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EPILEPSIA
¿Qué es una convulsión?
El cerebro es el centro que controla y regula todas las respuestas voluntarias e involuntarias del cuerpo.
Se trata de células nerviosas que normalmente se comunican entre sí mediante la actividad eléctrica.
Una convulsión se produce cuando una parte o partes del cerebro reciben un estallido de señales eléctricas
anormales que interrumpe temporalmente la función eléctrica normal del cerebro.
Por lo cual se define como convulsión a: Contracción involuntaria, violenta y patológica de un músculo o
de otra parte del cuerpo.
Todo lo que interrumpa las conexiones normales entre las células nerviosas del cerebro puede provocar
una convulsión; esto incluye fiebre alta, bajo nivel de azúcar en sangre, abstinencia de alcohol o drogas, o
una conmoción cerebral. En estas circunstancias, cualquier persona puede tener una o más convulsiones.
Las convulsiones son síntomas de un problema cerebral. Ocurren por la aparición súbita de una actividad
eléctrica anormal en el cerebro. Cuando las personas piensan en convulsiones, suelen imaginarse el
cuerpo de una persona que se sacude rápida y sin control. No todas las convulsiones provocan estas
sacudidas.
Existen muchos tipos de convulsiones y algunos tienen síntomas leves. Las convulsiones se dividen en
dos grupos principales:
Las convulsiones focales, también llamadas convulsiones parciales, ocurren en una parte del cerebro.
Las convulsiones generalizadas son el resultado de actividades anormales en ambos lados del cerebro.
La mayoría de las convulsiones duran de 30 segundos a dos minutos y no causan daños duraderos. Sin
embargo, es una emergencia médica si las convulsiones duran más de cinco minutos o si una persona
tiene muchas convulsiones y no se despierta entre éstas.
Una convulsión es un cambio repentino en la actividad eléctrica y química en el cerebro.
Una sola convulsión que no vuelve a ocurrir NO es epilepsia.
EPILEPSIA
Para poder construir un diagnóstico correcto de epilepsia, se han de conocer bien los conceptos de: crisis
epiléptica, epilepsia y síndromes epilépticos. La Liga Internacional de la Epilepsia (ILAE) trata de aportar
una definición única y universal para cada concepto. A continuación, se describen las actuales
definiciones dadas para cada uno de ellos.
¿QUÉ ES LA EPILEPSIA?
La epilepsia puede definirse como una alteración transitoria de la conciencia o de las funciones motora,
sensorial o autónoma con o sin pérdida de conciencia.
La epilepsia es una enfermedad crónica del sistema nervioso que se produce por la descarga eléctrica
anormal de células de una zona del cerebro o de toda la corteza cerebral.
Ataques convulsivos que provienen de descargas paroxísticas en las neuronas corticales y son síntomas
de un funcionamiento cerebral anormal. Se considera como manifestaciones de un proceso patológico del
sistema nervioso central. Cuando una persona sufre dos o más convulsiones recurrentes, se considera que
tiene epilepsia. Epilepsia describe un trastorno en el que una persona tiene convulsiones recurrentes
debido a un proceso crónico subyacente.
Existen muchas causas posibles de epilepsia, que incluyen un desequilibro de sustancias químicas que
envían señales nerviosas llamadas neurotransmisores, tumores, accidentes cerebrovasculares (ataques
cerebrales), malformaciones en el cerebro, trastornos genéticos, hipertensión, infecciones cerebrales y
daños cerebrales como consecuencia de enfermedades o lesiones, o alguna combinación entre estas. En la
mayoría de los casos, la epilepsia puede tener causas no detectables.
Las personas que tienen convulsiones recurrentes debido a un trastorno cerebral tienen epilepsia.
Esta alteración se asocia con la presencia de descargas eléctricas repentinas excesivas y desordenadas en
las neuronas del cerebro que producen contracción involuntaria, repentina y violenta de un grupo
muscular.
La epilepsia es un trastorno del cerebro en el que la persona sufre de ataques recurrentes. Los ataques o
convulsiones son accionados por los cambios en la actividad eléctrica y química en el cerebro. Las
convulsiones pueden ocurrir debido a lesiones del cerebro, incluyendo lesiones de la cabeza, infecciones,
envenenamiento o incluso por problemas en el desarrollo del cerebro antes de nacer. Con frecuencia es
difícil determinar la causa de las convulsiones o de la epilepsia.
Hay que distinguir las convulsiones febriles de la epilepsia, que se caracteriza por crisis convulsivas
afebriles recidivantes”
Las crisis epilépticas usualmente comienzan entre los 5 y 20 años. Pero pueden pasar a cualquier edad.
Puede haber una historia familiar de convulsiones o epilepsia.
Existen varios tipos de convulsiones. Algunas son bastante cortas, duran apenas unos segundos, mientras
que otras pueden durar varios minutos. El tipo de convulsión de una persona depende de dónde ocurre la
convulsión en el cerebro y cuánto tejido cerebral toma parte.
SIGNOS Y SINTOMAS:
Existen muchos tipos de trastornos convulsivos que desencadenan una variedad de síntomas, por ejemplo:
Aura: una sensación al inicio de la convulsión. Se denomina aura (del latín, aura, aliento) a la
sensación o fenómeno subjetivo que precede y señala el comienzo de un ataque paroxístico, como puede
ser el epiléptico (p. ej. percepción de un olor o un ruido extraño, manchas que aparecen delante de los
ojos o sensaciones en el estómago)
Frotarse las manos, hacer chasquidos con los labios o tocarse la ropa.
El aura más común implica sentimientos tales como, una fatalidad inminente, miedo, o euforia. Un aura
también puede consistir en cambios visuales, anomalías auditivas o cambios en el sentido del olfato.
Atónicas (también llamadas ataques de caída). En las convulsiones atónicas, hay una súbita
perdida de la conciencia, una pérdida repentina del tono muscular, por lo que el niño puede caerse si está
de pie o dejar caer la cabeza de repente, las contracciones son arrítmicas. Durante la convulsión, el niño
está sin fuerzas y no responde. Su recuperación suele ser también rápida,
Las epilepsias en adolescentes son de etiología idiopática, agresión cerebral perinatal, infección,
enfermedades degenerativas cerebrales y síndrome neuro cutáneo.
1. Genético: La epilepsia es el efecto directo de una alteración genética y las crisis son el síntoma central
de la enfermedad.
2. Metabólico - Estructural: Causada por una enfermedad estructural o metabólica que afecta al cerebro.
3. Desconocido: La causa es desconocida y puede ser causada por alteraciones genéticas, estructurales o
metabólicas
Pruebas Diagnósticas:
Hacer un diagnóstico consiste en identificar una afección o enfermedad basándose en los signos y los
síntomas. Generalmente se hace un diagnóstico de epilepsia cuando los ataques se producen más de una
vez sin una causa identificable, tales como la fiebre o una lesión.
Los principales pasos del proceso de valoración son:
Un historial médico detallado: Puede incluir preguntas relacionadas con el embarazo y el parto
de la madre, o sobre parientes con epilepsia, y si el niño ha tenido una fiebre alta o una lesión
grave en la cabeza o períodos con la mirada perdida, periodos de desatención o de contener la
respiración.
La tomografía axial computarizada (TAC) o un escaneo TC: Puede utilizarse para determinar
si un ataque fue causado por una lesión neurológica aguda o una enfermedad.
Imagen por resonancia magnética (IRM): La imagen de preferencia del cerebro para evaluar a
los niños con un nuevo inicio de convulsiones o convulsiones que puedan haber comenzado en
una parte específica del cerebro.
Después del examen, las evaluaciones y un período de observación, un médico determina si el niño tiene
epilepsia.
Después de hacerse un diagnóstico de epilepsia, es importante para que los padres colaboren con el
médico determinar qué tipos de ataque o ataques está teniendo el niño, que tipo de epilepsia tiene el niño
y discutir las opciones para el tratamiento. Debido a que los ataques usualmente no suceden en el
consultorio del doctor, los padres y los encargados del cuidado del niño deben observar y registrar
cualquier comportamiento inusual para informarle al médico de su hijo.
Los médicos determinarán si los síntomas y las características (edad, frecuencia del ataque, antecedentes
familiares, etc.) de un niño corresponden a cierto tipo de síndrome o de patrón de la epilepsia.
Clasificar los síndromes de la epilepsia depende del tipo de ataque, de los resultados de la evaluación, del
comportamiento del niño durante el ataque y de las expectativas de respuesta al tratamiento del niño.
TRATAMIENTO.
El objetivo del tratamiento es controlar los ataques y permitir al niño integrarse en la sociedad con todo su
potencial.
El tratamiento para la epilepsia comienza generalmente con medicamentos. Sin embargo, es importante
tener presente que la epilepsia es una enfermedad compleja y cada niño es diferente. No todos los niños
responden al tratamiento de la misma manera, así que no existe un único "tratamiento efectivo".
Existen muchos medicamentos para prevenir las convulsiones, llamados medicamentos antiepilépticos
(MAE) o fármacos anticonvulsivantes en el mercado y se están desarrollando nuevos medicamentos. Sin
embargo, a veces toma tiempo encontrar el que funciona mejor para cada niño.
Estos fármacos no cambian la susceptibilidad subyacente del cerebro para producir los ataques.
Solamente tratan los síntomas de la epilepsia reduciendo la frecuencia de los ataques. Lo medicamentos
no funcionarán correctamente hasta que alcancen cierto nivel en el cuerpo y ese nivel tiene que ser
mantenido. Por esta razón, es de vital importancia seguir las instrucciones específicas del médico para
usar estos medicamentos.
Un niño nunca debe dejar de tomar los medicamentos a menos que se lo recomiende el médico y
que el niño esté bajo su cercana supervisión.
Farmacología.
Principales medicamentos para el tratamiento de la epilepsia
- Si se asocia al
ácido valproicoiniciar a
0,15 mg/kg/día hasta 5 mg/kg/día Se inicia una vez al día, y al
mes de tratamiento 2 veces al
Lamotrigina - Si se asocia a inductores día. Se aumenta cada 2
enzimáticos iniciar a 0,6 mg/kg/día semanas
hasta 15 mg/kg/día
- En monoterapia se inicia a
0,3 mg/kg/día hasta 8 mg/kg/día
PROCESO DE ENFERMERIA.
1.- VALORACIÓN. La valoración de Enfermería está basada en la obtención de datos sobre las crisis
convulsivas, observación sobre las características de la convulsión, la ayuda en las pruebas y
procedimientos diagnósticos y la valoración de la respuesta del niño a la medicación y presencia de
efectos adversos.
EXAMEN FISICO:
Examen neurológico completo.
Valoración cuidadosa del estado mental, lenguaje, aprendizaje, conducta y las capacidades
motoras del niño pueden proporcionar información sobre cualquier déficit neurológico.
Si es posible observar la actividad convulsiva, describir detallada y exhaustivamente el episodio.
Esta descripción debe incluir los siguientes factores:
Tiempo de inicio y duración de la actividad convulsiva.
Alteraciones en la conducta como llanto o cambios en la expresión fascial, habilidades
motoras o alteraciones sensoriales antes del episodio que pueda indicar la presencia de
aura.
Factores precipitantes como fiebre, ansiedad, despertarse o comer
Tipos y progresión de los movimientos.
Aumento del esfuerzo respiratorio o apnea.
Cambios de color (cianosis o palidez)
Alteraciones de la posición de la boca, lesiones en la boca o la lengua, incapacidad para
tragar o sialorrea (exceso de salivación).
Perdida de control de esfínteres (urinario e intestinal)
Estado de conciencia durante el episodio y postical (después de las convulsiones)
Después de las convulsiones valorar la orientación de persona, lugar y tiempo, las
capacidades motoras, el habla, la conducta y las alteraciones sensoriales.
Duración del estado postical.
SINTOMATOLOGÍA POSTERIOR: Recuperación inmediata completa o bien progresiva Somnolencia,
desorientación Amnesia del episodio Dificultad inicial para comunicarse verbalmente Signos
neurológicos focales
Datos subjetivos.
Descripción de la madre acerca del trastorno convulsivo y de sus posibles causas
Conciencia de los factores precipitantes
Presencia de amnesia.
Sensaciones posticales
Presencia de aura. Aura definida como un conjunto de síntomas que se presentan antes
de las convulsiones. (Adormecimiento, luces centelleantes, mareo, hormigueo de los
brazos, olores y manchas frente a los ojos.)
Durante la fase postical el niño se observa aturdido y actúa de manera confusa, puede
referir cefalea dolor muscular, por último se presenta una fase de sueño profundo, las
pupilas permanecen dilatadas y los reflejos plantares pueden ser anormales, una vez que
el niño despierta no recuerda lo ocurrido, es también común la depresión y la cefalea
sorda.
Datos objetivos.
Numero de convulsiones que se producen en un periodo de tiempo específico.
Comportamientos, signos de stress o fatiga
Carácter de las convulsiones
Aura
Grito
Pérdida de conciencia
Caída
Movimientos tónicos clónicos.
Incontinencia
Movimientos convulsivos focalizados
Dificultad respiratoria
Taquicardia
Lesiones provocadas.
Diagnósticos de riesgo.
Riesgo de deterioro del intercambio gaseoso r/c la crisis convulsiva.
Riesgo de paro respiratorio R/C espasmo de la musculatura respiratoria durante la crisis.
Riesgo de asfixia R/C aspiración de secreciones y/o vómitos.
Riesgo de traumatismo R/C los movimientos o clonias.
Riesgo de lesión R/C la convulsión o duración prolongada de la crisis.
Riesgo de aspiración R/C las crisis convulsivas.
Riesgo de flebitis R/C accesos vasculares.
Riesgo de traumatismo R/C edad fisiológica y las crisis convulsivas
Riesgo de afrontamiento individual ineficaz R/C crisis situacional secundaria al diagnostico
Aislamiento social R/C alteración del comportamiento durante las convulsiones.
3.- PLANIFICACION
OBJETIVOS DE ATENCIÓN:
General: El objetivo del tratamiento es controlar los ataques y permitir al niño integrarse en la sociedad
con todo su potencial.
Específicos:
Mantener una ventilación y oxigenación adecuada, mientras se hace lo necesario para
interrumpir la actividad convulsiva.
Mantener vías aéreas permeable.
Evitar la aspiración de secreciones o vomito.
Evitar que ocurran lesiones traumáticas durante los episodios convulsivos.
Mantener vía parenteral permeable.
Intentar frenar la crisis convulsiva rápidamente, controlando la actividad convulsiva y
previniendo la aparición de lesiones secundarias a esta situación.
Establecer precauciones por la posible aparición de convulsiones.
Proporcionar un ambiente tranquilo y una adecuada iluminación.
Proporcionar períodos frecuentes de descanso.
Aglutinar las tareas de Enfermería siempre que sea posible.
Disminuir la ansiedad / temor en el niño y su familia.
Apoyar emocionalmente a los padres y verificar el resultado adecuado de la asistencia
terapéutica.
Educar a la familia / cuidador principal en el manejo del plan de cuidados del niño con crisis
convulsivas y prevenir complicaciones.
El objetivo centrándonos en la atención enfermero, podemos decir que esta incluye la colaboración en el
diagnóstico, la administración en el tratamiento, los cuidados durante la convulsión, las medidas a largo
plazo y el apoyo al niño y la familia.
Resultados esperados
Mantiene vías aéreas libres y sin obstrucciones
Disminución, o por los menos suspensión del aumento de severidad o el número de
convulsiones.
Disminución del nivel de ansiedad
Mejoría en la participación social
No se presentan lesiones traumáticas
La madre conoce y describe los medicamentos que debe tomar el niño, la acción, los efectos
colaterales, efectos tóxicos y la programación de la ingestión de las dosis.
La madre y el niño reconoce la importancia de seguir con el tratamiento
Evita actividades peligrosas
Toma los medicamentos según prescripción.
Recibe atención dental regular.
CUIDADOS DE ENFERMERIA: Criterios de aplicación del plan: Este plan de cuidados estándar se
aplicará a todos aquellos niños que ingresen con el diagnóstico de crisis convulsivas
Durante la crisis:
Colocar al niño en un plano duro y resistente para evitar traumatismos. Retirar objetos cercanos
que puedan causar lesiones
Retirar toda ropa ajustada del niño que interfiera en la dinámica respiratoria, para evitar asfixia y
garantizar los cuidados adecuados. Aflojar la ropa sobre todo alrededor del cuello
Asegurar el ABC del niño/paciente (vía aérea permeable, colocación de cánula orotraqueal para
evitar caída de la lengua en la fase tónica inicial, realizar aspiración de secreciones nasofaríngeas
y valorar si es necesario la colocación de SNG).
Utilizar un depresor de lengua almohadillado, para proteger la lengua del niño con un objeto
acolchado colóquelo entre medio de los dientes para evitar lesiones en la lengua y los tejidos de
la boca. Si la mandíbulas ya están contraídas no debe forzarse la abertura de la boca ya que se
podría causas lesiones al niño o a la persona que lo haga.
Administrar oxigeno por mascarilla mientras el patrón respiratorio del niño/paciente le permite
una saturación de oxigeno adecuado. Si no es suficiente ventilar al niño con ambu, mientras se
prepara material de intubación, para ayudar al medico a efectuar el procedimiento en caso de que
el niño no presente respiración espontanea.
Canalizar vía venosa periférica con catéter de grueso calibre (según edad) para la administración
de medicamentos anticonvulsivantes.
Administrar los anticonvulsivantes según indicación médica y consideraciones para su
administración.
Colocar al niño en decúbito lateral. Voltear la cabeza hacia un costado para ayudar a mantener
vías aéreas despejadas, facilitar la expulsión de secreciones y evitar broncoaspiración y asfixia.
Instalar barreras laterales para evitar caídas y/o colocar almohadillas en los laterales de la cama o
cuna.
Vigilancia hemodinámica estricta con monitorización constante de los signos vitales.
Vigilar el volumen de líquidos que se administra por fluidoterapia.
Aplicar medidas antitérmicas y medicación antipirética indicada si se constata fiebre mantenida.
Valorar la colocación de sonda vesical para el control de diuresis.
Llevar hoja de balance para medir ingresos y egresos estrictamente.
No sujetar al niño.
Controlar la duración del episodio y registrar la duración de las convulsiones y los movimientos,
además de la cianosis o la pérdida de control de los esfínteres o cualquier otra manifestación.
Control del estado de conciencia.
Permanecer con el niño hasta que recupere la conciencia por completo.
Después de la crisis:
Reevaluar al niño con un examen físico exhaustivo para determinar posibles lesiones durante la
crisis u otras alteraciones que no se detectaron con anterioridad. (Revisar vía aérea, estado de
conciencia, pupilas, lengua y buscar signos de traumatismo en cuero cabelludo, rigidez de nuca,
abombamiento de fontanela, fiebre)
Mantener el monitoreo de signos vitales y estado de conciencia.
Colocar barandales y almohadillas en la cuna o cama del niño, por si presenta otra crisis.
Mantener el oxígeno hasta que recupere totalmente su automatismo y la saturación de oxígeno
sea normal.
Probar tolerancia oral y mantener la succión. (niños pequeños)
Permitir la presencia de un familiar.
Brindar apoyo emocional.
No dejar solo al niño
Realizar higiene oral
Realizar y mantener higiene general.
Planificar el alta. (Determinar las capacidades del paciente para el alta, colaborar con el médico,
paciente/familiar/ser querido y demás miembros del equipo sanitario en la planificación de la
continuidad de los cuidados, Identificar la comprensión de los conocimientos o habilidades
necesarios por parte del paciente y del cuidador principal para poner en práctica después del alta,
registrar todos los cuidados al alta en el informe de enfermería al alta, establecer continuidad de
cuidados al siguiente nivel asistencial de cuidados).
Explicarle los límites que impone la enfermedad y las complicaciones si no son respetados.
Permitir que permanezcan con el niño cuando se vaya a realizar un procedimiento o técnica.
Asegurarse de que los padres han entendido la información y están dispuestos a seguir las
recomendaciones.
Bicicleta: siempre con casco y evitar carreteras o lugares con mucho tráfico
No encerrarse en el baño
No alcohol
Poner acolchados para cubrir las esquinas puntiagudas, como aquellas de las mesas y
mostradores.
Cerrar con llave las puertas que conducen a la calle. Considere la instalación de alarmas
en las puertas para alertarlo en caso de que abran la puerta.
Si su niño grande y tiene que quedarse solo en casa, asegúrese de que un vecino o un
amigo tiene la llave de la casa para que este pendiente del niño.
Si el niño sufre de convulsiones incontrolables, que debe ser más precavido en las
cercanías de fuentes de calor.
Cerciorarse de que los vasos o tazas con líquidos calientes, tengan tapas para evitar
quemaduras si se riegan.
Tener cuidado con los secadores de cabello, planchas de rizado y de la ropa y con
llamas expuestas (chimeneas, hogueras, fogatas, velas) ya que pueden ser peligrosas y
necesita tomar precaución adicional.
El agua caliente puede causar quemaduras, así que fije la temperatura máxima del agua
caliente.
PALABRAS CLAVES:
AURA:
PERIODO POSTICAL.
CONVULSION TONICO-CLONICA
CONVULSION MIOCLONICA
ESTATUS EPILEPTICO
ESPASMOS DEL LACTANTE
ANTIEPILÉPTICOS (FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS)
AUTISMO
ESCALA DE SARNAT
PARAMETROS.
BIBLIOGRAFIA.
Aguilar Cordero María José. Tratado de enfermería del niño y el adolescente 2 ed. 2012 Elsevier
JOSÉ MIGUEL GARCIA PIÑERO, ISABEL MARIA MORALES GIL. Enfermería Pediátrica 1 ed.
2012/2013. BARCEL /BAIRES.