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¿Te has
preguntado qué barbaridades contaría Rita Skeeter del famoso director?
¡Ésta es tu fic!
por Rita Skeeter, autora del superventas Armando Dippet: ¿genio o tarado?
Ya está aquí, ya ha llegado, el libro más esperado del año: Vida y mentiras
de Albus Dumbledore, la asombrosa historia del imperfecto genio,
considerado por muchos el mago más grande de su generación. Rita
Skeeter, eminente reportera del diario El Profeta, echa por tierra la popular
imagen del sabio sereno de barba plateada y revela la problemática
infancia, la descontrolada juventud, las eternas enemistades y los
vergonzosos secretos que Dumbledore se llevó a la tumba.
Diario El Profeta.
★★★★★
Comisión de Regulación y Aprobación de Publicaciones Estrictamente
Fidedignas (Departamento de Seguridad Mágica, Ministerio de Magia)
★★★★★
Revista Corazón de Bruja
★★★★★
Sociedad de Amigos de la Pluma a Vuelapluma
★★★★★
Revista Gran Misterio: la historia que nos ocultan
★★★★★
Librería Flourish y Blotts
capítulos
1. Prólogo
2. Capítulo 1. El desencadenante: ¿culpa de
Dumbledore o culpa de los demás?
3. Capítulo 2. El secreto mejor guardado... desde el
principio
4. Capítulo 3. La llegada de Aberforth y Ariana
5. Capítulo 4. La historia de un hombre loco
6. Capítulo 5. De Mould-on-the-Wold a Godric's
Hollow: un antes y un después
7. Capítulo 6. Albus Dumbledore en Hogwarts:
¿promuggle o antimuggle?
8. Capítulo 7. Albus Dumbledore en Hogwarts:
amistades con fecha de caducidad
9. Capítulo 8. Albus Dumbledore en Hogwarts: los
premios y las falsedades
10. Capítulo 9. Por el bien de todos
11. Capítulo 10. Confinado en Godric's Hollow:
¿amistad o familia?
12. Capítulo 11. Las tribulaciones de Kendra
Dumbledore
13. Capítulo 12. La única amiga
Capítulo 13. El nombre de Albus Dumbledore: de la fama
al olvido
Prólogo
Sí, todo eso suena muy bien, pero quien siga creyendo que
Dumbledore era tan inmaculado como su barba se va a llevar un chasco.
Sin duda, nadie que alguna vez lo haya oído despotricar contra Quien-
ustedes-saben habría podido imaginar que tuvo sus escarceos con las artes
oscuras en su juventud. Nadie que lo haya visto durante los últimos años
de su vida exigiendo tolerancia se habría podido esperar que de joven no
era muy tolerante que digamos. Sí, el pasado de Albus Dumbledore fue
sumamente turbio, por no mencionar al resto de esa sospechosa familia a
la que tanto trabajo le costó mantener a raya.
Y existe otro asunto abierto a opinión popular. ¿Se sabe toda la verdad
y nada más que la verdad sobre la siempre buena relación entre
Dumbledore y el famoso Harry Potter, el niño que sobrevivió? Un interés
poco natural por parte de Dumbledore que hay gente que lo ha calificado
de morboso, incluso siniestro. Afortunadamente, Potter y yo hemos
desarrollado un fuerte vínculo, una sincera amistad que me ha permitido
en exclusiva descorrer las cortinas que ocultan las verdaderas intenciones
de Dumbledore, ¡a lo largo de un capítulo entero! Seguramente soy una de
las pocas personas con vida que pueden jactarse de conocer al verdadero
Harry Potter.
El desencadenante: ¿culpa de
Dumbledore o culpa de los demás?
«Mi… padre… Snif, snif… ¡Ay, mi padre…! Snif, snif… Él… él… él… Snif,
snif… Era un sanador tan brillante… Siempre decía… que todos nuestros
problemas y sus soluciones están… en nuestra mente… -explica Fonta, que
a duras penas logra articular palabra entre las lágrimas y sollozos al
recordar a su padre-. ¡Conocía tan bien la mente…! ¡Mi padre…! ¡¿Por qué?!
Snif, snif… Y sin embargo… eligió prescindir de su familia… ¡Nos despachó
tan rápido…! ¡Ay!»
«Bueno, sí, quizá Dumbledore tuviera algo de culpa en todo eso -me
confesó en privado Fonta Thickey, una noche cuya cara me sorprendió en
el fuego de mi chimenea, intentando limpiar su nombre
desesperadamente-. Al margen de la conducta de su padre, la última
elección siempre está en la propia persona. No influye la familia
únicamente.»
Capítulo 2
«Recuerdo que mi padre siempre decía que fue un verano muy largo
y muy caluroso, especialmente sofocante en el mes de agosto -me comenta
Mary Airmouth, una adorable anciana vecina de Mould-on-the-Wold que
vive en el pueblo desde hace hasta más tiempo que el mismo Dumbledore-
. Cada vez que la temperatura ascendía más de lo normal, gritaba «¡Hace
más calor que en agosto del 81!» antes de meterse en agua fría.»
La casa está en las afueras, una de las últimas filas. Es pequeña y tiene
la fachada de piedra; sin embargo, tiene un jardín amplio cercado con
vallas de madera y pequeños muros de piedra y que acaba en un gran
cobertizo para animales, sin duda el hogar de las famosas cabras que tanto
le gustaban a Aberforth.
Sin ninguna duda, para una mujer tan altanera y orgullosa no era
favorable que se descubriera su debilidad. Una supuesta infertilidad podría
haberla perjudicado notoriamente, haciéndola inservible a los ojos de los
hombres de aquella época. ¿Era para limpiar su imagen de tales rumores
por lo que quería un hijo por todos los medios? ¿Quería demostrar que no
era menos mujer que nadie, que su orgullo estaba intacto? ¿Realmente
Albus fue un hijo deseado por algo más que para restregar por la cara a los
cotillas un éxito absurdo?
«Te seré sincero -afirma otro vecino del pueblo que no quiso
proporcionarme su nombre-: en mi casa siempre se oían cosas sobre que
la familia Dumbledore no era de fiar. Se rumoreaba que eran aficionados a
la magia negra.»
«La magia oscura se puede hacer casi con cualquier cosa -nos ilumina
Dolores Umbridge, que aunque actualmente trabaja en el Ministerio como
subsecretaria del ministro y jefa de la Comisión de Registro de Hijos de
Muggles, ejerció durante un curso en el Colegio Hogwarts de Magia y
Hechicería como profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, hasta hace
poco más de un año-. Sin embargo, me parece poco apropiado publicar tal
información, Rita. Sería una fuerte atracción para magos curiosos.
Debemos salvaguardar la integridad de los magos honrados y proteger los
cimientos sobre los que se asienta nuestra sociedad, libre de magia negra,
preservando la labor que el Ministerio ha llevado a cabo desde su
creación.»
«En efecto, existen unos pocos ritos de magia oscura que se realizan
con la presencia de niños, o interviniendo éstos en los mismos -me
confirma Amycus Carrow, un encantador mago especializado en defensa
mágica-. Sin embargo, son ritos muy antiguos que casi han caído en el
olvido. Se trata de magia negra muy avanzada, al nivel de los más
expertos.»
Fuera como fuese -y me apuesto cinco galeones a que no fue como dice
Thecla-, parece que a los Dumbledore pronto se les quedaron pequeños los
extraños ritos prohibidos.
El señor Carrow, a quien presenté en el capítulo anterior, se mostró
muy dispuesto a iniciarme en los caminos de la defensa contra unas artes
tan oscuras y primitivas que a cualquiera se le pondrían los pelos de punta.
Por ello mismo, no he creído conveniente, a la hora de escribir mi libro, que
dichos ritos de terror y tortura aparezcan descritos entre sus páginas -
podrían provocarle varias visitas a San Mungo a mi buena amiga Maggie
Bloxam-. Para hacerse una idea de la gravedad, sólo hará falta que
mencione que en ninguno de esos ritos tan horripilantes podría salir una
persona normal tal y como entró, y no me refiero sólo a la mente -que se
vería muy afectada, como diría nuestro deslumbrante sanador anónimo-,
sino también al cuerpo. Hablo de algunos ritos en los que se necesita sangre
o incluso cosas más horribles, practicados hace tantos siglos que ya casi
nadie se acuerda de que existen ni de que gente mentalmente peligrosa
como Percival y Kendra los utiliza para pasar el rato.
«¡La verdad es que a Percival sí que se lo veía por el pueblo algún que
otro día! -vocifera el señor Llywelyn-. ¡Tenía algunas amistades aquí! ¡No
muchas, pero sí alguna! ¡Entre ellas mi hermana mayor Blodeuyn, con
quien siempre paseaba entre las flores que crecían en primavera!»
«¡Al principio sólo veía a Albus muy de vez en cuando! -me informa
Clywd a voz en grito-. ¡No sé qué le pasaría! ¡Pero no fue hasta que iba a
cumplir los dos años cuando comenzaron a sacarlo con más frecuencia de
la casa!»
«Es conveniente recordar que tenían cabras -hace notar una vecina
que me habla en la barra de la taberna La Leña Blanca, y que no quiere ser
famosa-. El diablo siempre se representa con forma de carnero.»
«Era muy raro -me cuenta la señora Airmouth-. Estaba loco. ¡Hablaba
con las cabras!»
Oh, querida Mary, no sólo hablaba con las cabras. Quizás si sigues
leyendo se te abran los ojos por fin ante la verdad sobre Aberforth El
Hombre Cabra Dumbledore.
April Anderson
El destino quiso que apenas tres meses antes del crimen de Percival,
el ministro Spavin aprobara un programa de seguridad especial muy
complejo capaz de detectar fácilmente y en cualquier instante las
maldiciones imperdonables, convirtiéndolas en una especie de palabras
tabú, desarrollado por la Oficina de Seguridad a Gran Escala del
Departamento de Seguridad Mágica en respuesta a las masacres de
muggles por parte de los puristas de la sangre, cuyo número iba en
preocupante aumento -un asunto en el que, según las palabras del propio
Spavin, sus antecesores habían pecado de omisión-. El día en que Percival
Dumbledore decidió desatar el monstruo que escondía en su interior,
debieron saltar todas las alarmas en el Ministerio. Por desgracia, a pesar
de ser una idea tan ambiciosa para su época, el programa detector se
mantuvo vigente sólo durante ese año, ya que se confundía con las
maldiciones más minúsculas e incluso con encantamientos carentes de
malas intenciones -parece ser que desarrolló una especial fijación por el
hechizo Fregotego-. Si Spavin sólo hubiera llegado a demorarse tres meses
al aplicar el plan de seguridad, Percival Dumbledore podría haber
cosechado un historial de millares de víctimas, así que al menos sirvió para
encarcelar a un loco asesino, quien ya no tuvo nada que replicar cuando
tres días después aparecieron los chicos muggles a los que atacó.
Quizá lo más preocupante en este punto sean todas las víctimas
anteriores al trágico incidente. Porque está claro que Percival debió de
coger práctica; sólo magos muy experimentados son capaces de llevar a
cabo con éxito alguna de las maldiciones imperdonables. ¿Quién más tuvo
que sufrir por los prejuicios de un hombre loco e intolerante? ¿Cuánto
llevaba practicando Percival la maldición tortura? ¿Actuaba en solitario o
en pareja junto a Kendra? ¿Hubo víctimas mortales?
«Cuando se supo el resultado del juicio, nadie sabía qué hacer -me
cuenta la señora Airmouth-. Por un lado, todo el mundo quería mostrar su
apoyo a Kendra y los niños, pero por otro lado, nos daba miedo ver la casa
siquiera. ¿Cómo podíamos saber si Kendra era o no también una pirada?»
Por fin, llegados a este punto, puedo desvelar mi fuente secreta, una fuente
que vivió muy cerca de la familia Dumbledore y que logró desvelar en parte
el gran secreto que escondían, aunque lo mantuvo en privado. Bathilda
Bagshot, la famosa y más grande historiadora de la magia del siglo XX,
autora de la alabada obra Una Historia de la Magia, tan profusa en detalles
que es utilizada actualmente como libro de texto en la asignatura de
Historia de la Magia en Hogwarts, me contó todo lo que sabía. Bathilda
nunca había hablado, bien porque jamás le habían preguntado, bien
porque nadie supo sonsacarle la suficiente información. Pero llevando a
cabo la entrevista de una forma específica y efectiva, haciendo uso de
técnicas periodísticas novedosas y revolucionarias, y ayudada por mi
singular talento natural en el campo de la información, he podido descubrir
muchas cosas de la etapa en la que Albus Dumbledore residió en Godric's
Hollow.
Bathilda Bagshot es la persona que vivió más cerca del gran secreto,
la única que sabe toda la historia que se oculta tras las dotes intelectuales
del Dumbledore adolescente. En cuanto dejé atrás Mould-on-the-Wold, al
igual que hizo en su día Kendra Dumbledore, para no volver nunca jamás,
me dispuse a regresar una vez más a Godric's Hollow, donde ya estuve en
varias ocasiones cuando tuve la suerte de escribir reportajes sobre los
famosos sucesos que allí ocurrieron hace dieciséis años y que seguro todos
mis lectores recordarán.
La casa de Bathilda fue mi primer y único destino. Después de un día
entero compartiendo información con la historiadora de la magia, me hice
con una serie de datos bastante reveladores de lo que a los más
importantes secretos de Albus Dumbledore se refiere, tanto de su primera
etapa en Godric's Hollow antes de ir a Hogwarts -pasó menos un año aquí-
, como de su segunda etapa después de salir del colegio, convertido en un
joven ambicioso y con planes de futuro bastante preocupantes. Y es que
Albus Dumbledore fue capaz de encontrar la felicidad en Godric's Hollow,
aunque el motivo de esa felicidad conllevara pretensiones de gobierno
acompañadas del propósito de someter a los muggles, junto a alguna que
otra amistad que con seguridad no será muy bien vista por mis curiosos
lectores.
En todo ese tiempo, efectivamente nadie supo nunca que existía una
Ariana Dumbledore… excepto una persona. El destino a veces gasta
bromas muy pesadas. Como ya he relatado, el azar hizo que en el primer
invierno de Kendra y los niños en Godric's Hollow mi buena amiga Batty
fuera la testigo no deseada de un suceso trascendental: la primera
aparición externa observada de la menor de los Dumbledore desde el
arresto de su padre. Ocurrió en enero de 1892, cuando, según mis cálculos,
Ariana ya había cumplido los siete años el día dos del mismo mes.
«Después de eso, confieso que les espié un poquito -me cuenta-. Todas
las noches de esa semana me acercaba al jardín trasero de la casa de
Kendra y me escondía por si la niña volvía a salir, pero no pasó nada.»
¿De qué tienes miedo, Elphias? ¿Qué temes que se descubra? Sin duda,
la misteriosa conducta del bueno de Dodgy no hace más que recalcar que
algo pasó que no quiere que sepamos. Por tanto, ante esta irrefutable
prueba, nos vemos obligados a pensar lo contrario a lo que él tanto elogia.
Después de tres años con un expediente impecable, con las notas más altas
que alguien pudiera imaginar, Dumbledore llegó a su cuarto curso. Y ese
mismo año, Aberforth Dumbledore pisó Hogwarts por primera vez,
dejando a su hermana y a las cabras a merced de su madre.
Por otro lado, los profesores más cercanos a Albus rezaron por tener
a otro alumno tan brillante como él, como si los Dumbledore viniesen de
serie. Muchos le ofrecieron su amistad a Aberforth con el fin de ayudarle a
agilizar el ritmo de su enseñanza -y para que compartiera con ellos la gloria
de algún que otro descubrimiento, si se presentaba el caso.
Yo misma
Así pues, Dumbledore sólo tenía que chasquear los dedos para que
Dippet se tumbara en el suelo y él pudiera pisotearlo. A ninguno de mis
lectores le sorprendería ya que fuese realmente por dichos medios como
hubiera conseguido el cargo de prefecto y el Premio Anual, pues Dippet -a
pesar de su minusvalía mental- era muy influyente en el colegio, y si quería
mimar a su ojito derecho, así se haría.
Por otro lado, en diciembre de 1898, Hogwarts fue elegido como sede
del centésimo septuagésimo primer Torneo Barnabus Finkley de Hechizos
Excepcionales, que agruparía a toda la comunidad mágica de Gran Bretaña,
sin importar su edad, para premiar al mago más diestro en duelos de
encantamientos.
A los pocos días, los artículos sobre alquimia que Dumbledore había
publicado para diferentes revistas llegaron al Congreso Internacional de
Alquimia de El Cairo, y fueron recibidos con gran admiración. Debido a la
innovadora contribución que ofrecían, Albus recibió la medalla de oro de
alquimia en 1898. Sin embargo, hechos extraños rodean también la
obtención de dicha distinción.
«Ese Aberforth estaba loco de atar -afirma Enid Smeek, cuya familia
vivía en las afueras de Godric's Hollow en esa época-. Se volvió un salvaje.
Claro, como habían muerto sus padres era normal que la gente lo
compadeciera, pero a mí, por ejemplo, no paraba de lanzarme excrementos
de cabra a la cabeza. No creo que Albus se preocupara mucho por él;
además, nunca los vi juntos.»
Así fue, sin duda. Bathilda me enseña una carta que Albus le envió a
Gellert en plena noche y que ella todavía conserva, y me explica:
«Sí, aunque hubieran pasado todo el día hablando (eran los dos tan
inteligentes que podían pasar horas discutiendo), a veces yo oía cómo una
lechuza golpeaba en la ventana del dormitorio de mi sobrino para
entregarle una carta de Albus. Si se le ocurría alguna idea, tenía que
contársela sin tardanza a Gellert.»
Albus
Cuando sólo hacía dos meses que habían iniciado su gran amistad,
Dumbledore y Grindelwald se separaron y no volvieron a verse hasta que
tuvo lugar su legendario duelo (más información en el capítulo 22). ¿Qué
fue lo que causó esa inesperada ruptura? ¿Había entrado Dumbledore en
razón? ¿Le había dicho a Grindelwald que no quería seguir participando en
sus planes? No, nada de eso.
Esa lamentable pelea junto al ataúd, que hasta ahora sólo conocían las
pocas personas que asistieron al funeral de Ariana, plantea varias
cuestiones: ¿por qué culpaba Aberforth Dumbledore a Albus de la muerte
de su hermana? ¿Se debía sólo, como asegura Batty, a una mera efusión de
dolor, o su rabia tenía alguna razón más concreta? Grindelwald, expulsado
de Durmstrang por gravísimas agresiones a sus compañeros de clase, huyó
del país sólo unas horas después de la muerte de la joven, y Albus (¿por
vergüenza?, ¿por miedo?) no volvió a verlo hasta que se vio obligado a
hacerlo a ruegos del mundo mágico.
Fue una amistad efímera, pero una amistad al fin y al cabo. Gellert Grindelwald
llegó a Godric's Hollow el dos de julio de 1899, dispuesto a pasar una temporada,
quizá unos años, en la casa de Bathilda Bagshot, su tía abuela y único familiar
vivo tras su expulsión de Durmstrang. Sin embargo, su estancia allí no se
prolongó más de dos meses. Ya han conocido el principio y el final, ¿pero qué
pasó en esos escasos dos meses?
El odio hacia los muggles siempre estuvo muy presente en la vida de Albus
Dumbledore, pero nunca antes había tenido la oportunidad de hacer sus sueños
realidad, pues los compañeros de sus planes maquiavélicos que tenía en el
colegio debieron asustarse debido a la radicalidad de las ambiciones de Albus,
y no continuaron en contacto con él tras salir de la escuela de magia. Pero, en
cuanto encontró a la persona adecuada, no dudó en dar comienzo a su ansiada
ascensión al poder.
Si bien Ariana se libró de toda vigilancia, debía estar muy bien atrapada
para que no escapase. Albus, inflexible con la niña, no permitió que ésta viera
siquiera un rayo de luz del sol ni una sola vez, aunque la que la mantenía cautiva
hubiera muerto. Ahora él era el cabeza de familia.
La vida que se extendía ante sus ojos no podía ser más deprimente: años
y años en un pueblo en medio de la nada, sin amigos ni ningún tipo de relación
salvo la compañía de la historiadora de la magia, siempre cuidando de que su
hermana squib no escapase, junto a su hermano rarito y las cabras, y sin poder
demostrar a nadie todo los logros que había obtenido en Hogwarts. Y para
colmo, Alientofétido Doge lo había abandonado en su prisión particular para
realizar el Gran Viaje él solito -y seguramente sintiéndose más vacío que en toda
su vida, sin nadie que le pudiera decir lo que debía hacer.
<<Cada vez que pasaba por delante de la casa de los Dumbledore veía a
Aberforth deambular de una ventana a otra -relata el señor Smeek-. Siempre
estaba solo en casa, exceptuando a su hermana, que estaba encerrada en el
sótano (aunque entonces nadie sabía eso). Cada vez que Albus salía, él miraba
cómo se alejaba con el ceño fruncido. Todos temíamos que algún día se le fuera
la cabeza e hiciera algo de lo que se pudiera arrepentir.>>
<<Estaba muy alterado -dice Bathilda-; no paraba de gritar que quería ver
a Gellert para decirle unas cuantas cosas a la cara. Cuando mi sobrino bajó junto
a Albus (se había quedado a dormir aquella noche), me fui para no parecer una
entrometida, pero me escondí detrás de la puerta para escuchar. En fin, nadie
es un santo; seguro que todos en mi lugar habrían hecho lo mismo. Aberforth le
gritaba a Albus que estaba cegado y que su corazón se había sobrepuesto a su
mente (la verdad, no lo entendí del todo). Albus intentaba tranquilizarlo, pero era
en vano. Aberforth le acusaba de dejarles de lado a él y a su hermana, pero
entonces Gellert le cerró la puerta en las narices y volvieron a la habitación. Yo
regresé a la entrada y le dije a Aberforth que lo que tuviera que arreglar con su
hermano lo podría hacer cualquier otro día, pues ya era muy tarde e iba a
despertar a todo el pueblo.>>
En el colegio no fue tan brillante como su hijo mayor, pero logró aprobar
todas las asignaturas y salió de Hogwarts decidida a encontrar empleo en el
Ministerio de Magia. Sin embargo, se topó con el amor cara a cara.
Una de las razones por las que Kendra no quería ver a Honoria podría ser
el temor de que ella diera a conocer el gran secreto entre las vecinas cotillas. Ya
por aquel entonces la orgullosa mujer debía imaginarse la dura realidad: había
alumbrado a una squib, no podía haber otra explicación para la tardanza de la
manifestación de los poderes de Ariana, y con seguridad Honoria lo gritaría por
las calles como había hecho con el nacimiento de Aberforth.
Bathilda Bagshot, la única amiga que Kendra Dumbledore tuvo en toda su vida,
tiene muy buenos recuerdos sobre ella a pesar de lo tensa que se volvía a
veces su relación, y no tuvo el menor reparo en compartirlos conmigo -estoy
segura de que incluso sin Veritaserum, esto es lo que me habría contado:
<<La primera vez que hablamos, ella había venido a mi casa para
enseñarme la carta que Dumbledore le había enviado, en la que le informaba
de que yo le había conseguido un lugar en las obras de Emeric Switch -dice
Bathilda-. Me dio las gracias de corazón, porque lo que ella quería era que su
hijo tuviera un futuro prometedor y llegara lejos. A partir de entonces, de vez en
cuando quedábamos para tomar el té bien en mi casa o bien en la suya. Con el
tiempo, esas reuniones se hicieron más frecuentes.>>
<<Se puso muy seria y muy tiesa -me desvela Bathilda-, y no habló
durante unos segundos. Después se levantó y me invitó a salir de la casa a la
mayor brevedad posible. ¡Oh, no, pero no lo dijo gritando ni nada por el estilo,
Rita! Lo hizo con una educación admirable, aunque sí es verdad que podía ver
la furia contenida en sus ojos. Pero no importaba; yo comprendía que no
quisiera hablar de ello. Mi pregunta había sido muy descarada.>>
<<Me dijo que la niña misteriosa era su hija, la menor de los tres, y que se
llamaba Ariana, pero que estaba muy enferma y que por eso no le podía dejar
salir de casa. Estaba demasiado débil para ir al colegio, y la mantenía dentro
del sótano porque cualquiera que se acercase podría resultar herido. Yo me lo
creí, por supuesto; no vi ningún motivo para pensar lo contrario.>>
En vez de decirle que su hija era una squib, asustó a su vecina con una
historia sobre una enfermedad contagiosa y peligrosa, incluso mortal. Con esa
excusa, Kendra evitó que la curiosidad de Bathilda llegara a más. La
historiadora no podría ver nunca a la niña si quería conservar su salud intacta.
Y, por si las moscas, para evitar la tentación, la grandísima mayoría de las
meriendas entre las dos amigas fueron en casa de Bathilda. Sin embargo,
parece que sí lograron construir una relación afectiva entre ellas, siempre que
Batty no hiciera demasiadas preguntas.
Pero no pudo cumplir sus deseos, pues murió antes de que Albus lograse
encontrar a la persona perfecta para ayudarle con sus maquiavélicos planes. A
pesar de ello, Kendra Dumbledore debió morir relativamente feliz, ya que había
conseguido mantener todos sus secretos a salvo, sólo confiándoselos a su
amiga Bathilda.
Pero más hubiera valido que no se hubiera fiado de nadie, pues Bathilda
no pudo mantener la boca cerrada por demasiado tiempo. La existencia de una
hija secreta era un secreto muy jugoso para llevárselo a la tumba, y debía
pensar que contárselo a unas pocas personas no iba a hacer daño a nadie.
Aunque me vi obligada a usar Veritaserum, creo que todos mis lectores lo
comprenderán una vez lean el libro y aprecien el trabajo de desvelar a todo el
mundo mágico las mentiras de la vida de Albus Dumbledore. Bathilda confiesa
la verdad así:
Aunque las evidencias nos indican que Ariana mató a Kendra, no nos dan
información sobre el método. Quizá la tirara por las escaleras, o quizá Ariana
no supo controlar su fuerza… o volcó su furia entera contra su madre -no diré
nada más como muestra de respeto a mi querida amiga Maggie Bloxam, cuyos
sueños quiero proteger-. Por supuesto, Albus y Aberforth debían desviar las
sospechas, pues nadie podía conocer la existencia de Ariana. Pero ése era un
secreto que iba a ser desvelado pronto, ya que dos meses después de la
muerte de Kendra, le tocó el turno a su hija.
<<Mi sobrino sólo me dijo que tenía que irse urgentemente -recuerda
Bathilda-. Sólo habían pasado unos minutos desde la muerte de Ariana, por lo
que era imposible que alguien supiera lo que había pasado, así que se fue con
un traslador. Nunca le pregunté el motivo de su apresurada marcha. Más tarde,
claro, me arrepentí de no haberle impedido irse, para que al menos hubiera
estado presente en el funeral de la hermana de su mejor amigo.>>
Sin embargo, una vez hubo conseguido el cargo de Jefe de Magos -tras
mucho tiempo haciéndole la pelota a Spavin, todo sea dicho-, no dudó en
despedir a Dumbledore de su lugar en el Wizengamot en la primera ocasión. Y,
curiosamente, su propuesta de expulsión contó con mucho más apoyo que
cuando intentó evitar su ingreso. ¿Había decepcionado Dumbledore al Tribunal?
¿Se habían dado cuenta los miembros del Wizengamot del garrafal error que
habían cometido al aceptarlo entre ellos? ¿Consideraban que Albus no jugaba
bien su papel como representante de la juventud? ¿Ya no estaba Dippet para
mantenerlo en su pedestal?
No, Dippet estaba muy presente, pero para la mayoría de los miembros del
Wizengamot, Dumbledore era un incompetente. A pesar de toda la gloria
obtenida en el colegio, habían pasado cinco meses desde que hubo terminado
séptimo, y en ese tiempo ni había encontrado trabajo, ni había demostrado su
valía, ni había realizado el Gran Viaje, ni había adquirido ninguna práctica en
nada, ni había seguido desarrollando sus teorías sobre Transformaciones, ni
había protagonizado grandes duelos, ni había publicado ningún artículo en
ninguna revista, ni había realizado importantes descubrimientos en alquimia, ni
había seguido manteniendo contacto con Nicolás Flamel, ni con Adalbert
Waffling, ni con Griselda Marchbanks, ni con Emeric Switch, ni con Armando
Dippet. En definitiva, Dumbledore se limitó a rascarse la barriga mientras su
arrogancia se encargaba de esperar que algo bueno le cayera por gracia divina.
Su nombre cayó en el olvido.
<<En el invierno de 1899 murieron todas las cabras que tenían -me detalla
Bathilda-. No fue un invierno especialmente frío, así que no murieron congeladas.
No sé si fue por alguna enfermedad o porque los pobres hermanos ya no tenían
qué comer y echaron mano de la poca carne que tenían cerca. Cuando murió
toda su familia, Albus y Aberforth estaban en la ruina, ya que el mayor no
encontraba trabajo y le echaban de las pocas organizaciones a las que aún
pertenecía. En cualquier caso, podría decirse que las cabras desaparecieron de
la noche a la mañana.>>
<<Se fue de repente -se lamenta Bathilda-, sin despedirse. No es que fuera
un adiós para siempre pues unos años más adelante cogimos mucha confianza,
pero me hubiera gustado al menos una despedida.>>
<<Fue una temporada muy feliz para Honoria -me aporta Bruce Doogard,
el portero-. Ella siempre había querido tener hijos, pero nunca encontraba al
hombre adecuado, y sus sobrinos eran lo más parecido que tenía a una familia.
Quiero decir, eran familia suya, por supuesto, pero apenas se veían una o dos
veces al año. Honoria no cabía en sí de gozo, aun después de enterarse de la
muerte de Kendra y Ariana. Ella sólo deseaba a alguien a quien querer. Fue un
detalle muy bonito por parte de Albus y Aberforth, teniendo en cuenta lo
desgraciada que era la vida de Honoria, y que lamentablemente iba a seguir
siendo en el futuro.>>
Quizá Honoria lo viera todo como un regalo de los cielos, pero para
Dumbledore su retiro en casa de su tía era el mismísimo infierno, aislado del
mundo y en ausencia de la única persona que había compartido su ideología y
se había comprometido a transformar los cimientos de la sociedad con él para
mayor exaltación de la raza mágica. Y la tortura fue larga, pues el aislamiento de
Dumbledore duró cinco años, cinco años de estancia en casa de Honoria, cinco
años de tensión entre él y su hermano, cinco años sin poder demostrar a ningún
mago su talento -es de suponer que después de todo ese castigo, aprendió la
lección y quiso ponerse las pilas, aunque nunca se sabe con el imprevisible de
Dumbledore.
<<No, no, no había espacio para cabras -niega el señor Doogard-. Estoy al
tanto de la relación entre Aberforth y esos animales, pero no había cabras en el
apartamento de Honoria.>>
Sin duda, poco a poco, gota a gota, la ira hacia su hermano fue
acumulándose en el interior de Aberforth. La indiferencia de Albus hacia su
familia, el asesinato de Ariana, el obligarle a regresar a Hogwarts, la masacre de
las cabras y las amenazas provocaron que Aberforth, siempre eclipsado por la
brillantez de su hermano, urdiera los más terribles planes imaginables para
ejecutar su venganza, pero claro, para culminarlos aún quedaban muchos,
muchísimos años. Y no me extraña nada lo que pasó al final de la historia.
Rita Skeeter[editar]
Rita Skeeter
Escuela Hogwarts
Información
Sexo Femenino
Nacimiento 1951n. 43
Ocupación • Autora biográfica
• Corresponsal de cotilleos de El
Profeta94
Características mágicas
"Tenía peinado el cabello con unos rizos muy elaborados y curiosamente rígidos, que ofrecían un
extraño contraste con su rostro de fuertes mandíbulas; llevaba unos anteojos adornados con piedras
preciosas, y los gruesos dedos —que agarraban una cartera de piel de cocodrilo— terminaban en
unas uñas de varios centímetros de longitud, pintadas de color carmesí."
Rowling, 2000, «La comprobación de las varitas mágicas»
"La atractiva rubia Rita Skeeter, de cuarenta y tres años, cuya despiadada pluma ha pinchado tantas
reputaciones infladas..."
—Pluma a vuelapluma, Rowling, 2000, «La comprobación de las varitas mágicas»
Rita Skeeter es una reportera del diario El Profeta y corresponsal de Corazón de bruja,
quien se especializa en la prensa amarillista, para la cual está equipada con dispositivos
mágicos tales como la pluma a vuelapluma.n. 43 Rita es una animaga no registrada, capaz
de transformarse en un escarabajo para espiar a víctimas desprevenidas para sus
historias.n. 47 Como una reportera que fabrica información para escribir una historia
atractiva, ella es un fastidio para Harry y sus amigos a lo largo de el cáliz de fuego, y un
breve aliado de mala gana en la Orden del Fénix.n. 111
Harry se encuentra por primera vez con Rita cuando ella entrevista a los cuatro
campeones del Torneo de los Tres Magos para un artículo en El Profeta, que resulta ser
una historia altamente falsificada sobre Harry mismo.n. 43 Durante las situaciones donde
Rita escucha información a escondidas, el libro hace referencias sutiles de su
presencia: Viktor Krum dice que Hermione tiene un escarabajo en el pelo,n. 38 y durante el
baile de Navidad, ella escucha a Hagrid contándole a Madame Maxime que él es
un semigigante, Harry habiendo notado un escarabajo en una estatua cercana.n. 28 Rita
publica un artículo que muestra a Hagrid como peligrosos, provocando que padres
escriban cartas asustados por la idea de tener un profesor "enorme y de aspecto feroz" le
enseñe a sus hijos. Cuando Rita se encuentra con Harry, Ron y Hermione en Hogsmeade,
Hermione la insulta.n. 112 Rita, como venganza, luego escribe una desagradable historia
sobre Hermione basada en falsos rumores proporcionados por Pansy Parkinson,
haciéndola quedar como una obvia pero talentosa bruja que usa pociones de amor para
satisfacer su "debilidad por los magos famosos", entre ellos Harry y Krum.n. 59 El último
artículo difamatorio de Rita dice que Harry es "trastornado y peligroso", y usa comentarios
de Draco y sus amigos como fuente.n. 40 Finalmente, Hermione descubre los medios por
los cuales Rita espía a los demás y la fuerza a "estar calladita un año entero",
amenazándola con reportarla a las autoridades como una animaga ilegal. Su último
artículo desprestigia a Harry y sirve como la base para que Cornelius Fudge se niegue a
creer la historia de Harry sobre el regreso de Voldemort. También es el comienzo de la
campaña difamatoria del Ministerio contra Harry y Dumbledore.n. 47
En la Orden del Fénix, Hermione chantajea a Rita amenazándola a revelar que es una
animaga y la fuerza a entrevistar Harry a Harry sobre el regreso de Voldemort. Ella luego
debe entregar su historia a El Quisquilloso.n. 111 Más tarde, Rita hace una breve aparición
en el misterio del príncipe, donde Harry se enfurece al notarla sosteniendo una libreta en el
funeral de Dumbledore.n. 105 Aunque Rita no aparece en las Reliquias de la Muerte, ella es
mencionada en numerosas ocasiones a lo largo de la novela, generalmente de forma
negativa en relación a su biografía no autorizada de Dumbledore titulada Vida y mentiras
de Albus Dumbledore. El libro describe al antiguo director de una forma extremadamente
negativa pero está mayormente basado en hechos verdaderos, para el terror de Harry. Se
implica que ella obtuvo parte de su información de modo ilegal o poco ético.n. 51n. 26 Cuando
se le preguntó en una conversación en la web si Rita seguía escribiendo artículos, Rowling
contestó: "Naturalmente, ¿que podría detener a Rita? Imagino que inmediatamente
garabateó una biografía de Harry después de derrotar a Voldemort. Un cuarto de verdad y
tres cuartos de basura." y "Snape: ¿Santo o Sinvergüenza?"3
Se ha especulado que la tensa relación entre Rowling y la prensa fue la inspiración de la
autora para desarrollar el personaje. Sin embargo, Rowling notó en el año 2000 que el
personaje en realidad precede su salto a la fama.95 Rita iba a estar en 'la piedra filosofal,
como Rowling reveló en una entrevista: "sabes cuando Harry entra al Caldero
Chorreante por primera vez y todos dicen «Bienvenido, señor Potter, bienvenido», yo
quería poner una periodista allí. No se llamaba Rita en ese entonces, pero era una mujer.
Y luego pensé, mientras miraba la trama general, pensé, allí no es realmente donde encaja
mejor, encaja mejor en el cuatro donde se supone que Harry debe aceptar su fama."96
Miranda Richardson interpretó a Rita en la adaptación cinematográfica de Harry Potter y el
cáliz de fuego así como en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: parte 1.97
Joe Utichi, de IGN, llamó a Rita su octavo personaje de Harry Potter favorito, diciendo que
era "terroríficamente familiar".98
Etimología
Rita es un apócope de Margarita, nombre en latín del que deriva Margaret. Margarita
venía del griego μαργαριτης (μαργαριτης, en español, perla), probablemente una
adopción del sánscrito मञ्यरी (manyari).14
Skeeter es un término inglés lunfardo para un mosquito. La
palabra paparazzi (en italiano, paparazzo) también se refiere a un
mosquito. Skeet también es un término coloquial en inglés manés para los chismes o
un acto de husmeo.99 Skeeter podría ser una alusión a cuán molestas tienden a ser las
mentiras de Rita, ya que la gente tiende a encontrar molestos a los mosquitos y trata
de ahuyentarlos.10
Rita Skeeter
Rita Skeeter
Información biográfica
Fecha de nacimiento
1951[1]
Estatus de sangre
Firma
Descripción física
Color de pelo
Rubio
Color de ojos
Verdes
Caracaterísticas mágicas
Animago
Boggart
Lord Voldemort
Afiliación
Lealtad
El Profeta
El Quisquilloso
[Fuente]
Rita Skeeter: "El Profeta saca todos los miércoles una columna zoológica, como
usted sabrá. Podríamos hablar de esos... eh... "escorbutos de cola positiva...""
Rita Skeeter (nacida en 1951) fue una bruja que trabajó como reportera de El
Profeta. Albus Dumbledore describió su forma de escribir como "encantadoramente
grosera" después de que escribiera un artículo desagradable sobre él, mencionando que, a
su juicio, le había descrito como un imbécil obsoleto. Rita cubrió varias noticias de interés,
tales como los juicios de varios Mortífagos tras la Primera Guerra Mágica, el Torneo de los
Tres Magos y el testimonio de Harry Potter sobre el regreso de Lord Voldemort al poder
en 1995. También escribió algunas biografías sobre personajes de actualidad, entre los
cuales están Armando Dippet, Albus Dumbledore, Severus Snape y Harry Potter. La forma
de escribir de Rita era considerada como sensacionalista y, a veces, muy deshonesta. Su
habilidad de conseguir información se debía a sus capacidades de animago no registrado,
ya que tomaba la forma de un escarabajo.
Contenido
[mostrar]
Biografía
Primera Guerra Mágica
Una Joven Rita Skeeter en el juicio de Igor Karkarov.
Como un animago no registrado, ella tomaba la forma de un escarabajo y era capaz de
espiar y pasar desapercibida, podía obtener chismes para sus artículos, los que después
exageraba y explotaba para ganar la atención de las masas. Rita escribió principalmente
para El Profeta, aunque algunos de sus artículos también aparecieron en la Bruja
Semanal y El Quisquilloso. Skeeter trabajaba junto con Bozo, su fotógrafo. Skeeter era una
periodista en la época de la Primera Guerra Mágica cuando Lord Voldemort estaba en el
poder. En 1981, tras la caída de Voldemort en el fin de la guerra, Skeeter informó sobre los
juicios de varios Mortífagos, tales como Igor Karkarov. Estos juicios incluyeron los de
los Lestrange y Bartemius Crouch Jr. los cuales fueron acusados de torturar
a Alice y Frank Longbottom hasta la locura. También durante su carrera ella dio una cita
sobre las buenas críticas de Quidditch a Través de los Tiempos cuando escribió "He leído
cosas peores" como una revisión.
Torneo de los Tres Magos
Estas actividades aumentaron la ira y el odio que Hermione le tenía. Después que
Hermione le criticó por su difamación, Rita se vengó escribiendo un artículo sobre ella "La
Pena Secreta de Harry Potter" colocándola como una "Femme Fatale" que juega con los
sentimientos de Harry Potter y Viktor Krum usando una Poción de Amor. Hermione se
encontraba sumamente disgustada con este artículo y además empezó a recibir correo
muy ofensivo de las personas que creían las mentiras de Skeeter, inclusive Molly
Weasley se encontraba molesta con ella hasta que Harry puso las cosas en claro.
«Rita Skeeter no escribirá nada durante algún tiempo. No a menos que quiera que
le descubran el pastel. (...) He averiguado cómo se las arregla para escuchar las
conversaciones privadas cuando tiene la entrada prohibida al colegio (...) Rita
Skeeter es ella misma un minúsculo micrófono negro... Rita Skeeter es un animago
no registrado. Puede convertirse... en un escarabajo.»
Finalmente, Hermione descubrió que Skeeter era una animaga no registrado, que
adoptaba la forma de un escarabajo. Hermione la capturó mientras se hallaba en el alféizar
de una ventana de la enfermería de Hogwarts, recabando información para escribir un
nuevo artículo sobre Harry y sobre cómo éste afirmaba que Voldemort había regresado, y
luego la encerró en un frasco, le explicó que sabía que ella era una animaga no registrada,
diciéndole que estaba dispuesta a liberarla sólo bajo ciertas condiciones: en primer lugar,
tendría que permanecer encerrada con su forma de escarabajo hasta que Hermione
regresase a Londres el día del retorno en el Expreso de Hogwarts, le hizo un
encantamiento irrompibilizador al tarro de cristal donde la tenía encerrada para asegurarse
de que no pudiera escapar rompiendo el frasco al transformarse de nuevo en humana,
hasta llegar a Londres. Una vez que ambas llegaron allí, Hermione la chantajeó, si ella no
renunciaba a su empleo por el plazo de un año y dejaba de escribir artículos difamatorios
sobre otras personas, Hermione la delataría al ministerio y Skeeter sería enviada
a Azkaban.
Segunda Guerra Mágica
Rita Skeeter: "¿Pretendes que haga esto gratis?"
Hermione Granger: "Sí, sino como muy bien sabes, informaré a las autoridades
de que eres una animaga no registrada. Evidentemente, El Profeta pagaría mucho
dinero por una crónica sobre la vida en Azkaban escrita desde la propia prisión."
Rita poseía un cabello rubio, rizado, extrañamente rígido, presumiblemente bajo el uso de
la magia. Ella posee una gran quijada, cejas delineadas, tres dientes de oro y largas y
masculinas manos con las uñas pintadas de rojo. Usa gafas de diamantes de imitación y
lleva un bolso de piel de cocodrilo, dentro del cual guarda su pluma mágica color verde
ácido.
Reportera para el
diario El profeta (hasta
que renunció
inesperadamente en junio
de 1994), usa una Pluma a vuela Pluma.
Fotografo: Bozo
Animaga no registrada, se convierte en un pequeño escarabajo.
Rita Skeeter
Cabello: rubio, llevado en elaborados y curiosamente rígidos rizos; durante su
largo periodo de desempleo, ella se lo dejo lacio y desaliñado.
Rostro: mandíbula pronunciada (con tres dientes de oro), gruesas cejas, lentes
con joyas (falsas)
Edad: 43 (Noviembre de 1994)
Campo: periodista sensacionalista
Uñas: largas y pintadas de rojo
Manos: largas y hasta varoniles
Lleva: una bolso de piel de cocodrilo, y en el pergaminos una Pluma a Vuela
pluma.
Pregunta: Hay un personajes en este libro, Rita; ¿es este una ilustración de
tu relación con la prensa?
J.K. Rowling: Bueno, te voy a contar la verdad pero creo que no va a ser lo
que muchos desean escuchar. Yo traté de poner a Rita en la Piedra Filosofal -
tu sabes cuando Harry entra en el Caldero Chorreante por primera vez y
todos dicen "¡Señor Potter esta de vuelta!", Yo quería poner un periodista
ahí. Ella no se llamaba Rita en ese entonces pero era una mujer. Y después yo
pensé, mientras revisaba la trama en general, que no era donde ella mejor
encajaba, ella encaja mejor en el libro cuatro cuando se suponía el fin de la
fama de Harry. Entonces quité a Rita del libro uno y la puse en el libro
cuatro. Y por primera vez, mi pluma metafóricamente insistió en escribir
sobre ella, porque yo pensé , que todos supondrían que esa era mi repuesta a
todo lo que me había pasado. Pero el hecho es, que Rita fue planeada hace
mucho. ¿Que si la disfrute un poco mas por lo que me había pasado? ---- si,
probablemente.
***
22 Ene, 2018
Capítulos
¿Por qué un hombre destinado a ser ministro de la Magia se contentó con dirigir un colegio?
¿Cuál era el verdadero propósito de la organización secreta conocida como Orden del Fénix? ¿Cómo
murió realmente Dumbledore? Éstas y muchas otras preguntas se investigan en la explosiva biografía del
libro.
Es muy difícil encontrar datos sobre cuando él tenía entre 3 y 9 años ya que muy poca
gente lo conocía antes del incidente de su padre. Parece que Kendra no soporto seguir
viviendo Moho-en-el-Páramo después del arresto de Percival en que y se mudaron al valle
de Godric. En el valle de Godric, igual que en Moho-en-el-Páramo, residían muchas
familias de magos, pero como no conocía a nadie allí, no sería objeto de la curiosidad que
despertaba el delito de su esposo, como le había ocurrido en su anterior residencia. Sin
embargo, rechazó repetidamente las muestras de simpatía de sus nuevos vecinos magos,
y de ese modo pronto aseguró que dejarían en paz a su familia.
<<-Me cerró la puerta en las narices cuando fui a darle la bienvenida llevándole pasteles
recién horneados, con forma de caldero, hechos por mi- recuerda Bathilda Bagshot- El
primer año que vivieron ahí solo vi a dos chicos, y no habría sabido que existía una niña si,
en una ocasión (el invierno después de su llegada), no hubiera estado yo recogiendo
plangentinas a la luz de la luna y la hubiera visto salir con Ariana al jardín trasero. Kendra
le hizo dar a la niña una vuelta por el jardín sujetándola con fuerza por el brazo, y luego se
la llevó adentro. No supe que pensar-.>>
Al parecer Kendra creyó oportuno que la mudanza al valle Godric era una oportunidad
perfecta para esconder a Ariana de una vez por todas, algo que probablemente llevara
años planeando. Era el momento más oportuno. La niña sólo tenía siete años cuando se
perdió de vista, y, según la mayoría de los expertos, a esa edad es cuando se habría
revelado su magia, si la hubiera tenido. Nadie que todavía viva recuerda que Ariana
mostrara jamás la más leve señal de poseer aptitudes mágicas, por tato, parece evidente
que Kendra decidió ocultar la existencia de su hija para no sufrir la vergüenza de reconocer
que había dado a luza una squib. Alejarse de los amigos y
los vecinos que conocían a Ariana facilitaría mucho su confinamiento, por supuesto. Y
podría confiar en que las pocas personas que a partir de entonces conocieran la existencia
de la niña guardarían el secreto, incluidos sus dos hermanos; ellos desviaban las
preguntas inoportunas con la respuesta que les había enseñado su madre: <<Mi hermana
está demasiado débil para ir al colegio>>.
El próximo capítulo ¿Cómo empezó Dumbledore sus estudios? ¿Quiénes eran sus
amigos?
Gellert:
Tu punto de vista de que la dominación del Mago es POR EL PROPIO BIEN DE LOS
MUGGLES...ese, creo yo, que es el punto crucial. Sí, se nos ha dado el poder y sí,
ese poder nos da derecho a dominar, pero también conlleva una responsabilidad
para con el mundo. Debemos acentuar ese punto, será la piedra angular sobre la que
construiremos. Donde encontremos oposición, que seguramente la habrá, esta debe
ser la base de todos nuestros contraargumentos. Tomemos el control POR EL BIEN
DE TODOS. Y seguir a partir de eso donde encontraremos resistencia, debemos usar
solo la fuerza necesaria y no más. (Ese fue tu error en Durmtrang) Pero no me quejo,
porque si no hubieras sido expulsado, nunca nos habríamos conocido.
Albus
Asombrados y consternados estarán sus muchos admiradores, esta carta constituye la
prueba de que Albus Dumbledore una vez soñó con derrocar el Estatuto Secreto y
establecer el control de los Magos sobre los muggles. ¡Qué golpe para los que siempre
retrataban a Dumbledore como el mayor defensor de los nacidos muggles! A la luz
dernesta evidencia indiscutiblemente nueva, las cosas se ven desde otra perspectiva.
¡Qué despreciable aparece Albus Dumbledore ocupado en planear su ascensión al poder,
cuando debería haber estado afligido por su madre y cuidando de su hermana! Sin duda,
aquellos decididos mantener a Dumblemore sobre un pedestal alabarán que, después de
todo, no pusiera sus proyectos en acción, debió haber sufrido un cambio de parecer,
recobrando el juicio. Sin embargo, la verdad parece totalmente sorprendente. Apenas dos
meses después del comienzo de su nueva gran amistad, Dumbledore y Grindelwald se
separaron, y nunca se volvieron a ver el uno al otro hasta que se encontraron en su
legendario duelo. ¿Qué causó esta abrupta ruptura? ¿Dumblemore había recobrado el
juicio? ¿Le había dicho a Grindelwald que no quería formar parte de sus proyectos? ¡Ay!,
no. "Fue la muerte de la pobre y pequeña Ariana, creo, eso fue", dice Bathilda. "Fue un
golpe terrible. Gellert estaba allí en la casa cuando pasó y volvió a mi casa muy nervioso,
me dijo que se quería ir a casa al día siguiente. Terriblemente apenado, sabes. Entonces
arreglé un Traslador y esa fue la última vez que le vi."Albus estaba fuera de sí por la
muerte de Ariana. Fue terrible para los dos hermanos. Habían perdido a todos excepto el
uno al otro. No es extraño que los temperamentos se elevaran a gran altura. Aberforth
culpó a Albus, ya se sabe cómo se pone la gente en esas terribles circunstancias. Pero
Aberforth siempre hablaba un poco como a lo loco, el pobre muchacho. En todo caso,
romperle la nariz a Albus en el funeral no fue decente. Habría destruido a Kendra, el ver
que sus hijos luchaban así, sobre de el cuerpo de su hija. Una pena que Gellert no pudiera
quedarse para el entierro... Habría sido un consuelo para Albus, al menos...Esta reyerta
junto al ataúd fue terrible, conocida solo por aquellos pocos que asistieron al entierro de
Ariana Dumbledore, levantando varias preguntas. ¿Por qué culpaba exactamente
Aberforth Dumbledore a Albus de la muerte de su hermana? ¿Fue, como "Batty" pretende,
una mera efusión de pena? ¿O podía haber una razón más concreta para esa furia?
Grindelwald, expulsado de Durmstrang por los casi fatales ataques a sus compañeros de
estudios, escapó del país pocas horas después de la muerte de la muchacha y Albus (¿por
vergüenza o miedo?) nunca le volvió a ver, no antes de ser obligado a ello por las súplicas
del mundo mágico. Ni Dumbledore ni Grindelwald se refirieron nunca posteriormente a
esta breve amistad de juventud. Sin embargo, no puede haber ninguna duda de que
Dumbledore se retrasó, durante aproximadamente cinco años de confusión, víctimas y
desapariciones, en su ataque sobre Gellert Grindelwald. ¿Le retrasó el afecto por el
hombre o el miedo a exponerse ante su una vez mejor amigo lo que hizo que Dumbledore
vacilara? ¿Fue solo a regañadientes que Dumbledore se dedicó a la captura del hombre al
que una vez había estado tan encantado de conocer? ¿Y cómo fue la misteriosa muerte
de Ariana? ¿Fue víctima involuntaria de algún rito oscuro? ¿Tropezó con algo que no
debería haber visto, cuando los dos jóvenes estaban sentados practicando para su intento
de conseguir gloria y dominación? ¿Fue Ariana Dumbledore fuera la primera persona en
morir por "el bien de todos"?