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Apoyo Psicológico para la Diabetes


28 de septiembre de 2010 | escrito por Beatriz Sarrión Soro | clasificado en General,OER

La diabetes es una enfermedad endocrina y metabólica que afecta al páncreas para segregar
insulina y cuya consecuencia principal es que la glucosa no puede ser metabolizada por las
células, de forma que la glucosa resultante de la transformación de los alimentos ingeridos
permanece en el torrente sanguíneo sin poder cumplir su función energética, debido a la
falta total o parcial de la insulina. La principal consecuencia clínica de la diabetes no
tratada es la presencia de elevadas concentraciones de glucosa circulante en la sangre, lo
que provoca con el paso del tiempo numerosas y graves consecuencias en múltiples
órganos y sistemas del organismo.

Existen dos tipos de diabetes:

 La diabetes mellitus insulino-dependiente o tipo I precisa la administración externa


de la insulina para hacer posible que el paciente continúe con vida, siendo por lo
general consecuencia de un proceso destructivo de las células del páncreas
productoras de insulina causado por mecanismos auto inmunes en pacientes
predispuestos genéticamente y suele aparecer en edades tempranas de la vida.

 La diabetes mellitus no-insulino-dependiente o tipo II no precisa la administración


externa de insulina y se debe a una disfunción en las células beta y/o a una
resistencia periférica a la acción de la insulina, y suele manifestarse en la edad
adulta.

La diabetes, especialmente en su forma insulino-dependiente es una enfermedad crónica


grave con severas consecuencias para la salud física y mental del paciente. Algunos
subgrupos de pacientes diabéticos (especialmente aquellos con peor control metabólico, y
los adolescentes entre los grupos de edad), resultan más susceptibles de presentar ciertos
trastornos del comportamiento.

Impacto psicológico de la diabetes:

 Dificultades en la aceptación del diagnóstico. Es una enfermedad cuya aparición


resulta incomprensible para muchas personas y difícil de aceptar. Los primeros
objetivos de la atención psicológica son, por lo tanto, ayudar a afrontar del
diagnóstico.

 Cambio en el estilo de vida del paciente. El paciente se encuentra con que su vida
debe cambiar bruscamente en numerosos, aspectos, de modo que ciertas rutinas, a
las que nadie prestaría atención, se han de convertir en motivos de supervisión y
vigilancia constante.

 Dificultades en la adherencia al tratamiento. El paciente diabético debe aprender


sin error un sistema de tratamiento complicado en el que sus principales
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componentes (administración de insulina, dieta y ejercicio) no son fijos, sino que


estarán sometidos a su propio control y consideración en un importante grado.

Intervención psicológica en diabetes: Ámbito y aplicaciones

Intervención psicológica en diabetes tipo I

 Intervención psicológica en afrontamiento de la enfermedad. Tras el diagnóstico


pueden aparecer sentimientos de incertidumbre y desconcierto. Las intervenciones
dirigidas al entrenamiento en habilidades sociales y de afrontamiento pueden
contribuir a la mejora en el control diabético y en la aceptación de la enfermedad.

 Intervenciones en mejora de la adherencia al tratamiento. Se puede utilizar la


aplicación de contingencias, bien sobre la realización de determinadas conductas
relacionadas con la adherencia al tratamiento, o sobre los resultados en las
diferentes medidas bioquímicas relacionadas con el control metabólico. Los
estudios indican que la terapia conductual familiar es un procedimiento eficaz para
conseguir una mejora en las relaciones entre padres e hijos y una reducción de los
conflictos en relación a la diabetes.

 Intervención psicológica en control de las hipoglucemias. Se han desarrollado


distintos programas con el objetivo de mejorar la detección e interpretación de los
síntomas.

 Intervención psicológica en autocontrol glucémico. Un tipo de programa de


intervención que trabaja directamente con el comportamiento de estimación como
mecanismo central del proceso de regulación bioconductual, que en el paciente
diabético sustituye al mecanismo fisiológico normal de regulación glucoinsulínica
es el programa de entrenamiento en discriminación del nivel de glucosa en sangre.
Es un tratamiento bien establecido, que ha mostrado su eficacia en numerosos
estudios realizados en varios países.

Intervención psicológica en diabetes tipo II

Los estudios disponibles señalan que son más eficaces los programas conductuales en
comparación con otras intervenciones como son el consejo nutricional o el entrenamiento
en relación.

Bibliografía:

Pérez Álvarez, M., Fernández Hermida, J. R., Fernández Rodríguez, C. y Amigo Vázquez,
I. (Coords.) (2003). Guía de tratamientos psicológicos eficaces (3 vols.). Madrid: Pirámide.

Permalink: http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/2010/09/28/apoyo-
psicologico-para-la-diabetes/
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Autora: Beatriz Sarrión Soro

PERSONALIDAD DEL PACIENTE DIABÉTICO

Para Garay (2009), las reacciones psicológicas a la Diabetes Mellitus (DM) han sido

objeto de interés desde principios del siglo XX. Las primeras nvestigaciones intentaban

encontrar características específicas en quien padece la enfermedad. Surge entonces el mito

de la "personalidad del diabético" con la esperanza de encontrar una personalidad

específica que implicara un alto riesgo de padecer diabetes y que ofreciera por tanto la

posibilidad de prevenirla modificando dichas características. Es por ésto que las

investigaciones más recientes se centran más en el funcionamiento dinámico de las

reacciones psicológicas y sodales a la DM. (Garay, 2009).

En relación con los trastornos asociados a la enfermedad hay que considerar que la diabetes

mellitus es una enfermedad crónica, cuyo tratamiento requiere llevar una dieta rigurosa,

automonitoreo de los niveles de glicemia 4 veces al día, ejercicio físico y medicamento,

esto requiere un reajuste en el estilo de vida del paciente. Por esta razón Portilla (1991) no

dice que requieren atención psicológica los siguientes:

Pacientes de Reciente Debut (Comienzo). El debut o comienzo de la enfermedad puede

constituir en la mayoría de los casos una etapa crítica. La persona se enfrenta sin esperarlo

y por tanto sin estar preparada para ello a una enfermedad crónica que desajusta toda su

vida y que impone un régimen riguroso de tratamiento, que debe cumplir diariamente y

para lo cual no basta con tomar o inyectarse el medicamento en un momento del día, sino

que debe reajustar toda la actividad diaria, a las nuevas demandas que la enfermedad le

impone.
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La atención psicológica para resolver la problemática de esta fase puede valorar algunos de

los siguientes recursos:

-Ejercicios de relajación para disminuir la ansiedad.

-Psicoterapia de apoyo para ayudar a su reafirmación.

-Técnicas de reestructuración cognitiva que permitan rectificar las ideas, juicios y

conceptos establecidos por el paciente pero erróneos total o parcialmente. Estas técnicas

pueden desarrollarse individualmente o en grupos.

Pacientes Descompensados Metabolicamente por Razones de Indole Psicológica

Predominantemente: El control metabólico del paciente diabético es un fenómeno

multicausal en el que intervienen entre otros la dieta, la presencia de focos sépticos y las

situaciones de estrés a que puede estar sometido el paciente. Estas causas de

descompensación pueden aparecer independientemente unas de otras o combinadas, lo que

es más frecuente.

El estrés emocional por sí mismo constituye en muchas ocasiones el motivo que justifica el

descontrol. La aparición de eventos vitales que demandan un reajuste psicológico se

encuentran entre estas causas. Los conflictos y tensiones vivenciadas por el paciente en el

ámbito personal, familiar, laboral, para los que no tiene una solución adecuada y que

afectan su estabilidad constituyen con frecuencia motivo de consulta e ingreso por provocar

descompensación de la DM.

Pacientes con Dificultades de Adaptación a la Enfermedad. Por las características de la

enfermedad y su tratamiento es frecuente encontrar pacientes que no se adaptan y que por

tanto no aceptan su condición de diabéticos. La inadaptación puede observarse tanto en la

esfera personal como social.


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En el primer caso se encuentran aquellos pacientes que se niegan a cumplir algunos

aspectos del tratamiento, siendo muy frecuentes los casos que temen al uso de la insulina

como medicamento o a la acción mecánica de la inyección en sí misma. Ante esta situación

la técnica de desensibilización sistemática suele ser un medio eficaz, así como la terapia

cognitiva, pudiendo combinarse ambas, lo cual se decidid de acuerdo al caso en cuestión.

Epidemiologia

La prevalencia es variable en distintas comunidades, siendo muy alta en algunos grupos

étnicos como indígenas norte americanos y polinésicos (Ej: indígenas norteamericanos

Pima: 25% presentan DM tipo 2). (Portilla, 1991)

En Chile, se estima que la prevalencia de Diabetes alcanza al 1.2% de la población general

(1970) y a 6.3% de la población mayor de 17 años (2003). Sin embargo hay diferencias

notorias con la edad. La prevalencia es baja en niños: 0,024% (fundamentalmente DM tipo

1), elevándose en forma notoria en mayores de 40 años, cuando se hace más frecuente la

DM tipo 2. Si en los adultos mayores de 40 años la Diabetes tiene una prevalencia del

orden del 6%, la de intolerantes a la glucosa se estima en 15%.

El 90% de los diabéticos son tipo 2, un 8% tipo 1, y el resto son de clasificación imprecisa

o son secundarias a otras patologías. La gran mayoría de los diabéticos son tipo 2 obesos.

En cuanto a la edad la DM tipo 2 es rara en menores de 40 años y su prevalencia aumenta

progresivamente con la edad. En la población de Framingham, la prevalencia de DM

conocida en mayores de 65 años es de alrededor del 12,5%. Este aumento de la prevalencia

con la edad se atribuye a la paulatina disminución de la secreción de las células b

pancreáticas y al aumento de la resistencia periférica a la insulina.

Hay grandes diferencias geográficas y étnicas en la prevalencia de la DM tipo 2. Estas

diferencias se mantienen pese a cambios del estilo de vida por emigración, lo que sugiere
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que puedan existir bases genéticas que influyan en la patogenia de la enfermedad. Un

ejemplo de la diferente prevalencia de diabetes en etnias distintas queda ilustrado en las

diapositivas disponibles en el CD adjunto.

La obesidad es el factor de riesgo de mayor relevancia en el desarrollo de DM tipo 2.

Diversos estudios epidemiológicos demuestran que aproximadamente un 80% de los

diabéticos tipo 2 son obesos en el momento del diagnóstico. La incidencia de DM en los

individuos obesos es de 3 a 4 veces mayor que en los individuos delgados. En personas

obesas existe un riesgo progresivo de desarrollar diabetes a medida que aumenta el IMC.

Las personas con un IMC > 27,9 tienen un riesgo siete veces superior de llegar a ser

diabéticos en algún momento. El incremento de peso en edad adulta se relaciona con un

mayor riesgo de desarrollar DM tipo 2. La disminución de peso, aunque sea moderada, se

asocia a una mejoría de la esperanza de vida en los pacientes con DM tipo 2.

Diagnóstico

Por definición se considera diabético a aquella persona que cumpla los requisitos que

exponemos a continuación. Estos criterios se deben confirmar repitiendo la prueba en un

día distinto excepto que el paciente presente una hiperglucemia con descompensación

metabólica aguda:

1. Síntomas clásicos de DM y una glucosa plasmática casual mayor o igual a 200 mg/dl.

Hiperglucemia casual se define como la que aparece en cualquier momento del día sin

considerar el tiempo desde la última comida. Los síntomas clásicos incluyen poliuria,

polidipsia y pérdida inexplicable de peso.

2.- Glucemia plasmática basal mayor o igual a 126 mg/dl. La glucemia plasmática basal se

define como aquella que se realiza con ausencia de ingesta calórica de al menos ocho horas.
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3.- Resultado del test de tolerancia oral de glucosa con 75 g de glucosa mayor o igual a 200

mg/dl. El test debe realizarse según describe la Organización Mundial de la Salud,

utilizando 75 g de glucosa disueltos en 400 ml de agua. Este criterio no está recomendado

para el uso clínico rutinario.

Existen unos estadios previos al diagnóstico de diabetes en los que las cifras de glucemia

basal están alteradas generalmente como resultado de un estado de insulinoresistencia

inicial. Se engloban en la categoría de homeostasis alterada a la glucosa. Estos pacientes

suelen ser obesos, tienen un mayor riesgo de desarrollar DM que la población general y un

mayor riesgo de complicaciones macrovasculares. No suelen presentar alteraciones

microvasculares. Distinguimos dos formas clínicas:

1.- Glucemia basal alterada: La presentan aquellos pacientes cuya glucemia está entre 100 y

125 mg/dl

2.- Intolerancia a la glucosa: La presentan aquellos pacientes que, tras un test de tolerancia

oral a la glucosa presentan glucemia basal inferior a 126 mg/dl y glucemia a las dos horas

de la sobrecarga entre 140 y 199 mg/dl.

Publicado por Juan Carlos Janampa

EL PACIENTE DIABETICO; EL ADULTO


MAYOR AGRESIVO
Publicado en 6 febrero, 2011 de Nancy Clides Fanchin

EL PACIENTE DIABETICO, ASPECTOS PSICOLOGICOS DE SU MANEJO

Las reacciones psicológicas a la Diabetes Mellitus (DM) han sido objeto de interés desde
principios del siglo ) XX. Las primeras investigaciones intentaban encontrar características
específicas en quien padece la enfermedad. Surge entonces el mito de la “personalidad del
diabético” con la esperanza de encontrar una personalidad específica que implicara un alto
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riesgo de padecer diabetes y que ofreciera por tanto la posibilidad de prevenirla


modificando dichas características. Cuando fracasó este intento, el interés se centró
entonces en la posibilidad de que se desarrollara una personalidad del diabético como
consecuencia de la enfermedad. Los datos acumulados durante años, no muestran
evidencias de que la persona diabética promedio sea psicológicamente diferente del resto
de la población. Si bien se reconoce que pacientes con peor control metabólico se muestran
ansiosos o deprimidos, hasta el presente no se puede afirmar si estos síntomas llevan al
descontrol o si el descontrol los provoca. Probablemente se den ambos mecanismos.

A pesar de la falta de evidencias de una respuesta psicológica generalizada, no hay dudas


de que el padecer la DM genera reacciones emocionales que se reflejan’ en todas las esferas
de la vida del que la padece y pueden incidir negativamente en la adhesión (adherencia) al
tratamiento y por tanto en su control metabólico.

Es por ésto que las investigaciones más recientes se centran más en el funcionamiento
dinámico de las reacciones psicológicas y sociales a la DM. Uno de estos aspectos considera
los esfuerzos cognitivos y conductuales del individuo para “manipular” las demandas de su
enfermedad y que exceden los recursos adaptativos que poseía hasta el momento, es decir,
los estilos de enfrentamiento a la enfermedad.

Otro factor modulador de las manifestaciones psicosociales de la enfermedad 10


constituyen los Sistemas de Apoyo Social, entendiéndose como tales las relaciones que
proveen a las personas de un apoyo material y/o espiritual y que le confieren una identidad
social positiva. Potencialmente son fuentes de apoyo: la familia, la pareja, los compañeros
de trabajo o estudios, el personal de salud (especialmente para personas enfermas) y las
relaciones sociales en general (incluidas distintas instituciones)

Aún no queda claramente establecido de qué forma las características más estables del
sujeto limitan o favorecen cierto tipo de respuesta de enfrentamiento ni el peso relativo de
los rasgos personológicos y el contexto social en la predisposición a responder en una
forma particular, pero es innegable la incidencia de todos estos factores en dicha respuesta.
Por 10 anterior se hace necesario hacer una diferenciación entre los trastornos psicológicos
en el paciente diabético que pueden estar asociados directamente a su enfermedad y
aquellos que tienen una relativa independencia de ésta.

EL PACIENTE DIABETICO
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Entre éstos últimos se incluyen trastornos de la personalidad y la conducta, neurosis y


otras entidades psiquiátricas. En relación con los trastornos asociados a la enfermedad hay
que considerar que la DM es una enfermedad crónica, cuyo tratamiento requiere llevar una
dieta rigurosa, automonitoreo de los niveles de glicemia 4 veces al día, ejercicio físico y
medicamento, (insulina y/o hipoglucemiantes orales); esto requiere un reajuste en el estilo
de vida del paciente. Las actividades y hábitos que hasta el momento caracterizaban su
vida cotidiana, deben ser variadas en función de las demandas de la enfermedad. Esto trae
aparejado en la mayoría de los casos reacciones de inadaptación psicológica y social (más o
menos duraderas) que son tributarias de atención especializada ya que pueden afectar el
control metabólico.

Por esta razón requieren atención psicológica:

-Pacientes de reciente debut (comienzo).

-Pacientes descompensados psicológicamente por razones de origen psicológico


predominantemente.

-Pacientes con dificultades en la adaptación a la enfermedad.

-Situaciones especiales durante el curso de la enfermedad.

Pacientes de Reciente Debut (Comienzo):

El debut o comienzo de la enfermedad puede constituir en la mayoría de los casos una


etapa crítica. La persona se enfrenta sin esperarlo y por tanto sin estar preparada para ello
a una enfermedad crónica que desajusta toda su vida y que impone un régimen riguroso de
tratamiento, que debe cumplir diariamente y para lo cual no basta con tomar o inyectarse
el medicamento en un momento del día, sino que debe reajustar toda la actividad diaria, a
las nuevas demandas que la enfermedad le impone.

A pesar de la alta prevalencia de la DM en nuestro país, la educación sanitaria que posee la


población sana y enferma es deficiente, situación que favorece la aparición de prejuicios y
temores ante la enfermedad. El diabético de debut se preocupa y angustia por la forma
como cree se va a desarrollar su vida a partir de ese momento.
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No solo considera las verdaderas condiciones que le impone el médico para cumplir su
tratamiento sino que le agrega nuevas limitantes sugeridas por otras personas o valoradas
por él, que hacen que perciba la enfermedad como más invalidante de lo que realmente
puede ser.

Por estas razones aparecen con frecuencia en esta etapa síntomas ansiosos y/o depresivos
que requieren tratamiento. La atención psicológica para resolver la problemática de esta
fase puede valorar algunos de los siguientes recursos:

-Ejercicios de relajación para disminuir la ansiedad.

-Psicoterapia de apoyo para ayudar a su reafirmación.

-Técnicas de reestructuración cognitiva que permitan rectificar las ideas, juicios y


conceptos establecidos por el paciente pero erróneos total o parcialmente.

Estas técnicas pueden desarrollarse individualmente o en grupos.

Pacientes Descompensados Metabolicamente por Razones de Índole


Psicológica Predominantemente:

El control metabólico del paciente diabético es un fenómeno multicausal en el que


intervienen entre otros la dieta, la presencia de focos sépticos y las situaciones de estrés a
que puede estar sometido el paciente. Estas causas de descompensación pueden aparecer
independientemente unas de otras o combinadas, lo que es más frecuente.

El estrés emocional por sí mismo constituye en muchas ocasiones el motivo que justifica el
descontro1. La aparición de eventos vitales que demandan un reajuste psicológico se
encuentra entre estas causas. Los conflictos y tensiones vivenciadas por el paciente en el
ámbito personal, familiar, laboral, para los que no tiene una solución adecuada y que
afectan su estabilidad constituyen con frecuencia motivo de consulta e ingreso por
provocar descompensación de la DM.

Pacientes con Dificultades de Adaptación a la Enfermedad


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Por las características de la enfermedad y su tratamiento es frecuente encontrar pacientes


que no se adaptan y que por tanto no aceptan su condición de diabéticos. Esta situación es
típica del debut, pero puede también observarse en cualquier momento del curso de la
enfermedad, incluyendo a aquellos pacientes que tienen mucho tiempo de evolución de la
misma.

La inadaptación puede observarse tanto en la esfera personal como social. En el primer


caso se encuentran aquellos pacientes que se niegan a cumplir algunos aspectos del
tratamiento, siendo muy frecuentes los casos que temen al uso de la insulina como
medicamento o a la acción mecánica de la inyección en sí misma. Ante esta situación la
técnica de desensibilización sistemática suele ser un medio eficaz, así como la terapia
cognitiva, pudiendo combinarse ambas, lo cual se decide de acuerdo al caso en cuestión.

La inadaptación social es el resultado de la dificultad objetiva o subjetiva que el paciente


encuentra para conciliar las condiciones y exigencias del medio en que desarrolla su
actividad y el cumplimiento del tratamiento en general o de las recomendaciones que se le
han ofrecido para su cuidado en particular.

La reoríentación del paciente partiendo de nuevas metas resulta indispensable para


sensibilizar al mismo con la necesidad de hacer reajustes en su vida hacia un estilo
mediante el cual pueda continuar siendo una persona útil, realizada socialmente, sin que
ésto conspire con la atención y cuidado de su enfermedad.

Situaciones Especiales

-Embarazo: Los riesgos que puede afrontar la mujer diabética y su futuro hijo, deben ser
de su conocimiento y para ello deberá recibir una adecuada orientación y apoyo tanto para
la toma de decisiones al respecto como para mantener un estado óptimo desde el punto de
vista psicológico.

-Aparición de complicaciones invalidantes: la labor preventiva es indispensable (sobre


todo ante la posibilidad de pérdida de visión) para que el paciente pueda reorientar su
actividad diaria en particular y su vida en general.

-Niños diabéticos al llegar a la pubertad: la adolescencia como edad crítica de adaptación


suma sus condiciones a las del tratamiento, pudiendo aparecer transgresiones del mismo
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que lleven al descontrol metabólico. Esto hace a esta edad particularmente vulnerable y
necesitada de orientación y apoyo.

-El paciente geriátrico: a la depresión, ansiedad y sentimientos de indefensión frecuentes


en la edad geriátrica, se suman preocupaciones por su condición de diabético, lo que puede
influir negativamente en su estado psíquico y llevarlo al descontrol metabólico. Es
necesario en estos casos el apoyo moral y material, así como estimular la realización de
actividades que permitan sus condiciones físicas y le resulten placenteras a la vez que los
provean de una identidad social positiva.

La valoración y tratamiento de estos casos debe considerar el funcionamiento de los


Sistemas de Apoyo Social del paciente, considerándose como fuentes de apoyo la familia,
pareja, compañeros de trabajo o estudio, personal de salud que le atiende, y relaciones
sociales en general.

El apoyo familiar es particularmente importante en el paciente diabético no sólo porque


puede ayudar a garantizar las bases materiales e instrumental es del tratamiento, sino
porque la implicación de la familia en el régimen diario de tratamiento refuerza la
adhesión al mismo por parte del paciente y ayuda a eliminar sentimientos de inseguridad y
minusvalía.

El personal de salud que tiene a su cargo la atención de estos pacientes constituye una
importante y prestigiosa fuente de información que disipa temores y prejuicios en relación
con la enfermedad, además de ser quien determina el tratamiento a seguir.

Si a la autoridad que estas funciones la confieren ante el paciente es capaz de sumarle un


trato adecuado, entonces el personal de salud adquiere para el paciente un valor
inestimable como fuente de apoyo cognitivo, afectivo e instrumental.

Las relaciones sociales en general pueden contribuir a que el diabético logre una identidad
social positiva en la medida en que sean capaces de percibirlo como una persona igual a los
demás pero que a su vez requiere cumplir un tratamiento: la comprensión, apoyo y
aceptación que provenga de los demás confiere al diabético seguridad y confianza.
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Los Sistemas de Apoyo Social, conjuntamente con otras técnicas mencionadas antes
pueden ser utilizados como recursos terapéuticos en el manejo psicológico del paciente
diabético.

EL ADULTO MAYOR AGRESIVO

1.- DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

Las alteraciones del comportamiento en las personas mayores, en su inmensa mayoría,


corresponden a pacientes con demencias en estadios moderados o moderados-severos, y
son una causa importante de agobio familiar, y en particular, del cuidador primario.

Los ataques físicos o verbales al cuidador pueden conducir a un abuso recíproco y pueden
llegar a constituir la principal razón para la institucionalización. Las alteraciones del
comportamiento afectan más a los adultos mayores que viven en instituciones de cuidados
prolongados que a aquellos que permanecen en la comunidad. Los pacientes con demencia
suelen desarrollar alteraciones del comportamiento en algún momento de la evolución del
padecimiento.

LAS ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO PUEDEN SER AGRESIVAS O NO


AGRESIVAS.

Golpear, patear y empujar, pueden ser manifestaciones de agresión. La deambulación


incesante; el vestido inapropiado; el movimiento persistente, repetitivo y sin propósito
alguno; la manipulación de objetos; la inquietud y la actitud afectada son alteraciones del
comportamiento sin agresión. Las alteraciones del comportamiento relativas a
verbalización o gritos suelen ser muy perturbadoras para el cuidador. Pueden manifestarse
como una constante demanda de atención, repetición constante de frases y preguntas,
gritos, señalamientos sarcásticos, quejas constantes y maldiciones.

Estos pacientes son especialmente sensibles a cambios de su medio interno y externo.

Posibles desencadenantes del medio interno incluyen: infecciones, alteraciones


metabólicas y fármacos. Del medio externo incluyen: cambios de cuidador, de residencia,
sobre o infra-estimulación. Por lo tanto, es imprescindible identificar estos posibles
desencadenantes.
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2.- DIAGNÓSTICO DEL PROBLEMA

El diagnóstico de los trastornos del comportamiento como síndromes clínicos, no ofrece


grandes dificultades diagnósticas. Sin embargo, la búsqueda de la causa etiológica y del
factor desencadenante puede ser laboriosa. Es sin embargo imprescindible para un
programa de intervención adecuada, tener un diagnóstico del problema.

SÍNTOMAS DE COMPORTAMIENTO ALTERADO COMUNES EN ENFERMEDADES


PSIQULÁ TRICAS:

Depresión Agitación, hipocondriasis, quejas continuas.

1. Ansiedad Comportamiento agitado, deambulación, preguntas repetitivas.


2. Desórdenes psicóticos. Suspicacia, delirios (falsas creencias).

3. Desórdenes de la personalidad

4. Exacerbación de los síntomas a causa de la desinhibición.

La frecuencia con la que los trastornos del comportamiento se deben a un estado


confusional agudo es alta; de ahí que la búsqueda de una causa orgánica sea en extremo
importante, pues solo corrigiendo la misma puede revertirse el cuadro. En un contexto
agudo, aún cuando las alteraciones del comportamiento ocurran en un paciente
previamente demenciados, es necesario descartar una causa orgánica.

3.- BASES PARA EL MANEJO DEL PROBLEMA

 Determine el tipo de trastorno (de conducta agresiva, de tipo sexual, de tipo


autolesivo, de fuga etc.).
 Determine la severidad del mismo es decir la repercusión del mismo en el paciente
y en el entorno.

 Descubra e identifique desencadenantes del problema y las frecuencias.

 Evalué la respuesta del anciano frente a posibles intervenciones suyas.

 Plantearse un objetivo y evaluar la respuesta


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TERAPÉUTICA NO FARMACOLÓGICA

Desarme psicológicamente al paciente amenazante, a través de la verbalización de la causa


de la ansiedad. El cuidador deberá ser animado a dirigirse al paciente diciéndole: “Señor
Pedro se le vé muy enojado, soy Rosa su enfermera y quiero ayudarle”. Cuando las
interacciones se mantienen en el nivel verbal y se toman en serio, la tensión suele
disminuir a corto plazo.

 Atraiga la atención del adulto mayor perturbado. En momentos de estrés, el adulto


mayor (quizás confundido en razón de alguna afección orgánica), no puede distinguir
entre una variedad de estímulos que percibe a partir de su entorno. Sólo una persona a
la vez (de las que viven con él o se hacen cargo del paciente), debe hablarle,
funcionando como la única fuente de comunicación y estímulo. Repitiendo
frecuentemente el nombre del paciente, el comportamiento suele ser mejor controlado.
 Dé instrucciones precisas aún para las acciones más simples. El adulto mayor
agitado tiene dificultad para la toma de decisiones y para adoptar un comportamiento
adaptativo. Por lo tanto, el clínico deberá dirigirse al paciente diciendo, por ejemplo:
“Señor Pedro, suelte mi brazo, ahora siéntese en la silla, muy bien, ahora vamos a
hablar.”

 Comuníquese de manera clara y concisa. Las afirmaciones cortas y simples


permiten al adulto mayor, que sufre de dificultad para recibir y organizar la
información, procesar los estímulos verbales y devolver una respuesta apropiada.

 Evite discutir o justificarse. Cuando un adulto mayor suspicaz, cree haber asustado
o irritado a su cuidador, aumenta su ansiedad y adopta un comportamiento defensivo.

 Evite un lenguaje corporal amenazante. En situaciones muy tensas el cuidador se ve


tentado a cerrar los puños o cruzar los brazos sobre el pecho al tiempo que realiza
movimientos bruscos y rápidos. Por el contrario, el cuidador debe de moverse con
lentitud y servir como modelo del comportamiento que se pretende que el paciente
adopte.

 Respete el espacio personal del paciente. No debe de acercarse mucho al adulto


mayor agresivo. Guarde su distancia, de ser posible, hasta que el paciente se haya
calmado.
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 Lleve a cabo con el paciente una rutina diaria de actividad física para minimizar la
deambulación incesante y el vagabundeo.

 Señale las salidas del edificio o domicilio con señales claras de “alto”, para
desalentar las tentativas de fuga. A la par, haga disponible un espacio para la
deambulación donde pueda ser supervisado y sea seguro.

 Proponga actividades grupales de canto o grupos de reminiscencia para disminuir


las conductas repetitivas.

Lic. En Psicología: “María Milagros Moscardi”

Mat. Prof. 1988

Dirección de Adulto Mayor – Mendoza – Argentina

Año 2009

Según el DR. ARTURO MORENO PÉREZ:

La diabetes mellitus es una enfermedad producida por una alteración del metabolismo
(metabolismo es un conjunto de reacciones químicas que tienen lugar en las células del cuerpo),
caracterizada por un aumento de la cantidad de glucosa en la sangre y por la aparición de
complicaciones microvasculares (enfermedad de los vasos sanguíneos finos del cuerpo,
incluyendo vasos capilares) y cardiovasculares (relativo al corazón y los vasos sanguíneos) que
incrementan sustancialmente los daños en otros órganos (riñones, ojos, corazón, nervios
periféricos) y la mortalidad asociada con la enfermedad y reduce la calidad de vida de las
personas afectadas.
La diabetes afecta a entre el 5 y el 10% de la población general, esta variación depende de los
estudios consultados. Debe tenerse en cuenta que se estima que por cada paciente diabético
conocido existe otro no diagnosticado. Su frecuencia aumenta significativamente con la edad y
también con el exceso de peso y la vida sedentaria, por estos motivos se espera un importante
aumento del número de diabéticos en los próximos decenios.

¿Cuáles son los síntomas de la Diabetes?


En la forma más común los síntomas pueden ser:

• Sed
• Aumento de la cantidad de orina
• Aumento del apetito
• Picores
• Infecciones
• Enfermedades cardiovasculares asociadas
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¿Cómo se diagnostica la diabetes?


La Diabetes se diagnostica midiendo la cantidad de glucosa en la sangre (Glucemia). La forma
ideal es medirla en la sangre venosa y con la persona en ayunas. A esta cifra la denominamos
Glucemia Basal.

¿Cuáles son las cifras de glucosa en sangre normales y a partir de cuándo hablamos de
Diabetes?
La cifra de glucosa en sangre se considera normal cuando es menor de 110 mg/dl.
Hablamos de Diabetes Mellitus tomando los siguientes aspectos

1. La glucemia en ayunas en plasma venoso es mayor o igual 126 mg/dl (7 mmol/l) al menos en
dos ocasiones.

2. Hay síntomas de diabetes y una glucemia al azar en plasma venoso mayor o igual 200 mg/dl
(11,1 mmol/l). Aunque no se esté en ayunas. No es necesaria una segunda determinación.

3. La glucemia en plasma venoso a las 2 horas de la Prueba de Sobrecarga oral con 75 g de


glucosa es mayor o igual a 200 mg/dl (11,1 mmol/l).

¿Qué tipos de diabetes existen?


• Diabetes Tipo 1: resultado de la destrucción de las células del páncreas que producen la
insulina (células beta) y que predispone a una descompensación grave del metabolismo llamada
cetoacidosis. Es más típica en personas jóvenes (por debajo de los 30 años).
• Diabetes Tipo 2: Caracterizada por resistencia a la insulina que puede estar asociada o no
con una deficiencia de insulina y que puede estar presente con muy pocos síntomas durante
mucho tiempo. Esta forma es más común en personas mayores de 40 años aunque cada vez es
más frecuente que aparezca en sujetos más jóvenes.
• Diabetes Gestacional: diabetes cuyo inicio se reconoce durante el embarazo. Las mujeres
que la padecen deben ser estudiadas después del parto ya que la diabetes puede o no persistir
después.
• Otras formas de diabetes: condiciones variadas que consisten básicamente en formas
específicas, genéticas de diabetes, o diabetes asociada con otras enfermedades o el uso de
fármacos. Entre las más comunes están las enfermedades del páncreas y el uso de corticoides
en algunos tratamientos.
• Metabolismo Alterado de la Glucosa Existen algunas situaciones clínicas intermedias
entre la normalidad y la diabetes confirmada, se conocen como situaciones de Metabolismo
Alterado de la Glucosa, actualmente se ha vuelto a rescatar para denominarlas el término
prediabetes que estuvo abandonado durante algunos años.

Esta alteración se caracteriza por:


• Alteración metabólica intermedia entre la normalidad y la diabetes.
• Son un factor de riesgo para desarrollar diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares.

¿Cómo se trata la Diabetes?


El tratamiento de la diabetes se sustenta en seis pilares básicos:
1. Plan de alimentación: Un plan de alimentación va más allá de lo que entendemos por una
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dieta. Debe ser un proyecto individualizado a las necesidades de cada persona, sus preferencias
y debe contemplar objetivos relacionados con la consecución de un peso óptimo, situación
laboral, disponibilidades etc.

2. Plan de ejercicio físico: Presenta las mismas características de individualización que la


alimentación en cuanto a preferencias, objetivos etc. Lo ideal es alcanzar al menos 30 minutos
diarios de ejercicio físico activo y preferentemente aeróbico (Caminar deprisa, bicicleta, remo…).

3. Medicación: existen múltiples y variadas disposiciones farmacológicas para el tratamiento de


la Diabetes. Lo importante es que Vd. observe escrupulosamente las normas que su médico le
indique tanto en cuanto a dosis como en cuanto a horarios, relación de la medicación con la
comida, precauciones con el alcohol, la conducción etc. Consulte con un profesional sanitario. La
mayor parte de los tratamientos farmacológicos de la Diabetes pueden causar hipoglucemias
(Bajadas peligrosas de la cifra de glucosa en la sangre) y Vd. debe saber como evitarlas y como
tratarlas si se presentan.

4. Plan psicológico: el médico debe seguir una serie de pasos descritos más adelante en los que
incluye:
• Antes de dar las noticias el médico debe tener un PLAN
• Dar el CONTROL al paciente sobre lo que quiere y no quiere hacer
• AVERIGUAR que piensa el paciente sobre su enfermedad

• Darle TIEMPO para asumir para lo que quiere o no hacer


• Dar aspectos POSITIVOS del tratamiento.
• Ofrecer plan TERAPEUTICO
• NUNCA dar falsas esperanzas o mentir

Aspectos psicológicos que la enfermedad conlleva

Factores pronósticos individuales


Tanto la edad de presentación como el género han demostrado tener un peso importante como
factores de riesgo a padecer secundarismos psicopalógicos consecuentes al diagnóstico de
diabetes. Así, parece que cuanto más precozmente se presenta la enfermedad mayor es el
riesgo de sufrir problemas emocionales y desadaptaciones sociales. Los enfermos más pequeños
pueden presentar problemas adaptativos relacionados fundamentalmente con el colegio,
mientras que los que presentan edades que van de la pubertad a la
adolescencia se verán más afectados en lo que se refiere a su vida social. En el aspecto senil se
ve aun más perjudicado ya que sobrevienen problemas psicosociales de sentimiento de culpa.
Estos aspectos no han sido claramente elucidados, aunque, en relación a la edad, se dice que
cuanto el enfermo es relativamente de edades menores son las posibilidades de comprensión de
las imposiciones del autocuidado y que la actitud de los padres es mucho más intervensionista y
sobreprotectora, en el otro aspecto las personas mayores sufren trastornos de cuidado y de
sentimiento de estorbo. En cuanto al género, se argumentan aspectos diferenciadores del
temperamento.

Factores psicológicos generales familiares


De cómo reacciona la familia, de cómo maneja sus miedos y ansiedades ante el diagnóstico va a
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depender gran parte del éxito o fracaso, no solo de los mecanismos adaptativos del enfermo,
sino, igualmente, de la intervención psicológica, si ésta fuera precisa. El acercamiento analítico a
la familia como factor de riesgo o protección frente a los problemas psicológicos del diabético se
ha producido desde diversos paradigmas: sistémico, conductual, conductual-cognitivo y
psicoanalítico. Sin entrar en aspectos específicos de cada uno de los modelos, expondremos
aquellas características sobre las que existe un consenso generalizado, independientemente del
modelo explicativo del que procedan. El diagnóstico de diabetes supone para cualquier familia la
necesidad de hacer frente a una enfermedad crónica. Esto significa la puesta en marcha de
mecanismo de afrontamiento y de reajustes en la dinámica familiar muy importantes, ya que,
hablamos de una enfermedad que, aunque no incapacitante, si que se necesita poner en marcha
la elaboración de estrategias que posibiliten el autocuidado. al mismo tiempo que éstas no
afecten significativamente la autonomía ni la calidad de vida del enfermo ni de la familia. Esto
requiere una dedicación suplementaria por parte de los padres hacia el paciente. De aquí que la
adaptación deba darse en todos los miembros de la familia, tanto en los padres como en los
hermanos.

Mecanismos psicológicos generales familiares

1. Necesidad de mecanismos de afrontamiento


2. Reajustes ante la nueva situación familiar
3. Estrategia para favorecer los autocuidados e impedir el deterioro de la calidad de vida.

La auténtica patología depresivo -ansiosa. La magnitud clínica de ellos va acondicionar


significativamente la toma en cargo del enfermo. E incluso facilitar la aparición de estos mismos
síntomas en el paciente. A veces, dependiendo de las características de cada uno de los
miembros de la familia y de las habilidades de afrontamiento y de resolución de problemas, los
padres pueden sentirse desbordados por las nuevas responsabilidades con relación a los
cuidados dando lugar a situaciones de conflicto frente al enfermo o entre los padres.

Estos conflictos y desacuerdos se han relacionado en múltiples estudios con un menor


cumplimiento terapéutico.

Otro aspecto a considerar, y que necesariamente forma parte de la evaluación para el


tratamiento psicológico, es la aparición de pautas educativas de sobreprotección hacia el
paciente, impidiendo la autonomía social y dificultando la adherencia a los autocuidados. Va a
dar lugar a enfermos dependientes de los padres con limitaciones importantes en sus relaciones
y actividades sociales. También se ha detectado que en algunas familias se produce un deterioro
de la calidad de vida a través de un sentimiento de menor satisfacción personal, tanto en la
convivencia intrafamiliar y en autoevaluación de la propia competencia en el nuevo rol de padres
como por el impacto negativo que se produce en las relaciones sociales que con relativa
frecuencia conducen a un aislamiento social con pérdida de las redes de apoyo habituales.

Abordaje terapéutico o de atención al paciente, su familia y personal de salud


Después de haber conocido algunos aspectos psicológicos que la enfermedad conlleva
propondremos algunas técnicas para tratarla:
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-Técnicas de inoculación y afrontamiento al estrés:

Básicamente esta técnica trata de analizan los factores estresantes así como la disponibilidad de
recursos para hacer frente en cada miembro de la familia. La estrategia de superación que
suelen utilizarse son las platicas que sirvan de catarsis y alivien el malestar. Suelen darse
recomendaciones, tanto cognitivas como conductuales, que sean útiles para hacer frente a la
situación.

Es recomendable basarnos en el modelo de Folkman y Lazarus, que propone una serie de


procesos cognitivos de valoración de la situación y valoración de los recursos del propio individuo
para hacer frente a las consecuencias negativas de la situación, pero a la vez procuramos
adaptarlo a cada situación y familia con objeto de que sea lo más eficaz posible. De todas
formas, intentamos seguir la secuencia de Fase Educativa o de conceptualización, Fase de
Adquisición de habilidades de afrontamiento y una Fase de Aplicación. En la Fase de Adquisición
utilizamos frecuentemente la relajación como procedimiento que facilite el control emocional.

Podemos incluir alguna información acerca de la enfermedad, la insistencia en el mantenimiento


del estilo de vida, tanto del paciente como de los demás miembros de la familia, así como la
indicación de que participen en Grupos de Apoyo y Asociaciones de Afectados.

- Terapia Racional Emotiva

Creemos que es una de las técnicas más útiles, tanto en el abordaje psicoterapéutico de los
familiares como de los pacientes. Seguimos, habitualmente el esquema clásico: la explicación
del esquema A (acontecimiento activador), B (creencias acerca de A), C (consecuencia
emocional y conductual); detección de creencias irracionales, discusión acerca de las creencias,
y alternativas.
La aplicación concreta es adaptada a cada caso y su indicación se realiza en base a los datos
aportados por la evaluación inicial del problema.

- Técnicas de Condicionamiento Clásico


Cuando existen miedos bien estructurados en relación a la enfermedad o a la toma en cargo por
parte del sujeto de técnicas de autocuidado (inyecciones de insulina) solemos aplicar algunas de
las técnicas de desensibilización procedentes de este paradigma.
Posibles dificultades en el manejo al paciente, su familia, personal de salud y sus posibles
soluciones;
La siguiente lista incluye las principales dificultades del manejo psicológico de la diabetes:

• Cumplimiento, y dificultades respecto a éste, de las normas sobre la alimentación.


• idoneidad en la administración de insulina.
• La no realización de los ejercicio recomendados.
• Dificultades y alegaciones en cuanto a la adherencia a las indicaciones médicas.
• Desajustes conductuales y/o emocionales.(Miedos, fobias, ansiedad, depresión, retraimiento
y bajo autoestima)
• Problemas de interacción social
• Manejo impertinente de los familiares y amigos hacia la enfermedad.
• La cercanía o lejanía afectiva de cualquier persona hacia la persona que tiene diabetes.
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• Nivel de compresión de las indicaciones.


• diferencias entre los que rodean al paciente, ya sea familia y el personal de salud
• Estrés intrafamiliar a causa del enfermo
• la falta de Habilidades de los miembros de la familia para el ajuste y afrontamiento.
• falta de Apoyo social.
Dinámicas para el paciente y la dinámica familiar:
• Medidas puestas en marcha para evitar el aislamiento social.
• Evaluar las posibles limitaciones impuestas para la interacción.
• Miedos al rechazo social debido a la enfermedad
• Medidas puestas en marcha, e idoneidad de las mismas, para favorecer el autocuidado.
• Aparición y abordaje de conductas internalizantes: Miedos, fobias, ansiedad, depresión,
retraimiento y bajo autoconcepto.
• Aparición y abordaje de conductas externalizantes: Incumplimientos, desafíos a las figuras
de autoridad, agresiones, irritabilidad, autolesiones.

En la valoración de los aspectos anteriores deberíamos utilizar una entrevista estandarizada


apoyada por cuestionarios específicos con suficiente validez y fiabilidad.
Una vez obtenida la información deberemos priorizar cual será el área de intervención y las
hipótesis respectos a las causas que estén motivando los problemas detectados. Normalmente,
las áreas de intervención pueden darse en:

- El ámbito familiar como sistema.


- En el ámbito neurocognitivo y/o escolar.
- En el ámbito individual.

Respecto al tipo de intervención, nosotros proponemos las que habitualmente utilizamos, sin que
esto suponga infravalorar otros planteamientos diferentes. En este sentido, consideramos
diferentes modelos de intervención, así como la pertinencia de aplicarlos, en cada situación
concreta.

Conclusiones
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que provoca muchos rezagos en la vida del
paciente, se presente a cualquier edad y provoca muchas complicaciones con respecto al
cambio de vida, estado de salud, forma de envolverse en el entorno social y problemas
psicológicos sobre la aceptación del yo y la enfermedad.
Existen diversos sentimientos y formas de ver la enfermedad en la familia la mas común es la
sobreprotección hacia el paciente, impidiendo la autonomía social y dificultando la adherencia a
los autocuidados haciendo al paciente dependiente para casi cualquier actividad.

El diagnóstico de la diabetes supone para la familia enfrentar una enfermedad crónica lo cual
representa reajustes en la dinámica familiar para la elaboración de estrategias que ayuden y
beneficien al enfermo mejorando la calidad de vida del enfermo y de su familia. Existen diversas
técnicas que pueden ayudar al entendimiento de la enfermedad y al mejoramiento de la salud
del enfermo, como lo son las técnicas de inocularon y afrontamiento al stress, la terapia racional
emotiva o la técnica de condicionamiento clásico. Si la familia se siente con dificultades en el
majo del paciente y se sienten incomprendidos es bueno que se acerquen a los Grupos de Apoyo
y Asociaciones de Afectados en las cuales se les podrá dar información acerca de la enfermedad,
la insistencia en el mantenimiento del estilo de vida, así como otras indicaciones y terapeutas
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que podrán solucionar sus dudas y preocupaciones.


Por último es importante mencionar que la diabetes es una enfermedad no solo que afecta al
cuerpo humano propiamente dicho si no que se vuelve un problema que puede llevar a
problemas psicológicos, como el estrés, depresión, solidaridad, sentimiento incapacitarte etc. Lo
cual puede tener grandes repercusiones en el estado de ánimo del paciente y de no se tratado
adecuadamente esto puede provocar conflictos personales, sociales y familiares.

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