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DEL APRENDIZAJE
En el estudio de las dificultades de aprendizaje (DDAA) no existe una definición clara que
facilite identificar si un alumno presenta o no DDAA, ni tampoco se cuenta con un sistema de
clasificación destinado a identificar los distintos tipos de DDAA.
La expresión DDAA se emplea en dos sentidos:
En el sentido amplio, DDAA son equivalentes a las NEE, concepto establecido en el
informe Warnock en 1978. Las NEE tratan de tener un carácter unificador de todas las
categorías de la educación especial y de evitar la estigmatización que puedan generar
las etiquetas diagnosticadas.
En sentido restringido, las DDAA provienen de la expresión learning disabilities,
acuñada por Kirk en 1962 y cuya principal aportación es la de introducir criterios de
inclusión-exclusión para su diferenciación.
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La historia oficial del campo de las DDAA es muy reciente. Data de 1963, cuando S.
Kirk afirmó que las DDAA tienen que cumplir una serie de requisitos:
Cuando hay fallos en los aprendizajes esperados.
Retrasos académicos no explicados por deficiencias sensoriales, intelectuales
instruccionales/culturales.
Se necesitan métodos especiales para aprender.
Problemas relacionados con el lenguaje:
o Habla.
o Comprensión.
o Lectura.
o Escritura.
Causas: neurofisiológicas.
Se crearon servicios de educación especial específicos.
Intervención en procesos psicolingüísticos relacionados con la lectura y la escritura.
a) Etapa de la fundación (1800-1963): Gall fue el primero en 1800 en hablar sobre la afasia,
y posteriormente se introdujo la afasia infantil, de naturaleza neuropsicológica.
b) Etapa de los primeros años (1963-1990): DDAA era un problema relacionado con el
lenguaje, de causa neurológica, sin tener en cuenta el nivel educativo de los padres,
economía, la estimulación de la familia… Teorías de Kirk.
c) La etapa actual (1990- actualmente): DDAA como disciplina específica, con apoyo
legislativo y de asociaciones. Integración escolar/diversidad/análisis/aproximaciones
teóricas.
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Gracias a las aportaciones del Informe Warnock (1978) recogidas en la LOGSE (1990) señalan
que las DA se detectan:
Cuando no se produce el aprendizaje dentro del aula ordinaria y cuando se produce un
desfase con el grupo de referencia en cuanto a los aprendizajes básicos, sin que esto se
deba a deficiencias sensoriales, mentales, motóricas, socioambientales o étnicas.
Los/as alumnos/as reciben apoyo educativo: refuerzo educativo y adaptaciones
Curriculares.
Las DA están incluidas en la Atención a la Diversidad.
Adaptaciones curriculares: modificación de los elementos del currículum no
significativas: cuando el desfase curricular es poco importante afecta a los contenidos
y/o metodología, no a los objetivos y criterios de evaluación.
Grupo heterogéneo.
Retraso en el desarrollo.
Áreas afectadas: (Problemas de habla, lectura, escritura y matemáticas)
Desórdenes en procesos psicológicos básicos.
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En cuanto a las clasificaciones existentes sobre DDAA, el DSM IV TR clasifica los trastornos
del aprendizaje en:
Trastorno de la lectura.
Trastorno del cálculo.
Trastorno de la expresión escrita.
Trastorno del aprendizaje no especificado.
Criterios diagnósticos y de exclusión de los trastornos del aprendizaje escolar según el DSM
V TM (APA, 2013)
b. Los patrones académicos afectados no son los adecuados para la edad cronológica y
causan interferencia significativa con la ejecución académica u ocupacional o con las
actividades de la vida diaria, lo cual se confirma a través de la administración de pruebas
estandarizadas o de evaluaciones clínicas
c. Las dificultades de aprendizaje durante los años escolares pueden no manifestarse
totalmente hasta que las demandas de los patrones académicos afectados excedan las
capacidades limitadas del niño.
d. Las dificultades de aprendizaje no se deberán a discapacidad intelectual, a capacidades
auditivas y visuales no adecuadas, a otros trastornos mentales y/o neurológicos, a
condiciones psicosociales adversas, a la falta de estimulación del lenguaje o a una
instrucción educativa inadecuada.
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Los niveles dos y tres son de tipo psicológico. Los tres niveles interaccionan entre sí y
con el entorno, de tal modo que la problemática existente a nivel psicológico puede suavizarse
o agravarse en función de la estimulación que generen las interacciones establecidas. La
intervención temprana o interacción positiva con el entorno puede actuar sobre el segundo nivel
y reducir las posibilidades de dificultades académicas o comunicativas.
Nuestro sistema educativo asume que todo el alumnado presenta necesidades educativas
diversas.
El entorno físico y social: las escuelas, las familias y la comunidad son co-responsables
en asegurar los derechos en educación.
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Sin embargo, hay que matizar que “orgánico” no quiere decir “biológico”.
Además, las dificultades se caracterizan por su transitoriedad, mientras que en los trastornos
se destaca su permanencia temporal.
En las DDAA se producen manifestaciones evolutivas alteradas en un único ámbito y el
consciente intelectual es normal o alto, por el contrario, en los trastornos del desarrollo las
manifestaciones patológico-clínicas afectan a más de un ámbito y el cociente intelectual es
normal, normal-bajo o bajo.
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El promedio intelectual de los niños con DDAA no presenta diferencias significativas con
el de la población normal, aunque los expertos muestran variaciones respecto a lo que
consideran que sea una inteligencia media, ya que actualmente una parte crucial del proceso de
identificación de los niños con DDAA se centra en la discrepancia entre capacidad y
rendimiento.
Características de los niños con DDAA
Grupo heterogéneo.
Dificultades de adaptación al sistema educativo.
Dificultades para adquirir nuevos conocimientos, destrezas o estrategias.
Dificultades en la resolución de problemas o tareas académicas.
Deficiencias en estrategias de aprendizaje (uso, consciencia y velocidad).
Retraso leve en el desarrollo.
Bajo rendimiento en lenguaje, lectura, escritura y matemáticas.
Presumibles problemas en procesos psicológicos: atención, memoria, percepción,
lingüísticos, razonamiento cognición social (autoestima, autoconcepto, interacción
social, motivación, expectativas de éxito para la resolución de problemas...) y
metacognición.
Presumiblemente discrepancia CI-rendimiento/discrepancia edad-
rendimiento/discrepancia comprensión verbal-rendimiento.
Las dificultades pueden aparecer a lo largo del ciclo vital.
Inteligencia normal.
Problemas de inteligencia práctica.
No responden al tratamiento temprano.
Dificultades no causadas por retraso mental, déficit sensoriales y motrices, desajuste
socioemocional o deficiencias socioculturales.
Presumible existencia de disfunciones neurológicas.
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4.2. La percepción
Las alteraciones perceptivas no deben confundirse con las deficiencias visuales o auditivas.
Los problemas perceptivos visuales y auditivos se relacionan con trastornos que manifiesta con
independencia de poseer ojos u oídos sanos.
Entre los distintos tipos de alteraciones perceptivas que pueden detectarse en niños con DDAA
se encuentran:
Alteraciones en la discriminación perceptiva. (Semejanza/diferencia cosas)
Alteraciones de la integración perceptiva. (Reconocer cuando falta parte/s)
Alteraciones visomotoras. Lateralidad, direccionalidad, coordinación.
Alteraciones en la rapidez perceptiva. Tiempo para responder a un estímulo.
Perseverancia: dificultad para modificar/retener una actividad.
4.3. La memoria
4.4. La atención
Es una función psicológica que selecciona los estímulos previos al inicio del procesamiento
cognitivo.
Pueden aparecer dificultades en la atención selectiva:
Situar el foco de atención a voluntad en determinados estímulos.
Los niños y las niñas con DA:
Suelen presentar retraso en la atención selectiva respecto a su edad.
No suelen utilizar los mediadores verbales para seleccionar los estímulos.
Por otra parte, si existe consenso respecto a la dificultad para identificar el origen y las
causas de estos trastornos, las limitaciones asociadas a los TGD y TEA que incapacitan para
interactuar con otras personas, comunicarse con ellas, compartir, integrarse en la sociedad y
tener una vida autónoma, así como el consenso hacia las necesidades específicas de apoyo
educativo que se desprenden de ambos.
Para referirnos a los TGD y al TEA, y haciendo un repaso histórico, tenemos que
remontarnos hasta la década de los 40, cuando, por primera vez, Kanner (1943) concibe los
Trastornos Autísticos del Contacto Afectivo haciendo referencia a un conjunto de características
que engloban la incapacidad para relacionarse con otras personas, el retraso y/o la alteración en
la adquisición y uso del lenguaje, y la necesidad de mantener el ambiente invariable. Además
de estas 3 características esenciales, Kanner señaló otras secundarias (que pueden o no
aparecer), tales como los trastornos del sueño, problemas de conducta, trastornos de
alimentación, buena memoria mecánica, etc. En esta misma década, Asperger (1994) presenta
un estudio que trata sobre la Psicopatía Autística en la Niñez. Los aspectos definitorios de la
psicopatía autística coinciden parcialmente con las características establecidas por Kanner al
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En los 80, Wing (1981) realiza un estudio cuyos estudios se asemejan a los descritos
casi 40 años atrás por Asperger. Así, y como consecuencia de ese estudio y otros posteriores el
término Psicopatía Autística en la Niñez es sustituido por el Síndrome de Asperger,
entendiéndolo como parte del continuo autista. En la década de los 90 se considera el problema
desde una perspectiva evolutiva, pasando a considerarlo como un trastorno del desarrollo.
Desde mediado de los 90 hasta la segunda mitad del siglo XXI, el DSM-IV incluye bajo el
término TGD las siguientes categorías: autismo, síndrome de Asperger, síndrome de Rett,
Trastorno Desintegrativo Infantil y los TGD no especificados o autismo atípico. En todos los
casos nos referimos a trastornos severos que implican disfunciones a nivel social, comunicativo
y cognitivo.
Por otra parte, la CIE-10, al igual que el DSM-IV-TR, establece los TGD como una
categoría general atendiendo a alteraciones cualitativas de la interacción social, de la
comunicación y por un repertorio repetitivo, estereotipado y restrictivo de actividades e
intereses. No obstante, en una versión posterior, el DSM-V, se eliminan aspectos como la
etiqueta de Trastorno Generalizados del Desarrollo. Como consecuencia de esto, se propone la
nueva etiqueta de Trastorno del Espectro Autista. Además, se observa la inclusión en los
criterios diagnósticos de los TEA tanto del síndrome de Asperger como de los TGD no
especificados o autismo atípico, que provoca la pérdida irrevocable de la identidad y
especificidad propia de ambos.
1. Orígenes TEA
El término «autista» proviene del griego autos, que significa «sí mismo». Este término lo
usó por primera vez el psiquiatra suizo Bleuler, en 1911, cuando al describir enfermos
esquizofrénicos hablaba de la evasión fuera de la realidad y el ensimismamiento interior
La persona autista es aquella a la cual las otras personas le resultan opacas e impredecibles
y que vive como ausente (mentalmente ausente) con respecto a quienes le rodean (Rivière,
1999). La soledad autista no tiene nada que ver con estar solo físicamente, sino con estarlo
mentalmente (Frith, 1991).
Según:
En la actualidad existen varias teorías psicológicas de enfoque cognitivo que tratan de explicar
el fenómeno del autismo (Gómez, 2010): la de la ceguera mental, la del debilitamiento de la
coherencia central y la de la disfunción ejecutiva.
Otra de las grandes dificultades que supone definir el autismo radica en la gran variabilidad
existente tanto intersujetos (entre unos y otros niños autistas se pueden encontrar grandes
diferencias en competencias sociales, intelectuales, lingüísticas, etc.) como intrasujeto, lo que
significa que en el mismo niño se pueden apreciar diferentes niveles entre las áreas de
desarrollo, dándose lo que se conoce como «disarmonía evolutiva»
Rivière (cit. en Padrón Pulido, 2006) sintetiza las características que definen el trastorno de
Asperger:
El trastorno de Asperger representa la parte del espectro continuo de los TGD que se
caracteriza por mayores habilidades cognitivas (CI normal e incluso en los niveles más altos) y
por un nivel de lenguaje más cercano a la normalidad, en comparación con otros trastornos del
espectro. De hecho, la presencia de habilidades de lenguaje básicas normales se considera hoy
en día uno de los criterios para el diagnóstico de este trastorno, aunque puedan existir algunas
dificultades en lo que se refiere al lenguaje pragmáticosocial.
Algunos investigadores consideran que la relativa fortaleza en estas dos áreas es lo que
distingue al síndrome de Asperger de otras formas de autismo y TGD y permite establecer un
mejor pronóstico para este trastorno (Caballero, 2006). La tabla 8.5 expone los criterios
necesarios para el diagnóstico del trastorno de Asperger según el DSM IV TR.
Criterios para el diagnóstico del trastorno de Asperger según el DSM IV TR (APA, 2000)
d) No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (por ejemplo, a los
dos años usa palabras sencillas, y a los tres, frases comunicativas).
e) No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognitivo ni del desarrollo
de habilidades de autoayuda propias de la edad, comportamiento adaptativo
(distinto de la interacción social) y curiosidad acerca del ambiente durante la
infancia.
f) No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo ni de
esquizofrenia.
Los trastornos del espectro autista se caracterizan por hacer referencia a trastornos
neuropsicológicos con una marcada y dispersa sintomatología de tipo social, comunicativo y
comportamental.
Los TEA son trastornos neurológicos de carácter congénito y de origen desconocido, que
afectan a: El pensamiento, la comunicación, la interacción social y la conducta.
El pensamiento
Preferencia por el procesamiento de la información visual
La comunicación
Uso social del lenguaje (pragmática)
Uso correcto de las palabras (semántica)
Comprensión y utilización de la comunicación no verbal
Comprensión y utilización del lenguaje abstracto
Retrasos en el desarrollo del vocabulario y de la gramática
La interacción social
Déficit en reciprocidad socioemocional, distancia y aproximaciones sociales anómalas.
Problemas para el desarrollo normal de una conversación y el seguimiento del ritmo de
ésta.
Problemas para compartir intereses, emociones o afectos.
Problemas para iniciar o responder a interacciones sociales.
Déficit en comportamientos de comunicación no verbal usados en la interacción social,
que pueden presentarse con signos como ausencia o contacto visual anómalo
Dificultades en la comprensión y uso de gestos e incluso pueden llegar a una falta total
de expresión facial o comunicación no verbal.
Déficit en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones, que pueden
manifestarse en dificultades para ajustar la conducta a los contextos sociales o para
compartir juegos y hacer amigos y hasta la ausencia de interés total por los iguales.
La conducta
Tendencia para adherirse a rutinas
Dificultades para la transferencia o generalización de actividades aprendidas
Dificultades para interrumpir rutinas (confusión, ansiedad)
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Las señales de alerta básicas frente al autismo, también denominadas red-flags, son las
siguientes:
Los TEA se caracterizan por hacer referencia a trastornos neuropsicológicos con una
marcada y dispersa sintomatología de tipo social, comunicativo y comportamental.
El Inventario del espectro autista (IDEA) de Rivière (2004) destaca por ofrecer tres
utilidades principales: establecer al inicio, y dentro del proceso diagnóstico, la severidad de los
rasgos autistas que presenta la persona, es decir, su nivel exacto dentro de cada una de las
dimensiones descritas por el autor; ayudar a formular objetivos de intervención generales y
específicos para cada niño que sufra el trastorno en función de las puntuaciones que obtenga en
cada nivel, y, por último, efectuar una medida de los cambios a medio y largo plazo que pueden
producirse por el efecto de la intervención o tratamiento, permitiendo así valorar su eficacia y
la conveniencia de modificarla. El encontrarse en un nivel u otro va a depender de diferentes
factores: la edad, el sexo (el autismo se da más en el sexo masculino, en una proporción de
cuatro a uno, pero la gravedad suele ser mayor en el sexo femenino), la presencia de retraso
mental, los tratamientos recibidos y la actuación de la familia
Nivel 1. Autismo clásico tipo Kanner: es el nivel que cursa con mayor afectación y
correspondería a puntuaciones altas del IDEA entre 70 y 96 aproximadamente.
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Las puntuaciones son a título orientativo, ya que pueden solaparse entre sí y, en todo
caso, no tienen valor diagnóstico, sino tan sólo el de facilitar la intervención y evaluar los
posibles progresos tras ella.
1. Alteraciones en la comunicación
2. Alteraciones sociales
▫ relaciones extrañas con adultos (que oscilan entre una excesiva intensidad y una
llamativa indiferencia).
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▫ juegos repetitivos con juguetes (por ejemplo, alinear objetos, encender y apagar
luces, etc.).
Criterios para el diagnóstico del trastorno autista según el DSM V TM (APA, 2013)
Rivière (1999), entre los factores relacionados con el centro escolar, aconseja la preferencia
por centros escolares de pequeño tamaño y escaso número de alumnos, que no exijan
interacciones de excesiva complejidad social, bien estructurados, con estilos didácticos
directivos y formas de organización que hagan «anticipable» la jornada escolar, en los que
exista un compromiso real del claustro de profesores y de los profesores concretos que atienden
al niño con TGD, o autismo.
El entorno que generalmente rodea a todo alumno o alumna del sistema escolar tiene, muy
frecuentemente, una serie de características que dificultan su comprensión y adaptación por
parte de este alumnado, especialmente:
2. El síndrome de Rett
El síndrome de Rett es mucho menos frecuente que el trastorno autista y sólo ha sido
diagnosticado en mujeres. Se cree que se vincula a una mutación genética en el cromosoma
X, que daría lugar a inviabilidad de los embriones de varón. Los criterios para el diagnóstico
de este trastorno siguiendo el DSM IV TR.
La causa es una mutación genética y espontánea de un gen, es decir, que ocurre al azar,
razón por la que no se hereda ni se transmite de una generación a otra.
Se suele iniciar entre los cinco-seis y los 18 meses, en todo caso siempre antes de los
cuatro años, persiste a lo largo de toda la vida y la pérdida de habilidades suele mantenerse y
progresar. Sus posibilidades de recuperación son muy limitadas, aunque al finalizar la infancia
o iniciarse la adolescencia puede producirse algún interés por la interacción social, mientras
que las deficiencias comunicativas y de comportamiento seguirán constantes a lo largo de la
vida.
o Tras una fase inicial de desarrollo normal, se asiste a una detención del desarrollo y
luego a un retroceso o pérdida de las capacidades adquiridas.
o Se observa una disminución de la velocidad de desarrollo del cráneo (de tamaño normal
al nacimiento) con respecto del resto del cuerpo entre los primeros cinco y los 48 meses
de vida;
o un desarrollo psicomotor normal dentro de los primeros cinco meses de vida
o A partir de los 5 meses el desarrollo psicomotor : pérdida de las capacidades manuales
anteriormente desarrolladas, a nivel de coordinación intermanual y prensión de objetos,
y en la aparición de movimientos estereotipados de las manos (agitarlas, morderlas,
retorcerlas).
o Se pueden perder las capacidades verbales en caso de que el trastorno se inicie después
de las primeras adquisiciones lingüísticas (primeras palabras).
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Este trastorno se caracteriza por una aparición tardía (entre los dos y los diez años de
edad, aunque lo más frecuente es que se produzca entre los tres y los cuatro años). Puede
aparecer tanto de forma insidiosa como súbita, aunque suele haber signos premonitorios
consistentes en niveles de actividad incrementados, irritabilidad y pérdida del habla y de otras
habilidades. El trastorno experimenta un curso continuo y su duración se extiende a lo largo
de la vida, con lo que las deficiencias sociales, comunicativas y comportamentales se van
perdiendo en el curso del trastorno con mayor o menor celeridad, aunque tras la pérdida
de habilidades pueda darse alguna mejoría limitada. A diferencia del autismo, no es
descartable que se acompañe de fenómenos semejantes a las alucinaciones y los delirios de la
esquizofrenia.
Esta categoría debe emplearse cuando existe una alteración grave y generalizada del
desarrollo de la interacción social recíproca o de las habilidades de comunicación verbal o no
verbal, o cuando hay comportamientos, intereses y actividades estereotipados, pero no se
cumplen los criterios de un trastorno generalizado del desarrollo específico, esquizofrenia,
trastorno esquizotípico de la personalidad o trastorno de la personalidad por evitación.
El RGD se define como el retraso en 2 o más áreas del desarrollo. Se aplica cuando no se
puede evaluar la capacidad intelectual (0-5 años) de forma sistemática y requiere una
evaluación posterior. Pueden aparecer algunas o todas las características siguientes en mayor o
menor grado:
- Psicomotricidad:
o Imprecisión motora y perceptiva
o Dificultades en la organización espacio temporal
o Dificultades en la motricidad fina
o Estereotipias
o Falta de coordinación
- Cognición:
o Dificultad para autorregular la conducta
o Dificultades para generalizar
o Dificultades para categorizar
o Problemas de memoria, atención
- Lenguaje y comunicación:
o Retraso en la adquisición de vocabulario
o Oraciones simples, incompletas
- Afectividad:
o Irritabilidad
o Ansiedad
o Baja autoestima
- Habilidades sociales:
o Retraso en el desarrollo de juegos
o Aislamiento
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A su vez, en la etapa de los tres a los seis años, cuando tiene lugar la
escolarización con posibilidades de integración variable según cada caso
concreto, se continuarán las actuaciones iniciadas anteriormente, con
intensificación de las habilidades psicoeducacionales, potenciando las habilidades
comunicativas, del lenguaje, de la vida diaria, la independencia, la autonomía, el
juego, la socialización y el control conductual, para lo cual se desarrollarán, entre
otros, programas de integración y de entrenamiento en habilidades sociales. En
un número destacado de casos este alumnado requerirá apoyo del profesorado
especialista en pedagogía terapéutica y en audición y lenguaje; además, será
necesario contar con una persona cuidadora cuando el niño no haya alcanzado los
8. La enseñanza estructurada
- Evaluación diagnóstica
- Investigación
Los servicios de formación pueden ser distintos en cada centro TEACCH, pero
generalmente incluyen grupos de formación de padres en aspectos básicos del autismo,
sesiones prácticas de formación para padres en estrategias de intervención para sus hijos,
orientación personal para adultos con un TEA, orientación a escuelas, formación de
profesionales que trabajan con personas con autismo y otros servicios, como grupos de
habilidades sociales, grupos para adultos con un TEA y programas de intervención
temprana en el hogar. El método de intervención educativa del programa TEACCH es muy
reconocido por su efectividad y será ahora descrito brevemente. Para tener una visión más
clara sobre la intervención educativa según el TEACCH, ésta se aborda de manera
exhaustiva en un estudio de caso (véase el capítulo Gándara y Mesibov en el material
complementario en web de este mismo libro) sobre intervención en habilidades sociales y
comunicativas de un alumno con autismo y alto nivel de funcionamiento
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El alumno con autismo tiene ciertas características que justifican como apropiada para
su formación la utilización preferente de una modalidad sensorial visual para apoyar la
identificación y procesamiento de información de su ambiente (Grandin, 1995; Janzen,
1996; Wetherby, Prizant y Schuler, 2000). Presentar y apoyar la información por el canal
visual ayuda a que los alumnos tengan más éxito en actividades cotidianas y académicas,
logrando una mayor comprensión del mundo y aumentando las posibilidades de
independencia y de una vida satisfactoria. Son esenciales para el desarrollo de la
programación educativa de una persona con un TEA tanto la organización de la escuela, el
trabajo y el hogar como el desarrollo de las habilidades para interactuar en estos entornos.
De esta forma se mantendrá el ambiente comprensible, predecible y accesible a los alumnos.
La estructuración del entorno ayudará a que el alumno comprenda el «poder de
comunicarse», es decir, que se haga consciente de que la comunicación dirigida e
intencional trae consigo la satisfacción de sus necesidades, aclarará las expectativas de los
demás y las rutinas sociales y favorecerá la fijación de la atención en la información
relevante del entorno.
- Estructuración del entorno físico: da información e instruye sobre cómo debería ser
utilizado el material; por ejemplo, «estas piezas son para formar un patrón, no para tirar
o morder». Asimismo, la estructuración del entorno físico también instruye sobre qué
debe suceder en ciertas áreas, por ejemplo, «el lavabo es para lavarse, no para salpicar»,
o «la mesa es para trabajar y seguir instrucciones, no para saltar».
• Dónde estará
Así pues, algunas claves importantes a tener en cuenta en la enseñanza de alumnos con TEA
son:
suficientemente grande para que quepan los cubos en la parte inmediatamente inferior.
Se le demuestra al alumno cómo se meten en el agujero y se da menos oportunidad a
que se utilicen los materiales de una manera repetitiva o incorrecta.
— Los materiales deben tener sentido para el alumno, e incorporar sus intereses y
considerar sus habilidades y dificultades. Por ejemplo, con un alumno al que le gustan
los números, tiene dificultad con la motricidad fina y muestra una tendencia a lanzar los
objetos, el profesor puede utilizar números en un material tridimensional (más fácil de
manipular), pegados con velcro a una superficie (para que no los lance o tenga menos
oportunidad de hacerlo), como una actividad de emparejamiento, en vez de utilizar
fichas, que pueden ser difíciles de manipular y ofrecen más posibilidad de ser lanzadas.
— Para el alumno con autismo, el tiempo libre sin estructuración muchas veces se
convierte en momento para implicarse en conductas repetitivas que pueden resultar
inapropiadas o destructivas. En cualquier caso, los momentos de descanso son
necesarios para que el alumno se relaje (al haber menos demandas) y también para que
el educador pueda planear la próxima actividad o el cuidador pueda hacer otras cosas.
Es importante enseñar al alumno a entretenerse de una manera productiva para que estos
momentos de descanso sean exitosos. Es fundamental, pues, enseñarle habilidades
lúdicas organizando juegos apropiados a sus capacidades e intereses, de manera que los
pueda aprender y disfrutar. Ello contribuirá, a su vez, a realizar una transición más fácil
hacia la interacción con otras personas en el juego social (Mesibov y Shea, 2005).
La agenda transmite visualmente al alumno con un TEA qué es lo que va a pasar y en qué
orden. Las razones que subyacen a la utilización de una agenda son: comunica visualmente lo
que probablemente no sea comprendido verbalmente, ayuda al alumno a predecir qué es lo que
pasará y aumenta la independencia en lugar de promover la dependencia de la guía continua del
educador. De igual manera, enseña al alumno a captar información ambiental, a manejarse en
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el uso de estas estrategias y que sea capaz de entrenarse en la resolución de problemas. Las
agendas deben ser adaptadas al nivel evolutivo y de comunicación del alumno con un TEA.
Las agendas varían según la cantidad del tiempo planeado: pueden tener una secuencia de
primero-luego (por ejemplo, primero hacer la cama, luego ir a jugar), o incluir una planificación
solamente para una parte del día, medio día o la totalidad de la jornada. Para determinar el tipo
de agenda a utilizar debe tenerse en cuenta la capacidad que tenga el alumno de organizarse,
comprender el concepto del tiempo y su nivel cognitivo. Es importante que las agendas incluyan
oportunidades para que el alumno decida (por ejemplo, para el tiempo de ocio: quieres dar un
paseo o jugar con el Lego). Ambas actividades deben estar realmente disponibles, ser
interesantes para el alumno y aceptables para el educador. Otra oportunidad para formar que
ofrecen las agendas es la introducción de cambios para educar en flexibilidad (por ejemplo, hoy
no hay clase de educación física, sino clase de arte). Ello llevará, por tanto, a desarrollar rutinas
y maneras estructuradas para tratar con los cambios en el ambiente. En segundo lugar, la
Enseñanza Estructurada da información relevante sobre las expectativas de trabajo para el
alumno, manteniendo la información visual accesible, y la organización de la estructuración del
entorno físico y de las actividades. La estructura y las claves visuales deben responder a las
siguientes preguntas (Mesibov y Shea, 2008):
Hay que tener presente que no existe factor alguno que se dé en todos los niños
diagnosticados, y que conductas similares pueden tener orígenes distintos.
Se estima que afecta aproximadamente al l3-7% de la población en edad escolar (con más
prevalencia en los niños que en las niñas). Encontramos tres tipos:
La maduración del cerebro está controlada genéticamente, pero el cerebro cambia como
resultado de la experiencia personal. En resumen, la identificación de anomalías genéticas,
neuroanatómicas, neuropsicológicas y funcionales en el TDAH, y su interrelación, permitirá
clarificar los mecanismos neurobiológicos, contemplando los factores de adversidad biológica
o psicosocial que pueden estar mediando o causando la sintomatología.
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Aunque no se ha establecido una relación causal entre el estilo de vida y el TDAH, parece
factible que la sociedad actual esté produciendo mayor severidad en las manifestaciones del
TDAH. La sociedad de consumo y materialista, los modelos que favorecen refuerzos externos
e inmediatos (videojuegos, dibujos animados, televisión, Internet, publicidad, etc.), o que
minusvaloran la tolerancia a la frustración, ofrecen pocas oportunidades para favorecer y
entrenar la atención sostenida, el esfuerzo, la demora de recompensas, las estrategias
reflexivas..., esto es, el autocontrol.
En resumen, la decisión de inhibir una respuesta prepotente o que supone una gratificación
inmediata está determinada en gran medida por la historia previa. Un niño cuyas experiencias
familiares, escolares o sociales estén apoyando la idea de que no son importantes los refuerzos
demorados (como padres, profesores o medios con modelos impulsivos) probablemente no va
a desarrollar un estilo de preferencia por la demora. En la misma línea, la tendencia a analizar
los problemas está condicionada por la exposición a modelos analíticos, y por la magnitud con
la que en el pasado el análisis de las situaciones problemáticas se haya visto recompensado con
el éxito o con las reacciones positivas de otras personas.
Los modelos teóricos recientes que se han propuesto superan las explicaciones
conductuales predominantes en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, que, centrándose
en los tres síntomas primarios (inatención, impulsividad e hiperactividad) ofrecieron una visión
segmentada y poco comprensiva del trastorno:
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- Modelo de función ejecutiva (FE): Establece que los síntomas principales del TDAH
son el efecto de un déficit de FE, como inhibición, memoria de trabajo, flexibilidad o
control ejecutivo. Estas FE están asociadas a distintos neurotransmisores y regiones
cerebrales concretas, por lo que su estudio debería incluir estos parámetros.
- Modelo cognitivo-energético: Se basa en la asunción de que el procesamiento de la
información está influido por el esfuerzo, el arousal y la activación. El esfuerzo es la
energía necesaria para satisfacer las demandas de la tarea y está mediatizado por el
refuerzo contingente. Los niños con TDAH tienen problemas en el nivel inferior
(esfuerzo), por lo que el rendimiento será pobre debido a que el estado energético no es
óptimo. La aparición de un refuerzo dará la energía necesaria para realizar la tarea
correctamente.
- Modelo de aversión a la demora: Argumenta que el TDAH se desarrolla en función
de dos vías: una cognitiva, mediada por el funcionamiento ejecutivo, y otra
motivacional mediada por la aversión a la demora. Los niños con TDAH tienen déficits
en la inhibición en comparación con los niños sin el trastorno. Pero también los síntomas
del TDAH son la expresión funcional de un estilo motivacional caracterizado por una
aversión a la demora, prefiriendo refuerzos inmediatos aunque sean pequeños.
- Modelo de inhibición: Establece que el problema básico de las personas
hiperactivas es un déficit en la inhibición conductual, o incapacidad para inhibir una
respuesta prepotente o dominante inapropiada a favor de una alternativa más apropiada.
Estas deficiencias inciden de forma negativa en cuatro funciones neuropsicológicas que
dependen de la inhibición conductual para su correcta ejecución: memoria operativa,
autorregulación de la motivación y del afecto, internalización del lenguaje y solución
de problemas (análisis y síntesis).
Estos modelos teóricos, inicialmente, fueron ideados con el fin de explicar el TDAH
como un todo. Sin embargo, la propia heterogeneidad de las propuestas de cada uno de ellos,
junto con la aceptación del nuevo enfoque modular, ha provocado un giro hacia una perspectiva
más integradora. Han dejado de considerarse como modelos opuestos para aceptar su carácter
complementario, abarcando cada uno de ellos una pequeña parcela del TDAH.
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2. Características
Evita tareas que requieren esfuerzo Impaciente, dificultades para Hacer ruiditos con la boca o tararea
mental sostenido y/o grado de aplazar la gratificación
organización elevado inmediata
Características del funcionamiento cognitivo:
- Tienen dificultades para comprender las señales que regulan las situaciones sociales
- Les cuesta seguir las reglas de los juegos
- Les cuesta ponerse en el lugar del otro y tener en cuenta sus deseos y sentimientos
- Se frustran con facilidad
- Cambian frecuentemente de estado de ánimo
- Suelen desarrollar baja autoestima, inseguridad y excesiva dependencia del adulto
- Se muestran tercos y malhumorados con frecuencia
49
debido a su inatención.
Controlar la agresividad
4 fases (6 semanas) :
2. Enseñar la relajación
Cuál es mi trabajo
Cómo lo hice
16 sesiones:
Identificar emociones
Centrado en:
Memoria de trabajo
Control inhibitorio
Flexibilidad
Basadas en
Refuerzo
Programas de fichas
Extinción
Tiempo fuera
Existe una gran diversidad de discapacidades motóricas, que se pueden clasificar según
tres criterios fundamentales: el origen de la lesión, la localización o zona afectada por la
alteración motriz y su etiología.
Según el origen de la lesión Según la localización Según la causa
Lesión cerebral(parálisis cerebral) Monoplejia Hereditaria
Lesión espinal (espina bífida) Paraplejia Congénita o perinatal
Lesión osteo -articular (malformaciones Tetraplejia Adquirida en la infancia
congénitas, artritis)
Origen vascular (hemorragia cerebral) Diplejia Adquirida con posterioridad a la
infancia
Lesión muscular (distrofia muscular Hemiplejia
progresiva)
Las discapacidades motóricas más frecuentes en el ámbito escolar son la parálisis
cerebral, la espina bífida, la distrofia muscular y la miotonía congénita, las dos últimas
pertenecientes al grupo de las miopatías.
57
2. La parálisis cerebral
- No incluye lesiones del cerebro, como las producidas por un tumor cerebral o
por enfermedades degenerativas.
- No incluye lesiones localizadas en el SNC a nivel de estructuras distintas del
encéfalo, como la médula espinal, como es el caso de la espina bífida.
- Tampoco incluye los trastornos ocasionados por lesiones encefálicas después del
tercer año de vida.
- Su llanto es débil.
- Mueve mucho más una mano que la otra. Tiene siempre una mano cerrada o empuñada.
- Siempre tiene la cabeza hacia atrás. Sus piernas están extendidas o cruzadas.
Los cuadros clínicos más frecuentes son la espasticidad, la atetosis y la ataxia, y los menos
frecuentes son la rigidez y los temblores. Raras veces se presenta en un niño una tipología, pura,
ya que lo habitual es que se den cuadros mixtos.
La espasticidad afecta al 70-80% de los pacientes con PC, cuyos músculos están rígidos y
contraídos permanentemente. Consiste en un incremento del tono muscular. Las contracciones
musculares son de dos tipos: las que se dan en reposo y las que aparecen o aumentan con el
59
esfuerzo y la emoción, es decir, cuando el niño se sorprende con un ruido brusco, una amenaza,
un susto, etc. La mímica de la cara y la articulación se encuentran también alteradas, con lo cual
el lenguaje oral suele ser disártrico y, a veces, inexistente.
La rigidez consiste en una marcada hipertonía, tanto en los músculos agonistas como
antagonistas, que pueden llegar a impedir todo movimiento, dándose una resistencia a los
movimientos pasivos.
Los temblores consisten en movimientos breves, rápidos, oscilantes y rítmicos que pueden
ser constantes o producirse solamente en la ejecución de movimientos voluntarios.
Trastornos asociados a la PC son el retraso mental, las convulsiones o epilepsia, los problemas de
crecimiento, la visión y audición limitadas, las deficiencias para experimentar sensaciones simples como
el tacto o el dolor, la incontinencia urinaria, las dificultades para tragar, el babeo por falta de control de
los músculos de la garganta…
60
- Alteraciones del lenguaje y del habla: al estar afectados los movimientos de los
órganos de las articulación y la fonación, se producen diferentes alteraciones (pausas
respiratorias indebidas, disartria…) que pueden llegar a desembocar en un habla
ininteligible que obligue a emplear sistemas alternativos de comunicación como el
lenguaje Bliss. Las alteraciones del lenguaje guardan relación con la carencia de la
estimulación lingüística necesaria para su desarrollo, además de con otras variables
relacionadas como la presencia de discapacidad cognitivo -intelectual. Pero, a nivel de
desarrollo del lenguaje, hay que señalar que si el niño no puede articular correctamente
las palabras, tampoco el lenguaje se adquiere con la misma eficiencia, puesto que la
retroalimentación que el niño obtiene con la emisión propia de la palabra no estará
presente, y quizá esto suponga una limitación para el desarrollo del lenguaje inicial, al
menos una distorsión en la adquisición de las primeras palabras, que no se refuerzan
igual, primero porque falta retroalimentación propia, y segundo, porque el adulto, al no
entenderlas por la deficiente articulación o la práctica ausencia de capacidad
articulatoria, tampoco las reforzará, por lo que puede que el desarrollo inicial del
lenguaje se vea desfavorecido.
- Trastornos sensoriales: los trastornos auditivos son frecuentes en los niños con
parálisis atetoide y suponen una pérdida de audición para los sonidos agudos (s, z, ch…)
que provoca omisiones, sustituciones o distorsiones; además, los movimientos del
cuerpo dificultan la audición al no poder orientar la cabeza y el cuerpo hacia el origen
del sonido. Los problemas visuales se relacionan con restricción del campo visual,
estrabismo, escasa agudeza visual, descoordinación ocular…
- Trastornos perceptivos: dificultades para discriminar estímulos, distinguir la figura
del fondo, completar figuras, construcción con cubos, etc.
- Problemas atencionales: pueden darse con cierta frecuencia distracciones ante
estímulos leves que interfieren en los aprendizajes.
61
- Desarrollo intelectual: se considera que entre el 40 y el 50% de los niños con PC tienen
un desarrollo intelectual inferior al normal debido al daño cerebral temprano, a las
limitaciones de las oportunidades de aprendizaje y a dificultades psicométricas. La
limitación motriz condiciona sensiblemente las oportunidades para un adecuado
desarrollo intelectual, sabiendo que la base del desarrollo cognitivo, especialmente en
el período sensoriomotor, la configuran las percepciones y el movimiento, de modo que
si el niño no puede desarrollar una oportuna exploración del entorno, la construcción
inicial de esquemas mentales sobre el mismo también se verá afectada. A ello se suman
otros posibles trastornos asociados, con lo que el retraso cognitivo-intelectual es
frecuente en esta población.
- Alteraciones psicológicas: los niños afectados de PC suelen presentar una disminución
en el desarrollo social y de la personalidad, con sentimientos de ansiedad, bajo
autoconcepto e inseguridad sobre si serán capaces o no de ofrecer una respuesta correcta
a las demandas de una tarea.
La educación del alumno con PC tendrá que ser siempre una labor de equipo, en la que
el maestro actúe en estrecha colaboración con otros profesionales, entre los que
prácticamente siempre encontraremos al fisioterapeuta, al logopeda, al terapeuta
ocupacional, al psicólogo y al médico rehabilitador. La labor psicopedagógica se llevará a
cabo en estrecha colaboración con los padres y otras personas allegadas al niño.
Los centros de enseñanza ordinarios deberán estar dotados para atender las necesidades
educativas especiales de los niños con PC. La asistencia a una escuela ordinaria presenta
ventajas de todo tipo para estos alumnos y sus compañeros. Si la escuela ordinaria no puede
garantizar al alumno la atención especial, la asistencia a un buen centro especializado puede
ser una solución aceptable. Las adaptaciones curriculares pueden centrarse en modificar la
62
Debido a la heterogeneidad de los problemas del leguaje, todas las técnicas logopédicas
conocidas pueden ser, en un momento dado, aplicables a un niño concreto, y se requerirá la
habilidad del terapeuta o educador para seleccionar y combinar en cada caso los
procedimientos más adecuados. Además, se han desarrollado técnicas específicas para los
niños con PC que incluyen tanto la intervención sobre el lenguaje oral (como la técnica de
Bobaht), como la comunicación aumentativa y alternativa, que son todos aquellos recursos
naturales o desarrollados con fines educativos y terapéuticos, que implican mecanismos de
expresión distintos de la palabra articulada, como los pictogramas. Por otra parte, las nuevas
tecnologías han abierto múltiples posibilidades a la comunicación de estos sujetos,
aportando elementos muy innovadores tales como punteros que se dirigen al ordenador con
el movimiento de la cabeza, macroteclados que pueden aprovechar aquellos con algún
movimiento en las manos, codificadores de voz a partir de la palabra escrita o herramientas
informáticas que permiten mover el ratón del ordenador a través del iris del ojo.
3. Dificultades visuales
El grupo constituido por las personas con discapacidad visual se caracteriza por su gran
diversidad, al igual que tampoco existen dos videntes iguales. La heterogeneidad viene
determinada por el grado de pérdida visual y el momento de aparición de la discapacidad.
Circunstancias que van a afectar al desarrollo y a las posibilidades de aprendizaje de forma
63
particular, haciendo que surjan importantes diferencias en el desarrollo de las personas con
visión deficiente. Para que exista un correcto funcionamiento ocular deben estar intactos dos
parámetros fundamentales:
Ambliopías: consisten en una visión disminuida que se origina por una imperfecta
sensibilidad de la retina que no se puede corregir ni quirúrgica ni ópticamente, Dentro de las
ambliopías se distinguen:
a) Ambliopía bilateral: cuando la agudeza visual de los dos ojos es menor o igual
a 4/10.
64
b) Ambliopía monocular: cuando uno de los ojos, comparado con el otro, tiene
baja visión. En ambos casos, lo importante es que los ambliopes poseen una
agudeza visual y un campo visual que se pueden utilizar y aprovechar en
situaciones de aprendizaje.
Aunque los ojos funcionen correctamente, algunos niños tienen una reducción en la
capacidad visual por una disfunción en la parte posterior de la vía óptica o en alguna de las
estructuras cerebrales implicadas en la visión. Estos alumnos, a pesar de que sus ojos funcionan
perfectamente, no puede transmitir, procesar y/o integrar correctamente la información visual
que reciben sus ojos, y puede resultar difícil comprender por qué se puede ver un objeto y otro
no; son alumnos con una discapacidad visual cerebral. Las causas son muy diversas:
infecciones, traumatismos, malformaciones…
- Puede existir confusión espacial (no poder ubicar una silla, aunque se esté
viendo). Es posible que se manifiesten problemas motores y de equilibrio. La
atención visual suele ser más eficiente cuando se está relajado o descansado.
Las actividades visuales producen mucho cansancio o fatiga visual.
- Suele quedar más afectada la visión central, de modo que se usa más la
periférica.
La mayor parte del alumnado con discapacidad visual muy grave es detectado antes de
su incorporación al ámbito escolar. No obstante, hay niños con discapacidad visual moderada
o leve que no han sido identificados con anterioridad, y los maestros pueden desempeñar un
papel importante en su detección (véase tabla).
Apariencia de los ojos Signos en el comportamiento Quejas asociadas al uso de la visión
Bizqueo (hacia dentro o Echar la cabeza hacia delante al mirar Dolores de cabeza, especialmente
hacia fuera), especialmente hacia objetos distantes después de leer, ver la tele o estar en el
al estar cansado ordenador
Ojos o párpados enrojecidos Corto espacio de tiempo en actitud de Náuseas o mareo
atención
Ojos acuosos Giro de cabeza para emplear un solo Picor o escozor en los ojos
ojo
Párpados hundidos Inclinación lateral de cabeza Visión borrosa en cualquier momento
Orzuelos frecuentes Colocación de la cabeza muy cerca Confusión de palabras o líneas
del libro o pupitre al leer o escribir;
tener el material muy cerca o muy
lejos
Pupilas nubladas o muy Exceso de parpadeo Dolores oculares
abiertas
Ojos en movimiento Tapar o cerrar un ojo Le molesta el sol
constante Fruncir el ceño al leer o escribir No se adapta a la oscuridad
Mover la cabeza en lugar de los ojos
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Los niños con discapacidad visual constituyen un grupo muy heterogéneo, debido a
múltiples razones, como son el grado de visión, el momento de aparición, los recursos del
entorno, la presencia de otros déficits… Las conductas que suelen darse en los niños y adultos
con baja visión grave, ceguera casi total o total constituyen una categoría de rasgos propios de
las personas con esta discapacidad, lo que no significa que, necesariamente, la discapacidad
lleve implícita la presencia de problemas psicológicos o deficiencias en el desarrollo.
Durante los primeros cuatro meses de vida de los niños invidentes su desarrollo es muy
similar al de un niño vidente y el bebé ejercita los reflejos innatos con normalidad, a excepción
de la respuesta a estímulos luminosos, y adquiere las primeras habilidades centradas en el
dominio de su propio cuerpo. Sin embargo, cuando se alcanza el concepto de permanencia de
objeto (alrededor de los 7-8 meses), se pueden llegar a producir retrasos de hasta dos años.
El lenguaje, sin embargo, puede ser un buen instrumento compensatorio para subsanar
el obstáculo que la ausencia de visión representa y para potenciar procesos mentales superiores,
actuando como mediador entre el objeto y su representación, y siendo fundamental para el
desarrollo de las relaciones entre la madre y el bebé.
El tacto es el sistema sensorial alternativo que pueden emplear los invidentes para
entablar relación y obtener conocimiento con el medio que les rodea. La modalidad de tacto
pasivo es no intencional y en el tacto activo, también llamado “sistema háptico”, la información
táctil es buscada de forma intencionada. En la recogida de información a través del sistema
háptico se dan dos inconvenientes si se compara con el sistema visual:
asumen que los alumnos con necesidades educativas especiales y permanentes de tipo visual
aprenden habilidades sociales por el simple hecho de compartir el aula y ciertas actividades con
sus compañeros videntes, la realidad es otra, y, por otro, que los intentos de enseñar
explícitamente habilidades de interacción social desde el currículum han sido escasos.
Consecuentemente, es necesario incidir en el entrenamiento en habilidades sociales, tanto
verbales como no verbales. Resulta importante no prestar solo atención al entrenamiento en sí
mismo, sino que se deben destinar esfuerzos a la generalización y el mantenimiento de las
habilidades ya adquiridas.
En este sentido, resulta muy completo el “Programa para mejorar las relaciones sociales
entre niños y jóvenes con deficiencia visual y sus iguales sin discapacidad” diseñado por
Caballo y Verdugo.
4. Dificultades auditivas
El déficit auditivo es un término genérico que engloba los diversos grados de la pérdida auditiva.
Por tanto, una persona con deficiencia auditiva es aquella cuya audición no es funcional para la vida
normal.
No todas las pérdidas auditivas son iguales. Dependen de la influencia directa de factores como el grado
y localización del déficit auditivo, la etiología de la deficiencia y el momento de la aparición, el ambiente
y las relaciones familiares y, por último, el ambiente escolar y social.
Leve-20-40 dB:
Desarrollo del lenguaje> Dificultades con la voz normal. Problemas en la adquisición del
lenguaje oral no se desarrolla de manera espontánea.
Severa- 70 - 90 dB
Desarrollo del lenguaje> Solo se pueden oír palabras amplificadas. Su proceso de adquisición
del lenguaje oral no se desarrolla de manera espontánea.
b) En función de la etiología
Se clasifican en:
- Acercarle un reloj a cada oído, uno con sonido y otro que esté parado, y preguntarle si
los está oyendo bien.
- Con los ojos cerrados, pedirle que señale en qué lugar del aula está sonando una alarma.
- Hablarle a la espalda.
Dentro del diagnóstico precoz y la intervención temprana, es importante para que el niño
acepte la prótesis que ésta no resulte molesta, y hay que procurar que los primeros sonidos que
reciba sean suaves y en un ambiente no ruidoso. Para despertar su interés por los estímulos
sonoros, se deben mostrar al niño los sonidos e indicar de dónde proceden. A continuación,
vendrá la identificación sonora, tratando de que discrimine los sonidos, que capte que son
diferentes entre sí en cuanto a duración, tono, intensidad y timbre.
El desarrollo cognitivo del niño con discapacidad auditiva se caracteriza por pasar por
las mismas etapas que el oyente, pero con un período de tiempo más largo. El desarrollo
cognitivo más lento se debe, por un lado, a la limitación en la exploración del entorno a nivel
sonoro, y a la restricción de la cantidad y tipo de situaciones comunicativas que le dotarán de
una menor información e interacción con el mundo; por otro lado, se vincula con la
superprotección que, en numerosas ocasiones, rodea al niño con discapacidad auditiva y que
restringe considerablemente su desarrollo. La sordera por sí misma no es una variable
determinante en el desarrollo cognitivo, pero sí que lo es la falta de experiencias en el mundo
físico y social y la ausencia de un sistema lingüístico sobre el que construir el conocimiento. Es
importante que los niños con discapacidad auditiva severa o profunda conozcan y manejen la
lengua de signos, puesto que el lenguaje oral no es suficientemente completo como para generar
toda la complejidad del pensamiento debido a la simplificación que se hace de las emisiones
orales.
acceder a las reglas del juego social y las expectativas inadecuadas de los adultos. Además, el
déficit auditivo puede desencadenar algunos problemas sobre el desarrollo personal y social
debido muchas veces a una serie de factores extrínsecos al individuo que lo condicionan:
El trabajo con niños con discapacidad auditiva debe iniciarse desde edades tempranas en el
conocimiento fonológico, porque le permitirá una lectura más eficaz. La palabra
complementada es un sistema de apoyo a la lectura labiofacial que suprime las ambigüedades
del habla en ausencia de información acústica y permite la visualización completa de los
fonemas, facilitando las representaciones fonológicas claras y precisas que le permitirán
acceder más fácilmente al proceso lectoescritor, sin necesidad de llevar a cabo la ardua tarea de
memorizar una a una todas las palabras.
79
Las dificultades que los niños manifiestan en este estadio muestran la falta de relación entre
la fonología y la ortografía, es decir, la palabra no se parece ni en longitud ni en pronunciación
a la que pretendían escribir (por ejemplo, «piy» por «perrera»). A todo ello lo denomina estadio
logográfico.
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1.2.
1.3/1.4.
1.5.
Correspondencia letra-sonido
Existe una correspondencia alfabética exhaustiva, es decir, a cada consonante o vocal de la
palabra le corresponde una letra, aunque eso no significa que se respeten estrictamente las
normas ortográficas.
NOTA: Así, a los 4 años las escrituras infantiles se caracterizan por el principio de imitación
de la escritura adulta o de producción formalmente regulada para crear escrituras diferenciadas.
A los 5 años las producciones se distribuyen entre escritura formalmente regulada,
correspondencia silábica sin valor sonoro y correspondencia silábica con valor sonoro
convencional. A los 6 años se distribuyen entre correspondencias silábicas, silábico-alfabéticas
y alfabéticas. Y por último, a los 7 años, hay básicamente escrituras alfabéticas, muchas de ellas
con escritura convencional.
82
Escritura irregular
Trazos angulosos
3. Postcaligráfica 12 años:
Madurez en la escritura.
Existe una gran cantidad de factores que inciden en el aprendizaje de la escritura:
1. Factores personales: el género, la edad y la personalidad, en cuantos a autoconcepto,
carácter, equilibrio afectivo y motivación. También se incluyen aspectos relacionados
con el desarrollo, tanto intelectual como psicomotriz.
2. Factores socioculturales: abarca factores que están ligados directamente a los
contextos escolar, social y familiar. Entre ellos se encuentran el nivel educativo, las
exigencias escolares, aspectos relacionados con la metodología, los requerimientos
sociales y las características y expectativas de las familias.
3. Factores directamente relacionados con la escritura: conjunto de factores que
incluye el instrumento utilizado, ya sea lápiz, rotulador, pintura o bolígrafo, el papel, la
postura corporal, el movimiento gráfico, el tipo de letra utilizada y el conocimiento del
lenguaje escrito en cuanto a léxico, gramática y ortografía.
83
4. Adquisición de la lectura:
Métodos de enseñanza:
o Retraso en el lenguaje
o Dificultades expresivas
o Lateralidad cruzada
Existen tareas y ejercicios en los que se ponen en juego las habilidades fonológicas:
Identificar palabras que empiezan con la misma sílaba o con el mismo fonema
A partir de una palabra formar otras nuevas omitiendo o añadiendo sílabas o fonemas
1. Introducción
Son múltiples las causas que pueden desencadenar este tipo de dificultades:
Falta de motivación por las matemáticas.
Baja autoestima.
Ansiedad y las creencias, actitudes y expectativas.
Factores emocionales.
Inmadurez general.
Poca capacidad para aprender.
Dificultades del lenguaje severas o los déficits sensoriales podrían estar también en la
base de las mismas.
Poikkeusb, Ahonena y Nurmia (2012) defienden la idea de que los modelos instruccionales
podrían contribuir también a la aparición de este tipo de dificultades en las edades más
tempranas. De manera general, podemos establecer cinco grandes grupos:
86
Las áreas que pueden verse afectadas en niños/as con dificultades de aprendizaje en las
matemáticas son:
1. La atención, cuya alteración produce en el niño efectos tales como:
a. Parece no intentarlo.
b. Distracciones por estímulos irrelevantes.
c. Se fatiga fácilmente al tratar de concentrase.
d. Conexiones y desconexiones.
Según Semenza, Miceli y Girelli (1997), las personas con déficit en las habilidades
atencionales producen errores inconsistentes y no sistemáticos y comienzan a realizar bien el
cálculo matemático, pero la ejecución decrece a medida que va avanzando éste. Igualmente,
parecen tener dificultades para discernir si han terminado de realizar cada uno de los pasos
involucrados en el cálculo y no se dan cuenta de las imprecisiones que cometen en la ejecución
del mismo.
87
Estas dificultades pueden asentarse también sobre una base psicomotriz. Otras dificultades
se sitúan a nivel socio-afectivo y personal. Además los niños con estas dificultades tienden a
atribuir sus éxitos a la suerte y sus fracasos a su falta de capacidad. Por último, estas
dificultades pueden aparecer ligadas a problemas en las habilidades sociales especialmente por
dificultades para comprender las convenciones sociales y la gran independencia por la que se
caracterizan este tipo de alumnos.
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2.2.1. Lógica:
o Operaciones lógicas básicas:
Representar el agrupamiento
o Oportunidades de interacción tanto con los adultos como con los iguales.
o Introducir de forma lúdica: los teclados, las calculadoras, los relojes y otros aparatos
con letras o números.
Parte 3, tema3
¿Los niños que tardan en empezar a hablar son niños con TEL?
Los criterios que pueden tenerse en cuenta para hablar de un inicio tardío son:
De entre ellos, más de la mitad van a tener un desarrollo típico del lenguaje. Pero
entre ellos también se encuentran los niños que van a experimentar un trastorno
persistente, aunque no puede diagnosticarse un TEL a los 2 años.
¿Los niños que tardan en empezar a hablar son niños con TEL?
Sin embargo, es necesario evaluar a estos niños cada 3-6 meses, tras la
intervención en su entorno familiar y escolar, para comprobar los efectos conseguidos.
94
Los criterios que deben tenerse en cuenta para valorar el riesgo de cronificación son:
Pautas específicas para favorecer el desarrollo del lenguaje dentro del aula:
o Aplicación de estrategias que nos permitan desarrollar el lenguaje del alumno
en el aula:
Emplear la técnica de la expansión, de la extensión y de la incorporación.
A partir de las emisiones del niño el adulto hace un comentario que repite
el enunciado del niño pero añadiendo modificaciones sobre los errores,
ampliando su extensión o incorporando el enunciado infantil a un
enunciado adulto más complejo.
Emplear la imitación o modelado.
Imitar los enunciados del niño.
Poner en duda: se trata de que tome conciencia del error, poniendo en
duda lo que acaba de decir, provocando así la autocorrección.
Dar respuestas falsas y paradójicas intentando que responda a la pregunta
planteada.
o Adaptación de prácticas educativas que permitan desarrollar las bajas
competencias en lenguaje de los niños con TEL:
Asambleas. Permitir el uso de libretas comunicativas para trasladar
información, que concederán al niño con TEL la oportunidad de
participar activamente en las asambleas.
Lectura de cuentos. Uso de cuentos con contenido lingüístico apropiado
al nivel de los niños con TEL. Uso de libros con imágenes que
representen fielmente lo que narramos.
Rincones de juego. Apoyar su participación en el juego mediante la
mediación del adulto, podemos indicarle al niño qué tiene que hacer,
servir de modelo para que nos imite, enseñarle patrones de juego para
que pueda repetirlos en otras ocasiones con sus compañeros. Adaptar
algún rincón del aula al nivel de juego del niño con TEL.
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Emplear recursos que permitan a los alumnos con TEL trasladar a sus
familias lo que han hecho en el colegio: usar agendas visuales mediante
esquemas de dibujos que secuencien la jornada, emplear fotografías del
niño participando en las rutinas y al dorso escribimos información para
que la familia tenga una guía para poder apoyar a su hijo cuando cuenta
lo que ha hecho en el cole.
Otras:
o Recomendar a la familia un deporte o una actividad extraescolar en la que ellos
destaquen o no tengan muchas dificultades.
o Utilizar consignas lingüísticas positivas y que impliquen una acción lúdica (en
lugar de “vamos a trabajar...”, “vamos a divertirnos...”).
o Trabajar los aprendizajes a través de otras vías distintas del canal del lenguaje
oral: vivenciar conceptos a través de experimentos, utilizar plastilina o arena
para aprender formas geométricas o los números.
1) Dificultades fonéticas
2) Dificultades fonológicas
La alteración no se produce necesariamente en el nivel articulatorio sino en el nivel
perceptivo, en la discriminación auditiva, afectando a la relación entre significante y
significado.
La expresión oral es deficiente, puede llegar a ser ininteligible.
Los errores suelen variar. En el trastorno fonológico las alteraciones de pronunciación
se producen en la expresión espontánea. El niño es capaz de producir aisladamente los
elementos fonéticos implicados. Cata/casa. Godo/gorro.
Indicios de trastornos fonológicos: confusión, sustitución u omisión de fonemas,
alteración, reduplicación y omisión de sílabas, observadas en el habla espontánea.
4. Disglosia
5. Disartria
Problemas en el acto motriz del habla producidos por una alteración en el control muscular
de los mecanismos del habla, debido a una lesión en el sistema nervioso central.
6. Dispraxia verbal
Están afectadas las emisiones voluntarias pero pueden estar conservadas las
automáticas.
No hacer repetir las palabras emitidas inadecuadamente, que vea que nos interesa más
lo que dice que cómo lo dice, en lugar de eso nosotros repetimos la palabra
correctamente para presentarle un modelo correcto
Evitar que otros compañeros le hagan repetir las palabras que no pronuncia bien
7. Taquifemia
Es una forma confusa, desordenada, precipitada y rápida de hablar que puede llegar a
una falta de coordinación fono-respiratoria y a omisiones de sílabas y fonemas al final
de las palabras.
El niño o la niña no suele ser consciente de estas dificultades o lo es por las indicaciones
de los interlocutores.
103
Conviene hacerle ver que no siempre le entendemos, con una actitud positiva y
acogedora.
8) Disfemia
Es una alteración en el ritmo del habla que se manifiesta con interrupciones en la fluidez
de la palabra.
Suele aparecer entre los tres o cuatro años y suelen ir aumentando con la edad.
o Con frecuencia se dan las dos en una misma persona. Aunque también suele
haber una tendencia a producir una u otra.
No interrumpir ni corregir.
No intentar adivinar lo que va a decir para ofrecerle nosotros los términos que creemos
desea expresar.
Es frecuente que en algunos momentos estos niños o estas niñas hablen correctamente,
entonces no manifestar sorpresa o excesiva alegría por ello.
9) Disfonía
Puede deberse a:
o factores psicológicos
105
No abusar de la voz.
10 ) Mutismo selectivo
o Gran timidez.
o Dependencia.
o Rechazo a la escuela.
o Rasgos compulsivos.
Aconsejar a los padres que no pregunten constantemente qué han hecho en el colegio,
si han hablado o no
Como factores más señalados: poca estimulación familiar y del entorno social.
Normalmente, es frecuente, que este tipo de retardo pase inadvertido hasta que se
comienza la escolaridad.
Ofrecer al niño un modelo verbal adecuado y rico, lo importante es que se relacione con
otros compañeros y el maestro, que se atreva a preguntar, que se le escuche y atienda
Valorar muy positivamente las emisiones orales por muy sencillas que estas sean
Colaboración logopeda-maestro para que se puedan extrapolar a la clase los logros que
vaya adquiriendo en las sesiones especializadas
2) Disfasia
Suelen ser niños que realizan enlaces deficientes entre fonemas con escasez de nexos
de unión entre palabras, dificultades en los tiempos de los verbos, en la concordancia
de género y número. El lenguaje es muy pobre.
La evolución, ya con intervención, reeducación, es muy lenta y hay que estar muy
atentos a la problemática escolar (relaciones sociales, aprendizaje, emociones, etc.).
Estos niños tienen un lenguaje muy poco fluido y una articulación muy alterada.
Producen sólo unas cuantas palabras, pudiendo llegar a la ausencia de lenguaje oral. El
niño no puede procesar la información que se le presenta por medio del canal auditivo,
a pesar de tener la audición conservada, pero si pueden llegar a comprenderla si recibe
la misma información visualmente.
En estos casos habrá que valorar otras ayudas comunicativas no verbales como los
gestos, la mímica o si es necesario, los sistemas aumentativos o alternativos de
comunicación.