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Análisis

De los ricos, los súper ricos y los súper - súper ricos

'Dinámica de las desigualdades en Colombia” acaba con la inocencia que siempre se les ha
atribuido a los ricos sobre la profunda desigualdad del país.

Cecilia López Montaño

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Luis Jorge Garay, uno de los analistas más reconocidos del país, unió su inmensa capacidad
analítica con el expertise en temas fiscales de Jorge Enrique Espitia, y con sus propios recursos
elaboraron la investigación “Dinámica de las desigualdades en Colombia”, que acaba con la
inocencia que siempre se les ha atribuido a los ricos sobre la profunda desigualdad de nuestro
país.

Para empezar, el decil 10 de ingresos lo dividen entre los ricos, los súper ricos y los súper - súper
ricos y sus conclusiones, después de analizar impuestos reales y nominales de personas naturales y
jurídicas basadas en los análisis de las declaraciones de renta en el período 2000-2018 tomadas de
la Dian, van a generar una inmensa y necesaria controversia en Colombia.

Lo primero que debe anotarse es que por fin y no solo en Colombia sino en el mundo, se está
dejando de estudiar solo a los pobres y se analizan aquellos que sí tienen mucho que explicar
sobre la aberrante concentración de la riqueza que este capitalismo del siglo XXI está generando
en el mundo. Siempre ha surgido la idea de que muchos se han enriquecido estudiando a los
pobres, pero existía la pregunta de por qué muy pocos se habían preocupado por analizar a los
ricos.

Para iniciar este debate que será intenso, agresivo pero imprescindible, tres puntos deben
señalarse: primero, su oportunidad, la desigualdad por fin desbordó el debate tradicional sobre la
pobreza y tiene a millones de ciudadanos en las calles de América Latina y del mundo; segundo,
por primera vez no solo se estudia a los individuos y cómo tributan, sino a las personas jurídicas, a
las empresas; y tercero, en esta investigación se abordan múltiples facetas de la desigualdad, la
territorial, la concentración de la tierra y las implicaciones ambientales.

Lo autores parten de una innegable realidad: Colombia no es solo uno de los más desiguales de la
región más inequitativa del mundo sino que presenta todas las desigualdades posibles, de ingreso,
de riqueza, de tierra y entre territorios.

Pero más grave aún, esta realidad se enfrenta a una muy baja presión tributaria que llegará al 13%
de impuestos sobre PIB en 2022, gracias a las decisiones de este gobierno cuando en los países de
la Ocde este dato es 34%. Y la pregunta que plantean los autores al analizar los impuestos que
pagan personas jurídicas y personas naturales, es en qué medida la tributación efectiva
contribuye, o no, a redistribuir el ingreso y la riqueza en el país.

Sobre las empresas, personas jurídicas, encuentran que “en el caso colombiano el crecimiento real
del Patrimonio Bruto y del Patrimonio Líquido de las empresas en el periodo 2000-2017 fue
cercano a 6%, dos puntos porcentuales superior al crecimiento promedio de la economía
nacional”.

Es decir, “(...) que la tasa de retorno del capital (r) hubiera sido mayor a la tasa de crecimiento
económico (g). Este hecho, en términos de Piketty (2014), coadyuvaría automáticamente
desigualdades arbitrarias e insostenibles en la riqueza que podrían terminar socavando valores
básicos de un Estado Social de Derecho”. Y el 95% de la riqueza de personas jurídicas se concentra
en las empresas más ricas, mientras que en las empresas más pobres esta proporción es de
0,001%.

No sorprende que el coeficiente Gini de la riqueza en empresas es 0,974 y entre el año 2000 y el
2017 la riqueza se ha concentrado entre las empresas más ricas; peor desigualdad que la
observada en la tierra que ya es aberrante.

El libro muestra que el decil 10 de las empresas más ricas concentran el 94% del ingreso bruto y
los sectores que más concentran ingresos brutos son el sector comercio (26%), sector financiero
(18%), la industria manufacturera (17%) y la administración pública (14%). Además, el Gini de
ingresos brutos fue de 0,959. No se sabía que los comerciantes fueran tan ricos.

Pero lo más impactante que derrumba toda la argumentación del actual Gobierno, es que la tarifa
efectiva de impuestos que pagan las empresas es del 1,9%, mientras que la tarifa nominal es del
31,4%. Lo más grave es que en 2017, la concentración del ingreso bruto es de 94,1% antes de
impuestos y después de impuestos este porcentaje se mantiene inalterado. ¿Gracias a qué? A
$27,2 billones de exenciones y regalos del gobierno que deberían haber generado $9 billones de
impuestos. Inaudito.

En cuanto a las personas naturales el decil 10 concentró el 46,8% del patrimonio bruto y el 47,63%
del patrimonio líquido, mientras que el decil 1 concentró el 0,49% del patrimonio bruto y el 0,36%
del patrimonio líquido. El coeficiente de Gini en patrimonio bruto fue de 0,5615 y sobre
patrimonio líquido fue de 0,5789 en el año 2014.

Al observar la declaración de renta de las 300 mil personas más ricas del país, se encuentra que el
51% de los ingresos de estas personas son ingresos laborales, mientras que el 24% de estos
provienen de los ingresos de capital. ¿Y cual es la tarifa efectiva de impuestos? Es de 5% mientras
las de empresas es de 1,9%. Todos los ricos reciben subsidios especialmente los super ricos,
empresas y personas, pero se concentran principalmente en las empresas más ricas.

Este abrebocas de un libro impactante que por fin demuestra la raíz de la profunda desigualdad de
Colombia, debe abrir el debate impostergable del profundo error y las falsedades con las que
construye la política económica y la estructura tributaria de este país.

Cecilia López Montaño


Exministra y exsenadora
cecilia@cecilialopez.com

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