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ÍNDICE
Portada i
Índice ii
Introducción 1-3
CONTENIDO
Objetivo General 4
Objetivos Específicos 5
Teoria General de la Prueba 6-8
Fin Prueba 8
Objeto de la Prueba 9-12
Medios de la Prueba 12-14
Los Medios de la Prueba en el ordenamiento Positivo Venezolano. 14
La Carga de la Prueba 14
La Carga de la Prueba y su Fuerza Obligatoria 15
Clases de Carga de Prueba 16
Valoración de la Prueba en Materia Civil 17-22
Inversión de la Carga de la Prueba 23-27
La Confesión Ficta 27
La Contraprueba 23-24
La Valoración de la Prueba de las presunciones y los indicios 27-32
Conclusión 33-35
Recomendación 36
Referencias Bibliográficas. 37
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INTRODUCCIÓN
El CPO alemán del año 1877 como parte de las Leyes de Justicia del Imperio,
significó un cierre provisorio a esta evolución. Ya no era el uso directo o indirecto del
secretismo los que primaban sino principios propios del nuevo proceso por audiencias
con el juego de la preclusión y el rol de la eventualidad. Así se fue gradualmente
reemplazando también la teoría de la prueba legal. La nueva codificación liberal alemana
fue convincente y tuvo una importancia fundamental para la unidad jurídica en Alemania
y más allá, una fuerte influencia para muchos otros países en el mundo. Y esto aún tiene
validez en la actualidad.
Con la libertad del juez para evaluar todas las pruebas un nuevo problema entró
a la escena judicial, por cierto, imperceptible inicialmente. La libertad en el derecho de la
prueba no era y no es ¡limitada. ¿Qué clase de libertad tenía entonces el juez en este
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nuevo sistema de valoración de la prueba? Esta pregunta ya que, al menos, está obligado
por la lógica o ley científica. Basta pensar en las cortes estatales en los casos de
"Exorcismo" ante tribunales seculares. ¿Cuándo y bajo qué circunstancias, el tribunal
puede ser convencido por cualquier ficto? Es especialmente a partir de mediados del
siglo XIX que la jurisprudencia se ocupa sobre la controvertida cuestión de cómo
relacionar estos temas con la carga de la prueba. ¿Quién debe soportar y qué reglas
debieran regir en el supuesto que el juez continúe aún sin prueba suficiente? A estas y
otras preguntas similares de derecho de la prueba se dedicaron un gran número de
monografías e investigaciones en la segunda mitad del siglo XIX. Con el principio de la
oralidad, el proceso por audiencias y el rol central de la prueba en especial, sumado a la
eliminación de antiguas restricciones procesales, muchos arribaron a la conclusión de
que todas las pruebas debían estar vinculadas a las peticiones de las partes y que, sobre
la base de los debates con alegación y prueba celebrados a lo largo del todo proceso,
era posible tener por verificada en la decisión la producción o no de una prueba. La carga
(subjetiva) de la prueba dirigida a las partes para el desarrollo de su actividad probatoria
a partir de la ley y reflejadas en una decisión judicial.
Por último, con las herramientas que podamos obtener con nuestra investigación,
trataremos de dilucidar lo que, en nuestro entender y con nuestras interpretaciones, debe
ser o no la carga de la prueba, así como las dolencias que pueden llegar a ser
contrarrestadas mediante la corrección de posibles fallas que le puedan ser innatas o que
simplemente pueda estar padeciendo por la injerencia de factores que le sean externos y
extraños para el cabal cumplimiento de sus fines.
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OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECIFICOS
1. Conocer los distintos principios del derecho probatorio, toda vez que ellos
mantienen su propia identidad, pero se integran en las diversas actuaciones
procesales.
Según Jeremías Benthan (2005), dijo la Prueba es “algo mágico que tiene el
proceso: un hacer reaparecer presente aquello que ha pasado, un hacer tornar inmediato
aquello que ha desaparecido en su inmediatez, un hacer representar vivos sentimientos
que se han consumido y en general más singular todavía, hacer tornar integra una
situación que se ha descompuesto”; igualmente, afirmó “El Arte del proceso no es
esencialmente otra cosa que el Arte de Administrar Pruebas”.
Como puede evidenciarse de los conceptos anteriores, las pruebas serían las
razones o argumentos que demuestran la existencia o inexistencia de un hecho, que
lleva al convencimiento de quien decide el procedimiento de determinación de
responsabilidades que una persona incurrió o no en un hecho generador de
responsabilidad administrativa, reparo o multa.
Precisado lo anterior, destacamos que los medios de prueba son todos los elementos
o instrumentos utilizados por las partes o el titular del órgano de control fiscal, que le
suministran las razones o argumentos para decidir, como lo dice Bello Tabares “el medio
de prueba es el vehículo o transporte por conducto del cual se llevan al proceso esas
razones o argumentos demostrativos de la existencia o inexistencia de los hechos
controvertidos” (1991).
Y con relación a la licitud de la prueba, Cabrera (1997) señala que es otra causal
de oposición; la misma tiene lugar cuando la prueba promovida es contraria a la ley y,
por tanto, no puede ser admitida por el tribunal. Se trata de la ilegalidad en cuanto a la
promoción. La proposición del medio viola disposiciones legales, bien en sus requisitos
y formas o en la forma como se pretende que sea evacuada por el tribunal. Los medios
legales de prueba generalmente están regulados por normas que establecen requisitos
para su promoción; si estas normas no se cumplen o se infringen, la proposición del
medio es ilegal.
Fin de la prueba
✓ Obtener el establecimiento de la verdad.
Objeto de la Prueba
Por objeto de prueba debe entenderse lo que se puede probar en general, aquello
sobre que puede recaer la prueba; es una noción puramente objetiva y abstracta, no
limitada a los problemas concretos de cada proceso, ni a los intereses o pretensiones de
las diversas partes, de idéntica aplicación en actividades procesales y extraprocesales,
sean o no jurídicas, es decir, que, como la noción misma de la prueba, se extiende a
todos los campos de la actividad científica e intelectual. En sentido abstracto el objeto
de prueba es todo aquello que se pueda probar, en general sobre lo que puede recaer la
prueba. Para algunos autores, el objeto de la prueba son los hechos, para otros las
afirmaciones de las partes sobre los hechos.
niegan y que han de ser verificados por ellas para fomentar la convicción del juez acerca
de la razón que esgrime cada una de ellas en el conflicto.
Que la prueba recaiga sobre las afirmaciones y no sobre los hechos, postura que
actualmente cuenta con mayor apoyo, según Rivera (2006) no supone otra cosa que
entender que en tanto aquéllas son el vehículo imprescindible a través del cual los
hechos se introducen en el proceso, la única forma de probar los hechos es a partir de
la comprobación de la verdad de las afirmaciones vertidas en relación con ellos. En
criterio del autor citado, el objeto de la prueba lo es tanto el hecho, pues él se afirma en
el proceso, como la afirmación, puesto que la correlación u objeto de ésta es
precisamente un hecho.
Visto lo que puede ser objeto de prueba, que en términos generales es una noción
abstracta, con relación al proceso, pero objetiva, en cuanto a que es materializable, debe
determinarse qué debe ser probado, qué es propiamente el thema probandum o
necesidad de prueba, el cual es objetiva, hechos que pueden ser materia de prueba, y
concreta, con relación al caso o proceso concreto. Así que, es evidente que esto tiene
que ver en relación con el proceso concreto. Como en el mismo se debe aplicar unas
normas, es claro que el thema probandum son los elementos fácticos que sirven de
presupuesto a aquellas normas con base a las alegaciones de las partes.
partes, interesadas en llevar a la convicción del juez la verdad o falsedad de los hechos
alegados.
La prueba es un acto de parte, ella tiene como destinatario al juez, el cual la recibe
y valora o aprecia en la etapa de decisión de la causa; y también al momento de decidir
la causa, el Juez se enfrenta a dos tipos de cuestiones; la quaestio iuris que refiere al
derecho aplicable, y la quaestio Facti, que se reduce a establecer la verdad o falsedad
de los hechos alegados por las partes.
Como regla general puede afirmarse con Rosenberg que "Objeto de prueba son,
por lo regular, los hechos, a veces las máximas de experiencia y rara vez los preceptos
jurídicos".
Como dice Stein: "El objeto de la prueba procesal sólo lo pueden constituir los
preceptos jurídicos y los hechos, puesto que el juez tiene siempre la misión de subsumir
supuestos de hechos, es decir, conjunto de hechos, en los preceptos legales, con objeto
de afirmar o negar la procedencia de las consecuencias jurídicas de dichos supuestos
fácticos".
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Pues bien, ahora cuando se trata del objeto de la prueba, éste no puede consistir
sino en la afirmación, o alegación de los en que se fundamenta la pretensión, Como lo
exige para la demanda el Art. 340, Ord. 5 del Código de Procedimiento Civil.
El artículo 395 del Código de Procedimiento Civil, dispone: “Artículo 395: Son
medios de prueba admisibles en juicio aquellos que determina el Código Civil, el presente
Código y otras leyes de la República.
Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de prueba no prohibido
expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus
pretensiones. Estos medios se promoverán y evacuarán aplicando por analogía las
disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el Código
Civil, y en su defecto, en la forma que señale el Juez.”
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Así las cosas, una vez se analice la prueba promovida, sólo resta al juzgador
declarar su legalidad y pertinencia y, en consecuencia, habrá de admitirla, salvo que se
trate de una prueba que aparezca manifiestamente contraria al ordenamiento jurídico, o
cuando el hecho que se pretende probar con el medio respectivo no guarde relación
alguna con el hecho debatido, ante cuyos supuestos tendría que ser declarada como
ilegal o impertinente y, por tanto, inadmitida. Luego entonces, es lógico concluir que la
regla es la admisión y que la negativa sólo puede acordarse en casos excepcionales y
muy claros de manifiesta ilegalidad e impertinencia, (…).
“Conforme ha sido expuesto por la doctrina procesal patria y reconocido por este
Tribunal Supremo de Justicia, el llamado sistema o principio de libertad de los medios de
prueba es absolutamente incompatible con cualquier intención o tendencia restrictiva de
admisibilidad del medio probatorio seleccionado por las partes, con excepción de
aquellos legalmente prohibidos o que resulten inconducentes para la demostración de
sus pretensiones, lo cual se deduce sin lugar a equívocos del texto consagrado en el
artículo 395 del Código de Procedimiento Civil, que dice: “Son medios de prueba
admisibles en cualquier juicio aquellos que determina el Código Civil, el presente Código
y otras leyes de la República. Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio
no prohibido expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración
de sus pretensiones. Estos medios se promoverán y evacuarán aplicando por analogía
las disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el
Código Civil, y en su defecto, en la forma que señale el Juez”.
El código civil estudia la materia en el capítulo V del Título III, de su libro III, cuando
habla de la Prueba de las obligaciones y de su extinción” y su artículo 135 pauta: “quien
pida la ejecución de una obligación debe probarla, y quien pretenda haber sido liberado
de ella debe por su parte probar el pago o el hecho que ha producido la extinción de su
obligación”
De la forma transcrita se desprende que la teoría de la prueba no solo compete al
estudio de las obligaciones, sino que domina todo el derecho; ya que no basta ser titular
de un derecho de familia, real o de crédito, porque se ese derecho es desconocido,
tendrá que probarse su existencia para evitar se le considere como inexistente.
Código civil: El capítulo V del Libro III del Código Civil, consta de siete secciones donde
se encuentran las pruebas establecidas por el legislador venezolano: sección: 1º) de la
prueba por escrito. 2º) de la prueba de testigos. Sección 3º) de las presunciones.
Sección: 4º) de la confesión. Sección 5º) del juramento. Sección 6º) de la experticia.
Sección 7º) de la inspección ocular”.
LA CARGA DE LA PRUEBA
Frente a la carga subjetiva, ésta se puede entender como la actitud que asume
cada una de las partes, dentro del proceso, y que se relaciona con los hechos que cada
una quiere probar, dentro del mismo, si quiere obtener una decisión favorable a sus
intereses particulares: Por lo su naturaleza concreta difiere en la pretensiones del
demandante y en las excepciones del demandado, de manera que ésta carga subjetiva,
finalmente se relaciona con el Tema de Prueba.
Con relación a la carga objetiva, esta tiene que ver con el Juzgador, que se
convierte en una norma general de juicio, según la cual, cuando faltan o son insuficientes
los medios de prueba, con relación a los hechos que fundamentan, el derecho discutido,
aquel tiene el deber, de decidir de fondo, y de manera desfavorable para quien tenía la
facultad de aportarlas y no lo hizo en el momento debido; Por lo que de ésta manera se
le prohíbe al Juzgador una Sentencia inhibitoria ya que atentaría contra los fines del
proceso y de la administración de justicia, en cuanto a que se pueda realizar del derecho,
y a la pronta, adecuada y definitiva solución de los litigios.
Y en cuanto a su carácter abstracto tiene que ver, en que no se relaciona con los
intereses particulares de cada una de las partes dentro del proceso, sino que se convierte
una norma general o principio del derecho, la cual es aplicable a todo tipo de procesos.
Por lo que finalmente podemos concluir:
• Satisfecha la carga subjetiva de la prueba dentro del proceso, el Juez finalmente
decide, de acuerdo con lo alegado y lo probado, por cada una de las partes.
• En caso de que no se dé cumplimiento a esta carga, el Juez en aplicación de la carga
objetiva, tiene el deber de decidir de fondo y de manera desfavorable en contra de la
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parte, quien tiene el deber de su ejercicio, e incurrió en una conducta omisiva, frente
a su conducta en particular.
Generalidades
Se trata de una actividad de gran relevancia práctica para las partes puesto que,
al margen de la prueba de oficio, a través de la misma se determinará si sus esfuerzos
probatorios han logrado el objetivo de fijación del material fáctico base para la aplicación
del derecho y, de ese modo, lograr en definitiva una decisión judicial estimatoria de su
pretensión.
Por su parte Varela nos dice que la valoración o evaluación constituye un acto de
trascendental importancia dentro del proceso y de la etapa preparatoria, dado que el
resultado que se obtenga a través de él dependerá la suerte del juicio que tanto se puede
traducir en la condena como en la absolución del acusado en materia criminal, como en
la obtención de una justa reparación del daño sufrido o de pérdida.
Libre Convicción: Es la apreciación directa e inmediata por parte del Juez, de los
medios de pruebas evacuados.
La Tarifa Legal: La ley impone al Juez que forma debe aplicar para valorar la prueba.
Artículo 508 CPC: Para la apreciación de la prueba de testigos, el Juez examinará si las
deposiciones de éstos concuerdan entre sí y con las demás pruebas, y estimará
cuidadosamente los motivos de las declaraciones y la confianza que merezcan los
testigos por su edad, vida y costumbres, por la profesión que ejerzan y demás
circunstancias, desechando en la sentencia la declaración del testigo inhábil, o del que
apareciere no haber dicho la verdad, ya por las contradicciones en que hubiere incurrido,
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La Sana Crítica:
• Artículo 507 CPC. A menos que exista una regla legal expresa para valorar el
mérito de la prueba, el Juez deberá apreciarla según las reglas de la sana crítica.
• Artículo 509 CPC. Los Jueces deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se
hayan producido, aun aquellas que a su juicio no fueren idóneas para ofrecer
algún elemento de convicción, expresándose siempre cuál sea el criterio del Juez
respecto de ellas.
1) Prueba Legal.
a) Prueba documental
La prueba de declaración de la parte no tiene valoración legal, sino que será libre.
Señala la Exposición de Motivos de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC XI, párrafo VIII)
que “no resulta razonable imponer legalmente, en todo caso, un valor probatorio pleno a
tal reconocimiento o confesión. Como en las últimas décadas ha venido afirmando la
jurisprudencia y justificando la mejor doctrina, ha de establecerse la valoración libre,
teniendo en cuenta las otras pruebas que se practiquen”.
acta. En efecto, como objeto del reconocimiento es entre otras cosas hacer constar los
hechos o circunstancias apreciados por el propio juzgador, en un proceso caracterizado
por la inmediación, se dificulta que en la valoración no tenga fijado lo que el mismo
juzgador apreció y se hizo constar fehacientemente, sean elementos objetivos o
subjetivos, puesto que lo contrario permitiría su consideración de actitud arbitraria.
Valoración libre no significa arbitrariedad, entre otras cosas, porque ésta queda
prohibida en el art. 93 CE cuando prevé que la Constitución garantiza la interdicción de
la arbitrariedad de los poderes públicos. Con la expresión “libre” solamente se hace
referencia a que el juzgador no se encuentra sometido al sistema legal de valoración que
hemos visto antes. La fijación del material fáctico vendrá determinada en función de la
convicción judicial, y ésta se alcanzará mediante los criterios de razonamiento común,
mediante determinadas reglas científicas o técnicas, o, en los términos tradicionales de
nuestras leyes.
Artículo 445 CPC. Negada la firma o declarado por los herederos o causahabientes no
conocerla, toca a la parte que produjo el instrumento probar su autenticidad. A este
efecto, puede promover la prueba de cotejo, y la de testigos, cuando no fuere posible
hacer el cotejo.
los motivos: razones que produzcan el convencimiento o la certeza del juez sobre los
hechos. Probar os el proceso cognoscitivo en el cual, a través de la exposición y manejo
de los medios de prueba (testimonios, documentos, indicios, etc.), las partes construyen
los elementos de juicio (pruebas) que llevarán al juez a una convicción respecto de la
ocurrencia de los hechos afirmados por las partes. Estos hechos son los presupuestos
para la aplicación de las normas favorables a las partes, que generan el amparo judicial
de sus pretensiones procesales.
Cuando un hecho gozo do presunción legal prosigue Devis Echandia, está exento
de prueba. Entonces no se impone a la contraparte la carga de probarlo, sino de
demostrar los otros hechos que alegue para desvirtuar aquel. Quien afirme el hecho
contrario al presumido que, como tal, no es objeto de presunción, tiene la carga, no la
obligación de probarlo, a esto erróneamente se le ha llamado inversión o redistribución
de la carga de la prueba. El hecho presumido no necesita prueba, en consecuencia, no
hay carga, al no haber carga menos aún debe haber inversión de esta. Por otro lado, la
carga no distribuye la prueba sino, como señala Devis Echandia, el riesgo de la falta de
prueba o de certeza.
LA CONFESIÓN FICTA
➢ Solo quedará al confeso ficto, las prohibiciones de la ley, cosa juzgada, caducidad de
la acción y falta de cualidad del actor.
2. Sentenciar sólo ateniéndose a la "confesión del demandando" sin otra prueba que
adminiculada a esa presunción y suprimiendo lapsos probatorios y actos, se hace
contrario a lo dispuesto en el numeral 5 del referido Art. 49. Se podrá argumentar que allí
no se está obligando a admitirse culpable pues tuvo la oportunidad de negar los hechos
y contradecir la demanda, cuestión que se comparte, pero la circunstancia de suprimir
derechos como: presentar documentos públicos, absolver posiciones e informes, es una
manera de traer forzada la confesión y hacerla efectiva como una sanción procesal, lo
que desvirtúa la naturaleza misma de la confesión. En toda norma legal hay un supuesto
de hecho y un efecto de derecho que sólo se produce cuando en el proceso se
establecen concretamente los hechos que en forma abstracta ha previsto el supuesto
normativo.
Sin embargo, los aspectos que nos interesan deben ser analizados para concretar
cómo opera la confesión ficta. A tal respecto, tomaremos como base el
excelente trabajo del Dr. Cabrera Romero (2000, N° 12, pp.7-50). Conforme al artículo
362, para que se tenga confeso al demandado que no contestó la demanda es necesario
que se den tres requisitos:
2. Que en el término probatorio nada probare que lo favorece. Este aspecto presenta
una serie de interrogantes, debido a que no existe una precisión del legislador acerca del
significado que contiene el Art. 362 del C.P.C, que dice "si nada probare que le
favorezca". El Dr. Cabrera Romero, afirma que este ha sido uno de los aspectos más
discutidos en la doctrina venezolana, a tal efecto, existen autores que son defensores de
la tesis que probar algo que le favorezca le permitía al demandado una libertad absoluta
de probar cualquier hecho.
3. Que la petición del actor no sea contraria a derecho. El primer problema es definir
qué significado tiene la expresión "en cuanto no sea contraria a derecho la petición del
demandante". Se puede mirar, en principio, conforme a las causales de inadmisibilidad
que contiene el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, esto es, que no sea
contraria al orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de la
Ley. Pienso que esas causales son parte del alcance de esa expresión. Puesto que, el
demandado no tiene chance para impugnar la admisión de la demanda que esté afectada
de tales causales, sino en el momento de la contestación mediante la oposición de la
cuestión previa prevista en el ordinal 11° del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil, de manera que si no comparece al acto de contestación no podrá oponer las
cuestiones previas, le quedará el camino de probar que la pretensión es contraria a
derecho.
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Para culminar lo relacionado con la confesión ficta hay que advertir que en
aquellos juicios en donde está interesado el orden público o en aquellos en donde es
demandado el Estado (o ente público que goce de los beneficios del fisco) no son
aplicables los efectos del artículo 362 del C.P.C. en el primero caso, por ejemplo, en los
juicios de divorcio y separación de cuerpos, la no asistencia del demandado al acto de la
contestación se entenderá como contradicción de la demanda en todas su partes
conforme al art. 758 del C.P.C; lo mismo acontece con el estado civil de las personas
(Artículo 504 del C.C y 771 del C.P.C). Debe tenerse constitutivos. Por ejemplo, el estado
civil de las personas se constituye por actos o hechos jurídicos: el matrimonio o el
nacimiento. Hay algunos hechos que pueden ser acreditados, distintos a estos
constitutivos, como el trato, la fama, las relaciones sexuales, etc., que sirven de base
para una decisión, que perfectamente pueden ser confesados.
LA CONTRAPRUEBA
La Valoración de los Indicios: Artículo 510 CPC. Los Jueces apreciarán los indicios
que resulten de autos en su conjunto, teniendo en consideración su gravedad,
concordancia y convergencia entre sí, y en relación con las demás pruebas de autos.
a) Naturaleza probatoria. Según su "nombre mismo lo expresa {index), el indicio es, por
decirlo así, el dedo que señala un objeto. Su fuerza probatoria reside en el grado de
necesidad de la relación que revela entre un hecho conocido (el indiciarlo), psíquico o
físico, debidamente acreditado, y otro desconocido (el indicado), cuya existencia se
pretende demostrar. Para que la relación entre ambos sea necesaria será preciso que el
hecho "indiciario" no pueda ser relacionado con otro hecho que no sea el "indicado": es
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lo que se llama "univocidad" del indicio''. Si el hecho indiciario admite una explicación
compatible con otro hecho distinto del indicado, o al menos no es óbice para ella, la
relación entre ambos será contingente: es lo que se llama "indicio anfibológico".
b) Silogismo indiciario. La naturaleza probatoria del indicio no está in re ipsa, sino que
surge como fruto lógico de su relación con determinada norma de experiencia, en virtud
de un mecanismo silogístico, en el cual el hecho indiciario es tomado como premisa
menor, y una enunciación basada en la experiencia común funciona como premisa
mayor. La conclusión que surge de la relación entre ambas premisas es la que otorga
fuerza probatoria al indicio. Así, por ejemplo, la tenencia de la res furtiva no importa, en
sí misma, prueba alguna acerca de que su tenedor sea el ladrón. Pero si a aquélla se la
enfrenta con una regla que enuncie: "Quien roba una cosa, ordinariamente, la conserva
en su poder", la conclusión que de la relación de ambas se obtenga puede presentar
valor conviccional. El respectivo silogismo quedaría configurado así: Quien roba una
cosa, ordinariamente, la conserva en su poder. El imputado tenía en su poder la cosa
robada. Luego, el imputado probablemente la robó. Esto evidencia que la eficacia
probatoria de la prueba indiciaría dependerá, en primer lugar, de que el hecho
constitutivo del indicio esté fehacientemente acreditado; en segundo término, del grado
de veracidad, objetivamente comprobable, de la enunciación general con la cual se lo
relaciona con aquél; y, por último, de la corrección lógica del enlace entre ambos
términos.
Pero si la posesión es comprobada lejos del lugar del hecho indiciario (tenencia)
admite múltiples explicaciones compatibles con hechos distintos del de la sustracción,
que es el que se pretende acreditar".
Pruebas Ilícitas: Son aquellas que se han obtenido o valorado con vulneración de
derechos constitucionales e implican un perjuicio real y efectivo para alguna de las partes
del proceso.
Valoración de la prueba ilícita: Tratándose del valor otorgado a la prueba ilícita; existe
unidad de criterio por lo menos en nuestra latitud, con relación a restarle el valor a la
prueba ilícita ya sea por vicios en su obtención (medio) o por la ilicitud de lo que se
pretende demostrar, pero la situación varía sustancialmente cuando se trata de la prueba
derivada de una violación a derechos fundamentales. Las soluciones brindadas al
respecto han sido tres:
-Una posición conservadora concluye que deben admitirse y valorarse las pruebas lícitas,
aun cuando se hubiera llegado a ellas con base en un procedimiento viciado, por ser
irrelevantes el modo de obtenerlas y considerarse superior el interés de la colectividad
en que no se deje sin castigo una conducta delictiva por causa de un formalismo o
tecnicismo procesal, aunque implique sacrificar los intereses del particular en el caso
concreto.
-La segunda posición, se conoce como la regla de exclusión o derivada de ésta, la teoría
de los frutos del árbol envenenado. En ésta no existen dos intereses en conflicto, ya que
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si bien es cierto surge un interés de la comunidad en que los delitos sean reprimidos,
también hay un interés de que en la administración de justicia resplandezca la verdad.
- Por último, una posición intermedia indica que no es posible establecer reglas fijas para
admitir o rechazar la prueba en general ilícita, por lo que ello se establece en cada caso,
tomando en consideración diversos factores.
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CONCLUSIÓN
Aunado a esto, resumimos que la norma jurídica regla la conducta humana, y para
la solución de controversias se hace indispensables las pruebas del derecho, pues la
administración de justicia se haría imposible sin el cumplimiento de este requisito y
la seguridad del tráfico jurídico en general naufragaría en la más completa incertidumbre.
De esta manera, la evaluación que debe efectuar el juzgador, ya que tal acto es
su misión, implica adquirir, mediante las leyes lógicas del pensamiento, una conclusión
que pueda señalarse como secuencia razonada y normal de la correspondencia entre la
prueba producida y los hechos motivo de análisis en el momento final de la deliberación.
Por esta razón podemos decir que La función del Juez en la etapa de valoración
probatoria, que constituye una de las más importantes del proceso, dado que de esta
depende, en definitiva, la suerte del juicio se desenvuelve dentro de carriles lógicos y
psicológicos y también supone un continuo acto de voluntad para no dejarse llevar por
las primeras impresiones o por ideas preconcebidas.
Asimismo, brotan las informaciones fácticas que pueden usarse en las causas
judiciales. Estos elementos se diferencian en cuanto al contexto. El contexto de las
fuentes de prueba es de descubrimiento y el de los medios es de justificación. El primero
es netamente cognoscitivo, en tanto que el segundo tiene una base epistemológica,
aunque en él también juegan aspectos argumentativos. Esto significa que los medios de
prueba se basan en las fuentes probatorias y en la información fáctica de éstas, pero
como ingresan al escenario de debate del proceso jurisdiccional, son empleados por las
partes para cumplir un rol argumentativo y por el juez para justificar su decisión.
Así mismo, la presencia de las partes en el tribunal y en el lugar de los hechos, mediante
apoderados, garantiza el principio de control de la prueba, por lo que el derecho a la
defensa tiene la posibilidad de ejercerse cabalmente, se trata de una forma de
implementar la libertad de medios.
RECOMENDACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Código de Procedimiento Civil Venezolano (CPC); Gaceta Oficial No. 4209 Extraordinario
del (1990).
Devis-Echandía, H. (1995). Teoría general de la prueba judicial. (4a ed.). Medellín: Dike.