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LA EFICACIA, LA EFICIENCIA Y LA EFECTIVIDAD Y SU EVALUACIÓN EN LA

TERAPIA PSICOLÓGICA

JENNIFER CABALLERO MONTOYA

UNIMINUTO

PSICOLOGIA

PSICOLOGIA CLINICA

LERIDA

2019

INTRODUCCIÓN
La investigación de la eficacia y efectividad de los diferentes tipos de intervención
es un tema clave para que la Psicología adquiera el estatus de una disciplina científica
(Hamilton y Dobson, 2001), la Psicoterapia se fundamenta en el carácter indisoluble de lo
psíquico y lo somático, lo que se manifiesta en el reconocimiento de la dimensión
psicológica en todas las enfermedades, aun cuando predominen las manifestaciones
somáticas.

Mumford, Schlesinger, Glass, Patrick y Cuerdon (1984) realizaron un meta análisis


de 58 estudios y concluyeron que la utilización de servicios médicos disminuyó después de
seguir terapia psicológica. Otros estudios posteriores han confirmado que el tratamiento
psicológico puede reducir la utilización de servicios médicos, los costes médicos o ambos.
Por otra parte, existen datos de que la terapia psicológica prolonga algunos años la vida de
pacientes con cáncer y reduce la probabilidad de sufrir un nuevo ataque al corazón en
pacientes con infarto previo.

Demostrar y conocer la eficacia y la efectividad de las terapias tiene implicaciones


importantes no sólo para los profesionales, sino para el paciente/cliente, que cada vez
demanda un mejor servicio y de más calidad, para las agencias de salud y para profesores y
docentes.

Cuando se va a elegir un tratamiento es la eficiencia del mismo, es decir la relación


entre los costos y beneficios, o dicho de otra forma, qué tratamiento supone el menor
esfuerzo económico alcanzando el máximo beneficio.

El papel del psicólogo es importante y de mucha utilidad, además de tener gran


aceptación social y cada vez más demanda, por lo que parece imprescindible que se sigan
haciendo esfuerzos por identificar esas funciones y resultados.
LA EFICACIA, LA EFICIENCIA Y LA EFECTIVIDAD Y SU EVALUACIÓN EN LA
TERAPIA PSICOLÓGICA

Autor de la reseña: Jennifer Caballero Montoya

Compas, B. E y Gotlib, I (2003). Introducción a la psicología clínica. México: McGraw-


Hill. Libro guía.

Al dar inicio a este escrito, se divide en cuatro partes; la primera una


conceptualización de terapia psicológica, el segundo término es eficacia, el tercero es
eficiencia y por último la efectividad y su evaluación. De acuerdo a la Real Academia de
la Lengua Española el término psicoterapeuta proviene de “psico” (alma o actividad
mental) y “terapeuta” (relativo a la terapéutica, que es la parte de la medicina que enseña
los preceptos y remedios para el tratamiento de las enfermedades), especialista en
psicoterapia (tratamiento de las enfermedades, especialmente de las nerviosas, por medio
de la sugestión o persuasión o por otros procedimientos psíquicos). En sentido amplio, todo
método de tratamiento de los desórdenes psíquicos o corporales que utilice medios
psicológicos y, de manera más precisa, la relación del terapeuta con el enfermo: hipnosis,
sugestión, reeducación psicológica, persuasión, etc. (Laplanche y Pontalis, 1996, pág. 324).

La APA (American Psychological Association) es una institución mundialmente


reconocida en el ámbito de la psicología y un referente para académicos y psicólogos.
Recientemente, en 2012, la APA publicó los resultados de un estudio que analizó más de
140 investigaciones sobre la eficacia de la psicoterapia. El estudio muestra que los efectos
de la psicoterapia son significativos y elevados y, en todos los grupos de edad, sus
resultados superan o son comparables al efecto de muchos fármacos. Además, algunas de
las intervenciones farmacológicas o procedimientos médicos conllevan efectos secundarios
adversos y un coste económico más elevado. La psicoterapia normalmente reduce el
número de visitas al médico y el gasto sanitario.
La psicoterapia es una relación particular en la que un profesional formado a la
escucha y a la comprensión de problemas psicológicos propone, en un marco concebido
para ello, se concluye que los efectos de la psicoterapia, además de elevados y
significativos, se mantienen en el tiempo en la mayoría de los problemas y hay menos
probabilidad de necesitar un nuevo tratamiento para el mismo problema en el futuro. Las
personas tratadas con psicoterapia adquieren durante la intervención una serie de
habilidades que les resultarán útiles más allá del tratamiento, por lo tanto se continuarán
produciendo mejoras tras acabar el mismo. La psicoterapia es especialmente eficaz en
personas con ansiedad y depresión, y estos tratamiento pueden ser más breves comparado
con otras intervenciones; son muchas las personas que acuden a las psicoterapias, con la
finalidad de ser curadas, porque no quieren que les suministren más fármacos.

En cuanto a eficacia en psicoterapia, capacidad de obtener los efectos deseados


mediante una intervención terapéutica. Los criterios de evaluación de la eficacia pueden variar
enormemente según el tipo de paradigma de referencia y del modelo teórico adoptado por el
terapeuta. Las terapias psicoanalíticas, psicodinámicas, existenciales-humanistas y sistémicas no
han sido investigadas suficientemente hasta el momento, por lo que no se puede afirmar si son
eficaces o no. Los escasos datos disponibles indican la eficacia o posible eficacia de la terapia
interpersonal (una intervención ecléctica de tipo psicodinámico y cognitivo-conductual que busca
resolver los problemas interpersonales) para la depresión, bulimia y sobre ingesta compulsiva, y de
la terapia psicodinámica breve para la depresión y la dependencia de opiáceos. Según diversas
revisiones (Botella y Feixas, 1994; Chambless y Ollendick, 2001; Elliott, Stiles y Shapiro, 1993;
García, Bados y Saldaña, 1998; Giles, Neims y Prial, 1993; Lambert y Bergin, 1994; Matt y
Navarro, 1997; Pérez, 1996), la terapia psicológica es más eficaz que el no tratamiento.

Algunas asociaciones profesionales de psicólogos han establecido unas "guías" o


"listas" en los que figuran los tratamientos eficaces para los distintos tipos de trastornos
psicológicos. Estas guías son útiles, tanto para los psicólogos como para los usuarios, pues
permiten identificar los tratamientos considerados eficaces por la comunidad científica y
profesional de los psicólogos. En este documento se incluyen la guía elaborada por la
"Sociedad Española para el avance de la Psicología Clínica y de la Salud. Siglo XXI".

En cuanto a la efectividad, Lo que al clínico le interesa primeramente es este


aspecto de su intervención. Aunque la efectividad es un «buen resultado», el clínico no
debería confiar en que sea el «resultado bueno». (Pérez y Álvarez, 1998). No hay que
desanimarse, ya que es posible demostrar de manera válida la efectividad de una
intervención.

Se puede concluir en este aspecto que la efectividad debe combinarse con la evaluación de
la eficiencia del procedimiento. Dos psicoterapias igualmente efectivas pueden tener costos
muy distintos en función, por ejemplo, de la cantidad de sesiones requerida para lograr el
cambio. Si bien hay evidencia que señala que la terapia de tiempo limitado y sin límite
tiene una efectividad equivalente (Orlinsky, Ronnestad y Willutzki, 2003), se requiere saber
cuál es el tiempo limitado óptimo.

De acuerdo a la efectividad en el tratamiento, así mismo el terapeuta clínico, es


quien decide el número de sesiones para ir observando la mejoría del paciente. Se debe
programar las intervenciones de modo tal que permita alternar los distintos tipos de
intervenciones en los distintos momentos de medición.

Vale la pena anotar, que son tantas las enfermedades mentales que han ido
evolucionando a través del tiempo, que son muchos los fármacos que se expenden para el
tratamiento de las mismas; y las agresivas campañas de promoción de los productos
farmacéuticos, cada vez más dirigidas al gran público, deben encontrar su contrapunto en la
exigencia de controles rigurosos por parte de los organismos estatales. Como conclusión
nos gustaría recoger la reflexión de Echeburúa y Corral deseando que estos grandes
avances terapéuticos en salud mental que se derivan tanto de la psiquiatría como de la
psicología, lleguen a mitigar el sufrimiento de los pacientes. Y que, de este modo, pueda
considerarse a la década de 2000 como década de la persona (Echeburúa y Corral, 2001).
CONCLUSIONES

La psicoterapia no funciona únicamente gracias al efecto placebo. Éste sólo produce


un alivio de los síntomas de forma temporal y poco profunda. Los cambios
significativos se producen gracias al tratamiento que realmente es efectivo.

Es importante potenciar el trabajo conjunto de clínicos e investigadores de las


diferentes orientaciones; esto permitiría evaluar la eficacia diferencial de los
tratamientos derivados de los diferentes modelos mediante estudios en los que un
especialista de cada orientación aplicara el correspondiente programa de
intervención.

Por todo lo comentado anteriormente, coincidimos con Echeburúa y Corral (2001)


en su afirmación de que la evaluación de la eficacia de las intervenciones
terapéuticas es una necesidad perentoria, tanto para el avance de la psicología
clínica como para el afianzamiento de ésta en el Sistema de Salud Pública.

La contribución de la Psicología ha sido grande a la hora de incrementar el cuadro


de tratamientos eficaces, en el campo de la Salud Mental.

Se pretende que todos los tratamientos en psicoterapia sean eficaces, eficientes y


efectivos, es así que para determinar la eficacia de los tratamientos psicológicos
para los trastornos mentales y establecer un directorio de terapias de eficacia
probada, se creó la Task Force on the Promotion and Dissemination of
Psychological Procedure, dirigida por Chambless y auspiciada por la APA.
REFERENCIAS

Bados, A. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para la agorafobia. Psicothema, 13,


453- 464. Beren

Botella, L. y Feixas, G. (1994). Eficacia de la psicoterapia: Investigaciones de resultados.


En M. Garrido y J. García (comps.), Psicoterapia: modelos contemporáneos y
aplicaciones (pp. 91-104). Valencia: Promolibro

Chambless, D.L., Baker, M.J., Baucom, D.H., Beutler, L.E., Calhoun, K.S., Crits-
Christoph, P., Daiuto, A., DeRubeis, R., Detweiler, J., Haaga, D.A.F., Johnson, S.B.,
McCurry, S.

Echeburúa, E. y Corral, P. (1999). Avances en el tratamiento cognitivoconductual de los


trastornos de personalidad. Análisis y Modificación de Conducta, Vol. 25, nº 102, 585-
614

Echeburúa, E. y Corral, P. (2001). Eficacia de las terapias psicológicas: de la investigación


a la práctica clínica. Revista Internacional de Psicología Clínica y de la Salud. Vol. 1, Nº
1, 181-204.

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Lambert, M.J. y Bergin, A.E. (1994). The effectiveness of psychotherapy. En A.E. Bergin y
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189). Nueva York: Wiley. Matt, G.E. y Navarro, A.M. (1997). What meta-analysis have
and have not taught us about psychotherapy effects: A review and future directions.
Clinical Psychology Review, 17, 1- 32.
Laplanche, J. & Pontalis, J.B. (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Barcelona: Paidós.

Matt, G.E. y Navarro, A.M. (1997). What meta-analysis have and have not taught us about
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Mumford, E., Schlesinger, H.J., Glass, G.V., Patrick, C. y Cuerdon, T. (1984). A new look
at evidence about reduced cost of medical utilization following mental health treatment.
American Journal of Psychiatry, 141, 1145-1158.

Orlinsky, D., Ronnestad, M. y Willutzki, U. (2011). SPR Collaborative Research Program


on the Development of Psychotherapists en Norcross, J., VandenBos, G. y Freedheim,
D., History of Psychotherapy, Washington, DC: American Psychological Association.

Pérez Álvarez M(1998). La Psicología Clínica desde un punto de vista contextual. Papeles
del Colegio; 69: 25-40

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