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TAREA N.

- 5

Todos los grupos sociales tienen o deben tener su respectivo


CÓDIGO DE ÉTICA .Por favor realice una tarea investigativa
respecto del código de ética o deontológico de las siguientes
instituciones.

1.- ADMINISTRADORES DE EMPRESAS

2.- ABOGADOS

3.- MÉDICOS

4.- PROFESORES.

Por tratarse de un conjunto de normas y preceptos usted


solo deberá copiarlos literalmente en este documento.
RÚBRICA DE EVALUACIÓN PARA LA TAREA
N. 5

ITEMS CALIFI

Datos informativos: Apellidos y nombres, tema, fecha presentación, paralelo, rúbrica 0,5
evaluación

Sube a la plataforma hasta la fecha establecida 1,0

Explica con claridad y originalidad; trabajo realizado a mano. 2,0

Su comentario personal es objetivo y está apegado a la realidad 1.0

Estética, el trabajo denota el nivel académico de los estudiantes, buena letra 0,5

5 PUNTOS
TOTAL
CÓDIGO DE ÉTICA ADMINISTRADORES DE EMPRESAS

Para que exista una profesión, forzosamente tiene que haber una necesidad humana. Toda
profesión debe de tener un servicio social y, por consecuencia, una responsabilidad legal y
moral ante la colectividad. El no cumplimiento a los deberes lo conllevará a que se le aplique
el régimen disciplinario y ser sancionado de acuerdo a la gravedad de la falta que puede
ser una amonestación privada hasta la cancelación definitiva de la Matrícula Profesional;
cabe anotar que al Administrador a quien se le hubiere cancelado su matrícula profesional
podrá presentar pasados 3 años, solicitud de rehabilitación ante el concejo para volver a
ejercer su profesión.

Existe un procedimiento establecido en el código de ética, el cual estable el método a seguir


para aplicar la sanción al Administrador que incumpla las normas. Cada Administrador
cuenta con un registro donde le anotan las sanciones a que incurra dicho registro esta bajo la
responsabilidad del secretario del concejo.

Contra las decisiones que tome el concejo Profesional de Administración de Empresa, es


decir que si el Administrador considera que no se realizó el debido proceso o no está
conforme con la decisión tomada por el concejo puede solicitar un recurso de reposición.

El administrador tiene la obligación de contribuir de acuerdo con sus posibilidades


personales, al desarrollo, superación, y dignificación de la profesión, tanto a nivel
institucional como en cualquier otro campo.

El perfil general del egresado de la licenciatura en administración está compuesto por:

Actitudes personales

1. Crítica hacia la vida y hacia la profesión.


2. Participación en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
3. Seguridad en sí mismo (autoestima).
4. Superación permanente (personal y profesional).
5. Prospectiva de la vida.
6. Aprendizaje permanente.
7. Emprendedora (iniciativa y audacia).
8. Ética (personal y profesional).
9. Apertura al cambio.
10. Valor y cordura para la toma de decisiones.

Sociales

1. Servicio a los demás.

2. Compromiso y responsabilidad.
3. Orgullo por la profesión y la nación.

4. Responsabilidad del bienestar social.

Habilidades administrativas

1. Tomar decisiones.

2. Crear y desarrollar organizaciones.

3. Planear, organizar y dirigir el trabajo hacia resultados.

4. Aplicar creativamente y con amplio criterio, en la práctica, los conocimientos


adquiridos.

5. Apoyarse en la informática, para realizar sus funciones y diseñar sistemas de


información.

6. Ejercer y delegar autoridad.

7. Diagnosticar y evidenciar desviaciones administrativas de naturaleza preventiva y


correctiva.

Interpersonales

8. Liderar equipos de trabajo.

9. Negociar.

10. Trabajar en equipos multidisciplinarios.

11. Innovar el clima organizacional y a las nuevas tecnologías.

12. Promover el cambio y el desarrollo organizacional social.

Intelectuales

13. Aprender a ser, a aprender y a emprender.

14. Analizar, sistematizar e interpretar información.

15. Calcular, interpretar y usar cifras.

16. Investigar para solucionar problemas.

17. Comunicarse en forma oral y escrita en español y en otras lenguas comerciales.

18. Desarrollar la creatividad.


1.4 Campos de trabajo

El licenciado en administración de empresas puede desarrollarse profesionalmente en las


siguientes áreas a corto plazo:

1. Ejecutivo en empresas públicas o privadas en las áreas de: mercadotecnia,


comercialización e investigación de mercados.
2. Posiciones gerenciales en las áreas de reclutamiento y selección, capacitación,
cultura de calidad y compensaciones.
3. Ejecutivo de cuenta en instituciones bancarias y bursátiles, así como analista
financiero.
4. Ejecutivo de compras y analista de costo y productividad.
5. Negocios internacionales (importaciones y exportaciones)
6. Ejecutivo en el área de planeación estratégica.
7. Como profesionista independiente puede:
8. Emprender un despacho de consultoría.
9. Iniciar su propia empresa comercial, industrial y/o de servicios.

A largo plazo:

1. Director del departamento de mercadotecnia.


2. Director del departamento de recursos humanos.
3. Director del departamento de finanzas.
4. Director del departamento administrativo.
5. Director General de la empresa.
6. Dueño de su propia empresa.

El LAE desempeña en las organizaciones las funciones generales de planeación,


organización, integración, dirección y control. El sistema en donde ejerce su
responsabilidad primaria es la administración de la empresa, y los subsistemas donde ejerce
sus tareas son: mercadotecnia, recursos humanos, finanzas, negocios internacionales y
administración de la tecnología dentro de su marco legal.

Las habilidades que el LAE debe desarrollar en su educación son:

1. En la administración estratégica:

 Analizar entornos económicos, políticos y sociales para toma de decisiones en


administración.
 Formular la estrategia competitiva de la empresa.
 Implementar estrategias competitivas para la empresa.
 Formular y establecer mecanismos de comunicación corporativa.

2. En la administración de mercadotecnia:

 Analizar e identificar las necesidades de los consumidores.


 Diseñar estrategias comerciales en la organización.
 Planear operativamente la función comercial.
 Formular estrategias competitivas en el mercado.
 Detectar oportunidades en el mercado.
 Administrar ventas.

3. En la administración de recursos humanos:

 Reclutar y seleccionar al personal de la empresa.


 Capacitar y desarrollar al recurso humano.
 Diseñar y administrar programas de compensación.
 Desarrollar habilidades directivas.
 Desarrollar e implementar planes de vida y carrera.

4. En la administración de finanzas:

 Determinar las fuentes de capital y financiamiento para la organización.


 Evaluar, asignar y optimizar recursos en la empresa.
 Medir la rentabilidad de las actividades financieras.
 Decidir la distribución de beneficios o utilidades.
 Evaluar la rentabilidad total de la empresa.
 Conocer los organismos financieros internacionales.
 Analizar mercados bursátiles.

5. En la administración de negocios internacionales:

 Conocer la interdependencia de la empresa en el mercado mundial.


 Detectar las oportunidades para las empresas en el comercio internacional.
 Manejar las implicaciones económicas legales y políticas de las negociaciones
internacionales.
 Desarrollar y adquirir franquicias.
 Administrar coinversiones.

6. En la administración de la tecnología:

 Analizar costos de producción.


 Formular y establecer programas de calidad y productividad.
 Abastecer y manejar recursos.
 Administrar la tecnología de servicios.
 Utilizar sistemas de información.

CÓDIGO DE ÉTICA PARA UN ADMINISTRADOR

 El Administrador de Empresas tiene el deber de hacer su trabajo al máximo de su


capacidad. No puede desempeñarse mediocremente de manera intencional.
 Como ente social y moral, el administrador debe anteponer su formación y valores
morales a sus acciones en la empresa.
 El administrador debe anteponer el bienestar de la empresa a las cuestiones
personales, ya sean propias, de colegas o subalternos.
 El administrador tiene el deber de mantener en secreto las informaciones que, de ser
reveladas, perjudicarían a la empresa.
 El administrador tiene el deber de hacerse responsable ante los clientes y la
sociedad por las acciones que dirige dentro de la empresa.
 El administrador como ente moderador entre las partes de la empresa no puede
tomar actitudes que lo lleven a parcializarse con alguna de las partes (amistad,
relaciones externas).
 El administrador tiene el derecho de prohibir dentro de la empresa comportamientos
y acciones que atenten contra la moral y las buenas costumbres o el desempeño de
la empresa.
 El administrador debe exhibir una conducta ejemplar, tanto frente a sus subalternos
como a sus superiores, así como dentro y fuera de la empresa.
 El administrador debe anteponer el bienestar social al de la empresa en todo
momento.
 En caso del manejo financiero, el administrador tiene la obligación tanto moral
como legal de no hacer uso indebido de los fondos de la empresa.
 El administrador debe evitar cualquier tipo de discusiones personales en el ambiente
laboral, creando las condiciones óptimas dentro del clima organizacional.
 El administrador tiene el derecho y el deber de protestar en caso de que considere
que sus superiores han tomado una decisión errónea que vaya a perjudicar el
funcionamiento de la empresa.
 El administrador tiene el deber de denunciar cualquier acción incorrecta que se
produzca en su sitio de trabajo.
 El administrador debe respetar las ideas de sus colegas o subalternos y tomarlas en
cuenta en caso que pudiesen beneficiar la empresa.
 Del mismo modo, el administrador no puede apropiarse de acciones o ideas de sus
colegas o subalternos y darle el crédito que se merece el responsable de las mismas.
 El administrador de empresas tiene el deber de seguir los lineamientos de dirección
de la empresa impuesto por sus superiores.
 Al dar un servicio u ofrecer un producto debe garantizar la satisfacción del cliente.

DECÁLOGO DE ÉTICA DEL ADMINISTRADOR

 I. Consultará con los propietarios la elaboración de normas adecuadas de


transparencia administrativa que incluyan el procedimiento para atribuir la
realización de gastos, el pago bancario de expensas, etc., las cuales serán debatidas
y consagradas por simple mayoría de los presentes en la primera asamblea que
convoque, sea ordinaria o extraordinaria
 II. Se apartará de su cargo cuando tenga la certeza de que más de la mitad de los
propietarios del Consorcio que administra le ha retirado su confianza
 III. Procurará en toda convocatoria a asamblea que la notificación a los propietarios
sea fehaciente. En cada asamblea que se celebre, como primer punto del orden del
día, luego de las formalidades de estilo, presentará a todo nuevo morador del
edificio y a su familia, así sea propietario, inquilino o mero ocupante legítimo
 IV. Llevará una lista permanentemente actualizada de la identidad y domicilio de
los propietarios integrantes del Consorcio, exigiéndoles una copia simple del título
de propiedad que los acredite como tales. En caso de negativa de alguno de ellos,
deberá tramitar a su costa el correspondiente informe de dominio. También exigirá
de los propietarios declarar la identidad de los moradores de sus respectivas
unidades
 V. Invitará como oyentes sin voto a aquellos moradores del edificio que sufragan
por los propietarios las expensas comunes, cuando se traten temas relativos a la
administración y buen gobierno del Consorcio
 VI. Anualmente rendirá cuentas de su gestión, poniendo a disposición de los
propietarios y/o los profesionales que ellos designen, toda la documentación
respaldatoria de la misma a efectos de su examen, con no menos de quince días de
antelación a la asamblea respectiva
 VII. Fomentará el conocimiento mutuo de los propietarios, pudiendo a tal fin
organizar encuentros y reuniones informales por motivos solidarios o de buena
vecindad
 VIII. Deberá proveer, en la medida en que lo permitan sus posibilidades, un local
adecuado y digno para la celebración de las asambleas
 IX. En ningún caso y salvo expresa comisión de la asamblea realizará préstamos al
Consorcio que administra
 X. En ningún caso ejercerá la administración particular de alguno de los
propietarios integrantes del consorcio que administra.
CÓDIGO DE ÉTICA ABOGADOS

SECCIÓN PRIMERA

NORMAS GENERALES

Esencia del Deber Profesional

Artículo 1.- El Abogado debe tener presente que es un servidor de la justicia y un


colaborador de su administración; y que su deber profesional es defender, con estricta
observancia de las normas jurídicas y morales, los derechos de su patrocinado.
Defensa del Honor Profesional

Artículo 2.- El Abogado debe mantener el honor y la dignidad profesional. No solamente es


un derecho, sino un deber, combatir por todos los medios lícitos, la conducta moralmente
censurable de jueces y colegas.
Honradez

Artículo 3.- El Abogado debe obrar con honradez y buena fe. No debe aconsejar actos
fraudulentos, afirmar o negar con falsedad, hacer citas inexactas o tendenciosas, ni realizar
acto alguno que estorbe la administración de justicia.
Cohecho

Artículo 4.- El Abogado que en ejercicio de su profesión soborna a un empleado o


funcionario público, falta gravemente al honor y a la ética profesional. El Abogado que se
entera de un hecho de esta naturaleza, realizado por un colega, está obligado a denunciarlo.

Abuso de Procedimientos

Artículo 5.- El Abogado debe abstenerse del empleo de recursos y formalidades legales
innecesarias, de toda gestión dilatoria que entorpezca el normal desarrollo del procedimiento
y de causar perjuicios.
Aceptación o Rechazo de Asuntos

Artículo 6.- El Abogado tiene libertad para aceptar o rechazar los asuntos en que se solicite
su patrocinio, sin necesidad de expresar los motivos de su resolución, salvo en el caso de
nombramiento de oficio, en que la declinación debe ser justificada. Al resolver, debe
prescindir de su interés personal y cuidar de que no influyan en su ánimo el monto pecuniario,
ni el poder o la fortuna del adversario. No aceptará un asunto en que haya de sostener tesis
contrarias a sus convicciones, inclusive las políticas o religiosas, con mayor razón si antes
las ha defendido, y cuando no esté de acuerdo con el cliente en la forma de plantearlo o
desarrollarlo, o en caso de que pudiera ver menoscabada su independencia por motivos de
amistas, parentesco u otros. En suma, no deberá hacerse cargo de un asunto sino cuando
tenga libertad moral para dirigirlo.
Defensa de Pobres

Artículo 7.- La profesión de Abogado impone defender gratuitamente a los pobres, tanto
cuando éstos se los soliciten como cuando recaigan nombramientos de oficio. No cumplir
con este deber, desvirtúa la esencia misma de la abogacía. No rige esta obligación donde las
leyes prevean la defensa gratuita de los pobres.
Defensa de los Acusados

Artículo 8.- El Abogado es libre para hacerse cargo de la defensa de un acusado, cualquiera
que sea su opinión personal sobre la culpabilidad de éste; pero habiéndola aceptado, debe
emplear en ella todos los medios lícitos.

Acusaciones Penales

Artículo 9.- El Abogado que tenga a su cargo la defensa de un acusado, tiene como deber
primordial conseguir que se haga justicia a su patrocinado.

Secreto Profesional

Artículo 10.- Guardar el secreto profesional constituye un deber y un derecho del Abogado.
Para con los clientes un deber que perdura en lo absoluto, aún después de que les haya dejado
de prestar sus servicios; y es un derecho del Abogado por lo cual no está obligado a revelar
confidencias. Llamado a declarar como testigo, debe el letrado concurrir a la citación y con
toda independencia de criterio, negarse a contestar las preguntas que lo lleven a violar el
secreto profesional o lo exponga a ello.

Alcance de la Obligación de Guardar el Secreto Profesional

Artículo 11.- La obligación de guardar el secreto profesional abarca las confidencias hechas
por terceros al Abogado, en razón de su ministerio, y las que sean consecuencia de pláticas
para realizar una transacción que fracasó. El secreto cubre también las confidencias de los
colegas. El Abogado, sin consentimiento previo del confidente, no puede aceptar ningún
asunto relativo a un secreto que se le confió por motivo de su profesión, ni utilizarlo en su
propio beneficio.

Extinción de la Obligación de Guardar el Secreto Profesional

Artículo 12.- El Abogado que es objeto de una acusación de parte de su cliente o de otro
Abogado, puede revelar el secreto profesional que el acusado o terceros le hubieren confiado,
si favorece a su defensa. Cuando un cliente comunica a su Abogado la intención de cometer
un delito, tal confidencia no queda amparada por el secreto profesional. El Abogado debe
hacer las revelaciones necesarias para prevenir un acto delictuoso o proteger a personas en
peligro.
Formación de Clientela

Artículo 13.- Para la formación decorosa de clientela, el Abogado debe cimentar una
reputación de capacidad profesional y honradez, y evitará escrupulosamente la solicitación
directa o indirecta de la clientela. Es permitido la publicación o el reparto de tarjetas
meramente enunciativas del nombre, domicilio y especialidad.
Toda publicidad provocada directa o indirectamente por el Abogado con fines de lucro en
elogio de su propia situación, menoscaba la dignidad de la profesión.
El Abogado que remunera o gratifica directa o indirectamente a una persona que está en
condiciones para recomendarlo, obra contra la ética profesional.

Publicidad de Litigios Pendientes

Artículo 14.- El Abogado n podrá dar a conocer por ningún medio de publicidad
informaciones sobre un litigio subjudice, salvo para rectificar cuando la justicia o la moral
lo demanden. Concluido un proceso, podrá publicar los escritos y constancias de autos y
comentarios en forma respetuosa y ponderada. Se exceptúa las informaciones o comentarios
formulados con fines exclusivamente científicos en revistas profesionales conocidas, los que
se regirán por los principios generales de la moral; se omitirán los nombres si la publicación
puede perjudicar a una persona, como cuando se tratan cuestiones de estado civil que afectan
a la honra.

Empleo de Medios Publicitarios para Consultas.

Artículo 15.- Falta a la dignidad profesional el Abogado que habitualmente absuelva


consultas por radio o emita opiniones por cualquier medio de publicidad sobre casos jurídicos
concretos que le sean planteados; sean o no gratuitos sus servicios.

Incitación Directa o Indirecta a Litigar

Artículo 16.- No está de acuerdo con la dignidad profesional el que un Abogado


espontáneamente ofrezca sus servicios o dé opinión sobre determinado asunto con el
propósito de provocar un juicio o de obtener un cliente.

SECCIÓN SEGUNDA RELACIONES DE LOS ABOGADOS CON LOS


TRIBUNALESY DEMÁS AUTORIDADES

Artículo 17.- El Abogado estará en todo momento dispuesto a prestar su apoyo a la


Magistratura, cuya alta función social requiere de la opinión forense; su actitud ha de ser
independiente, manteniendo siempre plena autonomía en aras del libre ejercicio de su
ministerio.

Artículo 18.- Es deber del Abogado velar para que el nombramiento de Magistrados no se
deba a consideraciones políticas, sino exclusivamente a su aptitud para el cargo; y también
para que no se dediquen a otras actividades distintas de la judicatura, que pongan en riesgo
su imparcialidad.
El Abogado que integra la Junta Directiva de su Colegio o Asociación no podrá ejercer ni
aceptar el cargo de Magistrado Suplente, excepto cuando para ese cargo, no exista en el lugar
el número de Abogados suficientes.

Acusación de Magistrados

Artículo 19.- Cuando haya fundamento serio de queja en contra de un Magistrado, el


Abogado la interpondrá ante el órgano respectivo o ante su Colegio. Solamente en este caso
tales acusaciones serán alentadas y los Abogados que las formulen, apoyados por sus
Colegas.

Extensión de los Artículos Anteriores

Artículo 20.- Las reglas de los dos artículos anteriores se aplicarán respecto de todo
funcionario ante quien habitualmente deben actuar los Abogados en ejercicio de la profesión.

Limitaciones de los ex-Funcionarios

Artículo 21.- Cuando un Abogado deje de desempeñar la magistratura o algún otro cargo
público, no debe aceptar el patrocinio de asunto del cual conoció su carácter oficial; tampoco
patrocinará asunto semejante a otro en el cual expresó opinión adversa con ocasión del
desempeño de su cargo, mientras no justifique su cambio de doctrina.

Influencias personales sobre el Juzgador

Artículo 22.- Es deber del Abogado no tratar de ejercer influencia sobre el Juzgador,
apelando a vinculaciones políticas o de amistad, o recurriendo a cualquier otro medio que no
sea el de la defensa. Es falta grave intentar o hacer alegaciones al juzgador fuera del tribunal
sobre un litigio pendiente.

Ayuda a los que están autorizados a ejercer la Abogacía

Artículo 23.- Ningún Abogado debe permitir que se usen sus servicios profesionales o su
nombre, para facilitar o hacer posible el ejercicio de la profesión por quienes no estén
legalmente autorizados para ejercerla. Denigra su profesión el Abogado que firme escritos
en cuya preparación y redacción no intervino o que preste su intervención sólo para cumplir
exigencias legales.

Puntualidad

Artículo 24.- Es deber del Abogado ser puntual en las diligencias y con sus colegas, sus
clientes y las partes contrarias.
SECCIÓN TERCERA RELACIONES DEL ABOGADO CON SUS CLIENTES

Obligaciones para con el Cliente

Artículo 25.- Es deber del Abogado para con su cliente servirlo con eficiencia y empeño
para que haga valer sus derechos. No debe supeditar su libertad ni su conciencia, ni puede
exculparse de un acto ilícito, atribuyéndolo a instrucciones de su clientela.

Aseveraciones sobre el buen éxito del Asunto, Transacciones

Artículo 26.- No debe el Abogado asegurar a su cliente que su asunto tendrá éxito, sino sólo
opinar según su criterio sobre el derecho que le asiste. Debe siempre favorecer una justa
transacción.

Atención personal del Abogado a su cliente

Artículo 27.- Las relaciones del Abogado con su cliente deben ser personales, por lo que no
ha de aceptar el patrocinio de clientes por medio de agentes, excepto cuando se trate de
instituciones altruistas para ayuda de pobres. El patrocinio de estas instituciones no obliga al
Abogado a patrocinar a las personas físicas que actúan por ella.

Responsabilidad relativa a la conducción del Asunto

Artículo 28.- El Abogado debe adelantarse a reconocer la responsabilidad que le resulte por
su negligencia, error inexcusable o dolo, allanándose a indemnizar por los daños y perjuicios
ocasionados al cliente.

Conflicto de Intereses

Artículo 29.- Tan pronto como un cliente solicite para cierto asunto los servicios de un
Abogado, si éste tuviere interés en él o algunas relaciones con las partes, o se encontrare
sujeto a influencias adversas a los intereses de dicho cliente, lo deberá revelar a éste y
abstenerse de prestar ese servicio.

Renuncia al Patrocinio

Artículo 30.- Una vez aceptado el patrocinio de un asunto, el Abogado no podrá renunciarlo
sino por causa justificada sobreviniente que afecte su honor, su dignidad o su conciencia, o
implique incumplimiento de las obligaciones morales o materiales del cliente hacia el
Abogado, o haga necesaria la intervención exclusiva de profesional especializado.

Conducta incorrecta del Cliente

Artículo 31.- El Abogado ha de velar porque su cliente guarde respeto a los magistrados y
funcionarios, a la contraparte, a sus Abogados y a los terceros que intervengan en el asunto;
y porque no hagan actos indebidos. Si el cliente persiste en su actitud reprobable, el Abogado
debe renunciar al patrocinio.
Descubrimiento de engaño o equivocación durante el juicio

Artículo 32.- Cuando el Abogado descubra en el juicio una equivocación o engaño que
beneficie injustamente a su cliente deberá comunicárselo para que rectifique y renuncie al
provecho que de ella pudiera obtener. En caso de que el cliente no esté conforme, puede el
Abogado renunciar al patrocinio.

Honorarios

Artículo 33.- Como norma general en materia de honorarios, el Abogado tendrá presente
que el objeto esencial de la profesión es servir a la justicia y colaborar en su administración.
El provecho o retribución nunca debe constituir el móvil de los actos profesionales.

Bases para estimación de Honorarios

Artículo 34.- Sin perjuicio de lo que dispongan los aranceles de la profesión, para la
estimación del monto de los honorarios, el Abogado debe fundamentalmente atender a los
siguientes:

I. La importancia de los servicios.


II. La cuantía del asunto.
III. El éxito obtenido y su trascendencia.
IV. La novedad o dificultad de las cuestiones jurídicas debatidas.
V. La experiencia, la reputación y la especialidad de los profesionales que han intervenido.
VI. La capacidad económica del cliente, teniendo presente que la pobreza obliga a cobrar
menos y aún a no cobrar nada.
VII. La posibilidad de resultar el Abogado impedido de intervenir en otros asuntos o de
desavenirse con otros clientes o con terceros.
VIII. Si los servicios profesionales son aislados, fijos o constantes.
IX. La responsabilidad que se derive para el Abogado de la atención del asunto.
X. El tiempo empleado en el patrocinio.
XI. El grado de participación del Abogado en el estudio, planeamiento y desarrollo del
asunto, y
XII. Si el abogado solamente patrocinó al cliente o si también lo sirvió como mandatario.

Pacto de cuota litis

Artículo 35.- El pacto de cuota litis no es reprochable en principio. En tanto no lo prohiban


las disposiciones legales, es admisible cuando el Abogado lo celebra por escrito antes de
prestar sus servicios profesionales sobre bases justas, siempre que se observen las siguientes
reglas:

1. La participación del Abogado nunca será mayor que la del cliente.


2. El Abogado se reservará el derecho a rescindir el pacto y separarse del patrocinio o del
mandato en cualquier momento, dentro de las situaciones previstas por el artículo 30, del
mismo modo que dejará a salvo la correlativa facultad del cliente para retirar el asunto y
confiarle a los otros profesionales en idénticas circunstancias. En ambos casos el Abogado
tendrá derecho a cobrar una cantidad proporcional por sus servicios y con la participación
originariamente convenida, siempre que sobrevenga beneficios económicos a consecuencia
de su actividad profesional. Cuando las pretensiones litigiosas resulten anuladas por
desistimiento o renuncia del cliente o reducidas por transacción, el Abogado tendrá derecho
a liquidar y exigir el pago de los honorarios correspondientes a los servicios prestados.
3. Si el asunto es resuelto en forma negativa, el Abogado no debe cobrar honorarios o gasto
alguno, a menos que se haya estipulado expresamente a su favor ese derecho.

Gastos del Asunto

Artículo 36.- No es recomendable en principio, salvo que se trate de un cliente que carezca
de medios, que el Abogado convenga con él en expresar los gastos del asunto, fuera del caso
de promediar pacto de cuota litis u obligación contractual de anticiparlo con cargo de
reembolso.

Adquisición de interés en el Asunto

Artículo 37.- Fuera del caso de cuota litis escriturado con anterioridad a su intervención
profesional, el Abogado no debe adquirir interés pecuniario de ninguna clase relativo al
asunto que patrocina o haya patrocinado.
Tampoco debe adquirir directa o indirectamente bienes de esa índole en los remates
judiciales que sobrevengan.

Controversia con los Clientes acerca de los Honorarios

Artículo 38.- El Abogado debe evitar controversia con el cliente acerca de sus honorarios,
hasta donde esto sea compatible con su dignidad profesional y con su derecho a recibir
adecuada retribución por sus servicios. En caso de verse obligado a demandar al cliente, es
preferible que se haga representar por un colega.

Manejo de Propiedad ajena

Artículo 39.- El Abogado dará aviso inmediato a su cliente de los bienes y dinero que reciba
por él, y se los entregará tan pronto aquél lo solicite. Falta a la ética profesional el Abogado
que disponga de fondos de su cliente.

SECCIÓN CUARTA RELACIONES DEL ABOGADO CON SUS COLEGAS Y LA


CONTRAPARTE

Fraternidad Respeto entre los Abogados

Artículo 40.- Entre los Abogados debe haber fraternidad que enaltezca la profesión,
respetándose recíprocamente, sin dejarse influir por la animadversión de las partes. Se
abstendrán cuidadosamente de expresiones malévolas o injuriosas y de aludir a antecedentes
personales, ideológicos, políticos o de otra naturaleza, de sus colegas.
El Abogado debe ser correcto con sus colegas y facilitarles la solución de inconvenientes
momentáneos, cuando por causas que no le sean imputables, como ausencia, duelo,
enfermedad o de fuerza mayor estén imposibilitados para servir a su cliente. No faltarán, por
apremio del cliente, a su concepto de la decencia y del honor.

Trato con la Contraparte

Artículo 41.- No ha de tratar el Abogado con la contraparte directa o indirectamente, sino


por conducto o por conocimiento previo de su Abogado. Sólo con la intervención de éste
podrá gestionar convenios o transacciones.
El Abogado puede entrevistar libremente a los testigos de una causa civil o penal en la que
intervenga, pero no debe inducirlos por medio alguno a que se aparten de la verdad.

Sustitución en el Patrocinio

Artículo 42.- El Abogado no intervendrá en favor de persona patrocinada en el mismo


asunto por un colega, sin dar previamente aviso a éste, salvo el caso de renuncia expresa o
de imposibilidad del mismo. Si sólo llegare a conocer la intervención del colega después de
haber aceptado el patrocinado, se lo hará saber de inmediato.

Convenios entre los Abogados

Artículo 43.- Los convenios celebrados entre Abogados deben ser estrictamente cumplidos.
Los que fueren importantes para el cliente deberán ser escritos; pero el honor profesional
exige que, aún no habiendo sido, se cumplan como si constaran de instrumento público.

Colaboración profesional y conflicto de opiniones

Artículo 44.- No debe interpretar el Abogado como falta de confianza del cliente, que le
proponga la intervención en el asunto que le ha confiado, de otro Abogado adicional, y por
regla general ha de aceptarse esta colaboración.
Cuando los Abogados que colaboran en un asunto no puedan ponerse de acuerdo respecto
de un punto fundamental para los intereses del cliente, le informarán francamente del
conflicto de opiniones para que resuelva.
Su decisión se aceptará, a no ser que la naturaleza de la discrepancia impida cooperar en
debida forma al Abogado cuya opinión fue rechazada. En este caso, deberá solicitar al
cliente que lo revele.

Distribución de Honorarios

Artículo 45.- Solamente está permitida la distribución de honorarios basada en la


colaboración para la prestación de los servicios y en la correlativa responsabilidad.

Asociación entre Abogados

Artículo 46.- El Abogado solo podrá asociarse para ejercer la profesión con otros colegas,
y en ningún caso con el propósito ostensible o implícito de aprovechar su influencia para
conseguir asuntos.
El nombre de la asociación habrá de ser de uno o más de sus componentes con exclusión de
cualquiera otra designación. Fallecido un miembro, su nombre podrá mantenerse siempre
que se advierta claramente dicha circunstancia.
Si uno de los asociados acepta un puesto oficial incompatible con el ejercicio de la
profesión, deberá retirarse de la asociación a que pertenezca y su nombre dejará de usarse.

Artículo 47.- Es deber imperativo del Abogado prestar con entusiasmo y dedicación su
concurso personal para el mejor éxito de los fines colectivos del Colegio a que pertenezca.
Los encargos o comisiones que puedan confiársele, deben ser aceptados y cumplidos,
procediendo la excusa solo por causa justificada. De la misma manera observará
cumplidamente las obligaciones que contrajera, personal y libremente, bajo la intervención
del Colegio u otra Corporación de Abogados, referentes al interés profesional o propio del
mismo.

Alcance y cumplimiento de este Código

Artículo 48.- Las normas de este Código se aplican a todo el ejercicio de la abogacía y la
especialización no exime de ellas. El Abogado al matricularse en el Colegio de Abogados,
deberá hacer promesa solemne de cumplir fielmente este Código de Ética Profesional.
El presente Código será de aplicación en todos los Colegios de Abogados de la República y
entrará en vigencia a partir del 15 de Mayo de 1997.
CÓDIGO DE ÉTICA MÉDICOS

CÓDIGO DE ÉTICA MÉDICA

Acuerdo Ministerial 14660-A. Registro Oficial 5 de 17 de Agosto de 1992

NOTA GENERAL:

Por Resolución del Tribunal de Garantías Constitucionales No. 023 - 93 - CP, se


declara inconstitucional de fondo y forma al código de ética médica. Falta
confirmación de sala constitucional de Corte Suprema, publicada en Registro Oficial
No. 132, de 18 de Febrero de 1993. La Corte Suprema declara la nulidad de la
Resolución del Tribunal de Garantías, por Resolución publicada en Registro Oficial
No. 300 de 20 de octubre de 1993.

EL MINISTRO DE SALUD PÚBLICA

CONSIDERANDO:

Que los médicos en su noble y sacrificada profesión asumen la gran responsabilidad


de hacer efectiva la garantía Constitucional del Derecho a la Salud de los ecuatorianos;

Que el código de la Salud en el Título XI del Libro II regula el ejercicio de las


profesiones médicas afines y conexas;

Que es conveniente que los profesionales médicos cuenten con un instrumento ético
- jurídico (sic) o que regule las obligaciones morales a que se deban sujetarse en el
desarrollo diario de sus actividades relativas a la protección, fomento, reparación y
rehabilitación de la salud individual y colectiva;

Que la X Asamblea Médica Nacional celebrada en la ciudad de Cuenca el 18 de


diciembre de 1985, aprobó el Código de Ética Médica. En uso de las atribuciones que le
otorga el Art. 63 del Código de la Salud.

Acuerda:

CAPÍTULO I De los deberes con los organismos de la Federación

Art. 1.- Es deber del medio cumplir las disposiciones emanadas por la Ley de Federación,
sus Reglamentos y el presente Código, al margen de su nacionalidad.

Art. 2.- El médico tiene la obligación de acatar y cumplir las resoluciones de los órganos
de la Federación Médica, al margen de su nacionalidad.
CAPÍTULO II Deberes para con la sociedad

Art. 3.- El médico está obligado a dar su más amplia y decidida colaboración voluntariamente
y/o a solicitud de la autoridad competente en casos de epidemias, desastres, emergencias o
conflagración.

Art. 4.- Cuando sea requerido a cumplir una obligación extraordinaria de beneficio social,
tendrá libertad para realiza su cometido en condiciones que no atenten contra su integridad
personal.

Art. 5.- Se procurará de los riesgos que representan para la salud la contaminación
ambiental, colaborando con las instituciones, personas y comunidades en la promoción y
realización de actividades destinadas a eliminar tales riesgos. La promoción de la salud, la
prevención de las enfermedades y rehabilitación médica y social son imperativos éticos de
la profesión médica.

CAPÍTULO III Deberes y derechos del médico para con los enfermos Art. 6.- El

Médico desde que es llamado para atender a un enfermo, se hace responsable de

proporcionarle todos los cuidados médicos necesarios para que recupere su salud. Su

responsabilidad mayor será la conservación de la vida del enfermo.

Art. 7.- El Médico está obligado a llevar una ficha clínica escrita de cada uno de sus
pacientes y registrar la evolución que constate en los mismos.

Art. 8.- Está obligado a acudir a un llamado sin motivo de excusa, en los siguientes casos:
a) Cuando no haya otro facultativo en la localidad en que ejerce su profesión;
b) Cuando habitualmente es el medio de quien lo solicita; y,
c) En los casos de suma urgencia o peligro inmediato para la vida del enfermo.

Art. 9.- Se exceptúa de esta obligatoriedad cuando el médico está capacitado física y
mental debidamente comprobado.

Art. 10.- Cuando se trate de un caso grave o se tema un desenlace fatal está en la obligación
de dar aviso oportuno, para que puedan ser atenidos los intereses espirituales y morales del
paciente y los materiales de los familiares. La advertencia del peligro lo hará a los
consanguíneos, amigos o allegados, eligiendo como confidente a la persona más ponderada
o a una autoridad competente cuando el caso lo requiere.

Art. 11.- En casos de incurabilidad lo dará a conocer a los familiares y en casos especiales
al propio enfermo cuando el médico lo crea indispensable usando la mayor prudencia y
manteniendo en primer lugar, los mejores intereses del enfermo.
Art. 12.- La cronicidad o incurabilidad no constituye motivo para que el médico prive de
asistencia al enfermo, pues en estos casos se hará más necesario el auxilio y en consuelo
que el médico pueda brindar.

Art. 13.- El médico debe respetar las creencias religiosas e ideológicas de sus pacientes y no
oponerse al cumplimiento de sus preceptos, siempre que no sean perjudiciales para su salud.

Art. 14.- El número de visitas, la realización de exámenes complementarios, la aplicación de


los tratamientos médicos quirúrgicos, así como la oportunidad de los mismos deberán ser los
estrictamente necesarios para seguir el curso de la enfermedad.

Art. 15.- El Médico no hará ninguna intervención quirúrgica sin previa autorización del
enfermo, y si éste no pudiera darla recurrirá a su representante o a un miembro de la
familia, salvo que éste de por medio la vida del paciente a corto plazo. En todos los casos
de autorización incluirá el tipo de intervención, los riesgos y las posibles complicaciones.

Art. 16.- Igualmente, los casos que sean sometidos a procedimientos de diagnóstico o de
terapéutica que signifiquen riesgo, a juicio del médico tratante, deben tener la autorización
del paciente, de su representante o de sus familiares. También lo hará en caso de usar
técnicas o drogas nuevas a falta de otros recursos debidamente probados como medios
terapéuticos y salvaguardando la vida e integridad del paciente.

Art. 17.- Los procedimientos de anestesia general o regional no se realizarán sino en


centros hospitalarios o clínicas con personal calificado y medios suficientes para dicho
procedimiento.

Art. 18.- Todo procedimiento clínico o quirúrgico complejo o que entrañe (sic) algún
peligro para el paciente podrá efectuarse solamente en centros que posean los elementos
técnicos que garanticen la seguridad de dichos procedimientos. No se administrarán
drogas, ni usarán métodos clínicos o quirúrgicos que no se consideren idóneos.

Art. 19.- El Médico tiene la obligación de advertir el diagnóstico a sus pacientes o los
familiares, en estricto apego al estudio de la patología encontrada y en concordancia con su
real capacidad; prohíbase por tanto las explicaciones folclóricas o de otra índole que no sea
la científica.

Art. 20.- La atención domiciliaria brindada por el médico es de su absoluta responsabilidad,


por tanto está en la obligación de alertar a sus pacientes o familiares, sobre los limitantes de la
misma.

Art. 21.- El Médico está en la obligación de explicar a sus pacientes, los beneficios de la
prestación médica institucional, social o pública; antes de hacerse cargo de su caso.

Art. 22.- No podrá por tanto, utilizar los recursos o servicios médicos institucionales
sociales o públicos, para llenar sus vacíos.

Art. 23.- Prohíbase la prestación de servicios por parte de médicos, en instituciones de


salud privadas que no cuenten con los recursos físicos y tecnológicos adecuados o no
cumplan con los requisitos que garanticen una correcta atención a los pacientes.

Art. 24.- La asociación entre médicos para la prestación de servicios profesionales, debe
tener como finalidad la complementación y el mejoramiento del recurso ofrecido,
prohíbase por tanto la asociación con fines de lucro o engaño.

CAPÍTULO IV De los derechos humanos

Art. 25.- El médico tiene la obligación incólume de respetar los principios consagrados en la
declaración de los derechos Humanos. Su ejercicio profesional se regirá a estos principios
los cuales no podrían ser violados en ningún caso sea este civil, penal, político o de
emergencia nacional.
Art. 26.- La relación profesional del médico con las personas privadas de su libertad,
deberá tener como única finalidad evaluar, proteger su salud física o mental y tratar sus
alteraciones con la misma prestancia y calidad que brinda a todas las personas que lo
requieran.

Art. 27.- El Médico no podrá participar directa o indirectamente en la prescripción,


complicidad o realización de torturas a las personas privadas de su libertad.

Art. 28.- El Médico no podrá contribuir con sus conocimientos y pericia a interrogatorios de
personas privadas de su libertad; ni certificar que éstas se encuentran en condiciones de
recibir cualquier forma de tratamiento, experimentación o castigo, que pueda influir
desfavorablemente en su salud física o mental.

CAPÍTULO V Deberes de confraternidad

Art. 29.- El honor del cuerpo médico exige del facultativo se abstenga de dañar la reputación
de sus colegas con calumnias e injurias, o manifestar sus defectos y errores que tiendan a
rebajar sus méritos.

Art. 30.- Se puede denunciar al Colegio Médico o al Tribunal de Honor los actos ilícitos o el
falso testimonio que afecten la reputación personal o del gremio.

Art. 31.- Por deber la confraternidad se atenderá gratuitamente a los colegas y a su familia
próxima, es decir a sus padres, cónyuge e hijos si dependen económicamente de el. Las
atenciones otorgadas deberán constar en una certificación firmada por el beneficiario para
que afecten los intereses económicos del facultativo.

Art. 32.- Cuando un médico es llamado por el paciente para reemplazar a otro, debe insinuar
a la familia del paciente que se notifique primero de este particular al médico anterior, como
prueba del respecto al colega.

Art. 33.- El Médico que por motivos justificados se encargue provisionalmente de los
enfermos de otro colega, debe desempeñar su misión sujetándose a las normas que
garanticen los intereses y el buen nombre del reemplazado.

Art. 34.- En caso de no asistencia del médico tratante, el que hubiere sido llamado deberá
retirarse de aquel, salvo que medie una disposición expresa del paciente, sus familiares o del
mismo.

Art. 35.- En el consultorio privado del médico pueden recibidos y tratados todos los
pacientes cualesquiera que haya sido sus médicos anteriores siempre que su especialidad le
acredite mejor atención y de mutuo acuerdo con el paciente.

Art. 36.- Si varios facultativos son solicitados simultáneamente para un caso de urgencia, el
enfermo quedará al cuidado de el o los especialistas afines con la patología que presenta. En
igualdad de condiciones quedará a criterio del paciente o de sus familiares la selección del
médico tratante.

Art. 37.- El médico no podrá usar medios de expresión pública ajenos a los propios y
específicos de su clase, para solventar diferencias de criterio profesional.

Art. 38.- El médico y sus organismos gremiales deberán defender a los colegas perjudicados
injustamente en el ejercicio de su profesión.

Art. 39.- Un médico no podrá reemplazar a otro colega que haya sido separado de un cargo
por causas que no estén justificadas en la Ley y los Reglamentos respectivos.

Art. 40.- El facultativo que quiera asistencia médica deberá facilitar las decisiones de sus
colegas adoptando exclusivamente la condición de paciente.

CAPÍTULO VI De las juntas médicas

Art. 41.- Se llama Junta Médica a la reunión de dos o más colegas para intercambiar
opiniones respecto al diagnóstico, pronóstico y tratamiento del enfermo.

Art. 42.- Las Juntas Médicas deberán conformarse de preferencia con los especialistas afines a
la patología del enfermo.

Art. 43.- La rivalidad, resentimientos o intolerancia en materia de opiniones no deben tener


cabida en la Junta Médica; al contrario, la buena fe, la probidad el respeto y la cortesía se
imponen como un deber en el trato profesional de sus integrantes.

Art. 44.- Las Juntas Médicas se harán por indicación del médico tratante o a petición del
paciente o sus familiares. El Médico deberá convocarla en los siguientes casos:
a) Cuando no se logre un diagnóstico;
b) Cuando no se obtiene un resultado satisfactorio con el tratamiento empleado; y,
c) Cuando por la gravedad del pronóstico sea necesaria.

Art. 45.- En caso de que el médico consultor propuesto por el paciente o sus familiares no
convenga al médico tratante por causas justas, queda a su conciencia profesional solicitar
cortésmente sea llamado otro médico consultor y si los familiares insistieren, el médico
tratante está en libertad de continuar o no la atención del paciente.

Art. 46.- Los médicos están en la obligación de concurrir a las Juntas con puntualidad. Si
después de una espera prudencial no concurre el médico tratante, los médicos consultores
están autorizados para proceder a examinar al enfermo.

Art. 47.- Reunida la Junta el médico tratante hará la relación del caso sin omitir ningún detalle
de interés y hará conocer los resultados de los análisis y demás elementos de diagnóstico
empleados. Luego deliberarán para ponerse de acuerdo con el diagnóstico y tratamiento.

Art. 48.- Si los consultantes no están de acuerdo con el médico tratante, los familiares
podrán elegir el o los especialistas que deberán continuar con la asistencia.

Art. 49.- Las decisiones de las Juntas pueden ser modificadas por el médico tratante si así lo
exige la evolución de la enfermedad, pero todas las modificaciones, como las causas que le
motivaron, serán expuestas en las Juntas siguientes que pudieren efectuarse.

Art. 50.- Las discusiones que pueden tener las Juntas deben ser de carácter confidencial la
responsabilidad es colectiva y no le será permitido a ninguno eximirse de ella, por medio de
juicios o censuras emitidas en otro ambiente que no sea de la Junta misma. Esta deberá
sentar por escrito el criterio sobre el diagnóstico del enfermo, debiendo quedar incorporada
a la historia clínica.
Art. 51.- A los médicos consultores les está prohibido volver al centro hospitalario después
de terminada la consulta, salvo caso de urgencia o por indicación del médico tratante y con
anuencia del enfermo o sus familiares, así como hacer comentarios particulares sobre el
caso.

Art. 52.- Cuando la familia no puede pagar una Junta Médica, el médico tratante podrá
conformarla y los designados están obligados a integrarla en forma gratuita, al igual que el
médico tratante.

CAPÍTULO VII Deberes del médico para con el Estado

Art. 53.- Siendo el Estado el que regula y protege la actividad profesional del médico éste
está obligado a cumplir ciertos deberes retributivos que garanticen los mejores y más
amplios programas de bienestar humano; por tanto, el médico debe dar ejemplo en el
cumplimiento de las Leyes del Estado, particularmente el Código Sanitario y la Ley y
Reglamentos de la Federación Nacional de Médicos.

Art. 54.- Siendo la salud del pueblo uno de los principales objetivos del Estado, el médico
debe contribuir a que se cumplan los planes y programas de salud.

Art. 55.- Todo médico becario deberá sujetarse a las Leyes y Reglamentos que regulan las
becas y tiene por obligación retribuir con su trabajo el beneficio recibido.

CAPÍTULO VIII De los honorarios médicos

Art. 56.- La equidad es la primera y más universal norma moral en el cobro de los
honorarios profesionales; en ellos debe atenerse de modo singular a las justas costumbres
locales, a la magnitud de servicio, al prestigio y necesidad de la intervención personal, a las
condiciones económicas del enfermo y el honesto pacto pre -establecido si lo hubiere.

Art. 57.- El médico acatará las resoluciones sobre honorarios si estuvieren determinados por
los respectivos Colegios Médicos, en lo posible deberán ser pre
- establecidos antes de la intervención.

Art. 58.- Prohíbese al médico el cobro de honorarios a los pacientes que sean atendidos en las
instituciones sociales o públicas del sector salud.

Art. 59.- Las atenciones gratuitas perjudicarán a los colegas y deben limitarse a casos de
parentesco cercano, asistencia a colegas y pobreza manifiesta.

Art. 60.- La asistencia del médico tratante, cuando sea solicitada por el enfermo o sus
familiares, en una intervención quirúrgica, dada derecho a honorarios especiales.

Art. 61.- En los casos en que un paciente, sin razón justificada e niegue a cumplir los
compromisos pecuniarios con el médico, éste, una vez agotados todos los medios privados,
puede demandar el pago de honorarios sin que ello afecte, en forma alguna, el buen
nombre o crédito del demandante.

Art. 62.- Las interconsultas, debidamente justificadas, serán abonadas por el paciente. El
médico tratante deberá advertir esta circunstancia oportunamente al enfermo.

Art. 63.- Todo médico que sea llamado a realizar un peritaje médico - legal tiene derecho a
percibir honorarios por su labor excepto los médicos legistas rentados por el Estado.

Art. 64.- Queda formal y categóricamente prescrita la prescripción de honorarios entre


médico y cualquier otro profesional y pacientes.
Art. 65.- Constituye una violación a la ética profesional la percepción de un porcentaje
derivado de la prescripción de medicamentos, aparatos para uso médico, lentes, etc. así
como la retribución pecuniaria a intermediarios de cualquier clase entre profesionales y
pacientes.

CAPÍTULO IX Del secreto profesional

Art. 66.- El secreto profesional es un deber que nace de la esencia misma de la profesión. El
interés público, la seguridad de los enfermos, la honra de las familias, la responsabilidad del
profesional y la dignidad de la ciencia médica, exigen el secreto. Los médicos tienen el
deber de conservar en secreto todo cuanto observen, escuchen o descubran en el ejercicio de
su profesión.

Art. 67.- El médico no incurre en responsabilidad cuando revela el secreto profesional en


los siguientes casos:
a) Cuando en su calidad de perito actúa como médico de una compañía de seguros
rindiendo informe sobre la salud de los candidatos que ha examinado, el que enviará
en sobre cerrado al médico jefe de la compañía, quien tendrá la misma obligación del
secreto;
b) Cuando es comisionado por la autoridad competente para reconocer el estado
físico y mental de una persona;
c) Cuando ha sido designado por la autoridad competente para practicar necropsias o
peritajes médicos legales de cualquier género, así en lo civil como en lo penal;
d) Cuando actúa con carácter de médico funcionario de los servicios sanitarios del país;
e) Cuando en su calidad de médico tratante hace declaración de enfermedad infecto -
contagiosa ante la autoridad sanitaria y cuando expida certificado de defunción;
f) Cuando tratándose de menores de edad o mayores incapacitados mentales, lo exijan
sus padres o representantes;
g) Cuando el médico es acusado o demandado bajo imputación de un daño culposo
en el ejercicio de su profesión;
h) Cuando revela o denuncia los delitos que tenga conocimiento en el ejercicio de su
profesión para que no cometa un error judicial; e,
i) Cuando a pedido expreso del paciente extienda una certificación sobre su afección
o enfermedad.

Art. 68.- Los casos de embarazo parto se incluyen en el secreto profesional, el médico debe
guardar reserva salvo ante los padres o representantes en el caso de menores de edad.

Art. 69.- No se viola el secreto profesional cuando el médico es citado al Tribunal para
declarar como testigo de los hechos que ha conocido en el ejercicio de su profesión.

Art. 70.- Cuando el médico se vea obligado a reclamar judicialmente sus honorarios se
limitará a indicar en forma general el trabajo realizado sin exponer el diagnóstico.

Art. 71.- El profesional solo debe suministrar informe respecto al diagnóstico o tratamiento del
enfermo, a los familiares más inmediatos, sus representante o al paciente.

Art. 72.- El médico puede compartir su secreto con cualquier otro colega que intervenga en el
caso, el que a su vez está obligado a mantenerlo.
Art. 73.- Si por motivos científicos deben exhibirse o publicarse fotografías que permitan
la identificación del paciente, se necesita autorización .............................. (sic).

Art. 74.- Las visitas médicas hospitalarias a cargo del médico tratante deberán realizarse con
toda la prudencia, de tal manera que no se afecte la integridad del paciente.

Art. 75.- Los documentos médicos relacionados con los pacientes, así como el registro de la
información por otros medios, tanto en los consultores privados como en los servicios de
salud, deben ser manejados con carácter reservado. Al personal paramédico encargado de los
mismos deberá instruirle que está obligado a guardar el secreto médico involucrado en
dichos documentos.

CAPÍTULO X De los especialistas

Art. 76.- El especialista orientará de preferencia su actividad a la especialidad elegida.

Art. 77.- Comprobada por un médico tratante la oportunidad de la intervención de un


especialista, deberá hacerlo presente al enfermo o sus familiares. Aceptada la consulta, ésta
se concertará y realizará de acuerdo con los artículos pertinentes de este Código.

Art. 78.- Si de la consulta realizada se desprende que la enfermedad está encuadrada dentro
de la especialidad del consultante, el médico tratante debe cederle la conducción del
tratamiento. Si en cambio, no constituye más que una complicación y ocupa en lugar
secundario en el cuadro general de la enfermedad, la conducción del tratamiento
corresponde al médico tratante y el especialista debe concretarse a tratar la condición
patológica que le corresponde, y, de acuerdo con aquel, suspender su intervención tan
pronto como cese la necesidad de sus servicios.

Art. 79.- En caso de cualquier intervención en la que se necesitare la presencia de un


especialista, es a éste a quien corresponde indicar la oportunidad de su intervención. Si
hubiere discrepancia de criterio se convocará a Junta Médica.

Art. 80.- Al médico tratante que envíe a su paciente al consultorio de un especialista le


corresponde comunicarse previamente con el por cualquier medio y a éste, una vez
realizado el examen, comunicará el resultado. La conducta que se seguirá desde ese
momento por ambos colegas es la indicada en los artículos precedentes.

CAPÍTULO XI De los anuncios profesionales y de la propaganda

Art. 81.- En el aviso por los medios de comunicación ofreciendo sus servicios profesionales
deben constar solamente nombres, apellidos, especialidad, títulos académicos debidamente
reconocidos en el país, dirección, teléfono y horas de consulta.

Art. 82.- Las placas del consultorio consignarán los datos arriba señalados y tendrá
dimensiones razonables.

Art. 83.- En los recetarios y otros documentos similares podrán enunciarse los títulos
reconocidos por las Facultades de Medicina del Ecuador y por las Sociedades Científicas
nacionales y extranjeras autorizadas legalmente.

Art. 84.- Está absolutamente prohibido anunciar curaciones a plazo fijo o infalibles.
Art. 85.- Está prohibido anunciar la prestación de servicios gratuitos y ofrecer procedimientos
exclusivos.

Art. 86.- Está prohibido anunciar mediante hojas sueltas toda propaganda que se refiera a su
ejercicio profesional.

Art. 87.- No está permitido exhibir anuncios en lugares inadecuados que comprometan la
seriedad de la profesión.

Art. 88.- Toda propaganda por radio o televisión de carácter individual sobre la profesión
deberá acogerse obligatoriamente a las normas del Art. 81.

Art. 89.- Toda propaganda de prestación de servicios médicos personales o institucionales,


deberá ser autorizada previamente, por el respectivo Colegio Provincial o la Comisión
Ejecutiva cuando el alcance de dicha propaganda sea nacional.

CAPÍTULO XII De la eutanasia

Art. 90.- El médico no está autorizado para abreviar la vida del enfermo. Su misión
fundamental frente a una enfermedad incurable será aliviada mediante los recursos
terapéuticos del caso.

Art. 91.- Establecida la muerte cerebral, de acuerdo con las normas internacionales
vigentes, no se justifican las acciones excepcionales para prolongar las manifestaciones
vitales de las estructuras biológicas residuales.

Art. 92.- En aquellos casos en que los indicadores clínicos e instrumentales revelen
situaciones insalvables o incompatibles con la dignidad de la persona humana, queda al
criterio del médico y de los familiares suspender los procedimientos extraordinarios. En
caso de controversia se recurrirá al criterio de una Junta Médica constituida por tres
especialistas afines al caso.

CAPÍTULO XIII De las incompatibles y otras faltas a la ética

Art. 93.- No utilizará su condición de médico y/o especialista para el comercio de drogas,
especialmente tóxicas y estupefacientes; pudiendo recetarlos solo con fines terapéuticos.

Art. 94.- Es falta grave al asociarse, amparar, colaborar y encubrir el empirismo.

CAPÍTULO XIV De los deberes del médico con las profesiones afines y auxiliares de
la medicina

Art. 95.- El médico cultivará cordiales relaciones con los profesionales de las ramas para -
médicas colaborando en su perfeccionamiento y respetando estrictamente los límites de
cada profesional, siempre que éstas respeten el Código de la Salud.

Art. 96.- Cuando se trata de estos profesionales afines a la medicina no hay obligación de
prestar gratuitamente los servicios médicos.
Art. 97.- El médico no debe delegar no confiar a los auxiliares de la medicina lo que a el
exclusivamente le corresponde en el ejercicio de su profesión.

CAPÍTULO XV Del médico funcionario

Art. 98.- Sus obligaciones con el Estado no le eximen de sus deberes éticos con sus colegas
y, en consecuencia, debe dentro de su esfera de acción y posibilidades propugnar porque se
respete:

a) El principio y régimen del concurso;


b) La estabilidad y el escalafón médico;
c) El derecho de amplia defensa y sumario previo a todo despido;
d) El derecho de profesar cualquier idea política y religiosa; y,
e) Los demás derechos consagrados en este Código de Ética.

Art. 99.- El médico que desempeña una función pública ésta, como el que más, obligado a
respetar la ética profesional cumpliendo con lo establecido en este Código.

Art. 100.- Es contraria a la ética la participación de los médicos en todos los sistemas
compulsivos que impliquen tortura física o mental de los seres humanos o su degradación.

CAPÍTULO XVI Normas esenciales para el mantenimiento de la dignidad


profesional

Art. 101.- Son contrarios a la ética profesional los siguientes procedimientos:

a) Proyectar o televisar asuntos científicos ante personas ajenas a la medicina, con fines
comerciales;
b) Desviar enfermos de hospitales a consultorios particulares o clínicas;
c) Obtener beneficios de la venta de muestras médicas;
d) Establecer consultorios en farmacias, en locales comerciales o en locales
comunicados con ellos;
e) Prestar sus servicios profesionales no encontrándose en condiciones
psicofísicas satisfactorias o bajo la acción de bebidas alcohólicas;
f) Dar consultas e indicar tratamientos por correspondencia o por cualquier otro medio de
comunicación oral o escrita a quien no se hubiere examinado y cuya historia clínica no
se conozca; y,
g) Dar informes tendenciosos, otorgar certificados o fórmulas de complacencia y expedir
certificados sin examen previo.

Art. 102.- De una manera general el médico procurará evitar las exploraciones clínicas o los
tratamientos de sus familiares íntimos.

CAPÍTULO XVII Del aborto terapéutico

Art. 103.- Al médico le está terminantemente prohibido provocar el aborto al menos que
haya necesidad absoluta de hacerlo para salvar la vida de la madre; en caso de
enfermedades con alto riesgo hereditario, o cuando la madre haya sido expuesta, dentro del
primer trimestre del embarazo, a factores teratogénicos científicamente comprobados;
debiendo cumplirse los siguientes requisitos:
a) Con el consentimiento de la paciente, de su cónyuge o de su represente; y,
b) La necesidad de la interrupción del embarazo será certificada por una Junta Médica,
uno de cuyos participantes, por lo menos, debe ser especializado en la afección motivo
de la indicación.

Art. 104.- No debe practicarse el aborto terapéutico sino en un ambiente quirúrgico


adecuado.

CAPÍTULO XVIII De la planificación familiar y esterilización

Art. 105.- Es derecho privativo de las parejas el decidir sobre el número de hijos que deseen
tener. Por tanto, el médico puede aconsejarles acerca de los métodos utilizables, de
preferencia los reversibles.

Art. 106.- El médico está autorizado a realizar la esterilización definitiva masculina o


femenina con la respectiva autorización escrita por parte del cónyuge o representante, en los
siguientes casos:

a) Presencia de alteración genética en uno de los miembros de la pareja que pueda


producir enfermedades graves o irreversibles en la prole;
b) Peligro de la vida o grave detrimento de la salud de la madre durante futuros
embarazos o partos; y,
c) Como método de planificación familiar en el hombre o en la mujer, éstos deberán
tener por lo menos veinte y cinco años y tres hijos vivos.

Art. 107.- La inseminación artificial, solo la realizarán los médicos especialistas, previo
consentimiento mutuo de los cónyuges, y en los casos de esterilidad o impotencia del varón
comprobados científicamente.

Art. 108.- La ingeniaría (sic) y el consejo genético será de exclusiva competencia del
médico especialista, luego de una exhaustiva investigación que lo justifique.

Art. 109.- La fecundación in vitro será realizada por médicos especialistas en institutos o
centros de investigación autorizados, previo el consentimiento de los cónyuges y ante el
fracaso comprobado y total de los procedimientos naturales.

CAPÍTULO XIX De la muerte, los injertos y trasplantes de órganos, tejidos o partes


del organismo humano

Art. 110.- El médico tiene la obligación de certificar la muerte exclusivamente de los


pacientes a los cuales asistió en su deceso. Dicha certificación será de su absoluta
responsabilidad, y de acuerdo al Código de Salud.

Art. 111.- En los casos de muerte no asistida por un médico, así como en los casos de
diagnóstico incierto; el médico deberá conseguir la realización de la necropcia.

Art. 112.- La formolización de cadáveres debe ser realizada exclusivamente por médicos
autorizados por la autoridad en salud.

Art. 113.- El médico tiene la obligación de establecer la muerte por medios científicamente
válidos, antes de permitir la utilización de segmentos, órganos o parte de ellos con fines de
injerto o transplante.

Art. 114.- El médico vigilará que los segmentos, órganos a parte de ellos, pertenecientes a
cadáveres humanos, sean utilizados para transplantes, exclusivamente cuando consta la
voluntad así expresada por el propio sujeto antes de morir o por sus familiares o
representante luego de la muerte.

Art. 115.- El médico tiene la obligación de velar por la integridad física de sus pacientes;
por lo tanto, las desmembraciones de segmentos, órganos o parte de ellos solo las realizará
en casos por demás justificados y velando siempre de preservar la función.

Art. 116.- El injerto o trasplante no podrá ser realizado por el médico que certifique la
muerte del donante.

Art. 117.- La donación de órganos, sangre y otros porque las partes, órganos tejidos,
sangre y sus detidas por el médico, siempre que no produzcan daños significativos a la
salud del donante.

Art. 118.- El médico tiene la obligación de velar porque las partes, órganos tejidos, sangre y
sus derivados, provenientes de donantes, se utilicen exclusivamente para el tratamiento de
seres humanos e investigación; sin fines de lucro y al margen de la comercialización.

CAPÍTULO XX De la investigación y actualización médica


Art. 119.- El médico tiene la obligación de colaborar en la investigación científica en salud,
así como el desarrollo de nuevas técnicas y métodos para la protección, recuperación y
rehabilitación de los pacientes.

Art. 120.- La investigación y experimentación en humanos, sólo será realizada por médicos
capacitados, que observen los principios éticos y científicos establecidos, requiriendo
obligatoriamente el consentimiento escrito de la persona sujeta a dicha investigación o
experimentación.

Art. 121.- La experimentación en humanos con nuevos medicamentos o tratamientos de


cualquier tipo será realizada por médicos altamente calificados, y en instituciones
legalmente autorizadas para ello, previo consentimiento escrito del sujeto.
Art. 122.- El médico tiene la obligación permanente de actualizar sus conocimientos para
la práctica de su profesión.

Art. 123.- El médico debe evitar el uso exagerado de medicamentos, debiendo utilizar
aquellos cuya validez sea plenamente comprobada.

Art. 124.- El médico tiene la obligación de solicitar los exámenes auxiliares del diagnóstico y
tratamiento, estrictamente necesarios para sus pacientes.

Art. 125.- En los casos en los cuales el médico ocasione involuntariamente iatrogenia
comprobada tiene la obligación de comunicar lo sucedido al paciente, y evitando cobrar sus
honorarios que la reparación demanda.
CÓDIGO DE ÉTICA PROFESORES

PREÁMBULO.

El óptimo desempeño de las funciones profesionales, prevé altas exigencias a la eficiencia de


cada especialista. Sin embargo, es necesario conjugar el profesionalismo con la comprensión a
fondo de la responsabilidad adquirida y la obligación de cumplir irreprochablemente el deber
profesional dentro del marco de un compromiso social. Las fallas éticas y el menosprecio de los
valores, influyen negativamente tanto en la calidad del trabajo del especialista como en el estatus
de su grupo profesional.

Siendo una obligación del docente prestar sus servicios a personas o grupos, el profesional de la
educación debe caracterizarse por poseer un comportamiento digno, responsable, honorable,
trascendente y comprometido. Educar representa por sí solo un acto de moralidad, es decir, se
debe trabajar en beneficio de los educandos así como a favor de su libertad y desarrollo integral,
independientemente de los intereses y creencias personales. Por lo tanto, el docente debe actuar
con una ética impecable.

La misión del docente consiste en convocar a sus educandos hacia un proyecto de incidencia
social a través de un liderazgo colaborativo que incorpore las iniciativas y necesidades de los
propios educandos, en beneficio tanto de ellos como de su comunidad. El docente debe realizar
su trabajo respetando en todo momento el valor y la dignidad inherente a cada ser humano. Todos
los actos que realice el docente deberán manifestar su compromiso con la incorporación de los
individuos al movimiento social y a la producción de la cultura universal.

El presente Código Ético del Docente pone de manifiesto el valor que posee cada persona y su
entorno social, así como la afirmación de los principios que han de prevalecer en las relaciones
humanas, con el fin de mantener un alto nivel ético propuesto a los docentes en el ejercicio
profesional y orientar su conducta en las relaciones con educandos, colegas, instituciones y
comunidad.

CAPÍTULO I: OBJETO Y ÁMBITO.

Artículo 1.- El presente Código tiene como objeto proyectar la identidad institucional expresada
en principios y valores éticos que guíen la conducta, acciones y toma de decisiones cotidianas de
los estamentos de la comunidad politécnica, tendientes al cumplimiento de la visión y misión
institucional.
Artículo 2 - Este código es de cumplimiento obligatorio para las profesoras y los profesores, las
y los investigadores, las y los estudiantes, las y los servidores y las y los obreros miembros de la
comunidad educativa.

El incumplimiento del presente Código dará lugar a las sanciones previstas en la constitución,
ley del discapacitado, ley orgánica del servidor público, ley de educación intercultural, Código
de Trabajo, Estatuto y Reglamentos. Los reclamos y denuncias debidamente fundamentados
serán conocidos y resueltos por las instancias Institucionales pertinentes, observando el debido
proceso, la presunción de inocencia, los derechos a la defensa y de apelación.

CAPÍTULO II: COMPETENCIAS.

Se constituye competencia de los docentes ecuatorianos los siguientes ítems:

Artículo 3.- Asumir la obligación de regir siempre su ejercicio profesional de acuerdo a


principios éticos y científicos inherentes a la práctica docente.

Artículo 4.- Respetar las ideas y opiniones políticas, religiosas y la vida privada,
independientemente de la nacionalidad, sexo, edad, posición social o cualquier otra característica
de las personas con quien se relaciona profesionalmente.

Artículo 5.- Procurar la puntualidad y aprovechar el tiempo destinado a las actividades


educativas a su cargo para el cumplimiento del Plan de Trabajo docente.

Artículo 6.- Fundamentar su actividad en una preparación actualizada en su materia y para el


trabajo docente, procurando la superación personal y profesional continua, así como el desarrollo
armónico de los seres humanos y grupos sociales.

Para ello, debe mantenerse al tanto de los avances y propuestas nacionales e internacionales en
la docencia.
Artículo 7.- Respetar escrupulosamente la integridad física y mental, especialmente de sus
educandos y de todos los seres humanos, evitando manipular y obtener beneficios personales que
impliquen perjuicio a sus alumnos o para otros.

Artículo 8.- Ser receptivo a las problemáticas que sus alumnos le confíen y guardar la
información recibida.
Artículo 9.- Evitar que su vida personal obstaculice el desarrollo de los objetivos educativos a
su cargo, además de abocarse a buscar la superación de sus problemáticas.

Artículo 10.- Fomentar el pensamiento científico, especialmente en el ejercicio profesional.

Artículo 11.-Delimitar su campo de intervención como docente y reconocer el alcance y límites


de las temáticas que domina, así como de sus técnicas educativas. Cuando sea necesario recurrir
al apoyo profesional para remitir y resolver los problemas que se presenten en el ámbito
educativo, comprometiéndose a trabajar interdisciplinariamente.

Artículo 12.- Evitar atribuirse calificaciones profesionales, méritos científicos o títulos


académicos que no posee.

Artículo 13.- Negarse a expedir cualquier certificado e informes que no se basen en los principios
científicos y oficiales que sustentan a la educación.

Artículo 14.- Evitar ejercer su profesión cuando su capacidad profesional se encuentre limitada
por el alcohol, las drogas, las enfermedades o incapacidades físicas y/o psicológicas.

Artículo 15.- Reconocer la responsabilidad y la influencia que tiene frente a los alumnos y la
comunidad, esforzándose por ser un ejemplo de vida con base en la congruencia.

Artículo 16.- Evitar delegar su trabajo profesional en otras personas, salvo causa de fuerza
mayor; y en este caso, cuidar que la persona que lo sustituya tenga la capacidad y se apegue al
programa del curso.

Artículo 17.- Promover el talento y encauzar la realización de los educandos.

Artículo 18.- Evitar el proselitismo religioso o político en el aula, así como la charlatanería
dentro y fuera del ámbito educativo.
CAPÍTULO III. NORMAS Y DEBERES.

Artículo 19.- Deberes del educador hacia los educandos

1. Procurar la autoformación y puesta al día en el dominio de las técnicas educativas, en la


actualización científica y en general en el conocimiento de las técnicas profesionales.

2. Establecer con los alumnos una relación de confianza comprensiva y exigente que
fomente la autoestima y el desarrollo integral de la persona, así como el respeto a los
demás.

3. Promover la educación y formación integral de los educandos sin dejarse nunca inducir
por intereses ajenos a la propia educación y formación, sean del tipo que sean.

4. Trabajar para que todos lleguen a tener una formación que les permita integrarse
positivamente en la sociedad en la que han de vivir.

5. Tratar a todos con total ecuanimidad, sin aceptar ni permitir prácticas discriminatorias por
motivos de sexo, raza, religión, opiniones políticas, origen social, condiciones
económicas, nivel intelectual, etc.

6. Aportar los elementos necesarios para que los educando conozcan críticamente su propia
identidad cultural y respeten la de los demás.

7. No adoctrinar ideológicamente y respetar en todo momento la dignidad del educando.

8. Guardar el secreto profesional, no haciendo uso indebido de los datos que se dispongan
sobre el alumno y su familia.

9. Poner a disposición de los alumnos todos sus conocimientos con ilusión y fomentar el
máximo interés hacia el conocimiento y conservación de todo aquello que constituye el
Patrimonio de La Humanidad.

10. Favorecer la convivencia en los centros educativos, fomentando los cauces apropiados
para resolver los conflictos que puedan surgir y evitando todo tipo de manifestación de
violencia física o psíquica.
Artículo 20.- Deberes del educador hacia los padres y tutores.

1. Respetar los derechos de las familias en la educación de sus hijos en lo que afecta a las
cuestiones relativas a los valores y a las finalidades de la educación para poder
incorporarlas a los proyectos educativos.

2. Asumir la propia responsabilidad en aquellas materias que son de la estricta competencia


profesional de los educadores.

3. Evitar confrontaciones y actitudes negativas, siendo respetuoso con el pluralismo presente


en los centros y en la sociedad.

4. Favorecer la cooperación entre las familias y el profesorado, compartiendo la


responsabilidad de la educación y estableciendo una relación que garantice el buen
funcionamiento del centro y propicie la participación de los padres y madres.

5. Tener informados a los padres del proceso educativo de sus hijos, responder
profesionalmente a sus demandas y, habiendo escuchado sus puntos de vista, darles las
orientaciones que les permitan contribuir adecuadamente a la educación de sus hijos.

6. Analizar con los padres el progreso de los alumnos respecto al desarrollo de su


personalidad y consecución de las finalidades y objetivos que se persiguen en cada una
de las etapas, al mismo tiempo que colaborar en hacer más efectiva la educación para
aquellos alumnos con necesidades educativas especiales.

7. Respetar la confianza que los padres depositan en los docentes cuando hacen confidencias
sobre circunstancias familiares o personales que afectan a los alumnos y mantener
siempre una discreción total sobre estas informaciones.

Artículo 21.- Deberes del educador con respecto a la profesión.

1. Dedicarse al trabajo docente con plena conciencia del servicio que se presta a la sociedad.

2. Promover su desarrollo profesional con actividades de formación permanente y de


innovación e investigación educativa, teniendo en cuenta que esta cuestión constituye un
deber y un derecho del educador.
3. No sólo en su actividad individual sino también en su proyección hacia los demás
formando claustro o equipo. Contribuir a la dignificación social de la profesión docente
y asumir de forma correcta las responsabilidades y competencias propias de la
profesión.4.

4. Defender y hacer respetar los derechos inherentes a la profesión educativa (consideración


social, económica, etc.)

5. Contribuir, en la medida de las propias posibilidades, a una práctica solidaria de la


profesión.

6. Esforzarse por adquirir y potenciar las cualidades que configuran el carácter propio y que
son necesarias para el mejor cumplimiento de los deberes profesionales: autocontrol,
paciencia, interés, curiosidad intelectual, etc.

7. Mantener un dominio permanente de los principios básicos de su materia o área


esforzándose por incorporar a su didáctica los avances científicos, pedagógicos y
didácticos oportunos.

8. Mantener una actitud crítica y reflexiva permanente hacia la propia actuación profesional,
para garantizar un constante perfeccionamiento en todas sus actividades profesionales.

Artículo 22.- Deberes del educador hacia los otros educadores.

1. Crear un clima de confianza que potencie un buen trabajo en equipo y contribuir al buen
funcionamiento de los órganos de participación, de coordinación y de dirección con
objeto de garantizar una elevada calidad de enseñanza.

2. Respetar el ejercicio profesional de los demás educadores sin interferir en su trabajo ni en


su relación con los alumnos, padres y tutores.

3. No hacer comentarios peyorativos sobre otros profesionales. En el caso de observarse


ineptitudes, carencias o abusos en el ejercicio de la profesión, se usarán responsablemente
vías adecuadas para su información y, en su caso, corrección.
4. Evitar obtener indebidamente ventajas sobre los compañeros de profesión.

5. Considerar que tiene la condición de secreto profesional toda aquella información sobre
los compañeros de trabajo que se haya adquirido en el ejercicio de cargos de
responsabilidad directa, administrativa o profesional.

Artículo 23.- Deberes del educador hacia la institución escolar.

1. Respetar y asumir el proyecto educativo del centro, como un deber inherente al


desempeño de la función docente dentro de los límites del precepto constitucional de la
libertad de cátedra.

2. O Participar en la elaboración y realización de mejoras en la calidad de la enseñanza, en


la investigación pedagógica y en el desarrollo y divulgación de métodos y técnicas para
el ejercicio más adecuado de nuestra actividad educativa, con objeto de conseguir los más
elevados niveles de eficiencia.

3. Respetar la autoridad de los órganos de gobierno del centro y colaborar al buen


funcionamiento de los equipos pedagógicos, de la acción tutorial y de la acción
orientadora.

4. Participar en los órganos de gobierno del centro cuando así sea requerido.

5. Promover actividades extraescolares, preparándolas y realizándolas con plena


responsabilidad, y siempre con las debidas garantías jurídico administrativas.

6. Cooperar con las instituciones y asociaciones educativas dentro del amplio marco social
de la educación.

7. Participar activamente en las consultas que sobre temas de política educativa,


organización escolar o cualquier aspecto educativo promuevan las administraciones
correspondientes.
Artículo 25.- Deberes del educador hacia la sociedad.

1. Educar para una convivencia fundamentada en la igualdad de derechos y en la práctica de


la justicia, de la tolerancia, del ejercicio de la liberad, de la paz y del respeto a la
naturaleza. Para ello el educador colaborará para que estos valores se incluyan en los
Proyectos Educativos de los Centros.

2. Tener en la forma de actuar un estilo de vida democrático, asumiendo y promocionando


los valores que afectan a la convivencia en sociedad: libertad, justicia, igualdad,
pluralismo, tolerancia, comprensión, cooperación, respeto, sentido crítico, etc.

3. Fomentar la creatividad, la iniciativa, la reflexión, la coherencia, la sensibilidad, la


autonomía y la exigencia personal en los alumnos y en el propio trabajo profesional.

4. Fomentar el correcto conocimiento y uso social de las lenguas y realizar un trabajo


educativo que resalte los valores socioculturales de toda España y de cada una de las
Autonomías que la constituyen.

5. Procurar que el alumnado aprecie el valor del trabajo de todas las personas y contribuir
mediante la orientación adecuada a lograr que cada alumno, conociendo y valorando las
realidades del estudio y del trabajo, así como sus propias posibilidades, tome decisiones
responsables ante sus opciones escolares y profesionales.

6. Colaborar de una manera efectiva en la dinamización de la vida sociocultural de su


entorno, fomentando el conocimiento y la valoración de todos los aspectos sociales y
culturales que puedan contribuir a la formación integral del alumno o educando en
general.

CAPÍTULO IV: VIRTUDES Y VALORES DEL DOCENTE.


Artículo 26.- Virtudes:
a) HUMILDAD: Modestia, Vulnerabilidad, Auto-concepto, realista, Aceptación de los
errores -Autoestima -Sencillez evangélica -Condición para el compartir -Opción por
los pobres.

b) CELO: -Responsabilidad -Interés -Dedicación -Entusiasmo-Optimismo -Preparación-


Cordialidad-Coraje-Sentido.

c) PIEDAD: -Virtud moral que nos lleva a tener amor y respeto a Dios y a las cosas santas.

d) DULZURA: -Designa un tipo de humor que vuelve a uno muy sociable y no rechaza a
nadie. Contrarios son: la espereza y el arrebato.
e) SABIDURÍA: -Mostrar lo valioso -Saber científico-Saber práctico-Saber integrado-
Capacidad crítica -Discernimiento-Sentido-Guiarse en la vida-Proceso existencial.

f) PACIENCIA-Cualidad que consiste en perseverar en las empresas largas y llenas de


obstáculos.-Constancia, coraje, resistencia, perseverancia.

g) VIGILANCIA:-Conocer la realidad del alumno-Actitud preventiva-Atención a la


persona entera -Acompañamiento Personal.

h) MESURA: -Moderación, virtud que nos hace guardar el medio justo en todas las cosas.

i) GRAVEDAD -Buen porte-Destreza del gesto-Autoridad -Dignidad-Respeto-Serenidad


-Aprecio -Valoración positiva.
j) PRUDENCIA: Sentido equilibrado -Previsión-Formación-Reflexión y análisis -Saber
elegir -Ejercicio de la libertad.

k) GENEROSIDAD: Sentimiento de humanidad que nos hace sacrificar nuestros propios


intereses y conceder a los otros más de lo que podrían esperar de nosotros.

l) SILENCIO: Ocuparse en lo necesario-Atmósfera de atención-Medio para no perder


tiempo-Herramienta para el orden-Autodisciplina-Espacio para el encuentro-
Disponibilidad para escuchar-Condición para la oración.

Artículo 27.- Valores éticos: Los valores éticos en que se basa el accionar de la comunidad
educativa, son los siguientes:

a) Responsabilidad,
b) Equidad,
c) Tolerancia,
d) Transparencia,
e) Respeto,
f) Lealtad,
g) Mística,
h) Honestidad,
i) Imparcialidad,
j) Solidaridad,
k) Perseverancia,
l) Prudencia,
m) Buena fe y
n) Dignidad.

COMENTARIO GENRALDEL TRABAJO.

Es un deber y obligación honrar la profesión y mantener un alto nivel profesional mediante la


superación constante, la realización de estudios e investigaciones. Las relaciones con los
trabajadores y colegas de profesión han de ser basadas en el respeto y ayuda mutua.
Representar éticamente a la institución y luchar por el establecimiento de condiciones de
trabajo decorosas.

Todo profesional de la información que use y maneje las TICs en general tiene el deber y la
responsabilidad de respetar las normas y códigos que han sido elaborados y establecidos por los
organismos competentes a los que pertenezcan, valorar la información que está disponible en
Internet y hacer buen uso y manejo de ella, teniendo en cuenta los principios de la sociedad
cubana.

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