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INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

En 1º de Bachillerato estudiamos la filosofía en un sentido amplio y general, pasando por algunos de los
grandes asuntos que inquietan al ser humano (¿qué es la realidad, el conocimento, la verdad, el bien, la
justicia...?), pero recurriendo a los autores de una manera no cronológica y salteada. Ahora, nos toca hacer
un viaje desde los albores del pensamiento racional hasta nuestros días y realizar, así, una especie de
'biografía' de la filosofía occidental estableciendo sus etapas, los temas tratados más relevantes y los grandes
protagonistas que azuzaron la llama del saber con su curiosidad.

Para ello, comenzamos dividiendo la historia de los últimos dos milenios en las cuatro etapas en las que,
corrientemente, se estudia la historia en general. Haremos coincidir las fases de la Historia de la Filosofía
con esos mismos períodos y hablaremos por tanto de Filosofía Antigua, Filosofía Medieval, Filosofía
Moderna y Filosofía Contemporánea:

Filosofía Antigua (desde el siglo -VI hasta el siglo IV): Incluye la filosofía llamada “clásica” (presocráticos,
Sócrates y sofistas, Platón y Aristóteles) y el helenismo (escuelas filosóficas como el epicureísmo, el
estoicismo o el escepticismo, así como el helenismo científico).

Filosofía Medieval (desde el siglo V hasta el siglo XIV): Incluye la patrística (que hace confluir el
cristianismo y el neoplatonismo y tiene a Agustín de Hipona como máximo exponente) y la escolástica
(muy influida por Aristóteles y en la que destaca Tomas de Aquino). También aquí habrá aportaciones
importantes del pensamiento árabe y judío.

Filosofía Moderna (desde el siglo XV hasta el siglo XVIII): Tras el Renacimiento y al calor de la revolución
científica, Descartes es el primer gran filósofo de la modernidad. 'Racionalismo' (Descartes, Spinoza,
Leibniz) y 'empirismo' (Locke, Hume) serán las corrientes más relevantes, que prepararán el terreno al
pensamiento de Kant.

Filosofía Contemporánea (siglos XIX y XX): Autores como Marx, Nietzsche o Freud pertenecen a este
periodo. Surge una gran diversidad de corrientes. En el siglo XX, dos de las más importantes serán el
existencialismo y la filosofía analítica.

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ARISTÓTELES
Aristóteles es probablemente el primer pensador occidental que hace un intento por indagar en todas las
ramas del saber con rigor y sistematicidad. Recordemos la metáfora que Colomer recoge de Arquíloco: el
'zorro' olisquea, pasa por todos los lugares obteniendo una visión superficial de muchas cosas. El 'erizo' se
limita a explorar algún lugar concreto, pero lo conoce en gran profundidad. Aristóteles sería 'zorro' y
'erizo' a la vez, pues estudió una amplísima variedad de asuntos (zoología, física, lógica, ontología, retórica,
ética, política...) y lo hizo con un gran rigor. Tanto es así que, aunque ahora podamos considerar superadas
algunas de sus aportaciones, fue considerado una autoridad casi indiscutible durante varios siglos.

Vida (-384, -322)

Origen y educación

Aristóteles nació en Estagira, una pequeña ciudad en la península


calcídica. Su padre era el médico oficial de la corte de Macedonia,
una de las mayores potencias de la zona con la que Atenas mantenía
una cierta rivalidad. Aristóteles recibirá inicialmente la rigurosa
educación propia de los médicos (recordemos que por parte
materna también tenía ascendencia en dicho gremio).

Academia

Cuando Aristóteles tiene 17 años viaja a Atenas y continúa su formación en el mayor centro de aquél
tiempo, la Academia de Platón. Allí estudiará y enseñará durante 20 años bajo la influencia de su maestro.
Sus contribuciones a la retórica proceden de este período, (en la Academia platónica hubo un esfuerzo por
combatir las ideas del sofista Isócrates y su escuela).

Viajes y maestro de Alejandro Magno

Antes de morir, Platón nombró como siguiente director de la Academia a un sobrino suyo y no a
Aristóteles. Ante las hostilidades que se vivían entre atenienses y macedonios, Aristóteles decide
abandonar Atenas y realizar diversos viajes. En este período desarrolla nuevas inquietudes e intereses.
Poco a poco su pensamiento irá alejándose del de su antiguo maestro. En -342 el rey de Macedonia le pide
que sea el maestro de Alejandro Magno, a lo que Aristóteles accede. Será preceptor de Alejandro hasta que
este tenga que tomar las riendas del reino.

Recordemos que Aristóteles siempre vivió en esa tensión entre el vínculo personal que siempre tuvo con
Macedonia (su padre médico de la corte, él amigo del rey Filon II y maestro de Alejandro...) y el gran
vínculo intelectual que le unía a Atenas, la ciudad de la filosofía. Esta tensión será clave al final de su vida.

El Liceo

Las exigencias militares hicieron que la enseñanza a Alejandro se interrumpiera y nuestro filósofo vuelve a
Atenas. Una vez allí, en lugar de regresar a la Academia, decide crear su propio centro de enseñanza, el
Liceo. En este período escribió la mayoría de las obras que conocemos. El carácter sistematizador de su
pensamiento y el rigor de sus razonamientos le harían pasar a la historia como el filósofo más importante

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del mundo clásico junto con Platón. Ahora Aristóteles posee un pensamiento propio que se diferencia del
de su maestro en muchos aspectos.

Cuando Alejandro Magno muere, las tensiones en Atenas frente a los macedonios se agudizan. Todos
conocían el vínculo personal con los macedonios que Aristóteles mantenía, y ante el riesgo de que se
cometiera “el segundo crimen contra la filosofía” (el primero fue la muerte de Sócrates), Aristóteles huyó a
la isla de Eubea, donde moriría en -322.

Obras

Así como de Platón lo que conocemos son diálogos (textos con vocación divulgativa concebidos para
transmitir ideas), los que tenemos de Aristóteles son tratados sistemáticos y en ocasiones de exigente
lectura.

Aristóteles escribió dos tipos de obras: las 'exotéricas', publicadas y escritas para ser leídas por sus alumnos,
y las 'esotéricas' o internas, que eran los apuntes personales que él utilizaba. Son éstas últimas las que se
nos han conservado.

Pensamiento

Como ya hemos comentado, Aristóteles realizó contribuciones a todas las ramas de la filosofía. Aquí nos
limitaremos a señalar algunos puntos clave de sus ideas en metafísica/ontología, epistemología, lógica y
ética.

Metafísica

Aristóteles nunca utilizó la palabra 'metafísica' para referirse a la ontología o estudio del ser (de lo que
existe). El nombre surgió a raíz de la ordenación de las obras aristotélicas por parte de Andrónico de Rodas.
Algunas de ellas eran de sencilla clasificación (zoología, ética, política, retórica, física...) pero había 14
libros que no parecían encajar claramente en ningún campo. Se trataba de un conjunto de libros
heterogéneo que hablaban de la realidad pero de un modo profundo y abstracto que se diferenciaba del
estudio descriptivo y concreto propio de la física. En la edición de Andrónico, se colocaron detrás de los
libros de física, “más allá de los de la física”, “Metà ta fisicá”. De ahí que este origen anecdótico de la
palabra “metafísica” mantenga cierto sentido metafórico para hablar de las reflexiones filosóficas en torno a
lo que existe.

Lo que tratará de estudiar Aristóteles aquí es “el ser en tanto que ser”. Mencionaremos algunos de sus
aportes a este campo:

La polémica Heráclito / Parménides

Como vimos en el estudio de los presocráticos, existía en aquel tiempo una discusión intelectual acerca de
la idea de “cambio”. Heráclito afirmaba que “todo fluye”, que todo es cambio, que “no podemos bañarnos
dos veces en el mismo río” (al volver, el agua no será la misma, ni yo tampoco). Por el contrario,
Parménides sostenía que el cambio es imposible, por que “el ser es, y el no ser no es, y no cabe que sea”. El
cambio implicaría que algo que “es” pase a no ser, o que algo que “no es” pase a ser, y esto no es posible 1.

1 Aunque ahora nos pueda parecer trivial esta discusión, hay que tener presente que el idioma griego de aquel tiempo tenía

3
Aristóteles intentará arrojar luz sobre esta cuestión, intentando aclarar en qué consiste “ser” algo.

Hilemorfismo

Para Aristóteles todo lo que vemos está constituido por materia y forma, teoría que conocemos como
hilemorfismo (del griego 'hyle', -bosque, madera, y luego materia- y 'morphé' -forma). Imaginemos una
estatua de Zeus de mármol. Dicha cosa está formada por su materia (el mármol de que está hecha) y por su
forma (la forma que le hace ser una estatua). Hay cosas que pueden cambiar (al producirse una
modificación de su forma) sin dejar de tener la misma materia.

Ser en acto / Ser en potencia

Parménides decía que algo que “no es” no puede llegar a ser. Aristóteles precisa que hay cosas que no son,
pero que pueden llegar a ser. Por ejemplo, una semilla es una semilla. Pero una semilla, ¿es un árbol? No es
un árbol, pero tiene algo de árbol, pues en él se puede convertir. Es una semilla “en acto” pero es un árbol
“en potencia”. Del mismo modo, un huevo “en acto” es un pollo “en potencia”, puesto que se puede
convertir en él. Igualmente, un “embrión” en acto es un ser humano “en potencia”. Así, hay cosas que
pueden cambiar sin dejar de ser lo que eran (en potencia).

Las cuatro causas

Aristóteles considera que para comprender algo hemos de conocer sus cuatro causas. Dos de estas causas
son intrínsecas (material y formal) y dos extrínsecas (eficiente y final).
La causa material: la sustancia de que está hecha
La causa formal: la idea, patrón o forma que adquiere
La causa eficiente: su agente, ¿quién?
La causa final: su fin, ¿para qué es?

Veamos un ejemplo: una camiseta


Causa material: el algodón de que está hecha
Causa formal: la forma que adquiere la tela
Causa eficiente: la costurera que la confecciona
Causa final: cubrir nuestro torso y brazos

Teleologismo

El teleologismo es la consideración según la cual todo tiene un fin. Para Aristóteles es muy importante
conocer cuál es el fin de las cosas (esto tendrá mucha importancia también en la ética, como veremos). Si
queremos entender, por ejemplo, la lluvia, podríamos decir que consiste en la condensación de ciertas
gotas de agua en la atmósfera que por su propio peso caen a la superficie terrestre. Para Aristóteles esto será
insuficiente. Para entender “la lluvia” hemos de buscar su fin. La explicación de la lluvia está en que es
necesaria para la vida de plantas y animales.

una misma palabra (kinesis, recordemos la energía “cinética”) para referirse al cambio como transformación (la manzana
verde “cambia” -se transforma- en una manzana marronácea tras el pudrimiento) y al cambio como movimiento (Aquiles
“cambia” -se desplaza- cuando corre tras la tortuga). Zenón de Elea, el ingenioso discípulo de Parménides, intentó demostrar
en una de sus paradojas la imposibilidad lógica del cambio como movimiento, defendiendo así también la imposibilidad del
cambio en general.

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Primer motor inmóvil

Aristóteles observa que cuando algo se mueve, se mueve por algo. Ese algo es el motor que causa el
movimiento. Pero a su vez, ese motor tiene su movimiento en otro motor. E igualmente, este motor tiene
otro motor que lo mueve, y así sucesivamente. Aristóteles cree que no podemos llegar hasta el infinito y
que ha de haber, en un momento del tiempo, un “primer motor inmóvil”. Algo que no se mueva (pues de
ser aí habría otro motor que causa su movimiento y no sería 'primero') y que sea motor (pues ha de haber
un primer movimiento).

Epistemología

Aristóteles decía que era “amigo de Platón”, pero que era “más amigo de
la verdad”. Esto expresa el carácter independiente del pensamiento
aristotélico que diferirá del de su maestro en diversos puntos, entre los
que está la epistemología o teoría del conocimiento.

Para Platón conocer es recordar (reminiscencia) y los sentidos no nos


proveen de una información fiable puesto que nos aproximan un
“mundo sensible” que no es el verdadero, “el mundo de las formas” o “de
las ideas”. Aristóteles, sin embargo, revaloriza los sentidos y entiende
que todo lo que conocemos pasa necesariamente por lo que percibimos gracias a ellos. Así, para conocer
algo tendremos que observar los datos de que nos abastece la experiencia (conocimiento concreto) y luego
profundizar mediante nuestro entendimiento y abstracción (conocimiento universal).

Lógica

Las aportaciónes de la lógica aristotélica han sido cruciales en la historia del pensamiento, hasta el punto
de que incluso Kant llegó a decir que “la lógica nació perfecta”. Aunque hoy sabemos que esto es una
exageración (ya que la lógica matemática ha venido a extender esta disciplina, de la que su versión
aristotélica es ya sólo una parte), Aristóteles fue su gran fundador.

Para él la lógica es una herramienta, un instrumento. Es la ciencia de la razón. Aunque no nos aporta
conocimiento directo del mundo (cosa que sí hacen las ciencias empíricas tales como la biología, la
zoología, la física, la química...) es una ciencia que necesitan todas las demás ciencias. Trazaremos
brevemente algunas de sus aportaciones.

Los elementos más básicos de los razonamientos son las


proposiciones, es decir, las frases que las personas
decimos, que pueden ser verdaderas o falsas.
Estableciendo relaciones lógicas entre estas
proposiciones, podemos construir razonamientos y
argumentos válidos. Aristóteles comienza por clasificar
los tipos de proposiciones que podemos utilizar, y lo
hace siguiendo dos criterios: cantidad y calidad.

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Cuando éstas proposiciones se relacionan entre sí se construyen los “silogismos”, es decir, razonamientos
elementales que constan de dos premisas y una conclusión2.

Ejemplo:

Todo ser humano es mortal


Sócrates es ser humano
- - - - - - - - - - - - -
Sócrates es mortal

Los razonamientos se pueden “formalizar”, permitiéndonos estudiar su validez con independencia del
contenido semántico (tal y como hicimos en Filosofía de 1º). Así, el razonamiento anterior se formalizaría
del siguiente modo:

M es P → premisa mayor
S es M → premisa menor
- - - -
S es P → conclusión

donde M equivale a “ser humano” (término medio), S equivale a “ser Sócrates” (término menor) y P
equivale a “ser mortal” (término mayor).

Ética

También en la ética nuestro filósofo hizo aportaciones importantes, recogidas sobre todo en su obra “Ética
a Nicómaco”. Su postura se conoce como “eudemonismo”, término procedente de la palabra griega
eudeimonia que significa “felicidad”.

La ética es el estudio del “bien”, es decir, de si las acciones individuales que realizamos las personas son
correctas o no. Para nuestro autor esto no es una ciencia (como lo es la física, la lógica, la biología) sino que
es algo práctico y no teórico.

El bien de algo es su fin. El bien de la medicina es curar, el bien de la carpitería construir objetos de
madera, el bien de la industria naval hacer barcos. Así, el bien no es algo que exista “en sí mismo”, tal y
como creía Platón, sino que es una propiedad de las cosas: su fin (vuelve aquí el “teleologismo”).

Existen fines que en realidad son medios para otros fines. Por ejemplo, el fin de un trozo de madera puede
ser convertirse en una cuchara. El fin de la cuchara es recoger alimento líquido. El fin de recoger alimentos
líquidos es nutrir nuestro cuerpo. El fin de nutrir nuestro cuerpo es poder vivir...

Para el ser humano, ¿cual es el fin último, es decir, el fin que no es medio de ningún otro fin? La felicidad.
Y, ¿qué es la felicidad? No son las riquezas, pues eso sólo son fines intermedios (nos sirven para comprar
2 Existen dos tipos de razonamientos, los inductivos (que a partir de la verdad de los casos concretos inducen la verad de una
regla general con una cierta probabilidad) y los deductivos (que a partir de la verdad de una norma general deducen la
verdad de los casos particulares de forma necesaria). Aristóteles dará aquí preponderancia a la deducción, de ahí que se
utilice el término “silogismo deductivo”.

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cosas). No son los placeres (pues hay placeres que nos dañan, como un empacho de chucherías, y cosas no
placenteras que nos benefician, como una operación quirúrgica). Aunque las riquezas y el placer son
necesarios para ser felices, no bastan. Tampoco el honor es suficiente.

¿Qué es lo que constituye entonces la verdadera felicidad? Para Aristóteles “todos los seres humanos
desean saber”. La actividad intelectiva será fundamental, pues es lo que nos diferencia de otros seres
animados (plantas o animales). Y el cultivo de nuestro intelecto se concreta en el campo de la ética en la
“virtud” palabra con la que traducimos la griega “areté”.

Existen dos tipos de virtudes:

-Las virtudes dianoéticas o intelectuales (como la prudencia, el arte, la sabiduría, la ciencia, la inteligencia
intuitiva...)

-Las virtudes éticas (que nos orientan en la acción)

¿Dónde se encuentra la virtud según Aristóteles?


En el término medio entre los vicios por defecto y por exceso. Así en el término medio entre el
defecto de la cobardía y el exceso de la temeridad se encuentra el la virtud de la valentía. En el término
medio entre el defecto de la tacañería y el exceso de la prodigalidad se encuentra la virtud de la valentía.
En el término medio entre el defecto de la la rusticidad grotesca y el exceso de la bufonería se encuentra la
virtud del buen humor.

HELENISMO
Tras la muerte de Alejandro, su imperio quedó segregado en diversos reinos gobernados por algunos de sus
generales. La rápida expansión del conquistador había traído como consecuencia la expansión del griego
como idioma vehicular del comercio y también del pensamiento. Ahora, la cultura griega que antes
quedaba circunscrita a las regiones propias de la Grecia clásica se expandía por el mediterráneo y el este.
Las polis habían gozado hasta entonces de una independencia política suficiente como para autogobernarse
(de manera aristocrática o democrática según el período). En la nueva situación, eran generales
macedonios quienes establecerían las directrices políticas, con lo que la tradicional reflexión política
presente en la filosofía anterior, y que tanto había preocupado a Platón, pasaba ahora a un segundo plano
en favor de las filosofías éticas de las nuevas escuelas, más centradas en el individuo.

Si la filosofía mantenía a Atenas como foco más importante, será en Alejandría donde florecerá lo que
hemos llamado el “helenismo científico”. Repasaremos a continuación los hitos más importantes del
helenismo en éstas dos vertientes: filosófica y científica.

Helenismo filosófico

En este periodo se dieron fundamentalmente tres grandes corrientes: epicureísmo, estoicismo y


escepticismo. En general, lo que buscan estas filosofías es que el individuo pueda llegar a la “ataraxia”, o
tranquilidad del alma. Veremos que cada corriente propondrá diferentes maneras de alcanzarla.

Primero repasaremos algunos antecedentes filosóficos, después expondremos estas tres filosofías, y

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finalmente haremos un breve repaso de su influencia en algunos pensadores romanos.

Antecedentes:

Hedonistas: corriente filosófica cuyo mayor protagonista es Aristipo de Cirene que afirma que hemos de
buscar ante todo el placer como fin último. Su nombre se debe al vocablo griego “hedoné” que significa
placer. Influyen en el epicureísmo.

Cínicos: Su mayor protagonista será el Diógenes de Sinope 3. Cínico viene de la palabra “perro”, razón por
la cual se les llamaba “la secta del perro”. Promulgaban una vida despreciando las convenciones sociales y
practicando una vida acorde con la naturaleza. Esta idea de rechazo de lo material y de armonía natural
influirá en los estoicos.

Escuela de Megara: realizaron aportaciones importanes en lógica que influyeron en estoicos y escépticos.
Ebúlides, que formuló la paradoja del mentiroso (“Epiménides el cretense dice que los cretenses mienten”),
pertenecía a esta corriente.

Epicureísmo

Epicuro filosofaba en un jardín, donde promovía entre sus discípulos la amistad fraternal.

Física

Es famoso por haber sido un gran divulgador del atomismo, que ya había formulado Demócrito antes que
él (aunque Epicuro no parece haberle nombrado nunca), del que ofrece una versión indeterminista.

En principio, si nosotros observamos la realidad vemos que todo tiene una causa. Según el atomismo, todo
está hecho de átomos y vacío. En conclusión, el movimiento de los átomos obedece a causas. Según el
determinismo, los átomos se moverán de manera férreamente determinada por la gravedad y el choque.
Sin embargo, si todo el movimiento de los átomos está determinado, en consecuencia, si nosotros somos
átomos, también todo lo que hacemos las personas está determinado, de lo que se infiere que la libertad es
una mera ilusión. Epicuro creía que sí somos libres, y para ello debe postular una ruptura de la línea causal
en la naturaleza, en los átomos. Por ello propone que los átomos se mueven por gravedad y por choque con
otros átomos, pero también pueden desviarse ligeramente de sus trayectorias de tal manera que no todo su
movimiento está determinado por causas externas. A ese desvío se le ha llamado “clinamen”.

Ética

Para los epicúreos tenemos que buscar el placer. No se trata de buscarlo desenfrenadamente, sino con
moderación. Además, para alcanzar esa “tranquilidad el alma”, Epicuro cree que hemos de superar uno de
los sentimientos que nos impide llegar a ella: el miedo y la angustia. Para combatir esos miedos, diseña el
“tetrafarmakon” (o 4 -tetra- remedios -fármacos, como los remedios que buscamos en la “farmacia”). Se
trata de pequeños argumentos intentando mostrar que algunos de nuestros temores están injustificados. ¿A
qué tenemos miedo?

3 Se cuenta que Diógenes vivía en un barril, tapado por cuatro harapos e iluminado por un farol. Era tal su desprecio a lo normalmente aceptado que cuando
le reprochaban que practicara el onanismo en la calle respondió “ojalá pudiera saciar mi hambre rascando mi barriga” o cuando el gran Alejandro Magno se
le ofreció en sígno de admiración para lo que quisiera, le pidió que se apartara para que le diera el sol. Como vemos, lo que hoy conocemos como “síndrome
de Diógenes”, acumulación masiva de objetos, no parece coincidir con el espíritu de los cínicos.

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-A los Dioses: pero ellos viven en su mundo y no intervienen en el nuestro
-Al destino: pero el destino no existe, es indefinido, tal y como muestra en su física
-A los males y el dolor: pero el dolor cuando es intenso dura poco, mientras que si se prolonga en el tiempo
es leve y no nos impide vivir
-A la muerte: es absurdo temerla porque si vivimos, ella no ha llegado, y cuando llega, ya no estaremos
aquí

Lucrecio será uno de sus continuadores en la época romana y uno de los principales transmisores de sus
ideas. A pesar de los contenidos materialistas de su escrito, la forma del verso pareció haber facilitado su
copia y transmisión a la posteridad en la edad media, de las que no disfrutaron las de cenas de libros de
Epicuro que se nos han perdido.

Estoicismo

Los estoicos tuvieron a Zenon de Citio como su fundador y a Crisipo como su pensador más emblemático.
Se les llama así porque filosofaban en un pórtico (stoa) en Atenas.

Física

Eran deterministas y creían que existía un destino inamovible. Todo tiene su causa y los seres humanos no
podemos influir en el transcurrir de los hechos. Consideraban que el universo está regido por un “logos”, a
la manera en la que lo propuso Heráclito.

Ética.

Para nuestra tranquilidad del alma ('ataraxia') tenemos que mantener una postura de aceptación de ese
destino, actitud que conocemos como 'apatheia'. Cuando hoy decimos que alguien soporta un dolor o una
dura situación “estoicamente”, recogemos este sentido en el que los estoicos entendían que debíamos vivir
la vida: aceptando de forma serena e imperturbable el destino.

En la época romana los continuadores más conocidos del estoicismo serán Epicteto (un esclavo romano),
Marco Aurelio (un emperador), y el gran Séneca, nacido en Córdoba, consejero del emperador Nerón
quien luego condujo a la muerte, y que da nombre a nuestro sistema digital gestión educativa en
Andalucía.

Escepticismo

Hoy en día decimos que una persona es “escéptica” cuando desconfía de algo. El escepticismo, como
corriente filosófica que se basa en el rechazo de las certezas absolutas, ha tenido un recorrido amplio hasta
nuestros días, pero que se origina en la antigua Grecia. Los escépticos afirman que frente a las verdades que
se nos presentan como ciertas hemos de mantener una actitud de “epokhé” o “suspensión del juicio”. De
toda postura hay una opuesta que tiene razones para ser considerada, por lo que hemos de admitir los
límites del saber.

El mayor representante aquí será Pirrón, que había sido soldado de Alejandro y había conocido muchas
culturas distintas. Este hecho, posiblemente, le llevara a poner en cuestión las verdades asumidas por su
cultura helena. En la época romana Sexto Empírico será continuador de esta corriente.

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Helenismo científico

En la ciudad de Alejandría, el primero de los Ptolomeos (dinastía posterior a Alejandro que reinaba en la
zona del norte de África correspondiente al norte del actual Egipto) fundó un gran museo. Ese museo
constaba también de una famosa biblioteca, que según se cuenta ardería en varias ocasiones debido a las
vicisitudes políticas y militares de la época. Allí, bajo el influjo sistematizador aristotélico, se establecieron
cuatro secciones que pretendían abarcar diferentes ramas del saber: filología, matemáticas, astronomía y
medicina. En una zona próxima de la región llamada Faro se edificó una torre con una luz encima para
orientar la navegación. Ese primer “faro” que, metafóricamente, iluminaba con su floreciente cultura
científica todo el mediterráneo, da nombre hoy a todos los “faros” del mundo en varios idiomas.

La ciencia helenística fue muy variada e interesante. Nos es imposible aquí hacer el merecido repaso que
correspondería a tan brillante época, por lo que nos limitaremos a señalar a algunos científicos de
renombre que realizaron aportaciones importantes y de quienes destacaremos sólo algunas de ellas.

Euclides de Alejandría

Fue un célebre sabio a quien debemos la gran obra de matemáticas


llamada “Elementos”. Allí se establecerá el famoso “espacio euclídeo”
que hoy se estudia en las carreras de física y matemáticas, y que tendría
tanto peso en toda la matemática posterior. La fuerza de su escrito reside
en el empleo del “Método Formal Axiomático”. Éste consiste en
establecer una serie de axiomas (principios indemostrables) para, a partir
de ellos, deducir todos los teoremas y afirmaciones de la matemática y la
geometría. Estos principios son tales como (“dos cosas iguales a una
tercera cosa son iguales entre sí” o “el todo es mayor que la parte”).

También es famosa su demostración de que no existe el mayor número primo, pues siempre se puede
calcular uno mayor sumando uno al resultado de la multiplicación de todos los números primos
anteriores4.

Arquímedes de Siracusa

Aunque no desarrolló su ingenio en Alejandría se cuenta que mantuvo contacto epistolar con el centro.
Fue matemático, físico e ingeniero. A diferencia de los científicos contemporáneos, mostró un gran interés
por buscar aplicaciones prácticas de sus descubrimientos. Así, su estudio de la ley de la palanca (“dadme un
punto de apoyo y moveré el mundo”) sirvió para la construcción de catapultas. El “tornillo de Arquímedes”
permite subir agua a una altura superior.
Pero por lo que ha pasado a la historia es por su descubrimiento del
llamado “principio de Arquímedes”. Según este principio, la fuerza que
un fluido ejerce sobre un cuerpo hacia arriba es equivalente al peso del
volumen de fluído desalojado por el cuerpo. Así, si introducimos una caja
de un litro dentro del agua, la fuerza que hará el agua sobre la caja será
equivalente al peso de un litro de agua (un kilo). Si la caja esta
completamente llena de plomo, como el peso de un litro de plomo es

4 En enero de 2017 el mayor número primo conocido es 274,207,281 − 1 , con 22.338.618 cifras y encontrado por el sistema
GIMPS

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mayor al de un litro de agua, se hundirá. Si la caja contiene aceite, como el peso de un litro de aceite es
menor al peso de un litro de agua, flotará5.

Eratóstenes

Calculó el radio de la Tierra, al parecer con gran


precisión, aprovechando los principios de la
geometría euclídea y:
-sabiendo la distancia que separaba Alejandría de
Siena
-midiendo la oblicuidad de los rayos del sol en
Alejandría cuando en Siena son perpendiculares
(los rayos del sol se reflejan en un pozo; no hay
sombra)
-utilizando proporciones y despejando

Aristarco de Samos

Propuso que la tierra no era el centro del universo sino el sol y que nosotros giramos a su alrededor.
Debido a la imprecisión de sus cálculos matemáticos esta hipótesis no triunfó, quedando en astronomía
vigente durante siglos el modelo de Ptolomeo, que perfeccionaba el de Aristóteles.

5 Un rey pidió a Arquímedes que descubriera si la corona que le había confeccionado su orfebre era de oro puro o si estaba
cortada con plata. Arquímedes no sabía cómo resolver el enigma, hasta que un día introduciéndose en su bañera se le ocurrió
su genial principio al ver cómo el agua rebosaba al él sumergirse. Salió desnudo a la calle, dice la leyenda, gritando “eureka!”
expresión que ahora se emplea a veces significando “lo he logrado”. Sumergiendo una pieza de oro puro que pesara
exactamente lo mismo que la corona, vemos cuánto sube el nivel del agua. Después, sumergiendo la corona, vemos cuánto
sube el nivel del agua. Si el ascenso del nivel del agua no es exactamente el mismo, entonces la densidad de los objetos no
será la misma y su composición tampoco. Así fue, y el orfebre fue ejecutado.

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EDAD MEDIA

Filosofía medieval: introducción

Con la llegada de la Edad Media, nos introducimos en un período en el que la religión tendrá un papel
fundamental, pues ella articulará diversos aspectos de la vida humana, en su dimensión política y también
en el pensamiento. El cristianismo será la religión más importante durante prácticamente toda la época y
la idea de Dios jugará un papel importante en la filosofía. Estableceremos primero los grandes períodos de
la filosofía medieval, intentaremos averiguar qué ocurrió para que surgiera esta religión que tanta
importancia tuvo (y tiene hoy día en nuestra cultura), y veremos seguidamente a los autores de referencia.

Aunque convencionalmente se considera que la Edad Media comienza con la caída del Imperio Romano de
Occidente en el 476, desde el punto de vista filosófico las primeras corrientes que presentan rasgos
medievales se van forjando ya durante los primeros siglos de nuestra era.

En el ámbito cristiano, remarcaremos por un lado

-la patrística: llamada así por que a ella pertenecen “los padres” de la Iglesia. Fue un movimiento muy
influído por Platón (a través del neoplatonismo de Plotino) y que asentaría el dogma cristiano durante
siglos. Su mayor representante fue San Agustín de Hipona.

y por otro

la escolástica: que recibe el fuerte influjo de Aristóteles, a quien se intenta hacer armonizar con el
cristianismo y cuyo mayor representante será Santo Tomas de Aquino.

Orígenes del cristianismo

Las tres religiones monoteístas más extendidas son el judaísmo, el cristianismo y el islam. Las tres tienen en
cierta manera un origen común y son muchos los temas compartidos en sus dogmas (monoteísmo,
reconocimiento de profetas comunes, las tres tienen libros de referencia...), pero también otros que las
diferencian, hasta el punto de que se ha llegado considerar que el cristianismo y el islam son herejías del
judaísmo, que es la más antigua de todas. A continuación, repasaremos brevemente los elementos centrales
del judaísmo, para intentar comprender qué pasó en esos primeros años de nuestra era para que una nueva
religión se expandiera rápidamente por todo el mediterráneo.

El libro fundamental del judaísmo es la Torá, es decir, lo que corresponde a los 5 primeros libros del
Antiguo Testamento (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). Allí se recogen una serie de
mitos en torno a el origen del mundo y las relaciones del pueblo judío con Dios 6. Abraham, el personaje
del que descenderían las 12 tribus de Israel, realizó con Dios un pacto que, en resumen, consistía en que:

6 En la medida en que estos mitos corresponden a tradiciones orales no puede decirse que todas sean exclusivas de la tradición
judía. Por ejemplo, el episodio del “arca de Noé”, aparece también en la mitología de mesopotamia, que narra el mismo relato
pero siendo el protagonista Utpanishtim en lugar de Noé, y con un tono menos moralizante.

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-Dios otorgaría al pueblo judío la Tierra Prometida y protección
-El pueblo judío rendiría obediencia absoluta7 a Dios de forma exclusiva y cumpliría la Ley (que incluía la
circuncisión de los varones)

En la Jerusalén de aquel tiempo, proliferaban personajes dispares que decían ser el mesías o que predicaban
alguna interpretación peculiar del judaísmo. Con mayor o menor éxito estos predicadores lograban fundar
sus sectas. Al parecer, uno de estos personajes fue Jesús de Nazaret.

Jesús

Contamos con una extensa relación de hechos en torno a la vida de Jesús expuesta en los Evangelios. Sin
embargo, el análisis histórico parece contradecir muchos de esos relatos que describen más bien la figura
de un Jesús que fue elaborada después por algunos de sus seguidores. A pesar de que hay quien incluso
niega su existencia, la mayoría de los expertos coincide en que Jesús existió, pero ese “Jesús histórico”
difiere de la idea de Jesús que manejamos en nuestra mitología cristiana. Algunas dudas que surgen son:

-¿Nació en Belén? Parece ser que lo más probable es que fuera de Nazaret, y que el nacimiento en Belén
descrito en los evangelios de Mateo y Lucas fuera un añadido posterior para darle coherencia con las
profecías.

-No nació el 25 de Diciembre. La celebración de la “Navidad” ('natividdad', nacimiento) en esa fecha se


instaura en el siglo IV.

-¿Rebelde? En el Imperio Romano la crucifixión se aplicaba a delitos de alteración del orden público o
rebelión, cosa que ha impulsado la hipótesis del Jesús histórico como un rebelde frente a los romanos.

En torno a la predicación de Jesús se unieron una serie de personas que se llamarían los “jesusistas”. Eran
judíos que habían asumido sus enseñanzas y creían y vivían su propia versión del judaísmo. Entre éstos, en
esas décadas posteriores a la vida de Jesús, había dos tendencias:

-Unos eran más judíos, en el sentido de que daban mucho peso a la 'Ley judía' antes mencionada
-Otros eran más helenizados, en el sentido de que estaban familiarizados con la cultura griega, hablaban
griego, y no daban tanto peso a la 'Ley judía'

De entre estos helenizados apareció como una figura clave Pablo de Tarso, que será el verdadero difusor y
fundador del cristianismo. Pablo, que en un principio era hostil a los primeros cristianos, sufrió una
repentina conversión al cristianismo en lo que algunos científicos posteriores han descrito como un posible
episodio de epilepsia: camino de Damasco, un resplandor fulgurante hace que caiga del caballo, oyendo
una voz que le dice “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. A partir de ahí Pablo se unirá al cristianismo y
lo propagará a través de sus viajes y mediante la escritura de numerosas cartas. La carta I a los
Tesalonicenses es el primer escrito cristiano que conocemos, del año 50.

Pablo nunca conoció al Jesús histórico, ni parecía preocuparle mucho. La figura de Jesucristo que nos legó
incorporaba nuevos atributos que en poco coincidían con la idea que los primeros jesusistas tenían de él, y
que el mismo Jesús nunca predicó. Este 'Cristo' era, por un lado, 'hijo de Dios', pero era también Dios.
Junto con el Dios como Espíritu Santo, se configuraría aquí esta triple identidad que daría lugar a las
7 El Dios judío es un Dios celoso, que exige incluso a Abraham que sacrifique a su hijo, cosa a la que él accede, cancelando Dios el
holocausto en el último momento por haber demostrado la obediencia debida.

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'bizantinas discusiones' en torno a la Santísima Trinidad. Por otra parte, Cristo es redentor. ¿De qué nos
redime? Del pecado original. Además, es un Cristo que resucita, leyenda al parecer creada por Pedro, que
llegó a oídos de Pablo y pasó a incorporarse al dogma cristiano.

Así, la tendencia que acabó siendo hegemónica (la helenizante) se expandió por todo el mediterráneo
gracias a una meritoria labor de difusión por parte de Pablo. Con ella, se extendería la figura de Jesús que
hoy conocemos. Un factor clave que explica esta rápida dispersión religiosa es el siguiente: en un contexto
en el que la población carecía de referencias religiosas y en el que la salvación era ofrecida por religiones
que exigían emigraciones, inversiones, pagos, o, como en el judaísmo, la circuncisión, el cristianismo
ofrecía la salvación simplemente a través de la Fe, de una forma “barata” y relativamente sencilla. La
exigencia de la circuncisión (y de la Ley judía) era un factor disuasorio para la conversión al judaísmo, y
Pablo, en un ejercicio de astucia desde el punto de vista del 'márketing' dejó de exigirla, cosa que entre
otras provocó el rechazo de los judíos, y en última instancia el nacimiento de una nueva religión.

Los Evangelios

El Nuevo Testamento, libro más importante del cristianismo, está compuesto por los 4 evangelios, los
Hechos de los Apóstoles, las 15 cartas de Pablo, las 2 de Pedro, y las 3 cartas de Juan, la carta de Judas y el
Apocalipsis de San Juan. El conocimiento del origen de estos textos es en parte limitado. Veamos, no
obstante, como se cree que fueron surgiendo.

Los jesusistas de aquel tiempo acostumbraban a contar y narrar la vida de Jesús, y en ocasiones los escribas
redactaban las historias que se iban formulando. A partir de esos primeros escritos se fueron configurando
los 4 evangelios, cuyos autores reales son desconocidos pero que se atribuyen a Marcos, Mateo, Lucas y
Juan. El estudio filológico sugiere que su redacción no es un relato lineal escrito de una sola vez, sino que
tiene incorporaciones y añadidos de momentos diferentes, que acaban dando lugar a los textos que
conocemos. Todos ellos se escribieron en griego 8 (recordemos que la tendencia helenizante acabó siendo
hegemónica). Sin embargo, algunos intentaban ser más coherentes con el Antiguo Testamento (Mateo)
mientras que otros están ya claramente influidos por la cultura griega y el pensamiento neoplatónico
(Lucas y sobre todo Juan). Los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas se conocen como los “evangelios
sinópticos”, dado que cuentan los mismos pasajes de la vida de Jesús (cientos de versículos de Mateo y
Lucas proceden del evangelio de Marcos. El más antiguo de todos fue el de Marcos, escrito hacia el año 70,
mientras que el de Mateo y Lucas se escriben a partir del año 80. El último de todos es el de Juan, escrito
hacia el año 100 y que está fuertemente influido por ideas del pensamiento helénico.

Existen, además de estos, otros evangelios llamados “apócrifos”, que no han sido aceptados por la Iglesia.

8 Existió la hipótesis de que el evangelio de Mateo fue escrito inicialmente en arameo y posteriormente traducido al griego (la
biblia de Cantera-Iglesias así lo afirma). Antonio Piñero sostiene que la lengua original fue el griego. En cualquier caso, el
evangelio de Mateo busca más coherencia con el relato judío, pues pudo surgir de una comunidad cristiana algo menos
helenizada.

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San Agustín de Hipona

Para entender el pensamiento agustiniano como representación de la patrística es importante


familiarizarse con el clima religioso y filosófico de los primeros siglos de nuestra era. Mencionaremos
primero algunas corrientes religiosas importantes, y luego la filosofía más influyente de aquél tiempo: el
neoplatonismo.

Religión:

Existían diferentes tendencias religiosas en aquel tiempo, con mayor o menor proximidad al cristianismo
que acabaría considerándose oficial. Veamos algunas de ellas:
-Los gnósticos: corriente heterogénea que afirmaba, a grandes rasgos, que la salvación se obtiene a través
del conocimiento.

-Maniqueísmo: liderada por Maní, entiende que hay un mundo de Luz (Dios, el bien) y otro de Tinieblas
(el mal). Explica el uso contemporáneo de la palabra “maniqueo” para designar a quien no es capaz de ver
términos medios (grises) en sus análisis. San Agustín será maniqueo 10 años.

-Arrianismo: seguidores de la doctrina de Arrio, mayoritaria en los pueblos “bárbaros” que acabarían con el
Imperio Romano de occidente, y que sostenía que Jesús no era Dios, sino que había sido creado por Dios.
El arrianismo fue una de las herejías más importantes.

-Pelagianismo: seguidores de Pelagio, afirman que los seres humanos son libres para elegir.

Filosofía:

En filosofía la corriente fundamental de aquellos años es el neoplatonismo, cuyo mayor representante será
Plotino. En general, esta corriente retoma el pensamiento platónico, al que se le pretende dar cierto orden
por un lado, y cuya convergencia con las ideas más místicas y teológicas se intenta lograr. La lectura de
“Las Enéadas” de Plotino influirá en el pensamiento de San Agustín.

Vida y obras

En este contexto, y como representante más relevante de la


patrística, tenemos a San Agustín de Hipona. Señalaremos
algunos datos biográficos, mencionaremos sus obras más
conocidas y expondremos algunos aspectos de su
pensamiento.

Agustín nace en Tagaste (norte de África) en 354. Es hijo


de Santa Mónica, una cristiana convencida que jugará un
papel importante en la vida del filósofo. A los 20 años,
Agustín va a Cartago y se hace maniqueo, para disgusto de
su madre. Allí se enamora de una muchacha con la que tiene un hijo. Enseñará retórica aquellos años, pero
tras casi una década en la ciudad se traslada a Milán. Allí, cae bajo la influencia de San Ambrosio, un
poderoso personaje que acabaría siendo nombrado obispo. Ambrosio será una referencia para Agustín, por

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sus conocimientos (de griego, por ejemplo, que Agustín nunca dominará) y por que gracias a él sufrirá la
conversión al cristianismo. Allí lee a Plotino, por un lado, y, por otro, deja a su mujer a instancias de
Mónica, que busca para él una mujer de alto nivel económico, con quien Agustín no acabaría uniéndose.
La influenciad el platonismo se dejará notar en él y el rechazo de la vida amorosa preparará su insistencia
en el “pecado original”. Al final de su vida, ejercerá de obispo en Hipona (norte de África) y morirá cuando
los invasores saqueen la ciudad en su ataque al Imperio Romano.

Las obras más relevantes de San Agustín son las “Confesiones”, relato autobiográfico en el que relata su
trayectoria vital e intelectual, y “La Ciudad de Dios”, en la que expone su filosofía de la historia.

Pensamiento

La importancia del pensamiento agustiniano en el dogma cristiano llega hasta nuestros días. Ya en el siglo
XX, por ejemplo, hay papas que le siguen citando para justificar preceptos cristianos. Resumimos a
continuación algunos puntos importantes.

Pecado original

Pablo había configurado una imagen de Jesús como redentor del pecado original que a todos nos mancha
en el nacimiento. Esta idea consiste en creer que los seres humanos somos malos por naturaleza, pues
somos descendientes de Adán y Eva, cuyo comportamiento pecador acarreó el castigo de Dios y la
expulsión del Edén. Para San Agustín, también nosotros somos pecadores y tenemos una tendencia innata
hacia el mal, que se identifica con el placer vinculado a las relaciones sexuales necesarias en la
reproducción humana. San Agustín, cuya vida amorosa acabó de forma desastrosa (tras separarse del
verdadero amor de su vida, se enrollaría un tiempo con otra chica, al parecer sin mucho entusiasmo, y
acabaría rechazando a una tercera, la deseada por su madre), proclamará que el placer es el mal. El peso de
esta interpretación se sigue notando en la actual visión cristiana que rechaza en general el uso de métodos
anticonceptivos salvo, en determinados casos, el del calendario.

Razón y fe

Para San Agustín la razón y la fe no son en principio incompatibles, aunque la razón está subordinada a la
fe. La razón ayuda al ser humano a obtener la fe, pero será la fe quien oriente y guíe a la razón: “Crede tu
intelligas” (“cree para entender”) dirá. Además, para llegar a las más elevadas verdades será necesaria la
iluminación divina.

La Ciudad de Dios

En la sociedad en la que vivía Agustín coexistían, como entremezcladas dos ciudades. Una era la ciudad
terrenal, y a ella pertenecían todas las personas que se amaban a sí mismas por encima de todo. Será una
ciudad manchada por el pecado de Adán, que en el contexto de aquel tiempo podría estar reflejada en
Babilonia o Roma y en la tradición mitológica hebrea por Caín. Por otro lado, está la ciudad celestial o
“ciudad de Dios”, simbolizada por Jerusalén o por Abel (el bien) y habitada por quienes aman a Dios por
encima de todo, incluso de sí mismos. Con el paso del tiempo será la ciudad de Dios la que prevalecerá
dando lugar así al fin de la historia.

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La libertad

Existía en aquel tiempo un dilema en torno a la libertad del ser humano. Si las personas están afectadas por
el pecado original y cuando hacen el bien es por la gracia de Dios, ¿en qué medida puede afirmarse que son
libres para elegir y en consecuencia recibir el castigo por sus malas acciones? Frente a esta concepción se
había alzado el pelagianismo, que afirmaba que hacemos el mal o el bien no por intervención divina sino
por propia voluntad. Los pelagianos consideraban que somos libres y que no estamos manchados por el
pecado original, posición que no cuadraba con la línea oficial del cristianismo y que le llevó a ser
considerada herejía.

San Agustín intenta resolver esta cuestión estableciendo dos posibles situaciones:
-El “libre arbitrio”, o libre albedrío: el ser humano es capaz de elegir pero esta es una capacidad frágil y
debilitada que, debido al pecado original, le conduce al mal-

-La “libertas” o libertad: si en el estado de libre arbitrio el ser humano es tocado por la gracia de Dios,
entonces empleará su capacidad de elegir para hacer el bien.

La escolástica

Si la patrística había sido un movimiento muy influído por Platón y cuyo apogeo tuvo lugar en los
primeros siglos de nuestra era, nos trasladamos ahora al siglo XIII en el que surge un movimiento conocido
como la “escolástica”. En este momento, a partir de las escuelas catedralicias o los monasterios, van
apareciendo grandes universidades como la de París. A éstas universidades llegarán las obras de Aristóteles,
en traducciones desde el árabe (realizadas sobre todo en Toledo y Sicilia) y también los comentarios a éstas
que hará Averroes. En un principio, las ideas aristotélicas no encajarán bien en ese dogma cristiano forjado
en los tiempos de la patrística por San Agustín. Por esta razón, se pretenderá cortar la difusión del
aristotelismo por parte de la ortodoxia cristiana. Será en vano: la fuerza de las ideas del estagirita sería ya
imparable, y los escolásticos intentarán entonces armonizar sus pensamientos con las creencias cristianas.
Como características del proceder escolástico podemos destacar su espíritu sistematizador y el estilo con el
que se afrontan los problemas en los textos, muchas veces basado en réplicas y contrarréplicas que
pretenden llegar a una conclusión.

San Anselmo

Aunque vivió en el siglo XI, Anselmo de Canterbury es considerado a veces el primer


filósofo escolástico. Su contribución más importante es el intento de demostrar la
existencia de Dios sin recurrir a la fe ni a las sagradas escrituras. Hará un razonamiento
“a priori”, es decir, prescindiendo de la experiencia e intentando probar que Dios existe a
partir de su definición.

Anselmo define a Dios como: “aquéllo más grande de lo cual nada puede pensarse”. A ésto, le replicará el
increyente: de acuerdo, Dios “es lo más grande pensable, pero sólo existe en la mente”. Anselmo responde
explicando que si Dios es lo más grande, no puede existir en nuestra mente y no existir en la realidad. Si
algo existe en nuestra mente y en la realidad (como un caballo), será más grande que algo que sólo exista
en nuestra mente (como un unicornio 9). Por lo tanto, si admitimos que Dios es lo más grande, hemos de
concluir que existe en la realidad.
9 El ejemplo del unicornio y del caballo no es de San Anselmo, pero lo utilizamos aquí para distinguir en qué sentido expresa la
idea de “ser más grande que”.

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Santo Tomás de Aquino

Vida y obras

Tomas de Aquino (1225-1274) fue el representante más conocido


de la escolástica. Intentó unir el aristotelismo con el cristianismo.
Desde joven mostró vocación religiosa y quiso ser dominico
(perteneciente a una orden mendicante que vive de la limosna de
los demás inspirada en la ausencia de propiedades materiales de
Jesús). Su noble familia no aceptaba dicha opción y le presionó
para que abandonara la idea. Se cuenta que llegó a ser secuestrado por sus hermanos, e incluso tentado por
la carne mediante el envío de una mujer al lugar de su encierro, a la cual Tomás amenazaría con un tizón
mostrando así la intensa convicción de sus creencias y su empeño por la vida casta, tal y como retrataría
Velázquez. Era tal su empeño que al final no hubo otra opción: Tomás fue a París y cumplió su objetivo. Su
carácter introvertido y aversión al ejercicio físico le valió el apodo de “el buey mudo”.

Anécdotas aparte, es importante remarcar la figura de Alberto


Magno, un prestigioso pensador que tuvo una gran influencia en el
pensamiento tomista. Las obras más conocidas de Tomás serán la
“Suma contra gentiles”, texto filosófico que tenía como fin servir de
herramienta a los cristianos para convencer a los no creyentes
(gentiles), y la “Suma teológica”, tratado donde se exponen muchas
de sus ideas centrales.

Pensamiento

El pensamiento tomista es muy amplio, siguiendo también en esto el espíritu de Aristóteles. Nos
limitaremos aquí a presentar dos ideas importantes: su posición en el conflicto razón-fe y su esfuerzo por
demostrar la existencia de Dios a través de las 5 vías.

Razón y fe

Para Santo Tomás la razón y la fe nos conducen a un mismo punto: la verdad. Sin embargo, har veces que
la razón nos lleva a una conclusión distinta de la fe. En este caso, la fe tendrá la última palabra. Tomás
distingue diferentes tipos de verdades.

-A algunas de ellas sólo podemos acceder a través de la fe (la revelación). Son “artículos de fe” y en este
caso la razón no nos ayuda en nada (el dogma de la “Santísima Trinidad” será un ejemplo.

-Hay otras verdades que podemos conocer con el uso exclusivo de la razón (la abstracción), sin necesidad
de recurrir a la fe. Éstas son las “verdades naturales” que hacen referencia al mundo físico en que vivimos.

-Existen no obstante otro tipo de enunciados o verdades que precisan de la fe pero para las que la razón nos
es útil. Se encuentran en una zona de confluencia entre fe y razón y se denominarán “preámbulo de fe”.

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Las 5 vías

A diferencia de Anselmo, que intentó demostrar a priori la existencia de Dios, Tomás procede a posteriori.
Seguirá generalmente varios pasos: primero observa algo a partir de la experiencia, después aplica el
principio de causalidad, rechaza el recurrir a un proceso infinito y finalmente se llega a Dios como causa
del dato empírico observado. Veamos cuáles son esas 5 vías:

1.-Vía del movimiento. Todo lo que se mueve es movido por algo y ese algo es su motor. Pero su motor es a
su vez movido por otro motor. Y éste por otro motor, etc. Como la sucesión infinita de motores es
imposible, siguiendo a Aristóteles Tomás establecerá que hay un primer motor inmóvil. Será motor,
porque genera movimiento. Y será inmóvil, por que, si no, algo lo movería y no sería primero. Ese Primer
Motor Inmóvil es Dios.

2.-Vía de la causalidad: Todo lo que existe tiene una causa. Pero esa causa a su vez tiene otra causa, que a
su vez tiene otra causa. Debe existir una Causa Primera e Incausada, que será Dios.

3.-Vía de la contingencia: Todas las cosas y acontecimientos del mundo son contingentes (pueden ser o no
ser). Sin embargo, es impensable que todo sea contingente, ha de haber algo, una realidad que tenga en sí
misma la razón de su existencia, que sea necesaria. Ese Ser Necesario será Dios.

4.-Vía de los grados de perfección: Cuando observamos los objetos somos capaces de distinguir si un objeto
es más o menos perfecto que otro. Un dado pulido y liso con las aristas bien definidas será más perfecto que
un dado deteriorado con rugosidades y cantos estropeados. Somos capaces de distinguir que uno es más
perfecto que otro, pero esto sólo es posible si existe una idea de perfección absoluta que sirva de referencia.
Ese Ser Perfecto será Dios

5.-Vía de la Inteligencia: Todos los seres, aunque no estén dotados de razón, actúan persiguiendo unos
propósitos. El conejo sabe que si ve una liebre ha de huír y el girasol orienta su flor hacia el sol. Saben lo
que han de hacer, pero esto sólo es posible porque ha de existir un Ser Inteligente que las oriente. Este será
Dios.

Los Universales

Durante la edad media adquirió importancia un debate filosófico que en cierta era un legado de la filosofía
griega. Se trata del problema de los universales. Cuando nos expresamos en frases como “el perro de mi tía
está cojo”, “mi perro es un mastín” o “el perro de mi hermana es marrón”, tenemos claro que en cada una
de las expresiones nos referimos a algo concreto que existe (el perro de mi tía, el mío o el de mi hermana).
Son perros concretos de cuya existencia no dudamos. Sin embargo, hay veces que empleamos la palabra
“perro” como un universal, haciendo referencia al conjunto de todos los perros, como en la expresión “el
perro es un mamífero”. Ese universal, es decir, esa idea de perro en general, ¿existe en la realidad? ¿es algo
que sólo está en mi mi mente? ¿no existe y es simplemente un “nombre”?

Si creemos que sí existe ese universal (siguiendo en cierta manera a Platón), mantendremos la posición
conocida como “realismo”.

Si pensamos que los universales no son reales sino que son simplemente ideas o conceptos que tenemos en

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nuestra mente, hablaremos de “conceptualismo”.

Si en nuestra opinión los universales no existen, sino que son simplemente nombres, estaremos
defendiendo el “nominalismo”.

EL ISLAM
No quedaría completo un repaso de la época medieval sin hacer referencia a esa cultura que tanta
influencia ha tenido no sólo en el pensamiento sino también en la vida cotidiana de nuestro país. Nos
referimos al Islam, religión surgida en el siglo VII que se extenderá rápidamente por el sur del
mediterráneo llegando hasta la península ibérica, lugar en el que permanecerán durante siglos.

Como vimos en el apartado referente al cristianismo, vamos a tratar de entender el surgimiento histórico
del Islam. En cierta manera esta religión es una escisión del judaísmo que estaba presente en la Medina de
aquel tiempo y del que se reconocen elementos fundamentales.

Relatos y rasgos de la religión musulmana

Mahoma

El fundador del Islam fue Mahoma, nacido en el 570 en La Meca. Lo primero que hemos de recalcar es,
como en el caso de Jesús, la dificultad para distinguir su vida histórica del mito. En cualquier caso,
expondremos el relato más aceptado. Hijo póstumo de padre, huérfano de madre a los 6 años y de abuelo a
los 8, su educación recaerá durante varios años en su tío Abu Talib. El oficio de caravanero de su tío
permitirá a Mahoma recorrer diversos lugares de arabia y familiarizarse con el monoteísmo cristiano y
judío que se profesaba en aquel tiempo junto con otras religiones paganas.

En un momento dado Mahoma vive una revelación. El ángel Gabriel (el mismo que había anunciado a
María la llegada de Jesús en la mitología cristiana), se le aparece y le comunica que él es el profeta de Dios.
En sucesivas apariciones dicho ángel le va revelando a Mahoma el mensaje de Dios, lo que luego
pretendería ser el Corán. En una de las revelaciones más importantes del relato musulmán, Mahoma viaja
en uno de sus sueños a Jerusalén (que será a partir de entonces considerada ciudad sagrada también para los
muslimes), para después subir al séptimo cielo y entrevistarse con Abraham, Moisés, Jesús, que le dan
ánimos en su cometido. Posteriormente baja al infierno y luego despierta en La Meca. Como ocurría con
Pablo, también aquí la epilepsia ha sido sugerida para explicar estos pasajes.

La predicación de Mahoma le había hecho perder el prestigio inicial del que gozaba en la Meca sufriendo
ahora él y la primigenia comunidad musulmana una persecución que acabaría en huída. Mahoma decide
preparar la salida a Medina, conocida como la “Hégira”, fecha clave que marca el inicio del calendario
musulmán. Medina era una ciudad con una importante presencia judía formada en tiempos de la diáspora,
cuando numerosos judíos tuvieron que escapar de Judea tras las fallidas insurrecciones antirromanas del
siglo I. En un primer momento, Mahoma hace un intento por armonizar su doctrina con el judaísmo (no
olvidemos que los musulmanes reconocen parte del relato judío) pero fracasa. Los judíos rechazan la nueva
religión y con un poder político ya importante en sus manos, los musulmanes terminan por “pasar a

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cuchillo” a numerosos judíos, en un proceso complejo que no es posible detallar aquí.

El islam se expandió por la península y a la muerte de Mahoma en 632 diversos califas le fueron
sucediendo10. Con ellos, el Islam se expandió vertiginosamente introduciéndose en los dominios del
Imperio Bizantino, el norte de África y la península ibérica. Se ha explicado esta rápida expansión, entre
otros factores, por la estrategia militar de los árabes, basada en el desplazamiento sin “impedimenta”
(provisiones y repuestos como los que trasladaban persas o romanos en sus expediciones) y en la obtención
in situ de los recursos para su subsistencia en territorios recién conquistados.

Los 5 pilares

Como es sabido, los musulmanes basan su vivencia de la religión en 5 pilares:

-La profesión de fe: “sólo hay un dios que es Alá y Mahoma es su profeta”
-Oración 5 veces al día mirando a La Meca11 .
-Limosna
-Ayuno en Ramadán
-Peregrinación a La Meca una vez en la vida

El Islam en la península ibérica

A principios del siglo VIII lo que hoy es España era una zona regida por los visigodos. A raíz de ciertos
conflictos internos en dicho reino, los árabes entraron en la península ibérica. Completaron a lo largo de
varios años una expedición que se consumaría en el establecimiento de la cultura árabe durante siglos. La
zona del mundo árabe correpondiente a ese territorio era llamado Al-Ándalus, expresión que finalmente
daría nombre a la comunidad autónoma en que vivimos.

La influencia del islam y del mundo árabe es inmensa. Mencionaremos sólo algunos ejemplos de ese
legado:
-Gastronomía: muchas son las comidas que introdujeron o popularizaron los árabes como el arroz, las
alcachofas, las albóndigas o las naranjas amargas... y muchísimas más.
-Lenguaje: se estima que unas 4000 voces del castellano proceden del árabe. Entre ellas están palabras
como aceite (“az zayt”, jugo del fruto del olivo) u ojalá (“Insh Alá”, quiera Dios).
-Arquitectura: los monumentos más importanes de muchas ciudades andaluzas tienen origen en ésta
época: la Giralda y la Torre del Oro en Sevilla, la Mezquita en Córdoba, la Alcazaba en Málaga o la
Alhambra en Granada.

10 Entre los seguidores de Mahoma, existía una disensión en torno a quién debía regentar el califato. Por un lado, estaban los
“sunníes”, que reconocían la tendencia oficial que derivaba los califatos a partir de Abu Bakr, un amigo de Mahoma, y sus
sucesores. Esta será la tendencia mayoritaria y oficial casi todo el tiempo. Por otro, estaban los “shiíes”, que creían que el
movimiento islámico debía ser liderado por alguien que tuviese la sangre de Mahoma. Esto fue así sólo durante unos breves
años con el califato de su primo Alí. Esta división se mantiene actualmente y aunque el 85% de los musulmanes hoy día son
sunníes, hay un 15%, especialmente centrado en Irán, que son shiíes. A veces existen tensiones entre ambos grupos que
contribuyen a explicar algunos conflictos en la zona.
11 Al principio se miraba a Jerusalén donde había ido Mahoma en el místico viaje, pero la decepción con los judíos en Medina
provocó el giro a La Meca, orientación vigente en la actualidad.

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Averroes

Durante la primera etapa de la presencia musulmana en la península ibérica existía un clima de tolerancia
cultural en general. Cristianos, judíos y musulmanes convivían en relativa armonía cosa que permitió que
surgieran grandes filósofos judíos (como Maimónides) y también musulmanes (como Avicena, Al-Farabi,
Al-Kindi o Al-Jwarizmi). Algunos de ellos nacieron y vivieron en lo que hoy es Andalucía.

Uno de estos filósofos árabes fue Averroes. Nacido en Córdoba, vivió largo tiempo en Sevilla donde fue
jurista, médico y filósofo. Su obra fue fundamental dado que se trata de uno de los primeros autores que
realizó un comentario exhaustivo de las obras de Aristóteles, cosa que le valió el sobrenombre de “El
Comentador”. Sus comentarios tendrían una influencia importante en la escolástica cristiana.

En cuanto a su filosofía, a diferencia de los autores vistos hasta ahora, Averroes considerará que la razón es
más importante que la fe. Así, establece tres grados de conocimiento:

-El de los filósofos, que practican la filosofía utilizando la razón. Éste será el grado de conocimiento
superior

-El de los teólogos, que practican la teología. A diferencia de Santo Tomás, para quien la teología era el
saber supremo, Averroes entenderá que se trata de un conocimiento de segunda categoría

-El del vulgo, que limita sus creencias a la fe.

Esta visión le costó la persecución de las autoridades árabes y le forzó a huir de Sevilla, ya en una época en
la que aumentaba la intolerancia cultural y religiosa.

BIBLIOGRAFÍA
Vajmalló Riera, A. Historia de la filosofía. Edebé.
Bugarin Lago, A. Historia de la filosofía. Everest.
Mosterín, J. Historia del pensamiento (varios volúmenes). Alianza.
Piñero, A. Ciudadano Jesús. Adaliz.

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