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El don de lenguas

Es importante reconocer inicialmente que los dones espirituales fueron


manifestaciones que el Espíritu Santo administraba durante la época de la iglesia primitiva y
esto tenía un propósito en específico.

Lo primero que se debe analizar es el comienzo de la obra del Espíritu Santo en el nuevo
pacto. Jesucristo promete a sus discípulos la obra del Espíritu Santo en ellos (Jn. 14.16s;
16.7). La primera función que cumpliría el E.S es la de consolar. Entonces, podemos deducir
que el objetivo principal del Espíritu Santo no es únicamente el manifestarse en medio de las
personas, sino el de fortalecer a los Santos, para corroborar esto, existen muchas referencias
bíblicas.

El E.S dio sabiduría a los Discípulos:

Dios actuó providencialmente en la vida de los discípulos durante el ministerio de Cristo, es


necesario observar esto a través de la dificultad que tenían los seguidores de Jesús para
entender sus mensajes (Lc. 22.35-38; Mt. 16.5-8). El entendimiento de aquellos hombres
sólo fue abierto en el momento indicado por Dios para iniciar su obra en Jerusalén (Lc. 24.
31,45; Jn. 20.22). Esta manifestación del Espíritu era esencial para que se registraran los
hechos del señor Jesucristo en su ministerio (Jn. 14.26; 15.26,27; 16.13,14). Muchas veces,
dentro de las denominaciones pentecostales y carismáticas definen este don de manera errada,
tratando de adaptarlo a las necesidades del creyente; sin embargo, Jesucristo fue claro al
mencionar la necesidad que los discípulos tenían del E.S para dar testimonio de Él y, en este
caso en particular, la obra del Espíritu Santo estaba enfocada en el principio a la redacción de
la Palabra de Dios (2 Ti. 3.16; 2 P. 1.21).
El E.S como el dispensador de la gracia divina1

Como el Señor Jesucristo mencionó (Jn. 16. 8-11) Solamente las personas podrían ser
convencidas por el glorioso poder del E.S. recordemos que desde el Antiguo Testamento, la
necesidad de que estuviera el Espíritu de Dios en las vidas era imperante y sólo a través de
esta morada las personas podían ser convencidas de su pecado (Sal. 51.11; Ez. 36.27).

Tener comprensión de la obra del El E.S en el arrepentimiento y la nueva vida en Cristo nos
permite comprender los beneficios que hemos recibido gracias al sacrificio de Cristo en la
cruz (Ti. 3.5).

El fruto del E.S

Otro de los beneficios que el creyente ha recibido es la oportunidad de ser hechos a la


imagen de Cristo (Ro. 8.29; 1 Jn. 3.2; Col. 3.10). Aunque la vida el creyente es
completamente nueva en el momento de la conversión (2 Co. 5.17) ser hechos a la imagen de
Cristo demanda una constante renuncia a los deseos que esta carne tiene (Ga. 5.16) El E.S
capacita al creyente con su fruto para poder vivir en el Espíritu (Gá. 5.25). El deseo del
creyente debe estar íntimamente ligado con ser hecho a la imagen de Cristo, es por esto que
continuamente el cristiano debe colocar sus ojos en Cristo (Heb. 12.2).

Esta pequeña introducción pretende evidenciar la importancia que tiene el E. S en la vida del
creyente; no obstante, los movimientos mencionados anteriormente (Pentecostalismo, mov.
Carismático) han intentado de muchas maneras atribuir al Espíritu las manifestaciones que
ellos llaman ‘los dones del Espíritu’. Como ha sido mencionado anteriormente, los dones
milagrosos cumplían una labor muy importante dentro de la iglesia primitiva y era la
confirmación de un creyente verdadero, la primera manifestación del E.S es en el día de
pentecostés a 120 discípulos que se habían reunido (Hch. 2), una de las manifestaciones

1
(Berkhof, 1972, pág. 507)
extraordinarias en el día de pentecostés fue el ‘hablar en lenguas. La definición al don de
lenguas se puede determinar de la siguiente manera:

“ … es la habilidad dada por Dios de hablar en un idioma terrenal desconocido para el que
habla. La interpretación de lenguas es la facultad de interpretar ese mensaje en un lenguaje
que entienden los oyentes. Sin duda, en la primera aparición de las lenguas en Hechos 2, se
trataba de idiomas (note la palabra “lenguas” en vv. 6 y 8)” 2

Lo que era extraordinario del don de lenguas era el resultado que tenía en los no creyentes,
los impresionaba, aunque a otros les generaba indiferencia (Hch. 2.11-13).

Tanto el don de lenguas como otros dones, eran necesarios para confirmar la labor de los
apóstoles principalmente:

“Las lenguas eran parte de la era milagrosa de Cristo y los apóstoles, y eran necesarias, junto
con el don de milagros, para autenticar las señales de los apóstoles (2 Co. 12.12). (…) Las
lenguas eran un don de señales que pertenecía a la etapa infantil de la iglesia (1 Co. 13. 10-
11; 14.20)” 3

Según el registro bíblico, el don de lenguas era muy importante para la congregación de
Corinto y es por esto que Pablo en los últimos capítulos de su primera carta enfatiza en este
don; no obstante la intención del autor no era ni desprestigiar las lenguas ni exaltarlas a un
nivel no debido:

“La palabra lengua puede apuntar a un idioma conocido (Hch. 2:6, 8, 11) o a la glosolalia (1
Co. 14:2, 4, 28). En esta carta, la palabra puede tener cualquiera de esos dos significados,
dependiendo del contexto. En una ciudad comercial como Corinto, había gran demanda de
traductores por la abundante presencia de visitantes internacionales y de residentes
temporales que hablaban varios idiomas. Por otra parte, la congregación de Corinto también
experimentaba el fenómeno del hablar en lenguas. La glosolalia se refiere a un acto de
adoración a Dios. En el caso que estuviese presentes otros creyentes, para su beneficio debían
interpretarse el mensaje. Para promover la reverencia en el servicio público, Pablo exigía que
el hablar en lenguas fuese edificante, ordenado y controlado. Notemos que Pablo escribe la
expresión tipos de lenguas. Esto apunta tanto a una variedad de idiomas conocidos (14:9, 10)
como a la glosolalia. El apóstol atribuye todas estas lenguas y su interpretación a la obra del

2
(Ryrie, 1993, pág. 427)
3
(Enns, 2010, pág. 272)
Espíritu Santo (vv. 7, 11). De este modo, indica que el Espíritu le da al que interpreta las
lenguas la habilidad de entenderlas y de comunicar el significado de lo que se dice.”4

Para comprender la intención de Pablo al mencionar el don de lenguas (y, dentro de este las
“lenguas angélicas”) es necesario analizar las palabras del Apóstol, y a quiénes va dirigido.

“Después de presentar el amor como el “camino aún más excelente” por encima de todos los
otros ministerios y dones, Pablo habla directa y fuertemente a los corintios acerca de su
pecado en contra del amor por su mal entendimiento y mal uso del don de lenguas. Los
creyentes allí habían abusado del tal forma del don que habían rivalizado con Babel en la
confusión de hablar, y el apóstol dedica un capítulo completo a ese problema, que era tan
representativo de su pecaminosidad.”5

En la actualidad, el panorama no es para nada distinto al que la iglesia de Corinto


experimentaba. Hoy por hoy, los medios de comunicación están atiborrados de videos,
comentarios, caricaturas y demás criticando las “manifestaciones del Espíritu”:

“Aunque el hablar en lenguas pentecostal es por definición verbal, en esta ocasión apareció
de forma impresa. (…) Aunque hay menos interés en este comportamiento esotérico que en el
tangible evangelio de la prosperidad (por razones obvias), todavía este es un elemento básico
que define al movimiento. Haciéndose referencia a ellas como << un discurso celestial>>, >la
lengua de los ángeles>>, o un <<lenguaje privado de oración>>, las lenguas <<modernas>>
consisten en una completa cháchara sin sentido, un punto que incluso los mismos
carismáticos reconocen” 6

Teniendo en cuenta este panorama se formula la siguiente pregunta: ¿Es necesario el don de
lenguas en el día de hoy?

La respuesta es no. Una de las mayores razones por las cuales defendemos este punto es
considerar nuestro contexto y ponerlo paralelamente a la época de la iglesia primitiva. Sin
duda lo primero que llega al pensamiento es la carencia que tenía la iglesia primitiva de la
Escritura. En la actualidad, la Biblia es uno de los libros con más traducciones en el mundo:

“la Biblia, que cuenta con ediciones en nada menos que 438 idiomas. (…)

4
(Kistemaker, 1998, págs. 372,373)
5
(MacArthur, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Primera Corintios, 2003, pág.
359)
6
(MacArthur, Fuego Extraño, 2014, pág. 133)
La Biblia copa todos los récords bibliófilos del mundo, pues es el libro más vendido de todos
los tiempos (se han editado unas 5.000 millones de copias, casi una por alma) y está presente
en 800.000 bibliotecas del mundo.” 7

Si las Escrituras tienen un alcance extenso, la obra providencial de Dios se puede ejecutar de
tal manera que las personas puedan llegar al conocimiento de Cristo por medio de aquellas
traducciones. Uno de los mayores problemas que trajo consigo el movimiento carismático de
principios del siglo XX era que los misioneros no tenían la necesidad de estudiar idiomas,
bastaba con pedir el bautismo en el Espíritu y luego recibir el don de las lenguas, de esta
manera la persona se convertía de forma “milagrosa” en un obrero capacitado para la labor
misionera (MacArthur, 2014, pág. 20). El problema con este tipo de conjeturas erradas es
perder de vista la función actual prominente del Espíritu Santo, ser santificados (1 Tes. 4.3)

Es preciso exaltar de la mejor manera las manifestaciones del Espíritu Santo en la actualidad
de la manera correcta. Sin atribuirle alguna labor que Él no haya realizado y esforzarnos por
predicar la palabra de Dios tal como está escrita. La manera en la que se puede evidenciar una
falsa manifestación del Espíritu es por medio de la Gloria dada. El Señor Jesucristo expresó
que el Espíritu le otorgaría la Gloria a Él (Jn. 16.14) si dentro de cualquiera de estas
manifestaciones, existe algún tipo de autosatisfacción o se exalta al Espíritu es un completo
error, puesto que el mismo Espíritu es quien reconoce la gloria de Cristo.

Lo segundo que podemos resaltar de estas falsas manifestaciones es el desorden que muchas
veces se manifiesta en los servicios carismáticos y pentecostales:

“Uno ve el cuerpo del hombre agitado por los espasmos, con las manos temblando, la vos
trémula y en murmullos entrecortados como: Je-Je-Je-Jee-sús… Jeeesús… Je-Je-Je-Jee-
sús…aassh…aassh…ah…aassh Jee-sús.

Le siguen algunos tartamudeos del habla en lenguas: Shlababababa-jah-jeey-Balika, un


síndrome que el sicólogo estadounidense Peter Brent llama <<una fijación del nacido de
nuevo>> y que un observador denomina como <<un himno distintivo pentecostal>>.”8

Aún Pablo confronta a la iglesia de Corintios y menciona dos cosas respecto de este tipo de
manifestaciones ajenas a lo estipulado por Cristo. La primera es la interpretación de lenguas,
en otras palabras, la traducción del lenguaje que se hablaba (1 Co. 14.13) no podían hablar

7
(Berazaluce, 2013)
8
(MacArthur, Fuego Extraño, 2014, pág. 3)
en lenguas al mismo tiempo (1 Co. 14.27) tenía que ser con el fin de edificar a la iglesia y no
con la intensión de sentirse mayor que los demás (1 Co. 14.26) y sobre todo que se haga todo
con orden (1 Co. 14.40) y sobre todo, entender que, a pesar de que las lenguas eran un don
extraordinario (que sólo perteneció a la iglesia primitiva), estas no tenían la función de salvar
a las personas (1 Co. 14.21). Por lo demás se pueden preguntar si se exponen las Escrituras
tal cual como han sido manifestadas y si esto es la causa por lo cual nos aborrecen, ya que
nuestro Dios no es confusión (1 Co 14.33).

Bibliografía

Berazaluce, I. (2 de Septiembre de 2013). Bluevvba. Obtenido de bluebbva:


https://www.bluebbva.com/2013/09/cuales-son-los-libros-mas-traducidos-de-la-
historia.asp
Berkhof, L. (1972). Teología Sistemática . Grand Rapids: Libros desafío.
Enns, P. (2010). Compendio Portavoz de teología. Grand Rapids: Portavoz.
Kistemaker, S. (1998). Comentario al Nuevo Testamento 1 Corintios. Grand Rapids: Libros
desafío.
MacArthur, J. (2003). Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Primera Corintios.
Grand Rapids: Portavoz.
MacArthur, J. (2014). Fuego Extraño. Nashville: Grupo Nelson .
Ryrie, C. C. (1993). Teología Básica. Miami: Unilit.

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