EFICACIA, EFICIENCIA, EQUIDAD Y SOSTENIBILIDAD:

¿QUE QUEREMOS DECIR?

Dentro del ámbito administrativo bien sea público o privado, es común

encontrarnos con los conceptos de eficacia, eficiencia, equidad y sostenibilidad.
En muchos casos pueden ser insumos para hilar un discurso, brindar un
significado importante o realzar lo dicho como expresiones que indican buenos
resultados independientemente de si se conoce con precisión su significado.

A través de la lectura “eficacia, eficiencia, equidad y sostenibilidad: ¿Qué

queremos decir?” logramos clarificar el alcance de cada termino por medio del
avance que esta nos brinda y conforme a la diversidad de conceptos tomados de
la pluralidad de grupos de personas.

Por lo tanto el hablar de eficacia nos traslada a definirla como “el alcance o
cumplimiento de metas y objetivos o a la satisfacción de la necesidad que motivo
el diseño y desarrollo de la iniciativa, sin importar los costos y el uso de los
recursos”, teniendo en cuenta que lo que realmente importa dentro del concepto
de eficacia es lograr los resultados planteados dejando de lado otras variables
como la medida en el uso de recursos de diversa índole para el cumplimiento de
objetivos, pero que si relaciona el concepto de objetivo y este puede contener
variables intrínsecas que pueden complementar el concepto a fin de definir el
tiempo, cantidades y demás recursos variables a la hora de cumplir con el
cometido.

Conceptualizar la eficiencia resulta un poco más ambiguo debido a la confusión

que se presenta con el término eficacia y en que en algunos casos suele
confundirse, sin embargo podremos concluir en que la eficiencia es “cumplir los
objetivos, con un uso adecuado, racional u óptimo de los recursos”. En este caso y
a diferencia de la eficacia la cual no pretende tener en cuenta la variable recursos,
la eficiencia de igual forma busca cumplir con los objetivos (eficacia) pero en este
caso involucra la optimización de los recursos utilizados durante la ejecución del
propósito final.

Teniendo en cuenta que nos encontramos en la especialización de economía

publica y gestión territorial y que buscamos impactar positivamente en las
instituciones públicas en lo referente a la optimización de los recursos disponibles,
incluso generando mayores resultados a partir de las fuentes y brindando
rentabilidad social con el logro de objetivos, es realmente vital aclarar la diferencia
de los conceptos de eficacia y eficiencia, incluso el de efectividad que vagamente
se relacionó en el texto y a partir del terreno de lo privado y lo público o social.
Si bien la búsqueda del ámbito privado es obtener rentabilidad financiera, esto es
involucrar rasgos de eficacia y sobre todo de eficiencia, lo que puede dejar claro el
panorama en cumplir con las metas y con la utilización de los mínimos recursos
para bajar los costos de la producción. Caso diferente al del sector público,
gubernamental, estatal o que busca el beneficio o rentabilidad social, por ende los
objetivos son distintos y presupone variables opuestas a las del sector privado,
incluso indicadores que nos llevan a medir la eficiencia de una forma mucho más
compleja y difusa en el campo público.

Conducirnos hacia la definición de equidad se torna de forma más compleja, pues

resulta confuso al equiparar el término con igualdad. Sin embargo al precisar en la
equidad vertical y la equidad horizontal podremos entender que igualdad no es
precisamente un sinónimo de equidad pero que si debemos involucrar a la justicia
como factor clave dentro del desarrollo de la equidad. Es decir, la equidad debe
focalizar los esfuerzos frente a grupos poblacionales que dentro de una sociedad
son diversos y por ello presentan necesidades tanto complejas como diferentes y
que la equidad no sería brindar igual trato a todos los ciudadanos sino lograr
equiparar las condiciones entre grupos poblacionales. Tarea difícil o casi utópica al
evidenciar el modelo económico en el que se basan la mayoría de países.

Por ultimo nos encontramos con el termino sostenibilidad, el cual resulta tan
ambiguo y confuso como los anteriores. Es complejo hablar de sostenibilidad
sobre todo en las políticas públicas, cuando este se refiere directamente a la
permanencia en el tiempo de dichas políticas, pero que entendemos
adicionalmente que no todas las decisiones deben ser de carácter permanente y
que incluso el optar por la permanencia puede distar sobre la eficiencia y en sobre
la sostenibilidad en sí misma, vista como la perdurabilidad de tales políticas pero
que no deben diferir de la revisión de ciertos ciclos e incluso de su finalización. Por
lo tanto el concepto se puede enfocar más en el cumplimiento o logro de los
objetivos en un tiempo determinado (eficacia), con el mínimo de recursos
(eficiencia) y sin impactar negativamente en factores como el medio ambiente,
logrando así no solo cumplir con lo trazado sino evitando las externalidades
negativas sin vulnerar el entorno en que las iniciativas se desarrollan.

Para finalizar es preciso indicar que como actores involucrados en el sector

público y relacionándonos constantemente con la ciudadanía, es necesario
precisar en la conceptualización de los términos relacionados, y no solo quedarnos
en la teorización sino en la aplicabilidad de lo que cada término significa.
Entendiendo además que a medida que avance la claridad conceptual podremos
llegar a dar mejor uso a sus significados y obtener mayores alcances en la gestión
territorial, como búsqueda final de la rentabilidad social y el mejoramiento de la
calidad de convivencia.