se
mucho), las estrategias para interesar a los inclinan por hacer cambios sustanciales en la
o'
padres representan uno de los instrumentos más asignación de los recursos públicos. Esto señala a
poderosos y subutilizados para la reforma edu­ la necesidad de un movimiento de pinza -traba­
cativa. Incluso, un aumento modesto en el nú­ jar dentro de las escuelas como nuestro proyecto
mero de padres interesados produciría sustan­ Schools Reaching Out, y trabajar fuera de las
ciales beneficios. Wilson y Corcoran (1988, pág. escuelas por medio de organizaciones populares
de padres y la comunidad, para presionar por
118), encontraron que mientras en las escuelas
reformas y mejores resultados en las escuelas
pobres las relaciones con la comunidad era uno
(pág. 15).
de los cinco problemas más apremiantes para
las escuelas, “era también uno de los problemas Es posible sugerir directrices adicionales para
más susceptibles de solución, puesto que el el nivel individual del padre:
doble de las escuelas informaban haber conver­
i = tido las relaciones escuela-comunidad de un 1. Si puede elegir entre varias escuelas, revi­
<1 problema a una fuerza que también se aplicaba a se la historia y la actitud de cada escuela hacia
í' áreas de otras dificultades”. la participación paterna y de la comunidad.
(Los padres con un nivel de escolaridad más
.
alto muestran más probabilidades de verificar la
1r Consejo a los padres escuela que los de menor nivel -v éase Wimpel-
ó* ber, 1981.)
El consejo general a los padres acerca de lo 2. Si es lo bastante afortunado como para
que deben saber sobre las escuelas, sólo es útil pertenecer a una comunidad en la que el direc­
marginalmente. De hecho, dado que su sitio está tor y los maestros están actuando para que los
fuera de la escuela, los padres están en una gran padres participen en asuntos de instrucción,
desventaja si la escuela quiere mantenerlos a dis­ responda a ello con interés y participe.
tancia, como sucede en la mayoría de los casos. 3. Independientemente de dónde esté, no
El manual Diseños para el cambio, ChildAd- suponga que los maestros no lo quieren. Los
vocacy and the Schools (Moore y cois., 1983), maestros tienen su propio mundo cercado. Pue­
sería un buen lugar para empezar para los gru­ den estar abrumados. Es posible que se enfren­
pos de padres y ciudadanos interesados en ten a una innovación adoptada por la junta u

CAP. 12. LOS PADRES DE FAMILIA Y LA COMUNIDAD 211


otro nivel del gobierno acerca de la cual están alguncis situaciones a la luz del dominio de la
inseguros, y, por tanto, están renuentes a mos­ sociedad, los prejuicios diarios, la pobreza y la
trar su confusión ante los padres. simple sobrevivencia física y psicológica.
4. Familiarícese con el currículo que está No obstante, los individuos tienen que empe­
usando su hijo (a través de cuadernos, pláticas). zar en alguna parte. En la actualidad, cada vez
5. Pregunte al maestro si hay algo que usted son más los programas de participación paterna
pueda hacer en casa para ayudar al niño. El efectiva en operación de lo que era el caso hace
maestro receptivo estará dispuesto a diseñar un algunos años. Se ha presentado un movimiento
pequeño taller para los padres. social que supera la retórica del apoyo o recha­
6. Si no entiende de inmediato el currículo y zo general de la participación de la comunidad
otros cambios que se están practicando en la y se dirige a la elaboración y uso de programas
escuela, no está solo. Se requiere de tiempo e específicos en los que participan los padres en
interacción para elaborar cierta comprensión. actividades de instrucción en el salón de ciases
7. En la mayor parte de las innovaciones o en el hogar. Estas formas de participación se
educativas, en un plazo relativamente corto, los han vuelto determinadas y significativas a nivel
padres pueden aprender algunas actividades individual. Y com o hemos visto en este capítu­
para desarrollarlas con sus hijos. Más aún, usted lo, están estableciendo una diferencia para los
conoce aspectos del ámbito familiar y de su hijo estudiantes, maestros y padres. Ahora sabemos
que el maestro desconoce (y, probablemente, mejor qué funciona y por qué lo hace. No es
el maestro conoce aspectos de su hijo que us­ fácil elaborar actividades padre-escuela efecti­
ted ignora). La combinación más poderosa vas, pero se puede lograr exitosamente con la
para el aprendizaje, es el complemento de la inmensa mayoría de los padres. (Epstein, en
familia y la escuela. Brandt, 1989, estima que sólo de 2 a 5 % de los
8. Si está en una situación desesperada de padres son inalcanzables.)
aparente prejuicio, falta de atención y desinte­
rés por parte de la escuela, pelee por sus dere­
chos solo o con otros padres. Si realmente se Consejos para el personal
encuentra ante una pared de piedra, estas de las escuelas
directrices sólo le proporcionarán una ayuda
mínima. En otras palabras, intervenga con otros Cuando se introducen o se inician nuevos pro­
padres con estrategias basadas en el poder. gramas de actividades con la participación pa­
Incluso si la escuela no muestra atención, usted terna, el consejo es consistente con los princi­
puede efectuar en casa una serie de actividades pios de cambio que se adoptan en este libro. Em­
que pueden ser muy útiles. piece en pequeño. Celebre una reunión con los
padres. Explique los objetivos y métodos que se
La participación de los padres no es la única están usando. Con pláticas de cinco a 10 minu­
respuesta; ni está libre de peligro. Algunas situa­ tos, establezca unos cuantos ejercicios peque­
ciones de participación pueden provocar con­ ños que los padres puedan efectuar en casa.
secuencias nocivas si resultan en conflictos in­ Organice talleres para padres. Reúnase con uno
terminables, baja de moral y aspectos semejan­ o dos maestros más. Utilice a los padres para que
tes. Al igual que con otras reformas educativas, propicien la participación o ayuden a otros
la puesta en práctica de programas de participa­ padres. Comprometa a los padres en el salón de
ción deben realizarse cuidadosamente y vigilar­ clases donde hay interés. Por medio de la inte­
se en cuanto a problemas e impacto. Más aún, racción, trate de entender las inquietudes de los
no me autoengaño con respecto a que las ideas padres y el ambiente familiar de aprendizaje.
en este capítulo se pueden usar para lograr una Comprometa a los estudiantes Qa participación
extensa reforma efectiva a corto plazo. Las di­ relativa de los estudiantes y padres variará según
rectrices pueden parecer ingenuas y tontas en el grado). Establezca cómo se medirán el de-

212 SEGUNDA PARTE. EL CAMBIO EDUCATIVO A NIVEL LOCAL


■i f■ :■

sempeño y el progreso. No espere 100 % de éxi­ 5. A niveles escuela y distrito, diseñe políti­
to, pero sí espere una mejora real. En pocas pala­ cas y programas que incluyan los diversos tipos
bras, diseñe un plan explícito, aunque sea de participación paterna y comunitaria que se
pequeño, para la participación de los padres. analizan en este capítulo.
Todo esto se facilitará si la escuela cuenta con
un planteamiento y la experiencia para interesar La consecuencia fundamental del conjunto
a los padres, incluyendo materiales, capacita­ anterior de actividades es el desarrollo del cono­
ción y otras actividades. Un inicio en pequeño y cimiento por parte de padres, maestros y estu­
el incremento paulatino puede conducir a múlti­ diantes y de aptitudes en relación con prácticas
ples formas de participación de la comunidad específicas. En otras palabras, es la manifesta­
que se refuerzan mutuamente. ción del significado del cambio en el nivel de los
Tomado com o un conjunto, este capítulo individuos con alguna oportunidad para alcan­
está repleto de ideas y recursos para que el per­ zar significados y objetivos compartidos.
sonal de la escuela comprometa efectivamente Como sucede con la mayoría de los aspectos
a los padres en la mejora del salón de clases y la del cambio, el inicio es la parte más difícil. Mu­
escuela. Para resumir los consejos en términos chos padres y maestros están sobresaturados
generales; con sus propias preocupaciones personales y
las relacionadas con el trabajo. Es posible que
i\ 1. A niveles escuela y salón de clases, propi­ se sientan incómodos en presencia unos de
cie que la participación paterna sea parte funda­ otros, debido sobre todo a la falta de familiari­
mental de la definición y misión de una escuela dad mutua y a la ausencia de un mecanismo
eficiente. No es un agregado. No es agradable para resolver los problemas que pudiesen sur­
únicamente, es parte integral del desarrollo y la gir. Al examinar la investigación presentada en
dedicación del estudiante en la educación. este capítulo, es alentador observar que la parti­
2. Establezca programas y prácticas especí­ cipación de los padres fue efectiva cuando al­
ficos al nivel del maestro individual. Los maes­ guien o algún grupo (padres, maestros, personal
tros necesitan materiales que sean claros y que del distrito, creadores del programa), tenía la
los padres puedan seguir con facilidad. responsabilidad de organizar y dirigir activida­
, |1 . 3. Utilice los “principios de implementa- des específicas que unieron a los padres y al per­
, f. ción” básicos para poner en práctica cualquier sonal de la escuela para un propósito particular.
í5 actividad o programa nuevo: objetivos claros, El éxito no se dio por accidente.
buenos materiales, capacitación, seguimiento Mientras tanto, la conclusión de este capítulo
continuo, y vigilancia en la que participen los es doble. Primera, la gran mayoría de los padres
padres en las sugerencias de actividades y cam ­ encuentran un mayor significado en las activida­
bios y la evaluación de resultados. des relacionadas con sus propios hijos que con
4. Los directores deben nombrar a un coor­ los empeños de la escuela o el nivel del sistema.
dinador (de medio tiempo), a nivel escuela, Segunda, la reforma educativa requiere de los es­
cuya responsabilidad sea trabajar con los maes­ fuerzos conjuntos de las familias y la escuela.
tros y el director para iniciar, apoyar y coordi­ Los padres y los maestros deben reconocer la vi­
nar la participación de los padres en la escuela. tal importancia complementaria de cada uno en
La participación de los padres representa un la vida del estudiante. De otra manera, estamos
cambio en la organización, no sólo un cambio colocando limitaciones en las perspectivas para
en el salón de clases individual. el cambio que podría ser imposible superarlas.

CAP. 12. LOS PADRES DE FAMILIA Y LA COMUNIDAD 2 13

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