el Caribe se vive un proceso rico y multifacético de democratización y descolonización y que frente a ésto existe la necesidad de adoptar una política que se defina acerca de las luchas, incidencias y cambios que se suceden en una región de especial significado estratégico para los Estados Unidos, Cuba, Venezuela y países europeos que aún conservan nexos coloniales y neocoloniales con pueblos y países de la región mencionada. Dentro de este contexto es importante añadir el interés de la U ni6n Soviética en la misma. La definición sobre lo que es el Caribe ha sido sometida a debate. Se ha hablado del pequeño Caribe, del mediano Carib!:' y del gran Caribe. A mi modo de ver, el Caribe debe ser considerado una región compuesta por estados y territorios con características propias, con una especificidad, aun cuando dentro de una heterogeneidad política económica y cultural y una unidad geográfica proporcionada por Ja existencia de la cuenca del Caribe. En este sentido, me voy a referir a una definición amplia del Caribe que incluye no solamente a los países del Caribe insular, sino también a los países del Caribe continental; países que van desde México hasta las Guayanas. Frente a la concepción restringida del Caribe, que propone considerar solamente como miembros de la región a los países del Caribe insular y frente a la posición que propone la inclusi6n de los Estados Unidos como país miembro de la región, recuerdo que es el líder democrático Michael Manley, hasta hace poco tiempo Primer Ministro de Jamaica, quien define "al Caribe como comunidad de pueblos en desarrollo, unidos por el anhelo común de incremen- CUADERNOS DE MARCHA Lar y fortalecer su independencia nacional en todos los órdenes". Según Manley "forman parte del Caribe las Antillas, las Guavanas, Venezuela, Colombia, Panamá, Cen~ roamérica y México. Todos los pueblos morenos o mestizos, antiguas víctimas del colonialismo y del esclavismo, todavía condenados a una función periférica en la economía mundial, que viven en las islas o costas del Caribe o en su inmediata vecindad, forman parte de esa comunidad. En cambio están excluídas de ella potencias industrializadas poderosas que ejercen excesiva dominación o hegemonía sobre las naciones en desarrollo". El Caribe no ha estado ajeno a los conflictos internacionales, y ha sido un escenario singular de la lucha política entre las potencias mundiales desde el descubrimiento de Colón. En este sentido, el Caribe debe ser considerado una región de suma importanci" I. en el estudio de las relaciones internacionales. A fines de la década del 50 la región tenía las siguientes características: a) La presencia omnipotente de los Estados Unidos, tanto desde el pÚnto de vista político, cultural, militar, como econ6rnico; b) Una tradición de intervencionismo rmlitar norteamericano a lo largo de este siglo; c) La presencia de potencias coloniales europeas que aún mantepían enclaves coloniales en el área como Inglaterra, Holanda y Francia; d) La fragmentación de la región en múltiples entidades políticas y culturales; e) La presencia visible del subdesarrollo expresado en la existencia de economías de enclave monoproductoras de café, bananos y simbolizadas en la dependencia cubana del azúcar y un desempleo crónico de un 20%; f) La existencia de regímenes caudillistas y semi-feudales y sistemas políticos de escaso desarrollo donde la ausencia de libertades democráticas y la transgresión de los derechos humanos y ciudadanos era lo predominante; JULIO-AGOSTO DE 1981 g) La dependencia política de los países de la región en materia internacional. El cuadro político observado experimenta un cambio a partir de 1959. Este cambio ha sido llamado la "quiebra del modelo tradicional", modelo que se caracterizó en el punto anterior. A pesar de mantenerse muchas de las características del modelo tradicional, es indudable que la Región del Caribe ha experimentado una serie de cambios que conforman una situación compleja. Hay tres factores claves para entender la quiebra del modelo tradicional: El impacto de la revolución cubana, el proceso de descolonización vivido por las antiguas colonias inglesas y holandesas y la crisis del orden internacional surgido de la II guerra mundial. La revolución cubana significó la creación de un nuevo modelo político-económico diferente a las dictaduras tradicionales, las democracias populistas o los regímenes parlamentarios existentes en la región. La revolución cubana demostró que era posible superar el fatalismo geográfico y la dependencia de los Estados Unidos. La revoluci6n cubana, al recibir el apoyo soviético y al comenzar la transición de la sociedad cubana al socialismo, convirtió nuevamente al Caribe en una región internacional y hace de ella un punto de atracción y conflictos mundiales. Finalmente, la revolución cubana estimuló las luchas de los países caribeños por su autodeterminación y búsqueda de un nuevo orden internacional; independientemente de los serios errores que a mi juicio cometió especialmente a mediados y finales de la década de los 60. El proceso de descolonización con el surgimiento de nuevos Estados cambia el cuadro político de la región con la aparición de gobiernos independientes que tratan de tener un peso específico en la política mundial con una actitud autónoma y nacionalista. Por último, la crisis económica mundial y la crisis del petróleo agravaron los problemas econ6micos de la región e impulsaron a los países productores de materias primas a la creación de mecanismos integradores 5