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Laura Yepes Arango


Metodología de la investigación
Zairo Anillo Martínez
31 de octubre de 2018

LA PRESENCIA DEL EXILIO EN EL POEMARIO LAS NUBES (1943) DE LUIS


CERNUDA

Sin equipaje
Viajar sin equipaje, dormir en el tren
en un duro banco de madera,
olvidar el país natal,
emerger de pequeñas estaciones al alba,
cuando se levanta el cielo gris
y los cúteres se hacen a la mar.
De camino – Adam Zagajewski.

Resumen
Este artículo explora la presencia del exilio en la obra Las nubes del poeta español Luis
Cernuda escrita en el periodo posterior a la guerra civil española, con la intención de
identificar la influencia que este tiene sobre la obra poética del autor. Esto desde la
perspectiva del análisis lírico, que facilita la interpretación del texto, y de la temporalidad
que Cernuda crea en su poesía, estableciendo una relación entre su condición de exiliado y
sus temáticas y contexto. El análisis del exilio y su efecto en la producción literaria permite
analizar un aspecto específico que afecta directamente una obra.
Palabras clave: Literatura española, literatura del siglo XX, poesía, literatura del exilio, Luis
Cernuda.

Abstract
This article explores the presence of exile in Spanish poet Luis Cernuda’s book Las Nubes,
wrote after Spain’s civil war, with the intention of identifying its influence in the poet’s work.
This from the perspective of lyrical analysis, which facilitates the text’s interpretation and
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that of the temporality that Cernuda creates in his poetry, establishing a relation between his
condition as an exiled and his topics and context. Exile’s analysis and its effects on literary
production allows to analyze one specific aspect that directly affects the creation of a book.
Keywords: Spanish literature, XX Century literature, poetry, exile’s literature, Luis
Cernuda.
_________________________________________________________________________

El exilio que ocasionó la guerra civil española afectó a diferentes sectores de la sociedad, con
un gran impacto en los artistas, muchos de los cuales tuvieron que abandonar su país para
evitar ser capturados por el nuevo régimen. Uno de estos exiliados fue el poeta sevillano Luis
Cernuda, quien en un primer momento viaja al Reino Unido. Su poesía estuvo marcada por
el aislamiento, la soledad y la diferencia, temas que en el exilio se intensificaron e
imprimieron en sus poemas un anhelo a la patria, una patria donde se aceptara a los individuos
como eran y con todo lo que los hacía quienes eran.
Escribe su poemario Las Nubes entre 1937 y 1940 en Inglaterra, este es considerado una
de las obras más bellas en relación con la Guerra Civil y el exilio, en él se presenta un anhelo
a su nación y una serie de crisis personales que no se percibe en sus obras anteriores, una
nostalgia por los tiempos pasados y los soles de infancia, aquí aparecen las figuras de poetas
amigos, poetas caídos en la guerra. Con frecuencia recurre a exaltar el amor pagano y
reconoce una vez más su condición de homosexual y cómo esta ha sido causal de su
alienación. En esta obra Cernuda presenta a su vez un rencor por la patria, desprecia la tierra
que lo repudió en un principio, además de un reconocimiento por la muerte, encuentra gloria
en ella de la misma manera que la encontraban los guerreros griegos.
La influencia del exilio en esta obra es evidente, tanto por sus temáticas como por su
construcción, la cual es muy fiel a la poesía inglesa de la época, en ella se encuentra como
convergen las diferentes crisis del poeta, sus diferentes emociones sobre España y qué efecto
tiene el irse a otro país, a otra lengua. Es todo esto lo que este trabajo pretende identificar, la
manera en que se presenta el exilio en Las Nubes, cómo el éxodo de su país natal afecta la
creación literaria del poeta, tanto temáticamente como estructuralmente y en un autor como
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Luis Cernuda, donde la imagen de exiliado está tan presente, resulta más fácil ver esta
influencia, reconocer de qué manera el cambio en el espacio afecta internamente un autor.
Es importante referirse al tema del exilio y su efecto en la producción literaria porque
permite analizar un aspecto específico que afecta directamente una obra, además, presenta la
segunda línea dominante de la obra de Cernuda, siendo la primera su homosexualidad y cómo
estas dos líneas, el exilio político y su condición sexual son causa y efecto de la otra.
La importancia del tema del exilio y su efecto en la poesía reside en el hecho de que el
exilio es algo capaz de afectar la escritura de un autor para siempre, es algo que despierta
sentimientos diferentes en los autores y los hace representarlo de maneras diversas, es capaz
de mostrar lo mucho que a veces se quiere un país, una patria, lo que duele ser rechazado por
ella, el tener que huir del lugar en que se creció y se ha vivido para otro desconocido porque
esa casa no tiene lugar, o al menos todavía, para la persona que se es, porque realizar trabajos
como este son una forma de hacer memoria, formas de recordar lo que pasó bajo los ojos de
los artistas que lo vivieron (y muchas veces lo sufrieron) y que luego plasmaron en un lienzo,
un pedazo de mármol o en un poema y además, porque la poesía es una forma de expresión
que en muchos autores sirve de catarsis, de cura, ayuda a cerrar las heridas de la guerra.
Luis Cernuda nació en Sevilla, España, el 21 de septiembre de 1902, fue uno de los más
destacados poetas españoles del siglo XX e hizo parte de la reconocida Generación del 27,
entre la cual conoció a personajes de la talla de Federico García Lorca, Rafael Alberti y
Salvador Dalí. Desde joven reconoció su condición de homosexual, aspecto que lo separó de
sus contemporáneos y que inspiró gran parte de su poesía más temprana, en la que se presenta
evidentemente, pero de una manera muy pudorosa y tímida. Entre sus primeras inspiraciones
también se cuentan Jorge Guillén, Gustavo Adolfo Bécquer y Luis de Góngora.
Cuando estalla la guerra, Cernuda se mueve entre Madrid y Valencia, y al enterarse del
asesinato de García Lorca escribe en su honor una de las elegías más hermosas de la lengua
española, de la cual se censuran los últimos dos párrafos en el momento en que se publica en
una revista en los tiempos de la guerra, esto porque hacían referencia a la homosexualidad
de Lorca. En 1938 viaja al Reino Unido, de donde no saldrá hasta 1947, allí entre clases,
conferencias y traducciones escribe Las Nubes, el poemario que marcará la línea entre su
poética pasada y la que vendrá, es un poemario con una nueva voz, inicia un camino y una
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dicción nuevos, Las Nubes “transmitía en sus poemas la experiencia del conflicto y los
sentimientos de la reciente expatriación, que se sumergieron en la segunda actitud de las tres
que se adoptaron dentro de esta tendencia. Aquella inundada de ‘ausencia y nostalgias’,
donde se reflejaba la vida fuera de la patria en sus primeros años.” (Martínez, 375).

Las Españas de Cernuda


Su poesía hasta este momento había sido “íntima, abstracta y simbólica, y ahora con Las
Nubes entra, además, la realidad: la cultural, la histórica, la biográfica. Esta poesía les da
cabida a más cosas, agranda las posibilidades del poema.” (de Villena, 31), es una poesía
que, aunque mantiene su visión íntima y personal, propia del poeta, busca relacionarse con
el contexto, con lo que pasa alrededor del mismo, es una poesía preocupada por España, por
lo que le espera y en lo que se convertirá, su lenguaje cambia y busca diferentes estrategias
que evitan mencionar el yo lírico, su poesía se vuelve más general, diferente a sus obras
anteriores en las que sus preocupaciones eran más personales, íntimas, ensimismadas en las
experiencias del poeta como tal. Es un poemario que llora una España diferente, una España
en guerra que no reconoce, que está siendo agotada por el conflicto; su país es intolerante,
envidioso, atrasado, toma lo tradicional de una manera que se relaciona con lo retrógrada, lo
mira a la luz de un sentido peyorativo, crítico, esto es posible verlo en su elegía a García
Lorca, “A un poeta muerto”, cuando dice:

Así como en la roca nunca vemos


La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire. (66)
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Menciona la tierra árida, el oscuro aire, el pueblo hosco y duro, esta imagen de España que
no es una madre cariñosa, una madre que reconforta, es todo lo contrario, los espacios de esta
nueva España son fríos, oscuros, incómodos, de los que es mejor salir. Ya no es “un lugar
cerrado donde se hallan reunidos todos los elementos constitutivos del cálido seno materno,
proveedor de luz, calor, alimento y abrazo protector” (Sicot, 26), sino una tierra en caos y
ajena a su gente; Cernuda la ve como una madre que descuida a sus hijos y estos deben buscar
ese calor y protección en otros lugares. La imagen del país como su madre y su deseo de
recuperar esos tiempos, se presenta más claramente en “Elegía española I”, cuando el poeta
dice:

Háblame, madre;
y al llamarte así, digo
Que ninguna mujer lo fue de nadie
Como tú lo eres mía.
Háblame, dime
Una sola palabra en estos días lentos.
En los días informes
Que frente a ti se esgrimen
Como cuchillo amargo
Entre las manos de tus propios hijos. (71)

Le pide con tristeza, casi súplica, a su patria que lo reconforte en los malos días por los que
pasa la sociedad española, sociedad que tiene la culpa de su propia miseria: “[c]omo cuchillo
amargo/ Entre las manos de tus propios hijos”. Relacionando la idea de la palabra como cura,
se percibe cierta inter-literariedad con lo religioso, característica que se ve poco en las
primeras obras del poeta, pero que aquí establece una relación con la oración de la liturgia,
“una palabra tuya bastará para sanarme”, apelando así a la fe española, el exilio le hace
refugiarse en lo más representativo de su país, en este caso la religión católica.
Pero esta no es la única España que se ve en Las Nubes, también está la idealizada, la que
hace sentir orgullosos a sus habitantes, es la España del Siglo de Oro, la de Garcilaso,
Góngora y Calderón de la Barca, como menciona Luis Antonio de Villena en su análisis del
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poemario, es la España “de la que Cernuda sí se siente hijo y ciudadano” (28), él espera un
renacimiento del país, que vuelva a dedicarse a las artes y las gentes vivan en armonía, es la
España del idealismo, “a Cernuda se le ha tachado de poeta ajeno a España, porque despreció
un país sometido a dictadura y sus hábitos más cerriles. Lo cierto es que él se sintió español
de una España áurea” (29), esto presenta una dicotomía entre las Españas de Cernuda, que,
mejor expresada por Edward Said, presenta el desprecio por la actual y el anhelo y cariño por
la pasada, “¿Cómo se supera entonces la soledad del exilio sin caer en el aplastante lenguaje,
que todo lo invade, del orgullo nacional, los sentimientos colectivos y las pasiones de grupo?”
(183), ambos rasgos están presentes en Las Nubes.
En “Elegía española I” no solo se ve la España destruida que se mencionó anteriormente,
también está esta España, la que se anhela y la que se vuelve al ayer, “Porque mucho he
amado tu pasado, /Resplandor victorioso entre sombra y olvido” (Cernuda, 72), aquí se
advierte entonces otra faceta de sus inspiraciones y parte de su relación con los poetas del
27, los autores del Siglo de Oro español. En poemas como “Un español habla de su tierra”:
“[l]a vida con la historia, / Tan dulces al recuerdo” (126) y “El ruiseñor sobre la piedra”:
“[m]as después me sentí a solas con mi tierra, / Y la amé, porque algo debe amarse” (132),
también plasma esta España de sus sueños.
En Cernuda se encuentran varios tipos de exilio, no solo el físico y nacional, sino también
el propio de su condición de poeta (la idea del genio que se separa de los demás,
probablemente tomada de Baudelaire), que se representa en sus interpretaciones cernudianas
del romanticismo y simbolismo que recorre sus obras, y el exilio que le otorga su condición
sexual, de la que, como ya se mencionó, fue evidente y representativa desde su juventud, “se
sentía aislado por su personalidad solitaria, su fuerte espíritu crítico y su condición sexual,
que le llevaban a no introducirse en la sociedad que le rodeaba, en una época donde la
homosexualidad estaba aún velada.” (Martínez, 374). Estos pequeños exilios simbólicos
pueden verse claramente en su obra Invocaciones (1935). Durante su exilio físico, aparece
un evidente gusto por el mundo ideal, “la constante aspiración y alusión a otro mundo, a un
mundo que no es de éste, a una realidad perfecta, distinta y exaltada […], el continuo
idealismo, empleando el término en su sentido más riguroso, todo ello (presente siempre en
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Las Nubes) es, aunque personalizado por el poeta, de absoluta raíz romántica” (de Villena,
33). Reforma romántica que conoce en Inglaterra.
Podría decirse entonces que Cernuda siempre fue un exiliado, incluso antes de la guerra,
exilios que consistían en su alienación por diferentes frentes, exilios intelectuales que
sembraron las bases para el político y que le ayudaron incluso en su catarsis de la situación,
es decir, el hecho de haber experimentado pequeños exilios dentro de su país le hizo más
fácil el adaptarse a uno mayor.

Influencia inglesa
Luis Cernuda huyó primeramente (1938) a Reino Unido, allí pasaría más o menos 6 años,
durante este periodo y gracias a las influencias de una lengua, paisaje y técnicas diferentes,
Cernuda comienza su etapa madura de poesía, esta tomará direcciones aquí que cambiarán
su producción para siempre. En el poemario Las Nubes, que escribe entre el 37 y el 40, es
donde más se evidencia las fuertes influencias inglesas del poeta. Hasta ese momento él solo
se había nutrido de fuentes francesas y españolas, lo que limitó y formó su tono poético de
una manera, pero al llegar a tierras inglesas encuentra estrategias diferentes que le presentan
un nuevo enfoque al romanticismo de la península, allí lee a personajes tales como Eliot,
Browning y Wordsworth, de los que toma el monólogo dramático, la separación del yo lírico
que le abre la puerta a una poesía menos particular e íntima, además de un nuevo tono
coloquial, más conversacional y versátil, algunos de estos elementos se encuentran en
“Impresión de destierro”, donde, aunque el poeta narra en primera persona, siendo
protagonista el yo, la narración no gira en torno a él, gira entorno a otro hombre, sus
características y alrededores, como se ve en el siguiente fragmento:

Un hombre silencioso estaba


cerca de mí. Veía
la sombra de su largo perfil algunas veces
asomarse abstraído al borde de la taza,
con la misma fatiga
del muerto que volviera
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desde la tumba a una fiesta mundana. (109)

En dicho poema también se menciona la muerte de España, literalmente, escribe el poeta


“España ha muerto” (110), característica típica ya mencionada del exilio cernudiano, y
además se encuentran estos nuevos elementos ingleses que se van añadiendo poco a poco a
la voz del nuevo Cernuda. El poeta reconoce las diferentes formas que puede tomar y
experimenta con ellas a lo largo y ancho de sus versos. En “Lázaro” también se proponen
estas estrategias, pero de una manera muy diferente, aquí hay un yo, pero ese yo es Lázaro
que vuelve de la muerte, hay un sujeto que narra el poema, pero no es el poeta, es el propio
personaje que no solo se crea a través del verso, sino que, a su vez, describe su tumba:

En mi cuerpo dolía
Un dolor vivo o un dolor soñado.
Era otra vez la vida.
Cuando abrí los ojos
Fue el alba pálida quien dijo
La verdad. Porque aquellos
Rostros ávidos, sobre mí estaban mudos (106)

En este punto es fácil reconocer también el culto a la muerte que nace en el poeta, en primera
instancia se cuenta la muerte de España en “Impresión de destierro”, de la España que
Cernuda quiere y extraña y la muerte y resurrección de Lázaro es en lo que se basa todo el
poema homónimo. Cernuda comenzará en este punto a darle un lugar importante a la muerte,
la muerte de todos los hombres, de sus amigos, de su patria, de la naturaleza, de todo lo que
le rodea, esto habla de lo efímero de las cosas, de lo cambiantes que son, concepto que será
importante para la elección del título de su libro, que toma las nubes por su condición áurea,
volátil, lejana e impersonal y también como representaciones de su ser extranjero y sus
preferencias lingüísticas.
Parte de esta influencia inglesa es también paisajística y climática, es en Glasgow, ciudad
escocesa donde vivió, que se intensifica este desagrado, crea un anhelo a otras latitudes, esta
ciudad no le gusta, le parece oscura, demasiado gris, fría y aburrida, “como realidad repulsiva
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e inhumana, quedó plasmada en varios de los poemas que iba escribiendo por entonces y que
luego recogería en Las Nubes” (Valender, 311), las imágenes de esta ciudad se encuentran
en poemas como “Gaviotas en los parques”, donde resalta el paisaje de la misma, refiriéndose
principalmente a su naturaleza:

Dueña de los talleres, las fábricas, los bares,


Todas piedras oscuras bajo un cielo sombrío,
Silenciosa a la noche, los domingos devota,
Es la ciudad levítica que niega sus pecados.
El verde turbio de la hierba y los árboles
Interrumpe con parques los edificios uniformes,
Y en la naturaleza sin encanto, entre la lluvia,
Mira de pronto, penacho de locura, las gaviotas. (125)

Aquí se plantea la imagen de una ciudad sombría y doble moralista, que, aunque tiene árboles
y pasto que quiebran el aburrido y gris paisaje de los edificios, no es suficiente para
reconocerle algo de hermosura. Una imagen similar se construye en “Cementerio en la
ciudad”, solo que desde la arquitectura de un cementerio y sus alrededores, en este poema
continúa la idea de la ciudad grisácea, lluviosa y triste, pero acompañada de la soledad y el
anonimato de la muerte (tal vez en referencia a su propia soledad).

Como remiendos de las fachadas grises,


Cuelgan en las ventanas trapos húmedos de lluvia.
Borradas están ya las inscripciones
De las losas con muertos de dos siglos,
Sin amigos que les olvide, muertos
Clandestinos. Mas cuando el sol despierta,
Porque el sol brilla algunos días de junio,
En lo hondo algo deben sentir los huesos viejos. (111)
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Es importante resaltar los tres últimos versos, donde menciona el sol y los días de junio en
que llega, allí se percibe el anhelo del poeta por el verano, los climas cálidos que no tiene en
Glasgow casi nunca. Esos momentos en que el sol toca la tierra, los huesos de los muertos,
al igual que los del propio Cernuda, sienten un corrientazo de vida. El poema continúa con
una nueva idea cernudiana de la muerte, no como un descanso eterno sino como un sueño
intranquilo, cambia la imagen de esta como un momento glorioso, esperado y sagrado por un
estado frío, incómodo y mísero, que se relaciona con el frío de la ciudad, es el frío triste de
Glasgow el que no los deja descansar en paz:

Cuando la sombra cae desde el cielo nublado


Y el humo de las fábricas se aquieta
En polvo gris, vienen de la taberna voces,
Y luego un tren que pasa
Agita largos ecos como bronce iracundo.
No es el juicio aún, muertos anónimos.
Sosegaos, dormid; dormid, si es que podéis.
Acaso Dios también se olvida de vosotros. (112)

Las Nubes versus Elegías españolas


¿Tiene alguna importancia la elección del título con respecto a la presencia del exilio en el
poemario? En este caso, la tiene. Luis Cernuda tuvo la costumbre toda su vida de editar y
reeditar su obra, les cambió títulos a poemas, a poemarios (como el caso de este), añadió y
quitó versos y estrofas completas de poemas y hasta en algunos casos los volvió a escribir
desde cero, todo meticulosamente hecho. Uno de estos casos fue el título del poemario escrito
en su primer momento de exilio, para el cual tenía el título de Elegías españolas, pero decidió
cambiarlo a último momento por Las Nubes, ¿por qué razón?
La explicación reside en varios aspectos, como la predilección del poeta por este término,
cosa que se ve en sus trabajos anteriores como Un río, un amor (1929), donde el término
aparece en varias ocasiones, Los placeres prohibidos (1931) y Donde habite el olvido (1931)
que inaugura algunos poemas haciendo referencia a las nubes. Otro aspecto que influenció
este título fue el mismísimo Baudelaire, quien en Pequeños poemas en prosa (1869) cuenta
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la historia de un extranjero a quien solo le interesa la belleza y nada más, este menciona al
respecto que “amo las nubes… las nubes que pasan… allá lejos… ¡las nubes maravillosas!”
(Baudelaire, 6), de aquí entonces Cernuda toma la idea para su poemario, antiguo Elegías
españolas, “el título: Las Nubes: el dolor sosegado de lo imposible, la segura fascinación de
la lejanía” (de Villena, 35), apela a lo lejano, lo etéreo de las nubes, su belleza puede
apreciarse solo desde lejos, pero se puede apreciar desde cualquier lugar del mundo, hay
entonces que tener en cuenta también el factor del propio destierro como influencia en la
decisión, Cernuda se vuelve un extranjero, de la misma manera que el personaje de
Baudelaire y al igual que este, ve belleza en las nubes, allá arriba, allá lejos.
Víctor García de la Concha se ha propuesto indagar sobre el significado de las nubes en
Cernuda y el porqué se convierten en título de una de sus obras, este profundiza la idea
propuesta por de Villena, que apela a lo lejano e imposible, proponiendo las nubes como
correspondencia de la nada en la que se convierte el hombre cuando aspira a obtener un
imposible. Esta idea de lo inalcanzable podría ejemplificarse con una reflexión del propio
Cernuda que comparte con Gil Albert, sobre Apolo y Dafne, dice Albert: “el mito de la
antigüedad que prefería era el de Apolo persiguiendo a la ninfa Dafne, que al ser alcanzada
se convertía en otra cosa; el hombre ‘no consigue nunca apresar algo distinto de aquello que
anhelantemente busca’” (citado en García de la Concha, 208).
Para comprender más fácil a donde quieren llegar estos estudiosos cernudianos hay que
comenzar por ampliar el concepto de Cernuda sobre las nubes, estas, a lo largo de su corpus
literario, se presentan de maneras diferentes, en algunos casos son tomadas literalmente,
como aquel fenómeno natural que se aleja perpetuamente en el cielo, caso que se proyecta
fácilmente en el poema VIII de Primeras poesías, donde las presenta como: “[y]a retornan
las nubes en bandadas / Por el cielo, con luces embozadas / Huyendo al asfalto en desvarío”
(n.p), o en “Si el hombre pudiera decir” de Los placeres prohibidos: “[s]i el hombre pudiera
levantar su amor por el cielo / Como una nube en la luz” (n.p), pero también se encuentran
sentidos simbólicos, metafóricos del término, donde le da un giro a la palabra, como ejemplo
podría ponerse “Daytona” en Un río, un amor, donde la diferencia de sentidos es evidente:
“[a] tanta luz desbordando en la arena, / Desbordando en las nubes, desbordando en el
tiempo” (n.p).
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Como menciona Manuel Laza Zerón en su análisis del título del libro, sea de la manera
que sea que el poeta presenta la palabra, es obvio que tiene cierta preferencia por ella, se
menciona de 5 a 14 veces en cada una de sus obras anteriores a Las Nubes, incluso no solo
hace alusión a este único fenómeno, tiene la tendencia a mencionar el aire, el cielo, las brisas
(2). Cernuda toma el aire como campo semántico y todos los términos relacionados con este,
tanto literal como simbólicamente, son utilizados en su poesía, las nubes, las brisas, los
pájaros, el cielo, el viento, la libertad, la ligereza y el movimiento se toman muchos de sus
poemas.
Partiendo de esto se podría afirmar que, basándose en su preferencia por el término, la
inter-literariedad con Baudelaire y especialmente su propia condición de extranjero y
exiliado, abandona el título de Elegías españolas porque ya no se adapta al nuevo Cernuda,
mientras que Las Nubes sí, las nubes son etéreas, lejanas, móviles y más que eso son
independientes, no tienen nacionalidad, no le pertenecen a nadie, se crean en una región y
fácilmente viajan y se entregan a otra, al igual que sus poemas. No son exiliadas del cielo,
pero sí sus extranjeras.

La soledad del exilio


Otro factor importante del exilio es la soledad que le produce al exiliado, su vida en una
nueva tierra, con una nueva cultura, alejado de su gente produce una alienación inevitable,
“El exilio tiene un sentido muy marcado de experiencia solitaria fuera del grupo: las
privaciones sentidas por no estar en el lugar común en que se vive.” (Said, 183), en Las
Nubes, la soledad se presenta casi como única compañía del poeta, su presencia es clara en
varios poemas, donde se refiere casi como un elemento más del paisaje, algo natural e
inevitable, esto probablemente parte de la naturalidad con la que Cernuda ha tratado el tema
a lo largo de su producción literaria, como ya se mencionó antes, este vivió varias maneras
de exilio en su vida, lo que lo hizo acostumbrarse a cierta soledad, esta figura está presente
en poemas como “Tristeza del recuerdo”, donde recuerda una compañía de tiempos pasados
entre sueños, describiendo como todo se acabó en un instante, dejándolo solo: “[t]odo tiene
su precio. Yo he pagado / El mío por aquella antigua gracia; / Y así despierto, hallando tras
mi sueño / Un lecho solo, afuera yerta el alba.” (101).
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En “Alegría de la soledad” la reconoce como algo también positivo y necesario,


describiendo como fenómenos naturales como el correr de un río, el florecer de una rosa y el
alba suceden en completa soledad, comparándolo también con cómo ama el alma sin
necesidad de compañía:

A solas, a solas,
Camino de la aurora,
Bajo las nubes cantan,
Blancas, solas, las aguas;
y entre las hojas sueña,
Verde y sola, la tierra.
Rubia, sola también, tu alma
Allá en el pecho ama,
Mientras las rosas abren,
Mientras pasan los ángeles,
Solos en la victoria
Serena de la gloria. (103)

La soledad presentada en Las Nubes puede reconocerse desde diferentes puntos, por un lado,
se encuentra la soledad del exiliado que no hace parte de la nueva tierra a la que llega,
Cernuda en Reino Unido tenía diferentes limitantes, tales como la reducción significativa de
su círculo social, la nueva lengua que debió aprender demasiado rápido, el clima al que no
se acostumbra y la dura situación económica por la que pasó los primeros años. Y, por otro
lado, la soledad es la única compañera que se trajo de España, a la que ya está acostumbrado
y en ocasiones hasta disfruta. Son imágenes de la soledad muy diferentes a, por ejemplo, las
de Milán Kundera, que son más crudas, tristes, representando un personaje completamente
infeliz y alienado, que siente rencor, tanto por su patria que lo rechaza, como por su nuevo
hogar que no lo acepta del todo.
Es claro entonces que la relación de Cernuda con su soledad es bastante interesante, unas
veces se percibe como en “Alegría de la soledad”, donde es elemento fundamental para que
la naturaleza funcione, y otras veces su papel es más afín a la desolación, la tristeza y el
abandono que se plantea en “Tristeza del recuerdo” o “Cementerio en la ciudad”. Esta
situación le permite explorar más sus imaginarios, la España ideal que desea, construyéndola
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más clara e íntimamente, ya que su contacto con el mundo ibérico es limitado, su soledad le
permite abrazar sus ideas de España, se la acerca en tierras ajenas y se convierte en la musa
que lo inspira, una imagen de España que recrea Rafael Alberti en su poema “Canción 5”
(1954), “Hoy las nubes me trajeron, / volando, el mapa de España, / ¡Qué pequeño sobre el
río, / y qué grande sobre el pasto / la sombra que proyectaba!” (n.p).

Es evidente entonces que el exilio forja gran parte de este poemario, es un fantasma
recurrente. Ayuda a la construcción del texto en varios niveles, utilizando hábilmente
diferentes instrumentos, tales como: la particular creación de imágenes, los diferentes
recursos lingüísticos, la evidencia de su influencia anglosajona y el tratamiento particular del
lenguaje, el cual tiene a su disposición, y utiliza de manera versátil y armónica. Cernuda
presenta un poemario lleno de sus sentimientos frente a España, frente a la situación que el
país está viviendo en el momento, y aquí también está la España que él anhela, la que extraña,
la que construye en su mente y en su poesía, están también las imágenes de Reino Unido, los
paisajes grises y tristes, la lengua extraña y la soledad de la vida en otras tierras, además de
las nuevas inspiraciones que ayudaron a la construcción estructural del poemario, en sus
páginas crea un anhelo a la libertad e incluso un respeto a la muerte.
Las Nubes es un gran ejemplo de la influencia del exilio en un poeta, es una obra en la
que este se reconoce en casi todos los aspectos, se nutre de la cultura foránea y de los
recuerdos del poeta para construirse. La visión de mundo que Cernuda presenta en este
poemario se relaciona ampliamente con su condición de exiliado, pero no solo como
reflexión y resultado de este, sino también como su testimonio, en estas páginas también está
escrita su historia, no aspira a hacer parte de un movimiento poético específico ni de parecerse
a otro poeta, simplemente es una reflexión de su historia y su camino por la vida. Está escrito
para quienes entienden la soledad, el anhelo de una patria amorosa y para quienes no
necesitan una temporalidad lineal y establecida.
Este poemario marca la diferencia en comparación con los muchos que se escribieron en
el tiempo de la guerra y posguerra españolas, por el motivo de ser la materialización del
sentimiento de extrañamiento definitivo de Luis Cernuda, él aquí demuestra que, aunque
extraña su país, el tema no es una insistencia en lo político o patriótico, es simplemente la
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manifestación de un español que se ve afectado en su totalidad por la situación de su país, no


solo afecta sus posturas políticas, sino que lo reescribe completamente.
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Bibliografía
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Baudelaire, Charles. Pequeños poemas en prosa. Espasa-Calpe, 1948.
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