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UNIVERSIDAD DE TARAPACÁ

SEDE IQUIQUE

Integrantes: Pablo Aliaga


Campaña
Yarela Coñajagua
Carvajal
Carlos Delgado
Garrido
Piera Lusso Gatica
Ramo: Procesos
Cognitivos II
Profesor: Marcos Espinoza
Lunes 29 de Noviembre

Cognición social y el dolor social

La conciencia social, término relacionado a la neurociencia y la cognición


social, asociado al estudio llevado a cabo por la psicología social, se relacionan
en el conocimiento del estado afectivo y emocional de los otros. Reconocer
emociones y estados emocionales en los demás es algo que va muy de la
mano con la conciencia social sobre estar al tanto de lo que sucede alrededor.

Junto con esto, derivado de la psicología social, existe un término enfocado a la


interacción con los demás y el lugar de uno, llamado dolor social, enfocado en
los traumas, sentimientos de agresión y hostilidad, y principalmente en el
rechazo social.

El dolor social, está muy unido al dolor físico, principalmente porque se activa
la misma parte cerebral en ambos casos. En estudios llevados a cabo con niños
se observó un momento de juego en donde todos participaban, mientras que
en otro momento de juego se excluía a uno de ellos, por cuanto se activaba el
rechazo hacia uno de ellos.

Con estudios de neuroimagen, se observó que la actividad cerebral se ubicaba


en la corteza somatosensorial, parte en donde reside la activación por el dolor
físico y donde además ocurre la actividad derivada del dolor social.
Contagio afectivo

Se toma a la conciencia como un fenómeno privado, es por esto que la


conciencia es un tema difícil para la investigación científica, en este sentido
nosotros tenemos la autoridad sobre nuestra conciencia , nadie más que
nosotros sabemos como percibimos y sentimos los estados afectivos que nos
afectan (por ejemplo: dolores, olores, sensaciones visuales, auditivas, táctil).
Pero existen ciertos estados concientes que son especialmente propensos a ser
compartidos con otras personas, es acá donde nace el término conciencia
social o conciencia colectiva, existe un tipo de percepción social la cual todos
poseemos.

El contagio afectivo lo experimentamos cotidianamente la mayoría de


nosotros. Al observar a otra persona que realiza una conducta expresiva de su
estado emocional, a menudo y de forma automática se imita el
comportamiento y se comparte el sentimiento, aunque sólo sea de manera
fugaz. Este comportamiento se a estudiado de manera no invasiva, a un grupo
de personas se le expuso a una serie de imágenes que representaban asco,
luego a estas mismas personas se le expuso a olores repugnantes, el resultado
fue que en ambas situaciones se activo cierta zona cerebral ligada al asco
(ínsula anterior). En otro experimento que buscaba estudiar este fenómeno del
contagio afectivo, a un grupo de personas se les aplico una dolorosa descarga
eléctrica y se compararon los patrones de activación con los que se obtuvieron
al momento que los mismos individuos observaron a un ser querido recibiendo
la dolorosa descarga eléctrica, en este caso se vio una activación de la corteza
cingulada anterior, zona conocida también como el circuito del dolor y
relacionada con la dimensión afectiva del dolor. Desde la investigación
neurocientífica se habla de “reflejo mental”, hace aproximadamente 20 años
atrás se descubrieron cierto tipo de neuronas en monos macacos, este tipo de
neuronas fue llamada “neuronas espejo”, estas neuronas tienen la capacidad
de activarse al observar cierto comportamiento, sin necesidad de estar
realizando la dicha acción, tiempo más tarde estas neuronas espejo fueron
descubiertas en el ser humano y se les vincula directamente con las conductas
empáticas que poseemos como personas, obviamente esto explica mucho
sobre el contagio afectivo, pero no es lo único que lo explica, también se habla
de una disposición de nuestro cuerpo a percibir los estados concientes de los
sentimientos, si se ve alterada dicha disposición podemos ser testigos de un
importante número de patologías que pueden alterar nuestro desenvolvimiento
en lo social.

La base de la experiencia y la sociedad.

En esta sección se hace un nexo entre la conciencia y la sociedad: interacción


social y cognición moral.

Desde que somos pequeños empezamos a desarrollar un sentido que nos


permite entender el pensamiento y sentimiento de los demás a través de su
conducta, además de predecir también una probable conducta futura por sus
comportamientos pasados. Se denomina así la lectura de la mente.

La experiencia y la interacción.

La interacción de la sociedad se basa en la capacidad de intercambiar estados


concientes entre las personas como la tristeza, la alegría, etc., cualquier estado
afectivo. Sin esta capacidad no podríamos interactuar con normalidad como lo
hacemos cotidianamente.

Por ejemplo, las personas que padecen del síndrome de Aspergers que es un
trastorno en el desarrollo neural, además de ser un tipo de autismo por lo que
afecta a la interacción social y la comunicación, no pueden entablar una
conversación con normalidad. Además tienen dificultades para reconocer las
emociones en los demás, o sea un déficit en la lectura de la mente.

También existe el síndrome de Williams, que es una enfermedad que


incapacita la empatía en la persona que lo padece, pero que tiene habilidades
sociales muy buenas. Es una enfermedad que causa un retraso mental, o sea
no razonan. Pero son muy buenos a la hora de comprender sarcasmos, ironías
y otras expresiones no literales.

La experiencia y el conocimiento moral.

El sentido común sugiere la implicancia de la preocupación moral, vale decir,


que nos preocupemos de lo que los demás sienten por el bienestar de ellos, no
solo por nosotros. Ej: la experiencia dice que debemos tratar a los demás como
un paciente moral, o sea una persona que puede evitar sentir daños. Una
persona que está angustiada exige nuestra atención y nuestro esfuerzo para
aliviar ese sufrimiento. Según Singer, plantea que no hay justificación para
negarse a considerar el sufrimiento de otra persona. Pero no solo se refiere a
sentir el dolor de los demás, si no que también se puede considerar los
placeres e incluso las experiencias sociales de los demás para saber cómo
debemos actuar con ellos. Esto se trata simplemente de decir que ocupan un
lugar en nuestra atención y el razonamiento moral.

Mente social, mente Viral.

Premisas vistas

- Cognición social es responsable de un sector importante de nuestra


experiencia consciente

- Capacidad de representar la experiencia consciente de los demás, unas


de las características fundamentales de nuestro funcionamiento social.

Articulación entre conciencia y Cognición social.

Al describir el carácter social de la consciencia se presenta un carácter viral, en


función que a pesar de que cada uno tenga un propio punto de vista, gran
parte de texto proviene de la experiencia por el contacto de los demás.

Esto tiene un papel causal en la lectura de los estados de las personas


mediante su reacción facial. Bases importantes de esto se encuentran en la
bibliografía basada en el reconocimiento de emociones de pares mediante el
reconocimiento de rostro

Hay una serie de estudios neuropsicológicos en individuos con pérdida de


reconocer una emoción (como el miedo o el asco) así como para vivenciarla,
pero mostrando normalidad en otras emociones.

Una forma natural para explicar estos casos de déficit selectivo de pares en el
reconocimiento de emociones está de acuerdo con el modelo de "resonancia
mental"
de fenómenos en la lectura de la mente:
1° Reconocer el reflejo de la emoción del otro en nosotros

2° A continuación, introspectivamente clasificar el resultado de ese reflejo

3° Atribuir finalmente un estado a la persona con la cual se realizo el reflejo.

Este modelo es consistente con estudios clínicos sobre el autismo, los que
muestran déficit tanto en el reconocimiento de emociones y la mímica, y los
estudios del síndrome de Williams demuestran que ambas capacidades están
intactas.

Relación final entre conciencia y la mente social

- Vimos anteriormente que la conciencia se forma por la mente social, en


virtud de fenómenos como el dolor social y contagio afectivo.

- También vimos que la capacidad de representar los estados de la


conciencia de los demás aporta algo vital para la competencia social.

- Por último, hemos visto que esta capacidad de representación y reflejo


de los estados emocionales de los demás tiene un papel fundamental en
la interpretación social de uno mismo.

Por lo tanto, sólo como la conciencia depende de los chirridos de la


sociedad, el espíritu social puede depender de los chirridos de conciencia.

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