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Introducción
El análisis de diferentes modelos para el estudio del liderazgo permite
apreciar que algunos de ellos, abordan el liderazgo en función de un jefe en
contacto constante con sus subordinados. Otros centran su atención en la
actividad que realizan los directivos en el contexto general de la organización.
Las variables utilizadas por los primeros no son útiles para analizar la eficacia
directiva al nivel organizacional, ni las variables consideradas por los últimos
ayudan a explicar el fenómeno liderazgo a nivel del pequeño grupo. Sin
desconocer lo que puedan aportarnos los estudios a nivel del pequeño grupo,
centramos más nuestra atención en la revisión de los estudios sobre las
características comunes a los líderes exitosos realizadas por diferentes
autores, en los marcos del modelo de liderazgo transformacional, que explica
el surgimiento de los líderes en un contexto complejo y cambiante donde el
éxito está ligado a la posibilidad de conducir la organización del estado actual
al estado deseado.
Liderazgo y dirección
Existen muchas definiciones de liderazgo, pero al parecer hay acuerdo en
que implica un proceso de influencia de una persona sobre otra. La fuente de
esa influencia puede ser formal, como la que proporciona un cargo
administrativo o de naturaleza psicológica en un contexto informal. Desde una
perspectiva psicológica los problemas del liderazgo y de la dirección
constituyen problemas cardinales, debido a que ambos procesos se refieren
tanto a la integración de la actividad grupal, como a la descripción psicológica
del sujeto de esa integración. Con el término liderazgo se suele caracterizar
las relaciones psicológicas de dominio y subordinación que surgen en el
grupo, con el término dirección se enfatiza en la organización de la actividad,
en el proceso de gobierno del grupo. Para decidir lo que hay que hacer la
dirección lo hace estableciendo objetivos, planificando y elaborando
presupuestos. El liderazgo lo hace determinando una orientación, creando
proyecciones y estrategias. Un buen proceso para establecer la orientación
contribuye a una planificación realista del mismo modo que una buena
planificación verifica el realismo del enfoque orientador. Para
establecer redes y conexiones entre las personas la dirección lo hace
organizando a la gente en una estructura jerárquica, cubriendo los puestos
de trabajo con individuos idóneos, capacitando a los que lo necesiten,
comunicando los planes y determinando las relaciones de autoridad. El
liderazgo lo hace poniendo de acuerdo a la gente que pueda ayudar o
bloquear la implementación de la orientación, a partir de la credibilidad y de
la disposición a compartir el poder. Para tratar que las personas hagan el
trabajo la dirección controla a los miembros de la organización para que no
se desvíen de la dirección establecida. El liderazgo las motiva, satisfaciendo
necesidades fundamentales como la de reconocimiento, independencia,
autorrealización, dignidad humana, al subrayar los valores de las personas,
al involucrarlas en las decisiones, ofrecerles la información que necesitan y
reconocer y premiar sus éxitos
Teorías del liderazgo
Teoría de los rasgos
Este enfoque, el primero y quizás el que mayor número de investigaciones y
estudios de todo tipo haya producido, parte del supuesto de que el individuo
deviene líder en virtud de un conjunto de cualidades de personalidad que
posee y que lo diferencian de los demás.
Teorías conductuales
Los enfoques agrupados en la categoría de liderazgo conductual relacionan
el liderazgo con los patrones de comportamiento del líder hacia los
seguidores. Algunas teorías contempladas dentro del enfoque conductual son
entre otros los estudios de la Universidad Estatal de Ohio, los estudios de
la Universidad de Michigan y el Grid (rejilla) gerencial de Blake y Mouton El
Grid (rejilla) gerencial de Robert Blake y Jane Mouton, basado en los estilos
que combinan una relativa “preocupación por la gente” y “preocupación por
la producción”. El grid tiene nueve posiciones posibles a lo largo de cada eje,
lo que crea ochenta y una posiciones diferentes donde puede ubicarse el
estilo del líder
Teorías de liderazgo situacional
Entre las teorías de liderazgo situacional mas reconocidas se encuentran la
teoría situacional de Hersey y Blanchard, la teoría de intercambio líder-
miembro y los modelos de trayectoria-meta de Evans y House y de
participación en el liderazgo de Vroom y Yetton, y el modelo de contingencia
de Fiedler, El Modelo de contingencia de Fred E. Fiedler propone que el
desempeño eficaz del grupo depende de una vinculación correcta entre el
estilo del líder y el grado en el cual la situación le proporciona control e
influencia al líder. Fiedler diseñó un instrumento para describir al colaborador
menos preferido (LPC) que pretende medir si una persona está orientada a
la tarea o a las relaciones. De igual modo describe la situación tomando en
cuenta tres variables (relaciones líder-miembro, estructura de tarea y poder
del puesto) que considera intervienen en la orientación de comportamiento
del líder. Si se describe a la persona con la que menos puede trabajar en
términos favorables, (alto LPC) Fiedler lo considera orientado a las
relaciones. En cambio, si se ve al compañero menos preferido en términos
relativamente desfavorables (bajo LPC), la persona se considera orientada a
la tarea. Fiedler identifica tres factores situacionales clave que determinan la
eficacia del liderazgo. Estos son:
Relaciones líder-miembro: grado de confianza y respeto que los
subordinados tienen en su líder. Pueden ser buenas o malas
Estructura de la tarea: grado en el cual las asignaciones de trabajo se
realizan de acuerdo con un procedimiento más o menos estructurado. La
estructura de la tarea puede ser alta o baja.
Poder del puesto: grado de influencia que el líder tiene sobre las variables
de poder como contratación, despido, disciplina, ascensos e incrementos
salariales. Puede ser fuerte o débil.
Mientras mejores sean las relaciones líder-miembros, más estructurado el
trabajo y mayor sea el poder del puesto, mayor será el control o influencia
que tiene el líder. Al combinar las tres variables de contingencia, resultan
ocho diferentes situaciones a las que se puede enfrentar un líder. Estudiando
más de 1 200 grupos, en los que comparó los estilos de liderazgo orientados
a las relaciones con los orientados a la tarea, en cada una de las ocho
categorías situacionales, llegó a la conclusión de que los líderes orientados a
la tarea tienden a desempeñarse mejor en situaciones muy favorables y en
situaciones muy desfavorables, mientras que los líderes orientados a las
relaciones se desempeñan mejor en situaciones moderadamente favorables
Como Fiedler toma el estilo de liderazgo de una persona como algo innato e
invariable solo hay dos maneras en que se puede mejorar la eficacia del líder:
cambiar el líder para ajustarse a la situación, o cambiar la situación para
ajustarla al líder. Esto se podría lograr si se reestructuran las tareas, o se
modifica el poder del líder para controlar factores como variaciones de sueldo,
promociones y correcciones disciplinarias.