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OBJETIVO GENERAL
NIVEL 2
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EN EL SER
4. Desarrollar competencias relacionadas con la Asume una actitud acorde con el papel de
consejería y la resolución de conflictos ampliando los orientador (a) de familia en la comprensión de
criterios sobre lo sano y lo enfermo, la funcionalidad y la los fenómenos del ciclo vital de la pareja y la
disfuncionalidad , y los principales focos dilemáticos familia
presentes en la familia de hoy. Muestra interés por documentarse y ampliar su
nivel conceptual, a través de la preguntas, el
trabajo en equipo, la investigación y la
participación
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TABLA DE CONTENIDO
MODULO 2
CICLO VITAL FAMILIAR
CAPITULO 1
FUNDAMENTO BIBLICO TEOLOGICO DE LA RELACION DE PAREJA
UNIDAD 1
EL HOMBRE Y LA MUJER EN LA CREACION
1.1 CONDICION DE LA PAREJA ANTES DE LA CAIDA
1.2 DIFERENCIA DE GENERO Y ROLES EN LA CREACION
1.3 INTERPRETACIONES EQUIVOCADAS EN LA RELACION HOMBRE-
MUJER
1.4 PROHIBICION AL LIDERAZGO DE LA MUJER
UNIDAD 2
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA CAIDA- RUPTURA DE LAS BUENAS
RELACIONES
2.1 CONDICION DE LA PAREJA DESPUES DE LA CAIDA
2.2 ROLES DE LA PAREJA DESPUES DE LA CAIDA 4
2.3 AFECTACION DE LA RELACION DE COMPAÑERISMO Y COMPLEMENTO
DE LA PAREJA
2.4 PENSAMIENTOS DENIGRANTES RESPECTO A LA MUJER
2.5 VIDA CONYUGAL EN DIOS A TRAVES DE LA HISTORIA
UNIDAD 3
RESTAURACION DE LA RELACION DEL HOMBRE Y LA MUJER
3.1 EL HOMBRE Y LA MUJER EN EL PLAN REDENTOR
3.2 PENSAMIENTO DE DIOS RESPECTO AL MATRIMONIO
3.3 EL PROPOSITO INDISOLUBLE DEL MATRIMONIO PARA DIOS
3.4 EL MATRIMONIO COMO IMAGEN DE LA UNION DE CRISTO Y SU
IGLESIA
3.5 LA MUJER NO ESTA SUBORDINADA AL HOMBRE
3.6 RELACION DE IGUALDAD EN DIGNIDAD ENTRE CABEZA Y CUERPO
3.7 EN LA RELACION DE PAREJAS NO HAY ACEPCION DE PERSONAS
3.8 EL SEXO COMO PROPOSITOS DE DIOS PARA CON EL HOMBRE
BIBLIOGRAFIA
CAPITULO 1
FUNDAMENTO BIBLICO – TEOLÓGICO DE LA RELACION
DE PAREJA
La Biblia enseña que tanto el hombre como la mujer fueron creados a la imagen
de Dios, tenían una relación directa con Dios y compartían en conjunto las
responsabilidades de tener hijos y criarlos, y tener dominio sobre el orden creado
(Gn. 1.26-28).
Génesis 1:28, “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y
en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”(RV). Dios colocó al hombre y
a la mujer como señores para que dominaran juntos su creación.
También muestra que la mujer y el hombre fueron creados para el pleno e igual
compañerismo. La palabra "ayuda" (Hb. ezer), usada para designar a la mujer en
Génesis 2.18, se refiere a Dios en la mayoría de las veces en que se usa en el
Antiguo Testamento (1 S.7.12; Sal. 121.1-2). En consecuencia, la palabra no lleva
ninguna implicación de subordinación o inferioridad femenina.
Génesis 2:23, “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne
de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.”.
En el huerto del Edén Adán reconoció en Eva a su igual. Entendió que era parte
de su misma esencia, era de él mismo. A partir de ahí era uno con ella tal como
dice Génesis 2:24, “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer, y serán una sola carne.” La premisa de la relación del hombre y
la mujer era y sigue siendo en realidad la unidad total (Efesios 5:31), están
diseñados para estar juntos, para crecer en familia y en sociedad.
Dios llama a Adán y a Eva con el nombre de ―Adán‖ (Gen 5:1-2) dando por
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sentado que para él los dos gozan de la misma esencia al ser creados. No
establece diferencia alguna en cuanto a jerarquía o superioridad del uno hacia el
otro.
El Génesis 2 revela como Dios creó al hombre del polvo, infundiéndole aliento de
vida y haciéndole un ser viviente. Sin embargo, vio Dios que no era bueno que el
hombre estuviera solo. De hecho, todos los animales tenían una correspondencia
en igualdad (macho y hembra), pero en cuanto al hombre estaba el macho
(masculino) pero faltaba la hembra (femenino) por lo que el Creador procedió a
hacer una mujer para el hombre, presentándole luego a Eva como su co -igual
(Gen. 2:21-22) El escritor sagrado registra que cuando Dios hizo la creación todo
era bueno, pero una vez creado Adán y su esposa, se sintió tan satisfecho que
dijo que era ―bueno en gran manera‖ (Gen. 1:31) de modo que haciendo un
análisis breve de estos tres primeros capítulos de Génesis se puede concluir con
respecto a lo siguiente:
Tampoco señala el texto evidencia alguna que tanto Adán como Eva fueron
creados como esencias idénticas; lo que permitiría una imagen distorsionada
de la realidad. Lo que sí muestra el texto es que su igualdad es de orden de
creación y autoridad compartida, pero eso no excluye diferencias que les
permitirían complementarse.
Por otra parte, una vez creada y presentada la mujer por parte del Señor al
hombre, este hace tres manifestaciones que debían quedar claras a todos los
seres humanos de allí en adelante:
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• ―Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne‖. Así la reconoce
como su igual, es humana y del mismo material del varón.
• ―porque del varón fue tomada‖. Por ser formada del hombre, la mujer es lo
más cercano posible al hombre y su más compatible. (Comentario Bíblico
Mundo Hispano, 1994)
Es claro que Dios tenía en mente un propósito y era hacer la pareja desde el
principio, porque en Génesis sólo se habla del plan (v. 26), pero como él ve las
cosas que no son como si ya fueran, asegura que los creó varón y hembra, (v. 27)
aunque sólo en el capítulo 2, desarrolla su plan tomando materiales creados,
(tierra) y dándole forma a su hombre, infundiendo hálito de vida, para más
adelante formar la mujer y completar la corona de su creación.
Dios dijo que el ser humano sería hecho a la imagen suya y su semejanza (imago
Dei); lo que indica que ambos traen la imagen de Dios y no sólo el varón como
algunos teólogos en otros tiempos aseguraron. Ontológicamente, Dios los hizo a
su imagen, para que ninguno pensase que tiene superioridad sobre el otro, ni
tampoco que uno es inferior al otro.
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Ahora bien, teniendo en cuenta la palabra ―imagen‖ usada en Génesis 1:26 que se
puede entender como fantasma, hacer sombra, parecido, figura representativa y
especialmente ídolo, indica que Adán y Eva, son la representación, la verdadera
efigie, la estatua viviente de Dios sobre la tierra, (Ravasi, 1992) pero que el
pecado deformó y casi desapareció trayendo consecuencias funestas para la
humanidad donde la mujer llevó la peor parte siempre.
De modo que sólo cuando el hombre tiene otro diferente en género pero igual en
dignidad; diferente en lo funcional, pero igual en naturaleza (humanos), cuando el
hombre ya puede socializar con ese otro, cuando ingresan a un lenguaje común,
cuando los dos conforman una sociedad, cuando los dos comparten, ve Dios
entonces que ―era bueno en gran manera‖. No significa que por el hecho de
haber sido creada posteriormente la mujer, es que Dios estableció la superioridad 10
del hombre y la subordinación de la mujer, sino que Dios quiso mostrar al parecer,
que un mundo hecho sin otro que genere compañerismo, mutualidad y
complemento, sería imperfecto. De allí que al hacer la mujer, se envía un mensaje
y es que el ser humano es completo solo cuando se encuentra con otro, cuando
no solo coexiste, sino que convive en una interacción reciproca donde los dos
confluyan en una sola carne. Hombre-mujer, es igual a humanidad, sociedad,
familia, relación, mutualidad, complementariedad, sinergia, imago Dei, y de modo
simbólico, la unión de Cristo y su iglesia.
La mujer fue diseñada para ayudar al hombre en sus tareas: Génesis 2:18: “Y dijo
Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”
Ellos tenían dos papeles muy distintos. Sin embargo, ambos fueron creados a la
imagen de Dios, y por lo tanto, sus papeles eran iguales en valor, pero diferentes
en función: Génesis 1:27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó.”
Génesis 2:18-19 “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le
haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del
campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había
de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y
puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo;
más para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer
sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y
cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo
una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis
huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue
tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no
se avergonzaban.”
Dios hizo a la mujer como ayuda idónea para el hombre; alguien que cubriera sus
necesidades y él a su vez cubriera las necesidades de ella. Este es un punto de
vista complementario de la relación masculino/femenina que dice: ―los hombres y
las mujeres son igualmente valiosos y ambos merecedores de dignidad y
respeto‖ Visto desde este modo, debería entenderse que ni el hombre ni la mujer
son superiores entre sí ya que ambos se benefician del otro sexo por el diseño y
propósito de Dios.
Sin embargo el papel de liderazgo de Adán dentro del matrimonio fue establecido
por Dios desde la creación y no fue resultado del pecado. Algunos aspectos a
tener en cuenta del liderazgo de Adán:
• El orden: Adán fue creado primero, después Eva. (Génesis 2:7; 18-23)
• La representación: Adán, tuvo un papel especial en la representación de la
raza humana. (1 Corintios 15:22)
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• Le dio nombre a la mujer: Adán la llamó Eva. (Génesis 2:23)
• La designación de la raza humana: Dios nombró al género humano
"Hombre." (Génesis 5:1-2)
• Puso nombre a todos los animales Gn 2:19-29
• La responsabilidad principal: Dios habló a Adán primero, después de la
caída. (Génesis 3:9)
• El propósito: Eva fue creada como ayuda para Adán, no Adán como
ayudante de Eva. (Génesis 2:18)
Aplicar la teoría de que el hombre debe ejercer el señorío porque fue creado
primero, no se puede deducir ni implícita, ni explícitamente del relato de Génesis 1
y 2. La primacía temporal por sí misma no confiere un rango superior. En ese
caso, los animales deberían señorearse de los humanos, ya que fueron creados
primero.
Prioridad de culpa
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Algunos exégetas que mantienen una posición jerárquica en las relaciones
hombre-mujer, sustentan la idea de que la Caída se produjo no sólo por la
desobediencia a la orden divina, sino también porque la relación señalada por
Dios entre los dos sexos fue violada. La conclusión es que sólo puede haber
desastre cuando el orden establecido por Dios se viola. Pero esta interpretación
presenta varios problemas:
• Si con anterioridad a la Caída ya existía una relación jerárquica, ¿por qué la
maldición para la mujer consistió en que el hombre se enseñorease de ella?
• Si el pecado de Eva hubiera sido la usurpación del liderazgo masculino, lo
lógico es que hubiera sido recriminada por ello. Dios pide cuentas a Eva por
haber desobedecido la orden, pero no por haber tomado la iniciativa.
• Si la consecuencia de la violación del orden establecido por Dios es el
desastre, ¿cómo es que a lo largo de la Biblia aparecen mujeres que
asumieron posiciones de liderazgo tanto a nivel familiar, como político,
religioso y no provocaron ningún desastre, sino todo lo contrario; fueron de
bendición para su familia, liberaron al pueblo de la opresión de sus
enemigos e iniciaron un avivamiento espiritual?
Otro ejemplo lo tenemos en el caso de los padres de Sansón. Cuando el Ángel del
Señor se aparece para anunciar el nacimiento de un niño que liberará al pueblo de
Israel, no lo hace al padre, sino a la madre. ¿Por qué Dios no transmitió un
mensaje tan importante al que se suponía que era el líder espiritual de la familia?
A lo largo del diálogo se aprecia que Manoa era el menos preparado de los dos,
tanto a nivel de conocimiento, como de madurez espiritual y es por eso que Dios
se dirige a ella, que es la mejor preparada para asumir dicho mensaje.
Estos ejemplos arrojan serias dudas sobre la teoría de que la mujer no puede
asumir el liderazgo, por imperativo divino. En las Escrituras no encontramos la
desaprobación de Dios, ni su condena, a la actuación de mujeres que ejercieron
posiciones de liderazgo, ya fuera en la familia, en la vida civil o en la esfera
religiosa.
Veamos a la luz del Nuevo Testamento, donde muchas mujeres ejercieron labores
de liderazgo. Uno de los ejemplos es el de Febe, la portadora de la carta de Pablo
a la iglesia de Roma. Pablo usa dos palabra para describirla: "diakonos" y
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"prostátis". Estas palabras significan "alguien que se pone al frente, alguien que
preside". Tanto en la literatura extra bíblica como en los escritos neo
testamentarios, esta palabra se usa para hacer referencia a alguien que está
ejerciendo una posición de autoridad.
Pablo usa la forma verbal "prostátis" para describir a los que dirigen y presiden en
la congregación (1ª Tesalonicenses 5:12; Romanos 12:8; 1ª Timoteo 5:17). Los
Padres de la Iglesia usaban la forma masculina de "prostátis" para describir a
aquellos que presidían en la comunión. Josefo la usa para referirse al líder de una
nación, una tribu o una región.
El caso de Febe, como mujer que ejercía funciones de liderazgo relacionadas con
la predicación de la Palabra, no era una excepción.
Veamos por otra parte el caso de Priscila. Pablo usa la palabra "sunergon" para
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referirse a ella y a Aquila, su marido. Esta palabra, que se suele traducir como
"colaborador" la usa también para referirse a Timoteo, Silas, Apolos, Tito,
Epafrodito, etc.
En 1ª Corintios 16:16 Pablo dice algo más sobre estas personas: "Os ruego que
os sujetéis a todos los que ayudan (sunergonti) y trabajan". Por tanto, Priscila, que
es una "sunergon", es alguien a quien otros deben someterse. Es lo que hizo
Apolos cuando Priscila lo instruyó en las cuestiones doctrinales que desconocía, a
pesar de ser un varón elocuente y poderoso en las Escrituras.
Pablo menciona también a cuatro mujeres que trabajaban en la obra del Señor:
María, Trifena, Trifos y Pérsida (Romanos 16:6,12). El verbo que usa Pablo para
referirse a estas mujeres es "kopiao". Pablo recomienda a los Corintios, como
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hemos visto anteriormente, que se sujeten a personas como ellos, es decir, a los
que ayudan y trabajan (kopiounti).
Pasemos ahora a analizar el argumento de que Eva fue creada como "ayuda
idónea" para Adán, y que tanto debería estar subordinada a él. Como el análisis
lingüístico debe preceder siempre a la interpretación particular teológica, vamos a
pasar, en primer lugar, al análisis de la palabra "ayuda".
Por otra parte, el término hebreo "knegdwo", que en español traducimos como
"idónea", en el original está formado por dos preposiciones y un pronombre. La
primera preposición significa "igual", "como". La segunda significa "enfrente", en el
sentido de uno que está en la presencia de otro como un igual. Por lo tanto, Eva
sería, como Adán, de la misma clase y especie, alguien igual a él.
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Es interesante notar cómo traduce este término la Septuaginta al griego. En el
verso 18 de génisis 2, usa la preposición "kata", que implica una comparación
entre iguales, es decir, alguien colocado en otro lugar, ocupando la misma
posición. En el verso 20 usa la palabra "homoios", que significa "igual en fuerza",
"del mismo rango".
Por otra parte, la palabra ―deseo‖ usada en Génesis 3:16, se traduce del hebreo
tushucá ( ), y significa ―anhelar‖, ―pedir‖, ―exigir‖. Si seguimos otra versión
bíblica, encontramos lo siguiente: ―Desearás gobernar a tu marido, pero él te
gobernará a ti.a‖ (PDT, 2005)
Si esta versión traduce el sentido del pasaje, entonces se muestra que el pecado
definitivamente alteró la relación de pareja desde lo social y aclara la
confrontación que se presentaría entre los dos como pareja y también como
sujetos sociales.
Al parecer, la idea de Dios aquí es ―la sumisión mutua‖, pues dice Estrada (1998)
que en un mundo caído, lo mejor para la pareja es la sumisión entre los dos para
buscar el equilibrio, pero el pecado deformó el concepto. Pablo más adelante así
lo expondría a la iglesia de Éfeso:
“Someteos unos a otros en el temor de Dios” (v. 21)
Cabe resaltar, que el consejo del apóstol a la iglesia sobre someterse unos a
otros, precede a las prescripciones del matrimonio. Nótese que en los versos que
siguen, la orden a la mujer de sujetarse a su marido y al hombre de amar y cuidar
a su esposa, se fundamenta en el principio que se cita en el verso 21, y es el estar
sujetos unos a otros.
• Otras Consecuencias: El ser humano como consecuencia directa del
pecado, desarrolla el temor, la culpa, la vergüenza, el no aceptar su
responsabilidad, el culpar a otros por sus errores, la sensación de soledad,
la tristeza, la angustia, el miedo, la rivalidad, etc.
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2.2 ROLES DE LA PAREJA DESPUES DE LA CAIDA
La Biblia enseña que el dominio señorial y desmedido de Adán sobre Eva provino
de la Caída y no fue, por lo tanto, parte del orden creado original. Lo descrito en
Génesis 3.16 es una predicción de los efectos de la Caída y no una prescripción
del orden ideal de Dios.
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El pecado trajo varias consecuencias, como fue el deseo de señorío del uno sobre
el otro como se observa en Génesis 3:16, “A la mujer le dijo: Aumentaré en gran
manera los dolores cuando des a luz tus hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él
te dominará.” Y la pérdida del equilibrio en su relación, porque ya no fueron más
compañeros, ni complemento, ella quedó sometida a que su deseo de señorear
sobre él se revertiera en el señorío de él sobre ella.
El Hombre como Autoridad Federal
"Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la
cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo." (1 Co 11:3). Cuando la Biblia fue
escrita para la cultura Judía y Cristiana, en el Antiguo Testamento, existía un
concepto llamado ―Autoridad Federal‖, el cual fue también establecido en el Nuevo
Testamento. Esto significa que el hombre es quien representa a sus
descendientes. Prueba de esto la encontramos en Hebreos 7:8-10: "Y aquí
ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da
testimonio de que vive. 9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también
Leví, que recibe los diezmos; 10porque aún estaba en los lomos de su padre
cuando Melquisedec le salió al encuentro." Note que se dice que Leví pago los
diezmos mientras él todavía se encontraba en los lomos de su padre Abraham. O
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sea, no había nacido todavía. ¿Cómo hizo esto Abraham? Por representación
debido a que Abraham, su padre ―distante‖ lo representaba a él.
Debido a que Eva escuchó al diablo es que el tema del orden y jerarquía en la
relación del matrimonio tuvo que haber sido planteado y explicado. "A la mujer
dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a
luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreara de ti." (Gn 3:16).
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Esta autoridad no se trata de tener la mano sobre la mujer ni tampoco significa
que ella no tenga derechos o que sea una ciudadana de segunda clase. Al
contrario, Dios le da al marido algunos mandamientos bastante serios: "Maridos,
amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del
agua por la palabra. 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que
no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin
mancha." (Ef. 5:25-27).
Los primeros apartes de la biblia relatan las vicisitudes amorosas entre los
primeros hombres y mujeres. Sin embargo impresiona que con frecuencia el
comportamiento de las siguientes parejas bíblicas no sea precisamente el que se
esperaría de ellas. Pensemos en la facilidad con la que Abraham acepta la
sugerencia de su mujer de unirse a Agar, esclava de Sara, para aumentar la
probabilidad de tener una descendencia; o también la desenvoltura con la que
Abraham, para no poner en riesgo su propia integridad, presenta a su esposa Sara
como su hermana, abandonándola a los deseos del faraón, primero (Gen 12,10-
20), y después a los de Abimelec (cfr. Gen 20). No menos problemático nos
parece el comportamiento de Jacob, que tiene hijos de cuatro mujeres (Gen 25-
32). ¿Y qué decir del harem, con las mujeres y concubinas del rey David, y las de
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su hijo Salomón?
El patio del templo reservado a las mujeres estaba fuera y separado. La mujer era
considerada como un objeto, propiedad del padre o del marido (Ex 20,17).
Socialmente la mujer no servía como testigo, igual que los niños y los esclavos.
Una situación de objeto, a la que se sumaba el preconcepto de ser una gran
pecadora (porque pecó primero, y llevó al hombre al pecado, y fue creada
después y a partir del hombre (Gn 2 y Gn 3).
Se prohibía mirar a una mujer casada e incluso saludarla y más aún encontrarse
con ella a solas en la calle. Una mujer que conversara con todo el mundo de la
calle, o que se pusiera a coser en la puerta de su casa, podía ser repudiada por el
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marido y, además, sin recibir el pago que habían acordado en el contrato
matrimonial. Más aún, se prefería que la mujer, sobre todo si era joven, no saliese
a la calle. Por eso, cuenta Filón, un autor de aquel tiempo, que la vida pública
estaba hecha sólo para los hombres, mientras que las mujeres honradas tenían
como límite la puerta de su casa. En el caso de las jóvenes el límite era el de sus
aposentos o habitaciones, pues se quería que no salieran a donde estaba la
gente.
Las mujeres tenían prohibido andar solas por los campos. Resultaba
sencillamente impensable que un hombre se pusiera a hablar a solas con una
mujer en el campo. Pero más importante que todo lo anterior era el poder que, de
hecho, ejercía el padre, y sólo el padre, sobre sus hijas. Si éstas eran menores de
doce años, él tenía un poder absoluto sobre ellas, hasta el punto de que podía
incluso venderlas como esclavas. Además, el padre tenía el derecho exclusivo de
aceptar o rechazar una petición de matrimonio para una hija suya y, hasta la edad
de doce años y medio, la chica no podía rechazar un matrimonio concertado por el
padre. Cuando una mujer se casaba, pasaba del poder del padre al del marido.
Estaba permitida la poligamia. Una mujer casada no se podía oponer a que bajo
su mismo techo vivieran una o más concubinas de su marido. En cambio, si ella
era sorprendida en adulterio, el marido tenía el derecho de matarla. Además, el
derecho a pedir y exigir el divorcio estaba solamente de parte del marido, como ya
hemos visto. Y por si todo esto fuera poco, cuando la mujer se quedaba viuda y
sin haber tenido hijos, todavía después de muerto el marido seguía dependiendo
de él, porque la ley mandaba que la viuda sin hijos se casara con un hermano del
difunto esposo para poder dejar así un hijo al finado (Da. 25,5- 10; Mc 12,18-27).
También era costumbre en aquel tiempo que las mujeres no aprendieran a leer ni
escribir: sólo se les enseñaba a cumplir con sus obligaciones domésticas, porque
ése era el papel que se les asignaba en la sociedad y en la familia. Las escuelas
eran exclusivamente para los chicos y no para las jóvenes. Ni siquiera se
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acostumbraba a enseñarles la Torá, o sea, la Ley del Señor. El rabino Eliezer solía
decir: ―Quien enseña la Torá a su hija le enseña el libertinaje, porque hará mal uso
de lo que ha aprendido‖.
Hasta tal punto llegaba el menosprecio que los hombres sentían por la mujer en
aquel tiempo, que algunos pasajes dan fe de la situación socio cultural que se
vivía.
Jueces 19: 25
―Más aquellos hombres no le quisieron oír; por lo que tomando aquel hombre su
concubina, sacósela fuera: y ellos la conocieron, y abusaron de ella toda la noche
hasta la mañana, y dejáronla cuando apuntaba el alba.‖ (La mujer murió)
Números 31: 17-18
―Maten a cada varón entre los pequeños, y maten a cada mujer que haya yacido
con un hombre. Pero todas las mujeres jóvenes que no hayan conocido hombre
manténganlas vivas para ustedes.‖ Moisés, transmitiendo las órdenes de Dios a su
pueblo.
―¿Y no sabes tú que eres una Eva? La sentencia de Dios sobre este sexo tuyo
vive en esta era: la culpa debe necesariamente vivir también. Tú eres la puerta del
demonio; eres la que quebró el sello de aquel árbol prohibido; eres la primera
desertora de la ley divina; eres la que convenció a aquél a quien el diablo no fue
suficientemente valiente para atacar. Así de fácil destruiste la imagen de Dios, el
hombre. A causa de tu deserción, incluso el Hijo de Dios tuvo que morir.‖
Martín Lutero
―Tengan sus hijos y hagan como puedan; si mueren, benditas sean, porque
seguramente mueren en medio de una noble labor y de acuerdo a la voluntad de
Dios… Así ven ustedes cómo son débiles y poco saludables las mujeres estériles;
aquéllas bendecidas con muchos niños son más saludables, limpias y alegres.
Pero si eventualmente se agotan y mueren, no importa. Que mueran dando a luz,
que para eso están.‖
―Las niñas empiezan a caminar y a hablar antes que los niños porque la maleza
crece siempre más rápido que las buenas semillas‖
―Nada rebaja tanto a la mente varonil de su altura como acariciar mujeres y esos
contactos corporales que pertenecen al estado del matrimonio.‖
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Federico Arvesu
―El organismo de las mujeres está dispuesto al servicio de una matriz; el
organismo del hombre se dispone para el servicio de un cerebro.‖
Tony Evans
Las primeras indicaciones relativas al verdadero ideal de Dios acerca del amor
conyugal, con toda su sorprendente belleza, se encuentran precisamente al
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comienzo del primer libro de la Sagrada Escritura y completan el relato de la
creación.
Los versículos que se refieren a nuestro tema en Génesis 1 no son muchos, pero
poseen una riqueza inagotable acerca de la comprensión bíblica de la relación
entre hombre y mujer: ―Dijo Dios: ‗Hagamos al hombre a nuestra imagen, según
nuestra semejanza‘‖ (Gén 1,26). El uso de la palabra ―imagen‖, da a entender
cómo el hombre y la mujer son los aliados excepcionales de Dios, al grado de
manifestar su gloria en el mundo. Usando el concepto de imagen de Dios el autor
de Génesis 1 quiere expresar la desmesurada dignidad del hombre y de la mujer,
colocándolos por encima de todos los otros seres vivientes. En Génesis 1,
entonces, el amor humano es presentado en toda su grandeza y dignidad, es
―imagen‖ de Dios.
b) “Hombre y mujer los creó”
En Génesis 1:27 el autor afirma que la diversidad sexual, creada y por tanto
querida por Dios mismo, no es un dato accidental de la realidad humana, sino un
aspecto fundamental de los seres humanos hechos a imagen de Dios: “Y Dios
creó al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó”
(Gen 1:27). Con esta precisión el relato bíblico subraya que la persona expresa la
plenitud de la propia humanidad en la comunión del hombre y la mujer. El hombre
y la mujer alcanzan el verdadero gozo existencial en la conciencia de tener
necesidad el uno del otro, en la peculiaridad de la propia identidad sexual. Así se
afirma una radical e indiscutible igualdad de dignidad entre el hombre y la mujer.
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Génesis 1:28 indica la fecundidad matrimonial: “Dios los bendijo y les dijo: „Sean
fecundos y multiplíquense, llenen la tierra”. Es sobre todo el testimonio del propio
amor que vuelve a la pareja ―imagen de Dios‖ en el mundo. Consiguientemente los
hijos acogidos con responsabilidad y generosidad asegurarán la permanencia de
la imagen de Dios en el mundo. El hombre y la mujer, brotados de la fecundidad
de la Palabra de Dios, podrán a su vez convertirse en cooperadores conscientes
de quien es el único que tiene el poder para dar la vida. Desde esta perspectiva es
justo afirmar que el Génesis presenta el Matrimonio y el amor conyugal como
ordenado a la creación. También Génesis 2-3, en el llamado relato del Edén,
presenta a Dios como el autor del Matrimonio a favor de la humanidad.
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RESTAURACION DE LA RELACION DEL HOMBRE Y LA MUJER
La Biblia enseña que Cristo Jesús vino a redimir tanto a mujeres como a hombres
también. A través de la fe en Cristo, todos llegamos a ser hijos de Dios, uno en
Cristo, y herederos de las bendiciones de la salvación sin referencia a distinciones
raciales, sociales o sexuales (Ro. 8.14-17; 2 Co. 5.17; Ga. 3.26-28).
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La Biblia enseña que los esposos y las esposas son coherederos de la gracia de
vida y que están ligados juntamente en una relación de mutua sumisión y
responsabilidad (1 Co. 7.3-5; Ef. 521; 1 P. 3.1-7; Gn. 21.12). La función del esposo
como "cabeza" (kefale) debe entenderse como amor que se da así mismo y
servicio dentro de esta relación de mutua sumisión (Ef. 5.21-33; Col. 3.19; 1 P.
3.7).
La Biblia enseña que tanto las madres como los padres deben ejercer liderazgo en
la crianza, la formación, la disciplina y la enseñanza de sus hijos (Ex. 20.12; Lev.
19.3; Dt. 6.6-9; 21.18-21; 27.16; Pr. 1.8; 6.20; Ef. 6.1-4; Col. 3.20; 2 Ti. 1.5; ver
también Lc. 2.51).
La mejor respuesta para la relación que debe existir entre hombre y la mujer, la
dio Jesús a los fariseos cuando le preguntaron sobre el divorcio: Marcos 10:6-8,
“Pero, al principio de la creación, Dios los hizo hombre y mujer. Por esto el
hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,” y los dos serán un
solo ser, así que ya no son dos, sino uno solo”.
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La mujer ha sido pensada y querida por Dios mismo y, en cuanto tal, no podrá ni
deberá ser pretendida como posesión del hombre. “Entonces el Señor Dios hizo
descender sobre el hombre un sopor y se durmió; le quitó una de las costillas y
cerró la carne en su lugar. El Señor Dios formó con la costilla que había quitado al
hombre, una mujer y la condujo al hombre” (Gen 2:21-22). El sueño profundo del
cual habla el texto sirve para resaltar que el hombre no tiene la preferencia ni se le
ofrece colaboración. A través de la imagen de la ―costilla‖, también en Génesis 2
es afirmada la misma dignidad entre el hombre y la mujer: la mujer ha sido
extraída del mismo ―material‖ del hombre. Con la bella descripción de un Dios que
como un padre conduce a la mujer al hombre que será su marido, se subrayan las
dimensiones de gratuidad y acogida recíproca: la mujer es regalo de Dios y sólo
con esa conciencia se realizará la relación conyugal.
Mateo cita a Deuteronomio 24,1, el cual permite repudiar a la mujer, acto que
consiente a ésta última de ser liberada de su obligación con el marido y poder
casarse otra vez.
En Mateo 19,1-19 y en Marcos 10,2-12 los fariseos buscan hacer caer a Jesús en
el engaño, haciéndolo entrar en contradicción con la Ley. Ellos quieren hacerle
decir que ningún motivo legitima el divorcio, contrariamente a Deuteronomio 24,1
el cual autoriza, en cambio, a proceder en tal sentido cuando el marido encuentra
a la mujer ―en semejante falta‖. Jesús se remonta al relato de Génesis 1:27 y 2:24,
recordando la voluntad de Dios. ―El Creador ha hecho al hombre y a la mujer en
vista de su unión en una sola carne. El divorcio se opone a tal voluntad‖. Jesús no
entra en contradicción con Moisés, quien de hecho había permitido el divorcio por
la dureza de corazón de Israel, pero desea seguir plenamente la Ley, no puede
recurrir a una concesión hecha por Moisés. Cristo viene para cumplir la Ley y en
consecuencia, para favorecer la voluntad del Creador acerca del amor humano, tal
y como es expresado en Génesis 1-2.
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39
Cómo los papeles en los géneros, los cuales ya existían, son ahora torcidos y
abusados debido a la maldición del pecado, más que aceptar que la diferencia de
los papeles en los géneros fue el resultado del pecado. Esto, es aparente a la luz
de Efesios 5:22-33:“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al 41
Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de
la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia
está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó
a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del
agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que
no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin
mancha. 28Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus
mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie
aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también
Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus
huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y los dos serán una sola carne. 32Grande es este misterio; mas yo digo
esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame
también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.”
No es de extrañar que Pablo use la diferencia en los papeles del género y la
relación entre los hombres y las mujeres (maridos y esposas) como el retrato de la
relación entre Cristo y Su iglesia. La enseñanza del apóstol Pablo inspirada por
Dios en la Escritura y nada menos, escrita después de la crucifixión y resurrección
de Jesucristo, no parece hacer algún intento para deshacerse de los papeles del
género en la iglesia o en el hogar. De hecho, estos papeles se refuerzan y
comparan con Cristo y Su iglesia.
En vista de esto, Génesis 3:16 nos dice que debido al pecado las mujeres, tratarán
de gobernar/dirigir a sus maridos. La enseñanza de Efesios rebate esto al decirle a
las esposas que se sometan a sus maridos. Esto es altamente importante, ya que
si el Feminismo Evangélico es correcto, entonces, Efesios debería simplemente
decirle a las mujeres que no traten de gobernar sobre ellos sino que compartan el
mismo estatus con ellos. Pero esto no es lo que Efesios 5 dice. Pablo enseña a las
mujeres a corregir su naturaleza impulsiva de pecado, debido a la caída, en sus
relaciones hacia sus esposos. Pablo no dice ―dejen de establecer diferencias en el
sexo‖ o, ―compartan de igual manera el papel de liderazgo en el hogar y en la
iglesia‖.
No. Más bien, Pablo está diciendo: ―esposas sométanse a sus esposos‖, y,
―maridos amen a sus mujeres‖, lo cual responde adecuadamente al problema que
surgió con la caída, donde, debido a la maldición del pecado, las mujeres
empezaron a buscar el control de la relación marital y los hombres empezaron
brutalmente a gobernar sobre sus esposas. La intención de Dios es que las
mujeres se sometan al liderazgo masculino tanto en el hogar como en la iglesia. Y
la intención de Dios hacia los hombres también es que ellos lideren/guíen a las
mujeres con amor, honor y respeto, colocando las necesidades de ellas, sobre las
particulares.
43
Dentro de las familias, los esposos deben renunciar al liderazgo áspero, fuerte y
egoísta y deben crecer en amor y cuidado hacia sus esposas; las esposas deben
renunciar a resistirse a la autoridad de sus esposos y crecer en la sumisión
voluntaria y gozosa a esa autoridad. (Ef. 5:21-33; Col 3:18-19; Tito 2:3-5; 1 Pe 3:1-
7)
Muchas mujeres cuando leen a Pablo con respecto a los conceptos que establece
en relación al sexo femenino, inmediatamente piensan o exclaman que Pablo es
un machista, pero ¿se puede acusar al apóstol de semejante despropósito?
Hagamos un breve análisis de uno de los pasajes en cuestión.
Pablo viene hablando sobre los dones espirituales y especialmente sobre el orden
en el culto público y la carta está dirigida a la congregación ubicada en la ciudad
44
de Corinto. El gobierno de la ciudad no permitía que la mujer confrontara
públicamente a un hombre. Según la biblia Diario Vivir en su comentario a este
pasaje, señala que algunas mujeres convertidas al Señor, pensaban que al llegar
al evangelio, les daba libertad de quebrantar la ley y la cultura reinante. Pablo
entonces lo que quiere decir, es que la mujer no interrumpa el culto público por el
desorden que esto podía producir.
Siguiendo esta línea de pensamiento, Barclay (1995) hace una breve exposición
sobre el mundo cultural de la época paulina en Corinto, para señalar que es en
ese ambiente que Pablo escribe y por lo tanto, no podía desligarse de su realidad
social.
Por otro lado, el apóstol usa la palabra griega laleo, que significa ―hablar con
autoridad‖ (v. 21) exigiendo respuestas aunque el culto fuera interrumpido.
Igualmente, el texto griego no usa la frase ―vuestras mujeres‖, sino ―las
mujeres‖. Observemos la Biblia de las Américas: ―las mujeres guarden silencio en
las iglesias‖; la Biblia textual, ―las mujeres callen en las congregaciones‖ y
finalmente la Nueva Versión Internacional, ―guarden las mujeres silencio en la
iglesia‖. De modo que fue el Textus Receptus que añadió la palabra ―vuestras‖. Si
estas versiones siguen el texto griego correctamente, cuando Pablo escribe ―las‖,
involucraría a un grupo específico de mujeres, que según el verso 35, eran
esposas porque tenían maridos. ¿De quiénes eran esposas estas mujeres? El
contexto se encuentra en los versos 29 al 33. Son los profetas a quienes Pablo se
ha dirigido. Probablemente, las esposas de los profetas contribuían a la confusión
en la medida que también preguntaban públicamente en el culto violando el
contexto socio cultural. Si tomamos el verso 33, nos damos cuenta que va
conectado al 34, de donde se concluye que ―todas las iglesias de los santos‖ se
refiere a las pequeñas congregaciones alrededor de la ciudad de Corinto.
De modo que para el apóstol Pablo, tanto la mujer como el hombre gozan del
mismo derecho y su exhortación va dirigida más al orden en el culto y no al rol de
la mujer en la iglesia. Así lo demuestra cuando en sus listados de servidores,
predicadores y luchadores de la causa del Señor, menciona a varias mujeres (Apia
en Filemón 1:2; Febe, Priscila, María, Trifena y a Trifosa, Pérsida, la madre de
Rufo, Julia, la hermana de Nereo, en Romanos 16) Ese listado demuestra que
para Pablo, la mujer era muy importante en la iglesia y la sociedad.
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1ª Corintios 11:2-16,
La palabra "kefalé" usada en este pasaje para referirse a ―cabeza‖ era usada en el
mundo secular y religioso griego con el significado de "fuente" u "origen", y no con
el de "gobernante". Este hecho lo confirma la traducción al griego del texto hebreo 46
del Antiguo Testamento conocido como la Septuaginta. La palabra hebrea para
cabeza "ros", comúnmente usada para líder o gobernante, es traducida al griego
por otra palabra diferente a "kefalé" más de 150 veces.
Los que han defendido la subordinación de la mujer ignorando que esa condición
surge como consecuencia del pecado y no por voluntad divina, aseguran que la
orden de Pablo es concluyente. No obstante la palabra ―callar‖, viene del griego
―sigao‖ y no implica inactividad. En la voz pasiva del griego, significa ―guardar en
secreto‖. De hecho, Pablo en el capítulo 11:5, cuando dice ―todos vosotros‖ se
refiere a todos. Es decir, hombres y mujeres de donde se deduce que ambos
profetizaban y oraban en el culto público.
De modo que para el apóstol Pablo, tanto la mujer como el hombre gozan del
mismo derecho y su exhortación va dirigida más al orden en el culto y no al rol de
la mujer en la iglesia. Así lo demuestra cuando en sus listados de servidores,
predicadores y luchadores de la causa del Señor, menciona a varias mujeres (Apia
en Filemón 1:2; Febe, Priscila, María, Trifena y a Trifosa, Pérsida, la madre de
Rufo, Julia, la hermana de Nereo, en Romanos 16) Ese listado demuestra que
para Pablo, la mujer era muy importante en la iglesia y la sociedad.
Para hablar del "cabeza de familia" se usa la palabra "oikodespotes" (Lucas 13:25;
22:11). Es interesante notar que Pablo usa la forma verbal de esta palabra cuando
recomienda a las viudas jóvenes que se casen, críen hijos y "gobiernen su casa"
(1ª Timoteo 5:14), con lo cual vemos que para Pablo, el "gobierno" no era algo
exclusivo de los hombres. El verbo significa "ser cabeza o guía de una familia" y lo
aplica tanto a hombres como a mujeres.
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Por otra parte, cuando Pablo habla de los dones espirituales en 1ª Corintios 12,
comparándolos con las diferentes partes del cuerpo, no le da ninguna connotación
especial a la cabeza, a la que cita como una parte más del mismo, comparándola
con los pies. Si Pablo hubiera entendido el término cabeza como hoy lo entienden
quienes hacen una interpretación jerárquica del mismo, no lo habría puesto como
un ejemplo más para enseñar el concepto de diversidad dentro de la unidad. Cita,
además, el ojo y la oreja como partes del cuerpo, con lo cual es evidente que para
él la cabeza no era una parte diferente del cuerpo dotada de una capacidad
rectora, y que cuando atribuye a Cristo el término "cabeza" no lo entendía en
sentido jerárquico sino de origen. Cristo es el origen del cuerpo, que incluye la
cabeza como parte del mismo, que es la iglesia.
―Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de
los ángeles “.
Con sabiduría. Los esposos han de vivir con sus esposas sabiamente (1 Pedro
3:7). El mandato tiene una significación principal para el matrimonio, el principio
parecería aplicar a la forma en que los hombres casados, deben tratar a todas las
mujeres. Los hombres tienen que invertir el tiempo y la energía que se necesita
para tratar de comprender cómo piensa, siente y actúa una mujer. Los hombres no
han de esperar que las mujeres sean como ellos.
Con dignidad y honor. El apóstol Pablo instruyó a Timoteo a tratar a las ancianas
como a madres (1 Timoteo 5:2). Pedro dijo a los esposos que honrasen a sus
esposas (1 Pedro 3:7). Este mandato se aplica primordialmente a una relación
marital. Pedro dijo que la razón para otorgar un honor como ese es que las
51
mujeres cristianas son coherederas, junto con los hombres cristianos, de todas las
riquezas espirituales en Cristo (1 Pedro 3:7; Efesios 1:3,18). Los esposos han de
honrar a sus esposas para que «sus oraciones no tengan estorbo».
Con amor. No hay ningún otro mandamiento que sea tan exigente ni que abarque
tanto. El amor incluye todos los demás mandamientos de cómo deberían actuar
los hombres. Los esposos han de amar a sus esposas con un amor que imite la
clase de amor que Cristo tiene por su Iglesia (Efesios 5:25-33). Un hombre
debería tratar a una mujer como a él le gustaría que lo tratasen (Mateo 7:12;
22:39).
Con sumisión. « ¡Un momento! —podría usted decir—. ¿No se supone que el
hombre sea el líder?» Sí, pero las Escrituras también dicen «someteos unos a
otros en el temor de Dios» (Efesios 5:21). Eso no contradice que el hombre sea la
cabeza, sino que significa que el hombre ha de ser abnegado, amante como nos
amó Cristo y dio su vida por nosotros. El concepto de Cristo de liderazgo no es el
de un dictador, sino el de su Iglesia (Efesios 5:25-33). Un hombre debería tratar a
una mujer como a él le gustaría que lo tratasen (Mateo 7:12; 22:39).
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52
En Deuteronomio 10:17, Moisés nos dice que Dios es un Dios de dioses, grande y
temible, que no hace acepción de persona ni acepta soborno.
En su discurso en la colina de Ares, en Atenas, Pablo dice en esta asamblea: que
Dios, "…de una sangres ha hecho todo el linaje de los hombres", como se lee en
la antigua versión de Reina-Valera, otra versión dice que un solo hombre. En su
carta a los Romanos, Cap. 2 Versos 10 y 11, Pablo dice: "pero gloria y honra y paz
a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; 11 porque
no hay acepción de personas para con Dios." En Gálatas 2:6, el mismo apóstol
reitera: "Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro
tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de
reputación nada nuevo me comunicaron." Cuando el Apóstol le escribe a los
Efesios les dice a los hermanos que tenían esclavos en el Cap. 6:9: "Y vosotros,
amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de
ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas." A
los colosenses, se les recuerda en el Cap. 3, versos 23 y 24 "sabiendo que del
Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
53
Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay
acepción de personas."
Proverbio 28:21: "El que hace acepción de personas no es bueno, pues por un
trozo de pan entregará al hombre."
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3.8 EL SEXO COMO PROPÓSITOS DE DIOS PARA CON EL HOMBRE
La lógica de Dios nos muestra que el sexo no fue un accidente sino el producto de
la lógica divina demostrada en la Palabra de Dios , porque Dios hizo al hombre y a
la mujer y dice la Biblia: ― Y vio Dios que era bueno en gran manera‖
Las relaciones sexuales dentro del matrimonio son santas y buenas (He 13.4):
Dios alienta las relaciones sexuales y advierte contra las tentaciones que pueden
surgir de la privación o cesación.
54
Pablo argumenta en (1 Tés 4:4,5) no que debiéramos ver nuestras sexualidad
como maligna, si no que debiéramos aprender cómo controlar nuestros cuerpos
en esta área antes que se esclavos de la lujuria.
Todos los comentarios sobre este pasaje concuerdan en que llegar a ser una sola
carne es un concepto amplio que involucra la totalidad de la vida. El contexto de
Génesis 2 y la enseñanza del resto de la Biblia sobre el matrimonio lo exigen. Al
mismo tiempo, se reconoce generalmente que no hay otra esfera donde mejor se
ilustre o se experimente plenamente este compartir que en la relación sexual del
hombre con su esposa.
Esto solo puede significar que el acto sexual es el medio para lograr una comunión
profunda y compartirlo todo, mediante lo cual el marido y la mujer llegan a
conocerse muy íntimamente.
Acto Sexual es más que un acto físico. Envuelve dos personas en muy especial
clase de conocimiento que implica profunda conexión, comunión, compartir y un
total darse el uno al otro. (Gen 2:18-25, Cantares 8:1-14, Efesios 5:25-33).
El Deber Conyugal
Muchas veces en el matrimonio no siempre los dos sienten el deseo, pero hay
veces en que uno tiene que sacrificarse por el otro, pensando en la necesidad del
cónyuge.
Sexo en el matrimonio no es una opción, es un elemento vital en la relación de
pareja. Cuando la vida sexual no funciona a cabalidad en la relación, algo se ha
perdido en el camino y la pareja necesita regresar a buscar lo que se ha perdido.
No hay que ignorarlo, hay que buscarlo.
Solo en casos donde el acto sexual es imposible por razones justas, la ausencia
de sexo sería aceptable dentro de la relación matrimonial.
En estos casos, la pareja debería entender las razones por la ausencia de sexo y
voluntariamente consentirlo. (1 Corintios 7:1-5).
Todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio heterosexual son una
corrupción del diseño de Dios y por lo tanto están moralmente errados (ver
Hebreos 13:4). Esto incluye no sólo aquellos actos que dentro de nuestra cultura
todavía permanecen como inaceptables (abuso sexual; incesto; bestialidad), sino
que también aquellos actos que en nuestra cultura son moralmente ambivalentes
o aceptados (adulterio; sexo en grupo; homosexualidad; hetero-sexo premarital).
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CONCLUSIONES:
1º. Dios creó al hombre bajo la condición de estar en sociedad al decretar que ―no
es bueno que el hombre esté solo‖, por lo tanto, le crea otro para que conviva y se
ayuden mutuamente…El hombre es un ser social.
2º. Dios creó a la mujer no como un objeto de la necesidad del hombre, sino como
un complemento de la naturaleza humana. De esa manera, el ser humano estaría
completo, en armonía con su pareja, en equilibrio de la creación.
59
3º. La pareja fue creada para ser complementarios. Lo que el hombre es y posee,
llena la medida de las necesidades de la mujer; lo que la mujer es y posee, llena la
medida de las necesidades del hombre. Aunque son diferentes en género, son
iguales ontológicamente, pero se complementan sólo cuando el hombre y la mujer
viven en el plano de la realidad aplicada a cada uno…El ser humano es relación.
6º. La imago Dei no fue propiedad exclusiva del varón jamás, sino que ambos
(mujer y hombre) fueron hechos y traen la imagen de Dios. Que aunque el pecado
deformó esa imago Dei, en Cristo se ha restaurado, por lo que el hombre debe
respetar a la mujer y la mujer al hombre en tanto que ambos somos imagen de
Dios.
7º. Tanto el hombre como la mujer fueron creados y se les confirió autoridad para
gobernar todo lo creado. Las expresiones en plural de Dios hacia la pareja, señala
esta axioma irrefutable.
Barnés, H. (2013) Historia del matrimonio: cómo han cambiado las parejas a
través de los siglos. El Confidencial, Martes 16 de Julio de 2013.
Recuperado de http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-
vida/2013/07/02/historia-del-matrimonio-como-han-cambiado-las-parejas-a-
traves-de-los-siglos-124119#
Calcaterra (s.f.) La filosofía de género, recuperado de
https://www.aciprensa.com/Familia/genero5.htm
Combalía, Z. (2001) Estatuto de la Mujer en el Derecho Matrimonial Islámico.
Revista AequAlitas. Facultad de Derecho. Universidad de Zaragoza.
Recuperado de http://noticias.juridicas.com/articulos/45-Derecho-
Civil/200105-estatuto_de_la_mujer.html
Estrada, A. (1998) La Familia: Crisis y Oportunidades, pág., 19. Clie, Barcelona
España.
Omero, en la Odisea, XI, 441-443. Trad. de J. L. Calvo. Recuperado de 61
http://www.culturaclasica.com/mujerantiguedad/mujergriega1.pdf
Palabra de Dios para Todos (2005) Centro Mundial de Traducción de la Biblia
(bibles@wbtc.com). World Bible Translation Center, Inc.
http://www.wbtc.com/ Version para e-Sword electronica.
CAPITULO 2
CICLO VITAL DE LA PAREJA
INTRODUCCION
UNIDAD 1
PAREJA
1.1 DEFINICIÓN DE LA PAREJA.
1.2 ELECCIÓN DE LA PAREJA (El Enamoramiento)
1.3 RECIÉN CASADOS.
UNIDAD 2
PAREJA Y FAMILIA 64
2.1 LA LLEGADA DE LOS HIJOS.
2.2 LA EDAD ESCOLAR.
2.2 LOS HIJOS ADOLESCENTES.
2.4 PARTIDA DE LOS HIJOS NIDO VACÍO
2.5 LA VEJEZ
2.6 SITUACIONES ESPECIALES: SEPARACIÓN, DIVORCIO, VIUDEZ.
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION
A pesar de ello, en muchas familias cuesta que éstas crisis sean aceptadas y
abordadas de forma directa, por esto, la forma en que se enfrenten dependerá de
la flexibilidad y recursos de cada familia. Para ello, en ocasiones se hace
necesario que la familia cuente con el apoyo de un terapeuta familiar que los
pueda orientar y apoyar en la elaboración de los conflictos que no están
permitiendo que la familia pueda enfrentar la crisis como una posibilidad de
crecimiento, así como estimular los recursos de la familia para futura situaciones
que enfrentarán.
Viudez: Jubilación
Tiempo libre, salud,
dependencia
Adulta: Nido vacío
Consolidación
Generatividad
Experiencia
Adolescentes: Conflictos y Tensiones
Adulto: medio día vital
Adolescente: Inicio Ajuste individual
Escolares: salida de los hijos y habilidades sociales. 66
Prueba de la eficiencia
Papás más libres o dependientes
Nacimiento del primer hijo: Autonomía Vrs protección
Hábitos, costumbres, Estilos
Compatibilidad Trabajo - Hogar
Crianza Inicial: Tensión triangular
Preocupación y Tensión Absorbente
Temores, Ansiedades, consejos e intromisiones
Matrimonio: Compromiso Estable
Adaptación, estilos de vida, sentido de “nosotros”
Tiempo, trabajo, dinero, costumbres
Pareja: Preparación
Conocimiento mutuo. Fantasía e idealización
Etapas Sucesivas y Progresivas: conquista, enamoramiento, noviazgo
Es necesario señalar que este contexto puede influir en las familias y en las
parejas, haciendo presión y provocando stress en ellas. Una pareja que se quiere,
funciona bien y enfrenta junta las dificultades, es capaz de asumir estos
obstáculos adecuadamente haciendo de ellos fuente de crecimiento y sabiduría.
Cuando las parejas no están en condiciones de afrontar los conflictos propios de
cada etapa, la presión psíquica que se genera por no poder superar dicha
dificultad tienden a acelerar enfermedades causadas por los defectuosos estilos
de vida; dado el caso la pareja es expuesta a excesivos esfuerzos y tensiones, se
consumen bebidas inapropiadas, come mal, no duerme, y evita los ejercicios
físicos. La meta del terapeuta, o consejero con su intervención es ayudar al
consultante no sólo a resolver su zozobra emocional, sino también ayudar a evitar
las enfermedades físicas y emocionales en las que se modifique el estilo de vida.
Por otro lado en la vida ocurren crisis de desarrollo: ingreso en la escuela, adultez,
matrimonio, parentalidad, divorcio y separación, edad madura, vejez, muerte-
durante las cuales los individuos repiten la respuesta original al primer trauma o
stress de la infancia, llámese depresión, fobia, histeria, somatización (<mamita, me
duele mucho la barriga. No podré ir al colegio a dar el examen de ortografía>), etc.
Una vez establecido, este prototipo se reiterará ante las nuevas amenazas que
surjan durante el ciclo vital. Por ejemplo, en las historias clínicas de alcohólicos o 68
drogadictos, se ha advertido que de niños respondían al stress buscando azúcar o
hidratos de carbono, o sea, la <droga> de acción rápida.
PAREJA
1.1 DEFINICIÓN DE LA PAREJA.
Una primera dificultad y necesidad de principio es establecer qué es una pareja.
Usamos aquí la palabra pareja para definir una relación significativa,
consensuada, con estabilidad en el tiempo, con un referente obvio, cual es el
matrimonio; pero existen parejas humanas que no coinciden con los límites que
aquel impone. En la literatura médica se aplica muchas veces la expresión pareja
69
matrimonial.
La pareja como unidad vincular parece ser una definición evidente; sin embargo,
un abordaje más cuidadoso exige tener en cuenta el contexto donde se
fundamenta, los participantes y los términos que la definen. Hablamos aquí de la
llamada pareja matrimonial, y aun cuando puede no existir matrimonio en sentido
estricto, muchas veces se usan las palabras pareja o matrimonio en forma
intercambiable. La pareja supone una estructura diferente a la de la familia con
hijos, pues tiene dinámicas propias que deben ser estudiadas y abordadas en
forma particular, no únicamente en referencia a la familia, ya que no todo lo que se
establece para esta última puede generalizarse a la primera. Dado que no se trata
el tema de la familia, nos centramos en la pareja, con independencia a la
existencia de hijos.
Ser pareja es ser: individuo, es ser
uno, es haberse desprendido de la
familia de origen, es apoyar los
sueños del cónyuge, es no
enseñorearse, es ser igual en
dignidad, los dos son un par de yoes,
es ser independiente y solo se
depende de Dios, es reconocer y aceptar al otro como es, es ser empático, es no
ser tres o más, ser pareja es ser tierno y tener la capacidad de soportar
emocionalmente a su cónyuge.
Elegir a alguien para formar pareja, construir una relación, planear un futuro
juntos, es algo que los seres humanos realizan a partir de la atracción mutua. Sin
embargo, existen unas condiciones que son expuestas a continuación por
algunos teóricos como Borstein, Sager, San Pablo, y otros.
Borstein (1992) ubica la pareja como un hombre y una mujer que se unen en
matrimonio para formar una familia, tener hijos y darse apoyo mutuamente. De
esta manera señala los motivos por los
cuales se llega al matrimonio:
a) el amor
b) búsqueda de compañía,
72
c) satisfacción de experiencias
previas.
Aunque la palabra amor no tiene el mismo significado para todas las personas,
este concepto abarca un conjunto de sentimientos positivos profundamente
experimentados y referidos directamente a la persona amada. Entre estos
sentimientos se encuentra el cariño, la comunicación, la protección, la intimidad,
la activación, la pasión y el sufrimiento. La gente también se casa buscando
compañía. El amor es definido como el afecto que sentimos por aquellos con los
que nuestras vidas están profundamente entrelazadas. Este tipo de amor basado
en la convivencia y en la seguridad de que nuestra pareja estará ahí siempre y nos
aceptará en todas las circunstancias tal como somos.
Según Sager (1980) las parejas también se casan para satisfacer expectativas
previas, esperan obtener ciertos beneficios de la pareja y en general del
matrimonio. Las parejas actuales cuentan con que el matrimonio les va a
satisfacer casi todas las necesidades psicológicas. Han adquirido en muchos
casos nociones fantaseadas de un romanticismo histórico, y son justamente esas
expectativas no realistas las que nutren el desencanto temprano de la pareja.
73
Estas son algunas de las características del amor romántico:
Tennov (1979) citado por Borstein (1992) señala otras características que se
manifiestan en los amantes, tales como pensamientos obsesivos, cambios
bruscos de ánimo, excitación de todo el organismo y una atracción biológica
inexplicable, a la par que mágica del uno al otro. Y esas relaciones solo existirán
si son queridas, valoradas, necesitadas, y deseadas por las dos personas
organizando prácticas de libertad (Manrique 1992).
Esta resulta ser una etapa del ciclo vital familiar muy aguda: la pareja que vivió un
idilio en una relación que fomentaba una masa emocional indiferenciada, debe
ahora convivir, y es sólo en el matrimonio donde podemos verificar la
funcionalidad de la pareja.
Para Sager, la funcionalidad del matrimonio se fundamenta en las características
del contrato matrimonial, dicho contrato estipula las motivaciones de los cónyuges
a la hora de decidir vivir juntos, dichas motivaciones pueden ser funcionales o
disfuncionales.
Son funcionales cuando se considera al matrimonio como un medio y no como un
fin en sí mismo, dicho de otra manera: cuando el vivir juntos es la solución a un
problema, una vez resuelto el problema el matrimonio carece de sentido.
78
Entre las más frecuentes motivaciones disfuncionales se encuentran:
el matrimonio como recurso para escapar de casa,
el matrimonio para mejorar la situación económica, la situación social, el
matrimonio como expiación de culpas sexuales,
el matrimonio para conocer el sexo sin sentimientos de culpa,
el matrimonio para procrear,
el matrimonio para dar gusto a los padres, etcétera.
80
2.1 LA LLEGADA DE LOS HIJOS
81
83
84
La escuela juega un papel muy importante durante esta etapa, fomenta la relación
de padres evitando la relación de pareja, impone a los padres la obligación de
hacerse cargo de las responsabilidades escolares de los hijos, se entrega la libreta
de calificaciones a los padres, se llama la atención a los padres por la indisciplina
de los hijos35, en fin se les carga de responsabilidades ajenas; en la familia
disfuncional la escuela es una oportunidad para mantener a los hijos dependientes
de alguno o ambos padres, se lleva el colegio a la casa, se habla sólo del colegio
y no de las relaciones personales entre los miembros de la familia. Los
subsistemas son rígidos, o todos juntos, o cada uno con su aliado. Se producen
alianzas para protegerse del progenitor identificado como ―peligroso‖, y alianzas
para atacar al progenitor que se debe expulsar.
Aquella secretaria que se quedaba horas extras en el trabajo, ahora que es madre
ya no lo hace, padres deprimidos por las situaciones escolares de sus hijos, todo
ello afectará el desempeño laboral de los empleados, más aún si en el trabajo no
existe un grado de comprensión de la necesidad que tienen los padres de ayudar
a sus hijos cuando tienen problemas. Evidentemente existen profesiones donde es
más difícil dicha comprensión, por ejemplo: medicina, fuerzas armadas, policía.
Son profesiones donde el servicio a los extraños es más importante que el servicio
a los conocidos, son profesiones que tienen que ver con la vida o la muerte. Otras
como la política, significan sacrificar a la familia por ideales sociales*, la lucha por
los ideales por parte de uno de los progenitores puede ocasionar efectos
devastadores en la familia, como en el caso de los desaparecidos38 durante las
86
dictaduras en nuestro país.
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Los padres durante esta etapa viven una experiencia de duelo, muere el niño que
nos necesita y surge el adolescente autónomo. La adolescencia de los hijos por lo
general coincide con la etapa de análisis de la vida de los padres, por lo tanto es
como que padres e hijos van por una vía en contra ruta, mirando exactamente
hacia lugares opuestos.
Por ello es que la etapa de la emancipación requiere de habilidades de
negociación para hacer síntesis de percepciones diferentes.
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88
La edad juvenil coincide con la primera etapa del
ciclo vital familiar, por lo que la familia funcional
además de enfrentar la crisis de uno de sus
miembros debe adaptarse a elementos que
provienen de sistemas externos.
Las reglas para adolescentes en las familias
funcionales son flexibles y sobre todo negociables, los padres aprenden a
diferenciar entre los problemas del adolescente y los problemas que el
adolescente causa a sus padres, cuando es un problema del adolescente (como
cuidar su cuarto, sus estudios), los padres se relajan y dejan que el hijo se haga
responsable de su problema; cuando el problema afecta a los padres o a otros
miembros de la familia (como dejar los calcetines sucios sobre el sofá de la sala),
los padres imponen racionalmente las reglas estipuladas en la casa. Además los
padres en las familias funcionales encargan responsabilidades a sus hijos (como
preparar el desayuno).
Las familias funcionales crecen con los hijos adolescentes, quienes llevan a la
casa muchas cosas del mundo que son nuevas para los padres. La familia prepara
a los hijos para el momento de la emancipación, y se preparan para aceptar la
separación con serenidad y mucho afecto.
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A los hijos varones se les otorga la función de proteger a la madre (por lo general)
o a los hermanos desvalidos, a través de mensajes que tienen la misma estructura
―hazlo por nosotros‖, mensaje que ocasiona sentimientos de culpa y ansiedad
debido a la necesidad de no defraudar a los padres. Las familias gravemente
perturbadas impiden la emancipación juvenil a través de la formación de síntomas
en los adolescentes: esquizofrenia, anorexia, farmacodependencia, alcoholismo, y
otros.
En terapia familiar consideramos que el síntoma mantiene la homeostasis familiar,
porque la mejor manera de no separarse de los hijos es mantenerlos dependientes
de los padres, dejar que sigan siendo bebés. El adolescente en las familias rígidas
debe recurrir a conductas extremas para poder emanciparse: violencia, pandillas,
sectas religiosas, ideologías radicalmente opuestas a las de los padres, intentos
suicidas, matrimonios prematuros, etcétera. En las familias aglutinadas la
emancipación es más difícil debido a la falta de estructuras nítidas contra las
cuales rebelarse, de ahí que en este tipo de familias lo que queda es hacer hablar
al cuerpo a través de síntomas psicosomáticos. Cuando los jóvenes
patologizados logran vencer a su síntoma y se emancipan, lo que queda en casa
es un vacío que por lo general determina estados depresivos en el cónyuge que
era más dependiente del hijo.
Una de las influencias negativas del trabajo para la familia que atraviesa la etapa
de la emancipación juvenil, es aquella donde un adolescente trabaja y gana más
dinero que su padre o madre, convirtiéndose en él manda más de la casa,
invirtiendo por ende la jerarquía familiar.
En otros casos, el adolescente trabajador, si bien no gana lo que sus padres,
puede utilizar el trabajo como pretexto para convertirse en el ―sabelotodo‖ de la
familia. Algunos padres que no saben manejar la adolescencia de los hijos, quizás
porque ellos mismos no tuvieron adolescencia, se refugian en el trabajo y le
cargan a la madre del trabajo de controlar a un (a) hijo(a) adolescente. Un
fenómeno cada vez más frecuente en la consulta psicológica se refiere al padre o
madre que al ver a su hijo disfrutar de la ―edad del burro‖, deciden ellos revivir su
adolescencia, entonces el hijo compite con sus padres en las actitudes de rebelión
contra el progenitor que se mantiene rígido en su posición. Acá el trabajo juega un
importante papel, los compañeros pueden alentar la adolescencia del padre o
madre trabajador (a).
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Por lo general el nido nunca queda vacío en las familias disfuncionales. Uno de los
hijos se sacrifica y deja que los hermanos se emancipen, mientras espera la
muerte de sus padres, les cuida, o se hace aún cuidar. En las familias donde los
hijos han podido emanciparse, los padres invaden las familias de sus hijos,
entorpeciéndolas y creando confusión en los nietos, pues ven a sus padres como
niños cuando se relacionan con los abuelos. En las familias disfuncionales los
hijos abandonan a sus padres ancianos y enfermos, es tanto el resentimiento que
se les tiene que no se puede convivir con ellos. La muerte es vivida como una
experiencia trágica y no se entierran pronto a los muertos, se los mantiene como si
estuvieran vivos, el luto dura más de lo debido. Las parejas disfuncionales
enfrentan el nido vacío con rabia, pueden emanar a edades avanzadas los
conflictos no resueltos del pasado, como los hijos no están es más fácil pelearse.
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Los trabajadores ancianos no son tan eficientes como los jóvenes, cuando no se
tienen programas de protección social y económica para los jubilados, las
94
empresas enfrentan serios problemas en la mantención del personal viejo.
Los hijos de padres ancianos enfermos, suelen deprimirse en el trabajo, por lo que
disminuyen su ejecución.
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Conclusiones:
El ciclo vital familiar se ve afectado por el trabajo y el trabajo por el ciclo vital
familiar.
Queda por establecer las maneras más eficaces para evitar que uno u otra sufran
influencias negativas. La forma para evitar el estancamiento, es abrir los sistemas
laborales y los familiares, de tal manera que sea posible la generación de
neguentropía, y ésta a su vez fomentará los niveles adaptativos del sistema. La
organización laboral debe asumir que la familia es más importante que el trabajo,
la ética debe fundamentarse en el amor, de ahí que las personas valen más que
cualquier otra cosa en el mundo.
Bolivia es un país que aún considera valiosa a la familia, y por ello se valoran
mucho las relaciones humanas, los países desarrollados recién se han percatado
de la importancia de los lazos afectivos para el progreso de las organizaciones
laborales.
Debemos defender lo humano ante las arremetidas de la tecnología, que la
tecnología nos sirva para ser más humanos y no para deshumanizarnos.
Las familias deben comprender que es necesaria la aceptación del otro tal cual es,
no imponer creencias y obligar al otro a que sea lo que nos gustaría que sea,
aprender a dialogar y a negociar, flexibilizar sin abandonar los límites y el respeto.
Comenzar a ver que las personas no estamos aisladas del entorno, que existe un
mundo fuera de casa donde los hijos pondrán a prueba los recursos aprendidos
dentro de la familia.
2.5 VEJEZ.
De manera general entendemos por vejez aquella etapa del ciclo vital que 95
La pareja en la vejez.
Antecedentes
Son varios los marcos teóricos que han sido utilizados en el análisis explicativo de
las relaciones entre estas y otras variables al ser aplicados a contextos sociales
específicos. Por ejemplo, en el caso de la sociedad norteamericana, que presenta
algunas de las tasas de divorcio más elevadas en el nivel mundial, se plantea la
importancia que tiene la toma de decisiones racionales de tipo costo/beneficio
(pero no únicamente de tipo económico) entre las parejas pertenecientes a
distintos grupos sociales, siguiendo los principios de la Teoría Económica del
Intercambio según Grossbard-Schechtman (1993).
Por otra parte, también se observa una clara tendencia ascendente y sostenida en
el número de disoluciones conyugales, si consideráramos de manera conjunta
tanto los divorcios como las separaciones de hecho entre las parejas de las
generaciones más jóvenes y las cohortes de primeras uniones conyugales
formadas más recientemente (Ojeda, 1986; Samuel y Sebille, 2005).
Entre éstas destaca la edad a la primera unión, que ha mostrado tener una
relación inversa con las probabilidades de disolución conyugal entre las casadas o
unidas antes de los 21 años de edad. La condición rural-urbana del lugar de
residencia y del lugar de nacimiento de las mujeres también imprime un
comportamiento diferencial en las probabilidades de divorcio o separación, siendo
estas últimas más altas entre las mujeres que viven o bien que nacieron en las
áreas urbanas que entre las que viven o bien nacieron en comunidades rurales.
De igual forma, la escolaridad de la mujer ha mostrado tener una relación directa
con las probabilidades de disolución conyugal, lo mismo que el hecho de que las
mujeres tengan experiencia de trabajo prematrimonial (Ojeda, 1986).
Las características que tienen las uniones conyugales también imprimen un
comportamiento diferencial sobre el divorcio y la separación. Destaca, por su
importancia, la variable que se refiere a la duración del matrimonio (o tiempo vivido
en unión). La intensidad de las disoluciones es mayor durante las duraciones de
unión más cortas, lo que hace que las probabilidades de disolución sean mayores
durante los primeros 10 años de vida marital (Ojeda, 1986; Samuel y Sebille,
2005).
El número de hijos y la etapa del ciclo vital de las familias son factores que
también imprimen un claro comportamiento diferencial en la disolución conyugal
mexicana. De
tal suerte, las
parejas que
tienen un
número alto de
101
hijos y aquellos
que se
encuentran aún
en una etapa
joven de crianza
por tener hijos pequeños presentan menores niveles de riesgo de disolución
conyugal voluntaria que las parejas que tienen menos hijos y de aquellas otras
que ya rebasaron la etapa de crianza (Solis y Medina, 1996).
102
BIBLIOGRAFÍA
Eguiluz Luz de Lourdes. El baile de la pareja. Trabajo terapéutico con parejas. 103