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Declaración de Testigos Oculares

Martine Powell, Licenciada con Honores, Doctora y Magíster en Psicología Clínica


Maryanne Garry, Licenciada en Ciencias y Doctora
Neil Brewer, Licenciado en con Honores, Doctor
[El capítulo original en esta materia fue escrito por DM Thomson Licenciado en Derecho,
Licenciado, Máster y Doctor]
EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

Información del Autor


Martine Powell es Profesora de Psicología en la Universidad de Griffith (Brisbane,
Australia) y posee una Licenciatura con Honores, un Máster en Psicología Clínica y
realizó su doctorado y sus estudios postdoctorales en el área de testimonio de niños-
testigo. La investigación de la Profesora Powell se ha centrado principalmente en las
capacidades de memoria y lenguaje de grupos de testigos vulnerables,
especialmente niños, y los factores que promueven el desempeño investigativo
efectivo de un entrevistador. La Profesora Powell es la presidente del Comité
Científico del Grupo Internacional de Investigación en Entrevistas Investigativas,
grupo que reúne a más de 200 académicos y/o profesionales en el área. Desde 2001 al
2009 fue la editora para Australia de la revista académica Psicología Cognitiva Aplicada
(Wiley-Blackwell) que publica la gran mayoría de los ensayos en el campo de las
declaraciones de testigos oculares. La Profesora Powell ha jugado un rol fundamental
en la capacitación de profesionales forenses en Australia. Ella ha colaborado en el
diseño, entrega y/o evaluación de ochos cursos de capacitación para entrevistadores
investigativos de niños y regularmente realiza talleres para diversos profesionales en el
área, como por ejemplo, fiscales, jueces, magistrados, y trabajadores que proveen
servicios a las víctimas. Ella es una psicóloga registrada y miembro del Colegio de
Psicólogos Forenses (Sociedad de Psicología Australiana).

Información de Contacto: Centre for Investigative Interviewing, Griffith University


176 Messines Ridge Rd
MT GRAVATT QLD 4122 AUSTRALIA
Teléfono: 61 (07) 3735 5917
Email: martine.powell@griffith.edu.au

Maryanne Garry es Profesora de Psicología en la Universidad Victoria de Wellington,


Nueva Zelanda. Ella posee dos Licenciaturas en Ciencias, una en Ciencia Forense y otra
en Química. La Profesora Garry recibió su doctorado en Cognición e Instrucción en 1993
de la Universidad de Connecticut y realizó su investigación postdoctoral en la Universidad

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de Washington. La investigación de la Profesora Garry se desarrolla en torno a cómo las
personas pueden llegar a recordar eventos que nunca sucedieron. Su trabajo tiene
importantes implicancias en áreas como declaración de testigos, identificación,
entrevistas, contrainterrogatorios, decisión del jurado e instrucción judicial. Su
investigación ha sido expuesta en múltiples revistas internacionales y libros de prestigio.
La Profesora Garry también ha colaborado con el Departamento de Cortes, Comisión
Legislativa, Procuraduría General y al Departamento de Policía de Nueva Zelanda,
además de haber prestado testimonio experto en diversos países en relación a la
confiabilidad de la memoria humana en casos tanto civiles como criminales. Ella ha
recibido el premio al Mérito de la Universidad de Victoria por Excelencia en Investigación,
el Premio en Investigación Neag Alumno con Distinción en Investigación de la
Universidad de Connecticut, y fue seleccionada como Miembro de la Asociación de
Ciencia Psicológica. La Profesora Garry está en el Comité Editorial de la revista
académica Psicología Cognitiva Aplicada y es la Presidente de la Sociedad de
Investigación Aplicada a la Memoria y Cognición.

Información de Contacto: Victoria University of Wellington Psychology


Box 600
Wellington 6005 NEW ZEALAND
Teléfono: 64 (04) 463 5769
Fax: 64 (04) 463 5402
Email: Maryanne.Garry@vuw.ac.nz

Neil Brewer es Profesor de Psicología en la Universidad de Flinders en Adelaida, al sur


de Australia. El foco de su investigación se concentra en la memoria de testigos oculares,
especialmente en los determinantes y predictores tanto del reconocimiento como de la
precisión de memoria. Su investigación ha sido publicada continuamente en prestigiosas
revistas internacionales de leyes y psicología y ha elaborado libros como Psychology and
law: An empirical perspective [Psicología y Leyes: Una perspectiva Empírica] (New York,
Editorial Guilford) y Psychology and policing [Psicología e Investigaciones Policiales]

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EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

(New Jersey, Editorial Erlbaum). El profesor Brewer es un miembro electo de la Academia


de Ciencias Sociales de Australia y es miembro de la comisión editorial de cinco
prominentes revistas internacionales en su campo, incluyendo revistas tanto de la
Asociación Británica como la Americana de Psicología como son: Law and Human
Behaviour [Leyes y Comportamiento Humano], Journal of Experimental Psychology:
Applied; Psychology, Public, Policy and Law [Revista de Psicología Experimental
Aplicada, Políticas Públicas y Leyes], y Legal and Criminological Psychology [Psicología
Criminal y Lega]. Él es frecuentemente invitado como orador a conferencias para jueces y
magistrados en toda Australia.

Información de Contacto: School of Psychology Flinders University


GPO Box 2100
ADELAIDE SA 5001 AUSTRALIA
Teléfono: 61 (08) 8201 2725
Fax: 61 (08) 8201 3877
Email: neil.brewer@flinders.edu.au

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Reconocimientos
Le agradecemos a Donald Thomson, el autor previo de este capítulo, por sus consejos y apoyo
durante el desarrollo de este escrito. Les agradecemos también a Elizabeth Loftus y Rebecca
Milne por sus comentarios sobre una versión anterior de este capítulo y a Rebecca Steinberg
quien entregó colaboración continua en términos editoriales.

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TABLA DE CONTENIDOS

INTRODUCCIÓN………………………………………………..…………………….…….[65.10]
La memoria es un proceso reconstructivo..................................................................[65.20]
La memoria no es el único proceso que afecta la declaración de testigos
oculares.......................................................................................................................[65.30]
Estructura del capítulo..............................................................................…….………[65.40]
RESUMEN DE LOS PARADIGMAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SUS
ENFOQUES .............................................................................................................[65.200]
El procedimiento de laboratorio para examinar declaración de testigos
oculares......…………………………………………………………………………..…….[65.210]
La relevancia y utilidad de estudios de laboratorios en el contexto
judicial…………............…………………………………………………………………...[65.220]
RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA
DECLARACIÓN DE TESTIGOS OCULARES.........................……….....................[65.300]
Conocimientos previos, prejuicios y expectativas..................................…………… [65.310]
Información Objetivo: Atención y procesamiento...............................……………….[65.320]
Particularidades e importancia de los detalles del evento........................................[65.330]
Información relacionada o contrapuesta..................................................…………...[65.340]
Cumplimiento y Motivación Social............................................................…………..[65.350]
Presencia de estrés o trauma al momento del evento.........................………….…..[65.360]
Intervalo entre el crimen y la prueba de recuperación .............................................[65.370]
Edad del testigo (cronológica y mental).………………...............………....................[65.380]
Factores de diferencias individuales ....................................................……………..[65.390]
Resumen...................................................................................................................[65.400]
LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS...........................................[65.500]
Tiempo de la entrevista........................................................................……………...[65.510]
Relación entre el entrevistador y el entrevistado……….…….....………..……………[65.520]
Uso de reglas o alertas conversacionales.................................................................[65.530]

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Contexto de la entrevista investigativa....................................................…………...[65.540]
Tipos de preguntas utilizadas................................................................…………….[65.550]
Uso de señales e indicaciones...............................................................……………[65.560]
Métodos para establecer la credibilidad del testigo..................................................[65.570]
Ayuda interpretativa………...................................................................……………..[65.580]
Resumen..........................................................................................……………… [65.590]
LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS ……………........................................................[65.700]
Tamaño de la rueda de identificación.......................................................................[65.710]
Selección de los miembros de la rueda de identificación.........................................[65.720]
Administrador de la rueda de identificación..............................................………….[65.730]
Instrucciones de la rueda de identificación.........................................………………[65.740]
Formato de presentación: Rueda de Identificación versus reconocimiento
fotográfico.................................................................................................………......[65.750]
Formato de presentación: Simultáneo versus
Secuencial………….................................................................................………….. [65.760]
Registro de la respuesta de identificación del testigo.............................................. [65.770]
Seguridad y rapidez de la respuesta de la identificación..........................………… [65.780]
Eventos influyentes después de la prueba de identificación................................... [65.790]
Resumen ...............................................................................………….................. [65.800]

[La siguiente página de texto es 65-51]

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[65.20] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

INTRODUCCIÓN
[65.10] La declaración de un testigo puede ser crucial en juicios tanto civiles como

criminales y generalmente se les adjudica alta importancia dentro de la corte. Sin duda,
muchos testigos de un delito, tanto adultos como niños, pueden recordar eventos con
suficiente claridad y precisión para ayudar a quien emita el veredicto. A pesar de sus
considerables fortalezas, los testigos también cometen errores.

Aunque a veces los errores apuntan a mentiras, y pese a que algunas veces los testigos
mienten, este capítulo no es sobre la mentira. Cuando la gente recuerda un evento, ya
sea por declarar en un juicio o tan sólo por contar su historia a un amigo, sus errores no
son necesariamente señal de exageración deliberada, simple fabricación o intención de
engañar. El relato de una persona puede ser impreciso aun cuando ella/él crea que su
relato es correcto. De hecho, investigaciones científicas demuestran que las personas
pueden recordar con toda seguridad detalles falsos de eventos reales e incluso, a veces
pueden recordar eventos completamente falsos. Muchos procesos conspiran en la
formación de recuerdos a lo largo del tiempo. Estos procesos necesitan ser considerados
por la corte especialmente en casos donde no hay evidencia decisiva que corrobore o
contradiga lo expuesto por el testigo. Incluso en la eventualidad de que ciertos aspectos
de la declaración del testigo fuesen declarados como imprecisos, esos errores
identificados poco dicen de la precisión de otros aspectos de ese testimonio o sobre la
precisión de declaraciones previas o futuras hechas por el mismo testigo.

Este capítulo resume aquellos factores que han demostrado afectar el detalle, la precisión
y la calidad de la declaración del testigo ocular. No entregamos una revisión individual de
testigos adultos y niños ya que, en su mayoría, los factores discutidos afectan a adultos y
niños de formas similares. Además tampoco entregamos una revisión exhaustiva de la
investigación sino que nos enfocamos en resaltar conclusiones generales basadas en
evidencia científica y sus implicancias para profesionales de las Leyes. Sí proveemos
material de referencia para que los lectores puedan explorar asuntos de interés particular

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INTRODUCIÓN [65.20]

con mayor profundidad.

Comenzamos el capítulo con una breve descripción de la naturaleza de la memoria y así


proveer un contexto para el material expuesto a continuación.

La memoria es un proceso reconstructivo


[65.20] Muchas personas, excepto los científicos que estudian la memoria, creen que
ésta opera como un aparato de grabación, como una cámara, capturando de manera
precisa nuestras experiencias y guardándolas en algo parecido a un video mental. Este
tipo de modelo se basa en dos suposiciones. Primero, asume que recordar es como
encontrar el video y reproducirlo y, tal cual cuando se arrienda una película, esperar que
la grabación sea la misma una y otra vez, es decir, que los recuerdos no cambian.
Segundo, el modelo asume que el paso del tiempo no afecta el video aunque puede ser
que el tiempo dificulte que las personas recuerden en qué video en particular está
guardada la experiencia. En otras palabras, se asume que el olvido es una condición
temporal causada por la inhabilidad de localizar la información en un archivo. Un modelo
de memoria como este puede sonar novedoso, pero no lo es. Muchas sociedades a lo
largo de la historia han descrito la memoria utilizando suposiciones similares con
analogías vinculadas a sus tecnologías.

Sin embargo, la evidencia científica disputa el modelo de memoria de un video mental. La


ciencia demuestra que la memoria es un proceso más que un contenedor, y un proceso
reconstructivo más que uno reproductivo. La memoria es una mezcla continua de
información obtenida a partir de los pensamientos, imaginación, sueños, conversaciones,
entrevistas, medios de comunicación y demás. Como lo escribió el renombrado científico
de Harvard, Schacter (1997): “nuestras historias autobiográficas son construidas en base
a muchos ingredientes: fragmentos de lo que realmente ocurrió, pensamientos de lo que
pudo haber ocurrido y creencias que nos guían al intentar recordar” (pág. 308). Dicho de
otra forma, la memoria no funciona como un video, sino más bien como un teatro de

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[65.20] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

improvisación.

Los científicos han encontrado conveniente separar los procesos de la memoria en tres
etapas. La primera, durante la etapa de decodificación, la gente está expuesta a cierta
información; en el caso de los testigos oculares, esa información es el evento. La
segunda, la etapa de retención es simplemente el lapso entre la etapa de decodificación
y la tercera etapa, la que se denomina etapa de recuperación. La etapa de recuperación
se refiere a la etapa en que los testigos oculares reportan (recuerdan) lo sucedido durante
el evento o identifican (reconocen) objetos o personas relacionados con el evento.

Los testigos pueden oscilar entre las etapas de retención y de recuperación múltiples
veces. Por ejemplo, supongamos que varios clientes están esperando en un banco,
cuando de repente dos hombres armados entran súbitamente al banco exigiendo dinero a
uno de los cajeros y luego huyen en un auto que los esperaba. Todos en el banco son
testigos oculares, cada uno decodificando aspectos del robo que pueden superponerse y
ser distintos al mismo tiempo. Después de que los ladrones huyen, un periodo de tiempo
de retención relativamente corto, los testigos oculares comenzarán a “recuperar” el
evento comentándolo entre ellos. Aunque a primera vista, el periodo de retención puede
parecer como uno en que nada sucede excepto por el paso del tiempo, ese no es el caso.
Durante la retención la información decodificada comienza a disminuir al mismo tiempo
que los testigos generalmente ganan acceso a nueva información sobre el evento a
través de la discusión con otros testigos. Esta información post evento puede o no ser
precisa. La información post evento puede distorsionar la memoria, cambiando lo que los
testigos dicen posteriormente sobre sus propias observaciones o experiencias.

También podemos considerar el tiempo que transcurre hasta la llegada de la policía y


hablar con cada testigo como otro periodo de retención, y tomar cada declaración de los
testigos, obtenida a través de una entrevista investigativa o de una rueda de
identificación, hecha a la policía como otro acto de recuperación. Aunque los testigos
tienen sólo una oportunidad para decodificar un evento, generalmente recuerdan el

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INTRODUCIÓN [65.20]

evento en numerosas ocasiones, haciendo que cada acto de recuperación marque otro
periodo de retención comenzando de nuevo en el punto en que el banco fue robado.
Discutir con otros testigos lo que presenciaron segundos después de ocurrido el crimen
es un acto de recuperación, como también lo es contarle a los amigos, pensar en lo que
pasó, dar una declaración a la policía, ensayar el testimonio para la corte y proveer dicho
testimonio en testimonio en la corte.

Asumiendo que los testigos están motivados a dar su mejor esfuerzo, la precisión y
detalle de lo que informan será determinado por los factores que operan en cada uno de
las tres etapas mencionadas anteriormente. Durante la etapa de decodificación estos
factores incluyen aspectos del evento en sí (ej: duración, iluminación), aspectos crónicos
del testigo (ej: edad, visión, audición) y aspectos agudos del testigo (atención,
intoxicación, entendimiento de lo ocurrido). Durante la retención un factor importante es la
duración del periodo de retención. Durante la recuperación, los factores incluyen
conocimiento, creencias, y estereotipos, que pueden también influir en cómo el evento fue
decodificado. Además, la manera en que los testigos describen sus recuerdos a otras
personas se basa en convenciones culturales.

Como describiremos a lo largo de este capítulo, la memoria de testigos oculares


inevitablemente se distorsiona con estos procesos y convenciones, incluso bajo
condiciones óptimas. Cuando los testigos recuerdan un evento, las distorsiones pueden
comprimir lo que reportan, o facilitar información irrelevante, ilógica o inconsistente e
incorporar nueva información basada en conocimientos previos o expectativas. La gente
a veces omite detalles que no considera relevantes. Pueden reportar nuevos detalles o
transformar detalles ya provistos, reordenar secuencias para mejorar la lógica, exagerar
otros detalles, y cambiar la importancia o significado de lo ocurrido. Generalmente estas
distorsiones son menores y no tienen mayor relevancia en su utilidad como evidencia, sin
embargo, en otras ocasiones estas distorsiones pueden ser tan significativas que pueden
hacer que el testimonio parezca sospechoso, restándole valor.

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La memoria no es el único proceso que afecta la
declaración de testigos oculares
[65.30] Los testigos no son los únicos susceptibles a cometer errores al dar una

declaración. Las personas encargadas de obtener evidencia de los testigos también


pueden cometer errores, como por ejemplo, los oficiales de policía que conducen la
entrevistas investigativas o las ruedas de identificación. Por errores entendemos que la
persona ha utilizado tácticas o procedimientos que inconscientemente aumentan la
posibilidad de error por parte del testigo.

A veces, los errores de los profesionales son menores, pero estos errores menores
pueden tener un gran impacto en el resultado de un caso. Comprender la naturaleza e
impacto de los errores de los profesionales es tan importante como comprender el por
qué los testigos oculares pueden tener recuerdos imperfectos o por qué toman decisiones
que pueden ser inapropiadas. Es así que en este capítulo no sólo atendemos a los
procesos que influencian la declaración de testigos pero también el efecto de diversos
procedimientos para obtener dicha declaración.

Estructura del capítulo


[65.40] En el resto de este capítulo elaboramos nuestra visión de la memoria del

testigo ocular, revisando factores claves reconocidos por su influencia en el


comportamiento y desempeño del testigo. En general nuestra discusión se compone de
cuatro secciones. La sección a continuación provee un breve resumen de la investigación
sobre testigos oculares a partir de los años 70 y los paradigmas adoptados por los
investigadores. La siguiente sección describe las variables (o grupos de variables)
conocidos por influenciar la presencia de errores en la declaración de testigos oculares,
las que incluyen factores relacionados con el evento (delito) y experiencias similares,
factores relacionados con el testigo y diferentes influencias situacionales. Aunque muchos

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[65.20] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

de estos factores están relacionados los discutiremos individualmente para efectos de


simplicidad y facilidad de presentación. Las dos secciones restantes entregan un breve
resumen de lo que constituyen los lineamientos de prácticas idóneas en relación a la
obtención de la declaración de testigos oculares (tanto entrevistas como de ruedas de
identificación).

[La siguiente página de texto es 65-1051]

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RESUMEN DE LOS PARAGIMAS DE INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA Y SUS ENFOQUES

[65.200] La literatura científica ofrece una larga y rica historia de investigación sobre
la memoria humana. Especialmente la memoria de testigos oculares es uno de los
campos estudiados más antiguos en las ciencias psicológicas, con algunos de los
primeros experimentos que se remontan a antes de 1885. La era moderna de la
investigación de distorsiones de memoria de testigos data en los años 70 y sus
paradigmas centrales se han mantenido relativamente similares durante este periodo. En
una excelente revisión Sporer (2006) reportó que a comienzos del Siglo XX, científicos
estudiosos de la memoria que volcaron su atención a asuntos de materia legal, como la
memoria de testigos, proveyeron evidencia en juicios y fueron exitosos en ciertas
reformas legales. Sin embargo, a pesar de sus éxitos tempranos sus logros se
estancaron, principalmente debido a que algunos de los científicos claves eran judíos y se
encontraban en Alemania. En los años 70 una nueva generación de científicos
redescubrió la investigación previa y, armados con técnicas más sofisticadas, abrieron
paso en la era moderna de la investigación científica en el campo de la memoria de
testigos.

Un enfoque central de la investigación de memoria de testigos oculares durante las


últimas décadas ha sido la sugestionabilidad. La sugestionabilidad se refiere al grado en
que la decodificación, retención y recuperación de una persona pueden verse
influenciados por una variedad de factores sociales y psicológicos (Ceci y Bruck, 1993).
El efecto de sugerencias engañosas post evento como fuente de posible distorsión de la
memoria ha dominado la literatura, aunque se ha comprobado que la contaminación de la
memoria proviene de un amplio espectro de condiciones presentes al momento de, e

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[65.20] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

incluso antes del evento.

La mayoría de las investigaciones sobre declaraciones de testigos oculares ha sido


llevada a cabo en laboratorios, no en ambientes naturales, ya que los laboratorios
permiten a los científicos saber lo que realmente ocurrió y examinar los fenómenos bajo
condiciones controladas, aislando, manipulando y evaluando el impacto de factores
específicos que pueden afectar la decodificación y la recuperación. Típicamente, la
investigación de laboratorio es llevada a cabo por psicólogos cognitivos y sociales, en vez
de psicólogos clínicos, y es dirigida a examinar teorías formales de memoria y
comunicación. Estudios de campo que examinan patrones de respuestas de testigos de
un crimen ayudan a generar preguntas para luego ser trasladadas al laboratorio y así ser
estudiadas bajo condiciones controladas. Éstas también asisten a los científicos a
examinar tanto la aplicabilidad como la prevalencia de los fenómenos observados en el
laboratorio, y así, guiar la interpretación de la investigación (Lamb y Thierry, 2008). En el
resto de esta sección describiremos el procedimiento de laboratorio para examinar la
declaración de testigos oculares, seguido de una breve afirmación sobre su aplicabilidad
al contexto de corte.

El procedimiento de laboratorio para examinar


declaración de testigos oculares
[65.210] Para examinar la influencia de factores sociales y psicológicos en la memoria
de testigos oculares utilizando condiciones experimentales controladas, los científicos
usualmente ocupan un procedimiento montado (Lindsay, 1990; Loftus, 1991; Loftus, Miller
y Burns, 1978; McCloskey y Zaragoza, 1985; Tversky y Tuchin, 1989). Primero, los
participantes, actuando como si fuesen testigos oculares, ven un crimen simulado como
una película de un accidente automovilístico o de un asalto a un banco. En estudios de
niños-testigo, quienes tienen un lapso de atención más limitado, es común involucrar a los
niños en una o más series de actividades innocuas que han sido organizadas por los

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investigadores. Montar una película o una serie de actividades es fundamental pues si los
científicos no saben lo que ocurrió no podrían determinar si las respuestas de los testigos
son precisas o completas.

Lo que los testigos no saben es que los científicos han identificado una cantidad de
detalles a lo largo de todo el experimento. En este capítulo nos referimos a estos detalles
como información objetivo y al evento montado (por ejemplo una película o actividades)
como el evento objetivo.

Segundo, los testigos experimentan un retraso diseñado para permitir que sus recuerdos
se desvanezcan y, para aquellos científicos interesados en el efecto de la información
post evento, puede que se les dé nueva información sobre el evento a los testigos. Una
técnica común para presentar información post evento es darles a los testigos un
resumen del evento de forma oral o escrita. El resumen puede ser descrito al testigo
como la declaración de otro testigo, un reporte de policía, la descripción de un abogado, o
se puede quedar silente con respecto a su autoría. Otra técnica común es hacer una
entrevista inicial sobre el evento con el único propósito de proveerle información
engañosa al testigo, a través de preguntas sugestivas. Generalmente, los testigos
desconocen que la información que se les entrega contiene detalles imprecisos, y que
éstos sólo dicen relación con algunos aspectos del evento.

En la fase final de los experimentos de declaraciones de testigos oculares los testigos


responden preguntas sobre el evento y, en algunas ocasiones, se les pide que reporten
cuál es el grado de confianza que tienen en sus respuestas. En el caso de entrevistas en
donde los testigos pueden entregar respuestas más elaboradas sobre el evento objetivo,
los detalles se pueden codificar por sus características, como precisión, coherencia e
integridad. En el caso de ruedas de identificación, donde el testigo sólo escoge la
respuesta de entre dos o más opciones, las respuestas se codifican por su precisión.

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[65.20] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

Los científicos generalmente manipulan variables específicas, como intervalos de


retención, o la manera en que la información es expuesta, asignando aleatoriamente a los
testigos a condiciones experimentales para observar el efecto que estas manipulaciones
tienen en las decisiones de los testigos al reportar o cómo reportar la información
objetivo. Con respecto a información engañosa post evento, los estudios han indicado
consistentemente que las personas a quienes se les entrega esta información sobre
algún aspecto de un evento son mucho más susceptibles a reportar haber observado los
detalles sugeridos en comparación a aquellos que no fueron engañados. Este efecto se
identifica bajo el nombre de “efecto de desinformación” con distorsiones de la memoria
que varían desde pequeños detalles a grandes eventos u objetos (Tousignant, Hall y
Loftus, 1986). Por ejemplo, los experimentos de “efectos de desinformación” han llevado
a personas a informar que han visto edificios en medio de paisajes bucólicos, un ladrón
con un martillo en vez de un desatornillador, o a un niño perdido con un osito de peluche
de color verde en vez de blanco (Belli, 1989; Loftus, 2005). Algunos estudios han
demostrado que eventos totalmente ficticios que varían desde haberse perdido en un
lugar público cuando niño, haberse subido en un globo aerostático, causar caos en un
matrimonio, o haber sido mordido por un animal (Garry y Wade, 2005; Hyman, Husband y
Billings, 1995; Porter, Yuille y Lehman, 1999) pueden ser “implantados” en la memoria
(Bjorklund, 2000).

La relevancia y utilidad de estudios de laboratorio en el


contexto judicial
[65.220] Con los estudios de laboratorios a veces es posible crear condiciones que
son muy parecidas a aquellas que se encuentran en el mundo real. Sin embargo, estos
estudios son muy criticados por no capturar ciertas dimensiones de las experiencias
reales de los testigos. Por ejemplo, es difícil simular el nivel de estrés y excitación
asociado con la experiencia de presenciar muchos crímenes, particularmente aquellos
que están vinculados a ser amenazados con un arma o a ser asaltados. Obviamente, es

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RESUMEN DE LOS PARAGIMAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SUS ENFOQUES [65.220]

muy poco probable que los testigos en el laboratorio sean víctimas como lo son los
testigos reales. El intervalo que transcurre entre el crimen y la identificación o la prueba
de memoria es generalmente más corto en el laboratorio que en casos reales. Además,
es difícil recrear en el laboratorio las consecuencias que se generan a partir de una
decisión de un testigo “real”, como por ejemplo, enviar a alguien a la cárcel, o que un
peligroso acusado salga en libertad. Estas objeciones en relación a estudios de
laboratorio con testigos oculares son similares a aquellas que se generan en torno a otras
áreas de la investigación experimental (para mayor discusión, refiérase a Kerr y Bray,
2005).

Aun cuando la mayoría de los estudios de laboratorio no capturan (y no pueden capturar)


algunos aspectos de los crímenes reales, es importante enfatizar que en donde se puede
generar una comparación, no se destacan discrepancias abismantes entre estos
contextos. En otras palabras, la literatura no sugiere que los procesos subyacentes de la
memoria operen de manera distinta en el laboratorio en comparación al mundo externo.
Por ejemplo, aunque el intervalo de retención entre el crimen y la identificación o la
prueba de memoria es mucho más largo en la vida real que en los crímenes simulados en
el laboratorio, los hallazgos disponibles son consistentes no sólo con estudios de
laboratorio sino que también con investigaciones más generales sobre la memoria (ej: la
precisión disminuye proporcionalmente al alargarse el intervalo de retención). Mientras
que los factores sociales y motivacionales influencian la voluntad del testigo de revelar el
delito (ej: amenazas de mantener algo en secreto, temor, intimidación), cuando los
testigos sí informan sus experiencias, el patrón de respuesta con respecto a los diversos
procesos de entrevista es consistente con las expectativas de los estudios de laboratorio.

A medida que los investigadores acumulan más y más conocimientos, es posible que
algún día se puedan generar ejemplos de procesos de la memoria y comportamientos de
testigos asociados a crímenes reales, los cuales se ven afectados en formas que nunca
han sido indicadas en los estudios de laboratorio. Sin embargo, en la actualidad la

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RESUMEN DE LOS PARAGIMAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SUS ENFOQUES [65.220]

evidencia disponible no permite apuntar claramente en esa dirección.

[La siguiente página es 65-2051]

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.310]

RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU


IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE TESTIGOS
OCULARES

[65.300] En esta sección entregamos un breve resumen de las variables, o grupos de


variables, que han sido medidas en investigaciones científicas y que posteriormente han
sido reconocidas por afectar la susceptibilidad al error de los testigos cuando prestan
declaración sobre un evento. Estas variables son influyentes ya que afectan la habilidad
del testigo para: (a) percibir, codificar, y retener o recuperar información sobre el evento
objetivo, (b) hacer distinciones entre información adquirida genuinamente durante el
evento o después del evento a partir de otras fuentes, y/o (c) compartir lo que sabe sobre
el evento objetivo. Describimos estas variables bajo diversos encabezados generales que
incluyen: conocimiento previo, prejuicios y expectativas; atención y procesamiento de la
información objetivo; particularidades e importancia de los detalles del evento;
información relacionada o contrapuesta; cumplimiento y motivación social; presencia de
estrés o trauma al momento del evento y el intervalo entre el crimen y la prueba de
recuperación. Estos factores impactan a todos los testigos de formas similares. Aun
cuando nuestros ejemplos son mayoritariamente extraídos de estudios que utilizan
testigos adultos, los principios generales o conclusiones expuestos a lo largo de estas
sub-secciones se pueden generalizar tanto para grupos de participantes adultos como de
niños.

Las restantes dos secciones tituladas “edad del testigo” y “factores de las diferencias
individuales” tratan cómo el desarrollo de la declaración de testigos oculares varía a lo
largo de las diferentes etapas de la vida y en relación con factores demográficos
individuales, internos y de antecedentes.

Conocimientos previos, prejuicios y expectativas


[65.310] Los sistemas cognitivos de las personas organizan el conocimiento y las

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[65.310] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

experiencias previas facilitando la percepción posterior, el pensamiento, la comprensión,


el recuerdo y las destrezas de resolución de problemas. Los científicos generalmente se
refieren a estos sistemas organizacionales como esquemas. Los esquemas específicos
son seleccionados por la gente bajo circunstancias definidas, basados en conocimientos
previos y experiencias, para dilucidar lo que está pasando y lo que sucederá a corto
plazo. Estas expectativas o esquemas a su vez, influyen en cómo los eventos son
percibidos y recordados. Un experimento clásico ilustra este punto a cabalidad en lo que
respecta al recuerdo del evento. Específicamente, Bransford y Johnson (1972) le pidieron
a un grupo de adultos que escucharan el siguiente fragmento de un texto:

El procedimiento es bastante simple en realidad. Primero, usted agrupará las cosas en


diferentes grupos de acuerdo a su composición. Ahora bien, puede que sólo una pila sea
necesaria dependiendo de cuánto hay que hacer. Si tiene que ir a otro lado debido a la
precariedad de las instalaciones, ése será el siguiente paso; de lo contrario, está bien
dispuesto. Es mejor hacer muy pocas cosas a la vez que demasiadas. Recuerde que los
errores pueden salir caros. Al comienzo, todo el procedimiento parecerá complicado. Sin
embargo, muy pronto se convertirá sólo en otro hecho de la vida.

Luego, cuando fueron cuestionados sobre lo que recordaban, las personas que
escucharon el mensaje demostraron baja comprensión y recordaron muy poco de él. En
contraste, un grupo de adultos que escuchó el mismo mensaje pero a los que se les dijo
inicialmente que se titulaba “lavando la ropa” demostraron una comprensión relativamente
alta y recordaron bien la información. El beneficio de proveer el contexto (lavando la ropa)
es que llevó a la gente a recurrir a sus conocimientos y expectativas sobre el tema,
seleccionando ese esquema, para crear un marco que les ayudó a comprender el pasaje
y mejorar su recuerdo acerca de él.

Sin embargo, tener un esquema del evento no siempre facilita un recuerdo preciso. Los
mismos mecanismos cognitivos que condujeron a un mejor recuerdo en el caso del
pasaje “lavando la ropa” pueden también llevar a la gente a malinterpretar eventos a
medida que pasan, y a recordar de forma incorrecta detalles del evento que son

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.310]

irrelevantes o inconsistentes con los prejuicios personales o expectativas. Los testigos no


pueden absorber toda la información disponible durante un evento; es así que a veces
deben “rellenar” los vacíos con información típica de una experiencia en particular, lo que
los científicos llaman información “consistente con los esquemas” (Alba y Hasher, 1983).
Muchos estudios ilustran este efecto, incluyendo estudios que se han centrado en
detalles de crímenes (Hannigan y Reinitz, 2001; Kleider, Pezdek, Goldinger y Kirk, 2008;
Loftus et al, 1978). Por ejemplo, Tuckey y Brewer (2003) pidieron a un grupo de adultos
ver una película en que dos personas robaban un banco. En algunas versiones de la
película las escenas eran ambiguas (un ladrón apuntando una bolsa como si contuviese
un arma), mientras que en otras las escenas no lo eran (el ladrón sostuvo una bolsa a un
costado, dejando claramente ver que no tenía un arma). Luego, cuando la gente fue
entrevistada, aquellos que vieron la versión ambigua se inclinaron a informar haber visto
un arma, a diferencia de aquellos que vieron la versión no ambigua.

Incluso las experiencias, creencias y expectativas sobre cómo debiéramos recordar


ciertos eventos pueden contaminar los recuerdos orales y escritos de estos eventos o
llevar a conjeturas erróneas sobre el tiempo de los eventos. Por ejemplo, los adultos
generalmente esperan que los recuerdos antiguos tengan detalles perceptivos
relativamente débiles; de esta forma, si los recuerdos son vívidos y detallados se asume
que son recientes aun cuando no existe un recuerdo como tal de cuándo ocurrieron los
detalles (Friedman, 2004). De acuerdo a un estudio de Assefi y Garry (2003) los adultos
también esperan que sus recuerdos sean peores cuando están intoxicados, y esto puede
afectar sus recuerdos de los eventos. En este estudio se encontró que los adultos que
pensaron que estaban intoxicados con vodka (aunque sólo se les había dado una bebida
sin alcohol) cometieron más errores en una actividad de memoria que aquellos del grupo
que sabían que no estaban intoxicados.

Los esquemas de eventos o estereotipos también pueden elevar la susceptibilidad de una


persona a creer información falsa. Esto es particularmente cierto cuando la información
engañosa es consistente con el esquema o estereotipo (Leichtman y Ceci, 1995; Loftus et

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[65.310] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

al, 1978; Roberts y Powell, 2006). Además, las interpretaciones sobre la plausibilidad de
la información, basadas en el conocimiento previo y las expectativas, juegan un rol
fundamental en la creación de recuerdos falsos. Para desarrollar una creencia falsa una
persona necesita aceptar que la información falsa es cierta, esto es más prevalente
cuando la información es plausible. La plausibilidad se puede transformar en una
creencia, y ésta a su vez, puede transformarse en recuerdos falsos a través de la
reinterpretación de esta información falsa (narrativas o imágenes sobre el evento) y
convertirse en recuerdos genuinos (Sharman, Garry y Hunt, 2005; Strange, Sutherland y
Garry, 2006).

Sin embargo, la relación entre plausibilidad y el desarrollo de recuerdos falsos no es


clara. Uno podría esperar que mostrarle a alguien una foto que ha sido hábilmente
trucada para representar que un individuo ha participado en un evento que nunca ocurrió,
sería más persuasivo y, por ende, elevaría el nivel de susceptibilidad en comparación a
sólo leer un texto de lo que supuestamente ocurrió. Garry y Wade (2005), quienes
basaron su estudio en participantes adultos demostraron lo contrario. Más personas
recordaron el evento falso (subirse a un globo aerostático) cuando fue sugerido a través
de un texto en vez de con una foto trucada. La explicación de Garry y Wade a este
fenómeno fue que debido a que la fotografía contenía detalles precisos, limitaba la
habilidad de la gente de imaginar la experiencia en sí, mientras que el texto les permitía
espacios para imaginar el evento del modo que quisiesen. El principio general es que la
imaginación juega un rol fundamental en la generación de recuerdos completamente
falsos de los eventos. Así, las técnicas que facilitan la imaginación causan más estragos
en comparación a aquellas técnicas que la inhiben.

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.340]

Información Objetivo: Atención y procesamiento

[65.320] En igualdad de condiciones el tiempo ocupado procesando los detalles de un


evento al momento de codificar, afecta la precisión y detalles de la declaración de un
testigo. El periodo de tiempo que se observan los detalles de un objetivo está relacionado
a la memoria de tal manera que cuando más largo sea este período, más atención le
prestará, por ende más información recordará (Bugelski, 1962; Laughery, Alexander y
Lane; 1971). Este fenómeno es consistente con la investigación sobre la realización de
reconocimiento facial, el que generalmente es superior cuando la duración de la
exposición es mayor (Ellis, Davies y Shepherd, 1977; MacLin, MacLin y Malpass, 2001;
Memon, Hope y Bull, 2003; Shapiro y Penrod, 1986; Weber y Brewer, 2004). Este
fenómeno también es consistente con el efecto de la repetición de un evento en el relato
de un testigo. Después de múltiples sucesos de un evento, los detalles que ocurren con
mayor frecuencia son recordados con mayor facilidad a lo largo del tiempo y son más
resistentes a las sugestiones falsas de un entrevistador en comparación a aquellos
detalles que fueron experimentados menos veces (Powell y Thomson, 1996; Powell,
Roberts, Ceci y Hembrooke, 1999).

Prestarle atención más tiempo a la información objetivo no necesariamente significará


recordar mejor. Las condiciones físicas (iluminación, sonidos y la distancia entre la
persona y cualquier evento observado) deben ser considerados (Lindsay, Semmler,
Weber, Brewer y Lindsay, 2008). Aún más, el tipo de procesamiento cognitivo afecta el
desempeño de la memoria. Cuando las personas le infunden significado a la información
objetivo de manera activa, y se involucran en un procesamiento lento, esforzado y
profundo, recuerdan mejor la información en comparación a cuando se involucran en un
procesamiento rápido, automático y superficial (Craik y Lockhart, 1972; Wells y Hryciw,
1984). Por ejemplo, las personas que saben que están presenciando un crimen y
entienden lo que está ocurriendo tienden a ser más precisos al reportar los detalles

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[65.340] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

después. Las personas que procesan una cara de forma profunda u holística (ej: “¿Será
honesta esta persona?”) tenderán a reconocer esa cara después con mayor facilidad que
si se involucran en significados superficiales o procesamiento de rasgos (ej: “¿Tiene una
nariz grande esta persona?”).

Curiosamente, la atención o procesamiento prestado a los detalles del evento objetivo


pueden también afectar en la manera cómo se informan los eventos que nunca ocurrieron
realmente. Cualquier proceso que exponga a las personas a la idea de un evento
(parafrasear experiencias ficticias, o explicar cómo podría haber ocurrido algo que uno
sabe que no es cierto) puede incrementar la confianza en que un evento falso es real. De
esta confianza pueden desarrollarse recuerdos falsos que son consistentes con creencias
sobre lo ocurrido (Sharman, Garry y Beuke, 2004; Sharman et al, 2005). La “Inflamación
de la imaginación” es un término utilizado para explicar el fenómeno en que la gente se
siente más segura de que un evento falso ha ocurrido cuando se han imaginado que
realmente ha ocurrido (Garry, Manning, Loftus y Sherman, 1996; Goff y Roediger, 1998;
Heaps y Nash, 1999; Paddock, Joseph, Chan, Terranova, Loftus y Manning, 1998;
Paddock, Noel, Terranova, Eber, Manning y Loftus, 1999; Thomas y Loftus, 2002).
Mientras que los mecanismos subyacentes a este fenómeno todavía siguen siendo
determinados, puede ser que la exposición a la idea gatille que el evento sea percibido
como más familiar y, generalmente, tendemos a utilizar la familiaridad como una medición
de veracidad (Bernstein, Whittlesea y Loftus, 2002; Whittlesea, 2002; Whittlesea y
Williams, 2001a, 2001b).

Identificar la influencia potencial de factores atencionales sobre la declaración de un


testigo en particular, es un gran desafío. Todos los testigos, incluyendo a adultos con
funciones normales, no son particularmente buenos recordando condiciones que pueden
haber captado su atención; ellos tienden a subestimar la distancia entre ellos mismos y
un evento (Lindsay et al, 2008) y a sobrestimar la duración de los eventos y su habilidad
de notar aspectos importantes o cambios a su alrededor (Friedman, 2004, 2005; Simon y
Ambinder, 2005). Incluso si las condiciones fuesen favorables y un profesional del ámbito
legal supiese a ciencia cierta que un testigo ha prestado atención a un detalle del evento,

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.340]

esto no significa que el testigo haya procesado realmente dicho detalle (Cowan, 2005;
Simons y Resink, 2005). Considere el fenómeno al que nos referimos como “ceguera al
cambio”. La ceguera al cambio ocurre cuando la gente no ve cambios obvios y
significativos en una escena. Por ejemplo, Simons y Chabris (1999) demostraron que casi
la mitad de los adultos a los que se les pidió que vieran un partido de baloncesto y
contaran el número de pases entre los integrantes del equipo, no se percataron de
cuando una persona con un disfraz de gorila caminó en medio del juego, paró a
golpearse el pecho y después desapareció de vista. En otro estudio, un investigador
fingió estar perdido en el campus de una universidad. Se acercó a un peatón adulto, le
pidió ayuda y mientras el peatón le decía cómo llegar a su destino, dos personas
cargando una puerta pasaron por entremedio bloqueando brevemente la vista del peatón,
de manera que no podía ver al investigador. Aprovechando este momento, otro
investigador tomó el lugar del primer investigador quien continuó con la interacción como
si nada inusual hubiese sucedido.

Aproximadamente la mitad de los peatones que participaron en este estudio no se


percataron de este cambio significativo (Simons y Levin, 1998) 1. Note que tanto en el
estudio del “gorila” como en el de la “puerta”, la respuesta deseada socialmente hubiese
sido admitir haber visto el cambio (y parecer una persona muy observadora) lo que
sugiere que los porcentajes no están inflados.

Particularidades e importancia de los detalles del


evento
[65.330] Los eventos que ocurren en el mundo real son complejos. Estos usualmente
consisten en una gran variedad de detalles que varían en la percepción de sus
particularidades y su importancia. En términos generales, mientras más intenso el
estímulo (ej: una luz más luminosa, un ruido más estruendoso, un olor más repugnante,

1
Estas y otras demonstraciones pueden encontrarse en http://viscog.beckman.uiuc.edu/djs_lab/demos.html

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[65.340] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

un sabor más intenso, un golpe más fuerte) o mientras más contraste un estímulo con
estímulos anteriores o estímulos del ambiente debido a sus cualidades físicas (color,
tamaño, forma, textura, detección de patrones) o cualquier otra característica (ej:
movimiento) mayor es la probabilidad de que ese estímulo sea notado (Thomson y
Davies, 1988). En el caso de la identificación de personas, la presencia de una o más
características distintivas en la anatomía de una persona puede aumentar la probabilidad
de la correcta identificación de esa persona, o el certero rechazo de otras personas que
no fueron vistas (Light, Kayra-Stuart y Hollander, 1979). Una cosa objetivo incluso puede
sobresalir en virtud de su posición en una serie así como por sus propiedades físicas.
Cuando una cosa o un evento ocurre por primera vez, generalmente es recordado mejor
que cuando ocurre durante una secuencia de ítems o eventos similares (Powell, Thomson
y Ceci, 2003).

Los hallazgos reportados anteriormente son consistentes con las expectativas basadas
en nuestro entendimiento de los procesos de la memoria. Por ejemplo, es probable que
los estímulos distintivos capten la atención de quien los percibe, para luego ser
codificados en la memoria más efectivamente, entregando una mejor calidad de
reproducción del recuerdo con la que comparar cualquier otro estímulo en competencia.
Además, mientras más particular/distintivo o importante sea el detalle del evento, menor
será el grupo de estímulos en competencia que pudiesen ser confundidos entre sí
posteriormente. Por ejemplo, en el caso de una prueba de reconocimiento o identificación
facial, al intentar recuperar de la memoria una cara típica y parearla con una cara
presentada por la policía es posible que se generen múltiples posibles coincidencias,
mientras que intentos por recuperar una cara distintiva generará menos posibles
candidatos (Valentine y Ferrara, 1991). También es necesario considerar la relación entre
novedad y particularidad de un evento y la profundidad del procesamiento. La gente
procesa regularmente aspectos mundanos y rutinarios de forma automática, y procesan
aspectos distintivos e inusuales con mayor esfuerzo. Si una persona le presta suficiente
atención o no a una cosa para percatarse de características distintivas está determinado
en parte por los intereses y conocimientos de esa persona.

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.340]

Algunos científicos prefieren la noción de centralidad en vez de la distinción de cosas (ej:


las cosas son separadas en centrales o periféricas, siendo las primeras a las cuales se
les presta mayor atención y son mejor recordadas). Considere por ejemplo, un estudio
efectuado por Wright y Stroud (1998). Ellos mostraron a un grupo de adultos un evento
montado: un hurto que incluyó detalles centrales, como la botella de vino robada, y
detalles periféricos, como el color de la camiseta de un espectador. La gente recordó
mejor los detalles centrales que los periféricos y fueron menos susceptibles a confundirse
en relación a los detalles centrales que a los detalles periféricos. Sin embargo, un
problema dominante con estos términos es la circularidad: la gente suele recordar
detalles centrales por sobre los periféricos y, a su vez, los detalles son generalmente
definidos como centrales debido a que son recordados de mejor forma que aquellos
periféricos. Además el significado que los científicos le dan a los términos (centrales y
periféricos) varía en distintos estudios y circunstancias. ¿Es central un detalle porque es
mayor, porque la gente está expuesta a él por más tiempo, o porque es importante para
el desarrollo del evento? Que un ítem sea calificado como central o periférico también
puede cambiar dependiendo del contexto en torno al evento y al conocimiento previo de
la persona sobre el evento, el que puede variar a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el
hecho de que un sospechoso haya usado una camiseta del Colo Colo podría ser un
detalle periférico hasta que unas horas más tarde la policía arrestara a un hombre que
usaba una camiseta del Colo Colo.

Un hecho interesante y que vale la pena revisar tiene que ver con las peculiaridades de
las cosas. En este sentido, la atención que demandan algunos detalles distintivos o
notorios, pueden tener un efecto adverso en la memoria en relación a otros detalles del
evento. En el fenómeno llamado enfoque en arma, la presencia de un arma causa que la
gente se concentre más en el arma en perjuicio de otros detalles. Para ilustrar esto,
Loftus, Loftus y Messo (1987) reunieron datos sobre los movimientos de los ojos de
adultos mientras miraban una de dos versiones de un evento. En una versión, un hombre
apuntó un arma a una cajera en un restaurante; en la otra versión, el mismo hombre le
dio un cheque a la cajera. El arma capturó la atención de la gente: sus ojos se fijaron en

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[65.340] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

el arma más que en el cheque. El segundo experimento fue similar, pero en esta
oportunidad se le pidió a la gente que recordara lo acontecido durante el evento. Las
personas que vieron al hombre con el arma recordaron menos detalles que la gente que
vieron al hombre con el cheque.

Ambos experimentos tomados en conjunto y recogidos por Loftus et al (1987) muestran el


mismo patrón de meta-análisis de Steblay (1992): cuando las personas ven un arma,
tienden a fijar la atención en ella, lo que perjudica su capacidad para recordar otros
detalles de un evento - detalles que luego pueden ser críticos para un caso como ser
capaz de identificar correctamente a un sospechoso. Las armas no son las únicas “cosas”
que pueden producir un decrecimiento de la memoria en cuanto a los detalles
circundantes del evento. Las personas usualmente le prestan atención a detalles bizarros
y posteriormente son menos capaces de identificar correctamente a una persona
sosteniendo un objeto bizarro. En un estudio Pickel (1998) le pidió a un grupo de adultos
ver una película mostrando una interacción entre un hombre y una mujer. La versión de la
película varió entre los participantes. En una versión, el hombre apuntó un arma hacia la
mujer. En la otra versión el hombre sostuvo en sus manos un pollo entero crudo. En una
versión controlada, el hombre no tenía nada en sus manos. Comparadas con las
personas que vieron la versión controlada, aquellos que vieron las versiones del “arma” y
del “pollo” recordaron menos sobre la interacción, pero en cantidades similares. Aunque
ha existido cierta discusión en la literatura sobre la naturaleza poco convincente del
efecto del “enfoque en arma” fuera del laboratorio (Behrman y Davey, 2001), la presencia
de un arma en el mundo real generalmente se confunde con variables como la distancia
de observación (ej: es probable que el sospechoso esté cerca del testigo) y el nivel de
estrés. Estas confusiones hacen que la interpretación de los efectos sea difícil.

Las personas que cometen delitos premeditados y están conscientes de que pueden ser
posteriormente identificados, generalmente intentan esconder su apariencia real
utilizando disfraces, como un pasamontañas o una media sobre sus cabezas. Los
disfraces han demostrado reducir la posibilidad de que los testigos escojan a cualquier
persona en una rueda de identificación y reducen la precisión de una identificación

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.340]

positiva (Cutler, Penrod y Martens, 1987a). Sin embargo, no todos los estudios sobre los
efectos de los disfraces han dado con esos hallazgos. Esto indica que no es fácil ocultar
todos los indicadores distintivos que pudiesen ayudar a reconocer al sospechoso (Cutler,
Penrod y Martens, 1987b; O’Rourke, Penrod, Cutler y Stuve, 1989). Por ejemplo, las
raíces del cabello pueden ser reconocibles aun cuando otros rasgos faciales hayan sido
cubiertos.

Información relacionada o contrapuesta


[65.340] La gente accede a información sobre un evento objetivo de muchas

maneras, no sólo a través de experimentar u observar el evento directamente. Otras


fuentes potenciales de información sobre el evento objetivo incluyen: experiencias de
eventos relacionados o similares, sueños, meditación, reportes de los medios de
comunicación y discusiones sobre el evento con otras personas. Sin importar el origen de
la información conflictiva del evento o si fue adquirida antes o después del evento
objetivo, esta información puede posteriormente impactar o mezclarse con lo que la gente
recuerda sobre el evento objetivo (Belli, 1989; Garry, French, Kinzett y Mori, 2008; Loftus
y Palmer, 1974; Loftus y Zanni, 1975; McCloskey y Zaragoza, 1985; Roberts y Powell,
2001). Existen dos posibles maneras en que la información objetivo obtenida
indirectamente (no a través de experiencia directa) puede afectar el recuerdo del evento
objetivo. Primero, el detalle del evento contrapuesto puede superponerse, reemplazar o
cambiar el recuerdo original. Esto efectos fueron demostrados por primera vez en
estudios tempranos realizados por Loftus y sus colegas, como el estudio en el que a un
grupo de participantes adultos se les pidió ver una película que simulaba un accidente
automovilístico en un auto verde (Loftus, 1977). Después de ver la película, se les dio
información engañosa a los participantes sobre el color del auto, diciéndoles que era azul.
Luego, en una sorpresiva prueba de memoria, los participantes utilizaron una rueda de
colores para reportar el color del auto que estaba pasando. Las personas que fueron
expuestas a la información engañosa reportaron más colores en el espectro de los azules

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[65.340] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

y los verdes que las personas en el grupo de control, que no habían sido expuestos a
dicha información. Así, el reconocimiento del color por parte de los participantes
representó un consenso entre el color real del auto (verde) y la sugerencia post evento
(azul). Se han encontrado alteraciones de la memoria similares en experimentos de
eventos repetidos. Powell y Thomson (1996; 1997a; 1997b) informaron que al recordar
una ocurrencia de un evento repetido, a veces los niños falsamente incorporan
características de ocurrencias múltiples para reproducir una sola ocurrencia del evento.
Por ejemplo, en un estudio los niños escucharon seis historias presentadas dos veces por
semanas durante tres semanas. Una historia en la secuencia era sobre una mujer policía
que rescató a un niño, y la otra historia, que se escuchó al último, era sobre una criatura
marina. Al recordar la última historia, algunos niños fusionaron características, reportando
una historia sobre una mujer policía que rescató a una criatura marina. Este es un
ejemplo de alteración del recuerdo porque los detalles individuales fueron correctos, pero
al ser combinados de esta forma son incorrectos.

Segundo, los efectos de la sugestionabilidad pueden ocurrir aun cuando todos los
detalles permanecen intactos en la memoria (esto es, tanto el evento objetivo como los
detalles contrapuestos). Los errores se pueden generar específicamente a partir de la
atribución incorrecta de la fuente o de la ubicación temporal de los detalles no objetivos al
ser incluidos en el evento objetivo. Por ejemplo, un testigo que asegura haber visto a una
persona saliendo de un edificio antes de una explosión, puede efectivamente haber visto
a esa persona salir del edificio, sólo que en otro día distinto al de la explosión (Brewer,
Weber y Semmler, 2005). Alguien que ha sido agredido por la misma persona en distintas
ocasiones puede recordar correctamente que el sospechoso usó una chaqueta roja en
una de las ocasiones pero puede falsamente atribuir la chaqueta roja a la ocasión
incorrecta (Powell y Thomson, 1996; Postman y Underwood, 1973; Winograd, 1968).

En la literatura sobre el recuerdo de los eventos, a la incorrecta atribución de un recuerdo


relacionado a ser parte del evento objetivo se le conoce como un error de intrusión. En el
caso de las investigaciones que utilizan la técnica de la identificación o reconocimiento, la
selección de un ítem que no es el que se busca dentro de varias opciones, se conoce

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.340]

como falso positivo. Sin importar la naturaleza del error, su prevalencia es resaltada
cuando los ítems contrapuestos (ej: detalles objetivos y no objetivos del evento) son
perceptiva, contextual o semánticamente similares y, por tanto, difíciles de distinguir
(Johnson, Hashtroudi y Lindsay, 1993; Mitchell y Johnson, 2000). Por ejemplo, es más
complejo distinguir entre dos voces de mujeres que entre la voz de una mujer y la de un
hombre; de esta forma, es probable que una voz de mujer sea incorrectamente
seleccionada de entre una serie de voces de “posibles sospechosos” incluyendo a ambos
géneros (Cook y Wilding, 1997). Es más probable que las cosas que son consistentes
con lo ocurrido sean falsamente reconocidos que aquellos que son inconsistentes
(Roberts y Powell, 2006). La posibilidad de que las diferencias entre informaciones
contrastantes sean detectadas depende de muchos factores, como la cantidad de tiempo
empleado en prestar atención a las características utilizadas para discriminar ítems, la
fortaleza relativa de un ítem objetivo en comparación a uno no objetivo en la memoria, y,
factores del historial de vivencias (Tousignant et al, 1986). Un factor importante del
historial relacionado a la identificación es la raza. Cuando las personas tratan de
identificar a un sospechoso de otra raza es menos probable que tomen una decisión
acertada que cuando están identificando a alguien de la misma raza (Meissner y Brigham,
2001) 2.

La familiaridad con detalles contrastantes de eventos afecta la prevalencia de errores de


intrusión o de identificación falso positivas. Por ejemplo, cuando los testigos recuerdan la
ocurrencia de un evento repetido, los errores de intrusión tienden a ser detalles que
ocurrieron en un tiempo muy cercano al de la ocurrencia, o detalles que ocurrieron
frecuentemente en la serie (Powell y Thomson, 1996; Powell y Thomson, 1997a). En
relación a las tareas de identificación, los testigos tienden a realizar identificaciones falso

2
Se han expuesto un sinnúmero de diferentes hipótesis para explicar el efecto interracial, desde
relatos basados en percepción, que implican una falta de experiencia en la codificación y
discriminación de caras de otras razas (Meissner y Brigham, 2001; Valentine, 1991; Valentine y
Endo, 1992) hasta relatos socio-cognitivos que plantean que la codificación de caras de otras
razas es guiada por estereotipos o atributos raciales en vez de por aquellas características
individualizadoras que son cruciales para reconocer la cara de un individuo (Levin, 2000).

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[65.340] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

positivas cuando el sospechoso ha sido visto en una prueba de identificación previa; en


este caso los testigos pueden erróneamente atribuir la familiaridad de un miembro de una
rueda de identificación a que esa persona sea el sospechoso, ya que la han visto en una
prueba de identificación previa (Dysart, Lindsay, Hammond y Dupuis, 2001; Godfrey y
Clark, in press).

[La siguiente página es 65-2101]

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

Cumplimiento y motivación social


[65.350] Lo que un testigo recuerda en una entrevista no es solamente el resultado de
factores cognitivos; los factores sociales y motivacionales también juegan un rol. Por
ejemplo, una persona puede intencionalmente proveer una respuesta falsa o retener
información para cumplir algún propósito, como evitar una vergüenza, guardar un secreto
de un ser querido, ganar una recompensa o impedir un castigo (Ceci y Bruck, 1995;
Gudjonsson, 2003). Sin embargo, sin tomar en cuenta si un testigo está inicialmente
consciente o no de lo que él o ella está diciendo es o no cierto, con el paso del tiempo los
detalles falsamente reportados pasan a ser percibidos como verdaderos (Bruck, Ceci y
Hembrooke, 2002; Garry et al, 1996).

Los errores que surgen de mecanismos sociales en vez de mecanismos cognitivos no


siempre son intencionales desde sus inicios. Podemos dar tres ejemplos para justificar
esta afirmación. Primero, el desempeño en una prueba de memoria puede estar
determinado por experiencias sociales que delinean las percepciones del individuo sobre
sus habilidades en la entrevista y el rol de las personas que lo entrevistan. Esta
explicación ha sido utilizada para exponer, parcialmente, por qué la gente con
discapacidad intelectual a veces tiene un rendimiento peor al recordar un evento en
comparación con sujetos de un grupo de control de la misma edad mental (Agnew y
Powell, 2004; Saetermoe, Farruggia y Lopez, 1999; Williams, 1995). Los testigos con
discapacidades intelectuales poseen un estatus menor en la sociedad que aquellos
testigos normales, y están acostumbrados a que otros hablen por ellos. Es por esto que
estos testigos podrían estar menos conscientes del valor percibido de relacionar lo que
saben. Además, si a las personas con discapacidad intelectual se les hacen preguntas en
su vida cotidiana que sólo requieren respuestas breves, ellos percibirán que,
generalmente, las respuestas cortas es todo lo que se espera de ellos, y entregarán
dichas respuestas incluso cuando las preguntas tengan la intención de obtener
respuestas más elaboradas (Agnew, Powell y Snow, 2006).

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

Incluso los comentarios o instrucciones provistos durante una entrevista (comentarios


sobre la naturaleza de la prueba de memoria o lo apropiado del desempeño previo de un
entrevistado) pueden afectar la confianza o criterio de un entrevistado al reportar
información. A su vez, este criterio al reportar puede influir en si el entrevistado reporta o
no ciertos detalles del evento, y si lo hace, la naturaleza, tipo y cantidad de información
que reportará (Goldsmith, Koriat y Weinberg-Eliezer, 2002; Weber y Brewer, 2008).
Aunque todas las personas pueden ser influenciadas por factores de demandas sociales
presentes en la entrevista, aquellos con limitaciones cognitivas o de lenguaje, o de
estatus social más bajo, son particularmente más susceptibles a estos factores. (Young,
Powell y Dudgeon, 2003)

Segundo, las cualidades de un proveedor de información pueden dar forma a los


recuerdos de una persona sin estar consciente de esta influencia (Echterhoff, Hirst y
Hussy, 2005; Gabbert, Memon y Wright, 2006; Vornik, Sharman y Garry, 2003). Por
ejemplo, cuando se le hace creer a la gente que una persona no fue capaz o no quiso
proveer un relato verdadero de un evento, la gente es menos susceptible a ser
influenciada por lo que esa persona dice sobre un evento (Dodd y Bradshaw, 1980;
French, Garry y Mori, 2008; Gabbert, Memon y Wright, 2007). La gente tiende a ser
mayormente influenciada por sugerencias post evento si quienes les hablan de esto son
sus parejas o una amistad en vez de un extraño (French et al, 2008; Hope, Ost, Gabbert,
Healey y Lenton, 2008). Las personas más atractivas, cultas y autoritarias suelen exigir
mayor cumplimiento, lo que puede incrementar la sugestionabilidad del testigo (Echterhoff
et al, 2005; Powell, Wilson, Gibbons y Croft, 2008; Smith y Ellsworth, 1987; Vornik et al,
2003). El mecanismo subyacente a estos efectos podría estar relacionado a
conocimientos previos, prejuicios o expectativas sobre las cualidades que determinan la
confianza o credibilidad de los hablantes. Sin embargo, también se puede deber,
parcialmente, a las percepciones de las consecuencias de cumplirle a quien provee la
información.

Finalmente, el contexto social o el propósito de una prueba de memoria pueden afectar


notoriamente el grado de esfuerzo que una persona hace para recordar detalles. Por

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

ejemplo, es probable que las víctimas de un crimen gasten más energía tratando de
recordar la cronología del delito que lo que invertirían en recordar otros detalles de la
vida, como quién les contó un chiste gracioso (Mitchell y Johnson, 2000). A su vez, el
mayor esfuerzo probablemente influenciará la precisión y detalles de la información
reportada sobre el evento objetivo.

Presencia de estrés o trauma al momento del evento


[65.360] Muchas personas creen que los eventos estresantes o traumáticos son

generalmente recordados con altos niveles de precisión (Benton, Ross, Bradshaw,


Thomas y Bradshaw, 2006; Read y Desmaris, 2009). La investigación en general no
sustenta esta creencia. Los eventos traumáticos significativos pueden ser olvidados
incluso al poco tiempo después (Loftus, 1982; Means y Loftus, 1991; National Center for
Health Statistics, 1965). Por ejemplo, de 590 personas que se han visto involucradas en
un accidente automovilístico que les provocó lesiones en los últimos 12 meses, el 14% no
reportó haber sufrido tal accidente, cifra que aumentó al 25% al ser preguntados entre 9 y
12 meses después (Cash y Moss, 1972). Sumado a esto, los estudios que examinan la
relación entre el estrés o el trauma y la memoria han producido resultados mixtos,
muchos de los que sugieren una relación negativa más que positiva 3.

Realizar una investigación informativa sobre el impacto del estrés y el trauma en la


precisión de la memoria presume muchas dificultades. Los investigadores necesitan un
registro confiable del evento ocurrido y, éticamente, no es apropiado estimular niveles de
estrés o trauma en estudios de laboratorio sólo con el propósito de observar sus efectos.
Los investigadores también necesitan un sistema confiable de medición de estrés o
trauma, y necesitan tener control sobre variables fundamentales que, muy

3
64% de los expertos en materias en memoria de testigos oculares encuestados por Kassin, Tubb, Hosch y
Memon (2001) concluyeron que la evidencia científica demuestra que el estrés tiene un efecto negativo en la
precisión de la memoria.

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

probablemente, mediarán su impacto. Es difícil lograr controlar las variables en un


ambiente natural haciendo que los resultados sean muchas veces difíciles de interpretar.
Considere por ejemplo el estudio de caso de Yuille y Cutshall (1986). Ellos demostraron
que las personas que reportaron mayor nivel de estrés durante el robo de un banco
fueron los testigos más precisos, implicando una relación causal entre la medida del
estrés y la precisión de la memoria. Sin embargo, debido a que los testigos con altos
niveles de estrés también eran los más cercanos al crimen en sí, su mejor memoria
podría realmente ser adjudicada a una percepción exacerbada o a procesos atencionales
asociados a su proximidad 4.

Uno de los mejores estudios científicos sobre el impacto del estrés fue realizado por
Morgan et al (2004). Ellos demostraron una relación negativa entre el estrés y la
memoria. Este fue un estudio de campo que también incorporó un diseño experimental
muy riguroso. El equipo examinó específicamente la memoria de soldados del ejército
estadounidenses en la escuela de supervivencia, quienes participaron en un programa
modelado a partir de experiencias reales de prisioneros de guerra. En una fase del
entrenamiento, los soldados fueron llevados a un campo de guerra simulado, pero muy
realista, en donde se le privó de sueño y comida por 48 horas, siendo interrogados
durante media hora bajo situación de estrés “alto” o “leve”. En la situación de alto estrés,
el interrogador incorporó confrontación física, la que produjo respuestas de estrés
fisiológicas y psicológicas similares a las de personas expuestas a riesgo vital. En la
situación de estrés leve, no hubo confrontación física pero el interrogador trató de
engañar al soldado para que produjese información (se confirmó que las respuestas
fisiológicas y psicológicas fueron menores a las de situaciones de alto estrés). Poco
después del interrogatorio, los soldados fueron liberados del campo, alimentados y se les
permitió dormir. Morgan y sus colegas se reunieron con los soldados 24 horas después
de su liberación y les pidieron identificar a su interrogador ya sea mediante una rueda de
identificación o a través de un montaje de fotos de ocho individuos. Para algunos
soldados el interrogador se encontraba en la rueda de identificación (o en el montaje de

4
Además, al menos uno de los testigos que fue ubicado más lejos del evento (en relación a otros testigos)
tenía su campo visual obstruido pudiendo no haber visto mucho de cualquier forma.

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

fotos) y para el resto, el interrogador no estaba en ninguna.

En términos generales, los soldados fueron más capaces de reconocer al interrogador


bajo situación de estrés leve, aunque su porcentaje más alto de precisión fue de 76%.
Los soldados bajo situación de estrés alto tuvieron un desempeño precario al identificar a
su interrogador entre la rueda de identificación y el montaje de fotos, con 20% y 34%
respectivamente. Cuando un interrogador de estrés leve no estaba ni en el rueda de
identificación ni en el montaje de fotos, los soldados falsamente identificaron a alguien
38% de las veces en el caso de la rueda de identificación, y 12% en el caso del montaje
de fotos. Pero cuando un interrogador de estrés alto no estaba presente, las
identificaciones falsas aumentaron dramáticamente: los soldados identificaron falsamente
56% de las veces en el caso de la rueda de identificación y 68% en el caso del montaje
de fotos. Morgan et al (2004) comentaron que sus resultados son aún más significativos
dado que los sujetos de la investigación eran “exitosos graduandos de programas de
selección militar, los que están diseñados para seleccionar a aquellos individuos con
habilidades superiores de retención de información y desempeño incluso bajo situaciones
que pueden ser de riesgo vital” (p 275). En otras palabras, es razonable concluir que el
desempeño de una persona común y corriente sería menor.

La explicación más común para exponer este efecto negativo es que el estrés provoca
que el espectro atencional de la gente se reduce, prestando atención a algunos detalles a
expensas de otros, absorbiendo (decodificando) menos detalles que aquellas personas
bajo circunstancias de menos estrés (Easterbrook, 1959). Otra explicación para el efecto
negativo es que la memoria se forma en el tiempo, o sea, se consolida como el resultado
de un complejo cóctel de hormonas al que el cerebro responde y el estrés afecta este
proceso de consolidación (McGaugh, 2003). La investigación también sugiere que
aunque cierto nivel de estrés es necesario para aprender y recordar, la relación entre la
memoria y el estrés no es lineal (Andreano y Cahill, 2006; Cahill, Gorski y Le, 2003;
Christianson, 1992; Deffenbacher, 1983; Loftus, 2005; McNally, 2003; Yerkes y Dodson,
1908). Además, bajo ciertas circunstancias, puede que los testigos estén bajo un nivel de

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

estrés leve, se encuentren alerta y sean capaces de dirigir su atención al criminal; en


estos casos puede ser que se obtenga una memoria mejorada (Deffenbacher, Bornstein,
Penrod y McGorty, 2004). Pero en crímenes reales, los niveles de estrés experimentados
por los testigos nunca pueden ser determinados ya que no podemos saber cómo un
testigo en particular reaccionó a factores como la presencia de violencia, armas o
amenazas. Es así que a nivel individual en un caso es extremadamente difícil determinar
si las circunstancias del crimen pueden haber contribuido al desempeño mejorado o
disminuido de la memoria.

El concepto de “represión” es generalmente utilizado para explicar por qué las personas
que supuestamente han experimentado un evento traumático dilatan reportar el evento.
Los proponentes de este concepto aducen que los retrasos en el reporte son el resultado
de un mecanismo de defensa humano, en donde recuerdos, pensamientos o
comportamientos perturbadores son inconscientemente removidos de la conciencia
después del evento y luego reaparecen cuando se emplean terapias y otras técnicas para
disminuir los niveles de ansiedad asociados, o cuando algo más gatilla su regreso (Briere
y Conte, 1993; Herman, 1992; Terr, 1988, 1995). Sin embargo en la actualidad, los
trabajos publicados que apoyan esta explicación carecen del rigor científico necesario
para descartar las explicaciones alternativas (ej: control de variables). Schooler y sus
colegas (1997) sugirieron que al menos ciertas situaciones de aparente “recuperación de
memoria tardía” podrían ser el resultado de personas que recuerdan experiencias
traumáticas en formas cualitativamente distintas a lo largo de sus vidas. Por ejemplo, una
mujer que piensa sobre su abuso sexual de forma muy perturbadora en la actualidad
puede no recordar que hace una década ella pensó sobre el evento de una forma
moderada, por tanto, puede a su vez no recordar que ella recordó ser abusada en el
pasado. Schooler y sus colegas denominaron esta ilusión de olvido como el “efecto lo
olvidé por completo” y existe cierta investigación independiente que apoya este
mecanismo cognitivo en uso entre mujeres que dicen haber recuperado recuerdos de
abuso sexual (Merckelbach, Smeets, Geraerts, Jelicic, Bouwen y Smeets, 2006). El
mecanismo del “efecto lo olvidé por completo” es similar a otra explicación a la que se
denomina como “mecanismo de reinterpretación” (Clancy y McNally, 2005/6; Joslyn,

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

Carlin y Loftus, 1997). Este último mecanismo sugiere que algunas instancias de abuso
sexual infantil no son interpretadas como abuso o trauma hasta que se alcanza la adultez,
y que la reinterpretación provoca un sentimiento de descubrimiento que es confundido
con la develación de un recuerdo reprimido. En pocas palabras, las ilusiones de olvido y
recuerdo y reinterpretación pueden ayudar a explicar, al menos en parte, sentimientos de
develación de recuerdos reprimidos entre los adultos.

Un tema relacionado concierne al impacto que repetidos episodios de estrés y trauma


tienen en el desarrollo. En una revisión comprensiva de la literatura sobre maltrato,
Veltman y Browne (2001) notaron que 49 de 65 estudios reportaron habilidades
cognitivas y de lenguaje retrasadas entre las muestras de niños maltratados en relación a
grupos de control de la misma edad. Los resultados de lenguaje y cognición precarios se
atribuyen, en parte, al impacto del trauma físico/psicológico a largo plazo que afecta el
desarrollo neurobiológico (De Bellis, 2001). Durante la infancia y la niñez, el sistema
nervioso central (pilar del funcionamiento motor y superior) está expuesto a rápidos
cambios tanto en su estructura como en su función. El maltrato incrementa los niveles de
estrés, los que a su vez interrumpen el funcionamiento y desarrollo del sistema nervioso
central (De Bellis et al, 1999). El grado en que el desarrollo se ve afectado por el maltrato
es determinado por la edad inicial en la que se comenzó el abuso, y la duración y
severidad del trauma agudo (Higgins, 2004). En general, mientras más temprano el
trauma, y a mayor tiempo y severidad del mismo, más profundo y perdurable es el
impacto del maltrato en el proceso de maduración del cerebro (Ansari y Karmiloff-Smith,
2002).

La asociación entre el maltrato y la deficiencia del lenguaje en niños también es


potencialmente explicada por disrupciones en experiencias relacionales (de apego)
(Coggins, Timler y Olswang, 2007). Por ejemplo, el discurso que infantes y niños
escuchan es fundamental para aprender fonología (sonidos del lenguaje) y gramática
(reglas de combinación de palabras). Convenciones comunicacionales dentro de las
culturas como son las reglas de inicio y término de una conversación (habilidades

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

pragmáticas) también son aprendidas a través del intercambio repetitivo y sistemático con
otros. En particular, la negligencia, que es asociada con abuso físico y sexual (Higgins y
McCabe, 2000) priva a los niños de la exposición y experiencia necesaria con el uso del
lenguaje para apoyar el desarrollo de habilidades de comunicación oral y relaciones
interpersonales.

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

Intervalo entre el crimen y la prueba de recuperación


[65.370] Un hallazgo sustancial en la investigación tanto de la memoria básica y como
de la aplicada es que la memoria se debilita con el tiempo. En igualdad de condiciones, a
mayor distancia temporal entre el evento y la prueba de memoria, mayor la posibilidad de
error del testigo (Baddeley, 1997). Esa es la situación sin importar la naturaleza de la
prueba de recuperación (recuento del evento o identificación) ni la naturaleza del detalle
del evento. Sin embargo, no todos los detalles son olvidados al mismo paso. Los
recuerdos de cuándo un detalle del evento objetivo ocurrió (información temporal) se
desvanecen más rápidamente que los recuerdos asociados a si el evento en definitiva
ocurrió (Read y Connolly, 2007).

Algunos investigadores han provisto guías sobre la posible extensión del debilitamiento
de la memoria en el tiempo. Por ejemplo, Deffenbacher, Bornstein, McGorty y Penrod
(2008) demostraron que la disminución de la memoria en actividades de identificación
facial entre adultos es rápido (cerca de un 15% en los primero 10 minutos) y que, bajo
circunstancias relativamente favorables, las decisiones correctas de identificación en una
rueda de identificación compuesta de seis personas no es mayor a un 50% después de
una semana. Aun cuando dichos hallazgos resaltan la importancia del intervalo de
retención, no se puede utilizar una regla simple para predecir la precisión aproximada en
diversos intervalos de retención en un juicio. Es imposible conocer todo el espectro de
factores (ej: características de los estímulos codificados, fuentes de información
conflictiva) que pudieron haber influenciado la naturaleza de la función del olvido.

¿Entonces qué mecanismos explican el deterioro de la memoria sobre detalles del evento
a lo largo del tiempo? Una explicación es que, con el paso del tiempo, hay una reducción
en la fortaleza de los rasgos de la memoria. Por ejemplo, la susceptibilidad de una
persona a sugestiones crece con el tiempo ya que las características de la memoria que
ayudan a distinguir información de diversas fuentes se desvanece (Lindsay, 2008). Otra
explicación es que, con el paso del tiempo, hay un mayor número de oportunidades de

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

interferencia a raíz de otros eventos. En relación al reconocimiento/identificación facial, es


probable que la apariencia de un sospechoso cambie con el tiempo, resultando en algún
grado de discordancia entre el estímulo presentado al testigo en cualquier prueba de
identificación y aquello observado por el testigo al momento del crimen. Esto a su vez,
disminuye la tasa de identificaciones correctas (Patterson y Baddeley, 1977; Read, 1995;
Shapiro y Penrod, 1986). Además, los factores sociales, de desarrollo y motivacionales
pueden parcialmente contribuir al decaimiento del reporte de detalles del evento con el
paso del tiempo. La motivación para hablar sobre el evento traumático puede a veces
disminuir luego de un largo plazo, y las perspectivas de los testigos sobre los crímenes,
sus propias capacidades de memoria o las consecuencias de reportar el crimen pueden
cambiar, impactando así lo que se reporta (Jordon, 2001; London, Bruck, Ceci y Shuman,
2007).

Un factor conocido por minimizar el efecto perjudicial de los retrasos en la memoria, es la


capacidad de intervenir en oportunidades de recuperación en situaciones en que no se
presenta información falsa o engañosa. Por ejemplo, conducir una entrevista de
intervención abierta poco después de un evento puede facilitar la consolidación de
recuerdos llevando a un desempeño más robusto en una entrevista objetivo posterior
(Powell y Thomson, 1997b). Sin embargo, si la entrevista objetivo ocurre después de un
largo plazo (retraso), cualquier restauración o reactivación de la memoria es más
ventajosa si ocurre un tiempo después del evento (en vez de poco tiempo después)
cuando ya ha ocurrido cierto olvido (Roberts y Powell, 2007). El impacto de entrevistas
repetitivas es menos importante en aquellas jurisdicciones donde existen registros
electrónicos de la evidencia de testigos y en donde son usados tanto como herramientas
investigativas, así como evidencias en el primer interrogatorio.

Edad del testigo (cronológica y mental)


[65.380] Las habilidades de los testigos oculares no son consistentes a lo largo de
sus vidas. En sus primeros años (preescolar) y en su etapa media (básica) los niños
tienden a ser más susceptibles a los errores que los adultos. Esto es tal sin importar si la

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

medición se basa en la precisión de la decisión general respecto de las actividades de


identificación (Pozzulo y Lindsay, 1998), en el número o proporción de detalles del evento
recordados correctamente (Bjorklund, 2005; Goodman y Reed, 1986) o el grado en el que
una declaración es presentada de manera que sea lógica y fácil de entender (Snow y
Powell, 2005). Sin embargo, de entre los cohortes de niños, los preescolares son sin
duda los más susceptibles a errores o a ser malinterpretados. Las habilidades del
lenguaje y la memoria empiezan a asentarse alrededor de los seis años de edad en niños
con desarrollo típico (Fromkin, Rodman, Collins y Blair, 1984; Gathercole, 1998). En otras
palabras, las diferencias en el desempeño de las declaraciones de testigos oculares entre
un niño de cuatro años y otro de seis, son probablemente mayores que las diferencias
entre un niño de ocho años y un adulto.

Las diferencias en el desempeño de testigos pueden ser medidas no sólo como el


resultado de sus edades cronológicas, sino que también de sus edades mentales.
Investigaciones anteriores han revelado que las personas con discapacidades
intelectuales son más propensas a ser engañadas y a proveer una declaración
incompleta en comparación a grupos de control de la misma edad (Agnew y Powell, 2004;
Carlin, Soraci, Dennis, Chechile y Loiselle, 2001; Soraci, Carlin, Read, Pogoda, Wakeford,
Cavanagh y Shin, 2007). La relación entre sugestionabilidad e inteligencia es
insignificante cuando el nivel de inteligencia está dentro de los rangos normales (Gignac y
Powell, 2006).

En relación a los adultos, el desempeño general decae en las etapas más tardías del
proceso de envejecimiento normal (después de los 60 años; para una revisión vea Luo y
Craik, 2008). Como ocurre en el caso de los niños y las personas con discapacidad
intelectual, la magnitud de las diferencias entre grupos de testigos adultos más jóvenes y
de mayor edad varía, generalmente, de acuerdo a la actividad de memoria a realizar. Las
actividades que se basan en habilidades perceptivas temporales (agudeza visual,
audición, etc.), procesamiento de fuentes (recordar dónde, cuándo o cómo fue obtenida la
información) y la habilidad de concentración, son las que se ven más afectadas por la

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

edad y el estado cognitivo (Bjorklund, 2005; Lavoie, Mertz y Richmond, 2007; Mueller-
Johnson y Ceci, 2007; Moulin, Thompson, Wright y Conway, 2007).

Adicionalmente, la edad afecta las tasas de error y son particularmente pronunciadas


cuando se le proveen facilitadores al testigo (ej: se le pide seleccionar una respuesta
entre varias opciones en vez de proveer un recuento de lo acontecido con poca incitación
del investigador o entrevistador. Agnew y Powell, 2004; Wright y Holliday, 2003). Cuando
se le ofrecen “Preguntas específicas de alternativas” o “Preguntas específicas de sí/no”,
que aminoran el rango de posibles respuestas, los niños, las personas con discapacidad
intelectual y los adultos mayores (en comparación con otros testigos adultos) son más
propensos a proveer una respuesta aun cuando no recuerden lo que realmente ocurrió en
el evento (Carlin et al, 2001; Cordón, Saetermoe y Goodman, 2005; Jens, Gordon y
Shaddock, 1990; Keast, Brewer y Wells, 2007; Memon y Gabbert, 2003; Pozzulo y
Lindsay, 1998; Searcy, Bartlett y Memon, 1999; Searcy, Bartlett, Memon y Swanson,
2001). Además, incluso cuando no hay una exigencia explícita de selección positiva,
como en una prueba de rueda de identificación, los niños y los adultos mayores son más
proclives a hacer una elección, incrementando así la posibilidad de una identificación
falsa de una rueda en la que no se encuentra el sospechoso (Keast, Brewer y Wells,
2007; Memon y Gabbert, 2003; Pozzulo y Lindsay, 1998; Searcy, Bartlett y Memon, 1999;
Searcy, Bartlett, Memon y Swanson, 2001). En la actualidad se desconoce qué
mecanismo es subyacente a este fenómeno. Parece razonablemente claro que estos
testigos son más vulnerables a las exigencias de una situación de prueba que les sugiere
que la respuesta apropiada es hacer una elección. Pero el grado en el que esto refleja un
intento por complacer a una figura de autoridad, una memoria precaria que los hace más
dependientes a exigencias percibidas u otro mecanismo, es desconocido. A pesar del
mecanismo subyacente, esta incapacidad de abstenerse de responder cuando la
información objetivo no está disponible y la adopción de “sugerencias” implican que las
respuestas de estos testigos a preguntas ya delimitadas son difíciles de interpretar.

Es importante enfatizar que nuestras conclusiones en relación a la alta sugestionabilidad


de niños, personas con discapacidad intelectual y adultos mayores no proveen ninguna

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

justificación para excluir a estos testigos del juicio. La sugestionabilidad es un asunto de


grado, todos los grupos de testigos pueden ser engañados, y existen múltiples
manipulaciones que pueden moldear o moderar el tamaño de las diferencias en el
desempeño de la memoria al comparar cualquiera de estos grupos y grupos de control. Si
las condiciones externas reportadas a lo largo de este capítulo que afectan la
decodificación, retención y recuperación son positivas, entonces el impacto en la
veracidad, durabilidad y confiabilidad de la declaración del testigo es insignificante. Las
investigaciones sólo pueden demostrar el tipo de detalles de la memoria o los contextos
en donde se debe ejercer mayor precaución al aceptar una declaración.

Además, el déficit en las habilidades del lenguaje y cognitivas no siempre se traduce en


una declaración precaria. Los adultos mayores generalmente no son menos precisos que
los adultos más jóvenes en lo que dice relación a información general temática en vez de
detalles relacionados a tiempo y espacio (Lavoie et al, 2007). En el caso de los niños, una
mejor habilidad para comprender las exigencias de la actividad (ej: la necesidad de que el
testigo provea un recuento completo y reporte todo lo que tenga que ver con su habilidad
cognitiva) puede muchas veces llevar a tasas de errores más altas entre niños mayores
en comparación a niños más pequeños, como consecuencia de un cambio en el criterio
utilizado para evaluar la información a recordar. Ceci, Papierno y Kulkofsky (2007)
demostraron que niños de nueve años podían ser más fácilmente engañados que un niño
de cuatro años instándole a recordar que un sándwich de queso del que habían
escuchado en un historia, era en realidad un sándwich de huevo, ya que los niños
mayores eran más proclives a percibir que los huevos y el queso eran semánticamente
similares. Agnew y Powell (2004) demostraron que aunque los niños con discapacidad
intelectual eran más susceptibles a aceptar preguntas engañosas en comparación a otros
niños de la misma edad, los primeros eran menos propensos a repetir las sugerencias
engañosas propuestas por el entrevistador, las que habían escuchado el día anterior. El
hallazgo es interpretado en base a que repetir la sugerencia del entrevistador requiere la
habilidad de absorber, retener y luego recordar la información posteriormente. Así, las
habilidades de memoria y lenguaje más precarias de estos niños con discapacidad

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

intelectual les inmunizaron en contra de las sugerencias del entrevistador.

En relación a la habilidad de un testigo de proveer un recuento del evento, sólo existen


dos situaciones que podrían resultar en un individuo siendo absolutamente incapaz de
proveer información precisa y relevante en términos forenses. La primera es cuando un
individuo tiene poco o nada de lenguaje expresivo para asistirle. Por ejemplo,
generalmente se le solicita a los testigos de un crimen que provean una descripción
detallada del evento y, aunque estos testigos sean capaces de discriminar
perceptivamente con precisión, puede que no necesariamente tengan el lenguaje para
describir estos aspectos (Leibowitz, Guzy, Peterson y Blake, 1993; Powell, 2000). Este
problema es particularmente relevante en situaciones en que el testigo se apoya en
formas de comunicación discursivas alternativas (no verbales) como selección de
imágenes o sonidos en un computador para representar su discurso, o utiliza el sistema
de lenguaje de señas. Los sistemas de comunicación alternativos varían notablemente en
su sofisticación y en el grado en que estos contienen todo el vocabulario necesario para
que el testigo describa un evento (Westcott y Cross, 1996).

La segunda situación que pudiese incapacitar a un testigo para proveer información


certera sobre un evento objetivo es una situación en la que el evento precedió el
desarrollo verbal del lenguaje del testigo, que típicamente ocurre alrededor de los tres o
cuatro años de edad. La inhabilidad para traducir recuerdos pre-verbales al lenguaje oral
ha ocurrido sin importar si el testigo tiene el vocabulario para describir el evento al
momento de la entrevista y/o puede demostrar recuerdos del evento por medio de medios
no verbales (Simcock y Hayne, 2002). La misma línea de raciocinio aplica a la habilidad
de los testigos para monitorear la fuente de los detalles del evento.

Pedirle a una persona que identifique dónde o cómo saben algo cuando el evento ocurrió
antes del desarrollo de los procesos de monitoreo de fuentes claves tendría muy poco
valor (Roberts, 2000).

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

Factores de diferencias individuales


[65.390] Como ocurre con la mayoría de las destrezas o habilidades, generalmente
existe gran variabilidad individual en la memoria y sugestionabilidad, incluso en
actividades de memoria estandarizadas en donde el nivel de desarrollo, la naturaleza del
material siendo recordado y la condiciones de evaluación son mantenidas bajo una
constante para todos los individuos. En teoría, una gran variedad de factores internos
podrían potencialmente explicar las variaciones en el desempeño de distintos individuos
(Bruck y Melnyk, 2004; Gudjonsson. 2003; Soraci et al, 2007). Estudios utilizando
metodologías que en gran parte se asemejan al contexto de los testigos oculares, se han
concentrado primordialmente en el efecto de factores demográficos (ej: estatus
socioeconómico, género), factores cognitivos (ej: inteligencia, lenguaje, memoria,
funciones ejecutivas) y los factores psicosociales (ej: autoconcepto, personalidad). Aparte
de la discapacidad intelectual, la investigación sobre discapacidades psicológicas (ej:
esquizofrenia, Alzheimer, autismo y uso de sustancias a largo plazo) es casi inexistente
dentro del campo de la declaración de testigos oculares (para una revisión vea Soraci et
al, 2007).

La investigación sobre las diferencias individuales dentro del contexto de la declaración


de testigos oculares ha sido ampliamente restringida a diseños de laboratorios
(experimentales). El procedimiento típico se expone a continuación: se les pide a los
participantes de la investigación que formen parte en un paradigma de memoria estándar
(ej: uno que provea control suficiente sobre las variables externas que no tienen relación
con los testigos) y a veces también completan una o más pruebas psicométricas. Se
recolectan las características de sus antecedentes a través de encuestas completadas
por los mismos participantes o su cuidador, según sea el caso. La relación entre las
variables individuales y el desempeño de la memoria es luego examinada por medio de
análisis correlacionales o examinando diferencias en el desempeño de la memoria entre
ciertos grupos de testigos.

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[65.380] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

Hasta ahora, se ha explorado un gran rango de variables utilizando muestras tanto de


niños como de adultos. En relación a la literatura sobre niños-testigo por ejemplo, Bruck y
Melnyk (2004) revisaron los hallazgos de más de 500 análisis que se enfocaban en
diversos factores individuales. Independientemente del grupo etario de testigos, no se
puede argumentar con propiedad sobre ninguna variable, aparte del estatus intelectual
que fue revisado en la sección anterior. Los efectos significativos han solido ser la
excepción más que la regla y, como mucho, los efectos significativos han sido moderados
en su tamaño. Esto no significa que la memoria y la sugestionabilidad son independientes
de las variables psicosociales y demográficas. Puede ser que la memoria y la
sugestionabilidad estén determinadas por una variedad de complejos factores
interrelacionados, no todos los que han sido adecuadamente controlados en estudios
anteriores. La investigación en esta área se encuentra aún en su infancia y los estudios
han sufrido limitaciones metodológicas en términos de poca confiabilidad o validez de las
mediciones y las dificultades de reclutar grupos de control apropiados. Estas limitaciones
alzan preocupaciones sobre si los hallazgos anteriores reflejan factores específicos de un
contexto en vez de factores relacionados a los perfiles individuales de los participantes.
Además, puede ser que el desempeño en la declaración de testigos oculares no esté
relacionado a variables aisladas, sino que a una combinación de varios factores
cognitivos o psicosociales (Bruck y Melnyk, 2004). Si este fuese el caso, entonces los
investigadores necesitarán construir modelos comparando resultados de lenguaje o
memoria con perfiles de testigos oculares, en vez de examinar las variables en
aislamiento.

Resumen
[65.400] Las declaraciones de testigos oculares son determinadas por muchos

factores, como la fortaleza o calidad de la memoria del testigo así como también las
complejas interacciones entre las características del recuerdo y las diversas influencias
situacionales. Dado el actual conocimiento, no es posible especificar la probabilidad
exacta del efecto que estas influencias tienen sobre la declaración de los testigos en un
caso particular. Los científicos sólo pueden proveer una guía sobre los tipos de preguntas

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RESUMEN DE LAS VARIABLES CONOCIDAS POR SU IMPACTO EN LA DECLARACIÓN DE
TESTIGOS OCULARES [65.390]

que deben ser hechas por los jurados cuando se quiera reflejar en la evidencia de un
testigo en particular.

[La siguiente página es 65-3051]

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.520]

LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS

[65.500] Nuestra revisión de declaraciones de testigos oculares se enfoca ahora

solamente en aquellas influencias que son flexibles al control del sistema judicial. Aquí
nos referimos a los métodos de obtención de evidencia de testigos, ya sea al momento de
la investigación policial o durante el juicio. Por ejemplo, puede que se le solicite a un
testigo participar en entrevistas durante el proceso investigativo para asistir a la policía a
establecer si se cometió una ofensa criminal, y si así fuese, establecer cómo, cuándo y
quién la cometió. Si el caso va a juicio, puede que se invite al testigo para proveer
evidencia en persona (en el primer interrogatorio y también en el contrainterrogatorio). En
los casos en donde la ofensa fue perpetrada por alguien desconocido para el testigo,
puede que se le pida al testigo participar en una prueba de identificación para asistir a los
investigadores a establecer la identidad del sospechoso.

Los comportamientos y respuestas de los testigos durante cualquiera de las antes


mencionadas pruebas de recuperación pueden tener un impacto significativo en el
resultado de los procedimientos judiciales. Esto es especialmente cierto en casos en que
hay poca evidencia física o de otra índole que corrobore y guíe a los profesionales y
jueces a tomar decisiones. Por ejemplo, una entrevista investigativa llevada a cabo
apropiadamente sobre abuso infantil en el contexto de violencia doméstica, impacta la
integridad y precisión del interrogatorio de la víctima y el grado en el que el recuerdo de la
víctima es susceptible a distorsión durante el contrainterrogatorio (Pipe et al, 2008;
Powell, 2005). El comportamiento de los testigos durante una rueda de identificación
puede dirigir la investigación hacia el sospechoso e incrementar la probabilidad de iniciar
un proceso judicial y su exitosa conclusión (Cutler y Penrod, 1995; Wright, 2007). Errores
de identificación del sospechoso pueden llevar a los verdaderos criminales a ser liberados
y a condenas erróneas. Ciertamente, el sitio web del proyecto estadounidense
“Innocence” (“Inocencia”, 2009) reportó que identificaciones erradas fueron relevantes en

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[65.520] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

las condenas erróneas de más del 75% de los 237 casos exonerados por medio de
pruebas de ADN hasta el mes de abril de 2009.

En esta sección revisamos los elementos claves que se conocen por su efecto, o la
impresión de su efecto, en el resultado de entrevistas investigativas con la policía o en
entrevistas en el juicio frente al juez u otras personas en la toma de decisiones. La
siguiente sección se concentra solamente en los procesos de identificación de
sospechosos. Nuestras revisiones han sido escritas con el propósito de asistir a
profesionales del ámbito legal a determinar si el recuerdo de un testigo con respecto a
una ofensa o a la identificación fue obtenido de una forma en que se facilitó de la mejor
manera la precisión e integridad del recuerdo (en el caso de las entrevistas). Como en la
sección anterior, los elementos que discutiremos están relacionados tanto a niños como a
adultos. Donde los hallazgos sólo apliquen a un grupo de testigos, se indicará en el texto.

Tiempo de la entrevista
[65.510] Como se explicó con anterioridad en este capítulo, la memoria de los

detalles del evento se debilita con el tiempo, y, con el paso del tiempo también aumentan
las oportunidades de contaminación del recuerdo de los testigos a través de la exposición
a desinformación potencial sobre el evento en sí. Es por esta razón que el tiempo en que
se realizan las entrevistas requiere de especial consideración, particularmente, el tiempo
en que se efectúa la entrevista investigativa inicial. Idealmente, una entrevista inicial
ocurre tan pronto como sea posible después de la develación, o de una derivación por
parte de otro profesional, y antes de que el testigo haya hablado con otras personas
sobre la ofensa (Read y Connolly, 2007). Minimizar retrasos en la obtención de la
declaración de un testigo es importante para todos los testigos, pero es especialmente
relevante al tratar con “testigos vulnerables” (ej: niños, personas con discapacidad
cognitiva) y cuando los testigos son llamados a recordar una o más ocurrencias de una
ofensa repetitiva; el impacto del retraso es mucho mayor en estas situaciones (Brainerd y

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.520]

Reyna, 1995; Milne y Bull, 2001; Powell, Roberts y Guadgano, 2007).

Muchas jurisdicciones han reconocido la necesidad de obtener declaraciones de testigos


vulnerables en cuanto sea posible. Estas jurisdicciones han introducido grabaciones
electrónicas de declaraciones de testigos a la policía y el uso de estas declaraciones con
dos propósitos: como un registro de información que puede asistir en la investigación del
abuso, así como también por su capacidad de evidencia en donde la declaración puede
ser reproducida en el juicio (Hoyano y Keenan, 2007). Algunas jurisdicciones han incluido
también un modelo de audiencia antes del juicio, en donde toda la evidencia del testigo,
incluyendo el contrainterrogatorio y las repreguntas son grabadas unos meses antes de
que el juicio comience. Cuando el juicio finalmente se lleva a cabo, toda la evidencia (la
grabación de la entrevista investigativa, en vez del interrogatorio inicial, el
contrainterrogatorio y las repreguntas) es reproducida para el jurado en vez de que el
testigo tenga que asistir al juicio en persona muchos meses después (Hoyano y Keenan,
2007).

Aunque combinar las entrevistas investigativas y las de evidencias preserva las


declaraciones de los testigos en una etapa temprana del proceso legal, pueden surgir
tensiones al hacerlo, pues el propósito de conducir una entrevista tempranamente
durante la investigación es distinto al propósito de conducir una entrevista con miras a un
primer interrogatorio directo. Para maximizar la precisión, alcance y claridad de la
información obtenida, los entrevistadores investigativos deben motivar a los entrevistados
a recordar todo lo que se les venga a la mente, sin importar si parece trivial, fuera de
lugar o inconsistente (Fisher y Geiselman, 1992; Poole y Lamb, 1998; Wilson y Powell,
2001). En contraste, el propósito del primer interrogatorio de una víctima o de un testigo
de la fiscalía es proveer una narrativa coherente, convincente y, cuando sea necesario,
cronológica que cumpla con las reglas de evidencia, cubra los elementos criminales de
cada acusación y provea detalles (Davis, Hoyano, Keenan, Maitland y Morgan, 1999;
Guadagno et al, 2006). Por lo tanto, el interrogatorio directo de testigos idealmente

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[65.520] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

debiera ocurrir después de que el entrevistador haya desarrollado una teoría del caso,
comprenda los elementos necesarios requeridos para establecer el caso judicial y sepa
cómo la declaración del testigo se ajusta al patrón de evidencias general. La tensión
subyacente que surge de combinar entrevistas investigativas y de evidencia ha llevado a
algunos estudiosos a concluir que se les debiera permitir a los fiscales la licencia de
suplementar la evidencia pregrabada con interrogatorios en juicio si fuese necesario
(Davis et al, 1999; Powell y Wright, en proceso de publicación). De esta forma, la parte
relevante de la entrevista, o su totalidad, puede ser reconstruida de manera más
presentable para servir a las necesidades de la fiscalía.

Relación entre el entrevistador y el entrevistado


[65.520] Sin importar la edad de testigo o su voluntad para cooperar en el proceso de
la entrevista, la precisión y detalle de la declaración de ese testigo se verá maximizada
cuando el entrevistador establezca una relación desde el comienzo que conduzca a una
buena comunicación. Se facilita una buena comunicación cuando la experiencia subjetiva
del testigo de ansiedad, miedo o falta de confianza es minimizada, ya que estos factores
impiden una compenetración efectiva en el proceso (Gudjonssn, 2003; Powell, 2000). Ser
valorado y respetado es importante para todos los testigos, y es un factor común en los
altos niveles de retiro de acusaciones por quienes reportan ofensas perpetradas en su
contra (Jordan, 2001, 2004; Temkin, 1997, 1999; Victoria Law Reform Commission,
2004).

Desafortunadamente, existe una escasez de estudios explicando precisamente cómo se


establece una buena relación entre el entrevistador y el entrevistado en el contexto de
entrevistas investigativas. Los entrevistadores a menudo enfatizan la importancia de las
características personales (habilidad para mostrar empatía, apoyo emocional y confianza
en el recuerdo del testigo Wright y Powell, 2006, 2007; Wright, Powell y Ridge, 2007). En
contraste los investigadores enfatizan la importancia de demostrar un proceso de

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.520]

interacción en el que se consideren las necesidades físicas, emocionales y cognitivas del


testigo al mismo tiempo que se le manifieste al testigo que su historia será escuchada,
comprendida y no juzgada 5 (Fisher y Geiselman, 1992; Milne y Bull, 1999; Powell, Fisher
y Wright, 2005).

El valor de adjudicarle al testigo el rol de informante valioso tempranamente en el proceso


de la entrevista fue demostrado en los estudios de Sternberg et al (1997) y Roberts et al
(2004). Estos investigadores se concentraron en el efecto de varios estilos de
construcción de buenas relaciones con niños testigo. En cada texto, el entrevistador
motiva al niño a hablar de un evento inocuo, como sobre las últimas vacaciones
familiares. Uno de los textos orientados a construir esta buena relación estaba basado en
un estilo en donde el niño era animado a hablar a su propio paso, sin interrupciones y sin
presiones a adaptarse a las actitudes o creencias del entrevistador sobre lo acontecido.
El otro texto era bastante dirigido en donde el entrevistador hacia una serie de preguntas
específicas sobre los detalles que pudiesen haber ocurrido durante el transcurso de las
vacaciones. Sin importar el modelo de texto utilizado, acto seguido, el entrevistador
comenzaba la fase sustancial de la entrevista con el enunciado: “Por favor, cuéntame
todo lo que pasó en [la ofensa o evento objetivo], cada detalle, desde el comienzo hasta
el fin”. En general, el texto orientado a los testigos facilitó la información y precisión de las
respuestas posteriores del niño sobre el evento objetivo. Sternberg et al (1997) reportó
que los niños a quienes les fue permitido explayarse antes de recordar el evento objetivo
proveyeron 2.5 veces más detalles y palabras sobre el evento objetivo que aquellos niños
expuestos al texto orientado a los entrevistadores (90.56 versus 38.32 detalles,
respectivamente).Similarmente Roberts et al (2004) encontró que los niños expuestos a
las condiciones del texto orientado al testigo tuvieron una mayor proporción de detalles
precisos y fueron más resistentes a sugestiones engañosas sobre el evento objetivo.

5
La percepción de “no ser juzgado” no puede perpetuarse en la corte, en donde los procedimientos son
adversarios y una o más partes y sus testigos son juzgados mejor o peor que otros.

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[65.520] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

La ventaja adicional de animar al testigo de hablar cuanto pueda en la fase de


construcción de la relación (pre-entrevista) es que provee un punto objetivo de
comparación para luego interpretar el comportamiento del entrevistado (Snow y Powell,
2005). Por ejemplo, si el entrevistado demuestra habilidades altamente complejas y
elaboradas en la etapa de construcción de la relación y luego provee un recuerdo de la
ofensa carente de detalles, uno puede concluir que la razón para el cambio en su
comportamiento se debe a factores de precariedad emocional o de memoria, en vez de
limitaciones del lenguaje en sí. La importancia de facilitar la comunicación reduciendo la
ansiedad, el miedo o la falta de confianza no es menos importante en un juicio en
comparación con el ambiente de una entrevista investigativa. Esta es la racionalización
detrás del establecimiento de numerosas reformas legales, como el uso de personas de
apoyo, la admisión de declaraciones grabadas como parte del interrogatorio inicial, la
posibilidad de prestar declaración a través de un circuito cerrado en vez de en persona, y
la preparación del testigo antes de asistir al juicio (para un discusión sobre el tema, vea
Malloy, Mitchell, Block, Quas y Goodman, 2007). Los limitados estudios sobre el impacto
de estas disposiciones indican que éstas han jugado un rol fundamental en la reducción
de sentimientos de incertidumbre e intimidación en los testigos, y han incrementado su
voluntad de participar en el proceso legal (Eastwood y Patton, 2002; Malloy et al, 2007).
Sin embargo, estos procedimientos no pueden lidiar con los factores estresantes
impuestos por cuestionamientos intimidantes, confusos, acusatorios y controladores
durante el contrainterrogatorio (Cotterill, 2004; Taylor, 2004; Zajac, en proceso de
publicación) 6. La habilidad de contar la propia historia es uno de los determinantes más
importantes en la satisfacción del testigo en el proceso judicial (Cashmore y Bussey,
1995).

6
La preparación para lidiar con esos factores estresantes requiere enfoques particulares, que están fuera del
alcance de este capítulo (para ejemplos refiérase a los capítulos 7.5 y 7.10 de esta publicación).

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.520]

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.540]

Uso de reglas o alertas conversacionales


[65.530] La obtención de un testimonio detallado y preciso es facilitado por un

entendimiento mutuo entre el entrevistador y el entrevistado sobre la función de la


entrevista y el rol del entrevistado en ella. La mayoría de los adultos y niños poseen un
entendimiento acotado de lo que es necesario para llevar las ofensas a juicio y el valor de
evidencia que tienen las entrevistas. Esto plantea un problema ya que las reglas
conversacionales que sirven de sustento a entrevistas investigativas efectivas (no editar
ni retener información, no llenar ningún “vacío” en la memoria, corregir conjeturas o
enunciados falsos del entrevistador) pueden violar aquellas reglas comúnmente seguidas
en interacciones cotidianas (Fisher y Geiselman, 1992). Cuando los testigos no entienden
el proceso de entrevista investigativa, tienden a ser menos proclives a entregar
respuestas completas y precisas. Adicionalmente, cuando los testigos perciben que el
entrevistador tiene algún conocimiento del evento original, tienden a aceptar sugestiones
ofrecidas por el entrevistador en vez de confiar únicamente en su propio recuerdo del
evento o de sus experiencias relacionadas (Welsh-Ross, 1999; Wright, Memon,
Skagerberg y Gabbert, 2009).

Generalmente los expertos recomiendan proveer instrucciones simples sobre las “reglas
básicas” de la entrevista, como una manera de darle a los entrevistados permiso para
romper las reglas convencionales de conversación, que impiden una comunicación
efectiva en una entrevista. Por ejemplo, se les puede decir a los entrevistados desde el
comienzo de la entrevista que la respuesta “no sé” es perfectamente aceptable, que es
importante no adivinar o inventor cosas y, que deben reportar cualquier cosa que
recuerden, incluso aquellas que no parezcan importantes. Sin embargo, un problema que
se ha vuelto paulatinamente evidente es que aunque los adultos generalmente pueden
adaptar sus respuestas de manera sensata cuando se le dan alertas (Chambers y
Zaragoza, 2001; Greene, Flynn y Loftus, 1982; Highhouse y Bottrill, 1995), las
instrucciones simples de las reglas básicas no son muy efectivas con niños más
pequeños (Beusche y Roebers, 2005; Cordón et al, 2005; Ellis, Powell, Thomson y Jones,

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.520]

2003). Este es particularmente el caso cuando las reglas básicas son dispuestas al
comienzo de la entrevista, cuando el evento no es recordado con claridad, y cuando las
reglas básicas no se condicen con el comportamiento del entrevistador, el enfoque y la
naturaleza del cuestionamiento a lo largo de la entrevista. Por ejemplo, instruir
explícitamente al niño para que corrija al entrevistador es inútil si las preguntas son tan
complejas que los testigos ni se percatan que no las han entendido, o no se sienten lo
suficientemente cómodos en la situación de entrevista para contradecir al entrevistador
(Snow y Powell, 2004). Advertir a los testigos sobre adivinar o fabricar respuestas tiene
poco efecto en contra de las consecuencias negativas de preguntas engañosas,
acosadoras o repetitivas, comúnmente utilizadas en los contrainterrogatorios (Righarts,
2007). Las instrucciones detalladas no serán beneficiosas cuando los rastros de
memorias subyacentes no sean apropiados para la operación cognitiva requerida.

Debido a las limitaciones de instrucciones o alertas simples en el caso de niños y otros


grupos de participantes vulnerables, algunos investigadores han sugerido que se requiere
una práctica más extensiva para adherir a las reglas básicas (ej: dar más práctica en
responder “no sé” a preguntas sobre un tema no relacionado en que el testigo
desconozca la respuesta). Existe alguna evidencia para apoyar esta afirmación (Nesbitt y
Markham, 1999; Righarts, 2007; Saywitz y Moan-Hardie, 1994). Por ejemplo, Righarts
(2007) examinó el efecto de la práctica pre-entrevista extensa y comentarios a los niños
en base a sus respuestas a preguntas específicas sobre un evento inocuo. Mientras que
un contrainterrogatorio sobre el evento objetivo disminuyó significativamente la precisión
del recuerdo (un hallazgo típico), la intervención pre-entrevista disminuyó su impacto
negativo de gran manera. Sin embargo, al ser utilizada en una situación de entrevista
investigativa, el beneficio de una práctica extensiva de las reglas básicas tiene un costo.
El problema es que utiliza tiempo valioso de la entrevista con el testigo quienes tienen
lapsos de concentración limitados. Adicionalmente, se ha encontrado que la práctica
extensiva de reglas básicas inhibe el reporte de respuestas correctas e incorrectas
(Nesbit y Markham 1999; Saywitz y Moan-Hardie, 1994). El número menor de detalles

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.540]

correctos les otorga a los investigadores menos oportunidades de seguir pistas y obtener
evidencia adicional que puede ser utilizada para corroborar la evidencia del niño.

En general, la investigación sobre reglas básicas y alertas resalta que la carga de la


responsabilidad en promover recuerdos precisos y detallados recae principalmente en el
entrevistador. El rol del entrevistador es utilizar preguntas que minimicen la confusión y
maximicen la precisión e integridad del recuerdo. Instrucciones y comentarios sobre el
proceso de recuerdo debieran ser provistos, pero es mejor que se dividan a lo largo de la
entrevista a medida que surja la necesidad, en vez de restringirlos a la fase de
preentrevista. Por ejemplo, el entrevistador debiera expresar su aceptación a respuestas
como “no sé” o “no recuerdo” inmediatamente después de ser provistas
espontáneamente por el testigo por primera vez. Si el testigo no responde inicialmente a
los requerimientos de más detalles sobre un aspecto del evento, el entrevistador podría
recordarle al testigo que él/ella no sabe lo que ocurrió y necesita saber cada detalle. Para
mayor discusión, vea Russell (2006).

Contexto de la entrevista investigativa


[65.540] Para ayudar a los entrevistadores a obtener declaraciones confiables y

detalladas durante investigaciones de abuso, estudiosos han desarrollado protocolos de


entrevistas orientados a grupos de entrevistados específicos. Por ejemplo, la Entrevista
Cognitiva fue mayoritariamente desarrollada para entrevistar a grupos de adultos
cooperativos (Fisher y Geiselman, 1992) y el Manejo Conversacional fue diseñado para
ser utilizado con testigos y sospechosos hostiles (Shepherd, 2007). Dos prominentes
protocolos desarrollados específicamente para ser utilizados con niños testigo incluyen
Consiguiendo Evidencia Idónea en Procedimientos Criminales (CJS, 2007) y el Protocolo
del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD, por sus siglas en
inglés) (Lamb, Orbach, Hershkowitz, Esplin y Horowitz, 2007). En Australia y Nueva
Zelanda, los protocolos de entrevista se basan ampliamente en los modelos previamente
mencionados aunque con algunas variaciones. Por ejemplo, las técnicas para obtener

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.520]

divulgaciones y para evaluar la competencia del testigo tienden a variar de acuerdo a la


jurisdicción, dependiendo de los requerimientos legislativos y las costumbres locales1.

Independientemente de las variaciones de los diferentes protocolos de entrevista, la


estructura central, los procesos y los preceptos subyacentes a todos los protocolos de
entrevista son notablemente similares. La característica principal de los protocolos de
entrevista es que los detalles de la narrativa deben ser maximizados y la indicación de
cualquier tipo por parte del entrevistador minimizada en la medida de lo posible (Fisher y
Schreiber, 2007; Powell et al, 2005). Las preguntas que motivan detalles elaborados pero
que no dictan qué información es requerida son normalmente utilizadas para animar al
entrevistado a reportar tanta información como le sea posible en forma de narrativas
(Fisher y Geiselman, 1992; Lamb et al, 2007; Poole & Lamb, 1998; Wilson y Powell,
2001).

Los beneficios de maximizar los detalles de la narrativa son cuatro. Primero, los detalles
provistos en respuesta a indicaciones de libre recuerdo son más específicos que aquellos
provistos en respuesta a preguntas que evocan respuestas específicas y breves (Dent,
1986; Dent y Stephenson, 1979). Esto aplica a todos los testigos. De hecho, cuando se
compara el desempeño de varios grupos de testigos (ej: niños versus adultos, niños con
discapacidad intelectual versus niños del grupo de control) generalmente, existen
diferencias insignificantes entre los grupos en lo que respecta a la precisión de los
detalles provistos durante los recuerdos narrativos (Agnew y Powell, 2004; Dent y
Stephenson, 1979; Soraci et al, 2007). Segundo, las respuestas del testigo a largo de
narrativas libres son más detalladas (Pipe, Lamb, Orbach y Esplin, 2004). De esta forma,
no es sorpresivo que las entrevistas que adhieren a este estilo produzcan más pistas de
investigación y más probablemente sean autorizadas para proceder en términos
judiciales, resultando en condena (Pipe et al, 2008).

Tercero, cuando los entrevistadores imponen su lenguaje y contexto del evento sobre el

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.540]

que están entrevistando, existen mayores probabilidades de confusión y malos


entendidos. Los testigos con discapacidades de lenguaje pueden fácilmente disimular sus
limitaciones al responder a preguntas específicas, para evitar vergüenzas o acelerar el
término de la entrevista. Por ejemplo, repetirán ciertas frases o palabras utilizadas por el
entrevistador o proveerán respuestas estereotípicas o afirmativas de sí/no (Brennan y
Brenann, 1988; Eades, 1994; Snow y Powell, 2005). Cuarto y último, permitirle a los
testigos la oportunidad de proveer recuerdos a su propio paso promueve una
recuperación de memoria más elaborada y coherente, construida lógicamente y, por
tanto, será un recuerdo más creíble (Feltis, Powell, Snow y Hughes-Scholes, 2009).

A pesar de la existencia de lineamientos claros en lo que respecta a la forma en que las


entrevistas investigativas debieran ser conducidas, la mayoría de las entrevistas no se
adhieren a los enfoques recomendados. Esto aplica a todos los grupos de testigos,
incluyendo entrevistas a niños testigo donde la evasión de indicaciones específicas por
parte del entrevistador es aún más importante que con adultos (Powell et al, 2005). Una
razón dada por los entrevistadores para no promover el recuerdo libre en casos de abuso
de niños, es que los niños proveen detalles precarios durante el recuerdo libre en
comparación a lo que se puede lograr a través de una serie de preguntas más específicas
y de corta respuesta. (Wright y Powell, 2006, 2007; Wright, Powell y Ridge, 2007). Esta
aprehensión con respecto a la limitada habilidad de los niños pequeños a proveer
narrativas detalladas es infundada. Aunque los niños pequeños (ej: preescolares)
proveen recuerdos más breves de sus experiencias que niños mayores o adultos (Lamb,
Hershkowitz, Sternberg, Esplin, Hovav, Manor y Yudilevitch, 1996), estos testigos pueden
producir cantidades sustanciales de relevantes detalles forenses si son estimulados con
gentil persistencia, lo que permitirá obtener lo necesario para juzgar estos casos (Lamb,
Sternberg, Orbach, Esplin, Stewart y Mitchell, 2003; Orbach y Lamb, 2007).

Otra razón por la que los entrevistadores no se adhieren a técnicas de prácticas idóneas
para la entrevista, es que, generalmente, los programas de capacitación para

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.520]

entrevistadores investigativos alrededor del mundo omiten los elementos fundamentales


necesarios para desarrollar y mantener el uso de preguntas efectivas (Powell, 2008).
Obtener recuerdos narrativos de testigos vulnerables es una tarea desafiante que
requiere práctica y comentarios continuos; práctica más allá de la conclusión del curso de
capacitación inicial (Powell, Fisher y Wright, 2005; Smith, Powell y Lum, 2008). La
importancia de este punto para profesionales del ámbito legal es que evaluar si un
entrevistador adhiere a prácticas idóneas o no sólo puede conseguirse a través del
escrutinio de la entrevista en sí. Sería inapropiado confiar en que el entrevistador asistió y
concluyó un programa de capacitación de entrevistas en particular o en que el
entrevistador tiene conocimientos sobre lo que constituye como prácticas recomendadas.
La necesidad de cuestionar las entrevistas plantea un problema en aquellas jurisdicciones
en que no todas las entrevistas son electrónicamente grabadas ni están disponibles para
evaluación (Powell y Wright, en proceso de publicación).

1 Vea Powell (2005) y Powell y Snow (2007b) para una revisión de técnicas para obtener divulgaciones de
abuso de niños enseñadas en diversos programas de capacitación para entrevistadores investigativos a lo
largo de Australia.

[La siguiente página es 65-3101]

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.570]

Tipos de preguntas utilizadas


[65.550] Las definiciones y funciones de diversas preguntas utilizadas en entrevistas
son malamente comprendidas por profesionales y no están consistentemente definidas
por los investigadores. Expertos en la literatura de entrevista de adultos tienden a utilizar
una dicotomía con las preguntas abiertas (preguntas efectivas) por una parte, y preguntas
específicas o cerradas por otra (preguntas menos efectivas) (Fisher y Geiselman, 1992;
Milne y Bull, 1999). Aquí, las preguntas abiertas son generalmente definidas como
cualquier indicación diseñada para obtener una respuesta elaborada (ej: “Describa el
arma con el mayor detalle posible”) y las preguntas cerradas, en las que las respuestas
esperadas se componen de una o dos palabras (ej: “¿De qué color era el arma?” o “¿Era
el arma negra?”; Fisher y Geiselman, 1992). Los abogados generalmente utilizan una
dicotomía similar pero con las preguntas cerradas, refiriéndose solamente a aquellas que
invitan respuestas de aceptación, rechazo o no sé (H Selby, comunicacional personal, 22
June 2009).

En contraste, los expertos en entrevistas a niños (ej: Poole y Lamb, 1998; Wilson y
Powell, 2001) generalmente clasifican las preguntas abiertas de acuerdo a dos
dimensiones: preguntas que promueven respuestas elaboradas y que no dictan la
información específica que necesita ser recordada. Esto incluye preguntas que le piden al
testigo reportar otro detalle, acto o actividad (ej: “Y luego ¿Qué pasó?, “¿Qué más
pasó?”) o que elabore sobre partes del recuerdo que ya ha provisto (ej: “Antes
mencionaste…, cuéntame más sobre eso”). Las preguntas restantes son referidas como
preguntas específicas, las que incluyen preguntas que provocan respuestas sí/no, así
como también preguntas que proveen facilitadores de recuerdo que se concentran en el
detalle específico que necesita ser reportado (ej: Quién, Qué, Cuándo, Dónde, Cómo). En
otras palabras, “Describa el botón con cuanto detalle le sea posible” sería clasificada
como una pregunta específica facilitadora de recuerdo porque especifica qué información
necesita ser recordada (ej: la descripción del botón). La necesidad de una definición más
rigurosa de una pregunta abierta surgió al reconocer que los niños son más

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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

sugestionables que los adultos, y que, generalmente tienden a tratar de contestar


preguntas altamente enfocadas, aun cuando no tienen recuerdos o conocimientos del
detalle (Waterman, Blades y Spencer, 2000, 2001).

Aunque las preguntas abiertas no siempre obtienen detalles de los testigos -ninguna
pregunta o técnica puede cumplir esas expectativas- en promedio, estas preguntas son
más efectivas obteniendo detalles en comparación a las preguntas específicas o
enfocadas (Pipe et al, 2004). Sin embargo, las preguntas abiertas no pueden ser
consideradas sinónimos de “buenas preguntas”. Así como las preguntas específicas, las
preguntas abiertas pueden ser simples o complejas, y también pueden ser altamente
sugestivas. Cualquier pregunta, independiente de su estructura, no será efectiva si no es
comprendida por el entrevistado, si apunta a conceptos que no son significativos, si el
entrevistador y el entrevistado no están claros con respecto al evento, o qué parte del
evento, se está recordando, o si el entrevistador controla o sugiere la respuesta.
Reconociendo estos temas, Powell y Snow (2007a) sugirieron que la efectividad de las
preguntas, tanto abiertas como específicas, debieran ser juzgadas de acuerdo al grado
en que éstas adhieren a los siguientes cuatro criterios, que conforman la sigla SAFE, por
sus iniciales en inglés:
(S) Lenguaje Simple:
Cualquier pregunta tendrá una utilidad limitada si no es comprendida por el entrevistado.
El lenguaje utilizado en muchas entrevistas investigativas y de evidencia generalmente es
muy complejo para personas con un dominio competente del idioma, mucho más para
aquellas que tienen menos habilidades lingüísticas. Las preguntas, especialmente
aquellas hechas durante el contrainterrogatorio, han sido criticadas por:
(a) Ser polifacéticas (donde un sinnúmero de sub-proposiciones o cláusulas
calificadoras son incluidas en una pregunta).
(b) Incluir demasiados pronombres (él, ella, ellos, etc.) los que dificultan dar
seguimiento a sobre qué o quién estamos discutiendo.
(c) Incluir términos relacionales innecesarios (ej: antes, después),
(d) Utilizar estructuras pasivas en las que el sentido de quién comete la acción es
confuso (ej: “¿Fuiste besado por él?”),
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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.570]

(e) Hacer proposiciones que implican la respuesta correcta (ej: “¿Esta es tu bolsa,
no?”),
(f) Incluir frases verbales complicadas en tiempo pasado (ej: “Puede haber sido tu
hermano…”) y,
(g) Utilizar compleja terminología o términos ambiguos (Brennan y Brennan, 1988;
Cotterill, 2004; Eades, 1994).

En esencia, los entrevistadores necesitan mantener sus preguntas cortas, hacer una
pregunta a la vez y ser sinceros o directos con respecto a sus peticiones de información,
en vez de depender de la habilidad del testigo para distinguir entre la “superficie” y el
“real” significado de lo requerido (Powell y Snow, 2007a). Walker (1999) provee una
excelente guía para frasear preguntas, las que han sido específicamente adaptadas para
profesionales del ámbito legal que entrevistan a niños.

(A) Ausencia de detalles específicos (no previamente expuestos) o técnicas coercitivas:


Idealmente, un entrevistador investigativo no debiera referirse a (asumir o pedir
respuestas sobre) actividades o detalles relacionados con el supuesto hecho que no
hayan sido revelados con anterioridad por el testigo, o que no hayan sido establecidos
como hechos 71. Puede que abstenerse completamente de hacer dichas preguntas en
relación al evento sea imposible; sin embargo, es importante que estas preguntas sean
pospuestas hasta después de agotada la narrativa de libre recuerdo del testigo. Incluso si
el testigo refutó la sugestión de un detalle falso, puede que, posteriormente, lo incorpore a
un recuerdo subsiguiente aceptándolo como verdadero (Ceci, Loftus, Leichtman y Bruck,
2004; Sharman et al, 2005).

Los profesionales del ámbito legal necesitan estar alerta a cualquier pregunta que dirija,
sugiera o presuma detalles contenciosos. Esto incluye preguntas que se refieren a

7
Estas preguntas a veces se les conoce como preguntas sugestivas. Sin embargo, las definiciones del
término “sugestivas”, al igual que “abiertas” y “cerradas”, varían entre abogados e investigadores de
cienciassociales.

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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

detalles temporales o de contenido 8 (Powell, Roberts y Guadagno, 2007), y a preguntas


abiertas para las que no se ha establecido una “base” adecuada (Hughes-Scholes y
Powell, 2008). Ciertamente, decirle a un testigo: “Cuéntame lo que pasó cuando Joe te
lastimó” cuando no se ha establecido que el testigo haya sido lastimado por Joe, tiene
más probabilidades de obtener un recuerdo falso que una pregunta de sí/no, “¿Joe te
lastimó?”. Esto es porque la pregunta abierta presume el detalle falso y le pide al testigo
generar una respuesta (Greenstock y Pipe, 1996; Roberts, Lamb y Sternberg, 1999). En
cuanto a las preguntas cerradas, el proceso de proveer una respuesta es mucho más
superficial, el testigo puede consentir a la pregunta sin siquiera haber oído o comprendido
la pregunta. Además, el desarrollo de una creencia falsa tiene más probabilidades de
ocurrir cuando el entrevistado se basa en recuerdos existentes para generar un recuerdo
de lo que pudo haber ocurrido. Las preguntas que tienen un alcance más amplio (usual
en preguntas abiertas) ofrecen mayor oportunidad de integrar recuerdos existentes.

(F) Flexibilidad permitiéndole al entrevistado escoger qué información reportar.


Las preguntas pueden variar de acuerdo en la medida que se le permite al entrevistado
escoger qué información reportar. Por ejemplo, el enunciado “Cuéntame todo lo que pasó
cuando visitaste la casa de Joe” es mucho más amplio en su enfoque, lo que permite
mayor flexibilidad en el contenido que en el enunciado a continuación: “Mencionaste
haber comido en casa de Joe. Cuéntame sobre lo que comiste”. Como se explicó con
anterioridad, cuando se les da a los testigos la oportunidad de reportar lo que recuerdan
sin indicaciones específicas, la información que proveen es generalmente más precisa y
estructurada, lo que permite comprenderla más fácilmente (Feltis et al, 2009). Incluso
cambios muy sutiles en la elección de palabras pueden cambiar notablemente las

8
La proporción de preguntas que sugiere o presume la posición temporal de los detalles dentro de una serie
de ocurrencias de la ofensa objetivo es, generalmente, más alta aquella de las preguntas que sugieren o
presumen detalles de contenido, aunque las primeras son generalmente pasadas por alto los profesionales al
evaluar entrevistas sobre abuso recurrente (Powell, Roberts y Guadagno, 2007). ). Ejemplos de preguntas
observadas en entrevistas de maltrato a niños reales que sugieren o presumen detalles temporales incluyen:
(a) “Dijiste que Joe te tocó el potito con su mano en esta segunda oportunidad. ¿Joe te puso su pipi en el
potito en esta segunda oportunidad también?” cuando el testigo había mencionado ser penetrado pero no en
la segunda oportunidad, (b) “Cuéntame sobre la última vez que Joe te pateó” cuando el testigo no había
mencionado previamente que Joe le hubiese pateado más de una ocasión y (c) “¿Te dio Joe un premio la
última vez que jugó al juego del sexo ¿”, cuando el testigo había mencionado previamente el juego del sexo
pero no un premio. Note que las preguntas asumen o sugieren tanto detalle de contenido como temporales,
como en el ejemplo (c).
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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.570]

probabilidades de obtener una narrativa conexa en vez de detalles descriptivos aislados.


Por ejemplo, “Cuéntame sobre lo que pasó cuando lavaste al bebé” tiende a enfocarse en
el recuerdo narrativo, invitando proveer detalles adicionales, más que en “Cuéntame
sobre lavar al bebé”, que tiende a enfocarse en detalles de acción. Incluir las palabras
“…lo que pasó cuando…” tiende a mantener un enfoque amplio, permitiéndole al testigo
introducir otros personajes y eventos que pueden no haber sido mencionados con
anterioridad.

(E) Estimula una respuesta elaborada.


Las preguntas pueden variar en base al número de palabras requeridas para proveer una
respuesta adecuada. Por ejemplo, el enunciado “Cuéntame todo lo que pasó en la casa
de Joe” obtendría una respuesta más larga y más detallada que “Cuéntame algo que
hayas hecho en casa de Joe” o “Cuéntame un poco sobre lo que pasó en casa de Joe”.
Probablemente, todos los enunciados anteriores obtendrían una respuesta más larga y
detallada que las preguntas “¿Hiciste algo en casa de Joe?” o “¿Hay algo más que
puedas contarme?” (Powell y Snow, 2007). Mientras más elaborada la respuesta, mayor
probabilidad de que el testigo se haya involucrado en un nivel más profundo del
procesamiento de la memoria (Sternberg et al, 1997; Waterman et al, 2000).

Un punto final a ser reconocido con respecto a las preguntas utilizadas es que éste no es
el único método por medio del que los entrevistadores pueden contaminar los recuerdos
de los testigos. Entrevistadores prejuiciosos pueden moldear las entrevistas para
maximizar los detalles consistentes con sus creencias en diferentes maneras (Ceci,
Kulofsky, Klemfuss, Sweeney y Bruck, 2007). Ejemplos de otras técnicas coercitivas
discutidas en la literatura de declaración de niños testigo incluyen: apelar a adaptarse a
reportes hecho por otros, soborno, pedirle al testigo que especule, reforzamiento de
ciertas respuestas por medio de alabanzas o criticismos o a través de gestos afirmativos
no verbales dependiendo de las respuestas, repetir preguntas hasta obtener la respuesta
deseada, y manifestar un tono negativo o acusatorio al hablar del sospechoso (para una
revisión, vea Ceci, Powell y Principe, 2002). Algunas técnicas problemáticas que han sido

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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

foco de discusiones en relación a testigos adultos incluyen hipnosis y otras técnicas de


recuperación de memoria apuntadas a dilucidar recuerdos que están supuestamente
enterrados en el inconsciente de la persona (vea Mazzoni y Lynn, 2007).Los testigos con
limitaciones cognitivas o de lenguaje o aquellos de menor estatus social son
particularmente susceptibles a la influencia de los factores de la demanda social (Agnew
y Powell, 2004; Gudjonsson, 2003).

Uso de señales y accesorios


[65.560] El uso de señales y accesorios ha sido ampliamente utilizado en contextos
forenses como una forma de facilitar los recuerdos de un testigo en relación a una
persona o evento. Por ejemplo, a veces se utilizan fotografías en entrevistas con adultos
y niños para recordarle al testigo de alguna información objetivo o ayudar en un recuerdo.
El impacto de señales físicas es similar a cualquier procedimiento de recuperación de
memoria. Mientras que una indicación específica puede facilitar un recuerdo, puede
también perjudicar la memoria (Davis y Loftus, 2007). Cuando se ha encontrado que las
señales han facilitado un recuerdo sin incrementar errores, esto ha ocurrido generalmente
en contextos en donde los detalles han estado realmente presentes en la realidad del
evento, se han relacionado con aspectos específicos, el periodo de retención fue corto y
no se presentaron detalles falsos o distractores durante o poco después del evento. En la
medida que el detalle provisto a través de la señal o indicación sea impreciso, la
información se verá perjudicada. Esto es un problema debido a que, dentro del contexto
forense, generalmente no hay forma de saber si la señal o indicación es una buena
representación del evento.

Con respecto a los niños testigo, las señales y los accesorios han sido utilizados para un
conjunto de propósitos más amplios. Han sido utilizados no sólo como una manera de
facilitar la memoria, sino que también para facilitar el reporte, establecer el entendimiento
del testigo sobre ciertos conceptos y para determinar la probabilidad de que un evento
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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

ocurriese. Por ejemplo, el primer autor ha visto transcripciones en donde se les pidió a los
niños (bastante temprano en la entrevista) hacer un dibujo sobre la ofensa, o apuntar a
las partes del cuerpo en un dibujo de una figura para facilitar el entendimiento del
entrevistador con respecto a los eventos (Powell, Wright y Hughes-Scholes, 2009). Los
dibujos han sido ampliamente utilizados en contextos clínicos como una forma de motivar
al niño a hablar sobre los eventos (Jones y McQuiston, 1985). Muñecos anatómicos y
dibujos de figuras humanas han sido utilizados como ayuda en entrevistas investigativas
de abuso sexual de niños (Everson y Boat, 2002; Willcock, Morgan y Hayne, 2006).
Objetos como cajas de pañuelos han sido utilizados para permitirle a los testigos
demostrar conceptos de “sobre” y “en”, como precursor para preguntarle al niño si el
abuso sexual involucró penetración (Powell et al, 2009).

Existen variadas racionalizaciones detrás del uso de herramientas en los contextos antes
expuestos. Primero, se cree que los muñecos y accesorios aminoran las exigencias del
lenguaje en entrevistas orales, especialmente entre niños más pequeños que poseen
capacidades de lenguaje limitadas. Una racionalización asociada es que la manipulación
del muñeco y el accesorio pueden servir como recordatorios del supuesto evento y, así,
facilitar el recuerdo, aumentando las respuestas del niño a preguntas abiertas.
Adicionalmente, se cree que la dramatización con muñecos y accesorios ayuda a los
niños a sobreponerse a ciertos problemas motivacionales, como vergüenza o timidez que
puede inhibir la divulgación del abuso. Finalmente, algunos profesionales han
argumentado que ciertos comportamientos, como el rechazo a los muñecos y la fijación
con los genitales del muñeco son diagnósticos de abuso (Dammeyer, 1998; Johnston,
1997).

No cabe duda que proveer señales y accesorios puede facilitar la recuperación de


memorias en niños. Sin embargo, como se mencionó con anterioridad, la desventaja es
que puede incrementar el número de errores. Un incremento en los errores así como
también en las respuestas correctas puede ocurrir sin importar si una señal es dada en
forma de una pregunta específica, una instrucción o un accesorio (ej: muñeco, una
demostración, un modelo a escala; Salmon, 2001). Además no existe evidencia empírica
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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.570]

robusta sobre la utilidad de los accesorios o señales que apoye ninguna de las otras
aseveraciones en entrevistas a niños. El entendimiento del niño sobre palabras es
específico al contexto (ej: saber el significado de la palabra “adentro” en un contexto no
implica que conoce su significado en otro contexto: Walker, 1999). Jugar con muñecos no
es un buen indicador de una condición de abuso, de hecho, existe el riesgo de
malinterpretación en cualquier situación en donde un comportamiento no verbal es
utilizado para aumentar el reporte verbal (Bruck, Ceci y Francoeur, 2000; Hungerford,
2005).

No se ha encontrado que la utilización de mapas del cuerpo haya facilitado los reportes
de niños en términos de contacto en contextos controlados (Willcock, Morgan y Hayne,
2006). No se obtienen reportes más detallados cuando se utilizan muñecos anatómicos u
otros accesorios si comparamos los resultados con aquellos en los que no se utilizan
(Dickinson, Poole y Bruck, 2005; Lamb, Herskowitz, Sternberg, Boat y Everson, 1996;
Thierry, Lamb, Orbach y Pipe, 2005). Finalmente, la capacidad de utilizar un objeto,
dibujo o figura como representaciones simbólicas de uno mismo y de otros, u observar la
relación entre un modelo a escala y el espacio mayor al que representa es un proceso
que se desarrolla a lo largo de la niñez, incluso sin el desafío agregado de tener que
depender de la memoria (DeLoache, 1995; Marzolf et al, 1999).

Puede ser que con más estudios seremos capaces de identificar mejor las condiciones
bajo las que las señales, los accesorios y los dibujos puedan facilitar los reportes de
manera que no comprometan la precisión (Gross, Hayne y Drury, 2008; Saywitz y Snyder,
1996). Sin embargo, es prematuro promover el uso de ayudas físicas en las entrevistas,
especialmente antes de que se le dé al testigo la oportunidad de recordar información en
respuesta a preguntas abiertas. El uso de cualquier señal o accesorio específico es
particularmente riesgoso con testigos pequeños (ej: niños menores de 6 años) y es hacia
este grupo etario que esas herramientas son dirigidas ya que sus habilidades de lenguaje
oral aún se están desarrollando en esta etapa.

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.580]

Métodos para establecer la credibilidad del testigo


[65.570] Un punto importante enfatizado a lo largo de este capítulo tiene relación con
que el desempeño de la memoria es moderado por un sinnúmero de variables que
interactúan entre sí (ej: características de la ofensa objetivo, efectos del intervalo de
retención). Aunque la investigación destaca patrones confiables de comportamiento
cuando ciertas variables son manipuladas, y aunque la tendencia de una persona a
cometer errores en pruebas estandarizadas de sugestionabilidad1 es asociada a errores
al recordar un evento (McFarlane y Powell, 2002; Miles, Powell y Stokes, 2004; Miles,
Powell, Gignac y Thomson, 2007; Scullin, Kanaya y Ceci, 2002), el trabajo previo no le
permite a los profesionales forenses diagnosticar la precisión de ninguna declaración en
particular o respuesta de un testigo. La influencia de cualquier variable ya sea al
momento de decodificar o recuperar difiere dependiendo del estado de otras variables,
muchas de las que son desconocidas para los profesionales del ámbito legal. Además, se
necesita reconocer que la confianza de los testigos oculares no es un predictor confiable
de la precisión de estos testigos en una entrevista (Ceci et al, 1994; Garry et al, 1996;
Shaw, McClure y Dykstra, 2007).

Esto no significa que en la actualidad las herramientas no estén disponibles para evaluar
la veracidad del recuento de un testigo sobre un evento. La Evaluación de la Validez de
una Declaración (SVA, por sus siglas en inglés), y más específicamente el Análisis de
Contenido basado en Criterio (CBCA, por sus siglas en inglés), es un instrumento popular
para la evaluación de la veracidad de la declaración de un niño-testigo en el contexto de
acusaciones de abuso infantil (Vrij, 2005). Con esta técnica, evaluadores capacitados son
llamados a juzgar el recuento verbal del testigo sobre la acusación de acuerdo a un rango
de criterios como son la estructura lógica, descripción de interacciones, presencia de
detalles inusuales o superfluos y correcciones espontáneas. La presencia de estos
criterios se considera indicadora de experiencias genuinas basadas en la presunción de
que son difíciles de fabricar. Otras pruebas disponibles para evaluar la veracidad de la
declaración de un testigo adulto incluyen la Prueba de Preguntas de Control y la Prueba

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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

de Mentiras Dirigidas, que se basan en medir respuestas psicológicas, y otras pruebas


que se enfocan en identificar cambios en la emoción (para una revisión vea Griesel y
Yuille, 2007, y Vrij, 2008). Sin embargo, con cualquiera de las herramientas existentes el
número de diagnósticos fallidos al distinguir entre declaraciones verdaderas y falsas
(especialmente errores de predisposición a la verdad) es muy alto para permitirles ser de
ayuda en un juicio (Griesel y Yuille, 2007; Rassin, 1999; Vendemia, Schilliaci, Buzan,
Green y Meek, 2006; Vrij, 2000, 2005). La precaria fiabilidad se magnifica especialmente
cuando estas herramientas son utilizadas por peritos con precaria instrucción (Tye,
Amato, Honts, Devitt y Peters, 1999), cuando las declaraciones de testigos no fueron
obtenidas utilizando un procedimiento de prácticas idóneas para la entrevista
(Hershkowitz, Fisher, Lamb y Horowitz, 2007), con los sujetos provienen de distintos
grupos culturales (Powell y Bartholomew, 2003) y cuando no existe ninguna evidencia
física en qué apoyarse (Vrij, 2008).

Algunos profesionales han sugerido que aunque herramientas como la SVA pueden no
ser lo suficientemente confiables para ser utilizadas en la corte, pueden ser útiles en las
etapas tempranas de la investigación policial, proveyendo indicadores “brutos” de la
veracidad del testigo que pueden asistir en la toma de decisiones (Griesel y Yuille, 2007;
Vrij, 2005). No recomendamos esto de ninguna manera, especialmente en casos de
agresión sexual o física. Las decisiones de la policía de enviar un caso a la fiscalía o no
ya se enfocan demasiado en la credibilidad del testigo (Jordan, 2001; Powell, Murfett y
Thomson, en proceso de publicación). La policía también ha sido criticada por no
contemplar hipótesis alternativas (aparte de mentir) para explicar por qué el
comportamiento o discurso del testigo no es consistente con otra evidencia (Jordan,
2004; Victoria Law Reform Commission, 2004). Bajo las condiciones actuales, la mejor
manera de evaluar la calidad de la respuesta de un testigo es enfocarse en la fiabilidad
de la declaración del testigo (el reporte verbal) considerando la forma en que esa
declaración fue obtenida (Powell, 2005). La probabilidad de que una entrevista sugestiva
tome lugar antes de la grabación de una entrevista oficial también debe ser considerada
(Ceci, Kulofsky, Klemfuss, Sweeney y Bruck, 2007).

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.580]

Otro asunto relacionado exclusivamente con la credibilidad de un niño-testigo son las


pruebas de competencias. En muchas jurisdicciones, para que un niño testifique, los
jueces primero deben establecer si el niño puede distinguir entre verdad y mentira, y si el
niño comprende la importancia de decir la verdad en procedimientos legales. En la
actualidad existe gran debate sobre el valor de las discusiones de verdad o mentira y
cómo, si acaso, debieran ser administradas. Aunque niños jóvenes, incluso de cuatro
años edad, tienen una idea de lo que constituye una verdad versus una mentira y
entienden la seriedad de mentir, muchas de las pruebas de competencia podrían ser
criticadas por subestimar las habilidades reales de los niños (Bussey y Grimbeck, 2000;
Lyon, 2000; Talwar, Lee, Bala y Lindsay, 2002; Westcott y Kynan, 2006). Enfoques
tradicionales para evaluar competencia, generalmente les piden a los niños que definan
“verdad” y que expliquen la diferencia entre verdades y mentiras, siendo irrazonable
pedirle esto a un niño de corta edad (Bala, Lee, Lindsay y Talwar, 2001; Walker, 1999).
Además, los enfoques tradicionales, usualmente le piden al niño que indique si una
afirmación hecha por el entrevistador es verdad o mentira (ej: “Si yo dijera que mi camisa
es roja ¿es eso verdad o mentira?”, “Si yo dijera que tú viniste aquí en un helicóptero ¿es
eso verdad o mentira?”). El problema con estas preguntas es que precisan que el niño
llame al entrevistador “mentiroso” para poder ser respondidas correctamente y no se
enfocan en el tema de la intención de engañar, que es crítico para determinar la
ocurrencia de una mentira (Lyon y Saywitz, 1999).

Dadas las inquietudes sobre las pruebas de competencia al no estar adaptadas


adecuadamente al nivel de desarrollo de los niños, algunos investigadores se han
involucrado en el desarrollo de nuevas pruebas para evaluar competencia, intentando
superar algunas de las limitaciones previas. Por ejemplo, Lyon y Saywitz (1999) y
McCarron, Ridgway y Williams (2004) desarrollaron pruebas para niños-testigo de
variadas edades en donde el testigo responde a preguntas sobre una serie de dibujos o
historias, involucrando a niños ficticios que se encuentran en situaciones diciendo
mentiras o verdades. Sin embargo, estas pruebas tampoco están carentes de críticas. Sin
importar cuán apropiadas sean las preguntas de verdad o mentira de acuerdo su nivel de

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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

desarrollo, las respuestas de los niños a estas preguntas no son un buen indicador de
precisión de la declaración previa o posterior del evento (London y Nunez, 2002). La
mayoría de los errores no son intencionales y mentir no está asociado a la habilidad de
responder correctamente a los tipos de preguntas hechas en indagaciones de
competencia2. En situaciones en donde los niños sí mienten, esto puede ocurrir, como
sucede con los adultos, cuando los niños entienden la importancia de, y han prometido,
decir la verdad (Talwar et al, 2002; Talwar, Kang, Bala y Lindsay, 2004). De esta forma se
puede argumentar que la prueba de competencia es sólo un malgasto de tiempo valioso
en la entrevista debido a que su formato dirigido al entrevistador corre el riesgo de alterar
la dinámica entre el niño y el entrevistador, inhibiendo un reporte elaborado
posteriormente (Russell, 2006). Adicionalmente, cualquier discusión de verdad o mentira
podría ser potencialmente estresante para las víctimas si la perciben como prueba de que
sus historias no son creídas (Russell, 2006).

Independiente del continuo debate en la literatura sobre el valor de las pruebas de


competencia, muchas jurisdicciones continúan utilizándolas para calificar al niño-testigo y
así adherir a los procesos convencionales (riesgosos) en donde se requiere que el niño
contradiga una afirmación hecha por el entrevistador (Lamb et al, 2007; Victoria Law
Reform Commission, 2004). Los creadores de los protocolos de entrevistas investigativas
para niños incluyen estas pruebas sólo porque la legislación local, o sus costumbres, les
exigen que sean administradas, en vez de por una convicción de que éstas sirven un
propósito valioso para la corte (Lyon, Lamb y Myers, 2009).

1 Las dos pruebas más prominentes de sugestionabilidad de testigos individuales son la Escala de
Sugestionabilidad Gudjonsson (Gudjonsson Suggestibility Scales; GSS1 o GSS2: Gudjonsson, 1984, 1987) y
el Escala de Sugestionabilidad de Video para Niños (Video Suggestibility Scale for Children; Scullin y Ceci,
2001).
2 Existe evidencia que muestra que pedirle al niño que prometa decir la verdad promueve in comportamiento
proclive a decir la verdad en ciertas situaciones (vea Talwar, Kang, Bala y Lindsay, 2004; Lyon y Dorado,
2008). Sin embargo, aún no es sabido si dar esta instrucción como parte de la discusión verdad o mentira es
más efectivo que darle al niño una simple instrucción de no adivinar o inventar respuestas en la entrevista.

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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.580]

Ayuda interpretativa
[65.580] Estudios anteriores han establecido que las personas de minorías étnicas

tienen un mayor nivel de participación en crímenes que las personas de la población


general, así mismo, están sobrerrepresentados en los sistemas criminales y penales
occidentales (Mildren, 1997; Mukherjee, 1999; Tran, 2005). En situaciones en que existen
diferencias fundamentales entre el lenguaje y la cultura del entrevistador y el entrevistado,
el riesgo de errores de comunicación es elevado, por lo que se justifica la ayuda de
intérpretes calificados (Laster y Taylor, 1994). Mientras que el adecuado acceso a
servicios de interpretación es un hecho bien documentado en términos de garantías
procesales y derechos humanos, estos servicios son infrautilizados debido a su escasa
disponibilidad y precarias competencias por parte de los profesionales que evalúan si los
servicios son requeridos (Lawrie, 1999). Sin duda, los profesionales frecuentemente
evalúan la necesidad de un intérprete basados en conversaciones informales antes de la
entrevista; intercambios sociales superfluos no son usualmente un buen indicador de las
habilidades de producción de un testigo en entrevistas forenses en donde los desafíos
lingüísticos son bastante pronunciados (Mildren, 1997; Powell, 2000).

Los intérpretes pueden ser de ayuda no sólo en lo que dice relación a la traducción de
discurso, sino que también en facilitar el entendimiento del profesional de cómo las
variables culturales pueden afectar el proceso de entrevista. Incluso las diferencias sutiles
en el significado de palabras en inglés pueden tener un impacto significativo en el
resultado de casos legales (Powell, 2000). Por ejemplo, en el idioma Torres Strait Creole,
la palabra inglesa “kill” (“matar”) puede significar “lastimar” o “mutilar” en vez de matar
como en su sentido inglés (Nash, 1979). La palabra inglesa “guilty” (“culpable”) es
entendida por muchos ancianos de la tribu aborigen Warlpiris como una palabra que se
usa solamente en relación a asesinato, por tanto, si uno se declara culpable, se le es
visto como un asesino, incluso si se le acusa de un cargo de menor seriedad (McKay,
1985). Los errores de comunicación en entrevistas forenses pueden también surgir a
partir de diferencias fundamentales entre las señales discursivas de uso del hablante (ej:

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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

señales del oyente, patrones de entonación, ritmo, mirada, uso del espacio). Por ejemplo,
dentro de grupos aborígenes tradicionales australianos y japoneses, evitar el contacto
visual es una señal de respeto o deferencia hacia un hablante, mientras que para muchos
oyentes de habla inglesa es una señal de evasión, conducta culpable o descortesía
(Eades, 1994).

Finalmente, las diferentes prioridades en relación a compromisos sociales y diseminación


de información pueden presentar desafíos para los profesionales forenses. Por ejemplo,
en comunidades musulmanas el sexo no es un tema discutido abiertamente entre
hombres y mujeres bajo ninguna circunstancia (Gupta, 1997). En muchos grupos
aborígenes australianos está prohibido decir el nombre de una persona fallecida o ver
una fotografía de la persona por aproximadamente seis meses después de su muerte
(Eades, 1992). El conocimiento de estas influencias socioculturales ayuda a comprender
el contexto total de las ofensas y a evitar presunciones imprecisas sobre el significado de
las respuestas verbales y de comportamiento de los entrevistados.

Resumen
[65.590]
• Una entrevista a un testigo debiera ser conducida lo más pronto posible después
de la divulgación o en cuanto se reciba el referido.
• La mejor relación entre un entrevistador y un entrevistado es una en donde el
entrevistado percibe que su historia será escuchada, comprendida y no juzgada.
• El objetivo de toda entrevista investigativa es maximizar los detalles de la narrativa
y minimizar las estimulaciones específicas lo más posible.
• No existe una manera infalible de evaluar la precisión de la respuesta de un
testigo, pero la mejor forma es observar la declaración en sí y las preguntas del
entrevistador. Generalmente, mientras menos restringida sea la respuesta a una
pregunta o, a menor imposición del punto de vista del entrevistador con respecto a
lo, menor es la probabilidad de errores o malos entendidos.
• Las alertas y las reglas básicas no pueden ser consideradas como un método
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LINEAMIENTOS PARA ENTREVISTAR A TESTIGOS [65.580]

para inmunizar al testigo en contra de preguntas precarias, especialmente, cuando


estas son provistas en la forma de instrucciones simples al comienzo de la
entrevista.
• Proveer a los niños con práctica respondiendo a indicaciones abiertas (en la etapa
de construcción de una buena relación) o practicando resistencia a preguntas
sugestivas puede ser beneficioso.
• Dentro de lo posible, cualquier señal física y accesorio debieran ser evitados en la
entrevista, especialmente antes de que el testigo haya tenido la oportunidad de
recordar información como respuesta a preguntas abiertas. Las desventajas con
respecto a la precisión probablemente sobrepasarán los beneficios potenciales
para mejorar la recuperación de memoria, particularmente con niños pequeños.
• La habilidad de los niños de aprobar preguntas de verdad o mentira no es un buen
indicador de la precisión de su declaración previa ni posterior. Existe alguna
evidencia que indica que pedirle al niño que prometa decir la verdad puede
promover un comportamiento proclive a decir la verdad, pero se necesitan más
estudios para determinar cómo esta directriz sería distribuida de la mejor manera.
• Los intérpretes pueden ser de ayuda no sólo en relación a la traducción del
discurso sino que también pueden ayudar a comprender cómo una gama de
variables culturales podrían impactar el proceso de la entrevista.

[La siguiente página es 65-4051]

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[65.560] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E


INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE IDENTIFICACIÓN DE
TESTIGOS
[65.700] En la sección final de este capítulo discutimos los procesos relacionados con
la participación de testigos oculares en pruebas de identificación de sospechosos. Una
prueba de identificación puede ser llevada a cabo de múltiples maneras, como por
ejemplo una rueda (en vivo o en video) de identificación compuesta por el sospechoso y
un número de otras personas, un despliegue de fotografías incluyendo una del
sospechoso, o un cotejo en el que un solo sospechoso es presentado al testigo. El
comportamiento del testigo en cualquiera de estas pruebas puede tener un impacto
significativo en la investigación consiguiente y el resultado del proceso judicial,
independientemente de si la evidencia es admitida al momento del juicio. Por ejemplo,
una identificación positiva probablemente encausará la investigación hacia el sospechoso
e incrementará la posibilidad de iniciar el proceso judicial (Cutler y Penrod, 1995; Wright,
2007). Una decisión negativa (es decir, que el testigo rechace la rueda, que en pruebas
de laboratorio ocurre en cerca del 50% de las ruedas de identificación, Pike, Brace y
Kynan, 2002) puede satisfacer a la policía en el sentido de que su sospechoso no sea el
responsable, cambiando así el curso de la investigación, o tal vez les lleve a concluir que
el testigo no es fiable. La probabilidad de que surjan decisiones erróneas dependerá de
las interacciones de un abanico de variables, las que discutiremos.

Algunos de los factores reportados en la sección anterior que afectan el resultado del
proceso de la entrevista (ej: el tiempo de la prueba, uso de intérpretes, evaluación de
credibilidad) también aplican a los resultados de las pruebas de identificación. En esta
sección revisamos aquellos factores que son específicos a las pruebas de identificación.
Éstos incluyen: la composición de una rueda de identificación (el tamaño y la forma en
que se selecciona a los miembros), la presentación de la rueda (quien dirige la rueda y
las instrucciones que se le dan al testigo) y el formato de presentación (una rueda en
persona versus una composición fotográfica, o presentación simultánea versus

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[65.700] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

secuencial). También discutimos la grabación de una interpretación de la respuesta de


identificación del testigo, características de la respuesta de identificación como confianza
y rapidez al responder, y eventos influyentes posteriores a la prueba de identificación.

Tamaño de la rueda de identificación


[65.710] Existen dos dimensiones en una rueda de identificación: un tamaño nominal
y otro funcional. El tamaño nominal se refiere al número en sí de miembros de la rueda,
mientras que el tamaño funcional indica el número de miembros que son comparables
con el sospechoso. El tamaño nominal de las ruedas varía en las distintas jurisdicciones
del mundo, pero generalmente oscila entre seis a diez miembros. La evidencia sugiere
que, siempre y cuando la rueda tenga al menos tres sujetos comparables con el
sospechoso (o rellenos), el tamaño nominal tiene poco impacto en la probabilidad de
elección del testigo o en la tasa de identificaciones verdaderas o falsas. (Nosworthy y
Lindsay, 1990).

Un caso especial que merece mención es un tamaño nominal de uno, al que típicamente
se le denomina cotejo. Estudios de campo realizados en Norteamérica reportan que entre
un 30 y un 77% de las pruebas de identificación involucran la presentación al testigo de
un solo sospechoso (Dysart y Lindsay, 2007). Una revisión de los estudios contrastando
los resultados de cotejos y ruedas (Steblay, Dysart, Fulero y Lindsay, 2003) reveló que
los testigos son menos proclives a emitir una identificación positiva a partir de un cotejo
(ej: menos proclives a decir “Sí, ése es él”) que a partir de ruedas de identificación, y, que
ambos procedimientos produjeron similares tasas de identificaciones correctas. Sin
embargo, aun cuando la posibilidad de que un testigo escoja a partir de un cotejo sea
menor que la de una rueda, es más probable que se generen identificaciones falsas de
sospechosos inocentes. Esto ocurre porque cualquier identificación positiva de un
sospechoso inocente a partir de un cotejo constituye una identificación falsa, mientras
que una identificación positiva a partir de ruedas imparciales en las que no se encuentra
el culpable tienden a repartirse entre el sospechoso y los sujetos comparables con este,

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[65.720] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

quienes se sabe que son inocentes. Note que un problema específico de los cotejos es lo
que se le conoce como prejuicio de vestimenta. Si un sospechoso inocente en el cotejo
está usando una prenda distintiva que es similar a lo que usó el culpable, una
identificación errónea del sospechoso es más probable (Dysart y Lindsay, 2007).

Se le ha otorgado considerable atención en el campo de la investigación a quién debiera


estar en la rueda de identificación junto al sospechoso. Un problema es si la rueda
debiera constar de un solo sospechoso o de múltiples sospechosos a la vez. Dado que
los testigos suelen escoger a sujetos comparables que se sabe que son inocentes
(Steblay, Dysart, Fulero y Lindsay, 2001; Wells, 1993; Wells, Memon y Penrod, 2006;
Wells y Turtle, 1986), una rueda de sospechosos múltiples incrementa la posibilidad de
que un sospechoso inocente sea identificado y, posiblemente, enjuiciado. En contraste,
una rueda de un solo sospechoso permite generar una clara distinción entre la
identificación del sospechoso y un sujeto comparable que es inocente.

Un segundo problema es el tamaño funcional de una rueda. El tamaño funcional se


refiere al número de miembros de la rueda que son sujetos comparables plausibles para
el sospechoso (vea Wells, 1993, para una discusión detallada sobre tamaño funcional).
Imagine que un testigo, cuando está describiendo al culpable, claramente recuerda que
tenía ojos azul vivo. Si un sospechoso (con ojos azul vivo) se presenta en la rueda con un
número de contrapuntos, todos quienes pueden parecerse ampliamente al sospechoso
pero no tienen los ojos azules, el tamaño funcional de la rueda es uno. Aunque un
tamaño funcional bajo incrementará las posibilidades de una identificación correcta
cuando el sospechoso es el culpable, también incrementa la posibilidad de una
identificación falsa cuando el sospechoso no es el culpable (Lindsay y Wells, 1980; Wells,
Rydell y Seelau, 1993).

Selección de los miembros de la rueda de identificación


[65.720] La discusión anterior sobre tamaño funcional de una rueda indica la

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.720]

importancia de seleccionar los sujetos comparables apropiados. La forma obvia de


hacerlo para proveer una rigurosa prueba de memoria al testigo debiera ser
seleccionando a sujetos de comparación que se parecieran al sospechoso. Sin embargo,
en la ausencia de cualquier procedimiento formal o cuantitativo previamente acordado
para seleccionar a los sujetos de comparación basados en similitudes, este claramente
sería un proceso subjetivo. Adicionalmente, este enfoque puede dar origen a un par de
problemas significativos. Primero, si los sujetos de comparación son muy similares al
sospechoso, la probabilidad de una identificación correcta será baja (Wells, 1993; Wells
et al, 1993). Segundo, sin importar cuán similares sean los sujetos de comparación al
sospechoso, si sólo el sospechoso concuerda con la descripción dada originalmente por
el testigo (refiérase al ejemplo dado anteriormente sobre el sospechoso con ojos azul
vivo), entonces el sospechoso seguirá sobresaliendo de entre los otros miembros de la
rueda, incrementando así la probabilidad de que un sospechoso inocente pueda ser
falsamente identificado. En consecuencia, se ha argumentado que un ingrediente clave
para lograr una rueda imparcial es asegurar que todos los miembros concuerden con la
descripción del culpable provisto por el testigo. A su vez, esto provee una oportunidad de
añadir a la información provista por el testigo al momento del recuento,
complementándola con información de la prueba de identificación (Wells, 1993). A pesar
de la conveniencia de que los sujetos de comparación concuerden con la descripción del
culpable, es importante comprender que este enfoque por sí sólo no siempre garantizará
una rueda justa. Por ejemplo, si el testigo sólo es capaz de proveer una descripción vaga
o exigua, es posible que los sujetos de comparación parecidos a la descripción difieran
del sospechoso en múltiples y diferentes dimensiones, resultando en que el sospechoso
siga sobresaliendo como la única opción plausible (Brewer et al, 2005; Meissner, Sporer y
Schooler, 2007). Bajo estas circunstancias, y como es de esperarse, las consideraciones
sobre las similitudes de los sujetos de comparación pasan a ser particularmente
importantes.

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.730]

Administrador de la rueda de identificación


[65.730] La administración de una prueba de identificación típicamente involucra una
interacción social entre el administrador y el testigo, quien probablemente asistirá a la
prueba con ciertas expectativas. Que la policía solicite observar una rueda de
identificación muy probablemente le dará señales a los testigos de que la policía tiene un
sospechoso (Memon, Gabbert y Hope, 2004) y que ahora depende de ellos encontrar a
ese sospechoso en la rueda de identificación. Ilustrando esta tendencia de escoger a
alguien de la rueda se encuentra Wells (1993) cuyos datos indican que, cuando el
miembro de la rueda que atrae la mayor proporción de selecciones de testigos simulados
es removido de la rueda, un número significativo de las opciones de los testigos son
redistribuidos entre los otros miembros de la rueda, en vez de cambiar a la opción de
ausente como respuesta. Esta tendencia a hacer una selección positiva de la rueda será
probablemente exacerbada si cualquier interacción entre el administrador de la prueba y
el testigo, ya sea consciente o inconscientemente, sugiere que el culpable debe
encontrarse en la rueda de identificación, o, que durante la presentación de la rueda el
administrador provea señales al testigo sobre la identidad del sospechoso (vea Brewer y
Wells, en proceso de publicación, para ejemplos específicos sobre cómo estas señales
pueden ocurrir).

El potencial de que el administrador pueda influenciar el comportamiento del testigo ha


llevado a los investigadores de testigos oculares a argumentar que algunas medidas de
protección importantes son cruciales en la administración de una rueda de identificación.
Primero, es altamente conveniente que la administración de la rueda sea doble-ciega, es
decir, el administrador debiera ser ciego a la identidad del sospechoso versus los sujetos
de comparación. Esta práctica está diseñada para prevenir que el administrador,
consciente o inconscientemente, influencie la decisión del testigo. La literatura psicológica
contiene abundantes demostraciones de cómo las expectativas de alguien conduciendo
una prueba pueden moldear el desempeño de las personas realizando la prueba.
Adicionalmente, la investigación en el campo de las ruedas de identificación han
demostrado qué tanto más precisa es la toma de decisiones bajo condiciones de doble-

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[65.740] EXPERT EVIDENCE [EVIDENCIA EXPERTA]

ciego, con los administradores más proclives a dar señales a los testigos en la ausencia
de dicha protección (Greathouse y Kovera, 2009). Curiosamente, tener a un oficial
independiente conduciendo las ruedas de identificación fue promovido en los
lineamientos policiales tan antiguamente como a comienzos del siglo XX en Gran
Bretaña, aunque esto rara vez se consagra en las prácticas de administración de ruedas
de identificación en la actualidad.

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.770]

Instrucciones de la rueda de identificación


[65.740] Es importante que las instrucciones al testigo sean imparciales. Las

instrucciones imparciales pueden variar considerablemente en relación al énfasis


asignado a las consecuencias de una decisión de identificación positiva. No obstante, la
consideración clave es que las instrucciones imparciales debieran explícitamente advertir
al testigo que el culpable puede o no estar presente en la rueda de identificación. En otras
palabras, estas instrucciones le aclaran al testigo que realizar una identificación positiva
no es la única opción disponible. Más bien que también es posible responder que el
culpable no está presente, que no están seguros o que no saben. El problema con las
instrucciones parciales, o sin alertas, es que estas incrementan significativamente la
probabilidad de que el testigo haga una identificación positiva. Cuando el culpable está
presente en la rueda, esto puede incrementar la posibilidad de una selección de rueda
correcta (Brewer y Wells, 2006; Clark, 2005) ya que, en promedio, el culpable será la
mejor coincidencia con la memoria del testigo. Sin embargo, la desventaja es que la
posibilidad de que el testigo realice una identificación falsa a partir de una rueda en donde
el culpable está ausente, crece considerablemente (Brewer y Wells, 2006; Steblay, 1997).
Instrucciones claras e imparciales son cruciales para los niños-testigo, ya que la
investigación demuestra que los niños, aún más que los adultos, tienen dificultades
reteniendo una respuesta de identificación positiva (Keast, Brewer y Wells, 2007; Pozzulo
y Lindsay, 1998).

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.730]

Formato de presentación: Rueda de identificación versus


reconocimiento fotográfico
[65.750] Las perspectivas anecdóticas frecuentemente sugieren que la las decisiones
certeras en las pruebas de identificación son más probables si el testigo observa una
rueda de identificación en vivo en vez de a través de un fichero fotográfico.
Presumiblemente esta posición deriva del hecho que una rueda en vivo provee muchas
más señales que le ayudarían al testigo a decidir si un miembro de la rueda concuerda o
no con el recuerdo que tiene del culpable. Por ejemplo, la rueda en vivo permite ver a sus
miembros desde distintos ángulos, provee una mejor perspectiva sobre la contextura y
altura de la persona, andar y otros patrones de movimiento, entre otras cosas. Sin
embargo, no existe evidencia empírica convincente de que los testigos sean más precisos
en ruedas en vivo, y una revisión de la literatura sugiere que no existen diferencias
significativas entre ruedas en vivo y ficheros fotográficos (Cutler, Berman, Penrod y
Fisher, 1994). Brewer y Palmer (en proceso de publicación) proveyeron dos razones por
que las ruedas en vivo pueden no conducir a un mejor desempeño. Primero, las muy
comúnmente poco favorables condiciones de observación experimentadas por los
testigos (ej: breve exposición, muchas distracciones) pueden prevenirlos de codificar los
rasgos del culpable que una rueda en vivo les permitiría usar para el reconocimiento.
Segundo, las diferencias entre los estímulos observados al codificar y en una prueba
tienen alta probabilidad de ser suficientemente grandes, por lo que una identificación
certera depende de que el testigo tenga una buena memoria para compensar por las
señales precarias provistas por un estímulo de prueba fotográfica. Es posible que
investigaciones futuras revelen condiciones asociadas con las diferencias en los
desempeños de identificación entre ruedas en vivo o video y ficheros fotográficos, más el
estado actual del conocimiento indica que hay muchos otros y más importantes temas
que considerar al evaluar la precisión de resultados de pruebas de identificación y su
probabilidad.

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.770]

Formato de presentación: Simultáneo versus Secuencial


[65.760] El formato de presentación de la rueda de identificación con la que la

mayoría de la gente está familiarizada, es conocida como rueda simultánea. Este formato
involucra la presentación de todos los miembros de la rueda al mismo tiempo, ya sea en
vivo o a través de un fichero fotográfico. Mientras que la presentación simultánea pueda
parecer la opción obvia de presentar una rueda, existen ciertos problemas con el
procedimiento que contribuyen a errores de identificación.

Idealmente, un testigo debiera hacer un juicio absoluto acerca de cada uno de los
miembros de la rueda, seleccionando solamente a un miembro cuando él o ella
concuerden con el recuerdo del culpable en su memoria. Sin embargo, en la actualidad
existe abundante evidencia indicando que los testigos, anticipando que el culpable se
encuentre en la rueda, tienden a realizar juicios relativos; es decir, seleccionan al
miembro de la rueda que más se le parezca a su recuerdo del culpable (Wells, 1984,
1993). Cuando el culpable se encuentra en la rueda, esta estrategia generalmente
resultará en la elección del culpable. Sin embargo, cuando el sospechoso incorporado en
la rueda es inocente, esta estrategia de juicio incrementa la posibilidad de una
identificación falsa.

Una técnica que ha sido recomendada para superar este problema es la rueda secuencial
(Lindsay y Wells, 1985). En este procedimiento, los miembros de la rueda son
presentados uno a la vez y se le solicita al testigo indicar si cada uno de los miembros de
la rueda es, o no, el culpable. Existen diversas variaciones de este procedimiento, pero
condiciones especiales, a veces utilizadas para incrementar la probabilidad de que el
testigo haga un juicio absoluto, incluyen reservarse el número de miembros de la rueda,
advirtiéndole al testigo que la rueda se dará por terminada si se hace una elección y no
permitiéndole al testigo hacer múltiples pasadas a la rueda. En su trabajo pionero sobre
ruedas de identificación secuenciales, Lindsay y Wells (1985) demostraron una

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.730]

significativa reducción en identificaciones falsas cuando los testigos eran confrontados


con ruedas en donde el culpable estaba ausente, con un aparente costo insignificante en
identificaciones correctas para aquellas ruedas en donde el culpable está presente. Existe
bastante evidencia que apoya los hallazgos de Lindsay y Wells (ej: Steblay et al, 2001),
aunque actualmente existe evidencia indicando que las tasas de aciertos, en ruedas en
donde el culpable está presente, también están sujetas a decaer, sugiriendo que el
procedimiento conduce a los testigos a adoptar un criterio más riguroso para realizar una
decisión positiva. Ciertamente, en la actualidad ha habido considerable debates sobre lo
que se conoce como el efecto de superioridad secuencial (vea por ejemplo Lindsay,
Mansour, Beaudry, Leach y Bertrand, 2009; Malpass, Tredoux y McQuiston-Surrett,
2009), con algunos estudios indicando que la superioridad de las ruedas
secuencialessólo puede ser detectada cuando la rueda es parcial o, injusta, en el sentido
que el sospechoso sobresale (Carlson, Gronlund y Clark, 2008). Si este patrón lograse
mantenerse a través de investigaciones futuras, sugeriría que las ruedas secuenciales al
menos proveen una protección valiosa en contra de ruedas parciales.

Registro de la respuesta de identificación del testigo


[65.770] Imagine que la evidencia remitida al juicio indique que un testigo ha elegido
al sospechoso de la policía a partir de la rueda de identificación, y que el sospechoso
fuera, por ejemplo, “el número dos”.

Aunque la interpretación de esta pieza de evidencia pueda parecer obvia, este registro de
la decisión del testigo podría conllevar una variedad de diferentes respuestas del testigo.
Por ejemplo, el testigo puede haber observado la rueda y haber dicho: “Ése es él, el
número dos”. O el testigo puede haber dicho: “Creo que el número dos se parece más a
él” y, al verse presionado y haber sido preguntado si ésa era su elección, haya
contestado: “Sí, creo que es el número dos”. O el testigo puede haber dicho algo como:
“O es el número dos o el número cuatro… creo que es el número dos”. Cualquiera de

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.770]

estas respuestas podría haber sido posiblemente registrada como la selección del
miembro de la rueda número dos. Sin embargo, estas respuestas sugieren conclusiones
diferentes sobre qué tan bien el miembro número dos concordaba con el culpable en la
memoria del testigo. Dichas conclusiones probablemente moldearán el juicio de los
jurados sobre la robustez de la evidencia en contra del imputado. Este ejemplo ilustra lo
importante que es tener un registro de cómo, exactamente, el testigo respondió en
realidad en la prueba de identificación para interpretar su respuesta. Una grabación de
video del procedimiento proveería, obviamente, dicho registro.

También es importante que se documente cuando los testigos efectúan rechazos de las
ruedas de identificación. Puede existir la tentación, por parte de la policía a cargo de la
investigación, a desestimar el rechazo a la rueda como la respuesta del testigo quien
simplemente tiene, por alguna razón, un recuerdo precario del culpable. Ahora bien, es
claro que los rechazos de ruedas indican que nadie en ella es un fuerte contendor en la
memoria del testigo, y se ha demostrado que los rechazos de ruedas, así como las
selecciones, son informativas sobre si el sospechoso es, de hecho, el culpable (Wells y
Olson, 2002).

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.780]

Seguridad y rapidez de la respuesta de la identificación


[65.780] Los testigos pueden dar una respuesta de identificación con diversos grados
de seguridad y decisión. Además, la seguridad expresada por el testigo probablemente
influenciará los juicios de otras personas sobre la precisión de la identificación. Estudios
de encuestas muestran que la seguridad es percibida por policías, abogados y jurados
como un indicador útil de probable precisión del testigo ocular (Deffenbacher y Loftus,
1982; Potter y Brewer, 1999) y experimentos cuidadosamente controlados de jurados
simulados han demostrado consistentemente la influencia de la seguridad del testigo en
las opiniones de los jurados sobre su credibilidad (Bradfield y Wells, 2000; Brewer y
Burke, 2002; Cutler, Penrod y Stuve, 1988; Lindsay, Wells y Rumpel, 1981; Tenney,
MacCoun, Spellman y Hastie, 2007). Ciertamente, en algunas jurisdicciones, uno de los
criterios para evaluar fiablidad de la evidencia de testigos oculares es la seguridad del
testigo (ej: Neil v Biggers 409 U.S. 188 (1972)). La literatura investigativa está replete de
afirmaciones de investigadores en el campo de los testigos oculares sugiriendo que la
seguridad en la identificación no es una guía útil para la precisión. Nuestro conocimiento
actual indica que estas afirmaciones debieran estar calificadas para tomar en
consideración las condiciones bajo las que la relación seguridad-precisión es
determinada. Es ciertamente verdadero que la correlación encontrada entre seguridad en
la decisión de identificación y si la decisión fue certera ha sido consistentemente débil
(para una discusión detallada del tema vea Brewer, 2006, y Brewer y Wells, 2006).
También está bien documentado que la seguridad de la identificación es altamente
maleable, con un sinnúmero de variables distorsionando juicios de seguridad sin ningún
cambio asociado a la precisión de la identificación (ej: Brewer, 2006; Semmler, Brewer y
Wells, 2004; Wells y Bradfield, 1998, 1999).

Dada esta combinación de hallazgos en la investigación, no es de sorprender que los


investigadores hayan frecuentemente aseverado que la seguridad en la identificación no
aporta a diagnosticar precisión. Sin embargo, la investigación actual ha clarificado la
naturaleza de la relación seguridad-precisión, permitiéndonos distinguir más

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.770]

precisamente aquellas condiciones que están asociadas con las variaciones de la solidez
de esta relación. Revisiones recientes de la relación seguridad-precisión (Brewer, 2006;
Brewer y Palmer, en proceso de publicación; Brewer y Weber, 2008) proveen un recuento
comprensivo del estado actual del conocimiento sobre este tema. Estas revisiones
sugieren las siguientes conclusions basadas en hallazgos empíricos provenientes de
numerosos grupos de investigación (ej: Brewer y Wells, 2006; Juslin, Olsson y Winman,
1996; Keast et al, 2007; Lindsay, Nilsen y Read, 2000; Lindsay, Read y Sharma, 1998;
Sauer, Brewer y Weber, 2008; Sauer, Brewer, Zweck y Weber, 2009; Sauerland y Sporer,
2009; Sporer, Penrod, Read y Cutler, 1995). Primero, como muestran los resultados de
cualquiera de los estudios antes mencionados, una identificación con altos niveles de
seguridad no garantiza de ninguna manera que la identificación sea certera. Segundo,
bajo la mayoría, aunque no todas, de las condiciones los testigos exhiben algún grado de
exceso de seguridad o confianza, esto es, los niveles de seguridad promedio típicamente
exceden las tasas de precisión generales. Por ejemplo, datos de 1.200 testigos
reportados por Brewer y Wels (2006) muestran que cuando la seguridad está entre un 90
y un 100%, la precisión generalmente no excede el 80 o 90%. A pesar de este exceso de
confianza, la seguridad provee un indicador razonable sobre si la respuesta de
identificación puede estar correcta siempre y cuando la seguridad sea evaluada
inmediatamente después de la respuesta de (compare Brewer, Keast y Rishworth, 2002).
Las respuestas de identificación positivas hechas con seguridad (ej: opciones) son mucho
más probables a ser certeras que las respuestas inseguras. En otras palabras, la
seguridad y la precisión aparentan estar razonablemente bien calibradas. Sin embargo,
esta conclusión no aplica a los rechazos de la ruedas de identificación (ej: sin selección) o
a respuestas de identificación de niños (Brewer y Wells, 2006; Keast et al, 2007), ya que
la seguridad no provee una guía útil para determinar precisión en ninguno de los dos
casos.

En resumen, la seguridad en una identificación positiva, al ser evaluada al momento de la


identificación, es una pieza de información forense potencialmente reveladora. Sin
embargo, como demostramos en una sección posterior que se enfoca en eventos que
acontecen después de la decisión de identificación, la utilidad de la seguridad como un
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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.780]

índice de probabilidad de la precisión de la identificación se desvanece si la evaluación de


la seguridad se retrasa o es sometida a influencias externas.

Otra característica de la respuesta de identificación, rapidez de la decisión o latencia,


puede también proveer una guía para la precisión. Mientras que puede haber algún
fundamento para especular que el testigo que delibera larga y esforzadamente antes de
dar una respuesta es más proclive a ser preciso pues tiene un comportamiento
consciente y pensativo, la evidencia empírica demuestra claramente que son más bien
las identificaciones rápidas, más que las lentas, las que son más probablemente certeras
(Brewer y Weber, 2008; Brewer, Caon, Todd y Weber, 2006; Brewer, Gordon y Bond,
2000; Sauerland y Sporer, 2009; Sporer, 1993, 1994; Weber, Brewer, Wells, Semmler y
Keast, 2004). Estos hallazgos son consistentes con investigaciones más básicas sobre
los procesos de la memoria, denotando que un signo de un recuerdo sólido del culpable
es la habilidad de acceder a él y compararlo con el estímulo presentado rápidamente. Así,
si un testigo escogió al sospechoso de la policía de la rueda de identificación, pero
claramente tuvo que examinar la rueda por un largo periodo de tiempo para escogerlo,
habría fundamentos para dudar de la precisión de la identificación.
Adicionalmente, se ha demostrado que las identificaciones que son tanto rápidas como
seguras también son más probablemente certeras (Weber et al, 2004). Estos hallazgos
indican que es importante no sólo registrar la respuesta exacta de identificación del
testigo y su seguridad al momento de la identificación, sino que también el tiempo que le
tomó tomar la decisión. Esta última provee información vital para interpretar la declaración
del testigo quien, por ejemplo, expresa en la corte que están extremadamente confiados
en que han identificado al real culpable, dado que se esperaría que dicho testigo haya
hecho la identificación rápidamente.

Cabe hacer notar que algunas investigaciones han incluso afirmado que las
identificaciones hechas dentro de un determinado periodo de tiempo son casi siempre
certeras. Por ejemplo, Dunning y Perretta (2002) argumentaron que las identificaciones
hechas dentro de 10 a 12 segundos de exposición a la rueda son casi siempre certeras.

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LINEAMIENTOS PARA LA CONDUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DE
IDENTIFICACIÓN DE TESTIGOS [65.770]

Mientras que no cabe duda que las identificaciones certeras tienden a ser más bien
rápidas que lentas, es importante reconocer que en la actualidad existe evidencia sólida
en contra de las aseveraciones emitidas por Dunning y Perretta con respecto a la
naturaleza invariable de un periodo de tiempo óptimo. Múltiples estudios han demostrado
que la latencia en la identificación asociada a los niveles más altos de certeza tiende a
ser bastante variable, a veces, muy por sobre, o muy por debajo, de los 10 a 12 segundos
(ej: Brewer et al, 2006; Sauer, Brewer y Wells, 2008; Sauerland y Sporer, 2009; Weber et
al, 2004). Ciertamente, esta variabilidad era de esperarse debido a la probable variación
en diversos eventos con respecto a los factores que afectarán la rapidez del acceso al
recuerdo y la comparación (ej: atención y condiciones de observación al momento de
codificas, el tamaño y arreglo de los estímulos de la rueda, la cercanía de concordancia
entre el estímulo visto al momento de codificar y al momento de la prueba, la naturaleza
de las instrucciones dadas a los testigos, rueda simultánea o secuencial). En resumen,
mientras que las identificaciones certeras serán probablemente rápidas, no existe un
tiempo de respuesta mágico que pueda utilizarse para diagnosticar precisión.

Eventos influyentes después de la prueba de


identificación
[65.790] Incluso después de que el testigo ha dado su respuesta a la prueba de

identificación, la naturaleza y el valor probatorio de su evidencia de prueba de


identificación pueden ser influenciados. La fuente primaria de esta influencia es el
comentario que pueden recibir sobre su respuesta de identificación. Es ahora bien
establecido que los comentarios post-identificación pueden ejercer una influencia potente
en los reportes subsecuentes del testigo. El comentario se puede originar en el
administrador de la rueda, en el oficial de policía investigando el caso o incluso en otro
testigo (para una selección de ejemplos vea Brewer y Wells, en proceso de publicación).
El comentario podría indicar que el testigo ha escogido al sospechoso o a la misma
persona que el otro testigo escogió; en otras palabras, podría parecer confirmar la certeza
de su elección. O bien, el comentario podría ser de naturaleza rectificadora, tal vez
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indicando que probablemente no tuvieron un recuerdo suficientemente sólido del culpable


para realizar una selección certera. El comentario puede ser verbal y bastante explícito, o
no verbal.

A la fecha, el efecto más dramático de dichos comentarios dice relación con la seguridad
del testigo. Los comentarios post-identificación que es confirmatorio en naturaleza genera
una marcada inflación de la confianza (Bradfield, Wells y Olson, 2002; Douglass y
Steblay, 2006; Semmler et al, 2004; Wells y Bradfield, 1998, 1999). Los testigos que, en
la ausencia de cualquier comentario confirmatorio, podrían reportar niveles de seguridad
promedio de entre 60 y 70%, después de los comentarios, tienden a reportar niveles de
seguridad del orden de entre 90 y 100%. Esto aplica sin importar si el testigo realizó una
identificación correcta, una identificación falsa de una rueda en donde el culpable estaba
ausente, o un rechazo de la rueda. Esto ocurre independientemente de si el comentario
provino del administrador de la rueda, un co-testigo o un computador (Luus y Wells, 1994;
Semmler et al, 2004) y puede hasta ser producido por señales no verbales (Garrioch y
Brimacombe, 2001). En otras palabras, un testigo que sólo se mostró moderadamente
seguro al momento de su decisión de identificación podría presentar excesiva confianza,
después de recibir comentarios, al testificar en la corte tiempo después, aunque,
obviamente, la precisión de su identificación no ha cambiado. A su vez, la evidencia del
testigo probablemente será más persuasiva de lo que hubiese sido si la evaluación de
seguridad hecha al momento de la identificación hubiese sido entregada como evidencia.
Se encuentran efectos contrarios en el caso de que el testigo reciba comentarios
rectificadores sobre su decisión en la rueda de identificación. Estos efectos altamente
confiables y poderosos apoyan la recomendación universal de los investigadores en el
campo de testigos oculares (actualmente consagrados en los Lineamientos para la
recolección de evidencia de testigos oculares, grupo técnico de evidencia de testigos
oculares del departamento de justicia de Estados Unidos, 1999) que estipula que la
seguridad de la identificación es útil sólo como una guía para la precisión, y sólo como
una guía, si es medida inmediatamente después de la respuesta de identificación y antes
de cualquier influencia social posible que pueda inflar, o desinflar, su confianza.

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El segundo impacto importante yace en los recuerdos del testigo en relación a su


participación y a sus experiencias de decisión en la rueda de identificación. Se ha
demostrado que los comentarios confirmatorios alteran las percepciones de los testigos
sobre las condiciones de observación al momento del crimen y el grado de atención que
le prestaron a los eventos, con los testigos reportando condiciones más favorables de
observación y atención (Douglass, Brewer y Semmler, en proceso de publicación; Wells y
Bradfield, 1998, 1999). También hace más probable que los testigos reporten que la
decisión de la rueda fue fácil o que el culpable sólo “resaltó”. Todos estos juicios
probablemente también representarán la declaración del testigo como más persuasiva
para quienes son parte del juicio de lo que hubiese sido en la ausencia del comentario.

Resumen
[65.800]
• Las ruedas de identificación debieran contener sólo un sospechoso. Los contrapuntos
debieran capturar las características claves de la descripción del testigo y ser
posibilidades plausibles sin ser demasiado parecidos (apariencia) al sospechoso.
• Poco valor tiene preocuparse por el medio de presentación de la rueda de identificación.
Existen muchos otros factores que parecen ser más importantes.
• La administración doble-ciega de la rueda de identificación debiera ser preferida. (donde
la persona conduciendo la rueda desconoce quién es el sospechoso.
• Los testigos que han visto la cara del sospechoso con anterioridad en una foto de
prontuario o en un cotejo no debieran observar una rueda para ese sospechoso
posteriormente.
• El administrador debiera garantizar instrucciones imparciales, proveyendo claras alertas
sobre la posible ausencia del culpable
• Inmediatamente después de la decisión de identificación, el administrador debiera
asegurarse de que haya un registro (independiente) de la respuesta de identificación
exacta del testigo, la seguridad en esa decisión, la latencia de la decisión del testigo y
otras percepciones que el testigo tuvo sobre las experiencias de codificación e

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identificación.
• Expresiones en la corte sobre la seguridad de la identificación y otras percepciones de
los testigos sobre la codificación y la rueda debieran ser descontadas a menos que
fueran registradas al momento de la decisión de identificación.

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