Sie sind auf Seite 1von 24

LA HONRO^TtA.

437

CRiTlOlhfllLOSóriGA.

'.;;aeauiiMifa^viMir e l lir...4Dr«»eHi»»^ ^
Conseníimt otmia es un adagio r e t i d o por todos los
((u&.hap estudiado la naturaleza animal con alguna deien-'
cipa. Esto ley se manifiesta rigor#ajnenle en la foroi^cion
delaSfenGeraoi^^a^ep; cuando una catj^morJbífl^ «tea so*
bre unn parte cualq^fia del ^^erpos. m i^piou,^ jrpienie
por todo el sisteaia} asi eseeptnaodft) la^, Imf'miméM*
cas ligeras ó muy reciente; no ecsisten, haolando cqniírf)-
piedad, enfermedades locales.
Que,se esponga un hornee estando muy aoftlcifi^do &UB
friftrepfiíiilino, la imprMÍon desagradabla^Q,seri«ij9«,pa'
silera) pero algún tiempo de^iM», en^oyj^jiojei^uer^
de de su imprud^cia, e^eríroeotariipal estar,^ pérdida
del apetito, lasitud, tristeza, «te. fistos síntomas durjur^
i p ^ ó menos tiempo, alguuiaa.veee» también much(n d¡as«
antes que la fiebre y los otros sigiras precursores inou^^T
^ de una lesión YisoeidieDaanifieaten, y esta lesión s ^ «
s^qn. ia predi^ofiieiM del individuo, una ai^na« 6m
croup, atarro, pneumonia, meningitis, enteritis»i^uma-
Hadrid 10 d« eiero de 1847 37
43é LA HOnrtOMTIA.
llsmo, ele. El sistema general, pues, eélá enfermo siempre
largo tiempo antes que se declare la afección local. Es-
lanoes sino la ^ r e ^ i ^^ U| e^lad^pai^ktilar de la lesión
general. El ii»lir\wl%j|a#«cj»iífv»:jn éJ4esenvolvimíen-
lo de todas las enfermedades, entre la acción de su causa
ocasional y la manifestación de los síntomas generales lla-
mados preéoríores, M (á»s(»fa jfB tíioisjof |!ií)s|de enfer-
miedadde un órgano cualquiera; basta eesaminar lo que
tiene lugar después del mas ligero sabañón hasta la cefalitis
para quedar convencido. Este estado de incubación, y la
constante produccioA^elos saRloinas precursores, son una
prueba que el sistema general está afectado siempre antes
^ «lórglro'enfieirmdr f lirsebaftla «ceMáilúAé^ M ^
establecida^torttklHÍMn<nñ^( ^ (Emilio jmlioaiktees»^ne
malo, la fuerza vital ha sido afectada por la acción diná-
mica éi un agente mofloso sobrt lodo etoratMismo. '
I k é |#tflciplo qae á primei'atistá'iéíí^hi^áal tie I *
diáléásflfeft^iJWW,a}«*é dé' éM9^^té^*Blcnte. Brdwí no
cOBáíafefaftía las altárstóionfes dfel sistema general sirio como
éircsuKadode UB esceso ó de una dirtiinución de la vida;
Hahnetttann; por el contrariOt, »o les seSalá ñinguÁgrado
dififámfóo. Etfes son pava ^\ ún desacuiBrdO, un desordena-
miento del estado que constituye íasiáMrdJ,' y en «adaScasd
fürtictalar de^^ efiSermedad serttehlflesianá los sentidoá por
fétiói^éfiós ftiorboses q«e se llaman sintonías. A süscjos,
^ é d«^cuerdo co«8tHuyé,'|}or decirlo asi, lá esertcla de
te «iffííiBédad, mientras qaela diátesis no erasírto una prti'-
lll^iCioB'é tma aptitud para tal b cual enfermedad. Sf és
vérdaAquetos-lesionesde los ^ganos W fowns» y' íeiÉ#i
tf«k«fN^ por la acción de lasfuerzsÉ vilal^sdiel éisf^a ge-
neral, tehrlécers^^ue se «•coentran mas especialmente
Mjosu MbMidttv sea por m eslrocttira y la naturaleza de
1M t<^fidosrqüe&6)raa eu su composición, sea pwr te impor-^
LA ÜÓMOPÁTÍÁ.. 439
t'ánciá áe sus funcioñesl debétt sentir súá efectos áfucho
mas fácil y prontamente. Ahora Bien, niníguna yisCera pris-
senla estas condiciones en un grado mas elevado que et
pulmón, por el número y volumen de sus vasos sanguíneos,
jior el de lás ramiflcaciones nerviosas que recibe, y por la
importancia de su función, la sauguificacion: asi qué, uose
veriOca üñ cambio, por ligero qíie sea, í^né fio t e n ^ ' s u
eco eií esta víscefa. '
Ifabnemann, después de haber reconocido que las cau-
sas morbíficas obraban alterando la acción de la fuerza vi-
tal, ha demostrado que los medios curalivoé,|)ara serñtí-
lé:^, debiau ejercer una influencia directa sobre esta mis-
ma fuerza. Sus estudios han sido dirigidos hacia la iOves-
tlgácíoii dé ioá'médiós dé frenar éste objetó,' y sus trabajos
han atraído el descubrimiento de la acción dinámica (je las
sustancias medicinales, acción tanto mas penetrante cuanto
que el medicamento ha sido llevado á un grado mas elc-
vadé de atenuación, y muy distinto de su acción física,
q'tié 8ée|érce.eü razón dé la masa.
Esta pteoéiá médícametitcisa ipbrá 6tíhi'e la fuerza vital
per el iniermedio del sistema nei^ilusi), cbn lá cual estos
últimos están en relación, ella la modifica y la altera de la
misma mauera que lo hacen las causas morbíficas genera-
les. Sus efectos sensibles no se hacen percibir sino como
los de estas últimas, es decir, siempre en ua discurso de
tiempo mas ó menos distante después de ^impresión, y
son diferentes {»ríi Cada sustancia medicinal.
Estos efecto qué un medicamento puede producir, soü
análogos á los de la alteracíóii natural de la fuerza vital en la
enfermedad que se prí^uso Curar, determinan una acci^
dé la naturaleza que Ifehoetóann llama reacción, y qüeifé-
(lucé la fuerza vital á su estado oalural, y pdrcoDSl^énte
ala salud.
440 LA HOMEOPATÍA.
Habiendo sido dolada por su aulor la liomeopalia de jos
medios de restablecer el desorden vital que produce tas B^-
fermedí^esvatiuelias cuyos fenómenos principales se de-
senvuelven en un órgapo doníj^ es mas pronunciada la ac-
ción de la vida general, deben eiiisontri^r en jella rae-dios
mucho mas eficaces y prontos. Ahora bi^ji, jjá |)erineumo-
nia se encuentra en esta condición. Guando éc(^|ípete a un
indrviduo no afectado de enfermedades crónicas,, y es ata-
cada á tiempo, antes que haya podido (Ip^envolver el vicio
psórico todavía latente, su curación tiene lugar, por los
medios homeopáticos, tanprontay f^cilmente^ comoiade
la incomodidad mas ligera, con mas pi-oplitud (amblen quQ
que la de un órgano que se encontrase en coúdicíones rue-
ños laybrables, tales como un simple reuma, ó ún panadi-
zo etc.,. _ . \ '' \ , ,
No siendo los sufrimientos locales del órgano lúifermo,
como, acabamos de ver, sino la ^sprf8i^,.d^ upa parle del
deM^de.namienih) £enei:al del organismo, son casi siempre
precedidos ó acompañados de sufrimientos en alguna otra
parte. Asi en la perineumonía, los escalofríos y malestar
que preceden, el dolor de cabera, la ruliicundez 4^ la cjira^
la sed, el calor general, la fiebre y otros sinlpn^gue la r«e-
dicinaordinaria l^amapimp^icí^, so»» )(> l^'^^^i^íf'^Pífw^r
mente, espresí^u^detestado partícu'ar déla lesión general.
i ^ preciso, pues, en la elección del agente que se haya de
administrar, para reducir la fu(^;za vital 4 su estado normal,
tener en consideración totlos estos fenómenos y preferir
aquel que ofrezca en sus efectos p^to^genéúcos mas gran-
de ú^pero de síntomas análogc^ á 1<^ pl^ef¡vad<^ *W|!'® r®!
enferm%,Sl hay, bástanle lino para wóntrí^r unoqueios
ofrezca exa(;iamenie todos, entonces los reíjultados esceden
toda esperanza,; en algunas horas se ve cambiar el estado
mas grave de una enfermedad aguda en un estado de sa-
LA noMEOPATU. 4il
lud perfecta/ fTste rénómeno tiene lugar frecuentemente en
ciertos casos de (^erineumonia. Si po se encuentra \ai me-
dicáinfento que'rispvfesente todo él conjunto de íaettferme-
dad.'éS prééisd'dar la preferencia a aquel qné ofrezca los
^niiHipálés, ó los del sistema que tiene mas iraporteihftia,
seáeñ el órgáúi$mo.eri general, sea en la viscera enferma.
Encasós riiúy raros, sé administra aquel qué responde es-
pei!iá1nttenlé á'^ú si^toma quíe amenaza la écsiátéiitSa 6 qué
¡ihpíde tlij)ércepctoji de acción de las sustancias mas adap-
labléá'á ía eúfcrme'dad esencial. Pevo aun éntoBÍcS éá pí^*
ciso siempre tener én la mas posible <?onsídéracion el esta-
dio getieral dejenferíüQ para k elección del tñédíopafiati^d.
Los'medtcamenlos indicados en el tialamiíDto "de la pe-
rineumonia son: el acónito, la bryunia, la nuez yómida, él
azufre, ff^sfqrb; él caiínabis, el rhus, lapúlsátilla,elmlro,
el acidó hydrociánico, el ácido nilr¡có,"el tárlafo emétrcír,
lascilla, lá senega, la belladona, el mercurio, éí áffñifea,
la düícamara, el lycopodio, el conium maculatura, lá qni-
niá;;_^etc:' , '' . '• '- ''" • •'• •"•["
í§i'EífeThaédiéo ltáma(dó durantefeVperiododé ihént)á^
ciqn ^ Óáiií'apái'léiíiA' dé 1b^ Tpritafek» ^ ó s precaráores,
aUteá que lafie^i^ey los signos déla fle^taliáiítotíáFíiéHlii.
yati manifestado, es preciso, sobre todo, tener en cóiísídé-
Vación la causa ocasional, para lá elección de los medica-
inentos.Eata ^íínsíderaciori, que nunca debe despreciarse
éfa éÍdEpóstrcQ,eÍtañtdMasiiüportaDteaqúi,MáÉftoqáé
la enfermedad és oías reciente. Si estaféÜá presentado
después de trttésftfeiriiento, estando acalorado'6á cdnsa-
cuencia de emociones violentas, del abuso de IÍXÉ eapiritao-
M L etc. se té^uWrá k^ tmz'vómica. Si hA sldé pVovo-
(|ffla'p(iÍi^uftMó húmedo; como "por la impresión dé ittttíi
Mftá fiiéirté, '^., se ^pféará la dukámará. Si l á ié-
breVéfiído'i éoiisécuenciá'de vina herida, dé una c^luíbii
H% LA U03IE0PATU.
del pulmón., ó de esfuerzos respiratorios, se admi^isitrará
el flr^a, ftc. ,
, CttíUido la-enfermedad está desenvuelta, como ella «e
piamGesta siempre por síntomas inflamatorios generales,
cow.^stos fenómenos spn Jos,«jsis.jfn portantes, y dominan
lodos los otros, es preciso recurrir al inedicamento qué
ejerce xnasi influencia sobre este modo de üíterpcipn del sis-
lema arterial, és decir, al {jqónilo. Se administra ano 6
tres glóbulos de la treintena dilución. Esta dosis basta algu-
nas, veces para curar la enfermedad. En ot?as circunstan-
cjashay necesidad de repetirla á las, veinte y cuatro, doce,
ocho, seis, cuatro, dos, y auu upa hora de intervalo, has-
ta.que se disipen los.sinlQmas.generáíes de inflainacion y de
eretismo. ;
A ejemplo de iEgidi, niuchos homeópalas, en los casos
graves, y en los sugetos muy robustos, mezclan una goia
entera de tintura de acónito, á la treinten|i; diÍw;ion,
con sws onzas de agua-deslíladi». .«^ulporada con jarabe
siniple, y hacen tomar esta pofcton'por cucharadas, cada
d(^ cuatro ó'seis horas, hasta la cesación de los síntomas.
. Algunos homeópatas aconsejan practicar una pequeña
sangría antes de administrar el apónito; (^Iros quieren que
ieeiBpl,ee solápenle este wedio jc( Jojf g§sog,|i;av)Bf ^ en que
la congesüsn local es mqy I^OIIU^P^MÍP^ flahnemannjN^^^
mas esperimentados discípulos condenan esta práctica, co-
i9/9jnntil y ann nociva á la acción regular del poder diná-
wiqode^Q^ niedicamentos, pofque ella disminuye lasfuerr
%aii de que, tieuQ nec^idad la si^HraJi^za pajc» determinar
AMjfti^acciíWfialudableí . >,,. ,. .
JQl^^lWies.de haber combatido el eat^^q j^^^||atp^o ^e-
jnerai, m,W^ *' iratamienlp de jqssínlqroáspárllculjres
que 90 se U^yap disipado. Cuaojdo la congoja y la f^t^kcipñ
^ehfii 00 se ha^^ diímio|iidp, que hay dolop ^e cóslado y
díJor qutíinanie.eael pecbo, tfts mas fácil^ espui^saA^
guinol^ntos., y cpa^Jipacípo, que la enfermedad está¡afiofüi
panada de dolores reumálicos, sea en las parede$tdel pg^,
cbo,,sea en las e&lreniidadea, ó q^e lQ$:Sufr¡n)ientQai.se au-
Bj^aitan, poi- el movlnileat^^ se ádiuio|$Lra,,la br^onia. Si el
f e r i n o se qiipja de sentir un c^oloijqMnpresiF^ en eliP^í
ehOi al inspirar^ al in«vei;se y 4 b)!^i-, y que la los,p,inaf
seca que Ma^d*, lasenega,ii)ereííe la.prefí|r^pia., ,
Cuando hay tos con esputos mucosos y fimjiririp», palpt-'
la#Í!W^#,corazón q^e causapiangustias, dolor eujelp^otio
semajaoteailde uiu bcrida,, que fe bacesentir n^as al tacto
qq^ 4 lo^ loovéQiientos ^ y qu^ al miswo tiempo j^^isf^n ,i%f
lores reumálicos vivos d«i jotras partes del cuerpo, sobré tp,-
d«6aila»j>ffticulaciooes, la pulsatilla está indicada.
..¡ Silailos está acompañada de gana; de yoiqi^r, IW^U
esf^ctoracioa se maw&esla «obce todq;por la nofbOj^.ll^l^
enfermo está cubierto de un ^ o r abundante ^uo,no I@
|M?oporciona ningún alivio; en fín, que él sea seuáble á \^
iü^resi.o» del aire y dispuesto.á la diarrea, el merourio

Guando después de la desaparijfifi^.d^''^^ fc^iueDfMí


ioftwatorios fl)a» maj;c8dos«.6ub^,^l|i|,,t<]^>^^,)fati-
%&sa y espasmódica, coD'o.presi(»i do pec^e. dolor de ( ^
lado, sed viva y constipación, está indicada la nuez vóijaica.
IlactQUiPtti bacBContrado trecueniementa esta^i^t^qcia 4ti^
despitfü^deli acóuAo, cujindo. la op^ioq deip^bo,estftjto
a^ogipiülkda de un dáor de eos^sdoyiyft.íj^rantje bs insr
piracioo«s profi|^a$, ,que el pulso er|i freíseute, y duro»
y qite el enf^r^o pi^ifest^l^ agilafiia(i,con aogu^iia^., <,
A ; < I ^ O la.i¿llafnacjoni^upa pciocipalinente l^ ^ y ^
mMm ithm^Jm^W^^ 4el: P<íio, qu^.;d, eá^fliP
«lapfffimeftl^sf^lpitaígi^n^ OW^if».ftor bsjo dpi esteriis^
golf^ s^dos eii 1^, jegfoi^.del ípraw>p¿, b¡í» Crccj*^t% y
ii4 tA ROMEOPAflA.
mfts biáíi A-io que caloi* pOr todo "el cfaerpo, con eáUytiéñ
la cara; este es el caso de recurrir á eanffitbis á la treinte-
na dilución. ;
^ Si los liioviniiéntoé i'é^iratoriod parecen baícersé solá->
íseüte péi* ítk d á ^ I á i d^PábdotoeU f el diafragma, (fatí
M paredes torácicas qtiedan intiil^^eSi yqíie se oye-W
estertor en 1(^ bronquios y la tranquea V eiHi»Mgustias y
sensación de oprission sofocante en el pecho, étlU^tatroeteé»
ticb podrá ser útil.
Guando hay un vivo dbloi* de costado, éscitirfo sobre
todo por lá tos, que es frecüen^, con eSpuléS immos
ttñy abundantes; sin fuerte Opr^esion, y contteó» necésidt'
des de orinar, la scilla es necearía';
Se observan en el enfermó signos de tfn vicio crónieo
interno ({»óríco), Harilaub acOiise^ el azufre, d^paés que
él le^nitó Ua agotado Su acción, con tal que no eesislatt
sintonías nerviosos. Cdnsidera á esta stÉtanciaen )»|wM*
Btónta como ^zando iin rtn^ittÉl^ó áft de la'betladon«
Mla8áfecdíonfééM'«érébró, ytih número considerada
de observaciones que ha publicado, parecen eStaM*¿cie# tá
«(jéaictitnd de su opinión. ,.»
Guando loSfófiómenos ooneomitanfeS indican el paéeáser
áú ^teB)aceri^o^spii:iÉt(C((n»t)Í»cacioniief¥M«^^ 9»f0¥
tmffék tos nieái<^nMn0f ^ , ' ««tre MtS'Mtttonta^ «TrebeA
b s d e éstsÉiesíéttesVi la bryoniai Silos síntomas inflama-
{(Á'íos ^ lodaüa sobresalientes, y el dotor del costado vi«
vd, coa opresión del peého; á la b^tdoná, caiado'ia in-
flanacioR se Aánifiéstíi poruña presión dóloroaaeÉ el pef
dboMcia eléstéroM masque báü^^itp^rie, respirado»
' i ^ i fe^gósa i aífítecién contlmiá^'iÉ|«ÁoS^esMKÍííi de
$a^6¿ km\es de ^ I s a r , y eSpeífidbs^lÉltaiiéhte por una
los coñtlniíl,' r^piraéioA'sU^rosá, éára Vulluó^ j íMgi-^
fias «neendldét;'>IábM» y lengua grieteados, cal^^ imi' y
LA «MEOPATIA. 4i8
quemante, 8«1 inestúgaible f stiitomafiiervioat». Eifesta
áltiitaooaso, c n n v ^ i é darprimero el acónito, y bacer toi^
mar latielisdoBa daitro ó seis haigas después. > . .: >, >
' Si; lari ieswBíes cei^bi'o-spinuies disfrazan lá afección
pulmoiml, que esta no se hace seirriMe M ofo del tnédieo
steó^por }os'DU}vls¡iirátost«Hraltao^ydifieiles^éeIa8<;o8-
lillas, la dificultad d«ia«sprar<'i|«eseesí^a rabicundet de
lfl»mejílla8,:>f ipRí<lal ántomas ceM^i«tMt «i mmfi'islaa
por un e9lad9»*9poir«so, se administra el rhns.
iMIiianA) «1 enfernM ha soportado muclias sandias ^ sin
que ta iniaMaeion se haya-disipado, y (|aeá! la'debilidad
que resato d«iiaférdpdatle la safOgrev se jwMatí los^fenéi
menos Réi-viosas, se espeñneniaftmity buenos efectos de
la-f^ROai!!'' 1,!'!-! ';¡ .•,•. ;-i • • • . • • .-;.; . • " ; < " ' ' "•...•'•'!«'•

^ Si predoHH«ailMiféD»mastif(udeoBj; se «dministrari
ya el rbus, Ó ki b^ádona, ya el betefierei'Mi'aBioBio, é
el vm«(rumi este úUtno prffiéipalnaeMe ctíándé el ^ ^
es pequeño y seidepriote^ciliineRte, las fuerzas «ntera^
BMBtitjabMdas,' ktseseveetenesinvolBntartas, «on Iriste-
zav!deliri9:l^N|>,!ito8e«iiiit«'(k»inpl«tol< vótttHos^'etiB: '
: €uando!i#eAléfn»calilia «AitMadé semtMiüatbsó;
COR respiración n^ea, bjos séw'iabtevloi, ái»^«6>iai(if^ é\^
licil de despertar, e) opio disipa prontamente eétos fono»
menos nerviosos,
< ¡nSieitipro^ñe, e n i e ^ í ^ e r b de «mnpKcaoiones > las
exaderimehmés tieneii logar aobrtí toAi» )>oé<lattOcHe.y (jué
se maniftestan ka sinlomaé nervio8éis,.b¿áÉp^adÓ8íde mbl-
yoT' posttaeiM dfrlüerzas 4 eon cárentíia^e'calór tital y
mby gifaadersdHtttiniento tUM^fi^ en el OMtttehié en qne ú
tahriáb ti^e stteoaocjtaíetitói el eontáoi máeulatttia éi^
««ntnií«if>a{^üa€ien: / ^•"'•'•l '''•'''>••' - ' ••'in' -=. •¡HK'uiin/
f' Gdtndd Uíipefí^mmktákáéa acompisAáda d» siotfebás
<}»e>i«di6ahli»^on '^'l<»4rgañüs di^É^tM %a^<t>^»#á^
446 LA HOMWKPATM.
iQOflitis; eivl«ro-neiin)onilis, hepato-neomonitis) es preoiso
dar i*freferencia álbs iHedicainehle3^B©<ofrPceB teoriiien
ejtos síntomas ett>uR>gradocB)inenle,la1eg«muo la bryo4
níá,v el antofmb^toinuM T^iíia^la bellafbaa, la cbamo-
HuUa;<laScantárldas,:f#tCi'«tei..ítiií,- (i . ;
Cuando, después de la c e s a c i m ^ t e fiebre* peraute
el dolrtr de cíestiído» se feaiiTC al árnica. , uíi. • >
• £t espacio iK^^riaitetndkar «I irataffliento bninesfñ-^
tico conveniente' «n las divei'Sas termwacwnes de la.H«»t
menia, <|((e, aiti emb^-go^ise termíM rarataenle ^le otra
manera que por la resolucioii; cuabdo h»sid«; ^ ( « d a : á
tiempo y tr^Aada-conveoientenMinte pwr k)»:me(U^éeai«OH
^ii»)ev me contentaré con !bae«rot^rvar-i(ué Hartmann
ha comprobado por numerosas esperiencías la eü»(ci%del
lioopt^io e« las ppriuetimoninsqtieíimenazaAsdegt'iter&r en
jUsis, y ^ttC; ba; repetido cdn buen resuiSado ifeste neditriites
£4 ^ r a s . Dartlaub ba «4periweQtad«; %u«^eitte< xHtíOasOt
8einejanl^^««bQf$noa>«leí^dteVlyeopMi». n ?: [ r
. : l(Hr#»imui^3Mí«ieditdmentéstpiiedefl ser IhdioadM en
eircunstancúas parlicularef), tales como la ignatiav enapleav
da por tiT<mt el arsénico, etc. La enaetanaonfronlacion de
Jps sii|tA(n«».de la enferRi«(k4 coa los efeotos eaedtoamen*^
10809 4 ^ servir^olaiqea^ de # M im )m*timtAon¡úé\M
diversos agentes medicinaies.
Primea ffk^'meíM. üa ftiflo de U-es años, rubio* muy
rp|)usto,y «w^cidoi con relaicion á su edadi fué aeoneiido el
.i^4ejuUo d 6 ; 4 ^ 3 , de» owl«slarit e»ii iaapeleneíat pide
fOMtar8«>y v«linHa)Siiide^yuiiO'r>eaeal09fHa«^ jegBtdos de
!Ba)«fHyipeduU}i»Ml0 al diaiSÍgweote.&.liH,4«aí4fl£Í% tandea
adr^itlMi9Ío)pfRa4^iik!ntfl^'4'e8^iramo»Gm«^ difitü^ y
verificándose princi{Mlmente por el vi^Rtmvf^'eleMiteiMí
de lag pawjí^i|«fáf5i€»8^ d d t e d o ^ e o b o - d a r a n t e ; leí mo-
vptien^c» respPMwitf» r l«eifte'dU«it»cioiidie laS; m r ^
dpranlo la jpspira^^iqn; í9s.,cor.l{)^ pí)f .^^cudida^i, freepf.nlí}»
COI? gritos;est^rtw%í!rp «»'^ MH^^ÍI de.Uempp,«Büem^
pp ; dp|or |?n la liarle anlefior y eael casl?(dQ,de|:ec)b,Q def
pi^cbo^ fQUido Bj^teen ipda laj estension de^l puloapu dere-
cha ?uiter¡orjnente ;aMsei|ciafc,del sonido respifatoiio en, l ^
tres cusirlas pirtes inferipres de ^st^ COs(f\dQ delpi^pho^ 04-
lerfi^j:;crepjtanje pf», s^jprjie.,¡spfji^X PSi^^^ WJ.VíQSo é»
el cpstoda i?qiUerÍ0i que resu
!E!*jl^hsion;,q^ja rojai^Dcéndida; ojo^ sivosy ^cillante^; bpr.
c » j e ^ y^ed, el eafermo'bebe co^^níMa. y tose jles|Hiífi df
híiber bebidp; lengqaroja ep, los bprdesj.bla.ncaen^ lop-'
dio;.fl¡ngnn i^pslitP, ni eánoaras dps.djas h^iiCe; pi-i^ ^ T
cendida y cpjpequeña, cantidad ; calor quemante ppr todo
ei,cnerpo;,¡el j^pistragip y e 1 vjéntieun,Rpoo,dol.pr¡dps^;}m
quejidps del endrino,,dn?A,^leJa §8pli«:p¡pn,,p,p^^^ e) tj^cj^^
parecen mas bien efeptp de sii humor,. qi}e es i^B<?lf»lníéii-
^e,irritable, cólera é impaciencia (en buena salud, es ale-
gre, bueno, perp tefla?; y colérico); pulso frecuenle. (f2Q
pulsaciones): Yiyp y;dilaiadpi jpsoinnio.; alguna ve?„pfla.-
brasiiujohprí^f^sjligéi^Oídelirio,, ,¡, , [. , , ,, ,
'.: Scgpfí e§to^,8lní^q}Jíf,,^^,ájiáp(fÍ|¥4'Mi «i;^ M'
dentemente una gq^pde parteidel pMlmpfl^ ^ « f ^ p , f Á i ^ ^ -
ba á epalitórse. La Indicacipn, según la doctrina réin^ple,
,^ra clara; asi como los piediios que se habían dp prescribir,
j Pera^lfPfpoóatipp ei» uncasft tan gra^e, y ^J?re ,i*n,aur
getó tan tierno I Ésta ip^prtídun^br^< la pfo)}abílJdfi<!Í Wfty
grapde de la, insi^^e^c» deí iratajoientp ^íflpfisti(Éa¡y de
\(^ rectvsos d^.la iaedicina Prdiparia, y las, ppjmejrosas ob-
jíervacionea que ^i^ leid^Cftlas cljnicas homeopáticas
de csisos no menos peUgrpsp^. .qjie habian sido curados
muy prootaimeal*;pprpl,|ue«p,p)^lodo, me detecn^jnayp
áprpppi^rlftyXui^tadftf .- , : ,; , ,>,„! ,,,,,
Losj^nloíftas cp|;i;efppníy^nlcsalacíjnjlo erají-í^fW^
44S LA HOMEOPATÍA.
íiado'senslblespara poder vacilar en su elección. ^Prescribí
éti& ^iSbuIos empapados en la treintena díliíclon, para Xtí-
toár uno ál Iñsí^inté y e! otro á las bcbó de la noche, ciá
agua aítíi^'fatía'ítói- béWdí,, á la témperattnra de la habita^
éíórt. Aconsejé^ ademas fefreMr litianfo fuese pbsiblé el airó
tfe la pieza, y la tranquilidad al Meálí» del eiifeHnb.
Después dé tomado él primer glóbulo, dnifeo dúfintó
tiñcn'arto dé hora; ai despertar pareció respirafütf poco
mas nbré?. I*^úr la noche tnvó tín poco de delirio y espánfós
Mciaiás cuatro de Vá (DálÍHna, suefib (hrrtinle hora y me-
dia. Por tá riiañana, óriha menos eíncendidai un poco tur-
b R ^y'mas abundante; humedad en la pfel, cai^^ ménbs
roja, bjosnienós vivos, respiracioft mis córapleiá, méñoá
movimiento efnlaá'riariccs,, pulso meiros vivo, tos dempré
tóuy frecüéntie, miiiguria deposición ventral; el tíiBo i »
(|tiejá Cuáiidu se le mueve en la dama para baceriéliélíér.
CbhsWerando que la acción del ¿cánKbl^ítíátífid^^
j^ra resolver entéramenieílí árííeéi(jií*ftílñibiiál, y (jiie és-
i b V é m ^ b b í í l i b ^ ^ d b cúanití debia esperaráe de él en
este caso, es decir, disminuido el eretismo febril genei'al;
ém deber pasar á la adminislñicioii dé un medicamento
áasié^ecial. tá'lbs mas (átíil, fós-^u^idm ééiíitó^^^
ÁbVirtn'entb'def ííijfer|>0, íá có^ittóéíbn'; Ías'^ftiás Wtjiá y
sbtífelodo él hiimbi^dé!íhTto.'^é'érá'grúflidor, cbléribo é
IffiíaMe biéj deóidréron porla'brybnia: Le prescribí un gló-
bufó liae iblnó á las diez de la mañana.
'' Poco déspd^ él üíñb í»ai^éciÓ masa^tádb, sff cara se
l^bSd míató'"éiit;endida; lá' ífeépírácioti ¡úfliás títóbil. Al medio
íKáWíTbiéliasta iédos. Desde éhtoncás, él «ilivib fné'ftfüjr
Sérisffitfe, y maríAó siempre én aíraítHtb;'! Ws M t r b hiJÍó
tina a^yéibn natural, y por ía nbchérefi lugar del recar-
go, tuvo seis horas de un sueño apítcible en dos yeéé6['Pói'
14tóírñaná,á l^fbcy;' micVá "cámara; la téésiiáVé; fácil,
LA, HOMEOPATÍA. i49
rara y sin dolor; la regracio» Mlwe, el wfto pide de, co-
mer, su ¿arase pone ri'su^, y 1».recobrado sa alegría
n%|fli;aV, apírexia completa, orina nattirál. Lá ^usqnltacjan
nó swninistra sino un poco, de estertor mucogo en los d ^
coslados del pecho, que resuena bien por ,todíiRp?irles.t %ÍB
permití descaídos de parícop agua azucarada ppc B^|(ída\*
Al <lia siguiente, los síntomas morbosos, á escepcipa
deanapocja de 1(4Y de áe^ilidad, liabíah d ^ s ^ r e c | d o ^
ningún olrp msi^icamento, y sin mas que continuar el r^-r
gimen por espacio de ocho dias, recobró él infante unasa?
lud perfecta. .^ , ,;
Es difícil Tensarse á reconocer los efectos dé la mü-
cacionbom^páticaen esta curación, que, fué tan pronta
porqué el eiifermo «mtos de buena salud, tampoco estaba
debilitado pofémisúan^sáiíguíaeás^ ¿Se podrá'suppner
que cualquier otro tratamíenio, aun la espectacion' afasola-
ta, habría producido un resultado tan dichoso y sobre todo
tan rápido?
£1 caso siguiente, aun que no fué tan pronto, no fué
menos'felí?. .,,;;_;^,^,„.-,,,, ,....-.':_..,. .,',^ ^ ,• ' ,..•.•,'.
Septnáaob$erp<tctón. Üp^ íioml^e de edad de 27 s^os,
de una conslítucion linfática, "tenía h fos. ládi^ d§I cne^o
muchas cicatrices de abscesos escrofulosos, habiá leiikló
dos veces la sam*,, y estaba sujeto á frecuentes reumatií-
mosi,eo,eií»níoá lo dems^, gozaba hábitualmeiite de im
buenasalud. r , i,
El día 23 de enero de < 8 á i , fué acomeÜdo, después
de medió dia, de malestar y escalofrios, con un dolor en los
ríñones; por la noche, tuvo calor y dolor de cabeza, á es-
tos síntomas se agregaron, ^ 2 6 , l(» seca y dolor en 4
costado izquierdo del pecho. Ful llamado el 27 á medio día.
Ecsaroinando su estado, reconocí los síntomas siguientéSi
dolor en el cosladp ijtquíerdo del pecho, entre la sésta y
450 , ¿,4 IIOMEOPAtlA.
séíiinii cÓslifla, presión sbbi'e la pÜrVe anterior dfelpecfici,
¡•espiración corla j falígosa ; la Ipá y los raovimieníos a:u-
toéntateü él dolor del costado; angustias, los poco frecjitft-
íé y seca* algunas vece^ 'fs|>ulosferinegféeidósy diltciles
de'desprender; dflilor de catjezii,'presión en ta frente, em-
barazó en tóíía la cabeza, latidos en las sienes, algunas ve-
ces átñrdirtiienlp ál enderezarse en la CaiiiiV'eárá roja; ojos
•Vivos y brillaniés, lengua blanca, bo6a pastosa, caíbr eí
la garganta, serisacion de sequedad allragar, ningún ípe-
lilo, sed floco viva, constipación, sensactón de presión ^lo-
lorosa en el epigastrio, que es sensible al laclo; orina roja
y clliria, sensación de québrantanaiento genera!, isobre todo
en tos ríñones, dolares en las piernas, ecsácerbacíóii por lá
liocíie y por la noañana; pulso duro, Heno y frecueiiíe; piel
^ca J'quemaüle; insomnio, iiíquietud, íemor de la muer-
te; éí' costado d^recbo resuena bien en toda su estérisioií,
el izquierdo dá un sonido maté á su parlé tefe'ríór, bada la
sesla y sétima costillas; fuerte ruido de la respiración en el
Costado izquierdo^ algunas veces con un poco de estertor
sibilaate, estertor crepitante en una grande parle del colla-
do derecho; ausencia del ruido respii^torio e:n él éttió cor-
respondiente al dolor.
Lá liiflamaeion aguda de lá pletítíi y del ^uímijh í¿^tííer-
doseraevíderile, asi comota ifídicacion de la sangría gene-
ral; Éísperañdo, sin embargo, tín resultado naasseguro dé
la homeopatía prescribí dos glóbulos de acónito X, que Rie-
ron lomados al momento, á las seis de la noche, y r e t i -
dos aldia siguiente á las ocho de la imñana. Agua panada
por bebida.
La primera dosis no cambió el estado dd enfermo. Me-
dia hora"después de la segunda, tuvo utia ecsasperacion
sensible, dolor de cabeza mu'^ fuerte y ligero delirio; es-
putos con más sangre; opresión y ailgnstias mas fuertes.
LA HOMBOVATl*. 454
A las dos de la tarde elenfermo durmió una hora, y dispertó
sudando; iuonUnirando asi toda {a noche. Después de la ter>
cera dosis «sueño de «los horas; respiración mas libre; cara
men(a encendida; esputos mas fadtc^ y menoá ennegre-
cidos; piel menos caliente; pulso frecuente, menos duro y
lleno; sudor. Dejéobrar el medicamento, cuyo efecto no
me parecía agotado. Hacia Vas ocho de la noche, los sinto~
mas esperimentaroR una nueva recrudescencia • la agita-
ción se hiio mas fuerte; el dolor de costsrio, que liabiá dis-
minnido^ucho, se hizo mas vivo é impidió respirar; una
cámara diarreica liquida, precedida de cólicos ul rededor
del ombligo, con tenesmo y picazón en el ano; sudor gé-i
neral; sed.' Los sudores, la uaiuraíezá de las cámaras y lá
exa^peraeion de la noche me decidieron á dar el íuei'cttrto
soluble, del que hice tomar tres glébabs de la cnadríllo-
ñésrmadiludon, con dos granos de azúcái'tfélefehe.
La noche fué agitada; sueño desde lá ma de la madru-
gada bástalas seis de la mañana; sin cámaras, ni cólicos,
sudor menos tuerte. Los otros síntomas no han esperimen*
tado ningáneambíé; k lasuaevede aquella misma maña-
na, el alivio no continúa. Después del m^ki'dia elilófc^de
tostado aumenta; la tos eS inas fatigosa; al^uná^i^éí espu-
tos de sangre coagulada; opresión como por un peso «obre
el pedíO; fijos un poco amarillos; calor quemante; sed Vi-
va; orina d"*un rojo oscuro, rara; ninguna cámara; dolóf
violentó en los ríñones; ínqui^ud estrema; pulto frecuente
y serrátil.
La naturaleza de las tos y de los esputos, d estado de
las orinas, de las cámaras y del cálof, en fin el color de
los ojos me decidieron por la brytínia; que administra en
seguida, k la dosis de dos glóbulos de la treintena dilución;
La noche agitada sin sueño y con un poco de delirio}
una cámara por la mañana: menos sed yfiebre.Pero los sin-
45B iK BmmvAiiA.
loim» del pechí) no eainbiaban< km ser que la langre ptf'
ra no se; manifestaba ya en ios esputos', un poco deapelito^
EstosJigefo»ittdioios de íilirio me decMierM á esperar hasta
la noche. Pi^scribi-p^ Ja jnañ^a una ligera sémola en le-
che, y lecbe pura tlespoes dé: «e(^od«,
Uácia la aeche, nueva esacerbaeion;, noche sin sueño:*
sed ivifa, los síntomas de laafecciOA pulWsakBo se han
ajiviitdoi Viendo esta pertinacia dolos síntomas, erei deber
atribuirla al vicio psórico de i^ue el enfermo ofrecía SÍ^MS
incontestables. Lea4^Ú)istré,^pttes> a(}ttella nocbíe mií^ma,
según las ludjcaeie^sde Hartlaubi un solo giól^lodis la
tiotuiu espirituosa de i^afre no atenuada. D,urmió inucbs^
yeeescjn la nocbe por espacio de media hora», Pctría ina-?
líaqa se encontraba mucho mejor, y respiraba con: joias U-r
berta|4, «1 P^so sobqe el pecho había desaparecido; e| dplor
de costado mucho, menor, y. ooi se hada^enlk ,fiaip<6^erza
sioo durante la b^s:' los esputos eran nuno^jpscarcis y mas
fáciles; la fiebre b{^bia:^iuiMiuijM moc^o, apetito; dos so-
¡Bg,jpi|i azucarada.
, EL alivio se sostuvo el dos y tres de febrero; bo^it sae-
DO durante la noche.
El cuatio de febrero, el dolor de costado no ¡pe sentía
sino á las fuertes iaspii.-9cipQes$,.1^4c!5 ffkra; e l i ^ ^ n p ^ ha
doripido iodaia,n(M;beiS¡ent&reanimarsé; tiene apetito y
deseo dftjfsyanlarse; sopa dos veces; agua azucarada;.
Él cinco, ha estado dos horas levantados» « ^ e r i ^ B :
lar fatigas. El dolor del costado ha cesado enterameole.
F«iera de una pw^a de tos, i(ue se disipó en seis días; ei en-
fermo está completamente restablecido. , ,,-,,.
i^.este caso, el alivio franco y sQsi«qido que tuvo lu^
^rdespqesdel azufre, fué demasiado pronto y demasiado
pronunciado para que se pudiese atribuir razonablemente á
la sola es^eciaciop. .
LA mumtktík. 453

MEDICIMA PRACTICA.
La seBorita N. natural de un pueblo de la Alcarria, de
9 á i O años de edad, pelo castaño, cabeza muy volumiriosa,
tezfinay pálida, ojos grandes, rasgados,^ ganglios linfáticos
del cuello algo infartados, vientre abultado, poco desarro-
llada de cuerpo, apática, sin la viveza propia de la edad, -
que padeció en la primera infancia Una oftalmía rebelde y
al parecer pustulosa,y una erupción de naturaleza.... (psora).
En el mes de mayo prócsimo pasado, hallándose esta
señorita en Madrid fué invadida por una ligera &ucsion eii
ambos ojosj y en este estado, según relación de loS padres,
la condugeron á su pueblo en donde siguió con algo de
eretismo en dicbos órganos y aglutinacipu de los párpados
ni dispertarse por la mañana; limitándose los referidas pa.
dres,por algunos dias.á la aplicación de fomentos emolien-
tes , y aun creo que astringentes. Mas viendo que la enfer-
medad no cedia, llamaron alcirujano del pueblo, para que
viese á la referida niña y este la tiaió desde aqnel día con
los medios que creyó oportunos. No me es posible s^uir
la descripción de la dolencia en el curso sabiiguieote , en
razon á lo contradictorios y poco esaclos que fueres los'da-
tos que adquirir pude; limitándome por lo tanto á decir
que después de un tratamiento de unos cuatro meses, por
los medios ordinarios, en el que, entre otros agentes, entra-
ron las cantarillas, y aun creo se la habia propuesto un
sedal, trageron la niña á Madrid; y habiendo sido yo llama-
do para visitarla, la encontré en el estado siguiente: ligera
inyección ea la conjuntiva del ojo derecho, en el izquierdo,
que estaba tapado con una Venda, inyección mucho mas
considerable de dicha membratm y de la esclerótica, gran-
de fotofobia, pnpila contraída, lagrimeo, escozor, imposi-
bilidad absoluta de permanecer con el ojo destapado ni un
segundo, porque el lagrimeo y escozor, se aumentaban eoB>-
sid^mblemente', se inyectaba mudio mas el globo oeuiar,
y la mejilla se ponia rubicuada por el paso de las lágrimas:
38
454 LA HOMEOPATÍA.
los párpados de esle ojo estaban algo hinchados, y el án-
gulo esterno escoriado y lleno siempre de légañas. En la
parte metUa y algo esterna de la cornea había «na mancha
blanca (leucoma) casi del diámetro de media peseta, que
imposibililaba absolutamente la visión, lormanüo sobre la
siiperlicie de aquella membrana una pruniinencia bastante
notable; en cuyo centro y parte inferior se veta con toda
perfección una iilcera del diámetro de una pé<pieaa lenteja
que profundizaba bastante en el espesor del leucoma; y por
debajo del borde inferior de dicha úlcera habia otras dos
ó tres pequeñas manchiías de color blanquizco. Los vasillos
inyectados de la esclerótica y de la conjuirtiva parecía que
terminaban en «-I leucoma.
Diagnóstico: Atendidas las condiciones íodividuaJes, la
insidia del mal, á pesar de los infinitos medios empleados
para destruirlo por el que habia esuido encargado de la
enferma; teniendo en consideracioH también que aun cuan-
do no habia motivo ni el mas remoto para pensar ,«u un
-vicio de los trasmisibles en los padres de la nina, ia ma-
dre sin eml»argo es de un temperamento muy linl'álico, no
titubeé en reconocer en mi enferma una ol'lalniia escrofu-
losa, que habiendo producido pústulas en su primer pe-
riodo, estas ocasionaron la ulceración de la cornea, de
donde se siguió la formación del leucoma: eu cuyo supues-
to y según los síiilomas que la enfermedad presentaba á la
sazón, dispuse, para combatir uno y otro: Met:d alb. '/a,
sacharlact.gr. iij. miisc. S. A. Para una dosis. Gsie me-
dicamento lo to«nó á las siete de la mañana. Por la larde
la descubrí el ojo y observé que era menos impresionable
á la luz y al aire, y que la cornea estaba eu la pequeña
parte que no t'ubria el leucoma, mas trasparente; y para
él siguienle dia dispuse: Be|lad. '/u» Ág. distill. ires
onzas misce. S. A. l'jra tomar media cucharada tres veces
»i dia. Dos dias hizo uso de esle medicamenio, en los cua-
les desapareció del todo la fotofobia, disminuyó mucho la
inyección sanguínea y la secreción de las légañas, se dila-
tó la pupila hasta el grado natural; el lencoma estaba bas-
tante ledttcido, menos elevado, tenia menos espesor y den-
sidad, y la úlcera apenas se distinguía; y observando que
ik HOMeopATi,\. 455
ni la liiz ni el airo escituban desagradablemente el ojo,
di$;e lo dejaran destapado, ([uilando de él un ligero velo
que dispuse el primer dia cu suslitucion de la venda, y que
caia desde la frente. Ai siguiente dia salió la niña á la
calle, no liubiendo dejado de hacerlo ni uno soto, hasta su
regreso al pueblo, á pesar de lo frió y lluvioso del tiempo.
Logrando ya que la enferma pudiera tener el ojo d e s -
tapado, y que saliera á la calle sin que se la irritara, fal-
taba, para obtener un completo triunfo, que la úlcera se
acabase de ciuairixar y desapareciese el leucoma en tota-
lidad.
Ksiando sostenida esta dolencia, según yo creo , por el
estado general en que la niña se hallaba constituida , cuan-
do no debiese aquella su desarrollo á este mismo estado»
me hallaba ya en el caso de recurrir á aquellos medica-
mentos capaces de nioditicar dicho estado; y siendo bella-
dona uno de los mas enérgicos en tales casos, aun siguió
la enferma usáa<lola dos dias mas. Calcárea carbónica,
hepar sidphúrico y silícea fueron los que usé después, por el
orden que quedan referidos; y el dia 2-4 de octubre no
quedaba vestigio algimo de inyección ni de los otros s í n -
tomas de.irritación del ojo. La úlcera y las pequeñas man-
cbiíasdiBlfk. cornea hablan desaparecido, y el leucoma es-
taba reducido á Jina manchiía blanquizca sumamente pe-
queña y tenue sitnada al |ad<^ esierno é inferior del egede
la pupila. Acid. nitric. creí era el medicameniu indicado en
este caso, y dos glóbulos de este bastaron para poner i
la niña en disposición de volver á su casa {{) llevando
únicamente una muy ligera señal del padecimiento en el
puai^4e la cornea úllimamenie relerido. Era esta señalita
una cosa como la sombra que podia producir unst yedi-
gita de algodón, al través de la cual se dejaba ver la trans-
parencia de la cornea; estando esta membrana en todo lo
demás de su estension tan diáfana y limpia como su con-
génere.

(1) ta precisión que la familU de la enierma tenia dees^renta


puebto para un 4ÍA aetecnM>«4o9 roe obligo á seguir no tratamiento
violento, tOTiir» Jas reglas del autor de U Uomeopatía, y coBíff lo
que hubiera ;o hecho siu esta vircuutaacia. >
456 u HOMEOPATÍA.
Como lo que habia qne combatir en esta enferma no
estaba reducido, sogun queda indicado, á la nfecciott local
y si á un vicio constitucional, á una diátesis (1) ó bien i una
psora , me pareció oportuno el que por nl^nn tiempo, y á
largos intervalos^ continnase la niña con el uso de hepar
y calcárea alternados. Asi lo encargué á los padres, á auie-
iies di por escrito el plan y método coii qne debia» hacer
uso de dichos medicamentos; habiendo marchado dichoaí
seSores llevando consigo á su hija, después de .tin trata-
miento de veinte y ocho ó treinta dias, con vista perfecta;
de lo que babiau desesperado ya.
REFLECSIONES.
Varias son las que sugiere el conocimiento del suceso
que dejo historiado, mas á mi propósito solo cumple, para
evidenciar mas y mas la incontestable verdad de la ho-
meopatía, atenerme á las siguientes.
En alopatía ¿hay pi'cceptos lijos ó algún medio terapéu-
tico que haya sido adoptado por cierto némero de profe-
sores, y que sus resultados hayan sido coronados de a s é c *
sito tan completamente feliz? Bien podieradar WÉÍ iosig-
íiiflcante voto, por haber tratado varios enfermos en caso»
masó menos análogos, pero creo que la mejor contesta-
ción que pueda darse á esta pregunta, es la esposicion de
uud pequeña parle de las diversas doctiíiiqs y fórmiila»
que se han preconizado por otros tantos prácticos, de ctiyo
anáfisis resultará que la prueba de su poca eljcacia y vjr-
tttd, está en la diversidad misma.
Para hacer dicha manifestación prescindire déte enu-
meración de los medios con que en la generalidad de ca-
sos se trata por el método ordinsirio las pftalmias agndaa
ó crónicas, con ó sin complicación, y me concretaré IÍHÍ-
liamenie á ios aconsejados por algunos pi-áetrcos r«C0Ri«n-
<fables para tratar las oftalmías escrofulosas, el leifComa y
oitas manetas y lesiones de la cornea.
(1) Siendo mi ánimo el de que todos me entiendan, y noel de
lucir conocimientos bomeopátieos de un modo {tedantescp, por etn,
*qui cpíBn ín oirás partes, me vatgo de voces y aenkretf qn< no
«oti de n escaela bomeopática; no obstante bailaraie contorne coa
hts doctrinas de Babnemann, también , respecto i lai caaaas, liiito-
mas y esencia de las enfermedades.
U lOSCOTAtlA. 457
Según Scárpa la nlAe de |a corsea , el albugo y d leu»
coma son afecciones distintas, coiisisiieBdo la difereacia «R
estos tres estados patológicos en la causa que los produce,
el modo de formarse ó desarrolhirse y en los caracteres
qae presentan: naciendo de aqui algana diferencia también
en ios fiedlos acottsejados por dicho autor para la curao
eren. En homeopatía son de menos importancia aquetlai
distinciones de nube, atbngn y leucoma, y lomas esen-
cial es el conocifRtento de las cansas que ocasionai^n ei
mal, y el de las qne lo sostienen. Adquirido este conoci-*
mieNto y apreciados cua esaclitud los síntomas que se re-
fieren ai órgano enfermo, y los simpáticos si ios hubiere, el
tratamiento difiere poco en los tres casos: estando su « a -
}'or diferencia en hacer aso por mas ó menos tiempo , y
repetir la dosis det medicamento indicado con mas ó meiioa
frecuencia según el grado de escitacíon del órgano afecto
y la antigüedad y consistencia de las manchas.
Los medios aconsejada por Soarpa para el Iratamienr
to de estas afecciones sega» yo creo, son con loS qne eu alo<
patia suelen obtenerse algunos resultados favorables. Por es-
pacio do algunra aios he seguido los coasejos de este iias-
tre práetico, y tos de el dignisimq doctor Gimbernat, ea
casos de eista natwaJeaa, y no estoy an^petUMlo. Cs<to no
obstante, creo mi tienea comparacto» la sección de los vasos
de la conjuntiva, el u«ó dé tópicos e^roborautea, asirui-'
gentes y eslintaiautes, ya en forma de cocimientos, eolirios,
pomadas ó polvos, aceites etc. y las cauterizaciones con la
piedra infernal, cuyos agentes forman la parte principal d«
h terapéutica de dichos médicos, coa el uso de algunos
glóbnlos homeopáticos, que producen s«a saludables eCecloi
sin ocasionar la menor moJe&tia. Mr. Diipiiytren se servia
en estos casos de la Instilación e» el ojo de algunas golas de
láttdauo de Sidenham, y de la iosuflacioa de un polvo im"
palpable compuesto de tucia ^ calomelanos preparados al
vapor y azocar, asegurando que, después de un tratamieu-
to de treinta y tantos (&is, lo^tó ea varias oca^iosea SIIO«H
MFS, aniicpte Bo tan «oaipleAos como el de mi «nfermai Mr.
Ghauffiírt y varios otrotpreoonizan también el láudano eu
los-mismos, casos r y en los de ortaluúaaeaeirofulosaa. Garrón
458 LA HOMEOPATÍA.
de ViHards clojió, mucho después, et aceite de hígado de
bacalao en la curación del albugo; y poi' mi parle puedo
asop[urar que cuando se traía de un sugelo cscroruloso, este
es el mejor remedio que se conoce en alopatía , adminis-
trándolfi al interior, al paso quo se aplica á la parte afec-
ta con nii pincolito, según el precepto del referido práctico.
F. Koy propone el «so de varios agentes escitantes , ya en
forma pnlTemlenl:), yaen pomad.is. Mr. Staber preconizó
después de todos los prácticos citados, un tratamiento tan
complicado y costero, que para seguirlo seria preciso la
reunión de circunstancias que pocas veces se encuentra en
«n enfermo. I>ice que en las oftalmías escrofulosas se obre
á im tiempo con medios generales y tópicos, y propone pa-
ra uno y otro lili, uasin número de medios, contradictorios
en su mayor parte, según el racionalismo alopático. Ba-
ños generales aromáticos, uso de buenos alimenlos, aire li-
bre, insolación y otros medios higiénicos escilantus de la^
vitalidad. El iodo, IQS antimoniales, mercuriales,«^1 aceite
de hígado de bacalao, ios purgnales; lodos los anliflogiésti-
cos y revulsivos; sedales, vegigatorios, «lu^láo» eip. etc.
losi|»réólreo^-y ewconclusiou, toda «n» fármaco pea; puea
»AQ pora tóeMinMraéion de sus varias fórmulas se nece-
sft.T«n pliego de papel: concluyendo, después de la espo-
sicion de tan confusa terapéutica, diciendo; «Estos me-
dios empleados en unos cien individuos, ban, casi eonslau'-
t»inent», producido la curación ; é cuando menos, una
ni^oria tal que dejaba trittluoíraquelk.de «o ¡modo cowt-
pietO' » - - • ,.• I . . . • • , ' • ^
' TaHioKson los métodos diversos que podría citar, como
á prácticos escritores. ¿Pero par* patentizar la aiwguna so-
lidez deluaiopatía««nel tratamiento de esta como de otras
dolencias, no sobra ya la variación de tonos por donde can-
ta^cadauno de los prácticos referidos? ¿Si en el-métoilo pro-
pne^o por el primero hubieran hallado los demás, en' la
geoer»lfdad d e c a s o s , lo que probablementp;buscaran mus
de lina 1W8¿ hubieran «ibandonado dicho método , por otro
tan incierto como aquel? ¿Y si los medios aconsejados por
(4 segundo y los otros tuvieran así mismo el poder sufisieJi-
te para lograr eHriuafo, hubieran dado lugar á el últiuio
LA HOMEOPATÍA. t^
á hacer una miscelánea, qne es algo dudoso la compraii-
diese el mismo?
Estas consideraciones, y muchas mas qne pudiera ma-
nifestar, me conducen á probar con ios hechos irrecusables
la escelencia de la homeopatía sobre la alopatía. Tal vez se
me objete que un caso aislado no es suficiente, ni con ma-
cho, á probarla eficacia y especilicidad de un remedio. Na
es un solo caso el que tengo recogido de esta especie; algM»
nos otros , que tal vez vean la luz otro dia, podría citar.
Pero aun cuando fuese aislado, único, podría escribir coa
la misma seguridad; porque en la homeopatía, dado «n
afecto patológico que se cura una vez con el medica-
mento A ó B , en igualdad de circunstancias (I) se «ur^
con el mismo medicamento tantas veces como se presente,
esto aun prescindiendo, que no debe prescindírse de la &•-
gecion &Í9S preceptos del principio similia similibus.
Madrid 14 de diciembre-de 1846.—Bobustiaoo ú» Tor-
res Villanueva.

Señores redactores de la Homeopatía: niuy señores


míos, ya que no he tenido el gusto de encontrarme en la
lista qne VV. han dado de los médicos homeopáticos, de-
seoso de m-.irtifcstar nns creencias, les remito la siguiente
observación, para ¡qaé si tin merece se loscriba en su perió'
dico. ^
Doña Dominica de Solo, natural de Redecilla del Cam-
po, provincia de Burgos, de 30 años, de lemperamcnta
sanguíneo, hija y heimana de sujetos muy robustos, y que
no habia padecido otras enfermedades que las propias d«
la infancia, sintió el 14 de enero de 1842, sin otra causa
que haberse es])uesto como tenia de costumbl'e á !o« inten-
sos fríos de la estación, ligeros calofríos, propensión H yo-
(t) No debe entenderse por Igualdad de circunstancias una iden-
tidad absoluta : conque las condiciones de temperamento etc. etc.
del individuo sean semejantes •j los prtMi[(ale8 síntomas ÁB la do-
lencia difieran poco, en un CMO de _otr« caso, hasta. Porque si f^erjt
condición tine qua non la esacta identidad, no podia bsber siste-
ina homcopáticn, como no ha; tampoco dos enfermos cu;ro8 aMba-
tas en el referido temperamento, idiosincrasia etc> sean mas que aU
go parecidos; ni se observan jamás dos dolencias, cuja invasión, cur-
so y modo de terminar, tenga semejante identidad.
*60 LA HOMEOPATÍA.
Htilar y mucha incoraodidiul, que progi'esaudo, se enrbn-
trabael 4 8 por la iiocUe cuando la visilé en el íríUido si-
guiente: dolor de cabeza, que dech sentir de mil rnaMnis,
de tal modo fuerie que en momentos fa prítabo del conocí-
míenlo, ojos, cqas y dedas faccMmM espresaJban grandes
sBfiimienlos, mejillas encradidas, inapeteDcia, mal gusto,
boca inuy seca, lengua puntiaguda; rubicanda en sus bor-
dea y vértice, siendo en el resto su jcolor rojo osetiro, cu-
yos movtmienlos eran muy Ionios y dolorosos, diRcuJiaado
h locución que apenas se emeaAiá, sed inteBsa, pero mi-
raba con horror las bebidas, que iragaÍM con mucha difí-
cwlliid, y que decia no la mojaban la boca, inflamacioa de
las amígdalas, sintiendo en ellas aumeatado el doJiir ul
tiempo tie inspiíar, incomodidad en la región precowlial,
Haóseas repetitias, vómitos biliosos y en corta oiitidad, es-
irenimienlo, orinas raras y de cobr oscuro, eprcsioíi de
pecho» diOcullad e» respirar, tos, que se preseeltkbft por
ataques cortos pero frecnenles, casi siempre seca, y cua»t
do especloraba los esputos eran mucosos con estrias saa-
guinoíenlas, ligero dolor obtuso en el costado derecho del
pecho, que se auroenlaba ai mspirar, toser y con los moví*
míenlos, <|He eran /recuentes porque en la región tumW
sentia dolores que no la permitían conservar largo rato una
postura, mucho caioi-general, pulso frecuente é intermi-
tente, en vista de lo que dispuse beWad. 30 3/100 aq. pnr,
«ocias duas. de que tomó una cucharada » las tres de la
mañana, debiendo repetirla de dos en dos horas hasta que
conociese alivio, pero job sorpresa! llegaron las cinco y
(en este tiempo dige qae fa dejasen ) cuando vim hermana
quería darla olra cucharada oyóla decir en tono naturat: «no
la necesito, mis mates desaparecieron ya, quiero lomar
chocolate:, diéronme parle, tomó un ligero caldo, y «I 21
del misnae mes salió de la cama, qae no ha vuelta á usar
mas que del modo orJinario.
^ Alópatas, repasad vuestras doctrÍMis, ia««nteKl si que-
réis fiogMcos y Sfiliflogísiícos, y si encontráis nn trata-"
inientp mas eficaz para do casó semejante, avisadlo coaitío
antes á vue^ro aCeeiísimo comprofesor y amigo Q. V. M. B.
•—Emeierio de Solo.

Das könnte Ihnen auch gefallen