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1
Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra
mis transgresiones.
2
Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.
3
Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado.
4
Contra ti he pecado, solo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos;
por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable.
5
Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre.
6
Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría.
7
Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
8
Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.
9
Aparta tu rostro de mis pecados y borra toda mi maldad.
10
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.
11
No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu.
12
Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga.
Oración
Así señor, conforme a la petición de este salmo, así también hazlo conmigo, porque pecador soy, y
no tengo excusa de mi maldad. No tengo excusa, pero tengo Fe y esperanza que tú crearas y
pondrás un corazón limpio dentro de mi, con espíritu integro, recto, noble, y puro que me sustente y
me sostenga.
Amados hermanos en Cristo: Nuestros hijos son el mayor tesoro que Dios pudo habernos
dado, por eso debemos dedicarnos a una oración continua por ellos; hasta verlos firmes
en la fe, en su sometimiento a Dios y en el servicio a El.
Muchas veces pasamos mucho problema con ellos, a causa de la rebeldía, a causa de su
mal comportamiento, de las malas amistades, vicios, mal carácter, indiferencia ante Dios,
y todo esto sin contar el mal ejemplo que le hemos dado sin querer. Muchas veces nuestros
hijos son como son, porque hemos fallado como padres y no hemos sido, ni buen ejemplo,
ni de testimonio para ellos.
Aun en esas condiciones Dios, con tanta misericordia, nos perdona y nos da ARMAS para
luchar por ellos, para arrebatarlos del enemigo, que es el diablo. Si nosotros ESTAMOS
DETERMINADOS a arrancar a nuestros hijos de las manos de satanas, sin duda la
VICTORIA SERA NUESTRA aunque veamos pasar mucho tiempo antes de ver resultados.
Si nosotros peleamos la buena batalla de la FE, tendremos hijos que AMAN, OBEDECEN
Y SE RINDEN ANTE DIOS. Todo es cuestión de resistir y de creerle a Dios. EL LO
HARA!!
Padre Eterno: me acerco confiadamente a ti, ante tu trono de gracia y presento a ti la vida
de todos mis hijos:.....(nómbrelos). Te los dedico y te los consagro y ruego que los guardes
para ti y los apartes para tu servicio. Me comprometo a velar por su vida espiritual y a
orar por el/ ellos continuamente. Que tu voluntad perfecta sea hecha en sus vidas, que tu
propósito eterno y perfecto se cumplan en el/ellos.
Gracias Padre Santo porque mi/s hijo/son un regalo del cielo para mí. Ayúdame a criarlos
y a cuidar de ellos. Los cubro completamente ahora con la preciosa SANGRE DE JESUS.
Bendigo a mis hijos.
Bendigo ahora a..........(nómbrelos); declarando que ellos son linaje escogido bendito del
Altísimo Santo de Israel. Tendrán un futuro y una esperanza que no serán cortados,
porque tú serás la seguridad de sus tiempos.
Bendigo a mis hijos para que sean enseñados directamente por Dios, para que se
multiplique la paz sobre ellos. Dios tenga misericordia de ellos y su rostro resplandezca
sobre ellos. En el poderoso nombre de Jesús.
Mis hijos son tuyos Padre Santo y hago un compromiso ahora contigo de criarlos de
acuerdo a tu Palabra y en tus caminos, apartándolos para ti. Dame la cordura, la sensatez
y la altura para ser digno de la crianza de mis hijos. No permitas que ellos me abandonen
o me desprecien o se olviden de mi. Pon en ellos la capacidad de amar y honrar a papa y a
mama, para que tengan muchas de tus bendiciones a lo largo de sus vidas. Bendigo a mis
hijos.........( nombrarlos) declarando que sus corazones vuelven hacia papa, hacia mama y
nos honran como es tu mandamiento. No permitas que a mis hijos se les enfrié el corazón
hacia papa, hacia mama. No permitas que mis hijos nos avergüencen.
No permitas rebeldía, altanería, desobediencia o traición en mis hijos. Encomiendo a ti
Señor Jesús todo esto y confío en ti y tú lo harás. En tu poderoso nombre. Amén!