FACULTAD DE ARQUITECTURA

U1
Formato de informes de lectura y presentación
Jan Gehl. “Ciudades para la gente”. – 1ª ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Infinito, 2014.
280 p.; La ciudad a la altura de los ojos (pp. 118-182).
Elaboró María Camila Moreno Ayala Fecha: 05 de julio del 2019
Resumen de La calidad urbana es un aspecto muy importante en el desarrollo y la
lectura planeación de las ciudades del último medio siglo. Las edificaciones ocupan
sólo una parte de la extensión de las ciudades, por esta razón, las calles, las
plazas y los espacios considerados como públicos han contribuido a
conectar las actividades y hábitos culturales, sociales, económicos y
políticos propios de las ciudades. Más allá de esto, lo que se busca con este
pensamiento proyectivo es que la gente logre encontrar ese estado con un
óptimo nivel de calidad a la altura de los ojos. Pero, ¿qué ha pasado de un
tiempo para acá? Dichos espacios públicos además de encontrarse en un
estado de abandono, se han desviado de su ya mencionado objetivo;
espacios donde las personas ya no se unifican, no se miran ni se hablan,
lugares llenos de ruido, constantes obstáculos y de individuos totalmente
ajenos al otro y a los hábitos cotidianos sociales naturales en el ser humano.

¿Qué es lo que se define como ciudad? ¿Es definida como simplemente

como las estructuras y las calles o como las personas que habitan estos
espacios? Las urbes que son capaces de unificar y comprender estos dos
conceptos como uno solo serán las que logren promover la integridad y
sobre todo la calidad de vida de los ciudadanos. Estas ciudades buscan
conseguir la igualdad en base a estrategias que brinden espacios públicos
de calidad que provean a su vez conectividad y acceso físico, protección
frente a situaciones de crimen, cobijo del clima, aislamiento del tránsito,
oportunidades para sus habitantes tanto de trabajar como de estudiar y
sobre todo espacios que promuevan y permitan relaciones sociales, el
intercambio económico y la manifestación cultural.
 La periodista Jane Jacobs comentó en múltiples ocasiones y de hecho
advirtió a cerca de la invasión de los automóviles y demás vehículos
motorizados, por esto propone un cambio en el diseño urbano, uno donde
se le dé su papel tanto al peatón como al conductor en un mismo espacio
público. Hasta ahora siempre se ha visto al automóvil como una solución,
pero ahora se ha convertido en un problema en la organización y hasta
estética de los espacios. Hasta ahora se han planteado soluciones como
asignar espacios a la ciudad sólo para autos o realizar más vías, pero esto lo
que ha hecho es incrementar el problema puesto que la cantidad de autos
a su vez ha ido aumentando.
Es propio decir entonces que el hacer vías incrementa el uso del vehículo
para la que fue diseñada. ¿Qué pasaría entonces si se hicieran más vías para
el peatón y el ciclista? ¿Aumentarían de esta manera las ganas de caminar
y de montar bicicleta? Según lo observado la respuesta sería SI. Pero es
importante mencionar que para estas actividades existen factores como el
clima, el planeamiento y el diseño urbano, la seguridad, la protección, el
área, el equipamiento, entre otros que se deben tener en cuenta. Por esto,
vemos que, en las calles de Tokio, Londres, Sidney y Nueva York, la gente
solo camina ya que hay más lugares que para esto. En los sitios turísticos,
donde las prioridades son el consumo y el disfrute del tiempo libre, los
usuarios son alentados a pasea y a permanecer en estos lugares.

Las actividades sociales se desarrollan ya sea de manera pasiva, que

consiste en escuchar y observar lo que sucede alrededor; o de forma activa,
donde las relaciones se amplían un poco más y conlleva al contacto directo
entre las personas, hablar con el otro, el afecto físico, etc.

Conceptos Para lograr la buena interpretación del libro y específicamente del capítulo
principales N°4 de éste, se hace necesario tener noción sobre conceptos tales como:
actividad humana, la cual hace relación al sistema sensorial y motor de las
personas y va estrictamente ligado a la correcta planeación de la ciudad,
desempeñando un papel verdaderamente importante ya que su principal
objetivo es garantizar y proveer buenas condiciones para que la gente
camine, se pare, se siente, observe, se acueste, baile, hable y escuche
cómodamente dentro de las diferentes edificaciones, barrios y todos los
espacios habitados de la ciudad. A partir de este concepto general se
despliegan otros conceptos consecuentes como caminata urbana,
entendiéndola como una actividad donde el ciudadano no sólo se desplaza
 por el espacio urbano totalmente adaptado para él, sino que también
involucra muchos otros factores sociales que se presentan en su
cotidianidad. El caminar engloba múltiples componentes que alteran la
condición del peatón a la hora de hacerlo tales como la velocidad, la
dirección, el esfuerzo, la forma, el área, la superficie, el espacio, la distancia,
el tiempo, los obstáculos, la altura, entre otros.

Las actividades de permanencia son aquellas que van más allá de lo físico o
de la calidad ya mencionada, éstas se basan específicamente en las
actividades realizadas por necesidad (comercio callejero, limpieza y
mantenimiento), pero que de alguna manera pueden llegar a verse de
manera satisfactoria y beneficiosa partiendo de la ideología de dicha calidad
urbana, donde se logran ver alternativas atractivas para la gente que la
motive a quedarse en una situación no muy placentera.

Contexto La primera edición en español del libro Ciudades para la gente fue publicada
general de la en el año 2014 por la editorial Infinito con 280 páginas. El arquitecto y
publicación filósofo Jan Gehl escribió este libro el cual tuvo una gran acogida por sus
lectores gracias a sus ideas y pensamientos de la ciudad como conductora
de soluciones prácticas para las crisis ambientales y sociales a las que nos
enfrentamos hoy en día. Lo desarrolla a través de la investigación y la
meticulosa observación de algunas de las ciudades mundiales que durante
las últimas décadas han logrado ampliar su visión sobre el espacio público y
notables mejoras urbanas tomándolo como un reto para el futuro. El
escritor busca también brindar una especie de manual para aquellas
ciudades que aún no logran ver este proceso que se debería llevar a cabo
para formar una ciudad con calidad y la importancia que tiene el revivir la
dimensión humana en los diferentes asentamientos urbanos. Así pues, el
libro presenta numerosos ejemplos a cerca de prácticas que han sido
exitosas en distintas partes del mundo, además propone en él diversas
herramientas que pueden ser utilizadas para el desarrollo, la planificación y
el diseño urbano.

Contexto de Este capítulo, dentro del contexto general del libro, ocupa el lugar
un relacionado con la efectiva planeación, el buen uso del espacio público y la
fragmento o calidad de ciudades óptimas para el encuentro de las personas
capitulo en el (especialmente de los peatones) en actividades de permanencia y
libro cotidianidad. El capítulo presenta una idea basada en la modernidad, se
desarrolla a partir de los últimos cincuenta años, donde las ciudades pasan
 a ser dominadas por vehículos motorizados dejando de lado, o mejor dicho
obstaculizando dichas actividades del diario. Es aquí donde se presenta la
idea principal de esta lectura, ya que abarca todo lo que tiene que ver con
el espacio público, las relaciones, los hábitos y sus diversos factores,
especialmente el problema principal que lleva a Gehl a escribir este libro:
las personas deben ser la prioridad de las ciudades, no los autos ni los
edificios. Presenta herramientas y métodos para volver a “humanizar” la
ciudad y también las causas de que esto se haya perdido casi por completo.

Estructura Este libro presenta en un principio el preámbulo e introducción de éste,

nomenclada siguiendo con los respectivos capítulos que muestran una secuencia
de la libro, si temática característica y concluye con aspectos claves y anexos
aplica (bibliografías, ilustraciones, etc.). Está dado de la siguiente manera:
Pág.
- Prólogos e introducción. VIII
Prólogo, por Joan Clos. VIII
Prólogo, por el autor. X
Introducción, ONU-Hábitat. XII

1. La dimensión humana. 1
1.1. La dimensión humana. 1
1.2. Primero moldeamos a las ciudades – y luego ellas nos moldean 9
a nosotros.
1.3. La ciudad como lugar de encuentro. 19

2. Los sentidos y la escala. 31

2.1. Los sentidos y la escala. 33
2.2. Los sentidos y la comunicación. 47
2.3. La escala destrozada. 55

3. La ciudad vital, segura, sana y sostenible. 61

3.1. La ciudad vital. 63
3.2. La ciudad segura. 91
3.3. La ciudad sostenible. 105
3.4. La ciudad saludable. 111

4. La ciudad a la altura de los ojos 117

4.1. La batalla por la calidad se da en la escala pequeña. 118
 4.2. Buenas ciudades para caminar. 119
4.3. Ciudades buenas para las actividades de permanencia. 134
4.4. Ciudades óptimas para el encuentro. 148
4.5. La expresión propia, el juego y el ejercicio. 158
4.6. Buenos lugares, escala justa. 162
4.7. Por favor, que haya buen clima a la altura de los ojos. 168
4.8. Bellas ciudades, buenas experiencias. 176
4.9. Buenas ciudades para andar en bicicletas. 182

5. La vida, el espacio y los edificios – en ese orden. 193

5.1. El síndrome Brasilia. 195
5.2. Vida, espacio y edificios – en ese orden. 198

6. Ciudades en vías de desarrollo. 213

6.1. Ciudades en vías de desarrollo. 215
6.2. La dimensión humana. 229

- Caja de herramientas. 231

- Anexo. 247
Notas. 248
Bibliografía. 252
Ilustraciones y fotos. 254
Índice temático y de nombres. 255

Estructura Pág.
nomenclada 4. La ciudad a la altura de los ojos 117
del 4.1. La batalla por la calidad se da en la escala pequeña. 118
fragmento 4.2. Buenas ciudades para caminar. 119
4.3. Ciudades buenas para las actividades de permanencia. 134
4.4. Ciudades óptimas para el encuentro. 148
4.5. La expresión propia, el juego y el ejercicio. 158
4.6. Buenos lugares, escala justa. 162
4.7. Por favor, que haya buen clima a la altura de los ojos. 168
4.8. Bellas ciudades, buenas experiencias. 176
4.9. Buenas ciudades para andar en bicicletas. 182
Análisis Si llevo esta lectura a mi ámbito profesional, la importancia de pensar en
crítico ejecutar grandes edificios, calles y prodigiosas plazas va más allá del hecho
de pensarlo desde la perspectiva de un arquitecto o, en mi caso, un
constructor; por eso, para lograr la completa comprensión del espacio
como una visión hacia la ciudad vital y de calidad para la gente, debo ser
capaz de ampliar mi perspectiva e involucrarme con la del ciudadano, la del
peatón, el ciclista, el conductor y todo aquel que desempeñe un papel
dentro de la ciudad. “Primero la vida, luego el espacio y, por último, los
edificios –al revés nunca funciona”, esta es una de las ideas centrales del
arquitecto, postura con la que estoy de acuerdo ya que, desde este
enfoque, la planificación siempre comienza desde las personas, el tráfico y
las edificaciones siempre se efectúan consecuentemente.

El escritor sostiene que existe la manera y la posibilidad de transformar las

ciudades que han estado durante los últimos años dominadas por los autos
y las motocicletas, pero que mediante el buen diseño del espacio se puede
lograr que éstos vuelvan a ser lugares de reunión e interacción de las
personas. Esta es una idea que comparto gratamente, ya que además de
aplicar a la lógica, nos da a entender que la armonía y las buenas relaciones
del mundo se encuentra en nuestras manos. Si las personas somos quienes
habitan las ciudades, ¿por qué se le da tanta prioridad a los vehículos y no
a la gente?

Conclusiones Actualmente, el mundo se encuentra notablemente fragmentado gracias a

y aportes la gran cantidad de acontecimientos y procesos que ha sufrido la
personales humanidad a lo largo de la historia: las guerras y revoluciones, las
diferencias sociales, políticas y económicas, el avance tecnológico e
industrial, las crisis ambientales y de escasez, entre muchos otros aspectos
que han sido protagonistas en este quiebre de la sociedad. ¿Existirá alguna
manera de aminorar está situación en la que el hombre se ve envuelto?
Estoy totalmente convencida de que los múltiples mecanismos que
menciona Jan Gehl en su libro son impulsores para el mejoramiento de las
ciudades como lugar próspero donde reine la fraternidad entre las
personas. Esto para muchos puede sonar un poco tragicómico y hasta
ostentoso, pero por qué simplemente ignorar el hecho de que el mundo
está sufriendo una crisis que al pasar el tiempo se ha ido normalizando de
manera alarmante, cuando existen métodos efectivos (con el compromiso
de todos los ciudadanos) para vivir de una mejor manera con el otro. El día
 que las ciudades logren que sus habitantes usen adecuadamente el espacio
público, podrán decir que se han convertido en una comunidad unida, con
identidad cívica, seguridad conjunta e individual, pero, sobre todo, una
calidad de vida ideal.
Perspectivas Una vez analizado Ciudades para la gente, es inevitable que queden sueltas
interrogantes en las que se destacan las diferentes perspectivas que se
desencadenan a partir de la problemática que impulsa al autor a escribir el
libro que se está analizando. Si nos ponemos a pensar en lo mucho que
cambian los hábitos como consecuencia del espacio, lo primero que
podríamos hacer es dirigirnos a lugares que se caracterizan principalmente
por el turismo, donde la mayoría de sitios son pensados para la gente, los
senderos y caminos peatonales, las bancas, la iluminación, los miradores y
todo alrededor invitan al visitante a caminar con tranquilidad, a desplazarse
relacionándose con los demás y disfrutando de una actividad tan cotidiana
para toda la gente pero desde otro ambiente ideal. Ahora bien, si por el
contrario nos trasladamos a una de las metrópolis donde la principal
actividad es la industria y el comercio, lo primero con lo que nos
encontramos es un mar de autos y motocicletas, de ruidos, anuncios y
personas que se desplazan a una alta velocidad todo el tiempo. Las ciudades
como estas no están diseñadas para para la satisfacción de las actividades
cotidianas que se han mencionado a lo largo de este análisis, por el
contrario, invitan a la rapidez, a la velocidad y a la ajena relación entre las
personas.