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Pontificia Universidad Javeriana

Asignatura: Hermenéutica
Profesor: Guillermo Zapata S.J.
Estudiante: Andrés Santiago Moreno Rodríguez
14 mayo de 2019 – Trabajo final

La hermenéutica como camino hacia la comprensión del sí mismo desde


Paul Ricoeur

Resumen

La filosofía, entendida como la ciencia que constantemente se formula cuestiones e


interrogantes abriéndonos la puerta hacia el conocimiento, se centra en la búsqueda de la
verdad, pero ¿Cómo llegar a ella? Ésta es una pregunta que nos ha venido acompañando
durante siglos ya que el trasfondo de dicha palabra encierra un sin número de hipótesis
planteadas por los filósofos de cada época de acuerdo al contexto histórico donde se
desenvolvían y del cual buscaban dar respuesta.

En medio de este caminar, aparece la hermenéutica como un horizonte capaz de dilucidar en


forma idónea todo aquello que permanece oculto al pensamiento mismo, esto es la verdad de
lo aparentemente cognoscible. Ahora bien, siendo el ser humano el principal agente
hermenéutico, por medio de metodologías cada vez más cambiantes intenta comprender su
entorno y así adecuarlo a realidades específicas. Pero, ¿Es posible interpretar el contexto
omitiendo la introspección que me lleva a descubrir el sí mismo de cada ser? Definitivamente
no, por lo tanto, Paul Ricoeur, filósofo contemporáneo, parte desde una interrogante
semejante e intenta revelar una argumentación que se acerque a la reflexión de lo que soy y
desde ahí encontrar una respuesta que permita al hombre situarse dentro de su entorno.

De igual manera, gracias a ésta hermenéutica existencial se posibilita una conexión entre
epistemología y ontología, capaz de acercarse a una noción fundamental basada en la
mismidad del hombre dada por medio de procesos inherentes a la naturaleza humana donde
cada individuo logra comprender de mejor manera lo que es y constituye. Finalmente, por
medio de esta reflexión filosófica se busca es demostrar la importancia de experimentar una
hermenéutica del sí mismo como un potencial camino hacia la construcción de una sociedad
del siglo XXI más estable libre de quimeras totalmente superficiales sino más bien,
encaminada hacia la constante búsqueda del sentido.

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Las dificultades que oscurecen la cuestión del
sí mismo resultan de una falta de claridad en
el uso del término identidad.
- Paul Ricoeur

1.- Aclaraciones
Entre los principales ejes filosóficos, se encuentra el problema de la interpretación ya que a
partir de este cuestionamiento un tanto existencial inherente en el devenir cotidiano, es
posible dar cuenta del entorno que nos rodea y del ser mismo que nos constituye. En este
sentido, la hermenéutica ha tenido un conjunto de orientaciones conforme a las problemáticas
emergentes en distintos contextos a nivel histórico, vemos cómo se desarrolla a partir de la
comprensión de los símbolos, la alegorésis y el diálogo, pero con el avance de la filosofía
contemporánea específicamente con el pensamiento Heideggeriano y las posturas
existencialistas de Gadamer y Habermas, se abre un horizonte hacia la comprensión del sí
mismo. Por lo tanto, el objetivo del presente texto es dilucidar dicho argumento desde el
pensamiento de Paul Ricoeur y así elaborar una hipótesis crítica adecuada a la realidad post
moderna que nos envuelve, para responder a una pregunta hermenéutica esencial ¿Cómo es
posible acercarnos a nuestro ser interior por medio de una hermenéutica del sí mismo?

2.- Una doble hermenéutica de las objetivaciones y el sentido


Es necesario iniciar esta reflexión, desde la definición propuesta por Ricoeur con respecto a
la interpretación donde la caracteriza como “el trabajo del pensamiento que consiste, en
descifrar el sentido oculto aparente y desplegar los niveles de significación implicados en lo
aparentemente visible” (Grondin, 2008 p.108) y a partir de aquí se puede evidenciar como
su argumento va orientado hacia una filosofía un tanto reflexiva, guiada bajo la máxima del
conócete a ti mismo y también a tu entorno, es así como nace una doble hermenéutica con la
cual se busca establecer un proceso metodológico pero a la vez epistemológico bajo la
confianza y la sospecha. En una palabra, la interpretación es la que nos puede abrir de nuevo
las puertas de la comprensión; “de esta manera vuelve a soldarse por medio de ésta ciencia,
la donación del sentido, característica del símbolo, con la iniciativa inteligible y racional,
propia de la labor crítica-interpretativa” (Valverde, 2003 p.54).
La unidad se presenta como uno de los problemas esenciales de este pensamiento, ya que a
través de la introspección del sí mismo es posible encontrar el ego trascendental que busca
dar razón de su experiencia, dando así un giro hermenéutico donde el ego es comprensible
únicamente por medio de la interpretación quien se encarga de dilucidar lo aparentemente
cognoscible para el pensamiento, ya que es imposible acceder directamente al ego; de esta
manera, Ricoeur “no busca estropear la fenomenología, sino una de sus interpretaciones, la
interpretación idealista de Husserl” (Grondin, 2008 p.108), quien centraliza la idea de la
autoconciencia como vía de acceso a los fenómenos.
Partiendo de esta concepción, lo que se busca es desarrollar una fenomenología hermenéutica
de las objetivaciones capaz de acercarse a la “noción de existencia donde a la vez es
necesario, recurrir a una noción más compleja que va más allá de los signos” (Ricoeur, 2003
p. 10) es así como recalca tres presupuestos fenomenológicos en el proceso interpretativo; en
un primer momento se orienta hacia encontrar el sentido del ente interpelándose siempre por
el mismo, a través de cuestiones auténticamente objetivas, por otra parte, el segundo

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presupuesto se dirige hacia la aceptación experiencial del distanciamiento, esto es que el
sentido a pesar de su dependencia con la conciencia necesariamente debe estar a cierta
distancia para ser interpretado, finalmente en el tercer presupuesto se expone una
hermenéutica de las derivaciones en sentido lingüístico, al ser quienes constantemente se
remiten a una experiencia del mundo y por lo tanto a una interpretación del sentido y las
cosas.
Ahora bien, desde la pregunta ¿Cómo interpretar las objetivaciones de sentido? es posible
clarificar conceptualmente la división hermenéutica planteada al inicio del texto, por tanto,
el primer camino propuesto por el filósofo es “la confianza, aceptando así al sentido tal como
éste se ofrece a la comprensión y orienta la conciencia” (Grondin, 2008 p. 113) de tal manera
que la verdad que se presenta, mueva al hombre a explorar e indagar por medio de procesos
netamente hermenéuticos, para comprender más allá de lo evidente y así comprender el
sentido desde su realidad.
Por otra parte, el segundo fundamento de Ricoeur es totalmente contrapuesto al primero ya
que su esencia está en “la sospecha, quien desconfía del sentido tal como se ofrece porque
puede traer engaño a la conciencia” (Grondin, 2008 p. 114) en otras palabras intenta expresar
que la verdad no es algo absoluto, asemejándose en cierta forma al pensamiento platónico
donde se plantea la posibilidad del error, la mentira o la deformación dada por las ilusiones
que incitan a tender al hombre hacia un absoluto totalmente superfluo. Y argumenta dicha
hipótesis, por medio de la idea de educar la conciencia para eliminar de sí todo tipo de
ingenuidad, y esta destrucción es posible únicamente gracias a una hermenéutica reflexiva
que nos lleve a comprender mejor el contexto y por ende reencontrarse a sí mismo libre de
ilusiones.
Vemos también, como desde la comprensión y explicación de un texto se facilita la
interpretación misma del sentido de la existencia, por lo tanto, la identidad del hombre debe
ser comprendida a partir de una identidad narrativa basada en la experiencia y el modo de
asumir el sentido del ente, ya que gracias a esto se abre las puertas hacia un nuevo camino de
la conciencia histórica desde la pregunta ontológica ¿Quién soy yo? Dirigiéndose a lo que
Ricoeur llamará el cogito quebrado quien únicamente en la medida que se reconoce a si
mismo puede darse cuenta de sus capacidades y adecuar su existencia al mundo que lo rodea.
La hermenéutica narrativa resalta dos aspectos; el primero, subraya “el carácter trágico de la
condición humana que no llegará nunca a una comprensión totalizante de sí misma”
(Grondin, 2008 p. 120) pero a pesar de dicha limitación la iniciativa humana, lo incita a
interpretar aun en forma parcial su ser interno. De este modo, haciendo referencia a Gadamer
es posible visualizar la influencia de la historia en el devenir particular de cada ser humano,
porque somos herederos de un conjunto de aspectos capaces de moldearnos a situaciones
específicas establecidas, a partir de las cuales adecuamos un modelo de respuesta conforme
a las exigencias pertinentes, bajo una nueva interrogante ética ¿Qué puedo? Y ¿Qué debo
hacer?

3.- Las interpretaciones desde una epistemología hacia una ontología del sí mismo.
En este orden de ideas, “una hermenéutica de la conciencia histórica debe convertirse en una
fenomenología de las posibilidades del hombre capaz” (Grondin, 2008 p.121) es decir, nos
adentramos en un campo ontológico, como culmen de la plenitud humana que tiene la
facultad de comprender; a diferencia de Heidegger, quien consideraba a la ontología el punto

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de inicio desde donde se fragua en conocimiento de sí. Vemos también como por medio de
ésta hermenéutica ontológica el ser es capaz de interactuar consigo mismo, teniendo como
base la interacción con su exterioridad ya que el hombre siendo un ser de posibilidades se
acerca progresivamente a la comprensión de las cosas, en la medida que establece un vínculo
de correlacionalidad con su pasado adecuándolo al presente en miras de un ideal basado en
la realización de su ser mismo a través del conocimiento de la verdad que lo envuelve.
Como ya lo he dicho, lo que Ricoeur hace es dar un paso hacia la unión de dos ciencias al
servicio de la interpretación, por un lado, la epistemología y su problemática del
conocimiento y también la ontología con su cuestión del ser, por ello ahora comprender es
un modo de ser y de conocimiento y tal como nos dirá el pensamiento Heideggeriano, la
hermenéutica se ocupa del da sein que existe al comprender el mundo. Esto quiere decir que
en medio de la pluralidad inherente al hombre éste puede acercarse a la interpretación del
contexto, ordenar su vida y configurar su mundo de acuerdo a fines específicos que parten
de una adecuada hermenéutica existencial.
La comprensión del sí mismo entonces, se entiende como un proceso de trascendencia porque
se da un paso hacia lo inteligible dejando a un lado la materialidad humana y así se puede
afirmar que “para un ser finito comprender es como transportarse a otra vida” (Ricoeur, 2008
p.18) ya que logra alcanzar su plenitud, al entender su riqueza interior y colocarla al servicio
de una ontología fundamental basada en las nociones de acto, potencia y posibilidad como
un punto de realización.
Puedo decir también, que con el desarrollo de la filosofía contemporánea específicamente
con Paul Ricoeur se establece un nuevo paradigma hermenéutico de la ipseidad que hace
referencia a la noción de mismidad en el hombre, hacia la cual tendemos en la medida que
vamos comprendiendo nuestro alrededor gracias a procesos metódicos, epistemológicos y
sobre todo introspectivos ya que a partir del sí mismo es posible dar cuenta de un sin fin de
problemáticas emergentes y responder a ellas con idoneidad desde capacidades particulares
con fundamento interpretativo. A partir de aquí, es posible formularnos dos interrogantes con
respecto al argumento planteado y al contexto específico donde vivimos ¿Hasta qué punto el
conocimiento del sí mismo es determinante en nuestra sociedad? ¿De qué manera una
hermenéutica de la confianza y la sospecha son factibles a las problemáticas actuales? Y
posiblemente las respuestas a dichas interrogantes conlleven a un extenso análisis del mundo,
pero a través de la interpretación particular de cada persona es posible situarse en una postura
determinante que promueva el establecimiento de un conocimiento verdadero en medio de
tantas ilusiones presentes en nuestra cotidianidad.

4.- Conclusión.
Por lo tanto, una vez realizado este análisis exhaustivo en torno a la cuestión interpretativa
orientada hacia nuestra existencia misma, nos damos cuenta que ésta disciplina tiene como
función primordial hacer accesible y comunicar todo aquello oculto a las capacidades
inmediatas del hombre, por lo cual mediante procesos netamente antropológicos, estamos
capacitados para entender nuestro ser acompañado de la realidad que nos rodea, de igual
manera Heidegger nos dirá “que en la hermenéutica se configura una posibilidad para el ser
– ahí de volverse y de ser entendedor de sí mismo” (Heidegger, 2000 p.56) por medio de una
adecuada introspección nos vemos capacitados para actuar de distinta forma en busca de la
trascendencia, dejando a un lado todo tipo de superficialidad ya que estas problemáticas
nacientes en el diario vivir son las que progresivamente van limitando al ser humano y
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atrofian sus capacidades interpretativas del mundo que lo rodea. Es necesario despertar y
descubrir en la hermenéutica un medio para entender nuestro alrededor e iniciar un proceso
de potencialización que nos permita levantar la voz y ser protagonistas desde un campo de
acción que vaya acorde a nuestra finalidad de vida.

BIBLIOGRAFÍA

- GRONDIN, J. “Paul Ricœur: una hermenéutica del sí-mismo histórico frente al conflicto
de las interpretaciones en ¿Qué es la Hermenéutica? (2008), .o.c., pp.104-123.

- RICŒUR, Paul. “Existencia y hermenéutica” en El Conflicto de las interpretaciones


(2003), México: FCE.

- HEIDEGGER, Martín. “Ontología: Hermenéutica de la Facticidad” (2000), Madrid:


Alianza editorial.
- VALVERDE, Sergio. “Paul Ricoeur: Hermenéutica y Simbolismo” (2003), Revista
filosófica, Universidad de Costa Rica.

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