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Caso: Masacre de Pueblo Bello vs.

Colombia

Fallo: Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia

Resumen Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia.

Hechos probados.
Se realizó la desaparición forzada de treintisiete personas así como la
ejecución extrajudicial de seis campesinos de la población de Pueblo
Bello en enero de 1990. Esto se presenta como un acto de justicia
privada a manos de los grupos paramilitares entonces liderados por
Fidel Castaño en el Departamento de Córdoba, aunque ello fue
perpetrado con la aquiescencia de agentes del Estado. Por su
magnitud y por el supuesto temor que sembró en la población civil,
este hecho determinó la consolidación del control paramilitar en esa
zona del país e ilustra las consecuencias de las supuestas omisiones,
actos de aquiescencia y colaboración de agentes del Estado con
grupos paramilitares en Colombia, así como su impunidad.

Transcurridos casi quince años de la desaparición de las víctimas por


acción de múltiples actores civiles y estatales, los tribunales internos
esclarecieron el destino de seis de los cuarentitrés desaparecidos y
solamente diez de los aproximadamente sesenta particulares
involucrados han sido juzgados y condenados (sólo tres se encuentran
privados de la libertad).

Derechos demandados.
Artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad
Personal), 7 (Derecho a la Libertad Personal) y 19 (Derechos del
Niño) con relación a las obligaciones establecidas en el artículo
1.1 (Obligación de Respetar los Derechos) de la misma.

Excepciones preliminares / Competencia.


Incumplimiento de los requisitos para aplicación de las
excepciones al agotamiento de los recursos internos para
declarar admisible una petición.Respecto a que la jurisdicción penal
militar no era válida, se señaló que dichos argumentos se relacionan
claramente con la alegada conculcación de los derechos a las
garantías judiciales y protección judicial, la cual constituye un
elemento central en la controversia del caso. Sobre la irrazonabilidad
del plazo de la Comisión, se señala que una vez reconocida la
competencia plena del Tribunal y renunciada la excepción preliminar
por parte del Estado, un pronunciamiento de ésta respecto de dicho
asunto es irrelevante para efectos del fondo del caso.

Participación de los familiares de las presuntas víctimas y sus


representantes.La posibilidad de presentar solicitudes y argumentos
en forma autónoma ante la Corte incluye la de plantear los propios
respecto de las reparaciones, con base en los hechos presentados en
la demanda, sin que ello implique una afectación al objeto de ésta o un
menoscabo o vulneración para el derecho de defensa del Estado, el
cual ha tenido las oportunidades para responder a los alegatos de la
Comisión y de los representantes en el proceso.

Legitimación de los representantes ante la Corte.Los familiares


ejercen la representación de los familiares que hayan válidamente
otorgado un poder para estos efectos y, que quienes no resultaren
representados o carezcan de dicha representación, ésta es asumida
por la Comisión Interamericana, la cual debe velar por sus intereses y
asegurarse que sean representados efectivamente en las diferentes
etapas procesales ante la Corte.

Fundamentos.
Artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad
Personal) y 7 (Derecho a la Libertad Personal) .Pese a que el
Estado adoptó varias medidas legislativas para prohibir, prevenir y
castigar las actividades de los grupos de autodefensa o paramilitares
y, en atención a la situación particular del Urabá antioqueño, región
donde está ubicado Pueblo Bello, esas medidas no se vieron
traducidas en la desactivación concreta y efectiva del riesgo que el
propio Estado había contribuido a crear. Es más, en el presente caso,
el Estado no ha demostrado que sus fuerzas de seguridad se hayan
visto limitadas por tener que adoptar medidas para proteger a otra
población de un ataque simultáneo al ocurrido en Pueblo Bello el día
de los hechos. De otro lado, se concluye que el Estado no ha cumplido
con su obligación de garantizar los derechos de las personas
desaparecidas y privadas de su vida en este caso, al no realizar una
investigación seria, completa y efectiva de los hechos motivo de esta
sentencia. Asimismo, los familiares de las personas presuntamente
desaparecidas y privadas de la vida han sufrido graves daños como
consecuencia de los hechos de enero de 1990, de la desaparición y/o
privación de la vida de las mismas, por la falta de eficacia en la
búsqueda de los cuerpos de los desaparecidos y, en algunos casos,
por el miedo de vivir en Pueblo Bello.

Artículos 8.1 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial) con


relación al artículo 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos).Se
observa negligencia en las autoridades encargadas de las
exhumaciones y del personal del hospital durante las diligencias de
reconocimiento de cadáveres en el Hospital San Jerónimo de
Montería. Los familiares de las personas desaparecidas en Pueblo
Bello recibieron poca o ninguna información o colaboración por parte
de esas autoridades, por lo que debieron proceder por sí mismos al
examen de los cadáveres, que se encontraban en estado de
descomposición y tirados en el piso del anfiteatro de dicho hospital. La
negligencia de las autoridades judiciales encargadas de examinar las
circunstancias de la masacre mediante la recolección oportuna de
pruebas in situ, no puede ser subsanada con las tardías diligencias
probatorias para buscar y exhumar restos mortales en el cementerio
de San Antonio de Montería y en otras localidades, que la Fiscalía
General de la Nación reinició a partir de febrero de 2003, es decir, más
de 13 años después de ocurridos los hechos. En síntesis, la
impunidad parcial y la falta de efectividad del proceso penal en este
caso se reflejan en dos aspectos: en primer lugar, la gran mayoría de
los responsables no han sido vinculados a las investigaciones o no
han sido identificados ni procesados, si se toma en cuenta que
participaron en la masacre alrededor de 60 hombres. En segundo
lugar, la impunidad se refleja en el juicio y condena en ausencia de los
paramilitares que se han visto beneficiados con la acción de la justicia
que los condena pero no hace efectiva la sanción.

Artículo 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresión).Los


representantes no han demostrado la manera concreta en que el
Estado habría coartado la libertad de expresión de los familiares de las
personas desaparecidas y privadas de la vida, ya sea porque la haya
suprimido o restringido más allá de lo legítimamente permitido.

Artículo 22 (Libertad de Circulación y de Residencia).Puesto que


los hechos que fundamentan el alegato de los representantes no están
contenidos en la demanda, y éstos no alegaron esa supuesta violación
del artículo 22 de la Convención en el momento procesal oportuno, la
Corte no analizará estos ni se pronunciará al respecto.

Puntos Resolutivos.
El Estado violó, en perjuicio de Juan Luis Escobar Duarte, José Leonel
Escobar Duarte, Andrés Manuel Peroza Jiménez, Jorge David
Martínez Moreno, Ricardo Bohórquez Pastrana y Ovidio Carmona
Suárez y otras personas, como víctimas, los derechos a la vida, a la
integridad personal y a la libertad personal. Además violó en perjuicio
de los familiares el derecho a la integridad personal, los derechos a las
garantías judiciales y a la protección judicial. No hubo violación de la
libertad de pensamiento y de expresión de los familiares.

Reparaciones.1. Realizar inmediatamente las debidas diligencias


para activar y completar eficazmente, en un plazo razonable, la
investigación para determinar la responsabilidad de todos los
partícipes en la masacre.

2. Otorgar todas las garantías judiciales en los procesos judiciales.

3. Adoptar inmediatamente las medidas pertinentes para buscar e


identificar a las víctimas desaparecidas, así como para entregar los
restos mortales a sus familiares y cubrir los gastos de entierro de
aquéllos, en un plazo razonable.

4. Proveer un tratamiento médico o psicológico así como seguridad a


los familiares.

5. Realizar, en el plazo de un año, un acto de disculpa pública y


reconocimiento de responsabilidad internacional.

6. Construir, en el plazo de un año, un monumento apropiado y digno


para recordar los hechos de la masacre de Pueblo Bello.

7. Publicar parte de la sentencia, dentro del plazo de seis meses, por


una vez, en el Diario Oficial y en otro diario de circulación nacional.

8.Realizar un pago por daño material y por daño inmaterial a los


familiares de los desaparecidos, y por costas y costos.

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