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NHC

Nueva
I listona
de Colombia

PLANETA
NHC
Nueva
Historia
de Colombia

Director Científico y Académico


ALVARO TIRADO MEJIA

Asesores
JORGE ORLANDO MELO
JESÚS ANTONIO BEJARANO
A partir de 1977 comenzó a
darse el nombre de Nueva Historia a una
forma de investigar y analizar el pasado colombiano
diferente a la tradicional. Los historiadores que aparecían
asociados con ella no tenían puntos de vista muy homogéneos pero
el término se justificaba por ciertos rasgos comunes. Rompían con la
tradicional reducción de la historia al conocimiento de la evolución
política y militaren épocas más o menos remotas, al estudio de los grupos altos de
la sociedad, a! análisis del país desde una perspectiva muy centralista. Por ello,
después de una década de estudios. Nueva Historia ha llegado a incluir, como
contenido habitual y casi rutinario, la historia de laeconomía.delos conflictos sociales,
obreros y campesinos, de la cultura popular. Por ello, han tomado tal auge los trabajos de
historia regional, que permiten reconstruir la imagen de un país privado, complejo e
incluso contradictorio. Y por ello, al lado de los estudios sobre la colonia o la
indepedencia aparecen numerosas publicaciones sobre la historia más reciente. Los
nuevos historiadores ademas, se han caracterizado por la utilización amplia y rigurosa
de la documentación existente, por su esfuerzo de rigor metodológico, por el uso de
conceptos y aportes de las ciencias sociales y por el conocimiento de las más
avanzadas comentes de la investigación histórica actual. Por último, el creciente
desarrollo de la disciplina ha impuesto la ejecución de proyectos colectivos, en
los que cada autor puede referirse con mayor seguridad a los temas de su
especialidad y dentro de su propia orientación. Esta obra, Nueva
Historia de Colombia, escrita en lo fundamental por ■
historiadores de la nueva tendencia, es un buen ejemplo
de las virtudes que puede aportar tal forma de
comprender el pasado y el presente
de Colombia.

PLANETA
Plan de la obra

1 Colombia Indígena - Conquista y Colonia

2 Era Republicana

I Historia Política 1886-1946

II Historia Política 1946-1986

III Relaciones Internacionales, Movimientos Sociales

IV Educación y Ciencias, Luchas de la Mujer, Vida Diaria

V Economía, Café, Industria

VI Literatura y Pensamiento, Artes, Recreación


NHC
Nueva
Historia
de Colombia

II Historia Política
1946-1986

PLANETA
Dirección del proyecto: Gloria Zea
Gerencia general: Enrique González Villa
Coordinación editorial: Camilo Calderón Schrader

Material gráfico: Museo de Arte Moderno de Bogotá, Museo Nacional, Museo 20


de Julio, Museo de Desarrollo Urbano, Biblioteca Nacional, Biblioteca de la Cancillería
en el Palacio de San Carlos, Archivo de la Cancillería, Hemeroteca Luis López de
Mesa, Academia Colombiana de Historia, Federación Nacional de Cafeteros, Museo
Numismático del Banco de la República, Fondo Cultural Cafetero, Biblioteca de la
Universidad de Antioquia, Biblioteca Pública Piloto de Medellín, Archivo FAES,
Archivo Nacional de Colombia, Sala de la Constitución de la Casa de Nariño, Centro
Jorge Eliécer Gaitán, UTC, CTC, CGT, CSTC, Centro Cultural Leopoldo López
Alvarez de Pasto, Cromos, El Tiempo, El Espectador, El Siglo, Revista Proa, Patronato
de Artes y Ciencias, Centro de Documentación Musical (Colcultura), Conferencia
Episcopal Latinoamericana, Archivo de la Catedral de Bogotá, CINEP, Cinemateca
Colombiana, Compañía de Fomento Cinematográfico Focine, Corporación Nacional
de Teatro, Teatro Popular de Bogotá, Corporación de Teatro La Candelaria, Fundación
Teatro Libre de Bogotá, Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, Archivo
Melitón Rodríguez, Colección Pilar Moreno de Angel, Colección Carlos Vélez, Ar­
chivo Planeta Colombiana.

Diseño: RBA, Proyectos Editoriales, S.A. Barcelona (España)


Investigación gráfica: Juan David Giraldo
Asistente: Ignacio Gómez Gómez
Fotografía: Jorge Ernesto Bautista, Luis Gaitán (Lunga), Arturo Jaramillo, Guillermo
Melo, Oscar Monsalve, Jorge Mario Múnera, Vicky Ospina, Carlos Rodríguez, Fer­
nando Urbina.
Producción: Oscar Flórez Herreño
Impreso y Encuadernado por: Editorial Printer Colombiana Ltda.

©PLANETA COLOMBIANA EDITORIAL S.A., 1989


Calle 31, No. 6-41, Piso 18, Bogotá, D.E. Colombia

ISBN (obra completa) 958-614-251-5


ISBN (este volúmen) 958-614-255-8

La responsabilidad sobre las opiniones expresadas en los diferentes capítulos de esta


obra corresponde a sus respectivos autores.
Nueva historia de Colombia / director Alvaro Tirado Mejía. - Bogotá: Planeta Colombiana Editorial
1989.
8v.: ils., mapas; 24 cm.
Contenido: v.l: Colombia indígena, conquista y colonia / Gerardo Reichel-Dolmatoff... {et
al.] - v.2: Era republicana / Javier Ocampo López... [et al.] - v.l: Historia política 1886-1946 /
Jorge Orlando Melo... [et al.] - v.II: Historia política 1946-1986 / Catalina Reyes Cárdenas...
{et al.] - v.III: Relaciones internacionales, movimientos sociales / Fernando Cepeda Ulloa [et al.]
- v.IV: Educación y ciencia, luchas de la mujer, vida diaria / Magdala Velásquez Toro... [et al.]
- v.V: Economía, café, industria / Bernardo Tovar Zambrano... [et al.] - v.VI: Literatura y
pensamiento, artes y recreación / Andrés Holguín... [et al.]-
v. 1-2 corresponde al Manual de Historia de Colombia editado por Colcultura.
ISBN 958-614-251-5 Obra completa
1. COLOMBIA - HISTORIA - HASTA 1986. 2. COLOMBIA - CONDICIONES ECONÓ­
MICAS Y SOCIALES. 3. COLOMBIA POLÍTICA Y GOBIERNO, 1886-1986.1. Tirado Mejía,
Alvaro, 1940-

CDD 986.1
N83

Nueva historia de Colombia: historia política 1946-1986 / director académico Alvaro Tirado Mejía.
Bogotá: Planeta Colombiana Editorial, 1989.
v.II: 416 p. ils.; 24 cm.
Contenido: v.II. El gobierno de Mariano Ospina Pérez, 1946-1950 / Catalina Reyes Cárdenas.
El 9 de abril, asesinato de una esperanza / Arturo Alape. El 9 de abril en provincia / Arturo Alape.
El gobierno de Laureano Gómez. De la dictadura civil a la dictadura militar / Alvaro Tirado Mejía.
Rojas Pinilla: del golpe de opinión al exilio / Alvaro Tirado Mejía. Violencia, guerrillas y estructuras
agrarias / Gonzalo Sánchez Gómez. La violencia: de Rojas al Frente Nacional / Gonzalo Sánchez
Gómez. El origen del Frente Nacional y el gobierno de la Junta Militar / Gabriel Silva Luján.
Carlos Lleras y Misael Pastrana: Reforma del Estado y crisis del Frente Nacional / Gabriel Silva
Luján. Los terceros partidos en Colombia, 1900-1967 / Medófilo Medina Pineda. Historia militar
contemporánea / Alvaro Valencia Tovar. Iglesia católica y Estado colombiano (1886-1930) /
Fernán González González. Iglesia católica y Estado colombiano (1930-1985) / Fernán González
González. Del Frente Nacional al momento actual: diagnóstico de una crisis/Alvaro Tirado Mejía.

ISBN 958-614-155-8 tomo II


1. COLOMBIA - POLÍTICA Y GOBIERNO, 1946-1986. 2. COLOMBIA - HISTORIA -
PERÍODO DE LA VIOLENCIA, 1947-1957. 3. INSURRECCIÓN DEL 9 DE ABRIL DE 1948.
4. COLOMBIA - HISTORIA - FRENTE NACIONAL, 1958-1974.1. Historia política, 1946-1986.

CDD 986.1
N83
Sumario

Sumario

1 El gobierno de Mariano Ospina Pérez: 1946-1950


Catalina Reyes Cárdenas 9

2 El 9 de abril, asesinato de una esperanza


Arturo Alape 33

3 El 9 de abril en provincia
Arturo Alape 57

4 El gobierno de Laureano Gómez.


De la dictadura civil a la dictadura militar
Alvaro Tirado Mejía 81

5 Rojas Pinilla: del golpe de opinión al exilio


Alvaro Tirado Mejía 105

6 Violencia, guerrillas y estructuras agrarias


Gonzalo Sánchez 127

7 La Violencia: de Rojas al Frente Nacional .


Gonzalo Sánchez 153

8 El origen del Frente Nacional y el gobierno de la Junta Militar


Gabriel Silva Luján 179
Nueva Historia de Colombia, Vol. II

9 Lleras Camargo y Valencia, entre el reformismo y la represión


Gabriel Silva Luján 211

10 Carlos Lleras y Misael Pastrana:


reforma del Estado y crisis del Frente Nacional
Gabriel Silva Luján 237

11 Los terceros partidos en Colombia, 1900-1967


Medófilo Medina 263

12 Historia militar contemporánea


Alvaro Valencia Tovar 295

13 Iglesia católica y el Estado colombiano (1886-1930)


Fernán González 341

14 Iglesia católica y el Estado colombiano (1930-1985)


Fernán González González 371

15 Del Frente Nacional al momento actual:


diagnóstico de una crisis
Alvaro Tirado Mejía 397
Capítulo 1 9

El gobierno de Mariano
Ospina Pérez: 1946-1950
Catalina Reyes triunfo conservador, siendo ellos el
partido mayoritario. Los conservado­
res, a pesar de haber ganado las elec­
Ospina Pérez llega al poder ciones, sólo controlaron el ejecutivo,
ya que el Congreso, las asambleas de­
n mayo de 1946 se realizaron las partamentales, los concejos munici­
E elecciones presidenciales. El par­ pales, el Consejo de Estado y la rama
tido conservador obtuvo el triunfo judicial continuaron siendo de mayo­
después de dieciséis años de gobiernos ría liberal. En un ambiente de zozobra
liberales. El liberalismo se presentó a y amenazas para impedir que Ospina
las elecciones dividido con dos candi­ Pérez llegara al poder, éste se posesio­
datos: Gabriel Turbay y Jorge Eliécer nó el 7 de agosto de 1946. El ejército
Gaitán. Quien obtuvo el triunfo fue debió despejar la plaza de Bolívar de
Mariano Ospina Pérez, ingeniero antio- los manifestantes gaitanistas que des­
queño, perteneciente al ala modera­ de las horas de la mañana se tomaron
da del partido conservador, amigo de las calles con aire de provocación.
la política de acuerdos y con una vi­ Desde el inicio de su campaña presi­
sión modernizante del país. Se puede dencial, Ospina Pérez había levantado
decir que Ospina hizo parte de esa tra­ como bandera de lucha la supresión de
dición política del conservatismo antio- los gobiernos de partido y había pro­
queño iniciada en el siglo pasado con puesto una fórmula de gobierno equi­
los «históricos», que anteponían sus tativamente distribuida entre liberales
prósperos intereses económicos al sec­ y conservadores. A su idea le dio el
tarismo. Ospina Pérez se opuso en va­ nombre de Unión Nacional y, según lo
rias ocasiones a las políticas extremis­ reconoció el propio Ospina, ella tuvo
tas de Laureano Gómez, en particular su origen en la propuesta de Frente
a la tesis de la «acción intrépida» pro­ Nacional hecha por López Pumarejo
puesta por éste en los años treinta y en 1945, cuando renunció a la presi­
por ello se hizo acreedor, con otras dencia. Gracias a esta política de
personalidades, a la hostilidad de los Unión Nacional y a los nexos que Os-
sectores más radicales de su partido. pina Pérez mantenía con la clase alta
Para los liberales fue difícil aceptar el liberal se hizo posible la colaboración
10 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

ral en el gobierno y entorpecieron la


política de Unión Nacional.
«El partido liberal se encontraba di­
vidido, y los continuos enfrentamien­
tos entre gaitanistas y oficialistas con­
tribuyeron a entorpecer los planes po­
líticos de Ospina. El sector oficial del
liberalismo y en particular los santis-
tas, prefirieron establecer acuerdos
con el gobierno antes que con Gaitán,
de cuyo movimiento desconfiaban.
Sus concepciones elitistas de la políti­
ca, así como su oposición a las refor­
mas que pudieran afectar su preemi­
nencia económica y social lo hacían re­
chazar las tesis gaitanistas. El apoyo
de este sector a la política de Unión
Nacional se reducía a la posibilidad de
seguir controlando parte de los pues­
tos burocráticos en el gobierno, sobre
todo en las gobernaciones, que eran
muy importantes para el manteni­
miento de la maquinaria electoral. Los
gaitanistas en un principio se opusie­
ron a la participación del partido li­
beral en un gobierno de Unión Nacio­
nal, alegando que ésta relajaba los re­
sortes ideológicos y que sólo una opo­
sición beligerante al régimen podía ga­
rantizar el apoyo popular. Para
analizar el fracaso de la Unión Nacio­
Mariano Ospina Pérez, de sectores del liberalismo con Ospina nal es necesario tener en cuenta, entre
elegido el 5 de mayo en los primeros meses de su gobierno. otros elementos, que durante la ad­
de 1946 presidente
El presidente, después de su posesión, ministración de Ospina Pérez se lle­
de Colombia, por
conformó un gabinete ministerial con varon a cabo cuatro contiendas elec­
564 661 votos, en torales. En Colombia los debates elec­
contra de los miembros de ambos partidos y nom­ torales estaban signados por la viru­
liberales Gabriel bró gobernadores y alcaldes de filia­ lencia, e incluso por la violencia física.
Turbay, que obtuvo ción liberal. Los esfuerzos de Ospina
438 255 sufragios, Durante los años 1946-1950 se lleva­
y Jorge Eliécer
Pérez en el sentido de lograr una con­ ron a cabo las siguientes elecciones:
Gaitán, 356 995. vivencia armónica de los partidos que para Parlamento en marzo de 1947,
La división liberal le permitiera adelantar una adminis­ para concejos municipales en octubre
puso término a 16 tración eficaz se verían continuamente de 1947, nuevamente parlamentarias
años de gobierno socavados en varios frentes. Laureano
de su partido. en junio de 1949 y presidenciales en
Gómez, jefe del conservatismo, sólo noviembre del mismo año.
vio en la política de Unión Nacional
una táctica electoral y propendió por El contexto internacional influyó de
el establecimiento de una fuerte he­ forma considerable en la política co­
gemonía conservadora que permitiera lombiana, en particular con respecto
el desmonte de dieciséis años de re­ al movimiento obrero. La «guerra
pública liberal. A su vez, Guillermo fría», implementada con especial agre­
León Valencia y Gilberto Alzate sividad por los Estados Unidos en este
Avendaño, aguerridos jefes locales período, tendría repercusiones impor­
del conservatismo, tampoco miraban tantes en nuestro país. Durante la se­
con buenos ojos la participación libe­ gunda guerra mundial, en razón del
Capítulo 1 11

enfrentamiento con el fascismo y la lu­


cha en un mismo lado de norteameri­
canos y soviéticos, la pugna ideológica
con los comunistas se vio relegada a
un lugar secundario. Incluso esto ha­
bía motivado una actitud neutral,
cuando no favorable, de los Estados
Unidos para que algunos gobiernos la­
tinoamericanos establecieran relacio­
nes con la Unión Soviética. López Pu-
marejo en su primer gobierno alentó
la participación política del movimien­
to obrero organizado, impulsando la
CTC (Confederación de Trabajadores
de Colombia), y no rechazó el apoyo
del débil partido comunista a su ges­
tión. Se estableció de esta manera una
relación entre sectores liberales y co­
munistas. Con la terminación de la se­ tagonizados por los choferes. El ge­ Durante la campaña
gunda guerra mundial, la actitud con­ neral manifestó a Rafael Azula electoral de 1945,
ciliadora frente al movimiento comu­ Barrera, secretario de la presidencia, una reunión de los
dos candidatos
nista varió fundamentalmente, tanto que «era preferible esperar a que los oficialistas, Ospina
en el plano internacional como en el muchachos se calmaran», lo que dio y Turbay, en casa
nacional. El partido conservador co­ lugar a que Laureano Gómez se en­ del primero y en
lombiano en 1946 se hizo eco de la po­ fureciera y afirmara: «Nosotros hemos compañía de
lítica de «guerra fría» y atacó la rela­ recibido la herencia de una policía Laureano Gómez.
ción entre sectores del liberalismo con enemiga del nuevo régimen, que se
la CTC y con el partido socialista y de­ cree al servicio del partido liberal y no
mocrático (nombre que adoptó el par­ del gobierno.» Pocos días después el
tido comunista en esos años). La cam­ general Vanegas, que tenía simpatías
paña anticomunista dirigida por el
conservatismo, más que atacar al co­
Ya como presidente
munismo local, que era una fuerza po­ electo, Mariano
líticamente débil, lo que pretendía era Ospina Pérez y
debilitar la CTC y el movimiento Berta Hernández de
obrero organizado. Ospina llegan a
Bogotá, a comienzos
A fines de 1946 numerosos sindica­ de julio de 1946,
tos obreros presentaron pliegos de pe­ procedentes de los
ticiones, reclamando primordialmente Estados Unidos.
mejoras en los salarios y alegando que
éstos perdían poder adquisitivo ante el
alza en el costo de la vida. Se gene­
raron varios conflictos laborales, entre
ellos el de los obreros del petróleo que
se prolongó y dejó como consecuencia
la escasez de combustible en varias
ciudades del país. Los choferes de Bo­
gotá realizaron una serie de manifes­
taciones ruidosas y desorganizadas
para protestar por la escasez. El ge­
neral Vanegas, comandante de la po­
licía, fue llamado al palacio presiden­
cial para que tomara medidas y repri­
miera los desórdenes callejeros pro-
12 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

El lunes 6 de mayo, •OICtON EXTRAORDINARIA DE LA l de LA TARI' La Uvita, municipio de Chulavo, fa­


en edición moso por el fanatismo conservador. El
extraordinaria de
la tarde, "El Siglo"
EL SIGLO término chulavita se generalizó a la
confirma el triunfo ¡üfihhhiHÜü EL ■ 3IUNF0 3E 03 policía que ejercía la violencia, y para
de Ospina y el .UMENTA LA MAYORIA A MEDIDA QUE LLEGAN MAS I los liberales fue un sinónimo de muer­
reconocimiento -a prensa liberal reconoce el triu te y terror.
de la Dirección MawwnatelSl !<»•*•«•»
Si el panorama laboral se presentó
Liberal.
complicado, el político no lo fue me­
nos. El enfrentamiento en el partido
I I |'n Miki.h .Ir l.i .
Nal. I ¡ImtmI rmHioi
liberal entre gaitanistas y oficialistas se
lUfoft* har« intensificó ante la proximidad del de­
(MIC
bate electoral de marzo de 1947. Los
gaitanistas día a día ganaban mayor
fuerza entre todos los sectores de la
nación y aun entre los parlamentarios
oficialistas. Gaitán presentó su movi­
miento como una corriente renova­
dora del liberalismo y auténticamente
democrática. Atacó con dureza a los
antiguos jefes del partido a quienes til­
dó de oligárquicos y desconoció los lo­
E MONTAÑES L gros de la república liberal de la que
• Tdrí'Mh. \k la mayoría de ellos se sentían tan or­
----------------- gullosos. Mientras el pueblo lo siguió
con un fervor que rayaba en el fana­
tismo, el sector oficial del liberalismo
liberales, fue reemplazado por el ge­ acusó a Gaitán de demagogo y lo res­
neral Delfín Torres, conservador. A ponsabilizó por la pérdida del poder
partir de este momento el gobierno en las elecciones anteriores. El gaita-
empezó a tomar medidas que le ga­ nismo aparecía para ellos como un
rantizaran el control absoluto sobre la movimiento desorganizado, anárqui­
policía, lo cual permitiría manejar los co, que atentaba contra sus intereses.
problemas de orden público a criterio Aun contra las resistencias y ataques
del gobierno. Se inició entonces una del oficialismo, el avance de Gaitán
serie de destituciones de agentes li­ era incontenible y esto se hizo eviden­
berales, al tiempo que se vinculaban te cuando, en noviembre de 1946, los
otros en su mayoría oriundos de la po­ parlamentarios liberales comandados
blación de Gramalote (Santander). por los gaitanistas y con el disgusto del
santismo, renunciaron a participar en
Este lugar había sido golpeado por la el gobierno de Unión Nacional. De
violencia de los años treinta y por ello esta manera se configuró la primera
sus habitantes se distinguían como ruptura de la Unión Nacional. La me­
conservadores sectarios. Además, se dida significó para el partido liberal la
cambiaron todos los profesores libe­ pérdida de cinco sillas ministeriales,
rales de la Escuela de Policía. En 1947 siete gobernaciones y más de cuatro­
se impulsó la creación de una policía cientas alcaldías.
política, llamada POPOL por los li­
berales y denunciada por éstos como
una «Gestapo criolla». La conservati- Política económica
zación de la policía se logró totalmen­
te después del 9 de abril, cuando los Ospina practicó el cristianismo social
viejos agentes fueron licenciados y promovido por el papa León XIII en
reemplazados por personal conserva­ su encíclica Rerum Novarum, que
dor. La mayoría de los nuevos agentes abogaba por garantizar a las clases
procedía de la población boyacense de menos favorecidas una situación más
Capítulo 1 13

humana y justa. Muchas veces estas


ideas sólo lograban materializarse en
una concepción caritativa y paternalis­
ta del Estado, ante la ausencia de un
programa de reformas sociales que
permitieran modificar la situación de
desigualdad social en su origen. En
materia económica, el gobierno de
Ospina Pérez manejó una concepción
moderna y, contrariando lo sostenido
por su partido durante las administra­
ciones liberales, acudió al intervencio­
nismo de Estado. Durante su adminis­
tración, Ospina protegió la industria y
se preocupó por la tecnificación de la
agricultura. Trató de dotar al país de
las obras de infraestructura necesarias
para su desarrollo, entre ellas, las re­
presas hidroeléctricas. En Cundina-
marca se construyeron las represas del
Sisga y Neusa, y los distritos de riego
de Coello, Saldaña y Río Recio con un
efecto notorio en la transformación
del departamento del Tolima. El he­
cho de que el país contara con divisas
acumuladas durante la segunda guerra
mundial y la necesidad de bienes de
capital cuya importación se había visto
postergada durante los años del con­
flicto internacional fue una coyuntura,
que favoreció a la industria. El go­
bierno de Ospina impidió que esa ca­
pacidad de compra se volcara sobre cuando el gobierno implementaba au­ Los dos máximos
bienes de consumo de la industria ex­ tónomamente iniciativas o reformas jefes conservadores,
tranjera y trajera la ruina a la industria de tipo económico. Tal fue el caso de Ospina y Gómez,
el día de la toma de
nacional. Esta política de protección a la creación y reglamentación del Se­ mando, agosto 7
la industria creó un forcejeo entre el guro Social que generó protesta de los de 1946.
sector industrial y comercial. Mientras gremios, en particular de los patronos
FENALCO, SAC y los exportadores antioqueños. Lo mismo ocurrió con la
de café exigían libertad de comercio, creación de la empresa siderúrgica Paz
ANDI pidió la implantación de un sis­ de Río, con Ecopetrol o con el intento
tema de prohibiciones y restricciones de establecer cooperativas estatales.
a las importaciones. El gobierno terció La mayor objeción de los gremios se
a favor de los industriales, creando presentó cuando Ospina, con el crite­
una serie de medidas tales como un rio de establecer un proteccionismo
sistema rígido de cupo de importacio­ integral en que el crecimiento de la in­
nes que los beneficiaba, un tipo de dustria y la agricultura fueran esti­
cambio diferencial que favorecía las muladas en igual proporción, impuso
importaciones de bienes de capital y, la política de fomento de producción
finalmente, en 1949, adoptando un de materias primas, que implicaba la
arancel aduanero proteccionista. La obligación para la industria nacional
política intervencionista de Ospina no de adquirir las cantidades y calidades
fue aceptada por los gremios econó­ que pudiese suministrar la agricultura
micos, que protestaban airadamente doméstica. La industria textil antio-
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
14

cial asumieron diferentes actitudes


frente a este hecho. Algunos, como
Darío Echandía, Plinio Mendoza Nei-
ra, Alonso Aragón y otros pocos, se
unieron a Gaitán. Le prestaron su
apoyo como jefe del partido y traba­
jaron a su lado. Otros, la gran mayo­
ría, dejaron que Gaitán asumiera el li­
derazgo con sus propios copartidarios,
seguros de que se desacreditaría rápi­
damente. Muchos liberales partieron
para el exterior como exiliados volun­
tarios o en puestos diplomáticos, entre
ellos, Eduardo Santos, el antiguo jefe
del partido liberal. Otros se margina­
ron absolutamente de la actividad po­
lítica, e incluso llegaron a renunciar a
su curul en el Senado, como fue el
caso de Germán Zea. Tanto El Tiem­
po como El Espectador lamentaron en
sus páginas el retiro de los «grandes
jefes liberales» y mencionaron por sus
nombres a Eduardo Santos, Carlos
Lozano y Lozano, Luis López de
Mesa, Jorge Soto del Corral, Alejan­
José Jaramillo queña calificó la medida de utópica y dro Galvis Galvis, Adán Arriaga An-
Giralda, presidente en un comienzo se opuso a ella. Este drade, Carlos Lleras Restrepo, Julián
del Congreso, toma
principio de absorción de materias pri­ Uribe Gaviria, todos ellos pertenecían
el juramento al grupo que Gaitán atacó como «oli­
constitucional mas contribuyó a impulsar el creci­
al ingeniero miento agrícola del país y a incorporar gárquico». Este sector, en un princi­
Mariano Ospina. nuevas tecnologías. pio, no reconoció en Gaitán al jefe de
su partido. Hasta su muerte lo com­
batieron con acritud en su prensa.
Gaitán, jefe del partido liberal Trataron de fortalecer sus nexos con
Ospina Pérez, con la intención de fre­
Después de las elecciones parlamen­
tarias de marzo de 1947, la coyuntura nar las aspiraciones a la presidencia
que Gaitán tenía para el período 1950­
política varió fundamentalmente. Los 1954. El periódico liberal de Juan Lo­
resultados electorales fueron los si­
zano y Lozano, La Razón, llegó a pro­
guientes: votos gaitanistas 448.848;
poner en sus editoriales la continua­
votos santistas 352.959 para un total
de votos liberales de 801.807; total de ción de la Unión Nacional para 1950,
votos conservadores 651.223 y votos pero con un candidato presidencial li­
comunistas 11.577. Los liberales ob­ beral, obviamente distinto a Gaitán.
tuvieron 150.000 votos de ventaja so­ El presidente Ospina, después de las
bre los conservadores. Pero el gran elecciones de marzo, nombró un nue­
triunfador fue Gaitán, quien superó vo gabinete de Unión Nacional, lla­
en casi 100.000 votos al sector santista mando a participar a los gaitanistas. El
de su partido. En Cundinamarca, don­ gabinete quedó integrado por seis con­
servadores, tres gaitanistas y dos li­
de Gaitán encabezó la lista para el Se­
berales oficialistas. Gaitán varió su
nado, derrotó a Carlos Lleras Restre­
po de la lista santista, por 32.780 votos posición frente a la colaboración con
contra 9.761. El triunfo de Gaitán lo Ospina, y el 25 de marzo de 1947 au­
torizó a miembros de su movimiento
hacía acreedor a la jefatura del partido
para aceptar cargos en el gobierno de
liberal. Los dirigentes del sector ofi­
Capítulo 1 15

Unión Nacional. El propio Gaitán,


aunque permitió la participación de
ministros gaitanistas, frecuentemente
los criticó y asumió actitudes hostiles
hacia ellos cuando, en su calidad de
funcionarios, respaldaron medidas gu­
bernamentales. El papel de los minis­
tros gaitanistas fue deplorable: mania­
tados por sus propios copartidarios se
limitaron a vegetar en sus cargos. El
año que Gaitán se desempeñó como
jefe del partido liberal fue un año lle­
no de contradicciones y falta de co­
herencia política. Era imposible con­
ciliar la imagen de líder popular beli­
gerante con la de jefe político del par­
tido liberal que compartía el poder en
un gobierno de Unión Nacional. Gai-
tán sabía que su fuerza residía en el
pueblo, pero al mismo tiempo com­
prendió que el apoyo institucional del
partido unificado era necesario para como razones para convocar el paro. El presidente Ospina
llegar a la presidencia en 1950. Des­ El gobierno tomó medidas enérgicas durante una visita
pués de su elección como jefe del par­ para reprimir el movimiento y garan­ a la Escuela de
Policía general
tido liberal, asumió una actitud fun­ tizó el transporte y funcionamiento de Santander. Abajo,
damentalmente electoral. A su favor los ferrocarriles con la colaboración durante un almuerzo
hay que decir que la situación política del ejército. El paro fracasó por la de­ en el Palacio de
no fue fácil para el jefe del liberalis­ bilidad del movimiento obrero. La la Carrera (febrero
mo: además de los constantes ataques CTC, única central obrera del país, de 1947), con el
general Delfín
del sector santista de su partido y de atravesaba una crisis. Después de la Torres Duran, a
los conservadores, tuvo que afrontar derrota en 1945 de la huelga de la FE- quien Ospina
la generalización de la violencia polí­ DENAL, el sindicato más poderoso nombró para asegurar
tica, que ya no se reducía a los pri­ del país, la CTC venía en un proceso el control conservador
meros enfrentamientos por el cambio de división y debilitamiento. El go­ de esa fuerza.
de gobierno, sino al asesinato frecuen­ bierno de Lleras Camargo reprimió
te de víctimas en su mayoría liberales.
Uno de los hechos que más contri­
buyó a tensionar el ambiente político
en 1947 fue el llamado paro nacional
del 13 de mayo. En este año se regis­
tró el más alto número de huelgas que
hasta entonces se hubiera dado en Co­
lombia. Las huelgas tuvieron como
origen la difícil situación económica
padecida por las clases trabajadoras,
debido al constante aumento en el cos­
to de la vida y a los continuos despidos
y destituciones, primordialmente en el
sector oficial. El cambio de gobierno
implicó el despido de numerosos obre­
ros y empleados liberales. Estas cau­
sas, además de la exigencia por el res­
peto a las libertades sindicales y ciu­
dadanas, fueron las que señaló la CTC
16 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

ponsabilizaron a Gaitán de querer lle­


var al liberalismo al descalabro total.
Gaitán en su clásica conferencia de los
viernes defendió el paro como justo,
y, tratando de evitar responsabilida­
des en el fracaso del movimiento, de­
nunció en tono agresivo una coalición
de la oligarquía liberal y conservadora
para desprestigiarlo ante el pueblo. La
situación real fue que Gaitán se en­
contró en una encrucijada: o se oponía
abiertamente al gobierno y rompía la
colaboración con la Unión Nacional o
estaba dentro del gobierno y no podía
Gilberto Alzate duramente esta huelga, con despidos apoyar movimientos como el paro. El
Avendaño, Laureano masivos y enviando tropas al río Mag­ prestigio de Gaitán sufrió mucho por
Gómez Castro y dalena para proteger a los obreros que esta actitud ambivalente frente al ré­
Guillermo León
Valencia Muñoz,
no participaban en ella. El desarrollo gimen. Esta ambivalencia creaba una
dirigentes de la huelga evidenció un cambio de situación absurda, donde Gaitán per­
conservadores, actitud de la política liberal frente al mitía a los gaitanistas atacar y desa­
pronto se mostraron movimiento obrero. Los obreros, creditar un gobierno en el cual los li­
opuestos a la acostumbrados a la posición media­ berales ocupaban la mitad de las altas
política de
Unión Nacional
dora y conciliadora de López Puma- posiciones políticas y administrativas.
del presidente jero en los conflictos obreros, se des­ La prensa conservadora, en particular
Ospina, preconizando concertaron. El resultado de la huelga El Siglo, interpretó el paro como una
en cambio una fue la división de la CTC en el VIII conspiración de Gaitán y el comunis­
hegemonía Congreso Sindical, del cual salieron mo para derrocar al presidente y apro­
conservadora
en el gobierno. funcionando dos centrales, una liberal vechó la oportunidad para reclamar
y una comunista. Finalmente, en 1947 personería jurídica para la recién fun­
la CTC se reunificó bajo la presidencia dada Unión de Trabajadores de Co­
del gaitanista Víctor Julio Silva, pero lombia, UTC. En esa época la ley co­
en su interior persistían las contradic­ lombiana prohibía el paralelismo sin­
ciones y enfrentamientos entre libe­ dical y, existiendo ya la CTC, la crea­
rales y gaitanistas, y entre éstos y los ción de la UTC era ilegal. La UTC,
comunistas. Estos últimos, para com­ aunque sin personería jurídica, em­
plicar aún más la situación interna de pezó a tener vida pública desde los pri­
la CTC, se dividieron en tres grupos: meros días del gobierno de Ospina.
Movimiento Reorgánico del Partido Esta organización se definió desde su
Comunista dirigido por Diego Mon­ creación como confesional y antico­
taña Cuéllar, el Partido Comunista munista, y se constituyó en un eficaz
Obrero dirigido por Augusto Durán y instrumento del conservatismo para
el Partido Comunista dirigido por Gil­ atacar a la CTC y quebrar los paros
berto Viera. La CTC, íntimamente obreros. Finalmente, en 1949, el go­
unida al liberalismo y al partido co­ bierno de Ospina derogó el decreto
munista, se vio afectada por estas lu­ que prohibía el paralelismo sindical y
chas fraccionales, que socavaban su de esta manera permitió la legaliza­
unidad y eficacia para dirigir movi­ ción de la UTC.
mientos amplios. Como resultado del
fracaso del paro de mayo, los despidos Sin que se quiera afirmar en ningún
se multiplicaron. La prensa del sector momento que el paro del 13 de mayo
oficial del partido liberal, El Tiempo, pretendió ser una conspiración contra
El Espectador y La Razón, calificaron el gobierno, como lo plantearon sec­
al movimiento de ilegal y apoyaron las tores del conservatismo, sí hay que de­
medidas represivas del gobierno. Res­ cir que el partido liberal y la CTC abri­
garon durante el cuatrienio la esperan-
Capítulo 1 17

za de que Ospina renunciara presio­


nado por la oposición política a su ges­
tión. Dentro de esta táctica de oposi­
ción intransigente a Ospina se puede
inscribir la famosa «conspiración
de los gases». Este hecho político ocurrió
de la siguiente manera: los gaitanistas
trataron de utilizar el Congreso para
desprestigiar al presidente Ospina y a
los ministros conservadores. De éstos,
Roberto Urdaneta Arbeláez, Eduardo
Zuleta Ángel, José Vicente Dávila Te-
llo y Francisco de Paula Pérez, fueron
sindicados de intervenir a favor de ne­
gocios relacionados con las compañías
petroleras. Mientras en la Cámara se
adelantaba con gran despliegue el jui­
cio contra los ministros por «cuya san­
gre corría petróleo», al decir de la
prensa gaitanista, en el Senado el pro­
pio Gaitán inculpó al presidente Os-
pina de haber importado armas ilegal­ lizada por los gaitanistas en estos de­ En el balcón del
mente a través de la embajada de los bates era la misma utilizada por Lau­ palacio presidencial
Estados Unidos. Insinuó Gaitán que reano Gómez contra López Pumarejo con personajes como
Pastrana, Rojas Pinilla,
se habían producido graves violacio­ en los cuarenta, pero el balance de L. I. Andrade, Mosquera
nes a la soberanía colombiana y creó este famoso debate fue desfavorable Garcés, Ayerbe Chaux
sospechas de que las armas se preten­ para Gaitán. El sector oficial del par­ y Jaramillo Ocampo.
dían utilizar por parte del gobierno tido liberal no apoyó a Gaitán en sus Abajo, proclamación
para reprimir a los liberales. Las ar­ acusaciones contra Ospina Pérez. Por de Gaitán en la plaza
de toros de Santamaría,
mas resultaron ser gases lacrimógenos el contrario, acusaron al propio Gai- como jefe del
y no se presentó por parte de Gaitán tán de irresponsabilidad en la formu­ liberalismo. 7
ninguna evidencia que sustentara las lación de los cargos. Gaitán, disgus­ de febrero de 1947.
acusaciones. En su afán por atacar a tado por el desenlace de los hechos,
la administración, no se había moles­
tado en verificar ni los detalles ni la
veracidad de sus acusaciones. Ospina
se sintió injustamente ultrajado por
Gaitán y por el partido liberal. En una
alocución al país, el presidente de­
mostró lo infundado de los cargos y re­
saltó el hecho de que la importación
de gases se había empezado a tramitar
antes de su administración. Las rela­
ciones de Ospina con Gaitán hasta en­
tonces corteses se tornaron frías y des­
confiadas. Por su parte, los ministros
conservadores inculpados en la Cá­
mara debieron renunciar. Roberto
Urdaneta Arbeláez fue reemplazado
por José Antonio Montalvo, famoso
por las palabras que pronunció ante el
Congreso, en donde manifestó que el
partido conservador defendería al go­
bierno a sangre y fuego. La táctica uti-
18 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

las autoridades seccionales podría su­


perar las mayorías liberales. Laureano
Gómez, pocos días después de las
elecciones, anunció que éstas habían
sido un fraude. Aseguró que una re­
visión adelantada por él en la Regis-
traduría del Estado Civil le había de­
mostrado que el liberalismo poseía
1.800.000 cédulas falsas y exigió que
se rehiciera totalmente la cedulación
del país. Desde la posesión de Ospina,
los conservadores venían demandando
una reforma electoral que según ellos
garantizaría la pureza del sufragio y
tildaban de fraudulenta la cedulación
adelantada durante los gobiernos li­
berales. Esta acusación de cédulas fal­
sas en poder del liberalismo fue re­
petida incesantemente en el periódico
El Siglo, propiedad de Laureano Gó­
mez, hasta que tuvo eco en los campos
y veredas colombianas.
Al terminar el año 1947 las relacio­
nes entre liberales y conservadores es­
taban muy deterioradas a raíz de las
acusaciones adelantadas por los gai-
tanistas contra Ospina y por la teoría
del fraude liberal propagada por Lau­
reano Gómez. El balance de Gaitán
como jefe del partido liberal no era
positivo. En el Congreso no se aprobó
una sola ley importante y los dos pro­
yectos de carácter social presentados
Jorge Eliécer no asistió al Senado durante un mes. por Gaitán fueron rechazados por el
Gaitán, aclamado El sector laureanista aprovechó el in­ Congreso de mayoría liberal. Uno de
jefe único del
liberalismo, después
cidente para señalar que era imposible los proyectos proponía una reforma
de la victoria de mantener un gobierno de Unión Na­ bancaria que popularizara el crédito
su grupo en las cional con conspiradores, y exigió el para hacerlo accesible a todas las cla­
elecciones retiro de los liberales del gobierno. ses sociales; el otro pretendía una re­
parlamentarias forma agraria por medio de la cual se
de 1947. Pero hiciera efectiva la ley 200, conocida
muchos liberales
«El fraude liberal» o una teoría
como ley de tierras y promulgada du­
temían al mismo para justificar la violencia rante la primera administración de Ló­
tiempo sus ideas más
radicales en El 5 de octubre de 1947 se llevaron a pez Pumarejo. El prestigio de Gaitán
política y economía. cabo las elecciones para concejos mu­ se vio afectado pues, aunque teórica­
nicipales. Los resultados fueron los si­ mente el partido liberal había acepta­
guientes: votos liberales: 738.233; vo­ do la plataforma ideológica del gaita-
tos conservadores: 571.301. Los libe­ nismo, pocas veces en este período se
rales obtuvieron 166.932 votos de ven­ luchó por asuntos que favorecieran la
taja sobre los conservadores. El con- situación de las clases populares. El
servatismo se sintió defraudado ante gaitanismo estaba completamente su­
el triunfo liberal, pues venía acarician­ mergido en la situación política in­
do la idea de que con una agresiva mediata. A todos los hechos anterio­
campaña electoral y la parcialidad de res se agregó el de que Gaitán, a pe­
Capítulo 1 19

sar de sus apasionados discursos, no mujeres huyen de las regiones azota­


había tenido éxito en sus diálogos con das... Tras ellos quedó la tierra calci­
el gobierno sobre la violencia. El nada por los incendios... Todo quedó
país comenzaba a desangrarse sin destruido. Ni en Arboledas, ni en Cu-
que se hiciera nada efectivo para re­ cutilla, quedó nada de pertenencia de
mediarlo. los liberales... Ya no queda un liberal
en toda esa comarca.» Algunos libe­
1948, un año crucial rales del sector santista, ante la per­
secución de que eran víctima los
El año 1948 se inició, pues, bajo el sig­ miembros del partido liberal, decidie­
no de la violencia. Esta tomó propor­ ron unificarse en torno a Gaitán para
ciones alarmantes en los departamen­ fortalecer al liberalismo. El caso más
tos de Boyacá y Santander. En este úl­ significativo fue el de Roberto García
timo se llegó a hablar de una auténtica Peña, quien visiblemente impresiona­
guerra civil. Los enfrentamientos ya do después de visitar las zonas de la
no se dieron sólo entre individuos sino violencia decidió unirse a las filas gai-
que en algunos casos se enfrentaron tanistas. Al amparo de alcaldes, poli­
poblaciones enteras que combatían cías y guardas de aduanas parcializa­
entre sí. En los primeros días de enero dos se consumaron numerosos atro­
los habitantes de la vereda liberal de pellos. Pero no sólo las autoridades ci­
Román y los de la vereda conserva­ viles y policiales se parcializaron e ins­ Celebración de la
dora de San José de la Montaña com­ tigaron la violencia; la Iglesia con su jefatura única de
enorme poder apoyó y estimuló la per­ Gaitán en el Hotel
batieron durante dos días. La Direc­ Granada de Bogotá.
ción Nacional Liberal comisionó a Ju­ secución contra los liberales. Varias En primera fila,
lio Roberto Salazar Ferro para que vi­ iglesias rurales fueron decoradas con Jorge Gartner,
sitara las regiones afectadas de San­ el retrato de Laureano Gómez y co­ Carlos Lleras,
tander. En su mensaje al presidente pias de su alocución contra el fraude Lucas Caballero,
Ospina, Salazar Ferro describió la si­ liberal (las supuestas 1.800.000 cédu­ J. E. Gaitán,
las falsas en poder del liberalismo). El Alfonso Araújo,
tuación con estas dramáticas palabras: José Joaquín Castro
«Inmensas caravanas de hombres y 20 de enero de ese año, Gaitán, la Martínez.
20 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Junta Asesora del liberalismo, la Di­ de violencia, y sin condenar a nadie en


rección Liberal, los presidentes del concreto habló de la promoción ur­
Congreso y los directores de los prin­ bana de la violencia. Hizo un llamado
cipales periódicos liberales, suscribie­ a la prensa para que fuera prudente en
ron un memorial de agravios que pre­ el manejo de la información y se com­
sentaron al presidente Ospina. En el prometió a adelantar investigaciones
documento se denunciaban numero­ rigurosas de todos los hechos violentos
sos asesinatos y atropellos cometidos en que se hubieran visto comprome­
contra los liberales. En muchos de es­ tidos cuerpos de vigilancia. Es nece­
tos hechos se podía comprobar la par­ sario anotar que la prensa de ambos
ticipación de policías y guardas de partidos tuvo gran responsabilidad en
Augusto Durán, aduanas. El memorial vetaba a los mi­ la agudización de la violencia. Diaria­
jefe del partido nistros de Gobierno, José Antonio mente se podían leer recuentos esca­
comunista obrero y, brosos de todos los asesinatos y abusos
abajo, Diego Montaña
Montalvo, y de Educación, Joaquín
Cuéllar, jefe del Estrada Monsalve, por su sectarismo e cometidos contra los copartidarios de
movimiento reorgánico incapacidad para practicar una política cada bando. Frente a todo hecho vio­
del partido comunista. de Unión Nacional. En el documento, lento había dos versiones: la liberal y
En 1947, después del los liberales enfatizaron su rechazo a la conservadora. Cada uno de los ban­
fracaso del paro la teoría laureanista del fraude elec­ dos reclamaba las víctimas para sí. Pa­
nacional convocado
por la Corporación
toral liberal, la cual fue señalada como recía como si la cordura se hubiese
Nacional de una forma de sectarismo político en­ perdido y la pasión política se hubiera
Trabajadores de caminada a instigar el odio entre los apoderado de la nación. En los pri­
Colombia (CTC), se partidos. El presidente Ospina se meros días de febrero, Gaitán convo­
produjo la división tomó varias semanas para contestar a có al pueblo a la Marcha del Silencio.
de las tendencias Fue un acto impresionante: durante
mencionadas
los liberales. En su respuesta les re­
dentro del partido cordó cómo en los años treinta, bajo dos horas una inmensa multitud mar­
comunista. el gobierno del liberal Olaya Herrera, chó en absoluto silencio y muchos por­
también se habían presentado hechos taban banderas negras. Gaitán habló
escasos minutos y en tono acongojado
pidió a Ospina que cesaran las perse­
cuciones, los asesinatos y la violencia.
Dijo Gaitán: «Sólo os pedimos la de­
fensa de la vida, que es lo menos que
puede pedir un pueblo.» Mientras en
Bogotá la multitud expresó a través
del silencio su voz colectiva de rechazo
a la violencia, en Manizales la policía
atacó una manifestación liberal. El
saldo fue de doce muertos y veinte he­
ridos. La violencia se generalizaba, las
autoridades, a pesar de las promesas
de Ospina Pérez, se limitaron a ser es­
pectadores pasivos ante el macabro es­
pectáculo, cuando no cómplices al
lado de los intereses hegemónicos de
sectores del partido conservador.
Ante la imposibilidad por parte de los
liberales para conseguir del presidente
medidas efectivas contra la violencia,
la convención liberal aprobó, el pri­
mero de marzo de 1948, el retiro de
todos sus miembros del gobierno de
Unión Nacional. Todo liberal que es­
tuviera ocupando un cargo público de­
Capítulo 1 21

bía renunciar. La mayoría de los sec­


tores del partido conservador recibie­
ron con regocijo la decisión del libe­
ralismo, que le abría vía libre para la
construcción de una hegemonía. Eco
Nacional, dirigido por Gilberto Alzate
Avendaño, comentó con entusiasmo
la decisión liberal, con estas elocuen­
tes palabras: «Por fin solos.» Al reti­
rarse los liberales del gobierno, Ospi-
na constituyó un gabinete homogénea­
mente conservador. Laureano Gó­
mez, presidente de la Novena Confe­
rencia Panamericana próxima a
celebrarse, fue nombrado ministro de
Relaciones Exteriores. José Antonio
Montalvo, ya famoso por su sectaris­
mo, ocupó el Ministerio de Justicia y
como ministro de Obras Públicas se
nombró a Luis Ignacio Andrade, un
laureanista exaltado.
Las tensiones políticas y económicas
llegaron a su climax en los días previos
a la Conferencia Panamericana. Para ambulantes y se uniformó a los lustra­ Carlos Lleras, Luis
este evento se adelantó en Bogotá un botas. Los esfuerzos por embellecer la López de Mesa, Darío
plan de embellecimiento de la ciudad, ciudad y presentar ante los delegados Echandía y Eduardo
bajo la supervisión de Laureano Gó­ Santos durante un
de otros países la imagen de un país banquete de adhesión
mez, presidente del comité organiza­ tranquilo y civilizado se hizo imposible liberal al gobierno de
dor de la conferencia. Se construyó la debido a la magnitud del conflicto so­ Unión Nacional (enero,
avenida de las Américas, se levanta­ cial y político existente. El ambiente 1947). Abajo, Laureano
ron nuevos edificios, los viejos fueron era de intranquilidad. Numerosos Gómez, nombrado
remodelados y se abrieron nuevas ca­ campesinos llegaban a la ciudad en ca­ canciller el 21 de
marzo de 1948, en
lles. No se ahorró gasto alguno. Para lidad de refugiados políticos huyendo reunión con Ospina.
las recepciones que tendrían lugar con de la violencia. El 9 de abril es ase­
motivo de este evento, se importaron sinado Jorge Eliécer Gaitán, el líder
de Bruselas 4.000 piezas de vajilla con popular más importante que haya te­
el emblema nacional. De París, 3.000 nido Colombia. El pueblo enardecido
piezas de cristal. Se construyó la lu­
josa hostería «El venado de oro».
Este restaurante y salón de baile fue
inaugurado días antes de la conferen­
cia con una suntuosa fiesta a la que
asistió toda la élite política y social.
Todos estos preparativos tuvieron un
efecto inflacionario en el aumento del
costo de vida que llegó a cifras alar­
mantes y alcanzó a elevarse hasta
17,33 % en un mes. En Bogotá hubo
aumentos pronunciados en el precio
del pan, la mantequilla, la leche, la
carne y todos aquellos alimentos ne­
cesarios para la dieta diaria. Se trató
de limpiar la ciudad de pordioseros y
vagos, se erradicaron los vendedores
22 Nueva Historia de Colombia. Vol. 11

Estampillas de
correos conmemorativas
de la IX Conferencia
lnteramericana,
reunida en Bogotá,
el 30 de marzo de
1948. Durante las
deliberaciones
ocurrió el asesinato
de Gaitán en Bogotá.

arrastró el cadáver del asesino hacia el la, Santander y Boyacá estaba contro­
palacio presidencial. Se tomó las calles lada y había conservadores dispuestos
y destruyó todo aquello que le repre­ a marchar hacia Bogotá.
sentaba el odioso «país político». Fue El 10 de abril el país se despertó de
la rabia y la frustración de haber per­ una terrible pesadilla. Se encontró con
dido al hombre que les alimentaba la que había sido constituido un nuevo
esperanza de un futuro mejor y la re­ gabinete de Unión Nacional con
vuelta tomó proporciones de catástro­ miembros de ambos partidos. Laurea­
fe en Bogotá. El presidente Ospina no Gómez, refiriéndose con contrarie­
Pérez permaneció valerosamente en dad a este nuevo gabinete, catalogó a
palacio. Se negó a aceptar la propues­ sus miembros de «liberales fuertes y
ta de Laureano Gómez de constituir conservadores desteñidos». Como mi­
una Junta Militar. Ante la petición de nistro de Gobierno fue nombrado el
Una de las últimas los dirigentes liberales para que re­ liberal Darío Echandía. Esta designa­
fotos del caudillo nunciara, anunció que estaba dispues­ ción causó gran contrariedad a los
Jorge Eliécer Gaitán. to a morir en su cargo de presidente. conservadores, que le dirigieron nu­
con Germán Zea. Ospina temió que su renuncia trajera merosos ataques y no cejaron en su in­
Darío Echandía, como consecuencia una guerra civil, tento de obtener su renuncia. Ospina,
Plinio Mendoza
v otros amigos
pues mientras la situación en Bogotá fiel a su espíritu pragmático y concilia­
del Congreso. era grave, en Antioquia, Caldas, Hui- dor, sabía que la única forma de con­
trolar el movimiento popular genera­
do por la muerte de Gaitán era lla­
mando a los liberales a gobernar a su
lado. Echandía había sido compañero
político de Gaitán desde el momento
en que éste fue nombrado jefe del par­
tido. Su nombre gozaba de gran pres­
tigio entre todos los sectores del libe­
ralismo y aun entre los sectores de iz­
quierda del país. Era obedecido por su
partido y por las masas y por eso nadie
mejor en esos momentos, para que
fuera nombrado ministro de Gobier­
no. A los liberales, ante la negativa de
Ospina a renunciar, les quedaron dos
alternativas: o colaborar con el go­
bierno de Unión Nacional o apoyar un
movimiento popular y revolucionario.
La segunda alternativa era ajena a la
ideología y a los intereses económicos
de la élite política liberal. Optaron en­
Capítulo 1
23

tonces por una colaboración con Os-


pina para defender las instituciones y
evitar una guerra civil.
Con Bogotá parcialmente destruida
y con el temor a una nueva insurrec­
ción popular, los políticos de ambos
partidos congelaron transitoriamente
el conflicto interpartidista para con­
centrarse en medidas que protegían su
estatus social y económico. Darío
Echandía, ministro de Gobierno, de­
mostró gran interés en defender la po­
lítica de Unión Nacional y se convirtió
junto con Ospina Pérez, durante 1948,
en verdadero vocero de la búsqueda
de la paz para un país atormentado
por la violencia. El partido liberal se
reagrupó en torno a Carlos Lleras
Restrepo, quien había estado margi­
nado de la política desde que Gaitán
había asumido la dirección del partido
liberal. Lleras Restrepo vio en la co­ directivas. Los nombramientos de la El 20 de enero ele
yuntura la oportunidad de recuperar convención recayeron en Luis Nava­ 1948, el partido
audazmente la dirección del partido rro Ospina, Guillermo León Valencia, liberal presenla a
Ospina Pérez un
para el sector santista. Al asumir la di­ Roberto Urdaneta Arbeláez, Augusto documento de denuncia
rección, recogió las banderas políticas Ramírez Moreno, Silvio Villegas, Joa­ de acias de violencia
de Gaitán mas no las económicas. A quín Estrada Monsalve, Juan Uribe contra liberales.
partir de allí, hasta que tuvo que aban­ Cualla, José Elias del Hierro y Lucio En la foto, Jorge
donar el país, después del incendio de Pabón Núñez. Para estos momentos Eliécer Gaitán,
Guillermo León Valencia, que había Darío Echandía
su residencia en 1952, actuó con ener­ y Plinio Mendoza
gía y vitalidad incansables. La vocería mantenido una obstinada oposición a firman ese
del gaitanismo la asumió Francisco Ospina, modificó su actitud transfor­ memorial de agravios.
José Chaux, político veterano y ecuá­ mándose en defensor de la Unión Na­
nime. Los gaitanistas, acostumbrados cional, mientras Gilberto Alzate
a la fuerte figura de Gaitán que con­ Avendaño redoblaba su oposición a la
trolaba todas las decisiones, después política conciliadora y moderada de
de su muerte se debilitarían por las lu­ Ospina Pérez. En su periódico Eco
chas internas hasta desaparecer. Nacional, frecuentemente se encon­
En el conservatismo soplaban vien­ traban críticas a la supuesta debilidad
tos diferentes. Laureano Gómez, re­ de Ospina Pérez. Laureano Gómez,
sentido con Ospina Pérez a raíz de los con el objetivo de obstaculizar el fun­
acuerdos con los liberales el 9 de abril, cionamiento de la Unión Nacional y el
partió para España, pero desde allí, a clima de entendimiento con el libera­
lismo, adelantó en El Siglo una cam­
través de su periódico El Siglo, azu­ paña de desprestigio contra ese parti­
zaba a su partido para que derivara do. Lo acusó de comunista e hizo de­
hacia una hegemonía conservadora. claraciones a la prensa española, acu­
En esos momentos los principales pe­ sando a Gaitán de haber estado aliado
riódicos conservadores El Siglo, El con los soviéticos con el fin de adelan­
Colombiano y La Patria expresaron tar una revolución en Colombia. Estas
desgano por el restablecimiento de la declaraciones, naturalmente, causa­
Unión Nacional y rechazaron lo que ron gran indignación en todos los sec­
estimaron como una excesiva partici­ tores del liberalismo. Pocos días des­
pación liberal en la administración pú­ pués, el mismo periódico publicó
blica. El conservatismo eligió nuevas
24 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

do.» Ospina señaló asimismo los es­


fuerzos de Echandía para lograr la pa­
cificación del país y el entendimiento
de los partidos. En efecto, los liberales
durante el año 1948 optaron por la co­
laboración con Ospina. El Congreso
de mayoría liberal aprobó una serie de
medidas de carácter social y econó­
mico propuestas por el presidente. És­
tas pretendían mejorar la situación de
las clases populares, pero ante la mag­
nitud de la situación de desigualdad
social, económica y política que se vi­
vía, no fueron más que simples palia­
tivos. Las leyes de carácter social
aprobadas fueron las siguientes: la
creación del Instituto de Parcelacio­
nes, Colonización y Defensa Forestal,
que en la práctica redujo su actividad
a la parcelación de predios incultos,
obligatoriedad para las empresas de
suministro de calzado y overoles para
los trabajadores; se amplió el seguro
social para la población campesina y
se estableció la prima de servicios para
los trabajadores. En diciembre de ese
año el Congreso aprobó una nueva ley
electoral que se consideró como el ma­
yor logro a favor del entendimiento
entre los partidos. El partido conser­
vador venía reclamando esta ley desde
la llegada de Ospina al poder. La nue­
Misa campal en la como primicia el telegrama enviado el va ley reglamentó una revisión de la
Plaza de Bolívar 9 de abril a Eduardo Santos por Darío cedulación del país, la cual se llevaría
por las víctimas Echandía y otras personalidades del li­ a cabo por una misión extranjera antes
del 9 de abril
beralismo. En esta comunicación se le de las próximas elecciones presiden­
y en solidaridad ciales. Aplazó las parlamentarias para
con el presidente informaba a Santos sobre la magnitud
Ospina Pérez. de los acontecimientos y se le solici­ junio de 1949, y fijó como fecha para
La foto fue tomada taba su regreso inmediato, para que las presidenciales el mes de junio de
por Luis Gaitán. en su calidad de designado asumiera la 1950. La ley creó la Corte Suprema
presidencia, ante la inminente renun­ Electoral como máximo organismo
cia de Ospina. El propósito de publi­ electoral. Si bien la buena voluntad
car este telegrama en El Siglo, fue exi­ del congreso liberal permitió en algo
gir la renuncia de Echandía como mi­ aliviar las tensiones políticas, a nivel
nistro acusándolo de haber actuado departamental surgieron fuertes difi­
como un conspirador el 9 de abril. Os- cultades. El presidente Ospina y su
pina no se dejó presionar por los sec­ ministro de Gobierno Echandía, para
tores laureanistas y decidió pública­ preservar la imparcialidad oficial en
mente respaldar a su ministro de Go­ los departamentos, acordaron estable­
bierno. En comunicado a la prensa cer los «gobiernos cruzados». O sea,
manifestó: «El doctor Echandía viene que donde se nombrara un goberna­
cooperando en su carácter de ministro dor conservador, su secretario de go­
de Gobierno dentro del más alto es­ bierno debía ser liberal y viceversa.
píritu de lealtad con el jefe de Esta­ Este acuerdo también contemplaba la
Capítulo 1 25

repartición paritaria de las alcaldías


entre liberales y conservadores. En
Antioquia, el gobernador Dionisio
Arango Ferrer, de la corriente laurea-
nista, se opuso a prescindir de su se­
cretario de gobierno, que era de su
mismo partido. La situación en Antio-
quia se tornó conflictiva, ya que el go­
bernador insistió en manejar el depar­
tamento como su propio feudo, exclu­
yendo a los liberales de la administra­
ción pública. Los senadores antioque-
ños del liberalismo, encabezados por
Gilberto Moreno, Luis Guillermo
Echeverri y Diego Luis Córdoba, de­
cidieron abandonar sus curules en el
Congreso mientras Arango Ferrer
continuara en la gobernación. Ospina
nuevamente se enfrentó al sector lau-
reanista de su partido y el 3 de no­
viembre públicamente anunció su de­
terminación irrevocable de establecer pó su ausencia. Los diferentes sectores Superada la crisis
los «gobiernos cruzados» en todo el del Estado se vieron afectados seve­ del 9 de abril, un
país. Después de las palabras del pre­ ramente por esta crisis, que llevó a la brindis en palacio
sidente, Arango Ferrer renunció, y en con el gabinete
destrucción del orden legal. El sistema de emergencia:
su reemplazo fue nombrado Fernando electoral no realizó sus funciones; los General Germán
Gómez Martínez, conservador mode­ registradores civiles en muchos luga­ Ocampo (Guerra),
rado y ex director del periódico El Co­ res no pudieron cumplir sus tareas de­ Samuel Arango Reyes
lombiano. Fue tal el disgusto laurea- bido a la violencia. El poder judicial (Justicia), Eduardo
nista por la determinación presiden­ Zuleta Angel
actuó con claros fines partidistas en al­ (Relaciones
cial que en las páginas de El Siglo se gunas regiones, en otras se vio coac­ Exteriores),
llegó a insinuar soterradamente la po­ cionado por grupos armados que Darío Echandía
sibilidad de un golpe contra Ospina reemplazaron las autoridades. En al­ (Gobierno), el
Pérez. La oposición a Ospina de sec­ gunas zonas del país la justicia cayó en presidente Ospina
tores de su partido llegó a tal punto, y Pedro Elíseo'
manos de bandas de pájaros, las gue­ Cruz (Higiene).
que en gira por el país a fines de 1948, rrillas y la policía chulavita. Entre los
las Asambleas Departamentales de factores que agudizaron la violencia
Caldas y Nariño, de mayoría conser­ partidista en 1949, se pueden enunciar
vadora, le negaron el saludo protoco­ las dos contiendas electorales que se
lario. Para el año de 1949, el presi­ celebraron en ese año. En junio de
dente abandonaría su posición inde­ 1949 se llevaron a cabo las elecciones
pendiente y moderada para ceder a las parlamentarias y en noviembre las
presiones del laureanismo, dando al presidenciales que, aunque debían ce­
traste con la Unión Nacional y abrién­ lebrarse en junio de 1950, fueron tras­
dole el camino a una fuerte hegemonía ladadas por decisión de la mayoría li­
conservadora. beral del Congreso. Otro de los fac­
tores fue la campaña adelantada por el
1949, el derrumbe parcial partido conservador y la Iglesia de
identificar al partido liberal con el co­
del Estado____________________ munismo. Monseñor Builes llegó a
En 1949, a causa de la violencia polí­ afirmar en tono categórico: «no se
tica, el Estado perdió credibilidad y le­ puede ser liberal y católico». La vio­
gitimidad en sectores amplios de la na­ lencia en este año llegó a su punto más
ción y en muchas zonas del país se pal- álgido. Parecía como si su implemen-
26 Nueva Historia de Colombia. Vol. lI

tación hubiera obedecido a un plan de nitud de la violencia, pidió a los jefes


exterminio liberal. Persecución a di­ de ambas colectividades que hicieran
rigentes, ataques a periódicos, matan­ pública una declaración en la que se
zas en las poblaciones donde el libe­ condenara cualquier forma de violen­
ralismo era mayoría. Sectores del con- cia. Es bueno traer a cuento apartes
servatismo tenían como meta el triun­ del documento suscrito por los jefes li­
fo en las urnas, así tuvieran que berales y conservadores, pues refleja
emplear los métodos que fueran con nitidez la situación de impunidad
necesarios. Estos mismos sectores exi­ para con el delito político y el quiebre
gieron al presidente el abandono de la del estado de derecho. Dice el acuer­
política de Unión Nacional, el estable­ do: «... El sectarismo político y en
cimiento de una hegemonía conser­ ocasiones intereses y pasiones más ba­
vadora y el nombramiento de autori­ jas han logrado crear en determinadas
dades seccionales que favorecieran los regiones del país un ambiente de im­
intereses electorales de ese partido. punidad que nos devuelve a las formas
Antes de las elecciones parlamentarias más primitivas de vida social. Allí los
de junio de 1949, la Unión Nacional jueces no pueden investigar los delitos
se rompería por tercera vez y esta rup­ cometidos por infinidad de razones:
tura sería definitiva. Ambos partidos unas veces por el temor a las repre­
habían optado por el enfrentamiento salias, que van desde la creación de di­
sin tregua. Las posibilidades de diálogo ficultades para encontrar techo y re­
y de entendimiento se eliminaron total­ sidencia, la amenaza, la tentación y el
mente, y durante varios años el país vi­ ataque, hasta la pérdida de la propia
viría bajo el imperio de la violencia y el vida; otras, por la absoluta falta de co­
odio. laboración de los testigos, que dicen
Desde principios de abril de 1949, no haber visto cosa alguna, ni haber
Ospina Pérez, preocupado por la mag­ denunciado nada...» Termina el do­
cumento con esta sentencia: «... por­
que un país donde la impunidad pueda
Mariano Ospina Pérez enseñorearse, estaría en el camino a la
y Laureano Gómez disolución.» A pesar de estos llamados
durante una visita
a la Escuela Militar.
a la cordura, la lista de muertos y la
Detrás del violencia día a día se iba extendiendo
presidente, Gustavo a nuevos municipios. La campaña
Rojas Pinilla, para las elecciones parlamentarias fue
ascendido a general adelantada en forma belicosa. La in­
y nombrado director
general del ejército
tervención de la Iglesia en política era
después del 9 de abril. cada día más atrevida. El semanario
católico El Derecho fundado por mon­
señor Builes, en su edición de abril de
1949, contenía un titular con las si­
guientes palabras: «Conservadores de
todo el país, a armarse.» Este hecho
no fue un caso aislado. Se encuentran
para el período numerosas pastorales
de los obispos de Tunja, Garzón,
Pamplona, San Gil y otras poblaciones
condenando al liberalismo y prohi­
biendo a los católicos dar su voto por
personas afiliadas a este partido. Las
pastorales del arzobispo primado de
Colombia, Ismael Perdomo, prohi­
biendo categóricamente la interven­
ción del clero en política, serían aho­
Capítulo 1 27

gadas por el fanatismo político y reli­


gioso. Para agravar aún más la situa­
ción, los gobernadores conservadores
se obstinaban, aun desobedeciendo al
presidente y a su ministro de Gobier­
no, en no cumplir los acuerdos deri­
vados de la política de Unión Nacio­
nal. Los gobernadores de Boyacá,
Caldas, Nariño y Santander, a pesar
de haber recibido varias comunicacio­
nes del Ministerio de Gobierno, se ne­
garon a establecer «el cruce político»
y a distribuir las alcaldías de forma
equitativa con el liberalismo. En el
Valle, una de las zonas de mayor per­
secución, el comandante de la Tercera
Brigada, Gustavo Rojas Pinilla, im­
partió instrucciones terminantes a la
tropa de impedir, aun haciendo uso de
la fuerza, que se lanzaran en las ma­
nifestaciones públicas palabras inju­ Tercera Brigada, Gustavo Rojas Pi- El presidente
riosas o descomedidas contra el go­ nilla, fuera retirado de su cargo por Ospina en un almuerzo
bierno, los cuerpos militares o sus ofrecido a los
haber atentado contra la libertad de organizadores
miembros. En Tuluá, durante una palabra. En resumen, el memorial se de la Conferencia
concentración política liberal, el se­ reducía a exigir garantías para el de­ Panamericana,
nador por el Valle Francisco Eladio bate electoral, solicitando la remoción condecora a
Ramírez fue acallado por la tropa. Los de funcionarios sectarios y el control Fernando Mazuera
liberales protestaron por este hecho Villegas, alcalde
de cuerpos policiales con comprobada de Bogotá,
ante el presidente. Ospina, que tenía trayectoria de violación de los dere­ marzo de 1948.
gran aprecio y agradecimiento a Rojas chos de la población liberal. Como po­
Pinilla por haber reprimido eficaz­ sibilidad de materializar esta imparcia­
mente la revuelta del 9 de abril en el lidad exigían la presencia del ejército.
Valle, no tomó ninguna medida contra Exceptuando la actuación de Rojas Pi-
este arbitrario proceder. nilla, hasta ese momento el ejército
A mediados de mayo la dirección li­ era la única fuerza no politizada.
beral, preocupada por la falta de ga­ Los liberales demandaban del pre­
rantías para el próximo debate de ju­ sidente una condena clara de la vio­
nio y ante la impotencia del gobierno lencia desatada por su propio partido.
para controlar la violencia, envió a Consideraban que Ospina, como má­
Ospina un memorial con las siguientes xima autoridad, no podía eludir un
peticiones: nombramiento de un ge­ pronunciamiento explícito con respec­
neral de la República para gobernador to a estos hechos. Los liberales se sin­
de Boyacá y un oficial de alta gradua­ tieron defraudados por Ospina Pérez
ción para el mismo cargo en Nariño. con quien habían colaborado estrecha­
Cumplimiento inmediato de la repar­ mente desde el 9 de abril y afirmaban
tición paritaria de alcaldías. Vigilancia que el gobierno había incumplido su
militar en las elecciones en diferentes compromiso de evitar la violencia y la
municipios. Las fuerzas policiales de­ coacción del electorado por parte de
bían ser colocadas en numerosas po­ autoridades policiales y civiles parcia­
blaciones bajo el comando del ejérci­ lizadas. Ante la negativa de Ospina
to, y los guardas de resguardos de para actuar más decididamente, la Di­
aduanas acuartelados desde la víspera rección Liberal Nacional decidió rom­
de las elecciones. Finalmente exigían per el gobierno de Unión Nacional. El
los liberales que el comandante de la 21 de mayo de 1949 todo liberal que
28 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

ocupara un cargo en el gobierno debió mente como comandante general


abandonarlo. Esto marcó el rompi­ del ejército.
miento de la estructura institucional Al terminarse la Unión Nacional se
existente. Las relaciones entre libera­ inauguró un difícil período de hege­
les y conservadores se deterioraron monía conservadora con la particula­
hasta el punto de quedar rotas aun en ridad de que este partido sólo contro­
el plano social. La última semana de laba el poder ejecutivo; los liberales
mayo, ante el retiro de los liberales del controlaban el Congreso y la mayoría
gobierno, Ospina nombró un gabinete de las Asambleas Departamentales,
ministerial hegemónicamente conser­ los concejos municipales, el Consejo
vador y le entregó al ejército los mi­ de Estado y la Corte Suprema de Jus­
nisterios de influencia en el manejo ticia. Las elecciones de junio se reali­
del orden público. El Ministerio de zaron en medio de un clima de violen­
Gobierno fue ocupado por el general cia y zozobra. En reemplazo de los go­
Régulo Gaitán, el de Justicia por el bernadores liberales que renunciaron
general Miguel San Juan y el de Gue­ al romperse la Unión Nacional fueron
rra por el general Rafael Sánchez nombrados funcionarios conservado­
Amaya. La participación de los mili­ res. El 6 de mayo, un día después de
tares en un gabinete de conservadores las elecciones parlamentarias, la pren­
le restaba autonomía y neutralidad al sa de ambos partidos reclamó la vic­
ejército, pues se vio comprometido a toria. El ambiente político se tensionó
defender los actos de la administra­ peligrosamente a raíz de las versiones
ción. Con estos nombramientos, Os- contradictorias. El Siglo ostentó du­
pina destruyó la imparcialidad del rante dos días los siguientes titulares:
ejército, única fuerza que hasta el mo­ «Victoria conservadora», «Confirma­
mento no había entrado en la contien­ da victoria». Su editorial del 6 de junio
da partidista. El gobierno conservador de 1949 declaró el triunfo en los si­
adelantó en los siguientes meses una guientes términos: «En el debate más
serie de medidas al interior del ejér­ limpio y puro de la historia colombia­
cito con el fin de lograr que militares na el conservatismo ha obtenido una
fieles a este partido asumieran el con­ victoria definitiva.» El gobierno no
trol absoluto de él. Varios militares apoyó el intento de sectores del con-
fueron llamados a calificar servicios, servatismo y en particular de El Siglo,
otros pidieron su retiro del ejército y de desconocer los legítimos resulta­
no pocos se quejaron de la «entroni­ dos. El 9 de jumo declaró que la vic­
zación de la política en el ejército». toria era del liberalismo. Los liberales
Los militares nombrados en el gabi­ conservaron una ventaja de 153.000
nete fueron reemplazados paulatina­ votos sobre los conservadores. Aqué­
mente por civiles conservadores exal­ llos, contrariamente a los conservado­
tados. Tal fue el caso del ministro de res, no se refirieron al debate como
Gobierno, general Régulo Gaitán, «puro y limpio» sino que denunciaron
quien fue reemplazado por Luis Ig­ numerosos casos de fraude y violencia.
nacio Andrade. El ministro de Justi­ Al conocer los resultados electora­
cia, general San Juan, pidió su retiro les, Laureano Gómez anunció su re­
del ejército y el general Sánchez Ama­ greso de Madrid. Llegó el 24 de junio
ya, ministro de Guerra, fue enviado al y en Medellín fue recibido por una en­
exterior en misión diplomática. Du­ tusiasta multitud. Ante ella pronunció
rante su ausencia fue reemplazado por un discurso en el que atacó al libera­
el político conservador Evaristo Sour­ lismo por comunista y para ello se va­
dís, quien continuó una política de re­ lió de la figura mítica del basilisco.
mociones al interior del ejército. De Dijo Gómez, refiriéndose al liberalis­
esta serie de cambios el más notorio mo: «El basilisco era un monstruo que
fue el ascenso de Rojas Pinilla a reproducía la cabeza de una especie de
general y su nombramiento final­ animal, de otra la cara, de una distinta
Capítulo 1 29

los brazos y los pies de otra cosa de­


forme para formar un ser amedranta-
dor y terrible del cual se decía que ma­
taba con la mirada. Nuestro basilisco
camina con pies de confusión y de in­
genuidad, con piernas de atropello y
de violencia, y con un inmenso estó­
mago oligárquico; con pecho de ira,
con brazos masónicos y con una pe­
queña, diminuta cabeza comunista,
pero que es la cabeza.» Los liberales
después del rompimiento de la Unión
Nacional y del regreso de Laureano
Gómez, sabían que poco podían es­
perar del presidente Ospina y su go­
bierno en materia de garantías. Que
en los campos no había interferencia
de las autoridades para impedir atro­ puesta de reforma electoral, pues de El ex ministro
pellos y asesinatos. En consecuencia ninguna manera querían aplazar la re­ liberal Jorge Soto
asumieron una posición defensiva. Se visión de las cédulas. Hubo declara­ del Corral, quien fue
hicieron fuertes en el Congreso donde herido el 8 de
ciones de los diferentes sectores del septiembre de 1949
eran mayoritarios y desde allí trataron conservatismo. Gilberto Alzate Aven- en la Cámara de
de crear un poder paralelo al del pre­ daño escribió desde las columnas del Representantes
sidente. Se trataba de utilizar el Con­ Eco Nacional: «La guerra es inevita­ durante un debate
greso para entorpecer la acción del ble. Si el liberalismo se empeña, el sobre reforma
ejecutivo y tratar de proteger los in­ electoral y murió
problema del poder no se decidirá en después a causa de
tereses del electorado liberal. El grito las urnas sino en las barricadas.» El las heridas recibidas.
de batalla en esta pugna entre el eje­ anticipo de las elecciones se constituyó Lo acompañan, el coronel
cutivo y el legislativo fue el proyecto según los conservadores en el inicio de Rómulo Gaitán,
presentado por los liberales para re­ la «guerra civil». Con la presentación Augusto Ramírez Moreno
formar la ley electoral sancionada en y Julio César
de este proyecto la violencia arreció y Turbay Ayala.
diciembre de 1948. Contemplaba las llegó hasta el Parlamento, donde se
siguientes medidas: aplazamiento de protagonizaron hechos bochornosos y
la revisión de cédulas hasta la nueva sangrientos anunciadores del triste fu­
posesión del presidente de la Repú­ turo que le esperaba a la ya debilitada
blica, y anticipo de las elecciones pre­ democracia colombiana. En la prime­
sidenciales de junio de 1950 a noviem­ ra semana de agosto, la representa­
bre de 1949. Con el proyecto, el libe­ ción conservadora, dirigida por Alva­
ralismo intentaba protegerse. Temían ro Gómez Hurtado, acalló los discur­
que la revisión de cédulas fuera utili­ sos de los representantes liberales con
zada para despojar de ellas a los ciu­ pitos repartidos por él mismo. Cuando
dadanos liberales con el fin de que no se cansaban de pitar los representan­
pudieran votar. Trataron de adelantar tes daban ruidosas patadas en el suelo.
los comicios seis meses con el fin de El 29 de agosto, después de vergon­
hacer efectiva la ventaja sobre los con­ zosas sesiones en las que los represen­
servadores, antes de que éstos la pu­ tantes protagonizaron riñas, saboteos
dieran desconocer por medio del frau­ y golpes, se aprobó la reforma elec­
de o la violencia. Querían los liberales toral. La ley pasó al ejecutivo para ser
a toda costa que el Congreso se en­ sancionada. El presidente Ospina la
contrara sesionando para la fecha de vetó por inconstitucional y el Congre­
las elecciones, de manera que se cons­ so por mayoría rechazó el veto presi­
tituyera en guardián y protector del dencial. Finalmente pasó al estudio de
electorado de su partido. Los conser­ la Corte Suprema de Justicia, la cual
vadores se indignaron ante la pro- por sentencia la dictaminó exequible.
30 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

El voto de la Corte tuvo un claro sen­ las elecciones que se acercaban; la


tido partidista. Los magistrados libe­ creación de un ejecutivo bipartidista
rales que eran mayoría votaron la exe- por medio del cual dos liberales y dos
quibilidad y los conservadores, que conservadores se alternarían el poder
formaban minoría, votaron en contra. durante el período 1950-1954; dentro
El 8 de septiembre de 1949, la violen­ del término de esos cuatro años se de­
cia llegó a su climax en la Cámara de bía adelantar una cuidadosa revisión
Representantes. El representante li­ de la cedulación. Los miembros de su
beral, Gustavo Jiménez, se trenzó en partido rechazaron la propuesta con
una discusión con el representante diferentes argumentos, mas lo que ha­
conservador Castillo Isaza. Castillo bía detrás de ellos era la negativa de
Isaza, quien estaba armado, inició un Laureano Gómez a abandonar su can­
abaleo. Al terminarse, Jiménez yacía didatura presidencial. En el partido li­
muerto y Jorge Soto del Corral, ex mi­ beral la propuesta tuvo diferente aco­
nistro liberal, gravemente herido. gida. Carlos Lleras Restrepo, miem­
Soto del Corral moriría después como bro de la dirección liberal, la consi­
consecuencia de estas heridas. El país deró conveniente, mientras el ex pre­
se desangraba bajo el imperio de la sidente López Pumarejo se opuso a
violencia. ella calificándola de «dictadura pac­
Los dirigentes de los partidos, el go­ tada». Durante los días en que ambos
bierno, la policía y la Iglesia, tenían partidos estudiaban la propuesta de
gran responsabilidad en los crímenes y Ospina, ocurrió un hecho que haría
atropellos. La ciudadanía, los gremios estremecer de horror al país. El 22 de
industriales, los obreros, toda la na­ octubre, veinticuatro liberales fueron
ción clamó por la paz. Las mujeres de masacrados en las oficinas de su par­
la élite social de Bogotá citaron una tido en Cali. El ataque fue perpetrado
manifestación. Quince mil mujeres de por bandas de «pájaros». Las autori­
todas las clases desfilaron pidiendo dades militares no tomaron ninguna
«Paz en la Patria». Frente al Capitolio medida contra los bandidos. Después
se colocó un aviso de neón con la pa­ de este hecho los dirigentes liberales
labra «Paz». Numerosos edificios de estaban completamente atemorizados.
Bogotá ostentaron banderas blancas y Vieron cómo, a causa de la violencia,
muchos automóviles llevaban un em­ su maquinaria electoral fue destruida.
blema con la paloma de la paz. Las or­ La violencia ya no se restringió a los
ganizaciones gremiales ANDI, SAC y campos sino que se tomó las ciudades.
FENALCO promovieron un Comité Las casas de los dirigentes liberales su­
Pro Paz compuesto con figuras ecuá­ frieron atentados, así como las ofici­
nimes de ambos partidos para que ac­ nas de este partido en varias ciudades
tuaran como emisarios de la paz. Los del país.
sectores empresariales temían que la En los últimos días de octubre, a
violencia afectara sus negocios. El través de su candidato presidencial,
éxodo campesino causado por la vio­ Darío Echandía, los liberales presen­
lencia llegó a proporciones tan alar­ taron una propuesta de aplazamiento
mantes que los cafeteros empezaron a de las elecciones. Así mismo propo­
temer por sus cosechas, debido a la es­ nían un ejecutivo compartido. La pro­
casez de brazos para recolectar el gra­ puesta era esencialmente igual a la de
no. Ospina Pérez, presionado por los Ospina, sobre la cual el liberalismo no
diferentes sectores industriales y eco­ había logrado un acuerdo. La res­
nómicos del país y ante las proporcio­ puesta de Laureano Gómez a esta pro­
nes de la violencia, presentó una pro­ puesta fue clara y directa: «La fecha
puesta política con la que se proponía nos la impuso el adversario y no po­
detener la violencia. Ésta se puede re­ demos vacilar» y agregó después:
sumir así: una reforma constitucional «... Un acuerdo con liberales, que es
por medio de la cual se suspendieran un partido que se halla dirigido por co-
Capítulo 1 31

munistas...» El 24 de octubre el regis­ La familia


trador nacional, Eduardo Caballero presidencial en foto
Calderón, informó al presidente cómo de Sady González
en 120 municipios, o sea una séptima tomada en octubre
de 1946. Con el
parte del territorio nacional, los libe­ presidente y doña
rales no se habían podido registrar de­ Berta Ospina
bido a la acción de las autoridades sec­ Fernández aparecen
tarias. El informe descalificó el debate tres de sus cinco
hijos: Rodrigo,
a celebrarse. Afirmó Caballero Cal­ Fernando y Gonzalo.
derón que «las elecciones del 27 de no­
viembre lejos de llegar a ser la expre­
sión inequívoca de la realidad serán
una farsa sangrienta». Pocos días des­
pués de este informe los miembros li­
berales de la Corte Electoral, los ex
presidentes López Pumarejo, Eduar­
do Santos, Carlos Lozano y Lozano y
el rector de la Universidad Nacional,
Antonio Rocha, renunciaron a sus
cargos. Finalmente, la Dirección Na­
cional Liberal anunció que ante la ine­
xistencia de un orden legal y la ausen­
cia absoluta de garantías para los elec­
tores liberales, retiraban la candida­ pas del ejército que les impidieron la
tura de Darío Echandía. Aseguró el entrada. Horas antes Ospina había de­
partido liberal que no reconocerían el clarado el estado de sitio, suspendido
triunfo del conservatismo respaldado el Congreso y todas las asambleas de­
en la violencia y la coacción de las ar­ partamentales. Confirió a los gober­
mas oficiales. En un pronunciamiento nadores poderes amplios para el con­
público afirmaron: «Aquí no ha habi­ trol del orden público. Modificó el ré­
do a lo largo de varios meses sino una gimen de votación de la Corte Supre­
farsa sangrienta, una comedia que al­ ma de Justicia. Impuso una rígida cen­
terna la voz de la hipocresía con la de sura de prensa: el correo, los
los fusiles oficiales y la de las pistolas telegramas y aun las llamadas telefó­
de los criminales a sueldo.» Los libe­ nicas estuvieron sometidas a la super­
rales pensaron entonces en utilizar su visión oficial. Pocos días después se
mayoría en el Congreso para adelan­ estableció el toque de queda a las 8
tar un juicio contra Ospina Pérez en el p.m. Se habló entonces de un golpe de
Senado y deponerlo. En un acto de in­ estado. El partido liberal planeó una
genuidad, el 9 de noviembre, en las huelga general. Ésta debió iniciarse el
horas de la mañana, los presidentes 25 de noviembre, dos días antes de las
del Senado y la Cámara visitaron al elecciones, y terminar sólo cuando el
presidente Ospina para anunciarle que gobierno hubiera caído. El gobierno
se iba a tramitar una acusación contra tomó medidas contra el paro. Declaró
él. Al mismo tiempo le solicitaron ga­ al movimiento ilegal y anunció que se­
rantías para los liberales mientras se ría duramente reprimido. Prohibió ex­
adelantaba el proceso en el Senado. A presamente la suspensión del trans­
las 4 p.m. de ese mismo día, Carlos porte. Ante el apoyo al paro de los co­
Lleras Restrepo, Julio César Turbay y merciantes y algunos industriales, el
otras personalidades del liberalismo se gobierno utilizó un método de repre­
dirigieron hacia el Parlamento con el sión más sutil y eficaz: Les anunció
fin de iniciar el proceso. Se encontra­
que les serían cancelados los cupos de
importación a los que obedecieran al
ron con la sorpresa de que el edificio paro. Al gremio de los comerciantes,
del Congreso estaba rodeado por tro-
32 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

que tenía dificultades con las licencias candidato, fue elegido presidente con
de importación, el gobierno les pro­ 026.408 votos. De esta manera se
1.
metió una ampliación en los cupos. Se dio inicio a una represiva dictadura ci­
apresaron numerosos dirigentes sin­ vil. Pocos días después el general Gus­
dicales y políticos. Entre ellos a Jorge tavo Rojas Pinilla fue nombrado mi­
Zalamea, Alejandro Vallejo, Diego nistro de Comunicaciones en agrade­
Montaña Cuéllar y León de Greiff. El cimiento a los servicios prestados al
25 de noviembre, a causa de la repre­ conservatismo. La revista Life del 12
sión y la debilidad de la CTC, el paro de diciembre de 1949 registró el triun­
nacional fue un fracaso. A eso de las fo de Laureano Gómez en los siguien­
4 p.m. de ese mismo día varios diri­ tes términos: «La semana pasada el
gentes liberales partieron de la casa de pueblo colombiano, amante de la li­
Darío Echandía en un pequeño desfile bertad, perdió su preciosa herencia a
con el propósito de que su presencia través de un juego de poder infatiga­
sirviera para darle ánimo a sus copar- ble del partido conservador minorita­
tidarios. A la altura de la plaza de Bo­ rio. La principal característica de Gó­
lívar fueron interceptados por una pa­ mez fue el reino del terror, los pueblos
trulla del ejército, que los atacó dando liberales fueron atacados. Durante los
muerte a Vicente Echandía, hermano últimos meses cayeron asesinados
de Darío Echandía, e hiriendo a tres 2.000 liberales, cientos fueron encar­
ciudadanos más. celados y otros huyeron de sus pobla­
El 27 de noviembre se llevaron a ciones. Solamente a Bogotá llegaron
cabo las elecciones, al amparo de las 7.000. Las tropas tomaron posesión de
bayonetas. Laureano Gómez, único la capital y patrullaron las calles.»

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Capítulo 2
33

El 9 de abril,
asesinato de una esperanza
Arturo Alape voz, en el verbo encendido de Gaitán,
una posible redención social.
Sobre Bogotá, conocida como la
La ciudad Atenas del Sur, recaía la mirada es­
peranzada del continente, porque te­

B ogotá cortada en cruz sobre la ca­


rrera séptima y la de Jiménez por
los rieles del tranvía; los cerros en
poso como telón de fondo inamovi­
nía la visita de un personaje mundial­
mente conocido: el general George
­
reMarshall, el hombre que había re­
construido económicamente al viejo
bles, un cielo encapotado y un enlo­ continente, después de la hecatombe
quecedor frío sobre los hombres de de la segunda guerra mundial. Por lo
vestidos cruzados y sombreros negros, menos los gobiernos de entonces pen­
ladeados, y en el aire el hollín del saban que traía dólares a manos llenas
tiempo pegado a sus respiraciones. Es para desarrollar las pobres economías
mediodía del 9 de abril de 1948; la ciu­ de estas tierras americanas que' no ha­
dad se desocupa, las gentes aceleran bían pasado por la experiencia de la
sus pasos para ir a almorzar. Hay cier­ guerra. El propio general, desde el
ta tranquilidad relativa, aunque el país primer discurso en la conferencia, di­
había vivido una intensa oleada de sipó cualquier ilusión en este sentido.
violencia en algunos departamentos. No habrá «Plan Marshall» para Amé­
Un grupo de lustrabotas, especie de rica Latina. El continente americano
guardia personal de Gaitán al salir de tiene urgente necesidad de adoptar
su oficina, silban con cierto desgano al métodos efectivos de cooperación eco­
compás de sus manos que brillan los nómica, haciendo frente a problemas
zapatos de los transeúntes. que exigen su máximo de buena vo­
La ciudad ha cambiado de aparien­ luntad. La tarea de reconstruir Euro­
cia, al engalanarse para las fiestas so­ pa es, de por sí, una tarea gigantesca
ciales en homenaje a los muchos de­ para los Estados Unidos. Invitó a los
legados a la Novena Conferencia Pa­ gobiernos del continente a unirse a esa
namericana, mientras en cualquier labor. Resumió su pensamiento en
rincón se esconde la miseria real de un materias económicas, pidiendo para el
pueblo que había encontrado en la capital extranjero toda clase de garan-
34
Nueva Historia de Colombia. Vol. //

tías. Desde el comienzo de la Confe­ lombia es un país de libertades, res­


rencia Panamericana, el general Mars- petuoso de sus fueros constitucionales
hall había recomendado incluir en la y celoso guardián de los principios de­
agenda de discusiones la siguiente pre­ mocráticos.» Los delegados conserva­
gunta: «Quiero saber si los delegados dores al evento, encabezados por Sil­
aquí reunidos consideran que una vio Villegas y Augusto Ramírez Mo­
cuestión sobre represión de movi­ reno, estaban de acuerdo con la decla­
mientos subversivos de origen forá­ ración.
neo, en América, ¿debe considerarse Comenzaba para el continente la más
como un nuevo tema con relación a la grande cruzada de perfiles inquisitoria­
agenda?» les. Era la aplicación de la doctrina Tru-
Pregunta que no fue recibida con man, que proclamaba el derecho de los
beneplácito en el resto de las delega­ Estados Unidos a intervenir política y
ciones. Creó un ambiente de tensión y militarmente en cualquier país «ame­
de contradicciones. No era lo defini­ nazado por el comunismo». Era, de
tivo a discutir. Juvenal Hernández, frente, la guerra fría.
jefe de la delegación chilena, dio de Gaitán, jefe del partido liberal, por
inmediato una respuesta positiva en un inaudito error de Ospina Pérez y
relación con la pregunta del general aconsejado por Laureano Gómez, no
Marshall, al sostener que la división fue invitado al evento. Esa arbitraria
mundial alrededor de dos tesis había actitud del gobierno había creado pro­
quedado planteada, que una de ellas fundo malestar en las masas liberales.
se fundaba «en una concepción mate­
rialista de la vida» y que «pretende im­ 9 de abril: 1.05 p.m.
plantar la sumisión gregaria de los más
a los menos a un nuevo totalitarismo A la una y diez minutos de la madru­
político para decapitar el espíritu del gada del 9 de abril, Gaitán terminaba
hombre y dejarlo sentimentalmente su emocionante defensa del teniente
marchito por la pérdida de su liber­ Jesús Cortés, y pedía para él la abso­
tad». Propuso la necesidad inmediata lución, alegando que había obrado en
de adoptar disposiciones internas para legítima defensa del honor del ejérci­
reprimir las actividades subversivas to, al ultimar de dos disparos de pis­
que intentaran realizar individuos na­ tola al periodista Eudoro Galarza
cionales o extranjeros en favor de los Ossa. La multitud aplaudió frenética­
intereses políticos de estados extra­ mente el hermoso elogio que el pe­
continentales. nalista hizo del militar. Ahora se vivía
La delegación argentina replicó di­ la expectativa por el veredicto final.
ciendo que «las Américas no deben Era la segunda defensa que Gaitán ha­
combatir el comunismo como idea cía del teniente Cortés. Los mandos
sino atacar las causas que lo engen­ medios del ejército habían sufragado
dran». La delegación venezolana fue todos los gastos de la defensa, reco­
más precisa y contundente, al afirmar lectando el dinero entre sus compa­
por boca de su presidente, Rómulo ñeros de armas. Seguía en la sala un
Betancur: «Venezuela jamás apoyará silencio profundo. A la una y veinti­
medidas que puedan dar a los enemi­ cinco minutos de la mañana la sala fue
gos de la libertad el arma formidable desalojada. Los jueces del pueblo en­
de la discriminación política y las per­ traron a deliberar, mientras los pre­
secuciones policíacas, que podrían ser sentes hacían toda clase de conjeturas.
utilizadas contra todos los miembros Eran muchas las hipótesis que se te­
de la oposición doctrinaria.» La dele­ jían. Ante todo, había una gran con­
gación colombiana, presidida por Car­ fianza en el formidable penalista que
los Lozano y Lozano, había declarado era Gaitán.
que Colombia no votaría afirmativa­ A las dos de la madrugada, los jue­
mente esa declaración. Dijo que: «Co­ ces del pueblo entregaron su veredicto
Capítulo 2 35

al juez de la causa y el doctor Pérez


Sotomayor, lentamente dio lectura al
fallo de conciencia. Las dos y cinco de
la mañana. El fallo fue absolutorio en
un todo, de acuerdo con las tesis plan­
teadas por Gaitán.
Las barras sacaron al líder en hom­
bros y él se encontró con la soledad de
una ciudad que tanto amaba y que po­
cas horas después iba a cambiar en
todo sentido por su muerte. La mul­
titud que lo vitoreaba quedaba a sus
espaldas.
Plinio Mendoza Neira necesitaba
hablar con Gaitán sobre alguna cosa
urgente. Fue a su oficina, y allí lo en­
contró departiendo con varios de sus
amigos, entre ellos Pedro Elíseo Cruz,
Alejandro Vallejo y Jorge Padilla. Co­
mentaban sobre la intervención de
Gaitán en la madrugada, en defensa
del teniente Cortés, verdadero éxito
oratorio que todos calificaron de bri­
llante. Gaitán recibía los últimos elo­
gios de sus amigos. Había sido su más
importante triunfo como penalista.
Gaitán se sentía alegre, eufórico, «reía
con mucha complacencia», recuerda
Plinio. Éste lo invitó a almorzar.
«Aceptado. Pero te advierto, Plinio, didas de un caudillo en trance de Jorge Eliécer Gaitán
que yo cuesto caro», dijo Gaitán al muerte.» Era la atmósfera política que Ayala, en su época
de estudiante de la
disponerse a salir, con una de sus car­ se respiraba. Escuela Nacional de
cajadas habituales cuando se hallaba Plinio Mendoza Neira sintió de Derecho, donde
de humor. Todos abandonaron la ofi­ pronto que Gaitán retrocedía, tratan­ recibió su título
cina, para tomar el ascensor del edi­ do de cubrirse el rostro con las manos. de abogado con la
ficio Agustín Nieto. Al salir por el pa­ Escuchó tres disparos consecutivos. tesis "Las ideas
socialistas en
sillo que daba a la calle, Plinio lo coge Trató de ayudarlo. Gaitán, demuda­ Colombia". Pronto
del brazo: «Lo que tengo que decirte do, los ojos semiabiertos, un rictus se hicieron famosos
es muy corto.» amargo en los labios y los cabellos en sus alegatos
En esos instantes postreros del lí­ desorden. Un hilillo de sangre corría como penalista.
der, nunca se sabrá si había leído las bajo su cabeza.
últimas líneas del editorial del Diario
del Pacífico, del 8 de abril, que era Los testigos del asesinato
como el artilugio premonitorio de su
muerte: acusaba a Gaitán de su com­ Pudo ver en forma absolutamente ní­
promiso con el comunismo, y advertía tida al individuo que disparaba. Trató
que esta actitud impediría al liberalis­ de dar un paso adelante para arrojarse
mo hacer causa común con quienes se sobre él y el hombre levantó el revól­
estaban esforzando por defender al ver a la altura de su rostro. Plinio hizo
continente americano de la influencia el mismo ademán de Gaitán, quiso po­
del Kremlin. Terminaba: «Allá ese nerse a salvo entrando de nuevo al
partido que en horas de tanta inquie­ edificio. En ese momento, el asesino
tud se dejó arrastrar hacia tan profun­ bajaba el revólver con deseos de apun­
do abismo por las ambiciones desme- tarle a Gaitán, que yacía inmóvil sobre
36 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

el pavimento. Luego fue retirándose, cuerpo a un taxi que lo condujo a la


protegiéndose en la fuga con el revól­ clínica Central.
ver, vacilante. A la una y cinco de la tarde se había
Le faltaban tres pasos para llegar a parado el reloj de Gaitán. Años más
la puerta y vio claramente el cuerpo tarde, el médico Yezid Trebert Oroz-
del atacante y los movimientos de su co recordaría que de los impactos del
brazo en tres posiciones, la primera revólver recibidos por Gaitán, espe­
alta, sincronizada con las tres deto­ cialmente el que penetró en el cráneo
naciones, sin que pudiera percibir el a la altura de la protuberancia occipi­
arma, ni la mano, ni la persona sobre tal, hemisferio izquierdo, a más o me­
la cual disparaba. Así precisa Pedro nos cinco centímetros, fue el mortal.
Eliseo Cruz. Murió en el sitio del abaleo. «A él le
Parece que en esos momentos el quedó naturalmente la vida animal,
hombre les hizo un disparo a ellos. como a los toros de lidia cuando les
Luego retrocedió buscando la avenida clavan la puntilla y todavía quedan
Jiménez. Demostraba un perfecto do­ con vida, pero sin sentido de ninguna
minio sobre sí mismo, una gran ener­ clase.»
gía, en sus ojos había una mirada de Gaitán no creía en su muerte. Mu­
odio inconfundible. Era un hombre chas veces sus amigos intentaron or-
cargado de pasión. Así lo define Ale­ ganizarle un cuerpo de seguridad per­
jandro Vallejo. sonal. Él siempre rechazó enérgica­
En el primer instante, Jorge Padilla mente la idea. Grupos de policías gai-
pensó que los disparos no eran de re­ tanistas le propusieron lo mismo. Pero
vólver. Pensó más bien en los fulmi­ él daba como respuesta que su pueblo
nantes que los emboladores ponían so­ era su propio vigilante. Un día dijo
bre la línea del tranvía. Miró hacia la que si a él lo asesinaran, sucedería el
puerta, y vio que apoyándose contra el mismo levantamiento popular que
borde de la piedra norte, con las pier­ produjo su asesinato. Gaitán era un
nas dobladas en posición de tiro, re­ hombre de profunda seguridad en su
vólver en mano, había un hombre. realización como político. Ya se sen­
Está seguro que disparó desde ese tía, por derecho de su prestigio y de su
punto y en esa posición, recuerda Jor­ inmensa influencia, presidente de la
ge Padilla. En total, oyó cuatro deto­ República. Pensaba que lo conseguiría
naciones. en el año 50, por el camino constitu­
Pedro Eliseo Cruz, en su condición cional de las elecciones.
de médico, examinaba a Gaitán. Al le­ Bogotá comenzó a incendiarse. La
vantarlo del suelo, daba señales de tranquilidad de mediodía se convirtió
vida. Era una serie de quejidos sor­ en un volcán de pasiones inusitadas.
dos. Minutos después llevaron su La ciudad, como el país, vivieron una
de las experiencias más dramáticas de
su historia.
Amparo Jaramillo
de Gaitán, esposa
del caudillo liberal, El hombre_____________________
y su cuñada,
esperan en la Clínica Gaitán había nacido pobre y humilde,
Central el desenlace en un humilde barrio al oriente de Bo­
del atentado: es el
9 de abril de 1948... gotá. Su padre siempre tuvo vocación
de librero y su madre, su más grande
amor y su más grande influencia, fue
maestra. Su infancia estuvo saturada
por las dificultades y la escasez. Fue a
la escuela pública y, más tarde, en la
segunda enseñanza, entró al Colegio
Araújo de Bogotá. Después, para el
Capítulo 2 37

estudio de su profesión de abogado,


fue a la facultad de derecho de la Uni­
versidad Nacional. Comenzó a ejercer
de abogado, incluso antes de titularse.
Obtuvo rotundos éxitos en sus pri­
meros alegatos, que siempre estuvie­
ron ligados a personajes de los bajos
fondos. Su nombre se hizo famoso en
sensacionales audiencias públicas, en­
tre ellas la del crimen de la «Ñapa».
La tesis con que se graduó se tituló
«Las ideas socialistas en Colombia»,
que ya marcaban un derrotero para su
futura vida de hombre público.
Viaja a Italia con el objeto de am­
pliar sus conocimientos en la ciencia
del derecho penal. Asiste al espec­
táculo que ofrecía el fascismo, que
irrumpía en Europa ungido de pro­
mesas y era escuchado ya por gigan­
tescas movilizaciones de masas. Era
un espectro de carne y hueso que ha­
blaba con la persuasiva teatralidad de
Mussolini. Distribuyó su tiempo en Gaitán, que había salido elegido A las dos de la tarde,
concurrir a las aulas de la Real Uni­ para el Congreso, realizó durante a consecuencia de los
versidad de Roma, donde conocería la quince días el más formidable debate disparos de Juan Roa
Sierra, Gaitán muere.
doctrina y el pensamiento del profesor denunciando las arbitrariedades de la Pedro Elíseo Cruz,
Ferri, cuyo prestigio lo había atraído United Fruit Company. Y con la do­ ministro de Higiene,
de antemano. Vivió esa transmutación cumentación que llegó a tener en la estuvo a su lado en
del sabio Ferri, de antiguo socialista a mano, obtenida en sus dos viajes a la el atentado y en la
gestor ideológico de Mussolini. Por región, probó en sus acusaciones que clínica. Abajo, Gaitán
con su gran maestro
muchas veces fue a escuchar la voz de había una conspiración entre la com­ Enrico Ferri, en Roma.
Mussolini, para analizar lo teatral de pañía norteamericana y el gobierno
sus gestos y las modulaciones de su colombiano para explotar a los traba­
voz, a fin de hacerla más convincente, jadores.
más enérgica, Gaitán llevaba consigo,
con la fuerza que le era propia, su vo­
cación oratoria. Si con Ferri aprendía
el derecho penal, con los oradores fas­
cistas estudiaba elocuencia.
A su regreso al país, a fines de mar­
zo de 1929, se levantaba el estado de
sitio en la zona bananera. Los dueños
de las plantaciones del banano, acom­
pañados por el ejército colombiano,
acababan de asesinar a millares de in­
defensos obreros, culpables de pedir
un poco de justicia social para sus vi­
das. Gaitán quiso conocer de cerca la
comarca martirizada y por muchos
días recorrió el escenario del terror,
escuchando los relatos de los sobrevi­
vientes y conociendo reveladores do­
cumentos sobre la masacre.
38 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Diploma de cierto sentido, la campaña moraliza-


especialización dora de Gaitán constituyó una cruzada
en derecho criminal contra los males que aquejaban a la
concedido a Gaitán
por la Real Universidad sociedad colombiana, ya fueran socia­
de Roma, el 28 de les, políticos o económicos. Hablaba
junio de 1927. de que había cierta enfermedad en el
ambiente, por razón del deterioro de
las fibras democráticas y morales de la
nación. Hablaba del cansancio del
pueblo ante las farsas políticas, la co­
rrupción de su partido en el gobierno.
Y ante la descomposición social, ante
el descontento general por la crisis que
En octubre de 1933, antes de que se atravesaba la experiencia de la repú­
clausurara el Congreso, Gaitán lanzó blica liberal, él creía que era la única
un manifiesto trascendental. Invitaba alternativa para un posible cambio.
al pueblo, a toda la intelectualidad, a Gaitán avizoraba que ya era el tiem­
todos los oprimidos a que formaran un po, que su tiempo había llegado, des­
frente único, capaz de luchar por la pués de veinte años de luchas.
justicia social. Ese movimiento se lla­ El 25 de septiembre de 1945, la pla­
maría Unión Nacional Izquierdista za de toros de Bogotá se desborda con
Revolucionaria, planteándose un pro­ cuarenta mil gaitanistas, plenos de ale­
grama similar al de Haya de la Torre gría y confianza en el triunfo, partici­
en el Perú. Gaitán habló de los gran­ pantes de una experiencia política sin
des latifundios abandonados, de los precedentes. Gaitán era ya un caudillo
campesinos explotados como bueyes. de masas, un líder social. Gaitán dijo:
En varios centros agrícolas la UNIR «Nos ha bastado que aspiremos a la
adquirió proporciones de peligro so­ restauración moral y democrática de
cial y bajo sus banderas se realizaron la República. Y esa fórmula diáfana y
numerosas movilizaciones, huelgas sencilla ha sido entendida por las gen­
agrarias y reclamaciones directas a los tes de Colombia con toda la fuerza
terratenientes. real y trascendente que encierra su
Durante la campaña del 44 al 46, contenido. Sólo los que integran y es­
Gaitán y los gaitanistas usaron su lema peculan con el país político no en­
«Por la restauración moral y democrá­ cuentran en ella ni mérito ni sustancia,
tica» como un arma efectiva contra sus unos por dañada intención y otros por
enemigos políticos, primordialmente culpable ceguera.»
los liberales del sector oficialista. En Gaitán, como hombre de acción y
un verdadero líder de masas, se levan­
ta de la derrota electoral del año 46 y
"Al sol de la verdad",
caricatura de Díaz
asume de inmediato el papel de recon­
publicada por quistar en dos elecciones la victoria
"Fantoches", alusiva para su partido. Gabriel Turbay, su
al viaje de Gaitán a oponente oficialista en el debate del
la zona bananera y 46, marchó a París a buscar la muerte
su denuncia de los por física nostalgia de la presidencia
atropellos de la
United Fruit Company que no había obtenido y por la que
y del general Carlos tanto había luchado. Entonces Gaitán
Cortés Vargas ante se convierte en el jefe único del libe­
el Congreso. ralismo, y de inmediato debe afrontar
con toda la intensidad el proceso de
violencia política que comenzaba a
gestarse y desarrollarse en todo el ám­
bito geográfico del país. Esa situación
Capítulo 2 39

la denuncia en la manifestación del Si­


lencio, cuando frente a una masa dis­
ciplinada que ha marchado con sus
banderas de luto, se dirige al presi­
dente Ospina en estos términos: «Os
pedimos que cese la persecución de las
autoridades; así os lo pide esta inmen­
sa muchedumbre. Os pedimos una pe­
queña y grande cosa: que las luchas
políticas se desarrollen por los cauces
de la constitucionalidad. No creáis que
nuestra serenidad, esta impresionante
serenidad, es cobardía. Somos descen­
dientes de los bravos que aniquilaron
las tiranías en este suelo sagrado. So­
mos capaces de sacrificar nuestras vi­
das para salvar la paz y la libertad de
Colombia.» Ese día Gaitán había es­
crito su propia muerte.

Retrato de un asesino
El asesino intenta escapar. Los lustra­ radio de un vecino suyo, en la casa Gaitán, alcalde de
botas enfurecidos gritan: «¡Mataron al donde vivía, arreglando un vestido ne­ Bogotá, el 8 de junio
doctor Gaitán, mataron al doctor Gai- gro para ponerse de luto por la muerte de 1936, con el
gobernador Parmenio
tán! ¡Cojan al asesino!» El dragoneante de Gaitán, cuando escuchó la noticia Cárdenas. Abajo, con
Carlos A. Jiménez lo captura. «No me «que el reo del doctor Gaitán era Juan Amparo de Gaitán y
vaya a matar mi cabo...», suplica el Roa Sierra, es decir, que el matador su hija Gloria, en su
hombre lloroso. Se aglomera la gente, era mi hijo Juan». Ella, en los interro­ proclamación como jefe
lo desarman, lo meten a la droguería gatorios, dijo que Juan había traba­ único liberal, 7
de febrero de 1947.
Granada para salvarle la vida. De turno jado en la legación alemana, «más o
está Elias Quesada Anchicoque. Los menos como un año en calidad de por­
policías y Quesada bajan la reja. El tero». Como también dijo que a su
hombre trata de evadirse, saltando una
de las vitrinas de la droguería. Lo apre­
san, y Quesada le pregunta:
—¿Por qué ha cometido este crimen
de matar al doctor Gaitán?
—¡Ay señor, cosas poderosas que
no le puedo decir! ¡Ay, Virgen del
Carmen, sálveme...! — contestó el
hombre en tono lastimero.
Entonces le preguntó Quesada:
—Dígame quién lo mandó matar,
porque usted en estos momentos va a
ser linchado por el pueblo...
—No puedo..., no puedo — con­
testó.
Instantes después, la multitud lo sa­
caría a la fuerza de la droguería Gra­
nada y comenzaría a matarlo de físico
dolor.
Su madre, Encarnación viuda de
Roa, recuerda que estaba oyendo la
40 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

miembro de la secta Rosacruz. Que le


vio muchas publicaciones de esa secta,
que tenía un libro titulado Dioses ató­
micos y que recibía permanentemente
correspondencia de los Estados Uni­
dos. Era un individuo retraído en sí
mismo; poco comunicativo, poco con­
versaba, era solitario en el habla. Esa
actitud, como recuerda su hermano,
«fue una cosa más bien adquirida de
hombre».
Su mujer, María Jesús Forero de
Salamanca, con quien Juan tenía una
hija que hoy tendría 38 años, si vivie­
ra, declaró que él andaba muchas ve­
ces con su pensamiento distraído. Con
la madre de Juan hablaban sobre esto,
pues «ella me decía que estaba asus­
tada de que Juan pudiera resultar lo
mismo que Gabriel, el hermano que
está en Sibaté, con su mismo estado».
Marcha de las antorchas hijo le venía notando cosas raras, María Jesús Forero de Salamanca re­
en vísperas de la como por ejemplo, creerse «Santan­ cuerda que Juan Roa escribió una car­
proclamación de Gaitán, der o un personaje así como Santan­
por la cual se le
ta al presidente Ospina, en la que le
acusó de fascista. Abajo, der». Había abandonado el trabajo y expresaba que «es y ha sido el anhelo
un gesto característico se quedaba pensativo, «con sus pro­ constante de mi alma el llegar a ser útil
durante una manifestación pios pensamientos». Ella lo acompañó a mi patria, a mi familia y a la socie­
en el barrio popular a casa de un adivino alemán y en su dad», que el medio propicio que ha
de la Perseverancia.
presencia éste le examinó a Juan una encontrado es dirigirse a «vuestra ex­
de las manos. celencia». Nadie supo quién le escri­
Su hermano, Eduardo Roa Sierra, bió la carta y mucho menos en qué
dijo en las indagatorias por el asesi­ máquina la hizo.
nato de Gaitán que Juan era adicto o Su mentor espiritual, el hombre que
le leía las manos, el alemán Juan Um-
laud, dijo que en la última visita que
hizo Roa Sierra a su consultorio el 7
de abril, lo había visto completamente
tranquilo y que al despedirse le expre­
só: «Solo tengo que hacer la vida y
solo tengo que seguir.» Juan Roa Sie­
rra ya había adquirido un viejo revól­
ver y estaba gestionando la compra de
los proyectiles.
Dos días después, este hombre que
se miraba al espejo y veía la figura del
general Santander, utilizando un viejo
revólver que había cambiado de tres
dueños y que cada cual patinaba de
nuevo para darle otra presencia, al
disparar contra Gaitán, cambió la
faz del país. Juan Roa Sierra era el
hombre perfectamente instrumen-
talizable para un crimen de esta natu­
raleza.
Capítulo 2 41

El levantamiento
El grito inicial fue espontáneo: «¡A
palacio...! ¡ A palacio!» La multitud vi­
bra en su venganza, cuando llevan a
rastras el cuerpo de Roa Sierra y todos
quieren matarlo de dolor, para vengar
la sangre del jefe. Todos querían ha­
cerle algo, patearlo, golpearlo, escu­
pirlo, maldecirlo, profanarlo. El pre­
sidente del directorio liberal de Bo­
gotá había dado la orden de llevarlo a
palacio. En ese recorrido por la sép­
tima hacia el sur, la multitud se detie­
ne y en enjambre vuelve contra el
cuerpo inerme del asesino: un hombre
patea su cabeza, otro chuza su estó­
mago con una lezna, lo arrastran. La
expresión de los rostros es terrible
cuando la venganza se desborda. De­
trás, como la huella total de todo su
cuerpo, polvo, rastros que iban que­ algo para defenderse. Los primeros Gabriel Turbay
dando por la carrera séptima entre los policías entregan las armas. Unos por consigna su voto
rieles del tranvía; luego un embola­ temor a ser linchados, otros por con­ en las elecciones
vicción gaitanista. «Armarse» es la voz del 5 de mayo de
dor, como arrastrando una carretilla, ¡946. El lema de
lo lleva agarrado de las piernas, y así que se escucha. La radio hace encen­ Gaitán en esta
sigue el espectáculo sin que nadie se didos llamamientos. La ciudad se des­ campaña fue:
detenga, hacia el palacio de gobierno, borda. De los barrios periféricos vie­ "Por la restauración
en la ruta en que culminaría la primera nen los artesanos, los obreros, el lum- moral v democrática".
fase del levantamiento. pen hacia el centro; quieren llegar a la
Los curiosos se meten al drama plaza de Bolívar. Se producen los pri­
como atraídos por un remolino de meros saqueos, a ferreterías, arme­
aguas embravecidas hasta llegar a pa­ rías, depósitos de artículos de cons­
lacio, símbolo del poder. Allí tratan trucción. La gente asalta las bombas
de crucificar a Juan Roa Sierra, al de gasolina, se quita las camisas, las
amarrarlo en las puertas del edificio. empapa y comienzan las llamas a con­
Y finalmente, frente a palacio, queda sumir muchos edificios, entre ellos, El
el cuerpo de Roa Sierra, solitario, con Siglo, el periódico conservador.
dos corbatas amarradas al cuello. La El pueblo adolorido se mete al Par­
intención era repetir la fiesta con el lamento donde estaba sesionando la
presidente Ospina, cuenta uno de los Conferencia Panamericana. Saca los
sobrevivientes. En esos momentos muebles de las oficinas y se recrea con
sale el pelotón de la guardia presiden­ las hogueras en la mitad de la plaza de
cial y dispara. Había culminado el pri­ Bolívar. Luego, esa masa piensa sor­
mer intento de toma de palacio, un prender de nuevo a la guardia de pa­
acto consciente, pero sin ninguna pre­ lacio, avanza por la carrera sexta y
paración. No había en esa masa y en baja por la octava para el segundo in­
la dirección del movimiento ninguna tento de llegar a la casa de gobierno.
conexión. Era el instinto primario con La patrulla los recibe a bala.
el acicate que produce en el hombre el Ese pueblo que ha pasado por en­
dolor profundo. El dolor que cambia cima del miedo, que no piensa en esos
definitivamente su vida. momentos en su propia supervivencia,
Por la respuesta que recibió de la embarca sus ansias contra el palacio.
guardia presidencial, esa masa busca Pero de nuevo están ellos, los de la
42 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Un salvaje aguacero que cae a las


tres de la tarde salva en definitiva a la
ciudad. La lluvia hizo dispersar a mu­
cha gente. Vuelven los infructuosos
intentos de llegar a palacio. Hubo
otros obstáculos. Un sobreviviente re­
cuerda que «los curas del colegio San
Bartolomé fue mucho lo que dispara­
ron», impidiendo otras tentativas.
Los francotiradores, desde los te­
chos y las azoteas, se mueven felina­
mente y siembran la muerte. La tierra
trepida. Alguien ve los tanques, el pri­
mero trae en su torreta, como insignia
de la paz, un trapo blanco: sobre ellos
muchos hombres del pueblo levantan
banderas y gritan confiados «¡A pala­
cio! ¡A palacio!». La gente celebra su
aparición con vivas y con el ondear de
banderas rojas. En el pueblo surge
una fatal ilusión: ésos son sus tanques
o cree, en últimas, que son los tanques
de la revolución. La defensa de Gaitán
al teniente Cortés había cimentado esa
esperanza. La influencia gaitanista en
los sectores medios del ejército, así lo
confirmaba. Los tanques siguen sus
pesados pasos. En el primero marcha
2:05 de la madrugada guardia presidencial. Los cuerpos se el capitán Serpa, militar de padre gai-
del 9 de abril de 1948: desploman, se entrecruzan los gritos tanista de Santander. Sale del tanque,
el jurado acaba de
absolver al teniente
en la agonía y crece, en tumulto, la como calmando a la multitud. Le dis­
Jesús Cortés por el muerte. paran. Nadie sabe quién le disparó. El
supuesto asesinato del Obnubilada en sus sentimientos, segundo hombre que está al mando
periodista Eudoro fija en su mirada, obsesiva en sus ob­ del blindado voltea la torreta y enfoca
Galarza Ossa, después jetivos, con uno que otro fusil, con la ametralladora contra la multitud
de la brillante
defensa de Guitón, muchos machetes blandiendo al aire, sorprendida. Parecía como si un pue­
a quien abraza esa masa se lanza por tercera vez con­ blo entero hubiera entrado a un gigan­
el acusado. tra palacio. La tropa responde sin con­ tesco almacén de vestidos de hombre
templaciones. Los muertos se redo­ y los hubiera tirado a la calle. Fue la
blan. Los que vienen de la avanzada masacre total en la plaza de Bolívar.
levantan a los muertos por los brazos, Había culminado dolorosamente,
por las piernas, para abrirse paso ha­ con la derrota para el pueblo, un le­
cia el camino definitivo de las ametra­ vantamiento cuya expresión esencial
lladoras. Esa masa anodina no vacila había sido el espontaneísmo con un
entre retroceder y avanzar, avanza claro objetivo político: pretender to­
aprovechando la topografía pendiente mar el palacio. En ese momento,
de la calle octava. Es la retaguardia como en la historia que sigue, nadie
multitudinaria que empuja a la van­ lanzó una consigna distinta a la del
guardia, cuando los hombres intentan cambio del gobierno conservador por
desfallecer. La lucha estuvo a punto un gobierno liberal. La llamada revo­
de definirse cuerpo a cuerpo y la vic­ lución abrileña no tenía otro sentido.
toria hubiera sido para el bando de Luego vendría la otra fase, la des­
mayor experiencia en este tipo de composición del movimiento, ya con­
combate. vertido en la más absoluta de las anar-
Capítulo 2 43

quías, donde no existía una razón para


la lucha, sino que la acción fue arras­
trada por el alcohol y el saqueo a la
ciudad, en forma multitudinaria.

Papel de la radío
El papel que tuvo la radio, ese día y
los otros días, hay que analizarlo con
toda frialdad. Creó una interesante ac­
tividad agitacional, a la vez que pro­
dujo el desconcierto y la inmoviliza­
ción de las masas, al confundir, quie­
nes lanzaron todo tipo de consignas, la
realidad con el subjetivismo y la fan­
tasía. Simultáneamente, jóvenes re­
volucionarios de distintas tendencias,
liberales, comunistas, socialistas, ocu­
paron diversas emisoras, especialmen­
te la Radio Nacional, y por ella difun­
dieron proclamas a todo el país, ins­
tando a la creación de juntas popula­ universidad. En este momento Bogotá Media hora antes del
res de gobierno que se hicieran cargo es un mar de llamas como la Roma de asesinato de Gaitán,
del poder local. Sus llamamientos em­ Nerón. Pero no ha sido incendiada por Ospina Pérez,
pujaron a la población a la búsqueda el emperador sino por el pueblo, en le­ doña Berta,
Angela Hernández,
de armas, en ferreterías, en armerías. gítima venganza de su jefe. El gobier­ Rómulo Betancourt,
Pero, en definitiva, lo emocional con­ no ha asesinado a Gaitán, pero a estas el embajador Pietri,
trarrestó lo real de la situación y mu­ horas, ya el cuerpo de Guillermo León Laureano Gómez
chos de ellos se dejaron llevar por su Valencia cuelga de la lengua en un y doña María Hurtado
fantasía, dando la información al país poste de la plaza Bolívar. Igual suerte inauguran
una feria agropecuaria
de la caída del gobierno conservador han corrido los ministros José Antonio en La Florida. Abajo,
y de la ejecución de algunos dirigentes Montalvo y Laureano Gómez. ¡Arden Fidel Castro ese mismo
de ese partido. los edificios del gobierno asesino! ¡El día, en Bogotá, asiste
Las masas populares se dedicaron a pueblo grandioso e incontenible se le­ al congreso estudiantil.
festejar el triunfo radial, especialmen­ vanta para vengar a su jefe y pasean
te los sectores más humildes. Asalta­ por la calle el cadáver de Ospina Pé-
ron cantinas, bares, cigarrerías y todo
lo que encontraron de camino, para
darse la comilona y la borrachera más
grande de sus vidas.
Fue esto lo que se escuchó por di­
versas emisoras: «Últimas Noticias con
ustedes. Los conservadores y el go­
bierno de Ospina Pérez acaban de ase­
sinar a Gaitán, quien cayó frente a la
puerta de su oficina abaleado por un
policía ¡Pueblo: a las armas! ¡A la
carga! A la calle con palos, con es­
copetas, cuanto haya a la mano.
¡Asaltad ferreterías y tomaos la
dinamita, la pólvora, las herramientas,
los machetes...!»
«Aquí la Radio Nacional tomada
por un comando revolucionario de la
44 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

cota y Municipal, que hicieron su agos­


to en la ciudad, fueron otro factor que
influyó en el desbordamiento de la po­
blación hacia el saqueo y la anarquía.

La hora de las definiciones políticas


Al caer la tarde del 9 de abril, el mo­
vimiento popular como expresión del
levantamiento espontáneo estaba fra­
casado. En la noche, ese pueblo que
había entregado su vida por el ideal de
volver a un régimen liberal, nada tenía
que hacer en el futuro de las decisio­
nes políticas. El presidente Ospina ya
tenía un evidente control militar sobre
la ciudad. La multitud había sido de­
El cadáver de Juan rez! ¡Pueblo, a la carga! ¡A las armas! salojada del centro, especialmente de
Roa Sierra, después de ¡Tomaos las ferreterías y armaos con los sectores neurálgicos como la zona
ser linchado por la las herramientas!» bancaria. Los militares sólo habían
muchedumbre, es «Con ustedes, Jorge Zalamea Bor­ custodiado los bancos, mientras mi­
arrastrado hacia el
Palacio de la Carrera. da, para comunicarles que se acaba de raban impasibles a ese pueblo, sedien­
recibir un radio de Nueva York avi­ to, asaltar almacenes y ferreterías.
sando que el doctor Eduardo Santos Después de las seis de la tarde, la tro­
salió ya en avión expreso a Bogotá, a pa comenzó a tomar la ciudad cuadra
tomar el poder y restablecer el orden por cuadra. Ello, naturalmente, le
constitucional en su calidad de primer daba cierta estabilidad al gobierno de
designado. El movimiento del pueblo Ospina.
está triunfante y el régimen oprobioso En las horas de la tarde, el partido
El pueblo con armas de Mariano Ospina Pérez ha caído comunista y la CTC lanzaron consig­
y bandera en la para siempre...»
avenida Jiménez,
nas de formación de milicias populares
frente a San Francisco Los centenares de presos comunes y organización de una junta revolucio­
y el Hotel Granada. que escaparon de las cárceles de la Pi­ naria de gobierno. Pero no tenían las
fuerzas reales ni los métodos acerta­
dos para conducir a esa masa anar­
quizada. En tempranas horas, después
de conocerse la noticia del asesinato
de Gaitán, se determinó la huelga ge­
neral y ésta se produjo, no como fuer­
za de convicción, sino por un proceso
de arrastre espontáneo de la pobla­
ción, que sin plan de ninguna natura­
leza, paralizó la ciudad.
Se forman entonces los epicentros
políticos donde se conjugaron las dis­
tintas opiniones de los liberales, gen­
tes de izquierda y del pequeño partido
comunista. En la clínica Central, en la
sala de radiografía, incluso antes de
darse la noticia definitiva de la muerte
de Gaitán, porque se ocultó por varias
horas, se comenzó a discutir lo que se
iba a hacer, el rumbo que debían to­
mar los acontecimientos. El pueblo ya
Capítulo 2 45

estaba levantado en las calles, expec­


tante, a la espera de las orientaciones
de sus dirigentes que nunca llegaron.
En la clínica Central resaltaban va­
rias tendencias en las discusiones, re­
cuerda Diego Montaña Cuéllar. Al­
fonso Araújo y otro grupo que estaba
con él sostenían la tesis que había que
restablecer la Unión Nacional, que lo
que estaba sucediendo en Bogotá era
sumamente grave, que el pueblo es­
taba en una situación espantosa. Otros
sostenían que el responsable de la
muerte de Gaitán y de la violencia que
vivía el país era el gobierno de Ospina,
y que por lo tanto se le debía exigir la
renuncia. Una tercera, entre ellos la
posición de Plinio Mendoza Neira y Tunja y ya tiene una amplia informa­ Un policía que ha
Alberto Arango Tavera, era que no se ción de lo que está sucediendo en Bo­ desertado se mezcla
le debía pedir la renuncia a Ospina, gotá y en los departamentos. Le dicen con la gente al lado
de la iglesia de
que se debía conversar con los mili­ que una delegación de notables libe­ San Francisco.
tares y dar un golpe. Triunfó la tesis rales se dirige a palacio para hablar
de los partidarios de restablecer la con él. La situación en ese momento
Unión Nacional para acabar con el le­ ya le era totalmente favorable. La
vantamiento del pueblo, con su insur- Conferencia Panamericana fue sus­
gencia. Eran los que deseaban ir a pendida y la mayoría de los delegados
palacio a pedirle la renuncia al presi­ fue a resguardarse en el batallón de la
dente. guardia presidencial. El ejército re­
Es el propio Carlos Lleras Restrepo cupera la Radiofusora Nacional y co­ Mientras algunos
esperan órdenes en la
quien da la explicación sobre aquella mienza la transmisión de boletines ofi­ Quinta División de
reunión en la clínica Central, años más ciales del gobierno. En palacio se ini­ policía, otros van
tarde en sus reflexiones, cuando dice cian las conversaciones entre los diri­ por las calles con
que ellos comprendieron que la cons­ gentes liberales y el presidente Ospina. armas y banderas.
titución de una junta revolucionaria
«crearía automáticamente la protoco­
lización de un estado revolucionario
con imprevisibles consecuencias». Y
aclara que su posición, como la de
Echandía, Araujo y muchos otros li­
berales, fue que era conveniente y ne­
cesario restablecer un inmediato con­
tacto con el gobierno para poner fin a
los choques violentos y buscar la fór­
mula más adecuada a fin de evitar que
el país se precipitara en la anarquía.
Era bien clara la posición de los li­
berales que fueron a palacio y hasta el
carácter que deberían expresar las fu­
turas conversaciones.

La Junta Central Revolucionaria


La batalla política había comenzado.
Ospina espera refuerzos militares de
46 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

lina recuerda que cuando hablaron de


crear una junta de gobierno fue para
que mantuviera la moral de la gente,
con la intención de hacer algo, por si
el pueblo oía; pero ya no escuchaba:
cualquier orientación caía en el vacío.
Se dieron consignas referentes al man­
tenimiento de la moral y vigilancia del
aeropuerto.
La Junta Central Revolucionaria,
que para muchos fue fantasmal, pero
que en cierta medida buscó convertir­
se en un factor de dirección, de orga­
nización, fue integrada por Gerardo
Molina, Adán Arriaga Andrade, Jor­
ge Zalamea, Rómulo Guzmán, Carlos
Restrepo Piedrahíta y Carlos H. Pa­
reja. La Junta dictó su primer decreto:
Constituyase Ultimas Noticias en el ór­
gano oficial de difusión al servicio del
comité ejecutivo de la Junta Central
Francotirador en la En la emisora Últimas Noticias se Revolucionaria de gobierno y del mo­
Plaza de Bolívar. produce un fenómeno por cierto muy vimiento liberal que se desarrolla en el
24 horas más tarde interesante, pero a la postre de resul­ país.
todavía se oían allí
los disparos.
tados muy limitados. Se crea la Junta Y desde Ultimas Noticias, Arriaga
Central Revolucionaria de gobierno, Andrade dijo: «La Junta Revolucio­
con objetivos sujetos al desarrollo de naria anuncia que en la Quinta Divi­
las conversaciones en palacio. No sión de policía vamos a distribuir ar­
plantean una razón de poder, ni si­ mas en primer lugar. Y en segundo, a
quiera de expectativa. Hizo estragos la todo el que se capture con atados en
mentalidad de subalternos en quienes la cabeza, asaltando y robando, lle­
En la séptima con 16, pretendieron darle un cauce real y de­ varlo a la Quinta División, cerca del
un tranvía incendiado. finitivo al movimiento. Gerardo Mo­ panóptico, para seguirle inmediata­
mente consejo revolucionario.»
Ocurrió todo lo contrario de lo que
se anunciaba por la radio. Quienes pa­
saron esa noche decisiva en la Quinta
División de policía, estuvieron pega­
dos al cordón telefónico en línea di­
recta con palacio, a la espera infinita
de una posible orientación o de cual­
quier tipo de órdenes.

Las conversaciones en palacio


En un ambiente de frialdad protoco­
laria, el presidente Ospina recibe la vi­
sita de los dirigentes liberales. Al co­
mienzo tratan de evitar el ambiente
tenso de posibles acusaciones. No re­
velan sus primarias intenciones. Le re­
latan al presidente sus peripecias en la
calle por las cuales atravesaron hasta
llegar a palacio. A petición suya, PÜ-
Capítulo 2 47

nio Mendoza cuenta la forma en que


se produjo el asesinato de Gaitán. Lle­
ras Restrepo interrumpe a Mendoza
Neira, se está perdiendo demasiado
tiempo, se debe actuar con prontitud.
Como no existe un acuerdo tácito
entre los delegatarios liberales, quien
habla a nombre de la comisión no es
un caracterizado político, sino un ve­
raz periodista, don Luis Cano. Lo
hace con un lenguaje distanciado.
Después de decirle al presidente cómo
lo admira y respeta, y de qué manera
El Espectador ha venido defendiendo
su administración y luego de ponerse
a sus órdenes como colombiano y ami­
go, cree «que debemos considerar al­
guna medida rápida y efectiva, porque
el tiempo apremia y no debemos es­
perar a que sea demasiado tarde».
Es el presidente quien pregun-
ta:«¿Qué medida insinúan que debe un ultimátum que una revolución hi­ En la desolación,
tomarse?». Nadie responde. Están ciera por nuestro conducto». un ciudadano con las
tanteando el terreno. El presidente Alfonso Araújo le increpa al presi­ manos en alto, y
soldados que
Ospina insiste en su pregunta, don dente: los incendios cubren la ciudad, recuperan la ciudad,
Luis Cano responde que no venía pre­ «oiga las ametralladoras del ejército. cuadra por cuadra.
parado para esta entrevista, que sus ¡Esto es una masacre horrible!» Vati­
compañeros tienen la palabra. Lleras cina la caída del gobierno. Ospina le
es el más decidido. Expresa que cual­ responde que el ejército está cum­
quier medida que se tome llegará de­ pliendo el deber elemental de defen­
masiado tarde. Es el propio Lleras der la Constitución. Don Luis Cano
Restrepo quien nos da luces sobre recomienda a sus compañeros más
cuáles eran las pretensiones de los li­ cordura y cordialidad en las delibera-
berales, que hasta ese momento nin­
guno había expresado. Habla de los
antecedentes que habían ocasionado
el rompimiento de la Unión Nacional,
tan frescos todavía; que sólo el retiro
del presidente Ospina podría tener su­
ficiente eficacia para calmar las mul­
titudes. Le parecía que ese camino,
que dejaba a salvo los sistemas cons­
titucionales, era por todos los aspectos
preferible a que sobreviniera el derro­
camiento del gobierno, porque el país
había entrado en un estado de anor­
malidad jurídica cuyo posterior desa­
rrollo nadie podía prever siquiera.
Eran simplemente como «los puntos
de vista de unos liberales preocupados
por la suerte del país y no como una
petición que nosotros pudiéramos for­
mular al presidente como representan­
tes de las gentes amotinadas, ni como
48 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Patrullaje por la ta su euforia. Es un punto que le pa­


ciudad en ruinas. rece muy importante.
Ospina era dueño de la situación.
Sus interlocutores sólo estaban expre­
sando «puntos de vista». Él estaba ju­
gando con las cartas del tiempo. Los
refuerzos de Boyacá estaban en ca­
mino, y tenía bajo su control la situa­
ción del país, exceptuado Ibagué.
Con frialdad responde a los libera­
les que el pueblo lo eligió para regir
sus destinos y, al abandonar la presi­
dencia de la República, su nombre pa­
saría a la historia como un traidor,
arrojando el más horrible baldón a la
ciones, concilia los ánimos. Echandía, memoria de sus antepasados. Les pide
que había sido elegido sucesor de Gai- que piensen lo que sucedería en los
tán en la clínica Central, en ese tras­ departamentos, por lo menos seis de
currir es un hombre mudo. Espera se­ ellos marcharían a reconquistar el po­
guramente la culminación de ese mar der que se les había arrebatado. «Ten­
de palabras. dríamos, pues, la guerra civil.»
Mendoza Neira dice con gran en­ Se rompe el encanto de una posible
tusiasmo que Echandía es el único ilusión, por impotencia ante la ame­
hombre capaz de contener las iras del naza del presidente de una guerra ci­
pueblo, por su prestigio, porque fue vil. No tienen en sus manos sino las
aclamado por la multitud al conocerse palabras. Ahora vienen las incrimina­
la noticia de la muerte de Gaitán. Ro­ ciones de que el gobierno de Ospina es
berto Salazar Ferro está de acuerdo. el culpable de la violencia. El presiden­
El propio Ospina les abre el camino te les pregunta nuevos detalles de cómo
para que ellos clarifiquen su fórmula: llegaron a palacio. El tiempo sigue sus
«Entonces ustedes lo que quieren es lentos pasos. Echandía se anima un
que el presidente se retire del poder, poco. Lleras insiste en la fórmula del re­
¿no es eso?» Lleras Restrepo no ocul­ tiro del presidente. El presidente res­
ponde que saldrá vivo de palacio y no
será sino cuando termine legalmente su
El Ministerio de período. Don Luis Cano insiste en que
Gobierno saqueado
v en llamas.
su separación del poder facilitaría la ter­
minación de la revuelta y se haría digno
de la gratitud del pueblo colombiano.
Ospina contraargumenta que su sepa­
ración del poder, lejos de arreglar, em­
peoraría la situación, provocando una
sangrienta guerra civil.
Ospina nada prometió, nada avanzó
ante los comisionados liberales, como
no fuera su propósito de permanecer
a todo trance en la presidencia. Sólo
él podía definir la situación, tenía sus
razones.
Posteriormente, Lleras Restrepo,
con otros elementos de juicio, enfo­
caría así la situación: «Naturalmente,
el presidente tenía en esos momentos
informaciones de que nosotros care-
Capítulo 2 49

ciamos, sobre todo respecto a la situa­ El Palacio de


ción creada en Antioquia y en algunos Justicia, destruido;
otros lugares del país, y tenía razón al y no será la
pensar que si bien su retiro podría cal­ primera vez que
esto suceda...
mar el ánimo de los liberales en Bo­
gotá y contener la revuelta, era bien
posible que el conservatismo se negara
a aceptar esa solución, y se creara au­
tomáticamente un estado de guerra ci­
vil en la República.»
Darío Echandía recuerda con una
especie de mea culpa las conversacio­
nes de palacio: «Es evidente que don
Luis Cano le dijo al doctor Ospina que
la solución era que me encargara yo
del mando. ¿A qué título? Era un gol­
pe de cuartel, un golpe de estado. Yo
no era el designado; el designado era
el doctor Santos, que estaba en Nueva
York.»

La Quinta División de policía


En la Quinta División de policía, se­
tecientos hombres insubordinados, para cargarlo. Subió a uno de los pisos
bajo la dirección del capitán Tito superiores en busca de otro tipo de
Orozco, con la presencia de Adán arma y entró a una habitación. Allí ha­
Arriaga Andrade, estaban sometidos bía varios policías que no atinaban qué
esa noche del 9 de abril a la espera de hacer. En medio de aquel desorden,
órdenes desde arriba. A esa terrible Fidel se puso un par de botas, una ca­ El Palacio de la
espera que no permite a los hombres pota militar y una gorra y bajó hacia Gobernación y
tomar decisiones en momentos tan de­ el patio donde se sentían muchos tiros San Francisco,
finitivos en la historia de un país. Por­ al aire. Alguien quiso poner orden, y después del asalto.
que influía más en ellos la psicología
de ser subalternos. Sólo existían para
ellos las jerarquías. No había órdenes
habladas ni escritas que los empujasen
a actuar decididamente. Sus ojos, sus
mentes, su accionar nervioso estaban
en palacio. Y los que se encontra­
ban en palacio no iban a pronunciar
ese tipo de órdenes. Los hombres que
vivieron esa terrible noche en la Quin­
ta División de policía no tuvieron el
aliento suficiente para poner a funcio­
nar sus armas.
En la tarde del 9 de abril, entre la
ola de manifestaciones que penetró a
la Tercera División de policía, estaba
un joven estudiante de 21 años lla­
mado Fidel Castro. Aunque estuvo
entre los primeros que entraron, sólo
pudo tomar un fusil de gases lacri­
mógenos y un montón de cápsulas
50 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Fidel se unió a un grupo que en el pa­ abril, porque él le había prometido a


tio se alineaba en escuadra. Un oficial una delegación estudiantil que habla­
le preguntó qué iba a hacer con un lan­ ría en la clausura del evento. Fidel
zador de gases, y sin esperar respues­ junto con otros estudiantes, tenía una
ta agregó: «Lo mejor que puedes cita con Gaitán el 9 de abril a las dos
hacer es darme eso y toma este fusil.» de la tarde. Cita que no pudo cum­
Fidel Castro, desde luego, no opuso plirse.
reparos. En la Quinta División de policía vio
Fidel, al conocer la noticia del ase­ aquella fuerza grande de setecientos
sinato de Gaitán, se involucró de in­ hombres armados, acuartelados a la
mediato al levantamiento. Con su fusil defensiva. Y reflexionó sobre esa si­
se trasladó con un grupo de estudian­ tuación. Le pide una entrevista al jefe
tes a defender la Radio Nacional, que de la guarnición y le dice que toda ex­
ya estaba cercada por el ejército. Lue­ periencia histórica demuestra que una
go fue a la Universidad Nacional y fuerza acuartelada está perdida. Le
más tarde a otra estación de policía. habla de la propia experiencia cubana:
En la noche llegó a la Quinta División. toda tropa que se acuarteló siempre
Como cualquier colombiano conmo­ estuvo perdida. Le razona, le discute,
cionado por los acontecimientos, vivió le argumenta y le propone que saque
intensamente la tarde abrileña. Había la tropa, que es una tropa fuerte, que
venido a Bogotá unos días antes, para atacando podría realizar acciones de­
participar como delegado en un con­ cisivas. El jefe de la policía lo escuchó,
greso estudiantil que se estaba cele­ pero no tomó ninguna decisión. Fidel
brando para protestar contra la Con­ le insistía que lanzara a ese grupo de
ferencia Panamericana. Había cono­ hombres armados contra el palacio de
cido personalmente a Gaitán el 7 de gobierno. Fidel recuerda: «Nos pasa­
mos toda la noche esperando el ataque
del ejército». Luego le tocó ir de co­
Portada del misión junto a un grupo de policías, en
Palacio de la
Nunciatura
los alrededores de Monserrate, esa
Apostólica: madrugada.
destruido. Adán Arriaga Andrade, por cierto
dolorosamente crítico, recuerda que
esa noche en la Quinta División de po­
licía había en ellos una especie de in­
decisión que los amarraba y les im­
pedía realizar cualquier acción, un
sentido de respeto jerárquico: «No­
sotros queríamos actuar, nos faltó per­
sonalidad suficiente como para decir:
"Aunque nos maten, aunque pase lo
que pase, nosotros vamos a ac­
tuar..."» Pero no actuaron. Fue, para
ellos, una noche adivinando ¿la direc­
ción liberal estará en palacio, estarán
presos o tendrán acorralado a Ospina.
No había información, todo fue un
gran desorden. Los setecientos poli­
cías insubordinados vivieron esa no­
che, como vivió el país, a la espera de
órdenes que nunca llegaron.
Lleras Restrepo recuerda en su ana­
lítica y fría memoria una de las lla­
madas que recibió desde la Quinta Di-
Capítulo 2 51

visión de policía en la madrugada del El Palacio de San


10 de abril. Respondió que todavía no Carlos, sede
había solución de ninguna clase, que entonces de la
los liberales que estaban en palacio in­ Cancillería, recién
restaurado para
sistían en buscar la solución que juz­ la Conferencia
gaban más adecuada. Pero que no Panamericana:
quería en manera alguna «que pudiera también
decirse más tarde que por considera­ destruido.
ción con nosotros, el pueblo liberal de
Bogotá había quedado' inmovilizado
en su acción». Insiste en que «nosotros
no aconsejábamos la insurrección ni
estimamos nunca que ése fuera el ca­
mino conveniente para el liberalismo
y para la República». Agrega que
«quienes estaban afuera en contacto
con la gente, adoptaron por su propia
voluntad la decisión de esperar el re­
sultado de nuestras gestiones y no por
orden nuestra...».
La Junta Revolucionaria desapare­
ció en la noche. Su objetivo agitacio-
nal perdió importancia ya al caer la
tarde del mismo 9 de abril. De sus Los dirigentes liberales, por infor­
consignas, nada quedaba, sólo el eco mación de Camilo de Brigard, supie­
de las órdenes de la Junta Revolucio­ ron de la visita de los generales. En
naria que se escuchaban en pequeñas dos salones casi contiguos, resultaron
y grandes poblaciones, donde se ha­ sesionando dos conferencias privadas:
bían constituido también juntas revo­ el presidente y sus generales y el li­
lucionarias que estaban sujetas a la es­ beralismo con su jefe Darío Echandía.
pera de orientaciones del Comando Dos conferencias definitivas: quizá la
Superior. hora de las soluciones se estaba acer­
Fue, a todo nivel, la espera de la cando. Entre los dirigentes liberales
misma espera. había cierta expectativa, no eran ellos
los únicos interlocutores. Había otra
fuerza en pugna: los generales. Ellos
La llegada de los generales fueron enviados por Laureano Gó­
Del Ministerio de Guerra, un convoy mez, quien pensaba desde el Ministe­
integrado por tanques y automóviles rio de Guerra que la solución debía ser
salió hacia el palacio de Nariño. Eran militar y no política.
los siete generales que se dirigían a Los argumentos expresados por los
conferenciar con el presidente Ospina. generales estaban basados en las im­
El presidente recibe a los generales en plicaciones que se estaban gestando
las oficinas de la Secretaría Técnica, por la gravedad de la situación políti­
pues los dirigentes liberales continua­ ca. Los altos mandos habían movili­
ban en el despacho presidencial. A la zado sus fuerzas con cierto desgano,
reunión asistieron los generales Ger­ pero lo cierto es que había en ellos la
mán Ocampo, Carlos Vanegas Mon­ esperanza de ser, en cierto momento,
tero, Rafael Sánchez Amaya, Ricardo el factor de poder decisivo que vislum­
Bayona Posada, Mora Angueira y Ju­ brara sus posibles soluciones al con­
lio Londoño, en cuyo nombre se había flicto.
solicitado la entrevista. Entre el pre­ El general Germán Ocampo le ex­
sidente y los militares se cruzaron los plica al presidente Ospina que todavía
saludos reglamentarios. hay peligros muy graves. Parece que
52 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Un saqueador regresa en la República». Los generales le


a casa con su botín. propusieron al presidente una junta
militar, incluso planteándole la pro­
tección adecuada para su persona y
para su familia. El general Vanegas
Montero aclara aún más la idea: «Se
pensó, por ejemplo, en constituir una
junta militar, inclusive por decreto del
señor presidente, para que asumiera
temporalmente el gobierno, o mejor,
la responsabilidad de éste, y procedie­
ra a aplicar las medidas necesarias al
restablecimiento del orden público.»
El presidente contraargumenta di­
ciendo que «no se trata de protección
para mí y para mi esposa, porque no­
sotros estamos listos a sacrificarlo
todo aquí, como es nuestro deber. Lo
fundamental es la protección de la pa­
tria». No considera constitucional la
fórmula de la junta militar. Les dice
que está decidido a mantenerse a todo
trance «dentro de la Constitución»,
en estos momentos se piensa avanzar como única forma de preservar el in­
hacia el Capitolio con el cadáver del dispensable prestigio de las autorida­
doctor Gaitán, marchando con su se­ des ante propios y extraños. «¿Quie­
ñora y su hija a la cabeza del desfile, ren ustedes, señores generales, que es­
seguidas de una gran multitud. «No­ tudiemos la posibilidad de un gabinete
sotros», dice el general, «considera­ militar?», les pregunta.
mos que esto creará nuevos y graves Los generales respondieron que no
hechos en la capital y en el país, ya creían viable esa solución, porque dis­
que ese avance popular hacia el Ca­ persados en las distintas carteras mi­
pitolio seguramente estará combinado nisteriales, cuyo manejo no conocían,
con un ataque de la Quinta División lejos de favorecer al gobierno, podría
de la policía». «Sólo podrá contenerse complicarlo. Además, no quedaría
esa multitud mediante un choque ex­ quien comandara las fuerzas militares
cepcionalmente sangriento entre el en ese momento tan complejo y deci­
ejército y el pueblo, de consecuencias sivo.
imprevisibles. En estas circunstancias, Excelente oportunidad que aprove­
la situación de defensa de la ciudad y chó el presidente. Los siete generales
del palacio mismo serán extremada­ no sostuvieron sus ambiciones hasta el
mente precarias», agrega el general. final, les faltó mando. Entonces dijo el
Él mismo, después de su argumenta­ presidente que en esas condiciones le
ción, explica que la única posibilidad correspondería permanecer en su
de hacer frente a los acontecimientos puesto, para buscar las «soluciones
es «asumiendo a la vez toda la respon­ que considere más aconsejables den­
sabilidad para actuar con la mayor se­ tro de las posibilidades que ofrezcan
guridad y eficacia, por parte de los mi­ las fuerzas políticas del país». Les dijo
litares». que contaba en todo momento con la
El general Sánchez Amaya recuerda eficaz colaboración de ellos y con la
que «nosotros no teníamos que ir a to­ «lealtad de las fuerzas militares». Los
mar el poder, porque ya lo teníamos generales le prometieron estar dis­
en nuestras manos, desde luego que el puestos «a morir a su lado si fuere pre­
ejército era la única fuerza organizada ciso. Esperamos sus órdenes».
Capítulo 2 53

El presidente, aprovechando ese


momento de indecisión de los milita­
res, les agradeció su apoyo y nombró
al general Germán Ocampo como mi­
nistro de Guerra. Había afrontado sa­
gazmente la crisis militar que se le ve­
nía encima. Los generales pidieron ha­
blar con Darío Echandía. Éste, re­
cuerda que le preguntaron sobre la si­
tuación y les dijo que en ningún
momento podría tratarse de dar un
golpe de cuartel.
Al presidente le tocaba ahora afron­
tar la furia viviente del jefe del con-
servatismo, refugiado como estaba en
el Ministerio de Guerra.

Intercambio telefónico entre


Laureano y Ospina
El presidente, seleccionando sus
apuntes hechos a lápiz sobre una pe­
queña hoja de papel, pidió que lo co­
municaran con Laureano Gómez, que
continuaba en el Ministerio de Gue­
rra. Ésta era la segunda conversación
entre los dos jefes conservadores. El dicho que tal vez habría la posibilidad Después del vandalismo,
propio presidente Ospina reconstruye de reconstruir el gabinete de Unión la escasez de alimentos
posteriormente la conversación; le Nacional y que «la condición indispen­ y las colas para
manifestó el propósito de dar solución adquirirlos.
sable para ello sería que los conser­
política al grave problema que el país vadores que formaran parte de él
estaba viviendo y le solicitó que lo si­ fueran muy "desteñidos" y los libe­
guiera acompañando en el Ministerio Cadáveres encontrados
rales muy calificados». La única in­ en cualquier sitio de
de Relaciones Exteriores. Le leyó la terpretación que Laureano Gómez la ciudad: más de
nómina de los otros ministros. Lau­ dio a esas palabras es que el presi- tres mil a la fosa común.
reano le preguntó en qué forma que­
daría constituido el gabinete en el caso
que él no aceptara. Ospina insiste en
que lo acompañe en el gabinete y, en
caso de no acompañarlo, el gabinete
quedaría en la forma en que acaba de
leerle con la sola modificación de que
el doctor Eduardo Zuleta Ángel sería
nombrado ministro de Relaciones Ex­
teriores. Laureano le contesta que
haga lo segundo, aunque no cree que
eso resuelva la situación.
Meses después, Laureano Gómez
recuerda desde Madrid, con su avalan­
cha de cartas, en las cuales refuta al
presidente Ospina: precisa que no
hubo por parte del presidente la más
mínima insinuación de que se quedara
en el Ministerio. Que Ospina le había
54 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

que comprendí que era otro el juego.


Mi nombre y la cartera que desem­
peñaba fueron cartas vitales.»
El diálogo fue cordial, en ningún
momento pareció establecerse discu­
sión entre los dos jefes conservadores.
Sin embargo, a través del hilo telefó­
nico, había comenzado a configurarse
la división conservadora, al derrum­
barse en ese instante la ascendencia
política de Laureano Gómez sobre el
presidente Ospina.
Es interesante dilucidar las razones
por las cuales Laureano Gómez no lle­
gó hasta palacio, siendo éste su pro­
fundo deseo. Azula Barrera, testigo
excepcional de los acontecimientos en
palacio, recuerda que la opinión que
siempre ha sido publicada de Ospina
y doña Berta de Ospina, es que no po­
dían estar los dos jefes conservadores
En las galerías del dente Ospina «había resuelto pres­ en el mismo sitio, porque en el caso de
Cementerio Central, cindir de mi nombre». que mataran al presidente Ospina,
última oportunidad El punto de vista de Laureano Gó­ quedaría libre y por fuera Laureano
para reconocer
los cadáveres. mez, muy neto, muy insistente, fue Gómez. Lo real es que la presencia del
que «era equivocación sustantiva y fu­ jefe del conservatismo iba a impedir
nesta negociar con los liberales, por­ el restablecimiento del gabinete de
que el golpe era comunista y los libe­ Unión Nacional, por su odio antiliberal.
rales que estaban en palacio no tenían Era lo lógico, si lo primero que pedían
sobre quienes estaban incendiando la los liberales era la cabeza de Laureano
ciudad el menor influjo». Sostuvo Gómez. El presidente Ospina sacó a luz
«enérgicamente» que en caso de in­ pública la versión de que los dos no po­
surrección del comunismo, «sólo el dían estar en el mismo sitio.
ejército puede salvar a la sociedad». El presidente, tranquilo al sentir
Reitera sus planteamientos sobre el que ya no tenía ataduras políticas para
papel del ejército en esa coyuntura, al dar por terminada lo que sería su so­
afirmar que «encontré a los generales lución, llamó a sus colaboradores. A
que estaban (en el Ministerio de Gue­ las doce del día 10 de abril el presi­
rra) inertes. Mi preocupación fue que dente telefoneó a Echandía al perió­
actuasen». Su tesis más nítida, más in­ dico El Tiempo, para comunicarle de
sistente, fue que no se le permitiera a acuerdo a lo convenido la lista del ga­
los liberales salir de palacio para que binete. Echandía fue escuchando
en el caso de que el nuevo asalto fuera nombres. Luego aceptó el nombra­
triunfante, padecieran «la suerte co­ miento de ministro de Gobierno sin
mún. Mis sugestiones fueron recha­ objeción ninguna, y de inmediato se
zadas repetidamente». Al amanecer dirigió a palacio. Pasaron los minutos,
del 10 de abril, recuerda que el pre­ y el nuevo ministro de Gobierno entró
sidente Ospina le dijo que la solución a la Secretaría General, donde el acta
era «un gabinete de Unión Nacional de posesión ya estaba extendida. Fir­
con conservadores desteñidos y libe­ mó el documento y, de brazo con el
rales fuertes». Con esas palabras, presidente, comentó en su ya conoci­
piensa el jefe del conservatismo, el do tono filosófico: «Vamos a ver qué
presidente le notificó la destitución. pasa. De lo que se trata ahora es de
«Dejé de hablar de los rehenes, por­ establecer las reglas del juego.»
Capítulo 2 55

Luego se encerró por varias horas


en la Secretaría Económica y puso a
funcionar su cerebro para redactar la
alocución que se proponía dirigir al
país, explicando su ingreso al gabinete
como ministro de Gobierno. Con el
acuerdo entre liberales y conservado­
res, comenzó a gestarse lo que más
tarde se conocería como el Frente Na­
cional. Desde el punto de vista polí­
tico, Ospina Pérez había ganado la ba­
talla. Vendría entonces la pacificación
y la reconstrucción del país.
Veinticuatro horas después conti­
nuaba en la ciudad la resistencia de los
francotiradores, que se movilizaban
como sombras entre las azoteas de los
edificios, simbolizando el último re­
ducto de la resistencia popular. Las
compañías comerciales de aviación se
pusieron al servicio de las fuerzas ar­ cas. La aviación amenazaba con bom­ El entierro de Gaitán:
madas. Sobre la ciudad devastada, vo­ bardearlos. Después de un supuesto preside el duelo
laron los aviones a baja altura ate­ acuerdo de amnistía, se entregaron. Amparo Jaramillo
morizando a la población, dirigiendo y su hija
Se destituyó entonces a la casi totali­ Gloria Gaitán.
sus vuelos contra la Quinta División dad de los oficiales y agentes de la po­
de policía. Echandía, como ministro licía que habían o no participado en el
de Gobierno, sirvió de intermediario levantamiento. Continúa el paro de­ Mariano Ospina sale
para la rendición. Antes, rodearon el de un Te Deum en la
cretado por la CTC. Bogotá es catedral con Darío
edificio de la Quinta División con toda una ciudad paralizada que no sale Echandía y el canciller
clase de armamentos, inclusive bazu- de su asombro. Eduardo Zuleta Angel.
56 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Bibliografía
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VIEIRA, GILBERTO. 9 de abril: experiencia del pueblo. Bogotá, Eds. Suramérica, 1973.
Capítulo 3 57

El 9 de abril en provincia
Arturo Alape cimientos de abril del 48: la memoria
estaba despierta.
El presente trabajo es un intento de
A manera de introducción situar el fenómeno del 9 de abril en su
escenario regional y local. Para ello se
l 9 de abril en provincias es un he­ tienen en cuenta los siguientes hechos
E cho decisivo de la historia nacio­ fundamentales: 1. El levantamiento
nal que aún está por dilucidarse a fonespontáneo
­
cias fue
del 9 de abril en provin­
demasiado complejo y prolon­
do. Naturalmente, existe un mayor
acopio de información —testimonial y gado y asumió en cada región sus pro­
documental de primera mano- de lo pias características. 2. El movimiento
que sucedió en Bogotá, donde los
acontecimientos tuvieron mayor pro­
Jorge Eliécer Gaitán,
fundidad en lo social y en lo político y en un montaje
donde, en últimas surgió la solución fotográfico de Lunga.
política, que paralizó el desarrollo ul­
terior de cualquier acción en las pro­
vincias. No fue un problema de simple
centralismo. Las fuerzas decisorias es­
taban en la capital. Por ello el 9 de
abril culminó como experiencia histó­
rica en Bogotá, el día siguiente, al
consolidarse el gabinete paritario, en­
tre liberales y conservadores. Luego
vendría la reconstrucción del país y la
pacificación que dejaría como saldo el
puente inevitable hacia lo que se co­
nocería en Colombia como la Violen­
cia. No fue lo inmediato. Pero las he­
ridas que se abrieron fueron de tal na­
turaleza, que el año 49, con toda su
tensión política, regresó a los aconte­
58 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

insurreccional careció de una organi­ para culminar en el centro, el Bogo-


zación y de una adecuada dirección tazo prende candela a un prolongado
política. 3. En muchas regiones la di­ conflicto en las regiones o comarcas y
rección de los acontecimientos estuvo les deja una marca indeleble en su
en manos de dirigentes políticos «na­ conciencia social. El asesinato de Gai-
turales» o «tradicionales» y de la pe­ tán conmovió los cimientos mismos de
queña burguesía urbana. 4. La insu­ la nación y para el pueblo liberal y
bordinación tuvo un carácter de si­ para otros sectores fue una afrenta y
multaneidad. 5. El 9 de abril en sus la provocación de un régimen mino­
orígenes fue, ante todo, una reacción ritario con deseos de hacerse hege-
anticonservadora que trataba de rei­ mónico.
vindicar de esta manera la muerte del Veamos, entonces, una sinopsis de
caudillo, para derivar posteriormente lo que fueron en provincias el fenó­
en el pillaje, la retaliación, y la espera meno y sus desarrollos.
fatal de las supuestas órdenes de un
comando nacional revolucionario que La radio, un elemento
nunca existió como tal. 6. Se multipli­ catalizador y movilizador
caron nuevas formas de organización,
como en Barranca, donde se estable­ La radio ha sido un elemento de mo­
cieron los gérmenes de un poder po­ tivación social de grande importancia
pular. en muchos de los recientes aconteci­
No hay la menor duda, en ese sen­ mientos políticos en Colombia. Ha
tido, de que en el 9 de abril del 48 se sido un eje conductor de la comuni­
articulan los conflictos regionales con cación de masas; la posibilidad de lle­
los grandes hechos nacionales, para gar a los oídos más lejanos, de pene­
constituirse en un hilo conductor de la trar en lo más hondo de la geografía
historia contemporánea. Esto nos in­ del país y establecer en el mismo ins­
duce a ver y analizar ese acontecer en tante de la transmisión un ambiente
Campesinos de
Santander con el
toda su magnitud nacional. A diferen­ propicio para asumir una actitud y ac­
retrato de cia de las guerras civiles del siglo pa­ cionar la pasión política hasta su des­
Jorge Eliécer Gaitán. sado, que se inician en la periferia bordamiento total. O por el contrario,
inducir a la masa oyente a una posi­
ción pasiva. Todo depende del manejo
de la información.
Antes del 9 de abril, su influencia
era más que decisiva. La política en el
más amplio sentido de la palabra se
hacía a través de la radio. Por la radio
se escuchaban los inflamados y violen­
tos discursos de los parlamentarios, al
difundirse las sesiones del Parlamen­
to. Esto caldeaba el espíritu partidista
y establecía una verdadera competen­
cia oratoria. Gaitán hablaba en Bo­
gotá por una emisora, Laureano Gó­
mez ya le estaba contestando por otra.
Hay que recordar que muchas de las
brillantes intervenciones de Gaitán
como penalista fueron transmitidas
por este medio.
El 9 de abril fue el catalizador del
profundo dolor del pueblo, al conocer
la noticia del asesinato de su líder. La
primera noticia que se lanzó al aire
Capítulo 3 59

acusando del homicidio a un policía


chulavita exacerbó los ánimos y con­
dujo a esa masa a dirigir sus acciones
y su ira contra la policía. Por las emi­
soras se hicieron los más encendidos
llamamientos que tocaban el senti­
miento regional, esa fibra humana que
nunca se olvida, que está latente.
Fue por injerencia directa de la ra­
dio que los diversos movimientos lo­
cales se mantuvieron vivos por un día
o por muchos días más. La radio hizo
más insoportable la terrible angustia
de la espera de las orientaciones, que
nunca llegaron, de la llamada Junta
Revolucionaria.
Los ejemplos son muchos, con una
dirección precisa:
«Boletín n.° 2. ¡Viva la revolución!
Debe saber el pueblo colombiano que
los obreros que controlan centros de
industrias siderúrgicas, están haciendo
cañones y fusiles...»
«Aquí el comando de la universidad
con vosotros: ¡La juventud toda está
con nosotros! ¡La policía nacional y el
ejército están con nuestro movimien­
to! El edificio de El Siglo arde y ese
cuartel del asesinato y la calumnia ya
no es más que un puñado de cenizas,
como será pronto el palacio de la Ca­
rrera y el señor Ospina Pérez. Co­
municamos al país que Bogotá ha caí­
do, que el ejército y la policía están
con nosotros y que nos guardan las es­
paldas aquí en el edificio de la Radio
Nacional. Pueblo, buscad las armas
donde las encontréis, asaltad las ferre­
terías. ¡Sacad los machetes y a sangre
y fuego tomaos las posiciones del go­
bierno!»
«Aló, aló, Cúcuta. Aló, los com­
pañeros citados de Cúcuta dispuestos conservador en Medellín y en Colom­ Manifestación
y sobre las armas, a tomarse el poder, bia. La revolución se ha apoderado de gaitanista en la
las dos gobernaciones, respectivamen­ Plaza de Bolívar
a dirigir el movimiento...» con delegaciones
«¡Liberales de Colombia, preparad te, en Medellín y Cali. Aló, aló, ¡fuer­ de Cundinamarca
bombas; buscad armas en todas par­ zas revolucionarias de Colombia! Aca­ y regiones vecinas,
tes; fabricad el claro cóctel Molotov! ba de triunfar la revolución en Ba- 1947. El "slogan"
¡Pueblo liberal de Colombia! ¡El go­ rranquilla. Acaban de tomarse la go­ en estas grandes
bernación de Barranquilla las fuerzas movilizaciones era
bierno conservador ha caído!, ¡el doc­ "¡A la carga! con
tor Gaitán empieza a ser vengado!» revolucionarias izquierdistas, en la ca­ Gaitán".
«Aló, aló, ¡fuerzas revolucionarias pital del Atlántico...»
izquierdistas de Colombia! La revo­ «Liberales de Boyacá, os habla Her­
lución acaba de derrotar al régimen nán Villamarín, diputado actualmente
60 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

tación revolucionaria. Con una larga


tradición de lucha que viene desde los
comuneros, la clase obrera ligada es­
trechamente al enclave petrolero de
Barrancabermeja organizó formas de
gobierno popular en muchas localida­
des, que luego con tenacidad y una
formidable dosis de inventiva por va­
rios días, resistieron los embates del
gobierno.
Barranca sostuvo la más larga e
imaginativa resistencia de las provin­
cias colombianas. La llamada «Co­
muna de Barranca» se expresó políti­
camente en la inmediata formación de
una Junta de Gobierno, elegida por la
población reunida en la sede de la al­
caldía municipal, la tarde del 9 de
abril, al conocerse la noticia del ase­
sinato de Gaitán. La junta fue inte­
grada por Gonzalo Buenahora, presi­
Jorge Eliécer a la Asamblea de Boyacá. Gaitán, in- dente; Arturo Restrepo, comerciante;
Gaitán asiste al valuable figura del liberalismo, hom­ Mario Cújar, telegrafista; José María
entierro de víctimas bre que como líder supo dar su sangre
de la violencia
Vesga Villamizar, representante a la
en la localidad por el partido, pero como líder no se Cámara; Hernando Soto Crespo, mé­
de Chocontá, 1948. irá a quedar en la penumbra del mis­ dico; y «dirigentes sindicales de la
terio, sino que tendremos que vengar USO, por ejemplo, Antonio Pérez,
a nuestro jefe...» que era de la Shell, y Ramírez, el pre­
La radio agitaba conciencias, man­ sidente de la USO», recuerda Apoli­
tenía la llama de un movimiento que nar Díaz Callejas, un testigo de ese
tendría como signo su propia frustra­ momento.
ción, un día después con las noches La junta organiza el «nuevo poder
que condujeron inmediatamente a la popular», al designar a Rafael Rangel
vindicta del contrario político, cuando Gómez como alcalde de la ciudad, y
tuvo libertad y se desaforó en sus an­ de inmediato dicta leyes de control
sias de venganza. Cuando el gobierno contra los saqueadores. Los aconteci­
de Ospina Pérez asume el control de mientos se desencadenan, comienza la
la radio, opera de inmediato la desin­ protesta con el aprovisionamiento de
formación en todo el país, llegan los armas. Lo primero fue el desarme y
días de la desolación, y la gente insu­ detención de la policía. Eran las pri­
bordinada tiene que buscar refugio a meras armas. Se formó la milicia, y el
su vida. En el proceso de la violencia primer encargo que recibió fue des­
que se desarrolla posteriormente, el truir el licor que había en el estanco
púlpito reemplaza a la radio como re­ oficial y en los almacenes particulares.
transmisor de la consigna política. Fue una orientación trascendental,
Está metido en la base social del con­ porque permitió que los sucesos pos­
flicto, azuza la pasión política en con­ teriores en Barranca ocurrieran sin al­
ciencias profundamente religiosas. cohol, aunque, a pesar de ello, algu­
nos dirigentes políticos conservadores
Santander fueron muertos. Se movilizaban por la
ciudad miles de personas, encontra­
El 9 de abril en Santander produjo ban a un dirigente conservador y lo
como reacción inmediata una activa eliminaban. Era la expresión del odio
participación de la población en la agi­ político que estaba ya cimentado, la
Capítulo 3 61

manifestación de un proceso de vio­ El caudillo en


lencia que venía desde atrás y que ya el despliegue
ensombrecía a la nación. La junta de­ oratorio que le
era característico
terminó, para evitar estas muertes ais­ (Fotografía de
ladas, la detención de todos los con­ Luis Gaitán).
servadores para llevarlos a los patios
de la alcaldía. Fueron unos seiscientos
o setecientos. Se les puso guardia ar­
mada de vigilancia para su protección,
y luego se les organizó el suministro de
alimentación durante el tiempo que
estuvieron presos.
Eran momentos de intensísima lu­
cha sindical del movimiento petrolero
por la nacionalización de los bienes de
la Tropical Company y de la Shell, y
fueron los propios obreros quienes
preservaron las instalaciones petrole­
ras. Por esto, en sucesos tan graves
como los ocurridos en abril en Barran­
ca, no sufrieron ningún daño las ins­
talaciones propiamente dichas, según
recuerda Apolinar Díaz Callejas. El 9 hacer. Organizaron un pequeño grupo
mismo, controlaron todo el sistema de de trabajadores, armados de revólve­ Rafael Rangel
comunicaciones, teléfono, telégrafo y res, se dirigieron al resguardo de Antio- Gómez, designado
radio, y designaron un personal ade­ quia y a los quince hombres armados alcalde de
cuado para mantener su funciona­ que encontraron los tomaron por sor­ Barrancabermeja
presa y, sin que hicieran resistencia, por la Junta de
miento. Se establecieron formas de vi­ Gobierno local,
gilancia para otros servicios públicos: los desarmaron. La población se había organizó el
energía eléctrica y suministro de agua reunido alrededor de la comandancia "nuevo poder
potable. En ningún momento hubo in­ de la policía departamental, o sea el popular" (La foto
terrupción de estos servicios para la resguardo. Esa presencia masiva asus­ corresponde al
tó a aquella gente. Luego asaltaron a recibimiento que
población. se le hizo en
Se prohibió la movilización de car­ la policía departamental y tomaron de Barranca después
ga. Cualquier persona que llevara un nueve a doce fusiles, con una dotación de la caída de
bulto o paquete tenía que presentar un de veinte cartuchos cada uno, pusie- Rojas Pinilla).
permiso expedido por la autoridad re­
cientemente establecida para transitar
por la ciudad. Con lanchas de motor
se logró un sistema de vigilancia a lo
largo del río Magdalena, por donde
podría presentarse un eventual y po­
sible ataque contra la ciudad. Ese con­
trol llegó a los límites de Puerto Wil-
ches y de Puerto Berrío.
En Puerto Carmelitas, al conocerse
la noticia de la muerte de Gaitán por
la radio, todo el mundo se congregó
espontáneamente en una plaza de la
Shell. Antonio Pérez, ex sargento del
ejército, militante comunista y presi­
dente del sindicato, habló a los tra­
bajadores y los invitó a una plaza más
grande para resolver lo que se iba a
62 Nueva Historia de Colombia. Vol.. II

troleras. Montaron los cañones en cu­


reña sobre las plataformas de los puer­
tos. El tubo era de 18 a 22 centíme­
tros. Cuando dispararon por primera
vez, los proyectiles atravesaron con fa­
cilidad el río. Ese día, a la una de la
tarde, veinticuatro horas después de
haber sido asesinado Gaitán en Bo­
gotá, estaba dominado el río Magda­
lena. Quedaron allí muchos barcos
con ganado, uno hasta con setecientas
reses que más adelante fueron alimen­
to para la población. También, quie­
tos sobre las aguas del Magdalena,
muchos planchones.
Como había en la Shell unos treinta
Trabajadores de las ron preso al inspector de policía, y norteamericanos, se hicieron requisas
petroleras recibiendo Antonio Pérez ordenó a los agentes al personal de staff. Casa por casa se
instrucción de desarmados que formaran en calidad decomisó todo lo que fueran armas y
defensa, frente al de detenidos. A tres escuadrones les escopetas; al explicarles la razón de la
terminal de transportes
de la empresa dieron instrucción militar, selecciona­ requisa, todos colaboraron, por temor
Copetrán, en ron a los reservistas y con veinte tra­ o convicción.
Barracaabermeja. bajadores establecieron una especie Uno de los problemas fundamenta­
Antes del 9 de abril, de servicio secreto revolucionario, a les que se planteó desde el primer mo­
los sindicatos
petroleros exigían la
fin de tener a todo nivel una infor­ mento, recuerda Apolinar Díaz Calle­
nacionalización de mación fidedigna de lo que estaba su­ jas, fue el de abastecimiento y alimen­
la Shell y de la Troco, cediendo. tación de la población. Los obreros,
pero en esa fecha Controlaron los comisariatos de la tanto de la Tropical como de la Shell,
preservaron las empresa y todos los víveres para ser tenían casinos en que se alimentaban.
instalaciones.
racionados. Los extranjeros, como los Pero el resto de las gentes de Barranca
colombianos, fueron sometidos al ra­ no tenían este recurso. Entonces se
cionamiento, dándoles un mínimo adoptó una serie de medidas como el
para que los alimentos duraran por va­ suministro de carne. Al tiempo que se
rios días. De la empresa, incluyendo convocó a sectores de grandes recur­
máquinas y tractores, se responsabili­ sos económicos en Barranca, para que
zaba el comando revolucionario. Se aportaran contribuciones diarias en
valieron de los trabajadores de cada efectivo para resolver los problemas
dependencia para cumplir esa medida; de abastecimiento, se establecieron
se sabía que los camiones estaban al cocinas colectivas que sirvieron mucho
servicio del movimiento y cada vez a la población. En los camiones salían
que se disponía de un vehículo se lle­ las milicias y alcanzaron a llegar a los
vaba una anotación, una minuta. alrededores de San Vicente de Chu-
En la Shell hay dos puertos: Puerto curí a comprarle a los campesinos, con
Carmelitas y Puerto Casabe. Éstos pago de contado, los productos agrí­
quedaron bajo la dirección del coman­ colas.
do revolucionario, con una guardia El 10 de abril comienza a despejarse
que prestaba vigilancia, y patrullas so­ la situación para los insubordinados de
bre los márgenes del río Magdalena. Barranca. En Bogotá, la dirección li­
Con los cuchillos viejos se hicieron beral y el gobierno habían llegado a un
lanzas para el personal desarmado. acuerdo político. ¿Qué hacer enton­
El 10 de abril se dieron a la labor de ces? Tenían un movimiento obrero
fabricar cañones con tubos de acero y fuerte, la población en su conjunto es­
también suficiente pólvora negra y taba con ellos, la Junta Revoluciona­
proyectiles, en los talleres de las pe­ ria no podía decir, sin más, esto se
Capítulo 3 63

acabó. No tenían contacto con Bogo­


tá. Estaban aislados del país. No había
comunicación con movimientos de
otras regiones. Solos, estaban hacien­
do su propia experiencia, en un apren­
dizaje que no tenía antecedentes en
Colombia.
Se ordenó organizar la defensa de la
ciudad. Lo hizo Antonio Pérez, el ex
sargento. Colocaron minas en los
puertos estratégicos, con detonadores
a unos doscientos metros de distancia
y con granadas de mano hechas con
tubo de acueducto grueso, que pesa­
ban libra o libra y media; los alrede­
dores de la ciudad quedaron minados
con explosivos. De detonarse una de fono con el gobernador de Bucara- En los sucesos de
esas bombas, con su poder destructor, manga. De esa conversación surgió el abril, cañones
la explosión hubiera sido pavorosa. El ultimátum: se exigía el rendimiento in­ construidos por los
ejército tenía información de que todo mediato. Se discutió en la junta: la obreros del petróleo
pasan ante la alcaldía
estaba minado. Los amenazaban des­ rendición suponía la entrada sin con­ de Barrancabermeja.
de Puerto Berrío, que había quedado diciones de las fuerzas militares o de El de arriba se llama
en manos del ejército. Por el río co­ la policía. Y si eso sucedía, iba a ocu­ "A la carga".
menzaron a bajar cuerpos flotantes, rrir una masacre en Barranca. Hubo
hombres descabezados río abajo. una decisión colectiva: de ninguna ma­
El 11 de abril hay noticia de que se nera se aceptaría la entrada de las
ha dispuesto el envío de tropas desde fuerzas de policía o del ejército sin que
Bucaramanga: alguien de la Junta Re­ antes mediara un acuerdo, una posible
volucionaria había hablado por telé- salida,
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
64

«¿Y por qué piensan volar la refi­


nería?», preguntó Montaña Cuéllar al
general Ocampo. «Porque uno de los
aviones de la Fuerza Aérea colombia­
na cometió la imprudencia de regar
unos boletines diciendo que el ejército
iba a entrar en breves momentos, que
si no se entregaban todos, serían bom­
bardeados. Entonces los obreros res­
pondieron que si se movía un solo mi­
litar, volaban la refinería.» Nunca se
supo quién había dado la orden de lan­
zar las hojas volantes sobre Barranca.
Montaña le preguntó al general: «¿Es
cierto que va a entrar el ejército?»
«No, nosotros no hemos dado la or­
den.» Montaña Cuéllar le pidió auto­
rización al general Ocampo para ha­
blar por radio con los trabajadores y
Desfile de trabajadores Desde un avión se lanzó profusa­ decirles que el ejército no iba a entrar,
armados por las calles mente una hoja volante con amenazas que no tenían necesidad de volar la re­
de Barranca. Aparte de que los iban a bombardear si el mo­ finería. Fue con el ministro de Guerra
de asegurar el poder
de la Junta local,
vimiento de Barranca no se rendía. y desde su despacho habló con los pe­
ellos controlaron Entonces, Antonio Pérez contestó que troleros, les dijo que el general Ocam­
el orden público si veía el primer soldado en la plaza, po daba plena seguridad de que no en­
y el reparto de prendería fuego al etil y todos explo­ traría el ejército, que respetaría el go­
abastecimientos. tarían. El mismo Antonio Pérez or­ bierno popular que se había creado en
denó que de inmediato inutilizaran el Barranca. El general Ocampo pasó
campo de aterrizaje con tanques lle­ luego al micrófono: «Es cierto, estoy
nos de agua y fuera vigilado por fran­ aquí con el doctor Montaña Cuéllar;
cotiradores en las generas, para el aquí no se ha dado ninguna orden de
caso que aterrizara un avión y desem­ que se movilice el ejército.» Los obre­
barcaran tropas. Existía el ánimo de ros respondieron que no lo creían, que
combatir hasta las últimas consecuen­ pensaban que Montaña Cuéllar estaba
cias. Defendían lo suyo. preso, que exigían que él fuera en per­
En Bogotá, el 12 de abril, Diego sona. Echandía le pidió que viajara
Montaña Cuéllar, amigo cercano de con una comisión de gobierno. Mon­
Gaitán, estaba refugiado en casa del taña le respondió al ministro de Go­
ministro de Gobierno, Darío Echan- bierno: «Pero usted ¿qué garantía da
día. Montaña Cuéllar había excitado a de que no van a hacerle nada a los tra­
la población al levantamiento, en dis­ bajadores, y de que no se van a tomar
cursos pronunciados por las emisoras represalias contra ellos?» Echandía
que habían sido tomadas por los in­ respondió lacónicamente: «Yo no
subordinados. Llegó el general Ger­ puedo dar esa garantía, porque yo soy
mán Ocampo, recientemente nombra­ un empleado de Ospina Pérez.» Mon­
do ministro de Guerra, a la casa de taña Cuéllar decidió no viajar a la re­
Echandía, a decir que los trabajadores gión del petróleo.
de Barranca iban a volar las refinerías El 18 de abril llegaron a Barranca,
y que la única persona que podía im­ en comisión de gobierno, Julio Ortiz
pedirlo era precisamente el doctor Márquez y Julio Roberto Salazar Fe­
Montaña Cuéllar, por su ascendencia rro, acompañados del coronel Jesús
sobre ellos. Montaña Cuéllar había Lloreda Galvis. Sobrevolaron la ciu­
sido, por mucho tiempo, asesor jurí­ dad y encontraron el aeropuerto blo­
dico de los trabajadores petroleros. queado con tanques de gasolina, para
Capítulo 3 65

evitar el aterrizaje de cualquier avión. Llegó el ejército, tomó militarmen­


Después de muchas peripecias, por ra­ te la zona y cuando ya estaba en su po­
dio convencieron a los petroleros y a der, destituyeron al alcalde. Las armas
la Junta Revolucionaria que iban en se recibieron por inventario. De las
misión de paz. Hablaron con la junta, empresas fueron despedidos los tra­
aceptaron todas sus peticiones: la le­ bajadores y dirigentes sindicales que
galización del alcalde revolucionario habían actuado en Barranca. Muchos
Rafael Rangel Gómez; que la policía fueron fusilados y otros, simplemente
municipal fuese la misma «policía cí­ desaparecidos. Barranca comenzó a
vica» que había nombrado la Junta y, vivir sus nuevos amaneceres con
por último, que no hubiese represalias. muertos en las calles. Había culmina­
La comisión habló desde Barranca con do una de las experiencias más fecun­
Echandía, le hicieron por radio las mis­ das del 9 de abril en provincias. Ba­
mas peticiones que habían aceptado y el rranca volvió al viejo orden. Rafael
ministro decía: «Sí, ¡claro!» Rangel, luego de un año largo, orga­
En fin, se desmembró el movimien­ nizaría las primeras guerrillas liberales
to, entró el ejército, y Julio Ortiz Már­ en Santander; Antonio Pérez, después
quez, compañero de luchas de Gaitán, de cumplir condena en Consejo de
recuerda con angustia el desenlace: Guerra por robo de ganado y pirate­
«Naturalmente nos pasó algo muy de­ ría, sería en el año cincuenta el primer
sagradable; a los 8 días, les abrieron instructor de las guerrillas comunistas
Consejo de Guerra a todos los que ha­ del Sur del Tolima.
bían asumido el mando... Entonces En otras regiones de Santander la
Julio Roberto Salazar Ferro y yo nos agitación alcanzó a Puerto Wilches,
vimos en una situación muy difícil, San Vicente de Chucurí y especial­
porque nada escrito quedó de los mente a Bucaramanga, donde el mis­ Otro grupo armado
mo día hubo veinte muertos. En San en Barranca. El
acuerdos. Pero verbalmente, Echan- intento revolucionario
día había prometido que no se les se­ Vicente se movilizaron los campesi­ en la ciudad
guiría ningún consejo o juicio a esa nos, inconformes con la explotación a sobrevivió
gente, y se lo siguieron.» que los sometía la Federación de Ca- durante diez días.
66 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Valle del Cauca


En el Valle, uno de los departamentos
con mayor desarrollo urbano, con
todo un conjunto de ciudades inter­
medias, predominaron la agitación y
la lucha citadina sobre la rural, como
reacción ante la noticia del asesinato
de Gaitán. Característica que se acen­
túa en el posterior proceso de violen­
cia: desde Cali se organizan y se diri­
gen las acciones punitivas contra las
zonas rurales.
Cali fue el epicentro de una gran
conmoción popular, anarquizada y de
poca duración. Los almacenes, los es­
tancos y ferreterías fueron desmante­
lados en procura de armas. La Voz del
Diego Montaña Cuéllar, feteros. En Puerto Wilches, una Junta Valle y las instalaciones del periódico
asesor jurídico del Revolucionaria de Gobierno decidió conservador Diario del Pacífico fue­
sindicato petrolero una serie de medidas, como la expro­
y amigo de Gaitán,
ron semidestruidos. La estación cen­
con gran ascendencia piación de los bienes de los conserva­ tral del ferrocarril cayó en poder de
sobre los trabajadores dores, en una acción caracterizada por los insubordinados. La frustración, la
de Barranca, a quienes el sectarismo partidista. En El Soco­ impotencia para darle un cauce orgá­
intentó apaciguar por rro, una muchedumbre, especialmen­ nico a la protesta, hicieron cundir el
radio, pero se negó
a viajar a Barranca
te de estudiantes, agitaron consignas pánico entre la población desafecta al
como enviado del revolucionarias, y saquearon los bie­ régimen. Los pocos reductos rebeldes
gobierno (En la foto, nes de los comerciantes conservado­ —liberales y comunistas— fueron sis­
de gabardina, 1963). res; los disturbios callejeros se prolon­ temáticamente liquidados por la ac­
garon por tres días. ción de un oficial, en ese entonces co­
ronel y comandante de la Tercera Bri­
General Germán Ocampo,
gada, Gustavo Rojas Pinilla, quien re­
nombrado el 10 de solvió el conflicto con cuatrocientos
abril ministro de cincuenta reclutas y noventa soldados
Guerra, en reemplazo antiguos, a los cuáles dio órdenes de
de Fernando Londoño esta magnitud: «Como ustedes no sa­
y Londoño, quien
renunció el 9 de abril.
ben apuntar todavía deben dirigir la
Durante un mes puntería al estómago, de manera que
manejó este Ministerio, si llegan a cambiar de puntería, indu­
que en la primera dablemente el proyectil no se pierde.»
mitad del siglo era Además les advirtió con un gran sen­
desempeñado por civiles.
tido práctico: «Como hay poca muni­
ción, ustedes deben esperar, cuando
haya una manifestación atacando un
almacén o atacando un edificio, para
dejarla acercar o acercarse a cincuenta
metros.» Los reclutas bien alecciona­
dos salieron a las calles y fueron el te­
rror de la población. En la noche del
9 de abril sólo había desolación y de­
sencanto. Ocho días después, comisio­
nes de policías desentechaban las ca­
sas, en los alrededores del centro de la
ciudad, buscando armas y objetos ro­
Capítulo 3 67

bados. En octubre de 1949, Cali vivi­ Julio Roberto Solazar


ría la terrible experiencia de la masa­ Ferro fue uno de los
cre de la Casa Liberal. El coronel Ro­ comisionados -junto
con Julio Ortiz M.
jas Pinilla aún estaba en el comando y el coronel Jesús
de la Tercera Brigada. Las aguas del Lloredo— que viajó
río Cauca comenzarían a arrastrar ca­ a Barranca el 18 de
dáveres. abril, logrando un
acuerdo con la Junta
En Buga hay una real y activa efer­ revolucionaria, que
vescencia de la población, que vislum­ luego no fue respetado.
bra primero la organización, más que
la actitud retaliadora. Participan es­
tudiantes del Colegio Académico; se
involucran funcionarios judiciales que
incitan a la fuga de los presos; e inclu­
so, el secretario de la inspección de ca­
rreteras departamentales ordena, «a
nombre de la revolución», la utiliza­
ción de las volquetas. Se derroca a la
autoridad local, se nombra un alcalde
revolucionario, Jorge Ayala Moreno,
quien promulga por decreto lo si­
guiente: «El señor alcalde municipal
decretará la requisa de armas en los al­
macenes donde haya expendio de tales
efectos, reglamentará su distribución, El coronel Gustavo
ordenará la formación de cuadros 11o, el alcalde organiza una «policía cí­ Rojas Pinilla,
combatientes, reglamentará el control vica», de liberales y conservadores, a comandante de la
fin de evitar disturbios y el desborda­ Tercera Brigada, en
de los conventos e iglesias y estable­ Cali, manejó
cerá vigilancia especial para las per­ miento partidista. En Puerto Tejada, drásticamente la
sonas que la junta indique.» la población se encegueció en el sa­ situación de orden
De la Junta Revolucionaria que se queo y en la embriaguez colectiva. El público en la capital
constituye forman parte, entre otros, ejército entró al pueblo, en combina­ del Valle el 9 de
ción con la aviación, la población ata­ abril. En la foto,
el comandante de la policía, un mili­ habla en el batallón
tante del partido comunista y varios có a la tropa y hubo varios muertos. Pichincha luego de
abogados. Las brigadas populares po­ Los miembros de las juntas revolu­ un Te Deum en
nen bajo su vigilancia los servicios pú­ cionarias, incluyendo la de Cali, fue- julio de 1948.
blicos.
En Tuluá, los enfrentamientos ca­
llejeros producen, el mismo 9 de abril,
las primeras acciones de León María
Lozano, alias «El Cóndor», en quien
se descubre una profunda pasión par­
tidista, mezclada con sentimientos re­
ligiosos, que posteriormente lo lleva­
ron a un fanatismo abismal. En Cai-
cedonia, es el propio alcalde, con la
policía rural y municipal, quien co­
mienza la revuelta en el centro del
pueblo, con un saldo de siete muertos,
entre ellos los principales miembros
del directorio conservador. Los amo­
tinados son dominados tres días des­
pués por la tropa del Comando de
Artillería n.° 3. En cambio, en Truji-
68

ron detenidos y recluidos en la base dole, unos bajo la dirección de la Jun­


aérea. Luego, Rojas Pinilla dispuso ta Democrática Revolucionaria —ele­
que la aviación los trasladara a Pasto gida esa tarde y en la cual figuraban
y allí quedaron concentrados. El mis­ un matarife, un comerciante, un sas­
mo Rojas Pinilla reconoce que «en tre, un celador de la hacienda El
toda la jurisdicción de la brigada, que Puente, un relojero—, otros ante la
comprendía Valle, Cauca y Nariño, mirada impotente de la misma. Lo
los muertos no pasaron de cuarenta. ordenado fue el encarcelamiento de
Hecho significativo, si lo comparamos los conservadores, la formación de
con los cinco mil o más muertos que brigadas de choque para evitar una
hubo en Bogotá». eventual incursión del ejército, la en­
trega del parque automotor al servicio
de la Junta.
Tolima Lo incontenible, el ánimo exaltado
De norte a sur, de oriente a occidente de la muchedumbre enloquecida, con
en Ibagué, en pueblos y veredas, los el terrible asesinato del sacerdote Pe­
acontecimientos de abril se expresa­ dro María Ramírez, que nadie podría
ron en el Tolima en la más amplia va­ justificar por motivaciones políticas.
riedad de reacciones. Protestas, con­ Había una atmósfera propicia ese vier­
traprotestas, movimientos ofensivos y nes, hacia las cinco de la tarde: se dijo
defensivos de carácter social-político, que en la casa cural y en la iglesia ha­
de carácter retaliatorio, de venganza bía un depósito de bombas. Se requisó
simple, de desbordamiento anárquico, la sede parroquial, los ánimos bajaron
de saqueo y robo, de tomas y recu­ de tono al comprobarse que era infun­
peración de tierras, como afirmación dada la sospecha. El sábado a las cua­
de una tradición de lucha que viene tro de la tarde, a esa masa exaltada en
desde la conquista hasta nuestros días. su dolor le llegó la noticia de que gru­
Es en el Tolima, después del 9 de pos conservadores estaban atrinche­
abril, donde se despliegan las formas rados en la iglesia, que el sacerdote
más insólitas de la violencia. El his­ «tenía bombas para tirarle al pueblo».
toriador inglés Eric Hobsbawm las Este hombre de la iglesia intervenía
considera como una de las más típicas activamente a favor del conservatis-
de la criminalidad patológica en el mo, en un pueblo donde la mayoría
mundo. Desde arriba del poder, vio­ era fervientemente liberal. Los amo­
lentaron la profunda sicología de un tinados, con peinillas, fueron hasta la
pueblo y lo enfrentaron entre sí. iglesia y tronó la voz de los grasses que
La geografía del fenómeno tiene disparaban desde la torre y las ojivas.
como núcleos los municipios del Lí­ Por media hora retumbaron los dis­
bano, Chaparral, Armero, Cunday, paros de los grasses y de las bombas
Santa Isabel, lo mismo que su capital, de fabricación rudimentaria. La mul­
Ibagué. En esa confluencia territorial, titud, que el alcalde calculó en mil per­
como sugiere el historiador Gonzalo sonas, invadió el convento y la casa
Sánchez, se ofrecen todas «las carac­ cural y lo destrozó todo a su paso,
terísticas y manifestaciones del drama agredió a las monjas del colegio de las
en una especie de síntesis del fenó­ Hermanas Cristianas, intentaron lin­
meno nacional». char al sacristán. El padre Ramírez ga­
Al norte del Tolima, tan determi­ naba acceso a una calle opuesta al con­
nado en su mezcla étnica por la colo­ vento y preparaba la fuga rumbo al
nización antioqueña, estaba Armero, Lagunilla. En el parque lo atraparon
de población mayoritariamente libe­ y los machetes cayeron sobre su ros­
ral, ubicado en medio de ricas tierras tro, sobre sus hombros, sobre su vida.
agrícolas pertenecientes a terratenien­ El obispo de Ibagué castigó a la po­
tes ausentistas. El 9 de abril se desen­ blación declarándola en entredicho
cadenan hechos de la más diversa ín­ por seis meses. Nadie podía ingresar al
Capítulo 3 69

templo, y fueron suspendidos los ofi­ preservarles la vida. La Junta de No­


cios religiosos. También promulgó la tables maniobró a favor de una fór­
excomunión para los autores materia­ mula conciliadora con el adversario
les, intelectuales y cómplices del ase­ político. En Honda, la radiodifusora
sinato. Ecos del Gualí emitió las proclamas
El mismo viernes en la tarde fue in­ incendiarias procedentes de Bogotá;
vadida y saqueada la hacienda El se atacaron objetivos selectos de con­
Puente, perteneciente a Ana Arbole­ servadores y se suspendió el tráfico fe­
da de Trujillo Gómez, administrada rroviario con La Dorada. En Ibagué,
por un alemán. En Armero la revuelta el pueblo se armó de machetes y de
pervivió por casi quince días de inten­ inmediato saqueó los almacenes, in­
sa zozobra. Luego los exaltados tuvie­ cendiaron los talleres del periódico
ron que admitir que era imposible conservador El Derecho y del sema­
crear y mantener una república libe- nario El Comercio. El panóptico mu­
ral-gaitanista. nicipal fue asaltado y todos los presos
El Líbano era un fortín liberal cer­ puestos en libertad. El 10 de abril se
cado por un mar de conservatismo. creó la Junta Revolucionaria de Iba­
Las tensiones políticas sectarias que gué, integrada por un grupo de pres­
venían desde la república liberal de tantes liberales de diversas profesio­
1930 se agudizaron con el transcurrir nes, que se encargó de orientar y di­
del tiempo y eclosionaron con el cri­ rigir las acciones y control del orden
men de Gaitán. También había un sal­ público. El movimiento languideció.
do por cobrar en relación con la «in­ por la misma dinámica de los hechos Saúl Fajardo,
acaecidos en la capital del país. gaitanista y presidente
surrección bolchevique» de 1929, que de la Junta
profundizó su huella en la conciencia revolucionaria de
política del pueblo. De igual modo, la Cundinamarca Yacopí,
en Cundinamarca.
UNIR y el gaitanismo hicieron del Lí­ Fue luego jefe
bano la plaza fuerte del liberalismo en El Sumapaz tenía una formidable tra­ guerrillero en la zona
el norte del Tolima. dición de lucha agraria contra el lati­ y finalmente muerto el
. Con la muerte de Gaitán volvieron fundio improductivo en los años trein­ 3 de diciembre de 1952,
los enfrentamientos de las fuerzas an­ ta con la figura de Erasmo Valencia. al aplicársele la ley
Era también zona de influencia del de fuga cuando era
tagónicas. Se formó una Junta Revo­ llevado a la cárcel de
lucionaria, que procedió «como supre­ unirismo, muy ligada a los primeros La Picota desde su
ma entidad del municipio a nombrar años de formación de la concepción asilo de la embajada
nuevas autoridades locales. El pueblo política de Gaitán, que continuaría en de Chile.
se armó y organizó un cuartel revolu­
cionario, atendido eficientemente en
armas, vestuario, personal y demás
elementos», respetaron la vida y los
bienes de los conservadores y los pu­
sieron a buen recaudo. En El Líbano,
esa tarde de abril, cientos de mujeres
vestidas de negro salieron en mani­
festación de duelo por la muerte
del líder.
En el sur del Tolima, Natagaima,
Chaparral y Coyaima fueron fácil pre­
sa del sectarismo político, hábilmente
atenuado por la actitud tolerante de
los notables que estaban al mando de
los acontecimientos. En Chaparral,
los gaitanistas eligieron alcalde civil y
militar, controlaron el orden público y
apresaron a los conservadores para
70 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

beral al servicio de las ideas liberales


y de la revolución liberal... Toda la
población se halla controlada por la
Junta Revolucionaria, que mantiene a
un ejército de reservas bien adminis­
trado... Listo... para marchar a donde
ordene la Junta Central de la Revo­
lución... de Fusagasugá: el alcalde
provisional, a nombre de las faculta­
des que le ha concedido la Junta Re­
volucionaria, decreta: "Prohíbeme
terminantemente el expendio de be­
bidas embriagantes dentro del terri­
torio municipal, hasta tanto quede re­
suelta la presente situación. La con­
travención a esta disposición será san­
cionada con la multa de un peso a cin­
cuenta centavos o el arresto equi­
Sólo escombros dejaron la contienda por el derecho de pose­ valente en la proporción legal. Igual­
los saqueadores en los sión de la tierra Juan de la Cruz Vá­ mente, queda terminantemente pro­
almacenes Philco y rela. Era una zona de conflictos socia­ hibido el saqueo y el pillaje entre los
El Colmado, en la
carrera Junín de
les latentes, muchos de los cuales sólo almacenes de la localidad, y las per­
Medellín, el 9 de vinieron a solucionarse en los tiempos sonas que fueran sorprendidas en
abril de 1948. El de la Violencia grande. Los aconteci­ cualquiera de estas actividades, serán
alcalde Guillermo mientos de abril tuvieron un signifi­ arrestadas y posiblemente sanciona­
Restrepo Jaramillo cativo contraste: en el Sumapaz toli- das. Toda violación será castigada por
abandonó su puesto
sin atajar los
mense fueron esencialmente rurales y las autoridades civiles o militares es­
desmanes. en el Sumapaz cundinamarqués, con tablecidas por este movimiento."»
núcleo en Fusagasugá, se limitaron al Después de diez días entraría el
casco urbano del municipio. ejército, el movimiento se rendiría sin
En Fusa, al conocerse la noticia de ningún apoyo de afuera y la junta ten­
la muerte de Gaitán transmitida por la dría que dispersarse. Quedó entonces
radio, espontáneamente se organizó en la población una terrible sensación
una manifestación, de la cual salió ele­ de vacío y frustración.
gida una Junta Revolucionaria. Sus En Cunday, Sumapaz tolimense,
funciones fueron similares a las de las plaza tradicionalmente liberal y donde
otras localidades del interior. Catorce domina el monocultivo del café
policías fueron desarmados y se su­ —campo de concentración en el año
maron al levantamiento, en provecho 55 con la arremetida militar contra la
personal, pues luego intentaron sa­ zona—, la insurgencia de abril se ex­
quear los almacenes. Durante diez presó en una especie de «soviet» de
días, a pesar de la cercanía a Bogotá trabajadores y campesinos. Dirigió sus
y a la influencia de los acuerdos de li­ tareas políticas y económicas contra
berales y gobierno en palacio, la po­ los terratenientes conservadores y el
blación mantuvo una actitud decidida clero. Las brigadas armadas de cam­
y dispuesta a todas las consecuencias. pesinos estaban alertas a prevenir
El 13 de abril aún se escuchaba en un cualquier ataque del bando contrario.
tono esperanzado por la Voz de la Re­ Los peones explotados por las hacien­
volución, desde la misma Fusagasugá, das cafeteras, en unión de los tempo­
lo siguiente: «... Liberales, Fusagasu- reros, crearon ligas campesinas, que
gá, República de Colombia. La voz aun después del 48 hicieron resistencia
del movimiento revolucionario con us­ a las acciones punitivas de la policía y
tedes. Aquí con ustedes la voz del mo­ del ejército. En el tramo Andalucía
vimiento revolucionario, emisora li­ —La Colonia, zona de coloniza­
Capítulo 3 71

ción—, los trabajadores de la carre­


tera, utilizando explosivos, intentaron
marchar sobre la vereda La Colonia.
En el Roble, una comisión de revo­
lucionarios practicó rondas en busca
de instrumentos que sirvieran de ar­
mas. En Los Alpes, las comisiones
cumplían con el apresamiento de con­
servadores y la expropiación de ga­
nado y víveres para resolver los pro­
blemas de alimentación. Se establecie­
ron retenes y se exigieron salvocon­
ductos, que fueron los mecanismos de
control de aquella movilización cam­
pesina. En Pasca y Pandi, después del
9 de abril, aparecen los comandos de
los llamados «pájaros», dirigidos por
Antonio Vargas, rico terrateniente li­
beral, contra los campesinos dirigidos gaitanismo, según los resultados del La agencia de viajes
por Juan de la Cruz Várela. año 46. Existía un delicado equilibrio Lowrie tuvo que
En Yacopí, suroccidente de Cundi- entre liberales y conservadores y, tan­ abandonar su sede
namarca, de inmediato se produce el después del pillaje.
to en los sectores urbanos como ru­ La fuerza pública
cierre de los almacenes, los habitantes rales, las fuerzas políticas estaban bajo vigila lo poco
se congregan en la plaza central. Los el dominio y dirección de caciques y que ha quedado en
conservadores huyen hacia la cabecera de la Iglesia. Ello determinó que la esa calle de Medellín.
municipal y las autoridades revolucio­ protesta contra el asesinato de Gaitán
narias, recientemente instauradas, les sólo produjera escaramuzas y saqueos
dan refugio, incluyendo al jefe conser­ a establecimientos de comerciantes de
vador local. Saúl Fajardo fue elegido ambos partidos, según el periódico La
presidente de la Junta Revolucionaria. Patria de 11 de abril de 1948. En al­
Posteriormente se convierte en un le­ gunas localidades la revuelta se gestó
gendario jefe guerrillero liberal de esa en tempranas horas, en otras los acon­
zona. Jornalero, ex agente de la policía, tecimientos se desataron posterior­
inspector de higiene rural, enfermero mente, al conocerse los informes de la
de la Shell y boticario, profesión que radio. La versión que circuló era que
ejerce cuando se vuelve gaitanista. Lue­ los responsables del crimen habían
go elegido diputado a la Asamblea de sido los conservadores aliados con el
Cundinamarca. Cae asesinado el 3 de clero. El blanco de los ataques fueron
diciembre de 1952, en uno de los más estos estamentos. Entre los recoge­
sonados casos del derecho internacio­ dores de café, desempleados y subo­
nal, al aplicársele la ley de fuga cuando cupados, esa fecha se caracteriza por
era trasladado a la cárcel de La Picota una mezcla de cólera desatada y al­
desde la embajada de Chile, que le ha­ cohol que estimuló ávidamente la ven­
bía suspendido el asilo. En su diario es­ ganza.
crito en la embajada, dijo sobre el 9 de
abril: «Fecha luctuosa y de ingrata re­ En Manizales, los tumultos y mo­
cordación. Pero también fue cierto que vilizaciones partidarias asediaron las
aquella fecha le dio libertad a pueblos instalaciones de La Patria, la gober­
como Yacopí.» nación, la alcaldía y la radio local.
Después vinieron en jauría los sa­
queos a los almacenes y ferreterías en
Caldas busca de armas. En Pereira y Arme­
nia, los liberales alcanzaron a formar
El llamado Viejo Caldas, región ca­ juntas revolucionarias presididas y
fetera, no fue electoralmente afecta al compuestas por caciques cafeteros. En
72 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

nipulada por gamonales o jefes natu­


rales, a través de las juntas revolucio­
narias; la protesta no trascendió los lí­
mites de una vieja contienda sectaria;
el dominio económico, político y aun
ideológico de los partidos tradiciona­
les fue absoluto; a la postre, toda esta
situación fue capitalizada por la po­
derosa Federación Nacional de Ca­
feteros. Para los de abajo fue, después
la persecución más encarnizada.

Antioquia
No obstante su extraordinaria pujanza
industrial, Antioquia se ha caracteri­
zado por ser un pueblo de raigambre
católica y tradicionalista. Es, en cierta
Almacén de rancho y Armenia, la más próspera región ca­ medida, una sociedad cerrada a sus
licores El Colmado, fetera, el 9 de abril arrojó un saldo de convicciones histórico-culturales. Tra­
de Medellín. Así nueve muertos y treinta heridos, más bajo le costó a Gaitán ganarse elec­
lo encontró el los asaltos a los almacenes y depósitos toralmente a la masa antioqueña, que
reportero gráfico
Carlos E. Rodríguez de comida. En poblaciones gaitanistas en 1946 favoreció al candidato oficial
en Junín, después como Pijao, Alcalá y Calarcá, la mo­ del liberalismo. Después de la derrota
de la asonada. vilización liberal se mantuvo firme por del 5 de mayo, la mayoría del partido
muchos días en un clima de tensión. se adhirió a Gaitán, por motivos elec­
En Pijao fue asesinado el alcalde ese torales más que por razones ideológi­
día; en Calarcá murieron dos agentes. cas. Lo mismo sucede a nivel regional.
Las juntas revolucionarias que más so­ Ese cambio de jefatura en el liberalis­
brevivieron fueron las de Pijao y Al­ mo se refleja naturalmente el 9 de
calá. Luego de tres días de resistencia abril con graves repercusiones en el
se rindieron ante el gobierno. En Pi- departamento y especialmente en Me-
jao, la entrega fue negociada directa­ dellín.
mente por dos ministros liberales, re­ La Noticia, radioperiódico de la ciu­
cién posesionados en el nuevo gabi­ dad, a pocos metros de la Goberna­
nete bipartidista. ción, fija su tablero: «Asesinado el
Un hecho curioso lo constituye el doctor Gaitán; Bogotá informa que
caso de Aguadas, donde liberales y fue un agente de la policía nacional
conservadores, en forma casi unáni­ vestido de civil.» Corren acelerada­
me, trabajaron por mantener la unión mente los minutos en un tiempo sem­
de los dos partidos, en una especie de brado de expectativa. La Noticia vuel­
presagio de lo que sería el Frente Na­ ve a informar: «Apenas herido Gai-
cional. La mayoría conservadora y la tán. En este momento está en la sala
minoría liberal fueron consideradas de operaciones.» La indignación crece
como traidoras a su partido por las co­ con la angustia, nadie cree que Gaitán
munidades vecinas y, para mantenerse esté vivo. Se enciende la furia popular
en el acuerdo, renovaban periódica­ contra las oficinas de La Noticia. Lle­
mente su mutua alianza, en reuniones ga la policía provista de gases lacri­
ceremoniosas efectuadas con toda mógenos y despeja la manifestación.
pompa, en plena plaza pública y ante Ahora, incontenible la multitud re­
gran concurrencia. corre las calles céntricas de la ciudad.
En el Viejo Caldas lo más signifi­ Son saqueadas e incendiadas las zonas
cativo de los alzamientos de abril sería de comercio que están desguarnecidas
la insurgencia liberal, dirigida y ma­ de vigilancia. La Defensa, periódico
Capítulo 3 73

conservador, es el objetivo de muchos


ataques. La policía está defendiendo a
la Gobernación, no tiene los suficien­
tes hombres para responder a tantos
flancos. Las oficinas de La Defensa
son ya una hoguera total. José Mejía
y Mejía, director político del diario,
está adentro del edificio, acorralado
con los trabajadores. Al salir, lo reci­
ben a puñetazos y garrotazos. La mul­
titud ansiosa se traslada frente al pa­
lacio municipal. El alcalde no está en
su despacho, se ha fugado dejando a
espaldas sus responsabilidades. Los
oradores improvisan en cualquier tri­
buna, crecen los rumores callejeros
como vientos funestos: «¡Ya colgaron
a Guillermo León Valencia! ¡Laurea­
no y Montalvo fueron asesinados en te en todo momento sobre la necesi­ Otro aspecto de Junín,
Bogotá! La policía municipal ha sido dad de esperar órdenes de Bogotá, es­ en Medellín, con el
desarmada y la departamental recibe perar el curso de los acontecimientos. comercio arruinado
completamente en el
las armas de aquélla. Ha comenzado Regresan a su casa para una segunda 9 de abril.
el saqueo de la ciudad.» Corren los ru­ reunión de la Junta Revolucionaria,
mores. nombran comisiones para ir al aero­
Liberales y comunistas toman La puerto y tomar las torres de control,
Voz de Antioquia, pronuncian sus in­ acción que nunca llega a realizarse: Rubén Uribe Archila,
cendiarias y lapidarias proclamas, lue­ oportunamente reciben la información en cuya residencia
go son desalojados a la fuerza. En la de que está controlada por el gobier­ se reunió la Junta
Revolucionaria de
emisora cultural de la Universidad de no. Nombran comisiones para que Medellín, Eduardo
Antioquia por largo rato se escuchan marchen a los barrios populares. De Castro, nuevo
las voces de los revolucionarios. Las nuevo están en el palacio municipal. comandante de la
otras emisoras están en manos oficia­ En la calle la anarquía es un río total. policía que no pudo
les. Informaciones y contrainforma­ Llega la noche con la confusión ab­ posesionarse, y el
abogado Arturo
ciones se disputan las ondas en el aire. soluta en esa masa que no tiene nin­ Villegas Giraldo:
A las seis de la tarde, una masa em­ gún nexo con la dirección. El gober­ los tres en la cárcel
belesada contempla a distancia el es­ nador ha dictado los primeros decre- La Ladera, junio/48.
pectáculo del incendio del periódico
La Defensa. Hay cierto gozo íntimo en
esa multitud.
Al conocerse la noticia, a la una y
media de la tarde, los dirigentes libe­
rales, antiguos turbayistas y gaitanis-
tas se reúnen en la casa de Rubén Uri-
be Arcila. Llegan Diego Luis Córdo­
ba, Jorge Villa Moreno, Jaime Urreta
Jaramillo, Jorge Ospina Londoño.
Nombran una Junta Revolucionaria,
intentan planear una acción coordi­
nada en medio de la indignación po­
pular que vive e impera a la fuerza en
la ciudad. Van al palacio municipal y
encuentran la noticia de que el alcalde
Guillermo Restrepo Jaramillo ha de­
saparecido. Rubén Uribe Arcila insis-
74 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

tos del estado de sitio, imponiendo el ambos partidos. El obeso cabecilla del
toque de queda a las nueve de la no­ directorio conservador de Antioquia,
che. El pueblo sigue con su dolor en Manuel J. Betancur, pidió a todo el
la calle, solitario. Prenden fuego a la mundo serenarse. Tenía plena seguri­
Universidad Pontificia Bolivariana, dad en el comando de la policía de­
saquean su biblioteca. La ciudad es partamental. Un grupo universitario,
pavor nocturno, envuelto en la más fa­ encabezado entre otros por Mario Or-
tal incongruencia. tiz de la Roche y Fáber Valencia Del­
La Junta Revolucionaria intenta gado, marchó a ese lugar para orga­
realizar un Cabildo Abierto; imposi­ nizar el "Batallón Montalvo". Mien­
ble, nadie escucha. La junta tiene la tras los liberales permanecían en el pa­
adhesión de tres cuerpos armados: la lacio municipal, debatiendo sobre in­
Dionisio Arango Ferrer, policía municipal, los agentes de trán­ cisos que permitieran tumbar el
gobernador de gobierno sin quebrantar la legalidad,
Antioquia, cargo del
sito y el resguardo de rentas departa­
cual tomó posesión mentales. Pero no tiene el poder ni la los jóvenes conservadores se armaban
en la madrugada convicción de movilizarlos. Produce de fusiles. No los sabían manejar,
del 10 de abril de entonces su primer decreto de nom­ pero los ostentaban.»
1948. Con un gabinete bramiento del nuevo comandante de En la madrugada del día 10, ya se
homogéneamente había posesionado el nuevo goberna­
conservador, Arango
la policía municipal:
controló la situación «La Junta Revolucionaria que se ha dor de Antioquia, Dionisio Arango
en Antioquia. instalado en la presente fecha para Ferrer, un conservador de los duros
La junta revolucionaria, asumir el mando inmediatamente, de­ que había impartido drásticas consig­
por su parte, había creta: Artículo único: Nómbrase co­ nas al ejército, que ya controlaba la
nombrado gobernador ciudad. El nuevo gobernador consti­
a Diego Luis Córdoba, mandante del cuerpo de policía mu­
quien no llegó nicipal al señor comandante Eduardo tuye un gabinete homogéneo, catalo­
a ejercer el mando. Castro para asumir el mando inmedia­ gado como terrible y despiadado por
tamente. su pasión y sectarismo político: secre­
»Hágase conocer del cuerpo de po­ tario de Gobierno, Eduardo Berrío
licía. Publíquese y ejecútese. El secre­ González, hijo del general Berrío; se­
tario, Antonio Jiménez. El presiden­ cretario de Hacienda, Guillermo Es­
te, Rubén Uribe Arcila.» cobar Restrepo; secretario de Higie­
El nuevo comandante de la policía, ne, Alberto Bernau Nicholls; y secre­
Eduardo Castro, padre del poeta Car­ tarios de Educación y Agricultura,
los Castro Saavedra, no pudo posesio­ Eliseo Velásquez Mejía y Victoriano
narse de su cargo. Se presentó en el Toro Echeverri, reelegidos.
cuartel de la policía, y habló con el ca­ Se habla ya con voz victoriosa del
pitán Oscar Güendica; éste le exigió gabinete paritario que se ha constitui­
las estampillas para que asumiera el do en Bogotá. En Antioquia comien­
cargo legal y jurídicamente y, como no zan los nombramientos militares. La
las tenía, no lo hizo. ¡Una situación re­ ciudad y el departamento están bajo
volucionaria sujeta al papeleo buro­ control marcial.
crático! Esa noche, el personero fue A la una de la mañana del 11 de
elegido alcalde de la ciudad. Incluso se abril, llegan dos camiones con gente
nombró a Diego Luis Córdoba gober­ armada a la casa de Rubén Uribe Ar-
nador. Claro está que ninguno de los cila. Éste les abre la puerta y luego ha­
dos pudo llegar a ejercer. bla por teléfono con el gobernador,
Miguel Zapata Restrepo, biógrafo Arango Ferrer. Le dice que le están
de monseñor Builes, describe cuál fue allanando su casa. El gobernador
la actitud de los conservadores esa no­ Arango Ferrer, su antiguo profesor de
che de tanto apremio: «Pasado el pá­ medicina, le contesta lacónicamente y
nico inicial, se concentraron en el pa­ con franqueza: «Usted haría lo mismo
lacio de Calibío. Había noticias de Bo­ conmigo, si estuviera en mi lugar.»
gotá sobre la reunión del presidente Buscan armas en los zarzos. Lo llevan
Ospina con personajes importantes de preso a la cárcel. La persecución con­
Capítulo 3 75

tra liberales y comunistas es intensa y ba: «Ante todo y sobre todo hay que ata­
se manifiesta en diversidad de formas, car el comunismo con fuertes y osadas
detenciones y procesos. A comienzos banderas de catolicismo social, que de
de mayo había ya 240 procesados, in­ nuevo congreguen a las masas trabaja­
cluyendo a los miembros de la junta. doras, bajo los pendones de Jesucristo.»
Las detenciones apuntaban a dos blan­ Movilizaciones y motines estallaron
cos esencialmente: dirigentes políticos en otros municipios antioqueños como
y dirigentes sindicales. Abejorral, Bolombolo, Andes y Puer­
Viene una época de incitación di­ to Berrío. Aquí el liberalismo controló
recta a la aplicación de la ley del ta­ la ciudad y concentró a los conserva­
itón, por los aparatos paramilitares dores en sus casas, con guardia espe­
como las «policías cívicas conserva­ cial para que no fueran agredidos;
doras», oficialmente estimuladas, o quienes hicieron de autoridad vigila­
como los incendiarios llamados de ron los bancos, cajas de ahorros y las
monseñor Miguel Ángel Builes, para principales casas comerciales. Igual­
que los hogares organizados se defien­ mente se dictaron disposiciones pro­
dan «por mano propia», en defensa de hibiendo el uso de bebidas embriagan­
los principios cristianos. Se desata una tes. Pese a la moderada actitud liberal
cruzada anticomunista contra los in­ en Puerto Berrío, más de setecientos
Grupo de detenidos
telectuales de izquierda, según la cam­ de ellos fueron deportados a Medellín por los sucesos del
paña, «más peligrosos que los comu­ en vagones del ferrocarril destinados 9 de abril en
nistas de base», y contra los sindicalis­ al transporte de ganado, y luego con­ La Ladera de Medellín.
tas «afines al comunismo». centrados en el circo de La Macarena, Los abogados Humberto
Uno de los órganos de expresión de donde durmieron varios días a la in­ Carrasquilla y
temperie y sin recibir alimentos, por Eduardo Fernández
esta cruzada fue el semanario 9 de abril, Botero fueron
que con fecha 7 de mayo de 1948 clama- más de setenta y dos horas. sus defensores.
76 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

A manera de conclusión
9 DE ABRIL Medellín, Vierne» 23 da Abril de 1948
La insurgencia popular del 9 de abril
Los “revolucionarios” de quebró momentáneamente el anda­
miaje institucional del Estado y creó
Medellín dieron órdenes* una verdadera «dualidad de poderes»,
que en muchos casos sustituyó órga­
nos de poder constitucional, para
EL ■•III.UEH l>E< IIETO l>E ESA JUNTA»* convertirse ella misma en poder, a
la manera de la Comuna de París de
---------------- , • 1871. Además, produce el colapso
l.o» lamoso» revoltaao» dr ..edellln. encabexadoa por Jo» ta-
quierdisUi*. Kubcn l riba Ardía > Diego Luis Córdoba, dictaron, económico de algunas regiones que,
»u* decreto.» desiir la» primera» lloran de la noche del viernes como el Viejo Caldas, vio afectada su
9 de abril. H drerrto numero uno fue el siguiente: producción cafetera, cuya comerciali­
* i.o junta revon.donaiia, que »e lia instalado en la presento
r.*iha para asumir el mando inmediatamente, decreta: zación quedó prácticamente reducida
Artirulo muco. Nombrase comandante del cuerpo de policía al mínimo. Lo mismo sucedió con el
municipal al señor rumamtanle laiuardo ( astro para asumir el sector cafetero del norte del Tolima.
mando Inmediatamente.
Macase conocer mi cuerpo dr policía. Publiquen* y ejecútese, Las tradicionales rivalidades locales
li Presidente. se agudizaron, como en las poblacio­
Rubén Cribe Ardía. nes del sur del Tolima, Sumapaz, etc.,
Lt Secretario. donde los campesinos se enfrentaron
Antonio Jlmenex".
con los terratenientes, propiciando la
invasión de tierras y la formación de
ligas campesinas, que en algunos casos
derivaron en experiencias como el
El diario "El Colombiano Otra fue la versión que la United «soviet» de Cunday. En Medellín y
dio a conocer en sus Press dio al mundo en uno de sus ca­ Natagaima la población exigió la for­
páginas, dos semanas bles: «Puerto Berrío destruido y en
después, el primer
mación de cabildos abiertos para or­
decreto de la Junta
poder del comunismo. Washington, ganizar el gobierno, a la manera tra­
Revolucionaria abril, 14. Informes recibidos anoche dicional de la Colonia.
de Medellín, por el Departamento de Estado, pro­ Los hechos del 9 de abril en provin­
nombrando a Eduardo cedentes del cónsul norteamericano cia produjeron un desquiciamiento y
Castro comandante de
la policía municipal.
en Medellín, Joseph O. Ragland, citan parálisis transitorios de los aparatos
noticias no confirmadas de que Puerto institucionales, hasta tal punto que el
Berrío —puerto fluvial que sirve a historiador norteamericano Paul
Medellín y que se halla a 110 kilóme­ Oquist habla de «un derrumbe parcial
tros al este de esa ciudad— quedó des­ del Estado». Sin embargo, la actitud
truido a causa de los incendios y ac­ asumida después del 9 de abril por la
tualmente se halla en poder de los co­ clase dirigente —liberales y conserva­
munistas.» dores— hizo posible el fortalecimiento
Durante dos agobiantes meses se de esos aparatos a fin de contrarrestar
desarrolló en Medellín una inmensa la crisis provocada por la insurgencia
campaña por la libertad de los presos del pueblo.
políticos, que hizo partícipe a muchos El proceso que se gestó en provincia
sectores de la opinión pública. En fue detenido indudablemente por el
mensaje desde la cárcel se indicaba el acuerdo liberal-conservador sobre la
carácter mismo de esa lucha: «Poner formación de un gabinete de Unión
en los sobres, a mano, a máquina, Nacional. Todos los organismos crea­
mientras se consigan sellos de caucho dos al calor de esa lucha quedaron a
o se impriman estampillas especiales, la espera de órdenes que nunca lle­
la misma leyenda: "Pedimos la liber­ garon desde Bogotá. La solución po­
tad incondicional de los presos políti­ lítica al conflicto se dio en Bogotá. El
cos."» Al final se consiguió y todos sa­ gaitanismo, por su propia concepción
lieron libres. de movimiento caudillista. inició un
Capítulo 3 77

proceso acelerado de descomposición denar los métodos de todo sistema que


que, en algunos casos, desembocó en tienda a suprimir los derechos y li­
la formación de las guerrillas liberales: bertades políticas y civiles, especial­
Eliseo Velásquez en los Llanos y Saúl mente la acción del comunismo in­
Fajardo en Yacopí. ternacional...»
Para completar la histeria de buscar
La pacificación y la reconstrucción culpables de lo sucedido en Bogotá y
en el resto del país, Ospina Pérez en­
Desde el 13 de abril, la Novena Con­ vía el siguiente mensaje a los emba­
ferencia Panamericana siguió sesio­ jadores y cónsules de Colombia en el
nando, con plenas garantías de segu­ exterior: «Un desconocido dio muerte
ridad por parte del gobierno. Con el al doctor Gaitán; la multitud destrozó
caos producido por los hechos de el cadáver del asesino que no ha sido
abril, la delegación norteamericana identificado; se trata de un comunis­
impuso ya sin ninguna resistencia la ta.» El general Marshall de inmediato
moción anticomunista: difundió la versión de que el asesinato
«Considerando... que la situación de Gaitán había sido obra de los co­
del mundo exige que se tomen medi­ munistas. Treinta años después se pu­
das urgentes que eviten que agentes al blica un documento del Departamento
de Estado de los Estados Unidos, en Primera plana de
servicio del comunismo internacional "El Correo"
pretendan desvirtuar la auténtica y li­ el que se clarifica que los comunistas de Medellín,
bre voluntad de los pueblos del con­ nada tuvieron que ver con el magni- del 10 de abril de
tinente, declaran: que por su natura­ cidio. 1948. Además de las
leza antidemocrática y por su tenden­ Por la radio habla Carlos Lleras noticias del asesinato
de Gaitán, da cuenta
cia intervencionista, la acción política Restrepo, el 17 de abril, a nombre de del nombramiento de
del comunismo internacional es in­ la dirección nacional liberal. Lee un Marco Alzate Avendaño
compatible con la concepción de la li­ documento que define la posición de como censor
bertad americana... y resuelven: con­ esa colectividad en relación a los su- para ese diario.

ENORME CONSTERNACION PRODUJO EN Gran Conmoción Produjo en el País


MEDELLIN EL ASESINATO DE GAITAN el Asesinato del Dr. Jorge E. Gaitan
V 'no* bañe m grave* on cho-
;.n -»n loa diverso* fugare*
j.-la miad ManileetacioaM
luirurca* Informe nona o- SIN COMUNICACIONES Gravea D»»ord-.nea
•a Produi«ron on
Varias Ciudad»*
t<a> prw«o»u<l«» rt» «I |Mt* •'
■ x-MOHlo lia I «altan Ml>p«ll<il* imh IihIi' «I ■<» lai inhumar»** Un «al •*..
Irma inlxriRMtK «> mitin al 4» lal lilaila I « ipn hr* Im gruir» ••«?»•• —
n<M ra imprntlilr ptrwnlat ■ tiit» la^lwi- «wt»h« m • «►•!«•• • •
not»«U« fa-apttfUakk* i r«*rla» pw« lo i Mal
abM«-firm«*< dr llar .nhartnai Imw • «jur Hi­
lan pul uaMÍlMlu» put IM- »im • lllli !• til»tniMIr
lllplm «i» nurttlU «r»Jlal«l<»
l*ar«<r qiw ru dilrrrnir» ta|arr* w
dujrrwa tlmqur* » «umita* «k Ho<ula ’•• *•■
lntrQM aaunna <w «Utaitia la dtummu al
puna* t «dimití Maura» inhuman «ubi? lo iiui
(rana.
En inda raaa •■» ÍMi|*aftan:? pt«»«nir al
publiiu dr tur m* ab»trii|» «Ir r«n>HÍtr«( «•■
m«. tirria» nM>« un •I rmpaM» d-l-d- «a
■vr. «•••««ni b* «b|im«». n» iHumír’ m-
faimatnai adrr■■**»• .

LA CENSURA Umim J«MUil M l»< H G.lT V»

Mtrsha* j CMon® Ka¡ Sh'k rtvtia que >iet« Cordial agaaajo se tributo
J oenws delegadas sus divisiones fueron destruidas al tenor Romulo Betancourt
en la flota Cran-colombiana
\ *. ’■*'
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«ni u«iumI*«
r« n. mata1 - a* »• •
■? t4* *»*yr *f',~ •• ■* || lba«« nu« » *•" •• *»*««mtem dr la JafHa
rl «u. **-• ’♦ Ihirtlita b Imirrtm nvu»»*»***» h«mrnj|n

IL|| VM*w •» Itaiiu.


Lo Naviera Colombiana Adquirió 6
aviones para el transporte aereo
78 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Página de tividad política del liberalismo dentro


"El Colombiano", del del orden constitucional, y de la paz
día 10. Las gráficas pública, y de hacer culminar victorio­
corresponden a las samente por tales cauces la campaña
oficinas de "El Siglo"
en Medellín, vitrinas por el predominio de la mayoría po­
del café Regina, pular en el poder.
almacenes Respin y »Tercero: condenar una vez más
La Bodega, pasaje con indignación y energía, los actos de
Alhambra y estantes
comerciales
violencia y saqueo, cometidos por ele­
desocupados. mentos extraños a la colectividad, en
Bogotá y en varias ciudades de la Re­
pública, y ordenar al pueblo liberal,
que se oponga con vigor a la repeti­
ción de tales sucesos.»
El centro de Bogotá parecía una
ciudad europea después de la segunda
guerra mundial. Comenzaba a cam­
biar su fisonomía y su estructura ur­
banística. En el centro, sobre la sép­
tima, las patrullas del ejército requi­
san a los asombrados transeúntes que
se arriesgan a salir a la calle después
del 9 de abril. Amontonados en el ce­
menterio Central, sin identificación,
Ofrenda floral de
Antioquia ante la
mil, dos mil o tres mil muertos del
tumba de Gaitán, cesos: «Primero: reiterar su apoyo a la pueblo. Nunca se sabrá el número
en el primer presencia del doctor Darío Echandía, exacto de quienes salieron esa tarde
aniversario de su ilustre jefe del liberalismo, en el Mi­ con el grito adolorido por el asesinato
muerte: Amparo del hombre que tanto les había pro­
Jaramillo, Gloria
nisterio de Gobierno, y a la de sus co­
Gaitán, Rubén Uribe legas liberales en otras carteras del metido.
Arcila, Gerardo Gabinete Ejecutivo, por el tiempo en ¿Fue el 9 de abril una revolución?
Molina, León de Greiff, que a juicio de esta Dirección y del ¿Fue un levantamiento armado y pla­
Arturo Villegas doctor Echandía lo justifiquen las cir­ nificado en el país? ¿Cuáles fueron los
Giraldo, Arturo
Escobar Uribe y
cunstancias políticas y las convenien­ objetivos reales que movieron los re­
Delio Jaramillo cias nacionales. sortes más íntimos de la masa que ese
Arbeláez, entre «Segundo: reiterar igualmente, su día ofrendó su vida por unos ideales?
otros asistentes. decidida voluntad de mantener la ac­ La acción de la multitud urbana como
expresión de participación popular
no tiene precedentes en el siglo xx.
Fue un levantamiento del pueblo, sin
una coordenada política que articulara
la protesta hacia la realización de un
proyecto predeterminado. No produjo
una acción conjunta, ni como visión
orgánica, ni como desarrollo, ni como
culminación final. Cada sector social o
político se encerró en la búsqueda de
una solución posible a sus propias as­
piraciones. La multitud, el espectro
masivo que desborda a la ciudad, al
ser invadida literalmente por habitan­
tes de los barrios populares, encuentra
en la venganza política y en los diver­
sos intentos de toma de palacio la ac-
Capítulo 3 79

titud que culmina dos horas después


en la frustración y en la anarquía. Esa
masa no recibe la más mínima voz de
mando. Los dirigentes liberales que
van a palacio esa noche sólo tienen
como objetivo la preservación de las
instituciones. No representaban por
voluntad propia a ese pueblo que se
debatía entre la vida y la muerte en las
calles capitalinas. Ospina Pérez era la
institución viviente y personificada.
Los liberales lo pensaban así. Ospina
Pérez lo sabía, era su mejor carta de
juego. La Junta Revolucionaria que
surge en los albores de la tarde inten­
tó, con cierta decisión, pero sin mando
alguno, atenuar el abismo de anarquía
en que había caído la movilización. La ron brutalmente su función represiva. Camioneta con soldados
policía insubordinada con sus dirigen­ Al día siguiente fueron un factor de­ de patrullaje en
tes políticos y militares del momento cisivo de poder. Un sector rnayoritario una zona rural.
estuvieron sujetos a la inercia de ser del conservatismo rodeó a su presi­
sicológicamente subalternos. Los gai- dente. El otro sector, el más radical,
tanistas, huérfanos de su caudillo, fue­ dirigido por Laureano Gómez, uno de
ron ruedas sueltas en ese maremág- los grandes derrotados el 9 de abril,
num explosivo. El partido comunista, impulsa la idea de que el conservatis-
una pequeña gota en un mar embra­ mo debe armarse para afrontar las lu­
vecido, lanza la consigna de la huelga chas políticas que se avecinan. La cla­
general, que prende en la población se obrera no asume un papel de van­
por la misma dinámica del movimien­ guardia. El 9 de abril fue un crisol de Manifestación
to. No fue una respuesta consciente. en Bucaramanga, el
matices, donde se amalgamaron y no día 9 de abril:
Los militares estuvieron a la expecta­ se fusionaron los diversos extractos so­ Gonzalo Buenahora
tiva en la tarde y en la noche ejercie- ciales protagonistas de los aconteci­ habla al pueblo.
80 Nueva Historia de Colombia. Vol.. II

mientos. Toda revolución tiene una los líderes que lo condujeran. Esa
adecuada preparación y una certera masa enfurecida solamente pedía el
conducción política que distribuye las cambio del gobierno conservador por
fuerzas, que en últimas definen en su un régimen liberal. No hubo consignas
acción el momento preciso para la de tipo socialista.
toma del poder. El 9 de abril fue un Fue, en definitiva, una inmensa de­
levantamiento espontáneo que sor­ rrota para el pueblo, una frustración.
prende a todos sin excepción: a libe­ Ese día asesinaron la esperanza de un
rales, comunistas, conservadores, y en pueblo, que avizoraba ya su destino
esa situación el pueblo no encuentra a histórico.

Bibliografía
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1987.
ALAPE, ARTURO. «LOS días de abril del 48 en Barranca». Magazín Dominical (abril 5, 1981),
p. 5.
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cumental oral, 1982. 11 vols. Bogotá, Museo Jorge Eliécer Gaitán.
HENDERSON, JAMES. Cuando Colombia se desangró. Bogotá, El Ancora, 1984.
JARAMILLO, CARLOS EDUARDO. Ibagué: conflictos políticos de 1930 al 9 de abril. Bogotá, Centro
Cultural Jorge Eliécer Gaitán, 1983.
MANRIQUE, RAMÓN. A sangre y fuego. Bogotá, Librería Nacional, 1948.
OQUIST, PAUL. Violencia, conflicto y política en Colombia. Bogotá, Biblioteca Banco Popular,
1978.
ROJAS PINILLA, GUSTAVO. Rojas Pinilla ante el Senado. Bogotá, Excelsior, 1959.
SÁNCHEZ GÓMEZ, GONZALO. LOS días de la revolución. Bogotá, Centro Cultural Jorge Eliécer
Gaitán, 1983.
ZAPATA RESTREPO, MIGUEL. La mitra azul. Medellín, Ed. Beta, 1973.
Capítulo 4 81

El gobierno de Laureano Gómez,


de la dictadura civil
a la dictadura militar
r _
Álvaro Tirado Mejía

l 7 de agosto de 1950, Laureano


E Gómez tomó posesión de la pre­
sidencia de la República. Pero no lo
hizo ante el Congreso, como lo esta­
blece la Constitución para las épocas
normales, sino ante la Corte Suprema
de Justicia cuyo presidente, Domingo
Sarasty, hizo el correspondiente dis­
curso y luego fue premiado con el Mi­
nisterio de Gobierno. El hecho, ade­
más de significativo de las circunstan­
cias anómalas que vivía el país, era
ante todo paradójico, pues Laureano
Gómez había tallado su reputación
precisamente en el Congreso en don­
de, con razón, dejó fama como uno de Allí se opuso al gobierno de Olaya, y Laureano Gómez Castro
jura la Constitución
los oradores más brillantes en la his­ precisamente combatía el Protocolo durante su posesión en el
toria de Colombia. En ese recinto ha­ de Río de Janeiro, cuando cayó gol­ salón elíptico del
bía librado tremendas batallas contra peado por un derrame cerebral de cu­ Capitolio nacional, el 7
sus copartidarios, contra los liberales, yos efectos se sobrepuso con gran de agosto de 1950, ante el
contra los masones, contra el arzobis­ fuerza de voluntad. Como presidente presidente de la Corte
Suprema de Justicia,
po y contra todo aquel o aquello que del Senado dio posesión de la presi­ Domingo Sarasty.
no se acomodara a su particular con­ dencia de la República en 1934 a su
cepción de ver el mundo. En el Par­ amigo Alfonso López Pumarejo, a
lamento atacó al presidente Marco Fi­ quien luego combatiría despiadada­
del Suárez hasta lograr su dimisión. mente, hasta contribuir a su renuncia
82 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

durante su segunda presidencia. Y en período de mayor crisis institucional


el Parlamento, como presidente del que haya vivido el país en el siglo xx
Senado, pasados los turbios sucesos de y posiblemente en toda su historia des­
la violencia, daría luego posesión a Al­ de la época de la Independencia. En
berto Lleras Camargo, para dar co­ el decenio que comienza en 1948,
mienzo a los gobiernos compartidos cuando fue asesinado Gaitán y se dio
del Frente Nacional. la explosión violenta del 9 de abril,
Por decreto de estado de sitio del 9 que termina en 1958 con la posesión
de noviembre de 1949, el Parlamento de Alberto Lleras después de unas
había sido cerrado por Ospina Pérez. elecciones normales, el país vivió bajo
De ahí que luego de un debate elec­ el signo de la desestabilización, la vio­
toral marcado por la violencia, y ante lencia y la coacción. El 5 de enero de
el retiro del candidato del partido li­ 1952, Alfonso López Pumarejo y Car­
beral, hubiera tenido que acudir a po­ los Lleras Restrepo expidieron una
sesionarse no en el escenario de sus declaración conjunta en la que decían
triunfos sino ante el poder judicial. La que, por primera vez en cuarenta
prensa liberal, con excepción de El años, habían transcurrido cerca de 24
Relator de Cali, ignoró su posesión, y meses sin una sola sesión del Congreso
dos de los magistrados liberales de la (noviembre 9 de 1949 a noviembre 5
Corte, así como tres consejeros de Es­ de 1951). El Congreso que después se­
tado de la misma filiación que asistie­ sionó, siempre ofreció el espectáculo
Laureano Gómez: v
ron a su posesión, fueron luego ex­ de unas sillas vacías, pues un decreto
Mariano Ospina Pérez en pulsados del partido liberal. Tal era el ejecutivo había reservado un porcen­
la víspera del cambio de ambiente que vivía la República y tal taje para la oposición, pero ésta no se
mando; el primero no el rechazo que causaba entre sus ad­ presentó a las elecciones por las cir­
estuvo de acuerdo con la versarios Laureano Gómez, «el más cunstancias de violencia que vivía el
política de Unión
Nacional del segundo;
controvertido de todos los colombia­ país. Más tarde la Asamblea Nacional
refugiado en España nos del siglo xx», al decir de un his­ Constituyente, desviándose de su ob­
luego del 9 de abril, toriador norteamericano que acaba de jetivo primario, trató de cumplir fun­
regresó para reclamar publicar una obra sobre su pensamien­ ciones legislativas y aun electorales al
su turno en la sucesión to (James D. Henderson, Las ideas de nombrar por tres veces a Rojas Pinilla
presidencial: obtuvo
1 140 619 votos, Laureano Gómez. Bogotá, Tercer para la presidencia, pero nunca ante la
con total abstención Mundo, 1985). opinión pública pudo dar ni siquiera la
del partido liberal. Su gobierno se iniciaba dentro del apariencia de legitimidad como repre­
sentante del conglomerado nacional
en sus diferentes tendencias. De allí
que una de las características del pe­
ríodo sea la ausencia de un parlamen­
to legítimo y fiscalizador. El estado de
sitio, medida transitoria y excepcional
según la Constitución, se volvió per­
manente hasta el punto que, a partir
de 1949, la excepción fue su ausencia
y que si antes se habló en Colombia de
la «generación del estado de sitio»,
hoy este apelativo pueda aplicarse en
plural, pues no son ya una sino por lo
menos dos, las generaciones de colom­
bianos llegados a la vida cívica bajo el
dominio de esa figura de excepción.
La prensa fue limitada cuando no
amordazada en el decenio, porque se
estaba bajo el estado de sitio. Por esta
razón se pospusieron las elecciones.
Capítulo 4 83

Bajo el estado de sitio, y sin elecciones El 7 de agosto del 50,


controvertidas en las urnas, el país vio después de los actos de
desfilar por el solio de Bolívar a ocho posesión presidencial,
personas en el breve lapso compren­ Laureano Gómez y su
señora María Hurtado
dido entre 1950 y 1957: Laureano Gó­ Cajiao. Gómez tenía
mez, Roberto Urdaneta Arbeláez, entonces 61 años.
Gustavo Rojas Pinilla y los miembros
de la Junta Militar: Gabriel París, Ru­
bén Piedrahíta, Deogracias Fonseca,
Rafael Navas y Luis E. Ordóñez.
Y sin embargo, todo esto se hacía
por gobernantes que reivindicaban el
orden por encima de la libertad, y que
en medio del caos institucional preten­
dían salvar al país del desorden que
supuestamente había producido la Re­
pública Liberal, período eminente­ ción de las minas de esmeraldas de
mente institucional. Muzo, lo cual provocó la suspensión
temporal del periódico. Más tarde, en
El pensamiento de Laureano 1917 y 1918 apoyó en compañía de un
grupo de liberales la candidatura pre­
Laureano Gómez fue ante todo un sidencial de Guillermo Valencia, en
ideólogo que, no obstante los cambios contra de la candidatura de Suárez, a
propios de todo político de larga tra­ quien atacó implacablemente como
yectoria, conservó unas constantes en presidente. Tras unas célebres confe-
su pensamiento. En 1897, cuando ha­
ría muy poco que los jesuítas habían Laureano Gómez,
regresado del destierro, se matriculó caricatura de Moncrayón
en el Colegio de San Bartolomé, re­ (CoriolanoLeudo), 1916.
gentado por sacerdotes de esa comu­ Un año antes, Gómez
nidad. Esto lo marcó para toda la vida había sido elegido
senador por Bolívar;
y en los jesuítas, no obstante que tam­ luego, en los dos años
bién con ellos en ciertos momentos siguientes, defendería con
tuvo discrepancias, encontró un gran algunos liberales la
apoyo intelectual durante toda su candidatura de Guillermo
vida. Luego de terminar estudios de Valencia.
ingeniero en la Universidad Nacional,
en un período que corresponde al del
quinquenio de Reyes, pensó dirigirse
a Antioquia para trabajar en la cons­
trucción del ferrocarril, pero el padre
S.J. Jáuregui le encomendó la direc­
ción de un periódico doctrinario que
se iba a fundar, La Unidad, y por casi
siete años lo dirigió. Con ello se vincu­
ló al periodismo, que fue otro de sus
fuertes en sus empresas de combate,
como bien lo demostró en El Siglo,
diario fundado por él y por José de la
Vega en 1936. En las columnas de La
Unidad atacó también al arzobispo
primado de Colombia, Bernardo He­
rrera Restrepo, por supuesta laxitud
en cuestiones referentes a la explota-
84 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

levantado el veto a la participación


conservadora en las elecciones, y tuvo
una resonante actuación, en octubre y
noviembre, al oponerse a la ratifica­
ción de la modificación del concordato
que ya se había firmado y que tenía la
aquiescencia del Romano Pontífice.
Por estar en contra suya y al lado del
Papa, Laureano expulsó del partido
conservador a algunos de sus coparti-
darios que osaron contradecirlo a ese
respecto en el Parlamento. A partir de
aquella época, no volvió a participar
en debates parlamentarios y se con­
centró en El Siglo para atacar, incluso
por cuestiones personales, al presiden­
te López Pumarejo. Era la época de la
segunda guerra mundial, y de la mis­
ma forma que había defendido a Fran­
co; ahora, desde El Siglo, se oponía a
los aliados y mostraba sus simpatías
con las potencias del Eje en la con­
tienda que enfrentaba a las democra­
cias con el fascismo. Durante el go­
bierno de Ospina no estuvo de acuer­
do con sus políticas de Unión Nacional
con los liberales y, tras refugiarse en
España después de los acontecimien­
tos del 9 de abril en los que su perió­
Una foto familiar, en los rendas en el Teatro Municipal de Bo- dico y su residencia fueron incendia­
años 20: Laureano Gómez gotá, en donde compartió la tribuna dos, retornó a Colombia para recla­
y María Hurtado, junto con personajes como Alfonso López mar el turno presidencial.
con el caricaturista Pepe
Gómez, hermano del
Pumarejo, salió del país para Europa En la base del pensamiento de Lau­
futuro presidente. Los en 1928. En septiembre de 1930 fue reano Gómez siempre estuvo presente
niños son Cecilia, Rafael nombrado por el gobierno de Olaya una particular concepción religiosa de
v Alvaro Gómez. Herrera ministro plenipotenciario de carácter católico a la manera españo­
Colombia en Alemania (ya lo había la. En él es notoria la presencia ideo­
sido en Argentina) y allí pudo obser­ lógica de los pensadores jesuítas y su
var el ocaso de la República de Wei- versión del tomismo estuvo mediati­
mar y el ascenso de Hitler y el nazis­ zada por Jaime Balmes, un divulgador
mo. En 1932 regresó al país para ata­ del siglo XIX. Más allá de la frondosa
car con todo su vigor al partido liberal, forma de expresarse y de la vasta pro­
a la administración de Olaya y a sus ducción de Laureano Gómez en edi­
propios copartidarios que osaban co­ toriales, artículos y discursos, es fácil
laborar con el gobierno del cual hasta percibir en él ciertas constantes sim-
hacía poco tiempo él había sido su re­ plificadoras para concebir el mundo
presentante diplomático. En 1935, con moderno. Para él, los problemas de
el nombre de El Cuadrilátero, publicó occidente habían comenzado con la
un libro en el que recogió unos artícu­ reforma protestante desde el día en
los sobre Hitler. Mussolini, Stalin y que Lutero había fijado sus tesis en la
Gandhi. A los tres primeros los ata­ catedral de Wittenberg, dando así co­
caba por dictadores y alababa en el úl­ mienzo a la terminación de ese mundo
timo su actitud pacifista. Volvió al armónico que era el medioevo, regido
Parlamento en 1942, una vez que hubo por un solo poder espiritual bajo el pa-
Capítulo 4 85

pado. El desarrollo de los aconteci­


mientos, todo dentro de una concep­
ción conspirativa detrás de la cual es­
taban los judíos, llevó la sociedad oc­
cidental a la Revolución francesa, pro-
clamadora del pernicioso dogma de la
igualdad. El liberalismo sentó sus rea­
les y la consecuencia fue la aparición
del comunismo, hijo legítimo del pro­
testantismo, el racionalismo, el libe­
ralismo y la Revolución francesa.
Como existía una voluntad para crear
el caos, detrás de todo ello tenían que
estar las sociedades secretas, es decir
la francmasonería, producto claro del
judaismo. De allí que en esa conspi­
ración masónico-judeo-liberal-comu-
nista, Gómez percibiera un mismo
propósito: destruir la verdadera reli­
gión creando el caos. En Colombia el de él proclamaban las excelencias del Laureano Gómez,
instrumento para esa diabólica tarea, fascismo. Pero con la guerra de Es­ ministro plenipotenciario
paña su posición se fue modificando de Colombia, durante un
según él, era el partido liberal, que de almuerzo en Hamburgo,
acuerdo con la figura que utilizó a su en la medida en que el partido con­ Alemania, con Carlos
regreso de la España franquista en un servador en bloque apoyó al faccioso Rasch Isla, Alfonso López
discurso en la ciudad de Medellín, era Franco. Durante la segunda guerra Pumarejo y Alberto,
como la mítica figura del basilisco: mundial las simpatías de su periódico Alfonso y Rafael
El Siglo estuvieron con las potencias Carrizosa. En Alemania,
«En Colombia se habla todavía del Gómez presenció el
partido liberal para designar una masa del Eje, hasta el punto que sufrió pre­ ascenso de Hitler y el
amorfa, informe y contradictoria... siones del embajador norteamericano, nazismo.
que sólo puede compararse o califi­ quien lo amenazó con retirar los avisos
carse como creación imaginaria de de las firmas americanas si persistía en
épocas pretéritas: el basilisco. El ba­ esa posición. Ante la presión, el pe-
silisco era un monstruo que tenía la ca­
beza de un animal, el rostro de otro,
Laureano Gómez y el
los brazos de otro más y los pies de presidente Pedro Nel
una criatura deforme, formando el Ospina, de quien fue
conjunto un ser tan espantoso y ho­ ministro de Obras
rrible que sólo mirarlo causaba la Públicas en 1925-1926.
muerte. Nuestro basilisco se mueve Al morir el lo. de julio de
1927 dijo Gómez: "El
con pies de confusión y estupidez, so­ tiempo presente de
bre piernas de brutalidad y violencia nuestra historia, próspero
que arrastraban su inmensa barriga o adverso, ordenado o
oligárquica; con pecho de ira, brazos caótico, no podrá
masónicos y una pequeña, diminuta entenderse bien si se
cabeza comunista.» prescinde del general
Ospina".

Una constitución corporativista


Como ya se dijo, en 1935 Laureano
Gómez publicó un libro en el que ata­
caba a Hitler y Mussolini. Es más, por
esa época era el campeón de la frac­
ción civilista de su partido en oposi­
ción a los sectores jóvenes que dentro
86 Nueva Historia de Colombia. Vol //

DISCURSO DE DON CRISPÍN» Por Laureano Gómez

¡He aquí el tinglado de la antigua farsa! Con frágijes Pero el personaje más sorprendente que no había figu­
bambalinas de papeles marchitos, se ha erigido en un rin­ rado en farsa antigua alguna es ese anónimo, ese Nadie que
cón del senado el tabladillo donde pasa la escena no inte­ no tiene figura corpórea, ni alma, ni realidad alguna, ni
resante, pero sí interesada. El gestor de la acción, este Cris- siquiera una mísera máscara, ese ente fantástico que ora se
pín de ahora se diferencia del de la farsa benaventina en agazapa bajo un canapé para servir de testigo en una anéc­
que carece de la donosura y brillo del ingenio, del ademán dota inventada; ya habla por teléfono para dar origen a la
gallardo y cortés y del decir pulcro y castizo. Se diferencia genial concepción de la U.P.N., o toma las vestiduras sa­
también en que el Crispín antiguo sabía separar las accio­ cerdotales para ir de noche a la casa de Crispín y amena­
nes mezquinas y plebeyas de las nobles y generosas, apa­ zarlo con un chantaje o en otra ocasión firma telegramas
reciendo siempre como un celoso criado en servicio y honra imaginarios que permitan anticiparse a contestar cargos
de su señor. Este Crispín de ahora no se esfuerza para otros que no se han hecho o finalmente es el ingeniero que sopla
sino para sí mismo y no acierta a disimular sus codicias y en el oído a Crispín los cargos técnicos y económicos, con­
concupiscencias. La trama sí es la misma, solamente más tra la gestión administrativa de un malhadado ministro de
burda y menos embozada, los intereses creados persegui­ obras públicas. Invención sorprendente la de este cómodo
dos de todos lados en una labor de muchos años y zurcidos y fantoche X.X., siempre listo a testificar las mayores in­
con la paciencia de una fámula metódica, para allegar y famias, las más burdas calumnias y las difamaciones más
conducir hacia los fines personales que Crispín persigue to­ torpes y soeces.
dos los deseos turbios, todas las concupiscencias sórdidas ¿No es una falta de consideración y de respeto dirigirse
y mezquinas que en uno o en otro momento de la vida ha­ a cualquier asamblea de hombres serios y conscientes, in­
cen flaquear a los hombres débiles. vocando el testimonio de una persona que nadie conoce y
que nunca se menciona? ¿Tal procedimiento no está indi­
Los personajes son los mismos y conocidos de la comedia cando a las claras la absoluta carencia de datos verdaderos?
de arte italiana: no tan regocijados como solían, porque se
han visto envueltos en muchas pequeñeces que los tienen En su famoso discurso del guío, el honorable senador
tristes, ni tan vistosos, porque se han despojado de los ves­ Muñoz Obando decía que, para hablar con autoridad, era
tidos de telas recamadas y brillantes rasos, para disfrazarse necesario, ante todo, que yo me sincerara de los cargos que
con muestras modernas y vulgares americanas, a fin de apa­ dizque me había hecho el señor Román Gómez, y el mismo
recer como senadores los ciudadanos para disimular la tra­ honorable senador se comprometió a hacer que se me for­
moya. El más vecino de Crispín. Pinoquio, que es el más mularan de modo concreto y preciso. Cuatro largas sesio­
debilillo. suele estar siempre dormido. A él se dirige pri­ nes hemos tenido que soportar como una lluvia de opio y
mero el director de la farsa: no podrá decirse que faltó tiempo y ocasión para que los
cargos se precisaran. Yo entrego mis actos, absolutamente
—Pinoquio, amigo mío, ¿no es verdad que soy un grande todos mis actos, al implacable análisis de mis enemigos, y
hombre? espero con serenidad el fallo, porque he sido educado den­
(Pinoquio, que estaba dormido y no oyó la pregunta, tro de normas a las cuales tengo conciencia de no haber
sabe de sobra lo que tiene que responder. Sobresaltado se faltado jamás. Por eso miro sin inquietud esa búsqueda, ese
incorpora y dice:) empeño investigador que no ha omitido recurso ninguno
—Señor don Crispín; vuestra merced es un grande hom­ encaminado a rastrear prolijamente hasta los más íntimos
bre. detalles de mi vida privada. En el curso de mis actuaciones
Y dice Crispín: políticas, aun en los instantes de más viva exacerbación, he
acostumbrado respetar aquello que pertenece al fuero ín­
—Pantalón, ¿dónde está Pantalón, protegido y pariente timo de las personas. Pero ese deber de caballerosidad que
mío, no es verdad que yo soy desinteresado? he cumplido y seguiré cumpliendo, porque la vida privada
Y Pantalón que ha sido gerente usufructuario de las far­ de mis adversarios no me interesa, no lo reclamo en mi
sas de Crispín, responde sin vacilar: favor. Por el contrario: someto la mía al examen más se­
—Sí, mi señor don Crispín, pariente y protector mío; vero y escrupuloso, porque sin ser la de un santo, nada hay
vuestra merced es desinteresado. en ella que pueda avergonzar mi frente, y puede resistir el
Luego le toca el turno al venerable señor Polichinela, a parangón con la de cualquiera que se atreva a analizarla.
quien Crispín pregunta:
—Señor Polichinela, amado primo mío; ¿no es verdad Otra especie de arma que se ha considerado eficaz es la
que yo fui nombrado ministro? intimidación por el agravio. Por fortuna, también desde
Y el vetusto señor Polichinela, responde: hace algún tiempo he podido construir mi vida con inde­
—Sí, cierto, certísimo, amado primo, fuiste nombrado pendencia de la censura o del aplauso. Porque tengo en
ministro. cuenta un principio de eterna sabiduría que figura en la
Luego le toca la vez al magistrado, al que se presenta Imitación de Cristo: «No porque te ponderen eres mejor,
rozagante, a diferencia de la comedia donde aparece con ni peor porque te vituperen; lo que eres, eso eres.» Entre
el fúnebre birrete. nosotros es corriente dejar a ciertos órganos de publicidad
—¿No es verdad, señor magistrado, que yo soy un ejem­ el monopolio de crear reputaciones, y así se ha visto el caso
plar demócrata en tales y cuales actividades de Antioquia? inaudito de ver clasificado entre los varones justos y escla­
Y el magistrado hubiera respondido si una irreverente - recidos del país al cacique de Marinilla, a quien poco ha
voz del auditorio no le hace ver que éste no es su sitio y faltado para que se le modele y eternice en mármol blanco.
que se ha olvidado en otra parte su obligación. Cuando esto acontece, uno se siente inclinado a preferir el
Capítulo 4 87

Sesión del 9 de agosto de 1932

insulto al elogio conseguido en forma tan fácil como infun­ nes, volvió al ministerio de acuerdo con varios anteceden­
dada. A mí no me hará cambiar de criterio ni de actitud la tes, como el del doctor Lombana Barreneche, quien siendo
consideración de que he de verme privado de los aplausos jefe de la oficina de medicina legal, pedía licencia para asis­
de cierta prensa: éstos se han prodigado de manera tan des­ tir al Congreso y después, clausurado éste, reasumía sus
medida e irrazonada, que ya no honran a nadie, resultan funciones. El contralor glosó el pago de los sueldos del abo­
quizás más meritorios y ambicionables los agravios. gado del ministerio; el doctor Uribe Cualla renunció in­
mediatamente, pero apeló de la glosa, y el Consejo de Es­
En otro tiempo se hacía una cuidadosa separación entre tado falló a su favor en sentencia aprobada por unanimi­
la función pública y el carácter del periodismo. Recuerdo dad, que tengo aquí a la disposición del Senado. ¿Qué que­
que el doctor Eduardo Santos, en su afán de mantener la da del contrato, y del cargo, y del desconocimiento de la
independencia de su diario, hizo que la asamblea de este Constitución?
departamento revocara el nombramiento con que había fa­
vorecido a uno de los redactores de El Tiempo. Acaso con­ Otra de las imputaciones de que se ha hecho mérito es
vendría hoy que se publicara la nómina de los colabora­ la del proyecto de empréstito con Dillon Reed, en el cual
dores de algunos diarios, para cotejarla con las nóminas dizque estaba muy interesado el ministro de Obras Públicas
oficiales y poder medir en todo momento el valor de ciertos de entonces; empréstito en que se daba como garantía es­
conceptos. pecífica la renta de aduanas y no se cuántas cosas más. Y
se ha sugerido que había comisiones de que debía natural­
Se me reprocha, se me ha dicho repetidamente que he mente usufructuar el ministro porque de otro modo la in­
empequeñecido el debate. ¡Pero si yo lo encontré plantea­ sinuación no envolvería ningún cargo, y es una nueva
do y no he hecho sino seguirlo con lógica innegable! Si he muestra de mala fe a que ya me he referido. Voy a decir
encontrado cosas pequeñas, ruines y desagradables, ¿acaso por qué. Aquí tengo el texto del proyecto presentado al
es culpa mía? Bella lógica la que permite tales miserias, Congreso, en forma de ley de autorizaciones, y como ga­
funda en ellas toda una política, y la declara intocable en rantía se ofrece la renta de ferrocarriles que se construyan,
nombre de no sé qué espíritu de grandeza. Y se pretende y en caso necesario, una renta adicional, pero en ninguna
rodearla de consideraciones y cubrirla de elogios con el parte se dice que fuera la de aduanas. Por lo que hace a la
vano propósito de ocultar su pequeñez irremediable. Pero cuantía se ha hablado de cien millones, de ochenta, de se­
si yo hablo de esto, estoy rebajando la majestad del Senado tenta millones. Y con ello se ha faltado también a la verdad
y empequeñeciendo el debate. Pero, ¿hay algo más peque­ de las cosas. El proyecto preveía, por el contrario, canti­
ño, más imperceptible que un microbio? Y sin embargo, si dades parciales conforme lo fueran reclamando las nece­
uno lo respira o lo absorbe, invade el organismo y lo ani­ sidades públicas, sin poder traspasar la suma de cuarenta
quila. Lo que yo he denunciado a la faz del país es la exis­ y cinco millones de pesos.
tencia de una colonia de microbios que el buen sentido del Tal es la exactitud con que se traen aquí los cargos.
conservatismo antioqueño había recluido hasta hace poco ¿Contrato de empréstito con Dillon Reed? No llegó a exis­
en su comarca de origen, que valiéndose de la falacia y el tir nunca; ni siquiera había una propuesta en firme. Pero
engaño logró extenderse a todo el departamento de go­ la administración Ospina gozaba de crédito en el exterior,
bierno y comunicaciones, ha instalado su sede principal en y por un espíritu de solidaridad aspiraba a dejar a la si­
el Senado de la República y apoderándose del Consejo de guiente los recursos indispensables para continuar las obras
Estado amenaza invadir todo el organismo nacional. Pero empezadas. Al presentar el proyecto de ley lo dije clara­
en la necesidad de vindicarme de las inepcias de que he sido mente a la cámara: el gobierno de entonces contaba con
objeto y por dar gusto al honorable señor Muñoz Obando, fondos suficientes para proseguir las obras hasta el final de
que considera indispensable esclarecerlas, voy a referirme su periodo; faltando apenas unos pocos meses para su ex­
a los tales cargos. piración era claro que trabajábamos desinteresadamente,
Habló el señor Román Gómez de un pretendido contrato con ánimo de que fuera una administración la que obtu­
que había celebrado con el doctor Uribe Cualla para ob­ viera el empréstito y otra la que lo invirtiera: eso nos pa­
tener sus servicios de abogado en el Ministerio de Obras reció digno, y, si se quiere, lo más elegante.
Públicas, como medio de eludir la disposición constitu­
cional que prohibe hacer ciertos nombramientos en los El proyecto pasó en la Cámara en los tres debates regla­
miembros de la representación nacional. Yo le exigí que mentarios y vino al Senado. Pero aquí tropezó con incon­
presentara el referido contrato y me contestó en forma de­ venientes y reparos; llegó un momento en que era preciso
sabrida. El Senado ha oído cómo en la sesión de hoy se transigir, negociar. Y como no había comisiones de nin­
ha visto obligado a rectificar su aseveración, porque no guna clase, y nosotros nada teníamos qué ofrecer resolvi­
existía ningún contrato; pero procediendo con la mala mos retirar el proyecto de la consideración del Senado. Si
fe de siempre, nos ha leído un auto del Consejo de Esta­ nos hubiera guiado un interés personal, el deseo de obtener
do relativo a un mero incidente de este asunto, cuando gajes y prebendas por medio de aquella negociación, no
tengo aquí la sentencia definitiva del Consejo, que es una hubiera sido difícil conseguir los pocos votos que faltaban
justificación plena del nombramiento y del pago de los para ser aprobada. Retirado el proyecto en la forma en que
sueldos que se habían glosado. Cuando nombré al doc­ yo lo hice, era la prueba más concluyente de que no nos
tor Uribe Cualla, competente y distinguido profesional, guiaba otro móvil que el bien público, las conveniencias
era un ciudadano particular. Después, con ocasión del re­ nacionales.
tiro de su principal, entró a la Cámara en calidad de
suplente, abandonando el empleo. Al terminarse las sesio­ Aplausos. Las barras prorrumpieron en vivas al orador.
88 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

En marzo de 1923, la el que eran evidentes los rangos cor-


revista "Sábado" anunció porativistas.
así el nombramiento de El Congreso de 1951 aprobó en pri­
Laureano Gómez como
ministro de Colombia en mera legislatura el proyecto de acto le­
la Argentina. Así mismo gislativo por el cual se convocaba una
formaba parte de la Asamblea Nacional Constituyente
delegación a la (ANC). El 9 de diciembre de 1952, es­
Conferencia tando encargado ya de la presidencia
Panamericana de
Santiago de Chile. Roberto Urdaneta, fue sancionada
esta convocatoria tras recibir la apro­
bación en segunda legislatura. Expre­
samente se decía que por tratarse de
una asamblea constituyente ésta no
tendría funciones legislativas, las cua­
les seguirían en manos del Congreso.
También se establecía expresamente
que la Constituyente no podría modi­
ficar el período en curso del presiden­
te, el designado y el Congreso y que
en cuanto a este último sólo podía mo­
dificar el período de los representan­
tes para hacerlo igual al de los sena­
dores. En mayo de 1952, el gobierno
creó la Comisión de Estudios Consti­
tucionales con el objeto de que pre­
DR. LAUREANO GOMEZ sentara un proyecto de cambios cons­
Nombrado rccianiament* MiniMrode titucionales. Esta comisión terminó
Colombia ®n la Argentino y Mirnibro
de lo Delegación u la Contercnrm P.i-
sus funciones el 10 de febrero de 1953
n amena a na guo m* rwunir.» en Son - y envió al gobierno el proyecto acor­
tioqode Chile ?o d«» Mwyo próximo dado. Éste acogió en parte las ideas
propuestas por la comisión, y en otras
hizo modificaciones. El proyecto de­
riódico moderó su posición editorial. bía ser sometido a la Asamblea Nacio­
(Véase: David Bushnell, Eduardo nal Constituyente, cuyas sesiones se
Santos y la política del buen vecino. iniciarían el 15 de junio de 1953. Sin
Bogotá, El Ancora Editores, 1984.) embargo, como se verá, para esta fe­
Con la llegada al poder en el go­ cha la situación política había variado
bierno de Ospina, se hicieron más cla­ fundamentalmente, pues en la ante­
ros los vínculos del conservatismo con víspera se produjo el golpe de estado
Franco, hasta el punto que, en contra del general Rojas Pinilla.
de las recomendaciones de las Nacio­ En el texto de presentación del pro­
nes Unidas, el gobierno colombiano yecto de reforma, escrito por el minis­
elevó la representación en España a la tro de Gobierno, Luis Ignacio Andra-
categoría de embajada, el 25 de febre­ de, fechado el 6 de mayo de 1953, se
ro de 1950, y para ocupar el cargo decía en la parte introductoria: «Las
nombró a Roberto Urdaneta Arbe- instituciones de la República se apar­
láez. Durante este período fue más tan definitivamente de la influencia
clara la influencia que ejerció la or­ perniciosa de las ideas rousseaunianas
ganización del estado español en el y marxistas y se inspiran por entero en
pensamiento de Laureano Gómez, las evangélicas y bolivarianas, a fin de
hasta el punto que uno de sus propó­ realizar la democracia cristiana.» El
sitos de gobierno fue la sustitución de artículo 13 del proyecto, uno de los
la Constitución, que venía rigiendo más controvertidos por los efectos re­
desde 1886, por un nuevo estatuto en presivos que de él podían derivarse,
Capítulo 4 89

decía que el colombiano que «de pa­ Es decir, era la preeminencia del
labra o por escrito atente al prestigio ejecutivo sobre el legislativo, el recor­
de las autoridades y de las institucio­ te de libertades públicas tradicional­
nes del país será juzgado y penado mente protegidas, la introducción de
como traidor», con lo cual se suprimía elementos corporativistas ajenos a
en forma draconiana la libertad de crí­ nuestra tradición político-jurídica y la
tica y el derecho de oposición consa­ restricción del sufragio universal. La
grados secularmente por todas nues­ mejor síntesis del espíritu que la ani­
tras constituciones de estirpe filosófi- maba se encuentra en un artículo es­
co-liberal. Se abolía la reforma cons­ crito por Laureano Gómez en 1953, en
titucional de 1936 y se volvía a la el que decía: «El sufragio universal
Constitución de 1886 en el aspecto inorgánico y generalizado intervinien­
confesional. Por ejemplo, la educa­ do en toda la vida social para definir
ción pública volvería a ser «organizada la dirección del Estado, contradice la
y dirigida en concordancia con los naturaleza de la sociedad. El manejo
dogmas y la moral de la religión ca­ del Estado es, por antonomasia, obra
tólica». Se eliminaba la potestad otor­ de la inteligencia. Una observación
gada al Congreso en 1936 de decretar elemental demuestra que la inteligen­
expropiaciones sin indemnización por cia no está repartida en proporciones
motivos de equidad. A la prensa se la iguales entre los sujetos de la especie
declaraba servicio público con las se­ humana. Por este aspecto la sociedad
cuelas que ello pudiera tener en contra semeja una pirámide cuyo vértice ocu­
de su libertad. Se prohibían las socie­ pa el genio, si existe en un país dado,
dades secretas, lo cual tenía como ob­ o individuo de calidad destacadísima
jetivo directo la masonería. La asis­ por sus condiciones intelectuales. Por
tencia pública dejaba de ser función debajo encuéntranse quienes, con me­
del Estado y quedaba en manos de la nos capacidades, son más numerosos.
iniciativa privada. Al contralor lo Continúa así una especie de estratifi-
nombraría el ejecutivo y no el Con­
greso, y para la interpretación de la Laureano Gómez preside
ley, tal como lo había expresado Lau­ el directorio conservador
reano en su discurso de posesión pre­ en 1936, junto con Pedro
sidencial, la ley positiva se entendería Justo Berrío, Ignacio
subordinada a la moral. Los decretos Rengifo, Mariano Ospina
Pérez, Pedro María
extraordinarios dictados en estado de Carreña, Augusto
sitio podrían continuar vigentes aun Ramírez Moreno, Luis
después del levantamiento de éste, si Ignacio Andrade y el
el gobierno lo prefería. La responsa­ general Amadeo
bilidad del presidente, establecida en Rodríguez.
1910, era abolida. Las cámaras legis­
lativas tendrían origen diferente. So­
bre este punto decía la aludida presen­
tación del ministro «... la reforma se
sienta sobre las siguientes bases [...]
21) Congreso bicamerista con distin­
ción esencial en el origen del Senado
y de la Cámara: aquél representa las
secciones, asociaciones, academias y
universidades por elección de los in­
tegrantes de éstas [...] 25) Los conce­
jos se constituyen por el voto de los
cónyuges legítimos en representación
de familias; los alcaldes los presiden y
votan sólo para resolver empates».
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
90

Laureano Gómez, orador Estados Unidos y su actitud durante la


brillante, pronuncia un guerra, cuando dijo que era preferible
discurso durante la que el canal de Panamá lo tuvieran los
convención conservadora
de febrero de 1939.
alemanes, pues contribuir a su defensa
no era más que sancionar la expropia­
ción que los Estados Unidos habían
hecho a Colombia. Ya antes de su po­
sesión, en el mes de julio de 1950, du­
rante un almuerzo con la American
Society of Colombia, en la ciudad de
Bogotá, el presidente electo había
anunciado un «respaldo firme e incon­
dicional» de Colombia a los Estados
Unidos y su disposición de favorecer
el capital extranjero, especialmente el
norteamericano {El Siglo, 1 de julio
de 1950). Era un acercamiento táctico
que se facilitaba por las condiciones de
la guerra fría.
Por esa misma época, en los Esta­
dos Unidos, el senador Joseph Mc-
Carthy iba en ascenso y sus denuncias
que podían señalar a cualquiera ate­
rrorizaban a los ciudadanos. Induda­
blemente había mucha similitud entre
cación de capas sociales, más abun­ las posiciones del macartismo contra
dantes en proporción inversa al brillo los demócratas, liberales y progresis­
de la inteligencia, hasta llegar a la tas que habían actuado durante el New
base, la más amplia y nutrida, que so­ Deal de Roosevelt, y las que acá to­
porta toda la pirámide y está integrada maban Laureano Gómez y sus segui­
por el oscuro e inepto vulgo, donde la dores contra los protagonistas de la
racionalidad apenas aparece para di­ República Liberal. Sin acudir al basi­
ferenciar los seres humanos de los bru­ lisco, pues el conocimiento de la mi­
tos. Éste es un fenómeno palmario y tología estaba muy por encima de las
evidente de la sociedad desde el punto capacidades intelectuales de Mc-
de vista de la inteligencia.» Carthy, su lema de combate persecu­
torio era muy similar al que aquí se
El Batallón Colombia lanzaba: «Estamos comprometidos en
una batalla final, de todo por el todo,
en la guerra de Corea entre el ateísmo comunista y la cris­
En su discurso de posesión como pre­ tiandad...» Y es que acaso «¿No eran
sidente de la República, Laureano los hombres del New Deal, como los
Gómez expresó: «Los Estados Unidos comunistas que hablaban de elevar a
están enviando la vanguardia de su ju­ las masas, de combatir a los hombres
ventud a una lucha sangrienta en de­ de negocios, de establecer controles
fensa de esos principios, y mi espíritu económicos en la sociedad, de poner
no quedaría satisfecho si en estos mo­ en cuestión lo tradicional en todos los
mentos mis labios dejaran de pronun­ sectores de la vida?» (David Horp-
ciar las palabras de admiración y re­ witz, De Yalta au Vietnam. París,
conocimiento por el heroico esfuerzo 10/18, Union Générale D'Editions,
que se hace para salvar la civiliza­ 1973, pág. 133). En esas condiciones
ción.» La actitud conciliatoria de Gó­ era posible y benéfico buscar un acer­
mez no podía dejar de extrañar a quie­ camiento con los Estados Unidos,
nes conocían su posición frente a los cuya política tanto se había criticado.
Capítulo 4 91

La apertura y las ventajas al capital fo­


ráneo eran un gaje, la participación en
una guerra lejana la mejor prueba de
buena voluntad. Que las tropas co­
lombianas fueran al Asia a luchar por
la democracia, mientras acá se limi­
taban las libertades y se buscaban for­
mas no propiamente democráticas de
gobierno.
Tradicionalmente, Colombia no ha­
bía tenido muchos vínculos militares
con los Estados Unidos. La acción ar­
bitraria de fuerza ejercida por Teo­
doro Roosevelt en Panamá posible­
mente había contribuido a ello. A
principos del siglo fueron misiones mi­
litares chilenas las que se contrataron
para el adiestramiento de nuestro
ejército y luego se habían dado víncu­ Panamá. Ya en 1948, misiones de en­ Laureano Gómez,
los en este campo con Inglaterra. En trenamiento del ejército y la aviación Eduardo Zuleta Angel y
1929 comenzaron los contactos de Co­ de Estados Unidos fueron autorizadas Carlos Lozano y Lozano,
lombia con Estados Unidos como par­ en la mesa directiva de la
por Colombia como parte del progra­ IX Conferencia
te de los planes de defensa del canal ma hemisférico de defensa. El 22 de Panamericana, de
de Panamá durante la contienda bélica febrero de 1949 se firmó en Bogotá el Bogotá, en abril de 1948.
en la que Colombia, salvaguardando Pacto de Asistencia y Asesoría Militar Abajo, sede de "ElSiglo",
su soberanía, prestó el apoyo que co­ con los Estados Unidos para el sumi­ incendiada el 9 de abril.
rrespondía a una democracia en las nistro de equipo al ejército y la fuerza
operaciones de defensa del canal de aérea.
92 Nueva Historia de Colombia. Vol II

Alvaro Pineda de Castro, bia. (Russell W. Ramsey, «The Co-


consejero de Estado, fue lombian Batallion in Korea and
expulsado del partido Suez», Journal of Inter American Stu-
liberal por haber asistido
a la posesión presidencia dies, October 1977, Vol. IX, N.° 4.)
de Laureano Gómez. La El envío de tropas a Corea es un he­
misma sanción, impuesta cho importante en la historia contem­
por la convención liberal poránea de Colombia y sus efectos son
del 10 de agosta de 1950, mucho mayores de lo que comúnmen­
fue aplicada a los
magistrados Pablo E. te se piensa cuando se le cataloga
Manotas, José María como un simple episodio de nuestra
Blanco Núñez y a los historia militar, en el que, por lo de­
consejeros Pedro Alejo más, las tropas colombianas mostra­
Rodríguez y Antonio José ron gran coraje. Cuando el gobierno
Prieto.
colombiano decidió enviarlas, la vio­
lencia se estaba avivando. Mucho se
habló en su momento, y ello no es de
excluir, que a Corea se hubieran en­
viado premeditadamente oficiales de
filiación política diferente a la del go­
bierno. En unos casos para alejarlos
del país en forma previsiva, para que
eventualmente no actuaran contra el
gobierno, y en otros casos porque mi­
litares profesionales que podrían ser
retirados del servicio por su filiación
Poco después de la posesión de Lau­ política preferían actuar en una guerra
reano, en septiembre de 1950, el go­ exterior y no en una contienda fratri­
bierno colombiano ofreció enviar la cida y por ello solicitaron ir a combatir
fragata Almirante Padilla con fines de a Corea. En el caso de Rojas Pinilla,
patrullaje al conflicto de Corea. El de­ si el enviarlo al cuartel general en Co­
creto 3230 del 23 de octubre del mis­ rea tuvo como propósito alejarlo del
mo año autorizó su participación y el país y de la escena política, la medida
° de noviembre zarpó de Cartagena. tuvo el efecto contrario, pues lo cierto
1.
Dos semanas después, el embajador es que su actuación contribuyó a darle
Eduardo Zuleta Ángel ofreció los ser­ prestigio y a acrecentar su figura entre
vicios de un batallón de infantería de el ejército cuando se dieron los acon­
mil hombres y ochenta y tres oficiales. tecimientos que desembocaron en el
A mediados de febrero de 1951, Ro­ golpe de estado del 13 de junio. El en­
berto Urdaneta Arbeláez, en ese en­ vío del Batallón Colombia sirvió a
tonces ministro de Guerra de Laurea­ Laureano Gómez para mostrar su
no, informó que Colombia estaba en­ nueva posición frente a los Estados
trenando un batallón de mil ochenta y Unidos y fue un importante factor de
tres hombres para el conflicto y decla­ negociación del gobierno colombiano
ró que si las Naciones Unidas lo de­ para adquirir armas. Como consta en
seaban, Colombia podría entrenar una una serie de documentos del Archivo
división entera y equiparla con armas Nacional de Washington, procedentes
compradas en Estados Unidos. El 12 del Departamento de Estado, el mi­
de mayo hubo misa y ceremonia en la nistro de Guerra de Colombia, José
plaza de Bolívar de Bogotá para des­ María Bernal, esgrimía como argu­
pedir a la tropa que ese día salió para mento para que los Estados Unidos
Corea. El Batallón Colombia terminó vendieran armas a Colombia el es­
sus servicios de combate en julio de fuerzo bélico que se estaba haciendo
1953 y el 25 de noviembre de 1954 re­ en Corea. En general, el gobierno de
gresó el último contingente de Colom­ los Estados Unidos fue reticente a este
Capítulo 4 93

pedido, porque todavía quedaba en la de los oficiales colombianos que ac­


memoria lo que había acontecido du­ tuaron en Corea cumplieron luego
rante la guerra; porque era claro para destacados papeles dentro del ejército
el Departamento de Estado que los li­ en el período del Frente Nacional, in­
berales colombianos no eran comunis­ cluso como ministros de Defensa, y es
tas y que acá el conflicto armado tenía indudable que ello influyó en las ac­
otras características; y porque dichas titudes de nuestra institución armada.
ventas podrían involucrarlo en un con­
flicto que era simplemente interno. Liberalismo económico
No obstante, a la postre se impuso la
razón de estado y durante el gobierno y control sindical
del general Rojas Pinilla, en el que los Al ritmo de la economía mundial cre­
pedidos de equipo militar aumentaron ció la economía colombiana y los hom­
notoriamente, el gobierno norteame­ bres de negocios, protegidos por la po­
ricano se tornó más complaciente e in­ lítica estatal, vivieron una situación
cluso autorizó la venta de napalm. La boyante. El precio de la libra de café
guerra de Corea marca un hito en la en Nueva York pasó de 20,93 centavos
historia del ejército colombiano en de dólar la libra en 1946, a 56,11 en
cuanto a que allí, en una lucha real, se 1953 para llegar a 72,29 en 1954. Las
fogueó y capacitó técnicamente. Sin tasas de crecimiento del producto bru­ La fragata "Almirante
embargo, y éste es uno de los efectos to pasaron de 3 % en 1951, a Padilla" zarpa el lo. de
más importantes, también tomó de allí noviembre de 1950 del
6,3 % en 1952 y a 6,1 % en 1953 (Car­ muelle de Cartagena, con
conceptos propios de un enfrenta­ los H. Urán: Rojas y la manipulación destino al patrullaje en el
miento real entre dos sistemas, que del poder. Bogotá, Carlos Valencia conflicto de Corea. El 12
luego fueron puestos en práctica en el Editores, 1983). Entre 1949 y 1953 de mayo del año siguiente
país a través de doctrinas como la de casi se dobló el valor de las exporta­ saldría el Batallón Corea,
la seguridad nacional y conceptos conformado por 83
ciones. Entre 1948 y 1952, el porcen­ oficiales y mil hombres de
como el del enemigo interior. Muchos taje de formación de capital saltó de infantería.
94 Nueva Historia de Colombia. Vol.

14,2 a 28,2 %. En 1951, el Ministerio acordaron exenciones sobre el im­


de Hacienda informó que menos del puesto de patrimonio y se creó la
1 % de quienes declaraban rentas per­ exención fiscal por el agotamiento de
cibidas de las empresas habían recibi­ reservas en los pozos. Un decreto de
do el 44 % de los dividendos. Mien­ Laureano Gómez del mismo año su­
tras tanto, el índice de costo de la vida primió las «zonas de reserva nacio­
para obreros se elevó en Bogotá de nal», que no podían ser hasta entonces
368,5 en 1950, a 401,6 en 1951 (Ver- concedidas a las compañías extranje­
non Lee Fluharty, La danza de los mi­ ras, y aumentó el plazo para comenzar
llones: régimen militar y revolución so­ a explotarlas. Un código de petróleos,
cial en Colombia, 1930-1956. Bogotá, expedido en 1952 cuando Urdaneta
El Áncora Editores, 1981). La pro­ Arbeláez estaba ya encargado de la
ducción en la industria aumentó en presidencia, permitió la libre expor­
un 56 % entre 1948 y 1953. Según Ce- tación de los dólares petroleros, au­
pal, sobre una base de 100 para 1953, mentó las exenciones fiscales al equi­
el índice de producción industrial po petrolero y suprimió el límite de
era de 63,9 en 1948; 69,5 en 1949; 200.000 hectáreas para las concesio­
79,7 en 1950; 81,8 en 1951; 90,7 en nes.
1952. Mientras tanto, en medio de la vio­
Con respecto al capital extranjero, lencia generalizada en los campos, los
el gobierno de Laureano Gómez cum­ salarios disminuyen al amparo de la
plió la oferta que había hecho. Un de­ represión sindical. En 1948 el salario
creto de 3 de agosto de 1951 permitió real de los obreros bajó en cerca del
la Ubre importación de capital extran­ 10 %. Pese a un pequeño aumento en
jero, en dinero o en equipo. El capital 1949, esta disminución se manifestó
podía ser reexportado e incluso las uti­ hasta 1954, cuando quedaron prácti­
lidades no distribuidas podían regis­ camente al nivel de 1938, y en conse­
trarse como capital importado. Ya en cuencia inferiores en un tercio a lo que
marzo del mismo año se había auto­ eran en 1933 (Pecaut, obra citada).
rizado a los bancos extranjeros para Después del 9 de abril se instaura la
aumentar su capital. En 1952, se adop­ persecución sindical. En 1948, un de­
tó un estatuto de capitales extranjeros creto suprime el fuero sindical. El 26
que ratificó todas las garantías dadas. de septiembre de 1949 se da recono­
Daniel Pecaut informa que el presi­ cimiento jurídico a la UTC, lo que
dente de la ANDI, «José Gutiérrez consagra el paralelismo sindical contra
Gómez temía que los beneficios ofre­ la CTC, ya de por sí debilitada. Pau­
cidos a tales inversiones fueran insu­ latinamente se fueron anulando las
ficientes: "Lo deseable consiste en disposiciones laborales aprobadas es­
esto: impulsar al capitalista extranjero pecialmente durante el segundo go­
ofreciéndole un mejor rendimiento bierno de López Pumarejo y particu­
para sus inversiones." Cipriano Res­ larmente aquella que prohibía la for­
trepo Jaramillo, el fundador de la mación de sindicatos paralelos en las
ANDI, se pronunció en mayo de 1951 industrias. Precisamente Adán Ama­
por una total libertad en lo que res­ ga Andrade, quien como ministro de
pecta a la repatriación de capitales y Trabajo había impulsado una legisla­
de beneficios. Los industriales de Bo­ ción laboral progresista, decía para Se­
gotá se mostraban aún más generosos: mana, el 31 de enero de 1955: «Con la
proponían que los inversionistas ex­ anulación de la prohibición de los sin­
tranjeros no estuvieran sometidos a la dicatos paralelos se garantizó a los tra­
fiscalidad colombiana» (Daniel Pe- bajadores el derecho a destruirse ellos
caut, Orden y violencia: Colombia mismos y se estimularon organizacio­
1930-1954. Bogotá, CEREC, 1987). nes rivales..., en los presupuestos de
En el campo de los petróleos, ya en las compañías se creó una reserva para
1950, bajo el gobierno de Ospina, se disolver sindicatos o expulsar líderes
Capítulo 4 95

combativos, y el Estado dio el ejemplo


eliminando de sus propios órganos a
los líderes sindicales, sin permiso de
los juzgados».

Urdaneta
se encarga de la presidencia
El 5 de noviembre de 1951, se pose­
siona como presidente de la República
encargado Roberto Urdaneta Arbe-
láez, tras un enmarañado procedi­
miento en cuanto a la escogencia del
reemplazo de Laureano, de quien ya
se sabía con anterioridad que se en­
contraba enfermo por causa de afec­
ciones cardíacas. Urdaneta Arbeláez
era un próspero abogado vinculado a
las grandes familias de Bogotá y em­ la reforma había perdido vigencia Laureano Gómez y
parentado por matrimonio con un ex pues existía un vacío constitucional. Roberto Urdaneta
presidente conservador, Carlos Hol- Lo cierto es que el presidente, en for­ Arbeláez, quien fue
guín. Se había educado con los jesuítas ma arbitraria, pues no le correspondía nombrado embajador en
España cuando el
en España, había ejercido en Colombia a él nombrar a su eventual sucesor, gobierno de Ospina elevó
la profesión de abogado de grandes dictó el decreto 2996 de 1950 por el la representación
compañías e intereses, y era uno de los cual se declaraba vacante el cargo de diplomática colombiana
pocos conservadores que había colabo­ designado y se establecía un orden de en ese país, contra la
sucesión presidencial que comenzaba recomendación de
rado en altos puestos durante la Repú­ Naciones Unidas, a la
blica Liberal, por lo cual se había atraí­ con el ministro de Gobierno y conti­ categoría de embajada,
do las iras de Laureano Gómez y una nuaba con el de Relaciones Exterio­ estrechando vínculos con
cierta simpatía de los liberales, quienes res, Justicia, Economía y Guerra. el gobierno de Francisco
por estos antecedentes veían en él un Para ese entonces, el ministro de Go­ Franco. Sería Urdaneta
hombre ecuánime y de diálogo. bierno era Domingo Sarasty; el de Re­ quien luego convocaría la
laciones, Gonzalo Restrepo Jaramillo; Asamblea Nacional
Al posesionarse de la presidencia Constituyente para la
Laureano Gómez, se suscitó el asunto el de Justicia, Guillermo Amaya Ra­ expedición de una nueva
de quién lo reemplazaría en caso de mírez; y Urdaneta, que era el de Gue­ Carta de orientación
ausencia total o parcial, máxime que rra, estaba de quinto en la expectativa corporativista, tal como
circulaban rumores fundados acerca de sucesión. Es claro que el propósito la deseaba y concebía
del decreto era simplemente suprimir Laureano Gómez.
de lo precaria que era su salud. El pro­
blema era que Eduardo Santos, que el derecho de Eduardo Santos, y en la
había sido nombrado como designado práctica no tuvo vigencia, porque lue­
en el período de Ospina, todavía tenía go Urdaneta Arbeláez fue elegido de­
el cargo. Según el artículo 125 de la signado por el Congreso, tal como lo
Constitución: «Cuando por cualquier prescribía la Constitución.
causa no hubiere hecho el Congreso la El domingo 28 de octubre de 1951,
elección de designados, conservan el apenas un poco después de cumplir un
carácter de tales los anteriormente año en el mando, Gómez cayó enfer­
elegidos.» Con base en dicho artículo, mo y al jueves siguiente el Congreso
los liberales reclamaban para Santos eligió como designado a Urdaneta Ar-
esa posición. Sin embargo, en la re­ beláez, quien tomó posesión de la pre­
forma constitucional de 1945, se había sidencia. En ese momento era Gilber­
suprimido el segundo designado y to Alzate Avendaño quien dominaba
quienes impugnaban el derecho de en el Congreso y quien hubiera podido
Santos aducían que el artículo 125 ha­ hacerse elegir. Sin embargo, Álzate,
blaba en plural y en consecuencia con que era un aguerrido político, en los
96 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

momentos de las grandes decisiones homogéneamente por el partido con­


vacilaba o no tenía suficiente visión y servador no dejaba de plantear ciertas
perdió la oportunidad que tanto anhe­ preguntas en la medida en que gran
ló y persiguió de ser presidente. Pa­ parte de la campaña de Laureano Gó­
rece que Álzate, que estaba seguro de mez contra el régimen liberal se ba­
suceder a Laureano para un período saba en la supuesta existencia de
completo, desdeñó la oportunidad de 1.800.000 cédulas falsas y ahora, sin
ser presidente encargado por un perío­ un cambio apreciable en el registro,
do más restringido. Dícese que igual solamente por su partido, excluyendo
cosa aconteció a Gabriel Turbay ante una fracción, votaban más de un mi­
la posibilidad de hacerse elegir en llón de personas.
1945, cuando le abrió el paso a Alber­
to Lleras, en espera de un período A la quiebra de las instituciones
completo que nunca le llegó, ya que sigue la de los partidos:
fue derrotado en 1946. el partido liberal
En 1951 debían celebrarse las elec­
ciones para el Congreso, pero los li­ La crisis que sacudía al país en todas
berales persistían en su política de abs­ sus esferas afectaba también a los par­
tención, aduciendo los mismos moti­ tidos políticos que se debatían en me­
vos que los habían llevado a no par­ dio de feroces divisiones. En el parti­
ticipar en la anterior elección presi­ do liberal no era nueva la división.
dencial: falta de garantías y violencia. Había estado presente durante la Re­
Ante esa actitud, Gómez anunció en volución en Marcha. En 1938 un gru­
mayo de 1951 que las elecciones para po de seguidores de López, a la cabeza
el Congreso se pospondrían de junio a de los cuales estaba Alberto Lleras,
septiembre, en la esperanza de un reanudó la publicación de un periódi­
acuerdo y porque consideraba que la co, El Liberal, que había pertenecido
presencia de la oposición era «esencial a Rafael Uribe Uribe. Esto se inter­
para el normal funcionamiento» de di­ pretó inmediatamente como el deseo
cha corporación. De todas maneras se de López Pumarejo de comenzar a
dio la abstención liberal, las elecciones trabajar por su reelección y de defen­
se celebraron el 17 de septiembre y el der la gestión de su primer gobierno
Congreso fue convocado para el 30 de frente a las impugnaciones de sus co-
octubre de 1951. Un decreto ejecutivo partidarios. En consecuencia, la bre­
había reservado unos cupos para la cha entre santistas y topistas se agran­
oposición por lo cual, ante la absten­ dó. Luego, durante la campaña pre­
ción liberal, el Senado se compuso de sidencial que condujo a López a su se­
cuarenta curules conservadoras y vein­ gunda presidencia, un sector de su
tiuna vacías, y la Cámara de setenta y propio partido, con la ayuda conser­
una conservadoras y cincuenta y una vadora, se le opuso tenazmente y pos­
ausentes. El 15 de marzo de 1953, ya tuló a Carlos Arango Vélez, quien fue
en vísperas del golpe de estado, se vol­ derrotado. En las elecciones de 1946,
vieron a celebrar elecciones para re­ ya no fue uno de los candidatos libe­
presentantes a la Cámara. Los conser­ rales quien perdió, sino que en este
vadores ganaron setenta y seis de las caso fueron ambos, Turbay y Gaitán,
ciento treinta y dos curules y las cin­ con lo cual la pugna no disminuyó sino
cuenta y seis restantes destinadas a la que se acrecentó, sin que el triunfo
minoría permanecieron vacantes. En posterior de Gaitán y su jefatura del
esta ocasión no fueron ya solamente partido hubieran realmente terminado
los liberales quienes tuvieron que abs­ con la división. Después del 9 de abril.
tenerse, sino también los conservado­ fue Carlos Lleras quien con gran au­
res seguidores de Alzate, quienes a su dacia y coraje se apersonó de la jefa­
turno se quejaban de la falta de ga­ tura. Al momento de la toma de po­
rantías. El millón de votos obtenidos sesión de Laureano, podía decirse que
Capítulo 4 97

el partido liberal estaba dividido por


tres, lopistas, sántistas y gaitanistas,
sin que las adversas circunstancias lo­
graran unificarlo. En esas condiciones
realmente desfavorables se reunió una
convención liberal entre el 10 y el 12
de agosto de 1950, menos de una se­
mana después de la posesión de Lau­
reano, para trazar un rumbo a su par­
tido. Aunque la censura prohibió que
la prensa mencionara la convención
que iba a reunirse, doscientos treinta
y cinco delegados de todo el país es­
tuvieron presentes en ella. El primer
punto de orden del día fue la expul­
sión del partido, por colaboracionis­
tas, a los magistrados de la Corte y el
Consejo de Estado que habían acudi­
do a la posesión de Laureano. En con­ do a la opinión pública al continuar Laureano Gómez y
secuencia, Pablo E. Manotas y José colaborando con el gobierno en la es­ convencionistas
María Blanco Núñez, de la Corte, y fera económica mientras denunciaban conservadores en 1957,
Pedro Alejo Rodríguez, Alvaro Pine­ la colaboración política. A Samper le después de su regreso del
exilio en España.
da de Castro y Antonio José Prieto, respondió Julio César Turbay Ayala
del Consejo de Estado, sufrieron esta con un agrio ataque personal. A su
sanción política propia de tiempos de vez, en el grupo gaitanista se presen­
especial intransigencia. También se taban profundas divisiones, como bien
nombró un comité para que esbozara se vio por los enfrentamientos a que
un manifiesto programático y reiterara dio lugar el control de Consigna.
la línea de oposición civil, abstención El tema de la participación o no en
electoral y no reconocimiento de Gó­ el gobierno era un elemento de discre­
mez, pues se le considera gobernante pancia con sectores gaitanistas. Éstos
de facto. Componían esta comisión redactaron una carta el 23 de febrero
Carlos Lozano y Lozano, Alejandro de 1951, en la que se quejaban de los
Galvis, Abelardo Forero Benavides, jefes liberales por las sucesivas derro­
Jorge Zalamea, Otto Morales Benítez tas sufridas desde 1948, y citaban ca­
y Alvaro Hernández Torres, así como sos de miembros del directorio y otros
un representante universitario. «oligarcas» que en la práctica violaban
Las difíciles circunstancias en que la política de no colaboración al acep­
vivía el partido de oposición no fueron tar favores del gobierno. Se pregun­
suficientes para que en la convención taban, además, si la abstención polí­
dejara de aflorar la tremenda pugna tica podía ser aplicada a la carrera ad­
entre la Dirección Nacional Liberal y ministrativa y a los cargos judiciales.
los gaitanistas, aunque el voto final Decían que la Constitución preveía la
fue abrumadoramente favorable para representación partidista en la Corte y
la Dirección Nacional y su política. En ciertos departamentos administrativos
un encendido discurso, Darío Samper, con base en la representación en las
quien asistía como director de Consig­ asambleas departamentales y que, de
na, el órgano de prensa gaitanista, ata­ persistir en esa política, el partido li­
có a la Dirección Nacional, criticó la beral se estaría separando de una área
organización del partido, propuso la de gran influencia. En la práctica, ha­
celebración de una convención popu­ bía cierta incongruencia en las direc­
lar y especialmente impugnó la polí­ trices liberales, pues mientras sus di­
tica de no colaboración. Según sus pa­ rectivas, que por mucho tiempo no re­
labras, los oligarcas estaban engañan- conocieron a Laureano, se quejaban
98 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Carlos Lleras sión armada o denunciarla. Paradóji­


Restrepo en 1952, camente, los medios oficiales tildaban
miembro de la al partido y a sus dirigentes de sub­
dirección liberal.
El 6 de septiembre versivos y de comunistas, y éstos te­
de ese año, su nían que salir a defenderse de una acu­
residencia y la de sación que no tenía fundamento. Así
Alfonso López mientras los gaitanistas motejaban de
Pumarejo oligarca a un personaje como Carlos
fueron incendiadas,
lo mismo que las Lleras, y el gobierno sindicaba de co­
sedes de "El Tiempo" munista al partido que él dirigía, Lle­
de "El Espectador" ras tenía que salir a defenderse en esta
y de la dirección forma en un discurso de finales de
liberal. Lleras
se exilió entonces
1949: «Si algún fenómeno pudiera se­
en México. ñalarse en la evolución cumplida du­
rante los últimos dieciocho meses por
el partido liberal, es el de que a sus
posiciones de comando han vuelto
gentes que pudiéramos muy bien con­
siderar como de la alta burguesía, a las
cuales sería totalmente ridículo califi­
car de comunistas. En escala crecien­
te, con influencia cada vez más gran­
de, miembros de esa alta burguesía li­
beral de banqueros, industriales, hom­
bres de negocios e intelectuales que
nunca han sido considerados como
hombres de extrema izquierda, han
ido ocupando posiciones directivas del
de que no eran consultados para los liberalismo. Afirmar ante el país y
grandes problemas nacionales, al mis­ ante el exterior que un partido así in­
mo tiempo proclamaban la no cola­ tegrado y dirigido es una agrupación
boración e inclusive procedían a la ex­ comunista o dirigida por el comunis­
pulsión del partido aun en los casos mo resulta algo absolutamente ridícu­
simplemente técnicos como sucedió en lo. Yo sé que entre las mil comedias e
1951 con tres copartidarios que parti­ historias que se están haciendo circu­
cipaban en el Comité Económico de lar, y a veces por labios muy respeta­
Desarrollo de apoyo a los trabajos de bles, está la de que la dirección liberal
Lauchlin Currie. ha traído un técnico ruso para que nos
Los dirigentes liberales se debatían dé lecciones sobre la táctica revolucio­
entre tremendas presiones. El levan­ naria. Entiendo que se me atribuye
tamiento del 9 de abril no solamente haber traído a un señor Llichet, a
había atemorizado a los conservado­ quien oigo nombrar por vez primera,
res, sino también a sectores liberales para que dirija nuestra sección.» (Car­
que percibían las potencialidades re­ los Lleras Restrepo, De la república a
volucionarias que había en el país. De la dictadura, Bogotá, Editorial Agra,
allí que muchos de ellos hubieran 1955, pág. 210.)
abandonado sus actitudes reformistas En junio de 1951, en plena violen­
y su lenguaje de contenido popular. cia, el partido liberal realizó una con­
Pero al mismo tiempo, eran momen­ vención en el teatro Imperio de Bo­
tos en que, aun por encima de los di­ gotá. Todavía actuaba la dirección
rigentes, había una profunda movili­ nombrada durante el gobierno de Os-
zación espontánea de defensa en los pina, la cual estaba compuesta por
campos, ante la cual los líderes del Carlos Lleras Restrepo, Francisco
partido dudaban si apoyar su expre­ José Chaux y Jorge Uribe Márquez.
Capítulo 4 99

así como por Delio Enciso, que había


sido nombrado recientemente. Indu­
dablemente la figura más vigorosa era
la de Carlos Lleras, que con gran ener­
gía había conducido a su partido en
condiciones extremadamente adver­
sas. Para que rigiera los destinos de la
colectividad, la convención nombró
una Dirección Nacional compuesta
por los ex presidentes Alfonso López
Pumarejo y Eduardo Santos y por
Carlos Lleras. Se renovó el llamado de
Santos de Fe y Dignidad y se adoptó
el lema propuesto por el convencio-
nista Hernando Agudelo Villa de:
«Abstención en toda la línea, oposi­
ción civil en toda la línea.» A partir de
allí se percibieron dos actitudes para
enfrentar la situación. La de López, Este último, con gran valor, repelió el En Benidorm, España,
partidaria de dialogar, de no cerrar los atropello a tiros pero hubo de retirarse Laureano Gómez y
canales de comunicación y de buscar por los tejados cuando su casa ardía. Alberto Lleras Camargo,
con María Hurtado de
alguna manera de participación. De Estos acontecimientos vandálicos se Gómez, Alvaro Gómez
otra parte, la de Santos y Lleras, más produjeron en pleno Bogotá, en es­ Hurtado, Camilo Vásquez
dura con el gobierno y persistente en tado de sitio, por varias horas, sin que Carrizosa, Cecilia Gómez
la abstención y la no colaboración. Ló­ interviniera la policía ni la guardia que de Fajardo y nietos del ex
pez tuvo oportunidad de viajar a los custodiaba la casa particular del pre­ presidente. Abajo, luego
de la convención liberal
Llanos Orientales en busca de una so­ sidente Urdaneta. ubicada en la mis­ del Teatro Imperio, Jorge
lución y a su regreso rindió un informe ma cuadra que la del ex presidente Ló­ Uribe Márquez, Alfonso
sobre las duras condiciones de repre­ pez. López y Lleras tuvieron que re­ López, Miguel Durán,
sión a que estaban sujetos sus copar- fugiarse en una embajada y salir del Carlos Lleras,
tidarios. Lleras también viajó a dicha país en la misma forma que tuvo que Bernardina Cabal,
Domingo López y Otto
región. Sin embargo, el régimen se iba hacerlo el dirigente antioqueño Alber­ Morales (1952).
endureciendo y cada vez se cerraban to Jaramillo Sánchez. La Dirección
más los canales de comunicación. Nacional Liberal anunció la indefinida
Ante la situación de impotencia para suspensión de actividades, pues cesa­
un arreglo civilizado se rumoreó, en el ba toda posibilidad de oposición civil.
mes de agosto de 1952, la renuncia de
López Pumarejo a la DNL. Una se­
mana después, López envió una carta
conciliatoria a Ospina Pérez, al car­
denal Crisanto Luque y a Francisco de
Paula Pérez, presidente de la Comi­
sión de Asuntos Constitucionales. Os-
pina no respondió.
Poco después, el 6 de septiembre,
una turba que había asistido al entie­
rro de unos agentes de la policía ase­
sinados en el Tolima, en forma siste­
mática y sin que ninguna autoridad se
lo impidiera, procedió a incendiar El
Tiempo, El Espectador, la sede de la
Dirección Nacional Liberal, la casa de
Alfonso López Pumarejo y, por últi­
mo, la casa de Carlos Lleras Restrepo.
100 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

6 de septiembre de 1952: na, las discrepancias entre éste y Lau­


un bombero señala un reano se agudizaron especialmente a
cartel de Carlos Lleras y partir del 9 de abril. Laureano no es­
los destrozos ocasionados
en su casa después del tuvo de acuerdo con la participación
entierro de agentes de liberal en los gobiernos de Unión Na­
policía asesinados en el cional, y el 9 de abril propuso que el
Tolima. poder fuera asumido por los militares,
lo cual tuvo repercusiones en la pos­
terior división conservadora.
En su discurso de posesión criticó la
politiquería que invadía al país y para
los ministerios, en general, no llamó a
políticos tradicionales de su partido,
sino a técnicos y a personajes vincu­
lados con el alto mundo de los nego­
cios. Con esto comenzó a darse un dis-
tanciamiento entre él y los políticos de
su colectividad que tuvo adversas re­
percusiones para el presidente y con­
El partido conservador tribuyó notoriamente a la división del
partido de gobierno. A ese distancia-
El partido conservador también se ha­ miento contribuyó también la precaria
llaba fraccionado, y su división crecía salud de Laureano después de la toma
a medida que los liberales, por la fuer­ de posesión, pues le restaba capacidad
za, iban saliendo de la escena política. de trabajo y no le permitía dedicar
A pesar de su brillante oratoria y de tiempo a las inquietudes de los «poli­
sus métodos autoritarios para condu­ tiqueros».
cir a su partido por años, Laureano A principios de 1951, la revista Sá­
había tenido que contar con un sector bado hablaba de dos fracciones en la
Jorge Leyva y Laureano opositor dentro de él. El grupo de los división conservadora: los radicales
Gómez, en marzo de 1962. «Leopardos» impugnó su jefatura en como Alzate Avendaño, Juan Uribe
Antiguo ministro de Obras el período de la República Liberal, y Cualla y José María Villareal, y los oli­
de Laureano, Leyva se uno de sus integrantes, Augusto Ra­
lanzó ese año a la
garcas como Zuleta Ángel y Urdaneta
disidencia frente a la mírez Moreno, escribió que Laureano Arbeláez. Laureano estaba alarmado
candidatura de Guillermo como jefe utilizaba una disciplina para con el creciente poder del ala radical,
León Valencia. perros. Durante el gobierno de Ospi- politiquera, de su partido, especial­
mente con el ascenso de Alzate, y por
esa razón estaba impulsando a indivi­
duos como Urdaneta. Las divisiones
conservadoras eran especialmente in­
tensas en los departamentos en los que
rivalizaban las fracciones por el con­
trol del poder. Así, en Antioquia, el
grupo que seguía a los hermanos
Eduardo y Pedro J. Berrío González,
al que se denominaba «aplanchado­
res», estaba violentamente enfrentado
al de notables, encabezado por Dio­
nisio Arango Ferrer, por lo cual a su
grupo se le denominaba los «dionisia-
cos». En el Valle la pugna violenta era
entre el grupo del directorio orientado
por el ex gobernador Hernando Bo-
rrero Olano, propietario del Diario
Capítulo 4 101

del Pacífico y a cuyos seguidores se les Roberto Urdaneta


motejaba de «pájaros», y el grupo de Arbeláez, encargado
los apodados «patiamarillos», dirigi­ como designado de la
dos por César Tulio Delgado y por los presidencia por
enfermedad de Laureano
hermanos Lloreda, propietarios del Gómez. Tomó el mando
diario El País. En Bolívar la pugna era en noviembre 5 de 1951 y
entre los veguistas y seguidores del go­ gobernó hasta el 13 de
bernador Eduardo Lemaitre, y los del junio de 1953. Oleo de
Guillermo Camocho,
grupo de Cavelier. En Caldas la pugna 1974 (Casa de Nariño).
se daba entre los «notables» y los «al-
zatistas».
Pero la lucha más fuerte, y que más
debilitó al gobierno de Laureano y al
del presidente encargado Urdaneta,
era en el orden nacional. Primero fue
con Gilberto Alzate Avendaño. Este
aguerrido político caldense, que se ha­
bía graduado como abogado en la
Universidad de Antioquia con una te­
sis sobre los gremios en la Edad Me­
dia, nunca ocultó sus simpatías por los
regímenes totalitarios y fascistas. Sus
fanáticos seguidores le decían el Duce para la tarde le habían nombrado un
Criollo. En los años treinta fundó un directorio que él no controlaba. Al­
partido nacionalista que tuvo un ma­ zate, enfurecido, creó otro directorio
gro resultado electoral, como que ape­ paralelo y en consecuencia la división Laureano Gómez y
nas su coterráneo Silvio Villegas ob­ del partido de gobierno quedó proto­ Eduardo Santos (atrás
tuvo una curul para la Cámara, por lo colizada. Ésta se fue ahondando y la Cecilia y Alvaro Gómez
cual el movimiento fue liquidado. Du­ pugna creció en la medida en que, a Hurtado). Durante el
rante todo el período de la República partir de 1954, se debía producir la su­ gobierno de Laureano,
Santos defendió la
Liberal, Alzate y su grupo se opusie­ cesión presidencial y Alzate creía te­ posición liberal de
ron a la política de Laureano. En ner la fuerza suficiente para imponer­ abstención y de no
1950, por fin Alzate logró llegar a la se. Sin embargo, dentro del contexto colaboración.
Dirección Nacional Conservadora y a
partir de esta posición comenzó a
construir su maquinaria, ahora que
Laureano tenía que dedicar sus es­
fuerzos a la actividad gubernamental.
Su labor se facilitó porque los otros
miembros elegidos, por diversas ra­
zones, le dejaron el campo. Así, Gui­
llermo León Valencia y Augusto Ra­
mírez Moreno se ausentaron del país
para aceptar las embajadas de España
y Francia y Jorge Leyva aceptó un mi­
nisterio. Con una prodigiosa activi­
dad, Alzate logró tender su red, hasta
el punto que al reunirse la convención
del partido conservador, en noviem­
bre de 1951, era él quien tenía la ma­
yoría. Sin embargo, por una de esas
actitudes inexplicables que adoptaba
en los momentos definitivos, no con­
currió a la sesión de la mañana, y ya
102 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Octubre de 1957: nal de la carta que Alzate escribió al


Laureano Gómez a su presidente de la República, el 30 de
llegada al aeropuerto de mayo de 1952:
Techo, en Bogotá, a su
regreso del exilio en
España, para asistir a la «Excelentísimo señor Dr.
convención del partido »Roberto Urdaneta Arbeláez.
conservador. »Encargado de la presidencia de la
República.
»Señor presidente:
»E1 ministro de Gobierno dispuso
desde anoche, por circular reservada a
los gobernadores, y dio órdenes direc­
tas a los censores de la capital de la
República, que mi nombre no podría
figurar en la prensa hablada o escrita
del país, ni siquiera mencionarse en
las crónicas sociales de los diarios. Esa
consigna oficial comenzó a cumplirse
inmediatamente. Ayer fueron des­
montadas las páginas de Sábado y
otros periódicos, con material ya vi­
sado por la censura porque aludían al
suscrito y al movimiento conservador
que represento... El desenlace que
tenga mi vida no me preocupa, porque
sé que la he usado noblemente y que
mis compatriotas sabrán vengarme.
represivo de la época, el gobierno le Pero quiero predecir desde ahora, en
limitó su capacidad de acción y pro- esta carta privada al más alto funcio­
selitismo, de suerte que al final quedó nario del país, en el evento de que
relegado a la misma situación del par­ algo me pase, que cualquier atentado
tido liberal. Como una muestra de la contra mi persona tendría el carácter
pugna a que se había llegado y de los de un crimen oficial.
medios a que se acudía por parte del
gobierno, aun en contra de los copar- »Gilberto Alzate Avendaño»
tidarios, léanse los párrafos inicial y fi­
A finales de 1952, le tocó el turno a
Artífices de la
Mariano Ospina Pérez. La razón fun­
reconciliación partidista damental fue la voluntad de Ospina de
y del Frente Nacional: aspirar a la reelección presidencial. Su
Laureano Gómez, Alberto deseo lo hizo público a finales de 1952,
Lleras, Alfonso López. La cuando recibió el apoyo indirecto de
foto fue tomada el 6 de • Alzate y su grupo, que tácticamente se
mayo de 1959 durante la
concesión de un adherían a él en vista de que no po­
doctorado honoris causa dían adelantar una campaña y con el
a López, en la objeto de unir fuerzas contra el ad­
Universidad Nacional. versario común que para ese entonces
era ya el gobierno de Laureano-Ur-
daneta. El 5 de abril fue proclamada
su candidatura, ante lo cual Laureano
Gómez manifestó su disgusto. Eran
muchos los aspirantes a la presidencia
que estaban más cerca del círculo de
gobierno, y entre ellos se citaba insis­
Capítulo 4 103

tentemente a Álvaro Gómez Hurtado Laureano Gómez, en la


y Jorge Leyva. So pretexto de con­ era del Frente Nacional.
memorar la actuación de Ospina el 9
de abril, pero en realidad para hacer
un acto de soporte a su candidatura,
sus partidarios le hicieron un home­
naje en el quinto aniversario del 9 de
abril. Éste se celebró el día 11 de abril
de 1953 y en su discurso Ospina atacó
al gobierno, al cual tildó de totalitario.
En ese momento había ya un fuerte
sector dentro del partido conservador
que impugnaba las ideas que se esta­
ban impulsando en la Constituyente y
que iban a conducir a formas corpo­
rativas de gobierno. Dirigió Ospina un
saludo especial a los militares, dijo
que al llegar al gobierno en 1946 había
quedado solo, y atacó a Laureano por
su actitud el 9 de abril, cuando le su­
girió renunciar en favor de una junta
militar para luego irse del país dejan­
do solo a Ospina para que cargara con métodos. Eran los momentos en que
la responsabilidad de la crisis. podían darse o recibirse heridas y él
La réplica violenta de Laureano no no sabía estar allí...» Ospina trató de
se hizo esperar. El 18 de abril, por la replicar, pero le fue aplicada la cen­
Radio Nacional, se dirigió a todo el sura que él mismo había instaurado
país y allí hizo un recuento de los contra sus adversarios políticos y en­
acontecimientos políticos a partir de tonces tuvo que resignarse a acudir a Laureano Gómez en su
1930, de su papel de luchador contra los mismos métodos a los que en ese lecho de muerte: Bogotá,
la República Liberal y de la posición momento tenía que acudir toda la iulio 13 de 1965
de Ospina, «mentalidad liberalizan­
te», quien según Laureano sólo apa­
reció a la hora del triunfo. Así descri­
bió Laureano al ex presidente Ospina:
«[...] Como era, sin duda, una perso­
nalidad eminente del partido, donde
quiera que había sitios de preeminen­
cia y honor, eran ocupados por él,
siempre que no fueran de sudor y de
lucha porque esas asperezas repugna­
ban a sus aficiones habituales. Los co-
partidarios lo elegían al Parlamento, e
intervenía allí en asuntos económicos
y cafeteros con maestría y pericia.
Nada más. Cuando me era obligado
usar la palabra en aquellos debates ar­
dorosos y decididos que requirió la re­
conquista, como circunstancia obliga­
da e ineludible, me tocó siempre ver
la elegante silueta del financiero re­
cogiendo la cartera de los papeles eco­
nómicos y retirándose del recinto,
porque aquella brega repugnaba a sus
104 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

oposición y hacer conocer su pensa­ régimen, cada vez más alejado de la


miento en comunicados clandestinos, opinión pública, iba hacia el desastre,
que de mano en mano apenas alcan­ Sólo faltaba algún incidente para que
zaban una modesta circulación. Era se consumara lo que ya se venía ins­
evidente que el partido del gobierno taurando en la práctica: el poder mi­
estaba roto por sus divisiones y que el litar que llenara el vacío de opinión.

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Capítulo 5 105

Rojas Pinilla:
del golpe de opinión al exilio
f
Álvaro Tirado Mejía permitiría unas elecciones en las que
él podría ser presidente. Alzate hacía
un cálculo similar y actuaba en con­
mediados de 1953, en Colombia,
A los partidos estaban destroza­
dos. Los conservadores divididos
tres (laureanistas, ospinistas, alzatis-
secuencia. Los jefes liberales, deste­
rrados y vacilantes entre la legalidad o
por
el apoyo a un campesinado que estaba
levantado en armas para defenderse,
tas), los jefes liberales en el exilio y veían en la intervención militar la po­
grandes sectores del campesinado li­ sibilidad de un respiro. Los jefes li­
beral en armas. Las energías del go­ berales, confiados en que su partido
bierno estaban canalizadas para im­ era mayoritario.» esperaban que una
pedir la reelección de Ospina. La pró­ intervención militar sería transitoria y
xima reunión de la Asamblea Nacio­ contaban con que al retornar la nor­
nal Constituyente, con el objeto de malidad institucional volverían al po­
modificar la Constitución e instaurar der. Y, el pueblo, agobiado por la vio­
un régimen con criterios diferentes a lencia y la falta de garantías, también
los que históricamente habían regido deseaba un cambio de gobierno. En
al país, dividía la opinión. Vastos sec­ esas condiciones, lo importante no era
tores, entre los que se incluían grupos el nombre de la persona, y ésta vino a
conservadores, eran opuestos al cam­ ser Gustavo Rojas Pinilla, a quien las
bio constitucional. El ejército, que circunstancias fueron llevando hacia el
cada vez más había abandonado su poder.
función profesional para politizarse y Debido a la pugna política con ma­
entrar a la contienda civil, también pa­ nifestaciones violentas, el ejército se
decía divisiones, pero en general es­ había venido fortaleciendo desde el
taba unificado; sin embargo, desde to­ gobierno de Ospina. Hubo momentos,
dos los ángulos trataba de manipulár­ durante su gobierno, en los que al am­
sele. Ospina Pérez intentaba valerse paro del estado de sitio el país tuvo
de él y participó en los entretelones más de doscientos alcaldes militares.
del golpe, porque acariciaba la idea de En un comienzo, la población veía en
que un gobierno militar, en el cual su el ejército un símbolo de neutralidad.
grupo podría tener una amplia cuota, A medida que la policía cambiaba de
106 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

la época del conflicto con el Perú se


reintegró al ejército bajo las órdenes
de Diógenes Gil, el oficial que más
tarde intentó un golpe de estado con­
tra López Pumarejo. Con el grado de
coronel estaba en Cali cuando los
acontecimientos del 9 de abril, y allí se
distinguió por la fuerza represiva que
utilizó. Debido a la forma violenta
como había actuado en el Valle, al
presentarse su ascenso que debía ser
aprobado por el Senado, los liberales
lo negaron en el Parlamento de 1949.
En el Valle, Rojas había expedido una
orden por la cual en las reuniones po­
líticas los oradores liberales no podían
hablar libremente. Como retribución
por sus servicios, y en especial los que
prestó el 9 de abril, Ospina Pérez lo
nombró transitoriamente ministro de
Correos y Telégrafos, con lo cual se
estableció un vínculo de reconoci­
miento del militar para con el gober­
nante, que luego tuvo sus efectos en la
pugna de Ospina con Laureano, en los
entretelones del golpe de estado del 13
de junio, y en la parte mayoritaria que
desde un comienzo el sector ospinista
tuvo en el gobierno de Rojas. En abril
de 1951, Laureano Gómez reorganizó
el estado mayor de las Fuerzas Ar­
madas, unificó bajo un solo mando las
El coronel Gustavo Rojasfiliación política, se conservatizaba y tres armas —Tierra, Marina, Avia­
Pinilla con el presidente participaba activamente en la violen- ción— y le agregó la jefatura de la po­
Mariano Ospina Pérez. cia, la población liberal de las zonas licía. Para ello creó el cargo de co­
Agosto 7 de 1946. mandante en jefe para el cual fue
afectadas pedía la protección del ejér­
cito. La situación de guerra en ciertas nombrado Rojas. Éste fue enviado a
zonas y el estado de sitio permanente, la Junta Interamericana de Defensa y
hicieron que el poder del ejército cre­ luego, en 1952, al cuartel general de
ciera en efectivos, en recursos y en el las fuerzas de la ONU en Corea, pero
control de la población en las zonas de conservando el cargo de comandante
guerra. Además, el ejército se estaba en jefe. Estos nombramientos acrecie­
acostumbrando a tener funciones di­ ron su figura ante las tropas, y además
ferentes a las propias y a pensar que le dieron la posibilidad de establecer
el paso siguiente podía ser administrar los necesarios contactos internaciona­
y gobernar. les, especialmente en Washington.
Gustavo Rojas Pinilla había nacido A medida que el gobierno se iba
en Tunja en una familia de clase me­ alejando de la opinión, se enfrentaba
dia. Inició estudios de ingeniería en la a los liberales y se querellaba con los
Universidad Nacional y luego los ter­ conservadores, la imagen de Rojas
minó en una de tantas universidades como alternativa iba creciendo. Por
de los Estados Unidos. Su carrera mi- ello el gobierno, es decir Laureano
litar se interrumpió por un tiempo en Gómez y el presidente encargado, Ro­
el que se dedicó a la colonización. En berto Urdaneta, trataron de desha-
Capítulo 5 107

cerse de esa figura de prestigio cre­


ciente. Primero se nombró a Rojas
para que asistiera a la posesión del
presidente de Guatemala Jacobo Ar-
benz, pero en un lugar secundario que
desconocía su rango. Rojas no aceptó
la misión. Más tarde, se designó a Ro­
jas como delegado en una comitiva
que iba a inaugurar un vuelo de
Avianca a Alemania. El objeto era
alejarlo del país para nombrarle un
reemplazo en su ausencia. Rojas, en el
último momento, desistió del viaje, y
la maniobra no pudo realizarse. Ro­
jas, quien evidentemente no contaba
con la simpatía de Laureano ni de su
ministro de Guerra José María Ber-
nal, era un hombre del grupo de Os- pareció del escritorio del secretario Octubre de 1952: durante
pina. A su vez, Laureano quería pro­ general. Bernal preguntaba nervioso a una graduación de pilotos
mover a un oficial de su grupo que era cada momento si el designado ya lo en Cali, Rojas Pinilla
Régulo Gaitán, ante quien Rojas rea­ había sancionado y como la respuesta acompaña al ministro de
Guerra José María
lizaba también sus maniobras. Según era negativa, el ministro llama al se­ Bernal.
Alfredo Vásquez Carrizosa, quien a la cretario general personalmente para
sazón era secretario general de la pre­ indagar cuál era la situación. Y éste También en octubre
sidencia, Rojas se opuso a que se fir­ hubo de informarle que no era culpa del 52: un brindis
mara el decreto de ascenso de Régulo suya si el decreto se había extraviado. entre el ex presidente
Gaitán al grado de teniente general, ¿Dónde? ¿Quién había osado ocultar­ Ospina v el general
pues ello lo colocaría por encima de él lo? Una rápida encuesta le permitió Rojas Pinilla. Un mes
en cuanto a grados: «Remitido del Mi­ después sería ascendido
informar al designado que un oficial a teniente general
nisterio de Defensa el decreto con la de la Casa Militar lo había retirado de v comandante de las
firma del ministro, un buen día desa- orden del general Rojas Pinilla.» (Al- fuerzas militares.
108 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

fredo Vásquez Carrizosa, El poder el gobierno. Ospina y Alzate, que ha­


presidencial en Colombia. Bogotá, bían estado presentes en todas las ne­
Enrique Dobry, 1979, pág. 289.) gociaciones, apoyaron el golpe. Al re­
El incidente que aceleró el proceso, partirse los ministerios y los cargos,
o sirvió de pretexto, fue lo acontecido Ospina quedó con la parte del león!
con el industrial antioqueño Felipe Alzate, a quien no le gustó el minis­
Echavarría. Éste se encontraba dete­ terio que le ofrecieron, no aceptó, y se
nido por orden militar y según todas quedó a último momento por fuera del
las evidencias había sido torturado gobierno. Mientras tanto, Lucio Pa-
para arrancarle una confesión de cons­ bón Núñez, que había sido un prote­
pirar contra las autoridades y de aten­ gido de Gómez y que ahora apoyaba
tar contra Rojas. El 13 de junio de el golpe, preparó la alocución que en
1953, Laureano Gómez les ordenó a las horas de la noche leyó para todo el
Urdaneta Arbeláez y a Lucio Pabón país Gustavo Rojas Pinilla, desatando
Núñez, quien para ese entonces era el gozo frenético de la población que
ministro de Guerra, que destituyeran celebró el acontecimiento al grito de
a Rojas y le iniciaran juicio por los «cesó la horrible noche». El país des­
atropellos y las torturas a Echavarría. cansó y todos los grupos, con excep­
Ambos se negaron aduciendo que ése ción de los laureanistas y del partido
no era el procedimiento y que si obra­ comunista, apoyaron a Rojas. En la
ba así Rojas se tomaría el poder. En creencia de todos los dirigentes estaba
esas circunstancias, Laureano reasu­ la idea de que su gestión sería breve y
mió la presidencia y nombró como mi­ que al poco tiempo iba a retornar la
nistro de Guerra a Jorge Leyva y normalidad institucional. Esta idea de
como comandante del ejército a Ré­ la brevedad contribuyó al apoyo ma­
El industrial Felipe gulo Gaitán. Luego dejó el palacio sivo que le brindó a Rojas el sector po­
Echavarría, acompañado presidencial y se fue para su casa.
de familiares y
lítico dirigente. Como estaba previsto,
funcionarios de la Mientras tanto, Rojas fue avisado por la Asamblea Nacional Constituyente
empresa Azulejos Corona. algunos oficiales, volvió de Melgar en se reunió dos días después, el 15 de ju­
Su detención y tortura por donde se encontraba descansando y se nio, y el proyecto de nueva constitu­
orden de Rojas motivó dirigió al palacio presidencial para pe­ ción fue abandonado. El 18 de junio,
que Laureano Gómez
exigiera su renuncia, lo
dir a Urdaneta que se encargara del un acto legislativo de esa corporación
que precipitó el golpe de mando, pues él lo respaldaría. Urda- legitimó a Rojas como presidente has­
Estado. neta no aceptó y entonces Rojas tomó ta el 7 de agosto de 1954.

Una Asamblea
Nacional Constituyente de bolsillo
El acto legislativo por el cual se nom­
bró a Rojas presidente en 1953, para
que terminara el período hasta el año
siguiente, no tenía ninguna base jurí­
dica puesto que la elección no era por
el voto popular y la ANAC, además,
sólo tenía funciones constituyentes se­
gún su convocatoria original. Sólo el
alivio que produjo el fin del anterior
gobierno entre la opinión pública hizo
pasar como superflua esa quiebra de la
vida institucional. Alborozados los li­
berales por el respiro que tenían des­
pués de un lustro de persecución, por
boca de uno de sus jefes, el jurista Da­
río Echandía, aceptaron el hecho sin
Capítulo 5 109

darle el nombre de golpe de cuartel y


antes por el contrario llamándolo
«golpe de opinión». En el texto del
acto legislativo se expresaba que había
quedado «vacante el cargo de presi­
dente de la República» y se abría la
posibilidad de la reelección al expresar
que «sí no se pudiere efectuar la elec­
ción del presidente de la República
para el próximo período en la fecha
señalada por la ley, porque a juicio del
gobierno no existieren las condiciones
adecuadas para garantizar la libertad y
la pureza del sufragio, el gobierno po­
drá señalar nueva fecha para hacerla,
o convocar a la Asamblea Nacional
Constituyente para que ella lo elija y
continúe en ejercicio de su cargo el ac­
tual presidente de la República, hasta
la fecha en que tome posesión la per­
sona que lo haya de suceder». obsecuente era permitir a Rojas con­ 13 de junio de 1953: el
En vista del rechazo que existía con­ formar una mayoría tendiente a su teniente general Gustavo
tra los proyectos de la ANAC, pron­ reelección. Para los departamentos y Rojas Pinilla da lectura
a su proclama, después
tamente el gobierno creó una nueva municipios, la ANAC creó, en lugar de asumir el poder.
Comisión de Estudios Constituciona­ de asambleas y concejos de elección Sentados, a su lado,
les, el 2 de julio de 1953. En ésta había popular, los consejos administrativos aplauden Lucio Pabón
representación liberal, aunque mino­ nombrados por el presidente. Prohi­ Núñez, ministro de
ritaria. Se instaló el 1.° de diciembre bió también, por disposición elevada a Gobierno, Ospina, y
el general Gustavo
de 1953 y ese mismo día tres miembros norma constitucional, las actividades BerríoM., ministro
de la Constituyente presentaron un políticas de los comunistas. Prolongó de Guerra.
anteproyecto de reforma de carácter sus sesiones hasta el 7 de agosto de
moderado. El 8 de mayo de 1954 se 1958, y reconoció la plenitud de los En el palacio de la
envió al gobierno el texto de la pro­ Carrera, la noche del 13
derechos de la mujer, lo que implicaba de junio, el general
puesta de reforma. En ésta contem­ su derecho al sufragio. Sin embargo, rodeado de simpatizantes.
plaba la creación de un Consejo Eco­
nómico Nacional, se omitía el artículo
13 del proyecto anterior sobre la ca­
tegoría de traidor a la patria para
quien en el exterior criticara al go­
bierno, se fortalecía el principio del
habeos corpus, se mantenía la respon­
sabilidad presidencial, se volvía al su­
fragio universal y se ampliaban aún
más las prerrogativas de la Iglesia.
Como en el caso del anterior gobier­
no, este proyecto tampoco fue estu­
diado por la ANAC.
En 1954, la ANAC, por acto legis­
lativo n.° 1 del 30 de julio, autorizó a
Rojas para aumentar en cuarenta
miembros el personal de la asamblea,
treinta y ocho elegidos por él y dos por
la Iglesia. Ésta se abstuvo de nombrar
sus delegados. El objetivo de este acto
110 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Gustavo Rojas Pinilla y el orden jurídico de acuerdo con po­


Mariano Ospina Pérez en siciones extrañas a la tradición demo­
la instalación de la crática del país, se convirtió en obse­
Asamblea Nacional
Constituyente, ANAC, el
cuente servidora del dictador, cum­
lo. de diciembre de 1953. pliendo funciones ajenas a su convo­
Convocada por la catoria original y terminó como una
legislatura de 1952 y simple institución de bolsillo del ge­
sancionada por Urdaneta neral Rojas.
el 9 de diciembre de ese
año, debía reunirse el 15
de junio de 1953. El día Rojas y las Fuerzas Armadas
18 legitimó la presidencia
de Rojas para terminar el Sobre la caracterización del gobierno
período de Laureano
Gómez, hasta agosto 7 de
de Rojas se ha presentado cierta dis­
1954. Luego lo reeligió cusión. Con base en la misma propa­
por un cuatrienio más. ganda del régimen, se dice que fue un
gobierno de las Fuerzas Armadas.
Otros lo comparan simple y llanamen­
te con las dictaduras militares que aso­
laron al continente por la misma época
y que en forma más o menos coetánea
fueron derrocadas. Tales los casos de
Perón, Pérez Jiménez, Odría, Batista,
etc., aunque en honor a la verdad es
necesario decir que ante estas y otras
dictaduras como la de Trujillo, el ré­
gimen de Rojas fue menos opresivo.
esta norma no tuvo aplicación, porque Algunos autores como Carlos Restre­
durante su gobierno Rojas no permi­ po Piedrahíta dicen que no se trató de
tió elecciones. El 3 de agosto de 1954, un gobierno militar sino de una «es­
Rojas fue reelegido por la ANAC, pecie castrense de gobierno conser­
hasta el 7 de agosto de 1958. La vador». Esto se comprobaría porque
ANAC se volvió a reunir en octubre Rojas fue ante todo un militante del
de 1956, por un corto período en el partido conservador que siempre acu­
que de nuevo autorizó a Rojas para dió a un grupo numeroso de ministros
elevar el número de sus miembros. y altos funcionarios civiles de ese par­
El 20 de marzo de 1957, en el ocaso tido. El primer gabinete que nombró
del régimen, la ANAC, con su nueva Rojas estaba integrado por civiles con­
composición, volvió a reunirse bajo la servadores y tres militares en las car­
presidencia de Lucio Pabón Núñez. teras de Guerra, Agricultura y Co­
Convocó otra Asamblea Nacional municaciones. Esta proporción la
Constituyente y Legislativa y en un mantuvo más o menos estable durante
acto servil autorizó a Rojas para que todo su gobierno y, por supuesto, lo
anunciara su composición. Antes de distanció del partido liberal, que tras
disolverse, por última vez, se reunió el el respiro inicial propiciado por la
8 de mayo de 1957 para decretar, por apertura, no podía concebir que se
setenta y seis votos contra uno, la nue­ persistiera en las prácticas exclusivis­
va reelección de Rojas para el período tas que habían producido el golpe de
de 1958-1962. Sin embargo, los acon­ estado.
tecimientos no permitieron que ese Sin embargo, el estamento militar
deseo se plasmara y Rojas tuvo que fue tomando cada vez más el poder en
abandonar el país antes de terminar su la medida en que Rojas iba perdiendo
segundo mandato. Así, la Asamblea opinión y los militares se constituían
Nacional Constituyente creada en el en la principal fuente de apoyo orga­
gobierno de Laureano para modificar nizado. Con el objeto de conservar el
Capítulo 5 111

respaldo militar, Rojas lo fue colman­


do de beneficios y prerrogativas que
iban desde la construcción del Club
Militar en Bogotá, uno de los más lu­
josos en Latinoamérica, hasta bonifi­
caciones por el servicio en estado de
sitio, facilidades en los comisariatos y
los privilegios inherentes a ciertos car­
gos administrativos que paulatinamen­
te se le fueron otorgando.
Un aspecto central fue el aumento
en el presupuesto militar y la compra
de armamentos y dotaciones en una
proporción que no se había contem­
plado antes. Al amparo de la situación
de orden público y del estado de sitio,
las Fuerzas Armadas crecieron de
14.000 hombres en 1948 a 32.000 hacia
1956. El presupuesto militar, que en
1951 era 2,2 veces el de educación, su­
bió en 1955 a 3,8 veces, y esto sin con­
tar con la suma que separadamente se otros liberales que apoyaron al gene­ En el balcón del palacio
destinaba a la policía, para esa época ral a lo largo de su mandato, recibió de la Carrera, saludando
ya incorporada a las Fuerzas Arma­ el nombre de «lentejo». Forero Be- la manifestación en su
honor, el 14 de junio de
das. Según Carlos Horacio Urán, el navides, ya desde el inicio del gobier­ 1953. Abajo, con su
presupuesto de las Fuerzas Armadas no de Rojas, invitaba a mirar con gabinete del 7 de agosto
aumentó más del 77 % durante 1953. atención, para seguirlos, aspectos de de 1954: Henao, Rivera
y en ese año sus gastos representaron la política de Perón. Así escribía el 1.° Valderrama, Caicedo
casi la tercera parte de los gastos del de agosto de 1953: «Una nación del Ayerbe, Berrío, París
Gardillo, Pabón Núñez,
Estado. sur, la Argentina, activa constante­ Sourdís y Régulo Gaitán.
En 1954 las inversiones en defensa mente su política de relación con los
y seguridad alcanzaron el 28,2 % del pueblos hermanos. El general Perón
total de los egresos gubernamentales, no ha abandonado un solo instante
sin contar lo que en realidad se desti­
naba a ese propósito bajo el rubro del
Ministerio de Obras Públicas, que es­
taba bajo la dependencia del almiran­
te Rubén Piedrahíta.
Mucho se ha hablado de la influen­
cia peronista en el gobierno de Rojas
y esto fue explotado en su contra por
sus impugnadores, especialmente por
la Iglesia que, luego de apoyar a Rojas
en un todo, comenzó a tomar sus dis­
tancias. La afirmación se basaba en
varios hechos, como la visita de María
Eugenia Rojas, la hija del general, a
la Argentina de Perón en 1954, en
compañía del general Alfredo Duarte
Blum. Es interesante anotar que en
esa época el embajador colombiano
era el político liberal Abelardo Forero
Benavides, decidido colaborador del
régimen de Rojas, por lo cual, con los
112 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

veían en las actividades de María Eu­


genia una copia de las que en Argen­
tina había desarrollado Eva Perón.
Además, la creación en Colombia,
con el apoyo del gobierno de Rojas,
de una central obrera vinculada a la
organización que internacionalmente
controlaban los peronistas, fue otro
indicio de dicha influencia.
En 1953 se organizó la Confedera­
ción Nacional del Trabajo, CNT, con
el respaldo moral y financiero de la
Agrupación de Trabajadores Latinoa­
mericanos Sindicalizados (ATLAS),
que estaba controlada por el peronis­
mo. El gobierno de Rojas le concedió
personería al año siguiente, con la
ayuda del ministro de Trabajo, Au­
relio Caicedo Ayerbe, quien directa­
mente redactó sus objetivos doctrina­
les y sus metas. La respuesta de la je­
Capitán Rubén Piedrahítaeste aspecto de su posición. Y no ve- rarquía eclesiástica en contra de ella
Arango, ministro de no se hizo esperar, porque ya Perón
Obras de Rojas desde mos la razón para pensar que Colom-
agosto de 1974; después bia tenga menos antecedentes de res­ estaba enfrentado a la Iglesia de su
representaría a la Armadapetabilidad y menos elementos de país pero, sobre todo, porque una
en la Junta Militar de prestigio, para seguir un programa nueva central sindical, cuando la CTC
1957. que le haga crecer su influencia mo­ estaba prácticamente extinguida por la
ral.» (Abelardo Forero Benavides, Un represión, quebrantaba el control que
testimonio contra la barbarie política. la jerarquía eclesiástica ejercía sobre
Bogotá, Editorial Los Andes, página la UTC. Además, la CNT estaba co­
116.) laborando activamente en la forma­
Por su parte, ciertos gaitanistas que ción de un nuevo movimiento político
cabalmente fueron luego colaborado­ de apoyo a Rojas, el MAN (Movi­
res de Rojas, como Darío Samper, miento de Acción Nacional) y esto
cuando al enfrentarse a la dirección de eventualmente podía favorecer un in­
su partido buscaban una colaboración tento del general para desligarse del
con el gobierno de Laureano, alaba­ apoyo que en ese momento le,brin-
ban a Gilberto Álzate Avendaño por daban el partido conservador y la je­
sus posiciones populares que según rarquía eclesiástica. El 26 de febrero
ellos lo acercaban al peronismo. Así, de 1955 se programó una manifesta­
en 1951, descubrían en Alzate un po­ ción popular de apoyo a Rojas, pro­
sible Perón colombiano: «Si la Revo­ piciada por el MAN, que había sur­
lución nacional de Alzate toma la vía gido por el descontento de algunos po­
de la renovación y la justicia peronis­ líticos de los dos partidos tradicionales
tas, por ejemplo, es innegable que es­ que querían apoyar a Rojas y de un
tamos en vísperas de nuevos reagru- grupo de socialistas. La CNT le dio su
pamientos políticos en Colombia», de­ apoyo a la manifestación, en cuya con­
cía Jornada del 8 de noviembre de vocatoria se llamaba a un frente con­
1951. La creación de SENDAS (Se­ tra las oligarquías. Este término que
cretaría Nacional de Asistencia Social) rememoraba las arengas de Gaitán
en 1954, y la activa participación que asustó a las clases altas y al mismo Ro­
en ella tuvo María Eugenia Rojas, jas quien, atemorizado y con el objeto
contribuyeron a afirmar la especie del de evitar enfrentamientos con la Igle­
peronismo rojista, porque muchos sia y el establecimiento político, pro-
Capítulo 5 113

hibió la manifestación, Con esta me­


dida el MAN murió.
La amnistía
Cuando se conoció el cambio de go­
bierno, las gentes descansaron. El país
se distensionó y surgieron las expec­
tativas. Afortunadamente para el go­
bierno que se iniciaba, la situación
económica, a diferencia de la política
que dejaba el antiguo régimen, era
muy positiva. Colombia estaba dentro
de la ola de prosperidad económica
que envolvió al mundo occidental des­
pués de la guerra, la industria crecía,
la agricultura se desarrollaba a medida
que la violencia despoblaba los cam­
pos, y el café, que proporcionaba el
80 % de las divisas, se cotizaba a unos
precios altos no registrados antes.
El problema más grave que tenía el tos departamentos como el Tolima, Matrimonio de María
país era la violencia y a resolverlo se que fue decretado «zona de guerra» en Eugenia Rojas Correa
encaminaron desde el primer momen­ marzo de 1954. Rojas culpó a los co­ con Samuel Moreno Díaz,
to las energías del general Rojas. El munistas por esta situación. En marzo en el palacio de San
Carlos, el 12 de febrero
éxito inmediato fue palpable, y las de 1955 se dio el combate de Villarica, de 1955. María Eugenia,
gentes llamaban al gobernante el pre­ Tolima, y el gobierno declaró el área desde la Secretaría
sidente de la paz. El gobierno proce­ «zona de operaciones militares». En Nacional de Asistencia,
dió a decretar la amnistía para los gue­ abril la situación se deterioró tanto Sendas, creada para
rrilleros, a quienes se dio tratamiento ayudar a los damnificados
que el ejército utilizó bombarderos. de la Violencia, fue figura
político. Ahora ya no se les denomi­ Era evidente que la pacificación con importante para la imagen
naba bandoleros como lo hacía el an­ todos sus efectos benéficos dejaba de del régimen.
terior gobierno. Miles de campesinos cubrir a todo el país y que a partir del
de los Llanos, de Antioquia, del To-
lima y de otras zonas se presentaron a
las autoridades para deponer las ar­
mas y reintegrarse a la vida civil. La
prensa internacional dio testimonio
gráfico de las ceremonias de entrega
de las armas y vastas zonas geográficas
poco a poco recobraron la tranquili­
dad. En los Llanos orientales, Rojas
cobró gran prestigio por su política de
paz, hasta el punto de que su viaje a
esa región, en enero de 1955, fue todo
un éxito y tuvo gran reconocimiento General Arturo Charry:
de la población. En Yopal fue recibido en el primer gabinete de
por mil llaneros montados a caballo y Rojas desempeñó la
en Tame la recepción fue encabezada cartera de Agricultura y
por Guadalupe Salcedo, el antiguo lí­ se encargó varias veces
de la de Guerra. Para
der guerrillero, quien con sus hombres impulso del agro, Rojas
hizo guardia de honor. creó el Banco Cafetero y
Sin embargo, a finales de 1953, vol­ el Instituto de Fomento
vió a recrudecerse la violencia en cier- Tabacalero.
114 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Estampilla de correos ron en protesta. Rojas les aceptó la re­


conmemorativa de la nuncia colectiva y dijo que otros or­
inauguración de Acerías
Paz del Río en octubre de ganismos debían proceder en igual
1954, presidida por el forma, por lo cual renunciaron tam­
general Rojas. bién seis miembros de la Corte Supre­
ma del Trabajo y cuatro consejeros de
Estado. Por medio del decreto 3110
del 27 de noviembre de 1953, Rojas
reemplazó la anterior Corte por una
paritaria liberal-conservadora, ante el
rechazo de sectores conservadores que
no estaban de acuerdo con perder la
hegemonía de que disfrutaban, y ante
el apoyo de los libérales que celebra­
ban burocráticamente la medida, has­
ta el punto de no reparar en el origen
del nombramiento.

La muerte
de los estudiantes en Bogotá---------
El primer choque fuerte con la opi­
nión pública, aunque todavía no con
primer año de gobierno, a los múlti­ los partidos, fue motivado por la ma­
ples elementos de conflicto y oposi­ sacre de nos estudiantes que protes­
ción a su régimen, Rojas tuvo que taban en la ciudad de Bogotá. Cuando
agregar el de un movimiento guerrille­ estaba ya para celebrarse el primer
ro que no pudo doblegar. aniversario de la toma del poder, el 8
de junio de 1954, fue muerto un es­
Comienzan los conflictos tudiante. al regreso del cementerio, a
donde había ido en manifestación es­
El primer año de gobierno fue un le­ tudiantil para conmemorar la muerte
cho de rosas para Rojas. Muy pocos de otro estudiante asesinado en las
presidentes en la historia del país ha­ postrimerías del gobierno de Abadía
bían contado con tanto apoyo como Méndez. Al día siguiente, en pleno
él, lo cual le permitió sortear los pri­ centro, uña patrulla del ejército dis­
meros escollos sin dificultad. paró contra una manifestación estu­
El primer roce lo tuvo con el poder diantil que protestaba por el asesinato
judicial, y más concretamente con la del día anterior, dejando un saldo de 8
Corte Suprema de Justicia, que sintió muertos y mas de cuarenta heridos.
invadida su esfera porque se quebran­ Con ese atropello, el gobierno de Ro­
taba la tradicional independencia en­ jas se enajenó la simpatía de los es­
tre las diferentes ramas del poder pú­ tudiantes, que vinieron a convertirse
blico. El 4 de noviembre de 1953, un en un organizado y poderoso gremio
juez penal concedió la libertad incon­ que luego contribuyó a su caída. Asi­
dicional a Felipe Echavarría, con base mismo, amplios sectores de opinión
en que su testimonio había sido obte­ comenzaron a darse cuenta de los me­
nido con coacción por torturas. El 11 dios autoritarios empleados por el ré­
de noviembre, desde Cartagena, don­ gimen y en consecuencia comenzaron
de se encontraba para celebrar las fies­ a alejar sus simpatías de él. Esa misma
tas de la ciudad, Rojas hizo un fuerte noche, Lucio Pabón Núñez, ministro
ataque a la rama judicial. El 13 de no­ de Gobierno, culpó de los hechos a los
viembre, dieciséis miembros de la comunistas y al día siguiente, en una
Corte Suprema de Justicia renuncia­ acción arbitraria y tonta, la policía de-
Capítulo 5 115

tuvo a más de doscientas personas en El general Alfredo Duarte


Bogotá, entre ellas al ex rector de la Blum y Guadalupe
Universidad Nacional, Gerardo Moli­ Salcedo, poco después de
na, y al intelectual socialista Antonio • decretada la amnistía a
García. El 12 de junio, en su primera los levantados en armas.
alocución nacional en un año, Rojas Salcedo recibiría a Rojas,
cuando este visitó Yopal y
comunicó al país que se haría una se­ Tame, en los Llanos, en
vera investigación, que a la postre se enero de 1955.
diluyó. Culpó de los hechos a agentes
provocadores y se refirió, al apoyo que
en esas circunstancias le brindaron los
dirigentes del partido liberal y del con­
servador. En señal de luto, anunció la
cancelación de las celebraciones del pri­
mer aniversario de su llegada al poder.

La batalla con la prensa. _____


El país vivía la mordaza de prensa des­
de las postrimerías del gobierno de
Ospina Pérez, de suerte que Rojas se
encontró con una situación dada. propio de la prensa en circunstancias
Cuando el 2 de octubre de 1953, du­ democráticas y que fuera especialmen­
rante la celebración del Primer Con­ te sensible a cualquier comentario en
greso de Prensa, se levantó la censura su contra o que no estuviera de acuer­
Represión a una
mientras duraba el sevento, se .notó do con su forma de pensar o actuar. manifestación estudiantil
cierto respiro. Además, y gracias a la Rojas, que no poseía un medio de di­ el 8 de junio de 1954, con
situación de distensión que se vivía en fusión propio, se expresó sobre la saldo de un muerto. Al día
los primeros meses del gobierno de prensa un año después de tomarse el siguiente serían 8 muertos
Rojas, se estableció un pacto de ca­ gobierno, en el discurso que pronun­ y más de 40 heridos.
Amplios sectores de
balleros para que los mismos directo­ ció el 7 de agosto, ante la ANAC, opinión comenzaron a
res hicieran una especie de autocen­ cuando ésta lo reeligió para la presi­ retirar su confianza al
sura y evitaran los roces. Sin embargo, dencia de la República. Dijo que en régimen.
el 6 de marzo de 1954, se ordenó por
decreto que todos los periódicos del
país debían «ceñirse al relato de los
hechos» y evitar la interpretación.
Además, se castigaba con prisión de
seis meses a dos años el «transmitir,
escribir, editar, ayudar a editar, o dis­
tribuir escritos o publicaciones clan­
destinas en que se insultase a las au­
toridades legítimamente constitui­
das». El 15 de marzo, el gobierno ce­
rró La Unidad, un semanario editado
en Bogotá y dirigido por Belisario Be-
tancur, por publicar un manifiesto de
Luis Ignacio Andrade que atacaba al
gobierno.
La formación autoritaria de Rojas y
su vida dedicada a la milicia en la que
simplemente se dan o se reciben ór­
denes sin que puedan discutirse, hacía
que el general no se adecuara al juego
116 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Colombia se había establecido «un Pero fue a partir de 1955, a medida


fuero especial para los periodistas, que se polarizaban las fuerzas, cuando
que en muchos casos es la libertad de la batalla por la prensa y la libre in­
delinquir sin sanción alguna..., en este formación comenzó a librarse con
caso reina la impunidad más absoluta, todo vigor. Con el objeto de contar
debido a que las leyes son inoperan­ con versiones oficiales, en marzo de
tes. Esta prensa irresponsable ha ve­ ese año, el gobierno dictó un decreto
nido minando sucesivamente todos los por el cual se obligaba a todas las emi­
pilares de la sociedad». soras a dedicar un espacio gratuito a
En septiembre de 1954, y a medida las noticias oficiales. Al mes siguiente
que se comenzaba a romper la opinión se dictó un decreto que establecía
casi unánime que lo rodeaba, dictó un pena de prisión, de dos a cinco años,
decreto sobre injuria y calumnia. Poco para quienes difamaran a los militares.
después, el 25 de noviembre del mis­ Y en ese mismo mes de abril, los edi­
mo año, promulgó el estatuto de ra­ tores de Diario del Pacífico fueron
dio, por el cual se reglamentaba la arrestados por unos días, el Diario del
transmisión de informaciones; y al año Quindío fue severamente censurado y
siguiente, el 1 de marzo, creó el radio- el periódico La República de Bogotá
periódico Actualidad Nacional, como fue suspendido temporalmente por
una réplica «contra la dictadura de los publicar detalles sobre la violencia en
periódicos» y «contra el despotismo de el Tolima.
la impresión». En esa misma semana, Durante su visita a Ecuador, en
el 1 de marzo de 1955 expresó Rojas: agosto de 1955, en una entrevista en
«Los periodistas son pagados y defien­ Quito, Rojas acusó a El Tiempo y El
den los intereses de quienes los pagan Espectador de aprovecharse política­
[...], solamente el jefe del Estado re­ mente de la muerte de unos periodis­
presenta la opinión pública y él es tas asesinados en el departamento de
el único autorizado a hablar en su Caldas. El 2 de agosto, Roberto Gar­
nombre.» cía Peña, director de El Tiempo, re­
El 11 de noviembre de 1954, El Es­ futó en un cable, que fue publicado en
pectador informó de un enfrentamien­ la prensa de Quito, las apreciaciones
to entre el ejército y las guerrillas en de Rojas. Al día siguiente, el gobierno
Génova, Caldas, que dejó un saldo de trató de obligar a El Tiempo a que du­
treinta muertos. Alberto Galindo, rante treinta días publicara la versión
quien laboraba en El Tiempo, censuró gubernamental sobre los hechos.
esta masacre y criticó al ejército por su Como el director se negó, la sede fue
actuación. Impugnó a éste porque allanada y el periódico fue suspendi­
«han existido comisariatos o coopera­ do. Para llenar la ausencia de El Tiem­
tivas militares en las cuales se venden po, El Espectador, que se publicaba
(al ejército) toda clase de artículos a en la tarde, anunció la intención de
precios mucho menores que los cos­ hacer una edición por las mañanas,
tos». Criticaba, además, la práctica de para lo cual inició las gestiones legales
que bajo el estado de sitio el tiempo sin que hubiera sido posible encontrar
de servicio se doblaba para los mili­ cuáles eran éstas, debido a las triqui­
tares. Los comandantes del ejército, la ñuelas gubernamentales. En ese mis­
marina, la policía y la fuerza aérea, mo mes fue suspendida la circulación
demandaron a Galindo y a El Tiempo de publicaciones internacionales como
por calumnia. En un comunicado con­ Time y Visión, lo cual había sucedido
junto, los oficiales condenaban cate­ ya durante el período de Gómez. De­
góricamente «la campaña tendenciosa bido al hostigamiento, El Espectador
y subversiva contra el orden públi­ tuvo que dejar de editarse, y en su lu­
co adelantada por cierta prensa escri­ gar apareció El Independiente, el 20 de
ta y hablada contra el pueblo co­ febrero de 1956. En ese mismo mes
lombiano». apareció El Intermedio en lugar de El
Capítulo 5 117

Tiempo. El Colombiano de Medellín,


por haber sido el único diario que pu­
blicó información sobre la masacre de
la plaza de toros, fue sometido a una
estricta censura previa que práctica­
mente le impedía funcionar. La misma
suerte corrieron muchas publicaciones
que fueron censuradas o clausuradas.
Como elemento de presión, el go­
bierno creó la Empresa Nacional de
Publicaciones (ENP) que con criterio
discriminatorio decidía sobre la im­
portación de papel. El 23 de agosto de
1956 comenzó a circular el Diario Ofi­
cial, no ya sólo para dar cuenta de los
decretos y de las leyes, sino como pu­
blicación amplia que presentara el
punto de vista gubernamental sobre
los acontecimientos. El periódico, am­ fue regularizada por la Asamblea Na­ Visita del presidente Rojas
pliamente subvencionado, se sostenía cional Constituyente, y tal es también a José María Velasco
fundamentalmente con la propaganda mi convicción personal.» Ibarra, mandatario del
de las empresas oficiales y su precio al Por el momento existía un elemento Ecuador, el 30 de julio de
1955. Los acompañan
público era más bajo que el de los adicional que explicaba el apoyo, y Carola Correa Londoño,
otros diarios. éste era la campaña antiprotestante en María Eugenia Rojas y
la que se embarcó el gobierno desde Samuel Moreno Díaz.
Las relaciones con la Iglesia un comienzo. En realidad, ya desde la
administración de Laureano, y espe­
Ante el receso forzoso de los partidos cialmente durante el mandato del pre­
y el cierre de la vida institucional, la sidente encargado, Urdaneta Arbe- El cardenal Crisanto
Luque Sánchez y el
Iglesia católica había cobrado un pa­ láez, los protestantes habían sido per­ general Rojas en 1957. La
pel aún mayor en la política y, en la seguidos, por lo cual las Iglesias de los Iglesia apoyó al gobierno
pugna entre las diferentes fraccio­ Estados Unidos habían expresado su militar, pero no la
nes conservadoras gobernantes había inconformidad. El 3 de septiembre, creación de la Tercera
vuelto a desempeñar un papel similar poco después de tomarse el poder, Fuerza como partido
obrero, ni las muertes de
al que tuvo durante el gobierno de Rojas ordenó a los gobernadores que estudiantes, ni el atropello
Abadía Méndez. Por eso fue tan de­ frenasen las prácticas religiosas no ca­ de la Plaza de toros de
finitivo e importante el apoyo que la tólicas (en realidad las protestantes) Santamaría.
Iglesia le brindó desde un comienzo al
gobierno de Rojas, por boca del ar­
zobispo primado de Bogotá, Crisanto
Luque, el primer cardenal que tuvo el
país. Al igual que la mayoría de los es­
tamentos e instituciones, la Iglesia
aceptó el golpe de estado y a través del
cardenal dijo que la autoridad de Ro­
jas debía ser reconocida y obedecida.
Dos meses después del golpe, en una
carta que el arzobispo primado envió
a Laureano Gómez, en agosto, a su
exilio en España, decía: «En cuanto
puedo conocer la opinión pública en
su auténtica realidad, tengo la impre­
sión de que el sentir general es que la
situación jurídica del nuevo gobierno
118 Nueva Historia de Colombia. Vol II

en los denominados Territorios Nacio­ ganda protestante. Es decir, parece


nales. De acuerdo con un convenio fir­ que los comunistas han entendido
mado entre el Vaticano y el gobierno que, para cumplir sus planes, deben
colombiano, se impidió que los pro­ primero vencer las creencias religiosas
testantes pudieran predicar en dichas del pueblo. Ésta es la mejor interpre­
áreas, que abarcaban una tercera par­ tación de los hechos.» Estas posicio­
te de la superficie del país. Y tanto el nes tuvieron amplia repercusión in­
Colegio Americano de Bogotá como ternacional, suscitaron la protesta de las
el de Barranquilla, fueron amenaza­ asociaciones de iglesias de los EE.UU.
dos con la pérdida de la licencia de y Europa, contribuyeron a aislar al go­
funcionamiento si no abandonaban la bierno de Rojas de la opinión interna­
coeducación, por lo cual, los directi­ cional e incidieron notablemente en el
vos tuvieron que colocar a las mujeres desenlace final de la dictadura.
en un piso y a los hombres en otro. En la medida en que la situación po­
El 28 de enero de 1954, Lucio Pa- lítica se deterioraba, que los diferentes
bón Núñez, ministro de Gobierno, en­ sectores sociales entraban en confron­
vió una circular en la que se decía: tación con el gobierno, que éste se iba
«[...] 3. Los nacionales y extranjeros aislando de la opinión y recurría a me­
no católicos residentes en Colombia, didas cada vez más autoritarias, la
sean ellos ministros, pastores o sim­ Iglesia comenzó a tomar sus distancias
ples fieles, no pueden desarrollar nin­ hasta constituirse en una pieza fun­
guna acción proselitista pública ni em­ damental para la caída de Rojas. El
plear medios de propaganda fuera del primer roce público se presentó con
recinto donde se verifique el culto», motivo del juramento que Rojas hizo
pues, según el convenio de 1953, los en 1956 a las Fuerzas Armadas y al
ministros protestantes no podían pueblo en la ceremonia conmemora­
«ejercer labor misional pública nin­ tiva del 13 de junio, en la que se lanzó
guna, ni labor educativa, excepto para la Tercera Fuerza como movimiento
hijos de extranjeros no católicos». El de apoyo político a la dictadura. En
cardenal Crisanto Luque, por carta aquella ocasión, tercer aniversario de
del 31 de enero de 1954, felicitó al go­ la toma del poder, desde temprano
bierno por esta circular y pidió que lo fueron enviados a la plaza de Bolívar
establecido en ella fuera elevado a la destacamentos del ejército, la fuerza
categoría de precepto constitucional. aérea y la marina. La plaza estaba
En el contexto de violencia que volvía adornada con estandartes y carteles
a aparecer en ciertas zonas, el gobier­ que mostraban un fusil y una pala en­
no de Rojas comenzó a asimilar al trecruzados, con el lema «Pueblo-
protestantismo con la subversión y el Ejército-Tercera Fuerza». Al pie de la
comunismo. Así, en 1956, el Ministe­ estatua de Bolívar había un crucifijo y
rio de Educación reiteró la prohibi­ ocho urnas que según se decía conte­
ción de hacer proselitismo protestan­ nían las cenizas de colombianos muer­
te, aduciendo que tal actividad abría el tos en la guerra de Corea y en la gue­
camino para la infiltración comunista. rra interna. Rojas, quien estaba en
En el mensaje de año nuevo de 1956, una plataforma cerca al crucifijo,
Rojas expresó que a la guerrilla se le tomó un juramento a la multitud en
había incautado correspondencia en la nombre de Cristo y de Bolívar. La
que había propaganda protestante y base de la Tercera Fuerza, nombre
comunista. Y el 17 de agosto de ese que daba el gobierno al movimiento,
mismo año, Rojas anunció la publi­ serían el ejército y los trabajadores, y
cación del Libro Rojo de Colombia y el saludo adoptado consistía en estre­
prometió revelar los «verdaderos cul­ charse la mano por encima de las ca­
pables» de la situación de violencia. bezas, lo cual significaba la unidad en­
Dijo: «Probaremos dos cosas: una tre el ejército y los ciudadanos. El mo
propaganda comunista y una propa­ vimiento era una respuesta al frente
Capítulo 5 119

civil que se iba conformando en contra


del gobierno militar. La jerarquía no
estuvo conforme con dicha ceremonia,
que implicaba la participación de sec­
tores socialistas, de antiguos dirigen­
tes de la CTC y de sindicalistas vin­
culados al peronismo. En consecuen­
cia, impugnó la utilización de símbolos
religiosos por el gobernante y el ju­
ramento que había tomado a los con­
currentes.
Ya desde principios de ese año, se
habían evidenciado los primeros sín­
tomas de distanciamiento entre la je­
rarquía y el gobierno. El primero de
ellos fue con motivo de la masacre de
la plaza de toros en Bogotá. Sucedió
que el 26 de enero de 1956, cuando
apareció en los tendidos Alberto Lle-
ras, que ya se perfilaba como uno de
los dirigentes de la coalición antidic-
tatorial, la mu ltitud lo aplaudió fre- si no una ruptura, un primer distan- Inauguración de la
xxvixvtuxxvxxiv. x vyx wx vyxxtxiuxv. vviuiiviv ciamiento entre la jerarquía y el go­ televisión en Colombia,
llegaron María Eugenia Rojas y su es­ bierno. con una transmisión
poso Samuel Moreno Díaz, fueron re­ desde el Salón Bolívar
Luego, a medida que la situación del palacio de San
cibidos con una estruendosa rechifla. política cambiaba y que crecía en au­ Carlos, 13 de junio
En esa ocasión, El Catolicismo, órga­ diencia el frente civil de oposición, la de 1954.
no periodístico de la Curia, protestó Iglesia rompió sus vínculos con la dic­
por el desacato a la hija del presiden­ tadura y participó activamente en la
te. Una semana después, el sábado 5 resistencia, hasta el punto de que fue
de febrero, áulicos de la dictadura es­ uno de los elementos decisivos para la
tratégicamente situados en las grade­ caída de Rojas. En las postrimerías de
rías iniciaron una carnicería contra este gobierno, el 30 de abril de 1957,
quienes en la plaza quisieron repetir la el cardenal Luque expidió una carta
escena anterior de rechifla o, incluso, pastoral que significaba la deslegiti­
contra quienes no vivaban al gobier­ mación del gobierno y equivalía, en un
no. Los matones procedieron con ca­ sentido contrario, a aquella por la cual
chiporras y otro tipo de armas, y el sal­ había declarado válido el golpe de es­
do, que con gran escándalo registró la tado. Este documento fue decisivo en
prensa internacional, fue de 8 muertos contra de Rojas, así como lo fue la va­
y 112 heridos, según la revista Visión, liente actitud de gran número de pre­
que no pudo circular en el país. Es lados y sacerdotes que protegieron de
muy probable que estos hechos san­ la represión a muchas personas que lu­
grientos no hubiesen contado con la chaban contra la dictadura.
aquiescencia de Rojas y su familia y
que se debieran a áulicos fanatizados
ansiosos de hacer méritos, pero de to­ La obra de Rojas _____________
das maneras, el efecto político para el Es evidente que Rojas no tenía unas
gobierno fue desastroso, pues confir­ concepciones claras y precisas sobre el
mó ante la opinión internacional y la manejo del Estado, y mucho menos
ciudadanía el carácter autoritario y re­ acerca de la manera como iba a dirigir
presivo del régimen. En esta ocasión, la economía. Lo que lo guiaba eran
El Catolicismo protestó por el atro­ unos principios generales sobre lo que
pello a la ciudadanía y esto evidenció, él creía que era el bien común, dentro
120 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

2314 del 4 de septiembre de 1953; au­


torizó al Instituto de Fomento Algo­
donero para constituir el Fondo Na­
cional del Algodón por el decreto 0455
del 2 de marzo de 1956; autorizó al
Banco Ganadero para que pudiera de­
sarrollar todas las actividades de los
bancos comerciales y para que fuera
accionista del Banco de la República
por medio del decreto 0921 del 20 de
abril de 1956; aumentó el capital de la
Caja de Crédito Agrario Industrial y
Minero, por el decreto 451 del 2 de
marzo de 1956; en 1954 creó el Insti­
tuto Nacional de Fomento Tabacale­
ro; durante su mandato, la CVC, Cor­
poración del Valle del Cauca, recibió
apoyo del Banco Mundial para un
plan de desarrollo regional en ese de­
partamento.
Entre las obras desarrolladas en el
gobierno de Rojas, merece destacarse
el impulso que le dio a las vías de co­
municación, entre ellas, la construc­
Durante una del marco de una concepción autori- ción del ferrocarril del río Magdalena,
manifestación de apoyo al taria y marcadamente conservadora, obra que se había planeado en el go­
régimen, el balcón del de la cual nunca salió. En junio de bierno anterior; la construcción del
palacio de la Carrera 1954, la revista Economía Colombiana aeropuerto de El Dorado en Bogotá,
adornado con la bandera
de Sendas, creado en definía lo que podrían ser las metas el de Barrancabermeja, con capacidad
septiembre de 1954. Se del régimen: el fin de la lucha de cla­ para vuelos nocturnos, y más de cua­
distingue el general ses; la formación de sindicatos apolí­ renta aeródromos regionales. Con el
Gabriel París, Pabón ticos; un programa agrario en benefi­ objeto de nacionalizar la compañía, el
Núñez, la familia gobierno compró las acciones de
presidencial, Evaristo
cio del campesino, que incluía el de­
Sourdís, y el general sarrollo de zonas retrasadas, la mejora Avianca. San Andrés y Providencia
Gustavo Berrío. de las condiciones del agricultor me­ fueron incorporados más efectivamen­
diante programas de educación, la te a la economía y a la vida nacional,
modernización de la agricultura, y la y San Andrés, en donde se construyó
protección de los pequeños negocios. un aeropuerto, fue declarado puerto
Rojas procedía de un medio rural y libre. El 14 de julio de 1954, fue crea­
sus actividades económicas estuvieron do el Banco Popular para servicio de
ligadas a la actividad agropecuaria la clase media, y en abril de 1955 se
como terrateniente. De allí su escaso creó el INA, Instituto Nacional de
interés por otras actividades, e incluso Abastecimientos, para la venta de ar­
su resistencia y antipatía contra quie­ tículos de consumo subvencionados
nes dirigían otros sectores económicos por el Estado. El 13 de junio de 1954
como la industria y las finanzas. En se inauguró la Televisora Nacional, y
sus políticas económicas, fundamen­ dentro del proyecto de construcción
talmente pensó en el agro, y los ma­ de obras públicas, muchas veces no
yores enfrentamientos los tuvo con los exento de gastos suntuarios, se cons­
grandes capitalistas industriales, ban- truyó el Centro Administrativo de la
carios y comerciales que a la postre ciudad de Bogotá.
determinaron su caída. Dentro de la visión populista que te­
En beneficio de los sectores agrarios ma Rojas de la política, se creó en sep­
creó el Banco Cafetero por decreto tiembre de 1954, y como un elemento
Capítulo 5 121

fundamental de propaganda para su María Eugenia Rojas


régimen, la Secretaría Nacional de de Moreno Díaz, en su
Asistencia Social (SENDAS), dirigida uniforme de "capitana"
por su hija María Eugenia. El objetivo de la policía cívica.
de la institución era ayudar a los cam­ "La excesiva propaganda
pesinos damnificados por la violencia que se hizo de Sendas
y los despilfarros que
política, como algo complementario indudablemente se
del proceso de paz. Con el tiempo, el cometieron, hicieron
organismo se constituyó en base de antipática la institución,
propaganda del régimen a través de hasta el punto que ella
fue uno de los centros
las donaciones de juguetes y alimentos de ataque contra el
que con gran despliegue publicitario régimen de Rojas".
se hacían. Vinieron entonces las ana­
logías con el régimen de Perón. La ex­
cesiva propaganda que a través de la
televisión y otros medios se hizo de
SENDAS y los despilfarros que indu­
dablemente se cometieron, hicieron a
la larga antipática la institución, hasta
el punto de que ella fue uno de los
centros de ataque contra el régimen de
Rojas.

Los gremios se defienden


las sociedades, por lo cual las personas
Con los gremios económicos, la bata­ que recibían altos ingresos por este
lla fue prolongada. Tras del apoyo ini­ concepto no tributaban como perso­
cial que los gremios suelen dar a todo nas naturales. Inmediatamente, la
gobierno, comenzó a presentarse el Asociación Nacional de Industriales
enfrentamiento, en forma paulatina (ANDI) reaccionó contra la medida,
en un principio, y acelerada después. tildándola de expropiatoria. En di­
La boyante situación económica del ciembre de 1954, la Compañía Colom­
primer año daba mucha capacidad de biana de Tabaco elevó el precio del
juego al gobierno, que tenía ingresos paquete de cigarrillos en cinco centa­
y no estaba acosado por una balanza vos, sin que al mismo tiempo hubiera
cambiaría o de pagos adversa. Pero la subido el precio de compra del tabaco
cuestión impositiva, como casi siem­ a los aparceros y campesinos que lo
pre, fue el detonante, pues los secto­ producían y sin que tampoco hubiera
res privilegiados raramente toleran aumentado el salario a sus obreros. En
una tributación redistributiva que dis­ un discurso que Rojas pronunció en la
minuya sus prerrogativas. Poco des­ zona tabacalera de San Gil, en San­
pués de posesionarse, Rojas estable­ tander, expresó que los accionistas de
ció un impuesto mínimo para ingresos esa compañía obtenían millones de pe­
superiores a mil pesos y para patri­ sos en dividendos, y que si la empresa
monios superiores a cinco mil pesos. no tomaba otra actitud, sería nacio­
Pero la disposición más atacada, y la nalizada. La semana siguiente, la com­
que realmente le enajenó las simpatías pañía aumentó los precios de compra
de los grandes capitalistas, fue la que del tabaco y los salarios a sus traba­
vino en llamarse «doble tributación» jadores, pero a costa del resentimien­
por sus impugnadores. Ésta gravaba to del sector empresarial. El decreto
los ingresos por dividendos, de accio­ 058 de 1955 autorizó a los gobiernos
nes y bonos, que hasta ese momento locales para fijar un impuesto a las su­
eran exentos. Hasta entonces, tales cursales de los bancos y de las com­
rentas sólo eran gravadas en cabeza de pañías de seguros, que hasta ese mo-
122 Nueva Historia de Colombia. Vol //

ron una reclamación conjunta ante el


ministro de Hacienda, en la que pe­
dían una reforma impositiva con re­
ducción de impuestos, la liberación de
crédito, la supresión de los gastos sun­
tuarios e innecesarios en el presupues­
to y la reducción de importaciones.
Era evidente que la luna de miel entre
los gremios y el gobierno había ter­
minado y que la nueva situación eco­
nómica, ante la baja de los precios del
café, presentaba un nuevo panorama
que exigía reducción del gasto. Así,
las condiciones económicas se consti­
tuían en limitante del populismo. No
obstante, las importaciones y los gas­
tos militares siguieron su carrera de­
Funerales de estudiantes mento no lo pagaban y sólo tributaban senfrenada. La situación económica se
muertos durante las al gobierno central. Con ello se igua- agravó, y esto incidió necesariamente
Jornadas de mayo del 57, laba la situación tributaria de esos es- contra el gobierno de Rojas, a quien
en Manizales. tablecimientos con la de los industria­ se criticaba el gasto excesivo e indis­
les que sí lo pagaban. Inmediatamente criminado, la compra de armamento y
vino la protesta de la ANDI, de la el despilfarro en ciertos sectores para
Asociación Bancaria y de la Asocia­ efecto de crear imagen. Los principa­
ción Colombiana de Compañías de Se­ les problemas económicos eran la in­
guros. Poco después, FENALCO se flación interna, una deuda pública cre­
unió a estos gremios para pedir un ciente, disminución de las reservas de
cambio en la legislación tributaria. En divisas, alza del dólar y una gran fuga
mayo de 1955, los gremios presenta- de capitales. Con todo, el régimen se­
guía comprando armas, aviones a
reacción, destroyers, etc. Fue enton­
Mayo de 1957: ces cuando el Banco Mundial aplazó
manifestación de
mujeres en contra de un préstamo ya negociado para la
Rojas, en la ciudad construcción de ferrocarriles y el pro­
de Manizales. yecto de desarrollo del Valle del Cau­
El 7 de mayo, Alberto ca se paralizó. El 4 de octubre de
Lleras decretaría
la huelga general...
1956, renunció el criticado ministro de
Hacienda Carlos Villaveces y fue
reemplazado por Luis Morales Gó­
mez, que venía funcionando como ge­
rente del Banco Popular.

Se organiza la oposición política


Como se vio, en un comienzo Rojas
tuvo un apoyo casi unánime de la po­
blación. Los partidos y grupos políti­
cos lo acompañaron con la excepción
de los que quedaron en la fracción lau-
reanista y en el partido comunista, que
era un grupo pequeño y diezmado por
la persecución. Los dirigentes políti­
cos pensaron que el paso de Rojas por
el gobierno sería breve y que rápida-
Capítulo 5 123

mente quedaría el campo abierto para entre Rojas, la opinión pública y los
la competencia partidista. Por eso partidos. La matanza de los estudian­
apoyaron la legalización del golpe de tes en junio le enajenó simpatías de
estado por la ANAC. La prórroga sectores de la población, aunque la di­
para otro período de cuatro años por rección de los partidos continuara
esa misma corporación, en agosto de apoyándolo. Pero, tan pronto se apro­
1954, no contó con el mismo entusias­ bó la reelección por cuatro años, el
mo, pero tampoco hubo mayor opo­ partido liberal comenzó a tomar sus
sición. Poco a poco, Rojas comenzó a distancias. Ya en agosto de 1954, la di­
revisar sus proyectos sobre permanen­ rectiva del partido desautorizó la par­
cia en el mando o por lo menos a ha­ ticipación de sus militantes en la
cerlos explícitos. En noviembre de ANAC, basándose en que Rojas no
1954 dijo: «Dios es testigo de que con­ había tenido en cuenta la lista que el
tinuaré dirigiendo los destinos públi­ partido le había presentado para efec­
cos únicamente hasta que el odio fra­ tuar la ampliación. El recrudecimiento
tricida haya desaparecido y podamos de la violencia en ciertas zonas y la
de nuevo transitar el camino de la paz persecución a la prensa, en especial El
y recobrar nuestro prestigio de nación Tiempo y El Espectador, contribuye­
culta y cristiana», lo cual en el contex­ ron más a ese distanciamiento que se
convirtió en oposición, máxime que Un sacerdote arenga
to de violencia que se padecía, equi­ a la multitud en la
valía de cierta manera a una condi­ los miembros de ese partido continua­ ciudad de Cali, donde
ción imposible. Luego, en el mensaje ban siendo excluidos sistemáticamente el 1" de mayo, por
de año nuevo que dirigió al país en de los ministerios, de los altos cargos orden presidencial,
1955, Rojas dijo que el estado de sitio y de la burocracia en general. se intentó detener
a Guillermo León
no sería levantado mientras «yo esté En el partido conservador la situa­ Valencia, a quien un
en el poder» y que no habría eleccio­ ción era diferente. Los laureanistas Frente Cívico había
nes porque, en aras de la paz, no se eran irreductibles opositores del régi­ postulado el 8 de
podía lanzar al país a un debate elec­ men, pero los otros sectores, especial­ abril anterior como
candidato a la
toral. mente el de Ospina, que controlaba presidencia, en contra
Un año después de la toma del po­ gran parte de la burocracia y la ma­ de la reelección de
der había síntomas de distanciamiento yoría en la ANAC, apoyaban al go- Rojas Pinilla.
124 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

vil para combatir la dictadura. Lleras


se convertiría en la cabeza más visible
del movimiento que daría al traste con
el gobierno de Rojas. Al año siguien­
te, en marzo, en una convención li­
beral en Medellín, Alberto Lleras fue
elegido jefe de su partido. Con oca­
sión de ese acontecimiento, el ex pre­
sidente Alfonso López Pumarejo, en
un gesto audaz, dirigió una carta al di­
rectorio liberal de Antioquia, en la
que proponía una reforma constitucio­
nal para establecer una representación
proporcional de todos los grupos po­
líticos y sugería, por primera vez, la
posibilidad de un apoyo liberal a un
candidato conservador que sucediera
democráticamente a Rojas. Por este
documento y por sus acciones poste­
riores, López ha sido considerado
El palacio de San Carlos,
aislado y fuertemente como el precursor ideológico del Fren­
defendido durante las bierno, y en todo caso, no se atrevían te Nacional. Por el lado liberal, que­
jornadas de mayo. a romper con él en la esperanza de te­ daba entonces allanado el camino para
ner el apoyo oficial para la sucesión el entendimiento bipartidista con mi­
"Encontramos a presidencial en 1958. ras al combate contra Rojas. Por la ra­
Esperanza, viva la En noviembre de 1955, Alberto Lle­ zón atrás aludida, Ospina, que conti­
libertad". Uno de los
carteles con que se
ras, que había retornado al país des­ nuaba como presidente de la ANAC,
celebró en caravana de pués de una larga permanencia en el no se decidía a romper con Rojas, y
automóviles la exterior, en donde sirvió como secre­ entonces Alberto Lleras se fue a Es­
caída de Rojas Pinilla. tario de la OEA, propuso un frente ci­ paña a entrevistarse con Laureano
Gómez en su exilio. Producto de esas
conversaciones fue el documento que
se conoce como Pacto de Benidorm en
el que se hablaba de una acción con­
junta para restablecer la libertad y las
garantías constitucionales. El encuen­
tro y el documento eran trascenden­
tales, porque se superaba un período
de agrio enfrentamiento partidista. En
adelante, Laureano Gómez fue un
permanente defensor de la conviven­
cia entre los partidos tradicionales.
A fines de 1956, el 11 de octubre,
presidida por Ospina Pérez, se reunió
la ANAC después de dos años de no
deliberar. Como fuera aprobada la
propuesta de Rojas de que se aumen­
tara en veinticinco miembros elegidos
por el ejecutivo el número de inte­
grantes de la corporación, Ospina re­
nunció en señal de protesta. Con eso
quedaba abierto el camino para la
unión de todas las fuerzas partidistas
en el enfrentamiento contra Rojas.
Capítulo 5 125

El 28 de enero de 1957, el ministro contra el régimen por parte del car­


de Guerra, general Gabriel París, ex­ denal, quien criticaba la profanación
presó en nombre de las Fuerzas Ar­ sacrilega de la iglesia. Ya el día 7 de
madas: «Hemos exigido al general Ro­ mayo, Alberto Lleras, como jefe del
jas continuar en el poder en el período movimiento, había decretado una
de 1958-1962, de acuerdo con las ma­ huelga general que comenzó por el co­
yorías populares de los partidos.» Esta mercio de la capital y prosiguió en la
declaración y la ampliación de la industria y los bancos del país. Como
ANAC, consolidaron la oposición. El hecho sin antecedentes, los industria­
8 de abril de 1957, el Frente Cívico les, los dirigentes bancarios y los ge­
postuló a Guillermo León Valencia rentes propiciaron el paro cívico y aun
como candidato a la presidencia. En impulsaron a los trabajadores para
ese mismo mes de abril, y como una que dejaran de laborar, prometién­
muestra de la posición de sectores doles que les reconocerían sus sala­
eclesiásticos contra el gobierno de Ro­ rios.
jas, el arzobispo de Popayán recibió a El 10 de mayo, en las horas de la
dirigentes de la oposición. El 30 de mañana, se supo de la renuncia de Ro­
abril, el cardenal Luque manifestó en jas en favor de una junta militar. En
una entrevista que la reelección sería el discurso que pronunció para expli­
ilegal. El 1 de mayo, por orden pre­ car su renuncia, Rojas dijo: «Sería im­
sidencial, se intentó detener en Cali a posible que yo, que di al país la paz,
Guillermo León Valencia. Éste opuso fuera a causar un inútil derramamien­
resistencia y fue a conferenciar con el to de sangre.» Y en verdad que debe
obispo de la ciudad. Entre tanto, la reconocerse que, a pesar de las me­
Alberto Lleras, Darío
ciudadanía comenzó a protestar y los didas autoritarias del régimen y aun de Echandía y Mariano
estudiantes hicieron manifestaciones sus atropellos, Rojas, con su proce­ Ospina Pérez, durante el
en Bogotá y en todo el país. El do­ der, impidió un baño de sangre. Ac­ acto de entrega de
mingo siguiente, la policía atacó a los titud semejante fue la que tomó Rojas credenciales a los
feligreses que, gritando consignas con­ cuando evitó una confrontación en el miembros de la Junta
Militar de Gobierno,
tra el gobierno, salían de misa en la mes de abril de 1970, cuando sus par­ mayor general Gabriel
iglesia de la Porciúncula en Bogotá, e tidarios reclamaban el triunfo en las París Gordillo y brigadier
incluso penetró al templo. El día 9, en elecciones que dieron la presidencia a general Deogracias
El Catolicismo, apareció una condena Misael Pastrana. Fonseca.
126 Nueva Historia de Colombia. Vol //

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«ENTREVISTA CON LUCIO PABÓN NÚÑEZ». Revista de Historia, vol. I, n.° 8 (Bogotá, noviembre
de 1981).
Capítulo 6 127

Violencia, guerrillas
y estructuras agrarias
Gonzalo Sánchez G. vestigación social actual en el país. Gra­
cias a este esfuerzo colectivo es posi­
ble emprender una nueva síntesis in­
a Violencia es el punto nodal en
L la historia contemporánea de Co­
lombia. Durante un buen tiempo,
terpretativa del fenómeno como la
que nos hemos propuesto en las pá­
singinas que siguen.
embargo, esta posición de referente Comenzaremos con el análisis del
obligado del fenómeno tuvo efectos escenario y las condiciones de irrup­
paradójicos en la investigación: los ción de la Violencia.
analistas de las primeras décadas del
siglo lo veían como un indefinido ho­ El gaitanismo y la crisis oligárquica
rizonte en el cual se cerraban sus ex­
plicaciones y los procesos por ellos es­ Al término de la segunda guerra mun­
tudiados, en tanto que los investiga­ dial, Colombia seguía teniendo, bási­
dores de las últimas décadas partían camente, una estructura oligárquica,
de la simple constatación de algunos cuestionada insistentemente en las dos
de sus resultados. Pero la Violencia décadas precedentes, pero no seria­
misma, su complejo transcurrir, que­ mente amenazada. Los signos econó­
daba, en cierto modo, entre parénte­ micos inmediatos permitían incluso
sis. Había incluso un no confesado te­ avizorar una nueva era de prosperi­
mor a penetrar en su territorio. dad, si se toman como termómetro
Esta situación ha comenzado a cam­ factores tales como precios del café,
biar aceleradamente en años recien­ volumen de importaciones, tasa de in­
tes. La Violencia se ha desacralizado dustrialización, crecimiento agrícola
y constituye ya no sólo un referente global. La esquiva pareja desarrollo
histórico privilegiado sino, además, económico-estabilidad política, pare­
uno de los ejes de atracción de la in­ cía de repente al alcance de la mano
128 Nueva Historia de Colombia. Vol II

de unas clases dominantes relaciona­ Ésta era objetivamente una situa­


das entre sí por una peculiar dualidad: ción potencialmente cnoflictiva, pero
cohesión interna y división partidista no necesariamente revolucionaria. Lo
de sus clases subalternas. que la hizo realmente explosiva fue la
Sin embargo, ésta era sólo la verdad dinámica que en ella introdujo el mo­
de los usufructuarios. Las mayorías vimiento gaitanista con dos temáticas
nacionales eran menos optimistas y se claramente reformistas, la distribución
sabían pertenecientes a otras colum­ económica y la participación política
nas estadísticas. Más del 70 % de la pero respaldadas por una movilización'
población era campesina: más de la social de tal magnitud que parecía
mitad analfabeta; 3 % de los propie­ transformar su contenido y que de he­
Jorge Eliécer Gaitán: tarios monopolizaban el 50 % de la cho las fuerzas del status quo perci­
líder social y jefe único deltierra. Obreros y campesinos venían bieron como una amenaza a todo el
partido liberal en ¡947. escuchando ya un lenguaje de intimi- edificio social de la República oligár­
Cómo mantener esa dobledación. Los primeros habían sido no- quica.
función fue el dilema que tificados por Alberto Lleras Camargo,
debió enfrentar el Gaitán se erigió en los años cuaren­
caudillo. a raíz de la huelga de la FEDENAL, ta como el heredero de tareas demo­
en 1945, de que no se toleraría la exis­ cráticas aplazadas, inconclusas o frus­
tencia de un poder en Bogotá y otro tradas, y en el curso de dos años de
en el río Magdalena. Los segundos ha­ agitación social dio la impresión de es­
bían sido puestos en cintura con la Ley tarle dando un vuelco a la política co­
100 de 1944, por medio de la cual se lombiana, unificando al pueblo en tor­
establecían las normas que «(garanti­ no suyo y a la oligarquía en su contra.
zaran) adecuadamente los derechos de En las elecciones presidenciales de
los propietarios, poniéndolos a cubier­ 1946, con sus 358.957 votos, frente a
to de las tentativas, tan comunes antes los 441.119 de Gabriel Turbay y los
de su expedición, por parte de los pre­ 565.939 de Mariano Ospina, se con­
tendidos colonos, de convertirse en virtió en una minoría decisoria. La oli­
Manifestación gaitanista amos y señores de las pequeñas par­ garquía, por supuesto, no sabía qué
en 1946; primero fue celas cultivadas», según se dijo en su hacer para atajarlo o domesticarlo.
presentado por los propiosmomento desde las páginas de la Re­ Los liberales, por ejemplo, coreados
liberales como vista Cafetera, órgano de difusión de la por los comunistas, recurrieron ini­
encarnación
después, pasódel fascismo;
a ser una fpeotdeeroros.sa Federación Nacional de Ca- cialmente a la sensibilidad que habían
"minoría decisoria". feteros. dejado los horrores de la guerra y lo
presentaban como la encarnación del
peligro fascista en el suelo colombia­
no. Las masas no se dejaron engañar
y la táctica no prosperó. Ensayaron
entonces otra vía que a la postre re­
sultó más eficaz, el «entrismo», es de­
cir, la penetración del movimiento que
virtualmente lo neutralizaba o acen­
tuaba sus tensiones internas. A ese
precio pudo convertirse en jefe único
del partido liberal en 1947. Los con­
servadores, por su parte, se movieron
en una dirección inversa frente a Gai-
tán. Con Laureano Gómez a la cabe­
za, se propusieron asimilar a sus in­
tereses partidistas el discurso gaitanis-
ta sobre la «restauración moral de la
República», una consigna que tenia
como blanco principal la República
Liberal de López Pumarejo. El efecto
Capítulo 6 129

de esta táctica fue notablemente am­


biguo, ya que indudablemente contri­
buyó al rápido ascenso de Gaitán y a
lo que deliberadamente se buscaba,
esto es, la derrota de los liberales por
la vía de la división, pero también es­
taba dándole a Gaitán la oportunidad
de transmitir su mensaje antioligár­
quico al pueblo conservador que, ya
no por táctica sino por convicción, co­
menzó a sentirse sinceramente atraído
por la palabra de Gaitán, como tam­
bién estaba sucediendo con los poli­
cías enviados a vigilar sus manifesta­
ciones y con los comunistas enviados
a sabotearlas. Como se dice en los rue­
dos, era necesario cambiar de tercio.
La inminencia del triunfo de Gaitán,
que más que previsible era un hecho, berales, contra los colonos y arrenda­ En la plaza de toros,
alarmó a la oligarquía conservadora, tarios. Ahora, en los años cuarenta, Laureano Gómez (con su
cuando las migraciones, la industria­ esposa María Hurtado) y
que echó mano del lenguaje de la gue­ Jorge Eliécer Gaitán. Los
rra fría para describir a Gaitán como lización, las operaciones mercantiles y dos líderes se erigen en
la punta de lanza del comunismo y, financieras se estaban desarrollando a portavoces de sectores
por consiguiente, como el represen­ una escala que hacía de las ciudades enfrentados de la
tante de oscuras fuerzas destructoras centros decisivos del poder y del ca­ sociedad.
de la libre empresa y de los valores pital, lo mismo que de resultados elec­
cristiano-occidentales. torales, se estaba dirigiendo a las ca­
Cualquiera que fuera la actitud per­ pas medias, a los tenderos, a los ar­
sonal de Gaitán frente a estas manio­ tesanos, a los obreros de la industria y
bras —y el equívoco ha sido conside­ los servicios, y a toda esa franja que
rado incluso como un componente los cachacos bogotanos llamaban los
esencial tanto de su discurso como de bajos fondos de la sociedad. Todos es­
su práctica política— había algo quizás tos sectores habrían de representar un
más importante y era la imagen po­ papel determinante en los aconteci­
pular que se estaba construyendo de mientos del 9 de abril. En torno a Gai-
Gaitán, es decir, la representación co­ tán, como símbolo aglutinante, se es­
lectiva que se estaba haciendo de él y taba construyendo, por primera vez,
que podía o no coincidir con su tra­ una nueva unidad histórica, la unidad
yectoria individual. Todos recordaban del pueblo.
su ardiente oratoria contra el despo­ El problema entonces para Gaitán
tismo del capital extranjero, contra el —como lo ha mostrado en un brillante
entreguismo de la oligarquía, y en de­ estudio reciente Daniel Pecaut— era
fensa de los trabajadores nacionales, cómo mantener, y con qué efectos, esa
en sus memorables debates sobre las doble función de líder social y jefe del
bananeras en 1929. Los campesinos de partido liberal. Veamos la evolución y
Cundinamarca y el Tolima, principal­ desenlace de este interrogante crucial
mente, pero no solamente ellos, lo ha­ en la política colombiana de los años
bían tenido a su lado y como intérpre­ cuarenta.
te de sus aspiraciones en la lucha con­ En los conflictos urbanos, a los cua­
tra el poder terrateniente en el perío­ les la oligarquía estaba respondiendo
do de agitación agraria de los primeros coma un bloque homogéneo, parecía
años treinta. En aquel entonces, desde sentirse más la presencia de Gaitán
la UNIR, denunció las arbitrariedades como líder social. El movimiento
de los hacendados, en su mayoría li- obrero constituía el centro de las de-
130 Nueva Historia de Colombia. Vol 11

opera como freno al desarrollo del gai-


tanismo como frente de los oprimidos
y arrincona a Gaitán en su papel de
simple jefe liberal. Ha ido quedando
un flanco abierto que progresivamente
entra a copar Laureano Gómez. Bajo
su influencia, en efecto, la dinámica
de los enfrentamientos rurales asume
crecientemente un carácter netamente
partidista. Su punto de partida es cla­
ramente identificable: los más noto­
rios bastiones del tradicionalismo, en
Boyacá y los Santanderes, principal­
mente, en donde la memoria de la per­
secución liberal a los campesinos con­
servadores durante el gobierno de En­
rique Olaya Herrera (1930-1934) es­
taba aún fresca. Desde allí el debate
Manifestación del finiciones. La ofensiva oligárquica se en torno a la sucesión presidencial te­
silencio, febrero 7 de expresaba por el momento en la sis- nía una mira precisa: la organización
1948: "Esta marcha dejó temática destrucción de organizacio- de la retaliación. Desde allí habría de
al pueblo con una inmensa
ira contenida y a la nes sindicales, la anulación de con- apuntalarse una de las medidas más
oligarquía literalmente quistas laborales y, complementaria- directamente asociadas a la generali­
aterrorizada, a la espera mente, en la promoción de sindicatos zación de la Violencia: la renovación
de lo peor..." dóciles a la voz de los patrones y de de la policía liberal y su sustitución por
los púlpitos. Característicamente, campesinos reclutados en las veredas
Gaitán, que era amigo de los obreros, boyacenses, especialmente en la de
pero no de los aparatos sindicales, a Chulavita, cuyos habitantes se gana­
los cuales asociaba no sin razón a la ron una sanguinaria reputación y un
estructura oligárquica, desplaza la ac­ espacio en el diccionario de la Violen­
ción reivindicativa a la lucha callejera, cia. En este contexto parecía como si
esto es a un terreno en el cual la lucha las más tradicionales comunidades
obrera pudiera fundirse con la del res­ campesinas se resistieran a darle paso
to del pueblo. A la negociación de los a los diferenciados conflictos de clase
sindicatos y el Estado —fórmula pri­ de una sociedad en proceso de mo­
vilegiada de la República Liberal— dernización capitalista. Era el choque
opone la acción directa: la marcha, la del campesinado conservador con la
manifestación. Su escenario no es la militancia social de la ciudad.
fábrica sino la plaza pública. Lo que Desde luego, la superposición de las
se perfila allí es, primero, una nueva modalidades de las contradicciones de
estrategia —la lucha reivindicativa la vieja y la nueva sociedad se consti­
pasa por la lucha política contra la oli­ tuiría en uno de los rasgos dominantes
garquía— y, segundo, una redefini­ y característicos de la Violencia, un
ción de los antagonismos tradiciona­ término que en su ambigüedad misma
les. La idea de una coalición biparti­ describía la complejidad del nuevo pe­
dista contra el gaitanismo, sugerida ríodo histórico que se estaba inaugu­
inicialmente por Alfonso López Pu- rando.
marejo a comienzos de 1946 y luego La significación política de Gaitán y
materializada bajo el gobierno de Os- de Laureano Gómez reside precisa­
pina Pérez, es respuesta pero también mente en el hecho de haberse erigido
acicate al proceso de formación de un en portavoces de estas dos tendencias
bloque popular. históricas que acabamos de describir.
Simultáneamente, sin embargo, hay Gaitán pretende imponer la dinámica
otro proceso opuesto al anterior, que de la confrontación social, y aunque
Capítulo 6 131

sabe que también hay regiones agra­


rias sensibles a ella, su punto de apoyo
son las ciudades, las amplias masas ur­
banas. Laureano Gómez, político
aguerrido, brillante y sectario, atiza la
confrontación partidista, capta a los
terratenientes amenazados o golpea­
dos en las más recientes movilizacio­
nes campesinas, ofrece garantías de
acumulación a los capitalistas más
asustados que ven en el lenguaje re­
distributivo de Gaitán un disimulado
programa socialista y, sobre todo,
enardece los ánimos de zonas rurales
en donde a una cultivada mentalidad
de sumisión secular se agrega el con­
trol social y político de la Iglesia. Gó­
mez gusta incluso perfilarse como in­
térprete de todas las causas más reac­ tido del pueblo (como se insinuaba en Parque de Banderas, en la
cionarias: frente a la República espa­ la Plataforma del Colón en 1947), o si entrada al aeropuerto de
ñola ha tomado el lado de la Falange; se mantendría el perfil de movimiento Techo, engalanado para
frente a la causa de los Aliados, ha op­ (gaitanista), que era como de hecho se la reunión de la IX
tado por el Eje Roma-Berlín, y frente Conferencia
le identificaba. En todo caso, su pre­ Panamericana de Bogotá,
a la que se suponía conciliadora acti­ ferencia por los comités populares y su en abril de ¡948.
tud de Ospina Pérez, prefiere la línea renuncia al esquema organizativo de
del ministro José Antonio Montalvo, directorios y de células revelan una
«sangre y fuego». Ha puesto todo su mayor inclinación por la línea de mo­
talento político y, miradas retrospec­ vimiento que por la línea de partido.
tivamente las cosas, con gran eficacia, Esto tenía ventajas pero también
al mantenimiento de los nuevos con­ grandes limitaciones. Permitía una
flictos del país dentro de los viejos amplia diversificación social en mo­
moldes de las divisiones verticales. mentos de ascenso, incorporaba a las
Dos consignas que hicieron época de­ masas a su propio proceso de movili­
finen con toda precisión estas contras­ zación, pero era un obstáculo a la uni­
tantes figuras políticas. Gaitán: «Con­ ficación ideológica y a la cohesión dis­
tra la oligarquía liberal y la oligarquía ciplinaria en momentos de crisis. Con­
conservadora, a la carga»; Laureano cordaba también esta táctica con un
Gómez: «Hay un millón ochocientas papel que Gaitán se reservaba para sí
mil cédulas falsas», decretando de un y cultivaba con esmero: la posibilidad
solo golpe la ilegitimidad de todo el de erigirse él como único interlocutor
partido liberal. entre las masas y la oligarquía y en el
Gaitán intentó ciertamente darle escenario escogido por él, la plaza pú­
una salida a este divorcio de lo social
blica. La fuerza teatral de esta media­
y lo político. Enarbolando sistemáti­ ción se iba a hacer patente en sus más
camente, desde el partido liberal, ban­ espectaculares manifestaciones, como
deras en las que se contraponía la oli­ la Marcha de las Antorchas, que el es­
garquía al pueblo, el país político al tablecimiento asoció a la toma de
país nacional, invitaba a un reagru- Roma por Mussolini, y sobre todo, en
la Marcha del Silencio (7 de febrero de
pamiento de las fuerzas políticas que 1948) que dejó al pueblo con una in­
transformara el contenido del enfren­ mensa ira contenida y a la oligarquía
tamiento liberal-conservador. No es­ literalmente aterrorizada a la espera
taba del todo claro si para llegar a ese de lo peor. La vulnerabilidad trágica
resultado se iba a optar por la vía de de esta personalización del movimien-
convertir al partido liberal en un par-
132 Nueva Historia de Colombia. Vol II

Un primer rostro de la ciones, el rostro del pueblo. Una mul­


Violencia: la cabeza de tiforme insurrección, la más compleja
Juan Roa Sierra, asesino de los tiempos modernos, había esta
de Gaitán, linchado por la llado.
muchedumbre el 9 de
abril. La fotografía, de El asesino material, un tal Roa Sie­
Luis Gaitán, fue tomada rra, fue linchado y su cadáver destro­
en el Cementerio Central. zado fue arrastrado al grito de «¡A pa­
lacio!» por las mismas calles que dos
meses atrás había recorrido una mu­
chedumbre silenciosa, cuyo desbor­
damiento eventual en legítima defensa
había pronosticado el propio Gaitán:
«No somos cobardes, somos descen­
dientes de los bravos que aniquilaron
las tiranías en suelo patrio.»
Cuando el objetivo político de la
toma del palacio presidencial se vio
frustrado por la intervención de una
pequeña pero temeraria y eficaz guar­
nición militar, la ira se agigantó y
tomó otro curso, el de la destrucción
to se iba a agrandar con su asesinato y el pillaje. Dos tipos de blancos y dos
el 9 de abril de 1948. No era el inicio, tipos de acciones pasaron entonces al
era la culminación de la primera olea­ primer plano. Por un lado, el rostro de
da de Violencia. El pueblo de Gaitán la protesta social, es decir, el levanta­
asumió el reto y se sublevó. miento contra el hambre, la especu­
lación y el alto costo de la vida, en una
El 9 de abril: palabra, la penalización del comercio,
los dos rostros de Colombia cuyos símbolos más notorios estaban
en la céntrica zona de la capital y en
En los primeros días de abril de 1948 cuyos avisos se veía un buen número
el gobierno y la Colombia oligárquica de nombres extranjeros, principal­
estaban dedicados a maquillar a Bo­ mente sirios, libaneses y judíos, ge­
gotá, a engalanarla, puesto que las néricamente conocidos como «tur­
programadas sesiones de la IX Con­ cos». Allí confluyeron los pobladores
ferencia Panamericana la converti­ de los barrios periféricos.
rían, en cierto modo, en una vitrina La forma predominante de esta pro­
continental. Venían delegaciones di­ testa social fue el saqueo. Los blancos
plomáticas de Centro, Suramérica y el eran, por supuesto, muy diversos.
Caribe a firmar una declaración anti­ Ante todo, bienes de consumo (co­
comunista que el general George mestibles, vestuario, utensilios case­
Marshall, secretario de Estado nortea­ ros) a fin de satisfacer necesidades in­
mericano, traía debajo del brazo. Bo­ mediatas. También se apropiaban de
gotá había sido limpiada de mendigos, armas y objetos de hierro utilizables
de lustrabotas, de vendedores ambu­ como tales, pero para proteger la con­
lantes, de pueblo. Gaitán había sido tinuación del saqueo. También lico­
excluido de la representación colom­ res, porque el trago, se presume, ayu­
biana a la conferencia. Pertenecía a la da a soportar los momentos tristes, y
Colombia que no se podía mostrar, a esa tarde era de duelo popular; había
la de todos los días, a la de la miseria. desaparecido uno de los suyos, el mas
Más aún, Gaitán la representaba. Con importante. Y como ya no habría un
su asesinato irrumpió precisamente el mañana en que pensar, lo que no sir­
rostro oculto de Bogotá y de Colom­ viera ahora, mejor destruirlo. Era una
bia: el rostro de la ira y de las frustra­ mezcla de ira, impotencia y rebelión.
Capítulo 6 133

Por otro lado, seguía el alzamiento


político. El palacio, ciertamente había
resistido, gracias a la lealtad del ejér­
cito y al refuerzo de tropas y volun­
tarios armados de la conservadora Bo-
yacá. Pero había otros establecimien­
tos asociados al poder, que también
eran poder. A ésos había que volver­
los cenizas, incendiarlos. Durante la
tarde y la noche de ese viernes de abril
ardieron edificios gubernamentales
(Ministerio de Gobierno, Ministerio
de Justicia, Ministerio de Educación,
la Cancillería, la Procuraduría Gene­
ral de la Nación, la Gobernación); es­
tablecimientos eclesiásticos (palacio
de la nunciatura apostólica, palacio ar­
zobispal...) y el periódico El Siglo, a
cuyo director, Laureano Gómez, le
fue también incendiada la casa. Todo
parecía apuntar a esta reflexión colec­
tiva: desaparecido el jefe, el candidato
al poder, éste había dejado de ser un
objetivo deseable, incluso se había
convertido en el blanco de una reac­
ción prepolítica, el odio.
Ésta podría ser una primera lectura
de los acontecimientos. Es incomple­
ta, desde luego.
La policía se había sublevado y sí
había quienes estuvieran pensando en
el problema del poder. Se había crea­
do una Junta Revolucionaria, integra­
da por dos prestantes figuras de la iz­
quierda intelectual (Gerardo Molina,
entonces rector de la Universidad Na­
cional, y el escritor Jorge Zalamea) y
un ex ministro (Adán Arriaga Andra-
de), entre otros. Adicionalmente, es­
tudiantes de la misma Universidad
Violencia en Bogotá: un
Nacional y profesionales gaitanistas tranvía ardiendo, el
radicales habían tenido la audacia de palacio de San Carlos en
tomarse las emisoras y desde ellas no ruinas, restos del Hotel
sólo transmitieron a todo el país la no­ Regina: el rostro de la
ticia del asesinato sino que impartie­ protesta social.
ron a la población órdenes e instruc­
ciones cuyo papel fue crucial, positiva
y negativamente, en el curso de los
acontecimientos fuera de Bogotá. De
allí surgieron los llamados a la cons­
titución de juntas revolucionarias y al
aprovisionamiento de armas, con una
insistente advertencia: «La consigna
es: revolución ordenada. ¡Organiza-
134 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

en la provincia. La paradoja fue que


Bogotá, desde donde se originaban es­
tas voces, se negó a escucharlas, y a su
vez la provincia las tomó tan en serio
que dio por cierto el triunfo en Bogotá
y no se le ocurrió por consiguiente
marchar a la toma de la capital, que
entonces tenía poco más del medio mi­
llón de habitantes. Los hechos se des­
doblaron, pues, en varios planos: lo
que acontecía en Bogotá, lo que su­
cedía en la provincia, y la represen­
tación imaginaria que la provincia se
hacía de Bogotá, con base en las
informaciones (habría que decir
desinformaciones) que recibía a través
de las estaciones radiales. La capital,
excepto el palacio presidencial, que
pudo mantener el contacto telefónico,
ignoraba lo que sucedía en el resto del
Sede de la Radio ción!» Desde allí se dio impulso y ca­ país.
Nacional de Colombia, lor revolucionario a la provincia, así Durante las dos semanas posterio­
custodiada por el
ejército.
fuera muchas veces con un triunfalis- res al asesinato de Gaitán, innumera­
mo sin fundamento y distorsionando bles poblaciones y veredas de Colom­
de lo que acontecía en Bogotá: «El bia vivieron la más formidable inver­
pueblo manda en Colombia por pri­ sión del orden institucional: policías al
mera vez en la historia... La Revolu­ servicio de la revolución, como se de­
ción colombiana es la más grande del cía en la provincia; presidiarios fugi­
mundo... Ha comenzado la verdadera tivos encarcelando o fusilando a sus
Revolución en América», eran algu­ guardianes; perseguidos políticos ejer­
nas de las proclamas que salpicadas de ciendo el poder en muchas localida­
Frente al Capitolio,
frecuentes alusiones a la Revolución des; jueces incitando a la subversión
bajo el fuego de francesa y a la Revolución de Inde­ en otras; púlpitos silenciados y sacer­
los francotiradores. pendencia resonaron poderosamente dotes presos, incomunicados o ajusti­
ciados, en el Tolima y Cundinamarca,
principalmente; campesinos invadien­
do haciendas, expropiando ganado e
impartiendo órdenes a los terratenien­
tes, en el Sumapaz y el sur del Tolima;
compañías extranjeras (petroleras de
Barrancabermeja) bajo el control de
los obreros, etc. Allí se hablaba con
propiedad de un nuevo orden revolu­
cionario y había efectivos gobiernos
populares, respaldados por milicias de
la más variada composición social, que
controlaban la anarquía y el saqueo.
Era como si. súbitamente, la pauta del
desarrollo político-social anterior al 9
de abril se dislocara y no ya la ciudad
sino la remota provincia pusiera al
descubierto todo su potencial revolu­
cionario (compárese, por ejemplo, el
papel de Boyacá —epicentro de la mo­
Capítulo 6 135

vilización en apoyo al gobierno— con


el del Tolima sacudido por el grito re­
volucionario de sur a norte, para apre­
ciar esta nueva dinámica). Era como
si se hubiera iniciado una gran empre­
sa de demolición del orden social.
Sin embargo, no alcanzó a consti­
tuirse, como en la Comuna de París,
por ejemplo, un poder dual a nivel na­
cional. Lo que había era una conste­
lación de poderes locales alternos, sin
ninguna conexión entre sí. Y no se
mantuvieron más allá de días y sema­
nas debido al desenlace de la insurrec­
ción en Bogotá. La Junta Revolucio­
naria de la capital fue tímida. Llegó a
plantearse el problema del poder —de
hecho su existencia misma lo estaba
planteando— pero no tuvo capacidad lo hizo fragmentadamente, en tanto El pueblo armado,
o vocación de poder. Se dedicó a es­ que el bloque oligárquico recomponía policía insurrecta.
perar, con la misma confusión que las su unidad con asombrosa rapidez.
masas envueltas en la acción callejera, ¿Hubiera podido ser otro el rumbo?
las razones que traería una junta de Es probable que sí. Sin embargo, para
notables, encabezada por Carlos Lle­ que un 9 de abril se transforme en una
ras Restrepo, que se había dirigido, revolución, como con mayor éxito ha­
con muchos riesgos, a palacio, no en brían de mostrarlo los mineros boli­
hombros de la multitud ni en repre­ vianos cuatro años más tarde (el día 9
sentación de ella, sino distanciándose de abril de 1952), se necesitan sin Alfonso Araújo se dirige al
y diferenciándose calculadamente duda preparación y dirección. El 9 de pueblo, otros dirigentes
para erigirse en interlocutores acep­ abril colombiano era al fin y al cabo, liberales bajan con él por
tables al gobierno. Su compromiso de en su matriz misma, una reacción po­ lacalle 12: Jorge Gartner,
clase y su misión del momento: desac­ pular defensiva y retaliadora, y no Darío Echandía, Carlos
tivar la rebelión, en lo posible nego­ Lleras, Carlos Holmes
propiamente el resultado de un plan Trujillo, Felipe Lleras
ciarla, y en todo caso y al precio que político insurreccional. Camargo, Jaime Posada.
fuera, salvar la República oligárquica.
A su salida después de un memorable
trasnocho, la noticia transmitida desde
las emisoras, controladas ahora por el
gobierno, fue: se revive la Unión Na­
cional, y Echandía, el representante
de la oligarquía más cercano a Gaitán,
es el nuevo ministro de Gobierno. Por
su parte, Lleras Restrepo, uno de los
más encarnizados adversarios de Gai-
tán, presidiría los funerales el 21 de
abril. También la oligarquía estaría en
el entierro de Gaitán.
Bogotá había capitulado. Disper­
sión, resignación popular, sectores de
la pequeña burguesía gaitanista asus­
tados de su propio papel en los acon­
tecimientos... definitivamente el pue­
blo había sido desorganizado. La pro­
vincia, es cierto, intentó resistir, pero
136 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

De la resistencia civil a la
resistencia armada
Desde mediados de 1948 hasta fines
de 1949, el discurso político, las alian­
zas y las estrategias del bloque domi­
nante tienen un denominador común:
el fantasma del 9 de abril. No bastaba
el aplastamiento de la rebelión sino
que había que eliminar toda posibili­
dad de que se repitiera algo semejante
o de que sucediera algo que eventual­
mente pudiera ser más peligroso: que
el movimiento obrero se convirtiera
en el eje articulador de la protesta so­
cial y de la oposición política. Con la
dispersión popular subsiguiente al 9 de
abril, el objetivo no parecía difícil de
realizar, pero había que tomar medi­
das concretas para garantizarlo: des­
pidos sindicales, purga y encarcela­
miento de dirigentes, escamoteo a la
huelga como instrumento legítimo de
reclamación, destrucción sistemática
de la relativa unidad sindical (promo­
ción de la UTC y sus filiales), son par­
te de esta nueva avalancha que intro­
En el entierro duce un puente de continuidad con las
de Gaitán: tareas que desde antes del 9 de abril
el féretro;
el orador,
se vienen realizando, con todo el po­
Jorge Uribe der del Estado como brazo derecho de
Márquez; los patrones, del capital.
y, entre los
asistentes,
La oligarquía liberal vacila a veces
Abelardo Forero frente a las expectativas de la próxima
Benavides contienda electoral o adopta un silen­
v Darío Echandía. cio cómplice en otras. Para eso se la
había llamado desde el 9 de abril. La
repercusión de esta ofensiva patronal
se hizo sentir no sólo sobre la militan-
cia obrera sino más generalmente so­
bre todo el movimiento popular. De
hecho, desde el 9 de abril hasta las agi­
taciones estudiantiles de 1954, no ha­
bría otra movilización urbana de en­
vergadura nacional. Éste fue el prin­
cipal legado de Ospina Pérez a su su­
cesor, Laureano Gómez.
Para este último, sin embargo, la re­
construcción del orden no paraba allí.
El 9 de abril lo había llenado de nue­
vas razones. Consideraba necesario
extender la cruzada antipopular al
campo. Su obsesión era impedir que al
país le pasara lo que le había pasado
Capítulo 6 137

a Bogotá: el asedio del centro por la Después de su exilio en


«chusma» de su propia periferia. Tras­ España, luego del 9 de
ladando esta imagen a un plano nacio­ abril, Laureano Gómez
nal, su declarado propósito era des­ regresa al país en junio de
1949, para reclamar su
truir la posibilidad de que esa franja turno en la sucesión
de la provincia, que se había erguido presidencial, descartando
con tanto vigor revolucionario el 9 de toda posibilidad de
abril, se convirtiera en una amenaza a entendimiento con el
la paz romana ya impuesta en los cen­ liberalismo.
tros urbanos. Bajo el estímulo de la
prédica laureanista —ya se ha dicho—
esta tarea se venía cumpliendo metó­
dicamente en las áreas rurales de los
principales bastiones conservadores,
Boyacá y Nariño, para no hablar de
Antioquia, en donde el alto clero ela­
boraba un discurso de legitimación re­
ligiosa al asesinato de «nueve abrile­
ños». Fue desde algunas de estas zo­
nas desde donde avanzó la Violencia al
Tolima, al Valle y al Viejo Caldas. Allí
los campesinos no dicen «cuando co­
menzó la Violencia», sino «cuando lle­
gó la Violencia» y esa llegada de la Vio­
lencia suele asociarse a la llegada de una
fuerza siniestra: la «chulavita».
En todo caso, el ritmo de la política de tan contundente eficacia como su
lo estaba imponiendo Laureano Gó­ estribillo del millón ochocientas mil
mez, quien cargado de resentimientos cédulas falsas. Lo formuló ante un
por los efectos que en persona había exaltado auditorio en la plaza de Be-
sufrido el 9 de abril, había tomado el rrío, en Medellín, así: «En Colombia
rumbo del exilio voluntario a la Es­ se habla todavía del partido liberal
paña de Franco. Un mes antes de su para designar a una masa amorfa, in­
regreso al país (junio de 1949) el par­ forme y contradictoria que sólo puede
tido liberal se había retirado oficial­ compararse o calificarse como la crea­
mente del gabinete de Unión Nacio­ ción imaginaria de épocas pretéritas:
nal, en protesta por el tratamiento el basilisco. El basilisco era un mons­
sangriento que se daba a sus coparti- truo que tenía la cabeza de un animal,
darios, hecho que estaba disminuyen­ el rostro de otro, los brazos de otro
do de manera preocupante las posibi­ más, y los pies de una criatura defor­
lidades electorales del liberalismo en me, formando el conjunto un ser tan
la sucesión presidencial que habría de espantoso y horroroso que sólo mirar­
definirse a fines de 1949. lo causaba la muerte. Nuestro basilis­
El retiro liberal resultó ser, sin em­ co se mueve con pies de confusión y
bargo, un punto de no retorno, por estupidez, sobre piernas de brutalidad
cuanto Laureano Gómez, en el destie­ y violencia que arrastran su inmensa
rro, había llegado a una conclusión barriga oligárquica; con pecho de ira,
que descartaba de plano la colabora­ brazos masónicos y una pequeña, di­
ción bipartidista: según él, la dinámica minuta cabeza comunista.»
social de los últimos años se explicaba Por este camino, según él, Colom­
por el simple hecho de que existía una bia estaba al borde de caer bajo la
relación orgánica entre el liberalismo Cortina de Hierro. Llevada a la prác­
y el comunismo. Para describir esa re­ tica, esta percepción analítica tendría
lación recurrió a un símil mitológico efectos multiplicadores. Profundizaba
138 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

la desorganización de las clases subal­ la Cámara de Representantes el diri­


ternas, ahogando la confrontación so­ gente liberal y presidente del directo­
cial en la sangre del enfrentamiento rio liberal de Boyacá, Gustavo Jimé­
bipartidista, pero desorganizaba tam­ nez; y Jorge Soto del Corral quedó
bién a las clases dominantes, les hacía gravemente herido y meses después
perder al menos su carácter de bloque murió por esa causa. Siguiendo esta lí­
político, lanzaba irremediablemente a nea ascendente de terrorismo político,
una franja importante de ellas a la el 26 de noviembre, en un atentado
oposición, a la «resistencia civil» como contra el candidato presidencial libe­
se la llamó entonces. ral, Darío Echandía, muere su her­
La resistencia civil tenía esencial­ mano Vicente, en la capital del país.
mente un carácter defensivo y alimen­ La dirección liberal no tuvo otro re­
taba la ilusión de que el simple sabo­ medio que decretar la abstención, con
taje a la administración, allí donde el una proclama que evocaba el preludio
partido liberal era mayoría burocráti­ de las viejas guerras civiles.
ca, sería suficiente para torcer el brazo En qué podría traducirse ahora una
del gobierno. La oligarquía liberal, declaración de guerra, no era entera­
que desde el 9 de abril se había mos­ mente claro para los dirigentes libe­
trado necesaria y útil al gobierno, se rales. Exploraron varias posibilidades.
encontraba de repente al borde del os­ La del pronunciamiento militar, pri­
tracismo político. Crecía el número de mero, que se redujo a la insubordi­
copartidarios forzados a renunciar a su nación aislada del capitán Alfredo Sil­
credo político; la hostilización, la per­ va en Villavicencio (15 de noviembre,
secución y el asesinato a manos de la 1949). El ejército en su conjunto se­
chulavita era imparable y a raíz de una guía tan leal al gobierno como lo había
sangrienta incursión a la Casa Liberal sido el 9 de abril. Intentaron la vía de
de Cali (octubre de 1949) los términos la huelga general luego, el 25 de no­
masacre y genocidio empezaron a ser viembre, pero también fracasaron.
rutina en los titulares de la prensa. En Ellos mismos habían contribuido a la
el caso de Cali se trataba, además, de liquidación del movimiento obrero.
José Marín, asesinado el refugiados de zonas rurales para los Sólo quedaba, en verdad, la respuesta
10 de noviembre de 1949.
cuales también se había acuñado un que por su propia cuenta venían pre­
"Los términos masacre y parando los campesinos: la «resisten­
genocidio empezaron a término de uso cotidiano en el período
ser rutina en los titulares de la Violencia, los «exilados». El 9 de cia armada».
de la prensa..." octubre cae asesinado en el recinto de La ocupación armada de Puerto Ló­
pez (Meta) el 25 de noviembre, por
parte de Elíseo Velásquez, y la de San
Vicente de Chucurí (Santander), el 27
del mismo mes, por varios centenares
de campesinos al mando de Rafael
Rangel —el alcalde revolucionario del
9 de abril en Barrancabermeja— cons­
tituyeron el anuncio formal de que la
lucha por la democracia descansaba
ahora sobre los hombros de la guerri­
lla campesina. La acción de Rangel se
produjo el mismo día de las elecciones
que tuvieron como candidato único a
Laureano Gómez, dada la abstención
liberal. Para los dirigentes liberales,
ésta era una salida inevitable pero pro­
blemática: como parte de la oposición,
la necesitaban; como miembros del es­
tablecimiento, la temían.
Capitulo 6
139

Lo visible y lo invisible de la lestar agrario y como muro de conten­


Violencia ción, como cordón sanitario, en las zo­
nas de convergencia de la guerrilla y
Laureano Gómez asumió la presiden­ las fuerzas gubernamentales. Hay que
cia en 1950, como cabeza de una frac­ subrayarlo, los chulavitas y la Iglesia
ción extremista que había precipitado desempeñaron papeles complementa­
la ruptura del pacto político oligárqui­ rios en la Violencia.
co surgido de las cenizas del 9 de En lo externo, el principal puntal lo
abril. Con él llegaba a su solución ul- constituían la diplomacia, el capital y
trarreaccionaria la definición del pro­ las armas norteamericanas. El contex­
blema histórico central del siglo xx: el to ideológico internacional predomi­
papel de las masas populares en nante le proporcionaba, en efecto, al
el juego de alianzas y estrategias po­ gobierno de Gómez fuentes adiciona­
líticas. Su cronología podría trazarse a les de legitimación. Eran los tiempos
grandes rasgos en los siguientes tér­ de la guerra fría y del macartismo,
minos: subordinación-integración bajo exacerbados a raíz del triunfo de la
la República Liberal; sujeto político Revolución china. Era fácil como nun­
en el movimiento gaitanista; repre­ ca para Gómez convencer a los Esta­
sión-división a partir de 1945 en los dos Unidos de que él, como los So­
mandatos de Alberto Lleras y Ospina moza, los Batista y los Trujillo de la
Pérez; y, ahora, represión en toda la América Central y el Caribe, estaba
línea. defendiendo los intereses estratégicos
Esta cruzada antipopular contaba y los valores de la democracia occi­
con dos factores cruciales que le daban dental. En el marco de esta alianza
coherencia ideológica, tanto en lo in­ mutuamente reforzada, Gómez le dio
terno como en lo externo. a Colombia el dudoso honor de haber
En lo interno, la Iglesia. Desde el 9 sido el único país latinoamericano en
de abril, sobre todo, la Iglesia respi­ tener veteranos de la guerra de Corea.
raba ira santa. Había sido herida en su Adecuada o no, pero en todo caso
autoridad, golpeada en sus bienes y ul­ indicativa, la caracterización que de su
trajada en su personal, como tal vez régimen hacía la oposición era la de
nunca lo había sido en la historia de fascista o falangista. Las influencias
esta nación que se preciaba de ser la ideológicas de estos modelos corpo­
más católica del mundo. No necesita­ rativos y totalitarios se hicieron al fin
ba, pues, argumentos para convencer­ de cuentas evidentes en el Proyecto de
se de la verdad de la teoría del basi­ Reforma Constitucional, que sometió
lisco. En consecuencia, con notables a una comisión de notables y cuya dis­
excepciones individuales, como la del cusión resultó a la postre torpedeada
sacerdote Rubén Salazar en el norte y tácticamente dilatada por los miem­
del Tolima, o la del presbítero Fidel bros liberales de dicha comisión.
Blandón en el occidente antioqueño, Bajo este régimen —que por enfer­
puso todo su peso institucional del medad de su titular, siguió nominal­
lado del poder y simultáneamente mente en cabeza de Roberto Arda-
anatematizaba a la oposición y ofrecía neta Arbeláez a partir de noviembre
el reino de Dios a las bandas terroris­ de 1951— la Violencia adquirió la má­
tas del gobierno. Y no sólo legitimaba xima intensidad, revistió nuevas for­
sino que se había convertido en reali­ mas y golpeó nuevas regiones. En su
zadora de los planes oficiales, como carácter multidimensional se pueden
habría de demostrarlo a través del FA­ diferenciar por lo menos tres procesos
NAL, la filial campesina de la UTC globales: el terror, la resistencia y el
la única en su género que pudo ex­ resquebrajamiento del orden social.
pandirse durante la Violencia— que Lo que a continuación se esboza es,
actuaba precisamente como instru­ pues, una hipótesis sobre los elemen­
mento de espionaje en áreas de ma­ tos constitutivos del fenómeno.
140 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Corte defranela: imagen Conflictos entre vecinos, entre agre­


imborrable de la gados o jornaleros y sus patronos; en­
Violencia, "combinada tre colonos y terratenientes, o los sim­
mezcla de terror oficial,
sectarismo partidista y ples asuntos de cantina tendían a re­
política de tierra arrasad. solverse sangrientamente por parte de
(...) Sus manifestaciones quienes, dada su filiación política o su
afectaron preeminencia social, contaban con la
irreversiblemente la vida, complicidad de las autoridades.
la integridadfísica, la
sicología y los bienes de
Pueblos y villorrios en una incesante
centenares de miles de guerra de vecino contra vecino, vere­
colombianos". da contra vereda, establecían estric­
tas líneas de demarcación política,
cuya transgresión tenía consecuencias
fatales.
El terror Una corbata, una camisa o una
puerta roja eran una invitación a la
El primero y más visible proceso, el muerte. Como también lo era cargar
que mayor impacto dejó en la me­ una cédula que llevara el registro de
moria colectiva, fue el de la combi­ determinadas elecciones.
nada mezcla de terror oficial, sectaris­ Formas atroces de mutilación, de
mo partidista y política de tierra arra­ violencia sexual y de sevicia sobre los
sada. Las imágenes que han quedado cadáveres de las víctimas, eran un
de este proceso son imborrables y en componente patológico que acompa­
buena medida son las que le han dado ñaba la consumación de la mayor par­
su sello distintivo a la Violencia. Sus te de las operaciones de intimidación.
manifestaciones afectaron irreversi­ Comisiones de la policía y del ejér­
blemente la vida, la integridad física, cito llegaban como ciclones a pueblos
la sicología y los bienes de centenares y veredas inermes. Recordemos algu­
de miles de colombianos. nos ejemplos. En noviembre de 1950,
Su modalidad extrema fue, obvia­ las chozas de los indígenas del antiguo
mente, el asesinato. No sólo por el nú­ Resguardo de Ortega y Natagaima,
mero de víctimas, sino además porque descendientes de los pijaos, son incen­
los indescriptibles rituales de tortura diadas y sus habitantes brutalmente
de que estaba rodeada su ejecución expulsados de la región; Yacopí, al
marcaron de por vida a toda una ge­ noroeste de Cundinamarca, sufre un
neración que le tocó presenciarlos. In­ arrasamiento casi total en 1952; a co­
cluso a los infantes y a los fetos se les mienzos de 1953, en Villarrica (Toli-
cobraba una elección política que se ma), ciento cuarenta campesinos son
suponía sus padres ya habían hecho puestos en fila india y luego fusilados;
por ellos. A los que quedaban, se les caseríos, como el de San José de las
sometía a todas las depredaciones Hermosas, en el sur del Tolima, fue­
imaginables: a la zozobra del «bole- ron incinerados hasta dos veces duran­
teo» o el pago de cuotas de seguridad; te el período de la Violencia. En una
a tácticas que se venían aplicando de operación de «pacificación» a lo Mo­
antaño en diferentes zonas de conflic­ rillo, el ejército dejó, según registros
tos agrarios, tales como la destrucción del médico conservador Parra y del lí­
de sementeras y de cercas; al despojo der social liberal Luis Eduardo Gó­
de bestias, ganado, animales caseros, mez, reafirmados por el historiador
herramientas y cosechas; al incendio y norteamericano James D. Henderson,
un número estimado de mil quinientos
destrucción de casas y de instalaciones cadáveres en la región rural de Las
ligadas al procesamiento de los culti­ Rocas, jurisdicción de El Líbano, To-
vos, como trapiches y beneficiaderos; lima, en el curso de la más sangrienta
al abandono o venta precipitada de sus semana de la Violencia, a comienzos
fincas o parcelas.
Capítulo 6 141

Testimonios de la
Violencia, que hizo
víctimas sin distingo,
aun entre los niños
campesinos. Estas
imágenes fueron
captadas en Solazar
de las Palmas
(Santander), Valle
del Cauca y Cucutilla
(Norte de Santander).

de abril de 1952. En un alarde de in­ fundado temor y muchas otras confa­


tolerancia religiosa, comunidades en­ bulados con ellos, facilitaban las tran­
teras de protestantes en la región cen­ sacciones y la impunidad subsiguiente.
tral del Tolima (Ibagué, Rovira, Ar­ Sus víctimas eran eventualmente no­
mero) fueron diezmadas y sus templos tificadas, sus muertes era muertes
destruidos. anunciadas. Discutían sus planes en
En operaciones menores, selectivas lugares públicos y la seguridad con
y continuadas, actuaba una pareja si­ que lo hacían, disminuía la capacidad
niestra, los «señaladores» y los «pá­ de resistencia, inmovilizaba a sus víc­
jaros». Contaban con una extensa red timas. Un café-bar que solían frecuen­
de protectores, complicidad de las au­ tar en Armenia era conocido por el in­
toridades, e incluso acceso a gober­ genio popular como «El Chamizo».
naciones y a figuras políticas que bajo Daniel Pecaut los ha comparado a los
el Frente Nacional habrían de ocupar «arditi», las organizaciones privadas
curules en el Congreso, ministerios o que acompañaron el ascenso del fas­
embajadas. El caso de «El Cóndor» en cismo italiano, y Eric Hobsbawm ha
el Valle es bien conocido, es el pro­ visto en ellos una réplica de la mafia
totipo. Pero eran muchos. Pululaban siciliana.
también en el Viejo Caldas y en el To- Como resultado de sus actividades,
lima. Recibían contraprestaciones espantados moradores de las riberas
económicas según el rango de sus víc­ del río Cauca podían contar diaria­
timas, aunque los que se enriquecían mente los cadáveres arrastrados por la
no eran ellos, sino sus instigadores ur­ corriente. En poblaciones de la zona
banos. Notarios y jueces, a veces con cafetera, una fantasmal «volqueta
142 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

roja» recorría las calles a tempranas pesinos parcelarios, dedicados predo­


horas de la madrugada, cargada de las minantemente al cultivo del café. Más
víctimas de la noche anterior. genéricamente, podría decirse que se
En este ambiente, en esta subcul­ ensañó de aquellas zonas en donde el
tura de la Violencia, que estaba trans­ control gubernamental, la economía o
formando las conductas sociales, el la topografía, impidieron la organiza­
lenguaje y los esquemas de valoración ción de una resistencia masiva a las
de muchas regiones, estaba creciendo políticas de exterminio.
toda una generación en la cual se in­ Finalmente, este tipo de terrorismo
sinuaban los «Desquites» y los «San- político afectó a todas las categorías
grenegras», y cuyas actitudes oscila­ sociales del partido liberal, principal­
El capitán "Desquite",
ban entre el fatalismo, la sed de ven­ mente, pero de desigual manera. Los
ejemplo de la acción ganza y la rebelión reprimida. terratenientes, empresarios y jefes de
bandolera: "...En esta Ésta fue, desde luego, la dimensión mayor jerarquía, se ponían al abrigo
subcultura de la de la Violencia recogida en las cróni­ de la Violencia en el anonimato de las
Violencia, que estaba cas y novelas de la época tales como grandes ciudades. Por eso causó tanta
transformando las
conductas sociales, el
Viento seco (Daniel Caicedo), Las ba­ alarma el incendio de los grandes dia­
lenguaje y los esquemas las de la Ley (Alfonso Hilarión), Lo rios liberales, El Tiempo y El Espec­
de valorización de muchas que el cielo no perdona (Fidel Blandon tador, lo mismo que el de las casas de
regiones, estaba Berrío), Sin tierra para morir (Eduar­ Lleras Restrepo y López Pumarejo,
creciendo toda una do Santa) y Los días del terror (Ra­ en Bogotá, el 6 de septiembre de 1952,
generación en la cual se
insinuaban los
món Manrique), para señalar sólo al­ aunque ellos, a diferencia de los cam­
'Desquites' y los gunos de los títulos más sugestivos. pesinos, habrían de recibir indemni­
'Sangrenegras', cuyas Fue también la visión que predominó zaciones del Estado bajo el gobierno
actitudes oscilaban entre en el estudio pionero de Germán Guz- de Rojas Pinilla. En todo caso, en es­
el fatalismo, la sed de mán y sus colaboradores. tos hechos había un mensaje claro: las
venganza y la rebelión altas esferas liberales también eran
reprimida". Geográficamente, esta modalidad
se extendió por todo el interior del vulnerables, y en ese ambiente de re­
país, pero muy especialmente por las taliaciones ello constituía una invita­
zonas minifundistas de Boyacá y los ción a represalias similares en cabeza
Santanderes y por las de colonización de los conservadores. El propio hijo
antioqueña de los departamentos del del presidente encargado, Urdaneta
Valle, el Viejo Caldas y el Tolima, en Arbeláez, había estado a punto de pe­
donde como resultado del menciona­ recer en el asalto guerrillero a una co­
do movimiento demográfico había mitiva oficial en El Líbano. La anar­
surgido una importante capa de cam­ quía tendía pues a hacerse incontro­
lable y amenazaba tomarse la capital
del país.
Jacinto Cruz Usma
("Sangrenegra") y Luis
Noel Lombana La resistencia
("Tarzán"), jefes de
cuadrillas bandoleras en El segundo proceso global, y compo­
el Tolima. nente mayor de la Violencia, fue el de
la lucha guerrillera. Ésta se generali­
zó, como se ha señalado previamente,
cuando la dirigencia del partido liberal
se mostró incapaz para frenar el avan­
ce del régimen terrorista a través de la
simple resistencia civil. La tarea his­
tórica de la lucha por la democracia
había pasado ahora al pueblo armado.
A diferencia del proceso anterior­
mente descrito, los alcances y dimen­
siones reales de éste sólo empezaron a
Capítulo 6
143

conocerse públicamente, en todas sus Guadalupe Salcedo,


implicaciones, con posterioridad al "personaje-símbolo" del
golpe de Rojas Pinilla en 1953, y cuan­ frente guerrillero en los
do sus protagonistas ya no tenían el Llanos. Allí "se volvió
leyenda y llegó a ser el
carácter de combatientes sino de am­ símbolo de la resistencia
nistiados. armada de todo el período
Menos visible, pues, en su momen­ y en todo el país".
to, pero no menos importante en la
explicación del curso y desenlace de la
Violencia, la irrupción de los enclaves
guerrilleros fue la que le imprimió a
aquélla el carácter de una guerra, de
una confrontación abierta y organiza­
da entre los campesinos armados y el
gobierno. Y no se trataba enteramen­
te de una de las viejas guerras civiles
decimonónicas. No participaban di­
rectamente en ella los grandes jefes
políticos o los generales hacendados
de otros tiempos. Éstos incitaban o in­
fluían, pero se quedaban en las ciu­
dades.
Era una guerra dirigida en buena
parte, es cierto, por campesinos ata­
dos a las lealtades partidistas, pero cíente del Sumapaz y el sur del Toli-
también por campesinos que habían ma, en donde, como lo han mostrado
luchado independientemente por la Darío Fajardo y Medófilo Medina, la
tierra en décadas anteriores; por lí­ incertidumbre sobre los títulos de pro­
deres populares que, para no ir muy piedad era tal que aún estaba «viva la
lejos, habían tenido experiencias re­ cuestión agraria». Eran regiones en
volucionarias como la del mismo 9 de donde, además, existía una conside­
abril, en calidad de alcaldes, miem­ rable base campesina politizada en las
bros de juntas, de milicias; por poli­ décadas anteriores por el partido so­
cías desertores o destituidos; por lu­ cialista revolucionario, el partido co­
chadores rasos que se habían ganado munista y la UNIR de Gaitán. b) En
el respeto y la admiración en el curso las de frontera abierta y colonización
mismo del combate; por migrantes, inicial, dinamizada luego por la propia
por arrieros y, eventualmente, aunque Violencia: los Llanos Orientales,- el
en mínima parte, por trabajadores de Magdalena Medio (en el circuito San
obras públicas y obreros con alguna Vicente de Chucurí-Barrancabermeja-
experiencia sindical urbana. En suma, La Dorada-Puerto Wilches), el Alto
por cuadros representativos de una Sinú y el Alto San Jorge (en los límites
Colombia distinta a la del siglo XIX, de Antioquia y Córdoba). c) Más ex­
en la cual la guerra tendía inevitable­ cepcionalmente, en zonas en donde ya
mente a hacerse popular. Éste es, si se había UNA estructura agraria consoli­
quiere, el lado heroico de la Violen­ dada (caso del suroeste antioqueño)
cia, equiparado con frecuencia a la pero en donde de todas maneras se
Revolución mexicana. Los grandes combinaban unas características co­
núcleos guerrilleros actuaban como munes a los casos anteriores, tales
polos de atracción para los fugitivos de como condiciones topográficas favo­
las zonas en donde predominaba la rables y relativo aislamiento de los
anarquía o el terror oficial. Se conso­ centros de poder; cierto grado de ho­
lidaron, generalmente, en tres tipos de mogeneidad política (liberal) y alguna
áreas: a) En las de colonización re- tolerancia terrateniente liberal, en el
144 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

período de conformación del comando de guerra campesina contra la revan­


guerrillero. cha terrateniente que se desencadenó
En contraste con las típicas zonas de de 1949 en adelante. Ídolos regiona­
colonización antioqueña y de minifun­ les, como el capitán Juan de J. Franco,
dio del altiplano, eran también zonas en el suroeste antioqueño, y Julio
con suficiente capacidad para sostener Guerra en el sur de Córdoba, apenas
económicamente amplios contingen­ muy recientemente han comenzado a
tes armados, durante períodos relati­ ser rescatados por la investigación his­
vamente largos, dada la coexistencia tórica. Sobre otros, como Rafael Ran-
en su estructura productiva de una ga­ gel, en la zona santandereana del Ca-
nadería inmediatamente disponible rare-Opón, y Saúl Fajardo, en el no­
Jacobo Prías Alape
para el consumo y terrenos aptos para roeste de Cundinamarca, sólo hay
("Charronegro"), el sembrado de cultivos de pan coger muy fragmentaria información escrita,
guerrillero de de retorno inmediato. En su conjunto, aunque sobreviven aún hoy en día en
ascendencia indígena estas zonas pudieron haber llegado a la memoria campesina.
que se destacó en las albergar hasta 20.000 hombres en ar­
filas de los comunistas El sur del Tolima es un caso aparte
del sur del Tolima.
mas, la mitad de los cuales en los solos por la complejidad de las evoluciones,
Llanos Orientales. la diversidad de matices, la fragmen­
Estos frentes guerrilleros están aso­ tación del movimiento guerrillero. El
ciados a personajes-símbolos que nombre más conocido o promovido en
identifican a sus respectivos movi­ su tiempo fue quizás el de Jesús María
mientos. El más importante de todos, Oviedo, el «General Mariachi», pero
indudablemente, es el de Guadalupe en realidad había allí tantos «Gene­
Salcedo, que se volvió leyenda en los rales» como subregiones y comandos:
Dumar Aljure (de Llanos y en los años posteriores llegó Leopoldo García, «General Peligro»;
sombrero) y Guadalupe a ser símbolo de la resistencia armada Hermógenes Vargas, «General Ven­
Salcedo (a la derecha), de todo el período y en todo el país. cedor»; Gerardo Loaiza, «General
jefes guerrilleros Le sigue probablemente el reciente­ Loaiza»... la enumeración en sí misma
de los Llanos Orientales, mente fallecido Juan de la Cruz Va- pone de bulto la ausencia de un co­
donde llegó a haber
10 000 hombres
rela, quien le imprimió a la resistencia mando unificado y el reparto gamo-
levantados en armas. de su región (el Sumapaz) el carácter nalesco de las influencias locales.
En las filas de los comunistas se des­
tacaron, entre otros, el veterano diri­
gente campesino Isauro Yosa, «Mayor
Lister», y el guerrillero de ascendencia
indígena Jacobo Prías Alape, «Cha-
rronegro», pero en el largo plazo, lo
que resultó más significativo fue la
evolución de campesinos que prove­
nientes de otras regiones (Cauca, Hui-
la, Quindío) y habiendo militado en­
tonces bajo las toldas liberales, al lado
de las cuales participaron en las agrias
disputas, a veces sangrientas, de «lim­
pios» y «comunes», llegaron finalmen­
te en los años sesenta a ser miembros
fundadores de las FARC. Tal el caso
del «Mayor Ciro», o el de Manuel Ma-
rulanda Vélez, «Tirofijo».
Quizás con la parcial excepción de
esta última zona —el sur del Tolima—
en donde las periódicas rivalidades in­
ternas dejaban un boquete abierto a
las incursiones devastadoras de la po­
Capítulo 6 145

licía, el ejército y asociaciones para­ Pedro Antonio Marín o


militares, en las restantes los enclaves Manuel Marulanda Vélez
guerrilleros eran verdaderos centros ("Tirofíjo"). Hizo la
de refugio permanente y diques a ve­ guerrilla en el sur del
Tolima y en los años 60
ces infranqueables por las fuerzas gu­ sería miembro fundador
bernamentales. de las FARC. Como jefe
Allí había evidentes esfuerzos por de esta organización,
darle a la lucha contenido, forma y firmaría la tregua en el
perspectivas distintas a las que impe­ gobierno de Belisario
Betancur.
raban en las zonas descubiertas del in­
terior. En ellos regían códigos de mo­
ral revolucionaria que obligaban al
respeto de niños, mujeres y ancianos
y leyes que prohibían expresamente la eficacia, el sectarismo, llegando a pro­
práctica de sistemas de tortura y tierra ducirse el caso de Antioquia de que
arrasada a sus adversarios". Reglamen­ campesinos conservadores acudieran
taban el uso de las expropiaciones o de en solicitud de protección a la guerrilla
su producto, subordinando los apeti­ liberal. Reconocían a la mujer un pa­
tos individuales a las necesidades co­ pel protagónico: «La mujer. ¡La mitad
lectivas de la resistencia. Tenían tri­ de la lucha!», se recuerda en el relato
bunales propios; realizaban casamien­ de Eduardo Franco Isaza sobre las
tos ante sus jefes y, en algunas zonas guerrillas del Llano; la mujer «ojos y
—las de mayor control—, definían oídos de la guerrilla», pregonaban los
prioridades de producción y de distri­ «paisanos alzados en armas» del su­
bución para la población civil. Esto úl­ roeste antioqueño, estudiados por
timo particularmente en los Llanos y Wilson Horacio Granados.
en la región de El Davis, al sur del To- Mirados desde Bogotá, estos inco­
lima, cuando los comunistas lograron nexos destacamentos aparecían como
establecer allí campamentos relativa­ parte de un movimiento puramente
mente autónomos y estables. Se com­ defensivo. Sin embargo, a nivel local
batía también, aunque con desigual y regional, dado su arraigo popular y Guerrilleros de los Llanos
en 1953.
146 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

y al propio partido de gobierno. El


FUERZAS MltlltEl DE COLOMBIA
centro motor de estas preocupaciones

■ RlOAOA O<
> ■
NACIONAL
IN*ruVOB MILITAN**
estaba en los Llanos Orientales de Co­
lombia. El 10 de julio, en Puerto Ló­
pez, Guadalupe Salcedo liquida total­
mente una columna militar de 100 uni­
SALVOCONDUCD NOA-???.„- dades. En agosto, los más notables je­
JJQMaxo _7/52j fes guerrilleros pusieron a la dirección
liberal frente al siguiente dilema, o en­
Se concede al Sr. Jorge Enriau: Cortés Tagua cabeza la revuelta general o la hace­
mos por nuestra cuenta. La oligarquía
Oéduli 4214785 liberal volvió a sentir los mismos te­
mores que la habían asaltado el 9 de
abril y por intermedio de López Pu-
marejo, respondió: «Si es ésta la últi­
ma oportunidad que tienen los direc­
tores del liberalismo para cumplir su
destino histórico, según lo contemplan
o interpretan los jefes de la revuelta
armada, estamos resueltos a perderla.
Y más todavía, a que se produzca el
rompimiento definitivo con el pueblo
que ellos nos anuncian...» Es decir,
Salvoconducto concedido su audacia militar que les permitía to­ que de un plumazo se abría un nuevo
a un agricultor de la mar poblaciones, aniquilar «comisio­ período en la revolución llanera. En el
región del Sumapaz, en nes» de chulavitas y eventualmente mismo mes de agosto se celebra en
¡953. La expedición dé
derribar un avión de caza (en el sur del Viotá la llamada «Conferencia de Bo-
estos documentos permitía
Tolima), aparecían más bien como yacá» a la cual asistieron representan­
al ejército un control tes de los más importantes frentes gue­
directo sobre la población movimientos de proyección ofensiva.
campesina. Allí se hablaba de la guerra y de la re­ rrilleros del país (excepto los de la ex­
volución contra el gobierno. Allí se tendida pero desorganizada guerrilla
moría en combate y no esperando a la liberal del sur del Tolima). En cierta
muerte. medida malograda, esta asamblea se
convirtió en la «Primera Conferencia
El estudio de Wilson Granados re­ Nacional del Movimiento Popular de
coge una leyenda que ilustra de ma­ Liberación Nacional» cuyas tareas ha­
nera ejemplar lo que acabamos de de­ brían de ser impulsadas por una «Co­
cir. Según el relato, el líder guerrillero misión Nacional Coordinadora». El 11
antioqueño, el capitán Franco, se con­ de septiembre se proclama «La Pri­
vertía en toro (símbolo ofensivo por mera Ley del Llano», que organiza la
excelencia) y transitaba por las calles justicia y distribuye las funciones a los
y veredas de Urrao poniendo en des­ jefes civiles y militares, a los comisa-
bandada a los conservadores y, sobre ríos y a los agentes de orden público;
todo, a la policía. Habitantes tanto del define los delitos contra la revolución;
lado del gobierno como de la guerrilla consagra las garantías individuales;
alegaban haberlo «visto» e incluso da­ impulsa el trabajo comunitario; im­
ban los nombres de quienes habían su­ pone límites y condiciones al uso de la
frido sus embestidas. tierra; establece granjas y colonias
Estos movimientos entraron en una «por cuenta y propiedad de la revo­
nueva dinámica hacia 1952. En el cur­ lución» para el sostenimiento del ejér­
so del segundo semestre de ese año co­ cito campesino; reglamenta la gana­
menzaron a vislumbrarse, en efecto, dería y el impuesto a los hatos. Dentro
transformaciones cualitativas que in­ de esta misma cadena de aconteci­
quietaron profundamente a la Direc­ mientos, al concluir el año, el 31 de
ción Nacional Liberal, a los militares
Capítulo 6 147

diciembre, un comando volante de completo proyecto democrático que el


doscientos campesinos procedentes movimiento armado haya contrapues­
del noroccidente de Cundinamarca to al proyecto fascistizante de la
penetró a la base aérea de Palanquero Asamblea Constituyente de Laureano
y sólo por la indisciplina de unos pocos Gómez. Vale, pues, la pena mirarlo
no alcanzó el objetivo final que era la con algún detenimiento.
toma de la misma. Primero, se establece el siguiente
En los primeros meses de 1953, lo orden jerárquico: a) El Congreso,
político y organizativo fue ganando como «suprema autoridad de la revo­
prioridad frente a los aspectos milita­ lución», el cual se reuniría anualmente
res. Se avanzaba en los preparativos el 1.° de mayo, día del trabajo, con re­
de creación de un «Supremo Coman­ presentantes de la tropa y de la pobla­
do Nacional Guerrillero» y bajo la ins­ ción civil. b) Un Estado Mayor de cin­
piración del abogado José Alvear Res­ co miembros, con representación tam­
trepo, el más notable ideólogo de la bién de la población civil y a cuyo car­
resistencia, injustamente olvidado, se go estaría la dirección política y ad­
estaba redactando la «Ley que orga­ ministrativa en el territorio de la
niza la revolución en los Llanos Orien­ revolución. c) Un comandante en jefe
tales de Colombia» (Segunda Ley del (Guadalupe Salcedo) como suprema
Llano) que habría de ser sancionada autoridad en asuntos militares, some­
por una asamblea guerrillera el 18 de tido a la dirección política del Estado
junio de 1953, cinco días después del Mayor General. d) Comandante de
golpe de Rojas Pinilla. zona, y e) Juntas de Vereda, como ór­
En los 224 artículos de esta última gano primario de gobierno y con una
ley, cuya importancia destacó por pri­ gran variedad de funciones, en múlti­
mera vez el jurista Eduardo Umaña ples planos. En el económico, la or­
Luna, se trataba en realidad de la or­ ganización y planificación de la pro­
ganización de un territorio al cual se ducción y el control de la distribución
daba tratamiento de zona liberada y y el consumo. En lo político, son es­
en estado de guerra prolongada, pre­ cenario del cabildo abierto, como for­
parándose claramente para la exten­ ma directa de democracia, y discuten
sión de la revolución a todo el país y mensualmente los problemas de la co­ Otro salvoconducto
para la instauración de un gobierno munidad. En lo judicial, deciden en militar de 1953, a nombre
democrático-popular: «La revolución primera instancia. Con típico criterio de Luis Hernando Pineros,
llanero (zona de frontera agrícola, con de Pandi, uno de los
es un movimiento popular de libera­ amnistiados con el cambio
ción; por lo mismo es obra de todos escasa población) se define la vereda de gobierno del 13 de
los que participan en ella.» En su con­ como «el grupo de población que se junio.
junto, esta ley planteaba un programa
mucho más avanzado que el que pro­
ponían los comunistas del sur del To-
lima. Estos últimos ciertamente esta­
ban levantando banderas como la de
la reforma agraria y consignas como la
de la «tierra para el que la trabaja»,
pero prisioneros de un excesivo loca­
lismo y atrapados en los enfrentamien­
tos con las indisciplinadas y sectarias
guerrillas liberales de su zona, sus pro­
gramas y sus tácticas tendían a ser vis­
tos como una imposición, en tanto que
las leyes del Llano eran aceptadas
como un resultado natural de la ma­
duración y evolución interna de la lu­
cha. De hecho, constituyen el más
148 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

surte de carne en un mismo sitio de las medidas de los superiores, permi­


matanza». ten hablar realmente de una verda­
Segundo, se trazan las líneas gene­ dera estructura democrática del ejér­
rales de una economía de guerra, en cito revolucionario. Además, el ingre­
lo concerniente al trabajo, la propie­ so del soldado a la revolución es vo­
dad, la producción y la distribución. luntario.
El trabajo es definido como «la prin­ En cuarto lugar, puesto que se le re­
cipal obligación de la población civil». conocía una función rectora a la polí­
Se respeta la pequeña propiedad, pero tica sobre las armas, la instrucción re­
domina una tendencia socializante. volucionaria hacía parte de las labores
Dentro del territorio «liberado», las cotidianas: «En el horario del coman­
riquezas naturales y los medios de pro­ do, se fijará todos los días por lo me­
ducción (tierras, aguas, herramientas) nos una hora para la instrucción re­
pertenecen a la revolución y serán dis­ volucionaria de la tropa, que com­
tribuidos entre los miembros de la po­ prenderá nociones de cultura cívica,
blación según los planes de trabajo, historia patria, urbanidad, higiene,
cuya realización y programación está a geografía, lectura y escritura y espe­
cargo de las Juntas de Vereda. «Los cialmente el conocimiento de los mo­
productos serán distribuidos de acuer­ tivos y objetivos de la lucha, según la
do a las necesidades de cada cual, una cartilla que hará el Estado Mayor Ge­
vez separada la participación necesa­ neral.» Era, básicamente, un proyecto
ria para el sostenimiento de las Fuer­ de cartilla de primaria con orientación
zas Armadas.» Estas previsiones eran revolucionaria. Se le asignaba igual­
la respuesta revolucionaria a los perió­ mente al Estado Mayor la tarea de
dicos bloqueos económicos a la re­ «llevar una historia de la revolución,
gión. Constituían, igualmente, una tanto en lo que respecta a las luchas
forma de vinculación efectiva de todo militares como al desarrollo político,
el pueblo trabajador a la lucha. económico y cultural».
Tercero, se presta especial atención En quinto lugar, podría señalarse
a la relación entre las Fuerzas Arma­ una gama de artículos sueltos que, en
das Revolucionarias y la población no la época y en las circunstancias, resul­
combatiente. Al igual que los jueces taban muy novedosos: los referentes
veredales, el ejército no aparece como al matrimonio civil, al divorcio, a la le­
una entidad separada del pueblo, sino gitimidad de todos los hijos, a la igual­
al contrario: «El objetivo de las Fuer­ dad de la mujer ante el hombre, a la
zas Armadas Revolucionarias es la de­ protección de la población indígena
fensa del pueblo y el enfrentarse en contra los abusos de los «elementos ci­
combate al enemigo, hasta obtener el vilizados», al respeto de la vida, honra
triunfo para el derrocamiento de la ti­ y bienes de los conservadores en tierra
ranía y la implantación de un gobierno invadida y la prohibición de la práctica
popular en Colombia.» Rasgos esen­ de «tierra arrasada».
cialmente democráticos en las relacio­ Finalmente, dentro de los cuadros
nes dentro del ejército revolucionario dirigentes del ejército revolucionario
y que lo distinguen radicalmente del llanero, había una clara consciencia de
ejército regular como instrumento de que la consolidación y el desarrollo de
opresión, son los siguientes: la obli­ las tendencias revolucionarias del Lla­
gación del soldado de tratar con res­ no dependían también del desarrollo
peto y compañerismo a las personas y de las tendencias revolucionarias en el
familias de la población civil y a sus resto del país y de su posibilidad efec­
propios compañeros de armas. «En el tiva de articulación. En consecuencia,
ejército revolucionario todos son com­ el movimiento revolucionario de los
pañeros.» El compañerismo entre su­ Llanos se organiza sobre una base pro-
periores e inferiores; el derecho de los yectiva y no defensiva, expresamente
inferiores a criticar, discutir y apelar manifiesta en una de las funciones
Capítulo 6 149

asignadas al Estado Mayor: «Dirigir Leopoldo García


las relaciones del Llano con las demás ("Peligro"), jefe
guerrillas y grupos revolucionarios, guerrillero del
tanto de Colombia como de otros paí­ Tolima, donde nunca
ses y procurar la unión y cooperación hubo un mando unificado
y sí un reparto
con ellos en todo lo posible.» gamonalesco de las
En síntesis, los jefes guerrilleros influencias locales,
que participaron en la asamblea de ju­ entre jefes como
nio de 1953 tenían la mente ocupada Jesús María Oviedo
("Mariachi" ),Hermógenes
con temas y preocupaciones entera­ Vargas ("Vencedor"),
mente nuevas en el curso de la Vio­ Aristóbulo Gómez
lencia. La posibilidad de elevar este ("Santander"), Luis
proyecto a la categoría de programa Efraín Valencia
de la Revolución Nacional estaba ("Arboleda") y
planteada y su conducción militar por Gerardo Loaiza.
un Guadalupe Salcedo, también.
En últimas, resultó ser una notable
coincidencia el hecho de que tanto
este proyecto democrático revolucio­
nario, como el proyecto corporativo
de Laureano Gómez, hubieran ma­
durado simultáneamente en el curso
del primer semestre de 1953, pero
también que la aprobación de ambos
hubiera sido programada para una fe­
cha en la que ya se había producido el
relevo en el gobierno. Los dos expre­
saban una nueva polarización, cuyo
desenlace hubiera sido impredecible.

El resquebrajamiento social el mejor de los casos las vendían a


compradores forzosos y a precios abis­
El tercer proceso —derivado de los malmente inferiores a los normales.
dos anteriores— es el de los efectos Seguidamente, pasaban a engrosar
sociales de la Violencia. Visible para nuevas corrientes migratorias en zonas
sus contemporáneos en sus expresio­ de colonización lejana, el ejército de
nes más dramáticas, permanece aún desempleados, el pequeño comercio y
relativamente oculto en muchas de sus los tugurios de las ciudades y, even­
dimensiones estructurales. Constituye tualmente, las filas de la guerrilla. Ta­
la faceta más ignorada del período, la les tierras tenían múltiples destinos. A
visible sólo a distancia, en el largo pla­ veces pasaban a un terrateniente de la
zo, por una nueva generación. Es la zona, otras a campesinos del bando
que se nos revela en panorámica sólo contrario, y muchas veces a una nueva
cuando ya conocemos su final. Vol­ capa de comerciantes de ambos par­
veremos sobre el punto en el próximo tidos —los «aprovechadores»— que se
ensayo. Baste por el momento una estaban formando como clase comer­
simple enumeración de sus manifes­ ciante-terrateniente en los negocios
taciones más protuberantes. turbios de la Violencia. Modestos ten­
La Violencia, por donde se iba ex­ deros o arrieros, e incluso personajes
pandiendo, estaba sacudiendo las es­ sin ocupación conocida, se enrique­
tructuras de la propiedad agraria. Pre- cían de la noche a la mañana ante el
cautelativamente, o bajo el chantaje, asombro de sus coterráneos con el co­
miles de acosados campesinos del in­ mercio de café y ganado robado o de
terior abandonaban sus parcelas, o en fincas de campesinos «boletiados».
150 Nueva Historia de Colombia. Vol //

Muchos terratenientes estaban so­ rratenientes como a los inversionistas


metidos a presiones similares, tanto en de mentalidad capitalista.
zonas de guerrilla como de anarquía La desbandada de terratenientes a
generalizada, pero ellos, al igual que las ciudades, por su parte, tenía efec­
los campesinos ricos con alguna liqui­ tos perturbadores sobre la vieja es­
dez, tenían una gama más amplia de tructura hacendataria. Ocupantes de
opciones: la venta, pero también el hecho en las zonas de implantación
desplazamiento de sus inversiones y, guerrillera, se iban quedando, sin que
ante todo, un refugio seguro en las se supiera entonces hasta cuándo, ante
grandes ciudades en donde podían es­ la mirada impotente de los propieta­
perar a que la situación se «arreglara». rios. Como tendencia general, la zo­
Aparte de algunos casos de notable zobra en el campo conllevaba una
continuidad, como el de la ininterrum­ reorganización interna de las hacien­
pida expropiación de las comunidades das. Se generaba una revitalización
indígenas en el triángulo sur del Toli- forzosa de la aparcería y la agregatura
ma-norte del Huila y Tierradentro en en plantaciones cafeteras en donde es­
el Cauca, o el del sostenido avance del tas modalidades habían comenzado a
capitalismo agrario en la zona azuca­ desaparecer con posterioridad a la le­
rera del Valle del Cauca y en algunos gislación de tierras de 1936. Lo ante­
islotes del plan del Tolima (Armero, rior, con dos agravantes: que los apar­
Espinal, Guamo), estos procesos es­ ceros, arrendatarios y similares se co­
taban sometidos a movimientos pen­ braban los riesgos a que estaban dia­
dulares continuos. Donde hoy sólo po­ riamente sometidos no rindiendo
dían establecerse campesinos conser­ cuentas o rindiéndolas incompletas a
vadores, mañana sólo podían estable­ los terratenientes ausentistas, y que
cerse campesinos liberales. De igual cada vez ejercían un control más com­
manera, en zonas de reciente agita­ pleto sobre el proceso productivo y la
ción agraria, como el Sumapaz cun- comercialización. Es decir, que se atri­
ditolimense, si la iniciativa a fines de buían funciones que iban más allá de
los años cuarenta la habían tomado los lo que voluntariamente o con el ejer­
terratenientes, más adelante, puesto cicio de su poder era tolerable para los
que el movimiento campesino se había terratenientes. Había incluso aparce­
armado y no desaparecido como suele ros y mayodormos que estaban en­
trando en arreglos con la guerrilla en
afirmarse, con el respaldo de las armas muchas zonas. Todo esto significaba
se iría gradualmente consolidando un resquebrajamiento no sólo de la
hasta contrarrestar eficazmente la autoridad del terrateniente sino tam­
avanzada terrateniente. bién de arraigadas pautas de funcio­
Había también, en el curso del año, namiento de la hacienda.
ciertos ritmos económicos del aconte­
cer de la Violencia: en los departa­ Aunque en ciertos períodos y en al­
mentos cafeteros, los asesinatos, ro­ gunas localidades era ocasionalmente
bos y asaltos se intensificaban durante imposible recoger la cosecha, los tras­
el período de la cosecha; en los Lla­ tornos mencionados no producían mo­
nos, por el contrario, los períodos de dificaciones abruptas en el volumen
mayor actividad en la comercializa­ nacional comercializable, ya que lo
ción del ganado —los fines de año— que generalmente operaba era una
estaban acompañados de treguas pac­ simple sustitución de los mecanismos
tadas, con la intervención activa de los regulares de comercialización. Esto
terratenientes frente a la guerrilla y puede explicar en parte la euforia de
frente al ejército. la Federación, aun en los períodos
Tierras baratas y salarios rurales al­ más críticos de la Violencia. Pero de­
tos, como precio de la inseguridad, bería quedar claro que ese entusiasmo
constituían un binomio que sin lugar a no reflejaba la situación real de los
dudas debían desalentar tanto a los te­ propietarios. En otras palabras, la co-
Capítulo 6 151

secha podía perderse para los produc­


tores, pero no necesariamente para los
circuitos comerciales.
Económicamente hablando, la rui­
na de la ganadería resultaba mucho
más evidente. Primero había el robo
continuado, graneado o a gran escala,
del cual eran objeto tanto pequeños
como grandes propietarios y que tenía
sus rutas y engranajes de comerciali­
zación favoritos en los caminos y ca­
rreteras de comunicación interdepar­
tamental a lo largo de la Cordillera
Central. Segundo, se ha señalado ya
cómo la destrucción y el arrasamiento
de semovientes constituían formas de
castigo a los adversarios políticos. Y
tercero, el ganado constituía un ele­
mento básico en el avituallamiento de
las grandes concentraciones guerrille­
ras. La expropiación para la satisfac­
ción de las necesidades de consumo de
la población combatiente (sur del To-
lima, suroeste antioqueño, Llanos
Orientales) y la tributación forzosa,
hacían que, de hecho, la guerrilla fue­
ra una carga muy costosa para los ga­
naderos.
Como corolario de todo lo anterior,
podría decirse que se estaban creando
nuevos ejes de atracción de la inver­
sión agrícola (la Costa Atlántica); nue­
vos ejes de acumulación, en cabeza de
un nuevo comerciante-terrateniente,
dueño de regueros de fincas que con­
centran la propiedad bajo la modali­
dad que el antropólogo Jaime Arocha Mirada entonces en perspectiva la Efraín González (de
llama «latifundio disperso»; un nuevo evolución simultánea de los tres pro­ camisa a rayas), famoso
bandolero que se inició al
reordenamiento del espacio producti­ cesos globales que hemos analizado en lado de Jair Giraldo en el
vo, con el desmantelamiento de la in­ las páginas anteriores, el terror y la Sumapaz y luego fue
dustria liviana en algunas poblaciones anarquía, las nuevas perspectivas de la llamado por
intermedias y el surgimiento de nue­ resistencia y el paulatino dislocamien- conservadores de la
vos polos de concentración industrial; to social, era comprensible que se re­ provincia de Vélez para
nuevas pautas de migración y coloni­ que los defendiera del
curriera a una salida de emergencia. grupo de Carlos Bernal,
zación. Todo ello, ligado al impacto Un atípico golpe de estado que dele­ que buscaba "liberalizar"
demoledor que estaban sufriendo no gaba a los militares la tarea política de la región.
sólo los campesinos, sino también las la pacificación pareció abrir un com­
propiedades y los bienes de algunos pás de esperanza para los colombia­
sectores de la clase dominante en fran­ nos. El día 13 de junio de 1953, el ge­
co repliegue (terratenientes y gana­ neral Gustavo Rojas Pinilla asumía el
deros), hacía pensar en una acéfala y poder en Colombia en medio del re­
subterránea conmoción social que gocijo de todos, especialmente de los
amenazaba sacudir, quién sabe cómo, liberales que lo saludaron como a un
los cimientos del orden tradicional. segundo Libertador.
152
Nueva Historia de Colombia. Vol II

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Capítulo 7 153

La Violencia:
de Rojas al Frente Nacional
Gonzalo Sánchez G. desactivar la guerrilla y reconstruir
económicamente las zonas afectadas
por la Violencia.
Rojas, la amnistía
y los problemas de la paz La pacificación
uando el comandante general del
C ejército, Gustavo Rojas Pinilla,
asumió el poder el 13 de junio
1953, encontró un país semidevastado
La primera de tales tareas pareció co­
menzar a realizarse con el impacto
de
mismo del remezón político que aca­
baba de producirse. Laureano Gó­
por el terror en algunas áreas, en pro­ mez, que había hecho del terror una
ceso de insurgencia generalizada en línea de gobierno, había tomado el ca­
otras y, en todo caso, al borde de una mino del exilio, dejando acéfala, sin
crisis social y política irreversibles. Al coherencia y a la defensiva su corrien­
anunciar su lema de gobierno: «Paz, te partidaria. En contraste con el len­
Justicia y Libertad», estaba, pues, res­ guaje de guerra de los años anteriores,
pondiendo a un anhelo nacional. Su­ el país fue inundado con un lenguaje
cedió entonces algo inusitado en Co­ de reconciliación, preconizado a cada
lombia: que un militar y presidente de paso por el presidente, y reafirmado
hecho se posesionara con el más vo­ sistemáticamente por los directorios
luminoso y variado respaldo que go­ políticos, los gremios, la Iglesia y la
bernante alguno hubiera tenido en la prensa. Los alzados en armas, trata­
historia de la República. El ex presi­ dos antes como criminales y bandole­
dente Darío Echandía habló de «golpe ros, eran reconocidos ahora como
de opinión», la dimensión del cambio fuerzas rebeldes y beligerantes con las
político se midió con la estrofa del cuales era por lo menos concebible ne­
himno nacional que comienza: «Cesó gociar. La memoria de los caudillos
la horrible noche.» era sustituida por el recurso a la he­
Del panorama que hemos descrito rencia común del bolivarismo y la tra­
en el ensayo anterior, se desprendían dición cristiana. A los símbolos sec­
las tareas esenciales del nuevo gobier­ tarios del azul y rojo, se superponía
no: poner freno al terror y la anarquía, ahora la bandera nacional; «la patria
154 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Primera página de "La sinos desarraigados emprendieron el


República", del 13 de regreso a sus lugares de origen, y aun­
junio de 1954, con las
fotos de los presidentes de
que en muchos casos simplemente se
la República y de la había dejado de informar, una atmós­
ANAC, y con el facsímil fera de tranquilidad, tanto más apre­
del Acto Legislativo por el ciable si se la contraponía al clima de
cual la Asamblea Nacional zozobra reinante en la nación en el
Constituyente legitimó el
régimen de Gustavo Rojas
más inmediato pasado, empezó a pal­
Pinilla. parse en todo el país.
Hasta cierto punto, parecía un
triunfo fácil. Las múltiples evolucio­
nes de la Violencia habían convertido
la paz en una necesidad, tanto para los
por encima de los partidos», era el peones como para los hacendados,
eslógan de la nueva época que se pro­ tanto para los insurgentes como para
metía. los detentadores del poder.
Este énfasis en lo nacional, debe se­
ñalarse aquí, se haría ostensible en to­ La amnistía
dos los intentos organizativos del ro-
jismo en competencia con la tradición Paralelamente a la campaña ideológi­
bipartidista. Se materializó en su más ca anterior, y utilizando a fondo el ca­
temprano intento de conformación de pital político que ella iba dejando, Ro­
un Movimiento de Acción Nacional jas emprendió su segunda tarea, la del
(MAN), pasó por el mundo sindical, a desarme y desmovilización de las gue­
través de la Confederación Nacional rrillas, con una audaz iniciativa cuyos
de Trabajadores (CNT) y reapareció alcances son más complejos de eva­
7 de agosto de 1954: El luar: el ofrecimiento de una amnistía
teniente general, jefe
más tarde en la Alianza Nacional Po­
supremo Gustavo Rojas pular (ANAPO). Por el momento, el general e incondicional. Para darle
Pinilla, reelegido por la efecto de estos nuevos hechos, acti­ credibilidad al hecho, en el curso de la
ANAC para un período de tudes y valores era innegable. Durante primera semana de ejercicio del po­
4 años, toma posesión del su primer año de gobierno. Rojas creó der, ordenó la suspensión de las hos­
cargo. En el desfile, tilidades militares y la distribución ma­
generales Muñoz, Berrío
la sensación de estar generando una
y Rafael Calderón Reyes, nueva psicología colectiva, permeable siva de hojas volantes que se hicieron
Lucio Pabón Núñez y a una reorientación de la cultura po­ llegar en aviones y helicópteros a los
Alfredo Duarte Blum. lítica colombiana. Millares de campe­ principales frentes guerrilleros, con
mensajes de paz y promesas de garan­
tías precisas para los que depusieran
sus armas.
Aunque la mira estaba puesta par­
ticularmente en los Llanos, la opera­
ción gubernamental asumió el carácter
de ofensiva general y simultánea con
una circular enviada el 15 de junio por
el comandante del ejército, Alfredo
Duarte Blum, a todas las guarniciones
militares del país, instruyéndolas so­
bre los procedimientos que deberían
seguirse. El logro parcial o total de los
objetivos, en cualquiera de las regio­
nes convulsionadas, sería utilizado
como arma de presión a las guerrillas
del Llano, las más numerosas, las más
temidas, las de mayor significación en
el contexto nacional. Hay que recor­
Capítulo 7 155

dar que cuando llegaron los primeros "Por la patria, la paz y la


comunicados a los Llanos, los guerri­ justicia", estampilla de
lleros acababan de salir de una correos conmemorativa
«Asamblea Revolucionaria de jefes» del 13 de junio y del
binomio "Pueblo -
que, luego de haberle dado aproba­ Fuerzas Armadas".
ción a la «Segunda Ley del Llano» (18
de junio, 1953), se habían dispersado
por sus respectivos territorios y co­
mandos con el fin de informar a sus
seguidores sobre el contenido e impli­
caciones de la nueva etapa de lucha
guerrillera. Cuando conocieron la no­
ticia del derrocamiento de Gómez, y te de Cundinamarca) y las de Rafael
comprobaron que de los helicópteros Rangel en el Carare-Opón (Santan­
en lugar de balas y bombas les repar­ der). En Antioquia, el líder guerrille­
tían gestos amistosos, reaccionaron ro más destacado, el capitán Juan de J.
con sorpresa e incredulidad. Sin em­ Franco Yepes, que el 24 de julio había
bargo, para corresponder a las mues­ anunciado no la entrega pero sí la di­
tras de buena voluntad del gobierno y solución de su guerrilla, fue capturado
darse desde luego el tiempo necesario un mes más tarde por militares que
para adelantar consultas internas con faltaron a su palabra. Fue luego so­
todos sus jefes, con sus contactos del metido a prisión hasta el término del
Comando Nacional en Bogotá, y para gobierno de Rojas Pinilla.
hacer una evaluación mínima de la si­ En este contexto, los jefes militares
tuación general del país, ordenaron de los Llanos avanzaban en negocia­
también, el 22 de junio, la suspensión ciones separadas con jefes guerrilleros
de las hostilidades guerrilleras. de segundo rango, a los cuales se les
Abrazo del padre
La programación militar de las ne­ cortó prácticamente toda comunica­ guerrillero y el hijo
gociaciones, que siendo simultáneas ción con los máximos dirigentes, Gua­ soldado, noviembre de
daban la impresión de una operación dalupe Salcedo y Eduardo Franco Isa- 1953. El gobierno militar
envolvente sobre los Llanos, rindió za, según se desprende del itinerario logró pronto la rendición
sus primeros frutos visibles, apenas de los contactos previos a la entrega, incondicional de
guerrillas en el Tolima,
cumplido un mes de iniciación. La ca­ recogido por Germán Guzmán. Des­ Territorio Vásquez,
dena se rompió, naturalmente, por el pués que las guerrillas hubieran ela­ Santander, Antioquia y los
{«eslabón más débil». Con el apoyo, la borado un pliego de peticiones de Llanos.
intervención y la gestión de gamona­
les, terratenientes y comerciantes, el
gobierno logró las primeras y más im­
provisadas rendiciones incondiciona­
les en la región central del Tolima, en
actos que con propósito ejemplarizan­
te recibieron la más amplia publicidad
imaginable-. A las guerrillas liberales
del sur y norte del mismo departa­
mento se les arrancó, con procedi­
mientos y con efectos similares, una
promesa pública de entrega en agosto,
la cual también se anunció con gran
despliegue propagandístico, aunque
sólo habría de hacerse efectiva en oc­
tubre. Escalonadamente, y quizá con
menos atención pública, porque se las
conocía menos, se fueron entregando
las del territorio Vásquez (norocciden-
156 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

tanto los procedimientos sino los re­


sultados. Y a fines de octubre éstos
eran convincentes. Se daban cifras
como éstas: en todo el país 3.500 hom­
bres habían depuesto las armas. Sólo
en los Llanos lo habían hecho 1.489
combatientes. Y aunque la tendencia
general era la de entregar sólo esco­
petas y armas inservibles, los llaneros
le dieron un aire más definitivo a sus
compromisos entregando cerca de qui­
nientos fusiles. En sus planes econó­
micos el gobierno se sintió obligado a
tratar con particular predilección la re­
gión, a tal punto que todavía en enero
de 1955 —un año crítico para Rojas—
el presidente era triunfalmente reci­
bido en Yopal y en Tame, dos bastio­
Guerrilleros de los Llanos veinticuatro puntos, cuya aprobación nes de las ahora desmovilizadas fuer­
acogidos a la amnistía presidencial se exigía como condición zas guerrilleras. Incluso en aquella
hacen cola para la entrega previa a la culminación de las negocia­ ocasión y en la última población estre­
de armas y recepción del chó la mano de Guadalupe Salcedo.
salvoconducto. En
ciones, los militares acorralaron a los
general, todas las entregas principales jefes guerrilleros, entre Allí los campesinos admitían que de
de las guerrillas ellos a Guadalupe Salcedo, en la po­ alguna forma el gobierno les había
recibieron considerable blación de Monterrey. De hecho, se cumplido.
despliegue publicitario. les convirtió en rehenes hasta tanto el Quedaban, sin embargo, como en
personal guerrillero a su mando hicie­ suspenso, dos regiones neurálgicas
ra efectiva la entrega. Lo que permitió que preocupaban mucho al gobierno:
llegar a un final exitoso desde el punto las de influencia comunista en el sur
de vista del gobierno fue el prestigio del Tolima y el Sumapaz. Los comu­
personal del presidente, que cada día nistas habían reaccionado con cautela
crecía más. Su intervención en el in­ frente a las expectativas creadas por
cidente fue decisiva. Hasta entonces, un gobierno a fin de cuentas militar.
los tropiezos, traiciones o chantajes Optaron por una simple desmoviliza­
que se habían presentado en el camino ción, sin entrega de hombres ni de ar­
Cédula de ciudadanía de de las negociaciones eran atribuidos a mas, después de agudos debates inter­
Jacinto Cruz Usma, la mala fe de los ejecutores locales o nos. Pero el aislamiento que empeza­
"Sangrenegra". En la regionales de su política. Él seguía ron a padecer les hizo insostenible la
Violencia, éste bandolero
siendo el árbitro supremo. Además, táctica de «autodefensa» que venían
es la personificación de la practicando. Asediados por el ejército
anarquía y el terror puro en este campo, y con el beneplácito de
y simple. la prensa bipartidista, no contaban y por ex guerrilleros liberales instiga­
dos por los terratenientes, emprendie­
ron un desplazamiento silencioso pero
'sistemático a las montañas del Suma-
paz en la cordillera oriental, más cerca
de Viotá, su centro de apoyo logístico
en el Tequendama. Otros lo hicieron
hacia Ríochiquito, en el Cauca, por el
filo de la cordillera central. Los que
tomaron el camino del Sumapaz fue­
ron acogidos por un veterano líder
agrario de estirpe gaitanista, Juan de
la Cruz Várela, llevado gradualmente
por la Violencia a hacer la causa co-
Capitulo 7 157

mún con sus antiguos rivales, los co­


munistas. Varela, con un conocimien­
to acumulado de años en su región,
había hecho una entrega políticamen­
te calculada a fines de octubre de
1953: para neutralizar la presión mili­
tar, entregó hombres (1.200 según la
prensa); para prevenir la inminente
reacción latifundista, guardó las ar­
mas. En estas condiciones comenzó a
operar lo que luego se llamó la «tre­
gua» en la región.
En su conjunto, los frentes guerri­
lleros más articulados políticamente
formularon en el curso de sus variadas
respuestas a la amnistía, un programa
¡ esencialmente democrático, que po­
dría verse como una derivación o con­
tinuación de las banderas que habían zas democráticas y los puntos centra- Niños guerrilleros en la
enarbolado en los años de la resisten­ les de la problemática agraria de los hora de la amnistía.
cia. Dicho programa incluía demandas próximos diez años de Violencia. Su
de garantías elementales, como el de­ vigencia, por supuesto, fue más allá
recho a la vida y la integridad física, del período de Rojas y siguió viva bajo
que en aquellos tiempos turbulentos el Frente Nacional.
había que recordar a gritos todos los
días; el desarme de las contraguerri­
llas; el reconocimiento del título de La reconstrucción económica Entrega de guerrilleros en
los Llanos. "Aunque la
guerrilleros (y no simples «bandole­ La reconstrucción de la economía ru­ tendencia general era
ros»); libertad para los presos políti­ ral parecía ciertamente una tarea des­ entregar sólo escopetas y
cos; levantamiento del estado de sitio comunal para cualquier gobierno. Es­ armas inservibles, los
y elecciones libres; libertades políticas tadísticas aproximativas sólo comen­ llaneros dieron un aire
y sindicales; libertad de expresión, ha­ más definitivo a sus
zaron a levantarse en 1957. y revela­ compromisos entregando
blada y escrita. En el plano económi­ ban un cuadro dramático. Hasta ese cerca de 500 fusiles".
co, plantearon exigencias que expre­
saban necesidades apremiantes de sus
regiones y que ningún diagnóstico se­
rio sobre la Violencia podía ignorar.
Entre estas últimas, cabe señalar: cré­
ditos estatales para la reconstrucción y
uso productivo de las tierras de sus co­
munidades campesinas; indemnizacio­
nes económicas a regiones devastadas
por la acción directa de las tropas gu­
bernamentales; reubicación de los
«exilados» en sus lugares de origen y
ayuda para la repatriación de los que
habían tenido que huir a Panamá y
Venezuela; restitución de las propie­
dades usurpadas a sus antiguos due­
ños; y, eventualmente, distribución de
tierras a los campesinos, con base en
el principio de «la tierra para el que la
trabaja». En suma, habían formulado,
en 1953, las tareas básicas de las fuer-
158 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

cifras —aunque no la proporción-


eran incluso mayores en el Valle del
Cauca, por la acción continuada de los
«pájaros», según se supo más tarde.
Además, al lado de este tipo de efec­
tos más notorios, había otros menos
visibles inmediatamente, como los que
se derivaban de irregulares mecanis­
mos de comercialización de tierras,
cosechas y ganados, que se traducían
en la imposición de precios con carac­
terísticas verdaderamente confiscato-
rias.
Para responder al desafío de estas
cifras, Rojas tenía inicialmente a su fa­
vor una boyante economía exporta­
dora, con precios del café nunca antes
alcanzados (91,53 centavos de dólar la
libra, en marzo de 1954); para allegar
recursos adicionales al estado, impuso
nuevas cargas tributarias a los dividen­
"Todavía en enero de año, en el Tolima, por ejemplo, los dos de bonos y acciones; y, para ali­
1955 -un año crítico para cálculos establecían que desde 1949 viar la angustia de los campesinos,
Rojas- el presidente era hasta la fecha 361.000 personas habían hasta prometió reforma agraria. Pero
triunfalmente recibido en la bonanza cafetera se había esfumado
Yopal y en Tame, dos emigrado en forma permanente o
bastiones guerrilleros... transitoria; 34.300 casas habían sido al año siguiente; los industriales, la
Incluso en aquella ocasión incendiadas, y más de 40.000 propie­ banca y las compañías de seguros se
y en la última población dades rurales pertenecientes a más de convirtieron de entrada en «enemigos
estrechó la mano de 32.000 propietarios, habían sido aban­ agazapados del gobierno», en protesta
Guadalupe Salcedo".
donadas transitoria o definitivamente. por las nuevas medidas redistributivas
Estos últimos datos equivalían a más y por la liberación de importaciones
del 42 % de las propiedades y de los que desde el punto de vista de ellos
propietarios rurales del Tolima. Las era una dilapidación de las divisas,
aunque las clases media y popular las
vieran como un descanso para los pre­
Entrega de armas de
Dumar Aljure. supuestos familiares; y, finalmente,
las promesas de reforma agraria se di­
luyeron en un proyecto de desarrollo
capitalista, que con una perspectiva tí­
picamente terrateniente combinaba la
pareja productividad y colonización.
No hay que olvidar, por supuesto, el
nuevo impulso que entonces recibie­
ron algunos proyectos de interés na­
cional, a saber, el reordenamiento de
la política de producción de hidrocar­
buros —de hecho la creación de Eco-
petrol— y el fortalecimiento de la em­
presa siderúrgica Acerías Paz del Río,
pero para los propósitos de este en­
sayo conviene recalcar que la mayor
parte de los nuevos recursos se vol­
caron prioritariamente hacia dos ru­
bros bien definidos: primero, hacia
Capítulo 7 159

renglones específicos de inversión M*mr<».o i>« aoaata


Un salvoconducto en
agrícola, como la compra de maqui­ —mcxw. jo t« JrtUfa 4« * •
Sumapaz, abril de 1955.
naria y fertilizantes y la construcción
de distritos de riego, cuyos destinata­
rios inmediatos fueron los grandes ba­ 1X43'5, >“•«•*•
-r> »!••• Wti, f •.Mkio.ti*.
•■*»* ÍWj»r,j >•'»
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caí;

(■
rones del azúcar en el Valle del Cauca f» 41 • I- • K.r» | •»( ••«•rea.

y los emergentes empresarios agrarios


del arroz y el algodón en el plan del
Tolima; el segundo rubro favorito fue
el de la financiación de obras de in­
fraestructura, tales como la construc­
/
ción de centros hidroeléctricos, del fe­
rrocarril del Atlántico, del aeropuerto
internacional El Dorado y las instala­
ciones de la televisión nacional, obras
éstas que en su conjunto imprimieron
un nuevo ritmo a la reproducción de
capitales tanto urbanos como rurales.
Es decir, que por este aspecto al me­
nos —y era el más consistente— se
trataba claramente no tanto de planes
de apoyo para los arruinados por la
Violencia, sino más bien de premios y
estímulos para los que directa o indi­
rectamente habían salido mejor libra­
dos de ella.
Desde el ángulo de la colonización
—que podría considerarse como el se­
gundo eje de la política agraria del go­
bierno—, tampoco se abordaban sino
que hasta cierto punto se esquivaban
los centros de mayor perturbación so­
Juan de la Cruz Varela
cial, que eran los de la zona cafetera. depone las armas en la
La «colonización dirigida» se presen­ plaza de Cabrera,
taba como la panacea para la solución Sumapaz, octubre 30/53.
de las tensiones en el interior del país,
sobre el supuesto de que el problema
álgido allí no era la distribución de la
tierra, sino la excesiva concentración
demográfica. No era sorprendente. El
Consejo Nacional de Agricultura, en­
cargado de diseñar estos planes, esta­
ba integrado fundamentalmente por
organismos representativos de los in­
tereses de los grandes propietarios: fe­
deraciones de algodoneros, arroceros
y ganaderos. Por otra parte, el Insti­
tuto de Colonización e Inmigración,
bajo cuyo estímulo surgió, por ejem­
plo, la población de Cimitarra (San­ Durante su visita a los
tander), resultó a la postre tan ino­ Llanos Orientales, enero
de 1955, Rojas Pinilla
perante, por el caos administrativo, la monta a "Palomino", que
escasez de fondos y la falta de coor­ le fue regalado por la
dinación entre las dependencias gu- población de Acacias.
160 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Quedaría por verse, entonces, la


eficacia de un nuevo organismo estatal
ligado a las tareas de la reconstrucción
económica y pobremente presupues­
tado, pero rodeado de una campaña
publicitaria comparable sólo a la que
había recibido el proceso de la amnis­
tía. Se trata de la creación en 1954 de
la Oficina de Rehabilitación y Soco­
rro, dependiente del Servicio Nacional
de Asistencia Social (Sendas), que le
dio una controvertida celebridad a su
directora, la hija del presidente, María
Eugenia Rojas de Moreno. La crea­
ción de dicha oficina por parte del ré­
gimen militar implicaba un cierto re­
conocimiento de que el solo desarme
de los campesinos no bastaba para re­
solver las calamitosas consecuencias
de la Violencia. Sin embargo, sus eje­
cutorias no justificaban el exagerado
optimismo con que las miraban mu­
Armamento recogido en bernamentales involucradas en su ma­ chos observadores de la época, entre
los Llanos. nejo, que sus funciones le fueron asig­ ellos el historiador norteamericano
nadas en 1956 a la Caja Agraria. Pa­ Vernon Lee Fluharty. La reconstruc­
recía, pues, como si se estuviera es­ ción de la arrasada población cundi-
perando a que en las zonas más con­ namarquesa de Yacopí, que había sido
flictivas la Violencia provocara sus escogida como centro piloto de un
propias soluciones. Y en parte se diría plan más amplio, generó frustradas
que las estaba produciendo, a su ma­ expectativas en poblaciones de otros
nera. En efecto, las «colonizaciones departamentos que habían corrido la
espontáneas» de fugitivos de la Vio­ misma suerte bajo el gobierno de Lau­
lencia venían desempeñando un im­ reano Gómez, especialmente en el To-
portante papel, de 1948 en adelante, lima. Así, por ejemplo, habitantes
en el poblamiento gradual de algunas desplazados del vecindario de «Santia­
go Pérez» (Ataco) —un próspero co­
zonas del Magdalena Medio y del Ca- rregimiento cafetero y liberal en 1949,
tatumbo, poblamiento que tuvo una totalmente destruido y luego conser-
abrupta aceleración entre 1955 y 1960 vatizado durante los años cincuenta—
con la llegada de migrantes de los de­ estaban reclamando todavía sin éxito
partamentos del Valle, Tolima y el a fines de 1958, bajo el Frente Nacio­
Viejo Caldas. Estos tres departamen­ nal, indemnización al Estado para su
tos, en orden descendente, fueron los reconstrucción sobre la base de que las
únicos que entre los años 1951 y 1964 gestoras de la destrucción habían sido
tuvieron un crecimiento demográfico las propias fuerzas del gobierno de
negativo. Sin embargo, tales coloni­ Laureano Gómez.
zaciones «espontáneas» tenían un sino
trágico: los colonos tendían a distri­ Por otro lado, en el otorgamiento
buirse en las diferentes regiones según de créditos se hacía patente una con­
su respectiva afiliación política, y po­ cepción notablemente paternalista de
nían fronteras de muerte a sus asen­ los programas de rehabilitación. Con
tamientos, con lo cual no hacían sino ayudas minúsculas, encaminadas a re­
trasladar a las regiones a donde lle­ solver situaciones individuales — las
gaban el conflicto del cual precisamen­ de quienes lograran hacerse reconocer
te venían huyendo. como «damnificados»— se pretendía
Capítulo 7 161

tender un velo que simplemente ocul­


taba las verdaderas dimensiones socia­
les del problema. A veces, éste que­
daba apenas señalado. Las 26.000 so­
licitudes que hasta enero de 1955 ha­
bían presentado propietarios despo­
jados de sus tierras para que se les
restablecieran sus derechos, empape­
laron los escritorios de la oficina en
Bogotá, pero no encontraron solu­
ción.
No obstante lo dicho, estos progra­
mas, y en especial los crediticios, pu­
sieron una vez más en evidencia el lu­
gar privilegiado que ocupaban los Lla­
nos en los planes del gobierno. Del to­
tal de 20.700 préstamos adjudicados
hasta enero de 1955, cerca de la mitad tereses a prestatarios o deudores de Condecoración a
(9.000) irrigaron los dominios de las entidades oficiales, como la Caja Rojas Pinilla con el
fuerzas guerrilleras que años atrás ha­ Agraria, que por causa de la Violencia collar de la orden del
bía capitaneado Guadalupe Salcedo. 13 de junio, durante
se habían atrasado en sus pagos. Estas un homenaje especial
La prueba de fuego a la viabilidad mis­ solicitudes fueron seguidas por otras en el palacio de
ma de estas adjudicaciones de présta­ similares, como las de rebajas de im­ San Carlos, al cumplir
mos se jugaría en otras regiones. Se puestos prediales a inmuebles urbanos su primer año
presentaría, de hecho, en zonas de tra­ y rurales. Por este camino, alcanzar el de gobierno.
dicionales conflictos agrarios y de ma­ reconocimiento de «zona afectada por
yor heterogeneidad política, como el la Violencia», llegó a convertirse en
Sumapaz y el sur del Tolima. En Cha­ un componente muy importante de la
parral, para dar un solo ejemplo, los lucha de las regiones por obtener ven­
campesinos se encontraban con difi­ tajas en el reparto de cargas fiscales o
cultades como las siguientes: primera, en el regateo de los presupuestos lo­
el tope máximo de los créditos para la cales o departamentales. Y el éxito en
recuperación de sus parcelas era de ello dependía, con frecuencia, como
sólo mil pesos (!); segunda, puesto en el caso de los «damnificados», de
que se trataba de una zona todavía en El general Rojas y Carola
las influencias políticas o sociales, de Correa de Rojas durante
proceso de colonización, numerosos buenos «padrinos» en las gestiones in­ la inauguración del
campesinos carecían de títulos de pro­ dividuales o colectivas. En todo caso, Hospital Infantil.
piedad, lo cual era exhibido como una
traba insuperable para el otorgamien­
to de cualquier asistencia estatal; y,
tercera, el criterio sectario con que se
atendían o desatendían las solicitudes
originaba denuncias, a veces ciertas y
a veces falsas, de que los favorecidos
eran, no los damnificados, sino los
usufructuarios de la Violencia.
En el marco del plan de «rehabili­
tación» —aunque no por iniciativa di­
recta de la oficina citada, sino de los
propietarios de inmuebles rurales de
algunos municipios del suroriente del
Tolima (Purificación, Dolores)— em­
pezó a exigirte desde 1956 un decreto
de moratoria o de condonación de in-
162 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Desplazados por la las demandas de los afectados iban fondos de la «rehabilitación». Y como
Violencia en la población cada vez más allá de lo que el gobierno muchos rubros del presupuesto de
de Arboledas (Norte de estaba en capacidad o en disposición obras públicas y servicios se estaban
Santander). Pocos fueron
los beneficiados con las
de ofrecerles. canalizando a través del Ministerio de
políticas de rehabilitación Pero independientemente de la efi­ Guerra, o bajo la etiqueta de la «re­
del gobierno; para cacia o ineficacia de las medidas con habilitación», era normal, más que ex­
reincorporarse a sus que se respondía a las nuevas deman­ cepcional, encontrar que detrás de la
tierras, el campesino das, había algo que preocupaba secre­
carecía de títulos de
inauguración de cada carretera, escue­
propiedad. tamente a los partidos políticos tradi­ la o puesto de salud hubiera ahora un
cionales. Éstos se mostraban crecien­ jefe militar pregonando las bondades
temente celosos de que Rojas, que te­ del «binomio pueblo-fuerzas arma­
nía las armas pero no una fuerza po­ das», y no un jefe político, como se su­
lítica propia, la estaba intentando ponía que debía ser en un país de
construir precisamente utilizando los arraigadas tradiciones gamonales.

Un paso adelante...
muchos pasos atrás
Numerosos hechos iban en contravía
de la anhelada pacificación nacional.
Algunos eran imputables al propio go­
bierno o a sus agentes, otros hacían
parte de las estrategias partidistas de
desestabilización. Los primeros signos
de lo que podría considerarse como un
María Eugenia Rojas viraje en las actitudes oficiales frente
coloca la primera piedra a sus críticos u opositores se produje­
para el edificio del ron a mediados de 1954, es decir, al
Servicio Nacional de término del primer año de gobierno de
Asistencia Social, Sendas,
en Bogotá, entidad que Rojas.
dirigió desde su fundación El 8 y 9 de junio de 1954, en el mar­
en 1954. "La creación de co de las primeras protestas urbanas
dicha oficina implicaba antigubernamentales por muchos
un cierto reconocimiento ¡años, trece manifestantes universita­
de que el solo desarme de
campesinos no bastaba rios, entre ellos Uriel Gutiérrez, ca­
para resolver las yeron abatidos por el ejército en he­
consecuencias de la chos que culminaron con el nombra­
Violencia". miento de un coronel como rector de
Capítulo 7 163

la Universidad Nacional. Desde en­


tonces, el gobierno empezó a quedar
a la defensiva ante la opinión pública,
y para neutralizar a sus más enconados
adversarios dentro de los partidos tra­
dicionales (hasta ese momento sólo los
depuestos laureanistas) adoptó acti­
tudes conciliatorias con el régimen an­
terior, firmando pocos días después, el
13 de junio, un decreto que extendía
el indulto a los presos por delitos que
pudieran explicarse por «extralimita­
ción en el apoyo o adhesión al gobier­
no». O sea. que mientras que por la
puerta de adelante de las cárceles sa­
lían los perseguidos políticos, por la de
atrás salían los matones. res. Ex guerrilleros como Teófilo Ro­ Al lado del general Rojas,
Si como símbolo de lo que se había jas («Chispas») encontraron fácil re­ León María Lozano, "El
alcanzado en los Llanos se exhibía la clutar a nuevos adeptos o convencer a Cóndor", escuchando el
foto del presidente con Guadalupe discurso del político del
sus viejos compañeros de que la paz Valle del Cauca Solazar
Salcedo, los liberales, que seguían en era una ilusión y por consiguiente ha­ García. El Cóndor y sus
una posición de expectativa y fiscali­ bía que rearmarse. En el Quindío, los secuaces fueron utilizados
zación, estaban haciendo circular otra propietarios cafeteros y los jefes polí­ por el SIC para eliminar
en el Tolima, el Valle y Caldas, del ticos liberales se sentían tan acosados a amnistiados o a
presidente con León María Lozano, por los «pájaros» que decidieron con­ guerrilleros que no
habían entregado las
«El Cóndor», y sus protectores polí­ tactar las guerrillas liberales del sur armas.
ticos, que mostraba cómo se estaba re­ del Tolima. Enviaron emisarios a
trocediendo. El «Cóndor» y sus secua­ «Chispas» para que con el concurso
ces, al recuperar la libertad, renova­ económico y la protección política de
ron sus fechorías en poblaciones como ellos, estableciera uña base de auto­
Tuluá y Cartago en el Valle, y las ex­ defensa en la región, que al mismo
tendieron a Génova, Calarcá y Ar­ tiempo era de agresión a sus rivales.
menia, en el Quindío, lo mismo que a Por el momento, «Chispas» respondió
numerosas poblaciones de las regiones alternando sus actividades entre el To-
central y sur del Tolima. En este úl­ lima y el Quindío, en las dos vertientes
timo departamento, agentes de los or­ de la cordillera central.
ganismos secretos, en particular el SIC Las medidas del gobierno para apa­
(Servicio de Inteligencia Colombia­ ciguar al laureanismo no le habían he­
no), los estaban utilizando para ase­ cho bien ni al proceso de amnistía ni
sinar a amnistiados, a guerrilleros des­ al de pacificación. Pero había también
movilizados que no habían depuesto un hecho nuevo. Los partidos tradicio­
las armas y a campesinos inermes. Lo nales, que habían permanecido en un
estaban haciendo tan descaradamente cierto receso durante el primer año de
que hasta los militares manifestaron su gobierno de Rojas, empezaron a va­
inconformidad. lerse de los cotidianos hechos de san­
Lo que habría de seguir es historia gre como instrumento de movilización
ya bien conocida. Guerrilleros que no política. Así, mientras por un lado
habían entregado las armas, se reafir­ condenaban al resurgimiento de la
maron en la necesidad de conservar­ Violencia, por el otro la estimulaban
las, y los que las habían entregado, lo y declaraban a Rojas único responsa­
lamentaron y empezaron a ver la am- ble de ella. La prensa bipartidista se
--stía como una trampa del gobierno. hizo eco de esta doble táctica y se con­
No cabía duda, la violencia partidista virtió incluso en el terreno privilegia­
retomaba la dinámica de años anterio- do de la oposición y en polo de orga-
164 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

cular de experiencias acumuladas, se


movía con particular solvencia y se­
guridad: era su terreno. A los rumores
según los cuales el gobierno estaba po­
niendo a andar la idea de un Movi­
miento de Acción Nacional (MAN),
se anticipó López Pumarejo, sugirien­
do a fines de 1954 la posibilidad de
una coalición bipartidista, que bastó
por el momento para hacer abortar la
iniciativa gubernamental. Cuando Ro­
jas proclama, ya más decididamente,
la Tercera Fuerza, el 13 de junio de
1956, el Frente Civil llevaba meses de
actividades, bajo la dirección de Al­
berto Lleras Camargo. Rojas estaba
tratando de trabajar por abajo en un
proyecto de largo plazo y el Frente Ci­
vil estaba trabajando por arriba en
acuerdos de eficacia inmediata. Un
mes después del anuncio formal de la
Julio 20 de 1957: en nización y unificación de las clases do­ Tercera Fuerza, Lleras Camargo y
Sitges, España, Alberto minantes contra el dictador, como ten­ Laureano Gómez habían firmado el
Lleras y Laureano Gómez día a calificársele ahora. «Pacto de Benidorm» (España). Gó­
acuerdan los mecanismos
Rojas respondía erráticamente a las mez, exultante, recogía los frutos de la
básicos y la institución del crisis que avanzaba, también en el pla­
Frente Nacional. provocaciones, denunciando a veces
en movilizaciones de masas un com­ no económico ahora, y decía que el
plot oligárquico, inventando en otras país no había comprendido su gobier­
presuntas conspiraciones comunistas. no y ahora tenía lo que se merecía.
Es más, las clausuras o censuras a pe­ Cuando Rojas anuncia en los primeros
riódicos eran un síntoma de su debi­ días de mayo de 1957 su permanencia
por cuatro años más, el Frente Civil,
lidad y no hacían sino fortalecer a sus los grupos económicos y la Iglesia le
adversarios, los cuales burlaban las
tenían preparado el paro general que
medidas gubernamentales con el sim­ lo obligó a dimitir el 10 de mayo. Los
ple cambio del cabezote de los perió­ vencedores tuvieron un respaldo si­
dicos. Se llegó así a la caricatura: Lau­ milar al que había tenido Rojas cuatro
reano Gómez, desde el exterior y des­ años atrás. El panorama que se pre­
de su periódico El Siglo en Bogotá, sentaba ahora era muy claro: la polí­
clamaba ahora por la «libertad de tica seguía por cuenta de los partidos,
prensa», que nunca había existido mientras una Junta Militar de cinco
bajo su gobierno. Gómez, con el des­ miembros, presidida por el general
gaste irreversible del gobierno, y con Gabriel París, se constituía práctica­
el concurso de la prensa y de los po­ mente en una simple administradora
líticos liberales, ganaba terreno todos de la economía.
los días como nuevo abanderado de la
democracia. Lleras Camargo había sido el arqui­
Entre tanto, en la competencia final tecto del Frente Civil, pero el gran
y desigual que se desencadenó en el vencedor era Laureano Gómez. Ya en
escenario político, mientras Rojas los debates sobre la crisis financiera,
daba pasos zigzagueantes en la con­ que se había agudizado a partir de
formación de una base propia que le 1955, se resaltaba «la competencia
garantizara la continuidad en el poder práctica del régimen anterior» en el
de manera indefinida, el estableci­ manejo de la economía. Era el mo­
miento político, con una herencia se­ mento del reconocimiento: la Junta
Capítulo 7 165

Militar encargó el Ministerio de Ha­ Júbilo callejero en


cienda a Antonio Alvarez Restrepo, el Medellín, al saberse la
viejo ministro de Gómez. Después de caída de Rojas Pinilla.
su regreso al país, Gómez se presentó
a las elecciones parlamentarias de
marzo de 1958 y ganó una curul en el
Senado, del cual fue elegido presiden­
te. En calidad de tal puso la banda
presidencial a Alberto Lleras Camar-
go en agosto de 1958. Gómez era el
símbolo de la nueva legitimidad. En
este contexto, el posterior proceso de
Rojas ante el Senado podría verse, en­
tre otras cosas, como una reafirmación
política de Laureano Gómez. Para po­
nerlo en el lenguaje hospitalario de la
época, Gómez había sido el verdadero
«rehabilitado» de la Violencia.

Juicio histórico
La evolución que hasta aquí hemos
presentado parecía dar pie a un balan­
ce ambiguo del gobierno de Rojas.
Tras una etapa inicial de muchas ex­ cordarse, además, que la historia del
pectativas populares, transcurrió un rojismo no termina el 10 de mayo. La
período de crecientes frustraciones. ANAPO de los años sesenta se cons­
Tras cumplir con su papel de gobierno tituyó retomando muchos de los ele­
transicional, de árbitro, sus intentos mentos predominantes en el discurso
de perpetuación y de dislocamiento político del período inicial del gobier­
del espectro político sólo sirvieron de no de Rojas. Y hasta podría agregarse
bandera de reunificación a la tradicio­ que en el largo plazo, el rojismo hizo
nal dominación bipartidista, que rá­ una contribución indudable al descon­
pidamente se apropió del espacio de­ gelamiento político del país. A través
mocrático. de la ANAPO creó por primera vez la
En el examen del peso relativo de posibilidad de desplazamientos cons-
los pros y de los contras, los más co­
nocidos relatos del período nos han El general Gabriel París,
dejado incluso versiones divididas. presidente de la Junta
Los más entusiastas apologistas (tipo Militar del 10 de mayo de
Vernon Lee Fluharty) sólo ven su co­ 1957, en la ceremonia de
mienzo y su potencial transformador. entrega de credenciales,
Los críticos más enconados, sobre presidida por Mariano
Ospina Pérez.
todo los obnubilados del frentenacio-
nalismo (tipo el norteamericano John
Martz) sólo quieren ver su final y des­
cubren en cada uno de sus pasos la
anticipada figura del característico dic­
tador latinoamericano. Pero tal vez la
misma compleja trayectoria que he­
mos descrito muestra más bien la im­
posibilidad de buscar soluciones tan
cómodas y esquemáticas en el juicio
histórico sobre el período. Debería re-
166 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

como ocupantes legítimos de las tie­


rras por las cuales venían luchando
desde décadas anteriores, e incluso de
las que habían ganado con su sangre y
con el éxodo terrateniente de los úl­
timos años. Para los terratenientes,
por el contrario, la simple aceptación
del nuevo status quo en la región equi­
valía a legalizar un resultado inacep­
table de la Violencia. Para ellos, la
Violencia en el Sumapaz había desem­
bocado, ni más ni menos, en una «re­
volución agraria». La llegada de los
comunistas del sur del Tolima, que es­
taban muy activos en la organización
de masas bajo la forma de «frentes de­
mocráticos», los exasperó aún más,
pues consideraban que la situación se
Reunión de seguidores de tantes de sectores conservadores hacia estaba tornando irreversible. Para los
ANAPO, en el Salón la izquierda. En las elecciones de terratenientes, en suma, la paz tenía
Elíptico del Congreso, 1978, distintas coaliciones de la iz­ una sola interpretación posible: garan­
septiembre de 1966: "La
ANAPO de los años
quierda tuvieron en sus listas a anti­ tías plenas de retorno a sus propieda­
sesenta se constituyó guos anapistas. Jaime Piedrahíta Car­ des abandonadas y desalojo de los
retomando muchos de los dona, uno de los fundadores de la campesinos. Sucedió entonces que, en
elementos predominantes ANAPO, fue candidato presidencial el marco de lo que pudiera caracteri­
en el discurso político del del Frente por la Unidad del Pueblo zarse como el contragolpe del latifun­
período inicial del
gobierno de Rojas. Y
(FUP), y uno de sus jefes regionales, dio a la economía y a la organización
hasta podría agregarse Julio César Pernia, fue el candidato campesinas, el gobierno, actuando
que en el largo plazo, el presidencial de la Unión Nacional de como brazo armado de los terrate­
rojismo hizo una Oposición (UNO). La historia de la nientes, empezó a preparar el asalto
contribución indudable al ANAPO Socialista y la del M19 (Car­
descongelamiento político
militar a la región, a la altura del se­
del país". los Toledo Plata) servirían de ilustra­ gundo semestre de 1954.
ción de una tercera variante en los Contando con los resultados ya más
múltiples caminos seguidos por los mi­ o menos consolidados del desarme en
litantes del rojismo. otras regiones, se pensaba que la ca­
Sin embargo, hemos dejado hasta pacidad de resistencia de ésta era mí­
ahora por fuera un componente deci­ nima y por consiguiente podía espe­
sivo en la elaboración de cualquier in­ rarse una victoria rápida y contunden­
tento de Balance del gobierno de Ro­ te sobre los campesinos pobremente
jas: la ofensiva terrateniente-militar armados. La primera provocación mi­
contra el Sumapaz. Fue esta acción la litar en grande se produjo el mes de
que más que ninguna otra hizo del pe­ noviembre, cuando cerca de cien cam­
ríodo de Rojas, no una simple transi­ pesinos que esperaban en la plaza de
ción o tregua, sino un capítulo más de Puerto Nuevo un salvoconducto fue­
la Violencia. ron fusilados. El mismo mes, siguien­
El Sumapaz —se señaló al comienzo do una cadena de constantes agresio­
de este ensayo— había quedado desde nes, el ejército realiza una operación
fines de 1953 en suspenso, pero vigi­ de tanteo durante la cual es capturado
lado de cerca por los militares. El pro­ el líder agrario comunista Isauro
blema básico allí era de tierras y se ex­ Yosa, uno de los muchos que habían
presaba en las conflictivas respuestas a dejado las filas guerrilleras del sur del
esta pregunta: ¿cómo entender la paz? Tolima a partir de la tregua. El 4 de
Para los campesinos, la paz signifi­ abril de 1955 el Sumapaz es declarado
caba ante todo su reconocimiento «zona de operaciones militares» y des­
Capítulo 7 167

de entonces «pacificación» volvió a ser Juan de la Cruz Varela


sinónimo de arrasamiento, ametralla- atraviesa el puente sobre
miento y bombardeo. Por lo menos el río Sumapaz al frente
de sus hombres. El 4 de
seis batallones y alrededor de un ter­ abril de 1955 el Sumapaz
cio del total de efectivos del ejército es declarado "Zona de
se vieron envueltos en la acción, apo­ operaciones militares";
yados por un centro de tortura que se seis batallones y
conoció en la época como el «campo alrededor de un tercio del
total de efectivos del
de concentración de Cunday». ejército se vieron
Los primeros resultados mostraron envueltos en la acción.
que el gobierno, los militares y los te­
rratenientes habían subvalorado la ca­
pacidad de resistencia campesina y la
«operación», que se pensaba iba a ser
de días o semanas, se convirtió en una
larga guerra de dos años, al cabo de la
cual muchos habían muerto, incluyen­
do mujeres y niños, pero también mi­
les habían logrado evadir el cerco.
Unos, con Juan de la Cruz Varela, se
refugiaron en el Alto Sumapaz; otros
huyeron hacia Marquetalia.
Viejas zonas guerrilleras se sintie­ La encrucijada del Frente Nacional
ron potencialmente agredidas y co­
menzaron a movilizarse en son de re­ Con la instauración del Frente Nacio­
vuelta generalizada contra el régimen nal en 1958 se cierra un ciclo en la his­
militar. Cuando Guadalupe Salcedo toria política colombiana, se redefinen
cae acribillado en junio de 1957 en Bo­ las estrategias de dominación, pero se
gotá, se encontraba precisamente ex­ multiplican también las fuerzas con­
plorando las posibilidades de coordi­ testatarias de lo que sin mayores pre­
nación de la solidaridad guerrillera cisiones empezó a denominarse como
con el Sumapaz. el sistema.
La invasión militar había consegui­ Las oligarquías liberales y conser­ Guerrilleros en acción en
do trasladar geográficamente un pro­ vadoras, a las cuales el gobierno de la zona de Marquetalia,
blema, demasiado grande para tenerlo Rojas había prestado el gran servicio en el extremo sur del
cerca de Bogotá, pero a un costo po­ de unificarlas, lograron mediante el Tolima, hacia 1958.
lítico incalculable. Había erosionado
definitivamente el prestigio de Rojas
en el terreno mismo en que lo había
ganado al momento de su ascenso al
poder: en el del tratamiento a los pro­
blemas cruciales de la paz. El juicio
histórico de los campesinos sobre el
gobierno también había cambiado. El
balance que hace más de veinte años
le hizo a Germán Guzmán una cam­
pesina, ex guerrillera del Sumapaz,
podría servirnos de nota de cierre a
este capítulo de la Violencia. Preguntó
Guzmán: «¿Y qué opinas de Rojas
Pinilla?» Respondió la campesina:
«Hizo cosas buenas, pero otras muy
malas. ¿No ve que pacificó el Llano
pero quiso acabar con el Tolima?»
168 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

recurso a la consulta plebiscitaria pri­ hizo sino adscribirle a éste un nuevo


mero, y luego mediante expresa con­ papel en los años venideros: erigirlo
sagración constitucional, un acuerdo en el símbolo de los marginados de un
de largo plazo cuyo eje central era la pacto cuya naturaleza oligárquica se
aceptación del reparto pacífico del po­ haría cada vez más evidente.
der. El mecanismo concreto de eje­ El contraste entre la creciente de­
cución habría de ser la combinada fór­ silusión con el Frente Nacional y la po­
mula de alternación presidencial cada pularidad correspondiente de Rojas
cuatro años y la obligatoria distribu­ habría de expresarse claramente en las
ción paritaria de los puestos públicos, cifras electorales a lo largo de la dé­
con la exclusión de toda fuerza política cada de los sesenta. Para comenzar,
no matriculada en los dos partidos tra­ en las primeras elecciones parlamen­
dicionales. tarias en 1960, no sólo la abstención
El pacto político así definido cubría alcanzaría un 50 %, sino que las listas
simultáneamente dos frentes. Por un de los antiguos colaboradores de Ro­
lado, despejaba el camino de las re­ jas dentro del partido conservador, los
laciones interoligárquicas, que se ha­ ospinistas, superaron nítidamente a
bían erosionado con efectos desesta­ las de los laureanistas. No era todavía
bilizadores a partir de los años cuaren­ un rechazo abierto a la política de co­
ta, y por otro lado era un reconoci­ laboración partidista, pero sí una in­
miento y una respuesta anticipada a dicación inequívoca de con quiénes
un hecho nuevo, madurado en el curso era aceptable. Los liberales oficialistas
mismo de la Violencia: la ambigüedad tuvieron que inclinarse ante los resul­
característica de ésta —en parte una tados y darles eficacia propia en el re­
vieja guerra civil de carácter decimo­ parto burocrático. En 1962, los rojis-
nónico y en parte también una em­ tas saltaron a la arena política con un
brionaria guerra campesina— en tanto movimiento independiente, la Alianza
se iba resolviendo en el primer senti­ Nacional Popular (ANAPO), fundada
do, como confrontación bipartidista, dos años atrás. Su irrupción fue mo­
tendía a afirmarse en el segundo sen­ desta, 104.829 votos, pero su creci­
tido, como guerra revolucionaria. miento posterior fue avasallador y su
Teóricamente concebido como una dinámica una verdadera pesadilla para
salida negociada a la Violencia, en su el Frente Nacional que sentía atacadas
práctica el Frente Nacional inaugura­ las bases mismas de su legitimidad. La
ba una nueva fase de la misma. ANAPO se triplicó prácticamente en
1964 al elevar. su votación a los
Frágil legitimidad 309.678 sufragios; pasó a los 523.000
en 1966, y en las presidenciales del
La primera prueba de fuego a la legi­ mismo año, con un candidato liberal
timidad del nuevo proyecto político de tendencia gaitanista, José Jaramillo
fue el teatral juicio que se le siguió a Giraldo, obtuvo 742.133 votos. Alcan­
Rojas Pinilla ante el Senado de la Re­ zó su cenit el 19 de abril de 1970 —fe­
pública. La estrategia era descargar la cha ligada al nacimiento y nombre del
responsabilidad de la Violencia en los M19— en unas elecciones presidencia­
hombros de la dictadura, exonerando les en las cuales el Frente Nacional es­
de paso a los artífices del Frente Na­ tuvo a punto de caer en el vacío. Los
cional. El juicio tuvo, sin embargo, escrutinios electorales dieron una ven­
complicaciones inesperadas y terminó taja inicial a Rojas Pinilla sobre su
convirtiéndose en un carbón encendi­ contendor, el candidato del Frente
do en las manos de los acusadores, los Nacional Misael Pastrana Borrero.
cuales se vieron obligados a darle un pero tras una intervención televisada
precipitado final al proceso. La sen­ del ministro de Gobierno, que fue in­
tencia condenatoria, que privó al ge­ terpretada como un anuncio público y
neral de sus derechos políticos, no oficial de fraude, el conteo final dio
Capítulo 7 169

por triunfador, y con muy escaso mar­ El ex general Gustavo


gen, al candidato oficial. Rojas Pinilla durante una
La ANAPO se había constituido en de las sesiones del juicio
que se le siguió en el
el curso de la década en el polo de Senado, enero de 1959.
aglutinamiento del descontento po­ El año siguiente se
pular, sobre todo en los grandes cen­ fundaría la ANAPO,
tros urbanos del país. Pero, de hecho, Alianza Nacional
no levantó ningún programa específi­ Popular, que
paulatinamente iría
co para las zonas devastadas por la ganando adeptos en el
Violencia. Incluso cuando se acercó al período del Frente
problema agrario, lo hizo desde una Nacional, hasta llegar al
perspectiva terrateniente. Podría de­ millón y medio de votos
cirse que su discurso político parecía alcanzados por Rojas en
las elecciones del 19 de
situarse en las «fronteras» de la Vio­ abril de 1970.
lencia, y no en el centro de los debates
que ésta originaba.

Itinerario de la cuestión agraria


Entre tanto, en las áreas rurales, la
paz seguía siendo a lo sumo una pro­
mesa lejana. Las verdaderas dimen­
siones del conflicto, y sobre todo su mo sentido, en el informe anterior­
trasfondo social, comenzaban sólo a mente citado de la secretaría de agri­
reconocerse, sin que ello garantizara cultura del Tolima sobre los efectos
la disposición de las medidas efectivas económico-sociales de la Violencia en­
para afrontarlas. La relación directa tre 1949 y 1957, su titular, Hugo Pas-
entre Violencia y problema agrario, cualy, concluía: «La paz no será un he­
por ejemplo, que había sido explíci­ cho, sin establecer antes el equilibrio
tamente planteada por los guerrilleros de la propiedad.» Jefes políticos que
en 1953, estaba apenas «descubrién­ habían visitado la vereda Casa-Verde
dose» desde 1957 en adelante por par­ del municipio de Ataco, en el extremo
te de organismos oficiales, jefes polí­ sur del Tolima, observaron que aqué­
ticos y militares. lla había sido ocupada masivamente
Precisamente un militar, el coronel por militantes del partido político con­
Alfonso Guzmán Acevedo, fue quizá trario, procedentes del municipio ve­
de los primeros en abordar el proble­ cino de San Antonio, y su diagnóstico
ma: había tropezado con él durante las fue también inequívoco: «El problema
operaciones punitivas contra los cam­ de Casa-Verde es esencialmente de
pesinos del Sumapaz, precisamente tierras.»
como comandante de la Jefatura Civil Pero si bien estos diagnósticos su­
y Militar del oriente del Tolima. A co­ gerían una gradual aceptación pública
mienzos de 1957, siendo ya goberna­ de nuevas aproximaciones al fenóme­
dor del departamento, presentó un no de la Violencia, en el terreno prác­
proyecto de decreto, que sometió a tico eran todavía notables las resisten­
consideración del gobierno nacional, cias. Las respuestas predominantes se­
en el cual se señalaban los mecanismos guían siendo las heredadas del gobier­
a su juicio pertinentes para restablecer no de Rojas: en parte la promoción de
en su derecho a las personas que a par­ nuevas colonizaciones bajo el patro­
tir del 9 de noviembre de 1949 «habían cinio de la Caja Agraria —en el Aria-
sido despojadas de las tierras que ve­ ri, por ejemplo— y en parte una sim­
nían ocupando pacíficamente con me­ ple ampliación de las actividades y co­
joras, ganados, sin que mediara orden bertura de los planes de rehabilita­
de autoridad competente». En el mis- ción. La oficina encargada de estos úl-
170
Nueva Historia de Colombia. Vol. //

timos ganó en status al ser convertida pos creados estaban localizados en


en «Comisión Especial de Rehabilita­ municipios de los cinco departamentos
ción», dependiente de la presidencia que seguían bajo estado de sitio, así:
de la República; se incrementó su pre­ Riosucio y Génova, en el Viejo Cal­
supuesto, pasando de veintisiete mi­ das; Páez, en el Cauca; Colombia, Ba-
llones en 1958 a más de cien en 1959, raya y Aipe, en el Huila; Rioblanco,
y se elevó el monto de los créditos Chaparral, Dolores, Ataco y Líbano,
para la recuperación de las fincas caí­ en el Tolima; y Caicedonia, Ulloa y
das. Pese a ello, su concepción no ha­ Ceilán, en el Valle.
bía variado sustancialmente: partía del El propósito declarado de estos or­
supuesto de que los ocupantes actua­ ganismos era integrar aquellas regio­
les de los predios eran los legítimos nes a la vida política, económica y so­
dueños y de que por consiguiente la cial del país, atendiendo simultánea­
tarea del Estado se reducía a inyectar­ mente diferentes aspectos del desarro­
les crédito, asistencia técnica, etc., llo de la comunidad, tales como el de
para ayudarles a habilitar económica­ la educación (construcción de escue­
mente las propiedades caídas o aban­ las), el de la salud (construcción de hos­
donadas. El problema del despojo de pitales) y el de la construcción de vi­
tierras, que era uno de los más urgen­ vienda en centros urbanos de parti­
tes y difíciles de resolver, quedaba por cular explosividad, como Cali. El fren­
fuera de su ámbito legal. Más aún, el te más amplio fue el de la construcción
otorgamiento de créditos estaba con­ de carreteras, que era el que mejor
dicionado a la posibilidad de un con­ combinaba las estrategias estatales de
trol represivo directo sobre los even­ desarrollo económico, empleo a anti­
tuales beneficiarios, como lo demues­ guos combatientes en proceso de re­
tra la inaudita restricción introducida torno a la legalidad, y reafirmación de
mediante una circular del 28 de julio la autoridad bajo sus múltiples expre­
de 1958 que excluía de los préstamos siones en zonas en las cuales la pre­
«los lugares donde las autoridades no sencia de ésta se había menoscabado
tengan dominio de la situación y sub­ bajo el impacto de la Violencia. En
sistan factores graves de anormalidad cierto sentido era una forma de vin­
que impidan el regreso de las gentes». cular a muchos ex guerrilleros a pro­
Precisamente para devolverle a los gramas que buscaban la erradicación
campesinos de este tipo de regiones la de las condiciones materiales de su
confianza en el Estado, y también producción. El propio director del
para descentralizar las funciones de la Comité Nacional de Rehabilitación,
Comisión Especial de Rehabilitación, José Gómez Pinzón, resumió sus fun­
se crearon los llamados «Equipos Po­ ciones así:
livalentes» con los cuales se iniciaría,
según las declaraciones oficiales, «una «Había numerosas regiones donde a
nueva etapa de rehabilitación». Se tra­ causa de los largos años de Violencia
taba de equipos multidisciplinarios, el sistema de moneda había desapa­
cada uno de los cuales contaba con el recido completamente y el mercado
siguiente personal técnico: médico, entre una región y otra se efectuaba
enfermera, mejoradora de hogar, in­ mediante el primitivo sistema del true­
geniero, y expertos agrícolas, apoya­ que. Así pues, lo primero que hicimos
dos por una infraestructura igualmen­ fue buscar una fórmula para irrigar
te diversificada que incluía centros de nuevamente con dinero esas vastas re­
bienestar social, escuela, taller de cos­ giones. Y como la única manera de lo­
tura, campos recreativos, Caja Agra­ grarlo era creando frentes de trabajo,
ria, capilla, puesto de socorro, viveros en los cuales la población de esas zo­
en fincas piloto, y bulldozers y vol- nas pudiera adquirir dinero y reinver­
quetas para la apertura de vías de pe­ tirlo en su región, iniciamos un vas­
netración regional. Los catorce equi­ to plan de obras públicas. Se comen­
zaron a construir caminos y carreteras
Capítulo 7 171

de penetración a fin de conec­ La iniciativa más novedosa de la


tar esas regiones con los centros de Comisión de Rehabilitación bajo el
consumo, permitir el acceso de las Frente Nacional fue quizá la creación
autoridades y lograr la irrigación de las «bolsas de propiedad raíz», ante
de dinero.» las cuales se inscribían los inmuebles
Estos «equipos polivalentes», vin­ ofrecidos en venta o permuta, con el
culados a la rehabilitación, fueron la fin de facilitar la reubicación de los
antesala de formas más elaboradas de propietarios en las zonas de sus pre­
control social, como la Acción Co­ ferencias políticas. A mediados de
munal, y tienen también conexiones 1959 se dio a conocer en el Tolima una
directas con los planes de militariza­ lista de 87 fincas ofrecidas por este
ción de las zonas rurales a través de la medio, la mayor parte de ellas ubica­
Acción Cívico-Militar, cuyos objetivos das en el sur del departamento (Cha­
fueron trazados por el general Alberto parral, Ríoblanco, San Antonio, Valle
Ruiz Novoa en la Conferencia de de San Juan) (ver cuadro). La angus­
Ejércitos americanos que se llevó a tia de los propietarios se reflejaba en
cabo en la zona del Canal de Panamá situaciones como ésta: la finca «La
en 1963. Dalia», en la vereda de Ambeima

TOLIMA: FINCAS PARA VENDER O PERMUTAR SEGÚN


MUNICIPIO, TAMAÑO Y PRECIO (*) 1959
Fincas según tamaño-hectáreas
N.°de 0-10 11-50 51-100 101-500 más de 500
MUNICIPIOS N.° fíncas N.° Precio N.° Precio N.° Precio N.° Precio N.° Precio
total sin
fíncas datos
Chaparral 22 2 2 $500 7 $739 9 $393 1 $250 1 $83
Rovira 12 1 5 1.485 5 890 1 510
Valle de S. J. 10 2 1.421 4 503 3 690 1 253
S. Antonio 8 3 463 3 480 2 233
Ríoblanco 8 1 3 363 1 538 3 800
Anzoátegui 4 1 3 118
Ibagué 4 2 1.295 1 600 1 200
Ataco 3 2 210 1 50
Mariquita 3 3
Cunday 2 2 230
Alvarado 2 1 1.666 1 100
Ortega 2 1 375 1 500
Cajamarca 1 1 450
Purificación 1 1 2.000
Venadillo 1 1 1.250
Falan 1 1 ?
TOTAL FINCAS 84 7 14 25 22 14 2

FUENTE: G. SÁNCHEZ Y D. MEERTENS * Precio promedio por hectárea en oferta.


172 Nueva Historia de Colombia. Vol, //

(Chaparral), con una extensión de 30 de resolver las situaciones de hecho o


hectáreas, fue ofrecida por ochocien­ las lesiones económicas sufridas a raíz
tos pesos, es decir, por un monto que de compraventas, permutas, hipotecas
sólo alcanzaba a cubrir el costo del pa­ y en general las transacciones sobre
saje para el dueño y su familia. bienes inmuebles, realizadas bajo la
Finalmente, cabe recordar que por utilización directa de mecanismos
un breve período y con enormes pre­ coactivos, o simplemente mediante el
venciones y resistencias de políticos y aprovechamiento del ambiente de
militares, que rayaban en el saboteo, Violencia reinante en una determina­
fueron beneficiarios de los préstamos da zona. Apuntaban a un problema
de rehabilitación ex guerrilleros como crucial, pero constituyeron una salida
Teófilo Rojas «Chispas», Leopoldo en falso. Al año siguiente de su ins­
García «General Peligro», y Roberto talación habían desaparecido, sin
González «Pedro Brincos». cumplir su cometido y más bien mos­
De todo ello, una cosa iba quedan­ trando su impotencia frente a la mag­
do en claro: los problemas jurídicos de nitud de su tarea. Sus limitaciones
la propiedad (el despojo de tierras, las operativas eran, en efecto, abruma­
situaciones de hecho) y el de las es­ doras. Señalemos las más evidentes:
tructuras agrarias, no habían sido to­ de entrada, el hecho de que el inmue­
cados. No cabían dentro de lo que po­ ble en cuestión estuviera ya en manos
dría llamarse con un lenguaje excesivo de terceros, cuando comenzó a funcio­
la filosofía de la rehabilitación. nar el tribunal, paralizaba la deman­
La creación de los llamados Tribu­ da. Ésta era una grieta enorme, pues
nales de Conciliación y Equidad, que es sabido que una de las tácticas uti­
comenzaron a operar en 1960, consti­ lizadas por los usurpadores de tierras
tuyen, con todas sus limitaciones, el fue la de comprar a través de inter­
primer paso en esa dirección, antes de mediarios o «comisionistas», o reali­
la formulación del también limitado zar, con posterioridad a la compra,
programa de Reforma Agraria apro­ una permuta con otro beneficiario del
bado en 1961. «negocio». Una segunda razón de ine­
Los Tribunales de Conciliación y ficacia derivaba del carácter mismo de
Equidad, creados en 1960, con dife­ los tribunales: eran de «conciliación»,
rentes sedes en los cinco departamen- y por lo tanto carecían de capacidad
Efraín González (primero
de la derecha) y miembros tos definidos por decreto como zonas coactiva para imponer soluciones. Si
de su cuadrilla, activa en de Violencia (Caldas, Cauca, Huila, las partes no mostraban «ánimo de
el Quindío y Santander. Tolima y Valle), recibieron la misión conciliación», al tribunal no le que­
daba alternativa distinta a la de archi­
var la demanda. En una tercera fase,
y suponiendo que el tribunal hubiera
rendido su concepto, aceptado que ha­
bía habido lesión patrimonial en la
transacción, y decretado el embargo
del respectivo inmueble, se abría una
nueva cadena de obstáculos. La ins­
pección ocular, requerida para el ava­
lúo de la finca, implicaba que peritos
y a veces también jueces se desplaza­
ran a zonas en las cuales nadie les ga­
rantizaba la vida; el avalúo, a su vez,
originaba querellas interminables por
los múltiples factores que intervenían
en el cálculo. Tratándose de zonas ca­
feteras había que determinar, por
ejemplo, las variaciones anuales en los
Capítulo 7 173

precios del café, si los cafetales habían Aviso de recompensa a


decaído antes o después de la venta, si ' íNESE (JO. LA SUMA n; particulares por
el nuevo propietario había introducido $ 120.000.00 información sobre
mejoras que había que reconocerle, "Chispas" y Efraín
Como rceompcnaa al particular <» particular*
González. Se instituyó
etc. En suma, estaban regidos por qur entreguen o faciliten la ruptura dr
así una especie de
principios ajenos a la realidad que juz­ TEOFILO •- "industria de la
gaban. No operaban en una situación - A CHISPAS.
delación".
•hrrnnríim elv < :il.|
de Violencia ya superada, como pa­ ruación del • I
"Chispas" fue uno de
los guerrilleros que
recían suponerlo sus normas de fun­ TOTAL S 8000 se beneficiaron con
cionamiento y su concepción misma, Y n quien™ rntregüen o (ariliten la ruptura d> préstamos de
sino en condiciones en las cuales el rehabilitación, a
solo hecho de acudir al tribunal ponía comienzos de
en riesgo la vida. Por lo demás, ¿con íhol 11/• HOJAS los años 60,
con mucha prevención
qué razones podía esperarse que gru­ y resistencia por parte
pos sociales (porque de eso se trataba) 1 iTA i ir.t -riti.K iorien dada» pur u«tml wnw
iv t'imln-iit<)o la niáu rigurosa y en-
tn.tn ri« rvn > n- aeran dada» a cono
de políticos y militares.
que habían hecho sus fortunas a la c-r |«.r HiUKuti motivo

sombra de la Violencia, se presenta­ i > >■ iiya M*t« d u nfianxor la neguri-


|| I • • mi y HU propia Hcguf.d»4
• 'ii.iid- -m ningún temor Im nnti
ran voluntariamente a los tribunales
• liirnn Ir ifrotnra usted id m«-
para renunciar a ellas? Evidentemente • rv sociedad v |«*Jra ganar
■ • a¡ r- >al>lr auhui Ir
el problema no se veía así, sino en tér­ It.M" VEINTE MIL PESOS. EKRAIX GONZALEZ

minos de unos individuos que se


habían empobrecido y otros que se ha­
bían enriquecido. mapaz y sur del Tolima, atrapados en
Fue sólo hacia 1960-1961 cuando, por una situación que ya daban por inso­
el empuje de presiones de diversa ín­ luble. El nuevo organismo ejecutor de
dole, se hizo prácticamente imposible la política agraria, el Incora (Instituto
seguir ignorando la dimensión social Colombiano de Reforma Agraria),
de la Violencia. Se habían reactivado inició operaciones precisamente en
las invasiones de tierras en numerosas esas regiones y le compró el problema
regiones; grupos de oposición, sobre a los terratenientes.
todo de la ligada a bases campesinas Contrastando con la actitud desa­
de Sumapaz y sur del Tolima —cuyo fiante que encontraría en otras regio­
vocero más notable era Juan de la nes, por ejemplo en el Valle del Cauca
Cruz Varela—, habían llegado al Par­ y en la Costa Atlántica, el Incora era
lamento con un proyecto de reforma llamado por los terratenientes ausen­
agraria, y sectores oficialistas, enca­ tistas del Sumapaz cunditolimense
bezados por el futuro presidente Car­ (Pandi, Cunday, Icononzo, etc.). Mu­
los Lleras Restrepo, habían llegado chos de ellos no sólo se anticiparon a
también, por otro camino, a la conclu­ ofrecerle sus latifundios improducti­
sión de que si no se detenía a tiempo vos y abandonados en la década pre­
la avalancha migratoria que la Violen­ cedente sino que realizaron un ines­
cia venía precipitando desordenada­ perado negocio, con sobrevaloración
mente hacia las ciudades, la situación de tierras que nadie más hubiera com­
de éstas podría tornarse explosiva, y prado. El Frente Nacional les brindó
más aún, podrían ponerse en peligro la salida que no había podido darles la
las condiciones mismas de reproduc­ invasión militar. Los campesinos de
ción del capitalismo en el país. otras regiones sacaron la lección, y po­
No es del caso discutir aquí todas las cos años después —por la misma épo­
implicaciones del largo debate agrario ca del pánico rojista— emprendieron
que desencadenaron estas primeras bajo la dirección de la Asociación Na­
voces de alarma. Importa resaltar sí cional de Usuarios Campesinos
que los mejor librados con el proyecto (ANUC) la vía plebeya de la reforma
finalmente aprobado por el Parlamen­ y le recordaron al país que el Frente
to fueron los terratenientes del Su- Nacional había dejado intacto uno de
174 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

los componentes fundamentales de la sado. Seguía siendo parte del aconte­


Violencia: el problema agrario. cer diario, constituía la «sustancia» del
discurso político pueblerino y veredal.
Frente Nacional En una buena medida, la política de
y bandolerismo político los años sesenta se juega en el terreno
de la lucha y los compromisos entre
Otras dimensiones de la Violencia estos diferentes niveles de ejercicio
bajo el Frente Nacional eran de na­ del poder. Igualmente, en los inters­
turaleza predominantemente política. ticios de este forcejeo surge, se expan­
Tenían raíces muy hondas en la his­ de y muere la expresión característica
toria lejana o reciente del país, pero de la Violencia durante este período:
Misael Marín, bandolero
se pusieron de manifiesto al reactivar­ el bandolerismo.
de la banda de Efraín se la competencia electoral en un nue­ Hemos estudiado el fenómeno en
González (1962). vo marco de legitimidad. Este marco detalle con Donny Meertens en el li­
Excepcionalmente, este era el que definía, por un lado, los bro Bandoleros, gamonales y campe­
grupo estaba asociado al acuerdos bipartidistas, y por el otro,
conservatisnto, mientras
sinos. Nos limitaremos por lo tanto a
que el bandolerismo
un decreto de recortada amnistía. retomar algunos de los aspectos de la
político estaba formado Pero, si para las nuevas corrientes evolución allí presentada.
por campesinos ligados al de centralización y revitalización es­ Se trataba, ante todo, de campesi­
partido liberal. tatal, que se expresaban a través del nos que con notables excepciones,
Frente Nacional, la paz e incluso la re­ como la de Efraín González, primero
nuncia a la memoria de su sangriento en el Quindío y luego en Santander y
pasado, aparecían como una necesi­ Boyacá, estaban ligados al partido li­
dad en el proceso de recomposición beral, habían sufrido el impacto del te­
política de la dominación oligárquica, rror oficial en sus familias y en sus bie­
cosa distinta ocurría en el ámbito de nes, o habían participado en la resis­
las estructuras locales y regionales de tencia durante los años cincuenta. Los
poder. En estas últimas resultaba casi unos habían crecido esperando el mo­
imposible hacer tabla rasa del pasado. mento de la revancha, los otros en­
Ni siquiera se podría afirmar que la contraban incomprensible que el
Violencia perteneciera al reino del pa­ Frente Nacional los invitara a olvidar,
a capitular, sin antes erradicar las cau­
sas de su rebelión. Lograron su mayor
Un ejemplo característico implantación en el cinturón cafetero
de amenaza y boleteo,
firmado por Efraín
de la cordillera central (norte del To-
González. "Las bandas lima, norte del Valle y Antiguo Cal­
apelaron a formas que le das), en donde a las motivaciones po­
dieron a la Violencia un líticas se agregaban los estímulos eco­
carácter visiblemente nómicos de la Violencia.
económico. Sus dos
modalidades principales En su evolución se pueden estable­
fueron el 'boleteo' y el cer las siguientes etapas:
'secuestro'".
I. En una primera fase, los bando­
leros contaron con un espacio político
relativamente muy amplio: de un
lado, el que les daban los gamonales
(fueran o no adictos al Frente Nacio­
nal) tejiendo entre sí un juego de
alianzas y rivalidades en el que mu­
tuamente se necesitaban; de otro lado,
el que recibían de fuerzas políticas di­
sidentes de los partidos tradicionales
que, como el MRL, habían surgido le­
vantando simultánea y ambiguamente
banderas de sectarismo e inconformi­
Capítulo 7 175

dad popular. Era una de las dimensio­ presión. Fue una ruptura de implica­
nes del poder local. Eran, además, un ciones mayores, puesto que condujo al
poder armado, cuya función era brin­ quiebre de las jerarquías rurales.
dar protección a una franja social que «Desquite», en el norte del Tolima,
incluía campesinos y terratenientes de «Chispas» en el Quindío, y sus pares
un determinado partido, acosados por en otras regiones, desarrollaron vín­
sus adversarios. culos mas orgánicos con los agregados
En este primer momento recibían, a y administradores, hasta convertirlos
cambio de la protección armada, el de hecho en el brazo económico de las
apoyo económico voluntario, incluso cuadrillas, desconociendo en adelante
de los grandes propietarios. Como se la autoridad de los propietarios. No
recordará, «Chispas» fue llamado por llegaron a cuestionar la propiedad, en
los hacendados cafeteros liberales del realidad no necesitaban hacerlo, con
Quindío, para contrarrestar las acti­
vidades de Efraín González, que a su
vez se sostenía con las colectas de café
de sus copartidarios conservadores de Una diligencia de «rehabilitación»
Pijao.
En los núcleos urbanos contaban «El día nueve de marzo de mil novecientos cincuenta y nueve,
siendo las tres de la tarde, en el sitio denominado «La Argelia»
con los servicios profesionales de mé­ —fracción de Guadalito, corregimiento de la Playarrica—, ante el
dicos y abogados, la simpatía de ten­ Reverendo Padre Germán Guzmán, miembro de la Comisión In­
deros que les hacían llegar «la remesa» vestigadora de las causas de la Violencia, el Reverendo Padre Joa­
y la colaboración de sastres que les quín Aldana, párroco de Playarrica, el Fiscal especial para el To-
lima Dr. Alfonso Vidales, el señor Liscímaco Parra, Srio. del Di­
confeccionaban los uniformes. rectorio Liberal Departamental, y de los señores Manuel S. López,
Tenían, pues, una considerable red y Marcos J. Gómez, se presentaron los guerrilleros Teófilo Rojas
de lealtades locales, y aunque el terror (a. Capitán Chispas), Ramiro Muñoz (a. Tequendama), Baudilio
Morales Vargas (a. Desafío), Dionisio Sánchez (a. Descuido), y
sobre sus adversarios, que definen no Edgar Arroyave y manifestaron: 1.° Solicitar del Señor Gober­
en términos de clase sino de ataduras nador del departamento del Tolima pida a los funcionarios de ins­
partidistas, asumía con frecuencia ca­ trucción y jueces del conocimiento la suspensión de los procesos
racterísticas de barbarie, la comuni­ penales que cursan contra ellos por delitos determinados en los
artículos 1.° y 2.° del decreto N.° 0328 de 1958, cometidos antes
dad protegida no les negaba la condi­ del quince de octubre de 1953 en los departamentos de Caldas,
ción de guerrilleros. Al contrario, los Cauca, Huila, Tolima y Valle del Cauca; 2° Que prometen rein­
idealizaba, los convertía en leyenda. corporarse a la vida civil ordinaria, someterse a la constitución y
II. El segundo momento es el de la leyes de la República, observar buena conducta bajo la vigilancia
de las autoridades y abstenerse de todo acto que pueda perturbar
expansión de las cuadrillas y las im­ el orden público y la tranquilidad. En este estado el señor Teófilo
plicaciones económicas y políticas de Rojas manifiesta que confía que el gobierno dé cumplimiento a la
dicha expansión. El sostenimiento de mayor brevedad a la rehabilitación de todas las gentes campesinas
bandas permanentes, con una mínima de la región y que dé garantías para trabajar tranquilamente ya
que él cumplirá con las promesas aquí expuestas y se dedicará ex­
parte de sus integrantes vinculados clusivamente al trabajo honrado como hasta ahora lo ha venido
sólo parcialmente a actividades pro­ haciendo. No siendo más el objeto de la presente acta, se firma
ductivas, empezó a modificar el cua­ por los que en ella intervinieron.
dro inicial de adhesiones y hostilida­ »Fdo.: Germán Guzmán. Fdo.: Joaquín Aldana. Fdo.: Alfonso
des. Los jefes de banda se fueron in­ Vidales. Fdo.: Liscímaco Parra. Fdo.: Manuel S. López. Fdo.:
volucrando gradualmente en la orga­ Marco J. Gómez. Fdo.: a ruego de Teófilo Rojas Amado Gutié­
nización interna de las fincas: en el rrez. Fdo.: Ramiro Muñoz. Fdo.: a ruego de Baudilio Morales A.
nombramiento de agregados y admi­ Viana. Fdo.: a ruego de Dionisio Sánchez A. Viana. Fdo.: Edgar
Arroyave.»
nistradores, en la contratación de tra­
bajadores, en el reparto de cosechas; Es copia (hay sello-Ministerio Público/Colombia-Tolima).
y elevaron las «cuotas de protección» SECRETARÍA del juzgado 130 de Inst. Criminal.-Ibagué 23 de
que tenían que pagar los propietarios. julio de 1959. Recibida hoy la presente diligencia en copia, la agre­
Evidentemente estos últimos se resin­ go al sumario y le informo al señor Juez.
tieron con los cambios que se estaban Firmado: Miguel Clavijo Fonseca
produciendo y se pasaron cada vez Secretario
más abiertamente al campo de la re-
176 Nueva Historia de Colombia. Vol.II

el «boleteo», había tenido una notoria


incidencia en los años cincuenta, pero
contra adversarios políticos; ahora
adquiría una marcada tonalidad de
clase, pues se la utilizaba indiscrimi­
nadamente contra propietarios de uno
y otro partido. El secuestro, por su
parte, era una táctica relativamente
nueva. Su uso sistemático data de los
años sesenta. Los departamentos más
afectados fueron Tolima, Valle y Hui-
la, en orden decreciente. El año de­
cisivo habría de ser 1963, tanto por el
número global de casos, cerca de
treinta según los informes oficiales,
como por la cuantía de los rescates pa­
gados, cuyo estimativo era de siete mi­
Teófilo Rojas tal de poder controlar la producción. llones de pesos. Su juzgamiento fue
("Chispas"), fue llamado Más aún, era su interés mejorarla. adscrito a la Justicia Penal Militar.
durante la primera fase de Esto ayuda, de paso, a entender por En el campo de las relaciones polí­
la Violencia por los qué, no obstante la Violencia endé­ ticas, el crecimiento y multiplicación
hacendados cafeteros del
Quindío para mica y el forzado o voluntario ausen­ de las cuadrillas, generaron evolucio­
contrarrestar las tismo de los propietarios, los volú­ nes similares a las que se estaban pre­
actividades de Efraín menes de café comercializable en re­ sentando con los propietarios. De sim­
González. giones como el Quindío, en vez de dis­ ples instrumentos de control electoral,
minuir, aumentaron. los jefes de banda estaban pasando a
La actitud de los propietarios fue in­ ser el centro de los reordenamientos
José William Aranguren, terpretada como una deserción que políticos en las zonas rurales, en com­
"Desquite", y miembros pagaron caro. Las bandas apelaron a petencia y no simple alianza con los
de su cuadrilla. Este
bandolero llegó a
formas que le dieron a la Violencia un gamonales, desafiando incluso el po­
proclamarse Jefe Civil y carácter visiblemente económico. Sus der de éstos en algunas zonas, actuan­
Militar del norte del dos modalidades principales fueron el do con pretensiones de sustituirlos en
Tolima. «boleteo» y el secuestro. La primera, otras. Una muestra evidente de esto la

EL CRIMINAL
“DESQUÍTE”

JOSE WILLIAM ARANGURti.


(Alia» DESQUITE)

conozca a los
CR1M1NALES
Capítulo 7 177

A'u lOAnn*.
ITOTCS 1U

SALÍOCé’iDUCTC 4.343
%a 6 de Junio do 1.953

S» concede al Señor BERNARDO CORTES V1SCAINO

cddula No 3878468 Expedida en Pandi (Cund)


p’rofeaiín Agricultor lAiraciín 6/Jullo/53

Para viajar a Bogotá, P'uaa, “irsrdot

radicalización irreversible. No era en­ Salvoconducto y solicitud


teramente así. Había ciertamente ad­ de protección y
hesiones individuales a nuevos movi­ facilidades para la
mientos de la oposición, como la de reincorporación de
exiliados de la región del
Efraín González a la ANAPO, o a Sumapaz (1953-1954), el
movimientos revolucionarios, como el primero de ellos firmado
MOEC (Movimiento Obrero Estu­ por el jefe de Estado
diantil Colombiano), que proclama­ Mayor, general Rafael
ban la toma del poder por la vía ar­ Calderón Reyes.
dio «Desquite», quien llegó a autopro
clamarse Jefe Civil y Militar del norte mada (caso de «Pedro Brincos»), pero
del Tolima. Claro está que una decla­ para la mayoría de ellos no hubo en
ración de tal tipo no se podía tomar al realidad el tercer momento esperado.
pie de la letra, pero revelaba una vo­ Quedaron confundidos ante unas
luntad expresa de ganar autonomía transformaciones que parecían pro­
frente a sus iniciales protectores polí­ ducirse a su pesar. En medio de la
ticos y recortaba la capacidad de ma­ confusión, contribuyeron a fabricar su
niobras de éstos. Los gamonales des­ desenlace trágico volteando las armas
cubrieron entonces las ventajas de la contra los campesinos, que eran vir­
centralización política y se plegaron a tualmente su más seguro puntal de
los planes de «pacificación» del Frente apoyo. Interpretaron como un deli­
Nacional. Al igual que los propieta­ berado retiro de solidaridad, lo que en El mítico "Capitán
Venganza", quien en las
rios, tomaron decididamente el lado realidad era una neutralización y un regiones del Quindío y
del ejército. Incluso el MRL les había bloqueo de sus canales de comunica­ Risaralda llegó a
dado la espalda y se mostraba parti­ ción por parte del ejército. representar "la irrupción
cularmente colaborador con los mili­ En su diversidad, habían recorrido de un nuevo poder
tares. Con el MRL murió el pasado campesino".
los múltiples caminos de la Violencia:
guerrillero liberal. la anarquía y el terror, en casos como
III. Rotos los vínculos con los pro­ el de «Sangrenegra»; la irrupción de
pietarios y gamonales, disueltas las úl­ un nuevo poder campesino, en casos
timas ataduras a los partidos tradicio­ como el del mítico «Capitán Vengan­
nales, especialmente al liberal, enfren­ za», en Risaralda; el encuentro de las
tados, cada vez más solos, a un ejér­ luchas del viejo estilo con la guerra re­
cito equipado y entrenado con la ayu­ volucionaria, en el caso excepcional
da norteamericana y al cual se le pero ejemplar de «Pedro Brincos».
delegaban poderes casi ilimitados para Representaban un pasado que aún no
combatirlos, daban la sensación de es­ se había ido y un futuro que aún
tar en los umbrales de un proceso de no había llegado.
178 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

perar esta vieja guerra, había comen­


zado ya otra enteramente nueva. Mu­
chos de los combatientes de la Violen­
cia cambiaron de filas transformados
en el proceso mismo de su lucha, y
alentados por el soplo revolucionario
que invadió América Latina en la épo­
ca de la Revolución cubana, se mul­
tiplicaron los frentes y las siglas que
les daban nombre; penetraron nuevas
capas sociales, sobre todo de la clase
media urbana (empleados, profesio­
nales y estudiantes); en todos ellos
gravitaba de alguna forma el sectaris­
mo de las guerras pasadas. Cargaban
la herencia traumática de la Violencia,
pero se habían inscrito definitivamen­
te en otra historia, en una historia to­
El bandolero "Joselito": Miles de campesinos habían perdido davía inconclusa.
tres imágenes diferentes la vida en la guerra de y contra el ban­ En resumen, podríamos decir de los
con variación de dolerismo. Por fin podía el Frente Na­ tres componentes básicos de la Vio­
uniformes. cional proclamar su paz. Con la liqui­ lencia que hemos esbozado a lo largo
dación de los bandoleros, se había de esta síntesis: que el primero —el
agotado toda una era de la historia na­ anarcosectarismo— fue parcialmente
cional, la de las guerras interpartidis­ suprimido; el segundo —la resisten­
tas. Empero, la paz que se anunciaba cia— se transformó, y el tercero —el
era una paz a medias. Antes de su­ impacto social— quedó sin resolver.

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Capítulo 8 179

El origen del Frente Nacional


y el gobierno de la Junta Militar
Gabriel Silva Luján define el artículo 120 de la Constitu­
ción nacional—, en el cual el segundo
partido en votos tiene derecho a una
Los antecedentes participación dentro del manejo del
Estado, el país ha vivido 66 años bajo
os partidos tradicionales, o frac­
L ciones decisivas de ellos, se han
comprometido recurrentemente
arreglos, coaliciones, reparticiones y
gobiernos compartidos, es decir, el
64 % del tiempo. En el mismo lapso,
y si se excluye el período posfrente-
en
nacionalista, la nación ha visto duran­
compromisos en la búsqueda y el ejer­ te 45 años, 46 % del tiempo, sus des­
cicio del poder político. Las coalicio­ tinos definidos por gobiernos que de
nes bipartidistas han sido tan comunes una forma u otra se han apoyado en
como los gobiernos hegemónicos o las alguna variante de coalición biparti­
guerras civiles, y han estado presentes dista. Por ello, por estar unido a una
desde la misma concepción de las co­ práctica política de larga tradición en
lectividades políticas. Es tal vez una si­ Colombia, el Frente Nacional deman­
tuación paradójica, ya que los líderes da para su cabal comprensión una
de los partidos se han mostrado tan perspectiva histórica que ponga de
voluntariosos para hacer la guerra con presente los principales anteceden­
los adversarios como para pactar con tes que precedieron la institucionali-
ellos la distribución del poder. Las raí­ zación constitucional del gobierno
ces del Frente Nacional, la forma más compartido.
depurada de gobierno de coalición bi­ La revisión de este largo período
partidista, se hunden en la historia histórico deja entrever algunos de los
más allá de este siglo hasta alcanzar principales rasgos que caracterizan el
los tiempos de don Miguel Samper, las proceso político que desemboca en la
sociedades democráticas y las disputas conformación de coaliciones para el
sobre el librecambio (cuadro 1). usufructo y el control compartido del
En los 102 años transcurridos entre poder político y del Estado. A pesar
1883 y 1985, y si se considera como de que no todas las coyunturas mues­
una modalidad de coalición el régimen tran los mismos síntomas, y tampoco
de responsabilidad compartida —que todos los arreglos bipartidistas respon-
180 Nueva Historia de Colombia. Vol.

Principales acuerdos políticos y gobiernos de coalición cuadro 1

Período Nombre Participantes Objetivos y características

1854 Liberales radicales Derrocar la dictadura del general


y conservadores Melo. Dos secretarías de Estado de
— cada uno de los partidos. Elegir un
vicepresidente de la coalición bipar­
tidista.
1857 Partido Nacional Facciones de los dos Coalición para respaldar la candida­
partidos tura presidencial de Tomás Cipriano
de Mosquera.
1867 Conservadores Derrocar el gobierno autoritario del

y liberales radicales general Mosquera.
1869 La Liga Conservadores Respaldar la candidatura del general
y liberales radicales Mosquera. Acuerdo político para
distribuir paritariamente los cargos
legislativos y tomar las decisiones por
consenso.
1879 —
Conservadores Coalición informal para respaldar la
y liberales candidatura de Rafael Núñez.
1883-1888 Partido Nacional Conservadores Coalición bipartidista para respaldar
y liberales a Rafael Núñez. Apoyo a la trans­
independientes formación institucional conocida
como la Regeneración. Intento de
construir un «Tercera Fuerza» parti­
dista.
1904-1909 Facciones de los dos Gobierno de Rafael Reyes para la
partidos «Reconciliación Nacional», después
— de la guerra de los Mil Días. Parti­
cipación liberal en el gabinete minis­
terial y en el Congreso.
1909-1914 Unión Repúblicana Conservadores y grupos Derrocar gobierno autoritario de Ra­
liberales» fael Reyes. Reconciliación Nacional.
Apoyar candidatura de Carlos E.
Restrepo. Participación liberal en el
gabinete ministerial y el Congreso,
1914-1922 Conservadores y grupos Coalición de gobierno con mayoría
— liberales conservadora. Respaldo a los candi­
datos moderados del conservatismo.
1930-1932 Concentración Liberales Apoyar candidatura del liberal En­
Nacional y conservadores rique Olaya Herrera. Gobierno de
republicanos coalición con participación minorita­
ria de los conservadores.
Capítulo 8 181

1946 Unión Nacional Liberales Gobierno de coalición por renuncia


y conservadores de López Pumarejo, dirigido por Al-
moderados bertó Lleras Camargo. Superar cre­
ciente conflicto violento en el campo.
Participación minoritaria del conser-
vatismo en el gabinete ministerial.
1946-1948 Unión Nacional Conservadores Gobierno conservador de coalición.
y grupos liberales Respaldo liberal al presidente Maria­
no Ospina Pérez, minoritario en el
Congreso de la República. Paridad
en el gabinete ministerial y gober­
naciones departamentales cruzadas.
1948-1949 Conservadores Gobierno de coalición para contener
y liberales la insurrección popular por el asesi­
— moderados nato de Jorge Eliécer Gaitán. Intento
de desmontar la creciente Violencia
partidista en el sector rural.
1953-1954 «Golpe de Opinión» Militares, liberales Destituir al gobierno de Laureano
y conservadores Gómez, bajo el cual se desató la eta­
moderados pa más aguda de la Violencia. Im­
pedir la consolidación de una refor­
ma constitucional de corte falangista
y corporativista orientada a perpe­
tuar el ala extrema del conservatismo
en el poder.
1956-1957 «Frente Civil» Partido liberal, Desmontar dictadura del general
conservadores Gustavo Rojas Pinílla. Buscar el
laureanistas tránsito hacia un gobierno civil de
coalición bipartidista.
1957-1958 Gobierno de la Junta Militares, liberales Reemplazar la dictadura militar. De­
Militar y conservadores sarrollar las reformas constituciona­
les necesarias para establecer un ré­
gimen político de coalición. Partici­
pación bipartidista en el gabinete mi­
nisterial.
1958-1970 Frente Nacional Liberales y Sucesión de cuatro períodos de go­
conservadores bierno de coalición. Distribución
oficialistas equitativa de ministerio» y burocracia
en las tres ramas del poder público.
Candidato presidencial elegido por
acuerdo bipartidista. Distribución
igualitaria de las curules parlamen­
tarias hasta 1968.
1974-1986 Artículo 120 de la Partido de gobierno Aplicación del artículo 120 de la
Constitución nacional con otros partidos Constitución nacional, que contem­
y grupos pla la participación ministerial del
partido derrotado en las elecciones
presidenciales.
182 Nueva Historia de Colombia. Vol., //

dicales de los dos partidos, y se en­


cuentran múltiples ejemplos históricos
en los que la unión bipartidista surge
como un instrumento para detener o
debilitar el ascenso político de las fac­
ciones más ideologizadas y más beli­
gerantes de los partidos tradicionales.
Los conflictos políticos violentos, al
igual que la lucha social o económica,
han sido históricamente un contexto
fértil para el afianzamiento de coali­
ciones bipartidistas. La posibilidad de
una disolución nacional, a causa del
enfrentamiento armado entre los par­
tidos, y el riesgo que la generalización
Banquete de adhesión den a idénticos determinantes, sí es de la violencia se convierta en un
liberal al gobierno de posible hacer una abstracción histórica monstruo que dé al traste con la uni­
Unión Nacional, de
Mariano Ospina Pérez, el
y delinear los ingredientes protube­ dad nacional, han motivado muchas
lo. de febrero de 1947: rantes que se conjugan para promover veces el espíritu de conciliación y tra­
Darío Echandía, Eduardo un escenario favorable a la gestación bajo conjunto de los partidos tradicio­
Santos, Alberto Lleras, de coaliciones entre nuestros dos par­ nales. Pero también, cuando la con­
Adán Arriaga Andrade. tidos tradicionales. frontación civil o partidista toma tintes
Las coaliciones políticas entre los de convertirse en una lucha de clases
dos partidos son una especie de me­ y amenaza con trasladarse al campo
canismo de defensa, o para usar un sí­ del conflicto socioeconómico, aparece
mil fisiológico, son parte esencial del la coalición bipartidista como una fór­
sistema inmunológico del régimen po­ mula salvadora para el régimen polí­
lítico. Es decir, el poder compartido y tico, que le devuelve estabilidad y for­
la unión bipartidista son un instrumen­ taleza al ordenamiento de la sociedad.
to útil para superar situaciones socia­ Éstas son en perspectiva algunas de
les y políticas que por sus caracterís­ las motivaciones fundamentales que se
ticas amenazan con impedir una ade­ esconden detrás de la conformación
cuada reproducción del sistema polí­ de los gobiernos de coalición biparti­
tico, la estructura de poder y la jerar­ dista. Necesariamente, no todas se su­
quía social. ceden con igual intensidad o en una
La dinámica de las coaliciones tam­ misma coyuntura política, pero sí se
bién está ligada al desarrollo de las di­ encuentran en la raíz de los principales
visiones internas de los dos partidos. acuerdos para buscar o detentar el po­
Es así como la presencia de sectores der político de manera compartida en
en conflicto con el gobierno de su pro­ la historia del país. El Frente Nacio­
pio partido ha llevado a la configura­ nal, a pesar de que muestra importan­
ción de acuerdos políticos entre esa tes diferencias con el pasado de los go­
facción y la otra colectividad para bus­ biernos de coalición, tiene en sus orí­
car el debilitamiento del grupo que de­ genes muchos de estos rasgos here­
tenta el poder. De esta forma, la di­ ditarios del proceso político colom­
visión interna de los partidos, cuando biano.
confluye en una coalición con el par­
tido contrario, ha servido para transi­ Las raíces sociales
tar de una hegemonía partidista a
otra; es decir, para promover el trán­ y políticas del Frente Nacional
sito de un partido de gobierno a otro. La historia convencional pinta el
De la misma forma, las coaliciones se acuerdo del Frente Nacional como
han utilizado como factor neutraliza- una coalición que nace espontánea­
dor de la fuerza política de las alas ra­ mente a manera de respuesta demo-
Capítulo 8 183

crética para enfrentar una dictadura, y


pare de contar. Esta visión hace parte
de la mitología que rodea la historia
contemporánea del país. La coalición
bipartidista se gesta, efectivamente,
en el ambiente de la confrontación con
el gobierno militar del general Rojas
Pinilla, y muchas de las fuerzas que la
estimulan y consolidan son producto
del autoritarismo y el despotismo de
ese régimen; pero la historia quedaría
incompleta si simultáneamente no se
escudriña hasta encontrar algunas de
las raíces políticas y sociales de esos
hechos.
En el campo social, hay que tener rrollo del país, eran contradictorios y Posesión de Carlos Sanz
en perspectiva los cambios que se pro­ antagónicos. Pero las cosas cambian a de Santamaría ante el
presidente Ospina Pérez
dujeron desde comienzos del presente medida que el desarrollo económico como ministro de Guerra,
siglo en la conformación de las élites apunta con creciente intensidad hacia enero de 1947. En
económicas del país. En el pasado, la un modelo de modernización capita­ aplicación de la tesis de
orientación del desarrollo económico lista alimentado por los excedentes Lleras Camargo de
estaba marcada por un agudo conflicto que empezó a generar la economía ca­ repartición del poder
entre los distintos sectores que con­ fetera, de manera relativamente esta­ político, hubo ministros
liberales en el gabinete del
formaban la dirigencia social —terra­ ble, desde los años 1870. presidente conservador.
tenientes, comerciantes, artesanos, Para el cuarto decenio del presente
exportadores, burócratas, banque­ siglo el esquema de desarrollo por la
ros—, ya que existían grandes diferen­ vía capitalista se impuso definitiva­
cias sobre la concepción del Estado, su mente, y ya se habían presentado im­
papel en la economía y la forma de ad­ portantes procesos de unificación eco­
ministrar y orientar el país. Se encon­ nómica y social de las clases dirigen­
traban todos ellos en clara competen­ tes, que hacían cada vez más innece­
cia por el predominio social, al igual sarios los conflictos abiertos entre los
que por impulsar sus intereses secto­ partidos. No se trataba como en el pa­
riales. sado de desatar el conflicto partidista
Por ejemplo, el país feudal, clerical para llegar por allí a imponer los in­
e inmóvil que defendían los terrate­ tereses sectoriales en la orientación
nientes, chocaba con el que querían del Estado, ya que estos intereses se
construir los comerciantes, marcado hacían cada vez más homogéneos. En
por el liberalismo económico, la se­ la medida que la élite se hacía una sola
cularización y el trabajo libre remu­ fuerza social, las diferencias entre los
nerado salarialmente, moviéndose al partidos perdían relevancia para esos
ritmo de la iniciativa individual y la grupos dirigentes y las posibilidades
acumulación de capital. Estas contra­ de coalición y gobierno compartido se
dicciones se expresaban a través de los hacían más intensas. A partir de allí,
partidos, siendo las colectividades po­ la historia de las coaliciones será la
líticas el instrumento utilizado por las historia de la lucha de las élites para
distintas fuerzas de la élite social para encontrarle una salida al tradicional
buscar el poder y defender su concep­ conflicto violento entre los dos parti­
ción del Estado, la economía y la so­ dos (que ahora era un real peligro
ciedad. La continuidad de la violencia para la reproducción del sistema so­
partidista durante el siglo XIX es la ex­ cial y de su dirigencia económica) y
presión de esos forcejeos entre grupos crear un clima de estabilidad política
sociales dirigentes por acomodar sus para el desarrollo de las fuerzas pro­
intereses que, dado el desigual desa- ductivas.
184 Nueva Historia de Colombia, Vol. II

Pero, simultáneamente, con el pro­ cer Gaitán y Laureano Gómez, que te­
gresivo consenso de los sectores diri­ nían amplia responsabilidad en el des­
gentes en torno al tipo de desarrollo moronamiento del segundo mandato
económico, consecuencia del formi­ del viejo López. La participación de
dable proceso de modernización de la los conservadores ospinistas en el go­
economía sufrido hasta entonces, sur­ bierno aligeró las críticas y las ame­
gen nuevos grupos sociales —los tra­ nazas de ruptura del sistema político
bajadores urbanos, el proletariado ru­ pero ya se sentía en el ambiente polí­
ral, el campesino desplazado, entre tico el alto grado de polarización so­
otros— que plantean nuevos interro­ cial que se estaba creando en torno a
gantes y cuestionamientos a esa élite. las dos figuras mencionadas.
Al lado de estos grupos sociales tam­ Hay que tener en cuenta el hecho de
bién nacen corrientes políticas dentro que el presidente Lleras Camargo, a
de los partidos que aspiran a represen­ finales de su mandato, empezó a es­
tarlos, integrarlos y darles presencia grimir la tesis de que un sistema polí­
en la vida política nacional. tico para Colombia basado en la com­
Alfonso López Pumarejo, que go­ petencia libre y abierta entre los dos
bernó en dos oportunidades, primero partidos no era viable, por cuanto
entre 1934 y 1938, y luego a partir de siempre degeneraba en pretensiones
1942, fue uno de esos jefes políticos hegemónicas y por lo tanto en violen­
moderaos que intentó integrar, me­ cia. La idea fue acogida por los liberales
diante reformas políticas y sociales, a moderados y por sectores no ortodoxos
los sectores populares que el desarro­ del conservatismo que veían en la po­
llo económico estaba colocando por sibilidad de compartir el gobierno un
primera vez en el mapa social del país. mecanismo para reducir las fricciones y
La «Revolución en Marcha» y la Re­ mantener bajo control el poder político.
forma Constitucional de 1936 se cons­ La convergencia de intereses eco­
tituyen en un esfuerzo político de gran nómicos y sociopolíticos de la élite di­
envergadura para transformar el país rigente hacía viable esta propuesta a la
en una sociedad moderna, basada en luz de los acontecimientos y ante el
la participación y en la tramitación ins­ riesgo real de que una movilización
titucionalizada de los conflictos socia­ popular masiva fuera capaz de alterar
les. Pero necesariamente esos esfuer­ la estructura del régimen político. Las
zos que mejoran la situación política primeras voces que hablan de la con­
relativa de los sectores populares mo­ cordia entre los partidos se dejan oír,
tivan una reacción de la clase dirigente y puede afirmarse que las palabras de
ya consolidada, que ve en los retozos Lleras Camargo son los primeros pa­
democratizantes del presidente López sos hacia la consolidación de la coali­
una amenaza potencial a sus intereses ción constitucional. Éstas son expre­
sociales y económicos. Contra López siones de una clase dirigente que, sin
y sus reformas nace la coalición bipar­ encontrarle ya más sentido a la con­
tidista de 1946, conocida generalmen­ frontación partidista, intenta construir
te como la «Unión Nacional». una salida a la cotidianeidad de la vio­
Después de la renuncia del presi­ lencia política.
dente Alfonso López Pumarejo en Las elecciones presidenciales de
1945, asumió la primera magistratura 1946 representaron para los conser­
el dirigente liberal Alberto Lleras Ca- vadores la oportunidad de reconquis­
margo, que denominó a su gobierno tar el poder. Mariano Ospina Pérez
como el de la «Unión Nacional». Lle­ ofreció una prolongación del gobierno
ras buscó crear una nueva coalición de de coalición conocido como de
sectores liberales y conservadores mo­ «Unión Nacional», lo que sumado a la
derados, con el ánimo de contrapo­ división del liberalismo entre el mo­
nerla a las dos alas radicales de los derado Gabriel Turbay y el popular
partidos encabezadas por Jorge Elié- Gaitán, lo llevó a la presidencia.
Capítulo 8 185

Proveniente de la élite económica


antioqueña, y con el pragmatismo de
un hombre de empresa, Ospina Pérez
retoma la idea de Lleras Camargo de
buscar la estabilidad política, y el con­
trol de la creciente movilización po­
pular en campos y ciudades, mediante
la distribución del poder entre las dos
colectividades históricas. Para lograrlo
reparte equitativamente los cargos en
el gabinete ministerial y establece un
sistema de gobernaciones cruzadas en
el que designa a un mandatario seccio­
nal del bando contrario al que predo­
mina en el respectivo departamento.
Como se verá, esta modalidad de coa­
lición posee rasgos que después van a
inspirar las instituciones del Frente ambiente de creciente violencia polí- El 21 de mayo de 1949
Nacional. tica, resultado de la persecución a la finaliza la Unión Nacional
Pero contra ese esfuerzo conspiran base rural del liberalismo, inspirada con el retiro de Darío
su propia incapacidad para controlar por el laureanismo, la facción más liberalesy del
Echandía otros ministros
gabinete de
los sectores más ortodoxos y fanáticos reaccionaria del partido conservador, Ospina. No obstante, el 19
de su partido, que no podían ocultar que pretendía utilizar la intimidación de diciembre del año
sus pretensiones hegemónicas y desde para superar su condición de partido anterior, Alfonso López,
el inicio del experimento lo acusan de minoritario, situación que fue tolerada con ánimo de concordia
traidor. Igualmente, la llegada a la di­ por el presidente. Los liberales se nacional, había presidido
rección del liberalismo del líder más Corte Suprema
marginan y se vuelcan a la abstención Electorallaconformada por
carismático que ha tenido el partido ante la falta evidente de garantías para liberales y conservadores,
en el presente siglo, Jorge Eliécer Gai- concurrir a las urnas. acto al que corresponde la
tán, significó la introducción de ele­ Mariano Ospina Pérez en los ester­ foto, en la que se
mentos de lucha de clase en la con­ tores de su mandato intenta impulsar distinguen Luis López de
Mesa y Julio Ortiz
tienda partidista que agudizaron y po­ una nueva salida bipartidista a la en­ Márquez.
larizaron aún más a los distintos ban­ crucijada política en que se encontra­
dos. La mezcla era explosiva y la vio­ ba el país, y que amenazaba efectiva­
lencia que quisieron evitar los sectores mente con arrasar en un torbellino de
más moderados de ambos partidos no sangre y de violencia al sistema polí­
demoró en aparecer en los campos. tico. Propone un esquema según el
La segunda etapa de definiciones cual se suspenderían las elecciones de
del modelo de coalición que llevó al 1950 y se eligiría para el período pre­
Frente Nacional se produce cuando sidencial siguiente a cuatro líderes,
ocurre la muerte de Gaitán. Ante el dos liberales y dos conservadores,
asesinato del caudillo el 9 de abril de para alternarse anualmente la presi­
1948, la respuesta popular casi se lleva dencia y llevar a cabo por consenso
por delante al gobierno de turno, y de una serie de reformas que garantiza­
paso el orden establecido. En ese es­ ran la paz política. Esta idea, precur­
cenario, como ya se mencionó, se sora de la alternación presidencial que
crearon las condiciones para una nue­ se impondría después con el Frente
va coalición con el ánimo de impedir Nacional, cayó en el vacío ya que el
que una revuelta de carácter popular laureanismo no pensaba retroceder en
desmantelara el régimen político. momentos en que veía por primera
La coalición surgida del temor a la vez una posibilidad real de alcanzar el
revolución social sólo duró trece me­ comando del Estado. Era el inicio de
ses y culminó con la ruptura entre los un decenio de violencia, represión y
dos partidos. La consecuencia es un dictadura.
186
Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Como si fuera un sino fatal, las coa­ mientos y buscar acuerdos que per­
liciones degeneran en hegemonías y mitan superar la situación reinante. Po­
después, cuando la situación nacional cas semanas antes, Gilberto Alzate
se hace insostenible, el péndulo se de­ Avendaño había planteado un severo
vuelve buscando la convergencia para juicio sobre el gobierno de su propio
impedir el desastre, pero esa lógica partido: «Odio el gobierno, detesto sus
trágica del proceso político colombia­ representantes, desprecio al presidente
no no se detiene y va creando una es­ y a sus ministros, repudio su labor,
piral de tensiones políticas y de pola­ combato sus errores... y más aún, com­
rización que culmina en un baño de parto las tesis de la prensa liberal.»
sangre generalmente de proporcio­ La oposición del sector ospinista al
nes dantescas. Así fue al finalizar el gobierno conservador sólo se hizo pa­
siglo XIX, y de nuevo se repite me­ tente hasta abril de 1953, cuando en
dio siglo después. La fórmula para un homenaje del ex presidente Maria­
desmontar la recurrencia del enfren­ no Ospina atacó duramente a Laurea­
tamiento sectario no vendrá sino con no Gómez acusándolo de caudillista y
el Frente Nacional luego de haberse antidemocrático, al igual que sugirió
ensayado todo, hasta la misma dicta­ que los liberales habían sido más lea­
dura militar. les que el mismo Laureano en el ma­
La persecución desatada por el go­ nejo de la situación prerrevolucionaria
bierno de Laureano Gómez contra las creada por la muerte de Gaitán cinco
bases liberales, alimentada con la au­ años antes. La puerta estaba abierta:
tonomía que se le entregó a la policía Ospina por fin se desprendía de su si­
y a las bandas de conservadores no lencio y entraba a criticar al gobierno,
miembros del gobierno para ejercer la al tiempo que dejaba una salida para
violencia y la represión por cuenta permitir una aproximación con los li­
propia, comprometió al país en una berales.
guerra civil no declarada que le costó El hecho que sirvió de catalizador
más de trescientas mil vidas. La situa­ para precipitar la reacción contra el
ción alcanzó niveles de tal naturaleza, régimen y la caída del gobierno parece
que la amenaza de disolución nacional haber sido el proyecto de reforma
y el peligro de que el conflicto se tor­ constitucional, diseñado por el propio
nara en una abierta confrontación de Laureano Gómez. En dicho proyecto
clase, capaz de comprometer los mis­ de acto legislativo se establecían las
mos pilares del ordenamiento social, condiciones para la perpetuación de
se convierte una vez más en un factor un gobierno de corte dictatorial, con
que impulsa la búsqueda de un com­ amplísimos poderes, dentro del marco
promiso entre los dos partidos tradi­ de una estructura legislativa típica­
cionales. mente corporativista y de inspiración
Alfonso López Pumarejo, víctima falangista.
de una coalición bipartidista encami­ La pérdida del apoyo político de su
nada a frenar sus esfuerzos reformis­ propio partido, al igual que la crecien­
tas, es el primero en intentar construir te beligerancia de las fuerzas liberales,
una salida de convergencia para la si­ todo ello enmarcado dentro de la real
tuación de autoritarismo y violencia posibilidad de que se instaurara una
desatada por Laureano Gómez. A fi­ nueva constitución capaz de perpetuar
nales de agosto de 1952, López el Vie­ en el poder al laureanismo, aclimata­
jo, recientemente retirado de la Di­ ron un consenso nacional en contra
rección Nacional Liberal, le envía una del presidente Gómez. La salida esta
carta al arzobispo Crisanto Luque, a vez fue militar. El 13 de junio de 1953
Francisco de Paula Pérez y al ex pre­ el país escucha, con verdadero albo­
sidente Mariano Ospina Pérez, en la rozo, la noticia de que el general Ro­
cual les solicita que intercedan para jas Pinilla ha asumido el cargo de pre­
enderezar el rumbo de los aconteci­ sidente de la República.
Capítulo 8 187

Pocas horas después se empieza a


entender que detrás de este aparente
golpe militar se esconde una nueva
coalición que ha encontrado en las
fuerzas armadas la posibilidad de re­
cuperar el poder. Lo expresa el mismo
Darío Echandía, cuando dice en un
homenaje de líderes nacionales al ge­
neral Rojas: «No es éste el producto
de la ambición rapaz, sino el abnegado
sentido del deber: formasteis el man­
do en virtud de un golpe de opinión.»
En síntesis, la coalición ya no se en­
cauza a través de la lucha electoral,
sino que se pronuncia en el estímulo y
respaldo de un golpe militar, que re­
cibe la aprobación de dirigentes de los
dos partidos. Pero la ilusión que tenía Los orígenes del Frente Nacional El presidente de la
el país, que veía en Rojas una figura y el desmoronamiento Asamblea Nacional
de rápida transición hacia una nueva Constituyente, Mariano
etapa de democracia electoral, no du­ de la dictadura Ospina Pérez, declara
electo al general Rojas
raría mucho. La alternativa militar no La dinámica del proceso político que Pinilla para el período
demoró en salírsele de las manos a los desembocó en la creación del Frente 1954-1958; le acompañan
partidos tradicionales. Nacional estuvo definida por la evo­ Rafael Azuero Manchola y
Evaristo Sourdís.
Con la faceta militar se cierra el círcu­ lución de tres conflictos distintos. El
lo de convenios políticos bipartidistas primero de ellos, y tal vez el más no­
que antecedieron a la creación del Fren­ torio, fue el que generó la actitud cre­
te Nacional. La revisión del proceso po­ cientemente autoritaria de la dictadu­
lítico que nace con la «Unión Nacional» ra del general Rojas Pinilla, quien a
de Lleras Camargo y culmina con el gol­ medida que revelaba sus intenciones
pe de opinión del general Rojas, mues­ de perpetuarse en el poder entraba en
tra cómo la situación de inestabilidad contradicción con los partidos políti­
política va en ascenso, tanto por la in­ cos y con los sectores civilistas y de­
tromisión de nuevos elementos de lucha mocráticos de la sociedad.
de clases en la confrontación partidista,
como por la agudización de las tensio­
nes entre los segmentos radicales de los Gustavo Rojas Pinilla, su
hija María Eugenia y su
dos partidos. esposa Carola Correa. La
La violencia partidista y la lucha so­ actitud crecientemente
cial que se entrelaza a ella, no en­ autoritaria del dictador
fue el factor más notorio
cuentran respuesta en el marco de la en el surgimiento del
competencia democrática formal, ni Frente Nacional.
en los intentos no constitucionales de
compartir el poder político, y por ello
a la élite no le queda otro camino que
el de la dictadura militar para intentar
desmontar las fuerzas que amenazan
el orden social y político. Pero tam­
poco en ese esquema se halla la res­
puesta, y no será sino hasta el Frente
Nacional cuando el país logre suprimir
la violencia cíclica que caracterizó, por
cerca de siglo y medio, la política par­
tidista colombiana.
188 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

dura equivalía a una traición. La crea­


ción del Frente Nacional debe enten­
derse como una tarea de habilísima fi­
ligrana política para aprovechar las
posibilidades que ofrecían estas con­
tradicciones, al igual que para neutra­
lizar sus aspectos adversos y llevar a
todos el espectro político partidista a
comprometerse con la idea de un go­
bierno de coalición plasmado en la
Constitución.
La idea de encontrar una salida bi­
partidista al régimen militar surgió
aun antes del deterioro de las relacio­
nes entre los dos partidos y el general
Rojas Pinilla. Aunque existen ante­
cedentes difusos, las declaraciones de
Alfonso López Pumarejo, el 25 de
El presidente Roberto En segundo lugar, las aspiraciones marzo de 1954, se constituyen en la
Urdaneta Arbeláez, el partidistas de suceder al régimen mi­ primera propuesta concreta para
teniente general Rojas litar creaban una contradicción adicio­ avanzar hacia un esquema de conver­
Pinilla, comandante de
las fuerzas militares y nal entre las dos colectividades: los gencia bipartidista que permitiera el
Mariano Ospina Pérez en conservadores, sabiéndose minoría, retorno a la democracia y, sobre todo,
el funeral de Rafael Gómez buscaban un acomodo para heredar el escapar a la lógica de la violencia sec­
Hurtado, hijo de Laureano poder, mientras que los liberales in­ taria. En cierta forma, se puede atri­
Gómez, mayo 12 de 1953. tentaban reconstruir los procedimien­ buir al ex presidente López Pumarejo
tos electorales para hacer valer sus el papel de ideólogo precursor del
Alfonso López Pumarejo, mayorías. Además, las pugnas inter­ Frente Nacional, ya que es él quien
primero en avanzar una nas de los partidos eran tan intensas públicamente propone las primeras
propuesta de convergencia como entre los partidos entre sí, es­ fórmulas que van a permitir el desa­
bipartidista, el 25 de pecialmente en el conservatismo, ya rrollo de los posteriores acuerdos
marzo de 1954. Foto de la que para los laureanistas la colabora­ (cuadro 2). Dos años después de las
época, con Rojas y Ospina
Pérez. ción del sector ospinista con la dicta­ declaraciones mencionadas arriba,
López Pumarejo, en una carta a los li­
berales de Antioquia, retoma las pro­
puestas de coalición bipartidista en las
que venía insistiendo de una forma u
otra desde 1950. Este documento es
considerado por varios analistas como
la piedra angular del pensamiento
frentenacionalista.
López plantea el establecimiento de
reformas a la Constitución que garan­
ticen la representación ministerial de
los dos partidos, dando fuerza de man­
dato constitucional a la participación
de ambos sectores en el gobierno y,
por lo tanto, evitando las posibilidades
de reversar los pactos de coalición
como recurrentemente había ocurrido
en el pasado.
Otra propuesta tiene que ver con un
aspecto de trascendental importancia
para el momento político que se vivía:
Capítulo 8 189

Cronología documental del Frente Nacional Cuadro 2


Fecha Documento Participantes Características
Marzo 2 Carta de López Ex presidente Alfonso Ló­ Propone reforma constitucional para es­
de 1956 Pumarejo al Directorio pez Pumarejo - Directorio tablecer gabinete de coalición con repre­
Liberal de Antioquía Liberal de Antioquía sentación proporcional de todos los gru­
pos. Sugiere por primera vez un candi­
dato conservador con un apoyo liberal
para suceder al general Rojas Pinilla. Pri­
mer paso hacia la constitución del Frente
Nacional.
Julio 24 Declaración de Ex presidentes Alberto Declaración de principios sobre la situa­
de 1956 Benidorm (España) Lleras Camargo y Laurea­ ción política, la dictadura y el retorno al
no Gómez gobierno civil. Se reafirma la necesidad
de una coalición bipartidista para derro­
car al general Rojas Pinilla. Primer es­
bozo de un plan para construir una serie
de gobiernos de coalición.
Marzo 20 Pacto de marzo Dirección Nacional Liberal Rechazó de los partidos a posible reelec­
de 1957 y Dirección Nacional ción del general Rojas Pinilla. Programa
Conservadora de mínimo de acción y oposición a la dicta­
orientación Ospinista dura. Ratificación de la necesidad de un
gobierno de coalición y de reformas a la
Constitución para evitar el sectarismo.
Con este acuerdo se logra integrar al os-
pinismo a la coalición bipartidista.
Julio 20 Pacto de Sitges Ex presidentes Alberto Ya derrocada la dictadura, este acuerdo
de 1957 (España) Lleras Camargo fija los pasos a seguir para establecer el
y Laureano Gómez gobierno de coalición. Propone los me­
canismos e instituciones básicas del Fren­
te Nacional.
Desarrolla los principios esbozados en
el Pacto de Benidorm. La reforma cons­
titucional propuesta contempla la paridad
en el gabinete ministerial y las corpora­
ciones públicas por un período de doce
años, al igual que el establecimiento de la
carrera administrativa. Plantea la nece­
sidad de un plebiscito popular para rati­
ficar las reformas constitucionales suge­
ridas. Reafirma necesidad de un candi­
dato nacional para la presidencia de la
República.
Octubre Decreto 247 de 1957 Junta Militar de Gobierno El decreto, recogiendo la propuesta ex­
4 de 1957 presada en el Pacto de Sitges, convoca a
un plebiscito para el 1.° de diciembre con
el propósito de someter a consulta po­
pular la reforma constitucional que esta­
blece las instituciones de coalición. La
decisión de la junta confirma la voluntad
del gobierno de acogerse a la propuesta
de Lleras y Gómez para reconstruir la de­
mocracia electoral.
190 Nueva Historia de Colombia Vol. II

Noviembre Pacto de San Carlos Principales jefes políticos Institucionalización de la coalición de los
22 de 1957 (Acuerdo de los parti­ de los dos partidos y miem­ partidos. Respaldo al plebiscito del pri­
dos) bros de la Junta Militar de mero de diciembre y a la reforma cons­
Gobierno titucional. Se logran acuerdos sobre fe­
chas para elecciones de 1958 y mecanis­
mos básicos de selección del candidato
presidencial de la coalición. Consolida­
ción definitiva del respaldo bipartidista al
establecimiento de un gobierno y unas
instituciones para distribuir el poder po­
lítico.

Enero 30 Acta de escrutinio Corte Electoral Nacional, Divulgó los resultados definitivos de la
de 1958 general del Plebiscito presidida por Mariano consulta plebiscitaria que fueron favora­
Nacional Ospina Pérez bles al establecimiento de las institucio­
nes de coalición.

Marzo 30 Carta de Laureano Ex presidentes Laureano Propone la candidatura de Alberto Lle­


de 1958 Gómez a Alberto Gómez y Alberto Lleras ras, condicionada a un acuerdo que ga­
Lleras Camargo rantice la presidencia de un conservador
para el período siguiente.

Abril 12 Propuesta de la Comi­ Darío Echandía, Luis Ló­ Propone de candidato a un ciudadano re­
de 1958 sión de Delegatorios de pez de Mesa, Jorge Uribe lativamente desconocido, y acepta la pro­
la Convención Liberal Márquez, Carlos Lleras puesta de alteración presidencial bajo la
Restrepo condición de extender el Frente Nacional
a cuatro períodos de gobierno.

Abril 14 Insinuación de la Junta Alfredo Arango, Jorge E. Acepta la propuesta liberal de alterna­
de 1985 Parlamentaria conser­ Gutiérrez, Francisco Gó­ ción presidencial y la extensión del go­
vadora en respuesta a la mez, Jorge Rosero, Hugo bierno de coalición a dieciséis años.
propuesta liberal Escobar

Abril 19 Acuerdo de los partidos Darío Echandía, Alfredo Se presenta el texto de un artículo único
de 1958 sobre la reforma Arango, Jorge Uribe, Jorge y transitorio para reformar la Constitu­
constitucional E. Gutiérrez ción, mediante el cual se establecía la al­
ternación en la presidencia de la Repú­
blica por cuatro períodos de gobierno;
elaborado por dirigentes de los dos par­
tidos tradicionales.

Julio 13 Ponencia para primer Edgardo Manotas Ponencia sobre la anternación presiden­
de 1958 debate en el Senado del y Enrique Sánchez cial, aprobada por el Senado de la Re­
proyecto reformatorio pública en la fecha.
de la Constitución
Agosto 4 Ponencia para segundo Edgardo Manotas, Hernán Ponencia sobre la alternación presiden­
de 1958 debate en el Senado del Salamanca y Hernando cial, aprobada por el Senado de la Re­
proyecto reformatorio Carrizosa pública en la fecha.
de la Constitución
Agosto 6 Ponencia para primer y Carlos Galindo y Enrique Ponencia sobre la alternación presiden­
de 1958 segundo debate en la Sánchez cial aprobada por la Cámara de Repre­
Cámara de Represen­ sentantes en la fecha.
tantes del proyecto re­
formatorio de la Cons­
titución
Capítulo 8 191

la selección del mandatario que de­


bería reemplazar al general Rojas Pi-
nilla. La sugerencia de uno de sus má­
ximos líderes en el sentido de que el
liberalismo podría respaldar a un can­
didato conservador para encontrarle
salida a la dictadura, ayudó a aclima­
tar la confianza y colaboró para que se
unieran los sentimientos de oposición
y repudio que compartían las mayorías
de las dos colectividades.
La primera fase del proceso que
conducirá al Frente Nacional ha co­
menzado. Se trata de convocar a las
fuerzas bipartidistas en contra de la
dictadura, para que ésta se debilite
por una reducción progresiva del res­
paldo político. A partir de ese mo­
mento la oposición al régimen será el te, en especial porque su líder profe­ Posesión del general
eje de la coalición entre el liberalismo saba un odio intenso a la dictadura Gabriel París Gordillo
y el conservatismo. como ministro de Justicia
que lo había despojado del poder, ca­ el 9 de febrero de 1954,
Pero el general Rojas, que ve en la paz de superar el sectarismo que ca­ en presencia del general
convergencia bipartidista un peligro racterizó su gobierno. Igualmente, el Gustavo Berrío, del
inminente para la estabilidad de su go­ conflicto con el sector ospinista no era coronel Carlos Mario
bierno, también reacciona e intenta menos agudo, puesto que en la inter­ Londoño y de Rafael
impulsar una coalición entre las fuer­ pretación del ex presidente Laureano Hernández.
zas armadas, los empleados públicos y Gómez la dictadura sólo sobrevivía
algunos sectores sindicalizados para gracias al respaldo y la colaboración
utilizarla como instrumento de apoyo que este grupo le venía ofreciendo. No
político. A este esfuerzo se le ha atri­ hay que olvidar que los ospinistas
buido una clara inspiración peronista. mantenían la esperanza de ser los he­
A mediados de 1956, en la conme­ rederos civiles de la dictadura militar,
moración del ascenso de Rojas Pinilla lo que los hacía morigerar sus críticas
al poder, se realizaron las primeras y mantenerse en una posición blanda
manifestaciones del nuevo grupo po­ frente al régimen autoritario, razón
lítico bajo la denominación de «Ter­ por la cual el liberalismo no los con­
cera Fuerza». Su estandarte, un fusil y cebía como unos aliados confiables.
una pala formando una cruz, revela Los temas de las conversaciones en­
claramente cuáles eran sus aspiracio­ tre Alberto Lleras y Laureano Gómez
nes. Sólo cuatro meses después, la en España, en 1956, no se conocen en
oposición de la Iglesia, al igual que la detalle, pero de ese intercambio ger­
falta de credibilidad y arraigo popular, minó un acuerdo político de decisiva
llevaron al fracaso el intento de crear trascendencia para la historia del país,
una coalición de bases obreras para el Pacto de Benidorm, que se divulgó
enfrentarse a la que se venía gestando como una declaración conjunta fir­
en el seno de los dos partidos tradicio­ mada el 24 de julio de 1956. El acuer­
nales. do comprende un diagnóstico de la
problemática política del país, al igual
El Pacto de Benidorm: que el primer esbozo de un programa
de acción conjunta para el retorno a la
manifiesto de lucha y coalición democracia, y una declaración de
Las conversaciones de los jefes libe­ principios que va a determinar todo el
rales con el ala laureanista del partido pensamiento político colombiano a
conservador prosperaron rápidamen- partir de esa fecha.
192 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

El Pacto de Benidorm
Declaración de los señores Laureano Gómez y Alberto Lleras
sobre la política colombiana, hecha en Benidorm,
España, el 24 de julio de 1956

La entrevista de los señores Lau­ honor y satisfacción general en el La conjunción de los partidos
reano Gómez y Alberto Lleras en tiempo inmediatamente pasado, para expresar el inmenso desagra­
Benidorm dio lugar a largas y cor­ como guardianes de los intereses do general por la ruina de la civi­
diales conversaciones en que se re­ internacionales y del orden inter­ lidad de la Patria es la urgencia
visaron todos los aspectos de la si­ no y como ejecutores fíeles de la primordial de esta hora. Atende-
tuación actual colombiana. Con autoridad escogida por el pueblo. ríase con ella al restablecimiento
viva y recíproca satisfacción se de­ La situación actual destruye todo del considerable acervo de princi­
clara que se ha llegado a un pleno equilibrio entre el jefe omnipoten­ pios comunes, que justamente por
acuerdo sobre la necesidad inapla­ te e irresponsable de la clase ar­ ser comunes constituyen la estruc­
zable de recomendar a los dos par­ mada y el resto del pueblo, y aun tura de nuestra República, que era
tidos históricos una acción conjun­ más todavía, entre tal jefe y el comparable a las mejores de la tie­
ta destinada a conseguir el rápido conjunto de la fuerza pública, por­ rra. El reclamo conjunto por la
regreso a las formas instituciona­ que pone a oficiales y soldados al pérdida de garantías indispensa­
les de la vida política y a la recon­ servicio ciego de una sola persona bles para una digna vida civil,
quista de la libertad y las garantías que abrogándose la totalidad del debe sustituir el mutismo ocasio­
que han sido el mayor orgullo pa­ poder desprestigia con sus proce­ nado por la sorpresa.
trimonial de las generaciones co­ deres autocráticos a la institución La consideración de cuanto en
lombianas hasta la presente. que dice representar, y quita a la el país ocurre impone un orden ló­
Fruto de los esfuerzos y la dis­ disciplina militar el nobilísimo ca­ gico a la conducta de los partidos.
cusión centenaria de los partidos rácter que tiene cuando no está Nadie puede poner en duda que
políticos fue la adquisición de ese dedicada al servicio personal de debe empezarse por la reconquista
patrimonio político. Ha sido des­ un hombre, sino a la tutela de las del patrimonio cívico común. Se­
truido sistemática y totalmente. El libertades y los derechos de todos ría insensato reabrir inmediata­
país se halla ahora reducido a la los ciudadanos. mente la lucha por el poder entre
necesidad de volver a crear la Re­ Los miembros de la generación conservadores y liberales. Se en­
pública, buscando la fuente del que vivió y disfrutó los días lim­ cuentra necesario y enteramente
poder en sus orígenes populares. pios y gloriosos de la República, al posible crear un gobierno o una.
Del tiempo anterior no subsiste hallarse bajo un régimen de fuerza sucesión de gobiernos de coalición
organismo alguno con validez mo­ que no admite ni tolera discusión amplia de los dos partidos, hasta
ral ni jurídica, porque sin excep­ de sus actos, ni da informe sobre tanto que recreadas las institucio­
ción, todos fueron utilizados en la ellos, dispone y ejecuta sus deci­ nes y afianzadas por el decidido
ruptura del orden constitucional o siones sin participación de otros respaldo de los ciudadanos tengan
con sus actos posteriores han tra­ poderes y dispersa los haberes pú­ fortaleza bastante para que la
tado de cohonestarla. Sólo un es­ blicos a espaldas de los contribu­ lucha cívica se ejercite sin temor
fuerzo conjunto de los partidos yentes, sienten la necesidad de re­ a los golpes de Estado, o de la
puede restablecer un modo de vi­ sistir en la medida de las posibili­ intervención de factores extraños
vir en que prevaleció el afortuna­ dades de cada persona a las ame­ a ella, y por medio de un inco­
do equilibrio entre los derechos de nazas y los halagos, y de demos­ rruptible sufragio cuyas deci­
los ciudadanos y la acción del Es­ trar que no es cierto que el silencio siones sean definitivas e incontes­
tado como delegatario de poderes impuesto corresponda a adhesión tablemente respetadas. Los parti­
limitados, obligado a dar cuenta sumisa o conformidad cobarde. dos deben entenderse para cons­
de sus actos a los representantes Apenas es efecto de la desconcer­ tituir un gobierno de tales carac­
de la Nación. El regreso a la nor­ tada sorpresa de quienes pagan la terísticas que ponga en vigor las
malidad jurídica, vivamente ansia­ fuerza pública como un servicio instituciones abolidas, mantenién­
do por todos los partidos, traerá el para el bien general y se encuen­ dose unidos para sostenerlo hasta
retorno de las Fuerzas Armadas a tran de improviso inermes y de­ que el régimen civil esté libre de
la misión que desempeñaron con samparados ante sus desafueros. riesgos.
Capítulo 8 193

Sigue en urgencia la execración dignidad de la vida política colom­ concreta del desenvolvimiento de
y repudio de la violencia ejercita­ biana. Libre de la sorpresa por las las posibilidades de la inmensa
da por armas y elementos oficia­ tremendas experiencias sufridas, mayoría de los colombianos parar
les. Sucesos inolvidables requie­ si está, un día tras otro, alerta y obtener un mejoramiento radical
ren insistente protesta contra la listo para las acciones posibles y de sus condiciones de vida y para
impunidad que los ha cobijado. las abstenciones que marquen la salvar el abismo que se está
Porque en la perduración y alar­ valla entre los ciudadanos y la ti­ abriendo entre una corta clase so­
mante avance del bandolerismo, ranía, quedarán deshechas las fa­ cial súbita o ilegítimamente enri­
atroz fenómeno de menosprecio lacias de apoyo popular que se fin­ quecida y una gran masa que cada
de la moral y de las leyes, desco­ gen con crecidas erogaciones. De día se empobrece más.
nocido por las generaciones ante­ las acciones y abstenciones indi­ La certeza de victoria en la cam­
riores, podría verse la pretensión viduales es indudable que resul­ paña por la recuperación cívica de
del hombre salvaje de tener igual tará un pujante e incontenible mo­ la Patria descansa en el conoci­
fuero para sus tropelías contra vi­ vimiento de conjunto que recu­ miento de una constante, pudiera
das y bienes ajenos en aldeas y ca­ perará los bienes perdidos. decirse, de una ley histórica, ex­
minos solitarios, al que disfrutan La fría y objetiva consideración presada en clásica síntesis inolvi­
quienes operan desde la capital y de todos los aspectos actuales de dable: «Colombia es una tierra es­
en las alturas. la Patria permite indicar clara­ téril para la dictadura.» Es cierto
Por eso es imprescindible con­ mente a los colombianos que exis­ que el sorprendente contubernio
denar también el abandono de las te una solución satisfactoria para de factores extraños ha determi­
tradicionales prácticas de pulcri­ los males que padecen. Sobre la nado el actual eclipse de esa ley:
tud y honorabilidad, desinterés y base del entendimiento amplísimo pero nadie ignora que tal contu­
limpieza de conducta de los fun­ para la imperiosa reconquista del bernio está destinado a desmenu­
cionarios del Estado, que fue la patrimonio común, los represen­ zarse y caer hecho polvo. Quedará
mayor presea de nuestra historia tantes auténticos y genuinos de los confirmada una vez más la inmar­
política. De ninguna manera pue­ partidos oirán la sugestión de los cesible y gloriosa tradición colom­
de ser posible que esta generación procedimientos que entreabren biana.
heredera de tradiciones puras las esas patrióticas perspectivas. Ta­
entregue mancilladas y marchitas. les representantes los estudiarán y En Benidorm, julio 24 de 1956.
Todo colombiano debe prestar adoptarán llegado el caso para dar
su eficaz cooperación a la grandio­ al pueblo no sólo la reconquista de Laureano Gómez
sa empresa de reconquista de la la perdida libertad sino la visión Alberto Lleras

Alberto Lleras Camargo


llega a Barcelona, con
destino a Sitges, donde el
20 de julio de 1957 se
firmaría el pacto que
desarrolló los principios
de la Declaración de
Benidorm.
194 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

realidad política tuvo el efecto de


acrecentar la percepción social del de­
bilitamiento del régimen militar. Pero
lo que es más importante, trazaba el
borrador de un plan político para vol­
ver al gobierno civil y superar las con­
tradicciones históricas entre los dos
partidos mediante la instauración de
una serie de gobiernos de coalición.
Es el diseño inicial de lo que llegaría
a ser el Frente Nacional.
Las reacciones que generó el acuer­
do fueron de distinta índole. Los li­
berales no dudaron en entregarle todo
su apoyo y respaldar cada uno de los
puntos contemplados en el texto. Por
Manifestación campesina
su parte CONACCIÓN, el directorio
de respaldo a Rojas conservador que aglutinaba el ala lau-
Pinilla, 1954. Su intento reanista del partido conservador, tam­
de crear la Tercera Fuerza bién respaldó la iniciativa y se com­
sobre una coalición de prometió a apoyarla de inmediato.
bases obreras para
enfrentar a la que se venía
Nuevamente, el sector ospinista se en­
gestando en los dos contró en una posición muy incómo­
partidos, fracasó. da. Seguía dentro del gobierno, pero
al mismo tiempo sentía que éste se ve­
nía abajo a pasos agigantados; de otra
parte, no podía negar el endureci­
miento de la dictadura ni la creciente
represión aun en contra de sus propios
copartidarios. La aspiración de ser los
herederos del gobierno pudo más y el
resultado fue la ambigüedad del ospi-
nismo frente a la necesidad de un tra­
bajo conjunto para el retorno a la de­
mocracia.
La dinámica de convergencia entre
liberales y laureanistas empieza a in­
volucrar al ospinismo a partir del mes
de septiembre de 1956. El partido con­
servador, preocupado por un posible
debilitamiento de su situación política
frente a la fortaleza de la posición li­
beral, explora caminos de unidad. El
18 del mismo mes se firma un acuerdo
político entre dirigentes de las dos fac­
ciones conservadoras en el cual se ha­
Alberto Lleras es bla de un trabajo conjunto para opo­
aclamado en la Plaza de
Toros de Santamaría el 26 Era una declaración de lucha y de nerse a la dictadura. Dos días después,
de enero de 1956, como acción política. En primer lugar, el esa aproximación se desmorona a raíz
acto de rechazo a la acuerdo formalizaba el repudio de los de una exigencia tácita que hacen los
dictadura de Rojas Pinilla. sectores mayoritarios del conservatis- liberales para que el laureanismo rea­
En la corrida del domingo firme su respaldo al Pacto de Beni-
siguiente, 5 de febrero, mo y del liberalismo a la dictadura, y
sobrevino la represalia: llamaba a la unidad bipartidista para dorm como la guía básica de la coali­
8 muertos y 112 heridos. remover al general Rojas Pinilla. Esta ción bipartidista, situación que es in­
Capítulo 8 195

terpretada por el ospinismo como un Firmas de Laureano


rechazo al acuerdo recién nacido. Una Gómez y Alberto Lleras en
el pacto o declaración de
vez ratificado el acuerdo de Benidorm Benidorm, primer esbozo
por los seguidores de Laureano, la sobre coalición
Dirección Nacional Conservadora, bipartidista para derrocar
orientada por el ex presidente Maria­ a Rojas y para constitución
no Ospina Pérez, rompe el convenio de futuros gobiernos.
(Museo Nacional).
de oposición al régimen, adoptando
una enfática actitud de respaldo y apo­
yo a la dictadura.
Alberto Lleras tenía que superar el
escollo de convocar al ospinismo para
fortalecer definitivamente al «Frente
Civil», uno de los nombres con que
popularmente se conocía la coalición.
La convocatoria de la ANAC (Asam­ por los cuadros directivos del libera­
blea Nacional Constituyente), reali­ lismo encabezados por Alberto Lleras
zada por Rojas Pinilla el 11 de octubre y Eduardo Santos. De esta forma, el
de 1956, ofreció el contexto político sector que hasta entonces se había
apropiado para avanzar en la consoli­ mostrado más recalcitrante para par­
dación de la oposición bipartidista. El ticipar en la coalición bipartidista for­
general Rojas inició las labores de la maliza su compromiso de oposición
«constituyente» solicitando la amplia­ activa al régimen.
ción del número de participantes en Los aspectos neurálgicos contem­
veinticinco miembros, nombrados di­ plados en los puntos del Pacto de mar­
rectamente por el ejecutivo. El go­ zo son los siguientes: la descalificación
bierno militar buscaba que la asam­ política y legal a las pretensiones de
blea le diera una fachada legalista y le­ perpetuación de la dictadura; una
gítima tanto al régimen como a sus ac­ fuerte crítica a la censura de prensa y
tos, al tiempo que se pretendía acu­ el amordazamiento de todos los me­
mular las fuerzas suficientes para canismos de expresión de la sociedad;
repetir lo sucedido en 1954: que la la refutación del argumento de la per­
ANAC manipulada prolongara el sistencia de la violencia partidista, con
mandato de la dictadura. el que el general Rojas Pinilla preten­
La oposición liberal en la asamblea día legitimar su continuidad en el go­
denunció la maniobra de Rojas y se bierno; el planteamiento de que la
dedicó a impedir que el gobierno se única salida a la crisis era la coalición
saliera con la suya. Pero en un giro de las dos colectividades históricas
trascendental para el futuro de la coa­ para ofrecer resistencia a la dictadura;
lición política, el ex presidente Ospina
Pérez acusó al gobierno de querer mo­ Soldados y guardias
nopolizar todos los poderes públicos presidenciales en defensa
en manos del dictador y renunció a la del palacio de San Carlos,
presidencia de la ANAC, dejando así el 10 de mayo de 1957,
allanado el camino para el golpe final cuando la caída de Rojas
y para la universalización de la coali­ es inminente.
ción bipartidista.
El 20 de marzo se da a conocer el
texto de una declaración conjunta,
«manifiesto conjunto de los partidos
liberal y conservador», generalmente
conocido como el Pacto de marzo, fir­
mada por el Directorio Nacional Con­
servador de inspiración ospinista, y
196 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

y, por último, un programa mínimo de La Junta Militar y la


acción conjunta: consolidación del Frente Nacional
«El acuerdo de los partidos que
anunciamos con júbilo y con optimis­ El gobierno de Rojas Pinilla fue su­
mo a una nación confundida, intimi­ plantado por una Junta Militar con­
dada y coaccionada por la fuerza físi­ formada por cinco miembros, los ge­
ca, puede resumirse así: nerales Gabriel París, Luis Ordóñez,
«Oposición abierta y clamorosa a Rafael Navas Pardo, el mayor general
los sistemas de gobierno imperantes, y Deogracias Fonseca y el contraalmi­
aun, al intento de prolongarlos en la rante Rubén Piedrahíta. El primer
persona del general Rojas Pinilla al paso de la junta para afianzarse polí­
terminar este quinquenio, por un cua- ticamente fue garantizar al país que en
trenio adicional. el término de un año se realizarían
«Oposición que nos lleva a afirmar elecciones para constituir un gobierno
que en cualquier forma, por cualquier civil. La posibilidad de un pronto re­
procedimiento que se pretenda reali­ torno al régimen constitucional, al
zar esa inaudita prolongación, para igual que el carácter bipartidista del
nosotros no será válida. gabinete ministerial seleccionado por
«Decisión irrevocable de los dos la Junta Militar, le ganaron el apoyo
partidos de restablecer el imperio de de los principales jefes del liberalismo
la Constitución y negativa a discutir o y el conservatismo. Para Alberto Lle­
aceptar cambio alguno que en esta at­ ras y los sectores comprometidos con
mósfera de coacción se pretenda intro­ el afianzamiento de la coalición, esta
ducir para desvirtuar el estatuto en sus etapa se caracterizó por una perma­
fundamentos esenciales. nente lucha para lograr que las renci­
«Decisión firme y leal de los dos llas internas entre el conservatismo no
partidos de buscar, por la vía de las desbarataran la marcha hacia el go­
elecciones populares libres, la crea­ bierno civil y compartido.
ción de un gobierno nacional, que asu­ Este escenario de transición demo­
ma a nombre de los dos, la responsa­ crática despertó nuevamente las pug­
bilidad de restablecer la Constitución nas entre los sectores en conflicto den­
y de enmendarla —entonces sí— para tro del conservatismo. Los ospinistas
asegurar que no vengan a entorpecer sostenían firmemente la candidatura
este empeño patriótico un intento de de Guillermo León Valencia como la
hegemonía o una lucha intempestiva única posibilidad presidencial para un
por el poder, antes de que las institu­ gobierno de coalición. Pero los laurea-
ciones republicanas tengan firmeza y nistas no demoraron en oponerse a esa
apoyo en los colombianos para hacer­ posibilidad. Un pacto de unión entre
las indestructibles.» los conservadores, promovido por los
El propósito original de este docu­ ospinistas, fue rápidamente rechazado
mento era el de servir como texto de­ por Laureano Gómez. De este acuer­
finitivo de acción política para la coa­ do surgió una comisión bipartidista
lición bipartidista. Los laureanistas encargada de plantear los mecanismos
frustraron esa posibilidad al sentir que para el retorno a la democracia, la
la insistencia de los ospinistas en la cual durante el mes de junio de 1957
candidatura presidencial, y el papel presentó un informe en el que se pro­
protagónico que jugarían en su firma, ponía una reforma constitucional para
los dejaba en desventaja política cuan­ restablecer el gobierno compartido
do llegara la hora de las decisiones. durante tres períodos presidenciales
Por ello con el Pacto de marzo sólo se seguidos, se fijaban fechas para las
logró incluir formalmente a los ospi- elecciones y se establecían otros me­
nistas en la coalición con los liberales, canismos para el retorno a la demo­
pero aún quedaba faltando la conso­ cracia. La Junta Militar, creyendo que
lidación de un frente común. efectivamente este documento recogía
Capítulo 8 197

el pensamiento de la amplia mayoría El Pacto de Sitges: derrotero hacia


del espectro político, puesto que en el gobierno de coalición
ella participaban algunos miembros
del laureanismo, procedió a adoptar La posibilidad de desarrollar la bús­
algunas de las medidas contempladas queda de fórmulas políticas para en­
en la propuesta. La reacción de los contrar una puerta hacia la democra­
más fieles seguidores del ex presidente cia fue dada por el espacio que dejó la
Gómez no se hizo esperar y se planteó Junta Militar. Ésta se dedicó preferen-
una situación de desautorización po­ cialmente a reorganizar el frente eco­
lítica para esos esfuerzos de unión nómico, aquejado de severas dificul­
conservadora. tades, y a intentar desmontar los bro­
Alberto Lleras se enfrentaba a la ta­ tes de violencia partidista, delincuen-
rea de decidir sobre cuál de los dos cial y social que todavía persistían en
sectores políticos era más conveniente varias regiones. La labor de definir al­
apoyarse para sacar avante la coali­ ternativas para el retorno a la demo­
ción y para defender los intereses del cracia quedó entonces en manos de los
liberalismo. Con atinado olfato polí­ civiles, quienes asumieron pronto la
tico, el jefe liberal reafirmó su esco- tarea. El Pacto de Sitges surge en este
gencia inicial de seguir considerando momento como la propuesta más só­
al laureanismo como el eje del partido lida, no sólo en términos políticos, ya
conservador. Los posteriores resulta­ que contaba con la firma de los dos
dos electorales le darían la razón. El principales líderes de los partidos tra­
20 de julio de 1957 se firma el Pacto dicionales, sino también por ser una
de Sitges, entre Lleras Camargo y síntesis afortunada de las propuestas y
Laureano Gómez, acuerdo fundamen­ las alternativas existentes hasta el mo­ Una manifestación en la
tal que define los principios concep­ mento. plaza de Bolívar de
tuales concretos sobre los cuales se El acuerdo es en general una reafir­ Bogotá, después de la
van a construir las instituciones del caída de Rojas Pinilla,
mación del proceso de coalición bi­ con la efigie de Alberto
Frente Nacional. partidista iniciado en Benidorm y una Lleras.
198 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

»Para que tal enmienda a la carta,


con obvio carácter transitorio, surta
sus efectos curativos y eficaces para la
pacificación total de Colombia, cree­
mos necesario que su duración sea si­
quiera por el término de tres períodos
de gobierno...
»Un primer límite tiene que ser la
urgentísima creación de una carrera
de servicio civil que suprima el con­
cepto de que el vencedor político tiene
derecho a los despojos del vencido y a
alterar de arriba abajo la administra­
ción pública...
»E1 otro límite podría ser el de que
el presidente de la República, al es­
coger sus colaboradores en el gabine­
te, estuviera obligado a conservar la
proporción política que tengan los
partidos dentro de las cámaras legis­
lativas...»
Toma de posesión de la propuesta concreta para avanzar en la El acuerdo no sólo contempló las
Junta Militar de Gobierno reconstrucción del gobierno civil y la fórmulas concretas para instaurar un
el 10 de mayo del 57: democracia electoral. En el texto se gobierno de coalición, sino que tam­
Navas Pardo, Fonseca, plantea que las propuestas ofrecidas bién propuso el mecanismo político
París, Piedrahíta y
Ordóñez, en el salón
son el desarrollo político de los prin­ para adoptar dichas reformas transi­
Bolívar del palacio de San cipios comunes acordados en el Pacto torias a la Carta Constitucional: el ple­
Carlos. de Benidorm, que determinaron la biscito popular. Las razones argüidas
caída de la dictadura. Los principales para sugerir esa vía tenían una fuerza
mecanismos para lograr un gobierno indudable: un compromiso de trans­
Personajes que de coalición y la paz política nacional formación institucional de esas mag­
intervinieron en la podrían ser, según el acuerdo, los si­
gestación del Frente
nitudes debería ser refrendado por la
Nacional: Alvaro Gómez, guientes: fuente esencial de la legitimidad, el
Alfredo Araújo, Guillermo «Entre ellas está, en primer térmi­ constituyente primario, y no por
León Valencia, José no, la de que se establezca el equili­ asambleas o comités de difícil repre-
Antonio Montalvo, Juan
brio de los partidos en los cuerpos co­ sentatividad. Naturalmente, existían
Uribe Cualla, Alberto razones políticas adicionales para pro­
Lleras, Edgardo Manotas. legiados...
mover este camino para llegar a las
instituciones de coalición. Un plebis­
cito evitaría que los problemas deri­
vados de la confrontación entre los
distintos sectores de los partidos dila­
taran o entorpecieran el proceso de re­
forma constitucional. Igualmente, im­
pediría una posible presión militar en
las deliberaciones y neutralizaría cual­
quier alegato de ilegitimidad por parte
de los enemigos de la coalición. De
esta forma, el plebiscito se presentaba
como el mecanismo legal y político
idóneo para consolidar las institucio­
nes de coalición.
Las consecuencias del Pacto de Sit-
ges sobre el proceso político interno
Capítulo 8 199

fueron considerables. El primer im­ eoa idsrnetta rsflsxlTa do la* oolaMbtaaao aa la sagaHdad 4» qv* al
pacto claro fue el debilitamiento del ootipnr< ría *«a Malaaqaiorw otro* 4w»i a pesiMlldadas do asalta
raaaltarl w sridaata uxcalaMla» Osa 41 a paolbla oatravor mero -
ala ospinista del partido conservador, Atas do grnadoaa naaloaal* da Jastial* parfaata y d* la par
puesto que el acuerdo en España se y tr>'*¡alh qu« la «quldad oagoadm.
hizo prácticamente a espaldas de ese Sitgsa, 20 do Jallo d0 1967
grupo. De igual manera, el texto del
pacto desconocía formalmente y por
completo el acuerdo previo entre los
ospinistas y el liberalismo, firmado en
marzo, al igual que las recomendacio­
nes de la comisión creada por los con­
servadores en junio. El papel prota-
gónico del conservatismo doctrinario,
nombre que se daba a sí mismo el lau-
reanismo, en la gestación del gobierno
de coalición quedaba definitivamente
consolidado. Paralelamente, con el
fortalecimiento laureanista vendría la
agudización del conflicto interno den­ del ospinismo y la supuesta unión con­ Firmas de Laureano
tro de los conservadores, especialmen­ servadora sellada en junio de 1957, Gómez y de Alberto Lleras
te en torno al tema de las candidaturas pero aceptó muy pronto que la aguda en el pacto de Sitges,
documento conservado en
presidenciales. división en ese partido sólo dejaba la el Museo Nacional.
Una segunda consecuencia del Pac­ opción del liberalismo unido y clara­
to de Sitges fue el afianzamiento de mente comprometido con su jefe Al­
Alberto Lleras Camargo como el eje berto Lleras. Las características del Alberto Lleras, Gabriel
París, Deogracias
de las relaciones políticas entre la di­ Pacto de Sitges, al igual que el respal­ Fonseca y Alvaro Gómez
mensión civil y el gobierno de la Junta do social que movilizó el liberalismo Hurtado celebran en
Militar. Los generales carecían de un en su favor, le demostraron a la Junta palacio la votación del
interlocutor válido a nivel de los par­ Militar cuál era el camino a seguir plebiscito, lo. de
tidos políticos. El gobierno intentó ini­ para entregar sin traumatismo el po­ diciembre de 1957. Hubo
4 169 294 votos a
cialmente construir una relación de der a los civiles: Definidos los linea- favor, frente a 206 864
colaboración con la coalición a través mientos de las reformas institucionales en contra.
200 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Amagos de crisis y nuevos acuerdos


WESTERN UNION á políticos
TELEGRAM
La confrontación conservadora se
_____ AB*O¿____________________________________________ agudiza a partir de septiembre, cuan­
A LLNZ7Í INTV FRÍA BOQOTACOL VlA TROPICAL 94 114«— 6 do en el horizonte aparece por pri­
■*■ 1 ' Ul *»!1
**•'f f« «4 2 IR
OCHO SEÑOR ALFONSO LOPEZ*
mera vez una clara posibilidad de elec­
8OUTH WE8T ir ST MlAMlPLO»
ciones libres. La lucha se planteó en
HONOR INFORMAR SU EXCELENCIA S 06 IERRO ACABA CONVOCAR
torno a la selección del presidente de
ANAC PARA ONCE OCT18RE PRESENTE RUCENOS INVITAR SU
la República, ya que el liberalismo
----------------- —•............................ ................... ...................... —-------- i--------A------------
EXCELENCIA ASISTIR DELIBERACIONES ASAMBLEA EN QUE
mantenía su compromiso de respaldar
ESPERAMOS PODRAN DISCUTIRSE Y RESOLVER PATRIOTICAMENTE
un candidato conservador de unidad
APREMIANTES PROBLEMAS REPUBLICA CUYA SUERTE INTERESA A
para ese cargo. Los laureanistas inten­
TODOS LOS COLORIANOS AMIGOS-
tan contrarrestar al candidato Guiller­
DlNACTONAL CONSERVADOR VALENCIA PEREZ URIBE mo León Valencia, que tenía cierta
- CHALLA» popularidad por su prestigio de fogoso
vas comí**! wm apmsciats iwwiinwi mom in »at»o m co»<c»»sohi Ifl rfin— enemigo de Rojas a finales de la dic­
tadura, presentando la candidatura de
Jorge Leyva, reconocido político de la
Telegrama de la dirección necesarias para la instauración del go­ derecha conservadora. El debate en­
nacional conservadora, bierno de coalición, el general Gabriel tre las dos facciones se agria a medida
del 6 de octubre de 1956, París, presidente titular de la Junta, se que avanza el proceso de institucio-
en que se invita a Alfonso compromete en el mes de agosto a sa­ nalización del regreso a la democracia.
López Pumarejo a la
instalación de la Asamblea carlas adelante. Los ministros de los En octubre de 1957 ocurren hechos
Nacional Constituyente partidos tradicionales, particularmen­ decisivos. Se protocoliza la división
convocada por Rojas te los liberales, desarrollaron una in­ conservadora y la Junta Militar define
Pinilla. Abajo, borrador tensa colaboración con la Junta Mili­ la fecha del plebiscito propuesto por el
de puño y letra de López Pacto de Sitges. El conservatismo con­
en que se da respuesta al
tar para formalizar el acuerdo político.
telegrama, preguntando Pero el problema de la división con­ voca a dos convenciones distintas que
sobre las circunstancias y servadora amenazará prácticamente se censuran y descalifican mutuamen­
objeto de la reunión y desde su firma el desenvolvimiento de te. Los ospinistas, con el ex presidente
sobre la representación los acuerdos políticos. a la cabeza, se reúnen en la primera
del liberalismo en la semana del mes y reafirman su res­
Asamblea.
paldo a la candidatura de Valencia.
Para esa fecha llega Laureano Gómez
al país después de su prolongado exilio
en el exterior.
El 4 de octubre, un día antes de la
CmIÍ4, • llegada del jefe del laureanismo, la
‘ Í'm^. (
iMifaien/ /hitinXlJ Junta Militar expide el decreto 247 de
(fclií^uútxi (üuinfíw. Cc^hu,^- A C»jMti 1957 por medio del cual, «interpretan­
itií ún^y kj¡n<hcü (¿Jtaua do la opinión nacional expresada en
los acuerdos suscritos por los partidos
úwMImI. t-iet ¿^¿t a
políticos», se convoca para el primero
de diciembre un plebiscito para rati­
fian ¿>
<Ji m fc Úju^.(uk. ficar o negar una propuesta de refor­
(fn fax (¡¡^ a¿cn^¿n. ma constitucional. La consulta plebis­
citaria, contemplada en el Pacto de
<i(U/4z. líM ¿ttauí/t UtdtüuJtlfJt, mui/ Sitges, comprendía esencialmente los
puntos acordados entre Laureano Gó­
mez y Alberto Lleras: establecimiento
*?■ formal de un gobierno de coalición bi­
partidista; distribución paritaria de los
ministerios y de los cargos en el Con­
Capítulo 8 201

greso, asambleas y concejos; estable­ ple, poseía en esta coyuntura un sig­


cimiento de la carrera administrativa nificado decisivo en términos de la de­
para los empleados públicos; confir­ finición del candidato presidencial y
mación del derecho al voto para la de la fuerza política relativa de cada
mujer; y legalización popular del go­ uno de los grupos.
bierno de la Junta Militar. La inevi­ Para los ospinistas lo mejor era la
table decisión del gobierno de convo­ selección del candidato de coalición
car al debate plebiscitario le echó más con anterioridad a las elecciones de
lefia al fuego, ya que la confrontación 1958, puesto que Guillermo León Va­
conservadora se trasladó del terreno lencia se encontraba desempeñando
partidista al de oposición al desarrollo ese papel en el escenario político des­
institucional del acuerdo político. de comienzos de 1957. Igualmente,
Los acontecimientos que rodearon este grupo defendía la unidad del ca­
el plebiscito deben interpretarse desde lendario electoral, de manera que el
la óptica de la lucha por el predominio presidente y los representantes a los
político entre los distintos grupos. No cuerpos colegiados fueran elegidos en
es que el ospinismo o el laureanismo la misma fecha. La razón real para in­
quisieran en la práctica hundir el sistir en un solo día era que de esta
acuerdo de coalición, sino que inten­ manera los acontecimientos y resulta­
sificaban su respaldo o su oposición de dos que se presentaran en la selección
manera estrictamente táctica para for­ de los legisladores no podrían afectar
talecerse en la verdadera lucha, la lu­ ya la escogencia presidencial. Sutil­ Primera reunión paritaria
cha por el poder político. Un escollo mente, el sector minoritario quería con los jefes de las dos
aparentemente intrascendente se co­ impedir mediante este artificio la ex­ colectividades: Alberto
loca rápidamente en el núcleo del con­ presión de las distintas fuerzas políti­ Lleras, Roberto Urdaneta,
flicto: la fecha de las elecciones a cor­ cas dentro del conservatismo, evitan­ Julio César Turbay,
Alfonso López, Mariano
poraciones. Algo que a los ojos de un do de esta manera que la mayoría en Ospina, Eduardo Santos,
observador casual puede parecer sim­ las elecciones parlamentarias fuera un Guillermo León Valencia.
202 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

es fértil en manifestaciones de ruptura


con los adversarios y la asamblea de­
dica gran parte de su tiempo a atacar
al ospinismo y a su candidato, acusán­
dolos de «impuros», oportunistas, e
insinceros. Después de la convención,
ya no quedan dudas de que el laurea-
nismo no está dispuesto a aceptar que
la selección del candidato conservador
se realice antes de las elecciones par­
lamentarias, y mucho menos a per­
mitir la unificación del calendario
electoral. Contra esas dos posibilida­
des, a las cuales se inclinaba el go­
bierno con el respaldo del ospinismo y
hasta cierto punto del liberalismo, se
enfilan las poco despreciables baterías
políticas y retóricas del ex presidente
Gómez.
La amenaza de una ruptura defini­
tiva de los acuerdos de coalición, que
Durante la discusión de criterio político decisivo en la selec­ significaban la esperanza para transi­
acuerdos bipartidistas: ción del candidato presidencial. tar definitivamente hacia el régimen
Roberto Urdaneta, civil, es el arma que utiliza el laurea-
Alberto Lleras, Alfonso
Por su parte, el sector comandado
López, Guillermo León por Laureano Gómez sostenía preci­ nismo para conseguir concesiones y
Valencia, Francisco José samente la posición contraria. El lau- ganancias políticas. El 16 de noviem­
Chaux, Antonio Rocha, reanismo sabía que, a pesar de que el bre el directorio comandado por el ex
Eduardo Santos y, al ospinismo disfrutaba de activos buro­ presidente Gómez se manda lanza en
fondo, Julio César Turbay cráticos heredados de la época de la ristre contra el liberalismo y contra el
Ayala.
dictadura, su fuerza electoral era con­ plebiscito programado para dentro de
siderablemente mayor. Por ello, en sólo dos semanas. En su pronuncia­
caso de realizarse la escogencia y elec­ miento público, el laureanismo plan­
ción del candidato presidencial con tea que el liberalismo se está aprove­
posterioridad a la contienda parla­ chando de su papel protagónico en los
mentaria, el resultado de esa elección acuerdos y demanda que se posponga
tendría incidencia decisiva sobre las la consulta popular para el estableci­
posibilidades de cada uno de los dos miento de las instituciones de coali­
sectores en conflicto. A pesar de que ción. Toda esa demostración de opo­
la argumentación en favor y en contra sición revela sus verdaderas intencio­
de cada una de las posiciones estuvo nes cuando, hacia el final de la decla­
rodeada de toda una variada gama de ración, exige que las elecciones par­
racionalizaciones jurídicas, ideológi­ lamentarias se realicen aun antes del
cas y políticas, la realidad que se es­ plebiscito. Es el comienzo de una nue­
condía detrás de esa controversia era va crisis política que amenaza el de­
simplemente su impacto sobre las po­ sarrollo del Frente Nacional y que sólo
sibilidades de cada grupo para hacerse será conjurada con la firma de un nue­
al comando del partido conservador. vo acuerdo, esta vez auspiciado desde
Desde el mes de octubre hasta finales el mismo gobierno: el Pacto de San
de noviembre de 1957 la cuestión del Carlos.
calendario electoral se convirtió en el Pero es de preguntarse sobre lo que
eje de la discusión pública. ocurría con el partido liberal en el en­
La convención del sector laureanis- tretanto. Los liberales optaron por
ta se realiza en Cali a finales de la pri­ marginarse casi por completo de la
mera semana de noviembre. El evento controversia conservadora, y se dedi­
Capítulo 8 203

caron más bien a recorrer el país bus­


cando apoyo para los acuerdos de coa­
lición e impulsando la participación
política en favor de una aceptación de
las fórmulas plebiscitarias. El propio
Alberto Lleras, aunque seguía muy de
cerca los acontecimientos internos del
conservatismo, se colocó por encima
del conflicto e igualmente se presentó
ante el país como el abanderado de la
concordia, de la coalición, de la civi­
lidad. El contraste era avasallador. Un
partido conservador profundamente
escindido, sumido en rencillas que
ante los ojos de la gente deseosa de un
retorno al gobierno civil aparecían
más como un egoísta y desmedido
apetito de poder; y ello frente a un li­
beralismo comprometido con los
acuerdos, dispuesto a renunciar a la
presidencia para recuperar la demo­ Carlos Lleras Restrepo y
cracia, liderado firmemente y sin se­ Gilberto Alzate Avendaño.
De esta forma, un nuevo comensal se cuyo grupo conservador
rios problemas internos. Son diferen­ sentó a manteles para disputarse el "se lanzó en clara
cias que no pasan desapercibidas para plato fuerte del predominio político oposición al gobierno de
la mayoría de los colombianos. dentro del conservatismo. La situa­ coalición y al plebiscito,
La consecuencia de esa compara­ ción amenazaba con convertirse en denunciando a Laureano
ción es el fortalecimiento del liderazgo una crisis mayúscula que podría arra­ Gómez como supuesto
traidor por pactar con los
nacional de Alberto Lleras. Desde el sar con el delicado trabajo de aproxi­ liberales".
mes de octubre, y con más énfasis a mación política iniciado en 1956 por
partir de noviembre, se empiezan a es­ Alberto Lleras y López Pumarejo. Durante la campaña para
cuchar las voces de distintos sectores Como si la torpeza fuera su lema, el plebiscito nacional, un
populares, partidistas y gremiales que nuevamente los partidarios del gene­ banquete en Medellín, en
reclaman la candidatura del líder li­ septiembre de 1957:
ral Rojas Pinilla crearon las circuns­ Belisario Betancur, Darío
beral. No sólo son los liberales. Im­ tancias favorables para afianzar el po­ Echandía, Alberto Lleras,
portantes dirigentes conservadores der político de la Junta Militar y de Carlos J. Echavarría.
empiezan a entender que la única sa­ aquellos que buscaban la concordia Berta Puga de Lleras,
lida viable a la división de su partido Alfredo Araújo Grau.
y a la consolidación del régimen civil
es una candidatura nacional de Lleras
Camargo.
Pero volviendo a los acontecimien­
tos de noviembre, cuando el tiempo se
agotaba para movilizar al país en favor
del plebiscito ya en curso, el clima de
beligerancia interna entre las distintas
facciones conservadoras se agudizó
aún más. El sector conservador enca­
bezado por Gilberto Alzate Avendaño
se lanzó en clara oposición al gobierno
de coalición y al plebiscito, denuncian­
do a Laureano Gómez como supuesto
traidor de las causas conservadoras
por pactar con los liberales, a quienes
no vacilaba calificar de bandoleros.
204 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Página autógrafa de las diferentes interpretaciones sobre


Alfonso López Pumarejo los procedimientos adecuados para
con sus anotaciones a las
bases del plebiscito del transitar hacia un gobierno civil. El
Io de diciembre de 1957.
problema central fue el de conciliar las
posiciones de los dos grupos predo­
minantes dentro del conservatismo. El
22 de noviembre, a sólo ocho días de
la fecha fijada para llevarse a cabo el
plebiscito, se alcanzó un acuerdo que
se denominó el Pacto de San Carlos.
El desarrollo de las conversaciones no
se conoce en detalle pero el resultado
fue favorable a la posición sostenida
por Laureano Gómez, por lo menos
en lo que tiene que ver con los pro­
cedimientos para la escogencia del
candidato presidencial y del calenda­
rio electoral.
Con el Pacto de San Carlos, el go­
bierno, representado en la Junta Mi­
litar, adquiría por primera vez el ca­
rácter de fuerza política decisiva en el
desarrollo de los acontecimientos den­
tro y entre los partidos. Igualmente, la
firma del acuerdo por parte de los par­
partidista. El 18 de noviembre de 1957 tidos, bajo la tutela de la cabeza del
el gobierno anunció que se había des­ Estado, le imprimió a la coalición bi­
cubierto un plan terrorista para aten­ partidista una fuerza institucional que
tar contra los miembros de la junta y no había tenido hasta el momento, y
los principales protagonistas de la coa­ que se convirtió en el sello definitivo
lición política, intentando que asumie­ para consolidar el Frente Nacional. Es
ran el mando oficiales leales al dicta­ así cómo la formalización de los acuer­
dor. El impacto de la noticia sobre la dos entre los sectores políticos le dio
opinión pública y los núcleos de poder el carácter de proceso irreversible a la
—Iglesia, gremios, empresarios, polí­ convergencia entre los dos partidos
ticos, etc.— produjo el efecto contra­ tradicionales y al gobierno de coali­
rio al deseado por los conspiradores, ción. El Pacto de San Carlos represen­
ya que los cinco militares y la coalición ta el último episodio en la búsqueda
recibieron innumerables manifestacio­ de una coalición definitiva entre los
nes de apoyo político y social. En ese partidos.
contexto, los opositores al gobierno y El pacto contemplaba seis puntos
al plebiscito se vieron considerable­ específicos. El plebiscito se llevaría a
mente debilitados, razón por la cual la cabo en la fecha originalmente previs­
Junta Militar asumió la vanguardia del ta y ambos partidos defenderían entre
proceso y convocó a todas las fuerzas sus seguidores las propuestas allí con­
políticas a una reunión en el palacio de templadas. La candidatura presiden­
San Carlos, con el ánimo de superar cial de Guillermo León Valencia sería
definitivamente la crisis. sometida a ratificación por parte de
El 20 de noviembre asistieron al pa­ los miembros liberales y conservado­
lacio presidencial los líderes de los res del Congreso de la República, a
partidos tradicionales y de los princi­ ser elegidos a comienzos de 1958. La
pales grupos. En un largo proceso de fecha de las elecciones parlamentarias
discusión, que se extendió por más de debería ser anterior a la de los comi­
tres días consecutivos, se plantearon cios presidenciales. Los dos partidos
Capítulo 8 205

condenaban la violencia y hacían un


llamamiento a la pacificación nacio­
nal. Por último, los dirigentes políticos
agradecían las gestiones de la Junta
Militar para devolverle al país el go­
bierno civil y democrático.
La habilidad de los liberales y de los
militares en el poder para neutralizar
las disensiones conservadoras dentro
de la coalición bipartidista y darle al
acuerdo político casi la fuerza de ley,
garantizó el tránsito hacia el gobierno
compartido. Esta nueva modalidad de
coalición presentaba una innovación
radical sobre las que se dieron en el
pasado, ya que por primera vez los
acuerdos entre los partidos para dis­
tribuirse el poder tendrían la fortaleza rios y troyanos como el artesano de­ 22 de noviembre de 1957:
institucional de estar integrados a la trás de esa victoria política. a sólo 8 días del plebiscito,
Constitución nacional. Un interrogante que quedará sin se firma el acuerdo de San
Carlos, que consolida el
La consulta popular fue ampliamen­ respuesta es si el país hubiera respal­ Frente Nacional, fija un
te favorable a la propuesta plebisci­ dado una propuesta plebiscitaria con calendario electoral y
taria de la coalición. En favor de todos los detalles que después se in­ somete a ratificación de
la reforma constitucional votaron tegrarían al sistema institucional del los congresistas la
4.169.294 colombianos, sobre un total Frente Nacional. De haberse añadido candidatura de Guillermo
León Valencia. En la foto,
de sufragantes de 4.397.090. En con­ al texto del plebiscito la alternación en Roberto Urdaneta firma el
tra del establecimiento de la re­ la presidencia de la República y la pro­ documento ante la mirada
forma constitucional se presentaron longación del gobierno de coalición a de Alberto Lleras y Alfredo
206.864 votos que corresponden al dieciséis años, ¿habría respondido el Araújo.
4,7 % del total. Es de destacar que en país con igual entusiasmo? Nunca se
esta ocasión se obtuvo la participación sabrá; pero la realidad es que en con­
electoral más alta en la historia con­ tra de la alternación surgió un nuevo
temporánea del país. A la luz del grupo político de gran incidencia so­
abrumador apoyo electoral es incues­ bre el desarrollo de la política colom­
tionable la legitimidad popular de las biana, el MRL o Movimiento Revo­
instituciones de coalición, puestas a lucionario Liberal.
consideración en el plebiscito. Es la
reacción de un país cansado de violen­
cia sectaria entre los partidos, vio­ La danza de las precandidaturas
lencia militar y gobiernos autoritarios Definidas las bases institucionales
y dictatoriales; que ve en las institucio­ para el gobierno de coalición con la
nes de coalición una salida a la persis­ aprobación del plebiscito, la lucha po­
tencia de la sangre y de la muerte. lítica se trasladó a dos planos distintos,
También, el apabullante resultado pero altamente complementarios. De
electoral en favor del gobierno de coa­ una parte se dio la confrontación elec­
lición es la expresión de una dirigencia toral entre las distintas vertientes de
política que siente amenazada la es­ los partidos alrededor de la escogencia
tabilidad nacional, su predominio so­ de los miembros de las corporaciones
cial y político y ve en la continuidad públicas. Esta contienda tenía especial
de la violencia una amenaza real de significado, ya que definiría cuáles
polarización social de la lucha parti­ sectores políticos controlaban las ma­
dista. El gran ganador con los resul­ yorías. De otra, la controversia se
tados del plebiscito fue Alberto Lleras daba en el plano de la selección del
Camargo, que era reconocido por ti- candidato presidencial que represen­
206 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

taría a la coalición. En esta dimensión beralismo y el laureanismo, que se en­


de la contienda operaba toda una frentaban a la tarea de conseguir un
gama distinta de sutiles factores de po­ candidato válido para reemplazar a
der, por cuanto los aspirantes reque­ Valencia, quien carecía ya de opciones
rían del visto bueno de los dos parti­ por el poco afecto político que des­
dos y de sus principales jefes. En tér­ pertaba en el ala mayoritaria de su
minos formales, la candidatura de Va­ propio partido. La búsqueda de alter­
lencia estaba prácticamente consoli­ nativas reviste el carácter de un juego
dada por cuanto ambos partidos la de acertijos en el que se trata de adi­
habían aceptado, pero sujeta a ratifi­ vinar detrás de cuál de las máscaras se
cación después de las elecciones a cor­ esconde el verdadero candidato, pero
poraciones. El papel de árbitro que ju­ todos los concursantes conocen la res­
garían los resultados electorales del puesta y ninguno se atreve a decirla.
domingo 6 de marzo de 1958, le im­ El curtido Laureano Gómez empie­
primió un dinamismo inusitado a los za a jugar de primero. Envía una carta
esfuerzos proselitistas de todos los a Alberto Lleras Camargo, fechada el
contendores. 30 de marzo de 1958, en la cual ofrece
Realizados los escrutinios, la volun­ una lista de posibles candidaturas para
tad de los sufragantes le imprimió un que el liberalismo escoja la que con­
nuevo derrotero al proceso político, sidere conveniente. El grupo estaba
enredando un poco más las cosas. El conformado por los setenta parlamen­
partido liberal se consolidó con una tarios elegidos por el conservatismo
amplia mayoría, cercana al 60 % del doctrinario, y por diez nombres adi­
total de votos, superando a todas las cionales de conservadores no políticos
facciones conservadoras sumadas. Por del sector privado y profesional. El ex
su parte, dentro del conservatismo, el presidente Gómez se excluyó de la lis­
olfato político de Laureano Gómez ta al igual que a su hijo. Desde cual­
demostró estar acertado, ya que su quier ángulo que se interprete, es cla­
grupo obtuvo cerca de dos veces más ro que ninguno de los nombres ofre­
votación que el ospinismo, que sólo cidos tenía la representatividad polí­
logró aproximadamente cincuenta mil tica suficiente para asumir esa respon­
votos más que los seguidores de Jorge sabilidad, y que la intención era otra.
Leyva. A renglón seguido, el texto de la carta
En consecuencia, el contexto crea­ revela las verdaderas intenciones:
do por los resultados electorales era apoyar la candidatura de Alberto Lle­
paradójico. Un partido liberal amplia­ ras pero recibir en contraprestación el
mente mayoritario y popular, que rei­ establecimiento de la alternación pre­
teradamente rechazaba los ofreci­ sidencial.
mientos de la candidatura; un partido «Si queremos llegar a un compro­
conservador dividido en tres facciones miso para que el período presidencial
con un aspirante a la presidencia res­ subsiguiente corresponda a un miem­
paldado por un sector que no alcan­ bro del partido conservador, el perío­
zaba siquiera a controlar la mitad de do inmediato podría ser presidido por
la fuerza electoral conservadora y la usted.»
apremiante necesidad de escoger un ¿Cuál era la nacionalidad política
hombre para representar a todo ese que se escondía detrás de esta oferta?
universo contradictorio de fuerzas po­ Difícil reconstruir las verdaderas in­
líticas en la cabeza del Estado y al tenciones que motivaban al doctrina­
mando de una coalición constitucio­ rio, inflexible e intransigente Laurea­
nal. La única salida era, a su vez, la no Gómez para declinar la presidencia
más lógica históricamente: Alberto en el primer período del Frente Na­
Lleras Camargo. cional. A manera de hipótesis se pue­
La decisión sobre las candidaturas de plantear que ése era un precio bajo
quedó virtualmente en manos del li­ por garantizar la presencia de su par­
Capítulo 8 207

tido minoritario en el poder mediante


un acuerdo de alternación, al tiempo
que se resolvía el impasse que nueva­
mente estaba poniendo en peligro la
coalición. La condición de partido mi­
noritario hubiera impedido muy posi­
blemente un acceso al poder tan fácil
como el que se lograría con un meca­
nismo de rotación forzosa de la pre­
sidencia de la República, y ésa pudo
ser una consideración de peso llegado
el momento de los cálculos políticos
por parte del ex presidente Gómez.
Probablemente en esta sugerencia
también incidió el abrumador respal­
do obtenido por el liberalismo en las
elecciones del Congreso. No hay que
olvidar que en dos ocasiones anterio­
res el laureanismo y su jefe colocaron
sobre la mesa la posibilidad de un go­
bierno de coalición encabezado por
Lleras Camargo.
A partir de allí la gestación de una
nueva institución frentenacionalista
no contemplada en la propuesta ori­ terior. El entusiasmo que despertaba José Antonio Montalvo
ginal aprobada en el plebiscito, la al­ el líder liberal realmente hacía difícil firma el Pacto de San
ternación presidencial correría pareja pensar en otra alternativa. Sin embar- Carlos, noviembre 21295d7e.
con la consolidación de la candidatura go, haría falta todavía mucho ir y venir
de Alberto Lleras. El ex presidente político para que esa opción se hiciera
Lleras Camargo contestó el mismo día realidad.
la misiva del dirigente, devolviéndole La reacción de un importante sector
al partido conservador la responsabi­ de dirigentes conservadores a la su­
lidad de seleccionar al candidato, y de­ gerencia del ex presidente Gómez fue Homenaje a Alberto Lleras
jando abierta la puerta para una po­ radical. Rechazaron la posibilidad de en noviembre de ¡957, por
sible candidatura liberal llegado el declinar su derecho a la presidencia, y los días del Pacto de San
caso que el propio conservatismo Carlos, rodeado por
presionaron para que los liberales es- Darío Echandía, Alfonso
aceptara renunciar al derecho que le cogieran prontamente un candidato de López y Carlos Lleras.
daba la promesa liberal de dejar en sus
manos la candidatura:
«Ningún liberal podría, en mi opi­
nión, aspirar a la presidencia o aceptar
una candidatura que no fuera prece­
dida de la expresión inequívoca de la
voluntad del conservatismo...
»Sus copartidarios y los míos enten­
derán así cómo, siguiendo ese ejem­
plo, pueden escoger un candidato a la
presidencia de la República en total
acuerdo, sin pensar en partidos ni en
grupos, sino en lo que necesita la na­
ción...»
La posibilidad de una candidatura
de Lleras Camargo se venía rumo-
reando desde noviembre del año an-
208 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

su partido. El tiempo nuevamente es­ margo. La convergencia sobre el asun­


taba en contra de los políticos, ya que to de la alternación sirvió como prin­
la fecha en que se debían celebrar las cipal argumento para debilitar la ter­
elecciones presidenciales era el 4 de quedad de los que seguían insistiendo
mayo, y sólo restaban tres semanas y en una candidatura conservadora, que
no se había decidido nada en concreto no parecía viable dadas las circunstan­
sobre la candidatura. cias internas de los partidos y la misma
El partido liberal también jugó sus expresión del sentimiento popular, re­
cartas. En reunión especial de la co­ gistrado no sólo en las elecciones par­
misión de delegatorios liberales para lamentarias sino en amplias manifes­
resolver el problema de las candida­ taciones de apoyo a Lleras a lo largo
turas, se aprobó el nombre de Fernan­ y ancho del país.
do Isaza como candidato de la coali­ Por fin el Directorio Nacional Con­
ción. Igualmente, los liberales en su servador brinda respaldo a Laureano
declaración recogieron la propuesta Gómez el 16 de abril y se compromete
de alternación de Laureano Gómez y a apoyar al candidato que recomienda
la concretaron como una fórmula en su jefe, aun a pesar de que éste sea
caso de que no fuera aceptado el señor liberal. Naturalmente esta decisión es­
Isaza como candidato bipartidista. tuvo acompañada de una reafirmación
Textualmente el liberalismo formuló del compromiso bipartidista con la al­
la siguiente propuesta el 15 de abril de ternación y la extensión del Frente
1958, a sólo dos semanas y media para Nacional a cuatro períodos presiden­
la elección presidencial. ciales. El mismo día, unas pocas horas
«En caso de que el partido conser­ después, la Junta Delegataria de la
vador no acoja esta primera solución, Convención Nacional Liberal, que era
el partido liberal está dispuesto a pac­ la encargada de estudiar el problema
tar con él una reforma constitucional de la candidatura presidencial por par­
por virtud de la cual se establezca la te del liberalismo, proclamó y adhirió
alternación en la presidencia de la Re­ a la candidatura de Alberto Lleras.
pública, por término de cuatro perío­ La suerte está echada. Alberto Lle­
dos, de los cuales corresponderían dos ras se consolida como el candidato de
al partido liberal y dos al partido con­ la coalición bipartidista y como cabeza
servador.» del primer gobierno del Frente Nacio­
Los conservadores inicialmente nal. El costo ha sido el apoyo liberal
aceptaron la propuesta de una nueva a la propuesta de Laureano Gómez de
reforma constitucional para prolongar establecer la alternación de los parti­
a dieciséis años el Frente Nacional e dos en la presidencia de la República.
instaurar la alternación presidencial, La declaración del Directorio Nacio­
pero siguieron insistiendo en la nece­ nal Conservador el 21 de abril es de­
sidad de una candidatura conserva­ finitiva: «(el Directorio) reafirma su
dora para poder mantener la credibi­ concepto de que, en el actual momen­
lidad en los acuerdos entre los parti­ to, el colombiano más capacitado para
dos. Continuaba de esta forma el va­ ejercer la primera magistratura es el
cío de liderazgo, situación que estaba doctor Alberto Lleras.» Las declara­
debilitando la fortaleza política y po­ ciones en el mismo sentido expresadas
pular de la coalición bipartidista. Lau­ por antiguos enemigos de la candida­
reano Gómez decide apelar a toda su tura liberal, entre ellos Guillermo
autoridad política e inicia una pronta León Valencia, garantizaron el éxito
movilización en contra de los oposi­ de la campaña iniciada formalmente
tores de la opción liberal, y hace un desde mediados de abril para escoger
trabajo de paciente pedagogía política a Lleras Camargo como primer presi­
parar neutralizar a los elementos más dente civil elegido mediante eleccio­
sectarios de su partido y comprome­ nes universales desde Mariano Ospina
terlos con la candidatura de Lleras Ca- Pérez en 1946.
Capítulo 8 209

Una vez alcanzado el acuerdo polí­


tico en torno a la alternación, el can­
didato del Frente Nacional lo integra
firmemente a su plataforma política.
En un discurso el 27 de abril, al ce­
rrarse la campaña presidencial, Alber­
to Lleras Camargo se expresaba así so­
bre el problema de la rotación de los
partidos en el comando del Estado:
«Me parece indispensable repetir
que en cuanto de mí dependa, como
candidato o como gobernante, si lle­
gare a serlo, la enmienda constitucio­
nal que prolongue el experimento bi­
partidista por dieciséis años, y que
consagra la alternación en la presiden­
cia de la República para los dos par­ años antes hacia el gobierno compar­ Alberto Lleras Camargo y
tidos, será una realidad en el tiempo tido. Un obstáculo adicional se pre­ Darlo Echandía: la
estrictamente necesario para llevarla a sentaría cuando un grupúsculo de mi­ campaña presidencial del
cabo. Creo que es buena, creo que es litares, comandados por un coronel fa­ 58 se definió tres semanas
antes de la fecha de
indispensable, creo que hay una obli­ nático y con pretensiones mesiánicas, elecciones, cuando el
gación moral y política de hacerla.» Hernando Forero, intentó deponer a directorio conservador
La importancia de la alternación ra­ la Junta Militar y encarcelar a los ar­ adhirió a la postulación de
dica en que este mecanismo será des­ quitectos del Frente Nacional, todo Lleras el 21 de abril,
ello con el ánimo de hacer retroceder quedando pactada la
pués la manzana de la discordia entre alternación de los partidos
los sectores que defienden las institu­ la historia y reencauchar el modelo ro- en la presidencia durante
ciones de coalición y los opositores del jista de gobierno. cuatro períodos.
Frente Nacional. Igualmente, la alter­ El golpe fracasó y, afortunadamen­
nación significará la ruptura de la ra­ te para los defensores del gobierno ci­ Alberto Lleras jura la
cionalidad sectaria de los partidos, vil, el líder de la insurrección prefirió Constitución ante
base ideológica sobre la cual se cons­ evitar la confrontación y se evadió sin Laureano Gómez,
presidente del Senado, y
truye gran parte de la afiliación de los derramamientos de sangre hacia la Alberto Galindo,
electores a los partidos tradicionales embajada de El Salvador. El domingo presidente de la Cámara,
en la época, situación que dificultará 4 de mayo se llevaron a cabo las elec- agosto 7 de 1958.
la reproducción histórica de las colec­
tividades políticas como se verá más
adelante. Para muchos de los liberales
que han luchado por años contra la
dictadura y la violencia conservadora,
no parece legítimo que se conceda el
gobierno a una reconocida minoría.
Estas contradicciones políticas, deri­
vadas de la misma concepción de las
instituciones de coalición, serán los
ejes centrales en la determinación de
la dimensión política de la sociedad
colombiana a partir de la instauración
del Frente Nacional.
La superación del problema de las
candidaturas, de una manera favora­
ble a la estabilidad de los acuerdos de
coalición y en consonancia con las ma­
yorías electorales, no fue suficiente
para coronar la carrera iniciada dos
210 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

dones presidenciales tal como estaba que vendrían con los meses y los años
previsto. El candidato del Frente Na­ a convertirse en poderosos enemigos
cional recibió la mayoría de la vota­ de la estabilidad del régimen de go­
ción, 2.482.948 sufragios, y el opositor bierno compartido.
de derecha, Jorge Leyva, alcanzó un El 7 de agosto, con la posesión de
poco más de seiscientos mil votos. Alberto Lleras Camargo, se inicia el
El camino hacia el establecimiento primer período presidencial dentro de
definitivo de las instituciones de coa­ la democracia restringida, alinderada
lición que regirían a partir de 1958, y por las instituciones de coalición. Es la
por cuatro períodos presidenciales, si­ primera vez en la historia del país que
guió su curso. El Congreso de la Re­ los acuerdos entre los partidos, para
pública, instalado el 20 de julio del detentar conjuntamente el poder po­
mismo año, aceptó en primera vuelta lítico, quedan plasmados en la Cons­
sin mucha controversia la reforma titución nacional. La adopción de este
constitucional que implantaba la alter­ esquema institucional suprimirá viejos
nación presidencial y la prolongación conflictos políticos, pero al mismo
hasta 1970 de los acuerdos del Frente tiempo generará otros nuevos, dando
Nacional. Pero esta aparente confor­ paso a contradicciones e interrogantes
midad era sólo superficial. En el fondo antes desconocidos, que marcarán la
se escondían las semillas de importan­ dinámica de la dimensión política en la
tes movimientos sociales y políticos Colombia contemporánea.

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Capítulo 9 211

Lleras Camargo y Valencia


entre el reformismo y la rep
Gabriel Silva Lujan
partidista en todas las ramas del poder
público, capaz de eliminar la confron­
Alberto Lleras o el gobierno de la tación burocrática entre las dos colec­
Restauración Nacional tividades históricas; y, por último,
siendo el aspecto neurálgico del pro­
A yecto político de Alberto Lleras, la
lberto Lleras fue el mandatario erradicación de la persistente violen­
que inició los cuatro períodos cia política en las áreas rurales del
presidenciales del Frente Nacional. país, primordialmente en los departa­
Recibía un país que no había elimi­ mentos del Valle del Cauca, Caldas,
nado los continuos brotes de violencia Tolima, Huila y Cauca. Al respecto
política a lo largo y ancho del territo­ diría al recibir el poder: «Por esta ra­
rio nacional. Para agravar las cosas, la zón quisiera hoy, con vuestra bene­
situación económica heredada del go­ volencia, limitarme a anticipar cuál
bierno de las fuerzas armadas era caó­ pienso yo que debe ser la conducta ge­
tica. La situación fiscal no le permitía neral del nuevo gobierno... Para re­
al gobierno otra salida que la austeri­ ducir la violencia y reprimirla, ya lo
dad, mientras que las dificultades estamos viendo, es preciso que la na­
cambiarias impedían un desarrollo ción entera, sin reservas, se dedique a
normal de la actividad productiva. ese trabajo supremo.»
El proyecto político con que llega Los objetivos mencionados impli­
Alberto Lleras Camargo a la presiden­ caban una serie de tareas y conflictos.
cia de la República está claramente El primero de ellos se hizo evidente
definido en sus discursos al Congreso cuando el gobierno asumió la misión
nacional, al iniciarse la legislatura de de enfrentar las corrientes rojistas, en
1958, y en su alocución de posesión el la opinión pública y entre las fuerzas
7 de agosto del mismo año. Los tres armadas. Para entender la urgencia de
objetivos centrales de la estrategia po­ esta tarea hay que tener presente que
lítica de Lleras estaban estrechamente la amenaza de un golpe militar no ha­
ligados; consolidación de las institu­ bía desaparecido. Además, la desca­
ciones frentenacionalistas; encontrar lificación definitiva de la dictadura
un modelo político de colaboración bi­ traía en cierta forma, como contrapar-
212 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

encontró una fórmula jurídicamente


adecuada: el general Rojas sería juz­
gado por los crímenes políticos co­
metidos durante su dictadura, pero
ese proceso debería estar a cargo del
Congreso de la República, institución
constitucionalmente designada para
juzgar a los mandatarios.
El 7 de septiembre, a un mes de po­
sesionado Alberto Lleras, el represen­
tante Uribe Prada presentó acusación
formal. Dos semanas después, una
Comisión Nacional Investigadora so­
licitó formalmente al Congreso que
presentara cargos contra el ex dicta­
dor. La Cámara de Representantes,
por mayoría, decide formular acusa­
ción contra el general Rojas Pinilla
por abuso de poder, enriquecimiento
ilícito y obstrucción a la Ley y la Cons­
titución nacional. Desde antes de lle­
gar a Colombia, el derrocado dictador
planteó el juicio como un debate po­
lítico a los partidos tradicionales, a la
clase política y al sistema del Frente
Nacional. Su arribo al país en octubre
de 1958 caldeó los ánimos y dejó en­
trever que el proceso no sería, como
Posesión de Alberto tida, la consolidación política de la lo creían los partidos y el gobierno,
Lleras ante Laureano coalición bipartidista. una fórmula rápida y sencilla para de­
Gómez, agosto 7 de 1958. sembarazarse de la amenaza rojista y
Llega al gobierno con tres fortalecer la coalición.
objetivos inmediatos: El juicio al general Rojas Pinilla:
consolidación de las ir por lana y salir trasquilado El fantasma del golpe militar, real o
instituciones del Frente ficticio, nuevamente ronda la estabi­
Nacional, encuentro de El general Gustavo Rojas Pinilla, al lidad del Frente Nacional. El 3 de di­
un modelo político para el abandonar el país el 10 de mayo de ciembre los colombianos se despiertan
bipartidismo en todas las
ramas del poder y 1956, no terminó su carrera política; con un comunicado de la presidencia
erradicación de la por el contrario, en esa fecha se inició de la República en el cual se anuncia:
violencia política en las una segunda etapa de su vida pública. «Bajo la dirección personal del gene­
áreas rurales. Aunque en los meses siguientes a su ral Rojas Pinilla, en conexión con ele­
derrocamiento el dictador perdió gran mentos retirados de las fuerzas arma­
parte de su influencia, entre bambali­ das y grupos de antiguos funcionarios
nas siempre persistió un sector de las de la dictadura y elementos antisocia­
fuerzas armadas, de su burocracia, de les, se adelanta un movimiento sub­
la opinión y de la clase política que le versivo.» La verdad sobre esta cons­
mostró afecto y lealtad. Ese contin­ piración no ha sido aún establecida, ya
gente político se hacía más explícito y que efectivamente los elementos rojis-
beligerante a medida que avanzaba el tas, hasta que no entraron de lleno por
gobierno de Alberto Lleras y Rojas in­ las vías electorales, buscaron el poder
sistía en regresar. Además, diferentes impulsando un proyecto político de
sectores de los partidos tradicionales, alianza entre- las fuerzas armadas y «el
encabezados por los laureanistas, pre­ pueblo», encabezado por el ex dicta­
sionaron al gobierno por una solución dor. En todo caso, el hecho es que los
definitiva a la amenaza rojista. Éste dirigentes rojistas fueron encarcelados
Capítulo 9 213

-el propio Rojas Pinilla fue recluido


en una fragata en el Caribe— y el go­
bierno estableció el estado de sitio, si­
tuación que le imprimió más especta-
cularidad y expectativa al juicio que
debería iniciarse el mes siguiente.
A finales de enero de 1959 comien­
za el juicio. Después de la presenta­
ción de las acusaciones y del interro­
gatorio, el general Rojas inició su de­
fensa. Hábilmente, los descargos to­
maron un rumbo distinto al de contra­
decir directamente las acusaciones,
que estaban bien sustentadas, trasto­
cándose los papeles, ya que el enjui­
ciado pasó a ser el sistema político co­
lombiano y el Frente Nacional. El ex
dictador atacó a Laureano Gómez, a
los dos partidos tradicionales, a los
acuerdos bipartidistas, a los dirigentes
liberales por sus vínculos con la gue­
rrilla; en fin, a todo el establecimien­
to. Adicionalmente, Rojas desautori­
zó a los congresistas, trayendo a cuen­
to que muchos de ellos habían sido
colaboradores del gobierno de las
fuerzas armadas y que, por lo
tanto, deberían ser tratados como
coautores de los delitos que se le Los resultados políticos del debate Alberto Lleras Camargo,
imputaban. parlamentario, aunque no fueron des­ primer presidente del
La parte más espectacular del juicio favorables para el gobierno, tampoco Frente Nacional, llegó al
se presentó cuando el general anunció le representaron ganancias espectacu­ poder con una caudalosa
votación de 2 482 948
que haría revelaciones sobre los au­ lares entre la opinión pública. El jui­ sufragios. Jorge Leyva,
tores intelectuales y políticos de la cio sirvió de plataforma política para disidente conservador
muerte de Jorge Eliécer Gaitán. Aun­ el relanzamiento de Gustavo Rojas Pi- obtuvo 614 861 votos.
que nunca llegó a formular acusacio­ nilla a la vida pública y como origen
nes concretas, la intervención desde de uno de los grupos opositores que
las barras de la viuda de Gaitán, acu­ más dolores de cabeza le traería al
sando a los congresistas presentes y Frente Nacional: la ANAPO. La pos­
demandando de Rojas la información terior sentencia de la Corte Suprema
que decía poseer, a lo que se sumó el restituyéndole los derechos civiles al
manejo poco político que le dio la acusado cuestionaría aún más el pro­
mesa directiva al incidente, dejaron en cedimiento.
algunos sectores de la opinión dudas e
incertidumbre. La legislatura de 1959
Todo esto fue inclinando a favor del y la división de los partidos______
dictador los dividendos políticos del
proceso. En sentencia del 3 de abril El gobierno puso a consideración de
los parlamentarios, por mayoría, de­ las cámaras dos proyectos claves para
clararon culpable a Gustavo Rojas Pi- el futuro de la coalición bipartidista: la
nilla, despojándolo de todos sus de­ segunda vuelta de la reforma consti­
rechos civiles y políticos, y ordenando tucional que instauraba la alternación
las investigaciones penales a que hu­ presidencial por un período de dieci­
biera lugar. séis años y la reforma de las facultades
214 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Celebración del 20 de de excepción bajo el estado de sitio, gran parte de su vigencia. El primer
julio de 1959. Acompaña contempladas en el artículo 121 de la escollo lo representó la división de los
al presidente el ministro Constitución nacional. El primero de partidos y primordialmente del parti­
de Gobierno, Guillermo
Amaya Ramírez.
ellos era vital, por cuanto de su apro­ do conservador. Este partido se en­
bación dependía el establecimiento contraba escindido en cinco grupos
definitivo de las instituciones de coa­ distintos —los laureanistas, los ospi-
lición. nistas, los alzatistas, los seguidores de
Rojas Pinilla es defendido Las sesiones ordinarias del Congre­ Jorge Leyva y los de Guillermo León
ante el Senado por Carlos
V. Rey. en enero de 1959; so, en 1959, ilustraron por primera vez Valencia— que competían entre sí por
acusador fue Antonio José las dificultades políticas que afrontaría el control de la colectividad con el pro­
Uribe Prada. el sistema del Frente Nacional durante pósito de convertirse en socios conser­
vadores del gobierno liberal y en sus
posibles herederos. Esta división plan­
teaba al presidente Lleras el problema
de seleccionar un patrón de colabo­
ración política en el ejecutivo capaz de
aglutinar el respaldo suficiente en el
legislativo para poder gobernar. La
decisión de aceptar al sector laurea-
nista como el vocero del conservatis-
mo le granjeó la oposición de los otros
sectores, con excepción de Valencia,
que se mantenía fiel al acuerdo fren-
tenacionalista.
El gobierno necesitaba el voto fa­
vorable de las dos terceras partes de
los congresistas para poder aprobar
sus iniciativas, tal como había queda­
Capítulo 9 215

do contemplado en la reforma consti­ Amparo Jaramillo, viuda


tucional plebiscitaria de 1957. Los os- de Jorge Eliécer Gaitán,y
pinistas y alzatistas inicialmente se su hija Gloria. Cuando
Rojas Pinilla anunció,
opusieron a la reforma como un pro­ durante su juicio por el
cedimiento táctico para mejorar su po­ Congreso, que haría
der negociador frente al gobierno y revelaciones sobre la
para acumular el respaldo de algunos muerte de Gaitán, "La
sectores conservadores, con miras a la intervención desde las
barras de la viuda de
elección parlamentaria de 1960. El go­ Gaitán, acusando a los
bierno y el oficialismo conservador tu­ congresistas y
vieron que hacer uso de todos los ins­ demandando de Rojas la
trumentos de persuasión a su alcance, información que decía
desde la amenaza de persecución bu­ poseer, a lo que se sumó
el manejo poco político
rocrática hasta el llamado patriótico, que le dio la mesa
para aglutinar la mayoría de las fuer­ directiva al incidente,
zas conservadoras en favor de la ini­ dejaron en algunos
ciativa de la alternación. Después de sectores de la opinión
dilatados debates, la modificación dudas e incertidumbre".
constitucional que consagrara la alter­
nación fue aprobada, quedando así
culminado el proceso de definición
institucional del Frente Nacional.
Un aspecto a destacar del debate en
torno a la alternación es que sirvió
como contexto y escenario para el lan­
zamiento del liderazgo de Alfonso Ló­
pez Michelsen dentro de la facción li­
beral que llegaría a constituir el MRL
o Movimiento Revolucionario Libe­ patizantes que le hizo eco en las cor­ Alfonso López Michelsen
ral. Desde 1958 López Michelsen ve­ poraciones públicas. El debate de la y Alvaro Uribe Rueda,
nía planteando su oposición al sistema alternación deja al Movimiento de Re­ durante una reunión de
de coalición y particularmente al as­ cuperación Liberal, primer nombre parlamentarios del
pecto de la alternación que conside­ del MRL, en una situación favora­ Movimiento
raba fundamentalmente antidemocrá­ Revolucionario Liberal,
ble para iniciar las batallas electorales MRL, el cual, desde 1958,
tico. Al escribir sobre la alternación en 1960, esgrimiendo las banderas de planteó su oposición al
diría: «Si se abre camino la teoría de un liberalismo popular antifrentena- sistema de coalición y
que el Frente Nacional es solamente cionalista. alternación.
un partido y una hegemonía tan exclu­
yeme como lo fueron los partidos en
el pasado inmediato, no existe para mí
una duda de que, con el tiempo, aca­
bará este nuevo partido, coalición de
viejas clases políticas, del capitalismo
y de la Iglesia, por constituir una ca­
marilla odiosa, atrincherada detrás de
disposiciones constitucionales irrefor­
mables...»
La oposición del naciente líder li­
beral tuvo una importante repercusión
entre las huestes de su partido, espe­
cialmente en los sectores rurales don­
de la violencia había tenido sus más
cruentas manifestaciones, y en un gru­
po pequeño de parlamentarios sim-
216 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Bandolerismo, guerrilla y paz. guerrilleros a las armas, golpeados


Modelos contrapuestos desde su infancia por el espectro de las
matanzas de familiares introducía la
Una vez concretados los acuerdos de venganza como un factor de legitima­
convivencia pacífica del Frente Nacio­ ción para la continuidad de su lucha.
nal, con la consecuente distribución A todos estos factores habría que
del poder político y los cargos públi­ agregar el papel de incitadores de la
cos, muchas de las motivaciones bu­ violencia que jugaron algunos de los
rocráticas, sectarias o de autodefensa, jefes políticos regionales y locales que,
de los antiguos enfrentamientos, de­ si bien compartían formalmente la
jaron de tener sentido, abriendo una ideología frentenacionalista, utiliza­
vía para la reinserción de los guerrille­ ban su influencia sobre los grupos ar­
ros a la vida política activa y legal. mados como un instrumento impor­
Pero esto no fue suficiente. Para im­ tante de control político sobre el elec­
portantes dirigentes y grupos campe­ torado.
sinos liberales los acuerdos de coali­ Es en este contexto donde aparece
ción bipartidista no eran una respuesta el bandolero. La disolución de las es­
Convención del MRL en a su lucha de años, puesto que no re­ tructuras de integración de los grupos
Bucaramanga, 1960. solvía las raíces mismas del problema. armados a los proyectos partidistas de
"El debate sobre la Los acuerdos no devolvían las tierras carácter nacional, el conflicto entre un
alternación deja al perdidas, o resucitaban a los muertos campesinado armado y una élite que
Movimiento de caídos en la lucha contra la represión,
Recuperación Liberal, deslegitimizó su lucha, son los princi­
primer nombre del MRL, o garantizaban sus derechos de colo­ pales factores que hacen que la gue­
en situación favorable nos frente al terrateniente. rrilla se fragmente en grupos cada vez
para iniciar las batallas Los factores políticos e ideológicos menos ideologizados y más violentos,
electorales en 1960, mencionados se sumaban a los de ca­ cuyas acciones muestran crecientes
esgrimiendo un
liberalismo popular rácter sociológico. La llegada de una connotaciones de delincuencia común.
antifrentenacionalista". segunda generación de campesinos Son los bandoleros, conocidos por sus
Capítulo 9 217

alias, «Chispas», «Sangrenegra», «Mel- Teófilo Rojas, "Chispas".


co», «Desquite», «El Mosco», «Capi­ Al lado de los
tán Venganza», etc. Pero al lado de bandoleros, cada vez
menos ideologizados
estas formas particulares de violencia y más violentos,
rural subsisten organizaciones de au­ subsisten
todefensa campesina, cuya misión es organizaciones de
luchar por los derechos sobre la tierra autodefensa campesina
y aglutinar la solidaridad entre los pe­ para luchar por la
tierra y por la
queños productores rurales, primor­ solidaridad entre los
dialmente en las zonas de coloniza­ pequeños productores
ción. Estos últimos, que se ubican so­ rurales.
bre todo en la región del Sumapaz,
Tequendama y sur del Tolima y el
Huila, también cuentan con alguna ca­
pacidad militar, pero no son propia­
mente grupos armados permanentes.
El gobierno de Alberto Lleras
adoptó desde el comienzo un modelo
de pacificación orientado por un diag­
nóstico dual en el que se diferenciaban
los guerrilleros de los bandoleros, es­
tableciendo una terapia de reinserción
para los primeros y de represión para
los segundos.
La estrategia de pacificación quedó
claramente definida en los plantea­ los conflictos creados por la usurpa­
mientos presidenciales: «Hay otra re­ ción de tierras y bienes durante la vio­
habilitación, que no es ya de cosas lencia, y para restituirle a los desalo­
destruidas, sino de gentes que quieren jados sus propiedades.
volver a vivir en paz e incorporarse a Desde diferentes sectores del parti­
la nación y no encuentran el camino do conservador se cuestionaban esen­
para hacerlo. Estamos estudiando va­ cialmente los instrumentos de perdón
rias medidas legales que llevaremos al para los «delincuentes políticos» y se
Congreso. Una de ellas contempla un argumentaba cierto favoritismo del
tipo especial de amnistía para la delin­ gobierno para con los ex guerrilleros
cuencia política, pero no otorgada alo­ liberales. Según los laureanistas, una
cadamente y sin discriminación...» vez pasaron a la oposición, la actitud
Estas iniciativas se tradujeron en la benevolente del gobierno era un fac­
creación de la Comisión Interministe­ tor que agudizaba la violencia política
rial de Rehabilitación encargada de por cuanto permitía la impunidad de
coordinar el componente de gasto pú­ los criminales, por lo que se pedia
blico del programa de pacificación. mano dura por parte de las fuerzas ar­
Posteriormente, a finales de noviem­ madas como única salida para superar
bre de 1958, se expidió un decreto que el desestabilizador impacto de la per­
ordenaba la suspensión de acciones sistencia de las luchas rurales. El go­
penales a los delincuentes políticos bierno, que defendía un delicado equi­
que lo solicitaran y que no hubieran librio político bipartidista, buscó un
infringido la ley después del 15 de oc­ acomodo que lo obligó a hacer cada
tubre del mismo año. Esta medida vez más concesiones a los partidarios
equivalía a una suspensión condicional de la línea dura.
de procesos, sujeta a la no reinciden­ El conflicto entre un modelo con­
cia de los favorecidos. Complementa­ ciliador y un modelo militarista ter­
riamente, se establecieron una especie mina resolviéndose ambiguamente en
de tribunales especiales para dirimir favor del segundo.
218 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Jacinto Cruz Usma, Para 1961, a pesar del viraje sentido


"Sangrenegra". "Hacia en la política de orden público de Al­
el final del gobierno de
Alberto Lleras se había
berto Lleras, la derecha reclamaba
logrado integrar a un más represión, siendo su principal
número importante de ideólogo Alvaro Gómez Hurtado: El
líderes guerrilleros a la líder conservador diría en un debate
vida civil y política, político: «No se ha caído en la cuenta
aunque varios fueron
asesinados una vez
que hay en este país una serie de re­
salieron de la públicas independientes que no reco­
clandestinidad." nocen la soberanía del Estado colom­
biano, donde el ejército no puede en­
trar, donde se dice que su presencia es
nefasta... El presidente Lleras va a pa­
sar a la historia como un fundador de
cinco repúblicas independientes...»

Estudiantes y trabajadores:
la ruptura del consenso
Las organizaciones laborales y estu­
diantiles jugaron un papel significativo
en la desestabilización del régimen
dictatorial de Rojas Pinilla, y contri­
buyeron a la consolidación de los sec­
tores civiles que dieron origen al Fren­
La campaña en contra del esquema te Nacional. Este consenso duraría
inicial obligó al presidente Lleras a dar bien poco, de manera que la oposición
marcha atrás menos de un año des­ sindical y universitaria se convirtió en
pués de tomadas las primeras medi­ una de las fuentes de inestabilidad más
das. Las autoridades expiden en mayo difíciles de superar para el gobierno de
de 1959 un nuevo decreto que elimina Alberto Lleras.
los beneficios de la suspensión de pe­ El gobierno tuvo que enfrentar una
nas y procesos para los protagonistas larga y continua cadena de problemas
de la «delincuencia política». Alberto laborales, que se inicia a mediados de
Lleras anuncia, en la instalación de las 1959 con la huelga de los empleados
sesiones ordinarias del Congreso de bancarios. Las dificultades arrancaron
ese mismo año, que, por razones fis­ con la intervención del gobierno en el
cales, los recursos destinados a la ges­ conflicto, el cual amenazó con conver­
tión de rehabilitación se reducirán, al tirse en una dilatada suspensión de ac­
tiempo que se le dará una mayor pre­ tividades, ya que la mediación de las
ponderancia a las operaciones milita­ autoridades fue incapaz de poner fin a
res en las zonas de violencia. las diferencias. Ante la inminencia de
Hacia el final del gobierno de Al­ la huelga, el gobierno decide declarar
berto Lleras se había logrado integrar el sistema bancario como un servicio
a un número importante de líderes público e imponer el arbitramento
guerrilleros a la vida civil y política, obligatorio. Después vino el conflicto
aunque varios fueron asesinados una en el ingenio Riopaila, que se exten­
vez salieron de la clandestinidad. A dió a toda la industria azucarera, a la
pesar de ello, persistían importantes industria textil, las llantas y hasta el
organizaciones de autodefensa cam­ transporte aéreo.
pesina, temporalmente desmoviliza­ Un factor que contribuyó al alto ni­
das en algunas regiones, la mayoría vel de agitación sindical fueron los
con lazos activos con el partido co­ propios hechos ocurridos dentro de las
munista. organizaciones laborales. La campaña
Capítulo 9 219

desatada contra el sindicalismo co­


munista culminó en una purga en la
CTC, de inspiración liberal, de aque­
llos sindicatos dominados por líde­
res marxistas, quienes crearon su
propia central, la Confederación Sin­
dical de Trabajadores de Colombia
—CSTC—, la cual no fue reconocida
por el gobierno en su momento. Con
esta división se reactiva la confronta­
ción entre las corrientes bipartidistas y
comunistas por el dominio del movi­
miento obrero-sindical en el país.
En la misma dirección se desarro­
llan las relaciones entre las organiza­
ciones de estudiantes universitarios y
los gobiernos del Frente Nacional.
Para entender el proceso ocurrido en blemas de orden público directamente Manifestación de la
la universidad es necesario tener en ligados a los predios universitarios, Federación de
cuenta los cambios sufridos por ésta sino también por la influencia del pen­ Trabajadores del Valle,
en la década de los años cincuenta y samiento y el liderazgo estudiantil so­ CTC y Ultraval, frente al
palacio de la
comienzos de los sesenta. Entre 1950 bre la insurrección rural colombiana. Gobernación, en Cali,
y 1962 se produjo una fuerte expan­ 1o. de mayo de 1959. "La
sión de la matrícula universitaria, cer­ Las elecciones de 1960, «prueba oposición sindical y
cana al 100 %, alcanzando para ese úl­ diabólica» para el Frente Nacional
universitaria se convirtió
timo año la nada despreciable cifra de en una de las fuentes de
inestabilidad más difíciles
27.000 estudiantes a nivel nacional. Las elecciones a cuerpos colegiados de de superar para el
Además, la composición social del sis­ 1960, en las que se escogerían conce­ gobierno de Alberto
tema universitario cambió sustancial­ jales, diputados y representantes a la Lleras Camargo."
mente con el ingreso de significativos Cámara, eran una verdadera «prueba
grupos de estudiantes provenientes de diabólica» en la que el Frente Nacio­
las clases medias. Esta expansión ace­ nal se jugó su estabilidad y su futuro.
lerada, sumada a la recomposición so­ La importancia de ese proceso elec­
cial de sus bases, harán de la univer­ toral radicaba en que se medía el gra­
sidad un fértil terreno para el surgi­ do de respaldo y apoyo popular al ex­
miento de nuevas formas de pensar y perimento de la coalición bipartidista,
de actuar en política. por primera vez desde que se iniciara
La influencia de la Revolución cu­ el gobierno de Alberto Lleras. Ade­
bana, la agitación antifrentenaciona- más, la confrontación entre las faccio­
lista llevada a cabo por el MRL y los nes rivales de los dos partidos permi­
grupos de izquierda, la oposición al tiría establecer dónde residía la voce­
deterioro de la situación socioeconó­ ría legítima de las colectividades y cuál
mica y la influencia creciente del pen­ el desarrollo relativo de la fuerza de
samiento radical, confluyen para crear cada uno de los grupos. En el caso del
un ambiente de confrontación con el partido conservador, esta faceta tenía
establecimiento, que se traduce en in­ especial importancia ya que posicio-
numerables actos de protesta contra el naría a los distintos grupos para la
gobierno de Alberto Lleras, quien res­ confrontación en torno a la candida­
ponde en varias ocasiones utilizando tura presidencial para el período 1962­
medidas coercitivas. El divorcio entre 1966. Por último, para el MRL la con­
el sistema de la coalición bipartidista tienda electoral significaba la primera
y las masas estudiantiles se convertirá evaluación del alcance político de sus
con el tiempo en una fuente de ines­ planteamientos y de su capacidad de
tabilidad política, no sólo por los pro- penetración de las bases liberales.
220 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Congreso dejuventudes mentaba el faccionalismo y la división


conservadoras en agosto interna de los partidos, además de que
de 1962, en Bogotá y,
abajo, Gilberto Alzate
impedía constitucionalmente la expre­
Avendaño durante una sión política de las corrientes antagó­
intervención en Medellín. nicas al acuerdo de coalición.
En las primeras Los conservadores estaban dividi­
elecciones dentro del dos en tres para esta coyuntura elec­
Frente Nacional, los toral. En la competencia se encontra­
conservadores estaban
divididos en tres: ban una coalición de alzatistas y os-
alzatistas y ospinistas pinistas, que le hacía oposición al go­
hacían la oposición, los bierno; los laureanistas, que partici­
alvaristas apoyaban el paban en la administración; y los
gobierno de Lleras y los seguidores de Jorge Leyva, que se
leyvistas se oponían a
todo el régimen del Frente oponían al conjunto del sistema fren-
Nacional. tenacionalista. Los laureanistas basa­
ron su campaña en la fidelidad a los
acuerdos bipartidistas, afirmando que
un voto a favor de su grupo era por la
coalición. Por otra parte los ospinis-
tas, que habían tenido una participa­
ción ambigua en el gobierno, escogie­
ron el camino de la oposición con el
ánimo de captar el descontento con­
servador con el régimen y con el go­
bierno.
En el campo liberal, el MRL plan­
El diseño institucional del Frente teó una oposición abierta al sistema
Nacional convirtió todos los procesos del Frente Nacional y a las realizacio­
electorales, a partir de 1958, en una nes del gobierno, ofreciendo un pro­
fuente de inestabilidad política. El grama alterno basado en una serie de
mecanismo por el cual se dividían los reformas sociales recogidas en la sigla
cargos legislativos disponibles impli­ SETT —salud, educación, techo y tie­
caba una restricción para toda nueva rra—. Así, Alfonso López Michelsen
corriente política dentro de un parti­ definió a su grupo como el verdadero
do, por cuanto la obligaba a crecer a heredero de la estirpe popular dentro
costa del mismo. El mecanismo ali­ del liberalismo.
Los resultados de la contienda elec­
toral fueron ampliamente favorables
para los sectores liberales y conserva­
dores que se habían colocado en la
oposición. El grupo del MRL obtuvo
cerca de la cuarta parte de la votación
liberal, cifra muy significativa para un
sector que nunca antes se había aso­
mado a las elecciones. Este caudal
electoral le significó el control de 20
de las 76 curules asignadas al liberalis­
mo en la Cámara de Representantes.
Los ospinistas lograron el favor de un
poco más del 55 % de los votos con­
servadores, aproximadamente 600.000
sufragios, mientras que los laureanis-
tas sólo movilizaron algo más de un
tercio del total de los electores de su
Capítulo 9 221

partido. Agregando la votación de to­


dos los grupos oposicionistas se en­
cuentra que más del 40 % de los elec­
tores manifestaron su desacuerdo con
los programas de gobierno del Frente
Nacional o con la continuidad del sis­
tema mismo. Este resultado deja pro­
tocolizado el comienzo de una progre­
siva descomposición política de la coa­
lición bipartidista.
Las consecuencias políticas inme­
diatas del proceso electoral fueron una
crisis de confianza del sistema, que
volvió más vulnerable al presidente
Lleras Camargo, y la necesidad de un
replanteamiento profundo de las re­
laciones de colaboración con los dis­
tintos grupos conservadores. Los lau-
reanistas aceptan la derrota, abando­ tema frentenacionalista, tal como fue Jorge Leyva, candidato
nan el gobierno y pasan a la oposición, concebido en 1957. conservador
dejando el campo libre para la recom­ Las iniciativas gubernamentales re­ independiente, vota en las
posición del gabinete. Los ospinistas, elecciones del 6 de mayo
querían para su aprobación del voto de 1962. Obtuvo 308 992
que habían mantenido una posición favorable de las dos terceras partes del votos, mientras que en el
crítica frente a las ejecutorias de la ad­ Senado y Cámara. La aprobación de 58 había tenido 614 861.
ministración, pronto dejan de lado sus un proyecto de ley implicaba lograr el
objeciones y entran gustosos a repre­ consenso de las dos terceras partes de
sentar al conservatismo en el gobierno los parlamentarios. Alcanzar semejan­
y a controlar el partido. te nivel de acuerdo, en unas corpora­
En el campo liberal, el éxito de los ciones donde estaba representada
insurgentes representa un cuestiona- toda una gama de intereses políticos, Mariano Ospina Pérez
miento de sus directivas. El avance del era prácticamente imposible sin entrar proclama la candidatura
MRL significó la consolidación de una en un lento proceso de transacciones, de Guillermo León
alternativa de izquierda dentro del en que la idea original quedaba des­ Valencia en febrero de
1962. Al lado de éste,
partido, por donde se encauzaría todo virtuada por completo o se le ponían Antonio Rocha, Susana
un segmento popular y democrático tal cantidad de considerandos que ha­ López Navia de Valencia
que tradicionalmente siempre ha cían imposible su aplicación práctica. y Víctor Mosquera Chaux.
acompañado al liberalismo. La presen­
cia de ese esfuerzo renovador le per­
mitió al partido liberal mantener y
proyectar hacia el futuro su afinidad
con las tesis socialdemócratas,
consecuentemente con su herencia
reformista.

Un sistema
ingobernable e irreformable
«Los grupos políticos dejan en el go­
bierno la representación de todos pero
sin el poder de influenciar a ninguno.»
(Alberto Lleras Camargo.)
Un aspecto conflictivo que puso de
presente el proceso electoral de 1960
era el de la «ingobernabilidad» del sis-
222 Nueva Historia de Colombia. Vol.

En muchos de los casos el Congreso ca del establecimiento frentenaciona-


sólo producía leyes inocuas, puesto lista a una serie de retos internos y ex­
que una minoría de un tercio podía pa­ ternos que afrontaba el sistema. El
ralizar toda iniciativa. primero de ellos lo constituía el avan­
Los laureanistas, que se encontra­ ce de los sectores oposicionistas al ré­
ban en la oposición, tenían 28 curules gimen —el partido comunista, las
en el Senado, de las ochenta que le co­ agrupaciones de izquierda y especial­
rrespondían a los conservadores, mente el MRL— sobre el control po­
mientras que los ospinistas, que cola­ lítico de las comunidades campesinas.
boraban con el gobierno, sólo tenían En segundo lugar, la vocación explí­
doce. En la Cámara, los ospinistas y cita del Frente Nacional por el cambio
alzatistas tenían 39 curules y los lau- social requería una propuesta que le
reanistas 37, al tiempo que el MRL imprimiera credibilidad a su capacidad
controlaba 20 representantes. De esta de actuar por la justicia social. Ade­
forma se encuentra que la oposición más, la promesa de una redención so­
manejaba el 37 % de la Cámara y cer­ cial del campesino, mediante la redis­
ca del 35 % del Senado, dejando al tribución de tierras, hacía parte del
gobierno con algo menos de las dos proyecto de pacificación de la admi­
terceras partes para poder aprobar las nistración Lleras. No sobra mencionar
leyes. que la Revolución cubana, y su posi­
La situación se hizo cada vez más di­ ble difusión hacia otros países de la re­
fícil a medida que la decisión sobre la gión, actuaba como un aliciente para
candidatura conservadora se hacía in­ que la clase dirigente colombiana en­
minente, lo que exacerbaba la pug­ contrara atractivo el proyecto de pro­
nacidad entre las facciones conserva­ mover un cambio social controlado en
doras rivales. el agro.
La propuesta de reforma agraria del
Reforma agraria: el reformismo gobierno es un caso que ilustra bien la
como instrumento político inflexibilidad ante el cambio de las ins­
tituciones del Frente Nacional.
La iniciativa de reforma agraria surge De todos los sectores políticos sur­
como una respuesta político-ideológi­ gieron proyectos de ley para estable­
cer la reforma agraria.
En 1960 cursaban en el Congreso
Augusto Ramírez Moreno, nueve proyectos distintos y a la opi­
ministro de Gobierno de nión pública se le habían ofrecido por
Alberto Lleras en 1960,
fue uno de los cinco
lo menos cinco propuestas más origi­
precandidatos nadas en los gremios agrarios y gana­
conservadores que la deros. Después de prolongadas sesio­
convención ospinista y nes se aprobó una versión de reforma
alzatista propuso al agraria que acomodaba gran parte de
liberalismo para segundo
presidente del Frente
los intereses en juego pero desvirtua­
Nacional, junto con ba los instrumentos reformistas de ma­
Guillermo León Valencia, nera que los hacía prácticamente ino­
José Antonio Montalvo, cuos.
Hernando Sorzano y José
María Bernal.
Sin embargo, no se dotó al sistema
con un instrumental apropiado para
transformar la estrctura de la propie­
dad rural, pero sí se obtuvo el impacto
político-ideológico deseado. El Frente
Nacional podría esgrimir en las plazas
públicas el texto de la ley como la
prueba y la garantía de su alegada vo­
cación por el cambio social.
Capítulo 9 223

Guillermo León Valencia: Cartel electoral de José


• C» • r . r •• María Bernal, otro de
pacificación, milimetría y crisis los conservadores
económica propuestos a la
consideración del
Los grandes rasgos que caracterizaron liberalismo como posible
el gobierno del presidente conserva­ candidato presidencial.
dor Guillermo León Valencia fueron Finalmente, sería
seleccionado Guillermc
la inestabilidad política y la crisis eco­ León Valencia,
nómica generalizada. alternativa con mayor
' Las dificultades de Valencia co­ respaldo en la convención
mienzan desde el momento mismo en conservadora y con la
que se enfrenta a la oposición para gratitud de los liberales y
de Alberto Lleras por su
conseguir el poder. respaldo al gobierno.

Un candidato débil para un sistema


debilitado
Desde 1961 se inicia la discusión sobre
el candidato conservador que habrá de
suceder a Alberto Lleras en la presi­
dencia de la República durante el si­
guiente cuatrenio.
El problema era encontrar un nom­
bre con la capacidad de aglutinar el
mayor número de electores conserva­
dores, al tiempo que debería ser sufi­
cientemente atractivo para los votan­ se esperaba llegar a fórmulas acepta­
tes liberales, ya que el oficialismo de bles para todos. Pero la evidente vo­
ese partido veía amenazada su hege­ cería que había adquirido el ala ospi-
monía ante la fuerza demostrada por nista dentro del partido conservador En enero de 1962,
la disidencia antifrentenacionalista hacía irreversible su liderazgo dentro Laureano Gómez firma
acaudillada por Alfonso López Mi- del proceso de escogencia, lo que a su gallardetes en la sede de
chelsen. vez impulsó al laureanismo a abste­ la campaña electoral, al
nerse de participar y a colocarse en la lado de Belisario
El anuncio de la convención nacio­ Betancur,quien fue
nal del MRL, en el sentido de que so­ oposición. El acuerdo alcanzado entre precandidato presidencial
metería a consideración del electorado alzatistas y ospinistas con el liberalis­ del laureanismo, junto
un candidato liberal, le imprimía un mo, definió que sería una convención con A Ifredo Araújo Grau.
factor de inestabilidad y perturbación
al desenvolvimiento del pacto de al­
ternación, situación que se haría aún
más dramática si el conservatismo lle­
gaba excesivamente fragmentado a las
urnas. A este factor hay que añadirle
la aparición de la candidatura anapista
de Rojas Pinilla. El sistema corría el
riesgo de que la oposición liberal y ro-
jista truncara el proceso de sucesión
acordado desde 1958, y por ende lle­
vara a la crisis a todo el esquema ins­
titucional del Frente Nacional.
El mecanismo de selección se em­
pieza a discutir a mediados de 1961
mediante la convocatoria a una serie
de «conferencias de unión» en las que
224 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

de esos dos grupos conservadores la La disidencia incrementó su participa­


que elaboraría una lista de cinco nom­ ción en la votación liberal del 21,5 %
bres para que de allí los dirigentes li­ en 1960, al 35 % dos años después, lo
berales escogieran el que aceptaban que le permitió controlar 33 sillas en
respaldar. La lista estaba conformada la Cámara de Representantes, 13 más
por Guillermo León Valencia, José que en la jornada anterior, y 12 cu-
Antonio Montalvo, Hernando Sorza- rules en el Senado donde antes no
no, Augusto Ramírez Moreno y José contaba con ninguna. De la misma
María Bernal. Naturalmente el can­ forma, la ANAPO hizo un debut im­
didato fue Valencia, ya que era la al­ portante al lograr dos senadores y seis
ternativa con mayor respaldo dentro representantes.
Alfonso López Michelsen, de la convención, y quien, además, te-
El voto en contra del Frente Nacio­
al frente del MRL, logró nía la gratitud del liberalismo y del nal había pasado de representar el
avances electorales presidente Lleras Camargo por su 16.5 % del electorado en 1960 al
significativos en los apoyo a la gestión del gobierno. Pero 23.5 % en 1962, y los opositores a la
comicios parlamentarios esta escogencia no pareció aceptable coalición obtuvieron el importante lo­
de marzo de 1962, con 33
escaños en la Cámara y para el laureanismo, que mantuvo so- gro político de convertirse en movi­
12 en el Senado. bre el tapete las precandidaturas de miento de alcance nacional.
Belisario Betancur y Alfredo Araújo. Pero la verdadera medida del sen­
En las elecciones parlamentarias de timiento de debilidad que embargaba
marzo de 1962 el laureanismo fue am­ a la coalición era su respuesta institu­
pliamente derrotado, circunstancia cional a las candidaturas de López y
que significó el retiro de las candida­ Rojas. Apelando a los códigos, las au­
turas de Betancur y Araújo, y el for­ toridades determinaron que la inscrip­
talecimiento de Valencia dentro de su ción de López como candidato no po­
propio partido. Pero de otra parte, los día ser aceptada dada su condición de
dos grupos políticos que se oponían liberal, y que la del ex dictador era in­
doctrinariamente a la coalición, la constitucional, razón por la cual sus
ANAPO y el MRL, lograron avances votos deberían ser contabilizados
político-electorales bien significativos. como nulos. Pero el efecto fue preci­
samente inverso a lo deseado. Las ar­
gumentaciones y obstáculos legalistas
El ex general Rojas Pinilla contra las candidaturas de oposición
logró colocar 2 senadores sirvieron más para alimentar la ima­
y 6 representantes en las
elecciones de ¡962. En gen represiva y excluyente del Frente
total, MRL yAnapo, es Nacional que para aliviar efectivamen­
decir, la oposición, logró te sus temores de una potencial rup­
el 23.5% de la votación. tura del esquema.
Las elecciones presidenciales ter­
minaron favoreciendo al candidato
frentenacionalista, que obtuvo
1.640.000 votos, aproximadamente el
62 % del total. Pero los candidatos de
la oposición, Alfonso López Michel-
sen, Gustavo Rojas y Jorge Leyva, lo­
graron cerca del 38 % del respaldo
electoral, cifra que es bien significati­
va, por cuanto representa un incre­
mento de 15 puntos porcentuales en la
proporción de votos contra el sistema.
Además de ello, la abstención electo­
ral fue considerable, situación que
deslegitimó aún más los comicios. De
esta forma, el segundo presidente del
Capítulo 9 225

Frente Nacional arrancaba su gobier­ El presidente Alberto


no debilitado por unos resultados elec­ Lleras votando en las
torales que ponían en duda la calidad parlamentarias de marzo
de 1962.
democrática de su mandato, con una
rama legislativa en la que ya no poseía
el poder político suficiente para legis­
lar, con su propio partido escindido y,
para colmo de males, con una econo­
mía en bancarrota.

Un proyecto político ambiguo


El proyecto político de Guillermo
León Valencia era un modelo ambi­
guo. A diferencia de Alberto Lleras,
el presidente Valencia no poseía una
concepción elaborada y particular so­
bre la orientación que quería impri­
mirle al Estado, al proceso político y
al sistema de coalición.
La debilidad electoral demostrada
por el presidente lo llevó a diseñar un
nuevo esquema de colaboración bi­
partidista. La innovación, denomina­
Reunión bipartidista en
da la «milimetría», que consistía en re­ casa de Laureano Gómez:
partir la administración pública a to­ Antes de transcurridas tres semanas Héctor Charry Samper,
dos los niveles de acuerdo a la corre­ de posesionado, el presidente anunció Diego Tovar Concha,
lación de fuerzas de los distintos sec­ que solicitaría al Congreso facultades Alfredo Araújo Grau,
tores políticos en los cuerpos extraordinarias para administrar el Alvaro García Herrera,
Esmeralda Arboleda de
colegiados. problema de orden público. El obje­ Uribe, Hernán
Pero el rasgo distintivo del proyecto tivo de esas disposiciones no era otro Salamanca, Hernando
político de Valencia era su concepción que fortalecer la capacidad represiva Carrizosa Pardo, Alberto
del problema de la insurrección ar­ del Estado, suspender algunas de las Jaramillo Sánchez,
mada. El gobierno replanteó por com­ garantías procesales para delitos polí­ Antonio Rocha, Adán
Arriaga Andrade. El
pleto el modelo de la administración ticos, reformar la estructura de las laureanismo fue
anterior para lidiar con el fenómeno fuerzas armadas y ampliar las dispo­ derrotado en las
de la violencia política, que mal que nibilidades de recursos para la adqui- parlamentarias del 62.
bien había intentado ponderar el com­
ponente del diálogo y la reinserción
sobre el de la represión militar. Ins­
pirado en las tesis de Álvaro Gómez
Hurtado y los planteamientos del ge­
neral Alberto Ruiz Novoa, el presi­
dente Valencia encuadró los conflictos
domésticos en el contexto de la con­
frontación Este-Oeste, es decir, entre
la democracia liberal y el comunismo,
y se propuso eliminar las manifestacio­
nes domésticas de esa ideología. Era
la versión criolla de la «ideología de la
segundad nacional», que determinaría
con mayor o menor intensidad el ma­
nejo del conflicto entre el Estado y los
alzados en armas.
226 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Una crisis económica con


grandes repercusiones políticas
La situación económica, hacia el final
de la administración de Alberto Lle­
ras, se hizo evidentemente crítica.
Desde la segunda mitad del gobierno
de la «Restauración Nacional» las con­
sideraciones políticas pesaron más que
las técnicas en el manejo de la política
económica, de manera que se aban­
donó la idea de realizar un ajuste de
las finanzas públicas y fortalecer el
sector externo. El descenso de las re­
servas internacionales, debido a los
bajos precios del café y a la evidente
revaluación de la moneda, se volvió
cada día más crítico, amenazando con
sición de material bélico. Esta petición traducirse en una crisis cambiaría ge­
era fiel reflejo de su intención de for­ neralizada.
talecer el aparato militar como recurso La situación no daba espera y el go­
de poder político, situación que se bierno de Valencia, a los pocos meses
hizo evidente cuando, por encima de de su mandato, se vio en la obligación
dos generales de mayor graduación, de tomar medidas cambiarías y mo­
El candidato de coalición, colocó de ministro de Guerra a Ruiz netarias inaplazables.
Guillermo León Valencia, Novoa, ex comandante de las tropas
pronuncia un discurso en
El déficit fiscal tenía prácticamente
el claustro de San
colombianas en Corea y defensor de paralizada la administración pública,
Bartolomé, en Bogotá, un papel activo de las fuerzas armadas plagada de huelgas por incumplimien­
1962. en el proceso político. to de salarios, y la inversión estatal era
prácticamente inexistente. En el fren­
te externo las reservas internacionales
estaban casi agotadas y era urgente
detener su desangre, lo cual era im­
posible sin un crédito condicionado
(stand-by) otorgado por el FMI. Todo
ello llevó al gobierno a buscar la au­
torización del Congreso para aplicar
una devaluación masiva recomendada
por el FMI a finales del año, la cual se
decidió el 6 de noviembre y fue recha­
zada por la mayoría de los sectores
económicos.
El siguiente año, 1963, el ajuste fis­
cal aceleró el desempleo; la reducción
de las importaciones disminuyó el rit­
mo de la actividad económica; la de­
valuación disparó la inflación, y la au­
sencia de inversión pública acentuó el
empobrecimiento de las nuevas masas
urbanas producto de la migración.
El desempleo y la inflación desata­
ron una activa movilización sindical
que buscaba ante todo recuperar el re-
sago de los salarios frente a la cascada
Capítulo 9 227

de alzas en los bienes de consumo. El


crecimiento en el índice de precios
pasó de 4,3 % en el año 1962 a 27,2 %
en 1963.
A la agitación en la dimensión la­
boral se suma la presión patronal. Los
gremios empresariales se ven afecta­
dos por la política de austeridad.
En febrero de 1963, una asamblea
extraordinaria del gremio cafetero
amenazó con la promoción de un paro
cívico nacional, el cual fue desactivado
por el gobierno apelando al expedien­
te de hacer concesiones en materia
de política cafetera. Las consecuencias
políticas se empiezan a sentir. En
mayo, el líder de la ANAPO organiza
una serie de movilizaciones populares
urbanas, aprovechando la situación de nómicas. A mediados del año coinci­ Guillermo León Valencia
descontento, que pretenden desesta­ dieron amplias movilizaciones de los y Alberto Lleras, en
bilizar al gobierno y aun promover su estudiantes con una exacerbación de campaña electoral.
caída. Las manifestaciones culminan las luchas sindicales creando una si­
en disturbios bastante generalizados tuación política particularmente deli­
en las principales ciudades con un sal­ cada, la cual debilitó aún más al go­ El presidente Valencia
do importante de heridos. bierno, llevándolo a recurrir cada vez se dirige al Congreso
El descontento popular y los pro­ con más énfasis al poder disuasivo de acompañado por una
comisión de
blemas de orden público siguen incre­ la represión armada para poder recu­ parlamentarios, con
mentándose paralelamente con el de­ perar algo de estabilidad. Siendo los Alvaro Gómez Hurtado,
terioro de las condiciones socioeco- problemas de orden público la ame- agosto 7 de 1962.
228 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

pos; y la segunda, estrechamente li­


gada a la anterior, la competencia por
la presidencia para el período siguien­
te, que correspondería, según lo dis­
puesto en el acuerdo de coalición, al
partido liberal. Aunque en el pasado
el proceso de decisión sobre candida­
turas estuvo ligado a la correlación de
fuerzas que se expresara en las elec­
ciones de «mitaca», en 1964 se presen­
tó el fenómeno particular de que los
grandes jefes del liberalismo lanzaron
a Carlos Lleras Restrepo dos meses
antes de los comicios parlamentarios.
Del lado de la oposición liberal las
cosas tampoco eran fáciles. En primer
lugar, el MRL sufre el impacto de la
candidatura de Carlos Lleras que, por
su prestigio dentro del partido, arras­
tra algunos de los líderes de la disi­
dencia. Adicionalmente, un conflicto
Valencia y su ministro naza. más directa al régimen, el presi­ que estaba latente dentro del Movi­
de Guerra, Alberto Ruiz dente respondió ampliando el espacio miento Revolucionario Liberal desde
Novoa, presenciando el de injerencia política para las fuerzas su inicio, y que expresa bien su sigla
desfile militar del 20 —es decir la contradicción entre re­
de julio, en 1963. Por
armadas y, desde luego, el poder de su
indicios de un posible ambicioso ministro de Guerra. forma y revolución como modelo po­
golpe militar, Valencia lítico— es aprovechado por algunos lí­
lo destituyó el 27 de Las elecciones parlamentarias de deres encabezados por Alvaro Uribe
enero de 1965.
1964: viejas divisiones y nuevos Rueda para plantear una disidencia al
problemas liderazgo de López Michelsen. Nacen
entonces la «línea dura», que en alian­
Las elecciones parlamentarias de 1964 za con el partido comunista defiende
mezclan dos luchas distintas. La pri­ la vía revolucionaria, y la llamada «lí­
mera, la confrontación por la amplia­ nea blanda», que se apega a las ban­
Escándalo de un deras del reformismo democrático y el
candidato anapista al ción del espacio político y el poder
Concejo de Bogotá (1964). parlamentario de cada uno de los gru­ liberalismo popular, que inspiraron
desde su inicio la vida del movimiento.
La alternativa de la revolución armada
también se llevó algunos de los efec­
tivos jóvenes del MRL, que, bajo la
influencia del pensamiento revolucio­
nario de Fidel Castro y del «Che»
Guevara, optaron por la guerrilla
como instrumento de lucha política.
La consolidación de la ANAPO
también representa un reto para el
MRL y para el bipartidismo tradicio­
nal. El lenguaje llano y populista del
general Rojas le abre las puertas de las
masas urbanas que, recién llegadas a
las ciudades, encuentran en la sencilla
«dialéctica de la panela» una expre­
sión para su descontento con la situa­
ción social y económica.
Capítulo 9 229

Los resultados de las elecciones par­ za parlamentaria lo hizo en 350 %, La


lamentarias pusieron de presente la «Alianza» se enraizó entre el electo­
magnitud de la abstención electoral, lo rado popular urbano que hasta la fe­
que fue interpretado, con razón, como cha no había empezado a hacer su
una sanción política al gobierno y al irrupción en la vida política colom­
sistema del Frente Nacional. Mientras biana. Las ciudades fueron a partir
que en la «mitaca» de 1960 el 61 % de de ese momento la audiencia más
los potenciales votantes se abstuvie­ propicia para la campaña del general
ron, en 1964 esa cifra se elevó a cerca Rojas.
del 70 %. Los más desfavorecidos con Él fortalecimiento relativo de la
la abstención fueron los grupos fieles oposición en el Congreso de 1964 per­
a la coalición bipartidista, por cuanto mitió que la ANAPO y el MRL ac­
la oposición, MRL y ANAPO, logró tuaran de contrapeso decisivo en el
incrementar su fuerza político-electo­ debate de cualquier iniciativa legisla­
ral al pasar del 23,2 % de la votación tiva del gobierno, y que además tuvie­
total, en 1960, al 30 % en ese año. ran la capacidad suficiente para blo­
Este avance se tradujo en que el nú­ quear el normal desempeño de las de­
mero de curales en la Cámara, en po­ liberaciones de las cámaras.
der de los adversarios del Frente Na­
cional, pasara de 39 a 58. Guerrilla, orden público
En el campo del MRL los resultados y amenazas de golpe militar
favorecieron a la «línea blanda», que
muestra una evidente superioridad so­ Dentro del proyecto político del pre­
bre el ala radical, aunque la división sidente Valencia figuraba en lugar
parece haber afectado en algo el di­ destacado el enfrentamiento y extin­
namismo electoral del movimiento. El ción de la violencia rural. Según este
gran triunfador de la jornada fue el ge­ proyecto el papel de las fuerzas ar­
neral Rojas por cuanto su grupo po­ madas debería centrarse más en luchar
lítico logra impresionantes avances contra el enemigo interno, el comu­
políticos. Las cifras son elocuentes. La nismo, que prepararse para desactivar
Guillermo León Valencia
votación de la ANAPO creció en las remotas posibilidades de una agre- y su sucesor Carlos Lleras
158 % respecto a la de 1962 y su fuer­ sión extraterritorial. Restrepo.
230 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

El general Ruiz Novoa, primer mi­


nistro de Guerra del presidente Valen­
cia, es un oficial innovador que se con­
vierte en el impulsor de las acciones
cívico-militares orientadas a neutrali­
zar ideológica y militarmente a la gue­
rrilla, a través del llamado «Plan
Lazo». Los dos objetivos de su gestión
fueron erradicar el bandolerismo y las
«repúblicas independientes», pero los
acontecimientos de protesta que sus­
cita la crisis económica le entregan
funciones decisivas en la represión del
descontento y en la defensa de la es­
tabilidad del régimen. Ese sobredi-
mensionamiento político de las fuer­
zas armadas se expresa en las conti­
nuas intervenciones públicas del mi­
Avisos de recompensa por Esta redefinición de los ejes de la nistro de Guerra que adquiere un li­
denuncia de bandoleros acción militar implicaba un ejército derazgo dentro de la administración
en la pared de una políticamente activo, aunque ya no en que se extiende más allá de los aspec­
estación de policía rural, términos partidistas como en el pasa­ tos estrictamente castrenses.
años 60.
do, sino con un papel que desempeñar Los bandoleros, arrinconados polí­
como promotor del cambio social con­ ticamente y descalificados como ban­
trolado en las zonas de conflicto y didos por prácticamente todo el es­
como grupo interno de presión en fun­ pectro partidista, sufrieron la ofensiva
ción de unos criterios sobre la política, final por parte de las fuerzas militares.
la sociedad y la economía. Entre 1963 y 1965 desaparecieron, por
la efectividad de las armas o las re­
compensas oficiales, los últimos líde­
"Entre 1963 y 1965 res bandoleros. La muerte de Efraín
desaparecieron, por la
efectividad de las armas o
González en junio de 1965 cierra un
las recompensas oficiales, ciclo de cerca de seis años de actividad
los últimos líderes bandolera. De la lucha contra la delin­
bandoleros. La muerte de cuencia rural organizada se pasa a la
Efraín González en junio guerra contra las «repúblicas indepen­
de 1965 cierra un ciclo de dientes», que en parte se justifica asi­
cerca de seis años de
actividad bandolera." milando el bandolerismo a la organi­
zación y la autodefensa campesina.
Paralelamente, con el nacimiento de
un nuevo ejército se consolidaba una
variante de insurgencia guerrillera an­
tes desconocida. Los enfrentamientos
con las organizaciones campesinas im­
pulsaron la reactivación de los grupos
guerrilleros rurales, que ante la ofen­
siva decidieron optar por el camino de
la lucha permanente. Concretamente,
las FARC surgen de esa coyuntura y
de la toma militar de Marquetalia en
el primer semestre de 1964. Pero los
grupos guerrilleros también se gesta­
rán al calor de la lucha estudiantil y de
la inspiración de la Revolución cuba-
Capítulo 9 231

na. En 1965 inicia operaciones el Ejér­ Dos visitas de Estado


cito de Liberación Nacional, de ins­ durante la administración
piración castrista, que ve reforzada su de Valencia Muñoz: el
legendario general
capacidad ideológica con el posterior Charles De Gaulle,
ingreso del padre Camilo Torres. En­ presidente de Francia,
tre 1964 y 1965 se gesta el Ejército Po­ ante quien Valencia
pular de Liberación, como producto pronunció su famoso
de un rompimiento interno del partido "¡Viva España!", y
Walter Scheel, futuro
comunista. Estos grupos armados re­ ministro de Relaciones de
volucionarios son una manifestación Alemania y gran
política bien distinta a los guerrilleros impulsador de la
campesinos liberales y comunistas del "Ostpolitik.
decenio de los cincuenta.
El 10 de diciembre de 1964 algunos
dirigentes políticos e intelectuales
ofrecieron al general Ruiz Novoa un
homenaje en Medellín. La retórica de
los discursos no pudo ocultar la implí­
cita y vehemente solicitud de los ofe­
rentes para que asumiera la conduc­
ción del país. Las condiciones políticas
creadas por la amenaza de una huelga
general, a comienzos de 1965, le da­
rían la oportunidad para intentar con­
cretar esa aspiración. Pocos días des­
pués los generales Gabriel Rebéiz y
Gerardo Ayerbe le informaron al pre­
sidente que se tenían sospechas fun­
dadas de que el ministro planeaba un
complot con dirigentes de la UTC, lí­
deres políticos e intelectuales, para to­
marse el poder al calor de la protesta
obrera anunciada para el 25 de enero.
La decisión del mandatario fue inme­
diata: la destitución de Ruiz Novoa, el
ascenso de Rebéiz al ministerio y el
nombramiento de Ayerbe en la co­ promover su candidatura presidencial
mandancia del ejército. a través del Movimiento Democrático
La respuesta enérgica y tajante de Nacional, con el respaldo de Alvaro
Valencia desarmó lo que pudo haber Uribe Rueda y el poeta Alberto Za­
sido el comienzo de una segunda dic­ lamea. Las pretensiones políticas del
tadura militar en menos de diez años, destituido conspirador no encuentran
y probablemente el enrolamiento de eco y se frustran a los pocos meses.
Colombia en ese «ciclo nefasto» de
dictaduras militares que asoló Améri­ tt • • r •
La crisis económica
ca Latina en los siguientes quince y la legislación por decreto
años.
A nivel de las fuerzas armadas, el El continuo deterioro de las condicio­
cambio de dirigentes no alteró el rum­ nes económicas se convirtió en un per­
bo marcado por Ruiz Novoa, de forma manente dolor de cabeza para la ad­
tal que en marzo de 1965 se inicia la ministración Valencia, no sólo por los
toma de otras «repúblicas indepen­ problemas de protesta y orden público
dientes» como El Pato y Guayabero. que de esa situación se derivaban, sino
Por su parte, Ruiz Novoa se dedica a también por las restricciones que el
232 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

de centralización de los instrumentos


de política económica, requería el
apoyo de las dos terceras partes del
Parlamento para aprobar proyectos
decisivos en materias económicas, fis­
cales y cambiarías. El conflicto entre
un gobierno agobiado por las dimen­
siones de la problemática económica y
un Congreso paralizado en su labor,
marcaría todo el mandato de Valencia
y sólo se resolvería en 1965 y 1966 con
el expediente de recurrir a la decla­
ración del estado de sitio para legislar
por decreto.
La crisis económica no parecía me­
jorar, al tiempo que era palpable un
agudo deterioro de la situación cam­
biaría que dificultaba la consecución
de créditos externos indispensables
para mantener el sector público ope­
rando. El ministro de Hacienda Her­
nando Durán Dussán adelantó con­
El designado José Antonio proceso político le imponía a la for­ versaciones con la AID (Agencia In­
Montalvo Berbeo, recibe mulación de las medidas económicas. ternacional de Desarrollo) y el Banco
la Cruz de Boyacá en julio El creciente fortalecimiento de la opo­ Mundial con el objeto de conseguir fi­
de 1963. Sustituyó al nanciación adicional, indispensable
presidente Valencia entre
sición, que tomó como una de sus ban­
el 6 y el 8 de agosto del deras la descalificación de la política para mantener operando al sector pú­
mismo año. económica gubernamental, impedía la blico. Pero la ayuda, como es costum­
tramitación de los proyectos de ley en bre en estos organismos internacio­
el Congreso con la suficiente agilidad nales, estaba condicionada a la adop­
Guillermo León Valencia y alcance que exigía la gravedad de la ción de un conjunto de medidas de
recibe en San Carlos a situación. ajuste, entre ellas una nueva devalua­
Carlos Lleras, en agosto ción masiva. Durán Dussán propuso
de 1966, para iniciar el A pesar de que el gobierno, con la
empalme en la creación de la Junta Monetaria en en el consejo de ministros que se
administración. 1963, había alcanzado un alto grado adoptara el paquete de recomendacio­
nes, pero aplicando la devaluación de
manera que fuera disfrazada. En prin­
cipio el presidente Valencia estuvo de
acuerdo, pero cuando el rumor de la
posible devaluación se filtró a la opi­
nión pública, el mandatario desauto­
rizó categóricamente esa política.
Ante esa situación, a Durán Dussán
no le quedó más remedio que renun­
ciar y fue más adelante reemplazado
por Joaquín Vallejo.
El gobierno estaba contra la pared.
Para salir de la encrucijada, Valencia
decide recurrir a las facultades de ex­
cepción, contempladas en la declara­
toria del estado de sitio, para expedir
autónomamente los decretos en ma­
terias económicas. El ministro de go­
bierno de entonces, Alberto Mendoza
Capítulo 9 233

Hoyos, en su memoria al Congreso para adoptarlas, eran la respuesta de


dejaría constancia sobre la interpre­ un ejecutivo debilitado por su inca­
tación del gobierno en torno a las re­ pacidad para superar los obstáculos
laciones entre el ejecutivo y el legis­ que el proceso político le colocaba a la
lativo: «No es ningún descubrimiento formulación de la política económica.
apuntar que las fallas en el funciona­ Los años 1965 y 1966 constituyen el
miento del Frente Nacional se locali­ período en que se utilizan con mayor
zan principal y decisivamente en las intensidad los poderes de excepción
corporaciones de elección popular. Es contemplados en el artículo 121 de la
indudable que en ellas se evidencia Constitución nacional.
inacción y una creciente propensión a En todo caso los excesos de presi­
paralizarse...» dencialismo, en la formulación de
El 2 de septiembre comienza la cas­ la política económica, desatan un de­
cada de decretos ejecutivos en mate­ bate político sobre el alcance de los
rias económicas que se prolongará mecanismos de intervención econó­
hasta el gobierno de Carlos Lleras. mica con que cuenta el Estado. Ese
Las primeras medidas incluyeron la te­ proceso de discusión culminará en la
mida devaluación. El paquete econó­ adopción de una normatividad distinta Hernando Durán Dussán
mico, que fue recibido con arduas con la Reforma Constitucional de explica a los periodistas
críticas tanto del lado de los patro­ 1968. El principal antecedente del ac­ los motivos de su renuncia
nos como de los trabajadores, remo­ como ministro de
tual régimen de emergencia económi­ Hacienda el 22 de junio
zaba una jurisprudencia peligrosa en ca fue el contemplado en el proyecto de 1965, al haber sido
cuanto al alcance de los poderes, de de acto legislativo presentado por Al­ desautorizado por el
excepción del ejecutivo en circunstan­ fonso López Michelsen a considera­ presidente Valencia en
cias en que se encuentra turbado ción del Congreso de 1966, a raíz de relación con una
el orden público los acontecimientos arriba reseñados. inminente devaluación
que llegó a conocimiento
Las medidas, al igual que los pro­ Pero las consecuencias de los decre­ del público antes de ser
cedimientos seguidos por el gobierno tos económicos de septiembre van más decretada.
234 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

allá de despertar la inquietud por una to, de la vigencia del estado de sitio,
revisión constitucional. La devalua­ hacía de esos temas tópicos recurren­
ción agudizó las presiones inflaciona­ tes con los que se buscó movilizar el
rias que se tradujeron en una reduc­ descontento de unas masas evidente­
ción en el nivel de vida de los asala­ mente inconformes con todo lo que
riados, que a la vez reaccionaron con había significado el gobierno de Va­
una escalada en la agitación laboral y lencia. Además, y éste es un aspecto
con amplias movilizaciones de protes­ importante, el MRL aprovechó la
ta de estudiantes y trabajadores. La campaña para proponer una candida­
crisis económica trajo así más tensio­ tura única y de convergencia para la
nes e inestabilidad política. Se decla­ oposición.
raron en huelga el sindicato de Tele- Los lincamientos de la campaña de
com, los maestros, los trabajadores de la ANAPO no fueron muy distintos a
la rama jurisdiccional y los obreros de los trazados de López Michelsen. Pero
algunos sectores de la actividad indus­ el general Rojas y su grupo optaron
trial. También aparecen con inusitada por un estilo mucho menos coherente,
intensidad los paros cívicos locales o ideológicamente hablando, más po­
regionales como una nueva forma de pulista, cargado de giros emotivos y
protesta política. demagógicos en favor de una «revo­
Esta coyuntura, que coincidía con el lución nacionalista, católica y popu­
inicio de la campaña para la renova­ lar». La lucha contra la oligarquía, la
ción de la rama legislativa y con la nacionalización de sectores económi­
elección presidencial, puso a la pro­ cos, el hambre, la represión y la polí­
blemática económica en el centro del tica económica eran términos que se
debate político. entremezclaban para producir un dis­
curso impactante entre los sectores
Las elecciones de 1966: populares.
polarización de las opciones La crítica a la devaluación, medida
en juego que era mirada con terror por los asa­
lariados y los pequeños empresarios,
Las elecciones parlamentarias de se convirtió en una constante en las in­
1966, como antesala de la escogencia tervenciones de los candidatos de la
presidencial para el tercer mandato ANAPO a las corporaciones públicas.
del Frente Nacional, tenían un espe­ Eran frecuentes las referencias a Lle­
cial significado político. ras Restrepo como «Carlos, el Deva-
El MRL se encontraba en una po­ luador», y se sostenía que una vez lle­
sición difícil por cuanto desde los re­ gado al poder el jefe liberal procedería
sultados de las elecciones de 1964, la a depreciar aún más la moneda.
sensación de un debilitamiento elec­ La coalición bipartidista, comanda­
toral era cada día más fuerte. En esa da por Carlos Lleras, basó su campaña
medida, la batalla que se estaba dando en el respaldo al Frente Nacional, en
era decisiva, pues determinaría el ca­ el apoyo al programa del candidato
mino a seguir y el futuro político de presidencial y en la necesidad de for­
Alfonso López Michelsen. La campa­ talecer a la coalición bipartidista en las
ña de la disidencia liberal se enfocó corporaciones públicas para poder sa­
contra Carlos Lleras, como candidato car adelante las reformas necesarias.
y representante del «sistema excluyen- Los resultados electorales del 20 de
te» del Frente Nacional. De la misma marzo trajeron algunas sorpresas. El
forma, se colocó en el blanco de los primer rasgo destacado es el fortale­
ataques a los gremios, acusándolos de cimiento del liberalismo oficialista.
intervención antidemocrática en polí­ Este sector logra incrementar su par­
tica por su abierto respaldo a Lleras ticipación en la votación total del
Restrepo. La impopularidad de la de­ 35 % en 1962 a cerca del 39 % en las
valuación, de la legislación por decre­ elecciones parlamentarias de 1966.
Capítulo 9 235

Dentro del conjunto del partido libe­


ral el ala oficialista también se conso­ LOS BUSCA EL. PUEBLO
lida. El MRL sufre un debilitamiento
considerable de su electorado, que
pasa de representar el 36 % de la vo­
tación del liberalismo, a sólo el 27 %,
en el mismo período. En términos ab­
solutos, el movimiento disidente acau­
dillado por Alfonso López Michelsen
pierde cerca de la mitad de sus votos
entre las dos elecciones.
Para el ospinismo, que era el socio
conservador de la administración Va­
lencia, las elecciones parlamentarias
se convierten en una sorpresiva y con­
tundente derrota. Mientras que este
sector controlaba en 1962 el 57 % de
los votos conservadores, su participa­
ción desciende, cuatro años después, a Carlos «El Devaluados Lleras Restrepo
sólo el 34 %. El alvarismo logra man­ Mariano «E> Urbanizados Ospina Pérez
tener con dificultad los niveles de vo­ montes Crímenes Atr¿ e
tación obtenidos en los comicios de Asociación par» »»raa<it»a rjlaotxi! popular
1962. La eleva laaei oo de 1 pe »o ; » r :ale er el Dolar y el »=p<
La eaisicJn de aoneda t »: liarle «» olor a loe •<
En el campo de la oposición, la pagar lo •CUtli'RA " i I <• Nacional
ANAPO surge como el indiscutido La Balvariación de fo' !>j i-o» poi val

vencedor. Los resultados electorales de


*1 loe traniportee
revelaron que la Alianza Nacional Po­ II lo» vivera»
pular había logrado una formidable II la educación
II la» drogas
ampliación de su poder político y de II la gasolina r la» 1
sus representantes en el Congreso. II ios servirlo» • •
Entre 1962 y 1966 el movimiento del FAOMTUARlO E»' tetjWtO'' h4L«r' p«*r
ORA- 1 »elu»n rrjr> g«kinr6R •!«•' *
general Rojas logra elevar su partici­ Celabo'e Ud en le bu*-|u«»dR (!• •*’ •
pación en la votación total del 3,4 al popule' c.oni'0 el »eg>me i ••
r ee roaoexeeneo CUAlQUIf» iNfOWMl O» »’O> SUlt’Oi v '
18 %, aproximadamente. En términos
FUfOt OAAIO O |N
parlamentarios, este dinamismo elec­ M. R. L. COMANDO DISTRITAL CARPIRA 13 N 13 T3
toral les significó adquirir el control
sobre 46 curules adicionales en Sena­
do y Cámara.
El MRL asumió una nueva estrate­ ras de cambio institucional que se ha­ Carlos "El Devaluador"y
gia política. El desfavorable resultado bían sostenido en la oposición. En la Mariano "El
electoral aconsejó un retiro de la con­ arena política sólo quedaban en pie Urbanizador" en panfleto
del MRL.
tienda presidencial y el acercamiento dos contendores: el candidato del
al oficialismo liberal, con la esperanza «Frente de Transformación Nacional»
de impulsar desde adentro las bande- y la ANAPO.
236 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

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Capítulo 10 237

Carlos Lleras y Misael Postraría:


reforma del Estado
y crisis del Frente Nacional
Gabriel Silva Luján dalecio Liévano Aguirre, Fernando
Mazuera, Abelardo Forero, Carlos
Arango Vélez, Darío López Ochoa,
Carlos Lleras Restrepo: Alfredo Duarte Blum y José Jaramillo
presidencialismo, reforma del Giraldo. Después de consultas, distan-
Estado y desmonte del Frente ciamientos y acercamientos, Rojas re­
Nacional dujo sus elegidos al nombre de Fer­
nando Mazuera Villegas, quien aceptó

L a candidatura presidencial de
Carlos Lleras Restrepo se forta­
leció con los resultados electorales de
marzo. El jefe liberal llevaba dos años
la postulación, pero con la condición
de que los demás grupos de la oposi­
ción le dieran su respaldo.
El marginamiento de López Mi-
recorriendo el país, en compañía de chelsen de la contienda presidencial, a
los líderes políticos de los dos parti­ raíz de los resultados electorales de
dos, defendiendo su nombre y divul­ marzo, y el llamamiento a la absten­
gando sus ideas. El hecho de que Lle­ ción que hiciera Alvaro Gómez a sus
ras Restrepo contara con el respaldo seguidores, impidieron que prospera­
de sectores de las bases liberales por ra la alternativa presidencial sugerida
su apoyo a la reforma agraria y por su por la ANAPO. Ante esa situación el
tradición como jefe del partido, al general Rojas decide lanzar como can­
tiempo que se movía con fluidez en didato de su movimiento a José Jara-
ciertos círculos del capital por su pres­ millo Giraldo, parlamentario con poca
tigio de administrador y tecnócrata, resonancia a nivel nacional. Eviden­
inclinó inexorablemente la balanza temente, esta opción presidencial no
electoral en su favor. era una amenaza para Carlos Lleras
Rojas Pinilla intentó crear un frente Restrepo.
unido para respaldar un candidato de Los resultados electorales le fueron
oposición. Inicialmente el jefe de la ampliamente favorables: Lleras obtu­
ANAPO propuso un grupo de nom­ vo cerca de las tres cuartas partes de
bres sobre los que se podría llegar a un la votación total, 1.891.175 sufragios.
acuerdo para escoger el candidato úni­ A pesar de ello, y sobre todo si se tie­
co. Algunos de los elegidos fueron In­ ne en cuenta la precariedad de su can-
238 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

sidencia y el Congreso nacional, y en


la utilización del estado de sitio para
lograr, mediante los poderes de excep­
ción, algún margen de autonomía y
gobernabilidad. En la interpretación
del presidente, este objetivo implicaba
replantear la norma plebiscitaria que
exigía el voto favorable de las dos ter­
ceras partes de los parlamentarios pa­
rar aprobar las leyes, al igual que re­
ducir el alcance de los poderes deci­
sorios del legislativo sobre los actos de
gobierno, especialmente en lo referen­
te a la intervención estatal en la eco­
nomía.
En segundo lugar, el Frente Nacio­
nal no había logrado superar la pro­
blemática económica crónica que cada
año o dos se traducía en la amenaza
de una crisis cambiaría o en un déficit
fiscal capaz de paralizar la gestión pú­
blica. Paralelamente, el crecimiento
económico distaba de ser satisfactorio,
el empleo disponible no correspondía
a la demanda de puestos de trabajo
—que era explosiva por el crecimiento
demográfico y la migración rural ur­
bana—, la inflación minaba el poder
adquisitivo de los salarios, incentivan­
do el descontento y la agitación labo­
didato, la ANAPO mostró un desem­ ral. De esta forma, uno de los ejes
Carlos Lleras Restrepo,
tercer presidente del peño aceptable. De controlar el 18 % neurálgicos sobre el que giró toda la
Frente Nacional, óleo de los votos depositados en parlamen­ concepción de gobierno del presidente
de Blanca Sinisterra de tarias pasó a movilizar el 28 % en las Lleras fue encontrar una salida polí­
Carreña en el Museo
elecciones presidenciales. tica para dotar al Estado de una es­
Nacional, Bogotá. tructura institucional y organizativa
para actuar efectivamente sobre la
El proyecto político problemática económica y para pro­
del presidente Lleras Restrepo mover el desarrollo.
Fernando Mazuera El proyecto político del presidente Por último, cabe destacar dos as­
Villegas, precandidato Lleras Restrepo surgía como respues­ pectos adicionales que marcaron pro­
de Rojas Pinilla en ta a una serie de problemas específicos fundamente su proyecto político. El
las elecciones de 1966. de carácter político y económico que primero fue la desconfianza de Carlos
recurrentemente actuaron como fuen­ Lleras hacia la «clase política» como
tes de inestabilidad para el sistema del conductora y orientadora de la acción
Frente Nacional. En primer lugar, gubernamental, a pesar de que duran­
Lleras veía la necesidad de superar la te su vida pública él había sido miem­
crisis de conducción y autoridad del bro activo de ella. La concepción lle-
ejecutivo, frente a las demás ramas del rista del Estado buscó disminuir el es­
poder público, que se manifestó con pacio de poder y de influencia de los
toda su intensidad en la administra­ políticos tradicionales, al tiempo que
ción de Guillermo León Valencia. La ponderó el componente tecnocrático
debilidad del ejecutivo se reflejaba en en los procesos de decisión en concor­
el permanente conflicto entre la pre­ dancia con las tesis promovidas por los
Capítulo 10 239

organismos internacionales. El segun­


do aspecto era el propio estilo de man­
do de Carlos Lleras, que se podría ca­
racterizar como rígidamente presiden-
cialista.
La formulación concreta del proyec­
to político puesto en marcha por Lle­
ras Restrepo distaba mucho de la am­
bigüedad e incoherencia del de su an­
tecesor. En escritos anteriores a 1964,
y a partir de ese año, el candidato de
la coalición delineó los puntos centra­
les de su plataforma de gobierno: for­
talecimiento del régimen presidencial;
abolición del requisito de la mayoría
de las dos terceras partes; eliminación
del «gobierno de los directorios polí­ tre se volvió impostergable la adop­ El liberal José
ticos»; reglamentación de la paridad, ción de medidas para manejar la si­ Jaramillo Giraldo es
desmonte parcial gradual de las insti­ tuación. El gobierno intentó resolver proclamado candidato
tuciones del Frente nacional; reforma los apremios de liquidez recurriendo a de Anapo a la
presidencia, por
a los poderes del Congreso nacional; un crédito de «stand-by» con el FMI Gustavo Rojas Pinilla
reforma departamental; reorganiza­ (crédito condicionado) para resolver y María Eugenia Rojas,
ción y centralización del ejecutivo, en­ los problemas más apremiantes como abril 3 de 1966.
tre otros. eran el pago del servicio de la deuda
En síntesis, el gobierno de Carlos externa pública y privada y la cance­
Lleras asumió la tarea de transformar lación de importaciones vitales para el
la estructura político-institucional con funcionamiento económico.
el objeto de fortalecer la autoridad El gobierno solicitó del Fondo Mo­
presidencial, ampliar el poder del eje­ netario una suma de sesenta millones
cutivo frente al legislativo, incremen­ de dólares. La respuesta de la entidad
tar la influencia de los técnicos sobre financiera internacional estuvo acom­
las decisiones del Estado y elevar sus­ pañada de una serie de «recomenda­
tancialmente la capacidad de interven­ ciones» sobre medidas de política eco­
ción directa del aparato estatal en la nómica que en su criterio era indis­ María Eugenia Rojas,
economía. Estos principios se reflejan pensable aplicar para poder sanear de­ capitana de Anapo,
durante una manifestación
claramente en las iniciativas de refor­ finitivamente los recurrentes desequi­ de su grupo frente a
ma constitucional puestas a conside­ librios en el sector externo. Las la Gobernación en
ración del Congreso y en las batallas sugerencias del FMI correspondían a Bogotá, mayo 4 de 1966.
políticas que libró Lleras Restrepo a lo
largo de los cuatro años de su man­
dato.

La confrontación entre el
presidente Lleras y el FMI

A las pocas semanas de su ascenso al


poder, la administración Lleras Res­
trepo tuvo que afrontar la amenaza de
una posible crisis cambiaría, acompa­
ñada de una moratoria en el servicio a
la deuda. El desequilibrio en la balan­
za de pagos se agravó desde comien­
zos de 1966, y para el segundo semes-
240 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

un clásico esquema ortodoxo de ajuste


económico. El fondo abogaba por una
diversificación del sector exportador,
la operación libre de los mercados, la
liberación de importaciones, la elimi­
nación de los controles cambiarlos, la
supresión de subsidios y la aplicación
de una devaluación masiva. Este últi­
mo aspecto, junto con el de la libera­
ción de importaciones, fueron las pie­
zas claves del conflicto entre el presi­
dente Lleras y los funcionarios del or­
ganismo de crédito. Implícitamente la
posición del FMI llevaba un rechazo a
los programas y propuestas del equipo
económico de Lleras Restrepo.
El presidente respondió al FMI con
una propuesta que recogía algunos de
los aspectos que eran relevantes para
el FMI, como el control al desborda­
miento monetario y al déficit fiscal.
Para el organismo financiero la clave
era la aplicación de la devaluación ma­
siva. Pero para el gobierno el ajuste
debería hacerse sin devaluación y con
un incremento de los controles cam­
biados gubernamentales, al igual que
con mayor intervención del Estado en
la dirección de la actividad productiva
y el desarrollo económico.
La contradicción entre las dos con-
cepciones de política económica en­
Carlos Lleras cerraba un evidente dilema político.
en campaña
(foto tomada
La adopción del programa del FMI
en el Chocó) significaría una devaluación masiva,
y el día de su contra la cual la sociedad estaba pre­
posesión venida. Las perniciosas consecuencias
presidencial, que trajeron las fuertes devaluaciones
agosto 7 de decretadas durante la administración
1966.
Prestó el del presidente Valencia en el compor­
juramento ante tamiento del costo de vida y el em­
Eduardo Abuchaibe, pleo, al igual que su devastador im­
presidente pacto sobre la estabilidad política,
del Senado, rondaban como un fantasma sobre las
y Carlos Daniel
Abello Roca,
cabezas de un equipo económico que
presidente acababa de posesionarse. De la misma
de la Cámara. forma, la campaña electoral de la opo­
sición había recurrido insistentemente
a la sensibilidad de una comunidad
que rechazaba de plano la devalua­
ción, acusando a Lleras Restrepo de
que una vez posesionado procedería a
tomar medidas en esa dirección. Todo
ello condujo a que el gobierno deci-
Capítulo 10 241

Eduardo Frei Montalva,


presidente de Chile,
y Raúl Leoni, de
Venezuela, quienes
asistieron a los actos
de toma de mando
de Carlos Lleras.

diera incurrir en los potenciales costos hemorragia cambiaría. Posteriormen­


económicos y financieros de una con­ te, el gobierno adoptaría un esquema
frontación con el Fondo Monetario, más global y ambicioso para superar la
antes que aceptar sus sugerencias, que crónica debilidad del sector externo
implicaban un acelerado debilitamien­ mediante la expedición del decreto
to político del presidente y un des­ 444, que fue la base de la exitosa po­
membramiento de su programa de go­ lítica de promoción de exportaciones
bierno en el frente económico. que se siguió en ese cuatrenio. Pero la
Las negociaciones con el Fondo ruptura de negociaciones con el FMI
Monetario Internacional se rompieron también cumplió un papel importante
el 26 de noviembre de 1966, razón por en el fortalecimiento de la autoridad
la cual el gobierno procedió a aplicar presidencial frente a la oposición, al
su propia medicina para conjurar la igual que en la ampliación del respal­
crisis externa. Apelando a las facul­ do público a la gestión del primer
tades conferidas por el estado de sitio, mandatario. En el discurso anuncian­
el presidente Lleras procedió a expe­ do las medidas de emergencia, el 29 de
dir una serie de decretos que modifi­ noviembre de 1966, el presidente Lle­
caban la política cambiaría. ras planteó el enfrentamiento con el
En síntesis, era la aplicación prác­ Fondo Monetario como la consecuen­
tica de la solución presidencial al pro­ cia lógica de una posición nacionalista.
blema cambiario: controles sobre la El gobierno no se dejaría imponer me­
circulación de divisas; restricción de didas que atentaban contra el nivel de
todas las importaciones y de los giros vida del pueblo, promovían la inesta­
en moneda extranjera, rechazo a la bilidad sociopolítica y recortaban la
devaluación masiva y eliminación del soberanía de la nación, que además
mercado libre de dólares. eran desobligantes por cuanto desco­
Desde la perspectiva económica, las nocían la capacidad técnica del equipo
medidas fueron suficientemente efec­ económico y querían limitar su inde­
tivas en el corto plazo para detener la pendencia. El presidente terminó sus
242 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

palabras solicitando el apoyo de los ba en una condición privilegiada para


ciudadanos para sacar adelante el pro­ acometer con garantía de éxito el la­
grama de emergencia, que en su cri­ borioso y complejo proceso de trans­
terio defendía los intereses nacionales, formación de las estructuras políticas
permitiéndole así al gobierno enfren­ e institucionales, que se había iniciado
tar al FMI, ya no con una rodilla en el con la presentación de los proyectos
suelo, sino con un esquema de política de reforma constitucional al iniciarse
económica firme, coherente y respal­ el gobierno.
dado por la comunidad.
El lenguaje de este mensaje tuvo re­ La reforma constitucional de 1968
percusiones inmediatas. Los principa­
les centros del poder político, econó­ El ministro de Gobierno, Misael Pas-
mico y social, con contadas excepcio­ trana Borrero, inició a nombre de la
nes, manifestaron públicamente su fir­ admimstración Lleras el trámite de
me respaldo a la «valerosa posición» la reforma constitucional el 24 de
del mandatario. Pero más importante agosto de 1966. El senador del MRL
aún es que ese sentimiento trascendió Carlos Restrepo Piedrahíta presenta
los cerrados círculos gremiales y llegó ponencia favorable ante la Comisión
a las gentes de la calle que calificaban Primera el 6 de septiembre. Los 35 ar­
a Lleras Restrepo de hombre corajudo tículos que conforman el primer pa­
y «con pantalones». Es indudable que quete de propuestas buscan una redis­
el gobierno obtuvo una importante tribución de facultades, funciones y
victoria política. competencias, de manera que el eje­
El impasse con el FMI dejó a la cutivo tenga mayor poder decisorio en
oposición en una situación muy incó­ el ámbito económico y en el manejo
moda. Si la ANAPO y el alvarismo fiscal y cambiario.
optaban por enfrentarse a las medidas La presentación de los proyectos de
del gobierno, corrían el riesgo de que reforma constitucional despertó dife­
la opinión y los políticos del otro ban­ rentes reacciones entre los grupos po­
do los colocaran como defensores de líticos. El MRL encontró en la discu­
las imposiciones inaceptables del or­ sión de la reforma un terreno de con­
ganismo internacional. Pero no hacer vergencia ideológica que le permitió el
nada también los debilitaba en la me­ acercamiento al liberalismo oficialista.
dida en que el gobierno estaba apro­ Desde el comienzo de los debates, Ló­
vechando el conflicto para ampliar su pez Michelsen se mostró dispuesto a
espacio de apoyo político. En la prác­ acompañar al gobierno en la mayoría
tica, parece ser que la crisis redujo la de las iniciativas. Por su parte, el al-
efectividad política de la oposición y le varismo aprovechó las circunstancias
permitió al presidente Lleras Restrepo para agudizar las críticas a Lleras Res­
impulsar colateralmente otros proyec­ trepo, acusándolo de «hegemonismo»
tos e ideas que bajo distintas circuns­ y de pretender implementar un marco
tancias, sin contar con ese apoyo de la institucional favorable a los intereses
opinión pública, hubieran tenido que del liberalismo. En la misma dirección
remontar el difícil obstáculo de unas se expresó la mayoría de la ANAPO.
fuerzas opositoras beligerantes. Es así Pero en el bloque frentenacionalista
cómo en febrero de 1967 el gobierno las opiniones tampoco eran homogé­
logra que le sean aprobadas en el Con­ neas. Algunos de los socios conserva­
greso las facultades extraordinarias dores del gobierno se abstuvieron de
para legislar en materia económica, apoyar las propuestas en el Parlamen­
que habían sido rechazadas previa­ to. Por ello, a Mariano Ospina le tocó
mente, con las cuales se expiden los apelar a su autoridad política para sa­
decretos que regirán definitivamente car avante los debates iniciales de las
la política cambiaría. Con esos triun­ medidas en la Comisión Primera del
fos en el bolsillo, el gobierno se situa­ Senado.
Capítulo 10 243

El jefe del ospinismo y Carlos Lle­ Misael Postraría Borrero,


ras, reunidos en la primera semana de ministro de Gobierno
enero de 1967, acuerdan las bases para de Carlos Lleras desde
desmontar parcialmente las institucio­ agosto del 66 hasta
noviembre del 68, fue
nes de coalición, pero de manera tal el encargado de presentar
que aun después de la terminación for­ al Congreso el proyecto
mal del Frente Nacional, en 1974, se de reforma constitucional,
mantendría el «espíritu del gobierno trámite que se inició
compartido». En esas conversaciones el 24 de agosto de 1966.
La reforma buscaba un
se concreta la iniciativa de prolongar mayor poder decisorio
la paridad hasta 1978 y, a partir de ese del ejecutivo en los
año, garantizar la participación «ade­ ámbitos económico,
cuada y equitativa» en la administra­ fiscal y cambiario.
ción pública para el partido que si­
guiera en votos al del presidente elec­
to. Para la rama legislativa se acordó
una transición gradual que se iniciaría
en 1970 mediante la eliminación de la
distribución paritaria de las curules.
Igualmente, quedaría suprimida la
obligación de presentarse exclusiva­
mente como liberal o conservador;
medidas que se harían extensivas a la
Cámara y el Senado a partir de las
elecciones a corporaciones públicas de
1974. Igualmente, la regla de las dos
terceras partes seguiría vigente para
reformar la Constitución y para cam­ la plenaria de la Cámara se pronun­
biar las normas de carácter electoral. ciaría en la misma dirección. Pero ven­
El alcance de las medidas se modi­ drían tiempos de tormenta cuando el
ficaba como resultado de las adiciones Congreso entrara a considerar, duran­
de nuevos artículos al proyecto, por te el segundo semestre de 1967, dos
parte del gobierno y los parlamenta­ nuevos paquetes de reformas consti­
rios, al igual que como resultado de tucionales presentados por el gobier­
los debates y las transacciones. Aun no, que tocaban aspectos más direc­
así, ya para febrero de 1967, el go­ tamente relacionados con los intereses
bierno había logrado la aprobación en de los parlamentarios, como la com­
la Comisión Primera del Senado de un posición del Congreso nacional, los
proyecto de reforma que respetaba en auxilios parlamentarios y el régimen
gran medida las ideas del presidente departamental.
Lleras Restrepo. Una adición impor­ La propuesta de desmontar la regla
tante fue la norma que vendría a ser de las dos terceras partes dejaba a la
el artículo 122 de la Constitución na­ oposición sin el poder de obstrucción
cional, mediante el cual se establecía de la actividad parlamentaria, lo que
el estado de emergencia económica, colocó a las minorías, el alvarismo y la
propuesto y defendido por López Mi- ANAPO, en la incómoda situación de
chelsen. tener que defender una típica institu­
A comienzos de junio de ese mismo ción frentenacionalista. De otra parte,
año, y después de prolongados deba­ un sector importante de la bancada
tes, votaciones repetidas, presiones y conservadora, de uno y otro bando,
amonestaciones, la plenaria del Sena­ sostenía que la eliminación de la pa­
do aceptó el primer paquete de lo que ridad en el ejecutivo, la generalización
llegaría a conformar la reforma cons­ del sistema de cuociente electoral y la
titucional de 1968. El 6 de septiembre reducción del número de curules es-
244 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

taba orientado a debilitar la represen­ mera vuelta y de darles luego pronta


tación de su partido en el Congreso aprobación en la segunda... No ten­
nacional. dría, en efecto, sentido el que se pre­
La reforma constitucional se tiene tendiera imponérseme la obligación
que enfrentar, durante el último se­ de continuar como jefe del gobierno y
mestre de 1967 y el primero de 1968, cabeza de una coalición política des­
al obstáculo de una coalición oposi­ montando al mismo tiempo los pro­
tora compuesta por el alvarismo, la gramas que ese gobierno y esa coali­
ANAPO y un grupo de parlamenta­ ción han sustentado.» En otros tér­
rios del ospinismo y del liberalismo minos, el presidente Lleras Restrepo
oficialista. El gobierno no obtiene el buscaba un voto de confianza, ponien­
voto favorable de la mayoría requeri­ do como condición para seguir en el
da para la aprobación de aspectos cla­ cargo la aprobación de la reforma
ves como eran la implantación del constitucional.
cuociente electoral y la supresión de la La jugada política produjo sus efec­
paridad en el legislativo. Era paradó­ tos. Llovieron los mensajes y las ma­
jico que el gobierno del Frente Nacio­ nifestaciones de respaldo. En el Se­
nal, que había salido fortalecido de las nado la oposición pidió la cabeza del
elecciones a corporaciones públicas de presidente, por su abierta intromisión
marzo de 1968, se viera en aprietos en los asuntos de competencia del le­
para impulsar su proyecto político. gislativo, pero pudo más la presión po­
Ante esa situación de estancamiento lítica y el temor a dejar acéfala la coa­
de las iniciativas de reforma a la Carta lición y la administración pública. So­
Fundamental, el presidente Lleras metida a votación, los senadores re­
Restrepo asume un riesgo calculado: chazaron la renuncia por 71 votos con­
presenta renuncia al cargo ante el Se­ tra 31; y el 18 de junio fue aprobado
El presidente Lleras
nado. el proyecto de acto legislativo, dán­
anuncia al país por la El 11 de junio un país perplejo ve a dole vía libre para el segundo debate
televisión que ha su presidente en la televisión infor­ en las sesiones que se iniciarían a las
presentado su renuncia pocas semanas.
ante el Senado, el 11
mando sobre la renuncia que acaba de
de junio de 1968, por ofrecer a la Cámara Alta. El gobierno consolidó los tres pa­
encontrarse detenidas El sentido político de la renuncia se quetes de reformas constitucionales en
en el Congreso las hace evidente cuando el mandatario un solo proyecto de acto legislativo
propuestas de reforma. plantea: «Yo tendría el derecho de en­ unificado, que fue presentado a finales
Era una sorpresiva
medida de presión
tender que la no aceptación de esta re­ de septiembre para segundo debate en
y la solicitud de nuncia conllevaría la voluntad mayo- el Congreso. El texto definitivo había
un voto de confianza ritaria de aprobar los dos proyectos de sido el resultado de un proceso de
a su gobierno. acto legislativo pendientes en la pri­ acercamiento y conciliación de las dis­
tintas posiciones, llevado a cabo en el
seno de una comisión bipartidista y bi-
cameral creada por el gobierno y los
directorios políticos. Pero para esta
época el efecto disuasivo de la renun­
cia presidencial ya se había desvane­
cido, por lo que la administración Lle­
ras tendría que librar esa definitiva ba­
talla política apelando a otras armas.
La discusión de la reforma consti­
tucional en la Comisión Primera del
Senado llevó al estancamiento del pro­
yecto. La ausencia de los parlamen­
tarios del ospinismo impidió que se
llegara a sumar el voto favorable de
las dos terceras partes, por lo que en
Capítulo 10 245

la primera semana de noviembre el


gobierno se enfrentó a la reticencia del
conservatismo parar aprobar las me­
didas. La imposibilidad del ministro
de Gobierno, Misael Pastrana, para
imponer la disciplina sobre los parla­
mentarios de su grupo lo obligó a re­
nunciar. En reemplazo fue nombrado
Carlos Augusto Noriega, conocido po­
lítico conservador que poseía la repu­
tación de ser un hábil y experimentado
parlamentario.
Los senadores liberales tampoco te­
nían una posición homogénea ya que
algunos de ellos se enfrentaban al re­
corte de atribuciones y poderes del
Congreso nacional. La labor de con­ Samuel Moreno anunció el respaldo Carlos Augusto Noriega,
vencimiento de López Michelsen y del de la ANAPO a la reforma constitu­ pocos días antes
mismo presidente terminó por poner­ cional para lograr su aprobación, con­ nombrado ministro de
Gobierno, saluda a
los del lado del proyecto, aunque de­ juntamente con el liberalismo oficia­ congresistas al
jaron constancia de no compartir el lista. El presidente Lleras estimuló esa anunciarse la crisis
desmesurado fortalecimiento de la ins­ actitud insinuando que Rojas podría de gabinete del 28 de
titución presidencial. Pero si en el llegar a ser el socio del liberalismo en noviembre de 1968,
campo liberal se lograba el consenso, el poder. Para la ANAPO el atractivo con la cual Lleras
Restrepo rompió la
en el conservador se agudizaban los de entrar por primera vez a formar oposición del ospinismo
enfrentamientos. parte del gobierno era muy grande, ya a las reformas.
El ospinismo se pasó a la oposición que podría significar una cuota impor­
rechazando las reformas, especial­ tante de activos burocráticos y, lo que
mente aquellas que tenían que ver con era más significativo, lograr el apoyo,
la composición del Congreso, argu­ o por lo menos la neutralidad, del li­
mentando que debilitaban considera­ beralismo en la contienda presidencial Lleras Restrepo durante
blemente la fuerza parlamentaria de de 1970. la celebración del 20
su partido. El punto de vista de los Para los conservadores no pasó de­ de julio, en 1969, con
unionistas, que coincidía con el alva- sapercibida esa posibilidad y pudo más el general Ayerbe Chaux,
rismo en este aspecto, desbarataba de el temor de que una ruptura con el go­ Douglas Botero Boshell
y Abdón Espinosa
hecho la coalición gobernante y colo­ bierno se tradujera en la pérdida de la Valderrama, ministros
caba a las dos facciones conservadoras candidatura para el siguiente período de Guerra, Gobierno
en la oposición. presidencial, que el remoto riesgo de y Hacienda.
Ante esos acontecimientos, Lleras
Restrepo recurre a otra maniobra po­
lítica espectacular: a finales de no­
viembre le pide la renuncia a todos sus
ministros. Esta drástica medida bus­
caba advertir al ospinismo, o «unio-
nismo», sobre lo que podría significar
política y burocráticamente seguir in­
sistiendo en la oposición a la reforma.
Además, con esta decisión, dejaba
abierta la posibilidad de que nuevas
fuerzas, incluida la ANAPO, pudieran
entrar como contraparte conservadora
en la coalición gobernante.
El movimiento del general Rojas
picó el anzuelo. El 29 de noviembre,
246 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

de este conjunto de cambios, es im­


portante destacar la proliferación de
organismos descentralizados creados
por el gobierno que le quitaban fun­
ciones a los niveles municipal y depar­
tamental, al igual que disminuía la au­
toridad política de los ministerios.
Una dimensión relevante de la refor­
ma constitucional fue la que tiene que
ver con la capacidad de intervención
económica del Estado. El acto legis­
lativo n.° 1 de 1968 le dio fuerza cons­
titucional a la planeación y le entregó
toda una nueva gama de instrumentos
de intervención y dirección económica
al Estado.
En el campo político, la reforma
constitucional de 1968 fijaba un derro­
El presidente Carlos que en el futuro las reformas debili­ tero para desmontar el Frente Nacio­
Lleras y la primera taran la representación parlamentaria nal. Aunque en algunos aspectos las
dama Cecilia de la de su partido. En los primeros días de medidas representaban el tránsito ha­
Fuente reciben en el cia un juego político más Ubre, en el
aeropuerto Eldorado
diciembre Ospina busca el reinicio de
de Bogotá a Indira la colaboración con Carlos Lleras, es­ fondo lo que se consiguió con dichos
Gandhi, primera ministro fuerzo que culmina con la refrenda­ cambios fue prolongar los fundamen­
de la India, octubre ción de la participación de ese sector tos de la coalición bipartidista. Unas
de 1968. en el gobierno y su apoyo a las refor­ palabras de Misael Pastrana, cuando
mas constitucionales. era ministro de Gobierno, ilustran cla­
Es interesante anotar que la mayo­ ramente esa intención: «El proyecto
ría de los parlamentarios se enfrasca­ se cuida muy bien de garantizar la con­
ron en el debate de aquellos aspectos tinuidad de los principios fundamen­
de la reforma constitucional que los tales del régimen del Frente Nacional
afectaban individualmente, tales como y de asegurar a los partidos el clima de
los auxilios o el número de las curules confianza que es de su esencia.»
que le correspondería a cada circuns­ En la práctica, la reforma de 1968
cripción, dejando de lado, con conta­ dio vigencia permanente a la demo­
das excepciones, el análisis más pro­ cracia restringida, que era un sistema
fundo de lo que implicaban los cam­ político supuestamente transitorio y
bios en la estructura política e insti­ concebido como terapia para resolver
tucional del Estado. Un reflejo de esta unos problemas específicos de violen­
actitud fue el hecho de que aceptaran cia bipartidista.
los recortes al poder legislativo a cam­
bio de las prebendas de los auxilios Organización campesina y
parlamentarios y la prolongación del revitalización de la reforma agraria
período de los representantes a cuatro
años, que el gobierno les cedió. La ley de reforma agraria que se ex­
Las transformaciones introducidas a pidió durante el gobierno de Alberto
la Constitución nacional significaron Lleras fue impulsada y defendida pri­
una recomposición de las relaciones mordialmente por Carlos Lleras Res­
de fuerza entre las diferentes ramas trepo. Pero la ley 135 de 1961 sobre
del poder público, trasladándose el eje reforma agraria, que pudo ser apro­
del proceso de decisión del legislativo bada gracias a un proceso de transac­
al ejecutivo, con la consecuente am­ ción entre los distintos grupos de in­
pliación del poder y la influencia de la terés, era prácticamente inoperante.
presidencia de la República. Dentro Esa situación le había infundido len­
Capítulo 10 247

titud e ineficacia al esfuerzo de redis­


tribución de latifundios, por lo que el
presidente Carlos Lleras asumió desde
su campaña el propósito de revitalizar
el INCORA y fortalecer los instru­
mentos para adelantar la política de
tierras.
Sobre esa decisión política influyó el
espectro de la Revolución cubana que
ya había tomado forma internamente
bajo la consolidación de una serie de
grupos guerrilleros, de inspiración cas-
--ista y comunista (ELN, FARC,
EPL), en las áreas rurales. Al respecto
diría Lleras: «Un clima de paz social
en los campos, no lo vamos a obtener
sólo por medio de la policía y el ejér­
cito, sino por medio de la justicia, por
medio de las condiciones rurales.» CORA. De este tipo de esfuerzo tam­ Mariano Ospina Pérez
La iniciativa de la Alianza para el bién se esperaban importantes divi­ en la inauguración de
Progreso, programa de apoyo al de­ dendos de carácter electoral. La res­ la convención unionista
sarrollo y el cambio social en el he­ puesta a estas necesidades era la or­ de noviembre de 1969.
Contra su candidatura
misferio iniciado por los Estados Uni­ ganización de los campesinos en ligas de Misael Pastrana,
dos bajo la administración Kennedy, o asociaciones de usuarios de los ser­ otros aspirantes
tenía entre sus objetivos iniciales una vicios del Estado para el sector rural. conservadores hacen
modificación de las condiciones del El comité operativo expresó su apo­ alianza con
campesinado latinoamericano a partir yo formal a la iniciativa de moviliza­ parlamentarios de la
Costa y postulan a
de la reestructuración de la tenen­ ción campesina, pero dentro de un es­ Evaristo Sourdís.
cia de la tierra. La idea había adqui­ quema organizacional que le permitie­ Aunque éste obtiene
rido respetabilidad al ser abanderada ra al Estado controlar directamente mayor votación inicial,
por el «Gigante del Norte», especial­ las actividades y la orientación política finalmente la
mente entre los círculos del capital in­ de las asociaciones. Es más, algunos convención aclama
a Pastrana. Abajo,
dustrial y financiero que veían en la de los miembros más conservadores reunión del Directorio
pobreza e inequidad rural un evidente del comité expresaron su abierta opo­ Unionista, en el que se
freno al crecimiento de la demanda sición a cualquier intento de fortalecer distinguen Jota Emilio
por bienes procesados. La voluntad políticamente a este sector que era el Valderrama, Mariano
política que le imprimiría Carlos Lle­ más desprotegido de la sociedad. La Ospina
y Evaristo Sourdís.
ras al proceso de reforma agraria le revitalización del proceso de reforma
daría una bocanada de oxígeno a esa
iniciativa que estaba agonizando des­
de la administración Valencia.
Durante la campaña presidencial,
Lleras Restrepo organizó uno de sus
comités operativos para que adelan­
tara el estudio sobre las alternativas
para reanimar la reforma agraria. El
entonces candidato puso bastante én­
fasis en los aspectos relacionados con
la organización del campesinado y la
creación de una fuerza social capaz de
respaldar políticamente la iniciativa y
contrarrestar el poder del latifundismo
que había sido en gran parte el artífice
de la inoperancia e ineficacia del IN-
248 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

agraria despertaría nuevos conflictos tores latifundistas dentro de la coali­


sociales entre los terratenientes de to­ ción en el poder, lo que dificultó la ex­
dos los colores políticos y el gobierno, pedición de las medidas. En segundo
al igual que entre el Estado, los pro­ lugar, el fortalecimiento de las orga­
pietarios y aquellas organizaciones nizaciones campesinas incrementó la
campesinas que fueron adquiriendo capacidad reivindicativa y de lucha de
un progresivo margen de autonomía los campesinos, que fueron radicali­
política y de conciencia de sus reivin­ zándose progresivamente hasta des­
dicaciones de clase. La expresión de prenderse de la tutela instrumental del
estas contradicciones tomaría diferen­ Estado. Bajo estas condiciones, en las
tes formas, desde la invasión de tierras que por la fortaleza de los intereses la­
bajo la permisiva tutela del INCORA, tifundistas el aparato institucional no
hasta la persecución de los funciona­ podía responder a las presiones sobre
rios responsables de la política agro­ la tierra con la agilidad que deman­
pecuaria mediante el expediente de daba la problemática campesina, la or­
propiciar escándalos y cuestionamien- ganización campesina se convirtió en
tos de carácter «moral». un componente políticamente deses­
A pesar de los intereses encontra­ tabilizador, en la medida que fueron
dos, el gobierno asumió un programa estas asociaciones las que por su cuen­
denominado Campaña Nacional de ta adelantaron una reforma agraria de
Organización Campesina, para lo cual hecho, a través de las invasiones, la re­
se expidió el decreto n.° 75 de 1967, cuperación y la toma de tierras. Los
mediante el cual se abría un espacio de conflictos resultantes asediaron a la
poder a los usuarios campesinos den­ administración del presidente Lleras
tro del proceso de decisión de las po­ Restrepo, especialmente en sus dos úl­
líticas agropecuarias a nivel de las dis­ timos años, pero adquirieron mayor
tintas instituciones. El programa se dinámica con la presidencia de Misael
fortaleció con nuevas disposiciones Pastrana Borrero, quien se compro­
adoptadas mediante decreto en los metió desde comienzos de su gobierno
años 1968 y 1969, que definían en de­ a frenar por completo la política de or­
talle las características de la organi­ ganización campesina y de redistribu­
zación y los requisitos para que las ción de tierras.
asociaciones pudieran ser reconocidas
por el Estado y creaba nuevas instan­
cias dentro de la estructura estatal Escándalos y candidatos
para el sector agropecuario dedicadas El último año del gobierno del presi­
a atender la problemática campesina, dente Carlos Lleras se caracterizó por
simultáneamente con la prestación de dos hechos sobresalientes. En primer
asesoría técnica para desarrollar el es­ lugar, la aparición de debates de gran
píritu de asociación y organización en­ resonancia en torno a la gestión de im­
tre los pequeños propietarios rurales. portantes funcionarios de la adminis­
Complementariamente, se buscó crear tración. En segundo, el debate en tor­
una nueva legislación agraria que per­ no a la selección del candidato con­
mitiera acelerar y agilizar los proce­ servador para el último período pre­
dimientos para afectar la tenencia de
la tierra, y proteger al mismo tiempo sidencial del sistema del Frente Na­
al aparcero, subsanando los defectos cional.
de la ley 135 del año 1961. El 16 de junio se hizo pública la de­
nuncia del gobierno, a través del mi­
La revitalización de la reforma agra­ nistro de Agricultura Enrique Peña-
ria desató nuevos procesos y conflic­ losa, de que el senador Ignacio «Na­
tos. En primer lugar, los correspon­ cho» Vives estaba cobrando comisio­
dientes proyectos de ley sufrieron el nes a los terratenientes a cambio de
ataque de la oposición anapista y al- utilizar su cargo en la junta directiva
varista, al igual que el de algunos sec­ del INCORA para lograr decisiones
Capítulo 10 249

sobre compra y parcelación de hacien­ El senador Ignacio


das que fueran favorables a los pro­ "Nacho" Vives
pietarios. La acusación tuvo gran re­ Echavarría sale de
sonancia por cuanto vinculaba a la fa­ prisión, después de
haber pagado tres meses
milia Ospina, e indirectamente a pa­ de cárcel, el II de
rientes del presidente. «Nacho» Vives diciembre de 1969,
llevó el debate al Senado y hábilmen­ acompañado por sus
te, utilizando la estrategia probada defensores, José
Strusbeg González
con éxito por Rojas Pinilla, pasó de y Ciro Alfonso Medina.
acusado a acusador. Acusado de cohecho
El senador Vives acusa al ministro y tráfico de
de Agricultura y a Miguel Fadul, ge­ influencias por el
rente del IFI, de estar contratando pri­ ministro de Agricultura
Enrique Peñalosa,
vadamente con el Estado y de utilizar Vives utilizó el debate
sus cargos para influir en la adjudica­ para convertirse en
ción de contratos oficiales por veinti­ acusador del gobierno
cinco millones de pesos. Presenta co­ de Lleras Restrepo.
pia de contratos firmados por la em­
presa Martínez, Fadul y Peñalosa, de
la cual era socio el gerente del IFI y la
familia de Peñalosa, argumentando
que habían sido concedidos irregular­ te ante el concepto de la Procuraduría
mente. Ante esta situación empieza de que había conflicto de intereses en­
un contrapunteo de acusaciones recí­ tre los mencionados funcionarios pú­
procas entre el senador y los funcio­ blicos y sus actividades privadas. La
narios que va despertando un crecien­ transmisión de los debates por radio
te interés público por la fogosidad y había ayudado a despertar el interés
oratoria de Vives y por el hecho de de la opinión pública y también con­
que los debates parlamentarios res­ tribuyó a que los resultados de la
pectivos eran transmitidos directa­ polémica tuvieran tan debilitantes
mente por varias cadenas de radio. consecuencias sobre la imagen del
La demagogia de Vives volvió un gobierno.
debate de naturaleza jurídica en un Una idea del impacto político del
enjuiciamiento a la administración debate la dan los hechos posteriores.
Lleras Restrepo, denunciando que las María Eugenia Rojas y Samuel Mo­
acusaciones eran persecución política reno acuden a la cárcel a visitar a «Na­
de la «oligarquía» y del presidente. cho» Vives y llegan a un acuerdo para
También la presentación del senador que el senador entre a las filas de la
se encaminó a demostrar que las acu­ ANAPO. Una vez libre por falta de
saciones, que en la práctica no había pruebas, es promovido intensamente
podido refutar, eran una expresión del dentro del anapismo, y el propio ex
centralismo de Lleras Restrepo, de su dictador lo recibe con manifestaciones
desprecio por la Costa Atlántica, dán­ y además lo lleva de gira por toda la
dole connotaciones de persecución re­ Costa. Eran tales las repercusiones del
gional al problema, asumiendo así el debate, que la ANAPO pensaba uti­
papel de «mártir» de las causas cos­ lizar a Vives para reducir el respaldo
teñas. liberal al candidato frentenacionalista
El debate culmina en noviembre en la Costa Atlántica. De esta mane­
con Vives en la cárcel y con las renun­ ra, la estrategia era fortalecer la vo­
cias del ministro de Agricultura y del tación liberal para el movimiento y
gerente del IFI, los dos funcionarios exaltar como prohombre del liberalis­
que habían originado el proceso. El mo a «Nacho» Vives, aun compro­
desgaste político de la administración metiéndose con los electores costeños
había sido considerable, especialmen- a que su líder sería candidato presi-
250 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

dencial anapista en 1974. Las vueltas reno. También se encontraba sobre la


de la vida política le permitieron al se­ mesa la candidatura de Mariano Os-
nador Vives pasar de sindicado a res­ pina Pérez, pero en el mes de mayo
petado líder y mártir liberal dentro de esa posibilidad es desmentida comple­
la ANAPO. tamente por el propio jefe conserva­
Pero las consecuencias políticas no dor cuando extendió una invitación al
sólo fueron a nivel de la imagen del alvarismo para realizar una conven­
gobierno. El escándalo fue un duro ción de unión. Esta aproximación per­
golpe para el prestigio y la dinámica mitió que en junio se acordaran reglas
del proceso de reforma agraria y de para esa convención, aunque el ex
organización campesina. Los latifun­ presidente Valencia se mostró en de­
distas, especialmente los terratenien­ sacuerdo. En los siguientes meses apa­
tes costeños, aprovecharon las cir­ recen nuevas candidaturas, entre ellas
cunstancias para debilitar el esfuerzo las de Misael Pastrana, Hernán Jara-
de redistribución de tierras, paralizar millo Ocampo, Evaristo Sourdís y
el INCORA y cuestionar políticamen­ José Elias del Hierro.
te la estrategia social para el campo. El 31 de octubre, Belisario Betan-
El escándalo y el cuestionamiento cur realiza una convención que confir­
«moral» del presidente, el gobierno o ma su nombre como candidato presi­
sus funcionarios ha sido tradicional­ dencial y escoge a Guillermo León
mente utilizado, en la política colom­ Valencia como jefe del grupo y de la
biana, por los sectores dirigentes para campaña. Esa aspiración presidencial
protegerse de políticos que buscan eli­ recibe el apoyo de otros políticos con­
minar o reducir sus privilegios. El de­ servadores como Augusto Ramírez
bate Vives-Peñalosa, independiente Moreno y Fernando Londoño y Lon-
de las decisiones de carácter judicial, doño. Betancur logra también el res­
no fue la excepción. Además, la clase paldo del grueso de los dirigentes sin­
política encontró en el debate una for­ dicales en las centrales obreras bipar­
ma de expresar todo su resentimiento tidistas.
hacia la «tecnocracia», de la cual evi­ Por su parte, el oficialismo conser­
dentemente hacía parte Peñalosa, y su vador inicia a comienzos de noviem­
descontento por la Reforma de 1968 bre su tormentosa convención nacio­
que había despojado de muchas de sus nal, presidida por Mariano Ospina Pé­
prerrogativas al Congreso nacional. rez y Álvaro Gómez Hurtado. La can­
En últimas, lo que el país vivió en el didatura promovida por Ospina, la de
segundo semestre de 1969 fue una ree­ Misael Pastrana, es recibida con poco
dición del clásico conflicto entre téc­ entusiasmo por diferentes sectores.
nicos y políticos, exacerbado por el Los precandidatos Hernán Jaramillo
enfoque tecnocrático que le había in­ Ocampo, Castor Jaramillo Arrubla y
fundido Lleras Restrepo al manejo de José Elias del Hierro hacen alianza
las decisiones del Estado. con los parlamentarios costeños y pro­
El debate coincidió con el proceso mueven el nombre de Evaristo Sour­
de selección de la candidatura presi­ dís. El alvarismo también respalda esa
dencial para el período 1970-1974. Por candidatura.
la ANAPO el general Rojas Pinilla En la primera votación Sourdís ob­
era el candidato inevitable, pero fal­ tiene 276 votos a favor, aventajando a
taba la selección del nombre que re­ Pastrana por cuatro sufragios, pero
presentaría a la coalición en la con­ esta diferencia no es suficiente ya que,
tienda y que por las disposiciones ple­ según las normas acordadas para el
biscitarias debería ser un conservador. evento, era necesario que la candida­
Este proceso se inicia desde los pri­ tura estuviera respaldada por las dos
meros meses de 1969 con el lanza­ terceras partes de la convención. Una
miento de la candidatura de Belisario segunda votación mostró un empate
Betancur por Augusto Ramírez Mo­ entre las dos aspiraciones, por lo que
Capítulo 10 251

se propuso una tercería que en un mo­


mento pareció ser Alvaro Gómez. Sin
embargo, al final, sobre el campo no
quedó otra alternativa que Pastrana
Borrero, quien fue confirmado, no
unánimemente, por la convención li­
beral en diciembre.
El escenario era caótico. La candi­
datura del Frente Nacional ya no era
un nombre respaldado por la mayoría
de los dos partidos sino una aspiración
defendida por el liberalismo y un sec­
tor del conservatismo. Además, exis­
tían dos candidaturas conservadoras
alternativas. De una parte Sourdís
que, aprovechando el descontento de
la Costa Atlántica a raíz del debate Vi- deado de gran incertidumbre. La con­ Evaristo Sourdís, jefe
ves-Peñalosa, moviliza una fuerza de tienda presidencial significaba un reto del grupo conservador
carácter típicamente regional. De que por primera vez amenazaba la es­ unionista, en junta
para decidir sobre la
otra, Belisario Betancur, que es un tabilidad de las instituciones del Fren­ aceptación de un
nombre que tiene importante acogida te Nacional y la hegemonía de los dos ministerio por parte
en el Viejo Caldas y en Antioquia, al partidos estaba profundamente cues­ de Carlos Augusto
igual que en ciertos grupos urbanos tionada. Noriega (a la derecha
como los obreros sindicalizados. A de Sourdís), septiembre
Misael Pastrana Borrero: 1° de 1969. Aparecen,
Misael Pastrana le queda el apoyo del entre otros, Mario
ospinismo y esencialmente del libera­ populismo de estado, programa Laserna, Jaime Serrano,
lismo unido. La suerte del candidato urbano y apuntalamiento del Miguel Sanclemente,
del Frente Nacional dependerá de que Frente Nacional
Raimundo Emiliani,
los liberales acojan su nombre y voten Hugo Escobar, Cornelio
Reyes, Felio Andrade.
disciplinadamente. Era la expresión A pesar de existir cuatro candidatos Abajo, Sourdís en
más clara del proceso de degradación presidenciales la contienda electoral campaña presidencial
sufrido por la coalición bipartidista, se planteó en la práctica entre dos con­ un mes más tarde.
que para la época sólo operaba en el tendores: Misael Pastrana y Gustavo
papel. El sistema frentenacionalista Rojas Pinilla. Por su parte Sourdís y
había perdido su capacidad de con­ Belisario Betancur le quitarían votos a
vocatoria hasta el punto que era in­ uno y otro, dependiendo de la región
capaz de aglutinar suficiente respaldo
político para ofrecer una candidatura
presidencial bipartidista mayoritaria.
Por su parte la oposición había mos­
trado avances significativos. Algunos
jefes importantes del bipartidismo se
habían deslizado hacia las toldas rojis-
tas; el general Rojas Pinilla estaba fir­
memente al comando del movimiento
y con una candidatura presidencial in­
disputada; los parlamentarios de la
ANAPO habían consolidado su poder
regional y hacían campaña en favor de
Rojas desde un año antes de las elec­
ciones; en fin, las cosas iban bien para
los opositores del régimen de gobierno
compartido. Así las cosas, el escenario
electoral se presentaba entonces ro-
252 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Gustavo Rojas Pinilla


y María Eugenia Rojas
diseñaron una campaña
populista para las
elecciones
presidenciales del
19 de abril del 70:
contaban con "una
red estable de
lealtades políticas
que partía de su
comando central
y se extendía por
barrios y veredas".

y el contexto, pero no eran opciones El procurador general, en un mo­


reales de poder. La ANAPO contaba mento dado, se vio en la obligación de
para desarrollar su campaña con una amonestar al presidente Lleras por es­
red estable de lealtades políticas que tar desobedeciendo el mandato cons­
partía de su comando central y se ex­ titucional que exige neutralidad polí­
tendía por barrios y veredas, permi­ tica por parte del jefe del Estado. El
tiendo que las decisiones de la cúpula Tiempo y otros medios escritos con­
llegaran directamente y con gran efec­ servadores y liberales, leales a la can­
tividad hasta los líderes locales en los didatura frentenacionalista, se dedi­
niveles inferiores. Esta elaborada ca­ caron a descalificar desde todos los án­
pacidad de movilización política no se gulos a Rojas Pinilla y a los otros can­
reflejaba en otros escenarios, como la didatos conservadores.
prensa o la radio, con toda su efecti­ La campaña de Rojas era una nueva
vidad. Por su parte, el candidato fren- versión de la estrategia probada con
tenacionalista contaba con la maqui­ éxito en el pasado. La demagogia po­
naria del liberalismo y con la del sec­ pulista, en la que se mezclaban lla­
tor ospinista, además disponía de los mados al patriotismo con afirmaciones
recursos de poder más convencionales revolucionarias, ofertas reivindicati-
como la prensa, las grandes cadenas vas directas con apelaciones a la gracia
de radio, la televisión y el apoyo de los divina, no mostraba ningún tipo de co­
gremios del capital. herencia ideológica. Pero aunque a la
La campaña se hizo cada vez más luz de cualquier examen la plataforma
violenta y beligerante, tanto en los he­ anapista era insostenible, a los ojos de
chos como en las palabras. Los prin­ las bases populares urbanas y rurales
cipales líderes liberales se desplazaron era una propuesta aceptable, directa
por todo el país defendiendo la can­ y, sobre todo, consecuente con las ne­
didatura de Pastrana. Pero no sólo cesidades sentidas por los sectores más
fueron aquellos jefes alejados del po­ desprotegidos. La fuerza de la candi­
der, sino también el propio presidente datura de Rojas estaba en que sus
de la República. mensajes pendulaban entre la extrema
Capítulo 10 253

derecha y la extrema izquierda, El presidente Lleras


abriendo toda clase de opciones al consigna su voto
electorado. Además, la forma en que en los comicios de
las tesis llegaban a las bases, es decir, 1970 que, por
primera vez en el
a través de una larga y organizada ca­ Frente Nacional,
dena de activistas, hacía que éstas se fueron unificados
fueran traduciendo al lenguaje popu­ para presidente y
lar y adaptándose a las necesidades es­ corporaciones
legislativas.
pecíficas de cada grupo o comunidad.
En contraste, Pastrana era un tecnó-
crata moderado que hablaba en tér­
minos vagos, no asumía posiciones ex­
tremas o compromisos irrealizables,
sus discursos no tenían el sabor po­
pular de los de la ANAPO y no ofrecía
respuestas tangibles o concretas a los
problemas sociales más sentidos.
A pesar de que todo el «estableci­
miento» intentó desvirtuar el ascenso
de la ANAPO, la realidad era inelu­
dible. Rojas se afianzaba como el can­
didato con mayor prestigio dentro de
los sectores populares. La catástrofe
arribó amenazante en el horizonte y el
pánico invadió los salones del poder. lendario unificado; es decir, que los
El Tiempo argumentaba en un edito­ sufragantes votaban en la misma fecha
rial que «lo que sí convendría estable­ por los miembros a corporaciones le­
cer de una vez, es que a Rojas y a su gislativas y para presidente de la Re­
causa no se le puede dar el tratamien­ pública. Al observar los resultados de
to que se le da a los otros candidatos. la votación para Senado, se encuentra
Porque el movimiento del ex dictador que hubo un formidable incremento
es francamente subversivo, y no es po­
sible que (...) se le concedan las mis­
El día de elecciones,
mas garantías que a quien procede con casetas de propaganda
rectitud y con decoro y con respeto a del oficialismo
los intereses del país...». Sectores con­ conservador (Ospina
servadores y liberales pedían a gritos con Pastrana) y de
que el gobierno le pusiera algún tipo Belisario Betancur,
quien, apoyado por
de talanquera a la campaña de Rojas Valencia, obtendría
para aminorar su innegable avance. un 11.8% de la
El número de opciones en juego, el votación.
volumen de recursos utilizados, la
apelación directa a grupos sociales tra­
dicionalmente marginados de las ur­
nas, el temor a una ruptura del siste­
ma, y la intensidad proselitista, eran
todos factores que en combinación au­
guraban un escenario electoral distin­
to al pasado, marcado por un incre­
mento importante en la participación
ciudadana.
Las elecciones de 1970 fueron las
primeras desde el comienzo del Frente
Nacional que se realizaron con el ca-
254 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

de la votación conservadora por las lis­ mayoría suficiente para actuar sin
tas de la ANAPO. Mientras que en transacciones, y lo mismo ocurría en la
1966 ese grupo había obtenido el 34 % mayoría de las asambleas y concejos.
de la votación total de ese partido, Esta debilidad en la autoridad política
para 1970 la participación se había ele­ del ejecutivo determinaría su vulne­
vado al 49 %, es decir 1.849.403 vo­ rabilidad ante las presiones partidistas
tos. El ospinismo, que era la facción o gremiales y, a la vez, pautaría la con­
conservadora que impulsaba la candi­ cepción del proyecto político de Pas-
datura de Pastrana solo logró el 27 % trana.
de la votación. El efecto de la candi­ El plato fuerte eran los resultados
datura de Rojas sobre la votación en de las elecciones presidenciales. Las
El gobierno pide favor de ANAPO liberal también fue cifras oficiales, ampliamente discuti­
a los colombianos importante, ya que ese sector del mo­ das y cuestionadas, le adjudicaban la
votar en las vimiento elevó un electorado de victoria a Misael Pastrana Borrero,
elecciones del candidato de la coalición del Frente
19 de abril, en este
10.382 —prácticamente inexistente—
aviso de prensa a la importante cifra de 382.777 votos, Nacional. La votación por Pastrana,
ordenado por Octavio entre las dos elecciones. Por su parte, según estadísticas de la Registraduría,
Arizmendi Posada, el liberalismo unido obtuvo menos vo­ fue de 1.625.025 (40,6 %) y por Rojas
ministro de Educación. tos en 1970 que el oficialismo liberal Pinilla fue de 1.561.468 (39,0 %). La
en 1966, a pesar de existir el MRL. diferencia era mínima, sólo del 1,6 %
Este desempeño le significó a la ANA- o 63.557 votos, situación que desper­
PO pasar de controlar 18 curules en la taba sospechas y que era prueba para
Cámara Alta, en 1966, a 38 sólo cua­ la ANAPO de que se había cometido
tro años después. Por primera vez des­ fraude, especialmente cuando los re­
de 1957, el partido conservador, gra­ sultados preliminares transmitidos por
cias a la contribución de su ala ana- la radio daban como ganador al ge­
pista, logró obtener mayoría en la neral Rojas. Aunque tradicionalmen­
Gustavo Rojas, votación nacional. Los resultados en te se ha dicho que la mayoría relativa
candidato a la las demás corporaciones legislativas obtenida por Pastrana se logró con la
presidencia, deposita votación del exterior, esas afirmacio­
su voto en las
—Cámara de Representantes, asam­
elecciones más agitadas bleas departamentales y concejos mu­ nes carecen de fundamento, ya que sin
del Frente Nacional. nicipales— fueron del mismo tenor, tener en cuenta dichos sufragios, en
Pastrana fue declarado aunque con variaciones de carácter re­ todo caso persistía una diferencia de
ganador por una gional y local. más de 57.000 votos a favor del can­
mínima diferencia de
63 557 votos respecto Las restricciones que planteaban didato frentenacionalista. Por su par­
de la cifra obtenida esos resultados para el siguiente go­ te, Belisario Betancur logró acumular
por Rojas, que fue bierno eran obvios. La coalición go­ el 11,8 % de la votación y Sourdís el
de 1 561 468 sufragios. bernante no tenía en el Congreso la 8,4 %. El cuarto presidente de la coa­
lición bipartidista asumiría el poder
con el respaldo de sólo dos quintas
partes de los electores, y entre cues-
tionamientos y acusaciones de fraude.
Como se preveía desde antes de los
comicios, la participación electoral fue
considerablemente alta: 52,5 %.
Un rasgo decisivo de los resultados
electorales, por su marcada influencia
sobre el gobierno de Pastrana, fue la
importancia que tuvo la votación ur­
bana dentro del conjunto del electo­
rado de Gustavo Rojas Pinilla. El
63 % de los votos de ANAPO en las
elecciones presidenciales correspon­
dió a electores de carácter urbano.
Capítulo 10 255

Además, en su mayoría se concentra­


ban en las cinco principales ciudades
al igual que en las capitales de depar­
tamento. Si se consideran las veintidós
ciudades más grandes del país, en sólo
cuatro de ellas Pastrana logró obtener
una votación superior a la del can­
didato de la ANAPO, y no corres­
ponden precisamente a las más im­
portantes.
Pero al lado de este rasgo distintivo
de la votación de Rojas está otro
igualmente significativo. El grueso de
la votación de la ANAPO provino de
los estratos socioeconómicos más dé­
biles, creando efectivamente un reto
político para el sistema de coalición,
por cuanto quedó demostrado que sus
políticas y programas no habían sido Aunque los datos transmitidos por las Carlos Peláez Trujillo,
capaces de integrar precisamente a emisoras de radio no eran oficiales, presidente de la Corte
esos sectores sociales mayoritarios y eran presentados por los locutores Electoral, entrega la
credencial presidencial
potencialmente más desestabilizado­ como informaciones definitivas. Era a Misael Pastrana, el
res, como son los sectores pobres y tal la situación, que muchos funcio­ 19 de julio de 1970.
medios de las ciudades. De esta for­ narios del gobierno, y la mayoría de
ma, la ANAPO lograba refrendar su los amigos de la familia Pastrana y Os-
alegada vocería de las masas urbanas pina, creían hacia las diez de la noche
y de la «nueva Colombia» que, evi­ que la causa estaba perdida. En los
dentemente, eran la de los habitantes «comandos» anapistas y en la residen­
de las ciudades. Esta situación era po­ cia de la familia Rojas todo era euforia
tencialmente explosiva teniendo en y celebración.
cuenta el estrecho margen entre los El ministro de Gobierno, Carlos
dos candidatos y la beligerante denun­ Augusto Noriega, percibió que existía Misael Eduardo Pastrana
cia de la ANAPO en el sentido de que un creciente desfase entre los datos Borrero, cuarto
se había producido fraude generaliza­ transmitidos radialmente y aquellos presidente del Frente
do, promovido desde el gobierno. que se podrían considerar como ofi­ Nacional, presta el
ciales y definitivos según la Registra- juramento del cargo ante
La situación política era muy tensa el presidente del
desde la misma campaña electoral y duría. Ante las explosivas consecuen­ Congreso
las cosas explotaron por las particula­ cias que podría tener esa discrepancia, Eduardo Abuchaibe.
res circunstancias en que se desenvol­
vió el procesamiento de los resultados.
Las dificultades que sufrió la Registra-
duría para procesar un caudal de votos
que no tenía antecedentes, sumado a
la liberalidad de las informaciones de
radio, que por tener un asiento urbano
crearon la impresión de que el triunfo
de Rojas era un hecho, y la evidente
parcialidad del gobierno durante la
campaña, creó un clima fértil para que
las acusaciones de fraude prosperaran.
Una vez entrada la noche del 19 de
abril, la euforia radial le da una amplia
victoria al general Rojas Pinilla sobre
el candidato del Frente Nacional.
256
Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Retrato oficial del ganando y amaneció perdiendo. La


presidente Postraría impresión de que se había cometido
tomado por el fotógrafo fraude fue ineludible.
Hernán Díaz. Las masas anapistas se demoraron
un día en reaccionar. El 21 de abril los
disturbios, las manifestaciones y la
movilización popular se inicia en va­
rias ciudades. El espectro de la revo­
lución social urbana, dormido desde el
9 de abril de 1948, había nuevamente
despertado. El gobierno responde con
una escalada en las medidas represivas
que incluyen censura a los medios de
comunicación, toque de queda, ley
seca, arresto domiciliario a dirigentes
de la ANAPO y rnilitarización de las
principales ciudades. Era una confron­
tación abierta entre los sectores po­
pulares, que con el naufragio de la
candidatura de Rojas Pinilla veían
frustradas sus aspiraciones de cambio
que era a favor de Rojas, decidió pro­ social, económico y político, y un es­
hibir la transmisión de cualquier in­ tablecimiento que durante dieciséis
formación electoral que no correspon­ años no había podido superar las res­
diera a los boletines oficiales. Para la tricciones institucionales y políticas
temprana madrugada del 20 de abril, para promover una transformación
la diferencia entre los dos candidatos sensible en las relaciones de poder. La
Control de documentos más opcionados era de sólo 0,1 % a esperanza de alcanzar un cambio por
por parte del favor de Pastrana Borrero, ventaja las vías institucionales y formales que­
ejército durante que se fue incrementando en la me­ daría truncada con esta experiencia,
los toques de queda
que siguieron a los dida que los votos de las zonas rurales alimentando así el descontento, la abs­
disturbios de apartadas podían computarse al total. tención y otras manifestaciones de ac­
anapistas, quienes Evidentemente, era en el segmento no ción política desinstitucionalizada.
protestaron las urbano del electorado donde efecti­
elecciones por vamente estaba vigente con mayor in­
supuesto fraude Un programa
en el recuento tensidad el apego al bipartidismo tra­
dicional. El general Rojas se acostó social para las ciudades
inicial de votos.
El proyecto político de Misael Pastra-
na fue una respuesta a los fenómenos
y realidades que se habían expresado
en el proceso electoral. El diagnóstico
era unánime: el Frente Nacional había
sido incapaz de ofrecer una respuesta
programática y una alternativa política
para movilizar e integrar a los sectores
populares urbanos. La coalición bi­
partidista había visto cómo se erosio­
naba progresivamente el apoyo de los
nuevos grupos sociales surgidos con el
sensible proceso de modernización so­
cioeconómica experimentado desde
comienzos de los sesenta. El divorcio
entre las masas urbanas y los partidos
tradicionales amenazaba la estabilidad
Capítulo 10 257

y continuidad del régimen político. A


ese reto intentaría responder el pro­
yecto político del presidente Misael
Pastrana Borrero.
El enfoque no era nuevo. Cuando
se instauró el sistema de coalición bi­
partidista también existía una amena­
za de ruptura, aunque en este caso
provenía del sector rural. En esa opor­
tunidad se ensayó el reformismo y el
gasto social como banderas de gobier­
no, como terapia para responder al
reto rural. Misael Pastrana concibe su
programa de gobierno dentro de las
mismas pautas, pero centrado en la
cuestión urbana. Es decir, los deposi­
tarios de los programas oficiales ya no
van a ser los campesinos, sino «los Lleras Restrepo. La iniciativa de Algunos ministros del
proletarios, los marginados, los des­ transformar la propiedad de la tierra primer gabinete de
techados, los migrantes empobreci­ urbana y afectar a los propietarios con Pastrana: Argelino
Durán Quintero (Obras),
dos» ubicados en las ciudades. Aquí cargas impositivas que los obligaran a Luis Carlos Galán
existe un giro importante frente al pa­ darle una «apropiada función social» Sarmiento (Educación),
sado: el núcleo de la estrategia pastra- tenía varios antecedentes. El MRL ha­ Hernando Currea
nista serán las ciudades, concretamen­ bía propuesto en 1960 una «Ley de Te­ Cubides (Guerra)
te las más grandes. El enfoque urbano cho» con la que se esperaba facilitar la Jorge Mario Eastman
(Trabajo), Jorge
de las prioridades gubernamentales construcción y adquisición de vivienda Valencia Jaramillo
viene acompañado de un nuevo com­ para los sectores populares y la pro­ (Desarrollo), Alfonso
promiso con programas encaminados tección de los inquilinos. Los posterio­ Patiño Roselli
hacia la promoción del cambio social res proyectos de reforma urbana es­ (Hacienda y Crédito
controlado, que se sintetiza en la ex­ tarían patrocinados, ya no por la opo­ Público). Foto tomada
durante la posesión,
presión «Frente Social». sición al Frente Nacional, sino por los agosto 7 de 1970.
En síntesis, el proyecto político del sectores que participaban de la coali­
presidente Pastrana busca, mediante ción bipartidista. En 1964, un grupo El presidente Pastrana
una reorientación del gasto público y encabezado por Hernán Toro Agu- sanciona una ley del
Congreso en presencia del
de las iniciativas políticas hacia las ciu­ delo presentó un nuevo proyecto de ministro de Justicia,
dades, y concretamente hacia los sec­ ley sobre reforma urbana. En esta ver­ Jaime Castro, nombrado
tores marginados urbanos, recompo­ sión las medidas eran aún más radi- en abril de 1973.
ner los contenidos policlasistas del
electorado de los partidos tradiciona­
les. Se trata de ofrecer una alternativa
dentro del bipartidismo a la capacidad
de cooptación popular y urbana de­
mostrada por la ANAPO. El general
Rojas pasaba a la oposición, pero sus
banderas entraban a gobernar.

La reforma urbana, las cuatro


estrategias y el populismo de estado
La reforma urbana cumplió para la ad­
ministración Pastrana una función po­
lítico-ideológica similar a la que había
desempeñado la reforma agraria en
los gobiernos de Lleras Camargo y
258 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

El presidente Pastrana corporó la discusión de la reforma ur­


saluda al astronauta bana como uno de los aspectos deci­
Neil Armstrong, primer sivos de la contienda. Una vez la coa­
hombre que pisó la luna.
La reunión se efectuó lición sufre el trauma de las elecciones
durante una recepción presidenciales, en las que el voto po­
ofrecida por Jack pular urbano pone en entredicho la es­
Vaughn, embajador de tabilidad del régimen y la legitimidad
los Estados Unidos. del mandato de Misael Pastrana, la re­
forma urbana adquiere un papel pro-
tagónico, situándose en el centro de
las propuestas de la última administra­
ción del Frente Nacional.
El presidente Pastrana pone en ma­
nos de Jorge Valencia Jaramillo la la­
bor de comandar el proceso de for­
mulación y discusión de la reforma ur­
bana. De otro lado del espectro polí­
tico surgiría una contrapropuesta,
también bajo el rótulo de reforma ur­
bana, promovida por Mariano Ospina
Hernández, hijo del ex presidente,
que enfatizaba el papel del sector pri­
cales que en el proyecto del MRL, ya vado dentro de la resolución del pro­
que contemplaba mecanismos para blema de la vivienda popular. Las dos
transformar a los inquilinos en propie­ iniciativas tuvieron poco éxito en el
tarios y para castigar fuertemente a los Congreso, pero en la retórica persistió
propietarios de «lotes de engorde». la intención gubernamental de com­
Pero la iniciativa no adquiere verda­ prometerse con grandes transforma­
dera respetabilidad sino hasta que es ciones sociales, destacándose entre
apadrinada directamente por el go­ ellas la reforma urbana. En febrero de
bierno de Carlos Lleras y desarrollada 1971 Pastrana nombra una comisión
por Hernando Gómez Otálora. En encargada de conciliar las discrepan­
esta nueva versión, las propuestas son cias y de producir una propuesta po­
políticamente más factibles y los al­ líticamente viable. De ese esfuerzo
cances menos radicales, lo que suma­ surge un proyecto de ley que es pre­
do al respaldo político del jefe del Es­ sentado a las cámaras en octubre me­
tado lleva a que sea analizada y con­ diante ponencia de Ramiro Andrade.
siderada con algún grado de seriedad. El ponente incluyó aspectos especial­
La circunstancia de que el país había mente sensibles para los grupos de in­
entrado de lleno en el proceso elec­ terés comprometidos con la gran pro­
toral, desde el segundo semestre de piedad urbana, como eran las dispo­
1969, y de que el presidente Lleras te­ siciones para estimular la compra de
nía el sol a las espaldas, crearon un cli­ vivienda por parte de los inquilinos,
ma que era poco propicio para la tra­ que para los arrendadores eran medi­
mitación de un proyecto de ley que era das «confiscatorias». Además, propu­
más bien espinoso. so elevar las cargas impositivas para
Aunque formalmente en el progra­ los «terratenientes urbanos».
ma oficial de gobierno de la coalición La iniciativa no alcanzó a ser con­
frentenacionalista se contemplaba la siderada en el Congreso porque coin­
adopción de medidas para mejorar las cidió con la terminación de las sesio­
condiciones de la vivienda popular y nes ordinarias de 1971, pero fue intro­
reducir la inequidad existente en la ducida nuevamente por el gobierno en
distribución de la propiedad urbana, las sesiones extraordinarias convoca­
la campaña presidencial de 1970 no in­ das en enero del año siguiente. La ne­
Capítulo 10 259

cesidad de ofrecer una creíble imagen raba el principal programa social del
reformista incentivó al gobierno a acu­ gobierno, fue retirado del gabinete.
mular en el Congreso un exceso de En síntesis, la propuesta de adelan­
proyectos que contaban con cierta po­ tar una reforma urbana fue simple­
pularidad, pero que evidentemente no mente una instrumentalización ideo­
podrían ser considerados todos en tan lógica de las necesidades sociales, con
corto período de tiempo. La reforma el fin de contribuir a desmontar una
urbana sufrió del síndrome de la sa­ amenaza evidente contra la hegemo­
turación legislativa y fue relegada a nía de la élite en el poder. Una vez pa­
una subcomisión que radicalizó aún sado el peligro no había necesidad de
más las medidas hasta hacerlas inacep­ afectar los privilegios. Así, la ilusión
tables y altamente controvertibles. de las reformas era una demostración
Hasta ahí llegó la reforma urbana. más de la inflexibilidad al cambio del
La estrategia del gobierno era evi­ sistema político y la rigidez de la es­
dente. El esfuerzo reformista tenía un tructura social colombiana.
objetivo eminentemente táctico, en­ Si la reforma urbana debía servir
caminado a reforzar ideológicamente como un instrumento para devolverle El presidente Postraría
a los sectores comprometidos con el la iniciativa al bipartidismo en lo ideo­ en las elecciones del
bipartidismo para derrotar a la ANA- lógico, el plan de desarrollo «Las cua­ 16 de abril de 1972.
PO en la contienda electoral de 1972. tro estrategias» debería hacerlo en lo Con la victoria del
Una vez obtenida una amplia victoria económico. El programa económico oficialismo sobre la
pretendía incentivar aceleradamente Anapo, "el gobierno
sobre el «Tercer Partido», el gobierno adquirió más seguridad,
adquirió más seguridad, la reforma ur­ la construcción de viviendas en las ciu­ la reforma urbana fue
bana fue relegada a un segundo plano, dades grandes, como una primera es­ relegada a un segundo
y la retórica y los actos de gobierno to­ trategia para generar rápidamente plano, y la retórica
maron un cariz político bastante más nuevos puestos de trabajo para la y los actos de
mano de obra no calificada. Se espe­ gobierno tomaron un
moderado. El promotor de la reforma cariz político
urbana, que había librado importantes raba que la demanda derivada de ese bastante
batallas en favor del que se conside­ boom en la construcción repercutiría más moderado."
260 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Paralelamente con los programas


económicos y de cambio social, el go­
bierno desarrolló otra serie de inicia­
tivas que buscaban neutralizar el al­
cance de las propuestas revoluciona­
rias y reformistas de la ANAPO. Den­
tro de este amplio conjunto de inicia­
tivas se destacan planes como el del
«carro popular»; la utilización política
e ideológica de los conflictos entre
ciertos sectores dirigentes y el gobier­
no a raíz de la adopción de las medidas
de control a los capitales extranjeros
contempladas en los acuerdos del
Grupo Andino (Decisión 24); la visita
oficial de Salvador Allende, que había
despertado el entusiasmo ante la pers­
pectiva de adelantar una revolución
socialista en un contexto institucional
democrático; la reforma universitaria,
entre muchas otras. En general se
puede afirmar que por lo menos en los
El presidente Pastrana sobre todo el sistema económico reac­ primeros dos años y medio el gobierno
en reunión con Mariano tivándolo, y que la ampliación de la desarrolló una estrategia de populis­
Ospina, Carlos Lleras, oferta de construcciones permitiría mo de estado encaminada a neutrali­
Roberto Arias Bonilla, abaratar los costos de compra o arren­ zar los efectos políticos del populismo
ministro de Gobierno,
y el designado Rafael damiento para la vivienda popular. El de la oposición. Pero cuanto más én­
Azuero Manchola, en esfuerzo principal de la inversión en fasis ponía la retórica oficial en el cam­
febrero de 1973, para construcción estaría a cargo del sector bio, más distantes parecían las refor­
estudiar la posibilidad privado, pero el Estado lo apoyaría mas reales ya que el estilo de mando
de sesiones extras del mediante la reorientación del gasto es­ del presidente Misael Pastrana Borre-
Congreso, que no fueron
convocadas finalmente.
tatal hacia las obras públicas y de in­ ro se caracterizó precisamente por evi­
Azuero estuvo encargado fraestructura esencialmente en el con­ tar las confrontaciones directas, dila­
de la presidencia entre texto urbano. Para el campo se pro­ tando o posponiendo siempre las de­
el 21 y el 24 de puso una estrategia encaminada a in­ cisiones difíciles.
julio de ese año. centivar la producción comercial y en Aquí cabe anotar que la administra­
gran escala de alimentos, obviándose ción Pastrana, al trasladar el énfasis de
el problema de la reforma agraria y de la obra de gobierno del sector rural al
la economía campesina. Era la ideo­ sector urbano, agudizó los conflictos
logía de la «revolución verde». sociales en el campo. La organización
La concepción política detrás del di­ campesina, que había despegado bajo
seño técnico era congruente con el la tutela de Carlos Lleras Restrepo,
proyecto político del presidente Pas- adquirió una significativa dinámica a
trana. Se pretendía responder acele­ partir de 1969. El intento guberna­
radamente a la situación de desempleo mental de desmontar el proceso de re­
urbano y de déficit habitacional. Ade­ distribución de tierras chocó contra la
más, se esperaba lograr mediante la creciente fuerza política del campesi­
elevación de la productividad en el nado organizado. Ese conflicto cul­
campo una producción de alimentos minó en la radicalización de los cam­
suficientemente abundante para fre­ pesinos, que durante la administración
nar las presiones inflacionarias. Con el Pastrana desataron una activa labor de
plan de desarrollo se ratificó el enfo­ «recuperación» o invasión de tierras.
que urbano de las prioridades guber­ De esta manera, el haber truncado el
namentales. proceso de reforma agraria convirtió
Capítulo 10 261

al sector rural en una fuente de aguda Las elecciones de 1972:


inestabilidad política. una victoria del bipartidismo
ANAPO: el tercer partido Las elecciones de 1972 eran la meta a
la que había apuntado el gobierno
En el seno de la ANAPO se venía dis­ para ratificar el precario mandato re­
cutiendo por dónde encaminar el mo­ cibido en las elecciones presidenciales.
vimiento. Existían distintas interpre­ Para los partidos tradicionales dichas
taciones, producto del abigarrado gru­ elecciones eran una batalla decisiva
po de dirigentes que incluía oportu­ que determinaría si el sistema político
nistas de los partidos tradicionales, lí­ seguiría siendo bipartidista. Por su
deres de izquierda, amigos de la parte, la ANAPO ponía a prueba su
revolución armada, curas insurgentes, nueva estrategia.
militares reaccionarios, socialistas, li­ La participación electoral en 1972
berales, conservadores, etc. Los par­ fue muy baja si se la compara con la
tidarios de romper las ataduras con el observada en 1970. Sólo el 36,4 % de
bipartidismo y crear un nuevo partido los posibles votantes se acercó a las ur­
terminaron por imponerse. Del seg­ nas, un nivel de participación inferior
mento más radical se desprendería en cerca de 20 puntos al registrado en
una corriente que descalificaría las de­ las elecciones presidenciales inmedia­
cisiones de sus dirigentes y procedería tamente anteriores. Los resultados
a conformar un proyecto militarista electorales favorecieron ampliamente
que desembocaría en la fundación del a los partidos tradicionales y la ANA-
grupo guerrillero M-19. PO sufrió una reducción importante
A mediados de junio de 1971, el ge­ en su votación. El liberalismo obtuvo
neral Rojas Pinilla reúne a más de el 46 % del total de la votación, el
100.000 personas en la plaza principal conservatismo el 31 % y el «Tercer Misael Pastrama en
de la población de Villa de Leyva, en Partido» volvió a su nivel de 1968: el despacho presidencial,
Boyacá, para refrendar la constitución 19 %. Era la demostración de que el se dirige a los
colombianos por TV,
del «Tercer Partido» y presentar la grueso del electorado del general Ro­ hacia el final del
plataforma ideológica y política del jas, cuando fue candidato presiden­ gobierno del
movimiento. La plataforma era un re­ cial, correspondía a un segmento fluc- "Frente Social".
cetario de propuestas que en un len­
guaje radical y populista definía a la
ANAPO como un «partido nacionalis­
ta, revolucionario y popular» que bus­
caba la aplicación de un «socialismo»
a la colombiana.
El congreso de la ANAPO en 1971
produjo distintas reacciones, pero en
general no ayudó a consolidar la co­
hesión interna del partido. El desli­
zamiento de los cuadros dirigentes ha­
cia el bipartidismo, que venía desde la
derrota de 1970, se agudizó al plan­
tearse abiertamente la ruptura con los
partidos tradicionales. Esta situación,
sumada al desencanto de los votantes
anapistas con respecto a los canales
electorales de participación política
—por el supuesto fraude en las elec­
ciones presidenciales— conducirían a
la crisis de la ANAPO en las eleccio­
nes del año 1972.
262 Nueva Historia de Colombia. Vo. II

tuante de la opinión tradicionalmente tificación de su mandato. El presiden­


refugiado en la abstención y que se te Pastrana presentó los resultados
movilizaba aleatoriamente bajo cir­ como la confirmación de que el pueblo
cunstancias muy particulares. La erup­ respaldaba el Frente Nacional y su
ción había pasado y el volcán de la obra de gobierno. La legitimidad y la
participación popular estaba nueva­ confianza que obtuvo así el mandata­
mente dormido. rio le permitían aflojar el ritmo del
Estos resultados traerían conse­ «populismo de estado» y dejar de lado
cuencias. Para la ANAPO fue el co­ la retórica reformista. Las cosas vol­
mienzo del fin. Para el gobierno, la ra­ vían a ser como antes.

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Capítulo 11 263

Los terceros partidos en Colombia.


1900-1960
Medófilo Medina suceden en los dos primeros decenios.
La expansión cafetera que había re­
gistrado su primer auge hacia 1890
n su desarrollo, los partidos li­ continuó con algunas variaciones su
E beral y conservador han dado lu­ curso ascendente y se produjo una in­
gar al bipartidismo como una formacorporación
­ de numerosos sectores de
ción compleja integrada por elemen­ la población a la economía moderna.
tos que se interrelacionan y determi­ Obreros, campesinos y estudiantes
nan mutuamente. El estudio de la tra­ van articulando sus propios movimien­
yectoria de «terceras fuerzas» políticas tos vinculados a formas de acción es­
contribuirá de paso a comprender me­ pecíficas. En febrero de 1910 se pro­
jor la historia del bipartidismo. Tiene ducen las primeras huelgas y entre fi­
desde luego el análisis de los terceros nales de 1918 y comienzos de 1919 so­
partidos su propia autonomía. Ésta breviene el primer auge huelguístico,
surge en el proceso originado en frac­ es decir, cuando una huelga provoca la
ciones de clase, en grupos de intereses realización de otras.
que han buscado orientar sus expec­ A comienzos de siglo, la idea de
tativas de acción política por canales creación de un partido nuevo estuvo
distintos a los partidos liberal y con­ estrechamente vinculada a la actividad
servador. Se mantendrá aquí la doble de núcleos artesanales y obreros. Cer­
perspectiva: el enfoque de los terceros ca de medio centenar de periódicos
partidos como realidades autónomas y que se editaban en diversas ciudades
sus interrelaciones con el sistema bi­ servían de expresión a esos círculos.
partidista. Uno de esos órganos periodísticos fue
el semanario El Comunista, de Car­
Intentos no culminados de creación tagena, cuyo primer número apareció
de nuevos partidos (1900-1919) en diciembre de 1910. En este sema­
nario se anuncia la creación de un par­
Los intentos de diversificación política tido obrero que respondería a los si­
registrados a comienzos de siglo tie­ guientes principios: el anticlericalismo
nen una amplia base objetiva en los militante, la lucha por «una democra­
cambios económicos y sociales que se cia verdadera», «la búsqueda de un so-
264 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Primera página del de la unión de liberales y conserva­


primer número de dores.
"El Comunista", de Esa fórmula dio en otros países de
Cartagena, que apareció
el 4 de diciembre de
América Latina lugar al surgimiento
1910. El semanario del Partido Nacional. Si bien es cierto
anuncia la creación del que la Unión Republicana, que co­
partido obrero, con menzó a gobernar el 15 de julio de
principios como el 1910, se proyectó como una fórmula
anticlericalismo, de coalición entre liberales y conser­
lucha por una
democracia verdadera vadores, no es menos cierto que al­
y búsqueda del gunos de sus promotores pensaron
socialismo. ante todo en dar origen a un partido
nuevo. Algunos de ellos, como el ya
citado Esguerra, continuarán mante­
niendo su propuesta, la cual se revive
más adelante entre 1918 y 1919.
Más persistencia mostraron los gru­
pos de artesanos y obreros en el em­
peño de darle vida a una fuerza par­
tidista nueva. Al examinar la platafor­
ma de algunas de las organizaciones
gremiales cuyos fundadores querían
unir fuerzas de distintos grupos de tra­
bajadores se capta la intención de
tialismo que cumpla la ley por igual, constituir un cuerpo político antes que
sin beneficios para unos y sin perjui­ una agrupación corporativa. Tal es el
cios para otros». caso de la Unión Obrera creada en
El periódico El Obrero de Barran- Bogotá en 1913 y que a los tres meses
quilla, que se publica en su primera de fundada contaba con tres mil qui­
época a lo largo de 1912, promueve la nientos nueve afiliados. Con una
idea de una actividad política indepen­ orientación similar a la de la anterior
diente de los trabajadores, pero al mis­ organización, una unión obrera local
mo tiempo muestra una cierta hostili­ emulaba en Honda con la de Bogotá.
dad hacia la idea de creación de un par­ También en Bogotá un grupo de
tido. El periódico expresaba la prefe­ trabajadores declaró fundado en di­
rencia por una actividad realizada a tra­ ciembre de 1915 el Partido Obrero. El
vés de las organizaciones gremiales de manifiesto en que se dio cuenta del he­
los trabajadores. En ello se reflejaba la cho estaba respaldado por la firma de
presencia de ideas anarcosindicalistas seiscientas personas, la mayoría de las
en los grupos obrero-artesanales. cuales estaba integrada por artesanos.
La propuesta de un tercer partido En uno de los apartes de ese docu­
fue también promovida por algunas de mento se percibe una determinada
las personalidades que adelantaron comprensión de la noción de la lucha
una política de oposición a la dicta­ de clases: «Convencidos estamos de
dura del general Rafael Reyes. Estas que no existen partidos honrados, sino
figuras expresaban el desencanto de que la humanidad sólo se divide en
grupos de «industriales, abogados o dos clases, la una trabaja y sufre ham­
escritores» con la conversión del bre y miseria; la otra consume y no
Quinquenio en un régimen de dicta­ produce.» El periódico El Partido
dura personal. Quien desde esa ver­ Obrero, órgano periodístico de la
tiente expresó más claramente el pro­ agrupación, rechazaba la participación
yecto de un partido nuevo fue don Car­ de la gente de trabajo en las elecciones
los Esguerra, quien propuso la fun­ y criticaba arduamente a los partidos
dación del partido republicano a partir tradicionales. Al mismo tiempo se
Capítulo 11 265

promovieron algunas ideas de estirpe "El Obrero", seminario


anarquista e inquietudes sobre refor­ de Barranquilla, publica
ma agraria. Para enero de 1916, según su primer número el 14
de enero de 1912 y, en
testimonio de sus dirigentes, el Parti­ su primera época,
do Obrero contaba con centros en Bo­ aparece durante todo
gotá, Bucaramanga, Cúcuta, Socorro, ese año. Promueve la
Barranquilla, Medellín, Honda y Gi- actividad política
rardot. Sin embargo, este partido no independiente de los
trabajadores, pero es
logró consolidarse ni política, ni or­ hostil a la creación
ganizativamente . de un tercer partido.
A la par que en Colombia se incre­
mentaba el número de asalariados en
la proporción arriba indicada y que se
aclimataba la lucha económica de los
trabajadores, en el escenario interna­
cional se sucedían acontecimientos
que ejercían su influencia en Colom­
bia a pesar de su tendencia al aisla­
miento cultural y político. Entre estos
últimos fenómenos figuraban la Re­
volución de octubre en Rusia, en
1917, la Revolución mexicana de
1910-1917 y el clima de ascenso revo­
lucionario en el mundo, una de cuyas
expresiones fue la Revolución alema­ posibilidad de darle vida a una colec­
na en noviembre de 1918. tividad que hubiera cubierto el espacio
político que, con buen suceso, ocu­
Partido socialista (1919-1923) paron en América Latina agrupacio­
nes como el Partido Radical en Ar­
Bajo los signos de la situación interna gentina, a finales del siglo XIX, o los
y los estímulos provenientes del exte­ partidos nacionales en otros países.
rior, cobraron renovado impulso las Mejor suerte tuvieron ahora los sec­
tentativas de creación de alternativas tores obrero-artesanales en sus tenta­
de organización partidista. Los círcu­ tivas de organización política. En ene­
los supérstites del republicanismo pro­ ro de 1919 se reunieron en Bogotá re­
cedieron entre 1918 y 1919 a desem­ presentantes de más de veinte asocia­
polvar la idea de fundar un gran par­ ciones y gremios, convocados por el
tido demócrata que canalizara las as­ Sindicato Central Obrero que había
piraciones políticas de sectores de em­ sido creado en 1917 y con la activa
pleados, intelectuales, artesanos y participación de la Confederación de
obreros. Los materiales ideológicos Acción Social de Bogotá y de la So­
con que se construiría el partido de­ ciedad de Auxilio Mutuo. La Asam­
mócrata se encuentran dispersos en las blea General Obrera, como se llamó
páginas del periódico bogotano Ga- al evento, acordó sentar las bases
zeta Republicana. No hay elementos ideológicas y prácticas para la creación
que permitan afirmar que los propul­ del partido socialista. Al mismo tiem­
sores del partido republicano tuvieran po se adoptó una plataforma que sig­
un proyecto que por sus características nificó la sistematización de diversos
políticas y organizativas implicara una planteamientos políticos que venían
alternativa clara frente a las formas de agitándose por parte de artesanos y
adhesión política representadas en los obreros. Se orientaba dicha platafor­
partidos liberal y conservador. Debido ma hacia las reformas y no a las trans­
en parte a esa circunstancia se malo­ formaciones substanciales. Así el pun­
gró por segunda vez en Colombia la to tercero de ese documento reconoce
266 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Caricatura sobre la dirección del movimiento hasta la reu­


creación del partido nión del primer congreso o conven­
obrero, fundado en ción socialista citado para el 7 de agos­
Bogotá en diciembre
de 1915 y conformado to del mismo año. El directorio socia­
mayoritariamente lista orientó un activo proceso de or­
por artesanos. ganización de los trabajadores. Entre
Rechazaba las luchas que encabezó este organis­
la participación
electora! de los
mo se destacó el movimiento contra el
trabajadores y criticaba decreto del presidente Marco Fidel
acerbamente a ios Suárez que autorizaba la compra de
partidos tradicionales. botas y uniformes militares en el ex­
tranjero. El 16 de marzo de 1919 fue
encabezada por los socialistas una ma­
nifestación que exigía la derogatoria
del decreto y protestaba contra las al­
zas en el precio de los víveres. Cuando
culminaba la manifestación, ésta fue
atacada por la tropa produciéndose un
saldo de entre siete y diez muertos y
más de quince heridos. Apenas en su
cuna, el partido socialista se veía so­
metido a la represión armada.
En mayo de 1919 tuvo lugar una
asamblea convocada por el directorio
obrero y patrocinada por las mismas
explícitamente que «el partido no bus­ organizaciones que habían invitado a
ca la abolición del Estado, la propie­ la asamblea general de enero. En la
dad y la sociedad, ni el capital, pero sí reunión de mayo se formalizó la crea­
persigue la abolición de los monopo­ ción del partido socialista y se adoptó
lios y de los privilegios que no sean la llamada «Constitución Socialista»
concedidos por la naturaleza». Sinto­ como programa del partido. Si bien se
máticamente en otro de los puntos se amplió consistentemente el número de
Plataforma
o "constitución" declara que los socialistas «recomien­ puntos, la constitución conservó el ca­
socialista aprobada por dan como bases principales de la rácter reformista del partido. No se
la asamblea de la emancipación obrera la instrucción y puede sin embargo menospreciar el
Confederación Obrera, el ahorro». hecho de que los socialistas hubieran
en Bogotá, a 20 de mayo podido concebir y difundir un progra­
de 1919, tal como fue La asamblea general eligió un direc­
publicada en la torio integrado por nueve miembros. ma explícito que identificaba doctri­
"Gaceta Republicana". A este organismo se le encomendó la nariamente a su colectividad. Ésa no
era precisamente hasta entonces la
tradición de los partidos en Colombia.
Esa circunstancia le confiere al PS un
Plataforma Socialista rasgo de agrupación política moderna.
Los socialistas se mostraron muy
ACUERDO NUMERO SEIS persistentes en el propósito de orga­
nizar el partido. Así, el 7 de agosto de
probada en tercer debate y declarado Ley del Partido en la sesión de 1919 inició sus sesiones el Primer Con­
20 de mayo de 1919 greso del Partido Socialista. De los
k| Xacio«a‘Ua<4óo «W escita, h| So<uCur da! Poder E;*ru
po'tda y gtrroiot de Teteg'a*'»*
U« j MMatriM '• Kmu«í«.
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sentaban a directorios socialistas, seis
dando, en lo p-.>eib a 'na «lio* ,
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ganizaciones obreras y uno a los em­
• it ^wwIh.o
pleados. En cinco casos no es posible
Capítulo 11 267

establecer el origen de la delegación. darizó con otras. La relación con las


El congreso afianzó el carácter na­ luchas obreras y la proximidad que po­
cional del partido socialista. De las dría llamarse orgánica con organiza­
veintidós delegaciones acreditadas, ciones que tienen finalidades no direc­
siete correspondían a organizaciones tamente políticas constituye otro rasgo
radicadas en Bogotá, las demás repre­ que permite diferenciar al partido so­
sentaban a Girardot, Barranquilla, cialista con respecto al liberalismo y al
Medellín, Cartagena, Montería, Fa- conservatismo.
catativá, Moniquirá. Era débil la re­ En 1921 los socialistas participaron
presentación de los departamentos de en las elecciones tanto para la Cámara
la Costa, en donde precisamente se de Representantes en marzo, como
había iniciado la lucha obrera propia­ para los concejos municipales en oc­ Carlos Melguizo,
mente dicha. tubre. Uno de los dirigentes del par­ abogado de Medellín
Después del primer congreso tuvie­ tido socialista, el abogado Carlos Mel- y dirigente del partido
ron lugar reuniones similares como la guizo, de Medellín, ocupó una curul socialista, fue el
efectuada en Girardot en enero de en la Cámara. Las ciudades en que los primer miembro de esa
colectividad en ocupar
1920 y a la cual asistieron 37 delega­ socialistas alcanzaron mayor represen­ una curul en la Cámara
dos. Al tiempo que se celebraba en di­ tación en los concejos fueron las si­ de Representantes,
versos lugares del país el Día del Tra­ guientes: Girardot, Honda, La Dora­ elegido en marzo
bajo, en Honda se instaló el Segundo da, Palmira, Dagua, Segovia, Reme­ de 1921.
Congreso Socialista. En él se aprobó dios, Puerto Wilches, Mariquita, Cis-
una nueva Constitución Socialista que neros, Puerto Berrío, Debeiba. En su
no implicó mayores novedades en re­ libro sobre el sindicalismo, Miguel
lación con los documentos programá­ Urrutia Montoya puntualiza que en
ticos anteriores. El Tercer Congreso las elecciones para concejo en Mede-
Socialista se realizó en noviembre de llín los socialistas obtuvieron el 23 %
1921 y estuvo consagrado básicamente de la votación, colocándose así por en­
a las preocupaciones electorales. Un cima de las listas liberales.
grupo de delegados propuso la afilia­ El airoso despegue del socialismo
ción del partido socialista a la Inter­ en el terreno electoral hizo que el li­
nacional Comunista que había sido beralismo considerara como rival pe­
creada bajo la inspiración de Lenin en ligroso a la nueva agrupación política
1919. Esta proposición no fue apro­ que ejercía evidente atracción sobre
bada. Además aprobó un programa determinados sectores de la población
más radical que el anterior, que pro­ urbana. Justamente era en los centros
pugnaba por la nacionalización de la urbanos donde el partido liberal alcan­
tierra, el carbón y el petróleo, la igual­ zaba sus mayores volúmenes de vota­
dad absoluta entre hombres y mujeres ción. Apelando a la argumentación
y el establecimiento del divorcio, la del enemigo común, la hegemonía
ampliación del derecho de huelga y la conservadora, el partido liberal puso
fijación de una jornada máxima de en marcha una campaña de atracción
trabajo de ocho horas, así como la eli­ de los socialistas. Por ese tiempo Ar­
minación del ejército. mando Solano, dirigente liberal pro­
El partido socialista, si bien estuvo gresista, señalaba: «Tenemos en cam­
dirigido por artesanos secundados por bio el derecho de pedirles a las agru­
algunos intelectuales, desarrolló un paciones obreras que no separen pre­
esfuerzo sintomático por influir entre maturamente su actividad de la nues­
los obreros y dirigir sus luchas. Desde tra, porque así no le sirven sino a la
ese punto de vista fue un partido obre­ hegemonía conservadora.» De mane­
ro. Por otra parte, no pocos proleta­ ra más impresionante Benjamín He­
rios ingresaron a sus filas. Se advierte rrera había dicho en 1919: «No veo la
una gran iniciativa socialista en el auge razón para que se funde un tercer par­
huelguístico de 1919-1920. El PS diri­ tido político en Colombia, cuando
gió algunas de esas huelgas y se soli­ dentro del liberalismo caben todas las
268
Nueva Historia de Colombia. Vol. II

aspiraciones de los trabajadores, por­ La convención liberal de Ibagué adop­


que éste es carne de su carne y hueso tó literalmente buena parte de los
de sus huesos.» Entre finales de 1921 puntos de la Constitución Socialista.
y comienzos de 1922 núcleos socialis­ Para ello no hacía falta que el partido
tas de varias ciudades hicieron pública liberal optara por el socialismo como
la adhesión a la candidatura presiden­ ideología.
cial del general Benjamín Herrera, di­ De otra parte, el partido socialista
rector del liberalismo. En Bogotá, el expresó el hecho social del surgimien­
8 de enero de 1922, dirigentes socia­ to del proletariado moderno. Sin em­
listas en el curso de una manifestación bargo, fueron los artesanos quienes
política ofrecieron el respaldo de su tomaron la iniciativa política. El ar­
partido a la candidatura liberal. tesanado conservaba no obstante pe­
Derrotado el partido liberal por mé­ riódicas repulsas, un sistema de vasos
todos en que no estaba ausente el comunicantes con el bipartidismo y
fraude, el partido socialista no pudo particularmente con el partido liberal.
sustraerse a la depresión política en A pesar de su corta vida, el partido
que se precipitaron, luego de un pe­ socialista contribuyó a la organización
ríodo de euforia, numerosos sectores gremial de importantes sectores de
populares que habían puesto sus es­ trabajadores y dirigió algunas movili­
peranzas de cambios políticos rápidos zaciones. Como en Europa, donde el
en el triunfo del general Benjamín He­ surgimiento de partidos obreros obli­
rrera. gó a la transformación de los partidos
Si bien el partido socialista no se di­ tradicionales, en Colombia el partido
solvió de momento, sí perdió la inicia­ socialista obligó a cierta moderniza­
tiva política y la capacidad de movili­ ción del liberalismo.
zación gremial que había mostrado
hasta aquel momento. Para 1923, en la Grupos socialistas y «comunistas»
práctica el partido socialista creado en (1923-1926)
1919 había desaparecido definitiva­
mente de la escena política. Aunque la Luego de la experiencia del partido
represión oficial no estuvo ausente, es socialista se siguió alentando en Bo­
necesario decir que este primer parti­ gotá y otras ciudades el proyecto de
do socialista sucumbió principalmente una organización política de orienta­
bajo la acción de los mecanismos de ción socialista. Así, entre 1923 y 1926,
captación del bipartidismo. Apenas se conformaron grupos que se llama­
abierto un espacio político indepen­ ron comunistas o socialistas, pero que
diente y ciertamente promisorio, los no pudieron formalizarse como parti­
socialistas renunciaron a él en favor dos y operaron como núcleo de dis­
del liberalismo. cusión política.
Mirando el proceso de convergencia La novedad ahora consistió en que
a partir de la propia realidad del PS, la iniciativa en la promoción de un
se identifican factores estructurales partido de los trabajadores fue toma­
que unidos a los externos determina­ da por jóvenes intelectuales y estu­
ron su desaparición. Ya se señaló que diantes, secundados en unos pocos ca­
desde el punto de vista de su programa sos por obreros.
el partido socialista tuvo una orienta­ Los estudiantes estaban viviendo un
ción reformista. Poco avanzaron los proceso de incorporación a la activi­
socialistas en relación con problemas dad social y política, como lo eviden­
claves como la cuestión agraria, la pro­ cian los congresos nacionales estu­
piedad de los recursos naturales, la or­ diantiles reunidos el primero en Me-
ganización política de la sociedad, la dellín en 1922 y el segundo en Bogotá
dependencia externa. No le fue difícil en 1924.
al partido liberal tomar buena parte de Una figura que sirvió por algún
las reivindicaciones de los socialistas. tiempo de referencia a estos círculos
Capítulo 11 269

fue la del inmigrante ruso Silvestre Sa- los partidarios de crear un partido
vitski. A su tintorería en Bogotá acu­ obrero.
día un grupo de jóvenes a escuchar re­ Se podían identificar las siguientes
latos más o menos impresionistas so­ tendencias: los socialistas del partido
bre Lenin y la Revolución de octubre. de 1919 que, como el periodista Juan
En este auditorio se encontraban in­ C. Dávila, no se habían integrado al
telectuales como Luis Tejada, Moisés partido liberal; socialistas de izquier­
Prieto, Luis Vidales, José María Oló- da, representados por Francisco de
zaga, Josué E. Nieto, Gabriel Turbay, Heredia; anarquistas o anarcosindica­ Luis Tejada, escritor
Roberto García Peña; los estudiantes listas, como Carlos F. León y Luis A. y periodista, la figura
Abel Botero, Manuel Antonio Arbo­ Rozo, y el grupo comunista encabe­ más influyente de los
leda; un obrero ferroviario de apellido zado hasta 1924 por Luis Tejada. grupos comunistas de los
Lozada; un tranviario, Patrocinio Las diferencias de criterios se ex­ años 20. Fundó en
Rey, y Manuel Abella, trabajador de presaron vivamente en el que se au- Barranquilla el periódico
"El Sol", con José Mar,
la construcción. todenominó Primer Congreso Obrero apoyó la candidatura de
El escritor y periodista Luis Tejada de Colombia, que inició sus delibera­ Benjamín Herrera y en
fue la figura más influyente de los gru­ ciones el primero de mayo de 1924. 1923 se hizo miembro
pos comunistas. Dueño de un estilo Aprovechando la reunión del congre­ del partido comunista.
ágil y brillante, impulsó un periodismo so obrero, fue convocada la Conferen­ El año siguiente,
murió prematuramente.
político-literario. Junto con José Vi­ cia Nacional Socialista. Casi todos los
cente Combariza (José Mar) fundó en delegados al congreso, con excepción
Barranquilla en 1919 el periódico El de unos pocos liberales, tomaban par­
Sol. Con estusiasmo apoyó la candi­ te en las deliberaciones de la confe­
datura presidencial del general Ben­ rencia que se adelantaban por la no­
jamín Herrera. Después de la derrota che. Los anarcosindicalistas se opo­
vivió Tejada un proceso de acelerada nían a la creación de un partido.
radicalización política. En 1923 se hizo Creían que los obreros debían buscar
miembro del grupo comunista. En sus la construcción de una nueva sociedad
artículos publicados en El Espectador exclusivamente a través de la acción
entre 1923 y 1924, año en que ocurrió de los sindicatos. Francisco de Here-
su muerte prematura, se evidencia el dia, por su parte, se orientaba por la
acceso a lecturas de obras de Marx y fundación de un partido socialista de
de Lenin y el esfuerzo por la aplica­ masa. En sus viajes por el extranjero
ción del marxismo a la realidad colom­ había adquirido conocimientos de la
biana. teoría marxista y había observado di­
Argumentando la necesidad de for­ rectamente el movimiento obrero de
mas políticas nuevas, Tejada escribía algunos países de Europa. Heredia se
en noviembre de 1923: «La única es­ situaba en posiciones significativa­
peranza seria de regeneración que le mente avanzadas con respecto a los
queda ya a este país está vinculada ín­ inspiradores del partido socialista de
tegramente a la posible aparición 1919. Sin embargo, no compartía en
de fuerzas nuevas..., es evidente que esas su totalidad los proyectos políticos del
fuerzas nuevas no pueden encontrarse grupo comunista.
ya sino en las zonas proletarias, en el Las dos asambleas obrero-socialis­
oscuro trabajador que constituye una tas realizadas en mayo de 1924 cul­
reserva intacta de energía espiritual minaron sus deliberaciones sin haber
porque en su centenaria desconexión alcanzado acuerdos en materia de
de la vida pública ha podido escapar creación de un partido de los traba­
al influjo corrosivo de la vida política jadores. La conferencia socialista
y al desgaste intelectual y moral ca­ acordó la vinculación a la Internacio­
racterístico de las clases dominantes.» nal Comunista. Obviamente, tal reso­
En el período 1923-1926 se observa lución no podía cumplirse en la práctica
un agitado debate ideológico entre las si no se aseguraba con anterioridad la
diversas corrientes en que se dividían existencia del partido mismo.
270
Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Partido Socialista Revolucionario, como la búsqueda de coordinación


PSR con el movimiento obrero internacio­
nal, la vinculación del partido con los
En 1926, después de una etapa carac­ trabajadores de las principales ramas
terizada por la confrontación de opi­ de la economía tanto en la ciudad
niones y proyectos, se inició una ex­ como en el campo. Se consignó tam­
periencia más consistente en el pro­ bién la necesidad de llevar a la prác­
ceso de creación de un partido obrero tica la huelga electoral. Con ello, no
y popular. Esto tuvo lugar en el Tercer sin cierta ingenuidad, se creía tener
Congreso Obrero que se instaló en una especie de garantía de la indepen­
Bogotá el 21 de noviembre. El con­ dencia del PSR.
greso se reunió en un ambiente de agi­ Para el comité ejecutivo del PSR
tación. Entre 1925 y 1926 se desenca­ fueron elegidos en calidad de princi­
denó un nuevo auge huelguístico. El pales: Eugenio Molina Palacios, Gui­
régimen de la hegemonía se mostraba llermo Hernández Rodríguez y Fran­
incapaz de evitar las divisiones en el cisco de Heredia. Como secretario ge­
partido conservador. El liberalismo neral fue designado Tomás Uribe
dividido tampoco acertaba a formar Márquez. En el mismo congreso se eli­
un diseño claro de oposición. Al con­ gió la junta directiva de la Confede­
greso arribaron delegados de los tra­ ración Obrera Nacional (CON), a la
bajadores de los ferrocarriles, del cabeza de la cual se colocó a Ignacio
transporte fluvial, de las trilladoras de Torres Giraldo.
café, de fábricas y talleres artesanales, Mérito muy destacado en la funda­
de algunos ingenios azucareros, como ción del Partido Socialista Revolucio­
también representantes de campesinos nario corresponde a Tomás Uribe
de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Márquez. Procedente de clase media,
Huila. aunaba condiciones que era difícil en­
La discusión central giró en torno a contrar reunidas en una sola persona:
la fundación de un partido político de conocimiento consistente de las bases
los trabajadores. Al respecto se creó teóricas del marxismo y del leninismo;
cierto consenso en la necesidad de experiencia en las luchas del movi­
darle vida a una formación política miento obrero europeo, particular­
muy diferente al partido socialista de mente español; conocimiento de la
1919. Proponían algunos delegados realidad social colombiana adquirida
que el partido llevara el nombre de co­ en viajes por el país y en el contacto
munista y otros se inclinaban por la con diversos sectores de trabajadores.
denominación socialista. No faltaron Uribe Márquez fue el primero en con­
delegados que argumentaran desde po­ cebir en Colombia la modalidad de un
siciones anarcosindicalistas en contra de partido que sirviera de expresión po­
la creación del partido propuesto. lítica a los trabajadores urbanos y a los
Por mayoría de votos, el Tercer campesinos.
Congreso Obrero declaró fundado el El PSR obtuvo logros significativos
Partido Socialista Revolucionario. El en su propósito de influir entre los tra­
nombre adoptado reflejaba la inten­ bajadores de los centros fundamenta­
ción de recoger la tradición del partido les de la actividad económica del país.
y los grupos socialistas que ya habían A través de Ángel María Cano dirigió
existido y, por otra parte, la necesidad la huelga de los trabajadores del fe­
de subrayar las diferencias ideológicas rrocarril de Girardot. Torres Giraldo
con el socialismo reformista. orientó la lucha de los ferroviarios del
Para definir el programa y los prin­ Pacífico y de los braceros de Buena­
cipios organizativos se acordó convo­ ventura. En enero de 1927, bajo el li­
car en breve una conferencia nacional. derazgo del dirigente socialista Raúl
Para la acción en el futuro inmediato Mahecha, pararon ocho mil trabaja­
se acordaron algunos lineamientos dores de la Tropical Oil Company y de
Capítulo 11 271

la Andian National Corporation de Tomás Uribe Márquez


Barrancabermeja. Esta huelga tuvo (1886-1936), secretario
gran repercusión, porque implicaba general del partido
un enfrentamiento con una empresa socialista revolucionario
fundado en 1926.
imperialista. El movimiento fue repri­ "El fue el primero en
mido por el gobierno de la hegemonía concebir en Colombia
conservadora. El 19 de enero, como la modalidad de un
resultado de un enfrentamiento entre partido que sirviera
las tropas y los huelguistas, se produjo a los trabajadores
urbanos y a
la muerte de quince trabajadores se­ los campesinos."
gún reportó el diario El Espectador.
Los miembros del comité ejecutivo del
PSR se reunieron con el presidente de
la República para encontrar solucio­
nes. Sin embargo, el ánimo oficial es­
taba lejos de la conciliación. El go­
bierno, hipotecado a través de los
préstamos de los Estados Unidos,
obraba con toda docilidad frente a las
pretensiones del monopolio petrolero.
Inspirada por los dirigentes del PSR,
se desencadenó desde el 20 de enero
de 1927 una ola de huelgas de solida­
ridad. Un buen número de dirigentes
del socialismo revolucionario fue
puesto en la cárcel, en diversas ciu­
dades del país, como represalia por la
campaña de solidaridad.
En la zona bananera, el PSR echó Ante el recrudecimiento de las ten­
raíces entre los trabajadores de la Uni- dencias reaccionarias del régimen po­
ted Fruit Company y entre los peque­ lítico, el Partido Socialista Revolucio­
ños colonos que vendían el banano a nario avanzó una política de entendi­
la compañía. Allí, sobre la base de una miento con sectores del partido libe­
organización creada por un grupo de ral. Fue puesta en marcha una cam­
anarquistas de origen español e italia­ paña en defensa de la democracia que
no, los socialistas revolucionarios fun­ se expresó como protesta por la pro­
daron la Unión Sindical de Trabaja­ mulgación del decreto 707, llamado de
dores del Magdalena, USTM. «Alta Policía», en 1927, y contra la ley
En regiones agrarias desarrolló el «Heroica» en 1928. Esta última era un
PSR una notable labor de organiza­ estatuto jurídico que reunió un con­
ción gremial. La región de Viotá, cen­ junto de disposiciones represivas que
tro de la hacienda cafetera del Te- recortaban sustancialmente las liber­
quendama, fue visitada por obreros tades democráticas. En la práctica, la
enviados por el socialismo con el fin ley Heroica ilegalizó al Partido Socia­
de interesar a los trabajadores del café lista Revolucionario. Varios meses se
en su organización. Una labor similar prolongó la campaña contra dicha ley
fue adelantada entre campesinos y co­ y fue especialmente intensa en octubre
lonos de regiones del Tolima y San­ de 1928. Dentro de ella se realizaron
tander. Esa labor no dejó de lado a los mítines, manifestaciones, se formaron
indígenas, en algunas de cuyas comu­ comités en Bogotá y en las principales
nidades desarrollaron el trabajo de ciudades.
educación y organización dirigentes El PSR fue admitido como sección
indígenas socialistas como José Gon­ de la Internacional Comunista en el
zalo Sánchez y Eutiquio Timoté. VI Congreso de ésta realizado en
272 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Raúl Eduardo Mahecha Era, órgano del Comité Central, Vox


Caycedo (1884-1940) Pupuli en Bucaramanga, La Justicia
legendario dirigente en Medellín y La Humanidad en Cali.
obrero nacido en el
Tolima, miembro del Un eficaz medio de propaganda lo
partido socialista constituyeron las giras de María Cano
y organizador del paro por diversas regiones del país. Esta jo­
de 8 mil obreros de ven mujer procedente de medios in­
la Troco y de la Andian, telectuales de Medellín, miembro de
en Barrancabermeja,
en 1929. La foto fue la dirección del PSR, se convirtió en
tomada ese mismo año. una especie de pesadilla del gobierno
conservador.
Con el Partido Socialista Revolucio­
nario parecía consolidarse una alter­
nativa de tercer partido con una apre­
ciable base social de apoyo. En poco
tiempo el PSR se convirtió en un fac­
tor político nacional, logró vincularse
a los trabajadores de los sectores eco­
nómicos más importantes, y además
logró abrirse un espacio de acción po­
lítica dentro del campesinado. Todo
ello era posible gracias al trabajo am­
plio en la población. No obstante, en
el PSR, desde el comienzo, echó raí­
ces una tendencia insurreccional que
veía la «revolución social» como po­
sibilidad muy próxima.
Ese modo de ver las cosas se explica
Moscú del 17 de julio al primero de por la acción combinada de diversos
septiembre de 1928. Igualmente una factores dentro de los cuales pueden
En 1926, el
delegación del PSR tomaría parte en destacarse la represión que ejercía el
partido socialista una conferencia de partidos comunis­ gobierno de la hegemonía sobre los
revolucionario, a tas que tuvo lugar del 1 al 12 de junio participantes en las luchas sociales, la
través de Ignacio de 1929 en Buenos Aires. influencia que conservaban ciertos há­
Torres Giralda, orientó El partido socialista adelantó una bitos de pensamiento del radicalismo
la lucha de los obreros liberal del siglo XIX entre las bases del
ferroviarios del Pacífico labor de propaganda de las ideas so­
v de los braseros de cialistas en Colombia a través de una PSR y el arraigo de ideas anarquistas
Buenaventura. serie de periódicos como La Nueva y anarcosindicalistas entre algunos di­
rigentes del partido.
Ya en la conferencia nacional del
PSR realizada en septiembre de 1927
en La Dorada, se trazó la orientación
de coordinar acciones con miras a la
confluencia en una insurrección nacio­
nal para sustituir al régimen. En el de­
sarrollo de esa táctica, el socialismo
revolucionario fue estableciendo lazos
cada vez más estrechos con la corrien­
te liberal que, encabezada por el ge­
neral Leandro Cuberos Niño, buscaba
el poder a través de las armas y por los
métodos que fueron característicos a
las contiendas políticas en el si­
glo XIX. En julio de 1928 se realizó una
Capítulo 11 273

conferencia nacional clandestina del


PSR. Las deliberaciones transcurrie­ GrACETA REPU isLICAníA
ron en ambiente febril de conspira­ Diario de la tarde* Fundudo

ción. En la conferencia se declaró fun­ M)X£5 * ALIONALES

dado el Comité Central Conspirativo,


CCC, integrado por socialistas y libe­
rales. En dicho comité se destacaron
los dirigentes más experimentados del
PSR. El Comité Ejecutivo, organismo
formal de dirección, se dejó en manos
de jóvenes recién llegados a las filas
socialistas, como Moisés Prieto y Fe­
lipe Lleras Camargo, que no tenían
fkw So*-
autoridad política en el PSR.
Por defectos de la represión y tam­
bién en virtud de la táctica conspira-
tiva desde finales de 1928 la labor po­
lítica fue cediendo su lugar a los pre­
parativos militares. En Bogotá se fa­ PSR, se veían en la perspectiva de la Noticia de fundación
bricaban bombas que se distribuían insurrección. del partido socialista,
luego a otras ciudades. Estas opera­ Por otra parte, el PSR perdía inde­ enero 21 de 1919.
ciones facilitaban aún más la acción pendencia frente a sus aliados del ala
represiva del gobierno y en algunos belicista del liberalismo. El Comité
casos permitían la infiltración por par­ Central Conspirativo dio órdenes de
te de la policía. Aun luchas de masas insurrección que luego se reconside­
de tanta envergadura como la huelga raban. En julio de 1929 se produjeron
de las bananeras de diciembre de rebeliones de núcleos socialistas que Calle de la
Campana, en Barranca:
1928, en cuya preparación jugaron pa­ no alcanzaron a recibir la correspon­ Raúl Eduardo Mahecha
pel fundamental los dirigentes del diente contraorden. El caso más co- en el centro (1923).
274 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

María Cano, dirigente


del partido socialista
revolucionario: sus
giras por diferentes
regiones del país
causaron sobresalto
a los gobiernos de
hegemonía conservadora;
en 1930 formó parte del
comité central del
partido comunista.

José Gonzalo Sánchez,


dirigente socialista
indígena.

nocido fue el de los bolcheviques del Márquez, estaban en la cárcel y otros


Líbano, en el Tolima. La masacre de tuvieron que huir luego de las bana­
los huelguistas de las bananeras en di­ neras. De esta manera el socialismo
ciembre de 1928 y la represión que se entró en proceso de crisis expresado
intensificó en el país incrementaron el de manera contradictoria. Un sector
desconcierto en las filas del PSR, que del partido se dio a la tarea de reagru­
en la práctica se vio privado de direc­ par fuerzas, de elaborar una política
ción. Muchos dirigentes, empezando de recuperación de influencia entre las
por el secretario general Tomás Uribe masas y de superación del modelo de
insurrección con fecha fija. Este sec­
tor, encabezado entre otros por el uni­
Ignacio Torres versitario Rafael Baquero, mantuvo
Giraldo, otro
gran dirigente y correspondencia con la Internacional
agitador socialista, Comunista y preparó el terreno para
director en 1926 de la fundación del Partido Comunista.
la Confederación Otro sector se integró al liberalismo
Obrera Nacional (CON). en medio de la general euforia que ro­
deó a este partido desde comienzos de
1930. No pocos dirigentes y sectores
de base se sustrajeron en general a la
actividad política.
El año 1929 fue clave para los cam­
bios políticos en el país. La crisis de la
hegemonía conservadora tocó fondo
no sin antes haber asestado golpes de­
cisivos a las organizaciones de los tra­
bajadores. La protesta popular de Bo­
gotá, cuando las masas protagoniza­
ron las jornadas del 6 al 9 de junio,
constituyó una voz de alarma y a su
vez contribuyó a crear condiciones in­
mediatas para los cambios políticos.
Capítulo 11 275

El partido liberal en su corriente ci­ Alberto Castrillón,


vilista fue la fuerza política que rápi­ candidato socialista
damente supo colocarse en condicio­ a las elecciones
nes de capitalizar en su favor la crisis. presidenciales de 1930.
El Partido Socialista Revolucionario,
que había sido actor de primera línea
en la gestación de la crisis, no estuvo
en condiciones de tener un papel sig­
nificativo en aquella coyuntura.

Auge de terceros partidos


(1930-1943)
En el decenio de 1930-1940, con el de­
sarrollo capitalista que experimentó
ritmos acelerados entre 1923 y 1928,
se vieron incrementados los grupos so­
ciales cuya presencia ya se advertía
desde comienzos de siglo: obreros, es­
tudiantes, campesinos.
Sobre estos sectores, como sobre el
país en su conjunto, se dejaron sentir No menos importantes que los fe­
las consecuencias de la crisis mundial nómenos de origen social y económico
capitalista de 1929-1932. Entre 1928 y son los factores de orden político que
1929 el presupuesto de obras públicas, contribuyeron a aguzar la imaginación
sector que había experimentado el en materia de creación de organizacio­
más activo crecimiento en los años in­ nes políticas nuevas. La caída de la he­
mediatamente anteriores, descendió gemonía conservadora fue seguida por
en un 68 %. Ello condujo a numero­ un régimen político que dio vigencia a Titular de "La Patria"
de Cartagena, del lo.
sos despidos y al desmejoramiento en los hábitos e instituciones de la de­ de diciembre de 1928,
las condiciones económicas de los tra­ mocracia representativa especialmen­ sobre la huelga de las
bajadores que continuaron en sus em­ te durante la primera presidencia de bananeras del Magdalena
pleos. El café sufrió un brusco descen­ Alfonso López Pumarejo: 1934-1938. v la inminente llegada
so en el mercado mundial que provocó El clima era más favorable para el en­ socialistasdeMaríalos líderes
Cano
la crisis de todo el comercio exterior sayo de nuevas fórmulas políticas. y Raúl Eduardo Mahecha.
del país. Estas circunstancias contri­
buyeron a profundizar la crisis de las
haciendas cafeteras que, según Marco
Palacios, se había iniciado hacia 1920.
En la medida en que se debilitaba el
monopolio de la mano de obra en la
hacienda cafetera del oriente del país
y en otro tipo de latifundio y en virtud
de la acción de corrientes de coloni­
zación en Cundinamarca y el Tolima,
se abrían para la población agraria
mayores posibilidades de acción polí­ ftyUOTX noviembre -MI.— Lo» •|i«'*,n. *•’
últimas tthticini* «lo 1“ xon» bnn» tenido |i<ir las autoridad»*» «l«il At­
fue <!•• í«a región** Uanaurrax, trai. •
«le busear tin arreglo al v •»-
dou «urgido filtro la l'nilrd K*t •
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l»< trabajador» ti*- r»tn •
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tidismo. Al mismo resultado contri­ pucá los Iritbujfl<lor<s han resuel­ nisl.i en reprcM uiiu i.iii «!•• Iik so- mi.
to mantener fll paro mi lodo «ti ciiiHstns ele < 'idoiidiin . También lio; |H'rn;anf*rrrr • i a-
buían la presencia de una numerosa vigor, il<‘2Í««lnSc U nrceilrr a in« ’ esperan In Ih'lrniln «le lo» lideres
HirHÜficMriuh^s «pl<* trata ititro* llaíil Mulirt-lia y Marí.i Cano.
«india
nació»
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gr»ti«Hwti»ilu
hiifl^a.
L *

luí l"iiite*|. |>or «ti parí-


capa de pequeños y medianos cafete­ dneir la T*nited FhiíI m algnnps
dr los punto* »pir rotilirne
lia sido revi¡fíeail.i l.i tiotivia
pile- que decía ipie rl Ministro de lu- bien «•nriiei'ir.i • li«'pit^-

ros independientes en el occidente del •ro «le peticiones qitr k fiw prr- ■litMtríns. ductor .Mantel rrt, h.thái acwdeV.
M*rita(i<> |»»»r los burlgiMsta». Tato- ordenmln ni dnelnr ll"«'« Itev» m * refiero
luhonif en
.il »«-tíur" •-ubv”'

país y las luchas económicas de obre­ bi»'-n informan «jw ,in rrn.
• nwrbdn’M*» a «i'”* »!»• U Ihwto Trabajo, quien «o
drfr de la ttflriiia • íeii« ,r»! 'leí último
vil liltítnuu.
eti llltim
i .ipfr !»■;•••’<• .¡ti
”!».• m-. - .¡o. •

ros y peones de la economía cafetera. <H ’rsmannla AB*rt«. t I


1
|eiin«-
276 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Ignacio Rengifo, las bananeras): «La enseñanza pri­


ministro de Guerra mordial y esencial que es necesario ex­
del presidente Abadía traer, no es pues un pesimismo derro­
Méndez, controla al
"león bolchevique". tista sobre el estado de espíritu de las
Caricatura de Díaz masas, sino lo que vosotros mismos
en "Fantoches" (1928). habéis subrayado: es preciso organi­
zar, organizar el partido en todo el
país como un partido de clase abso­
lutamente independiente y distinto de
los demás por su ideología, su progra­
ma, sus métodos de lucha.» Con esos
criterios fue convocado por socialistas
revolucionarios el llamado pleno am­
pliado del PSR.
Esta reunión que tuvo lugar en Bo­
gotá empezó su trabajo el 5 de julio de
1930, En ella tomó parte una comisión
de la «Internacional Comunista» in­
tegrada por Guillermo Hernández Ro­
dríguez, Carmen Fortoul y por un di­
rigente comunista de origen nortea­
mericano. A este pleno en el que par­
ticipó también Tomás Uribe Márquez,
secretario general del PSR, concurrie­
ron treinta personas. Se trataba de in­
Incluso para el decenio 1930-1940 telectuales, artesanos, obreros de la
pueden señalarse, ciertamente de ma­ construcción, trabajadores de la zona
nera aproximada, no sólo el surgi­ bananera, braceros del río Magdalena
miento de partidos nuevos, sino la e indígenas. En el pleno se declaró
conformación de varias tendencias fundado el partido comunista, que
que se identificarán atendiendo a la realizó el 17 de julio una manifesta­
combinación de dos criterios: prime­ ción como primer acto político del
ro, los objetivos programáticos y las nuevo partido.
posiciones ideológicas de los partidos En la declaración programática se
y, segundo, la caracterización de su señalaba que el partido lucharía por
actividad práctica. Las agrupaciones una revolución cuyas fuerzas motrices
políticas surgidas se clasifican bajo las serían el proletariado en primer lugar,
siguientes denominaciones: partido el campesinado y otros sectores de la
comunista, tendencia populista de iz­ pequeña burguesía urbana y rural. El
quierda, tendencia social-demócrata, contenido central de la revolución se­
tendencia nacional-tradicional, ten­ ría la resolución de la cuestión agraria
dencia fascista. por medio de la eliminación de los ves­
tigios feudales, el reparto de la tierra
El partido comunista a quienes la trabajen directamente, a
través de la expropiación de los terra­
Como antes se señaló, cuando el so­ tenientes. Igualmente, la revolución
cialismo revolucionario entró en un sería antiimperialista y por tanto pro­
proceso de desintegración, un sector cedería al desconocimiento de las deu­
dentro de ese partido se dio a la tarea das contraídas a través de los emprés­
de reagrupar fuerzas. La Internacional titos y a la nacionalización de las em­
Comunista estimuló ese esfuerzo y se­ presas directa o indirectamente con­
ñaló en carta dirigida a los socialistas troladas por el imperialismo. La pla­
(que era una respuesta al análisis que taforma incluía también objetivos
éstos habían hecho sobre la huelga de inmediatos como la lucha por la im­
Capítulo 11 277

plantación general en Colombia de la "Que baile Cuberos".


jornada laboral de ocho horas y el re­ caricatura de Roa
conocimiento de los derechos políticos publicada por
"Fantoches"
de la mujer. en septiembre de 1930.
El pleno eligió un comité central in­ El general liberal
tegrado por dieciocho personas, entre Leandro Cuberos
las cuales se destacaron dirigentes del encabezó una corriente
PSR como Tomás Uribe Márquez, para tomarse el poder
por las armas.
María Cano, Jorge G. Russo, Rafael Nombrado
Baquero. Como secretario general del vicepresidente
partido fue designado Guillermo Her­ del consejo electoral,
nández Rodríguez. se declara partidario
Dadas las condiciones de la crisis de Enrique Olaya
Herrera, quien aparece
económica, la primera campaña de también y por esta
aliento nacional fue la organización razón en la caricatura.
del movimiento de los desempleados,
que se desarrolló bajo las consignas de
«trabajo y pan» y «auxilio del Estado»
para los cesantes. Algunas de las ma­
nifestaciones de los desempleados fue­
ron reprimidas, como sucedió en Me-
dellín en septiembre de 1930 cuando
cayeron muertos varios manifestantes
en los enfrentamientos.
El panorama del sindicalismo co­
lombiano era bastante desolador a co­ tuyeron el origen de FEDENAL, la
mienzos del decenio que empieza en organización gremial de trabajadores
1930. Por efecto de los despidos ha­ que alcanzaría decisiva influencia po­
bían salido de sus puestos muchos lítica pocos años más tarde como bas­
obreros con experiencia gremial y po­ tión de la CTC.
lítica. La represión había dejado acé­ En los primeros años de su existen­
falos sectores estratégicos como los de cia, el PCC cosechó sus éxitos más no­
los trabajadores de la zona bananera tables en el trabajo entre la población
y del petróleo. Por ello los comunistas agraria. El radicalismo agrarista del
orientaron su trabajo durante la pri­ PCC sirvió de expresión política a
mera etapa hacia la reconstrucción de arrendatarios y colonos de varias re­
organizaciones, la superación de las giones. El trabajo sindical permitió la
tradiciones mutualistas y la adopción organización de huelgas de peones y
de la mentalidad sindical por parte de jornaleros del café. Persistente fue el
los trabajadores. trabajo de los comunistas entre los tra­
En Bogotá, los comunistas lograron bajadores de las haciendas cafeteras
alcanzar influencia entre obreros de del Tequendama. En Viotá, como lo
empresas medianas y organizaron el describe Marco Palacios, la crisis de la
sindicato de Bavaria, por entonces la hacienda cafetera se precipitó cuando
empresa fabril más importante. Sobre la dualidad «plantación-economía fa­
esta base se creó una federación local miliar parcelaria» comenzó a romper­
del trabajo. En Medellín, el PC avan­ se y esta última se liberó. La transfor­
zó entre los artesanos sin lograr in­ mación del arrendatario sometido a la
fluencia entre los obreros del sector hacienda, a través de «la obligación»,
moderno. En el Atlántico, los comu­ en productor cafetero independiente,
nistas sentaron las bases de la organi­ mediano o pequeño, se aceleró gracias
zación del transporte fluvial, fundan­ a la lucha política de los mismos arren­
do los primeros sindicatos del río Mag­ datarios y peones orientados por el
dalena. Estas organizaciones consti- partido comunista.
278 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

"El Bolchevique", órgano dora del campo. Además del progra­


central del partido ma agrario se especifican en dicho do­
comunista dirigido por cumento los objetivos específicos de
el poeta Luis Vidales,
da cuenta en su primera
lucha para cada sector social: campe­
página del 4 de agosto sinos, colonos arrendatarios, proleta­
de 1934 sobre la huelga rios agrícolas. Se subraya, sin embar­
naviera en el río go, que no obstante las diversidades,
Magdalena y sobre la el «centro de los movimientos en el
huelga nacional campo lo constituye la lucha por la tie­
cafetera.
rra».
En 1934 adquirió un alto nivel el
movimiento huelguístico entre los tra­
bajadores cafeteros tanto de las ha­
ciendas como de las trilladoras. Se
produjeron huelgas de escogedoras en
el Tolima y en Florida, Valle. En Pal-
mira y Restrepo, los trabajadores se
negaban a recoger el café. Se produ­
jeron huelgas de escogedoras de café
en Pereira, Chinchiná y Palestina. En
estas localidades estuvieron orientan­
do el movimiento dirigentes comunis­
tas como Jaime Cuéllar, Gilberto
Vieira, Jorge Regueros Peralta. Des­
En el tercer pleno del comité central de el mes de agosto de 1934, el partido
del PCC, reunido en octubre de 1934, comunista trazó la orientación de
se reseñaba la actividad organizativa coordinar los distintos movimientos
de los comunistas en otras regiones con miras a la realización de una huel­
agrarias como el oriente del Tolima, ga nacional del café. La campaña por
San Vicente en Santander, las avan­ su realización suscitó la reacción de di­
zadas colonizadoras de Baraya en el versos grupos de la burguesía y los te­
Huila, Miradores en Boyacá, Caja- rratenientes. Por su parte diarios
marca y otras. Las formas principales como El Tiempo, El Espectador, El
de organización impulsadas en el cam­ País clamaban contra las movilizacio­
po eran las ligas campesinas y los sin­ nes de los campesinos y contra la con­
dicatos agrarios. En las primeras se signa de la huelga nacional.
buscaba agrupar a arrendatarios y co­ La represión no se hizo esperar. En
lonos, a los segundos se invitaba a los el mes de agosto, procedentes de Vio-
peones y a los proletarios agrícolas. tá y Anapoima, había cincuenta y seis
Ligas campesinas se organizaron no comunistas presos. Por el mismo tiem­
sólo en las regiones ya mencionadas, po fue enviado a colonias penales el
sino también en el occidente del país, concejal por el PCC en Viotá, Víctor
como en veredas de Puerto Berrío, en Julio Merchán. En Medellín fue en­
Antioquia, o en el municipio de la Te­ viado a la cárcel el edil comunista Ma­
baida en el actual departamento del nuel Marulanda Vélez. Igualmente
Quindío. había detenidos del PCC en las cár­
En la Resolución sobre el Trabajo celes de Ibagué, Neiva, Popayán, Car-
del Partido en el Campo, publicada en tago.
el periódico central del PCC El Bol­ Si bien la huelga nacional del café
chevique, del 8 de diciembre de 1934, no pudo llevarse a efecto, la consigna
se contiene un estudio detallado de la estimuló luchas parciales de los tra­
cuestión agraria en Colombia y se bajadores del sector. Por otro lado se
identifican los diversos sectores socia­ hizo evidente que campesinos, colo­
les que integran la población trabaja­ nos y proletarios agrícolas alcanzaban
279
Capítulo 11

proyección nacional. Sin la conside­


ración de este factor sería incompleto
el cuadro de condiciones que hizo po­
sible la adopción por parte de la bur­
guesía del reformismo agrario de la se­
gunda mitad de los años 30.
Desde su fundación el partido co­
munista mostró rasgos organizativos
bastante diferenciados: estructura ce­
lular, afiliación individual, conoci­
miento y aceptación del programa,
pago de cuota estatutaria, carácter
electivo de todos los cargos de direc­
ción. Esos principios organizativos
han tenido una doble y contradictoria
significación. El PCC ha podido su­
perar situaciones en que ha sido ob­
jeto de cruda represión. Particular­
mente difícil fue para el partido man­ sindicatos, con miras a la construcción Gerardo Molina,
tener la organización cuando a dos de una Central Nacional de Trabaja­ intelectual de la
años de su creación tuvo que afrontar dores. Ésta surgió en agosto de 1936 izquierda colombiana,
la ilegalización de hecho en relación en el llamado Segundo Congreso Na­ se inició en los
llamados "grupos
con la denuncia que hizo de la guerra cional del Trabajo, celebrado en Me- marxistas", que se
entre Colombia y el Perú como «ma­ dellín, gracias al consenso de las di­ proclamaban
niobra imperialista». En 1954 la dic­ versas corrientes que tenían presencia independientes
tadura de Gustavo Rojas Pinilla ile­ en el sindicalismo: comunistas, libe­ de los partidos.
galizó mediante un acto legislativo el rales, socialistas. La central única de
PCC, que venía desarrollando en la trabajadores que en principio se de­
práctica su actividad de manera clan­ nominó Confederación Sindical de
destina desde 1949. Colombia, CSC, identificaría la uni­
La estructura organizativa sitúa el dad del sindicalismo colombiano por
PCC a una distancia muy grande de las una etapa que se extendió hasta fina­
formas de socialización política que les de los años 40, cuando se inició el
han sido características para la inmen­ período de la Violencia. Esa unidad le
sa mayoría de los colombianos. En tal permitió al sindicalismo desempeñar
sentido las formas y métodos de or­ un papel político destacado durante
ganización han dificultado el incre­ un decenio. Desde comienzos de los
mento de las filas comunistas. En al­ años 40, dentro del PCC, el apoyo di­
gunas regiones agrarias, el PCC se ha ferenciado a la política de reformas ce­
afianzado con rasgos de contracultura dió su lugar a un respaldo cada vez
política frente a las formas tradicio­ más acrítico al partido liberal, y par­
nales de mantenimiento de las lealta­ ticularmente a su ala lopista. Este en­
des bipartidistas. foque en política interna se acompañó
En la segunda mitad de los años 30, de una visión que tendía a olvidar la
el PCC adoptó la política del Frente naturaleza reaccionaria del imperialis­
Popular. Esto le permitió articular en mo norteamericano que supuestamen­
principio un enfoque diferenciado con te habría cambiado en función de su
respecto al gobierno de la «Revolu­ participación en la alianza antifascista.
ción en Marcha» (1934-1938): apoyo a Esta doctrina recibió el nombre de
las reformas progresistas, rechazo a brawderismo, dado que su principal
los aspectos desfavorables para los tra­ ideólogo era el secretario general del
bajadores. Por el mismo tiempo el partido comunista de los Estados Uni­
PCC desarrolló una política de acuer­ dos Earl Brawder. En Colombia, Au­
dos con otras fuerzas en el seno de los gusto Durán, secretario general del
280 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

creación de una agrupación política en


Colombia por fuera de los marcos del
bipartidismo. Esta experiencia está
asociada a Jorge Eliécer Gaitán.
A su regreso de Italia, a donde ha­
bía viajado por razones de estudio,
Gaitán se incorporó rápidamente a la
vida política. Su sagacidad lo llevaba
a intervenir en aquellos acontecimien­
tos que conmovían con mayor fuerza
a la opinión pública. En marzo de
1929 emprendió una gira por la zona
bananera, escenario de la masacre de
1928. A su regreso a Bogotá, el cau­
dillo anunció que presentaría su nom­
bre como candidato a la Cámara para
desencadenar, una vez elegido, un
gran debate sobre las bananeras. Gai-
tán tuvo un papel muy destacado en el
movimiento democrático contra la he­
gemonía conservadora en junio de
1929. El debate por él realizado en
agosto del mismo año sobre las bana­
Gilberto Vieira White, Partido Socialista Democrático, nom­ neras contribuyó a aumentar su po­
agitador en la huelga bre que por entonces tomó el PCC, re­ pularidad. Los años siguientes en la
nacional cafetera de cogió y adecuó las tesis brawderianas actividad política de Gaitán van a ca­
1934 y después concejal
de Bogotá, fue elegido que se constituyeron en la línea oficial racterizarse por la alianza con Olaya
en el V Congreso del PSD. En el V Congreso Comunis­ Herrera, de cuyo gobierno asumirá la
Comunista, en ta realizado en Bucaramanga en julio defensa en repetidas ocasiones. Como
Bucaramanga, en 1947, de 1947 se cristalizó la división entre contraprestación, Olaya influyó en la
por primera vez, como los partidarios de Duran y quienes designación de Gaitán como presiden­
secretario general te de la Cámara en 1931 y como pre­
de su partido, frente buscaban la reorientación del partido
a la tendencia sobre la base de la independencia po­ sidente de la Dirección Liberal. Sin
"brawderista" de lítica y las concepciones leninistas. Ex­ embargo, a comienzos de 1933, se
Augusto Durán. cluidos del partido Augusto Durán y rompió la alianza y el joven caudillo
sus seguidores, se elige como nuevo se vio libre de los compromisos que
secretario general a Gilberto Vieira y inhibían su iniciativa política. «En oc­
se inicia la reconstrucción en un mo­ tubre de 1933, antes de que se clau­
mento en que sobre el país se proyec­ surara el Congreso, Gaitán lanzó un
taban ya los nubarrones de la Violen­ manifiesto trascendental. Invitaba al
cia y de la guerra fría. pueblo, a los intelectuales, a los des­
heredados a formar un frente único
capaz de luchar contra la perfidia y de
La tendencia conquistar la justicia.» De esa manera
populista de izquierda describe el escritor J.A. Osorio Liza-
Bajo esta denominación se incluye la razo el nacimiento de la UNIR.
Unión Nacional Izquierdista Revolu­ La nueva agrupación comenzó a ga­
cionaria (UNIR) y el Partido Agrario nar pronto influencia especialmente
Nacional de Erasmo Valencia. en el campo. Como el partido comu­
nista, la UNIR penetró también en las
La UNIR zonas cafeteras de Cundinamarca,
destacándose Fusagasugá como ba­
Esta organización ha significado uno luarte del unirismo. En el Tolima la
de los esfuerzos más vigorosos de UNIR creó apoyo sólido especialmen­
Capítulo 11 281

te en el norte. Al órgano del partido, cuyos trabajadores influía la UNIR. El


el semanario Unirismo, llegaban motivo tuvo que ver con la negativa de
adhesiones de campesinos de Chapa­ los colonos a aceptar los avalúos de las
rral, Armero, Icononzo, Fresno, etc. mejoras en los términos arbitrarios en
Igualmente las comunicaciones pro­ que los realizaba la hacienda.
venían del Viejo Caldas. En el Valle, En el movimiento sindical la in­
la UNIR logró crear sus bases en la fluencia de la UNIR se encontraba
franja Tuluá-Cartago. La UNIR con­ principalmente en Bogotá, donde con­
quistó el apoyo fundamentalmente en­ trolaba los sindicatos de la Fábrica Na­
tre los colonos y es a este sector social cional de Chocolates, Textiles Mon-
al cual presta sus más activos y efica­ serrate y fábrica El Papagayo. Dirigía
ces servicios. En ello debió influir la también el sindicato de los trabaja­
importancia que Gaitán concedía al dores de la energía eléctrica de la ca­
momento jurídico en la resolución de pital. En Medellín, la influencia sin­
los conflictos agrarios. dical del unirismo era reducida, pero
Primera página de
La UNIR comenzó bien pronto a gozaba de algún apoyo en núcleos de "Unirismo", semanario
ser víctima de la represión de los la­ empleados y profesionales. En Ba- informativo de la
tifundistas a través de las llamadas rranquilla, igualmente, contaba con el Unión Nacional
«guardias departamentales». En la apoyo de profesionales y de poblado­ Izquierdista
primera etapa de agitación, la guardia res de barrios periféricos. La UNIR Revolucionaria (UNIR),
grupo político
de Cundinamarca disolvió a bala una tuvo a su disposición cinco periódicos, fundado por Jorge
manifestación de campesinos uniristas aunque de vida precaria: El Crisol en Eliécer Gaitán, por
presidida por Gaitán en Fusagasugá el Medellín dirigido por Emiro Mejía; en fuera del bipartidismo,
4 de febrero de 1934, dejando un saldo Ibagué Tribuna, dirigido por Víctor en 193i. Tuvo gran
de varios campesinos asesinados. Otra M. Bedoya; en Pereira Pluma Libre, influencia en zonas
cafeteras de
masacre de campesinos tuvo lugar el dirigido por Célimo García Bustaman- Cundinamarca y Caldas,
14 de agosto de 1934 en la hacienda te; El Socialista en Barranquilla; y asi como en Tolima
Tolima, en la jurisdicción de Ibagué, en Alma Libre en el Socorro. y Valle.

Hlición <io IK pmrinas. Teléfono 2D- 37. Apartado de (Jorree


Teléffiufu: "liNlillSilU". 5 eentevos-auemp
.*..■■.» V H K-.T.< ■■ ¡‘i ^r.i .iKMKKt: Og .MÚilOO M.MA. ’ *” 1

Duales fueron íjs causas para Declaraciones de Jorge EHécer Qaltan sobre
el fracaso de la huelga ferroviaria do
yue no se discutiera el proyecto
sobre hijos naturales Las causas. Incomprensión,
(I MMn>a Va'ercia htbla hoy púa ei Uoir smo
AOrnr-. t,|, . . .e.i<lad<-^ unirhla»
Nuestro emb’ema de lucha
0** •• i............ • !•. . irv ¿’i’iii «»i : aluzada
282 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

mo. Para los sindicatos urbanos, el co­


mité sindical de la UNIR presentaba
los alcances de su función en estos tér­
minos: «Preparar pliegos de peticio­
nes, intervenir en las negociaciones di­
rectas y promover la huelga dándole
una orientación legal hasta conseguir
el triunfo» (Unirismo, 21 de junio de
1934). Gaitán elaboró un programa
que denominó Plataforma de Acción
de la UNIR. Dicho documento contie­
ne en su preámbulo tesis que son im­
portantes para esclarecer el ideario de
Gaitán por ese tiempo. En cuanto al
programa propiamente dicho, se dis­
tinguen los siguientes puntos:
1. Creación de una economía re­
gulada, planificada mediante el inter­
Edición extraordinaria El partido de Gaitán planteaba un vencionismo de estado. La interven­
del lo. de mayo de 1929 esquema organizativo que si bien no ción estatal obedecería a un criterio
de "El Socialista", puede asimilarse al mecanismo celu­ social que obraría en el sentido de una
órgano del partido lar, sí implica formas de adhesión más
socialista
«progresiva eliminación de la explo­
revolucionario. comprometedoras que el simple voto tación del hombre por el hombre».
en las elecciones. La UNIR estimula­ 2. Reforma agraria. Las tierras no
ba el principio de militancia individual cultivadas deberían pasar en cinco
Plaza de Fusagasugá,
y de carnetización de sus miembros. años a ser propiedad del Estado. Este
"donde se desarrollaron Al comienzo Gaitán insistió en la ne­ punto no colocaba a Gaitán muy lejos
los sangrientos cesidad de una rígida disciplina que in­ de la ley 200 de 1936. Las tierras ocu­
sucesos entre liberales cluía prácticas gimnásticas como ru­ padas por los colonos durante más de
y uniristas", según la dimento de preparación militar. Los cinco años sin que hubiese aparecido
revista Cromos que la organismos no eran propiamente de­
publicó asi, después
pretensión de propiedad por otros, de­
que la guardia de liberantes y las orientaciones políticas berían pasar a propiedad de quienes
Cundinamarca generales del partido eran responsa­ las beneficiaban. Con respecto a los
reprimiera a bala una bilidad del caudillo. arrendatarios, la UNIR proponía ela­
manifestación borar una legislación completa que de­
gaitanista el 4 de
En el trabajo reivindicativo, Gaitán
febrero de 1934, con se aferraba a los procedimientos le­ bía comenzar por una revisión general
varios campesinos gales. Esto chocaba en el campo con de los títulos. En la propiedad de la
muertos. los métodos violentos del latifundis- tierra se debía establecer un tope má­
ximo de mil hectáreas. Éste era sin lu­
gar a dudas el punto más radical de su
programa. Se preveía también la or­
ganización en cooperativas de los cam­
pesinos que recibían las tierras.
3. En cuanto al imperialismo, la
plataforma unirista proponía la adop­
ción de un nacionalismo defensivo
frente a los abusos del imperialismo y
la defensa de los valores de la cultura
nacional. El documento no hacía alu­
sión a la defensa de los recursos na­
turales, ni a las formas concretas de
penetración imperialista.
4. Una reforma importante sería la
de la Constitución, que buscaría sus­
Capítulo 11 283

tituir el régimen presidencialista por pleja: en las zonas agrarias, la repre­


uno parlamentario y consagrar la se­ sión fue por cierto muy violenta. En
paración de la Iglesia y el Estado. las ciudades, en el primer tiempo, los
5. Incluía la plataforma otras refor­ círculos oficiales del liberalismo y la
mas en el terreno de la legislación so­ gran prensa ignoraron la nueva for­
cial y laboral, entre las cuales se des­ mación política. Luego El Tiempo y
tacaba la creación de un banco de pre­ los periódicos conservadores la califi­
visión social, sostenido con el aporte caron de maniobra comunista. El Es­
obligatorio del 50 % de las ganancias pectador le dio tratamiento de disiden­
de los capitalistas. cia liberal.
La adhesión a la UNIR era vista por Bajo el doble mecanismo de la re­
quienes la efectuaban como un acto de presión y del halago al caudillo, la
desafío a los partidos tradicionales. UNIR dejó de existir como partido
Un aparte de una carta enviada desde cuando en mayo de 1935 Gaitán de­
Pereira por un grupo de simpatizantes claró disuelta la organización. Diver­
contiene los términos que se repiten sos factores explican la desaparición
en comunicaciones similares: «Los del unirismo como corriente política
abajo suscritos, convencidos hasta la independiente. Aquí se mencionarán
evidencia de la farsa política en que algunos de ellos:
nos han tenido los partidos políticos li­ 1. El desarrollo logrado por la
beral y conservador, que en definitiva UNIR entre las masas agrarias la hizo Jorge Eliécer Gaitán,
comulgan reverentes sin discrepancia Manuel Seoane y Carlos
blanco inmediato de la represión lati­ H. Pareja, tras una
ante el presupuesto, declaramos de fundista a través de las autoridades lo­ conferencia sobre el
manera categórica que nos adherimos cales. Dada su concepción, Gaitán no aprismo peruano fundado
a la UNIR, única organización política acertaba a ofrecer alternativas de ac­ por Víctor Raúl Haya
que salvará a Colombia.» {Unirismo ción por fuera del estrecho espacio de la Torre, con cuyo
19 de julio de 1934.) creado por la ley. populismo y
antiimperialismo
La táctica de la burguesía y sus par­ 2. La impaciencia de Gaitán debió tenía similitudes
tidos con respecto a la UNIR fue com­ depararle desalentadoras sorpresas al el unirismo.
284 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

constatar, por ejemplo, los magros re­ lucha de clases e invocaban la solida­
sultados de la UNIR en el debate en ridad proletaria en la lucha contra los
que participó. Osorio Lizarazo afir­ latifundistas. En un editorial de Cla­
maba que Gaitán esperaba por ese ridad dedicado a la APEN, de la cual
tiempo resultados rápidos y especta­ se hablará más adelante, Erasmo Va­
culares. Las realidades en ese sentido lencia escribía: «Se hace evidente que
se mostraron modestas. Colombia ha entrado en una franca lu­
3. El programa reformista de Ló­ cha de clases, provocada no por los de
pez Pumarejo debió producir efectos abajo sino por las agudas contradiccio­
disuasivos en Gaitán. No se trataba nes que precipitan la agonía de la plu­
propiamente de que la UNIR se hu­ tocracia de arriba» (13 de abril de
biera quedado sin banderas, ya que su 1935). En el mismo editorial, Valencia
programa era más amplio, sino que llama a campesinos y obreros a cerrar
veía reducido su espacio de maniobra. filas contra los terratenientes. Como
4. El unirismo surgió en un momen­ la UNIR, el PAN tenía sus bases entre
to poco favorable: en efecto, gran­ los colonos.
des sectores de las masas populares El movimiento agrario de Sumapaz
tenían puestas sus esperanzas en el libe­ daba gran importancia a la conquista
ralismo recientemente llegado al poder. de representación en los órganos co­
No obstante las ambigüedades que legiados e incluso en la administra­
el análisis evidencia con relación al ción. Los agrarios participaron en va­
unirismo, las vacilaciones de Gaitán rios debates electorales. En octubre
en el terreno de la práctica, su eclec­ de 1935 el PAN eligió varios conce­
ticismo en el plano teórico, puede de­ jales en Fusagasugá, Pasca, San Ber­
cirse que con la disolución de la UNIR nardo y Pandi. Erasmo Valencia fue
fracasó un intento de creación de un elegido a la Asamblea de Cundina-
partido populista con orientación de marca para el período 1935-1936. El
izquierda, que en otra coyuntura his­ diputado agrarista propuso unos pro­
tórica se hubiera convertido en alter­ yectos de ordenanza entre los cuales
nativa de masas frente al partido li­ se destacan:
beral. 1. Prohibición del concierto de per­
sonas en Cundinamarca.
El Partido Agrario Nacional, PAN 2. Creación de escuelas campesinas
ambulantes.
El PAN constituye, según lo afirma el 3. Parcelación de tierras.
historiador Gonzalo Sánchez, el pri­ 4. Protección a los trabajadores
mer intento de crear un partido cam­ agrícolas.
pesino a escala nacional. El marco de El PAN acogió la «plataforma agra­
referencia del PAN lo constituyó el ria nacional» que había sido aprobada
movimiento agrario de Sumapaz, del el 27 de diciembre de 1932 por el Con­
cual se convirtió en su expresión po­ greso Obrero y Campesino. De ese
lítica. El periódico Claridad, dirigido programa se destacan los siguientes
por Erasmo Valencia, fue el vocero puntos:
del movimiento. 1. Impulso a la organización de los
El PAN, que comenzó su acción en campesinos, en sindicatos, ligas, aso­
1933, estaba integrado por secciones. ciaciones, cooperativas y en la Con­
Éstas tenían adherentes en los depar­ federación Agraria Nacional.
tamentos de Cundinamarca, Boyacá, 2. Lucha por la democratización de
Tolima, Huila e intendencia del Meta. la propiedad de la tierra y por las par­
Una de esas secciones cubría diez ve­ celaciones.
redas en cuatro municipios. Aunque 3. Créditos agrícolas a los campe­
se llamaban también «agrarios», los sinos.
dirigentes del PAN no defendían el 4. La creación de escuelas para los
aislamiento campesino, reconocían la hijos de los campesinos.
285

Capítulo 11

5. La abolición de todas las formas Darío Samper, uno de


de coerción personal por parte de los los dirigentes, con
terratenientes. Abelardo Forero
6. Abolición del pago de las obli­ Benavides, Alfonso
Bonilla, Alfonso
gaciones en trabajo; su pago en di­ Palacio Rudas y
nero. Juan José Turbay
7. «La colonización bien entendi­ del grupo Acción
da», con apoyo económico del Estado. Nacional, fundado
Si bien es cierto que el PAN se pre­ en 1934 con
pretensiones de
sentaba como una agrupación nacio­ partido y con tres
nal, no pudo en la práctica superar su puntos programáticos:
carácter regional. Esa limitación tenía Intervención de
que ver con la naturaleza de clase, ya Estado, democracia y
nacionalismo económico.
que si el PAN buscaba la alianza con
el movimiento obrero era ante todo
una vertiente campesina radical. En
los años 40 el movimiento agrario de
Sumapaz apoyó al gaitanismo y en los
años de la Violencia, encabezado por
Juan de la Cruz Varela, se orientó por
las tesis agrarias del partido comu­
nista. En octubre de 1934 apareció un
nuevo grupo, éste sí con pretensiones
La corriente social-demócrata de partido, denominado «Acción Na­
cional». Sus gestores eran todos uni­
Bajo esta denominación se agrupan versitarios y estaban presididos por
aquellos núcleos políticos que en la co­ Darío Samper, Abelardo Forero Be-
yuntura de los años 30 ocuparon el es­ navides, Alfonso Bonilla, Alfonso Pa­
pacio entre el partido liberal y el par­ lacio Rudas y Juan José Turbay.
tido comunista. Esta corriente estuvo Tres eran los puntos bastante vagos
alimentada preferentemente por gru­ de la plataforma programática de Ac­
pos intelectuales: estudiantes y profe­ ción Nacional:
sionales. 1. Intervención progresiva del Es­
Gerardo Molina hace referencia a la tado en el orden a la organización y
constitución de un «grupo marxista» planificación de la economía nacional.
organizado en 1933. Se trataba de un 2. Democracia económica como
centro de estudio que se proclamaba base para desarrollar un amplio pro­
independiente de los partidos. Estaba grama de protección social.
formado por Luis Eduardo Nieto Ar­ 3. Nacionalismo económico y cul­
teta y su hermano Rafael, Óscar Pino tural encaminado a la defensa de las
Espinel, Eduardo Garzón Rangel, Ar­ fuerzas productivas y a la propagación
turo Vallejo Sánchez, Juan Bernal, de una densa cultura social.
José M. Roys Bermúdez, Ramón El grupo estaba conformado por co­
Freyle, Guillermo y Emilio Preciado, misiones de trabajo y tenía una pre­
Cayetano Romero Vargas, Carlos sidencia que se rotaría por orden al­
González, Gerardo Molina, Gonzalo fabético. Un elemento al cual los or­
Buenahora, y otros. ganizadores de Acción Nacional da­
Este grupo fue una especie de es­ ban importancia era el de la divulga­
cuela política que contribuyó de modo ción política. Por este motivo dentro
decisivo a la formación intelectual de de sus objetivos figuraba el de la cons­
algunas figuras que se destacarían más titución de una cooperativa editorial
adelante en posiciones de izquierda en con el fin de publicar varios análisis
la política, la investigación y el sindi­ sobre la realidad nacional y obras de
calismo. cultura política.
286 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Jorge Regueros Peralta, única de trabajadores en Colombia, la


dirigente comunista, CTC. En el congreso constitutivo de la
quien ya en 1934
participó en la
Central, en agosto de 1936, Diego
organización de Luis Córdoba y Gerardo Molina to­
la huelga nacional maron parte activa en los debates. El
de cafeteros. segundo de ellos fue designado para
una de las dos vicepresidencias del
congreso. En el comité ejecutivo de la
Confederación fueron incluidos tres
socialistas. En el Segundo Congreso
del Trabajo, celebrado en enero de
1938, los socialistas volvieron a ser
elegidos para el comité confederal de
la CTC. Los representantes de Van­
guardia Socialista desempeñaban den­
tro del sindicalismo organizado el pa­
pel de mediadores entre las corrientes
mayoritarias de las centrales: comu­
nistas y liberales.
Sin llegar a la disolución, Vanguar­
dia Socialista perdió iniciativa como
organización independiente desde fi­
nales de los años 30. A partir de la ex­
periencia anterior, los dirigentes de
Vanguardia, junto con personalidades
de otras procedencias políticas, dieron
Estrictamente hablando, se trataba vida en 1942 a una nueva organiza­
de un grupo liberal, expresión sólo del ción, «la Liga de Acción Política», a la
descontento de jóvenes universitarios cual parecía esperar un futuro muy
con relación al funcionamiento de la promisorio: en un manifiesto al país,
maquinaria del partido. Ubicado sig­ los fundadores de la Liga presentaron
nificativamente más a la izquierda que un programa. En él se preveía tam­
el grupo anterior, apareció a comien­ bién la adopción de principios orga­
zos de 1935 una corriente política de­ nizativos destinados a consolidar un
nominada «Vanguardia Socialista», partido de tipo moderno con afiliación
creada también por jóvenes intelec­ individual y carné de militante. La
tuales. simple enumeración de los nombres
Cuando, por iniciativa del partido de quienes conformaban la Liga sugie­
comunista, se constituyó el Frente Po­ re un espectro político significativa­
pular, en su organización nacional en mente más amplio que el de Vanguar­
junio de 1936 Vanguardia Socialista fi­ dia. En la comisión ejecutiva figura­
guró entre los organizadores a través ban, entre otros: Juan Francisco Mú-
de Gerardo Molina como delegado. jica, Gerardo Molina, Antonio Gar­
{Revista Javeriana, julio de 1936, pá­ cía, Diego Luis Córdoba, Luis Rafael
gina 47.) Robles, Jorge E. Pineda, Indalecio
Liévano Aguirre, Guillermo González
Justamente en el desarrollo de la Ch., Jaime Quijano, Arturo Valencia
política del Frente Popular los dirigen­ Zea. La Liga editó el periódico Acción
tes de Vanguardia participaron en la Política. Los apoyos conquistados ini­
movilización de apoyo al presidente cialmente permitían esperar que el
López y de repudio a la campaña de partido conformara una base cuanti­
la reacción conservadora clerical y tativamente significativa. La Liga, sin
profascista. embargo, chocó con una doble barre­
Papel destacado jugaron los socia­ ra: de un lado, la virtual alianza de los
listas en la experiencia de la central
Capítulo 11 287

dirigentes del nuevo partido con Ló­ Partido Agrario Nacionalista


pez Pumarejo; éste proclamaba que el
liberalismo era la fuerza llamada a El obsesivo gestor de la campaña por
realizar las transformaciones que el la creación del Partido Agrario Nacio­
país requería y que por tanto no hacía nalista es Olinto Marcucci, miembro
falta la creación de nuevos partidos; de las directivas de la Sociedad de
de otra parte, el comienzo de los años Agricultores de Colombia, SAC, en
40 es el período del ascenso del gai- los años 30. Con ese objetivo comenzó
tanismo que atraía irresistiblemente a su actividad desde 1929 a través de
las masas urbanas bajo las banderas li­ una serie de conferencias patrocinadas
berales. No eran tiempos para el éxito por la SAC. Esta organización patro­
de nuevas fuerzas políticas. nal brindó con poca convicción res­
En agosto de 1944 la Liga de Acción paldo oficioso a la campaña en la que
Política se declara disuelta y sus miem­ además tomaron parte destacados la­
bros se orientan unos por el liberalis­ tifundistas, como Nemesio Camacho,
mo lopista y otros se aproximan al gai- Cesáreo Pardo, Jesús del Corral, An­
tanismo. Una vez más los mecanismos tonio Samper Uribe y otros. Se fuda-
de captación del bipartidismo tuvieron ron sociedades agrícolas en provincia
su papel en la atracción de una fuerza como núcleos del partido en gesta­
política que se mostraba como el ger­ ción.
men de un partido socialista. Los fundadores del PAN se inspi­
Es cierto que algunos miembros raban en los principios sustentados
destacados de la Liga escogieron en el por la Unión Republicana forjada en
partido comunista el terreno de su el movimiento contra la dictadura de "El APEN de rapiña",
reorientación política. En tal sentido caricatura sobre la
Rafael Reyes. Don Carlos Esguerra, Asociación Patriótica
se expresó en agosto de 1944 un grupo uno de los sobrevivientes de aquella Económica Nacional.
encabezado por Juan Francisco Múji- experiencia, estimulaba a Marcucci, Como el Partido
ca, José Francisco Socarras y Carlos no tanto por el proyecto mismo, sino Agrario Nacionalista,
H. Pareja (Diario Popular, Bogotá, 25 por la bondad intrínseca que advertía tuvo apoyo de la
de agosto de 1944). en la idea de crear nuevos partidos Sociedad de Agricultores
y surgió en 1934, como
Los grupos socialistas contribuye­ que contribuirían indudablemente a reacción a la huelga
ron a la diversificación del espectro «que los antiguos partidos dejen de vi- nacional cafetera.
político, dieron su aporte a la unidad
del movimiento sindical y coyuntural-
mente ejercieron presión hacia la iz­
quierda sobre sectores del liberalismo.
Los grupos socialistas fueron signos
característicos de una etapa democrá­
tica en la historia contemporánea de
Colombia. Las indefiniciones progra­
máticas y las ambigüedades organiza­
tivas tornaron muy vulnerables las ex­
periencias del socialismo como co­
rriente partidaria.

La corriente nacional tradicional


Bajo esta denominación se presentan
dos corrientes políticas que, aunque
sin enfrentarse al bipartidismo, bus­
caban fórmulas más eficaces de defen­
sa de intereses oligárquicos, de origen
agrario. De ahí su orientación hacia
modelos autoritarios.
288 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

vir del pasado y del culto de sus muer­ mismo moderado de la República Li­
tos». beral, la APEN, a través de su vocero
En enero de 1930, los núcleos del La Razón, dirigido por Juan Lozano y
partido agrario se adhieren con gran Lozano, ponía las voces más estriden­
despliegue a la candidatura de Olaya tes, en el concierto de la vocinglera
Herrera por considerar que éste agi­ oposición a López. Las otras voces en
taba bien las banderas del entendi­ este frente eran las de la jerarquía ca­
miento interpartidista a través de los tólica y de la dirección conservadora
postulados de la «Concentración Na­ que se orientaban por las consignas de
cional». Los elementos más importan­ la desobediencia civil, y la «Acción in­
tes del credo político de Marcucci trépida».
eran: unión por arriba de liberales y A medida que la pausa proclamada
conservadores, modernización de la por López en 1937 y convertida en po­
agricultura mediante la introducción lítica oficial por Eduardo Santos avan­
de adelantos técnicos, amplias garan­ zaba, la APEN fue diluyéndose en los
tías al capital extranjero, modificación partidos tradicionales.
de los mecanismos del sufragio para El papel de la APEN fue eminen­
eliminar las posibilidades de fraude. temente coyuntural; sin embargo,
Sin haber podido aún crear el par­ sembró semillas que darían sus frutos
tido, la agitación sobre su fundación en la época de la Violencia. A corto
continuaba todavía en 1933. Final­ plazo es indudable que la actividad de
mente, no se vuelve a levantar el pro­ esta alianza reaccionaria contribuyó a
yecto, sobre todo después de la crea­ la pérdida del impulso reformista del
ción de la APEN en 1934. gobierno liberal.

La Asociación Patriótica La tendencia profascista


Económica Nacional, APEN
La corriente profascista tuvo sus an­
Ésta es una organización política con tecedentes en los años 20. En 1924 Sil­
una denominación gremial que contó vio Villegas lanzó un manifiesto en el
también con el apoyo de la SAC. La cual llamó a conformar un bloque na­
APEN no tiene una propuesta de pro­ cionalista. Este llamamiento fue apo­
grama, surgió como reacción ante el yado por algunos jóvenes conserva­
avance del movimiento agrario. La dores que comenzaron a llamarse
APEN hizo su aparición en octubre de «Los Leopardos». Sin embargo, los in­
1934, algún tiempo después de que tentos más serios de organización en
fuera lanzada la consigna de la huelga este campo vendrían a mediados de
nacional cafetera. los años 30.
La APEN reclutó sus adherentes El libro de Silvio Villegas No hay
entre los grandes hacendados del café enemigos a la derecha (Manizales,
en Cundinamarca, y entre rentistas, 1937) constituyó una síntesis del idea­
usureros asustados no sólo por el auge rio de los círculos profascistas en Co­
del movimiento de masas sino so­ lombia. Contiene el libro un franco
bre todo exaltados por las reformas elogio a la política de Mussolini. No se
que López Pumarejo anunciaba en trata de la expresión de simpatía hacia
materia agraria y fiscal. Apoyaron la Italia fascista sino de la total adhe­
a la APEN algunos empresarios indus­ sión a su causa. Villegas considera que
triales. la forma ideal de gobierno es el fas­
En la propaganda alucinada de cismo. «Mussolini —escribía— tuvo |
APEN, la Revolución en Marcha sería que ir al fascismo porque Italia se ha­
un verdadero cataclismo. El presiden­ bía colocado en estado de necesidad y
te López Pumarejo era presentado contra la anarquía liberal y comunista
como un instrumento del Kremlin. A no opera sino la vigorosa afirmación
medida que cobraba fuerza el confor­ del orden.» El autor vincula el desuno
Capítulo 11 289

histórico del nazismo alemán a la de­ Juan Lozano y Lozano


rrota del comunismo y de la Unión So­ director de "La Razón",
viética. Los componentes que podrían vocero de la APEN.
llamarse autóctonos del fascismo crio­ "A medida que cobraba
fuerza el conformismo
llo son la invocación del pensamiento moderado de la República
bolivariano, «el retorno a los ideales Liberal, la APEN, a
bolivarianos». Bolívar, en ese cuadro, través de "La Razón",
aparece opuesto «a la barbarie de­ ponía las voces más
mocrática» ya que era hombre «aman­ estridentes en el
concierto de la
te de las disciplinas y de las jerar­ vocinglera oposición
quías». En el campo económico, Vi­ a López Pumarejo."
llegas critica al capitalismo. Esa crítica
tiene un origen utópico reaccionario,
ya que simultáneamente rechaza la in­
dustrialización. Para Villegas el fun­
damento del desarrollo económico
está en el campo. Advierte una con­
tradicción insalvable entre el campo y
la ciudad, esta última representa a las
«clases consumidoras» en oposición a
las «productoras del campo». Este
planteamiento se acompaña de la rei­
vindicación del papel de la provincia,
para la cual pide autonomismo com­ nos y a las capas medias urbanas. Los
patible con una rígida centralización resultados electorales no guardaron
política. En la perspectiva inmediata, relación con la desbordante actividad
el blanco prioritario de la reacción de­ de los caudillos falangistas, aunque los
bía ser la República Liberal ya que 12.666 votos que obtuvieron en las
«ella lleva a Colombia hacia la anar­ elecciones para la Cámara permitieron
quía y hacia la ruina». a la Acción Nacionalista Popular con­
La existencia de estos grupos pro­ quistar un curul para su dirigente má­
fascistas como partido tiene lugar en­ ximo, Silvio Villegas. Indudablemente
tre los años 36 y 39. Si bien el núcleo había operado la maquinaria del par­
de dirigentes profascistas se organizó tido conservador. Al poco tiempo de
como agrupación política autónoma, esa experiencia electoral, los falangis­
sus miembros conservaron una rela­ tas comenzaron el retorno al conser-
ción siempre estrecha con el partido vatismo, presididos por su jefe. Unos
conservador del cual se separaron an­ pocos dirigidos por Gilberto Alzate
tes que por divergencias ideológicas Avendaño persistieron en el empeño
por razones de la táctica. de mantener el partido fascista. En
Desde 1936, en Manizales y en Me- efecto, Alzate Avendaño había co­
dellín, operó la Acción Nacionalista menzado la tarea de organizar el par­
Popular, cuyo comando estaba for­ tido falangista desde 1933.
mado por Silvio Villegas, Gilberto Al­ En 1933 operaba en Medellín una
zate Avendaño, Fernando Londoño, agrupación denominada «Jerarquía»
Joaquín Estrada Monsalve, Abel y que desde las páginas del periódico El
Rafael Naranjo Villegas, Eduardo Ca­ Colombiano divulgaba sus concepcio­
rranza y Juan Roca Lemus. La Acción nes políticas. Hacia finales de los años
Nacionalista Popular desplegó una in­ 30, operan todavía pequeños grupos
tensa actividad por campos y ciuda­ profascistas. Así, en Popayán, con fe­
des, en Caldas y Antioquia especial­ cha 10 de marzo de 1939, se difunde
mente. Sus intervenciones, que dieron un manifiesto nacionalista firmado por
vida a una modalidad literaria de du­ el comando del Cauca apoyando una
doso gusto, se dirigían a los campesi- lista de candidatos que encabezaban,
290 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

para la Cámara, Joaquín Estrada Ensayos de populismo (1950-1960)


Monsalve y, para la Asamblea, Fer­
nando Londoño y Londoño. El grupo Tienen interés los intentos de creación
del Cauca estaba integrado por jóve­ de un movimiento político por fuera
nes universitarios preferentemente. de los partidos tradicionales que se su­
La disidencia de estos grupos falan­ cedieron durante el gobierno de Gus­
gistas en la década de los 30 no puede tavo Rojas Pinilla (1953-1957). Una
medirse por su significación política particularidad importante de esos en­
como grupo. El partido conservador sayos consiste en que ellos fueron ins­
estimulaba las formas extremas de pirados y patrocinados oficialmente.
oposición a los gobiernos liberales y Inicialmente, el general Rojas estuvo
resultaba más cómodo políticamente estrechamente ligado a los partidos
agitar ciertas tesis por fuera de los lin­ tradicionales, hasta llegar a configurar
deros del propio partido. Por otra par­ en la primera etapa un gobierno ho­
te, en la restauración conservadora mogéneamente conservador con en­
que comenzó a finales de los años 40, tusiasta apoyo liberal. A medida que
van a estar presentes muchos de los in­ fueron abriéndose las contradicciones
gredientes de la ideología de los gru­ con la dirección de los partidos, se for­
pos profascistas de los años 30. Re­ mularon oficialmente líneas nuevas de
cuérdese a este propósito el proyecto gobierno que buscaban crear una base
de reorganización institucional de la social propia que le permitiera al dic­
República presentado bajo la presi­ tador moverse con mayor libertad en
dencia de Laureano Gómez. Por otro relación con el cuadro político tradi­
Fascistas residentes lado, los métodos concretos de acción, cional.
en Colombia asisten, la excitación a la violencia, a la con­ La inspiración venía probablemente
con camisas negras, trarrevolución, se convirtieron más de Argentina, donde Juan Domingo
al entierro de su tarde en las tesis oficiales de la plata­
presidente, Federico Perón, llegado al poder en 1946, había
Pin. en abril de 1928.
forma conservadora. afianzado un régimen político de tipo
Capítulo 11 291

Gilberto Alzate
Avendaño y Femando
Londoño y Londoño,
cofundadores con
Silvio Villegas de
la Acción Nacionalista
Popular, en 1936
Este grupo profascista
actuó especialmente en
Manizales y Medellín.
Después del retorno
de muchos de sus
dirigentes al
conservatismo,
Alzate persistió
en su empeño de
mantener al partido
falangista.

populista con apoyo de la burguesía lica», «decidido anticomunismo», «na­


nacional y con amplia base social. cionalismo a toda prueba». Esto se acom­
La empresa política fue precedida pañaba especialmente en el caso del
por esfuerzos encaminados a confor­ MAN de una retórica antioligárquica.
mar un sector sindical progobiernista. La CNT fue blanco de reiterados
En junio de 1954 se realizó el congreso ataques de la Unión de Trabajadores
constitutivo de una Central de Tra­ de Colombia, UTC, de voceros de los
bajadores, la CNT. Esta sigla fue to­ industriales y de los partidos. La je­
mada de un proyecto que había tenido rarquía eclesiástica atacó a la CNT
Jorge Eliécer Gaitán sobre creación como «peronista y anticatólica... por
de una organización sindical de orien­ oponerse a la doctrina social de la
tación gaitanista. Rojas Pinilla espe­ Iglesia». Parecidos calificativos fueron
raba que a la CNT acudieran en la pri­ lanzados posteriormente contra el
mera etapa los trabajadores del Esta­ MAN.
do. Sobre esta base, que constituía El encono contra el MAN se origi­
más bien una ilusión, el gobierno pro­ naba en el temor de ver debilitado el
cedió a la creación del Movimiento de bipartidismo a favor de una fuerza que
Acción Nacional, MAN, como orga­ bien podía convertirse en desafío
nización separada completamente de abierto. La otra influencia que se ad­
los partidos tradicionales. Con espe­ vertía amenazada era la de la Iglesia
cial entusiasmo, el ministro de Go­ sobre el movimiento sindical.
bierno, Lucio Pabón Núñez, tomó en Ante la oposición de la élite política
sus manos el impulso al MAN, el cual tradicional al MAN y de la jerarquía
era presentado como la verdadera católica a la CNT, los planes del go­
«unión del pueblo conservador, liberal bierno en materia de organización po­
y socialista, de ricos y pobres», «el lítica y sindical se suspendieron. Inclu­
MAN —dijo el ministro— es el verda­ so, en septiembre de 1955, el Minis­
dero frente democrático contra todo terio de Trabajo canceló la personería
otro frente de las oligarquías resenti­ jurídica a la CNT.
das». El MAN y el sindicalismo oficia­ Desde mediados de 1955 se proto­
lista se acogían a una plataforma que colizó la ruptura entre los directorios
destacaba elementos tales como: «fide­ políticos y la dictadura de Rojas Pi-
lidad a las doctrinas de la Iglesia cató­ nilla. Por otro lado las medidas de po-
292 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

lítica social que adelantó el gobierno a


través del llamado Secretariado de
Acción Social (SENDAS) resultaban
muy tímidas como para ganar el apoyo
necesario en capas populares. La ma­
sacre de los estudiantes el 8 y 9 de ju­
nio de 1954, la guerra contra los cam­
pesinos del oriente del Tolima a co­
mienzos de 1955, la clausura del diario
El Tiempo el 4 de agosto de 1955 fue­
ron acontecimientos que le enajena­
ron el apoyo a Rojas Pinilla en diver­
sos sectores sociales.
En esa situación, el gobierno reno­
vó su propósito de crear su propio mo­
vimiento político. Romper la tenaza
bipartidista aparecía para la dictadura
como una tabla de salvación. El 13 de
junio de 1956, con actos espectacula­
res en Bogotá, se declaró fundada la
Tercera Fuerza. A diferencia del
MAN, en este proyecto no se hizo alu­
sión explícita al sindicalismo para no
despertar recelos en la Iglesia; en cam­
bio, se tomó a las fuerzas armadas
como uno de los elementos claves del
proyecto. Rojas Pinilla destacó en su
discurso de fundación del movimiento
los siguientes elementos: el carácter
suprapartidista de la Tercera Fuerza,
el lema de «Dios y patria», «la unidad
católica de los colombianos», la ne­
Manifestación de cesidad histórica del binomio pueblo-
seguidores de Rojas
Pinilla. Ya en 1954, fuerzas armadas.
el general organizó un El MAN, primero, y la Tercera
Movimiento de Acción Fuerza, luego, atrajeron apoyo del na­
Nacional (MAN), sobre cionalismo de derecha y de izquierda.
la base de la Central
Nacional de Para el caudillo conservador Gilberto
Trabajadores formada Alzate Avendaño, al calificar al MAN
por él. Después, en como «social-cristiano o cristiano na­
1956, fundó la Tercera cionalista», señalaba que su objetivo
Fuerza. Finalmente, el sería el de «enrutar a la nacionalidad
intento de crear un
tercer partido hacia el retorno a Dios, y la consoli­
cristalizaría con la dación de un nacionalismo vital que
Alianza Nacional vuelva a hacer de Colombia la cabeza
Popular (Anapo), a la de América». El profesor Antonio
que se refiere esta
caricatura de Osuna,
García Nossa, quien había apoyado
"Año bisiesto" (1972). desde sus comienzos al gobierno mi­
litar con argumentación de izquierda,
formó parte del equipo directivo de la
Tercera Fuerza. También a ella per­
tenecieron gaitanistas como Luis Emi-
ro Valencia y José Jaramillo Giraldo.
No faltó el concurso de sindicalistas
Capítulo 11 293

venidos a menos. Sin embargo, el gran "Love Story",


ideólogo de los proyectos político-par­ LOVE STORY caricatura de
tidistas de Rojas fue el reaccionario e Héctor Osuna
sobre la
influyente ministro de Gobierno Lucio creación
Pabón Núñez. de Anapo.
La Tercera Fuerza fracasó de ma­
nera similar al MAN, ambos intentos
resultaron sorprendentemente efíme­
ros, debido a la variada y fuerte opo­
sición que suscitaron y a la inconsis­
tencia y ambigüedad de las fórmulas
mismas. Habría que tener en cuenta
que los proyectos políticos impulsados
desde el poder tienen ventajas insti­
tucionales para afianzarse, pero al
mismo tiempo demandan realizacio­
nes económicas y sociales que no se le
exigen a las alternativas que nacen en
la oposición.
Aparte de la significación que el —¿Qué dices? ¿Lo acepto como una
especie de tercer partido?
MAN y la Tercera Fuerza guardan
como elemento de análisis del gobier­
no de Rojas Pinilla, su estudio tiene
una gran importancia desde el punto sin contar con la historia de los parti­
de vista de los antecedentes del po­ dos obreros que comienzan en el pri­
pulismo de los años 70, expresado en mer decenio del siglo. Las diversas co­
la Alianza Nacional Popular, ANA- rrientes socialistas contribuyeron a
PO, encabezada por Rojas Pinilla. mantener determinadas tradiciones
democráticas y a conservar la indepen­
Comentario final
Lucio Pabón Núñez,
Al final de la sexta década del siglo ministro de Gobierno
xx, mientras los partidos tradicionales del general Rojas,
iniciaban lo que se convirtió en un lar­ gran ideólogo y
go ejercicio de acuerdo bipartidista, el organizador de los
Frente Nacional, en el campo de los proyectos político-
partidistas del
terceros partidos quedaba en pie so­ regimen militar.
lamente el partido comunista. Vícti­
mas de la represión u objeto de los ha­
lagos del bipartidismo y también en
función de los dos fenómenos a la vez,
numerosos partidos y corrientes polí­
ticas vieron frustrada su parábola vi­
tal. Luego del período de la Violencia,
los partidos tradicionales resumen el
papel de protagonistas en el sistema
político del país sin que tengan que
vencer el reto de un partido de masas.
No obstante, con mayor o menor
profundidad, los terceros partidos han
jugado papeles importantes en coyun­
turas históricas diversas. Sería difícil
pensar, por ejemplo, en el afianza­
miento del sindicalismo en Colombia
294 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

dencia de sectores de la intelectuali­ partidismo en la suerte corrida por los


dad con respecto al bipartidismo. Con terceros partidos. Se han señalado fac­
los terceros partidos se inició también tores internos de las propias experien­
una acción política y económica del cias políticas no bipartidistas: progra­
campesinado que se ha desarrollado a ma, forma de articulación de las leal­
lo largo del siglo xx. tades políticas, modalidades de vin­
La trayectoria de los terceros par­ culación de los partidos con los grupos
tidos es elemento importante de la his­ sociales, relación con la cultura polí­
toria del sistema político colombiano. tica históricamente dominante. Sólo
En las páginas precedentes se ha pre­ una metodología que tenga en cuenta
sentado al lector la incidencia que han los factores internos y externos puede
tenido factores tales como la represión servir de instrumento en el estudio del
o los mecanismos de captación del bi- problema de los terceros partidos.

Bibliografía
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295
Capítulo 12

Historia militar contemporánea


Álvaro Valencia Tovar dencia, al saberse sindicado de su­
puestos delitos cometidos en ejercicio
del mando, no vaciló en requerir del
Últimas guerras civiles del Libertador la autorización para tras­
siglo XIX. La herencia del pasado ladarse de inmediato de Bolivia a Bo­
gotá, para someterse a juicio, pese a
ara comprender el papel que cupo que lo cubría la gloria inmensa de
P al ejército nacional en las contien­
das civiles del siglo XIX, se hace
cesario establecer el carácter de la
Ayacucho.
ne­ El golpe de estado del general José
María Melo en abril de 1854, halló la
fuerza armada, legado en buena parte inmediata reacción de tres generales
del proceso independentista, y de la fi­ de la guerra de Emancipación y ex
sonomía democrática del Estado, que presidentes de la Nueva Granada:
se perfila desde los orígenes mismos José Hilario López, Tomás Cipriano
de la República y con la cual se iden­ de Mosquera y Pedro Alcántara He-
tifica el ejército. Debe recordarse que rrán. Marcharon desde distintas direc­
el código constitucional de 1811, pri­ ciones sobre la capital —Herrán viajó
mera carta fundamental que tuvo la desde Estados Unidos—, batieron a
patria en gestación, disponía que la Melo, restauraron el régimen consti­
fuerza pública no es deliberante. En tucional y ninguno de ellos, pese a su
otras palabras, que le está vedado par­ condición de generales victoriosos, se
ticipar en controversias y fenómenos hizo al poder, llamando a un civil mo­
políticos. derado, Manuel María Mallarino, a
El general Francisco de Paula San­ asumir como vicepresidente la supre­
tander, llamado con razón el «funda­ ma autoridad de la nación.
dor civil de la República», al colocar A diferencia de lo que ocurría por
simbólicamente su espada bajo el libro entonces en la casi totalidad de Ibe­
abierto de la Constitución, estableció roamérica, las revoluciones no cons­
la dependencia castrense del poder ci­ tituyeron alzamientos militaristas en
vil y su sumisión a la ley. El general busca del poder político. Fueron lu­
José María Córdova, héroe máximo chas eminentemente banderizas que
de Colombia en la guerra de Indepen­ respondían al bipartidismo histórico,
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
296

tales fuerzas, si bien de muy baja ca­


lidad, tenían más forma de ejércitos
que las mesnadas revolucionarias, fru­
to de la improvisación de mentalida­
des arrebatadas, que hacían de las ar­
mas un instrumento de sus ambiciones
y de sus antagónicas ideologías polí­
ticas.
De la guerra magna se había reci­
bido la herencia romántica, la pasión
por la gloria, la voluntad heroica. Se
vivía en una atmósfera bizarra, deli­
rante, que soñaba en la grandeza po­
lítica emanada del campo de batalla.
En algunas ocasiones el ejército se di­
vidió al producirse la revuelta. Pero
las más de las veces, politizado en su
oficialidad, pasivo en la tropa habitua­
da a obedecer, permaneció al lado del
gobierno con el que guardaba afinidad
política.

Perfiles de las contiendas bélicas


Existe innegable interdependencia en­
tre las guerras mayores y la promul­
Tomás Cipriano de surgido del alumbramiento de la Re­ gación de cartas constitucionales, lo
Mosquera, el "Gran pública con facciones centralistas y fe­ que plasma el sentido ideológico pri­
General", último deralistas, y prolongado bajo diversas
supérstite de la guerra de mario de las revoluciones, al cristali­
Independencia, conductor
formas y denominaciones a todo lo zar en ellas el descontento de quienes
de contiendas civiles de largo de su discurrir soberano. Desa­ se sentían menoscabados en su pos­
mediados del siglo XIX, parecidos los últimos generales de la tura política por fuerza de las consti­
primero contra la Independencia, la mayoría de los cau­ tuciones, por lo general desequilibra­
dictadura de José María dillos que enarbolaron estandartes re­
Meló y luego contra el
das, en oscilación pendular entre ex­
gobierno legítimo de
volucionarios contra la legitimidad, tremos liberales-conservadores o cen­
Mariano Ospina fueron políticos civiles, lo que en bue­ tralistas-federalistas, aparte de moti­
Rodríguez. na parte explica el carácter tumultua­ vaciones religiosas bastante marcadas.
rio de la guerra y la ausencia de au­ El resultado fue, invariablemente, de
téntica conducción militar en aquellas carácter civil y efectos políticos, no
fuerzas colecticias, que se improvisa­ militares. Ni siquiera el «Gran Gene­
ban al calor de los levantamientos y ral» Mosquera se erigió inicialmente
desaparecían con ellos. en dictador. Por el contrario, convocó
También explica que, de las innu­ la Asamblea Constituyente de Rione-
merables guerras civiles y alzamientos gro, que promulgó la más liberal y fe­
armados, tan sólo uno culminase con deralista de todas las constituciones
la victoria militar de los rebeldes, di­ colombianas.
rigidos por el último general de la In­ La sucesión de guerras civiles hizo
dependencia, Tomás Cipriano de imposible la profesionalización del
Mosquera, contra el gobierno del pre­ ejército, reducido desde antes del gol­
sidente Mariano Ospina Rodríguez, pe de Melo a una fuerza casi figurati­
entre 1860 y 1862. La pericia militar va. La herencia militar de la Emanci­
de quien se autodenominó «Gran Ge­ pación se perdió pronto, a lo largo de
neral» se impuso sobre las fuerzas gu­ ese acontecer turbulento que no daba
bernamentales. En los demás casos, tiempo a la formación académica de la
Capítulo 12 297

Generales José Hilarlo


López y Pedro Alcántara
Herrón. Se enfrentaron
al golpista Melo y,
tras derrocarlo en
diciembre de 1854,
dejaron el poder en
manos del vicepresidente
José de Obaldía y
luego de Manuel Marta
Mallarino, elegido
para tal efecto. En
el siglo XIX, las
guerras tienen un
carácter civil
y efectos políticos,
no militares.

oficialidad, ni proporcionaba ámbitos En esta forma, el choque tumultua­


estables para el desarrollo de una ca­ rio y desorganizado de muchedumbres
rrera de oficiales que obtuviera expe­ solía caracterizar la «batalla», diferen­
riencia acumulada y capacitación as- ciada por uniformes heterogéneos del
censional. lado gubernamental y vestimenta cam­
Cada campaña producía constela­ pesina por el de la revolución, cual­
ciones de generales y de jefes superio­ quiera que fuese el color político de
res, que las más de las veces debían uno y otro. El valor, el arrojo suicida,
sus grados y jerarquías a su importan­ la fiebre del combate, la vocación he­
cia política dentro del respectivo par­ roica, el alarde de coraje, el alarido
tido, o los adoptaban por sí mismos al sectario, el tropel, la pasión, tomaban
constituir una mesnada, por lo general cuerpo en aquellos combatientes ele­
de origen campesino y con frecuencia mentales. Banderas rojas y azules, con
alrededor de la peonada de una ha­ sus correspondientes rótulos liberal y
cienda. conservador, salpicaban el caleidos­
No fueron guerras clásicas aquéllas, copio de unas guerras en las que con­
sino luchas apasionadas en las que la taban más los ingredientes emociona­
montonera prevalecía sobre el ejérci­ les que la habilidad del mando para General Manuel Briceño,
to, la improvisación sobre el plan, la plantear y conducir la batalla. héroe de La Humareda,
acometividad ardiente sobre el cálcu­ Es el itinerario sangriento que se batalla que cierra la
lo, la inspiración sobre la estrategia, el inicia en 1840 con la llamada guerra de revolución de 1885
contra Rafael Núñez.
gesto audaz sobre la táctica. Por parte los Supremos, alzamiento de caudillos
de las fuerzas gubernamentales la cosa provinciales contra el gobierno cen­
no era mejor. Si bien es cierto que tral, y culmina en la época contem­
eran pagadas por el erario público y poránea con la Revolución de 1885
abastecidas con las facilidades propias contra el presidente Rafael Núñez, de­
del poder político, no lo es menos que belada en breve tiempo. Así, cuando
mientras no había que guerrear se la batalla de La Humareda cierra el
mantenían en el ocio o dedicadas a la­ episodio bélico, el presidente puede
bores en un todo ajenas a su función, anunciar desde el balcón de su pala­
como el transporte de correos y hasta cio: «La Constitución de 1863 ha de­
el aseo de las calles, cuando no la vi­ jado de existir.» Es un auténtico golpe
gilancia carcelaria. de estado civil contra el orden consti-
298 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

"Dos guardias muy


armados", dibujo del
álbum de Alberto
Urdaneta en la Bibliotec
Nacional (hacia 1885) y
soldado de la guerra de
1876, contra el gobierno
liberal de Aquileo Parra.

tucional, que sólo encuentra prece­ blecer los sistemas de reemplazos, as­
dente en la proclamación de la dicta­ censos, derechos y deberes de sus
dura por Simón Bolívar en 1828, pero miembros.
con él se abre camino a la Constitu­ 2. Establecimiento por ley del ta­
ción de 1886, que aún rige con algunas maño y fuerza del ejército.
reformas. 3. Prohibición para deliberar, reu­
nirse en asamblea para efectos distin­
Efectos de la Constitución de 1886 tos al régimen del servicio o a órdenes
en el ejército superiores, y para elevar peticiones
colectivas.
Aparte de sus consecuencias políticas, 4. Establecimiento del fuero mili­
la Constitución gestada por Rafael tar, al disponer que los militares so­
Núñez y Miguel Antonio Caro reper­ lamente pueden ser privados de sus
cutió favorablemente y con efectos du­ grados y honores por disposición le­
rables en la organización y el carácter gal, y que de las infracciones cometi­
del ejército. De nuevo convirtió en das por miembros del ejército en ser­
precepto constitucional la margina- vicio activo y por razón del mismo ser­
ción de la fuerza pública de la deli­ vicio, solamente podrán conocer las
beración política, y sentó bases firmes cortes marciales de acuerdo al Código
a una entidad nacional que pudiese Penal Militar.
llegar con el tiempo a cimentar la osa­ Estas provisiones de la Carta Magna
tura de la nación y garantizar la esta­ proporcionaron el marco de referencia
bilidad de sus instituciones. Tales ba­ jurídico para la profesionalización del
ses, que han perdurado hasta el pre­ ejército y su conversión en instrumen­
sente, dispusieron en síntesis: to de la nación, no del partido político
1. La existencia de un ejército per­ en el poder. Si bien es cierto que nue­
manente para la defensa de la nación vos levantamientos armados y con­
y la facultad al legislativo para esta­ tiendas civiles retardaron los efectos
Capítulo 12 299

de tan sabias disposiciones, éstas pro­ existencia. Lemly reabrió, pues, la Es­
porcionaron los fundamentos de la re­ cuela Militar a comienzos de 1891 con
forma militar que habría de producirse una selecta planta de profesores y 64
dentro de circunstancias más propicias cadetes, que al año siguiente habían
algunos años más tarde. aumentado a 87. Sin embargo, una vez
más, los avatares de las contiendas ci­
Ensayos de viles pusieron fin a tan promisorio en­
tecnifícación del ejército sayo y la Escuela desapareció, arrolla­
da por la guerra de 1895.
Los gobiernos de la Regeneración ini­ Correspondió al señor Caro durante
ciada por Núñez quisieron plasmar en su administración (1892-1898) resta­
hechos las disposiciones constitucio­ blecer la Escuela, para lo cual contra­
nales ya comentadas. Lo más impor­ tó por intermedio del general Rafael
tante, como lo recordara el general Reyes, vencedor en la contienda que
Leonardo Canal en su memoria diri­ acababa de terminar y ahora embaja­
gida como ministro de Guerra al Con­ dor en Francia, una misión integrada
greso de 1890, era fundar de nuevo por los capitanes Emile Drouhard,
una academia militar que permitiese Paul Sabarthez y Charles Leveque, Parada militar en la plaza
formar un cuerpo profesional de ofi­ pertenecientes a las armas de Artille­ mayor de Medellín, luego
ciales, que llenara el vacío dejado por de Berrío, en la década
ría, Infantería e Ingenieros Militares, de 1870. Pagadas por el
la desaparición del que fundara en que cumplieron importante tarea de erario público, las fuerzas
1848 Tomás C. de Mosquera en su pri­ organización, modernización y mejo­ militares hacían en
mera presidencia. Se contrataron los ramiento académico del desbarajus­ tiempos de paz labores
servicios del coronel Henry R. Lemly, tado ejército nacional. A la Escuela como el transporte de
que ya había dirigido una escuela de Militar para la formación de oficiales correos, el aseo de las
calles o la vigilancia
cadetes fundada por José Eusebio se agregó el Batallón Politécnico des­ carcelaria. Sólo en 1886
Otálora, designado en ejercicio de la tinado a la aplicación de las técnicas se define la organización
presidencia, en 1883, de muy efímera modernas desarrolladas por la misión. y carácter del ejército.
300 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

1890 y al año siguiente, en octubre, se


constituyó oficialmente el nuevo ór­
gano, aunque reducido en un comien­
zo a la capital de la República. Al es­
tallar la guerra civil de 1895 la policía
pasó del Ministerio de Gobierno al de
Guerra, lo que en la realidad del con­
flicto implicaba no tan sólo un cambio
de funciones, sino un compromiso po­
lítico contrario a su atmósfera profe­
sional y un empleo diferente al que se­
ñalaba su papel. Los esfuerzos por
reestructurar el cuerpo sobre los pa­
trones dejados por Gilibert fueron en­
redados por la política de partido y el
organismo profesional vino a esfumar­
se en 1898.

La revolución de 1895
Misión Militar Francesa Creación de la policía nacional Una vez más el debate constitucional
que organizó el ejército a desembocó en el campo de batalla. La
finales de siglo, durante rigidez de la Carta del 86 en cuanto a
la administración de
El nuevo ejército que surgía bajo la
Miguel Antonio Caro. En hábil dirección del coronel H.R. los requisitos necesarios para refor­
el centro, coronel Entile Lemly requería ser despojado de las marla, hacían prácticamente imposi­
Druhard, teniente coronelfunciones policivas que hasta entonces ble introducirle algunos cambios que
Paul Sabarthez y capitán le habían correspondido, lo que sola­ los liberales radicales y los conserva­
Charles Leveque.
mente podría lograrse con la creación dores históricos pugnaban por lograr.
de un cuerpo de policía idóneo y al­ Se produjo así una alianza de conve­
tamente profesional. Con este propó­ niencias que pronto comenzó a tomar
sito se contrató al distinguido profe­ forma de conspiración, dirigida en se­
sional francés Marcelino Gilibert en creto por el general Santos Acosta y
por un grupo de políticos de ambas co­
rrientes. Desde 1893 se hablaba de re­
Coronel Henry R. Lemly,
director de una escuela belión, que finalmente debería tomar
militar en 1888 y luego cuerpo en 1895. Delatada al gobierno
en 1891, con una pudo ser disuelta en su origen, pero ya
selecta planta las consignas habían partido a regio­
de profesores nes comprometidas en la revuelta.
y con 64 cadetes,
que al año siguiente Aquello era como detener de súbito
aumentaron a 87. un tren expreso. La rebelión estalló en
Cundinamarca, Tolima, Santander y
la Costa Atlántica, pero el gobierno
había tomado las previsiones necesa­
rias, y pudo aplastarla en brevísimo
tiempo.
Brilló allí como militar de lúcido ta­
lento y hábil estratego el general Ra­
fael Reyes. Actuando con celeridad
interceptó en el sitio de La Tribuna las
fuerzas que un adversario de singular
valer, el general Rafael Uribe Uribe,
conducía para unirlas a las fuerzas re­
beldes del Tolima. Uribe alcanzó a
Capítulo 12 301

salvar parte de su tropa, dirigiéndose


a Santander. Reyes hizo lo propio
triunfando brillantemente en la batalla
de Enciso, para apresar luego en Ca­
pitanejo al general rebelde José María
Pinzón con todas sus tropas. Enterado
Uribe de estos dos desastres se enca­
minó hacia la Costa por el río Mag­
dalena, donde se le apresó, en tanto el
triunfo de otro hábil general gobier­
nista, Abel Casabianca, ponía fin a la
sedición, que tan sólo comprometió
una parte del partido liberal, pues la
vertiente conservadora de los históri­
cos se abstuvo de participar al ser des­
cubiertos los planes del alzamiento.

La guerra de los Mil Días


El fugaz e inmaduro intento revolucio­
nario del 95 no fue sino antesala de la
más terrible, prolongada y destructora
de las contiendas civiles del siglo XIX,
proyectada hacia los albores del xx
con efectos desastrosos. Originada,
como las anteriores, en razones polí­
ticas, se tradujo en levantamiento ge­
neral de las dos vertientes del partido
liberal, unido en un mismo propósito
revolucionario. Fue, desde su punto
de vista, una protesta armada contra
la Constitución que les negaba todo
espacio político y que no hallaban
cómo reformar dentro de sus rígidos
preceptos excluyentes.
El epicentro de la lucha gravitó so­ 2. Batalla de Peralonso. General Rafael Reyes,
bre los dos Santanderes, en razón de 3. Batalla de Palonegro. héroe de la guerra de
1895, en la cual venció a
su proximidad con la frontera vene­ 4. Campañas regionales desarticu­ la rebelión contra el
zolana, de donde se esperaban abas­ ladas. gobierno de Caro en las
tecimientos de armas y municiones. A Significativamente, las acciones de­ batallas de La Tribuna y
ello se unía el carácter levantisco de cisivas se libraron en los comienzos de Enciso, derrotando a los
los pobladores y la presencia de un eje la contienda, que luego se dispersó en generales Rafael Uribe
Uribe y José María
estratégico de comunicaciones entre el una constelación de enfrentamientos Pinzón, a quien apresó en
interior y el litoral atlántico, para es­ fragmentarios, ninguno de los cuales Capitanejo.
cenificar allí los episodios decisivos de revistió carácter estratégico definito-
la guerra y su más violenta expresión. rio del triunfo.
A grandes rasgos aquella lucha insen­
sata y sangrienta, que dilapidó recur­ Apertura de hostilidades
sos ingentes, costó millares de vidas y y defensa de Bucaramanga
llevó al país a la más desastrosa pos­
tración, presenta los siguientes gran­ La situación política y económica en
des capítulos: los albores del conflicto era confusa,
1. Apertura de hostilidades y de­ casi caótica. Dividido el partido con­
fensa de Bucaramanga. servador entre nacionalistas e históri-
302 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

legó tan explosiva facultad, belicista


por temperamento, figuraba entre los
firmantes. En agosto, los históricos
habían roto virtualmente relaciones
con el gobierno de Sanclemente. La
tormenta en ciernes se desgajó el 18
de octubre de 1899 con la apertura de
hostilidades, que el pacifista ex presi­
dente Aquileo Parra no pudo conjurar
por el liberalismo, ni el anciano pre­
sidente por su propio partido.
Generales Juan B. Impetuosamente, sin preparación
Tovar, defensor adecuada y con precario armamento,
legitimista de avanzaron las huestes liberales sobre
Piedecuesta, en el Piedecuesta, defendida por la IV Di­
inicio de la guerra
de los Mil Días,
visión a órdenes del general Juan B.
y Rafael Uribe Uribe, Tovar. Juan Francisco Gómez Pinzón,
quien, junto con los al frente de los rebeldes, atacó el 28
generales Benjamín de octubre en embestida tumultuaria
Herrera y Justo Durán, que se deshizo contra las fuertes po­
conducirían las
fuerzas liberales siciones del defensor en las alturas cir­
rebeldes. cunvecinas. El general Tovar no per­
siguió al vencido, con lo cual éste
pudo rehacerse en la Mesa de los San­
tos, donde Villar nombró comandante
en jefe al general Rafael Uribe Uribe.
El 11 de noviembre Uribe avanzó
cos, los primeros contaban con el pre­ de nuevo hacia Piedecuesta con 2.500
sidente Manuel Antonio Sanclemente, hombres semiorganizados en cuerpos.
los segundos con el vicepresidente Halló la población vacía, evacuada
José Manuel Marroquín, más próxi­ por los legitimistas para concentrarse
mos a la revolución que al gobierno, en Bucaramanga. Uribe avanzó en­
lo que debilitaba la cabeza del Estado. tonces a Floridablanca, dando espera
Anciano y enfermo, el presidente per­ a la convergencia de otras fuerzas para
manecía en la población de Villeta, el ataque al bastión principal del ad­
aislado del momento político y de la versario. La precipitud de jefes subal­
misma realidad que galopaba hacia el ternos, sin embargo, comprometió ac­
conflicto en la capital. Crecía rápida­ ciones dislocadas que terminaron por
mente el malestar en todo el país, forzar la batalla, signada por la impro­
agravado por la caída de los precios visación y el desconocimiento del te­
del café en los mercados de Londres y rreno por el general en jefe, impoten­
Nueva York. te para desligar su vanguardia. Todo
El 12 de noviembre de 1899 los pro­ el día 12 se combatió encarnizadamen­
hombres del partido liberal firmaron te y, aunque la ciudad fue penetrada
un documento en el que declaraban por diversos puntos, los bien prepa­
que «... el restablecimiento de la Re­ rados atrincheramientos legitimistas
pública no se obtendrá sino por medio contuvieron el asalto, causando nu­
de la guerra» y confiaba al director del merosas bajas en las filas revolucio­
partido en Santander la responsabili­ narias. El 13 languideció el ataque,
dad de fijar la fecha del levantamien­ contribuyendo a ello la muerte del ge­
to, a condición de obtener previamen­ neral Gómez Pinzón, que dirigía el
te seguridades de que participarían en ataque principal. Deshechas las for­
éste los jefes regionales. Era la guerra: maciones rebeldes, se produjo caótica
Pablo Enrique Villar, a quien se de­ retirada hacia Piedecuesta que, como
303
Capítulo 12

ocurriera el 11, no fue explotada, aho­


ra por el jefe civil y militar de Buca-
ramanga, general Peña Solano.

Peralonso
Tras el dramático percance de Buca-
ramanga, las dispersas formaciones li­
berales se concentraron en Cúcuta
para dar a la guerra mejor organiza­
ción. Se encontraba allí el general Ga­
briel Vargas Santos, especie de reli­
quia militar de su partido y por ende
el único con ascendencia suficiente
para conciliar los antagonismos entre
los tres grandes jefes de la revolución:
Benjamín Herrera, Rafael Uribe Uri-
be y Justo Durán. Repuestos del revés
de Bucaramanga, partieron los cuer­
pos semiautónomos de estos tres ge­ ñas anteriores y autodidacta militar, Un banquete legitimista
nerales hacia el sudoeste, alcanzando fueron en cierto momento generales en tiempo de guerra,
en jefe o generalísimos, pero hubieron Bogotá, hacia 1900.
la quebrada de Peralonso en el punto
de La Amarilla o La Laja el 15 de de desaparecer de la escena por ra­
diciembre de 1899, con un total de zones políticas, para dejar el campo al
3.600 combatientes, mal armados y general Vicente Villamizar, inferior
equipados. en antigüedad y cuya ineptitud pronto
En el lado conservador las dificul­ quedaría en evidencia.
tades del mando eran aún más críticas. La vanguardia gobiernista al mando
Del Ministerio de Guerra, en manos del general Ramón González Valencia
del general José Santos, se recibían ór­ alcanzó, simultáneamente con la de su
denes contradictorias. Dos generales adversario, la quebrada de Peralonso.
de algún profesionalismo, Isaías Lujan Era el comienzo de una batalla de en­ Grupo de combatientes
formado en Saint Cyr, Francia, y Ma­ cuentro con el choque de fuerzas liberales en la guerra de
nuel Casabianca, veterano de campa- avanzadas. La rebelde, que ya había los Mil Días.
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
304

canzaba el campo de batalla todo el


grueso gobiernista, aunque bajo el
mando abúlico, tardo, del generalísi­
mo. La situación se inclinaba en forma
BATALLA DE PERALONSO
Disposición de las Tropas el 16-XII tan manifiesta por el gobierno, que
Uribe Uribe diría más tarde: «Si se hu­
biese prolongado el combate hasta el
17, no habría amanecido un solo hom­
bre en el puente. Hacia el mediodía el
enemigo comunicó a Cúcuta la derrota
del ejército revolucionario.» Tal era el
Duftn
desaliento que cundía por las filas re­
beldes, abatidas por el hambre y la fa­
\\ E Piquito Volanta
tiga, que colocaban el ejército al bor­
Puanla Goniálar

de del colapso.
Por su parte, dice Ortiz Borda: «Me
Convenciones
hallaba al frente del Bárbula, domi­
Santiago
nando por completo la revolución...
Frente aproximado
cuando fui sorprendido por un toque
r;-^ Ejército
de retirada, el cual era un insólito
B irbula
Od División del Gobierno mandato, porque mi cuerpo triunfaba
I 1 Ejercito (División) Rebelde de manera manifiesta...» Un acto de­
fe Batallón sesperado, de contornos suicidas, ha­
fe] Piquelc bía cambiado la suerte de la lucha: la
determinación de Uribe, anunciada a
Herrera, de arrojarse sobre el puente
a la cabeza de un puñado de volunta­
rios. Fueron catorce hombres los pro­
Batalla de Peralonso, pasado el accidente fluvial, fue desa­ tagonistas de aquel asalto increíble. A
posiciones el 16 de lojada, pero González hubo de resistir las cinco de la tarde la revolución de­
diciembre de 1899. bravamente la acometida subsiguiente tuvo sus fuegos. El gobierno, quizá
de todo el ejército enemigo. sorprendido, hizo lo propio. En la
Todo el 15 y el 16 se combatió con pausa de silencio, Uribe se lanzó sobre
Demostración de la ardentía. Promediada la tarde del se- el paso con su grupillo de valientes. Lo
compañía del Batallón gundo día, el general Eduardo Ortiz recibió tremenda granizada de balas,
Sucre, en el Colegio de Borda había logrado cruzar el obstácu- una de las cuales le arrebató el som­
San Ignacio de Loyola, en
Medellín, a comienzos de lo con un batallón y batía con sus fue-
brero. Prosiguió impertérrito la carga,
siglo. gos el flanco rebelde, al paso que al- hasta poner pie en la margen opuesta
y abalanzarse sobre los primeros atrin­
cheramientos enemigos.
Aquello fue el desastre, el pánico,
la fuga, con abandono de armas, equi­
pos, fornituras para quienes ganaban
la batalla que hubiese definido la gue­
rra. El. entusiasmo súbito, el enarde­
cimiento, la recuperación del aliento
para quienes la perdían y, saliendo del
abismo, se lanzaban en pos del cau­
dillo. El alarido de terror, «nos derro­
taron», surgido de alguna garganta
anónima en el Batallón Herrán que
guarnecía el puente, fue el desvane­
cido final de la victoria que no llegó a
serlo.
Capítulo 12
305

Palonegro
BATALLA OE PEHALONSO
Croquis general del área de Opareelonea
Difícil establecer quién, entre los dos y ejes de aproximación

generalísimos enfrentados, demostró


mayor mediocridad a raíz del hecho
inverosímil de Peralonso. Villamizar
desapareció virtualmente como jefe.
Vargas Santos, distante en Cúcuta, a C><3 Divisón Rebelde

la espera de hipotéticos refuerzos que


vendrían de Casanare y de nuevos des­
pachos de armamento de Venezuela, Area do Concanvaciór
fíUDTK GoOiernuta
permaneció estático ante la oportuni­
dad que le brindó la fortuna. Un ver­
dadero general, que recibe en bandeja
un éxito de semejante magnitud, salta \
San Cayetano
como tigre sobre su presa para acabar Loa Compadres
í

con ella. Vargas Santos no era ese co­ ’’


-Grueso]

mandante. Su hora de gloria había y Zutuaga L--^


quedado atrás. Anciano, fatigado, le­
tárgico, no era el mismo de sus intré­
pidos días juveniles.
Al gobierno lo salvó el general Ca- Puente de
sabianca. Nombrado de nuevo gene­ La Laja

ralísimo, sustituyó a Villamizar sin


consideración alguna. Al enterarse del
desastre regresó con su reducida es­ Puente del Caimito

colta y se hizo cargo de contener la pao


Gramalote
desbandada, reorganizando el ejército
tras los formidables farallones del Chi-
camocha. A la revolución la perdió la
ineptitud de Vargas Santos que, con­
trariando las vehementes peticiones
de Uribe y Herrera para lanzarse en de generales, sin formación académi­ Batalla de Peralonso,
persecución del enemigo deshecho y ca, producto de su época guerrera y área de operaciones.
tomar la capital de la República, per­ del ambiente bélico que saturaba las
maneció inmóvil, permitiendo que se confrontaciones ideológicas, o avivaba
esfumara lo que pudo ser el triunfo de­ las ambiciones personales y el ansia El anciano general
cisivo. Cuatro meses transcurrieron en enfermiza de poder. Gabriel Vargas Santos,
la parálisis de Cúcuta, antes de que los Como contribución al absurdo, lle­ cuya ineptitud
dos gladiadores se encontraran de vó la iniciativa el más débil —la re­
impidió que los éxitos
militares de los
nuevo. volución— al paso que el más fuerte liberales se
Palonegro, en las proximidades de —el gobierno— se hincaba tenazmen­ concretaran en
Bucaramanga, fue el lugar de la cita. te a las alturas para aguantar la em­ resultados positivos.
Todo un enorme absurdo militar se es­ bestida con rigidez incomprensible.
cenificó allí. Choque brutal, directo, Un generalísimo con su jefe de estado
sin finura operativa ni visión táctica. mayor, 57 generales de división y de
Dentro de la sangrienta estolidez de brigada, 6.227 oficiales y 18.875 hom­
nuestras guerras civiles, la carnicería bres de tropa, regulares unos, otros de
de la batalla de Palonegro rebasa to­ reciente incorporación provenientes
dos los límites. Fue un encuentro de de Cundinamarca, Boyacá y Santan­
desgaste, reyerta feroz donde no hubo der, constituían masa impresionante
vencedor, pero sí vencido: el liberalis­ de poder en manos del gobierno. No
mo revolucionario. Poco podía pedir­ toda esa fuerza se halló presente desde
se, es cierto, a políticos improvisados el comienzo de la brega, pero ni si-
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
306

Tropas conservadoras quiera con su llegada cambió el con- —lugar de concentración de las fuer­
(legitimistas) regresan cepto defensivo del generalísimo Prós- zas rebeldes— conduce a Bucaraman-
después de maniobras a pero Pinzón. Resuelto a sostener Bu- ga. Uribe Uribe con su cuerpo, pom­
su cuartel en Bogotá, año posamente denominado ejército, al
de 1900. caramanga, careció de concepción es-
de 1900. tratégica para pasar a la ofensiva y igual que los otros cinco componentes
destruir al adversario desgastado. de la fuerza insurrecta, se desplegó en
Frente a él, 7.000 rebeldes, inferio­ línea con su ala izquierda apoyada en
res en armamento y medios, aunque la casa de Palonegro, siguiendo el tra­
elevada la moral por el éxito invero­ zado del camino de Lebrija.
símil de Peralonso, asumieron la ofen­ Hasta el 12, la brega se caracterizó
siva, contrariando los cánones de la por un conjunto de encuentros disper­
guerra que fijan una superioridad sos, en disputa de accidentes domi­
ideal de tres a uno para atacar posi­ nantes. El 13, Uribe, observando al­
ciones sólidas y bien defendidas. La gunas ventajas obtenidas por la divi­
pugna se prolongó por dieciséis días sión Gómez Pinzón en el Cerro de los
mortales. Gabriel Vargas Santos fue la Muertos, ordenó una impetuosa carga
negación total del jefe, distante de la que penetró hasta el cerro de Girón.
batalla en su puesto de mando situado Algún refuerzo en aquel momento en
en Rionegro. Sin conocimiento direc­ que la fuerza legitimista no había ter­
to del terreno donde se cumplía aquel minado su concentración, hubiese per­
episodio heroico y bestial, no condujo mitido quebrar la línea aún débil y pe­
en realidad la acción, y sí obstaculizó netrar hacia sus comunicaciones como
el desempeño de sus generales subal­ un ariete. No hubo refuerzo, empe­
ternos en el momento crucial. Así, ñado cada comandante en su propio
mientras Pinzón se aferró obstinada­ frente. Ni tampoco a quien pedírselo,
mente a su concepción defensiva sobre porque el comandante en jefe se ha­
los mamelones de Lebrija, Vargas no llaba a muchos kilómetros de distan­
tuvo plan alguno. Dejó conducir la ac­ cia. A la media noche del 13 dos ayu­
ción a sus subordinados, pero se negó dantes de Uribe alcanzaron el cuartel
a brindar apoyo a iniciativas brillantes general de Vargas Santos. La respues­
que hubiesen podido significar el éxito ta del comandante supremo tipifica la
y quizá la victoria decisiva de la re­ actitud mental de aquel jefe trágica­
volución. mente inferior a su momento históri­
El 11 de mayo de 1900 se empeñó co: «Si están triunfando, ¿para qué pi­
la batalla con el choque de fracciones den refuerzos? Es como decir mán­
menores sobre la vía que de Cachiri denme plata que estoy ganando.» Y
307
Capítulo 12

luego de breve reflexión: «Estas cosas BATALLA DE PALONEGHO


es mejor pensarlas despacio y consul­ AREA GENERAL, RUTAS DE APROXIMACION
V LINEAS DE COMBATE

tarlas con la almohada... descansen un


poco y por la mañana resolvemos.»
La resolución no llegó nunca. En el
bando opuesto, Próspero Pinzón, mi­
litar opaco y sin lucidez táctica, era
hombre de acción. Cuando el ataque
de Uribe dispersó varios batallones y
el espectro de Peralonso se cernió so­
bre el campo conservador, Pinzón
apareció en el lugar más álgido y con
poderosa voz de mando contuvo la
desbandada. «De aquí ni un paso
atrás. Aquí muero hoy. Los que quie­
ran acompañarme, quédense.» Y se
quedaron. ¡Dramático contraste de
actitudes y voluntades entre los dos
generalísimos!
El 15 comenzaron a fluir nuevas for­
maciones al campo gobiernista, tor­
nando aún más evidente su superiori­
dad. Uribe asumió el mando de toda
el ala derecha rebelde y encabezó otra
carga impetuosa que desestabilizó al
adversario. De nuevo la falta de una
reserva general y de un mando que
trasladara el centro de gravedad al
punto de ruptura, hizo nugatorio el in­
tento y se disipó así la posibilidad del
triunfo que llegó a estar cercano. rebelde fue tan tenaz como lo había Batalla de Palonegro,
Entre el 16 y el 25 las líneas se es­ sido la ofensiva. La línea aguantó sin cerca de Bucaramanga,
tabilizaron, acercándose en puntos quebrarse, pero quienes la mantenían mayo 11 a 26 de 1900.
hasta cien metros, lo que permitía el llegaron al límite humano de la resis­
intercambio de insultos y burlas entre tencia al paso que se agotaban sus mu­
combatientes. A lo largo del frente se niciones. El día 26, el ejército liberal
sucedían violentos choques locales, sin abandonó el campo ensangrentado,
directiva ni propósito superior. Era el lleno de cadáveres en descomposición.
momento gobiernista para asumir la No hubo del lado gobiernista, exhaus­
ofensiva, concentrando el esfuerzo so­ to también, empeño persecutorio. La
bre el ala derecha, para desbordar el batalla estéril terminaba en nada, pero
flanco rebelde en penetración directa el triunfo quedó para quien sostuvo el
sobre el cuartel general de Vargas campo, así no hubiese destruido a su
Santos, lo que a la vez hubiese en­ enemigo. En aquel momento, que hu­
vuelto el dispositivo enemigo, cortan­ biese podido ser estelar, Próspero Pin­
do la retirada hacia Rionegro. No po­ zón se retiró del campo, para asistir al
día pedirse tanto a la estrechez ope­ Te Deum ofrecido en Bucaramanga
rativa del generalísimo, hincado como por la victoria.
pantera a sus puntos fuertes, pero sin
la disposición felina para abalanzarse
sobre su presa y destruirla. Campañas regionales
El 25, toda la fuerza gobiernista Palonegro fue la última batalla de la
pasó al ataque, frontal, de aplanadora guerra que habría de prolongarse por
tarda pero triturante. La resistencia dos años más. El ejército liberal se
308 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

fraccionó en cuerpos virtualmente au­ minó a algunos jefes de renombre en


tónomos, por cuanto una dirección el bando revolucionario.
centralizada se hacía imposible, sin co­ Al acercarse el fin de año, perdidos
municaciones distintas a la red tele­ el aliento y la capacidad de obtener
gráfica en manos del gobierno y con el ventajas políticas, la revolución se de­
descoyuntamiento que imponían la cidió a capitular. Herrera lo hizo en
geografía y la carencia de vías articu­ Panamá, a bordo del acorazado Wis-
lares, sin contar con las rivalidades de consin de los Estados Unidos, país que
los jefes revolucionarios y la incom­ había mediado para lograr la paz entre
petencia de Vargas Santos para liqui­ los empecinados adversarios, en ges­
darlas. El gobierno, por su parte, se tiones abiertas por el embajador José
dedicó a contener las manifestaciones Vicente Concha, mientras Rafael Re­
dislocadas de la rebelión, sin llegar a yes hacía otro tanto en Francia. El 24
resultados decisivos en ningún frente, de octubre Uribe Uribe había pactado
aunque sí acumulando éxitos parciales con Juan B. Tovar la cesación de la lu­
que poco a poco fueron inclinando la cha en Neerlandia, y otro tanto hicie­
balanza de su lado. En algunas partes ron en Chinácota otros dirigentes li­
la lucha adquirió fisonomía guerrille­ berales con el general Ramón Gon­
ra, como en el Tolima, bajo el mando zález Valencia. La guerra había ter­
rebelde de Tulio Varón. Benjamín minado. Cerca de cincuenta mil vidas
Herrera se trasladó a Panamá, donde sacrificadas, arrasados los campos, la
obtuvo algunas ventajas. Uribe Uribe agricultura disminuida en alto grado,
terminó en la Costa Atlántica, Justo perdido el crédito externo, la moneda
Durán en la Guajira, desde donde tra­ envilecida, fueron parte apenas del in­
tó de unirse a Uribe sin lograrlo. menso daño causado al país por aque­
Exasperado por la imposibilidad de lla contienda sin sentido. A todo ello
Ex combatientes de la aplastar la rebelión, el gobierno de­ deben agregarse las secuelas de odios,
batalla de Palonegro, del cretó el 28 de febrero de 1902 la pena rencores y distanciamientos en una so­
grupo de "Zapadores" de muerte para los insurrectos que se ciedad resquebrajada y en ruinas, lo
conformado en Pamplona tomasen con las armas en la mano. que habría de perdurar a lo largo de
por el capitán Teodoro Inútil gesto represivo que aumentó el muchos años.
Ramírez, en un
campamento en la número de víctimas y produjo retalia­ En medio del enardecimiento de las
Concesión Barco, en las ciones, elevando notablemente la pasiones y de hechos vituperables co­
selvas del Catatumbo. crueldad de la contienda, si bien eli­ metidos por ambas partes, un episodio
Capítulo 12 309

ilustra sobre la caballerosidad que dis­


tinguió a los mandos superiores, e hizo
posible el retorno de la paz pactada.
Habiendo el ministro de Guerra, José
Joaquín Casas, ordenado al general
Juan B. Tovar seguir consejo de gue­
rra a Uribe Uribe y «... que a la sen­
tencia se dé cumplimiento sin contem­
plación alguna», respondió Tovar y
Tovar: «He ganado la espada que lle­
vo al cinto combatiendo lealmente en
los campos de batalla. Prefiero rom­
perla sobre mi rodilla que mancharla
con sangre mal derramada y la viola­
ción de la palabra que en nombre del
gobierno he comprometido.» Esta ac­
titud, respaldada por el general Ra­
món González Valencia, salvó la paz
y la misma República.

El ejército
y la desmembración de Panamá
La separación del Istmo, parte terri­
torial de Colombia desde la conquista,
constituye el episodio más sombrío y
deplorable de nuestra historia. Con­
secuencia en parte de la guerra de los
Mil Días, aparece salpicada de traicio­
nes políticas e impotencia militar, con
no poco oro yanqui en el subfondo pe­
numbroso. El insensato itinerario que
posibilitó el cercenamiento, se inició
con la guerra que dejó el ejército na­
cional en postración semejante a la del
país. Guarnecía la ciudad de Panamá
un batallón de 350 plazas al mando del
general Esteban Huertas, hombre ig­ invasión nicaragüense en Penonomé, Placa conmemorativa de
norante formado en la escuela de las Obaldía acordó con Huertas el envío la firma del tratado
guerras civiles, que le permitió escalar del Wisconsin (firmado
de 250 hombres al mando del coman­ el 21 de noviembre de
a saltos el escalafón castrense para lle­ dante Tascón y uno de los cuatro bu­ 1902, entre los
gar de soldado a general a la edad de ques de que disponía la comandancia generales
treinta años. militar. Nicolás Perdomo y
Los rumores separatistas que llega­ Benjamín Herrera), que
Hacia mediados de 1903, algunos puso fin a la guerra
incidentes movieron al gobierno a des­ ban a Bogotá determinaron el nom­ de los Mil Días. Se
activar el cuartel general al mando bramiento del general Juan B. Tovar encuentra en el
del general José Vásquez Cobo, her­ como comandante general del Istmo, Capitolio Nacional, sobre
mano de Alfredo, a la sazón minis­ pero su arribo tardío con el batallón la Plaza de Bolívar.
tro de Guerra, con lo cual Huertas ° de Tiradores, a bordo del vapor
3.
quedó al frente de la seguridad del Cartagena, tuvo lugar el 3 de noviem­
Istmo. Coincidió este hecho con la bre de 1903, día señalado por el grupo
designación como gobernador de José de conspiradores para efectuar la se­
Domingo de Obaldía, fatal para Co­ cesión. Tovar cometió el imperdona­
lombia. Pretextando una inexistente ble error de separarse de sus tropas en
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
310

En Colón había quedado al mando


del 3.° de Tiradores el coronel Elíseo
Torres, hombre de cortos talentos. Su
primera reacción fue forzar militar­
mente la liberación de su jefe. Aisla­
do, sin instrucciones, imposibilitado
para desplazar el batallón a Panamá
por la negativa de la compañía nortea­
mericana a facilitarle transporte fé­
rreo, abandonado por el Cartagena
que zarpó al advertir aprestos de ba­
talla en el crucero estadinense Nash-
ville, terminó doblegándose ante la
fuerza de los hechos y reembarcó ha­
cia Colombia en el vapor comercial
Orinoco, que arribó casualmente a
Colón.
Desastroso en aquella hora de trai­
ciones y vencimiento, que Colombia
no hubiese tenido una armada para
defender su soberanía y la integridad
de su territorio. Sumida en estériles
contiendas civiles, permitió que la flo­
ta triunfante en Maracaibo se disolvie­
ra, y que el ejército perdiese lo que
había sido la grandeza rutilante de la
Independencia. El 6 de noviembre,
tres días después de proclamada la se­
paración, el gobierno de los Estados
Unidos reconocía oficialmente la nue­
va República y garantizaba su inde­
pendencia de Colombia.

Reforma militar del general Reyes


Patio de la Escuela la premura para asumir el mando en
Militar fundada por el Panamá, y, lo que es peor, lo hizo con Con el acceso a la presidencia del ge­
presidente, general Rafael su segundo y sus oficiales de estado neral Rafael Reyes en 1904, al térmi­
Reyes el lo. de junio de no del infortunado cuatrienio de Ma-
1907. Abajo, cuartel mayor.
militar de San Agustín en En la ciudad de Panamá Huertas rroquín, una brisa de renovación sopló
Bogotá a principios de efectuó, con su reducida guarnición, el sobre el país, en medio de la asfixia en
siglo. reconocimiento del nuevo comandan­ que lo dejara la guerra de los Mil
te. Pasado el mediodía comenzaron Días, agravada por la derrota sin lucha
los desórdenes separatistas agitados y la humillante separación de Panamá.
por el grupo traidor. Tovar se dirigió Reyes había demostrado sus talentos
al cuartel, ordenando a Huertas ocu­ militares en la breve campaña de 1895,
par la ciudad para contenerlos pero su habilidad diplomática como emba­
éste, simulando acatamiento, envió jador en Francia, su espíritu empren­
una escolta que apresó a su jefe y a los dedor en la exploración de la Ama­
6 oficiales del estado mayor. Esteban zonia y en sus empeños caucheros.
Huertas, apodado «El Mocho» por la Ahora, desde la primera magistratura
mutilación de una mano en combate, de la nación, se consagraría como uno
valeroso luchador en campaña, colom­ de los reformadores y estadistas más
biano de pura cepa boyacense, había notables de la historia colombiana.
consumado su traición a la patria. Mientras sacudía un país depauperado
Capítulo 12 311

que había perdido el ánimo y la fe, Capitanes Arturo


abriendo con claridad y visión nuevos Ahumada Bascuñán y
horizontes, dejaba huella indeleble en Diego Guillén Santana,
las instituciones armadas y en sus re­ del ejército de Chile,
directores de la Escuela
laciones con el poder civil. Militar de Cadetes a su
fundación en 1907. Sus
Visión de un nuevo ejército servicios habían sido
contratados por el
Sus viajes dentro y fuera del país ha­ embajador Rafael Uribe
Uribe, por encargo del
bían dado a Reyes una amplia visión presidente Reyes.
de Colombia y del mundo. Como ges­
tor de la misión francesa en París, ha­
bía apreciado los beneficios de con­
vertir el ejército en organismo ajeno a
los avatares políticos, consagrado a la
defensa de la nación y de sus institu­
ciones, en obediencia a lo prescrito en
la Constitución del 86. Un ejército que
fuese intérprete del sentimiento de los
colombianos sobre el papel militar en
la existencia jurídica del Estado, como
columna vertebral de su osatura. Tan
sólo así la era desgraciada de las gue­
rras civiles podría superarse.
Ansioso por poner en marcha la na­
ción desmoralizada hacia el desarrollo
social y económico que sería parte me­
dular de su gobierno, vio en el ejército
un instrumento de gran valía en un
país donde todo estaba por hacer o
por reconstruir. Ello permitiría a la
vez rescatar la imagen nacional de los
militares. Para ello recurrió a los ge­
nerales más prestigiosos de las insu­
rrectas huestes liberales, Benjamín
Herrera y Rafael Uribe Uribe y al in­
fluyente arzobispo de Bogotá, mon­ nación más connotada de Suramérica
señor Bernardo Herrera Restrepo. por la calidad de sus fuerzas militares,
vencedoras pocos lustros atrás sobre la
Fundación de la alianza de Perú y Bolivia, en la lla­
mada guerra del Pacífico. Su milicia,
Escuela Militar de Cadetes de inspiración y corte prusianos, se ca­
El 1.° de junio de 1907, en el edificio racterizaba por fuerte disciplina, or­
que había sido cuartel de tropas co­ denamiento meticuloso mediante se­
loniales y luego independientistas, so­ vera reglamentación y rígida estruc­
bre el costado occidental de la plazue­ tura académica. Tales condiciones se
la de San Agustín de Bogotá, se rei­ transvasaron al ejército de Colombia a
nauguró solemnemente la Escuela Mi­ través de la Escuela, forja y yunque de
litar, dirigida por los capitanes del su oficialidad. Las altas condiciones
ejército de Chile, Arturo Ahumada profesionales de los militares chilenos
Bascuñán y Diego Guillén Santana, y su nacionalidad los ponían al margen
contratados por el embajador Rafael de cualquier influjo de partido, lo que
Uribe Uribe por encargo del presiden­ les permitió inculcar a sus alumnos, a
te Reyes. Chile era para entonces la la par con la firmeza de su formación
312 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

que habrían de constituir el núcleo


central de la marina de guerra veinte
años más tarde. Lamentable que un
país de esquina oceánica, con extensos
litorales sobre el Atlántico y el Pací­
fico, que apenas siete años atrás per­
diera el Istmo panameño por no poder
desplazar fuerzas ni hacer acto de pre­
sencia naval, destruyera empeño tan
loable.

Creación de la
Escuela Superior de Guerra
Con el ánimo de preparar cuadros su­
periores de mando del ejército, creó el
presidente Reyes la Escuela Superior
de Guerra el 1.° de mayo de 1909, ins­
tituto que entró en funcionamiento el
8 del mismo mes, bajo la dirección del
mayor chileno Pedro Charpín, nom­
brado coronel honorario del ejército
de Colombia. Su dotación de oficiales
de planta y profesores se tomó de lo
más selecto entre quienes se habían
destacado en la guerra civil y en la paz
subsiguiente, distinguiéndose el gene­
ral Francisco Javier Vergara y Velas-
co, intelectual de valía, geógrafo, es­
critor y filósofo militar.
El plan de estudios, adaptado del
chileno, tuvo acento en estrategia, tác­
tica, servicio de estado mayor, con­
ducción de tropas en campaña, admi­
nistración militar, topografía, mate­
máticas, hoplología y técnicas de man­
El 5 de febrero de 1908, castrense, principios inflexibles de do, así como historia y geografía mi­
el presidente Reyes asiste apoliticidad y patriotismo, con amplio litares. Sobre el pragmatismo de
en Chapinero a las veteranos que habían aprendido a
primeras maniobras de la
respaldo presidencial.
Escuela Militar, con el guerrear con poco orden y concierto,
nuncio Francesco Fundación de la Escuela Naval se pudo levantar una estructura pro­
Ragonessi, arzobispo de fesional cimentada aún mejor cuando
Mira, el hijo de Julio D. El mismo año se fundaba en Carta­ llegaron a los claustros del instituto
Mallarino, Daniel
Holguín, general Castro gena la Escuela Naval, a cargo de otra
quienes habían iniciado su carrera en
y el poeta Carlos misión chilena dirigida por el teniente la Escuela Militar.
Villafañe. de navio Alberto Asmussen, que co­
mandó el instituto hasta su infortuna­ Otras facetas de la reforma
da desactivación a la caída del presi­
dente Reyes, no tanto por las razones La idea de utilizar el ejército en fun­
presupuestales que se adujeron, como ciones de acción cívica y colonización,
por reacción contra el gobierno que como aporte a la reconstrucción nacio­
había asumido carácter dictatorial en nal y al desarrollo, cobró forma antes
su última etapa. Alcanzó la Escuela a que los institutos ya mencionados.
producir una promoción de oficiales, Para enero de 1905 el presidente des-
Capítulo 12 313

Mausoleo del general


Francisco Javier
Vergara y Velasco,
intelectual, geógrafo,
escritor y filósofo
militar. Hizo parte del
cuerpo de profesores
de la Escuela Superior
de Guerra y dirigió el
"Boletín Militar",
órgano informativo
del Ministerio
de Guerra.

pedía en imponente ceremonia los pri­ país, mariscal José de La Mar, invadió
meros contingentes de tropas, que territorio del Ecuador actual, siendo
partían de la capital para emprender vencido en la doble batalla de Sara-
obras públicas y trabajos de coloniza­ guro y Portete de Tarqui por el gran
ción. Dentro de la idea presidencial de mariscal de Ayacucho, Antonio José
cambiar cantidad por calidad, el pie de de Sucre. El Perú no aceptó la doctri­
fuerza había pasado de once mil hom­ na del Uti posidetis jure, o sea la de­
bres a cinco mil. Se dispuso así de re­ marcación fronteriza de las nuevas na-
cursos para equipar adecuadamente
las tropas y emprender los ambiciosos
planes concebidos por Reyes, que in­ It'HnHrt, Hnrn* i. di* 1905. Despedida del
cluyeron reconstrucción de vías y — »-«•»« ...
presidente Reyes a los
batallones Girardot y
puentes destruidos en la devastación ZAPADOR ES
1° de Artillería, enero
de la guerra. Si a lo anterior se agrega IWFKIMIU 1*1 LtU IUTAU.ONKH “ GIKAhbrtr” t *• f.° DI ARTI-
l de 1905, que
la organización de batallones modelo tnníl,** V’ K >JA>' H.IIJIM» bt, LA MIITAL >'K 1.1 Rtl’lJwjCA Á
THMI VJAII KN I.OS GAMlMta I'ÓIUCOS COMO ZAPADORES
salieron de la estación
de infantería y artillería, verdaderas El diu 3 d«'l prrM’iile mes. en lu Ei loción drl Eerrocn-
de la Sabana a trabajar
escuelas prácticas para oficiales y sub­ rril ilr la SiUHiiiii. el Exrmii. Sr. Prmidrntc de lu Rcpiildi* en caminos públicos,
en despidió ni liatuUdn (¡t'rartlot cu |«r» Mi^uiuntcn términos:
como zapadores, según
oficiales, se comprenderá la dimen­ ‘‘y»’/*"#, y S'>hliid'tt: publicación del
sión de la reforma, que dejó huella im­ El Presidente de Im República os hace la distinción de "Boletín Militar".
borrable en la contextura profesional venir á <lesmsIiros. iiorqur sois «-I primer Cuerpo del Ejercí,
lo Nocional riñe aruimlii «le tille p.ir.i defender la paz y la
del ejército. tramiuilidml utililieas y tic liiv lu-n amientas de rapadores,
murena u Im liar eonlr.i los maliH caminos y las lindezas que
ya los ■ obren. p.ua abril <1 paso al comercio y .* lacivilún*-
chin. Otros < inerme* os segninin liiell pronto, y -le esta inane-*

Conflicto bélico con el Perú ra vuestros cmii iiiil*ulano.* ictiin «pie la* euntrduicionrs que
pairan eon bien retribuida*. Estoy seguro que seréis modelos
en l.t disciplina militar, que «lela- ser escuela de todas Iss
virtudes dd hombre. Vuestro Jefe »« sobrino mío, y salird

Los esfuerzos de Colombia para defi­ ■cr digno hijo «le su padre, cuyo nombre es venerarlo en el
Cauca, en dunda dio grandes ejemplos de todas la-* virtudes

nir su delimitación con el vecino Perú nuedeben adornar ú un buen ciudadano.


Marcltutl con el curasón tranquilo y satisfecho, porque
se remontan a la época de la Gran Co­ no vais ú melar lierraauos sino ti regar con vuestro sudor el
campo del trabajo.”
lombia, cuando el presidente de este
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
314

sorios. La indefinición perjudicaba a


Colombia y cimentaba el dominio de
facto por el Perú, a la vez que origi­
naba delicados incidentes fronterizos.
Con el nombre de Modus vivendi se
suscribieron convenios transitorios,
pese a los cuales autoridades peruanas
protagonizaron hechos de gravedad en
1905, 1907 y 1908, al aprehender au­
toridades civiles y colonos colombia­
nos, con algunas muertes y destruc­
ción de propiedades.
En 1911 el general colombiano
Isaías Gamboa, veterano de la guerra
de los Mil Días, preocupado por lo
que creía inminente ataque peruano
sobre el sitio de La Pedrera, sobre la
margen sur del río Caquetá y no lejos
de la frontera con el Brasil, presionó
al alto gobierno de su país para que se
hiciese acto de presencia y ejercicio de
soberanía en el sur. Su persistencia
consiguió que se le confíase un redu­
cido contingente con recursos en ex­
El oficial Florencio ciones sobre la base de los límites en­ tremo precarios, con los cuales se es­
García y compañeros, tre las antiguas colonias españolas. tableció en La Pedrera. Allí fue infor­
foto de 1913. Arguyendo que la asignación de terri­ mado de preparativos peruanos para
torios amazónicos de la Nueva Gra­ atacar la guarnición, por lo cual pidió
nada al episcopado de Lima por el go­ refuerzos con urgencia, los que le fue­
bierno español, dio lugar a posesión ron despachados por fin desde Puerto
de hecho de los mismos en gracia a la Colombia, pero que no alcanzaron a
presencia de misioneros y de asenta­ llegar a su destino, en razón de un
mientos, sus ambiciones se extendie­ nuevo Modus vivendi, suscrito en Bo­
ron hasta el río Caquetá. gotá en julio del mismo año, que im­
Cadetes de la Escuela
Militar, en las afueras de Largas negociaciones entre los dos pedía el aumento de guarniciones mi­
Bogotá, 1927. países no llegaron a resultados deci­ litares en el área en litigio.
Capítulo 12
315

TEATRO DE GUERRA DEL AMAZONAS


Area de Operaciones del Bajo Putumayo

El
Encanto

Puado Arturo ti
COLOMBIA
•¿' E
Puado Allomo'
3n
Criatóbal

PERU
'farapacá

3'

Buanoa Áiraa

Entre el 10 y el 12 del mismo julio mano mientras el país ardía de ira, pa­ Area de operaciones
de 1911, un fuerte destacamento atacó triotismo herido y frustración. durante la guerra con el
con cañoneras blindadas y tropas de La Pedrera fue devuelta a Colombia Perú, en el bajo Putumayo
(1932-1933).
desembarco, al mando del coronel Os- el 23 de octubre de 1911, merced a la
-ar Benavides, más tarde mariscal y hábil gestión de nuestro representante
presidente de su país, la débil posición ante el gobierno de Lima, Eduardo
colombiana, guarnecida por hombres Restrepo Sáenz, en tanto avanzaban
en su mayoría enfermos. El general dificultosamente las negociaciones.
Gamboa inspiró una resistencia heroi­ En mayo del año siguiente se había
ca, que permitió retener La Pedrera preparado un nuevo Modus vivendi,
durante tres días, hasta el total ago­ rechazado por la cancillería colombia­
tamiento de las municiones. na, pues aceptarlo habría equivalido a
Colombia abrió una vez más los ceder una vez más ante las desmedidas
ojos a una deprimente realidad. El ambiciones peruanas.
abandono de su fuerza armada no le
permitía reaccionar, y la clausura de La huelga de las bananeras en 1928
su Escuela Naval la había privado de
aquel germen prometedor de una ma­ Pocas incidencias en la vida colombia­
rina de guerra. Nada podía hacerse na han dado lugar a polémicas tan ar­
militarmente en aquellas lejanías in­ dorosas como el manejo dado por el
comunicadas, como no fuese por ges­ gobierno del presidente Miguel Aba­
tión diplomática. De ésta se echó día Méndez al movimiento huelguís-
316 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

tés Vargas. Era éste un militar de es­


pecial distinción, graduado en filosofía
y letras en el Colegio Mayor del Ro­
sario, historiador connotado y brillan­
te, que asumió su encargo el 12 de no­
viembre de 1928.
En la huelga tomaban parte los tra­
bajadores en busca de mejoramiento
de sus condiciones laborales y agita­
dores extremistas que acabaron por
apoderarse de la situación. Después
de abrir paso al tren militar que se des­
plazaba entre Santa Marta y Ciénaga,
sin incidentes violentos aunque sí con
numerosas detenciones de quienes
pretendieron desobedecer las exorta-
Guarnición militar tico ocurrido en la zona bananera del ciones para despejar la vía, el general
colombiana en un punto departamento del Magdalena, en par­ Cortés llegó a un acuerdo cordial con
de inspección de La ticular por la actuación de la fuerza los representantes de los trabajadores,
Pedrera, durante el pública. Dejando de lado el recuento para apoyarlos en sus justas peticiones
primer conflicto con el
Perú, en 1911. de situaciones políticas y laborales que a condición de que descartaran dos
escapan al alcance militar del presente puntos manifiestamente ilegales. El
trabajo, los hechos en que intervino el acuerdo fue desconocido luego por la
ejército pueden condensarse así: asamblea, dominada por los agitado­
Ante la declaratoria de huelga con­ res, entre quienes se hallaban algunos
tra la United Fruit Company, y a cau­ españoles, mexicanos y venezolanos
sa de los desórdenes que se desataron en forma ilegal.
desde su comienzo, nombró el gobier­ El 4 de diciembre un destacamento
no nacional como «jefe militar de la de 25 soldados que aseguraban la re­
plaza de Santa Marta y Zona Bana­ colección de banano en una finca no
nera», al jefe de estado mayor de la perteneciente a la empresa en huelga,
Segunda División con sede en Barran- fueron apresados por sorpresa por una
quilla, general de brigada Carlos Cor­ multitud de apariencia inofensiva, que
hábilmente los separó de su coman­
dante, teniente Botero. El capitán Ju­
lio Guarín logró rescatarlos con sus ar­
mas, cuando eran sometidos a adoc­
trinamiento político, en forma in­
cruenta. Se había sentado un prece­
dente funesto. La huelga degeneraba
en motín, con nuevos intentos de re­
ducir a la impotencia agrupaciones mi­
litares, en tanto la orden del gobierno
de proteger a quienes quisiesen tra­
bajar en fincas ajenas al conflicto la­
Portada del libro "Los boral, fragmentaba la tropa, mientras
sucesos de las bananeras"
(1929), escrito por el
se radicalizaba la agresividad de los
principal protagonista de huelguistas, empeñados en paralizar el
la represión oficial, tránsito ferroviario, obstaculizar el co­
general Carlos Cortés mercio y quebrantar el orden en Cié­
Vargas, nombrado a raíz naga, Convención y Aracataca.
de la huelga contra la
United Fruit, jefe militar Ante el agravamiento de la situa­
de Santa Marta y de la ción, el gobierno nacional decretó es­
zona bananera. tado de sitio en la zona. Una auténtica
Capítulo 12 317

asonada cobró forma en Ciénaga, con­


vertida la población en epicentro de
los desórdenes. La prohibición de
efectuar reuniones públicas fue des­
conocida y una masa de mil quinientas
personas se congregó ante la estación
del ferrocarril. Después de tocar ban­
do se leyó el decreto, recibido con re­
chiflas desafiantes. El general Cortés
ordenó los toques de corneta regla­
mentarios y arengó a los amotinados
para obtener obediencia, previniendo
que abriría fuego si no se acataba la
orden de disolución. Nuevas burlas y
amenazas. Orden de «¡Fuego!» y de
inmediato de «¡Alto!», cumplidas por
las tropas. Resultados, según acta de
levantamiento: trece muertos y, de
acuerdo a la lista nominal oficial, die­
cinueve heridos.
Los desórdenes se trasladaron a la
vía férrea, parcialmente inutilizada,
así como a poblaciones menores y a la
zona rural. La jefatura dispuso enton­
ces que se considerara malhechores a
quienes se empeñasen en acciones
vandálicas, empleando las armas nera. Un total de 32 edificaciones ha­ General Carlos Cortés
cuando se hallase resistencia. Atacado bían sido destruidas o incendiadas, Vargas. En la estación del
el puesto de policía de Sevilla, resul­ con cuantiosas pérdidas en equipos, ferrocarril de Ciénaga,
bajo su comando, se
taron muertos el teniente José María muebles, dinero efectivo, víveres y produjo la matanza de
Quintero, el agitador extremista ve­ elementos, a lo cual debe añadirse el huelguistas de las
nezolano Erasmo Coronel y ocho ci­ efecto de 26 saqueos a almacenes de bananeras, el 6 de
viles. La llegada del ejército puso fin la empresa, residencias y negocios diciembre de 1928.
al asalto. particulares. Los periódicos de la épo­
El campamento de Sevilla, de la ca registran discrepantes informacio­
compañía frutera, la población misma nes sobre lo ocurrido en las banane­
y las fincas en sus alrededores fueron ras. La Prensa de Barranquilla, por
objeto de repetidos ataques y depre­ ejemplo, en titulares de ocho colum­
daciones. El incidente más grave se nas, habló de 100 muertos y 238 he­
produjo cuando las residencias de em­ ridos, con un millón de pérdidas en
pleados colombianos y norteamerica­ dólares. Según la postura política de
nos fueron asaltadas en inmediaciones los diarios, las cifras ascendían o ba­
de la población, y la compañía del ba­ jaban, con lo cual la información per­
tallón Córdoba llegada de Santa Mar­ dió toda objetividad, y la imaginación
ta al mando del capitán Luis F. Luna popular desbordada hizo el resto para
recibida a tiros, debiendo emplear las dejar una visión de virtual genocidio
armas para rechazar el ataque y res­ contra obreros inermes. El saldo, trá­
catar las familias asediadas, con trá­ gico de todas maneras para un país
gicos resultados en víctimas: 29 muer­ que no había regresado a estadios de
tos, incluyendo entre los caídos en las violencia desde la última guerra, fue
primeras acciones de ese día al tenien­ de 44 muertos y 26 heridos contabili­
te Quintero. zados según documentos oficiales,
El 7 de diciembre había retornado más otro número indeterminado de
la normalidad a toda la región bana- heridos que se ocultaron o no ingre­
318 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

saron a los hospitales temiendo incri­ quinta arma del ejército y en 1920 se
minaciones. creó su primera escuela en Flandes
Los efectos políticos fueron enor­ Tolima. Para ello se trajeron de Fran­
mes, constituyendo una de las causas cia once aviones Caudron entre cazas,
de la caída del partido conservador del observación-bombardeo y entrena­
poder en las elecciones de 1930. Mi­ miento. Fue breve aquella primera
litarmente fueron adversos, por cuan­ etapa del plantel, dirigida por una mi­
to no se apreció por sectores amplios sión francesa, pues por razones pre-
de opinión la magnitud del conflicto supuestales hubo de cerrarse en 1922.
que envolvió a más de cuarenta mil Trasladado el material aéreo a ve­
personas conectadas con la agroin- cindades de Madrid, Cundinamarca,
dustria bananera y alcanzó altos ni­ la Escuela se reactivó en 1924, bajo di­
veles de agresiva peligrosidad, dada rección del capitán Henry Pillichody,
la agitación de extremistas naciona­ miembro de una misión francesa con­
les y extranjeros, que hicieron del tratada para el ejército. Otros 12 avio­
conflicto sociolaboral una demoledora nes se agregaron a los viejos Caudron,
arma política. los Wild suizos. Cerrada de nuevo en
1928, reabierta en 1929 con oficialidad
Surgimiento de la aviación militar francesa, la Escuela registra oscilacio­
nes similares a las que el ejército y la
La primera guerra mundial presenció Armada hubieron de sufrir en un am­
el desarrollo de la aviación como arma biente político de indiferencia por las
de combate. La leyenda romántica de necesidades de la defensa nacional y la
los ases alemanes o aliados trabados custodia de la soberanía patria. Ni el
en duelos mortales llegó temprano a cercenamiento de Panamá, ni la pér­
nuestra patria, como que ya en 1919 dida de extensas regiones en la Ama­
se expidió la ley 126 del 31 de diciem­ zonia, por abandono e incapacidad
bre que constituyó la aviación militar, militar para sostener el derecho terri­
Avión colombiano sobre
siendo su primer comandante el co­ torial de Colombia, bastaron para en­
el río Putumuyo, durante ronel Efraín Rojas Acevedo. Ya en mendar esta enorme falla histórica.
el conflicto con el Perú. 1915 se había aprobado el envío de
La intervención aérea en oficiales al exterior para adelantar cur­ Nuevo conflicto militar con el Perú
la acción de Tarapacá fue sos de pilotaje, de los que se benefi­
decisiva, al sorprender al ciaron entre otros dos futuros héroes
adversario, que no El largo litigio colombo-peruano por
contaba con hallar del aire: Camilo Daza y Benjamín la definición de sus fronteras culminó
oposición en el aire. Méndez Rey. Surgió la aviación como con la firma del tratado Lozano-Salo-
món el 24 de marzo de 1922. Colom­
bia perdía las vastas extensiones com­
prendidas entre los ríos Putumayo y
Napo, que le pertenecieron durante el
período colonial y han debido per­
manecer suyas en virtud de la doctrina
limítrofe aceptada por las nuevas re­
públicas. A cambio de ello se le re­
conoció una salida al Amazonas, de
forma trapezoidal, comprendida entre
la desembocadura del río Atacuari y la
frontera acordada —a espaldas de Co­
lombia— entre Perú y Brasil en 1851,
que coincide con la quebrada de El
Marco, entre la población de Leticia y
el fuerte brasileño de Tabatinga, es­
tablecido por los bandeirantes en tiem­
pos de la expansión portuguesa hacia
Capítulo 12 319

el oeste suramericano. Por el norte el


trapecio quedó demarcado sobre el
Putumayo por la línea Tabatinga-
Apoporis, limítrofe con el Brasil, y al
oeste por el río Yayuas, fronterizo con
el Perú, en su boca.
Dos poderosas familias de Iquitos,
en el departamento de Loreto, po­
seían considerables intereses en la
zona del trapecio: la Casa Arana, cau­
chera, y los Vigil, propietarios de la
hacienda La Victoria, hoy Granja Cal­
das. Su influencia en la capital lore-
tana agitó el descontento contra el tra­
tado, cuyo canje se formalizó el 19 de
marzo de 1928. En agosto de 1930 caía
el presidente del Perú, Augusto Le-
guía, auspiciador de la ratificación del
tratado, por un golpe militar dado por
el coronel Luis María Sánchez Cerro,
lo que agitó aún más los sentimientos
anticolombianos en Iquitos, carbura­
dos por los Vigil y Aranas, en conni­
vencia con el prefecto de Loreto, co­
ronel Oscar Ordóñez.
El 1.° de septiembre de 1932 una
banda armada de civiles y militares,
capitaneada por el ingeniero Oscar
Ordóñez, hijo del prefecto, ocupó la
desguarnecida población de Leticia.
Sánchez Cerro habló de las «inconte­
nibles aspiraciones del pueblo perua­
no», mientras buques de guerra trans­
portaron tropas que ocuparon a Ta-
rapacá, en suelo colombiano sobre el rique Olaya Herrera movilizó el espí­ Camilo Daza, héroe de la
Putumayo, y reforzaron las guarnicio­ ritu patriótico de la nación, eviden­ aviación militar
nes peruanas a todo lo largo del río. ciando capacidad de liderazgo acorde colombiana, ya desde los
inicios, cuando fue
La reacción colombiana desbordó con la magnitud del desafío. Un em­ enviado en 1915 a
en esta ocasión la tradicional apatía, préstito por diez millones de pesos adelantar sus estudios en
culpable de la pérdida de grandes te­ (con nuestra moneda a la par con el el exterior.
rritorios que habían sido nuestros. Un dólar) fue cubierto en pocos días. A
fervor sin precedentes recorrió como todo lo largo y ancho del país se or­
fluido eléctrico el cuerpo y el alma de ganizaron festivales para recolectar
la nación, que se puso en pie, resuelta fondos. Los matrimonios donaron sus
a defender sus derechos y su maltra­ argoyas, las familias sus joyas. Con ra­
tada soberanía. La realidad militar no pidez sorprendente se comenzó a
podía ser más desoladora. Unos avio­ adquirir equipo bélico que, bajo la
nes de escuela viejos, tres cañoneras presión de la urgencia, no respondió
fluviales —de las cuales sólo dos se ha­ siempre a lo ideal sino a lo obtenible.
llaban en el Putumayo—, un exiguo
pie de fuerza mal armado y ninguna La expedición al sur
presencia naval sobre sus mares, de
poco valían ante las poderosas fuerzas El primer problema consistía en dis­
armadas del Perú. El presidente En- poner de transporte para conducir al
320 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

mada en sus hombres de elevado es­


píritu de combate.
En Francia se encontraba como em­
bajador el general de las guerras civi­
les Alfredo Vásquez Cobo. De inme­
diato ofreció sus servicios al gobierno
aceptados por quien había sido su con­
Lag Chana
tendor victorioso en la campaña pre­
sidencial de 1930, en gesto simbólico
de unión política ante el peligro, pues
en lo militar era obvia la desactuali­
zación del guerrero de los Mil Días.
Nombrado comandante en jefe de la
expedición, zarpó a comienzos de di­
ciembre con el transporte General
Mosquera y el yate General Córdova
—adquiridos y bautizados por él en
Francia—, artillado el primero y do­
tados de ametralladoras antiaéreas,
llevando además algún armamento
TEATRO DE GUERRA para complementar el que portaba la
DEL AMAZONAS expedición de Rojas.
[3 Guarnición Colombiana El 24 de diciembre se reunían los
Puesto de Mando Colom. dos componentes en Belem del Pará,
y la flota inició el ascenso del cauda­
[Zl Guarnición Peruana
loso Amazonas, dando tiempo a que
XJZI Puesto de Mando Perú
avanzaran las gestiones diplomáticas
? Base Aérea Colombiana iniciadas por el gobierno para evitar la
Base Hidroaviones Col. guerra. El 15 de febrero, previo ulti­
Base Hidroaviones Perú mátum a la guarnición peruana, se
asaltó la posición de Tarapacá por una
compañía al mando del capitán Ga­
briel Montenegro. Los peruanos ha­
bían abandonado el lugar a cubierto
Area de operaciones teatro de guerra del Amazonas las tro­ de la oscuridad, ascendiendo el río
durante la guerra con el pas requeridas para recuperar el terri­ Cotuhé hacia el sur. Aquel triunfo in­
Perú, en el alto cruento sacudió de entusiasmo el país,
Putumayo.
torio ocupado. No siendo factible la
adquisición pronta de buques de gue­ que seguía el curso de su flota apasio­
rra, se optó por simples transportes: el nadamente. Era el comienzo exitoso
Boyacá, carguero comprado a una de la campaña dirigida a vengar el ho­
compañía norteamericana, fue el bu­ nor nacional y afirmar su soberanía.
que insignia de la improvisada flota,
que se concentró en Barranquilla al Surgimiento de la aviación militar
mando del general Efraín Rojas Ace-
vedo, constituida además por el guar­ Al igual que ocurría en el mar, el
dacostas Pichincha, los transportes abandono del aire situaba a Colombia
Bogotá y Nariño, este último habili­ en dramática inferioridad frente al
tado como buque-hospital, y la caño­ agresor. Los ya decrépitos aviones de
nera Barranquilla, que hubo de ser re­ escuela y de combate de la época ini­
molcada por el Pichincha, pues su es­ cial de nuestro instrumento aéreo se
tructura fluvial le impedía navegar por hallaban virtualmente fuera de servi­
mar abierto. A comienzos de diciem­ cio. Rápidamente se adquirieron en
bre se hacía a la mar la heterogénea Alemania nuevos aparatos y se echó
flotilla, frágil y vulnerable, pero ani­ mano de un grupo de aviadores ger­
Capítulo 12 321

manos de la Scadta, la más antigua


empresa comercial de aviación del
continente y una de las primeras que
existió en el mundo. Veteranos, varios
de ellos, de la primera guerra mun­
dial, se situaron a órdenes del más tar­
de coronel honorario del ejército de
Colombia, Herbert Boy. En admira­
ble tributo a su patria adoptiva, los pi­
lotos alemanes trasladaron a la Ama­
zonia los aviones recién adquiridos,
que apoyaron con éxito las operacio­
nes sobre Tarapacá, sorprendiendo al
adversario que no contaba con hallar
oposición en el aire.

El combate de Güepí
En el deprimente estado de imprepa­
ración en que se halló el país, la ca­
rencia de vías hacia la Amazonia cons­
tituía problema crítico. Con igual di­
námica a la que atendió el rearme se tificada sobre una elevación al este de Area de operaciones y
emprendió la ciclópea tarea de abrir la desembocadura del río del mismo plan de ataque
con ingenieros militares dos carrete­ nombre en el Putumayo. El 18 de fe­ colombiano en el combate
ras: Pasto-Puerto Asís, para conectar brero de 1933 la guarnición colombia­ de Güepí, 26 de marzo de
1933.
el Alto Putumayo, y Neiva-Florencia, na en la isla de Chavaco había repe­
en busca del río Caquetá por el curso lido un intento peruano de asalto, de­
del Orteguaza, sobre cuya margen iz­ rribando dos hidroaviones de comba­
quierda se construyó la base aérea de te. El 1.° de marzo se recibió de Bo­
Tres Esquinas para aviones terrestres gotá la orden de atacar a Güepí, con Alegoría del fotógrafo
Jorge Obando sobre el
apoyo de las cañoneras Cartagena y presidente
y anfibios. Simultáneamente se habi­
litó como carretera el antiguo camino Santa Marta, asignadas al destacamen­ Herrera yEnrique Olaya
la guerra con
real de Popayán a Pasto. to junto con tres planchones semiblin- el Perú.
Tomada Tarapacá, se hacía impe­
rioso dominar el Alto Putumayo, don­
de se habían comenzado a escalonar
guarniciones colombianas, con los ba­
tallones Boyacá de Pasto, primero en
alcanzar el área, Juanambú de Neiva,
luego fusionado con el anterior en el
Huila, y más tarde el Junín, proceden­
te de Popayán. Se conformó así el des­
tacamento del Alto Putumayo con
sede en Puerto Asís, al mando del co­
ronel Roberto D. Rico, que luego se
trasladó al puerto de Caucaya (hoy
Puerto Leguízamo) sobre el Putuma-
yo, conectado con La Tagua, en el Ca-
quetá, por una trocha selvática con as­
piraciones de carretera, a través del
angostamiento entre ambos ríos.
El comando del destacamento fijó
como objetivo a Güepí, posición for-
322 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Coronel Roberto D. Rico, y la solidez defensiva del fuerte perua­


comandante del no. Se desarrollaría en tres fases. Pri­
destacamento colombiano mera, desembarco nocturno desde las
en el alto Putumayo, con
sede en Puerto Asís, y cañoneras Cartagena aguas arriba de
luego en Caucay (hoy Güepí y Santa Marta por el flanco
Puerto Leguízamo), desde opuesto. Segunda, desembarco frontal
donde se realizó el avance con los tres planchones, apoyado por
hacia Güepí.
los grupos ya en tierra y por las ca­
ñoneras. Tercera, asalto convergente
de los tres núcleos, previo ablanda­
miento aéreo sobre la retaguardia de
la posición para desarticular la reserva
y aislar la defensa delantera.
A las cuatro de la mañana del 26 las
dos cañoneras ejecutan su misión de
desembarco sin ser detectadas. El
avance a través de la selva se cumple
con extremas dificultades. Al clarear
el día las banderolas de señales de las
dos agrupaciones indican sobre el bor­
de selvático su lenta progresión hacia
el objetivo. Una vez el avance alcanza
una distancia apropiada, las cañoneras
abren fuego con notable precisión y lo
mismo hacen las ametralladoras pe­
dados, pero cuando ya la flotilla había sadas desde sus emplazamientos en las
zarpado de su base en Caucaya, se re­ islas. La aviación se hace presente
cibió contraorden del alto gobierno, poco después, dirigiendo sus fuegos y
que hubo de ser llevada por el coronel bombardeo en la forma y con los efec­
Boy en su hidroavión. tos previstos.
El 24 de marzo se repitió la anhe­ Hacia las once de la mañana llega la
lada orden. El asalto a las fortificacio­ batalla a su climax. El fuego combi­
nes de Güepí se había planeado cui­ nado del Cartagena y los nidos de
dadosamente, sobre un esquema sen- ametralladoras desde las islas, golpea
Fuego de artillería en el cillo pero de compleja ejecución, dada las fortificaciones peruanas sobre la
Putumayo, 1932. la naturaleza selvática de las márgenes confluencia del río Güepí con el Pu-
tumayo, y así puede la infantería sor­
tear en lanchas livianas el obstáculo
fluvial, para alcanzar el borde occi­
dental del recinto fortificado. Poco
después hace lo propio el destacamen­
to oriental. En los planchones embar­
can las ametralladoras de apoyo y el
tercer grupo de desembarco, y en au­
daz cruce de la corriente con apoyo
fluvial y de los dos grupos de infan­
tería, alcanzan el borde delantero de
la posición bajo intenso fuego enemi­
go. El asalto final es una oleada de
bravura colombiana que termina por
rendir el fuerte, mientras el grueso de­
fensor escapa hacia el sur, por la tro­
cha a Pantoja, principal base peruana
en el área.
Capítulo 12 323

Las tropas colombianas perdieron


16 muertos y 13 heridos. Las perua­
nas, 27 muertos, 14 heridos captura­
dos, además de los que fueron lleva­
dos hacia Pantoja, y 23 prisioneros, in­
cluyendo un oficial, el teniente Teo­
doro Garrido Lecca. La victoria de
Güepí, continuación exitosa de la
campaña militar, afirmó la posición
estratégica y política de Colombia, ci­
mentando la fuerza argumental de sus
negociadores ante la Liga de las Na­
ciones en Ginebra, así como su pos­
tura moral, por cuanto un país que de­
mostraba suficiencia militar para de­
finir el conflicto por las armas, insistía
en la solución pacífica. Asegurado el
dominio del Alto Putumayo se tornó
precaria la situación militar del Perú,
cuyos intentos de recuperar la posi­
Expedicionarios en la
ción se vieron frustrados por las avan­ guerra con el Perú y un
zadas colombianas sobre los accesos artillero antiaéreo a
selváticos. Mientras tanto, en el Bajo bordo de la cañonera
Putumayo, el general Rojas estrecha­ "Santa Marta", cuya
ba el dispositivo encaminado a captu­ intervención fue decisiva
rar Puerto Arturo, clave de la defensa en la primera fase del
combate de Güepí.
estratégica peruana. Tomada dicha
posición, Leticia caería irremediable­
mente.

Protocolo de Río de Janeiro.


Fin del conflicto_________________
El panorama general de la guerra no
declarada tomó, a raíz de Güepí, un
sesgo evidentemente favorable a Co­
lombia. Una segunda expedición in­
tegrada por el batallón Camilo Torres,
con 7 compañías y 1.450 combatien­
tes, entrenado en un lugar del río
Magdalena, similar al del Amazonas
en Leticia, zarpó de Barranquilla a
bordo del Cúcuta, buque construido
en Inglaterra y comprado a una com­
pañía naviera estadinense, con 6.500
toneladas de capacidad de carga, y en puerto, con apoyo aéreo, fluvial y te­
el Iriona, alquilado a la United Fruit rrestre de todos los elementos dispo­
Company. La misión, bajo el mando nibles en el teatro de guerra.
del general Carlos Cortés Vargas, A este cambio sustancial en el ba­
cuyo ofrecimiento de servicios hecho lance del poder cabe añadir la compra
desde los Estados Unidos fue acepta­ por nuestro gobierno de dos modernos
do por el presidente Enrique Olaya destructores ingleses, construidos para
Herrera, consistía en operar directa­ Portugal en astilleros de Lisboa, que
mente sobre Leticia y capturar el con los nombres de Caldas y Antio-
324 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

quia se incorporaron a la naciente ar­ El nuevo ejército de Colombia


mada nacional. La modernidad de es­
tos destructores, su rapidez, poder de En medio de la negatividad inherente
fuego y características marineras equi­ a los conflictos armados, el que Perú
libraban la desventajosa situación co­ planteó a Colombia contra toda justi­
lombiana en el mar. cia, además de despertar la conciencia
El 6 de mayo de 1933 caía asesinado nacional y compenetrarla con la invio­
en Lima el presidente Sánchez Cerro, labilidad de su patrimonio histórico,
asumiendo el poder el mariscal Oscar hizo del ejército un instrumento mili­
Benavides. Aunque de ingrata recor­ tar de primer orden, revaluado espi­
dación para Colombia por el ataque a ritual y materialmente. Dos nuevas ra­
La Pedrera en 1911, su presencia des­ mas del poder nacional tuvieron allí su
pojó el conflicto del sello personal que verdadero génesis: la aviación militar
le diera el dictador muerto y de su uti­ y la marina de guerra, emanadas del
lización para consolidar a su alrededor ejército terrestre.
el frente interno. Pudo llegarse así a
un arreglo. El 24 de octubre de 1933, Resurgimiento de la Escuela
se concertaba un armisticio, seguido Militar de Aviación
seis meses más tarde del protocolo de
Río de Janeiro, el 24 de mayo siguien­ La necesidad de producir pilotos para
te. El tratado Lozano-Salomón era re­ tripular las aeronaves adquiridas con
conocido explícitamente por el Perú, premura ante las demandas de la gue­
Combatientes de 1932. que a la vez declaró que «... deplora rra, determinó el traslado de la anti­
Las consignas sinceramente, como lo ha hecho en gua y casi inactiva Escuela de Madrid
nacionalistas y aguerridas declaraciones anteriores, los aconte­ a Cali, donde en predios de la hacien­
alentaban el patriotismo, cimientos ocurridos a partir del 1.° de
como esta de "Al infierno da El Guabito se construyó la estruc­
alegremente".
septiembre de 1932. tura primaria de lo que sería con el
.».
325
Capítulo 12

tiempo la Escuela Militar de Aviación


Ernesto Samper, más tarde rebauti­
zada Marco Fidel Suárez en honor del
presidente en cuya administración ha­
bía funcionado por primera vez. A
tres aviones Osprey para entrena­
miento avanzado, adquiridos en 1932
antes del conflicto, se agregaron ya
bajo sus presiones 15 Trainer NK-1,
10 Fledling, 30 Falcon F-8F y 17
Hawks, todos de fabricación estadi-
nense. Los Falcon y Hawks de com­
bate se destinaron posteriormente a la
base de Palanquero en el río Magda­
lena. Una misión alemana a órdenes
del mayor Rudolf Starke cumplió bri­
llante tarea en la preparación de pi­
lotos colombianos, que alcanzaron a
actuar en la fase final del conflicto. El
21 de septiembre culminó este nuevo
y definitivo esfuerzo por dar entidad al
instituto de formación de oficiales de
la que por varios años más fue Quinta
Arma del ejército.

Creación de una armada


La indigencia en que se halló el país al
estallar el conflicto del sur puso de re­
lieve el gravísimo error cometido al
desactivar la Escuela Naval que fun­
dara con visión del futuro el general tan sólo se produjo en 1936 con la ley Los cuatro primeros
Rafael Reyes. Ahora había que aco­ 105 del 29 de abril. cadetes de la marina
meter, en los umbrales de una guerra La misión dejó huella imborrable en colombiana, según la
publicación de "Cromos"
internacional, la doble tarea de entre­ los anales de la armada nacional. La del 20 de julio de 1939:
nar marinos para tripular los buques conformaron 25 oficiales de la real ar­ Hernando Barriga,
adquiridos y la organización de una mada inglesa y llegó a contar con 250 Hernando Buendía,
inexistente armada. Para lograrlo se miembros, dada la urgencia de tripu­ Carlos Rodríguez y
recurrió a la primera potencia naval de lar los buques para los cuales Colom­ Carlos Muñoz.
la época, y la más rica en tradición ma­ bia carecía de marinos preparados.
rinera, de cuyos astilleros salieran el Toda una tradición se formó a lo largo
Crofton Hall en Glasgow y los des­ de los cincuenta años transcurridos
tructores Douro y Tejo (Duero y desde entonces, con arraigo en la se­
Tajo) en Lisboa, con los cuales nacía, milla plantada por los excelentes ma­
bajo los nombres de Cúcuta, Antio- rinos británicos sobre las cubiertas de
quia y Caldas, nuestra moderna ar­ los nuevos navios, con el Cúcuta adap­
mada. Fue así cómo se contrató en tado como buque escuela.
1934 una misión inglesa, dirigida por
el contralmirante Basil O. Bell-Salter, El ejército
entre cuyos miembros sobresalió el ca­
pitán de navio Ralph Douglas Binney, Una profunda transformación, com­
primer director de la Escuela Naval, parable en algunos aspectos a la que
reactivada ese año en Cartagena, aun­ se inició bajo el mandato del general
que la disposición que le dio vida legal Reyes en 1907, tuvo lugar en el ejer-
326 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Enrique Olaya Herrera cito terrestre ante el desafío bélico ori­ ticas de gran trascendencia. Por otra
con miembros de la misión ginado en la ocupación de Leticia y parte, la adquisición de cuantioso ma­
aérea del mayor Starke y Tarapacá. Contribuyó a ello la presen­ terial de guerra permitió colocar al
pilotos colombianos en la
base de El Guabito (Cali, cia de la misión militar alemana del te­ ejército, al igual que a la Armada y a
1932). Abajo, Arthur Bliss niente coronel Hans Schuller y el ma­ la aviación militar, en lugar de avan­
Lane, embajador yor Hans Berwing. El primero, ins­ zada en Hispanoamérica.
norteamericano, saluda tructor en la Escuela Militar, formó la
en Bogotá al general mentalidad táctica de la joven oficia­
Andrews, comandante de
Reflejos de la
la defensa en el Canal de lidad impregnada de mística profesio­ segunda guerra mundial
Panamá (septiembre, nal por los sucesos del sur, y el segun­
1942). do sentó bases administrativas y logís­ Aunque la dimensión del formidable
conflicto bélico que incendió el mundo
entre 1939 y 1945 desbordaba el ám­
bito de nuestras reducidas fuerzas mi­
litares, el resurgimiento de la guerra
móvil a raíz de la Blitzkrieg o guerra re­
lámpago, introducida por Alemania
como reacción al estancamiento atrin­
cherado del 14-18, produjo una revo­
lución doctrinaria en todo el mundo,
que no escapó al pensamiento militar
colombiano, incrementada por el en­
vío de oficialidad de nuestro país a es­
cuelas militares de Estados Unidos y
por el arribo de una misión militar de
ese país para las tres fuerzas. La rama
aérea del ejército había contratado ya
la suya desde 1935. Ahora se convertía
en fuerza independiente, desprendién­
Capítulo 12 327

dose del ejército, como ocurrió con la sensibilidad institucional. Al decir que
R.A.F. y la Luftwaffe en Europa. el ejército no podía continuar como
peso muerto en la vida del país, se las­
Golpe militar frustrado timó sin necesidad una institución
cuyo aporte reciente a la vinculación
La tradición civilista de las fuerzas mi­ de la Amazonia a la realidad nacional
litares experimentó transitorio eclipse no podía desconocerse, como tampo­
con el golpe fraguado contra el presi­ co la importancia de su misión cons­
dente Alfonso López Pumarejo, ree­ titucional. En el Senado se planteó un
legido por el partido liberal para el pe­ debate al ministro civil de Guerra en
ríodo 1942-1946. Avanzaba la segunda torno a informaciones que se habían
guerra mundial con el desembarco propalado sobre una supuesta conspi­
aliado en Normandía en junio de ración en el ejército. El desconoci­
1944. Colombia comenzaba a recibir miento del ministro en cuestiones mi­
equipos militares dentro de los térmi­ litares fue deplorable, en contraste
nos de la Ley de Préstamos y Arrien­ con la habilidad dialéctica y sapiencia
dos de los Estados Unidos. Como re­ castrense de su principal interlocutor.
quisito para el ascenso a general se ha­ Aquel insuceso, escuchado por radio
bía establecido la dirección de manio­ en todos los cuarteles, aumentó el ma­
bras o ejercicios de campaña de bri­ lestar. Desde la prensa de oposición se
gada, por lo cual se montó uno en los adelantaba una implacable campaña
departamentos de Nariño, Cauca y contra el gobierno y algunos políticos,
Valle, que serviría a la vez para probar conocidos por su beligerancia antigu­
el nuevo equipo, con dos unidades bernamental, comenzaron a halagar a
operativas que serían comandadas, la miembros del ejército y en algún con­
del sur por el coronel Diógenes Gil vento de la capital tuvo lugar una reu­
Mujica y por Eurípides Márquez la del nión clandestina francamente conspi-
norte. rativa.
En el ejército se ponía de manifiesto Al amanecer del 10 de julio de 1944
cierto grado de inconformidad por el el presidente López, que se había des­ En el aeropuerto de
manejo dado a las instituciones ar­ plazado a Pasto para presenciar las Techo, en Bogotá,
madas por el presidente López. Frases maniobras, fue reducido a prisión por bombarderos
semipesados adscritos a
desafortunadas dentro del propósito la oficialidad comprometida y el co­ la defensa de la zona del
bien concebido de vincular las fuerzas ronel Diógenes Gil asumió el poder. Canal durante la segunda
militares con empresas de desarrollo Mal meditado el golpe, carente de Guerra Mundial (foto de
rural, vías y colonización, hirieron la unanimidad en el ejército, pronto acu- diciembre de 1940).
328 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

presionaba para que tomara el mando


del movimiento en su jurisdicción.
Puesto en libertad el presidente,
después de día y medio bajo custodia
en la hacienda de Consacá, regresó a
Bogotá para reasumir sus funciones.
De inmediato se convocaron consejos
de guerra verbales bajo el estado de
sitio implantado desde el día 10, para
juzgar a los responsables del alzamien­
to. Los implicados recibieron drásticas
condenas lo que, aunque sentó como
era necesario los principios institucio­
nales de lealtad y disciplina, sembró
semillas de discordia y rompió la uni­
dad castrense, si bien ésta se había al­
terado ya desde los orígenes del golpe,
con efectos presentes y futuros en ex­
tremo sensibles.

Albores de violencia
Al igual que ocurriera en 1930 con el
partido conservador, la división liberal
lo precipitó a la derrota en comicios de
indiscutible pureza, presididos por Al­
berto Lleras Camargo, que reemplazó
por renuncia al doctor López Puma-
Coronel Diógenes Gil só su fragilidad. Tan sólo las guarni­ rejo en su último año de gobierno. Las
Mujica. Con motivo de ciones de Ibagué y Bucaramanga res­ fuerzas militares, fieles a su neutrali­
unas maniobras para su pondieron, en la segunda a niveles su­ dad política, repitieron la actitud ob­
ascenso a general, en servada el año 1930 al respaldar los re­
Pasto, fue el protagonista
balternos. El designado Darío Echan-
del golpe de Estado al día asumió la presidencia y el ministro sultados del debate electoral, y el in­
presidente Alfonso López de Gobierno, Alberto Lleras Camar- geniero Mariano Ospina Pérez asumió
Pumarejo, en la go, definió vigorosamente la juridici­ el poder el 7 de agosto de 1946, con
madrugada del 10 de julio dad institucional, sostenido en la firme un programa de unión nacional aná­
de ¡944.
lealtad de los mandos superiores y del logo al que presentara Enrique Olaya
grueso del ejército, que hallaron en el Herrera.
general Germán Ocampo, comandan­ Apenas un año después la concordia
te de la Brigada de Institutos Milita­ comenzó a alterarse. El partido derro­
res, su más resuelto intérprete, al pre­ tado no quería desprenderse del poder
sentarse con el designado en los cuar­ y el vencedor lo quería todo para sí,
teles de la capital para efectuar su re­ en un empeño de resurrección hege-
conocimiento por las tropas. mónica inactual y contraproducente.
Las guarniciones insurrectas clau­ En los altos estratos políticos la retó­
dicaron y como única víctima del mal­ rica virulenta degeneraba en invectiva
hadado cuartelazo quedó el coronel y de ésta se pasaba a reyertas y vio­
Julio Guarín, comandante de la Quin­ lencia verbal. En los bajos, que su­
ta Brigada en Bucaramanga, ultimado frían el efecto multiplicador del caci­
en su despacho por el capitán José quismo ultramontano, y la pasión ban­
Gregorio Quintero, según éste en de­ deriza heredada generacionalmente
fensa propia, dado que su jefe preten­ del siglo anterior, comenzaron a caer
dió echar mano de un arma en el cajón las primeras víctimas. La policía que
de su escritorio, cuando el capitán lo se reclutaba entonces con sentido par-
329
Capítulo 12

tidista en municipios y departamentos


y se utilizaba con el mismo criterio por
alcaldes y gobernadores, contribuyó a
polarizar la contienda en comienzo y
a acelerarla al actuar sectariamente y
no como instrumento de recta autori­
dad.
El 9 de abril de 1948
Bajo el encapotado y cada día más
tenso horizonte político, la convoca­
toria de la IX Conferencia Interame­
ricana para el mes de abril de 1948 en
Bogotá, añadió un ingrediente exter­
no al agravado problema intestino, ya
de sí en plena ruptura al interrumpirse
la colaboración liberal en el gobierno
de unión, como protesta por la violen­
cia política que arreciaba en forma
alarmante. Se temía un acto pertur­
bador de procedencia internacional y
la persona del general George S. Intervención del ejército Alfonso López Pumarejo
Marshall, secretario de Estado de los condecora con la Cruz
Estados Unidos y figura de prestigio La turba enfurecida condujo el cadá­ de Boyacá a los
mundial, se señaló como posible ob­ ver de Juan Roa Sierra, asesino de generales Domingo
jetivo de un magnicidio encaminado a Gaitán ultimado momentos después Espinel, ministro de
Guerra, Leopoldo
sabotear la conferencia que buscaba la del magnicidio, hacia el palacio pre­ Piedrahíta y Miguel
unidad continental ante la amenaza sidencial. Una fracción del batallón Neira, enero 20, 1945.
comunista. Guardia Presidencial salió de su cuar­
El 9 de abril, ya iniciada la reunión tel en San Agustín (actual Museo de
interamericana, caía ultimado Jorge Arte y Tradiciones Populares en la Plaza de Bolívar, de
Eliécer Gaitán, director del partido li­ Carrera 8.a con Avenida 7.a) con el Bogotá, el 9 de abril.
beral y caudillo que se había adentra­
do profundamente en las fibras emo­
cionales del pueblo colombiano. La
congestión humana a la una de la tar­
de y el lugar del crimen en pleno co­
razón de Bogotá, precipitaron el des­
bordamiento popular, convertido en
fenómeno colectivo de locura, que va­
rios extremistas y algunos exaltados lí­
deres de partido agitaron irresponsa­
blemente desde varias emisoras radia­
les. Las ferreterías fueron asaltadas en
procura de armas. Buena parte de la
fuerza de policía de Bogotá participó
en el motín con su armamento de do­
tación y distribuyó parte al pueblo
enardecido. Con rapidez sospechosa
algunos camiones distribuyeron gaso­
lina y la ciudad, presa de verdadera
demencia colectiva, comenzó a arder
en su sector céntrico.
330 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

sura y contención que prevalecían en


el manejo de disturbios urbanos. Su­
blevada la policía, en medio del caos,
batidos por fuego anónimo que salía
de la muchedumbre, y con el agravan­
te del alcohol que tornaba ingober­
nable el fenómeno de masa, las frac­
ciones del ejército tuvieron que em­
plear las armas, en actuación sin pre­
cedentes en la historia de Colombia,
como también lo fue el estallido de fu­
ror vandálico de aquella hora funesta.
La frase del doctor Mariano Ospina
Pérez: «Para la democracia colombia­
na es mejor un presidente muerto que
un presidente fugitivo», quedó sus­
pendida sobre la tormenta, con sereno
poder republicano e inspirada síntesis
de comportamiento de quien asume
las más altas responsabilidades del Es­
tado, entre éstas la jefatura suprema
de sus fuerzas militares. Al borde del
abismo donde se situó el país se pro­
dujo un momento de lucidez. La
unión nacional se restableció con Da­
río Echandía como ministro de Go­
bierno y el ejército fue descrito como
salvador del Estado de Derecho y de
las instituciones republicanas.

Participación
militar en la guerra de Corea
Capitán Mario Serpa C, ánimo de proteger el palacio de La
oficial de caballería, tuvo Carrera, hoy de Nariño. La estación El 25 de junio de 1950, Corea del Nor­
a su cargo el comando de de policía situada frente a la entrada te, fracción bajo régimen comunista
los tanques de guerra el 9
de abril.
oriental se había sublevado y distri­ del antiquísimo país asiático, invadió
buido armas, de tal suerte que la tropa la República de Corea del Sur en un
fue recibida a tiros. El subteniente Al­ intento de unificación por la fuerza.
varo Ruiz Holguín y varios de sus Condenada la agresión por el Consejo
hombres cayeron entre las primeras de Seguridad de las Naciones Unidas,
bajas, y la agrupación, a órdenes del su secretario general hizo un llamado
sargento reemplazante del oficial sa­ a los países libres para acudir en au­
crificado, hubo de emplear sus armas xilio de la nación atacada. Entre los
y proteger los accesos al palacio pre­ que respondieron se halló Colombia,
sidencial. que ofreció un batallón de infantería y
La Brigada de Institutos Militares, una fragata de guerra. A este aporte
guarnición de la capital, había rele­ militar se le han dado variadas inter­
vado en enero sus soldados antiguos, pretaciones políticas. Cualquiera haya
como se acostumbraba entonces, a pe­ sido la razón de Estado que lo deter­
sar de que la tranquilidad pública ve­ minó, el hecho es que, ante la historia,
nía perturbándose seriamente. Exigua Colombia acudió —único país latinoa­
en sus efectivos ante la magnitud de la mericano en hacerlo— a defender con
revuelta, salió a la calle para restaurar sus hombres de armas los mismos
el orden, dentro de los criterios de me­ ideales que inspiraron su nacimiento
Capítulo 12 331

republicano. Y es la trayectoria heroi­


ca de esos hombres, la que el concier­
to mundial acogió con respeto.
El batallón Colombia
A comienzos de enero de 1951 se hizo
pública la designación de oficiales
para integrar los cuadros de mando
del batallón que recibió el nombre de
su patria. Encabezó la lista el teniente
coronel Jaime Polanía Puyo, seguido
de 39 combatientes, dos médicos, un
odontólogo, un capellán y un conta­
dor. Pronto se agregaron los 215 su­
boficiales y los 800 soldados que in­
tegraron el primer cuerpo armado en
cruzar las fronteras desde la guerra de
Independencia para luchar por la li­
bertad en suelo extraño. Esos 1.060
hombres se organizaron en la plana
mayor del comandante, tres compa­
ñías de fusileros, una de armas pesa­
das de apoyo y una de comando, ade­ del Octavo Ejército en el frente cen­ Soldados del ejército
más de una de reemplazos destinada a tral, hasta tomar contacto con el ene­ nacional vigilan las
cubrir bajas de guerra. migo, estimado en un batallón del " calles, luego del
bogotazo" del 9 de abril.
Después de cuatro meses de entre­ Ejército Popular Chino. Bajo el man- " Abajo, patrullando el
namiento el batallón se trasladó a do del capitán Alvaro Valencia Tovar, Capitolio Nacional,
Buenaventura, donde embarcó el 21 la compañía entró en contacto a las donde fueron retenidos
de mayo a bordo del USN Aiken Vic- siete de la mañana, tomando el obje­ algunos miembros de la
tory, buque de transporte de tropas de tivo dos horas más tarde, bajo fuego policía rebelde.
los Estados Unidos, arribando al puer­ intenso que le ocasionó 11 heridos, y
to de Pusán, en Corea del Sur, el 15 obligando al enemigo a retirarse.
de junio. Seis semanas de entrena­
miento avanzado de intensidad ago­
biante pusieron la unidad en elevada
disposición de combate, antes de tras­
ladarse al frente para incorporarse al
Regimiento 21 de la XXIV División
de Infantería estadinense, unidades
curtidas en la lucha, como que habían
aguantado hombro a hombro con el
ejército surcoreano el primer embate
de la invasión.

Bautismo de fuego
El 7 de agosto de 1951, en homenaje
a la victoria de Boyacá, tropas colom­
bianas cumplieron la primera misión
de combate, consistente en una patru­
lla de tamaño de compañía de fusile­
ros reforzada con armas pesadas, que
debería sobrepasar la línea adelantada
332 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

ble, por 4 muertos y 23 heridos colom­


bianos. Era apenas el comienzo de la
Operación Nómada - 12 a 22 Oct. 1951
Operación Nómada, que prosiguió
Convenciones con igual ímpetu hacia el valle de
Posición Defensiva División 24 v* Kumsong y el importante nudo de co­
Línea aliaoa el 12 de Óct/51 municaciones del mismo nombre. El
Cuerpo de E|ercito Norcorea ED día 20 caía herido por una bala de
Eiercito Comunista Chino EJ MAR DEL JAPON ametralladora el coronel Polanía
División dei ECC EU Puyo, que desde la camilla en que se
Woñsan
le conducía dirigió por radio vibrante
coreaWl NORTE arenga a su unidad. El día 22 caía
Kosong •
Kumsong en poder del batallón, cuyo
comportamiento le mereció las cita­
Sibyon-.m ciones presidenciales de los Estados
Unidos y Corea del Sur por bizarría en
Kumchon
combate.

Otras acciones meritorias del


Kangnung
Colombia
Pasando alternativamente por perío­
MAR DE CHINA
• Hoengsong dos de combate y pausas en reserva
e Suwon
del regimiento, las tropas colombianas
se distinguieron por su valor y arrojo
en numerosas acciones. En enero el
batallón fue transferido a la Séptima
División de Infantería, Regimiento
COREA DEL SUR 31, donde cumplió un asalto nocturno
al cerro 400, posición fortificada chi­
Tae|on
na, dirigido por el mayor Luis Etilio
Leyva como comandante encargado
de la unidad, acción de enaltecedora
brillantez en la que se destacó el sub­
teniente Mario Bernal Abella como
comandante del escalón de asalto.
El 4 de julio de 1952 asumió el man­
Operación Nómada". Ofensiva de otoño do el teniente coronel Alberto Ruiz
durante la guerra de Novoa en reemplazo de quien había
Corea, adelantada con El Octavo Ejército saltó a la ofensiva sido primer jefe del batallón. Bajo sus
intervención del Batallón
Colombia, entre el 12 y el
el 12 de octubre, con su ataque prin­ órdenes libró las dos últimas acciones
22 de octubre de 1951. cipal en el centro montañoso del fren­ mayores: la Operación Bárbula, san­
te con dos cuerpos de ejército surco- griento ataque al cerro 180, posición
reanos y uno de fuerzas aliadas, entre fortificada china, dentro de una tarea
éstas la División 24 con el Batallón de reconocimiento en fuerza y la de­
Colombia adscrito. Tres alturas forti­ fensa del cerro Old Baldy, reciamente
ficadas constituían la primera línea de disputado por cuantas tropas lo habían
objetivos, designadas en la orden de guarnecido antes del Colombia, por
operaciones como 23, 24 y 25. Nues­ constituir una posición avanzada de la
tros soldados las humanizaron con los línea principal. En la noche del 23 de
nombres de El Chamizo, La Teta y marzo de 1953, previo fuego de pre­
Don Polo y las tomaron por asalto en paración que duró una semana y des­
sangrienta operación que significó en truyó el 60 % de las fortificaciones,
cifras 52 muertos chinos, 5 prisione­ fue atacada por un regimiento chino.
ros, y heridos en número imprecisa­ El combate se prolongó toda la noche,
Capítulo 12 333

hasta que se dio por perdida la posi­


ción bajo la abrumadora superioridad
del ataque.
El 28 de julio se firmaba el armis­
ticio de Pan-mun-yong que puso fin a
las hostilidades. El batallón regresó a
su patria al comienzo del año siguien­
te, después de cumplir misiones de vi­
gilancia sobre la línea de demarcación,
al mando de su último comandante,
temente coronel Antonio Convers
Pardo. 131 muertos, 428 heridos, 69
desaparecidos en acción y 28 prisio­
neros canjeados en Pan-mun-yong
fueron el tributo colombiano a la so­
beranía de pequeñas naciones agredi­
das. El batallón significó para el país
y para su ejército, además del reco­
nocimiento universal por su heroísmo,
una extraordinaria fuente de experien­
cias militares que obraron en forma
decisiva en la modernización de su El desempeño de todas las unidades Despedida de la fragata
doctrina, tácticas, procedimientos lo- navales estuvo acorde con la pericia "Almirante Padilla", en
gísticos y de estado mayor, con saldo naval, capacidad operativa y eficiencia noviembre de 1950, en
final de alta eficiencia. misión de patrullaje en
técnica de nuestros marinos, cualida­ Corea.
des que se hicieron patentes en el bri­
Las fragatas de guerra llante cumplimiento de cuantas misio­ Frente al puesto de mando
nes fueron confiadas a las fragatas co­ táctico del Batallón
lombianas por el Comando Naval Colombia en el frente de
El aporte naval de Colombia al es­ Kumwha {Corea del
fuerzo de las Naciones Unidas en Co­ Aliado, contribuyendo al bloqueo de Norte): tenientes John
rea, se plasmó en la presencia inte­ la península y al apoyo de las fuerzas Goodson v Miguel
rrumpida de fragatas de la armada na­ terrestres sobre ambos flancos de su Contreras, capitán Alvaro
cional. Fue la primera la Almirante línea de combate. Valencia Tovar, médico
Hernando Rubiano Groot.
Padilla, al mando del capitán de fra­
gata Julio César Reyes Canal. Habien­
do zarpado de Cartagena el 11 de no­
viembre de 1950, el buque fue some­
tido a reparaciones en California, par­
ticipó en ejercicios de entrenamiento
avanzado y a comienzos del año si­
guiente, se incorporó a la Séptima Flo­
ta de los Estados Unidos en la base de
Yokosuka, Japón. Le siguieron la Ca­
pitán Tono, la Almirante Brion y nue­
vamente la Tono y la Padilla, coman­
dadas en su orden por los capitanes de
fragata Hernando Berón Victoria,
Carlos Prieto, Jorge Taua y Darío Fo­
rero. El entonces capitán de corbeta y
más tarde almirante y comandante de
la armada, Jaime Parra Ramírez, fue
segundo comandante en tres de las
fragatas, con el más alto índice de per­
manencia en la zona de operaciones.
334 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Las fuerzas armadas ante la La policía nacional, disuelta por


completo después del 9 de abril, a ex­
violencia política cepción del selecto pero reducido
Poco duró la reconciliación de los par­ cuerpo de carabineros, había sido
tidos, lograda sobre las ruinas físicas y reemplazada por una policía militar,
morales del 9 de abril. El espanto de conformada por soldados próximos al
los primeros meses y el propósito de desacuartelamiento por servicio cum­
enmienda que suscitó, se disiparon plido y con mandos tomados del ejér­
ante las apetencias de poder, que se cito. Era una oportunidad excepcional
incubaron sordamente a cubierto de la para corregir las fallas que se habían
transitoria alianza. El acelerado dete­ hecho evidentes en la etapa anterior a
rioro de la situación política desem­ aquella fecha trágica. Devuelta al Mi­
bocó de nuevo en la ruptura de la nisterio de Gobierno, precisamente en
unión nacional, lo que favorecía a los el que hizo eclosión dramática el sec­
elementos más radicales y sectarios en tarismo, fue politizada de nuevo y re­
el partido de gobierno, pues así logra­ surgieron las fatídicas policías depar­
ban la libertad de acción necesaria tamentales y municipales, cuya nociva
para la homogeneización política de la influencia en la polarización del en­
autoridad. A ello respondieron sus ad­ frentamiento aparecía de nuevo y aún
versarios con la oposición a ultranza, con mayor ímpetu. Los gérmenes de
16 de junio de 1951: en que tomó cuerpo en el parlamento, violencia ya inoculados en la vida co­
Pusan, Corea del Sur, el generando una verdadera lucha de po­ lombiana desde 1948, proliferaron
teniente coronel Jaime deres entre el ejecutivo y el legislati­ ahora con terrible morbilidad, revi­
Polonia Puyo, vo, dada la mayoría liberal en el se­ viendo el furor de las guerras civiles y
comandante del Batallón los brotes esporádicos de 1931 y 1932,
Colombia es recibido por
gundo, con la fuerza pública aprisio­
el general John B. nada en el medio como entre un em­ desaparecidos ante el conflicto con el
Coulter. paredado formidable. Perú. Rencores subyacentes, odios
Capítulo 12 335

atávicos, pasiones banderizas cultiva­ acallar a los oradores contrarios. El


das a lo largo de un siglo de perma­ Congreso se deterioraba visiblemente,
nente guerrear volvieron a la luz, ol­ descendiendo de sus deberes legisla­
vidando el sentido de la controversia tivos al campo incendiario de la reyer­
democrática para trocarla por el omi­ ta sectaria, que hizo explosión en la
noso tronar de los fusiles. Cámara de Representantes el 7 de
El conflicto político evolucionó así septiembre, cuando del insulto entre
velozmente hacia la lucha armada, dos oponentes se pasó al revólver, ge­
que adquirió casi instintivamente for­ nerándose descomunal abaleo, en el
mas guerrilleras, por parte de quienes que resultó muerto el liberal Gustavo
resistían a una autoridad parcializada, Jiménez y lesionado de por vida su co-
que utilizaba las policías seccionales partidario Jorge Soto del Corral. Si
como fuerzas de partido. eso ocurría en los altos niveles de la
política, bien puede comprenderse lo
El dilema militar ante el problema que sería el enfrentamiento rural,
donde las repercusiones de los sucesos
El duelo planteado entre el ejecutivo citadinos distorsionaban bárbaramen­
y el legislativo adquirió creciente pug­ te las actitudes y conductas, de por sí
nacidad a lo largo de 1949, año crítico propensas a la violencia.
en la generalización de la violencia ru­ Cuando en el seno de ese Congreso
ral. Se hacía evidente que, ante la ac­ demeritado por sus propios miembros
titud de intransigente oposición de la se comenzó a gestar una acusación El general Alberto Ruiz
mayoría liberal, respondía la minoría contra el presidente de la República, Novoa, Hernando Barón
conservadora con intemperancia ver­ comprendió éste que no se le citaría al Victoria y Germán Bula
Hoyos observan un
bal y saboteo de las sesiones parla­ Senado para juzgarlo sino para con­ embarque de tropas en los
mentarias, como ocurrió el mes de ju­ denarlo como responsable de la vio­ años 60, junto con otros
nio cuando se utilizaron silbatos para lencia. El 9 de noviembre la fuerza pú- oficiales.
Nueva Historia de Colombia. Vol. II
336

Capitán Julio César Reye


las cuales desconocía a la otra. Entrar
Canal, comandante de la a resolver el problema implicaba, de
fragata "Almirante hecho, deliberar, así el ejecutivo asu­
Padilla" durante la miese poderes dictatoriales. Había
guerra de Corea. algo más. Sostener el régimen de ori­
gen electivo era un deber jurídico. In­
terponerse entre los partidos cuyos di­
rigentes habían perdido el rumbo al
sumirse y llevar al país a una contien­
da sangrienta, un imperativo moral.
Difícil de cumplir, sin duda, sin des­
bordar la esfera castrense e irrumpir
en la vedada arena política.
Cuatro etapas o fases se identifican
en el conflicto armado:
Primera: Del crimen político a la
guerrilla rural
La sociedad colombiana respetaba
al ejército y en él a las fuerzas mili­
tares. Tenía confianza en su neutrali­
dad, lo que se hacía más evidente en
el sector campesino. De ahí que sus in­
tervenciones, cuando la policía resul­
taba desbordada por la dinámica de
blica interrumpió las sesiones de las los acontecimientos, fuesen recibidas
dos cámaras, obedeciendo la orden con beneplácito. Sin embargo, la im­
presidencial de clausurar el Congreso, parcialidad contrariaba intereses polí­
lo que planteó a las fuerzas militares ticos. Innumerables oficiales resulta­
un conflicto de lealtades de trascen­ ron acusados de connivencia con el ad­
dencia presente y futura. versario, lo que situaba al profesional
«La fuerza pública no es deliberan­ de las armas entre el emparedado pa­
Operación de una unidad te», establece la Ley de Leyes, lo que sional de que ya se habló.
de artillería durante la implica obedecer sin cuestionamiento Impreparado para la lucha guerrille­
lucha con grupos al presidente de la República, su jefe ra en que tomó cuerpo el conflicto, el
bandoleros (ataque a
Efraín González en junio
constitucional. Pero esa fuerza es ejército la encaró sin entenderla a ca-
de ¡965). guardián de las instituciones, una de balidad. Dondequiera estallaba un
choque sangriento se enviaba una
fracción militar de fuerza variable,
que ocupaba la localidad donde se ha­
bía producido, con lo que la lucha fe­
roz se acentuaba en la vereda, bajo
formas irregulares.
La posibilidad de seguir actuando
imparcialmente se desvaneció cuando,
en mixtificación absurda del principio
de autoridad, magnificado hasta la
exageración ante la creciente rebeldía,
se decidió uniformar las policías poli­
tizadas con vestuario militar, e inclu­
sive entremezclarlas con fracciones del
ejército. Aquello fue el desastre, par­
ticularmente en los Llanos Orientales.
El uniformado pasó a encarnar sin dis­
tinción al enemigo. Varios oficiales pi-
Capítulo 12 337

dieron la reconsideración de tan pro­


tuberante error, a lo que se respondió
calificando de deslealtad cualquier ob­
jeción, de donde resultó el retiro de
oficiales superiores y subalternos. El
manejo impropio, político y militar,
de una situación que desquiciaba el
país, trajo consigo la aceleración y ex­
trema bipolaridad del conflicto, ha­
ciendo cada día más difícil una solu­
ción sensata.
Segunda: Las fuerzas militares
como gobierno
El salvajismo indescriptible de la
violencia que se extendía como gan­
grena gaseosa por toda la geografía
patria, precipitó el acceso a la presi­
dencia del general Gustavo Rojas Pí-
nilla, comandante general de las fuer­ gadura, prolongadas hacia el sudeste Helicóptero de la Fuerza
zas militares, en un proceso cuyo aná­ del Tolima, en un confuso cuadro don­ Aérea Colombiana,
lisis corresponde al campo político. de resultaba bien difícil identificar durante una acción de
De «golpe de opinión» se calificó el componentes. enfrentamiento a la
guerrilla: traslado del
hecho por Darío Echandía, vocero de El 8 de junio de 1954 resultó muerto cadáver del bandolero
alta alcurnia del liberalismo, y el nue­ un estudiante en la ciudad universita­ "Sangrenegra", muerto
vo régimen fue reconocido por la Cor­ ria, en un choque con la policía. El 9, en El Cairo, en enero de
te Suprema de Justicia y por la Asam­ cuando una manifestación estudiantil ¡964.
blea Constituyente convocada por el fue contenida por el ejército en el cen­
que resultó depuesto. La policía se na­ tro de Bogotá, interrumpiendo su
cionalizó respondiendo a una urgencia marcha de protesta pacífica hacia el
nacional y se profesionalizó adscri­ palacio presidencial, numerosos uni-
biéndola al Ministerio de Guerra. Una
amnistía general cobijó a quienes se
Una escena de la acción
habían alzado en armas, lo que pro­ de contraguerrilla
pició la entrega de varios miles de gue­ durante los años sesenta.
rrilleros y el retorno de la normalidad
a regiones enteras.
Infortunadamente se recurrió a un
solo partido para gobernar. No era lo
indicado al cabo de un enfrentamiento
tan pugnaz, suspendido pero no re­
suelto en sus raíces profundas. Por
otra parte, ello ponía en entredicho la
neutralidad de las fuerzas armadas.
Un año apenas duró el respiro de paz
y la pausa de concordia. Al resurgi­
miento de la lucha bipartidista se aña­
dió un tercer elemento: la guerrilla
ideológica marxista, surgida a la som­
bra de la contienda sectaria. En la ex­
tensa zona montañosa de Sumapaz se
organizó una «autodefensa campesi­
na» sobre patrones y bajo dirección
comunista, que dio lugar a operacio­
nes militares de considerable enver-
338 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Marzo 28 de 1984: piración de Alberto Lleras Camargo.


conversaciones de paz Al conocerse el propósito de prolon­
en La Uribe. Por la gar el período presidencial del general
comisión presidencial
asistieron John Agudelo
Rojas, contrariando la Constitución
Ríos, César Gómez que lo prohibe, un paro cívico nacio­
Estrada, Samuel Hoyos nal precipitó la caída del régimen,
Arango, Rafael Rivas reemplazado por una Junta Militar,
Posada, Margarita designada por el mandatario saliente:
Vidal y Alberto Rojas
Puyo. Representaron a mayor general Gabriel París, brigadie­
las FARC Manuel res generales Deogracias Fonseca, Ra­
Marulanda Vélez, fael Navas Pardo, Ernesto Ordóñez
Jacobo Arenas, Jaime Castillo y vicealmirante Rubén Pie-
Guaracas, Alfonso Cano drahita Arango, quienes, con un ga­
v Raúl Reyes.
binete mixto de militares y civiles de
ambos partidos, condujeron el país
hacia la normalidad institucional y
prepararon los comicios que dieron la
presidencia a Lleras Camargo, primer
mandatario del Frente Nacional.
La Junta introdujo una trascenden­
te reforma constitucional de 14 puntos
versitarios resultaron muertos y heri­ mediante un plebiscito, caso único en
dos. La violencia se propagaba en el nuestra historia, y las fuerzas militares
Instalación de la agro, aumentaba la inconformidad ci- dominaron el intento de golpe de
Comisión de Paz, tadina agudizada con la clausura de los cuartel fraguado por algunos oficiales
Diálogo y Verificación de grados intermedios y llevado a cabo
por el presidente
principales periódicos liberales, y fi­
Betancur, octubre 24 guras destacadas de los dos partidos el 2 de mayo de 1958 por un sector mi­
de 1985. crearon el Frente Nacional bajo ins­ noritario de la guarnición de Bogotá.
Capítulo 12 339

Tercera: Bandolerismo y guerrilla


revolucionaria
Al desaparecer las razones sectarias
de la reyerta, se halló que la violencia
había experimentado una metamor­
fosis a lo largo del proceso deterioran­
te. El desquiciamiento de los órdenes
jurídicos y morales engendró diversas
formas de delincuencia que, amparada
aún por la careta política, subsistió
con oscuros fines de lucro, agravados
por perturbaciones psíquicas de quienes
hicieron del fenómeno inhumano un há­
bito o un modo de vida. De otra parte
se habían engendrado guerrillas marxis-
tas que, al igual que los grupos bando­
leros, simularon acogerse a la amnistía
promulgada por el Frente Nacional y proceso de paz inspirado y conducido Una temprana reunión
disfrutaron de sus beneficios, pero no por el nuevo jefe de Estado. La se­ de la comisión de paz
renunciaron a la lucha armada. cuencia de amnistía política, cese de en la casa de Nariño,
en 1982. Con el
Las fuerzas militares habían adqui­ fuegos e indulto total, como vía de presidente Belisario
rido experiencia y perfeccionado téc­ aproximación a la normalidad en la Betancur, José Luis
nicas de lucha antiinsurreccional, que nación, no ha dado, al acercarse el si­ Serna, el ministro de
les permitieron extirpar las bandas de glo de promulgada la Constitución de Gobierno Alfonso Gómez
forajidos con apoyo de la población 1886, los efectos esperados. Al ago­ Gómez, Antonio Duque
Pérez, Amparo
rural, en tanto las guerrillas comunis­ nizar el año de 1985, el sangriento Bouzas Quintero.
tas subsistieron, expandiéndose con la asalto al Palacio de Justicia y la rup­
insurgencia de nuevos grupos, inspi­ tura de la tregua armada por parte de
rados y apoyados por el régimen re­ uno de los movimientos guerrilleros,
volucionario de Cuba. dejó finalmente el proceso todo en un
Cuarta: La paz negociada paréntesis de duda, mientras las fuer­
El acceso a la presidencia de Beli- zas armadas deben enfrentar de nuevo
sario Betancur Cuartas dio lugar a un a la guerrilla amnistiada.

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Capítulo 13
341

La Iglesia católica y el Estado


colombiano (1886-1930)
Fernán González pasado por la experiencia del Concilio
Vaticano II, redescubriendo su dimen­
sión histórica y estableciendo un diá­

E l año de 1886, punto de partida


del período que pretendemos
analizar, marca el comienzo de
nueva etapa en las relaciones de la
logo con el mundo profano y pluralis­
ta. En el momento actual, la Iglesia y
el partido liberal han aprendido a con­
una
vivir relativizando sus posiciones. La
Iglesia con la sociedad y el Estado de concepción de la Iglesia como pueblo
Colombia. La reforma constitucional en marcha a través de la historia, pro­
de 1886 y el Concordato de 1887 pu­ pia del Vaticano II, contrasta con la
sieron fin a una serie de conflictos en­ imagen estática anterior, que preten­
tre la Iglesia y el Estado, que habían día sustraerse al movimiento de la his­
caracterizado la mayor parte del si­ toria y situarse en un mundo fijo e in­
glo XIX colombiano. Los conflictos se mutable, como un reflejo del mundo
produjeron en torno al papel que la feudal que se consideraba poco menos
Iglesia debía desempeñar en la nacien­ que definitivo. Esta imagen hacía im­
te y todavía débil nación colombiana. posible que la Iglesia pudiera siquiera
Los enfrentamientos entre ambas po­ entender la concepción burguesa pro­
testades condujeron al destierro de va­ pia del mundo liberal.
rios obispos, dos expulsiones de los je­ Por su parte, la doctrina liberal ha
suítas y al exilio de varios represen­ descubierto también las limitaciones
tantes diplomáticos de la Santa Sede. de su visión del mundo y ha matizado
Resulta difícil para el lector de hoy, su optimista creencia en el progreso
inserto en un mundo más profano y se­ indefinido, al descubrir los condicio­
cularizado, comprender las motivacio­ namientos sociales y económicos que
nes y el ambiente político y religioso dificultan la concreta realización de
que rodeaban dichos conflictos: tanto sus concepciones utópicas. Muchos li­
la Iglesia católica como los partidos berales fueron descubriendo los exce­
conservador y liberal han suavizado sos del exagerado individualismo que
sus contradicciones, modificando las su teoría postulaba y la necesidad de
imágenes y contraimágenes que tenían una intervención reguladora por parte
mutuamente. La Iglesia católica ha del Estado. También se terminó por
342 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Cubierta con el
escudo papal,
portada, primera
y última páginas
del Concordato de
31 de diciembre
de 1887, celebrado
entre León XIII
y Rafael Núñez
(Archivo de
la Cancillería).

aceptar la conveniencia de ciertos me­ al iniciarse los gobiernos del Frente


canismos o asociaciones intermedias Nacional.
entre el individuo y el Estado tales Nada de esto era concebible para la
como la Iglesia. Además, la mayoría mayoría de los hombres de la Iglesia y
de los liberales se hicieron conscientes del partido liberal en el pasado siglo.
del espíritu de tolerancia que impli­ La Iglesia aparecía muy opuesta al
caba su propia doctrina y se despoja­ progreso moderno, muy ligada a las
ron del barniz anticlerical tan frecuen­ tendencias restauracionistas y tradi-
te en el siglo XIX. Todo esto llevó al cionalistas que reaccionaban en Eu­
liberalismo colombiano a resolverse ropa contra las ideas de la Revolución
a dar por canceladas sus diferencias francesa, expresión de la concepción
con la Iglesia católica en el año 1957, burguesa del mundo y de la historia.
Capítulo 13 343

Ante los nuevos valores de la sociedad


burguesa, la Iglesia se va aferrando a
las concepciones sociales y políticas de
una Edad Media idealizada por la
mentalidad romántica y se va ence­
rrando en una actitud defensiva ante
todo lo nuevo. La Iglesia asume una
actitud cada vez más intransigente
frente a las libertades democráticas de
la burguesía en control de los nuevos
estados: el Syllabus había anatemati­
zado al que afirmase que la Iglesia y
el Papa debían reconciliarse con el
progreso y la nueva civilización; la li­
bertad de opinión es considerada
como «error pestilentísimo» y la liber­
tad de conciencia como «delirio». En
resumen, la Iglesia sigue aferrada a los
valores de una sociedad en desapari­
ción sin distinguir lo específico de su
mensaje religioso de la envoltura so-
ciocultural en que se había concreti-
zado en determinado período.
Además, las categorías de pensa­
miento con que la Iglesia trataba de
comprender la realidad no eran muy
adecuadas para apreciar el cambio y el
proceso en la historia, tan típicos del
mundo moderno: la concepción me­
tafísica basada en la idea de la sustan­
cia pensaba al mundo desde lo per­
manente y dejaba por fuera todos los licos fueron instrumentos de esta ro­ Antiguo palacio
cambios históricos que eran relegados manización de la Iglesia universal, a la arzobispal de Bogotá,
a la categoría aristotélica de «acciden­ situado en la calle 11
que correspondió una reorganización con carrera 4a, entre
te». La ética es concebida desde la de la curia romana. La vinculación al las casas del presidente
conformidad con un orden natural papado de Roma se considera así Domingo Caicedo y de
preestablecido, lo que no permite cap­ como garantía de la independencia de la Moneda. Al fondo,
tar siquiera la novedad de un cambio las iglesias nacionales frente a los in­ una de las torres
político revolucionario. de la catedral.
tentos de control de los nuevos esta­
Por otra parte, la situación inter­ dos sobre ellas: el llamado ultramon-
nacional de la Iglesia no era la más tanismo se produce en este contexto.
adecuada para que desarrollara una En Hispanoamérica y en Colombia,
actitud de simpatía frente a las ideas estos problemas se agravaron debido a
liberales: amenazados por la unidad la estrechísima relación que había
italiana, por el laicismo de los repu­ existido entre la Iglesia y el Estado es­
blicanos franceses y el anticlericalismo pañol, desde los reyes católicos. En
de los liberales españoles, los papas se muchos sentidos, los problemas de la
hacen cada vez más reacios ante el Iglesia frente a los estados republica­
mundo moderno. Paradójicamente, la nos del siglo XIX son el precio pagado
pérdida de poder político de los papas por el excesivo proteccionismo que la
se vio compensada por una tendencia Corona española le prodigó a la reli­
a la centralización romana de los asun­ gión católica, a la que usó como ele­
tos eclesiales del mundo entero. Tanto mento unificador en la Península y
los jesuítas como los nuncios apostó- como factor legitimador de la con-
344 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

político que se derivaba del enorme


peso social, moral y económico de la
Iglesia en las sociedades hispanoame­
ricanas: los nuevos estados carecían de
una legitimidad plenamente aceptada,
sus rentas fiscales eran exiguas, sus
deudas externas grandes y su aparato
administrativo bastante precario. En
cambio, la Iglesia disfrutaba de una
sólida situación financiera, de gran
aceptación social especialmente entre
las masas populares y de clero sufi­
ciente para garantizar su presencia en
los más apartados rincones del país.
Por otra parte, los nuevos gobernantes
buscaban una mayor apertura a las
ideas de la Ilustración y del mundo
moderno en general: no eran, pues,
partidarios de una protección de la
Iglesia que perpetuara el sólido mo­
nopolio ideológico y religioso que ella
solía poseer. Por parte de la institu­
ción eclesial, se quería recuperar su
autonomía pero sin sacrificar su situa­
ción privilegiada.
Este marco general permite enten­
José Manuel Mosquera quista americana. Además, la situa­ der el contexto general de los enfren­
y Arboleda, arzobispo ción de patronato real convertía a los tamientos entre Iglesia católica y par­
de Bogotá (1835-1853),
desterrado del país
reyes españoles en una especie de vi­ tido liberal colombiano, que llegaron
por el Congreso en carios papales: esto hizo que las igle­ a constituirse en frontera divisoria de
1852, como resultado sias hispanoamericanas se fueran de­ los dos partidos tradicionales. El pro­
de las reformas sarrollando en una situación de casi gresivo alineamiento entre la Iglesia y
liberales promovidas total aislamiento con respecto de la el partido conservador, que comienza
por el presidente José
Hilario López. El
Santa Sede y al resto del mundo ca­ con la toma de posición de la jerarquía
retrato fue pintado tólico. eclesiástica a favor del gobierno mi­
en París por Vienot Los inconvenientes de esta situación nisterial amenazado por la guerra de
y se conserva en la se hicieron obvios al presentarse la los Supremos y que se profundiza en
catedral de Bogotá. ruptura de la Independencia: los nue­ torno a la reforma educativa conser­
vos gobernantes, formados en las ten­ vadora de Mariano Ospina Rodríguez
dencias regalistas (predominio de la y a la venida de los jesuítas al país.
Corona sobre la Iglesia, creencia com­ Tanto en el programa de Ezequiel Ro­
partida por buena parte del clero his­ jas como en el de José Eusebio Caro
panoamericano), se sentían herederos y Ospina Rodríguez aparece ya for­
de la privilegiada situación del patro­ malmente la posición frente a la Igle­
nato, considerando que no podían ser sia como frontera divisoria entre el
de categoría inferior a la de los reyes partido liberal y el conservador. Las
españoles. Por su parte, Roma quiso diferencias se acentúan con las refor­
aprovechar la ocasión para recuperar mas liberales de medio siglo (elección
la autonomía de las iglesias y corregir popular de curas párrocos, expulsión
así la anómala situación a que había de jesuítas, redención de censos ecle­
conducido el patronato. Además, den­ siásticos, abolición de diezmos, destie­
tro de la lógica de los nuevos gober­ rro del arzobispo Mosquera) y se llega
nantes republicanos, era bastante cla­ a decretar la separación entre la Igle­
ra la necesidad de controlar el poder sia y el Estado. Durante el segundo
Capítulo 13 345

gobierno del general Mosquera, se


producen nuevos enfrentamientos: se
expulsa de nuevo a los jesuítas, se des­
tierra al nuncio papal, se desamortizan
los bienes de manos muertas, varios
obispos son exiliados y se introduce un
férreo control o vigilancia sobre la
Iglesia (tuición). Algunos liberales ra­
dicales como Salvador Camacho Rol­
dan y Bernardo Herrera trataron de
mediar entre Mosquera y el clero. En
cambio varios conservadores se opu­
sieron a todo intento de conciliación
entre la Iglesia y los gobiernos radi­
cales: los arzobispos Herrén y Arbe-
láez fueron víctimas de las ofensas de
los conservadores intransigentes, en­
tre los cuales se contaban no pocos
sacerdotes y algunos obispos de fuera
de Bogotá. Fueron particularmente
notorios los enfrentamientos de varios
obispos, bastantes sacerdotes y algu­
nos jefes conservadores con monseñor
Arbeláez, a propósito de su actitud
conciliadora frente a la reforma edu­
cativa del Olimpo Radical. Ésta fue la
ocasión de la guerra civil de 1876, en
la cual apareció muy claramente la in­
tención del partido conservador de
aprovechar el conflicto de los gobier­
nos radicales con algunos obispos para
conseguir apoyo popular para recu­
perar el poder. La ambigüedad de esta
situación hizo muy tirantes las relacio­
nes del gobierno con la Iglesia, a pesar
de que los gobiernos del radicalismo
habían tendido más bien a posiciones mitiría el regreso de los obispos y se General Tomás
tolerantes con respecto a ella. Algu­ lograría un acuerdo sobre la parte del Cipriano de Mosquera:
nos presidentes radicales como Santia­ Colegio San Bartolomé que había ser­ durante su segundo
go Pérez eran fervorosos católicos en vido de local para el seminario. mandato (1861-1863)
su vida privada. se expulsa a los
En 1878 se nombró a José María jesuítas, se destierra
Quijano Wallis encargado de negocios al delegado apostólico.
Antecedentes en Italia, con instrucciones reservadas Miecislao Ledochowski,
de ponerse en contacto con la Santa se desamortizan los
del Concordato de 1887________ Sede para obtener un modus vivendi. bienes de manos
muertas, se exilia
Con la llegada al poder del grupo in­ Este arreglo debía aparecer como pri­ a varios obispos
dependiente, liderado por Rafael Nú- vado y concedido espontáneamente y se decreta la
ñez, los asuntos entre Iglesia y Estado por la Santa Sede, ya que la Consti­ tuición de cultos
tución vigente no permitía celebrar o visto bueno del
asumieron otro cariz: el general Julián gobierno para poder
Trujillo, en su mensaje al Congreso de concordatos con el Pontificado. Al­ ejercer el ministerio
1878, solicitó la derogación o modifi­ gunos obispos como el de Medellín, religioso.
cación de las leyes sobre inspección de José Ignacio Montoya, que se encon­
cultos y el indulto de los obispos ex­ traba en Europa, colaboraron con
patriados. Pero sólo en 1880 se per- Quijano, pero otros como monseñor
346 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

los bautismos, matrimonios y defun­


ciones; el gobierno presentaría terna
para que la Santa Sede escogiera obis­
PIE. TR1DITVM COR. HEIC. ÍSSERUHR pos. Por su parte, el gobierno se com­
RMI1RTONIL HERRÍN PRÍESVLIS prometía a derogar las leyes desfavo­
rables a la Iglesia, permitir la libre en­
QVI. EXILIVM PASSÍS CHÍRITXTIS. EXEMPLIR señanza religiosa y garantizar el libre
ejercicio del ministerio eclesiástico.
ANNISXIIIADISQVEMDCCCLXVIII Según el mismo Quijano Wallis, el
arreglo fracasó porque Núñez le insi­
SIGNE. SEDEM HONESTIVIT nuó que tal vez su situación doméstica
le impedía ir más lejos: aunque Núñez
decía que comprendía las respectivas
dificultades, se complacería mucho si
la Santa Sede daba discretamente for­
Placa conmemorativa Pedro Antonio Parra (Pamplona) ma exterior a su estado conyugal. Qui-
del lugar donde yace mostraban desconfianza ante las redes jano Wallis consideró indecoroso
el corazón del de la secta liberal ocultas en la pre­ mencionar siquiera el asunto a los fun­
arzobispo Antonio
Herrán, muerto en sunta voluntad de acuerdo. En sus cionarios pontificios. Por otra parte,
febrero de 1868, Memorias, Quijano Wallis reconoce el Quijano no tenía carácter de agente
poco después de gran tacto político y el espíritu flexible confidencial ante la Santa Sede, pues
regresar del exilio del papa León XIII. Su propuesta, en sólo era diplomático ante el gobierno
al que le condenó nombre del gobierno, pedía que la
Tomás C. de Mosquera.
de Italia. Quijano Wallis se entrevistó
(Catedral de Bogotá). Santa Sede reconociera la desamorti­ con el general Sergio Camargo, em­
zación y ofrecía restablecer relaciones bajador colombiano ante Francia e In­
de manera confidencial; también pe­ glaterra, quien quedó convencido de
día que los eclesiásticos no se opusie­ la utilidad del arreglo. Camargo ob­
ran a la educación pública, que los cu­ tuvo el nombramiento de agente con­
ras dieran aviso a la autoridad civil de fidencial ante la Santa Sede, siendo ya
presidente Rafael Núñez, y firmó un
modus vivendi con el cardenal Loren­
Vicente Arbeláez,
vicario apostólico
zo Nina, secretario del Estado. La
de Santa Marta y, convención Nina-Camargo era un
en 1863, arzobispo arreglo preliminar para restablecer re­
coadjutor con derecho laciones y prevenir futuros conflictos.
a sucesión de monseñor El gobierno colombiano derogaba la
Antonio Herrón,
arzobispo de Bogotá.
ley de inspección de cultos, indemni­
Arbeláez propició un zaba por los perjuicios, restablecía la
acercamiento de renta nominal que había acompañado
Mosquera y la Iglesia, a la desamortización, levantaba el des­
lo que despertó la tierro a los obispos e indultaba a los
ira de los conservadores. sacerdotes condenados. Por su parte,
la Santa Sede permitía la posesión pa­
cífica de los compradores de bienes
desamortizados y levantaba todas las
censuras a los implicados en la desa­
mortización.
La convención debía lógicamente
ser ratificada por ambas partes, pero
el Congreso de 1881 negó la ratifica­
ción por motivos políticos: no se que­
ría dar a un radical como Sergio Ca-
margo ese triunfo político con los con­
servadores y el clero. Lo mismo ocu-
Capítulo 13
347

rrió con la ley de derogación de la tui­ arreglo de su situación matrimonial. Vicente Arbeláez en su
ción de cultos, propuesta por el mismo Uno de sus biógrafos, Gustavo Otero lecho de muerte, 29 de
junio de 1884 (Album
Camargo en 1881. Además, los en­ Muñoz, sostiene que las alusiones de de Rafael Vrduneta).
frentamientos personales de Camargo Quijano Wallis se deben a motivos de
con Núñez agravaron el conflicto: las oposición política y resentimiento per­
alusiones personales de Camargo so­ sonal. Sin embargo, el problema del
bre las razones que Núñez tendría
para oponerse al convenio (arreglo de
Rafael Núñez, ya en su
su situación doméstica) condujeron a primera administración
un borrascoso enfrentamiento con Ri­ (1880-1882) quiso llegar
cardo Becerra, secretario de Instruc­ a un acuerdo con la
ción Pública y de Relaciones Exterio­ Santa Sede, pero hizo
res. En su mensaje al Congreso, el negar la aceptación
a la Convención
presidente Núñez afirmó que el go­ Nina-Camargo, pues
bierno había ido tan lejos como le era deseaba promover él
posible en el camino de la tolerancia y mismo su propio
del respeto a la religión, pero que con­ Concordato.
sideraba inconstitucional la exigencia
de la Santa Sede que pedía la sanción
de las leyes canónicas por parte de la
República. Por eso, el gobierno había
resuelto rechazar el convenio y enviar
un nuevo agente confidencial, Euge­
nio Baena, para lograr un acuerdo
que no menoscabara la soberanía
nacional.
Rafael Núñez siempre trató de des­
mentir la especie de que condicionaba
todo convenio con la Santa Sede al
348 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

José María Quijano concordataria). Sin embargo, los in­


Wallis, encargado por formes de monseñor Agnozzi a Roma
Rafael Núñez pora
negociar en el
resultaron de gran utilidad para la ne­
Vaticano con León XJtl gociación del Concordato.
los términos del La evolución del pensamiento polí­
Concordato, primer tico del presidente Rafael Núñez fue
intento que fracasó de mucha importancia para el cambio
porque el presidente
condicionó el acuerdo de posición del Estado colombiano
a la anulación de con respecto a la Iglesia. Su estilo
su primer matrimonio pragmático de hacer política y su per­
con Dolores Gallego. cepción de los problemas que acarrea­
ba la sociedad capitalista moderna, lo
fueron distanciando paulatinamente
de los elementos utópicos de la tradi­
ción política del liberalismo, cuyas de­
bilidades internas captaba finamente.
Enemigo de las concepciones lesefe-
ristas del Estado y del exagerado op­
timismo social basado en una armonía
preestablecida, Núñez se mostró par­
tidario del papel activo del Estado y
de la necesidad de ciertos organismos
intermedios entre el Estado y los in­
matrimonio de Núñez entrabó al pa­ dividuos. De ahí que, como muestra
recer las negociaciones acerca del Jaime Jaramillo Uribe en su obra clá­
Concordato, aunque de manera indi­ sica, El pensamiento colombiano en el
recta: monseñor Juan Bautista Agnoz- siglo XIX, Nuñez se acercaba enton­
zi, primer legado pontificio después de ces a una concepción corporativa u or-
la reanudación de relaciones bajo la ganicista de la sociedad que otorgaba
presidencia de Zaldúa, en 1882, no personería a entidades como la familia
tuvo muy buenas relaciones con Nú- y la Iglesia.
ñez. Aparentemente, Agnozzi no se Núñez también captó claramente
dio cuenta de la trascendencia del los agudos problemas sociales de la
avance del movimiento político de Nú- Europa de entonces y la imposibilidad
ñez y de su significación en la vida po­ de resolverlos con las fórmulas del li­
lítica colombiana. A pesar de esto, beralismo ortodoxo. En este punto de
Núñez le pidió a Jorge Holguín que su análisis, se va acercando al pensa­
tratara de lograr que Agnozzi se in­ miento social católico de las encíclicas
teresara en conseguir la anulación de de León XIII, cuyas concepciones
su primer matrimonio. La negativa de eran muy admiradas por Núñez. Por
Agnozzi a tramitar el asunto aumentó otra parte, como sostiene Jaramillo
la mutua mala voluntad y probable­ Uribe, una de las ideas más arraigadas
mente retardó la negociación del Con­ en el pensamiento político de Núñez
cordato (según contó la propia Sole­ era su convicción de la importancia de
dad Román de Núñez, la Santa Sede las creencias religiosas como elemento
aceptó la solicitud de nulidad pero pi­ cohesivo en la vida de los pueblos, es­
dió que se llenaran ciertos requisitos: pecialmente en los de raigambre his­
entre ellos, una acusación formal con­ pánica. Núñez admiraba profunda­
tra Dolores Gallego, primera esposa mente la institución del papado y la
de Núñez, a la que se opusieron tanto experiencia política multisecular de la
el propio Núñez como ella misma. Los Iglesia católica: por eso, le era fácil
trámites habían sido hechos por el mi­ concluir que era imposible realizar
nistro de Colombia Baena, pero sin ninguna tarea social y política del Es­
presentarse ligados a la negociación tado en contra de los sentimientos ca-
Capítulo 13 349

tólicos de la mayoría de la población


y sin la colaboración de la Iglesia.
Estas ideas se veían reforzadas por
las críticas de Núñez a las realizacio­
nes del Estado liberal en Hispanoa­
mérica y Colombia: según él, un Es­
tado débil como el preconizado por el
liberalismo ortodoxo no hacía sino in­
tensificar la anarquía en estos países
que poseían tantos gérmenes de dis­
gregación (caudillismo, individualis­
mo, localismo). El federalismo, la li­
bre concurrencia y la separación hostil
entre Iglesia y Estado produjeron
inestabilidad y anarquía políticas. De
ahí que las reformas que proponía in­
sistieran en el centralismo político, el
proteccionismo y la paz religiosa.
Paradójicamente, estas tendencias
de Núñez coincidían bastante con las
del político y pensador conservador H.S.E.
IOANNES.BAH1STA DOMINtCl.F.ACNOZ2I
Miguel Antonio Caro, aunque el pun­ FlRMANVS
to de partida de éste era totalmente ANTS5TES D0MV5 PONTIfKIAE ÍVRIS VTRNSQVE CONSVLTYS.IK.COUEGIVM
distinto. Caro concebía a la sociedad CANONirORV’1 VATIC.AN COOPTATVS GM SACRO CONSIUO NOMIMI CHR1STIANO
PTOfcCANW PER.PLVRES.ANHOS STRE.N’WM SE PRAEBVIT A0MJNI5TRVM AB.ACT15
como un todo orgánico, superior y di­ MOX LEONIS XJñ rONT MAX PER COEVMBUM UEGATVS.IN.AMPUSSIMI MVNEJtK
ferente a la suma de las partes indivi­ PERFVNC1IONE MORVM GRAVJTATE .RERYM HOMÍNVMQJrt PRVDENTU STVDIO
RELIGION 15 PROVEHENDAE.ÍN EXEMPLVM EN1TVU IDEM FERVICAX.RECn.5ED
duales: para él, el Estado tenía una CANOIDVS PECTORt ADLOQVIO FACIUS OMNIVM. ANIMOS Sai.CONClUAVIT
función moral, que era la perfección LEGATIONE 08ITA NE PAIRIAM REVISERET GRAM.PtVnWWE NOWO FROHIBíTW
SANCTE.DECE351T.PR1D NON FEB.A MDffíÜOflMn ANUOS. N Dffl BERNARDVS
del hombre. Por eso, insistía en darle HERRERA.RE5TREPO.ARCHIEP BOGOT VUW.INTEGERRIMO.RAMSSilUVEJWB AMICO
una base religiosa, pero sin hacerlo P B M
confesional. Su ideal de constitución
buscaba un equilibrio entre un Estado
liberal basado en el consentimiento de
la mayoría numérica y un Estado ba­
sado en los cuerpos orgánicos de la so­
ciedad. En esto se nota el influjo in­
directo de la escolástica a través de nombró a su hermano, Felipe Fermín Monseñor Juan Bautista
Jaime Balmes y la influencia directa Paúl. De hecho, Otero Muñoz sostie­ Agnozzi, delegado
del tradicionalismo francés de José de ne que la Constitución de 1886 se de­ apostólico con carácter
Maistre y Luis de Bonald. confidencial del papa
bió a la labor preparatoria de Caro y León XIII en Colombia
Las ideas de Caro y Núñez se vieron monseñor Paúl, que pasaban largas (1882). cuyos informes
plasmadas en la Constitución de 1886: horas de la noche discutiendo y redac­ fueron favorables y
Núñez quería que el arzobispo de Bo­ tando la mayoría de los artículos del de mucha utilidad
acuerdo previo al texto constitucional. para la firma del
gotá, José Telésforo Paúl, asistiera al Concordato de 1887.
Consejo de delegatarios en represen­ La base sexta de ese acuerdo decía El prelado murió en
tación de Panamá, donde había sido que la nación reconocía que la religión Bogotá en 1888
anteriormente obispo. Paúl se negó católica era la de la casi totalidad de (monumento sepulcral en
aduciendo que debería renunciar a su los colombianos, de lo cual se seguían la catedral bogotana).
investidura arzobispal para quedar al los efectos de la personería jurídica de
mismo nivel de discusión que los de­ la Iglesia, de la consonancia de la edu­
más delegatarios. Sin ser delegatario, cación pública con el sentimiento re­
podrían venir a consultarlo Caro, An­ ligioso y la posibilidad de establecer
tonio B. Cuervo, José María Samper, ulteriores convenios con la Sede
José Domingo Ospina. En su lugar, se Apostólica. En el discurso de Núñez a
350 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Monseñor José que la educación pública será organi­


Telésforo Paúl, S. J., zada y dirigida en concordancia con la
antiguo obispo de
Panamá (1876). y
religión católica (artículo 41). El pun­
arzobispo primado to referente a la educación pone fin a
en ¡884. Núñez le uno de los enfrentamientos más fuer­
invitó a participar tes entre Iglesia y Estado.
en el Consejo de El título IV de la Constitución está
delegatarios para
expedir la nueva
consagrado a las relaciones entre la
Constitución, cargo Iglesia y el Estado: empieza por re­
que declinó, pero conocerle a la Iglesia católica la libre
fue nombrado su hermano administración de sus asuntos interio­
Felipe Fermín Paúl, res y su libertad para ejercer autoridad
representante por
Panamá. De hecho, el espiritual y jurisdicción eclesiástica sin
arzobispo discutió necesidad de la autorización del poder
largamente con Caro civil, lo mismo que personería jurídica
el texto de la (artículo 53). Declara luego la incom­
nueva Carta.
patibilidad del ministerio sacerdotal
con el ejercicio de cargos públicos, ex­
cepto en el campo de la educación o
beneficencia pública (artículo 54) y
exime de impuestos a los templos ca­
tólicos, seminarios conciliares y casas
episcopales y curales (artículo 55). Por
último, se reconoce que el gobierno
podrá celebrar convenios con la Santa
Sede para arreglar las cuestiones pen­
los delegatarios (11 de noviembre de dientes y definir las relaciones entre
1885), hace especial énfasis en que de­ ambas potestades (artículo 56).
ben llamarse los sentimientos religio­
sos en auxilio de la cultura social y en El Concordato de 1887
que el sistema educativo debía basarse
en la civilización cristiana, «por ser En realidad, el Concordato es una
ella el alma mater de la civilización del consecuencia lógica de lo estatuido
mundo». por la Constitución. Joaquín Fernan­
Por esto, no es de extrañar que la do Vélez había sido nombrado repre­
Constitución de 1886 se expida en sentante del gobierno de José Eusebio
nombre de Dios como «fuente supre­ Otálora ante la Santa Sede, pero sin ins­
ma de toda autoridad» y declare que trucciones. Regresa al país para par­
la religión católica, apostólica y ro­ ticipar en la defensa del gobierno de
mana es la de la nación, por lo cual los Núñez en la guerra civil (1885) y es
poderes públicos se obligan a prote­ nuevamente nombrado como enviado
gerla y hacerla respetar como «ele­ extraordinario y ministro plenipoten­
mento esencial del orden social» (ar­ ciario ante la Santa Sede, con instruc­
tículo 38). Sin embargo, se aclara lue­ ciones de puño y letra de Núñez. Se­
go que la Iglesia católica no es ni será gún éstas, el convenio debe reflejar
oficial y conservará su independencia. fielmente el espíritu de la Constitu­
Los artículos siguientes consagrarán ción; el reconocimiento de la deuda
que nadie será molestado por sus opi­ debe enmarcarse teniendo en cuenta
niones religiosas ni compelido a pro­ la penuria fiscal del gobierno, que sólo
fesar creencias contrarias a su concien­ puede cumplir compromisos muy mó­
cia (artículo 39) y la libertad del ejer­ dicos; en compensación, ofrece auxi­
cicio de todos los cultos que no sean lios presupuestales para misiones, se­
contrarios a la moral cristiana ni a las minarios y diócesis pobres. Conviene
leyes (artículo 10). Otro dictamina estipular el pago directo de réditos de
Capítulo 13 351

patronatos y capellanías a los que ten­


gan derecho a ellos y pide la condo­
nación absoluta de los réditos no pa­
gados, pues sería imposible hacerlo.
Reconoce efectos civiles a matrimo­
nios canónicos reservándose la sobe­
ranía del gobierno en lo demás. Los
obispos señalarían los textos de reli­
gión para los colegios nacionales y el
gobierno intervendría para que los
otros textos no estuvieran en desa­
cuerdo con la doctrina católica.
Esta minuta es luego confirmada
por un documento oficial de la Can­
cillería que insiste casi en los mismos
puntos reforzándose la necesidad de
salvar la soberanía nacional en el con­
venio. Además, pide la mayor inter­
vención posible del gobierno en el
nombramiento de los obispos y ofrece
cien mil pesos anuales como compen­
sación a la desamortización. Éste fue
un punto que dificultó el pacto, por­
que los negociadores de la Santa Sede
exigían virtualmente el valor de las
propiedades desamortizadas, y que el
valor de los censos redimidos se con­
virtiera en deuda consolidada a un in­
terés líquido anual del 6 % (las ins­
trucciones del gobierno sólo autoriza­
ban el 3 %).
Núñez se mostró muy preocupado
por la intransigencia de la Santa Sede,
quejándose de la «poca caridad» con
que nos trataba el cardenal Rampolla bierno espera una respuesta paternal Miguel Antonio Caro,
del Tíndaro, negociador de la Santa del Papa, pues está persuadido de que redactor y gran
la cooperación moral de la Iglesia es promotor con Rafael
Sede: en la ruinosa situación del fisco, Núñez de la nueva
esta carga sería un golpe de gracia. «uno de los más poderosos auxilios Constitución, e
Resolvió entonces escribir directa­ para su propio afianzamiento y para la inspirador, también,
mente a León XIII insistiendo en que prosecución de los fines de su política de su orientación
el gobierno por él presidido considera regeneradora». claramente
religiosa.
uno de sus deberes sagrados regulari­ En carta a Joaquín F. Vélez del 27
zar las relaciones con la Santa Sede de agosto de 1887 insiste Núñez en la
para eliminar los males producidos necesidad de la condonación de los ré­
por la separación y la desamortiza­ ditos atrasados porque el gobierno no
ción. Reconoce Núñez que las indem­ tenía cómo pagar. Insiste en que la
nizaciones a la Iglesia deberían ser Santa Sede debe ser generosa en lo
mayores si las rentas del Estado fue­ concerniente al dinero «para ganar
ran suficientes para hacerlas efectivas. prestigio y hacer sólidas las inmensas
Pero suma mayor sería puramente no­ concesiones de carácter fundamen­
minal: no produciría ningún bien real tal». Le notifica que acaba de prorro­
a la Iglesia y redundaría en perjuicio gar por veinte años más el contrato
del gobierno, e indirectamente en de­ con los jesuítas para la dirección de
trimento de la misma Iglesia. El go- San Bartolomé. Es interesante la frase
352 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

siguiente del presidente, porque pue­ un banquete en el palacio presiden­


de darnos una idea del espíritu que lo cial. En esta actitud del máximo je­
animaba: «Cuando venga el Congreso rarca de la Iglesia colombiana influyó
y se liberte la imprenta, puede haber la actitud del papa León XIII al con­
principio de reacción y la prudencia ceder al presidente la Orden Piana,
aconseja prepararnos. El partido con­ como prueba de estimación y de agra­
servador joven no tiene la fe de la vie­ decimiento por los servicios prestados
ja agrupación y el centro de gravedad a la Iglesia.
carece de solidez suficiente.» Después de todos estos incidentes,
Otro problema era el relativo al ma­ el 31 de diciembre de 1887 se firmó fi­
trimonio católico con efectos civiles nalmente el Concordato: el artículo 1
que la Santa Sede quería que tuviera empieza por reconocer que la religión
carácter retrospectivo para que todos católica es la de Colombia, por lo cual
los matrimonios anteriormente anula­ los poderes públicos la reconocen
dos por las leyes civiles recobraran to­ como elemento esencial del orden so­
dos sus efectos. Esto hacía inválido el cial y se obligan a protegerla y hacerla
divorcio de Núñez con Dolores Galle­ respetar. Luego reconoce la libertad
go e insubsistente su matrimonio civil de la Iglesia frente a la potestad civil,
con Soledad Román. Núñez quiso que por lo cual ella puede ejercer libre­
la Iglesia diera una prueba social de mente su autoridad espiritual y ejercer
respeto con respecto a su segunda mu­ jurisdicción eclesiástica (artículo 2).
Joaquín Fernando
Vélez, retrato a jer, dada la imposibilidad de disolver La legislación canónica será indepen­
lápiz por Alberto su primer matrimonio. El nuncio mon­ diente de la civil, pero será respetada
Urdaneta, 1881. señor Juan Bautista Agnozzi se negó por las autoridades (artículo 3). Se re­
Enviado extraordinario categóricamente a esta petición, pero conoce la personería jurídica (artículo
y ministro plenipotenciarieol arzobispo Paúl no tuvo inconve- 4) y la libre posesión de bienes mue­
nntp la
ante In Santa \c>nc>
\/rntn Sede, . 1 1 1 •1 i bles e inmuebles (artículo 5). Se exime
negoció y firmó niente en complacer al presidente, al
el Concordato. conducir del brazo a doña Soledad en de impuestos a los templos, los semi­
Capítulo 13 353

narios conciliares y las casas curales y troversia en casi todo el siglo XIX),
episcopales (artículo 6). pero señala una solución política del
Particularmente importante es el ar­ problema: el Padre Santo, «como
tículo 12, que dice que la educación e prueba de particular deferencia y con
instrucción pública en las universida­ el fin de conservar la armonía entre la
des, colegios, escuelas y demás cen­ Iglesia y el Estado», conviene en so­
tros de enseñanza se organizará y di­ meter los nombres de los candidatos
rigirá en conformidad con los dogmas a la consideración del presidente
y la moral de la religión católica: en para saber si tiene motivos de carác­
esos centros será obligatoria la ense­ ter civil o político para considerar­
ñanza religiosa y se observarán sus los no gratos.
prácticas piadosas. Consecuentemen­ Particularmente conflictivos serían
te, el artículo 13 otorga a los obispos los artículos 17, 18 y 19: el matrimonio
diocesanos el derecho de inspección que deberán celebrar los que profesan
de los textos de religión y moral: po­ la fe católica producirá efectos civiles
drán elegir los textos de esas materias. sólo cuando se celebre de acuerdo con
En el resto de las asignaturas, el go­ el Concilio de Trento. Además, las
bierno se compromete a impedir que causas matrimoniales que afecten el
se propaguen ideas contrarias al dog­ vínculo matrimonial, la cohabitación
ma católico y al respeto y veneración de los cónyuges y la validez de las es­
debidos a la Iglesia. El artículo 14 con­ ponsales serán de la exclusiva com­
cede a los obispos la potestad de re­ petencia de las autoridades eclesiásti­
tirar a los maestros la facultad de en­ cas, aunque los efectos civiles del ma­
señar tales materias, si no lo hacen en trimonio se regirían por el poder civil.
conformidad con la doctrina ortodoxa. Los artículos 22 a 29 se refieren a las
El artículo 15 hace constar que sólo cuestiones económicas: el gobierno re­
la Santa Sede tiene derecho a nombrar conoce a perpetuidad como deuda
arzobispos u obispos (punto de con­ consolidada el valor de los censos ecle­

El Concordato firmado
en Roma el 31 de
diciembre de 1887
por el cardenal
Mariano Rampollo del
Tíndaro y por Joaquín
F. Vélez.
354 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

siásticos y bienes desamortizados tes en el resto del mundo. Los proble­


eclesiásticos redimidos a cuatro y me­ mas que afrontaría en el siglo xx
dio por ciento; las rentas de patrona­ mostrarían los inconvenientes de
tos, capellanías y cofradías se pagarán dicha posición.
a quienes tuvieran derecho a ellas. En El Concordato de 1887 tuvo como
el artículo 24, la Santa Sede, «en vista lógica consecuencia algunas conven­
del estado en que se halla el tesoro na­ ciones adicionales sobre fuero ecle­
cional de Colombia y de la utilidad que siástico (causas civiles y criminales de
deriva la Iglesia de la observancia de clérigos serían diferidas a los tribuna­
este Convenio» condona el valor no re­ les civiles, excepto el caso de los obis­
conocido hasta ahora de los bienes de­ pos, que quedan reservados a la Santa
samortizados y de lo que se debe a en­ Sede), cementerio y registro civil, lo
tidades eclesiásticas por motivo de la mismo que respecto a los mercados en
desamortización, hasta el 31 de di­ domingo. En este acuerdo, el gobier­
ciembre de 1887. En compensación no se comprometía a intervenir para
por esta gracia, el gobierno asigna una que los mercados cesaran durante la
renta perpetua de 100.000 pesos co­ misa y fueran realizados en un lugar
lombianos, que irá aumentando equi­ no inmediato al templo.
tativamente cuando mejore la situa­
ción fiscal. Esta renta se destinará al La Iglesia bajo los regímenes
auxilio de diócesis, cabildos, semina­ conservadores
rios, misiones y otras obras eclesiásti­
cas. Otra consecuencia del Concordato de
En resumen, la Iglesia hace conce­ 1887 fue el acentuamiento de la ten­
siones sobre sus derechos económicos dencia de la Iglesia a alinearse más de­
a cambio del monopolio en el aparato cididamente con el partido conserva­
educativo; esto significó un regreso a dor, que a su vez condujo a algunos
la posición de la Iglesia durante la co­ conservadores a considerarse defen­
lonia, al menos en lo que respecta al sores y casi dueños de la institución
problema educativo. Con una ventaja eclesial, a la que usaban como meca­
adicional: la Iglesia es ahora mucho nismo electoral y de movilización par­
más independiente frente al Estado. tidista. Es muy claro el caso de Miguel
Sin embargo, este control del aparato Antonio Caro, quien trató de utilizar
educativo le trajo desventajas a largo la influencia del clero para bloquear la
plazo: la Iglesia no tuvo necesidad de candidatura de Rafael Reyes e impo­
crear un aparato propio para la evan- ner las de Manuel Antonio Sancle-
gelización e instrucción religiosa, sino mente y José Manuel Marroquín. El
que descansó sobre el control del apa­ clero antioqueño, muy adicto a Caro,
rato educativo oficial. Tampoco se vio recibió un telegrama del presidente di­
obligada a una labor intelectual de de­ ciendo que su actitud política había
fensa y de reflexión sobre la fe, puesto sido muy satisfactoria para el gobier­
que apenas tenía alguna competencia no. En cambio, el cura párroco de
y controversia de parte de algunos Cali, Severo González, bastante acti­
educadores privados de raigambre li­ vo en la política conservadora de en­
beral y positivista. Todo esto hizo que tonces, era reyista. Caro le dirigió un
la Iglesia colombiana se encontrara telegrama insinuándole que la candi­
muy poco preparada para confrontar­ datura de Reyes era peligrosa y expre­
se con el mundo pluralista y secular sándole su confianza de que «sabría»
que la circundaba. Su control de las cumplir sus deberes de párroco. El pa­
instituciones, en particular de la ins­ dre González dio a la publicidad tanto
titución educativa, le hizo posible per­ el telegrama de Caro como su res­
manecer encerrada en una campana puesta de rechazo.
de vidrio que la aislaba de las corrien­ Por su parte, el arzobispo de Bo­
tes ideológicas y culturales imperan­ gotá, Bernardo Herrera Restrepo, ha­
Capítulo 13 355

cía esfuerzos por mantener la neutra­


lidad del clero en la disputa. Esto no
satisfizo a Caro, quien trató de lograr
que el Papa en persona obligara al ar­
zobispo a tomar partido en favor del
gobierno. Para eso, habló con el en­
cargado de negocios de la Santa Sede,
Enrique Sibilia. Algo se conoció de di­
chas conversaciones y los periódicos
alcanzaron a publicar que la Santa
Sede se pronunciaba a favor de los
candidatos oficialistas. Pero el arzo­
bispo Herrera había hecho explicar la
situación a monseñor Santiago della
Chiesa, futuro papa con el nombre de
Benedicto XV, que transmitió la in­
formación al cardenal secretario de
Estado, Rampolla del Tíndaro. Ram-
polla ordenó a Sibilia, en nombre del
Papa, abstenerse de intervenir en la
controversia electoral.
La posición del gobierno de Caro se
hizo evidente en los sucesos de Tunja:
el clero boyacense era casi todo par­
tidario de Reyes, que era oriundo de
esa región. Por esto, se organizó una
asonada contra el palacio episcopal de
Tunja, probablemente con la compli­
cidad del gobernador de Boyacá y del
jefe de la policía (todos estaban mis­
teriosamente ausentes durante los dis­ Bernardo Herrera
más extremista de la identificación de Restrepo, obispo de
turbios). Ante la condena del arzobis­ la jerarquía católica con el partido Medellín (1885) y luego
po Herrera de la conducta de las au­ conservador. El antiliberalismo de arzobispo primado
toridades locales, el gobernador José Moreno es furibundo: sus pastorales (1891-1928). Intentó
Santos respondió que los problemas se durante la guerra de los Mil Días ca­ mantener la neutralidad
lifican nuestras guerras civiles como del clero en la disputa
habían debido a la exacerbación de la entre Caro y Reyes
lucha política, producida en gran parte «guerras de religión». La rebelión li­ (óleo de Marco Salas,
por la exagerada intromisión del clero beral contra el gobierno conservador Celam, Bogotá).
en la contienda electoral, actitud «bas­
tante incompatible con el carácter sa­
grado del sacerdocio». Herrera res­
pondió reiterando sus acusaciones
contra el gobierno como cómplice de
los disturbios: sobre la acusación de
injerencia clerical en las elecciones,
contestó que la actitud del clero de
Boyacá hubiera sido apreciada de otra
manera si hubiera sido más favorable
a los deseos del gobernador.
Pero no todos los obispos lograban
mantenerse al margen de las luchas
políticas: el caso del obispo de Pasto,
Ezequiel Moreno, beatificado por el
papa Pablo VI, ejemplifica la línea
356 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Monumento sepulcral no es sino un episodio de la guerra que plicidad con el infierno». Refiriéndose
de monseñor Herrera la revolución hace a la Iglesia (pasto­ a un documento pontificio del 12 de
Restrepo, fallecido ral de 20 de enero de 1900). En su pas­ julio, que prohibía a los clérigos inter­
el 2 de enero de 1928.
Es obra del escultor toral de cuaresma de 1898, Moreno venir en guerras intestinas, no ve in­
Gustavo Arcila Uribe quiso demostrar que los pueblos e in­ conveniente en contradecirlo: los clé­
en la catedral dividuos, «contagiados por la peste del rigos pueden exhortar a los católicos a
de Bogotá. liberalismo, son castigados por Dios tomar las armas en una guerra justa
con el más completo abandono en el como la actual, ya que la hacen los re­
orden religioso, moral y político». Por volucionarios y masones para destro­
eso, los pueblos cristianos, que saben nar a Cristo. Pueden los sacerdotes in­
de lo que se trata, se presentan a pedir cluso tomar las armas para defender
las armas, «y dispuestos a derramar su su propia vida o la de un soldado ino­
sangre en defensa de la religión». Ge­ cente o, «si fuere necesario para re­
neralmente, dichas pastorales termi­ portar un triunfo del que pendiera la
naban con una exhortación para pe­ conservación de la Religión en los
lear las batallas del Señor, para lo cual pueblos».
repetía el grupo de las cruzadas: «¡A El final de la pastoral de Moreno en
pelear por nuestra Religión! Dios lo 1901 fue utilizado por un general con­
quiere» (pastoral del 25 de julio de servador para arengar a sus soldados
1900). antes de entrar en batalla. Pero el apo­
Moreno llegó a defender explícita­ yo a las tropas conservadoras no fue
mente la necesidad de que los sacer­ sólo meramente verbal: el biógrafo de
dotes intervinieran directamente en Moreno, padre Toribio Minguella,
política cuando se atacaba a la reli­ cuenta que adelantó 11.000 pesos a las
gión: lo contrario sería una cobardía y tropas, que luego no logró que le fue­
una falta. Pedía no dejarse seducir por ran reintegrados. En éste transcribe
«un exagerado amor a la paz»: a veces un telegrama de los generales Lucio
se llama paz a lo que no es sino «com­ Velasco y Gustavo Guerrero para
Capítulo 13 357

agradecerle «la bondadosa beneficen­ Giacomo Della la Chiesa,


cia de Vuestra Señoría Ilustrísima». papa Benedicto XV,
Según Minguella, el éxito del gobierno siendo sustituto de
la Secretaria de Estado
conservador en la campaña del sur se de la Santa Sede,
debió más a las intervenciones del informó al cardenal
obispo Moreno que a la bravura y pe­ Rampollo sobre las
ricia de los generales. presiones de Miguel
El antiliberalismo visceral de Mo­ Antonio Caro para
forzar al clero al
reno llegaba a límites insospechados: bloqueo de la
en su pastoral del 10 de febrero de candidatura
1900 sostiene que la guerra civil es un de Rafael Reyes.
castigo de Dios para que nos arrepin­ Rampollo ordenó
tamos de los pecados cometidos pero entonces al delegado
apostólico Enrique
Dios saca de esa guerra «grandísimos Sibilia abstenerse
bienes»: «¿Quién no ve de modo pal­ de participar en la
pable, cómo se ha avivado súbitamen­ contienda electoral.
te la sana y recta aversión que se debe
tener a las ideas liberales?» En su tes­
tamento, Moreno ordenó poner un
cartel grande en el salón donde se ve­
lara su cadáver que dijera «El libera­
lismo es pecado», para seguir ense­
ñando esto: «aun después de muerto».
Dice que baja a la tumba con la gran
pena de ver cómo se descatoliza Pasto
y cómo se han liberalizado muchos de
«los que se llaman católicos». La con­ visoria entre ellos. Según Martínez Sil­
cordia practicada entre liberales y ca­ va, la apelación a la bandera religiosa
tólicos ha sido «una espantosa cala­ abrió un abismo entre los partidos: el
midad para la fe de los pueblos». No liberalismo asumió la persecución a la
es posible que las ovejas anden con los Iglesia como «insignia de gobierno» y
lobos sin recibir daño: de ahí los in­ el conservatismo se olvidó de sus ban­
decibles avances del liberalismo, que deras políticas para asirse a la bandera
proclaman «el más completo fracaso religiosa con doble entusiasmo, el de
de la pretendida concordia entre los la defensa de las causas perseguidas y
que aman el altar y los que abominan el de las creencias religiosas. Al vol­
del altar, entre católicos y liberales». verse partidos religionarios y no polí­
Obviamente, hay que reconocer ticos, se exacerbó la lucha, ya que no
que no todos los obispos y clérigos existe posibilidad de compromisos ni
participaban de tales intransigencias. negociaciones entre partidos separa­
Tampoco todos los sectores conser­ dos por la idea religiosa: cualquier
vadores buscaban instrumentalizar a concesión se interpreta como aposta-
su favor los conflictos de la Iglesia con sía y las treguas se miran como cobar­
el liberalismo. El conservatismo his­ des deserciones. Para Martínez Silva,
tórico, grupo disidente frente al con- es importante desenmascarar esta ins-
servatismo en el gobierno de Caro, de­ trumentalización de la religión, por­
nunciaba la instrumentalización que se que el recuerdo de las persecuciones
hacía de los problemas religiosos. Car­ anticlericales impide que muchos con­
los Martínez Silva, uno de los jefes del servadores se opongan a la adminis­
conservatismo histórico, escribió un tración especuladora del conservatis-
artículo, «Puente sobre el abismo», en mo nacionalista. Sólo la secularización
que invitaba a la convivencia entre los de la vida política podía, en juicio de
partidos y a la superación de la utili­ Martínez Silva, solucionar este tipo de
zación de la religión como frontera di- problemas. De la imposición dogmá-
358 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

rales reconozcan la libertad religiosa


para todas las creencias cristianas, la
preeminencia de la Iglesia católica y el
hecho de su influjo sobre las concien­
cias y de su benéfica influencia social,
la independencia entre la Iglesia y el
Estado y la necesidad de mutuo res­
peto y cordial amistad entre ambas po­
testades. Los conservadores, por su
parte, deberían seguir las prescripcio­
nes del papa León XIII a los católicos
de Francia y España para no vincular
la causa de la Iglesia a la de ningún
partido político. Con estas medidas, se
secularizaría la vida política, podrían
aparecer nuevos partidos y saldríamos
del estado primitivo de la política que
tenemos con dos bandos enfrentados a
manera de sectas religiosas.
Expresaba Martínez Silva su espe­
ranza en que el clero colaborara en
esta solución, pero los hechos ocurrie­
Celebración del tica de Bentham en las universidades, ron de otra manera: el canónigo bo-
Corpus Christi de las persecuciones de Mosquera yacense, Cayo Leonidas Peñuela, muy
en la Plaza de contra los conventos de monjas, de las
Bolívar, Bogotá,
vinculado al partido conservador, de­
hacia 1895. poses clerófobas de muchos liberales, dicó varios artículos a refutarlo. Pri­
de la prohibición de las procesiones mero aclara que también hubo parti­
religiosas y del empeño en hacer creer cipación clerical en favor del liberalis­
que las escuelas públicas estaban col­ mo, por parte de sacerdotes engaña­
madas de protestantes, judíos y libre­ dos con las teorías liberales: no faltó
pensadores, sólo ha quedado una hasta un obispo al cual tuvo que re­
cosa: el ridículo. prender el Papa «por sus connivencias
Para la superación de los conflictos, con los enemigos del altar» (Peñuela
Martínez Silva propone que los libe­ se refiere al obispo de Popayán, Pedro
Antonio Torres, que aceptó algunas
pretensiones del general Mosquera
Fray Ezequiel
Moreno Díaz,
respecto a tuición y desamortización).
primer vicario del Según Peñuela, la doctrina política
Casanare y después debe respetar el fin que Dios le ha
obispo de Pasto, puesto a la sociedad, así que debe ser
beatificado por el una faz de la cuestión religiosa: sólo se
papa Pablo VI, condena la injerencia del clero en po­
representó el extremo
de identificación lítica cuando contradice los propios
del clero con el proyectos pero se la considera patrió­
partido conservador, tica si simpatiza con ellos. Además,
durante la guerra los ministros están obligados a com­
de los Mil Días. batir los mal llamados partidos políti­
cos cuya tendencia se dirige a la pro­
pagación de errores filosóficos y reli­
giosos. Nadie ignora que el partido li­
beral colombiano ha mantenido una
tendencia a contrariar las enseñanzas
de la Iglesia profesando el transfor­
mismo evolucionista, y negando la es-
Capítulo 13 359

Carta autógrafa del


beato Ezequiel Moreno
al presidente Miguel
Antonio Caro.
El obispo vela con
temor que el clero
boyacense fuese un
firme partidario
de Rafael Reyes.

piritualidad del alma y la libertad hu­ vidan cuando se necesita la ayuda eco­
mana. Condena Peñuela la enseñanza nómica de ellos. Vélez critica la ce­
religiosa que se da en colegios y uni­ guera producida por el espíritu de par­
versidades liberales por contener cier­ tido, que afecta en Colombia a todos,
to «germen de altanería protestante». liberales, conservadores y sacerdotes.
El liberalismo usa el pretexto de la po­ Reconoce que todos hemos pecado de
lítica para poder atacar a la Iglesia de intransigencia, por la actitud fanáti­
manera que no se pueda defender sin camente anticlerical de los liberales
ser tachada de invadir el campo polí­ que fueron los agresores originales
tico. produciendo a su vez la intransigencia
Pero el padre Baltasar Vélez se de la defensa y por la intransigen­
mostró partidario de las ideas de Mar­ cia que sugirieron al clero los conser­
tínez Silva en una serie de artículos vadores, «que se llaman sus partida­
que fueron luego agrupados con el tí­ rios y defensores». Como resultado,
tulo de Los intransigentes: Vélez insis­ ese «contubernio entre el clero y el
te en que la Iglesia no es enemiga de partido conservador ha convertido en
la democracia republicana, apoyán­ un lago de sangre la República». El
dose en el parecer de teólogos como conservatismo ha pretendido hacer del
Santo Tomás, Suárez y Belarmino, y clero «un andamio para encaramarse
en que León XIII pidió al clero fran­ al poder y perpetuarse en él»: protege
cés buscar reconciliarse con la Repú­ al clero para poder dominarlo y el
blica, así como en la participación del sacerdote se convierte así en «turife­
clero hispanoamericano en la indepen­ rario infeliz de algún político sober­
dencia. Considera el padre Vélez que bio», para tejer «una vasta tela de ara-
no es justo extender a los liberales co­ fia para atrapar las moscas liberales en
lombianos los anatemas referentes a las elecciones». Si las moscas logran li­
los anarquistas europeos y se queja de berarse y resuelven vengarse de la ara-
la discriminación de la administración fia, «¿cómo detener, entonces, el to­
de sacramentos en contra de los libe­ rrente de males que caerán sobre la
rales por motivos políticos, que se ol­ Iglesia?».
360 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

La posición de Vélez es menos plu­ liberalismo: sería una traición el que


ralista y secularizante que la de Mar­ un sacerdote mirara con indiferencia
tínez Silva: la Iglesia mantendrá un el combate y mucho más si en vez de
antagonismo irreconciliable con el li­ atacarlo tomara las armas para defen­
beralismo que intenta, so pretexto de derlo». Por todo esto, Peñuela sostie­
progreso, acomodar las leyes de la ne que las acusaciones de que el con-
Iglesia a las caprichosas exigencias de servatismo protege al clero por moti­
su clerofobia profesando la libertad vos interesados pecan de ligereza: el
absoluta y la igualdad de todos los cul­ clero puede procurarse aliados que
tos, la libertad absoluta de prensa y la apoyen sus reivindicaciones a cambio
secularización de la vida política se­ del apoyo de su influjo. Por todo esto,
guida consiguientemente por la sepa­ nadie tiene razón «en maravillarse de
ración entre la Iglesia y el Estado. que el clero colombiano se esfuerce en
Pero Vélez sostiene que éste no es el la medida de sus facultades por sos­
liberalismo profesado por los liberales tener las instituciones conservadoras».
colombianos; la mayoría de ellos sólo También monseñor Ezequiel Mo­
profesa un liberalismo puramente po­ reno escribió un opúsculo, titulado O
lítico, profesado también por los con­ con Jesucristo, o contra Jesucristo. O
servadores y hasta por el mismo clero. Catolicismo o Liberalismo, para refu­
Sin embargo, Vélez insiste en que la tar al padre Vélez. Moreno siempre se
Iglesia no tiene derecho a conservati- mostró muy desconfiado frente a las
zar a los liberales: sólo puede prohibir tendencias conciliatorias de Martínez
ser liberal en el sentido condenado por Silva y mucho más cercano al sector
la Iglesia. Condena luego la interven­ nacionalista de Miguel Antonio Caro,
ción directa del clero en política: casi a quien lo ligó una profunda amistad.
todas las persecuciones anticlericales En su epistolario con Caro, se ve una
en Colombia se han originado «en las profunda preocupación porque se lo­
intrigas electorales del clero, en las tri­ grara «la unión entre los buenos», o
quiñuelas, fraudes y vivezas de los cu­ sea entre los conservadores, para lo
ras y los conservadores, contra los cual Martínez Silva y el sector histó­
electores liberales». El cura puede ins­ rico eran obstáculos. El folleto de Mo­
truir a los católicos sobre sus deberes reno intenta probar la incompatibili­
electorales pero «no apareciendo nun­ dad de las ideas de Vélez con las en­
ca como paniaguado de los conserva­ señanzas pontificias mostrando que
dores». había diferencias sustanciales entre los
Las cartas del padre Baltasar Vélez partidos conservador y liberal para
produjeron bastante malestar en el probar así la legitimidad del apoyo del
clero, sobre todo en los sectores más clero al conservatismo; también insiste
politizados: Severo González, cura de en probar la peligrosidad de la conci­
Cali, e «intérprete infalible del evan­ liación y la absoluta incompatibilidad
gelio conservador», pidió que fuera entre las palabras liberal y católico.
expulsado Carlos Martínez Silva del Es muy interesante subrayar el pa­
directorio conservador por haberle recer de uno de los biógrafos moder­
prestado las páginas de su revista al nos del beato Moreno, el padre Ángel
P. Vélez para insultar al clero y al par­ Martínez Cuesta, que hace ver que es­
tido conservador. El canónigo Peñue- tos escritos polémicos son tal vez lo
la también emprendió la tarea de re­ más lejano a nuestra mentalidad mo­
futarlo, lamentando que un sacerdote derna de lo que Moreno escribió: los
católico hubiera dado ocasión de ale­ recorre «una desconfianza visceral a
gría a los liberales y de aflicción al cle­ los derechos del hombre, proclamados
ro. Peñuela insiste en las divergencias por la Revolución francesa, y sólo ve
entre el conservatismo y liberalismo, en ellos un ataque a los derechos ab­
de las cuales deducía que el sacerdote solutos de Dios», equipara separación
tiene el deber de «hacer la guerra al entre Iglesia y Estado con persecución
Capítulo 13 361

a la Iglesia y desorbita frecuentemente


el alcance de las condenaciones pon­
tificias. Señala Martínez que Moreno
estaba influenciado por la información
incompleta y tendenciosa que recibía
sobre la situación política de España,
proveniente de frailes agustinos reco­
letos y capuchinos, todos ellos inte-
gristas declarados, lo mismo que de la
lectura de periódicos y revistas de la
misma orientación. (Particularmente
importante fue en su caso y en el de
otros clérigos antiliberales la lectura
de El Siglo Futuro, órgano del grupo
integrista de Nocedal.)
El integrismo de Moreno llegó hasta
hacerle sospechar de su amigo Caro,
por estar rodeado también de elemen­
tos que no le gustaban, como los li­
berales de El Progreso y los semi-
liberales de El Artesano y por el hecho
de que el mismo El Nacionalista re­
chazaba el integrismo de España y se
mostraba favorable al gobierno de Cá­
novas: si Caro no tiene en mente des­
hacerse de esas gentes, nada bueno
puede augurarse.
Toda esta polémica muestra el gra­
do de polarización al que se llegó en
torno al uso de la bandera religiosa
como frontera divisoria entre los dos
partidos tradicionales. En la guerra de pública de protesta dirigida a Felipe F. Procesión de Corpus
los Mil Días tal vez llegó al culmen esa Paúl, nacionalista de vieja data y her­ en Bogotá, a
principios del siglo
polarización, incluso a pesar de las mano del difunto arzobispo Paúl. La XX, dirigiéndose
medidas conciliatorias y pacificadoras carta de Caro fue firmada por otros hacia la iglesia de
del arzobispo Herrera Restrepo. doce prominentes nacionalistas: se te­ San Francisco.
Cuando el ultraderechista general mía que Fernández desencadenara un
Aristides Fernández, responsable de régimen de terror e imposibilitara la
la feroz represión antiliberal siendo paz. Sólo la intervención del arzobispo
gobernador militar de Cundinamarca, Herrera Restrepo y del nuncio papal
fue nombrado ministro de Guerra por logró hacer desistir a Fernández de
el presidente Marroquín, recibió un cumplir sus macabras amenazas. En
fuerte apoyo del bajo clero y de los un mitin político de apoyo a la política
conservadores de los pueblos de Cun- de mano dura de Fernández, éste elec­
dinamarca. Incluso la juventud con­ trizó a la multitud proclamando que la
servadora extremista del Colegio San causa del gobierno era «la causa de
Bartolomé, dirigido por los jesuítas, Dios, de la civilización y del engran­
ofreció su apoyo entusiasta a Fernán­ decimiento de la patria».
dez, cuando éste amenazó con fusilar Terminada la guerra, los conserva­
a cuatro prisioneros liberales si no dores históricos quedaron desacredi­
eran puestos en libertad cuatro oficia­ tados al ser acusados de haber incitado
les conservadores en poder de la gue­ a los liberales a la revuelta y haberlos
rrilla liberal. Esto alarmó a Miguel favorecido con su actitud de neutrali­
Antonio Caro, que redactó una carta dad inicial. La vía de las concesiones
362 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

políticas y medidas conciliatorias ha­ intransigentes, Reyes pensó nombrar


bía quedado derrotada por los intran­ como ministro de Guerra al general
sigentes como Fernández, considera­ Benjamín Herrera. Debió desistir
do como salvador del país y respon­ ante la resistencia de los oficiales con­
sable de la derrota liberal por la pren­ servadores retirados y ante la solicitud
sa gobiernista. A fines de 1902, los del ex presidente Marroquín y el ar­
partidarios de Fernández resolvieron zobispo Herrera Restrepo.
darle organización política y expresión El gobierno bipartidista de Carlos
ideológica a su movimiento creando E. Restrepo, elegido por la Unión Re­
el partido católico, que sería el mismo publicana, también tuvo que afrontar
partido conservador pero mejorado, la desconfianza de los conservadores
Laureano Gómez, busto una Liga Santa para mantener la paz intransigentes y del clero con respecto
en mármol por Barbieri, y contener al liberalismo. La dirección a la participación liberal en el gobier­
en el Museo Nacional. del partido debería estar formada por no. Al saber la noticia de su elección,
Laureano dirigió el
periódico "La Unidad", personas sin lazos familiares con libe­ Restrepo afirmó que se consideraba el
fundado por iniciativa rales, para que no se vieran tentados único colombiano sin derecho a per­
del jesuíta Luis a hacerles concesiones. (Charles Berg- tenecer a ningún partido político: aun­
Jáuregui, para oponerse quist, Café y conflicto en Colombia, que había sido conservador, co­
a la presencia liberal 1886-1910, págs. 229-230.)
en el gobierno de
mo presidente no podía obrar como
Unión Republicana de Fernández inicialmente consolidó miembro de ninguna parcialidad polí­
Carlos E. Restrepo. su posición al interior del gobierno de tica. Confesó ser católico, pero como
Desapareció esta Marroquín: recibe el Ministerio de jefe civil del Estado no podría erigirse
publicación por Gobierno y es encargado también del en pontífice de ningún credo sino que
desacuerdos de Gómez
con el arzobispo de Hacienda. Además, es nombrado sería el guardián de la libertad de las
Herrera Restrepo. ministro de Educación José Joaquín creencias de todos los colombianos.
Casas, partidario suyo, que es luego Cuenta Eduardo Rodríguez Piñeres
encargado también de la cartera de la que Antonio José Uribe le ofreció en
Guerra. Casas se encarga de articular nombre del arzobispo Herrera Restre­
la posición ideológica del bloque de po el apoyo del clero colombiano si se
los conservadores intransigentes. prestaba a la formación de un partido
Como ministro de Educación, ordenó conservador católico. (El propio Ro­
la clausura de la escuela de medicina, dríguez expresa algunas dudas sobre la
bajo el pretexto del mal estado de las verosimilitud de que Herrera Restre­
aulas; pero la verdad parecía ser otra: po se prestara a tales jugadas.) Sin
la mayoría de profesores y alumnos embargo, el propio Carlos E. Restre­
eran liberales y habían auxiliado a la po es la fuente de esta versión en su
revolución liberal. El presidente Ma- Orientación Republicana: allí también
rroquín trataba de imponer una polí­ cuenta Restrepo que Felipe Angulo,
tica más moderada, pero tuvo que es­ antiguo ministro de Núñez, se puso de
perar varios meses para hacerlo, dado acuerdo con otros jefes del conserva-
el gran prestigio dé los intransigentes tismo y con algunos miembros del cle­
en los meses inmediatamente poste­ ro para organizar un mitin católico,
riores a la guerra: además de su peso apenas mes y medio después de ha­
entre la burocracia civil y militar, con­ berse iniciado el período presidencial
taban con el apoyo de muchos clérigos de Restrepo. Se quería pedirle que
que veían en Fernández el instrumen­ apoyara una revisión de la ley de pren­
to de la Providencia divina, según fra­ sa para restringir su libertad bajo pre­
se de Marroquín. texto de protección a las ideas religio­
Los conservadores moderados y re­ sas de la mayoría. El orador principal
formistas llegan al poder con Rafael fue José Joaquín Casas. Según Restre­
Reyes, que llamó a varios liberales a po, la petición había sido consultada
hacer parte de su gobierno: después con el arzobispo Herrera.
del atentado contra su vida, que él Según Rodríguez Piñeres, el propio
creía instigado por los conservadores hermano del presidente, el padre Juan
Capítulo 13 363

María Restrepo, jesuíta, le hizo recla­


mos por la presencia de liberales en su
gobierno. Los periódicos católicos La
Sociedad y La Unidad se dedicaron a
atacar ferozmente al gobierno de Res­
trepo. La Sociedad, había sido fun­
dada por la conferencia episcopal y se
editaba en una empresa protegida por
el arzobispo Herrera. La Unidad se
fundó por iniciativa del padre Luis
Jáuregui, jesuita, bajo la dirección de
Laureano Gómez y la colaboración de
José Joaquín Casas, Vicente Casas
Castañeda, José de la Vega, Liborio
Escallón y otros. El padre Jáuregui
despertó en Gómez la vocación polí­
tica como llamamiento de Dios para la
defensa de la causa católica. Según los
editoriales de Gómez, la Unión Re­
publicana era una mezcla contradic­
toria de ideas y de hombres de toda
clase, un refugio para los elementos
malos de todos los partidos, que sólo
podía engendrar la traición, el delito o
la anarquía (La Unidad, nov. de
1909). La Unión Republicana era, se­
gún Gómez, el caballo de Troya del li­
beralismo (La Unidad, sept. 24 de
1910). Gómez insistía en que la cues­
tión religiosa dividirá siempre a los
partidos colombianos (La Unidad, 2
de diciembre de 1909) y en que los ca­ dida haría ilusoria la ciudadanía de los José Joaquín Casas,
tólicos como él apoyarían al partido clérigos y los reduciría a la condición de ministro de Instrucción
conservador mientras fuera amigo de extranjeros en su propia patria.
Pública durante
las instituciones católicas (La Unidad, el gobierno de
Pero La Unidad dejó pronto de pu­ Marroquín,
17 de enero de 1911). blicarse por desacuerdos de Laureano pidió al presidente
El gobierno llegó incluso a elevar Gómez con el arzobispo Herrera Res­ Carlos E. Restrepo
restringir la libertad
una queja a la Santa Sede contra asun­ trepo, que trató de impedir que Gó­ de prensa para proteger
tos periódicos: esos periódicos hacen mez siguiera denunciando los negocia­ las ideas religiosas
«un franco maridaje de política y re­ dos en torno a las esmeraldas de de las mayorías. Fue
ligión, y quizá de ninguna otra publi­ Muzo. El arzobispo envió como inter­ también colaborador
cación ha tenido que oír el presidente mediarios al mismo padre Jáuregui, al de "La Unidad".
de Colombia insultos más procaces, (Oleo de Ricardo
padre Teodoro Rosas y a José Joaquín Acevedo Bernal en la
bajos y calumniosos...». El presidente Casas, para convencerlo de que desis­ Academia Colombiana
Restrepo también se dirigió al Papa tiera. de Historia).
para solicitarle que el clero no inter­ Herrera Restrepo-siempre procuró
viniera en las elecciones para presi­ que se mantuviera la unidad del con-
dente y Congreso, pero el cardenal servatismo a cualquier coste, lo que le
Merry del Val le respondió que la San­ llevó a convertirse en una especie de
ta Sede consideraba que la interven­ árbitro supremo entre las diferentes
ción del clero en la vida pública de su tendencias y sectores regionales que
respectivo país no podía ser impedida componían el partido conservador.
sin grave detrimento de los derechos ci­ Cuenta Pedro A. Novoa en una sem­
viles propios de cada ciudadano: tal me- blanza del presidente Suárez, que éste
364
Nueva Historia de Colombia. Vol. II

El cardenal Rafael nueva división conservadora: Laurea­


Merry del Val, no Gómez se opone a la candidatura
secretario de Estado
del Vaticano, en de Suárez por representar «ideas ul­
un aviso publicitario tramontanas y pretensiones teocráti­
de la firma Camocho cas incompatibles con la constitución
Roldán, "Bogotá moderna de los pueblos civilizados.
¡lustrado", 1907.
Este prelado
Se formó entonces la llamada coali­
"consideraba que la ción progresista de conservadores his­
intervención del clero tóricos, liberales y republicanos en
en la vida pública de torno a la candidatura de Guillermo
su respectivo país Valencia. El arzobispo Herrera se
no podía ser impedida
sin un grave detrimento quejaba así de la disidencia conserva­
de los derechos dora en carta al cardenal Vico: «De
civiles propios de ahí para acá ha surgido disidencia en­
cada ciudadano: tal tre los buenos, causada por la indisci­
medida haría ilusoria plina de unos cuantos jóvenes, de bue­
la ciudadanía de los
clérigos y los nas ideas, pero demasiado ardientes,
reduciría a la formados en el Colegio de San Bar­
condición de extranjero tolomé; y según corre en la opinión
en su propia patria." pública, acaso muy imprudente, y de­
J<G£.V7-f.S O£ DICHA MAQUISA cididamente sostenidos por maestros
Camacho Roldan & Tamayo que V.E. Reverendísima conoce, en el
boooti. uixi a innreao m espíritu y la dirección del diario La
Unidad que escribió primero contra
mí, y ahora también contra don Marco
Fidel Suárez.»
regresó a la vida política por petición El padre Jáuregui trató de buscar la
del arzobispo: de ahí la campaña de unión concertando una reunión de
Suárez en pro de la unión conserva­ Laureano Gómez con el internuncio
dora, que llevaría a la presidencia a Gasparri, que deploraba «la división
José Vicente Concha. Según Novoa, de los católicos». La situación empeo­
el episcopado estaba preocupado por ró porque Gómez dio a conocer la en­
las tendencias que se dibujaban en el trevista presentándola como injeren­
horizonte del gobierno del país duran­ cia indebida del delegado papal. En
te el gobierno de Carlos E. Restrepo. las entrevistas el internuncio le hizo
El arzobispo, dice Novoa, cedió a las ver a Laureano que los periódicos ca­
insinuaciones de los interesados en tólicos tenían el deber de acatar las
una reacción contra tales corrientes y disposiciones de la Santa Sede y que
a las inspiraciones de su propio crite­ la autoridad eclesiástica debía impro­
rio y se dirigió a Suárez como preclaro bar cuanto sembrara divisiones entre
defensor de los intereses religiosos del los defensores de las ideas católicas: la
país: le puso de presente la parábola división era perjudicial a los intereses
de los talentos y le dijo que no era lí­ de la Iglesia y contraria a los deseos de
cito rehusar el cumplimiento de un de­ la Santa Sede, que ha pedido a los ca­
ber so pretexto de incapacidad. Des­ tólicos unirse para contrarrestar las
pués del ascenso de Concha, Herrera malas doctrinas. Más perjudicial es el
felicita a Suárez y lo exhorta a seguir caso de La Unidad, fundado con di­
trabajando por «la unión de todos nero de católicos para defender los de­
aquellos que en Colombia desean el rechos de la religión: podría llegar el
triunfo pacífico de esas ideas salva­ momento en que la jerarquía se viera
doras». (En De sima a Cima, de Juan obligada a desautorizar al diario.
Saldarriaga.) La conferencia episcopal, reunida
Cuatro años más tarde, Suárez lle­ en septiembre de 1916, hizo exacta­
garía a la presidencia a pesar de una mente eso: declarar que La Unidad no
Capítulo 13 365

obedecía a las normas de la Santa miento delante de los testigos. Esta re­
Sede para los periodistas católicos. solución fue acusada como inconsti­
Desde agosto, el arzobispo Herrera tucional.
había publicado un aviso en la misma En 1920 se presentó en Medellín un
línea: las ofensas al delegado papal incidente que daría origen al esperpen­
lastiman el sentimiento religioso de los to jurídico conocido como ley Concha:
colombianos, los escritores católicos una pareja convertida al protestantis­
deben sujetarse a las normas de la au­ mo se presentó ante el juez municipal
toridad eclesiástica. No puede llamar­ de Medellín, José J. Gómez, cuya ad­
se católico a un periódico que no de­ hesión a la religión católica estaba fue­
fiende a las personas e ideas de la Igle­ ra de toda duda, para pedirle que los
sia, que se esfuerza en crear división casara por lo civil. Gómez los casó,
entre los católicos y no respeta al en­ obrando de acuerdo con el derecho vi­
viado del Papa. En carta privada al su­ gente, tanto civil como concordatario.
perior de los jesuitas, se queja de la El juez del distrito, Alfonso Uribe Mi­
mudez de los que hubieran podido sas, también católico fervoroso, apro­
acallar todo con una franca reproba­ bó en segunda instancia la conducta de
ción de la campaña: la conferencia de Gómez. El vicario del arzobispado, en
Gasparri con Gómez «iba encaminada ausencia del arzobispo Caycedo, re­
a procurar el bien de una causa que solvió excomulgar a los jueces católi­
para todos es santa». En otra carta a cos que asistieran al matrimonio de
José Manuel Goenaga, embajador en apóstatas. Esto ocasionó consecuen­
Roma, se queja de los ataques al in­ cias penosas al doctor Gómez en su
ternuncio, a Suárez y a él mismo: vida espiritual, en su prestigio y en su
«Esos jóvenes redactores [...] cuentan vida económica: tuvo que cerrar un
con el apoyo de los PP. jesuitas, y es­ instituto que dirigía en Medellín y
tán causando la división en el partido trasladarse a Bogotá, a ocupar un
que defiende la causa católica.» puesto poco lucrativo. El doctor Uribe
Los episodios anteriores ilustran la Misas también se vio perjudicado en
no homogeneidad política al interior su buena fama, por las alusiones un
de la Iglesia y el clima político que se tanto perversas de algunos predica­
vivía tanto dentro de la Iglesia como dores. Gómez y Uribe resolvieron
fuera de ella. Otro asunto que acarreó apelar a la Sede Apostólica, que falló
polémicas fue el relativo al matrimo­ en su favor obligando al prelado a re­
nio civil: de acuerdo con la Constitu­ sarcir al doctor Gómez tanto en el or­
ción y el Concordato, el único matri­ den espiritual como en el material.
monio válido para los católicos era el Para evitar problemas de este talan­
matrimonio católico según el rito tri- te, se hizo un arreglo entre el cardenal
dentino. Pero el problema se presen­ Gasparri y José Vicente Concha, que
taba para definir quién se consideraba fue sancionado por el Congreso co­
católico: en 1919 el Ministerio de Go­ lombiano por ley 54 de 1924. Esta ley
bierno declaró que se entendía por ca­ establecía que el matrimonio católico
tólico a todo bautizado en la fe cató­ anulaba el matrimonio civil con otra
lica, aunque después hubiera apos­ persona y obligaba a apostatar públi­
tatado, según la nunciatura apostó­ camente a los bautizados católicos que
lica; según la misma nunciatura, no se querían contraer matrimonio civil. Se
debería obligar a un acto religioso excluía expresamente de esta ley a los
católico a los que se hubiesen retirado clérigos mayores y religiosos de votos
de la Iglesia. El gobierno instituía que solemnes. Según el parecer de doctos
los párrocos también debían presen­ y ortodoxos canonistas, se buscaba
ciar los matrimonios de estas personas evitar un escándalo por medio de un
en calidad de testigo autorizado, en lu­ escándalo aún mayor.
gar no sagrado, sin ninguna ceremo­ Otra fuente de problemas político-
nia, limitándose a pedir el consenti­ religiosos de aquel entonces era lo re-
366 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

lacionado con la educación. La que se formaban los expertos católicos Karl


consideraba exagerada intervención Decker y Anton Keitel, recomenda­
eclesiástica en los asuntos educativos dos por el gobierno alemán. Su misión
era ferozmente criticada por el libe­ era la planeación de la reforma edu­
ralismo. Sintomático fue el bochor­ cativa, con asesoría de los colombia­
noso incidente ocurrido entre el nun­ nos Emilio Ferrero, Gerardo Arrubla
cio monseñor Roberto Vicentini y el y Tomás Rueda Vargas. En 1926,
ministro de Educación Miguel Arroyo Rueda Vargas presentó renuncia
Díez en 1923. Parece que Vicentini cuando Keitel informó a sus compa­
omitió saludar al ministro; éste narró ñeros que el proyecto de ley resultante
lo ocurrido a El Tiempo diciendo que de la misión había sido consultado con
el gobierno tendría que escoger entre el arzobispo Herrera y los jesuítas: ha­
su renuncia o el pasaporte de Vicen- bía considerado necesario esto, por­
tini, por el irrespeto inferido al poder que «en realidad quien mandaba en
civil. Para colmo de males, en la mis­ Colombia era el arzobispo»: además,
ma ocasión el padre Joaquín Emilio había sido contratado en condición de
Gómez S.J. se había mostrado opues­ pedagogo católico para elaborar una
to a la reforma educativa que el mi­ reforma educativa para un país cató­
nistro impulsaba. Vicentini presentó lico, regido por instituciones católicas,
excusas: no había habido mala volun­ consagradas por la Constitución y el
tad sino sólo inadvertencia. Concordato.
La prensa liberal desató una cam­ Este episodio fue también criticado
paña contra el representante pontifi­ duramente por la prensa liberal: según
cio en defensa de la soberanía nacio­ El Tiempo, del precepto constitucio­
nal supuestamente violada y de la su­ nal de que la educación debía concor­
premacía del poder civil. El Especta­ dar con la doctrina católica no podían
dor dijo que la reforma educativa sólo deducirse tales consecuencias que con­
podría hacerse con el criterio de in­ vertían al arzobispo en autoridad su­
dependencia frente al poder eclesiás­ prema. Para asegurar la ortodoxia de
tico: «Será imposible realizarla mien­ la ley —sigue diciendo El Tiempo en
tras el ministro de Educación Pública sus páginas— hubiera bastado saber
permanezca cobardemente oprimido que los autores de la reforma eran ca­
bajo el coturno romano de un mon­ tólicos por encima de toda sospecha,
señor Vicentini.» pero los pedagogos alemanes querían
Por parte del episcopado, clero y ir más allá: había que imprimir «el se­
sectores conservadores se realizó un llo definitivo de la esclavitud del poder
plebiscito en apoyo de Vicentini. En­ civil».
tre los mensajes de apoyo por parte de Los conflictos sociales surgidos en la
obispos y clérigos, se puede destacar década de los veinte añadieron un mo­
el de monseñor Pedro Adán Brioschi, tivo más de conflicto. Un ejemplo de
arzobispo de Cartagena, que decía esto puede verse a propósito de la ley
que de la conducta de Arroyo Díaz se 67 de octubre de 1928, un verdadero
podía deducir un concepto de las ten­ estatuto de seguridad de la época, que
dencias peligrosas del conservatismo autorizaba al gobierno para la repre­
actual, liberalizantes y de dudoso ca­ sión de los movimientos comunistas.
tolicismo. Los mensajes de desagravio Su promotor, Antonio José Uribe, re­
al nuncio fueron publicados en un li­ cibió también un plebiscito de telegra­
bro de 230 páginas, bajo el título Post mas episcopales de apoyo y felicita­
tenebras, lux («Después de las tinie­ ción. Monseñor Brioschi, de Carta­
blas, la luz»). gena, eleva bendiciones al Señor «por
Del mismo estilo fue la controversia el triunfo alcanzado por partido del
que se presentó en torno a la Misión orden social contra elementos subver­
Pedagógica Alemana, contratada por sivos y extraños». Monseñor Builes
el presidente Pedro Ospina en 1924: la expresa su alabanza a Cristo Rey y su
Capítulo 13 367

gratitud a los legisladores que supie­


ron cumplir los deseos de la nación. El
obispo de Manizales, Tiberio Salazar
y Herrera, considera que el proyecto
sobre defensa social era «de vida o
muerte para las instituciones y el par­
tido» (conservador).
Las pastorales de los obispos de esta
época revelan la mentalidad estática y
la concepción que tenía de la sociedad
la mayoría de los obispos. Monseñor
Miguel Ángel Builes, obispo de Santa
Rosa de Osos, se quejaba de que las
carreteras y ferrocarriles que cruzaban
su diócesis, aunque representaban
progreso material, hacían sufrir «un
espantoso retroceso espiritual»: la ma­ se basa en una clara división del tra­ Una peregrinación
yoría de los obreros que trabajaban en bajo: los campesinos son el ejército ar­ a Monserrate, en
las carreteras eran víctimas del am­ mado de hachas y azadones que la Di­ febrero de 1918.
biente; se olvidaban de Dios y de los vina Providencia se ha dignado orga­
días santos, se dedicaban al baile, jue­ nizar para salvar a los que deben ocu­
go, licores, fornicación, adulterio, parse en otros servicios, son los «ver­
pensamientos lúbricos, etc. Era «la ca­ daderos padres de la patria» que
rroza de Asmodeo», demonio de la alimentan a todos. La vida campesina
impureza, que destrozaba los hogares fomenta «la pureza de costumbres» y
y familias: «Pobre sociedad futura si los campesinos son «el aroma» que
los jóvenes pierden en la carretera con viene a depurar «la atmósfera satura­
la inocencia conservada en la monta­ da de infección de las ciudades». Por
ña, la fuerza vital que asegura el por­ eso, el episcopado exhorta a los cam­
venir de la raza y de la humanidad.» pesinos a que no abandonen el campo
(En La mitra azul, de Miguel Zapata, como lo hicieron los «alucinados» que
págs. 124-125.) se fueron a trabajar en las obras pú­
La pastoral colectiva de los obispos blicas, en las cuales perdieron la afi­
en 1930 es dedicada a los agricultores ción a las faenas agrícolas, el amor al
de Colombia en momentos de graves hogar y a una vida morigerada. Mu­
conflictos agrarios y del comienzo del chos de «estos desgraciados» se dedi­
éxodo masivo del campo a la ciudad caron «al juego, a la embriaguez, al
como fruto de la descomposición cam­ lujo en el vestir, a la deshonestidad, a
pesina que se presentaba desde enton­ malas amistades, a la asistencia asidua
ces. La pastoral trata de contrarrestar a los espectáculos públicos y a mil de­
el éxodo rural con consideraciones sórdenes de ciudad». Al suspenderse
morales; insiste en que la agricultura las obras públicas, no habían ahorrado
es la base de la prosperidad nacional nada y se habían acostumbrado a la
al abastecer al país de artículos de pri­ vida de la ciudad, donde se quedaron
mera necesidad y evitar que el país «acrecentando el número de los indí­
tenga que importarlos. La agricultura, genas y pordioseros». Finalmente, los
además, entraña santidad porque mo­ obispos previenen a los campesinos en
raliza las costumbres y purifica el alma contra de la propaganda subversiva de
por «el aire incontaminado del cam- los bolcheviques y los exhortan a se­
po[...], la tranquilidad del hogar, la guir siendo fieles a la Iglesia, lo que ha
frugal alimentación [...], el alejamien­ sido su distintivo tradicional.
to de los malos ejemplos de los centros Esta mentalidad tradicional y esta
paganizados» (léase ciudades). Esta concepción tan estática de la sociedad
pintura no puede ser más idealizada; explican mucho las dificultades que la
368 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Iglesia iba a afrontar en el siglo xx co­ lencia como aceptada por Perdomo,
lombiano, especialmente con las re­ en carta dirigida a éste. Perdomo res­
formas modernizantes y secularizantes pondió, sin comprometerse, que todos
de la llamada «Revolución en Mar­ los posibles candidatos (José J. Casas,
cha». El cambio de régimen mostraría Mariano Ospina Pérez, Ignacio Ren-
las limitaciones de este modelo de gifo, Antonio J. Uribe, Guillermo Va­
concepción social y de una política lencia y Alfredo Vásquez Cobo) eran
muy ligada a los avatares del partido católicos: la autoridad eclesiástica
conservador. La intervención de la je­ aceptaría al candidato que designara
rarquía en los sucesos que acarrearon la mayoría de los congresistas conser­
la derrota del partido conservador vadores. Pero ninguno de ellos obte­
ilustra muy bien este estilo de política nía absoluta mayoría y el presidente
y su crisis. También ilustra la crisis de Abadía sugirió a los congresistas Luis
un modelo de Iglesia basado en el con­ I. Andrade, Sotero Peñuela y Pompi-
trol de las instituciones desde arriba, lio Gutiérrez el arbitraje de una au­
de una Iglesia concebida como socie­ toridad insospechable, monseñor Per-
dad perfecta en igualdad de condicio­ domo. Peñuela y Gutiérrez objetaron
nes frente al Estado. que el procedimiento era difícil y que
La intervención del episcopado en originaría incidencias de todo orden.
la división conservadora entre las can­ Abadía parecía seguro de poder ma­
didaturas de Guillermo Valencia y del nipular al arzobispo.
general Alfredo Vásquez Cobo, fue Como resultado de esta entrevista,
resultado de la función de arbitraje 57 congresistas conservadores (de un
que desempeñaba el arzobispo Herre­ total de 109) solicitaron el parecer de
ra Restrepo entre las facciones y gru­ Perdomo. La respuesta de Perdomo
pos regionales que componían el par­ fue favorable a Vásquez: según la ex­
tido conservador. Para ello, Herrera ploración imparcial de la opinión que
había establecido turnos a la presiden­ había hecho, Vásquez reunía «el
cia que reflejaran cierto equilibrio en­ ochenta por ciento de la opinión sana
tre esas diferentes facciones: en 1926, del país». Así lo manifestó en carta al
había decidido que Miguel Abadía presidente Abadía donde hacía cons­
Méndez fuera presidente y que Vás- tar que su consejo era privado y que
quez Cobo esperara para el turno de no era su misión calificar la idoneidad
1930. Herrera estaba ya enfermo y co­ de los candidatos sino «la firmeza de
municó su decisión a través de su au­ sus convicciones religiosas». Su elec­
xiliar y futuro sucesor, Ismael Perdo- ción se basaba en que el candidato
mo. Pero Abadía y su grupo en el po­ tendría la mayoría entre los congresis­
der resolvieron desconocer el arreglo tas, por las firmas que pedían su ar­
por cierta desconfianza frente a las su­ bitraje y por la neutralidad prometida
puestas tendencias militaristas de Vás- por el ejecutivo. La candidatura de
quez Cobo. Para ello, manipularon las Vásquez tenía más fuerzas en las di­
listas de parlamentarios de modo que ferentes regiones (sólo Antioquia es­
los vasquistas quedaran en minoría en taba a favor de Valencia y la opinión
la junta de parlamentarios, que usual­ estaba dividida en Caldas y Cauca), en
mente decidían las candidaturas pre­ el ejército y policía: hasta entre obre­
sidenciales del partido. El presidente ros, incluidos los comunistas, había
del Senado, Emilio Robledo, fervo­ más apoyo a Vásquez.
roso partidario de Valencia como la El presidente Abadía se mostró sor­
mayoría de los antioqueños, preguntó prendido por la respuesta y trató de
de manera personal al arzobispo Per- hacer que Perdomo cambiara de pa­
domo su concepto sobre Valencia. recer, a lo que se negó éste. El grupo
Perdomo respondió que no tenía ob­ valencista, ayudado por las presiones
jeción contra él. Robledo trató enton­ y jugadas políticas del presidente Aba­
ces de presentar la candidatura de Va­ día, logró que la mayoría de los con­
Capítulo 13 369

gresistas se pronunciaran, por una exi­ Caricatura de Pepe


gua mayoría, a favor de Valencia. Per- Gómez en "Bogotá
domo trató de que ambos candidatos Cómico" del 16 de
noviembre de 1918.
renunciaran en favor de un tercero, Según el pie de
que probablemente hubiera sido Ma­ esta caricatura,
riano Ospina Pérez, para evitar así la la pareja lee el
división del partido y el consiguiente artículo de fondo
"Movimiento de caja
triunfo liberal. Pero Valencia se negó, de la Tesorería".
porque estaba seguro de que la Santa
Sede obligaría al clero a apoyarlo y
porque conocía las gestiones secretas
que el gobierno de Abadía estaba rea­
lizando en Roma. El cardenal Pedro
Gasparri, secretario de Estado, se
negó inicialmente a intervenir porque
la Santa Sede tenía como principio no
inmiscuirse en política interna de los
países. Se le respondió que se trataba
de un asunto religioso, pues un triunfo
liberal significaría una nueva perse­
cución religiosa y que la manera de
unir al episcopado era respetar la tra­
dición de acoger al candidato escogido
por las mayorías del Congreso, o sea,
a Valencia.
El episcopado estaba profundamen­
te dividido: a favor de la candidatura
de Guillermo Valencia hubo pastora­
les del arzobispo de Medellín y de los nero protestante, se ríen de nuestra in­
obispos de Popayán y Garzón. Por sensatez y preparan en las sombras la
Vásquez Cobo, estaban los obispos de ruina de la Iglesia y de la patria.» (Mi­
Cali, Ibagué, Tunja y San Gil. El ar­ guel Zapata. La mitra azul.)
zobispo Perdomo tuvo que telegrafiar­ A monseñor Perdomo se le ha tra­
les que era voluntad del Papa que to­ tado de responsabilizar de la caída del
dos los obispos colombianos hicieran conservatismo y se le puso popular­
todos los esfuerzos y sacrificios para mente el remoquete de «Monseñor
obtener la unión de todos los católicos Perdimos», pero fue más bien la víc­
en pro de la candidatura Valencia. tima de una inextricable confusión en­
(Julio César, Orduz. Monseñor Per- tre religión católica y política conser­
domo y su tiempo, págs. 155-173.) vadora lo mismo que de los manejos
Varios obispos se negaron a apoyar manipuladores de algunos jefes con­
a Valencia: monseñor Adriano Díaz, servadores. Perdomo carecía de la au­
de Cali, retira su circular en favor de toridad que Herrera Restrepo había
Vásquez pero manifiesta que es im­ tenido al interior de las jerarquías del
posible cambiar repentinamente la partido conservador. Además, el epi­
opinión de los pueblos: no sabe hacer sodio hace evidente una grave crisis
milagros. Monseñor Miguel Ángel interna del partido conservador sin un
Builes clamó contra la división con­ claro liderazgo, fragmentado en mil
servadora: «Dios entrega a su cegue­ grupos de caciques regionales, sin cla­
dad a aquellos que quieren perderse. ras reglas de juego para seleccionar
Y nosotros como ciegos, estultos, di­ candidatos de carácter verdaderamen­
vididos, fraccionados, nos vamos al te nacional, de espaldas al problema
abismo, mientras el liberalismo y el social de creciente importancia, con
comunismo, ayudados acaso por el di- una total incomprensión del mundo
370 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

que estaba naciendo, con una crecien­ beralismo. Insistía Uribe en que el ca­
te impopularidad debido a sus medi­ tolicismo no necesitaba la interesada
das represivas contra la inquietud so­ protección conservadora, que más
cial, el partido conservador parecía bien le era perjudicial.
condenado al desastre. Monseñor Perdomo, entonces obis­
Por otra parte, la posición de Per- po de Ibagué, escribió un folleto de
domo frente al liberalismo era bastan­ respuesta titulado Liberalismo colom­
te clara, como apreció en su polémica biano teórico y práctico: en la parte
con el general Uribe Uribe, unos años teórica, insiste en que el liberalismo
antes. Uribe Uribe se había conside­ ensancha considerablemente el con­
rado obligado a tranquilizar la con­ cepto de «libertad» concibiéndola no
ciencia cristiana de muchos liberales sólo como el poder escoger el bien o
en el folleto De cómo el liberalismo el mal, sino como el de sancionar
colombiano no es pecado, publicado como derecho los abusos humanos.
en 1912. Intentó mostrar que las con­ En la parte práctica, muestra cómo los
denaciones del liberalismo se referían liberales, en cuanto gobernantes, se
al naturalismo político y no a las doc­ dedicaron siempre a perseguir a la
trinas profesadas de hecho por el li­ Iglesia en Colombia, haciendo un lar­
beralismo colombiano. Los supuestos go recuento de los hechos. Estas ten­
ataques liberales a la Iglesia son diri­ dencias anticlericales no han sido su­
gidos directamente al partido conser­ peradas, sostiene Perdomo, como se
vador, que ha instrumentalizado a la vio en los ataques en contra del clero
Iglesia convirtiéndola en su aliada. Sin que tuvieron lugar en la junta de de­
el apoyo de la Iglesia, el partido con­ legatarios en Ambalema, sólo ocho
servador sería fácil vencido por el li­ días antes de escribir su folleto.

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caudillo. Medellín, Editorial Beta, 1973.
Capítulo 14 371

La Iglesia católica y el Estado


colombiano (1930-1985)
Fernán González De acuerdo con este espíritu el mi­
nistro de Gobierno dirigió una circular
a todos los funcionarios prescribiendo
La Iglesia la armonía con las autoridades ecle­
siásticas, no sólo por estar ordenada
durante la República Liberal por la Constitución sino por responder
os sucesos narrados en los capí­ a un imperativo ético y social. En esta
L tulos anteriores de este trabajo
constituyen un buen marco para con­
textuar los conflictos que tuvieron lu­
gar entre la Iglesia y el partido liberal
a partir de la década de los treinta.
Muchas de las reformas modernizan­
tes emprendidas por Alfonso López
Pumarejo suponían una secularización Ismael Perdomo
de la sociedad y el Estado de Colom­ Borrero, arzobispo de
bia, lo que afectaba necesariamente la Bogotá, y su coadjutor
situación de la Iglesia. con derecho a
sucederle, Juan
Desde el comienzo de su campaña, Manuel González
Enrique Olaya Herrera se había apre­ Arbeláez, quien fue
surado a ofrecer sólidas garantías a trasladado después
las creencias católicas, afirmando que al arzobispado de
consideraba fundamental para la paz Popayán por
desavenencias con
de las conciencias la observancia del Perdomo, perdiendo
precepto constitucional según el cual así la oportunidad
los poderes públicos debían proteger a de ocupar la
la Iglesia católica como elemento sede primada.
esencial del orden social. Tanto Olaya Monseñor Perdomo
fue partidario de una
Herrera como el arzobispo Ismael política de
Perdomo estuvieron de acuerdo en la entendimiento con
necesidad de una sólida armonía entre el gobierno de
ambas potestades. Olaya Herrera.
372 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

amistado con la masonería: tolerante


con socialistas y comunistas y dispues­
to a fabricar una hegemonía liberal
destruyendo a cualquier costo las au­
ténticas mayorías», ante las contem­
porizaciones de la mayoría de los obis­
pos. Insiste Builes en la incompatibi­
lidad esencial entre liberalismo y ca­
tolicismo. En 1933, Builes critica las
reformas propuestas que son «una
campaña contra Dios y la Iglesia que
busca la separación entre la Iglesia y
el Estado, el matrimonio civil y el di­
vorcio vincular, la soberanía popular
como origen de la autoridad, la liber­
tad absoluta de religión y culto, la en­
señanza laica y obligatoria». También
Prelados colombianos a misma línea, Olaya rechazó una peti­ se muestra Builes preocupado por «el
mediados de los años 20. ción de la Asamblea del Cauca para pernicioso sistema de coeducación en
Miguel Angel Builes, pedir una revisión al Concordato, lo la universidad, y el proyecto de laici­
obispo de Santa Rosa
(tercero de derecha a que agradeció monseñor Perdomo de zación de la Universidad Nacional, la
izquierda), llevó la inmediato. propuesta de denunciar el Concorda­
vocería de la oposición Sin embargo, monseñor Builes se to, la infiltración de la masonería en el
a Olaya. había lanzado al ataque del gobierno sistema educativo» y la «labor disocia-
liberal desde los comienzos de la pre­ dora del comunismo y del socialismo».
sidencia de Olaya: el lobo dejaba ya Vendrá muy pronto el derrumbamien­
ver las orejas; Olaya adulado como to total, dice Builes, si los católicos no
salvador, venía ya «comprometido con cumplen con su deber de votar «por
los protestantes norteamericanos y candidatos reconocidamente católi­
cos». (Miguel Zapata. La mitra azul,
págs. 149-155 y 191-192.)
Cardenal Pietro
Gasparri, secretario de
Por su parte, el liberalismo había
Estado de Pío XI. Ante la aclarado su posición frente a la reli­
petición del presidente gión católica en su convención nacio­
Abadía para que influyer nal de 1935: no es en su esencia un
sobre el clero en la partido de propaganda religiosa ni
cuestión de las antirreligiosa, proclama la libertad de
candidaturas de Valencia
y Vásquez Cobo, contestó cultos y el sistema concordatario, as­
que la Santa Sede no pirando a reformar el Concordato vi­
intervenía en asuntos gente para adaptarlo a la realidad na­
internos de los países. cional. Considera que el alejamiento
voluntario del clero de las actividades
políticas y eleccionarias hará imposi­
ble la repetición de las luchas religio­
sas del siglo XIX. Es partidario de la
escuela gratuita, única, laica y obli­
gatoria, y considera que la vida civil
debe regirse por la ley civil: debe lle­
varse el divorcio vincular a la legisla­
ción nacional.
En 1936, Builes denuncia en forma
beligerante la violencia liberal contra
los campesinos conservadores de los
Santanderes, Boyacá y Antioquia, que
Capítulo 14 373

claman venganza desde sus tumbas. José Vicente Concha


Según autores como Carlos Horacio adelantó con el cardenal
Urán, pastorales como ésta ayudaron Gasparri una convención
aprobada por el Congreso
a crear la polarización bipartidista que colombiano con la ley 54
prepararía el clima de la violencia. de 1924 (Ley Concha),
(Carlos Horacio Urán. Participación según la cual el
política de la Iglesia en el proceso his­ matrimonio católico
tórico colombiano, pág. 67.) anulaba el matrimonio
civil con otra persona y
Builes pide la lucha contra la repú­ obligaba al acto de
blica liberal, pues se hallaban en plena apostasía para poder
persecución legal contra la religión: no contraer por lo civil.
se trata de una persecución sangrienta
que provocaría reacciones sino de una
persecución legal y soterrada, que iba
adormeciendo a los católicos y co­
rrompiendo al pueblo, logrando su fi­
nalidad: «Destronar a Cristo.»
A nivel nacional, los conflictos co­
menzaron a presentarse por los inten­
tos de intervencionismo estatal en los
colegios privados de religiosos a los
cuales se enviaron inspectores, y por
el otorgamiento de personería jurídica
a las logias masónicas. Pero los con­
flictos profundos se presentaron a pro­ cia pública como función del Estado Pedro Nel Ospina entrega
la cartera de Instrucción
pósito de la reforma constitucional de otorgándole una intromisión inadmi­ Pública al nuncio Roberto
1936, a la cual se opuso el episcopado sible en las obras asistenciales de la Vicentini, caricatura de
en pleno. El manifiesto de los obispos Iglesia y obligaba a recibir en los co­ Ricardo Rendón, alusiva
decía que no podía admitirse como legios privados a los hijos naturales, a la intervención
constitución colombiana «una cosa» sin distinción de raza ni religión. Con­ eclesiástica en la
que no interpretaba «los sentimientos orientación educativa,
sideraban los obispos que la reforma que los liberales
y el alma religiosa de nuestro pueblo», constitucional estaba «preñada de criticaron acerbamente.
al suprimir el nombre de Dios del en­
cabezamiento de la Constitución y la
mención de la religión católica como
la de la nación, que le hacía merecer
la protección del Estado como ele­
mento esencial del orden social. Ade­
más, se suprimía el reconocimiento
explícito de los derechos de la Iglesia,
su exención de impuestos para tem­
plos y seminarios, su dirección de la
educación, etc. Se quiere implantar
«la libertad de cultos en vez de una ra­
zonable tolerancia», se sustituye la
mención de moral cristiana por la de
«orden moral», que es «una frase vaga
y ambigua». En resumen, dicen los
obispos, se cambiaba «la fisonomía de
una Constitución netamente cristiana
por la de una Constitución atea».
Además, la reforma admitía el divor­
cio vincular prescindiendo del concor­
dato vigente, declaraba la beneficen-
374 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Miguel Arroyo Díez, lizada y constantiniana de la jerarquía


ministro de Instrucción y y clero del país. Obviamente, el ma­
Salubridad Pública del
presidente Pedro Nel nifiesto del episcopado fue apoyado
Ospina a fines de 1923, por una nota de los directorios con­
quien protagonizó un servadores; según ellos, la mayoría de
incidente con el nuncio la opinión pública nacional rechazaba
apostólico Vicentini,
porque este los puntos esenciales de la reforma
aparentemente no lo propuesta porque hacía imposible la
saludó en un acto oficial. necesaria armonía entre los partidos y
Se oponía, además, a la suscitaba luchas sociales y religiosas.
reforma educativa que el La reforma era inaceptable por estar
ministro impulsaba.
en pugna «con los intereses espiritua­
les y materiales [...] que el partido
conservador se cree en la obligación
imperiosa de defender». (Urán, La
opinión pública nacional ante la refor­
ma de la Constitución, págs. 8-13.)
Monseñor Builes fue tal vez uno de
los críticos más acérrimos de la obra
de gobierno de López: Builes consi­
deraba que el sindicalismo era «una
aberración del partido liberal que
tempestades y luchas religiosas»; quiere disfrazarse de socialista»; sólo
nuestros legisladores verán que no es se sindicalizan los obreros radicales,
fácil «imponer a un pueblo creyente «los enemigos de Cristo, los soldados
instituciones contrarias a la religión del marxismo». Las leyes sobre sindi­
que profesa». catos son de «tendencia sovietizante»,
En realidad, lo único que la reforma que provocan huelgas para «corrom­
pretendía era una normal seculariza­ per a las masas, arrebatarles su espí­
ción de la vida política y de la legis­ ritu cristiano y abrir al dominio co­
lación de Colombia, pero que chocaba munista». (Zapata, obra citada, págs.
normalmente con la mentalidad sacra- 85 y 353.)
Hay que reconocer que no todos los
Monseñor Roberto
jerarcas y clérigos compartían los con­
Vicentini. A raíz del ceptos de Builes en torno al sindicalis­
incidente con Arroyo mo y la cuestión social: el influjo de
Díez, el nuncio fue las encíclicas papales sobre la llamada
duramente atacado por la doctrina social de la Iglesia fue crean­
prensa liberal. El clero y do cierta conciencia de los problemas
los conservadores
organizaron un plebiscito del mundo obrero y campesino, que se
de apoyo al prelado y los expresaba generalmente en obras de
mensajes de desagravio carácter paternalista haciendo abstrac­
fueron publicados en el ción de los condicionamientos estruc­
libro "Post tenebras, turales de la sociedad y de la política.
lux", al cual pertenece
esta fotografía. Así, en 1927 se funda la Unión Colom­
biana Obrera, con el fin de mejorar
religiosa, moral y económicamente a
la naciente clase obrera, por medio de
asociaciones como la Orden Tercera,
la Sociedad de San Vicente, las cajas
y círculos de obreros. Particularmente
importante fue la obra del jesuíta José
María Campoamor en el Círculo de
Obreros de San Francisco Javier (fun­
Capítulo 14 375

dado desde 1911) con su Caja Social


de Ahorros y su plan de vivienda obre­
ra en Villa Javier (iniciado en 1913).
El reglamento del Círculo de Obreros
excluía expresamente toda considera­
ción política, pero exigía que los so­
cios cumplieran fielmente los manda­
mientos de Dios y los preceptos de la
Iglesia. El reglamento del barrio Villa
Javier insistía en los mismos preceptos
y proclamaba que el barrio era «el pa­
lacio de la pobreza», orgullosamente
aceptada por imitación a Jesucristo
pobre. No se admitía sirvienta en las
casas, ni lujo en los vestidos, pues el
anhelo era hacer triunfar en el mundo
la pobreza cristiana.
Como se ve, no se pensaba en bus­
car un cambio estructural que modi­
ficara las condiciones de los obreros
pobres, debido a la concepción está­
tica de la sociedad que se tenía. En la
ya citada pastoral a los campesinos, se catos obreros, pero recordando que el Monseñor Tiberio Solazar
les decía que tal vez no estaba lejano sindicalismo «no es una arma de lu- y Herrera, obispo de
el día en que los legisladores colom­ cha, sino un medio de llegar a la paz Manizales, se pronunció
bianos encontraran la manera de fo­ social». a favor, como todo el
mentar la agricultura nacional, de episcopado, sobre la ley
No deja de ser curioso que estos 69 de 1928, "un estatuto
modo que no sea necesario importar. planteamientos sociales se muevan a de seguridad de la época,
Los ejemplos que sugiere son dicien- un nivel general y abstracto, sin nin­ que autorizaba al
tes: proporcionar semillas baratas, he­ guna mención concreta de los proble­ gobierno para la
rramientas, maquinaria (nada se dice mas específicos de la sociedad colom­ represión de los
de la tenencia de la tierra), para aba­ movimientos
biana ni de las reformas sociales que comunistas."
ratar los víveres (nada se dice de me­
jorar las condiciones de vida).
En 1936, la pastoral colectiva de los
obispos se dedica a los aspectos teó­
ricos del comunismo y de la doctrina
social de la Iglesia insistiendo en que POST
la Iglesia no patrocina ninguna injus­
ticia ni de ricos ni de pobres, sino que TENEBRAS
busca una inteligencia cordial entre to­
dos los hombres por la caridad. Se de­
fiende la propiedad privada insistien­
LUX
do en su función social, lo mismo que
la necesidad del justo salario; se re­
cuerda que la Iglesia ha promovido
siempre las asociaciones obreras pero
rechazando «los sindicatos revolucio­
narios». Por eso, los obispos conclu­
yen prohibiendo a los católicos la afi­
liación a sindicatos comunistas. En la Portada del libro de
pastoral de 1940, se vuelve a aclarar desagravio publicado en
honor del nuncio
que la Iglesia no sólo no reprueba sino Vicentini, con firmas y
que recomienda la creación de sindi- mensajes de todo el país.
376 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

orientación anticomunista aparecerá


en la creación de la UTC, orientada
por los jesuítas, que se constituirá for­
malmente en 1946 pero que reunirá
asociaciones católicas obreras existen­
tes desde tiempo atrás.
Muy interesante es el caso de la Ju­
ventud Obrera Católica, estudiado en
la tesis doctoral de Ana María Bide-
gain {Iglesia, pueblo y política. Un es­
tudio de conflictos de intereses, 1930­
1955). La JOC se había fundado en
Colombia desde 1932, siendo oficial­
mente reconocida por el episcopado
en 1933. Inicialmente, la JOC se pre­
senta con un carácter marcadamente
Inauguración de las el gobierno liberal de entonces estaba anticomunista y cierta mentalidad
primeras 16 casas para planteando. El anticomunismo motiva campesinista, compitiendo exitosa­
trabajadores del Círculo muchas quejas de la jerarquía en con­
de Obreros de San
mente con el liberalismo en el terreno
Francisco Javier
tra de López Pumarejo, al cual acu­ sindical, lo que despertaba los ataques
construidas por el jesuíta saban de permitir la infiltración co­ de la prensa liberal lo mismo que de
José María Campoamor, munista en el magisterio y en la Uni­ algunos políticos de ese partido. Por
quien aparece en la foto versidad Nacional. En 1944, la Con­ ello, recibió en sus comienzos el apoyo
(octubre, 1914) con el ferencia Episcopal publica un mani­ económico de grupos dominantes y la
arzobispo Bernardo
Herrera Restrepo y la
fiesto contra el peligro comunista, que simpatía conservadora. Pero, a medi­
primera dama Elvira trabaja camuflado a través del partido da que el movimiento se fue descon-
Cárdenas de Concha. liberal. En el mismo año, el episco­ servatizando y logrando una mayor
pado previene a los párrocos en una participación popular, se fue separan­
carta sobre el problema social en Co­ do de la llamada doctrina social de la
lombia denunciando la infiltración del Iglesia y de las tendencias corporati-
comunismo entre los dirigentes de la vistas con que solía confundirse enton­
CTC y encareciendo la creación de círcu­ ces. El movimiento se va haciendo
los obreros y campesinos. La misma cada vez más beligerante y empieza a
acercarse a algunos sectores liberales,
tendiendo a una especie de democra­
cia social cristiana. Pero la respuesta
de los sectores más conservatizantes
de la jerarquía no se hace esperar:
monseñor Juan Manuel González Ar-
beláez, obispo auxiliar de Bogotá y
asesor eclesiástico nacional de la Ac­
ción Católica, logra que el cardenal
Pizzardo desautorice desde Roma a la
JOC y ordene su liquidación en 1939:
al no haber suficientes sacerdotes pre­
parados para ser conciliarios de la or­
ganización, es mejor que no haya
Antonio José Uribe, organización obrera para evitar que
promotor de la ley 69 de los jóvenes obreros sean fácilmente
1928 para reprimir los seducidos por el comunismo.
conflictos sociales de la
época, recibió de los Pero no todos los clérigos y obispos
obispos un plebiscito de pensaban así, como se ve por las que­
telegramas de apoyo y de jas que el obispo González dirigió a
felicitaciones. Roma contra los hermanos Murcia (el
Capítulo 14 377

"De cómo el liberalismo


político colombiano no es
pecado", de Rafael Uribe
Uribe, y "Liberalismo
colombiano teórico y
práctico", de monseñor
Ismael Per domo. La
polémica de 1912
predecía la posición que
asumió el arzobispo en el
asunto de las
candidaturas y caída de
la hegemonía
conservadora en 1930.

padre Jorge y su hermano Luis, que Pero Concha tuvo muchas dificultades
más tarde también sería sacerdote), para mantener a muchos de sus sacer­
por negarse a poner a la JOC bajo la dotes al margen de la actividad polí­
directa dependencia de la Acción Ca­ tica. Muchos curas rasos eran sectaria­
tólica. Los Murcia contaban con el mente antiliberales, actitud que era
apoyo de monseñor Perdomo y del reforzada por el anticlericalismo errá­
obispo de Ibagué, Pedro María Ro­ tico de algunos periódicos y políticos
dríguez: incluso, el nuncio Carlos Se­ liberales, especialmente en las regio­
rena envió informes favorables a ellos. nes donde había mayor competencia
Pero tanto monseñor González como bipartidista por estar casi equilibradas
Laureano Gómez se mostraban preo­ las fuerzas de ambos partidos. Ade­
cupados por las tendencias socialcris- más, los esfuerzos liberales por redu­
tianas de la organización. La Acción cir la influencia de la Iglesia tanto
Católica, cuyo «asesor eclesiástico» en el aparato educativo nacional co­
era González Arbeláez, era decidida­ mo en el regional y local eran utiliza­
mente proconservadora, según el tes­ dos por los políticos conservadores
timonio del historiador eclesiástico para despertar reacciones contra el go­
monseñor Restrepo Posada. bierno liberal.
Con la actitud partidista de los obis­ La complejidad y heterogeneidad
pos González y Builes, que llegaron a internas de la Iglesia se hicieron pa­
prohibir en 1942 la lectura del diario tentes en la discusión en torno al Con­
liberal El Tiempo, contrasta la actitud cordato de 1942, que buscaba poner
moderada y conciliatoria de obispos de acuerdo las relaciones Iglesia-Es­
como Luis Concha Córdoba, arzobis­ tado con la reforma constitucional de
po de Manizales. Concha no sólo re­ 1936. Desde 1937 había sido nombra­
husó sumarse a la condena del diario do Darío Echandía como embajador
liberal sino que alabó «el tono respe­ ante la Santa Sede: según el padre
tuoso» con que el periódico en cues­ Juan A. Eguren S.J., estudioso del
tión se refería siempre a la Iglesia. tema concordatario, el gobierno libe-
378 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Alfredo Vázquez Cobo en nombre de Pío XII, el 12 de abril


con monseñor Maldonado de 1942. La Santa Sede se había mos­
Calvo, obispo de Tunja,
durante la gira electoral
trado interesada en excluir el privile­
del primero en Boyacá, gio de la recomendación de obispos
agosto de 1929. por el gobierno, pero el acuerdo rea­
firmó el derecho de veto presidencial
a los candidatos extendiéndolo a los
obispos coadjutores con derecho a su­
cesión: se reafirma, sin embargo, el
principio de que el nombramiento per­
tenece a la Santa Sede y desaparece el
derecho de presentación. Todos los
obispos deberán ser colombianos y ju­
rarán obediencia a las leyes naciona­
les, lo mismo que no participar ni de­
jar participar al clero respectivo en
«ningún acuerdo que pueda perjudicar
el orden público o a los intereses de la
nación».
Se reitera la obligación de la pre­
sencia de un funcionario civil en los
matrimonios católicos, las causas de
separación matrimonial pasan a la jus­
ticia civil, lo mismo que la administra­
ral fue moderando sus inicialmente ex­ ción de los cementerios. Muchos
tremistas exigencias hasta contentarse sacerdotes y canonistas, como Javier
con una negociación parcial sobre ma­ Naranjo Villegas, reconocen hoy que
trimonio, registro civil y administra­ el Concordato de 1942 hubiera coin­
Reunión de prelados y ción de cementerios. Esta «actitud tan cidido perfectamente con las posicio­
notables en el seminario conciliadora» convenció al Vaticano nes que la Iglesia defendería luego en
de Bogotá, con presencia
del nuncio apostólico. para negociar y aprovechar la ocasión el Vaticano II. Naranjo Villegas, en
Entre otros: monseñores «para desterrar el último vestigio del un artículo escrito en 1969, procla­
Rafael María patronato español, oculto en el Con­ maba la necesidad de reformar el Con­
Carrasquilla, José cordato de 1887», en frase de Eguren. cordato y la llamada ley Concha, que
Manuel Caycedo, criticaba ferozmente: en esa ley apa­
Bernardo Herrera
Después de cinco años de estudio, se
Restrepo y Miguel Angel llegó a un acuerdo firmado entre recía un Estado que intervenía en la
Builes. Echandía y el cardenal Luis Maglione, vida religiosa de los ciudadanos,
«coaccionando su conciencia, indu­
ciendo a un acto considerado delictuo­
so por la ley eclesiástica, levantando
alambradas para impedir la fuga de los
fieles de la Iglesia católica, forzando a
la profesión de una religión y pre­
miando a los infractores de la ley ecle­
siástica al unirlos con el vínculo legal
que les niega si no han apostado». Es
un caso clásico de coacción, «incom­
patible con la libertad religiosa». Las
normas sobre instrucción pública son
contraproducentes al hacer odiosa la
religión por su imposición y violar la
libertad religiosa. (Naranjo Villegas.
La reforma concordataria de 1942 vista
desde la perspectiva de 1969.)
Capítulo 14 379

Muy distinta era la posición de los Monseñor Carlos Serena,


sectores ultraderechistas del clero y nuncio apostólico desde
del partido conservador ante la refor­ septiembre de 1935. Por
ma: inicialmente monseñor Perdomo instrucción del cardenal
Luis Maglione, favoreció
se oponía a ella pero se plegó al acuer­ la reforma concordataria
do que la Santa Sede juzgaba conve­ de 1942, a la que se opuso
niente, obedeciendo a la recomenda­ Laureano Gómez y la
ción que el cardenal Maglione había mayoría de los obispos y
del clero.
hecho al nuncio Serena de hacerle am­
biente favorable a la reforma. Así, se
presentó a la Conferencia episcopal un
proyecto favorable al acuerdo, elabo­
rado por Perdomo y Concha. Pero la
mayoría de los obispos y clero se mos­
traban en contra.
La fuerza oratoria de Laureano Gó­
mez se desplegó en todo su esplendor
y ferocidad en torno a la discusión del
tratado en el Senado; en la Cámara, el
principal impugnador fue Uribe Mi­
sas. Según Laureano, asesorado por
varios ilustres canonistas (jesuítas so­
bre todo), el concordato era obra de nacional». Quedaron así sólo dos con­
un complot masónico: no tenía en ductos de comunicación: el embajador
El presidente Miguel
cuenta la opinión de prelados y sacer­ Echandía y el nuncio Serena. El pri­ Abadía Méndez y el
dotes a los que se tuvo ignorantes de mero no podía representar a un país arzobispo primado Ismael
toda la negociación. El Concordato se católico, por ser masón; el nuncio Se­ Perdomo, durante un acto
modificó sólo para dar gusto al «furor rena no conoce la realidad de Colom­ oficial al final de la
fanático, a la inquina irreligiosa de un bia, ni su historia: ni siquiera ha administración Abadía,
acompañados, entre
pequeño círculo de masones» y se lo­ aprendido el idioma, su actitud ha sido otros, por Francisco
gró poniendo «un muro impenetrable «desdeñosa» frente a nuestra pequeña Samper Madrid e Ignacio
entre la Sania Sede y el catolicismo realidad y nuestros pobres asuntos... Rengifo.
380 Nueva Historia de Colombia. Vol. //

Por todo esto, el nuncio nunca trans­ la animadversión de Gómez frente al


mitió a la Santa Sede una información prelado se debía a la actitud de éste
objetiva y documentada sobre la rea­ frente al gobierno liberal: Perdomo se
lidad viviente del país. Según Gómez, había caracterizado por el respeto de­
se amordazó a obispos y clero obligán­ bido a las autoridades legítimamente
doles a guardar silencio sobre el tema constituidas y por el intento de suavi­
de la reforma concordataria: para pro­ zar las relaciones con el liberalismo, lo
bar esto leyó un testimonio del obispo que contrariaba las expectativas de al­
de Cali, Luis Adriano Díaz, que apoya gunos jefes conservadores. Éstos hu­
la intervención de Gómez calificán­ bieran preferido que la Iglesia se en­
dola de «magnífica». frentara abiertamente con el gobier­
Padre José María Según el padre Julio César Orduz, no, para que éste iniciara una perse­
Campoamor, S.J., biógrafo de monseñor Perdomo, la cución política al estilo decimonónico:
fundador del Circulo de confusión de los católicos aumentaba esto les permitiría usar otra vez la ban­
Obreros de San Franciscoporque la oposición al tratado prove­ dera religiosa como instrumento polí­
Javier (1911), que contó
con una Caja Social de
nía de políticos considerados como ca­ tico.
Ahorros y con un plan de tólicos integrales que resultaban «más Las dificultades entre Gómez y Per-
vivienda en Villa Javier, papistas que el papa»: «Párrocos y fe­ domo se hicieron aún más visibles a
en aplicación de las ligreses se habían acostumbrado a ver propósito del traslado de monseñor
doctrinas sociales de la en El Siglo el abanderado de los prin­ González Arbeláez a Popayán prime­
Iglesia que crearon
conciencia sobre los cipios religiosos...» Los conflictos del ro y luego a España, de lo cual se trató
problemas obreros y director de este periódico con Perdo- de culpar a Perdomo. González era
campesinos. mo provenían de tiempo atrás: en una muy mal visto por el liberalismo, de­
ocasión anterior, el arzobispo había bido a su antiriberalismo visceral y a
amonestado a Gómez recordándole su cercanía personal a los sectores más
que la Iglesia estaba regida de arriba extremistas del conservatismo. Se dijo
hacia abajo y no a la inversa y repren­ que la Santa Sede había trasladado a
diéndolo por la división que creaba al González por influencias de la maso­
interior del episcopado. Según Orduz, nería, que llegaba incluso a manejar a
la misma archidiócesis de Bogotá y al
nuncio apostólico. Un folleto, enca­
Cardenal Giuseppe
Pizzardo. En 1939, por bezado por una circular de Laureano
influencia de monseñor Gómez, fechada el 6 de julio de 1942,
Juan Manuel González denunciaba que el gobierno y la ma­
Arbeláez, entonces sonería manipulaban a la jerarquía
auxiliar de Bogotá, eclesiástica «para impedir y contra­
ordenó la liquidación de
la Juventud Obrera rrestar la lucha por los intereses reli­
Católica (JOC), que desde giosos». El Siglo fue acusado por mon­
su fundación en 1932 señor Perdomo de pretender abusiva­
había ido perdiendo su mente asumir la dirección del criterio
carácter conservador,
virando hacia un
católico de la nación.
socialismo cristiano. La nunciatura aclaró que el traslado
de González se debió a que espontá­
neamente había presentado su renun­
cia, desde el 13 de febrero de 1941,
por razones estrictamente religiosas*:
no había habido ninguna intervención
del gobierno en ese sentido. Por su
parte, monseñor Perdomo dirigió un
mensaje reservado al clero condenan­
do la campaña de El Siglo encaminada
a separar al clero y fieles de la obe­
diencia a sus legítimos pastores, amo­
nestando a los intransigentes que ta-
Capítulo 14 381

chaban de liberales a los que trataban


con las autoridades y no participaban
en actitudes violentas para defender
los intereses religiosos. Termina con­
minando con suspensión a divinis ipso
jacto a los que cooperen con la cam­
paña de El Siglo.
Este ambiente tan polarizado expli­
ca por qué el Concordato de 1942 nun­
ca entró en vigencia, a pesar de haber
sido aprobado por el Congreso: el pre­
sidente se abstuvo de realizar el canje
de ratificaciones, paso necesario para
la vigencia del tratado. Parece que la
reglamentación del tratado tampoco
era de su agrado.

De regreso al
régimen conservador (1946-1957)
Siguiendo el tradicional alineamiento
de la Iglesia con el partido conserva­
dor, hubo algunas intervenciones en
favor de la candidatura de Ospina.
Builes exhortaba el 27 de abril de 1946
a votar por un candidato que garanti­
zara los derechos de la Iglesia y or­
dena especiales oraciones por «el
triunfo de un candidato verdadera­
mente católico». Con el regreso del
conservatismo al poder, se retorna a la
educación «católica». En frase del pre­
sidente Ospina, a nadie debe extrañar
que imperen en la escuela «la moral
cristiana y las orientaciones que ema­
nan de la fe de nuestros mayores»
siendo «la nación colombiana unáni­ había dejado al régimen liberal: en­ El gobernador de Caldas,
memente católica». En septiembre de señanza sexual, educación mixta, Sierra Ochoa, saluda al
antiguo obispo de
1952, bajo la presidencia de Laureano maestros y maestras de pésimas cos­ Manizales, Luis Concha
Gómez, el ministro de Educación di­ tumbres, escuelas protestantes, bailes Córdoba.
rigió una circular a los directores de­ entre profesores y alumnos, «deportes Abajo, monseñor
partamentales de educación sobre la femeninos con vestidos vergonzantes, Concha y monseñor
necesaria recristianización de la ense­ en obedecimiento a los planes masó­ Perdomo con el nuncio
nicos, y baños mixtos públicos; excur­ Carlos Serena; ellos
ñanza oficial. Parte de esa recristiani­ representaron actitudes
zación consistía en el despido de maes­ siones mixtas, ferias del libro con más conciliadoras con los
tros y directores de escuelas y colegios obras heréticas, plagadas de errores y a posiciones más
pertenecientes al partido liberal. sovietizantes». radicales como las de los
El ambiente tenso de la época y la obispos Builes y González
(Exactamente lo mismo que había Arbeláez.
ocurrido en la república liberal con los intensa movilización popular van pre­
conservadores, curas, religiosos y parando la polarización política que
monjas que ocupaban puestos en la desembocaría en el fenómeno de la
educación oficial.) Violencia. La tradicional identifica­
En 1947, Builes describía así «el ción de la Iglesia católica con el par­
desgreño moral en la educación» que tido conservador acarrearía que la
382 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

herir el sentimiento católico del pue­


blo colombiano. Los culpables del he­
cho fueron «el ateísmo y la barbarie
comunistas». Los obispos llaman lue­
go la atención sobre las causas más re­
motas de los hechos: la «manifiesta o
velada propaganda anticatólica», la
negligencia en la educación de la ni­
ñez, «la inmoderada exaltación de las
pasiones en las luchas políticas», «las
incitaciones a la lucha de clases, con el
excesivo afán por los intereses eco­
nómicos y puramente materiales, ol­
vidando los de orden espiritual».
El 29 de junio del mismo año, los
obispos dedicaron una pastoral colec­
tiva al comunismo, mostrando su an­
tagonismo con la religión cristiana.
Darío Echandía, reacción del pueblo liberal contra el Algunos obispos como el futuro car­
embajador ante la Santa gobierno conservador se dirigiera tam­ denal Crisanto Luque, entonces obis­
Sede en agosto de 1937. bién contra la Iglesia, como se vio en po de Tunja, Gerardo Martínez, obis­
Luego de cinco años de
estudio, firmó con el el famoso bogotazo de 1948: quemas po de Garzón, y monseñor Builes con­
cardenal Maglione un de templos y colegios religiosos y ase- denan al liberalismo como aliado del
nuevo concordato (abril, sinatos de sacerdotes, mostraron hasta comunismo el 9 de abril. Para Builes,
1942). dónde las masas colombianas identi­ el verdadero autor de la hecatombe
ficaban a la Iglesia con el partido con­ es el liberalismo, vestido de comu­
servador, al cual culpaban por el ase­ nismo. En 1949, los obispos exhortan
sinato de su carismático caudillo. a no votar en las próximas elec­
El 9 de abril de 1948 fue tema de ciones por el comunismo, responsable
Alfonso López Pumarejo yuna pastoral colectiva del episcopado del 9 de abril.
monseñor Miguel Angel colombiano: el atentado contra la La pastoral colectiva de octubre de
Builes, precisamente el nunciatura es muestra clara e incon- 1949 es una exhortación a la paz,
pmráeslasdeoocpoulsoomabliaarneofoqrume a fundible del «origen tenebroso de cuando se desencadenaba ya la violen­
más se opuso a la reforma
constitucional de López todo aquel movimiento», del «espíritu cia generalizada: la paz es necesaria en
sobre la libertad diabólico» que animaba a sus dirigen- Colombia, «tan despedazada por pa­
religiosa. tes y de la finalidad de la catástrofe: siones y odios no sólo anticristianos
sino antihumanos; ensangrentada por
luchas fratricidas...». Exhorta a «de­
poner odios y cancelar resentimientos
y propósitos de venganza; a empren­
der una cruzada persistente en favor
de la paz y la armonía entre todos los
ciudadanos». A pesar de estas inter­
venciones en pro de la paz, los hechos
violentos acentúan el anticlericalismo
por la identificación del clero con el
conservatismo. También se mezcló el
antiprotestantismo con la política: mu­
chos protestantes son víctimas de la
violencia, tal vez más por ser liberales
que por protestantes. Además, algu­
nos curas rasos se mezclaron activa­
mente en conflictos violentos aunque
de carácter aislado, porque muchos
Capítulo 14 383

conservadores querían utilizar al


sacerdote para justificar sus tropelías.
Carlos Horacio Urán anota que pudo
más toda la historia anterior de con­
flictos entre Iglesia y Estado y la ins-
trumentalización que hizo de ellos el
conservatismo que las pastorales que
llamaban a la concordia. Las pasiones
religiosas contribuyeron a exacerbar el
ambiente de los enfrentamientos po­
líticos y luego las consideraciones mo­
rales y religiosas se mostraron inca­
paces de frenar la catástrofe que ha­
bían ayudado a desencadenar. (Urán,
obra citada, pág. 71.)
También es importante recalcar en
esta época el auge que las doctrinas
corporativistas estaban adquiriendo al
interior del partido conservador y de Pérez. También afirmó Rojas que el El presidente López y el
la Iglesia: no es raro encontrar en tex­ cardenal había tratado de imponerle primado Perdomo,
tos y folletos de doctrina social de la que su gabinete fuera homogénea­ durante la inauguración
de nuevos servicios de la
Iglesia la afirmación de que el Estado mente ospinista. (Entrevista con clínica Marly, en Bogotá,
corporativista era el ideal político del Umaña Pavolini, en Revista de Histo­ julio de 1935. Las buenas
cristianismo. Uno de los teóricos del ria, n.° 1, 1975. El problema fue que relaciones Iglesia Estado
corporativismo en Colombia fue el pa­ esta entrevista apareció publicada ocasionaron conflictos de
dre Félix Restrepo, S.J., eminente lin­ poco después de la muerte del gene­ Laureano Gómez con la
güista y presidente por muchos años ral, pero nunca suscitó ninguna con­
de la Academia de la Lengua. El pa­ troversia ni refutación. Fue simple­
dre Restrepo pronunció una serie de mente ignorada.)
conferencias por la Radio Nacional en Este apoyo de la Iglesia a Rojas
1951 sobre esos temas, cuando el pre­ produjo un profundo resentimiento en
sidente Laureano Gómez estaba im­ Laureano Gómez en contra de la je-
pulsando un proyecto de reforma
constitucional de tipo corporativista.
En esas conferencias se planteaba el Palacio de la nunciatura
apostólica, destruido el 9
ideal de una república utópica cristia­ de abril de 1948. Para la
na, Cristilandia, cuyos principios in­ Iglesia, fueron culpables
tentaban luego aplicar a Colombia en de este hecho "el ateísmo
términos muy semejantes a los del y la barbarie comunista."
proyecto constitucional de Gómez.
Precisamente este proyecto produjo
(o hizo explícita) la división del par­
tido conservador que, junto con la vio­
lencia desencadenada, llevó al golpe
de estado del general Gustavo Rojas
Pinilla.
Lo terrible de la situación que vivía
el país explica el apoyo inicial al go­
bierno de facto del general Rojas Pi-
nilla: varios años después, éste acusó
al cardenal Luque de haber contribui­
do a crear ambiente favorable al golpe
de estado, por estar muy entregado a
la corriente conservadora de Ospina
384 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

cialistas y comunistas infiltrados; dos


obispos consideraban peligroso el in­
flujo del justicialismo peronista.
Un ensayo de nueva organización
política, la Tercera Fuerza, fue igual­
mente condenada por la Iglesia, que
vino así a reforzar la oposición de li­
berales y conservadores; el 16 de junio
de 1956, el cardenal Luque en carta a
Rojas acusaba al movimiento como
peligroso e inadmisible desde el punto
de vista de las enseñanzas de la Iglesia
y de la ley natural: muchos de sus di­
rigentes pertenecen a la CNT, conde­
nada por la jerarquía anteriormente y
además, la Tercera Fuerza es una
amenaza para la UTC, inspirado en la
doctrina social de la Iglesia. Criticaba
también el que Rojas hubiera pedido
a la multitud un juramento de adhe­
sión a un movimiento político.
Lógicamente, la Iglesia apoyó
La catedral de Bogotá y rarquía y de la Compañía de Jesús, abiertamente el movimiento biparti­
las ruinas del 9 de abril. porque él siempre se había conside­ dista contra Rojas: el arzobispo de Po-
"La reacción del pueblo rado el defensor máximo de la Iglesia. payán, Diego María Gómez, recibió a
liberal contra el gobierno
conservador hizo que se
Gómez escribió entonces una serie de los dirigentes de la oposición el 20 de
dirigiera también contra cartas desde el exilio, acusando a la je­ abril de 1957 y les prometió que el car­
la Iglesia", con la cual se rarquía de conformista y entregada al denal Luque adoptaría una posición
identificaba. usurpador. El gobierno autorizó (y más fuerte contra Rojas. Gómez apro­
hasta difundió) la publicación de di­ bó la candidatura de Guillermo León
chas cartas, tal vez con el fin de en­ Valencia como afortunada. El carde­
frentar a Gómez con la jerarquía. Al­ nal Luque le escribe a Rojas califican­
gunos piensan que estas cartas sirvie­ do como «ilegal» su reelección para
ron para aplazar el enfrentamiento 1958-1962. Monseñor Miguel Ángel
inevitable de la jerarquía con Rojas Medina, obispo auxiliar de Cali, ani­
Padre Félix Restrepo, Pinilla. mó a Luque a intervenir con motivo
S.J., teórico del El Catolicismo, órgano oficioso de de la prisión de Valencia: el cardenal
corporativismo, planteó
la jerarquía, expresó su condena de la logró que se levantara el cerco a la
en una serie de casa donde estaba Valencia. Un ser­
conferencias en 1951 el matanza de la Plaza de Toros de 5 de
ideal de una república febrero de 1956 como abiertamente món de fray Severo Velásquez en La
utópica cristiana, anticristiana. Pero desde la pastoral de Porciúncula, muy crítico contra el go­
semejante al proyecto de Cuaresma de 1955 había aparecido bierno, suscitó un ataque de la policía
Constitución de Gómez. una condenación de la central obrera contra la gente que salía del templo.
de tipo peronista que el gobierno im­ El cardenal Luque condenó formal­
pulsaba para conseguir cierto apoyo mente al régimen por «asesinato» y
popular para su gobierno. La CNT «profanación» sacrilega de los tem­
(Confederación Nacional de Trabaja­ plos. A los pocos días renunciaba Ro­
dores), fue condenada por «anticon­ jas porque la situación se había hecho
fesional»: sus dirigentes habían recha­ insostenible. La participación de la
zado la autoridad de la Iglesia en el Iglesia en la campaña bipartidista con­
campo social, se mofaban del sindi­ tra Rojas iba a traer una consecuencia
calismo cristiano de la UTC y profe­ trascendental: el acercamiento del
saban principios opuestos a la moral partido liberal a la jerarquía eclesiás­
cristiana. Además, tenía influjos so­ tica.
385
Capítulo 14

La Iglesia desde el Frente Nacional


hasta nuestros días
El plebiscito que dio origen al sistema
bipartidista fue apoyado por el comité
permanente de los obispos metropo­
litanos, aclarando que trabajaría para
hacer derogar las reformas de 1936
que estuvieran en desacuerdo con el
sentimiento católico del pueblo co­
lombiano. Hubo una excepción: mon­
señor Builes pidió votar en contra del
plebiscito porque aceptaba las refor­
mas de 1936, como el principio co­
munista de la función social de la pro­
piedad y la libertad de cultos, legali­
zando al partido comunista. El abru­
mador resultado favorable al Frente
Nacional fue interpretado por Builes
como triunfo de las izquierdas y ardid
de la masonería, que presentaba el
lema de la concordia nacional para en­
gañar a las derechas y al clero.
Sin embargo, el texto del plebiscito
representaba cierto regreso a la con-
fesionalidad del Estado, ya que tenía del Frente Nacional disminuía la ca­ El cardenal Crisanto
carácter de reforma constitucional: es­ pacidad crítica, especialmente en los Luque Sánchez y el
general Rojas Pinilla,
taba encabezado en nombre de Dios problemas socioeconómicos. El falle­ quien más tarde lo acusó
como fuente suprema de toda autori­ cido obispo de Facatativá, Raúl Zam- de favorecer el clima de
dad y reconocía que una de las bases brano Camader, decía que la Iglesia golpe militar por su
de la unidad nacional era el recono­ sólo había sido crítica del Estado en ospinismo. Abajo,
cimiento hecho por los partidos de que cuestiones eclesiásticas y religiosas, homenaje de Alberto
Lleras a monseñor
la religión católica era la de la nación; siendo demasiado conciliadora en los Concha en 1959, con el
como tal, los poderes públicos la ha­ asuntos sociales, tal vez por miedo a nuncio Dadaglio,
rán respetar como esencial elemento que una actitud crítica pudiera incitar Laureano Gómez y el
de orden social. Además, la Comisión a la violencia. obispo Pablo Correa
Política del Liberalismo dio por can­ León.
celadas las pugnas de origen o pretex­
to religioso; por otra parte, un grupo
de notables liberales dirigió al carde­
nal Luque una carta en que se decla-,
raban «hijos sumisos de la Iglesia»,
manifestando que su vinculación al li­
beralismo era sólo de carácter político
y rechazando los errores del liberalis­
mo filosófico. Con todo esto, el ple­
biscito retrotraía las relaciones Iglesia-
Estado a las fórmulas conservadoras
de 1886, pero con una diferencia: el
plebiscito era obra de los dos partidos
tradicionales.
De parte de algunos sectores de la
Iglesia, se consideró que la estrecha
vinculación con el sistema bipartidista
386 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Según el politólogo norteamericano novación creativa de los niveles más


Alexander Wilde, en un libro que exa­ bajos de la estructura. En resumen,
mina diferentes aspectos del Frente Wilde cree que tanto para la Iglesia
Nacional, señala que éste significó una como para los partidos tradicionales el
ruptura de la tradición de la depen­ Frente Nacional tuvo una función ne­
dencia de la Iglesia con el partido con­ gativa: buscaba solucionar problemas
servador y el fin de sus tradicionales viejos pero no afrontaba los nuevos,
conflictos, al hacerla parte integrante pues se había hecho para suavizar los
del régimen bipartidista. Desapareció enfrentamientos bipartidistas pero no
así la actividad electoral de los clérigos para legitimar ningún cambio positivo.
en pro del conservatismo, salvo casos Las estructuras eclesiásticas estaban
aislados. La Iglesia se dedicó entonces hechas para la defensa frente al libe­
a una labor de modernización interna ralismo laicizante y secularizante,
fortaleciendo sus estructuras centrales pero no para una presencia creativa en
Monseñor Miguel A. a través de una secretaría permanente la sociedad. (A. Wilde, «The Contem-
Medina, obispo auxiliar,
monseñor Julio Caicedo y
del episcopado con sede en Bogotá, porary Church», en Politics of Com-
Téllez, arzobispo de Cali, una entidad nacional de coordinación promise. Coalition Government in Co­
y el arzobispo de Popayán de las diferentes diócesis. También lombia.) En un documento posterior,
Diego María Gómez, en mostró una mayor preocupación por Wilde sostiene que la Iglesia ha lle­
la boda del ministro de los problemas del desarrollo y acción
Educación del gobierno
gado a ser casi irrelevante por su es­
militar, Aurelio Caicedo social, con mayor presencia de los trecha identificación con el régimen,
Ayerbe, con Luz Marina científicos sociales. Sin embargo, Wil- cuya declinación comparte. Para ser
Cruz Losada. Monseñor de cree que estas nuevas estructuras relevante, la Iglesia hubiera necesita­
Gómez jugaría papel burocráticas no hacían sino cubrir la do distanciarse del régimen en vez de
determinante en la
adopción de una actitud
estructura tradicional de autoridad je­ identificarse con él. La resistencia de
contraria a Rojas Pinilla rárquica que conservaba un omnipre­ la Iglesia a tratar de entender el fe­
cuando este planteó su sente control, sin ninguna tolerancia nómeno de los curas «rebeldes» o con­
reelección en 1957. para la autonomía necesaria ni la in- testatarios, perjudicó, según Wilde,
Capítulo 14 387

tanto la causa de la Iglesia como la de señala los cambios en las relaciones


la misma democracia colombiana. entre padres e hijos, la mayor corrup­
Precisamente la incapacidad de la ción administrativa y económica y el
jerarquía eclesiástica para manejar menor aislamiento del país con res­
creativamente los problemas de la fal­ pecto al exterior. Para Alvaro Tirado
ta de consenso interno en materias so­ Mejía, uno de los efectos positivos del
cioeconómicas y políticas mostró la Frente Nacional fue haber laicizado al
falta de respuestas nuevas a los pro­ país en un tiempo récord y sin mayo­
blemas nuevos que se presentaban. res conflictos.
Esta incapacidad es probablemente el Obviamente, los cambios ocurridos
resultado del modelo con que la Igle­ en la sociedad colombiana tenían que
sia estaba acostumbrada a funcionar afectar la situación de la iglesia cató­
frente a la sociedad colombiana: el lica en ella: con un estilo de organi­
control desde arriba de las institucio­ zación y de pastoral pensado para un
nes civiles consideradas como iguales mundo predominantemente rural y un
o subordinadas a las eclesiásticas su­ país bastante aislado de las ideas y co­
pone conservar una imagen de Iglesia rrientes intelectuales en boga en el
monolítica, sin fisuras, que negocia de resto del mundo, la Iglesia debió
igual a igual con el Estado. No se pue­ afrontar el desafío de una acelerada
de permitir el lujo de aparecer divi­ urbanización y de una mayor apertura
dida hacia afuera. El problema es que intelectual del país. Los avances eco­
ese modelo deja de funcionar cuando nómicos en el campo y la ciudad im­
desaparece el consenso sobre la legi­ plicaron un aumento de las desigual­
timidad de las instituciones. Y eso fue dades sociales, un creciente desem­
exactamente lo que ocurrió a partir de pleo y una masiva expulsión de cam­
los años sesenta. Tanto la unanimidad pesinos a las ciudades, lo que trajo
doctrinal dentro de la Iglesia católica consigo la metropolización de las cua­
como el consenso sobre la legitimidad tro ciudades principales del país y un
de las instituciones nacionales empezó
a desvanecerse. Este cambio no fue Raúl Zambrano Camader,
solamente resultado de las reformas obispo de Facatativá,
políticas y económicas del régimen bi­ famoso por su posición
partidista sino también reflejo de los progresista, afirmaba
cambios ocurridos en la sociedad co­ "que la Iglesia había sido
crítica del Estado en
lombiana y en la iglesia universal, a cuestiones eclesiásticas y
partir del Concilio Vaticano II. religiosas, siendo
La rapidez y profundidad de los demasiado conciliadora
cambios que Colombia ha vivido en en los asuntos sociales."
menos de una generación han sorpren­
dido a observadores nacionales y ex­
tranjeros. Malcolm Deas, historiador
inglés experto en el tema colombiano
y un agudo observador de nuestra so­
ciedad, ha señalado cómo tal vez el
mayor cambio realizado en ella en los
últimos veinte años es el ocurrido con
la Iglesia: «Una secularización acele­
rada de la sociedad, que en los años
sesenta era inimaginada, y que segu­
ramente de sólo imaginarla le habría
producido infarto a un cura.» Sólo en
segundo lugar menciona Deas la ace­
lerada urbanización y la consolidación
de unas nuevas clases medias; después
388 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

monstruoso aumento de la población argumentos teológicos usados fueran


marginal. Esto significó un cambio admitidos por teólogos y jerarquías ca­
fundamental en los problemas que los tólicas en otras partes del mundo.
curas debían afrontar en las parro­ Otro aspecto que se vio claramente
quias urbanas. a partir de los años sesenta fue la im­
La creciente profesionalización de preparación de la mayoría de la iglesia
las clases medias, especialmente en el católica para dialogar con otros estilos
sexo femenino, produjo importantes de pensamiento y otras formas de or­
modificaciones en la estructura fami­ ganización social, acostumbrada como
liar. La no adecuación de la familia estaba a una situación de virtual mo­
tradicional al nuevo papel de la mujer nopolio religioso y a un país bastante
causó una crisis severa de la institu­ aislado de las corrientes intelectuales
ción familiar, cuya importancia no pa­ en boga en el resto del mundo. Pero
rece haber sido percibida por la pas­ el influjo de la revolución cubana, el
toral familiar y educacional de la Igle­ mayor contacto intelectual y acadé­
sia: innumerables divorcios y separa­ mico con universidades de fuera del
ciones han llevado a un modelo de fa­ país, la llegada al país de libros que re­
milia organizada en torno a un solo cogen la producción intelectual de to­
progenitor y a la proliferación de nue­ das las tendencias significaron el fin
vas uniones de hecho, a las cuales ni del aislamiento en que solía vivir la
la sociedad civil ni la Iglesia estaban mayoría del país.
acostumbradas. Esta inadecuación se Pero también en el seno de la misma
ve reflejada en la legislación familiar Iglesia católica ocurrieron cambios im­
vigente, que el Concordato reciente­ portantes que tomaron por sorpresa a
mente ratificado no permite modifi­ la mayoría de los jerarcas colombia­
car. Otro punto particularmente con­ nos. El Vaticano II significó un im­
flictivo ha sido el referente a la pla­ portante intento de diálogo con el
nificación familiar, que se ha exten­ mundo moderno surgido de la ilustra­
dido por todo el país, produciendo ción, al subrayar la dimensión histó­
una baja de la tasa de natalidad im­ rica de la Iglesia, al aprobar la con­
previsible hace veinte años. Se calcula cepción de la Iglesia como pueblo de
que, a pesar de las enseñanzas oficia­ Dios en marcha a través de los ava-
les de los papas y obispos, más de la tares de la historia lo mismo que el es­
mitad de las mujeres en edad fértil quema de libertad religiosa. La in­
planifican de algún modo, incluso en mensa mayoría de los jerarcas y del
las zonas campesinas de Boyacá, Na- clero colombianos no estaban prepa­
riño y Oriente Antioqueño, donde se rados para tal vuelco, pues llevaban
considera que es más fuerte el control luchando casi dos siglos contra la idea
social del clero. En este aspecto puede de libertad religiosa aprobada por el
también haber influido el hecho de Concilio. Varios obispos y teólogos
que ha sido el control natal un punto llegaron hasta confesar que les habían
conflictivo en la ruptura del consenso «desencuadernado» sus manuales de
dé la propia Iglesia: muchos teólogos y teología; muchos sólo aceptaron de
sacerdotes expresaron, tanto en públi­ manera superficial los nuevos enfo­
co como en privado, su distanciamien- ques, que representaban sólo un bar­
to frente a las enseñanzas oficiales de niz modernizante superpuesto a sus
la jerarquía en este punto subrayando concepciones tradicionales. Además,
la importancia de la decisión que la muchas declaraciones conciliares fue­
conciencia de las parejas podían tomar ron aprobadas sólo mediante un con­
sobre el control natal. Frente a este di­ senso formal que ocultaba a veces po­
sentimiento, el episcopado colombia­ siciones muy diversas, en ocasiones
no ha condenado unánimemente cual­ hasta contradictorias.
quier opinión teológica que permitiera
esa libre decisión de la pareja, así los El resultado de dichas contradiccio­
nes latentes se hizo manifiesto cuando
Capítulo 14 389

los obispos regresaron a sus sedes res­ entre la juventud. Esta desigual asi­
pectivas y empezaron a ser confron­ milación de los nuevos enfoques en
tados por sus cleros en nombre de las unas diferentes posiciones: el entu­
doctrinas que ellos mismos habían siasmo de muchos clérigos y laicos por
aprobado. Esto puede ser ilustrado llevar hasta sus últimas consecuencias
con lo ocurrido con El Catolicismo, el llamado «aggiornamento» o puesta
considerado órgano oficioso de la je­ al día de la Iglesia frente el mundo
rarquía, cuyos directores (uno de moderno contrastó con los intentos tí­
ellos, el actual primado colombiano, midos y desconfiados de la mayoría de
monseñor Mario Revollo Bravo) se los jerarcas. El problema era más gra­
vieron obligados a renunciar y cuya ve dado el modelo institucional de
publicación fue suspendida por el car­ Iglesia imperante en Colombia y su ín­
denal Luis Concha Córdoba. El car­ tima vinculación con el Estado: ade­
denal estaba en desacuerdo con la más, debían añadirse los problemas tí­
orientación del periódico, que se ha­ picos del Tercer Mundo (atraso eco­
bía dedicado a difundir los temas con­ nómico y cultural, pobreza, injusticia,
ciliares y había planteado una «vasta desigualdad social y económica, poca Monseñor Gerardo
reforma de estructuras». Por esto, 95 participación política de las masas po­ Valencia Cano y
sacerdotes pidieron al cardenal una pulares, etc.) para los cuales el Con­ sacerdotes colombianos,
orientación concreta sobre la aplica­ cilio Vaticano II no ofrecía claras di­ en audiencia con Pío XII.
ción de los documentos conciliares. El rectivas y la llamada Doctrina Social Valencia Cano sería el
fundador del grupo
prelado respondió que las enseñanzas de la Iglesia sólo daba orientaciones Golconda, un intento de
del Vaticano II sólo obligaban a la demasiado generales. En resumen, la recoger el pensamiento de
Iglesia colombiana a cambios litúrgi­ Iglesia colombiana debía afrontar los Camilo Torres y la lucha
cos y no a cambios sociales. problemas del siglo XIX (diálogo con la por "un cambio profundo
Sin embargo, el impacto del Vati­ modernidad) junto con los problemas y urgente de las
del siglo xx, en el marco de un país estructuras
cano II produjo un gran dinamismo socioeconómicas y
eclesial de curas v laicos, sobre todo subdesarrollado y dependiente. políticas."
390 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

La desigual asimilación del Vatica­ cambio recoge los resultados de la reu­


no II se hizo patente en la discusión en nión de obispos colombianos: insiste
tomo al Concordato de 1973, apro­ en las categorías de subdesarrollo y
bado por los dos partidos tradicionales marginalidad pero subrayando que
a pesar de la oposición teórica de bas­ esos fenómenos subsisten a pesar de
tantes liberales y de algunos miembros los esfuerzos del Estado y de la Iglesia
del propio clero. Según el entonces por erradicarlos.
candidato liberal Alfonso López Mi- Se reconocen también la dependen­
chelsen, el acuerdo debía ser aproba­ cia externa, la desigualdad de la pro­
do para evitar enfrentamientos con la piedad, la falta de real participación
Iglesia católica, que eventualmente política pero enfatizando también as­
podrían acarrear la ruptura del bipar- pectos positivos que los compensan.
tidismo. El nuevo concordato, aunque Aunque se menciona tangencialmente
suprimía algunas disposiciones abe­ la necesidad de un cambio de estruc­
rrantes como la ley Concha, anterior­ tura, no se habla de la violencia ins­
mente mencionada, estaba muy lejos titucionalizada que produce como res­
de concordar con las posiciones teó­ puesta la violencia de los oprimidos
ricas del nuevo espíritu conciliar. En contra los opresores (tema central en
la discusión, se hizo todo lo posible Medellín). En cambio, se señalan cla­
para que no aparecieran posiciones di­ ramente los peligros de la opción tem­
vergentes al interior de la Iglesia: la poral y de la tentación de la violencia.
imagen de monolitismo es esencial Estas posiciones conciliadoras son
para una Iglesia que se enfrenta al Es­ frecuentes en los documentos episco­
tado como sociedad perfecta frente a pales colombianos, que suelen ser
sociedad perfecta. siempre moderados en las críticas en
Algo parecido sucedió con respecto lo social, económico y político. En
a la conferencia episcopal en Medellín 1970, cuando el auge electoral de la
en 1968, pero de manera aún más mar­ ANAPO amenazaba imponerse sobre
cada, ilustrando la desigualdad de en­ el Frente Nacional, el cardenal Aníbal
foques sobre la realidad latinoameri­ Muñoz Duque intervino para pedir el
cana que coexistían entre las diferen­ sometimiento a los resultados electo­
tes Iglesias latinoamericanas. Los rales considerados fraudulentos por la
obispos colombianos se mostraron oposición, el abstenerse de toda pro­
opuestos al documento básico de tra­ testa pública contra las autoridades, lo
bajo quejándose de que los problemas mismo que a evitar comentarios que
en discusión y la orientación habían expresaran desconfianza frente a los
sido impuestos por los episcopados y recursos de la democracia colombia­
expertos del Cono Sur, por lo cual no na. Lógicamente, esta intervención
representaban la realidad colombiana. fue interpretada como un intento para
Por esto, decidieron presentar un con­ favorecer el triunfo del candidato ofi­
tradocumento que pretendía matizar cial, Misael Pastrana Borrero. Sin em­
un poco la descripción un tanto ne­ bargo, algunos documentos episcopa­
gativa que se hacía de la realidad la­ les aparecen más críticos frente al sis­
tinoamericana. Este contradocumento tema político del país. Tal es el caso
no fue considerado en la reunión por del documento Justicia y exigencias
haber sido presentado fuera de los pla­ cristianas, que recoge las conclusiones
zos reglamentarios. Pero sus ideas bá­ de la conferencia episcopal de 1973.
sicas aparecieron cuando la Conferen­ Este libro denuncia la existencia de la
cia episcopal colombiana trató de apli­ apatía política generalizada, y la au­
car las conclusiones de Medellín a la sencia casi total de conciencia política,
situación colombiana en 1969, buscan­ que conducen a una perpetuación de
do sistemáticamente suavizar las rea­ una minoría en el poder. Se denuncian
lidades consideradas demasiado con­ allí formas de opresión de grupos eco­
flictivas. El libro La Iglesia ante el nómicos en todos los terrenos lo mis-
Capítulo 14 391

mo que grandes injusticias en el cam­ El padre Camilo Torres


po político, que han sido determinan­ Restrepo, el cura
guerrillero. Para él, "la
tes de nuestra general situación de in­ revolución era la
justicia. Pero se condena toda apela­ condición necesaria para
ción a la violencia y se proclama que realizar el amor eficaz
la Iglesia debe estar por encima de que su fe le pedía" (foto de
toda ideología. Hernán Díaz).
Esta actitud contrasta con la asu­
mida por otros sectores clericales y re­
ligiosos, formados en la mentalidad
posconciliar y más insertados en las
realidades sociales del país, que pre­
tendían romper con la actitud tradicio­
nal de «ghetto» frente a nuevas co­
rrientes ideológicas y sociales. Estos
nuevos sectores fueron descubriendo
consecuencias más radicales de los do­
cumentos conciliares y de las confe­
rencias episcopales al confrontarlos
con la situación social y económica de
las masas marginales con quienes su
ministerio pastoral los ponía en con­
tacto. La jerarquía va endureciendo
paulatinamente su posición frente a
estos grupos clericales, con lo cual és­
tos se van radicalizando cada vez más a la par con la falta de sentido pastoral
al ponerse en contacto con grupos y y la incomprensión de la realidad so­
pensamientos de izquierda en un diá­ cial por parte de sus pastores, cuya
logo para el cual no estaban prepara­ única respuesta solía ser el recurso a
dos intelectualmente. Por supuesto la autoridad.
hubo muchas imprudencias y salidas Este contexto de mutuas incom­
en falso de los nuevos «profetas» fren­ prensiones y de diferente apreciación
te a la institución eclesiástica, parcial­ de la situación del país, enmarca las
mente debidas a su celo apostólico y a posiciones de la jerarquía frente a Ca­
su afán por identificarse con la situa­ milo Torres, los grupos sacerdotales
ción de miseria del pueblo con quien de Golconda y SAL (Sacerdotes para
trabajaban pero también a su ingenui­ la América Latina) y otros similares.
dad política y a su desconocimiento de Camilo Torres representó inicialmen­
las ciencias sociales: de ahí su tenden­ te un intento de diálogo con el mundo
cia a mitificar y supravalorar de ma­ universitario, con las Ciencias Sociales
nera acrifica los aportes del marxismo, y con una sociedad considerada injus­
generalmente presentados en su ver­ ta. Camilo fue luego radicalizando sus
sión más simplista y menos matizada. posiciones: insistía así en la necesidad
La beligerancia de las denuncias de es­ de que el amor cristiano se hiciera efi­
tos sectores clericales en sus denuncias caz, traduciéndose en la ciencia, en la
contra una jerarquía eclesiástica que técnica, en la política hasta llegar in­
ellos consideraban demasiado com­ cluso a la violencia guerrillera. Según
prometida con los sectores dominan­ él, la ciencia y la experiencia lo habían
tes producía cada vez un mayor convencido dé que la revolución era la
endurecimiento de parte de los obis­ condición necesaria para realizar el
pos, hasta impedir todo diálogo con amor eficaz que su fe le pedía. Por
los llamados sectores «rebeldes» eso, consideraba que la revolución era
del clero cuya imprudencia y falta de un deber para todos los cristianos.
tacto político corrían frecuentemente Con respecto a la estructura eclesiás-
392 Nueva Historia de Colombia. Vol II

Libro rojo de Golconda, ha sacralizado esta dependencia exter­


publicado en julio de 1969 na y dominación interna como «la ex­
por el Movimiento presión inequívoca de la voluntad de
Universitario y
Profesional de Dios». Por todo esto, el grupo Gol-
Organización de la conda rechaza por igual el imperialis­
Comunidad (Muniproc). mo neocolonial, la burguesía nacional
Golconda tuvo una vida y el maridaje entre la Iglesia y Estado,
efímera por disensiones proponiéndose como objetivo la lucha
internas y la muerte de
monseñor Valencia Cano,
«por un cambio profundo y urgente de
que cohesionaba las las estructuras socioeconómicas y po­
tendencias del grupo. líticas del país» y por la actualización
de las estructuras eclesiásticas tanto
internas como las relacionadas con la
sociedad y el Estado.
El grupo Golconda tuvo una vida
efímera por causa de las disensiones
internas, la falta de una organización
sólida y por la muerte del obispo Va­
lencia, que daba cierta cohesión a las
diferentes tendencias existentes al in­
terior del grupo. Pero la incompren­
sión y persecución de algunos jerarcas
tuvo que ver también con la desapa­
rición del grupo, que era tachado de
marxistoide y demagogo.
tica, Camilo llegó a expresar que sen­ Cuatro años después, el grupo de
tía repugnancia para trabajar dentro Sacerdotes para América Latina,
de ella (cuando el arzobispo auxiliar SAL, intentó nuevamente recoger las
de Bogotá, Rubén Isaza, le ofreció un ideas de Camilo Torres y del grupo
trabajo en la curia archidiocesana) Golconda. El consenso mínimo del
porque estaba seguro de que esto lo grupo apareció el 13 de diciembre de
separaría del mundo y de los pobres 1972: se recalcaba en él la opción
«para incluirlo» en un grupo cerrado evangélica por los pobres como exi­
de una organización perteneciente a gencia de la vocación sacerdotal, se re­
los poderes de este mundo. chazaba el capitalismo lo mismo que la
El grupo Golconda, llamado así por búsqueda de una tercera vía reformis­
el nombre de la finca en Viotá donde ta entre capitalismo y comunismo y se
se reunió en 1968 la agrupación sacer­ opta claramente por el socialismo. El
dotal dirigida por monseñor Gerardo documento acepta el análisis marxista
Valencia Cano, trató de recoger tanto como metodología y el diálogo con
la herencia del pensamiento de Ca­ marxistas en una acción común. El
milo como las conclusiones de la con­ grupo se caracterizó por las continuas
ferencia episcopal de Medellín que denuncias de situaciones concretas de
acababa de celebrarse. El documento los poderes eclesiásticos y civiles, lo
base del grupo comienza citando dicha mismo que por el anonimato de sus
conferencia manifestando que el sub­ miembros: se buscaba así evitar la re­
desarrollo del país se debe a la situa­ presión tanto de la jerarquía eclesiás­
ción de dependencia económica, cul­ tica como del poder civil.
tural y política en la cual vive. La de­ El anonimato del grupo y la beli­
pendencia frente a centros extranjeros gerancia de sus denuncias contra la je­
se traduce en la denominación interna rarquía llegó a exasperar todavía más
ejercida por las oligarquías nacionales a la mayoría de los obispos, que em­
a lo largo de toda nuestra historia. Se­ piezan a ver enemigos de la Iglesia en
gún el documento, la Iglesia católica todo grupo o persona crítica. En 1976,
Capítulo 14 393

la conferencia episcopal colombiana titud de oración y en diálogo con las


se dedicó al tema de los sacerdotes, re­ comunidades cristianas presididas por
ligiosos y laicos que habían asumido los obispos. Cinco años más tarde, en
una posición radicalizada en política; agosto de 1981, la XXXVII asamblea
los resultados de la reunión quedaron plenaria del episcopado colombiano
plasmados en el documento Identidad emitía una solemne condenación del
cristianaenlaluchaporlajusticia.Allí CINEP (Centro de Investigación y
se critican los intentos de síntesis entre Educación Popular, dirigido por los
marxismo y cristianismo, aludiendo a jesuítas) y de su revista Controversia,
Golconda y SAL, los encuentros sobre lo mismo que de la revista Solidaridad
teología de la liberación y a sacerdotes y las llamadas «Comunidades eclesia-
que hacían parte de centros de estu­ les populares». Según la condena, es­
dios o investigaciones, tales como el tos grupos y revistas estaban imbuidos
CINEP, Denuncia, Encuentro, IPLAJ «de ideologías y propósitos que aten-
y similares. Según el documento, to­ tan gravemente contra las doctrinas y
dos ellos representan «un verdadero disciplinas de la Iglesia» y habían per­
embate contra los pilares mismos de la sistido en «sus propósitos ideológicos
fe católica, una identificación de la que rompen la comunión de la Iglesia
evangelización con una pretendida del Señor». Ni en 1976 ni en 1981, se
promoción humana, una concepción dio a los grupos condenados la opor­
subjetiva de un supuesto cristianismo tunidad de defenderse o de explicar
que prescinde del magisterio y de la sus posiciones. Sólo después de 1981
tradición de la Iglesia». Se critica de hubo intentos de algún acercamiento y
manera especial la opción por el so­ diálogo entre las partes. Sin embargo,
cialismo y el uso de categorías marxis- durante los últimos años se han mo- Visita de Su Santidad
tas de análisis. Por todo esto, la jerar­ derado un tanto este tipo de enfren­ Paulo VI a Bogotá, en
quía exhorta a esos grupos a reflexio­ tamientos y parecen haber amainado agosto de 1968, donde es
la polarización y radicalización de las recibido por el presidente
nar y a revisar sus posiciones, en ac­ Carlos Lleras Restrepo.
394 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Documentos del grupo lino y petrino, que eran reconocidos


Sacerdotes para América por la ley colombiana. Con respecto a
Latina, SAL, fundado en
diciembre de 1972 sobre
la sociedad la condena de la jerarquía
la herencia de Camilo se sumó a la crítica generalizada de los
Torres y del grupo gremios económicos y del gobierno
Golconda. Recalcaba la contra el paro cívico de junio de 1985.
opción evangélica por los En esa condena, los obispos afirman
pobres como exigencia de
la vocación sacerdotal. ser conscientes de los problemas que
La jerarquía oficial aquejan a los pobres de Colombia
rechazaría el radicalismo pero aseguran que un paro de esta na­
político de estos grupos. turaleza no conduce a la solución de
los males denunciados sino a sumergir
al país en inútiles y contraproducentes
desasosiegos e intranquilidad. Por
eso, invitan a los católicos a dar un tes­
timonio de sensatez superando «toda
tentación de violencia, subversión y
anarquía».
En todo el proceso de polarización
antes descrito influyeron bastante los
acontecimientos ocurridos en la Igle­
sia latinoamericana y del mismo Va­
ticano, específicamente en torno a la
discusión sobre la teología de la libe­
ración y a los cambios ocurridos en la
diversas posiciones. Esto ha sido tal cúpula de la conferencia episcopal la­
vez efecto combinado de varios fac­ tinoamericana. En ambos procesos, la
tores: la izquierda colombiana ha su­ jerarquía colombiana ha desempeña­
frido una crisis profunda y un proceso do un importante papel que supera las
sano de propia desmitificación; los barreras nacionales y proyecta su li­
grupos cuestionados han clarificado de derazgo a nivel continental y universal
manera autocrítica muchas de sus po­ por primera vez en la historia. El CE-
siciones. Es posible que la evolución LAM, desde 1963 hasta 1972, bajo la
de la situación política y económica dirección de obispos chilenos y brasi­
del país y algunos cambios internos de leños, había emprendido una labor de
la misma jerarquía episcopal y de los estímulo de un pensamiento teológico
grupos en cuestión haya tenido algo y de una acción pastoral comprome­
que ver en este proceso de mayor plu­ tidos con la realidad latinoamericana.
ralismo y aceptación de diversas po­ De allí arrancarían varios procesos de
siciones al interior de la Iglesia. búsqueda teológica y pastoral princi­
En cambio, la relación de la Iglesia palmente en el Perú, Brasil, Centroa-
oficial frente al Estado y la sociedad mérica y el Cono Sur, que han sido
civil parece haberse modificado muy posteriormente englobados bajo el
poco: a pesar de algunas propuestas nombre genérico de teología de la li­
de denunciar o modificar el concor­ beración; también se nutrirían de allí
dato vigente, el país fue sorprendido toda una serie de experimentos crea­
en mayo de 1985 por una ratificación tivos de pastoral, entre los que se des­
del tratado por tiempo indefinido con tacan las comunidades eclesiales de
sólo unas modificaciones mínimas: los base, florecientes sobre todo en la
casos de separación de cuerpos po­ Iglesia brasileña. A partir de noviem­
drían ser conocidos por los jueces de bre de 1972, en la reunión de Sucre,
circuito (antes lo hacían sólo los tri­ Bolivia, se inicia una nueva orienta­
bunales superiores y la Corte) y se su­ ción, caracterizada por la cautela y el
primían los llamados privilegios pau­ temor de haber ido demasiado lejos.
Capítulo 14 395

Muchos obispos latinoamericanos,


preocupados por la radicalización de
muchos curas y religiosos y las crisis
internas producidas en sus iglesias,
junto con algunos sectores de la curia
vaticana, un tanto inquietos por las
tendencias consideradas demasiado
horizontales y democráticas de algu­
nas Iglesias como la brasileña, eran
partidiarios de un vuelco en la orga­
nización del CELAM. En la nueva
orientación se destacó el actual car­
denal de Medellín, Alfonso López
Trujillo, primero como secretario ge­
neral y luego como presidente del CE-
LAM. Las tensiones entre el nuevo
grupo directivo de la conferencia epis­
copal latinoamericana y los partidarios
de la orientación anterior se hicieron Otro punto que ilustra las contra­ El presidente Alfonso
patentes en la preparación de la Con­ dicciones internas de las Iglesias lati­ López Michelsen y el
ferencia episcopal de Puebla en 1979. noamericanas es la discusión sobre la nuncio apostólico Angelo
Palma. Como candidato
La preparación del documento pre­ teología de la liberación. López Tru- liberal a la presidencia,
vio de consulta (libro verde) fue ela­ jillo, primero desde la secretaría ge­ López fue defensor del
borada por personas de plena confian­ neral y luego desde la presidencia del nuevo concordato de
za de la secretaría del CELAM, evi­ CELAM, promovió una serie de reu­ 1973.
tándose cualquier participación disi­ niones a nivel mundial con el fin de
dente frente a la nueva orientación. frenar la expansión de la teología de
(En rigor a la verdad, lo mismo había la liberación, con la ayuda financiera
ocurrido en la preparación de la reu­ de la fundación alemana ADVENIAT
nión de Medellín, donde tampoco se
tuvo en cuenta a los que se oponían al "La Iglesia ante el
documento previo. Claro que la situa­ cambio", documentos de
ción de entonces estaba menos pola­ la Conferencia Episcopal
rizada. Pero, de hecho, hubo mayor Colombiana de 1969:
discusión previa del documento de tra­ "Insiste en las categorías
bajo en la preparación de Puebla que de subdesarrollo y
marginalidad,. pero
en la de Medellín.) La convocatoria de subraya que esos
la reunión de Puebla fue más selectiva fenómenos subsisten a
excluyéndose sistemáticamente a los pesar de los esfuerzos del
considerados teólogos de la liberación Estado y de la Iglesia por
y se aumentó el número de los invi­ erradicarlos."
tados de fuera de América Latina.
Pero las críticas generalizadas al do­
cumento final de Puebla repiten la
orientación de Medellín, aunque de
manera más morigerada: incluso es
posible que los textos de Puebla refle­
jen de manera más exacta la comple­
jidad de posiciones existentes entre
todo el episcopado latinoamericano,
pues se consultó más a los episcopados
y se hizo más evidente el juego polí­
tico de las posiciones contradictorias
que se daban.
396 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

y el apoyo de algunos sectores de la do y monolítico identificándola indis­


curia vaticana. Con la misma orienta­ criminadamente con las categorías
ción, se fundaron publicaciones como marxistas de análisis presentes sólo en
Tierra Nueva de Bogotá, fundada y di­ algunos de los teólogos liberacionis-
rigida por el jesuíta belga Roger Ve- tas. Se ha señalado el influjo de esas
kemans y apoyada por López Trujillo. reuniones y de la revista mencionada
Estas reuniones y revistas se han de­ en el texto de condena de la Congre­
dicado casi exclusivamente a señalar gación de la Fe y en las críticas de la
las supuestas o reales ambigüedades Iglesia oficial a los principales adalides
de dicha teología, a la que se busca de esta corriente teológica como Leo­
presentar como un todo indiferencia­ nardo Boff y Gustavo Gutiérrez.

Bibliografía
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Capítulo 15 397

Del Frente Nacional


al momento actual:
Diagnóstico de una crisis
Alvaro Tirado Mejía Nuestras colectividades políticas no
encajan dentro del manual pero ¿quién
osaría dudar de su existencia? En lugar
La índole de nuestros partidos de una presentación programática rígi­
da, acá lo que se observa son talantes,
n la democracia moderna los par­ tendencias que coexisten para impulsar
E tidos políticos son cada vez más la acción o, infortunadamente, para para­
lizarla muchas veces. En lugar de las
fuertes, hasta el punto de que se habla
de la dictadura de los partidos para sig­ reuniones permanentes, de la carnetiza-
nificar con ello su poder. En los regíme­ ción y de otra serie de signos externos
nes parlamentarios es inconcebible la y formales, lo que aparece de bulto en
permanencia de un gobierno sin el so­ nuestra idiosincrasia partidista es una
porte de éstos. Cuando en ellos se llega especie de convivencia desorganizada
a un voto de confianza, o al de descon­ que toma visos de coherencia cuando
fianza que da al traste con un gobierno, se trata de las elecciones. Quien pre­
es porque en el seno mismo de los par­ tenda encontrar en las democracias eu­
tidos, y antes de la ratificación formal ropeas un tipo de organización partidista
en el Parlamento, la suerte se ha decidi­ que por semejanza legitime las nuestras,
do. En esos sistemas los parlamentarios no la encontrará. Tal vez la estructura
tienen su compromiso disciplinario con partidista de Colombia tenga más seme­
el partido, en forma tal que quien no janza con ciertas agrupaciones' latinoa­
actúa de acuerdo con las directrices mericanas que muchas veces están me­
acordadas, queda por fuera de la organi­ jor organizadas y son más modernas que
zación. Se milita en ellos por compro­ las nuestras, o con lo que ocurre en Nor­
miso doctrinario para manifestar el teamérica; allí también subsiste el bipar-
acuerdo con un programa, con una pla­ tidismo y las colectividades impulsan
sus maquinarias electorales para las con­
taforma y con una ideología. Se tiene venciones, eventos de los cuales salen
carnet, se asiste a reuniones y se cotiza. el candidato presidencial y un programa
Este tipo de organización llena todos de gobierno confeccionado para éste y
los requisitos para poder figurar en una a su medida. Allá también al partido
obra sobre los partidos, a la manera de republicano se le identifica con el pen-
la ya clásica de Maurice Duverger.
398 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

Sarniento conservador, de la misma ma­ mismo que significa su supervivencia


nera que al partido demócrata se le asi­ en ciertas zonas, deberá enfrentar el de
mila con la posición liberal. constituirse como una tercera fuerza y
Para poder encarar los retos del futu­ decidirse a jugar a fondo y sin ambages
ro, no se precisa renegar de una tradi­ el juego democrático.
ción y de una forma de operar. En la El partido de gobierno tendrá que re­
actual situación no se trata de trocar los plantear la forma en que venía actuando
partidos en organizaciones acartonadas, dentro del antiguo esquema para dar res­
que a nombre de una supuesta unidad puesta a la actitud dinámica que le plan­
doctrinaria terminen con la diversidad tea la relación con el gobierno. Y por
que les ha dado vida. Se trata, por su­ sobre todo, el partido liberal, a riesgo
puesto, de modernizar sus estructuras, de esfumarse, tendrá que buscar res­
de hacerlos internamente más democrá­ puestas progresistas y audaces para los
ticos, con organismos internos partici- tremendos retos que impone la actual
pativos que den la posibilidad de una situación.
más efectiva presencia de sus militantes
en las discusiones' y al momento de de­ Los efectos del Frente Nacional
cidir. Y se trata, sobre todo, de enrique­
cer las opciones por el juego de las di­ Los seres humanos vivimos sumergi­
ferentes propuestas de tipo ideológico. dos en la rutina de la vida cotidiana y
Pues eso es lo que han sido los partidos por eso, muchas veces, no alcanzamos
tradicionales a través de una existencia a percibir la permanencia de los aconte­
más que centenaria: una coalición de cimientos en el transcurso del tiempo.
matices, en la cual, y por lo que respecta Tal vez por ello, los colombianos no
al partido liberal, cuando se ha ganado hemos reparado suficientemente en que
su puesto en la historia, han predomi­ el sistema del Frente Nacional es uno
nado las posiciones de izquierda. de los que más ha durado en nuestra
Terminado ya el Frente Nacional y vida republicana. Tuvo la duración
ante el hecho cumplido de un gobierno aproximada de la primera República Li­
de partido como el actual, presidido por beral del siglo XIX. Se prolongó el doble
el doctor Virgilio Barco, y ante nuevas de la Regeneración, cuyos complicados
realidades como las que se desprenden manejos de gobierno terminaron con la
de la elección popular de alcaldes, las guerra de los Mil Días. Aun incluyendo
circunstancias varían. Como bien se ha en la "hegemonía conservadora" a los
anotado, con el esquema de gobierno- gobiernos tan poco excluyentes de Ra­
oposición para el gobernante, para los fael Reyes y el republicano de Carlos
partidos y en especial para el gobierno, E. Restrepo, apenas alcanza esta la du­
surgen nuevos retos. El presidente sacri­ ración que tuvo el Frente Nacional. Se
fica la comodidad del apoyo por lo alto prolongó el Frente Nacional el doble del
en aras de la claridad ideológica; el res­ tiempo que rigió el fecundo experimento
paldo callado, por la discusión acerca de de la segunda República Liberal en este
las opciones que enriquecen. El go­ siglo, y tres veces más que las dictaduras
bierno deberá regirse por un programa conservadoras que se sucedieron a partir
que ha escogido y que servirá como del 9 de abril de 1948.
punto de referencia para medir los lo­ Al reiniciarse el sistema de gobiernos
gros y las frustraciones de una gestión. de partido, puede y debe hacerse un ba­
El partido social conservador situado lance de lo que implicó el Frente Nacio­
en la oposición, lugar que prácticamente nal. Evaluación que, por lo demás, no
había olvidado por una permanencia tiene un simple carácter erudito, sino
continua de cuarenta años en el gobier­ que debe estar dirigida a un diagnóstico
no, deberá ensayar nuevas propuestas y de las realidades presentes y de las se­
actitudes que lo conviertan en alterna­ cuelas que se derivaron de tan prolon­
tiva de poder. Una fuerza nueva como gado experimento. Nadie niega los mé­
la Unión Patriótica (UP), aparte del reto ritos iniciales del Frente Nacional, con­
Capítulo 15 399

cebido éste como solución transitoria ras la realidad tenía la osadía de rebe­
para buscar un entendimiento cuando el larse y de seguir su curso dinámico.
país, una vez más, se desangraba por
causa de la violencia. Tampoco se trata
de convertirlo en culpable de todos los Una época dinámica y de cambios
males que afligen a la presente sociedad.
Lo que se discute es lo innecesario de Porque la paradoja con sus efectos
su prolongación para regir a un país que, trágicos es que, precisamente, cuando
a causa de los profundos cambios, re­ el país vivía bajo un sistema diseñado
quería de otras fórmulas y de un trata­ para la quietud, para gerenciar la perma­
miento más dinámico; el que el acuerdo nencia, se experimentó la época más
se hubiera utilizado para mantener un dinámica de la sociedad colombiana en
statu-quo ante una situación dinámica, todas sus esferas. Nunca antes las es­
el haber desaprovechado la oportunidad tructuras sociales habían cambiado
del acuerdo nacional para realizar las tanto en tan corto tiempo. Si como refe­
grandes reformas sociales que hubieran rencia tomamos el período comprendido
impedido que la lucha social se trasla­ entre la aprobación del Plebiscito a fina­
dara a las armas. les de 1957, y el inicio del gobierno del
presidente Barco en 1986, nos encontra­
La característica central del sistema mos con cambios acelerados y sorpren­
del Frente Nacional es que se trataba de dentes. Unos semejantes a los vividos
un mecanismo para evitar pero no para por otras sociedades del Tercer Mundo
innovar; para mantener pero no para y en especial de Latinoamérica, y otros
avanzar; para evitar que un partido to­ específicamente colombianos.
mara la primacía sobre el otro, fuese
cual fuese su respaldo popular; para im­ Baste comparar los problemas de la
pedir que en el panorama político pudie­ economía colombiana de los años se­
ran aparecer institucionalmente otras senta con los de hoy. La estrangulación
fuerzas concurrentes; para lograr un del sector externo por la incapacidad de
consenso, que a la postre se volvió pa­ importar lo requerido para la reposición
ralizante, a partir de la disposición por y ampliación del parque industrial,
la cual se exigía que las decisiones en cuando el monto de las exportaciones
las corporaciones públicas fueran toma­ en 1960 ascendía a 574 millones de dó­
das por mayorías de las dos terceras lares, con la situación de 1985 cuando
partes; y para impedir que el mismo me­ las cifras registradas del comercio exte­
canismo de cambio institucional que ha­ rior se sitúan en 4 693 millones de dó­
bía sido aplicado para salir del embrollo lares (1). Y esto sin contar el flujo ilegal
social que en ese momento se vivía, de divisas provenientes de rubros no
pudiera ser puesto en práctica de nuevo. mencionables por su procedencia, los
Me refiero al plebiscito que como me­ cuales obran como elemento para que
dida excepcional y absolutamente nove­ el dólar no se dispare. No solamente se
dosa en nuestro andamiaje jurídico fue presentó el crecimiento en el quantum de
utilizado en aquella ocasión, pero que las exportaciones sino también un impor­
por la misma disposición fue proscrito tante cambio en su composición, pues
per saecula saeculorum. En el paro­ pronto serán las exportaciones de minera­
xismo de la exaltación triunfalista de les e hidrocarburos las que ocupen el pri­
los tiempos que sucedieron a la caída mer puesto, desplazando así el predomi­
de las dictaduras, los artífices del nuevo nio incontrastable de que ha gozado el
sistema pensaron que la historia se rea­ café desde comienzos de este siglo. Como
lizaba en ellos y que a partir de allí sería algunos han anotado, las exportaciones
superfluo el cambio de fórmulas tan per­ de carbón, petróleo y níquel tendrán la
fectas. Se dedicaron entonces a geren- peculiaridad de que, a diferencia de lo
ciar una situación, complacidos de que que sucede con el café que está en manos
de particulares, serán directamente con­
el acuerdo entre caballeros funcionara, troladas por el Estado debido al carácter
pero sin percatarse de que en otras esfe­
400 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

de las empresas que los producen. Esto Crecieron las desigualdades sociales
contribuirá a fortalecer al Estado colom­
biano no solamente por el mayor volu­ El crecimiento ha sido innegable, de
men de ingresos, sino también por la la misma manera que lo son los cambios
posibilidad del control inmediato de de la estructura y composición en ciertos
esas entradas. campos económicos. Pero ahora tam­
bién, con más riqueza, las desigualda­
Y en lo económico, se transformó la des se han ahondado. Como lo anota un
agricultura, se tecnificó, sin que esta si­ estudioso de nuestra economía, «en tér­
tuación contradiga la concentración de minos de nivel de vida, mientras en
la propiedad que se mantuvo y que aun 1964 el 25% del total de la fuerza de
creció, o la existencia concomitante de trabajo, el 24,6% de la fuerza de trabajo
un sector atrasado y tradicional. De allí urbana y el 25,4% de la rural, estaban
que la necesaria reforma agraria por la por debajo de la línea de extrema pobre­
que el país democrático sigue claman­ za, porque éramos un país subdesarro­
do, tenga que plantearse hoy en térmi­ llado; ahora que somos un país de me­
nos diferentes a los de tiempos atrás, diano desarrollo, estos porcentajes se
para tener en cuenta estas características han elevado para 1973 a 50.7%, 43.4%
diferenciales, las situaciones regiona­ y 67.5%, respectivamente. Calcúlase
les, la productividad del sector agroin- que para 1975, el 43% de la población
dustrial y de ciertos renglones de la agri­ no alcanzaba al mínimo de subsistencia
cultura y el peso de ésta en la provisión y que el 30.6% de la población total era
de divisas, como es el caso de las expor­ considerada francamente indigente.
taciones menores de banano y las flores, Este porcentaje equivale a 11 133 000
cuya presencia significativa no se daba personas que estaban padeciendo ham­
en los comienzos del período que trata­ bre física. En 1975 Colombia estaba en
mos. El sector financiero, incipiente al el grupo de países que ostentan la desi­
inicio del período, no sólo creció sino gualdad más alta en la distribución del
que también dejó como secuela una serie ingreso, a tal punto que sólo somos su­
de escándalos y los grupos financieros, perados por 8 países en la concentración
los cuales, con su concentración econó­ del ingreso» (2). O, en palabras del pre­
mica y de poder, son hoy determinantes. sidente Barco: «El progreso económico
La sociedad anónima, representada es­ de los últimos 35 años se ha producido
pecialmente en las grandes empresas in­ en forma desigual. En la actualidad
dustriales, se modificó en su conforma­ cerca de dos millones de hogares colom­
ción; si ella era especialmente abierta y bianos, el 43% de la población, no pue­
se constituía en un elemento de seguri­ den atender todas sus necesidades mí­
dad para el pequeño ahorrador, a partir nimas. Una de cada cinco viviendas del
de la crisis, que también la sacudió en país no dispone de servicios básicos.
el período, cumple ahora otra función. Los campesinos sin tierra conforman
La sociedad anónima está especialmente algo más de 900 000 familias. El 83%
concentrada y los pequeños ahorrado­ de los niños menores de cinco años que
res, a fuerza de ser esquilmados por las viven en las áreas rurales, no cuentan
transacciones dudosas de quienes tenían con agua potable. El 40% más pobre de
poder e información, ya no le depositan los hogares en las áreas urbanas sólo
su confianza, que sería lo único que percibe el 13% de los ingresos genera­
podrían consignar después de haber per­ dos en ellas, mientras que el 10% más
dido en ella su modesto capital. El sector rico recibe el 36%» (3).
informal, incipiente al principio del pe­
ríodo, tiene en la actualidad un peso La "desandinización" del país
determinante en cuanto a la magnitud
del conglomerado social que por fuerza En un proceso muchas veces imper­
de las circunstancias intenta en él la su­ ceptible, acelerado en otras durante los
pervivencia. períodos de colonización, el país ha ido
Capítulo 15 401

llenando sus espacios internos en el atestiguan, para no nombrar sino a algu­


transcurso de cinco siglos. Pero gran nos, García Márquez, Obregón, Grau
parte del territorio estuvo catalogado y Morales. Sin que el país se haya dado
siempre dentro de la inequitativa catego­ cabal cuenta de lo que ello implica, a
ría de periferia. Podría mencionarse través de tratados internacionales sobre
como uno de los cambios más determi­ plataforma continental gestionados du­
nantes entre los producidos en este pe­ rante la administración de Alfonso Ló­
ríodo, que el país se está "desandinizan- pez Michelsen, Colombia duplicó su
do", que va perdiendo sus rasgos andi­ área. El concepto tradicional de frontera
nos. Muchas zonas de fronteras han ad­ y de vecindad se amplió, puesto que,
quirido una dinámica económica, demo­ afortunadamente, quedaron estableci­
gráfica y social de primera magnitud. dos claramente los límites con países
Urabá, zona estratégica situada a corta como Costa Rica, o con estados isleños
distancia del canal de Panamá, hace del Caribe que según la visión que antes
treinta años era un territorio selvático y predominaba, no eran nuestros vecinos.
ahora es un emporio de riqueza banane­
ra, ganadera, agroindustrial y es centro Esa "desandinización" de Colombia,
de un fascinante cambio social en el la importancia que han ganado las zonas
cual la violencia tiene también su pre­ fronterizas, la presencia cultural y hu­
sencia aterradora. El petróleo en el Pu- mana del Caribe en el alma nacional,
tumayo o en Arauca, el oro en Guainía la mayor dimensión que tiene ahora el
y las colonizaciones en toda la zona concepto de vecindad, los diferendos
oriental, dan a los llamados territorios que se han suscitado para Colombia con
nacionales una importancia especial de países como Venezuela y Nicaragua, la
la cual el país no se ha dado cabal cuenta terrible y fascinante problemática de
y no ha valorado en toda su magnitud. nuestros vecinos de Centroamérica y el
Por encima del secular prejuicio andino Caribe, son hechos que han adquirido
y centralista, la región de la Costa Atlán­ peso en estos últimos años. Ante ellos,
tica se ha perfilado en toda su dinámica. como ante casi todo lo nuevo que se ha
Esto lo atestiguan en lo económico, ade­ producido, pareciera que no existe una
más de su sector agropecuario, su indus­ respuesta por parte del país. En éste,
tria y su turismo, obras y proyectos ca­ como en muchos otros aspectos, las res­
talogados entre los de mayor inversión puestas son de retaguardia. Se producen
en el país como el de El Cerrejón y los los hechos sociales y la explosión de
entables carboníferos de la zona, o la los conflictos apenas logra sacar de su
planta de níquel de Cerromatoso situada letargo, sin ni siquiera sacudirlos, a los
en Córdoba, en donde también se ubi­ estamentos que debieran merecer el nom­
cará el inmenso proyecto hidroeléctrico bre de dirigentes, entre ellos, y muy espe­
de Urrá. Esta región no sólo tiene ahora cialmente, los partidos políticos enfrasca­
un gran peso económico sino también dos en las querellas de campanario.
demográfico. Su población ha venido La integración nacional y el destino
ganando importancia dentro del total na­ de Colombia se convirtieron en preocu­
cional y con excepción de, Bogotá y de pación central de ideólogos y dirigentes
las zonas anteriormente nombradas, es a partir de otra época de crisis, cuando
la única que recibe de otras áreas más el país salía de la sangría de la guerra
población de la que pierde. Su importan­ de los Mil Días y la propia integración
cia también es política como lo atestigua nacional estaba en peligro después del
el poder del bloque costeño en el Parla­ zarpazo imperialista de Panamá. Cómo
mento. Es cultural por su música y por­ integrarnos y darnos un rumbo y un des­
que a fuerza de brindarnos campeones tino como nación, era el centro de la
mundiales ha convertido el boxeo en preocupación de un guerrero retirado
otro deporte nacional, y porque a través como Uribe Uribe, a principios de siglo.
de sus artistas y escritores se identifica Y esa fue la inquietud de Laureano Gó­
a Colombia en el exterior como bien lo mez en sus interrogantes sobre el futuro
402 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

de Colombia, expuestos ante un audito­ mar ese paisaje urbano que bien acredita
rio de gente joven, en las conferencias el nombre de Colombia como país de
que en 1928 tuvo que dictar en el Teatro ciudades.
Municipal, porque los cancerberos del La urbanización ha contribuido noto­
decadente régimen conservador les ha­ riamente a cambiar las costumbres y los
bían cerrado las puertas de la universi­ hábitos mentales, pero más ha contri­
dad. Conferencias en las que Alfonso buido a ese cambio la política de control
López Pumarejo planteó, con preguntas de la natalidad. A principios del Frente
nuevas, una nueva temática sobre la so­ Nacional, Colombia ocupaba uno de los
ciedad que ya veía venir. López, que índices mundiales más altos de natali­
era un estadista, no se contentaba con dad y ello preocupaba especialmente a
la política menuda y prefería abocar las gobernantes como Alberto Lleras Ca-
causas profundas para poder trazar a su margo. De acuerdo con las ideas procla­
partido y al país las grandes líneas que madas por la Alianza para el Progreso
dibujaban un futuro. Y fue el interro­ y patrocinadas por el Banco Mundial, di­
gante de Alejandro López en su libro rigido por R. S. McNamara, en Colombia
Cuestiones colombianas y en otras se emprendió un vasto programa de pla­
obras más, y la pregunta de Luis López nificación familiar que se convirtió en
de Mesa acerca de cómo se había for­ piloto para el mundo subdesarrollado.
mado la nación colombiana y cómo po­ De esta suerte, si en el período 1960­
dría llenar su futuro. Interrogantes los 1965 la tasa de natalidad era del 44.6
de todos éstos, que luego el país aban­ por mil, ésta cayó al 31.0 por mil entre
donó en aras del efecto inmediato en lo 1980-1985 (4).
político, cuando se restringió este
campo al limitado ámbito de la compo­ La crisis de la Iglesia
nenda parroquial y la recompensa cívica y de la ética religiosa
se asimiló a la gratificación personal o
burocrática. Preguntas que estamos en Contra dicha política antinatalista la
mora de volver a formular cuando las emprendieron al unísono la Iglesia ca­
tensiones se han vuelto contradicciones tólica tradicionalista y la ultraizquierda.
y la misma noción de convivencia pare­ La primera consideraba que tal campaña
ciera que se fuera a extinguir. iba contra los designios de Dios y pre­
fería predicar resignación a sus fieles
Profundos cambios culturales caídos en este valle de lágrimas. La se­
gunda, sin analizar ni tener en cuenta
Si en algo el país ha cambiado en los efectos del incontrolado crecimiento
estos últimos años es en el aspecto cul­ demográfico sobre los sectores popula­
tural. Al igual que en muchos países res y aferrada a esquemas mal digeridos,
latinoamericanos y del llamado Tercer veía en la política natalista el designio
Mundo, en Colombia se ha vivido en imperialista y el retraso de una soñada
los últimos decenios un precipitado fe­ revolución que tampoco era capaz de
nómeno de urbanización, hasta el punto hacer. Lo sorprendente de todo esto fue
de que si a finales de los cincuenta más que, un pueblo pregonadamente cató­
de la mitad de la población vivía en el lico y aparentemente sumiso a los man­
campo, hoy esta proporción se reduce datos de sus pastores aceptó y tomó para
a un treinta por ciento. En ese aspecto, sí la campaña antinatalista. Con ello se
la peculiaridad colombiana estriba en comenzó a manifestar algo que podemos
que el fenómeno de la violencia política denominar la crisis de la cultura y de la
aceleró esa migración y que de acuerdo ética religiosa de nuestro país. Estas ha­
con una característica del país, de pre­ bían regido secularmente las costum­
sencia de las regiones, la urbanización bres y los ritos y ahora están desapare­
no se concentró en la capital como en ciendo sin que su lugar como elemento
otras naciones. Acá se desparramó por de convivencia social haya sido llenado
múltiples centros contribuyendo a for­ por una cultura y una ética laica. La
Capítulo 15 403

presencia casi continua de gobiernos cia y de actitud, para mantenerse frente


conservadores en nuestra historia, que a los otros credos. Aun en países de
no alcanzó a ser contrarrestada por las ancestro y población católica como
dos efímeras repúblicas liberales, y la Francia y México, para sólo citar dos
protección monopólica que la Constitu­ ejemplos, la Iglesia no estaba sobrepro­
ción de 1886 y el Concordato del año tegida y por el contrario el Estado tenía
siguiente le dieron a la Iglesia católica, frente a ella una actitud indiferente
impidieron entre nosotros la presencia cuando no hostil. Al cambiarse en el
de una cultura y una ética de tipo laico. Concilio Vaticano Segundo toda una po­
Pero esas son consideraciones propias sición y al proponerse una apertura, las
para otro ensayo de corte histórico. iglesias católicas de todas partes estaban
Baste sí agregar, y como elemento no­ en mejor situación para enfrentar el reto
vedoso para el período, que los dirigen­ porque ya estaban adecuadas para com­
tes liberales abandonaron la tradicional petir. Acá no; el experimento retardata­
táctica de enfrentamiento radical con la rio de Núñez y Caro, prolongado por
Iglesia ante sus pretensiones frente al un siglo, habituó a la Iglesia a cogober­
gobierno civil. Fue así como en este nar y a exigir. El pluralismo, que por
campo y en el de la educación, los go­ razones de convivencia en otras partes
bernantes liberales del Frente Nacional, tenía que aceptar, acá era asunto vitan­
sin encontrar mayor oposición del esta­ do. Al producirse el cambio universal
mento dirigente conservador, avanzaron de directriz, el desajuste se notó inme­
en lo que quizá sea el más determinante diatamente. Al mismo tiempo que el
logro del Frente Nacional: la laicización "clergyman", vinieron la crisis de las
del país. Sin acudir a las fórmulas de comunidades religiosas, la desocupa­
Mosquera y sin tener que sufrir los injus­ ción de los seminarios, los curas guerri­
tos y vehementes ataques a que fueron lleros, el más notable de los cuales fue
sometidos por la Iglesia los gobernantes Camilo Torres, la reunión del CELAM
de la segunda República Liberal, se acu­ en Medellín en 1968 -cuyas progresis­
dió a una fórmula de ancestro colonial, tas determinaciones no fueron seguidas
de obedecer pero no cumplir. A la Igle­ a la postre por la jerarquía colombiana-,
sia se le oyeron sus quejas en ese campo Golconda, y como un eco tardío de lo
pero no se le prestó atención. que ya había sucedido en otras esferas,
Y es que también la Iglesia como ins­ el escándalo de la Caja Vocacional.
titución sufrió en carne propia las trans­
formaciones de los últimos tiempos, Cambios en la educación
perdiendo así el carácter monolítico que
le daba fortaleza para enfrentarse con Durante el período del Frente Nacio­
agresividad. El Concilio Vaticano Se­ nal, la educación también cambió en
gundo implicó para la Iglesia una aper­ cantidad y en calidad. A finales de los
tura en la concepción y en la manera de años cincuenta más del 30% de la pobla­
enfrentar el mundo moderno. El progre­ ción era analfabeta y hoy ese porcentaje
sista cambio de actitud para aceptar el se ha reducido al 15%. La secundaria
pluralismo y la convivencia con otras se generalizó; y mientras antes era más
posturas religiosas y con la sociedad ci­ o menos símbolo de prestigio poseer el
vil, implicó en todas partes desajustes. flamante diploma de "bachiller en filo­
Pero en Colombia éstos fueron más fuer­ sofía y letras", hoy no es más que un
tes debido a la sobreprotección estatal simple requisito para poder laborar
de que gozaba la Iglesia y al hecho de como obrero en un centro industrial. La
que su autoridad se ejercía casi mono- educación superior pasó de 23 013 ma­
pólicamente sobre la comunidad por triculados en 1960 a 356 000 en 1983
falta de otras religiones que le compitie­ (5) y por fin, muy tardíamente en com­
ran. En Europa, Norteamérica, Asia o paración con otros países, se puso en
África, la Iglesia tenía que hacer un per­ práctica en forma generalizada el profe­
manente esfuerzo teológico, de presen­ sorado de tiempo completo para benefí-
404 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

cio de la docencia y de la investigación. que su magnitud es su aspecto cualitativo.


Con tal crecimiento del aparato educa­ En el reciente informe elaborado para el
tivo en su conjunto, el sector dedicado gobierno por un grupo de académicos, se
a la enseñanza se convirtió en el más distinguen con acierto tres etapas de la
numeroso de los que prestan sus servi­ violencia en nuestra historia republicana:
cios al Estado. Su número que gira alre­ Las de las guerras civiles en el siglo XIX,
dedor de los 250 000, constituye casi en la que se manifestaban claramente las
la tercera parte de los trabajadores del rivalidades entre las clases dirigentes. En
Estado. En la práctica, realmente se ha esas contiendas las élites participaban
cumplido con el mandato del Plebiscito como actores bélicos, ostentaban los
de dedicar un diez por ciento del presu­ grados militares. El mismo carácter de
puesto a la educación, aunque factores la guerra hacía que fuera posible un
de carácter burocrático y de ineficiencia acuerdo final que terminaba con pactos,
estatal, han impedido una mejor utiliza­ amnistías e indultos, los cuales eran
ción de tales recursos. En cuanto al cam­ cumplidos. La conocida en nuestra his­
bio de las costumbres derivadas de la toria reciente como "la violencia" de los
educación, es preciso anotar que a través años cincuenta de este siglo, tiene otras
de la educación oficial y en parte de la características. La conducción de la
privada, se ha avanzado mucho en el guerra ya no la adelantan directamente
sentido de una docencia no confesional. las élites sino que ésta queda en manos
Además, se logró durante el período de los estamentos populares salidos fun­
algo que había sido fuertemente comba­ damentalmente del sector campesino.
tido por la Iglesia, la que para el efecto Como anota el informe: «Este desface
acudía incluso a la excomunión; me re­ entre dirección ideológica y conducción
fiero a la coeducación o posibilidad de militar explica en buena medida, por
que en un mismo recinto reciban clases una parte, sus expresiones anárquicas;
estudiantes de los dos sexos. Esta prác­ por otra, su poder desestabilizador y sus
tica que ya era corriente en todo el mun­ efectos sobre el conjunto de la sociedad»
do, entre nosotros ha influido notoria­ (6). La tercera etapa es la de la violencia
mente en el cambio de la actitud cultural actual. En ella, y en lo que concierne a
y en los patrones mismos de conducta la violencia política, porque ahora co­
sexual. Es de anotar, también, la masiva existen con ésta violencias de otro tipo
vinculación de la mujer al mercado labo­ y procedencia, las élites no aparecen en
ral y su activa participación en la vida la dirección militar pero tampoco en la
civil. orientación política. Sus objetivos no
están dirigidos a la incorporación al Es­
tado sino a un cambio de sistema. En
De la Violencia a las violencias palabras de los redactores del informe,
mientras lo que ponía en cuestión la
Cuando se acudió a la fórmula del violencia de los años cincuenta era la
Frente Nacional, se adujo para tal deci­ capacidad del sistema político para am­
sión que tenía por objeto aclimatar la pliarse, «lo que se mide hoy, lo que se
convivencia perdida y terminar con la pone a prueba, es la capacidad del sis­
violencia que nos invadía y que se había tema político para transformarse, o la
intensificado macabramente a partir del de los insurgentes para convertirse en
9 de abril de 1948. Treinta años después alternativa de poder» (7).
de los pactos originarios del Frente Na­
cional, los factores de convivencia están Durante los enfrentamientos del siglo
en crisis y la violencia proyecta su fatí­ XIX y los de mediados de este siglo, en
dica sombra sobre las diferentes esferas el lúgubre paisaje de la violencia se dis­
de la sociedad. Es probable, incluso, tinguían dos banderas: la roja y la azul
que la dimensión del enfrentamiento hu­ que significaban la confrontación bipar­
biera sido aún más fuerte en ciertos pe­ tidista. Ahora que se actúa sin estandar­
ríodos de los años cincuenta. Pero lo que tes, el panorama se pobló de siglas:
diferencia a una y otra violencia, más FARC, ELN, EPL, M-19, etc. Pero
Capítulo 15 405

también MAS, Tiznados, Justicieros, ción aristocrática, no tanto los efectos


etc. En el Parlamento colombiano el mi­ del narcotráfico contrarios al Estado de
nistro de Defensa informó que existen Derecho, la corrupción en las diferentes
en manos de particulares 760 000 armas esferas, incluidos sectores del poder ju­
de todo tipo, amparadas por el Estado. dicial, la violencia que ha generado, la
Y que las compañías privadas de segu­ fragmentación del poder del Estado ante
ridad tienen un personal de 40 000 hom­ organizaciones poderosas dedicadas a
bres organizados y bien armados. Den­ esa actividad, sino ver la movilidad so­
tro de la inmensa crisis que ahora vivi­ cial que se ha producido. Para quienes
mos, en el centro de la cual está la quie­ razonan así, sin que ello muchas veces
bra del aparato de justicia, el Estado les impida también lucrarse, lo grave
perdió el monopolio del poder coerci­ no son tanto éstos y otros efectos sino
tivo que caracteriza al Estado moderno. que a su barrio lleguen como vecinos,
El poder se fragmentó y, forzando los y a apartamentos y con automóviles me­
términos, podríamos decir que vamos jores, gentes que según los patrones so­
en vía de feudalización, pues ante la ciales tradicionales estaban destinadas
quiebra del Estado van apareciendo los a servir.
señores que controlan el poder dentro El país y sus sectores dirigentes, entre
de su propio feudo. Dispersión que se los cuales especialmente debieran con­
va imponiendo en las diferentes instan­ tarse los sectores políticos, está en mora
cias y actividades y que la sabiduría del de iniciar un análisis a fondo y verda­
lenguaje cotidiano capta cuando consa­ dero sobre este fenómeno para, en lugar
gra situaciones y se refiere, por ejemplo, de gemir, intentar políticas democráti­
a "los barones electorales", etc. El poder cas y realistas que den una salida. Tengo
estatal se está volviendo ficción y se para mí que uno de los efectos socioló­
ejerce fragmentadamente por haber per­ gicos más importantes que se han produ­
dido el control de ciertas esferas, que cido con la aparición y fortalecimiento
pueden ser territoriales, como en el caso de los sectores llamados emergentes, es
de las "zonas liberadas" o de protección la fragmentación de las élites y la con­
que pasa a los grupos de autodefensa o secuente incapacidad, por esta razón,
al llamado MAS, o porque se declara de dar una respuesta unificada y cohe­
impotente para intervenir en actividades rente. Estas tenían en el país un status
que algunos se reservan. El ámbito efec­ seguro. Se mantenían renovándose len­
tivo de control por parte del Estado se tamente a través de ciertos filtros o ele­
ha ido reduciendo ante la población y mentos de identificación como el "lina­
por ello éste va cobrando la imagen de je" en términos de apellidos, el dinero,
Rey de Burlas. Ante la impotencia del la cultura y el factor racial. Por esa ra­
Estado, manifestada entre otras cosas zón, en zonas como Antioquia o Santan­
en su lentitud, las gentes se acogen a der, en las que la homogeneidad racial
otras protecciones y a métodos más ex­ es mayor, siempre ha sido más factible
peditos, entre ellos el que con despia­ la posibilidad de movilidad social a tra­
dado humor y al amparo de la ambigüe­ vés del dinero. Tradicionalmente, las
dad se llama ahora, anfibológicamente, élites se renovaban lentamente por
cobro de cuenta por "la vía ejecutiva". cooptación a través de matrimonios,
aceptación de intelectuales, de nuevos
ricos, etc. Eso les daba un sentido de
El narcotráfico solidez y les permitía, aun durante las
guerras y los momentos de mayor crisis,
La aparición del narcotráfico como actuar homogéneamente. Ahora, la
actividad y como poder es algo propio irrupción de los intrusos ha sido rapidí­
de esta última época. Sus efectos, en sima y se ha saltado los filtros tradicio­
general han sido estudiados insuficien­ nales -color, cultura, etc. Como una
temente o vistos sólo a través de ópticas consecuencia de esta situación, la clase
parciales de tipo moral cuando no elitis­ dominante, entre la cual nadie osará ya
tas. Conturba a algunos, desde su posi­
406 Nueva Historia de Colombia. Vol. II

excluir a los sectores emergentes, está representante del interés general. Por
fragmentada y no puede producir res­ ejemplo, desde los años cincuenta los
puestas generales y compactas. gremios de industriales, comerciantes,
Esto, tal vez se pueda ilustrar con la terratenientes y en general los que repre­
comparación entre la capacidad de los sentan el capital, se fortalecieron e in­
sectores dominantes de dos ciudades cluso invadieron los primeros papeles
para enfrentar, cívicamente, los proble­ de la escena política. Su momento de
mas de interés general que produce la triunfo fue la exitosa acción para dar al
miseria. Mientras en Cali la clase alta traste con el gobierno de Rojas Pinilla.
tradicional, que a pesar de ciertas fisuras A partir de allí, su poder quedó paten­
aún es compacta, ensaya respuestas ante tizado en el hecho de que el escenario
fenómenos como los producidos en el escogido por los gobiernos para presen­
distrito miserable de "Agua Blanca"; en tar sus políticas al país, dejó de ser el
Medellín, en donde realmente la clase Parlamento y se trasladó a los congresos
dominante está fraccionada porque den­ gremiales, a los que debían acudir los
tro de ella debe incluir a los nuevos ministros para sufrir pasivamente críti­
sectores que tienen su peso económico, cas y reprimendas y la calificación que,
no se produce una respuesta cívica com­ como si se tratase de escolares, les otor­
pacta. O para poner un ejemplo gráfico, gaban en su presencia algunos imperti­
antes en los tres o cuatro más exclusivos nentes dirigentes gremiales. Pero, y este
clubes del país, se tomaban decisiones fue el elemento adverso para que no se
que podrían tener más fuerza que las de hubieran podido equilibrar las cargas,
la ley. Como lo cuentan los cronistas, la contrapartida no fue el surgimiento o
durante las guerras existían las claves fortalecimiento paralelo de las agremia­
para que los socios de ambos partidos ciones de trabajadores, de campesinos,
se pudieran sustraer al toque de queda de clases medias, de consumidores, etc.
y pudieran festejar en el club mientras El sector popular quedó desprotegido
en los campamentos se combatía. Du­ en su representación y percibió que ésta
rante la violencia, de acuerdo con el tampoco quedaba garantizada por los
partido a que pertenecieran los socios, voceros políticos. Estos, a fuerza de ha­
la fricción no iba más allá de reunirse cer concesiones al indoctrinarismo que
en diferentes salones, pero ésto no era impuso el Frente Nacional, se dedicaron
óbice para que en esos centros de poder en gran parte a representar intereses
se decidieran en conjunto las respuestas fraccionados, de tipo regional, cuando
del sistema, que iban desde lo econó­ no los de su interés particular. Una de
mico hasta la subida o la caída de un las consecuencias fue entonces la abs­
presidente, como bien lo patentiza el tención electoral que se elevó a guaris­
caso de Rojas Pinilla. Hoy ya esto no mos superiores al cincuenta por ciento,
es así; el poder real ahora mora en mu­ privando así de legitimidad al sistema
chas partes. Ya el del dinero no ronda y en consecuencia agregando un nuevo
exclusivamente por los antiguos aposen­ elemento conflictivo. Ha ido creciendo
tos. De allí la incapacidad presente de en algunos la sensación de que cada vez
las actuales clases dirigentes para ofre­ hay más intereses legítimos que no pue­
cer respuestas globables que salgan al den ser satisfechos institucionalmente
conjuro de una crisis que la misma situa­ por el Estado y acuden entonces a resol­
ción de movilidad social ha contribuido verlos por fuera de él. Estamos llegando
a crear. a una situación de inexistencia de un
contrato o pacto social, en la medida en
El Estado negociador que no existen o desaparecen los ele­
mentos comunes globalizantes. Porque
de intereses particulares cada sociedad busca los suyos así fre­
Durante los últimos tiempos el Estado cuentemente acuda al mito. Por ejem­
se ha ido convirtiendo en un negociador plo, en México, una sociedad tan pare­
de intereses particulares más que en el cida a la nuestra por muchos aspectos,
Capítulo J5 407

el mito de la Revolución ha funcionado cial, posiblemente se encuentra la tran­


como elemento unificador y de unidad sitoria resolución del problema. Si a
nacional. Acá, por el contrario, lo que nuestros males agregásemos los que en
en otros momentos operaba como factor el orden económico padecen general­
aglutinante, como era el caso de los par­ mente los pueblos del Tercer Mundo y
tidos políticos, el de la Iglesia y las en particular la mayoría de los países
creencias religiosas, entraron en crisis de América Latina; si acá tuviésemos
también y ya no despiertan la mística por ejemplo una situación económica
unificante. como la del Perú, es muy probable que
Cuando uno observa tantos factores los restos que quedan del andamiaje ins­
concomitantes de dispersión y se pre­ titucional se hubieran ido a pique. Mas
gunta angustiado por qué el régimen ins­ si la hipótesis fuera cierta, y nuestra
titucional no se ha derrumbado ante ta­ convivencia estuviese sostenida por una
maño asedio, no atina a encontrar una circunstancia tan precaria como la que
respuesta. Tal vez ella se halle en una produce la abundancia de dinero, no
circunstancia prosaica que no tiene ni pueden augurarse más que siniestros
siquiera la grandeza de los mitos. En presagios. ¿Queda entonces algún tipo
que a pesar de todo hay mucho dinero. de salida? Posiblemente sí. Pero a con­
Porque como diría descarnadamente el dición de abandonar los esquemas. Pues
presidente de la Asociación Nacional de ante nuevas situaciones, es preciso for­
Industriales, los negocios van muy bien mular nuevas preguntas para encontrar
pero el país va mal. En esa dicotomía así nuevas respuestas. El tratamiento
incomprensible para aquel que supere tiene que ser de fondo y debe pasar,
la estrecha concepción de lo particular necesariamente, por la búsqueda de un
para elevarse al campo del interés so­ campo común de entendimiento.

Notas
1. CEPAL. Anuario Estadístico de América La­ DANE, Colombia estadística 85, Bogotá,
tina y el Caribe. Edición 1986. 1984, Pg. 178.

2. Jesús Antonio Bejarano, La economía colom­ Comisión de estudios sobre la violencia, Co­
biana en la década del 70, Bogotá, Fondo lombia: Violencia y Democracia, Informe
Editorial Cerec, 1984, Pg. 21. presentado al Ministerio de Gobierno, Bogo­
tá, Universidad Nacional de Colombia, 1987,
3. Discurso del Presidente Virgilio Barco, el Pg. 35. (Véase también: Gonzalo Sánchez y
día 6 de octubre de 1987, tomado de El Co­ Ricardo Peñaranda (Compiladores), Pasado
y presente de la Violencia en Colombia, Bo­
lombiano, octubre 7 de 1987.
gotá, Fondo Editorial Cerec, 1986.
4. CEPAL, Anuario estadístico de América La­
tina v el Caribe. Edición 1986. 7. Ibídem.

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