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Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana. No. 1, Quito, mayo 2007, pp.

41-44
©Programa de Estudios de la Ciudad de FLACSO Sede Ecuador • ISSN: 1390-3691
Comentario de Lila Caimari:
Apenas un delincuente.
Crimen, castigo y cultura en la
Argentina, 1880-1955, Siglo XXI
Editores Argentina, Buenos Aires,
2004

E
Por Máximo Sozzo plejo, compuesto por una gran diversidad
de fuentes históricas; las cuales se ubican en
ste libro representa un período muy amplio, que inclusive en el
una contribución fun- primer capítulo se ensancha con un “paso
damental al desarrollo hacia atrás”. Sin embargo, la autora justifica
de una historia de la esta periodización “larga”, reconociendo
cuestión criminal en simultáneamente que la opción implica
la Argentina. Algunos ciertas “perdidas”. Ahora bien, Caimari inte-
precedentes habían rroga este archivo inmenso y complejo guiada
realizado aportes signi- por una serie de claves teóricas que nacen del
ficativos en este sentido -focalizando, grosso entrecruzamiento de los importantes aportes a
modo, el mismo período y privilegiando la historia y la sociología del castigo de Michel
el mismo contexto, es decir, Ciudad y Pro- Foucault, Peter Spierenburgh y David Garland.
vincia de Buenos Aires- pero en el marco Aun cuando tal vez dicho cruce resulta menos
de unas exploraciones más generales que explícitamente discutido que lo que desearían
hacían de la cuestión criminal una “estación” sus lectores más inclinados teóricamente, es el
más en su desenvolvimiento (Zimmerman, que lleva a Caimari a otorgarle un fuerte peso
1995; Salessi, 1995; Scarzanella, 1999). Sin en su exploración a la “cultura”.
embargo, el libro de Caimari al hacer de la El libro está estructurado en dos partes
cuestión criminal el terreno medular por el que se articulan sobre los dos ejes fundamen-
que transita no posee demasiados antece- tales de la indagación. En la primera parte
dentes en el formato de libro, aun cuando sí se abordan los discursos “expertos” –en el
se inscribe en una creciente literatura que se sentido de aquellos que reclaman un nexo pri-
ha venido manifestando en los últimos quince vilegiado con la verdad y se construyen desde
años a través de artículos en revistas y libros el lugar de la autoridad- sobre el delito y la
colectivos de historia y ciencias sociales -en la pena producidos por juristas y criminólogos,
que se ha destacado el trabajo de Ricardo Sal- confrontándolos con las prácticas penales y
vatore (1992, 1993, 1996, 2001a, 2001b, con penitenciarias en la Argentina desde la primera
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Carlos Aguirre, 1996; 2001). mitad del siglo XIX hasta las primeras décadas
“Apenas un delincuente” tiene el mérito del siglo XX. En el primer capitulo se analiza,
medular de ser el producto de una indagación la circulación en el Río de la Plata desde los
que ha recorrido un archivo inmenso y com- años 1820 de ideas sobre la “civilización” del

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“castigo”, fundamentalmente en torno a dos nológicas” y la celebración de la “cultura cien-
puntos de la reforma penal: la abolición de tífica”, como un forma de entender porque las
la pena de muerte y la codificación penal. La representaciones positivistas sobre el delito y
autora aborda algunas de las tesis presentadas la pena fueron compartidas –aun cuando con
sobre estos temas en la Universidad de Buenos ciertos matices - por actores que poseían posi-
Aires desde 1827 -trabajo ya iniciado por ciones políticas diferentes y, a menudo, anta-
Levaggi (1972) y Barreneche (2001)- y enfatiza gónicas (pp. 94-98). Luego se analiza como se
la tarea de adaptación al contexto y a los pro- generaron prácticas y discursos estructurados
blemas locales que llevan adelante. Resulta en base a la matriz de la criminología positi-
interesante la indicación –a profundizar en vista en el espacio penitenciario y como, de
futuras indagaciones- de la presencia en estos reflejo, la prisión ocupo un lugar central en
textos de un argumento general con respecto la criminología argentina. Sin embargo, la
a la evolución diferencial de las sociedades, del autora se encarga de señalar –contribución
que se deriva que “aún no ha llegado la hora” fundamental de este capítulo- que el influjo
en nuestro contexto para tal o cual medida de la “prisión-laboratorio” de los criminólogos
concreta, instalando una consideración diver- positivistas no debe ser exagerada, pues tuvo
gente y paralela del “deber ser” y el “ser” que sus límites y nunca desplazó completamente a
puede considerarse que en gran medida carac- la “prisión-fábrica” del proyecto penitenciario,
teriza lo que podríamos denominar el “libera- generándose equilibrios inestables entre
lismo penal” en nuestro contexto (cfr. pistas ambas, en torno a los puntos de coincidencia,
al respecto en Sozzo, 2001; Marteau, 2003). que no impedía que subsistieran elementos de
La autora contrasta este debate académico discordia (pp. 103-107).
con las prácticas penales de la era de Rosas El capítulo 3, uno de los mas innovadores
y luego de la “caída del Tirano”, durante dos de la primera parte del libro, aborda la “otra
décadas, con unas sustanciales continuidades historia de la prisión” (p. 110), la historia de las
en materia de castigo –pena de muerte, ser- “cárceles-pantano” (pp. 116) en la Argentina.
vicio de armas, ausencia de codificación, etc Se trata de revelar como el avance cultural y
(recuperando en parte lo planteado por Sal- político del proyecto penitenciario y crimi-
vatore, 1993, 2001b). Seguidamente analiza nológico sólo alcanzó en nuestro contexto a
cómo se produce la instalación en el campo de un puñado de instituciones penitenciarias -y
los saberes “serios” de la prisión como forma en forma limitada-, subsistiendo múltiples
central de pena a partir de la década de 1870, espacios que permanecieron intocados por esta
retomando los discursos y experiencias peni- vocación reformista, perpetuando prácticas
tenciarios gestados en Europa y Norteamérica, tradicionales durante décadas. Por último, se
en la discusión de toda una serie de detalles exploran algunos aspectos de las experiencias
técnicos para la gestación de un “sistema de los “presos políticos” en las primeras décadas
penitenciario moderno” en el contexto local. del siglo XX. En el capítulo 4 presenta una
En el Capítulo 2 se abordan las transforma- original indagación de la construcción de la
ciones sociales que se produjeron en la ciudad relación entre el “perito” –casi siempre médico
de Buenos Aires a partir de 1880 y como se psiquiatra o abogado- y el preso, a partir del
vincularon al aumento de la criminalidad al análisis de los boletines médico-psicológicos e
cambio en las representaciones de la misma. historias clínicas elaborados en el Instituto de
En este escenario se inscribe el nacimiento de Criminología de la Penitenciaría Nacional,
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la “criminología” como “nueva disciplina” de La segunda parte del libro es la que genera
matriz médica e higienista. Es sugestivo en la innovación más radical en este campo de
este punto como la autora pone de manifiesto estudios en nuestro país -algunas pistas previas
el vinculo entre la difusión de las ideas “crimi- pueden encontrarse en Scarzzanella (1999);

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Saitta (2002), Marteau (2003), pero el pre- de la obra de Roberto Pettinato, actor funda-
cedente mas relevante proviene del campo mental con respecto al castigo legal en este
de la crítica literaria (Ludmer, 1999). Aquí período. Resulta interesante el vínculo que
se abordan, en forma declaradamente “explo- la autora traza entre la carrera, las ideas y el
ratoria” (pp. 166) las representaciones “pro- estilo de gestión penitenciarios de Pettinato y
fanas” sobre el delito y la pena que circularon la construcción del régimen político peronista
en la ciudad de Buenos Aires desde 1880 hasta –anti-intelectualismo, ejecutividad, devoción
mediados del siglo XX, a través del examen al líder, etc. (pp. 250-253).
de diversos soportes. En los capítulos 5 y 6 “Apenas un delincuente” ha abierto una
se examinan las representaciones “profanas” serie de rutas en este vasto territorio en gran
sobre el delito en los períodos 1880-1910 y medida desconocido. La autora ha elegido -
1920-1930, respectivamente. La hipótesis en sus propias palabras- “no detenerse todo
que articula esta tematización es que desde lo necesario” en cada una de ellas, deliberada-
el inicio del proceso de modernización penal mente no ha buscado explorarlas exhaustiva-
en nuestro contexto hubo un divorcio en las mente sino generar un “mapa”, toda una serie
representaciones culturalmente más difun- de guías e indicaciones fundamentales para
didas entre la figura del “delincuente” y la quienes en el futuro deseen emprender reco-
figura del “castigado” (pp. 167; cfr también, rridos particulares que en gran medida podrán
Caimari, 2004). ser realizados gracias a su labor precedente.
En el capitulo 7 se abordan las representa-
ciones “profanas” del castigo y el castigado. Ini-
cialmente se analizan las nacidas de las “visitas Referencias
a prisiones” de fines del siglo XIX, movidas
en gran parte por el “espíritu científico” de la -BARRECHE, Osvaldo (2001), “Dentro
mirada criminológica, pero se observa como de la Ley Todo. La justicia criminal de
en ellas ya se cuelan elementos contradic- Buenos Aires en la etapa formativa del
torios, de compasión frente a los sufrimientos sistema penal moderno”, AL Margen, La
del preso. Luego se muestra como a partir de Plata.
las primeras décadas del siglo XX se va produ- -AGUIRRE, Carlos y Salvatore, Ricardo
ciendo progresivamente un “descubrimiento (2001) “Writing the History of Law,
del preso” como sujeto que genera una cierta Crime and Punishment in Latin America”,
simpatía -a diferencia del “delincuente”- que en Ricardo Salvatore, Carlos Aguirre y
abre el camino a una imagen mas radical del Joseph Gilbert: Crime and Punishment
preso como sujeto de derechos, como ciu- in Latin America, Duke University Press,
dadano, que va a estar presente sobretodo en Durhem y London, pp. 1-32.
“Critica” en la década de 1930. -AGUIRRE, Carlos y Salvatore, Ricardo
El capitulo 8 es tal vez uno de los más tras- (1996b): “The birth of the penitentiary in
cendentes del libro, por dos razones: en primer Latin America: Toward and interpretative
lugar, aborda el castigo en el “peronismo social history of prisions”, en Salvatore,
clásico”, un tema prácticamente intocado Ricardo y Aguirre Carlos (Ed), The Birth
por la literatura especializado; y en segundo of the Penitentiary in Latin America,
lugar, este tema escasamente indagado resulta University of Texas Press, Austin, 1996b,
crucial para comprender la historia reciente 1-43.
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del control del delito –y su presente- en la -CAIMARI, Lila (2004b) “Pasiones puni-
Argentina. Se analizan los discursos y practicas tivas y denuncias justicieras: la prensa
penales puestas en marcha por el “penitencia- y el castigo del delito en Buenos Aires
rismo peronista” desde 1946 a 1955, a partir (1890-1910)”, en Alonso, Paula (comp.),

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Construcciones impresas. Panfletos, 2001b, pp. 308-241.
diarios y revistas en la formación de los -SCARZANELLA, Eugenia (1991), “Italiani
estados nacionales en América Latina, malamente. Inmigrazione, criminalità,
1820-1920, Fondo de Cultura Eco- razzismo in Argentina. 1890-1940”,
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and Liberalism. Capital Punishment after
R e s e ñ a

the fall of Rosas”, en: Ricardo Salvatore,


Carlso Aguirre y Joseph Gilbert: Crime
and Punishment in Latin America, Duke
University Press, Durhem y London,

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