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El siguiente documento es una transcripción de Federalismo 1689 español (Febrero, 2020), de

las cinco ponencias sobre Teología del Pacto Bautista Reformado dictadas por el Dr. Samuel
Renihan, durante una conferencia en el año 2017 llamada: 2da. Escuela de Teología -
Pasado, Presente y Futuro de la Reforma.

Tomado con permiso de los vídeos publicados por la Iglesia Bautista Gracia Redentora, de su
conferencia en la ciudad de Pereira, Colombia. Quienes también facilitaron las notas personales
usadas por expositor para ampliar el contenido teológico presente en esta obra.

Al final de este documento se incluyó un apéndice, el cual contiene más información relacionada
al tema de los fundamentos de la teología pactual bautista reformada, hecho originalmente por
Samuel Renihan y su hermano Micah Renihan.

Se permite la libre distribución, impresión y referencias al mismo, siempre y cuando cite las
fuentes originales con sus créditos correspondientes. Prohibido su uso con fines lucrativos.

Transcripción: Ana C. Torrealba & Candy C. Herrera.

Edición y Revisión Final: Luis J. Torrealba.

Diseño de Portada: Behold Graphic Studio (@Behold_Graphic).


“La doctrina del pacto divino está en el origen de toda
verdadera teología. Se ha dicho que quien entiende bien
la distinción entre el Pacto de Obras y el Pacto de Gracia,
domina la teología. Estoy persuadido de que la mayoría
de los errores que los hombres cometen concernientes
a las doctrinas de la Escritura, se originan en
equivocaciones fundamentales relacionadas
con los pactos de la ley y la gracia.

Que Dios me conceda ahora poder para enseñarles


y a ustedes la gracia de recibir la instrucción
sobre este tema vital.”

- Charles H. Spurgeon.
ÍNDICE
PREFACIO 8

SESIÓN I - FUNDAMENTOS DE LA TEOLOGÍA FEDERAL 11


Introducción 11
1. ¿Qué es un pacto? 12
2. ¿Cómo establece Dios sus pactos con los hombres? 15
a. Por medio de leyes y promesas 15
b. Por medio de una cabeza federal 17
3. La necesidad de los pactos 18
a. La criatura en sí mismo no puede merecer una recompensa de Dios si Dios no la
provee en un pacto. 18
b. Los pactos que Dios ha hecho con los hombres siempre ofrecen beneficios que
no serían disponibles aparte de la bondad de Dios ofreciéndolos en pacto. 19
4. Consecuencias y conexiones sistemáticas 20
a. Es imposible disfrutar las bendiciones del pacto sin cumplir la
condición del pacto. 20
b. Las relaciones entre varios pactos se aclaran por un análisis de
sus promesas específicas. 21
c. La membresía de un pacto se define y se limita por la representación
de la cabeza federal del pacto. 22
d. Pactos provienen de la revelación e imposición de Dios, y por lo tanto
no son ni más ni menos que esto. 22
Conclusión 23

SESIÓN II - EL PACTO DE OBRAS Y EL PACTO DE GRACIA 24


Introducción 24
1. El Pacto de Obras 24
a. Dios le puso en el Huerto de Edén 24
b. Dios le nominó como Cabeza Federal 25
c. Dios le obligó a una ley de obediencia 26
d. Dios le prometió vida eterna 27
e. Dios le amenazó con sanciones 29
f. Dios le pactó un pacto de obras 29
2. El Pacto de Redención 30
3. El Nuevo Pacto de Gracia 32
a. Perdón de pecados y justicia perfecta 33
b. Una nueva naturaleza (mente, albedrío, afecciones) y santificación 34
c. Adopción y preservación 34
d. Resurrección y Glorificación 35
Conclusión 36

SESIÓN III - EL PLAN DE DIOS Y LOS PACTOS CON ISRAEL 37


Introducción 37
1. La identidad de los Pactos de Israel 37
a. Las promesas y su cumplimiento 38
b. Las leyes y su función 41
2. El propósito de los pactos de Israel 43
a. Republicar al mundo el Pacto de Obras 43
b. Preparar al mundo para el Pacto de Gracia 44
3. La abrogación de los pactos de Israel 46
a. El misterio de Cristo 47
b. El reino de Cristo 49
Conclusión 50

SESIÓN IV - LOS BAUTISTAS Y SU HISTORIA 52


Introducción 52
1. La unidad de la teología federal de la tradición reformada 52
a. La ley y el evangelio 53
b. El Pacto de Obras y el Pacto de Gracia 53
2. La diversidad de la teología federal de la tradición reformada 55
La relación de la ley y el evangelio con los pactos de Israel en general
y las dificultades del pacto Sinaítico en particular 55
3. Los bautistas y la tradición reformada 57
a. Sus orígenes históricos 57
b. Unidos con la unidad, diversos con la diversidad 61
Conclusión 64

SESIÓN V - CRÍTICAS A OTROS MODELOS 65


Introducción 65
Dispensacionalistas 66
a. ¿Quiénes son los dispensacionalistas? 66
b. ¿Qué creen los dispensacionalistas? 67
c. ¿Por qué están equivocados? 68
Paidobautistas 70
a. ¿Quiénes son los paidobautistas? 70
b. ¿Qué creen los paidobautistas? 70
c. ¿Por qué están equivocados? 72
Teología del nuevo pacto 79
a. ¿Quiénes son los de la teología del nuevo pacto? 79
b. ¿Qué creen los de la teología del nuevo pacto? 79
c. ¿Por qué están equivocados? 80
Conclusión 82

APÉNDICE
TEOLOGÍA BÍBLICA DEL PACTO BAUTISTA REFORMADO 83
Introducción 83
Fundamentos de la Teología Pactual Bautista Reformada 84
1. El Pacto de Redención informa y une toda la historia redentora. 84
2. El Nuevo Pacto es el cumplimiento final y completo del pacto
de redención en la historia. 84
3. El Pacto de Gracia es la inauguración del Pacto de Redención en la historia
a través de la revelación progresiva y aplicación retroactiva del Nuevo Pacto. 85

4. El Antiguo Pacto es el Israel teocrático, definido por el pacto Abrahámico,


condicionado por el pacto Mosaico, y enfocado por el pacto Davídico. El Antiguo
Pacto, y por tanto cada uno de esos tres pactos, difieren del Nuevo Pacto no
solamente en administración, sino también en sustancia. 86
5. El Antiguo Pacto está relacionado histórica y tipológicamente con el Nuevo Pacto. 89
6. Para estar en un pacto, se debe estar unido a una cabeza federal de ese pacto.
La relación de la cabeza federal es inmediata en cada pacto. 92
7. Jesucristo ha sido y siempre será la cabeza federal del Pacto de Gracia/Nuevo Pacto.
Para estar unido federalmente a Él, usted debe ser 1) prometido a Él, fuera del
tiempo, en el Pacto de Redención y 2) traído a la unión con Él, en el tiempo, por el
Espíritu Santo. 92
Las Bases Bíblicas y Teológicas para el Credobautismo 97
1. La historia de la redención avanza progresivamente dando
lugar a nueva revelación. 97
2. Las diferentes épocas de la historia de redención son gobernadas
por sus propios cánones pactuales. 97
3. Los elementos de ley positiva de diferentes cánones pactuales
están restringidos a sus propios cánones pactuales. 98
4. A fin de entender las estipulaciones y sanciones de un canon pactual
particular, podemos mirar solamente a ese pacto en particular. 99
5. La circuncisión es una ley positiva del Antiguo Testamento y por lo tanto
sólo se aplica en ese pacto excepto en la medida que actúa como un tipo. 100
6. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Pacto establecido por Cristo a través
de una ley positiva. Nuestro entendimiento para el cumplimiento de este
requisito, por lo tanto, está restringido al canon de pacto bajo el cual fue dado. 100
7. Se debe dar el peso adecuado a la novedad del Nuevo Pacto. 102
8. Además, el trato del Nuevo Testamento de la Escritura del Antiguo Testamento
como de misterio, sombras y tipos, indica que el Nuevo Testamento debe ser
la lente a través de la cual vemos el Antiguo Testamento y no viceversa. 105
9. Promesa y Cumplimiento. 106
Conclusión 108
PREFACIO

Los Bautistas Particulares surgieron del movimiento puritano inglés en las


parroquias y universidades de Inglaterra. Varios de los Bautistas Particulares de la
primera generación asistieron a Cambridge y Oxford y comenzaron sus carreras
ministeriales como sacerdotes en la iglesia de Inglaterra. Los ministros laicos entre los
bautistas particulares estudiaron y predicaron la teología reformada. Para los Bautistas
Particulares, una aplicación consistente de la teología Reformada trajo conclusiones
congregacionales y bautistas. Este fue el caso en su teología del pacto, el cual se desarrolló
dentro de la unidad y diversidad de las ramas más grandes del árbol familiar reformado
del pacto.
El corazón de la teología reformada del pacto es la distinción sustancial entre la ley
y el evangelio. Esta distinción fundamental fue la base para las expresiones más
desarrolladas de los pactos legales y evangélicos, o los pactos de obras y de gracia. La
teología del pacto de los Bautistas Particulares juntó la unidad ley-evangelio concerniente
a la condenación en Adán y la salvación en Cristo. Ellos enseñaron claramente las
doctrinas de los pactos de obras y de la gracia.1
La Segunda Confesión de Fe de Londres (1677) confiesa el pacto de obras,
siguiendo sus detalles del capítulo siete al capítulo seis.
A pesar de que Dios creó al hombre recto y perfecto, y le dio una ley justa,
que hubiera sido para vida si la hubiera guardado, y amenazó con la muerte
su transgresión (2CFL 6.1, itálicas agregadas).

Más adelante en el mismo capítulo, la confesión describe la cabeza federal de Adán.


Él permaneció en “la habitación y el lugar de toda la humanidad” que recibe su culpa
“imputada” y “naturaleza corrupta.” El capítulo siete identifica específicamente la “ley
para vida” del capítulo seis como un pacto. De hecho, afirma que la “ley para vida” sólo
puede ser un pacto.

1El pacto de obras no aparece de manera prominente en las obras de los bautistas particulares sobre la
teología del pacto debido a la naturaleza polémica de sus escritos pactales. No era un punto de debate.
Cuando surge en sus escritos, es tratado como un hecho. No conozco ningún Bautista Particular que
niegue el pacto de obras en nombre o en concepto, aunque conozco por lo menos veintitrés ejemplos
únicos del pacto de obras en la literatura bautista particular del siglo XVII (es decir, autores individuales).
Además de estos casos, hay muchos más que hablan de Adán como una “persona pública,” es decir, una
cabeza federal.

8
La distancia entre Dios y la criatura es tan grande que aun cuando las
criaturas racionales le deben obediencia como su Creador, éstas nunca
podrían haber logrado la recompensa de la vida a no ser por alguna
condescendencia voluntaria por parte de Dios, que a Él le ha placido
expresar en forma de pacto (2CFL 7.1, itálicas agregadas).

Los Bautistas Particulares juntaron la unidad de la teología del pacto reformada,


no sólo con respecto al pacto de obras, sino también con respecto al pacto de gracia. La
salvación en Cristo vino sólo por gracia a través de la fe sola en Cristo solamente a través
de todas las edades. Los elegidos, dados a Cristo en el pacto de redención, reciben sus
beneficios en el pacto de gracia (2CFL 7.2-3).
Los distintivos pactales de los Bautistas Particulares derivan de la diversidad ya
presente en el pensamiento paidobautista. Una gran rama dentro del árbol familiar
reformado enseñó que el pacto Mosaico es el pacto de obras en sustancia. Una rama
similar, pero distinta, veía el pacto Mosaico como un pacto de obras, aunque distinto del
pacto original de obras. Ambas ramas asignaron una función subordinada al pacto
Mosaico como la promoción del progreso y la revelación del pacto de gracia. Una tercera
rama argumentaba que el pacto de obras era materialmente “conocido,” “declarado” o
“revelado” a Israel, aunque no formalmente “hecho” con ellos. El pacto Mosaico no era
un pacto de obras en sustancia. El rasgo distintivo de la teología del pacto Bautista
Particular fue aplicar estas herramientas al pacto Abrahámico, concluyendo que era un
pacto legal, terrenal, nacional y tipológico.
Usando la sustancia lógica de la teología reformada (ley-evangelio), los Bautistas
Particulares argumentaron que para disfrutar de las bendiciones del pacto Abrahámico
uno debe obedecer a una ley positiva, la circuncisión. La desobediencia deshereda.
Nehemiah Coxe dijo, “primero nos encontramos con una expresa orden de Obediencia a
un Comando (y la de Derecho positivo) como la Condición de Interés de Pacto.” 2 Esta es
la naturaleza de un pacto de obras.
Basado en este fundamento, los Bautistas Particulares inmediatamente conectaron
el pacto Abrahámico con el pacto Mosaico. Coxe dijo:
En este modo de transacción [el pacto], el Señor se complació en trazar las
primeras Líneas de esa Forma de Pacto-Relación, en el cual la simiente

2Nehemiah Coxe, A Discourse of the Covenants That God made with Men before the Law (London:
J[ohn] D[arby], 1681), 104.

9
natural de Abraham, fue plenamente establecida en la Ley de Moisés, que
fue un Pacto de Obras, y su condición o términos, Haz esto y vive.3

La tradición Reformada ya hizo el argumento con respecto a Moisés. Los Bautistas


señalaron que el mismo arreglo (obediencia para la bendición) ya estaba presente con las
mismas partes (Abraham y sus descendientes) y los mismos mandamientos (leyes
positivas) mucho antes de la ampliación de la ley. El lapso de tiempo y la diferencia en la
cantidad de las leyes fue el resultado del pacto dado a los nómadas en oposición a un
pueblo a punto de entrar en un reino completo.
Los Bautistas Particulares argumentaron que la Biblia asigna a Abraham una
descendencia terrenal y una descendencia celestial, y que los clasifica en dos pactos
diferentes, un pacto terrenal según la carne y un pacto celestial según el Espíritu. Esto,
argumentaron, fue la exégesis intracanónica de la Biblia misma, comparando Gálatas 3–
4 y Génesis 17. Para los Bautistas Particulares, el modelo paidobautista confundió dos
simientes distintas en un pacto e impuso el típico modelo nacional terrestre de Israel
sobre la iglesia transnacional celestial anti-tipológica.
Era importante para los Bautistas Particulares mantener una estrecha relación
entre el(los) antiguo(s) pacto(s) y el pacto de gracia. Aunque eran distintos, no debían
dividirse. El(los) antiguo(s) pacto(s) estaba(n) subordinado(s) al pacto de gracia e
hicieron disponibles sus beneficios a través de la tipología. Pero, por sí mismos, no
concedieron bendiciones celestiales. “A pesar del respeto que este Pacto tiene al Pacto de
Gracia, todavía se mantiene distinto de ella; y no puede dar más que bendiciones externas
y tipológicas a una Simiente tipológica.” 4 El pacto de gracia fue materialmente conocido
en el(los) antiguo(s) pacto(s), pero no formalmente hecho hasta que Cristo derramó su
sangre. El pueblo celestial de Dios comenzó en el jardín y se extendió a todas las edades.
El pueblo terrenal de Dios comenzó con Abraham y terminó con la cruz.
Donde la teología del pacto reformada estaba unida, los Bautistas Particulares se
unieron con ellos. Donde la teología del pacto reformada era diversa, los Bautistas
Particulares vivieron dentro de esa diversidad.

- Dr. Samuel Renihan.


(Particular Baptist Covenant Theology, Founders Ministries)

3 Coxe, A Discourse of the Covenants, 104.


4 Coxe, A Discourse of the Covenants, 109.

10
SESIÓN I
FUNDAMENTOS DE LA TEOLOGÍA FEDERAL

Introducción

La tradición es la fe viviente de los muertos,


el tradicionalismo es la fe muerta de los vivientes.

En estas lecciones acerca de la reforma, nuestra meta no es simplemente transmitir


la tradición de nuestros padres, sino mostrar que lo que ha sido enseñado proviene de las
Escrituras. Nuestra meta es recuperar y entender la tradición de nuestros padres
bautistas. Y una vez recuperada enseñamos esa tradición a las posteriores generaciones
porque representa la fe auténtica de la palabra de Dios.

Mi trabajo es enseñarles la teología federal o la teología del pacto. Hay tres palabras
en latín para “pacto” y es por ello que contamos con un vocabulario amplio, la primera
palabra es Foedus del cual proviene “Federal”, un confederado son personas en
federación que están en un pacto; la siguiente es Pactum del cual proviene la palabra
“Pacto”; y Testamentum que significa “Testamento”. Entonces cuando uso la palabra
“Federal” estoy diciendo “Pactual”. Lo que quiero dar a entender es que el vocabulario en
sí mismo es una dificultad aún en el idioma español porque tenemos no solamente que
recuperar la tradición sino también desarrollar el vocabulario de la teología federal en
español.

Por tanto, mi trabajo es difícil por varias razones. Principalmente porque este
idioma no es mi lengua materna,5 entonces siempre habrá un riesgo por falta de
comunicación. Creo que estoy diciendo una cosa pero he comunicado otra debido a que
estaré utilizando términos y palabras que de primera no se entiende el significado de las
mismas. Por lo que mi deseo en esta primera lección es establecer los fundamentos
básicos, los términos, y las herramientas de la teología federal para que en las próximas
lecciones podamos usar las mismas.

5 Nota del Editor: En el presente documento se realizó el trabajo de revisión de sintaxis en español para facilitar
la comprensión lectora. Debido a esto, encontrará un orden de palabras distinto (o palabras adicionales o quitadas)
a lo expresado originalmente por el expositor en la conferencia. Esto, adicional a las notas personales del expositor
incluidas en este documento.

11
Mi trabajo es difícil también porque la teología federal no es bien conocida. La
escasez de obras en el idioma español de esta doctrina ha contribuido a un
desconocimiento en la teología federal de los bautistas. Otro problema está en que
muchos asocian el credobautismo directamente con el dispensacionalismo, y la falta de
teología federal desde una perspectiva bautista combinado con la influencia del
dispensacionalismo, ha creado un ambiente en que muchos asocian la teología federal
con el bautismo de infantes: el paidobautismo. Por lo que para muchas personas es una
sorpresa el término bautista y una teología de los pactos.

Por eso, si no hay muchos libros acerca del tema, si muchos bautistas son
dispensacionalistas y si muchos creen que la teología federal es igual al bautismo de
infantes, es mi trabajo llenar los huecos, corregir los errores e informar sobre la
ignorancia. Es decir que mi trabajo es difícil. Y, sin embargo, tenemos cinco lecciones
para hacerlo.

Les aviso que partes de mis lecciones serán afirmaciones sin argumentos a veces,
es decir, que les diré lo que la Biblia enseña sin todos los detalles y argumentos que
contribuyen a la conclusión. Esto debido a que somos criaturas finitas con tiempo
limitado en esta conferencia, y por ello que pido disculpas y me entiendan el por qué no
puedo expandirme tanto.

Entonces, vamos a proceder por medio de cuatro puntos básicos.

1. ¿Qué es un pacto?

Un pacto es un compromiso bajo sanción. Es un compromiso cuyas


condiciones garantizan la participación de todos los partidos. No es un acuerdo general;
es un acuerdo condicionado de tal manera que los partidos tienen que cumplir sus
compromisos o habrá consecuencias. Por eso decimos que un pacto es un compromiso
bajo sanción, porque las sanciones son amenazas, son condiciones que garantizan
la participación y el compromiso de los partidos.

Ahora bien, ¿por qué esta definición? ¿En qué parte de las Escrituras encontramos
esta definición? ¿Es bíblica esta noción de un pacto? Sí. Por ejemplo, noten como Jonatán
hizo un pacto con David.

12
1 Samuel 20:12-16, “12 Entonces dijo Jonatán a David: ¡Jehová Dios de
Israel, sea testigo! Cuando le haya preguntado a mi padre mañana a esta
hora, o el día tercero, si resultare bien para con David, entonces enviaré a ti
para hacértelo saber. 13 Pero si mi padre intentare hacerte mal, Jehová
haga así a Jonatán, y aun le añada, si no te lo hiciere saber y te enviare
para que te vayas en paz. Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre.
14 Y si yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no muera,

15 y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová

haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el
nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David. 16 Así hizo Jonatán
pacto con la casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de
los enemigos de David.”

Noten lo que sucedió en este pacto: Jonatán ha jurado, se ha comprometido a hacer


algo, y luego añadió a su juramento una maldición sobre sí para garantizar su
participación en el pacto: si no cumpliera su palabra habrá consecuencias y Dios es el
testigo. Jonatán clama a Dios pidiendo que lo maldiga, que lo castigue si no cumple su
palabra.

Cuando los hombres hicieron pactos, habían ceremonias que usaban para
representar o simbolizar esta parte del pacto: las condiciones o garantías. Normalmente,
pero no siempre, lo que hacían era cortar y dividir animales, colocando una mitad del
animal a un lado y la otra mitad del animal a otro lado, y así pasar por medio de las partes
del animal; por ejemplo en Génesis 15 con Abraham y Dios. Y el significado de esta
acción fue igual a las palabras de Jonatán, “Jehová haga así a mí, y aun le añada, si no
cumplo el pacto”. Es una forma de invocar y establecer sanciones en el pacto, aunque
entre Jonatán y David no habían animales cortados, eran las mismas partes del pacto:
Un compromiso bajo sanción.

Otro ejemplo:

Jeremías 34:18-20, “18 Y entregaré a los hombres que traspasaron mi


pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en
mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por
medio de ellas; 19 a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a
los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron
entre las partes del becerro, 20 los entregaré en mano de sus enemigos y en

13
mano de los que buscan su vida; y sus cuerpos muertos serán comida de las
aves del cielo, y de las bestias de la tierra.”

En este pasaje Dios está proclamando que hay hombres que traspasaron un pacto,
que antes, cuando hicieron el pacto, pasaron entre las partes del becerro, y ahora Jehová
menciona que él derramará maldición sobre los que estuvieron en pacto con él, porque
no cumplieron sus compromisos; por eso, ahora ellos morirán conforme a las amenazas
del pacto.

Otro ejemplo:

Salmo 50:5, “5 Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con
sacrificio.”

Hacer un pacto con sacrificio significa cortar animales y pasar entre sus partes para
finalizar el pacto. Y esto garantiza la participación de los partidos.

Un último ejemplo más:

Éxodo 24:7-8, “7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el
cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8
Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo:
He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros
sobre todas estas cosas.”

Los israelitas no pasaron por partes de animales, pero Moisés les roció con sangre
para significar que había amenazas y condiciones garantizando su participación en el
pacto; es decir, que ellos debían obedecer conforme a su compromiso o la sangre de ellos
sería derramada.

Entonces ¿Qué es un pacto? Es un compromiso bajo sanción. Esto es


importante porque como vemos en Hebreos 9:16-17 nos dice que un pacto sin sanciones
no tiene fuerza. Un mandamiento no tiene poder si no hay un castigo o consecuencias
por no obedecerlo, así también un pacto con compromiso que no tiene amenazas para
garantizar la participación de los partidos no es un pacto. Dios cuando hizo pactos con
los hombres utilizó y estableció sanciones para garantizar su participación.

Las sanciones del pacto son importantes y necesarias. No puedes recibir los
beneficios de un pacto sin cumplir las condiciones, en otras palabras, no puedes sacar
provecho del pacto, sin cumplir tus compromisos. Por ejemplo, en la historia de Israel,

14
Dios pactó con los israelitas la tierra de Canaán y una vida prospera en ella, pero ellos no
podían disfrutar los beneficios del pacto sin al mismo tiempo adorar a Dios y servirle
fielmente conforme a su Palabra: los libros de Moisés. Y cuando ellos desobedecieron,
Dios los castigó expulsándolos de la tierra santa, exactamente como él había dicho que
haría si ellos no cumplieran el pacto.

Habiendo definido un pacto, sigamos a la segunda pregunta del bosquejo,

2. ¿Cómo establece Dios sus pactos con los hombres?

Si Dios pacta con los hombres, ¿cómo lo hace? ¿Cómo establece Dios sus pactos
con los hombres? Dios establece sus pactos con los hombres, primeramente, por medio
de leyes y promesas.

a. Por medio de leyes y promesas


Si un pacto es un compromiso bajo sanción, ambos partidos tienen compromisos.
Entonces, en un pacto, Dios impone leyes y promete una recompensa si el siervo guarda
las leyes impuestas. “Haz esto, y recibirás aquello”. “Haz esto” es una ley. “Recibirás
aquello” es una promesa. Por medio de leyes y promesas hay compromisos. Si Dios
impone una ley incluye una promesa, pero el disfrute de la promesa depende obediencia
a la ley; aunque haya una promesa involucrada la obediencia controla el disfrute de la
misma.

Por eso, las sanciones garantizan la participación de los partidos del pacto. “Si no
haces esto, no recibirás la promesa; al contrario, serás condenado”.

Estaremos analizando las leyes y las promesas de los pactos en las Escrituras
porque así es como Dios pacta con los hombres y de esta manera llegar a una exactitud
del análisis de los pactos. Es de suprema importancia que prestamos atención a las leyes,
las promesas, y las sanciones. ¿Cuáles son las obligaciones de los partidos?
¿Cuáles son las condiciones del pacto? ¿Cuáles son las sanciones? Si nos
equivocamos en estos detalles, muchos problemas teológicos pronto seguirán.

15
Al analizar las leyes y las promesas de un pacto, quiero resaltar dos tipos de pactos.

Material: Respuesta o reacción: Sanción: Forma:

Ley  Obedecer  El obligado  Pacto de obras

Promesa  Recibir  El prometedor  Pacto de gracia

Si Dios impone una ley, nuestra respuesta es decir “Yo haré lo que me has
mandado”, responder con obediencia. Entonces ¿A quién se dirige la sanción? Al
obligado, la sanción te amenazará si no haces lo que Dios te dijo que debes hacer, si no
cumples tu compromiso en el pacto serás condenado. Y llamamos tal pacto un “Pacto
de obras” porque depende de obediencia y el estar obrando: haciendo el trabajo del
pacto. Esto no significa que un pacto de obras no tiene promesas, simplemente quiere
decir que un pacto de obras protege el disfrute de las promesas con obediencia y
sanciones al obligado.

A parte, vemos otro tipo de pacto en las Escrituras, que empieza con una promesa,
cuando Dios no impone sino que presenta una promesa gratuita ¿Cómo respondemos?
Recibiéndola. Y ¿A quién se dirige la sanción? Al que prometió, “Yo te prometo proveer
tal cosa” por lo que la sanción sería “Si no provees lo que tu prometiste, caerá una
maldición sobre ti”. Por eso llamamos a este pacto un “Pacto de Gracia”, porque el
disfrute de la bendición no depende de obras o de obediencia sino que depende de la
bondad del prometedor, es por esto que para el que recibe, desde su perspectiva, es gratis
porque su participación es recibirlo.

Vemos esto en las Escrituras:

Romanos 11:6, “6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la


gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra
ya no es obra.”

Los términos, un pacto de obras y un pacto de gracia, en las escrituras nos dice “O
tienes que ganarlo o lo recibes gratuitamente”, si tienes que ganarlo por obediencia es
un pacto de obras y el disfrute de la bendición depende de obedecer (obras); si tu disfrute
de la bendición depende simplemente de lo que Dios te ha prometido entonces es un
pacto de gracia, porque lo recibes gratuitamente. Por lo que un pacto de obras no puede
ser un pacto de gracia ni viceversa, porque es el uno o el otro.

16
b. Por medio de una cabeza federal
¿Cómo establece Dios sus pactos con los hombres? Impone leyes y ofrece
promesas. Pero hay más. Dios establece sus pactos con cabezas federales. Cuando
utilizamos el término “gobierno federal o Estado federal” nos referimos a un gobierno
por representación. Una cabeza federal es un individuo que representa a un grupo.

Dios siempre establece sus pactos con cabezas federales. Esto es importante
porque nos indica la membresía del pacto. Si quieres saber quiénes son las personas en
un pacto, pregunta ¿a quiénes representa la cabeza federal? Porque Dios pactará con una
sola persona en nombre de un grupo de personas y nadie más participa en el pacto, por
lo que la cabeza federal tiene una gran importancia.

Ustedes ya conocen esta verdad. ¿Cómo lo sé? Porque creemos que todos los que
están en Adán están perdidos; y todos los que confían y están en Jesucristo son salvos.
De esta forma, estamos utilizando la teología federal sin los términos. Adán y Jesús son
cabezas federales de distintos pactos. Nacemos en pecado porque Adán es nuestro
representativo. Si renacemos, estamos en Cristo. Pablo dice en

I Corintios 15:48, “48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual
el celestial, tales también los celestiales.”

Cual la cabeza federal así también los confederados. Pablo dijo también en

Romanos 5:19, “19 Porque así como por la desobediencia de un hombre


los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de
uno, los muchos serán constituidos justos.”

Esto es representación federal. Las acciones de una persona afectan a un grupo de


personas porque el uno representa los muchos. Por eso es una cabeza federal. Cuando
Dios establece un pacto con los hombres por medio de leyes y promesas, esas leyes y
promesas fluyen por medio de la cabeza federal. Si la cabeza federal guarda la ley, los
muchos reciben el beneficio condicionado en la ley. Si la cabeza federal recibe promesas,
los muchos reciben los beneficios prometidos.

Por lo tanto, tenemos que prestar atención no solamente a las leyes, promesas y
sanciones, sino también la persona con quién Dios pacta en nombre de los muchos. Todos
los pactos tienen una cabeza federal, menos el pacto Sinaítico, al principio, el cual
hablaremos más adelante.

17
En resumen: ¿Qué es un pacto? Un compromiso bajo sanción; los
compromisos son leyes y promesas, “Yo haré”, “Tu harás”; las sanciones garantizan la
participación de los partidos; y Dios establece sus pactos por medio de cabezas federales.
Habiendo hablado acerca de qué es un pacto, y cómo Dios establece sus pactos con los
hombres, vamos a hablar acerca de la necesidad de los pactos.

3. La necesidad de los pactos

a. La criatura en sí mismo no puede merecer una recompensa de Dios si


Dios no la provee en un pacto.
Cuando Dios pacta con los hombres les ofrece beneficios o por medio de obediencia
o por medio de una promesa. Y esto es importante porque nos recuerda de la gran
diferencia y distancia que hay entre el Creador y la criatura. Lo que quiero decir es que
por naturaleza las criaturas tienen una obligación a obedecer su Creador en cualquiera
cosa. Le debemos a Dios obediencia absoluta. ¿Qué nos debe Dios por nuestra
obediencia? No nos debe nada, al menos la aprobación. Dios es justo, entonces, si le
obedeces Su justicia aprueba tu obediencia, pero Dios no te debe más que eso. No has
ganado o merecido algo por tu obediencia. Porque la criatura en sí mismo no puede
merecer una recompensa de Dios, no puede endeudar a Dios, es imposible porque somos
criaturas. Entonces, nuestra obediencia no merece nada y Dios no nos debe nada, al
menos Su aprobación. Dice la biblia en

Job 35:7, “7 Si fueres justo, ¿qué le darás a él? ¿O qué recibirá de tu mano?”.

Dios en sí mismo no nos necesita, no necesita la obra de nuestras manos. Si soy


justo no añado justicia al Justísimo, Dios no corresponde a un sistema de justicia, Él es
justicia, es Justo en sí mismo. Por lo que no podemos poner en deuda a Dios por nuestras
obras.

Lucas 17:10, “10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os
ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer,
hicimos.”

18
Esta es la perspectiva de la criatura con respecto al Creador: nosotros no exigimos
ni demandamos una recompensa por nuestra obediencia porque no podemos, es
imposible. Y por eso, pactos son medios por los cuales Dios pone a disposición ciertos
beneficios que aparte de estos pactos no serían o estarían disponibles.

Es vista de esto, la Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689 dice en capítulos


7 párrafo 1: “La distancia entre Dios y la criatura es tan grande que aun cuando las
criaturas racionales le deben obediencia como su Creador, éstas nunca podrían haber
logrado la recompensa de la vida a no ser por alguna condescendencia voluntaria por
parte de Dios, que a él le ha placido expresar en forma de pacto.” (2CFL 7.1). En este
párrafo, que muchos leen y no saben lo que han leído, expresa lo que acabo de enseñarles:
que siendo criaturas no ganamos nada con nuestra obediencia. Véase que dice “la
recompensa de vida” para Adán era parte de un pacto y Dios en su bondad y
condescendencia voluntaria hizo posible que Adán ganase la vida eterna en un pacto.

b. Los pactos que Dios ha hecho con los hombres siempre ofrecen
beneficios que no serían disponibles aparte de la bondad de Dios
ofreciéndolos en pacto.
Enfatizo este punto porque vamos a hablar bastante de pactos que condenan y
castigan/maldicen a los participantes; tenemos que reconocer que todas las maldiciones
de los pactos provienen de la maldad de los pactantes: de los hombres en pacto. Pero los
pactos en sí, todos, ofrecen beneficios a los hombres y estos beneficios provienen
puramente de la bondad de Dios, beneficios que aparte de la bondad de Dios nunca serían
posibles lograr. Por lo que nunca debemos tener una perspectiva negativa o mala de los
pactos.

Por eso, quiero que nuestra perspectiva de los pactos bíblicos sea una perspectiva
que admira y adora la bondad de Dios. Dios no tenía una obligación de pactar con los
hombres. Entonces, aunque hablemos mucho de sanciones y amenazas, no debemos
pensar negativamente acerca de los pactos.

Las sanciones protegen las bendiciones. Las amenazas protegen la recompensa.


Garantizan que el prometedor cumplirá su promesa, y garantizan que el obligado
cumplirá su trabajo. Dios es bueno y santo, sus pactos ofrecen bendiciones y beneficios
maravillosos, pero su santidad y justicia no permiten participación en el pacto sin
conformidad a las condiciones del pacto.
19
4. Consecuencias y conexiones sistemáticas

Quiero mostrarles como cosas tan básicas y sencillas como estas tienen
consecuencias gigantes en el sistema de teología. Como dije, nuestro propósito es
construir un sistema, establecer un paradigma. Por eso quiero mencionar varias
consecuencias y conexiones sistemáticas para demostrar cómo los fundamentos tienen
implicaciones de gran alcance. Y varios de los errores de nuestros hermanos
presbiterianos provienen de errores en estos fundamentos. Les ofrezco, entonces, cuatro
consecuencias o conexiones sistemáticas.

a. Es imposible disfrutar las bendiciones del pacto sin cumplir la


condición del pacto.
Vimos esto en el hecho que todos los pactos tienen sanciones. Si no cumples los
compromisos del pacto, no puedes disfrutar de las bendiciones del pacto. Hay una
conexión básica e importante para la identidad de la iglesia y la membresía del Pacto de
Gracia. ¿Cuál es la condición del Pacto de Gracia desde nuestra perspectiva? ¿Cuál es la
herramienta, el instrumento, de nuestra justificación? La fe, por lo tanto, la iglesia se
forma a base de “profesiones de fe” porque así vemos claramente los miembros del Pacto
de Gracia. Creemos y recibimos los beneficios del pacto, salvación. Ahora bien, la fe es
don de Dios, entonces desde otra perspectiva el Pacto es incondicional. El poder es de
Dios, el hecho (la acción) es de nosotros, Dios no cree en mí, yo creo, y yo creo porque
Dios me capacitó. Sin embargo, la verdad es que predicamos el evangelio de tal manera
que exigimos que todos crean en Jesucristo.

Entonces, ¿puede uno ser miembro del Pacto de Gracia sin la condición, sin la
respuesta o reacción a la promesa? Es imposible, por lo que aparte de una profesión de
fe no podemos decir que una persona está en el Pacto de Gracia. En todos los pactos es
imposible recibir bendiciones sin cumplir los compromisos o la condición.

Por eso podemos preguntar en amor, a nuestros hermanos presbiterianos, si me


dices que tus hijos son miembros del Pacto de Gracia, ¿estás diciendo que tienen fe? Y si
no tienen fe, entonces no cumplen la condición, entonces ¿por qué y cómo son miembros?
Son preguntas importantes.

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Una conexión positiva se ve en la manera en que protegemos la membresía de la
iglesia. Es necesario que un candidato para la membresía, es decir para el bautismo,
profese su fe en Cristo Jesús. Si declara y profesa su fe, suponemos sinceramente que es
un miembro verdadero del pacto. Así como los que no cumplen el compromiso no
disfrutan de los beneficios, así también los que sí cumplen el compromiso disfrutan de
los beneficios del pacto.

b. Las relaciones entre varios pactos se aclaran por un análisis de sus


promesas específicas.
Una gran parte de los debates acerca de los pactos tiene que ver con las relaciones
de los pactos unos a otros. Algunos dirán que estos pactos son un solo pacto en diferentes
formas y están afirmando una sola identidad entre varios pactos. Puede ser así. Hemos
dicho que Dios establece sus pactos por medio de leyes y promesas, entonces, para tener
certeza en la pregunta en la relación entre pactos la exactitud necesaria se encuentra en
un análisis de las promesas específicas de cada pacto. Si quieres saber si tal pacto es igual
a otro pacto, pregunta al texto ¿Son iguales sus promesas?

Por ejemplo, nuestros hermanos presbiterianos afirman que el pacto que Dios hizo
con Abraham, y otros, son iguales con el Nuevo Pacto. Son el mismo pacto en diferentes
formas externas. Y uno de sus argumentos es que en estos varios pactos Dios declara, “yo
seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo”. Ellos dicen esta es la sustancia del pacto que se
ve en diferentes formas, entonces tenemos el mismo pacto con la misma promesa. Sin
embargo, esta identidad no llega al nivel de exactitud que es necesario para tal
conclusión. ¿Por qué? Porque esas palabras constituyen la fórmula para cualquier pacto.
“Seré su Dios en pacto. Serán mi pueblo en pacto”. Entonces no hemos llegado a una
exactitud suficiente para concluir que un pacto que contiene esta frase es igual a otro
pacto que contiene esta frase, tenemos que analizar las promesas específicas de los
pactos. “Dios es Dios de este pueblo” ¿Qué les ha prometido? ¿Vida en Canaán o vida en
la nueva creación? Ahora hemos llegado a diferentes promesas.

Ahora vemos que la relación de los pactos del antiguo testamento es que son tipos
o sombras de una promesa mejor y superior. Por eso cuando el autor a los Hebreos dice
que el Nuevo Pacto fue establecido sobre promesas superiores, está hablando acerca de
pactos distintos, no etapas de uno solo pacto. Entonces si queremos analizar y comparar
diferentes pactos, analicemos las promesas específicas.

21
c. La membresía de un pacto se define y se limita por la representación
de la cabeza federal del pacto.
Este punto es de tanta importancia. ¿Quiénes son los miembros de tal
pacto? ¿A quiénes alcanza el pacto? Puedes contestar con precisión esas preguntas
si identificas la cabeza federal del pacto. Eso es tan importante porque nos protege de
pensar que la membresía de un pacto se transmite de padres a hijos.

La membresía del pacto se define por la cabeza federa. Y si Dios establece un pacto
con una cabeza federal y sus hijos naturales, entonces la membresía ciertamente se
transmite genéticamente. Sin embargo, si Dios establece un pacto con una cabeza federal
y un pueblo elegido desde antes de la fundación de la tierra, un pueblo no de carne sino
del espíritu, entonces, la membresía de tal pacto no se transmite genéticamente o
naturalmente, sino espiritualmente y sobrenaturalmente.

Según nuestro modelo, podemos entender ambos casos: el caso carnal y el caso
espiritual, el caso natural y el caso supernatural; porque los dos casos son unidos en que
el principio más básico de su membresía que es la identidad de la cabeza federal y la
manera en que Dios ha establecido su representación.

d. Pactos provienen de la revelación e imposición de Dios, y por lo tanto


no son ni más ni menos que esto.
Si Adán no estuvo en pacto por naturaleza y si no hay pactos con Dios aparte de
Dios imponiéndolos, entonces el pacto no existe aparte de Dios revelándolo e
imponiéndolo, y por lo tanto tú haces lo que Dios ha dicho nada más y nada menos,
porque el pacto y su leyes (los compromisos) no dependen de tu razón, ni de tus
analogías, ni de proporción, ni por comparación; el pacto es lo que Dios ha dicho que es.
Es decir, que no podemos usar la razón ni analogías para definir el pacto ni para
establecer sus leyes.

Lo que quiero decir es esto, uno de los argumentos más antiguos de los bautistas
contra sus hermanos presbiterianos es que no hay ni mandamiento ni ejemplo del
bautismo de infantes en el Nuevo Testamento. Y aparte de una ley de Dios, no debemos
hacer nada en su servicio religioso.

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Los presbiterianos respondieron con un argumento de proporción: Si el signo del
pacto fue aplicado a los infantes en el Antiguo Pacto, entonces por proporción, el signo
del pacto puede o debe ser aplicado a los infantes en el nuevo pacto. Pero en esta área la
razón no sirve porque las leyes del pacto no provienen de la naturaleza, provienen
solamente de la revelación de Dios, por lo que no tenemos derecho de utilizar nuestra
razón para gobernar las leyes del pacto, no son un objeto apropiado de nuestra razón. Y
por eso las leyes del pacto existen afuera de la autoridad de nuestra lógica. Dios aceptó
los primeros frutos de Abel, pero no Caín. ¿Por qué? Por proporción son iguales, los
primeros frutos. Pero la adoración de Dios se limita a su revelación.

Por eso, en nuestro estudio de los pactos, debemos tener cuidado de imponer
nuestra razón y así evitar añadir otra cosa a la revelación de Dios. No estoy diciendo que
no podemos pensar razonadamente o que abandonemos la lógica, debemos usar la razón
en la teología general (estamos haciéndolo ahora mismo); lo que estoy diciendo es: ya
que los pactos provienen de la bondad y la revelación de Dios y nada más, entonces sus
leyes y detalles están fuera del alcance de nuestra razón; no podemos ni debemos
cambiarla, debo obedecerla así como es, no debemos establecer una nueva ley en el
Nuevo Pacto si no existe. Las proporciones no son válidos en estos estudios, ni en la
adoración, ni en la obediencia a sus mandamientos.

Conclusión

En conclusión, un pacto es un compromiso bajo sanción. Dios soberanamente


tramita un pacto con una cabeza federal, un represente de un grupo. Y Dios impone una
ley con la promesa de una recompensa o Dios ofrece una promesa para ser recibida
gratuitamente. En estos pactos las sanciones o amenazas garantizan la participación de
los pactantes. Hemos visto varias de las consecuencias o conexiones sistemáticas que
provienen de los fundamentos de un paradigma básico de la teología federal.

A Dios sea la gloria. Amén.

23
SESIÓN II
EL PACTO DE OBRAS Y EL PACTO DE GRACIA

Introducción

Mi trabajo en esta lección es enseñarles acerca del Pacto de Obras y el Pacto de


Gracia. El Pacto de Obras y el Pacto de Gracia son los pactos más importantes porque
afectan el destino eterno de cada alma que ha vivido y vivirá en la creación de Dios. Y en
esta lección, sobre todo, quizás será necesario simplificar muchas cosas que merecen
mucho más que lo que les puedo ofrecer. A pesar de esto, y para ahorrar tiempo, vamos
a empezar inmediatamente con el Pacto de Obras: el pacto que Dios hizo con Adán y en
él, todos sus descendientes.

1. El Pacto de Obras

Si lees Génesis 1–3 no verás la palabra “pacto” ni la frase “pacto de obras.” Pero si
prestamos atención a los detalles del texto, en particular, si distinguimos entre el estado
natural de Adán y todo lo que sucedió después de su creación, veremos el Pacto de Obras
claramente.

Consideremos primeramente su estado natural, es decir, según la manera en que


Dios creó al hombre. Adán era bueno, justo y santo, creado a la imagen de Dios. Siendo
una criatura, Adán tenía obligaciones con Dios. Pero Dios no tenía ninguna obligación a
Adán. Es decir que, por naturaleza, Adán no estuvo en un pacto con Dios. Pero noten
conmigo seis cosas que nos muestran el Pacto de Obras.

a. Dios le puso en el Huerto de Edén


Dios creó Adán y luego le puso en un lugar especial. Es decir que Adán fue puesto
en Edén por una razón especial y un propósito especial.

24
Génesis 2:7-8, “7 Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de
la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser
viviente. 8 Y plantó el SEÑOR Dios un jardín en Edén, en el oriente, y puso
allí al hombre que había formado.”

Adán fue creado, formado y LUEGO fue puesto en el huerto de Edén. Este
movimiento de su posición natural al huerto de Edén tenía un propósito.

Versículo 15 nos dice cuál es su propósito. Dice, “15 Tomó, pues, el SEÑOR
Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y
lo guardara.”

Estas palabras, “cultivar y guardar” son palabras importantes porque son las
mismas palabras en hebreo que describen los deberes de los sacerdotes en el tabernáculo;
y éstas dos palabras solamente aparecen juntas cuando describen los deberes de los
sacerdotes en el tabernáculo. Es decir que Adán era mucho más que un jardinero. Dios lo
puso en Edén para ser un sacerdote. El deber del sacerdote es guardar la santidad del
tabernáculo y mantener la pureza del lugar dónde Dios manifiesta su gloria. El punto es
que Adán no fue creado en Edén; fue puesto en Edén.

b. Dios le nominó como Cabeza Federal


Dios siempre pacta con una persona quien representa muchas personas, una
cabeza federal. Sabemos que Dios le nominó a Adán como una cabeza federal porque Dios
nos dicen en,

Romanos 5:12, “12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron.”

El pecado y la muerte pasaron a todos los hombres por medio del pecado de un
hombre. Esto es representación federal. Cuando yo peco, ustedes no sufren o viceversa,
no nos representamos; pero Adán representó a todos los hombres porque Dios hizo un
pacto con él. Y el hecho de que Adán representó a todos los hombres es uno de los
argumentos para demostrar que él estuvo en pacto, porque naturalmente nosotros no
representamos a nadie. Dios declara lo mismo en,

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I Corintios 15:22, “22 Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados.”

Todos mueren en Adán. Adán era nuestro representante. Lo que él hizo, hizo por
todos los suyos. Lo que él ganó o perdió, lo ganaron o perdieron todos los suyos. Esto es
más allá de la naturaleza de la creación de Adán.

c. Dios le obligó a una ley de obediencia


Adán ya le debía obediencia absoluta a Dios porque era una criatura y Dios su
Creador, pero Dios le dio otras obligaciones, leyes positivas, una ley que naturalmente no
es obligatoria. Específicamente, Dios le dio a Adán obligaciones globales y locales.
Podemos decirlo de otra manera, que Dios le dio una sola misión que incluía una
perspectiva global y una perspectiva local. Dios le dio a Adán una misión para llevar la
creación a la consumación. Dios estableció un patrón. Obró por seis días y luego
descansó. Ahora Adán tenía la responsabilidad de obrar para llegar a un descanso como
Dios.

Pero su misión global sería probada y enfocada en este huerto local. Adán tuvo que
guardar el huerto. Si Adán sería santo, su descendencia sería santa. Cual el rey, tales
también del rey. Para entender la relación entre la perspectiva local y global, tenemos que
regresar a la idea de Adán como sacerdote. Y para entender esto, es necesario leer,

Números 3:5-10, “5 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 6 “Haz que se


acerque la tribu de Leví y ponla delante del sacerdote Aarón, para que ellos
le sirvan. 7 Que guarden delante del tabernáculo de reunión lo que él les
ha encomendado y lo que ha sido encomendado a toda la congregación, para
llevar a cabo el servicio del tabernáculo. 8 Que cuiden de todos los
utensilios del tabernáculo de reunión y lo que ha sido encomendado a los
hijos de Israel, para llevar a cabo el servicio del tabernáculo. 9 Darás los
levitas a Aarón y a sus hijos. Le son enteramente dedicados de entre los hijos
de Israel. 10 Constituirás a Aarón y a sus hijos para que cumplan con su
sacerdocio. El extraño que se acerque será muerto.”

La frase “Que guarden” y la frase “llevar a cabo el servicio del


tabernáculo” son iguales a las palabras que se usan en Gn. 2:15 para describir el
trabajo de Adán en Edén. Así Aarón fue constituido a su sacerdocio. Y así para Adán

26
también. ¿Y la conclusión? “Y el extraño que se acerque, será muerto.” Adán tenía el
mismo trabajo.

Podemos ver la relación entre la perspectiva global y la perspectiva local. Adán fue
encargado con la responsabilidad de llenar la tierra con su descendencia (global), y esto
sería cumplido empezando en el huerto de Edén dónde Adán tenía que guardar el
santuario de Dios de toda impureza o intrusión (Local). Si Adán guardaba la santidad de
Edén, y se multiplicaba, Adán estaría expandiendo o extendiendo el huerto de Edén
(santuario de Dios) a todo el mundo para que todo el mundo sea un tabernáculo de la
presencia de Dios con hombres santos, y cuando en todo el mundo no hay distinción entre
lo santo y lo no santo se dice que hay consumación porque ahora la presencia de Dios y
su pueblo santo están llenando su creación.

Lo que empezó en Edén con Adán debió haber continuado al mundo, él fue capaz
de hacerlo perfecta, recta, justa, santa y racionalmente; pero sabemos lo que sucedió
luego. Si Adán hubiese sido fiel aquí localmente, hubiese cumplido su trabajo
globalmente.

Hemos hablado de las cosas que Dios le mandó a Adán positivamente, es decir, las
cosas que debe hacer. Pero su ley de obediencia también incluía prohibiciones. Dios le
dijo en,

Génesis 2:16-17, “16 Y el SEÑOR Dios mandó al hombre diciendo: “Puedes


comer de todos los árboles del jardín; 17 pero del árbol del conocimiento del
bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente
morirás.”

Dios le dio leyes no solamente positivas “haz esto”, sino también leyes que
prohibían “no hagas esto”. Entonces, Adán era una criatura, creado a imagen de Dios,
puesto en Edén, y nominado una cabeza federal. Y fue un sacerdote encargado con la
protección del santuario de Dios.

d. Dios le prometió vida eterna


Esto es lo que la Confesión de 1689 marca, como lo que demuestra la realidad del
pacto, porque fuera de un pacto es imposible ganar cualquier cosa, en particular, una
recompensa de vida. Si podemos demostrar que Dios le prometió vida eterna, es
necesario que haya un pacto con Adán.

27
Una ley en sí no es un pacto. Una ley es una ley: “Haz esto”, no hay recompensa.
Entonces, el hecho que Dios haya obligado a Adán a una ley de obediencia no significa
que Dios hizo un pacto con él. Pero, si hubiera una promesa juntada a la ley de obediencia
entonces habría un pacto. ¿Dónde está la promesa de vida eterna en Génesis 2? En el
árbol de vida del versículo 17. Dios le dijo a Adán, “17 pero del árbol del conocimiento del
bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás.”

Sabemos sin duda que había una amenaza de muerte. El árbol de la ciencia del bien
y del mal era un testimonio visual a Adán que la desobediencia lleva muerte. La paga del
pecado es muerte. Por eso, entendemos que lo opuesto se ve en el otro árbol que lleva
el nombre “el árbol de vida”. El árbol de vida era un testimonio visual a Adán que si
obedeciera recibiría vida eterna; o morirá eternamente o vivirá eternamente, dos árboles
con dos mensajes opuestos que están expresando los compromisos del pacto
visualmente.

Podemos confirmar esto por medio de varias otras Escrituras, porque la biblia se
interpreta a sí misma. Después de la caída, Dios expulsó Adán y Eva del jardín y dice,

Génesis 3:22, “22 que no extienda su mano, tome también del árbol de la
vida, y coma y viva para siempre.”

No pueden entrar a lo que les promete, vida eterna. Dios conecta vida eterna con
el árbol de vida. Además, la biblia presenta el árbol de vida como un símbolo de vida
eterna, en

Apocalipsis 2:7 y 22:2, “7 Al que venza le daré de comer del árbol de la


vida que está en medio del paraíso de Dios.”

Y en capítulo 22, cuando Juan está describiendo nuestro hogar eterno, es decir el
paraíso, dice,

“22 En medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del río, está el
árbol de la vida.”

Juan puede hablar así porque el símbolo ya fue establecido en Génesis 2 y 3, y


por eso entendemos el símbolo cuando aparece en Apocalipsis 2 y 22. Entonces el
árbol de vida tiene el significado de vida eterna por todas las Escrituras. Por lo tanto,
decimos que Dios le dio a Adán una promesa de vida eterna, por lo que podemos decir
que Dios hizo un pacto con Adán.

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Casi hemos llegado a un pacto completo. Dios puso a Adán en Edén, un santuario
que Adán tenía que guardar y mantener puro. Si Adán no hace esto morirá. Si lo hace
fielmente, vivirá para siempre. Estando en Edén el árbol de la ciencia del bien y del mal
le amenazó visualmente con muerte. Y el árbol de vida le prometió visualmente vida.
Entonces, tenemos a un representante obligado a una ley en nombre de sus
descendientes. Pero un pacto es un compromiso bajo sanción.

e. Dios le amenazó con sanciones


Ya hemos hablado del hecho que Dios le amenazó a Adán por medio del árbol de la
ciencia del bien y del mal. Adán no puede permanecer en el huerto, ni puede tener éxito
en su misión global, ni puede recibir los beneficios del pacto, si no cumple sus
responsabilidades en ello. Dios le dijo a Adán claramente y específicamente, “ 17 pero del
árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él,
ciertamente morirás.”

f. Dios le pactó un pacto de obras


Además de la condición natural de Adán, Dios le puso en el huerto de Edén, lo
nominó una cabeza federal para que sus acciones afecten a otras personas, le obligó a una
ley de obediencia, le prometió vida eterna correspondiendo a la ley, y también le amenazó
con sanciones. Esto es un pacto. Es un compromiso bajo sanción. Dios se está
comprometido con Adán, prometiendo vida. Adán está comprometido con Dios,
prometiendo obediencia. ¿Qué determina si Adán recibe la promesa o no? Es su
obediencia. ¿Qué es lo que Adán tiene que obedecer? La ley de Dios. Este es el Pacto
de Obras.

No nos queda tiempo para hablar acerca de la prueba de la obediencia de Adán. Ni


nos queda tiempo para hablar acerca de la plenitud de maldiciones que cayó sobre los
hombres cuando Adán rompió este pacto. Podemos decir simplemente que la muerte en
cuerpo y alma descendió sobre Adán y todos los que él representaba. Y todas las partes
de la naturaleza del hombre fueron corrompidas por la maldición del pecado. La mente
cree mentiras y detiene la verdad, el albedrío escoge el mal, y las afecciones persiguen
todo tipo de pecado. Todos los hombres nacen en pecado bajo esta maldición, destinados
para el infierno y la suprema maldición de una muerte eterna bajo el juicio de un Dios
Santo y Justo. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de nuestra esclavitud?
29
2. El Pacto de Redención

Para entender el Pacto de Gracia, es necesario hablar brevemente acerca del Pacto
de Redención. Porque en el Pacto de Redención, Cristo ganó nuestra salvación. En el
Pacto de Gracia, Dios nos ofrece la salvación ganada por Cristo. Quiero mostrarles este
pacto en los cánticos del siervo en el libro de Isaías. Y vemos en estos versículos que Dios
le dio al Hijo una misión para redimir un pueblo. Y el Hijo cumplió su
misión y ganó nueva vida para su pueblo. “Si haces esto te daré aquello”, esto es
un pacto entre Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo.

Isaías 42:6, 6 “Yo, el SEÑOR, te he llamado en justicia y te asiré de la mano.


Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para
las naciones.”

Jehová está hablando a su siervo, quien es Jesucristo. Jesús cita Isaías 61 en el


Nuevo Testamento y dice que ha sido cumplida la palabra de Dios, señalando que Jesús
es el Siervo. Esto es un diálogo, el Padre hablando al Hijo.

Isaías 49:8, “8 Así ha dicho el SEÑOR: En tiempo favorable te he


respondido, y en el día de salvación te he ayudado. Te guardaré y te pondré
por pacto para el pueblo.”

El Hijo será presentado en forma de pacto, esto es el Pacto de Gracia. Hay un pacto
detrás de esto, noten las conexiones causales (causa y efecto).

Isaías 53:10-12, “10 Cuando se haya puesto su vida como sacrificio por la
culpa, verá descendencia. Vivirá por días sin fin, y la voluntad del SEÑOR
será en su mano prosperada. 11 A causa de la angustia de su alma, verá la
luz y quedará satisfecho. Por su conocimiento mi siervo justo justificará a
muchos, y cargará con los pecados de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte
con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos. Porque derramó su
vida hasta la muerte y fue contado entre los transgresores, habiendo él
llevado el pecado de muchos e intercedido por los transgresores.”

Hay acciones de la parte del Siervo, y consecuencias como resultados de sus


acciones. “Cuando se haya puesto su vida como sacrificio por la culpa, verá
descendencia.” Y “A causa de la angustia de su alma, verá la luz y quedará satisfecho”.
Y “Por tanto, yo le daré parte con los grandes.” Y “Porque derramó su vida hasta la

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muerte y fue contado entre los transgresores, habiendo él llevado el pecado de muchos e
intercedido por los transgresores.” Él tuvo que hacer un trabajo, una obra, tuvo que
obedecer, cumplir una misión; si obedece habrá beneficios para un pueblo especial.

Por eso, podemos ver claramente que Dios el Padre le dio al Hijo un pacto de obras.
En un pacto de obras, si no guardas el pacto, no recibirás las bendiciones del pacto. Si
guardas el pacto, recibirás las bendiciones por justicia. En Isaías 53 nos describe la
responsabilidad del Siervo: morir una muerte sacrificial para redimir a su pueblo, su
descendencia; también describe las bendiciones o el fruto de su trabajo: aunque muera,
vivirá, muchos serán justificados y los pecados de su pueblo serán perdonados.

Queridos hermanos, Jesucristo es un nuevo Adán. La responsabilidad de Adán fue


guardar la ley de Dios, resistiendo el diablo, y así llevar la creación a la consumación,
llenando la creación con una descendencia santa y justa en comunión con Dios para
siempre. Pero Adán fracasó y hundió a la raza humana en la maldición del pecado para
siempre, fuera de la gracia de Dios.

Pero, Dios envió Jesucristo para redimir a un pueblo, para crear una nueva
humanidad, para obtener una nueva creación. Pablo le llamó el “postrer Adán”.
Nuestra pregunta debe ser, entonces, ¿era fiel el Siervo de Jehová? ¿Era fiel, el Señor
Jesucristo? ¿Resistió Jesús las tentaciones del diablo? ¿Vivió él una vida de obediencia
perfecta? ¿Murió él una muerte sacrificial? Sí. ¿Y qué dijo Jesús en la cruz? Dijo,
“consumado es”. Adán era infiel. Jesús es fiel. Adán quebrantó e invalidó su pacto de
obras. Jesús guardó y cumplió su pacto de obras, el Pacto de Redención.

Cuando vemos un pacto entre el Padre y el Hijo, se presenta así para nuestro
entendimiento, no había una discusión o una charla acerca de esto porque Dios no es
temporal y Él no planea como nosotros planeamos. Por eso, no tomen o saquen errores
acerca de la doctrina de Dios; es presentado como un pacto para nuestro beneficio, para
que nosotros podamos entender como Cristo Jesús ganó nuestra salvación. Y lo llamamos
un Pacto de Redención, aunque no sea un pacto entre Dios y los hombres sino entre el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

31
3. El Nuevo Pacto de Gracia

Queridos hermanos, debemos incluir en nuestra predicación la preciosa verdad


que Dios nos pacta salvación. Nos promete salvación bajo sanción. ¿Cómo sabemos esto?
Porque Jesucristo es el mediador de un pacto de obras ya guardado y
cumplido perfectamente. Y porque Dios pacta (promete bajo sanción),
gratuitamente la salvación en Cristo. Lo que Cristo ganó en el Pacto de Redención
lo ofrece a nosotros en el Pacto de Gracia. El Pacto de Redención es “Jesús haz esto para
recibir esto”, “Muere, ofrécete sacrificialmente, para recibir la vida eterna” Él lo hizo,
ganó la vida eterna. Ahora el Pacto de Gracia es “Pecador, cree en Jesucristo y recibirás
gratuitamente lo que él ganó”.

¿Por qué es gratis nuestra salvación? Porque le costó todo a Cristo. Jesús guardó el
Pacto de Redención. Y así guardado, Dios nos pacta a nosotros la salvación por medio de
Jesucristo con nosotros. Por eso Dios nos dice en

Romanos 5:17, “17 Porque si por la ofensa de uno reinó la muerte por aquel
uno, cuánto más reinarán en vida los que reciben la abundancia de su
gracia y la dádiva de la justicia mediante aquel uno: Jesucristo.”

La justicia es una dádiva. Es gratis. Leemos lo mismo en

Romanos 6:23, “23 Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.”

Y en Romanos 11:6, “6 Y si es por la gracia no procede de las obras; de otra


manera, la gracia ya no sería gracia.”

Entonces, en el Pacto de Gracia, Dios nos ofrece la salvación gratuitamente porque


Jesús lo ganó todo en el Pacto de Redención.

Pero, los pactos son compromisos bajo sanción. ¿Entonces, hay amenazas
contra nosotros en este pacto? No, las sanciones garantizan los compromisos,
garantizan que él que promete bendición tiene que repartirla. Y en un pacto de gracia, el
prometedor promete gratuitamente, con una sanción dirigida a sí mismo. Y el Nuevo
Pacto fue establecido con sangre, la sangre de Jesucristo. Dios nos castigará como hijos
en el Pacto de Gracia, pero esto no es condenación, no está desheredándonos. Dios no
nos amenaza con sanciones, Él se amenaza a sí mismo.

32
Hebreos 12:24 “24 Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada
que habla mejor que la de Abel.”

La sangre de Abel gritó para venganza, la sangre de Jesús declara paz. No tenemos
miedo de la sangre, celebramos esa sangre cada vez en la Cena del Señor, en el vino: “Esto
es el Nuevo Pacto en mi sangre”.

Hermanos, Dios nos ha pactado salvación. No hay ni nada ni nadie que pueda
deshacer el pacto de Dios. Dios promete la salvación a todos los que confían en el Hijo. Y
todos los que invoquen el nombre del Señor serán salvos. Todos los que tienen el Hijo
tienen vida. Dios anunció esto en,

Jeremías 31:31-34: 31 “He aquí vienen días, dice el SEÑOR, en que haré
un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No será como
el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos
de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser yo su
Señor, dice el SEÑOR. 33 Porque este será el pacto que haré con la casa de
Israel después de aquellos días, dice el SEÑOR: Pondré mi ley en su interior
y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34 Ya
nadie enseñará a su prójimo ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al
SEÑOR’. Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos
hasta el más grande, dice el SEÑOR. Porque yo perdonaré su iniquidad y no
me acordaré más de su pecado.”

Este es el Pacto de Paz, el Pacto de Gracia, el Pacto de Vida, el Nuevo Pacto, es todo
para nosotros. Todos mueren en Adán, pero Jesucristo apareció para deshacer las obras
del diablo y proveer un remedio a todos los problemas del hombre bajo maldición.

Hemos visto que el pacto de gracia es un pacto de obras ya guardado y así ofrecido
por medio de Cristo. ¿Cuáles son los beneficios de nuestra salvación en Cristo
en el Nuevo Pacto? Voy a reducirlos a cuatro puntos.

a. Perdón de pecados y justicia perfecta


El gran problema del hombre es su pecado. Nuestro destino, naturalmente en
Adán, es el infierno porque somos pecadores. Para llegar a la gloria de Dios, para
alcanzarla, hay que ser perfectamente justo; y la promesa del Nuevo Pacto es que Dios
perdonará nuestra iniquidad y no se acordará más de nuestro pecado. Dios nos ofrece el

33
remedio que necesitamos, perdón de pecados, y él nos ofrece este perdón gratuitamente
porque Jesucristo ya lo ganó.

Pero Dios nos ofrece más que simplemente limpiarnos de nuestros pecados. Dios
también nos atribuye, en pacto, la justicia de Cristo Jesús. Como leímos en Isaías 53,
por medio del siervo no somos solamente perdonados sino también justificados, “por la
justicia del Justo justificará a muchos”. Así como la culpa de Adán pasó a toda su
descendencia así también la justicia de Cristo pasa a toda su descendencia, todo su
pueblo. Unidos a Cristo, somos justificados en él.

Romanos 5:1-2 “1 Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien también hemos
obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos
gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”

b. Una nueva naturaleza (mente, albedrío, afecciones) y santificación


Dios nos hace nacer de nuevo, y luego nos hace crecer en esta nueva naturaleza.
Dios nos promete que pondrá su ley en nuestros corazones. Dios ilumina nuestras mentes
entenebrecidas, cambia nuestros albedríos esclavizados. Y por eso, nuestras afecciones,
nuestro amor, gozo, esperanza, confianza y de más cambian. ¿Cómo ocurre esto? Dios
nos hace nacer de nuevo, haciéndonos nuevas criaturas en Cristo.

Entonces, en la regeneración Dios cambia nuestra naturaleza. En la Santificación


vamos creciendo en aquella nueva naturaleza, es decir, creciendo en el fruto del Espíritu,
creciendo en la gracia del Señor o, en el lenguaje de Colosenses 3, vistiéndonos del
nuevo hombre. Entonces, Cristo Ganó nuestra salvación. Y Dios nos aplica aquella
salvación en el nuevo pacto, perdonándonos, justificándonos, regenerándonos, y
santificándonos.

c. Adopción y preservación
Dios también promete que pondrá su Espíritu dentro de nosotros. Y este es el gran
privilegio de todos los hijos de Dios. Recibimos el Espíritu de adopción. Cristo ganó para
nosotros el derecho, el privilegio, de ser los hijos de Dios. Y lo que nos hace hijos de Dios
no es solamente nuestra nueva naturaleza sino también, sobre todo, el Espíritu de
adopción morando en nosotros.

34
Nuestra adopción incluye el privilegio de tener a Dios como nuestro Padre. Dios
nos protegerá, pero también nos disciplinará para protegernos. No nos condenará, sino
que nos castigará. Cuando nuestros corazones nos condenan Dios es mayor que nuestros
corazones y nunca nos condenará. Sí, sentimos la culpa de nuestro pecado, pero Cristo
Jesús ha quitado la condenación de nuestro pecado. Dios hace esto para santificarnos, y
para preservarnos. Nuestro Dios que “comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta
el día de Cristo Jesús”.

Y Dios nos ha prometido que el Nuevo Pacto no será como el Antiguo Pacto, el cual
fue invalidado. No podemos invalidar este pacto, porque Él es el prometedor. Es un pacto
de obras ya guardado y cumplido. La bendición ya ha sido obtenida por Jesús. El Pacto
de Gracia reparte esta bendición y los que reciben la bendición no pueden perderla
porque Dios nos preserva. Así que el Pacto de Gracia solo falla si Dios quita su promesa
y ¿puede ser Dios infiel? Dios no puede ser infiel a su pacto, no puede quebrantar sus
promesas. Entonces, no podemos perder la salvación que hemos recibido en pacto.

Mis queridos, Dios no solamente nos da nueva vida y una vida de crecimiento y
preservación, sino también Dios nos ha prometido vida eterna.

d. Resurrección y Glorificación
Nosotros nos maravillamos de las bendiciones que recibimos de Jesucristo ahora
y aquí en esta vida. Pero estas bendiciones son simplemente un anticipo, las arras, un
depósito de nuestra herencia. Es un sabor, una prueba, un poquito, de la gloria que
experimentaremos para siempre. La Biblia nos dice que ojo no ha visto, y oído no ha oído,
ni ha surgido en el corazón del hombre, es lo que Dios ha preparado para los que le aman.

Pero, en Cristo habremos recuperado nuestra paz con Dios y viviremos con Él en
una nueva creación para siempre. Y lo que Adán perdió, Cristo ha ganado y más. En el
libro de Apocalipsis hay varias descripciones del futuro, y en dos casos, menciona el árbol
de vida.

Apocalipsis 22:1-5 “1 Después me mostró un río de agua de vida,


resplandeciente como cristal, que fluye del trono de Dios y del Cordero. 2 En
medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del río, está el árbol
de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Las hojas del
árbol son para la sanidad de las naciones. 3 Ya no habrá más maldición.

35
Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le rendirán culto.
4 Verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá más noche,

ni tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol; porque el Señor Dios
alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.”

Hermanos, es difícil tener paciencia por eso en el Nuevo Testamento hay tantos
mandamientos, “tengan paciencia hasta el día del Señor”. Nosotros no queremos el pan
y el vino, no queremos símbolos de nuestro Señor, queremos a nuestro Señor.
Celebramos la Cena del Señor hasta que Él venga, esperando cada vez que sea la última
vez. Glorifiquemos a Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, porque el pacto
de Dios con nosotros es este: “Yo perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su
pecado”.

Conclusión

Hablando de estos términos usados, el Pacto de Obras, el Pacto de Gracia y el Pacto


de Redención, ¿Por qué estos nombres? Reconozco que a veces otras personas usan
diferentes nombres para las mismas cosas y así es en la historia de esta doctrina. El Pacto
de Obras ha tenido varios nombres: el pacto de vida, el pacto de creación, el pacto
adámico, y el pacto legal a veces.

Yo he hablado de la manera más histórica, más común, en el vocabulario y lenguaje


de la teología federal. El Pacto de Obras se llama así porque por obras uno disfruta de la
bendición; el Pacto de Gracia se llama así porque por gracia uno obtiene la bendición; y
también el Pacto de Redención toma su nombre del hecho de que la misión del mesías
en este pacto es redimir a un pueblo, redención es Su obra, la obra de Jesucristo. Y está
muy bien usar otros nombres para las mismas cosas.

Otra cosa acerca de los términos, si hemos hablado del Pacto de Obras, Redención
y Gracia, ¿qué es el Nuevo Pacto? El Nuevo Pacto es el Pacto de Gracia, se llama
Nuevo en relación al Antiguo Pacto, pero es igual al pacto de Gracia: el pacto en el que
nosotros recibimos gratuitamente la salvación que Jesús ganó en el Pacto de Redención,
el pacto que nosotros celebramos en el sacramento de la Cena del Señor; cuyos elementos
son el bautismo y la Cena del Señor.

36
SESIÓN III
EL PLAN DE DIOS Y LOS PACTOS CON ISRAEL

Introducción

En la lección anterior estudiamos los fundamentos de la teología federal, el Pacto


de Obras y el Pacto de Gracia. En el Pacto de Obras perdimos nuestra justicia y santidad,
estamos muertos en Adán, vivimos bajo la maldición del pecado en todo nuestro ser
(cuerpo y alma) y destinados justamente a la muerte eterna del infierno. Pero, Dios el
Padre le dio a Dios el Hijo una misión para redimir un pueblo elegido. Dios el Hijo
cumplió su misión y ganó nuestra salvación en el Pacto de Redención. Y por medio del
evangelio anunciamos el Pacto de Gracia: la oferta de salvación gratis para todos los que
confían en Jesucristo.

Sin embargo, aunque la promesa de Jesús fue anunciada en la maldición de la


serpiente, Jesús no apareció inmediatamente. Pasó mucho tiempo entre la primera
proclamación del evangelio y el establecimiento del fundamento de las promesas, la vida,
muerte y resurrección de Jesucristo. Entonces, ¿qué pasó durante las épocas entre
la entrada del pecado al mundo y la entrada del Salvador al mundo?
Contestaremos esta pregunta por medio de un estudio de los pactos que Dios hizo con
Israel. Vamos a ver que Dios tenía un solo plan en toda la historia y los pactos de Israel
contribuyen a este plan en la historia de la redención. Cuando hablo de los pactos que
Dios hizo con Israel, me refiero a tres pactos: el pacto Abrahámico, el pacto Sinaítico, y
el pacto Davídico.

1. La identidad de los Pactos de Israel

Mi propósito en este punto no es identificar los tres pactos. Eso es fácil, sabemos
que Dios hizo un pacto con Abraham, un pacto por medio de Moisés, y un pacto con
David. Mi propósito es explicar que aunque los pactos son distintos en varias maneras,
hay una identidad, una conexión y relación entre sí mismos.

37
Para demostrar esto debemos analizar sus leyes y sus promesas; al hacer esto con
los pactos de Israel vamos a ver una identidad. Las promesas y las leyes de cada pacto se
relacionan a las promesas y las leyes de los otros pactos.

a. Las promesas y su cumplimiento


Estamos buscando las promesas de Dios en los pactos de Israel y vemos que Dios
cumplió sus promesas. Debido a que las promesas de un pacto son compromisos, “Yo me
comprometo que voy a hacer tal cosa”, Dios en los pactos que hizo con Israel hizo
promesas y las Escrituras registran el cumplimiento de esas promesas.

Promesas Cumplimiento

Descendientes de Abraham (Gn. 12:2;


1 Re. 4:20; Heb. 11:12
15:5, 7; 17:4-8)

La tierra de Canaán (Gn. 12:7; 15:18-20;


Jos. 21:43-45; Neh. 9:7-8
17:8)

Reyes de la tribu de Judá (Gn. 17:6, 11;


2 Sam. 7:8-16
49:8-10)

Descanso y reposo en Canaán (Lv. 25:2;


Jos. 21:44; 1 Re. 8:56
2 Sam. 7:10-11)

El nacimiento del mesías según la carne


Lc. 1:54-55, 68, 72-75; Ro. 1:3; 9:5
(Gn 12:3; Dt 18:15; 2 Sam. 7:12-16)

Lo que quiero que veamos por medio de esta tabla es que el pacto Abrahámico
establece un espacio: Canaán; y un pueblo para llenarlo: los descendientes de Abraham.
Abraham es la cabeza federal de este pacto. Las promesas fluyen por medio de él. Si eres
de Abraham, a ti pertenece la tierra de Canaán. Si no eres de Abraham, no tienes derecho
a las promesas. Dios prometió la tierra de Canaán a Abraham y a sus descendientes según
la carne. Si dibujáramos un círculo para representar el alcance del pacto Abrahámico,
este círculo incluiría los descendientes de Abraham.

38
Ahora bien, ¿con quiénes hizo Dios el pacto Sinaítico? Con los descendientes de
Abraham. Si dibujáramos un círculo para representar el alcance o ámbito del pacto
Sinaítico, sería igual al del pacto Abrahámico, aplica a las mismas personas, los
descendientes de Abraham según la carne dentro de la tierra de Canaán. El pacto
Abrahámico promete la tierra, siglos después el pacto Sinaítico preparó al pueblo para su
entrada a la tierra de Canaán.

Y el pacto davídico, ¿a quiénes alcanza? A David y sus hijos. Pero, ¿a quiénes


alcanza su autoridad dentro del pacto davídico? Si el pacto Davídico establece el linaje de
David como los reyes ¿sobre quiénes son ellos los reyes? Los descendientes de Abraham
según la carne dentro de la tierra prometida.

Todo esto está empezando a demostrar la identidad, si dibujáramos otra vez el


círculo del alcance del pacto Davídico, no hay distinción entre el pacto Abrahámico,
Sinaítico y Davídico. Entonces, el pacto Abrahámico establece una tierra y un pueblo, es
decir un reino. El pacto Sinaítico establece las leyes del reino. El pacto davídico provee
un rey sobre el reino. Y Dios les dio a los israelitas descanso y paz en esta tierra. La biblia
recuerda y anota cuidadosamente el cumplimiento de todas estas promesas.

Noten en la tabla los versículos de la promesa y también el cumplimiento; Dios


prometió, en pacto, que Abraham tendría una descendencia innumerable, “los hijos de
Israel eran como la arena del mar, eran como las estrellas del cielo”, ¿por qué usan las
Escrituras más adelante el mismo lenguaje? Para demostrar su cumplimiento. También,
la tierra de Canaán, en Josué después de la conquista y la entrada a la tierra de Canaán
vemos una porción muy importante,

Josué 21:43-45, “43 De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que
había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella.44 Y Jehová
les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres;
y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová
entregó en sus manos a todos sus enemigos.45 No faltó palabra de todas
las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel;
todo se cumplió”.

La biblia autoritativamente declara el cumplimiento de las promesas de Dios, y


cuando la Biblia menciona un juramento a los padres está refiriéndose a los pactos a los
padres.

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Dios también prometió reyes de la tribu de Judá, prometió a Abraham y a Sara que
habría una línea de reyes proviniendo de ellos. En la bendición de Jacob a Judá, él
específicamente marca a la tribu de Judá como los receptores de esta promesa. ¿Dónde
encontramos a Dios otorgando un reino o el liderazgo a la tribu de Judá? En el pacto
Davídico, cuando Dios establece a David y a sus hijos como reyes del pueblo de Israel;
Dios cumplió su promesa.

Dios no solo prometió una tierra, sino también descanso y paz en esta tierra,
Levítico 25 y 2 Samuel 7, y en Josué 21 nos dice que Dios le dio descanso y paz según
sus palabras, Dios cumplió sus promesas en los pactos de Israel.

Finalmente en la tabla, Dios prometió en los pactos de Israel, en particular en el


pacto Abrahámico y también en el pacto Davídico que de ellos, según la carne,
descendería el Mesías. En Lucas 1, los que primeramente reciben los anuncios del
nacimiento del Mesías, declaran que “Dios se ha acordado de su pacto con nuestros
padres”, que el nacimiento del Mesías es un cumplimiento de la promesa de Dios a
Abraham. Vemos también en Romanos 1:3, 9:5, Pablo habla de Jesús como
descendiente de nuestros padres según la carne.

Todo esto suena maravilloso, bendiciones sobre bendiciones para los israelitas,
como Pablo dijo en romanos “¿De qué provecha el ser judío?” Pues de muchas cosas,
todas estas cosas, beneficios en pacto que Él se comprometió que haría e hizo, cumplieron
su Palabra, y la Biblia recuerda y anota cuidadosamente el cumplimiento de todas estas
promesas.

Pero el punto no solo ha sido ir anotando y listando las promesas sino también
demostrando una identidad entre los tres pactos con Israel, que alcanzan a las mismas
personas, en el mismo lugar, bajo las mismas promesas y las mismas leyes.

Sin embargo, la historia de Israel no es una historia de éxito, progreso y descanso.


¿Por qué? Si Dios ha hecho promesas tan maravillosas ¿por qué es que la historia de
Israel es muy diferente en un sentido? Y si Dios cumplió sus promesas ¿Cómo puede ser
que los israelitas sufrieron tanto?

Esto nos dirige al segundo punto: porque las promesas de los pactos es la parte de
Dios: “Yo haré”; y por otro lado, las leyes corresponden a la parte: “Ustedes harán esto”.

40
b. Las leyes y su función
En los pactos que Dios hizo con Israel, él les prometió muchas cosas que ya hemos
mencionado. Y Dios cumplió sus promesas. Sin embargo, los pactos de Israel fueron
establecidos de tal manera que, aunque Dios sea fiel y cumpla sus promesas, los israelitas
podrían invalidar el pacto para sí mismos. Dios les daría la tierra de Canaán, pero ellos
tendrían que permanecer en la tierra. La función de las leyes de los pactos es proteger y
controlar las promesas del pacto. No puedes disfrutar de las bendiciones si no estás
cumpliendo las condiciones; entonces en la medida que los israelitas no guardaban la ley
de Dios así también iban perdiendo las bendiciones.

Desde el pacto Abrahámico, fue así. Dijo Dios en

Génesis 17:14, “14 El hombre incircunciso… esa persona será borrada de su


pueblo, porque ha violado mi pacto.”

Desde la primera ley positiva de los pactos de Israel ya fue posible individualmente
borrarse del pacto e invalidarlo individualmente, “Tú no lo invalidas para todos sino
para ti”. Entonces, aunque las promesas fueron garantizadas colectivamente a la nación,
no fueron garantizadas individualmente. Dios proveerá las promesas para la nación pero
personas, familias e incluso tribus podían borrarse a sí mismos del pueblo por violación
del pacto. La ley de Moisés está llena de amenazas y sanciones que garantizan que los
pactantes participarán y cumplirán sus compromisos. Si no obedecen, serán expulsados
de la tierra. Entonces, entre el pacto Abrahámico y el pacto Sinaítico, las mismas leyes
controlan las mismas promesas

Fue así para el rey también, en el pacto davídico. En la ley de Moisés, había
instrucciones para el rey. El rey tenía que hacer una copia de la ley y los levitas debían
aprobar su copia, el rey debía meditar/leer la ley de Dios para guardarla. En el pacto que
hizo con David Dios le dijo que si sus hijos no obedecían la ley serían expulsados de
Canaán. Por eso, todo el pueblo de Abraham, desde el siervo hasta el rey, vivía bajo las
promesas de Dios y bajo la santa ley de Dios.

El mandamiento de circuncisión fue el primer mandamiento dentro de un sistema


grande de leyes positivas o leyes ceremoniales. Y como mencioné antes, la expansión de
la ley entre Abraham a Moisés se explica por la historia. La circuncisión marca un pueblo,
el pueblo circuncidado es el pueblo de Abraham, así se dividen del mundo. Las leyes del
pacto Sinaítico son para un pueblo que está a punto de entrar en un reino, las leyes del
pacto Abrahámico son para un pueblo peregrino, no necesitan todas las leyes de un reino
41
establecido, necesitan leyes para un pueblo que está yendo de un lugar a otro con sus
rebaños. Hay una identidad entre Abraham y Moisés aunque la cantidad de leyes sea muy
diferente, el carácter de las leyes y su función son iguales. El pacto Abrahámico fue
tramitado con un pueblo pasajero y nómada. El pacto Sinaítico fue tramitado con un
pueblo al borde de su herencia. Y debemos acordarnos de que poco después del éxodo,
los israelitas llegaron a la tierra prometida. Y su peregrinaje en el desierto por 40 años
fue el castigo que recibieron por no haber entrado en la tierra en aquel momento porque
no confiaron en las promesas de Dios acerca de la tierra.

Por eso, hermanos, las leyes de los pactos de Israel controlan las promesas, el
disfrute de las bendiciones, de los pactos de Israel. Esa es su función. Dios cumplirá sus
promesas, y lo hizo. Pero los israelitas tienen que guardar las leyes del pacto para
disfrutar las bendiciones del pacto. Les recomiendo que lean Deuteronomio.

Antes de seguir, quiero explicar el rol del rey de Israel. Cuando los israelitas
entraron en la tierra con Josué, sus únicas derrotas sucedieron cuando desobedecieron
la ley de Dios. Asimismo, durante el tiempo de los jueces, varias tribus sufrieron bajo
opresión por su infidelidad. Y el fin del libro de los jueces es importante,

Jueces 21:25 “En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo
que le parecía recto ante sus propios ojos.”

Esta porción, que se usa en otra parte del libro también, está apuntándonos a un
rey que guardará la ley para el pueblo. Ellos primero escogieron a un rey no según el
corazón de Dios. ¿Cuál fue el problema con Saúl? Dios dijo “ellos no te han rechazado a
ti, Samuel, sino a mí,” ¿Cómo puede ser si Dios les dijo que fue permisible tener un rey?
El problema es que ellos dijeron “queremos un rey quien nos juzgará” ellos querían que
el rey creara la ley y así poder vivir como quieren vivir: como las demás naciones.
“Queremos un rey como las naciones” Pero el rey de Israel debe ser diferente, el rey no
crea la ley, la ley crea al rey. Entonces, David, el salmista, amó la ley de Dios y guardó la
ley de Dios (no perfectamente), pero él no era como Saúl, que era como los reyes de los
pueblos.

En el pacto Sinaítico no había una cabeza federal, por eso había problemas
parciales y restauración parcial: una tribu sufre, una tribu es restaurada, otra tribu sufre,
esa tribu es restaurada. El rey, entonces, se convirtió en la cabeza federal del pueblo bajo
el pacto Sinaítico. Es decir que cuando el rey davídico guarda la ley del pacto Sinaítico,
el pueblo disfruta las promesas Abrahámicas; cuando el rey es obediente, el pueblo vive
42
en paz en Canaán; cuando el rey es desobediente, el pueblo sufre en Canaán o son
expulsados de Canaán. Y la historia de los reyes, ¿cómo se describen? O hizo lo recto ante
los ojos del Señor, o no hizo lo recto. Y el pueblo participa en su obediencia o
desobediencia. El pueblo experimenta bendición bajo reyes buenos y experimentan
maldición bajo reyes malos. La manera para medir su obediencia es la pureza de la
adoración del templo, cuando el rey guarda la santidad, el tabernáculo del templo, el
pueblo disfruta bendición; cuando el rey pervierte en la adoración, el pueblo sufre. Esto
es una repetición de Edén, otro sacerdote, otro lugar santo, que deben guardar la santidad
de la tierra o del santuario, y si no, son expulsados.

El pacto Sinaítico controla el disfrute de las promesas. Y el rey davídico provee la


cabeza federal para guardar la ley para el pueblo. Si eres de Abraham, a ti te pertenece
por derecho la tierra de Canaán. Si el rey es justo, permanecerás en la tierra de Canaán.

2. El propósito de los pactos de Israel

Los pactos que Dios hizo con Israel cubren mucho tiempo entre Abraham y la
encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Estos pactos tenían propósitos importantes, no
eran algo para llenar un espacio. Tenían un destino, un propósito, una función. De hecho,
tenían varios propósitos complementarios.

a. Republicar al mundo el Pacto de Obras


Uno de los propósitos de estos pactos fue para demostrar a los israelitas y al mundo
la imposibilidad de ser perfectos, la profundidad de nuestra pecaminosidad y la realidad
de nuestro destino eterno en el infierno. Pablo dijo en

Gálatas 3:21-23, “21 Por consecuencia, ¿es la ley contraria a las promesas
de Dios? ¡De ninguna manera! Porque si hubiera sido dada una ley capaz de
vivificar, entonces la justicia sería por la ley. 22 No obstante, la Escritura lo
encerró todo bajo pecado para que la promesa fuera dada por la fe en
Jesucristo a los que creen. 23 Pero antes que viniera la fe estábamos
custodiados bajo la ley, reservados para la fe que había de ser revelada.”

43
La ley funcionaba como una lupa para magnificar el pecado del hombre. La ley no
era mala. La ley reveló la maldad del hombre. Si los israelitas no pueden guardar la ley
para permanecer en Canaán, ¿cómo pueden ellos, o nosotros, pensar que podemos llegar
al cielo por obediencia? Entonces, aunque los pactos de Israel no nos condenan a muerte
eterna en sí mismas, republican la voz, o nos recuerdan, del Pacto de Obras que sí nos
condena. “Haz esto o serás expulsado de Canaán” invoca y repite la triste historia de
Adán: “Haz esto o serás expulsado de Edén”.

Los pactos de Israel no son el Pacto de Obras, porque involucran diferentes


personas, diferente lugar, diferentes promesas; pero hay una igualdad, una identidad de
forma: son pactos de obediencia, pactos que dependen de obras para el disfrute de las
bendiciones. Entonces, el pacto de Moisés no es el Pacto de Obras, pero es un pacto de
obras y funcionó junto con el pacto Abrahámico y el pacto Davídico para reinar sobre el
pueblo de Israel. Pero también los pactos de Israel tenían un propósito más positivo.

b. Preparar al mundo para el Pacto de Gracia


Hay tres puntos que quiero discutir porque esta lección es difícil, y lo es porque
estamos tratando de explicar todo el plan de Dios en toda la historia de la redención desde
toda la Biblia. Uno debe casi temblar al hacer esto. Muchos maestros sabios e inteligentes
han tenido diferentes opiniones acerca de la manera en que yo estoy construyendo todo
esto, yo reconozco esto, entonces, yo propongo diciéndoles que estas cosas son grandes y
pequeñas, es microscópico y macroscópico. Piensen en la historia del Nuevo Testamento,
los apóstoles no lo entendían al principio y muchas de las epístolas del Nuevo Testamento
tratan de los errores acerca de estas cosas. Es mi deseo mostrar esto desde las Escrituras.

Primero, las imperfecciones del sistema sacrificial. Un pacto que requiere


obediencia para disfrutar las bendiciones del pacto, esto imposible para una criatura
pecaminosa. Entonces, Dios proveyó el sistema sacrificial para restaurar los israelitas a
su santidad ceremonial. Ellos aprendieron claramente que por medio del derrame de
sangre, hay remisión de pecados. Sin embargo, esta remisión no alcanzó a la vida eterna,
al alma. No purificó la consciencia. Les restauró a vida en Canaán, no la vida en el cielo.
Y esto tiene sentido porque Dios le había prometido vida en Canaán en este pacto, los
sacrificios les restauran a vida en Canaán. La Biblia enseña esto claramente en,

44
Hebreos 10:1-4: “1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes
venideros y no la forma misma de estas realidades, nunca puede, por
medio de los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente de año en
año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera, ¿no habrían
dejado de ser ofrecidos? Porque los que ofrecen este culto, una vez
purificados, ya no tendrían más conciencia de pecado. 3 Sin embargo, cada
año se hace memoria de los pecados con estos sacrificios, 4 porque la sangre
de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.”

Los sacrificios prepararon al mundo para el Pacto de Gracia porque el Nuevo Pacto
fue establecido por el sacrificio de Jesucristo. Su sangre, su muerte, constituyó nuestra
salvación. Entonces, los sacrificios positivamente anunciaron un modelo de remisión de
pecados. Pero era un modelo imperfecto que purificó la carne, pero no la consciencia.
Las imperfecciones, positivamente, les enseñan la remisión de pecados por medios del
derrame de sangre; negativamente, les enseñaron que deben repetir los sacrificios para
permanecer en Canaán.

Segundo, la imperfección del rey davídico. Dios preparó el mundo para el


Pacto de Gracia. Dios prometió un rey eterno y justo, pero los reyes eran injustos e
imperfectos y el pueblo sufría. Los salmos y los profetas están llenos de preguntas. Lean
Salmos 89, después de Deuteronomio. En 2 Samuel, Dios había prometido un hijo
de David en el trono, un hijo justo, recto y santo; y en el Salmo 89 dice Dios “tú te has
olvidado de tu pacto”, “haz rechazado tu ungido” “¿hasta cuándo?”; el pueblo de Israel
no puede entender lo que está pasando en el exilio, en la invasión de su tierra, su derrota;
están diciendo ¿Dónde está David? ¿Dónde está el cumplimiento de la promesa de un rey
perfecto? ¿Quién guardará la ley para nosotros? ¿Quién nos librará de nuestros
enemigos?

Y en Ezequiel ¿cuál es la promesa? “Yo enviaré de nuevo a David”. Y Jesús, de la


tribu de Judá y el linaje de David apareció para ofrecerles una libertad que sobrepasó el
entendimiento de los israelitas: salvación de sus pecados. Los pactos que Dios hizo con
Israel prepararon al mundo para el Pacto de Gracia porque enfocaron todas las promesas
y todas las leyes en una sola persona: el rey. El pueblo miraba al rey para su bendición, el
pueblo quería un rey justo porque ellos sufrían bajo los reyes injustos, “Queremos Dios
un rey justo, quien proveerá bendición para nosotros ¿Dónde está?”. Esto prepara el
mundo para Jesús, para el Pacto de Gracia.

45
Tercero, los pactos prepararon al mundo para el Pacto de Gracia
porque literalmente, produjeron al Mesías. Jesús nació del pueblo de Abraham
según la carne. Los pactos identificaron un pueblo marcado por circuncisión, los
ubicaron en un lugar, Canaán, y establecieron un sistema en el cual la misión de Jesús
sería legible; un sistema que proveyó un contexto, en el cual la misión de Jesús tendría
sentido.

Cuando Juan anunció el cordero de Dios, había un contexto extenso en el sistema


sacrificial que hizo que las palabras de Juan tuviesen el sentido perfecto; así también pero
de una manera más grande, todos los pactos de Israel establecieron una tierra, un pueblo
con leyes y un sistema de sacrificios, un rey.

Hasta un punto la sombra de Jesús está tan clara que él solamente tiene que
aparecer en la sombra porque en la revelación de Dios, en la tipología, se había añadido
más y más detalle a tal nivel que todo estaba presente menos el cuerpo, toda la sombra
de Jesús ya estaba dibujada. Es decir, que podemos entender la misión de Jesús porque
sucedió en un contexto dónde el significado de sacrificios, obediencia y mucho más ya
fue establecido.

¿Son malditos los que son colgados en un madero? Sabemos que sí, pero solamente
porque la palabra de Dios en la ley de Moisés había dicho esto; fuera de este contexto, si
Jesús apareciera desde un pueblo, sin haber un pueblo especial, su misión no tendría
sentido, no podríamos leer el mensaje, pero Israel proveyó el contexto.

3. La abrogación de los pactos de Israel

Lo que los israelitas no entendieron fue que el gran propósito de sus pactos no fue
el establecimiento de un reino político en Canaán por medio del mesías, sino la creación
de una nueva humanidad con una nueva herencia, es decir una nueva creación, por medio
del Mesías. El plan, desde el principio, fue crear un pueblo de todo el mundo, e Israel
tenía el privilegio de producir al Mesías según la carne, pero esto fue distinto de una
relación al Mesías según el espíritu. La biblia utiliza la frase, “el misterio de Cristo”
para describir esto.

46
a. El misterio de Cristo

En Colosenses 1:26-27 Pablo dice, “26 el misterio de Dios que había estado
oculto desde los siglos y las generaciones, pero que ahora ha sido revelado a
sus santos. 27 A estos, Dios ha querido dar a conocer cuáles son las riquezas
de la gloria de este misterio entre las naciones, el cual es: Cristo en
ustedes, la esperanza de gloria.”

El misterio de Cristo no se refiere al misterio de la identidad de Jesucristo. Claro


que la identidad del Mesías fue un misterio, pero Pablo nos dice que era mucho más que
simplemente su identidad. El misterio de Cristo que Pablo dice a los colosenses es “Cristo
en vosotros”. Esto fue un misterio porque no fue revelado completamente y los apóstoles
lucharon mucho para probar a los judíos que este misterio, ahora revelado, siempre ha
sido el plan de Israel, el propósito nunca fue separado, no tenía otro destino que ser
abrogado y así juntarse con la nueva humanidad.

El misterio se refiere a la realidad que los gentiles serían incluidos con los judíos
para formar uno sólo pueblo bajo el Mesías. El misterio de Cristo es que el propósito del
pueblo según la carne fue producir al mesías, quien a su vez tenía un pueblo según el
espíritu. Esto no fue un mal contrato para ellos, porque cada uno de ellos desde el
principio y hasta hoy en día, si creen en Jesús, pueden ser incorporados en el mismo
cuerpo. Ningún judío puede decir “Dios nos dio todas estas promesas y se ha
desaparecido, hemos recibido infidelidad o mal trato”. No, por un lado, Dios cumplió
todas sus promesas; por otro lado “¿qué más quieres que la eternidad con Jesucristo y
una nueva humanidad?”, la única explicación es incredulidad. El misterio de Cristo es
que hay un pueblo sin nacionalidad, no según la carne sino según el espíritu, un solo
pueblo en el Mesías.

Para los judíos esto debió de haber sido un privilegio, es de ellos y ahora para todo
el mundo. Pero ellos creyeron que la bendición para todo el mundo era “Ahora ustedes
pueden ser judíos, circuncidaos”; pero esto no es una bendición para el mundo. Para
muchos judíos eso fue inaceptable.

La bendición para todo el mundo no es la circuncisión ni la ley de Moisés. No


podían aceptar que el Cristo vino para reunir un nuevo pueblo que no consistía de judíos
exclusivamente. No entendían el misterio. Y rechazaron la revelación del misterio, lo
mataron, por lo que fueron cortados permanentemente; y aún después les tuvo
misericordia, Hechos 2, A los que dijeron “crucifícalo, crucifícalo” Pedro se pone de pie
47
y dice “Y ellos también dijeron a nuestras cabezas y las cabezas de nuestros hijos sea la
maldición de nuestras acciones” y luego Pedro les dice “Para ustedes y para sus hijos,
para todo el mundo, aún para los asesinos de Jesucristo hay misericordia”.

Pablo fue encargado con el trabajo de anunciar este misterio a los gentiles, que el
pueblo de Dios no consiste en los circuncidados, ni en los que guardan la ley de Moisés,
sino en los que confían en Jesucristo. Por eso dijo en,

Gálatas 3:28, “28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay
varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”

Y Efesios 2:19-22 “19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino


conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20 edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra
del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado,
va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros
también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”

Los creyentes, sean judíos o griegos, forman una nueva familia, la iglesia, el cuerpo
de Cristo. La iglesia es el nuevo santuario, el nuevo templo de Dios porque Dios mora con
su pueblo, por medio del Espíritu Santo. Dios manifestó su presencia en Edén, manifestó
su presencia en el tabernáculo y en el templo, y ahora nosotros, el Israel de Dios, somos
el templo de Dios, Dios mora en nosotros por lo que Cristo ganó para nosotros y por
medio del Espíritu para crear un solo pueblo bajo un solo salvador. Somos la iglesia, el
cuerpo de Cristo.

Pablo nos dice en Gálatas 3 que en Génesis 12, Dios anunció a Abraham una
bendición a las naciones por medio de Cristo. Entonces desde el momento que la nación
israelita fue creada en el pacto Abrahámico, siempre había una perspectiva hacia las
naciones; los israelitas no existían como un pueblo de pacto antes de Génesis 12, y en el
principio de este capítulo ya hay una perspectiva de las naciones; por eso cuando Jesús
se fue revelando ningún judío podía decir “Esto es nuevo, ¿de dónde viene esto?”. Pablo
entró a las sinagogas, y desde los profetas, la ley de Moisés, desde las Escrituras, él les
persuadía acerca de Jesús y el reino de Cristo.

48
Es decir. Que siempre ha habido un solo plan, un destino, un fin, y el fin se ve en el
nacimiento de Jesús descendido de Abraham; un pueblo que escapa del pacto de obras
en Adán por medio de Jesucristo. Habían creyentes en el Antiguo Testamento que
miraron más allá de los tipos y las sombras, y ellos creyeron en las promesas antes de
verlas, ellos son uno con nosotros en la fe, ellos recibieron la misma salvación con
nosotros; por lo tanto no había escusa, ellos recibieron más que todo el mundo. Este
Jesús creó un nuevo Israel, nacido no de la carne, sino renacido por el Espíritu.

Cómo dijo Juan en capítulo 1 de su evangelio,

Juan 1:11-13, “11 A lo suyo vino pero los suyos no lo recibieron. 12 Pero a
todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de
ser hechos hijos de Dios, 13 los cuales nacieron no de sangre ni de la voluntad
de la carne ni de la voluntad de varón sino de Dios.”

Había “lo suyo” según la carne, ahora hay “lo suyo” según el espíritu, nacido, no de
Abraham y sus descendientes sino de Dios. Muchos de los judíos no entendían el plan de
Dios. Lo rechazaron. Por eso Pablo dijo en,

2 Corintios 3:14-16, “14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque


hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no
descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando
se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando
se conviertan al Señor, el velo se quitará.”

El misterio de Cristo es la explicación del propósito de los pactos de Israel, y la


explicación de la abrogación de ellos. Cumplieron su propósito. Al llegar el cuerpo, la
sombra no es necesaria. Al llegar el Cristo ya no se necesita todos los símbolos de Cristo.
Por eso el autor de los Hebreos nos dice “no vuelvan al antiguo pacto”, porque hacerlo
es decir que Jesús no ha venido, el cual es negar que el hombre Jesús es el Cristo y el hijo
de Dios.

b. El reino de Cristo
Así como los pactos de Israel establecieron un reino con una tierra, un pueblo, un
rey, etc. Así también el Pacto de Redención y el Pacto de Gracia establecen un reino. Pero
el reino de Dios, el reino de Cristo, no es un reino de este mundo, y su tierra es una nueva
tierra, una nueva creación. Y su pueblo no es de este mundo, aunque vive en este mundo.

49
Es un pueblo celestial, nacido de arriba, un pueblo identificado no por obediencia a
Moisés o la marca de Abraham en su carne, sino por la fe en Cristo, obediencia a Cristo,
y una nueva naturaleza.

El libro de los Hechos de los apóstoles nos dice que Pablo entró en las sinagogas y
les enseño acerca del reino de Dios, persuadiéndoles que no es un reino de este mundo.
Es un reino ganado por pacto, en el Pacto de Redención y otorgado gratuitamente en el
Pacto de Gracia, para cuerpos glorificados en vida eterna con Cristo mismo para siempre.

La revelación del misterio de Cristo y el establecimiento del reino de Dios en la


muerte de Jesús y por medio de su pacto, incluyen necesariamente la abrogación de los
pactos de Israel. Dios cumplió sus promesas a Israel. Y al llegar Jesús, las sombras ya no
son necesarios. De hecho, regresar a las sombras es una negación de Cristo. Si regresamos
a las sombras estamos diciendo que no ha llegado el cuerpo.

Por eso, imponer las leyes del reino de Israel, o promoviendo un estado judío,
significa que no se reconoce que el propósito de Israel fue dar a luz a Jesús. Y una vez
nacido Jesús, éste reunió en sí mismo un pueblo de todo el mundo. Y los judíos mismos
pueden participar. No fueron rechazados. Hasta hoy, si los judíos creen, serán
incorporados en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Eso fuel el plan de Dios desde el principio.
Pablo dice en,

Efesios 1:9-10, “9 Él nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad,


según el beneplácito que se propuso en Cristo, 10 a manera de plan para el
cumplimiento de los tiempos: que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza
todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la
tierra.”

Conclusión

En conclusión, la verdad es que en este sermón he intentado explicar la relación


entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. He intentado explicar,
bíblicamente, la identidad de los pactos de Israel y su relación al plan singular de Dios.
El pueblo de Dios según la carne nos dio Jesús. Jesús nos dio salvación. Y esta salvación
es para todo el mundo, gratuitamente ofrecida en el nuevo pacto, el pacto de gracia.

50
Cuando nosotros construimos un edificio nosotros usamos “andamios”, que
están separados del edificio, y al terminar el edificio los quitamos, porque al terminar la
construcción ya no se necesitan esas cosas. Dios les dio a los israelitas el privilegio de ser
los constructores y les invitó a vivir en la casa al terminar, pero al construir la casa ya no
se necesitan los andamios. Y el hecho de regresar a los andamios significa que la casa no
está construida completa. Hasta hoy, si los judíos creen, serán incorporados en el cuerpo
de Cristo. Quiero concluir esta lección con,

Efesios 3:2-12, 20-21 “2 Sin duda han oído de la administración de la


gracia de Dios que me ha sido conferida en el beneficio de ustedes. 3 Por
revelación me fue dado a conocer este misterio, como antes lo he escrito
brevemente. 4 Por tanto, leyéndolo, podrán entender cuál es mi comprensión
en el misterio de Cristo. 5 En otras generaciones no se dio a conocer este
misterio a los hijos de los hombres, como ha sido revelado ahora a sus santos
apóstoles y profetas por el Espíritu, 6 a saber: que en Cristo Jesús los gentiles
son coherederos, incorporados en el mismo cuerpo y copartícipes de la
promesa por medio del evangelio. 7 De este llegué a ser ministro, conforme
a la dádiva de la gracia de Dios que me ha sido conferida, según la acción de
su poder. 8 A mí, que soy menos que el menor de todos los santos, me ha sido
conferida esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las
inescrutables riquezas de Cristo 9 y para aclarar a todos cuál es la
administración del misterio que desde la eternidad había estado escondido
en Dios, quien creó todas las cosas. 10 Todo esto es para que ahora sea dada
a conocer, por medio de la iglesia, la multiforme sabiduría de Dios a los
principados y las autoridades en los lugares celestiales 11 conforme al
propósito eterno que realizó en Cristo Jesús, nuestro Señor. 12 En él tenemos
libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en él… 20 Y a aquel
que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de
lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros, 21 a él sea
la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones de todas
las edades, para siempre. Amén.”

51
SESIÓN IV
LOS BAUTISTAS Y SU HISTORIA

Introducción

En esta lección quiero hablar acerca de la teología federal de la tradición reformada


y la relación de los bautistas particulares a aquella tradición. Eso es importante porque
la teología de los reformadores es nuestra teología. Y los orígenes de los bautistas
calvinistas se ubican dentro de la reforma en Inglaterra. Asimismo, nuestra teología
federal coincide con la de la tradición reformada.

Entonces, les voy a hablar acerca de ¿dónde provienen los bautistas y cómo se
relaciona su teología federal a la de la tradición reformada? Porque ustedes, creo, saben
que la mayor parte del mundo reformado no es bautista y ellos dirían que nosotros no
somos reformados; y no digo esto para empezar para luchar, sino para decirles la historia
que los bautistas tenemos que pensar acerca de estas cosas ¿de dónde venimos entonces?

Voy a hablar brevemente acerca de los primeros dos puntos. Entonces, vamos a
empezar con la teología y luego la historia. Por eso, quiero ofrecerles un modelo general
de la unidad de la tradición reformada, la diversidad de la tradición reformada y la
relación de los bautistas a esta unidad y diversidad.

1. La unidad de la teología federal de la tradición


reformada

Para entender la unidad de la teología federal de la tradición reformada, es


necesario empezar con la distinción entre la ley y el evangelio, ¿de dónde proviene la
teología pactual de la tradición reformada? Proviene:

52
a. La ley y el evangelio
El corazón de la reforma es una protesta contra Roma. Uno de los argumentos más
importantes y más fundamentales en el inicio de la reforma y hasta este día es el
argumento de que la ley y el evangelio son distintos, contrarios y opuestos. La iglesia
católica romana enseño que el evangelio es una ley nueva, una ley más fácil, una ley con
más gracia. Martin Lutero y los otros reformadores leyeron Romanos y Gálatas y
concluyeron que no es así; ardientemente lucharon contra la idea que en el Nuevo
Testamento Dios nos ha dado una nueva ley más fácil, que esta Ley nueva se llame el
evangelio. Martín Lutero y los otros dijeron, el evangelio no es una ley nueva es algo
completamente opuesto a una ley.

La ley requiere obediencia exacta y perfecta; el evangelio provee beneficios


gratuitamente. La ley busca perfección en el obligado. El evangelio otorga perfección al
que lo recibe. La ley dice “Haz esto para vivir”. El evangelio dice “Vive, y haz esto”. La
salvación es por gracia por medio de la fe, no por obras. Entonces, los reformadores
enseñaron que la ley es obediencia y la fe en el evangelio es descansar y recibir; el obrar
es la ley, pero la fe es descansar y recibir lo que Cristo ha hecho.

Los protestantes, desde entonces, afirman contra Roma estas verdades


fundamentales. La protesta continúa. Y las confesiones de fe de las iglesias reformadas
contienen un lenguaje específicamente diseñado para contradecir los errores de Roma en
la doctrina de la justificación. El punto es que a un nivel básico hay unidad en la teología
protestante y la teología reformada que enseña la distinción absoluta entre la ley y el
evangelio.

b. El Pacto de Obras y el Pacto de Gracia


Los reformadores entonces construyeron los modelos del Pacto de Obras y del
Pacto de Gracia sobre este fundamento, de la ley y el evangelio, ya que la ley es
completamente opuesta al evangelio en el sentido de cómo funcionan y qué son, así
también el Pacto de Obras y el Pacto de Gracia son distintos y opuestos, uno es obrar para
vivir, el otro es, vive y entonces obra.

El Pacto de Obras y el Pacto de Gracia provienen de la ley y el evangelio. Y los


nombres más tempranos o más viejos, más antiguos, antes que los términos “el Pacto de
Obras y el Pacto de Gracia” fueron “el Pacto Legal y el Pacto Evangélico”. Ustedes pueden
oír en los nombres la ley y el evangelio como los fundamentos de estos pactos.

53
En las primeras décadas de la reforma había un desarrollo y crecimiento en la
teología reformada durante la expansión de su influencia y el establecimiento de
escolares y profesores que tenían libertad y tiempo para trabajar, enseñar, y publicar la
teología reformada.

Dentro de este desarrollo los reformadores empezaron a hablar acerca del Pacto
Evangélico y el Pacto Legal y décadas después empezaron a hablar acerca del Pacto de
Obras y el Pacto de Gracia.

Estos dos pactos coinciden con la distinción entre la ley y el evangelio. De hecho,
estos dos pactos son estructurados y construidos sobre el fundamento de la distinción
absoluta entre la ley y el evangelio. El Pacto Legal o el Pacto de Obras es el pacto en que
Dios requiere obediencia perfecta y promete vida eterna. El Pacto Evangélico o el Pacto
de Gracia es el pacto en que Dios promete vida eterna gratuitamente en Cristo.

Y, a lo largo de los años y décadas, estos dos pactos formaron un fundamento de


unidad. La teología reformada ha afirmado el Pacto de Obras y el Pacto de Gracia como
las fuentes de nuestra miseria eterna y nuestra felicidad eterna, las fuentes de muerte
eterna y vida eterna. El Pacto de Obras condena los hombres. El Pacto de Gracia justifica
a los que huyen a Cristo por la fe.

Si uno niega la condenación de la raza humana en Adán en el Pacto de Obras, no


es reformado. Si uno niega la salvación de los elegidos en Cristo en el Pacto de Gracia, no
es reformado. La tradición está unida sobre este fundamento de la ley y el evangelio,
expresados en pactos.

En el Pacto Legal su fundamento es la ley; en el Pacto Evangélico su fundamento


es el evangelio. Por eso, el Pacto de Obras y el Pacto de Gracia (en la ley y el evangelio,
bajo ellos o debajo de ellos) forman la unidad de la tradición reformada en su teología
federal, todos afirman estas cosas y si no afirmas la ley y el evangelio no puedes ser
reformado porque no estás participando en la protesta contra Roma. Nosotros creemos
que la ley y el evangelio son opuestos en el sentido de cómo funcionan así también el
Pacto de Obras y el Pacto de Gracia.

¿Dónde, entonces, encontramos la diversidad de la tradición reformada en su


teología federal?

54
2. La diversidad de la teología federal de la tradición
reformada

La diversidad de la teología federal de la tradición reformada se encuentra en dos


cosas juntas, entonces les voy a dar los dos puntos al mismo tiempo y explicarlos.

La relación de la ley y el evangelio con los pactos de Israel en general y las


dificultades del pacto Sinaítico en particular

El Pacto de Obras y el Pacto de Gracia son distintos y opuestos porque uno se basa
en la ley y el otro en el evangelio. Por eso, yo hice la tabla de lección uno, la tabla está
establecida sobre estas enseñanzas: la ley procede a un Pacto de Obras, el evangelio
procede (o las promesas proceden) a un Pacto de Gracia.

La dificultad es que la ley y el evangelio están presente en los pactos de Israel, no


hay evangelio en el Pacto de Obras; sí hay ley en el Pacto de Gracia pero no para el
disfrute de nuestras bendiciones pues nuestro disfrute depende de gracia. Entonces,
digamos no hay ley para bendición en el Pacto de Gracia, son opuestos, pero la ley y el
evangelio aparecen, están presentes en los pactos de Israel y, por lo tanto, había diversas
opiniones dentro de los teólogos reformados acerca de la relación de la ley y el evangelio
con los pactos de Israel, en general.

Tocante el pacto Abrahámico había unidad entre ellos, decían que el pacto
Abrahámico es igual al Pacto de Gracia. Asociaron el evangelio con el pacto Abrahámico,
eso es diferente a lo que dije en la lección pasada, ellos dirían que el pacto Abrahámico
es el mismo pacto como el Nuevo Pacto o Pacto de Gracia.

Sin embargo, reconociendo esta unidad, había mucha diversidad entre los teólogos
reformados acerca del pacto Sinaítico. Y les recuerdo que cuando digo los teólogos
reformados, estoy hablando acerca de los que practicaban el bautismo de infantes. Entre
ellos no tenían un acuerdo, una unidad, acerca de la identidad del pacto Sinaítico, porque
para algunos la ley es tan prominente y tan fuerte en el pacto Sinaítico que dijeron pues,
entonces, es un pacto de obediencia; algunos dijeron: es el pacto de obras republicado
para Israel, el pacto de obras original, otros dijeron: pues el fin del de la ley es Cristo,
entonces es el Pacto de Gracia, el pacto Sinaítico.

55
Están divididos, hay diversidad porque unos identifican el pacto Sinaítico con la
ley, otros identifican el pacto Sinaítico con el evangelio.

Y otros dijeron que el pacto Sinaítico ni es el Pacto de Obras ni es el Pacto de Gracia


sino que lo llamaron el pacto subordinado, ese es el modelo que enseñé la lección pasada.
Lo llamaron así, el pacto subordinado, porque el pacto Sinaítico era un pacto de
obediencia, pero no fue el Pacto de Obras, porque fue tramitado con otras personas en
otro lugar y no para vida eterna sino vida en Canaán. Entonces, el pacto subordinado
reanimó la voz del Pacto de Obras porque declaró el mismo mensaje de obediencia para
bendición. Pero no fue el Pacto de Obras.

Al mismo tiempo el pacto subordinado promovía subordinadamente el evangelio.


Fue diseñado para demostrar la incapacidad del hombre, para entonces empujarlo,
dirigirlo, a Cristo y así el fin de la ley era Cristo, aunque el pacto no era el Pacto de Gracia.

Y lo he puesto todo esto en la tabla, para ustedes:

La mayoría de los
Una minoría Otra minoría
teólogos reformados

El pacto Sinaítico (o el
pacto subordinado) es un
pacto de obediencia para
El pacto Sinaítico es el
vida en Canaán. No es el
El pacto Sinaítico es el Pacto de Obras
Pacto de Obras aunque
pacto de gracia. republicado para dirigir
reanima la voz de ello, ni
pecadores a Cristo.
es el Pacto de Gracia,
aunque dirige pecadores a
Cristo.

Juan Calvino, La confesión Caspar Oleviano, John Cameron, John


de fe de Westminster. Guillermo Perkins, otros. Owen.

56
Noten que aun en esta diversidad hay una unidad. Todos están de acuerdo que la
raza humana cayó en Adán en el Pacto de Obras y que la única manera de escapar del
juicio venidero es por medio de redención en Cristo en el Pacto de Gracia.

La diversidad, entonces, no amenaza el fundamento de la fe reformada, ni la fe


protestante, la cual es más grande que la fe reformada. Somos protestantes y reformados,
luego puritanos, luego bautistas.

Hay consecuencias sistemáticas en esta diversidad pero hay unidad también.


Tenían diversas opiniones acerca del pacto Sinaítico, pero afirmaron la condenación de
los hombres en Adán en el Pacto de Obras y afirmaron la salvación de los creyentes de
los elegidos en el Pacto de Gracia, en Cristo. Aun con esta diferencia del pacto Sinaítico,
esto nos prepara para los orígenes de los bautistas y entonces, un modelo de su teología
federal.

Habiendo ofrecido un modelo general de la unidad y la diversidad de la teología


federal de la tradición reformada, ahora quiero hablar acerca de los orígenes de los
bautistas y la relación de su teología federal a la de la tradición reformada.

3. Los bautistas y la tradición reformada

a. Sus orígenes históricos


Los orígenes históricos de los bautistas empiezan con la influencia de la reforma
teniendo impacto en Inglaterra cerca del inicio del siglo decimoséptimo. Bajo el Rey
Enrique el Octavo, la iglesia anglicana se había separado de la iglesia católica romana.
Entonces, ellos mismos, la iglesia anglicana, estando separados, empezaron a formar su
doctrina.

Bajo Roma, el papa y los cardinales en el magisterio establecen toda la doctrina de


la iglesia y todos los cristianos les deben la obediencia de la fe. Y al separarse del
anticristo, ¿quién dirá qué será la doctrina de la iglesia anglicana? Pues, había mucha
diversidad teológica.

Pero, por medio de la literatura en latín y por medio de escolares visitando el


continente, la influencia de la reforma crecía y crecía en Inglaterra. Y con el tiempo había
profesores ingleses enseñando la teología reformada en las universidades de Inglaterra,

57
Oxford y Cambridge, entonces los sacerdotes de la iglesia anglicana, y se llamaban
sacerdotes, recibieron su preparación y educación de hombres como Guillermo Perkins
y otros puritanos, como William Ames. Y empezaron a darse cuenta de que había muchos
errores en la iglesia anglicana, en doctrina y práctica.

Y cuando sacerdotes reformados, es decir, ya graduados con su bachiller y también


con su maestría, fueron ordenados en la iglesia anglicana y entraron en sus parroquias, y
cuando empezaron a insistir en una reforma de la iglesia anglicana sus enemigos, quizás,
no enemigos pero los de otra opinión, les llamaron Puritanos, porque los puritanos
querían pureza en doctrina y práctica. El nombre no fue un nombre amable o bueno,
nosotros decimos: ¡Oh, los puritanos! pero para ellos fue un mal nombre, un nombre para
criticar los puritanos, decían: son tan rígidos los puritanos quieren siempre esto u otro
de la reforma y ya.

Y acuérdense, sólo había una iglesia en Inglaterra, y la influencia de la Reforma por


medio de literatura y las universidades y luego los sacerdotes mismos empezaron a tener
un impacto en la iglesia anglicana, entonces el movimiento puritano empezó a crecer y
crecer dentro de la iglesia. Tenemos que entender el movimiento puritano fue una
reforma dentro de la reforma, es la reforma aplicada a Inglaterra. Solo había una sola
iglesia y algunos de los sacerdotes querían reformar la iglesia. Tristemente el rey y los
obispos no estaban de acuerdo y los puritanos se dieron cuenta de que no iban a tener
éxito en su reforma porque no tenían el poder, el rey y los obispos tenían el poder.

Había dos opciones. La primera opción fue intentar reformar localmente la iglesia,
ya que el obispo, el Rey, y todas esas personas, no estaban de acuerdo, entonces
reformaban sus parroquias, esa fue una opción y ellos tuvieron que esperar que el obispo
en su región les fuese benigno. Muchos sacerdotes intentaron reformar sus parroquias.
Y, dependiendo del obispo, tuvieron éxitos pequeños o fueron expulsados de la iglesia y
perdieron su sustento.

La otra opción. Ciertos sacerdotes que concluyeron que la iglesia anglicana estaba
tan corrompida y enseñaba tantos errores heréticos que no era una iglesia verdadera.
Entonces, para ellos, tomaron la segunda opción, separación. Los separatistas, entonces,
empezaron a formar iglesias independientes. Dentro de Inglaterra había una sola Iglesia,
eso era serio, y es un asunto grande cuando hay una sola iglesia y tú empiezas a instituir
otras, mientras la única iglesia tiene el poder y la autoridad del gobierno.

58
Entonces, dentro de los separatistas había iglesias que llegaron a creer que cada
iglesia tenía el derecho de gobernarse a sí mismo. Un cambio grande, un cambio desde el
modelo anglicano, un cambio grande desde el presbiterianismo, y el modelo de obispos
y arzobispos traspasaron, en su opinión, los límites de lo que las Escrituras enseñan.

Es necesario acordarnos que en todo este tiempo los sacerdotes, que ahora son
pastores, están despertándose de los errores en su propia doctrina, doctrinas que nunca
habían cuestionado; es decir, que cada paso de su reforma dirigió a otros pasos de la
reforma, no es que inmediatamente desde el principio se dieron cuenta de todos sus
errores y se purificaron de ellos, no, sino que se dieron cuenta de muchos errores pero
seguían viendo errores en su doctrina y su práctica cosas que nunca habían cuestionado.

Uno de los errores fue que, en las iglesias anglicanas, toda la parroquia era
admitida a la Cena del Señor. Los sacerdotes conocían a las personas del pueblo, vivían
con ellos y rehusaron administrar los elementos a los que no se arrepintieron de sus
pecados. Es natural, entonces, si esto estaba en sus mentes que cuando examinaron la
Cena del Señor para reformarlo, también examinaron su bautismo de infantes de la
iglesia anglicana.

¿Quieren saber qué dijo el catecismo de la iglesia en su día acerca del bautismo? Y
esas palabras de esas preguntas y respuestas, son de ellos, yo lo copié de su propio libro
en el siglo XVII. Esto es lo que enseñaban ellos, este fue su catecismo.

Pregunta: ¿Qué se requiere de personas para ser bautizado?

Respuesta: El arrepentimiento, en el cual abandonan su pecado; y la fe, por


el cual creen las promesas de Dios en el sacramento.

(Recuerden esta es su pregunta, los bautistas no añadieron está pregunta).

P: ¿Por qué, entonces, son bautizados infantes si por su edad no pueden


cumplir estos requisitos?

(Buena pregunta, catecismo).

R: Porque sus padres (padrinos) los prometen para ellos, y al alcanzar la


mayoría de edad ellos mismos deben hacerlos.

59
Los sacerdotes puritanos reformados dijeron que es una contradicción completa
admitir que los infantes no pueden hacer estas cosas y al mismo tiempo decir que es
necesario arrepentirse y creer para ser bautizado. ¿Qué es necesario? Arrepentimiento
actual y la fe actual; pero los hijos, los niños, no pueden hacer esto, ellos admiten que los
niños no pueden hacerlo pero los (padres) padrinos prometen esas cosas.

Entonces, los sacerdotes influenciados por el calvinismo de la reforma dijeron,


¿puede uno prometer la fe y el arrepentimiento para otra persona? No, es imposible. Y
en su estudio de la Biblia concluyeron que los únicos recipientes bíblicos del bautismo
deben ser los que profesan su fe en Jesucristo, no por padrinos (padres) sino por sus
propias voces.

Y así de entre los separatistas, los que se separaron independientes y que crearon
una iglesia que se gobierna a sí misma motivados por la por la reforma puritana, nacieron
los bautistas particulares en 1638 con la formación de la primera iglesia bautista
particular. ¿Por qué se llamaban bautistas particulares? Este fue un nombre que otras
personas usaban para distinguir entre los bautistas arminianos, y los bautistas
calvinistas. Los bautistas calvinistas creyeron que Dios había elegido un pueblo
particular, entonces, eran bautistas particulares; los bautistas arminianos, se llamaban
bautistas generales, porque creyeron que Cristo murió por un pueblo general, por el
mundo. Entonces, de esto proviene el nombre, ellos solían llamarse a sí mismos las
iglesias bautizadas, nada más, pero el nombre bautista particular es el nombre histórico
que todos se usan para marcar a nuestros padres en la fe.

En 1644 tenían siete iglesias y publicaron su primera confesión de fe. Treinta y tres
años después en 1677 había más que 100 iglesias y publicaron su segunda Confesión de
Fe, la confesión que confesamos nosotros hoy en nuestra Iglesia, sin cambio alguno, la
confesión de Fe. La Segunda Confesión de Fe nunca fue publicada en 1689, nunca, en
realidad fue publicado en 1667, 1688 y 1699, entonces ¿porque la fecha 1689? Porque en
aquel año el nuevo Rey Guillermo III junto con su reina Ana dieron 'el acta de toleración’
para los que no estaban de acuerdo con la iglesia anglicana, entonces, más o menos, en
el primer momento en que los bautistas podían adorar abiertamente y organizarse
abiertamente, aquel mismo año organizaron su primera asamblea general y publicaron
después de su asamblea general de las iglesias una narrativa de su asamblea diciendo
quiénes somos, una lista de todas sus iglesias y todos sus nombres (algo muy peligroso
antes de la tolerancia) y en esta narrativa dicen: nosotros confesamos esta Confesión de

60
fe como la Confesión de nuestra Fe. Entonces, 1689 marca su entrada al mundo público
diciendo somos estas personas, nosotros somos de estas iglesias y esta confesión que ya
ha sido publicado dos veces es nuestra confesión de Fe, por eso esta fecha es importante
y la usamos, pero la confesión de Fe nunca fue publicada en 1689. Y por eso, se llama la
segunda confesión de Fe, porque ellos publicaron su primera en 1644.

Estas confesiones, la primera y la segunda, contienen intencionadamente


secciones de otras confesiones reformadas porque para los bautistas particulares la
teología reformada fue su propia teología, pues, ¿de dónde vienen? de las universidades
de la iglesia anglicana junto con los otros puritanos separatistas independientes. Pero,
algunos no alcanzaron la pureza de los bautistas particulares; obviamente, desde su
perspectiva, nos dicen que los bautistas fueron demasiado lejos, pero desde nuestra
perspectiva llegaron a una reforma completa de toda su doctrina y práctica de la iglesia
anglicana.

El punto es este, somos de la tradición reformada, somos los estudiantes de la


tradición reformada y nuestras confesiones de Fe intencionadamente citan y copian las
Confesiones de la tradición reformada, por eso nosotros nos llamamos bautistas
reformados hoy en día. Ahora bien, esta historia de los orígenes de nuestros padres
bautistas es importante porque su teología federal refleja el progreso de su historia.

b. Unidos con la unidad, diversos con la diversidad


Los bautistas particulares creyeron y confesaron el Pacto de Obras y el Pacto de
Gracia, la condenación de todos los hombres en Adán y la salvación de los elegidos en
Cristo. Ellos, en sus confesiones y en su predicación, proclamaron la ley y el evangelio
como contradictorias: no obedezcan para vida, crean para vida. Entonces, los bautistas
particulares están unidos con la unidad de la teología federal de la tradición reformada.

Y la teología federal de los bautistas particulares proviene de la diversidad ya


existente dentro de la tradición reformada. Ya les dije que la diversidad de la teología
federal de la tradición reformada se encuentra en cómo relacionar la ley y el evangelio a
los pactos que Dios hizo con Israel. Y hemos visto que para algunos teólogos como Juan
Cameron y Juan Owen, el Nuevo Pacto era distinto del Antiguo Pacto.

61
Cameron y Owen creyeron esto porque en el libro de Hebreos el contraste entre los
dos pactos es demasiado fuerte para reducir la distinción a diferencias externas. Juan
Owen dijo: si hay un pacto superior del cual Jesús es el mediador, entonces hay un pacto
inferior del cual Jesús no era el mediador (ese fue su argumento diciendo el pacto
Sinaítico, el Antiguo Pacto no es el Nuevo Pacto, el Pacto de Gracia), y si los sacrificios
israelitas no podían perdonar pecados, y si eran una sombra de bendiciones futuras, el
evangelio fue revelado y proclamado por medio del pacto Sinaítico, pero fue distinto de
ello. Lo que estamos describiendo, aunque sin las mismas palabras es la tipología. Pero
el punto es que estoy usando los argumentos de los que bautizan a los infantes, hoy en
día. Tipos son distintos de sus anti-tipos.

Entonces, lo que los bautistas particulares hicieron, que los distinguía de Juan
Owen y Juan Cameron, es que ellos aplicaron los mismos principios y métodos al pacto
Abrahámico. Y dijeron que, aunque el pacto abrahámico promueve el progreso de la
revelación del evangelio, es distinto del Pacto de Gracia, del evangelio.

Dios le prometió a Abraham en aquel pacto que sus descendientes heredarían la


tierra de Canaán y serían la “madre” del Mesías. Pero, aunque Dios le prometió una
relación con el Mesías según la carne, no le prometió una relación con el Mesías según el
espíritu, por este pacto. Entonces, tomaron las herramientas de Juan Owen y Juan
Cameron y las usaron para interpretar el pacto Abrahámico también. Y Abraham y los
otros creyentes del Antiguo Testamento vieron a Cristo por medio de mirar más allá de
los tipos hacia las realidades presagiadas.

Los bautistas particulares dijeron que aunque el Pacto de Gracia fue revelado a
Abraham y los otros israelitas, el pacto Abrahámico es el pacto de la circuncisión, el
nombre utilizado por Esteban en Hechos; y que el pacto Sinaítico expandió la misma
relación con el mismo pueblo en la misma tierra. Y si el pacto Abrahámico es distinto del
Pacto de Gracia, aunque relacionado por tipología, el fundamento del bautismo de
infantes se desvanece.

Hubo muchos libros escritos durante el siglo decimoséptimo entre los bautistas
particulares y sus oponentes. Y el campo de combate casi siempre fue el pacto
abrahámico, este sigue siendo el campo de combate hoy en día.

62
Los presbiterianos afirmaron que el pacto abrahámico es igual al Pacto de Gracia,
hasta Owen y Cameron, ellos también, y que el bautismo reemplaza la circuncisión.
Afirmaron que el Pacto de Gracia fue hecho con creyentes y sus hijos en Génesis 17, y es
así también en la nueva administración, la nueva etapa del Pacto de Gracia, aunque con
otro signo externo, el bautismo.

Los bautistas particulares dijeron que esto no es suficientemente preciso, porque


Abraham tiene una doble paternidad. Como padre natural, Dios hizo el pacto de la
circuncisión para él y sus descendientes naturales. Y que Dios le hizo a Abraham el padre
de los creyentes como el modelo y el paradigma de la fe. Abraham creyó Dios y Dios lo
justificó aparte de las obras.

Entonces, los que hacen las obras de Abraham, es decir, los que creen, son los hijos
verdaderos de Abraham. Como dice Pablo en Gálatas 3. Como Jesús dijo a los fariseos
en Juan 8:39 que si son hijos de Abraham, hacen las obras de Abraham ¿cuáles son? La
fe.

Y los bautistas particulares, entonces, alinearon la doble paternidad con dos pactos
diferentes: el pacto de la circuncisión para los hijos de Abraham según la carne; y
el Pacto de Gracia para los hijos de Abraham, según su fe, de un pueblo internacional
y transnacional, es decir, todos los creyentes en todas las edades. Entonces, fue posible
ser miembro del pacto de la circuncisión y del Pacto de Gracia al mismo tiempo, si se
creía en Cristo por medio de la tipología.

Y el hecho de que los presbiterianos no distinguieron estos pactos preservó en la


iglesia de Cristo el modelo de Israel nacional y mezcló un pueblo según la carne con un
pueblo según el espíritu, aunque el Nuevo Testamento afirma que la iglesia es el pueblo
nacido de arriba, el pueblo del cielo, el pueblo de Cristo.

63
Conclusión

En conclusión, hemos visto en breve un modelo general de la unidad y la diversidad


de la teología federal de la tradición reformada y hemos visto los orígenes históricos de
los bautistas particulares, todo para ayudarnos a entender cómo la teología federal de los
bautistas particulares se relaciona a la unidad y la diversidad de la teología federal de la
tradición reformada.

Hay mucho más por decir acerca de todo esto. Y en los debates se discutieron
muchas cosas más de lo que he mencionado. Todos los versículos que puedes imaginar
en el debate fueron discutidos por ambos lados. Y todos los debates de hoy son
repeticiones de aquellos debates del siglo decimoséptimo. Luego, vamos a ofrecer
nuestras propias críticas de la teología del bautismo de infantes, que en muchas maneras
repite el fundamento de nuestros padres bautistas.

64
SESIÓN V
CRÍTICAS A OTROS MODELOS

Introducción

El propósito de esta lección es ofrecer críticas de los modelos modernos que están
en conflicto con nuestro modelo. No debe ser una sorpresa que haya diversidad de
opiniones en estas cosas porque estamos hablando acerca cómo interpretar la Biblia
entera. Si hay debates acerca de la interpretación de textos específicos, ¿cuánto más
habrá debate acerca de cómo componer y explicar todas las partes?

Habiendo leído muchos libros de debate acerca de este tema puedo decir
sinceramente que detesto el veneno y el vinagre que se encuentran de todos lados
(bautistas, presbiterianos, dispensacionalistas, etc.). Jesús dijo que el mundo nos
conocería por el amor que tenemos unos para otros. Y tristemente, muchos debates en
libros y en el internet demuestran lo contrario. Por eso, no ofrezco mis críticas en un
espíritu de superioridad y desprecio, sino en un espíritu de exhortación fraternal, así
como el hierro con hierro se afila y el hombre afina el semblante de su amigo.

Al mismo tiempo, quiero decir que muchos de los errores que criticaremos son
serios y graves. Entonces, no quiero evitar la controversia sino el espíritu malo de la
controversia. Y en estas críticas, vamos a dedicar más tiempo al bautismo de infantes
porque siempre luchas más con tus hermanos que con tus vecinos. Y los presbiterianos
son nuestros hermanos. Somos de su familia, aunque a ellos no les gusta admitirlo.

Hermanos, la Biblia nos llama a la violencia contra el pecado sobre todo en


nuestras vidas: si el ojo te causa ocasión a pecar arranca el ojo y la mano, etc. Maten en
el pecado que permanece en ustedes, has morir lo terrenal en vosotros, etc. La biblia no,
nos llama a la violencia contra nuestros hermanos. Entonces, si van a debatir les
recomiendo varias cosas, número uno, te pregúntate a ti mismo: Debo estar haciendo
otra cosa en este momento, porque el internet puede tomar mucho tiempo que
debemos estar dedicando a otras cosas. También, numero dos, recomiendo que leas
Santiago 1, 2, 3 y 4 antes de debatir, que leas Colosenses 3 antes de debatir, que
leas los Proverbios antes de debatir, porque debemos amar a los que nos reprenden
también.

65
Santiago nos dice que debemos ser tardos para la ira, y también en capítulo 4 nos
dice que el hombre sabio está dispuesto a corrección, que la sabiduría celestial está
dispuesta a la corrección. Por eso, frecuentemente la polémica es simplemente una
demostración de nuestra soberbia, no es una un deseo de exhortar, animar y ayudar a
nuestros hermanos y hermanas en la fe. No quiero evitar la controversia, quiero evitar el
espíritu de la controversia. Entonces, en un espíritu de exhortación fraternal empecemos
con el primer punto.

Dispensacionalistas

a. ¿Quiénes son los dispensacionalistas?


Este nombre se aplica a un grupo muy grande de cristianos, entonces, dentro de
este nombre habrá mucha diversidad, en particular durante los últimos 200 años. Por
eso, si digo que los dispensacionalistas creen esto o no creen aquello será verdadero para
algunos y es probable que no lo sea para todos, habrá excepciones, habrá diversidad.

El nombre “dispensacionalismo” indica lo que creen: que la historia de la Biblia se


divide en dispensaciones, es decir, etapas. Obviamente, hay progreso en la historia de la
redención y la Biblia usa palabras que se pueden traducir como dispensaciones, sin
embargo, ellos creen que en las dispensaciones de la historia de la Biblia Dios trató con
su pueblo en diversas maneras. Por eso, la teología reformada ha visto una falta de unidad
en su presentación de la historia de redención. Hablaremos más de esto.

El dispensacionalismo no viene y no empezó dentro de los bautistas. Proviene de


otros grupos congregacionalistas y un presbiteriano. Muchos asocian el
dispensacionalismo con los bautistas, pero no vino de nosotros inmediatamente aunque
ha tenido una influencia grande en los bautistas hoy en día.

En general, hay tres grupos que se pueden distinguir en el dispensacionalismo:

1. El dispensacionalismo clásico, empezó alrededor de 1850, el movimiento


dispensacional empezó en el siglo XIX alrededor del año 50.

2. El dispensacionalismo Revisado, aparece alrededor de 1950.

66
3. El dispensacionalismo Progresivo, aunque también dispensacionalismo
clásico permanece hoy, el movimiento progresivo apareció en el tiempo
moderno.

Entonces, dentro del nombre hay varios grupos de diversidad. Y estoy seguro que
ellos mismos podrían dividirse aún con más precisión y de otras maneras, pero esto es
para indicar quiénes son.

b. ¿Qué creen los dispensacionalistas?


Acuérdense que esto es nuestra presentación de sus creencias, entonces, debemos
tener cuidado en la manera que nosotros expresamos su teología.

Hermenéutica hiperliteral. Los dispensacionalistas afirman que la fuerza de


sus argumentos proviene de una lectura sencilla de las Escrituras. Sin embargo, toda la
fe reformada está basada en la verdad de que las Escrituras son la Palabra de Dios y que
todo lo que la Biblia enseña aceptaremos como la verdad absoluta. Entonces, el problema
no es si estamos comprometidos a la autoridad de las Escrituras o no. Pero, desde su
perspectiva si la Biblia dice que David tendrá un trono establecido, entonces, siempre
habrá un reino israelita. Y si la Biblia dice que los santos reinarán con Cristo por 1000
años, entonces, los santos reinarán con Cristo por 1000 años; para nosotros esto es
hiperliteral.

La división de la experiencia de la salvación, esto varía mucho


dependiendo del tipo de dispensacionalismo, pero en general dividen la experiencia de la
salvación del pueblo de Dios. Muchos de ellos enseñan que la experiencia de la salvación
de los santos progresó y cambió por las dispensaciones en la historia de la redención. Por
ejemplo, enseñan que el Espíritu Santo no moraba en los santos en el Antiguo
Testamento. Depende de la versión del dispensacionalismo es común encontrar
divisiones en la continuidad de salvación en la historia de redención.

La distinción permanente entre Israel y la Iglesia, basado en su


interpretación hiperliteral los dispensacionalistas enseñan que Israel tiene un futuro
eterno que es distinto de la Iglesia, puede ser relacionado pero distinto. Aquí también hay
diversidad en los detalles de ellos, pero para todos, según mi entendimiento, Israel
siempre será Israel y la Iglesia siempre será la iglesia

67
c. ¿Por qué están equivocados?
Antes de continuar, quiero expresar que, aunque los errores del
dispensacionalismo son serios, hay muchos hombres buenos, respetables, y fieles que son
dispensacionalistas. Por ejemplo, John MacArthur ha sido ejemplo de un predicador fiel
del evangelio de la gracia libre y soberana; y un ejemplo de carácter e integridad a lo largo
de décadas; y en un ambiente muy público su ministerio no ha pasado oscurecido, sino
bajo los ojos de muchas personas. Y él se ha mostrado con como un hombre fiel, un
ejemplo bueno de un pastor y un predicador a lo largo de décadas. Entonces, lo respeto
mucho y en mis críticas del dispensacionalismo no quiero que pensemos que son malos
hombres por consecuencia.

Razón N° 1:
Una interpretación hiperliteral o literal.

Me molesta mucho cuando la gente habla de una hermenéutica literal como la base
de sus creencias. ¿Por qué? Porque interpretar literalmente significa que interpretamos
en una manera que corresponda a la presentación literaria del autor. Estás interpretando
literalmente cuando reconoces el género de literatura que estás estudiando. Entonces,
interpretamos parábolas de una manera diferente de como interpretamos la narrativa de
la crucifixión. Interpretamos literatura apocalíptica de una manera diferente de como
interpretamos la enseñanza de Pablo acerca de la justificación. Pero muchos, en el
nombre de la interpretación literal, ignoran el género y el estilo, y así malinterpretan la
Biblia. Por eso dije que los dispensacionalistas utilizan una hermenéutica hiperliteral.

Obviamente nuestros hermanos dispensacionalistas dirían: sabemos que existe el


género y el estilo. Ellos no son ignorantes de esto pero creemos que ellos no dan
suficientemente peso en el balance de la interpretación. Ellos no nos dan suficiente peso
al estilo y el género de ciertas porciones de las Escrituras. Y les daré un ejemplo, en
Apocalipsis 1:1, el teólogo famoso G. K. Beale que tiene un comentario muy grande acerca
de Apocalipsis, enseña algo muy interesante acerca de versículo 1 del capítulo 1 de
Apocalipsis, dice

Apocalipsis 1:1, “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar
a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y que dio a conocer
enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.”

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La palabra traducida “dio a conocer” significa literalmente “mostró por
señales”. Entonces el versículo 1 de Apocalipsis te dice cómo leer el resto del libro.
Si tomas versículo 1 literalmente, entonces tomarás el resto del libro
figurativamente, porque son señales: Dios mostró a Juan por señales las cosas que
sucederán. Y el reino de 1000 años es una señal, entre muchas señales. Las señales
no son vacías y no debemos decir que no significan nada. El punto es que debemos
interpretarlos como señales.

Razón N°2:
Los dispensacionalistas no logran entender la tipología de la Biblia.

Podemos decir aquí que los dispensacionalistas y también los presbiterianos,


hermanos en Cristo, los dos no entienden correctamente el misterio de Cristo que se
resuelve con tipología. En Hebreos 8:13 y 10:1-4, la Biblia nos explica cómo entender
la tipología y la relación de los pactos de Israel al Nuevo Pacto. Nos dice que el Antiguo
Pacto fue abrogado y que el Nuevo Pacto es el cuerpo y que las sombras del Antiguo
Testamento, que antes presagiaban o anticipaban, fueron diseñadas y destinadas para
obsolescencia al llegar el cuerpo, por lo tanto la sombra no importa.

Por ejemplo, cuando tú vas a un restaurante y te dan un menú, a veces, los menús
tienen fotos de la comida; y tú miras la foto y dices: yo quiero esta comida. Y luego el
mesero quita el menú, ya no lo necesitas porque viene la comida. Cuando viene la comida
le dices al mesero: no lo necesito, quiero el menú por favor. No puedes comer el menú,
no puedes comer la foto; puedes comer la comida. Entonces, al llegar la comida ya no
necesitas el menú ni la foto.

Así también, los pactos de Israel presentaron una foto de Jesús, un símbolo, un
tipo, una sombra y al llegar Jesús fueron destinados para terminar. Esto no fue malo para
ellos (israelitas) porque siempre fueron invitados, entonces y ahora, al reino de Cristo,
en el misterio de Cristo, un solo pueblo del cielo. Entonces si hay un modelo que afirme
un futuro para Israel distinto de la Iglesia para siempre, entonces el misterio de Cristo
no existe porque el plan de Dios para todo el tiempo no es reunir todas las cosas bajo
Cristo en un solo pueblo del cielo, el plan es dos pueblos distintos.

69
En Génesis 12 siempre hubo una perspectiva transnacional en los pactos de Israel,
una bendición para todas las naciones y los israelitas participan de esta bendición con los
demás por la fe, pero no según la carne.

Entonces ellos no entienden la tipología. Afirman la permanencia de la sombra


junto con el cuerpo, el menú junto con la comida. Nosotros decimos: NO, llega la comida
y por eso no necesitamos el menú. Efesios 1:9-10 Pablo nos dice que el plan desde el
principio fue que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, tanto las que
están en los cielos como las que están en la tierra, un solo pueblo.

Entonces esta es mi crítica rápida exhortando a nuestros hermanos en el


dispensacionalismo.

Paidobautistas

Quiero seguir entonces con nuestros hermanos reformados: los paidobautistas. El


nombre proviene de la palabra griega para un niño pais, paidos. Entonces, con el
bautismo, significa el bautismo de infantes, los hijos de creyentes.

a. ¿Quiénes son los paidobautistas?


Pues, podemos identificarlos de varias maneras, pero he destacado:

1. La confesión de fe y el catecismo de Westminster de 1646.

2. La confesión Bélgica y el catecismo de Heidelberg.

Se identifican por estos documentos históricos como sus creencias.

b. ¿Qué creen los paidobautistas?


Qué creen nuestros hermanos paidobautistas, veremos entonces:

1. El pacto Abrahámico, es el Pacto de Gracia. Ellos creen que hay una


identidad, una igualdad, entre el pacto Abrahámico y el Pacto de Gracia. Les he dicho en
otra lección que los presbiterianos creen esto porque comparan Génesis 17:7 con
Jeremías 31:33 y concluyen que la misma promesa “yo seré su Dios ellos serán mi pueblo”

70
aparece en ambos lugares, en ambos versículos, y dicen que en Gálatas 3 Pablo describe
el pacto que Dios hizo con Abraham como el pacto de salvación, entonces, para ellos, esto
permite y confirma su interpretación del pacto Abrahámico.

2. Enseñan que el Pacto de Gracia tiene dos administraciones. Es decir,


dos formas externas. Una administración es una forma externa de organizar el pacto. Si
el Nuevo Pacto es el mismo pacto como el pacto Abrahámico podemos preguntar, ¿en
qué sentido es nuevo, el Nuevo Pacto? Y ellos dirían que el mismo pacto pasó por
dos formas externas y la novedad del Nuevo Pacto es la nueva forma externa, nuevas
ordenanzas más sencillas sin las leyes ceremoniales de Moisés.

Entonces, en el Antiguo Testamento la forma del pacto fue la vida de los israelitas
con la circuncisión, los sacrificios, la pascua, el templo, los sacerdotes, y lo demás (esto
es la antigua administración del Pacto de Gracia); en el Nuevo Testamento, la forma
externa del pacto, la nueva administración, es más sencilla: el bautismo y la Cena del
Señor.

Pero, hemos visto que no todos los presbiterianos estaban de acuerdo con esto
porque teólogos como Owen y Cameron enseñaron que el Antiguo Pacto, el pacto
Sinaítico, era distinto del Pacto de Gracia en sustancia. Sin embargo, en general, para los
presbiterianos Israel y la iglesia son iguales, pero tienen diferentes formas externas. Dios
pactó, según ellos, con creyentes y sus hijos con el signo de la circuncisión, y luego pactó
con creyentes y sus hijos con el signo del bautismo.

3. El bautismo reemplaza a la circuncisión. Los presbiterianos fortalecen su


argumento con un paralelo entre la circuncisión y el bautismo en Colosenses 2:11-12 y
Romanos 4:11-12. Dicen que la circuncisión fue la señal y el sello de la fe, y el bautismo
es igual, entonces el mismo pacto tenía la misma señal pero en dos formas distintas. Y
así como aplicaron la señal a los infantes en la vieja administración del pacto, así también
debemos aplicar la nueva señal a los infantes en la nueva administración del pacto.

Este es su argumento, el pacto Abrahámico es el pacto de gracia, tienen la misma


señal pero en diferente forma externa por eso siguen aplicando esa señal a sus hijos, hijos
de creyentes.

71
c. ¿Por qué están equivocados?
Nuestro propósito, como dije en las clases anteriores: el campo de combate, es
demostrar que el pacto Abrahámico no es el Pacto de Gracia, no es el Nuevo Pacto,
aunque revela el evangelio que es el Nuevo Pacto, entonces:

Razón N°1:
El pacto de la circuncisión no perdona los pecados.

El pacto de circuncisión no perdona los pecados en sí mismo. El evangelio se revela


y se declara en el pacto Abrahámico, pero es distinto de ello. El pacto Abrahámico
promete el Mesías según la carne. Por la fe, uno abraza y recibe el Pacto de Gracia en el
Mesías prometido. Entonces, no estamos diciendo que no había perdón de pecados
durante el tiempo de Abraham, sino que el perdón de pecados provenía del Pacto de
Gracia, no del pacto de circuncisión.

La promesa del Nuevo Pacto es que “yo seré propicio, que yo perdonaré su
iniquidad y me olvidaré de sus pecados ya no me acordaré más de sus
pecados” y esta no es la promesa de Génesis 17, ni 15, ni 12; aunque el evangelio fue
revelado por tipología en el Mesías.

Razón N°2:
El pacto de la circuncisión promete la tierra de Canaán.

La vida prometida por el pacto Abrahámico o el pacto de la circuncisión es vida


terrenal, vida en Canaán. En Gálatas 4 Pablo contrasta un pueblo nacido de abajo, de la
tierra, y un pueblo nacido de arriba, del cielo; y luego habla de dos pactos para estos
pueblos: un pacto para el pueblo del cielo, un pacto para el pueblo de la tierra.

Asimismo, el pacto de circuncisión estableció un pueblo terrenal, en preparación


para un pueblo celestial. Y algunos de ellos, aun durante el tiempo del pueblo terrenal
eran miembros del pueblo celestial también por la fe, como mencioné en la clase
anterior: es posible ser miembro de los dos pactos durante el Antiguo Testamento
aunque eran pactos distintos. Algunos de ellos aún durante su propio tiempo eran
miembros de ambos pactos, del pueblo terrenal y del pueblo celestial al mismo tiempo.

72
Si el pacto Abrahámico no otorga el cielo, si no promete la herencia de la nueva
creación, en sí no puede ser el pacto de gracia.

Razón N°3:
La cabeza federal del pacto de la circuncisión era Abraham.

La cabeza federal del pacto de circuncisión era Abraham, por medio de quien
fluyen las promesas del pacto Abrahámico. ¿Quiénes participan y no participan en el
pacto Abrahámico? ¿Cómo se define su membresía? Se define por la descendencia de
Abraham y su representación, la descendencia de Abraham según la carne. La tierra de
Canaán pertenecía a Abraham y a sus descendientes según la carne, a nadie más.

Los pueblos de Canaán fueron destruidos porque no les pertenecía la tierra


prometida, eran como Satanás en el Edén, eran intrusos invadiendo la tierra santa. Y los
israelitas purificaron el santuario, purificaron la tierra santa de Dios, eran intrusas las
tribus de Canaán en el lugar Santo.

Y en toda la Biblia podríamos citar un montón de versículos donde muestran que


la identidad del pueblo de Israel ¿Qué es? Abraham es nuestro padre, y su identidad,
su autoconciencia, es que el pueblo de Israel era de Abraham. Y tienen razón, las
promesas fluyen a ellos por medio de él, sus derechos provienen de la paternidad de
Abraham, la cabeza federal del pacto.

Si Abraham es la cabeza federal del pacto de la circuncisión, no puede ser el


Pacto de Gracia del cual Cristo Jesús es el mediador y la cabeza federal, por
medio de quien fluyen todas las promesas de la nueva creación y la salvación en él.

Ahora bien, otra vez la tipología, ¿revela la tierra de Canaán una tierra mejor? Sí
claro, entonces el Pacto de Gracia estuvo presente y promovido por el pacto de la
circuncisión, pero distinto de ello.

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Razón N°4:
El pacto de la circuncisión deshereda a los desobedientes.

Esto proviene de Génesis 17:14 “el hombre incircunciso será borrado del pacto, lo
ha invalidado”. No podemos perder la importancia de la función de la circuncisión en el
pacto Abrahámico. El no circuncidado se borra del pacto. Lo ha violado.

Un pacto que deshereda sus miembros por falta de obediencia a una ley positiva
no es un pacto de gracia en general, ni el Pacto de Gracia en particular, sino la primera
parte del pacto que fue expandido en Sinaí con Moisés. Y Pablo dice que el que acepta la
circuncisión como un rito judaico está obligado a guardar toda la ley. La circuncisión es
la primera obligación entre un sistema de obligaciones para los descendientes naturales
de Abraham.

El Nuevo Pacto no es como el pacto quebrantado. No será como el pacto que


invalidaron ellos, dice el Señor en Jeremías 31, no desheredará a sus miembros porque
causara su obediencia. Dios cambiará sus corazones, pondrá su Espíritu en sus en sus
corazones, pondrá su ley en sus corazones causando que ellos obedezcan, no
perfectamente, pero a lo largo del tiempo perseveran por la gracia de Dios. No los
desheredará. Entonces, si este pacto deshereda a los desobedientes, no puede ser el Pacto
de Gracia, los elegidos no perderán su salvación.

Razón N°5:
El Antiguo Pacto era un tipo del Nuevo Pacto.

El dispensacionalismo y el paidobautismo comparten el mismo error pero en dos


lados. Los dispensacionalistas dividen el tipo y el antitipo (la sombra y el cuerpo) y los
mantienen permanentes, no aceptan que el tipo termina en el antitipo. Los
paidobautistas combinan el tipo y el antitipo, y así le dan forma al antitipo por el modelo
viejo.

Para ellos, el tipo y el antitipo son dos formas de la misma cosa. La verdad es que
los tipos revelan sus antitipos, pero son distintos de ellos. Y esto es clave: los sacrificios
de los toros y los machos cabríos no perdonaban los pecados, pero si perdonaron
pecados, hermanos, ¿cómo puede ser? Déjenme explicar.

74
Si tú eres un israelita, viviendo en Canaán y ahora has hecho algo para hacerte
inmundo según la ley ceremonial, entonces por medio de sacrificio puedes restaurarte a
la santidad ceremonial. Y el libro de Levítico nos enseña esto en muchos ejemplos y
hablan de sacrificios de expiación y el día de expiación. Los israelitas ven los animales,
algunos matados y uno solo dirigido hacia fuera del campo sabiendo: nuestros pecados
han sido apartados de nosotros, quitados de nosotros. Pero, había una memoria de
pecados porque, ¿qué pasó? Sus pecados contra la ley ceremonial fueron perdonados,
verdaderamente, pero esto es en la corte de Canaán, no en la corte de los cielos.

Entonces, sí, los sacrificios en el Antiguo Testamento perdonaron pecados pero en


un contexto ceremonial, pero no purificaron la conciencia, no llegaron al corazón.
Cuando el autor a los Hebreos nos dice que no perdonaban los pecados está diciendo que
eran distintos del sacrificio de Jesucristo.

Así también, interpretamos todos los pactos de Israel que funcionaban en su


contexto, en su tiempo, verdaderamente; y al mismo tiempo y a propósito y nunca fuera
de este propósito, revelaron las verdades de salvación en Jesucristo. Pero, para nuestros
hermanos presbiterianos, ellos no ven que hubo este nivel original, según la carne, como
dice el autor a los Hebreos. Ellos combinan los dos para que sean iguales.

Y también, si decimos que Israel es la Iglesia en otra forma externa: creyentes y


sus hijos con otra forma externa, y la Iglesia hoy es la misma iglesia pero en otra forma
externa, entonces la iglesia crucificó a Cristo quien estableció la iglesia,
porque Israel era la iglesia bajo otra forma.

Entonces, ¿en qué momento cambió la iglesia en sus formas antes de crucificar a
su Cabeza y Señor? No, esto no tiene sentido y la palabra de Dios también nos dice que
el Reino de Cristo fue establecido sobre Cristo, la piedra angular y los apóstoles y los
profetas. ¿Fue establecido el reino de Israel sobre Cristo como la piedra angular? No, fue
establecido sobre las promesas por medio de Abraham, que contenían y revelaron otro
reino celestial, el reino de Cristo, separado.

Si nosotros combinamos la Iglesia e Israel para que sean la misma cosa en dos
formas externas empezamos a encontrar obstáculos muy raros, ¿crucificó la iglesia a
Jesucristo? Y es una pregunta rara, uno no sabe cómo contestarlo.

75
Si el Antiguo Pacto era un tipo del Nuevo Pacto, la iglesia sí empezó antes de la
muerte de Jesús colectando sus miembros pero no tenía su propia forma externa hasta el
establecimiento de la Iglesia. Entonces, la tipología es muy importante, porque hay
consecuencias sistemáticas para el dispensacionalismo y también para el
paidobautismo. Si el Antiguo Pacto era un tipo del Nuevo Pacto, entonces no puede ser
el mismo pacto, aunque revela el Nuevo Pacto y prepara el mundo para ello.

Razón N°6:
No hay membresía en un pacto sin unión con la cabeza federal.

Para mí este puede ser el punto, sobre todo, que hace imposible que yo acepte el
paidobautismo.

Romanos 8:9 “[…] Si alguno no tiene el espíritu de Cristo, no es de él.”

Gálatas 3:7, 29 “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son los hijos
de Abraham,” […] “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de
Abraham sois, y herederos según la promesa.”

Una pregunta que cada paidobautista tiene que contestar, es esta: ¿Cuál es la
relación de tu hijo con Jesucristo, la cabeza federal del Pacto de Gracia?
¿Están en Adán o en Cristo? Porque no hay membresía en un pacto sin unión con la
cabeza federal. Es así para todos los pactos.

¿Dónde fue establecida la membresía del Pacto de Gracia? ¿Dónde fue constituida
la representación federal de Cristo? En el Pacto de Redención: el Padre envió a Jesús para
redimir a un pueblo elegido, un pueblo particular. Entonces, la misión de Jesucristo ¿a
quienes aplica? ¿Para quién es su pacto? Los elegidos, no sabemos quiénes son, por
eso predicamos el evangelio al mundo, pero al fin solamente los elegidos experimentarán
los beneficios del Pacto de Gracia y solamente podemos identificar los elegidos por su
profesión de fe y una vida de obediencia que corresponda a esta profesión de fe.

El alcance de los beneficios salvíficos de la obra de salvación de Jesucristo no llega


a otras personas, no hay nadie que disfrute de la regeneración que luego se degenere y
pierda su identidad, tampoco que pierda la fe, que es don de Dios. Esto es teología
reformada no es sólo teología bautista.

76
El punto es que la membresía del Pacto de Gracia se define por la cabeza federal, y
ya que Cristo es la cabeza federal y su representación fue establecida con los elegidos en
el Pacto de Redención, entonces, si decimos que nuestros hijos participan en el Pacto de
Gracia estamos diciendo que están en Cristo. Y Romanos 8:9 dice, “Si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él.”

Algunos de nuestros hermanos presbiterianos dan diferentes respuestas a esta


objeción. Algunos dirán: suponemos que están en Cristo. Otros dirán que están en Adán
(una gran contradicción para ellos) y dicen que sí, nacen en Adán, pero a ellos les
pertenece la administración, a ellos les pertenece la forma externa, es decir, el bautismo.
Y al final, el argumento es este: los bautizamos porque debemos bautizarlos y nada más.
Sí, están en Adán. Ok, están mojados los hijos pero no significa nada. Es igual al
catecismo de la iglesia anglicana, sí, no tienen fe, no se arrepienten pero prometemos,
ojala esperamos, que pase en el futuro.

Pero es la pregunta, quizás más importante, ¿cuál es la relación de tus hijos con
Jesucristo? Y nosotros como padres tenemos que preguntarnos lo mismo y predicar el
evangelio a nuestros niños frecuentemente, no dejándolo para el domingo o algo así,
aunque queremos que oigan el evangelio en la Iglesia, pero también en la casa
exhortándolos a arrepentirse y creer porque la gracia de Dios no empieza a una cierta
edad, debemos empezar desde los primeros momentos que nos puedan entender,
predicando el evangelio a nuestros hijos.

Razón N°7:
No hay membresía en el Pacto de Gracia sin el perdón de pecados.

No hay nadie en el Pacto de Gracia cuyos pecados no hayan sido perdonados. La


promesa del pacto proviene de Dios, entonces su fuerza y eficacia proviene de Dios. Por
eso, no habrá ninguna persona que recibe la promesa “yo perdonaré su iniquidad y no
me acordaré más de su pecado” que no la experimente. Es decir, que no hay membresía
en el Pacto de Gracia sin el perdón de pecados. Y si decimos que nuestros hijos son
miembros, estamos diciendo que sus pecados son perdonados.

Por eso yo dije que es una contradicción para nuestros hermanos, decir que sus
hijos están en Adán, nacen en Adán, pero que a ellos les pertenece la administración del
Pacto de Gracia. Esto no tiene sentido, no pueden estar en el Pacto de Gracia en ningún

77
sentido si sus pecados no son perdonados, o Dios es mentiroso. Dios perdona todos los
pecados de todos los pactantes.

Esta es la belleza del Nuevo Pacto, que desde los más grandes hasta los más
pequeños, todos conocerán al Señor. Y, obviamente habrá falsas profesiones, pero una
falsa profesión es una falsa profesión, no fue la verdad, ellos no estaban en el pacto
verdaderamente, nosotros estuvimos suponiéndolo por un juicio de caridad y así
debemos juzgar, pero no fue la verdad, es una mentira. Y debemos estar dispuestos a
bautizar a un Simón, el mago, y también dispuestos a excomulgar a un Simón, el mago,
porque él también creyó, dice las Escrituras, y fue bautizado y luego demostró que no
creyó verdaderamente, había profesado que creyó pero no lo hizo.

Otra cosa, nuestros hermanos presbiterianos creen en la disciplina bíblica de la


Iglesia, entonces ellos disciplinan a las personas cuyas vidas contradicen su profesión de
fe, tal como nosotros. Yo quiero decir: ¡Ok, hazlo para los hijos también! Ellos ni están
profesando la fe, entonces disciplínalos, es decir, sean consistentes.

Antes de continuar quiero decir que hay dos ramas presentes, hay dos ramas
grandes en el argumento positivo para el bautismo de creyentes. La primera rama es una
rama grande: La teología federal. Otra rama grande es el argumento desde las leyes
positivas, que obedecemos las leyes de Dios así como él los ha establecido las ha
establecido, etc.

No estamos metiéndonos en esta última rama porque esta ponencia y la


conferencia trata de la teología federal, pero quiero que ustedes sepan que mucha
literatura bautista que habla de otros argumentos acerca de los mandamientos, son
importantes, son buenos argumentos; pero no he hablado de eso porque estamos
enfocándonos en la teología del pacto, la teología federal.

Entonces llegando a una conclusión hermanos vamos a terminar brevemente


hablando de la teología del nuevo pacto.

78
Teología del nuevo pacto

La teología del nuevo pacto es una doctrina específica y hay errores dentro de esta.
En particular acerca de la identidad de la ley: la identidad de la ley siendo los diez
mandamientos.

a. ¿Quiénes son los de la teología del nuevo pacto?


De todos los grupos que estamos criticando este grupo es el más nebuloso y difícil
de definir, difícil de identificar. Es posible decir esta es una persona o una iglesia del
nuevo pacto, pero esto a veces es difícil y una iglesia así puede ser diferente de otra iglesia.
Así que, entonces, tengan cuidado con este nombre. Hay errores actuales e importantes
que debemos considerar bajo este este punto en general los de la teología del nuevo pacto.

En general, son los que niegan que los diez mandamientos representan la ley moral
de Dios, y afirman que la ley de Cristo reemplazó la ley de Moisés.

b. ¿Qué creen los de la teología del nuevo pacto?


1. Los diez mandamientos son el antiguo pacto y fue abrogado. El
Antiguo Pacto fue abrogado, entonces, los diez mandamientos como una unidad fue
cancelado. Para ellos los diez mandamientos ya no nos pertenecen, los diez
mandamientos como una unidad, como una cosa entera, fue abrogado y eso es lo que
creen.

2. Salvación en Cristo es el cumplimiento del sábado. Entonces, el cuarto


mandamiento junto con los demás no nos aplica a la Iglesia. En esta forma, si nos
reunimos el domingo pero porque así lo hacemos y no porque sea necesario ni existe un
día de reposo para el pueblo de Dios en esta tierra y en este tiempo (dirían eso).

Hermanos, es una cosa muy seria (voy a usar esta palabra) jugar con la ley de Dios,
claro que ellos se resistirían a esta palabra. Estoy simplemente diciendo que debemos
tener mucho cuidado con los mandamientos del Señor. Adán fue expulsado del Edén por
comer de un árbol porque el problema no fue el árbol ni el fruto, el problema fue
obedecerás Dios o no. Los Israelitas fueron matados por Dios por no Adorar en la manera
correcta ofreciendo incienso incorrecto, ajeno, y también tocando el arca del pacto. ¿Por

79
qué? No se enfoquen tanto en el mandamiento, debemos considerar sobre todo el que los
mandó: Dios.

Entonces, nuestro deber como criaturas y como regenerados rescatados de una


perdición eterna, es decir que queremos obedecer los mandamientos de Dios sean lo que
sean, que si Dios me manda esta ley, yo lo voy a hacer; 1 Juan nos enseña “sus
mandamientos no son gravosos”.

c. ¿Por qué están equivocados?


No es que los de la teología el del nuevo pacto no quieren obedecer, ese no es el
problema, aunque debemos tener mucho cuidado con la ley de Dios.

Razón N°1:
Distinguimos entre la ley moral y las leyes positivas

Significa que los diez mandamientos son diferentes de las leyes ceremoniales y
judiciales del pueblo de Israel. Entonces, sí, las leyes positivas añadidas fueron
canceladas y ya no nos aplican, pero la ley moral transciende el pacto Sinaítico,
transciende de todos los pactos porque aplica a todos los hombres. Si hacemos esta
distinción podemos estar de acuerdo que fue abrogado 'el pacto' Sinaítico, el Antiguo
Pacto y los demás de Israel, sin perder dentro de esto los diez mandamientos. Pero ellos
no consideran la ley moral igual a los diez mandamientos.

Razón N°2:
Cristo ejemplificó la ley, no la quitó.

En el sermón del monte, una porción muy importante para ellos, Jesús cuando dice
que él cumple la ley de Dios no está diciendo que ahora una vez cumplido, entonces
desaparece la sombra y el cuerpo está aquí, no; lo que está diciendo es Él va a demostrar
la verdadera obediencia para que ustedes, el pueblo del reino de Cristo, el pueblo
celestial, también obedezcan como yo y no como los fariseos.

Entonces Jesús no vino para decir ahora la ley, una sombra, fue cancelada; la ley
no es una sombra, la ley moral no es un tipo, no puede ser cumplido y abrogado.

80
Entonces, sí, Cristo ejemplificó la ley diciendo: así se guarda la ley de Dios, y los hijos
del reino actúan así, ellos también guardan la ley de Dios.

Razón N°3:
El domingo es el nuevo sábado.

En Hebreos 4:9 el autor nos dice que permanece un día de reposo para nosotros.
Los apóstoles y la Iglesia se reunieron el primer día de la semana y Juan estuvo en el
Señor, en el día del Señor (Apocalipsis 1). Entonces, tenemos el mandamiento, el cuarto,
junto con el ejemplo de los apóstoles, esto es más que suficiente para establecer nuestra
práctica en el Nuevo Testamento del día del Señor, el domingo que corresponde a la
resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

En nuestra confesión de fe, en el capítulo acerca de la adoración de Dios habla del


domingo y dice que el cuarto mandamiento es moral y positivo. La parte moral es que
un día debe ser separado para Dios, pero ¿cuál día? Dios puede cambiar el día porque
esto es positivo. Entonces, el principio moral que permanece es que debemos dedicar un
día a Dios, y Dios nos dice cuál día será en el Nuevo Pacto y es el primer día de la semana
para recordarnos lo que Cristo ha inaugurado, nos ha concedido la nueva creación en la
resurrección y somos el pueblo de la de la resurrección, el pueblo de la nueva creación.

Razón N°4:
La promesa de Dios en el nuevo pacto es que escribirá su ley en sus mentes
y sus corazones.

Jeremías 31:33-34 anuncia la promesa del Nuevo Pacto, ¿Qué significa mi ley? Yo,
escribiré mi ley ¿cuál es la ley? Obviamente, se refiere una ley que los israelitas ya
conocían, pero no a las leyes que el Nuevo Testamento declaran abogadas, sino a la ley
de los diez mandamientos, la ley moral, la ley que transciende los pactos. Entonces,
¿cómo puede ser que la teología del nuevo pacto hable de que los 10 mandamientos no
están presentes o que ya no apliquen? Es imposible, cuando la promesa del Nuevo
Pacto es que Dios escribirá esta esta ley en nuestros corazones.

81
Conclusión

Entonces, hermanos, debemos tener mucho cuidado, debemos ser humildes,


debemos hacer violencia contra nuestro pecado antes de hacer violencia contra nuestros
hermanos, y debemos orar a Dios para que nos dé unidad con nuestros hermanos, una
unidad en la verdad, porque unidad sin la verdad es una farsa, no existe.

Y tenemos una obligación a intentar unirnos con otros hermanos en la fe y ¿Cómo


podremos hacerlo con veneno y vinagre por el internet? Entonces, con sus amigos cara
a cara o con voces, algo más personal hablen y tengan paciencia y sean humildes
escuchen. Puede ser que nosotros estemos equivocados, no es que el Espíritu Santo
empezó a iluminar a los santos en este año y justo con nosotros.

Hay mucha sabiduría de nuestros hermanos, hay mucha piedad muy buena en
ellos, entonces, debemos y necesitamos un montón de humildad. Debemos tener cuidado
hermanos, por favor, eviten el veneno y el vinagre de los debates, amen a los hermanos,
lean Santiago 1 al 4, lean Colosenses 3, lean los Proverbios, por favor.

Necesitamos una cosa más, queremos hombres que sean los pastores de las iglesias
en el futuro y que ahora y en el nombre del Señor, no sean contencioso. Muchos de
nuestros hombres jóvenes están entrenándose en la contención y quizás no lo saben o lo
hacen a propósito, pero si queremos ministros, necesitamos mansedumbre, necesitamos
humildad. No es que tenemos que evitar la controversia, lo que tenemos que evitar es el
espíritu de la controversia. Tengan mucho cuidado y ahora que Dios nos bendiga a
nosotros y a nuestros hermanos

Y no se olviden de la unidad que tenemos en el evangelio con ellos, sean


dispensacionalistas, los de la teología del nuevo pacto, paidobautistas o nosotros; si
predican el evangelio fielmente, aún si sean nuestros enemigos, demos gracias a Dios que
predican el evangelio.

Hermanos, ojalá que esto haya sido de bendición para ustedes.

[Finaliza la última sesión de la conferencia]

82
APÉNDICE
TEOLOGÍA BÍBLICA DEL PACTO BAUTISTA REFORMADO

Introducción

Este material fue presentado por los autores6 para los estudiantes del Westminster
Seminary California durante una hora de almuerzo en el campus, en respuesta a sus
inquietudes sobre cómo los bautistas reformados ven la teología del pacto. Dadas las
limitaciones de tiempo de una presentación de una hora, el foco del material fue en las
áreas de argumento positivo para la posición credobautista donde difiere de la
paidobautista.

Los puntos clave de la teología del pacto no son tratados en esta presentación, no
debido a que no formen parte de la teología del pacto bautista reformado, sino debido a
que no hay un desacuerdo entre nuestra posición y la de los paidobautistas. Por ejemplo,
no hay discusión del pacto de obras, completamente afirmado tanto por la Confesión
Bautista de Londres como por la de Westminster, y tampoco hay discusión sobre la
definición de un pacto ya que coincidimos con la definición básica formulada por
Meredith G. Kline: un compromiso con sanciones divinas entre un señor y un siervo.

Otros argumentos y puntos significantes fueron omitidos por cuestiones de


tiempo, tales como la relación entre el reino y el pacto o la discusión exegética de pasajes
específicos en torno las cuales este diálogo normalmente gira. Lo que sigue son
afirmaciones fundamentales en la disputa de una perspectiva bautista reformada bíblica
de la teología del pacto, aplicadas específicamente al credobautismo.

6Micah y Samuel Renihan son estudiantes de último grado [para el momento en que fue publicado este documento
originalmente] en programa M.Div en el Westminster Seminary California, Escondio, CA, y del Institute of
Reformed Baptist Studies.

83
Fundamentos de la Teología Pactual Bautista Reformada

1. El Pacto de Redención informa y une toda la historia redentora.


El Pactum Salutis establece la redención de los elegidos por medio de la
encarnación, vida, muerte y resurrección de Cristo, el cual es el propósito conductor de
la historia. El decreto de Dios es que de la humanidad caída, el Hijo, lleno de poder por
el Espíritu redimiera a un específico número de su propio pueblo para ser otorgados a Él
como una recompensa por la conclusión de su trabajo en favor de ese pueblo.

2. El Nuevo Pacto es el cumplimiento final y completo del pacto de


redención en la historia.
¿Dónde vemos nosotros el cumplimiento de la redención de los escogidos en la
historia a través de la encarnación y muerte de Cristo? Es en el Nuevo Pacto, hecho en la
sangre de Cristo.7 ¿Qué es lo que Cristo afirmó que ha venido a hacer? El afirmó que ha
venido a redimir aquellos que el Padre le ha dado. 8 Su propósito es cumplir el Pactum
Salutis en el tiempo y en la historia. El Nuevo pacto no va más allá que el Pactum Salutis,
no sólo porque Cristo específicamente dijo que su misión fue únicamente redimir a los
elegidos, sino también debido a que el Nuevo Pacto es hecho en la sangre de Cristo,
sangre redentora cuyos beneficios salvíficos nunca han sido, ni serán, aplicados a ningún
otro sino a los elegidos. Esto significa que las partes del Nuevo Pacto no son otras que:
Dios, Cristo, y los elegidos en Él.

A pesar de que el Pactum Salutis ha sido cumplido final y completamente en la


historia a través de la obra de Cristo, lo que queda es la entrada a las bendiciones
consumadas y las recompensas del reino de Cristo. Eso no ocurrirá hasta que la última
persona elegida por quien Cristo murió sea reunida en Cristo a través de la predicación
del evangelio a las naciones.

7 Cf. Heb. 7:20-22.


8 Cf. Jn. 6:38-40; 10:14-16, 26-28; 17:6-11, 17-21.

84
3. El Pacto de Gracia es la inauguración del Pacto de Redención en la
historia a través de la revelación progresiva y aplicación retroactiva
del Nuevo Pacto.
Bavinck dice, “El pacto de gracia no fue primeramente establecido en el tiempo,
sino que tiene su fundamento en la eternidad, está basado en el pacto de salvación, y es
en primer lugar un pacto entre las tres personas de la Divinidad en sí misma”.9

Vos dice:

El pacto de redención es el patrón para el pacto de gracia. Sin embargo, es


más que eso. Es también la causa efectiva que lleva a cabo a este otro. En
cuanto a su oferta y aplicación, el pacto de gracia se encuentra encerrado en
el consejo de paz, así que en lo que respecta a este último aparece
completamente como un regalo, como un beneficio pactual.10

Aquí hay una fuerza impulsora de unidad en la historia redentora, y ese es el pacto
de redención. A pesar de que no es realizado en la historia sino hasta cuando viene Cristo,
vemos la reunión de los elegidos que creen en Cristo desde la caída en adelante. Donde
nosotros vemos esa reunión de los elegidos que creen en el evangelio como es revelado
progresivamente en tipos y sombras, ahí vemos la acción retroactiva del Nuevo Pacto, y
ese es el Pacto de Gracia.

Lo que ha sido requerido para todos los hombres de todos los tiempos es que crean
en el evangelio, sin embargo, este ha sido revelado en un momento particular en la
historia redentora.11 Debido a que el pacto de gracia es la acción retroactiva del Nuevo
Pacto, en última instancia estando fundamentada en el pacto de redención, las partes son
las mismas que en el Nuevo Pacto: Dios, Cristo, y los elegidos en Él.

Vos dice:

En otras palabras, el vínculo que une el Antiguo y el Nuevo pacto no es


meramente uno evolutivo, en la medida de que el uno creció del otro; sino
que es, si lo podemos llamar así, un vínculo transcendental: El Nuevo Pacto
en su prexistente y celestial estado retrocede y extiende sus alas sobre el
Antiguo, y el pueblo de Dios del Antiguo Testamento fue uno con nosotros

9 Herman Bavinck, Reformed Dogmatics Vol. III (Grand Rapids: Baker, 2006), 405.
10 Geerhardus Vos, Redemptive History and Biblical Interpretation (Phillipsburg, NJ: P&R, 2001), 252.
11 Cf. Heb. 4:2; Gal. 3:8-9; 1 Pe. 1:10-11; Ef. 3:4-6, 8-12.

85
en dignidad religiosa y privilegios; ellos fueron, para hablar en figura
paulina, hijos de la Jerusalén de arriba, la cual es la madre de todos.12

Bavinck dice:

Este pacto de salvación, sin embargo, forma el vínculo entre la obra eterna
de Dios para salvación y lo que Él hace al final en el tiempo. El pacto de
gracia revelado en el tiempo no cuelga en el aire sino que reposa en un
fundamento eterno e inmutable. Está firmemente fundamentado en el
consejo y pacto del trino Dios y es la aplicación y ejecución de esto lo que
sigue infaliblemente… Es una falsa percepción que Dios primero hizo su
pacto con Adán y Noé, con Adán e Israel, y sólo finalmente con Cristo; el
pacto de gracia fue confeccionado desde toda la eternidad en el pacto de
salvación de las tres personas y fue realizado por Cristo desde que ocurrió la
caída… Aunque Dios comunica su revelación sucesivamente y la hace
histórica y progresivamente más rica, y la humanidad por tanto avanza en el
conocimiento, posesión y disfrute de esa revelación, Dios es y sigue siendo
el mismo… A pesar de que Cristo completó su obra en la tierra sólo en el
medio de la historia, y a pesar de que el Espíritu Santo no fue derramado
hasta el día de Pentecostés, Dios, sin embargo, fue capaz ya en los días del
Antiguo Testamento de distribuir completamente los beneficios para ser
adquiridos y aplicados por el Hijo y el Espíritu. Los creyentes del Antiguo
Testamento no fueron salvados de alguna otra manera distinta a como lo
somos nosotros. Sólo hay una fe, un mediador, un camino de salvación, y un
pacto de gracia.13

4. El Antiguo Pacto es el Israel teocrático, definido por el pacto


Abrahámico, condicionado por el pacto Mosaico, y enfocado por el
pacto Davídico. El Antiguo Pacto, y por tanto cada uno de esos tres
pactos, difieren del Nuevo Pacto no solamente en administración,
sino también en sustancia.
El pacto Abrahámico, llamado el pacto de la circuncisión por Esteban en Hechos
7:8, prometió a Abraham tres cosas principales. Le prometió a él una tierra, un pueblo, y

12 Vos, 199.
13 Bavinck, 215-16.

86
un reinado. En otras palabras, los descendientes físicos de Abraham heredarían la tierra
y crecerían en un innumerable pueblo gobernado por sus propios reyes. Este es llamado
el Pacto de la Circuncisión porque la circuncisión fue el signo de estas bendiciones y
separó la descendencia de Abraham del resto del mundo como los herederos de la
promesa.14

Abraham fue la cabeza federal de su pacto porque las promesas fueron hechas a él
y a su simiente física. Todos aquellos que eran de Abraham, o estaban en Abraham,
podemos decir que eran herederos de las promesas nacionales. Esto definió la membresía
del pacto.

Una de las características más distintivas de este pacto fue que Dios prometió traer
inmutablemente esas bendiciones aparte de cualquier mérito por parte de Abraham, y
por esta razón el Pacto de la circuncisión puede ser correctamente llamado un pacto de
gracia. Pero ¿éste puede ser llamado correctamente una administración del Pacto de
Gracia? Si el Pacto de Gracia es el cumplimiento del Pacto de Redención en la historia, la
aplicación retroactiva del Nuevo Pacto, entonces ¿qué tienen que ver las promesas
nacionales con la redención y reunión de los elegidos por Cristo? Se debe notar que a
pesar de que todas las promesas abrahámicas tipológicamente revelan el Nuevo Pacto,
en su sustancia y esencia son distintas de este último. Abraham sabía que Canaán no era
el cielo.

El Pacto Mosaico fue añadido y anexado al Pacto Abrahámico de tal manera que
condicionaba el disfrute de las bendiciones abrahámicas. Dios inmutablemente prometió
a Abraham que las bendiciones del pacto serían realizadas. Sin embargo, la medida en
que estas bendiciones serían disfrutadas dependía de la obediencia del pueblo de Israel.
Para ponerlo más simple, en el pacto Abrahámico Dios prometió a Abraham una tierra,
una nación y un reinado; y en el pacto Mosaico Dios condicionó el disfrute de esas
promesas. El pacto Mosaico controló la posesión de la tierra, los límites de la nación y la
regulación del reinado. Estas condiciones eran lo suficientemente fuertes como para que
a pesar de que Dios inevitablemente efectuara las promesas, ellas podrían perderse por
la desobediencia. Que el pacto Mosaico condiciona al Abrahámico es evidente no sólo en
virtud del hecho de que la obediencia es directamente vinculada con el disfrute de las

14Esto no significa que la circuncisión no tiene otro significado, sino que las promesas nacionales fueron su principal
referente.

87
promesas abrahámicas, sino también en virtud del hecho de que fue hecho
específicamente con el pueblo Abrahámico.

Que el Pacto Mosaico no sea uno en esencia y sustancia con el pacto de Gracia, es
reconocido además por el hecho de que, como la carta a los Hebreos nos dice, los
sacrificios no tienen poder para quitar el pecado. “La ley no tiene más que una sombra de
las cosas buenas que vienen en lugar de la verdadera forma de estas realidades” (Heb.
10:1). Hebreos 8:5 llama al sistema Mosaico una “figura y sombra de las cosas celestiales.”
Pablo, hablando a los colosenses de los ritos mosaicos como las lunas nuevas, festivales
y sábados, dice que “Estas son una sombra de las cosas que vienen, pero la sustancia
pertenece a Cristo.” Usando la misma pregunta que fue aplicada al pacto Abrahámico,
¿es el acondicionamiento de las promesas nacionales por la ley el cumplimiento de la
redención de los elegidos en la historia? No, el pacto Mosaico está separado del Pacto de
Gracia en su esencia. Sin embargo, cada elemento de la economía Mosaica
tipológicamente reveló y antepuso los ojos de los judíos al Pacto de Gracia donde la
verdadera justicia, el verdadero perdón de pecados, y la verdadera santidad podrían ser
encontrados. Dado que la tenencia en la tierra era lo que estaba en vista en la ley mosaica,
las ofensas contra ese pacto podían ser tratadas dentro de ese pacto y en el sistema
sacrificial. Pero en cuanto a las verdaderas realidades espirituales, concernientes a las
ofensas cometidas contra un Dios santo, los sacrificios no podían hacer otra cosa que
apuntar hacia el único sacrificio verdadero, Jesucristo.

Incluso hoy en día, muchos han luchado con la idea cómo puede ser que el Pacto
de Gracia hubiese sido administrado por un estricto principio de obras. Esta dificultad es
simple y correctamente evitada cuando uno reconoce que el Pacto Mosaico no es una
administración del Pacto de Gracia, sino que en su lugar lo revela tipológicamente en su
ley y adoración. El pacto Mosaico, por tanto, es libre para afirmarse como un principio
de obras administrado con gracia, controlando la medida en la cual las bendiciones
abrahámicas eran disfrutadas. “El que lo haga vivirá por ellas” (Gal. 3:12).

El pacto Mosaico carecía de una cabeza federal hasta que el reinado fue establecido.
El pueblo Abrahámico como un todo fue juzgada en diferentes niveles, a veces individual,
otras veces familiar, algunas veces por tribus, y también a nivel nacional. Cada quien
hacía lo que le parecía correcto ante sus ojos, y no había rey en Israel.

88
El Pacto Davídico trae todas las promesas de Abraham a la consumación y enfoca
el pacto Mosaico en una sola persona. Fue bajo la línea de David, específicamente
Salomón, que por fin la nación de Israel alcanzó el cumplimiento de ser el pueblo de
Abraham gobernando toda la tierra de Abraham, bajo los reyes abrahámicos,
específicamente de Judea. Los autores bíblicos son cautelosos al registrar cuando se
cumplen estas promesas (Josué 21:43-45 y 1 Reyes 4:20). Bajo David y su línea, el pueblo
nacional de Abraham disfrutó de las bendiciones y beneficios de la tierra prometida en la
medida en que el rey davídico obedeció la ley mosaica. Esta es la preocupación de los
registros de los reyes. Hicieron lo que era correcto ante los ojos del Señor, o hicieron lo
malo. Israel fue bendecido o maldecido en consecuencia.

Debido a que el pacto Mosaico controla tanto el pacto Abrahámico como el pacto
Davídico, es el referente primario del Nuevo Testamento al hablar del Antiguo Pacto. Sin
embargo, el pacto Mosaico no puede ser dividido o desconectado de los pactos
Abrahámico y Davídico, y por lo tanto los tres se combinan para formar el Antiguo Pacto,
en el que cada aspecto es tipológico del Pacto de Gracia, pero diferente del Pacto de Gracia
en sustancia.

5. El Antiguo Pacto está relacionado histórica y tipológicamente con el


Nuevo Pacto.
¿Está el Antiguo Pacto enteramente desvinculado del Pacto de Gracia? ¿Hemos
despojado por completo al Antiguo Pacto de su riqueza teológica y significado? No,
simplemente estamos haciendo distinciones cuidadosas. Existe una unidad histórica y
tipológica entre el Viejo y el Nuevo. Hay una unidad histórica en el hecho de que a
Abraham también se le fue prometido que las naciones serían bendecidas a través de él.
Israel fue designado como la madre del Mesías, el guardián del evangelio en sus formas
de sombras. El nacimiento de Cristo fue un cumplimiento del pacto Abrahámico.15 La
desobediencia de Israel a la ley de Moisés no pudo impedir que esta inmutable promesa
de Dios llegara a pasar. Hay una unidad tipológica en el hecho de que cada parte del
Antiguo Pacto, es decir, cada una de las partes de los pactos Abrahámico, Mosaico y
Davídico, reveló tipológicamente el Nuevo Pacto, ya sea a través de lo que faltaba o lo que
se estaba encomendando.

Esto nos permite afirmar sinceramente cada aspecto de una hermenéutica


histórica-redentora y un acercamiento a la predicación. Cristo está en todas partes, el

15 Cf. Lc. 1:55, 73.

89
Evangelio está en todas partes, el Pacto de Gracia está en todas partes, porque éstos son
el propósito conductor y unificador de Dios para reunir a los elegidos en la historia. Pero
el pueblo de Abraham en Canaán no es el evangelio, ni es el Pacto de Gracia. Lo revelan,
progresan la historia hacia ello, los que miraron más allá de los tipos a la realidad
participaron en él, pero el tipo no es el antitipo. El Nuevo Pacto cumple el Antiguo; no
reemplaza al Antiguo.

Por lo tanto, los pactos Abrahámico, Mosaico y Davídico eran pactos nacionales,
temporales y tipológicos que colocaban a Israel en una relación externa con Dios y en el
cual el Nuevo Pacto se revelaba a través de tipos y sombras. Por un lado son, en su
sustancia y esencia, distintos del Pacto de Gracia, y por otro lado están relacionados con
él por rica tipología y progresión histórica.

Kline dice:

Cuando Pablo, en Romanos 9-11, defiende la fidelidad del pacto de Dios


frente a la caída de Israel, basa su caso en la identificación de la simiente
prometida como la elección individual, un remanente pleno de judíos y
gentiles, hijos espirituales de Abraham, todos semejantes a él justificados
por la fe. El apóstol encuentra en la revelación del Señor de las promesas a
Abraham una orden explícita para distinguir esta simiente espiritual de
Abraham de la descendencia física. Lo que es notable es cómo él evita el
significado literal de primer nivel de la simiente de Abraham y da por
sentado el segundo nivel espiritual de significado como el significado de la
promesa. 16

¿Qué son estos dos niveles? Son la descendencia física y la descendencia espiritual
de Abraham, el primero siendo un pueblo “provisional y prototípico,” y el otro siendo el
pueblo “mesiánico y eterno”.17 ¿De dónde vienen? Los dos círculos de la distinción
interna y externa son el resultado de dos pactos diferentes. Como lo demostró
anteriormente Vos, el paradigma del Pacto de Gracia no es el Pacto Abrahámico, sino el
Pacto de Redención. No estamos argumentando que los no regenerados nunca han
estado o nunca pueden estar en una relación de pacto con Dios. Más bien, estamos
argumentando que el Pacto de Gracia siempre ha sido una relación de pacto interno con

16 Meredith G. Kline, Kingdom Prologue Genesis Foundations for a Covenantal Worldview (Overland Park, KS:
Two Ages Press, 2000), 335, énfasis suyo. Kline hace el mismo punto con respecto a Gal. 3:16.
17 Kline, Kingdom Prologue, 334.

90
Dios a través de Cristo, mientras que los pactos nacionales eran una relación externa
pactual con Dios a través de Abraham.

En Gálatas 4, Pablo distingue entre dos pactos, la Jerusalén de arriba y Jerusalén


de abajo, contrastándolos como nacidos según la carne y según el Espíritu. Uno es
claramente un pacto físico, el otro es claramente espiritual. Pablo está contrastando la
diferencia entre el Israel del Antiguo Pacto y el Israel del Nuevo Pacto. La diferencia es el
Espíritu y la Carne, lo externo y lo interno, y son dos pactos diferentes.

Además, la distinción de Pablo no es puramente entre los pactos Abrahámico y


Mosaico, porque, como Kline ha señalado, cuando Pablo habla de las promesas
abrahámicas él está deliberadamente ignorando las promesas abrahámicas nacionales y
está mirando las promesas mesiánicas. Estamos afirmando que esas promesas
mesiánicas apuntan al Pacto Mesiánico, es decir, al Nuevo Pacto, el Pacto de Gracia, y
que como tales apuntan a un pacto distinto del Pacto de Circuncisión con Abraham y su
descendencia natural. Esto significa que no sólo ha sido abrogada y fallecida esa típica
relación de pacto externo, sino también que la relación mesiánica y eterna siempre estuvo
activa, incrustada dentro de ese pacto externo.

Los círculos internos y externos, visibles en el Antiguo Testamento, no son el


resultado de dos niveles de membresía de pacto, sino que son el resultado de dos pactos
diferentes, el Pacto de la Circuncisión y el Pacto de Gracia.

Con la forma triangular de la tipología en mente, usando el tipo (Abrahámico,


Israel del Antiguo Pacto) para dar forma al antitipo (Pacto de Gracia, Israel del Nuevo
Pacto), no sólo invierte el progreso de la historia redentora, sino que falla al entender el
anti-tipo del Nuevo Pacto como fundado en el arquetipo (El Pacto de Redención).

91
6. Para estar en un pacto, se debe estar unido a una cabeza federal de
ese pacto. La relación de la cabeza federal es inmediata en cada pacto.
Coxe dice:

Esto también es importante que notemos: que cuando Dios ha hecho pactos,
en los cuales ya sea la humanidad en general o haya algún número elegido
de hombres en particular involucrados, le ha placido primero tratar con
alguna persona pública, cabeza o representante de todos los que deberían
participar en ellos.18

Él agrega:

El derecho de la generación más remota era tanto derivado de Abraham y


del pacto hecho con él, como el de su simiente inmediata, y no dependía en
absoluto de la fidelidad de sus padres inmediatos. Así, la simiente inmediata
de aquellos israelitas que cayeron en el desierto bajo el disgusto de Dios
fueron los que heredaron la tierra de Canaán en virtud de este pacto con
Abraham. Ellos nunca pudieron haberlo disfrutado en virtud de la firmeza
de sus padres inmediatos en el pacto.19

Debido a que la membresía del pacto y las bendiciones del pacto dependen de la
cabeza federal, inmediatamente, cada miembro de cada pacto, de acuerdo con los
términos de un pacto dado, tiene derecho a toda bendición o maldición incurrida por la
cabeza federal. Todo ser humano se encuentra en igualdad en el Pacto de Obras porque
son descendientes de Adán, no importa cuán lejos. Cada ser humano está federalmente
unido a Adán, directa e inmediatamente. Estamos en Adán, no por nuestros padres, sino
por nuestra directa relación federal con Adán. El mismo principio se aplica con Cristo
como cabeza federal del Pacto de Gracia.

7. Jesucristo ha sido y siempre será la cabeza federal del Pacto de


Gracia/Nuevo Pacto. Para estar unido federalmente a Él, usted debe
ser 1) prometido a Él, fuera del tiempo, en el Pacto de Redención y 2)
traído a la unión con Él, en el tiempo, por el Espíritu Santo.
El Hijo fue el único elegido por el Padre para ganar la redención de los elegidos.
Todo esto es cumplido en el Nuevo Pacto, el cual es el clímax histórico del Pacto de

18 Nehemiah Coxe, “A Discourse of the Covenants,” en Covenant Theology: From Adam to Christ (Palmdale, CA:
Reformed Baptist Academic Press, 2005), 39.
19 Coxe, 97.

92
Gracia. Para estar en el Pacto de Gracia/Nuevo Pacto, usted debe estar unido a Cristo, su
cabeza federal.20

Puesto que el Pacto de Gracia es la aplicación retroactiva del Nuevo Pacto, si


postulamos que Cristo es el mediador del Pacto de Gracia, sólo podemos entender los
términos de su papel como mediador, y de nuestra relación con él como tal, a través de
la forma en que Él se presenta en el Nuevo Pacto.

El que Cristo sea el mediador del Pacto de Gracia, el Nuevo Pacto, ningún teólogo
reformado lo niega. Así, de acuerdo con la doctrina del Nuevo Testamento, la única
manera de estar bajo la cabeza federal de Cristo es estar unidos a Él por el Espíritu Santo.
Esta unión encuentra sus raíces fuera del tiempo en el que somos escogidos en Cristo en
el Pacto de Redención y es aplicada a los elegidos en el tiempo por el Espíritu, comenzado
con el llamado eficaz y consumado en la fe del creyente. Aparte de la fe salvadora, no
puede haber unión con Cristo, porque el Espíritu no reside en ninguno otro aparte de los
elegidos, los que han sido justificados por la fe.21

Cristo es la única cabeza federal del Pacto de Gracia, el Nuevo Pacto. La relación
con la cabeza federal no está mediada, por lo que nadie puede entrar en el pacto sino por
aquellos que están directa o indirectamente bajo su cabeza federal por el Espíritu
Santo.22

Vos dice, “A pesar de lo muy estrecha o amplia que sea la frontera del pacto de
gracia, en cualquier caso implica una relación con Cristo, ya sea externa o interna, por la
cual está vinculada al pacto de redención”.23

Él añade:

Uno es primero unido a Cristo, el Mediador del pacto, por una unión mística,
el cual encuentra su reconocimiento consciente en la fe. Por esta unión con
Cristo, todo lo que está en Cristo es dado simultáneamente. La fe abarca todo
esto también; no sólo capta la justificación instantánea, sino que se aferra a
Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey, como su rico y pleno Mesías.24

20 Cf. WLC 57-59.


21 Cf. Hc. 2:38, Ef. 1:13.
22 Cf. WLC 65-69.
23 Vos, 252.
24 Vos, 256.

93
Bavinck dice:

En la posición cristiana no puede haber duda de que todos los beneficios de


la gracia han sido adquiridos completa y exclusivamente por Cristo; por lo
tanto, están incluidos en su persona y preparados para su iglesia en Él... Y
puesto que estos beneficios son todos beneficios del pacto, fueron adquiridos
en forma de pacto y son distribuidos en la misma manera pactual, no hay
participación en esos excepto por la comunión con la persona de Cristo,
quien la adquirió y la aplica como mediador del pacto.25

Fairbairn dice:

Aquí, precisamente como en el desgarramiento del velo ceremonial para el


judaísmo, el vínculo exclusivo para el pueblo se rompió en el centro: la
madre y los hermanos de Cristo no tendrían precedencia sobre los demás, ni
ninguna posición distintiva en Su reino; las relaciones espirituales por sí
solas debe prevalecer allí, y el único vínculo de conexión con él, para todos
por igual, sería la recepción por parte del creyente del evangelio y la
obediencia a ella... Hasta ahora, en lo que respecta al carácter típico de
Israel, su posición separada y aislada claramente llegará a su fin: todas las
tribus y naciones están en el mismo plano sobre el reino de Dios - miembros
y conciudadanos si son creyentes en Cristo, y extranjeros si no lo son.26

Fairbairn añade: “Y dondequiera que se encuentre un alma unida en unión vital


con Cristo, también se encuentran las características esenciales de la simiente de
Abraham, y el título de la herencia de Abraham”.27

Rom. 8:9 “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”

Rom. 10:11-13 “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el


mismo que es Señor de todos,28 es rico para con todos los que le invocan;
porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”

25 Bavinck, 591, énfasis añadido.


26 Patrick Fairbairn. The Interpretation of Prophecy (London: The Banner of Truth, 1964), 261-62.
27 Fairbairn, 270.
28 Todas las itálicas en los versículos de la Escritura son añadidas para hacer énfasis.

94
1 Cor. 12:11-13 “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Porque así como el
cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por
un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu.”

Gál. 3:26-28 “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón
ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”

Ef. 1:22-23 “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza
sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel
que todo lo llena en todo.”29

Ef. 4:4-6 “un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una
misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un
Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”

El Pacto de Gracia es llamado así porque sus bendiciones son dadas libremente a
sus miembros. Esas bendiciones son gratis porque han sido ganadas únicamente por la
obediencia de Cristo en el cumplimiento de su comisión en el Pacto de Redención.
Entendido así, el pacto de gracia surge en la historia en contraposición al Pacto de Obras.
Habiendo roto ese pacto de obras, toda la humanidad nace inmediata y federalmente
unida a Adán, bajo la maldición de la ley. Cuando el hombre es liberado de esta
condenación, su liberación viene a través de la satisfacción propiciatoria de Cristo en su
favor y la imputación por gracia de la justicia de Cristo a su cuenta, apropiada por la fe.
En otras palabras, como Génesis 3 muestra, el pacto de gracia es la solución a las
maldiciones del pacto de obras.

El hecho de que veamos esta redención prometida y tipificada desde la caída hacia
adelante, ha llevado a los teólogos reformados a ver la gracia de Dios extendiéndose en
historia antes de la encarnación y muerte de Cristo. Donde la gracia de Dios se extendió
al pasado, éste vino por medio de un pacto, en el cual la sangre de Cristo del Nuevo Pacto

29 Cf. Ef. 5:23, Col. 1:18.

95
fue aplicada retroactivamente a aquellos que creían en la promesa, y esa retroactividad
del Nuevo Pacto era y sigue siendo distinta del Antiguo Pacto. Así, el pueblo de Cristo han
sido siempre aquellos que le fueron prometidos a Él por el Padre, y son esas personas por
quienes Él derramó su sangre.

La Escritura enseña que Cristo trae a los suyos a sí mismo a través de la obra del
Espíritu, y mora en ellos por el Espíritu. Por lo tanto, sin el Espíritu, ninguno pertenece
a Cristo. Si perteneces a Cristo, estás en el Pacto de Gracia. Si no perteneces a Cristo,
estás en el Pacto de Obras. No es posible estar en ambos.30 Si es posible nacer en el Pacto
de Gracia a través de la cabeza federal mediada de un padre (o madre), entonces, a menos
que se presuma la regeneración, uno está tanto en Adán como en Cristo al mismo tiempo.
Sin embargo, esto es imposible. Un hombre pecó y trajo la muerte a toda la humanidad;
otro obedeció y trajo vida a su pueblo. O estás en Adán o en Cristo.

Para concluir esto, una comprensión correcta de la membresía del Pacto de Gracia
está fundamentada en el Pacto de Redención y el Nuevo Pacto. Aquellos que están en el
Pacto de Gracia son aquellos que fueron prometidos al Hijo por el Padre en el Pacto de
Redención, ganados por la vida, muerte y resurrección del Hijo, y sellados por el Espíritu
Santo, uniéndolos a su cabeza federal, Jesucristo. La afirmación de Cristo y sus beneficios
es un asunto serio, y como muestra la Escritura, sólo aquellos que tienen fe salvadora
pueden realmente hacer esa afirmación. No existe relación federal externa con
Jesucristo. En términos de membresía o cualificación, no hay distinciones en el cuerpo
de Cristo, es decir, en la iglesia. Todos son hijos de Dios a través de la fe, bajo una sola
cabeza, habitada por un solo Espíritu. “Quien no tiene el Espíritu de Cristo no le
pertenece” (Rom. 8: 9). A pesar de las falsas profesiones, incredulidad y de las mentiras
de los apóstatas, Dios conoce a los suyos, Cristo conoce a sus ovejas y el Espíritu de
adopción conoce a los hijos de Dios.31 El pueblo del pacto de Dios es “un linaje escogido,
real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Pe. 2:9). El glorioso Nuevo
Pacto no mira al Antiguo en busca de su patrón y su pueblo, sino que permanece en el
fundamento eterno del Pacto de Redención y llega a los elegidos como un Pacto de Gracia,
adquirido, mediado y eternamente guardado por “nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo que se dio a sí mismo para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un
pueblo propio” (Tito 2:14).

30 Cf. Rom. 7:4-6.


31 Cf. 2 Tim. 2:19, Jn. 10:27, Mat. 7:15-23, Rom. 8:16.

96
Las Bases Bíblicas y Teológicas para el Credobautismo

1. La historia de la redención avanza progresivamente dando lugar a


nueva revelación.
Geerhardus Vos da una famosa argumentación de que debemos ver la revelación
como un descubrimiento progresivo coincidiendo con el descubrimiento progresivo de la
historia de la redención misma. En otras palabras, este descubrimiento progresivo de la
historia de redención da lugar a nueva revelación. Una de las principales aplicaciones de
ese punto es que debemos mirar varias partes de la Escritura en el contexto específico de
su período de la historia de redención. Así, el creyente del Nuevo Testamento debe ser
cuidadoso sobre cómo el Nuevo Testamento es leído y aún cómo los Evangelios son
leídos, ya que ellos se refieren a una época histórica redentora anterior a la que vivimos
ahora.

2. Las diferentes épocas de la historia de redención son gobernadas por


sus propios cánones pactuales.
Meredith Kline continúa esta idea al relacionarlas más específicamente a los
documentos de pacto. Él argumentó que el Antiguo Testamento en sí mismo constituía
el documento del pacto del Antiguo Pacto. De la misma manera, el Nuevo Testamento es
el documento del pacto del Nuevo Pacto. Kline dice:

El Antiguo y Nuevo Testamento, los cuales respectivamente definen y


establecen estas dos estructuras, van a ser claramente vistos como dos
modelos arquitectónicos distintos y separados para la casa de Dios en dos
etapas bastante distintas separadas de su historia. Los distintivos de las dos
organizaciones comunitarias recalca la integridad individual de los dos
Testamentos las cuales sirven como reglas comunitarias para las dos
órdenes. El Antiguo y Nuevo Testamento son dos políticas de pacto distintas,
y ya que el canon bíblico es un canon político pactual, ellos son cánones
distintos en series.32

32 Meredith G. Kline, The Structure of Biblical Authority (Eugene, OR: Wipf & Stock, 1997), 98-99.

97
Kline saca algunas implicaciones de esta idea:

El Antiguo Pacto no es el Nuevo Pacto. La forma de gobierno determinada


en el antiguo pacto no es la política comunitaria para la iglesia del nuevo
pacto, su legislación ritual no es un directorio para la práctica de culto de la
iglesia.33

Kline no está diciendo que el Antiguo Testamento no tiene ninguna utilidad para
los cristianos del Nuevo Testamento. En cambio, él está diciendo que el pueblo de Dios
del Nuevo Pacto debe mirar al Nuevo Testamento, y no al Antiguo Testamento, como
documento pactual definitivo que incluye todas las estipulaciones y sanciones
pertinentes. 34

Como mencionaremos en un momento, esto tiene obvias implicaciones para el


bautismo. El Bautismo es la señal del Nuevo Pacto. No es una señal del Antiguo Pacto.
Para entender la administración correcta del signo del Nuevo Pacto, debemos mirar a su
propio documento pactual: el Nuevo Testamento.

3. Los elementos de ley positiva de diferentes cánones pactuales están


restringidos a sus propios cánones pactuales.
Richard Muller define la ley natural/moral de la siguiente manera: “la ley moral
universal o es grabada por Dios en la mente de todas las personas o es inmediatamente
discernida por la razón en su encuentro con el orden de la naturaleza”. 35 La ley moral
permanece a través de todos los pactos, pero la ley positiva no. Una ley positiva es
generalmente definida como “algo que es dependiente de la directa revelación para su
obligación”.36 En otras palabras, sin alguna forma de revelación especial, no podríamos
conocer de estas leyes positivas y no podrían ser requeridas para obedecerlas. Por
ejemplo, las leyes civiles y ceremoniales del Antiguo Testamento son leyes positivas. No
había ninguna exigencia puesta sobre las otras naciones para seguir las mismas leyes
civiles como Israel debía hacerlo. Estas no son leyes que moralmente obligan a todas las

33 Ibíd., 99.
34 Michael Horton dice esencialmente lo mismo, “El nuevo pacto está constituido por su propio canon… el Nuevo
Testamento… que tiene sus propias estipulaciones (tanto de doctrina como de ordenanzas) y sanciones (vida y
muerte).” Cf. The Christian Faith (Grand Rapids: Zondervan, 2011), 153. Él sigue diciendo, “No puede haber un
pacto sin un canon o un canon sin un pacto. De hecho, el pacto es el canon y viceversa.” (155, énfasis suyos).
35 Richard A. Muller, Dictionary of Latin and Greek Theological Terms (Grand Rapids: Baker, 2003), 174.
36 De IRBS PT 600 lecture por James M. Renihan.

98
personas en todos los lugares de todos los tiempos. Son obligadas sólo para unas personas
en particular y para un tiempo en particular. Esto es debido a que son leyes positivas. 37

Cuando se trata de leyes positivas no debemos asumir que están en vigor a menos
que sean revocadas. Las leyes positivas, en cambio, terminan con la culminación del
pacto en el cual fueron dadas. Las leyes positivas son dadas en un contexto histórico
redentor en particular y en un documento pactual en particular. Las leyes positivas sólo
se aplican al contexto pactual en el cual fueron dadas. Esta es la razón de por qué ya no
estamos obligados a seguir las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento. 38

4. A fin de entender las estipulaciones y sanciones de un canon pactual


particular, podemos mirar solamente a ese pacto en particular.
De ello se desprende que si diferentes pactos tienen sus propios cánones de pacto
y esos cánones de pacto contienen leyes positivas, entonces sólo debemos mirar aquellos
documentos de pacto-canon específicos para entender sus sanciones y estipulaciones
correspondientes. Como dice Kline: “El canon del tratado que gobierna a la iglesia del
nuevo pacto como comunidad formal es el Nuevo Testamento solamente”.39

Este punto tiene el potencial de ser malinterpretado. No dice que el Antiguo


Testamento no tiene relación con el Nuevo Testamento. Ciertamente, no queremos
sugerir eso. El Antiguo y el Nuevo Testamento tienen una conexión muy íntima, pero es
una conexión de promesa y cumplimiento. Sin embargo, si bien hay unidad entre el
Antiguo y el Nuevo Testamento, permanece el hecho de que son períodos separados y
distintos de historia redentora, con cánones de pactos separados y distintos. Por esta
razón, cuando queremos entender los requisitos particulares de un pacto particular,
debemos mirar el documento particular de ese pacto.

37 Esto puede ser visto en el mandamiento del sábado. El 4to mandamiento tiene ambos aspectos, moral y positivo.
Esto fue afirmado en el Sínodo de Dordt en sus resoluciones con respecto al Sábado:
1. “En el cuarto mandamiento de la ley divina, parte fue ceremonial y parte moral.”
2. “El descanso del séptimo día después de la creación fue ceremonial y su observación rígida fue prescrita
peculiarmente para el pueblo Judío.”
3. “Moral en realidad, porque el día fijo y duradero de la adoración a Dios es señalado, para tanto descanso
como sea necesario para la adoración a Dios y la santa meditación de Él.
(traducción original por R. Scott Clark, http://clark.wscal.edu/dortsabbath.php)
Estos teólogos del Sínodo de Dordt afirmaron que la observancia del descanso sabático, un día de cada siete cesar
de todo trabajo y dedicarse a la adoración a Dios fue requerido por la ley moral. Sin embargo, también afirmaron
que el día en particular en el cual se le debe dedicar en adoración es un asunto de ley positiva (o ceremonial). En el
Antiguo Testamento fue el séptimo día de la semana, pero en el Nuevo Testamento es el primer día de la semana.
38 Cf. Col. 2:16-17.
39 Kline, Structure, 100.

99
Patrick Fairbairn dijo:

Está implícito que las revelaciones por profecía, con respecto a la era del
evangelio y sus realidades, fueron necesariamente defectuosas en cuanto a
claridad y precisión, y no son capaces de soportar una interpretación tan
exacta, o dar un significado tan explícito, con respecto a los asuntos del reino
de Cristo, tal como lo transmiten los escritos del Nuevo Testamento. Pero tal
es, precisamente, el resultado que se esperaba, del lugar y de la vocación de
los profetas del Antiguo Testamento... No puede haber un canon de
interpretación más seguro, que: todo lo que afecta a la constitución y el
destino de la Iglesia del Nuevo Testamento tiene su determinación más
clara en la Escritura del Nuevo Testamento.40

Para resumir hasta ahora, nuestra comprensión de la historia redentora articulada


por hombres como Vos, Owen y Ridderbos, nos dice que el contexto histórico redentor
en el que la Escritura está escrita debe tenerse en cuenta al entender ese pasaje de la
Escritura. Kline y otros han combinado esto con la idea de pacto y canon, mostrando que
el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento son documentos de pacto separados que
rigen pactos separados. Al entender los elementos esenciales de un pacto particular,
debemos buscar en el documento propio de ese pacto para entender adecuadamente
aquellos elementos esenciales del pacto.

5. La circuncisión es una ley positiva del Antiguo Testamento y por lo


tanto sólo se aplica en ese pacto excepto en la medida que actúa como
un tipo.
La circuncisión debe ser una ley positiva ya que no está ordenada en el Nuevo
Testamento ni fue ordenada antes de Abraham.41

6. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Pacto establecido por Cristo


a través de una ley positiva. Nuestro entendimiento para el
cumplimiento de este requisito, por lo tanto, está restringido al canon
de pacto bajo el cual fue dado.
El bautismo es una ley positiva ya que no está ordenado en el Antiguo Testamento.
La Confesión de Fe Bautista de Londres en el capítulo 28.1 dice que “el Bautismo y la
Cena del Señor son ordenanzas de institución positiva y soberana, designadas por el

40 Fairbairn, 157-58, énfasis de él.


41 Cf. Gal. 5:6; Hc. 7:8; 1 Cor. 7:19; Rom. 2:25-27.

100
Señor Jesús, el único Legislador, para ser continuadas en Su iglesia hasta el fin del
mundo.”

Debemos recordar aquí que el bautismo es un componente clave del pacto. Como
uno de los dos sacramentos del Nuevo Pacto, éste no es un punto insignificante. Es
precisamente el tipo de cosas por las que usted quisiera mirar el documento del Nuevo
Pacto. El documento del Nuevo Pacto, el Nuevo Testamento, debe dictar cómo se
administran sus propios sacramentos.42

Además, el principio regulador de la adoración requiere que nos fijemos sólo en la


forma explícitamente prescrita de administrar el bautismo. La Confesión de Fe Bautista
de Londres (22.1), en un lenguaje casi idéntico a la Confesión de Fe de Westminster (21.1),
articula este principio: “La manera aceptable de adorar al Dios verdadero es instituida
por él mismo y limitada por su propia voluntad revelada, para que no sea venerado... de
ninguna otra manera no prescrita en las Sagradas Escrituras.” Ya que los sacramentos
del bautismo y la Cena del Señor son elementos de culto, también deben caer bajo este
criterio del principio regulador. La administración del bautismo debe ser limitada por la
propia voluntad revelada de Dios de acuerdo a la manera prescrita en la Escritura. 43
Puesto que el bautismo de los niños no está prescrito en la Escritura, no debe hacerse.

Compare esto con lo que B. B. Warfield dijo:

Es cierto que no hay una orden expresa de bautizar a los niños en el Nuevo
Testamento, ni un registro expreso del bautismo de los niños, ni pasajes tan
estrictamente implícitos que debemos inferir de ellos que los niños fueron
bautizados. Si tal garantía como ésta fuese necesaria para justificar el uso
debemos dejarla incompletamente justificada. Pero la falta de esta expresa
garantía está tan lejos de prohibir el rito; y si la continuidad de la Iglesia a
través de todas las edades puede ser hecha buena, la orden para el bautismo
infantil no debe ser buscada en el Nuevo Testamento, sino en el Antiguo
Testamento cuando la iglesia fue instituida, y nada menos que una
prohibición real de ella en El Nuevo Testamento justificaría nuestra omisión
ahora.44

42 Este es el mismo principio que es ejercido con la Cena del Señor. Aunque reconocemos una conexión tipológica
entre la Pascua y la Cena del Señor, nuestro entendimiento de la observancia de la Cena del Señor proviene del
Nuevo Testamento, no de la observancia de la Pascua en el Antiguo Testamento.
43 Cf. Fred A. Malone, The Baptism of Disciples Alone, (Cape Coral, FL: Founders Press, 2003), xv.
44 B. B Warfield, Studies in Theology (Grand Rapids: Baker, 2003), 399-400.

101
Aunque ciertamente no estamos de acuerdo con las conclusiones de Warfield de
que el bautismo infantil todavía puede ser justificado, apreciamos su admisión de que el
propio Nuevo Testamento no justifica adecuadamente la práctica del bautismo infantil.
Warfield admite que es necesario descansar en la enseñanza del Antiguo Testamento
para llegar a la práctica del bautismo infantil. Sin embargo, como hemos demostrado, la
naturaleza de la historia redentora, así como el carácter de pacto de los cánones del
Nuevo Testamento y del Antiguo Testamento, demuestran que necesitamos mirar al
canon del Nuevo Testamento para entender esta práctica.

7. Se debe dar el peso adecuado a la novedad del Nuevo Pacto.


Hablando del Antiguo y Nuevo Pacto, Kline dice:

Están, por supuesto, indisolublemente unidos entre sí en una relación


orgánico-espiritual-histórica. Ambos van descubriendo el mismo principio
de la gracia redentora, avanzando hacia un objetivo eterno común en la
ciudad de Dios. Las bendiciones del antiguo y nuevo orden derivan de las
mismas obras de satisfacción logradas por el Cristo de Dios, y donde la vida
espiritual es encontrada en cualquier orden, atribuible a la acción creativa
de uno y el mismo Espíritu de Cristo. Según el diseño divino, lo antiguo es
provisional y preparatorio para el nuevo, y por la pre-revelación divina lo
nuevo es anticipado proféticamente en lo antiguo. El acontecimiento externo
y la institución en el viejo orden fueron divinamente diseñados para ofrecer
una representación sistemática de las realidades del nuevo orden que venía,
produciendo así una correlatividad tipo-antitipo entre los dos pactos en los
que su unidad es articulada instructivamente.45

Cuando tratamos con los tipos debemos reconocer una unidad básica y
fundamental, pero no tanto como para ignorar el carácter tipológico, y por lo tanto,
diferente del tipo. Los pactos del Antiguo Testamento revelan de hecho al Nuevo Pacto,
pero de una manera progresiva y tipológica. El Nuevo Pacto es revelado, además, por
varios pasos a lo largo de la era del Antiguo Testamento, primero en el protoevangelio, y
luego a través de todos los pactos del Antiguo Testamento. Así como el evangelio fue
revelado paso a paso, también lo es el Nuevo Pacto, porque es en esencia el evangelio.

45 Kline, Structure, 98, énfasis añadido.

102
Esto es básicamente lo que la Confesión Bautista de Londres de 1689 dice en el
capítulo 7.3: “Este pacto se revela en el evangelio; en primer lugar, a Adán en la promesa
de salvación a través de la simiente de la mujer, y luego mediante pasos adicionales hasta
completarse su plena revelación en el Nuevo Testamento.”

Esto tampoco está muy lejos de lo que Vos dijo:

Las sucesivas etapas de la obra redentora y reveladora de Dios en la era pre-


cristiana se miden por pactos sucesivos, cada uno introduciendo nuevas
fuerzas y principios, y cada uno impartiendo al período siguiente un carácter
distintivo propio. Así, la idea de pacto es una idea eminentemente histórica,
más íntimamente asociada con el descubrimiento gradual de la auto-
revelación de Dios a su pueblo.46

Por lo tanto, hay una unidad básica que comienza en la caída, mucho antes de que
Abraham apareciera en la escena, ya que los diversos pactos del Antiguo Testamento
revelan progresiva y tipológicamente el Nuevo Pacto que es cumplido (establecido)
cuando la sangre de Cristo es derramada en la cruz. Pero debido a que los pactos del
Antiguo Testamento son tipos del Nuevo Pacto, debemos reconocer la discontinuidad que
también existe entre ellos. Esto explica el lenguaje de Jer. 31 o Joel 2:28-29:

Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán


vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros
jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas
derramaré mi Espíritu en aquellos días.47

Debe darse un peso adecuado a la novedad del Nuevo Pacto al verlo como algo que
todavía no ha surgido desde la perspectiva del Antiguo Testamento. Esto no es
simplemente una escala en la cual el Nuevo Pacto es “más de lo mismo”. No es solo
cuantitativamente diferente del Antiguo Pacto. Es algo cualitativamente diferente. Habrá
cosas que son verdaderas en el Nuevo Pacto que no son verdaderas cuando cualquier
escritor del Antiguo Testamento escribe. Del mismo modo, hay cosas que ya no serán
verdaderas en el Nuevo Pacto que son verdaderas en el Antiguo Pacto.

46 Vos, 192.
47 Jer. 31:33-34: “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi
ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará
más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde
el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré
más de su pecado.”

103
Cuando el Antiguo Testamento habla del Nuevo Pacto, habla de ella como algo
futuro y como algo realmente diferente de lo que está actualmente en su lugar. El lenguaje
tanto de Joel y Jeremías claramente indica que las cosas serán diferentes en este futuro
Nuevo Pacto de cómo estaban en su día.

Una vez más, Vos dice esto muy bien, “La revelación del Nuevo Pacto no sólo es
mejor comparativamente hablando, es definitiva y eterna, ya que ha sido entregada en
un Hijo, a quien Dios no puede enviar ningún revelador más elevado”.48 Las diferencias
más esenciales entre el Nuevo Pacto y todos los Pactos Antiguos es que el Nuevo Pacto es
realizado y sellado en la sangre de Cristo y es revelado en Cristo (Heb. 9:15-16). Por esta
razón, el Nuevo Pacto es diferente en sustancia de todos los pactos del Antiguo
Testamento.

Como sigue diciendo Vos, el Nuevo Pacto está necesariamente conectado a la nueva
era, la consumación. Con la inauguración del Nuevo Pacto, la nueva era surge (irrumpe)
en esta era actual. Vos dice, “El Nuevo Pacto, entonces, coincide con la edad venidera;
trae las cosas buenas por venir; se incorpora al esquema escatológico del pensamiento”.49
Si el Nuevo Pacto coincide verdaderamente con la Nueva Era, no deberíamos mirar atrás
a los Pactos Antiguos para entender este Nuevo Pacto.

En su lugar, debemos mirar hacia la consumación. Es cierto que vivimos en el


“todavía no”. Pero es igualmente cierto que vivimos en el “ya”. Por estas razones,
debemos concluir que las teologías que dependen demasiado de los Antiguos Pactos para
su descripción y articulación del Nuevo Pacto demuestran una escatología sub-realizada.
No dan suficiente peso al “ya”.

Así, la disciplina de la teología bíblica, el estudio de la historia redentora y la


naturaleza de la revelación nos enseñan que debemos tratar el Nuevo Pacto como
diferente en sustancia de los pactos del Antiguo Testamento.

48 Vos, 194.
49 Ibíd., 195.

104
8. Además, el trato del Nuevo Testamento de la Escritura del Antiguo
Testamento como de misterio, sombras y tipos, indica que el Nuevo
Testamento debe ser la lente a través de la cual vemos el Antiguo
Testamento y no viceversa.
Cualquier teólogo reformado hablando de hermenéutica estará de acuerdo en que
el Nuevo Testamento es la lente a través de la cual debemos interpretar el Antiguo
Testamento. Usualmente se cita el famoso dicho atribuido a Agustín, “El Nuevo está en
el Antiguo, oculto; El Antiguo está en el Nuevo, revelado.” Así que tratar de entender el
antitipo mirando el tipo causa dificultades. Es difícil saber qué aspectos del tipo se
transfieren al antitipo y cuáles son los aspectos que se deben dejar de lado.

El Nuevo Testamento afirma la dificultad de entender los tipos del Antiguo


Testamento. Pablo tiene una teología bien desarrollada del misterio.50

Col. 1:26-27 “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades,
pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a
conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es
Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.”

Ef. 1:9-10 “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su


beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas
en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que
están en los cielos, como las que están en la tierra.”

2 Tim. 1:9-10 “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme
a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada
en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido
manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la
muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.” 51

Ridderbos señala que este misterio ahora revelado tiene “una connotación noética
y una connotación histórica”.52 Por lo tanto, hay tanto un mayor entendimiento como una
nueva revelación (especialmente en la forma de nuevos eventos históricos redentores). Si

50 Cf. Herman Ridderbos Paul: An Outline of His Theology (Grand Rapids: Eerdmans, 1977), 44-49.
51 Cf. Tito 1:2-3 “en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio
de los siglos, y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por
mandato de Dios nuestro Salvador.”
52 Ibíd., 46.

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seguimos a Warfield al mirar el Antiguo Testamento como nuestra base para administrar
el bautismo, violamos este principio fundamental de la hermenéutica.

9. Promesa y Cumplimiento.
Para nuestro último punto queremos notar un par de elementos de promesa y
cumplimiento, de tipo y anti-tipo, que encontramos en el Antiguo y Nuevo Testamento.

Ridderbos dice:

El pueblo de Dios son aquellos por quienes Cristo derrama su sangre del
pacto. Ellos comparten la remisión de los pecados efectuado por Él y en la
comunión inquebrantable con Dios en el nuevo pacto que Él ha hecho
posible... El rechazo de Israel como pueblo de Dios no aniquila la idea de
pacto, sino que le imparte un nuevo, o al menos un contenido más definido.
El carácter particular de la gracia y de la comunión con Dios es mantenido
plenamente. Pero el círculo en el cual es concedido y donde se encuentra el
pueblo de Dios, ya no es el del Israel empírico, sino el de aquellos a quienes
se les ha dado el perdón de los pecados en la muerte de Cristo y cuyos
corazones han sido renovados por el Espíritu Santo.53

El punto que Ridderbos quiere hacer aquí es que se ha producido un cambio


fundamental desde el Antiguo Pacto hasta el Nuevo Pacto. El pueblo de Dios en el
Antiguo Testamento estaba compuesto por un pueblo empírico. Ridderbos habla
explícitamente de una “nueva formación del pueblo de Dios”.54 Él reconoce que hay algo
muy diferente en el pueblo de Dios en el Nuevo Pacto, del pueblo de Dios en el Antiguo
Pacto. El pueblo de Dios en el Nuevo Pacto se caracteriza por la fe, por la remisión de los
pecados y por la regeneración.

Ridderbos dice:

La relación especial entre Dios e Israel como pueblo es uno de los


fundamentos del Evangelio... Al mismo tiempo hemos notado una transición
en esta idea básica, en el sentido de que, por el lado y en el lugar del Israel
empírico, los que creen en el evangelio son considerados como el rebaño de
Jehová, simiente de Abraham, y los hijos del reino.55

53 Herman Ridderbos, The Coming of the Kingdom (Philadelphia: P&R, 1976), 202, énfasis añadido.
54 Ibíd., 351.
55 Ibíd., 351-51.

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Fairbairn, en este sentido, dice:

La simiente de Israel, como pueblo elegido, puesta bajo el pacto con Dios,
representaba la compañía de una iglesia elegida, redimida de la maldición
del pecado, para que viviera para siempre en el favor y la bendición del Cielo:
y cuando vino la redención, la representación pasó a la realidad.56

Ridderbos continúa su argumento diciendo: “Este resultado es de la mayor


importancia para la cuestión en discusión. Porque este rechazo de Israel y esta nueva
formación del pueblo de Dios no es simplemente algo del futuro escatológico, sino que ya
ha comenzado a realizarse con la venida de Jesús”. 57 Y continúa diciendo:

La ekklesia en todo esto es el pueblo que en este gran drama se ha puesto al


lado de Dios en Cristo en virtud de la elección divina y del pacto. Se les ha
dado la promesa divina, han sido llevados a la manifestación y reunidos por
la predicación del evangelio, y heredarán la redención del reino ahora y en
el gran futuro... Así que no hay cuestión de basileia y ekklesia como siendo
idénticos.58

Vamos a reunir algunos de estos hilos. En el Antiguo Testamento, el Antiguo Pacto


era un tipo y una sombra de la plenitud por venir. Esa plenitud estaba envuelta en
misterio y tipos esperando su revelación en Cristo. Con la venida de Cristo ahora tenemos
esa plenitud. Los elementos externos, tipológicos, del Antiguo Pacto son quitados. El
misterio y las sombras se han ido. Con el Nuevo Pacto viene la entrada (la irrupción) de
la era escatológica en su forma “ya - todavía no.” El pueblo del Antiguo Pacto fue generado
naturalmente y marcado por la circuncisión de la carne. El pueblo del Nuevo Pacto es
generado espiritualmente, por lo tanto circuncidado en el corazón, el antitipo de la
circuncisión. Así, el bautismo sólo debe administrarse a aquellos que espiritualmente han
nacido en el pacto. La única manera prescrita en las Escrituras para evaluar si alguien
está en el pacto es por una profesión de fe. Sobre la profesión de fe el bautismo es
administrado. Este es precisamente el patrón que vemos en el Nuevo Testamento: el
bautismo sigue una profesión de fe.59

56 Fairbairn, 267.
57 Ridderbos, Coming of the Kingdom, 352.
58 Ibíd., 354-55.
59 Louis Berkhof dice que el Nuevo Testamento “apunta a la fe como un prerrequisito para el bautismo,” Systematic

Theology (East Peoria, IL: Versa Press Inc., 2005), 637. Cf. Hc. 2:41; 10:44-48; 18:8.

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Esto encaja exactamente con nuestra comprensión de la teología del pacto. Todos
los que están en el pacto tienen a Cristo como su cabeza federal. La única manera de estar
“en Cristo” es tener el Espíritu Santo (Rom. 8:9), y los que tienen el Espíritu son los que
tienen fe. Todo esto está arraigado y fundamentado en el gran Pacto de Redención, el
Pactum Salutis, donde el Padre hizo pacto con el Hijo para darle un pueblo elegido. Así,
el bautismo como signo del pacto es administrado sólo a aquellos que hacen una
profesión de fe. Es un medio efectivo de gracia para los que lo reciben en la fe. Aparte de
la fe, no hace nada.

Conclusión

Para cerrar, queremos considerar una cita de Charles Hodge.

La dificultad en este tema es que el bautismo, por su misma naturaleza,


implica una profesión de fe; es la manera en que por la ordenanza de Cristo,
debe ser confesado delante de los hombres; pero los infantes son incapaces
de hacer tal confesión; por lo tanto no son los sujetos apropiados del
bautismo. O, para exponer el asunto en otra forma: los sacramentos
pertenecen a los miembros de la Iglesia; pero la Iglesia es la compañía de los
creyentes; los infantes no pueden ejercer fe, por lo tanto no son miembros
de la Iglesia, y por consiguiente no deben ser bautizados. Para justificar el
bautismo de infantes, debemos alcanzar y autenticar tal idea de la Iglesia,
que incluirá a los hijos de los padres creyentes.60

Hodge reconoce que la doctrina del bautismo excluye la idea de bautizar a infantes
y, por lo tanto, recurre a la definición de la iglesia de tal manera que permita esta práctica.
Sin embargo, como hemos mostrado, el movimiento de la historia redentora, la plena
revelación en Cristo, la entrada de la era escatológica, el principio regulador, la naturaleza
del pacto, la naturaleza de la ley positiva y los principios básicos de la hermenéutica
bíblica, todos estos muestran que este movimiento de Hodge simplemente no se puede
hacer. En cambio, debemos reconocer la novedad del Nuevo Pacto en su cumplimiento
de los tipos y sombras del Antiguo Testamento, así como en su conexión con la
consumación.

60 Charles Hodge, Systematic Theology, vol. 3 (Peabody, MA: Hendrickson, 2003), 546-47.

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