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LICENCIATURA EN DERECHO

SEMIESCOLARZADO

NOMBRE DE LA MATERIA:
DERECHO PENAL I

NOMBRE DEL DOCENTE:


DR. ROGELIO BARBA ÁLVAREZ

NOMBRE DEL ALUMNO:


SAÚL ARTURO GARCÍA ZAÑUDO

GRADO
to
4 SEMESTRE

GRUPO
D
Personería Jurídica:

1.- Nombre o razón social

2.- Domicilio Fiscal incluyendo código postal y teléfono

3.- Nombre del representante legal incluyendo cargo y grado profesional

4.- Fecha de elaboración de la personería

5.- Firma del representante legal, anteponiendo “P.P.” que significa “Por Poder”

REPORTE DE LECTURA “TRATADO DE LOS DELITOS Y DE LAS PENAS”


CESARE BECCARIA
“De los delitos y de las penas” de Cesare Beccaria, es un tratado trascendental que
marca la historia del derecho penal y nos expone las carencias judiciales, que se
carecían en aquel entonces, hablamos del siglo XVII.
Beccaria expone las deficiencias legales de esa época, al igual que hace su aporte
con el fin de minimizar todas esas deficiencias y consolidar una legislación justa y
efectiva, que las penas y los códigos sean pre-establecidos para así no dejar toda
la carga al arbitrio del juez.
Los capítulos 1 y 2 se enfocan en el origen de las penas y el derecho a castigar. El
primer capítulo básicamente nos habla acerca del porqué son necesarias las penas,
cuáles fueron los motivos por los cuales estas existen, mientras que en el segundo
capítulo nos habla del derecho que se le concede al Estado para poder ejercer dicha
acción, con la finalidad de mantener el orden. Mientras que en el Segundo, nos
expone la necesidad de la cual se desprende el Derecho de castigar, que es
necesario para mantener el orden y la seguridad social.
Después en el capítulo 3, se enuncian las consecuencias que tuvieron los principios
de Beccaria. Uno de estos principios es el que establece que solamente las penas
pueden determinar la sentencia y en ningún momento se queda al arbitrio directo
del Juez. Por otra parte, otra de las consecuencias que se dan es que todos los
particulares que mantienen un contrato con la sociedad, por lo que este, mantiene
una relación con los demás particulares que los obliga a ambos.
En los siguientes dos capítulos, se abordan dos temas muy importantes, la
interpretación de las leyes y la oscuridad de las leyes. Es importante mencionar que
la interpretación llevada a cabo por el juez es en base a lo que anteriormente el
legislador ha impuesto, el papel del juez es interpretar el caso y dictaminar un
parámetro entre las sentencias establecidas para así no caer en una mala
interpretación. Tal y como lo pudimos observar en el siguiente capítulo, por lo que
es importante que el juez comprenda la importancia de su tarea, ya que su
resolución tiene que ser justa ante las pruebas proporcionadas.
Los dos capítulos que siguen tocan aspectos fundamentales de las penas, su
proporcionalidad respecto a las penas y los errores de la graduación de las penas.
La primera es una parte que nos interesa por la repercusión que esto trae respecto
a reducir los índices de delitos. El hecho de contar un sistema de penas proporcional
no solamente es justo para la sociedad, sino también para el infractor, quien será
acreedor de la pena correspondiente, lo que ocasiona un efecto dominó que provoca
una ola de tranquilidad. En el otro capítulo nos habla acerca de la importancia de la
graduación de los delitos, ya que había personas que formulaban sus graduaciones
respecto a la figura del afectado, otros aspectos a los daños materiales
ocasionados, cuando estos deben de tener una graduación de acuerdo con la
gravedad del daño ocasionado.
En la división de los delitos pudimos estudiar de los Del honor, De los duelos y de
la Tranquilidad pública. Al querer cimentar una legislación penal concisa, tuvieron
que dividir los delitos en estas tres clases, los del honor que se refieren a los delitos
en los que el despotismo de la época hace una clara aparición, lo de los duelos,
eran encuentros privados a muerte en los que la anarquía de las leyes se hace
presente, y por último, los de la tranquilidad pública, que como su nombre bien lo
dice, son aquellos delitos que causan una perturbación a la paz social que impera
en el lugar donde se cometió. Después, en el fin de las penas, encontramos que su
misión no se basa en atormentar o afligir a un sujeto, sino en que este resarza el
daño cometido y aprenda la lección, esto también sirviendo de ejemplo para que las
demás personas no cometan el mismo error.
El aspecto de los testigos es algo indispensable en todo sistema judicial, ya que,
establecer la credibilidad de los testigos y de las pruebas es algo necesario para
que esta figura pueda aparecer. La credibilidad puede ganar o perder credibilidad
tomando en cuenta la relación que existe entre el reo y el testigo, puesto que esta
podría llegar a ser un factor. Otro aspecto importante por mencionar acerca de los
testigos es que estos únicamente aparecen cuando el juicio es por acciones y no
por palabras, ya que es la presencia y su mirar, lo que lo acreditaba como testigo.
El libro también aborda el tema de los indicios y las formas de juicio. La fuerza de
los indicios del delito se mide conforme a las pruebas que son presentadas, cuando
las pruebas son dependientes es más difícil demostrar la existencia del delito, en
cambio cuando las pruebas son independientes pasa lo contrario, ya que cada
prueba aporta indicios claros del delito. Existen también dos tipos e prueba, las
perfectas e imperfectas. Las primeras son aquellas que demuestran la culpabilidad
o inocencia de manera directa y con esa única prueba de respaldo, en cambio las
segundas no, estas tienen que conformar una prueba perfecta para poder adquirir
credibilidad, por sí solas no la tienen.
Las acusaciones secretas también fueron abordadas, ya que hablamos de su
naturaleza que estuvo presente en los sistemas monárquicos, ya que las
acusaciones secretas buscan el beneficio directo o indirecto para el calumniador.
Son secretas por los fines con los que son realizados, y en caso de ser descubierto
el calumniador, será castigado con la pena del acusado.
La tortura es un medio utilizado en durante el proceso para hacer confesar al
acusado de los delitos que este haya cometido. La tortura es una de las prácticas
más antiguas de nuestra civilización y las formas de justificarlas son bárbaras.
Puedes ser expuesto a tortura cuando al ser detenido caíste en contradicciones en
el careo, para la purgación de la infamia o para conocer a todos los demás posibles
involucrados.
Hubo momentos en los cuales las penas se resumían a una sanción pecuniaria, ya
que los intereses que estos representaban eran lo primordial para la autoridad.
Antes el reo se enfrentaba al fisco y no a la autoridad como la conocemos ahora, su
único fin era apoderarse de todo lo posible, por lo que el culpable no se convertía
en reo, sino más bien en un deudor del fisco. Hay que mencionar que la labor del
juez no era velar por la justicia y el bien social, sino por lo lucrativo.
El libro nos habla también de la contradicción que existe entre el juramento que
hace el inculpado de decir la verdad y su deseo de que la verdad no sea descubierta;
de la prontitud de la pena que sirve como un acelerador de procesos, lo que nos
dirá si el reo es culpable o no lo es, ya que en caso de no serlo la situación sería
más incómoda; respecto a los hurtos existen dos tipos de sanciones, las serviles y
las corporales, y son las primeras las que obligan al culpable a trabajar para el
afectado en calidad de esclavo (cuando el delito se cometió sin violencia) mientras
que las segundas son la cárcel (cuando el delito se cometió con violencia); también
menciona a la infamia que priva al reo de los votos públicos, de la confianza de la
gente y de la fraternidad social; a los ociosos que son personas que perturban la
paz pública, que no son productivos para la sociedad.
En tanto a la dulzura de las penas se refiere, es que una pena obtenga su efecto,
basta que el mal de ella exceda al bien que nace del delito, y en este exceso de mal
debe ser calculada la infalibilidad de la pena y la pérdida del bien que el delito
produciría.
Para Beccaria la pena de muerte es una medida inútil ya que los hombres no han
aprendido de esta nunca. Realmente no causa un efecto positivo en la sociedad,
sino más bien la hace perder el sentido humanista. La pena de muerte es aplicable
cuando el reo represente un peligro latente para la nación o cuando su existencia
pudiese provocar una revolución en el país. Fuera de estos casos es inútil privar de
la vida al reo.
Pudimos leer acerca del delito del suicidio, que como tal no cuenta con pena por
obvias razones, y para el estado era favorecedor, ya que significaba más bienes
para el fisco; el contrabando por su parte iba contra la soberanía y la autoridad
nacional, por lo que las penas eran serviles únicamente; el asilo que se diferencia
muy poco de la impunidad, y es que hay que hacer mención de que entre las
relaciones debe existir la relación recíproca para entregarse reos que se encuentren
en su territorios para mantener el poder de la justicia en todos los lugares posibles;
y respecto a la talla se llega a la conclusión de que es una práctica poco sana tanto
para el Estado como para sus ciudadanos, ya que son expuestos ambas partes,
unos como incitadores y otros como sujetos activos.
A mi parecer el libro es muy importante, ya que nos deja una muestra clara de la
visión que tenía Beccaria respecto de los delitos y las penas. Entiendo la visión de
Beccaria como la complementación y solidificación de un sistema normativo penal,
ya que, según él, todo debía de estar positivado, para así no dejar todo
completamente al arbitrio del juez.
Algo que él enfatiza mucho a lo largo del libro es la importancia de que el culpable
reciba una pena justa y que vaya de acuerdo con el delito cometido, ya que la tiranía
a la hora de dictar una pena no es un elemento beneficioso para la finalidad de las
penas, que son resarcir el daño, enseñar con el ejemplo y reintegrar a la persona a
la sociedad.
Tengo que decir que estoy un tanto asombrado por la postura de Beccaria respecto
al uso de la tortura y la barbarie para llegar a la verdad, más para la época, ya que
el pensamiento del aquel entonces era completamente otra. Otra cosa en la que
estoy de acuerdo con Beccaria es que las penas no deben de ser despiadadas,
deben resarcir el daño ocasionado y acabar, para que así se pueda cumplir con el
fin.
Puedo decir que el libro me pareció sumamente adelantado para su época, y sin
duda alguna es una obra literaria que todos deberíamos de tomarnos la molestia de
leer.

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