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Universidad Autónoma de Entre Ríos.

Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales.


Asignatura: PEDAGOGÍA

Trabajo Práctico N° 1 del Eje 2

Pedagogía

Cohorte 2018 - Aula Virtual

Equipo de cátedra:
Prof. Adjunta: Viviana Mugga
Jefe de Trabajos Prácticos: Sonia Weimer

Estudiante:
Cristaldo, Juliana. (Profesorado en Ciencias Sociales)
Consignas

En esta instancia proponemos una conversación que se inicie a partir de “mirar” en algunas
fotografías seleccionadas (trayectos visuales), las descripciones y particularidades de
las figuras principales de las relaciones pedagógicas: docentes/profesores y estudiantes/alumnos.

Se entiende que, ser docente o estudiante, supone asumir ciertas atribuciones, identidades y
legalidades en el marco de estos ejercicios. De esta manera, se espera que reflexionen acerca de
las “poses” que en términos visuales registran estas imágenes.

Las fotos son tomadas/ fotografiadas por Pepe Navarro (español), Jacob Riis (estadounidense) y
Sebastião Salgado (brasilero) y representan diferentes lugares del mundo, en diferentes épocas:
Riis en Nueva York a finales del siglo XIX; Navarro en Cuba y Salgado en varios países en vías de
desarrollo, los dos últimos a finales del siglo XX.
Pepe Navarro

Jacob Riis

Sebastiao Salgado

Preguntas que pueden orientar la escritura:

Las fotografías refieren a modos de entender el acto educativo; en este sentido: ¿podrían definir
qué corrientes o teorías subyacen en estos retratos? ¿Se observan relaciones o tensiones, entre el
rol y la pose de los retratados? ¿Qué otros factores/elementos inciden en las representaciones
visuales de los mismos?
¿Qué papel juega la mirada del docente/profesor y los/las estudiantes/alumnos/as en esos
escenarios?

¿Qué nos dicen, o qué nos hacen ver, estas fotos acerca de la relación entre profesores y
estudiantes?

Bibliografía Obligatoria

 Dussel, I y Caruso M. “La invención del aula. Una genealogía de las formas de enseñar”.
Santillana. Bs. As. 1999. (Introducción, Cap 1, 2 y 4).
 Dussel, I (2004) “Inclusión y exclusión en la escuela moderna argentina: una perspectiva
posestructuralista”. Cadernos de Pesquisa, Vol. 34, N° 122, maio-ago 2004.
 Cerletti “La disrupción de lo nuevo: un lugar para el sujeto en la educación institucionalizada”
del libro de Frigerio G. y Diker G. “La transmisión en la Sociedades, Sujetos e Instituciones:
Un concepto de Educación en Acción”. Edic. Nov. Educ. Cem. Bs. As. 2004.
Resolución de consignas:

Partimos de la idea de que el aula, tal como hoy la conocemos, no tiene carácter
“natural”, ya que ha sufrido cambios tanto en la organización material (organización
del espacio, elección de locales e instrumental pedagógico) como en la estructura
comunicacional (quien habla, donde se ubica, cual es el flujo de comunicaciones).
En base a este supuesto que nos permite desnatulizar el concepto de aula, me
propondré realizar una conversación entre las imágenes (fotos) presentes en este
trabajo y los textos dados por la catedra, poniendo énfasis en la relación que tiene
los actores (docente/alumno) que conforman un aula.

Iniciando con Las fotos son tomadas por Pepe Navarro me parece interesantes
poner la atención en la posición de los sujetos, y principalmente en su mirada, que
se encuentra dirigida a la cámara. Las expresiones de los cuerpos (que parecen
distendidos) y la mirada puesta en el foco de la cámara, me hace pensar en el texto
de Cerletti referenciado a la “novedad. Encuentro en estas fotografías una idea de
formación del sujeto libre, que, si bien se suscribe en un ideal moderno de educación
acompañado por la condición de gobernabilidad del alumno/estudiante, puedo
distinguir que las imágenes presentan tintes de la idea de educación que se inscriba
en la novedad, difiriendo de la idea de educación como reproductora de las
categorías del capitalismo (condiciones de producción y reproducción social).
retomando con la categoría de “la novedad”, pienso posible que estas fotos remitan
a esa emergencia del sujeto como lugar activo en las instituciones, es decir,
tomando en cuenta la irrupción del sujeto en el interior de la estructura escolar,
considerando los saberes, prácticas y valores, entendiendo que en la transmisión
del conocimiento tiene que imbricarse el espacio de la subjetividad.

Graciela Frigerio utiliza la noción de “extranjeridad” para referir a esa figura que
pone en tensión el orden establecido, que, a su vez, pone en juego todos los
recursos de esa estructura de normalidad. Ese acto de percibir “lo que viene de
afuera”, la asimilación de lo extraño, definirá como lo instituido se pone frente a
frente con los límites de su propia capacidad estructurante. Esta idea de Frigerio
me ayuda a poder encontrar en la imagen un acto educativo de acogida frente al
“otro”, es decir, tomando en cuenta su propia subjetividad, haciéndole a ella en la
institución escolar. Puedo percibir a un docente que, frente a sus estudiantes,
adquiera una política de decisión basada en la constitución de la subjetividad, la
cual se encuentra siempre marcada por la disposición de la novedad.

Además, las imágenes me hacen suponer que la relación entre docente/estudiante


se suscribe en una transmisión con caracteres de infidelidad a la herencia, es decir
“rompiendo” con patrones previamente instituidos, para poder habilitar nuevos
caminos. Teniendo en cuenta que en la relación de intercambio del
docente/estudiante se halla un espacio de “lo que no conocemos” y que habilita el
deseo de conocer lo extraño, lo desconocido.

Destaco dos citas del texto: 1) Cerletti “La novedad se da, paradigmáticamente, en
el lugar de la irrupción del pensamiento del otro. Esta disrupción hace un “hueco”
en los conocimientos transmitidos, interpela la norma instituyente y abre la
posibilidad de una constitución subjetiva. En última instancia, la institución debe
enfrentarse con la pregunta ¿qué hago con el pensamiento del otro?”; 2) “Quien
busca siempre encuentra. No encuentra necesariamente lo que busca, menos aun
lo que es necesario encontrar. Pero encuentra algo nuevo para relacionar con la
cosa que ya conoce (…) Maestro es el que mantiene al que busca en su rumbo, ese
rumbo en que cada uno está solo en su búsqueda y en el que no deja de buscar”
(Ranciere, 2003:48).

Estas dos citas las coloco a modo de síntesis, que representan mi propia
subjetividad frente a las fotografías tomadas por Navarro, realizando una
conversación entre las mismas y los textos de la catedra.

En relación a las imágenes tomadas por Jacob Riis, de forma inmediata me dio a
pensar a lo que leí en el capítulo 2 de Dussel, I y Caruso M. “La invención del aula.
Una genealogía de las formas de enseñar”. Las imágenes muestran posiciones del
cuerpo de los alumnos y maestros, así también como la locación propia del aula, la
distribución del espacio y los instrumentos pedagógicos, que, para mi entender, se
suscriben en el acto educativo de pensar los internados como un ámbito para el
aprendizaje. Este tipo de concepción tiene características de la Edad Media, pero
transcurriendo la modernidad, es decir, utilizando la nueva concepción del niño
(Aries. P) se utilizaron espacios para el desarrollo de atención, cuidados, programas
y control sobre los niños, pero pensando desde una posición religiosa, lo cual
permitió que este proceso de escolarización sea visto como un ideal educativo en
cuanto a sus modos.

Es importante poder identificar el supuesto de “pastoreo” que puedo identificar en


las imágenes, que tiene que ver con una conducción por parte del maestro para con
su rebaño y viceversa, basado en normas de índole moral, donde se necesitaba que
el grupo sea sinónimo de totalidad.

La idea principal que me hacen repensar las imágenes es la fundación de escuelas


para pobres del cura francés J.B. de La Salle (1651-1719). Que habiendo instalado
a fines del siglo XVII el éxito de la escuela elemental (que hallaba sus inicios en
Lutero y el proceso de la individualización, con métodos basados en la naturaleza),
se da como otra respuesta por parte del mundo católico. Este tipo de escuelas, se
basaba en un supuesto de caridad en la relación maestro/alumnos que optara por
maximizar ese vínculo, por lo cual desarrolló una “pedagogía del detalle”, donde
cada pequeña acción, cada asunto al parecer insignificantes fue reglamentado,
atendido e influido por el docente. En esta perspectiva del acto educativo, el silencio
comenzó a hacer protagonista ya que posibilitaba detectar conductas transgresoras
y otorgaba monopolio de control al docente sobre los alumnos.

Las fotografías me remiten, en cuento expresión de los cuerpos, me permiten


identificar una ubicación espacial de los alumnos que esta determinada por los
méritos, notas y progresos. Utilizando así, la ubicación del espacio en beneficio de
la autoridad (cabe destacar que en este acto educativo el docente también se
encontraba condicionado, no podía actuar libremente).

Las imágenes sumadas al tipo de acto educativo que vinculo, expresan una cadena
de vigilancia, en donde los vínculos permanecen unidos a través del control que
ejercen los unos con los otros, es decir, expresa relaciones de poder sustentadas
en la capacidad de mirar y juzgar.
Este tipo de aula, suscripta en el modo lasallano produjo la idea de obediencia
grupal, combinada con la individual, no mezclando métodos sino dando supremacía
a un método global. La Salle adopto una forma de conducción que aceptaba que la
obediencia grupal era lo decisivo. En donde las discreciones individuales podían
corregirse, pero las grupales se consideraban graves.

La tanda de fotografías producidas por Sebastiao Salgado, me remiten a la


concepción de escuela moderna, que retoman los autores de Dussel y Caruso
cuando describen que el aula se convirtió, a partir del S. XX, en parte de un aparato
masivo, el sistema educativo, dando lugar a un modelo central de la transmisión de
la cultura letrada. Sumado a la emergente decisión de los Estados nacionales a
cumplir la función de controlar y dirigir la educación.

Esta emergencia del estado en cuanto al sistema educativo, denoto un poder que
ya no se aplica solo al cuerpo individual (como en las disciplinas) sino que el poder
que se quiere entablar tiene como objeto al grupo, es decir, la población.

En las fotografías vemos que la ubicación de los docentes ha cambiado, lo cual es


porque el docente mismo se convierte en este proceso como objeto de disciplina
miento; otro factor que describen las fotos es el de la posición de los alumnos que
se inscribe en que cambia la actitud frente a la infancia, esta no solo debe ser
controlada sino protegida y civilizada.

Este proceso de la escuela moderna, se encuentra atravesado por el triunfo de la


burguesía liberal, ya que se impone entre sus ideales u modelo de civilización y
cultura europea que debe ser impuesto en todas las regiones.

Con el paso de los años, en el S. XIX, se asienta la lógica de acumulación capitalista,


por lo cual la sociedad se pone a merced del mercado y se extiende sin conocer
frontera (por lo menos en el mundo occidental). El aprendizaje en este contexto
paso a ser considera como un proceso con raíces biológicas.

Si bien las imágenes, parecen mas contemporáneas, es decir, lo expresado en ellas


puede remitir fácilmente a lo que vemos hoy en las aulas y en la relación del
docente/alumno, encuentro la necesidad de mostrar el origen de la concepción de
estas aulas frente al inicio de la escuela en los términos de normalización.

Dicha normalización implica crear una norma general y permite identificar


cumplimientos o desvíos de la norma a través de un parámetro común. La escuela
normalizadora viene con la idea de corregir al individuo desviado.

Estas fotos, además, me remiten a pensar la relación docente/alumno, inscripta en


la perspectiva positivista. Mas allá de que halle características propias del aula en
la actualidad, no debemos negar que sigue habiendo (y con fuerza) métodos
positivistas en las aulas. Por eso remito a la escuela normal como inicio, que deja
huella de esa pedagogía como modelo de la biología, haciendo parámetros sobre
el desvío, la anormalidad, la deficiencia. En otras palabras, un determinismo social
dentro de la escuela, determinando quien triunfa y quien fracasa.

A modo de conclusión quiero distinguir que es la primera vez que escribo desde
imágenes, de manera formal, es decir, en un Trabajo Practico. Me resulto muy
nutritivo poder interpelarme a mí misma sobre como concebía las imágenes y cuales
eran las percepciones que tenia con respecto a los modelos del acto educativo.

Queda en mi la idea de poder conversar sobre la última tanda de fotografías (las de


Salgado) ya que como expresé, la relacioné mucho con la escuela normal y los
métodos positivistas, pero veo, en ciertos sujetos de la foto, un modo de acto
educativo, que es la participación, el deseo de los alumnos de levantar la mano para
hablar, que considero que se hallan más inscriptos en un vinculo de novedad.

Reflexionando sobre los textos y la posibilidad que brinda la pedagogía a la hora de


pensar la relación docente/estudiante y considerando sus respectivos roles como
manifestación de legalidades que le atañen a cada sujeto, me propongo “dividir” el
trabajo en dos partes. Es decir, la primera parte, es la forma de conversación que
se me dio de forma más directa con los textos, donde pude relacionar el aporte de
los autores a las imágenes. Sin embargo, luego de la relectura y la revisión de la
forma en que percibía las imágenes, tome la decisión de articular el primer análisis,
con una mirada más subjetiva. Mi primer análisis corresponde más a una
determinación por encajar las perspectivas/corrientes que mencionan los autores
(Dussel, Carusso y Cerletti) en las imágenes. Con tales motivos, me permito no
borrar el primer análisis ya que éste me posibilitó otro tipo de interpretación (que
considero que se desenvuelve de una manera más relacionada con el trayecto de
la catedra y los autores tanto del Eje 1 como del Eje 2).

Realizo esta segunda “parte”, percibiendo a la pedagogía, al acto y trabajo


pedagógico imbricado en una trama con carácter artístico; si bien posee un “logos”,
una teoría que le brinda estructuras y posibilita otros saberes, podemos habilitar el
pensar al acto educativo como un arte en donde el sujeto se nutre a sí mismo y
consecuentemente al espacio que lo habilita como subjetivo. Este acto de
intercambio y de crecimiento, brinda en su totalidad una expresión artística (como
lo muestras las fotos), en ellas se expresan los cuerpos como manifestación de LA
PALABRA, tanto de los estudiantes como de los docentes.

El correr la mirada, me brindó la emergencia de distinguir “otro modo” de pensar las


relaciones que veía explicitas (y otras no tanto) en las fotografías. En donde, la
primera tanda de fotos (Navarro) me invita a pensar en un acto educativo centrado
en el docente. Si observamos las imágenes, podríamos decir que éstas expresan
centralidad en personas adultas, no necesariamente docentes. Esto se relaciona
con un modo de entender el acto educativo, centrado primeramente en la persona
adulta, en el rol que esta encarna; partiendo de la idea del docente como una figura
de privilegio, y es precisamente un modo de entender la educación que se centra
más en el maestro, en vez de a quienes va dirigido el acto educativo. Podemos
analizarlo en base a las primeras escuelas que poseían características propias de
monasterio, ya que se encontraban atravesadas por “lógicas” eclesiásticas,
religiosas. El acto educativo en esta perspectiva, correspondía más por enseñar las
costumbres y vidas religiosas que como “emancipación” del alumno.

Continuando en la selección fotográfica de Riis, podemos dar cuenta de una primera


diferencia en relación a las fotos de Salguero, aquí las fotografías manifiestan a
grupos, no sujetos individuales. Se pueden ver grupos, que aparentemente se
encuentran en una construcción de aula que bien podría corresponder a un
momento histórico, vemos jóvenes de diferentes edades. Podemos pensar aquí
que, el acto educativo comienza a tornarse de manera “grupal”, que si bien
corresponde con un tipo de escuela suscripta en la escuela elemental (que contiene
sus inicios con Lutero), resulta importante destacar que la educación pasa a
centrarse en un grupo, teniendo que establecer ciertas normas, reglas
(disciplinamiento de los cuerpos en cuanto a sus conductas, por ejemplo) y a su vez
legalidad (otorgar cierta legitimidad a las personas adultas que cumplen un rol
docente, más allá de que también eran disciplinados) que posibiliten desarrollar
una determinada relación entre maestros y alumnos. Ocurre un cambio, que se da
en la concepción del acto educativa, pensando en la centralidad del docente y luego
(como muestran las imágenes) intentando colocar a un grupo de jóvenes.

Por último (y a diferencia de mi anterior análisis) las últimas imágenes me detienen


en una participación activa de los sujetos, ya sean estudiantes y/o docentes;
explicitando la idea de un intercambio, estableciendo un nuevo espacio de
posibilidad en el acto educativo, donde los roles estudiantes/docente se relacionan
con la búsqueda de conocimiento y la relación del docente se inscriba en la
posibilidad del dar cuenta de ese deseo de “lo nuevo” al estudiante. No hay una
supremacía del uno sobre el otro, sino que ambos roles se encuentran de manera
complementaria, condición que permite abrir nuevos caminos en el acto educativo
desde el trabajo pedagógico.

A modo de conclusión quería dejar sentado la discrepancia que resultó (luego de


varias reflexiones) con análisis, primeramente, ya que cuando lo leía no podía
encontrar una mirada y una conversación correspondiente a la interpretación de las
fotografías.

Considero que lo que hice, primeramente, fue inscribir esas imágenes en las
corrientes que los autores realizaban sobre la genealogía del acto educativo.
Por tal motivo realicé el segundo análisis, que pudiera mostrar el por qué siento que
el arte se relaciona con la pedagogía, utilizando las imágenes. Aun así, decidí no
borrar el primer análisis ya que eso fue lo me brindó la posibilidad de otro análisis
posterior.

Como lo manifesté, a través del aula virtual, fue esa irrupción de “lo nuevo”, lo que
me habilitó un espacio de novedad (que correspondería a mi segundo análisis).

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