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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS
LLANOS OCCIDENTALES -EZEQUIEL ZAMORA EN
CONVENIO CON ENLACE LATINOAMERICANO
DE UNIVERSIDADES
Bolivariana de Venezuela

s de TRABAJO DE INVESTIGACION DOCUMENTAL


“LA CARGA DE LA PRUEBA Y SU VALORACION EN MATERIA CIVIL”
IV TRIMESTRE-SECCIÓN “A”
Derecho Probatorio
FACILITADOR: Abg. Baldassare Alesadro Piazza Ortiz

APELLIDOS Y NOMBRES CÉDULA DE CORREO ELECTRÓNICO


IDENTIDAD Nº
Rojas Sánchez, Lindeliz Carolina 14.041.298 carlizdee@hotmail.com

San Cristóbal, Febrero de 2020.


ii

pp.
ÍNDICE

Portada i
Índice ii

Introducción 1-3
CONTENIDO
Objetivo General 4
Objetivos Específicos 5
Teoria General de la Prueba 6-8
Fin Prueba 8
Objeto de la Prueba 9-12
Medios de la Prueba 12-14
Los Medios de la Prueba en el ordenamiento Positivo Venezolano. 14
La Carga de la Prueba 14
La Carga de la Prueba y su Fuerza Obligatoria 15
Clases de Carga de Prueba 16
Valoración de la Prueba en Materia Civil 17-22
Inversión de la Carga de la Prueba 23-27
La Confesión Ficta 27
La Contraprueba 23-24
La Valoración de la Prueba de las presunciones y los indicios 27-32
Conclusión 33-35
Recomendación 36
Referencias Bibliográficas. 37
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INTRODUCCIÓN

En el trabajo de investigación documental que se presenta a continuación, podemos


el derecho probatorio tiene una gran importancia para la práctica jurídica y la aplicación
de la ley. En nuestro contexto, el desarrollo científico del derecho probatorio,
particularmente la carga de la prueba también puede considerarse como un buen ejemplo
especialmente del trabajo y el progreso científico en el Derecho, el que por cierto se dio
de una manera realmente impresionante.

Ello en consonancia con el crecimiento y notable desarrollo del Derecho Procesal


Civil durante los siglos XVIII y especialmente XIX en Europa. ¿Fueron quizá el impulso
del proceso común con su escrituración y falta de publicidad del examen judicial de la
prueba reflejado en reglas fijas o tasadas de valor, luego disipado con la caída del antiguo
imperio y las tormentas de las conquistas napoleónicas que sellaron la caída de estos
viejos sistemas aun existentes por entonces? Quizá sí, y en especial nuevos modelos de
proceso en los Estados desarrollados, en parte inspirados en las leyes francesas sobre
procedimiento. En efecto se dio un cambio radical hacia un proceso oral, público,
orientado por las partes, con libre apreciación de las pruebas como reflejo de las ideas
de reforma de esa época.-

El CPO alemán del año 1877 como parte de las Leyes de Justicia del Imperio,
significó un cierre provisorio a esta evolución. Ya no era el uso directo o indirecto del
secretismo los que primaban sino principios propios del nuevo proceso por audiencias
con el juego de la preclusión y el rol de la eventualidad. Así se fue gradualmente
reemplazando también la teoría de la prueba legal. La nueva codificación liberal alemana
fue convincente y tuvo una importancia fundamental para la unidad jurídica en Alemania
y más allá, una fuerte influencia para muchos otros países en el mundo. Y esto aún tiene
validez en la actualidad.

Con la libertad del juez para evaluar todas las pruebas un nuevo problema entró
a la escena judicial, por cierto, imperceptible inicialmente. La libertad en el derecho de la
prueba no era y no es ¡limitada. ¿Qué clase de libertad tenía entonces el juez en este
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nuevo sistema de valoración de la prueba? Esta pregunta ya que, al menos, está obligado
por la lógica o ley científica. Basta pensar en las cortes estatales en los casos de
"Exorcismo" ante tribunales seculares. ¿Cuándo y bajo qué circunstancias, el tribunal
puede ser convencido por cualquier ficto? Es especialmente a partir de mediados del
siglo XIX que la jurisprudencia se ocupa sobre la controvertida cuestión de cómo
relacionar estos temas con la carga de la prueba. ¿Quién debe soportar y qué reglas
debieran regir en el supuesto que el juez continúe aún sin prueba suficiente? A estas y
otras preguntas similares de derecho de la prueba se dedicaron un gran número de
monografías e investigaciones en la segunda mitad del siglo XIX. Con el principio de la
oralidad, el proceso por audiencias y el rol central de la prueba en especial, sumado a la
eliminación de antiguas restricciones procesales, muchos arribaron a la conclusión de
que todas las pruebas debían estar vinculadas a las peticiones de las partes y que, sobre
la base de los debates con alegación y prueba celebrados a lo largo del todo proceso,
era posible tener por verificada en la decisión la producción o no de una prueba. La carga
(subjetiva) de la prueba dirigida a las partes para el desarrollo de su actividad probatoria
a partir de la ley y reflejadas en una decisión judicial.

Por lo anteriormente señalado, se considera que, siendo el objetivo fundamental


de las partes en el proceso, el convencimiento del Juez a través de las pruebas, para ello
será necesario que éstas sean promovidas en la forma proyectada en la ley civil adjetiva
y, ante la diversidad de posiciones en torno al punto de su promoción, resulta fundamental
tratar de explicar cómo se promueven adecuadamente los medios de prueba en el proceso
civil venezolano.

Es así como el objetivo general de este estudio es analizar la forma de promoción


de los medios de prueba en el proceso civil venezolano. Y como objetivos específicos:
establecer el contenido del derecho a la prueba judicial; delimitar la noción procesal de
formalidad esencial de los actos procesales; analizar el tratamiento del conjunto de
formalidades procesales que debe reunir el acto de promoción de medios de prueba y
describir el fin de la prueba judicial.
3

Para finalizar la investigación se busca desarrollar algunas ideas sobre el impacto


de estas nociones en la génesis de las áreas del derecho probatorio y realizar una reflexión
de los derechos fundamentales.

Por último, con las herramientas que podamos obtener con nuestra investigación,
trataremos de dilucidar lo que, en nuestro entender y con nuestras interpretaciones, debe
ser o no la carga de la prueba, así como las dolencias que pueden llegar a ser
contrarrestadas mediante la corrección de posibles fallas que le puedan ser innatas o que
simplemente pueda estar padeciendo por la injerencia de factores que le sean externos y
extraños para el cabal cumplimiento de sus fines.
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3

OBJETIVO GENERAL

Analizar y comprender la forma de promoción de los medios de prueba como parte


integral en el proceso civil venezolano, los sistemas valoración de la prueba, así como
sus principios generales, con el propósito de dotarnos de los conocimientos necesarios
para aplicarlos en los diferentes procedimientos cualquiera que fuere la jurisdicción en
que se lleven a cabo.
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OBJETIVOS ESPECIFICOS

1. Conocer los distintos principios del derecho probatorio, toda vez que ellos
mantienen su propia identidad, pero se integran en las diversas actuaciones
procesales.

2. Entender la importancia de la carga probatoria como pilar fundamental en esta


la teoría de la prueba.
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5

TEORIA GENERAL DE LA PRUEBA

A diferencia de lo que ocurre con ciertas instituciones y conceptos jurídicos, que


atañen sólo a determinada rama del Derecho, la noción de prueba no solo tiene relación
con todos los sectores del Derecho, sino que trasciende el campo general de éste para
extenderse a todas las ciencias que integran el saber humano e, inclusive, a la vida
práctica cotidiana. Se la puede concebir como la razón o argumento mediante el cual se
pretende demostrar y hacer patente la verdad o falsedad de un hecho.

Carnelutti (1996) considera la prueba no sólo al objeto que sirve para el


conocimiento o el hecho, sino también la certeza o convicción que aquel proporciona. En
sentido amplio, define a la prueba como un equivalente sensible del hecho que habrá de
valorarse.

Según Jeremías Benthan (2005), dijo la Prueba es “algo mágico que tiene el
proceso: un hacer reaparecer presente aquello que ha pasado, un hacer tornar inmediato
aquello que ha desaparecido en su inmediatez, un hacer representar vivos sentimientos
que se han consumido y en general más singular todavía, hacer tornar integra una
situación que se ha descompuesto”; igualmente, afirmó “El Arte del proceso no es
esencialmente otra cosa que el Arte de Administrar Pruebas”.

Explica Chiovenda (2005), considera que la prueba consiste “en crear el


convencimiento al Juez sobre la existencia o inexistencia de los hechos en el proceso,
lo que implica suministrarle los medios para tal fin”, Silva Melero señala que la prueba
“es un medio o Instrumento que se emplea en el proceso para establecer la verdad”,
Sanojo (1963), afirma que la prueba en un “hecho cierto y conocido del cual se deduce
otro hecho acerca de cuya existencia hay alguna controversia entre las partes”.

En Venezuela, la materia de pruebas se concretiza básicamente en el artículo 49,


ordinal 1º de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), a
través del derecho de defensa, en dos principios: el de contradicción y control de la
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prueba; como la transgresión de dichos principios causa indefensión a la parte


perjudicada, el fallo que se dicte será casable cuando el proceso adolezca de estos
vicios, pues así se consagra en el artículo 313 del Código de Procedimiento Civil (1990).

El derecho a la defensa, de acuerdo a la CRBV, es considerado como la


oportunidad de las partes para cuestionar las peticiones de la contraparte; el mismo es
de derecho público por emanar directamente de un derecho constitucional. Este derecho
se manifiesta a través del derecho a ser oído o a la audiencia, también denominado audi
alteram parte, el derecho de acceso al expediente, el derecho a formular alegatos y
presentar pruebas, derecho a una decisión expresa motivada y fundada en derecho: el
derecho a recurrir, el derecho de acceso a la justicia. El derecho de defensa es una
facultad fundamental, propia de la naturaleza de todos los seres humanos sujetos de
derecho, facultad que no puede ser transferida ni cedida; no es un derecho nuevo, no es
una obra de los tiempos modernos, desde los tiempos antiguos se ha venido apreciando,
aunque de forma diferente a como es concebido en la actualidad.

Como puede evidenciarse de los conceptos anteriores, las pruebas serían las
razones o argumentos que demuestran la existencia o inexistencia de un hecho, que
lleva al convencimiento de quien decide el procedimiento de determinación de
responsabilidades que una persona incurrió o no en un hecho generador de
responsabilidad administrativa, reparo o multa.

Precisado lo anterior, destacamos que los medios de prueba son todos los elementos
o instrumentos utilizados por las partes o el titular del órgano de control fiscal, que le
suministran las razones o argumentos para decidir, como lo dice Bello Tabares “el medio
de prueba es el vehículo o transporte por conducto del cual se llevan al proceso esas
razones o argumentos demostrativos de la existencia o inexistencia de los hechos
controvertidos” (1991).

La prueba, en Derecho, es la actividad necesaria que implica demostrar la verdad


de un hecho, su existencia o contenido según los medios establecidos por la ley.
La prueba recae sobre quien alega algo, ya que el principio establece que quien
alega debe probar. El que afirma algo debe acreditar lo que afirma mediante un hecho
positivo, si se trata de un hecho negativo el que afirma deberá acreditarlo mediante un
hecho positivo. Peirano sostiene que la prueba recae sobre ambas partes, se trate o no
de un hecho positivo. Si no, puede recaer sobre quien esté en mejores condiciones de
probar. Aquí se produce una distribución de la carga de la prueba.

En síntesis, la obligación de probar dependerá de la situación adquirida por las


partes en un proceso. Cada una de ellas deberá probar los hechos sobre los que funda
su defensa.

Y con relación a la licitud de la prueba, Cabrera (1997) señala que es otra causal
de oposición; la misma tiene lugar cuando la prueba promovida es contraria a la ley y,
por tanto, no puede ser admitida por el tribunal. Se trata de la ilegalidad en cuanto a la
promoción. La proposición del medio viola disposiciones legales, bien en sus requisitos
y formas o en la forma como se pretende que sea evacuada por el tribunal. Los medios
legales de prueba generalmente están regulados por normas que establecen requisitos
para su promoción; si estas normas no se cumplen o se infringen, la proposición del
medio es ilegal.

Fin de la prueba
✓ Obtener el establecimiento de la verdad.

✓ Lograr el convencimiento del juez. (opinión mayoritaria).

✓ Lograr la fijación formal de las afirmaciones de las partes.


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Objeto de la Prueba

Devis-Echandía (1995) señala que el objeto de prueba judicial, en general, puede


ser todo aquello que puede ser susceptible de demostración histórica, como algo que
existió, existe o puede llegar a existir y no simplemente lógica, como sería la
demostración de un silogismo o de un principio filosófico; es decir, que objeto de prueba
judicial son los hechos presentes, pasados o futuros y lo que puede asimilarse a éstos:
costumbre y la ley extranjera.

Por objeto de prueba debe entenderse lo que se puede probar en general, aquello
sobre que puede recaer la prueba; es una noción puramente objetiva y abstracta, no
limitada a los problemas concretos de cada proceso, ni a los intereses o pretensiones de
las diversas partes, de idéntica aplicación en actividades procesales y extraprocesales,
sean o no jurídicas, es decir, que, como la noción misma de la prueba, se extiende a
todos los campos de la actividad científica e intelectual. En sentido abstracto el objeto
de prueba es todo aquello que se pueda probar, en general sobre lo que puede recaer la
prueba. Para algunos autores, el objeto de la prueba son los hechos, para otros las
afirmaciones de las partes sobre los hechos.

Carnelutti (1996) procuró conciliar ambas posiciones, destacando un objeto


mediato (los hechos) y un objeto inmediato (las afirmaciones). Como se advierte, no es
pacífica la idea de cuál es el objeto de la prueba en el proceso. Se aprecia que la noción
objetiva y abstracta del objeto de prueba puede ser tomada como un concepto general.
Su formulación genérica permite tener como cierta la existencia de tal o cual suceso
cuando coinciden los presupuestos que requiere su expresión en derecho. En
consecuencia, como apunta Palacio (1975), pueden ser objeto de prueba tanto los
hechos del mundo exterior provengan de la naturaleza o de la acción humana, o de los
estados de la vida interior del hombre, como es la intención, conocimiento, voluntad. Esto
no excluye que puedan probarse las normas.
En el campo jurídico, más en el proceso, se concreta la generalidad, porque la
prueba se ocupa de hechos de relevancia y actos jurídicos que las partes afirman o
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niegan y que han de ser verificados por ellas para fomentar la convicción del juez acerca
de la razón que esgrime cada una de ellas en el conflicto.

Que la prueba recaiga sobre las afirmaciones y no sobre los hechos, postura que
actualmente cuenta con mayor apoyo, según Rivera (2006) no supone otra cosa que
entender que en tanto aquéllas son el vehículo imprescindible a través del cual los
hechos se introducen en el proceso, la única forma de probar los hechos es a partir de
la comprobación de la verdad de las afirmaciones vertidas en relación con ellos. En
criterio del autor citado, el objeto de la prueba lo es tanto el hecho, pues él se afirma en
el proceso, como la afirmación, puesto que la correlación u objeto de ésta es
precisamente un hecho.

Visto lo que puede ser objeto de prueba, que en términos generales es una noción
abstracta, con relación al proceso, pero objetiva, en cuanto a que es materializable, debe
determinarse qué debe ser probado, qué es propiamente el thema probandum o
necesidad de prueba, el cual es objetiva, hechos que pueden ser materia de prueba, y
concreta, con relación al caso o proceso concreto. Así que, es evidente que esto tiene
que ver en relación con el proceso concreto. Como en el mismo se debe aplicar unas
normas, es claro que el thema probandum son los elementos fácticos que sirven de
presupuesto a aquellas normas con base a las alegaciones de las partes.

De que se trata objeto de la prueba, según expresión de Couture, es de buscar


una respuesta para la pregunta: ¿Qué se prueba? ¿Qué cosas deben ser probadas?

Aquí el tema adquiere un sentido concreto y no abstracto. No se trata de


determinar en general y en abstracto, qué cosas pueden ser probadas, esto es, aquello
sobre lo que puede recaer una prueba, como cuando se discute si lo no ocurrido aún, a
los procesos anímicos internos, pueden ser objeto de prueba; sino de determinar qué
cosas deben ser probadas en un proceso judicial concreto, en el cual, además del juez
que ha de resolver la controversia y a quien van dirigidas las pruebas, concurren él las
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partes, interesadas en llevar a la convicción del juez la verdad o falsedad de los hechos
alegados.

La prueba es un acto de parte, ella tiene como destinatario al juez, el cual la recibe
y valora o aprecia en la etapa de decisión de la causa; y también al momento de decidir
la causa, el Juez se enfrenta a dos tipos de cuestiones; la quaestio iuris que refiere al
derecho aplicable, y la quaestio Facti, que se reduce a establecer la verdad o falsedad
de los hechos alegados por las partes.

El objeto de la prueba comprende fundamentalmente dos grandes


apartados: La prueba de los hechos y la prueba del derecho. El Código de
Procedimiento Civil venezolano hace expresa mención a los hechos y al derecho al
establecer en el Art. 340 como requisitos de la demanda "la relación de los hechos y los
fundamentos de derecho en que se basa la pretensión" (ord. 5) y en el Art. 389 las
circunstancias en las cuates no hay lugar al lapso probatorio, entre ellas: 1 "Cuando el
punto sobre el cual versare la demanda aparezca, así por ésta como por la contestación,
ser de mero derecho". 2 "Cuando el demandado haya aceptado expresamente los
hechos narrados en el libelo y haya contradicho solamente el derecho", y 3 "Cuando las
partes, de común acuerdo haya convenido en ello".

Como regla general puede afirmarse con Rosenberg que "Objeto de prueba son,
por lo regular, los hechos, a veces las máximas de experiencia y rara vez los preceptos
jurídicos".

Como dice Stein: "El objeto de la prueba procesal sólo lo pueden constituir los
preceptos jurídicos y los hechos, puesto que el juez tiene siempre la misión de subsumir
supuestos de hechos, es decir, conjunto de hechos, en los preceptos legales, con objeto
de afirmar o negar la procedencia de las consecuencias jurídicas de dichos supuestos
fácticos".
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Pues bien, ahora cuando se trata del objeto de la prueba, éste no puede consistir
sino en la afirmación, o alegación de los en que se fundamenta la pretensión, Como lo
exige para la demanda el Art. 340, Ord. 5 del Código de Procedimiento Civil.

Por consiguiente, normalmente, una identificación de principio entre el objeto de


la prueba y el objeto de la alegación, así como existe una estrecha correlación entre la
carga de la alegación y la carga de la prueba, conforme al conocido principio según el
cual, para demostrar un hecho en el proceso es menester haberlo afirmado, sea el actor
en la demanda, o bien el demandado en la contestación ".

En conclusión, puede sostenerse con Rosenberg, que hecho, en el sentido de


objeto de la prueba, es todo lo que pertenece a la tipicidad de los preceptos jurídicos
aplicables y forma la proposición menor del silogismo judicial; esto es: (Los
acontecimientos y circunstancias concretas determinados en el espacio y en el tiempo,
pasados y presentes, del mundo exterior y de la vida anímica humana, que el
derecho objetivo ha convertido en presupuesto un efecto jurídico".

Medios De Prueba: Por medios de prueba deben considerarse los elementos o


instrumentos utilizados por las partes y el juez, que suministren esas razones o
motivos.

El artículo 395 del Código de Procedimiento Civil, dispone: “Artículo 395: Son
medios de prueba admisibles en juicio aquellos que determina el Código Civil, el presente
Código y otras leyes de la República.
Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de prueba no prohibido
expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus
pretensiones. Estos medios se promoverán y evacuarán aplicando por analogía las
disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el Código
Civil, y en su defecto, en la forma que señale el Juez.”
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De la transcripción anterior, se evidencia que son medios de pruebas admisibles


en juicio, los que determina el Código Civil, el Código de Procedimiento Civil y otras leyes
de la República, además de aquellos no prohibidos por la ley y que las partes consideren
conducentes para la demostración de sus pretensiones.

Así las cosas, una vez se analice la prueba promovida, sólo resta al juzgador
declarar su legalidad y pertinencia y, en consecuencia, habrá de admitirla, salvo que se
trate de una prueba que aparezca manifiestamente contraria al ordenamiento jurídico, o
cuando el hecho que se pretende probar con el medio respectivo no guarde relación
alguna con el hecho debatido, ante cuyos supuestos tendría que ser declarada como
ilegal o impertinente y, por tanto, inadmitida. Luego entonces, es lógico concluir que la
regla es la admisión y que la negativa sólo puede acordarse en casos excepcionales y
muy claros de manifiesta ilegalidad e impertinencia, (…).

“Conforme ha sido expuesto por la doctrina procesal patria y reconocido por este
Tribunal Supremo de Justicia, el llamado sistema o principio de libertad de los medios de
prueba es absolutamente incompatible con cualquier intención o tendencia restrictiva de
admisibilidad del medio probatorio seleccionado por las partes, con excepción de
aquellos legalmente prohibidos o que resulten inconducentes para la demostración de
sus pretensiones, lo cual se deduce sin lugar a equívocos del texto consagrado en el
artículo 395 del Código de Procedimiento Civil, que dice: “Son medios de prueba
admisibles en cualquier juicio aquellos que determina el Código Civil, el presente Código
y otras leyes de la República. Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio
no prohibido expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración
de sus pretensiones. Estos medios se promoverán y evacuarán aplicando por analogía
las disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el
Código Civil, y en su defecto, en la forma que señale el Juez”.

Vinculado directamente a lo anterior, destaca la previsión contenida en el artículo


398 eiusdem, alusiva al principio de la libertad de admisión, conforme al cual el Juez,
dentro del término señalado, ‘… providenciará los escritos de pruebas, admitiendo las
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que sean legales y procedentes y desechando las que aparezcan manifiestamente


ilegales e impertinentes’.

Los medios de prueba en el ordenamiento positivo venezolano:

El código civil estudia la materia en el capítulo V del Título III, de su libro III, cuando
habla de la Prueba de las obligaciones y de su extinción” y su artículo 135 pauta: “quien
pida la ejecución de una obligación debe probarla, y quien pretenda haber sido liberado
de ella debe por su parte probar el pago o el hecho que ha producido la extinción de su
obligación”
De la forma transcrita se desprende que la teoría de la prueba no solo compete al
estudio de las obligaciones, sino que domina todo el derecho; ya que no basta ser titular
de un derecho de familia, real o de crédito, porque se ese derecho es desconocido,
tendrá que probarse su existencia para evitar se le considere como inexistente.
Código civil: El capítulo V del Libro III del Código Civil, consta de siete secciones donde
se encuentran las pruebas establecidas por el legislador venezolano: sección: 1º) de la
prueba por escrito. 2º) de la prueba de testigos. Sección 3º) de las presunciones.
Sección: 4º) de la confesión. Sección 5º) del juramento. Sección 6º) de la experticia.
Sección 7º) de la inspección ocular”.

LA CARGA DE LA PRUEBA

Deber, Derecho o Carga de la Prueba:


• Artículo 1.354 CC: Quien pida la ejecución de una obligación debe probarla, y
quien pretenda que ha sido libertado de ella debe por su parte probar el pago o el
hecho que ha producido la extinción de su obligación.
• Artículo 506 CPC: Las partes tienen la carga de probar sus respectivas
afirmaciones de hecho. Quien pida la ejecución de una obligación debe probarla,
y quien pretenda que ha sido libertado de ella, debe por su parte probar el pago o
el hecho extintivo de la obligación.
• Los hechos notorios no son objeto de prueba.
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La carga de la prueba y su fuerza obligatoria

Desde el punto de vista procesal, la actitud de las partes frente a la Carga de la


Prueba difiere en cuanto a su fuerza obligatoria, ya que, para el Juez resulta imperativa,
al ser una norma de orden público, debido a que es su deber, el afirmar o negar, las
consecuencias jurídicas materia del litigio, y a su vez el encargado de condenar o
absolver a las partes, a través de un pronunciamiento de Fondo.

En cuanto a las partes, su actividad, tiene que ver con el Principio de


Autorresponsabilidad, ya que si bien, éstas tienen la facultad de aportar o no, al
proceso, las pruebas que estimen convenientes para cada caso particular, a su vez no
se pueden eximir de las consecuencias jurídicas, de su conducta omisiva frente a la carga
de la prueba, ya que su inactividad probatoria, trae como resultado, que la decisión final
del Juez resulte adversa a sus intereses particulares, causada por el deber aportar los
medios probatorios adecuados y no hacerlo en la oportunidad procesal debida.

Con base en lo anterior se puede decir entonces, que la Carga de la Prueba, es


un fundamento Procesal, por medio del cual, le indica al Juez, la manera de fallar, cuando
cuente o no, con los medios probatorios adecuados que le sirvan, para llevarlo a la
certeza de los hechos materia del litigio, de manera que sean la base para fundamentar
su decisión final; Y a su vez para las partes, se considera, como una facultad o
posibilidad, de aportar los medios probatorios idóneos, para llevar al Juez, al
convencimiento de los hechos materia del litigio, y cuya omisión conlleva a unas
consecuencias desfavorables, que se pueden evitar cuando, se encarguen de probar, el
supuesto de hecho de la norma jurídica, que le conviene o le interesa, para cada caso
particular.
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Clases de Carga de la prueba.

Según la doctrina la carga de la prueba tiene un doble aspecto, tanto frente al


Juez, como para las partes, lo que permite que se pueda clasificar en dos tipos de carga,
una objetiva de carácter abstracto y otra subjetiva de carácter concreto, con relación, a
la regla de juicio para el Juez y la norma de conducta para las partes.

Frente a la carga subjetiva, ésta se puede entender como la actitud que asume
cada una de las partes, dentro del proceso, y que se relaciona con los hechos que cada
una quiere probar, dentro del mismo, si quiere obtener una decisión favorable a sus
intereses particulares: Por lo su naturaleza concreta difiere en la pretensiones del
demandante y en las excepciones del demandado, de manera que ésta carga subjetiva,
finalmente se relaciona con el Tema de Prueba.

Con relación a la carga objetiva, esta tiene que ver con el Juzgador, que se
convierte en una norma general de juicio, según la cual, cuando faltan o son insuficientes
los medios de prueba, con relación a los hechos que fundamentan, el derecho discutido,
aquel tiene el deber, de decidir de fondo, y de manera desfavorable para quien tenía la
facultad de aportarlas y no lo hizo en el momento debido; Por lo que de ésta manera se
le prohíbe al Juzgador una Sentencia inhibitoria ya que atentaría contra los fines del
proceso y de la administración de justicia, en cuanto a que se pueda realizar del derecho,
y a la pronta, adecuada y definitiva solución de los litigios.

Y en cuanto a su carácter abstracto tiene que ver, en que no se relaciona con los
intereses particulares de cada una de las partes dentro del proceso, sino que se convierte
una norma general o principio del derecho, la cual es aplicable a todo tipo de procesos.
Por lo que finalmente podemos concluir:
• Satisfecha la carga subjetiva de la prueba dentro del proceso, el Juez finalmente
decide, de acuerdo con lo alegado y lo probado, por cada una de las partes.
• En caso de que no se dé cumplimiento a esta carga, el Juez en aplicación de la carga
objetiva, tiene el deber de decidir de fondo y de manera desfavorable en contra de la
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parte, quien tiene el deber de su ejercicio, e incurrió en una conducta omisiva, frente
a su conducta en particular.

VALORACION DE LA PRUEBA EN MATERIA CIVIL

Generalidades

La valoración o apreciación de la prueba es la operación intelectual realizada por


el juez con la que se determinará la eficacia de los medios de prueba practicados para
la fijación de los datos fácticos mediante, según los casos, la convicción judicial o la
constatación de los presupuestos legalmente previstos. RAMOS MÉNDEZ, F., Guía para
una transición ordenada a la Ley de Enjuiciamiento Civil, cit., pág. 366.

Se trata de una actividad de gran relevancia práctica para las partes puesto que,
al margen de la prueba de oficio, a través de la misma se determinará si sus esfuerzos
probatorios han logrado el objetivo de fijación del material fáctico base para la aplicación
del derecho y, de ese modo, lograr en definitiva una decisión judicial estimatoria de su
pretensión.

La valoración debidamente motivada que realiza el órgano jurisdiccional en la


instancia es, desde luego, clave para el éxito de la pretensión. La jurisprudencia parte de
una premisa que la Sentencia de la Audiencia Provincial de Cáceres (Secc. 1ª), 1 de
febrero de 2007376. explica con toda claridad y rotundidad: “si la prueba practicada en
el procedimiento se pondera por el Juez que de forma racional y asépticamente, sin que
pugne con normas que impongan un concreto efecto para un determinado medio de
prueba, llegando a una conclusión razonable y correcta, tal valoración debe mantenerse
y no sustituirse por la subjetiva de quien impugna la expresada valoración”. De ese modo,
incluso mediante el recurso de apelación en el que por su amplitud se permite un examen
con igual amplitud y potestad a la del juzgador a quo., y mucho más con los
extraordinarios378., son pocas las posibilidades de que pueda ser rectificada, salvo que
se ponga de relieve un “manifiesto y claro error del juzgador a quo de tal magnitud y
diafanidad que haga necesaria, con criterios objetivos y sin el riesgo de incurrir en
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discutibles y subjetivas interpretaciones del componente probatorio existente en autos,


una modificación de la realidad fáctica establecida en la resolución apelada”. Las Palmas
(Secc. 3ª), 6 de febrero de 2007.

Según Cafferata la valoración de la prueba es una operación intelectual destinada


a establecer la eficacia conviccional de los elementos de prueba recibidos.

Para Devís Echandía la valoración o apreciación de la prueba judicial es aquella


operación que tiene como fin conocer el mérito o valor conviccional que pueda deducirse
de su contenido. Se trata de una actividad procesal exclusiva del juez. Es el momento
culminante y decisivo de la actividad probatoria. Su importancia es extraordinaria.

Por su parte Varela nos dice que la valoración o evaluación constituye un acto de
trascendental importancia dentro del proceso y de la etapa preparatoria, dado que el
resultado que se obtenga a través de él dependerá la suerte del juicio que tanto se puede
traducir en la condena como en la absolución del acusado en materia criminal, como en
la obtención de una justa reparación del daño sufrido o de pérdida.

La valoración de la prueba se puede definir como aquella operación mental que


realiza la autoridad jurisdiccional con el objeto de obtener de cada elemento probatorio
la suficiente convicción para determinar la culpabilidad o inocencia del imputado.

Libre Convicción: Es la apreciación directa e inmediata por parte del Juez, de los
medios de pruebas evacuados.

La Tarifa Legal: La ley impone al Juez que forma debe aplicar para valorar la prueba.

Artículo 508 CPC: Para la apreciación de la prueba de testigos, el Juez examinará si las
deposiciones de éstos concuerdan entre sí y con las demás pruebas, y estimará
cuidadosamente los motivos de las declaraciones y la confianza que merezcan los
testigos por su edad, vida y costumbres, por la profesión que ejerzan y demás
circunstancias, desechando en la sentencia la declaración del testigo inhábil, o del que
apareciere no haber dicho la verdad, ya por las contradicciones en que hubiere incurrido,
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o ya por otro motivo, aunque no hubiese sido tachado, expresándose el fundamento de


tal determinación

La Sana Crítica:
• Artículo 507 CPC. A menos que exista una regla legal expresa para valorar el
mérito de la prueba, el Juez deberá apreciarla según las reglas de la sana crítica.
• Artículo 509 CPC. Los Jueces deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se
hayan producido, aun aquellas que a su juicio no fueren idóneas para ofrecer
algún elemento de convicción, expresándose siempre cuál sea el criterio del Juez
respecto de ellas.

Prueba Legal Y Libre Valoración

La actividad intelectual de valoración por el juzgador no se somete generalmente


a normas jurídicas. Sin embargo, en algunas puntuales ocasiones, la ley, cuando se
cumplan sus presupuestos y condiciones y sin necesidad de convencimiento judicial,
establece la fijación del resultado de su práctica como fundamento de hecho de la
resolución. En el primer caso nos encontraremos ante el sistema de libre valoración o,
en términos legales, de valoración conforme a la “sana crítica”381.; en el segundo, ante
el sistema de valoración legal.

1) Prueba Legal.

El sistema de prueba legal prescinde del convencimiento del juzgador. El


legislador, sea por respeto al principio de aportación de parte o en aras de la seguridad
jurídica, introduce normas que contemplan medios de prueba mediante los cuales se
producirá la fijación fáctica, o al menos, la favorecerá, solamente cumpliendo las
exigencias que la misma norma establece. Se trata, por tanto, de conocer el contenido
concreto de estas normas y comprobar escrupulosamente el cumplimiento de sus
presupuestos y requisitos.
20

En realidad, normas de valoración legal solamente se encuentran propiamente


respecto de determinada prueba documental. Así y todo, merece hacerse mención a
alguna particularidad en la prueba de declaración de la parte y hasta incluso en la de
reconocimiento judicial, donde se vislumbra algún atisbo de prueba legal, aunque sea
indirectamente en el primer caso o meramente aparente en el último.

a) Prueba documental

La valoración legal de la prueba se aplica principalmente respecto de la prueba


documental, si bien solamente respecto a determinados supuestos y cuando concurran
los presupuestos legales que la autoricen.

b) Prueba de declaración de la parte

La prueba de declaración de la parte no tiene valoración legal, sino que será libre.
Señala la Exposición de Motivos de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC XI, párrafo VIII)
que “no resulta razonable imponer legalmente, en todo caso, un valor probatorio pleno a
tal reconocimiento o confesión. Como en las últimas décadas ha venido afirmando la
jurisprudencia y justificando la mejor doctrina, ha de establecerse la valoración libre,
teniendo en cuenta las otras pruebas que se practiquen”.

c) Prueba de reconocimiento judicial

Contrariamente a lo que ocurre en los anteriores supuestos, la LEC no contiene


una referencia expresa a la valoración del reconocimiento judicial, de modo que ha de
ser de “apreciación discrecional”. Sin embargo, las características propias del
reconocimiento judicial parecen acercar su valoración a la legal a efectos prácticos. En
primer lugar, consecuencia de su documentación por el secretario judicial cumpliendo
funciones de fedatario público que de algún modo viene a acercarse al documento
público y, por tanto, a la eficacia probatoria. En segundo lugar, y, sobre todo, por la lógica
y coherencia que supone que en la sentencia se haga constar lo mismo que figura en el
21

acta. En efecto, como objeto del reconocimiento es entre otras cosas hacer constar los
hechos o circunstancias apreciados por el propio juzgador, en un proceso caracterizado
por la inmediación, se dificulta que en la valoración no tenga fijado lo que el mismo
juzgador apreció y se hizo constar fehacientemente, sean elementos objetivos o
subjetivos, puesto que lo contrario permitiría su consideración de actitud arbitraria.

2) Libre Valoración De La Prueba.

El sistema de valoración libre es el general conforme al art. 218.2 LEC, de modo


que será necesaria previsión legal expresa para que no rija. En el mismo, la fijación de
los hechos se determinará a través de una operación intelectual de apreciación de la
prueba realizada conforme a métodos de razonamiento ordinarios para llegar a
conclusiones de convicción acerca de determinados datos396., o, en otros términos, para
que el juez acepte la probabilidad de que las afirmaciones fácticas se corresponden con
la realidad.

Valoración libre no significa arbitrariedad, entre otras cosas, porque ésta queda
prohibida en el art. 93 CE cuando prevé que la Constitución garantiza la interdicción de
la arbitrariedad de los poderes públicos. Con la expresión “libre” solamente se hace
referencia a que el juzgador no se encuentra sometido al sistema legal de valoración que
hemos visto antes. La fijación del material fáctico vendrá determinada en función de la
convicción judicial, y ésta se alcanzará mediante los criterios de razonamiento común,
mediante determinadas reglas científicas o técnicas, o, en los términos tradicionales de
nuestras leyes.

Control de la valoración de la prueba mediante los recursos

La jurisprudencia pone el énfasis en el punto relativo a la inmediación. Aquellas


pruebas en que, por la naturaleza y características de la práctica de la prueba, se
practican en un acto en presencia judicial, en principio irrepetible en directo,
especialmente claro en medios de prueba como la declaración de las partes, la testifical,
declaración del perito o el reconocimiento judicial, la jurisprudencia se muestra remisa a
22

revisar la valoración probatoria. Obstáculo que no concurrirá cuando la inmediación no


sea imprescindible en pruebas como la documental o la pericial cuando no haya de
declarar el perito.

INVERSIÓN DE LA CARGA DE LA PRUEBA

Inversión de la Carga: Es la figura que consiste en hacer pesar la carga de la prueba


sobre la parte que originariamente no está obligado a soportar este gravamen.

Artículo 445 CPC. Negada la firma o declarado por los herederos o causahabientes no
conocerla, toca a la parte que produjo el instrumento probar su autenticidad. A este
efecto, puede promover la prueba de cotejo, y la de testigos, cuando no fuere posible
hacer el cotejo.

Conocida también como inversión de la prueba, es la previsión que excepciona la


regla del «onus probandi» establecida como habitual. Aunque no se trata de un caso de
inversión de la carga de la prueba, se habla de inversión legal cuando, conforme a
una presunción legal o que no admite prueba en contra, queda dispensada de prueba la
parte favorecida por dicha presunción. La inversión propiamente dicha aparece en casos
de responsabilidad civil, y en materia contractual cuando se utilizan
determinadas cláusulas que generan la llamada inversión convencional de la carga de la
prueba al dejar establecidos determinados supuestos de hecho.

Pero, en principio, ¿hablamos con propiedad cuando decimos "inversión" o


"redistribución" de la carga de la prueba? Veamos, en primer lugar, qué se entiende por
prueba judicial. En sentido estricto, dice DEVIS ECHANDIA, prueba judicial es el conjunto
de razones o motivos que sirven para llevarle al juez la certeza sobre los hechos. Por
otro lado, medios de prueba son los elementos o instrumentos utilizados por las partes y
el juez, que suministran esas razones o motivos. Entonces, sigue DEVIS ECHANDIN,
probar es aportar al proceso, por los medios y procedimientos contemplados en la ley,
23

los motivos: razones que produzcan el convencimiento o la certeza del juez sobre los
hechos. Probar os el proceso cognoscitivo en el cual, a través de la exposición y manejo
de los medios de prueba (testimonios, documentos, indicios, etc.), las partes construyen
los elementos de juicio (pruebas) que llevarán al juez a una convicción respecto de la
ocurrencia de los hechos afirmados por las partes. Estos hechos son los presupuestos
para la aplicación de las normas favorables a las partes, que generan el amparo judicial
de sus pretensiones procesales.

Cuando un hecho gozo do presunción legal prosigue Devis Echandia, está exento
de prueba. Entonces no se impone a la contraparte la carga de probarlo, sino de
demostrar los otros hechos que alegue para desvirtuar aquel. Quien afirme el hecho
contrario al presumido que, como tal, no es objeto de presunción, tiene la carga, no la
obligación de probarlo, a esto erróneamente se le ha llamado inversión o redistribución
de la carga de la prueba. El hecho presumido no necesita prueba, en consecuencia, no
hay carga, al no haber carga menos aún debe haber inversión de esta. Por otro lado, la
carga no distribuye la prueba sino, como señala Devis Echandia, el riesgo de la falta de
prueba o de certeza.

LA CONFESIÓN FICTA

La Confesión Ficta La Contra Prueba: Artículo 362 CPC.


➢ Si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos indicados
en este Código se le tendrá por confeso en cuanto no sea contraria a derecho la
petición del demandante, si nada probare que le favorezca.

➢ En este caso, vencido el lapso de promoción de pruebas sin que el demandado


hubiese promovido alguna, el Tribunal procederá a sentenciar la causa, sin más
dilación, dentro de los ocho días siguientes al vencimiento de aquel lapso,
ateniéndose a la confesión del demandado.
24

➢ En todo caso, a los fines de la apelación se dejará transcurrir íntegramente el


mencionado lapso de ocho días si la sentencia fuere pronunciada antes de su
vencimiento.

➢ Solo quedará al confeso ficto, las prohibiciones de la ley, cosa juzgada, caducidad de
la acción y falta de cualidad del actor.

Ficta, cuando se declara confeso a quien no comparece a la contestación de la


demanda (Articulo 362, 868 y 887 C.P.C) o a la contestación de la reconvención (artículo
367 C.P.C), o no concurre, habiendo sido citado, a la absolución de posiciones juradas,
o perjure o se niegue a contestarlas (artículo 412 C.P.C).
La norma rectora con relación a la confesión ficta es el Art. 362 del Código de
Procedimiento Civil, que dice:

"Si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos


indicados en este Código, se le tendrá por confeso en cuanto no sea contraria a
derecho la petición del demandante, si nada probare que le favorezca. En este
caso, vencido el lapso de promoción de prueba sin que el demandado hubiese
promovido alguna, el Tribunal procederá a sentenciar la causa, sin más dilación,
dentro de los ocho días siguientes al vencimiento de aquel lapso, ateniéndose a la
confesión del demandado. En todo caso, a los fines de la apelación se dejará
transcurrir íntegramente el mencionado lapso de ocho días si la sentencia fuere
pronunciada antes de su vencimiento".

En principio se considera que el artículo 362 tiene vicios de inconstitucionalidad,


específicamente se pueden anotar dos aspectos, a saber:

1. Dicho artículo le confiere a la "Confesión Ficta" el carácter de prueba privilegiada, pues,


si se vence el lapso de promoción y el demandado no promovió ninguna, el tribunal debe
sentenciar sin más dilación dentro de los ocho días siguientes al vencimiento de aquel
lapso. Repárese que se está suprimiendo los informes y de paso se deja sin efecto lo
dispuesto en el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil que dispone que los
instrumentos públicos pueden producirse en todo tiempo hasta los últimos informes, y lo
relativo a la absolución de posiciones conforme lo estatuyen los artículos 405 y
25

406 ejusdem del C.P.C; esta supresión disminuye el derecho defensa o el


debido proceso estatuido en el Art. 49 de la Constitución Nacional.

2. Sentenciar sólo ateniéndose a la "confesión del demandando" sin otra prueba que
adminiculada a esa presunción y suprimiendo lapsos probatorios y actos, se hace
contrario a lo dispuesto en el numeral 5 del referido Art. 49. Se podrá argumentar que allí
no se está obligando a admitirse culpable pues tuvo la oportunidad de negar los hechos
y contradecir la demanda, cuestión que se comparte, pero la circunstancia de suprimir
derechos como: presentar documentos públicos, absolver posiciones e informes, es una
manera de traer forzada la confesión y hacerla efectiva como una sanción procesal, lo
que desvirtúa la naturaleza misma de la confesión. En toda norma legal hay un supuesto
de hecho y un efecto de derecho que sólo se produce cuando en el proceso se
establecen concretamente los hechos que en forma abstracta ha previsto el supuesto
normativo.

De modo que, si los hechos probados en el proceso no pueden ser subsumidos


en el supuesto normativo de la norma, la consecuencia jurídica no debe producirse. Esta
premisa debe aplicarse en los casos de confesión ficta, puesto que tal presunción legal
es sólo un medio de prueba de entre los varios permitidos por la ley. La confesión ficta
no obliga al juez a fallar a favor del demandante. Rodrigo Rivera Morales, cree, que debe
ser suprimido lo relativo a la sentencia inmediata o especial y simplemente agregar se le
tendrá como confeso en la apreciación para la decisión final.

Sin embargo, los aspectos que nos interesan deben ser analizados para concretar
cómo opera la confesión ficta. A tal respecto, tomaremos como base el
excelente trabajo del Dr. Cabrera Romero (2000, N° 12, pp.7-50). Conforme al artículo
362, para que se tenga confeso al demandado que no contestó la demanda es necesario
que se den tres requisitos:

1. Que el demandado no conteste la demanda. En términos absolutos este primer


requisito se refiere a la ausencia de contestación de la demanda, bien porque no
26

compareció dentro del lapso de su emplazamiento a hacer la contestación ni por sí, ni


por medio de apoderados; o porque habiendo comparecido a la contestación, ésta sea
ineficaz, cuestión que puede ocurrir por: ser extemporánea la contestación, que no se
realice a las exigencias de ley (art. 360 C.P.C), que la contestación sea deficiente porque
no contestó el fondo o porque sea insuficiente el poder del apoderado. Se puede
observar que en cualquiera de las hipótesis que se ha planteado no hay contestación de
demanda y por tanto dicha situación afecta su derecho a pruebas, pues, sólo podrá
hacerlo sobre los hechos a que se refiere la pretensión del actor.

2. Que en el término probatorio nada probare que lo favorece. Este aspecto presenta
una serie de interrogantes, debido a que no existe una precisión del legislador acerca del
significado que contiene el Art. 362 del C.P.C, que dice "si nada probare que le
favorezca". El Dr. Cabrera Romero, afirma que este ha sido uno de los aspectos más
discutidos en la doctrina venezolana, a tal efecto, existen autores que son defensores de
la tesis que probar algo que le favorezca le permitía al demandado una libertad absoluta
de probar cualquier hecho.

3. Que la petición del actor no sea contraria a derecho. El primer problema es definir
qué significado tiene la expresión "en cuanto no sea contraria a derecho la petición del
demandante". Se puede mirar, en principio, conforme a las causales de inadmisibilidad
que contiene el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, esto es, que no sea
contraria al orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de la
Ley. Pienso que esas causales son parte del alcance de esa expresión. Puesto que, el
demandado no tiene chance para impugnar la admisión de la demanda que esté afectada
de tales causales, sino en el momento de la contestación mediante la oposición de la
cuestión previa prevista en el ordinal 11° del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil, de manera que si no comparece al acto de contestación no podrá oponer las
cuestiones previas, le quedará el camino de probar que la pretensión es contraria a
derecho.
27

Para culminar lo relacionado con la confesión ficta hay que advertir que en
aquellos juicios en donde está interesado el orden público o en aquellos en donde es
demandado el Estado (o ente público que goce de los beneficios del fisco) no son
aplicables los efectos del artículo 362 del C.P.C. en el primero caso, por ejemplo, en los
juicios de divorcio y separación de cuerpos, la no asistencia del demandado al acto de la
contestación se entenderá como contradicción de la demanda en todas su partes
conforme al art. 758 del C.P.C; lo mismo acontece con el estado civil de las personas
(Artículo 504 del C.C y 771 del C.P.C). Debe tenerse constitutivos. Por ejemplo, el estado
civil de las personas se constituye por actos o hechos jurídicos: el matrimonio o el
nacimiento. Hay algunos hechos que pueden ser acreditados, distintos a estos
constitutivos, como el trato, la fama, las relaciones sexuales, etc., que sirven de base
para una decisión, que perfectamente pueden ser confesados.

LA CONTRAPRUEBA

La contraprueba incide igualmente sobre los hechos base de la aplicación de la


norma jurídica y tiende, por el contrario, a introducir en el ánimo del juez la duda acerca
de la veracidad de los hechos alegados y probados por la parte contraria. La
contraprueba tiende a demostrar la imposibilidad de la prueba principal practicada por la
parte actora.
Distinto a la contraprueba es la prueba de lo contrario, que incide sobre lo que
conocemos con el nombre de hechos impeditivos, extintivo o excluyentes en modo tal
que la prueba de éstos desvirtúa la realizada por la parte actora.

LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA DE LAS PRESUNCIONES Y LOS INDICIOS

Concepto De "Presunción".: La presunción, en sentido propio, es una norma legal que


suple en forma absoluta la prueba del hecho, pues lo da por probado si se acredita la
existencia de las circunstancias que basan la presunción y sin admitir demostración en
contrario.
28

- Aplicación En El Proceso Penal: Generalmente, se halla excluida con relación al


objeto del proceso penal, aunque a veces se la acepta respecto de hechos con incidencia
puramente procesal. Tal sería el caso, por ejemplo, de la presunción de fuga consagrada
en los códigos, cuando imponen el encarcelamiento preventivo si la amenaza penal
derivada de la posible condena supera cierto límite. En sentido lato, algunas leyes
establecen presunciones acerca de la concurrencia de ciertos extremos fácticos de la
imputación delictiva, pero su valor conviccional cede frente a la simple prueba en
contrario.

– Denominación Impropia: No obstante, comúnmente, la ley y la jurisprudencia utilizan


el término "presunción" en sentido impropio, como expresión equivalente a "indicio", o
bien intentando captar con aquella palabra la conclusión a que se puede llegar partiendo
del indicio. En este sentido, el indicio es considerado como la causa de la presunción, y
ésta viene a ser el efecto de aquél. Así ocurre en el C.P.P. cuando, respecto de los
extremos de la imputación delictiva, establece que el silencio del imputado no implica
"una presunción de culpabilidad" en su contra.

- Concepto De "Indicio": El indicio es un hecho (o circunstancia) del cual se puede,


mediante una operación lógica, inferir la existencia de otro.

La Valoración de los Indicios: Artículo 510 CPC. Los Jueces apreciarán los indicios
que resulten de autos en su conjunto, teniendo en consideración su gravedad,
concordancia y convergencia entre sí, y en relación con las demás pruebas de autos.

a) Naturaleza probatoria. Según su "nombre mismo lo expresa {index), el indicio es, por
decirlo así, el dedo que señala un objeto. Su fuerza probatoria reside en el grado de
necesidad de la relación que revela entre un hecho conocido (el indiciarlo), psíquico o
físico, debidamente acreditado, y otro desconocido (el indicado), cuya existencia se
pretende demostrar. Para que la relación entre ambos sea necesaria será preciso que el
hecho "indiciario" no pueda ser relacionado con otro hecho que no sea el "indicado": es
29

lo que se llama "univocidad" del indicio''. Si el hecho indiciario admite una explicación
compatible con otro hecho distinto del indicado, o al menos no es óbice para ella, la
relación entre ambos será contingente: es lo que se llama "indicio anfibológico".

b) Silogismo indiciario. La naturaleza probatoria del indicio no está in re ipsa, sino que
surge como fruto lógico de su relación con determinada norma de experiencia, en virtud
de un mecanismo silogístico, en el cual el hecho indiciario es tomado como premisa
menor, y una enunciación basada en la experiencia común funciona como premisa
mayor. La conclusión que surge de la relación entre ambas premisas es la que otorga
fuerza probatoria al indicio. Así, por ejemplo, la tenencia de la res furtiva no importa, en
sí misma, prueba alguna acerca de que su tenedor sea el ladrón. Pero si a aquélla se la
enfrenta con una regla que enuncie: "Quien roba una cosa, ordinariamente, la conserva
en su poder", la conclusión que de la relación de ambas se obtenga puede presentar
valor conviccional. El respectivo silogismo quedaría configurado así: Quien roba una
cosa, ordinariamente, la conserva en su poder. El imputado tenía en su poder la cosa
robada. Luego, el imputado probablemente la robó. Esto evidencia que la eficacia
probatoria de la prueba indiciaría dependerá, en primer lugar, de que el hecho
constitutivo del indicio esté fehacientemente acreditado; en segundo término, del grado
de veracidad, objetivamente comprobable, de la enunciación general con la cual se lo
relaciona con aquél; y, por último, de la corrección lógica del enlace entre ambos
términos.

c) Reglamentación legal. Si bien la ley no reglamenta especialmente la prueba


indiciarla, varias normas se refieren a ella, por lo cual no se puede negar su posible uso
en el campo del proceso penal. Empero, aunque aquéllas no existieran, esta
interpretación se justificaría por imperio de los principios de libertad probatoria y sana
crítica racional. Sin embargo, para asegurar la vigencia de garantías constitucionales,
hay disposiciones que impiden dar particular sentido indiciarlo a ciertos hechos, como
ocurre con la prohibición de fundaren el silencio del imputado una presunción de
culpabilidad. El C.P.P. contiene disposiciones en las cuales admite la prueba indiciaría.
Sin embargo, también acepta la prueba indiciarla en relación con la justificación de los
30

extremos de la imputación delictiva (aunque sean apreciaciones provisionales), como


cuando autoriza a la policía a detener sin orden judicial "a la persona contra la cual
hubiere sido sorprendida en flagrancia".

d) Indicios unívoco y anfibológico: idoneidad probatoria de cada uno. Puesto que el


valor probatorio del indicio es más experimental que lógico*, sólo el unívoco podrá
producir certeza', en tanto que el anfibológico tomará meramente verosímil o probable el
hecho indicado. La sentencia condenatoria podrá ser fundada sólo en aquél"; el otro
permitirá, a lo sumo, basar en él un auto de procesamiento o la elevación de la causa a
juicio".

Para superar aquella dificultad, se recomienda valorar la prueba indiciaria en


forma general, y no aisladamente, pues cada indicio, considerado separadamente, podrá
dejar margen para la incertidumbre, la cual podrá ser superada en una evaluación
conjunta. Pero esto sólo ocurrirá cuando la influencia de unos indicios sobre otros elimine
la posibilidad de duda, según las reglas de la sana crítica racional'. Si esta recíproca
influencia no se verifica, la simple suma de indicios anfibológicos, por muchos que éstos
sean, no podrá dar sustento a una conclusión cierta sobre los hechos que de aquéllos
se pretende inferir.

e) La tenencia de la "res furtiva". Uno de los indicios más frecuentemente manejados


en la práctica judicial es la tenencia de la res furtiva, de la cual se suele inferir la autoría
de su sustracción. En estos casos, la univocidad del indicio estará directamente
determinada por la proximidad, en el tiempo y en el espacio, del hecho indiciado con el
hecho indicado. En cuanto éstos comienzan a distanciarse en esas dimensiones,
comienza también a aparecer la posibilidad de explicaciones compatibles con hipótesis
distintas de la del hecho indicado. Si la res furtiva es hallada en poder de los imputados
a pocos metros del lugar del hecho, inmediatamente después de producido el
desapoderamiento, su tenencia podrá indicar unívocamente que aquéllos son los autores
de la sustracción.
31

Pero si la posesión es comprobada lejos del lugar del hecho indiciario (tenencia)
admite múltiples explicaciones compatibles con hechos distintos del de la sustracción,
que es el que se pretende acreditar".

f) Protección de la prueba indiciaría: Diversas normas legales tienden a preservar la


originalidad de algunas circunstancias indiciarías. Entre las de carácter procesal,
podemos citar la que le impone a la policía el deber de "cuidar que los rastros materiales
que hubiere dejado el delito sean conservados". Entre las de naturaleza penal, están las
que incriminaban penalmente la simulación de rastros de un delito.

Pruebas Ilícitas: Son aquellas que se han obtenido o valorado con vulneración de
derechos constitucionales e implican un perjuicio real y efectivo para alguna de las partes
del proceso.

Valoración de la prueba ilícita: Tratándose del valor otorgado a la prueba ilícita; existe
unidad de criterio por lo menos en nuestra latitud, con relación a restarle el valor a la
prueba ilícita ya sea por vicios en su obtención (medio) o por la ilicitud de lo que se
pretende demostrar, pero la situación varía sustancialmente cuando se trata de la prueba
derivada de una violación a derechos fundamentales. Las soluciones brindadas al
respecto han sido tres:

-Una posición conservadora concluye que deben admitirse y valorarse las pruebas lícitas,
aun cuando se hubiera llegado a ellas con base en un procedimiento viciado, por ser
irrelevantes el modo de obtenerlas y considerarse superior el interés de la colectividad
en que no se deje sin castigo una conducta delictiva por causa de un formalismo o
tecnicismo procesal, aunque implique sacrificar los intereses del particular en el caso
concreto.

-La segunda posición, se conoce como la regla de exclusión o derivada de ésta, la teoría
de los frutos del árbol envenenado. En ésta no existen dos intereses en conflicto, ya que
32

si bien es cierto surge un interés de la comunidad en que los delitos sean reprimidos,
también hay un interés de que en la administración de justicia resplandezca la verdad.

- Por último, una posición intermedia indica que no es posible establecer reglas fijas para
admitir o rechazar la prueba en general ilícita, por lo que ello se establece en cada caso,
tomando en consideración diversos factores.
33

CONCLUSIÓN

Para concluir, cabe destacar, que la prueba y la verdad se correlacionan, porque


mediante la prueba adquirimos la verdad, existen diversos tipos de medios probatorios
de los cuales algunos pueda que sean mejores que otros, pero todos revisten de una
importancia sin igual a la hora de valorar una prueba.

Aunado a esto, resumimos que la norma jurídica regla la conducta humana, y para
la solución de controversias se hace indispensables las pruebas del derecho, pues la
administración de justicia se haría imposible sin el cumplimiento de este requisito y
la seguridad del tráfico jurídico en general naufragaría en la más completa incertidumbre.

De esta manera, la evaluación que debe efectuar el juzgador, ya que tal acto es
su misión, implica adquirir, mediante las leyes lógicas del pensamiento, una conclusión
que pueda señalarse como secuencia razonada y normal de la correspondencia entre la
prueba producida y los hechos motivo de análisis en el momento final de la deliberación.

Por esta razón podemos decir que La función del Juez en la etapa de valoración
probatoria, que constituye una de las más importantes del proceso, dado que de esta
depende, en definitiva, la suerte del juicio se desenvuelve dentro de carriles lógicos y
psicológicos y también supone un continuo acto de voluntad para no dejarse llevar por
las primeras impresiones o por ideas preconcebidas.

Por consiguiente, se concluye que el fenómeno probatorio tiene tres grandes


facetas (actividad, medio y resultado), una de las cuales dice relación con los elementos
de prueba. Para un análisis completo de este fenómeno, la faceta referida a los medios
debe descomponerse en dos niveles: uno previo y extraño al proceso, y otro judicial.
Para una mejor exposición del tema, el primer nivel lo podemos individualizar con la
expresión “fuentes de prueba”, y el segundo con el giro “medios de prueba”.
34

Por esta razón en lo medular, ambos niveles son coincidentes en cuanto al


carácter que presentan los elementos probatorios. En efecto, tanto fuentes como medios
constituyen datos empíricos capaces de suministrar información útil para alcanzar un
conocimiento probable de los hechos controvertidos en un juicio civil. En este sentido,
las principales categorías de fuente y medios están integradas por personas que guardan
conocimientos sobre sucesos y por cosas que almacenan acontecimientos.

Asimismo, brotan las informaciones fácticas que pueden usarse en las causas
judiciales. Estos elementos se diferencian en cuanto al contexto. El contexto de las
fuentes de prueba es de descubrimiento y el de los medios es de justificación. El primero
es netamente cognoscitivo, en tanto que el segundo tiene una base epistemológica,
aunque en él también juegan aspectos argumentativos. Esto significa que los medios de
prueba se basan en las fuentes probatorias y en la información fáctica de éstas, pero
como ingresan al escenario de debate del proceso jurisdiccional, son empleados por las
partes para cumplir un rol argumentativo y por el juez para justificar su decisión.

Lo expuesto anteriormente no permite sostener que las fuentes o los medios


constituyan meros instrumentos argumentativos. Desde luego, pues las fuentes se
ubican en un plano ajeno a la argumentación. En el caso de los medios, su utilización en
el plano procesal no los transforma en herramientas puramente persuasivas, como
quiera que al fundarse en las fuentes de prueba tienen un origen indiscutiblemente
epistemológico.

Así mismo, la presencia de las partes en el tribunal y en el lugar de los hechos, mediante
apoderados, garantiza el principio de control de la prueba, por lo que el derecho a la
defensa tiene la posibilidad de ejercerse cabalmente, se trata de una forma de
implementar la libertad de medios.

Lo importante es que el juez de acuerdo al principio de inmediación presencie la


recepción del medio de prueba, lo cual no sólo garantiza la autenticidad de esta, sino el
35

mantenimiento de la igualdad procesal y del ejercicio del derecho a la defensa de las


partes.

La naturaleza de las pruebas en nuestra legislación es constitucional,


estableciendo, la Constitución Nacional, el derecho a la defensa en el artículo 49, lo
contrario, sería concebir un sistema sin pruebas, lo cual resultaría imposible, ya que daría
pie a la anarquía y a la inseguridad jurídica, ya que la prueba respalda el derecho da
carácter al proceso y respalda el derecho subjetivo de las partes.
36

RECOMENDACIONES

El tema de la carga de la prueba es bastante complejo, requiere de mucho


conocimiento preciso, por ello se recomienda la difusión de foros, cursos y seminarios
dirigidos a jueces, abogados, estudiantes y publico en general sobre la carga de la
prueba. Luego de los análisis doctrinarios, jurisprudenciales y de la verificación sobre
las normas consagradas en los códigos y leyes especiales, debemos reconocer la
especial atención que ha tenido el legislador en materia probatoria, sin embargo no
debemos obviar la participación de las partes dentro del derecho procesal, quienes tienen
la carga de probar sus afirmaciones y desvirtuar los alegatos de su contraparte, donde
el juez juega un rol importante, teniendo que observar las situaciones particulares de
cada caso, y las razones por las cuales la parte que se encontraba en mejores
condiciones de probar no lo hizo, a los fines de arribar a la verdad jurídica objetiva.
37

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Código de Procedimiento Civil Venezolano (CPC); Gaceta Oficial No. 4209 Extraordinario
del (1990).

Couture, E. (2005). Fundamentos del derecho procesal civil. Montevideo.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, gaceta oficial de la República


Bolivariana de Venezuela N° 5453, extraordinario, (2000).

Devis-Echandía, H. (1995). Teoría general de la prueba judicial. (4a ed.). Medellín: Dike.

García Grande, Maximiliano: Cargas probatorias dinámicas. Inaplicabilidad. Editorial


Juris.

Gian Antonio, Michelli: La carga de la prueba. Editorial Temis.

Peyrano, Jorge W. (director): Cargas probatorias dinámicas. Editorial Rubinzal-Culzoni.

Rosenberg, Leo: La carga de la prueba. Editorial BdeF.

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