Sie sind auf Seite 1von 27

TRABAJO EN EQUIPO

El trabajo en equipo se conforma por un grupo de personas que se reúnen para trabajar
de manera coordinada en la ejecución de un proyecto. Por la teoría sistémica, el equipo
responde del resultado final y no cada uno de sus miembros de forma independiente. No
obstante cada miembro se especializa en un área determinada que afecta al proyecto,
siendo a su vez, cada integrante responsable de un cometido para sacar el proyecto
adelante, pero obteniendo el resultado tal que en un trabajo en equipo, uno más uno, es
igual a tres, ya que el trabajo en equipo no es simplemente la suma de aportaciones
individuales. Un grupo de personas trabajando juntas en la misma materia, pero sin
ninguna coordinación entre ellos, en la que cada uno realiza su trabajo de forma individual
y sin que le afecte el trabajo del resto de compañeros, no forma un equipo.

DIFERENCIAS ENTRE TRABAJO EN EQUIPO Y GRUPO DE TRABAJO

Mientras que un grupo de trabajo es un conjunto de personas que realizan dentro de una
organización una labor similar, que suelen estar próximas físicamente, tienen un mismo
jefe, realizan el mismo tipo de trabajo pero son autónomos, no dependen del trabajo de
sus compañeros: cada uno realiza su trabajo y responde individualmente del mismo, el
trabajo en equipo responde a un “equipo de trabajo”, como hemos dicho antes, que logra
el resultado en su conjunto.

El trabajo de las 5C, –sobre que se apoya el trabajo en equipo-

• Complementariedad: cada miembro domina una parcela determinada del proyecto.


Todos estos conocimientos son necesarios para sacar el trabajo adelante.

• Coordinación: el grupo de profesionales, con un líder a la cabeza, debe actuar de forma


organizada con vista a sacar el proyecto adelante. • Comunicación: el trabajo en equipo
exige una comunicación abierta entre todos sus miembros, esencial para poder coordinar
las distintas actuaciones individuales.

• Confianza: cada persona confía en el buen hacer del resto de sus compañeros. Esta
confianza le lleva a aceptar anteponer el éxito del equipo al propio lucimiento personal.
Cada miembro trata de aportar lo mejor de si mismo, no buscando destacar entre sus
compañeros sino porque confía en que estos harán lo mismo; sabe que éste es el único
modo de que el equipo pueda lograr su objetivo.

• Compromiso: cada miembro se compromete a aportar lo mejor de si mismo, a poner


todo su empeño en sacar el trabajo adelante.

ETAPAS DEL EQUIPO

1. Formación: es donde el equipo comienza a conocerse. Es una etapa donde puede


surgir incertidumbre y desconfianza. 2. Tormentas: surgen los primeros conflictos y se
clasifican los roles. 3. Normas: de funcionamiento, se organiza y tranquiliza el equipo. 4.
Actuación: la energía del grupo se vuelca a producir algo. 5. Suspensión: el grupo se tiene
que empezar a preparar para disolverse.

DEFINICIÓN DEL PROYECTO

Los proyectos asignados a los equipos de trabajo en la organización suelen tener cierta
complejidad. El equipo tiene que tener muy claro cuál va a ser su función, qué objetivos
se le demandan.

ROLES DENTRO DEL EQUIPO

En cada rol pueden verse dos tipos de componentes, el programado, para el cual existen
indicaciones establecidas de cómo cumplir ese rol y el discrecional, que da el margen de
maniobrabilidad que tiene la persona que desempeña ese rol, para actuar según su
criterio. Es el que permite la creatividad. Para un equipo se recomienda una división de
roles dentro del mismo para un trabajo más rápido y organizado. Teniendo cada
integrante una función determinada el resultado del trabajo es mucho más eficaz.

COMUNICACIÓN

Para que un equipo funcione de forma eficaz es fundamental que exista un gran nivel de
comunicación dentro del mismo, el trabajo en equipo exige ante todo coordinación y esto
sólo se logra con una comunicación fluida entre sus miembros.

La comunicación debe darse en todas las direcciones:

• De arriba hacia abajo (es decir, del jefe hacia sus colaboradores). En el caso que los
haya.

• De abajo hacia arriba (de los colaboradores hacia el jefe).

• Horizontalmente.

MOTIVACIÓN

Es un punto fundamental para el buen funcionamiento del equipo ya que el sentirse


importante y a su vez, encontrar lo que se busca, es decir, satisfacer la necesidad
insatisfecha dentro del grupo, es el motor que impulsa un trabajo auténtico y a fondo en
cada objetivo.

ASUMIR RESPONSABILIDADES

El trabajo en equipo no se puede convertir en un medio de evitar asumir


responsabilidades particulares tratando uno de desviarlas hacia el grupo. El equipo debe
tener claro desde el principio cual va a ser el ámbito de responsabilidad de cada miembro
y con qué autonomía van a contar para su desempeño. Para que la gente se involucre
completamente en el trabajo y para que éste se desarrolle con cierta fluidez es
fundamental que cada miembro asuma ciertas responsabilidades personales.
INTERDISCIPLINA

Lo importante del trabajo en equipo es una valoración subjetiva del objeto por cada uno
de los integrantes ya que un equipo integra diversos puntos de vista que permiten tener
una visión más amplia, para construir una imagen más completa. De a poco, el equipo va
conformando el pensamiento de equipo, por el cual se va teniendo visiones particulares
de la realidad incorporadas por todos los integrantes del mismo.

PUESTA EN MARCHA DE UN EQUIPO DE TRABAJO EN LA ORGANIZACIÓN

La puesta en marcha de un equipo de trabajo es un proceso complejo que pasa por


diferentes fases, ya que reunir a un grupo de personas para realizar un trabajo no significa
constituir un equipo de trabajo. El equipo exige mucho más: coordinación, comunicación
entre sus miembros, complementariedad, lealtad hacia el equipo, etc.

• Hay que definir con claridad cuales van a ser sus cometidos y cuales los objetivos que
deberá alcanzar. Hay que tener muy claro que la tarea encomendada debe justificar la
formación de un equipo de trabajo, sólo se deben formar equipos cuando haya razones de
peso, si no será una pérdida de tiempo y de esfuerzo.

• Hay que determinar su posición dentro de la organización: de quién va a depender,


cuáles van a ser sus relaciones con el resto de las áreas.

• Hay que seleccionar a sus miembros. En función de la tarea asignada hay que buscar a
personas con capacidades y experiencia suficiente para cubrir adecuadamente las
distintas facetas del trabajo encomendado. • Entre los miembros seleccionados es
preferible nombrar un jefe del equipo en base a elementos que determinen su capacidad
para conducir al equipo.

Dinámica de grupos
1. ¿QUÉ ES LA DINÁMICA DE GRUPOS?

Desde 1944 se conoce con el nombre de dinámica de grupos la parte de la


psicosociología que analiza el grupo en cuanto a su actitud y comportamiento (aunque en
España el termino dinámica de grupos se refiere también al conjunto de métodos
prácticos para trabajar con grupos -hacer una dinámica- esta acepción en el presente
cuaderno la nombraremos como técnicas de grupo).

Tras más de 50 años de investigación se ha comprobado que el grupo es un


instrumento formidable para el autoconocimiento, para conocer a los otros, para conocer
al propio grupo en cada momento y, en general, a los grupos que viven procesos
similares.

La dinámica de grupos observa, analiza, contrasta y universaliza la vida de los grupos


pequeños, siempre y cuando se den unas condiciones previas, de experimentación y
estudio, que se resumen básicamente en que haya una auténtica comunicación.
Para que esta comunicación se pueda dar, es necesario que el grupo someta a crítica
la manera convencional de comunicarse abriéndose a otras formas más eficaces de
hacerlo, así como también es necesario un espacio y un clima adecuado.

La experiencia nos dice que el grupo pequeño es donde las relaciones pueden ser más
vivas, auténticas, controladas y evaluadas. Este tipo de grupos posibilita también un
proceso de grupo en el que se experimentan las reacciones ante las distintas fases, ante
la autoridad, ante la propia imagen y la de los demás y ante la posible autonomía del
grupo.

La dinámica de grupos se convierte de esta manera en “una filosofía de la dirección y


conducción de grupos, ciertas técnicas de trabajo y formación, y el conjunto de
conocimientos sobre la naturaleza de los grupos y las leyes de su desarrollo. Estudia la
psicología de los grupos, su historia íntima y la constante evolución de su estructura” (A.
Francia).

Se consiguen así unos fines que resumimos en siete puntos:

1. Autoconocimiento a través del grupo.

2. Comprensión de las condiciones que dificultan o facilitan el buen funcionamiento


afectivo y efectivo del grupo.

3. Comprensión de las relaciones interpersonales.

4. Desarrollo de la capacidad de análisis sobre el comportamiento individual y grupal.

5. Capacidad para establecer relaciones personales más autenticas.

6. Entrenamiento en la colaboración, en el trabajo en equipo.

7. Mayor libertad a la hora de elegir y relacionarse.

Para que estos fines se alcancen el grupo debe intentar cubrir, al menos, tres
necesidades básicas:

Necesidad de inclusión, integración y valoración en el grupo.

Necesidad de control, de participación plena (con derechos y responsabilidades).

Necesidad de afecto, de valoración como persona no por lo que se hace, sino por lo
que se es.

Para nosotros, como educadores que somos, la dinámica de grupos se convierte en un


instrumento para orientar, integrar, prevenir, concienciar, promocionar, decidir... la marcha
de nuestros grupos en general y de nuestros muchachos/as en particular. La riqueza
educativa de un grupo (que camina abierto y en disposición de analizar y aprender lo que
sucede en cada momento) no elimina, más bien potencia, la preocupación por el cuidado
de lo personal y de lo íntimo (en contraste con el individualismo que nace de una
interiorización cerrada en un yo insolidario). Todo lo que sucede en el grupo es
interesante, es analizable, tiene sus porqués y es fuente de saber. Lo que se analiza en
actitud positiva humaniza, desdramatiza, cura y crea.

Si lo miramos desde la perspectiva cristiana y ya que la persona (a imagen y


semejanza de Dios) es relación, todo lo que ayude a mejorar las relaciones ayudará, por
tanto, al crecimiento personal, dará mayor calidad humana (base sin la cual no se puede
construir la identidad cristiana) al grupo y dinamizará y humanizara la sociedad, sentando
las bases para una transformación evangélica del mundo.

2. EL “GRUPO”

El gran protagonista de nuestra acción pastoral y educativa no es meramente un


conjunto de personas, reducidas en número y unidas por una finalidad común en base a
la cual se relacionan entre sí, sino que además se convierte en el lugar de referencia para
las relaciones humanas y en un campo de fuerzas que nos ayudarán o nos frenarán en
nuestro camino hacia el Padre.

Entresacando los factores para la existencia de un grupo hay dos de ellos


determinantes: las relaciones y el proyecto común. Para que un grupo exista es
necesario un numero de personas que permita a todos los componentes relacionarse
entre sí de una forma directa y múltiple que genere interacción y una influencia mutua
entre todos los miembros. Pero es también necesario que todos los miembros se orienten
al mismo objetivo, lo acepten y trabajen para su consecución.

Las posibilidades del grupo vienen condicionadas, en gran parte, por el pasado de cada
uno de los miembros que forman dicho grupo. Cada miembro trae consigo un montón de
condicionantes que afectaran la marcha de todo el grupo: intereses, necesidades, formas
de relacionarse, mecanismos de defensa, heridas, esquemas de valores, carencias
afectivas, complejos, miedos, frustraciones, seguridades, recursos, motivaciones...

De igual manera influyen en el conjunto las condiciones del aquí y ahora que vive el
grupo: lugar de reunión, número de componentes, estilo de relaciones, liderazgo, clima,
lenguaje, actitudes...

Y por ultimo no podemos olvidar que el futuro condiciona también la vida del grupo:
miedos, inseguridades, proyectos, expectativas, ideales...

El grupo no es, por tanto, una realidad estática sino dinámica, múltiple y condicionada
por multitud de factores que habremos de tener en cuenta a la hora de intervenir
eficazmente en su proceso.

Una vez aproximado el concepto de grupo quizás la primera pregunta que deberíamos
plantear a la hora de afrontar el resto del tema es ¿por qué nos reunimos en grupos?
Vivir solo es imposible (el hombre es un animal social), pero la vida de pareja y de
grupo resulta muy difícil, aunque al mismo tiempo, se torna en una aventura apasionante
(más aun desde la perspectiva cristiana).

Existen muchas razones por las cuales nos reunimos en grupo, citando sólo algunas de
las más importantes (a nivel psicosociológico) nos reunimos para:

Satisfacer necesidades: físicas, afectivas, sociales, de seguridad, de


autorrealización...

Seguir a un líder que nos ofrece garantías de determinados valores, intereses o


esperanza de lograrlos.

Vivir un clima relacional que parece existir o es posible conseguir.

Encontrar una serie de actividades programadas o programables en las uno se


pueda sentir a gusto.

Hacer nuestros los objetivos concretos del grupo con el que nos identificamos.

Disponer de materiales y recursos.

Contar con la fuerza o el prestigio social del grupo.

Alcanzar metas o actividades que no son posibles, o son más difíciles, en solitario.

El grupo permite un mejor desarrollo individual (el autoconocimiento y la confrontación


con los demás diseñan el perfil de la identidad y la autoaceptación) así como un mejor
desarrollo social (en el grupo sepueden aprender actitudes y comportamientos desde
unas relaciones humanas auténticas, desde la cooperación, la participación, el
compromiso...).

Si atendemos, además, a motivos eclesiales, el grupo (la comunidad) es la respuesta


a un Padre que nos llama a vivir como hermanos. Ya en el Vaticano II, al pretender una
renovación teológico-pastoral de la Iglesia, se apostó por una vivencia más comunitaria de
la fe y es aquí donde el grupo cobra su gran importancia. «El grupo como ámbito de
educación en la fe, es algo más que un medio pedagógico, una moda para trabajar con
los jóvenes o forma de desmasificación. El grupo de fe es una autentica experiencia de
Iglesia. Y ello por dos motivos fundamentales:

«La fe cristiana se transmite y se vive en comunidad. Allí donde hay un grupo de


creyentes unidos en el nombre de Jesús, está la Iglesia. La experiencia positiva o
negativa que los destinatarios tengan de su propio grupo de fe, va condicionar en
gran parte la imagen futura de la Iglesia y el grado de pertenencia y compromiso con
ella.

«Todo itinerario de fe ha de desembocar en la integración responsable y activa del


joven en una comunidad cristiana adulta de la Iglesia local o diocesana, y a través
de esta sentirse miembro de la Iglesia universal» (Itinerario de educación en la fe.
Guía del educador).

El grupo se convierte de esta manera, en una magnifica experiencia de vida eclesial,


que desarrolla la dimensión comunitaria y el sentido de pertenencia a la Iglesia y que hace
posible vivir la riqueza de la acción de Dios en cada uno de sus miembros.

Si miramos la pedagogía de Jesús, el grupo se presenta también como el método


elegido por Él para llevar a cabo su misión. Jesús reúne a los suyos junto a Él, forma
comunidad con ellos y les va desvelando la buena noticia del Reino.

El grupo se nos presenta, también, como una reacción a la dinámica


despersonalizadora e insolidaria de nuestra sociedad consumista, posibilitando el
compromiso, el trabajo en equipo, la solidaridad con los más necesitados (dentro y fuera
del mismo grupo) y, en resumen, una experiencia de la fraternidad a la que estamos
llamados.

Por último, si atendemos a los motivos educativos, el grupo nos ofrece cauces de
aprendizaje suscitando preguntas, seleccionando críticamente contenidos culturales y
religiosos, filtrando críticamente los mensajes (desde el dialogo con las distintas ofertas
sociales) para no caer en el conformismo o la indiferencia... Al mismo tiempo, nos ofrece
cauces de acción desde unos criterios compartidos (ver-juzgar-actuar).

Después de justificar nuestra opción por el grupo como medio pedagógico y


metodológico vamos a ver como es su funcionamiento interno en cuanto a tipos,
funciones, etapas y aspectos que favorecen o dificultan la marcha del grupo.

Clasificación de los grupos

Hay múltiples formas de clasificar los grupos, aunque nosotros, según la perspectiva en
que trabajamos, sólo nos centraremos en dos: relacionalmente y antropológicamente.

Según las relaciones de sus miembros entre sí podemos dividirlos fundamentalmente


en dos tipos:

- Grupos primarios. Son aquellos que se caracterizan por una colaboración íntima
donde las personas viven una relación cálida de la que surge un "nosotros".

- Grupos secundarios. Son aquellos caracterizados por una relación más formal, más
funcional; buscan un interés común externo (empresa, sociedad...).

Según una perspectiva antropológica los clasificamos en tres tipos:

- Grupo-masa. Sus características fundamentalmente son lo sentimental y lo


emocional. No es cerebral, es irreflexivo e irresponsable. Los fenómenos más
frecuentes en él son la sugestión y el contagio, el gregarismo y la pasividad. Se deja
manejar.
- Grupo-organización. Atiende, sobre todo, a la función que el individuo desempeña.
Predomina, fundamentalmente, la eficacia, lo útil. La persona pierde su valor y se
instrumentaliza y cosifica. No mejora a la persona. Es discriminador pues se margina
al deficiente o tarado. Es, ante todo, cerebral y activo, utiliza estadísticas, índices de
producción, propaganda y publicidad, etc.

- Grupo-comunidad. En él se realiza el hombre, se personaliza y es asumido como


persona. Se le respeta en su debilidad y en su fortaleza. Las relaciones son
interpersonales, profundas. Contribuye a que los individuos crezcan en libertad,
responsabilidad y seguridad. Despierta las actitudes de confianza, respeto,
aceptación, sintonía afectiva... Promueve a los individuos desde su interioridad, no los
maneja.

Evidentemente el tipo de grupo que pretendemos conseguir sería un grupo primario o


un grupo-comunidad (no debemos perder de vista este objetivo -en pro de una mayor
eficacia, de unos resultados aparentemente más rápidos, cuantiosos o sencillos de
conseguir- optando por otros modelos, ya que a la larga se acaban pagando las
consecuencias).

Funciones del grupo

La función nuclear del grupo es la tarea de personalización de cada uno de su


miembros. Para ello hay dos funciones básicas:

- Función de producción. Dirigida a que el grupo produzca lo necesario para alcanzar


sus objetivos. Comprende tres elementos:

Clima relacional: clima de acogida y confianza mutua, relaciones interpersonales


abiertas, comunicación, comunión, sentido de pertenencia, conciencia de grupo.

Contenidos: clarificar y asumir los objetivos, toma de conciencia de la temática de


trabajo y del trabajo mismo (concretarlo y elegir el más apropiado).

Método: dinámicas y técnicas que favorecen la planificación, concreción,


motivación y participación activa en las responsabilidades y decisiones.

- Función de mantenimiento. Orientada a que el grupo mantenga su unidad interna y


continúe funcionando como tal.

Etapas durante el proceso

Como ya hemos dicho anteriormente, el grupo es una realidad dinámica y en constante


evolución. Cualquier elemento nuevo del grupo, circunstancia o persona, puede provocar
una evolución, tanto en los objetivos como en el clima y las relaciones entre los miembros.
Pero cuando el grupo es pequeño y está compuesto por un número más o menos fijo de
participantes, las fases o etapas de su evolución se pueden describir con un escaso
margen de error.
Antes de ver las distintas etapas del proceso conviene tener en cuenta algunos
aspectos previos a la maduración del grupo:

 Todo grupo que empieza camina hacia la maduración y de hecho siempre madura,
al menos en algunas dimensiones.

 Un grupo no esta necesariamente formado por personas maduras, ni personas


maduras, por el hecho de unirse, forman un grupo maduro.

 Para madurar todo grupo debe pasar por unas fases más o menos intensas, en las
que la fase de conflicto siempre es necesaria.

 La calidad de los miembros, de alguno de ellos o del educador pueden hacer que
las etapas sean más cortas, más ricas y con menos desgaste humano.

 La voluntad inicial de los miembros de hacer grupo, mantenida durante todo el


proceso, agiliza la maduración.

Etapas del proceso de maduración de un grupo

1.- Etapa de formación: al entrar en un grupo el individuo experimenta inseguridad, la


reacción más normal es refugiarse en las máscaras y evitar darse a conocer
espontáneamente. Cada miembro busca su propio interés. Surgen muchas preguntas,
pero no se sabe como actuar. El grupo busca refugio y seguridad en el educador. Se
habla formal e impersonalmente. En esta etapa la intervención prioritaria es favorecer
el mutuo conocimiento de los miembros del grupo, así como establecer los objetivos y
cómo alcanzarlos (normas básicas de funcionamiento en cuanto a responsabilidad
grupal, comunicación, cooperación, toma de decisiones y voluntad para enfrentarse a
los problemas) dejando claro qué se espera de cada uno.

2.- Etapa de conflicto: al finalizar la etapa de formación en el grupo se ha empezado a


dar una comunicación más profunda basada en la sinceridad y en la autenticidad y se
han ido “quitando las máscaras”, con la perspectiva de quedar al descubierto ante los
otros, y en la confrontación de opiniones o modos de hacer surge el conflicto: de
oposición cuando los miembros se tornan adversarios, de competición cuando aparece
el rival, de alianza para fortalecer las opciones, etc. La mayoría de las veces el conflicto
tiene raíces afectivas. En esta etapa la intervención prioritaria es favorecer la mutua
comprensión de los sentimientos y los modos de actuar de cada uno, de modo que se
vayan descubriendo nuevas formas constructivas de solucionar los problemas. Dado
que en esta etapa es frecuente el enfrentamiento con el educador, éste debe
permanecer especialmente seguro en la capacidad del grupo para resolver los
conflictos y debe hacer un esfuerzo por devolver al propio grupo una visión exacta del
proceso que está sucediendo.

3.- Etapa de organización: al finalizar la etapa de conflicto el grupo ha pasado del miedo
a expresar un “no estoy de acuerdo” a una participación que incluye la cooperación y el
consenso a la vez que la sinceridad y la posibilidad de disentir y confrontar. Aparece el
líder, se divide el trabajo, se toman responsabilidades y, sobre todo, se da la
identificación con el grupo, expresada en el nosotros. Declinan las tensiones y el grupo
refuerza la relación emotivamente. En esta etapa la intervención principal será
mantener el equilibrio entre la afectividad y la eficiencia y vigilar que no haya marcha
atrás. Deberá cuidar el intercambio personal entre los miembros del grupo así como su
relación con cada uno de ellos (abriéndose una nueva etapa en el acompañamiento
personal, que será ahora más profundo).

4.- Etapa de interacción: los diferentes roles de cada uno se han ajustado entre sí y
aparece la cohesión. En las relaciones interpersonales hay calidez afectiva (grupo
primario). La productividad, como capacidad y habilidad para hacer el grupo, es alta y
efectiva. El liderazgo se reparte entre sus miembros. En esta etapa lo principal es
mantener la corresponsabilidad y el clima relacional alcanzado. El educador puede ya
adoptar una postura intermedia y abandonar parcialmente el papel de autoridad que
había mantenido en las etapas anteriores.

Normalmente se vivirá en las dos primeras etapas una dimensión poder-autoridad y en


las dos siguientes una dimensión interdependencia-intimidad. A lo largo de estas etapas
cada miembro del grupo deberá ir respondiendo tres preguntas sucesivas que surgen de
las necesidades que todos llevamos al grupo:

¿Dentro o fuera?. Aclarando si deseo pertenecer al grupo con todas sus


consecuencias, y en qué grado. La integración conlleva derechos y deberes, que de
un lado nos suponen pérdida de autonomía pero por otro nos regalan una
ampliación del propio yo.

¿Arriba o abajo?. Situándonos ante las relaciones con la autoridad y con la


jerarquía del propio grupo. La participación supone evaluar el grado de poder que se
está dispuesto a asumir y el grado de poder al que se está dispuesto a renunciar.

¿Cerca o lejos?. Situándonos ante cada miembro del grupo individualmente para
trazar con él lazos afectivos más o menos profundos.

 Aspectos que favorecen la marcha del grupo

Una vez analizadas las distintas etapas por la que pasa un grupo nos detendremos en
los elementos clave de su funcionamiento interno, teniendo en cuenta para ello, tres
aspectos fundamentales: interacción, cohesión y tensiones.

La interacción o el intercambio que se produce entre los miembros del grupo, necesita
siempre una comunicación (no siempre verbal) de forma múltiple, es decir, que permita la
participación de todos los miembros en todas las direcciones (no sólo con el educador).

Se nos presenta en este punto el problema del tamaño del grupo, que influirá en las
actitudes participativas, en la fluidez del diálogo y de las relaciones interpersonales, en la
facilidad para alcanzar el consenso, en la riqueza y profundidad del tratamiento de los
temas... Como ya hemos comentado anteriormente, el grupo pequeño es la mejor opción
metodológica para resolver estos problemas. Los expertos suelen concretar un número de
miembros entre 6 y 12 personas. Un número superior a 12 personas comenzaría a
dificultar la comunicación y un número inferior a 6 personas empobrecería el trabajo
(aunque la determinación concreta de estos límites se tendría que hacer en función del
trabajo, objetivos, calidad de los componentes...).

Tenemos que tener también en cuenta la homogeneidad-heterogeneidad del grupo. La


variedad proporciona mayor riqueza al grupo (diversidad de opiniones, contraste de
pareceres, creatividad...) pero al mismo tiempo ralentiza la marcha del grupo por la
necesidad de conciliar e integrar todas las posturas. La diversidad admisible en el grupo
dependerá fundamentalmente de dos factores: la posibilidad real de interacción entre los
miembros del grupo y el objetivo del mismo.

La cohesión o la tendencia del grupo a permanecer unido así como su resistencia a


las fuerzas (internas o externas) que tienden a debilitar su unidad. La base de esta
cohesión está principalmente en el grado de adhesión de los distintos miembros al grupo.
Esta adhesión viene determinada por múltiples factores relacionados con la vida del
grupo. Enumeramos a continuación, una serie de factores elaborados de forma positiva
para el crecimiento del grupo:

Ambiente
 adecuado para que facilite y contribuya a la espontaneidad, la participación
y la cooperación.

Relaciones
 interpersonales cordiales, sinceras y de colaboración, de forma que
todos nos hallemos cómodos y a gusto con los demás.

Liderazgo
 distribuido entre todos los miembros según las capacidades y habilidades
de cada uno (según sus dones) de modo que se favorezca el logro de los objetivos.

Flexibilidad
 en las normas para poder adaptarse a las situaciones, a menudo
cambiantes, de la vida del grupo.

Consenso
 en la toma de decisiones y en la forma de llevarlas a cabo, no excluir a
nadie, y procurar que todos aporten su parte al proyecto común, de modo que todos
se sientan integrados.

Comprensión del propio proceso, distinguiendo entre lo que decimos y cómo lo


decimos (actitudes, reacciones, roles, tensiones, escapes). No sólo es importante el
tema propuesto sino cómo nos expresamos o cómo reaccionamos ante dicho tema.
En el proceso (tanto personal como de grupo) cada cosa tiene su momento.

Evaluación
 continua, de manera que podamos saber si respondemos al proyecto del
grupo o a los intereses particulares de algún/algunos miembros.
Como último factor, importantísimo para dar cohesión al grupo y facilitar la adhesión de
sus miembros, tenemos que resaltar la elaboración del objetivo. La adhesión profunda se
dará cuando los objetivos individuales de cada miembro del grupo se identifiquen con los
objetivos del propio grupo. Para ello es fundamental un objetivo claramente establecido y
del que todos se sientan partícipes.

En buena medida el grupo girará durante su recorrido en torno a los objetivos: nace por
unos objetivos, se define por sus objetivos, se orienta, se organiza, se actúa y se evalúa
en razón de los objetivos. La claridad con la que se defina el objetivo (sin ambigüedad, sin
dispersión...), la correspondencia con los intereses y las necesidades reales de los
miembros del grupo, el conocimiento y la comprensión que cada uno de los miembros del
grupo tenga de dichos objetivos, la aceptación y el compromiso para realizarlos y la
posibilidad real de poder alcanzarlos, harán posible una auténtica cohesión dentro del
grupo y como consecuencia un mayor crecimiento del mismo.

Las tensiones. Aunque en un primer momento puedan suponer una perturbación en el


trabajo y la armonía del grupo, normalmente las tensiones son un paso obligado para el
crecimiento del mismo, ya que si se orientan bien provocan un efecto terapéutico: mayor
conocimiento, nuevo punto de partida para nuevas metas, autocrítica, crecer en
autonomía, entrenarse en el respeto, la colaboración, la creatividad, el realismo...
propulsando al grupo con mayor fuerza que antes, purificado y libre del peso de dichas
tensiones.

Hemos de tener en cuenta también, que muchas veces dichas tensiones se viven como
una experiencia desagradable que bloquea el avance del grupo y desemboca en forma de
crisis, pudiendo, en algunos casos, romper el grupo o la adhesión de alguno de sus
miembros.

Los tipos más frecuentes son:

Tensiones de ansiedad del grupo: tienen su origen en la inseguridad y se manifiestan


con: inhibición, silencio, clima superficial, huidas.

Tensiones por conflictos latentes o abiertos: la mayoría tienen su origen en la lucha


por la autoridad o en la oposición frente a ciertos estilos de relación y trato. Se
manifiesta en el enfrentamiento entre algunos miembros por dominar el grupo o en
el enfrentamiento entre subgrupos.

Tensiones por oposición al líder: se originan por el afán de dominio del líder o por su
incapacidad para resolver determinadas situaciones.

Tensiones por frustraciones: su origen es muy variado: imprecisión de los objetivos,


falta de organización, clima de intolerancia o incomprensión, método de trabajo,
normas... se manifiestan con el descontento, la irritación, la indignación...

Para resolver eficazmente las tensiones es necesario tomar conciencia de las causas
determinantes del malestar y tratarlas metódicamente, intentando siempre provocar el
efecto terapéutico comentado anteriormente y crecer a partir de ellas. “No os turbéis el
desasosiego no es de Dios” (Calasanz).

3. LA MOTIVACIÓN

Todo buen educador debe ser esencialmente un buen motivador, debe saber sacar de
cada uno de los miembros del grupo el máximo provecho para el crecimiento personal de
cada individuo y del propio grupo. Para ello es necesario saber motivar a cada uno en
particular para tocar los resortes necesarios que favorecerán dicho crecimiento. Es
necesario acercarnos a las personas, no sólo observarlas en sus fenómenos psíquicos y
sus manifestaciones, sino también comprender por qué obran así, sus motivaciones. Una
buena motivación estimula la creatividad, la cohesión grupal, la pertenencia, la fidelidad al
grupo y a los objetivos, la valoración de los otros...

Las motivaciones son con frecuencia inconscientes y complejas, hay multitud de


factores que modifican la conducta (intelectuales, afectivos, sociales, fisiológicos...) y a
menudo están en íntima interacción.

La mayoría de los autores coinciden en cuatro motivaciones fundamentales del ser


humano. Son vivencias o deseos que constituyen los resortes profundos de la conducta
humana y serán por tanto de vital importancia para el progreso y buen funcionamiento de
los grupos:

Seguridad:
 este deseo puede satisfacerse, en parte, con cosas materiales. También
puede satisfacerse con valores, creencias, experiencias, relaciones, normas de
conducta definidas...

Reconocimiento:
 este deseo se satisface cuando la persona , o el grupo, es alguien
para otros. Es necesario que se reconozca la valía de cada uno, que se tiene un
sitio, que cuentan conmigo.

Afecto:
 este deseo se satisface al sentirse querido, aceptado como persona (por lo
que se es y no por lo que se tiene). Es necesario que los otros le expresen
inteligiblemente que él es importante para ellos, que se comparta intimidad, que se
esté presente en la vida de los otros. Surge también el deseo de amar a otros, con
un amor correspondido y expresado.

Nueva
 experiencia: este deseo se satisface con la búsqueda de nuevas relaciones,
nuevas situaciones, nuevos roles, nuevas responsabilidades... Aunque, en principio,
lo conocido nos ofrece seguridad y somos reacios al cambio finalmente la seguridad
se acaba adquiriendo ampliando los campos de los saberes experimentados y de
las relaciones construidas, facilitando el entrenamiento para las situaciones
cambiantes de nuestra sociedad.

La expresión o la respuesta a estos deseos puede ser múltiple y diversa (hay infinitas
formas de llamar la atención, de expresar cariño, de justificar conductas...) pero hemos de
estar siempre atentos a las reacciones dentro del grupo para saber identificar cuál es la
motivación de fondo y responder así adecuadamente para favorecer el crecimiento.

La intervención del educador para dar esta respuesta es fundamental ya que la


“autoridad” siempre condiciona al grupo produciendo una reacción (positiva o negativa),
trataremos este tema más profundamente cuando hablemos del liderazgo.

El grupo ejerce también un papel muy importante en la motivación de cada miembro, ya


sea como gratificación y cariño al reforzar la conducta, o como sanción para rechazarla.
En este último caso la sanción puede ayudar a cambiar la conducta dentro del grupo sólo
si ésta parece justa, necesaria para vivir el proceso dentro del grupo al juzgarse positiva.
La “corrección fraterna” juega aquí un papel importantísimo para ayudar al individuo y al
propio grupo a integrar positivamente el rechazo a determinadas actitudes. Siempre debe
corregirse desde el amor y la humildad, resaltando lo bueno que el individuo aporta al
grupo y al mismo tiempo llamándole a la verdad; se debe procurar que haya un clima
propicio para un diálogo que no hiera al otro y le ayude a acoger lo que se le tenga que
decir. Poner este momento en manos del Padre nos ayudará a construir el grupo desde el
Amor y a tomar conciencia de nuestra debilidad y de la necesidad de Dios.

Otro factor a tener muy en cuenta es la atención personalizada a cada miembro del
grupo. Construimos nuestra identidad al sentirnos valorados, útiles; la mejor recompensa
a un comportamiento es siempre el reconocimiento. A partir de aquí adquirimos confianza
y seguridad en nosotros mismos, desplegamos nuestras capacidades, superamos
complejos y surge la cohesión y la armonía dentro del grupo. Hay numerosas formas de
atención: gestos, miradas, sonrisa, citar, aprobar lo que se dice, preguntar... Por el
contrario la desatención conduce a la infravaloración, el desinterés, el anonimato y
también hay numerosos signos que nos la revelan: apatía, desinterés, indiferencia,
ausencias, miradas perdidas, posturas corporales...

Por último, como ya vimos anteriormente, el pasado de cada uno así como el futuro del
grupo inciden de manera notable en las motivaciones.

4. LA COMUNICACIÓN

El grupo es una red privilegiada de comunicaciones ya que todos sus miembros se


convierten en emisores y receptores. Para que esto se dé hemos de superar dos tipos de
comunicación: unidireccional (uno habla, normalmente el educador, y los demás
escuchan) y bidireccional (intervienen todos pero sólo en relación con una única fuente,
normalmente el educador).

El tipo de comunicación que buscamos es, por tanto, pluridireccional, de forma que nos
permita una circulación de ideas, sentimientos, creencias y vivencias que contribuyan al
crecimiento del grupo, haciéndonos conscientes de que a mayor participación y
profundidad en la comunicación de todos y entre todos, obtendremos un mayor
crecimiento.
La comunicación no es sólo verbal, la persona se comunica y la persona comunica.
Todo es comunicación, intencional o no: los gestos, la postura, la ropa, la colocación en la
sala, la mirada, la sonrisa... Siempre estamos comunicando. Otra cosa será que se nos
atienda y se nos entienda. Como ya hemos visto anteriormente, es importante estar
atentos a este tipo de comunicación por lo que pueda expresar en sí misma, en cuanto al
grado de interés, aceptación, integración... de cada individuo.

Principios
 básicos de toda comunicación

Ponerse
 en la situación de aquél con quien queremos comunicarnos.

Personalizar
 el mensaje, dirigiéndose a cada uno individualmente. Escuchar al otro e
interesarse por lo que dice, expresándolo de alguna manera.

Pretender ser comprendido por el que escucha. Lo importante no es la emisión sino


la recepción. Llenar la palabra y los silencios de comprensión, mediante gestos,
posturas, miradas, tonos...

Expresarse con sencillez, utilizar un lenguaje que el otro pueda entender, evitar el
lenguaje excesivamente técnico o abstracto.

Ser
 objetivo, puesto que nuestras propias convicciones o creencias deforman en
mayor o menor medida nuestro mensaje, debemos mostrarnos dispuestos a
rectificar cuando sea necesario. Mostrar un talante abierto, liberal, compatible con
otras ideas y opciones. No mostrarse nunca a la defensiva. No relacionar todo lo
que se escucha con uno mismo.

Tener
 algo que decir. Mucha gente habla para exponer cosas que todos conocen,
para llamar la atención, para hacerse el interesante... Hay que procurar que
cualquier intervención sirva para el enriquecimiento del grupo.

M
 ostrarse claramente sin prejuicios, creer en la posibilidad de cambio de las
personas.

Mostrarse
 siempre uno mismo, sin dobleces, sin titubeos. Siempre claro, auténtico,
respetuoso. Intentar aprovechar cada oportunidad para dar lo mejor de uno mismo.
Hablar con libertad de las propias ideas, sentimientos y vivencias, compartiendo
más experiencias de vida que ideas.

Barreras
 de la comunicación

Diferencias
 de cada persona que nos hacen reaccionar conforme a nuestra propia
originalidad, interviniendo en el diálogo apoyados en nuestra propia experiencia,
conocimientos y perspectivas, intentando que prevalezca nuestro punto de vista.

Juicios
 de valor que nos llevan a encasillar a las personas y a perder objetividad y
escucha, así como al rechazo y oposición a sus propuestas.
Plegarnos
 sobre nosotros mismos de manera que sólo estemos pendientes de
expresar nuestras propias ideas o una determinada postura personal, haciendo que
nos desconectemos de lo que ocurre en el grupo para encontrar la forma y el
momento de transmitir nuestro pensamiento.

El miedo al cambio o a la crítica que nos dificulta el atender y aceptar proposiciones
o sugerencias de los otros si cuestionan nuestros planteamientos y posturas y nos
exigen un cambio.

Utilizar un lenguaje incomprensible o lejano con los demás. Hablar sin convicción,
monótonamente, usar términos complicados o excesivamente técnicos, hablar
demasiado rápido, no prestar atención al auditorio, en definitiva no ponerse en el
lugar del que escucha.

Criterios
 para superar obstáculos de la comunicación

En un grupo todo participante depende de los otros. Nuestro desarrollo depende de
abrirnos a los demás y aceptar sus aportaciones.

No
 existe un único punto de vista. Los problemas tienen diferentes planteamientos y
soluciones. La riqueza del grupo consiste precisamente en la diversidad de ideas y
perspectivas para alcanzar un mismo objetivo.

Nuestro punto de vista no es necesariamente el verdadero. Cada uno tiene que


cuestionar sus propias ideas y convicciones para crear una disposición que nos
lleve a aceptar la parte de verdad que tienen los demás.

Necesitamos conocernos, quitarnos las máscaras y ver nuestra realidad con verdad,
saber analizarnos con objetividad ya que muchas de nuestras posturas están
mezcladas con intereses poco clarificados y en algunos casos claramente
particulares.

Hay que crear un ambiente de comprensión, adoptar posturas positivas frente a los
demás, saber escuchar y favorecer un diálogo sincero y libre.

Decía A. Jacob “Los hombres hablan demasiado, pero se comprenden poco”. No se


trata de hablar mucho, ni de hablar todos, ni siquiera de hablar de temas interesantes, se
trata más bien de crear un clima relacional que haga posible una comunicación
experiencial, desde la vida y no desde las ideas, basada en la sinceridad y la
autenticidad, donde cada miembro del grupo se sienta libre de hablar en cualquier
momento y sepa que el grupo va a recibir su aportación desde una actitud de escucha y
acogida. El éxito de nuestros grupos va a depender en gran medida de la buena
comunicación que seamos capaces de alcanzar. De hecho, si no alcanzamos un nivel
profundo de comunicación, difícilmente superaremos las primeras etapas del proceso y el
grupo estará abocado al fracaso.
5. EL LIDERAZGO

En todo grupo, cada persona actúa sobre el grupo, unos más, otros menos; unos
mediante la amabilidad, otros a base de astucia, otros a base de espontaneidad, etc. El
liderazgo de un grupo se distribuye de forma variable según las personas que formen el
grupo, según la tarea realizada, según el momento vital del grupo, según las fuerzas de
cada uno, etc., presentándose distintas clases de líderes que recurrirán a distintas fuentes
de poder.

Como ya hemos visto anteriormente, las relaciones con la autoridad van a ser una
fuente de conflicto para el grupo, tanto para aquellos que presenten problemas para
aceptar dicha autoridad, como para los que creen dependencias con dicha autoridad. Por
eso la figura del líder (el educador por su función siempre será uno de los líderes del
grupo) es de vital importancia durante el proceso. De hecho el líder tiene en su mano,
sobre todo en las primeras etapas, que el grupo madure en mayor o menor grado y con
mayor o menor rapidez según ejerza un liderazgo positivo o negativo.

Un líder positivo es aquél que favorece el crecimiento del grupo en general y de cada
uno de sus miembros en particular desarrollando la función de personalización propia del
grupo, buscando la consecución de los objetivos del grupo mediante la aplicación de
métodos que potencien al grupo, y a cada uno, en su ser, su hacer y su saber. El
liderazgo positivo es aquél que sabe ejercer la “autoridad” desde el servicio a los otros, de
modo que facilita y “aúpa” el crecimiento de cada uno para que llegue a lo que está
llamado a ser, haciendo de cada uno el protagonista y “autor” de su propio crecimiento.

Un líder negativo es aquel que utiliza su poder en contra de las personas o en contra
del propio grupo. Manipula o establece los objetivos en base a criterios subjetivos
recurriendo al método que más le conviene. Se dan también liderazgos negativos debido
a un mal uso del poder a causa de motivaciones torcidas, debidas en muchos casos a una
falta de autoestima o a ansias enfermizas de poder. Se manifiestan así actitudes muy
críticas con los demás, necesidad de reconocimiento exagerada, autoritarismo,
incapacidad para aceptar la corrección, infravaloración de los demás, inculpación de sí
mismo (victimismo), búsqueda de recursos para alcanzar el poder y situarse en posición
de dominio...

Un buen líder esta llamado a cuidar las funciones básicas del grupo de una manera
especial:

En cuanto a la función de producción el líder debe presentar los objetivos con
claridad, proporcionar las indicaciones oportunas para realizar el trabajo, fomentar la
evaluación, revelar los roles de cada uno en el grupo promocionando la integración
de cada uno de ellos en la estructura grupal y proponer -y en algunos casos tomar-
las decisiones necesarias para alcanzar los objetivos del grupo...

En cuanto a la función de mantenimiento el líder debe estimular al máximo la


participación de todos los miembros del grupo, poner paz en las tensiones y
conflictos, facilitar la comunicación en todos los niveles, expresar las dificultades o
problemas que permanecen ocultos o sin resolver facilitando su solución, descubrir
las defensas y bloqueos que amenazan al grupo, evaluar el nivel de satisfacción...

Evidentemente para ejercer estas funciones se necesitan una serie de cualidades:

1. Sensibilidad para percibir las necesidades, dificultades, tensiones y nivel de


satisfacción del grupo en general y de cada uno en particular.

2. Valentía para enfrentar las dificultades.

3. Visión global del grupo, tanto en el conjunto de sus miembros como en el proceso
que se vive.

4. Capacidad de análisis.

5. Capacidad de previsión.

6. Responsabilidad a la hora de asumir su tarea, sobre todo al enfrentarse con


dificultades, tensiones o problemas.

7. Capacidad de trabajo en equipo.

8. Actitud y presencia de confianza y sinceridad.

9. Disponibilidad para el diálogo y para hacer de mediador en las tensiones.

10. Comprensión y aceptación de la persona del otro.

Podríamos resumir todas estas cualidades en una sola: capacidad de escucha: a cada
uno de los miembros del grupo (aspiraciones, necesidades, metas, dificultades...), al
grupo como “ser vivo” (momento vital, etapa del proceso en la que se encuentra,
necesidades, objetivos, tensiones...), al entorno que rodea al grupo (signos de los
tiempos, situación social, necesidades, estilos de vida...) y a Dios (¿qué quiere de
nosotros?, ¿cómo nos conduce?, ¿dónde o para quién nos llama?...). Se trata en
definitiva de hacerse uno con los demás.

Asimismo el líder debe procurar mostrar una serie de actitudes que ofrezcan al
grupo una cierta seguridad:

Preocuparse por las necesidades de cada uno (integración, participación y afecto)


haciéndose cercano, disponible y dispuesto a la escucha y al diálogo, e intentando
resolver, en la medida de lo posible, las tensiones surgidas...

Ayudar a la integración de cada uno dentro del grupo. Conocer a cada uno en
particular, hacerle partícipe y definir, en cuanto sea posible, su aportación al
proyecto y su responsabilidad. Relacionar sus necesidades con las del grupo y
ayudarle a realizar sus objetivos o a clarificarlos (según su momento vital, su
preparación...). Relacionar su tarea con la de cada uno de los otros miembros y
crear un espíritu de equipo en el que todos se sientan necesarios para lograr los
objetivos...

Valorar
 a cada uno por lo que es, procurar que cada uno se sienta importante, cuidar
los detalles, reconocer los logros de cada uno y su importancia dentro del proyecto,
saber escuchar a cada uno en particular...

Evaluar
 periódicamente su propio crecer como persona en todas las dimensiones y
su servicio al grupo: autoconocimiento, conocimiento de cada uno de los miembros
del grupo, proyecto, conocimiento de la realidad del grupo y de su entorno,
formación, cuidado de cada uno de los miembros del grupo, liderazgo como servicio
o como fuente de poder, motivaciones viciadas...

6. LOS ROLES DENTRO DEL GRUPO

El “rol” que cada miembro tiene en el grupo hace referencia al papel que desempeña
dentro del grupo, ya sea asignado por el propio grupo o bien debido a comportamientos
individuales de cada participante. Conforme se avanza en la vida del grupo cada
participante va asumiendo determinadas formas de actuar dentro del grupo (a menudo de
manera inconsciente), cada uno de los miembros del grupo puede vivir varios roles
durante el proceso del grupo (incluso a lo largo de una misma reunión).

Conocer el funcionamiento de los roles dentro del grupo nos ayudará a facilitar la
intervención de cara a mejorar su estructura interna y a promover una mejor organización
dentro del grupo mejorando su funcionamiento y desarrollo. Nos revelará también cuales
son los roles conflictivos para el grupo y cual es la mejor intervención posible.

Entre los roles que se dan dentro de un grupo podemos distinguir dos tipos:

Roles
 formales : se refieren a papeles de los que el grupo hace un reconocimiento
explícito y concreto, y que normalmente son asignados por el grupo a uno de los
participantes.

1. Educador facilita la participación de todos los miembros del grupo y la


consecución de los objetivos.

2. Secretario anota todo aquello que puede facilitar el trabajo del grupo: aspectos
fundamentales del diálogo, decisiones, compromisos, propuestas...

3. Observador está presente en el grupo sin intervenir en la reunión, cuando ésta


finaliza da su visión de los aspectos positivos y negativos que han sucedido.
Roles
 informales : se refieren a las posturas o papeles que cada uno asume ante el
grupo. Dentro de ellos podemos distinguir tres tipos: los que se orientan a la función
de producción del grupo, los que se orientan a la función de mantenimiento del
grupo y aquellos que dificultan la marcha del grupo

Papeles
 de producción :

1. Iniciador sugiere ideas o distintos puntos de vista al afrontar los problemas,


nuevos objetivos, nuevas formas de organizarse...

2. Informador aporta datos, experiencias, hechos, etc. de modo que oriente el


diálogo y la resolución de los problemas.

3. Opinante aporta opiniones, ideas, sugerencias, valores, etc. que ayudan al grupo
a conducir su tarea.

4. Evaluador enjuicia, valora la vida del grupo y su tarea, etc., de manera que lleva a
una actitud crítica al propio grupo.

5. Coordinador define dónde se encuentra el grupo respecto a los objetivos, señala


los puntos de partida y plantea la dirección que toma el grupo, resume, relaciona,
relanza...

6. Estimulador impulsa al grupo a la acción, de forma que se produzca mucho y


bien, con calidad humana.

7. Interrogador pregunta por los valores que hay tras las acciones y las sugerencias,
solicita aclaraciones y explicaciones a los problemas...

Papeles
 de mantenimiento :

1. Animador busca la participación de todos, la cohesión, crea relaciones de


cordialidad y solidaridad.

2. Conciliador actúa de mediador en las diferencias que surgen en el grupo, alivia la


tensión, busca lo que une, lo común.

3. Compromisario ofrece soluciones desde el acuerdo, incluso con alguna renuncia,


aceptando sus errores, adoptando posiciones intermedias antes que romper el
clima de unidad o bloquear situaciones.

4. Facilitador de la comunicación se preocupa por la participación de todos, estimula


al tímido, busca canales de comunicación...

Papeles
 que dificultan la marcha del grupo : Proponemos aquí intervenciones
posibles ante estos roles, teniendo muy presente que hemos de cuidar tanto al
grupo como al individuo en cada caso concreto. En algunos casos prevalecerá el
grupo ante el individuo y es por ello necesario que se establezca posteriormente un
dialogo con el sujeto en cuestión de cara a que integre la postura del educador y
del propio grupo (el acompañamiento personal se hace en estos casos muy
necesario).

1. Agresor minusvalora la posición de los demás, sus valores, acciones o


sentimientos, ataca al grupo o lo que está tratando, utiliza bromas ofensivas o
descalificaciones. Tratad de hacerle aislar por el grupo. Acompañamiento
personal urgente.

2. Bloqueador tiende a ser negativo, se opone sin razón, intenta que el grupo vuelva
sobre asuntos ya tratados. Devolvedle al tema, intentad que el grupo exprese lo
positivo.

3. Confesante utiliza al grupo como auditorio para expresar sentimientos e ideas


que no tienen nada que ver con el grupo. Devolvedle al tema. Acompañamiento
personal.

4. Saboteador hace ostentación de su falta de integración y lo manifiesta adoptando


posturas cínicas, haciendo bromas pesadas, mostrando indiferencia. Unid al
grupo contra él. Acompañamiento personal

5. Dominador trata de imponerse o de mostrar su superioridad manipulando al grupo


o a ciertos miembros. Detenedle con preguntas difíciles, reforzad la confianza del
grupo.

6. Víctima busca atraerse la comprensión de los demás, expresando su inseguridad


o desacreditándose. Procurad que no sea el centro de atención y que no
sentimentalice la reunión. Acompañamiento personal.

7. Charlatán habla de todo fuera de tema y de una forma incontenible, distrae a los
demás hace continuos apartes... Hay que pararle, pedirle que sea breve en sus
intervenciones, resumir su discurso y ceder la palabra a otro, si es necesario
atajarle sin rodeos.

8. Pedante habla de todo a todas horas y lo magnifica de forma dogmática, por


supuesto quiere imponer su opinión a todos. Detenedle mediante preguntas
difíciles, reforzad la confianza del grupo dando oportunidad a tratar el punto de
vista de los demás.

9. Tímido interviene poco, en algunos casos se desinteresa por todo quizás porque
se cree por debajo de los asuntos tratados. Hacedle preguntas fáciles, despertad
su interés pidiendo su opinión y valorando sus intervenciones, aumentad su
autoestima.

10. Discutidor busca la polémica, el llevarlo todo al campo de las ideas, muy
frecuentemente al protagonismo, se enzarza en ideas, puntualizaciones y
bloquea, desvía, aburre o intelectualiza todo. Separar lo bueno de sus
intervenciones y pasar a otro tema, habladle en particular. Acompañamiento
personal.
11. Intérprete se siente el intermediario justo, cree saber lo que el otro dice o quiere
decir, juzga sobre las personas o situaciones. Dadle la palabra al implicado y
permitir que cada uno exprese su opinión sin intermediarios.

12. Estrella busca cualquier oportunidad para destacar, para ser el protagonista y
acaparar la atención. Devolved la atención al grupo y si es necesario cortad sus
intervenciones.

El saber integrar positivamente a cada miembro del grupo nos ayudará enormemente a
lo largo del proceso y para ello el rol de cada uno y su forma de vivirlo y asumirlo tiene
una gran importancia ya que el modo en que cada uno desempeñe su papel dentro del
grupo va a condicionar la comunicación, la calidad del mensaje, la cohesión y la
capacidad de alcanzar los objetivos. Debemos, pues, situarnos ante nosotros mismos y
ante cada miembro del grupo para ver cuál es el rol con el que está funcionando y de qué
manera podemos potenciar los roles que nos ayudan y cambiar los roles que nos impiden
crecer, dando a cada uno su lugar dentro del grupo y del proyecto común que se quiere
vivir.

7. EL EDUCADOR

Como hemos visto en los distintos apartados del cuaderno, la figura del educador cobra
una especial importancia de cara al desarrollo del proceso del grupo, y especialmente en
las primeras etapas, donde su papel determinará en gran medida el buen funcionamiento
del grupo y su crecimiento.

Partimos de una visión del educador como aquella persona “enviada” (nuestra
actuación como educadores dentro del grupo nunca es a nivel particular, sino en el marco
de una comunidad que nos envía y de la cual nos hacemos testigos) a un determinado
grupo, de modo que lo cohesiona, lo impulsa y lo ayuda a caminar para lograr sus
objetivos (objetivos que, en nuestro caso, siempre tendrán como fin último el crecimiento
integral de la persona). No hablamos, por tanto, de la simple transmisión de unos
contenidos más o menos estructurados y presentados de forma didáctica, ni de la persona
excepcional, distinta de los demás miembros del grupo, sino de una persona
vocacionada, que como parte activa de una comunidad se siente enviado por ella para
animar y ayudar en el proceso de crecimiento de un grupo.

Este tipo de animación de grupos necesita una serie de actitudes para el desarrollo de
las funciones propias del educador dentro del grupo.

Actitudes
 básicas del educador.

Conocer
 y aceptar a las personas como son. No partir de juicios que anulen a las
personas ni de expectativas que las aprisionen. Trabajar con la realidad de cada
uno y ayudar a crecer con el convencimiento de la valía personal (oculta o
manifiesta) de cada miembro del grupo y de su aportación valiosa al proyecto
común.

Ayudar
 al grupo a tomar conciencia de su situación. En un primer momento el grupo
no puede ser autónomo y habrá que ayudarle a romper las dependencias y
favorecer un clima de auténtica comunicación, de forma que crezca en autonomía y
libertad y a partir de ahí afrontar la corresponsabilidad.

Aceptar
 ser cuestionado. Poner nuestros dones al servicio del grupo implica un
modelo de autoridad en el que es posible la comunicación en todos los sentidos, de
modo que nuestra función pueda ser cuestionada y evaluada por el propio grupo,
permitiendo a éste expresar sus necesidades y aspiraciones y replantear a partir de
ahí los objetivos, métodos y técnicas necesarios, así como los distintos roles de
cada uno y el modo de ejercerlos.

Confianza
 en sí mismo. No buscar el reconocimiento o la aceptación en base a
nuestras necesidades de imagen o afecto, sino centrar nuestra atención en las
necesidades del grupo de forma objetiva. Confiar en la tarea encomendada por la
comunidad de origen y en la idoneidad del proceso para alcanzar los objetivos
(creer en lo que hace).

Ser
 modelo de conducta. El educador es observado por los demás miembros del
grupo como ejemplo de comportamiento: debemos, por tanto, ofrecer una actitud
coherente entre lo que decimos y lo que vivimos, tenemos que ofrecer un testimonio
de vida reflejado en actitudes (escucha, tolerancia, alegría, compromiso,
disponibilidad, respeto, entrega, dialogo, unidad...) que se hagan patentes en cada
una de nuestras intervenciones dentro y fuera del grupo, de modo que los miembros
del grupo se sientan interpelados por nuestra conducta y sea referencia positiva
para ellos.

Potenciar
 los dones de cada uno. Al grupo le interesa que cada miembro encuentre
en la convivencia y en el compromiso grupal la posibilidad del desarrollo de sus
facultades y aptitudes personales. Para que los dones personales se desarrollen y
se pongan al servicio del grupo es necesario el reparto de responsabilidades de
modo que cada uno tenga una tarea en la cual pueda activar y ejercitar sus
capacidades. La creatividad del grupo radica en la riqueza de cada uno de sus
miembros. El educador siempre debe estimular, sacar lo positivo de cada situación y
de cada persona y nunca hundir al grupo o a alguno de sus miembros. Hay que
creer siempre en el otro.

Funciones
 básicas del educador.

Favorecer
 la comunicación. Crear un ambiente de confianza y sinceridad que
posibilite una autentica comunicación en todos los sentidos. No resolver las
cuestiones sino orientar para que sea el propio grupo quien las resuelva de forma
madura. Favorecer la participación de todos los miembros del grupo y neutralizar los
comportamientos negativos. Ayudar en la resolución de tensiones, buscando el
momento y la intervención adecuados. Cuidar la relación personal con cada uno de
los miembros del grupo y conocer su situación, sus necesidades y aspiraciones.

Favorecer
 la corresponsabilidad. No imponer nuestros criterios o puntos de vista al
grupo sino potenciar la autonomía de éste de forma madura y acorde con cada
etapa del proceso. No considerar el grupo como propiedad privada y abrirse a
experiencias de intercambio dentro y fuera del propio grupo. Estimular los dones de
cada uno de manera que encuentren cauces de participación y compromiso dentro
del grupo. Conectar sus aspiraciones y necesidades con los objetivos y el proyecto
del grupo.

Motivar.
 Lograr unos objetivos, contenidos y método coherentes entre sí, partiendo
desde la realidad y posibilidades del grupo. Proponer metas concretas y posibles
que abran horizontes nuevos y sean capaces de desarrollar lo mejor de cada uno de
los miembros del grupo y del grupo como tal.

Acercar
 la realidad. Ofrecer claves de interpretación crítica del entorno y del propio
grupo. Poner al grupo ante su propia realidad para que responda a las necesidades
del momento que vive. Relacionar la vida del grupo con el resto de la sociedad y
favorecer una actitud solidaria, de búsqueda de la verdad y capaz de transformar la
sociedad según el Evangelio.

Garantizar
 la unidad. Crear un clima fraternal entre los miembros del grupo. Velar por
la unión con la comunidad de la que es testigo y transmitir los criterios, objetivos y
proyecto de dicha comunidad de origen (que deben coincidir con los del educador,
al menos en las líneas fundamentales). Promover el encuentro y el intercambio con
otros grupos y con la comunidad de origen, de modo que quede de manifiesto el
proceso que se intenta seguir y que se establezcan referencias claras al proyecto
común que engloba a todos.

Podríamos enumerar muchas más funciones o actitudes básicas del educador, pero no
es el objetivo de este cuaderno que lo que pretende es situar al educador en el contexto
de la dinámica de grupos como un factor más a tener en cuenta y no como el tema de
estudio (para una información más específica ver el cuaderno de formación nº 1:
Evangelización y evangelizador y bibliografía). Para resumir cuál debería ser la actitud y
la función del educador recogemos dos frases de S. José de Calasanz : «...cuando los
alumnos ven amor de padre en el maestro e interés de su aprovechamiento van con
gusto a la escuela...» (EP. 2148) «...enseñando con el mismo afecto con que enseñaría
si viera que Dios le estaba mirando cuando enseña o cuando se prepara para enseñar.»
(EP. 1937).

¿QUE ES EL APRENDIZAJE COOPERATIVO?

Autor: David W. Johnson, Roger T. Johnson.


Aprender es algo que los alumnos hacen, y no algo que se les hace a ellos. El aprendizaje
no es un encuentro deportivo al que uno puede asistir como espectador. Requiere la
participaci6n directa y activa de los estudiantes. Al igual que los alpinistas, los alumnos
escalan mas fácilmente las cimas del aprendizaje cuando lo hacen formando parte de un
equipo cooperativo.

La cooperación consiste en trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes. En una situación
cooperativa, los individuos procuran obtener resultados que Sean beneficiosos para ellos
mismos y para todos los demás miembros del grupo. El aprendizaje cooperativo es el
empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para
maximizar su propio aprendizaje y el de los demás. Este método contrasta con el aprendizaje
competitivo, en el que cada alumno trabaja en contra de los demás para alcanzar objetivos
escolares tales corno una calificación de "10" que solo uno o algunos pueden obtener, y con el
aprendizaje individualista, en el que los estudiantes trabajan por su cuenta para lograr metas
de aprendizaje desvinculadas de las de los demás alumnos. En el aprendizaje cooperativo y
en el individualista, los maestros evalúan el trabajo de los alumnos de acuerdo con
determinados criterios, pero en el aprendizaje competitivo, los alumnos son calificados según
una cierta norma. Mientras que el aprendizaje competitivo y el individualista presentan
limitaciones respecto de cuando y como emplearlos en forma apropiada, el docente puede
organizar cooperativamente cualquier tarea didáctica, de cualquier materia y dentro de
cualquier programa de estudios.

El aprendizaje cooperativo comprende tres tipos de grupos de Aprendizaje. Los grupos


formales de aprendizaje cooperativo funcionan durante un período que va de una hora a
varias semanas de clase. En estos grupos, los estudiantes trabajan juntos para lograr objetivos
comunes, asegurándose de que ellos mismo y sus compañeros de grupo completen la tarea
de aprendizaje asignada. Cualquier tarea, de cualquier materia y dentro de cualquier progra-
ma de estudios, puede organizarse en forma cooperativa. Cualquier requisito del curso
puede ser reformulado para adecuarlo al aprendizaje cooperativo formal. Cuando se emplean
grupos formales de aprendizaje cooperativo, el docente debe: (a) especificar los objetivos
de la clase, (b) tomar una serie de decisiones previas a la enseñanza, (c) explicar la tarea y la
interdependencia positiva a los alumnos, (d) supervisar el aprendizaje de los alumnos e
intervenir en los grupos para brindar apoyo en la tarea o para mejorar el desempeño
interpersonal y grupal de los alumnos, y (e) evaluar el aprendizaje de los estudiantes y
ayudarlos a determinar el nivel de eficacia con que funcionó su grupo. Los grupos formales
de aprendizaje cooperativo garantizan la participación activa de los alumnos en las tareas
intelectuales de organizar el material, explicarlo, resumirlo e integrarlo a las estructuras
conceptuales existentes.

Los grupos informales de aprendizaje cooperativo operan durante unos pocos minutos hasta una
hora de clase. El docente puede utilizarlos durante una actividad de enseñanza directa (una
clase magistral, una demostración, una película o un video) para centrar la atención de los
alumnos en el material en cuestión, para promover un clima propicio al aprendizaje, para crear
expectativas acerca del contenido de la clase, para asegurarse de que los alumnos procesen
cognitivamente el material que se les esta enseñando y para dar cierre a una clase. La actividad
d e estos grupos informales suele consistir en una charla de tres a cinco minutos entre los
alumnos antes y después de una clase o en diálogos de dos a tres minutos entre pares de
estudiantes durante el transcurso de una clase magistral. Al igual que los grupos formales de
aprendizaje cooperativo, los grupos informales le sirven al maestro para asegurarse de que los
alumnos efectúen el trabajo intelectual de organizar, explicar, resumir e integrar el material a las
estructuras conceptuales existentes durante las actividades de enseñanza directa.
Los grupos de base cooperativos tienen un funcionamiento de largo plazo (por lo menos de
casi un año) y son grupos de aprendizaje heterogéneos, con miembros permanentes, cuyo
principal objetivo es posibilitar que sus integrantes se brinden unos a otros el apoyo, la ayuda, el
aliento y el respaldo que cada uno de ellos necesita para tener un buen rendimiento escolar.
Los grupos de base permiten que los alumnos entablen relaciones responsables y duraderas
que los motivaran a esforzarse en sus tareas, a progresar en el cumplimiento de sus obligaciones
escolares (como asistir a clase, completar todas las tareas asignadas, aprender) y a tener un
buen desarrollo cognitivo y social.

El docente que emplee reiteradamente los grupos formales, los informales y los de base
adquirirá un grado tal de práctica que podrá estructuras situacionales de aprendizaje
cooperativo en forma automática, sin tener que idearlas ni planificarlas conscientemente.
Podrá entonces utilizar correctamente el aprendizaje cooperativo durante todo el resto de su
actividad docente.

¿CÓMO SE SABE SI UN GRUPO ES COOPERATIVO?

No hay nada mágico en el trabajo en grupo. Algunos tipos de grupos facilitan el aprendizaje
de los alumnos y mejoran la calidad de vida en el aula. Otros entorpecen el aprendizaje y
provocan insatisfacciones y falta de armonía en la clase. Para manejar con eficacia los grupos
de aprendizaje, el docente debe saber qué es y qué no es un grupo cooperativo.

1. El grupo de pseudoaprendizaje: en este caso, los alumnos acatan la directiva de


trabajar juntos, pero no tienen ningún interés en hacerlo. Creen que serán evaluados según la
puntuaci6n que se asigne a su desempeño individual. Aunque en apariencia trabajan en forma
conjunta, en realidad están compitiendo entre si. Cada alumno ve a los demás como rivales a
derrotar, por lo que todos obstaculizan o interrumpen el trabajo ajeno, se ocultan información,
tratan de confundirse unos a otros y se tienen una mutua desconfianza. Como consecuencia, la
suma del total es menor al potencial de los miembros individuales del grupo. Los alumnos
trabajarían mejor en forma individual.

2. El grupo de aprendizaje tradicional: se indica a los alumnos que trabajen juntos y ellos se
disponen a hacerlo, pero las tareas que se les asignan están estructuradas de tal modo que no
requieren un verdadero trabajo conjunto. Los alumnos piensan que serán evaluados y
premiados en tanto individuos, y no como miembros del grupo. Sólo interactúan para aclarar
cómo deben llevarse a cabo las tareas. Intercambian información, pero no se sienten motivados
a enseñar lo que saben a sus compañeros de equipo. La predisposición a ayudar y a compartir es
mínima. Algunos alumnos se dejan estar, a la espera de sacar partido de los esfuerzos de
sus compañeros más responsables. Los miembros del grupo que son más responsables se sienten
explotados y no se esfuerzan tanto como de costumbre. El resultado es que la suma del total es
mayor al potencial de algunos de los integrantes del grupo, pero los estudiantes laboriosos y
responsables trabajarían mejor solos.

3. El grupo de aprendizaje cooperativo: a los alumnos se les indica que trabajen juntos y
ellos lo hacen de buen grado. Saben que su rendimiento depende del esfuerzo de todos los
miembros del grupo. Los grupos de este tipo tienen cinco características distintivas. La
primera es que el objetivo grupal de maximizar el aprendizaje de todos los miembros
motiva a los alumnos a esforzarse y obtener resultados que superan la capacidad
individual de cada uno de ellos. Los miembros del grupo tienen la convicción de que
habrán de irse a pique o bien salir a flote todos juntos, y que si uno de ellos fracasa, entonces
fracasan todos. En segundo lugar, cada miembro del grupo asume la responsabilidad, y hace
responsables a los demás, de realizar un buen trabajo para cumplir los objetivos en común.
En tercer lugar, los miembros del grupo trabajan codo a codo con el fin de producir
resultados conjuntos. Hacen un verdadero trabajo colectivo y cada uno promueve el buen
rendimiento de los demás, por la vía de ayudar, compartir, explicar y ablentarse unos a otros.
Se prestan apoyo, tanto en lo escolar como en lo personal, sobre la base de un compromiso y
un interés recíprocos. En cuarto lugar, a los miembros del grupo se les enseñan ciertas formas de
relación interpersonal y se espera que las empleen para coordinar su trabajo y alcanzar sus
metas. Se hace hincapié en el trabajo de equipo y la ejecución de tareas, y todos los miembros
asumen la responsabilidad de dirigir el proceso. Por último, los grupos analizan con que
eficacia están logrando sus objetivos y en que medida los miembros están trabajando juntos
para garantizar una mejora sostenida en su aprendizaje y su trabajo en equipo. Como
consecuencia, el grupo es más que la suma de sus partes, y todos los alumnos tienen un mejor
desempeño que si hubieran trabajado solos.

4. El grupo de aprendizaje cooperativo de alto rendimiento: este es un tipo de grupo que


cumple con todos los criterios requeridos para ser un grupo de aprendizaje cooperativo y,
además, obtiene rendimientos que superan cualquier expectativa razonable. Lo que los
diferencia del grupo de aprendizaje cooperativo es el nivel de compromiso que tienen los
miembros entre si y con el éxito del grupo. Jennifer Futernick, quien forma parte de un
equipo de respuesta rápida y alto rendimiento de la empresa McKinesy & Company, sostiene
que el sentimiento que une a sus compañeros de equipo es una forma de amor (Katzenbach y Smith,
1993). Ken Hoepner, del equipo intermodal de Burlington Northern (también descrito por
Katzenbach y Smith, 1993), declaro lo siguiente: "No solo confiábamos unos en otros, no solo
nos respetábamos mutuamente, sino que a cada uno le importaban mucho los demás miembros
del equipo. Si veíamos que alguno estaba pasando por un mal momento, no vacilábamos en
ofrecerle ayuda". El interés de cada miembro en el crecimiento personal de los demás hace
posible que estos grupos cooperativos de alto rendimiento superen las expectativas, y que sus
integrantes disfruten de la experiencia. Por desdicha, si bien es comprensible, los grupos de alto
rendimiento son muy escasos, porque la mayoría no llega a alcanzar este nivel de desarrollo.

Para emplear con eficacia el aprendizaje cooperativo, hay que tener en cuenta que no todos
los grupos son cooperativos. La curva de rendimiento del grupo de aprendizaje muestra
que el rendimiento de cualquier grupo reducido depende de como este estructurado
(Katzenbach y Smith, 1993). Agrupar a varias personas en la misma habitación y decir que eso
es un grupo cooperativo no basta para que lo sea. Los grupos de estudio, los equipos de
investigación, los talleres de trabajo y los grupos de lectura son grupos, pero no
necesariamente cooperativos. Aun con las mejores intenciones, un docente puede terminar por
tener grupos de aprendizaje tradicionales en su aula, en lugar de grupos cooperativos. Uno de
las principales aspectos de su tares es integrar a los alumnos en grupos de aprendizaje,
diagnosticar en que punto de la curva de rendimiento se encuentran los grupos, fortalecer los
elementos básicos de la cooperación y hacer avanzar a los grupos hasta que lleguen a ser
realmente cooperativos.

Das könnte Ihnen auch gefallen