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Bajo esta óptica puede señalarse que funcionarios públicos son todos los que se
encuentran bajo el ámbito de aplicación de la Ley del Estatuto de la Función
Pública, al prestar servicio a los organismos que ella expresamente determina
(artículos 4 y 5: Vicepresidencia Ejecutiva, Ministerios, Gobernaciones, Alcaldías,
Institutos Autónomos). Sin embargo, salvo los obreros y obreras al servicio de la
Administración Pública, también son funcionarios públicos, aunque dicha ley los
excluya de su aplicación (Art. 1°, Parágrafo Único), aquellos funcionarios
pertenecientes a organismos que cuentan con estatutos de personal particulares,
pero que en todo caso llenan los extremos que caracterizan la noción de funcionario
público. Esto es “(…) los individuos que en razón de nombramiento de autoridad
competente o de otro medio de derecho público, participan en el oficio de funciones
públicas al servicio de entidades públicas estatales”; o en otras palabras “todos los
que ejerzan una función pública, a título gratuito u oneroso, voluntario u
obligatorio, por nombramiento, elección, designación o cualquier otro acto del
poder público en forma parcial, total, temporal o permanente.”
Ahora bien, para determinar si esta noción contenida en el artículo 161 de la Ley
Orgánica de Administración Financiera del Sector Público, debe interpretarse en el
sentido amplio o extenso que se deriva de la Ley Contra la Corrupción y la Ley que
rige a este Organismo Contralor, entendemos que debe tenerse en cuenta que una
de las finalidades de la primera de estas dos leyes (artículo 1) es la de “(…)
garantizar el manejo adecuado y transparente de los recursos públicos, con
fundamento en los principios de honestidad, transparencia, participación, eficiencia,
eficacia, legalidad, rendición de cuentas y responsabilidad consagrados en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”. Finalidad enteramente
similar a la declarada expresamente por el artículo 161 de la Ley Orgánica de
Administración Financiera del Sector Público al establecer que el objeto de la
caución (garantía) allí prevista es que los respectivos funcionarios respondan de los
perjuicios causados al patrimonio público. Por consiguiente, consideramos que en
todo lo atinente al cumplimiento de esa finalidad de garantizar el manejo adecuado
y transparente de los recursos públicos, y por ende a los fines de la interpretación
del citado artículo 161, la noción de funcionario público debe entenderse que tiene
el alcance que consagra dicha ley contra la corrupción, salvo disposición expresa en
contrario.
Tal afirmación encuentra respaldo incluso en el contenido del citado artículo 52 del
Reglamento Nº 1 de la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público
Sobre el Sistema Presupuestario, al determinar que los funcionarios allí indicados
antes de entrar en ejercicio de sus funciones prestarán caución ante la Auditoría
Interna del respectivo órgano.
Se solicita opinión de esta Dirección General, respecto al alcance del artículo 161 de
la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público1, en cuanto a la
obligación que tendría el titular de la Unidad de Auditoría Interna de una empresa
del Estado, de prestar la caución prevista en la norma en comentario, antes de
entrar al ejercicio de su cargo, en la cuantía y forma que determine el Reglamento
del mencionado instrumento legal.
Sobre el asunto consultado, esta Dirección General tiene a bien ratificar el criterio
contenido en el memorándum Nº 04-02-169 de fecha 22 de agosto del año 2003,
oportunidad en la que se sostuvo entre otros puntos lo siguiente:
En este sentido, por ser una sociedad mercantil con las características referidas, se
encuentra sometida a las regulaciones establecidas en la Ley Orgánica de la
Administración Financiera del Sector Público, de acuerdo con lo establecido en el
artículo 6 eiusdem.
Partiendo de estas consideraciones, es preciso atender lo que establece la Ley
Orgánica de la Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de
Control Fiscal, respecto a las atribuciones de las Unidades de Auditoría Interna.
Las normas transcritas establecen claramente las funciones que deben desempeñar
las Unidades de Auditoría Interna, entre las que se destacan la evaluación de los
sistemas de control interno, examinar los registros y los sistemas financieros,
realizar inspecciones, auditorías, fiscalizaciones, exámenes, estudios etc.; situación
que evidencia que la misión de estas unidades es la de controlar, a los fines de
verificar la sinceridad, legalidad y corrección de las operaciones efectuadas por los
entes sujetos a su control.
Ahora bien, precisadas estas funciones es necesario especificar quienes son los
funcionarios que por ley, se encuentran en la obligación de prestar caución.
(Omissis)
De modo pues, que los artículos 52 y 53 del Reglamento antes identificado, están
referidos únicamente a la caución que deben prestar todos aquellos sujetos que
intervengan directa o indirectamente en la administración de los fondos o bienes
públicos, producto de la designación de los distintos créditos presupuestarios
girados a la unidad bajo su cargo o emitidos en favor de otra unidad.
Así se tiene que el deber de prestar esta caución, es de carácter obligatorio para
todos aquellos funcionarios que se encuentren en los supuestos de hecho previstos
en las referidas normas y, por tanto, es condición indispensable prestarla, a los
fines de poder investir el cargo y como consecuencia ejercer las funciones que le
competen.
Ahora bien, visto los razonamientos que anteceden, y dado que dentro de las
funciones atribuidas a las Unidades de Auditoría Interna no se encuentran
asignadas actividades relacionadas con la administración y liquidación de ingresos
nacionales o con la recepción, custodia y manejo de fondos o bienes públicos,
aunado a que estas no integran la estructura para la ejecución del presupuesto de
gastos, aspectos que permiten afirmar que los funcionarios adscritos a esos
órganos de control fiscal interno, no están obligados prestar la caución a la que
hace referencia el citado artículo 161 de la Ley Orgánica de la Administración
Financiera del Sector Público, y 52 y 53 de su Reglamento Sobre el Sistema
Presupuestario.
De modo pues, que los artículos 52 y 53 del Reglamento antes identificado, están
referidos únicamente a la caución que deben prestar todos aquellos sujetos que
intervengan directa o indirectamente en la administración de los fondos o bienes
públicos, producto de la designación de los distintos créditos presupuestarios
girados a la unidad bajo su cargo o emitidos en favor de otra unidad.
Así se tiene que el deber de prestar esta caución, es de carácter obligatorio para
todos aquellos funcionarios que se encuentren en los supuestos de hecho previstos
en las referidas normas y, por tanto, es condición indispensable prestarla, a los
fines de poder investir el cargo y como consecuencia ejercer las funciones que le
competen.