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Id Cendoj: 33044370012010100300
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Oviedo
Sección: 1
Nº de Recurso: 135/2010
Nº de Resolución: 322/2010
Procedimiento: CIVIL
Ponente: AGUSTIN AZPARREN LUCAS
Tipo de Resolución: Sentencia

Resumen:
MATERIAS NO ESPECIFICADAS

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 1

OVIEDO

SENTENCIA: 00322/2010

SENTENCIA Nº 322/10

ROLLO: RECURSO DE APELACION (LECN) 0000135 /2010

Ilmos. Sres.

PRESIDENTE

D. Agustín Azparren Lucas

MAGISTRADOS

D. Guillermo Sacristán Represa

D. Javier Antón Guijarro

En Oviedo a, treinta de septiembre de dos mil diez.

VISTOS en grado de apelación por esta Sección 001 de la Audiencia Provincial de OVIEDO, los
presentes autos de PROCEDIMIENTO ORDINARIO 210/2008, procedentes del JDO. DE LO MERCANTIL
N. 2 de OVIEDO, Rollo 135/2010, entre partes, como Apelantes D. Melchor , representado por la
Procuradora de los Tribunales Dª. LUZ GARCIA GARCIA, y bajo la dirección letrada de D. JAVIER GARCIA
MENENDEZ; y GARCIA BELILLO S.L. representada por la Procuradora de los Tribunales Dª. MARTA
ALPERI PRIETO, y bajo la dirección letrada de, MANUEL RUIBALDEFLORES ALVAREZ.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- Se aceptan los antecedentes de hecho de la Sentencia apelada.

SEGUNDO.- El Juzgado de lo Mercantil núm. 2 de Oviedo dictó Sentencia en los autos referidos
con fecha 23 de noviembre de 2.009 cuyo fallo es del tenor literal siguiente: "Que estimando en parte la
demanda interpuesta por García Belillo, S.L., frente a Melchor , debo declarar y declaro que el demandado,
en su condición de administrador única de García Belillo, S.L., ha actuado de forma desleal causando un
perjuicio patrimonial para la citada empresa que se cuantifica en la cantidad de 501.790 euros, y se le
condena al abono a la demandante de la citada cantidad, más los intereses legales desde la fecha de ésta
resolución. Y todo ello, sin hacer pronunciamiento expreso en cuanto a las costas causadas en esta
instancia.".

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TERCERO.- Notificada la anterior Sentencia a las partes, se interpusieron recursos de apelación por
las partes demandante y demandada, que fueron admitidos en ambos efectos, previos los traslados
ordenados, remitiéndose los autos a esta Audiencia Provincial con las alegaciones escritas de las partes, no
habiendo estimado necesario la celebración de vista.

CUARTO.- Se señaló para deliberación, votación y fallo el día 20 de julio de 2.010, quedando los
autos para sentencia.

VISTOS, siendo Ponente el Ilmo. Don Agustín Azparren Lucas.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- Por ambas partes se presenta recurso de apelación contra la sentencia del Juez de lo
Mercantil, mostrando la parte demandante su conformidad con la declaración de actuación desleal del
demandado como administrador único de la Sociedad, aunque discrepando en cuanto a la disposición por
aquel de determinadas cantidades que el Juzgador entiende justificadas y que para dicha parte no lo son. El
Administrador demandado empieza por negar que la actuación sea desleal al fundar su recurso en la
existencia de un consentimiento tácito del resto de socios para la disposición de las sumas que se dicen
apropiadas en su beneficio, al tratarse de una sociedad familiar constituida originariamente por la madre y
sus dos hijos.

La sentencia del Juez de lo Mercantil considera que el demandado como Administrador único de
García Belillo S.L. "ha actuado de forma desleal causando un perjuicio patrimonial para la citada sociedad
que se cuantifica en la cantidad de 501.700 euros" condenándole al abono de dicha cantidad a la sociedad,
más los interese legales.

La cantidad de 501.700 euros se corresponde, según el Juez, con diversas partidas de las que se
apropió en beneficio propio, o dispuso para fines no justificados, el Administrador y que se desglosan en las
siguientes: 212.999,68 suma percibida de ESDEHOR S.L.; 6.379,45 sobrante de la cantidad retirada para
pago a ALASTUR S.L.; 60.679,52 en concepto de arrendamientos percibidos por el demandado y no
entregados a la sociedad; 152.029,93 gastos de mobiliario, consumos y servicios para las viviendas de
Ribadeo y Oviedo; y finalmente 69.611,43 importes de los vehículos entregados por el demandado a dos
profesionales.

Otras cantidades que el Juez consideró justificadas y de las que se discrepa en el recurso de la
sociedad actora son: 492.923,11 euros que la sentencia considera percibidas por el demandado en
concepto de retribución; 46.000 euros por uso de tarjetas de crédito titularidad de la sociedad; y 111.845,74
euros por la adquisición de dos vehículos a nombre de la sociedad.

Deben examinarse en esta alzada por tanto todas las partidas que han sido enumeradas y dado que
el demandado parte de que las sumas dispuestas están justificadas y en consecuencia no hay actuación
desleal, que es la base de la condena que hace la sentencia de instancia, procede iniciar dicho examen por
las cantidades incluidas en la sentencia y sobre las que discrepa el demandado.

Si bien, antes de entrar en el examen de las concretas partidas que se discuten hay que hacer
constar las dificultades que surgen en el presente litigio para valorar la prueba, pues aparte de los
problemas técnicos de sonido de la grabación del juicio que han dificultado el examen de la misma, no hay
que olvidar que la cuestión litigiosa está relacionada con la constitución de una sociedad limitada de origen
familiar formada por una madre y sus dos hijos en la que el hijo varón se hizo cargo de la Administración y
del desarrollo de su principal objeto social consistente en la promoción de un edificio para la posterior venta
de viviendas, siendo llevada dicha administración, como se deduce del conjunto de la prueba practicada,
con una gran dedicación al objeto social pero de una forma personal sin apenas comunicación ni
información al resto de los socios, madre y hermana, sin proceder a la convocatoria de juntas generales de
socios, ni a la llevanza de libros sociales y con una serie de irregularidades que quedan patentizadas en la
prueba y que serán objeto de los siguientes fundamentos, que desembocaron en el cese del cargo como
administrador y el nombramiento de nueva administradora en la persona de la sobrina del anterior, aparte
de otras consecuencias de índole familiar ajenas a este proceso, como el cambio de testamento de la
madre.

SEGUNDO.- En cuanto a la suma de 212.999,66 euros suma percibida de ESDEHOR S.L. no se


discute que dicha cantidad haya sido percibida por el Administrador demandado sino si dicha cantidad
quedó en su poder o la distribuyó entre el resto de la familia, pues según la contestación a la demanda las

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cantidades reintegradas en efectivo por ESDEHOR S.L. fueron repartidas entre los socios en proporción a
sus respectivas participaciones sociales.

A la vista de la prueba testifical de los Sres. Doroteo y Enrique , ambos pertenecientes a la empresa
ESDEHOR S.L., resulta que el primero, tras reconocer que el contrato con García Belillo fue "un poco
atípico" (min. 7.33 video 5), afirma en relación al grado de conocimiento que podían tener Dª. Covadonga y
su madre sobre las operaciones de exceso de facturación y otros detalles de su relación con la empresa,
que a Dª. Covadonga la conoció en 2008 y que cuando se reunió con esta y su madre se da cuenta "que
ellas no saben nada" (min. 6,30 video 5). En relación a las operaciones efectuadas con D. Melchor , afirma
que éste le preguntó "si había posibilidad de facturar más de la obra realizada" (min. 37.36 video 5),
llegando finalmente a un acuerdo con el demandado que explica de la forma siguiente: "a través de otras
contrataciones, de otros proveedores, que ellos contrataban directamente, me dijo que si me importaba que
esos proveedores me iban a facturar algo más de lo que realmente habíamos contratado con ellos y que
eso mismo que facturasen de más se lo facturase a él". Por último y en relación a las entregas concretas de
dinero de esos excesos de facturación, aclaró que las hacía personalmente Don. Enrique , quien llamado
como testigo, manifestó que las entregas las hizo "en las oficinas de García-Belillo a Melchor " (min. 2.35
video 6), sin que hubiera nadie presente y sin que recordara haber visto por allí a Dª. Covadonga (min. 3.55
video 6).

A la vista de dicha prueba, no existe constancia alguna de que las cantidades irregularmente
percibidas por el demandado hayan sido repartidas entre los socios, por lo que la versión de la parte
demandada carece de cualquier sustento y por tanto debe estimarse acertada la valoración que hace el
Juez de lo Mercantil en cuanto a las cantidades percibidas por D. Melchor de ESDEHOR S.L.

TERCERO.- Reconoce el demandado que no devolvió la suma de 6.379,45 euros (folios 208 a 213)
sobrante de la cantidad retirada para pago a ALASTUR S.L. y se aquieta con su pago, modificando su
postura en el juicio ya que en la contestación a la demanda sostenía que los pagos a ALASTUR S.L.
coincidían sustancialmente con los 50.000 euros retirados por caja.

A pesar de tal reconocimiento de la deuda, en el recurso manifiesta que no debe calificarse su


actuación de desleal sino de mero retraso en el pago ya que había retenido dicha cantidad para pago de
unos suministros de última hora que habían quedado pendientes de facturación.

No se sostiene en ningún caso la versión del demandado pues, ni esos supuestos suministros de
última hora llegaron nunca a facturarse, ni es creíble que retuviera esa cantidad en su poder sin reintegrarla
a la sociedad para pagar dichos suministros y que además no lo haya hecho desde el año 2006.

CUARTO.- En cuanto a las rentas percibidas y no reintegradas a la sociedad por importe de


60.679,52 euros, también reconoce el demandado que es cierto, si bien lo justifica con argumentos similares
a los utilizados en relación a las cantidades percibidas de ESDEHOR S.L., al sostener que tales cantidades
eran repartidas entre la familia, insistiendo en que existe una realidad innegable y es que toda la familia
vivía de la sociedad sin repartir beneficios oficialmente.

Tampoco resulta acreditado que las cantidades entregadas por las rentas fueran repartidas entre toda
la familia, pues con independencia de la retribución que percibía de la sociedad Dª. Covadonga como
auxiliar administrativo, no existe constancia alguna de que existiese percepción de otras cantidades
provenientes de la sociedad, tanto por parte de ella como por su madre, así resulta no solo del propio
testimonio de Dª. Celsa , hermana de D. Melchor , que afirmó con rotundidad a preguntas del Juzgador que
la sociedad no pagaba los gastos de la familia, que ella tenía su pensión y que nunca le pagó la sociedad
(min. 1.00.10 video 2), como del interrogatorio de Dª. Covadonga que niega que vivieran de la sociedad,
salvo su retribución (min. 3.29 video 2), e incluso del testigo D. Leopoldo , tachado por la parte actora por su
evidente interés dada su relación con el demandado, al haber sido el asesor contable y financiero de la
sociedad durante la administración de D. Melchor , que reconoce a preguntas del Juez, que la madre de Dª
Covadonga no cobraba nada de la sociedad (min. 17.49 video 3).

QUINTO.- Las siguientes cuestiones objeto de discusión obedecen a criterios distintos, pues así como
hasta ahora se trataba de cantidades percibidas personalmente por D. Melchor que, según ha quedado
acreditado, se apropió de ellas sin repartirlas entre el resto de socios familiares, lo que se discute a partir de
este momento son cantidades que se refieren a determinados gastos de amueblamiento y consumo en
viviendas, retribuciones percibidas por el demandado, gastos de tarjeta, o vehículos de uso del
administrador o entregados a terceros, que fueron pagados por la sociedad.

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La postura de la parte demandada difiere en lo que debe examinarse a continuación con lo que hasta
ahora se ha resuelto, pues en los anteriores apartados, tras reconocer haber percibido las mencionadas
cantidades, sostenía que las mismas eran repartidas entre la familia, lo que se puede resumir en la frase: "la
familia vivía de la sociedad", mientras que en las siguientes partidas lo que se defiende es que existía un
consentimiento tácito, o incluso expreso en algunos casos, por parte del resto de socios, que justificaría los
gastos señalados, lo que debe llevar a examinar la prueba desde esta otra perspectiva.

SEXTO.- Es evidente que el cargo de administrador era gratuito no solo porque así lo establecían los
estatutos sino porque de acuerdo con el artículo 66 de la Ley 2/1995, de 23 de marzo, de las Sociedades de
Responsabilidad Limitada , en relación con el artículo 130 del Texto Refundido de la Ley de Sociedades
Anónimas , aprobado por Real Decreto Legislativo 1564/1989, de 22 de diciembre (actualmente derogados
por el Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio , por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de
Sociedades de Capital), el cargo de administrador es gratuito, a menos que los estatutos establezcan lo
contrario, determinando el sistema de retribución. Sin embargo, de la prueba practicada resulta que el resto
de los socios conocían que D. Melchor percibía una retribución, en contra de la previsión estatutaria y lo
toleraron durante bastantes años quizás por la dedicación prácticamente exclusiva que tenía a la sociedad y
a la obra que constituía su principal objeto social, como reconocieron todos los testigos y porque Dª. Celsa
al ser preguntada por el Juez sobre si sabía que su hermano manejaba dinero, había regalado dos coches y
utilizaba la tarjeta, manifestó que si lo sabía (min. 55.23 video 2), afirmando a preguntas del letrado del
demandado que "no se estuvo nunca de acuerdo con la cantidad de sueldo que se le estaba pagando a él"
(min. 1.02.53 video 2), lo que implica que si se estaba de acuerdo en que cobrara, pero se discrepaba en la
cantidad, mientras que Dª. Covadonga también a preguntas del Juez, manifestó que ella no estaba de
acuerdo con cobrar (min. 12.43 video 2 ) ni que cobrara Melchor , a pesar de lo cual ella cobró desde
noviembre de 2001 hasta finales de 2007, llegando a percibir en el último año un salario líquido mensual de
unos 2.400 euros como auxiliar administrativo (folios 790 a 794).

Sin necesidad de entrar en las cuestiones planteadas sobre la prohibición de auto contratación y el
carácter de percepciones salariales como las califica el Juez, a pesar de la sentencia del Juzgado de lo
Social, debe centrarse la cuestión en el hecho de la existencia de consentimiento tácito o tolerancia del
resto de los socios a la percepción de retribuciones por parte del demandado y en este sentido, la STS 29
mayo 2008 examina un supuesto de una sociedad limitada en la que uno de los dos socios demandaba al
otro, administrador único, negando que tuviera derecho a la retribución contractual que durante años, había
percibido y, mediante el ejercicio de la acción social de responsabilidad, de los artículos 69 de la Ley
2/1.995 y 134 del Texto refundido de la Ley de Sociedades de Anónimas, pretendía que fuera condenado a
indemnizar a la sociedad por el daño causado en medida igual al sueldo recibido. En dicha sentencia dice el
Tribunal Supremo que el demandante, conocedor de que el administrador social percibía un sueldo como
gerente, respondió ante esa evidencia con un comportamiento tolerante, no en una ocasión, sino durante
varios ejercicios, añadiendo esta resolución que "la mencionada conducta merece ser calificada como apta
para generar fundadamente en el otro socio la confianza en una coherencia futura sobre tal cuestión y, por
ello, en que podía seguir percibiendo la remuneración por haber sido admitida por quien era titular de la otra
mitad de las participaciones sociales", para concluir que "aunque en la demanda sólo se reclaman las
cantidades percibidas por el demandado, como sueldo, en los ejercicios siguientes, el comportamiento
descrito, en cuanto significativo, prolongado y contradictorio con la pretensión deducida en la demanda,
convierte a ésta en inadmisible, en aplicación del principio general de buena fe, en el sentido de modelo de
conducta, que actúa en su función de límite del ejercicio de los derechos subjetivos - "adversus factum
suum quis venire non potest"-, como la jurisprudencia ha reiterado - sentencias de 1 y 20 de diciembre de
2.006 y 17 de julio de 2.007 , entre otras".

Conforme a dicha jurisprudencia no procede el reintegro de las cantidades percibidas por el


demandado en concepto de retribución, por lo que, de acuerdo con la fundamentación aquí expuesta,
procede también mantener en este extremo la resolución apelada.

SÉPTIMO.- En cuanto al uso de las tarjetas de crédito contratadas por la sociedad por parte del
Administrador, debe correr la misma suerte que en el caso de las retribuciones, tales gastos eran conocidos
desde el primer momento por Dª. Covadonga ya que tenían que figurar en los extractos bancarios y por otra
parte quedó acreditado en juicio la dedicación casi exclusiva de D. Melchor a la promoción que constituía el
objeto social y los viajes que realizó a sitios muy distintos de la geografía nacional para búsqueda de
material para la obra de Matemático Pedrayes; así quedó acreditado, entre otras declaraciones, en la del Sr.
Basilio , no tachado por la parte contraria, tanto en lo referente a la dedicación a la obra como a los variados
viajes que efectuó para elección de materiales (min. 27.50 video 3). El hecho de que los gastos pudieran
estar justificados en parte y en parte se dedicaran a atenciones personales, es una cuestión de muy difícil
determinación y por tanto hay que entender que tales gastos, conforme a lo dicho en el anterior fundamento

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y atendiendo a su carácter de permanencia en el tiempo, fueron tolerados por el resto de los socios y
tampoco pueden ser objeto de reintegro.

OCTAVO.- En relación a los gastos de amueblamiento y consumos del piso de Ribadeo y


amueblamiento y servicios del piso de Oviedo que ocupaba el demandado, justifica éste los gastos de
mobiliario del primero de ellos, que utilizaba como segunda residencia, basándose en los términos de la
sentencia de la Audiencia provincial de Lugo que ratificó el desahucio por precario del demandado, al
entender la utilización del inmueble como una situación tolerada por los socios debido a la armonía que
existía en aquel momento, afirmando que el mobiliario quedó integrado en el piso y allí permaneció cuando
lo desalojaron el demandado y su esposa y que los consumos eran pagados por cuenta de la sociedad,
hecho conocido por el resto de los socios, ya que era D.ª María Covadonga, su sobrina, la que supervisaba
toda la documentación contable y bancaria, por lo que la compra del piso y mobiliario así como el pago de
los consumos fueron hechos conocidos y admitidos por los demás.

No le falta razón al demandado apelante en la argumentación relativa a este apartado, y así la


sentencia del juicio de desahucio por precario de la Audiencia de Lugo, refleja una realidad que también
resulta de la prueba practicada en este juicio, pudiendo deducirse que la familia conocía y toleraba el uso de
la vivienda de Ribadeo pues Dª. Covadonga, cuyo conocimiento de la marcha de la sociedad lo compartía
con su madre y abuela (min. 13.58 video 2), habría de tener constancia de los gastos correspondientes a los
consumos de la vivienda de Ribadeo cargados a la cuenta de la sociedad, ya que como reconoció en juicio
"conocía las facturas y los extractos bancarios" (min. 4.16 video 2).

La situación es distinta respecto al piso de Oviedo, pues una cosa es que hubiera un pacto, que
reconocen tanto Dª. Covadonga y Dª. Celsa , e incluso confirman algunos de los testigos, por el que cada
uno de los hermanos se quedaba con un piso en el edificio de Matemático Pedrayes, que fue proyectado a
gusto de cada uno, y otra cosa es el hecho de que se hayan cargado a la cuenta de la sociedad diversos
gastos de consumos y el importe de todo el mobiliario del piso correspondiente a D. Melchor , por un
importe total de 146.091,44 euros (folios 439 a 453), pues a diferencia de la vivienda de Ribadeo no existe
prueba alguna de que tales gastos fueran consentidos, sin que el demandado haya conseguido probar su
tesis, bastante poco creíble dado el funcionamiento de la sociedad, de que el importe del mobiliario era para
compensar los cincuenta metros cuadrados de más que tenía la vivienda de su hermana, diferencia de
superficie que fue explicada por Dª. Covadonga, quien tras negar la existencia de tal supuesto pacto,
manifestó que la mayor superficie era porque iba a vivir su abuela con ellas (min. 22.55 video 2), y por
último, tales gastos lo fueron en el año 2007 el mismo en el que se produjo la ruptura de relaciones y el
cambio de administrador, por lo que en este caso falta también la nota de permanencia en el tiempo para
justificar que se trataba de actuaciones toleradas.

Procede también acordar por tanto que se reintegre a la sociedad la suma de 146.091,44 euros.

NOVENO.- En cuanto a los cuatro vehículos que son objeto de discusión, el Juez distingue los que
usaba el Administrador, empleados sucesivamente, el primero comprado por la sociedad en el año 2002 y el
segundo en el 2004 que sustituía al primero, y que la sentencia apelada considera de uso privativo de la
familia, criterio que debe mantenerse aún cuando el uso fuera casi exclusivo de D. Melchor , ya que Dª.
Covadonga reconoce que era el vehículo de la familia (min. 24.23 video 2), a pesar de su uso escaso, dos
veces al año para ir a Figueras y "si necesitaban alguna vez vehículo los llevaba él" (min. 37 video 2), en
todo caso, como señala el Juzgador de instancia, el uso era consentido por el resto de los socios, lo que
resulta explicable por la dedicación del demandado a la gestión de la sociedad.

Mayores dudas plantean los otros dos vehículos, uno entregado como regalo al letrado Sr. Luis
Enrique y el otro entregado como parte de la retribución del aparejador, Sr. Víctor , que la sentencia apelada
entiende no justificados debiendo ser su precio reintegrado a la sociedad. En cuanto al primero Dª.
Covadonga reconoce que D. Luis Enrique hizo una serie de gestiones para el derribo del edificio,
desahucios, autorizaciones, etc. a favor de la sociedad y por amistad con la familia, lo que hizo
gratuitamente (min. 25.56 video 2), añadiendo que sabían que se le había entregado un vehículo en
agradecimiento por dichas gestiones, hecho sobre el que no pusieron objeción en su momento (min. 26.56
video 2). Asimismo Dª. Celsa también reconoce a preguntas del Juez que sabía que se le había entregado
un coche al abogado y al aparejador (min. 55.32 video 2) y en relación a este último existe además una
carta del despacho de abogados que se hizo cargo del asesoramiento de la sociedad, a partir del cambio de
administrador, en la que se considera Don. Víctor como propietario del vehículo desde el año 2004 (folio
631), documento que fue enviado siguiendo indicaciones de Dª. Covadonga (min.28.38 video 2).

A diferencia de la retribución como administrador y el uso de la tarjeta de la sociedad que se han


considerado actos tolerados por el resto de los socios, principalmente por su carácter de actos prolongados

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en el tiempo, en la cuestión relativa a los vehículos se trata de actos aislados sin el carácter de permanencia
que tienen la retribución durante años o el uso de la tarjeta; sin embargo, teniendo en cuenta que las
entregas, como agradecimiento en un caso y como parte de retribución en el otro, lo fueron en el año 2004,
siendo un hecho que fue conocido por los demás socios y tolerado durante bastante tiempo hasta que se
produjo la ruptura de relaciones, deben considerarse como actos consentidos dentro de esa delegación
general de facultades concedida de hecho al administrador y en consecuencia no procede reintegrar su
valor a la sociedad, revocando en este extremo la sentencia apelada.

DECIMO.- En conclusión, conforme a lo resuelto en los anteriores fundamentos, y sin que sea preciso
entrar en la cuestión del afianzamiento de operaciones bancarias de D. Melchor , que cita éste en su
recurso en la alegación undécima, aunque no se refieren a ello ni la sentencia ni el otro apelante, pues
como reconoció Dª Covadonga "hasta ahora la sociedad no ha pagado ni una cuota de los préstamos" (min.
30.25 video 2), debe estimarse parcialmente el recurso presentado por D. Melchor , reduciéndose de la
suma cuantificada como perjuicio patrimonial, las cuantías correspondientes al vehículo entregado al Sr.
Luis Enrique , al vehículo entregado Don. Víctor y a los gastos de la vivienda de Ribadeo, lo que deja la
cantidad fijada como indemnización en el fallo en 426.150,09 euros, (212.999,68 + 6.379,45 + 60.679,52 +
146.091,44 = 426.150,09), desestimando el recurso presentado por García-Belillo S.L., todo lo cual supone
revocar parcialmente la sentencia apelada reduciendo la indemnización en la cuantía señalada de
426.150,07 euros, manteniendo el resto de pronunciamientos de la sentencia.

En cuanto a las costas de la apelación no ha lugar a hacer pronunciamiento debido a las serias dudas
de hecho que plantea el presente pleito y que han quedado reflejadas en los anteriores fundamentos, por el
funcionamiento de la sociedad y por las dificultades de prueba que han sido puestas de manifiesto. Todo
ello de conformidad con el art. 398.1 en relación con el art. 394.1 inciso último de la LEC .

Por todo lo expuesto, la Sala dicta el siguiente:

FALLO

Estimar parcialmente el recurso presentado por D. Melchor y desestimar el recurso presentado por
García-Belillo S.L. contra la sentencia del Ilmo. Sr. Magistrado-Juez de lo Mercantil nº 2 de Oviedo que se
REVOCA parcialmente, de acuerdo con los fundamentos de esta resolución, en el único sentido de sustituir
en el fallo la suma de 501.700 euros por la de 426.150,07 euros, manteniendo el resto de pronunciamientos
de la sentencia y sin hacer expresa condena al pago de las costas en ninguna de las instancias.

Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

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