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Extracted from A Closer Look: Bolivia's New Constitution (Spanish)

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Primera Parte Título IV:
Garantías jurisdiccionales y acciones de defensa

Garantías jurisdiccionales y acciones de


defensa en la nCPE

Rogelio Mayta Mayta

La nueva Constitución Política del Estado, en el Título IV de su


Primera Parte, “Bases fundamentales del Estado, derechos, deberes y
garantías”, establece “las garantías jurisdiccionales y las acciones de
defensa”, rescatando algunas normas de la Constitución abrogada,
realizando una mejor sistematización, introduciendo nuevas
reglas y reubicando algunas normas en otros capítulos, según su
pertinencia.
El Título IV de la nueva Constitución comprende tres capítulos:
en el primero enuncia las garantías jurisdiccionales; en el segundo
norma el procedimiento de las acciones constitucionales de defensa
de los derechos y garantías constitucionales; y, en su tercer capítulo
trata sobre el estado de excepción. 1

1. Las garantías jurisdiccionales


La Constitución Política del Estado establece un orden jurídico,
un sistema de derechos y obligaciones sobre el que se sustenta la
sociedad como Estado. Los postulados de la Constitución no podrían
entenderse como jurídicos sin la posibilidad de la coerción que ella
misma establece, organiza y limita. Ante la transgresión de la norma,
que implica la violación del derecho de alguien, el restablecimiento
del orden no es arbitrario y se resuelve en el ámbito de procedimientos
Rogelio Mayta Mayta y reglas que el derecho provee.
Abogado. Fue docente de Las garantías jurisdiccionales (Arts. 109 al 124) son, desde esa
la Universidad Católica de perspectiva, una doble seguridad. Por una parte, la seguridad de que
Bolivia. Participó en varias
iniciativas legislativas como 1 La Constitución abrogada normaba estas garantías en el Titulo
la Ley de Regulación del II “garantías de la persona”, de su primera Parte de “La persona
Trabajo Asalariado del Hogar como miembro del Estado” en 27 artículos que establecían
y la Ley de las Organizaciones propiamente garantías, definían derechos y el procedimiento
Económicas Campesinas. de los recursos constitucionales de habeas corpus y Amparo
Asesoró a varias organizaciones Constitucional. El Estado de excepción era normado en los
sociales e instituciones públicas Arts. 111 al 114 bajo la denominación de “Conservación del
y privadas. orden público”.

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cualquier titular de un derecho, así sea sólo pretendido, puede recurrir ante las autoridades definidas
por la Constitución y las leyes para pedir justicia. Por otra, la seguridad de reglas esenciales para que
cualquier persona que sea acusada de transgredir el orden jurídico sea sometida a juzgamiento por
las autoridades con un grado de discrecionalidad mínimo.
Las garantías jurisdiccionales son las garantías a la justicia, por una parte, y, por otra, las
garantías en el proceso de que se haga justicia, tanto para el que reclama, porque considera que se
ha transgredido su derecho, como para quien es sindicado de transgredirlo.
La nueva Constitución norma, como lo hacía la similar abrogada, la presunción de inocencia, la
nulidad directa por actos cometidos sin competencia, la regla de la irretroactividad de la ley y sus
excepciones, el derecho a la defensa, al juez natural, al debido proceso, a guardar silencio en un caso
penal, a no declarar contra sí mismo ni sus familiares, prohíbe la tortura, la infamia, la muerte civil
y el confinamiento, y establece como sanción máxima en materia penal la pena privativa de libertad
de 30 años sin derecho a indulto. En muchos casos rescata incluso la misma redacción con ligeras
variantes.
Adicionalmente, la nueva Constitución establece que:
a. Toda persona tiene derecho a la justicia plural, al debido proceso, a la defensa, de forma
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones.
b. La ley es retroactiva en materia de corrupción para investigar y procesar los actos cometidos
por servidores públicos.
c. Está prohibido imponer sanción privativa de libertad por deudas u obligaciones patrimoniales,
excepto en los casos establecidos por la ley.
d. En un litigio, las partes gozan de igualdad de oportunidades para ejercer las facultades y los
derechos que les asistan, sea por la vía ordinaria o por la indígena originaria campesina.
e. Toda persona sometida a proceso debe ser juzgada en su idioma; y que, excepcionalmente y
de manera obligatoria, debe ser asistida por traductor o intérprete.
f. Los delitos de genocidio, de lesa humanidad, traición a la patria, los crímenes de guerra, y los
cometidos por servidores públicos que atenten contra el patrimonio del Estado y le causen
grave daño económico, son imprescriptibles.
g. Está prohibida la tortura, la desaparición, el confinamiento y toda forma de violencia física
o moral.
h. Los autores mediatos e inmediatos deben responder por la vulneración de derechos y
garantías constitucionales. Las víctimas de un atentado de esa naturaleza tienen derecho a la
indemnización, reparación y resarcimiento de daños y perjuicios. En esa línea, determina que
si el Estado es condenado a la reparación del daño tiene la acción judicial para cobrar lo que
hubiera pagado al servidor público responsable de la acción que es sancionada.
i. La pena está orientada a la educación, habilitación e inserción social de los condenados, con
respeto a sus derechos.

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j. Si un denunciado o imputado o una víctima no puede pagar un defensor o abogado, el
Estado asume la obligación de proporcionarle uno de forma gratuita.
k. El delito de traición a la patria merece la máxima sanción penal, además de las acciones
previstas en la Constitución abrogada, la violación al régimen constitucional de recursos
naturales y el atentado contra la unidad del país.
En mis primeros cursos de la carrera de derecho, Alcides Alvarado, un experimentado profesor
de derecho constitucional, al iniciar una de sus clases nos sorprendió a todos al afirmar que la
Constitución era como una alfombra muy bella, pero que como toda alfombra terminaba siendo
pisoteada. El Dr. Alcides Alvarado era un profesor serio, respetuoso y formal, por eso, cuando le oí
decir tal cosa, nos dejó a todos desubicados. Los años de práctica me llevan hoy a poder afirmar que
se puede tener en la Constitución y las leyes todos los derechos y garantías del mundo; pero que éstos
valen nada si no son asumidos por la gente como sus derechos y no se tiene una institucionalidad, o
sea unos operadores de justicia, que tengan la credibilidad y capacidad de hacerlos cumplir.
Antes de la nueva Constitución y ya con ella, el problema de la vigencia real y efectiva de los
derechos y garantías constitucionales no está tanto en su postulación, siempre es bueno mejorar y
ampliar su enunciación, sino en su aplicación cotidiana.
Hacia adelante, el reto para la vigencia de los derechos y garantías constitucionales es la
construcción colectiva y participativa del nuevo sistema de justicia, cuyas bases están en la nueva
Constitución. Para no repetir los errores del pasado, ese sistema no puede ser pensado entre cuatro
paredes y entre abogados, de manera ajena a la gente.

2. Las acciones de defensa


La acción es el derecho por el que toda persona que considera que su derecho ha sido transgredido
puede interponer una demanda para que las autoridades establecidas por ley, siempre que se haya
verificado objetivamente la trasgresión, primero, determinen el restablecimiento del derecho, y
luego, incluso si fuera necesario, el cumplimiento forzoso de la decisión adoptada.
En su generalidad, las acciones constitucionales son breves y están dirigidas a lograr la protección
inmediata y expedita de los derechos y garantías determinados por la Constitución y las leyes.
La nueva Constitución establece seis acciones constitucionales de defensa de los derechos y
garantías constitucionales: la Acción de Libertad, la Acción de Amparo Constitucional, la Acción
de Protección de Privacidad, la Acción de Inconstitucionalidad, la Acción de Cumplimiento y la
Acción Popular.

2.1. La Acción de Libertad

La Acción de Libertad (Arts. 125 al 127) de la nueva Constitución es conocida en la Constitución


abrogada como recurso de Habeas Corpus (Art. 18) y, salvo algunas modificaciones, mantiene sus
características, procedimiento y alcances.
Toda persona puede interponer la Acción de Libertad cuando considere que su vida está en
peligro, que es ilegalmente perseguida o que es indebidamente procesada o privada de libertad. A

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diferencia de la Constitución abrogada, la nueva Constitución incluye que esta acción puede ser
utilizada por quien considere que su vida corre peligro.
Esta acción puede ser interpuesta por la persona agraviada o por otra a su nombre, de forma
escrita u oral. La nueva Constitución determina que la presentación de la acción debe ser “sin
ninguna formalidad procesal”, la Constitución abrogada establecía que podía presentarse “con o
sin poder notariado”. Según la redacción de la nueva Constitución, puede interpretarse que sólo se
puede interponer la Acción de Libertad con poder notariado, contradiciendo la naturaleza misma
de la acción. Parece que el legislador ha buscado ser amplio al determinar que la acción no está
sujeta a formalidades. Pero una cosa son las formalidades del proceso, por ejemplo que se deba
hacerlo por escrito, en determinado número de páginas, o que se use o no timbres, y otra muy
diferente es la facultad de actuar por otro con base en la representación o mandato que no es forma
o formalidad, sino un hecho sustancial.
El poder comporta un contrato por el que una persona, mandatario, asume la obligación
de realizar determinado acto jurídico a nombre de otra, mandante, de tal forma que todos los
efectos jurídicos caen sólo sobre el mandante prácticamente como si el mandatario nunca hubiese
participado. Por regla general, para constituir un contrato se requiere la manifestación de voluntad
expresa. La Constitución abrogada consideraba que cuando existiera la necesidad de interponer un
recurso de habeas corpus era probable que la persona afectada no estuviese en la posibilidad material
de otorgar poder, por lo que generó una excepción a la regla del mandato judicial y estableció de
manera expresa que se podía recurrir por otro sin poder notariado. Es muy probable que esta
limitación de la nueva Constitución genere jurisprudencia constitucional que la aclare o que se
necesite establecer por reforma parcial o por ley que se puede ejercer la acción de libertad por otro
sin poder.
La Acción de Libertad puede interponerse ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal. Interpuesta la Acción de Libertad, el juez o tribunal de forma inmediata debe señalar día y
hora de audiencia pública que debe ser en las 24 horas siguientes.
La nueva Constitución establece que la notificación para la audiencia y, fundamentalmente,
a la autoridad demandada debe ser personal o por cédula. Así, la notificación a la autoridad
demandada se realiza entregándole personalmente la copia del escrito de la acción y la decisión
del juez convocando a audiencia o, si no es encontrada, dejando esos documentos en su lugar de
trabajo. Esta regla muy simple supera una limitación significativa de la Constitución abrogada
que no establecía nada sobre la forma de notificación, lo que en la práctica dio lugar a que
algunas autoridades, fundamentalmente años atrás, hayan aplicado el procedimiento civil2 que
establece varios pasos hasta que se pueda concretar la notificación por cédula si la autoridad no

2 Según el Código de Procedimiento Civil, para la notificación de una demanda, primero se debe
intentar la notificación personal y sólo si ella no es posible el juez dispone la notificación por cédula.
Interpuesta la demanda y admitida, el funcionario judicial se debe hacer presente en el domicilio
del demandado para notificarle. Si no lo encuentra, el funcionario debe dejar a alguien el aviso de
que el día siguiente volverá a determinada hora para practicar la diligencia de notificación. Si el
demandado no espera para ser notificado, el funcionario judicial debe comunicar esa situación al
juez de la causa, que recién con ese requisito puede disponer la notificación por cédula. En este
procedimiento puede demorarse con eficiencia varios días.

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es encontrada o si no se deja encontrar atentando contra el carácter de inmediatez y urgencia del
recurso de habeas corpus3.
La audiencia no puede suspenderse por ninguna razón. Si la autoridad demandada no concurre
o si la abandona, se le declara rebelde y se continúa hasta emitir sentencia en la misma audiencia.
Las partes quedan notificadas por la lectura de la sentencia. La sentencia debe ser ejecutada de
inmediato, no obstante, en las 24 horas siguientes se debe enviar los antecedentes de la acción ante
el Tribunal Constitucional Plurinacional para su revisión.
La nueva Constitución, como lo hacía la Constitución abrogada respecto del habeas corpus,
establece que los servidores públicos y los particulares que resistan cumplir la sentencia de la Acción
de Libertad pueden ser sometidos a un proceso penal por atentado contra garantías constitucionales.
Este tipo penal no existe en la legislación boliviana por lo que, en lo inmediato, si bien se puede
ejercer la Acción de Libertad no se puede sancionar penalmente a quien resista o incumpla las
determinaciones que se adopte. La Constitución de 1967 establecía ese mismo tipo penal pero
no estuvo normado hasta que la Ley 1768, de 10 de marzo de 1997, la definió y sancionó como
desobediencia a resoluciones de habeas o Amparo; recién entonces se pudo procesar a las autoridades
que resistieran cumplir las Resoluciones de habeas o Amparo. En la actualidad, es legalmente posible
interponer una Acción de Libertad; pero no sería posible reprimir penalmente a quien resista el
cumplimiento de la sentencia porque no está normado el tipo penal al que nos remite la nueva
Constitución y porque no es posible aplicar la norma referida a la Desobediencia de Resoluciones
de habeas o Amparo ya que, en materia penal, no se puede aplicar la analogía y la Acción de Libertad
es una y el recurso de habeas corpus otra acción diferente y ahora abrogada. Para fortalecer la Acción
de Libertad, es necesario que en lo inmediato se tipifique legalmente el delito de atentado contra
garantías constitucionales.

2.2. Las acciones de Amparo Constitucional, Protección de Privacidad, de Inconstitucionalidad, de


Cumplimiento y Popular

La Acción de Amparo Constitucional de la nueva Constitución norma el recurso de Amparo


Constitucional previsto en la Constitución abrogada sin diferencias significativas. La nueva
Constitución establece que la Acción de Amparo puede interponerse contra los actos u omisiones
ilegales o indebidas de los servidores públicos o de particulares que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos establecidos en la Constitución y las leyes. La nueva Constitución,
igual que la abrogada, establece que esta acción es subsidiaria y no sustituye a otros recursos o
medios que pueda ejercer la persona que se considere agraviada. A diferencia de la Constitución
abrogada, la nueva Constitución, rescatando los lineamientos de la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, establece que esta acción sólo puede interponerse en el plazo máximo de 6 meses
de que se haya dado la acción reclamada o de notificada la última acción administrativa o judicial.
Como una especie de desgajamiento del Amparo Constitucional y con algunas especificidades, la
nueva Constitución norma las Acciones de Protección de Privacidad, de Cumplimiento y Popular.

3 Durante mis prácticas de estudiante de la Carrera de Derecho en provincias del departamento


de La Paz, fui testigo de este tipo de práctica que rompía totalmente el carácter de urgencia del
habeas corpus. El argumento de los jueces era simple: ellos cumplían la Constitución, la cual no
especificaba cómo debía notificarse por lo que, según ellos de manera absolutamente legal, aplicaban
supletoriamente el procedimiento civil.

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En el marco de la Constitución abrogada, la protección que se obtiene con estas acciones podía ser
lograda mediante el Amparo Constitucional, aunque con algunas limitaciones que son superadas
por las reglas específicas que se ha introducido ahora.

Por la Acción de Protección de Privacidad, toda persona individual o colectiva que crea estar
indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar u obtener la eliminación o rectificación de los
datos registrados en archivos o bancos de datos públicos o privados, o que afecten a su derecho a la
intimidad personal o familiar, o a su propia imagen, honra o reputación, puede reclamar tener la
información, que ésta sea rectificada o eliminada del archivo o banco de datos.

La Acción de Cumplimiento procede cuando servidores públicos incumplen disposiciones


constitucionales o de la ley a fin de lograr su cumplimiento.

La Acción Popular procede contra todo acto u omisión de las autoridades o de personas individuales
o colectivas que violen o amenacen con violar derechos o intereses colectivos relacionados con el
patrimonio, el espacio, la seguridad y salubridad pública, el medio ambiente y otros definidos por
la Constitución. Según la redacción de la nueva Constitución, por esta vía sólo puede reclamarse
los derechos colectivos definidos por ella y no los que pudieran establecer las leyes; si se pretende
lograr protección de derechos colectivos definidos en leyes, debería recurrirse a la acción de Amparo
Constitucional.

La Acción Popular, a diferencia de la Acción de Amparo Constitucional, puede interponerse sin


necesidad de agotar la vía judicial o administrativa.

Mediante la Acción de Inconstitucionalidad, toda persona individual o colectivamente afectada


por una norma jurídica contraria a la Constitución puede reclamar que se declare como tal
inconstitucional. La sentencia que declare la inconstitucionalidad de una norma jurídica, sea cual
fuere su rango, ley, decreto u otro, la hace inaplicable para todos.

La Constitución abrogada establecía el recurso de inconstitucionalidad en los Arts. 120. a)


y 121 párrafos dos y tres de su parte orgánica, distinguiendo el recurso de inconstitucionalidad
directo, abstracto y remedial que sólo podía ser interpuesto por el Presidente de la República,
el Fiscal General de la Nación, diputados o senadores y el Defensor del Pueblo; y el incidente
de inconstitucionalidad que puede ser interpuesto por cualquier persona con intereses concretos
en el marco de un proceso especifico. En la Constitución abrogada, los particulares sólo podían
reclamar la inconstitucionalidad en un caso concreto, y su efecto era relativo sólo a ese caso. La
nueva Constitución, de una manera más coherente, permite que cualquier persona pueda reclamar
la inconstitucionalidad de una norma en abstracto y que la determinación que se asuma tenga efecto
general.

2.3. El procedimiento común a las acciones de Amparo Constitucional, Protección de Privacidad, de


Cumplimiento y Popular

La nueva Constitución establece que el procedimiento de las acciones de Protección de Privacidad,


de Cumplimiento y Popular es el mismo que de la Acción de Amparo Constitucional que es
prácticamente el mismo que el de la Acción de Libertad, salvo el plazo para convocar a audiencia,
que en ésta última es de 24 horas y en las demás 48.

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Las acciones de amparo Constitucional, Protección y de Cumplimiento pueden ser interpuestas
por la persona que se considere afectada por sí o por apoderado. La Acción Popular puede ser
interpuesta por la persona o la colectividad que se considere afectada y obligatoriamente el Ministerio
Público y el Defensor del Pueblo cuando conozcan de un caso susceptible de esa acción.

La nueva Constitución establece que estas acciones deben interponerse ante juez o tribunal
competente, que debe ser definida por ley. La Constitución abrogada definía que el recurso de
Amparo Constitucional debía interponerse ante las Cortes Superiores de Distrito en las capitales de
Departamento y ante los jueces de partido en las provincias.

3. El Estado de excepción4

La nueva CPE norma el estado de excepción, siguiendo los lineamientos establecidos en la


Constitución para el estado de sitio en su Capítulo sobre “Conservación del Orden Público”5.

La nueva Constitución Política norma el estado de excepción con las siguientes características:

3.1. Declaración

El estado de excepción sólo puede ser declarado por el Presidente o Presidenta del Estado. La
Constitución abrogada establecía que sólo el Presidente podía declarar el estado de sitio y
necesariamente con el dictamen afirmativo del Consejo de Ministros, debido a la corresponsabilidad
que les establecía. La nueva Constitución no define ninguna participación del Consejo de Ministros
y deja la potestad y responsabilidad de declarar el estado de excepción totalmente al Presidente.

La nueva Constitución introduce la obligación de que la Asamblea Legislativa Plurinacional


debe reunirse máximo en las 72 horas siguientes, o de inmediato si fuera posible, para aprobar o no
la vigencia del estado de excepción. La Constitución abrogada señalaba condicionalmente que si
el Congreso se reunía ordinaria o extraordinariamente durante el estado de sitio debía tratar sobre
la continuación del mismo por lo que, si el Congreso no se reunía, el estado de sitio continuaba
legalmente. La actual Constitución, al subordinar la continuidad del estado de excepción a la
aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional previene de mejor forma el posible abuso de
las autoridades en la aplicación del estado de excepción.

La Constitución no establece expresamente qué ocurre si la Asamblea Plurinacional no se


reúne en las 72 horas, puede asumirse que el estado de excepción queda suspendido, pero ello no
está expresamente definido. Esta situación puede ser superada por jurisprudencia constitucional,
una reforma constitucional o lo que pueda ser más expedito en la ley que regule los estados de
excepción.

4 El Estado de excepción está normado en los Arts. 137 al 140 de la nueva Constitución Política del
Estado, Capítulo III, Título IV, Primera Parte sobre “Bases fundamentales del Estado, derechos,
deberes y garantías”.
5 El estado de sitio está normado en los Arts. 111 al 114 de la Constitución Política del Estado
abrogada como Conservación del Orden Público, Capítulo IV, del Título II del “Poder Ejecutivo”
de su Segunda Parte del “Estado Boliviano”.

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3.2. Causales y duración
La Constitución abrogada señalaba que el estado de sitio podía declararse “en casos de grave peligro
por causa de conmoción interna o guerra internacional”. La nueva Constitución determina que el
estado de excepción puede declararse “en casos de peligro para la seguridad del Estado, amenaza
externa, conmoción interna o desastre natural”. La nueva Constitución incluye como causales para
declarar el estado de excepción el peligro para la seguridad del Estado como un aspecto genérico que
puede admitir varios criterios y los desastres naturales.
Respecto la duración, la Constitución Política del Estado establecía que el estado de sitio
dispuesto por Ejecutivo podía durar máximo 90 días y que, vencido este plazo, caducaba de hecho,
salvo la autorización del Congreso. La nueva Constitución no señala plazo de vigencia y deja éste y
otros aspectos a una ley especial.
Tanto la Constitución abrogada como la nueva establecen que el Presidente sólo puede declarar
estado de excepción una vez en un año y que si pretende hacerlo por una segunda vez, debe lograr
previamente la autorización del Congreso.

3.3. Efectos
La Constitución abrogada establecía de forma específica en su Art. 112 que la declaratoria de estado
de sitio producía como efectos que: 1) el ejecutivo podía aumentar el número de efectivos de
las Fuerzas Armadas y llamar al servicio las reservas que estime necesarias; 2) podía imponer la
anticipación de contribuciones y rentas estatales que fueran indispensables, así como negociar y
exigir empréstitos; 3) en general, no suspendía los derechos y garantías, pero podía hacerlo respecto
de determinadas personas fundadamente sindicadas de tramar contra el orden público.
La nueva Constitución no norma los efectos del estado de excepción, dejando que estos sean
definidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional al momento de aprobar su vigencia. El texto
constitucional establece que “La aprobación de la declaración indicará las facultades conferidas
y guardará estricta relación y proporción con el caso de la necesidad atendida por el estado de
excepción”.

3.4. Cuenta del estado de excepción


La nueva Constitución establece que, concluido el estado de excepción, el ejecutivo rendirá cuentas
a la Asamblea Legislativa Plurinacional de los motivos que dieron lugar a su declaración y del uso
de las facultades que se le confirieron; tal como lo normaba la Constitución abrogada respecto del
Congreso.
La nueva Constitución resalta, además, que quienes hayan violado los derechos establecidos en
ella serán objeto de proceso penal por atentado contra los derechos, como queriendo dejar claro que
el estado de excepción no es razón para transgredir los derechos constitucionalmente reconocidos.
El delito de “atentado contra los derechos” no se encuentra tipificado por lo que para que esta
norma pueda aplicarse es necesario que se establezca el tipo penal mediante ley.

3.5. Remisión a una ley especial

En esa línea, la Constitución abrogada establece una serie de reglas y limitaciones de carácter
constitucional, fundamentalmente en lo relativo a los efectos y las facultades que otorga el estado de

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sitio a las autoridades y procura establecer un régimen de excepción constitucionalmente definido.
La nueva Constitución, en cambio, fortalece el control legislativo al hacerlo obligatorio, primero,
para la aprobación de su vigencia en las 72 horas de declarado, y, segundo, al determinar que debe
ser el Poder Legislativo el que defina los poderes y facultades de las autoridades en el estado de
excepción; pero deja los límites y alcances de las atribuciones que se pueda otorgar a la definición
de una ley especial.
En el país no hubo una ley de estado de sitio porque el texto constitucional abrogado se presentaba
como suficiente; actualmente, no existe una Ley de estado de excepción que regule las normas
del nuevo texto constitucional por lo que, momentáneamente, esta medida no podría aplicarse
legalmente. La nueva Constitución determina que “Los estados de excepción serán regulados por
la ley”; si no hay ley, no se los puede aplicar porque se lo haría sin regulación y transgrediendo
derechos toda vez que no hay norma que defina su posible limitación .

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Primera Parte Título IV:
Garantías jurisdiccionales y acciones de defensa

Garantías jurisdiccionales

Carlos Derpic Salazar

El presente trabajo está referido a un análisis y comentario especializado


de la Primera Parte de la Constitución Política del Estado, Título IV:
Garantías Jurisdiccionales y Acciones de Defensa, desarrollando las
diferencias entre la anterior y la actual Constitución; las alternativas
de desarrollo legislativo, para la aplicación correspondiente a cada
título del nuevo texto constitucional; y las ideas, conceptos y críticas
fundamentales de cada título de la nueva Constitución Política del
Estado, para su mayor comprensión y socialización.
El desarrollo señalado líneas arriba está precedido de un breve
marco teórico relativo a lo que son las “garantías jurisdiccionales”
y, al final, se encuentra un anexo que da cuenta de las semejanzas
y diferencias entre las acciones de defensa de la anterior y la actual
Constitución Política del Estado.

1. Cuestiones preliminares
Como en otros campos, la doctrina tiene diversos planteamientos
acerca de la temática de las garantías de las personas. Así, algunos
utilizan la expresión “garantías constitucionales” para referirse a “(…)
las instituciones jurídicas constitucionales que tienen por finalidad
proteger y amparar a las personas en el ejercicio de sus derechos
fundamentales, contra cualquier exceso, abuso o arbitrariedad
Carlos Derpic Salazar provenientes de personas particulares, de autoridades públicas o
Nació en Potosí, es abogado y judiciales” (Rivera, Jost, Molina y Cajías, 2005: 81). Según estos
docente universitario. Ejerció en autores, las garantías constitucionales pueden ser clasificadas en
asesorías jurídicas populares de dos categorías: normativas y jurisdiccionales, correspondiendo
Potosí y La Paz. Fue Adjunto del a las primeras las “(…) normas que constituyen los principios
Defensor del Pueblo, Director fundamentales contenidos en la Constitución, como fuente y
Jurídico del Ministerio de
garantía para el pleno ejercicio de los derechos fundamentales”(: 81);
Trabajo, Asesor Legal en varias
entidades estatales. Fue también en tanto las segundas serían los “(…) mecanismos jurisdiccionales
Director del Departamento (…) que tienen la finalidad de poner un remedio jurídico a un acto
de Derecho de la Universidad ilegal o arbitrario que restrinja o suprima derechos fundamentales,
Católica Boliviana. Trabaja restableciéndoles de forma rápida y oportuna” (: 81).
como consultor. Es militante
de la causa de los derechos Otros sostienen que las garantías constitucionales no son las
humanos. garantías de tal o cual derecho o libertad, o de tal o cual institución

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u órgano del Estado, “(…) sino las garantías de ‘la’ Constitución, es decir, las garantías que la
Constitución se da a sí misma, a fin de asegurar ‘su primacía’ respecto de las demás normas del
ordenamiento jurídico” (Pérez, 2000: 153). En esta visión, las garantías constitucionales serían dos:
la reforma de la Constitución y el control de constitucionalidad de la ley.
La nueva Constitución Política del Estado (nCPE), vigente desde el 7 de febrero de 2009, ha
adoptado la denominación “Garantías jurisdiccionales y acciones de defensa” para referirse a los
mecanismos mediante los cuales la persona puede ejercer los derechos fundamentales que la misma
Constitución reconoce en su favor; del mismo modo que a las acciones concretas que puede utilizar
para la vigencia de tales derechos, cuando éstos son vulnerados, suprimidos o restringidos, por
autoridades o particulares. En esto se encuentra una primera diferencia con el texto de la anterior
Constitución Política del Estado, en la cual el Título II de la Parte Primera (“La persona como
miembro del Estado”) estaba referido a las “Garantías de la persona”.
El texto constitucional que se analiza está compuesto por tres capítulos: el primero, referido a
las garantías jurisdiccionales, de manera general; el segundo, a las diferentes acciones que puede
utilizarse para hacer efectiva la vigencia de los derechos; y el tercero, relacionado con lo que la nCPE
denomina “estados de excepción”.

2. Las garantías jurisdiccionales en el texto de la nCPE


De inicio, se debe destacar que la anterior CPE estaba primordialmente dirigida a proteger los
derechos de las personas y los ciudadanos, pensados ambos como individuos, en los marcos del
constitucionalismo liberal y pese a que formaba parte de lo que se denomina constitucionalismo
social. Por el contrario, la nCPE incluye no sólo garantías y acciones para la protección individual,
sino también para la protección de los derechos colectivos y de los pueblos.
En segundo lugar, en el punto relativo a las garantías jurisdiccionales, la nCPE supera una
deficiencia de la anterior CPE, relativa a que en el texto se encontraba una suerte de mezcla entre
lo que eran derechos y garantías de la persona o la existencia de garantías sin que esté incluido
el derecho que garantizaban y viceversa. Ahora, los derechos se encuentran en el Título II de la
Primera Parte del texto constitucional y las garantías en el Título IV.

2.1. Novedades de la nCPE

En el marco descrito, las novedades que se encuentra en la nCPE son las siguientes:
a. Los derechos reconocidos por la nCPE son directamente aplicables y gozan de iguales garantías
para su protección, disponiendo a continuación que sólo podrán ser regulados mediante ley
(Art. 109).
b. La imprescriptibilidad de los delitos de genocidio, lesa humanidad, traición a la patria y
crímenes de guerra (Art. 111), en un contexto de bloque de constitucionalidad que está
determinado más adelante, en el Art. 410. Asimismo, se establece la imprescriptibilidad de
los delitos cometidos por servidores públicos que atenten contra el patrimonio del Estado
y causen grave daño económico (Art. 112), no pudiendo aplicar en este caso el régimen de
inmunidad.

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c. El derecho a indemnización, reparación y resarcimiento que tienen las víctimas de la
vulneración de sus derechos, en forma oportuna (Art. 113.I); y el derecho/obligación del
Estado de iniciar la acción de repetición contra la autoridad o servidor público responsable
de la acción u omisión que provocó el daño (Art. 113.II).
d. La prohibición, junto con la tortura, de otras formas como la desaparición, confinamiento,
coacción, exacción o cualquier forma de violencia física o moral (Art. 114.I). Del mismo
modo, la nulidad de pleno derecho, de las declaraciones, acciones u omisiones obtenidas
mediante el empleo de la tortura, coacción, exacción o cualquier tipo de violencia (Art. 114.
II).
e. La protección oportuna y efectiva que deben otorgar los jueces y tribunales a las personas
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos (Art. 115.I); y la garantía del derecho al
debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y
sin dilaciones (Art. 115.II).
f. La prohibición de que una persona sea procesada y/o condenada dos veces por el mismo hecho
(principio del derecho: non bis in ídem), así como el que la rehabilitación en sus derechos
restringidos será inmediata al cumplimiento de su condena (Art. 117.II); y la prohibición de
imponer, como sanción, penas privativas de libertad por deudas u obligaciones patrimoniales,
excepto en los casos establecidos por la ley (Art. 117.III). Esta disposición, que tiene ahora
rango constitucional, ya se encontraba vigente por efecto de la Ley Nº 1602 de 15 de diciembre
de 1994 y del Art. 1466 del Código Civil: “(Inexistencia de apremio corporal). El deudor no
puede ser sometido a apremio corporal para la ejecución forzosa de las obligaciones reguladas
por este código”.
g. El cumplimiento de las sanciones privativas de libertad y las medidas de seguridad están
orientadas a la educación, habilitación e inserción social de los condenados con respecto a sus
derechos (Art. 118.III).
h. La igualdad de oportunidades, para todas las personas, para ejercer sus derechos y facultades
dentro de los procesos, independientemente de la jurisdicción en la que tenga lugar el proceso
(Art. 119.I); y la obligación del Estado de proporcionar defensora o defensor gratuito cuando
carezcan de recursos (Art. 119.II). La obligación del Estado de procurar abogado o abogada
gratuitos cuando la víctima no tenga recursos para intervenir en el proceso (Art. 121.II).
i. La obligación de que toda persona debe ser juzgada en su idioma y sólo excepcionalmente ser
asistida por un intérprete (Art. 120.II).
j. El derecho de guardar silencio en materia penal, no será considerado como indicio de
culpabilidad (Art. 121.I).
k. La tipificación del delito de “traición a la patria”, sólo puede ser cometido por bolivianos y/o
bolivianas, en una triple dimensión: i) Tomar armas contra su país, se ponga al servicio de
estados extranjeros participantes o entre en complicidad con el enemigo, en caso de guerra
internacional contra Bolivia; ii) violar el régimen constitucional de recursos naturales; y iii)
atentar contra la unidad del país (Art. 124.I). Para el caso de comisión de este delito, la nCPE
prevé la aplicación de la máxima sanción penal (Art. 124.II, concordante con el Art. 118.II).

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l. La garantía de irretroactividad, contenida en el Art. 123 de la nCPE, antes referida a materia
penal cuando beneficiaba al delincuente y a materia social cuando lo disponía expresamente,
en el actual texto se amplía a la materia de corrupción.

2.2. Ausencias en el texto constitucional

En relación a ausencias en el nuevo texto constitucional, se tiene lo siguiente:


a. La prohibición de incomunicación que se encontraba en el Art. 9.II de la anterior CPE del
siguiente modo: “La incomunicación no podrá imponerse, sino en casos de notoria gravedad
y de ningún modo por más de veinticuatro horas”.
b. La presunción de inocencia, establecida por el Art. 116, no incluye una expresión importante
que sí estaba en el anterior texto constitucional, en sentido de que dicha presunción tiene
lugar mientras no se pruebe la culpabilidad de la persona.
c. Se suprime, en relación a la prohibición de tortura, la determinación expresa de que también
es responsable el servidor público que la ordene. En el texto actual sólo podrán ser destituidos
de su cargo aquellos que la apliquen, instiguen o consientan, quedando a salvo quien la haya
ordenado.
d. Se mantiene, aunque con otras características, una deficiencia del texto constitucional en
cuanto en el Art. 116.II, se establece que cualquier sanción debe fundarse en una ley anterior
al hecho punible, y no se señala que, más que el hecho punible, debería tratarse de la comisión
u omisión del mencionado hecho.
e. La imprecisión respecto a lo que significa el término “sanción”, en el contexto del Art. 117,
puesto que, por ejemplo cuando se cobra una o varias cuotas de asistencia familiar o beneficios
sociales, no se trata de una sanción, sino de un mecanismo para hacer efectivo el cumplimiento
de la obligación por parte del obligado.
f. Se eliminó el rango constitucional que tenían los delitos de parricidio y asesinato, que eran
merecedores de la máxima pena (30 años de presidio, sin derecho a indulto). Ahora sólo
tiene esa categoría la traición a la patria. Queda suelta, también la tipificación del delito de
“Sometimiento total o parcial de la nación a dominio extranjero”, incluida en el Art. 110 del
Código Penal.

3. Las acciones de Defensa


En este capítulo se incluye nuevas denominaciones para acciones establecidas en la anterior CPE
y también se incluye nuevas acciones. Los recursos de habeas corpus, Amparo Constitucional y
habeas data, se llaman ahora Acción de Libertad, Acción de Amparo Constitucional y Acción de
Protección de Privacidad, respectivamente. Están incluidas las acciones de Inconstitucionalidad, de
Cumplimiento y Popular.

3.1. Acción de Libertad (Arts. 125 - 127)

Esta Acción, que en la anterior CPE se denominaba “Recurso de habeas corpus”, está referida a
la protección del derecho a la libre locomoción, pero incorpora en la nCPE la posibilidad de su

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interposición por parte de toda persona que considere que su vida está en peligro. Tal situación, así
como aquellas en las cuales la persona considere que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad, dan lugar a la interposición de la Acción de Libertad, que puede
plantearse de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, solicitando que se guarde
tutela a su vida, cese la persecución indebida y se restablezcan las formalidades legales o se restituya
su derecho a la libertad.
La anterior CPE y la Ley Nº 1836 del Tribunal Constitucional establecían el recurso de habeas
corpus para aquellos casos en que una persona estuviese ilegal, indebida o arbitrariamente perseguida,
detenida, presa o procesada. La persona podía acudir por sí o cualquiera a su nombre, con poder
notariado o sin él, ante la Corte Superior de Distrito o ante un Juez de Partido e incluso ante un
Juez Instructor en los lugares en que no hubiese Juez de Partido. En la nCPE ya no es el Tribunal
Departamental (antes Corte Superior) quien conoce de la Acción de Libertad, sino un juez o
tribunal en lo penal.
En lo fundamental, el procedimiento establecido en la anterior CPE y la nCPE es el mismo,
pero llama la atención que, tratándose de una persona que considere que su vida está en peligro,
el juez o tribunal que conozca de la Acción disponga que la persona accionante sea conducida a su
presencia o que se haga presente en el lugar de la detención, pues podría tratarse de alguien que no
esté guardando detención.
El o la titular de la Defensoría del Pueblo podrá interponer también esta Acción, conforme lo
dispone el Art. 222.1 de la nCPE.

3.2. Acción de Amparo Constitucional (Arts. 128 y 129)

La Acción de Amparo Constitucional tiene lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de
los servidores públicos o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley. En este punto se nota
una actualización del lenguaje, pues la anterior CPE hacía referencia a “funcionarios o particulares”,
en tanto la nCPE utiliza los términos “servidores públicos” (conforme los denomina la Ley Nº
2927 del Estatuto del Funcionario Público) y “persona individual o colectiva” (de acuerdo a la
denominación utilizada por el Código Civil). Así lo dispone el Art. 128 de la nCPE
La Acción de Amparo Constitucional, según manda el Art. 129.I de la nCPE, se interpone
por cualquier persona que se crea afectada, o por cualquiera a su nombre con poder suficiente o
por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución. En este último caso, la única
autoridad que puede interponer el recurso es el o la titular de la Defensoría del Pueblo, quedando
así eliminada la posibilidad de que lo haga el Ministerio Público, tal cual estaba previsto en el Art.
19.II de la anterior CPE. Un requisito fundamental para la procedencia de la Acción de Amparo
Constitucional es que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los
derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados. Esto también se encuentra previsto por
el Art. 129.I de la nCPE.
La nCPE establece que la Acción de Amparo Constitucional podrá interponerse en el plazo
máximo de seis meses, computable a partir de la comisión de la vulneración alegada o de notificada

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la última decisión administrativa o judicial, con lo que se constitucionaliza una decisión adoptada
por el Tribunal Constitucional, que en su momento recibió muchas críticas.
En lo demás, el procedimiento es el mismo que el que se establecía en el Art. 19 de la anterior CPE
y la autoridad que resista la ejecución de la decisión final de la Acción de Amparo Constitucional,
quedará también sujeta a las sanciones previstas por ley.

3.3. Acción de Protección de la Privacidad

En la Acción de Protección de la Privacidad se encuentra normativa relativa a algunos derechos


que, según las circunstancias, pueden encontrarse en oposición. En efecto, se trata, por un lado,
del derecho a la información y, por otro, de los derechos a la privacidad y a la intimidad. Es un
problema de gran discusión la manera en que debe tratarse la relación entre estos derechos.
La Acción de Protección de la Privacidad ya existía en la anterior CPE con la denominación de
“habeas data” y puede ser interpuesta por cualquier persona individual o colectiva que crea estar
indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar u obtener la eliminación o rectificación de
los datos registrados por cualquier medio físico, electrónico, magnético, informático en archivos
o bancos, de datos públicos o privados, o que afecten su derecho fundamental a la intimidad y
privacidad personal o familiar, a su propia imagen, honra y reputación, podrá interponer la Acción
de protección de la privacidad.
El texto de la nCPE contiene algunas modificaciones respecto al anterior, como por ejemplo la
precisión –al inicio del Art. 130.I–, que la consagra, de que podrá ser cualquier persona “individual
o colectiva”, en tanto la anterior CPE solamente hacía referencia a “persona”.
Un aspecto de suma importancia es que esta Acción no procederá para levantar el secreto en
materia de prensa, conforme lo determina el Art. 130.II de la nCPE. Esto constituye una expresión
indudable de democracia, en la medida en que ésta no es concebible sin libertad de prensa.
El trámite para esta Acción es el mismo que el establecido para la Acción de Amparo Constitucional
y la negativa de la autoridad o el particular a dar cumplimiento a la decisión del juez o tribunal que
conoció el mismo, surte los mismos efectos.

3.4. Acción de Inconstitucionalidad

Esta Acción es una novedad en el texto constitucional, pues la anterior CPE no la reconocía como
tal, aunque sí tenía referencias a la misma, que era denominada “Recurso de inconstitucionalidad”,
en el Art. 120, atribución primera de su texto, que establecía que una de las atribuciones del Tribunal
Constitucional era conocer
En única instancia, los asuntos de puro derecho sobre la inconstitucionalidad de leyes,
decretos y cualquier género de resoluciones no judiciales. Si la acción es de carácter
abstracto y remedial, sólo podrán interponerla el Presidente de la República, o cualquier
Senador o Diputado, el Fiscal General de la República o el Defensor del Pueblo.
En el Art. 129.I de la anterior CPE, también se encontraba una referencia a esta Acción, cuando
establecía las atribuciones del Defensor del Pueblo: “El Defensor del Pueblo tiene la facultad de
interponer los recursos de inconstitucionalidad, directo de nulidad, amparo y habeas corpus, sin
necesidad de mandato”.

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La nCPE determina que cualquier persona individual o colectiva afectada por una norma
jurídica contraria a la Constitución tendrá derecho a presentar la Acción de Inconstitucionalidad,
de acuerdo con los procedimientos establecidos por ley. Se trata de un caso típico de reserva legal,
que no entra en detalles respecto a la tramitación de la Acción. En realidad, es ésta la manera como
debería estar redactada una Constitución Política del Estado.
En el anterior ordenamiento jurídico, la Acción de inconstitucionalidad tenía dos variantes: la
directa y la indirecta. La primera, que sólo podía ser interpuesta por las autoridades que se señala
líneas arriba, y la segunda que podía interponerse por particulares, dentro de un proceso judicial o
administrativo, cuya resolución dependiese de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una
norma jurídica. Los efectos de ambas acciones eran diferentes, pues mientras la primera, en caso de
declararse inconstitucional la norma, tenía incluso efecto derogatorio o abrogatorio, la segunda se
aplicaba sólo al caso concreto.
En la nCPE se dispone, en el Art. 133, que la sentencia que declare la inconstitucionalidad de
una ley, decreto o cualquier género de resolución no judicial, hace inaplicable la norma impugnada
y surte plenos efectos respecto a todos.
La Acción de Inconstitucionalidad se interpone ante el Tribunal Constitucional Plurinacional,
conforme lo determina el Art. 202.1 de la nCPE.

3.5. Acción de Cumplimiento

Esta es otra novedad de la nCPE y, según dispone su Art. 134.I procederá en caso de incumplimiento
de disposiciones constitucionales o de la ley por parte de servidores públicos, con el objeto de
garantizar la ejecución de la norma omitida.
La acción se interpone por cualquier persona individual o colectiva afectada, o por otra a su
nombre con poder suficiente, ante juez o tribunal competente y se tramita de la misma forma que
la Acción de Amparo Constitucional.
En caso de resistencia del servidor público obligado a cumplir con la sentencia, quien incurra en
la misma se encuentra sometido a lo dispuesto por la nCPE.
Es necesario pensar en una legislación adecuada respecto a esta figura, en la medida en que
podrían suscitarse conflictos entre órganos del Estado en caso de no hacerlo.

3.6. Acción Popular

Tercera novedad de la nCPE en materia de acciones. La Acción Popular establecida en los Arts.
135 y 136 de su texto, está prevista para el caso de todo acto u omisión de las autoridades o de
personas individuales o colectivas que violen o amenacen con violar derechos e intereses colectivos,
relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la salubridad pública, el medio ambiente
y otros de similar naturaleza reconocidos por la nCPE.
No se trata, como piensan muchas personas, de una acción relativa a la presión que puedan
ejercer los denominados movimientos sociales, sino de una figura que existe en otras constituciones
para la defensa y ejercicio de los derechos e intereses colectivos.

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El Art. 136 de la nCPE determina que la Acción Popular podrá interponerse durante el tiempo
que subsista la vulneración o la amenaza a los derechos e intereses colectivos y no es necesario, para
su interposición, agotar la vía judicial o administrativa que pueda existir.
Además de la legitimación de cualquier persona individual o colectiva para interponer esta
Acción, deben hacerlo con carácter obligatorio el Ministerio Público y el Defensor del Pueblo,
cuando por el ejercicio de sus funciones tengan conocimiento de estos actos.
La parte final del Art. 136.II de la nCPE dispone que la Acción Popular se tramitará conforme
al procedimiento establecido para la Acción de Amparo Constitucional.

4. Alternativas de desarrollo legislativo


De manera inicial, se puede señalar que son necesarias varias leyes que permitan que las Acciones
previstas en el Título IV, Garantías Jurisdiccionales y Acciones de Defensa, tengan vigencia plena en la
práctica, porque de lo contrario quedarán en meros enunciados teóricos.
En ese orden, se tiene, en primer lugar, la Ley del Órgano Judicial, en la cual se debe contemplar
también al Tribunal Constitucional Plurinacional. Sin embargo, la importancia y envergadura de
las atribuciones de este último Tribunal, hace necesaria la existencia de una ley especial que regule
su estructura, funcionamiento, atribuciones y otros aspectos relativos al mismo.
La Ley del Órgano Judicial deberá también contemplar las atribuciones de los jueces en lo penal,
para el caso de la Acción de Libertad, y de los jueces y tribunales, para las otras acciones, incluyendo
dentro de las mismas la de conocer y decidir sobre las mismas.
En tercer lugar, se tiene la Ley de la Defensoría del Pueblo, en la medida en que el o la titular de
la misma tiene atribuciones para la interposición de las Acciones previstas en la nCPE.
La Ley del Ministerio Público, como consecuencia de la atribución conferida al mismo por el
Art. 136.II, también debe contemplar estos aspectos.
Por último, considerando que las Acciones previstas por la nCPE serán conocidas en revisión
por el Tribunal Constitucional Plurinacional, será de suma importancia contar con una normativa
adecuada en cuanto a deslinde jurisdiccional.

Bibliografía
Jost, Stefan, Rivera, José, Molina, José Antonio y Cajías, Huáscar, La Constitución Política del Estado:
Comentario Crítico (La Paz: Ed. Fundación Konrad Adenauer, 2005)

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