HISTORIA DE LA TABLA PERIODICA

La tabla periódica es la herramienta gráfica donde se presentan información sobre todos los elementos conocidos,
organizados según el orden creciente de sus números atómicos.

Se llama periódica porque transcurrido cierto número de casillas los elementos se agrupan en una nueva fila y van
formando columnas en las que se sitúan elementos con propiedades químicas parecidas.

Inicialmente Tales de Mileto, en el siglo VII antes de Cristo, afirmó que todo estaba constituido a partir de agua y
que a partir de ella se formaban todas las sustancias conocidas. Más adelante, Anaxímenes, en al siglo VI a. C.
creía que era el aire quien conformaba todas las sustancias y Heráclito el fuego.

En el siglo V, Empédocles reunió las teorías de sus predecesores y propuso no una, sino cuatro sustancias o
elementos: Aire, agua, tierra y fuego y propuso que es a partir de la unión entre ellos, en distinta proporción, que
se daba lugar a la variedad de sustancias que se presentan en la naturaleza.

Aristóteles, añadió a estos los cuatro elementos de Empédocles un quinto: el éter, que formaba las estrellas,
mientras que los otros cuatro formaban las sustancias terrestres.

En los siglos VII y VIII los alquimistas, añadió dos nuevos elementos a la lista: el mercurio y el azufre. Explicaban
que de la mezcla de ambos, en distintas proporciones, se originaban todos los metales.

En el siglo XVI, Theophrastus (alquimista), más conocido como Paracelso, natural de suiza, introdujo un nuevo
elemento, la sal.

Robert Boyle, en el siglo XVII, definió los elementos químicos como aquellas sustancias que no podían ser
descompuestas en otras más simples. Apenas iniciado el siglo XIX, Dalton, propuso la teoría atómica, según la
cual, cada elemento estaba formado un tipo especial de átomo, de forma que todos los átomos de un elemento
eran iguales entre sí, en tamaño, forma y peso, y distinto de los átomos de los distintos elementos.

Conocer las propiedades de los átomos, y en especial su peso, se transformó en la tarea fundamental de la
química y, gracias a las ideas de Avogadro y Cannizaro, durante la primera mitad del siglo XIX, gran parte de la
labor química consistió en determinar los pesos de los átomos y las formulas químicas de muchos compuestos.

Al mismo tiempo, se iban descubriendo más y más elementos. En la década de 1860 se conocían más de 60
elementos, y saber las propiedades de todos ellos, era imposible para cualquier químico, pero muy importante
para poder realizar su trabajo. Ya en 1829, un químico alemán, Döbereiner, trato de organizar los elementos
conocidos y los hizo a través de las triadas (grupos de tres elementos que guardaban cierto orden. Así, el calcio,
estroncio y bario formaban compuestos de composición similar y con propiedades similares, de forma que las
propiedades del estroncio eran intermedias entre las del calcio y las del bario.

En 1864, un químico inglés, Newlands, descubrió que al ordenar los elementos según su peso atómico, el octavo
elemento tenía propiedades similares al primero, el noveno al segundo y así sucesivamente, cada ocho elementos,
las propiedades se repetían, lo denominó ley de las octavas, recordando los periodos musicales. Pero las octavas
de Newlands no se cumplían siempre, lo cual hizo que esta organización decayera.

En 1870, el químico alemán Mathew Lothar- Meyer estudió los elementos de forma gráfica, representando el
volumen de cada átomo de acuerdo a su peso, en función de su peso, obteniendo una gráfica donde los elementos
en posiciones similares tenían propiedades similares. Fue el descubrimiento de la ley periódica, pero llegó un año
demasiado tarde.

En 1869, Dimitri Mendeleyev publicó su tabla periódica. Había ordenado los elementos siguiendo su peso
atómico, como lo hizo Newlands antes que él, pero tuvo algunas ideas geniales: Invirtió el orden de algunos
elementos para que cuadraran sus propiedades con las de los elementos adyacentes, y dejó espacios, indicando
que correspondían a elementos aún no descubiertos. Años más tarde de sus predicciones se descubrieron
elementos como el boro, aluminio, silicio, escandio, galio y el germanio, cuyas propiedades correspondían con las
predichas por Mendeleyev, y se descubrió un nuevo grupo de elementos: los gases nobles.

Organización de la tabla periódica

La tabla periódica está organizada en grupos y periodos

Los grupos son las columnas verticales, enumeradas con números romanos del I s VIII o con números arábigos
del 1 al 18. Hay dos clases de grupos: los grupos representativos y los grupos de transición.

Los grupos representativos además del número llevan la letra A, estos grupos ocupan los extremos derecha e
izquierda de la tabla periódica, su distribución electrónica termina en s o en p. Por su parte, los grupos de
transición además del número llevan la letra By están ubicados en la región central de la tabla periódica. su
distribución electrónica termina en d.

El número del grupo en romano indica cuantos electrones tiene el atomo en el último nivel.
Algunos grupos tienen nombres especiales, por ejemplo:

Grupo IA: Grupo de los alcalinos Grupo IIA: Grupo de los alcalinotérreos.
Grupo VIIA: Grupo de los halógenos Grupo VIIIA: Grupo de los gases nobles o grupo cero
Los demás grupos por lo general llevan el nombre del primer elemento que lo conforma.

Los periodos son las filas horizontales, están enumerados del 1 al 7. El número del periodo indica cuantos
niveles tiene el atomo.
Hay dos series de elementos ubicadas por fuera de la tabla periódica, la primera de ellas hace parte del periodo 6
y se llama serie lantánida; la segunda pertenece al periodo 7 y se llama serie actinida. Todos estos elementos
se sacaron de la tabla periódica porque tienen características diferentes al resto de los elementos. Su distribución
electrónica termina en f.

Tipos de elementos en la tabla periódica

Teniendo en cuenta las propiedades físicas y químicas de los elementos, estos se pueden clasificar en: metales,
metaloides y no metales. Estas categorías se dividen a su vez en grupos más pequeños:
Metales: se subdivide en metales alcalinos, metales alcalinotérreos, metales de transición, metales
postransicionales, lantánidos, actínidos.

No metales: pueden ser halógenos, gases nobles y no metales.