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Redacción eficaz

Book · June 2012

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1 author:

Guillermina Baena
Universidad Nacional Autónoma de México
78 PUBLICATIONS   29 CITATIONS   

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Blanca

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Blanca

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Redacción eficaz
Con un prontuario de redacción y estilo

Dra. Guillermina Baena

editores mexicanos unidos, s. a.


Colección
Guillermina Baena/Sergio Montero

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D. R. © Editores Mexicanos Unidos, S. A.
Luis González Obregón 5, Col. Centro,
Cuauhtémoc, 06020, D. F.
Tels. 55 21 88 70 al 74
Fax: 55 12 85 16
editmusa@prodigy.net.mx
www.editmusa.com.mx

Coordinación editorial: Mabel Laclau Miró


Diseño de portada: Carlos Varela
Formación y corrección: equipo de producción de
Editores Mexicanos Unidos, S. A.

Miembro de la Cámara Nacional


de la Industria Editorial. Reg. Núm. 115.

Queda rigurosamente prohibida la reproducción


total o parcial de esta obra por cualquier medio
o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento
informático, sin permiso escrito de los editores.

1a edición: marzo de 2012

ISBN (título) 978-607-14-


ISBN (colección) 978-607-14-0646-0

Impreso en México
Printed in Mexico

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Índice

Introducción...................................................................................................7
Capítulo 1
Lenguaje: código arbitrario............................................................................9
A. Funciones del lenguaje..........................................................................18
B. Modalidades..........................................................................................20
Capítulo 2
Redactar es ordenar......................................................................................29
Capítulo 3
La corrección, los fantasmas de la ortografía...............................................41
Capítulo 4
La propiedad.................................................................................................57
Vicios de dicción.......................................................................................60
Capítulo 5
Elegancia..................................................................................................71
A. Estilo.....................................................................................................71
B. Las formas del discurso..........................................................................81
1. Narración...........................................................................................81
2. Descripción........................................................................................99
3. Argumentación................................................................................104
4. Exposición.......................................................................................112

Prontuario de redacción y estilo.................................................................121


Fuentes........................................................................................................173

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Blanca

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Redacción eficaz
Introducción
Este es un libro que inició como texto oral ya que fue concebido hace muchos
años y recitado varias veces. Ha pasado tiempo desde entonces y la multiplicidad
de cursos de redacción del cual es producto lo ha reescrito una y otra vez en mi
mente. Ah, pero si el tiempo fuera sólo una palabra, ha seguido su marcha inexo-
rable y parecía que este libro nunca iba a concretarse. Finalmente, aquí está, acer-
cando al lector al lenguaje con una profusión de ejercicios que hemos aplicado y
probado en multitud de ocasiones y en más de 25 estados de la república.
Su lectura tiene que ser ágil, divertida y aleccionadora. Que algunas páginas
te parecerán a veces una pedagogía basada en el chiste, es probable, pero algo de
lo que estoy convencida es de que el aprendizaje que se da en condiciones agra-
dables es el que mejor se recuerda.
Se agregó un Prontuario totalmente actualizado con las nuevas normas or-
tográficas de la Real Academia Española de la Lengua, que será de consulta in-
dispensable. Más vale que tengas a la mano siempre este texto, si eventualmente
tienes el placer de trabajar con el lenguaje como herramienta básica. ¡No te vas
a arrepentir!
No te molestes si te hablo de “tú” a lo largo del libro. Para entender el len-
guaje debemos romper obstáculos de comunicación y, a decir verdad, siempre
he creído que el “usted” es un primer obstáculo que nos cerca y nos dificulta la
expresión.
Ahora que seguramente ya se te despejaron algunas dudas que tuviste al to-
mar en tus manos este libro, ¡adelante!, que disfrutes tu lectura.
G. B. P.
Un otoño… del tercer milenio.

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Blanca

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Capítulo
1

Lenguaje: código arbitrario


Imaginemos al hombre primitivo y su profunda necesidad de expresión…
Decía el filósofo francés Jean Jaques Rousseau: “Tan pronto como un hombre
fue reconocido por otro como un ser sensible, pensante y similar a él, el deseo o
la necesidad de comunicarle sus sentimientos y pensamientos lo llevó a buscar
los medios apropiados para ello. Tales medios sólo pueden sacarse de los sentidos,
únicos instrumentos por los que puede un hombre actuar sobre otro”.1
Por un instinto natural, el hombre buscó la manera de interactuar con los
demás para expresar lo que sentía, lo que pensaba. Rousseau dice que las necesi-
dades más básicas del hombre dictaron los primeros gestos, pero fueron las pa-
siones las que arrancaron las primeras voces: “No fue el hambre, ni la sed, sino
el amor, el odio, la piedad, la cólera los que arrancaron las primeras voces”.2
Sin embargo, añade el enciclopedista: “A medida que las necesidades crecen,
que los asuntos se complican, que las luces se desarrollan, la lengua cambia de
carácter; se hace más exacta y menos apasionada; sustituye los sentimientos por
las ideas; no habla ya al corazón, sino a la razón. De ahí que el acento se extin-
ga, la articulación se extienda, la lengua se haga más exacta, más clara, pero más
lánguida, más sorda y más fría”.3
En la evolución de la escritura se percibe con claridad esta evolución. Mien-
tras que los chinos la consideraban como un medio para comunicarse con los
espíritus divinos y sus antepasados reales, para Aristóteles, en cambio, era un
conjunto de “símbolos de las palabras habladas”, e incluso Voltaire llegó a lla-
marle “la pintura de la voz”.
En nuestra época, los lingüistas dicen que la lengua es un sistema de comu-
nicación humana que opera por medio de signos establecidos convencional-
mente para representar un lenguaje.4

1
Jean Jacques Rousseau, Ensayo sobre el origen de las lenguas, México, FCE, 1984, pp. 11-16.
2
Ibídem, p. 17.
3
Ibídem, p. 24.
4
Robert Clairbone, Orígenes del hombre. El nacimiento de la escritura, México, Ediciones Cultu-
rales Internacionales, 1989, p. 8.

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10 Redacción eficaz

Aquí no estamos frente al problema de qué fue primero, si la gallina o el


huevo. La sociedad y la comunicación necesariamente surgieron juntas. La una
no puede existir sin la otra y viceversa, de ahí la proliferación de códigos comu-
nes conocidos como lenguajes.
El lenguaje es la más vital y poderosa de las dotes de la humanidad: median-
te él regulamos nuestra conducta social e interpersonal, y construimos y estabi-
lizamos nuestra relación con el mundo.5

El lenguaje es el medio que tiene el hombre, como ser racional, para mani-
festar sus ideas o sentimientos (Santiago Revilla).

De esta manera, para manifestar las necesidades más elementales, el hombre


primitivo adoptó una serie de señas y gestos que se convirtieron en todo un len-
guaje conocido como mímico. Más tarde, cuando se dio cuenta de que podía
emitir gruñidos y chillidos, empezó a imitar los sonidos de la naturaleza, de tal
modo que cada hecho u objeto era representado por un sonido muy similar al
que producía. Así surgió el lenguaje onomatopéyico. Tal vez la onomatopeya
ha sido siempre la forma inicial del lenguaje; lo apreciamos en los bebés cuando
relacionan los sonidos antes que el nombre; así identifican al gua gua, antes que
la palabra perro, o al pío pío, antes que la palabra pollo.
Sin embargo, una constancia en la repetición de sonidos y un modo de ar-
ticulación pronto empezaron a configurar un código oral donde la sistemati-
zación de un conjunto de sonidos permitió que se identificaran a las personas,
a los animales, a los objetos y a las actividades. Poco a poco fue surgiendo el
lenguaje oral.
En su afán de trascender, pronto el hombre quiso dejar huella de su paso por
el planeta y plasmó en el interior de las cavernas su vida cotidiana, su arte. Sur-
gió así el lenguaje gráfico. El lenguaje más universal de todos.

Pectoral de Pizarra, representa la


caza de un mastodonte, Penn.
EEUU. (Mauricio Swadesh, El
lenguaje y la vida humana, p. 61).
Cualquier pueblo puede entender
esta representación.

5
Roger Fowler, Para comprender el lenguaje. Una interpretación a la lingüística, México, Nueva
Imagen, 1978, p. 9.

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Lenguaje: código arbitrario 11

Pero también cada pueblo le ha ido agregando su propia idiosincrasia, su


forma de ser, sus interpretaciones sobre múltiples cosas, creencias, así como la
estilización de sus representaciones originales.
Entre los chinos esta modificación es muy clara:6

Pictograma Dinastía Moderno


Chíos
Hombre

Colina

Luna

La transformación duró muchos años y finalmente empezó a configurar códi-


gos arbitrarios conocidos como alfabetos que dieron origen al lenguaje escrito,
que pasó del dibujo estilizado al signo convencional.7
Si quisiéramos hablar de etapas, podemos darnos cuenta de que hay cuatro
variantes que van desde el pictograma original al pictograma modificado: las
dos versiones de los asirios, una previa a la anterior y la última ya estilizada.8
Una forma de escritura que comenzó a reflejar los trabajos de la mente y del
corazón humanos, surgió a finales del cuarto milenio antes de nuestra era en Me-
sopotamia; fue inventada probablemente por los sumerios y evolucionó hasta el
sistema de signos en forma de cuña, llamado cuneiforme.

6
Clairbone, op. cit. p. 116.
7
Mauricio Swadesh, El lenguaje y la vida humana, México, FCE, 1993, p. 77 y cfr. Clair-
bone, op. cit. p. 66.
8
David Crystal, The Cambridge Enciclopedya of Language, New York Cambridge Univer-
sity Press, 1987, p. 198.

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Sentido Pictograma Pictograma Babilonio Asirio



original original modificado primitivo

Pez

Sol/día

Semilla

Montaña

Buey

Todos los sistemas de escritura han derivado de imágenes.

La escritura, además de ser una importante y útil herramienta práctica para


el comercio y la administración, fue una manera de reforzar el compromiso es-
piritual de la gente. Las palabras habladas pueden tener su propio poder de su-
gestión, pero la escritura les añade una dimensión especial: la permanencia.9
El desarrollo de la escritura culminó a finales del segundo milenio de nuestra
era con la aparición del alfabeto fenicio, precursor de los caracteres impresos.10

9
Cfr. Clairbone, op. cit., pp. 5,6, 17-19.
10
Clairbone, op. cit., pp. 5-6.

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Lenguaje: código arbitrario 13

Ejercicio:
En la tribu Nsibidi, al sur de Nigeria, se descubrió un sistema de escritura ba-
sado en ideogramas, la mayoría de los cuales expresaban relaciones y situacio-
nes maritales. Examina los siguientes ejemplos y usa los ideogramas para crear
una historieta que cuente una historia completa con diversos cuadros.

Matrimonio por amor.

Matrimonio por amor con almohada.

Matrimonio por amor con almohada para la cabeza y los pies


(signo de riqueza).

Mujer con seis hijos, un esposo y una almohada.

Hombre que viene con mujer que tiene marido y le pregunta


si ella quiere vivir con él.

Tres hombres en busca de la misma mujer casada.

Fuente: Crystal, op. cit., p. 198.

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Ideogramas modernos:

Logogramas modernos

+-x><∞÷°=
Fuente: Crystal, op. cit., pp. 198 y 200.

De ahí en adelante, a partir de estos lenguajes, el ser humano recrea y crea


nuevos con variantes de acuerdo con el medio que utiliza. Así, hay lenguajes:
periodístico, radiofónico, cinematográfico, de diversas comunicaciones tanto
electrónicas como por gestos, señas o múltiples medios más, incluyendo su pro-
pio cuerpo.
El escritor argentino Jorge Luis Borges, con un suspiro que más tenía un dejo de
melancolía, concluyó que todos los idiomas del mundo son inexpresivos y que los
hombres han tratado siempre de crear nuevos lenguajes. Algunos intentos impor-
tantes han sido:

ŠŠ René Descartes, quien apuntaba que si se podían aprender todas las canti-
dades en el idioma del guarismo podía formarse un idioma análogo.
ŠŠ John Wilkins, quien dividió el universo en 40 categorías o géneros, cada
uno representado por un monosílabo de dos letras. Por ejemplo, de que
significa elemento, luego venían las diferencias representadas cada una por
una consonante; por ejemplo b significa primer elemento, el fuego; y por
último las especies representadas por una vocal; por ejemplo, a que es por-
ción de. Si juntamos categorías, diferencias y especies integramos la palabra

de elemento deb fuego deba llama

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Lenguaje: código arbitrario 15

La lógica de este lenguaje es contener en una sola palabra todas las caracterís-
ticas de la misma. El problema se le presentó a Wilkins cuando intentó la divi-
sión en categorías, por ejemplo:

8ª categoría PIEDRAS
Comunes (pedernal, cascajo, pizarra)
Módicas (mármol, ámbar, coral)
Preciosas (perla, ópalo)
Transparentes (amatista, zafiro)

9ª categoría METALES
Insolubles (hulla, arsénico)
Imperfectos (bermellón, azogue)
Artificiales (bronces, latón)
Recrementicios (limaduras, herrumbres)

16ª categoría PEZ VIVÍPARO, OBLONGO

Las redundancias y deficiencias de esta clasificación son semejantes, dice Bor-


ges, a las que aparecen en aquella enciclopedia china llamada Emporio celestial de
conocimientos benévolos, que divide a los Animales en:

1. Pertenecientes al emperador
2. Embalsamados
3. Amaestrados
4. Lechones
5. Sirenas
6. Fabulosos
7. Perros sueltos
8. Los que se incluyen en esta clasificación
9. Los que se agitan como locos
10. Innumerables
11. Los dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello
12. Etcétera
13. Los que acaban de romper el jarrón
14. Los que de lejos parecen moscas

Toda clasificación es arbitraria y conjetural, concluye Borges. No sabemos qué


cosa es el universo, pero no perdamos las esperanzas de que algún día podamos

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elaborar un idioma donde el nombre de cada ser indique los pormenores de su


destino, pasado y futuro.
Por el momento, hay palabras que imitan el sonido de las cosas como un
quiquiriquí, pero una buena parte de otras palabras son abstracciones arbitra-
rias, como gallo, mesa, salmón, etcétera.
Ahora bien, ¿cómo se forman los códigos comunes?, ¿cómo se les dan diver-
sos significados a las palabras?
Pese a que cada palabra tiene un significado en el diccionario, denotación,
quienes usamos el lenguaje planteamos a veces significados diferentes, connota-
ciones, en particular si creamos un lenguaje exclusivo del grupo o la comunidad:

Se encuentran dos amigas que iban juntas en la secundaria y hace muchos


años no se veían.
Una de ellas, eufórica, hablaba sin parar comentando su vida:
—Pues fíjate que me casé con un multimillonario, tan maravilloso que
me lleva de fin de semana a cenar a París o de compras a Nueva York.
—Fantástico —contesta la amiga.
—Vamos de vacaciones a Sudáfrica como ir a Acapulco.
—Fantástico —dice la amiga.
—Somos tan ricos que tenemos una colección de automóviles clásicos,
un Mercedes para el niño y hasta la sirvienta tiene su carrito.
—Fantástico —responde la amiga.
—Pero ya he hablado demasiado. Ahora cuéntame cómo te ha ido.
—A mí no tan bien como a ti. Me casé con el novio que tenía desde la
secundaria y nos metimos a estudiar Lingüística.
—Ay, pero ¿qué es eso?
—Pues es una disciplina que te enseña a hablar correctamente. En vez
de decir pasto, dices césped; en vez de decir cigarro, dices tabaco y en vez
de decir “me vale madre”, dices “fantástico”.

He ahí un ejemplo de cómo podemos hacernos cómplices de un significado


diferente. A ti lector, ahora te hemos hecho cómplice de un código común; en
tanto “fantástico” de ahora en adelante tendrá otro significado diferente al escrito
en el diccionario.

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Lenguaje: código arbitrario 17

Ejercicio:
Divirtámonos, encontremos palabras largas, largas. Yo pongo unos ejemplos, tú
busca otros: supercalifragilísticoespialidoso; un apellido: Iturriberrigorrigoicoe-
rrotaberricoechea; una profesión actual: psiconeuroendocrinoinmunóloga.

A que sí puedes hacer un juego con las palabras, como el que ha escrito el
polígrafo mexicano Alfonso Reyes:

El gallo: ¡Cristo nacióóó!


El borrego: ¡en Beleeén!
El guajolote: ¡gordo, gordo, gordo, gordo!

Así, desde 1771, cuando apareció la gramática académica a la que entonces


se denominaba lengua castellana, se sucedieron 49 ediciones hasta 1949 y la úl-
tima Nueva Gramática de la Lengua en 2009.

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A. Funciones del lenguaje


El lenguaje tiene diversas funciones.

Función informativa
Se realiza mediante la formulación y afirmación (o negación) de proposiciones. El dis-
curso informativo se usa para describir al mundo y razonar acerca de él, sin pensar si los
hechos son o no importantes, o si son generales o particulares. Como decía un escritor:

Veo el idioma como un gran y maravilloso juego, cuyas reglas sólo cono-
cemos o practicamos en parte. Admite toda clase de excepciones, de quie-
bras, de nuevos enlaces, de nuevas posibilidades…

Función expresiva
Cuando se le usa para expresar nuestros sentimientos y emociones o para co-
municarlos. No todo lenguaje expresivo es poético, ni verdadero, ni falso; quien
quiera aplicar estos criterios juzgará erróneamente.
El discurso expresivo tiene dos componentes:

a) Manifestar los sentimientos de quien habla. Habla para sí mismo y no le


importa que nadie lo entienda.
b) Despertar ciertos sentimientos en el público, aun cuando sean sentimien-
tos personales.

Todos los turbulentos mares


que rugen enjaulados
en mis células,
todos los encrespados ríos de sangre,
todas las erizadas antenas de mis nervios,
todas las tupidas selvas de mis músculos
y hasta las cordilleras
impávidas
de mi osamenta bárbara,
en conciliábulo de odio,
rompen sus espumarajos de rabia
sobre el vientre aplastado de mis labios
que se abren en palabras…
(Fragmento de “Imprecación”, de Josué Mirlo)

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Lenguaje: código arbitrario 19

Función directiva
Se usa con el propósito de originar o impedir una acción manifiesta.11
Son ejemplos las órdenes y pedidos, pues se trata de un lenguaje dirigido a
obtener resultados.

Ni una palabra de dolor blasfemo.


Sé altivo, sé gallardo en la caída,
y ve, poeta, con desdén supremo
todas las injusticias de la vida.
(Fragmento de “Pax animae”de Manuel Gutiérrez Nájera)

Además, podríamos agregar una:

Función ritual
Lenguaje de convenciones.
Cumplimos con nuestras convenciones de manera casi automática. La gente
saluda o se despide por ritual de cortesía, pero la mayor parte del tiempo no lo
hace con un afán de comunicación o consciente de lo que escucha. Las frases
son de rutina (“gracias, de nada, buenos días, adiós”) y se aprenden como tota-
lidad, se producen sin pensar y a menudo están vacías de significado. Pero esta-
mos acostumbrados a escucharlas.
Sin embargo, el día que alguien contesta a la pregunta “¿cómo estás?” algo
así como “¡muy mal!”, el distraído interlocutor que siempre espera la misma
respuesta no sabrá qué hacer, o no habrá puesto atención, o muy probablemen-
te esperará la respuesta común. Así que no es extraño que conteste “¡qué bueno,
me da mucho gusto!”, y no caiga en cuenta de lo dicho. Es el caso de los pésa-
mes, al no ser muy frecuentes, hay personas que llegan con los familiares del
difunto y les dicen “muchos días de estos”.
El caso extremo es el de los dos psicólogos que se encuentran en el elevador
y uno le dice al otro “buenos días”, y el otro se queda pensando “¿qué me habrá
querido decir con eso?”.

11
Cfr. Irving Copi, Introducción a la Lógica, Buenos Aires, EUDEBA, 1962, pp. 34-37.

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20 Redacción eficaz

Ejercicio:
Termina la siguiente poesía; cuando menos escribe de seis a ocho líneas más:

Estás ausente,
de nuevo estás ausente
en el cuerpo
y en la mente
en el cielo
y en la tierra
desde adentro
y desde afuera:
¡estás ausente!

B. Modalidades

Pero hay algo más: cada lenguaje tiene sus propias modalidades o estilos de
expresarse.
Así tenemos:

Un lenguaje vulgar
Un lenguaje coloquial
Un lenguaje formal

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Lenguaje: código arbitrario 21

El lenguaje se engendra en el vulgo, el populacho, la plebe, la “pelusa”, en la


gente que no ha tenido acceso a la educación y la cultura; ahí está su vida y su
mutabilidad.
De ahí surge un laboratorio afanoso del lenguaje, rico, variado en combi-
naciones y dislates, donde él mismo se crea y se recrea. Y porque surge precisa-
mente en las capas menos educadas de la población es que se le denomina:

Lenguaje vulgar
Comenta Alfonso Reyes que el vulgo altera la lengua por los principios maes-
tros de la corrupción, el principio de uniformidad y el principio del menor es-
fuerzo; la teoría del “pah pah” o de las interjecciones “¡ay!, ¡yupi!, ¡yabadaba-
du!”, o bien porque gusta de adornar y alargar las cosas. La mala pronunciación
puede deberse a inferioridad biológica, a vivir en diferentes regiones geográficas,
a una atrofia de la articulación, o a mero adorno.
El vulgo modifica el lenguaje de los siguientes modos:

ŠŠ Usando la elipsis, esa figura de construcción que suprime en la oración pa-


labras no indispensables para la claridad de la misma: “así, así”.
ŠŠ Por etimologías fantásticas creadas en la mente del interlocutor, por la ono-
matopeya o “teoría del Bau Wau” (sonido que produce el perro): mira al
gua gua, los pollitos hacen pío pío.
ŠŠ Perogrullo (verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o
simpleza el decirla), Rey perico (personaje proverbial, símbolo de épocas
muy remotas que significa una persona que habla mucho) y Penseque (error
nacido de ligereza, descuido o falta de meditación), son grandes artífices
transformadores del lenguaje.
ŠŠ Para colmo, nos dice Reyes, cada pueblo escucha el mismo ruido de dife-
rente manera:

El cantar de un gallo se oye así:


En el habla española: qui-qui-ri quí
En habla francesa: co-co-ri-có

En habla inglesa: cock-a-doodle-doo
En habla turca: cú-cú-cú-cú
Otras hablas lo escuchan como:
k! k! k! k!
i! i! i! i!
o! o! o! o!

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22 Redacción eficaz

ŠŠ Y no sólo se escucha de diferente manera: también se escribe distinto, por


ejemplo la palabra dinosaurio (cfr. TIME, agosto 23, 1993), palabra origi-
naria del griego deinos (terrible) y sauros (reptil) se escribe en:

africano dinosourus
árabe ‫روصانيد‬
chino 恐龍
francés dinosaure
alemán dinosaurier
griego δεινόσαυρος
hebreo ‫רואזוניד‬
indonesio dinasarus
irlandés dineasár
italiano dinosauro
japonés 恐竜
kikuyu ninguna palabra*
malayo raksasa
polaco dinozaur
portugués dinossauro
ruso динозавр
thai ไดโนเสาร์
vietnamita Khung long
xhosa igongqongqo
zulu inunu
*
Un kikuyu dijo: cómo podemos tener una palabra para algo que no sabemos que existe.

El lenguaje vulgar puede ser exclusivo de una región o zona, como este argot
(en francés caló) tepiteño:

Veterana tapuja del ponedor carnal


ahí tejaban mis seis de cocodrilo
a nombre de mis batos
que son titipuchal
que aunque se afirmen todos la buchaca
tú ya lo sábanas paquetes d’ hijo
se nos carga la bola en la carcacha
y el cucharón se chivatea todito
sin mota, ni escamocha, sin Tepito.
(Fragmento de “Elegía a Tepito”, de Manuel Oropeza)

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Lenguaje: código arbitrario 23

De acuerdo con las Nuevas Reglas de la Academia (2010) la ch desaparece


del alfabeto; si hay c y h no hay necesidad de ch. Dice la Academia que la ch
es un dígrafo, o sea, dos letras. Sin embargo, la ch usa mucho en el lenguaje
coloquial: “Ya chole chango chilango/que chafa chamba te chutas” (“Chilanga
banda” de Café Tacuba).
O bien, en ciertas regiones de zonas humildes se acostumbra jugar con el
lenguaje y a veces se adaptan textos para manejarlos bajo sus propios códigos,
como la siguiente canción inspirada en aquella canción popular de “Volver, vol-
ver” (se canta con la misma música):

Este amor aplatanado


anda todo alivianado, por chupar.
Voy tendido a la loquera
y aunque nadie me lo crea, sé libar.
Te piraste hace tiempo
pero se llegó el momento
de chupar.
Tú tenías un garrafón,
me pasa un resto tu ondón
y me felpo por chupar.
Y chupar, chupar, chupar
en tu chante y va de nuez.
Llegaré aunque tú no estés,
yo sé beber, yo sé beber,
quiero chupar, chupar, chupar.

El lenguaje vulgar también puede constituirse en una jerga que es el voca-


bulario específico de una actividad u oficio: entre los estudiantes, el lenguaje
vulgar es utilizado como expresión desafiante ante la autoridad o ante la misma
sociedad; para algunos es un intencional rompimiento de las reglas:

—¿Qué onda, bato?


—Nada bato, no es hora de onda.
—Y tú, bato, ¿qué haces?
—Pues nada, dando la vuelta, viendo a las chavas.
—¿Y tu chava?
—Me cortó el avión, es que es chiva.

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24 Redacción eficaz

—Oye, que no jala, ¿o qué?


—Sí jala, pero anda fuera de onda y no más, bato, ¿no crees?
—¡No manches!

Cada oficio u actividad tiene su propia jerga. Algunos la combinan con ges-
tos o señas (hilanderos y beisbolistas), unos más con dibujos o grafitos, como
en las placas que pintan en las bardas los chavos banda.
Se vuelve jerga en el caso de las profesiones cuando se utiliza el lenguaje téc-
nico sin necesidad alguna para aplicarlo en la conversación cotidiana, dándole
significados diferentes o adaptándolo.
Los médicos suelen decir a su pareja: “me fracturas el miocardio”, lo cual no
puede ser cierto porque el miocardio es un músculo, no un hueso, pero en tér-
minos de jerga es el equivalente a “me rompes el corazón”.
De no existir este laboratorio seguiríamos hablando latín culto. Pero el lengua-
je vulgar empieza a permear las otras capas del lenguaje y, como consecuencia, lo
transforma, introduce algunas palabras que logramos entender porque las maneja-
mos al interior de las localidades en forma de regionalismos.
De esta manera, una segunda modalidad es el LENGUAJE COLOQUIAL,
que permite el uso de modismos y es el que usamos para comunicarnos con
nuestros amigos, familiares y conocidos.
El mismo poema del ejemplo anterior que mostraba el argot tepiteño, sona-
ría así en lenguaje coloquial:

Vieja guarida del ratero


ahí te van mis lágrimas
en nombre de mis cuates
que son un montón.
Tú ya lo sabes, para qué te digo,
si se nos enchina el cuerpo
y el corazón se chivea todito.
Sin mariguana, sin escamocha, sin Tepito.

Sin embargo, también hay que manejar el conocimiento de algunos códigos,


símbolos, que parten de la costumbre.
Si uno va a Torreón, podrá percatarse de que en el habla cotidiana se mezcla
constantemente la preocupación por los “muebles”:

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Lenguaje: código arbitrario 25

—Aquél trajo su mueble.


—¿Te fijaste?, ése tiene mueble nuevo.
—El mueble está muy bien.

La mentalidad defeña a veces no alcanza a comprender por qué tanto inte-


rés en los muebles que vienen frecuentemente a colación en las pláticas. Si uno
ignora que el mueble para los habitantes de la región lagunera es el automóvil,
probablemente quede fuera de la conversación. En una tierra que surge arran-
cando al desierto el desafío de vivir, tener un coche es símbolo de estatus social,
de alcanzar una etapa más en este reto. Con estos datos se comprende la impor-
tancia del “mueble”.
Pero hay otros ejemplos: si uno pide “escamocha” en Sinaloa o Sonora le
darán una ensalada de frutas con coco rayado, pasas, crema o miel. Si pide esca-
mocha en Tabasco le darán un flan; y si pide escamocha en Tepito le venderán
las sobras de los restoranes.
Un ejemplo de que cada región le imprime su significado a las palabras y le
da un sentido propio de la cultura local, la idiosincrasia y hasta de la picardía
de cada región, es la palabra “piloncillo”. El piloncillo es un cono duro de dulce
que se utiliza para endulzar alimentos o preparar algunos platillos. En el sureste
del país, al piloncillo se le llama “panela”; y para nuestra sorpresa, al “piloncillo”
en la zona centro del país, y prácticamente de Guadalajara hacia el norte, se le
conoce como “panocha” (palabra que no se escucha muy bien en voz alta en el
sureste por su relación con el órgano femenino).
En Sonora hay unos dulces típicos que son unas gorditas de maíz rellenas de
panocha y les han puesto el nombre de “coyotas”. Cuando uno pregunta por
qué “coyotas”, le contestan: “es que los coyotes no tienen”.
Otro ejemplo interesante por su evolución en cada estado es el de la palabra
“güila” que en la zona centro, en el Estado de México, Puebla y el Bajío, es la
denominación dada a la “guajolota”; por Querétaro se le dice “cocona” y también
por Yucatán. Pero el norte del país empieza a manejar variantes: en Ciudad Juárez
y Sonora la “huila” es una mujer delgada, pero en Monterrey es una prostituta.
En Tamaulipas también es una mujer fácil y es asimismo sinónimo de papalote y
bicicleta. En Guerrero es una mujer trastornada mentalmente, y en otros estados
se le dan connotaciones diferentes, desde “tullida”, “papalote” por lo de mariposa
(en náhuatl papalotl) y “bicicleta” pero en su acepción de “lesbiana”, ya que güila
se le denomina a quien “juega los dos bandos”, un bisexual, o un homosexual, a

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26 Redacción eficaz

quienes también les llegan a decir “mariposas” en Tamaulipas, San Luis Potosí,
Coahuila y Durango. Aún más, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española tiene a esta palabra con dos significados: güila como prostituta y huila
como tullida.
Si esto pasa en el interior del país, con mayor razón entre países; lo que para
nosotros serían groserías, en otros países son muletillas o parte de las expresio-
nes cotidianas.

En México se ponchan las llantas.


En Cuba se pinchan las gomas.
En Venezuela se revientan las tripas.

Finalmente, está el LENGUAJE FORMAL con el cual todos los pueblos de


habla hispana nos entendemos, porque preserva el idioma con los componentes
de la forma: corrección, propiedad y elegancia.
La frase del poema en argot tepiteño trasladada al lenguaje formal se vería así:

Antiguo escondite de ladrones,


evoco con el llanto mi elegía,
represento a mis amigos proletarios
que sumamos muchos.
Tú comprendes, no hay más que decir,
el cuerpo se estremece
y el corazón se inflama
ya sin cannabis, sin las sobras de comida,
sin tu barrio de la Rinconada.

Ejercicio:
Oye, sería bueno que salieras de safari, pero a cazar lenguajes; ¿qué tal si bus-
cas varios y los coleccionas escribiendo los diálogos en hojas que puedas agre-
gar al libro?
Aquí es donde necesitamos reflexionar acerca de cómo hemos aprendido a
manejar el lenguaje.

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Lenguaje: código arbitrario 27

1. La frase en doble sentido, el refrán, el rey perico, el penseque, el habla


de oídas y la construcción por analogía han alterado el uso correcto del
lenguaje.
2. La situación social que no permite un acceso a la educación y a la cultura.
3. Agreguemos a ello las deficiencias del sistema educativo.
4. El camino inverso recorrido por la gramática. La gramática es la abstrac-
ción del lenguaje, y nosotros no adquirimos esa capacidad de abstrac-
ción sino hasta los 13 o 14 años, lo que quiere decir que la gramática en
toda la etapa de la escuela primaria será repetitiva y memorística; algo
así como la señora más estéril que jamás hayamos conocido y, por igual,
la lógica como un conjunto de silogismos fríos, sin sentido.

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Blanca

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Capítulo
2

Redactar es ordenar
La redacción es el motor que pone en movimiento a la Lógica y la Gramática.

La Lógica
ordena ideas, sistematiza, aclara el pensamiento.

La Gramática
ordena la expresión escrita, por lo tanto,

Redactar es ordenar.

Imagínate parado en medio de la playa, desde donde puedes contemplar


toda la bahía de Acapulco; tus ojos asombrados por la claridad del cielo y el
color del mar se inclinan de un lado a otro para poder captar la escena comple-
ta, con todos sus detalles. Por la noche, quieres escribir una carta a tu ser más
querido, pero estás frente a la hoja en blanco sin poder expresar aquello que
has visto. Lo que está sucediendo dentro de ti es que aparecen agolpadas en tu
cabeza las diferentes impresiones, hechos y detalles sin relación unos con otros,
sin subordinación, sin orden.
Esto sucede frecuentemente si no tenemos el hábito de organizar esas ideas,
cuando menos mentalmente. Entonces hay que pensar en un orden para ellas,
reflexionemos sobre lo que has visto y pongamos en orden los pensamientos
esenciales hasta sentir, como decía Buffon “el natural impulso de dar forma a
sus ideas. Sólo entonces sentirá placer al escribir, las ideas se sucederán con na-
turalidad y el estilo será espontáneo y fácil.”12
Hay quienes tienen ideas en abundancia, pero no saben ordenarlas y hay
quienes poseen palabras en abundancia, pero les faltan ideas. Las ideas trabajan
sobre las palabras. En la redacción se da el justo equilibrio entre las ideas y las
palabras, el fondo y la forma para crear y recrear un texto.
12
Cit. pos. Martín Alonso, Análisis y ortografía, España, edit. Aguilar, 1969, p. 152.

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30 Redacción eficaz

Ahora intenta hacer la carta de nuevo. Ya tienes las ideas que deseas destacar.
Empieza con un orden, tal vez el color del mar fundido en el horizonte con el
cielo, tal vez aquellos pelícanos posados sobre las barcas de los pescadores, tal
vez ese olor a sal del agua que cruza por tus labios después del chapuzón, tal vez
la espuma que baña tus pies mientras caminas por la orilla, tal vez la magnitud
de la naturaleza en la que te fundes como un ente más y en armonía. Imagina la
magia de poder describir, narrar, contar esa belleza, la magia que puede hacer la
redacción… Aunque también puede manejar la ironía y el humor.

Aquí un ejemplo:

ACAPULCO
En Acapulco no hay tiburones. Las autoridades mexicanas insisten formal-
mente en ello. Si algunos turistas extranjeros optan por no regresar a su
hogar después de las vacaciones, es cosa de ellos.
Más aún, las aguas servidas que los hoteles reciclan en la bahía no
atraen tiburones a las aguas de Acapulco. Las insinuaciones de este tipo
sólo demuestran ese sentimiento antimexicano típico de los intelectuales
extranjeros, que disfrazan sus prejuicios bajo principios interesados al su-
gerir, por ejemplo, que los periodistas mexicanos son regularmente asesi-
nados por expresar opiniones políticas poco halagüeñas. Estos individuos
no son periodistas. Cuando las autoridades judiciales responsables inician
una investigación, descubren que se trata de usureros u homosexuales que
han logrado obtener credenciales periodísticas con falsos pretextos, y que
fueron asesinados por viudas indigentes a quienes explotaban, o por pros-
titutos menores de edad.
(Saúl, Diccionario del que Duda, p. 20).

Ejercicio:
Redacta tu biografía pero sólo en 144 palabras exactamente, ni una más, ni una
menos. Te estarás preguntando ¿por qué 144 palabras? En el lenguaje oral es el
equivalente a un minuto de lectura y para ti será una gran ayuda para que te ejer-
cites en la síntesis y midas los tiempos de tus escritos.

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Redactar es ordenar 31

Si ya sabes qué decir, lo importante es cómo decirlo. Veremos que la redac-


ción es la que imprime la dinámica al lenguaje y la que integra la ordenación de
nuestros pensamientos con la expresión correcta por escrito de los mismos.
Si todo fuera tan sencillo como desarrollar ideas, juicios y raciocinio, el pen-
samiento no entraría en sus múltiples recovecos; si todo fuera tan simple como
aplicar la regla gramatical, nuestro idioma no sería tan rico. Así en estos dos
terrenos encontraremos el meollo de la redacción. Profundicemos un poco más:

Terreno de la LÓGICA Terreno de la GRAMÁTICA


la idea se vuelve concepto
el juicio se vuelve oración
el raciocinio un conjunto de argumentos

Pero el asunto no es tan mecánico; en el paso de la idea al concepto hay di-


versos procesos, se suceden muchas situaciones.
Si yo menciono la idea árbol, sin mayor explicación, mis interlocutores van a
interpretarla de manera diferente; esto es, van a conceptualizarla según sus pro-
pias experiencias, conocimiento, gustos, preferencias, impresiones, evocaciones,
etcétera. Así habrá quienes piensen en un fresno, un laurel, un pino, un trueno,
un arbusto, un enorme ahuehuete, un bonsái, un tronco sin hojas, un frondoso
árbol con nidos de pajaritos o uno lleno de manzanas como el que dibujábamos
en la escuela.

Ejercicio:

Y tú, descríbenos cómo es tu árbol…

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32 Redacción eficaz

Cada uno de nosotros pensará en un árbol diferente, de acuerdo con nues-


tros gustos, preferencias, inclinaciones, experiencias personales, formación e in-
formación y hasta nivel cultural. Es decir, cada uno conceptualizaremos la idea
del árbol de manera diferente. Todo eso se atraviesa entre la idea y el concepto.
Lo mismo entre el juicio y la oración y entre el raciocinio y el argumento.
El gran reto que tenemos al escribir estará cifrado en nuestra capacidad para
poder expresarnos de manera correcta, propia y elegante, a pesar de todos los obs-
táculos, en el lenguaje formal que requerimos para comunicarnos con los demás.
¿Cómo entonces manejar al lenguaje?, si como diría G. K. Chesterton:

El hombre sabe que hay en el alma tintes más desconcertantes, más innu-
merables y más anónimos que los colores de una selva otoñal… Cree, sin
embargo, que esos tintes, en todas sus funciones y conversiones, son repre-
sentables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y chillidos.

Sin embargo, el hombre siempre lo intenta y lo intentará una y otra vez,


para sacar todo el caudal de emociones que están atropelladas, agolpadas, jun-
tas, deseando salir desesperadamente volcadas en palabras, como en el célebre
“Nocturno” de José Asunción Silva:

Una noche,
una noche toda llena de murmullos, de perfumes y de música de alas;
una noche
en que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
a mi lado lentamente, contra mí ceñida toda, muda y pálida,
como si un presentimiento de amarguras infinitas
hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,
por la senda florecida que atraviesa la llanura
caminabas,
y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca;
y tu sombra
fina y lánguida,
y mi sombra
por los rayos de la luna proyectadas,
sobre las arenas tristes
de la senda se juntaban,
y eran una,
y eran una,
y eran una sola sombra larga,

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Redactar es ordenar 33

y eran una sola sombra larga,


y eran una sola sombra larga…

Esta noche
solo; el alma
llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
separado de ti misma por el tiempo, por la tumba y la distancia,
por el infinito negro
donde nuestra voz no alcanza,
mudo y solo
por la senda caminaba…

Y se oían los ladridos de los perros a la luna


a la luna pálida,
y el chirrido
de las ranas…

Sentí frío. Era el frío que tenían en tu alcoba


tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
entre las blancuras níveas
de las mortuorias sábanas.

Era el frío del sepulcro, era el hielo de la muerte.


Era el frío de la nada.

Y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola,
iba sola,
iba sola por la estepa solitaria;
y tu sombra esbelta y ágil,
fina y lánguida,
como en esa noche tibia de la muerta primavera,
como en esa noche llena de murmullos, de perfumes y de música de alas,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella… ¡oh las sombras enlazadas!
¡Oh, las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las almas!
¡Oh, las sombras que se buscan en las noches de tristezas y de lágrimas!

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34 Redacción eficaz

Ejercicio:
Elabora un dibujo que represente el mensaje de este poema. No importa si no
sabes dibujar, de lo que se trata es que logres interpretar la idea y puedas re-
presentarla en imágenes.

Lo que realizaste es un ejercicio de lenguaje total. Es el lenguaje de la ima-


gen, es el lenguaje que desarrolla la creatividad…
Por otra parte, tenemos el terreno del pensamiento. El terreno de la Lógica es
de interesantes juegos y retos mentales que pueden ser realmente apasionantes.

Pregunta: si estás parado sobre la banqueta, ¿cómo podrías dejar caer un huevo
crudo a un metro del suelo sin que se rompa el cascarón y sin usar nada para amor-
tiguar la caída?
Respuesta: déjalo caer de un metro y medio de altura y caerá un metro sin rom-
perse. (Burns, ¡Odio las matemáticas!, p. 31).

Pregunta: Algunos meses tienen 30 días, otros 31, ¿cuántos meses tienen 28?
Respuesta: Todos (ibídem, p. 45).

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Redactar es ordenar 35

El pensamiento lógico es maravilloso para aprender y desafía nuestra ima-


ginación, pero es también el factor de coherencia y selección de ideas y pensa-
mientos. La imaginación crea y propone imágenes, la lógica orienta esas pro-
posiciones para una mejor comprensión y nos indica el camino para la mejor
selección que se reflejará en la forma.
Una persona escribe claro si piensa claro. Luego entonces, la lógica nos ayu-
dará a comparar, distinguir, clasificar, ordenar, definir, enumerar y asociar.

Ejercicio:

Explica lo que entiendes de las frases siguientes:

1. De todos modos Juan te llamas.

2. Aquel que nació para maceta no pasa del corredor.

3. Del dicho al hecho, hay mucho trecho.

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36 Redacción eficaz

4. Porque del plato a la boca a veces se cae la sopa.

5. Edifique castillos, no cave sepulcros.

6. Quienes se dedican a apagar incendios, no tienen tiempo para prevenirlos.

7. Lo difícil lo hacemos ahora mismo, lo imposible se tarda un poco más.13

8. Llora el que ignora, no llora el que sabe.

13
Esta es una frase de los Seabbes, un grupo de rescate. En México algunos talacheros la han
adaptado para anunciar sus negocios (changarros) y es frecuente que en ellos se pueda leer algún
letrero que diga: “Lo imposible lo hacemos ahora mismo, los milagros tardan un poco más”.

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Redactar es ordenar 37

9. Podrán cortar las flores del mundo, pero nunca podrán detener a la primavera.

10. Porque todos somos campesinos, lo que sembramos hoy en nosotros y en


los demás, mañana lo cosecharán nuestros hijos.

11. Me interesa el futuro porque es donde voy a pasar el resto de mi vida.

12. Si lo podemos pensar, lo podemos crear.

Nada es comparable al manejo del lenguaje, jugar con él, moldearlo como si
se tuviera plastilina. Los escritores de todos los tiempos lo saben y pueden darse
ese lujo, como lo hacía Julio Cortázar.

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38 Redacción eficaz

Código cortazariano
Después de leer el siguiente texto:

1. Explique con sus palabras lo que entendió de la lectura.


2. Explique por qué el mensaje, aunque está claro, será interpretado de
diferentes maneras por cada lector y con diferentes intensidades, desde
una mera relación entre amigos hasta una relación erótica.
3. Fíjate cómo el autor usó un código y unas palabras de manera ordenada,
y aunque esas palabras no existen, logró que el mensaje involucrara al
lector en ese sentimiento de participación.

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clámiso y caían en


hidromurias, en salvajes amonios, en sústalos exasperantes. Cada vez que
él procuraba reclamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejum-
broso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo como poco a
poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta
quedar tendido como el trimalciato de ergomenina al que se le han deja-
do caer unas filunas de cariaconcia. Y sin embargo, era apenas el principio,
porque en un momento dado ella se tordulaba los urgalios, consintiendo
en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban,
algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de
pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadeho-
llante empocapluvia del orgumio, los esproemios del perpasmo en una so-
brehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio,
se sentían balparamar, perlise resolviraba en un profundo pínice, en niola-
mas de argun tendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban
hasta el límite de las gunfias.
(Julio Cortázar, Rayuela, Cap. 68)

1.

Cuando escuchamos a alguien que habla de manera desordenada y disper-


sa, decimos que no sabe expresarse; pero el verdadero problema es que esa

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Redactar es ordenar 39

dispersión se va a trasladar a su lenguaje escrito. Y es que de nuevo el problema


es el orden.
Cuando la reina de corazones sorprende a Alicia en los alrededores del País
de las maravillas, le exige que explique lo que hace ahí, y Alicia le responde que
no sabe cómo empezar. La reina contesta: “muy fácil, empieza por el principio,
sigue por en medio y acaba por el final”.
A no ser porque el autor de Alicia, Lewis Carroll, era un extraordinario ma-
temático que conocía a fondo el pensamiento lógico, podríamos pensar que
esto es una perogrullada, pero no: en realidad es la propuesta del orden. Es la
mejor recomendación para alguien que se inicia en la redacción.
El problema viene cuando uno piensa: ¿cuál es el principio? En la mayo-
ría de los casos el principio se encuentra cuando uno ordena cronológicamente
los hechos y entonces empieza del pasado a la actualidad. Sin embargo, cuando
hay un presente, el orden puede cambiar. La descripción puede ser hecha de
izquierda a derecha o de derecha a izquierda; del centro hacia afuera o de afuera
hacia el centro; de arriba a abajo o de abajo hacia arriba. Necesariamente hay
un orden en todos los hechos; esto nos ayuda a ponernos en el lugar del lector
y pensar que somos sus ojos. Lo que nosotros vemos es lo que ellos ven, y la
manera en que se lo relatamos dependerá de la manera en que ellos lo asimilen.
Por ejemplo, cuando el principio está en el futuro, entonces iremos redac-
tando hacia el presente hasta llegar al pasado.

Ejercicio:

Describe en un máximo de 5 a 6 líneas cada una de las siguientes emociones:


Admiración, amor propio, amor, avidez, angustia, avaricia, alegría, audacia, ab-
yección, bajeza, cólera, codicia, pena, temor, valor, curiosidad, caridad, confian-
za, desesperación, duelo, desconfianza, dureza (agresión), discordia, dolor, deseo,
desdén, desolación, esperanza, emulación, entusiasmo, espanto, envidia, arreba-
to, terror, fastidio, furor, generosidad, gloria, grandeza de alma, gula, glotonería,
humildad, odio, atrevimiento, vergüenza, indignación, irresolución, enemistad,
embriaguez, celos, gozo, cobardía, lujuria, lamentación, desprecio, burla, malig-
nidad, orgullo, piedad, pusilanimidad, remordimiento, arrepentimiento, recono-
cimiento, pesar, seguridad, satisfacción de sí mismo, sobrecogimiento, preocupa-
ción, sensualidad, temeridad, tristeza, timidez, veneración, vanidad, venganza.

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40 Redacción eficaz

La forma
“La Gramática… nos hace ver el maravillosos artificio de la lengua, enseñándonos de
qué partes consta, sus nombres, definiciones, y oficios, y como se juntan y enlazan
para formar el tejido de la oración”. (Primera Gramática Académica, 1771)
La corrección, la propiedad y la elegancia son los requisitos del lenguaje for-
mal o académico, y se refieren a:

Corrección – la ortografía
Propiedad – el bien decir
Elegancia – el estilo

Ejercicio:

¿Qué pasaría si…

Fueras un disco:

Tuvieras seis cabezas:

Vivieras en el país de los enanos:

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Capítulo
3

La corrección,
los fantasmas de la ortografía
La ortografía es un problema nacional. Está relacionada de manera directa con
nuestra personalidad, de ahí que algunos casos se constituyan en verdaderas pato-
logías, como aquel muchacho que le ponía acento a mamá en la “hache”. La orto-
grafía refleja nuestro estado de ánimo, nuestras condiciones de estrés y problemas
por los cuales atravesamos en ciertos momentos. Ello explica por qué a veces olvi-
damos cómo se escribe alguna palabra, que escribamos otra bien y dos renglones
después, la misma palabra la escribimos mal, que tengamos dudas en cuanto a las
letras de una palabra cuando más estresados nos encontramos, o que perdamos la
buena ortografía cuando no estamos muy lúcidos. Con todo ello, le trasmitimos
al escrito nuestros descuidos, preocupaciones y problemas.
Aunque en una buena parte de los casos, el problema es muy sencillo, basta
con recordar las reglas (Véase el Prontuario al final de este texto).
La ortografía tiene tres niveles:

1) El de la letra, que a su vez tiene que ver con los problemas de la acentua-
ción y de las letras dudosas.
2) El de la palabra, directamente relacionado con la división silábica.
3) El de la oración en cuanto a la manera de poner la puntuación.

La letra. Problemas de acentuación. Entre quienes escriben es muy frecuente


la mala acentuación; muchos de los errores se deben a confusiones de aplicación
de las reglas.
Si nos acordamos que se pone un acento ortográfico en todas las palabras agu-
das (énfasis en la última sílaba) terminadas en n, s o vocal, todas las graves (én-
fasis en la penúltima sílaba) que no terminen en n, s o vocal y todas las esdrúju-
las y sobreesdrújulas (énfasis en la antepenúltima y ante antepenúltima sílabas),
será más fácil acentuar.

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42 Redacción eficaz

De igual manera, podemos recordar que los monosílabos no se acentúan


desde 1959, sólo aquellas palabras con dos funciones gramaticales. Por ello es
necesario distinguirlas, y para esto utilizaremos una con acento diferenciador o
diacrítico. (Véase Prontuario).
Tenemos un alfabeto modificado según las nuevas normas de la Academia:
Ahora sólo hay 27 letras. Se suprimieron la ch y la ll, consideradas dígrafos y
hay un nombre oficial para cada letra. Repasa el nombre en el segundo bloque.
Las letras del alfabeto son:

a, A b, B c, C d, D e, E f, F g, G h, H i, I
a be ce de e efe ge hache i
j, J k, K l, L m, M n, N ñ, Ñ o, O p, P q, Q
jota ka ele eme ene eñe o pe cu
r, R s, S t, T u, U v, V w, W x, X y, Y z, Z
erre ese te u uve uve equis ye zeta
doble

Ahora repásalo y escríbelo de nuevo:

a, A b, B c, C d, D e, E f, F g, G h, H i, I

j, J k, K l, L m, M n, N ñ, Ñ o, O p, P q, Q

r, R s, S t, T u, U v, V w, W x, X y, Y z, Z

Hace un tiempo circuló por Internet un bello mensaje sobre las letras cuan-
do se combinan, que ahora compartimos contigo:

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La corrección, los fantasmas de la ortografía 43

Las letras pueden ser:

Únicas ADN

Sobrias AA

Tener mayor contenido ETC

Dar placer G

Ser un parámetro IQ

Tener mucho peso KG

Alucinantes LSD

Profundas OM

Tienen algo más qué decir PD

Implacables RIP

De gran ayuda SOS

Explosivas TNT

Marcarte de por vida VIH

Ser un alivio WC

Tener delirio de grandeza XL

Ser explícitas XXX

Tener un buen fin Z

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44 Redacción eficaz

Ejercicio:
Elabora una oración simple con cada una de las palabras siguientes:

el, artículo

él, pronombre

mi, adjetivo posesivo

mí, pronombre personal

se, pronombre personal

sé, imperativo del verbo ser

tu, adjetivo posesivo

tú, pronombre personal

de, preposición, letra

dé, flexión del verbo dar

mas, conjunción

más, adverbio de cantidad

te, pronombre personal, letra

té, infusión de hierbas

si, conjunción, duda, nota

sí, afirmación, pronombre

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La corrección, los fantasmas de la ortografía 45

Ejercicio:
Escribe el acento en aquellas palabras que deban llevarlo:

joven jovenes tesis cano


Perez debil cuartel oye
corazon camion autobus gallo
pajaro analicenselo fabrica perro
caminaron vandalo arbol torre
llevaron comezon bufalo fue
comio llevo patenticenselo voz
feroz pidio habia haz
xilofono pension trabajo hoy
quiso cafes examen poso
examenes cantaro caracter loza
traves grafico xenofobo vano
contabilicelos haciendonos

Respuestas: joven, Pérez, corazón, pájaro, caminaron, llevaron, comió, feroz, xilófono, quiso,
exámenes, través, contabilícelos, jóvenes, débil, camión, analícenselo, vándalo, comezón, llevó
(o llevo), pidió, pensión, cafés, cántaro, gráfico (o grafico o graficó), tesis, cuartel, autobús, fá-
brica, árbol, búfalo, patentícenselo, había, trabajo, examen, carácter, xenófobo, haciéndonos,
cano, oye, gallo, perro, torre, fue, voz, haz, hoy, posó (o poso), loza, vano.

Por lo que hace a las letras dudosas, hay constantes errores; los más frecuen-
tes se cometen con la g y la j, la h, la b y v, la s, c, x y z, particularmente los ter-
minados en xión, ción y sión.

—Papá, papá, mira qué bonito barco.


—No es barco hijo, es yate.
—¿Cómo se escribe yate, papá?
—¿?... es barco, hijo, es barco…

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46 Redacción eficaz

Ejercicio:
Escribe las letras (b, v, ll, y, s, z) que hacen falta:

ára e illancico refor ar caram ola


to er otación ama iográfico
quema ón quere a ceda o le
juste a tra go va amos a udarán
sub ugar mayora go fuer a ienestar
her í oro ullicio éxta is sem lanza
atre ido tóm ola o e no ra go
li iado urcido honrade esca e
niñe dis untiva deste o cami a
ro o terra a lobe no porta o
pu licidad i lioteca con ención cam io
foren e ipi ape ig ag torti a
peda o reta o came o erno
mague hue a ave ter o
convo oli o u ia a unar
constru en esto morda a excu a
erde i ocho rujo i a uelo
in itar en idia her ir e cri ir
no ísima olar ol er u o
solu le tem lor da a lasón
i iente uitre o iar su terráneo

Respuestas: árabe, toser, quemazón, justeza, subyugar, herbívoro, atrevido, lisiado, niñez, rollo,
publicidad, forense, pedazo, maguey, convoy, construyen, verde, invitar, novísima, soluble, vivien-
te, villancico, votación, querella, trasgo, mayorazgo, bullicio, tómbola, zurcido, disyuntiva, terraza,
biblioteca, zipizape, retazo, huella, bolillo, estoy, bizcocho, envidia, volar, temblor, buitre, reforzar,
llama, cedazo, vayamos, fuerza, éxtasis, osezno, honradez, destello, lobezno, convención, zigzag,
camello, llave, lluvia, mordaza, brujo, hervir, volver, daba, obviar, carambola, biográfico, ley, ayu-
darán, bienestar, semblanza, rasgo, escasez, camilla, portazo, cambio, tortilla, yerno, terso, ayunar,
excusa, bisabuelo, escribir, buzo, blasón, subterráneo.

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La corrección, los fantasmas de la ortografía 47

Hace un tiempo pensábamos que los españoles no tenían los problemas de la


s y la z, porque ellos pronuncian de tal forma que se escucha bien la diferencia,
hasta que conocimos aquel cuento de gallegos:

—Mirá, hombre, a que no adivináis de qué vengo vestido. Ve, todo de negro…
—No, no le doy.
—Ve, arza, sombrero negro, capa negra, antifaz negro.
—Pues no, todavía no le doy.
—A ver, mirá, —se abre la capa y en su camiseta aparece una enorme “Z”.
—¡Ah, claro, ya sé: Zuperman!

Ejercicio:

Redacta oraciones con cada palabra que aparece en las líneas:

maya y malla

vaya y valla

yerro y hierro

caro y carro

agito y ajito

gravar y grabar

botar y votar

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48 Redacción eficaz

tuvo y tubo

ingerir e injerir

gira y jira

abrasa y abraza

Ejercicio:

Escribe j o g según el caso.

eta frí ido imotear falan e


here ía elo io sobreco er salva e
cónyu e monta e au e inecolo ía
o era _ estación eopolítica erencia
fin ir erarquía larin e pluma e
ilguero gua ira granu a le ible
hi iene in enio empu e eocéntrico
paisa e su eto esto eología
tra eron erarca re istro cuadra ésimo
re encia prodi io equipa e espe ismo
estor masa e cru ir esfin e
entío enca e ermen relo ero
le itimar ob eción distra e reco er
eólogo redu e bendi eran via e
pasa e enealo ía enco er redu ese
mensa ero extran ero grama e pea e

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La corrección, los fantasmas de la ortografía 49

enocidio gran ean eneral cronometra e


afli ir ele ir ente a ente
ile ítimo le islar prote ido a itación
ve iga itano refri erar iro
e ecución exa erar relo ería co ee

Respuestas: jeta, herejía, cónyuge, ojera, fingir, jilguero, higiene, paisaje, trajeron, regencia, ges-
tor, gentío, legitimar, geólogo, pasaje, mensajero, genocidio, frígido, elogio, montaje, gestación,
jerarquía, guajira, ingenio, sujeto, jerarca, prodigio, masaje, encaje, objeción, reduje, genealogía,
extranjero, gimotear, sobrecoger, auge, geopolítica, laringe, granuja, empuje, gesto, registro, equi-
paje, crujir, germen, distraje, bendijeran, encoger, gramaje, falange, salvaje, ginecología, gerencia,
plumaje, legible, geocéntrico, geología, cuadragésimo, espejismo, esfinge, relojero, recoger, viaje,
redujese, peaje, genocidio, afligir, ilegítimo, vejiga, ejecución, granjean, elegir, legislar, gitano, exa-
gerar, general, gente, protegido, refrigerar, relojería, cronometraje, agente, agitación, giro, cojee.

Ejercicio:

Escribe la terminación correcta sión, ción o xión según el caso.

preven preten eva oca cone


tenta fac extrac televi crucifi
coli concep termina evoca vi
exen embarca ila confec inva
nega filia subver fle exac
bisec avia construc ac comple
emula tumefac elocu fu compa
amplifica ane admi administra cura
devo proyec provoca preposi dimi
presun precau expul depre pa

Respuestas: prevención, tentación, colisión, exención, negación, bisección, emulsión, amplifi-


cación, devoción, presunción, pretensión, facción, concepción, embarcación, filiación, aviación,
tumefacción, anexión, proyección, precaución, evasión, extracción, terminación, ilación, subver-
sión, construcción, elocución, admisión, provocación, expulsión, ocasión, televisión, evocación,
confección, flexión, acción, fusión, administración, preposición, depresión, conexión, crucifixión,
visión, invasión, exacción, complexión, compasión, curación, dimisión, pasión.

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50 Redacción eficaz

La hache es muda; hasta García Márquez quiso jubilarla. Sin embargo, su


uso tiene sentido y le da significado a las palabras en las que aparece.
Se utiliza la hache (h) al escribir los siguientes prefijos y raíces:

hidro (agua)
hiper (sobre, encima)
hipo (debajo)
hipo (caballo)
hosp (huésped)
hemi (mitad)
hema, hemato (sangre)
hepat (hígado)
hex, hexa (seis)
hepta (siete)
hetero (desigual)
homo (semejante)
hecto (ciento)
helio (sol)
host (extranjero, enemigo)
horr (erizado)

ŠŠ Y se escribe h antes de los diptongos: ia, ie, ue, ui cuando comienzan sílaba.
ŠŠ Lleva h la sílaba hu seguida de m con vocal.
ŠŠ Llevan h al final algunas interjecciones.
Ejercicio:

Escribe una palabra con cada uno de los prefijos con “h” arriba mencionados:

Segundo nivel de la ortografía


El segundo nivel de la ortografía tiene que ver de manera directa con la división
silábica. Afortunadamente, es un problema menos grave que el anterior. Se dan
algunas equivocaciones por desconocimiento de las reglas pero, en general, hay

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La corrección, los fantasmas de la ortografía 51

una buena división silábica. Las excepciones son aquellas mecanógrafas obsesio-
nadas en hacer coincidir el renglón final y que por ello son capaces de cortar la
palabra donde no deben; de esa manera puede verse papá dividido “pap” y la “á”
en el siguiente renglón. Recuérdese que esto es una falta de ortografía.
Probablemente los problemas de la división silábica pueden quedar desterra-
dos para siempre con el manejo de las computadoras, las cuales “justifican” los
escritos sin necesidad de divisiones silábicas. Aunque todavía quienes trabajan
en cuestiones editoriales se verán en la necesidad de dividir sílabas y, desde lue-
go, los que siguen escribiendo a mano, hoy llamados “cuadernícolas”.
Las reglas (Cfr. Prontuario) son pocas.

ŠŠ No separar los diptongos, ni los triptongos: Cuautla, deuda, miasma, tiara.


ŠŠ Si las palabras están acentuadas en los diptongos, sí se pueden separar ya
que forman palabras aparte: baúl, Raúl, maíz…

Aunque es correcto también dividirlos en dos sílabas, algunos prefijos pue-


den hacer una sola sílaba, como es el caso de “ante” o “anti”… O bien, pueden
dividirse como prefijos: des-ha-cer…
Es interesante que en algunas palabras la Real Academia, por pudor, aconseja
cuidar las divisiones silábicas; por ejemplo: artículo, vehículo, currículo, Titi-
caca, cacahuate, cómputo; se recomienda que no se dejen solas las dos últimas
sílabas en el renglón siguiente, o bien, que se pongan tres sílabas juntas en un
primer renglón o tres en el siguiente.

Ejemplos:
Artícu-lo también ar-tículo.
Vehícu-lo o también ve-hículo.
Ca-cahuate.
Titica-ca.

Resumiendo: NO dejar vocales solas ni al principio ni al final del renglón;


no separar vocales aunque no formen sílabas; no cortar palabras de modo que
formen vocablos inconvenientes; y no separar abreviaturas, siglas, ni cifras. (Cfr.
Basulto, Ortografía actualizada, p. 141).

Tercer nivel de ortografía


Ortografía de la frase. La ortografía de la frase tiene que ver de manera muy di-
recta con la puntuación. Son varios los problemas, entre ellos:

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52 Redacción eficaz

ŠŠ A veces nos gusta un signo y lo adoptamos para ponerlo en la mayor parte


de las frases que escribimos y entonces se vuelve muletilla; es frecuente el
caso del punto y coma (;).
ŠŠ En ocasiones nos gusta poner de sobra algunos signos, como la coma (,).
ŠŠ Otras veces, tanto sobran como faltan signos.

Un fenómeno interesante es que nuestro lenguaje oral nos plantea una for-
ma de puntuación en las pausas que hace nuestra respiración, y esta puntuación
es diferente a la que debiera llevar en el texto. Esto es comprensible en tanto
que hablamos con ciertos tonos y ritmos, nos detenemos en lugares donde no
va puntuación, sobre todo para enfatizar algo o para respirar. La consecuencia
es que ponemos mal la puntuación. Hay que recordar que la puntuación es la
respiración de la frase; no son los signos, sino lo que está contenido dentro de
ellos.
Si encontramos un punto (.), lo que nos indica es que la frase que lo antecede
es una idea completa; si encontramos coma (,) quiere decir que hay un fragmen-
to de idea; un punto y coma (;) indica que después de haber expresado una idea
completa, sigue un fragmento más; dos puntos (:) indican que después de haber
expresado una idea completa sigue otra idea completa muy relacionada.

Ejercicio:
En las siguientes frases inserta la puntuación necesaria:

Apúrale no queda tiempo pero recuerda aquello que decía Darwin haz a los
hombres lo que quieras que ellos te hagan tal es el principio sobre el que des-
cansa toda moral

No es eso sino que

Que puede ser ay si la palmera supiera que sus palmas algún día
Escucha te aconsejo que seas discreta resuelta determinante segura de ti misma
y sobre todo feliz

Lo crees así
Claro más sabe el diablo por viejo que por diablo ten fe y mucha suerte

Adiós

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La corrección, los fantasmas de la ortografía 53

Respuestas:
¡Apúrale!, no queda tiempo, pero recuerda aquello que decía Darwin: “haz a los hombres lo que
quieras que ellos te hagan”, tal es el principio sobre el que descansa toda moral.

No es eso, sino que…

Que puede ser ¡ay! si la palmera supiera, que sus palmas algún día…

Escucha: te aconsejo que seas discreta, resuelta, determinante, segura de ti misma y, sobre todo,
feliz.

¿Lo crees así?

Claro, más sabe el diablo por viejo, que por diablo. Ten fe y mucha suerte.

¡Adiós!

Una sola coma puede ser causa de toda una tragedia o de una interpretación
completamente tergiversada de las intenciones del emisor. Se dice que algunas
actas levantadas por el Ministerio Público, por falta de comas y de una redac-
ción poco clara, la víctima resulta en victimario.

Ejercicio:
Inserta las comas donde sea necesario:

ŠŠ Uniformes para niñas de acrilán.


ŠŠ Muerto está tarde llegamos.
ŠŠ El perrero mató al perro con rabia estaba su madre y también la sacrificaron.
ŠŠ Un francés tenía un puerco y la madre del francés era también el padre del
puerco.

Respuestas:

ŠŠ Uniformes para niñas, de acrilán.


ŠŠ Muerto está, tarde llegamos.
ŠŠ El perrero mató al perro, con rabia estaba su madre y también la sacrificaron.
ŠŠ Un francés tenía un puerco y la madre, del francés era también el padre del puerco.

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54 Redacción eficaz

Ejercicio:
Escribe el significado de las siguientes frases (Observa el lugar donde se inscri-
be la coma):

Comunícale que no irá pronto:


Comunícale que no, irá pronto:

Si leo demasiado, se me cansa la vista:


Si leo, demasiado se me cansa la vista:

Pantalones para caballeros de lana:


Pantalones para caballeros, de lana:

Todo terminará, sin duda:


Todo terminará sin duda:

Las mujeres que saben comprender pueden ayudar:


Las mujeres, que saben comprender, pueden ayudar:

Si todavía no te convenzo de que la coma es importante, te voy a contar una


historia. Cuéntase que un poeta era asediado por tres jóvenes casaderas conti-
nuamente. Un día, ante la insistencia de ellas, el poeta les envió los siguientes
versos sin mediar ninguna puntuación:

Tres bellas que bellas son


me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón

Si obedecer es razón
diré que amo a Soledad
no a Pura cuya bondad
persona humana no tiene
no inspira mi amor Irene
que no es poca su beldad.

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La corrección, los fantasmas de la ortografía 55

Soledad afirmó ser la elegida y así leyó el poema:

Tres bellas, que bellas son,


me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.

Si obedecer es razón,
diré: que amo a Soledad;
no a Pura, cuya bondad
persona humana no tiene;
no inspira mi amor Irene,
que no es poca su beldad.

“Se equivocan”, afirmó Pura, “yo soy la elegida, escuchen:”

Tres bellas, que bellas son,


me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.

Si obedecer es razón,
diré: ¿Qué amo a Soledad?
¡No!... ¡A Pura!, cuya bondad
persona humana no tiene.
No inspira mi amor Irene,
que no es poca su beldad.

Pero Irene, refutando a las demás dijo: “yo soy la elegida” y leyó así el verso:

Tres bellas, que bellas son,


me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.

Si obedecer es razón,
diré: ¿Qué amo a Soledad?
¡No! ¿A Pura, cuya bondad

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56 Redacción eficaz

persona humana no tiene?


¡No!... Inspira mi amor Irene,
que no es poca su beldad.

Ante semejantes dudas las jóvenes decidieron preguntarle al poeta, quien


como todo bohemio y poco amante del matrimonio les respondió en el mismo
texto, con su correspondiente puntuación:

Tres bellas, que bellas son,


me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.

Si obedecer es razón,
diré: ¿Qué amo a Soledad?
¡No! ¿A Pura, cuya bondad
persona humana no tiene?
¡No!...¿Inspira mi amor Irene?,
¡que no!, ¡Es poca su beldad!

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Capítulo
4

La propiedad
Dentro de la propiedad de las frases y palabras, de repente caemos en cuenta de
que no manejamos correctamente elementos básicos de nuestro idioma, como
es el caso de los plurales o los géneros. Elabora los siguientes ejercicios y guarda
los resultados. Si son reprobatorios será mejor que consultes tu diccionario y
gramática con más frecuencia.

Ejercicio:
Escribe el femenino o masculino que corresponda.

sacerdote conde
licenciada caballo
doctor actriz
institutora hombre
poeta jefe
profetisa intendenta
heroína jabalí
macho yerno
mecánica abad
carnero presidente
diputado cacique
zar dependiente

Respuestas: sacerdotisa, licenciado, doctora, institutor, poetisa, profeta, héroe, hembra, mecá-
nico, oveja, diputada, zarina, condesa, yegua, actor, mujer, jefa, intendente, jabalina, nuera, abade-
sa, presidenta, cacica, dependienta.

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58 Redacción eficaz

Ejercicio:
Los siguientes sustantivos aceptan plurales en es y en s; completa:

Ejemplo:

caribú caribúes caribús


bambú
gurú
hindú
iglú
tabú
vudú

La palabra solo ya no se acentúa (Nueva Ortografía de 2010) para distinguir


el adjetivo del demostrativo. Reescribe la siguiente oración para evitar la confu-
sión con solo de únicamente y solo de soledad:

Trabaja solo los domingos.

Como únicamente Como soledad


Recuerda que la o (conjunción disyuntiva) ya no se acentúa entre números. Ya


no hay confusión porque la o es diferente al 0: 5 o 7; 20 o 30.

Ejercicio:
Escribe el singular o plural según sea el caso:

tímpano dosis
padrenuestro cruz
efemérides pata de gallo
enseres exequias
álbum sepia
crisis hazmerreír

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La propiedad 59

champú carácter
tamiz oboes
dispensa caos
clip yanqui
examen buró
jóvenes cafés

Respuestas: tímpanos, padrenuestros, efemérides, enser, álbumes, crisis, dosis, cruces, patas de
gallo, exequias, sepias, hazmerreír, champúes, tamices, dispensas, clipes, exámenes, joven, caracte-
res, oboe, caos, yanquis, burós, café.

El uso de las preposiciones se maneja mal de manera constante y no sólo en


nuestro idioma. Estamos poco acostumbrados a darle un significado particular a la
preposición y a veces la manejamos como la escuchamos; por ejemplo, ha desatado
una gran polémica el famoso vaso de leche contra el vaso con leche en tanto que el
primero se maneja como frase hecha, clara para la generalidad y en lenguaje colo-
quial, pero los puristas defienden otro punto de vista y no les parece que sigamos
sosteniendo que los vasos sean de leche, por lo tanto, hay un problema con la pre-
posición que se arreglaría cambiándola a la correcta: vaso con leche.

Ejercicio:
Escribe las frases con las preposiciones correctas:

de acuerdo a
al instante
a nombre de
me voy por siempre
paseo en el pasillo
para allá se fue
afición por las ciencias
esto es bueno para el dolor
gusto de encontrarlo
traducido en tres idiomas
en relación a
se sentó en la mesa
estudié en la noche
fui donde ella

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60 Redacción eficaz

trabaja en déficit
voy donde la abuela
el vaso de leche
en base a
bajo el régimen
contó con los dedos

Respuestas: de acuerdo con, en el instante, en nombre de, me voy para siempre, paseo por el
pasillo, por allá se fue, afición a las ciencias, esto es bueno contra el dolor, gusto en encontrarlo,
traducido a tres idiomas, en relación con, se sentó a la mesa, estudié por la noche, fui hacia ella,
trabaja con déficit, voy a ver a la abuela, el vaso con leche, con base en, durante el régimen, contó
por los dedos.

Vicios de dicción
El lenguaje es flexible, moldeable como plastilina, aunque para ser entendido
por todos los que hablan nuestra lengua debe seguir ciertos requisitos, entre
ellos el bien decir, esto es, el hablar con propiedad, que implica evitar una bue-
na cantidad de vicios que hacen desagradable el uso del lenguaje.
Ello implica que al hablar debamos reconocer los errores que cometemos,
algunos de ellos son fácilmente detectables, pero sólo podemos percatarnos de
otros con un conocimiento mayor del idioma y sus reglas. Esto es más compli-
cado cuando toda nuestra vida hemos hablado y escuchado hablar a los demás
con los mismos errores, sin identificarlos como tal. Está haciendo pininos, no:
son pinitos; cambiemos eso. O bien, pídale a la secretaria unos clipes; lo más
seguro es que lo corrija y le diga: “son clips, jefe”. Convénzala de que clipes es lo
correcto.
Veamos los vicios más frecuentes:

ŠŠ Barbarismo
Es de tres tipos:

1. El que se comete por problemas de pronunciación. Es frecuente y fácil-
mente detectable: haiga, cuidá, Aclante, Jelipe, Grabiel, Hetor.
Son frecuentes y difícilmente detectables: dentrífico, antidiluviano,
conyugue, pininos, requerimentos (se dice dentífrico, antediluviano, cónyu-
ge, pinitos, requerimientos).

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La propiedad 61

El papá visita con su niño el Paseo de la Reforma y el niño admirado


exclama:
—¡Mira, papá, qué bonita estuata!
—No se dice estuata —replica el padre—, se dice menumento.

2. El que se comete por utilizar vocablos extranjeros sin necesidad. De


este tipo tenemos inmersos en nuestra lengua vocablos en casi todos los
idiomas:
En inglés: poster, garaje, ticket, sport, closet en vez de cartel, cochera,
boleto, deportivo, guardarropa; en francés: amateur, afiche (o affiche), bu-
ffet en vez de aficionado, cartel, convite; en latín: sui géneris en vez de
peculiar; en italiano: mezzanine en vez de entrepiso.

Algunos no los distinguimos fácilmente, como es el caso de frases


galicadas: cuando usan la preposición a y el infinitivo: metas a seguir
debe ser metas por seguir, de acuerdo a debe ser de acuerdo con, a nom-
bre de debe ser en nombre de. Las nuevas Normas Ortográficas de 2010
terminaron aprobando algunas a pesar de no ser elegante, dicen, el uso;
por ejemplo, reglas a seguir y consignas a seguir, dado el uso frecuente en
áreas como administración y periodismo.

3. El que se comete por utilizar mal el significado de las palabras. Alter-


nativa, no es una opción, siempre son dos o más; lívido es pálido y no
amoratado; desapercibido es incorrecto si se usa como inadvertido o ig-
norado; sendos no son descomunales es uno para cada cual, tampoco es
ambos que significa uno y otro.
Es conveniente recordar que no son barbarismos los neologismos,
esto es, las palabras nuevas que nos sirven para denominar un fenómeno
que acaba de surgir ya que no existe un vocablo en español para denomi-
narlo: jeep, jet, radar, antibiótico, láser.

Ejercicio:
Escribe el significado de las siguientes palabras:

ánimo
animo

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62 Redacción eficaz

animó
inválido
invalido
invalidó
prólogo
prologo
prologó
júbilo
jubilo
jubiló
número
numero
numeró
óxido
oxido
oxidó
término
termino
terminó

ŠŠ Cacofonía: es un vicio que sucede cuando juntamos las letras o sílabas de so-
nidos similares que son desagradables: la laguna, banco con, de desarrollo. Con
un poco de reflexión puedes evitarlas. Por ejemplo, puedes decir esa laguna o re-
gión lagunera, un banco que tiene ideas, países en desarrollo, así sucesivamente.
Es difícil deshacer las cacofonías, sobre todo cuando ya se encuentran arraigadas
y son parte de la cultura de una región o zona, como el caso de La Laguna, pero
indiscutiblemente que si algún día alcanzan el estatus de estado, le cambiarán el
nombre a Región lagunera o algo similar, pero ya no cacofónico.

ŠŠ Solecismo
Es de dos tipos. Uno es menos frecuente en México en vista de que tende-
mos a corregir las incorrecciones, por ejemplo, si escuchamos me se olvidó;
en cambio, en otros países es la forma coloquial de hablar, el solecismo del
primer tipo se comete cuando colocamos mal las palabras de una misma
frase: se me lengua la traba, voy donde el trabajo.

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La propiedad 63

El segundo tipo de solecismo se refiere a las fallas en la concordancia; esas


sí se dan mucho en nuestra forma de hablar y escribir. Por ejemplo, en los
planes de estudio es muy frecuente encontrar con estos problemas algunas
asignaturas: Lengua y Literatura Española, se supone que ambas son las espa-
ñolas; guión y producción radiofónica como si el guión no fuera radiofónico.
Cuando se dice gentes en vez de gente.

ŠŠ Queísmo
Un problema muy frecuente, en especial cuando la gente acostumbra narrar algo, es
el abuso del relativo que, (ver Prontuario), por lo general aumenta qués donde no
se debe y también cae en el error de omitirlos, cuando se deben colocar en la frase.

Ejercicio:
Sustituye el “que” por otra palabra o frase más precisa:

Es persona que merece respeto.

Es una lección que no se olvida.

Tiene una alegría que contagia.

Fue entonces que lo vi.

Es así que lo quiero usar.

Será por eso que vino.

Todo plan que da ventajas es bueno.

Tira la mercancía que no sirva.

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64 Redacción eficaz

Es allí que ocurrió.

Es la vajilla que no se rompe.

Es por aquí que llegaremos lejos.

Es a mediodía que sale su camión.

Es al parque que voy contigo.

Es por esto que escribió su libro.

Hay pantalones para niños que son de lana.

Medias para señoritas que son de lycra.

Que me diga lo que quiere que haga.



Que dice el jefe que voy allá.

¿Qué tienes que decir de lo que se dijo?

¿Qué haré que te convenza que debo ir?

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La propiedad 65

Respuestas: respetable, inolvidable, contagiosa, entonces lo vi, así lo quiero usar, por eso vino,
ventajoso, inservible, allí ocurrió, irrompible, por ahí llegaremos lejos, al mediodía sale su camión,
al parque voy contigo, por eso escribió su libro, pantalones de lana para niños, medias de lycra
para señoritas, dígame sus necesidades acerca de lo que debo hacer, el jefe me indicó que fuera,
¿cuál es tu opinión acerca de lo dicho?, ¿cómo convencerte de la necesidad de ir?

ŠŠ Gerundismo
El gerundio es muy difícil de utilizar y en español construye frases pasivas
en vez de activas. Recuérdese que en inglés es palabra de acción: walking,
talking, sleeping, reading. En español construye frases largas como: Mientras
caminaba iba mirando al mar.
El gerundio es culpable de que se alarguen las frases, sobre todo si uno
empieza con él frases largas; pueden inclusive caer en confusiones. Véase el
caso de las actas jurídicas.
El gerundio implica simultaneidad, así es que si alguien se golpea murien-
do instantáneamente, está bien usado el gerundio; pero si alguien se golpea
muriendo al otro día está mal usado el gerundio. Moraleja: para usar el gerun-
dio, el que se golpee debe morir instantáneamente.
Claro, se puede usar como adjetivo, agua hirviendo, horno ardiendo, o
como adverbio de modo: llegó caminando, iba corriendo. Pero si no tene-
mos claras las reglas de su uso, que por cierto son muchas (ver Prontua-
rio) será mejor que no lo usemos. Intenta escribir sin una sola palabra que
termine en ando, endo y iendo; tu estilo puede mejorar en agilidad, palabra
de acción y frase corta, lo cual es muy conveniente al lenguaje formal.

Ejercicio:
Sustituye el gerundio por la forma más adecuada:

Estando a su disposición…

Había una caja conteniendo colores.

Llegó el director iniciándose el acto diez minutos después.

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66 Redacción eficaz

Se golpeó muriendo al otro día.

Hay instrucciones reglamentando el juego.

Respuestas: estoy a su disposición, que contenía, y se inició, y murió, que reglamentan.

ŠŠ Monotonía y pobreza de vocabulario


Se comete cuando hay pobreza de vocabulario y se abusa de las palabras de
moda y los verbos fáciles.
Nuestro vocabulario se divide en pasivo y activo: el pasivo es aquel que
se encuentra en nuestro cerebro, pero no lo usamos porque su significado es
desconocido o poco conocido. Sin embargo, el vocabulario activo es el que
utilizamos de manera cotidiana y cada vez es más pobre y limitado debido
al abuso de palabras que se ponen de moda y que nos sirven para designar a
múltiples sustantivos, adjetivos (cotorro, trae su rollo, trae su onda, hizo su oso) y
hasta para expresar opiniones (¡órale!, ¡no manches!).

ŠŠ Cosismo
El uso y abuso de la palabra cosa es muy frecuente en nuestro lenguaje,
sobre todo en el lenguaje coloquial para frases de doble sentido. Se inicia a
través del ejercicio oral y luego continúa en el lenguaje escrito.
Por ello, siempre debemos tener a la mano un buen diccionario que
nos permita consultar algunos vocablos que sustituyan a la palabra cosa.

Ejercicio:
Intentemos sustituirla:

Se volvió una cosa molesta.


Llévate mis cosas a la terminal.
Esto es cosa suya.
Dígame una cosa.
Administra la cosa pública.
Se le puso la cosa dura.

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La propiedad 67

Falta cosa de un kilómetro.


Llévate tus cosas a la escuela.
Tengo una cosa entre los dientes.
Hace cosas bellas.
Eso es cosa del diablo.
Pasaron muchas cosas en aquella relación.
Hace cosas importantes.
Recuerda las cosas que te dije.
Una cosa lo deprimía.
Era cosa digna de ser.
Fue una cosa rigurosa.

ŠŠ Anfibología
La más cercana al pensamiento y al lenguaje escrito en tanto que lo que su-
cede en el segundo es reflejo del primero. Por ello es al mismo tiempo una
falacia y un vicio de expresión. La anfibología se comete cuando se colocan
las palabras de una frase de manera confusa o torpe. Se voló la tapa de los se-
sos después de haberse despedido de su familia con un revólver; pantalones para
niños de lana; medias para señoritas de lycra; tengo dulces para mis sobrinos que
están muy sabrosos.

Ejercicio:
Las siguientes frases tienen diversos vicios de dicción. Escríbelas con propiedad:

Habían muchos en el lobby.



Jugó el jugador amateur.

Fue entonces que volví en sí.

Tiene muchos compacs en stock.

Tomó prestado una caja.

A lo mejor no lo logro.

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68 Redacción eficaz

Salté un gran salto.



Rápidos corren los carros.

Respuestas posibles: había muchos en el vestíbulo, participó el jugador aficionado, fue en-
tonces cuando volví en mí, tiene muchos discos compactos almacenados, tomó prestada una caja,
tal vez no lo realice, di un enorme salto, veloces transitan los automóviles.

Ejercicio:
Corrige los siguientes barbarismos:

amarizar financía
antidiluviano fuerzudo
mallugar requerimento
calientito gripa
calosfrío homogenizar
dentrífico lapso de tiempo
exhorbitante jedor
express

Respuestas: amarar, antediluviano, magullar, calentito, escalofrío, dentífrico, exorbitante, ex-


prés, financia, forzudo, requerimiento, gripe, homogeneizar, lapso, hedor.

Ejercicio:
La historia sin fin.

Ya estás listo para empezar tu primera novela. Te voy a dar ciertos parámetros.
Solo escribirás cuatro capítulos. Hoy redactarás el primero. Te daré el tema y
una idea general.

El primer capítulo será “El hecho que cambió mi vida”. Cuenta el hecho más
significativo que de una u otra forma ha trascendido, a grado tal de cambiar tu
vida. De una y media cuartillas mínimo a tres cuartillas máximo.

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La propiedad 69

Ejercicio:
Escribe en el paréntesis el número que corresponda al significado de cada
palabra:

1) microorganismo abocar ( )


2) flexión del verbo caber bale ( )
3) tosca, ordinaria bidente ( )
4) extensa, amplia botar ( )
5) hermoso, que tiene belleza vello ( )
6) riqueza, patrimonio vale ( )
7) flexión del verbo venir vacilo ( )
8) emitir el voto basta ( )
9) que adivina el futuro avocar ( )
10) arrojar, tirar, lanzar bacilo ( )
11) palillo con el que se toca el tambor votar ( )
12) asir con la boca vienes ( )
13) flexión del verbo cavar vaqueta ( )
14) flexión del verbo vacilar bienes ( )
15) cuero de res, curtido bello ( )
16) flexión del verbo valer cabe ( )
17) Llamar a sí un tribunal superior
la causa litigada en uno inferior vasta ( )
18) de dos dientes cave ( )
19) flexión del verbo balar vidente ( )
20) pelo suave del cuerpo baqueta ( )

Las respuestas son: 12, 19, 18, 10, 20, 16, 14, 3, 17, 1, 8, 7, 15, 6, 5, 2, 4, 13, 9, 11.

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Blanca

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Capítulo
5

Elegancia
El bien decir ha de acompañarse de una manera elegante de hablar y escribir;
estamos hablando del estilo o la manera personal de expresarnos.

A. Estilo
Decía Buffon que el estilo es el hombre y esta definición sigue siendo válida.
Todo estilo se va a identificar por la manera en que aplicamos las distintas
formas de expresión, como son: la narración, la descripción, la argumentación
y la exposición. Existen tantos estilos como seres humanos; sin embargo, hay
constantes que podríamos agrupar en algunos estilos frecuentes, como veremos
en los siguientes ejemplos:

Estilo romántico

Ojos claros, serenos,


si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuando más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
(“Madrigal” de Gutierre de Cetina)

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72 Redacción eficaz

Estilo florido

A fuerza de pensar en tus historias


y sentir con tu propio sentimiento,
han venido a agolparse al pensamiento
rancios recuerdos de perdidas glorias.
Y evocando tristísimas memorias, porque siempre lo ido es triste,
siento
amalgamar el oro de tu cuento
de mi viejo Román con las escorias.
¿He interpretado tu pasión? Lo ignoro:
que me apropio, al narrar, algunas veces
el goce extraño y el ajeno lloro.
Sólo sé que, si tú los encareces
con tu ardiente pincel, serán de oro
mis versos y esplendor sus lobregueces.
(Fragmento de “Idilio salvaje” de Manuel José Othón)

Estilo poético

¿Qué si me duele? Un poco; te confieso


que me heriste a traición; mas por fortuna
tras el rapto de ira vino una
dulce resignación… Pasó el acceso.
¿Sufrir? ¿Llorar? ¿Morir? ¿Quién piensa en eso?

El amor es un huésped que importuna;


mírame cómo estoy, ya sin ninguna
tristeza que decirte. Dame un beso.
Así, muy bien; perdóname fui un loco;
tú me curaste gracias y ya puedo
saber lo que imagino y lo que toco.
En la herida que hiciste, pon el dedo;
¿Qué si me duele? Sí, me duele un poco,
mas no mata el dolor… No tengas miedo…
(“Humorismos tristes” de Luis G. Urbina)

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Elegancia 73

Estilo sencillo

Amor que quiere libertarse para volver a amar.


Amor divinizado que se acerca.
Amor divinizado que se va.
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo. Fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste, pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
…Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós
(Fragmento de “Farewell” de Pablo Neruda)

Estilo lacónico

Solo estoy como un brazo de mar amputado de la tierra.


Solo estoy como un brazo de mar.
Solo estoy como un brazo.
Solo estoy.
Solo.
(“Las palabras se desprenden
como furgones”, de Marco Antonio Montes de Oca)

Estilo telegráfico

1. Aquella casa
2. Sentada en el tiempo
3. Sobre las nubes
4. que alejaba el viento
5. Iba un pájaro muerto
6. Caen sus plumas sobre el otoño
7. Un niño sin alas
8. mira en la ventana
(Fragmento de “Poemas Árticos” de Vicente Huidobro).

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74 Redacción eficaz

Cada persona tiene su propia forma de ser, es decir, su propio estilo y éste
se refleja no sólo en su manera de actuar o vestir, sino también en su forma de
escribir. A veces parece que estamos escuchando a esas personas cuando leemos
una carta; es tan fiel su estilo a su forma de ser, que parece que oímos hasta sus
giros en el habla; casi hasta podemos imaginar sus gestos y los movimientos de
las manos y el cuerpo.
La contraparte son las personas con pensamientos tortuosos, difíciles de
comprender en una primera lectura. Son casos complejos que requieren trabajar
mucho con su estilo y seguir algunas recomendaciones muy sencillas:

1) Sea claro
2) Sea sencillo
3) Sea preciso
4) Sea conciso

1) La claridad la obtenemos cuando nuestro pensamiento es claro, esto es,


cuando no tengamos que leer un texto dos o más veces; si penetra a la
primera lectura en el entendimiento del lector, entonces somos claros.
El problema a veces empieza desde el orden mental. Nuestra cabeza
puede ser un mar revuelto y así va a ser nuestra escritura. El principio será
siempre el orden.
Si estás en este caso, elabora un mapa mental. En medio escribe el tema
central, extrae, como si fueran diferentes regiones, todas las ideas y concep-
tos similares y agrúpalos en cada región. Será una primera forma de orde-
nar. Luego, en cada región trata de ordenar las ideas de mayor a menor im-
portancia; es una segunda forma de ordenar; por último, intenta ordenar
las regiones con un sentido lógico, sistemático, coherente, de acuerdo con
las necesidades de tu texto.
A veces la manera más simple de ordenar es poner por escrito lo que
en tu cabeza parece rondar muy trastocado; al escribirlo te darás cuenta
de que es fácil sistematizarlo y ser coherente.
El orden no sólo se da en las ideas, también en los párrafos, en las fra-
ses. Siempre recuerda empezar por el principio, seguir por el medio y ter-
minar por el final. En las oraciones la mejor fórmula es: pensar por ideas,
esto es, sujeto, verbo y complemento en cada oración que represente una
idea completa. No alejemos el sujeto de su verbo y su complemento. Pen-
semos por ideas, una por una. El orden mental nos lleva a una sintaxis
adecuada.

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Elegancia 75

2) La sencillez implica el uso del vocabulario común del escritor. Entiénda-


se que hablamos de un lenguaje formal, a diferencia de uno coloquial o
vulgar. Escribir con las palabras que usamos cotidianamente nos dará dos
cualidades más que complementarán a la sencillez: naturalidad y origi-
nalidad. El lenguaje fluirá y se verá natural, y dado que refleja la perso-
nalidad del autor, será también original. Las palabras de moda o que se
toman prestadas, no se verán como nuestras, se parecerán a la ropa que
no nos queda. Serán pose, nos harán aparecer falsos, poco originales.

3) La precisión en el lenguaje es fundamental. Aquí no hay sinónimos que


vengan a sustituir palabras que se repiten; los sinónimos los debemos bus-
car con el ánimo de encontrar la palabra adecuada al contexto que esta-
mos explicando. Eso es la precisión.

4) La concisión se refiere a evitar la verborrea. En la medida que sepamos


manejar la frase corta, tendrán mayor impacto nuestros textos, ya que un
estilo conciso se refleja de manera directa en la comprensión del lector.
Hay que buscar la legibilidad, dicen los norteamericanos, cuando inte-
gran comprensión y concisión. Veinte palabras en la frase pueden llegar
hasta el 90% de comprensión del lector; 33 palabras en la frase bajan la
comprensión del lector al 30%, según estudios de la Sociedad Interame-
ricana de Prensa. Rudolph Flesh, autor del libro de estilo de la Associated
Press, encontró que la legibilidad tenía su secreto en el uso de 19 palabras
en la frase.
También son importantes los párrafos cortos, no mayores de cinco o
seis líneas, para no hacer densos bloques de texto, para darle un descanso
a la vista, y hacer una cuartilla estéticamente bien balanceada. La vista
también lo agradecerá.

FRASES INCIDENTALES… NO EXPLIQUES TANTO EN UNA SOLA


IDEA.
Algo sucede con la idiosincrasia del mexicano, quien tiene la tendencia a cons-
truir frases muy largas. El abuso de las frases explicativas o incidentales es muy
frecuente en las oraciones, por lo que resultan largas y confusas cuando dejamos
a mucha distancia el sujeto de su predicado directo. El lenguaje se lee y se escu-
cha algo así:

La niña, aquella que era hija de los Pérez, vecina de los García, aquellos que
se cambiaron después por el Ajusco, por cierto tenían un perro negro que

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76 Redacción eficaz

algún día mordió al hijo de los Hernández; sí, el niño que tenía una bici
nueva, andaban después en el zócalo con la Asamblea de Barrios, esta or-
ganización que surgió después de los sismos del 85 y que finalmente acabó
en la política ingresando al PRD; tú sabes, PRD que por cierto ganó en el
D. F. y ahora el jefe de Gobierno tendrá un reto interesante con esto de
la seguridad, la basura y la contaminación, los servicios como el drenaje,
pues ya ves, el día que cayeron las cenizas del Popo se tapó mi drenaje y,
¡cómo pesan!, deberías de ver, jugaba en el parque.

Sujetos distantes… de su predicado.

Tan fácil que parece ordenar las ideas similares y escribir una por una…
Las frases explicativas son aquellas que se insertan dentro de una frase u ora-
ción para complementar los datos. Su abuso ocasiona párrafos y textos demasiado
largos. Las frases explicativas o incidentales pueden distinguirse dentro de un tex-
to por el uso de tres tipos de signos que nos indicarán la distancia de la informa-
ción en relación directa con lo que decimos: la coma, el guión y el paréntesis.

Las comas se utilizarán para describir una relación muy directa:


La niña, que vestía de azul, jugaba en el parque.

Los guiones para una relación menos directa con lo que hablamos:
La niña —hija de los Pérez— jugaba en el parque.

Los paréntesis para una relación más alejada del interés directo de nuestro texto:

La niña (de ocho años) jugaba en el parque.



Las cuatro cualidades del estilo tienen que darse juntas. A veces una privi-
legiada cualidad de sencillez puede hacer un bello estilo, pero no es suficiente;
son las cuatro conjugadas las que llevarán al buen estilo literario, ese que es legi-
ble para todos, agradable para todos.

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Elegancia 77

Ejercicio:
Ordena la sintaxis de las siguientes oraciones (sujeto, verbo y complemento):

1. Contra un árbol de la carretera- chocó el coche de mi hermano violentamente.

2. Ayer por la tarde- en el patio de mi casa- con mi madre- mi sobrina- resbaló


un pie y se torció.

3. Para un niño pobre-Luis el hijo de la portera- ha entregado todos sus ahorros.

Ya las ordenaste, pero ¿tienen sentido, expresan ideas coherentes? Entonces


dales ahora un orden lógico:

1.
2.
3.

Ejercicio:
Corrige las siguientes oraciones:

1. El papalote volaba por los aires acompasadamente.

2. Estas obras póstumas son del autor para publicarlas después de su muerte.

3. El problema no se arreglará antes de una década completa de diez años.

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78 Redacción eficaz

4. Le envío un perro por ferrocarril. El perro tiene tres años. Espero que el ani-
mal llegue bien a su destino. Es un perro de raza pequinesa. Espero le agrade
este perro que hoy le envío. El perro está bien educado.

5. Parece que tienes dificultades para redactar. Tienes muchas faltas de ortogra-
fía en tu redacción. Tienes que mejorar tus problemas al redactar porque de
lo contrario te llamarán la atención cuando redactes.

Ejercicio:
Elabora una entrevista imaginaria a esa persona viva o muerta, cercana o leja-
na, con la que siempre has querido comunicarte:

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Elegancia 79

Ejercicio:
Escribe los diferentes significados de las siguientes frases:

Salió de senador
Salió senador
Lo hizo de balde
Lo hizo en balde
Pintó a todos
Pintó para todos
Lo dijo de propósito
Lo dijo a propósito
Debe de venir
Debe venir
Se sentó a la mesa
Se sentó en la mesa
Mirar cerca
Mirar de cerca
Viaja en pie
Viaja a pie
Está con cuidado
Está de cuidado
Busco una persona
Busco a una persona
Lo mandó a castigar
Lo mandó castigar
Perder a un amigo
Perder un amigo

Plan personal de formación de estilo


El siguiente es un plan personal que puedes realizar de manera voluntaria y en el
lapso que dispongas, de acuerdo con tu tiempo y con tus necesidades.
Será conveniente que selecciones un período sucesivo de uno a tres meses
para que no pierdas continuidad y la conformación del estilo no se contamine
con textos diferentes a los sugeridos.
El ejercicio debe hacerse diariamente y seguir las siguientes reglas:

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80 Redacción eficaz

Paso 1. Lectura. Leer cuando menos diez líneas de obras de autores hispano-
americanos de todos los tiempos, lo que quiere decir que la selección no será
sobre aquellos que sólo surgen en modas o corrientes literarias efímeras.
Aquí está una selección; es fundamental respetar el orden:
a) Cuentos de Horacio Quiroga. Quiroga es al cuento hispanoamericano lo
que Edgar Allan Poe al cuento inglés.
b) Novela: Oficio de Tinieblas de Rosario Castellanos
c) Transición ficción-realidad: reportajes de Gabriel García Márquez, Cró-
nica de una muerte anunciada, “Relato de un náufrago”. Escoger sólo un
texto.
d) Ensayo, algo de Octavio Paz o de Alfonso Reyes.
e) Poesía de todos los tiempos, la que no pasa de moda.

La lectura de los cinco textos deberá hacerse entre uno y tres meses

Paso 2. Ampliación del vocabulario. Cada vez que se lee es conveniente subra-
yar las palabras cuyo significado sea poco conocido o desconocido (no selec-
cionar los regionalismos, que en el caso de Quiroga son muy frecuentes, sino
las palabras de uso común), buscar en el diccionario su significado y hacer tres
oraciones simples con cada una.

Paso 3. Ejercitar la redacción. Redactar el momento más significativo de lo que


te sucedió en el día. No importa que al principio sea un solo párrafo, después la
necesidad de expresar con mayor detalle el hecho nos llevará a escribir más y de
manera constante. La idea es que podamos expresar mediante los ejercicios dia-
rios lo sucedido cada vez con más fidelidad y volver a vivirlo al tiempo en que
se escribe. El día que puedas escribir el suceso con la fidelidad que viviste ese
día y te deje enteramente convencido, estarás empezando a dominar el lenguaje.
Los tres pasos deben efectuarse diariamente. Si se observa hay una lógica:
leer, ampliar vocabulario, redactar.
Después de tres meses el estilo deberá haber mejorado sensiblemente y una
forma personal de redactar se empezará a manejar. Si al principio se parece al es-
tilo de García Márquez o Rosario Castellanos, no te preocupes, mejor alégrate
porque estás adquiriendo un lindo estilo. Felicidades.

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Elegancia 81

B. Las formas del discurso


Las formas del discurso nunca estarán puras, habrá una mezcla de varias que
nos permitirán clasificarlas de acuerdo con la mayor cantidad que tengan de na-
rración, descripción, argumentación o exposición.

1. Narración
La narración es una forma de expresión que usamos de manera cotidiana; todos
de alguna manera contamos qué nos sucedió cuando veníamos para la casa, íba-
mos al trabajo, fuimos de vacaciones, etcétera.
Para contar tenemos mucho material, todo lo hallamos en nuestra vida co-
tidiana. De ahí que no sea difícil encontrar contenidos; sin embargo, cuando
contamos todo lo que nos pasa, en la forma está el asunto, en la manera de
decir un hecho, en el estilo que podemos manejar para expresarlo. Hay quienes
lo cuentan de manera sobria y cronológica. Hay quienes lo cuentan de manera
animada y de lo más importante a lo menos importante. Hay quienes lo cuen-
tan de manera novelada, le ponen emoción, mímica y una particular forma de
usar palabras y frases (estos nos encantan, siempre queremos oírlos); deberían
ser cuentistas o comediantes. Un buen cuentista —un perfecto cuentista, diría
Quiroga— maneja la narración de manera magistral.
He aquí las sugerencias de Quiroga para quien desee incursionar en la narración:

Manual del perfecto cuentista

I. Cree en el maestro —Poe, Maupassant, Kipling, Chejov— como en


Dios mismo.
II. Cree que tu arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuan-
do puedas hacerlo lo conseguirás, sin saberlo tú mismo.
III. Resiste cuanto puedas a la imitación; pero imita si el influjo es demasia-
do fuerte. Más que cualquier otra cosa, el desarrollo de la personalidad es
una ciencia.
IV. Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo sino en el ardor con que lo
deseas. Ama a tu arte como a tu novia.
V. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra a dónde vas. En
un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la misma im-
portancia que las tres últimas.

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82 Redacción eficaz

VI. Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: “desde el río sopla
un viento frío”, no hay en lengua humana más palabras que las pautadas
para expresarlas.
VII. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas adhieras a un sus-
tantivo débil. Si hallas el que es preciso, él, solo, tendrá un color incom-
parable. Pero hay que hallarlo.
VIII. Toma los personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin
ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo lo
que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuen-
to es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta;
aunque no lo sea.
IX. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego.
Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mi-
tad del camino.
X. No pienses en los amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu histo-
ria. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño
ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de
otro modo se obtiene la vida en el cuento. 14

La narración, entonces, es la forma de expresión que cuenta un hecho en


tiempo y en acción, que puede darse como narración de hechos vividos o como
narración de ficción; a veces se involucran tanto uno y otro que no se puede de-
terminar con claridad el porcentaje que hay de realidad y de ficción. Hay escri-
tores que cuentan la realidad y están en el terreno del periodismo, del reportaje,
como Truman Capote con A sangre fría, Norman Mailer, Vicente Leñero o el
propio Gabriel García Márquez, escritores de gran valía que han narrado he-
chos de la realidad concreta y a veces con mucha dosis de fantasía.
Algunas especificaciones generales se refieren a la disposición del texto cuan-
do es cronológico. Este puede resultar denso si el momento culminante tarda
mucho en llegar; es el caso de algunas novelas de crímenes donde siempre el
mayordomo es el asesino. Hay quienes empiezan por el momento culminante:
“qué dirían ustedes de una muchacha de 18 años que está enamorada, le gustan
los Beatles y va a morir de cáncer” (Love Story de Segal). Hay quienes empie-
zan con un final, cuentan el hecho e inmediatamente cuentan otro final y otro
hecho, y así sucesivamente (recuérdese Cien años de soledad). Con este estilo lo-
gran la permanente atención de su lector.

14
El hogar, 10 de abril de 1925. Cit. post. Horacio Quiroga, Cuentos, México, Porrúa,
1992, p. XXXIV

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Elegancia 83

Hay dos técnicas de organización a las cuales debemos atender cuando escri-
bimos: mantener el ritmo y la progresión o efecto acumulativo.
Mantener el ritmo significa no ser discordantes con nuestro estilo, evitar una
mezcla de estilos, caídas estrepitosas en el texto y cuidar los detalles. Analiza el
siguiente ejemplo:

Siempre que los nietos del tío Rabosa se encontraban con los hijos de la
viuda de Casporra en las sendas de la huerta o en las calles de Campanar,
todo el vecindario comentaba el suceso. ¡Se habían mirado!... ¡Se insulta-
ban con el gesto!... Aquello acabaría mal, y el día menos pensado el pue-
blo sufriría otro disgusto.
El alcalde, con los vecinos más notables, predicaba la paz a los moceto-
nes de las dos familias enemigas, y allá iba el cura, un vejete de Dios, de
una casa a otra recomendando el olvido de las ofensas.
Treinta años que los odios de los Rabosas y Casporras traían alborota-
do a Campanar. Casi en las puertas de Valencia, en el risueño pueblecito
que desde la orilla del río miraba a la ciudad con los redondos ventanales
de su agudo campanario, repetían aquellos bárbaros, con un rencor africa-
no, la historia de luchas y violencias de las grandes familias italianas en la
Edad Media. Habían sido grandes amigos en otro tiempo; sus casas, aunque
situadas en distinta calle, lindaban por los corrales, separados únicamente
por una tapia baja. Una noche, por cuestiones de riego, un Casporra tendió
en la huerta de un escopetazo a un hijo del tío Rabosa, y el hijo menor de
éste, porque no se dijera que en la familia no quedaban hombres, consiguió,
después de un mes de acecho, colocarle una bala entre las cejas al matador.
Desde entonces las dos familias vivieron para exterminarse, pensando más
en aprovechar los descuidos del vecino que el cultivo de las tierras
(Fragmento del cuento “La Pared” de V. Blasco Ibáñez)

Nótese que la estructura siempre es igual, no se pierde el ritmo, empieza al-


terando las partes lógicas de la oración, pero conserva a lo largo del relato esas
mismas características.
La progresión o efecto acumulativo es una técnica que a menudo utilizan los
escritores para dar un impacto particular al lector, se va creando el efecto de
mayor énfasis cuando se repite una frase, una palabra o un texto. El ejemplo
siguiente es muy claro. El efecto que logra el autor es como si se estuviera rezan-
do una letanía.

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84 Redacción eficaz

La cogida y la muerte

A las cinco de la tarde.


Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones


a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con una asta desolada
a las cinco de la tarde.

Comenzaron los sones del bordón


a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de lodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama


a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.

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Elegancia 85

El toro ya mugía por su frente


a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.

Las heridas quemaban como soles


a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde,
a las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
(Fragmento de “Llanto por Ignacio Sánchez Mejía”,
Federico García Lorca)

Existe como recurso literario el llamado principio del énfasis que dice: la
parte enfática de una frase, oración o texto está al final, la segunda parte enfá-
tica está al principio. Por ello, las tesis o trabajos de investigación tienen como
sus partes principales a las conclusiones y la introducción.
El principio del énfasis es necesario tomarlo en cuenta para todo tipo de texto,
en especial cuando nos interesa resaltar todo un texto o una parte del mismo.

Ejercicio:
Completa la siguiente historia.

Ayer por la tarde me encontré con un extraterrestre y…

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86 Redacción eficaz

Ejercicio:
El siguiente es un cuento de Horacio Quiroga, analízalo y escribe:

1) Qué entendiste acerca de él.


2) Qué fue lo que más te impactó.
3) Qué virtudes encuentras en el escritor.
4) Cuáles serían para ti las desventajas.

El hombre muerto

El hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal.


Faltábanles aún dos calles; pero como en éstas abundaban las chircas y
malvas silvestres, la tarea que tenían por delante era muy poca cosa. El
hombre echó en consecuencia una mirada satisfecha a los arbustos rosa-
dos, y cruzó el alambrado para tenderse un rato en la gramilla.
Mas al bajar el alambre de púa y pasar el cuerpo, su pie izquierdo res-
baló sobre un trozo de corteza desprendida del poste, al tiempo que el ma-
chete se le escapaba de la mano. Mientras caía el hombre tuvo la impre-
sión sumamente lejana de no ver el machete de plano en el suelo.
Ya estaba tendido en la gramilla, acostado sobre el lado derecho, tal
como él quería. La boca, que acababa de abrírsele en toda su extensión,
acababa también de cerrarse. Estaba como hubiera deseado estar, las rodi-
llas dobladas y la mano izquierda sobre el pecho. Sólo que tras el antebra-
zo, e inmediatamente por debajo del cinto, surgían de su camisa el puño y
la mitad de la hoja del machete; pero el resto no se veía.
El hombre intentó mover la cabeza, en vano. Echó una mirada de reojo
a la empuñadura del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, mate-
mática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su
existencia.
La muerte. En el transcurso de la vida se piensa muchas veces en que
un día, tras años, meses, semanas y días preparatorios llegaremos a nuestro
turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal, aceptada y prevista; tanto,
que solemos dejarnos llevar placenteramente por la imaginación a ese mo-
mento, supremo entre todos, en que lanzamos el último suspiro.
Pero entre el instante actual y esa postrera aspiración, ¡qué de sueños,
trastornos, esperanzas y dramas, presumimos en nuestra vida! ¡Qué nos re-
serva aún esta existencia llena de vigor, antes de su eliminación del escenario

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Elegancia 87

humano! Es éste el consuelo, el placer y la razón de nuestras divagaciones


mortuorias: ¡Tan lejos está la muerte y tan imprevisto lo que debemos vi-
vir aún!
¿Aún?... No han pasado dos segundos: el sol está exactamente a la mis-
ma altura; las sombras no han avanzado un milímetro. Bruscamente aca-
ban de resolverse para el hombre tendido las divagaciones a largo plazo: Se
está muriendo.
Muerto. Puede considerarse muerto en su cómoda postura.
Pero el hombre abre los ojos y mira. ¿Qué tiempo ha pasado? ¿Qué
cataclismo ha sobrevenido en el mundo? ¿Qué trastorno de la naturaleza
trasuda el horrible acontecimiento?
Va a morir. Fría, fatal, ineludiblemente, va a morir.
El hombre resiste. ¡Es tan imprevisto ese horror! Y piensa: Es una pesadi-
lla; ¡esto es! ¿Qué ha cambiado? Nada. Y mira: ¿No es acaso ese bananal su
bananal? ¿No viene todas las mañanas a limpiarlo? ¡Quién lo conoce como
él? Ve perfectamente el bananal, muy raleado, y las anchas hojas desnudas
al sol. Allí están, muy cerca, deshilachadas por el viento. Pero ahora no se
mueven… Es la calma de mediodía; pronto deben ser las doce.
Por entre los bananos, allá arriba, el hombre ve desde el duro suelo el te-
cho rojo de su casa. A la izquierda, entrevé el monte y la capuera de canelas.
No alcanza a ver más, pero sabe muy bien que a sus espaldas está el
camino al puerto nuevo; y que en la dirección de su cabeza, allá abajo,
yace en el fondo del valle el Paraná dormido como un lago. Todo, todo
exactamente como siempre; el sol de fuego, el aire vibrante y solitario, los
bananos inmóviles, el alambrado de postes muy gruesos y altos que pron-
to tendrán que cambiar.
¡Muerto! ¿Pero es posible? ¿No es este uno de los tantos días en que ha
salido al amanecer de su casa con el machete en la mano? ¿No es allí mis-
mo, a cuatro metros de él, su caballo, su Malacara, oliendo parsimoniosa-
mente el alambre de púas?
¡Pero si! Alguien silba… no puede ver, porque está de espaldas al cami-
no; mas siente resonar en el puentecillo los pasos del caballo…
Es el muchacho que pasa todas las mañanas hacia el puerto nuevo, a las
once y media. Y siempre silbando. Desde el poste descascarado que toca
casi con las botas, hasta el cerco vivo del monte que repasa el bananal del
camino, hay quince metros largos. Lo sabe perfectamente bien, porque él
mismo, al levantar el alambrado, midió la distancia.

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88 Redacción eficaz

¿Qué pasa, entonces? ¿Es ése o no un natural mediodía de los tantos en


Misiones, en su monte, en su potrero, en su bananal ralo? ¡Sin duda! Gra-
milla corta, conos de hormigas, silencio, sol al plomo…
Nada, nada ha cambiado. Sólo él es distinto. Desde hace dos minutos
su persona, su personalidad viviente, nada tiene ya que ver con el potrero,
que formó él mismo a azada, durante cinco meses consecutivos, ni con el
bananal, obra de sus solas manos. Ni con su familia. Ha sido arrancado
brusca, naturalmente, por la obra de una cáscara lustrosa y un machete en
el vientre. Hace dos minutos: se muere.
El hombre, muy fatigado y tendido en la gramilla sobre el costado de-
recho, se resiste siempre a admitir un fenómeno de esa trascendencia, ante
el aspecto normal y monótono de cuanto mira. Sabe bien la hora: las once
y media… el muchacho de todos los días acaba de pasar sobre el puente.
¡Pero no es posible que haya resbalado…! El mango de su machete
(pronto deberá cambiarlo por otro; tiene ya poco vuelo) estaba perfecta-
mente oprimido entre su mano izquierda y el alambre de púas. Tras diez
años de bosque, él sabe muy bien cómo se maneja un machete de monte.
Está solamente muy fatigado del trabajo de esa mañana, y descansa un
rato como de costumbre.
¿La prueba?... ¡Pero esa gramilla que entra ahora por la comisura de su
boca la plantó él mismo, en panes de tierra distantes de un metro uno de
otro! ¡Y ese es su bananal; y ese es su Malacara, resoplando cauteloso ante
las púas del alambre! Lo ve perfectamente; sabe que no se atreve a doblar
la esquina del alambrado, porque él está echado casi al pie del poste. Lo dis-
tingue muy bien; y ve los hilos oscuros de sudor que arrancan de su cruz y
del anca. El sol cae a plomo, y la calma es muy grande, pues ni un fleco de
los bananos se mueve. Todos los días, como ése, ha visto las mismas cosas.
…Muy fatigado, pero descansa solo. Deben de haber pasado ya varios
minutos… y a las doce menos cuarto, desde allá arriba, desde el chalet de
techo rojo, se desprenderán hacia el bananal su mujer y sus dos hijos, a
buscarlo para almorzar.
Oye siempre, antes que las demás, la voz de su chico menor que quiere
solamente la mano de su padre: ¡Piapiá, piapiá!
—¿No es eso…? ¡Claro, oye! Ya es la hora. Oye efectivamente la voz
del hijo…
¡Qué pesadilla! ¡Pero es uno de los tantos días, trivial como todos, claro
está! Luz excesiva, sombras amarillentas, calor silencioso de horno sobre la
carne, que hace sudar al Malacara inmóvil ante el bananal prohibido.

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Elegancia 89

…Muy cansado, mucho, pero nada más. ¡Cuántas veces, a mediodía


como ahora, ha cruzado volviendo a casa ese potrero, que era capuera
cuando él llegó, el que antes había sido monte virgen! Volvía entonces,
muy fatigado también, con su machete pendiente de la mano izquierda, a
lentos pasos.
Puede aún alejarse con la mente, si quiere; puede si quiere abandonar
un instante su cuerpo y ver desde el tajamar por él construido, el trivial
paisaje de siempre: el pedregullo volcánico con gramas rígidas; el bananal
y su arena roja; el alambrado empequeñecido en la pendiente, que se aco-
da hacia el camino. Y más lejos aún ver el potrero, obra sola de sus manos.
Y al pie de un bosque descascarado, echado sobre el costado derecho y
las piernas recogidas, exactamente como todos los días, puede verse a él
mismo, como un pequeño bulto asoleado sobre la gramilla, descansando
porque está muy cansado…
Pero el caballo rayado de sudor, e inmóvil de cautela ante el esquinado
del alambrado, ve también al hombre en el suelo y no se atreve a costear el
bananal, como desearía. Ante las voces que ya están próximas —¡Piapiá!—,
vuelve un largo rato las orejas inmóviles al bulto; y tranquilizado al fin, se
decide a pasar entre el poste y el hombre tendido, que ya ha descansado.15

Ejercicio:
Ahora escribe lo que se te pidió al inicio del cuento.

15
Horacio Quiroga, “El hombre muerto” en Cuentos, México, Porrúa, 1992, pp. 81-83.

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90 Redacción eficaz

Ejercicio:

Sustituye el verbo hacer por otro más preciso.

Hacer un largo trayecto.


Hacer una conspiración.
Hacer una vía férrea.
Hacer un artículo.
Hacer mucho dinero.
Hacer una estatua de mármol.
Hacer el informe.
Hacer prodigios.
Hacer una fosa.
Hacer grandes progresos.

Respuestas posibles: recorrer, planear u organizar, tender, redactar, ganar, esculpir, elaborar,
realizar, cavar, conseguir u obtener.

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Elegancia 91

Ejercicio:
Sustituye el verbo poner por otro más preciso o sustituye la frase por una sola
palabra:

Poner una palabra en la frase.


Poner en orden sus ideas.
Poner una carta en inglés.
Poner unos papeles bajo llave.
Poner en práctica un sistema.
Poner en un convento a la joven.
Poner diario el desayuno.
Poner sus útiles en la mochila.
Poner obstáculos al negocio.
Poner un vestido nuevo en el armario.

Respuestas posibles: colocar, ordenar, escribir, resguardar, practicar, recluir, servir, guardar,
obstaculizar, meter.

Ejercicio:
Sustituye los verbos decir y ver por otros más precisos:

Le toca decir el precio.


Le digo que aquí no está seguro.
Vea lo que ha sucedido.
Ella dice muy bien los versos.
Tiene que ver cinco expedientes.
Hay que ver el asunto.
Es importante decir bien el discurso.
El jefe dice que vayan pronto.
Vean todo el caso.
Dice que tiene un problema.

Respuestas posibles: determinar, advierto, observe, declama, analizar, considerar, expresar


adecuadamente, ordena, revisen, comenta.

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92 Redacción eficaz

Ejercicio:
Cuento
Redacta un cuento en 300 palabras. Recuerda

1) Debe ser una historia completa.


2) Debe tener poco diálogo.
3) Debe tener un final inesperado.

El número de palabras tiene que ver con la capacidad de síntesis.

Ejercicio:
Sustituya la palabra algo por otra más precisa. Recuerda que algo es algo; no
es mucho, ni es nada:

Esa música tiene algo melancólico.

Sus palabras tienen algo de malicia.

He visto en sus ojos algo de odio.

Todos los genios tienen algo de locos.

En estas ruinas hay algo de estilo romántico.

Respuestas posibles: un dejo de melancolía, rasgos, destellos, detalles, vestigios.

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Elegancia 93

Ejercicio:
Sustituye la forma negativa por la positiva.

Ejemplo:
No quiero ignorar. Quiero saber.
No desconocemos.
No son leales.
No conociendo esto.
No estará presente.
Quisiera no olvidar.
Al no saber su opinión .
No está muy seguro.
No sean insinceros.
Su no concurrencia a la clase.
No dejarán de hacerlo.

Respuestas: conocemos, son desleales, desconociendo eso, estará ausente, quisiera recordar, al
ignorar, está inseguro, sean sinceros, su ausencia, lo harán.

Ejercicio:
Analiza el siguiente texto de Rosario Castellanos, es un fragmento de su nove-
la Oficio de Tinieblas. Escribe lo que entendiste, lo que te impresionó y si tu-
vieras que reescribirlo cómo lo enfocarías. Es más, intenta reescribirlo con tus
propias palabras y luego compara los resultados, o bien pídele a un maestro o
compañero que compare los dos textos.

Capítulo II

Marcela Gómez Oso fue una de las que lograron escapar. Con movimien-
tos furtivos y rápidos, como de animal avezado a la persecución y al peli-
gro, Marcela se deslizaba por las calles empedradas de la ciudad real. Iba
con su fardo a cuestas, en medio del arroyo, porque a las personas de su
raza no les está permitido transitar en las aceras. Turbada por el gentío;
aturdida por el lenguaje extraño que le golpeaba los oídos sin conmover
su inteligencia, maravillada y torpe, avanzaba Marcela. No quiso escoger
el rumbo del mercado sino que se desvió por caminos laterales. Barrios

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apacibles aquellos. Roza el silencio el pie desnudo del pobre; lo rasguña la


espuela brillante del hacendado; lo quiebra el pesado casco de las bestias.
Marcela se asomaba a los zaguanes abiertos y, modulando con voz in-
segura y alta las únicas palabras españolas de las que era dueña, pregonaba
su mercadería. De más allá los patios florecidos, del interior de cámaras
invisibles, llegaba la respuesta: un “no”, impaciente o desganado, un re-
chazo impersonal y anónimo. A veces las sirvientas le introducían hasta
sus dominios. Allí eran las bromas crueles, el regateo intolerable que Mar-
cela entendía sólo a medias pero que la azoraba y la hacía temblar como
un pájaro caído en el lazo. Cuando las criadas se aburrían del juego la de-
jaban partir.
—¿Qué estás vendiendo, marchanta?
La pregunta la formuló una mujer cuarentona, obesa, con los dientes
refulgiendo en groseras incrustaciones de oro. Estaba sentada en una sillita
de madera, con las enaguas derramándose de su alrededor. Fumaba un lar-
go cigarro envuelto en papel amarillo. Había hablado en tzotzil. Los ojos
de Marcela brillaban de gratitud.
—Cántaros —respondió.
—¿Y serán de buena clase tus cántaros?
La india hizo un vehemente signo de asentimiento, mientras se descar-
gaba de la red para que su interlocutora examinara por sí misma la calidad.
—¿No se me irán a ventear? ¿No se me irán a romper muy luego?
Marcela negó casi con angustia y esto pareció satisfacer a la comprado-
ra, quien se aplicó a palpar, una por una, las piezas de barro.
Marcela permanecía de pie, sin moverse, procurando no hacer ruido al
respirar. El sudor le humedecía la cara.
Se hallaban en una amplia habitación. La puerta de la calle estaba
abierta de par en par, en tanto que la puerta posterior —que daba acceso
al fondo de la casa— estaba sólo entornada. Un mostrador de coyunturas
flojas; un estante de cuatro tablas, quería producir la impresión de que
aquel cuarto era una tienda. Pero la exigüidad del surtido (varios atados,
incompletos, de panela; tres botellas de temperante; algunos manojos de
hierba de olor), indicaban la poca prosperidad del negocio.
—Sentate, marchanta. Me da tentación verte parada ahí.
Las palabras de la ladina salieron veladas por el humo del cigarro. Mar-
cela, confundida por la amabilidad de la proposición, cambió de postura
pero continuó de pie. La mujer insistía:
—Sentate, no tengas resquemor. ¿Acaso no venís cansada del camino?
Marcela sonrió ambiguamente.

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Elegancia 95

—Aunque a tu edad se tienen bríos para eso y para más. Yo me acuer-


do de mis tiempos… Vos bien que andarás andando en los catorce años.
—No sé, patrona. Mi nana no me ha dicho nunca cuándo nací.
—¿Vivís con tu nana todavía? ¿No te has juntado con un hombre?
—Todavía no, patrona.
La ladina dio una última chupada a su cigarro. Su pecho ronroneó pla-
centeramente. Sus ojos permanecían atentos a la figura de Marcela. Como
quien llega al fin de una reflexión, dijo:
—Sos bastante regular.
Marcela había terminado por sentarse en el suelo. Con los párpados
bajos, se entretenía en dibujar rayas sobre el ladrillo. Sus orejas se encen-
dieron al escuchar el elogio.
—¿Ya tuviste marido?
—No.
—¿Por qué?
—Mi nana no me quiere apartar de ella.
—Será porque ya la podés ayudar con el trabajo.
—Será.
—Así te da a valer. Va a pedir un garrafón grande de trago por vos.
Una risa ronca, relampagueante de oro, hizo temblar el abundante pe-
cho de la ladina. Marcela sintió un indefinible malestar, un remoto escalo-
frío de alarma. La mujer cambió la conversación.
—Con que, ¿cuánto es lo que quieres por tus cántaros?
—Doce reales, patrona.
Marcela aventuró la cifra sin saber exactamente su magnitud. Suponía
que era mucho dinero y que se lo iban a negar. Esperaba la escandalosa
protesta de la compradora, contaba con ella para disminuir su demanda,
pero la ladina no protestó. Se limitó a comentar:
—No se va a poder venderlos con ganancia. ¡Vaya por Dios!
Entonces Marcela tuvo la certidumbre de que no había pedido el pre-
cio justo, de que estaba regalando su trabajo. Pero ya no era posible desde-
cirse. Hizo una última objeción.
—¿Los vas a coger todos, patrona?
—No me digas patrona. Me llamo Mercedes. Mercedes Solórzano. Ha-
brás oído hablar de mí.
—No, patrona.
—Un “tanto mejor” —mascullado apenas y luego la decisión—: Sí, los
voy a coger todos.
Doña Mercedes se levantó con dificultad.

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96 Redacción eficaz

—Espérame un rato.
Abrió la puerta posterior y desapareció.
Cinco, diez, quince minutos. Marcela sentía ascender por sus piernas,
paulatino, el entumecimiento. Cambió de postura. La sangre volvió a cir-
cular de nuevo, hormigueadora.
Sin hacer ruido había regresado Doña Mercedes.
—Está bien. Déjame aquí los cántaros y vení conmigo. Allá dentro te
van a pagar.
Doña Mercedes iba señalando el camino. Al llegar frente a una puerta se de-
tuvo. Tocó discretamente antes de traspasarla. Marcela se detuvo en el umbral.
—Ésta es —dijo, señalando, Doña Mercedes.
Un hombre de complexión robusta, de mediana edad, sacaba brillo al
cañón de una pistola con un retazo de gamuza. Vestía traje de dril, calzaba
botas de campo. Se reclinaba perezosamente en el respaldo de un sillón
giratorio. Al entrar las mujeres alzó levemente la cabeza. Un ojo rapaz y
certero valuó a la muchacha indígena. Hizo un imperceptible guiño de
consentimiento. Entonces Doña Mercedes aguijó a Marcela.
—Pasa. Te están esperando.
Pero como Marcela no obedecía con la rapidez necesaria, la empujó sin
contemplaciones.
—Se te está diciendo que pases.
Marcela se tambaleó y para sostenerse buscó apoyo en un mueble.
Doña Mercedes se dispuso a salir.
—Cierre usted la puerta —recomendó la voz del hombre.
Doña Mercedes se alejó refunfuñando.
—Este Leonardo… ¡como si no conociera bien mi oficio!
Volvió a su tienda, a sentarse en la silla baja. Empezó a liar otro cigarro.
El temperamento de Doña Mercedes era comunicativo y se avenía mal con
las prolongadas soledades a las que las circunstancias la sometían. Acabó por
adquirir la costumbre de hablar sola, imaginando un impreciso auditorio.
Hay cosas que no se creerían si no se palparan. Don Leonardo Cifuen-
tes, una de las varas altas de Ciudad Real, un señor tan bien visto y tan
aseado, al que le bastaría alzar un dedo para que se le rindieran las adoni-
sas más pretenciosas, es un codicioso de indias. Cierto que como dicen,
en la variedad está el gusto. Y que el que diario come faisán bien apetece
un plato de frijoles de la olla. Pero una india… eso es como ir a josear en
una batea de puerco. ¿No sos de mi misma opinión, compadre? Ya lo ves: yo
procuro, hasta donde está a mi alcance, que sean muchachas medio lima-

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Elegancia 97

ditas, que siquiera estén limpias. Pero de todos modos no vayas a creer que
me he vuelto tan vaquetona que no me da remordimiento hacer estas co-
sas. En mis tiempos, ¡qué esperanzas que yo anduviera de correchepe, como
otras que conozco y que se pasan de sobradas! No, yo adentro de mi casa,
como una reina, que para eso tenía yo muchos que dieran la cara por mí. Ya
se podía desvivir la gente, murmurando. Era mi suerte la que las afrentaba.
Porque lo que es en la honra nadie me ha puesto nunca un pie adelante. Las
señoras bien se pueden mirar en mí, que soy un espejo de cuerpo entero.
—¿Te acordarás cómo en mi casa abundaba todo? ¡Qué iba yo a pedir que
no me lo dieron! ¿Quién me iba a ahuizotear que me iba yo a ver en estos
trances? Me pasó lo que a la cigarra del cuento. Me fui quedando íngrima, sin
apoyo, sin consuelo, aunque pecado sería que yo me quejara. Tengo mucho
que agradecer, primeramente a la Virgen Santísima de la Merced, mi patrona,
y después a Leonardo. Me acuerdo cuando lo conocí. Asinita era. Lo llevaron
a mi casa unos sus amigos, tamaños hombrones, el hombre patojo estaba tra-
sijado de miedo. Sentate en la orilla de mi cama, le dije. No sé qué me dio por
hablarle de vos, como si fuéramos de confianza. Acércate, no te voy a comer.
Sentí como que se iba amansando su corazón poco a poco. Te lo voy a pagar
cuando yo sea grande, me dijo. ¿Quién lo iba a creer? Palabras de muchacho.
Pero me las hizo buenas en la mejor ocasión. Aquí me tiene arrimada a su
casa, a la casa de los Cifuentes. Si no fuera por él, ¿a dónde hubiera yo ido a
parar? Estaría yo de atajadora, como tantas infelices que no tienen dónde les
haga maroma un piojo. O de custitalera, o de placera… A saber.
Y en vez de eso… la señora no me ve con buenos ojos. Según ella soy una
alcahueta que solapó las sinvergüenzadas de su marido. Pero ya quisiera yo verla
en mi lugar. A ver si a la hora de devolver el favor se iba a hacer la melindrosa.
Por la calle cruzaba, de cuando en cuando, algún transeúnte. Algún se-
ñor que saludaba a Doña Mercedes llevándose la mano al ala del sombrero
con gesto furtivo y después miraba en torno suyo y suspiraba con satisfac-
ción al notar que no había sido observado.
—Más te detenías antes conmigo, viejo hipócrita, mi compañero.
Doña Mercedes lo decía sin alterar el tono de su voz, sin amargura, sin resen-
timiento; como quien conoce bien a la veleidad del mundo y la mezquindad del
hombre. Sus dos manos, acostumbradas al ocio, descansaban sobre el regazo.
La puerta posterior se abrió. En el vano apareció Marcela. Venía des-
encajada. Su pelo negrísimo, en desorden, daba a su rostro un nimbo pa-
tético. Se cubría los hombros con las manos como si tuviera frío. Doña
Mercedes la contempló sin curiosidad.

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98 Redacción eficaz

—Ah, ya estás aquí, marchanta. Espérate. Te voy a dar tu paga.


Doña Mercedes sacó un envoltorio de entre su blusa. Lo desató, apartó
unas monedas y las contó parsimoniosamente.
—Cabal. Doce reales.
Marcela apretó el dinero, convulsa. Y de pronto, en una súbita resolución,
lo arrojó sobre Doña Mercedes. Corrió hasta el sitio donde yacían amontona-
dos los cántaros y los estrelló contra el mostrador, contra los estantes, contra el
suelo. Los fragmentos volaron, cayeron dispersos. El estrépito ahogó las inju-
rias de la alcahueta que, a media calle, apostrofaba a la fugitiva.
—¡India desgraciada! ¡No te vaya yo a agarrar que no salís viva de mis
manos! Mirá que venir a hacerme perjuicios… ¡Puta malnacida!
La precipitación de la carrera, los gritos de Doña Mercedes, rebotaban
contra los muros, se multiplicaban en innumerables y confusos ecos.
Atraída por el escándalo una mujer recorrió el visillo de una ventana.
Era Isabel Zebadúa, la esposa de Leonardo Cifuentes. Por un instante su
rostro se dibujó tras los vidrios. Un rostro trabajado por el sufrimiento,
roído de ansiedad, troquelado en el desdén.
Vio la india despavorizada, vio la encubridora furiosa y no necesitó
más para entender lo que no era la primera vez que presenciaba.
No pudo evitar un gesto de asco. Vivamente se retiró de la ventana,
atravesó la habitación, abrió una puerta. Sus pupilas se dilataron para es-
crutar a la penumbra. Vagamente surgían de ella los objetos: un armario,
sillones. Al fondo una cama de dosel.
Con los brazos extendidos, como una sonámbula, Isabel avanzó. Se de-
tuvo a la orilla del lecho, murmurando:
—Idolina.
No obtuvo respuesta. Se arrodilló sobre la alfombra. Sus dedos se afe-
rraron a las sábanas.
—Idolina, despierta. Puñadito de mirra, amarga, amarga; patitas de ca-
nario que no saben andar, despierta. Hasta cuándo voy a ver el sol, hasta
cuándo me va a alumbrar el día, hijita de mis penas, colibrí, patitas flacas
que no saben andar, despierta.
La letanía, incoherente, adelgazada en diminutivos —ternura, urgen-
cia, desesperación— se quebraba en sollozos.
Idolina no hizo ningún movimiento que delatara su vigilia. Se man-
tuvo rígida, vuelta de espaldas como quien huye, con los ojos tercamente
fijos en la pared.16
16
Rosario Castellanos, Oficio de tinieblas, México, Joaquín Mortiz, 1992.

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Elegancia 99

2. Descripción

Es otra forma del discurso, donde los pequeños detalles hacen la gran diferen-
cia. Una descripción evoca la impresión que nos produce una persona, un he-
cho, un suceso.
Al evocar una impresión lo hacemos con nuestras fibras más sensibles, hay
emoción y subjetividad, hay énfasis en algunos detalles y dejamos de ver otros.
Cuando describimos a una persona hacemos lo que hace el caricaturista, nos
dedicamos sólo a sus rasgos prominentes y describimos, cuando mucho tres o
cuatro detalles de la persona tanto de su aspecto físico como en lo anímico;
estamos entonces haciendo un retrato de la persona. Desde luego hay sólo des-
cripciones físicas que se llaman prosopografías, y hay descripciones sólo espiri-
tuales llamadas etopeyas. La característica será siempre tomar sólo los elemen-
tos que nos impresionaron: sus manos, una mirada, la sonrisa, su forma de ser,
de saludar, de moverse, de contestar, etcétera.
En cambio, una descripción de un objeto o lugar requiere atender a otros
aspectos: en este caso debemos recordar que somos los ojos del lector; él verá lo
que nosotros le indiquemos, así que si hay desorden en nuestra descripción, el
lector no podrá “ver” cómo nosotros contemplamos la escena.
Una descripción de un lugar se llama topografía. Veamos un fragmento de
la descripción que Pablo Neruda hace del bosque chileno:

[…] Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos,
el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno… Se hunden los
pies en el follaje muerto, crepitó una rama quebradiza, los gigantescos
raulíes levantan su encrespada estatura, un pájaro de la selva fría cru-
za, aletea, se detiene entre los sombríos ramajes. […] Al pasar cruzo un
bosque de helechos mucho más alto que mi persona: se me dejan caer en
la cara sesenta lágrimas desde sus verdes ojos fríos, y detrás de mí quedan
por mucho tiempo temblando sus abanicos… Un tronco podrido: ¡qué
tesoro!... hongos negros y azules le han dado orejas, rojas plantas perezosas
le han prestado sus barbas y brota, veloz, una culebra desde sus entrañas
podridas, como una emanación, como que al tronco muerto se le escapara
el alma […] Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta.
De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio he salido yo a andar,
a cantar por el mundo.
(Pablo Neruda, Confieso que he vivido. Memorias,
pp. 13-14)

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100 Redacción eficaz

El escritor evoca impresiones y nos las comunica: el rocío de los helechos se


vuelve sesenta lágrimas desde sus verdes ojos fríos; ahí está la impresión: ni contó
las lágrimas, ni los helechos tienen ojos verdes y fríos, pero esa evocación la tras-
lada al lector en su personal manera de expresarse, al igual que con la culebra que
sale “como si al tronco se le escapara el alma”.
Si vas a elaborar una descripción toma en cuenta los siguientes puntos.
Primera recomendación: ordena la descripción bien, de izquierda a derecha,
de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, del centro
hacia afuera y de afuera hacia el centro.
Segunda recomendación: evita el abuso de adjetivos, lo que es bello para mí,
no lo es para ti, o para el vecino; el adjetivo no dice nada si no es comparándo-
lo con algo, o bien, mejor usar un sustantivo que precise lo que explicamos. Si
decimos “era muy bajita de estatura”, probablemente no tengamos una idea de
qué tan bajita, pero si el escritor dice “era tan bajita que sentada en la banqueta
parecía que le iban a colgar los pies”, aquí estamos evocando una impresión y la
sensación que tuvo el escritor al verla muy bajita, pero muy bajita.
Tercera recomendación: selecciona tus palabras de manera adecuada para
provocar el efecto que deseas en el lector.
Hay palabras que se dirigen a los sentidos. Si decimos “la situación se puso
fea”, nuestra expresión quedará muy ambigua y poco ilustrativa para el lector;
es muy diferente a decir:

La situación se puso como araña peluda y negra.


Llegó a su momento de guácala.
Se sintió como latigazo en la espalda.
Como oler huevos podridos.
La sentí como un trago de aceite de hígado de tiburón

Cada ejemplo se dirige a los diferentes sentidos y es más efectivo en la des-


cripción. De nuevo enfatizas la impresión que evoca el hecho.
También hay palabras que se dirigen a las emociones y que logran crear en
el lector un efecto completo: bebé, rosa, amanecer, madre, panteón, oscuridad,
Freddy, diablo, magia negra, Hacienda, etcétera.
Cuarta recomendación: atiende al principio de la implicación: le da un sen-
timiento de participación al lector, no hay que darle todo digerido; la frase de
impacto, el hecho envuelto en situaciones insólitas le dará atractivo al escrito y
al lector por la vía del encanto literario: “hay plumajes que cruzan el pantano y
no se manchan, mi plumaje es de esos”.

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Elegancia 101

Imagínense lo que hubiera pasado en el pasaje de Jesús y la mujer adúltera, cuan-


do la presentan ante él, amenazan lastimarla con piedras y Jesús dice “aquél que esté
sin pecado que arroje la primera piedra”. Con eso detiene el linchamiento de ma-
nera directa. Si se hubiera puesto a explicar la necesidad de evitar un linchamiento,
que los mismos victimarios podían estar en su caso o, lo que es peor, su madre, sus
hijas o alguien conocido, que más valía perdonar ya que todos teníamos nuestra his-
toria, ¿quiénes somos para juzgar a otro ser humano? y… lo más seguro es que con
tanta palabrería lo hubieran dejado, o hubieran linchado a la mujer aburridos del
discurso.

Ejercicio:
Describe la forma en que te amarras las agujetas de los zapatos:

Ejercicio:
Todos sentimos una ausencia, alguien o algo que no está con nosotros en este
momento. ¿Quién o qué es tu ausente? Descríbelo.

Ejercicio:
En tanto que es el hígado y no el corazón el receptáculo de nuestras emocio-
nes, escribe un “Poema al hígado”.

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102 Redacción eficaz

Ejercicio:

Elabora el retrato escrito de esa persona que te impresionó:

Ejercicio:
Palabras multisensoriales:

Pongamos en marcha la creatividad; si hay palabras que se dirigen a los senti-


dos hagamos un esfuerzo por crear y démosle a ciertas palabras la multisenso-
rialidad.
A partir de esta lista de palabras agrega en cada una: de qué color se ve, a
qué huele, cómo suena, cómo se siente, a qué sabe:

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Elegancia 103

Democracia
Paz
Neoliberalismo
Participación
Esperanza
Fe
Contingencia
Turbulencia
Solidaridad
Patria

Ejercicio:
La historia sin fin

CAPÍTULO SEGUNDO ¿QUIÉN SOY YO? ¿Recuerdas que empezamos tu


primera novela?, ahora el segundo capítulo describirá tu persona, con tus ca-
racterísticas físicas y anímicas. Una y media cuartillas mínimo y tres máximo.
(Continuará).

Ejercicio:
En la siguiente oración hay una línea en la que pueden caber muchas pala-
bras sin quitarle el sentido a la frase, por ejemplo: hombre, paquete, alimen-
to, etcétera. Trata de enlistar el mayor número posible de palabras que se te
ocurran. Usa el diccionario, que te ayuden los amigos, familiares o conocidos:

El era bueno.

Renovar frases. Las siguientes frases se han gastado de tanto usarse. Busca nuevas
frases para decir lo mismo, pero que sean creativas y originales:

1. Cabellos de oro.

2. Labios de rubí.

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104 Redacción eficaz

3. Muerto de miedo.

4. Trabaja como negro para vivir como blanco.

5. El sexo débil.

6. …pues bien, yo necesito decirte que te quiero.

7. Con el sudor de su frente.

8. Quien mal anda, mal acaba.

9. Palmeras borrachas de sol.

10. Dientes de perla.

3. Argumentación
Es una tercera forma de la expresión que se integra de modo muy afín con la
narración y la descripción, en tanto que utiliza técnicas similares del manejo de
las palabras. Aunque está dirigida a la razón, usa también las emociones para
conseguir su propósito de persuadir, convencer y seguir determinada corriente,
idea o curso de acción. La argumentación hace todo lo posible por convencer-
nos acerca de una tesis o idea central. Entonces es frecuente que su estructura se
dedique a plantear la tesis, los argumentos que la sustentan, acuda a las eviden-
cias para probar lo que se quiere y hasta se anticipe a posibles réplicas.
La argumentación tiene como constantes temas que involucran situaciones
éticas como los religiosos o sexuales, el aborto, la unión libre, el sida, la prosti-
tución, los fundamentalismos; en ellos la argumentación aparecerá siempre.
Nunca vamos a encontrar sola una forma de expresión, de alguna manera se in-
volucran las demás y las denominamos de una u otra forma dependiendo del objeti-
vo que persiguen. A mayor dosis de descripción se le llamará como tal, a mayor do-
sis de argumentación se le denominará argumentación y así sucesivamente. Habrá
textos que parezcan narraciones argumentativas, argumentaciones descriptivas o
exposiciones narrativo-descriptivas.

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Elegancia 105

Las argumentaciones requerirán del uso de ciertos razonamientos que no son


mentiras, pero son incorrectos desde el punto de vista de la Lógica; a estos razo-
namientos se les conoce como falacias. Las falacias son instrumentos para per-
suadir, convencer y, desafortunadamente, se pueden usar para bien o para mal.
Lo importante será que las sepamos detectar a tiempo y que sepamos cuándo
están involucradas en una argumentación. Hay algunas que se nos presentan
con mucha frecuencia:

La falsa generalización: cuando adjudicamos al todo el valor de una de sus


partes: todos los hombres son iguales. Recuérdese Romeo y Julieta, la histo-
ria de una vendetta entre los Montesco y Capuleto que termina trágicamente.
Cuando se hacen falsas generalizaciones corremos el riesgo de invalidar nuestras
propuestas, ya que no siempre podemos manejar este argumento. Si decimos
“eso todo el mundo lo sabe”, no podemos partir de esa afirmación pues, no
todo el mundo lo sabe, y si lo sabe, ¿cómo es que lo sabe? Siempre tenemos que
ofrecer un marco que involucre nuestro pensamiento acerca de esta afirmación.
En los trabajos de investigación, debemos tener particular cuidado de estas fal-
sas generalizaciones que se convierten en proposiciones categóricas sin funda-
mentar y debilitan la argumentación de la idea central.
La conclusión inatingente: cuando queremos probar con una conclusión
particular una general. Votar es ejercer la democracia. Votar es sólo una manera
de ejercer la democracia y si dejo de votar no implica que deje de ejercer la de-
mocracia.
Argumento contra el hombre: cuando en vez de atacar lo que dice se ataca a
quién lo dice. Es partir de prejuicios y de estereotipos para manejar un argumento
contra un individuo. A veces hasta el hombre más malvado puede tener la razón.
En la investigación esta falacia se comete cuando quitamos a un pensador impor-
tante para el tema y no lo mencionamos, estamos cayendo en atacarlo implícita-
mente.
Argumento por la ignorancia: cuando no se ha demostrado una verdad o
falsedad pretendemos probar a partir de ello nuestra afirmación: existe el diablo
porque nadie ha demostrado que no existe. En el campo del Derecho, esta falacia
se constituye en un principio para que el acusado no sea considerado culpable o
inocente de antemano; se deshace la falacia cuando el abogado indaga y trata de
demostrar la verdad o falsedad de lo afirmado. En las investigaciones a veces apa-
rece la falacia tratando de sostener una hipótesis, sólo porque nadie ha demos-
trado lo contrario.

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106 Redacción eficaz

Argumento por la misericordia: se alude a la misericordia para aceptar el


resultado de una conclusión. Muy utilizado por los limosneros, a veces ni si-
quiera requieren hablar, y basta su forma de presentarse para crear un argumen-
to que inspire la misericordia (como el señor que trae a su niña tapada, cargan-
do y con una receta médica en la mano, o la señora con sus várices llagadas en
carne viva que camina penosamente entre los coches, o el pequeño niño empa-
pado por la lluvia en altas horas de la noche que realiza un acto de malabarismo).
Este argumento suele manejarse cuando se da una justificación de por me-
dio, generalmente cuando no se quiere enfrentar un problema de manera direc-
ta; todos los pretextos sirven. Si se paró el metro, si presencié un asalto y llegué
tarde a mi trabajo cuando era fundamental llegar temprano, digo: “tengan pie-
dad de mí, me pasó esto o esto”; como vemos, muchas veces el manejo de la fa-
lacia es inconsciente. El caso extremo es el del muchacho que mató a sus padres
y dijo a los jueces: “tengan piedad de mí, soy huérfano”.
Argumento por la autoridad: se alude al sentimiento de respeto que tie-
ne la gente por una persona o símbolo para que se acepte una conclusión. Por
ejemplo, se acude a los artistas, a los deportistas o a símbolos como la madre
o la virgen de Guadalupe para que se acepte alguna proposición publicitaria o
propagandística.
Argumento por la amenaza de fuerza o apelación al garrote: se amenaza de
fuerza para provocar la aceptación de una conclusión; este argumento se ha invo-
lucrado en ejemplos de condicionamiento histórico, además que tradicionalmen-
te nuestra cultura ha vivido al amparo de esta falacia. Nos reprimen los padres,
nos reprimen los maestros, nos reprime la Iglesia: “lo que es bueno o es pecado o
engorda”, nos reprime el Estado. Una y otra vez nos vemos ante la situación de la
amenaza de fuerza para nuestra formación. Cuando niños, la mamá nos decía “o
comes o te pego, o no ves la televisión, o no sales a jugar”, siempre abordándonos
con expresiones que imponían la amenaza de fuerza, el razonamiento incorrec-
to. Rara vez encontramos madres que, con el poder persuasivo de la palabra, nos
convencen de que es importante comer porque nuestro cuerpo funciona como
una maquinita que requiere de ciertos balances para vivir de manera saludable y
completa. Es más frecuente el primer argumento.
Tan acostumbrados estamos a la represión que cuando nos plantean una si-
tuación de libertad no sabemos qué hacer con ella. La mujer cuando se libera
de los padres pasa a la dependencia del marido; el estudiante cuando se libera
de la escuela busca la forma de volver a entrar aunque sea sólo para terminar la
tesis, y si se propone un trabajo en libertad, pide de inmediato que haya repre-
sión de alguna manera.

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Elegancia 107

Llamado emocional al pueblo: esta falacia (argumentum ad populum o lla-


mado a la galería) es frecuente en los mensajes publicitarios y propagandísticos:
se hace un llamado emocional al auditorio para que acepte una conclusión; ese
llamado se dirige a nuestros deseos y necesidades y generalmente logra su pro-
pósito. Sin embargo, la aceptación popular de un producto no indica que éste
sea lo mejor que hay. Que la gente tome refresco no es el indicador de que eso
sea lo mejor para beber: podría tomar agua o tequila.
El equívoco: se da cuando se confunde el significado de las palabras. El
PAN manejó en la campaña de 1997 en sus anuncios: en pantalla aparecía un
niño menesteroso pidiendo caridad y el locutor decía “lo que quieren es PAN”,
jugando con el nombre del partido. O bien, otro limosnero se acercaba a un
auto pidiendo caridad y le decía el conductor “no hay cambio, sí puede haber
cambio”, decía el locutor, “vota por el PAN”. Aunque en publicidad y propa-
ganda se utiliza el equívoco para impactar en el público, se corre el riesgo de
que el mensaje no sea claro, y mantiene la posibilidad de generar confusiones
mentales en los perceptores del mensaje, en tanto hay un juego doble de pala-
bras en el que se usan unas con significado diferente al del contexto.
En el ejemplo: “el fin de una cosa es su perfección, la muerte es el fin de la vida,
por lo tanto, la muerte es la perfección de la vida”, la palabra fin se toma con dos
significados; en el primero es meta, en el segundo es el último acontecimiento.
La pregunta compleja: se exige una respuesta única a dos preguntas o más.
Ejemplos: conteste si está o no de acuerdo con el capital extranjero y la prosperi-
dad del país. ¿Ha dejado de fumar mariguana? ¿Quieren portarse bien y callarse?
El énfasis: los enunciados adquieren diferentes significados según el lugar
que se subraya o destaca. En los periódicos se presenta cuando una nota se re-
salta en tipografía muy grande y en letras más pequeñas se completa la infor-
mación: Fidel Velázquez vive, y en letras pequeñas: en el corazón del movimiento
obrero. Las tiendas usan muy a menudo esta falacia como gancho de venta: sólo
$99.95 más IVA.
A veces, la verdad que se enfatiza en un contexto engañoso puede volverse
falaz. Cuentan que en un barco, el primer oficial siempre estaba borracho, hasta
que un día el capitán se molestó tanto que lo registró en la bitácora: “hoy el pri-
mer oficial estuvo borracho”. El primer oficial no podía aceptar eso. Un día que
nadie lo vio escribió en la bitácora: “hoy el capitán estuvo sobrio”. Lo estaba
todos los días, pero enfatizado en ese contexto presuponía que ese día era excep-
cional; puesto así, parecía que todos los días estaba ebrio.
La causa falsa: toma como causa de un efecto algo que no es su causa real:
“me reprobaron porque le caía mal al profesor”; esta es la llamada non causa pro

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108 Redacción eficaz

causa. Otra variante es la conocida como post ergo propter hoc, muy difícil de
traducir; sería algo así como “una vez que se suceden ciertos hechos, cada vez
que lleguen a presentarse después, siempre resultarán en similares condiciones”.
Por ejemplo, tomar como cierto que cuando hay un eclipse y se tocan los tam-
bores, el sol reaparece (si no lo creen hagan la prueba en el siguiente eclipse).
Claro, esa no es la causa real. Muchas supersticiones y mitos de nuestro pueblo
están basados en esta variante de la causa falsa.
La idea de que la tercera persona que enciende su cigarro con un cerillo se
muere tiene sus orígenes en la última guerra. Mientras los soldados esperaban
nerviosos en las barricadas el ataque del enemigo, un soldado encendía su cigarri-
llo y la luz era vista a lo lejos por el enemigo; cuando el segundo encendía su ciga-
rrillo, el enemigo apuntaba con su rifle; y cuando le tocaba al tercero encender el
cigarrillo, el enemigo disparaba, por ello al tercero le tocaba la bala.

Ejercicio:
Argumenta la siguiente frase: “La vida es un eterno dejar ir, solamente con las
manos vacías podrás agarrar algo nuevo”.

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Elegancia 109

Ejercicio:
Lectura. Un fragmento del ensayo El hombre mediocre de José Ingenieros nos
dará cuenta de lo controvertido de las argumentaciones:

El hombre rutinario

La rutina es un esqueleto fósil cuyas piezas resisten a la carcoma de los


siglos. No es hija de la experiencia: es su caricatura. La una es fecunda y
engendra verdades; estéril la otra y las mata.
En su órbita giran los espíritus mediocres. Evitan salir de ella y cruzar
espacios nuevos; repiten que es preferible lo malo conocido a lo bueno por
conocer; ocupados en disfrutar lo existente, cobran horror a toda inno-
vación que turbe su tranquilidad y les procure desasosiegos. Las ciencias,
el heroísmo, las originalidades, los inventos, la virtud misma paréceles
instrumentos del mal, en cuanto desarticulan los resortes de sus errores:
como en los salvajes, en los niños y en las clases incultas.
Acostumbrados a copiar escrupulosamente los prejuicios del medio en
que viven, aceptan sin contralor las ideas destiladas en el laboratorio so-
cial: como esos enfermos del estómago inservible que se alimentan con
sustancias ya digeridas en los frascos de las farmacias. Su importancia para
asimilar ideas nuevas los constriñe a frecuentar las antiguas.
La rutina, síntesis de todos los renunciamientos, es el hábito de re-
nunciar a pensar. En los rutinarios todo es menor esfuerzo; la acidia ahe-
rrumbra su inteligencia. Cada hábito es un riesgo, porque la familiaridad
aviene a las cosas detestables y a las personas indignas. Los actos que al
principio provocaban pudor, acaban por parecer naturales: el ojo percibe
los tonos violentos como simples matices, el oído escucha las mentiras con
igual respeto que las verdades, el corazón aprende a no agitarse por torpes
acciones.
Los prejuicios son creencias anteriores a la observación; los juicios,
exactos o erróneos, son consecutivos a ella. Todos los individuos poseen
hábitos mentales; los conocimientos adquiridos facilitan los venideros y
marcan su rumbo. En cierta medida nadie puede sustraérseles. No son ex-
clusivos de los hombres mediocres; pero en ellos representan siempre una
pasiva obsecuencia al error ajeno. Los hábitos adquiridos por los hombres
originales son genuinamente suyos, les son intrínsecos: constituyen su
criterio cuando piensan y su carácter cuando actúan; son individuales e
inconfundibles. Difieren sustancialmente de la rutina que es colectiva y

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110 Redacción eficaz

siempre perniciosa, extrínseca al individuo, común al rebaño: consiste en


contagiarse los prejuicios que infestan la cabeza de los demás. Aquéllos ca-
racterizan a los hombres; ésta empaña a las sombras. El individuo se plas-
ma en los primeros, la sociedad impone la segunda. La educación oficial
involucra ese peligro: intenta borrar toda originalidad poniendo iguales
prejuicios en cerebros distintos. La asechanza persiste en el inevitable trato
mundano con los hombres rutinarios. El contagio mental flota en la at-
mósfera y acosa por todas partes; nunca se ha visto un tonto originalizado
por contigüidad y es frecuente que un ingenio se amodorre entre pazgua-
tos. Es más contagiosa la mediocridad que el talento.
Los rutinarios razonan con la lógica de los demás. Disciplinados por el
deseo ajeno, encajónanse en su casillero social y se catalogan como reclutas
en las filas de un regimiento. Son dóciles a la presión del conjunto, malea-
bles bajo el peso de la opinión pública que los achata como un inflexible
laminador. Reducidos a vanas sombras, viven del juicio ajeno; se ignoran
a sí mismos, limitándose a creerse como los creen los demás. Los hombres
excelentes, en cambio, desdeñan la opinión ajena en la justa proporción
en que respetan la propia, siempre más severa, o la de sus iguales.
Son zafios, sin creerse por ello desagraciados. Si no presumieran de ra-
zonables, su absurdidad enternecería. Oyéndoles hablar una hora parece
que ésta tuviera mil minutos. La ignorancia es su verdugo, como lo fue
otrora del siervo y lo es aún del salvaje; ella los hace instrumentos de todos
los fanatismos, dispuestos a la domesticidad, incapaces de gestos dignos.
Enviarían en comisión a un lobo y un cordero, sorprendiéndose sincera-
mente si el lobo volviera solo. Carecen de buen gusto y de aptitud para
adquirirlo. Si el humilde guía del museo no los detiene con insistencia,
pasan indiferentes junto a una madona del angélico o a un retrato de
Rembrandt; a la salida se asombran ante cualquier escaparate donde haya
oleografías de toreros españoles o generales americanos.
Ignoran que el hombre vale por su saber; niegan que la cultura es la
más honda fuente de la virtud. No intentan estudiar; sospechan, acaso, la
esterilidad de su esfuerzo, como esas mulas que por la costumbre de mar-
char al paso han perdido el uso del galope. Su incapacidad de mediar aca-
ba por convencerles de que no hay problemas difíciles y cualquier reflexión
paréceles un sarcasmo; prefieren confiar en su ignorancia para adivinarlo
todo. Basta que un prejuicio sea inverosímil para que lo acepten y lo di-
fundan; cuando creen equivocarse, podemos jurar que han cometido tal
imprudencia de pensar. La lectura les produce efectos de envenenamiento.

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Elegancia 111

Sus pupilas de deslizan frívolamente sobre centones absurdos; gustan de


los más superficiales, de esos en que nada podría aprender un espíritu cla-
ro, aunque resultan bastante profundos para empantanar al torpe. Tragan
sin digerir, hasta el empacho mental; ignoran que el hombre no vive de lo
que engulle, sino de lo que asimila. El atascamiento puede convertirlos en
eruditos y la repetición darles hábitos de rumiante. Pero apiñar datos no
es aprender; tragar no es digerir. La más intrépida paciencia no hace de un
rutinario un pensador; la verdad hay que saberla amar y sentir. Las accio-
nes mal digeridas sólo sirven para atorar el entendimiento.
(José Ingenieros, El hombre mediocre, pp. 63-66)

Ejercicio:
No importa si eres o no creyente, escríbele una carta a Dios:

Ejercicio:
La historia sin fin. Capítulo tercero.

Momentos verdaderos

En este capítulo el personaje, una vez que ha contado lo más importante


en su vida y se ha descrito a sí mismo, reflexiona sobre los momentos en
los que realmente ha vivido con intensidad, los momentos en los que ha
sentido la felicidad. La felicidad no es el logro de una meta, es encontrar

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112 Redacción eficaz

un camino; de lo contrario siempre que cumplamos metas esperaremos


ser felices: casarse, entrar a la universidad, titularse, tener un hijo, plantar
un árbol, escribir un libro, etcétera. La felicidad, en cambio, se identifica
por aquellos momentos en que nos hemos sentido plenamente realizados,
disfrutamos de un aroma, una flor, una fruta, una sonrisa, una gracia del
bebé, una mirada de la pareja, un café en una tarde lluviosa, la contempla-
ción del mar, un amanecer, un atardecer, etcétera.
Tu texto debe tener una y media cuartillas mínimo y tres máximo.
(Continuará).

4. Exposición
La cuarta forma de expresión, cuyo objetivo está dirigido a la razón, primordial-
mente ordena hechos, situaciones, describe técnicamente, por ejemplo: los ejes
viales o las rutas del metro.
Formas de esta exposición:

1) La definición: exposición del significado de las palabras.


2) El análisis: fragmentación o desglose ordenado de un tema, objeto o suje-
to en sus distintas partes lógicas, las cuales se dividen en:
Clasificación: separamos los miembros de un sujeto plural y los acomo-
damos de acuerdo con un mismo punto de vista: mamíferos, aves, repti-
les, peces, etcétera.
División: separamos los sujetos singulares y agrupamos sus distintas par-
tes en un denominador común: edad, escolaridad, actividad, etcétera.
Proceso: explicación de cómo se hace algo.
3) Resumen: exposición condensada de los principales elementos de un escrito.
4) Reseña: informe sobre una obra, libro o acontecimiento después de haber-
lo presenciado o leído. Puede ser un simple informe o una evaluación que
se identificaría por la interpretación y el ejercicio del sentido crítico.
5) Informe: exposición escrita de una investigación sistemática que da res-
puesta lógica a una pregunta específica. Cuando se refiere a un solo tema
se le llama también monografía y cuando se refiere a experiencias vividas
se le llama memoria.

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Elegancia 113

Ejercicio:
¿Algún día cruzó por tu mente ser guionista de telenovelas o radionovelas?
¿Por qué no intentarlo? Los guionistas se basan siempre en situaciones simi-
lares, los dramas son parecidos y sólo cambian los personajes, los lugares o
algunos elementos, pero la historia base casi siempre es semejante. La razón
es que sólo hay 36 situaciones dramáticas que Gozzi y Polti descubrieron. A
continuación las exponemos. Selecciona alguna entre ellas y escribe tu guión.

1. Súplica. Elementos: uno que persigue; uno que suplica; una autoridad
de dudosas decisiones.
2. Rescate. Elementos: uno que amenaza; un desdichado; uno que rescata.
3. El crimen perseguido por venganza (no por la autoridad). Elementos: un
criminal y uno que toma venganza de él.
4. Venganza de parientes sobre parientes. Elementos: pariente culpable, pa-
riente vengador, recuerdo de la víctima, pariente de ambos.
5. Persecución. Elementos: el que huye y quien lo persigue para castigarlo.
6. Desastre. Elementos: un poderoso que conquista y un enemigo victorioso.
7. Víctimas de la crueldad o la desgracia. Elementos: un desdichado, un
amo, una desgracia.
8. Rebelión. Elementos: el tirano y el conspirador.
9. Empresas atrevidas. Elementos: un líder audaz y valiente; un objetivo; un
adversario.
10. Secuestro. Elementos: el raptor; el raptado o raptada; la autoridad o policía.
11. Enigma. Elementos: el problema que se resolverá, el investigador o inte-
rrogador y el policía o autoridad.
12. Logro o consecución. Elementos: uno que pide y su adversario que niega,
para que surja el conflicto; o bien, un árbitro más o menos impositivo
dado su poder y las partes oponentes a ese árbitro.
13. Enemistad de parientes. Elementos: un pariente malévolo, villano; un pa-
riente odiado por aquél.
14. Rivalidad entre parientes. Elementos: el pariente preferido, el pariente
querido; el pariente rechazado, eliminado; el objetivo que se conseguirá.
15. Adulterio homicida. Elementos: los dos adúlteros, el esposo o la esposa
traicionado.
16. Locura. Elementos: el loco o la loca y su víctima o víctimas.
17. Imprudencia fatal. Elementos: el imprudente; la víctima de la impruden-
cia o el objeto u objetivo perdido por esa imprudencia.

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114 Redacción eficaz

18. Crímenes involuntarios de amor. Elementos: el amante o enamorada y el


que hace una sorpresiva e inesperada revelación, trágica, dramática.
19. Asesinato de un pariente no reconocido. Elementos: el asesino y la víctima
no reconocida.
20. Auto-sacrificio por un ideal. Elementos: el héroe; el ideal.
21. Auto-sacrificio por los parientes. Elementos: el héroe; el o los parientes
por quienes el héroe se sacrifica.
22. Todos los sacrificados por una pasión. Elementos: el enamorado; el objeto
de la pasión fatal; la persona sacrificada.
23. Necesidad de sacrificar personas amadas. Elementos: el héroe; la víctima
amada; la necesidad del sacrificio.
24. Rivalidad entre inferior y superior. Elementos: el rival que es superior; el
rival inferior; el objetivo.
25. Adulterio. Elementos: un esposo o esposa traicionado; los dos adúlteros.
26. Crímenes de amor. Elementos: el amante, la persona amada por él.
27. Descubrimiento de la deshonra de la persona amada. Elementos: el que
descubre la deshonra; la persona culpable de esa deshonra.
28. Obstáculos del amor. Elementos: los dos que se aman; el obstáculo.
29. Un enemigo amado. Elementos: el enemigo amado; la persona que lo
ama; el que odia a ese enemigo amado.
30. Ambición. Elementos: una persona ambiciosa; el objeto codiciado; un
adversario.
31. Conflicto con Dios. Elementos: un mortal; Dios; el inmortal.
32. Celos equívocos o erróneos. Elementos: el celoso; la persona de quien está
celoso; el supuesto rival; la causa o autor del error.
33. Juicios erróneos. Elementos: el equivocado, la víctima del error; la causa o
autor del error; la persona verdaderamente culpable.
34. Remordimiento. Elementos: el culpable; la víctima.
35. Recuperación de una persona perdida. Elementos: el perdido; el que lo en-
cuentra.
36. Pérdida de personas amadas. Elementos: el pariente o parienta que es ase-
sinada; otro pariente como simple espectador; un verdugo.

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Elegancia 115

Ejercicio:
La historia sin fin. Capítulo cuarto.

El gran final

Como estás elaborando una historia que aún no tiene fin, el cierre de la mis-
ma debe ser sorpresivo, inesperado, inconsecuente. Tu creatividad se debe
agudizar mucho para encontrar ese final. Una y media cuartilla mínimo y tres
máximo.
Pero ahora hay que dar un paso más. Una vez terminados tus cuatro capí-
tulos, retoma tus capítulos anteriores, reescríbelos mejorándolos y dándoles
una integración coherente a todos juntos. Como resultado de eso, debes tener
de diez a doce cuartillas con carácter publicable, no importa si tienes treinta,
cincuenta o 300 cuartillas. Lo importante es que ya está ahí, tu primera nove-
la…

Epílogo
Antes de finalizar el texto quisiera compartir contigo una reflexión. En este ca-
mino andado del lenguaje, mientras más sean las incursiones, mayores serán las
sorpresas con las que te encuentres. Cuando piensas que ya estás usando correc-
tamente una palabra o frase, de repente te encuentras por ahí un libro o un autor
que te dice que no es cierto. En este camino puedes encontrar a muchos puristas
que no toleran incorrecciones en el lenguaje; algunos son españoles o argentinos
y tienen ciertas frases o palabras que no son usadas en nuestro país, en ocasiones
hasta puedes tener muchas dudas frente a una palabra que según el diccionario
estás usando correctamente.
Veamos las palabras “profesional” y “profesionista”. Si las buscas en la auto-
ridad que es el Diccionario de la Real Academia, te encontrarás que “profesio-
nal” se refiere a quien ha estudiado una profesión o desarrolla una actividad y el
“profesionista” es quien ejerce alguna profesión, y sólo se usa en nuestro país, es
decir, México es el único país de habla hispana donde al profesional se le da el
carácter de adjetivo, de competencia. El profesional puede ser quien ejerce todo
tipo de actividad o profesión, pero con calidad, y el profesionista simplemente
quien ejerce una actividad o profesión.

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116 Redacción eficaz

Otro ejemplo: “así mismo” y “asimismo”. Cuando consultas el citado dicciona-


rio te encuentras con que sólo existe “asimismo”, definido como “también”. Pese a
que lo ves como dos palabras, lo que debemos escribir es “asimismo”.
Un día que explicaba que los monosílabos no se acentuaban desde 1959, le
llamé la atención a un alumno que acentuó fe y me contestó: “es que mi fe es
muy grande”. Si estás en el mismo caso y tu fe es grande, pese a ello, no acen-
túes el monosílabo.
O bien el plural de “buró”. Cuando un conocido artista de televisión anun-
ciaba este mueble, decía que el plural era buróes. ¿Cuál es realmente el plural?
Una indagación en multiplicidad de textos nos daba diferentes versiones, que
iban desde que buró es una palabra en francés que no debía utilizarse pero que ya
estaba españolizada, de bureau a buró, que significaba “órgano dirigente de ciertos
partidos políticos” o “escritorio”; y, finalmente, que sólo en México se usaba como
“mesa de noche”. Siguiendo las reglas debería agregarse la “s”, ya que si plurali-
zamos “es”, también debiéramos decir mamáes o papáes. La regla decía que sólo
pluralizaban “es” las palabras que terminaban con las vocales i, u, como colibrí
(colibríes), menú (menúes), tabú (tabúes); pero también decían otros autores que
en la práctica la gente ya no pluralizaba y que los usos y costumbres hacían que se
dijera menús y tabús. Después de quince libros y ninguna conclusión, llegamos
a la Gramática de Andrés Bello, la autoridad en este tema, y ahí sí especifica con
claridad que cuando la palabra termina en ó acentuada, simplemente se agrega s.
Es burós, no buróes. En la Nueva Gramática la Real Academia ya lo precisa.
A estas alturas estarás algo confundido, diciendo “entonces hablemos cada
quién como queramos”, o bien, “si respetamos las reglas nunca acabaremos de
aprender todos los intrincados misterios del idioma”. ¿Qué hacer si el maestro
sigue acentuando “fue”?, ¿cómo convencer a mi jefe de que se dice “de acuerdo
con” y no “de acuerdo a”?, yo misma me lo he preguntado varias veces. Y hasta
me he encontrado con errores en el diccionario ortográfico de mi computadora,
lo cual es inadmisible, pues corregir es una tarea necesaria en un lenguaje aca-
démico, profesional, formal. Si queremos preservar el idioma para poder enten-
dernos con los demás, tanto personas que nos rodean como pueblos de habla
hispana, debemos seguir las Normas que marca la Real Academia de la Lengua
Española.
Piensa que no podríamos comunicarnos a través de este texto si no hubiéra-
mos preservado nuestro lenguaje formal. No renuncies a él, pero tampoco re-
nuncies a usar los lenguajes coloquial y vulgar en sus debidos tiempos y lugares.
Es fascinante la imaginación y el juego que se dan a partir de ellos. El lenguaje
coloquial te da algo más, un sentido de pertenencia a tu región y a tu comunidad
al que no puedes renunciar; por su parte, el lenguaje vulgar te ofrece la oportu-

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Elegancia 117

nidad de crear el lenguaje del futuro. Manéjalos, domínalos, recréalos, disfrúta-


los…
Si a pesar de todos tus esfuerzos no has mejorado tu redacción, podemos
concluir que tienes una mala redacción. Entonces, lo más viable será que te di-
gamos cómo escribir mal para que reafirmes tu mala redacción y con estos con-
sejos la empeores.

Bases para empeorar la redacción


(Adaptado de una idea de Paul Merril, “Las bases para una mala redacción”).
La mala redacción es tan común que todo profesional debe saber algo más
acerca de ella. Muchos científicos redactan pobremente, pero es posible que
sólo lo hagan por intuición y a veces ni siquiera perciben con claridad cómo
logran estos resultados.
Todo profesional que redacta puede considerarse un sujeto calificado para
escribir mal, ya que es capaz de hacerlo sin siquiera intentarlo. El estudiante
promedio tiene una extraordinaria facilidad para redactar mal.
Sin embargo, hay que redactar mal de manera congruente y sistemática, así
que sigamos estos principios esenciales:

1. Olvide al lector.
2. Sea confuso, difuso y profuso.
3. No revise.
4. No lea.

Olvide al lector
Cuando se escribe hay que recordar que el mundo se divide en dos grandes blo-
ques: el escritor y los demás. No dejemos que se acerquen (pueden ver dema-
siado), así es que procure un escrito oscuro, con ideas tortuosas, difíciles de en-
tender. Redacte sin plan, como si escribiera un diario personal al que le cuenta
lo sucedido sin pensar que otro pudiera leerlo. Si toma en cuenta al lector, sería
una seria amenaza a la mala redacción y requeriría de un esfuerzo mental con-
siderable. Olvide al lector siempre que pueda; redactando mal tendrá tan pocos
lectores que no merecerán esfuerzo mental alguno. El título debe destantear al
lector, confundirlo de la misma forma que el texto; que las ideas se agolpen,
que no tengan mayor sistematización ni secuencia lógica. Use frases largas con
muchas frases incidentales que expresen ideas débilmente relacionadas entre sí,

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118 Redacción eficaz

el laberinto para el lector será tan complicado que deseará no haber empezado
la lectura. Use la conjunción “y” con frecuencia ya que integra una y otra idea
sin pensar en separarlas. No use punto y seguido, menos palabras o frases que
pudieran explicar algo como: porque, finalmente, sin embargo, además. Si quiere
escribir mal, sus frases de transición también deberán ser igual de confusas o va-
gas; por ejemplo: como quiera que sea.

Sea confuso, difuso y profuso


Los principios capitales de una mala redacción son ser confuso, difuso y pro-
fuso. En nuestro tiempo escribir como si el español fuera del siglo XVI es muy
efectivo para una mala redacción.
Oculte los sujetos, dele un antecedente equivocado al lector y verá qué fácil-
mente cae en el enredo; por ejemplo, un pronombre para referirse a un nombre
que está muy alejado, o alguno subordinado al pensamiento.
No le dé ejemplos, ni aluda a casos o hechos concretos, eso sería hacerlo de-
masiado sencillo para el lector.
Sea más complicado, inesperado e inconsecuente. En algunos escritos omita
algunos detalles, sobre todo aquellos que los lectores necesitan saber. Si usted
lo tuvo que descubrir por el camino difícil ¿por qué hacerlo fácil para el lector?
Explique lo que se explica por sí mismo y deje que el lector averigüe qué signi-
fica r-pr’.
Incluya muchas palabras y oraciones superfluas, el “rollo” es esencial en una
mala redacción. Una nube de palabras oculta los defectos del análisis y de cual-
quier trabajo que haya sido elaborado con deficiencias. La mala redacción como
el buen fútbol es deslumbrante pero no contiene información.
Use muchos adjetivos, serán inexactos, ostentosos, floridos y lograrán aturdir
al lector.
Empiece con gerundio las oraciones más largas y abuse del punto y coma
cada tres o cuatro palabras. Nunca use punto y seguido.
Si realmente quiere escribir mal vuélvase vicioso: introduzca muchos qués,
cacofonías, fallas de concordancia, poca variedad en su vocabulario, muchos
verbos fáciles como hacer, estar, poner, decir, ver y repita frecuentemente una o
dos palabras, así no tendrá que consultar el diccionario a cada momento.
No se le ocurra escribir de manera concreta e impactante: Dad al César lo
que es del César
En cambio puede redactar de la siguiente manera: Se deberá considerar
apropiado desde un punto de vista moral o ético, con razones que pueden ser
sin duda casos de situaciones económicas dados, en el caso del César, propor-

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Elegancia 119

cionar a ese potentado en los términos y plazos que fija la ley, todos aquellos
objetos y materiales de cualquier tipo o carácter en que pudiera comprobarse
que la fuente original es del dominio del citado.
Es lo mismo, pero se vuelve profuso, difuso y confuso.
Preste especial atención a la palabra cosa. El uso y abuso de ella es básico en la
mala redacción. Cosa se puede referir a un sinnúmero de objetos, situaciones, he-
chos y hasta puede servir para que el lector invente juegos de imaginación a través
de posibles significados con doble intención: trae las cosas para comer, lleva las cosas
a la terminal, falta cosa de dos kilómetros, parece cosa del diablo, administra la cosa
pública, se le puso la cosa dura, le creció una cosa, qué cosa linda tengo.

No revise
Escriba cuando esté cansado, entregue su original tal como lo acaba de termi-
nar, no tenga plan alguno, ni siquiera mental cuando escriba, ya que esto po-
dría causar una mejora en su texto. Mientras más espontáneo y pobre sea su
escrito estará peor redactado. No lo corrija, resista todas las sugerencias tanto
de compañeros como del corrector de estilo, alguna mala intención deberán te-
ner si quieren doblegarlo. Resista todo tipo de sugerencias de cualquier lugar
de donde lleguen. Hay altas probabilidades de mejorar el escrito, así que evite
correcciones que rara vez pueden empeorar su escrito.
Sugerencia final para una mala redacción. Ni se le ocurra. No lea

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Blanca

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Prontuario de redacción y estilo

Presentación

La redacción posee la cualidad de la divina sencillez. Algo tan fácil se vuelve en


extremo complicado cuando se requiere de tantas condiciones para escribir: bus-
car las palabras apropiadas con un código que sea preciso, claro, sencillo y conci-
so en términos formales, de tal manera que lo pueda entender cualquier lector de
habla hispana. Este arte se vuelve un verdadero reto a la expresión escrita.
Entrar por los múltiples caminos del lenguaje, por las intrincadas veredas del
vocabulario apropiado, evitar los vicios de la construcción, son experiencias que
hacen estremecer a cualquiera que se dedique cotidianamente al oficio de escribir.
Ante esas preocupaciones se ha elaborado este Prontuario como apoyo funda-
mental para resolver de manera inmediata algunas dudas del idioma.

A
Abreviaturas, elaboración. Las abreviaturas son fragmentos de una o varias
letras de las palabras que representan. Se usan para emplear menos espacio o
ganar tiempo al escribir. Hay abreviaturas de carácter universal, esto es, que se
han vuelto convenciones; sin embargo, en el caso del desconocimiento de la
abreviatura o que no exista una convención para ellas, el principio para cons-
truirlas es el siguiente: la primera sílaba, más la primera letra de la siguiente
sílaba: margarita: marg.; zapato, zap.; cadena, cad.
Al final de cualquier abreviatura siempre debe ponerse punto.
Aquí una lista de las abreviaturas más frecuentes:

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122 Redacción eficaz

a.J.C. antes de Jesucristo


Almte. almirante
apdo. apartado
aprox. aproximado/aproximadamente
Arq. arquitecto-ta
asoc. asociación
atte. atentamente
ayto. ayuntamiento
b/n blanco y negro
Bs.As. Buenos Aires
c. calle/capítulo/circa/centavo/ciudadano
cap. capítulo
Cap. capital/capitán
c.c.o. con copia oculta
c.e. correo electrónico
col. colección/colonia/columna
col. colegio/coronel
C.P. código postal/contador público
c/u cada uno/cada una
d.C. después de Cristo
del. delegación
depto./dpto. departamento
dtto. distrito
edit./ed. editorial
edo. estado
EE.UU. Estados Unidos
f.c. ferrocarril
F.C. fútbol club
gob. gobierno
p.p. por poder/porte pagado
Prof. profesor
rep. república

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Prontuario de redacción y estilo 123

RR.HH. Recursos Humanos


soc./sdad. sociedad
tel./teléf./t.fno./tlf. teléfono
univ. universidad
V.°B.° visto bueno
vol. volumen

Para el Sistema Internacional de Medidas hay abreviaturas que se han estable-


cido también como convenciones universales. Usadas como símbolos en fórmulas
o términos científicos no llevan punto: equivale a un dal de capacidad. Cuando
forman parte de un texto común que no tenga fines matemáticos o científicos,
entonces sí se tendrá que poner punto: faltan como 500 m. Recuerde que es más
elegante escribir faltan como 500 metros.

Símbolos del Sistema Métrico Decimal


Medidas Medidas Medidas Medidas
de longitud de capacidad de peso agrarias
metro m litro l gramo g área a
decámetro dam decalitro dal decagramo dag hectárea ha
hectómetro hm hectolitro hl hectogramo hg centiárea ca
kilómetro km kilolitro kl kilogramo kg
miriámetro mam mirialitro mal miriagramo mag

decímetro dm decilitro dl quintal q

centímetro cm centilitro cl decigramo dg

milímetro mm mililitro ml tonelada t

centigramo cgo

miligramo mg

Académicos, títulos. Usarlos con mayúscula si equivalen a un nombre propio:


Rector, Coordinador de Difusión Cultural.

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124 Redacción eficaz

Títulos profesionales abreviados se usan con mayúscula: Dr., Ing., Arq. Si se


escriben completos hay que usarlos con minúscula: doctor, ingeniero, arquitecto.
En los títulos profesionales ya se distingue el género: doctora, ingeniera, médi-
ca, contadora.
También se escriben con minúscula las palabras con significado genérico:
quien resulte director tendrá una gran responsabilidad.
Doctor a menudo se confunde con médico, ya sea médico general, dentista,
psicólogo o psiquiatra. Se utiliza correctamente el concepto doctor cuando se
trata de un grado de nivel doctorado, independientemente de la especialidad.
Académicas, unidades. Usar mayúsculas sólo en los nombres propios: Coor-
dinación del Colegio de Ciencias y Humanidades, Departamento de Ciencia Po-
lítica; en los demás casos hay que usar minúscula: estuvo en el área histórico-
social, los profesores de la coordinación científica han participado activamente.

Acentuación. Todas las palabras que pronunciamos tienen una sílaba fuerte,
esto es, sobre la que recae el énfasis; se dice entonces que llevan acento pro-
sódico (que se escucha, pero no se escribe). Cuando la sílaba fuerte tiene que
enfatizarse, el acento se representa con un signo conocido como tilde y recibe la
denominación de acento ortográfico.
Las reglas del acento ortográfico son tres y desde 1959 se aplican tanto a letras
mayúsculas como a minúsculas.

1. Se acentúan ortográficamente todas las palabras agudas (que llevan acen-


to en la última sílaba) terminadas en n, s o vocal: corazón, además, me-
joró.
2. Se acentúan ortográficamente todas las palabras graves (que llevan el
acento en la penúltima sílaba) siempre que no terminen en n, s o vo-
cal: débil, Pérez, árbol; no así: joven, tesis, cano, examen.
3. Se acentúan ortográficamente todas las palabras esdrújulas y sobreesdrúju-
las (las que llevan acento en la antepenúltima y en la ante antepenúltima
sílaba): pájaro, fábrica, analícenselo, patentícenselo.

Acentuación diptongos, triptongos y hiatos


Esta parte la modificó la Real Academia en el 2010. Ante todo, hay que cono-
cer la división silábica de las palabras. La división de las palabras con secuencias
vocales (ya sean abiertas, la a, e y o; o cerradas, la i y la u) nos obliga a identifi-
car si éstas son diptongos, triptongos o hiatos.

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Prontuario de redacción y estilo 125

Diptongos. Son los que hacen las combinaciones:

1. Vocal abierta seguida o precedida de vocal cerrada: estabais, confiar, dia-


rio, afeitar, viento, pie, doy, guion, reunir, sueño, antiguo.
2. O bien cuando hay dos vocales cerradas distintas: triunfo, incluido,
huir, diurno, viuda, ruido.

Triptongos. Son las secuencias de una vocal abierta entre dos cerradas: confiáis,
actuáis, guau.
El cambio es que muchas de esas palabras se consideran monosílabas con-
forme a su pronunciación real. Los monosílabos no se acentúan gráficamente
con excepción de los que llevan acento diacrítico. Algunos ejemplos de palabras
afectadas son: cria, fio, flui, guio, hui, lio, pie, rio, guion, truhan, entre otras.
La edición de 1999 daba la opción de acentuarlas por su pronunciación como
bisílabas, pero en el 2010 ya no se admite este acento.

Hiatos. Un hiato es el encuentro de dos vocales que se pronuncian en distintas


sílabas, por ejemplo: lí-ne-a.
Por lo tanto los hiatos siempre son polisílabos. Se producen con las combi-
naciones siguientes:

1. Vocal cerrada precedida o seguida de una vocal abierta: Ma-rí-a, des-ví-


e, hin-dú-es, pro-hí-bo.
2. Dos vocales abiertas distintas: a-or-ta, her-bá-ceo.
3. Dos vocales iguales: a-za-har, coo-pe-rar.
La acentuación se da en:
ŠŠ Hiato formado por vocal cerrada seguida o precedida de vocal abierta.
Siempre lleva tilde en la vocal cerrada independiente de las reglas de
acentuación, ejemplos: serías, desvíen, mío, actúe, búhos, caídas, oído,
raíz, reír, oír, tahúr.
ŠŠ Cualquier otro tipo de hiato se somete a las reglas de acentuación: trae-
rás, acordeón, peleó, Noé, rehén, Sáez, aéreo, línea, caótico, héroe.

Acentuación diacrítica. La regla dice que los monosílabos no se acentúan, sin


embargo hay un grupo de palabras de uso frecuente que se oponen a otras por te-
ner un significado diferente.

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126 Redacción eficaz

Los monosílabos con acento diacrítico son los siguientes (no se ponen qué,
cuál, cuán y quién porque forman serie con polisílabas):

tú pronombre personal
tu posesivo
él pronombre personal
el artículo
mí pronombre personal
mi posesivo
sí pronombre personal
si conjunción o nota musical
té infusión
te pronombre
dé forma del verbo dar
de preposición
sé forma del verbo ser
se pronombre
más cuantificador (adverbio, adjetivo o pronombre)
mas conjunción adversativa

(Ortografía de la lengua española, p. 243)

Tilde diacrítica para diferenciar funciones gramaticales (formas sustantiva-


das, relativos, conjunciones) o valores como interrogativos o exclamativos.

Igual en singular y en plural:

qué que
cuál cual
quién quien
cómo como
cuán cuan
cuánto cuanto
cuándo cuando

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Prontuario de redacción y estilo 127

dónde donde
adónde adonde

Todas las mayúsculas se acentúan obligatoriamente si le corresponde. Las


únicas que no se acentúan son las que forman siglas como por ejemplo CIA
(Central Intelligence Agency)

Anfibología: Falacia y vicio de la expresión. Parte de una construcción gramatical


confusa que implica la posibilidad de darle más de una interpretación a la frase:
medias para señoritas transparentes, vestidos para señoras de rayón.

Antonomasia. Figura retórica por medio de la cual se pone un nombre apela-


tivo por el propio o viceversa: un Creso en vez de un hombre muy rico, un Ma-
quiavelo en vez de alguien para el cual el fin justifica los medios.

Arcaísmo. Palabras y giros anticuados que ya han caído en desuso. Su empleo


no implica incorrección. El discernimiento, la pertinencia y la ponderación son
los que deben reglamentar su empleo.
Ejemplos: hogaño, en comiendo (la preposición en con el gerundio), voso-
tros (en nuestro país ha desaparecido hasta de la enseñanza y en algunos
países de América se sigue usando con la forma abreviada vos).

Argumentación. Forma de expresión o del discurso no expositiva. Su propósito


central es convencer, persuadir al lector de que adopte una opinión, idea o siga
un curso de acción. Va dirigida más al intelecto que a las emociones. Su estruc-
tura sigue estos pasos: tesis o idea central, argumentos para fortalecerla, eviden-
cias para probarla y, como estrategia, pueden anticiparse posibles réplicas.

Articulación de ideas. Al redactar oraciones o frases requerimos del uso de ele-


mentos de transición que le den a nuestro texto una coherencia y sistematiza-
ción. De ahí que acudamos con frecuencia a conjunciones, frases conjuntivas,
adverbios y modos adverbiales. Algunas de las más frecuentes son:

Elemento Significado
además Adverbio de afirmación que expresa la idea de agregar.
ahora bien Conjunción continuativa de valor adversativo, signi-
fica “esto supuesto”, “esto asentado”.

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128 Redacción eficaz

de ahí que Frase conjuntiva. Equivale a “por esto” o “por eso”.


en efecto, de verdad Modo adverbial. Significa “efectivamente”, “en reali-
dad”, “en conclusión”.
luego Adverbio de tiempo. Significa “después”.
pero Conjunción adversativa. A un concepto se opone
otro o amplía el anterior.
por consiguiente Modo conjuntivo que equivale a: “por consecuen-
cia”, “en virtud de lo antecedente”.
por tanto Locución adverbial y conjuntiva. Significa “por lo
que”, “en atención a lo cual”.
por lo tanto Conjunción adverbial y conjuntiva: significa “por
consiguiente”, “por lo que antes se ha dicho”.
pues Conjunción causal. La oración en la que se encuen-
tra siempre va después de la principal. Su abuso la
ha convertido en muletilla y expresión coloquial.
puesto que Conjunción causal. La oración que la contenga pue-
de proceder o seguir a la principal.
sin embargo Conjunción conjuntiva que equivale a “no obstan-
te”, “a pesar de”, “mas”. Es redundancia e incorrec-
ción emplear la expresión “mas sin embargo”.
también Adverbio de afirmación que expresa la idea de agregar.

Asignaturas, carreras. Se escribirán con mayúscula si se usan como nombres


propios: Química III, Taller de lectura y redacción. Si se usan en sentido genérico
se escribirían con minúsculas: me cuesta trabajo entender las matemáticas. Desta-
ca por su posición ética. Trabajo en el taller de redacción.

Asimismo, así mismo y a sí mismo. Asimismo es adverbio de modo, significa,


así, también, así mismo. En el Diccionario de la Real Academia aparece como pala-
bra compuesta y se escribe junto. Asimismo les recuerdo que mañana habrá examen.
A sí mismo, frase con la preposición a, el pronombre si en tercera persona y mis-
mo, adjetivo de identidad: se mira a sí mismo.

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Prontuario de redacción y estilo 129

A ver y haber. Se pronuncian igual, pero deben distinguirse en la escritura. A ver es la


preposición a y el infinitivo ver: los llevaron a ver un monumento. A ver, ¿qué compraste?
A ver cuándo llegan. Haber puede ser verbo o sustantivo. Haber venido. Puede haber
alguien allá. Como sustantivo significa conjunto de bienes de una persona: tenía poca
mercancía en su haber.

B
Barbarismo, vicios del lenguaje. Se comete barbarismo en tres situaciones:

1. Usar sin necesidad palabras de otros idiomas como son:

anglicismos: poster (cartel), lobby (vestíbulo), boom (trueno); blue jeans


(pantalón vaquero); hobby (ocupación favorita); claxon (bocina).

galicismos: metas a seguir, a nombre de, de acuerdo a (en vez de metas


por seguir, en nombre de, de acuerdo con); boutique (tienda), biscuit
(bizcocho).

latinismos: sui géneris (peculiar), referéndum (votación pública de un


asunto), currículum vitae (relación de méritos, hoja de vida), memorán-
dum (resumen de lo importante), tedéum (cántico de acción de gracias),
ultimátum (última advertencia), clímax (punto más alto de una grada-
ción), ítem (cada división de un escrito), vox populi (voz del pueblo).
Nota: recuérdese que en latín las palabras carecían de acento gráfico, en
estas palabras aparecen acentos porque los latinismos siguen las reglas de
acentuación.

italianismos: mezzanine (en vez de entrepiso).

2. Usar palabras con otro significado distinto al original como “lívido” por
“pálido” y “es amoratado”, “sendos” por “descomunales” y “es uno para
cada cual”; “alternativa” por “una opción” y “son dos opciones”.

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130 Redacción eficaz

3. Cuando se pronuncian mal las palabras: “murciégalo” por “murciéla-


go”, “menumento” por “monumento”, “juites” por “fuiste”, “haiga” por
“haya”, o “descriminar” por “discriminar”.

No todos los barbarismos son tan obvios, hay algunos que se han pronun-
ciado mal todo el tiempo y nosotros no hemos caído en la cuenta de que los
pronunciamos mal. He aquí algunos ejemplos:

Se dice Debe decirse


alíneo alineo
antidiluviano antediluviano
beneficiencia beneficencia
calientito calentito
comelitón comilona
conciente consciente
conyugue cónyuge
coyontura coyuntura
dentrífico dentífrico
exhorbitante exorbitante
express expreso
neva nieva
forzan fuerzan
fuerzudo forzudo
gripa gripe
lapso de tiempo lapso
nulificar anular
perjuicioso perjudicial
pininos pinitos
rentar (casa) alquilar
traste trasto
trasquiversar tergiversar
erupto, eruto eructo
requerimento requerimiento

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Prontuario de redacción y estilo 131

Be. Segunda letra del alfabeto. Su coincidencia con letras como la v y hasta la w
ocasionan dudas ortográficas.
Se escriben con b:
ŠŠ Los verbos: haber, deber, beber y todos los terminados en bir y buir (ex-
cepto: hervir, servir y vivir, así como sus derivados): distribuir, escribir,
recibir, subir, contribuir.
ŠŠ Las formas terminadas en aba, abas, ábamos, ábais, aban: lloraba, jugabas,
cantábamos, pensábais, trataban.
ŠŠ Las palabras terminadas en bilidad, bundo y bunda: habilidad, vagabundo
y moribunda.
ŠŠ Las palabras seguidas de cualquier consonante: bl, br, bs, bd, bj, bt: som-
brero, blasón, obstetricia, objeto, obtener.
ŠŠ Las palabras cuando las sílabas que las inician son bu, bur, bus: (excepto
vudú), bula, bursátil, buscador
ŠŠ Las palabras que empiezan por bea, abo, abu (menos vea, avocar, avoceta,
avucasta): Beatriz, abogado, abusado.
ŠŠ Las palabras con los prefijos bibli, biblio y bio: biblioteca, bibliografía,
bíblico, biodegradable, biofísica.
ŠŠ Los prefijos bien, bene y ben que significan bien: bienestar, benéfico, ben-
dición.
ŠŠ Los prefijos bi, bis, biz que significan dos o dos veces (excepto virrey,
vizconde, vice): bicicleta, bisabuela, bizcocho

Blabismos, vicios del lenguaje. Exceso de palabrería o verborrea. Se provoca


por rodeos innecesarios, por exceso de formulismo, por uso de redundancias,
por exagerado celo explicativo y por contagio coloquial.

Boletín. Informe en el que se presenta la información que se desea dar a cono-


cer públicamente, de manera oficial, por parte de una organización o depen-
dencia.

C
Cacofonía, vicios del lenguaje. Combinación de letras o palabras que al pro-
nunciarse producen un sonido desagradable: la lámina, banco con, de desarrollo.

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132 Redacción eficaz

Carreras, disciplinas, artes, ciencias (v. Asignaturas).

Cascada, construcción en. Conjunto de monosílabos que al agruparse en suce-


sión desfavorecen la construcción de la frase. Se puede evitar generalmente con
la supresión de algunos. Ejemplo: cascada: y sé qué es lo que se le dio. Supre-
sión: sé que le dieron. Cascada: no sé si lo que se fue era eso. Supresión: ignoro si
eso salió. Cascada: por eso es que día con día me fue mal. Supresión: día con día
la situación me era difícil.

Ce. Letra cuya ortografía suele confundirse con s y z.


Se escriben con c los verbos terminados en hacer y ecer: nacer, hacer, compla-
cer, crecer.
Se escriben con c las palabras terminadas en ácea, áceo, ancia, encia, cia y cio
(excepto ansia, hortensia, Asia, magnesio, eutanasia, anestesia, amnesia, etcétera):
rosácea, crustáceo, redundancia, violencia, gracia, vicio.
Se escriben con cc las palabras que en sus primitivas o derivadas lleven ct:
afecto-afección, atractivo-atracción, ficticio-ficción.
Para distinguir las palabras terminadas en “sión” de las terminadas en “ción”,
se escriben con c los nombres que derivan de verbos terminados en a que no
terminen en “sar” (excepto las primitivas acabadas en “sión” de verbos derivados
en “ar”, como ilusionar-ilusión, presionar-presión): respirar-respiración, asimilar-
asimilación, mutilar-mutilación.

Citas. Se consideran citas a los textos que extraemos de manera completa de


un texto o persona. Al poner las citas, el redactor debe tener algunas precaucio-
nes para manejarlas. Se distinguirán porque tienen que ir entrecomilladas; basta
cambiar una sola palabra para que la cita ya no sea textual, entonces no irá en-
trecomillada. En caso de haberse registrado la cita oral tiene que preguntarse si
eso fue lo que realmente dijo la fuente. Si se suprimen algunas palabras en las
citas, ese espacio se identificaría con […] corchetes y tres puntos suspensivos
dentro de los mismos. Algunas editoriales para la misma función ponen cinco
puntos suspensivos …..

Claridad, estilo. Característica del buen estilo al redactar. Quien piensa claro,
escribirá claro. Se reconoce que un texto es claro cuando lo entendemos en la
primera lectura. Si requiere leerse dos o más veces, el estilo es denso y confuso.

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Prontuario de redacción y estilo 133

Clisé, frase. (En francés es cliché, pero ya está españolizado como clisé). Indica
las frases que se han gastado por su constante utilización. Encasillan el estilo y
lo vuelven monótono: cabellos de oro, dientes de perla, labios de rubí.

Clímax. Punto culminante de una narración o relato según una gradación as-
cendente. Martín Vivaldi dice que es el lugar del texto donde se cumplen los
efectos expresivos más emocionantes.

Código. Sistema arbitrario de signos. El lenguaje es un código que nos sirve


para comunicarnos (v. Lenguaje)

Columna. Tiene dos significados: 1) Cada una de las posiciones verticales en


que suele dividirse lo impreso, separada de las otras por una raya fina o por un
espacio en blanco. 2) Columna es una sección fija en un lugar de una publi-
cación periódica, se identifica con un nombre general aunque trate diferentes
temas. Es firmada por su autor.

Coma, uso de la. Es una pausa breve que se indica con el signo (,). Tiene tres
funciones: 1) Separar elementos: la vida se lleva: los segundos, los minutos, las
horas, los días. 2) Encerrar aclaraciones: Villahermosa, la capital, se ha vuelto una
ciudad cosmopolita. 3) Señalar omisiones: yo entrego los artículos; tú, las cabezas.

Comentario, artículo de. Género periodístico de opinión. Forma parte de las


páginas editoriales como colaboración periódica.
Aparece firmado y se diferencia del artículo de opinión en tanto que no ofre-
ce una opinión especializada, simplemente un comentario del articulista aun-
que lo tratado no sea de su especialidad.

Comillas, uso de las. Se representan por los signos (“ “) y se usan: 1) Para des-
tacar una frase o cita textual: “Mi patria es primero”, dijo Guerrero. 2) Enfati-
zar una palabra o darle sentido irónico: “Ya Salinas de la crisis”. 3) Cuando se
escribe una palabra nueva o poco conocida: “jitanjafuria”. 4) Cuando se tiene
que transcribir alguna palabra con error ortográfico porque está tomada directa-
mente del texto original: muera la “reprecion”. 5) Cuando indican fragmento o
parte: dentro del ciclo “Jóvenes hacia la investigación” se presentó la conferencia
“La física hoy”.

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134 Redacción eficaz

Concisión, estilo. Cualidad del buen estilo periodístico. A menor número de


palabras en la frase se obtiene una mayor comprensión o legibilidad por parte
del lector. Se recomienda el uso de frases cortas, esto es, no mayores de 20 pala-
bras, para obtener un 80% de comprensión del lector.

Conferencia de prensa o rueda de prensa. La expresión es incorrecta desde el


punto de vista gramatical, debe decirse conferencia con la o para la Prensa. Se lla-
ma así a la convocatoria o reunión que se le hace a un grupo de periodistas que
cubren una fuente. En ella se da cuenta de las declaraciones o informaciones de
un personaje u organización hacia los reporteros.

Conque, con que, con qué. Conque es conjunción ilativa. Significa “en conse-
cuencia, así es que”: ¡conque fuiste tú quien llamó! Con que es conjunción con-
dicional, significa “con tal que”: me conformo con que lo terminen. Con qué es la
construcción con la preposición con y con el pronombre relativo enfático que.
Significa “instrumento empleado para” algo: diles con qué recursos cuentan.

Corrección en el lenguaje. La corrección en el lenguaje se da en los tres niveles


de la ortografía: 1) De la letra: acentos y letras dudosas (s, c, z, h, ll, y, b, v, j, g). 2)
De la palabra: división silábica (v.). 3) De la frase: puntuación.

Cortesía, títulos. Como regla general no utilice señor, señora o señorita en la


primera referencia, utilice mejor el nombre y apellidos de la persona o use se-
ñor, señora o señorita, combinados con los apellidos: la señorita Martínez, el
señor Perea.

Cosismo, vicios del lenguaje. Abuso de la palabra “cosa” en vez de utilizar el


vocablo preciso: esas cosas que dijiste. Trajeron cosas para comer. El bebé es cosa
linda. Se refiere a esa cosa. Falta cosa de dos kilómetros.

Crítica. Es el método para llegar a un mejor conocimiento. Pondera tanto lo


negativo como lo positivo de un hecho o situación. Si se queda sólo en lo ne-
gativo, es censura. La crítica siempre está sometida a criterios valorativos; ha
de ser informativa, respetuosa, ecuánime, reflexiva, madura y con fundamentos
bien cimentados.

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Prontuario de redacción y estilo 135

Crónica noticiosa, géneros periodísticos. Género periodístico informativo ba-


sado en la narración. Cuenta un hecho sucedido en tiempo y en espacio, del
principio al fin del suceso.

D
Debe y debe de. “Debe” lleva siempre el sentido de obligatoriedad: debo ir a la
oficina (estoy obligado a ir), contrariamente a lo que muchos suponen. En cam-
bio “debe de” es una suposición: debe de llegar pronto (supongo que vendrá).

Demás y de más. “Demás” es adjetivo. Significa “los otros”, “los restantes”: los
demás profesores lo seguirán. “De más” es locución adverbial. Significa “de so-
bra”, “en demasía”: llevaron ropa de más.

Descripción. Forma del discurso o de la construcción no expositiva. Describir


es conseguir que se vea algo. Es la percepción y evocación de un hecho, lugar,
persona u objeto. Hay de dos tipos: 1) La descripción técnica, por ejemplo de
los ejes viales o del aparato respiratorio. 2) La descripción literaria, cuyo objeti-
vo es provocar una impresión o sentimiento.
Para describir bien, hay que observar bien. Si describimos un paisaje hace-
mos una topografía, si describimos una era es una cronografía, si describimos
el estado de ánimo de alguien es una etopeya, si describimos a una persona
físicamente es una prosopografía, si describimos lo físico y lo anímico en una
persona estamos haciendo un retrato.

Diéresis. Se pone diéresis (¨) sobre la u en las sílabas, gue, gui, para indicar que
debe pronunciarse la u: pingüino, paragüitas, vergüenza, bilingüe, cigüeña, un-
güento, pedigüeño, desagüe, güiro.

Dos puntos, uso de los. Se representan con el signo (:). Tienen tres usos: 1)
Cuando se indica que viene una enumeración: tenía libros de colores: verdes, ro-
jos, amarillos, azules. 2) Cuando dos frases se integran y la primera tiene su con-
secuencia en la segunda: no me culpes: la verdad no puede ser delito. 3) Cuando
sigue una cita: entonces dijo: “No hagas a otros lo que no quieras que te hagan”.

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136 Redacción eficaz

E
Editorial, géneros periodísticos. Género periodístico de opinión. Refleja el
punto de vista de la publicación que lo contenga. Por lo general lo elabora el
director o un equipo de editorialistas. No lleva firma porque representa la opi-
nión del diario o revista.

Elegancia, lenguaje. La elegancia del lenguaje tiene que ver con la manera de
expresar las ideas: el estilo, el tono, el dominio del conocimiento, del vocabula-
rio y del lenguaje.

Entrevista, géneros periodísticos. Género periodístico informativo e inter-


pretativo según su grado de complejidad. Hay tres tipos: 1) Entrevista de co-
mentario a cualquier persona sobre cualquier tema. 2) Entrevista de opinión
a un especialista sobre un tema de su dominio. 3) Entrevista de personalidad
o semblanza: es la más cercana al género interpretativo (creación literaria y pe-
riodística), y es donde se muestra al entrevistado no sólo en sus ideas sino en su
ambiente y su manera de ser.

Estilo. Es la manera personal o característica que cada uno tenemos de expresar el


pensamiento por medio del lenguaje oral o escrito. Albalat lo define como el es-
fuerzo por medio del cual la inteligencia y la imaginación encuentran los matices,
las relaciones de las expresiones y de las imágenes, en las ideas y en las palabras,
o en las relaciones entre unas y otras. Dámaso Alonso dice que estilo es lo pecu-
liar de un habla.
Existen diversos estilos, casi tantos como seres humanos; sin embargo, es fac-
tible, para efectos didácticos, clasificarlos por grandes grupos como: sencillo, la-
cónico, romántico, florido, poético, etcétera.

Eufemismo. Vocablo con el que se busca sustituir algún otro, dada la carga
emotiva o de prejuicios que contiene este último. En vez de referirse al aposento
dotado de instalaciones para orinar o evacuar el vientre, en el lenguaje cotidia-
no es más frecuente escuchar: ir al tocador, al pips rum, a pipintarme y a popol-
vearme, a donde nadie puede ir por mí, estar en el trono, a pintarse una cana. En
los sitios públicos se usan las siglas en inglés WC o la palabra francesa toilette.

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Prontuario de redacción y estilo 137

El problema de eludir la palabra es que los eufemismos se empiezan a manejar


como sinónimos o se agotan y se buscan nuevos giros.

Exposición. Forma del discurso. Su propósito es explicar a través de enuncia-


dos ordenados y sistemáticos, hechos e ideas en un lenguaje claro y directo.
Puede adoptar las formas de definición, análisis (clasificación, división y proce-
so), resumen, reseña e informe.

Extranjerismos y latinismos. Se aceptan los que no están adaptados al espa-


ñol, aunque es necesario identificarlos con alguna marca gráfica, por ejemplo en
cursivas: ballet, wild cards, foresight. Si está adaptado a la lengua, no se pone esta
marca, por ejemplo “cuórum”; si no recuerdas cómo se españolizó, usa el origi-
nal marcado gráficamente “quórum”. Lo mismo sucede con los latinismos: groso
modo, rigor mortis, motu propio.

F
Fechas. Desde la Edad Media se recomiendan escribir los años sin artículo: Mé-
xico, 29 de agosto de 2011. Aunque no se considera incorrecto usarlo: México,
29 de agosto del 2011.

Días de los meses, semanas y estaciones del año. Los nombres de los días de
la semana, los meses y las estaciones del año se escriben con minúscula: martes,
noviembre, primavera. Sólo se usan con mayúscula:

1) Al empezar una oración: Martes negro fue esta jornada. Verano llegó lluvioso.
2) Cuando son nombres propios: Viernes Santo, Primavera de Praga.

Femeninos y masculinos. Existe el uso genérico del masculino para designar la


clase, a todos los individuos de la especie sin distinción de género: ciudadanos,
niños. Aludir a ambos sexos es un desdoblamiento artificioso e innecesario y
dice la Real Academia que va contra el principio de la economía del lenguaje y
se funda en razones extralingüísticas.
Aunque en un grupo las mujeres sean más que los varones, es correcto usar
el masculino: alumnos, ciudadanos, mexicanos.

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138 Redacción eficaz

G
Gaceta. Publicación especializada en información local de una institución u or-
ganización.

Ge. Letra del alfabeto cuya grafía se confunde con la j. Se escriben con g
ŠŠ Las palabras que empiezan con gest, gene, geni, (excepto jenízaro): gesto,
gestación, generoso, general, genio.
ŠŠ Las palabras que empiezan con leg, legendario, legítimo, menos lejía.
ŠŠ El prefijo geo: geometría, geográfico, apogeo.
ŠŠ Los derivados de logos: lógica, apología, analogía, cardiólogo, teología.
ŠŠ El grupo de letras ing: ingenio, ingeniero, esfinge, laringe (excepto injerto,
injerir y sus derivados).
ŠŠ Las terminaciones gen, gélico, gético, genario, génico, géneo, genio, gésimo,
gesimal, génito y sus femeninos (excepto jején y comején): virgen, imagen,
angélico, fotogénica.
ŠŠ Las terminaciones gente y gencia: inteligente, agencia.
ŠŠ Las terminaciones gia, gio, gión: magia, prodigio, religión.
ŠŠ Las terminaciones ígena, ígeno, ígero, ígera: indígena, oxígeno, alígera, fla-
mígero.

Géneros periodísticos. Son los diversos formatos a través de los cuales se puede
presentar la información para hacerla pública en los medios de comunicación.

Gerundismo, vicios del lenguaje. El gerundio español tiene dos formas: im-
perfecta o simple (caminando) y perfecta o compuesta (habiendo caminado). A
estas formas se les considera formas verbales auxiliares o no personales, o sea
que carecen de variación morfológica de persona. Reúnen a su significación ver-
bal de acción, una función modificadora, de tipo adverbial y en cierto modo
adjetiva. (Manuel Seco, Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española,
p. 206).
El gerundio denota idea del verbo en abstracto; modifica la significación del
verbo y expresa modo, condición, motivo o circunstancia.

ŠŠ Expresa lo significado por el verbo con un carácter de modo: Vino corriendo.

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Prontuario de redacción y estilo 139

ŠŠ Hay matiz de continuidad en frases de carácter progresivo con un verbo de


reposo o de movimiento. Está escribiendo. Va cantando.
ŠŠ Indica simultaneidad. La acción ha de darse simultánea con acciones in-
mediatamente anteriores o posteriores a la de la oración principal: se golpeó
muriendo instantáneamente. El gerundio no es adecuado para expresar pos-
terioridad, consecuencia o efecto.
ŠŠ Expresa idea de contemporaneidad respecto del verbo de la oración princi-
pal o de acción pasada respecto a éste, si se trata del gerundio perfecto: la
vi cortando flores.
ŠŠ Es una incorrección usar el gerundio como el participio presente francés,
con carácter de adjetivo: una caja conteniendo dulces. Es muy utilizado en
los boletines oficiales: una orden disponiendo… Nombrando, declarando.
ŠŠ Puede causar anfibología la colocación del gerundio: vi a tu hermana pa-
seando; aquí uno se puede preguntar, ¿quién paseaba, la hermana o quien la
vio? (Martín Alonso, Redacción, análisis y ortografía, p. 100).
ŠŠ El sujeto del gerundio puede ser el mismo de la oración principal o algún
otro elemento de ella que no hay necesidad de repetir. Aunque hay oca-
siones en que el gerundio lleva un sujeto autónomo, independiente de la
oración principal. En todo caso, el gerundio constituye una oración subor-
dinada de carácter adverbial (v. Rafael Seco, Manual de gramática española,
p. 254).
ŠŠ El gerundio es la única forma gramatical que se acompaña de la preposición
“en”; y aunque la construcción ya resulta un arcaísmo, no es incorrecta.
Acompañado de la preposición “en” significa una acción inmediatamente
anterior a la otra y equivale a “luego que, después que”: …pero mal rayo los
parta si en acabando esta carta no pagan caro sus gritos.
ŠŠ El gerundio compuesto denota una acción ya pasada, no denota simulta-
neidad. Habiendo escrito esta carta puedo proceder a la acción.

Guiones, usos de los. Hay guiones menores (-) que indican la separación en
sílabas de las palabras o la unión de palabras compuestas. Hay guiones mayores
(—) o rayas que separan elementos intercalados dentro de una oración, como
las frases incidentales o explicativas. Sólo se usa guión entre palabras cuando el
prefijo se antepone a una sigla; a un nombre propio o a un número: pro-ALEA;
mini-USB; pos-Obama; super-8. Ya no se usa el guión en palabras que integran
una sola palabra: antitabaco, expresidente, posmoderno, supermodelo.
Dependiendo del grado de alejamiento de la frase con el texto, se usarán co-
mas para la separación menor: la niña, de vestido rosa, jugaba en el parque. Se

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140 Redacción eficaz

usarán guiones para una separación más distante en el texto: la niña —vecina de
los Pérez— jugaba en el parque. La separación más alejada irá entre paréntesis: la
niña (8 años) jugaba en el parque.

H
Habla. El uso peculiar que hace cada individuo para expresarse es el habla. En
un idioma hay un conjunto de sonidos, palabras y combinaciones posibles de
éstas, que pueden ser usadas por cualquier hablante. Veamos la definición que
nos da la Real Academia Española: “El habla es el sistema lingüístico de una co-
marca, localidad o colectividad, con rasgos propios dentro de otro sistema más
extenso llamado lengua”(Diccionario de la Real Academia Española, p. 716).

Hache. Es una letra muda en tanto que no se pronuncia, y se ha mantenido en


nuestra lengua por razones etimológicas. Se escriben con h :
ŠŠ Las formas de verbos que empiecen con ella, sus derivados y sus com-
puestos: haber (habiendo), hacer (hago, hace), hablar (habladuría, hablan-
te), etcétera.
ŠŠ Las palabras que empiezan con los diptongos ia, ie, ue, ui: hiato, hielo,
hierba, huelga, huevo, huida.
ŠŠ Los compuestos que emparentan con las palabras de la regla anterior:
hiante, helado, herbívoro, holgar, huevera, huidizo.
ŠŠ Las palabras que llevan los prefijos:

hecto: cien
helio: sol
hema: sangre
hemi: medio
hepat: hígado
hepta: siete
hetero: diferente
hexa: seis
hial: vidrio
hidro: agua
higro: humedad

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Prontuario de redacción y estilo 141

hip, hipo: caballo


holo: entero
homeo: parecido
homo: igual

-Las palabras que empiezan por los grupos humo, horma y hora seguidos de
vocal (excepto: una, muero, mí, ormesí, ore) y los grupos que empiezan por herí
y holga (excepto ermita y sus derivados): humano, hormigón, horroroso, hermoso,
hernia, holgazán.
ŠŠ Las palabras que empiezan por los sonidos hiato y hoz: histórico, hospi-
talizado.
ŠŠ Las interjecciones: ¡ah!, ¡eh!, ¡oh!, ¡hola!, ¡hala!
ŠŠ Las palabras que intercalan el diptongo ue precedido de una vocal: caca-
huate, alcahuete, ahuehuete.
ŠŠ Algunas palabras que suenan igual que otras para distinguirlas con un sig-
nificado diferente: azahar/azar; honda/onda; hojear/ojear; huso/uso; hora/
ora; hay/ay; haya/aya. (Cfr. Larousse, Ortografía: reglas y ejercicios, pp.
26-28).

Has y haz. Se pronuncian igual pero hay que distinguirlas en el texto. Has es
segunda persona del singular del verbo haber: ¿has llegado ya?, o bien, denota
obligación o necesidad: has de trabajar más duro. Haz como verbo es el impera-
tivo del verbo hacer: haz lo que te digo. Haz lo que debas.

Homófonos. Palabras que tienen el mismo sonido pero que se escriben y tie-
nen significados diferentes. Ejemplos:

Homófonos que difieren en la escritura:

abocar: asir con la boca. En Argentina, México y Uruguay: dedicarse plenamen-


te a algo.
avocar: llamar a sí un tribunal superior, la causa que corresponde a otro inferior.
acerbo: áspero, cruel, rugoso.
acervo: conjunto de bienes morales o culturales.
adolecente: que adolece.
adolescente: joven.
agito: de agitar.
ajito: ajo pequeño.

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142 Redacción eficaz

asar: poner a fuego directo.


azar: casualidad.
azahar: flor nupcial.
botar: arrojar, tirar.
votar: emitir el voto.
cabe: del verbo caber.
cave: del verbo cavar.
rebelarse: oponer resistencia.
revelarse: descubrir lo ignorado o secreto.

Homófonas por yeísmo pero diferentes por escribirse con ll o y:


arrollo: del verbo arrollar.
arroyo: corriente escasa de agua.
callo: del verbo callar.
cayo: isla arenosa.
malla: red.
maya: perteneciente a la cultura maya de América.
rallar: desmenuzar.
rayar: hacer rayas.
valla: cerca de un terreno.
vaya: del verbo ir.

Homónimos que difieren en la escritura por ir con g o j:


gira: viaje por diferentes lugares y regreso al mismo punto.
jira: merienda campestre.
ingerir: tragar.
injerir: entrometerse.

Homófonos que se diferencian por escribirse con s o con x:


contesto: del verbo contestar.
contexto: el entorno.
estático: quieto.
extático: en éxtasis.

Homófonos por escribirse con c o s:


bracero: jornalero.
brasero: recipiente para calentar.
cesión: entrega.
sesión: reunión.

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Prontuario de redacción y estilo 143

cierra: del verbo cerrar.


sierra: instrumento para cortar.
concejo: ayuntamiento.
consejo: sugerencia.

Homófonos por llevar z o s:


abrazar: rodear con los brazos.
abrasar: quemar.
as: campeón.
has: del verbo haber.
cazo: recipiente con mango.
caso: asunto.

Homónimos sintácticos. Varían de significado si se ponen juntos o separados:


abajo: lugar del fondo.
a bajo: lo más barato.
medianoche: hora.
media noche: lapso que indica la mitad de la noche.
haber: del verbo haber.
a ver: del verbo ver.
malpensado: persona que es malintencionada.
mal pensado: hecho que no estuvo bien pensado.
porvenir: futuro.
por venir: expresión referida al verbo venir.

I
Información, interrogantes de la. También conocida como fórmula mágica o
de calibración de la información. Las interrogantes que responden a todo cuan-
to se desea saber acerca de un hecho son: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde?,
¿cómo? y ¿por qué o para qué?
A menudo cómo y porqué son confundidos con el instrumento o el proce-
dimiento y la causa primera, pero en realidad corresponden a los orígenes del
hecho y al contexto en el que está inmerso. Rudyard Kipling decía: “Tengo seis
servidores que me sirven bien y me enseñan lo que sé. Se llaman qué, quién,
cuándo, dónde, cómo y por qué”.

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144 Redacción eficaz

Información, obtención de la. Debe tomarse en cuenta que los datos han de
ser correctos y evitar inexactitudes por causa de la pereza, la ignorancia, el des-
cuido o la ingenuidad.
Algunas recomendaciones son:

ŠŠ Si tiene duda corte, corte, corte. No adivine. Verifique sus datos.


ŠŠ Sea preciso. Sin generalidades. Examínese este texto aparecido en una pu-
blicación periódica:

Gran número (¿cuántos?) de profesores de las diversas áreas y departamen-


tos del bachillerato del CCH (¿todos los lectores saben qué son las siglas
CCH?) participaron ampliamente (¿qué tan ampliamente, cómo se mide
esa participación?) en los encuentros locales por plantel. “La organizadora
del evento aseguró (afirmación demasiado categórica si la cita no es textual
como se desprende de la información) que el objetivo del mismo es acer-
car al estudiante al (repetición de al) conocimiento del arte mexicano pues
(muletilla no conveniente al lenguaje escrito) así como existen muchos teso-
ros invaluables, (¿?) que es necesario conocer, se han destruido otros tantos”
(¿solo por esto es necesario acercar al estudiante al arte mexicano?)…

ŠŠ Verifique los nombres y corrobore su correcta escritura.


ŠŠ No omita datos. Una de las mejores cronistas de sociales que hubo en Mé-
xico escribió su primera información con gran empeño, detalló una boda,
desde el tipo de flores, hasta las capas de los acólitos, pero se olvidó del
nombre de los novios.
ŠŠ Revise su información y aplíquele la fórmula de los interrogantes.
ŠŠ Número, fechas y lugares. Revise dos o más veces las cifras, las cantidades.
Las estadísticas aisladas no contienen información a menos que se contex-
tualicen o se comparen con hechos. Al escribir una fecha consulte un calen-
dario, al referirse a un lugar consulte un mapa; no es lo mismo Tepoztlán
que Tepozotlán. La prisa es uno de los enemigos desde el punto de vista
técnico, hasta el punto de vista ético: una frase mal colocada, de manera
descuidada o torpe, puede traer hasta consecuencias funestas para la perso-
na o personas a quien o a quienes se adjudique.
ŠŠ No haga caso de rumores o informaciones maliciosas.
ŠŠ No insinúe.
ŠŠ No exagere.
ŠŠ No distorsione.
ŠŠ No haga inferencias sin fundamento.

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Prontuario de redacción y estilo 145

ŠŠ No altere el contenido de una información.


ŠŠ Corrobore información de tipo técnico.

Informe. Comunicación de tipo técnico que presenta de manera clara y deta-


llada el resumen de hechos pasados o presentes y, en algunos casos, previsibles.
Para todo informe debe hacerse un plan previo; el orden del escrito debe ser
lógico y cronológico; su estructura consta de tres etapas: 1) Presentación del
asunto, breve, con una ampliación del título. 2) Razones que sustentan el in-
forme, presentación de datos estadísticos, argumentos, evidencias, etcétera. 3)
Sugerencias o conclusiones.

Informes, tipos. Expositivo, cuando describe la situación sin elementos de va-


lor o análisis, como las evaluaciones de notas o los expedientes clínicos. Inter-
pretativo, que comprende datos o información que sirve para evaluar y aclarar
el sentido y el alcance de ciertos hechos. Su valor radica en los datos que pro-
porciona para que se pueda establecer una interpretación de los mismos, como
los informes de evaluación de empleados; estadísticas de alumnos, como asis-
tencias, rendimiento, puntualidad, índices de reprobación y deserción, etcétera.
Demostrativo, cuando la información es abundante y explícita y se presentan
los hechos de manera gradual hasta llegar a las proposiciones finales. Se estable-
ce una distinción entre los hechos y los comentarios.

Informe, redacción. La redacción de un informe en términos generales deberá


tener las siguientes características:

ŠŠ Sobriedad. Evite oraciones largas y complicadas. Sin verborrea.


ŠŠ Objetividad. Ajustarse a los hechos y apoyarse en documentación sólida.
Evítese la interpretación personal o la deformación de los datos.
ŠŠ Sea directo. Vaya a lo medular, no abuse de tecnicismos. Evite titubeos, va-
cilaciones y contradicciones.
ŠŠ Documentado. Utilice el mayor número de datos posibles, procure no omi-
tir cifras o términos.
ŠŠ Orden. Si tiene demasiados datos, subdivídalos en secciones.
ŠŠ Apéndice: Documentación complementaria con enumeración de los apén-
dices.
ŠŠ Interpretación. Característica de los géneros interpretativos. Se maneja en
el sentido de una visión completa de los hechos (cosmovisión). La opinión
impone una opinión; la interpretación organiza los datos en función de sus
antecedentes, hechos y consecuencias.

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146 Redacción eficaz

J
Jota. Letra del alfabeto que se confunde al escribirse con la g. Se escriben con j:
ŠŠ Las palabras terminadas en aje, eje, jería y sus compuestos y derivados
(menos ambage y las formas derivadas en verbos con g como coger, coge-
ría): pasaje, fleje, hereje, herraje, conserjería, mensajería.
ŠŠ Las palabras que empiezan con aje y eje (excepto agenda, agencia, agente y
otras de similar familia): ajeno, ajenjo, ejemplo, ejecutar.
ŠŠ Las formas de verbos terminados en jar: despejar, despejé, despejaron; em-
pujar, empujé, empujaron.
ŠŠ Los verbos terminados en jear: ojear, homenajear, cojear.
ŠŠ Las formas verbales con sonidos je y ji cuyos infinitivos no lo tienen:
conduje, traje, bendije, sedujiste
ŠŠ Al final de palabra (excepto zigzag), nunca al final de sílaba que no sea
final de palabra: reloj, carcaj.


Lengua o idioma. Sistema o conjunto organizado de signos del lenguaje utili-


zado por un grupo humano. Todos los hombres tienen una lengua que es la del
grupo humano (nación o región) al que pertenecen (Manuel Seco, Gramática
esencial del español, p. 6).

Lengua española. Se le llama español o lengua castellana. Por el número de ha-


blantes hispanoamericanos (en 1979 eran 180 millones), el español es la quinta
lengua más hablada del mundo, luego del chino, inglés, indostánico y ruso. A
pesar de estar en quinto lugar, su importancia se mide por la fuerza política,
económica y el relieve cultural del pueblo o pueblos que la tienen por suya.

Lenguaje, definición. Para Manuel Seco el lenguaje es el gran instrumento de


comunicación del que dispone la humanidad y está ligado a la civilización de ma-
nera íntima. Los pensamientos y los estados de ánimo —continúa el autor— son
siempre algo vago e incorrecto si no se traducen en palabras. Al pensar, más que
usar ideas, manejamos las etiquetas de esas ideas, que son las palabras.

Lenguaje, modalidades. El lenguaje tiene tres modalidades o estilos: 1) For-


mal o académico, es el que preserva las reglas de la gramática para ser com-
prendido por todos los hispanohablantes: me dirijo al lugar donde se ocultan los
asaltantes. Me despido con tristeza y hablo por todos los que se sienten igual. 2)

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Prontuario de redacción y estilo 147

Coloquial, es el que utilizamos cotidianamente entre nuestros familiares, ami-


gos, paisanos, en tanto permite el uso de regionalismos: vieja cueva de rateros,
ahí te van mis lágrimas en nombre de mis cuates que son un montón. 3) Vulgar,
se divide en dos: el argot o vocabulario específico de una región o zona, como
el argot tepiteño, y la jerga, vocabulario de una actividad u oficio como la jerga
estudiantil, del abogado, del médico o del hilandero: veterana tepuja del ponedor
carnal, ahí tejabán mis seis de cocodrilo, a nombre de mis batos que son titipuchal.
(Fragmento de Elegía a Tepito de Roberto Oropeza Martínez).

M
Mayúsculas. Llevan mayúsculas:

1. La primera palabra de un escrito, lo que va después de punto o de los


signos de interrogación (¿?) y exclamación (¡!) cuando equivalen a pun-
tos y después de dos puntos, siempre y cuando vayan al inicio de una
cita textual o después de palabras tales como: decreta, dispone, establece,
declara y similares.
2. Los nombres propios de personas, seres imaginarios, animales o lugares.
3. Los artículos de los nombres propios que lo lleven se escribirán con ma-
yúscula: El Cairo, La Habana. No llevan mayúscula los que no son parte
de los nombres propios: los Estados Unidos, el Canadá.
4. Los sustantivos comunes personificados: señor Sol, la Libertad, los Dere-
chos Humanos.
5. Los adjetivos a manera de nombres propios; El Nigromante, El Negro
José.
6. Los adjetivos que componen nombres de instituciones, corporaciones o
establecimientos: Biblioteca Nacional, Plantel Sur; no es el caso cuando
se tratan de manera genérica esas palabras: en la biblioteca que tiene el
acervo nacional. Acudió a un plantel ubicado en el sur.
7. Títulos de obras (libros, escrituras, partituras, etcétera) sólo al principio
se escribirán con mayúscula: Redacción eficaz, Caperucita roja, Himno a
la alegría. (Nota: en los últimos años se ha empezado a divulgar la manera
norteamericana de poner mayúsculas: en títulos aparecen casi en cada pa-
labra. Recuérdese que si está fuera de la regla es una incorrección para el
español).

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148 Redacción eficaz

Mensaje. Elemento del proceso de la comunicación referido al contenido que


se envía a través de signos convencionales o códigos a un receptor o perceptor.

Mensaje, estructura. Cada vez que escribimos un texto debemos hacernos los
siguientes planteamientos que determinan su estructura:

ŠŠ ¿Qué contenidos vamos a manejar? (determinar tema y mensaje).


ŠŠ ¿Para qué? (objetivos).
ŠŠ ¿A quién? (destinatario).
ŠŠ ¿Cuál material? (qué es lo importante).
ŠŠ ¿Cómo y con qué intención? (estilo y tono).

Mismismo, vicios del lenguaje. El abuso del término “mismo” genera vicios. Es
adecuado su uso en los siguientes casos: identidad (Todos son del mismo actor);
intensidad (Esa mujer es la bondad misma); semejanza o repetición (Tiene los
mismos ojos de la madre); énfasis (Yo mismo lo comprobé ayer).

Monedas, símbolos usuales. Para efectos de las transacciones económicas, cada


país tiene sus monedas. Aunque se conocen los símbolos para las más usuales,
es útil conocer algunas más porque son de frecuente circulación.

AUD dólar australiano


BOB/Bs boliviano
CAD dólar canadiense
CNY yuan chino
COP peso colombiano
CUP peso cubano
EUR euro
GBP libra esterlina
INR rupia india
JPY yen japonés
MXN peso mexicano
PEN nuevo sol peruano
RUB rublo ruso
USD dólar estadounidense

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Prontuario de redacción y estilo 149

UVEF bolívar fuerte venezolano


ZAR rand sudafricano

Monosílabos, acentuación. Desde 1959 los monosílabos ya no se acentúan.


Sin embargo, hay algunos monosílabos que cumplen diferentes funciones gra-
maticales; para distinguirlos se pone en alguno de ellos un acento diacrítico o
diferenciador. La edición de 2001 de Ortografía de la lengua suprimió el acento
en “solo”, ya que con una puntuación adecuada o un elemento que impida el
doble sentido, la Academia dice que se presta a una sola interpretación. Solo vie-
ne los domingos (únicamente). Los domingos viene solo (sin compañía).

Monotonía y pobreza de vocabulario, vicios del lenguaje. Abuso de verbos


fáciles, como ser, estar, hacer, poner, haber, tener, y de palabras de moda como
onda, rollo, fresa, oso, no manches, provocan que nuestro lenguaje activo se re-
duzca (v. Vocabulario activo).

N
Narración. Forma del discurso no expositiva. Narrar es contar una o varias ac-
ciones tal como se sucedieron. Quien narra debe excitar el interés, mantener la
atención y despertar la curiosidad; de ahí que algunas historias alteren el relato
cronológico y empiecen en algún momento cronológico diferente al que suce-
dieron.
La unidad y el movimiento son las leyes de la narración (Hanlet). La pri-
mera se consigue con la búsqueda del punto de vista o centro de interés de la
historia: el personaje, la acción central, un problema moral, etcétera. Luego los
detalles a partir de la invención o búsqueda de ideas.
La narración es historia con movimiento: un buen comienzo, sin explicar
con exceso de detalles, y un final, sin terminar de manera rotunda. Martín Vi-
valdi dice que es más bello un final impreciso, vago. La vida es un conjunto de
eslabones sin final definitivo.

Negación, uso de la. Evite usar la palabra no como medio de evasión. Si va a


escribir su no concurrencia a la clase, prefiera: su ausencia de la clase. En vez de no
desconocemos, mejor escriba: conocemos.

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150 Redacción eficaz

Evite el uso de no hay nadie, mejor escriba: no hay persona alguna.

Neologismo. Es toda palabra nueva que se adopta y se consolida en una lengua


y, por extensión, hacia algunas innovaciones idiomáticas de caracteres gramati-
cal, léxico o fonético. No es incorrección.
Se utiliza cuando aparece un fenómeno nuevo y no hay cómo nombrarlo:
jet, jeep, alunizar, antibiótico, radar, amartizar.
La palabra jeans, por ejemplo, en español sería equivalente a pantalones de
mezclilla; sin embargo, en el momento actual, caracteriza la era de la sociedad
de masas y la estandarización de la moda en todas las clases sociales, por lo cual
adquiere un significado diferente y, al usarla en el idioma inglés, refleja un fenó-
meno universal.
La disciplina de la Administración ha traído consigo el abuso de barbarismos
que se utilizan ya de manera cotidiana como eficientar, operacionalizar, imple-
mentar, y hasta la mala utilización de algunos vocablos como instrumentar, que
significa “arreglar una composición para varios instrumentos”, y no “poner en
práctica”, como se usa en la administración. Sin embargo, la Real Academia ya
acepta por usos y costumbres implementar: “poner en funcionamiento métodos,
medidas para llevar algo a cabo”, e instrumentar: “crear, constituir, organizar”.
El auge de la computación también ha traído como consecuencia el uso de
barbarismos como formatear (ya está aceptada), inicializar (ya está aceptada),
resetear, etcétera.
Actividades como la publicidad manejan como tecnicismos algunos conceptos
como poder de recordación (ya está aceptada), en vez de capacidad para recordar.
De continuar con estas modificaciones en las palabras, que en muchos casos
atentan contra nuestro idioma, es probable que el español tenga serias dificulta-
des para depurarse.

Noticia, géneros periodísticos. Género periodístico informativo. Relata un he-


cho sucedido en tiempo y en acción a partir de la valoración que del mismo
hace el periodista.
Su redacción técnica sigue la forma de una pirámide invertida, en la que se
cuentan los hechos de lo más a lo menos importante. Consta de una entrada o
lead que resume lo principal de la información (v. Información, interrogantes
de la), luego siguen los detalles menos importantes y termina con el obituario o
final.

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Prontuario de redacción y estilo 151

Noticiosos, fenómeno de lo. Las características del fenómeno noticioso son


novedad, actualidad, proximidad o cercanía e interés general.

Números. Se escriben con números:

1. Horarios de consulta, de llegada y salida, entradas y salidas: el turno es de


7:00 a 11:00 horas. El tren pasa a las 10:30 horas.
2. Cantidades exactas superiores a nueve: tiene 17 años.
3. Las fechas: hoy es 4 de septiembre.
4. Los años: el año de 1968. Allá por 1985.
5. No separe las fechas: 29/agosto/2011, mejor ponga 29 de agosto de 2011.
6. No abrevie las cantidades arbitrariamente: de 5 a 600 personas, lo correc-
to es de 500 a 600 personas.

Se escriben con letra:


1. Toda cantidad no exacta: hubo más de treinta lesionados.
2. Los dígitos del cero al nueve: tres libros, seis alumnos, nueve carros.
3. El tiempo transcurrido o por transcurrir: hacía diez años que no te veía.
4. Los números puestos en boca de interlocutores: vale setecientos mil pesos.
5. Los números de las calles: Quinta Avenida, Calle Diez.
6. En actas o documentos oficiales: a los veintidós días del mes de mayo de
mil novecientos cincuenta y uno.
7. Las cantidades que inicien el párrafo o vayan después del punto. Si es
algún año, empiécelo con palabras: año de 1900 (Cfr. Antonio Miguel
Saad, Manual del redactor, pp. 54-55).

O
Opinión: Juicio subjetivo que se forma sobre un hecho o tema polémico.

Opinión, artículos de. (v. Artículos de comentario). El artículo de opinión


es el escrito de amplio y diverso contenido en el que se valora un hecho o una
idea, generalmente de actualidad y especial trascendencia a partir de la convic-
ción del articulista.
Se distingue de los artículos de comentario porque los de opinión son elabo-
rados por especialistas en el tema.

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152 Redacción eficaz

Ortografía. (v. Corrección, lenguaje). Parte de la gramática que enseña a escribir


correctamente, por el acertado empleo de las letras y los signos auxiliares de la es-
critura (Diccionario de la Real Academia Española, p. 987).

Ortografía, palabras de doble acentuación. Cierto tipo de palabras tienen


una doble grafía y pueden pronunciarse con diferentes entonaciones; ambas
maneras son aceptadas por la Real Academia:

austriaco o austríaco
antinomia o antinomía
mimesis o mímesis
aureola o auréola
conclave o cónclave
dinamo o dínamo
disentería o disenteria
dominó o dómino
elíxir o elixir
élite o elite
elegiaco o elegíaco
etíope o etiope
futbol o fútbol
hipocondriaco o hipocondríaco
metamorfosis o metamórfosis
parasito o parásito
periodo o período
reuma o reúma
robalo o róbalo
utopia 0 utopía
vaguido o váguido
varice o várice

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Prontuario de redacción y estilo 153

Son también vocablos de doble acentuación los terminados en mancia (adi-


vinación): quiromancia-quiromancía, nigromancia-nigromancía y los terminados
en iaco: amoniaco-amoníaco; cardiaco-cardíaco

P
Palabras. El lenguaje es un medio de comunicación con señales sonoras forma-
das por sonidos que se producen en la garganta, la boca y la nariz, aprovechan-
do el aire espirado por los pulmones.
Los sonidos por sí mismos no son significativos, sólo las combinaciones de
los mismos, llamadas palabras. Las palabras son las unidades separables más pe-
queñas dotadas de significado, es decir, son las unidades primarias del lenguaje;
los sonidos son las unidades secundarias. Este doble sistema de unidades o do-
ble articulación es una de las características del lenguaje (Manuel Seco, Gramá-
tica esencial del español, p. 5).

Palabras españolizadas. Algunas palabras extranjeras ya han sido adaptadas a


nuestro idioma.
Aquí algunos ejemplos:

shampoo champú
sweater suéter
watio vatio
kermés quermés
bouquet buqué
graffiti grafito
yoghourt yogur
baseball béisbol
croissant cruasán

Palabras juntas y separadas. Más que a partir de reglas, la Real Academia ha


determinado por medio de usos y costumbres las palabras que se escriben juntas
o separadas.

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154 Redacción eficaz

Generalmente se escriben por separado las locuciones con preposición, con


adverbio o conjunción:

a bordo
a cuestas
a menudo
a pesar
a propósito
a través
de balde
de pronto
de repente
en balde
en derredor
en medio
no obstante
o sea
por tanto
sin embargo

Se escriben separadas o juntas, entre otras, las siguientes:

adentro a dentro
alrededor al rededor
apenas a penas
aprisa a prisa
bocabajo boca abajo
cortocircuito corto circuito
deprisa de prisa
enfrente en frente
enseguida en seguida
malhumor mal humor
sobremanera sobre manera

Parónimos. Palabras que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimo-


logía o por su forma o sentidos. Por su parecido fonético pueden confundir-
se en la escritura, ejemplos: expiar (borrar las culpas), espiar (acechar); laxitud

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Prontuario de redacción y estilo 155

(calidad de laxo), lasitud (cansancio); adicción (dependencia), adición (suma);


absolver (exculpar), absorber (tragar); accidente (percance), incidente (pequeño
suceso); alusión (mención), elusión (omisión); apócrifo (falsificado), hipócrita
(que finge); apóstrofe (invocación), apóstrofo (signo gráfico de omisión); esotérico
(secreto), exotérico (asequible a todos).

Participios. Los únicos verbos que presentan dos participios son imprimir (im-
primido/impreso), freír (freído/frito) y proveer (proveído/provisto).

Pleonasmos. El pleonasmo es una licencia literaria a partir de la cual la repe-


tición le da mayor fuerza, más claridad o más gracia a la frase. Cuando deci-
mos lo vi con mis propios ojos, estamos reforzando nuestro pensamiento para que
el lector sienta la energía de nuestra aseveración, justificada por la voluntad de
convencer.
Pero hay ocasiones en que el pleonasmo no se usa como permiso literario
sino como una repetición inconsciente, o que parte de la ignorancia, ya sea de
palabras o frases. En este caso tenemos una redundancia (v.).

Plural
ŠŠ El plural se forma agregando una “s” cuando el adjetivo termina en vocal no
acentuada: bonito(s), alto(s), ala(s).
ŠŠ Cuando la palabra es aguda y termina en consonante se agrega “es”:
natural(es), fiel(es).
ŠŠ Cuando la consonante terminal es “z” cambia a “ces” el plural: pez(ces),
capaz(ces).
ŠŠ Todos los sustantivos terminados en vocal no acentuada o en é acentuada
se les agrega una “s” final: casa(s), topo(s), ojo(s), café(s).
ŠŠ Con vocal terminal débil y aguda se agrega “es”: menú(es), colibrí(es). sí(es).
Hay que tener cuidado en que algunos vocablos de más de una sílaba pue-
den manejar dos plurales y siempre uno es el más usual; es el caso de menú,
que se usa más menús, que menúes, o de bisturí, donde se prefiere bisturís
que bisturíes; o alelí, alelíes, que alelís. Las excepciones son mamá, papá y
pie, que siempre pluralizan mamás, papás y pies, y no admiten otra forma.
ŠŠ Los terminados en é, ó, ú con más de una sílaba, suelen añadir sólo “s”:
corsé, corsés, fricandó, fricandós, tisú, tisús (Cit. pos. Andrés Bello, Gramática
castellana, p. 29). Con esta regla se terminaría la polémica que un conocido
actor quiso introducir a la televisión sobre el plural de buró: no sería buróes,
sino burós.

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156 Redacción eficaz

ŠŠ Palabras agudas terminadas en consonante requieren “es”: color(es), reloj(es).


ŠŠ Palabras graves que terminen en “s” no cambian: tesis, dosis, crisis, metamor-
fosis.
ŠŠ Hay palabras que no tienen plural y sólo se distinguen por los artículos: el
fénix, los fénix, el paréntesis, los paréntesis, el martes, los martes, el señor Gon-
zález, los señores González.
ŠŠ Plural de las siglas, el texto determina su uso en plural o singular. Es in-
correcto añadir una “s”, con o sin apóstrofo ya que es un uso copiado del
inglés. Así debemos escribir: diferentes ONG lo apoyan. Tengo varios CD.

Porque, porqué, por qué. Porque es conjunción causal. Significa “por causa
de” o “razón de que”: aprobó porque es inteligente. Porqué es sustantivo. Signifi-
ca “la causa, la razón, el motivo”. Quiere saber porqué no le contestas. Por qué es
frase conjuntiva enfática para interrogar o exclamar. Significa “por cuál causa,
motivo, razón”: ¿por qué no vinieron? ¡Por qué a mí me pasa esto!

Precisión, estilo. Cualidad del buen estilo periodístico. Se trata de seleccionar


la palabra adecuada para el contexto (eso es lo que se busca en un dicciona-
rio de sinónimos). Se refiere, también, a evitar la verborrea, ¿por qué usar dos
palabras si una basta?

Prefijos, significado de los. Son partículas que se anteponen a las palabras y


equivalen a preposiciones de origen griego o latino. Algunos prefijos se usan
separados de las palabras y con sentido propio, otros son inseparables cuando
hacen compuesta a la palabra. (Cfr. Basulto., op. cit., pp. 139-140).

a, an (negación, privación), anormal, amoral


ab (separación), abstenerse, abstracción
ante (anterioridad) anteponer
anti (oposición), antiderechista
bi (dos), bilingüe, bidente
bis (dos), bisabuelo, bisnieto
co, com, con (unión, compañía, asociación), cooperar, compadre, consorcio
contra (oposición), contraponer, contraataque.
de, des (privación, negación), decrecer, deshacer, devaluar
dis (privación, negación) disconforme
en, em (interioridad), enflaquecer, empapelar
entre (situación intermedia), entrepiso
ex (fuera), excéntrico, exportar, exalumno

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Prontuario de redacción y estilo 157

extra (situación exterior), extraordinario


hemi (mitad), hemiciclo, hemiplejía
hiper (con exceso), hipersensible, hipercrítica
hipo (inferioridad), hipotensión
in (negación), inhumano, inhábil
infra (inferioridad, defecto), infradotado
inter (entre), intercambio, interpersonal
intra (interioridad), intramuscular
kilo (mil), kilómetro, kilovatio
miria (diez mil), miriagramo, miríametro
mono (uno), monobloque, monoteísmo
omni (todo), omnipotente, omnívoro
pen (casi), península, penumbra
per (refuerzo), perdurable, perturbar
pos, post (posterioridad), posponer
pre (anterioridad), preconciliar
pro (situación anterior), prohombre, prosoviético
re (repetición), reconsiderar
retro (dirección hacia atrás), retropropulsión
sobre (superioridad, exceso), sobrecarga
sub (debajo), subsuelo, subjefe
super (superioridad), superdotado
supra (más allá), suprarrenal, suprarrealismo
tele (lejos), televisión, telecomunicaciones
trans, tras (a otro sitio), transcontinental, trasponer, transdisciplinario
ultra (más allá), ultraconservador, ultratumba
uni (uno, único), uniforme, unísono
vice (sustitución), vicecónsul, vicepresidente

Preposiciones. La preposición es una palabra de enlace que se antepone a un


sustantivo para convertirlo en complemento. En todos los idiomas, y el español
no es la excepción, la utilización de las preposiciones es complicada.
De acuerdo con la Nueva gramática de la lengua española (p. 2228) las pre-
posiciones del español son las siguientes: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, des-
de, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras,
versus y vía. Algunas con las cuales se cometen errores de manera más frecuente
son: a, de, en, para, por, con, bajo y hasta.

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158 Redacción eficaz

Preposición a. Expresa movimiento: voy a Toluca. Proximidad: se pararon junto


a mí. Lugar y tiempo: a fin de año nos reuniremos. Modo: lo hago a mi manera.
Valor condicional: a no ser por ti… Precios: a mil pesos. Móvil o fin: ¿a qué res-
ponde eso? Instrumento: a tiros. Frase y locuciones: a oscuras y a tientas.

Uso incorrecto de a Uso correcto


de acuerdo a de acuerdo con
al instante en el instante
mirarse al espejo mirarse en el espejo
en relación a en relación con
a nombre de en nombre de
los unos a los otros los unos con los otros
ingresar a la licenciatura ingresar en la licenciatura
actividades a realizar actividades por realizar
México a 9 de octubre México, 9 de octubre

Preposición bajo. Significa situación inferior: vive bajo el mismo techo. Sujeción
o dependencia: está bajo tutela.

Uso incorrecto de bajo Uso correcto


bajo esta base sobre esta base
bajo diversas condiciones con diversas…
bajo este respecto a este respecto
lo hizo bajo pretextos lo hizo con pretextos

Preposición con. Significa concurrencia y compañía: arroz con leche. Vino con
su pareja. Medio o instrumento: con la fe se alcanzan imposibles. Le pegó con ese
palo. Circunstancia con la que se ejecuta una cosa: estudia con empeño. El hura-
cán entró con furia.

Uso incorrecto de con Uso correcto


Se disgustó con él. Se disgustó contra él.
Resumir con pocas líneas. Resumir en pocas líneas.

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Prontuario de redacción y estilo 159

Se pavoneó con los elogios. Se pavoneó por los elogios.


Vino con el tren. Vino en el tren.
Consultó especialistas. Consultó con especialistas.

Preposición de. Indica posesión: el libro de mi hermano. Propiedad: música de


Bach. Pertenencia: natural de Aguascalientes. Materia de la que está hecho algo:
copa de cristal. Tiempo: llegó de madrugada. Origen o procedencia: viene de Zaca-
tecas. Modo: materia de la cual trata. Un libro de redacción. Realce de una cualidad
o característica: es débil de carácter. Ilación: de aquello se infiere. Condición: de ha-
berse ido, luego habría llegado.

Uso incorrecto de de Uso correcto


Ponerse de cuclillas. Ponerse en cuclillas.
Cercano de la oficina. Cercano a la oficina.
Gusto de encontrarlo. Gusto en encontrarlo.
Ansioso de saber. Ansioso por saber.
Con tal de que. Con tal que.
A menos de que. A menos que.
Olvidé que no podía ser. Olvidé de que no podía ser.
Aparte lo dicho. Aparte de lo dicho.

Preposición en. Indica lugar: los niños están en el jardín. Tiempo: el viaje será en
septiembre. Modo o medio: se deslizó en patineta. Término de un movimiento:
se inscribió en el CCH. En lo que se ocupa o sobresale una persona: es Doctor
en Ciencias Físicas. Precediendo a adjetivos, origina locuciones adverbiales: te lo
digo en particular y en secreto.

Uso incorrecto de en Uso correcto


Salí en dirección al lugar. Salí con dirección.
Traducido en tres idiomas. Traducido a tres idiomas.
Sentados en la sombra. Sentados a la sombra.
Estudié en la noche. Estudié por la noche.
Trabaja en déficit. Trabaja con déficit.
El maestro en Ciencias. El maestro de Ciencias.

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160 Redacción eficaz

Pasear en el pasillo. Pasear por el pasillo.


Chocó en la barda. Chocó contra la barda.
Esa ocasión lo hice. En esa ocasión lo hice.

Preposición hasta. Significa término de lugar: iré hasta Europa. Tiempo: de


aquí hasta mañana. Número: escribimos hasta diez cuartillas. Acción: se ha de
esforzar hasta triunfar.

Uso incorrecto de hasta Uso correcto


Hasta las tres iré. Hasta las tres no iré.
Lo dejo hasta otro día. Lo dejo para otro día.
Hasta mañana llega. Hasta mañana no llega.

Preposición para. Indica movimiento: voy para divertirme. Tiempo o plazo: lo


dejaremos para el verano. Modo: está bien para su edad. Fin: estudia para apren-
der. Proximidad de algún suceso: está para llover. Dirección: voy para mi casa.

Uso incorrecto de para Uso correcto


Esto es bueno para el dolor. Esto es bueno contra el dolor.
Tardamos dos horas para volver. Tardamos dos horas en volver.
Para allá se fue. Por allá se fue.
Ensaya hablar en público. Ensaya para hablar en público.

Preposición por. Indica lugar aproximado: ese lugar está por Colima. Tiempo
aproximado: por aquellos días. Modo: por las buenas lo haré. Medio: llegó por
correo. Causa: me sacrifico por él. Sustitución o equivalencia: firma por mí. Con-
cepto u opinión: se le busca por ladrón. Cambio, trueque: lo tuyo por lo mío. En
busca de: va por sus apuntes. En favor de: abogó por su compañero. En lugar de:
asisto por mi padre. Forma locuciones concesivas: por grande que sea y por mucho
que digas, iré.

Uso incorrecto de por Uso correcto


Afición por las ciencias. Afición a las ciencias.
Me voy por siempre. Me voy para siempre.

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Prontuario de redacción y estilo 161

Por efecto de su salud no vino. A causa de su salud…


Nombró único heredero. Nombró por único…

Pronombres demostrativos. En el pronombre demostrativo se designa a los se-


res por la situación con respecto al que habla. Son tres pronombres con formas
en singular, plural y neutro: 1) éste (uno que está cerca de mí), ésta; plural:
estos, éstas; neutro: esto (nunca se acentúa). 2) Ése (uno que está cerca de ti),
ésa; plural: esos, ésas; neutro: eso. 3) aquél (uno que está lejos de mí), aquélla;
plural: aquéllos, aquéllas; neutro: aquello (nunca se acentúa).

Propiedad en el lenguaje. Es la utilización correcta de las reglas gramaticales


para la construcción de los discursos.

Punto, uso del. Es el signo (.) que indica el final de una frase u oración con
sentido completo. El punto separa oraciones cuando los pensamientos que con-
tienen no están relacionados entre sí de manera inmediata.
Cuando el pensamiento se ha desarrollado en varias oraciones formando un
párrafo con sentido completo, se pone punto final o punto y aparte.

Punto y coma, uso del. El punto y coma es el signo (;) que indica una pausa
más marcada que la coma y, en general, separa oraciones de mayor extensión
con algún cambio de sentido: La primera parte de la obra es interesante; la se-
gunda, insulsa; la tercera, francamente soporífera. Indica que después de una idea
completa (punto) sigue un fragmento (coma).

Puntos suspensivos, uso de los. Gramaticalmente sólo se usan tres (…). Son
una manera gráfica de indicar que se calla lo que se iba a decir. Se pueden uti-
lizar para provocar en el lector la impresión de duda o inseguridad. Por lo mis-
mo, debe evitarse su abuso. Cuando se está haciendo una cita textual y cor-
tamos una parte que no interesa, tenemos que señalarlo mediante el recurso
tipográfico de los cinco puntos (…..), en este caso ya no están ejerciendo una
función gramatical sino que se presentan como una convención tipográfica.
Hay editores que para este caso usan sólo tres puntos entre corchetes o parénte-
sis cuadrados […].

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162 Redacción eficaz

Q
Queísmo, vicios del lenguaje. Se comete el vicio del queísmo por cuatro razo-
nes principales:

1. Por mala traducción del c´est francés. Hay un empleo indebido del que
con el verbo ser. Use donde, como, cuando, por lo que, con la que.
Formas incorrectas: es por ahí que llegaremos lejos. Con la mano que
tomo la pluma. Es a mediodía que su avión sale. Es al cine que voy contigo.
Es por esta razón que ha escrito su libro.
Formas correctas: es por aquí como llegaremos lejos. La mano con la
que tomo la pluma. A mediodía sale su avión. Es al cine donde voy contigo.
Por esto escribió su libro.
2. Por su mala ubicación en la frase. Hay que colocarlo cerca de su antece-
dente, de lo contrario se comete anfibología. Sustitúyase por el cual, lo
cual, la cual, del cual, repítase el antecedente o dé otro giro a la frase.
Formas incorrectas: te enseñaré una biografía en este libro que te agra-
dará. Tengo unos caramelos para mis sobrinos que son muy sabrosos.
Formas correctas: te enseñaré en este libro una biografía, la cual te
agradará. Tengo para mis sobrinos unos caramelos que son muy sabrosos.
3. Por abuso de su empleo. Evítelos o úselos moderadamente con su co-
rrecta ubicación.
Formas incorrectas: le ruego que me dé sus instrucciones sobre lo que
quiere que haga para que nuestros huéspedes reconozcan que nuestro propó-
sito es proporcionarles las máximas comodidades.
Formas correctas: por favor envíeme sus instrucciones sobre el procedi-
miento por seguir para que los huéspedes reconozcan nuestros propósitos de
mejorar las instalaciones.
4. Por su indebida omisión cuando se requiere al introducir una oración
subordinada a otra principal.
Formas incorrectas: le rogamos nos remita el oficio correspondiente.
Me dijo iba a librarme de la promesa. Se les autoriza hablar libremente.
Formas correctas: le rogamos que nos remita el oficio correspondiente.
Me dijo que iba a librarme de la promesa. Se les autoriza que hablen libre-
mente.

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Prontuario de redacción y estilo 163

R
Receptor. Uno de los elementos del proceso de la comunicación sobre quien
recae el mensaje.

Redacción. Es la manera de ordenar los pensamientos y expresarlos por escrito


con propiedad, corrección y elegancia.
Etimológicamente, redactar significa compilar, poner en orden; esto es, ex-
presar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con anteriori-
dad. (Cfr. Martín Alonso, Ciencia del lenguaje y arte del estilo).
Redactar bien es construir la frase con exactitud, originalidad, concisión y
claridad (G. Martín Vivaldi, Curso de redacción, p. 14).

Redactor, enemigos del. Todo redactor corre el riesgo de enfrentarse a varios


enemigos, como son:

1. Oraciones muy largas. Verborrea y blablismo.


2. Desperdicio de oportunidades para usar el humor, el color, el interés
humano.
3. Abuso de citas.
4. Presentar premisas que no estén claras.
5. Estructura deficiente, sin idea central clara.
6. Conclusión débil o ausente.
7. Hincapié en obviedades.
8. Preguntas sin respuestas.
9. Carencia de ejemplos o especificaciones.
10. Estadísticas aisladas, sin significado.
11. Entrada confusa.
12. Entrada con una promesa que no se cumple.
13. Entrada insípida.
14. Poner en el párrafo secundario una mejor entrada.
15. Demasiados adjetivos.
16. Carencia de buen gusto.
17. Falta de tino en el uso del humor o la ironía.
18. Sentimentalismo.
19. Falta de balance o de imparcialidad.
20. Exceso de palabras negativas.

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164 Redacción eficaz

21. Pronombres confusos. Sujetos distantes de su predicado.


22. Faltas de ortografía.
23. Errores de transcripción de los hechos.
24. Irregularidades en el manejo del estilo.
25. Selección de palabras incorrectas.
26. Cambio de tiempo o número en los verbos.
27. Puntuación desigual.
28. Repeticiones y redundancias.
29. Manejo de frases gastadas.
30. Manejo de jerga o argot sin aclarase.
31. Oraciones pasivas.
32. Uso incorrecto de las preposiciones.
33. Mezcla de pensamientos sin relación en un mismo párrafo.
34. Demasiadas vueltas antes de entrar en el punto medular.
35. Transiciones y encadenamientos débiles.
36. Calificar palabras incalificables.
37. Sujeto alejado del verbo con fallas en la concordancia.
38. Comillas innecesarias.

Redundancia, vicio. Se comete cuando utilizamos palabras en una frase que


dice lo mismo dos veces. Por ejemplo: hay obligaciones recíprocas por una y por
otra parte; se puede suprimir por una y otra parte sin alterar el sentido de lo que
se quiso decir. Muy ínfimo (ínfimo ya es superlativo). Está en el último extremo
(sobra último, extremo ya es el último grado). Es la misma repetición (mismo es
redundancia de repetición). Un lord inglés (todos los lores son ingleses). (Cfr.
Jagot, Manual de redacción y estilo literario, pp 51-54). Son redundancias y es
incorrecto decir: mas sin embargo, más mejor, más mayor.

Reportaje, géneros periodísticos. Género periodístico interpretativo. Parte de


una noticia para detectar sus cómos y por qués. De ahí que también se le llame re-
portaje profundo, de investigación o en tercera dimensión.
Es el género más importante del periodismo en tanto que contiene investiga-
ción y una cosmovisión de los hechos. Es redactado con magistral estilo litera-
rio, sin perder el tratamiento periodístico que implica el color, el interés huma-
no, los factores de lo noticioso y la respuesta a las interrogantes, especialmente
a los cómos y los por qués del tema. Si la noticia habla de una violación, el repor-
taje indaga qué características tiene la violación como problema social, con qué
frecuencia se da, qué se hace para combatirla, cómo se apoya a las personas que
la sufren y a qué factores responde la violación en una sociedad urbana como la

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Prontuario de redacción y estilo 165

nuestra, etcétera. Redacción técnica: el reportaje puede usar el formato de yunque


(sumario, jerarquizando los datos): el relato documentado (hecho y cita, hecho y
cita); el relato animado o de acción (sucesión de pirámides invertidas: se cuenta
lo más importante y luego los detalles, de nuevo se cuenta lo más importante y
luego los detalles, de nuevo se cuenta lo más importante y se detalla, y así suce-
sivamente).

Ruidos, comunicación. Obstáculos que impiden la transmisión clara de un


mensaje. En los textos escritos equivalen a: la confusión al registrar los datos;
ignorancia del contexto o de mayor información, distorsión voluntaria o invo-
luntaria de los hechos; pobreza de vocabulario y poca legibilidad (comprensión-
claridad), esto es, confusión de ideas y confusión en la manera de escribirlas.

Rumor. Información no confirmada que se divulga con gran rapidez, en espe-


cial si hay crisis en la sociedad de la cual proviene. Los rumores se dan por falta
de información suficiente sobre algún hecho y de alguna manera la sustituyen.
Todo rumor lleva algo de cierto y su rapidez de transmisión se da por algu-
nas personas que son excelentes conectores, es decir, transmisores de información
(nada más delicioso que saber lo que otros ignoran), que se multiplican cual si
fuesen racimos de uvas (de ahí también su nombre como grapevine). Un rumor
puede ser manejado como medio de comunicación informal siempre y cuando
lleve pocos elementos de información y sea breve, de tal manera que no se pierda
su control. Mensajes complejos y cargados de información convierten al mensaje
en teléfono descompuesto.

S
S. La s se confunde muy frecuentemente con la c y z. En palabras acabadas
en sión, se escriben con s los nombres derivados de verbos terminados en sar:
confesar-confesión, expulsar-expulsión, revisar-revisión.
Se escriben con s los nombres derivados de verbos terminados en der, dir, ter
y tir, salvo cuando conservan la d o la t del verbo, entonces se escribirán con
c (medición de medir, repetición de repetir): pretender-pretensión, decidir-decisión,
cometer-comisión, invertir-inversión.

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166 Redacción eficaz

Sencillez, estilo. Cualidad del buen estilo. La sencillez es expresión fresca, na-
tural, original, auténtica. La sencillez no es vulgaridad.

Sensacionalismo. Deformación interesada de la noticia. Implica manipulación


y engaño y, por lo tanto, burla de la buena fe del público. (Código de Ética del
Círculo de periodistas de Bogotá).

Siglas. Son las letras iniciale de una palabra o palabras que se emplean como
abreviatura de las mismas. La primera vez que se usen las siglas deben anotar-
se las palabras completas y enseguida las siglas entre paréntesis. De la segunda
mención en adelante, dentro del mismo texto, sólo se usarán las siglas.
Es conveniente cuidar el uso de siglas muy conocidas localmente pero que
nacional o internacionalmente pudieran desconocerse, de ahí que sea importan-
te siempre tener presente lo arriba mencionado.
La costumbre ha suprimido el uso de los puntos en las abreviaturas, quedan-
do éstas como palabras: ONU, CIESPAL, UNAM. Es obligatorio escribir las si-
glas con mayúscula y sin combinar con minúsculas. Algunas siglas se han vuelto
palabras y a fuerza de utilizarlas aparecen como si fueran sustantivos comunes;
es el caso de láser (abreviatura de Light Activation by Stimulated Emission of Ra-
diations) o bien de la palabra sida (Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida).
Como no son nombres propios, no es correcto usarlos como Láser o Sida; la
forma correcta de escribirlas es o LÁSER o láser y sida o SIDA.
Una sigla nunca se divide en sílabas.

Signos de interrogación y exclamación. En español los signos abren y cierran


preguntas o exclamaciones: ¿quién es? ¡Hola! Después del signo no se escribe
punto: ¿cuál dijiste? Ese o este de aquí. Y si la frase se terminó, la otra empieza
con mayúscula: ¡qué frío! Trae tu abrigo.

Sílabas, reglas de separación. Las reglas básicas son:

1. Diptongos y triptongos no deben separase (cue-lo; Cuau-tla). Se consi-


dera triptongo la sílaba uey con y, así que no puede separarse la palabra
buey; Camagüey sólo tendrá tres sílabas (Ca-ma-güey). (Sabaté, Para es-
cribir correctamente, p. 54).
2. Las palabras compuestas al final de un renglón pueden separarse ponien-
do una palabra o prefijo en él y el resto en el renglón siguiente: ante-di-
lu-via-no. Es correcto separar por sílabas también: an-te-di-lu-via-no.

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Prontuario de redacción y estilo 167

3. Las palabras con h intermedia se dividirán de tal manera que la h


quede al principio del siguiente renglón: a-/hi-ja-do.
4. No escriba vocales sueltas al principio o al final del renglón aunque for-
men sílaba.
5. Las letras ch, ll, rr nunca se dividen, porque constituyen un solo sonido:
co-che, ca-lle, ca-rrer-ra.

La Real Academia sugiere que la división silábica de palabras que no se vean


bien puede manejarse integrando siempre una sílaba en el renglón anterior; es el
caso de palabras tales como currículo, vehículo, disputa, artículo, Titicaca, cómputo.

Sino y si no. Sino es conjunción adversativa. Significa “al contrario”, “excepto”,


“tan sólo”. No pide sino que lo escuchen. Nadie lo oyó sino tú. No viene, sino va.
Si no es una frase formada por la conjunción si y el adverbio no. Puede distin-
guirse de la anterior porque admite otras palabras entre los dos términos. Si no
estudias, reprobarás (si es que no). Párate, si no quieres caminar (si es que no).

Sobretodo y sobre todo. Sobretodo es sustantivo, significa prenda de vestir


que se lleva sobre el traje. Sobre todo es frase con la preposición sobre y el
pronombre indefinido todo. Significa “por encima de todas las cosas, principal-
mente”. Cuida sobre todo tu salud.

Solecismo, vicios del lenguaje. El solecismo es de dos tipos:

1. Cuando se utilizan mal las palabras en su posición dentro de la frase: me


se olvidó.
2. Por fallas en la concordancia. Taller de lengua y literatura española (¿sólo
la literatura es española o ambas?).

Sufijos, principales raíces. Los sufijos son partículas que se presentan detrás de
la raíz de las palabras.

algia (dolor) neuralgia


arquía, arca (gobierno) autarquía
cefalía, céfalo (cabeza) acéfalo
cidio, cida (acción de matar) homicida, ecocidio
cracia, crata (gobierno) democracia, ácrata

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168 Redacción eficaz

cronía, crono (tiempo) sincronía


edro (plano) poliedro
emia (sangre) leucemia
fagia, fago (acción de comer) antropófago
fero (que produce) petrolífero
filia, filo (amistad) canófilo
fobia, fobo (enemistad) claustrofobia
fonía, fono (sonido) radiofonía, teléfono
forme (que tiene forma) cuneiforme
gamia, gamo (matrimonio) poligamia
genia, geno (origen) patógeno
gono (ángulo) polígono
grafía, grafo (trazado, escritura) tipografía
iatría, iatra (medicina) geriatría, pediatra
latría, latra (adoración) idolatría, ególatra
logía, logo (estudio) psicología
manía, mano (locura) dipsomanía
metría, metro (medida) sociometría, termómetro
morfo (que tiene forma) amorfo
nomía, nomo (ley) autonomía
onimia, ónimo (nombre) toponimia, anónimo
patía, pata (enfermedad) cardiopatía, psicópata
pode, podo (que tiene pies) trípode, miríapodo
ptero (que tiene alas) coleóptero
ragia (derrame) hemorragia
sclerosis (endurecimiento) arterioesclerosis
scopio (instrumento para ver) cinescopio
terapia (curación) quimioterapia
tomía (división) anatomía
voro (que come) herbívoro
zoo (animal) protozoo

(Cfr. Manuel Seco, op. cit., p. 196)

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Prontuario de redacción y estilo 169

Suplemento. Edición especial o complementaria que es independiente de la


edición ordinaria de una publicación. Por lo general trata información especia-
lizada e intemporal.

T
También y tan bien. También es adverbio de modo. Significa “igualmente,
además”. También pidió eso. Tan bien es frase con los adverbios modales tan y
bien. Resulta comparativa. Está tan bien planeado el viaje que será exitoso.

Tampoco y tan poco. Tampoco es adverbio que niega una cosa después de otra.
Eso tampoco le gustó para comer. Tan poco expresión con tan, adverbio (apócope
de tanto) y poco, adverbio de cantidad. Tan poco esfuerzo hizo que perdió.

Tautología. Se comete cuando en la explicación o definición se emplea la mis-


ma palabra que se trata de definir o explicar: el Colegio es un colegio formado por
varias instituciones. Esto es una repetición inútil y viciosa de un mismo pensa-
miento.

V
Ve. Por las dificultades que tiene con otras letras cuesta trabajo su ortografía. Se
debe pronunciar “uve”.
Se escriben con v las formas verbales cuyo infinitivo no contenga la letra,
como ir (voy, vas, vaya, ve), andar (anduve), estar (estuve), tener (tuve).
Se escribe v después de las consonantes d, b y n: adverbio, obvio, envidioso. Se
escriben con v las palabras que empiezan por la sílaba di seguida del sonido B
(excepto dibujo y sus derivados): diván, diverso, división, divorcio.
Se escriben con v las palabras que empiezan por eva, evi, eve, evo (excepto
ébano, ebanista): evasión, evento, evita, evolución
Se escriben con v las palabras que llevan los prefijos: vice; vi significa en lu-
gar de: vicepresidente, vizconde, virrey.

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170 Redacción eficaz

Se escriben con v los adjetivos que acaban en ave, avo, eva, eve, evo, iva, ivo
(excepto los derivados de sílaba como bisílabo), bravo, leve, longevo, pensativa,
compasivo.
Se escriben con v las palabras llanas terminadas en viro, vira y las terminadas
en íbora, íboro (excepto víbora): triunvirato, carnívoro, omnívora.
Se escriben con v los verbos que terminan en ervar y olver (excepto desherbar,
exacerbar): reservar, envolver, conservar.
Llevan v todas las derivadas y compuestas de palabras que se escriban con v:
villa (villano, villorio, villancico), venir (sobrevenir, avenirse).

Verbos fáciles. Son verbos que usamos con una gran variedad de expresiones,
son amplios e imprecisos: hacer, poner, decir, ser, estar y ver.
Sustitúyanse por verbos que tengan un significado más preciso para el
contexto.

Vocabulario activo y pasivo. Cada individuo posee dos tipos de vocabulario: ac-
tivo y pasivo. El activo es el que se utiliza de manera cotidiana, generalmente es
reducido y está influido por el camino de los verbos fáciles y de palabras que están
de moda y expresan múltiples significados, como rollo, onda, oso, chido.
El vocabulario pasivo es aquel que entendemos pero no utilizamos, debido a que
los vocablos tienen para nosotros un significado desconocido o poco conocido.

X
Se escriben con x las palabras que contiene el grupo ks tanto entre vocales como
al final de sílaba (excepto facsímil): éxito, tórax, clímax.
Se escriben con x palabras de procedencia griega; algunas utilizan los prefijos
xeno, xero y xilo: xenófogo, xerografía, xilófono.
Se escriben con x las palabras que empiezan con el grupo de sonidos ex se-
guido de vocal o de h (excepto ese, esa, eso, esencia, esófago, esotérico y sus deriva-
dos): exacción, exhibición, exuberancia
Se escriben con x las palabras que empiezan con los prefijos ex, exo y extra:
exportar, exotérico, extraterrestre.

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Prontuario de redacción y estilo 171

Se escriben con x las palabras que empiezan por la sílaba ex seguida de los
grupos pla, ple, pli, plo, pre, pri, pro (excepto esplendor, esplénico, espliego, esplín y
sus derivados): explanada, explicar, explorar, expropiar, expresión.
Se escriben con x los grupos de palabras terminadas en xión: reflexión, ane-
xión, desconexión.

Y
Ye. Se conocía antes como i griega, ahora se pronuncia ye. Cuando es conjun-
ción copulativa se encarga de unir palabras o cláusulas en sentido afirmativo.
Cuando la palabra que le sigue empieza por i o por hi se sustituye por e: María
e Inés, americanos e hispanos. Cuando las letras no tienen sonido no es necesario
sustituir la y por la e: refresco y hielo.
Es incorrecto usar el símbolo inglés &: Montes & Martínez. Debe ser Montes
y Martínez.

Z
Zeta. La última letra del alfabeto, tiene problemas cuando se le confunde con la s.
Se escribe z delante de las vocales a, o, u: zángano, zorro, zumo.
Se escriben con z delante del sonido k todas las formas verbales con infiniti-
vo terminado en acer, ecer, ocer y ucir: merezco, conduzco, nazca, conozca.
Se escribe con z el sufijo aumentativo azo: gallinazo, zarpazo, portazo.

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Blanca

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Fuentes

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Blanca

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